578

Besos entre líneas - ForuQ

  • Upload
    others

  • View
    4

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Besos entre líneas - ForuQ
Page 2: Besos entre líneas - ForuQ

ÍNDICE

DedicatoriaPrólogo. El cielo también lloraba

PRIMERA PARTEMi segundo hogarPaseando entre librosDesconcierto

SEGUNDA PARTEUnos cuantos meses despuésRecuerdos amargosBukowskiMomentos inolvidables

Page 3: Besos entre líneas - ForuQ

Un rabo de nubeRemordimientosBookTubeBajo la lluviaEl regaloEn llamasProhibicionesEncuentro fortuitoExcusasSentirse vivaConfesionesPasar página

TERCERA PARTEBlogger Lit ConSorpresasYo nunca, nunca…Recuerdos imborrablesDespedidasCapítulos que empiezan y otros que acabanCaminar hacia delanteDías vacíos

Page 4: Besos entre líneas - ForuQ

Cerrando heridasNueva vida

CUARTA PARTEDestinoVolver al principioMéxico

Epílogo.Agradecimientos. El principio del caminoCréditos

Page 5: Besos entre líneas - ForuQ

Te damos las gracias por adquirir esteEBOOK

Visita Planetadelibros.com y descubreuna

nueva forma de disfrutar de la lectura

¡Regístrate y accede a contenidosexclusivos!

Próximos lanzamientosClubs de lectura con autores

Concursos y promocionesÁreas temáticas

Presentaciones de librosNoticias destacadas

Page 6: Besos entre líneas - ForuQ

Comparte tu opinión en la ficha del libroy en nuestras redes sociales:

Explora Descubre Comparte

Page 7: Besos entre líneas - ForuQ

A mi abuelo Fabián, que me enseñó a leer.Tú fuiste el que originó mi pasión literaria.

Esmeralda Verdú

A todas las mujeres que luchan cada día.A todas las Emmas.

May R Ayamonte

Page 8: Besos entre líneas - ForuQ

PRÓLOGO

EL CIELO TAMBIÉN LLORABA

Recuerdo el peor día de mi vida como si fueraayer. Recuerdo cómo papá y mamá sedespidieron de mí con un beso antes de salir decasa.

Yo tenía tan solo seis años cuando ocurrió.Me dejaron al cuidado de tía Anne, que

siempre se quedaba conmigo cuando mis padresse iban a trabajar o tenían que dejarme sola poralguna otra razón.

Me acuerdo de cómo un rato después sonóel teléfono de casa y mi tía empezó a llorar

Page 9: Besos entre líneas - ForuQ

diciendo que no podía ser cierto. Recuerdocómo me cogió en brazos y me subió a sucoche. Me ayudó a ponerme el cinturón deseguridad mientras sus lágrimas mojaban mivestido blanco.

El cielo también lloraba. Un diluvio intensono me dejaba ver bien la calle desde laventanilla.

Al llegar al hospital, tía Anne entróconmigo en brazos por la puerta de urgencias yse echó sobre el mostrador gritando y llorando.

Pasaron muchas horas, y poco a poco medi cuenta de que ni papá ni mamá venían, que latía Anne evitaba mis preguntas y que mihermana mayor, Lys, no había salido del bañodesde que había llegado. Nadie me decía nada, yese silencio hacía que la espera en esa lúgubresala fuera todavía más eterna.

Cuando por fin vino el médico, me negué airme mientras, como dijo mi tía, «los mayoreshablan». Al escuchar la noticia, quise retrocederen el tiempo. Prefería no saber lo que había

Page 10: Besos entre líneas - ForuQ

ocurrido. Un dolor se instaló en mi pecho y cadasegundo se iba haciendo más grande.

Un coche que iba por el carril contrario sedesvió e invadió el de mis padres. El conductoriba tan borracho que se quedó dormido alvolante. Papá no tuvo tiempo para reaccionar.Mamá murió al instante. Ella ni siquiera pudodarse cuenta de lo que estaba sucediendo.

En ese momento, papá continuaba enquirófano y los médicos no paraban de entrar ysalir. Su estado era crítico.

Ese fue el día que marcó un antes y undespués en mi vida.

Ese fue el día en el que perdí a mi madre ymi padre cambió para siempre.

Page 11: Besos entre líneas - ForuQ

PRIMERA PARTE

Page 12: Besos entre líneas - ForuQ

MI SEGUNDO HOGAR

Noto cómo las nubes se desplazan por el cielo ylos rayos del sol vuelven a entrar por la ventana,haciendo que las páginas que estoy leyendoparezcan todavía más amarillentas. Ojalá esofuera lo único que me ha despistado de lalectura.

—Zoe, te lo pido por favor: ¡cállate ya! —le grito por enésima vez.

Ni caso. Ella sigue ladrando sin parar a ungato que ve a través de la ventana lamiéndosetranquilamente una pata.

—Claro, Guillermo, es sencillísimoencontrar un ramo con diez tipos de floresdistintas, y tres que no crecen en esta época delaño… ¡La novia me va a matar!

Page 13: Besos entre líneas - ForuQ

La voz de mi tía Anne, gritando a su sociopor teléfono, se cuela por debajo de la puerta delsalón.

Pero esto no acaba aquí, porque Daviddecide subir el volumen del televisor para poderescuchar bien las noticias.

¡No aguanto más! ¿Tan difícil es tener unpoco de silencio y tranquilidad para leer en estacasa?

Me incorporo sobre el sillón en el que estoytumbada y saco de las páginas finales del libro lafotografía que uso siempre como separador.Observo los risueños ojos de mamá. Doce añosya desde que se fue… ¿Qué edad tendría sisiguiera viva? ¿Cómo sería si…?

De pronto, mi tía abre la puerta y seacerca, con el teléfono todavía pegado a laoreja, haciendo un gesto con la mano,pidiéndome que le dé algo.

Guardo rápidamente la foto, metiéndolaentre las páginas. No puede haberla visto, ¿no?

Mi tía sigue asintiendo como si suinterlocutor al otro lado de la línea la viera

Page 14: Besos entre líneas - ForuQ

hacerlo. Luego me mira de nuevo y continúainsistiendo con la mano que se la pase.

Mientras empiezo a abrir el libro resignada,me dice:

—Emma, ¡pásamelos de una vez!Giro la cabeza y veo que está señalando

unos menús para bodas que están sobre lamesa. Suspiro de alivio y se los acerco. Quépoco ha faltado.

—Gracias, cariño.—Tía —le digo antes de que se marche de

nuevo a discutir por teléfono—, me voy a labiblioteca.

—¿Otra vez? Vas casi todos los días —suspira tapando el auricular para que su socio nola oiga—. Está bien, pero ven antes de la horade la cena.

Me despido de ella con un beso en lamejilla y me giro para decirle adiós a David,pero se ha quedado profundamente dormido enel sofá con la televisión a todo volumen. Si laapago sé lo que pasará: se despertará y me dirá

Page 15: Besos entre líneas - ForuQ

que no estaba durmiendo, que la vuelva aencender. Todos los días la misma historia.

Cada vez que entro me envuelve un aromaque podría reconocer en cualquier parte. Es unamezcla entre papel antiguo, polvo y sabiduría.Podría recorrer la estancia con los ojos cerradossabiendo exactamente dónde me encuentro.Este sitio se podría considerar mi segundo hogar,al fin y al cabo, paso aquí más horas que encualquier otra parte.

A pesar de que estoy en el mismo lugar,casi a la misma hora e incluso en el asiento desiempre, cada día es diferente. Cada día vivouna aventura distinta, conozco a alguien nuevo,visito ciudades en las que nunca he estado y, aveces, incluso viajo a mundos inexistentes que amí me parecen de lo más reales. Es tan extraño

Page 16: Besos entre líneas - ForuQ

como mágico poder visitar otros universospasando páginas y páginas sin dejar de leer.

Así que puede decirse que formo parte delmobiliario de la biblioteca de mi pueblo, puessiempre que puedo estoy aquí sin moverme —excepto cuando no me queda otro remedio quepasar de página—. Y aunque mi casa fuera ellugar más silencioso del mundo, creo queseguiría viniendo a la biblioteca igualmente. Meencanta pasar las tardes rodeada de libros.

Mi lectura actual es Matilda, unmaravilloso aperitivo para comenzar con buenpie el último curso en el instituto. La pequeñaMatilda me recuerda un poco a mí: es unaincomprendida por su pasión hacia la lectura.

¿Dónde están todas esas aventuras queviven los personajes de los libros que leo? ¿Porqué nunca llegó mi carta de Hogwarts?

Mientras todos estos pensamientos pululandentro de mi cabeza, estoy sentada en el alféizaracolchado de una ventana del piso superior.Desde esta parte de la biblioteca se puede ver elparque con frondosos árboles que cada vez

Page 17: Besos entre líneas - ForuQ

están más amarillentos por la próxima llegadadel otoño. Este es mi asiento favorito para leer yno lo cambiaría por nada del mundo, ni por unode esos mullidos sillones que están aquí al lado yparecen tan cómodos.

Justo estoy leyendo una de las escenasmás interesantes de la novela cuando el silbidode Rue y Katniss en Los juegos del hambreme hace saltar del susto en el asiento. Mi móvilsigue sonando como si estuviera siendobombardeado por incesantes wasaps. Matildacae al suelo produciendo un gran estrépito, comosi no hubiera hecho ya suficiente ruido.

Alzo la vista y, como me temía, labibliotecaria me está fulminando con la miradadesde detrás del mostrador. No es la única, laspocas personas que están sentadas a mialrededor también lo hacen. Pero es esa mujerde cara arrugada y gafas pequeñas, apoyadasen la punta de su larga nariz, la que me señala lacaja negra que hay a su lado con una cejaalzada. No sería la primera vez que mi teléfono

Page 18: Besos entre líneas - ForuQ

móvil llega ahí dentro junto a otros de su especieque también han sido requisados.

Por fin consigo sacar el móvil de mi bolsillo,subo los brazos como si de un atraco se tratara,y le enseño muy despacio cómo lo apago.Parece que ha funcionado, pues la mujer meecha un último vistazo y vuelve a su trabajo.

Después de respirar hondo, recojo mi librodel suelo y me levanto. Voy directa al aladerecha de la planta alta, donde hay una salacon varias mesas. Es todo poesía. Parecementira que le dediquen tanto espacio a estegénero tan poco valorado actualmente. Es unode los detalles de esta biblioteca que hacen queme encante.

Entro por el segundo pasillo y me siento enel suelo apoyando la espalda en una de lasestanterías. Todo está tan tranquilo y solitariocomo siempre. Aquí no suele venir la señoragruñona que he dejado atrás.

Enciendo mi móvil de nuevo y leo loswasaps que he recibido.

Page 19: Besos entre líneas - ForuQ

¡Vaya! Ni me había dado cuenta de quehabía llegado ya a los doscientos seguidores.Hace solo unos meses que empecé con Laventana de Emma.

Page 20: Besos entre líneas - ForuQ

Empiezo a contestarles de nuevo con unasonrisa en la boca, cuando oigo unos susurros.

Parece que vienen de algunos pasillos másallá. Me levanto sin pensarlo dos veces y meencamino muy despacio hacia donde procede lavoz, intentando no hacer ruido.

Mientras me voy acercando, me doycuenta de que se trata de una voz masculina.Busco a su dueño entre el hueco que dejan lasbaldas de una de las estanterías y me agacho

Page 21: Besos entre líneas - ForuQ

para que no note mi presencia. Quien me veaasí pensará que soy una acosadora en todaregla.

Está de pie, apoyado sobre los estantes depoesía extranjera, y parece muy concentradorecitando un poema.

Es un chico moreno y alto. Lleva unospantalones vaqueros que, para qué mentir, lesientan de maravilla. Su atuendo lo completa unacamiseta azul de manga corta. No puedo evitaradvertir que le queda estrecha en la zona de losbrazos, por sus marcados músculos.

Observo su atractivo rostro de perfil. Tieneuna mandíbula ancha y unos labios carnosos queencierran unos dientes blancos. Sus ojos semueven ansiosos a través de las palabras queestá leyendo. Da la impresión de que no es laprimera vez que lee ese poema, es como si casise lo supiera de memoria.

Su voz me cautiva y pierdo la noción deltiempo, agachada, escuchándole recitar. Allevantarme, tropiezo con mi propio pie y casi mecaigo al suelo. Rápidamente miro hacia el chico

Page 22: Besos entre líneas - ForuQ

y suspiro con alivio; no se ha dado cuenta deque estoy ahí.

Todavía. Porque mi móvil se encarga deque eso ocurra cuando vuelve a recibir unoscuantos wasaps.

Mierda.El chico me está mirando entre el hueco

que deja el estante de madera y la parte superiorde los libros. Descubro unos ojos azules tanoscuros como bonitos, custodiados por unaspestañas espesas.

Me quedo paralizada, sin saber qué decirmientras mi móvil sigue emitiendo sonidos. Elchico aparta la mirada y empieza a andar hastaque lo pierdo de vista.

Unos segundos después, veo que seaproxima por el mismo pasillo en el que estoyyo. Su forma de andar es segura y se acerca amí, demasiado. Demasiado para oler su aroma yver hasta el más mínimo detalle de su cara.

—¿Te queda mucho? —me preguntacruzando los brazos en torno a su pecho y allibro que estaba leyendo.

Page 23: Besos entre líneas - ForuQ

Agacho la mirada avergonzada y veo quesus brazos bronceados dejan entrever el nombredel autor: Charles. El chico suspira con cara decabreo y esconde el libro detrás de él. Señala mimóvil con un gesto de su cabeza justo cuandovuelve a sonar.

—Perdón, no sabía que había alguien másaquí… —le digo mientras aporreo la pantallatáctil de mi móvil sin acertar.

—Aunque no hubiera nadie, esto es unabiblioteca. ¿Qué haces aquí si no sabes leer? —me dice señalando algo detrás de mí.

«Por favor, apaguen sus teléfonos móviles.Gracias», leo en un cartel cuando giro la cabeza.

—Lo… lo siento, de verdad. He venido aesta sección porque nunca hay nadie. Si… si lohubiera sabi… —empiezo a balbucear.

—Pues ya ves que existe gente a la que legusta venir aquí —me corta apretando losdientes enfadado.

Entiendo que le haya molestado, pero ya lehe pedido disculpas. ¿Por qué se pone así?

—Oye, ya te he dicho que lo siento. —Me

Page 24: Besos entre líneas - ForuQ

empiezo a cabrear yo también—. Ya me voy.Mi móvil vuelve a sonar. Él pone los ojos

en blanco. Yo por fin consigo poner el móvil ensilencio.

—No, tranquila, tú sigue. El que se va soyyo.

De un golpe deja el libro sobre el estanteque está a su lado y se marcha por donde havenido murmurando algo que no quiero saber.Miro el tomo que ha dejado y veo el apellido desu autor: Bukowski. Parece mentira que aalguien como a él le guste leer poesía. ¿Peroqué le pasa a ese chico? Me ha hecho enfadar.

Vuelvo a la sala principal para seguirleyendo. Por suerte, la bibliotecaria está deespaldas ordenando unos libros y no me veentrar.

Estoy tan cabreada que hasta que no llegoa mi asiento habitual y miro el gran reloj que hayen lo alto de la pared no soy consciente de lahora que es. Tengo que volver pronto a casa yme quedan pocas páginas para terminar de leerMatilda. Así que vuelvo a levantarme para

Page 25: Besos entre líneas - ForuQ

buscar algo nuevo para empezar en casa estanoche, si es que me dejan hacerlo.

Paso por delante del mostrador con lacabeza bien alta, siendo consciente de que labibliotecaria ahora sí que me está observando.

Intento concentrarme en encontrar entrelas estanterías de libros juveniles Laprobabilidad estadística del amor a primeravista. Quiero comprobar leyendo ese libro que loque dice su título no puede suceder ni en laficción.

Después de pasearme por toda la seccióncon la cabeza ladeada leyendo los títulos, medoy por vencida. No lo encuentro por ningunaparte.

No me queda otro remedio que preguntar ala bibliotecaria. Lo último que me apetece ahoramismo es pedirle ayuda a ella. Echo un últimovistazo rápido con la esperanza de encontrar ellibro sin tener que preguntarle, pero no haysuerte.

Arrastrando los pies me encamino haciadonde se encuentra esa bruja. Cuando llego,

Page 26: Besos entre líneas - ForuQ

está de espaldas a mí tecleando sin parar en elordenador.

—Perdone —le susurro para que no meriña de nuevo, esta vez por hablar en voz alta—.No encuentro un libro en la sección juvenil quese llama La probabilidad estadística del amora primera vista.

Ella sigue tecleando tranquilamente como sino le hubiera hablado.

—Disculpe… —insisto.¿Pero qué le pasa hoy a la gente conmigo?—Acaban de devolver ese libro de su

préstamo. —Me sobresalto cuando al fin labibliotecaria me habla sin girarse.

Me asomo y veo que está buscando mificha en el ordenador para hacerme el préstamo.Sabe perfectamente quién soy, no hace falta queme pregunte. En cambio, yo nunca he sabidocómo se llama. Tampoco me preocupa, Brujaes un buen nombre.

Continúa tecleando cuando mi móvil vuelveotra vez a la carga, esta vez vibrando dentro de

Page 27: Besos entre líneas - ForuQ

mi bolsillo. La mujer se gira rápidamentesobresaltándome.

—Yo… —Su cara de malas pulgas mehace callar mientras señala el cartel que obliga aapagar los móviles—. Pero si…

Intento explicarle que con el móvil envibración no molesto a nadie, pero me corta amitad de frase.

—Apagar es apagar. ¡Fuera! —sentenciamuy seria.

Suspiro y, más cabreada de lo que yaestaba, me dirijo hacia la salida.

Menudo día tan genial el de hoy.Termino de bajar las escaleras cuando veo

que el chico de la sección de poesía vieneandando hacia mí. Me paro en seco. Laexpresión de su cara parece más amigable queantes, pero al mismo tiempo nerviosa.

Lo tengo a un metro y, de pronto, casi estápegando su cara a la mía.

—Ey, hola de nuevo. Verás, quería… —semuerde el labio y mira hacia atrás como

Page 28: Besos entre líneas - ForuQ

buscando algo— pedirte perdón por lo de antes.He sido un imbécil.

Me habla con una voz ronca y sexi. Mequedo muda. Eso no me lo esperaba.

—Yo… —empiezo a decir, cuando, derepente, se acerca todavía más a mí y me atrapacontra la pared que hay al lado de las escalerasque suben a la biblioteca.

Ahora sí que estoy paralizada.—¿Pero qué…? —consigo decir sin saber

qué más hacer.Su rostro está muy cerca del mío, pero

todavía lo está más cuando se inclina y me rozael pelo con su boca.

—Estate quieta y sígueme la corriente —susurra en mi oído muy bajito. Su aliento huele amenta—. Por favor, llevo algo de hierba encimay…

Se separa de mi oreja y mira de nuevohacia atrás. Su aroma me envuelve igual que lohacen en estos momentos sus brazos, apoyadosen la pared a cada uno de los lados de micabeza.

Page 29: Besos entre líneas - ForuQ

Cuando sus ojos vuelven a mí, su miradame transmite súplica. Su mano empieza aacariciar mi costado con una delicadezaasombrosa que hace que se me erice el vello.Estoy conteniendo el aliento cuando, de repente,posa un suave beso muy cerca de la comisurade mis labios. Incluso cuando ya se ha separadode mí, sigo sintiendo la calidez de ellos ahí dondeacaban de posarse.

Estoy muy confusa por lo que estáocurriendo. No entiendo nada. No sé…

Entonces escucho un carraspeo. Noconsigo ver a la persona que lo ha hecho, peronoto cómo el chico se pone tenso y me miramuy fijamente.

—Perdonad —escucho justo detrás delmuchacho.

Estoy paralizada entre su cuerpo y lapared. Por fin se gira hacia la voz, apartándoseasí un poco de mí.

—¿Te está molestando?Consigo ver al policía que ha venido hacia

nosotros. La luz amarilla de la farola más

Page 30: Besos entre líneas - ForuQ

cercana le ilumina su cara ancha con bigote y lapistola que lleva guardada en el bolsillo.

Barajo mis opciones y respondo algo de loque quizás me arrepienta dentro de unosminutos.

—No —me tiembla la voz al decirlo ycarraspeo un poco—, solo nos estábamosbesando.

El chico me mira dedicándome una sonrisa.Se ve tan sorprendido como yo por lo que acabode hacer.

El policía me sigue mirando y yo asientosonriendo lo mejor que puedo en estosmomentos. Al fin echa a andar.

El muchacho se acerca a mí de nuevo. Suabrazo se vuelve más relajado y su respiraciónes más normal ahora que ya no hay peligro. Alcontrario que la mía, que está agitada todavíapor la situación que acabamos de vivir. Aunquetenerlo otra vez tan cerca también tiene algo quever. Finge estar besándome hasta que el policíagira por la primera esquina.

Aleja la cabeza de mi cabello, pero no se

Page 31: Besos entre líneas - ForuQ

separa demasiado. Su mirada es penetrante,parece querer conocer lo que hay dentro de mí.

—Gracias —murmura antes de volver adepositar un beso rápido en mi mejilla.

¿Pero qué acaba de pasar?Vuelvo a mirar por si el policía está cerca

otra vez. Pero solo consigo ver al chico andandodeprisa calle abajo.

Traspaso el umbral de la puerta de casa ytodo está como si no me hubiera marchado haceun par de horas. Zoe sigue ladrando, esta vezporque está reclamando su cena y no le hacencaso. David ya no está dormido, pero tiene lamisma cara de cansancio que antes de irme. Ymi tía sigue gritando.

—¡Mierda! —oigo que se queja.—¡Tranquila! Todo estará listo para el gran

día. —Es algo que David parece haber repetido

Page 32: Besos entre líneas - ForuQ

una y otra vez.Anne entra corriendo en el salón y empieza

a zarandearme.—Por favor, déjame tu móvil. El mío acaba

de morir y necesito hablar ahora mismo con unrestaurante para ver si está disponible para el finde semana que viene. Por favor… —me suplicami tía con los ojos rojos.

Yo solo quería llegar a casa, cenar ytumbarme a leer.

Suspiro y saco con dificultad el teléfonomóvil del bolsillo. Pero al hacerlo, una cosa salecon él. Una bolsa pequeña con algo verdedentro cae al suelo.

Al principio no tengo ni idea de qué setrata, hasta que Anne se agacha y la sostienedelante de mis narices. A través de latransparencia de la bolsa veo los ojos de mi tíaechando humo, y hasta fuego.

—¿Qué significa esto, Emma? ¿¡Eh!? —me grita.

Contengo la respiración. Lo primero queme viene a la mente es la pícara sonrisa del

Page 33: Besos entre líneas - ForuQ

dueño de esa dichosa bolsita. ¡Lo mataré!

Page 34: Besos entre líneas - ForuQ

PASEANDO ENTRE LIBROS

Noto algo húmedo en mi cara.Entreabro un ojo y veo un hocico negro con

bigotes blancos alrededor, y una lenguasonrosada.

Miro el reloj, que marca las 08:09 de unamaravillosa mañana de sábado.

—Zoe, te odio. ¡Perra mala! —le digo convoz ronca.

Me gruñe y vuelve a lamerme la cara. Nome queda otro remedio que levantarme.

Zoe me sigue hasta el baño, que está justoal lado de mi cuarto, donde me lavo la caratorpemente. Bajo las escaleras hasta la cocinacon una bola de pelo blanca persiguiéndome, queno para de protestar.

Page 35: Besos entre líneas - ForuQ

Zoe es un miembro de la familia más queyo misma elegí en un albergue para perros.Hemos vivido juntas durante once años y nopuedo concebir mi vida sin ella. Es obediente —menos cuando ve a otro de su especie o a susmayores enemigos, los gatos—, cariñosa, y sepasa los días durmiendo al lado de su propiamascota, un gato de peluche. La pobre no se hadado cuenta todavía de que su inseparablejuguete tiene la forma de su peor pesadilla.

En seguida comprendo qué quiere Zoe.Mi tía Anne ha dejado encima de la mesa

de la cocina la bolsa de pienso de Zoe para quele dé su desayuno. Pero ¿y el mío? Siempre medeja algo medio preparado.

Escribo por el grupo de WhatsApp quetenemos Sandra, Esther y yo.

Page 36: Besos entre líneas - ForuQ

Nada más discutir con mi tía anoche, meencerré en mi habitación y le conté a ellas todolo que había pasado.

¡No hay quien entienda a Esther! Pareceque siempre se pelea con la pantalla de su móvil.

Page 37: Besos entre líneas - ForuQ

Añado siguiéndoles el juego.Las chicas siempre saben sacarme una

sonrisa. La situación me parece graciosa, perohasta cierto punto. Todavía no me puedo creerque de verdad me metiera hierba en el bolsillo.

Lo que más miedo me da es defraudar a mitía Anne. No quiero que piense que consumodrogas.

Escucho el timbre sonar hasta seis vecesseguidas. Sé de sobra quién está llamando a la

Page 38: Besos entre líneas - ForuQ

puerta.Mi hermana Lys llega como un terremoto.

Siempre está nerviosa y arrolla con todo lo quetiene por delante. Me da un abrazo que meaplasta, entre otras cosas, las costillas. Despuéssaluda a Zoe con una especie de chillido cuandose acerca a olerla.

—¿Cómo estás, hermanita? —me preguntacuando por fin me suelta.

—Bien. ¿Y tú? ¿Has adelgazado? —lepregunto apoyándome en el marco de la puertade la cocina.

Lys resopla algo molesta. Deja caer subolso rosa al suelo antes de cruzarse de brazos ydescargar sobre mí una de sus miradas de odio.

—Estoy harta de que siempre mepreguntes lo mismo. Ya podrías preguntarme porJavi, para variar. ¿Y tú, qué? ¿Algún noviete?—me pregunta ella cambiando de tema.

—Tranqui… Y no, nada de novios —contesto yo.

—¡Cariño! ¿Cómo estás? —Mi tía entrade pronto cargada con una de esas cajas donde

Page 39: Besos entre líneas - ForuQ

suele llevar tartas altísimas.Me acerco para ayudarla y ella se hace a

un lado fulminándome con la mirada.Lys nos observa extrañada.—¡Muy bien! He tenido mucho lío en el

trabajo y estoy estresada, pero muy contenta depoder pasar con vosotros un rato —le contestaLys con una sonrisa que le marca los huesos queperfilan su rostro.

Una secuela más del maldito accidente. Sevio tan afectada que sufrió una depresión yempezó a perder peso a pasos agigantados.Pronto le fue diagnosticada una anorexia desegundo grado, que meses después pasó a serde tercero. Llegó a estar hospitalizada durantetres meses con una sonda que la alimentaba.Esos días fueron unos de los más duros de mivida.

Por entonces yo ya tenía nueve años y erabastante consciente de lo que ocurría a mialrededor: escuchaba a mi tía llorar por lasnoches en el salón, sabía que mi madre habíafallecido y la echaba muchísimo de menos, veía

Page 40: Besos entre líneas - ForuQ

a mi padre discapacitado y convertido en unapersona totalmente diferente, y visitaba a mihermana en el hospital, a la que le faltabanfuerzas para salir adelante.

—¡No me digas! ¿Te han hecho fija ya? —sigue hablando Anne mientras le pasa las manospor el pelo.

—¡Qué va! Bastante suerte tengo con queme hayan prorrogado el contrato de prácticas enel periódico siendo recién graduada. Perovamos, que si tenemos que tirar con el sueldo demierda que tiene Javi en el taller, estamosapañados.

—Bueno, cariño, sin agobios. Ya sabes queel psicólogo te dijo que te tomaras todos estoscambios con calma —le dice Anne dulcemente.

Lys no dejó de ir al psicólogo a pesar desuperar la anorexia. Logro que, por cierto,según ella, fue gracias a mí.

Un día que fui a verla al hospital cuandoestaba interna, rompí a llorar y le pedí quevolviera a casa. Le dije que no podía seguiradelante sin ella y nuestros padres. Lys volvió a

Page 41: Besos entre líneas - ForuQ

casa a los pocos meses y se fue recuperando.Aunque las cicatrices la siguen marcando.

—No empieces tú también, que ya tengobastante con las películas que se monta Em —suelta Lys mordaz.

Mi tía me lanza una mirada fría que mehiela hasta los huesos. Anne siempre es afable,pero cuando se pone de mal humor puede darmucho miedo.

—No me tires de la lengua, Lys —añademi tía.

—Vale, chicas, ¿qué pasa aquí? —dice Lyscolocando los brazos en jarra.

—¿No te ha contado tu hermana que ahorafuma hierba? —contesta Anne mirándome.

—¿¡Que fumas qué!? —me grita Lysmedio riéndose.

—No tiene gracia. Ya sabía yo que pasartantas horas delante del ordenador nos iba atraer problemas.

—En serio, Em, necesitas una vida —añade mi hermana mirándome preocupada.

—¡Yo no fumo nada! ¡Ya te lo dije, tía! Y

Page 42: Besos entre líneas - ForuQ

tengo una vida, aunque vosotras no la entendáis—les contesto frustrada y dolida.

—¿Qué os pasa? —pregunta Davidentrando.

Además del maletín de trabajo con el logode su empresa de seguros, lleva una bolsa de lalibrería a la que suelo ir.

—He traído una cosita para Emma —añade sonriendo y tendiéndome la bolsa.

—¡Ay, muchísimas gracias, David! Yasabes que no tienes por qué regalarme librosasí… —miento emocionada.

David no está nada mal como tío. Cuandome nota decaída, va a la librería y me regala unlibro. Aunque confieso que no tengo laconciencia muy tranquila, pues en un par deocasiones lo he hecho a propósito porque notenía nada que leer.

Saco el libro de la bolsa y le quitorápidamente el papel de regalo que lo envuelve.

—¿Las drogas y los adolescentes?¡Tienes que estar de broma! —grito indignada

Page 43: Besos entre líneas - ForuQ

tendiéndole el libro de vuelta—. Ya os dije que labolsa es de un chico que conocí ayer y…

—Cariño, lo hablaremos. No te preocupes,a tu edad todos hicimos locuras y quisimosexperimentar… —argumenta mi tíadevolviéndome el libro.

Ahora mismo le metería el libro al chico deayer por donde le cupiese.

—Igual hasta te gusta. No hay unicornios,pero sí viajes místicos —rompe el hielo mihermana después del silencio que se ha instaladoentre los cuatro.

Meto el libro en mi bolso y salgo de casa apaso rápido seguida por Lys. Nos montamos ensu coche para dirigirnos a la residencia de papá.

—¿Qué? ¿Ahora te va ver dragonesfumada en vez de en tus libros?

—Es de un capullo al que conocí en labiblioteca leyendo poesía. Me lo metió en elbolsillo para librarse de la policía.

—Emma con novio y encima lo llamacapullo. Quiero palomitas… —se ríe.

Me está dando el viaje.

Page 44: Besos entre líneas - ForuQ

—No es mi novio.—Espera, su perfil no encaja en la

biblioteca. ¿Qué hacía allí? ¿Liarse los porroscon las hojas de los libros?

—¿Cómo está Javi? —le pregunto paracambiar de tema.

—¿Ahora te interesa Javi? —Arquea unaceja.

—¿Qué pasa, Lys? ¿Problemas en elparaíso?

Lys ha estado con muchos chicos. Es pocoromántica y dice que no cree en el amor, peroyo sé que lo que siente por Javi es exactamenteeso, lo acepte o no. Llevan juntos muchísimosaños y desde que lo conoció no ha vuelto afijarse en nadie más.

Lys aparca el coche delante de la puertaprincipal. Hay muchas personas entrando ysaliendo de la residencia, se nota que es fin desemana y algunos pacientes vuelven a suscasas.

Es un edificio de ladrillo rojo con unaapariencia muy agradable, rodeado de un

Page 45: Besos entre líneas - ForuQ

enorme jardín para que los pacientes puedanpasear y les dé un poco el aire y el sol.

Y, sin embargo, siempre que vengo aquí, nopuedo evitar sentirme contagiada por unaenergía negativa. Veo familias destrozadas comola mía, veo residentes muy enfermos, veopersonas tristes… Me siento mal porque sé loduro que es vivir sabiendo que alguien a quienquieres no está bien, y que tú no puedes hacernada para ayudarle.

Mi hermana y yo recorremos los pasillosinterminables en busca de papá. Haymuchísimas habitaciones y salas de ocio paraque los residentes se sientan lo más cómodosposible.

Pronto veo a mi padre. Está en el mismosillón de siempre, en la misma sala de siempre.De hecho, tiene el mismo libro en las manos quesiempre.

Ahora está calmado. Su pelo está salpicadode canas, y sus ojos marrones están inmersos enel libro que intenta leer. Sé que no puede leer, séque ha perdido esa facultad entre muchas otras,

Page 46: Besos entre líneas - ForuQ

pero nunca desiste. Solo mira las páginas y lasletras como si recordara que esa acción la hacíasin parar cuando todo estaba bien.

—Sebastián, su familia ha venido —lecomunica el enfermero que está a su lado.

Solo que no es un enfermero y quereconozco su voz a la perfección.

—¿¡Tú!? —grito pasmada desde dondeestoy junto a mi hermana.

Lys me observa patidifusa, por no hablardel chico de ayer, que se ha girado hacia mí yestá tan sorprendido de verme aquí como yo deverle a él.

—¿Qué se supone que haces tú aquí? —lepregunto cuando me acerco a mi padre.

—No, ¿qué haces tú aquí? —me contestaél extrañado.

—Vengo a ver a mi padre.—Ah…—¡Ay, madre! ¡Que es el poeta! Emma, no

me has dicho que era tan guapo —me dicedándome un codazo.

Yo me río al ver la naturalidad con la que

Page 47: Besos entre líneas - ForuQ

Lys lo deja atontado.—Soy Eric. Encantado. Tú tampoco estás

nada mal. ¿Eres su amiga? —le sigue él eljuego.

Me parto de risa en mi interior al ver a Ericintentando ligar con mi hermana. Ya quisiera él.

—Mira qué mono. No, cariño, soy suhermana mayor. Y podría ser también la tuya.—Lys lo deja planchado y después se ríe—.Emma, voy a por las medicinas de papá.Espérame aquí, vuelvo en un minuto.

Maldigo a mi hermana por dejarme solacon él.

—¡Hola, papá! —lo saludo para dar laespalda a Eric.

Me agacho a su lado y le doy un beso en lamejilla. Él me mira y mueve sus manosemocionado.

—Sí, en nada nos vamos a casa —añadoantes de volver a incorporarme—. Conque tellamas Eric, ¿no?

—Sí —contesta él simplemente.—¿Trabajas aquí? Te he visto hablarle a mi

Page 48: Besos entre líneas - ForuQ

padre como si fuera tu paciente.—¡Estás loca! —contesta él de nuevo con

rapidez.—Y la hierba, ¿qué? ¿Para fines

terapéuticos? —añado irónica.—Quizás. ¿Me la devuelves? —me dice

Eric extendiendo su mano.—Quizás. ¿Tanto la necesitas?—¿Y a ti qué te importa? —contesta él

fríamente.Abro mi bolso y saco el libro que me ha

dado David.—Toma, a ti te hace más falta que a mí.—¡Oh! ¿Hace solo un día que nos

conocemos y ya te preocupas por mí? Quémona… —dice Eric cuando lee el título del libroy después me lo devuelve.

Eric se marcha por la misma puerta por laque aparece Lys unos segundos después,acompañada de una enfermera para que nosayude a llevarnos a papá.

—¿Conoce a un familiar de algún pacienteque se llame Eric? —le pregunto a la

Page 49: Besos entre líneas - ForuQ

enfermera.—No, yo no trato con todos los familiares.

Lo siento —me responde ella.Mi hermana y yo nos acercamos para

ayudarla a colocar a papá en su silla de ruedas.Entre las tres lo cogemos, lo levantamos delsillón y lo sentamos. En seguida empieza agritar.

—Papá, no pasa nada —le digo con unasonrisa.

Pero él sigue gritando.Lys se acerca y le da un abrazo. Mi padre

empieza a emitir sonidos y a mover sus manosde un lado para otro. Es lo que hace siempre, losmédicos dicen que no sabe controlar muy biensus extremidades superiores.

Lys y yo lo subimos al coche juntas.Primero abrimos la puerta y colocamos su sillamuy cerca de esta. Después pongo las manosdebajo de sus axilas y Lys lo sujeta por laspiernas. Juntas lo sentamos en el asiento deatrás y le ponemos el cinturón. Metemos la silla

Page 50: Besos entre líneas - ForuQ

en el maletero y me siento al lado de papácogiéndole de la mano.

—Volvemos a casa, papá —le digo condulzura.

Gracias al encuentro con Eric de estamañana, que Lys no ha tardado en contarle a mitía sin olvidar incluir lo guapo que es el chico, aAnne ya se le ha pasado el cabreo y hastaparece que se ha olvidado del tema.

Antes de arreglarme para salir a pasear hebañado a mi padre con ayuda de mi hermana.Es difícil y nunca podría hacerlo sola,normalmente me ayuda mi tía Anne o David.Pero esta vez que Lys ha venido, hemosaprovechado y lo hemos hecho juntas para queambos pudieran continuar trabajando.

Mi padre pesa bastante, pero a veces esmás difícil darle de comer que bañarlo. A él

Page 51: Besos entre líneas - ForuQ

parece que le gusta y que está deseando quellegue la hora del baño.

Yo siempre pienso que él me ayudó abañarme desde que tengo memoria hasta quepasó lo que pasó, así que le devuelvo el gestocon mucho gusto.

Después de bañarlo, vestirlo y sentarlo ensu silla, lo peinamos un poco.

—Vamos a salir, papá —le digo con unasonrisa.

Él me responde moviendo la cabeza.Seguro que entiende algo de lo que le digo. Oeso quiero creer.

Mi hermana empuja la silla de papámientras salimos de casa en dirección al centro.El sol, por suerte, ya está descendiendo y nohace tanto calor. Recorremos a pie laurbanización donde vivimos Anne y yo. A amboslados de la carretera hay casas unifamiliares conun aspecto muy similar, y un pequeño jardín enla entrada.

Atravesamos las pocas calles que alejan micasa del casco antiguo. Lo tengo todo

Page 52: Besos entre líneas - ForuQ

prácticamente a un paso: la biblioteca, el parque,las librerías, el instituto… Siempre he pensadoque vivo en la mejor zona del pueblo.

Al llegar al parque vemos el pequeño lagocon patos y algún que otro cisne. Justo enfrentede la entrada está la librería más grande delpueblo. La más grande y una de las pocas quehay aquí. Diviso ya las luces del escaparate.

—Papá, ¿quieres entrar en la librería? —pregunto agachándome a su lado para limpiarlela comisura de los labios con un pañuelo.

—Venga, vamos —contesta mi hermana.Abro la puerta y la sujeto para que mi

hermana entre con mi padre.En seguida todo el mundo se gira para

mirarnos. Odio cuando ocurre esto y,desgraciadamente, es demasiado a menudo.Todos quieren ver al hombre que tuvo elaccidente en el que murió su esposa y en el quese quedó paralítico. Nos miran solo por el morboy no lo puedo soportar.

Me gustaría que la gente tratara a mi padrecomo a una persona normal, porque es lo que

Page 53: Besos entre líneas - ForuQ

es. Está discapacitado, pero es una personacomo cualquier otra.

A diferencia de en la biblioteca, aquí huelea libro nuevo, no a papel antiguo. Es el mismoolor que tienen las páginas de mis libros. Porquesí, yo huelo los libros que me acabo de compraren cuanto llego a casa. Es una de mis muchasmanías lectoras.

Me acerco a la primera estantería y lehablo a mi padre sin parar.

—Mira, ¡qué bonita es esta edición! Ah,este otro ya lo he leído y no es para tanto comodicen. Quiero comprarlos todos, ¡son tanbonitos!

Mientras, mi hermana y mi padre mesiguen. Este último parece muy atento a todo loque le digo y enseño.

—Oh, ¿y este? No me lo esperaba. Es deSimone Elkeles, Paradise. Es una novelaincreíble y me identifico muchísimo con laprotagonista. —Se lo muestro a mi padremientras le doy vueltas, observando cada una desus particularidades con detenimiento.

Page 54: Besos entre líneas - ForuQ

—Vas a marear al libro y a papá, Em —comenta mi hermana riéndose.

—Me encanta olerlos, manosearlos y ver laedición con todo lujo de detalles. Déjalo, túnunca lo comprenderás —le digo con un gestode indignación bromeando.

—Vámonos, anda.Salimos de la librería y nos dirigimos al

parque. Sabemos que a papá le encantaban losanimales antes del accidente, así que seguro quedisfruta del paseo viendo patos, cisnes, pájaros,perros y gatos.

Una hora más tarde, llegamos a casa y mipadre parece realmente feliz.

El fin de semana transcurre sin nadanuevo. Mi hermana y yo decidimos llevar a mipadre de vuelta a la residencia porque ya se ha

Page 55: Besos entre líneas - ForuQ

hecho bastante tarde. Es domingo y mañanatenemos que madrugar.

—Yo os acompaño. ¿Quieres quedarte encasa, Em? Pareces agotada —dice Davidmientras nos montamos en el coche.

Después del fin de semana, solo tengofuerzas para negar con la cabeza y ponerme elcinturón de seguridad.

Para cuando llegamos, ya es de noche ycasi todas las luces están apagadas. Es solo lahora de cenar, pero los residentes suelenacostarse temprano.

—Emma, yo llevo a tu padre con Lys.Quédate aquí si quieres —me propone Davidcuando terminamos de bajar a papá del coche.

Yo cedo con una sonrisa y, antes de que sevayan, me despido de mi padre dándole unabrazo.

Mi hermana y David desaparecen por lapuerta y yo me quedo apoyada en el cochemirando la entrada de la residencia.

¿Es ese Eric?Sin duda. Su silueta y sus movimientos con

Page 56: Besos entre líneas - ForuQ

las manos al hablar son inconfundibles. Estáhablando con una enfermera y segundosdespués desaparece rápidamente por el caminoque han tomado Lys y David.

Ando hacia la residencia y subo lasescaleras. Tras cruzar la puerta de entrada,llamo a la enfermera con urgencia.

—¿Eric es el nuevo enfermero que cuida ami padre?

Me lo imagino ya con su bata blancahaciéndole pruebas.

—¿Eric? ¡Qué va! Realiza servicios enbeneficio de la comunidad.

Page 57: Besos entre líneas - ForuQ

DESCONCIERTO

Debería estar prohibido por ley madrugardespués de haber dormido tan pocas horas.Creo que es peligroso, pues mis ojos tienden acerrarse cada poco tiempo. Puedo ocasionar unaccidente si cruzo por un paso de peatones conel semáforo en rojo, o si me caigo de repente alsuelo en medio de la calle al quedarme dormida.

Es demasiado temprano para quejarmeporque no quiero empezar el instituto de nuevo,encima un viernes.

Page 58: Besos entre líneas - ForuQ
Page 59: Besos entre líneas - ForuQ

Guardo el móvil cuando faltan pocosmetros para llegar al instituto. Es un edificio nomuy grande, pero que tiene un toque vintagecon su fachada grisácea y sus ventanas demadera oscura. Me anima pensar que este es elúltimo año que piso ese suelo, que recorro esospasillos, y que mi tortura estudiando asignaturasque no me interesan lo más mínimo se acabarádentro de no mucho.

Vaya, la primera persona con la que meencuentro el día que comienzan las clases tieneque ser Ingrid. Como es habitual en ella,casualmente no repara en mi presencia y ni memira. Mejor para mí.

Continúo por el camino que lleva al edificioprincipal del instituto. Voy mirando al suelo, porlo que no veo al grupo de chicos que me

Page 60: Besos entre líneas - ForuQ

bloquean el paso hasta que casi tropiezo conellos.

Genial comienzo de curso.—¿Me dejáis pasar? —les pido

amablemente.—Ey, qué camiseta tan bonita —me dice

uno de ellos de forma sarcástica.Pues sí, tiene razón, es preciosa. Lo que

dice es muy cierto: Books are man’s bestfriends.

—Gracias —le digo yo también ironizando.Él y sus compañeros, todos unos diez

centímetros más altos que yo, empiezan a reírse.Parece mentira que hasta en el último año deinstituto sigan metiéndose con mis atuendosfrikis, con los libros que leo y, lo peor, con lo queescribo en mi blog.

El grupo se hace a un lado para dejar pasara una profesora y yo aprovecho para colarmepor el hueco, no sin antes murmurar:

—A ver si maduráis de una vez.Aliviada, a lo lejos veo a Clara, que me

está esperando sentada en un banco a la sombra

Page 61: Besos entre líneas - ForuQ

de los árboles que rodean el instituto.—¡Hola! —la saludo contenta.—¡Ey, hola! ¿Qué tal el verano? —me

pregunta.Clara es la compañera de clase con la que

siempre me he llevado mejor. Compartimospupitre desde hace cuatro años y es una chicaestupenda. No tenemos muchas cosas en comúny nunca quedamos fuera del instituto, pero laconsidero una amiga.

Aunque en realidad mis mejores amigasson Sandra y Esther. Ambas viven en un pueblocercano. Entre semana solo podemos hablar porSkype o WhatsApp, pero muchos fines desemana quedamos en mi pueblo para salir porahí un rato o simplemente para hablar y dormirjuntas en mi casa.

Estoy a punto de contestar a Clara cuandoveo a Eric hablando con alguien unos metrosmás allá. No puede ser. Aquí también, no. Claro,tendría que haberlo pensado antes, pues en elpueblo solo hay un centro de secundaria. Pero

Page 62: Besos entre líneas - ForuQ

creía que él era mayor que yo y que ya habríaterminado el instituto.

Clara se da cuenta de que estoy mirando aEric y me dice dándome un codazo suave en lascostillas:

—¿A que es muy mono?—Sí, la verdad es que parece haber salido

de un circo —le respondo aburrida.—¿Es que lo conoces? —me pregunta con

sorpresa.—Por desgracia, sí. Ya te advierto que

anda en cosas ilegales, ya sabes… —Acontinuación hago como si estuviera fumando.

—¿En serio? Ahora todo encaja. He oídoque lo expulsaron de su antiguo instituto enMadrid y que su reputación no es muy buena.Se ha mudado aquí hace poco —me explicaClara.

No me extraña que sepa tanto de él,siempre se entera la primera de todos loscotilleos.

—A pesar de todo, está como un tren.Tienes que admitirlo, Em —me dice Clara

Page 63: Besos entre líneas - ForuQ

cruzándose de brazos y dirigiéndome una miradainquisitiva.

No pienso admitir algo así, aunque solo meestoy engañando a mí misma.

—No me he fijado —le contesto demanera poco convincente.

Clara me mira con ojos llenos deincredulidad. Ella sí que es guapa. Hace poco setiñó su pelo rizado natural de un tono rojizo quele queda estupendo. Es alta y esbelta, y siempreviste a la última. Le encanta el mundo de lamoda y es algo que se nota.

—Oye, ¿vendrás a la fiesta? —mepregunta Clara.

—Claro, he invitado a mis amigas Esther ySandra. Espero que no les importe a losorganizadores por no ser de este instituto…

—Qué va, si solo es una excusa para haceruna fiesta. Puede asistir quien quiera —meexplica.

Vuelvo la vista al frente y contemplo a lolejos el cielo azul de septiembre. Las hojas delos árboles se mueven por la suave brisa, al igual

Page 64: Besos entre líneas - ForuQ

que el césped que aplastan mis zapatillas. Todoes demasiado bonito… hasta que lo veo delantede mí a escasos centímetros.

Lleva gafas de sol negras y, para completarsu atuendo, una media sonrisa pícara.

—Hola, soy Eric —se presenta a Clara.Yo sigo sentada mientras Clara se levanta

del banco y se acerca a él para darle dos besos.—Hola, Emma. Parece que me sigues a

todas partes —dice Eric mientras me plantaotros dos besos a mí.

—¿Irás a la fiesta de esta noche? —lepregunta Clara a Eric mientras se enrollacoqueta un mechón de su pelo rojo en los dedos.

—Por supuesto, soy el alma de las fiestas.Además, estoy deseando conoceros a todos, y sihay chicas tan guapas como tú, todavía mejor —le responde Eric.

Page 65: Besos entre líneas - ForuQ

Las paredes siguen estando igual dedeslucidas y las taquillas igual de pintarrajeadas.Huele a desinfectante, como todas las mañanas.

Irónicamente, mi primera clase del año esLiteratura Universal. Cualquiera que meconozca creerá que me encanta esta clase.Pues sí, me encanta. Lo que no me gusta nadaes la profesora que impartía la clase el añopasado, y, por desgracia, también lo hace estecurso.

Mientras Clara está medio durmiéndoseencima del pupitre, yo estoy más despierta yatenta que en ninguna otra asignatura. Y notanto porque el tema que estamos dando enclase sea muy interesante, sino porque misnervios se están crispando por momentosconforme la profesora Elisa sigue hablando.

—… esto sí que es una novela de verdad ylo que los jóvenes deberían leer. No como loslibros juveniles que ahora mismo están poblandolas librerías, llenos de historias sin sentido,hechos solo para entretener y sin ningún tipo devalores. Es simple basura…

Page 66: Besos entre líneas - ForuQ

Clara pone una mano encima de mi brazo yvuelvo la cabeza para mirarla.

—Tía, tranquilízate un poco o vas aempezar a echar humo por las orejas.

—No puedo —es lo único que puedocontestarle si no quiero empezar a gritar.

—… así que os recomiendo que os alejéisde esa clase de libros y empecéis a leer buenosclásicos como…

No puedo aguantar más y levanto la mano.—¿Sí, Emma? —me dice la profesora

entre molesta por la interrupción y complacida alsaber que alguien de la clase le ha estadoprestando atención.

Intento relajarme antes de hablar o nopodré poner un filtro a mis palabras para que nome expulsen de clase.

—Siento discrepar de lo que está diciendo.La literatura juvenil está infravalorada y lo veoinjusto, pues es tan rica y valiosa como cualquierotra.

—Yo he leído tanto libros clásicos comojuveniles, y le aseguro que me duermo con

Page 67: Besos entre líneas - ForuQ

ambos —suelta uno de los chicos que he vistoantes con Eric.

La clase entera parece despertarse degolpe de su duermevela y comienza a troncharsede risa.

—Hay muchos escritores de literaturajuvenil que son fantásticos —dice Ericsorprendiéndome.

Los amigos de Eric empiezan a reírse. Veoque Clara está inclinada hacia abajo como siestuviera avergonzada de su compañera depupitre. Entre su cabeza y la de otra chica veo aEric, sentado como si estuviera en la barra de unbar en vez de en clase. Me sorprende que hayadicho eso, pero no sé si habla en serio. Tiene lamirada divertida y me la sostiene comoincitándome a que continúe hablando.

—Exacto, y sus obras tienen un grancontenido literario —continúo yo pasándole lapelota todavía sin quitarle ojo.

Él me sonríe y dice:—Claro, pero también hay libros juveniles

que no valen la pena… —Levanta una ceja

Page 68: Besos entre líneas - ForuQ

invitándome a contratacar.Sus amigos vuelven a reírle la gracia. ¿Se

está burlando de mí?—¡Pero eso no quiere decir que la

literatura juvenil sea basura! Sucede lo mismocon todos los géneros y no se puede generalizar—le contesto indignada.

Cuando termino de hablar, miro a mialrededor y veo cómo varios compañeros estáncuchicheando entre sí mirando en mi dirección.Les sorprende tanto como a mí que le hayallevado la contraria a la profesora, aunque alfinal esto parece un debate personal con Eric.

Decido continuar con mi discurso.—Yo leo libros clásicos y me encantan.

Algunos son un peñazo, hay que admitirlo, peroeso no significa que sean malos, al igual quealgunos libros juveniles. Aunque no por esodesprecio a todo un género. —Cojo aire ycontinúo soltando todo lo que se me pasa por lacabeza—. Son libros que se han escrito hacemuchos años y que tienen una gran influenciahoy, y la han tenido a lo largo de la historia de la

Page 69: Besos entre líneas - ForuQ

literatura, pero un libro no vale más que otro,además de que cada uno tiene su opinión y susgustos. Nadie tiene derecho a juzgarte por loque lees.

—Emma, no digas bobadas —me contestaal fin Elisa—. La literatura juvenil es para niños.Creo que ya tienes una edad para dejar de leeresas tonterías y centrarte en libros de verdad.

Oigo varias risitas detrás de mí. Cierro lospuños por debajo de la mesa y me muerdo lalengua para no soltarle yo un par de verdades.

Cuando voy a empezar a hablar, suena eltimbre que indica el final de la clase.

Salvada por la campana.Recojo mis cosas rápidamente y, sin mirar

a nadie, salgo por la puerta del aula muycabreada. Alguien me agarra del hombro y aldarme la vuelta veo cómo Eric se dirige a mioído y me susurra:

—Esa profesora no sabe de lo que habla.

Page 70: Besos entre líneas - ForuQ

Abro la puerta de casa y en el umbralencuentro a Sandra y Esther, que han venido enel último autobús desde su pueblo.

—¡Hola! —me saluda con un efusivoabrazo Esther.

Ella es así de cariñosa, impulsiva ytransparente con sus sentimientos. También esalgo nerviosa e hiperactiva. Esther es bajita ytiene el pelo castaño y corto. Sus ojos pardos mesonríen con alegría, tanta como la que siento yoal volver a verlas.

—Hola, chicas. ¡Qué bien que estéis aquí!—las saludo realmente contenta.

—Hola, guapa. Este verano casi no noshemos podido ver en persona, te he echado demenos —dice Sandra triste mientras me abraza.

Pocas veces he visto esa expresión en sucara, pues es una chica muy risueña. Sandra esla más alta de las tres, tiene el pelo rubio y unmechón azul.

Page 71: Besos entre líneas - ForuQ

Subimos a mi habitación para terminar dearreglarnos y dejar los macutos de las chicas.

Mi cuarto es mi escondite preferido. Mecostó acostumbrarme cuando me mudé de casade mis padres a la de mi tía, pero ahora nocambiaría nada de él. La pared de la izquierdaestá prácticamente forrada de pósteres depelículas que están basadas en libros y debajoestá mi cama. Justo enfrente de la puerta hay ungran ventanal con vistas al cerezo que hay en eljardín de la entrada, y por él se vislumbran unascuantas casas de la acera de enfrente. Debajode la ventana está mi escritorio, repleto de libros,al igual que las estanterías que están colocadasen la pared derecha. Tengo muchos, pero nuncaserán suficientes.

Las tres nos damos unos cuantos retoquesfinales frente al espejo y nos dirigimos hacia lafiesta, que será en el propio instituto, en elgimnasio.

Esther lleva un sencillo vestido negro queresalta mucho su figura. Sandra, en cambio,lleva un pantalón granate y una camisa blanca.

Page 72: Besos entre líneas - ForuQ

Yo he optado por una falda gris por encima delas rodillas y una camiseta negra con adornosplateados.

Caminamos por las calles de mi pueblo, queapenas están iluminadas por las farolas queemiten haces de luz amarillenta. Es septiembre,pero todavía permanece el calor del día a estahora de la noche.

—Emma, tengo que contarte una cosaantes de que lleguemos a la fiesta —dice derepente Sandra.

—Es verdad, díselo ya —la anima Esther.Las tres nos paramos en medio de la

acera.No me preocupo demasiado por lo que

tengan que decirme, pues las dos estánsonrientes.

—¿Qué pasa? ¿Qué te tengo dicho de quenos cuentes las cosas a la vez y no siempre aEsther primero? —le digo a Sandra cruzándomede brazos y echando a andar rápido como siestuviera enfadada de verdad.

—Os lo iba a contar hoy a las dos, pero

Page 73: Besos entre líneas - ForuQ

Esther lo descubrió sin querer —me explicaSandra.

—Claro, qué casualidad… —Me detengo yme doy la vuelta para mirarlas con la mejor carade cabreada que me sale, sin estarlo realmente.

—Sandra tiene novia —suelta de repenteEsther.

—¡Estheeeer! —Sandra se vuelve haciaella riñéndola por habérsele adelantado.

Ya había notado que a Sandra siempre leatraían más las protagonistas femeninas que losmasculinos. Pero desde que la conozco, nuncaha tenido pareja.

—¡Qué buena noticia!—No te parece… ¿raro?Sé perfectamente a lo que se refiere

Sandra con esa pregunta, pero conmigo es algoque sobra preguntar.

—Pues sí, la verdad es que me parecíararo que una chica como tú no tuviera parejatodavía —le digo.

De repente me agarra con un brazo y conel otro atrae a Esther.

Page 74: Besos entre líneas - ForuQ

—Sois las mejores, chicas —nos diceSandra mientras nos abraza muy fuerte.

Continuamos nuestro camino ansiosas porllegar. Ya se ve el instituto iluminado por lasluces del aparcamiento, que está bastanteconcurrido. La música se escucha desde nuestraposición.

—Tienes que presentarnos a tu noviapronto —le comento a Sandra.

Las dos se quedan calladas.—Mmm…, yo ya la conozco —me dice

con miedo Esther.—¡Pero no te enfades! —me advierte

rápidamente Sandra.—Así es cómo te enteraste, ¿verdad? —

me dirijo a Esther—. Te las encontraste por lacalle.

—Sí, así es. ¿Cómo lo has sabido? —mepregunta Sandra.

—Es lo que tiene leer novelas de AgathaChristie y las aventuras de Sherlock Holmes —les digo.

Las tres nos echamos a reír y por fin

Page 75: Besos entre líneas - ForuQ

llegamos a la fiesta.

Sandra, Esther y yo llevamos poco más deuna hora saludando a gente, bebiendo cerveza yriéndonos sin parar. La estancia está caldeadade más por todas las personas que hay aquídentro. Han colocado mesas en las que hayaperitivos y refrescos. Como todos los años, noslas apañamos para amañar las bebidas y beberalcohol a escondidas —aunque algunos ya sonmayores de edad.

Veo a Clara bebiendo con algunas chicasde nuestra clase y me acerco a saludarlas. Dejoa Sandra y a Esther que están bailandoexageradamente una canción que tiene yaalgunos años.

—Ey, ¡por fin te encuentro! —me diceClara cuando me ve.

Page 76: Besos entre líneas - ForuQ

Clara está guapísima y atrae la mirada detodos los chicos.

—Hola, ¿qué tal vais? —le pregunto algrupo en general.

—Bueno, ya se me ha subido un poco lacerveza a la cabeza, pero bien. —Las chicas yyo nos reímos.

—Entonces parece que estamos igual —ledigo a Clara guiñándole un ojo.

Lo cierto es que hacía tiempo que no salíade fiesta y eso me ha pasado factura.

De repente vienen corriendo Sandra yEsther. Esta última me abraza y me grita:

—Por favor, tenemos que pedir que ponganI gotta feeling, de The Black Eyed Peas.

Es una canción muy importante paranosotras, la pusieron una noche que lo pasamosgenial.

Sandra y Esther se dan cuenta de que noestamos solas y saludan a Clara, a la que yaconocen de unas cuantas veces.

—Pues id a pedirle la canción al DJ —nosanima Clara, que me pone una sonrisa cómplice

Page 77: Besos entre líneas - ForuQ

con la que no sé qué quiere decirme.—Venga, vamos. Aunque seguro que no la

tienen, es muy vieja ya —bromeo.Tenemos que pasar entre medias de un

montón de chicos y chicas sudorosos que noparan de bailar, reír y beber. Esther va encabeza abriéndose paso dando manotazosmientras baila porque han puesto otra canciónque le encanta. Sandra y yo vamos detrás y nosparamos casi enfrente de la mesa de mezclaspara hacernos una foto con el móvil sin parar dereír. Tenía ganas de pasar una noche asídespués de un verano tan aburrido.

Cuando bajo mi móvil, que tenía levantadopara hacer la foto, lo veo. Eric es el DJ estanoche. Está concentrado en el ordenadorportátil. Lleva el pelo totalmente despeinado,coronado por unos auriculares, y mueve lacabeza al ritmo de la música.

Ahora entiendo por qué Clara me hamirado de esa forma antes. Sabe que Eric no essanto de mi devoción.

—Sandra, id vosotras a pedir la canción.

Page 78: Besos entre líneas - ForuQ

Yo… yo he visto a alguien y quiero ir a saludar—se me ocurre de repente para no acercarme aEric.

Por suerte él todavía no me ha visto.—¡Vamos, Emma y Sandra! —nos grita

Esther desde la mesa donde está Eric.Al escuchar mi nombre, Eric sube la

mirada y se encuentra con la mía.Mierda.—Vale, ahora nos vemos —me dice

Sandra yendo a reunirse con Esther.No sé qué hacer y busco con la mirada a

alguien conocido para ir a hablar con él, perosolo veo a gente de otros cursos. Cuando vuelvola mirada a mis amigas, veo cómo se estándirigiendo de nuevo hacia mí.

Menos mal, al final me he librado deacercarme a Eric…

—Dice que tienes que ir tú a pedirle lacanción o si no, no la pone —me suelta Esther.

—¿Lo conoces? ¡Es guapo! —me diceSandra guiñándome un ojo.

Miro hacia donde está él y veo que me está

Page 79: Besos entre líneas - ForuQ

mirando con una sonrisa burlona.—¡Venga! ¿A qué esperas? —me insiste

Esther.—Es él, Eric —les cuento al fin a Esther y

a Sandra.—¿El de la hierba? —me pregunta Sandra

con la boca abierta.—Mencionaste que era mono, ¡pero no que

estaba para mojar pan y repetir! —suelta Esthercomiéndose a Eric con la mirada.

—¿Verdad? Y porque no habéis visto susojos de cerca.

¿Pero qué estoy diciendo? Definitivamentese me ha subido demasiado la cerveza.

—Uhhh, ¡que Em se está pillando! —diceSandra mientras Esther y ella ríen como locas.

No puedo evitarlo y me echo a reír yotambién. No sé si será el alcohol o qué, pero mesiento decidida y me encamino, con el paso másfirme que puedo con el mareo que llevo, hacia lamesa de mezclas. Eric ensancha su sonrisaconforme me ve acercarme.

Sale de detrás de la mesa y se arrima a mí,

Page 80: Besos entre líneas - ForuQ

tanto que puedo oler su perfume. Apoya unamano al lado del ordenador y me mira. Nopuedo ver bien sus ojos, no puede abrirlos deltodo a causa de la borrachera.

—¿Puedes poner la canción que te hapedido mi amiga? —le digo tratando demostrarme tranquila.

—¿Cómo se piden las cosas?—Con la boca —le suelto sin pensar.—Qué graciosilla… —Eric lleva su dedo

índice a mi labio inferior y lo acariciasuavemente—. ¿Con esta boca de aquí?

Noto cómo se me encienden las mejillas.—Por favor… —digo con apenas un hilo

de voz.Ya no puede acercarse más, es imposible.

Me coge de la muñeca, y me quedo encerradaentre su brazo y la mesa.

—¿Y qué me das a cambio? —mepregunta.

Observo cómo se relame sus labiosgruesos con detenimiento. En realidad no sé por

Page 81: Besos entre líneas - ForuQ

qué estoy soportando todo esto, pero lo cierto esque me estoy divirtiendo.

Me decido a salir de su trampaempujándole con suavidad, pero él no se muevede su sitio. Agarro con la mano que me quedalibre la suya para separarla de la mía.

—Ya quisieras conseguir algo a cambio…—le digo cuando por fin consigo soltarme.

Al hacerlo, noto cómo una cadena plateadase desliza hasta el suelo. Me agacho pararecogerla y la observo. Es una pulsera de platade la que cuelga una mariposa pequeña con lasalas abiertas.

—¿Es tuya? Es bonita, pero… ¿no creesque no es de tu estilo? —le digo riendo mientrassostengo la pulsera a la altura de mis ojos.

Cuando por fin lo miro, veo cómo suexpresión cambia de concentrada amalhumorada en un segundo. Cuando me mira,sus ojos irradian dolor.

—Devuélvemela.Le tiendo la pulsera y Eric intenta cogerla

sin éxito, pues antes la vuelvo a apartar de su

Page 82: Besos entre líneas - ForuQ

alcance escondiéndola a mi espalda.—Muy graciosa.—No tanto como tú cuando me pusiste la

hierba en el bolsillo.—Todavía estoy esperando a que me la

devuelvas.—Deberías agradecer que no lo haga. —

Ahora soy yo la que me acerco más a él parasusurrarle al oído, apoyando una mano en lamesa de mezclas y otra en su hombro parapoder sostenerme de puntillas—. Ya sé queestás en la residencia de mi padre porque tecondenaron a trabajos comunitarios.

¿Eso ha sonado más fuerte que un susurroo me lo ha parecido a mí? Veo cómo Eric seaparta rápidamente de mí y apaga el micrófonodel DJ, que debo de haber encendido sin quereral apoyarme.

Miro a mi alrededor y veo que todos nosestán observando.

Me doy la vuelta y, sin girarme de nuevohacia Eric, me encamino hacia donde meesperan boquiabiertas mis amigas. Volvemos a

Page 83: Besos entre líneas - ForuQ

nadar entre la marea de adolescentes quequedan en la fiesta, pero esta vez todoscuchichean por lo que acaban de escuchar.

—¿Qué ha pasado para que le dijeras eso?—me pregunta Sandra cuando salimos delgimnasio y cruzamos el aparcamiento.

—Vámonos de aquí, por favor.—¡Ey! ¿Y la canción? ¿La ha puesto y no

me he enterado? —pregunta Esther, que se notaque está bastante más borracha que nosotras yno se ha enterado mucho de lo que ha sucedido.

—No creo que la ponga nunca —lecontesto pasándole un brazo por los hombros.

Sin embargo, cuando ya estamos a puntode salir del recinto del instituto, comienza asonar la melodía con la que empieza la canciónque hemos pedido.

Page 84: Besos entre líneas - ForuQ

SEGUNDA PARTE

Page 85: Besos entre líneas - ForuQ

UNOS CUANTOS MESES DESPUÉS

Ayer fue un domingo más. Me senté en el salónjunto a mi padre y le conté todo lo que habíahecho durante esa semana. Él me escuchó ycon sus manos hizo como si quisiese que leleyese un libro, señalando a la estantería quetenemos en el piso de abajo. Decidí empezar aleerle Harry Potter y la piedra filosofal.

Gracias a él, Harry Potter siempre será lasaga de mi infancia. Los libros eran suyos yestán en casa desde que tengo memoria. Sé queeran también unos de sus favoritos.

Cuando el domingo dejé a papá en laresidencia tampoco vi a Eric. Han pasado yavarios meses desde que desapareció de la faz dela Tierra. No va a clase, no está en la residencia

Page 86: Besos entre líneas - ForuQ

cuando voy a recoger a mi padre, y nadie lo havisto por el pueblo.

Estoy segura de que se ha marchado deaquí, pero… ¿será porque todo el mundo sabepor mi culpa lo de su trabajo comunitario? Fuesin querer… ¿Y si lo han metido en la cárcel poralgo?

—Emma, can you answer the question?—La profesora de inglés me saca de mispensamientos y me hace volver a la realidad.

Todos mis compañeros se han girado paramirarme.

—Can you repeat it, please?Ups. No sé de qué habla, pero creo que he

salido bien del apuro.—Forget about it… —Suspira y continúa

hablando—. So, on April 12th we’ll have thefinal exam…

Menos de veinte días para el examen finaly ya estoy nerviosa.

—Una cosita antes de que os marchéis —dice la profesora cambiando de idioma justocuando suena el timbre—. ¿Alguien podría

Page 87: Besos entre líneas - ForuQ

decirle a Eric que si no se presenta a esteexamen irá directamente a septiembre?

Un silencio sepulcral se instala en el aula y,de pronto, mis compañeros empiezan acuchichear. Yo me mantengo con la cabezagacha y a la espera de que alguien responda.

Nadie dice nada porque nadie sabe dóndeestá Eric.

—Yo creo que está en la cárcel. Seguroque mató a alguien en la residencia esa —diceuna chica que está delante de mí.

La profesora se da por vencida y nos diceque podemos marcharnos a casa. Yo me levantorápidamente y salgo de clase intentando olvidara Eric.

Qué hambre tengo, en cuanto llegue a casavoy a zamparme hasta el plato. Y si mi tía Anneno se dedica a pegar gritos por teléfono, quizásincluso podré estudiar un rato.

Nada más abrir la puerta, algo salta a misbrazos. Los alargo instintivamente y cojo a Zoe,que me empieza a lamer la cara mientras río.

—¡Hola, bonita! —le digo mientras la

Page 88: Besos entre líneas - ForuQ

abrazo.Zoe me contesta con lloriqueos de felicidad

y más lametones. Siempre que llego a casa merecibe de esta forma. Nos echamos de menosen cuanto estamos separadas.

Dejo a Zoe en el suelo y me dirijo a lacocina. Allí están tía Anne y David esperando aque llegue para empezar a comer.

—Mira qué ha llegado para ti… —merecibe David, tendiéndome un paquete.

David tiene una sonrisa muy bonita y laenseña a menudo. Tiene un encanto natural quees lo que hizo que Anne cayera rendida a suspies. También ayuda su suave pelo rubio y susojos verdes.

—¿Qué será? —dice mi tía sonriendo.Anne no se queda corta con su belleza.

Tiene el pelo precioso, de color naranja oscuronatural, y unos grandes ojos marrones, como losmíos y los de mamá.

Alcanzo rápidamente el paquete dándolelas gracias a David.

—¡Qué emoción! —grito sin poder evitarlo

Page 89: Besos entre líneas - ForuQ

—. La semana pasada una editorial se puso encontacto conmigo para pedirme la dirección decasa. Querían mandarme este libro para que lolea y lo reseñe en mi blog. ¡Es muy fuerte!

Tengo que estar un rato peleándome con elpaquete hasta que por fin lo consigo abrir. Sacode su interior el libro Prohibido de TabithaSuzuma.

Es más gordo de lo que esperaba y en suportada reza que es una edición en pruebas,razón por la que no tiene solapas y su versión noes la definitiva.

Leo su contraportada mientras como juntoa mi tía y David, y me quedo con ganas de sabermás. Por lo visto, este libro ha sido censurado envarios países porque trata de dos hermanos quese enamoran.

—Emma, un día vas a asfixiarte entretantos libros en tu cuarto —me dice Davidmientras coge el ejemplar para echarle un ojo.

—Ya le he dicho que deberíamos bajaralgunos a la estantería del salón, ¡pero noquiere! —dice mi tía.

Page 90: Besos entre líneas - ForuQ

—Es que mis estanterías se ven muybonitas como están. No me molesta en absolutotener tantos, al contrario —contestodefendiéndome—. Me encanta ver los estantesllenos.

—Antes estaban bien, Em, pero ahora quetienes tantos libros, tu cuarto va a empezar aoler y todo… —contesta mi tía.

¡Pero si el olor a libros es el que más megusta del mundo mundial! Aunque estas cosasno se las puedo decir a Anne, nunca mecomprende…

Cuando termino de comer, subo a mi cuartoy me encierro a estudiar un rato. Ya quedamenos para la selectividad y tengo que estarpreparada.

Pongo un CD de los Beatles para no tenerque escuchar los ruidos que provienen del pisode abajo, y me estiro en la cama junto a Zoe ymi libro de Filosofía.

Un par de horas y seré libre.

Page 91: Besos entre líneas - ForuQ

Llevo ya un rato leyendo en mi rinconcitode la biblioteca. En un principio, Prohibido nome engancha tanto como esperaba, pero cuandollevo cien páginas y son más de las siete,empiezo a sentir una necesidad imperiosa desaber qué más pasará, por qué es tan difícil deexplicar lo que les sucede y lo que sienten lospersonajes.

Levanto la vista cuando oigo unos pasos.Mis ojos se abren como platos cuando veo lacabeza de Eric sobresalir por encima de unmontón de libros que lleva en los brazos. Pasade largo por la puerta de la sala en la que estoy,y automáticamente me incorporo para seguirlohasta donde sé que se encamina: la sección depoesía.

Así es, ahí está, sentado en una de lasmesas.

—Hola, Eric. Cuánto tiempo… —digoacercándome tímidamente.

Page 92: Besos entre líneas - ForuQ

—Ey, ¡hola! Sí, desde la fiesta.Ay, ¿debería disculparme por lo que pasó?

No sé qué decir.Me fijo en que sus ojos están marcados por

unas ojeras profundas y no me mira de lamanera en la que solía hacerlo antes. Parecemás vulnerable.

—¿Te importa que me siente? Me gustaríahablar contigo.

—Adelante —me responde él haciendo aun lado los libros de texto.

—Quería pedirte disculpas por haber hechoque todo el mundo se entere de que hacíastrabajo comunitario.

Él alza las cejas y después se recuestasobre la silla resoplando con aire cansado.

—No dijiste nada que no fuera cierto.Disculpas aceptadas. Ahora, si no te importa,tengo que estudiar.

—Lo siento de verdad, Eric.—Lo sé, Emma. Tranquila, es agua pasada

—me contesta volviendo a suspirar.—¿Estás bien? —le pregunto preocupada.

Page 93: Besos entre líneas - ForuQ

—Siempre estoy bien, ¿no lo ves? —medice señalando su cuerpo y poniendo una sonrisapícara que esta vez no le sale nada creíble.

Ahora soy yo la que suspira.—Ya lo pillo, ya me voy.Antes de darme la vuelta, me doy cuenta

de que sigue llevando la pulsera por la que sedesencadenó todo la última vez que nos vimos.

Después miro sus ojos, que estánapagados. Algo ha pasado durante estos meses,pues lo veo totalmente consumido. No sé si serápor lo que se comenta por ahí: las drogas, lacárcel, o qué, pero algo le pasa a Eric.

Estoy encerrada en mi habitaciónpreparando la reseña de Prohibido para miblog. Me he puesto a leer después de cenar y alterminar el libro he sentido que tenía que hacerlacuanto antes para no olvidar ningún detalle.

Page 94: Besos entre líneas - ForuQ

¡Qué final! No puedo dejar de pensar en él. Esuna novela que me ha calado mucho más hondode lo que creía.

Me encanta poder dar mi opinión sobretodos los libros que leo en mi blog. Tanto si nome han gustado como si me han encantado, esuna liberación poder contarlo al mundo —o másbien a todo el que quiera leerlo.

Si ocurre lo primero, me desahogo muyindignada diciendo todo lo que podría habersehecho mejor, todo lo que me ha parecido malleer o mi decepción si la novela me hadefraudado.

Por el contrario, si el libro me encanta,estoy impaciente por recomendarlo; porcomentar con otros lectores de mi blog que lohan leído lo fantástico que es; por alabar cadauna de sus páginas y, quizás, añadirlo a mi listade favoritos.

Mi reseña ya lleva más de treinta visitas yestoy emocionada por haber recibido trescomentarios.

—¿Emma? —La voz de mi tía me saca de

Page 95: Besos entre líneas - ForuQ

mi ensimismamiento.Me quito los auriculares y giro la cabeza

para mirar hacia la puerta de mi habitación. Mitía, ataviada con uno de sus peores pijamas —con perros de colorines y formas psicodélicas—,está con los brazos cruzados sobre el estómagomirándome con cara de pocos amigos.

—¿Qué haces despierta?—¡Eso mismo te pregunto yo a ti! ¿Se

puede saber qué estás haciendo a estas horas?—Estaba haciendo una reseña y no me he

dado cuenta de… —comienzo a explicarmecuando ella me interrumpe.

—¡Son las cuatro de la mañana y en treshoras tienes que despertarte para ir a clase! Nome parece normal que estés de madrugada conel ordenador y los libros. Esto empieza aconvertirse en una obsesión —me grita furiosamientras entra en la habitación y agarra miportátil después de cerrarlo.

—¡Déjame! ¡Déjalo! Ya me voy a dormir—le digo intentando que no se lleve elordenador.

Page 96: Besos entre líneas - ForuQ

—Jovencita, ya hablaremos de estecomportamiento. Me llevo el portátil y no haymás que hablar. Y ahora, a dormir —me dicemientras apaga la luz y cierra con un portazo.

Odio que siempre me diga que estoyobsesionada. ¡Y encima me quita el ordenador!¡Ni que tuviera cinco años!

Alcanzo mi móvil a tientas y me meto en lacama. Quiero contarles a Esther y a Sandra loque acaba de pasar aunque hasta por la mañanano vean mis mensajes. Pero cuando desbloqueola pantalla, descubro que tengo un wasap de unnúmero que no tengo registrado.

Abro la conversación y mi corazón da unvuelco cuando leo:

Page 97: Besos entre líneas - ForuQ

¿Eric? ¿Cómo ha conseguido mi número?

Page 98: Besos entre líneas - ForuQ

RECUERDOS AMARGOS

Me estoy quedando dormida en clase. Ahoraestoy pagando por lo de anoche: sin ordenadorhasta esta tarde y agotada por casi no haberdescansado.

No soy la única somnolienta aquí: Ericcontinúa luciendo mala cara y parece ausente.Sí, ha vuelto a clase además de a la biblioteca.Pasa de mí, como si nunca nos hubiéramosconocido, pero me da la impresión de que nisiquiera se ha percatado de mi existenciaestando a tan solo unos metros de él.

Me acuerdo de que anoche me escribió ydecido contestarle:

Page 99: Besos entre líneas - ForuQ

Oigo desde aquí cómo vibra el móvil deEric y él ni se percata.

Su comportamiento durante el día de hoyestá siendo todavía más extraño. No ha habladocon sus amigos, no lo he visto por ningún sitio enel recreo y en cuanto suena el timbre deldescanso entre clase y clase, sale disparado porla puerta como si tuviera prisa por desaparecer.

—Clara —le susurro a mi compañera depupitre.

Me mira con ojos interrogativos, pero nocambia su pose aburrida.

—¿Tú sabes lo que le pasa a Eric? Actúamuy raro. ¿No crees?

De vez en cuando vigilo que el profesorsiga de espaldas escribiendo números en lapizarra.

Page 100: Besos entre líneas - ForuQ

La expresión de Clara cambia en seguida.Cómo le gustan los cotilleos a esta chica…

—Pues se comenta por ahí que Ericempezó tonteando con hierba y que ahora estáenganchado. Pero enganchado, enganchado. Yame entiendes.

—¿Quién te lo ha dicho? —le preguntoverdaderamente preocupada por lo que me estácontando.

—Son solo rumores, pero… tú misma tehas dado cuenta de que hay algo raro y ya hasvisto su mal aspecto —me dice muyconvencida.

Miro de nuevo hacia Eric. Se le cierran losojos enmarcados por unas ojeras que podríaenvidiar cualquier oso panda. Lleva el pelodespeinado y el mismo atuendo que ayer.

Page 101: Besos entre líneas - ForuQ

Me meto en mi blog y empiezo a leer loscomentarios. Algunos me dan las graciasporque, por una reseña mía, leyeron un libro yles encantó. O porque por mis recomendacioneshan descubierto un género que nunca habríansabido que les interesaría. Son palabras que paramí se transforman en ilusión, alegría y apoyo.

Yo simplemente doy mi opinión sobre mislecturas. No hago nada más. Pero me alegrasaber que ayudo a la gente a poder adentrarseen nuevas aventuras literarias y a disfrutar comoyo de leer.

Algunos me apoyan porque piensan lomismo sobre el libro, pero también es divertidodebatir con otros que piensan lo contrario. Estan increíble que una misma historia signifiquetanto para una persona y que para otra sea unbodrio…

Por eso siempre digo que la calidad de unlibro depende del lector y que ninguna opinión esla determinante. Nadie tiene la capacidad ni lapotestad de etiquetar a un libro de bueno o malo.

Cojo mi mochila, me arreglo el pelo frente

Page 102: Besos entre líneas - ForuQ

al espejo de la entrada y me dirijo hacia labiblioteca.

Cuando llego, subo las escaleras hasta lasegunda planta y ahogo un grito cuando oigo elsilbido del sinsajo. Me han llegado nuevoswasaps. Silencio rápidamente el móvil y medesvío por otro pasillo con rapidez, pues ya estoyoyendo los tacones de la bibliotecariarepiquetear hacia mi dirección.

Llego sana y salva a mi escondite, lasección de poesía, y veo que son mensajes deEsther y Sandra.

Page 103: Besos entre líneas - ForuQ
Page 104: Besos entre líneas - ForuQ
Page 105: Besos entre líneas - ForuQ

No puedo creer que dentro de poco vaya aver en persona a una de mis escritoras favoritas.Continúo andando por el pasillo de estanteríasdonde he empezado a leer los mensajes y… Ahíestá. Eric.

Está sentado en una de las mesas deestudio y tiene la cabeza apoyada encima de unapila de libros de texto y apuntes. Está dormidocon la boca entreabierta y su expresión relajada

Page 106: Besos entre líneas - ForuQ

y pacífica hace que parezca un angelito. Estámuy mono.

Sin pensarlo mucho, miro mi móvil y medecido a hacerle una foto. No quiero olvidar laexpresión de su cara en estos momentos.

Me aseguro de que sigo teniendo elteléfono en silencio para que no haga «clic» alhacer la foto. Pero, como de costumbre, mi malasuerte hace que lo que sí tenga activado sea elflash. La luz alumbra la cara de Eric hasta quesus ojos se abren poco a poco.

No puede ser. ¿Cuántas veces me va apillar Eric in fraganti espiándole? Si yo fuera él,me empezaría a mosquear…

Cuando Eric despierta por completo parecedesorientado después de su siesta. Mis mejillasse tornan rojas al instante y no dudo en ponerpies en polvorosa.

Page 107: Besos entre líneas - ForuQ

Mi tía me ha mandado a hacer la compraen cuanto he llegado de la biblioteca. Y mealegro de que lo haya hecho. Prefiero que me déel aire y distraerme, de lo contrario, en casaestaría metida en mi cuarto intentando en vanohacer cualquier cosa, pues Eric me vendría a lacabeza sin parar por lo ocurrido hace unosminutos.

La fachada del supermercado es de uncolor rojizo y los aparcamientos estánjustamente delante. No hay demasiados coches,pero me fijo en una mujer que está agachadamirando debajo del suyo. Entro y echo en elcarro de la compra las pocas cosas que le hacenfalta a mi tía. Hago cola para pagar viendo alcajero cobrar lentamente a toda la gente queestá delante de mí. Al salir veo que la mujer queestaba antes casi bajo su coche sigue ahí, peroahora está de pie y con los brazos en jarra.

—¡Chica! —me llama.Me acerco a ella. Su pelo es castaño y

largo y, extrañamente, brilla demasiado. Sus ojosson azules y enormes.

Page 108: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Si? —le pregunto.Debe de tener la edad que tendría mi

madre ahora.—¿Puedo usar tu teléfono? El coche me

ha dejado aquí tirada y tengo que llamar a mimarido para que me ayude.

—Claro.Saco mi teléfono móvil de la mochila y se

lo tiendo.Espero unos minutos en los que ella habla

con su marido medio a gritos. Está estresada, sinduda. Además, está manchada de grasa hastalos tobillos y tiene las manos negras —estávolviendo gris la carcasa blanca de mi móvil—.Se pasa las manos sucias por el pelo una y otravez y yo me río para mis adentros.

—¡Por favor! ¡Sí, díselo! —sigue gritandobastante agobiada.

Cuelga y me dedica una bonita sonrisa.—Muchas gracias —me dice

devolviéndome el teléfono.—De nada. ¿Vienen a ayudarla?—Sí, cielo. Gracias por tu amabilidad.

Page 109: Besos entre líneas - ForuQ

Guardo mi móvil en la mochila, sin darmecuenta de que se va a manchar todo hasta queya lo he metido.

—¿Necesitas algo más? Puedo esperarcontigo, es casi de noche y es mejor que noestés sola por aquí a estas horas.

—No, no. No te preocupes. Por cierto, soyCamila —me dice tendiéndome su manodespués de limpiarla en su blusa tambiénmanchada.

—De verdad que no es molestia. Mequedaré. No tengo prisa.

Mentira, Anne tiene que estar subiéndosepor las paredes porque no tiene huevos parapreparar la ensaladilla. La cena es algosecundario ahora mismo, a esta mujer le hadejado tirada su coche. Mi tía puede esperar.

—¿Cómo te llamas? —me pregunta.Nos sentamos en la acera que hay detrás

del coche y esperamos juntas.—Emma.—¿Eres inglesa? —me pregunta

interesada.

Page 110: Besos entre líneas - ForuQ

—Medio francesa —contesto después dereírme.

Todo el mundo cree que soy inglesa porquemi nombre es más común en Inglaterra que enFrancia, pero allí hay muchísimas Emmastambién.

—Lo primero que se me ha venido a lacabeza al escuchar tu nombre ha sido la novelade Jane Austen, Emma. ¿La conoces? —mepregunta.

Camila saca un pañuelo de su bolso eintenta limpiarse las manos, aunque no tienemucho éxito.

—¡Claro! Me encanta Jane Austen. ¿A titambién? —le pegunto fascinada—. ¡Quécasualidad!

—¿Bromeas? ¿A quién no le gustaAusten?

—A mí me encanta leer, y Austen es demis autoras…

—Mira, ¡ahí está mi hijo! Mi maridosiempre está trabajando cuando lo necesito.Seguro que lo conoces, porque supongo que

Page 111: Besos entre líneas - ForuQ

todavía estarás en el instituto —me diceinterrumpiéndome y señalando al chico que estáentrando en el aparcamiento.

No puede ser.Sus ojos azules casi negros son

inconfundibles. No sé cómo no me he dadocuenta antes de lo que se parecen a los de sumadre. Es el mismo chico con el que acabo deestar hace menos de una hora en la biblioteca.

—Eric —digo fríamente.—¡Sí! ¿Lo conoces?—¿Quién no conoce a tu hijo?Camila me mira con cara extrañada, pero

su atención se desvía hacia Eric, que se estáacercando a nosotras. Él todavía no ha reparadoen mí. Cuando mira a su madre, lo hace de unamanera diferente.

—¿Emma? —Me reconoce Eric cuandoestá a escasos metros de mí.

—No esperaba que fueras tú su hijo —lerespondo poniendo los ojos en blanco.

—Yo también me alegro de verte… —diceirónicamente.

Page 112: Besos entre líneas - ForuQ

Camila nos interrumpe con una carcajada.Por lo visto, le parece divertido que nosconozcamos.

—Eric, no me habías dicho que conocías auna chica tan encantadora —le reprochasonriendo.

—No es encantanada —murmura.—Pues Emma ha venido a ayudarme

cuando se lo he pedido. Y os aseguro que notodo el mundo está dispuesto a dejarle el móvil auna desconocida —nos explica.

Eric se parece muchísimo a su madre.Ahora que me fijo mejor, además de tener lamisma mirada cargada de profundidad, tambiéntiene los mismos rasgos que ella.

—¿Qué le ha pasado al coche? —lepregunta Eric a Camila cambiando de tema.

Su madre le explica cómo la dejó tiradacuando estaba dando marcha atrás para salir delaparcamiento. Él mira dentro del capó y davarias vueltas alrededor del coche durante unosminutos en los que me siento fuera de lugar.Será mejor que me vaya marchando…

Page 113: Besos entre líneas - ForuQ

De pronto Eric arranca el coche y Camilaempieza a gritar de felicidad.

—¿Cómo lo has hecho? —le preguntacontenta.

—No lo sé. Lo he intentado arrancarvarias veces y ahora ha respondido. Habrá quellevarlo al taller. Vámonos —le dice.

Su madre se monta en el coche y Eric sequeda en el lado del conductor. Me despido deellos con la mano, pero antes de darme la vuelta,Camila se dirige a mí.

—Emma, sube. No vamos a dejar quevayas a tu casa andando, es casi de noche y esmejor que no estés sola por aquí a estas horas—me dice, y me guiña un ojo.

—No te preocupes, ya me las apaño.—Mamá… —empieza a decir Eric.—Calla, Eric —lo riñe Camila—. Emma,

sube al coche.—Mira la hora que es, mamá. Recuerda

que debes… —Eric vuelve a cortarse. Estáclaro que no quiere que me entere de lo quetiene que decirle a su madre.

Page 114: Besos entre líneas - ForuQ

Camila mira su reloj y su rostro muestrasorpresa.

—No quiero molestar si tiene prisa —ledigo comprendiendo la situación.

—No, da igual. Sube —insiste Camila—.Unos minutos más no tienen importancia.

Al final cedo y me siento detrás del asientode Eric, que suspira preocupado.

Durante todo el trayecto hasta mi casahablo con Camila sobre Austen y la novela quelleva mi nombre. A ella le fascina la manera enla que la autora crea los personajes, y a mí, laambientación tan elaborada. Eric me mira devez en cuando desde el retrovisor, pero no abrela boca en ningún momento.

Cuando llegamos a mi casa le doy lasgracias a Camila, no a Eric, y me bajo delcoche.

—Oye, Emma, ¿cómo estás este sábado?—me dice Camila bajando la ventanilla delcoche.

—¿Cómo estoy de qué? —respondo sinentender.

Page 115: Besos entre líneas - ForuQ

—De tiempo. ¿Te apetece venir a cenar?Normalmente hacemos cena familiar los tres yde vez en cuando invitamos a algún amigo. Mimarido a veces entre semana llega más tarde acasa y no podemos cenar juntos, por lo que elsábado es sagrado hacerlo. Quiero agradecerteque me hayas ayudado antes.

—Emma no es mi amiga —añade Eric.—No es amiga tuya, pero sí mía —le

contesta ella bruscamente.—¡Si la conoces de hace menos de una

hora! —le recuerda Eric a su madre.—¿Y cuánto la conoces tú? —le reprocha

Camila.Eric se calla.—Estaré encantada de ir —digo mirando a

propósito con cara de suficiencia a Eric parafastidiarle todavía más—. Gracias por lainvitación, Camila.

—A mi marido le encantará conocerte.Seguro que a Eric también le gusta la idea,aunque no lo quiera admitir.

Eric ni se molesta en protestar. Cuando

Page 116: Besos entre líneas - ForuQ

acelera el coche, Camila me dice adiós con lamano, y los ojos de Eric me desafían desde elretrovisor.

Page 117: Besos entre líneas - ForuQ

BUKOWSKI

Estoy sentada en un banco que hay al lado de lapuerta de mi clase.

—Emma, ¿cómo te ha salido el examen?—escucho detrás de mí la voz de Sara, unacompañera.

—Bueno… Espero aprobar. Es el últimoaño que pienso estudiar Historia en mi vida. Meda rabia lo mal que rindo en esta asignatura.Paso horas y horas estudiando para intentarsacar buena nota, pero pocas veces consigo másde un seis. ¡Es que la odio! —respondohaciéndome a un lado para que se siente.

—Tía, te entiendo, me pasa igual conLengua. ¿Alguien puede decirme qué coño tiene

Page 118: Besos entre líneas - ForuQ

de importante esa asignatura? En fin…, ¿quélees ahora? —Ese ahora suena sarcástico.

—Estoy con Donde los árboles cantan,una novela de Laura Gallego. He leído muybuenas opiniones sobre ella. Aunque, ya sabes,es Laura Gallego, no hay más que añadir —contesto sonriendo.

—Uf, de esa leí Memorias de Idhún, quépeñazo. Contágiame algo de tu gusto por lalectura, Emma —me dice riéndose.

—Sí, un peñazo… —murmuro nada deacuerdo.

Las amigas de Sara salen de clase y ella selevanta para integrarse en el grupodespidiéndose de mí con un gesto de la mano.

Nada más adentrarme en la sala, dondeestá la sección de poesía, diviso a Eric sentadoal fondo, entre dos estanterías y con la espalda

Page 119: Besos entre líneas - ForuQ

apoyada en una de ellas. Sabía que estaría aquíy quiero dejarle claro que asistiré a la cena en sucasa.

—¿Has pensado qué excusa vas a ponerlea mi madre? —me dice con una de sus sonrisasarrebatadoras.

—¿De qué tienes miedo, Eric? ¿De que tumadre sepa cómo eres realmente? —lecontesto.

—No creo que descubra nada nuevo. Sabeque soy un tipo muy atractivo y bastanteinteresante. También sabe que no me junto conchicas como tú, demasiado aburridas para mí —me dice él.

—Pues pienso ir a cenar.—¿Por qué, Emma? ¿No puedes dejarme

tranquilo? ¿Es por lo de la hierba? Ya te dije quelo sentía.

Está tan guapo con esa camiseta azuloscura que se ajusta a su cuerpo… Por nohablar de que conjunta con sus ojos.

—Lo que no me has dicho es de dóndesacaste mi teléfono —le respondo yo alzando

Page 120: Besos entre líneas - ForuQ

una ceja.Decido sentarme frente a él, con la espalda

apoyada en la otra estantería. Incluso imito supostura y descubro que es bastante cómoda.

—De Internet.Me hace sonreír con su respuesta.—¡Ja! Buen intento. Prueba otra vez. Pero

no me mientas, quizás me convenzas para queno vaya a tu casa a cenar.

Se pasa una mano por el pelo antes decontestar y dice:

—De la ficha de tu padre, en la residencia.Un silencio incómodo se instala entre

ambos y no sé qué decir.—A él también le gusta mucho leer.

Siempre tengo que leerle fragmentos de algúnlibro. Bueno…, en realidad le leo a Bukowski —me cuenta.

Sus palabras me sacan otra sonrisa. Hablarde mi padre siempre me hace feliz. Además, mehe informado y Eric ha vuelto a trabajar en laresidencia, y me han dicho que está cuidandomuy bien de papá.

Page 121: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Por qué Bukowski? Me sorprende quete guste leer y, sobre todo, a Bukowski.

—Es uno de mis poetas favoritos, meencanta su obra. Y me hace sentir más cercade…

Me doy cuenta de que se está tocando lapulsera de la mariposa y que se quedatotalmente helado en mitad de la frase.

—Lys dice que mi padre me inculcó elamor por la lectura. Me leía cuentos antes dedormir y después me pedía que yo se los leyeraa él. Era un hombre increíble. En realidadtodavía lo es, pero ya sabes… —Cambio detema.

—Lo entiendo, Emma. Creo que laliteratura puede hacer que te sientas más cercade tu padre —dice él.

Me dejo caer un poco más sobre laestantería y reposo mi cabeza sobre un estante,dirigiendo mi mirada hacia el techo de lahabitación.

—Tienes toda la razón… ¿Sabes? Mimadre murió cuando tenía seis años —confieso.

Page 122: Besos entre líneas - ForuQ

Decirlo en voz alta ya no duele tanto. Pocoa poco el dolor va disminuyendo, a pesar de quecon el paso del tiempo la echo más de menos.

—Lo siento —me dice él.—Mi padre intentó salvar su vida. Por

desgracia no pudo hacer nada por ella y, por sifuera poco, quedó paralítico. Pasa casi todos losdías del año en la residencia en una silla deruedas pensando en no sé qué cosas. Los finesde semana vuelve a casa, y me gusta pasartiempo con él. Creo que a veces me entiende yhasta sabe quién soy.

Eric se levanta y se sienta a mi lado. Ahoranuestros hombros se rozan y, por alguna razón,me siento segura estando cerca de él.

Veo cómo sus zapatillas desgastadasreposan cerca de mis bailarinas rojas.

—Mi tía tiró todas las cartas y fotos el díaque murió. Llegamos del hospital y era ya denoche. Yo me eché sobre la cama de mamá allorar y mi tía entró, abrió los cajones, guardótodos los objetos de mi madre en una bolsa, ybajó las escaleras. Escuché sus gritos, que

Page 123: Besos entre líneas - ForuQ

venían del jardín, y que casi se perdían por elruido de la lluvia.

Guardo silencio durante unos segundos enlos que Eric me mira sin saber qué añadir.

—Bajé corriendo las escaleras cuando mitía volvió a entrar en casa y se encerró en lacocina. Salí y rebusqué entre las bolsas. Queríalas cosas de mamá y las encontré. Estaban biencubiertas por el plástico y no se habían mojado.

—Las guardaste —termina Eric.—Las guardé. Está todo en mi cuarto,

escondido. Sé que mi tía lo hizo para librarse deldolor, pero yo sé que eso no serviría de nada.Ella no sabe que están allí. No quiero olvidarla.Es lo único que me queda de ella y cuanto mástiempo pasa, menos recuerdos conservo. Noquiero que desaparezca para siempre. —No sépor qué me he sincerado de esta manera.

Eric me coge de la mano y me la aprietacon cariño. Mis latidos se disparan.

—¿Por qué tu padre no vive contigo?—Porque cuando se recuperó del

accidente y le dijeron a mi tía lo que le ocurría,

Page 124: Besos entre líneas - ForuQ

no sabía qué hacer. La única opción era laresidencia. Nosotras no podemos adaptar suhabitación, todas las puertas, el baño, la cocina,la entrada de la casa… para que él pueda estarlo más cómodo posible. No podemos estarpendientes de él las veinticuatro horas del día,pues depende de alguien para hacer cualquiercosa. El dinero mensual de ayudas (además dela que le dan a mi padre, las que nos dan a mihermana y a mí por la muerte de nuestra madrey también por la discapacidad de nuestro padre)solamente nos llega para pagar la estancia depapá en la residencia.

—Entiendo… —Eric acaricia mi manosuavemente y hace que se me erice el vello.

—Los médicos dijeron que el golpe habíaafectado a su cerebro y a su médula espinal, queno podían hacer nada para mejorar su situación.Mencionaron que probablemente iría a peor yque no viviría muchos años. Al final, por suerte,se equivocaron, y por el momento mi padre va avivir tanto como si estuviera sano. En otrascondiciones y con otra realidad dentro de su

Page 125: Besos entre líneas - ForuQ

cabeza, pero va a vivir, no como mamá, y eso eslo que me hace ser fuerte cada día. Tengo queayudarle. Tengo que cuidar de él. No creas quelo he dejado todo en el pasado, sigo sintiendoodio. Odio al borracho que asesinó a mi madre ydejó en ese estado a mi padre. Él provocó elaccidente, se quedó dormido al volante, y elcoche se salió de su trayectoria impactandocontra el de mis padres.

Eric se queda totalmente petrificado.—¿Eric?Su mirada parece perdida.—¿Has visto qué hora es? —me dice él.—¡Casi la hora de cerrar la biblioteca!

Será mejor que nos vayamos.Nos levantamos y salimos a paso rápido.

En la puerta, Eric se enciende un cigarro ycontinúo viendo algo diferente en su modo demirarme.

—¿Qué? —Sonrío con timidez.—¿Puedo acompañarte? Me gustaría

saber si he conseguido convencerte para que novengas a cenar —me contesta riéndose.

Page 126: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Todavía estás con eso? ¡Pienso ir!—¿Pero por qué? —me pregunta molesto.—Porque sí.—¿Para fastidiar?—También. Pero por curiosidad, sobre

todo.Empezamos a andar y durante unos

segundos pienso en qué decir. No quiero seguirhablando sobre mi familia, más bien quiero sabermás cosas sobre él. Pero no sé cómopreguntarle.

—Eres muy diferente a como creía —rompe él el hielo.

—La verdad es que yo tampoco pensé quete contaría todo eso… —le digo sonriendo.

Nos paramos cuando llegamos al final de lacalle. Eric me mira fijamente.

—Me pareces una chica muy fuerte.—No me la cuelas con tus típicos

cumplidos.—Bueno…, no a todas las chicas les digo

que las admiro. A ti te admiro.Yo sonrío y él roza mi mejilla con sus

Page 127: Besos entre líneas - ForuQ

dedos.—Yo a ti no te admiro, la verdad —digo

riéndome.—No deberías hacerlo. Pero lo digo en

serio, eres muy fuerte.Me sonrojo sin poder evitarlo, me pongo de

puntillas y deposito un beso en su mejilla.Sin embargo, Eric me toma de la cadera,

me acomoda entre sus brazos y luego seabalanza sobre mis labios.

Es el beso más cálido que me han dado entoda mi vida. Me derrito en su boca.

Cuando se aleja, hago un ademán deacercarme para que me siga besando. Pero élse limita a sonreír y a decir:

—No vengas a cenar.Me río antes de dar media vuelta y

marcharme.

Page 128: Besos entre líneas - ForuQ

Cuando llego a casa todavía pienso en Eric.Dejo la mochila en el suelo de mi cuarto,enciendo el ordenador y pongo algo de música.Me he sentido nostálgica contándole todo eso aEric y decido hacer lo que siempre hago cuandome siento así.

Me acerco a mi estantería y me siento enel suelo. Busco en la última balda, al fondo, unacaja amarilla. Es una lata con muñecas de trapopintadas. Tiene el tamaño de un libro y cuestaalgo abrirla.

Es la caja de mi madre. Dentro hay cartas,un montón de ellas. Son de muchas personasdiferentes: amigos, exnovios, papá, los abuelos…Mi madre coleccionaba cartas. Para mí es unpequeño gran pedacito de ella.

Saco una de las fotos que también hay enla caja y la acaricio con ternura. Mi madre sellamaba Sophie y tenía un pelo rubio increíble,era rizado y siempre lo llevaba largo. Todo elmundo afirma que era la persona más alegresobre la faz de la Tierra. La echo de menos

Page 129: Besos entre líneas - ForuQ

cada día, a pesar de conservar pocos recuerdosde ella.

Lo que sí recuerdo son momentos como lasmañanas, que bajaba a desayunar y mi madresiempre estaba leyendo el periódico mientras mipadre preparaba el desayuno. Después selevantaba, me daba un beso y se ponía aparlotear de cualquier cosa. Yo me pasaba el díahaciéndole preguntas sobre todo y ella disfrutabarespondiéndome. Anne dice que mamácomentaba que era una niña muy curiosa, másinteligente de lo normal y con interesesdiferentes a los que correspondía por mi edad.

Mientras todas las niñas jugaban conmuñecas, yo siempre estaba haciendo puzles ocompitiendo con mi madre a juegos de mesa. Aella le encantaba jugar conmigo y cuando perdía—seguro que me dejaba ganar la mayoría de lasveces sin que me percatara—, fingía lamentarsedurante todo el día.

La echo de menos y sé que ahora mismosería un apoyo increíble si la tuviera conmigo.

Page 130: Besos entre líneas - ForuQ

Era un pilar fundamental en mi vida, que sederrumbó por completo de un día para otro.

De vez en cuando leo alguna de estascartas. Son algo personal que quizás no deberíaleer, pero me hacen sentirla más cerca de mí.

Abro uno de los muchos sobres al azar. Heleído todas las cartas tantas veces que hayfrases que hasta me sé de memoria. Las másbonitas son las de mi padre y, en parte, mehacen imaginarme al hombre que seguiría siendoahora si nada hubiera ocurrido. Es extraño,porque, más de la mitad de mi vida, él ha sidocomo es ahora, pero consigo ver en mi mente alSebastián enamorado de mi madre y alinmejorable padre que era antes.

La que abro es de mi abuela paterna, quemurió hace unos años. Dentro hay unafelicitación de Navidad con un dibujo que ellamisma pintó a mano.

Page 131: Besos entre líneas - ForuQ

Un fin de año que nunca tuvo lugar. Mispadres murieron ese mismo diciembre.

Page 132: Besos entre líneas - ForuQ

MOMENTOS INOLVIDABLES

El viernes me levanto emocionada y cuentonerviosa los minutos que faltan para queterminen las clases. Hoy es la presentación deMaggie Stiefvater y no puedo esperar amontarme en el autobús para irme a Madrid.

—¡Em, baja a la Tierra! —llama miatención Clara.

Estamos sentadas en un banco observandoa los niños que juegan al baloncesto.

—Es que estaba pensando en Madrid —ledigo sonriendo.

Clara señala hacia la puerta que da a unode los edificios donde Eric está besando a unachica.

Page 133: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Qué fuerte! Habría jurado que ibadetrás de ti —dice Clara.

—¿Cómo?—Sí, he coincidido con él en algunas

fiestas y siempre se acerca a mí solo parapreguntarme por ti.

Y pensar que ayer era yo a la quebesaba… Siento una punzada en el corazón sinpoder evitarlo.

Guardo en mi mochila todos los libros quetengo de Maggie: Temblor, Rastro, Siempre yLas carreras de Escorpio. Hoy quierocomprarme The Raven Boys: la profecía delcuervo, que es la novela que viene a presentar.

Me siento a comer y quiero hacerlo lo másrápido que pueda. El autobús sale dentro deunos cuarenta minutos.

—Emocionada, ¿eh? —me dice David.

Page 134: Besos entre líneas - ForuQ

—Estoy que no puedo más —le contestoterminando mi hamburguesa.

—¿Quién va hoy, Emma? —me preguntami tía.

—Pues mucha gente. Blogueros, lectores,fans… Ya sabes.

—No me gusta que andes condesconocidos.

—No son desconocidos, ¡son mis amigos!—le digo furiosa.

—¿Tus amigos? ¡Si no los conoces!—¿Ah, no? ¿Y a Esther y a Sandra?

¿Tampoco las conozco? —le preguntolevantando la voz.

—Amigos son los del mundo real, Emma.

Madrid me encanta. Es enorme, y cada vezque bajo me enamoro un poco más de ella. Desus edificios, de sus parques, de sus librerías.

Page 135: Besos entre líneas - ForuQ

Hay muchísimos blogueros y los grandes actosliterarios —y no literarios— siempre tienen lugaraquí. Al fin llego a Callao y me bajo del metrocon el corazón en la boca. Subo las escalerascorriendo, cruzo la plaza y me dirijo al centrocomercial. Ya veo una enorme cola que vadesde la puerta y se pierde por toda la avenida,y algunas caras conocidas. He estado en variosactos de editoriales, así que ya conozco a ungran número de blogueros.

—¡Emma! —escucho una voz a miespalda.

Es Bea, que se echa sobre mí y me da unefusivo abrazo, al que respondo con la mismaemoción. Es una bloguera que trabaja en eldepartamento de prensa de una editorial.

—¡Bea, no sabía que venías! —le digosonriendo.

Ya puedo ver el pelo de Sandra, que esinconfundible por su mecha de color azul. Estájunto a Esther, que no deja de balancearse de unlado a otro.

—¡Por fin, Emma! —dice Esther gritando.

Page 136: Besos entre líneas - ForuQ

—Siempre llegas la última, ¿eh? —añadeSandra con una sonrisa.

Ambas van con un atuendo muy friki.Esther lleva una camiseta en la que pone: «Yosoy Divergente y tú muggle», y Sandra luce suvestido de las reliquias de la muerte.

Ya estamos dentro. ¡Qué nervios! Estheres hiperactiva y ni sentada puede estarse quieta.

—Para ya o vas a hacer cuatro agujerosen el suelo con las patas de la silla.

—¡No puedo esperar más! Se me va aparar el corazón —dice Esther.

—Pues menos mal que no es Jennifer L.Armentrout, si no, te mueres —le digo yo.

A Esther le encanta esa autora y dice quesu mayor sueño es conocerla en persona yagradecerle que haya creado al chico de sus

Page 137: Besos entre líneas - ForuQ

sueños: Daemon Black, protagonista de la sagaLux.

La sala está repleta de gente. Sus paredesgranates casi no se aprecian porque estántapadas por las personas que se han tenido quequedar de pie. Se palpa la expectación en elambiente.

De repente se hace un silencio. La quedebe de ser la intérprete de la autora se acabade sentar en una de las dos sillas que hay detrásde la mesa. Pocos segundos después, apareceMaggie, y todos los asistentes empezamos aaplaudir —y algunos incluso hasta a chillar—.Sonríe contenta, dando las gracias por elrecibimiento.

Habla igual que escribe —o por lo menosde la misma forma en la que escucho suspalabras en mi mente—: despacio, con una vozmuy clara y con un toque mágico.

Llega uno de los momentos más esperadosde la tarde, el turno de las preguntas. Multitudde manos se alzan y una de ellas es la mía. Apesar de que soy bastante tímida y me da mucha

Page 138: Besos entre líneas - ForuQ

vergüenza hablar en público, no puedodesperdiciar esta oportunidad.

—Maggie… —empiezo titubeando un pocopor los nervios. Me aclaro la garganta y prosigo—. Primero, muchas gracias por venir, no sabesla ilusión que me hace estar aquí hoy. Y dichoesto, mi pregunta es: ¿por qué escribes?

Sí, parece que no me he calentado muchola cabeza pensando la pregunta, pero lo cierto esque he estado por lo menos media horahaciéndolo. Es muy simple y solo tiene trespalabras, pero es algo que de verdad meinteresa.

—Gracias a ti por venir —me contestaMaggie después de que la intérprete le traduzcalo que he dicho—. Es una pregunta que rarasveces me han hecho, pero sin duda es una de lasmás interesantes. Para mí escribir es comorespirar. Una sensación muy viva y refrescantesin la que no podría vivir. Es libertad para podercrear a través de palabras todo lo que imaginoen mi cabeza. Escribo porque lo necesito,porque si no, mi cabeza estaría sobrecargada de

Page 139: Besos entre líneas - ForuQ

demasiada información y tengo que expresartodo eso a través de mis dedos para que no meestalle. Es mi oficio, mi hobby y mi vida.

—Muchas gracias, Maggie —es lo únicoque consigo contestar.

Su respuesta me ha dejado sin habla. Voy atener que plantearme seriamente lo de probarescribir. Quizás descubra que hay algo que megusta tanto como leer. Si lo piensodetenidamente, si me apasiona tanto leernovelas, hacer una por mí misma sería genial.Ya he escrito unos cuantos relatos cortos, peronunca me he atrevido a hacer algo más grande.

Llega el momento de la firma de libros. Laverdad es que ahora me da pena que tenga quefirmarme todos los ejemplares que he traídoteniendo a tanta gente esperando en la cola.

—¿Quedaría muy mal si le pidiera que medibujara un lobito, como Sam de Temblor, en lasbragas? —pregunta de repente Esther muyseria.

—¿¡Qué!? —decimos Sandra y yo casigritando, mientras Esther se empieza a reír.

Page 140: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Es broma!—Eres de lo que no hay —le digo yo.—Una friki de verdad —añade Sandra, y

nos echamos a reír porque somos iguales.Maggie está terminando ya de atender a la

chica que está delante de nosotras. Le tocaprimero a Esther, que da un paso adelante yvemos cómo, mientras le habla en unespanglish muy fluido, se lleva las manos a lacinturilla de los pantalones y empieza a subirseun poco la camiseta. Sandra y yo nos quedamosmirándola con los ojos como platos. Creíamosque de verdad lo decía en broma. ¡No puedepedirle en serio que le firme en las bragas ydelante de todos!

De repente se saca de donde estabarebuscando un bolígrafo normal y corriente y selo tiende a la escritora. Ella sonríe y lo acepta.

—¿Qué pasa? —dice Esther cuandotermina su turno—. Quería que me firmara conmi boli de las firmas. Siempre lo llevo bienguardado aquí —dice señalándose entre suspantalones y la camiseta— para que no se me

Page 141: Besos entre líneas - ForuQ

pierda. Es un objeto muy especial para míporque lo han usado personas como PatrickRothfuss, Cassandra Clare, Stephanie Perkins yDylan O’Brien, ese guapetón que hace depersonaje principal en la película El corredordel laberinto, para dedicarme sus libros o, en sudefecto, mis bragas.

Empezamos a reírnos y confirmamos queesta chica es todo un espectáculo.

Después de Sandra es mi turno.—Hola —le digo tímidamente a Maggie

con mi inexperto inglés.—Hola —me dice Maggie con una sonrisa

—. ¿Cómo te llamas?—Emma. No hace falta que me firme

todos. Con uno es suficiente. Este es mi favorito—le contesto mientras le tiendo Las carrerasde Escorpio.

—No, tranquila. No has venido hasta aquítan cargada para nada. Te dedicaré todos sinproblema.

No puedo creer que haya dicho eso. ¡Quéamable! Cuando llega el momento de firmar Las

Page 142: Besos entre líneas - ForuQ

carreras de Escorpio, me dice su autora:—Me has dicho que es tu favorito. ¿Por

qué?Creo que se acuerda de mi cara y me ha

devuelto la pregunta tan difícil que le he hechoantes.

—Me identifico bastante con laprotagonista, que tiene una situación difícil encasa, como yo; además, vive en un pueblopequeño también… Y no sé, es una chica muyespecial. Al igual que el protagonista masculino,que me encanta. Y luego todo eso de loscaballos que surgen de las olas y el vínculo tanfuerte que tienen con sus dueños… Yo siemprehe sentido lo mismo con mi perra Zoe. Sé queno es lo mismo, porque es un perro y no uncaballo fantástico, pero… —No paro deparlotear hasta que me doy cuenta de queMaggie ya ha terminado de firmar todos loslibros y me escucha atentamente.

—Siento oír eso de tu familia. Pero, porotra parte, me complace mucho que hayasconseguido identificarte tanto con la

Page 143: Besos entre líneas - ForuQ

protagonista. Es un personaje al que tengomucho cariño. Bueno, en realidad les tengocariño a todos los que he creado —me diceriendo—. Muchas gracias por venir y pordecirme que un libro mío significa tanto para ti,porque eso también significa mucho para mí.

Me quedo muda por todo lo que me hadicho. Esther se acerca para hacernos una foto,mirando a la cámara, y Maggie sosteniendo miejemplar de Las carreras de Escorpio.

—¡Subamos a la librería! —Esther noscoge de la mano a Sandra y a mí cuando nosdespedimos de todos los blogueros queconocemos.

Me dejo arrastrar por las dos más queencantada. Subimos por las escaleras mecánicassin parar de parlotear sobre la experiencia queacabamos de vivir. Llegamos a una de las mesascon novedades. The Raven Boys: la profecíadel cuervo está en primera fila.

—¡Qué bonita es la edición! —digo yomientras observo todos los detalles de libro.

—Tenía ganas de verlo en persona. Lo

Page 144: Besos entre líneas - ForuQ

cierto es que está genial —opina Sandra.—¡Qué ganas de llegar a casa para

empezar a leerlo! —dice Esther—. Uf, este nome lo voy a llevar, tiene arañazos por toda laportada.

Cuando ya tenemos cada una un ejemplardel nuevo libro de Maggie, aprovechamos parabuscar otros libros que han sido publicadosrecientemente.

—Mirad, este de aquí no paran derecomendarlo en el blog Thousand Words.

—Ay, ese lo leí el mes pasado y es unaauténtica joya —dice Esther entusiasmada.

—Pues yo no lo había visto nunca —digomientras leo el título: Las ventajas de ser unmarginado.

—Si quieres, te lo presto la próxima vezque nos veamos. —me ofrece Esther.

—¡Genial! Muchas gracias.

Page 145: Besos entre líneas - ForuQ

Me subo en el metro y me dirijo a laUniversidad Complutense, pues todavía tengotiempo hasta que llegue la hora de coger elautobús de vuelta. Fui hace unos meses con Lysa ver diferentes campus, pero todavía no hevisitado uno de los que más ganas tengo de quesea el mío el próximo año.

Recorro sus jardines observando lasfacultades. Es como si me viera ya acudiendo aclase, entrando en una de las facultades oestudiando en estos jardines. Me dirijodirectamente a la biblioteca. Al entrar en laprimera que he encontrado, veo a muchosjóvenes estudiando rodeados de libros. Mesiento en una de las mesas con ordenadores einicio sesión en mi blog. Empiezo a escribir lacrónica de todo lo ocurrido esta tarde.

—Perdona, ¿puedo sentarme? —mepregunta un chico con unas gafas de pasta.

—Claro —le contesto quitando mi mochilade la silla que queda libre a mi lado.

Page 146: Besos entre líneas - ForuQ

—Me llamo Julio. Nunca te he visto poraquí, ¿qué estudias? —me susurra mientrasenciende el ordenador y se sienta.

—Bachillerato. Aún estoy decidiendo quéhacer con mi futuro.

—Te recomiendo que estudies aquí. Yo soyde Ciencias Políticas —me dice él.

Charlamos unos minutos más y despuésJulio se pone unos cascos para concentrarse enun trabajo que tiene que presentar mañana. Yosaco mi móvil para mandarle un wasap aSandra, que quería que la avisara en cuantosubiera la crónica de la presentación al blog.

Cuando desbloqueo mi móvil, veo quetengo un mensaje esperándome:

Page 147: Besos entre líneas - ForuQ

Casi me había olvidado de la cena. Casi mehabía olvidado de la escena de Eric besando aotra chica. Casi.

Page 148: Besos entre líneas - ForuQ

UN RABO DE NUBE

Me desperezo en la cama. Después de unviernes increíble sé que hoy también viviré undía intenso. Además de ver a mi padre, voy atener que lidiar toda una velada con Eric.

Abro mi armario y decido ponerme algocómodo para ir a buscar a papá. Así que optopor una camiseta negra de manga larga quetiene una cita de Will Herondale de Cazadoresde sombras: los orígenes.

Alcanzo mi portátil y bajo a desayunar.—Buenos días, dormilona —me dice

David, que está sentado en la mesa de la cocinadándole vueltas a unas instrucciones.

—¡Buenos días! ¿Qué haces? —preguntosonriendo.

Page 149: Besos entre líneas - ForuQ

—Qué feliz pareces hoy —comenta mi tía,que entra en la cocina con las manos llenas desobres.

—Será que ayer fue un día fantástico —contesto sonriendo.

—Yo estoy mirando las instrucciones de lanueva lavadora. Anne es tan torpe que no escapaz de encenderla —me dice David riéndose.

—No te pases, ¿eh? —le advierte mi tíatirándole uno de los sobres.

—¿Qué es esto? ¿Un arma letal con formade invitación de boda? —pregunta Davidsosteniéndolo en alto.

—Podría serlo. Si no consigo enviarlas atiempo, en vez de una boda, se celebrará unfuneral —dice Anne riendo—. Bueno, ¿cómofue tu día ayer? ¿Es esa escritora comoesperabas?

—Es todavía mucho mejor, agradable ycercana. No te imaginas lo simpática que es, enserio —le cuento mientras desayuno.

Mi tía se sienta a mi lado y empieza acerrar los sobres uno a uno y a apilarlos a un

Page 150: Besos entre líneas - ForuQ

lado de la mesa.

—¿Ya estás otra vez con el móvil, Emma?¿No puedes parar ni mientras desayunastranquilamente? ¡Estás enganchada a internet!—dice mirándome por encima de la pila desobres.

—Solo quiero buscar una cosa, tía —lecontesto lo más tranquila posible. No quieroempezar de buena mañana a pelearme con ella.

Enciendo mi portátil y escribo en Google:Las ventajas de ser un marginado. Lo primeroque me sale es un vídeo de YouTube que setitula Reseña: Las ventajas de ser invisible |Diez razones para leerlo. Llevo viendo vídeosen YouTube desde el primer día que cogí unordenador, y jamás había visto una reseña de un

Page 151: Besos entre líneas - ForuQ

libro en vídeo. Así que la curiosidad puedeconmigo y pincho en el enlace para verlo.

Antes de darle a play busco en Goodreadsla ficha del libro y descubro que en SudaméricaLas ventajas de ser un marginado se llamaLas ventajas de ser invisible. Y de paso,también veo que las portadas son diferentes,aunque parecidas.

Nada más empezar el vídeo veo a un chicoguapísimo, que debe de ser un poco mayor queyo, saludando alegremente. Sus ojos son verdesy su pelo castaño oscuro.

Lo que más me sorprende es que detrás deél hay tres enormes estanterías repletas de librosque cubren la pared. Los libros están apiladoscomo en las mías, de forma horizontal, porqueya no caben en otra posición. Él sostiene entresus manos un ejemplar de Las ventajas de serinvisible.

David hace demasiado ruido con lalavadora y no soy capaz de escuchar bien lo quedice el chico. Y encima, mi tía sigue

Page 152: Besos entre líneas - ForuQ

murmurando cosas sobre mi obsesión coninternet.

Subo el volumen del vídeo y lo pongo denuevo desde el principio.

«Hola, ¿qué onda? ¿Cómo están? SoyGabriel, de En busca de libros, y hoy les vengoa platicar de Las ventajas de ser invisible.»

Tiene acento mexicano, además de unasonrisa muy bonita, y parece muy divertido. Estátodo el tiempo haciendo bromas y riéndose.Parece un chico agradable.

En el vídeo dice de qué trata el libro y dasu opinión. Lo recomienda a todo tipo delectores y subraya que nadie se lo puede perder,que es una obra cargada de enseñanzas y quetodo el mundo que tenga algo de empatía tieneque leerlo porque nos emocionaremos y nosmeteremos en la piel de Charlie, el protagonista.

También comenta que hay una películaprotagonizada por Logan Lerman y EmmaWatson. Sin duda tengo que leer el libro ydespués ver la película. No sé cómo no me heenterado antes de su existencia.

Page 153: Besos entre líneas - ForuQ

Al final añade diez razones por las que nopodemos perdernos la novela, y yo quedo másque convencida de que tengo que comprarla yleerla cuanto antes. Creo que me voy a pasarpor la librería del centro y no voy a esperar aque Esther me lo preste la próxima vez que nosveamos…, ¡aún falta mucho para eso!

«Ya saben que pueden seguirme en misredes sociales, que les dejo en la cajita deinformación, y los veo en el próximo video.Bye!»

El vídeo finaliza y me quedo alucinada conlo que acabo de descubrir. ¡Existe un canalsobre libros en YouTube! Es increíble, nunca melo hubiera imaginado. Hasta ahora solo conocíaBlogger y Goodreads para hablar de libros. ¡Quémaravilla! Me encanta la idea.

Voy a escribirle un comentario para darlelas gracias por su recomendación y por dejarmecon tantas ganas de leer el libro, cuando veo laincreíble cifra de visitas, «me gusta» ycomentarios que tiene…

Page 154: Besos entre líneas - ForuQ

Mi blog tiene algo más de mil seguidores yestoy alucinada. No me puedo imaginar lo quese siente al tener tantos suscriptores.

Decido dejarle un comentario, aunqueprobablemente nunca lo lea entre tantos. Aunasí, me siento bien dándole las gracias, porquese las merece. Y para qué mentir, encima es

Page 155: Besos entre líneas - ForuQ

guapísimo y tiene una sonrisa que no se me vade la cabeza.

Les escribo esta última frase indignada.—Oye, Emma, ¿te parece bien que

vayamos tú y yo a buscar a tu padre? —mepregunta David interrumpiendo mi fangirleo porWhatsApp.

David es una persona maravillosa. Siemprenos ayuda con mi padre y lo trata como si fuerasu hermano. Realmente a él no le toca nadacomo familia. Siempre les estaré agradecida aAnne y a él, porque me han demostrado a lolargo de mi vida lo mucho que nos quieren.

—Sí, David, llévatela a ver si le da el aire.Deberías salir más —me regaña mi tía.

—Pues para que lo sepas, esta noche salgocon E…

Page 156: Besos entre líneas - ForuQ

Ya me estoy arrepintiendo de lo que acabode decir. Mi tía abre los ojos como platos y dice:

—¿¡Una cita!?—Bueno… Es un… amigo. Su madre me

ha invitado a cenar a su casa —me corrijo.Pero ya no tiene remedio.—¡No me lo puedo creer! ¡Qué bien!

¿Dónde vive? ¿Es del pueblo? —me interrogami tía.

Con qué facilidad cambia de humor.—Sí, es de aquí.—No lo habrás conocido por internet, ¿no?Lo que me faltaba por oír.

Tras ayudar a comer a papá, me siento conél en el porche, donde nos da el sol en la cara, yle cuento todo lo que hice ayer. Él de vez encuando profiere ciertos sonidos e intenta imitar

Page 157: Besos entre líneas - ForuQ

algunas de mis palabras. Estoy segura de que enparte entiende qué le estoy contando.

Paso la tarde entre contarle cosas a mipadre y ver vídeos de Gabriel con él. Quiero quevea lo que he descubierto. Parece que le gustalo que le enseño, porque se mantiene atento a lapantalla.

Vemos un par de reseñas, algún book haul—en los que Gabriel enseña los últimos librosque ha adquirido—, dos o tres wrap up —en losque resume los libros que ha leído en un mes—y un book tag muy divertido sobre Taylor Swiften el que canta algunas de sus canciones yenseña libros relacionados con los títulos deestas.

En cada vídeo le dejo un comentario en elque me emociono contestando a algunas de lascosas que dice. Incluso en una reseña le doy miopinión sobre el libro del que habla, que estotalmente diferente a la suya. Me explayo tantoque queda larguísima y parece una crítica propiade mi blog.

Ya le sigo en Twitter, Facebook, Instagram

Page 158: Besos entre líneas - ForuQ

y Goodreads. No tiene blog, lo que es una pena,porque es lo que más controlo y seguro que allíno tendría esa barbaridad de seguidores —porque es prácticamente imposible—, por lo queseguramente sí que leería mis comentarios yquizás hasta me contestaría.

Cuando son las ocho, subo a mi cuartomientras David y mi tía bañan a mi padre.Preparo la ropa que me voy a poner y me duchodespués de que papá salga del baño.

—Bueno, cuéntame, ¿quién es ese chico?—me pregunta mi tía mientras me hace unatrenza.

—Un amigo, tía —respondo.—Tu novio.—No. Me han invitado a cenar porque él

está mal porque lo ha dejado con su novia. —Me invento la mentira conforme voy hablando.

—Ya… ¿Y por qué te invita su madre? —insiste ella.

—Sabe que él está deprimido y supongoque quiere animarle.

Cuando termina de peinarme, me despido

Page 159: Besos entre líneas - ForuQ

de ella y de mi padre con un beso. Antes desalir, David me para en la puerta tendiéndomemi chaqueta.

—Ten cuidado, cariño. Y nada de besos,¿eh? —me advierte.

—Tranquilo, es solo un amigo. Solo vamosa hablar —respondo cansada.

—¡Pero vas a su casa! ¿Tú sabes lo queimplica ir a la casa de alguien? Seguro que sí.Pero ten cuidado y recuerda utilizar protec…

—David, por favor, ¡que solo vamos acenar! ¡Y van a estar sus padres! —lointerrumpo poniéndome colorada.

—En mi época ir a casa de alguiensignificaba…

—¡Ah! —grito exasperada.Salgo de casa tras coger mi bolso y mis

llaves, y David me observa desaparecer por lacalle. Qué vergüenza.

Ando a paso rápido para no llegar tarde.Eric es capaz de no aparecer donde hemosquedado porque da por hecho que de verdad novoy a ir a su casa. Pero lo veo apoyado en la

Page 160: Besos entre líneas - ForuQ

puerta de la biblioteca y noto cómo se meencienden las mejillas. Estoy demasiadonerviosa y lo va a notar en seguida.

Eric se ha arreglado y eso me hace sonreír.—Pienso ir, así que déjalo ya —le digo a

modo de contestación al wasap que me mandóayer.

—Estoy aquí para acompañarte. ¿Cómovas a llegar a mi casa si no? —dice mientrasechamos a andar.

—Todos en el pueblo saben dónde vives.Todas —matizo.

—Uy…, ¿estás celosa, Emma?—¿Yo? ¿Celosa? Ya quisieras.No hablamos más. Pero no dejo de pensar

en lo bien que huele y en su manera de mirarmede reojo. ¿Por qué tiene que atraerme tanto?

Llegamos a su casa, que es un piso; viveen la tercera planta. Mientras subimos en elascensor, noto que este es demasiado pequeño yque la distancia que hay entre los dos no es muygrande. Cada vez estoy más nerviosa. Aguantola tensión y me trago las ganas que tengo de

Page 161: Besos entre líneas - ForuQ

abalanzarme sobre él para darle un tortazo ypara darle un beso, a partes iguales.

Eric abre la puerta de su casa y me invita aentrar. Me siento incómoda nada más cruzar elumbral.

—¡Emma! —La voz de su madre llegadesde el comedor.

Camila aparece por el pasillo y se acerca amí lentamente. Parece cansada.

—Hola —respondo tímidamente.—Pasa, pasa. Menos mal que Eric te ha

traído, ya pensábamos que iba a perderseaposta.

Entro en un acogedor comedor, que estájusto al lado del recibidor. Las paredes son de uncolor anaranjado y están adornadas con muchoscuadros. Hay una gran ventana por la que debede entrar mucha luz durante el día y los mueblesson de madera oscura.

También hay un hombre sentado en un sofáescuchando música. Tiene la misma anchura deespalda y la misma boca que Eric.

—¡Hola! Encantado, soy Pedro.

Page 162: Besos entre líneas - ForuQ

El padre de Eric me tiende la mano y yo sela estrecho. Sus ojos se cruzan con los míos yveo que están cargados de ojeras.

Miro la mesa, que está repleta de comida.Han preparado arroz tres delicias y pollo alhorno, además de un flan enorme que descansaen la mesa que hay a un lado de la sala.

Escucho cómo Eric empieza a tararear unacanción mientras deja una cesta con pan sobrela mesa.

—Me suena mucho. ¿De quién es? —lepregunto.

—¿La conoces? La gente de nuestrageneración no suele hacerlo —me dice algo másanimado con esta conversación—. Es Rabo denube, de Silvio Rodríguez. A mi padre leencanta y se me ha pegado porque hoy hatenido todo el día el CD puesto.

—¡Es que es todo un maestro! —interviene su padre.

—Claro, ¡Silvio! A mi tía le encanta.—A ti te gusta más Taylor Swift, ¿no?

Eres más moderna —dice sarcásticamente.

Page 163: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Eric, ya! —lo riñe su madre.Hay un silencio incómodo.—Bueno…, gracias por invitarme a cenar

—rompo el hielo sonriendo y fingiendo que nome importan las pullas de Eric.

Tengo que admitir que me ha sorprendidohaber escuchado solo tres comentariossarcásticos por parte de Eric hasta el momento.Está sentado y no me quita los ojos de encima.Bueno, no los quita de mi escote, que dejo a lavista mientras me acerco a la mesa para comer.

—No puedo creer que a Emma le gustetanto Jane Austen como a mí. Su nombre esEmma. Es el destino —comenta Camilasonriendo.

—La película es fantástica. Laambientación está muy bien recreada. Y esepunto inglés…, ¡qué bueno! —añade Pedro.

Page 164: Besos entre líneas - ForuQ

—En realidad todas las películas basadasen las obras de Austen están muy bien. Pero,vamos, que nada como el cine francés —semete Eric en la conversación.

—¡Vamos, Eric! El cine francés es unpeñazo.

—El cine en general es un aburrimiento —resopla su madre.

—¡No tenéis ni idea! —ríe Eric divertido.Lo cierto es que no entiendo del tema, por

lo que no añado nada más.—Eric nos ha hablado bastante de ti —

empieza a decir Camila para cambiar de tema.—Mamá, tampoco exageres —la

interrumpe Eric hablando entre dientes.Ella le sonríe y después prosigue:—Sabemos cómo es tu situación familiar

con lo de tu padre… No debe de ser fácil.—Ya me he acostumbrado, pero al

principio fue muy duro, sobre todo para Lys.—¿Lys? —me pregunta Pedro.—Su hermana —responde Eric antes de

que pueda decir nada.

Page 165: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Ah! ¿También va al instituto? —siguepreguntando esta vez Camila.

La veo rara. De hecho, llevo todo el tiempofijándome en su pelo, y no quiero ser muydescarada, pero me da la sensación de que llevapeluca. Siento curiosidad.

—No, es periodista y vive en Madrid.—¿Y vas a seguir sus pasos? Tú también

escribes en internet, ¿no?Eric le ha contado todo eso a su familia

sobre mí. ¿Por qué razón lo ha hecho?—No, bueno…, sí. En realidad me gusta

escribir, pero no en plan periodístico. Meinteresa más la literatura.

—¿Y qué quieres hacer el año que viene?—me dice Pedro.

Todos están muy interesados enconocerme. Incluso Eric parece estardisfrutando de la información.

—Quiero ir a la universidad a estudiar algorelacionado con la literatura —respondo.

Eric me mira desde el otro lado de la mesay yo miro a su madre, aguantando las ganas de

Page 166: Besos entre líneas - ForuQ

mirarlo a él. Pero Camila mira a Pedro y ambossonríen.

—Me parece estar escuchando a Erichace unos años. Siempre tan responsable,estudioso y rodeado de libros. Él también queríair a la universidad… —dice su padre.

Su voz parece cansada.—Nunca dejé de querer —contesta él.—Después de la baja y todos los líos

legales, has perdido mucho tiempo. Pero yasabes que este año puedes recuperar el ritmo —le dice Camila sonriendo.

—¿Con baja te refieres a los meses queestuvo desaparecido? —les pregunto mientras lehinco el diente a mi parte del flan.

Reina el silencio. ¿Y si realmente fue a lacárcel? No puedo olvidar que Eric está haciendotrabajo comunitario. Pruebo a cambiar de tema.

—¿Por qué os vinisteis de Madrid? Allíestá la universidad… —digo observando a Eric.

—Eh, bueno… Verás… —empieza abalbucear su madre.

De nuevo otro silencio. Madre mía, no

Page 167: Besos entre líneas - ForuQ

hago más que meter la pata.—Necesitábamos un cambio de aires —

sale en su ayuda Pedro.—El ritmo de la ciudad puede ser muy

estresante —prosigue Camila.—Podéis decir que fue por mi culpa, no me

importa —termina Eric.Definitivamente me estoy perdiendo algo.—Normalmente viene todos los sábados

algún amigo de Eric a cenar, ¿sabes? Pero túeres la persona más agradable que se hasentado aquí desde que vinimos de Madrid —medice Camila para romper el silencio.

—Venga ya, mamá, si Emma es aburrida.—Pues yo creo que tenéis muchas cosas

en común —dice ella.Me estoy poniendo colorada. ¡Qué

vergüenza!—Pero si es una friki que se esconde en

internet porque no tiene amigos. —Él me miradisfrutando de cada palabra que suelta por laboca.

—¡Eric, para! —se entromete su padre

Page 168: Besos entre líneas - ForuQ

enfadado.—Si no lo digo yo, lo dice todo el instituto.—Eso no lo convierte en verdad —me

defiende su padre.—¿O deberíamos creernos todo lo que se

dice sobre ti? —me defiende Camila.Me siento fuera de lugar en esta

conversación.—Ayúdame a traer el café —le exige

Pedro a Eric.—Y de paso quitad la mesa —añade

Camila.Cuando desaparecen, ella se dirige a mí:—No le hagas caso. Eric siempre ha sido

un chico respetuoso y cariñoso, pero anda algoperdido.

Cuando terminamos el café y noslevantamos para quitar lo que queda de la mesa,Camila se queda en el sofá recostada. Creo quees mejor que me marche ya, la veo muycansada y no quiero molestar.

Eric vuelve a la cocina junto a su padre yyo me acerco a Camila.

Page 169: Besos entre líneas - ForuQ

—Camila, me voy a ir ya. Tengo queacostar a mi padre. Gracias por invitarme acenar, espero no haber sido una molestia —ledigo mientras le doy dos besos.

Ella hace ademán de levantarse, pero alfinal se rinde y me mira desde el sofá.

—Emma, decía en serio lo de Eric. Está asídesde hace un tiempo con todo el mundo. No telo tomes como algo personal, te prometo que esalgo generalizado. Ha cambiado mucho. Y,mujer, no has sido ninguna molestia, ¡eres uncielo!

—No te preocupes, Camila. Sé cómo tratarcon él. Oye, ¿estás bien?

—Sí, cariño, no te preocupes. Gracias porestar ahí con Eric, aunque no lo parezca, le caesbien y no deja de hablar de ti.

Sonrío al escuchar sus palabras y le digoadiós. Me despido de Eric y de su padre desdela puerta de la cocina. Cuando estoy pulsando elbotón del ascensor, la puerta de la casa sevuelve a abrir, y Eric sale levantando las manosen son de paz.

Page 170: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Quieres que te acompañe? Es un pocotarde.

—No hace falta, puedo volver sola. No vaa pasarme nada —le digo metiéndome en elascensor.

—No, de eso nada. ¡Te acompaño! —dice—. En realidad iba a hacerlo, me daba igual turespuesta.

Al principio del camino hay un silencioprolongado, hasta que Eric lo rompe.

—Emma, ¿qué carrera en concreto quieresestudiar?

—No sé… Estoy entre Filología yLiteratura Comparada. ¿Y tú? ¿Qué quiereshacer?

—Lo cierto es que antes tenía muchosplanes… Quería tomarme un año sabático enplan mochilero y después estudiar Medicina.

—¡Pero estás en letras! —digosorprendida. ¿Eric en Medicina?

—Ya. Cambio de planes.—¿Qué te planteas ahora?—No sé…, quizás me vaya a Filología

Page 171: Besos entre líneas - ForuQ

contigo —bromea.—¿Tú? ¿Filología?—No, la verdad es que no soy tan de letras

como tú —sonríe y me hace reír a mí también.Seguimos andando y él chasquea la lengua

un par de veces, como si fuera una manía.Llegamos a mi puerta, la luz del porche estáencendida y seguro que mi tía todavía estádespierta esperándome. Serán las doce de lanoche dentro de nada.

Me giro y veo a Eric muy pensativo. No seda ni cuenta de que lo estoy observando. Frunceel ceño, se pasa una mano por la cara y memira.

—Emma —pronuncia mi nombre inseguro.Eric acerca peligrosamente su cara para

después aproximar sus labios a los míos. Cuandome besa me aferro a su cuello y pego mi cuerpoal suyo. Noto cómo se excita y disfruto delmomento. Él me besa cada vez con más pasióny dejo que roce mi espalda con sus dedos. Mesube levemente la camiseta por detrás y yo medejo hacer. Sigo su juego y meto mis manos

Page 172: Besos entre líneas - ForuQ

también por dentro de su ropa. Noto como situviera unas cicatrices.

—Eric. —Me separo de sus labios unmomento.

Sus ojos azules se encuentran con los míosy me descarga un torrente de energía que merecorre todo el cuerpo.

—Dime.—¿Qué tienes en la espalda?Eric se da la vuelta y, como respuesta, se

levanta el jersey que lleva. Su espalda está llenade lunares, pero también tiene una cicatriz que lacruza de un lado a otro en diagonal, rodeada deotras más pequeñas.

—¡Madre mía! ¿Qué te pasó?Recorro con los dedos la cicatriz más

grande y él se revuelve incómodo. Se da lavuelta de nuevo para bajarse el jersey y veo derefilón su torso trabajado. Se me encienden lasmejillas, pero el aire frío de la noche hace que seapaguen de nuevo rápidamente.

Me fijo en la pequeña mariposa que cuelgade su muñeca. Pero prefiero no volver a

Page 173: Besos entre líneas - ForuQ

preguntar por ella.—Un accidente de moto. Me pusieron

puntos de un lado a otro porque…, bueno, novoy a entrar en detalles desagradables —añade.

—No sabía que tenías una moto —le digo.Aunque le pega. Chico malo con moto.

Qué clásico.—Ya no la tengo. Ni la quiero.—Yo también tengo una cicatriz —

confieso.—¿Cómo fue? —pregunta Eric.—Pues… Me da vergüenza contártelo.—Venga, vamos. ¡Cuéntamelo! —me

insiste Eric.—¡Está bien! —le digo—. Pues verás, de

pequeña también estaba loca por los libros, asíque mis padres, al contrario que a otros niños,me reñían porque no paraba de leer.

Eric suelta una carcajada y yo prosigo.—Una noche, me enganché tanto a

Charlie y la fábrica de chocolate que nopodía irme a dormir hasta que lo hubieraterminado. Eran las dos de la mañana y al día

Page 174: Besos entre líneas - ForuQ

siguiente había colegio. Mi tía me pilló cuandoestaba leyendo las últimas diez páginas, me quitóel libro, y lo puso en lo alto de la estantería delsalón para que no pudiera alcanzarlo. No podíaconciliar el sueño pensando en la historia, asíque bajé a oscuras las escaleras hasta el piso deabajo, me subí a uno de los brazos del sofá paracoger el libro y me resbalé. Caí encima de unamesa de cristal y tuvieron que darme puntos.Pero ¿sabes lo mejor? —le pregunto sonriendoante su cara divertida.

—Sorpréndeme.—Conseguí lo que quería: terminé de leer

esa misma noche el libro mientras me dabanpuntos en el hospital.

Eric se echa a reír.—Déjame adivinar: ese día decidiste

autolesionarte cada vez que querías leer un libroy no te dejaban.

—No, tonto —me río—. Desde entoncestengo una cicatriz a un lado de la cadera que merecuerda lo friki que soy.

—¿A ver? —me dice subiéndome la

Page 175: Besos entre líneas - ForuQ

camiseta.—¡Para! —me río bajándomela.—¿Por qué? Yo te he enseñado la mía.

Además, hay quien dice que las cicatrices sonsexis.

—¿Ah, sí? —le digo con voz melosa—.¿Es ese el secreto de tu éxito con las chicas delpueblo?

—¿Cómo? —me pregunta él alejándose unpoco de mí.

—Les enseñas tu cicatriz, les cuentas tutraumática caída y, ¡puf!, caen rendidas a tuspies.

Eric se termina de separar de mí de formabrusca y me mira fríamente. No entiendo qué lepasa, pero se gira rápidamente y se marcha casicorriendo.

—¡Eric! —lo llamo.Pero él sigue hasta que lo veo desaparecer.

Page 176: Besos entre líneas - ForuQ

REMORDIMIENTOS

Esta noche he soñado con él. Eric. Pero tambiéntengo el presentimiento de que he soñado algomás, aunque no logro recordarlo. He soñado queEric y yo nos peleábamos —lo cual más omenos ocurrió— y su madre me invitaba otravez a cenar a su casa para que solucionáramoslas cosas.

Acabo de acordarme: también he soñadocon él, con Gabriel. ¿Cómo puede ser que lodescubriera ayer y que se me haya metido tantoen la cabeza que incluso sueño con él?

Cuando consigo dejar de remolonear en lacama, me levanto y enciendo el ordenador.Quiero ver si hay más gente como Gabriel quesube vídeos relacionados con libros a YouTube.

Page 177: Besos entre líneas - ForuQ

Todavía es temprano, pero dentro de nadami padre se despertará y tendré que ayudarlo alevantarse y a vestirse. Esta noche tenemos quevolver a llevarlo a la residencia. Ojalá notuviéramos que hacerlo.

Tocan a la puerta de mi habitación y acontinuación aparece mi tía.

—Tan madrugadora y responsable comosiempre. Sabía que estarías despierta. —Sesienta a mi lado en la cama y me da un beso enla frente.

—Buenos días, tía —le digo con voz triste.—Ayer te vi algo tristona cuando llegaste a

casa después de tu cita con ese chico. ¿Fuemal? —me pregunta inquieta.

—Oh, no. Todo fue genial, de verdad. Y noera una cita, ya te lo dije —le suelto paratranquilizarla—. Solo me he puesto así cuandomi cabeza ha vuelto a decirme cosas que enrealidad no quiero oír.

—Maldita cabeza la tuya. ¿Qué te ha dichoahora? —Me mira con interés.

—Pues lo de siempre… Papá en su

Page 178: Besos entre líneas - ForuQ

residencia abandonado como un perro por sudueño, que no se merece algo así, que…

—¡Para! —me corta mi tía—. Deja depensar eso.

—¡No puedo, tía! Mi conciencia no estátranquila, aunque sé que papá está bien allí. Nopuedo evitarlo. Por una parte me alegra que estéallí porque sé que lo atienden bien. Pero porotra, no puedo evitar pensar que está solo, quenos echa de menos y que se siente abandonado.

Mi tía me abraza y al separarnos me hacemirarla a los ojos.

—Tu padre está bien, no le falta cariño niatención. Ni se te ocurra pensar que lo hemosabandonado —me dice con lágrimasasomándose por sus ojos—. Llevarlo a ese lugarfue decisión mía, y créeme que me costó muchotomarla. Pensaba lo mismo que tú, que de estaforma lo estábamos abandonando, pero creo queal contrario, hacemos todo lo que podemos paraque esté feliz dentro de lo posible. Todo lo quepasó ha sido una gran desgracia. A vecesquisiera tener el poder de volver atrás en el

Page 179: Besos entre líneas - ForuQ

tiempo y hacer que todo hubiera sido diferente.Lo que provocó ese borracho desgraciado.

—Lo siento, te he hecho sentirte maltambién —le digo apenada—. Lo último quequiero es hacer que te sientas culpable. Nada deesto es culpa nuestra, pero nos ha tocado vivircon las consecuencias. Sé que papá es felizdentro de lo que cabe, y que hacemos lo mejorpor él. Solo es que a veces me gustaría que todofuera diferente.

—Lo sé, pequeña, lo sé. A mí también megustaría —me dice sonriendo tristemente ysecándose las lágrimas.

—Odio que esté así. Ojalá solo estuvieradiscapacitado físicamente. Es tan injusto que nosepa ni en qué mundo vive…

—Cariño, es normal que te sientas así. Tupadre estaría muy orgulloso de ti si entendieratodo lo que haces por él y estoy segura de que,aun estando de esa forma, de alguna manera seda cuenta. —Me da un beso en la cabeza—.Anda, vístete y vente, que se va a despertar ennada.

Page 180: Besos entre líneas - ForuQ

—Ahora mismo voy. Voy a buscar unacosa antes.

Cuando mi tía cierra la puerta de mihabitación, decido pensar en otra cosa. Annetiene razón, lo sé, aunque mi cabeza no me dejevivir en paz.

Me dispongo a buscar más canales sobrelibros en YouTube.

Pongo cara de desconcierto al comprobarque, en efecto, hay decenas de ellos. ¿Cómopuede ser que yo no me haya enterado hastaahora? Puede que sea porque todos los que heencontrado son de personas latinoamericanas, aligual que también encuentro muchos de hablainglesa. Quizás aquí en España no se hayaextendido tanto como por esos países.

Tengo que contárselo a Sandra y a Esther.

Page 181: Besos entre líneas - ForuQ

Parece algo más cercano, que las palabrashabladas llegan más a la gente que las escritas.Sobre todo Gabriel lo consigue conmigo.Además, se puede expresar mejor lo que unoopina.

Page 182: Besos entre líneas - ForuQ

Imposible que yo sea capaz de hacer unacosa así. No tengo carisma como Gabriel, metrabaría mucho al hablar e inclusotartamudearía. Es una locura.

Busco el canal de Yon en YouTube ydescubro a un chico guapísimo de Madrid que es

Page 183: Besos entre líneas - ForuQ

toda una diva, o eso dice en sus vídeos. Meecho unas risas viendo sus increíbles book haulmientras no dejo de pensar en qué pasaría si leshiciera caso a Esther y a Sandra.

Escucho cómo llaman de nuevo a la puertay mi tía se asoma.

—¡Emma!, ¿quieres ir de una vez a ayudara tu padre? Hace veinte minutos que te dije quebajaras.

—Ya voy, tía, no me había dado cuenta dela hora.

Qué rabia tener que dejar lo que estoyhaciendo. ¡Quiero seguir viendo vídeos!

—Cómo no, internet —dice mirando miordenador.

—¡Siempre estás igual! —le contestomolesta.

—¿Que yo siempre estoy igual? Deja unrato los libros y el blog, y baja a ayudar a tupadre.

—Voy.Me levanto después de cerrar el portátil y

salgo de mi habitación bajo la mirada enfurecida

Page 184: Besos entre líneas - ForuQ

de Anne.A veces odio tener tantas obligaciones

familiares.Me dirijo al cuarto de mi padre tras bajar

las escaleras. Su silla de ruedas está al lado dela cama y duerme como si estuviera en unataúd: completamente recto boca arriba.

Cuando entro, me oye y abre los ojos unpoco asustado. Al ver que soy yo, se relaja y memedio sonríe.

—Hola, papá. Espero que hayas dormidobien —le digo mientras levanto la parte superiorde la cama con un mando a distancia, para quequede sentado—. Ahora te traigo el desayuno.

Voy a la cocina a por la bandeja que Davidha preparado para él.

—Buenos días, solecito —me dice Davidcon una sonrisa cuando me ve entrar a lacocina.

—No son buenos para mí —le contestocasi bufando.

—Déjala, estaba enganchada a suordenador y le he pedido que ayudara a

Page 185: Besos entre líneas - ForuQ

Sebastián —se entromete Anne mordaz.—No tienes que pedírmelo, ¿sabes? Ya lo

ayudo siempre.—Venga, dejadlo ya —intenta enfriar el

ambiente David.Cojo la bandeja con el desayuno y vuelvo a

la habitación de mi padre. Él está incorporadogracias a su cama especial y me mira algoperdido.

—No te quejarás, todos los fines desemana te traigo el desayuno a la cama. Vivirasí es un lujo, ¿eh? —le digo.

Ha sido una broma de mal gusto, lo sé, nodebería haber dicho eso, pero mi padre sonríe.Parece que me ha entendido y una de suscomisuras hace otro amago de sonrisa. Comoveo que hoy está bastante atento y lúcido,intento hablar todo lo que puedo con él.

—Papá —continúo mientras le meto unacucharada en la boca—, ¿verdad que sabes quete quiero?

Increíblemente, mi padre traga y despuésrepite más o menos las dos últimas palabras. No

Page 186: Besos entre líneas - ForuQ

sé si lo ha hecho como muchas otras veces, querepite palabras al azar, o de verdad quieredecirme que me quiere. Sea como sea, dejo labandeja con el desayuno en la mesita de noche ylo abrazo.

—Gracias, papá.Hay veces en las que no parece entender

lo que le dicen, que ni siquiera sabe quién es élmismo. Pero hay otras en las que quierecomprender todo lo que sucede a su alrededor yquiere expresarse, aunque es como si estuvieraatrapado dentro de un cuerpo inerte del que notiene escapatoria.

Llevo toda la tarde haciendo cosas encasa. He tenido que poner lavadoras, ayudarcon la comida, barrer la casa, ordenar mihabitación…, y cuando me doy cuenta, heperdido casi todo el día.

Page 187: Besos entre líneas - ForuQ

Quiero llevar a mi padre un poco antes a laresidencia porque quiero ver a Eric, y si voy a lahora habitual, él ya se habrá marchado a casa.No sé qué significó lo que pasó anoche ni si estáenfadado.

Estoy sentada en mi cuarto, al fin, con miordenador. Quiero hacer una entrada en el blogsobre leer libros descargados ilegalmente. Ya hepuesto a Ed Sheeran de fondo.

—Emma. —Mi tía vuelve a mi cuarto por,al menos, décima vez hoy.

—¿¡Qué!?De nuevo interrumpiéndome. ¿Es que no

se puede respirar tranquila en esta casa?—Tu padre está muy nervioso. David y yo

llevamos un rato intentando tranquilizarlo, perono entra en razón. ¿Puedes ir tú con él?

¡Aggg!Obviamente, me levanto y me encamino

escaleras abajo.Es agotador. Sé que mi padre necesita mi

ayuda, pero me gustaría relajarme un poco ypensar en Eric, en mi blog…, incluso estudiar y

Page 188: Besos entre líneas - ForuQ

plantearme la loca idea de crearme un canal deYouTube.

Mi tía me sigue escaleras abajo y ya desdeaquí escucho los gritos de mi padre.

—No sé cómo no lo has escuchado desdearriba —me reprocha mi tía desde atrás.

Yo tampoco, probablemente estaba aisladacon la música.

Mi padre está en una posición extraña en lasilla. No deja de mover las manos y su cara estádesfigurada por los gritos que da.

—Papá —lo llamo primero suavemente.Pero él sigue gritando mientras David lo

mira sin saber ya qué hacer.Estas situaciones no suelen darse muy a

menudo, sin embargo, cuando ocurren, no sécómo reaccionar. Me agobia verlo así, sé que loestá pasando mal sin ser verdaderamenteconsciente de por qué.

—Papá, tranquilízate. Estoy aquí contigo—le grito acercándome a él.

Él continúa chillando.—Mira, te leeré Harry Potter —le digo.

Page 189: Besos entre líneas - ForuQ

Sé que no me escucha, así que corro a suhabitación a buscar el libro. En cuanto vuelvocon él, deja de gritar.

—Solo quiere pasar tiempo con su hija —dice David aliviado.

Sí. Pero su hija también necesita tiempopara sí misma.

Son las siete y he llamado a Lys paradecirle que dejaríamos a papá un poco antes enla residencia. Aún no se lo he comunicado aDavid y es mejor que lo haga ya, porquedebemos irnos en poco tiempo.

He estado una hora leyéndole HarryPotter a mi padre, que se ha quedado tranquilo yahora está con el libro entre las manos dándolevueltas mientras sigo sentada en el salón cercade él.

Page 190: Besos entre líneas - ForuQ

Estoy agotada. Y todavía hay que bañarloantes de ir a la residencia.

—David —lo llamo para que me oigadesde la cocina.

Se asoma por la puerta del salón y mepregunta:

—¿Qué?—¿Podemos llevar hoy a mi padre un poco

antes?Él me mira confuso y mi tía, que está

sentada en la mesa viendo unos catálogos deartículos de decoración de bodas, dice:

—¿Por qué? Hasta donde sé siempre lollevamos tarde los domingos.

—Es que tengo deberes y he pensadohacerlos al volver. Con papá aquí no puedohacer nada —miento.

Quiero ver si está Eric en la residencia yhablar con él. Pero obviamente no voy a decirleseso.

—Mmm…, de acuerdo. Aunque no esbueno cambiar así sus horarios.

—Por una vez no pasa nada —me salva

Page 191: Besos entre líneas - ForuQ

David.—Voy a bañarlo entonces —digo.—Te ayudo —se ofrece mi tía.Mi padre pesa mucho, porque al no poder

moverse tiene sobrepeso. Entre mi tía y yo nopodemos meterlo solas en la bañera. David nosayuda.

Dejamos a papá con cuidado dentro de labañera y él hace esa mueca que parece unasonrisa. Le gusta bañarse. Cojo la esponja yempiezo a enjabonarlo. Pero hoy no pone de suparte, solo se ríe. No se deja lavar bien yempiezo a ponerme nerviosa.

—¡Papá! Ayúdame un poquito —digo algoenfadada.

—Emma, no pasa nada, no hay prisa —medice mi tía mirándome molesta.

Sí que hay prisa, quiero cruzarme con Ericen la residencia.

Así que enjabono como puedo a mi padre ydespués volvemos a llamar a David para quenos ayude a sacarlo. Mientras llega, vaciamos labañera y comenzamos a secarlo.

Page 192: Besos entre líneas - ForuQ

—Estás muy guapo, Sebastián —lo halagami tía con una sonrisa.

Anne está remangada hasta los hombros,porque siempre nos empapamos al bañarlo. Yotambién me he puesto perdida, pero no piensocambiarme para no perder más tiempo.

Vestirlo es complicado. Entre los tres lovamos moviendo para ponerle su ropa. Él tienela boca abierta todo el tiempo, así que a la veztengo que ponerle un pañuelo para que no semanche de saliva.

Para cuando salimos de casa, estoy con lasenergías por debajo de lo normal. El caminohasta la residencia lo hago escuchando músicaen mi móvil. Le doy un auricular a mi padre paraque ambos oigamos a Paramore, y él me miramientras canto algunas canciones.

Al fin veo las luces de la residencia brillaren la noche desde mi ventana. ¿Cómo se sentirámi padre cada vez que lo dejamos aquí? Enrealidad, hoy necesito dejarlo en la residencia.Necesito un respiro.

Y quiero ver a Eric.

Page 193: Besos entre líneas - ForuQ

Mi hermana está esperándonos en elaparcamiento y, tras ayudar a Anne a bajar a mipadre del coche, corro hacia ella y nos fundimosen un abrazo.

—¡Emma! —grita tan risueña comosiempre. Luego abraza a papá—. Hola, papá.¡Qué bien hueles!

Lys es así, ha cambiado mucho desde loque pasó hace unos años. A veces me preguntosi es tan feliz en realidad o si simplemente loaparenta para que no volvamos a preocuparnospor ella, por lo que sucedió.

—¡Qué sorpresa, Lys! —le dice mi tíamientras le da un fuerte abrazo.

—Qué bien que hayas podido venir. Mealegra mucho verte —le digo.

Empieza a sonar el móvil de Anne y ellachasquea la lengua al ver quién la llama.

—Chicas, será mejor que dejéis vosotras avuestro padre, tengo que solucionar unascuantas cosas por teléfono. Nosotros osesperamos en el coche —dice Anne mirando aDavid.

Page 194: Besos entre líneas - ForuQ

—Vale —acepta Lys.—Lys, toma las medicinas y entrégalas —

le dice David tendiéndoselas.Miro mi reloj; Eric debe de estar todavía

aquí.Lys y yo nos encaminamos hacia la

residencia, subiendo la silla de papá por la rampaque hay a un lado del edificio. Después desaludar a la enfermera que está en la mesa de laentrada, cruzamos los primeros pasillos hastaque llegamos a la sala donde solemos dejar a mipadre. Aquí siempre viene su enfermero arecogerlo.

—Emma, voy a dejar lo que ha sobrado delas medicinas —me comunica mi hermana antesde darse la vuelta y desaparecer por uno de lospasillos.

Es la misma rutina de cada fin de semana.—Papá, te voy… —empiezo a decirle.Pero diviso a Eric entrando en la sala,

andando a paso rápido. No me ha visto.Mi padre me mira esperando a que siga

hablando.

Page 195: Besos entre líneas - ForuQ

—Espera —le digo. Sé que mi hermanavolverá en cualquier momento—. Ahora vengo.

Corro hacia Eric, y al notar mi presencia seda la vuelta.

—Eric.Él me mira fríamente. Sus ojos azules son

de hielo ahora mismo.—¿Eric? —insisto.—Ahora no, Em. Estoy ocupado.No es que esperara un beso ni nada de eso,

pero tampoco esperaba una mirada como la queme está echando. Eric se marcha sin más.

¿Pero qué he hecho ahora? ¡No hay quienlo entienda!

—Emma. —Mi hermana llega justo en elmomento en el que Eric desaparece de mi vista.

Yo sigo mirando la puerta por la que acabade marcharse Eric.

—¡Em! ¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esacara?

—No pasa nada, Lys. Vámonos.—No, espera —dice dirigiendo la vista a la

puerta que yo estaba mirando—. Es el poeta,

Page 196: Besos entre líneas - ForuQ

me lo acabo de cruzar viniendo aquí.—¿Qué? ¿De qué hablas?—Uy, uy, uy… Aquí ha pasado algo —me

dice mientras me mira con los ojosentrecerrados—. ¡Madre mía! ¡No puede ser!

—¿Qué pasa?—¡Es el poeta! Estás enamorada —

exclama mi hermana.—¿Qué?—Tienes la misma cara que el verano

pasado cuando rompió contigo aquel muchacho.La razón por la que tienes esa expresión tristees por un chico.

—¿Pero qué dices?—¿Qué te ha hecho? —insiste Lys—.

Dime por qué te ha hecho daño y voy ahoramismo a partirle la cara esa tan guapa que tiene.

—Lys, no te montes historias en tu cabeza.Eric es, o era, un amigo. Nada más.

—Que no me engañas, se te nota en elbrillo de los ojos. Ha entrado en tu corazoncitosin avisar. —Lys señala con el dedo hacia mi

Page 197: Besos entre líneas - ForuQ

pecho—. A lo mejor no te has dado cuentatodavía, abre los ojos.

—Lys…—Lo entiendo, no quieres hablar de ello.—¿Puedes esperarme fuera? Quiero

despedirme de papá.Mi hermana asiente, se despide de mi

padre y sale de la sala. Después yo me agachoa la altura de papá y le susurro:

—Te quiero mucho. Siento haber queridotraerte antes solo por un idiota. Siento no haberquerido estar contigo todo el día de hoy, y todo loque he hecho. He sido una estúpida. Nuncavolveré a hacer algo así.

Lo abrazo y se queda muy quieto.—Lo siento —insisto alejándome un poco

para mirarle a la cara.Le paso una servilleta que me saco del

bolsillo del pantalón por la comisura de la boca, yle doy un beso en la mejilla.

—Te quiero —repito antes de levantarme ymarcharme.

Me seco una lágrima con el dorso de la

Page 198: Besos entre líneas - ForuQ

mano y me encamino hacia la salida.

Cuando llegamos a casa, me doy unaducha y me visto de nuevo. Es el momento depasear a Zoe, aunque no me apetezca nadahacerlo.

Ella va dando saltitos de felicidad mientrasyo no dejo de pensar en Eric y en sucomportamiento.

Zoe va mirando sin parar a todos ladosbuscando a otros perros o algún gato paraladrarles y desestresarse. Es muy tranquiladentro de casa, pero cuando sale, necesita sacartoda la energía que tiene acumulada.

Al ver que la perra está exhausta, busco unbanco al lado de la fuente para sentarnos.Cuando yo lo hago, Zoe sube y se sienta a milado como si fuera una persona.

Page 199: Besos entre líneas - ForuQ

En realidad, yo la trato como si lo fuera. Escierto cuando afirmo que es un miembro más demi familia. Puede parecer que estoy chiflada,pero el vínculo tan grande que tengo con ella mehace comportarme de esa forma. Cuando lehablo, me mira atentamente como si entendieracada una de mis palabras. Sin duda es una perraque sabe escuchar. Cuando estoy triste, losiente, como si ella fuera parte de mí.

—Los tíos son idiotas, Zoe, no te enamoresnunca.

Zoe me mira absorta.—¿Por qué duele tanto? —le pregunto.Ella se coloca sobre mí y cuando la miro,

me ladra.—Lo sé, soy una estúpida. No debería

haber tratado hoy así a papá solo porque megusta un chico. Al final lo he pagado con él —grito enfadada.

Le acaricio las orejas a Zoe.—Lo peor es que me siento culpable

porque en el fondo sí que pienso que papá esuna carga. Me gustaría tener una vida normal,

Page 200: Besos entre líneas - ForuQ

poder quedar con un chico los fines de semana ytener tiempo para mí misma. Pero quiero muchoa papá y jamás lo apartaría de mi lado demanera egoísta. —Me sincero sin evitar quealguna lágrima se me escape.

Zoe pega su cuerpecito contra el mío y melame las manos en un ademán de animarme.

Page 201: Besos entre líneas - ForuQ

BOOKTUBE

Me he pasado media noche sin dormir porque nohe dejado de pensar en la reacción de Eric ayeren la residencia. Aunque Zoe alivió mi tristeza,me sigue doliendo haber tratado así a mi padrepor un chico.

Tampoco podía dejar de pensar en crear mipropio canal de YouTube. Quizás sea una buenadistracción y me olvide un poco de Eric y de losproblemas de papá.

Por un lado, es una completa locura.Escribiendo en mi blog escondo mi personadetrás de las letras, y salir en un vídeo hace quete expongas completamente a los demás. Sé queno es para tanto, pero me da mucha vergüenzaempezar a hacer algo así. Soy consciente de que

Page 202: Besos entre líneas - ForuQ

en ese momento estaré sola frente a unacámara, sin nadie más mirándome, pero solo depensar que ese vídeo luego lo verán otraspersonas… No sé si seré capaz de hacerlo bien.Que ese es otro tema: a saber si alguien querráver lo que subo.

Mientras estoy desayunando sigo dándolevueltas a todo esto. Estoy ya medio convencida,pero sigo dudando. ¡Malditas dudas einseguridad!

—Em, vas a terminar desayunandomantequilla con tostadas en vez de tostadas conmantequilla. Además, vas a llegar tarde a clase—me riñe mi tía—. ¿Se puede saber en quéestás pensando?

—En nada —le contesto mientras mecomo la tostada a rebosar de mantequilla—.Bueno, en realidad, sí. He descubierto algo y megustaría intentar hacerlo yo también.

—¿Y de qué se trata? —pregunta Davidmientras entra en la cocina.

—Pues resulta que en YouTube hay genteque sube vídeos relacionados con libros —le

Page 203: Besos entre líneas - ForuQ

contesto.—Creía que ahí solo había vídeos de

cachorritos adorables y de gente que tienecaídas graciosas —me dice David.

—Sí, yo también pensaba lo mismo, pero seve que también hay toda una comunidad quecomparte el amor por la literatura. Tiene unnombre y todo: BookTube, y quienes los grabanson booktubers. Igual que los que juegan avideojuegos son gamers —les cuento a Anne ya David, que parecen interesados.

—Es ingenioso: BookTube —comenta mitía.

—¿Verdad que sí? Pues desde que lo hedescubierto estoy pensando en crearme yotambién un canal en YouTube para hablar delibros.

—¿Estás segura? —duda David.—Es una idea que me fascina, poder

explicar con mis propias palabras saliendo de miboca lo que me ha parecido un libro.

—Pero tu timidez… —dice Anne.—Tengo miedo, pero quiero superar todas

Page 204: Besos entre líneas - ForuQ

y cada una de esas barreras que me impidenmuchas veces hacer lo que realmente quiero, ypor una vez probar a hacer algo nuevo que deverdad me ilusiona.

—Eres muy indecisa a veces, pero meencanta escucharte hablar. Creo que tienes queatreverte a superar esas barreras como dices,Emma —me dice David sonriendo.

—Creo que no es buena idea, Em. Tequitará mucho tiempo de tus estudios, y yainviertes suficiente en tu blog y leyendo libros —dice mi tía mientras recrimina a David con lamirada.

—Sabré apañármelas.Si algo tiene que ver con libros y con

internet, nunca es buena idea para ella, yBookTube engloba a ambos.

Page 205: Besos entre líneas - ForuQ

Cuando llego a casa después del institutome pongo a ver vídeos de Gabriel para ver si meanimo un poco. Parece un chico modesto apesar de toda la fama que tiene, lo que dicemucho de su personalidad. Se ve que no se hadejado llevar por la popularidad, como le hapasado a otros youtubers, y eso me gusta.Como también me gusta su sonrisa. Si no mequedo embobada mirándola, me quedoembelesada observando todos los libros quetiene detrás. ¡Luego dice mi tía que tengomuchos libros!

Al final encuentro justo lo que buscaba:Quiero ser booktuber. Así se llama uno de losvídeos de Gabriel. En él da ánimos a todo el quese proponga ser booktuber, da consejos paraempezar en ese mundo y cuenta un poco cómose inició él en todo esto.

Lo primero que hago es seguir uno de losconsejos que da Gabriel en su vídeo: buscar uneditor de vídeos decente. Después de muchobuscar, me he quedado con uno sencillo paraprincipiantes, pero que no está nada mal.

Page 206: Besos entre líneas - ForuQ

Cuando lo instalo en mi ordenador, sigo untutorial —también de YouTube— en el que seexplica lo básico para editar un vídeo y luegogenerarlo en el formato que uno desee. Noparece muy difícil, y trasteo el programa parafamiliarizarme con él un poco antes de la horade la verdad.

¡No tengo cámara! No sé cómo no me hedado cuenta antes de este problema.

Bajo corriendo las escaleras y encuentro aDavid justo donde creía que estaría, en el salónleyendo el periódico.

—David, dime que sí.—Que sí, ¿qué? —me contesta sin

levantar la vista de la noticia que está leyendo.—Que sigues teniendo esa cámara de

fotos que también graba vídeo —le contesto conlos dedos cruzados detrás de la espalda.

—Pues claro que la tengo. Además, estácomo nueva, aunque tenga unos años, porque nola he usado casi nada —me dice David.

—¿Me la prestarías para grabar los vídeospara mi canal de YouTube? —le ruego.

Page 207: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Al final te has decidido? —me dice.Esta vez levanta la cabeza para mirarme—. Mealegro mucho, Em. Claro que te la dejo. Prefieroque la utilices tú a que esté cogiendo polvo en miarmario.

—¡Muchas gracias, David! —Meemociono mientras le doy un abrazo.

—Vaya, de nada. Parece que estás muyilusionada con tu nuevo proyecto. Seguro que lohaces genial.

—Lo cierto es que sí lo estoy. Y tambiénmuy nerviosa —le confieso a David.

—Tranquila, confía más en ti.—Ese es el problema. Tendré que

aprender a hacerlo de una vez por todas.Tengo que contárselo a Sandra y Esther.

No se lo van a creer cuando se lo diga.

Page 208: Besos entre líneas - ForuQ

—Chicas, ¡ya tengo cámara para grabar!—les digo por la webcam en Skype.

—¿Te vas a hacer un canal de BookTube?¡Te lo dije!

—No, las dos te lo dijimos.—Al final me he convencido, aunque

Gabriel ha sido bastante culpable. Ni siquiera sési lo de BookTube me llevará a alguna parte,todo depende de si me gusta hacerlo y me sientocómoda con el tiempo. Puede que mi canaltenga buena aceptación o no, pero si a mí megusta lo que hago, seguiré con ello. Es lo mismoque me planteé cuando empecé con el blog ypienso hacerlo igual en este caso.

—Espero que cuando seas rica, famosa ytengas una casa forrada de libros, te acuerdesde Esther y de mí, tus mejores amigas del almaque te animaron y apoyaron desde el principio acrear tu canal —añade Sandra sonriendo.

Page 209: Besos entre líneas - ForuQ

Estoy en el salón con mi portátil probandoel programa de edición que me descargué haceun rato. He puesto un vídeo de Zoe que hegrabado con el móvil y no sé ni cómo se corta.

Mi teléfono empieza a sonar y Anne me loacerca.

—Clara… —lee el nombre en alto antesde darme el móvil.

—¿Sí? —Cojo la llamada.—¡Hola, Emma! ¿Te apetece tomar unas

cervezas en el centro? Es mi cumpleaños y heinvitado a algunos amigos.

Me quedo tan sorprendida que, duranteunos segundos, no sé qué contestar. Clara nuncame ha invitado a salir por ahí.

—Eh…, no sé… —dudo.—Venga, Em, no puedes fallarme. Es mi

dieciocho cumpleaños…En realidad tengo ganas de seguir en casa

con mis cosas.—¿Qué pasa? —se entromete mi tía con

interés.

Page 210: Besos entre líneas - ForuQ

Buf, no, lo que faltaba.—Nada, una amiga de clase —le contesto

a mi tía antes de seguir hablando por el auricular—. Un momento, Clara…

Ella guarda silencio.—¿Qué dice?—Que si quiero salir a tomar algo —

respondo.—¡Qué idea más maravillosa! Dile que sí.

¡Clara, nosotros la dejamos ir! —grita ella paraque la escuche a través del teléfono.

—¡Tía! —le digo enfadada.Ya se está entrometiendo otra vez donde

no la llaman.—¿Qué? Aprovecha, Emma, es el último

año, luego en la universidad todo cambia —insiste Anne.

—Oye, Emma… —carraspea Clara desdeel otro lado.

—De acuerdo, ¿dónde es?—¡Bien! En el bar de al lado de la estación

de autobuses. ¡Un beso!Clara cuelga y yo me quedo mirando a mi

Page 211: Besos entre líneas - ForuQ

tía con cara de pocos amigos.—¿Qué? Deja el ordenador un rato y haz

amigos, Em. También es importante que terelaciones con gente normal —dice haciendoespecial hincapié en la última palabra.

—Ya me relaciono con gente normal —contesto mientras apago mi ordenador y melevanto del sofá.

—Vuelve antes de las once, que mañanahay clase.

Pongo los ojos en blanco y subo a mihabitación para coger una chaqueta.Seguidamente salgo de casa sin decirle adiós ami tía y ando a paso rápido hacia la estación.

Llego unos minutos después y entro en elbar. Tiene un patio interior con muchas sillas yhamacas alrededor de una piscina. Ya estáempezando el buen tiempo.

De repente lo veo y me paro en seco. Eric.Y no está solo. Puede decirse que está muy bienacompañado por una chica alta y morena. Nopuedo ver su cara, pues la tiene pegada a la deEric. ¿Pero no estaba con otra chica diferente

Page 212: Besos entre líneas - ForuQ

en la puerta del instituto? ¿No me besaba a mí elotro día? Creo que le falta poco para habermetido su lengua en todas las bocas femeninasdel pueblo.

Me doy la vuelta para no tener que seguiraguantando ese numerito. Cuando lo hago, veo aClara hablando con un grupo de chicas en labarra. Me encamino hacia ella cuando escuchoque me llaman.

—¿Emma?Al girarme veo a Eric. No va a acercar su

desgastada lengua ni a dos metros de la mía.—Eric —digo su nombre sin emoción

alguna cruzándome de brazos.—El mismo. —Solo ha dicho dos palabras

y ya noto lo borracho que está.—¡Ah! ¿Ahora me hablas? ¿No tendrás

por casualidad un hermano gemelo y yo no mehe enterado?

—Qué va, ¡soy el mismo! —me dice Ericmientras abre los brazos para señalarse a símismo.

Craso error, pues pierde el equilibrio al

Page 213: Besos entre líneas - ForuQ

hacer ese sencillo movimiento.—¡Cuidado! —le prevengo mientras lo

agarro para que no acabe en el suelo.Paso su brazo por encima de mis hombros

y caigo en la cuenta de que casi nos estamosabrazando.

—Eres mi heroína —me dice mientras seme queda mirando fijamente.

Veo sus ojos azul oscuro de cerca ydescubro que tiene un tono casi gris al lado delas pupilas. Son preciosos, tengo que admitirlo.

Vuelvo a la realidad cuando Eric continúahablando.

—Siento haber estado distante, estos díashe estado en mil cosas y…

—¿Dónde está tu novia de esta noche? —No puedo evitar hacerle esta pregunta.

—¿Novia? Yo jamás volveré a tener una.Solo sirven para hacerte daño. —Su expresiónse vuelve seria de pronto.

¿Ha tenido una relación seria con alguien?No puedo creerlo, aunque sus palabras muestraneso. Eric es una caja de sorpresas.

Page 214: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Y qué hacías besando a esa chica? —le pregunto.

—Pues eso, besándola. Sin más. Ella noquiere nada más de mí y yo nada más de ella.No hay dolor. Bueno, quizás algo más sí, pero…—termina diciendo con voz sensual.

Me dan ganas de dejarlo en el suelo.Eric vuelve a balancearse y decido sentarlo

en una de las hamacas más apartadas de lapiscina, no vaya a ser que se caiga dentro sinquerer.

Avanzamos despacio sobre la hierba. Envez de mirar al suelo, Eric me sigue mirando, loque dificulta el camino.

—¿Qué miras? —le digo cuando ya lo hedejado sobre la tumbona.

Yo me tumbo en la que hay justo al lado.Eric sigue mirándome. Me paso las manos por elpelo nerviosa.

—Que eres igual, pero diferente —meresponde cuando ya no esperaba que lo hiciera.

—Me ha quedado muy claro lo que quieresdecirme —le digo irónicamente.

Page 215: Besos entre líneas - ForuQ

Miro hacia abajo y veo que su manoderecha está muy cerca de la mía izquierda.Vuelvo a mirar su pulsera.

—Es bonita —le digo de repente.Eric se me queda mirando con gesto

interrogante.—La pulsera —le explico.Me atrevo a tocarla, a sostener la pequeña

mariposa en mi mano.—¡No la toques! —grita Eric—. ¿Por qué

tiene que ser todo tan difícil?Se tapa la cara con las manos. No entiendo

nada.De pronto llegan dos chicos que parecen

ser de la misma edad de Eric.—¡Eh, Eric! Creo que ya has bebido

bastante —dice el más alto de ellos.Eric mira a los recién llegados y vuelve a

taparse los ojos colocando un brazo por encimade ellos.

—Vamos.El que creo que es su amigo ayuda a

levantarse a Eric, pero lo que se desliza hasta mi

Page 216: Besos entre líneas - ForuQ

camiseta y después al suelo es su copa.—¡Eric! —le grito.Pero su amigo ya lo está llevando a la

salida del bar. Yo intento secarme con unpañuelo.

—Oye, espera. Yo te conozco, ¿no? —mepregunta el otro chico que ha venido con elamigo de Eric.

¡Es Julio! Me incorporo hasta quedarsentada en la hamaca y le digo:

—¡Sí! Nos conocimos en la universidad.—Oye, ¿estás bien? —me pregunta él aún

de pie.—Más o menos. ¿Qué haces aquí?—Ver a un amigo, Eric, aunque ahora me

avergüence decirlo. ¿Puedo sentarme? —mepregunta Julio señalando la hamaca que ocupabaantes su querido amigo.

—Adelante.—Quiero disculparme por Eric, todo esto

no ha sido fácil y…—No hay excusas. ¡Yo no tengo culpa de

nada de lo que haya podido pasarle! —

Page 217: Besos entre líneas - ForuQ

interrumpo.—Lo sé, no tienes la culpa. Nadie la tiene.

Me sorprende mucho cómo ha cambiado.Nunca lo había visto comportarse de estamanera.

Julio baja la cabeza y se mira los piesrodeados de césped. Quiero creerle, pero mecuesta mucho hacerlo. De repente me viene a lacabeza lo que me dijo Camila cuando fui a sucasa a cenar.

—¿Pero qué pudo pasar para quecambiara? Quiero poder llegar a entenderlo, deverdad. ¡Dímelo! —le ruego.

—Ha tenido muchos problemas estosúltimos años. Su familia estaba desesperada ydecidió venir a vivir aquí. El chico de antes y yosomos los únicos amigos que le quedan enMadrid —me dice Julio.

—¿Y por qué quieres seguir siendo suamigo si ha cambiado tanto?

—Porque con nosotros sigue siendo elmismo, y porque sé que algún día pasará este

Page 218: Besos entre líneas - ForuQ

bache. Estoy convencido de que Eric merece lapena, y alguien tiene que ayudarlo.

Julio me está diciendo muchas cosas, peroen realidad no me está diciendo nada.

—Pero hoy se ha enfadado por esa míserapulsera que lleva. No puede ponerse así solo poruna cursi…

—Es muy importante para él —meinterrumpe Julio. Coge aire y continúa—: Algúndía te lo contará, estoy seguro. Si se comportaasí contigo, es porque en el fondo le importas.Cuando llegue ese día, entenderás todo.

Antes de poder procesar lo que me hadicho, se marcha por donde ha venido,dejándome con más dudas de las que ya tenía.

Page 219: Besos entre líneas - ForuQ

BAJO LA LLUVIA

Llego tarde a clase.Al final anoche regresé a casa mucho

después de lo que mi tía me dijo, y esta mañanano podía despegar los párpados cuando hasonado el despertador.

—Chist. —Oigo cómo alguien llama miatención cuando estoy entrando por la puerta delinstituto.

Cuando miro a la derecha, veo a unosmetros a Eric apoyado contra la pared.

—La primera clase ya ha empezado. ¿Quéhaces aquí? —le digo acercándome a él.

—Vamos —me dice tendiéndome su mano.—¿Adónde?—Donde sea.

Page 220: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Qué?—Quiero compensarte por haberte

arruinado el cumpleaños de Clara.Me lo quedo mirando pensativa.—Oh, vamos, Em. Por un momento no

pienses, déjate llevar —me dice cogiéndome dela mano.

Y eso mismo hago. Nos encaminamos alaparcamiento y nos metemos en el coche deEric. Arranca y yo bajo un poco mi ventanilla,dejando que el viento me revuelva el pelo.

—Anoche me pasé bebiendo y no sabía nilo que decía…

—Eric, no pienses —le digo repitiendo suspalabras para que deje de disculparse.

Él aparta la mirada de la carretera unsegundo para mirarme con una sonrisa traviesa.

—Aunque menudo día tan feo he escogidopara escaparnos.

—A mí me encantan los días nublados.¡Para mí no son nada tristes! —le digo mirandoal cielo gris.

—Creo que ya sé adónde te voy a llevar.

Page 221: Besos entre líneas - ForuQ

Después de unos cuantos kilómetros, ya haempezado a chispear y llegamos a un campo deflores silvestres. Es un sitio realmente precioso:un manto lleno de diversos colores cubre elsuelo, todo está rodeado por frondosos árbolesde muchas tonalidades de verde, y encima deuno de ellos hay una cabaña casi destruida porel paso del tiempo.

—Guau… —es lo único que puedo decir.—Esa cabaña era mi refugio de pequeño.

A veces mi familia venía aquí a desconectar yyo me encerraba ahí para pensar.

—Eric… —balbuceo al darme cuenta deque está compartiendo conmigo un lugar muyespecial para él.

—Sabía que te gustaría —me dice Ericriendo.

Eric y yo nos resguardamos debajo de lacabaña, sentados encima de la hierba cada vezmás brillante a causa de las gotas de lluvia.

—Aquí me siento libre.—¿Qué quieres decir?—Que no me siento observado ni juzgado

Page 222: Besos entre líneas - ForuQ

por nadie. Así me sentía de pequeño —dice.—Sí, tienes razón. Es un descanso sentirse

así. Sin nadie alrededor que te mire, como unafriki.

Nos quedamos un rato en silenciopensando en todo esto…

—Me gusta esto de no pensar, creo que lovoy a hacer más a menudo.

—¿Ves? Yo me lo repito siempre: hay quedejar atrás el pasado, hay que dejar el dolor a unlado, hay que… —Mira al suelo, coge una florvioleta que se ha desprendido de su tallo, y me lacoloca por encima de una oreja—. Aunquemuchas veces se me olvida…

Yo me miro las manos avergonzada. Ericpuede llegar a ser tan dulce…

Entonces se levanta de un salto, me cogeen brazos, y se lanza en picado fuera de nuestrorefugio. Empiezo a chillar como una loca y apatalear. Le pido que me baje y me lleve denuevo bajo el árbol, pero eso no hace más queagravar su risa.

Eric por fin me baja al suelo. Está cayendo

Page 223: Besos entre líneas - ForuQ

una lluvia abundante que empapa nuestroscuerpos. Tengo el pelo pegado al cuello y a lacara, la ropa totalmente calada y los zapatosaguados.

—¡Eres tonto! —le grito.—No te enfades, Em. No pienses —se ríe

mientras se aparta el pelo mojado que tienepegado a la frente.

—¡Es que tengo toda la ropa mojada!¿Cómo le voy a explicar esto a mi tía? —legrito.

Pero rompo a reír y él se une a micarcajada.

Eric me roza la mano con los dedos cuandodejamos de reírnos. Su semblante se vuelveserio y sus ojos recorren mis labios. Después memira valorando qué hacer.

Yo también lo miro sin saber muy biencómo reaccionar y pierdo mis dedos en su pelo.

Eric se lanza a por mis labios, a la vez queyo a por los suyos, y nos fundimos en un besodesesperado bajo la lluvia. Sus manos van a

Page 224: Besos entre líneas - ForuQ

parar a mis caderas mientras que yo lo agarropor los hombros.

A pesar de tener el cuerpo helado, miinterior no puede estar más cálido.

He conseguido llegar a mi cuarto sin quenadie me vea. Aunque no me he fijado, seguroque he dejado un rastro de gotitas de agua hastallegar aquí.

—¡Emma! —grita David detrás de lapuerta cerrada de mi cuarto.

Mierda, me ha pillado.—Toma, la cámara que me pediste —me

dice cuando abro la puerta.Ve que estoy empapada y me pone cara

interrogante.—Me he olvidado el paraguas en casa esta

mañana —miento.

Page 225: Besos entre líneas - ForuQ

—Haberme avisado y te habría recogidoen el instituto.

—No quería molestar.Empiezo a disimular mi vergüenza mientras

abro la bolsa negra que contiene la cámara deDavid.

—¡Gracias, David! Ahora mismo mepongo con mi canal.

—Cuídala, que es toda tuya.—¿De verdad? ¡Gracias, gracias, gracias!Así que sí, ya he entrado en YouTube, me

he abierto una nueva cuenta en Google y através de ella he activado mi canal. Se llamacomo mi blog: La ventana de Emma, y le hehecho —como bien he podido, porque no soymuy buena en esto— una cabecera con librosen tonos morados.

Estoy sentada en mi cama dándole vueltasal primer vídeo que grabaré para el canal.

La verdad es que la cámara es un pocoantigua, pero tras darle una serie de vueltas veoque me sirve, y que hasta graba en HD. No

Page 226: Besos entre líneas - ForuQ

tendré las bandas negras a los lados que meproporciona mi móvil.

Ahora sí que no tengo excusa para noempezar. Todo lo que necesito está aquí. Micámara, mis libros, mis notas, y yo.

Me levanto y me aliso las arrugas de lacamisa que llevo puesta. Es blanca con gatitosmorados y celestes. Me hago una trenza a unlado y me pinto un poco los labios de rosa pastel.

Ahora que caigo, no tengo trípode, y estoysegura de que David no tiene. Solo hay que verel uso que le ha dado a la Nikon digital que meha dado.

Puedo usar una torre con mis libros a modode trípode. Creo que podría servir. Así queacerco el escritorio a mi estantería, buscando elángulo que más me gusta. Coloco varios libros—los más gordos que tengo— apilados enmedio del escritorio. Cuando la torre queda máso menos a mi altura, pongo la cámara encima yla enciendo.

Me encanta el plano. Ha salido el sol unpoco y entra por la ventana bañando mis

Page 227: Besos entre líneas - ForuQ

estanterías de luz. Eso hace que algunos lomoscon letras doradas brillen. ¡Se ve genial!

De esta manera empiezo a grabar miprimer vídeo emocionada.

Lo voy a llamar Top 10 Libros Favoritos.Enseño mis diez libros favoritos actuales, puescada año voy actualizando esta sección en miblog porque siempre leo cosas nuevas que mesorprenden y se ponen a la cabeza de la lista.Entre mis favoritos de este año están, entreotros, Prohibido, de Tabitha Suzuma, y Sidecido quedarme, de Gayle Forman.

Termino de grabar en veinte minutos y mesiento todavía más emocionada. La verdad esque he tardado más de lo que creía y no sécómo habrá salido, pero he tenido que pararvarias veces y repetir algunas cosas porque metrababa o equivocaba.

Tengo ganas de ver qué piensa el mundode mi canal y de mí. Quiero empezar acompartir mis lecturas a través de YouTube.Este es un proyecto que me llena de ilusión.

Después de unas horas, no ha estado tan

Page 228: Besos entre líneas - ForuQ

mal mi primera sesión editando el vídeo. Hetenido algunos problemas para encontrar algunasde las herramientas que quería, pero no haquedado nada mal.

Y solo han pasado unas horas desde que hepublicado el vídeo y mi canal de YouTube estáyendo sobre ruedas, ¡ya tengo 124 suscriptores!Estoy tan contenta que voy a grabar ahoramismo el segundo.

Page 229: Besos entre líneas - ForuQ

EL REGALO

Me levanto de la silla del escritorio y medispongo a elegir entre mis estanterías losmejores libros distópicos; en este caso casi todosson sagas. Cuando llevo diez minutosrecorriendo la mirada por los lomos de mislibros, estoy desesperada. ¡Es muy difícil elegirentre tantas novelas que me gustan!

Bajo al salón, donde hay más estanterías, ybusco allí una distopía clásica que me encantó yque pertenece a mi padre: 1984.

Mientras paso mi dedo índice por los libros,encuentro uno que llama mi atención por suautor, Bukowski. Se trata del poeta que Eric leíacuando nos conocimos. Como nunca me hainteresado la poesía, ni siquiera sabía que tenía

Page 230: Besos entre líneas - ForuQ

una obra de él. Saco el poemario del estantejunto al otro libro que buscaba, y vuelvo a subir ami cuarto. Me siento en la cama, lo abro yempiezo a leer. Después de varios intentos, dejoel libro a un lado. Imposible, no me entero denada y no se me hace interesante. La poesía noes para mí.

De repente me viene a la cabeza una idea:le regalaré este libro a Eric la próxima vez quelo vea. Seguro que le hace ilusión y lo disfrutará,por lo menos dejará de estar acumulando polvoen mi casa.

Una vez ya he conseguido reunir todos loslibros necesarios para empezar a grabar misegundo vídeo para YouTube, solo quedaponerme frente a mi estantería, construir otravez una torre de libros para colocar encima lacámara y darle al botón «REC».

«¡Hola! Antes de empezar, quería daroslas… Agradezco mucho que… Estoy muyagradecida por… ¡Hola!». Paro de parlotear ala cámara con un fuerte suspiro.

Me pongo nerviosa a mí misma. ¡No sé

Page 231: Besos entre líneas - ForuQ

decir bien ni una frase seguida! Imagino que conel tiempo y la práctica mejoraré en esto, peroahora…

He oído decir a otros youtubers que sepreparan un guion antes de grabar. No es queme parezca mal, pero lo noto más forzado que siempiezas a hablar espontáneamente a lacámara.

Una cosa es hacerte una lista conelementos que no debes olvidar mencionar comohe hecho yo:

1. Saludo.2. Agradecimiento por la acogida del

canal.3. Decir de qué trata el vídeo.4. Recomendar mis diez distopías

favoritas.5. Recordar que pueden comentar lo que

quieran y que estaré encantada deresponderles a todos.

6. Recordar que pueden seguirme en miblog y mis redes sociales, suscribirse al

Page 232: Besos entre líneas - ForuQ

canal y darle a like, si quieren.7. Despedida.

Y otra cosa es apuntar palabra por palabratodo lo que debo decir. Prefiero hacerlo de estaforma por el momento, y ya me acostumbraré ano ponerme tan nerviosa delante de la cámara.Menos mal que con el editor de vídeos puedescortar y pegar tanto como quieras, pues si tengoque decir todo bien a la primera y sin cortes…

Después de recomendar las trilogíasDivergente y Los juegos del hambre, le toca elturno a Delirium:

«Como ya os he dicho, tiene una escriturafantástica y unos personajes increíbles, pero elfinal… El final de la trilogía…» Respiro hondopara volver a intentarlo. «Odiaréis el final de latrilogía. Requiem, el último libro, es…»

De repente me quedo con los ojos comoplatos. El objetivo de mi cámara acaba decerrarse. Parece ser que ha decidido apagarseella solita.

Page 233: Besos entre líneas - ForuQ

Dejo los libros que llevo en la mano a unlado y cojo la cámara. Le doy al botón deencender.

—Batería agotada. —Leo en voz alta loque pone en letras rojas en la pantalla, antes deque vuelva a ponerse negra.

¡Me olvidé de poner a cargar la bateríadespués de la primera sesión de grabación!Cómo se nota que soy principiante.

Menos mal que tengo una batería derepuesto que también me dio David.

Cuando pongo la batería cargada, visualizoel vídeo que acabo de grabar para ver qué es loúltimo que he dicho antes de que se apagara lacámara. Parece que no he estado mucho tiempohablando sola. Bueno, sola siempre estoy, merefiero a que ni siquiera la cámara estabaescuchándome…

«Requiem es el último libro y tiene un finalque…», continúo diciendo.

Suena y vibra mi móvil, interrumpiéndome.No una sola vez, sino varias seguidas. ¿Alguien

Page 234: Besos entre líneas - ForuQ

me está escribiendo una palabra por línea porWhatsApp o qué?

Cabreada por el nuevo corte en lagrabación, ni siquiera miro quién me ha escrito ypongo el móvil en silencio. Un segundo despuéslo pienso mejor y lo apago directamente.

Respiro hondo para calmarme. Soy unapersona que tiene bastante paciencia, pero tengoun límite.

¿Le sucederá todo esto hasta a la personamás experta en grabar vídeos? ¿Le pasará aGabriel? Parece tan seguro delante de lacámara, sin hacer muchos cortes entre frase yfrase con su editor de vídeos, y siempre está tansonriente…

Seguro que esto solo me sucede a mí. Nopuedo tener peor suerte.

«El final de la trilogía me pareció unabroma de mal gusto, es espantoso, nadaconcluyente y, en definitiva, pienso que Requiemno finaliza la historia que empezó en Deliriumcomo se merece. A pesar de todo esto, latrilogía está entre mis favoritas.»

Page 235: Besos entre líneas - ForuQ

No puedo creer que haya dicho todo eso ala primera y sin ponerme nerviosa. Tendré queenfadarme antes de grabar cada vídeo. Siemprehay que ver el lado positivo de las cosas.

Mientras estoy agachándome para recogerla siguiente distopía del suelo, escucho un ruidoque ya he oído hace unos minutos. Sinincorporarme, vuelvo la cabeza hacia la cámaratemiéndome lo que ya sabía.

¡No puede ser! ¿Qué pasa ahora? ¡Lacámara ha vuelto a apagarse! Esto debe de seruna broma. No puede estar pasándome.

«La tarjeta de memoria está llena», meindica cuando vuelvo a encender la cámara.

—¿¡Me lo estás diciendo en serio!? —legrito a la cámara, tan fuerte que Anne y Zoeentran corriendo en mi habitación.

—¿Qué pasa? —me pregunta.—Que estoy intentando grabar un vídeo

aprovechando que ahora los vecinos no estánhaciendo ruido, que tú no estás hablando porteléfono con clientes, y que David no está encasa. Y resulta que los astros no están bien

Page 236: Besos entre líneas - ForuQ

alineados con los planetas o algo así, ¡porquetodo se ha puesto en mi contra para no podergrabar tranquila!

—Emma —me dice mi tía riéndose.—Es que si no es por la batería que se

agota, es por la tarjeta de memoria que tambiénlo hace. O es por una gigantesca nube que haceque no entre suficiente luz por la ventana ytengo que esperar a que desaparezca. Si no, elmóvil empieza a sonar. ¿Qué es lo siguiente?¿Que se derrumbe la montaña de libros que usocomo trípode para la cámara, o que la estanteríaque tengo detrás se me caiga encima mientrasestoy grabando? —le digo echándome de golpeencima de mi cama—. Nunca hubiera pensadoque grabar un vídeo de menos de diez minutosfuera tan difícil.

—Te acabarás acostumbrando. Nadie nacesabiendo. Ya verás como la próxima vez no teocurre todo esto, porque de los errores seaprende, cariño —me tranquiliza.

Zoe se sube de un salto encima de mí yempieza a lamerme la cara. Este simple hecho

Page 237: Besos entre líneas - ForuQ

me pone de mejor humor. ¡Es tan adorable! Encuanto siente que no estoy bien, viene aconsolarme.

—Sí lo sé, tía. Pero no he podido evitarponerme de los nervios —le contestoincorporándome en la cama mientras le acariciola barriga a Zoe, y le digo:

—¿Quién es la cosa más bonita delmundo? ¿Quién es?

Zoe mueve la cola y saca la lengua como siestuviera sonriéndome.

—Cuando acabes, ponte a estudiar, anda—dice Anne antes de salir de mi cuarto.

Cojo mi cámara y empiezo a eliminar todoslos archivos de vídeo que grabé para el primervídeo, dejando intactos los demás. Lo que mefaltaba, borrar sin querer todo lo que acabo degrabar.

Respiro hondo de nuevo, perdiendo lacuenta de las veces que lo he hecho ya, y sigograbando el vídeo hasta el final.

No puedo creer que haya podidoconseguirlo sin ninguna otra interrupción. Esto

Page 238: Besos entre líneas - ForuQ

se merece una celebración o algo.

Hoy es un día soleado, por las ventanas dela residencia de mi padre entra mucha luz.

Estoy muy nerviosa, mucho más quecuando he empezado a grabar delante de lacámara esta mañana. No sé cómo reaccionaráal regalo.

—Ve a por tu padre, tengo que hablar conel director un momento —dice Anne.

—¿Pasa algo, tía? —le preguntopreocupada.

—Luego te lo cuento.—Qué misteriosa… —le digo intentando

tranquilizarme.—Es una sorpresa para David, después te

explico, pero como se te ocurra decirle algo…Hago como que me sello los labios y se

marcha.

Page 239: Besos entre líneas - ForuQ

Cuando entro en la sala en busca de papá,Eric, como ya sabía, está aquí. Le está leyendoa uno de los pacientes una noticia del periódico.

—Hola, Em —me saluda levantándose dela silla.

—Hola —le digo escuetamente.Se acerca a mí y me planta un corto pero

dulce beso en los labios. Yo me quedoparalizada, pues no me esperaba estabienvenida.

Miro hacia todos los lados esperando quenadie, sobre todo mi tía, nos haya visto.

—No has venido sola, ¿eh? —me preguntaviendo que me he puesto nerviosa.

—No, mi tía vendrá en cualquier momento—le digo—. ¿Y papá?

—Sebastián está terminando de darse unbaño y pronto lo traerán listo para irse a casa —me dice sonriendo.

—¿Qué traes ahí? Ahora te lees los librosa pares, ¿o qué? —dice Eric divertido al ver quellevo dos en la mano.

—Más quisiera que ser capaz de hacer

Page 240: Besos entre líneas - ForuQ

eso. Me ahorraría mucho tiempo y podría leertodos los libros que quiero —le digo ya mástranquila.

—Este es el que me estoy leyendo. —Lemuestro Las ventajas de ser un marginado,que acabé comprando porque no podía aguantarmás las ganas de leerlo, todo gracias a Gabriel—. Y este otro es un regalo para ti.

—¿Un regalo? ¿Un libro para mí? —medice sosteniéndolo con sus manos.

—Creía que te haría ilusión —le digo nomuy convencida.

Pero cuando Eric lee el título, y sobre todoel autor, le cambia la expresión, de confusión, aagradecimiento e ilusión.

—¡Bukowski! Muchas gracias, coleccionoediciones. —Me alza en sus brazos y meabraza, no sin antes vigilar que mi tía todavía nohaya llegado.

Yo no paro de sonreír hasta que me deja denuevo en el suelo.

—Vaya, pensaba que te gustaría, pero notanto. Me alegro mucho —le digo sonriendo.

Page 241: Besos entre líneas - ForuQ

—Me ha hecho más ilusión que te hayasacordado de mí que el regalo en sí. Es un libroque puedo coger prestado en la biblioteca, perome encantará releerlo, mucho más sabiendo queme lo has regalado tú —dice Eric recuperandoel aliento.

—Es, o mejor dicho, era de mi padre. Noes algo que regalaría a cualquiera. Reconozcoque cuando lo encontré entre sus libros heintentado leerlo, y no suena tan bien en micabeza como cuando lo leías tú en voz baja —leconfieso sonrojándome ligeramente—. Creo quea papá le gustaría saber que alguien disfruta deél, no como en mi casa, que nadie lo ha hojeadodesde lo que le pasó…

Se acerca y me vuelve a besar. Esta veztardando un poco más en separarse de mí, sinimportar si Anne nos pilla.

Page 242: Besos entre líneas - ForuQ

EN LLAMAS

Mientras estoy viendo vídeos de BookTube,estoy apuntando en una libreta libros para poderbuscar más información sobre ellos y ver si meinteresa finalmente darles una oportunidad.Sobre todo veo vídeos de Bastian, el español conmás seguidores en su canal: El coleccionista deuniversos. También me gustan mucho losvídeos de los mexicanos Lau, de Lau ReadsBooks, y Roberto, de Cerrando libros. Perosobre todo veo los de Gabriel, solo hace faltaque él hable bien de un libro para que me entrenmuchísimas ganas de devorarlo inmediatamente.

Sigo en mi intento de dejarle un comentariopor vídeo visualizado para que repare en miexistencia.

Page 243: Besos entre líneas - ForuQ

A veces me escandalizo con los de otraspersonas, casi todo chicas, que le escriben cosascomo: «¡Cásate conmigo!», «Eres el chico másguapo del mundo, te quiero», «Ven a mi ciudad,te quiero conocer», «¡Quiero un hijo tuyo!»… Yno dicen nada relacionado con lo que cuentaGabriel en el vídeo.

A ver, sí, yo pienso a veces las cosas quecomentan, pero con hacerlo en mi cabeza sobra.Es muy guapo, me encanta cómo se expresa,tiene un punto muy sexi con su acento mexicanoy ¡le encanta leer, como a mí! Es que lo tienetodo. Pero a algunos se les va de las manos elfanatismo.

No puedo creer lo que acabo de leer. ¡Nopuede ser! Tiene que ser una broma. Sí, esotiene que ser. Antes de hacerme ilusiones tengoque comprobarlo.

Hago clic sobre el cuadradito donde hayuna foto de Gabriel, que me redireccionainmediatamente a su canal.

—¡No puede ser! ¡Ahhh! —Me levanto deun salto de la silla del escritorio y miro por la

Page 244: Besos entre líneas - ForuQ

ventana, reparando por primera vez en lo bonitoque está hoy el cielo.

«Cásate conmigo! ¡Te quiero! ¡Eres miídolo!», le digo a la foto de Gabriel que apareceen la cabecera de su canal.

He hecho justo lo que acabo de criticar.Pero ha sido una excepción, la adrenalina y laalegría han hecho que me salga sin querer.

—¡Tía! —grito al tiempo que bajocorriendo las escaleras hasta la cocina.

—¿Qué pasa? ¿Dónde está el fuego? —me dice Anne, que está preparando la comida.

—¡El fuego está dentro de mí! ¡Estoy enllamas! ¡Como Katniss Everdeen! —le digo conefusividad abriendo los brazos en cruz y mirandoal techo.

—¿Quién? ¿Qué estás diciendo? No teentiendo. ¿Qué pasa?

—Gabriel, el guapo, agradable, inteligente,adorable y…

—¡Emma! Tranquilízate, te va a dar algo—me aconseja mi tía.

—¡Que Gabriel ha dejado un comentario

Page 245: Besos entre líneas - ForuQ

en un vídeo mío! ¿No es una pasada?—¿Pero quién es ese? ¿Un cantante o

algo? —me pregunta interesada al ver mi carade emoción.

—¡No! Gabriel es el booktuber másfamoso de México. ¿Qué digo México? ¡Detoda Latinoamérica! Y me ha escrito uncomentario. ¡A mí! Que no tengo ni unamilésima parte de sus suscriptores y quesolamente he subido dos míseros vídeos.

—¿Booktuber? ¿Eso que dices que sellama lo que tú haces en internet?

—Sí, tía, sí. Tanta emoción que te ha dadome quita las ganas de todo, ¿eh? —digomientras vuelvo a subir despacio las escaleraspara dirigirme de nuevo a mi cuarto.

Pero antes de subirlas, Anne asoma lacabeza por la puerta de la cocina y me dice:

—Lo siento, cariño, pero no lo veo paratanto. Simplemente es un chico que decidió subirvídeos hablando de libros y que se ha hechofamoso, pero es una persona normal y corriente.Como tú.

Page 246: Besos entre líneas - ForuQ

—Si tienes razón, pero me ha hecho muchailusión. Es que es el primer booktuber queconocí. Con él descubrí BookTube y en realidadle debo mucho. Horas de entretenimiento consus vídeos, que me haya inspirado para crearmemi propio canal, muchos libros que no conocía…Y no sé, me he alegrado mucho al saber queconoce mi existencia.

—Me alegro mucho por ti. La verdad esque te he visto muy contenta.

—Voy a pensar detenidamente en quéresponder a Gabriel.

—Muy bien, cariño. Quién sabe, a lo mejorde ahí nace una bonita amistad… —me sonríemi tía—. Por cierto, voy a dar un paseo con tupadre. En un rato vuelvo.

Sí, claro, Gabriel y yo siendo amigos. Cadauno viviendo a un lado del océano, sin podernosver nunca en persona. Aunque tengo variosamigos booktubers y blogueros que tambiénviven a miles de kilómetros de mí y con los quehablo muchas veces.

No sé por qué estoy dándole vueltas a esto.

Page 247: Besos entre líneas - ForuQ

Mi tía me mete unos pensamientos en lacabeza… Un simple comentario no significanada.

Aunque, pensándolo bien, significa mucho.Que Gabriel no se deja influenciar por lacantidad de suscriptores que tenga una personacomo para considerarla alguien importante paradedicar su tiempo a ver sus vídeos y comentaren ellos. Que no parece creerse superior ni se leha subido la fama a la cabeza, que no pasa delos comentarios que le escribe la gente.

Si ya me gustaba antes Gabriel, ahora lohace todavía más.

Cuando me vuelvo a sentar frente alordenador, empiezo a leer, esta vez másatentamente y en voz alta, el comentario que meha puesto Gabriel:

—Hola, Emma. —¡Hasta sabe mi nombre!Claro, si lo digo al principio del vídeo—. Megustaron tus vídeos. ¡Bienvenida a BookTube!Un saludo desde México.

Hago clic en «Responder» y comienzo acontestarle en el cuadro blanco que se ha

Page 248: Besos entre líneas - ForuQ

abierto:«Ey, qué onda, Gabriel.»Borro lo que acabo de escribir. Soy tonta,

no tengo por qué hablarle con su mismo acento.Quizás piense que me estoy riendo de él y leofenda. He visto a veces vídeos de youtubersen los que imitan otros acentos y siempre haymucha gente que se siente insultada. Aunque noentiendo muy bien por qué.

«Hola, Gabriel. No sabes lo contenta queme he puesto al ver tu comentario. Eres mi ídoloy algún día quisiera ser tan buena booktubercomo tú.»

Vuelvo a darle al botón «Borrar» delteclado para eliminar las dos últimas frases.¡Hasta cuando no estoy grabando un vídeo no sédecir nada bien a la primera! Aunque todo loque le he puesto es verdad, no quiero que pienseque le hago la pelota como muchos otros lohacen.

«Hola, Gabriel. Me ha hecho mucha ilusiónque hayas visto y comentado un vídeo mío.

Page 249: Besos entre líneas - ForuQ

Muchas gracias por la bienvenida. Un saludodesde España.»

Vuelvo a releer lo que he escrito y piensoque no está mal, así que publico el comentario.

Tengo que contárselo a Sandra y a Esther.Estiro la mano para coger mi móvil y les cuentolo sucedido a las chicas por el grupo deWhatsApp. Ellas contestan al instante:

Pues la verdad es que últimamente no heestado muy pendiente de eso, así que decidomirar la cifra en la parte superior de mi canal deYouTube.

Page 250: Besos entre líneas - ForuQ

Le contesto todavía sin creérmelo.¡Es una locura! Sé que he podido hacerme

un hueco en tan poco tiempo porque algunos delos seguidores de mi blog han comenzado aseguirme por aquí también y porque tengo varioscientos en mis redes sociales. Pero crecer tantoen tan poco tiempo… nunca lo hubieraimaginado.

Ha sido Gabriel. Eso debe de haber sido.Su comentario, que pueden leer todos los que losigan en su cuenta, ha hecho que esto suceda.Algunos de sus suscriptores habrán tenidocuriosidad al leer ese comentario y han entradoa ver mi canal y mis vídeos. Normal que ahorasupere las 600 visualizaciones.

Ahora le debo a Gabriel más todavía.

Page 251: Besos entre líneas - ForuQ

El sol está en lo más alto, haciendo que elpelo de Eric brille como nunca.

Hemos vuelto a saltarnos las clases, hemosvuelto a «no pensar», hemos vuelto a pasar undía inolvidable.

Eric me ha llevado a desayunar a Madrid, asu cafetería favorita, y después hemos paseadopor el parque del Retiro, hasta que nos hemossentado en esta barca y llevamos un ratoremando por el estanque. Sí, no es un plan muyoriginal, pero me gusta.

Falta poco para que tengamos que volver acasa, pues la última clase acaba de empezar.Pero no tengo ningunas ganas de irme. Quieroquedarme aquí, meciéndome en esta barca porla suave brisa y teniendo las mejores vistas, y nome refiero al parque.

—¿Por qué me miras tanto? —me diceEric haciéndome cosquillas.

—No puedo dejar de hacerlo.

Page 252: Besos entre líneas - ForuQ

—Lo sé, soy irresistible.—Irresistiblemente creído, diría yo. ¿Por

qué siempre fastidias los momentos románticos?Eric coloca un brazo alrededor de mis

hombros y empieza a darme besitos muy tiernos,despacito, por toda la cara. En los párpados, lasmejillas, la nariz, el mentón, la frente, la boca…Ya no puede moverse de ahí. He atrapado sucara con mis manos y no lo pienso dejarmarchar.

Eric empieza a acariciarme la espalda pordebajo de la camiseta. Mis pelos se ponenautomáticamente de punta. Me separo de élunos milímetros para recuperar el aliento. Micorazón palpita como si estuviera montada enuna montaña rusa.

—¿Así de románticos te gustan o todavíamás?

—Así están perfectos.Y volvemos a besarnos.—Tenemoz que idnoz da —le digo

mientras Eric no me suelta el labio inferior.—¿Qué te he dicho de no pensar?

Page 253: Besos entre líneas - ForuQ

—En serio, mira la hora que es.Mira su móvil, se le escapa un taco y

empezamos a remar lo más rápido posible hastala orilla.

Unos minutos después estamos en elaparcamiento donde hemos dejado el coche, yotros cuantos minutos más tarde estamos decamino al pueblo. Pero en seguida se acaba eltrayecto.

Eric pone el intermitente y aparca el cocheen el desvío más cercano.

—¿Qué pasa? —le pregunto confundida.—Se ha encendido un piloto y este trasto

ha empezado a perder potencia. Me temo quetengo que llamar a una grúa.

—¿Qué? ¡Dentro de media hora tengo queestar en casa o mi tía se enterará de todo!

El coche nos ha dejado tirados en medio dela carretera.

Genial.

Page 254: Besos entre líneas - ForuQ

PROHIBICIONES

—Emma, ¿podemos hablar? —Su voz suenacabreada.

Mi tía me indica con la mirada que mesiente y apaga su cigarro. Fuma solo cuandoestá enfadada.

A su lado está David, con los brazoscruzados, y mirándome de una manera parecidaa la de mi tía.

Asiento con la cabeza y me siento a lamesa. Anne me lanza una mirada fulminante.

—Emma, estamos preocupados por ti —continúa David.

Sé que a David le da algo de cosahablarme como si fuera mi padre o mi tío,

Page 255: Besos entre líneas - ForuQ

porque realmente no es ninguna de las doscosas.

—Es ese chico con el que estás… ¿¡No sete ocurrió decirme que tu novio era EricRomero!? —Mi tía acaba de gritar su nombremuy cabreada.

—No es lo que parece —intentodefenderme.

—¿Que no es lo que parece? ¿Pero tú tecrees que soy imbécil, Emma? ¡Es EricRomero! Todo el pueblo sabe cómo es, que fueexpulsado de su antiguo instituto a saber por quéy su familia ya no sabía qué hacer con él —sigue gritándome Anne sin parar.

—Eric no es como crees.—Es el chico con el que tanto salías —me

dice David.—Todo el mundo sabe que está en la

residencia de tu padre por trabajo comunitario.A saber qué hizo para ello, pero nada bueno,claro está… —Mi tía no baja la voz. Se van aenterar hasta los vecinos de al lado—. Ese chicoes una mala influencia y no puedo creer que sea

Page 256: Besos entre líneas - ForuQ

tu pareja. Y encima me entero de que tambiénos saltáis las clases para iros por ahí juntos.

—¡Lo siento mucho! Solo quería…No sé ni cómo defenderme. ¿Cómo voy a

hacerlo si todo es verdad?—No me mientas, Emma. Sabes que lo

que más odio en el mundo es que me mientan ala cara —me dice bajando algo la voz, pero aúncon la vena de la frente hinchada.

Mi tía odia que le mientan porque uno desus exnovios le fue infiel con su mejor amigacuando era mucho más joven. Ambos laengañaban delante de sus narices.

—Es solo que… Eric es un buen chico,pero está algo perdido. Solo hay que darle unaoportunidad —digo para que se tranquilice elambiente.

A mi tía le cambia la cara y ahora, más queenfadada, parece preocupadísima por mí. Aligual que David, que se levanta y se sienta a milado.

—Esos chicos solo rompen corazones,Emma. Solo va a hacerte daño y lo único que

Page 257: Besos entre líneas - ForuQ

busca es aprovecharse de las chicas como tú —me explica David.

¿Las chicas como yo? ¿Las chicas con unafamilia destrozada, enamoradizas y tan imbécilespara colarse por un tío como Eric?

—No quiero volver a verte con él. ¿Tequeda claro? Y olvídate de volver a saltarte lasclas… —dice Anne hasta que la interrumpo.

—¡No puedes prohibirme ver a Eric!—¡Claro que puedo! —grita de nuevo—.

No vas a volver a estar cerca de ese tipo.—Tía, por favor. Yo… estoy… Tía, yo le

quiero. Estoy enamorada de Eric.Estoy al borde de las lágrimas. Sé que mi

tía no quiere hacerme daño, solo tiene miedo deque alguien me lo haga a mí. Pero si me prohíbever a Eric, me lo estará haciendo.

—Y a partir de ahora vas a ir siempreacompañada a ver y a recoger a tu padre. Yclaro está, hablaré con el director de laresidencia para que ese chico no se acerque aSebastián ni a un metro…

Me quedo con la boca abierta.

Page 258: Besos entre líneas - ForuQ

—¡No lo puedes estar diciendo en serio!—le chillo atónita.

—Muy en serio —me dice sin parpadear—. Y dejarás de jugar con el ordenador tantashoras y volverás a dedicar tu tiempo a losestudios. Tus notas no han parado de empeorary es el año más importante del instituto. ¡Yahora ni vas a clase!

—Lo siento —es lo único que se meocurre decir.

—Más lo siento yo —dice Anne antes desalir del salón dando un portazo.

Yo también me voy y me encierro en mihabitación. ¿Por qué todo tiene que ser tancomplicado?

Tal y como ha decidido mi tía, como todoslos domingos voy a dejar a mi padre en laresidencia, pero esta vez en su compañía y en la

Page 259: Besos entre líneas - ForuQ

de David. Para no dirigirle la palabra a ningunode los dos, me he traído para leer en el trayectoLa selección, de Kiera Cass.

Así que estoy en la puerta, con el corazónencogido como un puño.

He intentado localizar a Eric por el móvilpara avisarle de lo que ha pasado, pero estáapagado todo el rato. Desde que mi tía meprohibió ver a Eric, no sé nada de él, pero noporque no lo haya intentado, sino porque sumóvil nunca está disponible. Empiezo apreocuparme.

—Voy a hablar con el director. Vosotros ida dejar a Sebastián —dice mi tía todavíacabreada.

David arrastra la silla de papá mientras yono paro de mirar a todas partes para ver si estáEric. Pero ni cuando entramos en la sala dondeestán todos los pacientes veo a Eric por ningunaparte.

—Emma —me llama David.—¿Sí? —le contesto mientras continúo

buscando a Eric por la estancia.

Page 260: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Em! Tu padre está agarrándote de lamanga sin parar y tú no le haces ni caso.

Bajo la vista y veo cómo me sonríe cuandole miro. A veces me fascina cómo puedohacerle feliz con una simple mirada.

—Sí, papá. Estoy aquí —le digo mientrasme agacho a su altura.

Pero no puedo evitar volver a mirar a todaspartes, sobre todo a la puerta por la que esperoque de un momento a otro entre Eric.

—Emma —vuelve a llamarme David—.Aparta, anda. Ya le seco yo la boca. ¿En quédemonios estás pensando?

Me levanto y me aparto mientras observocómo papá sigue sin apartar la vista de mí.

En ese momento un hombre de unoscincuenta años, muy alto, entra en la sala conAnne.

—Perdone, pero ¿dónde está EricRomero? —le pregunto al que supongo que es eldirector de la residencia.

—Precisamente eso queríamos contarte…—responde mi tía en su lugar—. Ya no va a

Page 261: Besos entre líneas - ForuQ

hacer falta que vengas acompañada.—¿Qué pasa? —digo preocupada.—Tranquila. Solo es que Eric ya no va a

trabajar aquí —me contesta el director.—¿Qué? ¿Pero por qué? —le digo

incrédula.—No puedo decirte la razón porque es

confidencial.—Vale —le corto de manera tajante

marchándome de allí rápidamente.No me despido del director, ni siquiera de

mi padre.¿Significa esto que realmente todo ha

terminado? ¿De verdad no veré a Eric nuncamás?

Page 262: Besos entre líneas - ForuQ

ENCUENTRO FORTUITO

—¡Emma! ¡¡Despierta!! —oigo cómo Anne mellama a gritos.

Abro un ojo, luego el otro. Pero mispárpados vuelven a cerrarse como si estuvieransoportando una pesada carga.

—¡¡Emma!! Vístete rápido. ¡Ya! Es tupadre…, lo llevan al hospital.

En cuanto dice esa última palabra medespierto del todo. Miro el despertador: 03:28 a.m. Quiero preguntarle qué le ocurre a papá,pero mi tía ya ha desaparecido por el pasillo.

No puede ser verdad, esto es un sueño.No, una pesadilla. Si han pasado solo unas horasdesde que lo hemos dejado en la residencia yestaba perfectamente.

Page 263: Besos entre líneas - ForuQ

Me levanto de la cama sintiendo el frío dela noche. Me visto tan rápido que sé que losleggins que me he puesto están al revés. Sinembargo, eso no tiene importancia en estemomento. Nada tiene importancia. Solo meimporta mi padre.

David ha tardado unos minutosinterminables en llegar. En cuanto aparca, mi tíay yo nos abalanzamos sobre el coche parameternos dentro. Él está sudando delnerviosismo y de lo rápido que se habrápreparado para venir.

—¿Qué ha pasado? —pregunto con voztemblorosa.

No sé si quiero saber la respuesta.—Le ha dado una parada —contesta mi

tía.—¿Có… cómo está? —titubeo asustada.—No lo sé. Me han llamado desde la

residencia diciéndome que estaban esperando ala ambulancia.

Me aferro a las mangas de mi jerseymordiéndome el labio superior. Lo muerdo hasta

Page 264: Besos entre líneas - ForuQ

que me hago daño y noto cómo empiezo asangrar. Quiero hacerme daño para olvidar loque está pasando. Quiero sufrir todo lo que seaa cambio de que mi padre no lo haga.

—Llama a tu hermana, Emma.Lys. Si a papá le pasa algo malo, sé que

eso podría afectar a Lys y que posiblementevolvería a caer en una depresión o quizás denuevo en la anorexia. No quiero imaginar ladesgracia que supondría para todos nosotros quele pasara algo a mi padre.

Esto solo ha ocurrido dos veces. Hoy yhace cinco años. Esa última vez, fue mihermana Lys la que entró corriendo en mihabitación, pues se había quedado a dormir encasa esa semana porque tenía vacaciones. Entróarrollándolo todo en la oscuridad y seguidamenteme zarandeó para que me despertara. A mipadre le había dado una parada cardíaca y, porsuerte, sobrevivió.

Desde entonces lleva un marcapasos y undesfibrilador automático que podría ayudarlo areaccionar en caso de que algo así ocurra de

Page 265: Besos entre líneas - ForuQ

nuevo. Por suerte, no volvió a pasar más,haciendo que volviéramos a respirar tranquilas.

Lys tiene que estar ahora mismo durmiendoplácidamente con su novio. Cuando oiga elteléfono sonar, se llevará un susto de muerte.

—Lys. Es papá. Ven al hospital de… —leexplico con voz entrecortada mientras Davidsortea a los pocos coches que hay en laautopista.

En nuestro pueblo no hay hospital ytenemos que ir a uno que está a las afueras deMadrid.

Mi hermana me contesta con voz queda ycuelga rápidamente para venir lo más prontoposible.

Noto cómo me escuecen los ojos y cómoempiezan a derramar lágrimas que bañan mismejillas.

De repente me viene a la cabeza elmomento de ayer en la residencia, la insistenciade papá tirándome de la manga y que no parabade mirarme… ¿Intentaba decirme algo? ¿Seencontraba mal y quería avisarme? Y yo en

Page 266: Besos entre líneas - ForuQ

cambio no paré de ignorarlo por culpa de Eric.Lo he hecho otra vez, cuando me juré que no loharía nunca más.

No puedo dejar de imaginar lo peor. Y yono puedo encontrarme peor en estos momentos.Una vez incluso recuerdo haber deseado que mipadre no estuviera discapacitado, que todo estono estuviera ocurriendo… ¿Y si ya no puedopedirle perdón? ¿Y si está… muerto? No quieroni pensarlo. Me moriría yo también.

Mi tía también está llorando y se encoge ensu asiento intentando respirar mejor mientrasDavid le coge la mano. Lo peor del viaje es laincertidumbre, el no saber cómo está realmentemi padre. Se nota la tensión y no decimos nadamás durante el resto del trayecto.

Llegamos al hospital y mi tía y yo nosbajamos corriendo del coche para dejar queDavid aparque. Anne se tira literalmente sobreel mostrador de urgencias para preguntar por mipadre. La enfermera nos explica:

—Ha sufrido un infarto, pero sudesfibrilador le ha salvado. De no haberlo tenido,

Page 267: Besos entre líneas - ForuQ

no habría sobrevivido. Está en el pasillo dos enla habitación tres, en observación. Cuando hallegado ya estaba estable, pero preferimos quese quede aquí unas noches para supervisar queno hay peligro.

Desde que me he levantado, respirotranquila por primera vez. Mi padre sigue vivo yestá bien. Ahora todo puede volver a lanormalidad y solo tenemos que esperar a que serecupere del todo.

Nos dicen que por el momento solopodemos ver a papá a través de la pequeñaventana que tiene la puerta. Necesita descansar,mañana podremos abrazarlo.

Lys, que llega unos minutos después,decide pasar la noche allí con mi tía. David melleva de nuevo a casa para que duerma las doshoras que quedan antes de tener que levantarmepara ir a clase. Aunque no creo que puedaconciliar el sueño.

Page 268: Besos entre líneas - ForuQ

En el instituto no soy capaz deconcentrarme demasiado y me paso la mitad dela mañana inmersa en mis pensamientos.

Pienso en mi padre. Estoy deseando que seacaben ya las clases para ir a verlo. Comeré enel hospital solo por poder estar más rato con él.Quiero comprobar por mí misma que sigue bien.Quiero que sepa que yo también estoy a su ladoy que no tiene que preocuparse por nada.

Y pienso en Eric, que hoy tampoco havenido a clase. Además, no tengo ni idea de porqué lo han echado de la residencia.

Ha sido demasiado fácil perder el contactocon él. Es como si hubiera desaparecido detodas partes.

Los profesores me notan ausente y algunosme preguntan si tengo algún problema. Hepreferido mentir y decir que no, que solo tengoun mal día. No quiero dar explicaciones. Hoymismo se me ha olvidado que tenía que entregar

Page 269: Besos entre líneas - ForuQ

un trabajo. Esto es algo que nunca me habíaocurrido y precisamente tiene que hacerlocuando me estoy jugando la nota media debachiller.

Cuando por fin llego al hospital, mi padrereproduce esa sonrisa que tanto conozco cuandome ve entrar.

¿Qué pensaría mi madre de nosotros ahoramismo? Seguro que estaría orgullosa de lo fuerteque es mi padre. Aunque no sé si lo estaría tantode mí… Seguro que si estuviera viva, seguiríaqueriendo a papá tanto como el día en el quemurió. Seguro que seguiríamos siendo unafamilia feliz. Echo de menos a mamá, y ahoramismo no puedo permitirme perder a alguien tanimportante como ella: mi padre.

—Papá —le digo dándole un abrazo.Está monitorizado por una máquina que

mide su pulso y controla que todo vaya bien ensu corazón. También tiene una sonda en elbrazo, y las piernas un poco más altas que elresto de su cuerpo.

—Qué cómodo te veo. —Sonrío.

Page 270: Besos entre líneas - ForuQ

El tic que le suele dar cuando estácontento, ahora mismo está totalmentedescontrolado.

—Bueno, veo que eres un hombre dehierro, ¿eh? No hay nada que pueda contigo.Siempre estás aquí, conmigo. —Aguanto laslágrimas de alegría.

Mi hermana Lys dice que lo de nuestrospadres nos ha hecho mujeres fuertes quepueden sobrevivir a cualquier cosa, incluso a untsunami. Siempre hay que ver el lado positivo delas cosas. Aunque está claro que me gustaríaque todo hubiera sido diferente.

—En realidad no ha dolido tanto, ¿a queno? Estoy segura, porque tú eres tan fuerte,papá. Espero ser como tú algún día —le digoapretándole la mano.

Paso un rato hablándole. Mi tía Anne entraa ratos y después sale a hablar con algunosclientes por teléfono o con David, que esperasiempre fuera. Quiere dejarme intimidad con mipadre y yo se lo agradezco.

A papá le cuento todo lo que he hecho hoy

Page 271: Besos entre líneas - ForuQ

y lo increíblemente rápido que está creciendo micanal de YouTube. Le cuento qué vídeos quierograbar y que Gabriel me ha escrito uncomentario.

Pero sobre todo le pido perdón… Perdónpor haber dejado de cuidarlo como lo he hechodurante todos estos años, por haber pensadocosas horribles sobre él y su estado, por haberloapartado el poco tiempo que puedo disfrutar deél en casa. He sido una hija horrible estosúltimos meses y me arrepiento mucho de ello.

Él me escucha y a veces se mueve omedio sonríe. Sabe quién soy, más o menos. Almenos sé que sabe que me quiere por algunarazón y que tengo que ser una personaimportante si estoy aquí con él en estosmomentos.

Incluso tengo tiempo para leer, ydespejarme mientras él duerme, El único eincomparable Iván, una novela que leí el añopasado. La he traído porque a mi padre leencantan los gorilas y hay uno en la portada que

Page 272: Besos entre líneas - ForuQ

siempre le hace reír. Seguro que él era comoIván de joven: fuerte y soñador.

Una enfermera entra al rato y me pide quesalga a tomar el aire. Tiene que ponerle lamedicación a papá.

Salgo al pasillo, donde Anne está hablandocon David mientras este se come una manzana.

—¿Has comido ya, cielo? —me preguntami tía.

—No, pero estoy hambrienta. ¿Algunotenéis que comer todavía?

—Lo hemos hecho antes de que vinieras—me responde David señalando su manzana, dela que casi solo queda el corazón.

—Toma, pídete un menú —me dice mi tíatendiéndome un billete.

Lo cojo agradecida y me dirijo a lacafetería. Son las cuatro y algo, y no sé siseguirán sirviendo comida. No hay casi nadiecuando llego, y las pocas personas que están enlas mesas se están terminando sus cafés.

Voy a la barra y le pregunto a unacamarera:

Page 273: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Les queda algo del menú?—Un momento —me responde saliendo de

la barra y desapareciendo dentro de la cocina.Luego vuelve con una bandeja con dos

platos y un postre.—Estás de suerte, queda este y otro más

—me dice sonriendo.Le pago encantada y me siento en una

mesa a comer.Los platos no están muy buenos, pero este

hospital es de los mejores en lo que a comida serefiere. En muchos ni siquiera hay menú niplatos que no sean precocinados. Devoro el puréde verduras, y después el pollo en salsa. Elplátano tampoco dura mucho en la bandeja.

Este hospital, desgraciadamente, me esmuy familiar. Mis peores recuerdos están aquí.Aquí perdí a mi madre y descubrí que mi padrequedaría discapacitado. La enfermedad de Lystambién fue diagnosticada aquí.

Recuerdo la noche que llegué con unvestido blanco. Recuerdo todo al mínimo detalle.

Mi tía dice que fui una vez al psicólogo de

Page 274: Besos entre líneas - ForuQ

pequeña porque querían comprobar si teníasecuelas psicológicas tras el accidente de mispadres. La psicóloga que me atendió fue la quedijo que recordaba aquella noche a laperfección, porque así había reaccionado mimente al estado de shock en el que me viinmersa. Un recuerdo que no quisiera tener tanlúcido, preferiría tener los años que viví conmamá así de claros.

Doy las gracias de nuevo a la camarera ysalgo.

Cuando doblo la esquina que da al pasilloque tengo que cruzar para llegar a la habitaciónde mi padre, veo una figura que reconozco.

Es Eric.Está recostado sobre una silla, con la

cabeza entre sus brazos. ¿Qué hace aquí?Me siento a su lado, pero él no se mueve.

Ni siquiera se percata de que estoy aquí.Escucho cómo solloza.

—Eric.Él saca la cabeza de entre sus brazos y me

mira. Está destrozado. Tiene marcadas ojeras,

Page 275: Besos entre líneas - ForuQ

los ojos enrojecidos de llorar y el pelo grasoso.Su ropa está totalmente arrugada.

Eric se limpia las lágrimas con las manosmientras me observa en un completo silencio.

—Eric —repito.Él no contesta, pero me está mirando.—¿Qué haces aquí? ¿Qué te pasa?Esta imagen me parte el corazón. Me duele

ver cómo está ahora mismo.—Emma —responde.—Sí, estoy aquí. ¿Qué te pasa? Te he

buscado por todas partes, ¿no has visto misllamadas?

—Es… mi madre. —Eric se queda calladodurante unos segundos. Yo aguardo hasta quehabla. Pero antes de decir nada suspira y luegocontinúa—. Tiene cáncer de mama desde haceun año. Lleva hospitalizada una semana. Nosaben qué hacer, pero tiene los pulmonesencharcados y no puede respirar sin esamáquina a la que la han conectado.

Su voz suena totalmente fuera de control.Las lágrimas siguen cayendo de sus ojos.

Page 276: Besos entre líneas - ForuQ

Me viene a la mente la noche que cené ensu casa: Camila y su melena que parecía unapeluca, Eric y su cara de cansancio todos losdías en clase, incluso cuando lo encontrédurmiendo en la biblioteca… Todo tenía que vercon la enfermedad de su madre.

Es increíble. Su madre, Camila, esa mujeralegre y tan amable, se está muriendo.

—¿Por eso dejaste de venir a clase todosesos meses? ¿Por eso no puedes seguircumpliendo tu condena en la residencia de mipadre?

Asiente con la cabeza mientras suslágrimas mueren en la barbilla y caen en supantalón.

—Sí, durante ese tiempo mi madre estuvocon el tratamiento de la quimio y no podíadejarla sola. Papá no podía dejar de trabajartanto tiempo, alguien tenía que seguir trayendodinero a casa, así que yo la acompañé en eseperiodo. Todo iba bien, pero ahora… —Eric nopuede evitar volver a sollozar como un niño.

—¿Pero por qué no me lo dijiste?

Page 277: Besos entre líneas - ForuQ

—No puedo permitirme perderla. Nopuedo. Tengo que ayudarla como sea. No puedemorir, ¿entiendes? No puede estar muerta.

Habla como si Camila ya lo estuviera, estállorando su pérdida cuando todavía no haocurrido. Parece totalmente perdido.

—Lo siento —balbuceo.No sé qué más decir. Pero sí qué hacer. Le

cojo sus manos entre las mías y lo atraigo haciamí. Lo abrazo y dejo que llore sobre mí, porquesé que necesita desahogarse ahora mismo. Séqué es lo que siente.

Cuando termina de llorar se aleja de mí yse restriega los ojos para ver mejor.

—¿Qué haces tú aquí? ¿Es por tu padre?Ahora es él el que está preocupado.—Tuvo un infarto y está en observación.

Se ha recuperado y ya está bien —le explico.—Lo siento, Em.—Debería irme. Querrás ver a tu madre.Me levanto, pero antes de dar un paso, él

me coge de la mano y tira de mí para que vuelvaa abrazarlo.

Page 278: Besos entre líneas - ForuQ

EXCUSAS

Los domingos son días en los que reflexiono yreflexiono sobre todo. La suerte de tener encasa a papá siempre me ayuda a desconectar detantos pensamientos. Pero, obviamente, hoy nodejo de pensar en Eric.

Lys ha venido a comer a casa y se queda adormir porque mañana tiene un curso queimpartir sobre la elaboración de columnasperiodísticas. ¡Y es en nuestro pueblo!

Mi padre y yo estamos en mi cuarto ahoramismo. Lo del hospital quedó en un susto. Pocasveces sube aquí, porque las escaleras sonimposibles para él. Sin embargo, David y Annelo han traído para que pase la mañana conmigomientras estudio. Estaba inquieto abajo. Lo

Page 279: Besos entre líneas - ForuQ

cierto es que con él aquí tampoco puedoconcentrarme, porque no deja de hacer ruiditos.

—Papá, ¿quieres que hagamos algo?Mientras le hablo me doy cuenta de que no

me mira a mí, sino que su mirada está puesta enel marcapáginas que tengo encima de la mesa.Es la foto de mamá.

—Es mamá. ¿Te acuerdas de ella? —lepregunto.

Él se queda en silencio mirando la foto ydespués me mira a mí. No sé si me estáentendiendo o no.

—La queremos mucho. Y la echo demenos —confieso mientras siento cómo metiembla el labio inferior.

—¿Quieres que te enseñe otra cosa quetengo de mamá? —pregunto.

Él mueve las manos y me lo tomo comouna afirmación. Voy hacia la estantería y buscoen el último estante, detrás de los libros, la cajade mamá.

—Mira. —Me acerco a él, le dejo la cajaencima y empujo su silla hasta situarla al lado de

Page 280: Besos entre líneas - ForuQ

mi cama.Me siento a su lado y tomo la caja en mis

manos.—Es un secreto y no puedes decírselo a

nadie —le comento sonriendo—. Estas cartaseran de mamá y, ¡hasta hay algunas tuyas!

Abro la caja y le muestro lo que hay en suinterior, un batiburrillo de fotos, sobres y tarjetas.Busco un sobre rojo sabiendo de sobra lo quecontiene.

—Esta —se la enseño mientras él la miramuy atento—, se la escribiste a mamá cuando tefuiste por trabajo a Ámsterdam. ¿Te acuerdas?Y adjuntaste este calendario con una foto deunos tulipanes.

Le enseño el pequeño calendario de 1998.Está amarillento por el paso del tiempo, perotodavía tiene marcado el día en el que mi padrevolvía a casa.

—Estos días… —las lágrimas intentanescapar de mis ojos mientras hablo— losmarcaste porque teníais planes, actos y eventosa los que os habían invitado. Yo era muy

Page 281: Besos entre líneas - ForuQ

pequeña y casi no me acuerdo. ¡Y la carta,papá! Es tan… bonita.

Una de las lágrimas consigue su propósitoy viaja por toda mi mejilla.

—La echo mucho de menos…Me acerco a él, haciendo a un lado la caja

y las cartas, y apoyo la cara sobre su sudaderaazul. Él emite sonidos mientras lloro en suhombro y lo abrazo.

Empieza a gritar de pronto.—¡Papá! No pasa nada —intento

calmarle.Pero él sigue gritando sin sentido

mirándome fijamente. Sabe que estoy triste yquiere que me ponga contenta.

—Papá, de verdad, deja de gritar. Estoyaquí, estoy bien… —balbuceo sin saber quéhacer.

Escucho cómo se abre la puerta de mihabitación y me quedo petrificada.

—¿Emma? —Mi tía entra corriendo paracomprobar que estamos bien.

Las cartas y la caja están sobre la cama.

Page 282: Besos entre líneas - ForuQ

Mi tía se ha puesto tensa al verlas.—¿Qué es esto? —susurra ella señalando

la caja.—Tía, yo…Mierda. Mierda. Y más mierda.—Emma, ¡dime qué haces con eso ahora

mismo! —empieza a gritarme frenética.Veo el dolor en sus ojos.—Yo… lo siento. Lo encontré hace años y

decidí…—¿Decidiste quedártelo sin decirme nada?

¿¡Has escondido todo eso después de tantosaños!? —sigue gritando ella.

Quiero que me trague la tierra ahoramismo.

—¿Qué pasa? —Lys entra en mihabitación y mira la escena boquiabierta.

Al igual que David, que viene detrás de mihermana.

—Anne, ayúdame a bajar a Sebastián.Tranquilizaos ambas y lo hablamos en la cocina,ya está la comida en la mesa.

Por suerte David sabe cómo manejar estas

Page 283: Besos entre líneas - ForuQ

situaciones. Anne y él salen de la habitación, yyo estoy todavía petrificada cuando Lys sesienta a mi lado.

—Emma, tenías que habernos dicho algo—dice buscando mi mirada.

—Anne lo tiró todo a la basura. ¡Tenía seisaños! Lo escondí para que no perdiéramos loúnico que quedaba de mamá. Lys, no quieroolvidarla. —Se me escapan más lágrimas.

Mi hermana me abraza y me mantieneapretada contra sí mientras me desahogo sobreella. Sé que es la que se está manteniendofuerte ahora mismo de las dos y que estáaguantando las ganas de llorar.

Cuando me calmo un poco, Lys dice:—Tienes que enfrentarte a la tía. Le duele

muchísimo haber perdido a mamá. Perotenemos que ayudarla, ¿vale? Lo de las cartasfue una cosa preciosa que hiciste siendo unaniña, Em. Y espero que me dejes leerlas, ¿eh?

Yo sonrío y bajo con ella a la cocina. Encuanto entro me llega el olor a comida.

—Tía, no tienes por qué actuar toda la vida

Page 284: Besos entre líneas - ForuQ

así —le digo con voz firme sentándome a sulado.

Está llorando y tiene los ojos rojos ehinchados.

—¿Así, cómo? —me pregunta como si nosupiera de qué le hablo.

—Haciendo como si ese maldito accidenteno hubiera ocurrido nunca. Olvidando que mimadre está muerta desde hace mucho tiempo —le suelto sin ninguna delicadeza.

La cara de Anne se torna más pálida de loque ya es.

—Pero, Emma…—¡Es cierto! Sé que nunca quieres

nombrar lo sucedido para no hacerme sufrir,pero no es así. Es algo que ya tengo asumidodesde hace mucho tiempo, y claro que me siguedoliendo. Y mucho. Pero creo que a mamá leencantaría que habláramos de ella, querecordáramos los mejores momentos quecompartimos a su lado. No solo que está muerta,que la recordemos con vida. ¿No te parece? —le pregunto al borde de las lágrimas de nuevo.

Page 285: Besos entre líneas - ForuQ

—Emma, esas cartas… Tenías quehabérmelo dicho.

Pocas veces la he visto tan afligida.—No quería perderla, tía. ¡No quería que

la olvidáramos!—Lo siento, cariño. Yo no tenía derecho a

tirar todos los recuerdos de vuestra madre. Perono podía con el dolor, era superior a mis fuerzas.Perdí a mi hermana.

—No pasa nada. Tenía que habértelodicho, he escondido esas cartas desde entoncesporque tenía miedo a que las tiraras. Lo sientoyo también —me disculpo abrazándome a ella.

—¡Joder, dejad de decir cosas tan bonitas,que estoy muy sensible últimamente! —chilla mihermana sonriendo.

—No quiero olvidar a mamá.—Emma, tienes razón, claro que a Sophie

le gustaría que la tuviéramos más presente. Losiento. Lo siento mucho.

—¡Ahora, a comer! —dice David con unasonrisa pintada en el rostro para hacer que nossintamos mejor.

Page 286: Besos entre líneas - ForuQ

Mientras comemos, observo cómo Lysamontona la comida a los lados de su plato.Mala señal, no está comiendo como debería. Depronto, se levanta y sale corriendo de la cocina.

—¿Lys? —la llamo preocupada.Voy con Anne tras ella y la descubrimos

vomitando en el baño.—¿¡Se puede saber qué haces!? —grita

Anne preocupada.Mi hermana nos mira sin decir nada

agachada junto al inodoro.—Lys, vamos a llamar al psicólogo ahora

mismo —balbuceo.No puede ser verdad.—No, por favor. No lo llaméis —dice ella

incorporándose.—Lys, ¿qué pasa? —pregunta mi tía.—Nada, de verdad, solo me ha sentado

mal la comida. ¡Porque haya tenido anorexia nosignifica que no pueda vomitar como cualquierpersona!

Anne y yo nos miramos nerviosas.Necesito saber si Lys está bien, pero sé que si

Page 287: Besos entre líneas - ForuQ

insisto, se levantará y se marchará.Mi hermana acaba de dejarme hecha

pedazos.

Le escribo a Eric mientras debería estarestudiando.

En clase no he dejado de pensar en élporque no ha venido. Ha pasado una semanadesde que encontré a Eric en el hospital. Desdeentonces su madre está en observación por elavanzado estado de su enfermedad. El pobreEric tiene que estar allí metido casi todo el díahaciéndole compañía. Por este motivo no noshemos visto apenas desde ese encuentro.

Page 288: Besos entre líneas - ForuQ

No parece muy animado. Yo tampoco loestaría en su situación. Odio verlo de esamanera.

Page 289: Besos entre líneas - ForuQ

Parece que no le apetece mucho hablarhoy. Quiero hacer algo para que se olvide por unmomento de lo de su madre. Quiero que, aunquesolo sea durante un rato, salga de esa tristehabitación de paredes blancas. Quiero quevuelva a ser el de antes.

Me esperaba su respuesta.

Page 290: Besos entre líneas - ForuQ
Page 291: Besos entre líneas - ForuQ

Tengo que conseguir quedarme sola encasa para que venga Eric. ¡Uf! Él no sabe quemi tía no acepta lo nuestro, no puedo decírseloen estos momentos.

Page 292: Besos entre líneas - ForuQ

Bajo al salón, donde Anne ve su telenovelafavorita junto a David, que ronca en el sofácomo un oso.

—¿Esta tarde vas a ver a Lys dar sucharla ? —le pregunto.

—No sé…, no tengo muchas ganas, laverdad —me confiesa ella.

—Estoy preocupada por Lys, por lo quepasó ayer. Creo que deberíamos estar máspendientes de ella. Podrías ir y luego llevarla acenar, a ver cómo se comporta.

Dejo caer el tema y ella me mirapreocupada. Me siento un poquito mal por usaresto como pretexto para que salga de casa, peroen realidad es cierto que tenemos que vigilarla.

—Tienes razón. Iré a verla. ¿Por quéquerías saberlo? —me pregunta.

—Mmm… Estaba pensando en ir. Pero laverdad es que tengo muchos deberes y si tú vasya me quedo tranquila.

Mi tía me sonríe y me marcho del salóndespués de darle un beso en la mejilla. Mealegra mucho haberme atrevido a hablar sobre

Page 293: Besos entre líneas - ForuQ

mi madre con ella. Debería haberlo hecho hacemucho. Entiendo su sobreprotección, pero ya nosoy una niña y creo que Anne por fin se ha dadocuenta. Y me hace muy feliz poder usar la fotode mi madre como marcapáginas sin temer queAnne me descubra.

El libro de inglés me mira desafiante desdeel escritorio. Lo meto debajo de una pila deapuntes y empiezo a escribir la reseña de Lasventajas de ser un marginado, y unagradecimiento a Gabriel en su canal porhaberme recomendado un libro tan increíble. Loterminé hace unos días, pero no he tenido tiempode hacerla antes.

Cojo el collar para sacar a pasear a Zoe,que está durmiendo boca arriba con su gato depeluche como almohada. No sé cómo se lasarregla para estar tan cómoda siempre. Dagusto verla dormir, algo que hace como veintehoras de las veinticuatro que tiene el día.

—Zoe, ¡despierta! —le digo mientras lazarandeo suavemente, agachada a su lado.

Ella simplemente abre un ojo y vuelve a

Page 294: Besos entre líneas - ForuQ

cerrarlo.—¡Zoe! Hay que ver lo vaga que eres. —

Me levanto y le digo mientras le enseño sucorrea—: ¡Mira lo que tengo! ¿Nos vamos?

Zoe se da la vuelta y se levanta al segundo.Primero se despereza como si estuviera en clasede yoga y a continuación empieza a saltar a dospatas para que le ponga el collar lo más rápidoposible.

—Mira que eres interesada… Solamenteme haces caso si tengo en la mano comida o tucorrea —le digo mientras le hago arrumacos.

Cuando salimos a la puerta de casa, veoque el día ha cambiado con respecto a estamañana. Ahora las nubes cubren todo el cielo yse han coloreado de gris oscuro. No me molesta,todo lo contrario.

Cojo un paraguas, por si acaso llueve, ycierro la puerta.

Zoe empieza a mirar hacia todos los lados,en busca de víctimas a las que ladrar, comohace siempre.

Veo en la siguiente esquina el videoclub.

Page 295: Besos entre líneas - ForuQ

Tiene el escaparate decorado con una decenade pósteres de películas; entre ellos está el deuna de mis favoritas, Hachiko. ¡Cómo lloré conella!

Dejo a Zoe en la puerta, esperando, comoel perro Hachiko en la película. Amarro sucorrea al poste de una farola. Ella me miradesde el otro lado de la puerta de cristal concara de pena.

No tardaré mucho, sé lo que estoybuscando. Me voy a la sección de la letra «L» yen seguida encuentro el DVD que quiero veresta noche con Eric. Espero que sea una buenaelección y le guste. Ya sé que a mí meencantará.

Al lado del videoclub está la librería, asíque vuelvo a dejar a Zoe en la calle, que vigilaque ningún gato o perro se le acerque.

Recorro los pasillos de literatura juvenil,deteniéndome cuando veo algo que me interesa.Disfruto muchísimo de estos momentos detranquilidad, en los que estoy rodeada de tantoslibros.

Page 296: Besos entre líneas - ForuQ

Me recreo leyendo sinopsis, tocando losrelieves de algunas portadas, descubriendo librosque nunca había visto… Hasta que me doycuenta de que ha pasado media hora y Zoe haestado tanto tiempo esperando fuera que se hahecho un ovillo debajo del toldo de la librería yse ha quedado dormida.

Al final me decanto por comprar Laladrona de libros y la nueva novela de MaríaDueñas para mi tía.

Me dirijo a casa con Zoe, una película ydos libros. Soy débil en una librería, pocas vecesme resisto a comprar un libro —o dos—, apesar de tener tantos por leer en mis estanterías.

Son las siete, Eric estará a punto de llegara casa.

Mi tía y David se han marchado hace pocoa ver a Lys.

Page 297: Besos entre líneas - ForuQ

Suena el timbre y echo un último vistazo alsalón. Todo está en su sitio, menos Zoe, que hasalido corriendo de su mullida cama para ver dequién se trata.

He preparado palomitas y un par derefrescos con hielo. Definitivamente, cocinar noes lo mío.

—Hola —me saluda Eric dándome unrápido beso en los labios.

Parece que ha pasado por su casa antes devenir aquí y se ha arreglado para nuestra cita.

—Hola —le respondo tímidamente.—¡Ey, bonita! —le dice a Zoe mientras le

rasca la cabeza.Nos sentamos en el sofá.—¿Qué tal el día? —le digo

acomodándome en mi sitio para quedar de caraa él.

—Igual que el de ayer, y el de antes deayer, y el de… Todos los días son iguales dentrode esa maldita cárcel para enfermos —mecontesta suspirando.

—Ya… Pareces cansado —le digo cuando

Page 298: Besos entre líneas - ForuQ

reparo mejor en su cara.—Sí, lo estoy. Estoy cansado de muchas

cosas —me responde con la mirada baja.—¿A qué te refieres?—Nada, cosas mías. Bueno, ¿vemos la

peli?Me levanto a encender el reproductor de

DVD, apago las luces y me siento acercando losrefrescos y el cuenco de palomitas que estánencima de la mesa.

—Por cierto, ¿qué película has elegido? —me pregunta Eric.

—Las ventajas de ser un marginado —le contesto contenta.

—No he oído el título en mi vida. ¿No seráuna de esas películas aburridas que no ponen nien los cines, verdad? —me dice sonriendo.

—Tú mira a la pantalla y calla —lerespondo divertida—. Así sabrás cómo es antesde juzgarla por el nombre.

Mientras estamos viendo la película estoyalgo nerviosa. He preparado a propósito un solorecipiente de las palomitas con mantequilla para

Page 299: Besos entre líneas - ForuQ

los dos, para que sea inevitable que nuestrasmanos se rocen y que de vez en cuando uno sepegue más al otro.

—Eh, ven aquí —me dice en una ocasión,acercándome más a él y colocando su brazo porencima de mis hombros.

Yo paso el resto de la película mirando aEric de reojo y con el cuello tenso por elnerviosismo de estar así con él.

Cada dos por tres miro sus brazos y me fijoen la manera en la que me abraza. Por algunarazón me resulta sexi y me sube cierto calor porel cuerpo. De vez en cuando hacemos algúncomentario sobre la película. La mayoría de lasveces, Eric solo dice algo malo relacionado conlo que está viendo. En cambio, yo no paro dealabar lo bien que lo hacen los actores o que hanconseguido reflejar a la perfección una escenadel libro en la pantalla.

Cuando llegamos a la escena de amor másintensa de la película, miro a Eric y él vuelve lacara para mirarme. Me sube la barbilla con un

Page 300: Besos entre líneas - ForuQ

dedo y me besa lentamente. Me vuelve loca quehaga eso.

Al terminar la película, me levanto yenciendo las luces para volver a sentarme en elsofá, al lado de Eric.

—¡Vaya película más ñoña! La próximavez me dejas elegir a mí —me suelta riéndose.

No puedo creer que acabe de decir eso.—¿Pero qué dices? Es una película

preciosa, igual que el libro en el que está basada.—Me vuelvo hacia él con cara de desconcierto.

—¿Lo dices en serio? Si ha sido muytípica, y no tiene nada de acción. Ah, sí, bueno,se sienten infinitos —dice esta última frase entono de burla—, mientras están conduciendo atoda velocidad un coche. ¡Guau!

—¡Pero si esa escena es la esencia de lahistoria! Está claro que somos polos opuestos —le digo cruzándome de brazos.

—Y por eso nos atraemos tanto —me dicemientras se acerca a mí y vuelve a besarme.

Eric me coge de la cintura y me levanta,después me sienta encima de la mesa del salón

Page 301: Besos entre líneas - ForuQ

y me sigue besando con pasión. Sus manosestán en mi cintura. Siento un cosquilleo que mesube por la espalda.

—Eric…, yo… —balbuceo.—¿Qué pasa?—Es que… Nunca he hecho nada con

ningún chico y…—Tranquila.—¿No te importa?—¿Por qué me iba a importar?—Pero… no tengo experiencia y… —sigo

parloteando por el nerviosismo.—¿Creías que estaba a punto de…? —me

pregunta Eric.Me arde el rostro. ¡Qué vergüenza!—Eh… No… No sé… Es que haces eso

con todas… ¿No?Es como si tuviera esperanza de que me

dijera que no, que yo sería la primera. Aunquees una tontería.

—Eso no es cierto, pero ¿y qué si lohiciera? No quiero que pienses que te estababesando solo para llevarte a la cama, Em. Me

Page 302: Besos entre líneas - ForuQ

gustas mucho, de verdad. Me gustas demasiadocomo para tratarte como insinúas —me contestapreocupado.

—Siento haberlo dicho. Soy una estúpida.—Es normal que tengas esa imagen de mí,

es como pretendo que los demás me vean.—¿Por qué lo haces?—Porque soy idiota.Me río y le doy cariñosamente en el

hombro.—Me refiero a lo de aparentar lo que no

eres.—Contigo no me hace falta. Este soy yo.Ahora mismo lo deseo con locura. Deseo

que siga tocándome con sus manos y que no sealeje más de mí. ¿Es esa la señal que necesito?

Mis manos se hacen con la hebilla de sucinturón y él me para.

—Emma, ¿estás segura? —me dice élclavando su mirada en la mía.

—Estoy segura de esto, Eric. Me gustasmucho. Sé que te gusto. Confío en ti. Me gusta

Page 303: Besos entre líneas - ForuQ

lo que tenemos. Quiero conocerte más. Y quierohacer esto contigo porque, sobre todo…

—Ya lo estás haciendo otra vez —se ríeinterrumpiéndome.

Me encanta cuando se ríe porque sus ojosse achinan y le salen arruguitas en la comisurade la boca.

—¿El qué? —pregunto riéndome también.—Parlotear sin parar cuando te pones

nerviosa.Deposita un beso en mi frente y de pronto

escucho un coche aparcando en la entrada.¡Mierda! ¡Mi tía ha vuelto antes de tiempo!—Eric, ¡tienes que marcharte! Mi tía ha

llegado —digo nerviosa.—¿Y qué pasa? Solo estábamos viendo

una peli.—Ella no quiere que nos veamos porque…Me corta a mitad de frase y su expresión

se vuelve seria:—Entiendo. Soy una mala influencia.—Eric… —lo miro con ojos avergonzados.—¿Por dónde salgo?

Page 304: Besos entre líneas - ForuQ

—La cocina tiene una ventana que da alpatio de los vecinos. ¡Corre!

Él se despide de mí con otro beso más, estavez en la mejilla. Veo cómo desaparece por elpasillo y escondo corriendo todas las pruebas deldelito. Reviso que todo está en orden y mesiento en el sofá disimulando con mi teléfono.

Al cabo de unos segundos se abre la puertade casa.

—¡Hola! —me saluda Anne pasando a lacocina.

Me quedo en silencio esperando a que digaalgo y en seguida me llega su primera reacción:

—¿Has estado comiendo palomitas? —mepregunta adentrándose en el salón.

Ahora que me fijo ha venido sola.—Sí. Me apetecían mucho —pongo una

excusa con una sonrisa tonta.—Vaya, vaya… ¿Dos bolsas en una tarde?

—se ríe.Anne se sienta a mi lado en el sofá donde

minutos antes estaba Eric, y yo me pongo

Page 305: Besos entre líneas - ForuQ

colorada al acordarme de la situación sobre lamesa.

—¿Qué tal? —le pregunto.—Estás colorada —me sonríe—, ¿qué me

ocultas?—Hace calor esta noche, ¿no?Ella se ríe y después dice:—Bueno, muy preocupada, Emma. Quería

que habláramos de Lys. De hecho, David ha idoa llevarla a casa, la he visto muy mal.

—¿Qué le pasa?—He vuelto a seguirla hasta el baño en la

cena y la he oído vomitar sin que se dieracuenta.

—¡Oh, no!Los recuerdos de Lys enferma llenan mi

mente e intento desecharlos.—¿Crees que está recayendo de nuevo en

la anorexia? —pregunto al rato.—Ni lo pienses. Pero no podemos

descuidarnos, ya sabes cómo es esto.Lo sé, y no creo que pudiera volver a

soportarlo.

Page 306: Besos entre líneas - ForuQ

SENTIRSE VIVA

Salgo corriendo de casa. Cuando llego, veo aEric en la puerta, que me sonríe.

—Hola. —Se acerca y me da un beso.—¡Hola! —contesto sonriéndole.Entramos en la biblioteca, que hoy está

poco concurrida. Nos sentamos en una mesaque hay al fondo de la sección de poesía.

Se nota que Eric viene del hospitaldirectamente.

—¿Cómo está tu madre? —le preguntopreocupada.

—Mucho mejor. Le dan el alta mañana.—¡Qué bien! —grito feliz.Él se ríe al ver mi reacción y acerca su silla

a la mía para abrazarme. Eric me hace sentir

Page 307: Besos entre líneas - ForuQ

mariposas en el estómago. Suena muy cursi,pero es la verdad. Me hace sentir que estoyviviendo una historia propia de las novelasjuveniles que suelo leer.

—¿Vas a volver a la residencia paracontinuar con los trabajos comunitarios? —lesuelto de repente.

—No me queda más remedio. Todavíatengo que hacer unos meses más.

—¿Qué hiciste, Eric? —le pregunto al fin,sin morderme la lengua.

Su cara cambia radicalmente y veo cómose pone una coraza para no dejarme entrar.

—¿Por qué quieres saberlo?—Quiero conocerte mejor.Suspira y mira a la mesa.—Está bien —cede—. Me pasaba el día

peleándome con otros chicos. Cuando te peleassuelen ponerte una falta grave, con dos estabaexpulsado tres días; luego cinco; luego quince;luego un mes… y entré en una dinámicahorrible. Y me expulsaron definitivamente.

—¿Por eso os mudasteis?

Page 308: Besos entre líneas - ForuQ

—Sí, bueno, entre todo eso ocurrió algoque… No tiene importancia.

—¿Qué es eso que no tiene importancia?¿Es por eso que haces trabajos comunitarios?

—Sí, por consumo. Pero Emma, no… nopuedo hablar de ello.

La historia de Eric coincide totalmente conel juicio de valores que hace todo el mundo deél. Me ha gustado que no me mintiera. Pero, porotra parte, no me ha gustado nada lo que heoído.

—¿Qué es eso que no tiene importancia?—insisto.

—Emma, no estoy preparado paracontártelo —balbucea rechazando mi mirada.

Está tocando la pulsera de la mariposaplateada.

—Vale. ¿Y crees que has cambiado? —Surespuesta es determinante para lo que puedapensar de él.

—Sí. Mucho. Pienso aprobar el curso,terminar las horas de trabajo que me faltan en laresidencia y, sobre todo, quiero estar contigo.

Page 309: Besos entre líneas - ForuQ

Le cojo las manos y se las acaricio.—¿Qué más quieres saber?Me pienso mi pregunta bien. No quiero

hacerle un interrogatorio, con una más bastarápor hoy.

—¿Por qué no les enseñas a los demás quete gusta leer poesía?

Eso es algo que también me mantieneintrigada. Más o menos sé por dónde puede ir surespuesta, y me parece triste.

—Yo no escondo…—Venga, Eric. No soy idiota, te tengo más

que calado. Sé sincero conmigo.—No quiero hablar de ello.—No tiene que darte miedo que los demás

te conozcan, Eric. No tienes que dejar de ser túmismo.

—Lo sé. Pero es complicado.

Page 310: Besos entre líneas - ForuQ

Así que aquí estoy, jueves por la tarde,sentada a la mesa del salón preparandoramilletes de flores en vez de con Eric.

—Ya le dije que no iba a encontrar unvestido de boda naranja con cola, días antes dela ceremonia. Habla tú con ella, Guillermo, estoyagobiada y no deja de llamarme. Vamos contrareloj —habla mi tía por teléfono con su socio.Ambos están agobiados con la organización.

Al colgar, suspira exageradamente y memira poniendo los ojos en blanco. Después mesonríe y sigue haciendo su ramillete de flores.

—Estáis a tope de trabajo, ¿eh? —lepregunto.

—Es que, en serio, Emma, ¿a ti te parecenormal querer encontrar un vestido de talescaracterísticas faltando tan poco tiempo? ¡Quese casa en nada! Y va y me llama esta mañanacon esta serie de pamplinas y… —mi tía siguedespotricando.

—Pero ¿no tiene vestido?—Claro que tiene vestido. Uno blanco que

era de su madre y que esta quiere que se ponga.

Page 311: Besos entre líneas - ForuQ

Por eso no ha comprado otro antes. Pero le hadado la crisis preboda, y ahora dice que o secasa con el vestido de sus sueños o no se casa.No sé qué más hacer.

Se levanta, dejando el ramillete en la mesa,y alcanza su teléfono móvil. Marca un número ycuando descuelgan, habla en un tono mucho máscalmado.

—¡Te pago lo que me pidas! Solo quierocallar a esta novia de una vez.

Yo sigo haciendo el ramillete eligiendoflores de la mesa. Hay tantas que no sé ni quécolores combinar.

—¿Has conseguido algo? —le preguntocuando cuelga.

—Podría decirse que sí. Naranja clarito, aver si le convence —me responde ellasentándose de nuevo—. Eso sí, que se preparepara dejarse el sueldo de varios meses.

—La gente se gasta una barbaridad enestas cosas.

Ella me sonríe y sigue con su tarea.—¿Qué planes tienes para este finde? Ya

Page 312: Besos entre líneas - ForuQ

sabes que yo tengo boda.—Hay una fiesta el sábado por la noche y

me gustaría ir…—No.Conocía su respuesta antes de que la

dijera.—Vengaaaa, porfaaaa —le pido alargando

las vocales finales.—Emma, te he dicho que no. Punto final.—Tía, es solo una fiesta.—Y verás a ese chico al que te he

prohibido acercarte. No. Eric no me gusta.—Pero que Eric no es como piensas…—Nada de peros. Es un no.—Confía en mí, tía.—Confío en ti, Emma. En quien no confío

es en ese chico. ¿Sabes por qué hace trabajocomunitario?

—No.—¿Lo ves? Y has escuchado los mismos

rumores que yo. No te hace ningún bien y…—¡Me hace mucho bien! Nunca me he

sentido tan viva como con Eric, Anne. Llevo

Page 313: Besos entre líneas - ForuQ

años viviendo encerrada en mi propia desgraciaaunque no lo exteriorice. Por primera vezcuando estoy con alguien, me olvido de mamá yde papá.

Anne está boquiabierta. Como para noestarlo, ni yo misma me creo que todo eso hayasalido de mi boca.

—Yo… no sé… —balbucea.—Tía, tienes que entenderlo. Por favor.

Eric me da vida, me hace reír y pasarlo bien.Me siento querida. Nunca me ha hecho daño.

—Es que ese chico tiene una historiatremenda detrás. ¡Si hasta consume hierba y tehizo a ti probarla! No es buena influencia. Dimeque lo conoces realmente bien. Dímelo.

—¿Ves como no confías en mí? Yo jamáshe fumado hierba. Por favor, el sábado. Sé loque hago. No volveré tarde —le ruego.

—Vale. Pero solo para que veas que síconfío en ti.

—¡Gracias, tía! —le digo abrazándola.Cuando termino de ayudar a mi tía, subo

las escaleras para ir a mi cuarto a grabar.

Page 314: Besos entre líneas - ForuQ

Quedan pocos días para que acabe el mes y séque la semana que viene voy a estar liadísimacon mis exámenes.

He subido otro vídeo a mi canal. Ha tenidouna acogida increíble, más de diez comentarios ysetecientas visitas. Estoy encantada yemocionada por lo bien que me trata la gente.Respondo cada comentario con ilusión y lededico tiempo a pensar en los siguientes vídeosque subiré.

Le mando un wasap a Eric preguntándolesi le apetece quedar por la noche. En seguidame responde:

Esos simples puntos suspensivos han hechoque me dé un escalofrío. ¿Será hoy la noche?

Page 315: Besos entre líneas - ForuQ

Enciendo la cámara. Toca grabar el wrapup de mayo. Comienzo a hablar de Laevolución de Calpurnia Tate, mi primeralectura del mes. Una novela preciosa, con unaprotagonista muy inteligente.

Poco a poco voy ganando confianza enesto de grabar, y ayuda mucho que la gente veamis vídeos y me apoye. Estoy descubriendo unmundo que me maravilla.

En el piso de Eric reina un silencioabsoluto. Él me lleva a su habitacióncogiéndome de la mano y me abre la puertapara que entre delante de él.

Estoy tan nerviosa que hasta he cogido unpreservativo de la mesita de noche de Anne.

—¿Cómo van los exámenes? ¿Y tu páginaesa de internet? ¡Todo! Hace dos días que no teveo y no podía aguantar más.

Page 316: Besos entre líneas - ForuQ

Me río y justo cuando lo hago me planta unbeso rápido. Antes de contestarle, entra unwasap. Mientras Eric me mira saco el móvil yveo que son Esther y Sandra.

—Primero, mi página se llama blog. Ocanal, si a eso te refieres —le contestoriéndome—. Y segundo, todo va bien. De hecho,el siguiente fin de semana me voy a la quedadabloguera anual.

—¿Y los estudios?—La verdad es que me está costando

centrarme.Eric me acaricia el cuello con los dedos.—¿Por qué será?—Lo sabes de sobra.Debería estar estudiando, selectividad es

en menos de un mes.—¡Pero si eres una empollona! ¡Qué vas a

necesitar estudiar más! —me dice mostrandoesa sonrisa que tanto me gusta.

—¡No soy una empollona! —me defiendodándole un golpe en el hombro con el puñocerrado.

Page 317: Besos entre líneas - ForuQ

—Uy, cuidado, ¡qué dolor! —se burla Eric.—Quejica.—Debilucha. Y empollona —me dice

alzando una ceja.—No te pases, ¿eh? —Me hago la

ofendida.—Debo comprobar si aquí tienes algo de

músculo.Me pasa la mano por el culo.—¡Pero serás…! —le grito riéndome de

nuevo.Me siento sobre él y vuelvo a besarlo, esta

vez, con mucha más pasión.—Eh, tranquila —balbucea él alejándose

de mi boca.—No quiero estar tranquila —le desafío.Eric se lanza a por mi boca de nuevo y

sube las manos por mi cintura. Poco a poco vaavanzando hasta tocar mi piel por debajo de lasudadera.

Yo no me quedo atrás. Me encanta el calorque desprende su cuerpo mientras nos besamos.

—Tienes demasiado autocontrol —le digo

Page 318: Besos entre líneas - ForuQ

mientras me besa el cuello.—¿Por qué, Em? ¿Quieres más? —me

susurra al oído, y se me eriza el vello.—Ya sabes que sí. Quiero todo contigo —

le contesto.Él vuelve a mi boca y yo me dejo besar con

ganas. Subo las manos por su espalda, rozandosus cicatrices y recordando sus lunares. Lo besocon muchas más ganas y él se queda quieto.

—Emma. No voy a ser capaz decontrolarme si seguimos así. Te aseguro quetengo un límite —sonríe.

—No quiero que te controles —le digoabiertamente.

Eric es ahora el que se sienta sobre mí. Susmanos descansan a centímetros de mi rostro yyo me abalanzo sobre su boca, que me acogesalvajemente. Mis manos van a parar a sucintura, rápidamente ascienden por debajo de sucamiseta y rozan su piel caliente.

Beso su cuello mientras él mete los dedosen mi ropa interior. Me estremezco y él lo nota.

—Em…

Page 319: Besos entre líneas - ForuQ

Eric tiende su cuerpo sobre el mío y sequita la camiseta negra en menos de dossegundos. Su torso, lleno de lunares, estátrabajado. Sus brazos son tan fuertes comodejan entrever sus camisetas.

Pronto yo estoy también sin sudadera y,segundos después, sin sujetador. Creía que,llegado el momento, sentiría vergüenza de queme viera desnuda, pero ahora solo deseo que lohaga.

Sus piernas se enredan con las mías ysiento su erección contra mí, fuerte y caliente.

Eric reduce el ritmo, me besa lentamente.Besa cada parte de mi cuerpo. Besa sitios queni siquiera sabía que se podían besar. Y cuandoentra dentro de mí, me lleva a un lugar quedesconocía.

Page 320: Besos entre líneas - ForuQ

CONFESIONES

Todavía siento sus dedos en mi piel.La experiencia que viví anoche fue mágica.

Eric me hizo sentir una de las mejoressensaciones de mi vida. Fue increíble. No puedoesperar a verlo en la fiesta.

Tocan a la puerta y ahogo un grito. Estabatan absorta en mis pensamientos que no he oídolos pasos.

—Cariño —me dice Anne cuando entornala puerta y asoma la cabeza a través de ella—,¿estás bien?

—Sí, ¿por qué?—Son las nueve y todavía no estás en pie,

es raro en ti.

Page 321: Besos entre líneas - ForuQ

—Ah, es eso. Llevo despierta ya un rato,pero simplemente estaba pensando —lecontesto mientras me levanto y empiezo avestirme rápidamente.

—¡Te veo muy feliz! —comenta Annesonriendo.

—Es que es fin de semana —me excusoriendo falsamente.

—Yo estoy un poco preocupada. Veremosa Lys hoy y vamos a tener que hablar de suproblema. Y no sé cómo hacerlo, Em. —TíaAnne se sienta en mi cama.

—Tenemos que hablarlo con naturalidad yseguridad, tía. Lys es fuerte, solo necesitanuestro apoyo —la reconforto ya incorporada.

—Te he traído una cosa. —Anne saca dedetrás de su espalda algo envuelto en papel deregalo.

Me quedo mirándola intrigada.—Me encantan los regalos. —Sonrío.—Creo que este, en especial, te gustará.Me tiende el paquete y yo lo cojo con

ganas. Al quitar el papel lo primero que veo es

Page 322: Besos entre líneas - ForuQ

un marco de madera y seguidamente una fotoque me saca una sonrisa de oreja a oreja.

—Esa foto es de cuando tenía tu edad. Yaves que te pareces un poco a ella —me explicami tía con una sonrisa.

—¡Muchísimas gracias! —Me abalanzosobre ella y le doy un fuerte abrazo.

Mi madre sonríe en la fotografía, lleva unaflor en el pelo y está sentada en la fuente de lasBatallas, en Granada.

—Estuvimos de viaje en la ciudad y seenamoró de ella —me dice.

Pongo el marco justo al lado de la otra fotoque tengo de ella y vuelvo a abrazar a mi tía.

—Muchísimas gracias, tía. Significa muchopara mí.

—He guardado esa foto durante años. Fuela única que conservé, pero no la volví a mirardesde que murió. Creo que debes tenerla tú.

Su teléfono empieza a sonar y ella sedisculpa saliendo deprisa de la habitación paraatender la llamada. Me quedo mirando la foto de

Page 323: Besos entre líneas - ForuQ

mi madre con añoranza y me pregunto quépensaría ella de Eric.

Cuando Lys abre la puerta de su casa ynos ve, pone cara de haber visto fantasmas.

—¿Qué hacéis aquí? —preguntasorprendida.

Lys no tiene muy buen aspecto. Lleva elpelo despeinado, un pijama viejo descolorido ysombras bajo los ojos.

—Vaya, gracias por la gran bienvenida.Nosotros también nos alegramos de verte —dice Anne mientras pasa a la casa empujando lasilla de ruedas de papá.

Detrás de ellos entro yo.Nunca había visto así a Lys desde que se

recuperó de su enfermedad. Parece preocupadapor algo. Algo tan importante que se ha olvidado

Page 324: Besos entre líneas - ForuQ

de ser coqueta y de estar tan perfecta comosiempre.

—No, si me alegro de veros. Solo es queno os esperaba —responde mi hermanacerrando la puerta de entrada a su espalda.

—¿Puedo ir al cuarto de baño? Tengoganas de hacer pis desde que salimos de casa.

—¡No entres! —empieza a balbucear Lys.Demasiado tarde, ya estoy dentro.Ya sé por qué Lys no quería que pasara al

servicio y por qué tiene esa cara.—¿Puedes pasar un momento? —le digo

volviendo a abrir la puerta y mirando a mihermana.

—¿Es que no puedes ir al baño sola o qué?—me pregunta Anne.

—Claro —me contesta Lys, cerrando lapuerta, y nos quedamos a solas en el cuarto deaseo.

—¿Por eso estás así? —le preguntomientras señalo lo que hay sobre el lavabo.

—No quería que te enteraras de estaforma. Iba a contároslo, pero…

Page 325: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Y qué tiene de malo? ¡Deberíasalegrarte! —le digo mientras la cojo de lasmanos.

—¿En serio? Estoy hecha un manojo denervios, no he dormido en toda la noche y tengomiedo —me dice Lys mientras se mira al espejo,comprobando lo mal peinada que va ypasándose los dedos por el pelo.

—¿Qué pasa, chicas? —pregunta mi tíapegada a la puerta desde el otro lado.

—¿Se lo vas a decir? —le susurro a Lys,mirándola a los ojos.

—¡Claro que sí!—Chicas… —vuelve a insistir Anne.Lys coge aire, suelta mis manos y se da la

vuelta para, a continuación, abrir la puerta.—Tengo que contaros algo a ti y a papá.—¿Y Emma ya lo sabe? —nos pregunta

cruzándose de brazos.A mi tía nunca le ha gustado ser la última

en saber lo que pasa. Sobre todo no le gusta queLys y yo no le contemos las cosas.

—Yo me acabo de enterar.

Page 326: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Pero qué se puede descubrir en unminuto en un cuarto de baño?

—Estoy embarazada —contestarápidamente Lys.

Mi tía se queda helada y con los ojos comoplatos.

—¡Ay, querida! ¡No puedes hacerme másfeliz!

Su reacción no es para nada como Lys seesperaba. Anne abraza a mi hermana y empiezaa llorar.

—Gracias. ¡Gracias! Vuestro apoyo losignifica todo para mí —dice Lys también conlágrimas en los ojos mientras me acerca alabrazo y me une a él.

Nos sentamos en el sofá del salón connuestro padre al lado, en su silla de ruedasmirando sin parar a su alrededor. No ha estadomuchas veces en esta casa y no se pierdedetalle de todo lo que lo rodea. Los sitios nuevosle fascinan a la vez que le incomodan.

Lys nos cuenta que ayer decidió hacerseuna prueba de embarazo cuando habían pasado

Page 327: Besos entre líneas - ForuQ

ya unas semanas sin que le viniera el periodo ysin parar de vomitar.

Todavía no se lo ha dicho a Javi. No se lohabía contado a nadie hasta ahora. Se ha pasadotoda la noche en vela pensando en lo que suponetener un hijo y en la falta que le hace ahoramamá en su vida, en un momento tan importantecomo este.

—Nuestra pequeña familia tendrá unmiembro más —dice mi tía con una sonrisa.

Papá no parece haberse enterado de nada,pero creo que le haría muy feliz saber que va aser abuelo.

Falta media hora para que empiece lafiesta. Eric ha decidido pasar a recogerme consu coche. Es en Pandemónium, la discoteca másfamosa del pueblo. Sí, se llama igual que la quesale en Cazadores de sombras, pero juro que el

Page 328: Besos entre líneas - ForuQ

pub se abrió mucho antes de que CassandraClare escribiera sus libros. Aun así, es unacoincidencia que me encanta.

Ya tengo puesto mi conjunto para estanoche: unas medias tupidas negras con unvestido. Para acompañar al atuendo me hepuesto mi collar dorado con el símbolo de lasreliquias de la muerte de Harry Potter. Algoformal, pero sin perder mi espíritu friki.

Mi tía entra y me sonríe.—Estás muy guapa, Emma. Ese vestido

verde oscuro te estiliza.—Gracias, tía.—Me recuerdas a tu madre con ese

peinado.—Me acuerdo de cuando vinimos a

visitarte una vez y ella estaba en este mismobaño maquillándose. Yo entré corriendo y laempujé. Su pintalabios se partió y se pintó todala barbilla. Ya sabes cómo era mamá,¡acabamos riéndonos en el suelo!

Algunas lágrimas vienen a mis ojos y lasaguanto como puedo.

Page 329: Besos entre líneas - ForuQ

—Tu madre sería tan feliz al saber que ibaa ser abuela…

—Qué tranquilidad que Lys esté bien y solofueran teorías nuestras. —Suspiro.

—Sin duda es la mejor noticia —dicedesapareciendo hacia la planta inferior.

A los pocos minutos, suena el timbre yrespiro hondo. Bajo corriendo las escaleras.

—Hola —me saluda Eric cuando le abro lapuerta.

Mi tía sale de la cocina con un cuchillolleno de sangre en la mano. Me ha dicho antesque estaba preparando chuletas para cenar.

—Hola —repite Eric con una ampliasonrisa cuando ve a mi tía. Pero se le desvaneceal instante al verla de esa guisa detrás de mí—.Soy Eric —dice dirigiéndose a ella.

Traga saliva y hace un intento de alisarse lacamiseta negra que lleva debajo de su cazadorade cuero del mismo color. Parece nervioso. Yotambién lo estaría en su lugar.

Qué narices, ¡yo también estoy de losnervios!

Page 330: Besos entre líneas - ForuQ

—Hola. Anne —le dice desde donde está,todavía con el cuchillo en la mano—, la tía deEmma, y la que te va a matar si…

—Volveré temprano. Te quiero. Adiós.Cierro la puerta de entrada de un portazo, y

salimos Eric y yo casi corriendo de casa. Hapasado lo que me temía. Mentira, ha sidotodavía peor. Cuando vuelva a casa le cantarélas cuarenta a mi tía.

—Es tan encantadora como tú —bromeaEric sobre lo que acababa de suceder—. Nuncahe tenido un recibimiento mejor.

—Olvida lo que acaba de pasar.—Ha sido gracioso —sigue riéndose Eric.Empezamos a andar hacia su coche, que

está aparcado cerca de mi puerta.—Eric —lo llamo.Él me mira y segundos después me da un

beso. Me río y seguimos andando hasta llegar asu coche.

Page 331: Besos entre líneas - ForuQ

Luces de múltiples colores en movimientorecorren desde el techo la estancia. Hace por lomenos diez grados más que fuera. La sala estárepleta de gente bailando y bebiendo.

—Vamos a por algo de beber, hacebastante calor —me sugiere Eric.

Intento cogerlo de la mano para noperderme entre la marea de gente.

—¿Qué quieres? —me pregunta cuandoya estamos inclinados sobre la barra.

—Un refresco, gracias.—Dos refrescos de cola —le pide a la

camarera— con ron.—¿Qué? ¡No pienso beberme eso!—Tranquila. Es solo una copa, no pasa

nada —me dice pasándome el vaso y dándoleun largo trago al suyo.

Yo lo pruebo con un pequeño sorbo. Estáasqueroso, pero después de dos tragos másparece que no está tan mal.

Page 332: Besos entre líneas - ForuQ

Eric y yo nos quedamos charlando un ratomientras bebemos de nuestras copas.

—Eres verdaderamente fascinante —medice Eric sonriendo.

Ya se está soltando, creo que se nos estásubiendo un poco. Al menos a mí.

—Si siempre me llamas empollona… —contesto picándole.

—Eres mi empollona.Eric me besa y me coge por la cintura

pegándome a él. Yo le devuelvo el beso conganas y me aferro a sus brazos. Cuando se meacaba la copa, volvemos a pedir otra.

—Qué bien que el lunes ya vuelvas denuevo a trabajar en la residencia.

—Sí. ¡Yuju! —dice con voz y cara deaburrido.

—Por lo menos así volveré a verte allí.Pasaremos más tiempo juntos.

—Si ya sabía yo que te gustaba ir más a laresidencia desde que me habías visto allí.

—Brindemos por tu madre, que se harecuperado —sugiero yo.

Page 333: Besos entre líneas - ForuQ

—Y por nosotros —añade él.Cuando nuestras copas chocan, lo hacen

demasiado fuerte, por lo que la mitad delcontenido de mi copa se derrama por el suelo.Nuestras risas se confunden con la música.

—Espera, se te ha caído un poco de bebidaaquí —me dice chupando mi hombro.

—Ay, y a ti aquí —le sigo el juegosaboreando el contenido de nuestras copas en ellóbulo de su oreja.

Eric me mira arqueando una ceja. Le hesorprendido. Sus profundos ojos se clavan en míy sonrío de manera pícara.

—Tengo unas ganas de arrancarte esevestido… —susurra a mi oído.

Le sonrío. Yo también quiero que lo haga.—¿Y si vamos a un sitio más tranquilo para

que lo hagas?—Eso no tienes ni que preguntarlo.Cogemos nuestras cosas y salimos. Veo

entonces a Julio, el amigo de Eric, acercarse anosotros.

—¡Hola! —lo saludo demasiado feliz. El

Page 334: Besos entre líneas - ForuQ

alcohol, sin duda. O Eric, quien sabe.Él me da dos besos y le quita la copa a Eric

antes de saludarlo.—Mira, colega, ya hemos pasado por aquí.—No seas aguafiestas, ¿por qué no te

pierdes un ratito? —le grita Eric a Julio.—En cuanto me des las llaves del coche.—¿Quién te crees que eres? ¿Mi padre?Observo la escena pasmada sin entender

qué pasa.—No, tu amigo, y no pienso dejar que

cometas dos veces el mismo error. ¿Qué creesque va a pasar si te vuelven a pillar conduciendoborracho?

Eric se queda en silencio, su rostro se vallenando de rabia. Hasta parece que le vaya adar un puñetazo a su amigo, que le sostiene lamirada retándolo.

Yo contemplo la escena horrorizada. Ericestá casi fuera de sí. Y Julio mete la mano enuno de sus bolsillos y le arrebata las llaves.

—Eric, no querrás repetir otra vez lamisma pesadilla.

Page 335: Besos entre líneas - ForuQ

Miro a Eric y le digo:—Espera, ¿te pillaron conduciendo

borracho? ¿Por eso lo de los trabajoscomunitarios?

—Emma, no es el momento…—¿Cuándo pensabas contármelo?—Cuando encontrara el momento

oportuno, no cuando este capullo lo soltara.—¡Solo intento que no vuelvas a

destrozarle la vida a alguien! —grita Julio.Eric le da un puñetazo. Yo corro a socorrer

a Julio, que está agachado tocándose lamandíbula.

—¿No era un buen momento cuando teconté lo del accidente de mis padres? ¿Ocuando te pregunté directamente por quéestabas en la residencia? —le grito a Ericmientras compruebo que Julio está bien.

—¡Basta! Tú no sabes nada, Emma.—¡Pues entonces explícamelo! —le grito.No me puedo creer que me haya estado

ocultando algo tan importante. Que haya estado

Page 336: Besos entre líneas - ForuQ

con un chico que provocó un accidente como elque mató a mi madre.

—No, no puedo. No quiero hacerte daño—me contesta.

—Demasiado tarde.

Page 337: Besos entre líneas - ForuQ

PASAR PÁGINA

Llevo una semana demasiado agobiante. Sé queno debería estar pensando en esto ahora mismo,justo cuando tengo delante mi último examen deFilosofía. El método de Descartes.

Eric y yo llevamos toda la semanaviéndonos en clase, haciendo los exámenes ymarchándonos sin decir nada.

No he querido hablar con nadie de lo quepasó el sábado pasado. Aunque Clara me hapreguntado qué tal estoy y mucha gente se haacercado a mí para consolarme o intentarcotillear sobre lo que ocurrió, he preferidomantenerme al margen y no hablar del tema.Les he dicho a todos que es algo personal, queno quiero hablar de ello.

Page 338: Besos entre líneas - ForuQ

Necesito concentrarme y hacer elcomentario de texto. Pero no soy capaz. ¡Estoyen blanco! Tengo que dejar de pensar en Eric.Que las ideas de Descartes vuelvan a mí.

Mi profesora se pasea por el aula y laobservo. ¡Concéntrate, Emma! Miro de nuevo elexamen y después mi reloj. Quedan veinteminutos y todavía no he escrito casi nada. Norecuerdo ni una sola línea de todo lo que heestudiado este curso.

Observo a Eric. Está encorvado sobre elexamen, no deja de escribir y me sorprende.¿Habrá estudiado de verdad?

Entonces, mágicamente, el método deDescartes me viene a la mente y empiezo aescribir como una loca. No me da tiempo aterminar el comentario y cuando la profesora mequiere quitar el examen, no quiero dárselo.

No sé si voy a aprobar. He puesto solo lamitad de lo que debería.

—Emma. —Clara me llama mientrassalgo; estaba esperándome fuera.

—¿Qué tal el examen? —le pregunto.

Page 339: Besos entre líneas - ForuQ

—Bien. Pero quería hablarte de Eric.—Clara, no quiero hablar más del tema.

Eric es agua pasada. No quiero saber nada másde él.

—Emma, hay algo que deberías saber.Salió corriendo como un loco detrás de ti elsábado. Para mí que le importas, en serio.

—¡No me interesa! —le digo enfadada.—Está bien… Solo quería ayudar.—Lo siento, Clara. Es que estoy muy

agobiada. Ha sido el último examen de Filosofíay he estado en blanco la mitad del tiempo. Todosestos rollos con Eric están afectando a misnotas. Pero gracias por tu ayuda. —Le doy unbeso en la mejilla y me marcho.

Desde el domingo por la mañana me hepasado todas las tardes encerrada en casaestudiando sin parar. Creo que hasta he soñadocon las teorías filosóficas de Descartes y Platón.No he ido a la biblioteca por los exámenes,obviamente, porque no quiero ver a Eric. Quieroevitarlo todo lo que pueda, no cruzármelo a noser que sea inevitable, como en el instituto.

Page 340: Besos entre líneas - ForuQ

Las pocas veces que nos hemos visto no sécómo me habrá mirado, porque he girado la carao agachado la cabeza para no enfrentarme a él.Pero ya está, se acabó, he terminado parasiempre el instituto; no tendremos que vernosnunca más. Iré a la universidad y Eric será algodel pasado.

Mi tía y yo estamos de camino al institutopara recoger mis notas. Estoy muy nerviosa,sobre todo por mi nota de Filosofía.

También estoy de los nervios porque dentrode poco más de una hora tengo que coger elautobús hacia Madrid para la Blogger Lit Con.

—¿Lo tienes todo listo? —me pregunta mitía.

Ya hemos llegado y estamos haciendo cola.Somos las siguientes en entrar.

—Todo menos los libros.

Page 341: Besos entre líneas - ForuQ

—En eso eres una experta, tampoco teestreses.

Me río por su comentario y aguardo cadavez más nerviosa.

Por fin mi tía y yo entramos en la que yanunca más será mi aula.

—Buenas tardes, Anne —saluda mi tutora.—Hola, Margarita —contesta mi tía

sonriendo.—Bueno, bueno, Emma. ¿Qué te ha

pasado?Me quedo callada ante su pregunta. Vienen

malas noticias.—¿Por qué? —pregunta mi tía con cara de

preocupación.—Emma ha bajado su rendimiento estos

últimos meses. Durante todo el curso sus notashan sido brillantes y, según comentaban susprofesores, ha defraudado en casi todos losexámenes finales. Por suerte sus otras notas sonaltas y ha salvado alguna que otra asignatura.Pero, Emma, ¿un cinco en Descartes?

La miro y digo:

Page 342: Besos entre líneas - ForuQ

—No sé qué me ha pasado. He estudiadomucho, pero estaba nerviosa por la selectividady un poco estresada por…

—No puedo creerlo —me corta mi tía.—Está todo aprobado, por supuesto. Pero

tu media ha bajado al siete y no me lo esperaba.Sea como sea, espero que tengas suerte en laselectividad, porque ahí te vas a jugar entrar ono en la carrera que elijas.

Nos despedimos de mi tutora y yo sigo enshock cuando salimos. Ya me lo esperaba, perosaber que es verdad ha sido todavía peor.

—Explícame qué está pasando, Emma.Esto no es normal.

—Yo… No lo sé.—Has estado distrayéndote con ese chico

—me recrimina ella conforme vamos saliendodel instituto—. Emma, te juegas tu futuro. ¡Noes cualquier tontería!

—Lo sé, es solo que…—¡No me pongas excusas!Durante todo el trayecto en coche hasta

casa me cae una buena bronca y, en cuanto

Page 343: Besos entre líneas - ForuQ

llegamos, cojo mis cosas y me dirijo a la estaciónenfurecida conmigo misma.

Pero todavía me cabreo más al comprobarque he perdido el autobús que debía coger ytengo que esperar media hora.

Qué comienzo de fin de semana másgenial.

Page 344: Besos entre líneas - ForuQ

TERCERA PARTE

Page 345: Besos entre líneas - ForuQ

BLOGGER LIT CON

Llego tardísimo al parque del Retiro, sitio dereunión de la BLC. Me he perdido el comienzode la prequedada. Localizo a Sandra y a Esthery corro hacia ellas.

—Chicas, estoy de los nervios. Es miprimera vez en la BLC y… —comentaAlejandra.

—Tranquila, es como un chute deadrenalina y cuando te quieras dar cuenta, yahabrá acabado —le dice Esther.

—Sí, se pasa muy rápido, es una lástima.¡Pero merece tanto la pena! —añade Sandra.

—¡Es genial! —les digo yo.Esther y Sandra se abalanzan sobre mí al

verme llegar.

Page 346: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Siempre la última! —me recriminan.—Eric y yo hemos cortado —les cuento a

las chicas.—Whaaat!? —me grita Esther.—Y no se te ha ocurrido mencionarlo

antes, ¿no? —añade Sandra.—¿Quién es Eric? —Alejandra está

perdida.Han estado informadas por WhatsApp de

mi historia con Eric, pero Alejandra no, así quese la resumo.

—Yo creo que ese chico no te merece, Em—me dice Alejandra.

—En realidad es un malote como los de loslibros. No podías esperar otra cosa de él. Y si tegustó sabiendo cómo es…, no sé por qué ahorate fuerzas a ti misma para olvidarlo. A veces esmejor dejar que las cosas fluyan y se den solas.Las pocas veces que lo he visto no me parecíatan mal chico —añade Sandra.

—Pues yo no seguiría con él —diceEsther.

Estoy hecha un lío y no es que ellas estén

Page 347: Besos entre líneas - ForuQ

precisamente ayudando con sus divagaciones.—Creo que leemos demasiados libros —

comento yo.Eric no merece estar conmigo. Ni conmigo

ni con ninguna otra chica si se comporta como lohace.

—Necesito darme un tiempo y alejarme deél, no es justo lo que ha hecho.

—Sin duda, es un gilipollas —concluyeAlejandra.

Después de desahogarme con ellas mesiento mucho mejor, es como si hubiera soltadotodo lo que llevo dentro.

Nos acercamos a un considerable grupo degente congregada. Es tan bonito ver a tantagente que hace un esfuerzo por venir desdetodos los puntos de España… Todo por los librosy la amistad que estos crean.

Page 348: Besos entre líneas - ForuQ

Mañana habrá por lo menos el triple depersonas.

—¡Holaaaaa! —nos saluda Bea, la chicaque vi hace unas semanas en la presentación deMaggie Stiefvater.

Es una de las fundadoras y organizadorasde la Blogger Lit Con. No sabe cómo leagradezco que ayudara a crear un evento así,que significa tanto para mí y para tantas otraspersonas.

—Hola, Bea. ¡Por fin ha llegado el día! —La abrazo contenta de volver a verla.

—¡Sí! Va a ser genial, porque… Bueno, noos puedo contar nada. ¡Mañana lo veréis! —dice Bea poniendo cara de interesante.

—Qué mala eres. ¡Adelántanos algo! —ledice Esther.

Pero Bea ha hecho como si no nos hubieraoído y se ha marchado rápidamente para saludara otras personas que acaban de llegar. Cada añosomos más.

—¡Hola, Emma! —me saluda Ángela, unabloguera que me cae muy bien.

Page 349: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Hola! Mira, esta es Alejandra, del blogCinderella reads.

Alejandra parece un poco cohibida porqueno conoce a casi nadie y no quiero que se sientaasí. Por lo que decido presentarle a algunosblogueros.

—¡Oh! ¿Eres tú? Me encanta tu blog —ledice Ángela a Alejandra mientras le da dosbesos.

—¿En serio? Vaya, ¡gracias! —le contestaAlejandra asombrada.

En pocos segundos Alejandra empieza ahablar con ella. Tiene muchísima energía, pareceque no respira al hablar, y mueve las manos sinparar.

Sigo saludando a más gente. Este año,además de blogueros, se han animado a venirlectores que no tienen ni blog ni canal deYouTube. Es algo genial.

Una chica con el pelo muy largo y gafas depasta negra se pone a mi lado y me dice:

—¡Hola! ¿Emma, verdad?—Mmm, sí, soy yo —le digo como si no

Page 350: Besos entre líneas - ForuQ

estuviera segura de ello.—Me encantan tus vídeos.—¿Ves mis vídeos? —le digo sorprendida.Simplemente tengo algo más de mil

suscriptores y casi todos son de Latinoamérica,no esperaba que alguien de los que asistiera a laBLC me reconociera.

—¡Sí! Te descubrí gracias a Gabriel, delcanal En busca de libros.

—Sé quién es Gabriel, me encanta esechico. ¡Muchas gracias! No sabes la ilusión queme hace que me digas esto.

Rebusco en mi mochila y le doy uno de losmarcapáginas que he preparado con la cabecerade mi blog y mi canal.

—Gracias a ti, que por tu blog y tu canal deYouTube tengo una lista infinita de libros porleer. Eres igual que en tus vídeos.

—¡Claro que soy igual! No me puedoponer filtros como en Instagram —le digobromeando.

—No, me refiero a que eres igual denatural. Eso me gusta, no como otros youtubers

Page 351: Besos entre líneas - ForuQ

que parece que actúan en una obra de teatro encada uno de sus vídeos. ¿Te harías una fotoconmigo? —me pregunta enseñándome sucámara.

—Claro —es la única palabra que puedoarticular.

Después de hacérnosla, se marcha sindecir nada más. Estoy anonadada por lo queacaba de suceder. Por supuesto, Esther, Sandray Alejandra lo han visto todo, porque estaban ami lado.

—¡Tengo una amiga famosa! —exclamaEsther, tan loca como siempre.

—¡Cállate! —le digo, notando cómo se meponen las mejillas sonrosadas.

—Ha sido guay —dice Sandra.—Muy guay —añade Alejandra.

Page 352: Besos entre líneas - ForuQ

Saco la cámara para grabar un vídeo conlas tres. No quieren porque, excepto aAlejandra, les da vergüenza. Insistoexplicándoles que la vergüenza se pierde trasgrabar unos cuantos vídeos. Pero aun así, Esthery Sandra están sonrojadas segundos antes deque empiece a grabar la cámara.

«¡Hola! Bienvenidos al canal La ventanade Emma. Hoy traigo invitadas muy especiales:Alejandra, Sandra y Esther.»

«Hola», musitan a la vez.—¡Eh! No tengáis vergüenza, ¡que solo es

una cámara! Gritad más o no se os va aescuchar bien —las riño.

—Sí, pero luego esto lo verán un montónde personas —dice Esther.

—Es que como tú ya eres booktuberprofesional…, ya se te ha quitado el miedo. Noes justo —añade Sandra.

—Sí, soy muy profesional… Vale, tengo unpoco de experiencia, pero tranquilizaos un pocoy olvidaos de la cámara. Imaginaos que estamos

Page 353: Besos entre líneas - ForuQ

hablando entre nosotras y ya veréis cómo osrelajáis —les aconsejo.

Como pensaba, esto es justo lo que sucede.No hemos podido reírnos más mientrasgrabamos un book tag, que es divertido ya depor sí, pero es que en compañía de estasmaravillosas chicas lo es todavía más.

Al final, aunque no han parado de protestar,cuando hemos terminado de grabar parece quele han cogido el gusto, pues no querían despedirel vídeo. Se acabarán haciendo booktuberscomo yo, digan lo que digan. Tiempo al tiempo.

Al llegar la hora de las firmas de autores,cada uno se dispersa por la Feria del Libro. Estatiene lugar en el mismo parque del Retiro, por loque mejor elección para que tenga lugar la BLC,imposible. Nadie se queda solo, pues aunquealguien venga sin conocer a nadie, siempre sehacen amistades.

La calle central, llena de casetas deeditoriales y librerías, está tan repleta depersonas que cuesta andar. Para que luegodigan que la gente no lee.

Page 354: Besos entre líneas - ForuQ

Alejandra, Esther, Sandra y yo somosinseparables y vamos a ir juntas a varias firmas.La primera de ellas es la de ¡David Levithan!Estoy muy emocionada y nerviosa, y es queadoro a ese escritor. Me he traído los pocoslibros que hay por ahora publicados en españolpara que me los dedique.

Ellas no se han leído ninguna novela deeste escritor a pesar de todas las veces que leshe recomendado que lo hagan, pero ya las heavisado de que voy a obligarlas a que secompren por lo menos uno en la caseta dondeesté Levithan, y que aprovechen para que se losfirme.

Mires por donde mires hay gente y casetasa derecha y a izquierda, formando filasinterminables. Y sobre todo hay libros. ¡Librospor todas partes! Este es el paraíso de cualquierlector.

Cuando por fin encontramos el estanddonde está firmando el autor, nos ponemos en lacola, que no es corta. Ni siquiera logro alcanzara ver a Levithan.

Page 355: Besos entre líneas - ForuQ

Saco mis libros de la mochila y guardo sitioen la cola mientras mis amigas se acercan acomprar uno de los ejemplares del autor. AEsther le he recomendado que compre Cadadía porque no le gustan las historias puramentede amor, sino que tengan algo más, y ese esperfecto para ella. A Alejandra, sin embargo, lehe dicho que compre Cuaderno para dos, pueses una chica a la que le gusta la romántica puray dura, y además es una novela que hablamucho de libros. Y a Sandra, Nick y Norah,una noche de música y amor, porque le gustanlas historias concisas y cortas.

Cuando por fin vienen cada una con unlibro bajo el brazo, la cola ya ha avanzadoconsiderablemente.

—Sí que habéis tardado… —las riño.—Oye, que para comprar los libros

también había cola, no hemos estado ahíesperando por placer —me dice medio enfadadaEsther.

—Ya lo sé, ¡era broma!—Como después de todo no nos gusten los

Page 356: Besos entre líneas - ForuQ

libros, te matamos entre las tres —dicesonriendo Alejandra.

—Ya veréis como merece la pena. ¡Ymucho! —les respondo convencida de ello.

Al avanzar otro poco más, ya se puedevislumbrar la cabecita de David Levithanhaciéndose una foto con una lectora. ¡Quénervios!

—Mirad, ahí está. ¿Tengo bien el pelo? —les pregunto cansada ya de sostener todos loslibros en los brazos durante tanto tiempo.

—Ni que fueras a pedirle matrimonio —dice Esther.

—No, pero sí una foto —le contesto.Cuando la chica de delante de mí se

marcha, es mi turno.—¡Hola! —me dice en español sonriendo

mientras me derrito por dentro.—Ho… hola. —Cuando tengo que hablar

bien, siempre me falla esa parte del cerebro.Le entrego mis libros, que en realidad son

suyos, porque los ha escrito él. ¡Estoy muynerviosa!

Page 357: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Cuál es tu nombre? —me empieza ya ahablar en inglés.

—Emma.—¿Te los has leído todos? —me dice

mientras está dedicándome uno de losejemplares.

—Sí.—¿Cuál es tu favorito?Cuando ve que tardo en contestar, levanta

la mirada del libro que está firmando.—Eh…, pues… ¡No puedes hacerme esa

pregunta! ¡Es muy difícil! —No me creo que lehaya hablado así a David Levithan.

Sin embargo, él se ríe y dice:—Está bien, no tienes por qué contestarla.

Eso por lo menos me hace saber que todos tehan gustado por igual y no sabes por cuáldecidirte, así que gracias. —Me devuelve misejemplares y yo me quedo como una tontamirándolo.

—Gracias a ti por escribir. ¿Te harías unafoto conmigo?

—Por supuesto.

Page 358: Besos entre líneas - ForuQ

Me acerco a él y me doy la vuelta.Alejandra ya está preparada con su cámarapara hacer la foto.

—Muchas gracias.—A ti.Cuando por fin salgo de la cola, no paro de

dar saltitos en el sitio mientras espero a lasdemás.

—¡Qué feliz soy! ¡Qué feliiiiiz!Lo grito en voz baja —si es que eso es

posible— y extiendo los brazos en cruz con doslibros de David Levithan en cada mano.

Estoy tan contenta y mi corazón palpita tanrápido que no me doy cuenta de que hay máspersonas a mi alrededor, por lo que terminodándole con mi mano, y dos de mis libros reciénfirmados, a alguien.

Ahogo un chillido, bajo los brazos y mevuelvo para ver qué he hecho esta vez.

Hay un chico doblado por la mitad delantede mí. ¡Le he dado al pobre en la nariz mientrasiba paseando tranquilamente por la feria! A mí,como una loca, no se me ha ocurrido otra cosa

Page 359: Besos entre líneas - ForuQ

que saltar y agitar los brazos extendidos en unsitio abarrotado como este.

Mis mejillas vuelven a ponerse de un tonoque cada vez es más habitual: el rojo.

—Ay, ¡lo siento mucho! No quería hacertedaño. ¿Estás bien? ¿Te he roto la nariz? Ay,¡dime que no! Me siento fatal, aunque tú tedeberás sentir todavía peor… —No paro deparlotear.

Siempre que me pongo nerviosa hablo másde lo habitual, o todo lo contrario, no me salenlas palabras porque me bloqueo. No tengotérmino medio.

El chico por fin se incorpora y veo quetiene algo de sangre en las manos que sujetan supobre nariz.

—Tranquila, solo es un poco de sangre.Cuando le veo la cara noto cómo mis

mejillas se destiñen, pasando mi rostro a estarmás blanco que la nieve.

No puede ser, debo de estar alucinando oalgo. Quizás ha sido a mí a quien le hangolpeado, pero en la cabeza.

Page 360: Besos entre líneas - ForuQ

No puede ser cierto. Esos ojos verdes, esasonrisa…

Es Gabriel.

Page 361: Besos entre líneas - ForuQ

SORPRESAS

Si no me está dando ahora mismo un ataque alcorazón es porque creo que debo de estarsoñando. Pero los segundos empiezan a pasar yseguimos mirándonos sin decir nada. Él meobserva atentamente.

Gabriel, el booktuber mexicano al quetanto adoro, el que me animó sin saberlo a abrirmi canal de YouTube, y el que tantas buenaslecturas me ha recomendado, está delante demí. En persona.

—Ho… hola —balbuceo—. Yo…, eh…Disculpa, en serio.

No puedo creer que me estén temblandohasta las piernas por tener delante de mí a

Page 362: Besos entre líneas - ForuQ

Gabriel. Es absurdo. Pero ahora mismo no sécómo reaccionar ni qué decir. Estoy petrificada.

—La ventana de Emma golpeó mi nariz—dice empezando a reírse.

Un momento… ¿Ha dicho La ventana deEmma? ¡Se acuerda del nombre de mi canal! Ymejor todavía, ¡se acuerda de mí!

—Yo…, eh…, encantada… Es…, no sé,increíble poder conocerte… Soy…, ss… ¡Ufff!—Intento decir algo coherente sin buenosresultados.

—Ahorita tengo que marcharme. Ya nosveremos, Emma —se despide antes de darse lavuelta y marcharse tapándose la nariz con unpañuelo que ha sacado de su bolsillo.

Me quedo clavada donde estoy. Acabo deconocer a Gabriel y no he sido capaz de decirlealgo con sentido. Qué vergüenza. Para unaoportunidad que he tenido… ¡Y encima le hereventado la nariz!

¿Qué hará aquí? Él vive en México, notiene ningún sentido que esté aquí, en la Feriadel Libro de Madrid. No es como si fuera a

Page 363: Besos entre líneas - ForuQ

cruzar el gran charco solo para conocer a DavidLevithan o algo así… ¿No?

¡Lo más increíble es que sabe quién soy!¡Me ha reconocido!

Qué mal me sienta no haber sido capaz de,al menos, haberle pedido una foto. Seguro queya no tengo oportunidad de volver a verlo.¿Cómo voy a volver a encontrarlo entre todaesta multitud? Ojalá pudiera haberle dichoúnicamente que gracias a él me creé mi canal yque es mi ejemplo en BookTube.

—¡Emma! —Alejandra me llama.Me giro aún con los ojos abiertos como

platos y empiezo a gritar fangirleando comouna loca.

—¿Qué pasa? —grita Sandra siguiéndomela corriente.

—Chicas, ¡Gabriel! —sigo gritando sinpoder controlarme.

—¿Qué Gabriel? ¿Un escritor? —interviene Esther, que venía por detrás de lasdemás.

¿Cómo voy a explicar que acabo de

Page 364: Besos entre líneas - ForuQ

encontrarme con Gabriel, de En busca delibros? ¿Cómo me van a creer? Ni siquiera yomisma soy realmente consciente de que acabode verlo en persona. Ha sido como unespejismo.

—Uf…, no me vais a creer, pero acabo dever a Gabriel, el booktuber. El mexicano. ¡Lehe golpeado la nariz con mis libros! Soy undesastre.

Todas me miran con los ojos fuera de susórbitas. Sus bocas llegan al suelo y yo notocómo mi corazón sigue latiendo a toda máquina.

—Tienes que estar de broma. Creo que elcalor te ha afectado. No me lo creo —diceEsther.

—¿¡Y qué le has dicho!? Adoro a esehombre —me dice Alejandra con la velocidadque caracteriza su forma de hablar.

—¡Nada! He sido tan idiota que ni siquierale he dicho que me encanta su canal.

—¿Pero dónde demonios está? —gritaSandra de los nervios.

Se nota que a todas nos encanta.

Page 365: Besos entre líneas - ForuQ

—No sé, estaba aquí y se ha ido de pronto.¿Era él o de verdad me he vuelto loca?

—¿Quién va a ser si no? —dice Esther.El resto de la tarde intento disfrutar lo

máximo de la quedada, pero no dejo de darlevueltas al hecho de haber visto a Gabriel. Nisiquiera soy capaz de procesar lo que ha pasado,es como si no fuera cierto.

Anoche, Sandra, Esther, Alejandra y yocaímos rendidas en las camas de nuestrahabitación en cuanto llegamos. No eraprecisamente tarde, solo las once, peroestábamos tan cansadas que tuvimos que irnos adormir sin poder evitarlo.

Después de meter los libros en nuestrasmochilas, coger los marcapáginas que hemoshecho de nuestros blogs y ordenar un poco lahabitación, nos vamos a desayunar a la cafetería

Page 366: Besos entre líneas - ForuQ

que queda al final de la calle en la que estánuestro hostal.

Es raro, porque considero que son misamigas unas chicas a las que prácticamente noconozco, pero con las que comparto más cosasque con el resto de la gente que me rodea.

Alejandra nos cuenta cómo es su trabajoen una academia de inglés mientras Sandra nosexplica cómo va su trabajo de fin de grado sobresuelos. Esther, por su parte, solo habla deJennifer L. Armentrout y de las ganas que tienede verla.

Terminamos de desayunar y nos dirigimosa la puerta donde hemos quedado con todos losblogueros. Estoy nerviosa y no puedo esperar allegar ya.

El tema de Gabriel no ha vuelto a salirdesde anoche, todas nos hemos hecho a la ideade que no vamos a volver a verlo nunca más.

Cuando llegamos a la Puerta de Alcalávemos a muchas personas congregadas en lapuerta del Retiro. Es increíble, el año pasado noéramos ni doscientos y ahora calculo que

Page 367: Besos entre líneas - ForuQ

seremos más de trescientas personas. Haytantas camisetas literarias como la mía, tantascámaras haciendo fotos y vídeos, tantos librospasando de mano en mano… ¡Qué locura!

Llegamos casi corriendo y empezamos asaludar y abrazar a blogueros que llevamos unaño sin ver. Hay algunos que solo pueden asistira la quedada y no vienen el viernes ni eldomingo. Hoy es un día maravilloso en el quenos encontramos con gente a la que no hemosvisto en muchísimo tiempo y de la que vivimos acientos o miles de kilómetros.

—¡Estoy que me va a dar algo! Espero quetodo salga bien. Llevamos meses trabajando enesto —grita Bea acercándose.

Esther y yo no nos despegamos, ysaludamos juntas a blogueros mientrasrepartimos los marcapáginas de nuestros blogs.Yo he traído cien, pero se me van a agotar ennada.

Sandra aparece de nuevo junto a Alejandray nos hacemos unas fotos con gente queconocemos.

Page 368: Besos entre líneas - ForuQ

—Haced sitio a la diva blogger, please —suena una voz detrás de nosotras.

Es una voz inconfundible. La palabra divaes la que más usa en su blog y su canal deYouTube. Porque sí, él es uno de los pocosbooktubers españoles que he encontrado. Tienedos mil seguidores y yo soy una de ellas, sinduda.

—¡Yon, me moría de ganas por conocerte!—le grito girándome y corriendo hacia él paradarle un fuerte abrazo.

Es curioso, porque rodeada de esta gentese me pasa la timidez y estoy más relajada quenunca.

Yon es más alto de lo que esperaba, mesaca más de una cabeza y es más guapo enpersona. Él me acoge entre sus brazos mientrasempezamos a reírnos juntos sin parar.

—¡Ay, Emma! Mi diva favorita. ¡Por fin!Mira, este es Carlos, estudia conmigo en lafacultad y es uno de mis mejores amigos. Lomejor es que es bloguero también —me dice.

Carlos me saluda con dos besos y empieza

Page 369: Besos entre líneas - ForuQ

a preguntarme cosas sobre mi blog y mi canalde YouTube. Por lo visto también me sigue.¡Qué ilusión!

Me acerco donde están Sandra, Esther yAlejandra, delante de las escaleras de entrada alRetiro. En ellas, los organizadores se encuentrande pie con varios megáfonos.

Bea nos lee las firmas que hay hoy y noscuenta las actividades que haremos. Tambiénnos avisa de que a las tres quedamos todos en elcésped detrás de la caseta número sesenta yseis para comer.

Cuando terminan de explicarnos todo lonecesario, otro de los organizadores, Álex, quepor lo visto es traductor de libros, nos grita queen las casetas de varias editoriales van a regalarlibros a las cien primeras personas que lleguen.

La gente empieza a murmurar y a mirar elpanfleto que nos han dado con las actividades y,segundos después, muchísimos asistentes echana correr en dirección a esas casetas.

Nosotras nos miramos y empezamos areírnos.

Page 370: Besos entre líneas - ForuQ

Comenzamos a andar tranquilamente haciala feria. Por el camino nos encontramos con ungrupo de blogueros, que nos paran, y uno deellos me llama tímidamente.

—Mmm, Emma…, ¿te harías una fotoconmigo? —El chico está hecho un flan. No mecreo que mi presencia provoque que él esté así.Es surrealista.

—Qué vergüenza —dice una de las chicasque lo acompañan con una risita.

—Claro —contesto sonriendo.Esther nos hace la foto con el móvil del

chico y después me despido de él con un abrazo.—Si ya te dije que eras famosa —me dice

Esther riéndose.Todas nos reímos un rato porque yo estaba

más nerviosa que el chico.Nos dirigimos a la firma de libros de Javier

Ruescas, que, además de ser escritor, tiene uncanal de YouTube como yo. Nos dedica a lascuatro muchas sonrisas y todos los libros quehemos leído de él, entre ellos Electro, el últimoque ha publicado, junto a Manu Carbajo.

Page 371: Besos entre líneas - ForuQ

Después buscamos la caseta númeroochenta y nueve, porque allí es donde va afirmar Jennifer L. Armentrout en unos minutos yestamos deseando verla. Sobre todo Esther. Ellaes ahora la que está nerviosa y no deja derepetir que sí que ha valido la pena traer tantoslibros con tal de que se los firme.

Vemos la cola a lo lejos, es larguísima. ¡Esincreíble! Tiene que haber al menos cienpersonas.

—Buah, nos queda un buen rato —resoplaSandra mientras saca un espejo de su mochila yse retoca el pelo.

—¿No os parece que la gente gritademasiado cuando llega ahí? —pregunta Sandraseñalando el lugar de la fila desde el que sepuede ver a Jennifer firmando.

—A saber, seguro que Esther grita más —añade Alejandra con una risita.

—¡Es que es la Jenny! ¿Cómo no vamos agritar? —se sorprende Esther.

Pasamos una hora haciendo cola,agarrando los libros de Jennifer y apretándolos

Page 372: Besos entre líneas - ForuQ

contra nosotras, contándonos todo tipo deanécdotas. Yo solo traigo Obsidian, me parecíauna locura traer todos los que tengo de laautora. Por suerte, no los he traído porque séque hoy compraré alguno más…

Cuando llegamos al punto de la cola dondetodo el mundo grita, entiendo por qué. Todasestamos con la boca abierta. Al lado de JenniferL. Armentrout está Gabriel.

Page 373: Besos entre líneas - ForuQ

YO NUNCA, NUNCA…

Esther, Sandra y Alejandra se han vuelto locasdesde el segundo en el que se han dado cuentade que delante de nosotras está Gabriel. Elmismo Gabriel al que le golpeé ayer la nariz conlos libros. Nariz que, por cierto, todavía tiene unpoco hinchada.

Qué vergüenza. Todavía no puedo creermeque Gabriel esté aquí y que lo haya conocido enpersona. Aunque nuestro primer encuentrofuera tan… accidentado.

No hemos dejado de mirarnos entrenosotras y de reírnos tontamente.

La primera que se acerca para que le firmelos libros es Esther, que está más nerviosa porJennifer que por Gabriel. Nosotras nos

Page 374: Besos entre líneas - ForuQ

quedamos atrás viendo cómo Esther le habla ala autora en algo parecido al inglés. Le dice quele encantan sus libros y que es su mayor fan.Jennifer, que es muy agradable, le sonríe y lecontesta cosas que creo que Esther no estáentendiendo.

Yo miro a Gabriel y él desvía la mirada.¿Me estaba mirando?

Esther nos pide que le hagamos una fotocon Jennifer y después otra con Gabriel. Yo soyla que sostiene la cámara e intento evitar mirar aGabriel demasiado, pero él en vez de dirigir sumirada hacia el móvil la dirige hacia mí.

Hasta Alejandra se da cuenta, pues,cuando termino de hacerles la foto, me susurraal oído que lo ha visto mirándome.

—Hola, Jennifer. Me encantan tus libros—le digo en mi espanglish y con una anchasonrisa.

—Oh, muchas gracias. A mí me encanta tucamiseta —me indica señalándola—. Yotambién soy divergente.

¡Qué graciosa y simpática! Me firma el

Page 375: Besos entre líneas - ForuQ

libro después de preguntarme mi nombre y,mientras, me armo de valor para dirigirme aGabriel.

—Ho… Hola, Gabriel. Soy la chica deayer y siento el golpe que te di. ¿Estás bien? —digo todo rápidamente para no cortarme por lavergüenza y los nervios.

Él me sonríe y me contesta:—Ando bien, gracias —me responde—.

¿Tú cómo estás?—Bien. Me… Bueno, me encanta tu

canal. Gracias a ti creé el mío —le cuentoemocionada.

—Qué bueno, eso está chido —meresponde con ese acento que tanto me gusta.

—Gracias, Emma —me dice Jennifertendiéndome el libro.

Gabriel me mira preguntándome con lamirada si quiero que me firme el libro éltambién. No estoy muy a favor de que alguienque no tiene nada que ver con un libro lo firmetambién, pero bueno, es Gabriel. Así que letiendo Obsidian.

Page 376: Besos entre líneas - ForuQ

Mientras, Alejandra, Sandra y Esther seestán inflando a hacer fotos desde detrás.

Gabriel firma el libro mientras le pregunto:—¿Por qué estás aquí con Jennifer?Armentrout ya está firmando otro libro,

creo que no habla nada de español, así queseguro que no se entera de nada.

—Vine acá porque la editorial quiso que laacompañase a la firma. Era un secreto, nadiesabía nada —me contesta.

Cuando termina de firmar el libro, me lotiende con otra ancha sonrisa y se despide de mídiciéndome que me verá en la comida con elresto de blogueros.

Salgo de la fila donde ya me esperan lasdemás.

—Madre mía, ¡está aquí de verdad! —gritaAlejandra como una loca conforme nosalejamos.

—Y encima te conoce, tía.—Por no decir que va a comer con todos

nosotros. Me muero —grita Esther también.Seguimos nuestra ruta por las distintas

Page 377: Besos entre líneas - ForuQ

casetas para ir a ver a un par de autores más.Pero durante toda la mañana no dejo de pensaren lo mismo: Gabriel.

La hora de la comida llega y vemos aGabriel, que está sentado con varios escritores,como Jennifer L. Armentrout.

Durante todo el rato hemos observadocómo muchísima gente se acercaba a él parapedirle una foto o una firma. Normal, con casiun millón de suscriptores tiene que seguirlo todala blogosfera.

—Anda, Emma, acércate y tráelo un ratito—me dice Esther con risitas.

—Sí, ojalá pudiera —contesto riéndome.—Chicas, ¿habéis visto a Gabriel ya? ¡Era

una de mis sorpresas! Ayer no podía decirosnada —dice Bea sentándose a mi lado—. Por lovisto, la editorial que está publicando los nuevos

Page 378: Besos entre líneas - ForuQ

libros de Armentrout insistió en que Gabrieldebía venir con ella a su gira por España paradarle más bombo. Y ya veis, ha surtido efecto.Se queda en España unas semanas, algunas deellas aquí en Madrid —nos cuenta Bea,sabiendo que estamos deseando tener másinformación.

Yo me quedo alucinada. ¡Gabriel va aquedarse en Madrid unas semanas! Qué guay.Ojalá pudiera verlo otra vez antes de que semarche a México. A lo mejor podría pedirle quehiciera un vídeo conmigo para mi canal. Sí,claro, a lo mejor me dice que sí, mi canal notiene ni una décima parte de suscriptores que elsuyo.

—¿Y lo conoces? —le pregunto intrigada.—¡Claro! Yo he cogido los billetes para

ambos. La editorial me preguntó si podíaorganizarlo todo y yo encantada. Gabriel sequeda en mi piso estas semanas —me respondeella.

—¡No puede ser cierto! ¡Qué envidia! —gritamos más o menos al unísono.

Page 379: Besos entre líneas - ForuQ

Bea empieza a reírse y se levanta. Nosdice que esperemos un momento y se dirigehacia Gabriel. Yo empiezo a ponerme colorada.No puedo creer que Bea vaya a traer a Gabrielcon nosotras. Pero, efectivamente, eso hace.

Él se sienta a mi lado y me sonríe.—Ey, ¿qué onda? ¿Cómo están? Las

estaba viendo comer desde allá, pero no queríamolestarlas —nos dice.

—Ay, madre, me encantan tus vídeos.¡Eres fantástico! —le dice Esther como una fanloca.

—Gracias, yo leo sus blogs, están padres.Conseguí hacerme uno, pero no lo heactualizado nunca —nos explica—. ¿Dónde sealojan?

—Pues no creo que conozcas muy bienMadrid, pero cerca de la casa de Bea —leexplico.

—Oh, ¡qué padre! Pues esta nochetenemos que vernos todos. Me gustaríaconocerlas más. Ahorita me tengo que marchar

Page 380: Besos entre líneas - ForuQ

con Jennifer, pero esta noche las veo, ¿ok?¡Chao!

Cuando Gabriel se va, nosotras empezamosa suspirar mientras Bea se ríe. Ella está másque acostumbrada a tratar con famosos.Nosotras no podemos evitar quedarnosalucinadas por haber compartido ese rato conuna persona como Gabriel.

En realidad, estoy muy nerviosa yemocionada, esta noche vamos a estar conGabriel. Con Gabriel de En busca de libros.OMG!

—¡Hola! —nos saluda Gabriel abriendo lapuerta.

Nos besa a todos y nos sentamos dondepodemos, sin parar de hablar de novedades, deeditoriales que han dejado sagas a medias,

Page 381: Besos entre líneas - ForuQ

cancelando su publicación, de blogueros que handejado sus blogs…

Gabriel nos habla de cómo en México losbooktubers van de invitados a las ferias dellibro y tienen espacios para hacer charlas yencuentros con seguidores. Un poco de aquelloque yo ya vi en internet.

Se está haciendo tarde para llamar a casa,así que me excuso y salgo del salón para hablarcon mi tía Anne.

—Hola. ¿Cómo estáis? ¿Y papá?—Hola, Emma. Todo va perfecto, no te

preocupes. Tu padre ya está dormido, estabacansado hoy. Hemos dado un paseo por elparque y luego hemos ido de compras. Creo queha sido demasiado en un día —me cuenta ellatensa.

—Bueno, espero que disfrutéis del fin desemana —digo intentando dar conversación.

—Mira, Emma, te he dejado ir porque séque te importa muchísimo. Pero no me voy aolvidar tan rápidamente de lo despistada que hasestado últimamente.

Page 382: Besos entre líneas - ForuQ

—Ya, tía, lo siento, es que…—No me pongas excusas. Más te vale

estudiar para la selectividad —me riñe—. Enfin, ¿tú estás bien?

—Sí. No te lo vas a creer, pero está aquíGabriel, ¡el mexicano!

—Muy bien. Te dejo, disfruta.Me despido tan cortante como ella y cuelgo

el teléfono.«Vamos, Emma, tienes que pasártelo bien,

que solo es una vez al año», me digo a mímisma.

Vuelvo a entrar en el comedor y en seguidallega el repartidor de pizzas. Empezamos acomer y seguimos hablando de millones decosas.

—¿Os apetece beber algo? —nos preguntaBea—. Tengo unas botellas de ron por ahí.

—¡Fantástico! Podemos grabar el «Yonunca, nunca» para mi canal. Puede ser muydivertido —propone Gabriel.

Todos decimos que sí entre risas y yoempiezo a alucinar porque voy a salir en el canal

Page 383: Besos entre líneas - ForuQ

de Gabriel.Bea trae una botella y nos sentamos en el

sofá mientras Gabriel posiciona bien la cámara.—En realidad, Emma no debería beber, es

menor de edad —comenta Yon entre risas—.Te dejamos porque eres una diva.

—Shhh… Nadie sabe que soy la máspequeña —contesto sonriendo.

—No te enojes, Emma, yo cuido de ti —seríe Gabriel dándole al botón de grabar ysentándose a mi lado.

Pronto empezamos a jugar y, sin darnoscuenta, el alcohol empieza a surtir efecto enalgunos de nosotros.

—¡Yo! ¡Yo! —grita Esther medio atontadapor la bebida—. Yo nunca, nunca… A mí nuncame ha gustado un booktuber o un bloguero.

Todos bebemos, menos Bea, y la miramoscon los ojos abiertos como platos.

—¿Qué? ¡Es que sois todos muy feos! —se ríe.

Rompemos a reír con ella.Gabriel me mira todo el tiempo y a mí se

Page 384: Besos entre líneas - ForuQ

me suben los colores. No sé por qué me miratanto. ¿Tendré algo de pepperoni entre losdientes?

—¿Sabes? Veo tus videos desde quesubiste el primero. Me dejaste un comentario yte visité. Están muy padres tus videos —me dicetambién algo borracho.

Yo le contesto pasándole el brazo por loshombros y riéndome.

—¡Muchas gracias! Ya somos amigos delalma.

Todos rompen a reír de nuevo.—Venga. Yo nunca… Mmm… ¡A mí

nunca me han roto el corazón! —grita Sandraentre risas.

Entonces todas las risas, la cámara, elalcohol, la gente que me rodea…, todo quedacongelado durante unos segundos. Mientrasellos beben y se ríen, contando quién les rompióel corazón en el pasado, yo noto cómo me ardenlas mejillas y los ojos.

No. No. No.No quiero que Eric se abra paso de nuevo

Page 385: Besos entre líneas - ForuQ

en mi mente, no en estos momentos. No quieroque me estropee la noche, pero no puedo evitaracordarme de él y del daño que me ha hecho.

Recuerdo cómo creí que me gustaba, cómodejé que me besara y se acercara a mí. Lo peores que recuerdo cómo me rompió el corazón yen ese momento empiezo a llorar mientras todosse giran para mirarme.

Page 386: Besos entre líneas - ForuQ

RECUERDOS IMBORRABLES

Para disimular que estoy llorando, cojo mi vaso yempiezo a beber un trago largo. Intento taparmis lágrimas con las manos alrededor delcubata.

No puede ser que me esté pasando esto. Elfin de semana estaba siendo genial y al final hetenido un bajón. No he podido evitar acordarmede Eric.

Mis intentos de disimular que estoy llorandono han causado efecto, pues cuando paro debeber y bajo la copa, todos me siguenobservando atentamente.

Me levanto del sofá, dejo el vaso otra vezen la mesa y les digo:

Page 387: Besos entre líneas - ForuQ

—Lo siento, tengo que ir al baño, se me hametido algo en el ojo. —He tragado saliva unascuantas veces antes para que mi voz sonaranormal, aunque no creo que haya surtido efecto.

—Sandra, tía, ¡qué poco tacto tienes! —oigo que la riñe Esther cuando cierro la puertadel salón.

Todas saben lo que pasó porque se lo hecontado. Estoy segura de que Sandra, con loborracha que está, no ha caído en la cuenta.

—¿Qué pasa? —escucho que preguntaBea, que no está enterada de nada.

Llego al baño, que encuentro al fondo delpasillo en forma de «L», y me encierro en él.Me miro al espejo y me digo a mí misma que metranquilice. Entre que todo está muy reciente yel alcohol, no he podido controlar missentimientos.

Oigo cómo se abre la puerta del salón y sevuelve a cerrar. Alguien se encamina hacia aquí.

—Emma —dice Gabriel mientras da dosgolpecitos en la puerta—, ¿estás bien?

—Sí —digo con un hilo de voz, lo que hace

Page 388: Besos entre líneas - ForuQ

que mi afirmación no sea muy convincente.—¿Estás segura? Abre la puerta, por favor

—me pide desde el otro lado.Me seco las lágrimas y me quito la

máscara de pestañas que se ha deslizado pormis mejillas. Respiro hondo antes de abrir.Gabriel está apoyado con el brazo derecho en elmarco de la puerta. Su rostro muestrapreocupación.

—¿Ves? Estoy bien. Simplemente heempezado a lagrimear porque se me habíametido algo en el ojo, pero ya está. ¿Vamos aseguir jugando?

Consigo salir del baño agachada por debajodel brazo de Gabriel y me dirijo hacia el salón.

—No.—¿Cómo? —Me vuelvo bruscamente en

mitad del pasillo.Gabriel empieza a caminar hacia mí y luego

se mete en una de las habitaciones. Me quedoextrañada esperando a ver lo que hace.

—Gabriel —lo llamo.Al segundo sale del dormitorio con su

Page 389: Besos entre líneas - ForuQ

chaqueta puesta y la mía en la mano. Sus ojosse clavan en los míos y se pasa la mano quetiene libre por el pelo para peinárselo.

—Póntela —me ordena.—¿Pero para qué? —le pregunto todavía

extrañada.—Vayamos a dar un paseo.Me pongo la chaqueta sin decir nada más.Gabriel se me adelanta entrando en el

comedor y explicando a los demás que nosvamos a tomar un poco el aire, que notardaremos.

Ninguno de los dos decimos nada mientrasbajamos las escaleras y salimos a la calle.Respirar la brisa fresca me alivia.

—Quizás sí necesitaba esto —murmuro.—¿Viste?Parece que Gabriel me ha oído.—¿Y adónde vamos? —le pregunto.—Ah, tú eres la madrileña, no yo.—Conozco un sitio, vamos —le digo

echando a andar por delante de él.Las calles siguen atestadas de gente a

Page 390: Besos entre líneas - ForuQ

pesar de ser tarde, pues es sábado. Recorremosunas cuantas manzanas más hasta llegar a unpequeño parque con una fuente en medio. Nossentamos en el borde.

Gabriel se coloca de tal manera que quedamirándome.

—Cuéntame, ¿qué pasó? —me pregunta.—Ya te he dicho que…—¿Neta? No quiero ser metiche, pero

¿vinimos hasta acá para que no me cuentesnada? —me vuelve a insistir.

¿Qué hago? ¿Se lo cuento? Lo conozcosolo desde hace unas horas, pero quizás él mepueda dar algún consejo desde su punto de vistamasculino.

—Está bien. Eric es el chico con peorreputación de mi pueblo y yo…

—Vaya, ¿te gustan los chavos malos? Nopensaba que fueras de esas.

—¿De esas, qué? Si puede saberse —ledigo poniendo los brazos en jarra como siestuviera de verdad molesta.

—Pues una chava que prefiere estar con

Page 391: Besos entre líneas - ForuQ

alguien que le hace más mal que bien —meresponde muy serio—, algo que nunca lograréentender.

—¡Eric me ha hecho mucho bien!—¿Neta? Entonces no estarías de esta

manera.Gabriel me está haciendo reflexionar, algo

que me gusta.Es todo muy surrealista. Yo hablando con

Gabriel, el booktuber más famoso —y guapo—del mundo. Está delante de mí, escuchándome yqueriendo ayudarme. Es sencillamente increíble.

—Cuéntame qué pasó, te escucho —meinvita.

—Eric es diferente a lo que todos piensan,cuando está conmigo. O eso creía. Me tratabien, es dulce, tiene una personalidad oculta queparecía que solo yo podía ver. Pero me haengañado y mentido sin parar desde que nosconocimos.

Ya no puedo aguantar más y mis lágrimasvuelven a bajar por mis mejillas. Rememorartodo eso me hace mucho daño y siento un nudo

Page 392: Besos entre líneas - ForuQ

en el estómago que parece que se ha apretadomás fuerte en vez de aflojarse.

Gabriel se acerca más a mí e intenta quealce la cabeza para mirarlo.

—¿Y cuál es el problema?Me quedo mirándolo sin comprender. Me

levanto de la fuente furiosa.—¿Que cuál es el problema?—¿Qué dudas tienes sobre Eric? Tú

misma dijiste todo eso, pero todavía siguesdudando si darle otra oportunidad.

—Yo no he dicho eso —le rebato.—Pero lo supe desde que dijiste que Eric

te hizo mucho bien.—Es que es cierto.—Quizás lo hizo, pero no puedes dejar que

tu vida se llene de mentiras. —Esta última fraseme la dice con mucha delicadeza.

—Tienes razón, Gabriel. Tienes razón —ledigo tapándome con las manos la cara.

Noto cómo Gabriel se acerca a mí yfinalmente me envuelve con sus brazos. Su

Page 393: Besos entre líneas - ForuQ

cálido abrazo me reconforta a pesar de ser unextraño al que acabo de conocer (en persona).

Me separo de él lentamente y bajo lacabeza muerta de vergüenza. Se me ha pasadoel mareo por el ron en un segundo al serconsciente de lo que acaba de pasar.

—¿Estás mejor? —me pregunta Gabriel.—Sí, gracias —susurro.—De nada.—No, en serio, gracias por abrirme los

ojos.—Emma, los tenías abiertos, solo que no

sabías ver bien lo que tenías delante de tusnarices.

Me quedo embobada mirando su sonrisa ycuando vuelvo a aterrizar en la tierra le digo queya podemos marcharnos con los demás.

—Vales mucho. No te conozco, pero eresagradable y muy linda. No te dejes destruir porél. Mereces más. Estoy seguro de que cualquierotro chavo lo sabe ver.

—¡No me lo puedo creer! —oímos gritar auna chica detrás de nosotros.

Page 394: Besos entre líneas - ForuQ

Ambos nos volvemos a la vez y nosencontramos a una chica rubia corriendo hacianosotros. Lleva un minivestido de fiesta plateadoy unos tacones altísimos con los que no entiendocómo puede correr de esa forma.

—¿La conoces? —le pregunto.—Claro, vengo acá todos los días… —me

contesta Gabriel irónicamente mientras se ríe.—Dime que eres Gabriel, del canal En

busca de libros —dice la chica sin aliento porla carrera.

—Eso dicen… —contesta con chulería.Por favor, más chicos con doble

personalidad en mi vida, no, gracias.—¡Ay!, eres todavía más guapo en

persona, si eso es posible. ¡No me puedo creerque estés aquí! ¡En Madrid! ¿Me firmas unautógrafo y te haces una foto conmigo? —lepide muy ilusionada.

—¿A cambio de qué? —dice con esa vozque pone en sus vídeos pero que no se parecemucho a la verdadera.

A la chica le da un ataque de risa tonta.

Page 395: Besos entre líneas - ForuQ

Creo que ni siquiera se ha dado cuenta de queestoy aquí, al lado de Gabriel.

—Qué gracioso eres. —Vuelve a reírse lachica.

—Lo sé —responde sin dudar Gabriel.Yo me quedo mirándolo con ojos como

platos por cómo se está comportando.La chica saca un bolígrafo y una pequeña

libreta de su también diminuto bolso y se lostiende a Gabriel.

—¿Cómo te llamas, linda? —le preguntamientras está escribiendo.

—Lucía.—Tan hermoso nombre como tú. —Sigue

ligando con ella descaradamente.—Gracias —le contesta ella.Cuando terminan de hacerse una foto y de

darse dos besos, vemos cómo otra chica sequeda parada de repente, en medio de la calle, alver a Gabriel.

—Apúrate —me dice este cogiéndome dela mano y echando a andar rápido.

Cuando ya estamos a solo una calle de

Page 396: Besos entre líneas - ForuQ

nuestro destino, disminuimos la velocidad. Unavez he recuperado el aliento, le pregunto aGabriel:

—¿Cómo es ser así?—¿Cómo, así?—Ya sabes, famoso.—Te rompen el corazón cuando solo te

quieren por tu fama. ¿Y a ti también terompieron el corazón? Además del desgraciadode Eric, digo —me dice quitándole hierro alasunto, bromeando.

—Pues la verdad es que… Eric ha sido elprimero y el único.

—¡No! ¿Neta? No lo puedo creer —medice parándose en medio de la calle.

—Sí, puedes burlarte de mí. Es el únicochico con el que he estado de verdad endiecisiete, casi dieciocho, años que tengo. Perohe besado a más de uno… —le digoavergonzada.

—No sientas pena.—No, si no me da pena.—¡Ah! —se ríe—. Una de las cosas que

Page 397: Besos entre líneas - ForuQ

he aprendido estos días en España es que penaaquí se dice vergüenza.

—Vale, entonces sí que me avergüenzo unpoco…

—Pues no debes hacerlo. Menos chavoscon los que has estado, menos veces que te hanroto el corazón.

—Visto así… —Le sonrío.Gabriel tiene un don para dar consejos y

subirte el ánimo.—¿Y ahora tienes novia? —le pregunto.Me arrepiento de haber dicho eso en

cuanto sale de mi boca. No es algo que necesitesaber. Bueno, quizás sí.

—No, ahorita no tengo pareja —me dicesonriendo para sí mismo.

—¡Qué bien! Digo…, qué pena. Pena delástima, no de vergüenza… —le explico paraque esta vez no haya confusiones.

Gabriel empieza a reírse y me contagia subonita risa.

Ya hemos llegado a casa de Bea. Cuandonos abren la puerta, nuestros amigos nos

Page 398: Besos entre líneas - ForuQ

encuentran a los dos doblados por la mitad de larisa.

—¿Estás bien, bonita? —Me abrazaAlejandra en el rellano del apartamento de Bea.

Alejandra es un encanto; aunque haga soloveinticuatro horas que nos conocemos, es muyatenta. Admiro su empatía.

—Claro que lo está, ¿es que no la ves? —apunta Esther poniendo cara pícara observandocómo Gabriel y yo nos secamos las lágrimas derisa.

—Cariño, lo siento muchísimo —me diceSandra con cara de culpable—. No debería dehaber hecho esa pregunta con todo lo que noshas contado.

—Calla, bocazas, o también lo terminaráscontando todo —la riñe Esther.

—No pasa nada, olvídalo. Además, Gabrielya lo sabe todo.

—Ajá —lo confirma este detrás de mí.Me vuelvo para mirarlo y les pido a las

chicas que me dejen un momento a solas con él.—¿Otro momento más? —me dice

Page 399: Besos entre líneas - ForuQ

sonriendo Alejandra.Les dedico una sonrisa y cierran la puerta.

Estoy segura de que todos están detrás de ellaescuchando, por lo que procuro hablar bajito.Una tontería, porque luego me pedirán derodillas que les cuente todo lo que ha sucedido…

—Muchas gracias por todo, Gabriel —ledigo sin ser capaz de mirarle a esos ojos verdessuyos.

—No hay de qué, no tiene importancia —dice pasándose una mano por su pelo.

—¿Que no la tiene? Para mí, mucha. Hasconseguido que me desahogue después de quetodos los malos recuerdos vinieran de golpe a micabeza, has sabido aclararme muchas dudas yme has consolado cuando lo he necesitado.Créeme cuando te digo que eres el primer chicoque hace eso por mí.

—Es que no hay nadie como yo, Emma —contesta poniendo cara de suficiencia.

Ya está ahí de nuevo el Gabriel de hace unrato, el engreído y chulito.

—Mira que eres… —le digo.

Page 400: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Qué soy?—Nada.—¿No soy nada después de salvarte la

vida esta noche como a una damisela enapuros? –—vuelve a bromear con su tono decreído.

—Anda, duerme un rato que se te hasubido demasiado el ego a la cabeza, igual que elalcohol —le digo sonriendo.

Cuando miro mi reloj, veo que ha pasadorapidísimamente una hora desde que me fui conGabriel. Si no nos vamos ya, mañana estaremosagotados para la posquedada.

—Acá tienes mi celular, por si otro díaestás en problemas, y quieres que alguien fuertecomo yo te rescate —me dice Gabriel.

Me despido tanto de él como de los demás,con dos besos. Entonces Bea entra corriendo ensu habitación y sale con un libro en la mano.

—Toma, Emma, quiero que te quedes estanovela.

—Entre tonos de gris, de Ruta Sepetys.¡Me encantó ese libro! —grita Esther.

Page 401: Besos entre líneas - ForuQ

—Ay, Bea, no es necesario que me regalesnada. —Sonrío aceptando la novela que metiende.

—Cuando la leas te darás cuenta de queun corazón roto no vale mil lágrimas. Hay cosasmás importantes por las que sufrir que ungilipollas —me dice.

Yo acepto de nuevo el regalo dándole milbesos en la mejilla y después nos marchamos,todavía nerviosas por Gabriel.

Alejandra, Esther, Sandra y yo nosencaminamos hacia el hostal. Yo voy andandodelante de ellas y oigo cómo cuchichean detrásde mí.

—¿Queréis andar deprisa? ¡O nuncallegaremos!

Ellas no paran de reírse y yo resoplocansada. Vienen corriendo a mi lado y me dicenal unísono:

—Tienes que contarnos todo. To-do.

Page 402: Besos entre líneas - ForuQ

DESPEDIDAS

Anoche tardamos casi dos horas en dormirnos.Primero, porque no pude parar de contarles loque había hablado con Gabriel y, segundo,porque ellas no dejaron de elaborar complicadasteorías acerca de nosotros dos, hasta que sequedaron dormidas.

Ahora está sonando la alarma del móvil deAlejandra —que tiene una música estrepitosa—y abro los ojos escuchando cómo Estherrefunfuña entre dientes y maldice aldespertador.

—¡Buenos días, chicas! —Alejandra estáen pie, vestida, sonriendo y con una bandeja quecontiene cuatro tazas.

Page 403: Besos entre líneas - ForuQ

Alejandra es increíble, no puede pararquieta ni a primera hora de la mañana.

—No puedo creer que te hayas levantadoantes solo para ir a buscar café, Alejandra —murmura Sandra abrazada aún a la almohada.

—Me encanta el café, ya lo sabéis. ¿Quiénno lo sabe? ¡Toda la gente que visita mi blogsabe que dependo de él para poder vivir!¡Venga, venga! ¡Arriba! —grita enérgicamentemientras deja la bandeja en la silla que hay a unlado de la habitación, y empieza a tirar de lasmantas para destaparnos.

Alejandra tiene una energía envidiable y nosé cómo es capaz de poder dormir por lasnoches, porque siempre está igual de despierta.

Finalmente, Esther y yo nos levantamosresignadas y nos vestimos lo más rápido posible.

Alcanzo mi taza y le doy las gracias aAlejandra. Esta está con su cámara intentandohacernos fotos.

—Bueno, bueno…, ¿qué pasará hoy conGabriel? —dice Esther acercándose a mí ysacándome la lengua.

Page 404: Besos entre líneas - ForuQ

—Nada. Somos amigos. Bueno…,supongo. —Sonrío. Es algo que nunca hubieraimaginado.

Entre tanto, Sandra sigue abrazada a laalmohada.

Llegamos al Retiro arrastrando los pies,estamos agotadas. Ha sido un fin de semanademoledor, además de sorprendente yemocionante. He vivido cosas que jamás hubieraimaginado, he vuelto a ver amigos que tenía casiolvidados, y he vuelto a sonreír con naturalidaddespués de lo que me ha hecho sufrir Eric.

Siento que aquí empieza un nuevo capítuloen mi vida, estoy dejando atrás a Eric —lacharla que mantuve anoche con Gabriel me haayudado mucho—, mi amistad con estosblogueros se está afianzando, y estoyempezando a tener más confianza en mí misma

Page 405: Besos entre líneas - ForuQ

y en todo lo que hago. De momento son grandeslogros si hablamos de la Emma que era hace unpar de meses.

Además, esta tarde podré ver a mi padre yeso me hace mucho más feliz.

—¡Emma! —Gabriel viene corriendo haciamí en cuanto llegamos a la estatua del ÁngelCaído, donde hemos quedado.

Todos los blogueros que han venido, queson muchos, se quedan mirándonos con la bocaabierta.

—¡Hola! —grito haciéndome un huecoentre sus brazos mientras me rodea con ellos.

—¿Cómo estás? —me preguntaseparándose de mí.

—Mucho mejor, ahora.Él me sonríe y después pasa su brazo por

mis hombros acercándose al resto de bloguerosconmigo al lado. Esto es un poco incómodo, nome esperaba tal recibimiento. Gabriel es unapersona cariñosa, solo hay que verlo, pero aunasí es incómodo que todo el mundo nos mireextrañados.

Page 406: Besos entre líneas - ForuQ

—Antes de despedirnos, estaría bien quesaludáramos a Blue Jeans y que los que queráisvayáis a su firma —nos dice Bea a todos con sumegáfono.

Ahora mismo podemos ser unas cienpersonas, muchas vienen cargadas con los librosdel autor. Yo he leído las dos trilogías que haypublicadas de Blue Jeans y ambas me hangustado mucho, pero no he traído ninguno de loslibros porque pesan demasiado, y como él suelefirmar aquí, podré traerlos otro día.

Ya me firmó su última novela, Algo tansencillo como tuitear te quiero. Blue tiene unapluma diferente y una capacidad increíble paracrear personajes y personajes. Y encima él esencantador.

El grupo se divide y yo me quedo conAlejandra, Gabriel y algunos blogueros más,esperando a que los demás vuelvan de la fila deBlue. Nos sentamos en el césped y Gabriel sacasu cámara para despedir el vídeo que ha idograbando durante todo este fin de semana. Va ahacer una crónica para su canal, como yo.

Page 407: Besos entre líneas - ForuQ

—Pues acá termina la Blogger Lit Con,espero que les haya gustado y nos vemos en elsiguiente video. No se olviden de suscribirse alcanal. ¡Chao!

Gabriel dirige la cámara hacia nosotros ynos despedimos con las manos hasta que él laapaga.

Pasamos la siguiente hora hablando delibros que hay en México y que aquí nos gustaríatener. Como, por ejemplo, Persona normal, deBenito Taibo. Gabriel ha tenido la oportunidad depresentar el último libro junto al autor por variasciudades de su país y dice que es un hombreencantador, y sus libros, maravillosos.

También hablamos de las diferencias quehay entre México y España: cómo nos tratan aambos las editoriales, cómo trabajan connosotros y cómo lo hacen con ellos. Él noscuenta que allí hay blogs, pero que los canalesde BookTube son mucho más famosos y tienenmucha fuerza en el mundo de los libros.

Noto cómo vibra mi móvil y me alejo unmomento. Es mi tía Anne. ¿Qué querrá ahora?

Page 408: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Hola, Emma! No quiero molestarte,pero tendremos que llevar a tu padre después decomer a la residencia porque David tiene que ira ver a su madre y se llevará el coche. Es por siquieres venir antes y verle.

—Eh…, pues…No sé cómo decirle que me quiero quedar,

que quiero seguir pasándomelo en grande ydesconectando de todo aunque solo sea por unrato más.

Pero, por otro lado, la última vez que pensétan egoístamente pasó lo del infarto y… Veocómo me miran Alejandra y los demás… yGabriel. ¡Qué casualidad que tengan que llevar apapá a la residencia antes de lo previsto! Tengoque irme, debo irme, pero no quiero y me sientomal por ello.

—Pero Emma, tu padre… —dice mi tía alotro lado del teléfono. Parece decepcionadaconmigo.

Miro el reloj y me doy cuenta de que elautobús sale en nada. ¡Tengo que salir ya si noquiero perderlo!

Page 409: Besos entre líneas - ForuQ

—Claro, ahora voy —le contestofinalmente.

Cuelgo el teléfono y me giro para mirar elgrupo de blogueros que me esperan. Megustaría quedarme más rato y no tener quedespedirme ya de todos, pero no puedo estaruna semana más sin ver a papá. Seguro quehasta a él le extraña que no nos hayamos visto.

—Chicos, tengo que irme. Lo siento, me hasurgido un imprevisto.

—¡Ay! —grita Alejandra levantándose—.¿Ha pasado algo grave? ¿Estás bien?

—Sí, sí —le digo para que no se preocupe—. Es una cosa familiar. Diles a Esther y aSandra que siento no despedirme, pero tengoque irme ya o perderé el bus. Es el último antesde comer.

—Te acompaño a la estación —dice derepente Gabriel.

—¿Qué? ¿Estás loco? Está casi a una horay hay que coger el metro. Incluso hay que hacertrasbordo. Ni siquiera sabrás volver tú solo.

—No importa, no irás sola. Podemos seguir

Page 410: Besos entre líneas - ForuQ

con la quedada literaria los dos allá en el metro.—Sonríe.

¡Qué amable es! ¿Cómo voy a negarme?Charlamos sobre Eric hasta que llegamos a

la boca del metro. No es que quiera queprotagonice todas mis conversaciones conGabriel, pero él ha sido quien ha sacado el tema.

—Por favor, borra la parte del vídeo en laque empiezo a llorar —le pido acordándome deque la escena que monté ayer quedó grabada.

—No te inquietes, no subiré eso. Es algopersonal.

Bajamos corriendo las escaleras del metropara no perderlo.

—Acá todos viven estresados. Llevan unritmo agobiante —me dice sentándose a mi lado.Sorprendentemente, el metro no está tan llenocomo de costumbre.

—¿Sabes? Toda la gente que no es de aquídice lo mismo —le explico sonriendo.

—A pesar de eso, Madrid es preciosa. Meencanta.

—No hacía falta que me acompañaras.

Page 411: Besos entre líneas - ForuQ

¿Cómo vas a volver? ¡Te vas a perder!—Merecerá la pena —me contesta

guiñándome un ojo.Gabriel me descoloca completamente. Es

un chico encantador, pero me extraña que setome tantas molestias por mí. A ver, que noquiero dejar caer la idea de que puedo gustarle,pero de todos modos es raro que se pierda lamañana de la posquedada solo poracompañarme.

—Creo recordar haberte escuchado deciren tus vídeos que tienes una hermana pequeña.

—Sí, demasiado pequeña. Está siemprehaciendo ruido y por ella casi nunca puedograbar en casa —me explica sonriendo—. Peroya la echo de menos.

Me ablanda el corazón ver así de tierno aGabriel.

—Qué mono.—¿Mono? —me dice alzando las cejas.—Adorable —le explico.—Sé lo que es. Pero me has llamado mono

—dice poniendo una voz melosa.

Page 412: Besos entre líneas - ForuQ

Ya está de nuevo aquí el Gabriel creído ycon casi un millón de suscriptores.

—¿Cuál es tu secreto para triunfar de esemodo en YouTube? —le pregunto realmenteinteresada.

La expresión de su cara cambia.—No te incomodes. Me gusta mucho tu

canal, Gabriel. Me gustaría aprender de ti —ledigo sinceramente.

—Gracias. Pues no sé… ¿Qué quieressaber?

—¿Cómo es que tienes tantossuscriptores? ¿Cómo mantienes el ritmo de subirvídeos tantos días a la semana?

—No hay una receta mágica.Gabriel mira hacia otro lado y en seguida

cambia de tema y me pregunta dónde vivo ycómo es mi pueblo. Es como si no quisierahablar del tema de los suscriptores. No quieroque me dé una receta mágica, pero vaya, unosconsejos nunca vienen mal. Aun así lo dejopasar y hablo sobre mi pueblo todo lo que élquiere.

Page 413: Besos entre líneas - ForuQ

Llegamos demasiado pronto a la estaciónde autobuses y salimos de la zona del metroantes de despedirnos.

—Será mejor que vayas por ahí. —Leseñalo una puerta—. Y que hagas lo mismo quehemos hecho, pero al revés. ¿Quieres que te loexplique con un mapa?

—No, ya me buscaré la manera de llegarallá.

Le sonrío y le doy las gracias por habervenido conmigo hasta aquí. Él insiste en que notiene importancia y en que ha sido un placeracompañarme.

—Bueno, Gabriel, me ha encantadoconocerte. Espero que todo te vaya fantásticopor aquí y por México. Gracias por todo.

Me acerco a él para darle un abrazo, peroél me para poniendo sus manos sobre mishombros.

—En realidad no tenemos por quédespedirnos ahorita. Si quieres, podemos vernosesta semana cuando te venga bien. Estaré enMadrid, ¿recuerdas?

Page 414: Besos entre líneas - ForuQ

¿Gabriel me está invitando a quedar conél? No lo puedo creer.

—¡Claro! Si quieres, por mí genial. Meencantaría quedar contigo. Puedo pensar quépodemos hacer.

—Tienes mi celular, hablamos y quedamos.Me acerco de nuevo para darle un abrazo,

pero él se mueve más rápido y coge mi rostroentre sus manos. Me quedo paralizada cuandoestá a escasos centímetros de mí.

Se acerca más y me da un dulce beso enlos labios. Yo me quedo con los ojos como platosmientras tanto. Cuando por fin reacciono, soy yoahora quien le devuelvo el beso.

Cuando nos alejamos, Gabriel me depositaotro beso en la mejilla y se marcha en direcciónal metro.

Me quedo ahí, sin poder creer lo que acabade ocurrir.

Gabriel me ha besado. Yo lo he besado.

Page 415: Besos entre líneas - ForuQ

CAPÍTULOS QUE EMPIEZAN Y OTROSQUE ACABAN

Si mi vida era un caos antes de este fin desemana, ahora lo es mucho más. Lo que puedellegar a cambiar la vida en un par de días…

Si alguien me hubiera dicho que en vez deun chico dentro de mi cabeza iba a tener a dos,no lo hubiera creído.

En realidad, Gabriel siempre ha estado ahí,en mi subconsciente, pero de un modo platónico.Nunca me hubiera podido imaginar que loconocería en persona, menos todavía pensabaque fuéramos a hablar de temas tan íntimosentre nosotros y, ni mucho menos, que íbamos abesarnos.

Page 416: Besos entre líneas - ForuQ

Si no hubiera sido por él, eso nunca habríasucedido. No soy ni de lejos una chica tanlanzada y decidida como lo es Gabriel.

Hablando del rey de Roma, acaba deescribirme por WhatsApp:

Leo mientras imagino su acento diciendoesas palabras.

Han pasado ya tres días desde que nosdespedimos. Todos ellos he hablado con Gabrielpor WhatsApp, incluso una vez me llamó yestuvimos hablando como quince minutos sin

Page 417: Besos entre líneas - ForuQ

parar. Hemos hablado de muchas cosas, peronunca de lo que no para de venirme a la cabezatodo el tiempo: el beso. Es como si nuncahubiera ocurrido. A veces incluso dudo de ello, ycreo que han sido imaginaciones mías despuésde un fin de semana agotador. Pero también creíque haber hecho que le sangrara la nariz aGabriel había sido un espejismo, y luego resultóser verdad.

Gabriel estuvo ayer en una librería muygrande de Barcelona presentando el nuevo librode Jennifer L. Armentrout, y él hacía tanto detraductor de lo que decía la autora como depresentador del evento.

Lo veo completamente normal. Creo quemás de la mitad fueron solo para verlo a él y no

Page 418: Besos entre líneas - ForuQ

porque estuvieran interesados por la autora osus libros, aunque me apene decirlo, pues songeniales.

Parece que Gabriel ni siquiera recuerda loque hablamos el sábado por la noche, ni lo quesucedió al despedirnos en la estación. A lomejor, como los latinoamericanos son de sangrecaliente, decidió besarme como acto reflejo y esalgo normal en su país. ¡Ya no sé qué pensar!Voy a volverme loca.

Todo esto de Eric, y ahora Gabriel, me estádesconcentrando de mis estudios. Dentro denada tengo la selectividad y no he tenido tiempopara centrarme en ellos. Mis notas de bachillerhan sido más bajas que nunca y no solo estoydecepcionada conmigo misma, sino que Anne yDavid también lo están.

Page 419: Besos entre líneas - ForuQ

Ahora que no hay clases, deberíadedicarme todo el día a estudiar y no perder eltiempo pensando en Eric ni en Gabriel. Cuandome prometí dejar de pensar en chicos, ¡bum!, vay aparece otro: Gabriel. Eric todavía no quieredespegarse de las paredes de mi memoria, peroalgún día tendrá que hacerlo. Todo es cuestiónde tiempo.

Por suerte, todavía no me he encontradocon Eric. Pero como siempre, el destino pareceodiarme. Estoy paseando a Zoe junto a mi tíacerca de la biblioteca y veo cómo Eric aparca sucoche. Me quedo petrificada, mirándolo. Zoe nopara de tirar de su correa porque quiere seguirandando, pero yo no puedo moverme del sitio.Mi tía se gira y me mira extrañada.

Eric no me ha visto todavía, está hablandopor teléfono dentro del coche. Quiero echar acorrer hacia mi casa, lo juro, pero mis pies noresponden. Mi corazón empieza a palpitar muyfuerte, tanto que no me deja oír los lloriqueos deZoe.

Entonces se gira.

Page 420: Besos entre líneas - ForuQ

La reacción de mi cuerpo ante su visión esun dolor punzante en el pecho y un malestar deestómago que casi me hace derrumbarme enmedio del parque. Eric también pareceimpresionado al verme, por lo que se ha quedadocallado, aunque todavía tiene pegado a la orejael teléfono móvil.

Zoe reconoce a Eric y empieza a mover elrabo y a tirar de la correa en su dirección. Al finEric reacciona, cosa que yo todavía no puedohacer, y empieza a venir hacia nosotras. Noquiero que lo haga, quiero que sea tan cobardecomo yo y que no se atreva a hablarme. Notodavía, no estoy preparada.

Hace días que no sé nada de él y parecíaque el dolor se iba mitigando, pero comprendo alverlo de nuevo que estaba todavía ahí, escondidoen mi interior, esperando a que algo lodespertara.

—Ey, bonita. ¿Qué pasa?Me ha dirigido una rápida mirada y después

se ha agachado para acariciar a la perra. Es

Page 421: Besos entre líneas - ForuQ

evidente que ella está mucho más contenta queyo de verlo.

—Hola.Es lo que Eric se digna a decirme cuando

se incorpora y por fin parece reparar en mí. Yosigo sin hablarle, no sé qué decir. Ni siquieraquiero saludarlo.

—Emma, vámonos —dice mi tía mirando aEric.

—¿Qué tal la BLG? —me pregunta élcruzándose de brazos y obviando a mi tía.

—Se llama BLC, y muy bien.—Sí, y gracias a ti ha obtenido unas notas

bajísimas. ¡Estarás contento! —dice mi tíaenfadada.

—Tía, déjalo.—No, no, Emma. Debería estar estudiando

en vez de haciéndole perder el tiempo apersonas como tú.

—Lo siento, no pretendía…—Vámonos —digo cortando a Eric

tajantemente.Echo a andar pasando por delante de él y

Page 422: Besos entre líneas - ForuQ

tengo que arrastrar conmigo a Zoe, la mismaque antes tenía prisa por continuar con el paseo.

Mi tía me sigue y guarda silencio.Cuando cruzo la puerta de mi casa, respiro

profundamente y suelto a Zoe, que corre abeber agua mientras subo a mi habitación.

No quiero oír más mentiras. No quiero queEric vuelva a dirigirme la palabra, que vuelva aenredarme con sus dotes de persuasión. Hansido escasos segundos junto a él y me hanafectado más de lo que quisiera.

Gabriel parece leerme la mente incluso adistancia.

Page 423: Besos entre líneas - ForuQ

En realidad no es mentira, estoy en la camatumbada leyendo. O lo estaba, antes de que Ericvolviera a invadir mis pensamientos.

Gabriel, como siempre, consigue que pienseen otra cosa.

Page 424: Besos entre líneas - ForuQ

Gabriel parece que está asimilando mirespuesta, pues he visto que estaba escribiendoy que ahora simplemente pone «en línea» ennuestra conversación.

Page 425: Besos entre líneas - ForuQ

Gabriel me contesta muy frío. ¿He dichoalgo malo?

Decido seguir leyendo un rato más antesde volver a ponerme a estudiar.

Otra tarde más estoy sentada frente a misapuntes intentando estudiar. Intentando, sí,porque hacerlo no lo hago. No puedoconcentrarme, y pensar que no lo hago solohace que me desconcentre y me cabree todavíamás.

Han pasado días y no he tenido contactocon Gabriel. No sé qué pude haber dicho laúltima vez para que dejara de hablarme tan

Page 426: Besos entre líneas - ForuQ

bruscamente. No estoy dolida, pero estoypreocupada por si he hecho algo mal. Hepensado en preguntarle, pero tampoco quieroparecer pesada ni una loca que quiere atención.

Gabriel ha subido a su canal de YouTube lacrónica de la BLC y he aparecido en ella, por loque mis suscriptores han subidoconsiderablemente en tan solo un día.Simplemente salgo unos cuantos segundos ydigo tímidamente mi nombre y mi canal, queluego amablemente ha enlazado Gabriel paraque todos puedan visitarlo.

Es una pequeña señal para saber que, porlo menos, no está tan enfadado conmigo. Esoquiero pensar.

Queda poco para la hora de la verdad y,más que estudiar, no he podido parar de pensaren Gabriel y, muy a mi pesar, en Eric. No puedoevitarlo, ojalá pudiera hacerlo. Eric ha sidoalguien importante en estos últimos meses en mivida y ahora ya no está en ella.

Resignada, abro un archivo guardado en lacarpeta de mi ordenador llamada «Historias

Page 427: Besos entre líneas - ForuQ

incompletas de Emma» y, simplemente, empiezoa teclear.

Lo único bueno que ha pasado estos díases que he descubierto que me gusta escribir. Yalo había hecho antes, pero simplemente eranrelatos cortos de unas quince páginas. Ahora heretomado una de esas tramas que escribí, y meha venido a la cabeza una historia entera paracrear una novela.

Escribir sirve como terapia para volcartodos mis sentimientos en una hoja en blanco.Ya que pierdo el tiempo intentando estudiar, asíhago algo de provecho.

Mientras escribo, las palabras de laescritora Maggie Stiefvater me vienen a lacabeza. Me dio la idea de escribir mi propiahistoria por su entusiasmo a la hora de hablar delo que le aporta escribir a su vida.

Estoy inmersa en las ideas que vansurgiendo en mi mente cuando suena mi móvil.

Vaya, estaba tan concentrada…

Page 428: Besos entre líneas - ForuQ

No puedo creer que haya estado tanpreocupada. ¡Quiere que quedemos! Los latidosde mi corazón se disparan.

Tengo que estudiar, pero… tengo ganas devolver a ver a Gabriel.

Le contesto contenta por saber que voy avolver a verlo y que todo está bien entrenosotros.

Page 429: Besos entre líneas - ForuQ

¿Qué ha dicho?

Me sorprende mucho que quiera hacerlo.Él viene de una ciudad muy grande y meextraña que quiera visitar un pueblo tan pequeñoy con tan pocas cosas para ver como el mío.Tiene su encanto, pero en Madrid hay tantossitios que le quedan por visitar todavía…

Page 430: Besos entre líneas - ForuQ

¿Cómo sabe que la gente más allegada amí me llama así? Aunque seguro que es unacasualidad, me resulta curioso.

Después de desayunar, ordenar la casacomo una maníaca de la limpieza y arreglarmeun poco, salgo de camino a la estación. Está alas afueras, así que me toca dar un paseo.

Cuando llego, veo que todavía quedancinco minutos para que llegue el autobús deGabriel.

Estoy nerviosa, es la primera vez que nosvamos a ver en persona después de nuestrobeso. Será una situación incómoda.

Cuando baja del bus, Gabriel estáguapísimo. Lleva una camiseta de manga corta,a rayas, y unos vaqueros ajustados. Pero lo quemás me gusta de cómo luce hoy es su sonrisa.

Page 431: Besos entre líneas - ForuQ

Es la de siempre, pero parece que realmente sealegra de verme.

—Qué hermosa te ves, Emma —me dicemientras me da un abrazo y dos besos. Estechico es de lo más cariñoso.

—Vaya, gracias. Tú también estás guapohoy —le digo más al cuello de la camisa que aél.

—¿Adónde me llevarás?—Tú disfruta. Sígueme.Mientras caminamos estoy demasiado

callada, dejo que él me hable de todo lo que hahecho durante estos días. Yo le escuchoencantada, pero solo puedo centrarme en unacosa: en el beso que nos dimos. Estoy temiendoel momento en el que salga a colación el tema.

Al primer sitio donde lo llevo es a milibrería favorita, cómo no. Al principio pensé queno le asombraría mucho ir a un sitio así despuésde haber estado en grandes almacenes concientos de libros, pero parece que al final le hagustado el sitio.

—Qué padre está este lugar. Hay muchos

Page 432: Besos entre líneas - ForuQ

libros que en mi país no venden todavía, o quenunca lo harán —se lamenta Gabriel.

Es cierto que en España se traducenbastantes libros que luego llevan aLatinoamérica después de unos meses. Sinembargo, hay muchos otros que ni siquiera seplantean vender allí, algo que pasa también en elsentido contrario en España.

—¿Como cuál?—Este de acá. —Lo coge del estante y me

lo enseña.Se lo quito de las manos en cuanto miro su

título y me dirijo a caja para comprarlo.—¿Qué haces? —me pregunta Gabriel,

corriendo detrás de mí.—Es un libro escrito de una forma

maravillosa, todo el mundo debería poder leerlo.Toma, ya lo tienes —le digo dándole Croquetasy wasaps de Begoña Oro.

—No, ¡no puedo aceptarlo!—Claro que puedes. No te imaginas las

lecturas que me has regalado sin siquierasaberlo. Gracias a tus vídeos me has descubierto

Page 433: Besos entre líneas - ForuQ

libros increíbles, que nunca me hubiera atrevidoa probar de no ser por los buenos comentariosque has hecho sobre ellos. Así que toma estocomo compensación, aunque se quede corto…

—Gracias —dice en voz baja mientras mearrebata el libro que tengo en la mano y sale dela librería.

¿Pero qué es lo que hago para que seponga así? ¿A quién no le gusta que le regalenun libro?

—Gabriel —lo llamo saliendo de la libreríaun segundo después que él.

—¿Sí? —me contesta volviéndose paramirarme.

—¿Qué he hecho mal? ¿Te ha molestadoalgo? —le digo realmente preocupada, porqueno entiendo nada.

—Es solo que… ¡estoy harto de que todossolo quieran platicarme sobre mi canal deYouTube! A veces solo me ven como un chavoque sube vídeos y que no es normal.Simplemente quiero vivir durante un rato del díaalejado de ese mundo, que parezca que de

Page 434: Besos entre líneas - ForuQ

verdad tengo vida aparte de eso, sentir que notodo es virtual. —Parece realmente molesto.

Para de andar y se sienta en un banco delparque.

—Vaya, lo siento mucho. Nunca me habíaparado a pensarlo. Pero tienes razón, algunaspersonas creen que tu vida entera gira en tornoa tu canal de YouTube. —Me quedo un pocopensativa hasta que añado—: ¿Por eso el otrodía dejaste de hablar conmigo tan de repente yme pusiste una excusa tan mala?

—Me enojo cada vez que sale el tema demi canal. Soy un chavo normal y corriente. Megusta hablar de otras cosas con mis amigos —me explica mientras ojea el libro que le acabo deregalar.

—Te entiendo —le digo sinceramente.—Soy estúpido —dice mientras se tapa los

ojos con la mano que le queda libre.—¿Por qué dices eso?Luego me mira.—Te has portado increíble conmigo, no me

has tratado como otros lo hacen y encima me

Page 435: Besos entre líneas - ForuQ

regalaste un libro. Y yo te lo recompensohaciéndote sentir mal. —Me coge las manoscon las suyas, dejando el libro a un lado, y medice—: Gracias, muchas gracias. Me alegra quemi canal sea tan importante para ti, si no llega aser por eso, nunca te hubiera conocido. Losiento, lo estábamos pasando padre y ahora…

—No pasa nada, te comprendoperfectamente. Además, me alegra que esta vezhayamos intercambiado papeles: tú el queconfiesa y yo la que escucho.

Nos quedamos mirándonos a los ojos y meviene el recuerdo de cómo sus labios secerraron sobre los míos el otro día. El corazónme empieza a latir tan fuerte que temo que looiga.

—¿Tienes hambre? La comida debe deestar ya preparada. No te puedes ir de Españasin probar la tortilla de patatas —le digo muyanimada.

Sí, no he podido aguantar más esa tensasituación y he decidido pararla antes de que serepitiera lo de la otra vez. Claro que me

Page 436: Besos entre líneas - ForuQ

encantaría besarle de nuevo, pero durante estosdías he estado pensando mucho en ello y noquiero precipitarme, no otra vez.

No quiero volver a pasar por otrarecomposición de corazón roto por relaciónfracasada. Además, no me quiero hacerilusiones, pues no hay ninguna posibilidad de queempiece a salir con un chico que vive a miles dekilómetros de aquí y que se irá en pocos días.No me cabe en la cabeza que pueda comenzaruna relación con el mismísimo Gabriel.

—¡Claro! —contesta levantándose delbanco. Veo en su cara algo de decepción alhaber interrumpido ese momento—. Espero quehaya una tortilla gigante, porque me muero dehambre.

—Tranquilo, ya les he advertido de quecomes como una lima. En la BLC te comistedos bocadillos de una sentada. —Empiezo areírme.

—No te burles de mí, todavía estoy enedad de crecer.

Empezamos a encaminarnos hacia mi casa.

Page 437: Besos entre líneas - ForuQ

No me he olvidado de advertirle a Anne de quese comporte como una tía normal, si es quesabe, y que intente no sacarme los colores, si esque le es posible. Creo que le ha quedado clarolo importante que es para mí Gabriel.

Zoe es la primera que nos saluda cuandoabro la puerta de casa.

—¡Qué linda eres! ¿Cómo te llamas? Quémala dueña tienes, no me habló de ti —dicemirándome con una ancha sonrisa.

Gabriel se ha sentado prácticamente en elsuelo y Zoe está encima de él lamiéndole toda lacara.

—¡Hola! Soy Anne, encantada —dice mitía mientras sale de la cocina secándose lasmanos con un paño.

—Buenas tardes, señora. Un placerconocerla —le dice muy educadamente Gabriel,levantándose.

—Madre mía, eres todavía más guapo enpersona. Emma me enseñó uno de tus vídeos.¡Y no veas los gritos que dio cuando hiciste uncomentario por primera vez en uno de ella!

Page 438: Besos entre líneas - ForuQ

Creía que había pasado algo malo —se ríeAnne.

Los colores de mis mejillas han idosubiendo de tono hasta el rojo fuego.

—¡Calla, tía! —la riño molesta.En cambio, Gabriel no para de sonreírme.

Page 439: Besos entre líneas - ForuQ

CAMINAR HACIA DELANTE

—Bueno, bueno —dice mi tía mientras sirve lacomida en los platos—. Tienes que hablar ya,me encanta vuestro acento.

Gabriel reproduce una de sus dulcescarcajadas mientras me derrito delante de mifamilia.

—Gracias por invitarme. Usted debe deser la madre de Emma —le dice Gabriel a mi tíainocentemente.

Qué situación más incómoda. No le heexplicado a Gabriel mi situación familiar.

—Soy su tía —contesta ella.Ahora viene la pregunta de siempre:

¿dónde están tus padres?, que tanto odio. Sinembargo, Gabriel simplemente sonríe y se

Page 440: Besos entre líneas - ForuQ

disculpa. Le dice a Anne que es muy joven yque no sabía que yo tenía una tía. No preguntapor mi madre y dará por hecho que ahora noestá en casa.

—Yo soy David, su medio tío —aclaraantes de que Gabriel meta la pata de nuevo.

Se estrechan las manos y en seguidaGabriel empieza a hablar con ellos con toda lanormalidad del mundo, como si los conociera detoda la vida. Mi tía no hace más que reírse conlas cosas que dice, y este parece estar en susalsa. Obviamente, a mi tía y a David lesencanta Gabriel a los pocos minutos deconocerlo, se desenvuelve con facilidad y hablapor los codos.

—No sabes la de veces que Emma hahablado de ti. Pensábamos que eras una leyenda—comenta mi tía mientras todos se ríen.

A mí se me suben los colores de nuevo.¡Cómo se le ocurre decirle eso! Ahora Gabrielva a pensar que soy una de sus fans locas. Élme mira riéndose y me toca el pelo de maneracariñosa.

Page 441: Besos entre líneas - ForuQ

—Esta chava vive loquita por mí.—¡Parad! —Mis mejillas arden.—Mirad qué colorada se ha puesto —

añade David.Gabriel y yo terminamos levantándonos de

la mesa a eso de las cuatro de la tarde. Suautobús de vuelta a Madrid sale en unas horas yme gustaría enseñarle más el pueblo, que paraeso ha venido. Le pregunto si le gustaría ver misestanterías antes de marcharnos. Él me dice quesí y subimos a mi cuarto, pero antes David meecha una mirada de desaprobación.

Cruzamos el pasillo hasta llegar a mihabitación, que es la última. Me da algo devergüenza que Gabriel entre.

—¡Guau! —exclama corriendo a ver loslibros detenidamente.

Yo me río y lo observo. Veo cómo searrodilla y mira entre libros y libros, toca loslomos y saca algunos para preguntarme quéeditorial los publicó. Sé que muchos no están ensu país.

—Puedes llevarte el que quieras. De

Page 442: Besos entre líneas - ForuQ

hecho, llévate este —le digo tendiéndole Elchico de las estrellas, de Chris Pueyo. Unanovela que me desgarró por dentro.

—Oh, ¡parece interesante!—Es una novela valiente como ninguna

otra. Merece la pena.Me siento a su lado en el suelo y observo

los libros que va sacando. Casi todos son deautores españoles de los que quizás nunca hayaescuchado hablar.

—No saben la suerte que tienen, acátienen muchos libros geniales.

—¿Sabes? Grabo aquí. Siempre, pongo lacámara ahí —señalo el sitio donde coloco mislibros como trípode—, y me coloco por aquí máso menos. Me hace muchísima ilusión llegar acasa y ver que cada vez hay más gente que seinteresa por lo que hago.

Cuando vuelvo a mirar a Gabriel, estásosteniendo una de las fotografías que haycolocadas en mis estanterías.

—¿Quién es? Es muy linda —me dicetodavía observando la foto.

Page 443: Besos entre líneas - ForuQ

—Es mi madre.—Lo había imaginado, eres igualita a ella

—me dice sonriendo—. ¿Dónde está ahorita?Trago saliva.—Murió cuando yo era pequeña. Yo…—Lo siento mucho, no quería

entrometerme —dice Gabriel mientras deja lafoto en su sitio.

—No pasa nada, fue hace mucho tiempo.Pero sin embargo… —Mis palabras no puedencontinuar saliendo, pero mis lágrimas sí decidenhacerlo.

—Imagino por lo que habrás pasado. —Acontinuación Gabriel me abraza muy fuerte.

Llevamos así más de un minuto. Huelo sufresco aroma y mi pulso se acelera.

—¡Enséñame más cosas de tu pueblo! —cambia de tema Gabriel para animarme cuandose separa de mí—. Me gustaría que el resto dela tarde nos olvidáramos de las penas. ¿Podríaser?

Afirmo con la cabeza y nos levantamospara marcharnos a dar un paseo.

Page 444: Besos entre líneas - ForuQ

Bajamos las escaleras y mi tía y David sedespiden de él con un fuerte abrazo. Le hancogido cariño en tan solo unas horas. Todo estan distinto a cuando estaba con Eric…

Ya estoy otra vez pensando en Eric, no soycapaz de olvidarme de él durante más de unashoras. Aun teniendo aquí a Gabriel, Eric viene yva en mi mente sin parar. Quiero olvidarmefinalmente de él y no tener que recordarlo nuncamás.

Gabriel y yo caminamos por mi pueblotranquilamente, charlando sobre nuestras vidas.Pasamos por el ayuntamiento, que está en unabonita plaza donde los ancianos suelen pasar lastardes, por el instituto al que he estado asistiendohasta hace una semana, por la calle del mercadocuyas casas están decoradas con muchísimasflores de colores…

Gabriel hace fotos a todo, incluso nossacamos varias juntos que cuelga en suInstagram. En todas salimos sonrientes ohaciendo el tonto. En ellas se nota lo bien que loestamos pasando.

Page 445: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Tu pueblo está bien bello! —me dicemientras entramos en el parque que está en elcentro.

Lo llevo directamente al lago donde haypatos y cisnes. Hoy hace un día espléndido, elsol baña el parque y hace que tenga un colorespecial.

—¿Qué haces en México? ¿Estudias,trabajas? No he visto que hayas subido ningún…—Me corto a mí misma. Ya iba a hablar otravez de su canal de YouTube y sus vídeos—.Perdón.

Él se ríe y se gira para hacerme una fotodesprevenida.

—Sales hermosa.Los cumplidos de Gabriel hacen que me

sonroje.—Gracias.—No lo digas. Es la verdad. Y sobre mis

estudios, pues he terminado la carrera deLiteratura y el día de hoy puedo decirte quebusco prácticas para hacer más atractivo micurrículum.

Page 446: Besos entre líneas - ForuQ

¡Guau! ¿Cuántos años tiene Gabriel?Parece de mi edad más o menos, peroevidentemente es mucho mayor que yo.

—¿Has acabado la carrera? ¿Qué edadtienes?

—Veintitrés, ¿por qué?Nos paramos delante del lago y nos

sentamos en un banco.—Porque pareces más joven.Creo que Gabriel se pasa el ochenta por

ciento del día riéndose, ahora vuelve a hacerlo.Es una persona muy risueña.

—¿Y dónde te gustaría hacer prácticas?—En una editorial sería increíble. Pero es

difícil, mucha gente quiere trabajar allá. No megustaría ser profesor y tengo pocas opcionesmás —me explica—. ¿Y qué onda contigo?¿Has acabado la prepa?

He escuchado a algunos booktubersmexicanos hablar de la preparatoria, la prepa,como dicen ellos. Por lo visto es como elbachillerato aquí, los últimos años de instituto.

—Sí, y tengo la selectividad dentro de

Page 447: Besos entre líneas - ForuQ

poco, un examen para entrar en la universidad.Este año, en el que más me juego, no me heesforzado nada. Me siento idiota.

—¿Cuánta nota necesitas? ¿Y qué vas aestudiar? —me pregunta interesado Gabriel.

—Necesito una buena nota y, conforme vami hábito de estudio, parece algo imposible deconseguir. Me gustan Filología o LiteraturaComparada. Ambas me interesan, pero no sé.Supongo que cuando tenga la nota definitiva ytenga que enviar solicitudes a las universidades,terminaré de decidirme.

—¡No puedes esperar al último momento!—me dice alarmado.

—Eso dice todo el mundo. Tranquilo,seguro que al final sabré qué estudiar.

Pasa una hora volando en la que Gabriel yyo hablamos sobre sus planes de futuro y losmíos. Él me escucha atentamente y de vez encuando enciende su cámara y me hace algunafoto. No me gusta hacerme fotos, pero pensarque él se las llevará consigo me hace feliz. Asíse acordará de mí.

Page 448: Besos entre líneas - ForuQ

Seguimos caminando y nos adentramos enla calle en la que está la biblioteca.

—Me gustaría verte otra vez en cuantitopuedas —me pide sonriendo.

Gabriel solo estará aquí unos días más.Después se irá de nuevo a México. ¿Merece lapena que sigamos quedando y cada vez meguste más? Me dolerá cuando se vaya.

—Pues… podríamos ir al cine o algo enMadrid. No vas a venir aquí otra vez, pobre.

—No me importa venir si te veo —me dicecon voz seductora.

—Yo iré a Madrid la próxima vez.Ahora estamos pasando por delante de la

puerta de la biblioteca.—¿Podemos ver la biblioteca de acá? ¡Me

encantaría!Me quedo totalmente fría. Biblioteca. Eric.

No. No. Y no. Eso es lo único en lo que puedopensar. No quiero llevar a Gabriel, ¿y si Ericestá dentro?

—No…, es que… —No sé cómo evitarentrar.

Page 449: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Qué hora es?Miramos nuestros móviles y Gabriel se

sorprende.—¡Son las ocho!—¡Ándale! En treinta minutos sale mi

autobús. Pero hay tiempo para que me enseñesla ventana desde la que lees, que siemprenombras en tus vídeos —me dice cogiéndomede la mano y arrastrándome con él para entraren la biblioteca.

No me queda otro remedio que rezar paraque Eric no esté dentro.

Entramos por la puerta de la sala dondeestá mi asiento habitual y no paro de mirar atodos los lados en busca de Eric. O mejor dicho,para confirmar que no se encuentre allí.

—¿Pasó algo? —pregunta Gabriel.—No. Mira, allí está mi famoso asiento —

le susurro ahora arrastrándolo yo hasta allí.Nos sentamos y no puedo creer que esté

en un sitio tan íntimo para mí con Gabriel.—¡Qué chido! Hagámonos un selfie —

dice mientras saca su móvil.

Page 450: Besos entre líneas - ForuQ

—Gabriel, no es buena idea —intentoavisarle antes de que nos vea la bibliotecaria.

Demasiado tarde, ya nos ha visto y estásaliendo de detrás de su mostrador.

—Oh, oh… —dice Gabriel cuando la ve.Nos levantamos corriendo y salimos

deprisa de la biblioteca sin parar de reírnos.Vamos de nuevo de la mano y la suave brisa nosgolpea cuando salimos a la calle.

—¡Qué bruja es tu bibliotecaria! Si era unasimple foto.

—Sí, no veas cómo se pone solo con sacarel móvil. Hasta tiene una caja donde los requisa.

—¿Neta? —dice Gabriel mientras se leescapa una carcajada.

Tan de repente como la vez anterior, suboca está posada en la mía. Me dejo llevar porla magia del momento.

—¿Em? —pregunta una voz quereconocería en cualquier parte.

Me separo de los labios de Gabriel, me giroy lo miro. Sus ojos penetrantes recorren mi cara.Eric está tan guapo como siempre.

Page 451: Besos entre líneas - ForuQ

—Emma, ¿qué estás haciendo? —me gritaacercándose a mí con uno de sus libros depoesía en la mano.

No me grita enfadado, solo desesperado.—Emma, ¿quién es? —me pregunta

Gabriel.Eric se queda a unos metros de nosotros.

Aprieta los puños y me mira desafiante.—¿Quién es este chico, Em? —me

pregunta.—¿A ti qué te importa?—¿Estás con él? —me pregunta dolido.Noto cómo sus ojos se tiñen de frustración.Gabriel me mira enarcando una ceja.—¿Este es el güey del que me platicaste?—Eh, ¡a mí no me llames güey! —le dice

furioso a Gabriel.—Eric, ¡tranquilízate! —le exijo

acercándome a él.Eric acerca su cara a unos centímetros de

la mía. Noto cómo su aliento a tabaco me da enel rostro. Sus ojos recorren mis labios y latensión se palpa en el ambiente.

Page 452: Besos entre líneas - ForuQ

—Dime que ya no quieres estar conmigo,Emma —me susurra.

Me alejo de Eric y me acerco de nuevo aGabriel.

—¿Quién es este chavo, Emma? ¿Quiénse cree que es? —me dice Gabriel gritando paraque Eric lo oiga.

—Vamos, Gabriel, no merece la pena.Déjalo.

Gabriel echa a andar, no sin antes dirigirleuna última mirada a Eric, que tiene los ojosvidriosos. Veo cómo el libro se desliza de sumano hasta el suelo. Yo continúo andando,alejándome de él.

Page 453: Besos entre líneas - ForuQ

DÍAS VACÍOS

Han pasado tres días y sigo sin tener noticias deél, ni un simple mensaje. Yo le he escrito un parde veces, pero ya no quiero parecer pesada einsistir más, aunque me gustaría saber qué es loque ha pasado.

Antes usaba la lectura para evadirme de micruda realidad, pero ahora mis pensamientossiempre se terminan dispersando y vuelven a lomismo una y otra vez: Eric. Y ahora, comonuevo tema en mi mente, también está Gabriel.Lo mismo me pasa con los estudios. Si pudieraolvidarme de todo mientras estudio… Cada vezque me acuerdo de que la semana que viene sonlos exámenes, me agobio muchísimo.

Page 454: Besos entre líneas - ForuQ

¿Y qué hago para evitar suspender?Escribir. Muy lógico. Pero es lo único que haceque me olvide por unas horas de todo lo que noquiero recordar. Llevo ya ciento setenta páginasescritas, algo que nunca habría pensado que ibaa ser capaz de hacer.

Escribir se ha convertido en una vía deescape desde mi corazón a través de mis dedosque teclean palabras sin parar en el ordenador.

—Cariño, ¿estás estudiando? —mepregunta tía Anne asomando la cabeza por lapuerta de mi habitación.

—Mmm…, algo así.—¿Y eso qué significa? —dice mientras se

acerca a la pantalla de mi ordenador.—Estoy escribiendo.—¿Apuntes? —me dice mientras empieza

a leer.—Ojalá pudiera… Es una novela.—¿Ya te sabes todo el temario? —me

pregunta Anne intentando seguir leyendo.Yo bajo la pantalla del ordenador para que

no siga haciéndolo. Estoy escribiendo sobre todo

Page 455: Besos entre líneas - ForuQ

para mí, es una historia tan personal que noquerría sacarla a la luz. Simplemente disfrutoescribiendo.

—Más o menos.—Em, ¿qué pasa? —me dice sentándose

en mi cama.Me giro hacia a ella.—Solo es que estoy algo despistada, pero

me pongo a estudiar ya mismo. Voy a aprobar laselectividad y con buena nota, te lo prometo.

—Emma, no tienes que hacerlo por mí, sinopor ti —me dice Anne mientras posa una manoen mi hombro—. Es tu futuro.

Asiento. Anne tiene razón.Me levanto y cojo los apuntes de literatura

para repasar el último tema tumbada en lacama. Es algo que realmente no me importamucho estudiar, como es obvio.

—Em, ¿volverá esta semana Gabriel acasa? —me pregunta Anne antes de salir de micuarto.

No sé qué contestar. Antes de enfadarseconmigo, Gabriel y yo habíamos quedado en

Page 456: Besos entre líneas - ForuQ

vernos, esta vez en Madrid. Pero después depasar de mí durante todos estos días, ya no séqué pensar…

—¿Para qué quieres que vuelva? —Optopor responder a su pregunta con otra.

—Pues es que se irá dentro de poco a supaís, ¿no? Tendrá que despedirse de nosotros.

—Supongo.—Es un chico muy majo. Esta vez sí has

sabido elegir bien.Intento de nuevo que me conteste

volviendo a escribirle:

Recibo su contestación al segundo.

Page 457: Besos entre líneas - ForuQ

Pues la verdad es que sí. ¡No estáenfadado!

¡Bien! Vamos a vernos de nuevo.

Page 458: Besos entre líneas - ForuQ

Se me ocurre llamarlo de repente por esediminutivo, igual que hace él.

Después de acabar la conversación conGabriel, me he dado cuenta de cuánto me llenaese simple hecho. Estos días que no he habladocon él han sido como días vacíos.

Page 459: Besos entre líneas - ForuQ

Voy a intentar empezar La lección deAugust, me lo regaló mi hermana hace dosnavidades y todavía no lo he leído. Dicen que vasobre el acoso escolar y que está cargado devalores.

Subo las escaleras de dos en dos. Labibliotecaria está detrás del mostrador. Lamaldita puerta sigue sin estar engrasada, por loque emite un chirrido agonizante que hace quegire su cabeza y me vea. Su cara muestraenfado, como es habitual, pero inmediatamentela vuelve para seguir trabajando en el ordenador.

Cuando me dirijo a mi asiento habitual veoque Eric está allí, sentado en mi sitio, en mialféizar, mirándome suplicante.

—Emma. Te estaba esperando, hacetiempo que no hablamos.

—No sé si te acordarás de que lo hicimosel otro día. ¿Qué quieres? —le digo sorprendidade verlo aquí.

—Lo siento —me dice alzando las palmasde las manos dando a entender que lo dice enserio.

Page 460: Besos entre líneas - ForuQ

—Te lo vuelvo a preguntar: ¿qué quieres?—Charlar un rato. O acabaré volviéndome

loco.—¿Sobre qué? Déjame adivinar. ¿Quieres

que te dé el teléfono de otra tonta como yo? Omejor, ¿quieres que te vuelva a encubrir porllevar hierba encima? —Todo esto se lo digo conla mejor voz de malvada que tengo.

—Mi madre está en coma.—Oh.Me empiezo a sentir como una idiota.—Los médicos dicen que los tratamientos

no hacen mucho efecto. Lo único que consiguenes que sufra menos, pero no ralentiza el tiempoque queda hasta que…

No puedo creerlo. Pensaba que losmédicos habían llegado a tiempo para erradicarel cáncer.

Eric no puede seguir hablando. Se tapa losojos con las manos y después esconde la cabezaentre sus brazos.

Se me parte el corazón.—Eric —susurro.

Page 461: Besos entre líneas - ForuQ

Él levanta la cabeza y veo cómo los ojosenrojecidos que hace un instante pensaba queestaban así a consecuencia de haber estadofumando están llenos de lágrimas.

Nunca he visto así a Eric, tan destrozado.Jamás ha estado tan mal.

—Sé que es lo que merezco, pero no puedosoportarlo, Emma. No puedo. Es un dolor quenunca se va a ir y que va a terminar conmigo.Todos a los que quiero se van. Por mi culpa, pormi culpa…

Las lágrimas empiezan a manar de susojos, haciendo una carrera para ver cuál llegaantes al suelo. Su cuerpo tiembla y se agacha,dejando la cara entre sus manos y descargandolo que lleva dentro.

Sin pensarlo dos veces, estoy abrazando aEric después de mucho tiempo sin hacerlo.

El cuerpo de Eric tiembla entre mis brazosmientras sus lágrimas empapan mi hombro. Yodejo que se desahogue.

—Em, gracias por apoyarme. Nadie lo estáhaciendo. Y sé que me lo merezco —habla con

Page 462: Besos entre líneas - ForuQ

voz rota.—Siento lo de tu madre, de verdad.Me alejo de él, que reacciona rápido y se

incorpora. Me quedo a unos centímetros dedistancia de sus manos.

—Por favor, no te vayas —balbucea.—Eric, no puedo. No quiero…—¿No quieres qué? Me quieres, Emma. Y

no voy a pedirte que vuelvas conmigo, solonecesito tu apoyo.

—Yo perdí a mis padres por alguien comotú. No puedo olvidarlo. Cuando te veo solopuedo pensar en ti borracho en la carretera.

Eric se queda pálido. Después reaccionalentamente y dice:

—Lo siento. De verdad. Soy un monstruo.—Hunde la cara en sus manos y yo lo observo.

Sé que le estoy haciendo todavía más dañoahora mismo. Pero me hace más daño a míverlo. No puedo estar con una persona que mehace mal, no quiero sufrir más. Además, seríacomo traicionar a mis padres. No sé ni quédecirle. Alguien como él me arrebató a mi

Page 463: Besos entre líneas - ForuQ

madre y redujo a mi padre a un recuerdo de loque era.

Pero es cierto, quiero a Eric y sé que ahoramismo está hundido.

—No eres un monstruo. Yo… No sé quédecir —me sincero.

Por ello, vuelvo a acercarme a Eric y loabrazo fuertemente.

—Gracias por hacer esto. Siento ser el tipode persona que destrozó tu familia. Lo siento deverdad.

Me parte el corazón escucharle decir eso.Eric ha dejado de llorar y cuando nos

separamos me mira tan intensamente comosiempre. Él se acerca a mí, me toca la piel consus dedos y se queda a escasos centímetros demi boca.

—No creo que… —empiezo a decir.Pero no sé cómo continuar.Mi madre.Mi padre.Giro la cara.—Lo siento —dice él.

Page 464: Besos entre líneas - ForuQ

Después, se levanta y desaparece.

Page 465: Besos entre líneas - ForuQ

CERRANDO HERIDAS

Todavía no puedo sacarme de la cabeza elencuentro con Eric en la biblioteca.

—Hola.David abre la puerta de mi habitación y

entra como un tornado. Casi tiro los libros porlos aires.

—Te gusta darme sustos, ¿eh? —le digomientras intento que mis latidos recuperen suritmo normal.

—Lo siento. Es que tenía muchas ganas deverte para darte una noticia.

—Bueno, ¿y de qué se trata? ¿Me loquieres decir ya? —le insisto nerviosa.

—¡Tu tía ha decidido tomarse unasvacaciones y nos vamos los dos de viaje a París!

Page 466: Besos entre líneas - ForuQ

—me dice con los ojos muy abiertos—. ¿Qué?¿Cómo te has quedado?

—Igual. Ya lo sabía. La tía habló con eldirector para avisar de que papá no vendría acasa durante esos días porque no puedo cuidarloyo sola —le digo con voz de aburrimiento.

—¿Que lo sabías y no se te ha ocurridocontármelo? —me dice indignado.

—Es que era una sorpresa, David. Queríacontártelo Anne cuando todo estuvierapreparado. ¿Cómo te lo iba a decir yo?

—Pues yo confiaba en ti… —refunfuñadivertido.

—¡Qué exagerado! —le digo riendo.Mi tía se asoma por la puerta y viene a

sentarse a mi lado sobre la cama, igual o másfeliz que David con esto del viaje.

—Has tardado en contárselo, ¿eh? —ledice a David, que sigue bajo el umbral de lapuerta.

Él se limita a encogerse de hombros y amirarla con una sonrisa.

David y Anne son una pareja curiosa. Se

Page 467: Besos entre líneas - ForuQ

conocen desde pequeños. Mi tía jugaba con élen el colegio y siempre se peleaban porqueDavid intentaba caerle bien y ella odiaba que lehicieran la pelota. Fueron juntos a clase durantetodo el instituto y sus caminos se separaron en launiversidad. Fue casualmente en una de lasbodas que organiza mi tía donde sereencontraron hace unos años, después delaccidente. El destino…

Mi móvil vibra y desbloqueo la pantalla. Unwasap de Gabriel. Sonrío y lo abro.

Sonrío de nuevo al verla. Si decidoquedarme posa con el Retiro de fondo. Encimame da la sensación de que sabe que es una de

Page 468: Besos entre líneas - ForuQ

mis novelas favoritas y mi lugar favorito deMadrid.

—Es Gabriel —les digo a David y a Anne,que me miran con curiosidad.

—Uy…, Gabriel —dice David sonriendo.—¡Aquí hay tema! —se ríe mi tía.—Ya sabéis que solo somos amigos…—¿Y qué dice el mexicano guapísimo? —

me pregunta ella.—Me ha invitado a salir mañana —

respondo sonriendo tontamente.—¡Qué chico más encantador!, no

como…, ya sabes —añade David.El resto de la noche no dejan de hacerme

preguntas sobre Gabriel. Y eso me ayuda asacar a Eric de mi mente durante un rato.

Escucho cómo suena el timbre de casa ybajo corriendo a abrir. He estado toda la mañana

Page 469: Besos entre líneas - ForuQ

estudiando y preparando algunos apuntes para laselectividad.

Abro la puerta y mi hermana sonríe junto aJavi.

—¡Hola! —grito emocionada.—¡Emma! Necesitaba verte —me grita

ella mientras nos abrazamos efusivamente.—¡Estás perdida! No hay quien te vea —

me río.Después, le doy dos besos a Javi, que es

altísimo y por eso se tiene que agachar un poco.Mi tía sale de la cocina.—¡Ay, mi niña! ¡Que va a ser mamá! —

Aún no ha superado la emoción.Nos reímos todos en el rellano de casa.—Tenemos que ir a por papá —recuerdo.—Mejor que vayáis vosotros, yo estoy

como loca buscando un tipo de comida indiapara una boda —dice Anne.

—¿Qué tal estás? —le preguntaemocionada mi tía a mi hermana.

Yo la veo preciosa y genial.—¡Muy feliz! Estoy emocionada con el

Page 470: Besos entre líneas - ForuQ

embarazo y ya estamos preparando toda lacasa. Tengo una ecografía esta tarde, de hecho.¿Y tú? ¿Y Emma? —pregunta como si noestuviera delante.

—Yo bien, estresada como siempre. YEmma, ya ves, genial. Hoy tiene una cita —lecuenta mi tía.

—¡Tía! —me quejo riéndome.—¿Eric? —pregunta mi hermana

sorprendida.—Eso es historia —contesta mi tía

fríamente.—Uy, uy, hermanita, estás hecha una

rompecorazones.Solo que el corazón me lo han roto a mí.—¡Chicas, vamos! —nos llama Javi desde

el coche.Me despido de mi tía dándole un beso en la

mejilla y nos vamos.—Bueno, bueno, Emma, ¿qué es eso de la

cita? —me pregunta mi hermana por el camino.—El booktuber mexicano del que me he

hecho amiga.

Page 471: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Amiga o amiga especial?—Amiga —contesto sonriendo.Quizás especial. No sé.—¿Dónde es la cita?—En Madrid.—¿Vas hoy a Madrid? —me pregunta ella

girándose sorprendida.—Sí.—¿Te gustaría venir conmigo a la

ecografía? Sé que has quedado con ese chico,pero mi cita es a las cuatro y media, ¿te vienemal?

Me hace una ilusión tremenda que Lys mepida que vaya con ella.

—¡Me encantaría acompañarte! —sonrío—. He quedado a media tarde, tenemos tiempo.

Así de paso puedo comprobar que ella y elbebé están bien, que Lys está sana y no estáhaciendo ninguna tontería.

Llegamos a la residencia y nos bajamos delcoche.

—Mira, ahí está papá —me indica Lys.Efectivamente, papá está esperándonos en

Page 472: Besos entre líneas - ForuQ

la puerta, y a su lado, está Eric, tan guapo comosiempre.

—¿Prefieres quedarte en el coche y quevayamos nosotros? —me dice Lys.

—No, tranquila.—¿Segura?—Sí, todo controlado.Papá está sentado en su silla de ruedas,

moviéndose de un lado a otro y haciendo ruidoscon la boca. Está encarado al sol yprobablemente lo sacaron hace un rato para quedisfrutara del buen día que hace.

—¡Papá! —grito abalanzándome sobre él yestrujándolo entre mis brazos—. ¡Qué ganastenía de verte! ¡No sabes la de cosas que tetengo que contar! No te las vas a creer.

Lys y Javi ríen, aunque veo cómo mihermana vigila a Eric de reojo.

—Emma —me saluda Eric cuando melevanto y lo miro.

—Hola —contesto.La situación es incómoda.Lys le da un fuerte abrazo a mi padre y

Page 473: Besos entre líneas - ForuQ

Javi lo saluda estrechándole la mano. Papá semueve intentando alejarse de Javi y empieza agritar. Todos intentamos tranquilizarlo. Norecuerda a Javi, aunque lo ha visto alguna vezque otra. A él le pone nervioso la gentedesconocida.

—Papá, no pasa nada, es Javi, el novio deLys —le explico. Sé que no me entiende, peromi voz lo tranquiliza.

—Lys, creo que no le caigo bien a tu padre—bromea Javi.

—Los suegros siempre son complicados —contesto yo.

—¿Vamos? —pregunta Javi.Eric y yo nos miramos de nuevo.—Id vosotros, ahora voy —les digo.—Emma… —dice mi hermana.Me acerco a ella mientras Javi se lleva a

papá hacia el coche. Lys y yo nos alejamos paraque Eric no nos escuche hablar.

—Un minuto.—Solo uno.—Y Lys —la llamo—, prométeme que no

Page 474: Besos entre líneas - ForuQ

le dirás ni una palabra a Anne sobre esto.—Em, no me gusta mentirle.—No te pido que mientas, por favor, solo

que no le digas nada.—No sin detalles.Me río y le digo:—Algunos.—Todos, Em. O se lo cuento a la tía —me

amenaza ella sonriendo.—Prometido —contesto.Antes de marcharse le dice a Eric:—Adiós, poeta. Cuidadito con esas manos.Me acerco a Eric, que tiene los ojos

clareados por la luz del sol.—¿Cómo estás? —le pregunto.—No sé, raro. Hay días en los que me

siento más esperanzado, pero no dejo de estarcomo una mierda y vengo aquí para desconectar—me responde apretando la mandíbula.

—¿Cuánto tiempo te queda aquí?—Todo el verano, con lo de mi madre he

faltado muchos días.—Respecto a lo de ayer, Eric, siento lo de

Page 475: Besos entre líneas - ForuQ

tu madre. Puedes hablar conmigo si quieres.—No hace falta que sientas pena por mí

—me dice digno.—No siento pena por ti. Sé por lo que

estás pasando.—¿Y qué me propones?, ¿que seamos

amigos?Aparto la mirada de la suya y puedo ver a

mi hermana mirándonos desde el coche.—Eric, yo… —empiezo a hablar hasta que

me interrumpe.—¿Qué quieres, Emma? —me pregunta

directamente.—La verdad. Me lo debes —balbuceo

hasta que me interrumpe.—Lo sé, y sé que estás enfadada por lo

que te he ocultado, pero, Em, te quiero.Me río y digo:—¿De verdad crees que soy tan ingenua?—Te quiero, Emma.—¡Vuelves a hacerlo! —le grito enfadada.—¿El qué?—Cambiar de tema —respondo de brazos

Page 476: Besos entre líneas - ForuQ

cruzados.—No, no lo hago, me pediste la verdad y

yo te quiero, Emma, esa es la verdad.—¡Vete a la mierda! —le grito, y me doy la

vuelta para marcharme.Eric me agarra del brazo para retenerme.—Dame otra oportunidad —me pide con

voz débil.—No —contesto con determinación.—Lo siento de verdad, Emma. Siento con

toda mi alma haberte hecho tanto daño.Nos miramos durante unos segundos y

antes de irme veo al director de la residenciadirigiéndose hacia nosotros, el mismo con el quemi tía habló hace unas semanas para que Ericno se acercara a mí ni a mi padre.

—¿Hay algún problema? —pregunta.—No, ninguno. Yo ya me iba —le

respondo.—No hemos terminado de hablar —me

dice Eric desesperado.—Ya lo creo que sí, acompáñame a mi

despacho —sentencia el director.

Page 477: Besos entre líneas - ForuQ

Eric me mira suplicante y después se vatras él.

Page 478: Besos entre líneas - ForuQ

NUEVA VIDA

Todavía estoy algo preocupada por si le hecausado problemas a Eric en la residencia.

Mi hermana y yo estamos sentadas en lasala de espera del hospital. ¡En nada le harán suprimera ecografía! Ambas estamos muyemocionadas —por no hablar de Javi, que ha idoa buscarle una botella de agua a mi hermana yestá que se sube por las paredes—, y nopodemos esperar a entrar de una vez.

—Em, suelta esos apuntes, que los vas adestrozar con tantas vueltas que les estás dando—dice mi hermana riéndose.

Miro mis manos, que arrugan los apuntesde literatura. Me río y los dejo a un lado.

Page 479: Besos entre líneas - ForuQ

—Cuando termine la selectividad, mequitaré un gran peso de encima.

—¿Cómo lo llevas?—Bien. O eso creo —contesto sonriendo.—Oye, Emma… Antes no te he querido

preguntar porque estaba Javi, pero ¿qué hapasado con Eric? Me tienes que contar todo —insiste ella.

Me quedo callada durante unos segundos ydespués digo:

—Se acabó, es agua pasada.—¿Qué pasó? Sabes que puedes hablar

conmigo de lo que quieras —añade ellasonriendo.

—Eric no es trigo limpio. Por mucho que latía intentara hacérmelo ver o que todos supieranque estar con él era una locura, a mí me hacíafeliz. Aunque me mintiera.

—¿Te ha pedido que vuelvas con él? Se loveía enamoradito de ti.

—Dice que me quiere, pero no puedovolver con él, sencillamente no puedo.

—¿Por qué?

Page 480: Besos entre líneas - ForuQ

Mi hermana me observa con detenimientotodo el rato y sé que está preocupada de verdad.

—Él… —balbuceo— tuvo un accidente demoto por ir borracho. Cuando estamos juntos nohago más que pensar en papá y mamá, en quealguien como él destrozó a nuestra familia. Nopuedo. Siento que los traiciono.

Las lágrimas vienen a mis ojos conformehablo y las retengo para no empezar a llorar. Lyshace una mueca de tristeza y dice:

—Es normal que sientas eso, pero piensaque realmente él no los mató. Fue otra persona,Em. No fue Eric.

—Me siento estúpida, entonces.—No, Em. Yo solo intento ayudarte a ver

las cosas desde otra perspectiva. Pero de todasformas, por lo que me cuentas, no mereces estarcon alguien que te miente.

Mi hermana me abraza y me da un beso enla cabeza.

—Si mamá estuviera aquí, sabría qué decir—digo tristemente.

—Si mamá estuviera aquí, estaría orgullosa

Page 481: Besos entre líneas - ForuQ

de la mujer en la que te estás convirtiendo —meresponde ella.

—¡Chicas! —La voz de Javi nosinterrumpe.

Viene andando a paso rápido por el pasilloy trae una botella grande de agua.

—¿Dónde has ido a por la botella? ¿AMordor? —dice mi hermana riéndose.

—¡Este hospital sí que es Mordor! Nohabía una maldita máquina de agua más que enla entrada. Menuda vuelta he dado.

Entonces se asoma una enfermera por unapuerta y llama a mi hermana.

Lys se tumba sobre una camilla y leesparcen una crema sobre la tripa. Laginecóloga deposita sobre ella una especie demando que muestra la imagen de su bolsaamniótica.

Cuando la imagen aparece en la pantalla,Javi y yo ya estamos a su lado observándola conla boca abierta. Se ve oscuro y apenas puedodistinguir nada. Parece que hay líquido y pocomás. Mi hermana empieza a llorar emocionada

Page 482: Besos entre líneas - ForuQ

ante la imagen y yo la cojo de la mano. Javi seune a ella, dándole un beso y emocionándosetambién.

—Antes de que os marchéis necesitohablaros de un tema que me preocupa —dice ladoctora.

Mi hermana se pone pálida y rápidamentedeposita su mano sobre su vientre. Javi la cogede la mano y yo miro a la ginecólogaexpectante.

—Esto no tiene por qué ser un problema sientre todos lo solucionamos. Todo va bien, perome preocupa que no estés ganando el peso quedeberías. Vi en tu historial médico el tema de laanorexia y me preocupa. Es importante quetomes conciencia de que estás gestando un hijoy de que depende de ti que nazca sano. Por esocreo que deberías hablar con tu psicólogo. Tucuerpo va a cambiar y necesitas estar fuerte ysana.

Mi hermana no pronuncia palabra ytampoco mira a nadie.

—Lys, cariño, no pasa nada. Iremos al

Page 483: Besos entre líneas - ForuQ

psicólogo y todo irá bien —la reconforta Javi.Pero todos sabemos que eso solo depende

de ella.—Vamos, puedes con esto —la animo yo

también.—Lys, es muy importante que te tomes

muy en serio lo que te digo.Cuando salimos de la consulta nos

dirigimos hacia la zona de psicología para pedircita.

Observo las puertas de las consultas. Soncinco, todavía sueño con ellas. Son azules yhacen juego con las paredes celestes.

Cuántas veces habré estado aquí, cuántaslágrimas habré derramado en estas sillas ycuánta fuerza saqué de mí cuando Lys estabainterna.

Nos acercamos al mostrador para pedircita. Una de las puertas se abre y quien sale dela consulta es Eric, que se marcha sin darsecuenta de nuestra presencia.

¿Qué hace aquí?—¿Ese era Eric o estoy alucinando? —

Page 484: Besos entre líneas - ForuQ

pregunta mi hermana.—Creo que no, he visto lo mismo que tú —

contesto.

Ya veo los altos edificios desde la ventanade mi asiento. El día está soleado y se notacómo el verano está a punto de llegar.

El lunes tengo mis tres primeros exámenesde selectividad y estoy nerviosa. Voy repasandolos apuntes en el trayecto.

Gabriel ha insistido en que lo recogiera. Encuanto pongo un pie en el andén, lo veo.

—¡Emma, aquí!Cuando me acerco un poco más a él, veo

cómo brilla un colgante en su pecho.—Hola —lo saludo con un abrazo y dos

besos.—¿Cómo estás? Yo te veo radiante.

Page 485: Besos entre líneas - ForuQ

Acabo de llegar y ya está haciendo que seme sonrojen las mejillas.

—Bien, gracias. La verdad es que hoyestoy muy contenta. Perdona la tardanza, ¡peroestaba acompañando a mi hermana en suprimera ecografía!

—Vaya, eso suena genial. Tienes quecontarme.

—Claro, pero antes vayamos a un sitio mástranquilo —le contesto encaminándome hacia lasalida de la estación.

La gente no para de correr de un sitio paraotro, pero nosotros en cambio andamostranquilamente, como si no quisiéramos llegartan rápido a nuestro destino.

—Por cierto, qué colgante más chulollevas.

—¿Chulo? —me pregunta Gabrielextrañado.

—Que es bonito, guay.Me encanta cómo a veces no nos

entendemos.—Ah, casi lo olvidaba.

Page 486: Besos entre líneas - ForuQ

Gabriel se para en seco justo cuandoatravesamos la puerta de salida de la estación yempieza a buscar algo en su mochila.

—Fui al Rastro la semana pasada con Beay te he comprado algo.

—Gabriel, no tenías por qué…—Siempre me gusta corresponder a un

regalo con otro, y tú me diste un libro muy bonitoel otro día, así que aquí está el tuyo.

Veo cómo saca una bolsita del bolsillo máspequeño de la mochila.

—Voltea —me pide Gabriel.Obedezco y me doy la vuelta sin tener ni

idea de lo que va a hacer.Aparta mi pelo y lo coloca a un lado de mis

hombros. Un escalofrío me recorre todo elcuerpo por el simple roce de la yema de susdedos.

—Ahora tú eres mi parabatai.Cuando miro hacia abajo, veo sobre mi

pecho el mismo colgante que antes he vistosobre su pecho.

—Claro, ¡es la runa parabatai! Ya decía

Page 487: Besos entre líneas - ForuQ

que me sonaba…Cojo el colgante entre mis dedos y me giro

para mirar a Gabriel. Y no puedo ocultar laenorme sonrisa que se ha dibujado en mi cara.

La runa es de Cazadores de sombras, yen las novelas significa tanto que me sorprendeque me haya comprado una igual a la suya.Seguro que no lo hace por el significado quetiene.

—Desde hoy, cazadora Emma, lucharemosjuntos como compañeros para toda la vida. Nopuedes defraudarme —me dice Gabriel muyserio. Tanto, que no puedo evitar sonreír todavíamás.

—Por supuesto que no, cazador Gabriel —le digo poniendo voz seria, pero riéndome almismo tiempo.

—Te tomo la palabra —me dicetendiéndome una mano.

Yo se la cojo para aceptar nuestro acuerdoy, sin poder evitarlo, otro escalofrío recorre mipiel.

—Ahora en serio, muchas gracias por el

Page 488: Besos entre líneas - ForuQ

detalle. ¡Me encanta! —le digo realmentecontenta con el regalo.

¡Qué emoción! Soy muy fan de Cazadoresde sombras.

—Sabía que no fallaría con este regalo —me contesta Gabriel.

No puedo creer que nos conozcamos tantoen tan poco tiempo. Nunca me había sucedidoesto antes con nadie. La confianza, la seguridad,la simpatía y conexión que he tenido con Gabrieldesde el primer momento, es algo insólito.

Pero no me puedo engañar a mí misma,pues ahí está: ese cosquilleo cada vez quepienso en Eric o lo veo, esa atracción inevitableque siento hacia él, esa complicidad que hayentre ambos… Tengo que admitirlo, Gabriel megusta. Pero Eric está ahí, todavía.

Sí, Emma, eres muy inteligente: sales deuna relación destructiva y te planteas meterte enotra nueva.

Cuando me doy cuenta, ya hemos llegado ala cafetería que quería enseñarle a Gabriel.

—¡Guau!

Page 489: Besos entre líneas - ForuQ

Lo sabía.—Es preciosa, ¿verdad? Es de mis

favoritas —le digo dándole suavemente con elcodo en las costillas.

—Lo es.Las paredes están pintadas de un tono

crema, pero casi no son visibles, pues unadecena de estanterías las cubren. En ellas,cientos de lomos de libros están a la espera deque alguien quiera sacarlos de su sitio y leerlos.Las mesas tienen grabadas frases o títulos delibros, y para sentarse a ellas hay sillonesblancos. Los cuadros también son literarios; enellos hay fotos de escritores, citas literarias,portadas de libros, e incluso hay autógrafos deautores que han pasado por esta cafetería.

—¡Está hermoso este sitio!Gabriel se ha quedado con la boca abierta

observando a su alrededor. Ha sacado su móvily ha empezado a hacer fotos.

Yo mientras he ido a pedir un té para cadauno y, cuando he girado la cabeza para

Page 490: Besos entre líneas - ForuQ

preguntarle a Gabriel si le apetecía algo máspara tomar, lo he pillado haciéndome una foto.

—¡Eh!—Te ves lindísima entre tantos libros, no he

podido resistirlo —me dice Gabriel mientrasguarda su teléfono en su chaqueta—. Meencanta hacer eso.

—¿El qué? ¿Hacerme fotos?—Sí, también, pero quería decir hacerte

sonrojar.—¿Lo haces a propósito? —le digo

golpeándole en el brazo.Qué vergüenza, creía que no se había dado

cuenta de mi manía de sonrojarme cada dos portres.

Pasamos una maravillosa tarde rodeadosde algo que a ambos nos apasiona: libros.Hablamos de muchísimas cosas. Él me cuenta

Page 491: Besos entre líneas - ForuQ

muchas curiosidades sobre México que yodesconocía y también me comenta varias cosasque ha aprendido en España que a él le parecende lo más extraño, aunque a mí no. Me habla desu familia. Gabriel es quien ha sacado ese tema,por lo que yo también quiero contarle todo sobrela mía.

Se queda muy impresionado con la historiay luego preocupado por cómo me siento alrespecto. En realidad no quería que sintiera penapor mí, pero creo que es una cosa inevitable.Igualmente, se comporta de la misma forma desiempre, nada ha cambiado después de contarlelo que sucedió.

Después llega el turno de contarle lo quehablé con Eric.

—Todo está acabado y olvidado —le digo.—¿Seguro?—Bueno, acabado sí que lo está, se lo he

dejado muy claro. Olvidado…, eso me va acostar un poco de tiempo.

Él me mira sonriendo y dice:—A lo mejor en eso puedo ayudarte.

Page 492: Besos entre líneas - ForuQ

Me planta un beso que me deja totalmentefuera de juego. Luego sube sus manos por miespalda y me dejo llevar.

—Uf, ¡qué calor hace aquí! —balbuceo.Él se ríe y vuelve a besarme.

Page 493: Besos entre líneas - ForuQ

CUARTA PARTE

Page 494: Besos entre líneas - ForuQ

DESTINO

Estoy tan nerviosa y estresada estos últimos díasque creo que terminaré poniéndome enferma.Llevo dos días casi sin comer, dejando apuntesen cada esquina de mi casa y sin pensar en otracosa que no sea la selectividad.

¡Y hoy son mis dos últimos exámenes!¿Me saldrán bien? ¿Meteré la pata en lasoptativas?

—Emma, come, va a ser peor si no lohaces —me dice David, que está desayunandorápidamente a mi lado.

David ha sido muy amable y se ha ofrecidoa llevarme a hacer los exámenes todos los días ya esperarme hasta que acabe. De algunamanera me hace sentir un poco menos nerviosa.

Page 495: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Habéis hecho ya las maletas paraParís? ¡Os vais en tres días! —digo paracambiar de tema.

—¡Sí! Tu tía ha metido media casa dentro—se ríe.

—¡Oye! Que no es para tanto…, pero unatiene que llevar todo lo que necesite —dice ellariéndose también.

Yo miro los derivados de latín repasandopor última vez la evolución de las palabras.

—Emma, deja de estudiar un momento ycome. Te van a salir tan bien como el resto.Mira que estabas nerviosa, ¿y qué pasó? ¡Quelo bordaste! —me riñe mi tía.

—A ver…, no sé si lo he bordado todavía.Es lo que creo, pero hasta que no me den lasnotas en unos días, no tengo ni idea —le digo.

Lo que realmente me atemoriza es nosacar una nota lo suficientemente alta.

—Em, eres muy lista. Además, el latín essolo una lengua muerta, no es algo que nopuedas manejar —se ríe mi tía.

—Sí, díselo a César, que menudos textos se

Page 496: Besos entre líneas - ForuQ

montaba el colega —contesto riéndome.—¿Ves? Ya estás más relajada. Anda,

coge el llavero del elefante que te di antes deayer para que te dé suerte de nuevo.

David me regaló un llavero que levendieron hace unos años en un bar como «elelefante de la suerte». Es azul y tiene manchasblancas, es de madera y se lo compró a unsenegalés.

—Tranquilo, no pienso dejármelo, gracias aél me siento más segura —le digo.

—¡Queremos saber las notas ya! Soycapaz de cancelar el viaje a París solo porsaberlas —comenta mi tía emocionada.

—¡Estás loca! Ni se te ocurra, ¿eh? Osvais en tres días, disfrutad y os llamaré paradeciros los resultados —contesto.

—Es que me gustaría celebrarlo contigo —añade ella.

—Tranquila, lo haremos a la vuelta —diceDavid sonriendo.

David y yo nos vamos tras despedirnos demi tía, que me desea suerte unas diez veces

Page 497: Besos entre líneas - ForuQ

seguidas.Nada más montarme en el coche ya tengo

ganas de vomitar el desayuno, de los nervios.

Salgo del examen y me tiembla la manoderecha. Tengo los dedos manchados de tinta ytodavía declino las palabras de latín en micabeza.

—¡Emma, se ha acabado la selectividad!—escucho cómo grita Ingrid, que está sentadaen la puerta, mirándome.

¿Ingrid hablándome? ¿Feliz? ¿Qué hafumado?

—Sí… Qué bien —contesto sin mostrarinterés en hablar con ella.

—Espero que te haya salido bien —medice antes de ponerse los cascos para escucharmúsica.

Page 498: Besos entre líneas - ForuQ

No entiendo nada. Será la alegría delmomento.

Seguidamente se abre la puerta del aula dela universidad donde hemos hecho el últimoexamen y Clara sale corriendo.

Nos abrazamos y dice:—¡Madre mía! ¿Te sabías la pregunta de

literatura? No puedo creerme que hayan sidotan capullos de poner la única que no me heestudiado.

Yo me río y contesto:—Me las estudié todas. ¡Lo mismo que

tendrías que haber hecho tú!Ella me mira algo triste y responde:—¡Ya! Bueno…, el resto me ha salido

bien. Los derivados eran facilísimos y, ¿el texto?¿¡Hola!?

—¡Sí! Han puesto uno que hicimos en elsegundo trimestre —contesto emocionada.

—¿Te ha salido mejor latín o griego?—A mí, latín. La verdad es que me gusta

más que griego, y por eso lo he preparado mejor—confieso.

Page 499: Besos entre líneas - ForuQ

—A mí también me ha salido mejor, peromás que nada porque no he estudiado unamierda de griego —se ríe Clara.

—David me está esperando. ¿Qué vas ahacer? —le pregunto.

—He quedado con una amiga para tomarunas cervezas. ¡Esto hay que celebrarlo! —mecontesta ella sin parar de sonreír.

—No puedo creer que hayamos acabado.—Para siempre, Emma. ¡Para siempre!

¡Se acabaron la selectividad y el instituto! —chilla emocionada.

Nos despedimos cuando nos riñe unprofesor por gritar tanto. Tengo que volver acasa y celebrar con mi familia que ha terminadoesta tortura de exámenes.

Mientras me dirijo al coche recibo unwasap de Gabriel:

Page 500: Besos entre líneas - ForuQ

Sonrío ante su mensaje y le contestoañadiendo muchos corazones.

Hemos quedado dentro de tres días y estoydeseando verlo. Hace casi una semana desdeque quedamos la última vez.

Llego al coche emocionada y David meabraza fuerte al verme tan feliz.

—¿Cómo ha ido? Por lo que veo, muybien… —me pregunta.

—Genial. ¡Estoy supercontenta!—Si ya lo sabía yo…—La verdad es que esperaba que la

selectividad fuera mucho más difícil. Me alegraque nos metieran caña durante el curso, porqueme han preparado muy bien —confieso.

Page 501: Besos entre líneas - ForuQ

Ahora mismo estoy hablando por Skypecon Sandra, Esther y Alejandra. Hace ya tresdías que terminé mis exámenes y estoy másrelajada que nunca.

—¡Por fin hoy voy a verlo de nuevo! Entrelos exámenes de esta semana y sus reunionescasi no hemos hablado —les digo a las chicas.

Alejandra está con una taza de café,Sandra merienda un bizcocho que tiene unapinta genial a través de la pantalla, y Esther seestá pintando las uñas de azul.

—Ay, ¡qué enamoradita te tiene! —diceesta última.

—Sí, pero se pira —añade Alejandramoviendo las manos tan frenéticamente comohace siempre.

—Ni lo digas —me quejo.—¿Qué vais a hacer? —pregunta Sandra.—Pff, no sé. No es justo que haya

conocido a un tío tan genial y que en tan poco

Page 502: Besos entre líneas - ForuQ

tiempo se vaya, quién sabe si nos volveremos aver —contesto tristemente.

No estoy preparada para que Gabriel sevaya.

—A ver, podéis hablar por internet o algo,¿no? —dice Esther intentando aliviarme.

—Sí, pero no es lo mismo ni de lejos.Necesito ver su sonrisa y sus ojazos en directo,no a través de una pantalla… —respondo.

—Uy, uy. Aquí huele a que ha pasado algo—deja caer Alejandra.

—A ver…, hubo besos.—¡Lo sabía! —grita Esther.Sandra se une al chillido y, al final, las tres

empiezan a hablar a la vez y no entiendo aninguna.

Nos despedimos con tristeza y acordamosvernos pronto por Skype.

Después, alcanzo mi última lectura, lanovela romántica juvenil A dos centímetros deti, de Elizabeth Eulberg. Trata de un chico y unachica adolescentes que son amigos desde lainfancia, pero todo el mundo cree que son novios

Page 503: Besos entre líneas - ForuQ

porque van juntos a todas partes y porquepiensan que un chico y una chica tienen que sersí o sí pareja.

No es que sea mi caso exactamente, pero¿es cierto que un chico y una chica no puedenser simplemente amigos? ¡Claro que no lo es!Pero he sentido la historia de esta novela deforma muy personal y creo que me ha afectado.

Pongo la cámara y me grabo hablando deél. Todas las palabras vienen a mi boca casi sinpensar. Es un libro que me ha encantado y conel que se nota que me identifico mucho.

Cuando meto el vídeo en el ordenador medoy cuenta de que dura casi veinte minutos.¡Madre mía! Tengo que recortar por todaspartes.

Empiezo a editarlo y de pronto escuchocómo alguien llama a la puerta.

—Em, ha venido ya Lys —me dice mi tíaasomándose.

Dejo el ordenador encendido y alcanzo mibolso, que ya está preparado. Llevo un vestidorojo muy veraniego y unas sandalias romanas.

Page 504: Besos entre líneas - ForuQ

Bajo con mi tía las escaleras y veo todaslas maletas esperándolos en la puerta.

—David, ¿dónde están los billetes? —lepregunta Anne gritando mientras bajamos.

Entro en el salón y me encuentro a Lys y asu novio, sentados en el sofá del salón. Ambosestán sonrientes y parecen más felices quenunca.

David y Anne no paran de moverse de unlado a otro ultimando detalles.

—¡Hola, pequeñaja! —me saluda Lyslevantándose del sofá enérgicamente y dándomeun abrazo.

—¡Hola! ¿Cómo estáis? —le preguntodevolviéndole el abrazo a Lys y refiriéndome aella y a su diminuto bebé que se está gestandodentro de su vientre.

¡Todavía no me creo que vaya a ser tía!Zoe está encima de Javi y este la está

masajeando suavemente, por lo que no para deronronear como si fuera un gato. ¡Con lo que losodia! Javi deja a un lado a la perra y se levanta

Page 505: Besos entre líneas - ForuQ

para darme también un abrazo. Zoe me miracon cara de odio.

—¡Estamos perfectamente! —meresponde todavía sonriente Lys.

—De hecho, ayer fuimos a una revisióncon el doctor y eso mismo fue lo que nos dijo —responde también muy contento Javi.

Me encanta verlos así de felices.—No sabéis lo que me alegra oír eso —

dice mi tía Anne.—Me alegro mucho, Lys —le digo

cogiéndola de las manos—. ¿Y ya habéispensado en nombres para el bebé?

—¡Pero si ya viste que es un garbancito!¿Cómo vamos a ponerle nombre ya? —meresponde Lys como si estuviera loca.

—Y tampoco sabemos si va a ser niño oniña —añade Javi riendo.

—Veamos, si es niño, he pensado que sepodría llamar Harry, como Harry Potter,entonces sería un niño increíble con magia ensus venas, que no mago; o Charlie, como elprotagonista de Las ventajas de ser un

Page 506: Besos entre líneas - ForuQ

marginado, un niño que verá la vida de unaforma muy especial; o Adam, como el dulcechico de Si decido quedarme…

—¿Pero qué estás diciendo? —me cortaLys.

—A ver, Cath es un buen nombre para unaniña tan friki como yo, como la prota deFangirl; también podría llamarse Cinder, comoel libro del mismo nombre, y sería una princesita,pero, ojo, muy luchadora; o si no…

—¡Para de ser tan friki! —vuelve ainterrumpirme Lys—. ¿Cómo le voy a ponertodos esos horribles nombres a mi bebé?

—Que sepas que acabas de herir missentimientos diciendo eso —le digo boquiabierta

Después, rompemos a reír. Anne y Davidentran en el salón y se despiden de mí con unfuerte abrazo.

—A ver, cariño, aquí están los teléfonosque necesitas por si pasa algo: del hotel, de laembajada, de la agencia de viajes, paraemergencias, de los técnicos de internet, elsegundo número del hotel y…

Page 507: Besos entre líneas - ForuQ

—¡Sí, tía! Ya me los diste ayer también.Estate tranquila —le digo.

—Llámame en cuanto sepas las notas estatarde.

—Que síííí —le contesto.Lys me retiene un momento antes de salir y

me dice:—¡Quiero ver una foto del mexicano!Saco mi teléfono y le enseño una de las

miles de fotos que tiene etiquetadas enInstagram por sus fans.

—Es muy guapo. ¡Qué bien te lo montas!¿Seguro que no tiene novia? —pregunta ellaextrañada.

—No, ya se lo he preguntado.—Bueno, Eric se supone que tampoco

tenía.Yo la miro boquiabierta y le digo:—¿De qué estás hablando?—Bueno, no pensaba decirte nada porque

ya no te interesa, pero estuve investigándolo.—¿Has estado investigando a Eric? —digo

sorprendida.

Page 508: Besos entre líneas - ForuQ

—Qué quieres que te diga, deformaciónprofesional, instinto periodístico.

–—¡Pues ahora suéltalo todo!—El caso es que resultó ser tan guapo

como mentiroso. Tiene novia: Silvia Álvarez,búscala en Facebook.

Me quedo flipando y entonces vuelven mitía, David y Javi.

Nos despedimos por última vez y mihermana me da un beso en la mejillasusurrándome:

—No te preocupes, ese tío no merece lapena.

¿Cómo puede tener novia y no decir nada?¡Cada vez descubro que es más mentiroso!

Mi tía vuelve a abrazarme y nos montamosen el coche.

Page 509: Besos entre líneas - ForuQ

Mientras espero a Gabriel, suena miteléfono y veo que es Clara.

—Me ha llegado una invitación de Ingridpara una fiesta que hay mañana en su casa.

—¿Ingrid? Ahora se cree mi amiga lamuy…

—Bueno, ¿te apuntas? —me pregunta.—¡Sí! Ahora estoy ocupada, pero cuenta

conmigo. ¡Adiós!En cuanto cuelgo, abro el grupo que tengo

con las chicas y escribo:

Cuando guardo mi teléfono veo a Gabriel.—¡Ey, hola! ¿Qué onda? ¿Cómo estás? —

me pregunta mientras me da un fuerte abrazo.—Bien, ¿y tú? —le pregunto sonriente.—También, pero ahora todavía mejor.

Page 510: Besos entre líneas - ForuQ

—¿Y eso? —le pregunto algo extrañada.—Porque estoy contigo —me dice

mientras se da la vuelta y echa a andar delantede mí sin esperarme.

Mis mejillas se vuelven rojas y mis pies sequedan anclados en el suelo. ¡Qué mono es!Cuando consigo andar, alcanzo a Gabriel.

—Hoy elijo yo el sitio —me dice cuandome ve a su lado de nuevo.

Gabriel me ha traído a una biblioteca. Perono a una biblioteca cualquiera, sino a laBiblioteca Nacional. La había visto muchasveces desde su exterior y ya había admirado supreciosa y antigua fachada, pero nunca habíatenido la oportunidad de entrar. Me quedoembobada observando lo elegante, espaciosa ybonita que es. Todas las estanterías y el resto

Page 511: Besos entre líneas - ForuQ

del mobiliario son de madera oscura y todo estálleno de volúmenes antiguos. ¡Me encanta!

—Gabriel, este sitio es…, es… —leempiezo a decir sin encontrar un adjetivo quepueda ir bien con lo que estoy viendo.

—Sí, es hermoso. Sabía que te gustaría.—¡Cómo no iba a gustarme!Recorremos muchas salas, todas igual de

interesantes y en las que se respira amor por laliteratura y el conocimiento.

Nos sentamos en una mesa, escondidos delas demás personas por una estantería.

—¡Ya son las seis! —me sobresaltocuando miro mi reloj.

—¿Qué pasó? —me pregunta extrañadoGabriel.

—Que se supone que ya han puesto lasnotas de la selectividad en internet. ¡No quierosaberlas! Bueno, claro que quiero, pero…

—Pues ¿a qué esperas? No te demoresmás —me anima Gabriel.

Saco mi móvil, me conecto a la web eintroduzco mi DNI y la clave. Espero nerviosa a

Page 512: Besos entre líneas - ForuQ

que se termine de cargar la página moviendo laspiernas sin parar.

—¡Mierda, no carga! —digo desesperada.—¿Qué pasa? —pregunta él, nervioso

también.—No sé…, no carga la página. ¡Ay, ahora!

No puedo mirar. ¡¡Dímelas tú!!Me tapo los ojos y espero a que las diga en

alto.—En España un tres es igual que en

México, ¿no?—¿¡Cómo!? —casi grito quitándome las

manos de los ojos.Pero respiro aliviada al ver los resultados.—¡Qué capullo!—Un siete, un ocho, un nueve… ¡Y un

diez en latín!—¡Lo sabía! —me susurra en el oído—.

Eres la mejor. ¡Enhorabuena!—Mi nota es un nueve con catorce. No

está mal.—¿Qué vas a hacer?—Literatura Comparada. Decidido. Está

Page 513: Besos entre líneas - ForuQ

en un cinco en la Complutense. En realidad notenía que haberme estresado tanto este curso…—me río.

Y sin esperarlo, me planta un beso en lamejilla. Nos quedamos mirándonos a los ojos.Por primera vez puedo fijarme en pequeñosdetalles de su rostro, como que tiene un pequeñolunar muy cerca de su ojo izquierdo, que al ladode sus pupilas tiene un tono más azulado queverde.

Y lo inevitable sucede. Nos besamos.Mi mano va instintivamente al pelo de

Gabriel, mientras la otra lo rodea por detrás dela espalda. Las suyas hacen algo parecido,provocando que toda mi piel se erice deexcitación.

Esta vez el beso dura mucho más, quizásdemasiado. Demasiado porque el rostro que veodelante de mí no es el de Gabriel. Son unos ojosazul oscuro y profundos, que se clavan en mí yme desgarran el alma.

Eric.—Emma… —susurra mi nombre.

Page 514: Besos entre líneas - ForuQ

Me siento tan confusa ahora mismo…Gabriel es guapo, inteligente, le encanta leer,como a mí…, pero por alguna razón veo a Ericdelante de mí. Quiero verlo. Deseo que sea él elque me mire como lo está haciendo en estosmomentos Gabriel.

—¿Qué es lo que me hiciste? —mepregunta todavía a unos pocos centímetros demí.

Me envuelve entre sus brazos y respirohondo.

—Gabriel, no podemos —le digo mientraslo cojo de las manos—. El domingo te vas yyo…, yo no voy a poder soportarlo.

No quiero decir otra cosa que estoypensando. No puedo estar con él cuando sigopensando en Eric.

—Lo sé, pero… —me dice él con cara depena.

—Es mejor que quedemos como amigos.Sin evitarlo, el libro que he acabado de leer

esta mañana me ha venido a la cabeza. Peroesto es la vida real y duele mucho más.

Page 515: Besos entre líneas - ForuQ

—Bueno, de momento quiero disfrutar de timientras estés conmigo —me sonríe Gabrielatrapando mis labios con los suyos.

Suena mi teléfono móvil mientras bajo delautobús y veo que es Anne. ¡Quedé en llamarla!

—¡Em, no me has llamado! ¡Dime lasnotas ya!

—Ay, es que pensé que estarías en el vuelo—miento un poquito.

—¡Venga, venga!—Tengo un nueve con catorce de…—¡David, David! ¡Un nueve con algo!

¡Enhorabuena! —grita desde el otro lado.También David me felicita desde el fondo a

gritos. Yo me río.—He decidido hacer Literatura

Comparada, tía —le cuento.

Page 516: Besos entre líneas - ForuQ

—Me parece una idea maravillosa, seguroque te encantará. Ya sabes que te apoyamos enlo que te haga feliz.

—Mandaré la solicitud en dos semanas.¿Qué tal ha comenzado vuestro viaje?

Intento fingir que estoy emocionada, perola verdad es que sigo con el estado de ánimobajo.

—Pues el vuelo genial. Estamos ya en elhotel. Te voy a dejar ahora, porque cobran unapasta si llamas desde el extranjero. Sea comosea, enhorabuena, y si pasa cualquier cosa,¡llámame!

Nos despedimos y cuelgo.Cuando entro en casa, Zoe corre a

saludarme.—¡Hola! —La abrazo.Cierro la puerta de casa y subo las

escaleras seguida por Zoe, que está feliz deverme. La pobre ha estado toda la tarde solita.

Cuando entro en mi habitación, dejo elbolso sobre la cama y me tiro sobre esta

Page 517: Besos entre líneas - ForuQ

mirando la foto de mi madre. ¿Qué me diríaahora ella?

Estoy contenta por haber aprobado y habersacado buenas notas, sí. Estoy a un paso deirme a Madrid, sí. Voy a estudiar algo que meencanta, sí.

Pero ¿por qué siento que no soy feliz? ¿Noes esto todo lo que quería?

Sé que ella me diría: Eric.

Page 518: Besos entre líneas - ForuQ

VOLVER AL PRINCIPIO

La confusión que sentía ayer respecto a Eric yGabriel no ha mejorado. En estos momentosnado entre mis dudas y me ahogo en mi mentecada vez que me llega un mensaje de Gabriel almóvil. Me siento mal, terriblemente mal.

Necesito hablar con Anne, pero no piensoestropearle su viaje. Podría ir a ver a papá a laresidencia, pero temo ver a Eric, y eso seríatodavía peor. ¿Hasta cuándo tendré queenfrentarme a él y a lo que provoca dentro demí?

Miro las fotos que tengo con Gabriel en suInstagram. Mucha gente me conoce gracias aél, ya que tiene al menos veinte fotos conmigoen su cuenta. Ahora todas sus seguidoras están

Page 519: Besos entre líneas - ForuQ

como locas por saber quién es esa booktuberespañola a la que saca hasta en sus vídeos. Susojos verdes sonríen amables en la foto en la queme abraza.

Con Eric no tengo ninguna foto, pero séque sus ojos no se mostrarían tan alegres. Derepente me viene a la cabeza lo que me dijo Lys.

Acerco el ordenador portátil y lo dejo sobremi cama. Entro en Facebook y escribo en elbuscador «Silvia Álvarez». Después de unminuto encuentro a quien quiero. Ahí está. Y ensu foto de perfil no está sola, Eric la acompaña,al igual que en la mayoría de las que tiene en sucuenta.

Mi corazón empieza a resquebrajarsemientras los veo a los dos en una cenaromántica, en una discoteca riendo, en lo queparece una cama dándose un beso, encima de lamoto de Eric… Y lo que más me molesta es veruna pequeña mariposa plateada colgando delcuello de Silvia, idéntica a la que lleva Eric en lamuñeca. Ahora me cuadra todo.

¡Será hijo de…!

Page 520: Besos entre líneas - ForuQ

Me levanto de la cama y doy vueltas sinparar por mi habitación. Debo dejar de pensaren lo que acabo de descubrir. Voy a grabaralgún vídeo para mi canal y después mearreglaré, ya que esta noche saldré con Esther ySandra por ahí. Eso me ayudará.

Voy a grabar un challenge que tradujo Yonal español. A veces los booktubers grabamosvídeos que están en inglés y los traducimos anuestra lengua. Se llama El reto de la frase enel lomo y consiste en hacer una frase coherentecon los títulos de los libros de mi estantería.

Pongo a grabar la cámara y explico en quéconsiste lo que voy a hacer. Después, hago unacuenta atrás desde tres y corro por mi estanteríaintentando construir algo que tenga sentido y seaoriginal. Diez minutos después, he conseguidoconstruir la frase. Me despido sudada yriéndome.

Me lo he pasado genial. Creo que estevídeo no lo ha hecho casi nadie, así que henominado a otros booktubers para que lohagan.

Page 521: Besos entre líneas - ForuQ

Edito el vídeo que he grabado y me doycuenta de que he sacado Bajo la mismaestrella al revés. En realidad, quedará hastagracioso.

John Green no puede faltar en mi canal, esuno de mis autores favoritos y todas sus novelasme han encantado.

Dejo el vídeo guardándose y me dedico apensar qué me pondré esta noche.

No sé si veré a Eric o no. Quiero verlopara preguntarle sobre su novia secreta. ¿Estoypreparada para ello? No. Pero seguirá siendo asídurante mucho tiempo. Y ahora más todavíadespués de lo de Silvia… La rabia vuelve acrecer dentro de mí.

Me ha hecho daño, ha jugado conmigo y hapreferido esconderse de mí a mostrarse como esen realidad. ¿Por qué tengo que darle tantasvueltas? Debería ser ya un capítulo cerrado enmi vida.

Mientras me ducho, pienso en ello una yotra vez. Incluso pienso en Gabriel, que semarcha mañana. Gabriel vuelve a México y

Page 522: Besos entre líneas - ForuQ

todavía no sé lo que habrá significado lo nuestropara él.

Escribe Alejandra, a la que añadimos algrupo después de la BLC.

Yo mando el emoticono de un vestido ydejo el móvil a un lado para ir al baño apeinarme.

Cuando miro mi móvil de nuevo me doycuenta de que hace diez minutos debería habersalido de casa para estar en el parque a la horaque he quedado con Esther y Sandra. Creo queSandra viene con su novia, y Esther… Bueno,

Page 523: Besos entre líneas - ForuQ

Esther nunca ha tenido novio. Como yo tampocotengo, podemos dedicarnos a criticar a todas lasparejas felices de la fiesta.

Salgo corriendo de casa y bajo la calle lomás rápido que puedo, cruzando dos avenidashasta llegar al parque. Se puede cruzar mipueblo de un lado a otro en unos veinte minutos.

Ya veo de lejos a Esther y a Sandrahablando con otra chica a la que no he vistonunca en persona. Pero por las fotos, sé que esla novia de Sandra, Helena.

—¡Emmaaa! —grita Sandra corriendo aabrazarme.

Nos abrazamos con fuerza y su pelo rubiome cubre toda la cara.

—Ella es Helena. —Me la presentaEsther.

Helena tiene el cabello negro corto y unosojos marrones muy grandes. Nos damos dosbesos y todas nos dirigimos a casa de Ingrid.

—¡Qué ganas tenía de veros! —les digo.—¡Ya ves! Tienes que contarnos muchas

cosas… —Me guiña un ojo Esther.

Page 524: Besos entre líneas - ForuQ

Durante el camino nos da tiempo a hablarde Gabriel y cotillear todo lo necesario acercade lo guapo que es y de las veces que noshemos besado.

Después de dejar cinco euros en un bote,que está en el porche de la casa de Ingrid, parapoder beber libremente, atravesamos el umbraluna detrás de otra.

Sandra y Helena empiezan al instante abailar al son de la música. Siguen muy bien elritmo y se ven adorables juntas. Sandra noscontó que tuvo dos novias antes de Helena yque con ninguna encajó tan bien como con ella.

Helena parece más tímida que Sandra y semueve sutilmente siguiendo a su novia, que laagarra por las caderas y la hace moverse.

—Da asco lo felices que son, ¿verdad? —se ríe Esther bebiendo de la copa que acaba deprepararse, y me acerca la mía.

Esther y yo salimos al jardín y nossentamos al borde de la piscina. Hay gente enlas hamacas bebiendo de barriles de cervezaenormes donde meten sus pajitas; parejitas

Page 525: Besos entre líneas - ForuQ

liándose por aquí y por allá; incluso hay genteque se baña en la piscina.

Nosotras tenemos los pies dentro del aguay no paramos de reír y hablar de Eric y Gabriel.

—Vamos a por otro cubata, please.Nos levantamos para dirigimos al comedor,

donde todas las mesas están repletas de bolsasde hielo, alcohol y refrescos.

El comedor está lleno de gente bailando ybebiendo. Los sofás están manchados de alcoholy de otras cosas que no sé si quiero averiguar.

Esther se prepara otra copa de ron-cola ysalimos de nuevo fuera, reuniéndonos conSandra y Helena. Pero esta vez no nossentamos al borde de la piscina, porque haychicos que están tirándose al agua y mojándolotodo, y nos quedamos de pie moviéndonoslentamente al ritmo de la música, bajo los focosde colores que nos rodean.

—¿Qué te parece Helena? —me preguntaSandra cuando su novia va un momento al baño.

—Demasiado guapa para ti —contestosacándole la lengua.

Page 526: Besos entre líneas - ForuQ

—Es una chica increíble. Tengo muchasuerte.

Helena regresa al cabo de unos minutos ySandra vuelve a desaparecer con ella entre loscuerpos que se mueven a nuestro alrededor.

Me gusta sentir esta sensación. Es como siflotara en un mar, rodeada de tantas personas.Es como si la noche no fuera a acabar nunca ysiempre fuéramos a ser jóvenes que bailan alritmo de la música.

Esther golpea mi mano en uno de susmovimientos y mi vaso se cae al suelo,haciéndose añicos.

—¡Ay, lo siento! —Esther ya está algomareada por el alcohol.

Me río y le digo que vuelvo en unmomento. Salgo de entre la muchedumbre degente que baila y entro en la casa de Ingrid abuscar otra bebida.

Por el camino me encuentro con Clara, quebaila con algunas chicas de mi clase.

Al final, entre charla y música, acabobailando con ella un rato. No es como cuando

Page 527: Besos entre líneas - ForuQ

voy totalmente sobria, bailar en este ambiente nome importa. Seguramente parezca un patomareado, pero me siento segura y bien.

—He vuelto con mi ex —me cuenta Claraa gritos para que la pueda escuchar por encimade la música de fondo.

—¿Ah, sí? Me alegro —le contesto nomuy segura de eso.

—¿Qué tal la nota de la selectividad? Lamía no es suficiente para estudiar la carrera quequería…

—¿Querías? ¿Ya no quieres? —lepregunto intrigada.

—Bueno, después de mi derrota en laselectividad, me estoy planteando hacer otracosa.

—Oye, siento lo del otro día. No queríaponerme así contigo.

—¿Te refieres a lo de Eric? —mepregunta.

—Sí, no debí hablarte así.—Nada, no te preocupes. Además, mejor

así. Ya conoces los rumores sobre eso de que

Page 528: Besos entre líneas - ForuQ

Eric es un asesino y… —suelta sin más Clara.—¿¡Que qué!? —le grito.¿He oído bien lo que acaba de decir o el

alcohol ya está haciendo de las suyas?—Todos lo comentan. ¿Por qué crees que

nadie en el pueblo quiere acercarse ya a Eric? YPaula, la prima de Nacho, conoce a una chicaque salió con un tío que iba al mismo institutoque Eric y conoció a Silvia.

Mi corazón se para al oír ese nombre.—¿Silvia?—La muerta.Veo cómo la gente no para de bailar a mi

alrededor mientras Clara sigue parloteando, peroyo ya no la escucho. Las últimas dos palabrasque ha dicho siguen resonando en mi mente,haciendo que no escuche todo lo demás.

Mi mente se llena de las fotografías que hevisto hace unas horas en Facebook de Silvia yEric, del collar de la mariposa, de la pulsera queél lleva…

Todos a los que quiero se van. Por miculpa, por mi culpa…

Page 529: Besos entre líneas - ForuQ

Las duras palabras de Eric me golpean.Todo el rompecabezas empieza a encajar en mimente.

Comienzo a hiperventilar. Tengo que salirde aquí, necesito aire. Así que corro y corro yno paro hasta llegar a casa.

Subo las escaleras de dos en dos y medirijo a mi ordenador. La pantalla me muestra laúltima ventana abierta y vuelvo a encontrarmecon Silvia y Eric. Esta vez busco la fecha de laúltima actualización: diciembre de hace tresaños. Es una foto con Eric, y al bajar por lapágina solo hay una invitación a una fiesta,planes de futuro y luego ya nada…

Page 530: Besos entre líneas - ForuQ

MÉXICO

Toda la noche sin dormir, con horribles imágenesrondando mi mente.

Llaman a la puerta de casa, me levanto delsofá y al abrir veo a mi hermana Lys con la carapálida.

—¡Estaba preocupadísima! La tía Anneme ha llamado porque no le coges el teléfono.

—Estaba intentando dormir.—Menuda pinta llevas —dice ella más

aliviada.Me voy al salón y me estiro en el sofá con

la manta encima otra vez. No me he quitado niel pijama.

—Em, ¿qué pasa? —me preguntasentándose junto a mí.

Page 531: Besos entre líneas - ForuQ

—Nada —susurro tapándome la cara conla manta.

—¿Estás enfadada porque estuverebuscando en la vida de Eric? —me preguntaLys.

—No, al contrario, Lys, te lo agradezco.Me has ayudado.

—Vaya, pues nadie lo diría —me dicelevantándose y acercándose a mí—. Em, noquería molestarte, solo evitar que te hagan daño.

Demasiado tarde.—Pasas tanto tiempo en tu mundo de libros

e internet que, a veces, me da miedo que nopuedas enfrentarte al mundo real —continúadiciendo Lys.

—Tranquila, sí que puedo —le digomirándola a los ojos.

—Entonces, ¿por qué pareces tan triste?Bajo la cabeza y miro al suelo.—Por nada… Es solo que, bueno, ayer me

enteré de algo.Lys vuelve a subírmela con un dedo.Ya no aguanto más y rompo a llorar sobre

Page 532: Besos entre líneas - ForuQ

el hombro de mi hermana. Ella me envuelve consus brazos. Y le cuento todo. Por fin medesahogo y le digo lo que descubrí ayer.

—¿Y él qué dice?—Aún no he hablado con él…—Mira, Em, yo creo que tienes que

vestirte, lavarte la cara, ir a despedirte deGabriel y hablar con Eric en algún momento.

—Gabriel se va en nada y está enMadrid…

—Yo te llevo.—No sé, Lys…—¡Vamos!Mi hermana me quita la manta y de alguna

manera me anima a volver a la vida real.Lo cierto es que me paso todo el trayecto

dándole vueltas a si debo contarle a Gabriel loque ha pasado. No creo que sea el momentopara estropear lo que nos queda. No es elmomento de hacer que se sienta mal ni de seguirdándole protagonismo a Eric en mi vida.

Mi hermana me habla sobre Javi y eltrabajo, pero yo estoy totalmente descolgada de

Page 533: Besos entre líneas - ForuQ

la conversación y contesto con monosílabos.Me deja en una de las entradas del Retiro y

se despide de mí con un fuerte abrazo.—Vamos, que tú puedes con todo y con

todos.Echo a andar hacia el parque del Retiro

cuando mi hermana se marcha.Tenemos unas horas tan solo. Unas horas

para hablar de todo lo que nos queda por decir.Entro en el parque arrastrando los pies.

Cuanto más se acerca el momento, más meduele tener que despedirme de él.

Ya lo veo. Está de pie, esperándomedelante de donde estaba la caseta de la editorialen la que le golpeé la nariz en la Feria del Libro.Delante del sitio donde pensé que había visto unespejismo.

Corro hacia él sintiendo cómo mi corazónlate desbocado. Me estrecha entre sus brazoscuando nuestros cuerpos chocan y me coge enalto mientras me aprieto más contra él.

—Emma —susurra.Cuando me baja se lanza hacia mi boca a

Page 534: Besos entre líneas - ForuQ

besarme. ¿Quiero que me bese? Sí. ¿Me sientocómoda? No. No sé dónde nos deja eso.

—No quiero que te vayas —digo.—No vas a creer lo que tengo que decirte.

—Sonríe.—¡Adelante! Me tienes en ascuas.—Bien. Esta mañana fui a una reunión con

la editorial que me trajo a España y, puesbueno…, ¡me ofrecieron trabajar en su sede deallá, en México! ¡En prensa!

Empiezo a gritar y pronto él se une a míriéndose sin parar. No quepo en mí de laemoción.

—¡Qué bien! ¡Cuánto me alegro, Gabriel!¿Lo has aceptado?

—¡Ándale, claro! No podía rechazar. Mifamilia y todos allá ya lo saben. Están felicesporque además encontré una maestría que meinteresa hacer sobre literatura.

—¡Tenemos que celebrarlo! —le gritosonriendo.

—Mi vuelo sale en seis horas. He dejadomis maletas medio hechas en casa de Bea y

Page 535: Besos entre líneas - ForuQ

tengo que volver por ellas. ¿Vamos?Gabriel y yo echamos a andar hacia la casa

de Bea cruzando el Retiro. Aquí me lo encontrépor casualidad hace unas semanas y me quedéalucinada. Jamás me hubiera imaginado queíbamos a terminar así, siendo amigos o algomás…

—¿Y tú qué harás?—No sé si buscaré un piso en Madrid o me

quedaré en casa, porque no quiero alejarme demi padre demasiado. El único problema es queel autobús desde mi pueblo tarda en llegar casiuna hora y después tendría que coger el metrohasta la universidad…

—Vaya, sí es un dilema.—Lo de papá me sigue haciendo dudar…

Durante la semana papá no está en casa, peropuedo ir a visitarlo siempre que quiera. Sé que siestoy aquí me sentiré mucho más lejos de él, y sile ocurre algo, no podré estar tan rápido ahícomo hasta ahora…

Dudas y más dudas. Mis eternos dilemas.—Yo creo que venirte acá a vivir puede

Page 536: Besos entre líneas - ForuQ

ser genial, Emma. Estarás donde tus amigos ypodrás tener una vida literaria más plena—meaconseja él.

—Sí, eso es cierto. Pero no sé, no me veopreparada para irme aún de casa, aunque porotro lado tengo ganas de ser más independiente,pero llevo toda mi vida escondiéndome entre losbrazos de mi tía desde que ocurrió el accidente,y siento que ella también se esconde en mí. Mitía ha tenido que enfrentarse a mucho, ¿sabes?Hacerse cargo de dos niñas que no eran suyas,perder a su hermana y tener que cuidar almarido de esta que se quedó discapacitado…No puedo imaginar lo duro que ha tenido queser.

Estamos cruzando la avenida que da a lacasa de Bea y siento que se me agota el tiempocon Gabriel. Dentro de poco sale su avión ytemo que de alguna forma lo perderé cuando sevaya.

—Por tus palabras puedo ver que sientesdeberle mucho a tu tía. Tienes suerte de tener aalguien así a tu lado.

Page 537: Besos entre líneas - ForuQ

Al entrar en casa de Bea veo que está tododesordenado. En el comedor hay platos decomida y ropa sucia, y las persianas estánbajadas.

—¿Por qué está todo esto así? —preguntoriéndome.

—¿No sabes? ¿Neta? Los chavos siempredejamos todo sucio —dice rompiendo a reír—.¿Me ayudas a terminar de empacar todo paracoger el flight?

Gabriel a veces dice palabras en inglésmientras habla y me resulta bastante curioso.Suele mezclar los dos idiomas de una maneramuy graciosa. Es algo que he visto en variosbooktubers mexicanos.

Entro en la habitación donde ha estadodurmiendo Gabriel y sorprendentemente estámucho más ordenada que el comedor.

Lo ayudo a terminar de hacer su maleta.Cojo sus calzoncillos limpios del armario sinmirarlos porque me siento violenta. Él me ve ysonríe. Pero no hace ningún comentario como loharía Eric.

Page 538: Besos entre líneas - ForuQ

A Gabriel le falta ese punto picante quetiene Eric. Él me miraría y rompería a reírhaciendo alguna broma. Y yo me reiría con él, letiraría los calzoncillos a la cara y acabaríamosbesándonos en el suelo.

Muevo la cabeza y la imagen de Eric sedesvanece de mi mente.

Voy doblando camisetas y apilándolas paraque las vaya ordenando dentro de la maleta.Cuando acabamos con la ropa, pasamos aalgunos libros que hay desparramados por lahabitación.

—Te llevas unos buenos ejemplares que allíno hay, ¿no? —pregunto sonriendo, tendiéndoleel libro que le regalé.

—De este de acá me llevo dos. ¿Conocesa La? Del canal Las frases de La.

—¡Claro! Es una booktuber que conocígracias a ti —respondo sonriendo.

—Pues tengo que llevarle uno a La porqueestá deseando leer a esta escritora. Begoña melos autografió. —Me enseña las firmas.

Me alucina que Gabriel se relacione con

Page 539: Besos entre líneas - ForuQ

booktubers como La. Llevo viéndolamuchísimo tiempo porque hizo un vídeo para elcanal de Gabriel, y me encanta.

—¿Le hablarás a La sobre mí?—¡Claro! Les hablaré maravillas —se ríe.Terminamos de hacer la maleta de Gabriel

y siento que estamos a pocos pasos de separarnuestros caminos. ¡No quiero que se marche!

Me levanto del suelo, donde me acababade sentar para meter lo que quedaba, y él selevanta a la vez.

Entonces se acerca a mí y me besa. No esdesagradable, aunque me siento mal pensandoque no es tan agradable como cuando lo hacíacon Eric. Sus labios no me besan de manera tanapasionada ni me hacen sentir nada especial.

Gabriel tira de mí y acabo sobre la camacon él encima. No me toca con la mismadelicadeza de Eric.

Aquí. En una cama. Solos. Gabriel estállevando esto más lejos de lo que yo esperaba.Él sigue besándome y baja por mi cuello.

Yo estoy tensa e incómoda. Debo

Page 540: Besos entre líneas - ForuQ

moverme y apartarlo de mí. Pero sus manosestán sobre mis caderas y me aferran a él.Después suben y ascienden lentamente hacia mipecho.

No estoy preparada para esto. Nunca meplanteé llegar tan lejos con Gabriel ni esperabaque él lo hiciera. Me siento violenta y me muevobruscamente para apartarlo.

—Yo…, eh…, Gabriel…, no… —balbuceode manera incoherente.

Me muevo debajo de él para que me dejelevantarme y bajarme de la cama. Pero élatrapa mis piernas entre las suyas y se acercamás.

Intento zafarme de Gabriel, pero nota queno quiero ir más lejos y se pega aún más a mí.

—No quiero hacer esto contigo. Pensé queéramos solo amigos —digo.

—Somos amigos. Pero nos besamos y hayalgo entre nosotros. Hay química, Emma —mecontesta—. Me gustas, eres hermosa einteligente. No hay nada malo en hacer esto.

—Yo nunca he buscado esto contigo —le

Page 541: Besos entre líneas - ForuQ

reprocho cerrando los ojos.Nunca pensé que Gabriel se quisiera

acostar conmigo. Y menos aún que insistiera sile digo que no.

—Lo siento, Emma. Solo surgió ahora y nosé…, pensé que podíamos despedirnos de estamanera. Solo quería pasarlo bien.

Entonces se despega y me deja levantarmey alejarme de él.

—¿Es eso lo que siempre has buscado enmí? ¿Algo de diversión? ¿Por eso te has portadoasí de bien conmigo?

—¡No! Eres mi amiga, Emma.No dice nada más, no desmiente lo que

acabo de decir. Solo quería pasar un buen ratoen la cama conmigo. Me siento idiota por creerlo contrario.

—No quiero que esto acabe con nuestraamistad. De verdad que lo siento. Ha sido unerror.

—Somos amigos, nada más —digorespirando hondo—. Lo siento porque sé que hepodido confundirte al besarnos de esa manera

Page 542: Besos entre líneas - ForuQ

durante estos días, pero… Tú te vas hoy aMéxico y… yo no podría hacerlo sabiendo queya no voy a volver a verte en persona.Además…, yo…, solo puedo pensar en… otro.Y no es no, Gabriel. Si ves que estoy intentandozafarme de ti, no insistas.

—¿Eric? ¿Cómo puedes seguir pensandoen ese chavo? Con todo lo que te hizo…

—Ni siquiera yo lo sé.—¿Estás segura? Eres mi amiga, Emma.

No quiero que te lastimen. Y siento habertepresionado.

Afirmo y salgo de la habitación. Gabriel mesigue con su maleta.

Durante unos minutos, mientras nosencaminamos a Atocha, donde él cogerá elmetro en dirección al aeropuerto, no hablamos yel ambiente es incómodo. Ambos nos sentimosraros por lo que acaba de pasar.

Para mí ha sido revelador. Evidentementeno me gusta tanto Gabriel cuando no he queridollegar más lejos con él. Es mi amigo y nada más.

Me siento mal porque todo este tiempo me

Page 543: Besos entre líneas - ForuQ

he ido dando cuenta poco a poco de que nosiento nada por Gabriel y de que sigo enamoradade Eric. En lo más profundo de mí lo sabía. Sécuánto significa Eric para mí y lo difícil que va aser superar lo nuestro.

Llegamos a la boca de metro donde Gabrielcogerá su primer transporte en dirección aMéxico. Dentro de poco tiene que llegar alaeropuerto para no perder el vuelo.

Nos miramos unos segundos con tristeza.—No voy a olvidarme de ti allá, Emma.

Eres una chica fuerte e inteligente. No dejes deserlo nunca —me dice dándome un beso en lamejilla.

—Buen viaje —le contesto.Nos damos un fuerte abrazo, que parece

durar una eternidad. En cuanto lo veodesaparecer, saco mi teléfono y llamo a Lys.

—Llévame de vuelta al pueblo.

Page 544: Besos entre líneas - ForuQ

Lys y yo llegamos a la residencia. Sientotantos nervios que voy a estallar en cualquiermomento.

Nos dirigimos a la habitación de papá y ahíestá Eric, terminando de darle sus medicinas. Mihermana entra y lo saluda, empuja la silla depapá y lo saca de la habitación.

Seguidamente entro yo y Eric me miraconfundido. Cierro la puerta detrás de mí y éldice:

—Emma, ¿qué estás haciendo?—Si es verdad lo que me dijiste la última

vez… —le susurro.—¿Que te quiero? Sí, Emma, te quiero —

me contesta Eric ansioso.—Si quieres que te crea, contéstame solo a

una pregunta, y más te vale que sea con laverdad. —Trago saliva y me muerdo el labioinferior con nerviosismo.

Eric asiente y parece que también se hapuesto más nervioso.

—¿Es verdad lo que se dice en el pueblo?

Page 545: Besos entre líneas - ForuQ

Él se relaja y me mira con cara de creído.—¿Qué de todo?Me cabrea su cambio de actitud y de una

vez por todas se lo suelto:—Que eres un asesino.Eric palidece.Aunque mira hacia abajo, puedo ver cómo

le caen lágrimas mientras asiente. Veo cómoacaricia su pulsera de la mariposa mientras llora.

Los sentimientos que me envuelven ahoramismo son de lo más contradictorios. Quieroabrazar a Eric, no quiero que llore ni que sufra.No quiero verlo de esta forma. Pero acaba deconfirmarme que mató a Silvia.

—¿Era de ella? —le preguntoagachándome a su lado y señalando la mariposade plata.

Eric me mira e intenta hablar, pero no lesalen las palabras. Vuelve a asentir mientras suslágrimas se precipitan al suelo.

—Em… —consigue pronunciar y se aclarala garganta—. No me odies, por favor. Nopodría soportar también eso. No…

Page 546: Besos entre líneas - ForuQ

—Cuéntamelo, por favor.Me siento a su lado mientras habla.—Silvia… —Traga saliva y continúa—:

Silvia y yo íbamos montados en mi moto.Yo respiro hondo, preparándome para lo

que voy a escuchar.—Volvíamos de una fiesta. Yo iba

borracho. Tuve la excelente idea de conducirborracho —dice Eric—. Un coche vino por miderecha en una rotonda y yo… me salté elmaldito stop. No lo vi o no quise verlo, da igual,no me acuerdo. No frené a tiempo y lo únicoque recuerdo es que Silv… Solo recuerdo cómoSilvia gritó mi nombre y se aferró a mí cuandonos golpeó. Salimos rodando por el asfalto. Yo…Sí, Emma, soy un asesino.

Sus lágrimas han inundado sus ojos, que nodejan de mirarme y comienzan a brotar sindescanso.

Me duele mucho verlo de este modo, meduele mucho saber qué pasó, me duele muchohaberle llamado asesino a la cara después de sertestigo de su sentimiento de culpabilidad. Un

Page 547: Besos entre líneas - ForuQ

mínimo error, saltarse una simple señal detráfico, ha hecho que acabe con la vida de sunovia y que tenga que vivir con eso toda su vida.

—Eric… No creo que seas un asesino.Fue un accidente.

—Eso dice mi psicólogo. Es lo que mimadre me recuerda todos los días. Pero enrealidad todos sabemos que sí fue mi culpa. ¡Yoiba bebido! La familia de Silvia no quiere niverme, lo que es normal. Y cada día que me veoen el espejo… me odio por seguir vivo mientrasque ella está muerta.

Yo ahogo un grito al oír lo que acaba dedecir.

—Me duele mucho, Emma. Me dueletodos los días. Aquí —dice cogiéndome la manoy señalando su corazón. Una de sus lágrimascae sobre mi dedo—. Y no para nunca, siempreestá ahí.

Sin poder evitarlo, las lágrimas fluyen demis ojos. No me salen las palabras.

—Pero, Em, no me quejo, me lo merezco.Toda una vida de sufrimiento a cambio de la

Page 548: Besos entre líneas - ForuQ

vida de Silvia. No es una condena tan duracomo morir.

Empieza a tocar la pequeña mariposa quecuelga de la pulsera que siempre lleva puesta.

—Silvia llevó este colgante en el cuellodesde el primer día que la vi. También lo llevabael día que murió.

Mierda. Yo me burlé de esa mariposa.Ahora entiendo por qué se enfadó tanto Eric.Ahora entiendo muchas cosas. No sé qué decir.

—Yo la maté, Emma. Mi cuerpo cayóencima del suyo. Todavía noto sus manos en mipiel, sus uñas arañándome mientras salíaprecipitada hacia delante. Sus huesos crujieronpor el impacto. Todavía escucho su gritodesgarrando la tranquilidad de la noche.

Su voz se quiebra y sus rodillas tambiénparecen hacerlo, pues se agacha mientrasesconde la cara entre sus brazos.

—No la mataste, Eric. No has matado anadie. No pudiste evitar lo que ocurrió —loconsuelo bajando a su altura.

Quita los brazos de su cabeza y me mira.

Page 549: Besos entre líneas - ForuQ

—No podía seguir viendo todos los días laciudad en la que paseaba con Silvia, no podíaestar en mi cuarto, donde habíamos pasadotantos momentos. Lo intenté durante más de unaño y no pude seguir.

—No fue tu culpa, Eric —insisto.Pero ahora mismo no hay nada que pueda

decirle para consolarlo. Él está más queconvencido de que no es así.

Alguien aporrea la puerta.—¿Qué está pasando ahí dentro? ¿Por qué

está cerrada la puerta?Es la voz del director del centro.Eric se incorpora y abre la puerta

secándose las lágrimas como puede.—Eric, ¿por qué has encerrado a esta

persona contigo? Ahora mismo voy a llamar a tusupervisor de trabajos comunitarios —dice eldirector cuando nos ve dentro.

—¡No! —dice mi hermana, que ha vueltode dar un paseo con mi padre—. Eh… —dudaqué excusa poner—. Yo le dije que esperara conEmma dentro mientras tranquilizaba a mi padre.

Page 550: Besos entre líneas - ForuQ

El director está tan confundido que no seda ni cuenta de los enrojecidos ojos de Eric.

—Está bien —dice tras pensarlo unossegundos, y se aleja por el pasillo.

—Gracias —musita Eric a mi hermana.—Vámonos, Em.

Page 551: Besos entre líneas - ForuQ

EPÍLOGO

EL PRINCIPIO DEL CAMINO

David y Anne vinieron comprometidos de suviaje y para celebrarlo nos fuimos de vacacionesen familia a Saint-Tropez, el lugar favorito demamá. ¡Ha sido una de las mejores experienciasde mi vida!

Lys y Javi tuvieron ocasión de celebrar a logrande que dentro de poco serán padres. Hacíaaños que no veía a Lys comer helado, y probócasi todas las variedades que encontramos sinimportarle las calorías. Ha ganado ya muchopeso, y estoy segura de que no volverá a recaeren la anorexia. Sé que será fuerte por su bebé.

Page 552: Besos entre líneas - ForuQ

Anne y David disfrutaron como si de unaluna de miel adelantada se tratara. Nunca loshabía visto tan cariñosos y felices. Me encantalo entusiasmada que se ve a Anne organizandoel que será el trabajo más importante de su vida:su propia ceremonia nupcial.

Solo por ver a papá alegre —a su manera—, pasando tantos días con nosotros, saliendopor una vez de su residencia, de nuestra casa ydel pueblo, ya mereció la pena el viaje. Fue muydivertido cuando arrastramos su silla de ruedashasta la orilla de la playa y sus pies se mojaron.Su impresión fue tal, que puso una cara muygraciosa y todos nos reímos con él. De verdadque parecía realmente feliz.

Y sé que, de alguna forma, papá sabe quehemos visitado un sitio bonito que pertenecetambién a mamá. Aunque no soporta los lugaresque no conoce, esta vez fue una excepción. Ysé que mi madre estuvo allí con nosotros,viéndonos felices y sintiéndose orgullosa de todolo que hemos sido capaces de superar.

Yo los observaba a todos ellos, mi familia,

Page 553: Besos entre líneas - ForuQ

con una sonrisa en la cara. Ya era hora de queempezáramos a ser felices de una vez por todas.

A pesar de eso, dentro de mí no faltabanlas dudas e inseguridades, y viajaron conmigo deEspaña a Saint-Tropez. Mi cabeza no paraba dedarle vueltas a todo lo que ha ocurrido en elúltimo curso de instituto: BookTube, Gabriel,Eric…

Tanto tiempo libre me dio para pensarsobre lo que siento por Eric. Porque, a pesar detodo lo ocurrido, no puedo afirmar que lo hayaolvidado. A estas alturas es algo que veoimposible que ocurra algún día. Eric, Eric y otravez Eric. No puedo sacarlo de la cabeza ytampoco del corazón.

En cuanto a Gabriel, hablamos casi todoslos días por WhatsApp y sé que ya ha regaladomuchos de los libros que se llevó de aquí.Además, en el vídeo que subió a su canal deYouTube ayer, habla de mí y recomienda micanal, que ya ha alcanzado los cinco milsuscriptores. Es una pasada.

Recorro con ilusión los pasillos de lo que

Page 554: Besos entre líneas - ForuQ

será mi universidad, donde estudiaré LiteraturaComparada durante los próximos años. Pareceque el marcador se ha vuelto a poner a cero,que la hoja está en blanco, y que mi nueva vidaempieza aquí y ahora.

Ha sido el primer día de clase y por fin hepodido hacer un hueco para encontrar lo quellevaba buscando toda la mañana: la biblioteca.

Ahora siento que la biblioteca ya no es mivía de escape. He superado esa etapa en mivida. Los libros siguen siendo una de las cosasque más aprecio de todo lo que hay en elmundo. Mi blog, mi canal y mis quedadas frikis,todo es parte de mi vida y siempre estarán ahí.Pero ya no necesito aferrarme a eso parasentirme viva. Ahora me tengo a mí misma ytodo un futuro por delante.

La puerta marrón no chirría cuando la abro,como la de la biblioteca de mi pueblo, ycompruebo que por dentro también es másnueva y moderna. Las paredes están pintadasde un gris que hace la estancia más acogedora.Las estanterías son blancas y parecen más

Page 555: Besos entre líneas - ForuQ

ordenadas. La sala es mucho más amplia y haymuchas más personas utilizándola. Aunque todoes distinto, la sensación es la misma que cuandoentro en mi antigua biblioteca.

Empiezo a andar en busca de un nuevositio de lectura. En cuanto lo veo, sé que es elperfecto. Sonrío al ver un gran ventanal que daal campus de mi facultad. Tiene un alféizar losuficientemente grande para que quepa mitrasero. Nadie más parece utilizar las ventanaspara sentarse, pero ellos se lo pierden. Además,así nadie me quitará el sitio nunca. Será minueva ventana de lectura.

Observo las diferentes secciones en lasque se divide la biblioteca. Sonrío al ver la deliteratura juvenil y reconocer la mayoría de lostítulos que hay en ella.

Leo en voz baja —«Poesía»— el letrero dela siguiente sección y muchos sentimientos sedespiertan con ese simple hecho.

Y al alzar la vista veo a Bukowski en lasmismas manos de siempre.

Me tengo que pellizcar dos veces para

Page 556: Besos entre líneas - ForuQ

creerme que está aquí delante. No puedo evitaracordarme del día que nos conocimos. Tieneotro libro más entre las manos, pero esta vez detexto, en el que puedo leer: Psicología delaprendizaje.

Eric se levanta de un salto, tan sorprendidode verme como yo. Está cambiado: ya no tieneojeras, parece que ha ganado algo de peso y demúsculo, y que se preocupa algo más por elaspecto de su pelo. Pero no solo noto el cambioen su apariencia física: cuando sonríe al verme,esa alegría llega hasta sus ojos, y su actitud,conforme me mira, ya no parece la de alguiendestrozado y con una máscara con la que nomuestra cómo se siente. Parece seguro ydecidido.

—¿No sabes que aquí no se puede chillar?¿Qué haces aquí si no sabes leer? —me diceEric señalando el cartel de silencio que hay a sulado.

No puedo creer que se acuerde aún de esemomento tan vívidamente como yo…

—Lo siento, no sabía que había alguien

Page 557: Besos entre líneas - ForuQ

aquí, he venido porque nunca hay nadie… —lesigo el juego con mucho gusto.

Todo lo que siento por Eric explota dentrode mí. Las ascuas seguían encendidas, solofaltaba una pequeña chispa como esta paraavivar las llamas.

—Pues ya ves que sí —dice señalándose así mismo.

—¿Es que no hay biblioteca en la facultadde Psicología? —le digo señalando el libro quelleva en la mano.

—Sí, pero solo en esta biblioteca está labooktuber más famosa del campus —dice Ericcruzándose de brazos.

—¿Te estás burlando? —Le desafío con lamirada.

—Observa por ti misma y dime.Se agacha y rebusca en la mochila que

está en el suelo, a su lado. De ella saca unejemplar de Un grito de amor desde el centrodel mundo. Es el último libro que herecomendado en mi canal de YouTube… Mequedo sin palabras.

Page 558: Besos entre líneas - ForuQ

—Las películas las eliges de pena, pero loslibros no están tan mal… —me dice con unasonrisa pícara poniéndome el libro en la cara.Después, continúa con socarronería—: ¿Vivirásaquí, ahora que eres famosa?

—Sí, así dejaré que vivan su propia vidaAnne y David cuando se casen. También podréver más a Lys, que no para de mandarme fotosde su barriguita toda orgullosa. ¿Y tú? —lepregunto interesada.

—Mis padres y yo hemos vuelto al barriode siempre. La situación en el pueblo despuésde que se descubriera todo era… insostenible.

—¿Por qué no les cuentas lo querealmente pasó? —le pregunto.

—Porque me importa un bledo lo quedigan. Nada de lo que me llamen puede ser peorde lo que ya me digo a mí mismo… —Laexpresión de los ojos de Eric se haensombrecido al volver a hablar de esto, y llevauna mano inconscientemente a la pulsera quesiempre tiene puesta.

La veo, la mariposa que continúa colgando

Page 559: Besos entre líneas - ForuQ

de su muñeca. Esto hace que recuerde de nuevola realidad.

—¿Por qué has venido, Eric? —le digoponiéndome seria.

—Porque te quiero. —Mi corazón sedetiene cuando pronuncia esas palabras paradespués volver a latir, pero más rápidamente queantes—. Acabé el instituto, la selectividad, lostrabajos comunitarios… He hecho todo lo queestaba en mi mano para retomar mi vida. Y sinembargo, si tú no me perdonas, nada tienesentido. No tiene sentido seguir sin ti.

Trago saliva ante tal declaración.—Yo no tengo nada que perdonarte —le

contesto finalmente.—¿Eso quiere decir que vas a darme otra

oportunidad?—No sé si puedo competir contra un

fantasma —le reprocho señalando la pulsera.Eric la mira y después a mí. Se quita la

pulsera con determinación y la guarda en sumochila.

—Yo tampoco sé si puedo competir contra

Page 560: Besos entre líneas - ForuQ

el fantasma del accidente de tus padres, Emma.Tengo pánico de mirarme un día en tus ojos ydescubrir que me odias. Pero no puedo estar sinti… —dice Eric acercándose más a mí—. Novoy a mentirte, estoy enamorado de ti, te quiero.Pero no puedo olvidar para siempre a Silvia.Siento que le debo algo, siento que si no laolvido, en cierto modo sigue viva…

—Entiendo perfectamente lo que quieresdecir, Eric. Es algo que nunca podrás olvidar,pero debes pasar página de una vez por todas.Ya has enmendado como has podido lo ocurrido.Tienes que darte otra oportunidad, ¡empieza avivir de verdad! —le digo sinceramente.

Eric me mira con ojos de gratitud ante mispalabras y veo cómo la esperanza rebosa enellos. Sin pensarlo lo envuelvo entre mis brazosy él se queda sorprendido ante mi gesto, hastaque se relaja y me devuelve el abrazo.

—Emma… —susurra contra mi pelo.Le cojo la cara con mis manos y lo miro a

los ojos. Es un nuevo Eric, y yo soy una nuevaEmma. Pero en realidad somos los mismos que

Page 561: Besos entre líneas - ForuQ

nos conocimos hace un año. Y hago lo que teníatantas ganas de hacer desde hace meses y loque más me apetece en estos momentos:besarlo.

Primero lo hago despacio, como queriendoque este momento no se termine nunca, peroluego mi deseo hace que no pueda controlarmey devoro sus labios con pasión.

Eric me acaricia el pelo y me abraza confuerza, dejando salir también todo el amor y laternura que lleva dentro.

Estoy deseando saber qué nos deparará elfuturo a Eric y a mí.

Nadie nos entiende mejor que nosotrosmismos. El drama de mi vida fue marcado porun accidente de tráfico, y lo mismo le pasó aEric. Creo que vamos a entendernos yapoyarnos como nadie.

Durante todos estos meses he aprendidomuchísimas cosas. He aprendido a querermecomo soy, a valorar a la familia que tengo, atener confianza en mí misma y a saber

Page 562: Besos entre líneas - ForuQ

enamorarme. He aprendido más en este tiempoque en todos los años de mi vida.

Cada herida, cada golpe y caída que hetenido, todo son experiencias, aprendizajes ycosas que me hacen más fuerte. Siento queahora estoy preparada para enfrentarme a lavida que me queda por delante. Las puertasestán abiertas a todo un futuro.

Estoy preparada para empezar a tener unarelación con Eric, para conocer al bebé de Lys,para seguir luchando junto a mi padre, paraenfrentarme a la universidad y a una vidatotalmente nueva, para seguir disfrutando de lalectura y de todo lo que me ha dado y aún metiene que dar.

Sobre todo, estoy preparada para empezara andar el camino que me queda por delante ypara no olvidar todo el que ya he recorrido.

—Empecemos desde cero —le digoapartándolo de mí.

—Por supuesto, Em. Por supuesto —medice con una sonrisa y vuelve a besarme.

Page 563: Besos entre líneas - ForuQ

AGRADECIMIENTOS

ESMERALDA

Siempre que termino de leer un libro no lo cierrodefinitivamente hasta que leo este apartado, losagradecimientos, y todavía no me creo que enesta ocasión sea yo la que esté escribiendo estaspalabras.

Primero debo dar las gracias a mis padres,sin los que no estaría donde estoy en estosmomentos. Gracias por todo lo que me habéisdado y me seguís dando, por creer siempre enmí y en mi historia, y por hacer que sea comosoy. Os quiero mucho.

Papá: gracias por prestarme todos loscachivaches posibles para empezar a grabarvídeos un día de marzo de 2010, y por

Page 564: Besos entre líneas - ForuQ

enseñarme a usar un programa de edición devídeos medio decente. También gracias por losconsejos y tu interés en esto que tanto me gusta.Si no llega a ser por todo eso, no sé si hubieracomenzado en BookTube. Me encanta quesiempre que te digo: «he subido nuevo vídeo»,me contestes: «ya lo he visto».

Mamá: gracias por difundir mi canal portodo el pueblo diciendo que tu hija hace vídeosen YouTube. Aunque nunca te aprenderás bienel nombre de mi blog y de mi canal, Fly like aButterfly, y antes te regañara porque no queríaque nadie se enterara de lo que hago, en elfondo te lo agradezco.

Gracias a mi abuelo Fabián, pordescubrirme este maravilloso mundo de lalectura, enseñándome a leer cuando ni siquieralo había hecho mi profesora del colegio. Siemprerecordaré esas tardes merendando a tu ladomientras me aprendía las letras del abecedario.

Gracias al resto de mi familia y amigos porvuestro apoyo y cariño constantes. En especial a

Page 565: Besos entre líneas - ForuQ

Sonia y a Marta, que más que amigas, osconsidero de mi familia.

Gracias a Zoe, a la que he intentadoreflejar tal y como es, para que viva parasiempre aunque solo sea entre las páginas deeste libro. Y por supuesto, gracias al dueño deesta maravillosa y única perra, quien también esdueño de mi corazón:

Vicente, gracias por tu amor durante todosestos años, y también por tu paciencia cuandome proponías hacer algo juntos y te respondía:«Cari, tengo que escribir». Sé que a veces esduro convivir con una «friki de los libros» comoyo, pero sé que me quieres tal y como soy. Yotambién te quiero, no sabes cuánto.

Gracias a todos los lectores, escritores,blogueros y booktubers que me hanacompañado durante todos estos años en estefantástico mundo literario. En especial a BlueJeans (Blue Jeans): gracias por querer leerantes que nadie esta novela y por tu entusiasmo.Fa (Las palabras de Fa), Marcos (The Worldin Neon), Mike Lightwood (Alas de papel y

Page 566: Besos entre líneas - ForuQ

MaikoVlogs), Sebas G. Mouret (Elcoleccionista de mundos), Javier Ruescas(Javier Ruescas), Bella (Soñadores de libros),Alberto Villarreal (Abriendo libros), Clau (ClauReads Books), a los que hemos camuflado nomuy sutilmente entre los personajes de estanovela, y es que la gente no podía perderse laoportunidad de conoceros un poquito. Al igualque a Patri (Little Red Read): mi pequeñaCaperucita, tan enérgica que cada vez que estoycontigo me dan ganas de comerme el mundo;eres la única con la que quiero compartir elamor hacia Jane Austen. Gracias por tu amistad,Josu (Libros por leer), la más diva deBookTube, pero también el más divertido ygeneroso amigo que se pueda tener. ¡Gracias!,Uka (Nube de palabras): la nubecilla másadorable que pueda existir. Gracias por tudulzura y amabilidad, Sara. Sé que de todosvosotros espero una larga amistad que naciógracias a los libros y que se ha trasladado a larealidad. ¡Gracias a todos!

Y, por supuesto, gracias a May R

Page 567: Besos entre líneas - ForuQ

Ayamonte, porque es increíble que nosconociéramos gracias a los libros y ahorahayamos creado el nuestro propio. Gracias porquerer recorrer este maravilloso viaje deconstruir una historia juntas. Ha sido un placer, ysé que no hubiera podido acabar este proyectode no ser por ti.

También gracias a la Blogger Lit Con y asus organizadores, por ser para los lectorescomo yo el evento del año. Si no fuera por esosdías, no hubiera conocido en persona a tantosamigos virtuales, entre ellos a May.

Gracias a la Editorial Planeta por creer ennosotras y en esta novela. Es increíble comenzareste camino de la escritura en una editorial detal prestigio. En concreto, gracias a mis editores,Emilio y Raquel, por entender tan bien estahistoria y hacer que May y yo le saquemos elmáximo partido a lo que rondaba por nuestracabeza. Me habéis enseñado muchísimo entretodos.

Gracias a todos mis seguidores en las redessociales y en YouTube, por estar ahí durante

Page 568: Besos entre líneas - ForuQ

todo este tiempo, por vuestro continuo apoyo ypor creer en mí.

Y a ti, sí, el que ha leído esta historia y haquerido seguir hasta leer estas palabras.Gracias.

MAY

Siempre me cuesta escribir los agradecimientosal terminar una novela. Supongo que haymuchas cosas que decir y tengo miedo de quese me olviden.

Tengo que empezar dándole las gracias ami familia. Ellos son un pilar fundamental en mivida y llevan apoyándome en la locura de serescritora desde que empecé a denominarmecomo tal con doce años.

Mamá, tú me escuchas leer capítulo acapítulo de cada novela que escribo y erescapaz de darme fuerzas para seguir adelantecon mis proyectos. De no ser por esas horas enla cocina corrigiendo errores, probablemente

Page 569: Besos entre líneas - ForuQ

esta novela y todas las demás no estaríanterminadas. Te quiero muchísimo, aunque no tedé besos y todo eso. Pero sabes que te quiero yque te echo de menos desde Huelva.

Papá, tú fuiste el que siempre dijiste quellegaría lejos y que conseguiría cumplir missueños. Confiabas en mí y en mis novelas.Probablemente eres el más risueño de los dos,porque yo nunca pensé que esta novela pudieraabrirme tantas puertas ni brindarme tantasoportunidades, y tú sí lo pensaste. Desde Amormás allá de la unicidad has creído en mí másque nadie. También te quiero un montón.

Isa, qué te voy a decir si tú eres como papáy desde la página uno me dijiste que íbamos aconseguir publicar esta novela. Eres también unapoyo fundamental y gracias a nuestras horas yhoras de fangirleo y secretos soy capaz deestar aquí. En fin, que eres mi hermana pequeñay a veces pareces la mayor de las dos.

También darle las gracias a mi abuelaMaruja, porque me ha apoyado y ha estado ahídesde mi primera novela. Gracias porque, a

Page 570: Besos entre líneas - ForuQ

pesar de que no lees literatura juvenil, te bebestodos los libros que escribo y le hablas de elloshasta a la última vecina del barrio.

Mi familia de Granada debe ser tambiénnombrada en estos agradecimientos. Todos. Yen especial tú, tita Isa. Tú me ayudaste a serMay R Ayamonte y gracias a tus consejos heaprendido muchísimo. Os echo de menos desdeHuelva.

Mi siguiente agradecimiento, y también unode los más grandes, es para Esme, La Butterfly.Como bien dice, nos conocimos gracias a loslibros y gracias a ellos estamos aquí, juntas,escribiendo. Embarcarme en este proyectocontigo ha sido toda una experiencia y heaprendido muchísimo. Te considero una de mismejores amigas y estoy muy agradecida dehaberte conocido en nuestra primera BLC en2013.

Gracias a Maitane y Ali por ser parte de unpunto de inflexión en mi vida. Gracias por suapoyo y por nuestro Ámsterdam. Gracias porhacerme la persona que soy y por estar ahí en

Page 571: Besos entre líneas - ForuQ

cada drama. Os quiero mucho y os echo demenos cada vez que nos separamos. Ali, tú almenos estás cerquita, pero, Maitane…, ¿quiénte manda vivir en Invernalia?

Gracias a todas mis compañeras de IA porayudarme a ser la persona que soy, por hacermecrecer y por apoyarme.

Tengo que nombrar a Belén y Vicky. Conellas he vivido horas de lucha, pero también deamistad. Gracias por nuestras horas de dramasen Italia. Menudo viaje.

Gracias a mis chicas de los cafés, enespecial a Clara, que día a día me ayuda aaprender y me aporta muchísimo con su visióndel mundo. Nos conocimos a través de lamúsica y descubrimos que tambiéncompartíamos una gran pasión por la literatura yla libertad.

A Ana, mi frikitiv, y Rocío. Sois mis dosfilólogas favoritas y estáis ahí siempre que lonecesito. Huelva me ha dado la oportunidadmaravillosa de conocerlas y no cambiaría miestancia en esta ciudad por nada del mundo.

Page 572: Besos entre líneas - ForuQ

Con Ana comparto demasiadas horas aburridaen clase y le hablo de cada pasito que doy día adía. Gracias a ambas, y a ti, mi frikitiv.

Gracias a grandes amigos como Alberto,que a pesar de irse lejos volvió con más fuerzaque nunca y sabe ponerme los pies en la tierracuando sueño demasiado.

Gracias a los libros, que me han hecho lapersona que soy y por los que he podido conocera otras personas que compartían mi pasión porla literatura. Gracias a ellos creé mi blog deescritura y posteriormente de reseñas. Y micanal, por el que he vivido experienciasincreíbles y he hecho grandes amigos.

Entre esos amigos están Esme, Uka (Sara),Patri, Josu, Mike, Bella, Inma, Marcos, Kevin,Sebas G. Mouret, Alberto Villareal, Vale Bigotes(a la que pedí ayuda para las expresionesmexicanas sin que lo supiera), Clau, JulianaZapata, Iria G. Parente, Chris Pueyo…,blogueros, escritores y booktubers que me hanservido de inspiración y de apoyo fundamentalen la red.

Page 573: Besos entre líneas - ForuQ

Pero en especial, gracias a Uka por serSandra, de Sol de palabras, y a la vez Sara, deNube de palabras. Gracias porque heencontrado en ti una amiga que me apoya día adía.

En fin, mi diva favorita, Josu (o Yon). ¿Quévoy a decirte, si es que te lo he dicho ya todo?Te quiero muchísimo y te considero uno de mismejores amigos. Este verano he aprendidomuchísimo de ti y te he conocido a fondo.Gracias por tu apoyo cada día, por ser el granamigo que eres y espero que nos quede unalarga amistad todavía por delante.

Y Patri, Little Red Read (Alejandra). Nosconocimos en 2014, pero somos inseparablesdesde entonces. Necesito cada día nuestrosaudios larguísimos donde nos desahogamos yaconsejamos mutuamente. Tú también eres ungran apoyo y has estado desde el primer díapreguntándonos cómo llevábamos este proyecto.Ya quiero volver a Zaragoza de nuevo.

Gracias a Blue Jeans, no puedo creer quehaya pasado tantos años leyendo tus novelas y

Page 574: Besos entre líneas - ForuQ

que ahora tú leas la mía. ¡Gracias por tu apoyo ypor la cita!

Gracias al resto de blogueros ybooktubers que me apoyan en este camino delas letras que empecé a recorrer desde los 14años en redes.

Gracias a la Editorial Planeta. Vosotroshabéis creído en esta historia desde el principio ynos habéis apoyado. Lo cierto es que nuncapensé que llegaría a ver una novela mía envuestras manos y es algo que me emocionamuchísimo.

Gracias a Emilio y Raquel, nuestroseditores. Vosotros habéis hecho que esta historiatenga principio y final. De vosotros he aprendidomuchísimo y gracias a vosotros esta novela estáaquí y es real.

Tengo que dar las gracias también a todoslos suscriptores de mi canal, a todos misseguidores de Twitter y mis blogs. Vosotroshabéis estado ahí día a día, preguntando por estanovela, leyendo Infinite o mis reflexiones ypoemas del blog May R Ayamonte. Gracias a

Page 575: Besos entre líneas - ForuQ

vosotros esta novela ha visto la luz y es porvosotros que escribo día a día. No sabéis lomucho que significáis y lo mucho que meayudáis con vuestros comentarios.

Y cómo no, gracias a ti, que estás leyendoestas páginas. Espero que al acabar la novelavayas a internet y nos dejes un mensaje a mí y aEsme contándonos qué te ha parecido estahistoria. Incluso si no te ha gustado, meencantaría saber tus impresiones. Gracias porescoger esta historia entre tantas y dedicarleparte de tu tiempo. Gracias por leernos. Porleerme.

Gracias a todos. De verdad. Os quieromuchísimo.

Page 576: Besos entre líneas - ForuQ

Besos entre líneasMay R AyamonteEsmeralda Verdú

No se permite la reproducción total o parcial deeste libro,ni su incorporación a un sistema informático, nisu transmisiónen cualquier forma o por cualquier medio, seaeste electrónico,mecánico, por fotocopia, por grabación u otrosmétodos,sin el permiso previo y por escrito del editor. Lainfracciónde los derechos mencionados puede serconstitutiva de delitocontra la propiedad intelectual (art. 270 ysiguientesdel Código Penal)

Page 577: Besos entre líneas - ForuQ

Diríjase a Cedro (Centro Español de DerechosReprográficos)si necesita reproducir algún fragmento de estaobra.Puede contactar con Cedro a través de la webwww.conlicencia.como por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47

© de la fotografía de la portada, Rob Blackburn- Getty Images© de las ilustraciones de la portada, Júlia Gaspar

© May R Ayamonte, 2016© Esmeralda Verdú, 2016

© Editorial Planeta, S. A., 2016Av. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona(España)www.editorial.planeta.eswww.planetadelibros.com

Page 578: Besos entre líneas - ForuQ

Primera edición en libro electrónico (epub): abrilde 2016

ISBN: 978-84-08-15465-5 (epub)

Conversión a libro electrónico: J. A. DiseñoEditorial, S. L.