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Cantos de vampiros
Elko Omar Vázquez Erosa
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I. El ritual de los amantes
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Amanece de nochepara el poeta,para el vampiro,para el amante,
para todos aquellosquienes cifran la esperaen un rostro de luna,
en un rostro de muertecon destellos de plata.
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Cuando llegue la nochevoy a poner una mesacon lugar para dos,al ras del desierto,
con una botella de vinopara ofrendarte la auroray los cantos de Homero...
...voy a encontrarte,cuando llegue la lunay recuerde las vocesque nos hacían lloraren la carne;
cuando llegue la noche,cuando lleguen los fatuosy el cielo se vuelvaun útero inmenso.
Con una botella de vinopara ofrendarte la auroray los cantos de Homero;
con una gota de sangrey un vaso de lágrimasvoy a inventarme tu piel.
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Hecha de distancia,perdida entre sombrasdel crepúsculo lluvioso...
tierra floja entre mis dedos,agua fría de lo incierto.
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Canta,con gemidos de muertey de belleza...con rumores de la tumbay de las sombras,con salmos de las misasque despiden a los muertosdesde luces que se filtranhasta el fondo de las ruinasolvidadas.
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Detrás de los rincones del silenciolos dioses de la lluviapronuncian la salmodia,y todos los secretos de tus labiosse dispersan con el viento.
Entretejida tu siluetacon las imágenes borrosasdel paisaje, destaca tu pelo,y destacan las historias que callastecuando estampada la lunasobre las negras visiones de los árboles.
Recuerdo como ladraban los perrosy la noche, necia en morder la carne:escenas de un teatroque quieren saltar y salpicarnos sangrede mil heridas provocadas por mil espinas.
Callado tu rostro y los enigmas que llevabasen tus ojos de esfinge—porque con la lluvia, los fantasmas grises—.
Arroyuelos caóticos que intentan seguir,tras las ruinas del recuerdo,los contornos de tu ausencia.
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Cuando rezan las niñascon sus rostros purosy pletóricos de asombro,cuando recorremos con la vistalas expresiones de dolor fingidode las damas enlutadassin ninguna causa.
Cuando aspiras las calladas notasdel sahumeriosugieres pensamientos lejanospor encima de las velas…y una sonrisa hereje asomadel velo que te esconde.
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Lúgubre,porque tú eres lúgubre,señora de mis noches,espectral amante.
El sonido de unos pasos:chapoteo de tus piesen las aguas de la cripta.
Hoy me vinieron ganasde abrazarteencima del recuerdo,saqueadora de virtudesen cuyo linaje se cuentanlos demonios.
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Como ciudades de cerase fundieron los sueñoscon el alba.
Como las plantas del desierto...renaceremos,
como semillas enterradasesperando por la lluvia,
como alacranes y serpientescobijados de letargos.
El vendedor de recuerdosemerge de las llamas del olvido—espectros jueganentre las hojas de los árboles—.
Tú conoces la espera,el retorno al cubilde tus mentiras deliciosas.
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Si me dices tu nombre,tal vez consienta en regalartecon la sangre que fluyepor mis venas,por los caminos olvidadosque se llenan de niebla y de frío.
Bailaremos en lagunas que se vistende fuegos fatuos y de estrellas,en criptas e inscripcionesborradas por el agua.
Si me dices tu nombretal vez consienta en irtras los acordesde tu oscura melodía.
Tomaremos un descanso:subterráneos de edificioscuyas bóvedas rotas,desmigadas por el suelo,se pierden entre cardos,entre las notas de una orquestasepultada bajo el tiempo y la tristeza.
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En las altas montañas de hielo,dormida y silenciosacon las hadas de tu alcoba...
querría buscar tu siluetay soñar el reflejo de tu peinador,
porque te vuelves reinade los artificiosen el laboratorio de la luna,
porque transformas los rinconesdonde se reúnen los aromasy los gestos.
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Amaneces con la nochey con la nada,
del contraste en el silenciodibujado por las calles.
No sabes del delirioque arrancas a las hojasde los árboles,de los trazos de distanciaque duermen en tu pelo.
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Detrás de la cruel sonrisaentretejida con tus labios,estremecidos los jardinesde las sombras y del caoscomo la piel de los amantes.
¿Es que están hechos de poroslos amantes? ¿De orificiospor donde escurre el almapara luego enredarse,formando laberintos?
Te deslizaspor encima de los murosderruidos de agua.
Me vienen ganas de soñarcon el vértigo seductorde los abismos:frágil mercancíaque me arrebatastede las manos—sombra mía—lánguida entregade quien muere amando.
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Por las tardes,cuando pasanlos cortejos fúnebres,
la lluvia sugierehistorias de vampiros.
El olor de los sepulcrosse confunde con el perfumeque llevabas en el baile,
con aroma de volúmenesantiguos y pesadosque poseen caracteresde prohibidas ciencias,
y tu rostro implosionaen la distancia,entre los murosde la casa señorial,en la hiedra que guardalos retratosde pasiones olvidadas,
en los salones femeninosdonde solías robar el almade los convidados,
con los misterios que dormíantras las puertas de húmedasmelancolías...
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Y fui buscándote en la lluvia,
en el dorado moribundoque sobre el lomode viejos libros,recordaba tu pelo…
en la hiedra que guardalos retratos de pasiones olvidadas.
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Amándonosen sangre y seday con giros de violencia,
sabes comprender el trueno,la marcha del viento y la manada.
Conoces lo insondableque se ocultatras los ojos de la noche.
Sabes del dolorque provocan las ausenciasy los ademanes teatralesde lo que es definitivo.
Amándonosen sangre y seday con giros de violencia...
pretendemos burlarlo inevitable.
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Tu alcoba se llenade telarañasque parecen hechascon hebras de hielo,con tejidos de invierno.
El tiempo no se detienemientras el aire se llevanuestras palabras.
A veces se crispan mis manoscuando tus lágrimas caencomo ángeles sin alasdesplomados al abismo.
Nunca reímos y te transformasen frases heladas,pero somos adictos a la piely estamos encadenadosa los juegos de alcoba.
Somos criaturas sin juicio:un día nos despedazaremoscon pretextos de luna.
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Detrás de las paredes,detrás de los murosque esconden tu risa;en el suave nacer de tus senosy en el oculto lenguajede una palabrajamás pronunciada;
en secuelas de sombras filtradas,en detalles del baileque te vuelve una bruja de Chipre;
en el correr de las aguas,cuando cierras los ojosy te dejas llevarpor los sueños de Ondina.
Querría llenartede esperma y de flores,acariciarte con hojas de otoño...
volverme inaudible...
correr por tus venas.
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II. A la llegada de los sueños
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Máscara de nieveque recuerdalas calles de Venecia,con sombras de gasay ademanes de artificio.
Detrás de tus ojos,un universo de vaporesy contrastes.
—Te busco—arrimado al silenciode viejos templos extraviados…
me visitan espantajosde filósofos perdidosen la arena.
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Tendemos puentes hacia el infinitoe inquietas el descanso de los hombrescuando se vacían las sepulturasy escapa el gran misterio de la muerte.
La sangrefue la esencia vital de tus liturgiasporque bailabas entre el cielo y la tierra:
aúllas con el vientocuando asaltas las encrucijadasde los caminos…
porque persisten tus pasiones,porque sientes el llamado de la noche.
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Dormida tu memoriaen los ecos de vacíos galerones,desfilan los demoniosde vivencias devoradaspor el tiempo.
Sobre el reflejodel mármol desgastadopor las sandalias de la lunael mundo se vierteen imágenes deformes,y los recuerdosa través de la distanciaadquieren fuerza,transmutando en carcelerosque capturan la esenciade tus pasos por la nada.
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Cruje la piedracontra el hierroy las primeras lucesinvaden tu castillode silencios.
¿No oyes las campanascon las alas desplegadasen lo alto de las bóvedas?
¿No oyes los murmullosdibujadosentre las sombras ojivales?..
...una procesiónde sacerdotes cabizbajosy de campesinos con antorchas.
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Extraviado en las montañasdonde suspiran los murmullosde viejas religionesperdidas en el tiempo—ilusiones de la nieve y del cansancio—espectros fríos encerrados en el hielo.
Dicen que en los parajes solitariosexponemos nuestras almas,y detrás de la distanciaadivinamos un oasis con la sensaciónde ser observados por fantasmas.
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Acaso tienen sustancia y realidadlos que habitan nuestras pesadillas.
—Por las noches,los visitantes del dormitorio—.
Acaso hay una selvaque invade con su flora y con su faunanuestra alcoba, poblando nuestros sueñosde seres crueles y fantásticos,y bellos...
...de seres recortadosen la suave penumbra uterina,de criaturas que aman y vuelanel cielo del mito y la leyenda.
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El placer de una vida selecta,de una vida que no contemplala muerte.
Enamorado de un trozo de vidrio,de un cigarro;
diseño violeta del vino,la noche de luna...
Los colores del baileen suaves giros de un vals,el instante preciso en Versalles.
Pinturas de un Luis XVI,detalles en copas,la dulce embriaguez.
Precipitado de sangre,lavado de afrentas:no todos los hombresnacen igualesni tienen los mismos derechos...
...no deben tenerlos.
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A veces creíaque no eras de polvo,que con tu cabello te uníasa las viejas historias,a resonancias de leyendasy de islas perdidas.
A veces creíaque tu rostro era un rostrode ángel,que llevabas la distanciaentre los hombres,que eras reflejo de torresde una ciudad muy lejana,de una palabraque pronunciaron los dioses.
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Llueve y no salesde tu asombro,en el fondo estás perdida,perdida en islasdesdibujadas por el aguay por la hiedra que escalatus murallas.
Llueve, entre el musgose pudren las memoriasque grabaste en un cuaderno,y el vino arrancado a los infiernosno basta para olvidarlos sueños de la sepultura,las visiones que dejastea un lado del camino—en el archivo de la espera—en un cuaderno de memoriasolvidadas.
Perdida en el fastidioa que te mueveel hombre que no siente.
No conoces tu lugar.Te extraña tanto el recuerdode otra tarde, de otro anhelo,de otros niños.
Y eras el vino de la fiesta,y en tu risa líneasde un jardín secreto.
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Amanece, pronto el rugirde los groseros horizontesque promete la mañana:es eterno, lo sabes y te duele...
porque quisieras volverteconcubina de los vientos.
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A veces despiertanlas sombras, de nuevo...y beben, y ríen, y aman;
pero viene la luzy rasga las fantasíasque tejía la luna,y el cansancio las venceotra vez.
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Todo lo tienes,nunca perdiste la fantasíaque oculta secretos de niña...
...dormida,en el refinamiento ensoñadory delicadamente suntuoso...
...inútil.
Deja que pasen los siglosy los ejércitos,deja que brote de los sepulcrosuna risa infantil...
Mañana...tal vez amanezca de nuevo.
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Con el paso furtivo de los ladronesvino la luz a tu estanciaa bañarte el rostro de impertinencias.
Eran las ruinas tu templo de siglos,tu aire de historias jamás reveladas.
Eras la hiedra, eras olvidoayuntado con piedra,dormida entre escombrosen un pasado ebrio de mitos.
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Laurel de lo oscuro,elegía de sangrey de parajes malditos—llega el dictado divinoque hace poemas—.
Recorrimos las callescomo aves detrás de la presa—en el centro de su semillatoda grandeza lleva maldad—.
Incendiaste la tarde con una palabra—llegan los sueñosque cubren de olvido—.
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Siempre regresarán los locosa renovar el mitoy a fungir como sacerdotes,a romper las máscarascon ese algo que se llevala insulsa armoníade un paraíso conformadopor la esposa y los hijos,la casa y el perro;como sombras largas y flacasque recuerdan visiones de Doré.
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Personaje inexistente:contra él no se puede luchar.
Quisiera arrancarlo de tu piel,pero los vagos fantasmasson perfectos.
Desde la fría habitación,cuando llega el cansancio,les podemos ver:oscurecen la existencia,representan nuestros miedos,porque los espectros idealesson más fuertes que los hombres...son invictos... son eternos.
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Bailo canciones de la lluviay me atormentasa la llegada de los sueños...
busco desesperadamentelos dedos de la aurora
—el vaho y las sombrassugerían sustanciasdescomponiéndose de pena—.
Un trueno hizo pedazoslos nervios de la noche:iba sacudiendo la tierracon carcajadas que recordabanel doblar del campanario,pero las quimeras me llevaronsuspendido a tu presencia,bajo las bóvedas de los puentes,donde las prostitutas del Imperiose reunían.
Diosa paganaentre las sombras del ventanal,pues la sangre que lames de tus labios,esa sangre, la robaste con engaños.
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Prodigio secreto, caricia de penumbracon susurros de los monjes fantasmalesque pueblan nuestros sueñosde parajes escondidos,de cantos y de druidasque iban a fundirseen el ramaje de los robles.
Vapores del incienso presentesen el ritual de las edades,con murmullos a lo lejosde princesas y dragonescapturados en el polvode cuentos olvidados.
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Trazaré la mañanacon las luces de tus ojos,buscaré en el díapor todos los caminosel ángulo preciso;pero tal vez sea inútilsacudir el sueloen busca de la paletaque pueda retratarte.
Acaso ya te fuisteentre las imágenes que se olvidancon el tiempo,entre fantasías que se robanporciones de esperanza.
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Agobiado por las horasque se llevan los colores,incrustadas al modeloque llamamos realidad.
Quisiera robarme la tardey los últimos destellos del sol:podría contar tus anhelos,escribir de visiones espantosas.
Arrojo los esquemas del consensoen el cubo de basurapara llegar al otro ladode las ilusiones que confiasteen un claro silencioso.
Hablabas de monstruosque visitan a los hombresun par de veces en la vida;pero nunca mencionasteque tales convidados,en ocasiones se quedaban,
y fui tejiendo las mentirasque nos atan al terruñode fracasos y amarguras—estúpida esperanza—capaz de apresarnoscon entrañas oscurasque se alimentan de esclavos,de seres tibios
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que no tuvieron el valor de marcharsecuando todo se desmoronaba.
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Con tu baile…justificas las promesas del mañana,y al soñar te vistes de plata.
Cuando tu mirada se pierdeen un mundo lejano...los árboles del otoño te extrañan.
Sabes que tengoun cajón desbordado de miserias,ese beso de lluvia y de luz que recuerdala alegría congelada en los retratos...siempre con un dejo de tristeza.
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No dejes que se apaguela luz de las leyendas.
Mis libros se deshacencomo muertos que emergiesende sus tumbas, a la lluvia.
De noche los jardinesy las casas,cual si fueran mausoleos.
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III. Tras las huellas de la luna
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Sorprendimos a la lunacuando bailabaentre imágenes rotasde antiguos dioses,y entre las columnas y los muros,gestas de héroes y poetas.
Trasladaba tu nombrea las fuentes del tiempoy del silencio oscuro.
Brillaron tus ojos en reflejosde canciones que evocabanjoyas extrañasde templos inviolados,y detrásde los matices del silencio…
se agazapaba la locuraque dormía bajo tus labios.
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Inflamado viento,perfume en las arterias de la tierra:
alineabas los sentidos con la nocheen constelaciones de otro cielo,en el musgo rojo, en el hielo eternodonde se reúnen las valquiriaspara beber la sangre de los héroes.
En las montañas del presagio,en tertulias de espantajos reservados;
con los vapores de la luna...olifante del sueño y de la muerte.
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Cuando se secaronlos mares de la lunallovieron dioses del abismo.
Detrás de los cristalesque se anuncianen medio de la nieve,bajo la tristeza mórbidade todos tus parientesparece que te vuelvesuna diosa de lo oscuro,porque se agitanhuracanes en tus venas,porque renaces con blasfemia,poblando de supersticioneslos cuentos de las viejas.
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Cargada de anhelos,atravesamos el vacíode una palabra...
Rompiste los espejos,reproduciendo tu imagen,furtiva de un libroque nunca pude olvidar.
Anhelo fantástico...de rubios cabellos...de cortinas y mármol.
Visitas extrañas por mediode una escaleraentre la luna y la tierra…entre el espejo y tu alcoba,el limbo y la aurora.
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Ruego a la tormentaborrar la ciudad:hay demasiada gente,no se permite el llanto.
Metrópoli inmensa,¡cómo te odio!,llena de olores y ruidoy gente de todos humores.
Apestas y sólo la lluviapuede volver de jabóntus ladrillos:porque llevamos lobosen la sangrey deseamos llorar la luna,porque la naturalezaconserva la vozque le presta el trueno.
Queremos sobrecogernosde miedo silvestre,deseamos volver a los árbolesy vigilar las fauces de los leones.
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Subió las escaleras entre el polvo,una luz enfermaalcanzaba a colarse por el vitralmientras el silencio permanecíaentretejido con las telarañas.
Recordaba otros tiemposen la misma habitaciónpero en distintas circunstancias
Resulta increíble pensaren tantas vivencias a lo largo de los años:risas de fantasmas en el vacíoy ecos de diseños que dejaron de ser;voces infantiles entre los ayeresque se enredan al conjuro del olvido:le confunden, le atrapan con membranasen un mar de melancolíacon abismos en el fondo de la angustia.
Un paseo deprimente por los jardines,—un rincón, un ayer—los cuerpos se estremecenhasta derramarse con la nada.
Llamó, pero no obtuvo respuesta,los mudos fantasmas seguían presentes,como dibujos de una vieja revista,como imágenes grabadas... en la carne.
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En el palacio del pecado y del placer,y del más puro pensamiento,donde se clavan las espinasde la intrusa realidadhasta el fondo de la piel...en la ciencia del arrepentimientomarcamos nuestras almas para siempre,pero los rostros de aquellos ángelesparecían suplicary caminamos atraídospor las notas de perversas melodías.
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Bajo seducciones lunaresel sueño mórbidooculta la tragedia del sepulcro.
Entre la niebla eternaecos y escalerasde ruinosos mausoleosque hablan de sangrey de crueldad.
Bajo la nostalgia,el deleite sensualde los instintos liberados.
Detrás de los misteriosque se ocultanbajo tu capa de frivolidad:un océano de alegríay elementos desatados.
Manchas en velos y cortinascon las huellas de los lobosque nacieron en la nieve—aristocracia de lo oscuroque con tenues brisasconmueve la noche sempiterna—.
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Detrás del miedoy de los pasos que rompenlos diminutos cristales de la nieve,detrás de tu ausenciadibujada en los vientos del ártico;
detrás de los espectrosque cayeronamortiguando el silencio—detrás de tu belleza—.
En oscuros rinconesse nos iba el alma,se nos iban las fuerzasal crujir de polvo,porque también teníasel rostro de la tormenta,el azul del hielo y del acero.
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Sombras de polvo y de caos,llevabas voces en la carney por un momentofui Ulises desatado.
Agualuna,llevabas voces en la carney extraños pensamientosme obligarona construir un ziguratpara alcanzar el cielo;pero no estabas en el cielo,debí en cambiopagar al barqueroy buscarte en los abismosque ocultan las fibrasmás secretas de la tierra.
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Por encima de las cúpulas:ajenos soles clavados con rabia,con furia que recuerdamaremotos primordiales,con visiones del infiernoy de las musasque asisten al maldito;en hemorragias de la luna,en el grito de violenciaque retumba por las callesy con el rápido carnaval de imágenesen los ojos de las aves negras.
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El hidalgo arruinadoes doblemente solitario,no se reconoce entre el pueblo,ni en los rostros vulgaresde la burguesía,y sin fortuna es incapazde seguir los juegos de sus pares.
Y llegan los fantasmas linajudos,le recuerdan gloriasque se vuelven púasal contacto de la piel,al contacto de las lucesque llegan con el albay con el rostro descarnadode la realidad...con su fardo de impotenciasy amarguras.
Los hidalgos arruinadosse transforman en vampiros,en sombras sujetas a las ruinas...
...pues todos los vampirosson hidalgos.
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Fuimos buscando la tardeal roce de un día cualquiera:eras la rosa de un sueñoperdida en la suave caricia dorada.
Eras la última gotade un vino muy viejo...reflejo de un sortilegioy de una ciudad esmeralda.
Cruzaban tus ojosleyendas de viento y naufragios...
en islas carentes de nombre,en viajes sin vueltay en el ansioso contorno del mar.
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ContenidoI. El ritual de los amantes...................................................................2Amanece de noche .........................................................................3Cuando llegue la noche..................................................................4Hecha de distancia..........................................................................5Canta .................................................................................................6Detrás de los rincones del silencio ...............................................7Cuando rezan las niñas..................................................................8Lúgubre .............................................................................................9Como ciudades de cera ...............................................................10Si me dices tu nombre ..................................................................11En las altas montañas de hielo ...................................................12Amaneces con la noche ...............................................................13Detrás de la cruel sonrisa ............................................................14Por las tardes .................................................................................15Amándonos ....................................................................................17Tu alcoba se llena .........................................................................18Detrás de las paredes...................................................................19II. A la llegada de los sueños ...........................................................20Máscara de nieve ..........................................................................21Tendemos puentes hacia el infinito ............................................22Dormida tu memoria .....................................................................23Cruje la piedra................................................................................24Extraviado en las montañas ........................................................25Acaso tienen sustancia y realidad ..............................................26El placer de una vida selecta.......................................................27A veces creía .................................................................................28Llueve y no sales...........................................................................29A veces despiertan........................................................................31Todo lo tienes ................................................................................32Con el paso furtivo de los ladrones ............................................33Laurel de lo oscuro........................................................................34Siempre regresarán los locos......................................................35Personaje inexistente ...................................................................36Bailo canciones de la lluvia..........................................................37Prodigio secreto, caricia de penumbra.......................................38Trazaré la mañana ........................................................................39
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Agobiado por las horas.................................................................40Con tu baile ....................................................................................42No dejes que se apague ..............................................................43III. Tras las huellas de la luna ..........................................................44Sorprendimos a la luna.................................................................45Inflamado viento ............................................................................46Cuando se secaron .......................................................................47Cargada de anhelos......................................................................48Ruego a la tormenta .....................................................................49Subió las escaleras entre el polvo ..............................................50En el palacio del pecado y del placer.........................................51Bajo seducciones lunares ............................................................52Detrás del miedo ...........................................................................53Sombras de polvo y de caos .......................................................54Por encima de las cúpulas ...........................................................55El hidalgo arruinado ......................................................................56Fuimos buscando la tarde............................................................57
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Cantos de vampiros© 1999 Elko Omar Vázquez Erosa© 2013 Edición para Kindle© 2016 Edición para Voluptuosidad es la palabra
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Diseño: Raúl AlmanzzaFotografías de portada y contraportada: Engelberth GrijalvaFotografías de interiores: Juan CamposModelo: Minerva Correa
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Elko Omar Vázquez Erosa
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