22
Silvestre Revueltas en el amanecer de su periodo americano: St. Edward’s College, Austin, Texas (1917-1918) Lorenzo Candelaria Silvestre Revueltas (1899-1940) es ampliamente reconocido como uno de los compositores más importantes del movimiento nacionalista mexicano, acaso superado por su coetáneo Carlos Chávez (1899-1978). Publicado seis meses después de la muerte del compositor el 5 de octubre de 1940 en un destacado periódico de lengua inglesa (The Musical Quarterly), el artículo “Silvestre Revueltas and Musical Nationalism in Mexico” de Otto Mayer-Serra constituye el primer estudio en atraer la atención sobre la relevancia del compositor en la escena contemporánea de arte musical en México. De acuerdo con la evaluación de Mayer-Serra, “Revueltas no sólo había producido unas de las obras musicales más significativas de su país, sino que inauguró nuevos cauces para el desarrollo de un lenguaje musical mexicano contemporáneo”. [1] La inspiración en las culturas indígenas primitivas, la vida folklórica en el México contemporáneo y una estética modernista que favorecía juegos complejos de metro y ritmo, la obra de Revueltas, realizada durante un periodo muy productivo de la última década de su vida, constituyó la base de su imagen nacionalista. Janitzio (1933), Sensemayá (1938) y La noche de los mayas (1939) son algunas de las obras que compuso en este período. Posteriormente, dicha imagen fue acentuada por sus colaboraciones con Chávez y la Orquesta Sinfónica de México (1929-35) y por su participación en la izquierdista Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios a mediados de los años treinta. Nuestra noción de Revueltas como un compositor nacionalista mexicano contrasta, empero, con los años durante los cuales estudió y trabajó en el St. Edward’s College (ahora St. Edward’s University) en Austin, Texas (1917-18), posteriormente, en el Chicago Musical College (1918-20 y 1922-24), y, finalmente, en Mobile, Alabama y San Antonio, Texas (1926-28).[2] A pesar de su reputación como compositor de vanguardia en el nacionalismo mexicano de siglo veinte, un recuento equilibrado de Silvestre Revueltas y su música debiera considerar los años formativos que se podrían denominar como su “período americano”. No obstante, hasta hace poco los biógrafos y estudiosos han ignorado dicho periodo, dejando la etapa más temprana, y en cierto modo la más impresionable de su vida, envuelta en un misterio. La adecuada caracterización irónica que hace Peter Garland de Revueltas como el “famoso compositor desconocido” de México, un agudo comentario hecho hace más de una década, sigue vigente.[3] El reciente estudio de Robert Parker, “Revueltas en San Antonio y Mobile”, ofrece un importante paso adelante, ayudándonos a entender los años oscuros de Revueltas en los Estados Unidos. Curiosamente, nos encontramos con que la composición no era una actividad preponderante durante su estancia en ninguno de los dos lugares. Sólo dos composiciones se derivan del periodo San Antonio - Mobile: el septeto Batik (el cual impresionó a Carlos Chávez lo suficiente como para abrirle camino a Revueltas en la Asociación Panamericana de Compositores), y una obra de cámara no especificada, de la que se da cuenta en una carta que Revueltas envió a Chávez desde Mobile. La multiplicidad de metas profesionales que perseguía Revueltas —violinista de concierto, maestro, director, y músico de teatro— es reveladora. Pocos sospecharían, por ejemplo, que en San Antonio el compositor ofreciera conciertos pródigamente aclamados con un Guarnerius de 1684, préstamo de un rico mecenas en Chicago. Acertadamente Parker sugiere que, si bien la composición aún no cobraba la relevancia que adquirió en la última década de su vida, las experiencias de Revueltas como ejecutante, arreglista y director en las orquestas del Teatro Aztec en San Antonio y del Saenger en Mobile fueron esenciales para la conformación de los elementos

CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

Silvestre Revueltas en el amanecer de su periodo am ericano: St. Edward’s College , Austin, Texas (1917-1918) Lorenzo Candelaria Silvestre Revueltas (1899-1940) es ampliamente reconocido como uno de los compositores más importantes del movimiento nacionalista mexicano, acaso superado por su coetáneo Carlos Chávez (1899-1978). Publicado seis meses después de la muerte del compositor el 5 de octubre de 1940 en un destacado periódico de lengua inglesa (The Musical Quarterly), el artículo “Silvestre Revueltas and Musical Nationalism in Mexico” de Otto Mayer-Serra constituye el primer estudio en atraer la atención sobre la relevancia del compositor en la escena contemporánea de arte musical en México. De acuerdo con la evaluación de Mayer-Serra, “Revueltas no sólo había producido unas de las obras musicales más significativas de su país, sino que inauguró nuevos cauces para el desarrollo de un lenguaje musical mexicano contemporáneo”. [1] La inspiración en las culturas indígenas primitivas, la vida folklórica en el México contemporáneo y una estética modernista que favorecía juegos complejos de metro y ritmo, la obra de Revueltas, realizada durante un periodo muy productivo de la última década de su vida, constituyó la base de su imagen nacionalista. Janitzio (1933), Sensemayá (1938) y La noche de los mayas (1939) son algunas de las obras que compuso en este período. Posteriormente, dicha imagen fue acentuada por sus colaboraciones con Chávez y la Orquesta Sinfónica de México (1929-35) y por su participación en la izquierdista Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios a mediados de los años treinta. Nuestra noción de Revueltas como un compositor nacionalista mexicano contrasta, empero, con los años durante los cuales estudió y trabajó en el St. Edward’s College (ahora St. Edward’s University) en Austin, Texas (1917-18), posteriormente, en el Chicago Musical College (1918-20 y 1922-24), y, finalmente, en Mobile, Alabama y San Antonio, Texas (1926-28).[2] A pesar de su reputación como compositor de vanguardia en el nacionalismo mexicano de siglo veinte, un recuento equilibrado de Silvestre Revueltas y su música debiera considerar los años formativos que se podrían denominar como su “período americano”. No obstante, hasta hace poco los biógrafos y estudiosos han ignorado dicho periodo, dejando la etapa más temprana, y en cierto modo la más impresionable de su vida, envuelta en un misterio. La adecuada caracterización irónica que hace Peter Garland de Revueltas como el “famoso compositor desconocido” de México, un agudo comentario hecho hace más de una década, sigue vigente.[3] El reciente estudio de Robert Parker, “Revueltas en San Antonio y Mobile”, ofrece un importante paso adelante, ayudándonos a entender los años oscuros de Revueltas en los Estados Unidos. Curiosamente, nos encontramos con que la composición no era una actividad preponderante durante su estancia en ninguno de los dos lugares. Sólo dos composiciones se derivan del periodo San Antonio - Mobile: el septeto Batik (el cual impresionó a Carlos Chávez lo suficiente como para abrirle camino a Revueltas en la Asociación Panamericana de Compositores), y una obra de cámara no especificada, de la que se da cuenta en una carta que Revueltas envió a Chávez desde Mobile. La multiplicidad de metas profesionales que perseguía Revueltas —violinista de concierto, maestro, director, y músico de teatro— es reveladora. Pocos sospecharían, por ejemplo, que en San Antonio el compositor ofreciera conciertos pródigamente aclamados con un Guarnerius de 1684, préstamo de un rico mecenas en Chicago. Acertadamente Parker sugiere que, si bien la composición aún no cobraba la relevancia que adquirió en la última década de su vida, las experiencias de Revueltas como ejecutante, arreglista y director en las orquestas del Teatro Aztec en San Antonio y del Saenger en Mobile fueron esenciales para la conformación de los elementos

Page 2: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

populares en su obra tardía.[4] Podemos al menos inferir que la variedad de dialectos “músico-teatrales” con los que se familiarizó en el Aztec y en el Saenger pavimentaron el camino para la composición de al menos once partituras para películas entre 1935 y 1940, una producción bastante prolífica.[5] En la cada vez más nutrida narrativa sobre el “período americano” de Revueltas, el presente artículo sirve como un antecedente al estudio de Parker. Mientras que éste consideró los años en los que la residencia americana de Revueltas se acercaba a su fin, el presente trabajo se centrará en los albores de este periodo: el año en que un Silvestre Revueltas de dieciocho años tuvo su primer contacto con la vida americana en un pequeño colegio de Austin. Sin embargo, para situar esa etapa dentro del contexto más amplio de los comienzos de su carrera, es necesario recorrer primero el camino que lo condujo, paradójicamente, a la ciudad capital de Texas en 1917. De México a Austin Para un individuo que se convertiría en uno de los compositores más grabados de México, los orígenes de Silvestre Revueltas eran en verdad humildes. Nació el 31 de diciembre de 1899, en el pequeño pueblo de Santiago Papasquiaro en el estado de Durango (aproximadamente 165 kilómetros al noroeste de la ciudad de Durango), siendo el primero de los doce hijos de José Revueltas Gutiérrez (1871-1923) y Romana Sánchez Arias (1883-1939). Ni José ni Romana tuvieron más educación que la básica. Cuando se casaron en 1899, José trabajaba como contador para una compañía minera, y Romana, que sólo tenía dieciséis años, provenía de una familia minera. A pesar de su origen de clase obrera y de su educación formal limitada, la ambiciosa pareja triunfó sobre las adversidades al formar a sus hijos como individuos cultos y polifacéticos. De hecho, cuatro de ellos desarrollarían carreras prominentes tanto a nivel nacional como internacional: Silvestre como compositor, Fermín como pintor, Rosaura como actriz y José como escritor.[6] En una carta fechada el 11 de abril de 1946, Rosaura Revueltas ilustró conmovedoramente la extraordinaria hazaña que sus padres habían logrado, señalando particularmente el ejemplo de su hermano mayor Silvestre.

Silvestre empezó a estudiar violín cuando tenía cinco años de edad. ¿Sabe lo que eso significa, si considera que mi padre y mi madre eran gente muy sencilla, y que siempre habían vivido en un pequeño pueblo minero, y que no tenían cultura, si acaso una instrucción mínima? También ellos eran personas extraordinarias. Ambos poseían una inteligencia y sensibilidad innatas. Mi madre nunca había leído un libro ni había oído otra música que no fuera la de la pequeña y rústica orquesta de la región tocando valses.[7]

La experiencia de Romana Revueltas pudo haber sido modesta, pero ella no subestimó el influjo que hasta una pequeña y rústica banda pudiera tener en la educación de sus hijos. Ciertamente, un grupo no muy distinto del que Rosaura describe en su carta funcionó como el principal catalizador en los primeros años de Silvestre. Él mismo lo recordaba en marzo de 1938: “Era muy pequeño, tres años —me cuenta mi madre— cuando por primera vez oí música. Era una orquestita de pueblo que tocaba la serenata en la plaza. Yo estuve de pie escuchando largo tiempo, y seguramente con una atención desmedida, pues me quedé bizco. Y bizco estuve por tres o cuatro días […]”[8] Aprovechando los pocos recursos disponibles, Romana infundió en su joven hijo una pasión por la música que determinaría el resto de su vida. Pero inculcar una pasión por las artes en la más insólita de las circunstancias tan sólo constituía la mitad del reto. Encontrar los medios para cultivarla con la instrucción apropiada era la otra. Este aspecto práctico fue resuelto gracias al pequeño pero provechoso negocio mercantil de José, que echó a andar al poco tiempo del matrimonio con Romana en 1899.[9] Formado por su madre y sostenido económicamente por su padre, Silvestre gozó de los inusuales beneficios de poseer un violín a la edad de seis años, tomando clases regulares en Santiago Papasquiaro con Francisco Ramírez, un músico de la orquesta del pueblo.[10] Cuando el negocio de la familia se trasladó a la ciudad de Colima en 1908, los padres de Silvestre no demoraron en buscar a un nuevo maestro, cuya identidad permanece desconocida, con el fin asegurar que los estudios regulares de su hijo

Page 3: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

no fueran indebidamente interrumpidos. Tal persistencia derivó en un progreso inusualmente rápido, y para 1911 Silvestre pudo dar su primer recital público en el Teatro Degollado en Guadalajara, Jalisco.[11] Desafortunadamente, puesto que el programa del concierto no ha salido a la luz, sólo podemos especular acerca del nivel técnico que había alcanzado en aquel tiempo. El mismo año del debut público de Silvestre, la familia Revueltas se mudó nuevamente, esta vez a un territorio más familiar, la ciudad de Durango, donde José se asoció con Jesús Gutiérrez para abrir una nueva tienda, “El Naranjo”, que se convirtió en una de las más exitosas de la ciudad.[12] La prosperidad que siguió le permitió a José y a Romana enlistar a Silvestre en el Instituto Juárez de Durango, donde sus estudios de violín continuaron bajo una supervisión más profesional. Para 1913, la familia había obtenido suficiente seguridad financiera para enviar a Silvestre al Conservatorio Nacional de Música en la Ciudad de México en donde estudió violín con el español José Rocabruna (1879-1957) y composición con Rafael Julio Tello (1872-1946) en el marco de un programa de cuatro años. Los estudios de Silvestre con Rocabruna y Tello debieron haber sido las experiencias musicales más significativas de su vida hasta ese momento. En comparación con los rústicos músicos que Silvestre había escuchado en Santiago Papasquiaro, Rocabruna era un artista consumado de reputación internacional, quien había tocado bajo la dirección de Camille Saint-Saëns (1835-1921) y Richard Strauss (1864-1949) en Barcelona, y había actuado, a su vez, junto a Enrique Granados (1867-1916) y el legendario Pablo Casals (1876-1973).[13] Tello, altamente aclamado a través de su carrera como maestro, compositor y crítico de música, también se había distinguido, justo antes de la llegada de Silvestre, con la ópera nacionalista Don Nicolás Bravo o Clemencia mexicana. Dicha ópera se estrenó en el Teatro Arbeu el 27 de agosto de 1910, para festejar centenario de los primeros esfuerzos de México en su lucha por la independencia (1810-21) así como el comienzo de la Revolución Mexicana (1910-20), precedente musical que marcaría la vida de los ciudadanos de la capital en la década siguiente.[14] Un minucioso estudio de la Revolución como antecedente de las actividades de Revueltas en la Ciudad de México está más allá del alcance de este artículo, pero un breve recuento es necesario, dado que la estadía de Silvestre allí de 1913 a 1917 coincide con el periodo más turbulento de este momento histórico.[15] El año de 1910 marcó el final de más de tres décadas de estabilidad relativa bajo Porfirio Díaz (1830-1915), presidente de México desde 1876 hasta que fue obligado a abdicar el 25 de mayo de 1911. El porfiriato fue un periodo de orden y progreso en marcado contraste con los años liderazgos caóticos que acontecieron desde que México logró su independencia en 1821. De hecho, entre 1821 y 1876, la presidencia había cambiado no menos de setenta y cinco veces.[16] Durante el porfiriato, la economía de México vivió un apogeo, sobre todo en el comercio e industrias de transporte. Pero esto ocurrió en gran parte a expensas de sus ciudadanos, quienes se sentían sometidos por los inversionistas extranjeros que explotaban de manera exclusiva los recursos naturales de México. Mientras que las élites extranjeras y domésticas se beneficiaban copiosamente del capitalismo porfirista, poco llegaba a la clase obrera mexicana que constituía una mano de obra barata, abundante y fácilmente explotable. La situación se volvió incontenible para una joven generación de intelectuales liberales que comenzó a organizarse desde 1905 con el propósito declarado de derrocar a Díaz. Aunque los esfuerzos iniciales de aquéllos se concentraron en lograr reformas dentro del gobierno, éstos degeneraron rápidamente en un llamado a las armas el 20 de noviembre de 1910. En menos de un año, el 1 de octubre de 1911, Francisco Madero (1873-1913) reemplazó a Díaz como presidente. Pero Madero tan sólo era el primero en una cadena de revolucionarios que asumirían (o pretendieron asumir) el liderazgo de México en los años por venir. El 18 de febrero de 1913, después de un golpe militar de diez días en la Ciudad de México, el General Victoriano Huerta (1854-1916) arrebató la presidencia a Madero, quien fue asesinado tres días después, posiblemente por órdenes de aquél. Poco después el mismo Huerta sería depuesto, el 8 de julio de 1914, en gran parte debido a la intervención de los Estados Unidos con el presidente Woodrow Wilson (1856-1924). No obstante que Wilson había ayudado a derrocar a un dictador opresor, como sin duda lo era Huerta, sobrevino un caos total de 1914 a 1917. Durante este breve pero conflictivo periodo, México estalló

Page 4: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

en múltiples guerras civiles y competidas disputas por el liderazgo del país, que se inclinaban alternativamente hacia las figuras de Francisco “Pancho” Villa (1878-1923) y Emiliano Zapata (1879-1919) por un lado, y Venustiano Carranza (1859-1920) y Álvaro Obregón (1880-1928) por el otro. Tras la caída de Huerta, de nuevo con la intervención de Estados Unidos, Carranza logró consolidar lo que había sido en un principio un liderazgo endeble. En 1917 éste supervisó la elaboración de una nueva constitución en Querétaro, y en mayo del mismo año se instauró como el primer presidente electo bajo los principios de tal documento. La paz sería frágil y efímera, pero la elección de Carranza en 1917 ofreció una resquicio momentáneo ante a la casi anarquía que había imperado desde 1914. El auge y la caída de fortunas políticas a nivel nacional tuvieron impacto inmediato sobre el Conservatorio Nacional de Música, donde Silvestre Revueltas estudió entre 1913 y 1917. El gobierno mexicano asumió la supervisión del conservatorio en 1877 y, con ello, la responsabilidad de su financiamiento y mantenimiento.[17] Así, mientras el liderazgo de México fluctuaba, sucedía lo mismo con la dirección del conservatorio, dado que los nombramientos al puesto se hacían a discreción del presidente nacional. De hecho, durante los años de estudiante de Revueltas, la dirección del conservatorio fue asignado alternadamente a seis individuos: Julián Carrillo (14 de agosto de 1913-14 de agosto de 1914); Jesús Galindo y Villa (15 de agosto - 23 de diciembre de 1914), Rafael J. Tello (24 de diciembre de 1914 - 21 de agosto de 1915) quien fuera, como ya mencionamos, el maestro de composición de Revueltas; Luis Moctezuma (22 de agosto - 10 de septiembre de 1915); José Romano Muñoz (10 de septiembre de 1915 - 30 de marzo de 1917); y Eduardo Gariel (1 de abril de 1917 - 12 de mayo de 1920).[18] A pesar de estos conflictos, tanto en el conservatorio como en el resto del país, las cartas de Silvestre y otros documentos sobrevivientes de su periodo en la Ciudad de México nos ofrecen los primeros visos de la gestación de un músico profesional. Sus composiciones más tempranas quedaron preservadas en un cuaderno pautado fechado en 1915.[19] Gracias al reciente inventario compilado por Roberto Kolb Neuhaus, podemos ver que éstas eran obras menores, probablemente ejercicios de composición escritos para Tello:

“Albumblatt” (para piano solo) “Allegro y andante para piano” “Andante” (para piano solo) “Andantino” (cuarteto para cuerdas) “Andantino: Tema con variaciones” (para piano solo) “Añorando, pequeña danza de salón para piano” “Capricho húngaro” (para piano solo) “Invernal para piano” “Lied para piano” “Lied para piano (fa menor)” “Lied para piano (la mayor)” “Mattinata para piano” “Momento musical para piano” “Otoñal, Tempo de vals para piano” “Poema para piano” “Primer estudio en si bemol para piano” “Primer estudio en sol menor para piano y violín” “Sonatina para piano” “Tercer impromptu para piano” “Tiempo de vals para piano” “Vespertina para piano” [20]

Curiosamente, mientras que el número de obras fechadas en 1915 pareciera impresionante (alrededor de 21 piezas musicales), las cartas de Silvestre no reflejan un interés particular por la composición en aquel tiempo. Si acaso revelan una marcada impaciencia por dominar los

Page 5: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

rudimentos del arte y una intensa frustración con sus estudios en general, tal como revelan siguientes palabras a su madre el 5 de enero de 1916:

Yo estoy estudiando y he prometido al señor Tello que aprenderé el contrapunto en cinco meses, y lo haré, créelo. Nada mas que a veces un desaliento profundo me invade y sin yo saber la causa, no tengo humor de estudiar, a veces hasta dos o tres días me paso sin hacerlo, después me desespero, y quién sabe qué ganas me dan de hacer; me acuerdo de ti, voy a un templo, para ver si me conforto y no lo consigo, por más que quiero tener ahí mi pensamiento; me lleno de una tristeza indecible, pienso en el porvenir, pienso en mis ideales de artista. ¿Sabes?, quisiera ser como los demás de mi edad, sin preocupaciones, sin cuidados de ninguna especie, los veo que tratan de divertirse, que no quieren tomar nada en serio, mientras que yo ¡pienso tanto, quiero tanto, que no puedo tomar nada a diversión![21]

Las reflexiones de Silvestre claramente trascendían el ámbito de sus estudios. Vale preguntarse, sin embargo, si los ensueños tal como los describe en la carta a su madre verdaderamente explicaban su falta de entusiasmo. La retórica florida le iba indudablemente bien a Romana, una mujer que fantaseaba desde muy joven que “todos sus hijos serían artistas.”[22] Después de todo, si bien su hijo no parecía estar enteramente comprometido con sus estudios, ella podía consolarse con saber que estaba pensando en ella o tratando de encontrar consuelo en la iglesia, o pensando en sus ideales artísticos y asuntos de profundidad aun mayor, los cuales rebasaban a sus compañeros debido a su inmadurez. Llama la atención el marcado contraste de tono y sustancia en una nota corta que Silvestre escribió a su padre el mismo día, aparentemente respondiendo a las preocupaciones que José había externado sobre las actividades extracurriculares de su hijo.

Recibí tus cartitas del 21 y 31 a las cuales doy ahora contestación. En la tuya de 21 me dices que no te digo en mi primera quién dirige la compañía de ópera en la cual estoy trabajando, pero si no lo hice fue porque la escribí en menos de tres minutos, porque no sabía a qué hora exacta salía don Jesús Blanco; hoy lo hago diciéndote que el señor Tello es quien dirige la compañía y que todas las personas que la componen son honorables, ¿ahora ya no tendrás cuidado, verdad?[23]

Junto a la fecha del 5 de enero de 1916, Silvestre indicó la hora “11:15 de la noche”; como posdata, añadió: “Te escribo de prisa porque voy a la cama ahora y a esta hora el mundo entero está dormido. Vale.”[24] La respuesta cortante de Silvestre a su padre apunta a distracciones bastante distintas de aquellas descritas a su madre ese mismo día. Como sea, podemos inferir lo que él estaba haciendo en paralelo con el tiempo que presuntamente dedicaba al estudio: tocaba en una compañía de ópera. Su referencia al “Señor Tello” como director aumenta la posibilidad de que la compañía estuviera afiliada a la Sociedad de Conciertos Pro-Arte Patrio, una organización a la que Rafael J. Tello estaba asociado entre 1912 y 1921.[25] Dada la fecha de la carta, es tentador ir más adelante y especular respecto a si Silvestre había tocado en la producción de la ópera de Tello Due amori [26] en 1916. Clarificar estos dos puntos requeriría mayor investigación, pero, en general, basados en el tenor de la respuesta de Silvestre, tal parece que la causa de la preocupación de su padre probablemente se debió a malas experiencias previas con patrones o colegas de integridad incuestionable. De cualquier modo, la posición de Silvestre con la compañía de ópera bajo la dirección de Tello no era un caso aislado; otras cartas indican que era sólo uno de los muchos trabajos que tuvo en la Ciudad de México mientras estuvo inscrito en el conservatorio. De este modo, sin descontar enteramente la angustia descrita a su madre el 5 de enero de 1916, sería justo decir que Silvestre no estaba menos distraído por una carrera activa como violinista particular en un centro metropolitano que, a pesar de la revolución en curso, parece haber ofrecido numerosas oportunidades para dar conciertos a un músico con iniciativa. Dado el evidente interés de sus padres por la educación formal de sus hijos, el trabajo por cuenta propia de Silvestre no pudo haberlos complacido mucho, especialmente si estaba afectando sus estudios. Aunque las cartas a su familia no esconden los trabajos extracurriculares, los comentarios sobre éstos usualmente incluyen una justificación. En una

Page 6: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

carta a su madre del 11 de octubre de 1916, Silvestre le informó hacia el final: “Dentro de poco voy a trabajar en el cine 'Cartagena' de Tacubaya,” sintiendo la necesidad de justificarse, agregando que era “sólo tres veces por semana."[27] Por su parte, Eduardo Contreras Soto hace notar que al final de 1916, Jesús M. Acuña (1879-1945 o después), quien recientemente había sido asignado como director de la Orquesta Sinfónica Nacional, le pidió a Silvestre asumir la posición de primer violín en su orquesta, un nombramiento confirmado el 2 de enero de 1917.[28] En una carta particularmente reveladora, escrita a sus padres el 17 de abril de 1917, Silvestre se defendió contra la acusación indirecta de que estaba “hueseando” indiscriminadamente: “... dices que te dijeron que iba a tocar a todas partes donde me llamaban, lo cual no es cierto, pues sólo una vez, por insistencia de Genaro y Carlos fuimos Alfonso y yo al hotel Londres.”[29] No obstante sus estudios y trabajos colaterales, el entusiasmo de Silvestre por la Ciudad de México se había desvanecido considerablemente para la primavera de 1917. La misma carta en la que él se defendía contra el cargo de “tocar en todas partes donde me llamaban” también expresó un deseo urgente de regresar a casa:

...mi entusiasmo ha decaído por completo, y mi único deseo es ir a Durango, con la esperanza de encontrar algo de paz para mi alma, mi vida aquí es insoportable y estéril, y yo no quiero que sea así, quiero revivir mi entusiasmo, pero allá en la soledad, aquí nada lo alienta; quiero sobreponerme al Amor y a la Vida; descansar de mi fatiga moral para tener fuerzas para luchar.[30]

Su tono dramático bien puede ser igualado por su torpe retórica en un esfuerzo por persuadir a sus padres de hacerlo regresar a casa inmediatamente: “Ustedes aprobarán, ¿verdad? Si no querrán que esté yo así, me contestarán por telégrafo. Perdónenme si los he entristecido, pero era necesario, de otra manera no sabrían por qué quiero irme.”[31] La carta finaliza con un toque de esperanza: “salúdenme a todos; que pronto nos veremos.” Podemos preguntarnos qué pudo haber hecho que la vida de Silvestre fuese “insoportable y estéril.” Por lo menos dos factores pudieron haber influido. Por un lado, el 1 de abril de 1917 es nombrado como director del Conservatorio Nacional de Eduardo Gariel (1860-1923), quien era amigo de la infancia del presidente recién electo Venustiano Carranza, lo cual encendió la protesta de estudiantes y maestros, muchos de los cuales dejaron la escuela para fundar el nuevo Conservatorio Libre, donde nombraron como director nada menos que a Rafael Tello.[32] En términos prácticos, Revueltas bien pudo haberse dado cuenta de las consecuencias negativas al encontrarse su maestro súbitamente fuera de la institución. Lo que es más, Jesús M. Acuña, quien había invitado a Revueltas a unirse a su Orquesta Sinfónica Nacional apenas unos meses antes, nunca fue enteramente aceptado como director por la agrupación y fue reemplazado de manera sumaria por Manuel M. Ponce (1882-1948) el 21 de junio de 1917.[33] Dadas las circunstancias, al cierre de la primavera del mismo año se desvanecían rápidamente ante los ojos de Revueltas los prospectos de un trabajo profesional prometedor en la Ciudad de México. Cualquiera que fuera el caso, el ruego de Silvestre de regresar a Durango aparentemente llegó a oídos comprensivos, pues la carta del 17 de abril de 1917 es la última correspondencia de la que se tiene conocimiento desde la Ciudad de México. Aunque su ubicación precisa es desconocida, podemos imaginar que los padres de Silvestre se animaron a permitir su regreso a casa. Pero, si él había regresado a Durango, la idea de quedarse ahí para encontrar “fuerzas para luchar” evidentemente no fue contemplada por mucho tiempo. A los cinco meses de su última carta desde México, Silvestre, junto con su hermano menor Fermín, estaba ya inscrito en el St. Edward’s College en Austin, Texas. Revueltas en Austin ¿Por qué Austin? La pregunta no se ha planteado hasta ahora, a pesar de que esta ciudad representa el primer encuentro de Silvestre Revueltas con la vida en Estados Unidos. Estudios anteriores tampoco hablan de sus experiencias, relaciones y, lo que es aún más sorprendente, de las mismísimas fechas en que fue al St. Edward’s College. Con respecto de este último punto, los

Page 7: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

biógrafos de Revueltas —incluyendo a Otto Mayer-Serra, Nicolas Slonimsky, Robert Stevenson, Peter Garland y Rosaura, la hermana del compositor— han dado cuenta repetidamente de los años 1916 a 1918 como el periodo en el que permaneció en el St. Edward.[34] Pero los registros del colegio muestran que Silvestre y Fermín sólo estuvieron ahí de 1917 a 1918. Para ser más específicos, los hermanos fueron inicialmente matriculados el 4 de septiembre de 1917, con el último pago a su nombre, y entraron en los libros de contabilidad el 1 de junio de 1918, seis días después de las celebraciones de graduación de ese año.[35] En apariencia, la elección del St. Edward’s College se antoja rara. Ciertamente, si un conservatorio mayor en la metrópolis cultural de la Ciudad de México no mantuvo el entusiasmo de Silvestre por mucho tiempo, una pequeña escuela católica, situada en aquel entonces a las afueras de la ciudad capital de Texas, a duras penas ofrecería algo mejor (ver fig. 1). Pero la escena cultural en Austin, una ciudad con alrededor de 32,000 residentes en 1917, no era tan inhóspita como se podría pensar.[36] Si bien no estaba a la altura de centros urbanos mayores como Boston, Chicago o Nueva York, Austin no dejaba de ser un importante centro regional para las artes.[37] Por ejemplo, el 3 de marzo de 1900, el pianista mundialmente reconocido Ignacy Paderewsky (1860-1941), tomó el escenario de la recién construida Hancock Opera House para cautivar una audiencia formada no sólo por la alta sociedad de Austin, sino también por las élites locales de los pueblos vecinos de Belten, Brenham, Bryan, Georgetown, Taylor y San Marcos.[38] Otras de las grandes atracciones en las primeras dos décadas del siglo XX eran Fritz Kreisler (1875-1962), Ernestine Schumann-Heink (1861-1936), el Cuarteto Flonzalay, Los Ballets Rusos de Diaghilev, John Philip Sousa y su banda, la Boston Grand Opera Company, la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta Sinfónica de Chicago, por nombrar algunas.[39] La próspera escena musical en Austin fue estimulada aún más por la demanda de iglesias locales, sociedades literarias, reuniones sociales y por lo menos seis teatros (Casino, Crescent, Majestic, Princess, Queen y Texas).[40] De 1916 a 1918, la ciudad también tuvo una orquesta municipal local bajo la dirección de Frank LeFevre Reed (1871-1938), un profesor de música en la Universidad de Texas. Reed había participado en los primeros esfuerzos de la comunidad de Austin por formalizar el estudio de la música en la Universidad de Texas en 1913.[41] Sin embargo, para entonces el St. Edward’s College cumplía ya veinte años con un plan estructurado de enseñanza musical en su currículum.

Fig. 1 Vista aérea del St. Edward’s College, Austin, Texas, 1918 (cortesía del Archivo de la St. Edward’s University).

Page 8: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

El St. Edward’s College fue fundado en 1881 como una rama de la Universidad de Notre Dame en Indiana. Como Notre Dame, estaba bajo la dirección de la Congregación de la Santa Cruz, una orden francesa de sacerdotes y hermanos laicos que poseían una fuerte devoción a la educación de los jóvenes.[42] St. Edward recibió un estatuto para impartir licenciaturas en arte, ciencia y letras en 1885, y desde el primer año ofreció instrucción formal de instrumentos y música vocal. Para 1888 existía una “St. Edward’s Philharmonic Society” bajo la dirección musical de Charles Felton, quien está listado entre el cuerpo docente regular como profesor de música desde 1886. Para 1894, el sucesor de Felton, Albert Schuh, quien había estudiado en la Royal College of Music en Londres, se encontraba dirigiendo tres conjuntos musicales en el colegio: un coro de once integrantes, una banda de catorce y una orquesta de dieciocho (ver Fig.2).[43] El catálogo para el año escolar de 1917 a 1918 refleja un “Departamento de música” altamente desarrollado y organizado, con cursos graduados en piano y violín, cursos adicionales en voz y armonía e instrucción formal en cello, trompeta, clarinete, flauta, mandolina, guitarra y órgano. A los estudiantes con técnica suficiente también se les permitía ejecutar en la banda y orquesta del colegio.[44]

Fig. 2 Miembros de la orquesta del St. Edward’s College, 1896 (cortesía del archivo de la St. Edward’s University). La escena de Austin que Silvestre y Fermín Revueltas encontraron en septiembre de 1917 era una que sin duda favorecía las artes, pero era improbable que eso, por sí solo, los haya atraído a dicha ciudad en primer lugar. Una razón más plausible emerge de los documentos archivados en St. Edward donde encontramos que Guillermo Gutiérrez, el hijo de Jesús Gutiérrez, socio de José Revueltas y copropietario de “El Naranjo” en Durango, había sido inscrito en el colegio desde marzo de 1916. Las listas de matriculación muestran el nombre “Gutiérrez, Guillermo” a lápiz para la segunda mitad del periodo académico de 1915 a 1916, y el nombre aparece otra vez el 5 de septiembre de 1916, el primer día del siguiente año escolar. El segundo nombre no deja duda sobre su identidad. Ahí se confirma que “Gutiérrez, Guillermo,” de dieciséis años, inscrito en clases de violín, mecanografía y gimnasia, es el hijo de Jesús Gutiérrez de Durango, México.[45] Guillermo también ingresó al principio del ciclo escolar de 1917-1918, el año que Silvestre y Fermín llegaron y, curiosamente, los registros de pago en St. Edward muestran que al inicio de septiembre

Page 9: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

de 1917 los depósitos fueron hechos conjuntamente bajo los nombres “Revueltas, Gutiérrez.”[46] Dadas las circunstancias y la carta descorazonada de Silvestre desde la Ciudad de México el 17 de abril de 1917, parece que José Revueltas, decidido a buscar un ambiente de aprendizaje estructurado para Silvestre, y ahora también para Fermín, recurrió a su socio para pedir consejo y no perdió tiempo en seguirlo.[47] Aunque Silvestre y Fermín comenzaban el año escolar en St. Edward con Guillermo entre la multitud de 115 estudiantes inscritos ese año, ello no tardaría en cambiar.[48] La inscripción conjunta de “Revueltas, Gutiérrez” aparece el 13 de diciembre de 1917.[49] Depósitos subsecuentes en febrero, marzo y junio de 1918 están listados como “Hermanos Revueltas” solamente.[50] La separación contable entre “Revueltas” y “Gutiérrez” después de mediados de diciembre de 1917 se puede explicar mediante entradas desglosadas para Guillermo Gutiérrez, que indican que él enfermó hacia 1917 y probablemente se vio forzado a regresar a casa. Seguido de una serie de gastos cada vez más frecuentes en medicina, vacunas, cuchillas y visitas al doctor de la escuela, Dr. Joseph Wooten (siendo la última el 19 de diciembre), los libros de contabilidad resaltan dos telegramas que fueron enviados el 23 de diciembre; a partir de entonces Guillermo Gutiérrez desaparece sin dejar rastro.[51] El historial académico de Silvestre y Fermín Revueltas no ha sobrevivido, ni tampoco hay indicación oficial alguna de que alguno se haya graduado de St. Edward al final del ciclo 1917-1918, haciendo difícil la recuperación de mucha de la información acerca de sus cargas académicas, evaluaciones o incluso los grados que cursaban en aquel entonces.[52] Los libros de contabilidad de los estudiantes registran información muy básica para los dos: el 4 de septiembre de 1917, Silvestre tenía dieciocho años, Fermín diecisiete, y ambos eran hijos de José Revueltas, que vivía en el No. 89 de Mercado 4, Durango, Durango, México.[53] Los gastos listados en los registros financieros estudiantiles son algo más útiles. Ahí vemos que, al matricularse, Silvestre contrajo cargos por clases de piano ($30), uso de un piano ($5), y clases de francés ($15). El 25 de octubre de 1917, una cantidad de $14.20 se gastó en una “bata de pintor” para Fermín, quizá el primer atuendo de este tipo para un joven que se convertiría en uno de los muralistas más importantes de su generación.[54] Otra anotación de especial interés muestra un gasto de $47 el 5 de octubre de 1917 por dos “uniformes militares”. Esto indica que aun los estudiantes extranjeros no estaban exentos de la instrucción militar obligatoria que formaba parte del currículum escolar.[55] Las cartas sobrevivientes que Silvestre enviara a su casa no alcanzan a llenar los múltiples huecos en nuestro conocimiento sobre su vida académica, la cual podemos reconstruir sólo de manera fragmentaria a partir de los registros universitarios existentes. En enero de 1918 el joven Revueltas le pidió a sus padres “un buen diccionario francés-español, porque aquí no existe eso.”[56] En el mismo mes, se disculpó con su madre por el retraso en responder una de sus cartas, especificando que estaba ocupado con sus estudios de francés.[57] Aunque los detalles son pocos, estos muestran su entusiasmo por el francés, en marcado contraste con la falta de interés por el estudio en general. Poco había cambiado en su actitud hacia el estudio desde que se inscribió en el Conservatorio Nacional de Música en 1916. Sin lugar a dudas, su impaciencia respecto del estudio, expresada en su carta previamente mencionada a la Ciudad de México el 5 de enero de 1916, se hizo evidente de nueva cuenta en una carta desde Austin el 26 de septiembre de 1917, con la concisa aseveración: “siempre la vida del colegio no me es ligera.”[58] Sin embargo, el francés había logrado mantener su atención mientras otras materias, tal como el contrapunto que había cursado con Tello en México, simplemente no parecen haber retenido su interés. Su marcada diligencia en el estudio de dicho idioma bien pudo haber tenido algo que ver con la influencia de un joven francés, quien fue mentor y maestro de Silvestre durante ese año en St. Edward’s: el Hermano Louis Gazagne (1885-1973), de la Congregación de la Santa Cruz. Louis Gazagne y Silvestre Revueltas En grato contraste con la escasa información disponible sobre la mayoría de las influencias tempranas de Silvestre Revueltas —Francisco Ramírez en Santiago Papasquiaro, el maestro de

Page 10: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

violín no identificado en Colima, sus maestros en el Instituto Juárez de Durango— los documentos de St. Edward revelan mucho acerca de la vida y carrera del Hermano Louis Gazagne, C.S.C.[59] Gazagne nació en París, Francia, el 30 de marzo de 1885. Su larga carrera en la iglesia comenzó el 8 de diciembre de 1900, cuando ingresó a la Congregación de la Santa Cruz en Angers, Francia. Poco después fue exiliado por la persecución que siguió a la negativa del gobierno francés de reconocer la orden bajo la “Ley de Asociaciones”, aprobada en 1901.[60] Gazagne llegó a los Estados Unidos en 1903 y se inscribió en la Universidad de Notre Dame, Indiana, donde realizó su primera toma de votos en 1904 y fue reconocido con un “diploma en comercio” en 1906. Después, dio clases en el Sacred Heart College en Watertown, Wisconsin (1906-7), St. Edward’s College en Austin (1907-18), Universidad de Columbia (ahora la Universidad de Portland) en Portland, Oregon (1918-20), y escribió para la revista misionera, The Bengalese, en Washington, D.C. (1920-21). Al dejar The Bengalese en 1921, comenzó el primero de diecinueve años de ministerio fuera del país, en India y Pakistán oriental antes de regresar a los Estados Unidos en 1940. En ese año comenzó a enseñar en la Catholic Central High School en South Bend, Indiana, y se inscribió nuevamente en la University of Notre Dame para hacer una licenciatura en música, conferida magna cum laude en agosto de 1951. Con título en mano, en 1951 fue transferido al St. Edward’s High School en Cleveland, Ohio (1951-68) en lo que sería su último nombramiento de relevancia. Después de una rica y extensa carrera en el servicio de su fe, Gazagne se retiró al hospital Dujarié House para los Hermanos de la Santa Cruz en Notre Dame, Indiana, donde murió el 28 de junio de 1973. Las responsabilidades de Gazagne mientras estuvo en St. Edward’s College fueron muchas. Había sido contratado como maestro de aritmética avanzada y contaduría, pero después del suicidio de Adolphe Heichelheim, el profesor de música en St. Edward de 1896 a 1910,[61] Gazagne asumió otras tareas como dar lecciones de piano, violín y trompeta, así como la dirección del coro escolar, la orquesta y la banda (ver Fig. 3). Mientras tanto, el mismo Gazagne estudiaba piano, órgano y armonía con Hans Hartan de Austin, compositor y pianista reconocido por haber organizado el primer intento de formar una sinfonía local en 1912.[62] También había estudiado violonchelo con Heichelheim y tocado con conjuntos amateurs en la universidad (ver Fig. 4).

Fig. 3 El hermano Louis Gazagne (al frente, con violonchelo) y la orquesta del St. Edward’s College, 1910 (cortesía del archivo de la St. Edward’s University).

Page 11: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

Fig. 4 El hermano Louis Gazagne en el violonchelo, acompañado por dos personas no identificadas del St. Edward’s College, 1916-17 (cortesía del archivo de la St. Edward’s University).

Fig. 5 El “edificio principal” del St. Edward’s College (izquierda) a principios del siglo XIX. A la derecha se observa la Holy Cross Hall, la residencia estudiantil en la que Revueltas vivió entre 1917 y 1918 (cortesía del archivo de la St. Edward’s University).

Page 12: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

Silvestre Revueltas llegó a St. Edward justo cuando Gazagne comenzaba su último año académico (1917-18). En su calidad oficial él era el maestro de piano de Silvestre, pero a juzgar por las copias de las cartas de Gazagne en el archivo escolar, jugó un papel mucho más amplio en apoyo a los intereses musicales de Revueltas así como en su tutelaje en general.[63] Las cartas que forman parte del legado corresponden a un espistolario que inició con Rosaura, hermana de Silvestre, en enero de 1946, casi seis años después de que el compositor sucumbió a la bronconeumonía, complicada por alcoholismo severo en octubre de 1940.[64] La historia que lleva a esa reveladora correspondencia es de por sí interesante. Poco después de su regreso de su misión extendida en la India y Pakistán, Gazagne se sintió alentado a contactar a Silvestre Revueltas en febrero de 1942, después de oír una transmisión de Janitzio ejecutada por la NBC Symphony Orchestra.[65] Para la petición escrita de Gazagne de contactar información, George Olenslager del The Blue Network Company (afiliada con la Radio Corporation of America) en Nueva York respondió con lo que debió haber sido una desagradable noticia: la muerte del compositor. Sin embargo, Olenslager le sugirió contactar a Rosaura Revueltas (a quien había confundido con la viuda de Revueltas) y le proporcionó toda la información necesaria para encontrarla.[66] Gazagne pospuso su primer contacto con Rosaura por casi cuatro años, pero cuando finalmente le escribió el 28 de enero de 1946, fue mucho más allá de una mera presentación como el maestro de piano de Silvestre en St. Edward, afirmando que lo había conocido “íntimamente” mediante sus “agradables horas juntos.” Dicho esto, Gazagne se sorprendió al enterarse de que Silvestre se había distinguido como compositor, pues él lo recordaba como un “violinista de concierto con inclinaciones por la composición.” Más adelante, en una carta fechada el 4 de marzo de 1946, Gazagne le habló a Rosaura sobre sus experiencias con su hermano en St. Edward’s, que, en su apreciación, “mostraban al joven como poseedor de todos los signos de un genio.”[67]

Era de noche, en el cuarto piso de nuestro edificio principal [ver Fig. 5], donde era menos probable que nos perturbaran, como pasábamos nuestras horas más gratas. Todas las luces solían estar apagadas, excepto por una débil luz de piano apenas suficiente para ver las teclas del piano. Entonces Silvestre solía ir al rincón más apartado del salón y ahí, conmigo en el piano, de menos por dos horas, él vaciaba toda su alma en emotivas interpretaciones de Sarasate, Gounod, Kreisler, Bach, todos tocados de memoria, y tocados como sólo un artista consumado podría tocarlos y como sólo un poeta nato podría interpretar. Estoy seguro que nunca, en ninguno de sus conciertos, ha superado aquellas noches en que su alma se perdía en interpretación magistral. Me siento muy orgulloso de haber sido el único partícipe de esos apasionantes momentos. En la escuela él nunca tuvo mucho dinero de bolsillo, de hecho tenía muy poco… Pero cualquier dinero que tenía se lo gastaba en música. En nuestro día de descanso, jueves, yo iba a la ciudad y le traía la música que él quería; de este modo se ahorraba el gasto del transporte a la ciudad. En la universidad, Silvestre esperaba mi regreso. Se retiraba inmediatamente a su cuarto, se lanzaba sobre la cama y memorizaba la música que le traía. Justo después de orar por las noches venía a mí y me decía en su inglés imperfecto: “Hermano, venga y toque. Ya me aprendí la pieza.” Realmente la conocía, no de manera somera, nota por nota, sino con todos los matices indicados. Nunca tuve que corregirlo por tocar una nota equivocada o por olvidar alguna. Él tocaba con seguridad y con toda la delicadeza de sentimiento que revelan al artista nato.[68]

Si no nos distrae demasiado la prosa abiertamente romántica de Gazagne (quien se inclina notablemente por el paradigma romántico del “genio incomprendido,” llegando a evocar a manera de comparación las humillaciones sufridas por Mozart y Berlioz), su carta es muy sugerente con respecto de la relación que tenía con Silvestre fuera del salón de clases. Dando credibilidad a tales recuerdos, algunas observaciones de Gazagne tal como aquella sobre que Silvestre “nunca tuvo mucho dinero de bolsillo” pero que gastaba todo lo que tenía en música,

Page 13: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

se corrobora con las cartas de Revueltas a casa, así como por el detallado registro de gastos que se llevó en St. Edward durante la mayor parte de su estancia ahí. Dos días después de un depósito por la cantidad de $500 el 4 de febrero de 1918,[69] Silvestre escribió a su padre:

Hasta ayer fuimos al pueblo y compramos todo lo que necesitábamos, nuestra ropa interior, zapatos para Fermín y otro uniforme; a mí no me alcanzó para comprar uniforme porque empleé diez pesos en comprar unas piezas de música que quería, y estoy más contento con ellas que con todos los uniformes del mundo; calcetines, pañuelos, todo compramos y sólo cogimos dos pesos cada uno para gastar; quería también comprarme una caja para mi violín, pero no me alcanzó porque lo menos me habría costado diez pesos.[70]

Los registros financieros muestran que los gastos en música y cuerdas de violín eran especialmente frecuentes (ver Tabla 1).[71] Tabla 1. Gastos musicales para Silvestre Revueltas 1917-18

Fecha Artículo Costo 1917 Septiembre 4 Partitura para piano $0.75* 17 Cuerda para violín $0.25 22 Cuerda para violín $0.10 24 4 piezas de música $3.80 25 Cuerda para violín $0.15 27 2 piezas de música $1.20 Octubre 1 2 cuerdas para violín $0.35 2 Pieza de música $0.65 6 6 cuerdas para violín $1.75 11 Pieza de música $0.75 17 2 cuerdas para violín $0.50 18 3 piezas de música $2.15 Noviembre 1 Música, Elfin’s dance $0.60 Música, Spanish dance $0.95 Música, Minuet in G $0.30 6 1 libro de piano #2 $0.50 8 Música, Tchaikowsky

concerto $0.80

10 Cuerda para violín $0.10 11 Música, Rondo $0.85 13 Cuerda para violín $0.10 16 3 cuerdas para violín $0.65 25 Papel pautado $0.10 27 1 cuerda $0.25 Diciembre 4 2 piezas de música $1.50 1 cuerda (sol) $0.25 20 2 cuerdas para violín (mi) $0.20 1918 Enero 24 Cuerdas para violín $0.20 Febrero 7 Cuerdas para violín $0.30 25 Cuerdas para violín $0.10 28 Piezas de música $1.45 Marzo 20 Cuerdas para violín $0.20 Libro [¿de música?] $2.25 Abril [¿sin día?]

Cuerdas para violín $3.10

Piezas de música $2.80 * Dólares

Page 14: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

Desafortunadamente, sólo cinco títulos para obras fueron registrados: “La Danza de Elfin,” “Danza española,” “Minueto en sol,” “Rondó” y el “Concierto de Chaikowski”, todos comprados en noviembre de 1917. El título “Rondó” es demasiado genérico para aventurar una respuesta, pero la “Danza de Elfin” probablemente se refiere a “Alfedans,” op. 12, de Edvard Grieg (1843-1907), obra que Silvestre pudo haber estudiado para sus clases de piano con Gazagne. Considerando el año de la adquisición, la “Danza española” posiblemente fue un arreglo para violín y piano de Fritz Kreisler de la Danza española en mi menor, op. 37, no. 5, de Enrique Granados (1867-1916). De igual modo, el “Minueto en sol” bien pudo haber sido el arreglo de Kreisler del Minueto en sol, op. 14, no. 1, de Ignacy Paderewski (1860-1941). El violinista más famoso en la escena internacional de la época, Fritz Kreisler (1875-1962) había grabado ambas obras para el sello discográfico Victor el 14 de enero de 1916 (Danza española, Victor 64556), y el 16 de julio de 1917 (Minueto en sol, Victor 64709).[72] El “Concierto de Chaikowski”, adquirido el 8 de Noviembre, probablemente era un arreglo de la breve Canzonetta del Concierto para violín en re, op. 35, de Pyotr Ilych Chaikovsky (1840-93) en lugar de la obra completa cuyo colosal primer movimiento, y el final, hubiera seguramente demandado un precio mucho mayor a ochenta centavos. En todo caso, hay por lo menos una ocasión en la cual Revueltas ejecutó el movimiento corto del concierto en público. El 23 de febrero de 1918, el Austin American, uno de los diarios de la ciudad, reportó que la mañana anterior, “Silvestre Revueltas interpretó magistralmente un solo para violín, el ‘Concierto en re,’ de P. Chaikowsky en el ofertorio, y la ‘Meditación’ de [Jules] Massenet [(1842-1912)] de la ópera Thais (1894)] en la comunión” durante una misa celebrada en el St. Edward’s College.[73] Estas obras del periodo St. Edward indican un nivel de habilidad musical bastante avanzado, así como otros que podemos identificar con razonable certeza. Por ejemplo, en enero de 1918, Silvestre escribió a su padre que estaba preparando “la Sonata a Kreutzer”, presumiblemente la “Kreutzer Sonata,” op. 47, de Ludwig van Beethoven (1770-1827).[74] Una carta del 30 de abril de 1918 también evidencia que él había ejecutado recientemente la “Romanza Andaluza” de Pablo de Sarasate (1844-1908), probablemente de las Danzas españolas, op. 22, junto con un “madrigal” no especificado como encore.[75] La información más específica sobre su repertorio viene en el programa para el trigésimo cuarto concierto de inicio de cursos en el St. Edward’s College el domingo 26 de mayo de 1918, una ocasión para la que Silvestre, acompañado por Gazagne, fue seleccionado para actuar como solista.[76] Para los servicios de la iglesia, tocó el famoso “Berceuse” de la ópera Jocelyn, op. 100, del violinista y compositor francés Benjamin Godard (1849-95) en la ofrenda, y un “Andante” no especificado de Franz Schubert (1797-1828) en la comunión. En las ceremonias de presentación que siguieron, interpretó el último movimiento de “á la Zingara” del Concierto para violín en re menor, op. 22 del violinista y compositor polaco Henri Wieniawski (1835-1880); la “Canzonetta” de Godard del Concerto Romantique, op. 35; y, de nuevo para esta ocasión, la “Romanza Andaluza,” op. 22 de Sarasate.[77] Un testimonio más de su notable nivel de ejecución se desprende de su actuación junto con Gazagne en el marco de las ceremonias de presentación el 26 de mayo de 1918, en donde fue premiado con la Medalla de Oro para violín, en reconocimiento a su desempeño excepcional en el instrumento durante ese año.[78] El día siguiente, el Austin American publicó la siguiente reseña:

Con su acostumbrada maestría, Silvestre Revueltas interpretó los solos para violín seleccionados para esta ocasión. Su ejecución fue magnífica y cautivó al público, que lo siguió en fogoso y apasionado abandono al tocar “A la Zingara” de Wieniawski. Escucharon ávidos su interpretación de la sutil “Canzonetta” y compartiendo la intensidad del sentimiento exhibida en su interpretación de la “Romanza Andaluza,” una canción de amor española.[79]

El joven que de niño había sido embelesado por una banda rústica en Santiago Papasquiaro, ahora estaba cautivando audiencias en la capital de Texas. En marcado contraste con sus frecuentes ejecuciones como violinista, prácticamente no hay señales de un esfuerzo continuo en la composición de música por parte de Silvestre durante el año en St. Edward’s. Tan sólo hay un ejemplo documentado de que Silvestre compró papel pautado: el 25 de noviembre de 1917, cuando compró diez centavos de papel (ver Tabla 1). Esta posibilidad

Page 15: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

gana credibilidad por la carta de Gazagne a Rosaura, previamente mencionada, del 28 de enero de 1946, donde recuerda a Silvestre como “un violinista de concierto con una inclinación por la composición [énfasis añadido].” Intuimos la existencia de intentos compositivos a partir de la siguiente carta de Gazagne a Rosaura el 20 de abril de 1946, en la que lamenta una falta de éxito como maestro de piano de su hermano, comentando que “Silvestre tenía su propio criterio. En vez de practicar el trabajo que le era asignado, pasaba todo su tiempo combinando notas y descubriendo sonidos.”[80] Aunque sus esfuerzos creativos fuesen limitados, es posible que en St. Edward’s College Revueltas hiciera su primer y, como se verá, por poco su último intento serio de composición. Más tarde, él recordaría:

Me puedo observar ahora, de 1917 a 1920. Mi padre me sostiene en el colegio con modestos elementos. Voy a hacer una confesión: hasta esta época yo sueño con una música para cuya transcripción no existen caracteres gráficos, pues los conocidos no alcanzan a decirla, a escribirla. Sueño con una música que es color, escultura y movimiento. Ya sé que eso parece un mero juego de palabras. Pero tratando de dar forma a mis imágenes, hice una primera composición para violín y piano y la sometí a uno de mis profesores, quien, al leerla, me dijo entusiasmado: “Muy interesante; es un estilo completamente debussiano...” “¿Debussiano?”, pregunté, “¿qué quiere usted decir?” Me contestó: Pues esta música se parece a la de Debussy”, y observando mi sorpresa, me preguntó: “¿No conoce la música de Debussy?” “Jamás he oído música de ese compositor, e ignoro que exista algo semejante a lo que acabo de componer…” Más tarde, al conocer de cerca la música de Debussy, me he dado cuenta de que toda mi música mental era idéntica. […] Hasta 1924, viví en esta actitud. El encontrar que ya había habido alguien que diera forma a mi mundo nuevo, me hizo sostener una lucha tremenda que se tradujo por la inacción, pues resolví no componer jamás, sin crear mi propio lenguaje.[81]

Silvestre no menciona el nombre del profesor que lo despojó de la ilusión de una supuesta originalidad, forzándolo sin querer a crear un lenguaje musical más individual. Rosaura estaba convencida de que era el mismísimo Hermano Louis Gazagne. Recuerda ella:

Siempre soñó con escribir música y desde los catorce años empezó a hacer sus primeros intentos. Entre los diecisiete y los dieciocho años escribió su primera obra ‘seria’ y sobre esto cuenta él una anécdota que se refiere al desencanto que sufrió cuando se la mostró al hermano Louis y éste le dijo que estaba muy bien, pero que veía la influencia de Debussy. Este nombre de un compositor tan conocido jamás lo había oído Silvestre. Su desazón fue tan grande que decidió no volver a escribir jamás.[82]

Si Gazagne se deshizo en elogios al describir sus experiencias de creación musical con Silvestre, sus recuerdos de una relación más formal de alumno-maestro son mucho menos explícitos. En su carta a Rosaura el 20 de abril de 1946 fue más allá de confesar sus propios defectos como maestro de piano de Silvestre al describir al muchacho como un rebelde cuya “mente independiente se irritaba bajo cualquier restricción u oposición,” y observar más adelante que “era notoriamente negligente respecto de sus clases y en su lugar pasaba el tiempo en el salón de música practicando ejercicios de violín de [Rudolphe] Kreutzer [1776-1831] o, como de costumbre, combinando sonidos en el piano.”[83] Significativamente, la misma carta describe su aceptación indiscriminada de trabajos ocasionales en Austin, situación que se asemeja a lo que podemos inferir a partir de la correspondencia de Silvestre desde la Ciudad de México. Como Gazagne revela a Rosaura: “Incluso en Austin, siempre pensé que la gente se aprovechaba de su bondad. La gente quería que tocara para ellos, le pedían conciertos, pero muy pocos le ofrecían una remuneración financiera, ni siquiera lo necesario para el transporte.”[84] Esto nos da una mejor idea de lo que José Revueltas pudo haber considerado tan perturbador en cuanto a las actividades de su hijo en la Ciudad de México. Del mismo modo nos aclara la posible razón por la que

Page 16: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

Silvestre había sido orillado a defenderse, en aquel entonces, contra el cargo de “ir a tocar a todo lugar al que fuera llamado.”[85] Por supuesto que, por otro lado, tocar el violín en cualquier oportunidad era exactamente lo que Silvestre quería hacer. A pocas semanas de su llegada a Austin, una carta del 26 de septiembre de 1917 cierra con el anuncio: “El domingo iré al pueblo a tocar los aires, los himnos y las canzonetas”—posiblemente para un servicio de la iglesia.[86] Una carta posterior, del 28 de septiembre, habla sobre un compromiso anterior.

El domingo 16 del presente fui a tocar al hospital del Colegio; no sé si esto ya se los dije en mi anterior, pero por si no hoy se los digo: ha sido uno de los mejores días, mejor dicho ha sido el único, estuve muy contento; era un bello público, mi público de esa noche, sólo muchachas, enfermeras y no enfermeros, y quedaron muy complacidas. Hoy en la mañana recibí una invitación de no sé qué parte de la ciudad, ¡para el 12 de octubre! Cuánta anticipación, ¿verdad? ¡Ya tengo fama en el pueblo![87]

Además de las ejecuciones anteriormente detalladas (su recital anticipado con la “sonata a Kreutzer” en enero de 1918 y su papel como solista en ocasión del concierto de graduación de cursos en mayo del mismo año), las cartas de Silvestre a casa denuncian una recepción menos entusiasta de un concierto efectuado el 10 de febrero de 1918 por parte de sus compañeros, y mencionan dos participaciones en un evento no especificado —Revueltas se refiere a una “fiesta”— a fines de abril de 1918.[88] La fiesta en cuestión bien puede referirse a la puesta en escena de la ópera cómica The Wild Rose (1902) de Ludwig Englander (1853-1914) interpretada por las alumnas de St. Mary’s Academy el 25 de abril en el Hancock Opera House, y nuevamente el 29 de abril en la sala Knights of Columbus. Para estas ocasiones, Revueltas interpretó la Mazurka Hollandaise de Cristiaan Kriens (1881-1934) y el “Andantino” de Kreisler al estilo del Padre Giovanni Battista Martín (1706-84). Una reseña en el Austin American reporta sobre la ejecución del 29 de abril: “Un momento insigne de la noche fue el solo para violín de S. Revueltas del St. Edward’s College, quien tocó con extraordinario sentimiento artístico.”[89] A la luz de las actividades de Silvestre Revueltas en el amanecer de su “periodo americano,” no sorprende que Gazagne lo recordara principalmente como un “violinista de concierto.” Durante su estancia en el St. Edward’s College, al joven Revueltas no lo consumía una simple aspiración de ejecutante: persiguió el concertismo con energía e incluso logró cosechar cierto éxito en un breve lapso de tiempo. Lo que es más, a la par de lo que parecen frecuentes recitales como solista, Revueltas cumplía regularmente con ensayos e interpretaciones como primer violín en la recién fundada orquesta municipal de Frank LeFevre Reed.[90] Al parecer, su interés por la composición en aquel tiempo no se compara con su dedicación a su instrumento. En este sentido, sus actividades en Austin continuaron esencialmente el patrón que había desarrollado durante sus años en México, donde su actividad como violinista asumió prioridad por encima de cualquier otra. Si algo fue decididamente distinto durante el año que Revueltas pasó en Austin, fue el lazo que estableció con el Hermano Louis Gazagne, cuya influencia persistió aún después de su encuentro en St. Edward. De hecho, parece haber sido Gazagne quien determinó la siguiente etapa de la vida de Silvestre en los Estados Unidos, pues, como Rosaura Revueltas recordó en su publicación de la compilación de los escritos de Silvestre, fue él quien “le sugirió a mi padre que lo enviara al Chicago Musical College, lo cual hizo mi padre en cuanto pudo.”[91] Allí Silvestre recibió el más riguroso de sus entrenamientos en las artes musicales, bajo la tutela de maestros de la talla del violinista checo Otakar Ševčik (1852-1934).[92] Hubo por lo menos una intercambio epistolar más entre Gazagne y Silvestre Revueltas después de que dejaron St. Edward el verano de 1918. Esto se desprende de la carta de Gazagne a Rosaura el 4 de marzo de 1946, donde menciona que: “Todavía poseo un reporte que [Silvestre] me envió de su primer concierto en la Ciudad de México cuando se fue de St. Edward.” En la misma carta a Rosaura nos enteramos además, que por todos los años transcurridos desde entonces, Gazagne había conservado el programa en el que figuraba junto Silvestre con motivo del inicio de cursos en

Page 17: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

St. Edward el 26 de mayo de 1918.[93] La primera misiva es mencionada en los esbozos de unas memorias que Gazagne escribía, y en las que intenta sintetizar sus experiencias con Silvestre.

“Mis recuerdos de Silvestre Revueltas” Éstas son memorias de un año de convivencia escolar. Rara vez ocurre que un maestro olvide casi completamente a un alumno y que después de veinte años se entere repentinamente que éste, con el que había perdido todo contacto, se convirtió en un compositor de renombre e innovador de la vida musical de una nación. Esto es exactamente lo que me ocurrió a mí. Cómo perdí contacto con él. No fue un contacto perdido de manera voluntaria sino meramente resultado de las circunstancias. Silvestre dejó St. Edward’s College en junio de 1918 y el mismo verano yo fui transferido a Portland, Oregon. Después de dos años ahí, zarpé a la India donde laboré por diecinueve años. Salvo por el envío de un recorte de periódico que reporta su primer concierto para violín en la Ciudad de México, el cual acusé de recibido, cada cual siguió su camino. Debo admitir que nunca lo olvidé completamente, pues de cuando en cuando regresaban a mí recuerdos de él, y creía verlo y oírlo tocar el violín en el estudio grande de arriba en St. Edward’s. Todavía guardo el recuento que él me mandó de su primer concierto público después de dejar St. Edward. De no haber tenido una visión de su grandeza futura, no habría resguardado ese papel verde hasta el día de hoy, casi treinta años después. Está un poco maltratado ahora, pero lo guardo como un tesoro, pues cada vez que me lo encuentro, resuenan en mis oídos las notas que sólo un artista y maestro pueden producir.[94]

Puede ser que estas memorias estaban dirigidas a Rosaura, a manera de homenaje a su hermano muerto, pero, por una razón u otra, nunca fueron concluidas. No obstante, aun inconclusas dicen mucho sobre la huella que dejó Silvestre Revueltas en el religioso francés de la Santa Cruz, quien había sido su maestro y mentor, y quien es hoy por hoy el cronista más importante del año que pasó el compositor en el St. Edward’s College en Austin, Texas. Cómo citar el texto CANDELARIA, Lorenzo, “Silvestre Revueltas en el amanecer de su periodo americano: St. Edward’s College, Austin, Texas (1917-1918)” (Gabriela Ruiz y Roberto Kolb, trads. Título original: “Silvestre Revueltas at the Dawn of His “American Period”: St. Edward’s College, Austin, Texas (1917-1918), en American Music, vol. 22, no. 4, invierno de 2004). [Documento electrónico disponible en www.fororevueltas.unam.mx]. Consultado el dd/mm/aaaa. NOTAS 1. Otto Mayer-Serra, “Silvestre Revueltas and Musical Nationalism in Mexico”, en The Musical Quarterly 27, no. 2 (abril 1941), p. 123. 2. Para la información biográfica me he basado especialmente en Rosaura Revueltas, comp., Silvestre Revueltas por él mismo. Apuntes autobiográficos, diarios, correspondencia y otros escritos de un gran músico (México: Ediciones Era, 1989); Peter Garland, In Search of Silvestre Revueltas: Essays 1978-1990 (Santa Fe: Sounding Press, 1991), pp.145-55; Carol A. Hess, “Silvestre Revueltas in Republican Spain: Music as Political Utterance”, Latin American Music Review 18, no.2 (1997), pp. 278-96; Eduardo Contreras Soto, Silvestre Revueltas: baile, duelo, y son (México: CONACULTA, 2000), pp. 13-47; y Robert Parker, “Revueltas in San Antonio and Mobile”, Latin American Music Review 23, no.1 (2002), pp. 114-30. 3. Garland, op. cit., p. 145.

Page 18: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

4. Parker, op. cit., pp. 116, 119, 126, 129 n.8. 5. De las once bandas sonoras atribuidas a Revueltas, dos son ambiguas: Los de abajo (1939), posiblemente escrita por Jorge Pérez, y Mala yerba (1940) con atribuciones contradictorias a Fausto Pinelo Ríos y Julio Cochard. Las nueve bandas sonoras restantes comprenden: Redes (1935); Vámonos con Pancho Villa (1935); Caminos (1936); La Bestia Negra (1938); Ferrocarriles de Baja California (1938); El Indio (1938); La noche de los mayas (1939); El signo de la muerte (1939); y ¡Que viene mi marido! (1940). La música de Revueltas para ¡Que viene mi marido! lleva el título alterno de Ahí viene mi marido. Ver Roberto Kolb Neuhaus, comp., Silvestre Revueltas (1899-1940): Catálogo de sus obras (México: Universidad Nacional Autónoma de México,1998), pp. 88-89. 6. Contreras Soto, op. cit., pp. 13-14. 7. De Rosaura Revueltas para Louis Gazagne, 11 de abril de 1946, folder “Revueltas”, St. Edward’s University Archives, Austin, Texas (a partir de ahora SEUA). Original en inglés. 8. Silvestre Revueltas, “Apuntes autobiográficos”, 13 de Marzo de 1938, reimpreso en José Revueltas, Apuntes para una semblanza de Silvestre (México: Secretaría de Educación Pública, 1966), p. 68. 9. Contreras Soto, op. cit., p. 13. 10. Diccionario de la música española e hispanoamericana (a partir de ahora citada como DMEH) s.v. “Revueltas Sánchez, Silvestre. I. Biografía”. 11. Contreras, Soto, op. cit., p. 15. En sus “Apuntes autobiográficos”, Revueltas menciona también haber estudiado violín en Ocotlán y en Guadalajara. Ver José Revueltas, op. cit., p. 69. 12. Contreras Soto, op. cit., p. 15. 13. Ibíd., pp. 15-16. 14. Sobre Tello ver Jesús C. Romero, “Notas: Rafael J. Tello”, Nuestra Música: Revista Trimestral editada en México 11, no.5 (1947), pp. 33-39; Julio Estrada, ed., La música de México. I. Historia. 4. Periodo nacionalista (1910 a 1958) (México, D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México, 1984), pp. 39-40; DMEH, s.v. “Tello Rojas, Rafael José [sic]”; y The New Grove Dictionary of Music and Musicians, 2d ed., s.v. “Tello, Rafael (Julio)”. 15.En los siguientes párrafos me he basado en los excelentes resúmenes de la Revolución Mexicana en Michael C. Meyer y William L. Sherman, The Course of Mexican History, 3ra ed. (New York: Oxford University Press, 1987), pp. 431-581, y John Mason Hart, “The Mexican Revolution, 1910-1920”, en The Oxford History of Mexico, ed. Michael C. Meyer and William H. Beezley (New York: Oxford University Press, 2000), pp. 435-65. 16.Meyer y Sherman, op. cit., p. 432. 17.DMEH, s.v. “Conservatorio. XII. México. Conservatorio Nacional de Música”. 18. Estrada, ed., op. cit., p. 17. 19. Contreras Soto, op. cit., p. 19. 20. Ésta es una lista basada en la “Catálogo por géneros musicales” en Kolb Neuhaus, op. cit., pp. 87-88. 21. De Silvestre Revueltas para Romana Revueltas, 5 de enero de 1916, en Rosaura Revueltas, op. cit., p. 34. 22. De Rosaura Revueltas para Louis Gazagne, 11 de abril de 1946, Archivo “Revueltas” SEAU, 2(2). El pasaje completo dice: “[Nuestra madre] solía contarnos que cuando ella era una niña le gustaba perderse en los bosques aledaños, en donde abundaban riachuelos y cascadas. Ahí escuchaba los sonidos de la naturaleza, calmada o violenta, y se preguntaba si alguien podría poner todo ello en música. Después, cuando a los diecisiete años se casó, hizo un deseo: quería que todos sus hijos fueran artistas. Un músico, primero que nadie; un pintor que reprodujera los alrededores salvajes; un escritor que le contara del mundo desconocido que ella había dejado atrás en las montañas, de lo dura vida de los mineros.” Original en inglés. 23. De Silvestre Revueltas para José Revueltas, 5 de enero de 1916, en Revueltas, comp., Silvestre Revueltas por él mismo, 35-36. 24. Ibíd. Quizás sintiendo lo abrupto de su carta, Silvestre añadió la significativa línea: “La carta de mi mamá también lo es para ti, lo que aquí no te digo, lo digo allí”. 25. Romero, “Notas”, p. 38; y DMEH, s.v. “Tello Rojas, Rafael José [sic]. I. Formación y primeros años”. 26. Estrada, ed., La Música de México, 16.

Page 19: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

27. De Silvestre Revueltas para Romana Revueltas, 11 de octubre de 1916, en Rosaura Revueltas, op. cit., p. 37. 28. Contreras Soto, op. cit., p. 17. 29. De Silvestre Revueltas para Romana Revueltas, 17 de abril de 1917, en Rosaura Revueltas, op. cit., p. 37. Las identidades de Genaro, Carlos, y Alfonso son desconocidas. 30. Ibíd., 37-38. 31. Ibíd., p. 38. 32. Romero, op. cit., p. 36. 33. Estrada, ed., op. cit., pp. 13,14. 34. Mayer-Serra, “Silvestre Revueltas and Musical Nationalism in Mexico”, 123; Nicolas Slonimsky, Music of Latin America (1945; reprint, New York: Da Capo, 1972), 247; Robert M. Stevenson, Music in Mexico: A Historical Survey (New York: Thomas Y. Crowell Co., 1952), 251; Garland, In Search of Silvestre Revueltas, 151; Revueltas, comp., Silvestre Revueltas por él mismo, 247. El error se repite en el artículo de Stevenson para el New Grove Dictionary of Music and Musicians, 2d ed., s.v. “Revueltas, Silvestre”. 35. “Student Life No. 15.23 (1897-1922)”, SEUA, año 1917; y “Finance #27 (Ledgers). Student Ledger. Sep. 1916-Nov. 1919”, SEUA, 53. 36. Mi cálculo se basa en las estadísticas del censo proporcionado por Beverly Pecotte del Texas State Data Center and Office of the State Demographer, Department of Rural Sociology, Texas A&M University System, College Station, Texas. En 1910 la ciudad de Austin tenía una población de 29,860 habitantes. Para 1920 había crecido hasta 34,876. 37. El mejor resumen es Mint O. James-Reed, Music in Austin, 1900-1956 (Austin: Von Boeckmann-Jones Co., 1957). Ver también Lota M. Spell, Music in Texas: A Survey of One Aspect of Cultural Progress (Austin, n.p., 1936). Agradezco al Dr. Kevin E. Mooney por hacerme notar esto y por señalarme otras fuentes útiles para el estudio de la cultura musical en Austin. 38. James-Reed, Music in Austin, pp. 1-2. 29. Obtenido de la lista “Musical Attractions Brought to Austin, 1900 to 1956”, en ibíd., pp. 119-31. 40. Basado en mi estudio del Austin America, el periódico matutino de la ciudad, desde agosto de 1917 a julio de 1918. Estos fueron examinados en microfilm en el Center for American History, de la University of Texas en Austin. 41.James-Reed, Music in Austin, 104-6, p. 112. 42. The Catholic Encyclopedia, 1914 ed., s.v. “Congregation of the Holy Cross”.Se puede consultar el artículo en línea en http://www.newadvent.org/cathen/07403a/htm. 43. Catalogue of St. Edward’s College, Austin, Texas, 1885-86, p. 3; 1887-88, p. 4; 1888-89, p. 4, 39; y 1894-95, pp. 60-61. Éstas y otras copias del catalogo de la escuela se consultaron en el SEUA. 44. Ibíd., 1917-18, pp. 67-68. 45. “Student Life No. 15.23 (1897-1922)”, SEUA, years 1915, 1916. El hecho de que Guillermo Gutiérrez entrara a St. Edward en marzo de 1916 sugiere que su familia había comenzado a preocuparse por la tensa relación entre los Estados Unidos y México por aquel tiempo. En octubre de 1915, a pesar de su persistencia para ganarse el favor de los funcionarios de los Estados Unidos, Francisco “Pancho” Villa fue rechazado cuando la administración Wilson otorgó reconocimiento diplomático al régimen de Carranza. Villa respondió con dos punzantes ataques a intereses estadounidenses. El primero vino el 9 de enero de 1916, cuando Villa y sus seguidores detuvieron un tren de técnicos e ingenieros de minas con destino a México desde El Paso, Texas, ejecutando a quince americanos en el acto. El segundo ocurrió el 9 de marzo de 1916, cuando Villa dirigió un pequeño ejército de 485 hombres en un ataque a Columbus, Nuevo México. En respuesta, después de considerar brevemente la petición del senador Albert Bacon Fall de medio millón de hombres para ocupar México, el presidente Wilson ordenó una “expedición punitiva” de 12000 soldados bajo las órdenes del General John J. Pershing (1860-1948) para cruzar hacia México con el propósito de capturar a Villa. Ver Meyer and Sherman, op. cit., 539-42, y Hart, op. cit., pp. 459-60. Quizás temiendo que Villa empujara a los Estados Unidos al borde de una guerra con México, Jesús Gutiérrez posiblemente tomó la difícil decisión de enviar a su hijo al otro lado de la frontera antes de que las hostilidades aumentaran. 46. “Student Life No. 15.23 (1897-1922)”, SEUA, [año 1917]; y “Finance #25 (Ledgers). 1916-192. Checks”, SEUA, p. 64.

Page 20: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

47. Cuando los hermanos Revueltas comenzaron sus estudios en el St. Edward en 1917, llegaron después de una campaña de verano durante la cual los miembros del profesorado habían tomado medidas extra para ayudar a detener la tendencia a la baja de inscripciones del año anterior. Ver William Dunn, C.S.C., Saint Edward’s University: A Centennial History (Austin: St. Edward’s University Press, 1986), pp. 146-47. Ese enorme esfuerzo de reclutamiento puede haber jugado un papel en la decisión de José Revueltas de enviar a sus hijos al otro lado de la frontera a Austin. 48. El número de inscripciones se obtuvo del “Student Life No. 15.23 (1897-1922)”, SEUA, año 1917. 49. “Finance #25 (Ledgers). 1916-1921. Checks”, SEUA, p. 84. 50. Ibíd., pp. 98, 104, 116. 51. “Finance #27 (Ledgers). Student Ledger. Sep. 1916-Nov. 1919”, SEUA, 55, 86. Sobre James Wooten, ver Dunn, Saint Edward’s University, p. 144. 52. Parker, op.cit., p. 115, menciona que Revueltas “completed secondary school at St Edward’s Academy in Austin, Texas” (terminó la escuela secundaria en la St Edward’s Academy en Austin, Texas), pero no hay registro en el SEUA que apoye tal afirmación. Además, ni Silvestre ni Fermín aparecen en la lista publicada de estudiantes que se graduaron ese año. Ver “Solemn Military Mass Thrills Spectators at St. Edward’s Commencement” Austin American, 27 de mayo de 1918. 53. “Student Life No. 15.23 (1897-1922)”, SEUA [año 1917]. 54. Ver el [Grove] Dictionary of Art, s.v. “Revueltas, Fermín”; y Fermín Revueltas: Colores, trazos y proyectos, Galería Juan O’Gorman, Centro Cultural Universitario, noviembre de 1983-enero de 1984 (México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1983). 55. “Finance #27 (Ledgers). Student Ledger. Sept. 1916-Nov. 1919”, SEUA, 77, 113. De acuerdo con la oferta académica del año en que Silvestre y Fermín se inscribieron: “La educación y entrenamiento militar serán parte del programa normal de normal y de la vida estudiantil del St. Edward’s College. Se reconoce que el entrenamiento militar es de inmenso beneficio para el país, además de que ha probado ser de gran utilidad para el estudiante”, St. Edward’s College: Annual Catalogue, 1918-1919, p. 80. Consultado en el SEUA. 56. De Silvestre Revueltas para José Revueltas, enero de 1918, Rosaura Revuelta, op. cit., p. 39. 57. “Hoy recibimos tu cartita, que junto con otra de Consuelo venía, la que se me iba pasando contestar hoy por encontrarme estudiando el francés, pero lo he dejado por un momento para escribirte[.]” De Silvestre Revueltas para Romana Revueltas, 27 de enero de 1918, en ibíd., p. 40. 58. De Silvestre Revueltas para José y Romana Revueltas, 26 de septiembre de 1917, en ibíd., p. 38. 59. C.S.C. significa Congregatio Sanctae Crucis: Padres y Hermanos de la Santa Cruz. El siguiente bosquejo biográfico se deriva de las cartas y documentos en la carpeta “Gazagne, Louis”, en el SEUA. Le agradezco al Hermano John H. Huhn, C.S.C., archivista en el Midwest Providence of Brothers, orden de los Padres y Hermanos de la Santa Cruz, Notre Dame, Indiana, por las aclaraciones e información suplementaria ofrecida durante nuestra conversación telefónica el 5 de febrero del 2002. 60. Sobre la persecución de la orden, ver The Catholic Encyclopedia, 1914 ed., s.v. “Congregation of the Holy Cross”. 61. Las fechas para Heichelheim las proporcionó Ingrid Karklins, archivista en el SEUA. Para mayor información sobre su carrera musical y suicidio ver el fólder del archivo “Heichelheim, Adolphe”. 62.Sobre Hans Hartan, ver James-Reed, Music in Austin, 76, 104, y Spell, Music in Texas, 99. 63. Las cartas de Gazagne que pertenecen a Revueltas se conservan en una carpeta separada que se llama “Revueltas, Silvestre. Correspondence: Brother Louis Gazagne, Rosaura R. de Bodenstedt, George Olenslanger (WENR) 1942-1946”, SEUA. 64. Las cartas de Gazagne a Rosaura Revueltas como se conservan en el St. Edward son copias al carbón sin firmar de los originales que han aparecido previamente en una traducción al español. Rosaura publicó la correspondencia en su libro Los Revueltas: Biografía de una familia (México: Editorial Grijalbo, 1979), pp. 111-22. Sobre la muerte de Silvestre Revueltas, ver Garland,op. cit., p. 155. 65. Gazagne para Rosaura Revueltas, 28 de enero de 1946, en “Revueltas, Silvestre. Correspondencia”. 66. De George Olenslanger para Gazagne, 11 de marzo de 1942, en ibíd.

Page 21: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

67. De Gazagne para Rosaura Revueltas, 28 de enero y 4 de marzo de 1946, ibíd. 68. De Gazagne para Rosaura Revueltas, 4 de marzo de 1946, ibíd. 69. “Finance #27 (Ledgers). Student Ledger. Sept. 1916-Nov. 1919”, SEUA, p. 13. 70. “Hasta ayer fuimos al pueblo y compramos todo lo que necesitábamos, nuestra ropa interior, zapatos para Fermín, y otro uniforme; a mí no me alcanzó para comprar uniforme porque empleé diez pesos en comprar unas piezas de música que quería, y estoy más que contento con ellas que con todos lo uniformes del mundo; calcetines, pañuelos, todo compramos y sólo cogimos dos pesos cada uno para gastar; quería también comprarme una caja para mi violín, pero no me alcanzó por que lo menos me habría costado diez pesos”. De Silvestre Revueltas para José Revueltas, 16 de febrero de 1918, en Revueltas, comp., Silvestre Revueltas por él mismo, 41. Es difícil saber el tipo de cambio preciso entre el dólar estadounidense y el peso mexicano en este periodo debido a la crisis bancaria que persistió a través de la Revolución. Para fines de 1913, al menos veinticinco tipos diferentes de papel moneda con inciertos y fluctuantes tipos de cambio circularon por todo México. El presidente Carranza abordó la crisis el 26 de abril de 1916, decretando que para contratos, facturas y otros documentos expresados en moneda estadounidense, un dólar americano equivaldría a dos pesos mexicanos de oro. Los tipos de cambio cotidianos con el peso no aparecían en el Austin American para febrero de 1918 en los ejemplares consultados. (Nos podríamos preguntar, en cualquier caso, si Revueltas estaba simplemente usando el término peso para referirse a dólares). Sobre la crisis bancaria en México, ver Meyer and Sherman, Course of Mexican History, 528, y Richard A. Banyai, Money and Finance in Mexico during the Constitutionalist Revolution, 1913-1917 (Taipei, R.O.C.: Tai Wan Enterprises, 1976), 50-63. 71. La tabla 1 se deriva del “Finance #27 (Ledgers). Student Ledger. Sep. 1916-Nov. 1919”, SEUA, pp. 53, 77, 113. 72. Amy Biancolli, Fritz Kreisler: Love’s Sorrow, Love’s Joy (Portland, Ore.: Amadeus Press, 1998), 366, 368. 73. “Military Mass Is Celebrated at St. Edward’s College”, Austin American, Feb. 23, 1918. 74. Silvestre Revueltas para José Revueltas, enero de 1918, en Rosaura Revueltas, op. cit., p. 39. 75. De Silvestre Revueltas para José y Romana Revueltas, en ibíd., 42. La carta está de hecho fechada “Austin, Texas, 31 de abril de 1918”, pero abril sólo tiene treinta días. Curiosamente, el hermano de Silvestre, Fermín, también escribió una carta para sus padres fechada como “31 abril de 1918”. Ver ibíd., 43. Parecería seguro decir que los hermanos estuvieron escribiendo a su casa el 30 de abril, que cayó en martes ese año. 76. Un programa con la nota “Bro. Louis, C.S.C. accompanist” se conserva en el fólder “Gazagne, Louis”, SEUA. 77. Cada trabajo incluido lleva una breve nota en un inglés forzado sugiriendo que “Mr. Sylvester Revueltas” (como aparece el nombre en el programa) hubo puesto las notas él mismo. Estas se transcriben abajo.

Violin Solo—“A La Zingara”, Opus 22………………H. Weniaski [sic] The violin solo concerto Opus 22 is one of the most popular concertos in the entire violin repertoire. The last movement is composed in the style of gypsy music and its proper rendition demands the fire, energy and passionate abandon of the Hungarian gypsy, whose music has been used so effectively by Liszt, Weniaski, however, does not use any gypsy themes, the caption “A La Zingara” referring to the general character of the piece and manner of performance. Violin Solo—“Canzanetta”, Opus 35………………..B. Godard The “Canzanetta” from the Concerto Romantique is one of the most melodious and piquant inspirations of this most interesting composer. Godard’s music is characteristically French, intellectually subtle, refined, polished, enlivened by refreshing harmonies and graceful rhythms. Violin Solo—“Romanza Andaluza”, Opus 22………P. Sarasate The “Romanza Andaluza” is strictly Spanish in style and difficult of interpretation. It portrays the passionate love song of the Spanish cavalier in all its intensity, warmth and devotion. The accompaniment is strictly guitar in character and expression.

Page 22: CANDELARIA - SIlvestre Revueltas en El Amanecer de Su Periodo Americano

78. St. Edward’s College: Annual Catalogue, 1918-1919, p. 77. 79. “Solemn Military Mass Thrills Spectators at St. Edward’s Commencement” (Solemne misa militar emociona a los espectadores en la ceremonia de graduación del St. Edward’s), Austin American, May 27, 1918. 80. De Gazagne para Rosaura Revueltas, 20 de abril de 1946, en “Revueltas, Silvestre. Correspondence”. 81. Silvestre Revueltas “Apuntes Autobiográficos”, en Rosaura Revueltas, op. cit., p. 30. 82. Rosaura Revueltas, “Unas palabras sobre Silvestre”, op. cit., p. 22. 83. Gazagne para Rosaura Revueltas, 20 de abril de 1946, en “Revueltas, Silvestre. Correspondence”. Un borrador descartado para una porción de su carta, también conservada en el archivo citado, enriquece nuestro entendimiento de la personalidad de Revueltas y el modo de Gazagne de interactuar con él. Corregido u omitido de la carta que finalmente envió a Rosaura estaban los siguientes enunciados: “Siempre he sentido que, tristemente, esta importante fase de su educación [la religiosa] había sido difícil o descuidada. En St. Edward era difícil motivarlo a asistir a la misa dominical. Pensé que acaso mediante amabilidad, paciencia e influencia religiosa Silvestre finalmente se hallaría a sí mismo. Nos rehusamos a emplear medios más enérgicos. Su actitud indolente [la palabra “indolente” aparece tachada] seguramente tuvo su origen antes de su arribo a St. Edward. ¿Puede darme detalles al respecto?” Gazagne debió de haberse dado cuenta de que un tono poco lisonjero no hubiera animado a Rosaura a revelar mucha de la información que él deseaba de su difunto hermano. 84. De Gazagne para Rosaura Revueltas, 20 de abril de 1946, en “Revueltas, Silvestre. Correspondence”. 85. De Silvestre Revueltas para José y Romana Revueltas, 17 de abril de 1917, en Rosaura Revueltas, op. cit., p. 37. 86. De Silvestre Revueltas para José y Romana Revueltas, 26 de septiembre de 1917, en ibíd., p. 38. 87. Silvestre Revueltas para José y Romana Revueltas, 28 de septiembre de 1917, en ibíd., pp. 38-39. 88. Ver las cartas transcritas en Revueltas, comp., Silvestre Revueltas por él mismo, 40-41 (Feb. 10, 1918), y 42 (Abril 31, 1918). 89. “Operetta ‘Wild Rose’ by Girls of St. Mary’s Charms Large Audience”, Austin American, April 26, 1918, y “St. Mary’s Students Repeat ‘Wild Rose’” Austin American, April 30, 1918. 90. Las listas de los músicos de la orquesta publicadas en el Austin American para los conciertos del 16 de diciembre de 1917, 24 de marzo de 1918 y 12 de mayo de 1918, muestran que Silvestre Revueltas (mal escrito de varias maneras como “Silverio Reoveltas” o “Silverio Revueltas”) tocó en el quinto atril en el primero de éstos y en el cuarto atril en los últimos dos. Ver “Symphony Orchestra Ready for Concert”, Austin America, March 24, 1918; y “Symphony Orchestra Thrills Great Crowd in Final Concert”, Austin American, May 13, 1918. Los programas de los conciertos planeados para aquellas ocasiones, junto con las interpretaciones de Silvestre durante las misas militares en el St. Edward’s College (ver arriba, notas 73 y 79) son tema central de mi artículo, “Revueltas and the Great War: Musical Nationalism in Austin Texas”, actualmente en preparación. 91. “Este mismo maestro [a quien ella se refiere anteriormente como “Louis Lazagne” (!)]… le sugirió a mi padre que lo enviara al Chicago Musical College, lo cual hizo mi padre en cuanto pudo”. Rosaura Revueltas, “Unas palabras sobre Silvestre”, op. cit., p. 21. 92. Contreras Soto, op.cit., pp. 22-23. 93. Gazagne para Rosaura, 4 de marzo de 1946, en “Revueltas, Silvestre. Correspondence”. 94. El fragmento se conserva en “Revueltas, Silvestre. Correspondencia”.