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Breve ensayo sobre estos dos campos con relación más cercana de lo que parece.
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Antropología y Bioética
Arturo García Villaseñor, M Sc
Médico Genetista
Las motivaciones para esta reflexión que me permiten
compartir esta vez, provienen de hace algunos años y se han
renovado por observaciones de aconteceres y experiencias que
han acentuado recientemente en mis prácticas profesionales y
como simple ciudadano que trata de vivir y entender su
tiempo. La medicina, la educación y la bioética, han venido a
constituir objetos de reflexión que superan un poco lo que
fueron representando cada una en su momento. Satisfacciones
y muchas preguntas han venido no sólo variando, sino
multiplicándose, para entender lo que ocurre, con algo más que
los recursos cotidianos y me he convencido de ser un
estudiante permanente, de algo que hace tiempo descubrí: que
de humanidades sabía menos que de medicina y me empezaron
a seducir en los últimos veinte años, ayudándome a entender
mi oficio primero, el ser médico y mi oficio segundo, ser
profesor.
Es así que temerariamente, he venido tocando terrenos que son
dominio de otros con una formación definida, en filosofía -en
particular de la ciencia-, la ética, y en esta ocasión la
antropología, como columna para apoyar estas reflexiones en
torno al papel que juego (en afán autocrítico) en el campo de la
bioética y las probables aplicaciones que pudieran realizarse a
partir de un bosquejo teórico.
Elegiré un contexto histórico para la vida cotidiana, los usos y
costumbres y todo aquello que entendemos por cultura. En una
mirada retrospectiva de las diversas etapas históricas marcadas
por hitos, conquistas y movimientos del pensamiento en artes
y ciencias, siempre han prevalecido las ideas y creencias que
mueven al ser humano, en lo individual y en lo colectivo;
valores grupales, sociales, sanciones morales y legales,
eclesiásticas, civiles o militares, sociales todas, que influyen en
los modos de ser y hacer a niveles comunales, familiares,
micro y macrosociales.
Empecemos por tocar a las ciencias: las de más notoria presencia
son las naturales en esta connotación de lo científico, aun cuando
existen otras de la misma familia y aparentemente de parentesco
lejano que son las conocidas como ciencias humanas. Estas sirven
para el propio descubrimiento del ser humano, en lo individual y
en lo colectivo; historia y sociología dan cuenta de cómo ha sido
el acontecer y devenir, además de cómo explicar aquello acerca
de nosotros como sujetos sociales, no sólo biológicos. Ni qué
justificar lo que tiene que ver con la dimensión mental y
emocional de las ciencias del comportamiento personal y por
supuesto la ciencia que se ocupa de la esencia superior: la
filosofía. Así, desde la perspectiva de las ciencias naturales
parece no haber duda sobre los hechos que muestran lo que
hemos avanzado en el desarrollo de la ciencia en estos campos, de
la tecnología y de la tecnociencia, que apremia una vigilancia
bioética acerca de los usos que se hacen -o se hagan- de estos
conocimientos y dispositivos en la práctica.
Respecto a la perspectiva de las ciencias humanas, sí parece
haber dudas en torno al avance o más bien dicho, el progreso
de las humanidades - y de la humanidad- en cuanto a aquellos
logros; esta incertidumbre no recae sólo en lo teorético, sino
especialmente en la influencia que hayan podido ejercer en las
prácticas humanas, sean profesionales o no.
No me referiré ahora a la teoría de los campos de Bourdieu,
que explican de modo clarísimo el papel de aquellas, sino a
una somera mirada de este horizonte donde se entrecruzan
ciencias, disciplinas, oficios y técnicas, que realizamos seres
humanos unos con otros en un panorama general.
¿Porqué ligar Bioética y Antropología y buscar comprender a
la humanidad desde nuestro quehacer? Porque es posible ir
encontrando respuestas en teorías con poder explicativo que
provienen de la filosofía y por medio de las ciencias y las
artes. Ahora bien, cuáles ciencias?
Sin afán de disgregar ni fragmentar el capital moral e intelectual
del ser humano, sino precisamente para evitarlo, es que parto de
esa clasificación convencional que disponemos en estos
aspectos, para recomponer la integralidad que somos y cuya
concepción holística defiendo, de modo especial en las más
recientes etapas del devenir en el comportamiento humano, que
desde el positivismo y la revolución industrial, se han venido
apoderando de la comprensión -única- del mundo mediante lo
objetivo, lo probatorio y lo relativo al capital monetario, por
citar algunos modelos como fundamento para valorarlo todo.
Retornando a las preguntas iniciales, podría responderse que
para comprender a la humanidad no hay como recurrir a la
filosofía, con lo que estaríamos de acuerdo; sin embargo, no es
mi pretensión abordarla por adolecer de la competencia
autorizada para eso.
También podría contestarse que para comprender a la humanidad
es necesario acudir a la psicología en sus diversos aspectos como
disciplina antigua modernizada en ramas formales tal como la
conocemos ahora; también estaría de acuerdo en que alumbrando
el interior de nuestra psique, es posible comprender muchas
situaciones en torno al comportamiento humano. Tampoco es de
mi dominio más allá de mi formación clínica. Para completar esta
aproximación y no porque concluya el análisis, pero me interesa
abordar esta problemática desde lo social e intentaré esclarecer un
poco esa primera pregunta acudiendo a las ciencias sociales, no
porque me sienta autorizado para ello, sino por la temeridad que
me impulsa a incursionar en un campo que no me ha sido cercano
durante mi educación formal, sino hasta hace relativamente poco
tiempo y me ha conquistado, a la par de las ya mencionadas,
reconociendo la jerarquía del pensamiento filosófico que a mi
juicio, permite entender a todas las demás manifestaciones del
pensamiento humano.
Es así que por no poder abarcar más que una, he elegido a la
Antropología para procurar arrojar un poco de luz a la
comprensión de lo que observo, lo que está aconteciendo a mi
alrededor en lo general y orientado particularmente a mis campos
de oficio: la medicina y la educación.
Para ir presentando el perfil de esta ciencia social, mostraré
someramente su desarrollo en terrenos muy definidos y un
concepto que me desafía. Este último es la noción de espejo,
donde uno puede y debe mirarse en los diversos planos que nos
sea posible abordar, superando el obvio de la apariencia física,
orgánica, y procurar mirarnos un poco más allá. Al hacerlo,
podremos ir sabiendo si el reflejo que percibimos es más o menos
exacto, o se trata de una ilusión, deformación o artificio como
ocurre en la óptica del entretenimiento.
Como empecé por el final, debo volver al inicio y vislumbrar
el objeto de estudio general de esta disciplina, recurriendo a un
lugar común: su etimología (anthropos, hombre y logos,
estudio o tratado, por hablar a nivel básico), para ir tocando
las ramas de la antropología que puedan esclarecer la inquietud
que ocupa el desarrollo de esta reflexión.
Primeramente, debo aludir a un marco un poco más general
para diferenciación de campos y citar a la Sociología que se
ocupa del estudio de los fenómenos que se producen en las
relaciones colectivas o grupales de los seres humanos en tanto
sujetos sociales, desde diversos enfoques, corrientes y
metodologías, para explicar las tareas de otras disciplinas o
ciencias sociales.
Y porqué ocuparse de estos asuntos? Quizá por lo que uno
mira que está sucediendo en los últimos años en diversas
latitudes, empezando por la nuestra.
Me refiero al riesgo de acostumbrarnos a excesos en diversos
terrenos que ocupan la nota de los medios masivos de
comunicación, incluyendo además, lo que atañe al quehacer
profesional en medicina, entre médicos y pacientes, y todo aquello
que acompaña el amplio temario de la bioética. ¿Podemos estar
indiferentes al respecto?, ¿debemos ser indiferentes?, ¿queremos
ser indiferentes? ¿Qué acontece en el desarrollo de la bioética,
en las disciplinas de la salud -en este caso la medicina-, y la
educación que nos forma como profesionales?
¿Qué pienso y siento acerca de la situación actual y ¿qué hago para
tratar de modificarla, aunque sea un poco, dentro de mis alcances,
en este mi tiempo y mi espacio?
Para tratar de responder, preciso de tres cosas: del recurso
reflexivo, del recurso volitivo y de respaldos referenciales. De este
modo, puedo ir caminando con la mirada puesta en una propuesta
que al final mencionaré, valiéndome esta vez de un enfoque
antropológico.
Antropología. Ciencia eminentemente humana que busca
contestar diversas preguntas sobre los seres humanos desde el
pasado hasta el presente. Cuándo, dónde y porqué aparecen los
seres humanos, en grupos y poblaciones; sus cambios y
evoluciones, biológicamente y culturalmente (costumbres y
prácticas). Siendo los seres humanos diversos y cambiantes, su
objeto de estudio guarda relación con las grandes características
del ser humano y sus experiencias: físicas, sociales (culturales y
artísticas, económicas, políticas), y además filosóficas.
A. física o biológica: estudia la evolución humana en un plano
biológico e histórico. A. cultural o social: abarca la arqueología,
lingüística y etnología, para comprender el pasado y presente de
las formas habituales de pensamiento y actuación de poblaciones
o sociedades.
A. aplicada o práctica: se dedica a los métodos para obtener
utilidad del conocimiento antropológico en cualquiera de sus
ramas.
Debo asentar una premisa importante consistente en que la
cultura se aprende, es comúnmente compartida, contiene
etnocentrismo y es cambiante.
Variabilidad cultural: es un concepto que comprende
costumbres, comunicación y lenguaje, sistemas económicos y
estratificaciones sociales, etnicidad y racismo, género; orden
social en grupos estructurados. Tiene que ver con los cambios
culturales, que ocurren cuando influyen y se aceptan
descubrimientos, invenciones y corrientes de pensamiento, así
como las innovaciones (sin signo moral explícito), por lo que
deben existir los Códigos éticos y formas de vida normadas para
relaciones de modo civilizado y moralmente aceptable.
Sin embargo, esa diversidad cultural no siempre es endógena
sino que se importa, especialmente en tiempos de exacerbación
colonialista, de modo que podemos hablar de ¿intercambios
culturales? o más bien de imperialismos culturales, de
aculturación o transculturación, esa es la clave.
Por eso es que podemos explicar las señales de Resistencia y
reinvindicación diversas, que en particular referiré a modos de
ser y hacer ajenos a nuestra idiosincrasia, así como a aquello
que fue bueno, valioso y ejemplar que hemos ido olvidando en
el campo de la medicina y la educación, por citar solo dos
hábitus.
Antropología médica: es la comprensión cultural de la salud y
la enfermedad desde la perspectiva biosocial (influencias y
repercusiones económicas, políticas principalmente). Ej. el
SIDA como síndrome social, las alteraciones mentales y
emocionales en ese plano, las interpretaciones populares
(como el "susto") y nociones como la tristeza, desolación,
miedo o irritabilidad colectiva, efecto de hechos sociales; la
malnutrición (obesidad, anorexia y bulimia), construcción
social de la "belleza" y la "salud", y otras más.
A. filosófica: metafísica? o humanista? Para responder, me sigue
siendo necesario ahondar y ampliar un poco, al menos a mi juicio,
lo vasto que hay escrito aunque alejado de la comprensión
práctica en cuanto a la primera -antropología metafísica- y muy
diverso lo referente al humanismo. Los objetos de estudio son:
ontología de la cultura, la libertad humana, naturaleza y
legalidad, entendimiento y voluntad en el acto de la elección
humana, la persona humana, derechos naturales y derechos
humanos, papel de la educación, conocimiento y experiencia, la
conciencia (moral y social), comportamiento moral de las
personas; interrelación de "theoria", "praxis" y "poiesis".
Respecto al Humanismo, qué significa? Humano a nivel básico,
es lo relativo a la naturaleza de especie, cuya concepción es
básicamente orgánica, biologista-, y en desarrollo de esta noción
se suma como característica, lo racional, emocional, social y se
reconoce, lo espiritual.
Así, lo Humano a nivel superior, se refiere al Ser. El ser humano
es ser alguien único en su individualidad con componente
espiritual –concepción filosófica- que integra las dimensiones
anteriores: ser biológico, racional, emocional, social y moral.
Otras acepciones relacionadas, son:
Humanístico o Humanismo como movimiento cultural desde el
Renacimiento y las corrientes filosóficas antropocentristas que
integran estas perspectivas.
Humanista, es lo relativo a las Humanidades como ciencias
humanas (sociales, antropológicas y filosóficas), contraparte de
las ciencias naturales (físicas, químicas, biológicas). Y
Humanitario, que entraña una connotación benévola.
Para unos es reconocer la dignidad en su trascendencia del ser
humano, en tanto cualidad ontológica a nivel espiritual por
encima de otras características, aunque hay un amplio contenido
en torno a esta materia.
Humanismo y libertad, pudieran parecer conceptos en tensión, si
vamos precisando aspectos como Libertad humana: teórica y
fáctica. L. metafísica, L. mental, psicológica, física, social, y
moral. Libertad moral en calidad de atribución referida al deber
ser, a lo que de suyo el humano lo tiene que aprender, como una
meta de crecimiento ético y social. Es así que sigue siendo un
desideratum el humanismo, en esta mirada compleja pendiente
de acompañar en la práctica su vasto correlato teórico,
exigiéndonos algo tan paradójicamente difícil que es la
congruencia cotidiana.
En conclusión, después de este recorrido, surgen las propuestas
vislumbradas de una integración de las Humanidades a nuestra
formación médica, como vía para acercarnos a la esencia que nos
define y como clave para ir decodificando nuestro entorno cuya
lectura parece dificultarse más cada día, teniendo como eje los
aconteceres que dan cuenta de comportamientos humanos y el
grado de humanización que pueden contener.
La educación médica todos la reconocemos como un camino
inacabado y nos exige a la par, el dominio de los saberes y
destrezas de nuestra competencia, pero preguntaré:
¿hacemos lo mismo con lo que nos es más cercano, lo humano?