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CAPITULO DOS EJEMPLOS DE REBELION EN EL ANTIGUO TESTAMENTO (1) Lectura bíblica: Gn. 2:16-17; 3:1-6; Ro. 5:19 LA CAIDA DE ADAN Y EVA La caída del hombre se debió a la falta de sumisión Examinemos la historia de Adán y Eva en Génesis 2 y 3. Después de que Dios creó a Adán, le dio algunas instrucciones. Le ordenó que no comiera del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Tengamos presente que la cuestión no se limitaba simplemente a comer o no comer del fruto prohibido. Dios puso a Adán bajo cierta autoridad para observar si se sometería a ella. Dios confió toda la creación a la autoridad de Adán, para que él la administrara y tuviera la autoridad de toda la creación. En ese entonces, Dios puso a Adán bajo Su propia autoridad para que aprendiera a someterse a la autoridad. Sólo

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CAPITULO DOSEJEMPLOS DE REBELION EN EL ANTIGUO TESTAMENTO(1)Lectura bíblica: Gn. 2:16-17; 3:1-6; Ro. 5:19LA CAIDA DE ADAN Y EVALa caída del hombre se debió a la falta de sumisiónExaminemos la historia de Adán y Eva en Génesis 2 y 3. Después de que Dios creó a Adán, le dio algunas instrucciones. Le ordenó que no comiera del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Tengamos presente que la cuestión no se limitaba simplemente a comer o no comer del fruto prohibido. Dios puso a Adán bajo cierta autoridad para observar si se sometería a ella. Dios confió toda la creación a la autoridad de Adán, para que él la administrara y tuviera la autoridad de toda la creación. En ese entonces, Dios puso a Adán bajo Su propia autoridad para que aprendiera a someterse a la autoridad. Sólo quienes se someten a la autoridad pueden ejercer autoridad.En el principio, Dios creó primero a Adán, y después a Eva. El decidió que Adán fuera la autoridad y que Eva se sometiera a dicha autoridad. Dios dispuso que uno fuera la autoridad y que el otro se sometiera. Tanto en la vieja creación como en la nueva, la autoridad depende del orden o la secuencia de

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precedencia. El que es creado primero tiene la autoridad. El que es salvo primero posee la autoridad. Por esta razón, a dondequiera que vayamos, lo primero que debemos preguntarnos es a quién el Señor desea que nos sometamos. En donde nos encontremos, debemos determinar quién tiene la autoridad y someternos a ella.La caída del hombre se produjo por la falta de sometimiento a la autoridad. Eva no consultó con Adán, y tomó la decisión sola. Vio que el fruto era bueno para comer y agradable a los ojos; así que, tomó la decisión por su propia cuenta. Después de extender su mano para coger el fruto, ella primero pensó y luego cayó en la tentación. Ella asumió la posición de cabeza al extender su mano. Por lo tanto, la acción de Eva de tomar el fruto no provenía de la sumisión, pues fue una decisión de su yo. Ella no sólo violó el mandamiento que Dios le había dado, sino que también pasó por alto la autoridad de Adán. Al rebelarse contra la autoridad delegada, se rebeló contra Dios. Adán le hizo caso a Eva y también tomó del fruto, lo cual fue peor, ya que desobedeció la orden directa de Dios. Como resultado, Adán también hizo a un lado la autoridad de Dios y se rebeló.Toda obra debe realizarse en sumisiónMientras vivimos en la tierra, nuestra primera pregunta no debe ser si debemos hacer cierta cosa o no, sino a quién estamos sometiéndonos. Lo que

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cuenta no es hacer algo o no hacerlo, sino a quién nos sometemos. Sin sumisión no puede llevarse a cabo la obra ni el servicio. Cuando Adán tomó del fruto, debió preguntarse primero si al hacer lo que iba a hacer estaba en sumisión a Dios. La obra de un cristiano en su totalidad debe provenir de la sumisión. Nada debe ser hecho por iniciativa propia, ya que todo debe ser una respuesta de nuestra parte. Debemos adoptar una posición pasiva en nuestras acciones, es decir, todo lo que hagamos debe iniciarse en Dios y no en nosotros.Eva no sólo estaba bajo la autoridad de Dios sino también bajo la autoridad que El había delegado en Adán. Ella tenía que someterse tanto a un doble mandato como a una doble autoridad. Esto se aplica también a nosotros hoy. Lo único que Eva pensó fue que el fruto era bueno para comer. No sabía a quién debía someterse antes de tomarlo. Desde el comienzo, Dios quiso que el hombre se sometiera en vez de usar sus propias ideas. Sin embargo, Eva actuó conforme a sus propias ideas y no en sumisión. Ella no se sometió a lo que Dios había dispuesto ni a la autoridad de El. Por el contrario, ella se valió de sus propias ideas, transgredió contra Dios y cayó. La caída es el resultado de actuar sin sumisión. La acción que no es fruto de la sumisión es rebelión.Cuanto más sumiso sea el hombre, menos actuará por su cuenta. En el comienzo de la búsqueda del Señor por parte del hombre, se ve mucha actividad y

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poca sumisión. A medida que avanza, sus actividades disminuyen y, al final, queda solamente la sumisión. Muchas personas cuando se encuentran frente a la obra, tienden a tomar decisiones; no les gusta quedarse quietos. No les preocupa si son sumisos o no. A eso se debe que veamos tantas obras realizadas por el yo y no por escuchar y obedecer.El bien y el mal pertenecen a DiosEl hombre no debe hacer nada basándose en el conocimiento del bien y del mal. Sólo debe actuar en obediencia. El principio de discernir entre el bien y el mal es el principio de conducirse según lo que uno juzgue bueno o malo. Antes de que Adán y Eva tomaran el fruto del árbol, el bien y el mal pertenecían sólo a Dios. Si ellos no vivían en la presencia de Dios, no podían saber nada; pues tanto el bien como el mal pertenecían sólo a Dios. Pero después de que el hombre comió el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, encontró una fuente de discernimiento entre lo bueno y lo malo aparte de Dios. En consecuencia, después de que cayó, no tuvo necesidad de acudir a Dios, y podía salir adelante solo; podía estar separado de Dios y juzgar entre lo bueno y lo malo. En esto consistió la caída. La redención nos hace aptos para que nos volvamos a Dios a fin de que el escoja por nosotros entre lo que es bueno y lo que es malo.Los creyentes deben someterse a la autoridad

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Toda autoridad proviene de Dios porque todo fue dispuesto por El. Si tratamos de encontrar de dónde proviene alguna autoridad, descubriremos que en todos los casos proviene de Dios. El está por encima de toda autoridad, toda autoridad está sometida a El. Cuando nos encontramos con la autoridad de Dios, tocamos a Dios mismo. En realidad, Dios no lleva a cabo Su obra por Su poder sino por Su autoridad. El sustenta todas las cosas por Su palabra, la cual equivale a Su autoridad. No sabemos cómo trabaja la autoridad de Dios, pero sí sabemos que es Dios quien lleva a cabo todas las cosas por medio de Su autoridad.El centurión cuyo siervo estaba enfermo sabía que había una autoridad por encima de él a la cual debía someterse, de la misma manera que él tenia soldados que se sometían a él. Por eso, él solamente necesitaba que el Señordijera una sola palabra, pues sabía que eso era suficiente para que su siervo sanara. El sabía que toda autoridad estaba en las manos del Señor y creía en la autoridad de El. Esta es la razón por la cual el Señor dijo que no había hallado [en Israel] una fe tan grande como ésa. Encontrarse con la autoridad de Dios es lo mismo que encontrarse con Dios. En la actualidad Dios delega autoridades en todo el universo. Todas las órbitas que hay el universo son establecidas por El, y todos los caminos de los hombres fueron determinados por El. Por

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consiguiente, todos ellos están bajo Su autoridad. Ofender la autoridad de Dios es ofender a Dios. Por eso, el creyente debe someterse a la autoridad.Lo primero que aprende el obrero es a someterse a la autoridadNuestra posición debe ser mantenernos bajo la autoridad de otros y, al mismo tiempo, ejercer autoridad. Aparte de Dios, todas las personas, incluyendo al Señor Jesús, tienen que someterse a las diferentes autoridades que rigen en la tierra. Debemos reconocer la autoridad en dondequiera que estemos. Tanto en el hogar como en la escuela se halla la autoridad. Cuando uno ve un policía en la calle, aunque a uno le parezca que no es una persona competente y que su nivel cultural está por debajo del de uno, debe reconocer que es una autoridad delegada por Dios. Cuando algunos hermanos se reúnen, deben percibir de inmediato el orden de autoridad que les corresponde. Cada uno debe reconocer su posición. El que sirve en la obra debe saber quién tiene autoridad sobre él, aunque hay algunos que nunca llegan a enterarse y, por ende, nunca se han sometido a nadie. No nos preocupemos pensando si algo es correcto o incorrecto ni si es bueno o malo. En dondequiera que nos encontremos, lo primero que debemos determinar es quién tiene la autoridad. Si uno sabe a quién debe someterse, espontáneamente reconocerá la posición que a uno le corresponde en el cuerpo y

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estará en la debida posición. Pero hay muchos creyentes que no les pasa por la mente a quién deben someterse. Para ellos todo es confuso y no saben qué posición adoptar. Lo primero y lo más importante que deben aprender los que trabajan en la obra es la sumisión.Es necesario recobrar la sumisiónCuando Adán cayó, el orden del universo fue destruido. Jamás debemos tratar de diferenciar entre lo bueno y lo malo. Más bien, debemos someternos a la autoridad. El hombre siempre está presto a juzgar lo que es bueno y lo que es malo. El considera que esto es bueno y que aquello no lo es. Parece como si el juicio del hombre fuera más claro que el de Dios. Esto es, por tanto, una condición caída e insensata y debe ser erradicada de nosotros, ya que no es otra cosa que rebelión.La pequeña medida de sumisión que percibimos hoy no es suficiente. Algunos piensan que basta con ser bautizados y salir de las denominaciones; pero no lo es. Hay muchos estudiantes jóvenes que piensan que Dios los incomoda cuando les indica que se sometan a sus profesores; también hay muchas esposas que piensan que Dios las molesta cuando les pide que se sometan a su esposo, una persona a la cual es imposible someterse. Existen muchos creyentes que todavía

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viven en rebelión. Estos no han descubierto ni siquiera el nivel básico de la sumisión.En la Biblia la sumisión se refiere a someterse a las autoridades delegadas por Dios. ¡Cuán superficial es la sumisión que se ha predicado hasta ahora! La sumisión es un principio básico. Si el asunto de la autoridad no se resuelve, nada podrá estar bien. La fe es el principio por el cual recibimos vida, mientras que la sumisión es el principio por el cual nos conducimos diariamente. Todas las divisiones y las denominaciones de hoy son producto de la rebelión. A fin de restaurar la autoridad, primero debemos restaurar la sumisión. Muchos están acostumbrados a actuar como si fueran la cabeza; nunca han aprendido a someterse. Pero nosotros debemos aprender la lección de la sumisión, la cual debe ser parte de nuestro comportamiento.Dios no nos ha escondido nada en cuanto a la autoridad. En la iglesia, sea directa o indirectamente, El nos ha mostrado cómo someternos a la autoridad. Muchos sólo saben que deben someterse a Dios, pero no saben que deben sujetarse a las autoridades. Debido a que todas las autoridades provienen de Dios, toda persona debe someterse a las autoridades. Todos los problemas del hombre se deben a que viven fuera de la esfera de la autoridad de Dios.Sin la autoridad de la Cabeza no hay unidad en el Cuerpo

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Hoy Dios esta recobrando la unidad del Cuerpo de Cristo. Con el fin de obtener la unidad del Cuerpo, debe existir primero la vida de la Cabeza y luego Su autoridad. Sin la vida de la Cabeza, el Cuerpo no puede existir. Asimismo, sin la autoridad de la Cabeza no se produce la unidad en el Cuerpo. Debemos permitir que la vida de la Cabeza gobierne, para que el Cuerpo llegue a ser uno. Dios requiere que nos sometamos no solamente a El, sino también a las autoridades que El delegó. Todos los miembros tienen que aprender a someterse los unos a los otros. El Cuerpo es uno solo, y la Cabeza y el Cuerpo también son una sola entidad. La voluntad de Dios puede ser llevada a cabo solamente cuando la autoridad de la Cabeza prevalece, pues El quiere que la iglesia sea Su reino.Algunos aspectos de la sumisión a la autoridadEl siervo de Dios verá la autoridad en el universo, en su comunidad, en su hogar y en la iglesia. Si un hombre nunca se ha encontrado con la autoridad de Dios, no podrá someterse a El. Esto no es cuestión de doctrina ni de teoría. Si lo fuera, sería bastante abstracta. Algunos piensan que es muy difícil someterse a la autoridad. Pero no lo es cuando uno se encuentra con Dios. Si no fuera por Su misericordia, nadie podría someterse a Su autoridad. Por esta razón, debemos tener presentes algunos aspectos básicos:(1) Se debe tener un espíritu de sumisión.

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(2) Se necesita adiestramiento para aprender a ser sumiso. Algunas personas son como salvajes; no pueden someterse a nada ni a nadie. Hemos entregado las llaves de cada dormitorio a un encargado en cada uno de ellos con la esperanza que todos aprendamos la sumisión. (Nota del traductor: se refiere a los dormitorios de las instalaciones donde se estaban compartiendo estos mensajes.) Cada hermano debe ser adiestrado para que se ubique en la debida posición. Quien ha aprendido la lección o quien ha sido adiestrado no se sentirá restringido, no importa el lugar que le hayan asignado, y se someterá espontáneamente.(3) Debemos aprender a ser autoridades delegadas. El obrero de Dios no solamente debe aprender a someterse a la autoridad, sino que también debe aprender a ser la autoridad delegada por Dios en la iglesia y en el hogar. Si Dios le confía muchas cosas, y él aprende a someterse a la autoridad de Dios, jamás se sentirá orgulloso de nada. Sin embargo, algunos que han aprendido a someterse a otros no saben cómo ser autoridad cuando Dios los lleva a la obra. Por eso, no solamente debemos aprender a someternos a la autoridad, sino también a ejercer la autoridad y a adoptar la debida posición. La iglesia sufre debido a que, por un lado, muchos no se someten y, por otro, muchos no saben ejercer la autoridad ni mantenerse en la posición apropiada.