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CAPTULO 3
OBSTRUYENTES OCLUSIVAS: TENSIN Y RELAJAMIENTO COMO MOTOR DE
LA VARIACIN FNICA
El comportamiento de las obstruyentes oclusivas constituye uno de los campos ms clsicos
en el terreno de la variacin del espaol, tanto por el comportamiento en coda de alguno de
los segmentos, como por los procesos experimentados en posicin intervoclica,
especialmente por las oclusivas orales. Algunas de las variedades del espaol de Mxico,
presentan, por otra parte, ciertos aspectos especficos que no carecen en absoluto de inters,
como por ejemplo la presencia de variantes oclusivas donde la mayor parte de las
variedades del espaol muestran soluciones aproximantes; otro ejemplo son las muy
diversas formas presentes en el espaol yucateco. Se considera aqu tambin como oclusiva
a la africada postalvelar, de modo que se examinarn asimismo los procesos de cambio de
modo y de lugar articulatorio que experimenta en ciertas circunstancias1.
El captulo se ordena en dos secciones generales, la primera en relacin con las
series sorda de /p/, /t/ y /k/ y sonora de /b/, /d/ y /g/, y la segunda a propsito de la africada
/t/. Como se ver, se ha reelaborado cierto nmero de mapas de El espaol en Mxico
(Alvar 2010) para discutir algunas de entre las diferentes distribuciones.
En lo que toca a las posibilidades variables de naturaleza segmental propias de las
consonantes oclusivas en general, se han mencionado cinco dimensiones: a) la disposicin
larngea, tanto en lo referente al carcter sordo o sonoro de los sonidos como a otras
posibles disposiciones (fonacin laringizada o quebrada, murmurada, tensa, presencia de
cierres glotales, sonidos aspirados y preaspirados, etc.); b) el mecanismo de la corriente de
1 Entre los materiales previos que se han aprovechado para la redaccin de este captulo se encuentran algunas anotaciones incluidas en el texto Oclusivas orales: descripcin de la variacin, redactado para la Fonologa descriptiva de la lengua espaola, volumen dirigido por Juana Gil y Joaquim Llisterri y en proceso de preparacin en el momento actual; salvo algn comentario de carcter general, se retoman slo las menciones a Mxico, a las que se han unido otros materiales, en especial una serie de mapas del EEeM. Tambin se han reelaborado algunas pginas de mi libro de 2002 (pp. 52-62), aunque muy modificadas. Otra fuente ha sido el escrito Regularidad y excepcionalidad del cambio lingstico: el caso de /t/ en la geografa fnica de Mxico, redactado para el Homenaje a Luis Fernando Lara, libro en prensa editado por Mara Eugenia Vzquez Laslop, Francisco Segovia y Klaus Zimmermann, tambin con aadiduras y enmiendas.
248
aire, que puede dar lugar no slo a los ms comunes sonidos pulmonares, sino tambin a
los eyectivos sordos, los implosivos sonoros y los implosivos sordos; c) el tipo de
articulacin, no slo en trminos de las ms comunes en cuanto a lugar y modo
articulatorio, sino en lo que toca a la posible presencia de sonidos prenasalizados, africados
y con solturas nasales y laterales; d) la longitud; e) la fuerza, tanto articulatoria como
respiratoria (Ladefoged y Maddieson 1996, p. 48). Este conjunto de dimensiones servir
para ordenar, al menos en parte, el material que se va presentando a lo largo del captulo;
algunas cuestiones, sin embargo y como se ver, se ven afectadas por varios de los
parmetros, por lo que ha sido relativamente arbitraria la decisin de abordarlas en una u
otra seccin.
NOTAS SOBRE LA VARIACIN EN LAS OCLUSIVAS ORALES
Disposicin larngea y mecanismo de la corriente de aire
La disposicin larngea se ve afectada en ciertos casos en el espaol de Mxico. La
vacilacin entre sordas y sonoras desemboca a veces en alternativas lxicas, como ocurre
entre carraspera y garraspera (cf. Pesqueira 2006) o entre cachupn y gachupn (cf.
Alatorre 1992); como en otros lugares, la tendencia a la sonorizacin parece corresponder
ms a la dorsal /k/, aunque es necesario corroborarlo en detalle. El contacto con algunas
lenguas indgenas promueve tambin modificaciones en el rasgo [sonoro] de las oclusivas
orales. En el espaol de hablantes bilinges de nhuatl, la indistincin del rasgo propicia la
aparicin de formas como amigo amico, boticario puticario (Flores Farfn 2008, p.
43). En las hablas yucatecas se han documentado diferentes ejemplos que implican
sonorizacin de las oclusivas sordas, tanto en forma de soluciones sonorizadas como de
plenamente sonoras, en muchos casos tras nasal, tal como ocurre con /p/ (compr
[kom.pe], lo compro [lo.kom.bo]), con /t/ (antes [an.tes], bastante [bas.tan.de]) y
con /k/ (Yucatn [u.ka.ta], blanco [bla.go]) (Lope Blanch 1987b, pp. 82-85).
249
Las formas aspiradas [ph], [th] y [kh] y respiradas [b], [d] y [g] poseen los rasgos
[+extendido] y [constreido]. Los sonidos extendidos son aquellos en que se produce un
desplazamiento de los cartlagos aritenoides que crea una amplia apertura glotal,
caracterstica de la que estn dotadas las soluciones aspiradas y respiradas; stas carecen, en
cambio, del rasgo constreido, producido por la aduccin de los cartlagos aritenoides, lo
que causa que las cuerdas vocales se vean presionadas juntas e impide su vibracin normal
(Hall 2007, p. 317). La aspiracin, como la sonorizacin, tendra para Quilis origen en la
lenicin, pues el mismo proceso de lenicin impide que la glotis permanezca cerrada hasta
despus de la explosin de la consonante; al abrirse antes, sale al exterior un mayor flujo de
aire infragltico (1993, p. 224).
Se han documentado ejemplos de oclusiva labial sorda aspirada [ph] en el espaol
novomexicano actual, aunque probablemente se deban a influencia del ingls (Alvar 1996,
p. 93). En el espaol yucateco se documentan bastantes casos de formas aspiradas de los
fonemas oclusivos sordos, ejecutados como [ph], [th] y [kh], segn expone Lope Blanch
(1987b, pp. 82-84): aparte [a.pha.te], su pelo [su.phe.lo]; no son, desde luego, la nica
solucin, sino que forman parte de un arco bastante grande de variantes (infra); esta
aspiracin es variable en frecuencia e intensidad segn los hablantes, y a veces se combina
con una oclusin glotal previa, [ph], [th] y [kh], como en la pobrecita
[la.pho.be.si.ta], lo tenemos [lo.the.ne.mos], se casa [se.kha.sa].
Algunas variedades del espaol, especialmente en situaciones de contacto
lingstico, presentan tambin diferentes modificaciones sobre el patrn comn que pueden
afectar a la duracin de la oclusin, as como a la presencia de glotalizaciones asociadas;
tambin se documentan casos de aparicin de oclusivas glotales. El alargamiento de la
oclusin, representable como [p], [t], [k], [b], [d], [g], se caracteriza por un mayor
sostenimiento de la fase tensiva. La oclusiva glotal [] y las variantes glotalizadas [p, t, k]
exponen los rasgos [extendido] y [+constreido] (Hall 2007, p. 317). Como seala
Maddieson (2008), las consonantes glotalizadas, que se caracterizan por involving either a
tighter constriction of the vocal folds and/or a movement of the larynx a short distance up
or down in the throat, pueden ser de tres clases diferentes:
250
a) En el primer caso, se produce un cierre completo de las cuerdas vocales seguido
de un movimiento ascendente de la laringe. If these movements are made at the same time
as a closure in the mouth is maintained as for a stop, the air in the space between the closed
vocal folds and the mouth closure will be compressed as the distance between the two
closures is reduced. When the mouth closure is released a characteristically sharp explosive
noise is created (id.); las oclusivas de este tipo se conocen como oclusivas eyectivas, y se
representan como [p], [t], [k]; la eyeccin puede emplearse para producir africadas
eyectivas, como en /tsos/ leche en chulup (lengua mataco-guaicuru de Paraguay), y
ms raramente para ejecutar fricativas eyectivas (existentes, por ejemplo, en tlingit
lengua na-dene de Alaska); b) en un segundo patrn quedan las oclusivas en que se
produce un movimiento crtico descendente de la laringe. If the downward movement is
sufficiently vigorous, air will briefly flow into rather than out of the mouth when the mouth
closure is released (id.), y debido a esta posibilidad esta clase de sonidos es conocida
como implosivos; las cuerdas vocales suelen estar en posicin de sonoridad, aunque pueden
encontrarse cerradas ms ajustadamente (se representan mediante los caracteres para
oclusivas sonoras, pero modificados: [], [], [] al hablar de lenguas asiticas y
pacficas, en ocasiones se conoce a sonidos similares como oclusivas sonoras
preglotalizadas; c) el tercer grupo est formado por las resonantes o sonantes
glotalizadas. Aunque las sonantes suelen ser sonoras, pueden producirse con una
constriccin ms cerrada de las cuerdas vocales que interrumpe o modifica el carcter
sonoro habitual; con frecuencia se representan con un apstrofo semejante al de las
eyectivas, como en /maar/ enfermo (del yapese, una lengua austronsica hablada en la
Micronesia). Hay que tener en cuenta que las resonantes glotalizadas no experimentan
movimientos ascendentes o descendentes de la laringe.
Es importante tener presente estas distinciones porque la bibliografa hispanstica
descriptiva no siempre es clara a la hora de dar cuenta de ciertas variantes, surgidas muchas
veces en situacin de lenguas en contacto. En espaol yucateco existe tendencia a la
aparicin de una oclusin glotal entre palabras, en formas como tu hija [tu.i.xa], no come
[no.ko.me], las hermanas [las.e.m.nas], los dos [los.dos], no sabe [no.sa.be], ya
251
vamos [a.ba.mos] (Lope Blanch 1987a; 1996, p. 85). Esta tendencia se ha considerado
de origen maya, pues la oclusin glotal estara presente con valor fonolgico en esta lengua
(Moreno Fernndez 2009, p. 280)2. Se ha puntualizado que los cortes glticos (es decir, la
oclusiva glotal []) son frecuentes en el espaol yucateco, a diferencia de los sonidos
verdaderamente glotalizados (eyectivos), que apareceran en ocasiones mucho ms
espordicas (Lope Blanch 1996, p. 85; 1987b, 1987c, 1987d). Vistas as las cosas, se
tratara de un fenmeno de naturaleza ms prosdica que segmental.
El trabajo de Rosado (2011), sobre la ciudad de Mrida (Yucatn), opta por agrupar
genricamente bajo una categora de soluciones tensas las formas que presentan
alargamientos de la oclusin, aspiraciones, glotalizaciones (variantes eyectivas), etc. En ese
sentido, documenta un 12% de variantes tensas (en un total de 3240 casos) para /p, t, k/,
repartidos desigualmente segn el lugar articulatorio: 8% para /p/, 4% para /t/ y un
llamativo 26% para /k/. Ciertamente, sera muy interesante disponer de un estudio detallado
de las caractersticas articulatorias y acsticas de los diferentes alfonos mencionados a
propsito del espaol yucateco. Lope Blanch (1987b) menciona, por ejemplo, la presencia
ms o menos ocasional de oclusiones largas, tanto de los fonemas oclusivos sordos como
de los sonoros: [p], [t], [k], [b], [d], [g]; los oclusivos sordos largos son menos
frecuentes incluso que las soluciones aspiradas, que tambin se presentan, y tanto para los
sordos como para los sonoros el alargamiento de la oclusin parece ser especialmente raro
con las dorsales. Adems de ejemplos ocasionales de soluciones sonorizadas de las sordas,
y de algunos cambios en el lugar articulatorio, con ejemplos de resoluciones alveolares [t]
para /t/ y de articulaciones uvulares [k], [q] y postpalatales aspiradas [kh] para
/k/, se documentan de manera muy espordica algunos ejemplos de eyectivas de /t/ y de /k/:
[t], [k]. En opinin de Lope Blanch (1987c), las eyectivas tendran una difusin muy
reducida en el espaol yucateco, dado que slo aparecen ocasionalmente en dos de los 36
informantes que considera; estas personas, adems, son bilinges, con el maya como
primera lengua y con el espaol como L2. De hecho, los casos que documenta
corresponden bsicamente a la dorsal, [k], adems de algn ejemplo con [t] y alguno ms
2 Sobre el papel del maya yucateco, vase AnderBois (2009) y Gonzlez Poot (2011).
252
con [t]; algunos de los ejemplos corresponden a voces mayas incrustadas en los
enunciados en espaol si los comentarios de Lope son correctos, podra entonces
interpretarse que se trata de cambio de cdigo lxico y no slo prstamo, como ocurre
con [kol] caldo, [bu.to] derivado del verbo [bu.t]: embutir, henchir, rellenar,
[a.tik] aplastarlo. S aparecen, de todos modos, algunas palabras espaolas con
soluciones eyectivas; es el caso de ms chicos [masti.kos], todava [to.da.bia], casi
[ka.si], se pica [se.pi.ka], entre otras. As las cosas, las consonantes glotalizadas no
seran un rasgo tan caracterstico del espaol yucateco, a diferencia de lo que ocurre con la
oclusiva glotal [], que aparece con profusin (Lope Blanch 1987d), especialmente en el
centro geogrfico del rea yucateca Valladolid, Carrillo Puerto, Tizimn, Ticul y
Mrida, y slo ms difusamente en Chetumal, Champotn, Campeche y Mamantel;
aunque el fenmeno es variable segn informantes, y no en todo el mundo aparece, es
bastante comn, ms intenso en personas de baja instruccin y en hablantes bilinges
maya-espaol, pero tambin presente en algunos yucatecos cultos. Pueden distinguirse tres
variantes: [], glotal oclusiva sorda; [], glotal oclusiva sorda poco definida ms breve,
menos tensa, quiz constrictiva antes que obstruyente; [h], glotal africada sorda. Las
posiciones en que aparece la clausura glotal son las siguientes: a) [VV], como en era eso
[e.a.e.so]; b) [V//], tal como en se va [se.ba]; c) [//V], como en el caso de aqu
[a.ki]; d) [CV], como en con ajo [kon.a.xo]; e) [VC], tal como en ya vamos
[a.ba.mos]; f) [CC], como ocurre en las vboras [las.bi.bo.as]; g) [//C], como en
el ejemplo de cola [kho.la]. En conjunto, la oclusiva glotal se ve favorecida por el
contacto con vocal tnica, de modo que la clausura es ms ntida que entre vocales tonas,
caso en que la oclusiva suele ser ms breve y dbil; tras vocal tnica ante pausa, la clausura
es mximamente tensa, llegando a ser africada; entre consonantes, o en combinaciones
consonante-vocal, la /s/ favorece especialmente la aparicin de clausuras, que suelen ser
tensas y ntidas; las oclusivas sonoras tras oclusiva glotal suelen ser verdaderas oclusivas,
no aproximantes; las oclusivas que ms propician la presencia de clausuras glticas son la
/b/ y la /k/.
253
Un aspecto muy importante, que convendra estudiar con detenimiento, es el estatus
de la oclusiva glotal en algunas de las variedades yucatecas. Ms que segmental y en ese
sentido sera claro que no forma parte del repertorio fonolgico de estas hablas, su valor
es prosdico. La inmensa mayora de los muchos ejemplos transcritos por Lope Blanch
(1987d) presentan el corte glotal en el linde de palabra, sea entre dos palabras, como ocurre
ms comnmente, o en inicio o final absolutos, ms espordicamente; tal propiedad
sugerira explorar el papel de la clausura en la constitucin de la palabra fonolgica. Entre
los pocos casos que muestran la oclusiva glotal en interior de palabra se cuentan nosotros
[nos.o.tos], deshace [des.a.se], desamarr [des.a.ma.ro], desgranan
[des.ga.nn], descansen [des.khan.sen], pequea [pe.khe.a], escasita
[es.kha.si.ta] y octubre [ok.tu.be]. Como puede observarse, la mayor parte de estos
ejemplos (menos los tres ltimos) presentan de todos modos lmites morfolgicos
reconocibles.
La aparicin de la oclusiva glotal en espaol es relativamente frecuente en otras
situaciones de contacto en Mxico, en hablantes bilinges cuya lengua materna la incluye
en el repertorio segmental, adems de poseer regularmente slabas CV, de modo que la
glotal completa el ataque faltante en slabas V en espaol.
Tipo de articulacin, longitud y fuerza
Una de las cuestiones ms debatidas en aos anteriores acerca de la interpretacin
fonolgica de las oclusivas orales del espaol es la oportunidad del rasgo pertinente que las
ha de caracterizar de la mejor manera posible. En cierto sentido, la discusin debe
incorporar, a mi juicio, una perspectiva tanto sincrnica como diacrnica, as como
categrica y variable. Adems, me parece que al tiempo que se examinan al mximo las
caractersticas del espaol y los beneficios extrables para su fonologa particular, sta debe
ser coherente y compatible con los postulados generales y universales de la fonologa, para
no correr el riesgo de establecer propuestas innecesarias.
El problema clsico de la lenicin protorromance (es decir, [pp], [tt], [kk] [p],
[t], [k] [b], [d], [g] [], [], [], atravesando por los procesos de degeminacin,
254
sonorizacin y aproximacin), y sus secuelas en la variacin posterior, ofrece un buen
ejemplo para considerar cmo se entrelazan las cuestiones fonticas y fonolgicas. La
diferente concepcin que se tenga del sistema fonolgico del espaol, sea como lengua VOT
esto es, apoyada fundamentalmente en fenmenos de sonoridad, o como lengua fortis-
lenis, puede condicionar interpretaciones hasta cierto punto diversas de los hechos
variables. En parte, la perspectiva depende de la visin fonolgica que se pretenda sostener.
Muchos acercamientos fonolgicos, estructuralistas o generativistas, han buscado definir la
lenicin como un solo proceso. Debe recordarse, sin embargo, que los procesos histricos
no necesariamente se desarrollan a lo largo de una nica dimensin. Ni siquiera la teora
funcionalista clsica pretenda que las mutaciones en cadena poseyeran la misma naturaleza
en todas las etapas. En el dialecto portugus de So Miguel, en las Azores, Martinet apunta
el proceso [a] [] [o] [u] [], en el que [u], al pasar a [], abre la marcha,
atrayendo despus las dems modificaciones. Si tres de los cambios en cuestin pueden
ser descritos como fenmenos de cierre, el paso de /u/ a // es de naturaleza fontica
totalmente diferente, y sin embargo, no se puede negar que hay aqu una relacin de causa a
efecto entre el cierre de ciertos fonemas y el avance de otro (Martinet 1974, pp. 73-74). A
veces el estructuralismo posterior ha sido ms ortodoxo, como cuando Bynon escriba que
un estructuralista buscar interpretar los cambios individuales como parte de una nica
modificacin interna del sistema fonolgico (1981, p. 120). Y a pesar de la evidencia de
que en la lenicin los hechos interactan de una manera compleja (cf. Pensado 1984, pp.
193-223), el generativismo diacrnico clsico no ha procedido de una manera muy
diferente a la hora de buscar explicaciones unidimensionales. Parecera que la economa
formal no siempre coincide con el transcurso real de los procesos fnicos; el cambio fnico
no siempre toma el camino ms corto, aunque el resultado final sugiera a veces lo contrario.
Por supuesto, todas estas consideraciones no impiden aceptar que una explicacin sea ms
atractiva si la naturaleza de los pasos es la misma.
Podran pensarse en al menos tres posibilidades fonolgicas principales para
relacionar los pasos histricos de degeminacin, sonorizacin y aproximacin (o
espirantizacin), pertinentes al hablar de la lenicin: 1) una primera hiptesis desarrollada a
255
partir de que son tres los rasgos involucrados en el proceso, uno por cada etapa lgica, de
modo que se disponga de una explicacin menos ambiciosa pero ms flexible en trminos
histricos; 2) una segunda hiptesis apoyada en la intervencin de un solo rasgo, de modo
que, en el fondo, degeminacin, sonorizacin y fricatizacin son reductibles al simple
cambio de duracin de los elementos implicados (Martnez Celdrn 1992, p. 621). La
duracin sera la pista fontica ms prominente de un rasgo [tenso] [laxo], que quedara
como pertinente en la fonologa del espaol, por encima de la oposicin [sordo] [sonoro],
que sera meramente redundante3. Siendo los sonidos sordos por naturaleza tensos, y los
sonoros laxos, la idea general es que la distincin fortis lenis es ms prominente en
espaol que la marcada por medio de la sonoridad.
Problema tradicional, sin embargo, ha sido la caracterizacin acstica y articulatoria
de los sonidos fortes y lenes, hablando en general y no slo circunscritos a una lengua
especfica. Jessen (1998, p. 119) apuntaba los siguientes rasgos:
CUADRO 3.1. Pistas acstico-articulatorias de la oposicin [tenso]
[+tenso] [tenso]
presin oral del aire alta baja
flujo oral del aire (como en la aspiracin) alto bajo
tensin muscular alta baja
apertura glotal abierta cerrada
amplitud (de la explosin) alta baja
duracin de la aspiracin larga breve
duracin total larga breve
duracin del cierre larga breve
duracin de la vocal precedente breve larga
3 En Martnez Celdrn (1996) se planteaba caracterizar a /p, t, t, k/ como tensas y a /b, d, g, / como laxas, todas suaves, en oposicin a /f, , s, x/, ruidosas (p. 13). Para las resonantes, cf. Martnez Celdrn (2001).
256
Se ha enfatizado, ciertamente, que la duracin es el comn denominador para
carracterizar sonidos [tensos] y [laxos] (Jaeger 1983, p. 186; Jessen 1998, pp. 122-123),
dejando de lado la fuerza articulatoria, no siempre definida con claridad. Ms all de la
representacin fonolgica del hecho tensivo4, el hecho tipolgico polmico es que la
distincin entre fortes y lenes se ha aplicado cuando menos a tres tipos de sistemas
fonolgicos diferentes (Jaeger 1983): a) a lenguas como el ingls, donde [fortis] se adscribe
a los sonidos oclusivos sordos por su aspiracin; sta, sin embargo, est en funcin del VOT
(o tiempo de comienzo de la sonoridad). Se habra demostrado que en lenguas VOT el hecho
de que las consonantes sordas tengan mayor presin oral del aire, flujo e intensidad en las
explosiones puede explicarse del todo por la posicin de la glotis y los articuladores
supraglotales, sin que haya fuerza pulmonar adicional. The use of terms as fortis/lenis to
describe such systems are neither as explanatory as the VOT analysis, nor are they necessary
as secondary explanations for various phonetic phenomena which are associated with the
voicing distinction (ibid., p. 178); b) a lenguas como el coreano y el javans, que tendran
contrastes explicables por el VOT. Se habra demostrado, en todo caso, que los contrastes
que mantienen esta lenguas dependeran de una diferencia en la tensin de la musculatura
larngea, de forma que se caracterizaran mejor como tense voice y lax voice. Adems,
les faltaran ciertas propiedades esperables, como que there are no consistent durational
differences between tense-voice and lax-voice stops in Javanese, and the lax-voice stops
have greater air flow as they are usually breathy (id.)5; c) por ltimo, habra algunas
lenguas son contrastes consonnticos claramente no apoyados en diferencias de VOT, ni en
distinciones como las anteriores: dos de esas lenguas son, para Jaeger, el zapoteco de Yag
(indomexicana) y el jawo (australiana). Las investigaciones recientes de Arellanes (2009)
sobre el zapoteco de San Pablo Gil, despus de un exhaustivo anlisis fontico y
4 Para el que se han ofrecido diversas soluciones, no slo vinculadas a un rasgo [tenso], sino tambin a la caracterizacin de la glotis como [dilatada] o [constreida] o a la de las cuerdas vocales como [rgidas] o [distendidas] (cf. Jessen 1998, pp. 128 y ss. para la discusin de estas y otras propuestas). 5 Ya Kim (1965) planteaba para el coreano un rasgo de tensin autnomo, sin papel relevante para la sonoridad. Jessen propona that the three stop categories of Korean are represented with the following distinctive features: aspirated stops [+tense, checked], lax stops [tense, checked], and reinforced stops [tense, +checked] (1998, p. 128). Arellanes, por su parte, caracteriza las obstruyentes lenes como [fuerza articulatoria], las fortes como [+fuerza articulatoria] y las aspiradas como [+glotis extendida] (2001, p. 34).
257
fonolgico, han apelado a la idea de la subespecificacin en un marco optimal para dar
cuenta de las fortes y las lenes, de tal modo que las primeras tendran una explicitud mucho
mayor en cuanto a sus rasgos conformadores, mientras que las segundas estaran mucho
ms condicionadas por el contexto.
Para el espaol, se han ofrecido argumentos perceptuales que subrayan la
preeminencia de los elementos de tensin sobre los de sonoridad (barra de sonoridad, VOT)
(cf. Martnez Celdrn 1991a, 1991b). Bajo esta perspectiva, entonces, la sonorizacin es en
realidad una reduccin de la duracin de las tensas. No obstante, convendra subrayar que
con el abreviamiento hay un proceso concomitante de sonorizacin, pero es slo de forma
concomitante y secundaria. De hecho, la sonoridad tiene importancia desde el punto de
vista articulatorio; pero no la tiene en igual medida desde la perspectiva acstico-auditiva
(Martnez Celdrn 1992, p. 624). No necesariamente se desprenden consecuencias
diacrnicas de esta forma de ver las cosas; ya observaba Martinet que
se admite generalmente que, en las correlaciones de sonoridad, las sordas son ms
fuertes y las sonoras ms dulces, sin que exista total acuerdo acerca de qu es lo
que esto quiere decir exactamente. Podemos pensar que la energa empleada para
hacer vibrar la glotis, en el caso de las sonoras, se pierde para la articulacin
especfica, mientras que, en el caso de las sordas, toda la energa disponible se
concentra sobre la articulacin especfica. Esta diferencia de energa puede
mantenerse en ciertos contextos en los que desaparece la sonoridad, y es, sin duda,
la que distingue entre jetter y acheter. Pero en ello no hay, al parecer, una fuente
de inestabilidad diacrnica (1974, p. 156)6.
6 Como es bien sabido, Veiga ha defendido en varios trabajos el carcter primordial del rasgo [tenso] [laxo] sobre el de [sordo] [sonoro], de modo que el proceso de lenicin protorromance sera bsicamente un proceso de distensin (cf. 1985, 1988a, 1988b, y ahora en especial su libro de 2009, donde aparecen recogidos los materiales previos). Ello obliga a contar en algunos momentos con cuatro grados de tensin articulatoria, lo cual resulta ser inestable por las dificultades de fonologizacin en el sistema y abre paso a una estructura con menos grados de tensin (cf. tambin Alarcos 1988). En este contexto, resulta tambin muy til la lectura del libro de Garca Santos (2002, en especial las pp. 71-98), tanto en lo referente a los comentarios sobre las tesis de Veiga y los planteamientos de Martnez Celdrn, como en lo que toca a los datos que aporta, fruto de varias pruebas diseadas a partir de los experimentos del ltimo de estos autores. Para algunas cuestiones generales, cf. Kaplan (2010).
258
En todo caso, para Martnez Celdrn, bajo el mismo parmetro, tambin la
aproximacin (o espirantizacin) sera un proceso de lenicin, pues bajo el mismo punto de
vista acstico-auditivo, la diferencia entre oclusiva y aproximante es la falta de explosin y
la menor duracin de la segunda (ibid., p. 625). Tambin la disminucin temporal estara en
la base de la degeminacin, pues una geminada sera una consonante larga: desde el punto
de vista fontico suele ser falso que haya dos elementos en la llamada geminada (p. 626),
ms all del hecho de que fonolgicamente puedan interpretarse dos fonemas en una
geminada.
Lo que es un hecho es que la relacin entre sonoridad y tensin es compleja y que
existe cierto grado de traslape entre ambas categoras. Por un lado, la longitud es tambin
una consecuencia fisiolgica de las posibilidades vibratorias de las cuerdas vocales; por
ejemplo, es difcil sostener la vibracin un largo perodo (Herrera Zendejas, ms.). Jessen,
para poder tratar las semejanzas y las diferencias, ha apuntado un correlato bsico para cada
uno de los rasgos de sonoridad y tensin y seis correlatos compartidos no bsicos: Closure
voicing is proposed to be the basic correlate of [voice] [] and aspiration the basic
correlate of [tense] []. The six properties [closure duration, preceding vowel duration,
F0 onset, F1 onset, burst amplitude, breathy phonation] are hypothesized to be correlates
of both [tense] and [voice] (1998, p. 270, figura 8.4).
Por fin, una hiptesis 3) a propsito de la lenicin protorromance es suponer que,
aunque los procesos de sonorizacin y aproximacin se mueven bsicamente en la misma
dimensin acstica, el proceso de degeminacin posee una naturaleza claramente dismil
(recurdese ya Bustos Tovar 1952, p. 122). Varios problemas pueden solucionarse desde
modelos fonolgicos que den una dimensin dual a las geminadas, sea que se comporten
como elementos dobles a efectos de las gradas prosdicas, sea que se desenvuelvan como
un solo segmento de cara a la jerarqua de rasgos subfonemticos. Ello explicara que el
material acstico sugiera una sola unidad, al tiempo que las posibles geminadas del espaol
moderno estndar, como en las sombras, el loco, subvencionar, perenne, tiendan a
interpretarse como secuencias de consonantes idnticas (cf. Pensado 1999, pp. 4453-4454).
259
Martnez Celdrn (1992) observaba que la grafa no era razn para pensar en la reparticin
silbica de la geminada; que sonidos como [pp, tt, kk, nn, mm, ll] podran sentirse
repartidos en dos slabas, pero no sera el caso para []; que en geminadas [continuo]
nunca habr dos barras de explosin; que en latn haba consonantes geminadas no
intervoclicas; que en otras lenguas, como el bereber tashelhit, las geminadas tambin eran
tautosilbicas y existan incluso en principio de palabra. Cabe, por otra parte, hacerse los
siguientes comentarios. En primer lugar, es claro que la grafa no es ningn argumento
definitivo, pero tampoco podra ser argumento de lo contrario. En segundo trmino, casi
podra decirse lo mismo en lo que toca a la conciencia lingstica de los hablantes, en
trminos de distinguir uno o dos elementos. En tercer lugar, la descripcin acstica es
compatible con la doble dimensin, segmental y prosdica, propia de las geminadas; de
hecho, si la duracin segmental estuviese en el mismo nivel fonolgico que la duracin
prosdica habra problemas adicionales, pues sera confuso cmo introducir varios grados
de longitud consonntica o voclica, considerando que se ha defendido la existencia de
sistemas con tres grados de cantidad voclica (cf. Ballester 1996, p. 41; Prince 1980 sobre
el estonio; Hayes 1989, p. 292 para varios dialectos alemanes y daneses). En cuarto
trmino, si es que las geminadas latinas no intervoclicas eran en realidad geminadas (pues
vanse los comentarios de Ballester 1996), se presentaban slo en latn arcaico y su papel
es completamente marginal. De hecho, el latn proporciona numerosos argumentos para
considerar heterosilbicas a las geminadas, pues aparecen precisamente en las posiciones en
que permiten la heterosilabicidad: la posicin intervoclica y las mutae ante lquida, como
en sup.plex; se dan procesos como adfero aufero, as como alternancias de formas
asimiladas y no asimiladas, como conl- / coll-, inm- / imm-, etc. (ibid., pp. 38-44). En
ltimo trmino, la cuestin del bereber no modificara la cuestin central, pues son muchas
las lenguas que fonologizan la cantidad y sus consonantes largas ocupan muy
mayoritariamente posiciones intervoclicas; de hecho, en muchos casos no existen las tales
geminadas en los mrgenes: el kotans ra- bueno es en realidad [ea-] (N. Sims-
Williams 1995, p. 196); el irlands antiguo sess puesto se relaciona con el indoeuropeo
*sed+to- *setsto sentado indio antiguo satt-, latn sessus (ibid., p. 192); de *esjo
260
kattos su gato irlands antiguo a chatt, que en realidad es [ xat]; de *esjs kattus su
(f.) batalla irlands antiguo a cath [ ka], gals medio y chat [ xad] (P. Sims-
Williams 1995, p. 466).
Pueden sumarse algunos argumentos ms. Desde un punto de vista histrico, Ariza
haba sealado que el hecho de que haya habido un descenso en la duracin consonntica
lo que llev a la prdida de las geminadas, no explica por qu el fenmeno slo se da
en una zona de la Romania y no en todas las lenguas romances (Ariza 1994, p. 43)7. Desde
un punto de vista perceptual, en malentendidos cotidianos se ha encontrado que en las
confusiones fnicas, el articulador gltico parece ser ms resistente o menos propenso a
equvocos que los rasgos anclados en la cavidad oral, lo que parecera abonar la idea de
tratar [sonoro] en un nivel claramente diferenciado de [continuo] y de LUGAR (cf. Martn
Butragueo 2000). Por fin, si se concibe la geminacin slo como un proceso de tensin,
sera difcil explicar por qu en muchos dialectos del espaol aparecen geminadas
precisamente en los estilos de habla ms relajados (cf. Harris 2000). En suma, la cuestin
de la hetero- o la tautosilabicidad puede abordarse mucho mejor cuando se trabaja en
modelos fonolgicos multidimensionales, difcilmente cuando se considera una sola
dimensin: la heterosilabicidad no es incompatible con la cantidad.
Se han planteado en las lneas anteriores, entonces, dos problemas en relacin con el
encuadramiento fonolgico e histrico del subsistema de las obstruyentes orales. Por un
lado, la unidimensionalidad o no del proceso que arranca desde la lenicin protorromance.
En ese sentido, y a juzgar por los argumentos acumulables, en lo personal me seguira
decantando al menos por la hiptesis 3), que trata cuando menos la degeminacin como un
proceso aparte. La segunda cuestin tiene que ver con la primordialidad o redundancia del
rasgo [sonoro] en la fonologa del espaol. Aun a sabiendas de que existen buenos
argumentos experimentales a favor de [tenso], la activacin de un movimiento articulatorio,
la correlacin existente de todos modos entre la sonoridad y algunas de las caractersticas
7 El argumento se completa de la siguiente manera: Por otra parte [] qu tiene que ver la duracin o la tensin en la sonorizacin de /s/ > /z/? Adems, si la oposicin /l/ - // se basa en una diferenciacin tenso-flojo (o laxo), una vez ms hay que insistir que en el latn vulgar exista el tenso // (
261
acsticas aducidas y, sobre todo, la coherencia fonolgica general con un sistema universal
de rasgos, y lo que ello implica para la clasificacin del espaol y su parentesco fnico con
cierto tipo de lenguas, me hace dudar de la necesidad de prescindir del rasgo [sonoro] que,
en consecuencia, se seguir empleando en la FVEM.
Establecido este contexto de discusin, conviene ahora referirse a determinados
fenmenos propios, aunque en la mayor parte no exclusivos, del espaol mexicano,
empezando por algunas cuestiones referidas a la modificacin del lugar articulatorio. En el
LUGAR articulatorio LABIAL, se han documentado algunos procesos interesantes en
situaciones de contacto, en especial con lenguas que no incluyen en su repertorio la /f/. Es
lo que ocurre, por ejemplo, en el espaol hablado entre los tepehuanos del sur (Durango),
entre quienes se documentan procesos del tipo fro pro; se trata, sin embargo, de un
hecho variable y tambin es posible la aparicin de la labiodental fricativa sorda (Torres, c.
p.); este proceso aparece tambin en otras situaciones de contacto. Como en muchos otros
lugares, tambin en Mxico se documentan casos espordicos de labiodentales fricativas
sonoras /v/. Ms interesante es que se haya apuntado la tendencia a la conservacin de la
labiodental sonora [v] en el espaol novomexicano o patrimonial del suroeste de Estados
Unidos, como en virgen [vi.hen] (Moreno Fernndez 2009, p. 398), aunque su presencia
pude deberse al contacto con el ingls; tambin hay ejemplos en espaol tejano, presentes,
por otro lado, al responder preguntas, pero no en la conversacin (Alvar 1996, p. 93). Son
comunes vacilaciones, de todos modos, entre diferentes lugares articulatorios: se
documentan bagazo y gabazo, garigoleado y gariboleado, etc. (Pesqueira 2006).
En cuanto al modo articulatorio, Quilis (1993, p. 221) menciona varios ejemplos de
oclusivas en ataque interior de palabra, presentndose en la coda de la slaba previa las
consonantes [l] (como en calvo [kal.bo] o pulga [pul.ga]), [] (barba [ba.ba]), [s]
(desbocar [des.bo.ka], desde [des.de], rasgar [ras.ga]) y, con menor frecuencia, las
semivocales [i] (ceiba [sei.ba]) y [u] (deuda [deu.da]). Los cinco contextos estaran
activos en Yucatn, en lo que toca a Mxico. La /s/ en particular propiciara soluciones
oclusivas en algunos puntos de Mxico ([sb], [sd] y [sg] en Oaxaca, [sb] a veces en Jalisco,
[sd] en el Ajusco y en el Valle de Mxico, [sg] en el Ajusco). Quilis menciona tambin
262
otras realizaciones: [lb] y [g] en habla formal e inculta de Jalisco (Mxico); [d] con
frecuencia en Oaxaca y en el Valle de Mxico (cf. los trabajos de Alvar 2010 sobre Mxico
recopilados en EEeM).
Se ha sealado particularmente la articulacin oclusiva de las sonoras
intervoclicas, tanto en el interior de Mxico como de Amrica Central, en formas del tipo
de dados [da.dos]. Es decir, no slo no se debilitan, sino que no se limitan a aparecer
como aproximantes y se articulan como formas [continuas]. Las soluciones oclusivas
aparecen de forma especialmente notoria en el llamado espaol mayense-centroamericano
(Moreno Fernndez 2009, pp. 255-256, 279). En el espaol yucateco son de hecho bastante
comunes las soluciones oclusivas para /b, d, g/; aparecen, segn Lope Blanch (1987b, p.
80), ms o menos en el 40% de las ocasiones, aunque el porcentaje es diferente segn el
lugar articulatorio, de ms a menos segn se retrasa el punto de articulacin: 50% para /b/,
40% para /d/ y 30% para el caso de /g/. El estudio reciente de Rosado (2011) muestra
cantidades un poco superiores de oclusivas para Mrida, Yucatn, pues documenta un 69%
de oclusivas para las sonoras intervoclicas, al tiempo que se mantiene la distribucin
segn lugares articulatorios, aunque con distancias amortiguadas (73%, 68% y 66%,
respectivamente); ms bajas son las cifras ofrecidas por Michnowicz (2009, p. 68; cf.
2012), quien a partir de datos tambin recogidos en Mrida ofrece unos porcentajes
globales de 42% de realizaciones oclusivas para /b/, 32% de /d/ y 28% de /g/ en posiciones
donde se esperara una variante aproximante. Adems, el responsable del patrn observado
no sera el contacto con el maya per se, sino el bilingismo y el contacto lingstico
sostenidos a lo largo del tiempo (ibid., p. 81).
En cuanto a las variedades conservadoras americanas, cabe destacar el
comportamiento del espaol mexicano-centroamericano, en algunas de cuyas variedades
tienden a reforzarse las oclusivas sonoras intervoclicas, tal como ocurre en el espaol
mayense-centroamericano en general y en el centroamericano en particular, aunque hay que
acotar que en este ltimo la /d/ intervoclica puede perderse, sobre todo en los participios
en -ado y especialmente en Guatemala y Nicaragua. La tendencia a la preservacin (e
incluso al reforzamiento) de /b, d, g/ est tambien presente en el llamado espaol mayense-
263
centroamericano (Moreno Fernndez 2009, pp. 256, 279, 283). Precisamente, como
sealaba Lope Blanch, uno de los rasgos ms caractersticos del espaol mexicano culto es
la presencia de un consonantismo firme, manifiesto, entre otras cosas, en el mantenimiento
sistemtico de los segmentos /b, d, g/ intervoclicos, incluida la dental en la terminacin -
ado (1996, p. 81).
La lenicin de /b, d, g/ afecta a su debilitamiento y prdida; este tipo de procesos
afectan, hablando en general, en primer lugar a la /d/, en segundo lugar a la /g/, y muy en
tercer trmino a la /b/ (Moreno Fernndez 2009, p. 100). Como es bien sabido, la lenicin
de las oclusivas sonoras intervoclicas, especialmente de la dental /d/, es un campo frtil
para la realizacin de observaciones sociolingsticas, dados los diferentes valores sociales
que esta variable puede portar (en el sentido de Eckert 2008). La relativa sencillez y
unidireccionalidad de la variable colaboran, precisamente, en su utilidad para discutir
patrones de variacin y cambio.
El mapa expuesto en la figura 3.1 muestra el carcter relativamente acotado del
debilitamiento de /d/ intervoclica en el territorio mexicano. En alguna ocasin se ha
observado que la /d/ se conservara en las llamadas tierras altas, mientras que se relajara o
perdera en las tierras bajas. Si embargo, como muestra el mapa de Moreno de Alba y
como se ver tambin en los presentados infra a partir del EEeM, para la CORONAL anterior,
y tambin para la LABIAL y la DORSAL la afirmacin no es completamente exacta.
264
FIGURA 3.1. Relajamiento poco frecuente de /-d-/ en Mxico.
Fuente: Moreno de Alba (1994, p. 71, mapa 15)
Tambin pueden agruparse dentro de las variedades conservadoras las modalidades
centro-mexicanas de Estados Unidos, aunque la /d/ final se elimina con frecuencia; las
consonantes intervoclicas pueden mantenerse, incluso tensas, incluida la /d/ (Moreno
Fernndez 2009, p. 404). De hecho, si el mantenimiento de /d/ puede catalogarse como un
uso urbano entre la poblacin mexicano-estadounidense, su prdida sera uno de los rasgos
propios del uso rural o vulgar (Snchez 1994, pp. 135-136). Serrano (2002) ha presentado
datos sobre los coeficientes de debilitamiento de /d/ en inmigrantes sonorenses llegados a la
ciudad de Mxico; en ellos, la conservacin, en sus diferentes grados, llega a alcanzar un
96%, por slo un 4% de prdida. Hay que recalcar que los datos de Serrano consideran los
ndices propios de los inmigrantes sonorenses en la ciudad de Mxico, dado que Sonora es
una regin debilitadora (cf. Brown 1989), mientras que la ciudad de Mxico es
mantenedora (Matluck 1951, 85, 88); de hecho, los inmigrantes eliden globalmente muy
poco el 4% incluye tanto las transiciones voclicas como las elisiones. Se ha apuntado
265
tambin, por cierto, que el espaol novomexicano actual muestra prdida de /d/
intervoclica (Alvar 1996, p. 93).
Diferentes mapas de EEeM ofrecen una imagen relativamente reciente de la
distribucin de /b/, /d/, /g/ intervoclicas. Aqu se han empleado los mapas
correspondientes a jabn (701), para el caso de /b/; mojado (623), para /d/; y regar (729),
para /g/. Los mapas que se presentan ahora agrupan las variantes, prescindiendo de algunos
detalles fonticos, con el objetivo de presentar una imagen ms ntida de las soluciones en
cuanto al modo articulatorio.
El mapa correspondiente a jabn (figura 3.2), que opone las soluciones oclusivas,
de tipo de [b], a las aproximantes, agrupables como [], es particularmente revelador por
exhibir una distribucin geolingstica sumamente clara, susceptible incluso de ser reducida
prcticamente a una isoglosa divisora de dos reas.
266
FIGURA 3.2. Mapa de jabn (EEeM, 701)
Como puede verse, el territorio queda dividido en dos reas muy ntidas. La regin
mayor y predominante corresponde a las soluciones de raigambre aproximante, mientras
que la regin menor se extiende por el sur y el sureste del pas, en concreto por los estados
de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatn y Quintana Roo, que forman una masa compacta
de soluciones oclusivas, con la excepcin de los puntos QR2 y QR3, en los cuales la
solucin fue aproximante. Llama la atencin que estas dos localidades, Cozumel y Carrillo
Puerto, respectivamente, tiendan a comportarse de una manera peculiar tambin en otros
mapas, dato que podra indicar una subzona dialectal o, simplemente, un comportamiento
sociolingstico especial en los informantes recogidos en esas dos comunidades, por lo que
quiz convenga tomar el apartamiento de estos dos puntos cum grano salis.
El mapa ofrecido en la figura 3.3 muestra los resultados obtenidos para la forma
mojado, que incluye el contexto que suele ser ms favorable para el debilitamiento de la
coronal anterior /d/, el correspondiente a ado. A diferencia del mapa anterior, se ha
preferido detallar un poco ms el conjunto de variantes distinguidas, dada tambin la mayor
variedad de resultados. En ese sentido, se han marcado cuatro variantes: 1) dento-alveolar
oclusiva sonora [d], o para mayor exactitud notacional, [d], 2) dento-alveolar aproximante
sonora [], 3) dento-alveolar aproximante sonora poco definida [] (marcada como
aproximante abierta en el mapa); 4) elisin []. La complejidad de la variacin es mayor
que en el caso de la labial, aun cuando se tomaran juntas las formas correspondientes a los
dos subtipos de aproximantes que se han considerado.
267
FIGURA 3.3. Mapa de mojado (EEeM, 623)
Salta a la vista que existen grandes coincidencias entre el mapa de la figura 3.2 para
/b/ y el mapa de /d/, en lo que toca a las oclusivas, lo que en principio permite empezar a
apuntar una generalizacin para la subclase de las variantes oclusivas sonoras, que no
quede difuminada en cada uno de lo segmentos por separado. Existen, por otra parte,
algunas diferencias. No se encuentran entre ellas el comportamiento de los puntos QR2 y
QR3 que, como en el caso anterior, arrojan resultados aproximantes. Una diferencia ms
llamativa aparece en Ta1 (Crdenas), pues se documenta all, junto a la solucin oclusiva,
tambin la elisin plena, lo que sugiere un arco de variacin de cierto calibre. La
divergencia ms importante entre las figuras 3.2 y 3.3, en cuanto a la distribucin de las
oclusivas, radica en el estado de Chiapas, pues ahora slo Chi5, Cintalapa de Figueroa,
ofrece una transcripcin oclusiva; en contraste, Pichucalo (Chi1), Palenque/San Manuel P.
268
(Chi2), Jitotol (Chi3), Berriozabal (Chi4), San Cristbal de las Casas (Chi6) y Huixtla
(Chi7) documentan formas aproximantes.
Una segunda particularidad del mapa de /d/ tiene que ver con la presencia de cierto
nmero de elisiones que, aun cuando espigadas aqu y all, permiten ver algunos patrones
generales. El rea ms definida de elisiones es sin duda el noroeste de Mxico, pues
aparecen documentaciones en Baja California y Baja California Sur, Sonora, Chihuahua,
Sinaloa y Durango. Tambin se documentan algunos casos en el noreste, como en T1
(Nuevo Laredo, Tamaulipas) y en el centro-norte, si se puede calificar como tal a
Zacatecas: en Z1 (Mazapil) y en Z3 (Zacatecas). Aparecen tambin algunos casos ms o
menos espordicos en puntos del centro-sur del pas: en M3 (es decir, Quiroga,
Michoacn), G3 (San Marcos, Guerrero), V2 (Veracruz, Veracruz), O5 (Matas Romero,
Oaxaca) y el ya mencionado Ta1. Aunque pueda esbozarse un rea de elisin ms comn
en el noroeste, se trata ante todo de un fenmeno variable, y la mejor prueba de ello es que
las elisiones son, en muchos casos, soluciones compartidas incluso en los puntos en que se
documentan.
El rea mayor, desde luego, corresponde a las soluciones aproximantes, sean ms o
menos definidas, pues se extienden por casi todo el pas, con la excepcin del rea
relativamente ntida de oclusivas y, hasta cierto punto, con la zona compartida con las
elisiones en el noroeste. No hay muchas soluciones poco definidas, por otra parte, lo cual es
hasta cierto punto explicable a partir de un mapa que cartografa respuestas a preguntas
aisladas. Aunque aparecen algunas de estas formas aisladamente en el norte del pas (en
Chihuahua, Nuevo Len y San Luis Potos), slo podra apuntarse un rea relativamente
ms continua en parte del centro-sur: Distrito Federal, Puebla, Guerrero, Oaxaca y
Veracruz.
Aunque cabe argumentar que la figura 3.3 cartografa slo el contexto ms
favorecedor al debilitamiento, me parece que aporta un poco ms de claridad que el mapa
de la figura 3.1: por una parte, esboza un rea relativamente continua de soluciones
oclusivas; por otra, permite emerger zonas de elisin relativamente frecuente; por fin,
aunque existe una coincidencia ms o menos general entre la escasez de debilitamiento
269
frecuente en un caso, y la abundancia de aproximantes plenas y poco definidas en el otro, el
segundo mapa permite establecer la distincin entre las dos variantes y, sobre todo, abrir la
puerta a la sospecha de un mayor grado de variacin local del que podra desprenderse de la
sola consideracin de la figura 3.1.
La figura 3.4 permite, finalmente, completar el panorama del comportamiento de las
obstruyentes sonoras, al ocuparse de la /g/.
FIGURA 3.4. Mapa de regar (EEeM, 729)
La distribucin de la oclusiva velar sonora guarda evidentes relaciones geogrficas
con la expuestas por la labial y por la dento-alveolar. Aunque existen diferencias de detalle
con los mapas anteriores, es claro que las soluciones oclusivas se concentran en el sur-
sureste. Se documenta incluso una forma oclusiva en O4 (Pinotepa Nacional, Oaxaca),
270
Tabasco y Campeche quedan plenamente del lado oclusivo, y Chiapas, Yucatn y Quintana
Roo (ste en los dos puntos ya mencionados) quedan a medio camino.
Resulta tentador, entonces, a la vista de estas coincidencias, ensayar una descripcin
fontico-fonolgica de algunas de las dimensiones variables involucradas. Como puede
observarse, los mapas referentes a /b/ (jabn) y a /g/ (regar) slo consignan casos de
oclusivas y de aproximantes, mientras que el referente a /d/ (mojado) incluye tambin casos
de elisin; no se tendr en cuenta ahora la distincin establecida en el cartografiado entre
aproximantes cerradas y abiertas. Por otra parte, hay que tener en cuenta que aunque los
tres casos examinados se encuentran en posicin intervoclica, jabn y regar muestran las
obstruyentes en el ataque de una slaba tnica, lo cual, potencialmente, puede favorecer la
articulacin oclusiva; en contraste, mojado muestra la /d/ no slo como ataque de una
slaba postnica, sino adems como parte de la terminacin ado, que como es bien sabido
es el contexto ms favorecedor para el debilitamiento y la elisin. As las cosas, la
formulacin de las restricciones apropiadas para expresar el comportamiento de la
CORONAL deberan ser un poco ms detalladas, pero se va intentar una formulacin
conjunta.
Daz Campos y Colina (2006, p. 438) emplean la restriccin *V[]V como trmino
de cobertura para MAX-ONSET(A0), MAX-ONSET(Af) AGREE(estrechamiento) MAX-
ONSET(AMAX), donde, siguiendo a Steriade (1993) y la teora del estrechamiento (stricture
theory), MAX-ONSET(A0) pide que los segmentos en el ataque con el mximo
estrechamiento (no continuos, oclusivos, nasales y laterales) en el input aparezcan en el
output; MAX-ONSET(Af) establece que los segmentos en el ataque con apertura media
(fricativos) en el input tienen que estar en el output; MAX-ONSET(AMAX) seala que los
segmentos en el ataque con grado mximo de apertura (aproximantes y vocales) en el input
tienen que estar presentes en el output; y, por su parte, AGREE(estrechamiento), una
restriccin de buena formacin, ordena que los segmentos adyacentes concuerden en el
grado de estrechamiento. Junto con *V[]V, emplean otras tres restricciones (ibid., p. 437):
(1)
271
a. MAX STRESS []: una aproximante CORONAL en el input tiene que estar presente en
el output, si se encuentra en una slaba acentuada.
b. MAX # []: una aproximante CORONAL en posicin inicial de palabra en el input
tiene que aparecer en el output.
c. MAX []: se prohbe la elisin de [].
d. *V[]V: no debe haber coronales aproximantes en posicin intervoclica.
De cara a la generalizacin de resultados para los tres mapas referentes a /b/, /d/ y /g/
intervoclicas interiores de palabra, debe observarse que una restriccin MAX # [X] es ahora
vacua, pues los tres ejemplos examinados se encuentran en posicin interior de palabra, no
en inicio. MAX STRESS [X], por su parte, afecta a jabn y a regar, que la respetan, pero no
a mojado, pues la CORONAL aparece en slaba tona; aqu ser reformulada como MAX
STRESS [b] [g], atendiendo a la idea de que las ms favorecidas por la posicin tnica
seran las variantes oclusivas. La restriccin MAX-IO, por otro lado, es pertinente para todos
los casos, pues /b/ y /g/ la respetan siempre hay que insistir que en el pequeo conjunto
de datos examinado en este momento, pero /d/ la infringe en ocasiones, pues se
documentan diferentes ejemplos de elisin. Por fin, en cuanto a *V[]V, parece interesante
volver a la jerarqua que resume, con el objeto de poder generalizar el comportamiento de
las oclusivas sonoras intervoclicas; se emplea, sin embargo, para las elisiones, pues slo
afectan a /d/. Considrese entonces (2):
(2)
a. MAX-ONSET(A0): es respetada por las soluciones oclusivas [b], [d], [g], pero no por
las aproximantes [], [], [] ni por la elisin [] (sta slo en el caso de /d/).
b. MAX-ONSET(Af): tiene un comportamiento vacuo, pues en sentido estricto, no hay
soluciones fricativas propiamente dichas.
c. MAX-ONSET(AMAX): es respetada por las variantes aproximantes, pero no por las
oclusivas, ni por la elisin.
d. AGREE(estrechamiento): igualmente, slo es tenida en cuenta por los alfonos
272
aproximantes.
Con las restricciones (1a) y (1c), y (2a), (2c) y (2d), debera ser posible dar cuenta de
las distintas soluciones que aparecen en los mapas. Se podra introducir una restriccin
ms, en referencia al LUGAR, dado que las elisiones slo aparecen con la CORONAL, pero
una restriccin de este tipo es en principio redundante, pues los ejemplos disponibles ahora
quedan de todos modos diferenciados por MAX STRESS [X]. La restriccin *CORONAL
estara en el mismo nivel jerrquico que la restriccin MAX asociada a la slaba tnica, dado
que ambas permiten el mismo resultado en los datos de los tres mapas; hara falta un
conjunto mayor de materiales para poder discriminar ambos efectos y en consecuencia
poder jerarquizarlas. En cuanto a MAX STRESS, slo se considera su efecto sobre /b/ y /g/,
pues sobre /d/ es vacuo, al encontrarse los datos del mapa considerado en posicin tona.
Pueden entonces esbozarse tres cuadros jerrquicos, uno para las soluciones
oclusivas, otro para las aproximantes y un tercero para las elisiones.
CUADRO 3.2. Jerarqua de restricciones para las soluciones oclusivas
MAX-
IO
MAX-
ONSET(A0)
MAX STRESS
[b] [g]
AGREE(estrech) MAX-
ONSET(AMAX)
[b] [d] [g]
* *
[] []
[]
*! (*)
[] *! * *
Es decir, las soluciones oclusivas seran respetuosas con la restriccin que pide
conservar un cierre mximo en el ataque de la slaba, MAX-ONSET(A0), adems, desde
luego, que la que solicita que no haya elisiones, MAX-IO; en el caso de la LABIAL y la
DORSAL, gracias a que los mapas ofrecen datos en slaba tnica, se constata el respeto a la
restriccin MAX STRESS. Por el contrario, infringen, aunque no de manera crucial, la
273
concordancia en cuanto al grado de estrechamiento AGREE(estrech) con el contorno
voclico8, as como el hecho de presentar un grado mximo de abertura, MAX-ONSET(AMAX).
Tal sera el panorama fontico-fonolgico en las regiones en que aparecen formas
oclusivas, como sucede en el sur-sureste del pas. Los alfonos aproximantes, por su parte,
muestran el patrn prcticamente contrario (excepto en lo que toca a MAX-IO, que tambin
respetan); todos ellos infringen de manera crucial MAX-ONSET(A0). La elisin tiene
problemas con algunas de las restricciones mencionadas en el cuadro, pero de manera
crucial con MAX-IO; no infringe, sin embargo, AGREE(estrech), pues la elisin del ataque
deja dos vocales en contigidad, y MAX STRESS [b] [g] es vacua para los casos disponibles.
CUADRO 3.3. Jerarqua de restricciones para las soluciones aproximantes
MAX-
IO
AGREE(estrech) MAX-
ONSET(AMAX)
MAX-
ONSET(A0)
MAX STRESS
[b] [g]
[] [] []
* (*)
[b] [d]
[g]
*! *!
[] *! * *
En lo que toca a las ocasiones en que es preferido el alfono aproximante, el cuadro
3.3 propone una representacin en que AGREE(estrech) y MAX-ONSET(AMAX), que mantienen
un mismo nivel jerrquico, han ascendido sobre MAX-ONSET(A0) y MAX STRESS [b] [g],
pues las variantes ahora elegidas respetan la concordancia en cuanto al nivel de
estrechamiento con respecto al contexto en el que aparecen, as como el hecho de preservar
una apertura mxima en el ataque de su slaba. Se trata de las soluciones ms abundantes en
8 Se pone la marca entre parntesis, (*), para indicar de esta forma que la restriccin slo se aplica en realidad a /b/ y a /g/, pues, como se ha dicho, no hay casos de /d/ en slaba tnica en los materiales. En cuanto a las elisiones, la restriccin tiene un efecto vacuo con respecto a esta restriccin, pues precisamente las elisiones slo aparecen para las /d/.
274
el pas, como se ha visto. Debe recordarse que se trata de fenmenos variables, que a veces
oscilan de hablante a hablante en una misma comunidad de habla, e incluso de realizacin a
realizacin en un mismo informante, segn el estilo sociolingstico de que se trate.
CUADRO 3.4. Jerarqua de restricciones para las elisiones de /d/
AGREE(estrech) MAX-ONSET(AMAX) *V[]V MAX-IO
[] * [] *!
[d] *! *!
El cuadro 3.4 muestra la oposicin entre las elisiones y las soluciones oclusivas y
aproximantes de /d/, cindose slo al caso de la CORONAL. Las elisiones respetan la
restriccin *V[]V, mientras que las formas segmentales aproximantes la infringen de
manera crucial. Los alfonos oclusivos, por su parte, tienen problemas con AGREE(estrech)
y MAX-ONSET(AMAX), tal como se ha visto en los cuadros previos. Ya se ha visto (figura 3.3)
que tal orden jerrquico variable se activa en diferentes reas del pas, especialmente en el
noroeste.
Resoluciones en las codas
La estructura silbica tiene un papel especfico en el decantamiento de procesos fnicos,
tanto en trminos de tendencias generales en las lenguas, como en trminos de soluciones
histricas y de propuestas variables en perodos de alternancias. Puede decirse que se asiste
a la accin de dos principios de carcter universal: por un lado, la tendencia a organizar el
material silbico en la forma CV, es decir, dotadas de un ataque consonntico y de un
ncleo voclico, sin que est presente coda ninguna; por otro, la tendencia a respetar los
mandatos del lxico, de modo que las soluciones fnicas se muestren lo ms fieles posibles
a las soluciones esperables. Estos dos extremos suelen tener un trasunto claro en los
procesos de variacin lingstica, pues las hablas de carcter ms innovador suelen
275
conceder ms importancia al primero de los dos principios la tendencia a producir slabas
ideales, mientras que las ms conservadoras otorgan mayor peso a la fidelidad al lxico.
Naturalmente, es posible encontrar numerosas soluciones lingsticas intermedias, al
tiempo que comunidades de habla con distintas distribuciones sociolingsticas de tales
tendencias rectoras. Como seala Colina (2009, pp. 3-5), la slaba ha sido muy til para el
desarrollo de la teora fonolgica optimal, pero tambin la fonologa ha contribuido
notoriamente a la comprensin moderna de la slaba misma.
La neutralizacin amparada por la posicin en coda alberga un amplio repertorio de
soluciones; stas pueden oscilar entre variantes de notoria fidelidad [p], [t] y [k] para /p/,
/t/ y /k/, y [b], [d] y [g] para /b/, /d/ y /g/ y soluciones patentemente alejadas, desde
elisiones a alteraciones en la sonoridad, el modo o el propio carcter consonntico. Suele
mencionarse como soluciones normativas comunes en el dominio hispnico, en posicin de
coda, las variantes oclusivas o aproximantes, sorda o sonora en el caso del segmento
lxicamente sordo, pero slo la variante sonora en el caso del segmento lxicamente sonoro
(Quilis 1993, p. 218). Entre las formas menos normativas, son muy numerosas las
soluciones posibles. El arco de variantes se extiende desde las oclusivas sordas y sonoras
hasta las elisiones y las vocales no silbicas, pasando por las formas aproximantes,
fricativas e incluso lquidas. Se ha apuntado que consonantes como /d, k/ en posicin final
de slaba pueden mantenerse, relajarse, aspirarse, reduplicarse y elidirse; la reduplicacin se
bloquea, como es esperable, en posicin final ante pausa. Tales tendencias estaran al
servicio de la creacin de slabas CV, al igual que otros procesos, como la simplificacin de
grupos consonnticos, la mettesis de elementos en slabas trabadas o la aparicin de
vocales paraggicas. Desde luego, hay tendencias ms o menos predominantes segn el
carcter innovador o conservador de cada variedad dialectal.
Precisamente, en contraste con otras variedades ms debilitadoras, una de las
caractersticas ms llamativas de las variedades centrales de espaol mexicano, es la
resolucin plena y tensa de grupos consonnticos, en trminos tales que se articulara
examen como [ek.sa.mn], o cpsula como [kap.su.la] (para esta palabra, vase infra la
figura 3.7), es decir, se mantiene una pronunciacin oclusiva sorda en la coda de los grupos
276
cultos, en formas como directo, accin, apto o abstraccin (Moreno Fernndez 2009, pp.
255-256, 274). Aunque en comparacin con otras variedades, es notoria la mayor fidelidad
fnica, es necesario ponderar el hecho en cierta medida. Para empezar, la tendencia a la
conservacin no se da en todo el territorio, sino que ciertas reas, especialmente las
costeras, muestran tendencia a relajar las consonantes finales de slaba; aunque el centro del
pas y la Pennsula de Yucatn presentan un consonantismo fuerte, ciertas reas costeras de
Veracruz, y de Oaxaca y Guerrero, estas ltimas prolongadas hacia el Pacfico
septentrional, muestran tendencias debilitadoras (Lope Blanch 1996, p. 88). Los hablantes
guatemaltecos bilinges en espaol y alguna lengua mayense, tambin tienden a conservar
las oclusivas sordas en coda silbica, como en cpsula o en captar (Garca Tesoro 2008).
Entre los mexicanos de San Antonio, en Estados Unidos, se ha encontrado cierta tendencia
a la adopcin de prstamos con influencia fnica del ingls, lo cual a veces tiene
repercusiones en ciertos grupos que involucran consonantes oclusivas orales, como ocurre
en la forma objectos, por objetos (Mendieta 1999; Moreno Fernndez 2009, p. 414).
En todo caso, el grado de conservacin de los fonemas componentes de los
llamados grupos cultos es lo suficientemente notorio para exponerlo como rasgo
caracterstico, tal como seala Lope Blanch, a propsito de grupos como /kst/, en formas
como extraordinario, texto; /ksk/, como exquisito; /nst/, en palabras del tipo de construir;
/bst/, abstracto; /ks/, examen, satisfaccin; /kt/, acto; /tl/, atlas, etc. Al tiempo, se
rechazan, adscribindoles valoracin negativa, soluciones que implican diferentes grados
de debilitamiento, como las involucradas en cansado > cansao, extremo > estremo,
excusar > escusar, construir > costruir, texto > testo, satisfaccin > satisfacin, atlas >
adlas, azlas, acto > azto (1996, p. 81). El contacto con otras lenguas propicia la aparicin
en coda silbica y final de palabra de una serie de sonidos inusitados en espaol
patrimonial. Es lo que ocurre, en voces de origen maya, con una serie de consonantes
oclusivas: /p, t, k, t, ts/ (Moreno Fernndez 2009, pp. 279-280): tup benjamn, xet
leporino, xic axila, nuts? cascorvo, patizambo, balac, chich abuela, o en voces
hispanas, como coch coz (Lope Blanch 1987a; 1996, p. 86).
277
El siguiente mapa, elaborado por Moreno de Alba (1994) a partir de datos presentes
en el Atlas Lingstico de Mxico (Lope Blanch 1990-2000), muestra las reas en que la
conservacin de uno de los grupos cultos ms caractersticos, /kt/, se manifiesta de manera
ms intensa en el espaol de Mxico.
FIGURA 3.5. Zonas de conservacin algo frecuente del grupo /kt/ en Mxico.
Fuente: Moreno de Alba (1994, p. 142, mapa 43)
De todos modos, incluso para la ciudad de Mxico se ha sealado la presencia de
procesos que tienden a alterar la fidelidad de la expectativa lxica, tal como muestran
Rodrguez y Mora (2001), pues en hablantes de nivel de estudios bajo es posible
documentar ensordecimientos, cambios de lugar articulatorio, fricativizaciones, elisiones y
vocalizaciones. La /d/ final de palabra muestra en Mxico, por otra parte, un rea bastante
extensa de elisin, tal como se expone en la figura 3.6.
278
FIGURA 3.6. Eliminacin algo frecuente de /-d/ final en Mxico.
Fuente: Moreno de Alba (1994, p. 76, mapa 17)
Como puede apreciarse, el sombreado que marca la eliminacin de la /d/ final de
palabra es bastante amplio, concentrado en especial en el centro-norte del pas. Es posible,
de todos modos, que para este caso especfico, haya que pensar en un relajamiento de las
restricciones de fidelidad, de modo tal que la accin de *CODA resulte relevante, una vez
que MAX-IO deje de ser pertinente en su papel de freno a las restricciones de marcacin, de
modo que *CODA MAX-IO. Ms en general, los hechos pueden ser algo ms complejos.
Colina recuerda que en posicin final slo seran posibles consonantes coronales, mientras
que otras seran inusitadas y ms bien propias de prstamos no asimilados completamente
(como club o chef), especialmente en el caso de las obstruyentes no coronales, de modo que
propone una jerarqua IDENTOBSTR(LUGAR), HAVE PLACE *DORSAL *LABIAL MAX-IO
*CORONAL, IDENT(LUGAR), que permitira obtener [klu] para club, con labial final, y
[e.niT] para cenit, con coronal neutralizada (2009, pp. 36-37). Obsrvese, de todas
formas, que si club es un prstamo, cenit es un cultismo; adems, estos casos explicaran
279
pronunciaciones plenas de verdad, neutralizadas o no, pero no las elisiones. De todos
modos, hay que considerar que para los datos mexicanos conviene disponer de un estudio
extenso al respecto, antes de afirmar nada con rotundidad, dada la peculiar resistencia de
muchas de las variedades a conservar las codas; tampoco cabra excluir apresuradamente
otras explicaciones, que afirmaran por ejemplo ciertos grados de lexificacin, que por
ejemplo permitieran verd, pero no comnmente par.
Conviene ahora revisar una secuencia de mapas procedentes de EEeM que incluyen
ejemplos de obstruyentes oclusivas sordas y sonoras en coda interior de palabra, de modo
tal que puedan observarse los efectos principales a lo largo y ancho de la geografa fnica
de Mxico. Se trata de los mapas correspondientes a cpsula (658), ritmo (663), defecto
(667), observar (621), admisin (629) y magnesia (636), expuestos en las figuras 3.7 a
3.12.
FIGURA 3.7. Mapa de cpsula (EEeM, 658)
280
Las variantes documentadas en la carta de cpsula se han agrupado en cinco clases
de variantes: las bilabiales sordas [p]; las bilabiales sonoras, digamos [b], por ser
mayormente soluciones oclusivas, aunque tambin se han agrupado con ellas algunos casos
de aproximantes [] y no ha importado que en algunos casos la articulacin se haya
transcrito relajada, es decir, poco definida; los casos de vocalizacin, en forma de [u], es
decir, de vocal posterior cerrada redondeada no silbica; las elisiones, digamos []; y, por
ltimo, algunas otras soluciones en realidad muy espordicas, como un caso de lateral [l] en
Ch1 (Casas Grandes, Chihuahua) y un caso de velar [k] en C1 (Cuyutln, Tecomn,
Colima).
De entrada, llama la atencin la amplitud de la conservacin de alguna solucin
LABIAL, con independencia de la asignacin del rasgo [sonoro]; cabe observar, desde luego,
la complementariedad de las transcripciones [+sonoro] y [sonoro], pues las primeras
aparecen bsicamente en el centro del pas, y las segundas son claramente predominantes
tanto en el norte como en el sur de la Repblica, constituyendo, de confirmarse el dato, tres
zonas demarcadas con bastante claridad; como se ir viendo a lo largo del libro, no es el
nico fenmeno que muestra una distribucin semejante, sea que se vea en tres sectores,
sea que se prefiera leer como dos grandes reas (centro frente a periferia).
Otro hecho notable es la abundancia de vocalizaciones. No muestran stas un patrn
muy claro, aunque parece advertirse cierta concentracin en lo que podra llamarse el norte
intermedio (Durango, Zacatecas y San Luis Potos), al tiempo que en un eje que correra al
sur de los valles centrales (Mxico, Morelos, Puebla, Oaxaca, Guerrero). Se documentan
bastantes ejemplos, de todos modos, en otras latitudes, sea el norte (Baja California y Baja
California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila) o el sur (Chiapas, Tabasco, Yucatn). Si se
acepta la idea de que las semivocales postvoclicas se encuentran en la coda silbica,
mientras que las prevoclicas son parte del ncleo (Hualde 1991), la vocalizacin de /p/
estara infringiendo tambin *CODA, pues ocupara la misma posicin que el segmento
original (Colina 2009, p. 18).
281
Frente a las expectativas, slo hubo un caso de elisin presente en el mapa,
documentado en Si3 (Mazatln, Sinaloa), lo que apunta a la baja importancia de *CODA,
pues sta es infringida incluso por los pocos casos con otras soluciones ([l], [k]).
El mapa de la figura 3.8, centrado en la obstruyente no continua CORONAL anterior
sorda /t/, permite seguir considerando estas tendencias, para ver si son extensibles o no a la
clase de sonidos ahora considerada.
FIGURA 3.8. Mapa de ritmo (EEeM, 663)
De manera semejante al caso anterior, se han agrupado las variantes en clases,
procediendo de manera inductiva, a la vista de lo que el mapa va revelando. Tambin ahora
se ha trabajado con cinco categoras: la dento-alveolar oclusiva sorda [t]; las variantes
sonoras, con independencia de que se trate de la dento-alveolar oclusiva [d] o de la dento-
282
alveolar aproximante [], o de variantes relajadas o poco definidas de stas; soluciones
sibilantes, que habitualmente son sonoras, tipo [z]; se documenta tambin algn caso
aislado de asimilacin; y, por ltimo, se incluyen como otros casos algn ejemplo aislado
de elisin y una que otra transcripcin de formas interdentalizadas, quiz postinterdento-
dentales fricativas sordas, es decir, tipo [] ms que propiamente interdentales fricativas
sordas [].
Como ocurra en el mapa anterior para /p/, no cabe duda de que la solucin ms
comn para /t/ es una de las dos formas ms fieles, sea la dento-alveolar sorda, sea la
sonora, que ocupan con claridad el cierre silbico, infringiendo desde luego *CODA. Tales
niveles de mantenimiento, y la cercana identidad fnica de los outputs, son en s seas
caractersticas del material expuesto. Ahora bien, y tambin de manera semejante al caso de
la LABIAL, tambin ahora la CORONAL parece permitir un trazado ms o menos laxo de tres
franjas variables, con soluciones sordas en el norte y en el sur, y una gran rea globular en
el centro del pas donde predominan las variantes sonoras. Debe observarse, por otra parte,
que no hay coincidencia plena entre las regiones del mapa de la figura 3.8 y el que se
mostraba en la figura 3.7. Por un lado, las soluciones sonoras de /t/ llegan ms al norte que
las de /p/; por otro, el rea sonora de la CORONAL es mucho menos compacta que la de la
LABIAL, pues son comunes tambin las soluciones sordas en muchos puntos centrales.
Llama asimismo la atencin la relativa abundancia de soluciones sibilantes, pues
adems de aparecer en algunos puntos de Sonora y Coahuila, se documentan con cierta
abundancia en una franja que recorre desde Zacatecas hasta Puebla, esbozndose de esa
manera un rea ms o menos definida.
El resto de los casos son ms interesantes desde el punto de vista cualitativo, por la
variedad de formas que introducen al panorama, que porque en s pueda decirse algo
especfico acerca de ellas desde un punto de vista geolingstico, ms all de atestiguar su
carcter espordico, trtese de la asimilacin presentada en Chi5 (Cintalapa de Figueroa,
Chiapas), del caso de elisin en Si3 (Mazatln, Sinaloa) o de los ejemplos de
interdentalizacin en Me1 (Santa Cruz de Arriba, Mxico) y en Y6 (Peto, Yucatn).
283
Se examina ahora el mapa de defecto, con objeto de seguir esbozando las
connivencias y las diferencias presentes en los datos, ahora con la DORSAL /k/.
FIGURA 3.9. Mapa de defecto (EEeM, 667)
El ordenamiento de las variantes se ha reducido a slo tres grandes grupos. Por un
lado, las soluciones velares oclusivas sordas, tipo [k], con independencia de que en muchos
casos se trate de variantes relajadas o poco definidas; en segundo trmino, las soluciones
velares sordas, ya sean oclusivas [g] o aproximantes []; por fin, se renen como otras
variantes diferentes materiales que llegan a rellenar la coda (formas interdentalizadas,
alguna labial, alguna rtica) y varios casos de vocalizacin.
Como en los casos anteriores, el primer y ms importante comentario es la
tendencia no slo a rellenar la coda lo que acarrea, desde luego, la consiguiente
infraccin de *CODA, pero la asuncin de MAX-IO con material bien determinado con
284
respecto al lugar articulatorio es decir, aceptando HAVE PLACE, sino el respeto muy
general al lugar articulatorio esperable lxicamente, es decir, bajo los lineamientos de
IDENTOBSTR(LUGAR). En otras palabras, all donde cabra esperar, bajo una perspectiva de
fidelidad lxica, una DORSAL, normalmente aparece una DORSAL. Esto, desde luego, es
llamativo en el marco de la comparacin dialectal con muchas otras variedades del espaol,
en las que puede resultar mucha ms abundante la elisin o las modificaciones del lugar
articulatorio. Obsrvese que salvo error en mi lectura no hubo ni un solo caso de
elisin en el mapa 667 de Alvar (2010), y que las alteraciones de LUGAR y las
vocalizaciones se reducen a un puado de casos.
Al igual que se ha visto para /p/ y para /t/, tambin para /k/ la sonoridad permite
establecer una triple zonificacin de los datos. Una vez ms, pueden encontrarse las
variantes sordas al norte y al sur del pas, mientras que hay una preferencia evidente por las
transcripciones sonoras en el centro del territorio. Ello no impide, desde luego, la ocasional
aparicin de variantes sordas en algunos puntos centrales (aunque hay que decir que es
todava ms espordica la presencia de registros sonoros en reas de soluciones sordas).
Tampoco significa esto una coincidencia plena con las reas delimitadas para variantes
sordas y sonoras en los mapas de la LABIAL y de la CORONAL, sobre todo en relacin con
esta ltima, que muestra un reparto ms extenso del material sonoro, pero al tiempo es
evidente que existen bastantes coincidencias y que se presenta de manera recurrente un
mismo patrn.
En lo que toca a las otras formas, se documentan ejemplos de interdentalizacin,
entendida probablemente como presencia de postinterdento-dentales fricativas sordas, en
S2 (Nogales, Sonora) y en Ch4 (Santa Brbara Hidalgo del Parral, Chihuahua). En Si3
(Mazatln, Sinaloa) se registra una rtica percusiva, y en Mo1 (Yautepec, Morelos) una
oclusiva labial sorda. Por fin, hubo un par de ejemplos de vocalizacin, en forma de la
posterior cerrada redondeada no silbica [u], en J1 (Tequila, Jalisco) y en M3 (Quiroga,
Michoacn), casos que, como se coment supra, tambin infringiran *CODA, por seguir
ocupando esta posicin.
285
En los tres mapas siguientes se revisa el comportamiento de los pares sonoros, es
decir, de /b/, /d/ y /g/ en coda silbica (figuras 3.10 a 3.12).
FIGURA 3.10. Mapa de observar (EEeM, 621)
El mapa correspondiente a la figura 3.1, referido a observar, muestra un poco ms
de complejidad que los anteriores, en parte debido al propio mapa fuente (el 621 de EEeM);
debe tenerse en cuenta, de todos modos, que en la reelaboracin aqu presentada se han
respetado ms distinciones que en otros mapas, por parecer que su frecuencia y sus
diferencias cualitativas eran lo suficientemente interesantes. El mismo parecer se ha
empleado en las cartas correspondientes a /d/ y /g/.
Se han establecido seis grupos de variantes: las formas bilabiales oclusivas sonoras,
tipo [b], sin importar su carcter pleno o relajado; las soluciones bilabiales aproximantes
286
sonoras, []; los alfonos bilabiales oclusivos sordos [p]; las variantes ejecutadas en forma
de vocal [u], es decir, de vocal posterior cerrada redondeada no silbica; los casos de
elisin []; y por ltimo, un pequeo nmero de ejemplos reunidos como otras formas,
entre los que se agrupan varias velares oclusivas sordas [k] y un ejemplo de dento-alveolar
[d].
Una vez ms, llama la atencin el predominio general de las formas labiales
sonoras, extendidas por todo el pas. Es decir, al igual que ocurra con las oclusivas sordas
en posicin implosiva, por lo pronto la /b/ tambin parece infringir normalmente *CODA y,
en cambio mostrarse fiel tanto a MAX-IO como a las restricciones vinculadas a la identidad.
Con todo, pueden sealarse algunas reas que parecen ms propensas a las soluciones
aproximantes: el sector principal parece encontrarse en el centro del pas, extendindose
desde algunos puntos en Oaxaca y Puebla, predominando en el centro-este y ramificndose
por el noreste de la Repblica, hasta llegar no slo a puntos de Zacatecas y San Luis Potos,
sino incluso a Coahuila, Nuevo Len y Tamaulipas. Un segundo recorrido, por otro lado, se
extiende por la costa pacfica septentrional, empezando en localidades de Michoacn y
Jalisco, proyectndose por Sinaloa y siendo claramente predominantes en Sonora. De
alguna forma, esta tendencia al mantenimiento y a la tensin encuentra eco en la presencia
de algunos casos de formas LABIALES sordas, [p], que aunque no son muchos no dejan de
ser significativos: se han transcrito en puntos de San Luis Potos, Guerrero y Oaxaca.
De naturaleza bastante diferente son las soluciones en que la coda ha experimentado
un proceso de vocalizacin. Puede observarse que este tipo de formas aparecen en un sector
relativamente definido, el centro del pas, aunque subdivido en dos sectores bastante
amplios. El primero de ellos arranca de San Luis Potos y Zacatecas y llega hasta Jalisco y
Colima. El segundo empieza en el estado de Mxico y llega al de Guerrero, pasando por
Puebla. Ya se ha comentado que las vocalizaciones siguen infringiendo *CODA.
Existe asimismo un nmero apreciable de elisiones, ms desde luego que en las
otras piezas lxicas examinadas hasta el momento. Aunque no siguen un patrn
completamente claro, pues se documentan incluso en Morelos y Michoacn, parece poder
287
decirse que son bastante ms comunes en los estados septentrionales, de forma que hay
registros en Zacatecas, Coahuila, Chihuahua y Sonora.
Por fin, las variantes velares se han anotado en Gu1 (Silao, Guanajuato), G1
(Teloloapan, Guerrero), Mo1 (Yautepec, Morelos) y la dento-alveolar en Ta1 (Crdenas,
Tabasco).
FIGURA 3.11. Mapa de admisin (EEeM, 629)
La confeccin del mapa de la figura 3.11, dedicado a la CORONAL anterior sonora
/d/, sigue una estrategia muy parecida al anterior, de modo que se han distinguido casi los
mismos grupos de variantes, con la excepcin de considerar ahora como variante las
lquidas, a diferencia del mapa anterior, en el que se consideraban las vocalizaciones. La
primera variante, entonces, es la dento-alveolar oclusiva sonora [d], sin importar que pueda
288
estar transcrita como relajada o poco definida; la segunda recoge los casos de dento-
alveolar aproximante sonora [], del mismo modo desechando ahora las diferencias en el
nivel de relajamiento; en tercer lugar, se anotan los casos de dento-alveolar oclusiva sorda
[t]; la cuarta variante incluye las soluciones lquidas, sea que se trate de laterales [l] o de
rticas, stas habitualmente manifestadas como alveolares aproximantes sonoras []; el
quinto grupo de soluciones acoge las elisiones []; por ltimo, se ha destinado como
siempre una casilla para otras soluciones, que en este caso slo rene un registro en un
punto: se trata de una forma interdentalizada, probablemente una postinterdento-dental
fricativa sorda [], anotada en Tl1 (Terrenate, Tlaxcala). Quiz convenga comentar que
estas soluciones inderdentalizadas, sin ser muy comunes, s tienen cierta recurrencia como
soluciones posibles al ejecutar las oclusivas orales en coda, especialmente cuando se trata
de CORONALES anteriores.
Las dento-alveolares sonoras, ya sean oclusivas, ya aproximantes, son con mucho
las formas ms extendidas a lo largo y ancho del territorio mexicano, lo que vuelve a
confirmar lo ya dicho hasta el momento, acerca de la resistencia a la elisin o a la
modificacin del LUGAR articulatorio, hacia el que se expresa un notorio nivel de fidelidad.
Pero tambin como en otras ocasiones, puede hablarse de tres grandes franjas en la
distribucin de las variantes, una central y dos perifricas, en lo que toca ahora a la
proyeccin geolingstica de las aproximantes (en el centro) y las oclusivas (al norte y al
sur). Tal impresin general no impide ver que las formas aproximantes aparecen tambin
salpicadas en diferentes registros septentrionales (no slo en Sinaloa, Durango, Zacatecas y
San Luis Potos, sino tambin en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y
Tamaulipas) y meridionales (en Yucatn y Quintana Roo).
No son muchos los registros de dentales oclusivas sordas, adems de que siempre
son documentadas junto a otras soluciones, pero llama la atencin que aparecen
relativamente prximas, por lo menos a la vista de pjaro del mapa general: en el Distrito
Federal y en dos puntos de Guerrero, Teloloapan y Chilapa. Ms comunes son las
soluciones lquidas; de hecho, llama la atencin su recurrencia en Sonora, Chihuahua y
Zacatecas, adems de en algunos puntos dispersos en Guerrero y Yucatn. Las elisiones son
289
interesantes no tanto por su frecuencia slo aparecen tres veces sino porque se
documentan en un rea relativamente compacta, entre Campeche y Yucatn.
Para terminar la serie, conviene detenerse ahora en el mapa de magnesia, que ilustra
el caso de la DORSAL sonora en posicin de cierre silbico.
FIGURA 3.12. Mapa de magnesia (leche de) (EEeM, 636)
El esquema de grupos de variantes empleado para /g/ es bastante semejante al
expuesto en los mapas anteriores. Como se ver, se trata del mapa que muestra una
distirbucin ms diferenciada respecto de los casos previos, aunque al tiempo las diferentes
soluciones parecen bastante acotadas geogrficamente.
En primer trmino, se han distinguido las soluciones velares oclusivas sonoras, tipo
[g], sin importar el grado de relajamiento o de relativa vaguedad en los objetivos
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articulatorios; en segundo lugar, los alfonos velares aproximantes sonoros []; un tercer
grupo est formado por los ejemplos velares oclusivos sordos [k], no poco abundantes en el
mapa; en cuarto lugar, las ejecuciones nasales tipo [n], que funcionan al tiempo como
ejemplos de asimilacin; en quinto trmino, algunos casos de elisin []; y por fin, cuatro
registros con otras realizaciones, que consisten en tres documentaciones de vocalizacin
y en una de aspiracin, todas ellas interesantes desde un punto de vista cualitativo.
A diferencia de lo encontrado en otros mapas, las variantes [g] estn lejos de ser las
predominantes, al tiempo que ocupan un sector bastante definido, pues, salvo un caso
registrado en J3 (Ciudad Guzmn, Jalisco), las oclusivas sonoras se registran tan slo en el
sur y el sureste del pas, aunque no como soluciones exclusivas, desde luego: por Guerrero,
Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatn y Quintana Roo. En contraste, las aproximantes []
son las ms extendidas por el pas; en lneas generales, puede decirse que se distribuyen de
manera complementaria a las oclusivas, aunque no faltan ejemplos incluso en el sur-sureste
(por ejemplo, en los dos puntos de Quintana Roo tambin dscolos en otras ocasiones) y
aunque haya que acotar que algunas de las ot