135
Facultad de Periodismo y Comunicación Social Universidad Nacional de La Plata Tesis de grado. Año 2003 Historicidad de la Comunicación en el INTA Del Paradigma de la Simplicidad a la Cultura de la Complejidad Autor : Periodista Máximo Bontempo Director : Lic. Jorge Guillermo Corneo 1

bontempo

Embed Size (px)

DESCRIPTION

tesis de grado de comunicación que trata sobre la historia de la comunicación en el INTA, realizado por un alumno de la Universidad de la Plata.

Citation preview

Page 1: bontempo

Facultad de Periodismo y Comunicación Social Universidad Nacional de La Plata

Tesis de grado. Año 2003

Historicidad de la

Comunicación en el INTA

Del Paradigma de la Simplicidad

a la Cultura de la Complejidad

Autor:Periodista Máximo Bontempo

Director:Lic. Jorge Guillermo Corneo

Asesores:Lic. Paula Inés PortaLic. Guillermo Andrés Torres Bainotti

1

Page 2: bontempo

I.- INTRODUCCIÓN

Esta investigación tiene por objeto conocer cómo fue concebida y cómo

se gestiona la comunicación en el Instituto Nacional de Tecnología

Agropecuaria (INTA).

Presenta, por una parte, una profunda revisión documental y bibliográfica de

las corrientes de pensamiento y las distintas tendencias del desarrollo en la

Argentina de los últimos 50 años, con especial énfasis en el agropecuario, en

coincidencia con la dinámica histórica del INTA. Integra a modo de relación, un

análisis de los puntos de convergencia entre comunicación, Estado y desarrollo

a lo largo del período señalado, destacando los sucesivos marcos sociales,

económicos y políticos.

Desde una perspectiva etnográfica y mediante la utilización de técnicas

diversas, este trabajo se completa con el reconocimiento de las distintas

prácticas comunicacionales, los actores y los procesos de toma de decisión

desde un enfoque centrado en las mediaciones sociales y en los contextos

culturales.

2

Page 3: bontempo

II. MARCO TEÓRICO

“Las ciencias han comenzado a dar cuenta de la multidimensionalidad que se

abre cuando pasamos de las metáforas mecánicas al pensamiento complejo,

que toma en cuenta las interacciones dinámicas y las transformaciones. Ha

comenzado a gestarse una cultura que no piensa el universo como

un reloj sino como ‘archipiélagos de orden en un mar de caos’:

la cultura de la complejidad”

Denise Najmanovich

El marco teórico de esta investigación entiende a la comunicación como un

proceso abierto y permanente de producción de sentido, entre el conjunto de

los actores que participan en ella.

Si uno de los objetivos principales de esta tesis es desarrollar una visión

retrospectiva, a partir de una historización que reconstruya cómo el INTA ha

pensado la comunicación a lo largo de su historia, entonces nuestro desafío

será el de analizarla en movimiento, esto es, a la luz de las prácticas sociales.

Esta perspectiva de abordaje implica centrar su estudio en el terreno de la

cultura, concepto que el especialista argentino-mexicano en comunicación

popular, Néstor García Canclini ha señalado como “la producción de

fenómenos que contribuyen, mediante la representación o reelaboración

simbólica de las estructuras materiales, a comprender, reproducir o transformar

el sistema social, es decir todas las prácticas e instituciones dedicadas a la

administración, renovación y reestructuración de sentido”.1 Y al hablar de

cultura nos estamos refiriendo a la cotidianeidad de los sujetos produciendo

sentido desde la comunicación y dándole significado a su acción, desde una

perspectiva relacional e intersubjetiva.

1 García Canclini, Néstor (1986) Las culturas populares en el capitalismo. México, Nueva Imagen

3

Page 4: bontempo

Entendiendo por paradigma un marco teórico a partir del cual es posible pensar

la sociedad, nuestro recorrido por aquellos que de una u otra manera

estuvieron ligados a la dinámica histórica del INTA, y el análisis de la acción

comunicativa institucional, no será otra cosa que el abordaje de las prácticas

sociales habladas por la cultura de su tiempo y de su espacio.

Compartimos los conceptos de la Dra. Sandra Massoni de la Universidad

Nacional de Rosario, respecto de que “los criterios tradicionales con los que

recortar el objeto de la investigación parecen perder su vigencia; ya no resultan

pertinentes por ejemplo lo geográfico o lo temático. El planteo es otro. Más

bien, se trata de indagar los fenómenos de comunicación como emergentes,

como productos/producidos del debate de la ciencia y la cultura”.2

Por último gestionar significa para nosotros articular, organizar, proyectar

recursos y esfuerzos en pos de uno o más objetivos; gestionar implica también

la toma de decisiones, algo profundamente ligado a las relaciones humanas.

De este modo para abordar la gestión de la comunicación en el INTA será

necesario analizar la trama de relaciones construidas entre la misma institución

y sus integrantes, las distintas estrategias de relacionamiento con los

destinatarios de la acción institucional y las diferentes concepciones que acerca

del desarrollo, primaron a lo largo del tiempo.

2 Massoni, Sandra H. (2002) Estrategias de comunicación: una mirada comunicacional para la investigación sociocultural. En: Orozco Gómez, Guillermo (Coord.) Recepción y mediaciones, Buenos Aires, Grupo Editorial Norma. p. 131

4

Page 5: bontempo

III. MARCO METODOLÓGICO

“El pasado es el presente que se manifiesta en el arsenal de conceptos con los

que operamos, en los tipos de investigaciones que realizamos, en la

bibliografía que seleccionamos, en las técnicas que empleamos”

Renato Ortiz

El enfoque metodológico propuesto y comprometido para el abordaje de esta

investigación parte de una perspectiva etnográfica, e incorpora la historicidad

de los diferentes procesos que fueron transformando la concepción de nuestro

objeto de estudio: la comunicación en el INTA y el modo de gestionarla.

Adoptamos la mencionada perspectiva a partir del concepto de etnografía que

la define como una descripción o reconstrucción analítica de escenarios y

grupos de personas que recrean para el lector las prácticas, conocimientos y

creencias compartidas. De la misma manera tomamos como válido el enfoque

propuesto por la Dra. Gloria Pérez Serrano, Catedrática de la Universidad de

Sevilla, por el cual la etnografía “es uno de los modelos generales de

investigación utilizados por los científicos sociales para el estudio el

comportamiento humano”.3

Esta perspectiva recurre prioritariamente a los diseños metodológicos de

carácter cualitativo para la recolección de datos y se caracteriza por ser

descriptiva, interpretativa y subjetiva.

Pensamos la historia como historicidad, esto es la producción de sentido desde

un relato histórico que sin pretensiones de objetividad sea capaz de reconstruir,

del mejor modo posible, la historia vivida en el marco de la complejidad de los

contextos políticos, sociales, económicos y culturales específicos.

3 Pérez Serrano, Gloria (1994) Investigación cualitativa. Métodos y técnicas, Buenos Aires, Fundación Universidad a distancia "Hernandarias". pp. 225

5

Page 6: bontempo

Historizar significa para nosotros comprender la continuidad de la comunicación

en el INTA, estar abiertos a la posibilidad de pensar su cambio y sobre todo

asumir que trabajamos con objetos que en realidad son procesos.

A partir del marco metodológico descripto, las técnicas de investigación

utilizadas para el abordaje del objeto de estudio fueron las siguientes:

- Observación participante

- Entrevista en profundidad

- Cuestionario semi-estructurado

- Búsqueda y análisis de archivos históricos

- Consulta de documentación

- Documentos personales

6

Page 7: bontempo

IV.- ANTECEDENTES

Estancamiento, Crisis, Desaliento...

El escenario político y económico surgido tras la finalización de la

Segunda Gran Guerra reconfigura no sólo el mapa de poder de las grandes

potencias, sino la situación de muchos países que, como la Argentina, no

habían participado directamente del conflicto.

Si bien el protagonismo mundial que había alcanzado nuestro país como

productor de alimentos a partir de los dos últimos decenios del siglo XIX

comenzó a disminuir alrededor de 1930 -consecuencia de la crisis de la

economía mundial y del surgimiento de la política de “proteccionismo”

impulsada por los países industriales, importadores de materias primas

agrícolas- la Segunda Guerra y el período de postguerra le permitieron

mantener su presencia en los mercados.

La política exterior de los Estados Unidos llevada adelante por el presidente

Harry Truman, determina en gran parte el rumbo de los acontecimientos tras el

cese del conflicto bélico mundial. Luego del nombramiento de George Marshall

como Secretario de Estado, Truman logra el 3 de abril de 1947 que el

Congreso de su país apruebe la “Ley de Cooperación Económica”, más

conocida como Plan Marshall. Por medio del mismo ese país puso a

disposición de los países de Europa occidental 20 mil millones de dólares con

la finalidad de relanzar sus economías, así como para detener la potencial

expansión del comunismo hacia occidente en el marco de la Guerra Fría. Para

1953 el gobierno americano había desembolsado poco más de 13 mil millones

y Europa estaba nuevamente de pie.

Antiguos compradores, se convirtieron en nuevos y poderosos competidores.

La ayuda brindada por los Estados Unidos a condición de que las naciones

europeas pudieran unirse y sean capaces de trazar un plan racional sobre

cómo utilizar la ayuda, hizo posible que países como Alemania, Francia e Italia

comenzaran a producir grandes volúmenes de granos y carnes, inicialmente

como estrategia de autoabastecimiento, para después colocar grandes

excedentes en el mercado mundial.

7

Page 8: bontempo

En nuestro país, la situación del productor agropecuario era sumamente

comprometida y de un gran desaliento. Un estancamiento sin precedentes

alcanzó a toda la actividad agropecuaria.

Hacia mediados de la década del ’50 Argentina se encontraba en una grave

crisis económica, con una balanza de pagos y una deuda externa

marcadamente negativas. El 95% de las exportaciones provenían del sector

agropecuario, especialmente de la región pampeana, cuya producción estaba

estancada desde hacía 25 años. El consumo interno de esos productos

aumentaba año tras año, dejando saldos exportables cada vez más exiguos,

mientras que el desarrollo industrial requería de una creciente importación de

bienes de capital.4

El aumento de la actividad agropecuaria, mediante la incorporación de

tecnología existente que posibilitara un incremento en los rendimientos,

aparecía como el único medio eficaz para restablecer el desarrollo económico

nacional. Desde el campo debían generarse los recursos excedentes para la

consolidación y el despegue de la nueva industria de sustitución de

importaciones.

Es entonces cuando el doctor Raúl Prebisch5 desde su cargo de la Comisión

Económica para América Latina (CEPAL) orientó a las autoridades del gobierno

nacional hacia la creación del INTA con la finalidad de que el sector aumentara

rápidamente el rendimiento de la tierra y economizara mano de obra.

Políticas Públicas para el Sector Agropecuario

A principios del siglo XX comenzaron a crearse en la Argentina las

primeras instituciones dedicadas a la investigación agropecuaria, las cuales se

originaron en las Universidades Nacionales, el Ministerio de Agricultura y

Ganadería de la Nación, los gobiernos provinciales y los ferrocarriles, entre

otros. Hasta ese entonces el rol del Estado había sido el de fomentar la

producción agrícola del país por medio del proceso de colonización.

Según el economista agrario Adolfo Coscia, ex-técnico del INTA, en Argentina

la primer iniciativa oficial para la creación de estaciones experimentales data de

4 INTA (1996) Historia Documental, Buenos Aires, Ediciones Argentinas. p. 245 Economista argentino que desempeñó el cargo de director ejecutivo del Banco Central entre 1934 y 1943

8

Page 9: bontempo

1889 pero solamente en 1912 se lograron crear las primeras cinco, de las

cuales la de Pergamino (Buenos Aires) fue la que alcanzó el mayor desarrollo.6

Recién en 1944 aparece el primer gran esfuerzo de organizar el sector, con la

reorganización del Ministerio de Agricultura y Ganadería la cual se realizó por

funciones (investigación, fomento, policía sanitaria, etc.) y por productos

básicos (agricultura y ganadería). Desde la Dirección General de

Investigaciones Agrícolas se crearon nuevas estaciones experimentales, que

organizadas en Centros Regionales trataron de cubrir las principales áreas

ecológicas, y el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias, en

Castelar, para el desarrollo de la investigación científica básica, en procura de

nuevos conocimientos. Para 1954 el Ministerio da un gran paso para concretar

acciones de extensión con la creación del Plan Piloto de Agronomías

Regionales para el Desarrollo Rural.

De acuerdo con Massoni, hacia mediados de la década del ’50 el vínculo

productores/profesionales de la agronomía estaba fuertemente marcado por la

oposición fiscalizador/fiscalizado. Los agrónomos regionales cumplían

principalmente tareas de fiscalización y control (informes a bancos y juzgados,

control de vacunas y oras medidas sanitarias, etc.). Con la consolidación de los

Centros Regionales de Investigación y Agronomías Regionales Piloto, se fue

desplegando un lugar de identidad social para el profesional caracterizado por

la experimentación como fuente del conocimiento y la divulgación como forma

de comunicación.7

El marco era más que propicio para la creación del Instituto.

La Creación del INTA

La respuesta del gobierno a la propuesta de Prebisch se concretó el 4 de

diciembre de 1956 a través de la sanción del decreto ley 21.680, firmado por el 6 Coscia, Adolfo A. (1983) Segunda revolución agrícola en la región pampeana, Buenos Aires, Ed. Cadia. p. 457 Massoni, Sandra H. (2002) Historicidad de la comunicación rural en la pampa argentina. Revista de Investigaciones Agropecuarias, 31 (1). Buenos Aires, INTA. p. 149

9

Page 10: bontempo

entonces Presidente Provisional General Pedro E. Aramburu, por el cual se

crea el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Según la ley de

creación, el objetivo del nuevo organismo era “impulsar, vigorizar y coordinar el

desarrollo de la investigación y extensión agropecuaria y acelerar con los

beneficios de estas funciones fundamentales la tecnificación y el mejoramiento

de la empresa agraria y de la vida rural”.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería le transfirió al flamante instituto 31

estaciones experimentales y el Centro Nacional de Investigaciones

Agropecuarias.

V.- EL PARADIGMA DE LA SIMPLICIDAD

Tiempos Modernos

10

Page 11: bontempo

La creación del INTA no sólo responde a una decisión política

estratégica dirigida a resolver las dificultades por las que atravesaba nuestro

país, sino que en algún grado señala la cristalización del paradigma de la

modernización, algo similar a lo que sucedió en la mayoría de los países

latinoamericanos.

El principal sustento teórico de este paradigma, cuya predominancia en los

círculos académicos puede situarse aproximadamente entre 1945 y 1965,

estaba dado en que la modernización -entendida como instancia superadora de

las sociedades tradicionales- encontraba en estas latitudes diferentes

obstáculos para alcanzar su normal evolución, de acuerdo al patrón seguido

por los países desarrollados.

La tradición como sinónimo de atraso se constituía como uno de los principales

obstáculos a sortear, junto a otros factores negativos como la falta de

motivación para el cambio, la escasa inversión y el estancamiento económico.

La traslación mecánica de tecnología, junto con modernos sistemas de

organización económica y social permitirían despejar el camino para el pasaje

a un normal desarrollo. Los llamados valores modernos y las nuevas pautas de

comportamiento y organización se constituyeron en el paquete tecnológico que

debía ser implementado en aquellos países que evidenciaran atraso cultural.

Las sociedades desarrolladas o modernas eran las metas últimas que se

esforzaban por alcanzar las sociedades menos desarrolladas; según esta

particular visión, todas las sociedades podían evolucionar, pasando por etapas

similares, hacia la constitución de sociedades modernas.

Según el Dr. Daniel García Delgado, Director de Estado y Políticas Públicas de

FLACSO, dentro de esta concepción el Estado alcanzaba un papel singular, no

tanto a través de la intervención económica como de la modificación de

costumbres, proveyendo innovación técnica para disipar las resistencias al

cambio. El rol modernizador conferido al sector público se completaba con la

creación de agencias estatales de investigación y difusión técnica.8

Así es como a la par del INTA, se crearon otros organismos de investigación

tecnológica como el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la

8 García Delgado, Daniel R. (1994) Estado & sociedad: la nueva relación a partir del cambio estructural. Buenos Aires, Grupo Tesis Norma. pp. 32-33

11

Page 12: bontempo

Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) y el Consejo Nacional de

Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), entre otros.

El Desarrollo

Como se puede apreciar la noción del desarrollo aparece íntimamente

ligada al paradigma de la modernización, lo constituye.

La acepción moderna del concepto apareció en el lenguaje de las relaciones

internacionales para designar, por mediación de su contrario –el subdesarrollo-

la situación de parte del planeta que hasta ese momento no tenía acceso a las

ventajas del progreso. La expresión nació en la Casa Blanca y pasó a la

historia en 1949 cuando Harry Truman en el conocido punto cuatro de su

discurso sobre el Estado de la Unión, concibió a un sector de las naciones del

mundo como privado de los alcances de la modernización.

A partir de aquí las diferencias entre naciones son explicadas en términos del

grado de desarrollo antes que por la naturaleza básica de cada una.

Pero si como afirma el Director del Centro de Investigación "Comunicación para

el Cambio Social", el belga Jan Servaes9, los medios de modernización eran la

masiva transferencia de tecnología y saber, entre otros ¿cómo se financiaría

semejante movilización de recursos?.

La respuesta no tardaría en llegar. En marzo de 1961 el presidente John F.

Kennedy anunció el ambicioso plan conocido como la “Alianza para el

Progreso” que implicaba -en una réplica del Plan Marshall, pero orientado hacia

América latina- el desembolso de 20 mil millones de dólares los cuales serían

destinados en los siguientes diez años, a obras de infraestructura y desarrollo.

El fracaso de la invasión militar a Cuba y el temor a que el modelo comunista

impuesto por Fidel Castro en la isla se propagara por el continente en virtud de

la creciente pobreza e injusticia social, terminaron de configurar los alcances

del programa. Una vez más la ideología del progreso se metamorfoseaba en

ideología del desarrollo.

9 Servaes, Jan (2002) Comunicación para el desarrollo: Tres paradigmas, dos modelos. Revista Temas y Problemas de Comunicación N° 10, Río Cuarto, UNRC

12

Page 13: bontempo

Mientras que los distintos países latinoamericanos aprobaban “la Alianza”

cautelosamente, el entonces presidente argentino Arturo Frondizi10 le otorgaba

un respaldo directo e inequívoco.

El entusiasmo de Frondizi por la Alianza, quedaba plasmado en una de sus

extensas cartas a Kennedy: “El Plan Marshall salvó los valores y civilización

occidentales. Hoy, América latina está atravesando un período en el cual están

en juego los valores básicos, debido a la acción de factores desestabilizantes

como los bajos ingresos, la enfermedad y la ignorancia. Estamos infectados,

como tú has reconocido, por el subdesarrollo. Ningún país subdesarrollado

puede resolver estos problemas democráticamente sin ayuda de los países

desarrollados”.11

Este programa de asistencia técnica y financiera para el desarrollo puso

especial énfasis en tres grandes áreas: la agricultura, la educación y la salud

cuyos intereses apuntaban directamente a la difusión de innovaciones, a las

nuevas tecnologías educativas y a la planificación familiar y control de la

natalidad, respectivamente.

El conocimiento pasó a ser el motor del cambio, instrumentado por una

apoyatura técnica y condiciones de financiamiento que lo hacían viable en un

contexto de mercado regulado por el Estado.

Un Estado concebido como la instancia técnico-neutral responsable de ejecutar

los imperativos objetivos del desarrollo, entre los que se destacó la promoción

de la modernización tecnológica ahorradora de mano de obra y orientada al

uso intensivo de capital.

Así la mecanización de los procesos productivos en el campo se operacionalizó

por intermedio de un crecimiento del número de tractores y por la paulatina

incorporación de tecnología. El resultado fue la creciente movilización de un

gran número de trabajadores rurales hacia las regiones urbanas,

especialmente hacia el litoral marítimo, atraídos por el crecimiento de la

demanda de empleo en la industria sustitutiva, el comercio y el sector público.

Según el economista Arnaldo Bocco “la mayor tractorización fue una resultante

de las políticas económicas gubernamentales que procuraron incentivar la 10 Asume la presidencia el 1 de mayo de 1958 luego de la Revolución Libertadora, en el marco de una democracia con proscripción e instaura, según la caracterización hecha por García Delgado, un nuevo subtipo de Estado social: el Estado desarrollista.11 www.cema.edu.ar/ceieg/arg-rree (bajado el 11/09/03)

13

Page 14: bontempo

capitalización acelerada de la región productora de cereales y carnes de

manera de resolver la demanda del mercado y posibilitar el reemplazo –más o

menos- acelerado de la mano de obra emigrante del medio rural.

Se define desde el propio Estado una generosa política crediticia que moviliza

a favor del sector agropecuario una importante cantidad de recursos destinados

a financiar la adquisición de tractores, cosechadoras e implementos agrícolas.

Las tasas de interés preferenciales y los plazos del financiamiento operaron

como una suerte de subsidio implícito a las inversiones”.12

La Extensión Agropecuaria

“El Servicio de Extensión está reconocido por el gobierno como una

necesidad indiscutida; más aún, alienta su expansión en la medida posible y, lo

que es más importante, delega en él la responsabilidad principal en el

mejoramiento tecnológico de la empresa agraria y la calidad de vida de la

familia rural”13, con estas palabras el Director General Asistente en Extensión y

Fomento Agropecuario del INTA, Dr. Norberto A. Reichart, sintetizaba el

desafío que asumía la extensión agraria para con el desarrollo nacional en

ocasión del Primer Seminario Nacional de Extensión Rural, llevado a cabo en la

ciudad de Río III, Córdoba, del 3 al 8 de diciembre de 1962.

En efecto, el Servicio Nacional de Extensión había sido organizado desde una

pretensión de cobertura geográfica con el objetivo por demás ambicioso de

atender la totalidad del área rural en explotación, abarcando el mayor número

posible de familias ubicadas dentro del área de juridicción de cada Agencia de

Extensión. Su misión era lograr con rapidez el aumento de la productividad

agropecuaria en función de la aplicación generalizada de la moderna

tecnología disponible.

El cambio esperado e imaginado en aquel momento, se alimentaba en parte

por la llegada de la denominada Revolución Verde14 y se sostenía en dos

12 Bocco, Arnaldo (1991) El empleo asalariado. En: El Desarrollo Agropecuario Pampeano, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano. p. 51413 Servicio de Extensión Agropecuaria (1963) 1er Seminario Nacional de Extensión Rural. Serie Formación Técnica Seminarios n° 205, Buenos Aires, INTA. p. 10

14 Hay quienes la refieren como la gran transformación del sector agrícola en los llamados países subdesarrollados y otros –la gran mayoría- como la introducción a gran escala de variedades de cereales de alto rendimiento, inicialmente de trigo y arroz, en los años ’50.

14

Page 15: bontempo

visiones, que a decir del Ing. Agr. (Ms) Carlos Alemany, Coordinador de área

de Desarrollo Rural de la Estación Experimental Alto Valle “fueron el marco

teórico clave que fundamentó el nacimiento de la extensión en el INTA; una de

orden técnico, relacionada directamente con objetivos económicos y con las

condiciones de producción y explotación racional de los recursos, y otra de

orden educacional, vinculada al cambio de mentalidad del hombre rural para

tornarlo apto para una vida moderna”.15

En este sentido, las palabras del Ing. Agr. Rene P. Delpech, Presidente del

INTA en el acto de clausura del Seminario de Extensión arriba mencionado

resultan por demás elocuentes: “no es posible cumplir un cambio estructural sin

la adecuada comprensión de los problemas en él involucrados y la adaptación

mental de la sociedad afectada a la nueva coyuntura. (...) Y esto solo puede

lograrse a través de un proceso educacional de la población. Extensión como

proceso educativo por excelencia tiene asignado un papel clave en el sector

rural”.16

Corrían tiempos de consolidación institucional y crecimiento. En aquellos

primeros años el instituto desplegó su actividad a lo largo y a lo ancho del país

-sumando incluso una importante cantidad de nuevas estaciones

experimentales y agencias de extensión a su estructura- sin un marco

orientador del todo delineado para la extensión y la investigación. “Una fuerte

corriente de opinión dentro del INTA consideraba que el contacto de los

técnicos con el medio productor señalaría per se los objetivos regionales y

locales. Se daba por sentado el funcionamiento fluído de la doble vía

investigación-extensión”.17

La realidad resultaría mucho más compleja que aquellos supuestos iniciales,

sobre todo para el sistema de extensión.

La investigación agropecuaria, para aquellos primeros años del accionar

institucional, tenía ya una larga tradición en el país, una metodología

comprobada, infraestructura y profesionales capacitados en distintas

15 Alemany, Carlos (2003) Apuntes para la construcción de los períodos históricos de la Extensión Rural en el INTA. En: Thornton, R.; Cimadevilla, G. (editores). La extensión rural en debate, Buenos Aires, Ediciones INTA. p. 14516 Servicio de Extensión Agropecuaria (1963) op. cit. p. 7

17 López Saubidet, Carlos (1977) Evaluación, situación actual y perspectivas futuras de los sistemas de investigación agrícola en la Argentina en relación con los programas de desarrollo, Bogotá, IICA: Serie Informes de Conferencias, Cursos y Reuniones N° 138. pp. 65-77

15

Page 16: bontempo

disciplinas; mientras que la extensión agropecuaria era una innovación que

comenzaba sus primeros pasos desprovista de experiencia, con objetivos

ambiciosos y un plantel de recursos humanos con grandes limitaciones en

capacitación específica. El testimonio de Lorenzo Crudeli, extensionista de la

estación experimental Reconquista (Santa Fe) durante ese período, resulta por

demás elocuente: “haría falta retroceder en el tiempo para apreciar la extrema

orfandad con que los técnicos debíamos enfrentar los problemas del medio.

Escaso material informativo, libros y revistas traducidos en su mayor parte del

extranjero, semillas y prácticas no experimentadas en la zona ponían techo al

desarrollo del profesional”.18

Para los primeros extensionistas, un cortísimo período de entrenamiento y

capacitación en el INTA Balcarce (Buenos Aires) y un manual, fueron las

herramientas para salir al campo.

Una serie de registros, asociados con narrativas diversas surgidas del análisis

de distintas fuentes documentales dan cuenta de los principales problemas del

sistema de extensión en aquellos años iniciales:

- Problemas de tipo estructural, como la cantidad desproporcionada de

empresas rurales que debían atender los extensionistas, preferentemente a

través de su intervención directa.19 Frente a ello el trabajo fue

exclusivamente a demanda.

- La compleja problemática del campo y las limitaciones iniciales de medios y

conocimiento técnico. Frente a ello los extensionistas optaron por

concentrar su tiempo y recursos en aquellos problemas para los cuales

tenían propuestas tecnológicas adecuadas.

- Ausencia de antecedentes locales. Frente a ello la extensión en el INTA se

inició copiando modelos metodológicos y organizacionales foráneos. La

sociología norteamericana fue notoriamente la más influyente.

18 Depto. Comunicaciones en Extensión Rural (1986) 25 años en extensión. Revista Dialoguemos Año 5, N° 8, Buenos Aires, INTA, p. 1319 Un documento del Primer Seminario Nacional de Extensión Rural (1962) da cuenta que ese año el INTA poseía 110 Agencias de Extensión, a razón de una cada 5.000 empresas.

16

Page 17: bontempo

Y así, a fuerza de experiencia, se fue forjando el sistema nacional de extensión

agropecuaria, como lo expresa el testimonio del Ing. Agr. Gordon Pedro

Johnston, extensionista en Concepción del Uruguay (Entre Ríos) durante ese

período: “poco a poco, la propia dinámica del proceso, un mayor conocimiento

del medio rural, el diario enfrentamiento con situaciones que no se

correspondían con los modelos teóricos y sobre todo la creciente experiencia

lograda hombro a hombro con el productor, hizo dejar de lado las concepciones

demasiado ortodoxas. Se fueron encontrando los modos de acción y los

caminos más acordes con la realidad del país y la idiosincracia de los

productores y sus familias”.20

El Primer Curso de Formación Integral para Extensionistas, organizado por el

Departamento de Especialización, se realizó recién en 1961, cuatro años más

tarde de la creación del INTA y pocos meses después de la firma de la Alianza

para el Progreso.

Mass Communication Research

Los primeros estudios acerca de la comunicación de masas surgen en

los Estados Unidos y se remontan a la década del ’20 en coincidencia con la

consolidación de ese país como hegemonía y de los interrogantes que

planteaba la aparición de nuevas tecnologías.

A diferencia de otras disciplinas, la comunicación no surgió del debate

intelectual de teorías generales acerca de un campo del saber que exigiera ser

profundizado, sino de la emergencia de una dinámica social que demandaba

respuestas inmediatas.

Los protagonistas de la sociedad americana requerían de un conocimiento más

acabado de los mecanismos de movilización de las grandes masas y estaban

dispuestos a pagar por ello. El estudio de las técnicas de propaganda y sus

efectos fue financiado tanto por las grandes agencias publicitarias, como por el

ejército y la burocracia estatal.

Carl Hovland, Paul Lazarsfeld y Kurt Lewin, junto a Harold Laswell

considerados como los padres fundadores de la disciplina, fueron los primeros

20 Depto. Comunicaciones en Extensión Rural (1985) Reflexiones tras 25 años en extensión. Revista Dialoguemos Año 4, N° 6, Buenos Aires, INTA. p. 23

17

Page 18: bontempo

en investigar el nuevo campo; pero indudablemente este último, representante

de la conocida Escuela de Chicago, fue quién realizó la principal contribución

teórica en el estudio de la comunicación al delimitar el campo conceptual y

trazar los principales ejes de la acción comunicativa con su famoso paradigma

de las 5 “w” (quién/dice qué/por qué canal/a quién/con qué efecto). Si bien este

esquema esbozado inicialmente en 1927 y propuesto en 1948 representa una

evolución de la teoría hipodérmica21 o bullet theory, permitió el despegue de los

estudios sistemáticos de la comunicación, a partir de los modelos sociológicos

funcionalistas que dominaban la escena en aquel momento, y abrió una

importante línea de investigación centrada en los efectos y en los mecanismos

de persuasión.

Siguiendo el análisis propuesto por el sociólogo Enric Saperas, “la

comunicación de masas actúo en los Estados Unidos como un vehículo de

expansión económica e integración social en lo interno y como medio de

expansión imperialista en lo externo. Desde un primer momento se plegó a los

intereses del Estado y del capitalismo monopolista, de donde provino la

demanda de un saber social práctico destinado a resolver problemas

inmediatos en el contexto de un sistema comunicativo naciente”.22

Pero en octubre de 1929, una crisis sin precedentes se abatió sobre las

actividades bancarias, industriales y agrícolas, alcanzando niveles de

catástrofe.23 El quiebre de la Bolsa de Nueva York, hizo crecer la desocupación

hasta niveles desconocidos y disminuir considerablemente las transacciones

del comercio exterior; de esta manera, la crisis se extendió también a otros

países y sus efectos comenzaron a sentirse en Europa y América latina.

Ya en 1933, Franklin D. Roosevelt aplicó el programa de gobierno conocido

como New Deal24 para poner nuevamente en marcha la economía y hacer

21 Teoría proveniente de la psicología conductista. Caracterizaba a las masas como un agregado homogéneo de individuos, daba por supuestos los efectos a partir de su creencia en la omnipotencia de los medios y sostenía la simplicidad del esquema estímulo-respuesta.22 Sapera, Enric (1985) La sociología de la comunicación de masas en los Estados Unidos. Una introducción crítica. Barcelona, Ariel.

23 La producción industrial se redujo en un 50%, la desocupación aumentó de 1,5 millones a 13 millones y los beneficios de los agricultores disminuyeron en un 70%.24 Programa de reformas económicas conocido como “cambio de rumbo o nuevo trato”. Este se propuso establecer un sistema de seguridad social federal para los 13 millones de pobres y desempleados que existían en ese momento, así como revitalizar la agricultura y la industria, que se hallaban en medio de una profunda recesión. En la práctica el cambio de rumbo significó la expansión del sector público, el reforzamiento del poder ejecutivo y la creación del Welfare State (Estado de Bienestar).

18

Page 19: bontempo

frente a la severa depresión de la época. En el marco de este programa, como

señala el reconocido especialista belga Armand Mattelart, “por primera vez en

las sociedades industriales, el Estado, en la búsqueda de una estrategia de

salida de la crisis, llama en su auxilio a las técnicas de comunicación. La

gestión de la opinión pública se convierte en un objeto habitual de estudios con

miras operativas”.25

Hacia fines de la década del ’30 y principios de la del ’40 la investigación será

orientada casi exclusivamente hacia el campo de los efectos. La preocupación

estará centrada en comprender los mecanismos persuasivos de los medios

masivos y la posibilidad de que la gente actúe en un determinado sentido, más

que en conocer su opinión.

Dos corrientes desarrolladas en paralelo, dieron cuenta de la mencionada

orientación y aportaron nuevas perspectivas analíticas:

- Una de ellas fue la corriente experimental, cuyos estudios más

significativos fueron los desarrollados por el psicólogo Carl Hovland. Al servicio

del ejército norteamericano, este investigador proveniente de la Universidad de

Yale se abocó al estudio de los efectos de la propaganda y la segunda guerra

fue para él, al igual que para muchos de sus colegas, un gigantesco

laboratorio.

Los primeros resultados marcaron una clara diferencia respecto de los

paradigmas precedentes. La persuasión de los destinatarios sería un objetivo

posible siempre y cuando la forma y organización del mensaje estuviera

estructurado en relación con las características personales del individuo.

El campo de estudios psicológicos que remiten a esta corriente, aparece

surcado por un gran número de microinvestigaciones experimentales que

utilizando técnicas similares y aislando a los individuos de su contexto social,

no siempre arriban a las mismas conclusiones. No obstante su principal aporte

provino de especificar la complejidad de los factores que intervienen en la

comunicación masiva, al explicitar las barreras psicológicas individuales que los

destinatarios activan frente a cada mensaje (proceso de selectividad).

25 Mattelart, Armand (1993) La comunicación-mundo. Historia de las ideas y de las estrategias, Madrid, Fundesco. p. 117

19

Page 20: bontempo

El progresivo desplazamiento del término propaganda por el de guerra

psicológica en la literatura de la época, es una consecuencia directa de los

aportes de los estudios experimentales.

- La segunda corriente destacada es la denominada de efectos limitados,

en la cual y a diferencia de la anterior se privilegian los estudios empíricos

realizados sobre terreno.

Al reparo de las críticas que sostenían que las experiencias de cuasi-

laboratorio podían dar lugar a conductas artificiales por parte de los sujetos

participantes, se inician los primeros estudios electorales encabezados por

Paul Lazarsfeld. Junto a Bernard Berelson y Hazel Gaudet este sociólogo inicia

su célebre estudio en el Condado de Erie, Ohio, destinado a medir la influencia

de la radio y el periódico durante las campañas presidenciales de 1940.

Los resultados arrojados por la investigación fueron sorprendentes, sobre todo

a la luz de la pretendida centralidad de los medios. La misma permitió

establecer la importancia de la influencia personal, esto es el destacado papel

que juega el grupo de pertenencia, el entorno más cercano del individuo, en el

proceso de cristalización de la opinión. Un estudio posterior de Lazarsfeld con

Elihu Katz y otros realizados por Robert Merton arribarán a las mismas

conclusiones.

De la llamada influencia personal surgirán dos nuevos conceptos, a los que les

espera un largo recorrido: líder de opinión y comunicación a dos niveles.

El primero surge del reconocimiento de la influencia que ejercen determinados

individuos dentro de cada grupo. A decir de Mauro Wolf, reconocido

investigador de la Universidad de Bologna, “los líderes de opinión constituyen

el sector de población más activo en la participación política y más decidido en

el proceso de formación de las actitudes”.26

Indagaciones posteriores sobre el papel de los líderes de opinión determinaron

que no necesariamente éstos coinciden con los líderes formales, es decir que

la influencia no se ejerce “desde arriba” en el sentido de la estratificación

socioeconómica, sino en forma horizontal, lo que significa que cada sector

social cuenta con su propio líder.

26 Wolf, Mauro (1991) La investigación de la comunicación de masas.Crítica y perspectivas. México, Paidós, p. 56

20

Page 21: bontempo

La existencia comprobada de los líderes y la mediación que éstos desarrollan

entre los medios masivos y el resto de los individuos del entorno, dio lugar a la

aparición del llamado flujo de comunicación a dos niveles o two-step-flow. A

través de este segundo concepto se explica que el mensaje persuasivo no se

dirige directamente desde el periódico o la radio a cada miembro del público,

sino que su recorrido va del medio al líder, y de éste a sus seguidores.

Vale la pena remarcar que dentro de esta corriente, y a diferencia de la

anterior, los procesos de comunicación masivos se relacionan con las

características del contexto en el que se producen.

También a fines de la década del ’30 hace su aparición la obra de Talcott

Parsons denominada “La estructura de la acción social”, enmarcada en la

teoría sociológica estructural-funcionalista, el sistema social en su conjunto es

concebido como un organismo vivo, en donde cada una de sus partes cumplen

funciones de integración y mantenimiento del sistema tendientes a asegurar su

supervivencia. En este marco, las contradicciones del sistema serán

entendidas como disfunciones antes de pensar en la posibilidad de la pérdida

del equilibrio o del quiebre del mismo.

Siguiendo esta línea de análisis, investigadores como Charles Wright

comenzarán a analizar a los medios de comunicación de masas y sus

informaciones como instrumentos de control social.

Teoría de la Información

Hacia finales de la década del ’40 la aparición de dos publicaciones

originales firmadas por Norbert Wiener y Claude E. Shannon & Warren Weaver,

respectivamente, contribuyeron a consolidar el rol central que los procesos

comunicativos tenían reservados en la sociedad moderna y su indiscutible

papel persuasivo.

La primera de ellas apareció en 1948 con el nombre de “Cibernética y

sociedad”. Wiener, profesor de matemáticas del Massachussets Institute of

Technology (MIT) predice en este trabajo la importancia que jugará la

información en la sociedad del futuro, toma de la termodinámica el concepto de

entropía (tendencia de la naturaleza hacia el desorden) para llevarlo al campo

21

Page 22: bontempo

de la información e introduce el concepto de retroalimentación (o feed-back)

como una instancia innovadora para el control del proceso.

Como el mismo autor lo plantea “vivir de manera efectiva significa poseer la

información adecuada. Así, pues, la comunicación y la regulación constituyen la

esencia de la vida interior del hombre, tanto como de su vida social”.27

Respecto a la retroalimentación Wiener afirma que “es la propiedad de ajustar

la conducta futura a hechos pasados. Puede ser tan simple como la de un

reflejo común o de orden superior de tal modo que la experiencia anterior se

utiliza, no sólo para regular movimientos específicos, sin para determinar un

completo plan de conducta”.28

Numerosos autores destacan a Wiener como el padre de la cibernética y

resaltan su visión acerca de la sociedad de la información cuando la incipiente

industria de la informática ni siquiera había comenzado su “despegue”.29

El segundo trabajo referido, publicado en la Universidad de Illinois en 1949,

llevó el nombre de “Teoría matemática de la comunicación” y tuvo por objeto

mejorar la velocidad y el proceso de transmisión de información, eliminando los

ruidos y distorsiones que pudieran afectar la óptima transmisión de los

mensajes.

Escrito y publicado inicialmente por Shannon en el Bell System Technical

Journal (27), es revisado con la colaboración de Weaver quien contribuye en

darle la proyección que originalmente no tenía, pues el primer escrito se

restringía exclusivamente a la transmisión entre máquinas.

A este estudio se debe el conocido esquema lineal de la comunicación, en el

que se define la secuencia de fuente, transmisor, canal, ruido, receptor y

destino.

En referencia a la teoría de la información se refiere el prestigioso investigador

Jesús Martín Barbero cuando escribe “definida como transmisión de

información, la comunicación encontró en esa teoría un marco de conceptos

precisos, de deslindes metodológicos, todo ello avalado por la seriedad de las

27 Wiener, Norbert (1969) Cibernética y Sociedad. Buenos Aires, Ed. Sudamericana. pp. 17-18.28 Ibid. p. 3129 El despegue de la industria de la informática -según A. Mattelart- podría ubicarse en 1959, año en que el Pentágono adjudicó a los fabricantes locales de ordenadores contratos de investigación y desarrollo por casi mil millones de dólares, en el contexto de la carrera espacial entre los EEUU y la URSS.

22

Page 23: bontempo

matemáticas y el prestigio de la cibernética capaces de ofrecer un modelo

incluso a la estética”.30

Comunicación para el Desarrollo

Con la adopción de nuevas tecnologías a fines de los años ’50 y

principios de los ’60 -principalmente de la televisión y los satélites- y de la mano

de la teoría de la información, la comunicación fue aceptada finalmente como

disciplina.

Mientras tanto, la Escuela funcionalista va a ir actualizando sus planteos a la

par de los avances tecnológicos; surge así una corriente renovada de teóricos

que desde el paradigma de la modernización, se enmarcan en la corriente

conocida como difusionista y entre los que se destacan Wilbur Schramm,

Daniel Lerner, Lucian W. Pye y Everett M. Rogers, entre otros.

Desde la comunicación y desde la economía, entre otras disciplinas, se

comenzaron a discutir distintas teorías con el objeto de acelerar el desarrollo en

distintas regiones del planeta. Como señaláramos anteriormente para América

Latina, la “amenaza comunista” agazapada detrás de la pobreza creciente en

los distintos países, sobre todo a partir de la revolución cubana, fue la razón del

súbito interés de las principales agencias internacionales de desarrollo por

promocionar el estudio de la comunicación de masas y difundir los principales

resultados de los avances científicos y tecnológicos alcanzados durante la

Segunda Guerra. La sostenida presión de los países latinoamericanos ejercida

ante la Organización de las Naciones Unidas, para que desde allí se atienda la

problemática del desarrollo económico en las zonas más atrasadas del

continente -la misma presión que en 1948 logró el establecimiento de la

Comisión Económica para América Latina (CEPAL)- también jugó un papel

importante.

Así, el planteo básico del difusionismo fue que los medios de comunicación

masivos, por sí mismos, eran capaces de provocar la modernización; las

propias Naciones Unidas reconocen en 1958, el papel decisivo que éstos

juegan en la aceleración de los procesos de desarrollo.

30 Barbero, Jesús Martín (1991) De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía. 2da. edición, Barcelona, Ed. Gustavo Gilli. p. 222

23

Page 24: bontempo

Con el título de “La superación de la sociedad tradicional”, ese mismo año

aparece el primer trabajo sobre la posible contribución de los medios de

comunicación masivos al desarrollo en los países del Tercer Mundo, escrito por

Daniel Lerner; según el autor, el atraso es una consecuencia del mantenimiento

de conductas y estructuras culturales características de las sociedades

tradicionales, las que podían ser superadas con la intervención de pautas

económicas, sociales y culturales.

Con la llegada de la Alianza para el Progreso, el reto pasaba en América Latina

por confirmar la hipótesis de Lerner respecto de que a mayor educación,

industrialización y exposición a los medios masivos, mayores serían los niveles

de bienestar económico y democracia; ya que la modernización en las

estructuras sociales de los llamados países subdesarrollados o en vías de

desarrollo, era un proceso secuencial por etapas que iban desde la

industrialización a la participación colectiva, pasando por la urbanización, la

alfabetización y el contacto con los medios. Así, las medidas del progreso se

apoyaban todas sobre criterios cuantificables.

Estos cambios a nivel social significarían la transición de una sociedad rural

tradicional o atrasada a una moderna, y a nivel individual la adopción de los

valores modernos a partir de cambios de conductas y actitudes.

La promoción del cambio social en latinoamérica comenzó entonces, con la

importación de modelos teóricos que rápidamente fueron llevados a la práctica

sin demasiada resistencia. El Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas

(IICA) afiliado a la OEA y apoyado por el gobierno de los EEUU se convirtió en

el centro de excelencia multiplicador y fuente de materiales adaptados para la

capacitación mientras que los organismos internacionales de financiamiento

contribuyeron a instaurar en la región centenares de proyectos para el

desarrollo y a sostenerlos con millones de dólares.

Wilbur Schramm, reconocido investigador de la Universidad de Stanford, será

proclamado como “experto en comunicación” por la UNESCO y bajo su

auspicio impulsará la idea de que cualquiera que sean los factores que se

consideren como precondiciones del desarrollo, la comunicación masiva podrá

contribuir a alcanzarlos a todos.31 Su propuesta se resumía en que “la

31 Según varios autores el libro publicado por Schramm con el apoyo de la UNESCO “Medios de comunicación masivos y desarrollo nacional” (1964) se convertiría en aquellos tiempos en la “biblia” de la comunicación para el desarrollo.

24

Page 25: bontempo

comunicación moderna debía ponerse al servicio del desarrollo de los países

atrasados y que el creciente flujo de información sería un elemento importante

para configurar un sentimiento nacionalista a su favor”.32

Lucian W. Pye -otro estudioso surgido del MIT al igual que Norbert Wiener y

Claude Shannon- ampliará en su propuesta el moderno sistema de

comunicación, dividiéndolo en dos estadíos: el de los medios masivos

propiamente dichos y el de los líderes de opinión informal, los cuales también

comunican de una manera directa.

Finalmente un párrafo aparte merece Everett M. Rogers. Proveniente de la

Universidad de Stanford al igual que Schramm, fue uno de los investigadores

pioneros entre aquellos que efectuaron trabajos de campo para indagar sobre

terreno la secuencia que seguía el proceso de modernización.

Su libro “La difusión de innovaciones” publicado en 1962, se convirtió en un

clásico para la época. Basado en la investigación sociológica de las sociedades

rurales, Rogers pregonó la difusión de innovaciones, contribuyó a enfatizar los

medios masivos y asumió que la comunicación era una herramienta

indispensable para el cambio social, entendido éste como la modificación de

estructuras y funcionamiento de un determinado sistema. El aumento de la

renta per cápita y por ende el de la calidad de vida serían las consecuencias

directas de la aplicación de las nuevas ideas para el desarrollo; desde un

enfoque gradualista –a tono con el resto de los planteos difusionistas- propuso

medir el cambio a través de tres etapas:

- Invención: el proceso en el que las nuevas ideas aparecen o se desarrollan.

- Difusión: el proceso de comunicación de las nuevas ideas a los miembros de

una comunidad.

- Consecuencias: la aceptación o el rechazo de las nuevas ideas.

Del mismo se desprendía una tipología de los agricultores que, de acuerdo a su

comportamiento y reacción ante la adopción de las innovaciones, iba desde los

innovadores hasta los rezagados, pasando por los adoptantes precoces, la

mayoría precoz y la mayoría con retraso.

32 Armas Castañeda, Segundo (1995) Imaginándonos el futuro. La comunicación como estrategia para el desarrollo, Lima, ILLA Centro de Comunicación y Educación. p. 11

25

Page 26: bontempo

A decir de Mattelart, la sociología se convirtió en una tecnología social “su

objeto de estudio, a fin de cuentas, es el de circunscribir los factores de

desequilibrio a fin de controlarlos mejor. Así se explica por que esta sociología

funcionalista estará tantas veces en el primer plano de las acciones

terapéuticas”.33

Los planteos enunciados desde el difusionismo para el cambio social, se

nutrirán de las distintas corrientes precedentes de la mass comunication

research para el armado de su cuerpo teórico:

- El papel de la comunicación para el desarrollo aparece representado según

los parámetros de Laswell, en donde la persuasión resulta una estrategia de

intervención fundamental.

- El pregonado cambio de actitud y de valores sociales y culturales que

implica el pasaje de la sociedad tradicional a la moderna, implica el

reconocimiento implícito de las “barreras psicológicas” que intervienen en el

proceso de comunicación masiva, en sintonía con el planteo de la corriente

experimental.

- El reconocimiento de los líderes de opinión informal (y por decantación del

flujo de comunicación a dos niveles) proviene de los resultados alcanzados

en los estudios sobre terreno, por los investigadores de la corriente de

efectos limitados.

- La linealidad del proceso comunicacional, con emisores y destinatarios

perfectamente diferenciados, y para el que los medios masivos tienen

reservado un papel fundamental, encuentra su marco descriptivo en el

denominado modelo matemático propuesto por Shannon y Weaver.

- La incorporación del concepto de feed-back desarrollado por Wiener será

utilizado teniendo en cuenta su capacidad de evaluar el impacto del

mensaje.

La Comunicación en el INTA

33 Mattelart, Armand (1993) op. cit. p. 119

26

Page 27: bontempo

Organizado el Servicio Nacional de Extensión del INTA en su primera

etapa y al influjo de los marcos teóricos y metodológicos provenientes de la

sociología rural norteamericana, la comunicación masiva y el trabajo con los

líderes se convirtieron en los dos pilares sobre los que se apoyó la estrategia

del sistema de extensión agropecuario.

La Comunicación Masiva. Si como señaláramos anteriormente, la

desproporción entre empresas rurales y agencias de extensión no hacía

posible la intervención directa del extensionista más que para un reducido

número de casos, fueron las llamadas “técnicas masales” las que acudieron en

su auxilio. La ponderación de los métodos masivos de extensión, en fina

sintonía con los preceptos difusionistas del momento, se hizo diferenciando dos

funciones y finalidades básicas:

- Como medios auxiliares para aumentar la eficiencia de la enseñanza a

través de contactos personales y con grupos.

- Como medios propios para la difusión de información más allá del alcance

personal del extensionista.

La información tenía reservado un lugar importante dentro del Servicio ya que

en el seno del mismo se desarrolló, en aquellos primeros años de la década del

’60, un sistema de información de extensión agropecuaria (IDEA) y será allí

donde aparecerán las primeras referencias del comunicador institucional.

El perfil del comunicador en aquellos tiempos se correspondía con el de un

periodista empírico, al igual que lo que sucedía el de los medios de

comunicación. El lento proceso de transformación comienza a finales de la

década del '50 con la creación del Centro Internacional de Estudios Superiores

de Periodismo para América Latina (CIESPAL) en Quito, Ecuador, que

apoyado por la UNESCO tuvo por objetivo "profesionalizar" al sector y formar

periodistas que luego pudieran vincularse a las tareas de la comunicación y el

desarrollo. Durante la década del '60 comienzan a crearse en Argentina las

primeras escuelas, primero de periodismo y luego de comunicación.

Si bien el INTA contaba con un Departamento de Relaciones Públicas, Prensa

y Difusión cuya labor prioritaria era la edición e impresión de documentos,

publicaciones y papelería institucional, la que se realizaba en una imprenta

27

Page 28: bontempo

propia, el Servicio de Comunicaciones en Extensión fue quién especificó con

mayor claridad la tarea del comunicador.

Puntualmente el Servicio de Extensión poseía un reglamento de estructura y

funcionamiento en el que nada quedaba al azar; éste especificaba que “la

elaboración del material informativo exige el trabajo de un grupo de personas

especializadas integrando una estructura propia”. Según la búsqueda

documental y distintos aportes testimoniales, estos equipos a nivel de las

Estaciones Experimentales o de la Dirección General34 podían estar

conformados por:

- Especialistas en Información (IDEA); función reservada para personal

técnico o profesional con formación agropecuaria. Responsables de

seleccionar la información, considerada uno de los recursos más poderosos

de persuasión o “penetración” en las áreas rurales.

- Redactores; habitualmente los encargados de preparar las circulares,

volantes, hojas y comunicados para la radio y la prensa escrita.

- Dibujantes; eran los responsables de bocetar, diagramar e ilustrar los

materiales para la prensa, las cartillas del Servicio de Extensión y las

publicaciones institucionales.

- Especialistas en Ayudas Audiovisuales; eran fotógrafos y realizadores de

cortos y documentales en Súper 8.

Las funciones desarrolladas por los equipos de IDEA, sin pretender un

inventario exhaustivo, eran las de:

- Producir el material de difusión requerido por las Agencias de Extensión y

supervisar su utilización.

- Preparar las campañas masivas de información para aquellas áreas rurales

no cubiertas por los extensionistas.

34 Es lo que hoy conocemos como Dirección Nacional, funcionó con este nombre hasta 1969, año en que se conoce el decreto 7039 que introduce importantes cambios en el organismo, entre ellos el cambio de denominación.

28

Page 29: bontempo

- Coordinar las comunicaciones de la investigación a la extensión, para

facilitar el suministro de información de los resultados de las investigaciones

producidas en las Estaciones Experimentales.

- Producir el material de ayudas audiovisuales de uso común para las

Agencias de Extensión.

- Coordinar las tareas de capacitación y asistencia, en teoría era una tarea

que debían realizar en forma conjunta y escalonada los distintos niveles de

la estructura del organismo (nacional, regional y local); la articulación del

trabajo en comunicación fue una pretensión desde la concepción misma de

sus equipos.

Como afirma Massoni “las tecnologías comunicacionales utilizadas en esta

etapa de la extensión agropecuaria dan cuenta de la intencionalidad de

transmisión de la información técnico-científica como factor de cambio (...)

columnas radiales y en la prensa escrita del tipo ‘Consultorio técnico’ se

utilizaban como dispositivos amplificadores de la emisión de la información

centralizada por el ingeniero”.35

La evaluación de impacto del trabajo realizado por el Servicio de

Comunicaciones en Extensión tampoco pudo escapar de la ingenua

concepción de los procesos sociales y comunicacionales del paradigma de la

modernización, la misma se realizaba contabilizando el material redactado (933

cartas circulares, 2648 volantes y 499 hojas), el distribuido (60824 cartas

circulares, 47243 volantes y 40263 hojas), los comunicados de prensa (1380),

de radio (942) y poniéndolo todo en relación a la cantidad de Agencias de

Extensión (90), al tiempo empleado en su preparación y al número de personas

al que llega; como si ello garantizara por sí mismo el progreso buscado.36

El supuesto difusionista de que la comunicación por sí misma podía generar

desarrollo y de que la simple transferencia de ideas de una fuente podía

modificar la conducta de los receptores, independientemente de las

condiciones sociales, económicas y políticas se encontraba en su esplendor.

35 Massoni, Sandra H. (2002) op. cit. pp. 150-151

36 Según datos del Servicio Nacional de Extensión del INTA, año 1961.

29

Page 30: bontempo

Los Líderes de Opinión. El impulso a la creación de técnicas de manejo y

desarrollo de liderazgos locales para lograr mayor eficacia en el trabajo con

grupos, fue otra de las prerrogativas del sistema de extensión; detectar un líder

local equivalía a encontrar un potencial aliado para trabajar el cambio de actitud

en la comunidad, lo que permitiría más fácilmente la incorporación de nuevas

tecnologías.

Como afirma Ariadna Cantú, de la Universidad Nacional de Río Cuarto, “El

INTA en su tarea extensionista, tomó en cuenta los supuestos de la influencia

de las relaciones personales. De esta manera, trabajó junto a los líderes de

opinión de la zona rural que abarcaba cada una de sus agencias para influir

dentro de un grupo y lograr la adopción de las innovaciones tecnológicas; es

decir, intentar un cambio de actitud o de opinión en el grupo de productores”.37

Como se puede observar, la importancia del liderazgo en el terreno de las

estrategias de comunicación, estaba directamente relacionada con los

conceptos de influencia personal y flujo de comunicación a dos niveles

desarrollados por Lazarsfeld y con la selectividad de los procesos de selección

y percepción de la información, descripta por Hovland.

La lógica era que el líder de opinión, por el sólo hecho de serlo generaba

interés entre sus seguidores y en cierto modo aseguraba una determinada

predisposición favorable a la interpretación del mensaje, atenuando o hasta

evitando los procesos de selectividad (usualmente activados en la exposición a

los medios masivos, también llamados impersonales).

La certeza de la existencia de un eficaz proceso de retroalimentación entre los

sistemas de comunicación masivos y los sistemas informales y directos -

heredada de los trabajos de Lucian Pye38- guió las estrategias de acción en el

campo.

La importancia que se le daba al líder puede sintetizarse a través de una

recomendación extractada de un documento interno del Servicio de Extensión,

en aquel momento “Dar al liderazgo rural máxima atención, reconociéndolo

como el factor contribuyente principal y eje del sistema de extensión, para

alcanzar a la generalidad de la población rural y en forma permanente el 37 Cantú, Ariadna (1997) Los Referentes. Una versión de los ’90 sobre los líderes de opinión. En: Cimadevilla, G.; Carniglia, E.; Cantú, A. La bocina que parla, Río Cuarto, INTA- UNRC. p. 124

38 Entre los que se destaca su libro titulado “Evolución política y comunicación de masas” publicado en Buenos Aires, por Ed. Troquel (1969).

30

Page 31: bontempo

objetivo de una mayor productividad y el mejor cimiento de su nivel de vida” y

más adelante “pasar gradualmente la responsabilidad de los programas de

cambio, a los líderes identificados de las comunidades”.

De esta manera, gran parte del trabajo estuvo orientado al trabajo con líderes

en forma directa, a través de un contacto frecuente con el extensionista, o

indirectamente como receptor privilegiado de cada nueva campaña de difusión

del Servicio de Comunicaciones en Extensión.

El Fracaso del Modelo

A mediados de la década del ’60 comenzaron a sentirse las debilidades

del desarrollismo. Al contrario de lo que postulaban los representantes de la

nueva sociología funcionalista, el paradigma de la modernización ocasionó una

mayor desigualdad, una exacerbación del subdesarrollo y una creciente

dependencia externa; más que el cambio tan mentado, el modelo reforzó las

condiciones de injusticia preexistentes.

La esperada mejoría de la calidad de vida en el medio rural, imaginada a

principios de esa década, fracasó. Como sostiene el Ing. Agr. (Ph.D en

comunicación) Raúl Rosinha del EMBRAPA, “a pesar de los considerables

aumentos registrados, en términos de producto interno bruto, los mismos

fueron absorbidos por el incremento de la población. Además, en muchos

países, la situación empeoró más aún, debido a la mayor concentración de la

renta en los sectores de mayores recursos y al aumento de la migración rural

hacia la ciudad”.39

Fueron varias las críticas esgrimidas al modelo y las que en definitiva sirvieron

para explicar su fracaso, como ser:

- La creencia de que los patrones normales de evolución de los países

desarrollados eran extrapolables al resto de las naciones, ignorando

abiertamente la complejidad de los contextos sociales, políticos y

económicos de cada una en particular.

- La suposición de que la difusión generalizada de innovaciones podía actuar,

sin más, como motor del desarrollo.

39 Rosinha, Raúl C. (1988) Desarrollo y Comunicación Rural. Revista Dialoguemos Año 6, N° 11, Buenos Aires, INTA, p. 8

31

Page 32: bontempo

- La creencia de que una mayor productividad y un mayor consumo de bienes

y servicios derivaría en una justa distribución del ingreso.

- La pretendida idea de que la resistencia al cambio solo podía explicarse en

las actitudes y valores denominados “tradicionales”.

- La concepción de que el individuo, más que el sistema que lo contiene, es

el responsable de los problemas que dificultan al desarrollo.

Juan Díaz Bordenave, uno de los educadores que más ha contribuido al

análisis de los procesos sociales vinculados a la comunicación rural, al

respecto afirmaba que “el modelo difusionista, que en los Estados Unidos había

alcanzado un éxito notable como elemento fundamental de la revolución

agrícola, no tuvo la misma suerte en América Latina. La culpa no fue de

investigadores, extensionistas, ni comunicadores, quienes hicieron lo que

pudieron para que las nuevas técnicas llegasen a los agricultores, para bien o

para mal. La falla radicó en el hecho de que el sistema de producción no

funciona solamente con tecnología, también necesita de tierra, capital, mano de

obra capacitada y una buena administración y estos factores no estaban, en

América Latina, tan fácilmente al alcance de los productores. El agricultor no

siempre encuentra a precios razonables fertilizantes, pesticidas, buenas

semillas y herramientas. Por otra parte, el productor tampoco tenía un mercado

asegurado para la producción excedente generada por las innovaciones

agropecuarias”.40

La misma lógica que guía la reflexión de Díaz Bordenave podría ser útil para

explicar también por qué la Revolución Verde –otro ícono de la promesa

desarrollista- no se concretó en los sesenta. Las variedades de alto

rendimiento, por sus propias características, eran muy exigentes en cuanto a

fertilizantes, plaguicidas y mano de obra, lo que exigía una cierta disponibilidad

de capital para asegurar las condiciones de su buen desarrollo. Y justamente

no era de capital de lo que disponía la mayoría de los productores

latinoamericanos.

40 Díaz Bordenave, Juan E. (1982) O que é comunicacao rural, Sao Paulo, Editora Brasiliense. pp. 34-35 [la traducción del original en portugués es nuestra]

32

Page 33: bontempo

La idea de un mundo moderno, concebido como un gran mecanismo

compuesto de piezas elementales independientes, de relaciones lineales y

contextos estables comenzaba a perder fuerza.

Como sostiene la epistemóloga Denise Najmanovich, las críticas a la imagen

del universo como un conjunto de esencias inmutables que debían ser

descubiertas gracias a la razón y la observación no se hicieron esperar y

surgieron hacia fines de la década de los ’60; el paradigma de la simplicidad –

aquel que atiende exclusivamente al producto y no al proceso de la

experiencia, que se expresa en un solo registro y que elimina la diversidad

cualitativa- en apariencias, llegaba a su fin.41

Desde el Tercer Mundo en general, pero desde América Latina en particular se

alzaron las principales voces en contra de la concepción evolucionista del

desarrollo sostenida por la sociología norteamericana, dando lugar a la

constitución de un nuevo paradigma.

VI.- EL PARADIGMA DEL ANÁLISIS SOCIAL CRÍTICO

Los Caminos de la In(dependencia)

Desde mediados de los años ’60, pero definitivamente a partir de los ’70

una nueva perspectiva de análisis irrumpe con fuerza en el campo de las

ciencias sociales, era el paradigma del análisis social crítico, de profundas

raíces neomarxistas.

Si bien este paradigma contestatario surge bajo la influencia de la llamada

teoría de la dependencia (que inspirada en el fracaso del modelo anterior,

cuestiona sus fundamentos y denuncia la creciente dependencia de los países

periféricos frente a los intereses económicos de los países desarrollados42) su 41 Najmanovich, Denise (1995) El lenguaje de los vínculos, de la independencia absoluta a la autonomía relativa. En: Redes, el lenguaje de los vínculos, Elina Dabas y Denise Najmanovich (compiladoras), Buenos Aires, Paidós. pp. 36-5442 El intercambio comercial con los países centrales era cada vez más desigual y las expectativas de desarrollo, cada vez más lejanas. América Latina vendía sus materias primas a precios muy bajos y

33

Page 34: bontempo

cuerpo y esencia serán forjados al calor de un tríptico revolucionario de huellas

profundas.

A la luz de una creciente movilidad social y de una lucha clasista que desde

posiciones antagónicas postulaba distintos modelos de sociedad, los aires de

revolución llegaron en primer lugar desde Cuba y se extendieron con fuerza por

el sur del continente; sobre todo, a partir de la incipiente formación del

"guevarismo" tras la muerte del Che en la selva boliviana, ocurrida en 1967.

Más tarde, y desde el otro lado del océano, arribaron las fascinantes consignas

de la vanguardia cultural que habían inspirado la revuelta estudiantil del mayo

francés, en 1968, con Daniel Cohn Bendit a la cabeza.

El tríptico se completaría un año después, en mayo de 1969, con los resultados

de la huelga política obrera que apoyada por los estudiantes universitarios dio

lugar a la insurrección antidictatorial conocida como el Cordobazo, hecho que

marcó el principio del fin para el régimen de Juan Carlos Onganía.

Tres Senderos

Conceptualmente, el paradigma del análisis social crítico va a nutrirse de

las ideas de Theodor Adorno, Max Horkheimer y Herbert Marcuse, principales

referentes de la célebre Escuela de Frankfurt. Este grupo de estudiosos

alemanes, discípulos de Walter Benjamin, constituyó la vanguardia de la

investigación social planteada desde una perspectiva crítica respecto a la

ciencia y a la cultura; desde su producción intelectual analizaron la industria

cultural como sistema, la función ideológica de las ciencias a partir del

surgimiento de las disciplinas sectoriales que impiden analizar a la sociedad

como un todo y la estereotipación como estrategia de dominio, entre otras

tantas reflexiones.

Por otra parte, los primeros trabajos de Paulo Freire cargados de nuevas y

audaces miradas sobre la educación y basados en la denuncia de opresión del

obtenía bienes industrializados cada vez más caros, por lo que tuvo que recurrir a un mayor endeudamiento externo –con altas tasas de interés- para paliar los déficits resultantes.

34

Page 35: bontempo

individuo, dejarán también su impronta en el quehacer académico de las

ciencias sociales en América Latina.

La investigación de la comunicación para la época, podría distinguirse tomando

la clasificación realizada por Silvana Comba y Edgardo Toledo, de la

Universidad Nacional de Rosario- en tres grandes líneas:

I. Estudios sobre la estructura de poder de los medios. Esta línea de

investigación estuvo orientada al análisis del papel de las corporaciones

transnacionales en el control de los medios de comunicación y sus efectos, así

como al estudio de las inversiones extranjeras en la industria y los servicios

informativos.

Uno de los investigadores que más indagó en este campo fue el sociólogo

Heriberto Muraro, quien en un trabajo de la época escribía “de una manera

espontánea, se ha tendido a explicar el desarrollo de la industria cultural en las

últimas décadas en términos de ‘invasión’ o de ‘penetración’. Este enfoque ha

recibido un tratamiento especial en la obra de Paulo Freire para quien ‘la

invasión cultural es aquella que está al servicio de los fines de conquista y

continúa la opresión; implica una visión estrecha de la realidad, una percepción

estática de las cosas y la imposición al otro de una concepción del mundo.

Implica la superioridad del invasor y la inferioridad del invadido, al mismo

tiempo que la imposición de valores que aquél posee a éste...’ (en Pedagogía

del oprimido)

La categoría de ‘invasión’ cultural fue rápidamente aceptada, en primer lugar,

debido a que la mayoría de los investigadores se asignaron a sí mismos, desde

el comienzo, la tarea de denunciar el carácter represivo de la cultura de los

medios en manos del poder transnacional”.43

II. Estudios semióticos. La superación del criterio de “objetividad” aplicable

universalmente por cualquier investigador para el análisis sistemático y

cuantitativo del contenido de los mensajes –de acuerdo al planteo inicial

realizado por los representantes de la sociología norteamericana, en especial

por Berelson- llegará de la mano de la semiótica. Será esta disciplina la que

43 Comba, Silvana; Toledo, Edgardo (2002) La investigación en comunicación en Argentina. Revista Tercer Milenio Año 7, N° 7, Santiago de Chile, Universidad Católica del Norte.

35

Page 36: bontempo

proveerá nuevas metodologías para el análisis de los significados latentes de

los mensajes, intencionales o no, y para determinar el valor de un signo por su

ubicación en el contexto en el que adquiere sentido.

Tal como lo refieren Comba y Toledo, “la confluencia de saberes provenientes

de la lingüística, la teoría de la información, la semiótica y el estructuralismo de

Lévi-Strauss permitía por primera vez un tratamiento ‘científico’ de los

fenómenos de significación que formaban la trama del universo mediático”.44

El principal referente en esta área fue, y sigue siéndolo, Eliseo Verón quien en

1968 sostenía que “según Lévi-Strauss, las generalidades del funcionalismo

son trivialidades: dejando de lado la multitud de maneras posibles de

construirla, una canoa sirve para navegar. El funcionalismo, partiendo de una

concepción ‘instrumentalista’ de las reglas sociales, busca tras la diversidad de

las costumbres, la identidad de la función. (...) El del funcionalismo es pues un

camino peligroso, en el que estamos constantemente expuestos a definir los

problemas funcionales en términos de los valores y conceptos de nuestra

propia cultura. Si dos culturas que habitan regiones naturales muy semejantes

son distintas, esto significa que han definido de diferente manera los problemas

que le plantea el mundo exterior y consecuentemente les han dado diferentes

soluciones. La base de comparación no se encuentra en el nivel de los

problemas funcionales ni de sus soluciones, sino en el plano de los

instrumentos mediante los cuales se han elaborado”.45

Otro aporte que merece ser destacado en esta línea, es el del Mattelart quien

desde Chile –a donde llega en 1962- aborda distintas aproximaciones a la

comunicación y a la cultura de masas, con fuerte influencia del estructuralismo

francés.

Junto a su compañera de vida intelectual y sentimental, Michèle, realiza en

1970 su primer trabajo de investigación sobre estructura y análisis de

contenidos del diario El Mercurio, para los Cuadernos de la Realidad Nacional

que publica la Universidad Católica de Chile. Desde allí deja al desnudo la

ideología del medio y, en sintonía con Verón, critíca al funcionalismo cuando

afirma “lo que nos interesa es determinar por qué y cómo esta sociología de la

44 Muraro, Heriberto (1982) Invasión cultural, economía y comunicación, Buenos Aires, Editorial Legasa. pp. 18-19

45 Verón, Eliseo (1968) Conducta, estructura y comunicación, Buenos Aires, Editorial Alvarez. pp. 26-27

36

Page 37: bontempo

comunicación, es una sociología que se contenta con analizar (y muy a

menudo con describir) el status quo”46; y denuncia que “los medios de

comunicación de masas que consideramos en nuestro estudio, pertenecen a la

esfera de una ideología de clase dominante y constituyen los soportes de la

ideología llamada genéricamente burguesa. Por tanto, reflejarán la visión del

mundo que tiene esta clase y que ella desea hacer aceptar como la única

razonable, la única objetiva y, por consiguiente, la única universal”.47 (...) “El

medio de comunicación de masas chileno es indirectamente dependiente del

capital extranjero, en la medida en que los grupos económicos nacionales

están, ellos mismos, en colusión con el capital monopólico internacional en sus

actividades bancarias, industriales, comerciales o agrícolas”.48

En 1972 publica junto con Ariel Dorffman “Para leer al pato Donald” en donde

realiza una fuerte denuncia del discurso de la ideología dominante. Esta obra

de trascendencia internacional llegó a ser censurada en los EEUU.

III. Comunicación popular o alternativa. Al contrario de la posición tomada por

la investigación norteamericana, los estudios inscriptos en esta dirección

plantearon el quiebre de la concepción lineal de la comunicación. Su

comprensión sólo sería posible analizada en el marco de los contextos sociales

y políticos, necesarios para la consecución del desarrollo y la independencia, y

poniendo al sujeto de la comunicación (y de la educación problematizadora) en

el centro del debate.

Si bien como afirmamos anteriormente el desacople con el modelo funcionalista

se concreta en el inicio de los años ’70, mucho tiempo antes el investigador

venezolano Antonio Pasquali -señalado por muchos autores como un pionero

en esta línea de análisis- escribe su primer libro “Comunicación y cultura de

masas” en donde presenta su visión crítica de los medios y de las teorías

foráneas. Publicado en 1963, desde sus páginas el autor sostenía que “cuando

la desproporción entre agentes transmisores y receptores aumenta hasta

atrofiar la bilateralidad de la auténtica intercomunicación; cuando el grupo de

46 Mattelart, Armand; Mattelart, Michèle; Piccini, Mabel (1976) Los Medios de Comunicación de Masas. La Ideología de la Prensa Liberal en Chile, Buenos Aires, Ed. Schapire-El Cid. p. 1847 Ibid. p. 2448 Ibid. p. 35

37

Page 38: bontempo

transmisión se profesionaliza y acapara el papel de informador, y el grupo de

recepción se reduce al papel de informado, en relación irreversible, mengua la

fuerza expansiva y autocreadora del saber, quedando reducida su difusión

popular a una relación unilateral entre una oligarquía informadora convertida en

élite y una muchedumbre indiferenciada de receptores, convertida en masa”.49

Pasquali postulaba una teoría de la comunicación, desde donde rescatar el

sentido dialógico tan inherente a los seres humanos, por sobre la teoría de la

información -aquella proveniente de la cibernética y de las matemáticas- que

tanto sustento le había dado a la sociología funcionalista.

Pero más allá de la valiosa contribución de Pasquali, sin lugar a dudas será la

obra del pedagogo brasileño Paulo Freire la fuente de influencia más

importante para el conjunto de los teóricos latinoamericanos y para la práctica

de la extensión rural. En un lapso de tiempo relativamente corto y desde su

exilio en Chile, Freire publicará tres de sus trabajos más importantes: “La

educación como práctica de la libertad” en 1967, “Pedagogía del oprimido” en

1968 y “¿Comunicación o Extensión ?” en 1969.

En el primero de ellos, Freire condenaba la educación tradicional basada en la

transmisión de conocimientos, a la que denominó “bancaria”; este modelo de

educación -dirá- es útil para la domesticación del hombre y la perpetuación del

status quo. La “Pedagogía del oprimido”, indudablemente su obra fundamental,

es un método de cultura popular cuya finalidad inmediata es la alfabetización y,

en una dimensión más amplia, representa la oportunidad para el oprimido de

asumir conscientemente su condición humana, a través de poder y saber decir

su palabra; es también la búsqueda de la libertad por el camino del diálogo

libre, en la que evidentemente el autor hace pesar sus raíces del nordeste en

donde más de la mitad de sus habitantes sufren el analfabetismo y la

marginación.

“Comunicación ó Extensión “, el último de los tres, es un ensayo que presenta

una síntesis profunda del papel que este autor le asigna a la educación, que no

es otro que el de humanizar al hombre. En virtud de la práctica extensionista,

notoriamente influida por la sociología norteamericana, Freire antepone una

fuerte crítica utilizando el concepto de “invasión cultural”; partiendo desde el

49 Pasquali, Antonio (1972) Comunicación y cultura de masas, Caracas, Monte Avila Editores, p. 41

38

Page 39: bontempo

propio significado de cada término opone los conceptos de "extensión" y de

"comunicación" como profundamente antagónicos, para luego sostener que la

acción educadora del agrónomo debe partir desde la comunicación, si es que

quiere llegar al hombre, al ser concreto insertado en una determinada realidad

histórica.

Inspirados en las críticas de Pasquali y sobre todo en las reflexiones de Freire,

latinoamérica vio surgir a un importante grupo de pensadores que se abocaron

a la revisión del modelo de comunicación dominante; Joao Bosco Pinto, Juan

Díaz Bordenave, Luis Ramiro Beltrán y Fernando Reyes Matta, entre otros,

comenzaron a producir nuevas propuestas basadas en un modelo de

comunicación y educación participativo. Aquella famosa frase de Freire “la

educación es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para

transformarlo” comenzaba a dar sus frutos.

Sacando provecho de su trascendencia internacional, la investigación

latinoamericana incluso sentó las bases para una activa participación en los

foros que dotaron de contenido al concepto de Nuevo Orden Internacional de la

Información (NOII).

El Quiebre

La repercusión de la obra de Freire fue tan fuerte que antes del final de

los años ’70 desestabilizó a los teóricos de la modernización. Rogers, Lerner y

Schramm aceptarán abiertamente las críticas, y no sólo reconocerán la

necesidad de introducir importantes cambios estructurales que aseguren la

equidad entre las naciones, sino que se permitirán una reestructuración teórica.

Según Mattelart “en 1976, el pionero del difusionismo, Everett Rogers, se daba

prisa por enterrar el paradigma dominante y proponía superar la visión

etnocéntrica que lo había guiado. Al referirse a Mao Tse-tung, a la pedagogía

del oprimido de Paulo Freire, a las críticas llegadas del tercer mundo y del

primer mundo, admitía la quiebra de las concepciones cuantitativas del

desarrollo y de su logística comunicacional, que sólo habían conseguido

desequilibrar una estructura social ya muy sesgada. La definición de desarrollo

que el sociólogo de Standford preconizaba, ya nada tenía que ver con la que

daba de ella al principio de los años sesenta. El desarrollo se convertía en ‘un

39

Page 40: bontempo

amplio proceso de participación en el cambio social de toda una sociedad, que

intentaba hacer progresar social y materialmente a la mayoría del pueblo,

haciéndole alcanzar un mayor control sobre su entorno; y todo ello dentro de

una mayor igualdad, una mayor libertad y otro valor cualitativo’. Rogers

encajaba mejor con esta nueva visión del desarrollo descentralizado porque le

parecía que iba, de un modo natural, en el sentido de la prodigiosa expansión

de las tecnologías ligeras que sólo podían favorecer un modelo interactivo de

comunicación, un modelo de redes interpersonales”.50

Profundidad de Campo para un Nuevo Enfoque

Promediando la década del ‘60 comenzaba a ponerse en claro que el

INTA estaba alcanzando el tope de su crecimiento, dada la tasa fija de sus

ingresos (1,5% de las exportaciones de origen agropecuario) lo que resultaba

insuficiente para tomar simultáneamente y con igual intensidad toda la

problemática del país. A su vez la doble vía investigación-extensión, con el

extensionista trayendo los problemas al investigador y llevando las soluciones

al productor, no funcionaba con la suficiente fluidez y precisión como para

constituirse en el principal objetivo de la investigación.

Por estas razones la institución realizó un importante esfuerzo de programación

cuyos resultados fueron 25 programas por productos (como maíz, trigo, carnes)

y 12 de especialidades (genética y producción animal, entre otros).51

Estas no serían las únicas novedades, puesto que con la llegada al poder de

Juan Carlos Onganía, el gobierno militar dictó una serie de políticas destinadas

a alcanzar una cierta racionalización de la estructura del Estado; esto supuso

una muy elevada centralización en las decisiones relacionadas con la definición

de las estructuras institucionales, en el caso del INTA esas políticas tuvieron

como consecuencia la introducción de rigideces en su funcionamiento y la

necesidad de establecer negociaciones constantes con otros ámbitos de

gobierno para lograr la exclusión de los regímenes generales.

Pero seguramente el dato más relevante estuvo en la constitución hacia fines

de la década, de un equipo de investigación interdisciplinario orientado en la

50 Mattelart, Armand (1993) op. cit. pp. 237-238

51 INTA (1996) op. cit.

40

Page 41: bontempo

búsqueda de respuestas a los pobres resultados alcanzados por el paradigma

de la modernización. Promovido por el Ing. Agr. Carlos López Saubidet –uno de

los más fervientes impulsores de la creación del INTA- este equipo se abocó

desde el INTA Balcarce (Buenos Aires) al estudio de los problemas

macroeconómicos del sector agropecuario, comenzando con los relativos a los

de adopción de tecnología.

El primer antecedente en este tipo de investigaciones fue el ensayo

denominado “Estructuras agrarias pampeanas”52 realizado en 1966 y publicado

un año más tarde, en el cual se relevaron más de 32.000 km del corazón de la

pampa húmeda. Uno de los integrantes de ese equipo, la Prof. Sílcora Bearzotti

afirma que “en nuestro caso específico, nos lanzamos por primera vez en el

país con mucho entusiasmo a realizar una investigación interdisciplinaria con

metodología y concepción nueva, reuniendo a la agronomía con la historia

económica y la geografía humana, dando así comienzo a una corriente de

pensamiento que puso en valor los estudios socio-económicos y geográficos,

además de la agronomía, para comprender el por qué los procesos de

tecnificación, motorización y mecanización que se producían en el agro

pampeano, no se traducían en un salto adelante de la producción. El Profesor

Gaignard (director del trabajo) tuvo el privilegio de ser uno de los primeros en el

país en plantear este tipo de estudios interdisciplinarios, en donde se trata de

combinar dos enfoques, el que encara los factores ligados al medio natural, con

el que entiende en las relaciones entre los hombres, la economía y la historia”.

El INTA comenzaba a sentir la necesidad de contar con diagnósticos ajustados

a la realidad, para orientar la dinámica de su accionar institucional.

In(Comunicados)

Por el lado de la extensión, el panorama era bastante distinto. Si bien

había acusado el impacto del cambio de paradigma al igual que los equipos de

estudios económicos y sociales, la reformulación de su estrategia de

intervención fue por lo menos tibia.

52 Investigación piloto promovida por la Dirección General de Economía de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación dirigida por el Prof. Romain Gaignard y realizada por la Prof. Sílcora Bearzotti, el Ing. Agr. Claudio A. Ferreyra y el Prof. Jean Claude Houtmann.

41

Page 42: bontempo

Las modificaciones más sustanciales se llevaron a cabo en el trabajo realizado

desde las agencias de extensión con las mujeres y la juventud rural53, desde

donde se trabajó con más fuerza la nueva visión del desarrollo. Mientras que

los esquemas de trabajo con el productor desde la extensión y transferencia de

tecnología no variaron demasiado, el proceso de concientización reclamado por

Freire se asumió más desde una perspectiva teórica de lo que se la

implementó como estrategia operativa.

Los nuevos preceptos de la educación liberadora llegaron inclusive a ser

incorporados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y

Alimentación (FAO), aunque “bajaron” más como slogans de campaña, que

como argumentos para la búsqueda de un “nuevo” desarrollo.

La misma reflexión cabe para el Servicio de Comunicación en Extensión Rural,

el que siguió trabajando sin grandes cambios. Las palabras del reconocido

investigador boliviano Luis R. Beltrán nos hacen pensar que este fenómeno no

fue privativo de la Argentina cuando dice, refiriéndose a la superación de la

vertiente comunicativa del paradigma de la modernización, el difusionismo, “la

práctica de la comunicación de apoyo al desarrollo siguió adelante sin grandes

cambios, como si las reformulaciones teóricas no la hubieran afectado”.54

Mientras tanto, y en la misma línea de trabajo que el Servicio de Comunicación

en Extensión Rural, el Departamento de Relaciones Públicas, Prensa y

Difusión -dependiente de la Dirección Nacional- cambia su denominación en

1972 por Departamento de Prensa, Difusión y Comunicación Científica y queda

a cargo de un bibliotecario, al ser anexada la Biblioteca Central. Un año más

tarde la jefatura cambia nuevamente de manos (siendo una Maestra Normal

Nacional quien asume el cargo).

Una Suma de Problemas

53 Desde su creación y como parte del Servicio de Extensión, el INTA dedicó una parte de sus esfuerzos al trabajo con la juventud (a través de los Clubes 4A) y de la mujer (a través del Programa Hogar Rural). Siguiendo el modelo norteamericano de trabajo con el joven rural, los Clubes 4A (Amistad, Acción, Adiestramiento y Ayuda) se crearon para arraigar al campo y enseñarle a producir al hijo del productor agropecuario, con una fuerte colaboración del movimiento cooperativo nacional; desde estos clubes también se buscó favorecer la formación del liderazgo e inculcar los valores del trabajo comunitario.El Programa Hogar Rural estuvo orientado a la capacitación de la mujer rural –esposa e hijas del productor- en diversas actividades de las cuales pudieran obtener beneficios sociales y económicos, y a su participación en proyectos comunitarios vinculados al medio rural.54 Beltrán, Luis R. (1993) Discurso inaugural de la IV Mesa Redonda sobre Comunicación y Desarrollo, Instituto para América Latina (IPAL), Lima. p. 5

42

Page 43: bontempo

La crisis del petróleo que sacudió en los años ’70 a las naciones

desarrolladas del mundo tuvo también singulares consecuencias para nuestro

país, no porque lo haya afectado directamente sino porque marcó el comienzo

de la larga agonía del modelo de sustitución de importaciones, o de su variante

social el Estado benefactor.

La crisis fiscal desatada por el desequilibrio generado en la balanza de pagos,

a partir de una menor productividad y del creciente aumento del gasto público,

originó un proceso inflacionario cada vez mayor. El fomento a la

industrialización generaba un mayor consumo interno de los bienes producidos

y por ende disminuía los saldos exportables, algo similar a lo ocurrido en la

década del ’50.

A juzgar por García Delgado “el pasar de las industrias metalmecánicas a las

de base y aumentar las exportaciones industriales para no depender de las

agrarias presuponía un salto en la productividad y en las opciones estratégicas

de inversión que no se dieron. Se habría producido un atraso en el abandono

de la estrategia de sustitución de importaciones y en la adopción de otra

orientada a las exportaciones. Consecuentemente, se generó un excesivo

proteccionismo que promovió una industrialización deficiente y poco

competitiva y una clase empresaria acostumbrada a ser ‘asistida’ por un Estado

‘prebendalista’. La estatización exagerada provocaba estancamiento

reduciendo los espacios para la empresa privada y distorsionando los precios

relativos”.55

Pero había más, el ocaso del modelo sustitutivo exacerbó la confrontación

político-ideológica entre sectores que dejó al descubierto contradicciones

insolubles entre una izquierda, que al estilo de “liberación o dependencia”

planteaba la incompatibilidad entre acumulación capitalista y cambio social y

una derecha que oponía el crecimiento económico a la democracia. La cuestión

del Estado aparecía como el dilema central y no había lugar para salidas

intermedias.

La situación política en varios países del continente con Héctor Cámpora en

Argentina, Salvador Allende en Chile, Juan J. Torres en Bolivia y Juan Velazco

Alvarado en Perú, pareció indicar que era posible ocupar el Estado, e iniciar

55 García Delgado, Daniel R. (1994) op. cit. p. 71

43

Page 44: bontempo

desde allí el camino de la emancipación. Los golpes militares tramados al

influjo de la denominada “Doctrina de Seguridad Nacional”, no fueron sino

ratificaciones de esa posibilidad.

Las dictaduras militares latinoamericanas, al margen de ser la solución para

detener los movimientos nacionales y populares con sus propuestas radicales

de cambio, fueron también un respaldo para los EEUU de que el desarrollo

sería garantizado mediante el uso de la fuerza y en los términos del nation-

building56. Para ello, y a partir de la existencia de distintos movimientos de

sublevación, adoptaron el eje más conservador de la Alianza para el Progreso,

la "doctrina de contrainsurgencia". Esto significaba que la Doctrina de la

Seguridad Nacional y el Desarrollo pasaría a ser la Doctrina de la Seguridad

Nacional, a secas.

VII. TEORIA DE LA TRANSICIÓN Y PRAGMÁTICA DE LA INTERACCIÓN

El Estado Autoritario

Tras el derrocamiento de María Estela Martínez de Perón por el golpe

militar del 24 de marzo de 1976, el régimen conocido como Proceso de

Reorganización Nacional se hizo cargo del poder.

En la particular visión de los hombres del gobierno de facto, el prototipo del

desarrollo era aquel modelo agroexportador que imbuido en las ideas liberales

de la Generación del '80, había llevado a la Argentina a ser el "granero del

mundo"; algo radicalmente opuesto al modelo de industrialización ineficiente y

basado en un Estado interventor, que había sido impulsado mayoritariamente

por el peronismo.

Este último proyecto determinaba, según ellos, la existencia de un

empresariado y un proletariado urbanos que usufructuaban al Estado en su

propio provecho, discriminando al sector agropecuario, verdadero depositario

de las ventajas comparativas del país.

56 Término metafórico que designa el proceso social mediante el cual una conciencia nacional aparece en ciertos grupos.

44

Page 45: bontempo

El 2 de abril de 1976 el flamante Ministro de Economía, José Alfredo Martínez

de Hoz, anunció por cadena nacional las nuevas medidas económicas del

llamado "Programa de Recuperación, Saneamiento y Expansión de la

Economía Argentina", las que en términos generales estaban orientadas a

reducir la inflación y el gasto fiscal, ampliar y liberalizar el mercado de

capitales, liberalizar los precios, promover las exportaciones y redefinir la

política tributaria.

En la época en que los principales economistas del mundo buscaban modos de

perfeccionar el desempeño de la economía a través de la intervención estatal,

Martínez de Hoz inspirado en la filosofía del laissez-faire de Friedrich von

Hayek y Milton Friedman, premios nóbel de la economía en 1974 y 1976

respectivamente, inauguró el estilo neoliberal en algunos planos de su gestión.

Desde una concepción individualista y competitiva de la sociedad, el Estado

abandonó definitivamente el rol de planificador, regulador y garante de

derechos sociales, para llevar a la práctica el Darwinismo social que justificaba

la eliminación de lo no competitivo e ineficiente en pos de la evolución del más

capacitado.

La propaganda como principal estrategia de comunicación y la instauración de

un régimen de persecución y muerte que dejó la dolorosa cifra de 30.000

desaparecidos, hicieron el resto.

En el análisis de los hechos García Delgado afirma que la intervención militar

del ’76 “comienza a desarticular el anterior Estado a partir de una apertura

económica irrestricta, la entrada masiva de capitales con fines especulativos,

eliminación de regulaciones, toma de créditos en el exterior y liberación del

sistema financiero, medidas todas estas que terminarán provocando recesión y

desindustrialización.

El Estado se orienta a transferir sus recursos a los grandes grupos económicos

mediante subsidios financieros, regímenes especiales de promoción industrial

muchas veces de proyectos pocos viables, sobreprecios en las compras del

Estado, estatización directa de la deuda, etc. La política monetarista de

Martínez de Hoz desarticula a sectores de la producción pero sin

contraprestación ninguna en términos de mayor productividad, crecimiento o

estabilidad económica”.57

57 García Delgado, Daniel R. (1994) op. cit. pp. 79-81

45

Page 46: bontempo

El colapso del régimen militar precipitado por la estrepitosa derrota de la guerra

de Malvinas en junio de 1982, será el principio del fin para el gobierno

inconstitucional, y en un creciente clima de liberalización política y social se

producirá un nuevo llamado a elecciones, el cual quedará sellado con el triunfo

del partido radical, un año más tarde.

Un Modelo para Armar

Con la vuelta a la democracia y el progresivo regreso de intelectuales,

políticos y artistas que habían partido hacia el exilio, una pluralidad de voces

irrumpió en la escena para tratar de resolver, una vez más, el viejo dilema:

¿qué hacer con el Estado?.

Desde las ciencias políticas surgirá un nuevo enfoque, el cual será enriquecido

por el conjunto de las ciencias sociales, conocido como la teoría de la

transición. Un paradigma en donde los problemas a resolver ya no serán

aquellos vinculados a la modernización ni al desarrollo, sino a la participación

ciudadana y el sistema de partidos políticos en su conjunto. La oposición

autoritarismo-democracia pasará a ocupar el centro del debate y el Estado será

concebido fundamentalmente y ante todo, como Estado de Derecho.

En un análisis vinculado al momento histórico, Oscar Landi, Lic. en Filosofía y

Doctor en Ciencias Políticas, afirmaba que “la emergencia de las instituciones

democráticas se daba en un clima de época bastante diferente a los de

décadas anteriores: al debilitamiento de ciertas utopías de transformación se

unía el desgaste y las fallas de rendimiento de un ciclo político-cultural estatista

en el que, con modelos y proyectos diferentes, diversas alternativas habían

construido una problemática que ubicaba en un lugar central al Estado: la

‘planificación para el desarrollo’, el Estado como instrumento de la ‘liberación

nacional’, el Estado como núcleo central del poder revolucionario, o los intentos

y las realidades de los regímenes autoritarios militares”.58

Dentro de este contexto la racionalización del gasto público y la reforma del

Estado aparecerán como importantes temas a resolver en la agenda de la

comunicación política.

58 Landi, Oscar (1987) Medios, procesos culturales y sistema político, Buenos Aires, Legasa. p. 98

46

Page 47: bontempo

Otra Vez en Movimiento

Para la comunicación como para el grueso de las ciencias sociales, la

década del ’80 significó la oportunidad de ponerse otra vez en movimiento, así

fue como se retomaron algunas de las líneas de investigación que habían sido

interrumpidas por el Proceso y aparecieron otras que ampliaron su campo de

estudio.

A grandes rasgos podemos mencionar:

I. Comunicación popular o alternativa. La construcción teórica y discusión

intelectual de modelos de comunicación democrática dentro de esta línea de

análisis, estuvo a cargo de un importante grupo de investigadores

latinoamericanos, que no obstante sus distintas miradas, tuvieron todos un

factor en común: el pensar la constitución de procesos comunicacionales

contrarios a los erigidos desde el poder. Así desde el ámbito académico Mario

Kaplún en Uruguay, Rosa María Alfaro y Rafael Roncagliolo en Perú, Regina

Festa en Brasil, y Máximo Simpson Grinberg y María Cristina Matta en

Argentina, se sumaron a quienes habían iniciado esta práctica durante la

década anterior.

La desaparición progresiva de regímenes autoritarios y el creciente poder de

los medios de comunicación masivos y comerciales, fueron delimitando el

campo de acción desde donde surgieron una gran variedad de enfoques.

Justamente a estos últimos se refería Máximo Simpson Grinberg, cuando en un

trabajo publicado en 1986 escribió que “suelen usarse expresiones diversas

como comunicación popular, participativa, autóctona, autogestionaria,

emancipatoria, etc., expresiones que enfatizan algún aspecto de lo que

globalmente constituye un fenómeno complejo cuyo denominador común

radica, a nuestro juicio, en el hecho de constituir en todos los casos una opción

frente al discurso del poder en sus diversos niveles. Mientras en algunos casos

se define la comunicación alternativa –concepto que nosotros utilizamos de

manera genérica y no excluyente- en oposición a los medios masivos,

confiriéndole un carácter eminentemente artesanal y autogestionario –de ahí la

expresión de comunicación participatoria-, en otros la expresión se refiere a

47

Page 48: bontempo

todo fenómeno comunicacional que, independientemente de que se verifique

por medios artesanales o industriales, implique una opción frente al discurso

dominante”.59

Un dato relevante en la continuidad de esta corriente fue el desplazamiento

operado en sus fuentes de inspiración; si en su primer aparición la perspectiva

crítica de la Escuela de Frankfurt tuvo un gran ascendiente, en esta segunda

etapa el pensamiento de Antonio Gramsci será sin dudas la influencia más

importante.

El tiempo transcurrido reveló las limitaciones de los hombres de Frankfurt para

superar el nivel descriptivo del dominio ejercido por la industria cultural y la

pérdida de soberanía del consumidor; el mismo tiempo que permitió recuperar

el pensamiento de Gramsci -elaborado inicialmente a principios de los años

’30- y su concepto central: la hegemonía. Este marxista italiano abordará su

proceso de construcción y señalará el campo de la cultura, como el lugar

natural de producción y consenso.

En palabras de Barbero “el concepto de hegemonía elaborado por Gramsci,

haciendo posible pensar el proceso de dominación social ya no como

imposición desde un exterior y sin sujetos, sino como un proceso en el que una

clase hegemoniza en la medida en que representa intereses que también

reconocen de alguna manera como suyos las clases subalternas. Y ‘en la

medida’ significa aquí que no hay hegemonía, sino que ella se hace y deshace,

se rehace permanentemente en un proceso ‘vivido’, hecho no sólo de fuerza

sino de sentido, de apropiación del sentido por el poder, de seducción y de

complicidad”.60

De esta manera, la comunicación popular o alternativa supo favorecer la

concepción de procesos comunicacionales más participativos e indirectamente

propiciar la práctica educativa, puesto que a decir de Mario Kaplún “cuando

hacemos comunicación popular, estamos siempre buscando, de una u otra

manera, un resultado educativo”.61 La fuerte irrupción en escena de las

59Simpson Grinberg, Máximo (1986) Comunicación alternativa: tendencias de investigación en América Latina. En Simpson Grinberg y otros: Comunicación alternativa y cambio social. México, Premiá Editora. p. 31

60 Barbero, Jesús Martín (1991) op. cit. pp. 84-8561 Kaplún, Mario (1985) El comunicador popular. Quito, CIESPAL

48

Page 49: bontempo

organizaciones no gubernamentales procurando activar la movilización de los

sectores populares, promoviendo estilos de desarrollo justamente

participativos, coordinadas horizontalmente y vinculadas a redes, fueron un

enorme dispositivo potenciador de dichas prácticas y la razón de una larga

serie de proyectos exitosos; no obstante y con el correr de los años ’80, esta

corriente comenzó a ser cuestionada por sus alcances y su impacto,

puntualmente por no haber sido capaz de alterar el sistema comunicacional

existente, ni de ampliar su proyecto al resto de la sociedad.

De todos modos y más allá de los balances, es innegable que a partir de esta

concepción de la comunicación fue posible explorar el mundo de las culturas

populares, sus espacios cotidianos y sus prácticas comunicativas, lugar desde

el que para finales de la década, surgirán líneas de investigación muy

importantes para los años ’90 como comunicación y educación, estudios de

recepción y, sobre todo, la comunicación vinculada a los modelos culturales.

II. Comunicación Política. Se trata de una corriente surgida con el retorno de

los gobiernos democráticos en gran parte de América Latina, cuya

preocupación está centrada en la originalidad de las formas de comunicar la

política y desentrañar su propia cultura. Las nuevas tecnologías de

comunicación disponibles y las modernas prácticas profesionales vinculadas al

marketing político, son los principales elementos del contexto que sirven de

análisis para determinar el comportamiento social y la convivencia democrática.

La obra desarrollada en este campo por Dominique Wolton, Jean Marc Ferry y

Giovanni Sartori –junto con algunos aportes puntuales del sociólogo francés

Pierre Bourdieu62– tendrán una gran influencia en los investigadores dedicados

al tema, en esta parte del mundo. Landi fue uno de los investigadores

vinculados al tema que más se destacó en la Argentina con más de 20 títulos

publicados, en su mayoría desde el Centro de Estudios de Estado y Sociedad

(Cedes), un desprendimiento del desaparecido Instituto Di Tella.

Este autor fue quien mejor abordó el tema de la cultura política, y para ello vale

recordar cuando en 1985 sostenía que “una transición democrática en el marco

de una gran crisis remite inmediatamente a la pregunta: ¿registro de la

realidad, desde y para qué tipo de sujetos sociales y políticos?. Las preguntas

62 Particularmente su ensayo La opinión pública no existe, publicado en 1973.

49

Page 50: bontempo

sobre qué se puede esperar de la política, qué es lo que ella puede modificar o

mantener, cuál es el sentimiento de la participación, de las relaciones entre la

vida pública y la privada, se sitúan francamente en el terreno de las culturas

políticas, de las cuáles tendrán que emerger la legitimidad de los

procedimientos de la democracia y la confiabilidad en la racionalidad

administrativa del Estado”.63

O cuando en 1987 resumió las dificultades para la construcción de ese mismo

concepto, al afirmar que “una de las características de los análisis de la cultura

política es el de presentar una tensión entre su capacidad para poner en su

órbita a un conjunto muy grande de fenómenos (creencias, expectativas,

discursos, rituales, ceremonias, memorias, simbologías, gestos, olvidos) y su

dificultad para asemejarse -si tal es su intención- al género clasificatorio o de

matriz conductista que ha prevalecido (y aún prevalece, aunque con cierto

decaimiento) en algunas vertientes de las ciencias políticas como modelo de

rigor analítico”.64

Otro teórico destacado en esta línea fue Heriberto Muraro, quien actualiza su

propia línea argumental, acorde a los nuevos contextos políticos y sociales. El

fenómeno del marketing político, sus efectos en la organización de las

actividades partidarias y en la democracia serán los puntos sobresalientes de

su recorrido analítico. En “Poder y comunicación” manifestaba que “al poner en

contacto la acción partidaria, la militancia, con los medios de comunicación,

esas prácticas están obligándonos a repensar la dinámica de la cultura política

en este país como un todo (...) a mi parecer, el tema del marketing y la

publicidad política es uno de esos fenómenos críticos de la política

contemporánea debido a que conjuga con mayor intensidad que nunca antes la

comunicación popular y la lucha por el poder”.65 Y más adelante sintetizaba en

una frase, un signo de la época “repentinamente, una masa de dirigentes

partidarios que habían sido cuidadosamente excluidos de las páginas de los

diarios o de las pantallas de los receptores de TV se encontraron inmersos en

un sistema de medios que aprovechaba las ventajas de la democracia para

competir por la primicia, por el reportaje o por el chisme político. El contraste 63 Landi, Oscar (1985) El discurso sobre lo posible, Estudios CEDES, Buenos Aires

64 Landi, Oscar (1987) La trama cultural de la política. En: Lechner, Norbert (comp.); Cultura política y democratización, Santiago de Chile, FLACSO65 Muraro, Heriberto (1991) Poder y comunicación, Buenos Aires, Editorial Letra Buena. p. 45

50

Page 51: bontempo

fue –y sigue siendo en alguna medida- tanto más grande cuanto que muchos

de esos hombres habían pasado años en la cárcel o en el ‘exilio interior’ o, en

el mejor de los casos, moviéndose en entornos restringidos”.66

Estos trabajos constituyeron la punta de lanza de toda una línea de

investigación aún más compleja, vinculada a los estudios de formación de la

opinión pública y al marketing electoral, la cual será desarrollada con fuerza en

Argentina desde principios de los años ’90.

La Tecnología en Paquetes

La liberalización generalizada de mercados y la apertura económica

externa propiciadas por la dictadura militar, impuso en la Argentina un nuevo

patrón de acumulación del capital. El programa impulsado por Martínez de Hoz

abandonó definitivamente la orientación vigente desde la década del '30, razón

por la cual la industria dejó de ser el factor dinamizador del conjunto de la

actividad económica del país.

La disminución de las retenciones a las exportaciones y la devaluación, le

otorgaron al sector agropecuario una buena oportunidad para el

aprovechamiento integral de las condiciones favorables; más aún cuando las

modificaciones introducidas por el nuevo gobierno democrático, no significaron

un cambio de rumbo respecto de la estrategia económica anterior.

El proceso de agriculturización de la pampa húmeda fue la respuesta inmediata

del campo al nuevo contexto económico y productivo; la expansión de los

cultivos de soja, sorgo y girasol a zonas tradicionalmente ganaderas fueron

marcando el ritmo de los tiempos, apoyados en la transferencia y adopción de

paquetes tecnológicos de alto rendimiento.

La estrategia de intervención desplegada por el sistema de extensión rural del

INTA dio un giro importante, acorde a la nueva realidad del sector. De acuerdo

a la visión de Alemany “el sistema institucional de desarrollo agropecuario,

promotor de la modernización, se basó en un nuevo modelo que tenía como eje

articulador a la generación y transferencia de los paquetes tecnológicos de los

66 Ibid. p. 49

51

Page 52: bontempo

cultivos claves de exportación. El paquete tecnológico por producto, consistía

en trabajar sobre la base de un conjunto de prácticas y procedimientos técnicos

que se articulaban entre sí, y que eran utilizados indivisiblemente en un cultivo,

según patrones establecidos por la investigación agropecuaria. (...) Este nuevo

marco de ideas y visiones del desarrollo que se impuso en la Argentina a

mediados de los años ’70, produjo en el INTA revisiones de las propuestas de

extensión que iniciaron un proceso de reformulación de su enfoque anterior de

marcada índole pedagógica y humanista, pasando a desarrollar una orientación

que enfatizaba, ahora, su nuevo rol de impulsor de la transferencia tecnológica

para aumentar la productividad de las principales producciones del sector

agropecuario”.67

La búsqueda de esa mayor productividad, llegó acompañada de la difusión de

una serie de adelantos tecnológicos que paulatinamente se fueron

incorporando en las labores de fertilización y control químico de plagas, así

como en el material genético de las especies utilizadas (híbridos y variedades);

estos adelantos no eran otra cosa que la tecnología que los países industriales

habían utilizado en la llamada revolución agrícola, solo que en América Latina

se la conoció bajo el nombre de "revolución verde", que ahora sí –después del

fracaso de su adopción en los ‘60- comenzaba a difundirse abiertamente.

Otro cambio sustancial en los objetivos del INTA para esta etapa fue que

después de más de 20 años de trabajo con la familia rural, a través de los

Clubes 4A y el Programa Hogar Rural, focalizó su tarea exclusivamente en el

productor agropecuario acorde a las nuevas demandas. El trabajo con las

mujeres y las juventudes rurales constituyó una etapa necesaria para conocer

las necesidades de la familia y el productor rural y sobre todo para ganarse la

confianza de la gente en los inicios del sistema de extensión institucional. Una

vez concluido este período, los clubes de la juventud se constituyeron en fines

en sí mismos y al no progresar, perdieron el efecto multiplicador con el que

habían sido concebidos; mientras que el Programa Hogar Rural –que tuvo

como destinataria la joven y la mujer rural con su universo de interés- si bien

respondía a intereses muy genuinos, resultaba difícil de vincular en proyectos

comunes con el asesoramiento técnico al productor.

67 Alemany, Carlos (2003) op. cit. p. 149

52

Page 53: bontempo

A partir de mediados de los ’80 el INTA centrará su acción social en el

productor minifundista, con el objetivo de asegurar sus ingresos y mejorar su

calidad de vida a través de tres componentes: tecnología de bajo costo,

organización y capacitación.68

Un aspecto más a señalar es la coincidencia de varios autores en destacar la

aparición de las Unidades de Extensión y Experimentación Adaptativa en

reemplazo de las Agencias de Extensión, como una importante estrategia de

adaptación de la tecnología disponible a las condiciones sociales y productivas

locales.

Tiempos de Cambio

El 3 de marzo de 1986 el Poder Ejecutivo Nacional, a través del decreto

38769, impulsó un profundo proceso de modificación en la estructura del INTA

más conocido como “INTA 2”. Los tres principios que orientaron este cambio

fueron la descentralización, la integración y la participación, desde donde se

intentó reorganizar y desburocratizar al organismo para mejorar su eficiencia y

su inserción en el contexto social y productivo.

Descentralización. El cambio más importante fue desplazar la capacidad de

decisión y delegar facultades político-administrativas hacia las Direcciones

Regionales y Direcciones de Estaciones Experimentales Agropecuarias. Con la

nueva estructura el INTA apostó a horizontalizar la toma de decisiones para

dejar en manos de la Dirección Nacional -y de sus Direcciones Asistentes- la

coordinación de líneas de trabajo y estrategias institucionales.

68 El INTA creó en 1987 la Unidad de Planes y Proyectos de Investigación y Extensión para productores minifundistas. Su consejo asesor estaba integrado por representantes del organismo (uno por cada región del país donde se desarrollaran los proyectos) de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, del Ministerio de Salud y Acción Social, y de tres ONGs (FUNDAPAZ, INDES e INCUPO).

69 Este decreto dice textualmente que “las transformaciones operadas en el sector agropecuario, tanto en lo que respecta a la mayor y más específica demanda por tecnología como al incremento de participantes en la generación y transferencia de tecnologías, se hace necesario adecuar y actualizar la estructura y funcionamiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria a las actuales circunstancias” y más adelante “esta descentralización de las unidades operativas permitirá a los órganos centrales de gobierno del Instituto el efectivo cumplimiento de su misión de conducción general del mismo y fijación de la política institucional del organismo, al liberarlo de tareas administrativas innecesarias en la cuales se ven envueltos actualmente”. INTA (1996) op. cit. pp. 63-64

53

Page 54: bontempo

Integración. El punto saliente fue asumir la necesidad de articular y coordinar

las tareas de investigación y extensión con otros organismos. De esta manera

la institución dio un giro importante en su política institucional, reconociendo el

peso de los recursos de investigación y asistencia técnica extra-institucionales.

Si hasta principios de la década del ’70 el INTA prácticamente monopolizó las

actividades de generación y transferencia de tecnología, de allí en adelante

comenzaría a verificarse la aparición de profesionales pertenecientes a

empresas privadas, laboratorios, agroindustrias y cooperativas, entre otros.

Participación. La novedad principal provino de incorporar a los productores a

los Consejos Regionales, de Estaciones Experimentales y de Agencias de

Extensión Agropecuarias. Esta apertura parcial a otros actores supuso el

refuerzo de la legitimidad de las políticas institucionales y la creación de un

mecanismo más directo de control social.

Respecto de este proceso, el Ing. Agr. Gustavo Cosse afirmaba en aquel

período que “el INTA está en pleno proceso de cambios organizacionales que

implican modificaciones profundas no sólo en relación a la estructura y

objetivos de los servicios de extensión sino de la institución en su conjunto. En

líneas muy generales podría decirse que se trata del cambio de una lógica de

vinculación técnico-productor a una lógica de vinculación institución-

organizaciones de productores”.70

Pragmática de la Interacción

Si bien es cierto que la tarea del comunicador institucional estuvo

siempre vinculada al trabajo de difusión de información técnica a través de los

medios de comunicación –sobre todo desde la prensa escrita-, nunca lo estuvo

con tanta fuerza como a mediados de los años ’70.

La fuerte irrupción de la radio y la TV en el interior del país, no ya en muchos

casos como meras repetidoras sino generando oportunidades concretas para

tomar la palabra, constituyó un enorme desafío para el INTA. Así, desde cada

70 Cosse, Gustavo (1991) El aparato de extensión del INTA. En: El Desarrollo Agropecuario Pampeano, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano. p. 727

54

Page 55: bontempo

Estación Experimental y en muchos casos desde las Agencias de Extensión

Rural, se ocuparon los espacios que los medios masivos tenían disponibles,

fundamentalmente desde la radio, para llevar el mensaje tecnológico hasta el

productor y ampliar el impacto de los planes de trabajo en extensión.

No fue sin embargo una tarea sencilla, la falta de recursos, de presupuestos

adecuados, los medios técnicos, los lenguajes, fueron obstáculos a superar

para todos aquellos que con mucho entusiasmo y –en la mayoría de los casos–

escasa o nula capacitación se lanzaron a los medios.

Greanville Morris, extensionista del INTA Bariloche (Río Negro) en esa época y

uno de los realizadores del programa “El INTA en la Patagonia” que se iniciara

en Radio Bariloche en el año 1975, decía al respecto “al mes de iniciada la

transmisión salimos a reconocer la penetración lograda: poco o ningunos nos

habían escuchado. ¡Qué frustración!. Algo estaba fallando... ¿Qué era, la hora,

el contenido, la propaganda previa?. Vaya a saber uno. Hasta que entrando en

confianza con un paisano viejo y nada zonzo nos dijo: ‘Mire, mi doctor, eso que

ustedes dicen no lo entendemos por aquí’. Así nomás, sin disimulos ni

arrepentimientos. No nos entendían. No hablábamos su idioma y quizás el

contenido. Fundamentalmente: el ovino debía ser oveja; el senecio debía ser

charcao; el equino, matungo nomás; y el ganadero que fuera ‘paisano’, que

ellos no se enojaban por eso”.71

También el testimonio de Nilo Schaller, del equipo de comunicaciones de El

Colorado (Formosa) que respecto de su programa radial “Campo y técnica”

emitido en LRA 8 Radio Nacional Formosa por primera vez en 1978, contaba

que “los programas comenzaron a realizarse en la biblioteca de la Estación.

Era tal el grado de improvisación por los escasos medios, que a modo de jirafa

colocamos entre los libros una escoba y de su mango colgábamos los

micrófonos, grabando de pie (...) de los ruidos, ni que hablar. Cada automóvil

que entraba o salía, significaba interrumpir la grabación o comenzar todo de

nuevo. Entonces comenzamos a buscar otro lugar más adecuado. Con la mejor

buena voluntad, el Director nos facilitó los vestuarios de una pileta de natación

en desuso. Volvimos a improvisar. Como el lugar estaba vacío y había que

seguir con el programa, lo llenamos con bolsas, papeles, cajas de cartón,

71 Depto. Comunicaciones en Extensión Rural (1986) Campo y Técnica. Revista Dialoguemos Año 5, N° 8, Buenos Aires, INTA, p. 10

55

Page 56: bontempo

ladrillos, etc. hasta que rompimos el ‘eco’ y pudimos lograr grabaciones de

calidad. Hoy esos vestuarios tienen cortinados y están pareciéndose a un

estudio”.72

En un lapso de tiempo relativamente breve, comunicadores y extensionistas se

abocaron a la producción de un sinnúmero de programas de radio por lo que el

INTA le agregó a su amplia distribución geográfica, una fuerte presencia en

medios masivos de todo el país.

La llegada de la dictadura militar no hizo otra cosa que profundizar este

esquema de trabajo, habida cuenta de la aversión del gobierno autoritario por

cualquier acción que pueda presuponer un ejercicio participativo, comenzando

por las reuniones; de esta manera las metodologías masales de difusión fueron

alentadas desde el propio sistema de extensión rural.

En este contexto la Dirección Nacional del Instituto, monitoreada por el

interventor militar de turno, implantó el llamado Programa Nacional de Difusión

Masiva el cual consistía en reorganizar el envío de información a los distintos

medios en una suerte de planificación de los contactos; mientras que las

Estaciones Experimentales debían limitarse a trabajar exclusivamente con los

medios locales y regionales, las instancias centrales se reservaban para sí la

difusión a través de los medios nacionales.

Con el gobierno autoritario en franca retirada, el Departamento de Publicación,

Prensa y Difusión se unifica con el Servicio de Comunicaciones en Extensión

(ahora denominado Departamento de Comunicaciones en Extensión Rural),

dado que ambos equipos de trabajo tenían un objetivo en común: la difusión

masiva de información. No obstante cada uno de ellos mantuvo su propia

dirección.

El Ing. Agr. Leopoldo F. Brugnoni, quien se había desempeñado como director

de la revista “El Surco”, asume en 1982 la jefatura del Departamento de

Publicación, Prensa y Difusión al que le dará un notable impulso en gestión de

prensa. Tras una reunión con los editores de los principales suplementos y

medios agropecuarios, el INTA lanza una serie de micros informativos para

radio y dos resúmenes informativos para la prensa: la Síntesis Tecnológica,

cuyo principal contenido se basa en las novedades técnicas, innovaciones y

72 Depto. Comunicaciones en Extensión Rural (1983) El INTA en la Patagonia.. Revista Dialoguemos Año 2, N° 2, Buenos Aires, INTA, p. 15

56

Page 57: bontempo

otros adelantos útiles para la difusión de los paquetes tecnológicos y la Síntesis

Agropecuaria, orientada a noticias más institucionales y otros temas de

divulgación vinculados con la actualidad del organismo.

Respecto a los períodos anteriores el trabajo en comunicaciones no tendrá

mayores cambios, la política eminentemente difusionista tendrá continuidad,

con los medios en el centro de la escena y el comunicador siempre ubicado al

final de la línea de montaje: recibiendo información específica del personal

técnico y adecuándola para los distintos canales disponibles. Quizás el cambio

más importante se trate del revival de la teoría de la información para el análisis

de los procesos de comunicación disparado con la irrupción del gobierno

militar, con el emisor y el receptor separados por un mensaje y en un mismo

plano, y el supuesto de que “a mayor información, mayor comunicación”

funcionando a pleno.

De acuerdo al análisis de Massoni “la comunicación se sigue pensando como

transferencia. Pero se enfatiza la necesidad de planificar las interacciones

como una manera de eficientizar los esfuerzos de difusión: ya ‘no un canal sino

varios canales tañendo la misma campana’ (...) Muchos estudios de

comunicación rural en esta etapa son descripciones de los destinatarios y los

circuitos de distribución de datos sobre nuevas tecnologías agropecuarias per

se. Una búsqueda que intenta descubrir una red de interacciones de una vez y

para siempre que aseguraría luego una correcta distribución de los

mensajes”.73

En diciembre de 1982, el Departamento de Comunicaciones en Extensión

Rural publica el primer número de la revista “Dialoguemos”, en principio una

publicación bimestral destinada al personal de comunicaciones, ya que a partir

del segundo número estará dedicada al personal del INTA en general.

Dialoguemos fue uno de los pocos esfuerzos de la época destinados a

favorecer el necesario intercambio de opiniones y orientado hacia el interior de

la institución, lo cual resulta más valioso aún si se tiene en cuenta que la

dinámica institucional informativa iba mayoritariamente en el sentido contrario,

orientada hacia fuera y pensada como transferencia.

73 Massoni, Sandra H. (2000) Historicidad de la comunicación rural en la pampa argentina. Informe final investigación. Rosario, FCPyRRII, UNR. pp. 102-103

57

Page 58: bontempo

Esta revista buscó a lo largo de sus 12 números recorrer temas de sumo

interés para el abordaje de la práctica profesional, tanto del comunicador como

del extensionista, desde la filosofía de los procesos de extensión y

comunicación hasta el trabajo de planificación en medios y la utilización de

recursos audiovisuales, tuvieron un espacio entre sus páginas.

Bajo la Lupa

La consultoría realizada por Juan Díaz Bordenave en noviembre de 1984

fue uno de los hechos más relevantes para las comunicaciones del INTA en los

’80. Este reconocido especialista paraguayo, autor del libro “¿Qué es la

comunicación rural?” de proyección internacional, llegó al país como consultor

de la FAO para realizar un diagnóstico de Comunicación Rural y Capacitación a

Distancia en el Instituto.

Los resultados de la misma fueron publicados por Dr. Gustavo Cimadevilla, de

la Universidad Nacional de Río Cuarto, quien afirma que dicha consultoría

“permitió observar que los problemas de la comunicación en el INTA tenían

‘como causa fundamental la comprensión incompleta o inadecuada de la

naturaleza e importancia de la comunicación en la actividad global de la

institución’. Así, las dificultades más significativas derivadas de esa concepción

podían advertirse en: 1) la utilización de la comunicación como actividad

secundaria o auxiliar, con materiales y mensajes de acciones institucionales de

cuyo planeamiento los comunicadores no participaban; y 2) la falta de

valorización del sector de comunicación, lo que originaba un círculo vicioso

para perpetuar la situación en los siguientes términos: ‘Comunicador mal

preparado – Uso de la comunicación sólo como servicio de producción de

materiales – Bajo concepto del comunicador como profesional – Falta de

oportunidades de formación profesional avanzada del comunicador’.

Dificultades que un crédito acordado por el BID y la decisión institucional

intentaron resolver en los años posteriores, aunque muy lenta y parcialmente.

En realidad, podría afirmarse que lo ‘comunicacional’ nunca fue un tema

prioritario o de peso en el organismo”.74

74 Cimadevilla, Gustavo (1997) op. cit. p. 59

58

Page 59: bontempo

Lo cierto fue que muy a pesar de lo acertado del diagnóstico realizado por Díaz

Bordenave, nada cambió demasiado y, al contrario, con el correr del tiempo el

Departamento de Publicación, Prensa y Difusión albergará a todo personal que

sin destino, llegará desplazado desde otras áreas potenciando aún más la

desvalorización del sector.

La Década Perdida

Si bien es cierto que el escenario en el que asume el nuevo gobierno es

de por sí conflictivo, habida cuenta del gigantesco endeudamiento propiciado

por la dictadura y las múltiples demandas sociales contenidas hasta ese

momento, también lo es que éste no tuvo los suficientes reflejos como para

aprovechar la coyuntura inicial de un modo más favorable.

A poco de arribar al poder el radicalismo pierde la oportunidad de negociar la

deuda externa con los organismos internacionales de una forma menos

conservadora. Son varios los analistas que coinciden en afirmar que por el

volumen de la misma (45.000 millones de dólares75) y la ilegitimidad de una

gran parte de ella (por la privatización de la deuda privada promovida por

Domingo F. Cavallo) se podrían haber obtenido mejores condiciones.

El 14 de junio de 1985 el gobierno anuncia la creación de un paquete anti-

inflacionario conocido como el Plan Austral. El flamante Ministro de Economía,

Juan Vital Sourrouille, congela tarifas, precios y salarios; regula las tasas de

interés y se compromete a no emitir moneda sin respaldo.

El nuevo plan económico obtiene el apoyo de amplios sectores de la población

y logra una drástica reducción de la inflación; no obstante, la ausencia de

reformas estructurales y sus efectos recesivos con el tiempo irán deteriorando

el plan lentamente. La situación será agravada por la férrea oposición de la

Confederación General del Trabajo (CGT), motivada en la defensa de los

salarios de los trabajadores y en su representación de la oposición peronista.

Pero será la crisis militar de abril de 1987 la que tendrá efectos devastadores

para la presidencia de Raúl Alfonsín, según Landi “el costo político del gobierno

radical por los acontecimientos de la Semana Santa y la posterior sanción de la

75 Vale destacar que a fines del año 1976 el monto total de la deuda ascendía a 7.800 millones de dólares.

59

Page 60: bontempo

ley de ‘obediencia debida’ se extendió mucho más allá de sus relaciones con

los sectores comprometidos activamente en la defensa de los derechos

humanos y por la continuación de los juicios a militares. Afectó la posición de

enunciación obtenida por Alfonsín en los primeros tramos de la transición y, por

lo tanto, las características de su liderazgo”.76

El sostenido aumento de precios y la caída gradual del austral frente al dólar,

indican la necesidad de un cambio de rumbo; la respuesta será el lanzamiento

del Plan Primavera en 1988, con aumento de tarifas y concertación de precios.

Esta propuesta traerá cierto alivio, pero será acogida con menos entusiasmo

que el plan anterior.

La estampida del dólar en febrero de 1989 y la posterior hiperinflación

determinarán el triunfo justicialista en las elecciones presidenciales del 14 de

mayo; Carlos Saúl Menem gana en casi todos los distritos y obtiene una

sobrada mayoría en el Colegio Electoral. La transmisión del mando debía

realizarse el 10 de Diciembre, pero la crisis económica y los saqueos a

supermercados que se suceden en el Gran Buenos Aires, Rosario y otras

ciudades determinarán la entrega anticipada del poder, el 30 de junio de 1989.

Al igual que la Argentina muchos países de la región verán retroceder su renta

per cápita a niveles muy bajos, lo que generará un subdesarrollo aún más

agudo. Estas circunstancias popularizarán el término de década perdida para el

desarrollo, para describir lo sucedido en latinoamérica durante los años ’80.

Los años ’90 serán decisivos y José María Pasquini Durán parecía saberlo

cuando en 1987 y a modo de presagio, escribió la siguiente reflexión “uno de

los grandes déficits de la acción cumplida hasta ahora por cuantos reclaman un

cambio en América Latina y el mundo, es que el movimiento popular no se

familiarizó con los argumentos y temarios de la comunicación y la información.

El mismo error, en esta oportunidad nacional, sólo redundará en nuevas

frustraciones. Es tiempo que nadie sea indiferente, porque tal como se está

organizando el mundo para el siglo XXI, será fatal carecer de ideas o tener

nociones oscuras en estos campos”.77

76 Landi, Oscar (1988) La crisis de abril. En: Reconstrucciones. Las nuevas formas de la cultura política, Buenos Aires, Editorial Puntosur. pp. 162-16377 Pasquini Durán, José María (1987) Comunicación, el Tercer Mundo Frente a las Nuevas Tecnologías. En: Landi, Oscar (comp.). Medios, procesos culturales y sistema político, Buenos Aires, Legasa. p. 158

60

Page 61: bontempo

VIII. LA CULTURA DE LA COMPLEJIDAD

El Fin de la Historia

El 9 de noviembre de 1989 el mundo asiste a uno de los acontecimientos

más importantes del siglo XX: cae el muro que desde la década de los ’60

divide a la ciudad de Berlín, anticipando la caída del régimen comunista en

Alemania Oriental, la pronta reunificación del país y el fin de la utopía marxista.

Este desenlace fue el resultado de una ola de levantamientos en los países de

la Europa Oriental iniciada por los obreros polacos en 1980, que dejó al

desnudo la negativa de la clase obrera de esos países a soportar más ajustes

económicos por parte de la burocracia stalinista.

La caída del Muro de Berlín fue interpretado inicialmente como el ingreso a un

nuevo orden mundial, signado por el comienzo de una era de paz y prosperidad

para las naciones. Inspirado en este acontecimiento, Francis Fukuyama lanza

su pronóstico sobre El fin de la historia desde las páginas de su polémico

libro78; éste intelectual, miembro del Departamento de Estado norteamericano,

certificaba entonces la muerte del socialismo y la victoria definitiva del

capitalismo liberal y de la democracia parlamentaria.

Lo cierto es que más allá del álgido debate generado, la caída del Muro y el fin

de la Guerra Fría culminaron con el desmoronamiento de la Unión Soviética y

la creación de la Comunidad de Estados Independientes, integrada por 12

Repúblicas que más tarde buscarían su independencia.

Pero eso no fue todo, el fin de la tensión bipolar al tiempo que dejó abierta la

oportunidad de acceder a otros mercados y crear nuevas oportunidades de

negocios, aceleró el proceso de integración mundial que venía desarrollándose

78 Fukuyama, Francis (1992) El fin de la historia y el último hombre, Buenos Aires, Editorial Planeta

61

Page 62: bontempo

lentamente desde los años ’80, el mismo que hoy conocemos bajo el nombre

de globalización.

La Sociedad Global

La creciente interdependencia de los procesos económicos, sociales y

culturales entre los distintos países generada por los crecientes flujos

financieros y comunicacionales, o para decirlo de un modo más simple, la

globalización, se presenta como uno de los temas de análisis más importantes

en la agenda de las ciencias sociales de los ’90.

Este concepto aparece como la descripción de un proceso relativamente

objetivo, de un conjunto de tendencias históricas y realidades materiales que

determina una nueva fase de expansión del sistema capitalista;

independientemente de la pretensión del discurso neoliberal de un mercado de

bienes y servicios homogéneo a escala planetaria, y de un Estado mínimo.

La aparición de este proceso transformador, determinará una crisis en la

estructura y soberanía del principal actor de las relaciones internacionales de

los últimos tres siglos, el Estado-nación. A partir del análisis de García

Delgado, el aumento de las organizaciones internacionales y la presencia de

problemas no resolubles en el marco de las fronteras nacionales -como la

cuestión ambiental, los flujos migratorios y el terrorismo- cuestionan desde

distintos planos su autonomía. Hablar de esta crisis “no significa adherir a la

tesis del ‘fin del Estado-nación’, ni considerar al Estado como anacrónico en un

mundo único, ni la dilución de toda sustantividad política en técnica y

posicionamiento competitivo, sino de dar cuenta de un cambio, de su lugar e

importancia, de ver cuáles son las nuevas tareas y rasgos que adopta, y de

indagar cómo se produce y procesa ese impacto”.79

La aparición de estrategias de integración en bloques regionales como el

Mercosur, cuyo Tratado de Asunción es firmado por Argentina, Brasil,

79 García Delgado, Daniel (1998) Estado-nación y globalización. Fortalezas y debilidades en el umbral del tercer milenio, Buenos Aires, Editorial Planeta, p. 39

62

Page 63: bontempo

Paraguay y Uruguay el 26 de Marzo de 1991, se constituye en un síntoma

expreso del cambio.

Los límites afectados por las transformaciones no serán únicamente aquellos

que separan y dividen territorios nacionales, las fronteras que hasta no hace

mucho delimitaban la especificidad del campo abordado por sociólogos,

antropólogos e historiadores como la nación, la tribu y las civilizaciones, se

verán modificadas por la aparición de la llamada sociedad global. A decir del

sociólogo brasilero Renato Ortiz “el proceso de globalización altera en forma

sensible el objeto de las ciencias sociales. En la medida en que atraviesa,

desigual y diferenciadamente, las diversas formaciones sociales del planeta,

las clases y los grupos sociales, resulta necesario preguntarse por su lógica,

por sus nexos estructurales. Esa lógica que no proviene de la interacción entre

las partes que la constituyen sino que, por el contrario, va penetrando y

obligando su redefinición”.80

Cuanto más complejo se presenta este proceso globalizante, tanto más grande

resulta el desafío de aprehenderlo. Indagar, comprender, procesar, redefinir

son sus verbos asociados y es preciso hacerlo en movimiento, puesto que la

velocidad de los cambios a veces parece superar la capacidad de los

investigadores sociales para conceptualizarlos.

Mientras tanto la opción del desarrollo aparece más lejana o más cercana, de

acuerdo a los cristales con los que se la examine. Si fuera posible recurrir a la

antigua figura de los “apocalípticos e integrados”81, utilizada con extrema

lucidez en 1965 por el semiólogo italiano Umberto Eco, y trazar un paralelo con

este tema, se podría decir que:

- Para los apocalípticos -aquellos que representan la visión pesimista del

cambio- la globalización es un proceso uniformizante que plantea serios

riesgos de exclusión social y cultural, especialmente para los países más

débiles o peor preparados. Es también una fuente importante de

inestabilidad.

80 Ortiz, Renato (1999) Ciencias sociales, globalización y paradigmas. En: Pensar las Ciencias Sociales Hoy. Reflexiones desde la cultura. Rossana Reguillo Cruz y Raúl Fuentes Navarro (coords.), México, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). p. 3681 Estudio sobre cultura popular y medios de comunicación a través de una serie de ensayos que examinan las diferentes posturas de la sociedad ante la cultura de masas. Ver: Eco, Umberto (1968) Apocalípticos e integrados, Barcelona, Lumen.

63

Page 64: bontempo

- Para los integrados -aquellos que detentan la visión más optimista- la

globalización es el mundo en convergencia y la posibilidad inmejorable de

incorporación a la economía global. En la medida que las estrategias

nacionales sean diseñadas de acuerdo a las nuevas exigencias del

mercado mundial, también representa una oportunidad de crecimiento.

Finalmente, de aceptarse la comparación, e intentando arribar a una conclusión

similar a la del pensamiento de Eco respecto de la cultura de masas, se podría

afirmar que es en vano calificar de saludable o nociva a la irrupción del proceso

globalizante. Hay que aceptar que existe, y enfocar todos los esfuerzos a

encauzarlo en pos del camino más virtuoso.

La Hora del Ajuste

La necesidad de afrontar una reforma estructural del Estado se va a

consolidar, conforme al transcurrir de los años ’80. Aunque sin concretarla, el

gobierno radical toma nota del imperativo a partir del creciente proceso

inflacionario y el brusco crecimiento de los índices de desempleo. La crisis de

confianza tras la caída del austral y la pérdida del liderazgo presidencial no la

harán posible.

Será Carlos Menem el responsable de llevar adelante la reforma apelando a las

fórmulas más ortodoxas del breviario neoliberal; a poco de asumir, y después

de una campaña política caracterizada por frases y gestos teñidos de

populismo, deja en claro su orientación al convocar a Miguel Angel Roig

primero y a Néstor Rapanelli después, como ministros de economía. Si bien el

llamado plan Bunge & Born no dará los resultados esperados, la alianza con el

establishment quedará sellada.

El arribo de Domingo Cavallo al Palacio de Hacienda permitirá finalmente

instrumentar un plan económico que contemple la aplicación del ajuste

reclamado, tanto por los grupos empresarios locales, como por los organismos

internacionales de financiamiento. De acuerdo a los principios establecidos por

el Consenso de Washington82 y a partir de un fuerte cuestionamiento al tamaño

82 Documento escrito por John Williamson en 1989 a partir de una reunión realizada en Washington entre académicos norteamericanos, funcionarios de ese gobierno y función

64

Page 65: bontempo

y las funciones de los organismos públicos, el Ministerio de Economía

promoverá la prohibición de emitir australes sin respaldo y variar su cotización

frente al dólar a través de la ley de convertibilidad, sancionada por el Congreso

Nacional el 27 de Marzo de 1991.

Esta ley en combinación con un proceso de reestructuración que incluyó la

privatización de las principales empresas y servicios públicos, la flexibilización

laboral y la desregulación de los principales entes reguladores de precios

(Juntas Nacionales de Granos y Carnes) y de prácticas profesionales, se dieron

en el marco de un mercado mundial globalizado, en el que destacaban los

procesos de concentración del capital y la marcada influencia de las nuevas

tecnologías. “Y así como fuera típico en el primer modelo de relación Estado-

Sociedad el predominio del sector agrario, y en el segundo el del sector fabril,

hoy se muestra el predominio del sector terciario, de grupos económicos que

monopolizan los servicios privatizados junto con sectores de las finanzas y de

producción trasnacionalizada” será el análisis de García Delgado en ese

momento.83

Con el “desmantelamiento” del Estado en marcha, los supuestos del desarrollo

bajo la óptica del pensamiento neoliberal quedarán condicionados al

crecimiento económico; en la medida en que las principales empresas privadas

se fortalezcan y estabilicen la economía, los beneficios del nuevo modelo

llegarán al resto de los sectores sociales según la lógica de la “teoría del

rebalse”. Y sobre esta base se orientó la economía Argentina en la década de

los ’90.

Curiosamente, la controversia política no estuvo centrada en la reforma en sí

misma, sino en el modo de implementarla y en la redefinición resultante del rol

del Estado, lo que indica la existencia de un cierto nivel de consenso para su

ejecución. Un claro ejemplo son las palabras del destacado politólogo Dr.

Guillermo O’Donnell, cuando en ese momento afirmaba que “no hay duda de

arios del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Consta de un listado de diez instrumentos de política económica especialmente preparado para orientar a los gobiernos de los países “emergentes”, y a los organismos internacionales a la hora de valorar los avances en materia de ortodoxia económica. Entre los principales puntos se destacan: disciplina presupuestaria, cambios en las prioridades del gasto público, reforma fiscal, liberalización comercial y financiera, apertura a la entrada de inversiones extranjeras, privatizaciones y desregulaciones.

83 García Delgado, Daniel R. (1994) op. cit. pp. 104-105

65

Page 66: bontempo

que en la mayoría de los países recientemente democratizados el Estado es

demasiado grande, y de que eso conduce a numerosas consecuencias

negativas. Pero en este contexto el antónimo de ‘grande’ no es ‘pequeño’ sino

‘magro’, es decir, un conjunto eficiente y menos poderoso de organismos

públicos, que estén en capacidad de crear bases firmes para la democracia, de

resolver progresivamente las principales cuestiones de la igualdad social y de

generar las condiciones para alcanzar tasas de crecimiento económico

adecuadas”.84

La segunda reforma del Estado impulsada por Roque Fernández, sucesor de

Cavallo al frente de Economía, no harán otra cosa que profundizar el modelo.

El creciente déficit fiscal impulsado por la salida de capitales tras el “efecto

tequila” y el dramático aumento de la desocupación determinarán la

privatización de los activos que aún quedaban en manos del Estado y la mayor

flexibilización del mercado laboral, lo que determinó un nivel de precarización

del empleo jamás visto.

Las consecuencias del profundo cambio en las relaciones entre el Estado y la

sociedad producidas a partir de la transformación del modelo y el viraje hacia el

neoliberalismo, se verán años más tarde.

Los Programas de Intervención

Con el correr de los primeros años de la década, los efectos del ajuste

estructural comenzarán a sentirse en el sector agropecuario y será el INTA el

primer organismo del Estado en ponerlo de manifiesto a través de dos estudios

de diagnóstico realizados en la región pampeana y en las economías

regionales, respectivamente.

El primero de ello reconocía que los elevados costos de insumos y

comercialización, el estancamiento de los precios internacionales de los

principales cereales y oleaginosas, más un alto nivel de endeudamiento,

dificultaban notablemente las posibilidades de adaptación del sector

agropecuario a las nuevas reglas impuestas por la economía global; esta

situación comprometía tres principios básicos del desarrollo rural: la

84 O’Donnell, Guillermo (1993) Estado, democratización y ciudadanía. En: Nueva Sociedad N° 128, Caracas. p. 68

66

Page 67: bontempo

competitividad, lo que a su vez condicionaba el crecimiento económico del

sector y del país; la equidad de los actores sociales y la sustentabilidad del

medio ambiente y sus recursos naturales.

Es por ello que el Estado decidió apoyar con recursos económicos al

denominado “Proyecto Federal de Reconversión Productiva para Pequeños y

Medianos Productores” más conocido como “Cambio Rural”, creado por el

INTA y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación; el mismo

es concebido como un instrumento de los productores para reordenar sus

estructuras de organización y funcionamiento de acuerdo con las exigencias de

la nueva estrategia de desarrollo. A través de Cambio Rural los pequeños y

medianos productores tienen la posibilidad de acceder a un asesoramiento

técnico permanente y a una capacitación.

De acuerdo al Lic. Mario Lattuada, director del Centro de Estudios para el

Desarrollo (CeD.), “el programa es planteado como un proceso de

reorganización económica y social, de reconversión productiva y comercial,

planificado a partir de la demanda y los mercados, en el nuevo contexto que

lidera la expansión agroindustrial y el desarrollo agroalimentario. La estrategia

que permitiría mejorar el perfil de competitividad de las empresas, se asienta

en una reducción de los costos medios asociados a una mayor productividad

de los factores, y en el acceso a demandas diferenciadas o nuevos mercados

que garanticen mejores niveles de precios, a través de procesos de

intensificación, reorganización y reconversión del negocio agropecuario”.85

Cambio Rural, junto al Programa Minifundios creados a fines de la década

anterior y al Programa Pro-Huerta86 de autoproducción de alimentos pasan a

tener un gran protagonismo tan importante en el INTA, al punto que sus

políticas de extensión de los ‘90 estarán absolutamente ligadas a estos

programas de intervención.

Los supuestos del desarrollo impulsados desde la visión neoliberal e insertos

en el contexto global se incorporaron con tanta fuerza en el sector, que hasta

85 Lattuada, Mario (2000) Cambio Rural, Política y desarrollo en la Argentina de los ’90, Rosario, Arcasud Editorial. p. 5486 El Proyecto Integrado Pro-Huerta se puso en marcha en agosto de 1990 con la finalidad de contribuir a una mejor alimentación de la población rural y urbana con necesidades básicas insatisfechas. El Programa tiene por objetivo la promoción de huertas familiares, y escolares y comunitarias y la capacitación de los asistidos en la autoproducción de alimentos en pequeña escala, para completar su alimentación.

67

Page 68: bontempo

modificaron algunos usos del lenguaje; el productor comenzó a denominarse

productor-empresario o directamente empresario agropecuario, y detrás del

lenguaje llegó un cambio en las demandas al sistema de extensión. El

Seminario Interinstitucional sobre Extensión Rural organizado por el INTA en

abril de 1997, recogió una gran parte de ellas, así como la visión de cada una

de las principales entidades de productores, en ese marco el Ing. Agr. Marcelo

Muniagurria, Representante de Confederaciones Rurales Argentinas en aquel

momento, decía respecto de la extensión “para que sea exitosa debe asegurar

resultados y no quedarse en las ‘recetas’. En un tiempo discutíamos en

términos de que ese resultado debía ser ‘más kilos en la tranquera’, hoy somos

concientes de que deben ser ‘más kilos, mejores kilos y fundamentalmente,

bien vendidos’. En un mundo competitivo el resultado de la gestión -productor

incluído- en su proceso de transformación y adaptación a un mundo diferente

debe ser exitoso, porque esto trae desarrollo y crecimiento al conjunto de la

sociedad”.87

Y en el marco de esta nueva visión del desarrollo, el INTA debió a responder a

una multiplicidad de demandas que fueron requeridas por tantos otros actores,

lo que a decir de Alemany “desencadenó algunos importantes debates sobre su

futuro institucional. Uno de ellos tuvo que ver con la necesidad de separar la

investigación de la extensión provincializando y/o privatizando esta última.

Contradictoriamente, lo que para algunos era la gran fortaleza institucional y lo

que le había dado identidad y reconocimiento nacional e internacional, para

otros era lo que estaba atentando contra la eficacia institucional por la

imposibilidad de gestionar funciones tan diversas, en un contexto en el cual la

innovación tecnológica y el desarrollo rural se habían tornado extremadamente

complejos”.88

Comunicación y Cultura

Los estudios enmarcados en la cultura representan la forma de

investigación privilegiada durante los años ’90 por las ciencias sociales, aunque

para ser precisos deberíamos ubicar su impulso en la década anterior.

87 INTA (1997) Seminario Interinstitucional sobre Extensión Rural, Buenos Aires, INTA. p. 2488 Alemany, Carlos (2003) op. cit. p. 157

68

Page 69: bontempo

Las dificultades crecientes de acceder a la complejidad de los procesos

comunicacionales a partir de los paradigmas expuestos hasta ese momento

(psicológico-conductista, sociológico, semiológico, informacional) y a través de

métodos hipotético-deductivos y criterios cuantificables, dieron como resultado

dos hechos absolutamente interdependientes: la búsqueda de otras formas de

indagación de la comunicación, desarrolladas en forma interdisciplinaria y un

creciente interés para la aplicación de métodos de investigación cualitativa.

Los trabajos de Stuart Hall, Clifford Geertz y Pierre Bourdieu serán las

principales referencias teóricas de los investigadores sociales latinoamericanos

para abordar la dinámica de los cambios sociales y culturales.

García Canclini, será uno de los primeros en incorporar el tema de la cultura

popular en los estudios de comunicación y en trabajar elaboraciones más

complejas sobre los procesos psicosociales en los que se configuran las

prácticas y las representaciones de los sujetos; en su ensayo “¿De qué

estamos hablando cuando hablamos de lo popular?” éste decía que “lo popular

se constituye como consecuencia de las desigualdades entre capital y trabajo,

pero también por la apropiación desigual -en el consumo- del capital cultural de

cada sociedad y por las formas propias con que los sectores subalternos

reproducen, transforman y se representan sus condiciones de trabajo y de

vida”.89

García Canclini será también el encargado de iniciar la búsqueda de otros

sentidos al papel “dominante” que se le otorgaba a la cultura hegemónica hasta

ese momento, sobre todo desde la lógica del consumo. A partir del concepto de

habitus descripto originalmente por Bourdieu como esquemas básicos de

percepción internalizados en el individuo desde la niñez y que actúan a modo

de filtros para guiar el pensamiento y la acción, éste investigador afirmará que

“cuando un anuncio comercial o un mensaje político se dirige a los receptores,

se inserta en sistemas de habitus, constituidos en su mayoría desde la infancia.

Las correspondencias fuertes de las estructuras sociales con el

comportamiento de los individuos se producen a través de un largo proceso de

formación de habitus y gustos, no por las influencias ocasionales con que los

medios o los partidos políticos buscan orientar sus conductas”.90

89 García Canclini, Néstor (1984) ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular?. En: Punto de Vista, Año VII, N° 20, Buenos Aires. p. 3690 Ibid. p. 33

69

Page 70: bontempo

Pero será indudablemente Jesús Martín Barbero el teórico que mayor influencia

ejerza para el desplazamiento conceptual de los estudios de comunicación

hacia el campo de la cultura. Su libro “De los medios a las mediaciones”

publicado en 1987 marcará un antes y un después en la investigación de la

comunicación en América Latina.

Desde una posición similar a la de García Canclini, de hecho sus primeros

trabajos están inspirados en el pensamiento de éste autor, Barbero critica con

fuerza la formación de un paradigma hegemónico a partir de la semiótica, el

estructuralismo y la teoría de la información y lo hace en los siguientes

términos “de la amalgama entre comunicacionismo y denuncia lo que resultó

fue una esquizofrenia, que se tradujo en una concepción instrumentalista de los

medios, concepción que privó a estos de espesor cultural y materialidad

institucional convirtiéndolos en meras herramientas de acción ideológica (...) la

ideologización impidió que lo que se indagara en los procesos fuera otra cosa

que las huellas del dominador. Y para nada las del dominado y menos las del

conflicto”.91

Este investigador español cuya producción principal proviene de su paso por la

Universidad del Valle en Cali en Colombia y por la de Monterrey en México,

tomará de la base del pensamiento de Stuart Hall para referir el proceso de

asunción de lo popular como cultura, el que se manifiesta en la articulación de

las prácticas de comunicación, y el desplazamiento metodológico de los medios

a las mediaciones: “cargada tanto por los procesos de trasnacionalización

como por la emergencia de sujetos sociales e identidades culturales nuevas, la

comunicación se está convirtiendo en un espacio estratégico desde el que

pensar los bloqueos y las contradicciones que dinamizan estas sociedades-

encrucijada, a medio camino entre un subdesarrollo acelerado y una

modernización compulsiva. De ahí que el eje del debate se desplace de los

medios a las mediaciones, esto es, a las articulaciones entre prácticas de

comunicación y movimientos sociales”.92

La comunicación será entendida, entonces, desde una perspectiva relacional e

intersubjetiva como un proceso de producción de sentidos, como un espacio de

91 Barbero, Jesús Martín (1991) op. cit. p 22192 Ibid. p. 203

70

Page 71: bontempo

mediación social entre el conjunto de los actores que participan en ella. Y la

cultura, a propósito de los aportes de Stuart Hall, podría ser definida como “los

significados y los valores que emergen entre grupos y clases sociales

diferenciados, sobre la base de sus condiciones y relaciones históricas dadas,

a través de las cuales ‘manejan’ y responden a las condiciones de existencia; y

como las tradiciones y prácticas vividas a través de las cuales son expresadas

esas ‘comprensiones’, y en las cuales están encarnadas”.93

La Investigación Cualitativa

La década de los ’80 marca la aparición de un importante número de

estudios cualitativos especializados en instituciones, contenidos y audiencias

de medios masivos, como respuesta a las dificultades cada vez mayores de

investigar prácticas y procesos sociales desde el abordaje empírico

convencional. Mientras su popularidad fue creciendo desde otras disciplinas

como la antropología, la lingüística y la historia; su desarrollo en comunicación

se fue consolidando, en la medida en que la perspectiva de indagación de la

comunicación desde la cultura fuera ganando campo.

La necesidad de “entender” los procesos referidos, más que “verificarlos”, y el

afán de interdisciplinariedad manifestado desde las distintas ciencias sociales

reforzaron su expansión.

El investigador danés Klaus Bruhn Jensen lo explica claramente: “si uno acepta

que los desarrollos científicos son, en cierto grado, interdependientes de los

cambios en el contexto socioeconómico, los abordajes cualitativos pueden ser

vistos como la respuesta científica que se corresponde con una nueva forma de

realidad social: la sociedad postindustrial, la era postmoderna, la sociedad de la

información. La erosión de los modelos tradicionales y el ascenso de la

comunicación masiva como el principal recurso de cohesión social en muchas

regiones del mundo, son tendencias del siglo XX que se han acelerado en las

últimas décadas, promoviendo la búsqueda de nuevas teorías y métodos para

comprender la complejidad y el cambio social y cultural”.94

93 Hall, Stuart (1984) Estudios culturales: dos paradigmas. En: Revista Hueso Humero, N° 19, Lima [publicado originalmente como “Cultural Studies: two paradigms”, en Media, Culture and Society, 2, London, 1980, pp. 57-72]94 Jensen, Klaus Bruhn (1991) Introduction: the qualitative turn. En: Klaus B. Jensen y Nicholas W. Jankowski (Ed.) A handbook of qualitative methodologies for mass communication research, London and

71

Page 72: bontempo

Una de las principales herramientas de investigación cualitativa es la

observación etnográfica, considerada desde un enfoque naturalista en

oposición al positivismo, la cual “se apoya –a decir de Gloria Pérez Serrano- en

la convicción de que las tradiciones, roles, valores y normas del ambiente en

que se vive se van internalizando poco a poco y genera determinados estilos

que pueden explicar la conducta individual de forma adecuada (...) se

caracteriza por ser generativa, inductiva, constructiva y subjetiva”.95

Otras herramientas destacadas son la entrevista en profundidad, la historia de

vida (para muchos autores, es el método que mejor permite al investigador

acceder a conocer cómo los sujetos crean y reflejan el mundo que los rodea),

el análisis textual o discursivo, los grupos de discusión, entre otros.

Vale aclarar que la investigación cuantitativa como la cualitativa no

necesariamente deben estar en veredas opuestas. Si bien son epistemologías

distintas, bien pueden complementarse a partir de generar dos miradas

distintas sobre un mismo objeto. Según Guillermo Orozco Gómez, Director del

Depto. de Estudios en Comunicación de la Universidad de Guadalajara,

“muchos profesionales, en especial los cualitativos, realizaron investigaciones

cualitativas y cuantitativas y luego han tratado de obtener conclusiones

basadas en ambas e integrar en las conclusiones un entendimiento de aquello

que están investigando. Eso sí se ha hecho, pero no existe el desarrollo

epistemológico que permita integrar ambas perspectivas de conocimiento”.96

El Protagonismo de la Comunicación

1991 será un año difícil de olvidar, no sólo para el Departamento de

Publicación, Prensa y Difusión sino para todo el INTA. La racionalización

impulsada desde el Ministerio de Economía deja cesante o en situación de

retiro voluntario a una proporción altamente significativa de profesionales,

técnicos y auxiliares de la institución en el marco de la Reforma del Estado.

New York, Routledge.

95 Pérez Serrano, Gloria (1994) Investigación cualitativa. Métodos y técnicas, Buenos Aires, Fundación Universidad a distancia "Hernandarias". pp. 224-22596 Orozco Gómez, Guillermo (1996) La investigación en comunicación desde la perspectiva cualitativa, Ediciones de Periodismo y comunicación N° 1, La Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. p. 38-39

72

Page 73: bontempo

La pérdida de capacidades operativas fue más que importante en todas las

áreas, por lo que tuvo que realizarse un enorme esfuerzo de reasignación de

funciones de personal para asegurar la continuidad de funcionamiento.

El impacto de esta medida expuso la importancia que el Instituto le asignaba al

sector de comunicaciones: el Departamento estuvo a poco de desaparecer; la

gestión de algunos hombres vinculados a la Dirección Nacional logró evitarlo,

no sin antes reducirlo a su mínima expresión. El Ing. Agr. Miguel De Bueno

asumirá la jefatura, por primera vez unificada, del área comunicaciones.

Al mismo tiempo que en los distintos espacios académicos las nuevas

perspectivas de abordaje de las prácticas iban ganando adeptos, un puñado de

comunicadores llevaron la teoría al campo y la pusieron a trabajar.

Desde el Proyecto de Agricultura Conservacionista (PAC), creado en 1986 para

dar respuesta al grave problema de erosión y degradación de suelos en la

región pampeana, el componente de apoyo en comunicaciones se pensó no

sólo para difundir informaciones, sino como contribución para producir y recrear

conocimientos al crear espacios -no exclusivamente mediatizados- de

articulación de intereses. El diseño de la estrategia de intervención se realizó

sobre la base de un diagnóstico rural que sirvió para identificar a los distintos

grupos, caracterizar a cada uno de ellos y detectar redes de comunicación

formales e informales y la comunicación fue conceptualizada como herramienta

estratégica. A decir de su principal responsable en aquél tiempo, Sandra

Massoni, y a partir de su experiencia -sistematizada y volcada en un pequeño

libro de bolsillo publicado en 1990- la visión de la comunicación estratégica

”implica reconocer que la teoría es una herramienta profesional que nos

permite operar sobre la realidad. Un recurso por el que cada profesional opta

valorativamente, sabiendo los alcances y limitaciones que tiene la utilización de

un método, una técnica, un marco teórico, para integrarlos a la estrategia

global. Por ejemplo, si es necesario comunicar cómo regular una cosechadora

para reducir las pérdidas de granos, convendrá utilizar una metodología

difusionista (...) si es necesario conseguir la organización cooperativa de

productores hortícolas para mejorar las posibilidades de comercialización de

sus productos, convendrá utilizar una metodología más participativa que

refuerce los lazos de integración social. Es decir, cada concepción de la

comunicación tiene una racionalidad que la caracteriza, y no es buena o mala

73

Page 74: bontempo

en sí misma sino en relación con las necesidades existentes y con los objetivos

planteados para su utilización. La propuesta de la comunicación como

herramienta estratégica implica asumir la pertinencia de cada concepción de la

comunicación para operar con ellas en la realidad”.97

Desde distintas Estaciones Experimentales Agropecuarias del INTA se

comenzaron a estudiar audiencias y consumos, a investigar mediaciones, a

reconocer actores, etc. a partir del diagnóstico comunicacional como aporte

metodológico, utilizado para facilitar el aporte de la comunicación a objetivos y

a objetos diversos. Así, durante los primeros años de los ’90, éstos se

realizaron en Bordenave (Buenos Aires), Anguil (La Pampa), Rafaela (Santa

Fé), Pergamino (Buenos Aires), Gral. Villegas (Buenos Aires) impulsados por

los comunicadores locales.

La aparición en mayo de 1993 de “Cambio Rural” como refuerzo al sistema de

extensión, sirvió también para fortalecer al área de comunicaciones a través de

recursos humanos con formación académica específica, en algunas de las

Estaciones que no tenían un responsable en el área.

En 1994 el Departamento de Publicación, Prensa y Difusión cambió una vez

más su denominación por el de Dirección de Comunicaciones (DICOM) y el Lic.

Luis Bonetto fue designado al frente de la misma; desde la creación del INTA,

en 1957, es la primera que un comunicador asume el cargo de Director. Ese

mismo año la DICOM fortalece su política de publicaciones a partir de la

realización de un informe de validación de la Revista “Campo y Tecnología”98, a

la que posteriormente se le dará un nuevo empuje, y de la edición de la “Serie

Comunicación Rural”, una publicación para favorecer el autoaprendizaje y

orientada a “quienes, desde las instituciones, trabajan con los sectores rurales

para satisfacer sus necesidades y demandas comunicacionales”.99 Los dos

primeros números, en rigor los únicos que llegaron a publicarse de los diez

módulos previstos, estuvieron a cargo de Daniel Prieto Castillo.

97 Massoni, Sandra H. (1990) La comunicación como herramienta estratégica en los planes de desarrollo rural, Pergamino, PAC-INTA, pp. 19-2098 Revista de divulgación técnica destinada a productores, profesionales y estudiantes vinculados al sector agropecuario.99 Prieto Castillo, Daniel (1994) Introducción a la comunicación rural, Serie Comunicación Rural, Buenos Aires, Dirección de Comunicaciones- INTA. p. 5

74

Page 75: bontempo

Desde el canal 7 de Buenos Aires el programa “Mano a Mano con el Campo”

producido por el INTA y conducido por Luis Landriscina logró buenos niveles de

audiencia, llegando a posicionarse por períodos como el programa más visto

del canal. El refuerzo de la imagen institucional que significó esta emisión se

completó con otras acciones de menor alcance pero igualmente efectivas,

como el trabajo de identidad con el que se diseñó la presencia del INTA en las

grandes exposiciones del sector, la producción de micros radiales para el

interior del país, un trabajo más aceitado con la prensa nacional y el mensaje

institucional que desde el programa Cambio Rural llegó con más fuerza al

productor.

Si se compara con los períodos anteriormente señalados, este inusitado

despliegue es por lo menos llamativo; la explicación puede encontrarse en las

palabras de Cimadevilla cuando dice que “las relaciones de competencia en el

sistema de generación y transferencia de tecnología colocan al INTA en una

situación particular. Ya desde mediados de los ’80 el avance de las empresas

agroindustriales (lácteas y oleaginosas), químicas y productoras de semillas,

así como la mayor participación de las entidades gremiales y cooperativas,

coadyuvaron para que el organismo oficial redefiniera sus estrategias de acción

y articulación institucional; marco en el cual los problemas de legitimación

cobraron un destacado significado. La comunicación, entonces, vino al

encuentro de algunas medidas necesarias para reavivar la presencia del

organismo en el medio”.100

A principios de 1997 y a solicitud de la autoridad política de aquel momento, se

constituyó un equipo de comunicaciones con representación de los distintos

centros regionales del INTA. El mismo tuvo dos objetivos concretos:

- Diseñar una estrategia comunicacional de corto plazo que acompañe la

gestión político-institucional de oposición a la privatización del INTA.

- Redactar un documento de discusión que contemple una propuesta de

comunicaciones superadora del esquema operativo vigente, en ese

momento.

100 Cimadevilla, Gustavo (1997) op. cit. p. 67

75

Page 76: bontempo

La estrategia comunicacional se realizó sobre la base de una campaña

informativa denominada “El INTA ESTÁ”, en la que la gestión de prensa fue su

principal componente. En poco menos de tres meses se realizó un importante

número de conferencias de prensa en los principales centros urbanos del

interior del país, varios encuentros con la prensa especializada y otras tantas

acciones que subieron la apuesta y el calor del debate. El marco privatizador lo

daba la Segunda Reforma del Estado impulsada por Roque Fernández y el eco

favorable que éste encontró en la Sociedad Rural Argentina.

La campaña también incluyó el diseño de material informativo para el público

en general, algo poco usual hasta ese momento y la utilización del tiempo

gratuito que el Estado tiene diariamente en la red federal de radiodifusión.

El título de la campaña, a modo de anclaje, intentó resumir el concepto básico

de un INTA presente en el país por más de cuatro décadas y, apelando a un

lugar común del imaginario popular, su dinámica diferenciada respecto a otros

organismos del Estado que “son, pero no están”.

Para el segundo caso, la propuesta de los comunicadores se realizó desde el

enfoque de comunicación estratégica ya mencionado y los principales ejes de

la misma fueron:

- Transformar los temas en problemas. Desde esta perspectiva ya no hay

tema/información a transmitir sino un tejido social que movilizar. Entonces, más

allá de que el trabajo sea de comunicación intrainstitucional o de extensión,

para toda una región o para reformular una publicación, será necesario traducir

los temas a problemas y organizar una estrategia de comunicación para

intervenir en su resolución.

- Capacitar equipos para trabajar multidisciplinariamente abordando los

problemas. Un trabajo de este tipo no lo resuelven sólo los comunicadores: la

comunicación es un espacio relacionante de la diversidad sociocultural que

atraviesa transversalmente todos sus aspectos (lo tecnológico, lo económico, lo

político, lo social, etc.). Entonces, habrá que capacitar equipos

multidisciplinarios para que aprendan a trabajar juntos en una gestión

institucional que asuma el espesor de la comunicación. El correlato concreto de

este aspecto del proyecto deberá traducirse por ejemplo, en la realización de

seminarios gerenciales para trabajar este nuevo enfoque.

76

Page 77: bontempo

- Incorporar metodologías de planificación de comunicaciones. Existen

metodologías de planificación de comunicaciones que se vienen realizando

exitosamente en algunos lugares y que podrían integrarse a otros de inmediato.

Una de ellas es el diagnóstico comunicacional. La principal virtud de un

comunicador es captar al otro, saber escucharlo para poder convocarlo a

participar a partir de sus intereses y sus necesidades.

La propuesta contenida en el documento de comunicación institucional fue

validada por un cuerpo docente de la Facultad de Periodismo y Comunicacional

Social de la UNLP, presentada a discusión ante los Directores de Centros

Regionales, elevada y aprobada el 11 de noviembre de 1997101. El INTA tenía

por primera vez un documento de comunicación institucional aprobado por su

Consejo Directivo.

Lo paradójico fue que tras su aprobación las propuestas de comunicación

nunca se llevaron a la práctica, el paso del tiempo y el recambio de autoridades

en 1999 tras la asunción de un nuevo gobierno, las sentenciaron al olvido.

101 CIRC. DN. N° 30/97

77

Page 78: bontempo

IX. PROBLEMAS Y DESAFIOS

Cuerpo y Alma

El INTA es un organismo del Estado Nacional con autarquía operativa y

financiera que depende de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y

Alimentos (SAGPyA).

El objetivo central del Instituto es contribuir a la competitividad del sector

agropecuario, forestal y agroindustrial en todo el territorio nacional, priorizando

entre sus acciones la generación de tecnología a través de la investigación y

poniendo la misma al servicio del productor rural a través de su sistema de

extensión.

Un Consejo Directivo define las políticas institucionales a nivel nacional, el

mismo está integrado por 5 miembros provenientes del ámbito oficial

(Universidades Nacionales, SAGPyA) y 5 miembros del sector privado

(organizaciones de productores), lo que asegura el control social de su

accionar.

Presidente y Vicepresidente son las máximas autoridades del organismo y son

designados políticamente por el gobierno; el resto de los cargos gerenciales se

designan mediante concurso abierto.

Para ejecutar los lineamientos fijados por el Consejo Directivo, la estructura

orgánica presenta una Dirección Nacional, la cual es asistida por dos áreas

técnicas (Planificación y Operaciones) por un área de Organización y Recursos

Humanos y otra de Administración. El Departamento de Comunicaciones está

ubicado en una segunda línea y depende directamente de esta Dirección.

Asimismo el INTA cuenta con 12 Centros Regionales, de los que dependen un

total de 44 Estaciones Experimentales Agropecuarias y 240 unidades de

extensión.

Su planta de personal está compuesta por aproximadamente 3700 agentes, de

los cuales la tercera parte son profesionales y de ellos la gran mayoría son

ingenieros agrónomos y médicos veterinarios.

Concebimos al INTA dentro del marco de las organizaciones, a partir de la

definición del sociólogo Antonio Giddens según la cual “una organización es

una gran asociación de personas regidas según líneas impersonales,

78

Page 79: bontempo

establecidas para conseguir objetivos específicos. (...) Las organizaciones son,

en su mayor parte, diseñadas, establecidas con propósitos definidos en

perspectiva y albergadas en edificios o emplazamientos físicos construidos

específicamente para ayudar a realizar esas metas"”

Dentro de las caracterizaciones tradicionales de la sociología de las

organizaciones, el INTA se corresponde con el tipo ideal de burocracia

planteado por Max Weber y cuyos principales aspectos son:

- Existe una clara jerarquía de autoridad, que establece la causalidad del todo

hacia las partes. Una burocracia se asemeja a una pirámide, con las

posiciones de máxima autoridad en la cima y hay una cadena de mando

desplegad que hace posible la adopción coordinada de decisiones en forma

vertical. Cada nivel controla y supervisa al inferior de la jerarquía.

- Las reglas escritas gobiernan la conducta del personal en todos sus niveles,

los grupos sólo pueden procesarse a sí mismos dentro del marco normativo

impuesto por la organización.

- El personal es asalariado a tiempo completo y cada empleo tiene asignado

un sueldo fijo. La promoción a niveles superiores es posible sobre la base

de la capacidad, la antigüedad o una combinación de ambas.

El INTA como toda organización aparece como un elemento complejo, pleno de

contradicciones, en la que no escasean los conflictos generados por

situaciones particulares o por problemas de la propia institución; la división del

trabajo, los procesos de toma de decisión, la diferencia entre las expectativas

del individuo y de la institución, aparecen como las causas más conocidas.

Según el sociólogo americano Richard Hall las organizaciones y el poder son

sinónimos en muchos aspectos, son sistemas de poder en términos de la forma

en la que la gente se ajusta a las reglas y en términos de adjudicación de

recursos; y en general se define a este último “como las relaciones entre dos o

más actores, donde el comportamiento de uno se ve afectado por el del otro”.102

Su aspecto relacional ve con claridad cuando introducimos la noción de

“dependencia”.

102 Hall, Richard H. (1996) Organizaciones, estructuras, procesos y resultados, México, Prentice Hall Hispanoamericana. p. 120

79

Page 80: bontempo

Las distintas percepciones de la realidad y la manera particular en la que cada

grupo aborda la práctica social desde el seno de la organización, marca

permanentemente la dinámica del cambio institucional. La tensión se manifiesta

entre el sistema de roles, normas y valores dominantes o lo instituido y la

fuerza instituyente entendida como los intentos de cambio y las negaciones.

A la luz de la redundancia informativa obtenida a partir de una serie de

registros, nos interesa abordar un tipo particular de conflicto que hace

especialmente a los fines de nuestro objeto de estudio: el que emerge de la

confrontación de dos racionalidades diferentes.

Los Unos y Los Otros

A partir del reconocimiento de la dinámica institucional en casi 50 años

de historia, es posible observar la importancia que la difusión de información ha

tenido para el INTA y como ha permanecido vigente, pese al cambio de

contextos y condiciones materiales. Si bien es cierto que la generación y

transferencia de información a la sociedad, en particular al sector agropecuario,

hace a la misión de esta institución, también lo es que los cambios operados

por la globalización en las relaciones laborales, la economía, la producción

cultural y el sentido mismo del tiempo y el espacio, plantean la redefinición de

las relaciones sociales. Es necesario aprehenderlas para comunicarnos de

manera efectiva con ese otro a quien nos interesa hacerle llegar nuestro

mensaje; como afirma el sociólogo Octavio Ianni “el globo ha dejado de ser una

figura astronómica para adquirir plenamente significación histórica”.103

En estas dos visiones se sintetizan, desde los ’90, las racionalidades en pugna:

la instituida o aquella que prioriza la difusión de información como estrategia

central de la comunicación institucional, y la instituyente que con más o menos

fuerza según el contexto, plantea la necesidad de introducir modificaciones.

La expresión de esta tensión habitualmente se manifiesta contenida por el lugar

de subordinación que ocupa el comunicador en la institución, muchas veces

visualizado como personal auxiliar o de apoyo, y por la expectativa que la

gerencia y el resto de los profesionales (agrónomos y veterinarios, en su

103 Ianni, Octavio (1996) Teorías de la globalización, México, Siglo XXI. p. 3

80

Page 81: bontempo

mayoría) deposita en el trabajo de producción de materiales, gestión de prensa

y otras actividades de difusión.

Algunas conclusiones del diagnóstico de comunicación interna realizado en el

INTA por las comunicadoras de la UBA, Ana Clara Jaluf, Laura Mirabelli y

Cecilia Yacovino en el año 2001, nos permiten acercar otra mirada: “la

perspectiva comunicacional que manejan los integrantes del INTA es sinónimo

de información, para estos actores la comunicación es algo anexo, periférico, y

no algo que los atraviesa en todo momento. En este contexto se explica que la

función que tradicionalmente desempeñó la DICOM haya sido de mera difusión

de planes y proyectos. (...) El lugar instrumental y subordinado que en el INTA

se le ha otorgado habitualmente a la DICOM no es casual. Y para comprender

la razón de ser de esta ubicación hay que acudir, por las particularidades de la

institución, a la ya vieja contraposición entre ciencias exactas y ciencias

sociales (...) la mayoría de los integrantes del INTA (veterinarios, agrónomos,

etc.) aseguran que su trabajo requiere de personal científico altamente

calificado y especializado, mientras que dejan traslucir que las tareas propias

de un comunicador con un poco de empeño pueden ser realizadas por

cualquiera”.104

La diferencia de formación profesional determina una distinta manera de

interpretar la realidad, mientras la racionalidad del comunicador -como la de

todo profesional vinculado a las ciencias sociales- es sustantiva, la del

ingeniero o el médico veterinario es instrumental. Unos asocian e integran, los

otros separan; unos se involucran, los otros objetivan; unos describen, los otros

miden.

Como afirman Washington Uranga y Daniela Bruno, docentes e investigadores

en comunicación social de la UNLP “en la génesis misma del debate sobre el

oficio del comunicador y en la delimitación del campo académico queda de

manifiesto de por sí la dificultad existente para establecer el área específica de

incumbencia de la comunicación (...) La raíz de esta dificultad se asienta en la

concepción misma del conocimiento científico aplicado a las ciencias humanas.

Para la física o para la astronomía existe un objeto claramente determinado y

104 Jaluf, Ana Clara; Mirabelli, Laura y Yacovino, Cecilia (2001) La comunicación interna en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Trabajo Final del Taller Anual de la Orientación Políticas y Planificación de la Comunicación, Cátedra W. Uranga, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires

81

Page 82: bontempo

éste no se modifica a partir de fines humanos. En cambio ‘el objeto de las

ciencias sociales es siempre un objeto histórico’, es decir, que el propio

conocimiento a que aspiramos es una realidad material que se modifica y

cambia por la propia actividad de los que, produciéndola, hacen ciencia”.105

Desde otro lugar los Ings. Agrs. de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL,

Sánchez, Erbetta y Otros, plantean que “la formación tradicional del profesional

ingeniero agrónomo en el ámbito universitario se ha enmarcado en un diseño

curricular cuyos contenidos poseen una fuerte impronta tecnológica, lo cual en

muchos casos produjo en el campo profesional, acciones predominantemente

cientificistas o tecnologicistas. En ese marco la extensión rural, fue entendida

como una herramienta cuyo propósito era ‘recetar al futuro profesional un

listado de formas de comunicarse, para que luego pueda recetar bien a los

productores los conocimientos que se quisieren transmitir’”.106

Y estos diferentes modos de ver al mundo e interpretarlo constituyen los

saberes dominantes en un determinado contexto, los no pueden ser

reconocidos como legítimos si no están avalados por algún dispositivo de

poder, perspectiva que coincide con la de Michel Foucault cuando afirma que

“no existe relación de poder sin constitución correlativa de un campo de

saber”.107

Nuestro Desafío

Como afirma el reconocido investigador de la Universidad Nacional de Cuyo,

Daniel Prieto Castillo “formamos parte de una institución que se desenvuelve

en un contexto, el cual la constituye en sus líneas fundamentales y le ofrece

facilidades y dificultades. Estamos ya inmersos en un espacio de competencia

(...) y a la vez tenemos las relaciones entre las distintas unidades y al interior

de cada una de ellas. Los puntos de fricción están por todas partes y cada vez

105 Uranga, Washington y Bruno, Daniela (2001) Diagnóstico, participación y poder, La Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP. Cap. 3, p. 1106 Sánchez, Sonia; Erbetta, Hugo y Otros (2003) Aproximación a un concepto de Extensión Rural como base para la formación del graduado universitario, bajado de www.vet.unne.edu.ar/jornada/Charla2003B (bajado el 21/10/03)107 Foucault, Michel (1987) Vigilar y castigar, México, Siglo XXI.

82

Page 83: bontempo

necesitamos de mayor planificación, lo cual significa mayor información, del

contexto y de nosotros mismos”. 108

Desde los nuevos paradigmas de las ciencias sociales en su conjunto se

sostiene que la planificación, tanto de la comunicación como de la extensión,

debe hacerse desde la perspectiva de un abordaje interdisciplinario, ante la

conformación de un campo de estudio complejo y contemporáneo.

La intervención de la dinámica sociocultural requiere comprender a la

comunicación como un proceso abierto y permanente de sentido. No es una

cuestión de mensajes mejores o peores, medios adecuados, ni de

caracterización de audiencias; se trata de poner el énfasis en la mediación, y

ello sucede cuando se pasa de un modelo basado en la transmisión, a un

modelo basado en la relación.

Desde la extensión rural, las perspectivas de multifuncionalidad superadoras de

modelos y prácticas convencionales, en donde el cambio institucional y la

gestión aparecen como nuevas funciones, requieren ser explicitadas.

El camino hacia una mejor comprensión de los fenómenos complejos que

impone el abordaje de las prácticas socioculturales, demanda discusión y notas

para una agenda, en donde los problemas relacionados con la calidad de vida,

la sustentabilidad del medio ambiente y los requerimientos alimentarios de un

planeta en crecimiento condicionan cada vez más al sector rural.

108 Prieto Castillo, Daniel (1997) Comunicar la investigación. Ponencia presentada a las Jornadas de Investigación de la UNC.

83

Page 84: bontempo

X.- BIBLIOGRAFÍA CITADA

Alemany, Carlos (2003) Apuntes para la construcción de los períodos

históricos de la Extensión Rural en el INTA. En: Thornton, R.; Cimadevilla, G.

(editores). La extensión rural en debate, Buenos Aires, Ediciones INTA.

Armas Castañeda, Segundo (1995) Imaginándonos el futuro. La

comunicación como estrategia para el desarrollo, Lima, ILLA Centro de

Comunicación y Educación.

Barbero, Jesús Martín (1991) De los medios a las mediaciones.

Comunicación, cultura y hegemonía. 2da. edición, Barcelona, Ed. Gustavo Gilli.

Beltrán, Luis R. (1993) Discurso inaugural de la IV Mesa Redonda sobre

Comunicación y Desarrollo, Instituto para América Latina (IPAL).

Bocco, Arnaldo (1991) El empleo asalariado. En: El Desarrollo Agropecuario

Pampeano, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano.

Cantú, Ariadna (1997) Los Referentes. Una versión de los ’90 sobre los líderes

de opinión. En: Cimadevilla, G.; Carniglia, E.; Cantú, A. La bocina que parla,

Río Cuarto, INTA- UNRC.

Comba, Silvana; Toledo, Edgardo (2002) La investigación en comunicación

en Argentina. Revista Tercer Milenio Año 7, N° 7, Santiago de Chile,

Universidad Católica del Norte.

Coscia, Adolfo A. (1983) Segunda revolución agrícola en la región pampeana,

Buenos Aires, Ed. Cadia.

Cosse, Gustavo (1991) El aparato de extensión del INTA. En: El Desarrollo

Agropecuario Pampeano, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano.

84

Page 85: bontempo

Depto. Comunicaciones en Extensión Rural (1986) Campo y Técnica.

Revista Dialoguemos Año 5, N° 8, Buenos Aires, INTA.

Depto. Comunicaciones en Extensión Rural (1986) 25 años en extensión.

Revista Dialoguemos Año 5, N° 8, Buenos Aires, INTA.

Depto. Comunicaciones en Extensión Rural (1985) Reflexiones tras 25 años

en extensión. Revista Dialoguemos Año 4, N° 6, Buenos Aires, INTA.

Depto. Comunicaciones en Extensión Rural (1983) El INTA en la Patagonia..

Revista Dialoguemos Año 2, N° 2, Buenos Aires, INTA.

Foucault, Michel (1987) Vigilar y castigar, México, Siglo XXI.

Fukuyama, Francis (1992) El fin de la historia y el último hombre, Buenos

Aires, Editorial Planeta.

García Canclini, Néstor (1986) Las culturas populares en el capitalismo.

México, Nueva Imagen.

García Canclini, Néstor (1984) ¿De qué estamos hablando cuando hablamos

de lo popular?. En: Punto de Vista, Año VII, N° 20, Buenos Aires.

García Delgado, Daniel R. (1998) Estado-nación y globalización. Fortalezas y

debilidades en el umbral del tercer milenio, Buenos Aires, Editorial Planeta.

García Delgado, Daniel R. (1994) Estado & sociedad: la nueva relación a

partir del cambio estructural. Buenos Aires, Grupo Tesis Norma.

Hall, Richard H. (1996) Organizaciones, estructuras, procesos y resultados,

México, Prentice Hall Hispanoamericana

Hall, Stuart (1984) Estudios culturales: dos paradigmas. En: Revista Hueso

Humero, N° 19, Lima.

85

Page 86: bontempo

Ianni, Octavio (1996) Teorías de la globalización, México, Siglo XXI.

INTA (1997) Seminario Interinstitucional sobre Extensión Rural, Buenos Aires,

INTA.

INTA (1996) Historia Documental, Buenos Aires, Ediciones Argentinas.

Jensen, Klaus Bruhn (1991) Introduction: the qualitative turn. En: Klaus B.

Jensen y Nicholas W. Jankowski (Ed.) A handbook of qualitative methodologies

for mass communication research, London and New York, Routledge.

Kaplún, Mario (1985) El comunicador popular. Quito, CIESPAL.

Landi, Oscar (1988) La crisis de abril. En: Reconstrucciones. Las nuevas

formas de la cultura política, Buenos Aires, Editorial Puntosur.

Landi, Oscar (1987) Medios, procesos culturales y sistema político, Buenos

Aires, Legasa.

Landi, Oscar (1987) La trama cultural de la política. En: Lechner, Norbert

(comp.); Cultura política y democratización, Santiago de Chile, FLACSO.

Landi, Oscar (1985) El discurso sobre lo posible, Estudios CEDES, Buenos

Aires

Lattuada, Mario (2000) Cambio Rural, Política y desarrollo en la Argentina de

los ’90, Rosario, Arcasud Editorial.

López Saubidet, Carlos (1977) Evaluación, situación actual y perspectivas

futuras de los sistemas de investigación agrícola en la Argentina en relación

con los programas de desarrollo, Bogotá, IICA: Serie Informes de Conferencias,

Cursos y Reuniones N° 138.

86

Page 87: bontempo

Massoni, Sandra H. (2002) Estrategias de comunicación: una mirada

comunicacional para la investigación sociocultural. En: Orozco Gómez,

Guillermo (Coord.) Recepción y mediaciones, Buenos Aires, Grupo Editorial

Norma.

Massoni, Sandra H. (2002) Historicidad de la comunicación rural en la pampa

argentina. Revista de Investigaciones Agropecuarias, 31 (1). Buenos Aires,

INTA.

Massoni, Sandra H. (2000) Historicidad de la comunicación rural en la pampa

argentina. Informe final investigación. Rosario, FCPyRRII, UNR.

Massoni, Sandra H. (1990) La comunicación como herramienta estratégica en

los planes de desarrollo rural, Pergamino, PAC-INTA.

Mattelart, Armand (1993) La comunicación-mundo. Historia de las ideas y de

las estrategias, Madrid, Fundesco.

Díaz Bordenave, Juan E. (1982) O que é comunicacao rural, Sao Paulo,

Editora Brasiliense.

Mattelart, Armand; Mattelart, Michèle; Piccini, Mabel (1976) Los Medios de

Comunicación de Masas. La Ideología de la Prensa Liberal en Chile, Buenos

Aires, Ed. Schapire-El Cid.

Muraro, Heriberto (1991) Poder y comunicación, Buenos Aires, Editorial Letra

Buena.

Muraro, Heriberto (1982) Invasión cultural, economía y comunicación, Buenos

Aires, Editorial Legasa.

Najmanovich, Denise (1995) El lenguaje de los vínculos, de la independencia

absoluta a la autonomía relativa. En: Redes, el lenguaje de los vínculos, Elina

Dabas y Denise Najmanovich (compiladoras), Buenos Aires, Paidós.

87

Page 88: bontempo

O’Donnell, Guillermo (1993) Estado, democratización y ciudadanía. En:

Nueva Sociedad N° 128, Caracas.

Ortiz, Renato (1999) Ciencias sociales, globalización y paradigmas. En:

Pensar las Ciencias Sociales Hoy. Reflexiones desde la cultura. Rossana

Reguillo Cruz y Raúl Fuentes Navarro (coords.), México, Instituto Tecnológico y

de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).

Orozco Gómez, Guillermo (1996) La investigación en comunicación desde la

perspectiva cualitativa, Ediciones de Periodismo y comunicación N° 1, La Plata,

Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP.

Pasquali, Antonio (1972) Comunicación y cultura de masas, Caracas, Monte

Avila Editores.

Pasquini Durán, José María (1987) Comunicación, el Tercer Mundo Frente a

las Nuevas Tecnologías. En: Landi, Oscar (comp.). Medios, procesos culturales

y sistema político, Buenos Aires, Legasa.

Pérez Serrano, Gloria (1994) Investigación cualitativa. Métodos y técnicas,

Buenos Aires, Fundación Universidad a distancia "Hernandarias".

Prieto Castillo, Daniel (1994) Introducción a la comunicación rural, Serie

Comunicación Rural, Buenos Aires, Dirección de Comunicaciones- INTA.

Rosinha, Raúl C. (1988) Desarrollo y Comunicación Rural. Revista

Dialoguemos Año 6, N° 11, Buenos Aires, INTA.

Sapera, Enric (1985) La sociología de la comunicación de masas en los

Estados Unidos. Una introducción crítica. Barcelona, Ariel.

Servaes, Jan (2002) Comunicación para el desarrollo: Tres paradigmas, dos

modelos. Revista Temas y Problemas de Comunicación N° 10, Río Cuarto,

UNRC.

88

Page 89: bontempo

Servicio de Extensión Agropecuaria (1963) 1er Seminario Nacional de

Extensión Rural. Serie Formación Técnica Seminarios n° 205, Buenos Aires,

INTA.

Simpson Grinberg, Máximo (1986) Comunicación alternativa: tendencias de

investigación en América Latina. En Simpson Grinberg y otros: Comunicación

alternativa y cambio social. México, Premiá Editora.

Uranga, Washington y Bruno, Daniela (2001) Diagnóstico, participación y

poder, La Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP.

Verón, Eliseo (1968) Conducta, estructura y comunicación, Buenos Aires,

Editorial Alvarez.

Wolf, Mauro (1991) La investigación de la comunicación de masas.Crítica y

perspectivas. México, Paidós.

Wiener, Norbert (1969) Cibernética y Sociedad. Buenos Aires, Ed.

Sudamericana.

89