Upload
others
View
9
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
19
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
En el presente capítulo, se expone la revisión de trabajos previos que
estuvieron al alcance de la autora y se relacionan con la variable objeto de
estudio, así como de la literatura requerida para conformar las bases teóricas
y preguntas de investigación que fundamentan la responsabilidad social
externa. Además, comprende aspectos teóricos conceptuales relacionados a
la variable, los cuales sirvieron de orientación en cuanto a la responsabilidad
social externa en las empresas del sector ferretero del municipio Cabimas del
estado Zulia. A su vez, se abarca la operacionalización de la variable.
1. ANTECEDENTES
Para la ejecución del presente estudio se han encontrado innumerables
e invaluables trabajos e investigaciones versados sobre el tema, por lo cual,
se han seleccionado aquellos relacionados directamente con el objetivo
general, de manera que se puedan sustentar las dimensiones de la variable.
En esta perspectiva, se describen a continuación las investigaciones que
fueron tomadas como antecedentes de la investigación.
De esta manera, un primer antecedente a presentar corresponde al
artículo arbitrado realizado por Socorro y Seijo (2016), publicado en la
20
Revista COEPTUM de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacin,
Venezuela, titulado: “Responsabilidad social: una iniciativa de inversión en
empresas privadas”, cuyo propósito central consistió en analizar la
responsabilidad social como una iniciativa de inversión en empresas
privadas, considerándola una estrategia para crear valor dentro de las
empresas. Sustentó los fundamentos teóricos en autores como: Volpentesta
(2009), Vega (2005), Carneiro (2004), Cordoba (2007), Gitman (2007),
Hernández (2005), entre otros.
La metodología empleada fue un enfoque documental e interpretativo,
obteniéndose como principales hallazgos que la responsabilidad social se ha
convertido hoy en día en un aspecto fundamental para las empresas
privadas, pudiéndose destacar como una iniciativa de inversión. Pues dada
la gran cantidad de demandas sociales en materia de mejoramiento de la
calidad de vida, donde el Estado no alcanza a solventarlas todas, se hace
preciso, el apoyo empresarial.
En este sentido, cuando las empresas desarrollan programas en
beneficio de las comunidades, se requiere la ejecución de proyectos que
permitan alcanzar dichos beneficios, estos proyectos a su vez, contribuyen
con las obras sociales que debe realizar el Estado, por lo cual, la ejecución
de proyectos sociales permite el cumplimiento de las obligaciones de
responsabilidad social a nivel de las empresas.
Ahora bien, a criterio de las autoras, la realización de este artículo
permitió evidenciar como al desarrollar programas de responsabilidad social
21
en las empresas, se requieren en muchos casos, la compra de activos,
insumos, bienes inmateriales, para el desarrollo de actividades planificadas,
siendo esto último una inversión para la empresa, pues con las mismas, se
beneficiará a diferentes comunidades, satisfaciendo necesidades sociales;
traduciéndose en reconocimiento, legitimidad para la empresa, incremento
en ventas, mayor desarrollo y nuevas inversiones para expandir sus
operaciones hacia otros mercados.
El trabajo referenciado aporta información actualizada para abordar en
términos generales la responsabilidad social empresarial como un todo, por
lo cual constituye un antecedente a la presente investigación, representando
un marco referencial en la construcción teórica de la variable bajo estudio:
responsabilidad social externa. De igual forma, contribuyó a la construcción
de las bases teóricas del presente estudio, en cuanto al abordaje de la
variable desde la óptica de quien la gestiona.
Seguidamente se muestra el trabajo presentado por Pérez (2015), para
optar al título de Magíster en Ciencias Contables en la Universidad de
Carabobo, Venezuela, titulado “Perspectiva de las empresas metalmecánicas
productoras de autopartes del estado Aragua, en cuanto al cumplimiento de
la responsabilidad social con la comunidad considerando la relación costo
beneficio”, cuyo objetivo se perfiló a analizar la perspectiva de las empresas
Metalmecánicas productoras de autopartes del estado Aragua en cuanto al
cumplimiento de la responsabilidad social con la comunidad considerando la
relación costo beneficio.
22
En la fundamentación teórica el autor reseñó autores del área, tales
como: Barnea y Rubin (2005), Barrera (2009), Cea (2010), Johnston (2005),
Vaca (2011), entre otros. El tipo de investigación que sustentó al presente
trabajo fue de campo, de carácter descriptivo, sustentado en una revisión
bibliográfica y documental. La población en estudio quedó estructurada por
cinco (5) empresas metalmecánicas productoras de autopartes del estado
Aragua, de las cuales se seleccionaron tres (3) informantes por cada una,
para un total de 15 sujetos, y la muestra por el 100% de los mismos,
considerada de tipo censal.
Como técnica de recolección de datos se utilizó la encuesta y como
instrumento un cuestionario contentivo de 25 ítems con escala dicotómica. El
mismo fue validado a través del juicio de expertos y, la confiabilidad con la
fórmula de Kuder-Richardson, cuyo valor total del instrumento fue de 0,99 al
incluir todos los ítems, indicando muy alta confiabilidad. Las técnicas de
análisis de datos fueron cuantitativas, expresadas en tablas de frecuencias y
gráficos de porcentaje; y cualitativas a través del análisis de la información.
Al analizar los datos, Pérez evidenció que aunque las empresas
cumplían con la responsabilidad social empresarial no conocían a cabalidad
la misma. También conoció como estas empresas llevaban registros de los
costos ocasionados por la misma, sin embargo no contaban con un apartado
que permitiera reconocer a estos gastos como referidos al cumplimiento de la
responsabilidad social. Se recomendó llevar a cabo charlas, talleres o cursos
para informar al personal acerca de la responsabilidad social empresarial y
23
su importancia para la comunidad, sea ésta interna o externa, además de
crear un apartado en los registros contables para identificar los costos en los
cuales se incurre al poner en práctica cualquier aspecto relacionado con ella.
El trabajo referenciado permitió desarrollar teóricamente la dimensión
de la variable denominada grupos de interés de la responsabilidad social
externa, en cuanto a tres (3) de los indicadores considerados para medir la
misma: comunidady consumidores. A su vez, será tomada como guía para la
construcción del instrumento de recolección de datos en lo concerniente a
esta dimensión.
Otro trabajo que cobró relevancia como antecedente del estudio es el
de Cantillo (2015), titulado: “Responsabilidad social empresarial en el sector
hotelero de la provincia centro de Boyacá, Colombia” presentado para optar
al título de Magíster en Gestión Turística en la Universidad Nacional de La
Plata, Colombia; cuyo objetivo estuvo dirigido a determinar la responsabilidad
social empresarial del sector hotelero reseñado. Teóricamente sustentó el
estudio en los aportes de: Urcelay (2007), Fernández (2009), Correa (2004),
Blanco (2004), Funda RSE (2013), Norma ISO 26000 (2013), entre otros.
Para el logro del objetivo, la autora partió de la hipótesis de que si las
empresas hoteleras de la provincia Centro de Boyacá eran conscientes que
la responsabilidad social es un compromiso y no una obligación; si estaban
comprometidas con el desarrollo y gestión de su talento humano, el respeto
hacia los derechos humanos como también a las partes interesadas, la
responsabilidad con la comunidad, el entorno y el medio ambiente.
24
Por los objetivos y alcances que pretendió el estudio, Cantillo desarrolló
un tipo de investigación descriptiva para conocer el grado de responsabilidad
social que tenían las organizaciones hoteleras y el nivel de ética empresarial,
compromiso legal, respeto hacia los derechos humanos y partes interesadas,
compromiso con el medio ambiente y comunidad, grado de responsabilidad
que tenían las organizaciones hoteleras en el desarrollo de sus procesos;
aspectos éstos evidenciados claramente en los objetivos. Asimismo, este
estudio tuvo un enfoque cuantitativo pues evaluó o calificó el grado de
responsabilidad social de las organizaciones hoteleras reseñadas.
La población objetivo fue de 54 hoteles localizados en los 15 municipios
de la Provincia Centro de Boyacá. Como técnica de recolección de datos
utilizó la encuesta, y como instrumento un cuestionario de 50 ítems bajo
escala de frecuencia, dirigido a directivos de los hoteles. Este cuestionario
estuvo fundamentado y diseñado de acuerdo a las (2) dimensiones de la
responsabilidad social, en específico, las referidas a la dimensión interna y
dimensión externa.
Finalizado el estudio llegó a concluir que: el 41% de los empresarios
hoteleros no conocían el concepto de responsabilidad social empresarial,
mientras un 59% si había escuchado hablar de este. En el caso de los que
conocían el concepto tenían conocimientos fraccionados al respecto, pero el
análisis en conjunto de todas las opiniones llevaba a conceptualizar la RSE
como los requerimientos exigidos por la ley para el beneficio común, los
cuales demandan de un compromiso de las empresas para beneficiar a la
25
sociedad dentro de un marco ético, contribuyendo a mejorar el medio
ambiente, el bienestar de las partes interesadas y la misma comunidad.
Asimismo, conforme a la opinión de los empresarios, la responsabilidad
social es importante porque hace a la empresa más competitiva y con mayor
reconocimiento; así mismo, ellos manifestaron que los empresarios debían
considerar en alto nivel su responsabilidad con la sociedad y el entorno ya
que se benefician de ella, así como del medio ambiente donde desarrollan
sus operaciones; por tanto, según sus respuestas, ellos debían preocuparse
siempre por los clientes, proveedores, empleados, comunidad, gobierno,
medio ambiente y la naturaleza.
El trabajo citado constituyó un antecedente de valor puesto que,
permitió perfilar la responsabilidad social externa desde la perspectiva de los
ámbitos de la misma, profundizando en dos de los indicadores utilizados para
esta dimensión: la dimensión ética y la dimensión voluntaria. De igual
manera, se constituyó en una guía valiosa a seguir para la elaboración del
instrumento, dado el alto nivel de redacción científica utilizado en la
formulación de los ítems empleados para medir sus indicadores.
De igual manera, se consultó el trabajo de Romero (2014), quien realizó
su trabajo de grado en la Maestría Gerencia Empresarial de la Universidad
Dr. Rafael Belloso Chacin, Venezuela, bajo el título: “Responsabilidad social
externa en las plantas de tratamiento de agua en el municipio Maracaibo”;
cuyo objetivo general se centró en analizar la responsabilidad social externa
en las plantas reseñadas. Para la fundamentación teórica, el autor consideró
26
a los autores que se mencionan: Fernández (2009),Guedez (2006), Velasco
(2006), Pinto (2011), Reyno (2007), entre otros.
Para el logro de este objetivo, el autor consideró relevante identificar los
programas de responsabilidad social aplicados por estas empresas, describir
las características del liderazgo organizacional, analizar la efectividad de la
comunidad sobre la efectividad de los programas, y determinar el nivel de
cumplimiento de los programas de responsabilidad social externa
desarrollados en el municipio Maracaibo.
Se aplicó una investigación de tipo evaluativa-descriptiva, con diseño de
campo, no experimental y transeccional, utilizando un instrumento como
técnica de recolección, basado en una entrevista estructurada, contentiva de
42 ítems. La población estuvo conformada por las cuatro (4) plantas de
tratamiento de agua ubicadas en el municipio Maracaibo, aplicando un censo
dado que la misma se consideró finita, no requiriendo proceso de muestreo.
La validación del instrumento fue realizada mediante el juicio de cinco (5)
expertos, yla confiabilidad calculada a través del criterio de Richardson,
obteniéndose un coeficiente de 0,70, considerado de alta confiabilidad.
El análisis de los datos fue realizado mediante estadística descriptiva, a
través del estudio de las frecuencias. Los resultados demostraron como las
empresas necesitaban mejorar el liderazgo organizacional, para que a su vez
la percepción de la comunidad mejorara y existiera un vínculo real con la
empresa. De igual manera, el autor evidenció que los evaluados estaban en
conocimiento y apoyaban los programas de responsabilidad social externa,
27
así como la comunidad percibía el beneficio de éstos existiendo un nivel de
cumplimiento elevado.
Este trabajo sirvió de soporte para el desarrollo teórico de la variable,
con base en los programas de responsabilidad social externa que pueden ser
desarrollados por las empresas para el cumplimiento de ésta, los cuales
permitieron el abordaje de la dimensión programas de la responsabilidad
social externa de la investigación que se realiza, en concreto, a sus
indicadores desarrollo social, económico y laboral.
De igual manera, se consultó el trabajo de Torres (2013), titulado:
“Responsabilidad social universitaria externa a partir de los proyectos
ejecutados en las instituciones privadas de educación superior en el estado
Zulia”, presentado ante la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín para optar
al título de Magister en Gerencia Empresarial; el cual estuvo enfocado en
determinar la responsabilidad social universitaria externa a partir de los
proyectos comunitarios ejecutados en estas instituciones. Fundamentada
teóricamente en autores de trayectoria en el área, tales como: Rendueles
(2009), Guedez y Pizzolante (2006), Hoffman (2000), Gómez (2004), Gardetti
(2003), Gómez (2005), Francois (2006), entre otros.
La investigación fue de tipo descriptiva, exploratoria y correlacional,
bajo un diseño no experimental, transeccional y de campo. La población
quedó conformada por las instituciones privadas de educación superior en el
estado Zulia, y los datos fueron recolectados de una población conformada
por 4780 personas: coordinadores de responsabilidad social, coordinadores
28
de servicio comunitario, docentes de servicio comunitario y estudiantes
activos en servicio comunitario.
Para la recolección de datos se utilizó la técnica de la encuesta, y como
instrumento de recolección de la data la aplicación de tres(3) cuestionarios:
el primero para medir la variable RSE contentivo de 36 ítems; el segundo,
midió aspectos clave de los proyectos ejecutados en el servicio comunitario,
compuesto por 33 ítems, ambos con escala de frecuencia (siempre, casi
siempre, algunas veces, casi nunca y nunca) aplicado a los coordinadores y
docentes. El tercer cuestionario fue de escala dicotómica (Si o No) con 21
ítems, siendo aplicado a los estudiantes activos en el servicio comunitario.
La validación delos instrumentos se realizó mediante la técnica del juicio de
expertos, para lo cual se acudió a 10 expertos en el área.
La confiabilidad, para los dos (2) primeros cuestionarios, se calculó a
través del coeficiente Alfa de Cronbach, cuyos resultados fueron de 0,92 y
0,96 respectivamente, mostrando muy alta confiabilidad. Para el cuestionario
de escala dicotómica se utilizó el coeficiente de Kudder-Richardson,
obteniéndose un coeficiente de 0,90, al incluir todos los ítems, considerado
de muy alta confiabilidad.
Los resultados obtenidos en esta investigación, permitieron evidenciar
baja relación entre las variables responsabilidad social universitaria externa y
los proyectos de servicio comunitario ejecutados, demandando a estas
instituciones adaptarse a los procesos de la sociedad actual, exigiendo, por
29
tanto, cambios sociales en las instituciones privadas de educación superior
en el estado Zulia.
El aporte de esta investigación radica en el análisis teórico realizado
sobre la responsabilidad social externa, el cual permitió perfilar aspectos
generales de la variable en estudio. De manera detallada, brindó orientación
para la construcción teórica de dos dimensiones: grupos de interés de la
responsabilidad social externa y ámbitos de la misma, así como de los
indicadores utilizados para medir estas dos (2) dimensiones de la variable.
2. BASES TEÓRICAS
Todo estudio se sustenta en una serie de concepciones, por lo cual en
este apartado se tratan las definiciones pertinentes para la fundamentación
del trabajo propuesto, de manera tal que se puedan conocer los soportes
teóricos de la presente investigación, abarcando de manera más directa las
dimensiones e indicadores derivados de la variable de estudio. Por ello se
realizó la revisión de literatura de los planteamientos de diversos autores
sobre la variable objeto de estudio como es: responsabilidad social externa.
Al respecto de esta investigación, se considera oportuno abordar el
término de responsabilidad social empresarial así como sus dimensiones. En
este sentido, se entiende por responsabilidad social empresarial, según
Fernández (2009), al enfoque de negocios que incorpora respeto por la ética,
personas, comunidades y medio ambiente; de igual forma se le considera
como el conjunto de políticas, prácticas y programas responsables que están
30
integradas en todo el proceso de operaciones de los negocios y en su toma
de decisiones.
En este marco referencial, para Urcelay (2007), la responsabilidad
social empresarial o corporativa cuenta con dos dimensiones o vertientes, la
una es interna y la otra externa; respecto a la dimensión interna destaca
cuatro grandes áreas de impacto: la gestión de recursos humanos, seguridad
y salud en el lugar de trabajo, adaptación al cambio, y la gestión del impacto
ambiental y de los recursos naturales. En relación a la dimensión externa de
la responsabilidad social, según lo señala el autor citado, esta involucra o se
proyecta sobre seis (6) áreas de impacto como lo son: comunidades locales,
socios comerciales, proveedores, consumidores, respeto a los derechos
humanos y protección del medio ambiente.
A efectos de esta investigación, se ha considerado oportuno, abordar la
dimensión externa de la responsabilidad social empresarial, en el sentido
específico de analizar la responsabilidad social externa en las empresas del
sector ferretero del municipio Cabimas del estado Zulia, pretendiendo
conocer como es la situación actual del manejo de esta variable estratégica
en las empresas reseñadas.
2.1. RESPONSABILIDAD SOCIAL EXTERNA
De acuerdo al Libro Verde de la de la Comunidad Económica Europea
(2001), el ámbito externo de la responsabilidad social empresarial constituye
una dimensión de acción e inversión para la empresa en pro de mejorar la
31
calidad de vida de los menos favorecidos, protección al medio ambiente,
oportunidad de empleo, programas de educación y capacitación participación
en los problemas locales del entorno de la empresa, programas de viviendas,
de centros de cuidado infantil, actividades recreativas, entre otras. Se trata
de hacer de la empresa un ente responsable del conjunto de necesidades
que aquejan a su entorno, y se relacionan con una responsabilidad político-
social.
Por su parte, Velasco (2008) considera que la primera responsabilidad
de una empresa ante la sociedad es cumplir con su misión económica de
satisfacer tanto las necesidades como expectativas de sus clientes, a través
de la producción de bienes y servicios, aunque recordando que la riqueza es
de origen, naturaleza y finalidad social. Sin embargo, en el mismo momento
de su formación y localización, asume un conjunto de responsabilidades.
En referencia a esto, agrega el autor citado, la empresa tiene la
responsabilidad de cooperar en la solución de problemas que le atañen como
miembro de la comunidad donde opera, pues no hay manera de abstraerse
del espacio y tiempo donde se inserta. La realidad obliga a tomar conciencia
no sólo del medio ambiente, sino de problemas con los cuales coexiste:
pobreza, inseguridad, salud, educación, entre otros. Así, la empresa depende
de la salud, estabilidad y prosperidad de las comunidades donde opera.
Por otro lado, continua afirmando este autor, la reputación de una
empresa en su lugar de ubicación, su imagen como empresario y productor,
32
también como agente de la vida local, influye sin duda en su competitividad
así como también en la comunidad presente.
Bajo este enfoque, Guibert (2009) considera que, la responsabilidad
social externa de las empresas es, esencialmente, un concepto con arreglo
al cual las empresas deciden voluntariamente contribuir al logro de una
sociedad mejor y un medio ambiente más limpio. En un momento en el que,
la globalización de los mercados y la competitividad entre las empresas se
hace más evidente un número creciente de éstas está reconociendo, cada
vez más, claramente su responsabilidad social externa y la considera parte
de su identidad.
Esta responsabilidad, agrega Schvarstein (2006), se expresa frente a
todos los interlocutores de la empresa, que pueden a su vez influir en su
éxito. Esta evolución refleja las mayores expectativas que despierta en los
ciudadanos y en todos los interesados la transformación del papel de las
empresas en la nueva sociedad cambiante de hoy en día.
En este marco referencial, según Fernández (2009), como parte de su
responsabilidad social externa, la empresa debe ofrecer de manera eficaz,
ética y ecológica productos como servicios que los consumidores necesitan,
en pro de establecer relaciones duraderas con sus clientes, centrando toda
su organización en la comprensión de lo que desean; ofreciéndoles calidad,
seguridad, fiabilidad y servicios superiores, para obtener mayores beneficios.
A tal efecto, indica este autor, la responsabilidad social externase define
como la obligación de una empresa de optimizar su efecto positivo y
33
minimizar su efecto negativo en la sociedad. AL respecto, considera que, son
cuatro (4) los ámbitos de la RSE: económica, legal, ética y voluntaria.
Ahora bien, los autores Guibert (2009) y Schvarstein (2006) coinciden al
definir la dimensión externa de la responsabilidad social como las relaciones
de la empresa con interlocutores externos y entorno social, en sentido amplio
se refieren a: clientes y proveedores, comunidades locales, administración
pública, organizaciones no gubernamentales, las entidades de interés social,
consumidores. Así según estos dos (2) autores, la empresa tiene una
responsabilidad social externa ante diferentes grupos de interés, siendo
éstos: consumidores, proveedores, comunidad, competidores, gobierno, y
medio ambiente.
Cabe considerar que el conjunto de planteamientos expuestos por los
autores citados, generan condiciones para el desarrollo social, así como los
grupos de interés y ámbitos en las cuales se desarrollan las acciones de la
responsabilidad social externa, constituyendo espacios abiertos en la
inversión social, entendida como aquellos gastos que hace la empresa en
labores de responsabilidad social en su entorno a través de sus políticas.
Finalmente, con base a los aportes dados por los autores consultados,
la investigadora comprende que, la responsabilidad social externa se refiere
a la preocupación de la empresa por el desarrollo de la sociedad, mejorar la
calidad de vida y seguridad social, esto es porque la empresa debe sentir
preocupación por la sociedad, siendo así socialmente responsable.
34
Para efectos de esta investigación, se toma el argumento dado por el
Libro Verde de la Comunidad Económica Europea (2001) para la definición
de la variable en estudio. De igual forma, su aporte junto a los de Fernández
(2009), Guibert (2009) y Schvarstein (2006) dieron lugar a las dimensiones
de la variable para este trabajo: grupos de interés, ámbitos y programas de la
responsabilidad social externa.
2.1.1. Programas de la responsabilidad social externa.
Las prácticas de la empresa socialmente responsable, según lo acotan
Baltera y Díaz (2012), reflejan el compromiso a hacer negocios de forma que
preserve o aumente, en lugar de dañar, los beneficios a las comunidades
cercanas, los trabajadores, el medio ambiente y la conducta económica justa.
Sin embargo, señalan los autores, no basta con el sólo compromiso,
este proceso debe ir acompañado de mecanismos claros de implementación
o puesta en práctica de los principios y valores de la responsabilidad social, a
través de programas de responsabilidad externa, incluyendo seguimiento y
verificación independientes.
Estos tipos de programas podrían ser realizados de forma particular por
una empresa, aseguran Escoto y Castro (2015), disponiendo de sus propios
recursos, así como de sus propios métodos. Otras empresas lo hacen de
forma combinada, usando sus recursos y apoyándose en las instituciones
gubernamentales y en las asociaciones comunitarias (juntas de vecinos,
clubes, asociaciones, entre otras). Regularmente, los programas realizados
35
en coordinación con el gobierno así como en asociaciones civiles, reportan
mayores resultados porque el involucramiento de la población genera y crea
un sentido de pertenencia y apoyo.
Por su parte, Guibert (2009) considera que lo más importante es el
involucramiento de todos por una causa común, para que se cumpla el dicho
“la unión hace la fuerza”. La experiencia en este sentido ha sido fructífera, y
se ha podido palpar como en cada comunidad, cada persona, organización,
asociaciones, entre otros, hacen aportes valiosos que permiten lograr los
objetivos y metas planeados. Al respecto, para Escoto y Castro (2015), los
programas de RSE regularmente tienen los siguientes aspectos:
Misión: crear cambios conductuales en los miembros de la comunidad
donde operan las empresas, incidiendo en el desarrollo social, cívico,
económico y cultural.
Visión: convertir una comunidad subdesarrollada en un ejemplo de
productividad y civismo.
Estrategia: crear programas de RSE, con la participación activa de los
residentes de la comunidad para lograr desarrollo personal y comunitario
permitiéndoles ser entes productivos con sostenibilidad en el tiempo.
En este marco de referencia, estos autores afirman que, los programas
de responsabilidad social externa pueden ser realizados en diferentes
vertientes, con dirección a la sociedad y para contribuir a largo plazo al
desarrollo sostenible. Regularmente, dependen del foco hacia el cual se
36
oriente la empresa. Los enfoques más comunes son en las áreas de
desarrollo social y desarrollo económico.
Con base a las afirmaciones precedentes, la investigadora asume a los
programas de responsabilidad social externa como los medios depuesta en
práctica o implementación de los principios y valores de la responsabilidad
social con que cuentan las empresas para el cumplimiento de ésta. Para su
análisis se aborda el criterio de Escoto y Castro (2015), asumiéndose como
programas de responsabilidad social externa los referidos al desarrollo social
y desarrollo económico.
2.1.1.1. Desarrollo social
Una empresa sostenible es aquella que integra valores de desarrollo
social, la acción social se puede entender como una de las formas de que
dispone la empresa para plasmar sus compromisos con la comunidad local
(Fernández, 2009). La concepción más extendida de lo que se entiende por
desarrollo social es la dedicación de recursos empresariales a proyectos que
tienen que ver con el apoyo a personas desfavorecidas, y esos es parte de lo
que se entiende por responsabilidad de las empresas.
Al respecto, afirma Fernández (2009), los recursos dedicados suelen
ser de muy diverso tipo (productos y servicios, capital humano, empleo,
financiación, entre otros), y se destinan principalmente a servicios sociales,
salud, educación, formación profesional y empleo. Al mismo tiempo afirma el
37
autor citado que, existe otra visión, también desde el mundo empresarial, que
distingue tres grandes vectores dentro de la acción social:
El primero, recoge todo aquello que son patrocinios de aquellas cosas
que las administraciones públicas no pueden llegar. Por ejemplo, todo lo que
son actividades culturales, es decir, que van desde la música, el teatro, la
pintura, bellas artes, entre otros. El segundo, incluye temas de acción social,
como puede ser cooperación con organizaciones sociales, ONG, entre otras,
aportando a la sociedad algunos excedentes que pueden ser absolutamente
complementarios a las actividades de ONG y las administraciones. El tercero,
agrupa aquellos temas que pueden hacer que la vida sea por un lado más
eficiente para las compañías, pero desde luego más satisfactoria para las
personas, como por ejemplo, la compatibilización de vida personal con vida
laboral, con carrera profesional, entre otras.
Ahora bien, la definición de responsabilidad social externa de la
Comisión Europea (2014) incide en la idea de que es una integración de las
operaciones comerciales y las relaciones con los interlocutores, poniendo la
responsabilidad social en el núcleo de la empresa con incidencia en la acción
periférica y social de la misma hacia terceros. Desde esta perspectiva,
afirman Escoto y Castro (2015),la responsabilidad social externa va más allá
de la pura filantropía o de la acción social por la cual la empresa revierte en
la sociedad, de forma más o menos generosa, parte de los beneficios
procedentes de su actividad en el mercado. La acción social no implica una
38
transformación profunda de la empresa, que sí es obligada en los procesos
de cambio hacia una empresa socialmente responsable.
En este contexto, a criterio de Abab (2010),la acción social de la
empresa se materializa en proyectos que se pueden clasificar en función de
los tipos de recursos aplicados: programas apoyados en productos y
servicios, en colaboración con empleados, de integración laboral, de
patrocinio y financiación o corporativos, Una acción social avanzada integra
distintos tipos de programas.
Afirma este autor que, según el Informe 2014 del Observatorio de la
Acción Social de la Empresa en España que recoge información de 140
empresas, el 40 por ciento poseía un planteamiento de la acción social
basado en la filantropía, el 51 por ciento hacía hincapié en la comunicación,
con el objetivo de generar publicidad positiva o motivación interna.
El resto se encontraba en una fase en la cual su acción social ya era un
factor de competitividad tras varios años de trabajo, y les había ayudado a
conseguir resultados relevantes en el ámbito del empleo de personas
desfavorecidas, participación de sus empleados, aportación de servicios de
valor añadido a proyectos sociales o la contribución al desarrollo local. Se
trataba de acciones y planteamientos enfocados al medio plazo, nada
vinculados con las conocidas campañas de marketing social, de carácter
coyuntural, y que no suele apreciar tanto el ciudadano. Con base a esto,
Abad (2010) hace la siguiente reflexión:
39
….la acción social del futuro no será ni filantropía ni marketing, que se considerarán fases previas. Alcanzará su madurez cuando la empresa descubra que cabe un enfoque más estratégico, cuando la adecuada integración de lo económico y lo social signifique una ventaja competitiva, se plantee como una inversión en vez de un donativo, y potencie el trabajo en equipo frente al individual. Así lo entienden ya las empresas mejor percibidas por su acción social, que utilizan de manera inteligente su capacidad de innovación, su espíritu emprendedor y su red de relaciones para alinear su estrategia empresarial y la posibilidad de mejorar su entorno social.
En resumen, en cuanto a la posición de los autores citados, la
investigadora considera el desarrollo social como uno de los programas de
implementación de la responsabilidad social externa de las empresas, el cual
se circunscribe en una manera de concretar el compromiso empresarial con
la comunidad local en la que se inserta la organización. Se entiende
entonces que la responsabilidad social cuenta, entre los componentes de su
dimensión externa, con la integración de las empresas en su entorno local.
Aunque los límites de este entorno puedan ser algo difusos, parece obvio
que el grupo de interés que aquí entra en juego son las comunidades
directamente afectadas por las operaciones de una empresa.
2.1.1.2. Desarrollo económico
Desde la perspectiva económica,la responsabilidad social externade las
empresas tiene como misión la maximización de valor para sus grupos de
interés. Al respecto, para Fernández (2009), sólo las empresas competitivas
y generadoras de beneficios son capaces de contribuir a largo plazo al
desarrollo sostenible, creando riqueza y empleo sin poner en peligro las
40
necesidades sociales y medioambientales de la sociedad. De hecho,
únicamente las empresas rentables son sostenibles y tienen capacidad de
llevar a cabo prácticas socialmente responsables.
Tradicionalmente esta responsabilidad, se ha traducido en la búsqueda
del máximo beneficio y máximo valor para el accionista así como una óptima
eficiencia y productividad. En otras palabras, maximizar los beneficios y la
producción con los recursos de los que se disponen. Para ello se compara el
coste de la utilización de unos recursos con la obtención de unos resultados.
Entre los costes suele incluirse el coste de materias primas, energía,
recursos financieros, laborales, entre otros; y en los resultados los ingresos.
Un comportamiento responsable social de la empresa, acota Fernández
(2010), implicaría desde el punto de vista económico crear valor: para el
cliente, atendiendo a sus demandas ofreciendo precios competitivos, bienes
y servicios de calidad (atención de quejas, consultas, entre otros); para los
proveedores, pagando precios justos por sus productos o servicios y sin
abusar del poder de mercado; para la sociedad en su conjunto preservando y
creando empleo y teniendo un comportamiento medioambiental sostenible.
Por su parte, Hartline (2006) asegura que, desde una perspectiva
económica todas las empresas deben ser responsables de sus grupos de
interés, quienes se interesan en los procedimientos contables apropiados, la
información relevante acerca de su desempeño actual y proyectado, y desde
luego, recuperar sus inversiones. El desarrollo económico de lograr una
utilidad afecta tanto a sus empleados como a la comunidad en general, por
41
una sencilla razón, y es que sin él es probable que la empresa no sobreviva
lo suficiente para participar en actividades de responsabilidad social.
En este marco referencial, según De la Cuesta (2010), dentro de los
objetivos de la responsabilidad social empresarial y el desarrollo sostenible
deben prescindir el compromiso de las empresas con sus entornos locales,
así como su relación con otras comunidades, incluyendo actividades de
cooperación al desarrollo económico. Las empresas han de comprometerse
con la rendición de cuentas, propiciando la mejora constante de sus sistemas
de gestión interna y verificación de resultados en la esfera económica.
En función de los postulados expuestos, la investigadora asume que el
desarrollo económico se genera directamente de los ingresos y producción
de la empresa, y ejerce su influencia de manera directa a través de los
programas de la responsabilidad social externa, garantizándole el éxito y el
poder sostenerse, siendo perdurable en el tiempo. Además, a través de este
beneficiar a las comunidades cercanas.
2.1.2. Grupos de interés de la responsabilidad social externa.
Las organizaciones de hoy, a criterio de Guédez (2008), se encuentran
sometidas a complejas presiones de diverso tipo y diferentes grupos, incluso
a conflictos de intereses que reclaman esfuerzos particulares. A esto se
agrega que, las relaciones e impactos de la empresa no sólo son
reconocibles en grupos de interés formalmente identificados, sino también
42
sus efectos visibles se dejan sentir sobre entidades más genéricas, como son
el crecimiento económico local, desarrollo de las comunidades y ambiente.
Si la empresa es un conjunto de relaciones e intereses, debe aceptar
igualmente su responsabilidad de promover el equilibrio adecuado que
garantice el ejercicio de su entropía dentro de la ecología social. En cierto
sentido, la empresa es un actor en permanente vinculación con el resto de
los actores que conforman la dinámica de la sociedad, los cuales en el
ámbito de la RSE se han denominado grupos de interés.
Ahora bien, acota este autor que, las relaciones de las empresas con
sus grupos de interés pueden apreciarse como círculos concéntricos de un
mismo origen, donde considera pertinente una analogía con el capital social.
Primero, se identifica un circulo de afinidad representado por personas del
mismo parentesco o de relaciones muy cercanas de amistad; segundo, un
circulo de afiliación que comprende a las personas y grupos orientados hacia
objetivos comunes e intereses conjugados por una determinada asociación;
y tercero, un circulo de vinculación que remite a relaciones más abiertas y no
inscritas en aspectos predeterminados por la sangre, afecto o asociatividad.
Pues bien, explica Guédez (2008), en un sentido equivalente, podría
hablarse de grupos de interés interno y externo, o siendo más precisosse
podría pensar en grupos internos, pertenecientes al entorno inmediato y del
contexto. De esta forma, los grupos de interés internos son los que tienen
relación directa con aspectos organizacionales y funcionales de la empresa
(socios, accionistas, y trabajadores).
43
Los relativos al entorno inmediato representan una vinculación explicita
con el negocio, en efecto, conforman su periferia estratégica (consumidores,
proveedores, comunidad, competidores, gobierno, y medio ambiente).
Finalmente, los grupos del contexto lo ocupan los vinculados en un segundo
orden de resonancia (comunidades locales, administraciones públicas,
organizaciones no gubernamentales, derechos humanos, entidades de
interés social, medios de comunicación, problemas ecológicos mundiales,
grupos de opinión y sociedad; público en general).
Los fenómenos de la imagen de una empresa proceden de la forma
como el contexto percibe a la empresa, en cambio los relativos a la
reputación provienen de la valoración y admiración que tiene el entorno,
después de comparar a la empresa con el resto del mismo sector. También
se destaca que, las relaciones establecidas entre los grupos de interés son
dinámicas y complejas: todas se relacionan y ninguna podría comprenderse
fuera del marco de esas relaciones totalizadoras. Esta realidad hace que, al
momento de diseñar una estrategia de responsabilidad social, se deban
tomar en consideración todas ellas.
Luego de esta rápida disquisición, tomada de Guédez (2008), se
impone aclarar que a efectos de la investigación, como grupos de interés de
la responsabilidad social externa se asumen los pertenecientes al entorno
inmediato, siendo: consumidores, proveedores, comunidad, competidores,
gobierno, y medio ambiente. Al respecto, bajo el criterio de Fernández
(2009), el alcance de la responsabilidad social externa significa indagar ante
44
quien es responsable la empresa, por ello, debe ser responsabilidad de la
empresa evaluar todos sus procesos de decisión así como sus efectos sobre
los demás. Así, ésta debe observar a clientes, distribuidores y proveedores,
dado que mantiene una estrecha relación con ellos.
Además, también está relacionada con otro contexto denominado la
comunidad, en la cual se incluyen los ciudadanos, gobierno y empresas
competidoras. Es decir, comprende la investigadora que, la responsabilidad
principal de las empresas consiste en generar beneficios, contribuyendo al
mismo tiempo al logro de objetivos sociales y medioambientales, integrando
la responsabilidad social externa como inversión estratégica en el núcleo de
su estrategia empresarial, sus instrumentos de gestión y sus actividades.
Con base a los aportes de los autores consultados, se observa como
éstos coinciden en asumir dos grupos de interés en su responsabilidad social
externa: los del entorno inmediato y los del contexto donde se encuentra
inmersa la empresa. Sin embargo, a fines de la investigación que se sigue,
se asumen los grupos de interés del entorno inmediato: consumidores,
proveedores, comunidad, competidores, gobierno y medio ambiente. Esta
elección, en particular, corresponde al hecho de que son consideradas con
mayor pertinencia en el estudio de la responsabilidad social externa de las
empresas del sector ferretero bajo estudio.
2.1.2.1. Consumidores
Lograr la aceptación de los clientes, afirma Guibert (2009), es de obvia
importancia si el negocio espera obtener utilidades. Debido a que los
45
contratos con ellos, constituyen una parte importante de las operaciones
comerciales, por lo que suelen considerarse distintas. Sin embargo, estos
constituyen el punto más difícil de la mayoría de las firmas.
En este orden de ideas, agrega Schvarstein (2006), la empresa existe
gracias a los clientes o consumidores que logra desarrollar. La piedra angular
de la mercadotecnia es muy simple: si hay clientes, hay empresa. En las
economías de mercado, la responsabilidad para con los consumidores es
requisito de supervivencia. Por ello, se deben satisfacer sus necesidades y
expectativas para mantenerse en el mercado.
Por su parte, Fernández (2009) afirma, la prosperidad de la empresa
solo es posible si se satisface eficazmente una necesidad social, por ello se
señala, claramente, que el verdadero jefe de la empresa, el árbitro final de
sus actos es el consumidor. Él es quien obliga a tomar muchas decisiones
desagradables para los hombres de la empresa, a exigir disciplina y orden a
los trabajadores, buscar mejores y más baratos artículos, a reducir los
márgenes, ano conceder aumentos imprudentes de sueldos o prestaciones,
a asumir programas de desarrollo social, entre otros.
Al respecto, agrega este autor, son responsabilidades para los
consumidores, en sus exigencias a la empresa, el mantenimiento de la
calidad ofrecida, la veracidad de atributos satisfactorios, cumplimiento de
ofrecimientos y garantías, mejora continua de sus procesos, intensificación
de la innovación para la mejora o diseño de los productos o servicios, interés
por la satisfacción de sus necesidades o expectativas, entre otros.
46
Ahora bien, en el Libro Verde de la Comunidad Económica Europea
(2001), se plantea que como parte de su responsabilidad social externa las
empresas deben ofrecer de manera eficaz, ética y ecológica los productos o
servicios que los consumidores necesitan o desean. Se espera que las
empresas establezcan relaciones duraderas con sus clientes, centrando toda
su organización en la comprensión de sus deseos, ofreciéndoles una calidad,
seguridad, fiabilidad y servicio superiores, así obtengan mayores beneficios.
Agrega esta obra que, la puesta en práctica del principio según el cual
los productos se diseñan pensando en que puedan ser utilizados por el
mayor número de personas posible, incluidos los consumidores afectados
por una discapacidad, es un ejemplo importante de la responsabilidad de las
empresas en el ámbito social.
Bajo las premisas expuestas, la investigadora infiere que, desde la
sociedad civil se debe ver a la responsabilidad social externa de las
empresas como una oportunidad, una herramienta que asiente los derechos
ciudadanos en general, entre ellos los consumidores y usuarios, de manera
de impulsar un desarrollo socialmente responsable, justo y sostenible.
Asimismo, la investigadora comprende que, desde la posición de los
consumidores y usuarios, se le debe valorar como la posibilidad de lograr la
colaboración de organizaciones de la sociedad civil que operan desde
diferentes ámbitos, tanto en el plano nacional como internacional. Esto
permite una interrelación importante para poder plantear líneas de trabajo
que puedan confluir en un proyecto común; además, al trabajar de forma
47
conjunta, estarán aportando una mayor visibilidad a todas las actuaciones y
propuestas que desarrolle la empresa.
2.1.2.2. Comunidad
La comunidad, según la define Guibert (2009), es el medio social donde
se desarrolla la organización. Por ello, mediante sus decisiones, la empresa
debe proteger a la misma, promover su desarrollo y acrecentar su bienestar.
Las compañías participan en programas de seguridad, ecología, salud o
educación debido a que les interesa el bienestar de la comunidad. Como
ciudadano comercial se disfruta de cierto grado de prestigio local, esto puede
dar como resultado una legislación local más favorable.
El compromiso con la comunidad, a criterio de Fernández (2009), se
refiere a las diferentes acciones tomadas por la empresa para maximizar el
impacto de sus contribuciones en dinero, tiempo, productos, servicios,
influencias, administración del conocimiento y otros recursos que dirige hacia
las comunidades en las cuales opera. Cuando estas iniciativas se diseñan y
ejecutan en forma programada y estratégicamente, no sólo se entrega un
valor agregado a los receptores sino que, además, refuerzan la reputación de
las empresas, sus marcas y productos en las comunidades locales donde
ellas tienen intereses comerciales, así como en el resto del mundo.
Los esfuerzos de las empresas, según Schvarstein (2006), están siendo
motivados por los beneficios económicos, los cuales, a su vez, conllevan a
un mayor involucramiento con la sociedad. Esto incluye el incremento de las
48
ventas, mejora en la moral de los empleados, refuerzo de la habilidad de
competir en el mercado regional, como efectos de empleados calificados y el
ser un "vecino predilecto" de la comunidad. Muchas empresas también
reconocen la oportunidad y necesidad de destinar recursos privados hacia
problemas sociales, supliendo el rol del gobierno en distintas áreas.
Desde esta perspectiva, para Brignardello (2013), propiciar desde una
compañía, con diversos proyectos, la oportunidad de brindar oportunidades o
cambiar las perspectivas de una comunidad, es notablemente enriquecedor
para ambas partes. La empresa suma empatía, prestigio, reputación y un
acercamiento muy enriquecedor a un stakeholderclave.
La comunidad beneficiada directa o indirectamente, pueden transformar
su realidad, tener otra visión. Es por ello, que hoy en día, la empresa, sea
cual sea su magnitud, debe involucrarse en el desarrollo social promoviendo
o sumándose a diversas acciones que contribuyan a este objetivo. Sin
embargo, agrega la autora citada, el sector privado por sí solo no puede
desencadenar procesos sostenibles y profundos de transformación social, ya
que no cuenta con los recursos necesarios para hacerlo.
Es ahí donde se hace clave la articulación con los diversos actores
integrantes de la sociedad (sector público, sociedad civil, referentes sociales,
instituciones académicas y otras empresas) en pos de un objetivo en común,
donde se requiere la participación activa de todos, para promover acciones
colectivas y políticas públicas que impulsen el bienestar social y desarrollo de
la ciudadanía.
49
Otra cuestión fundamental a considerar, afirma Brignardello (2013), son
las etapas que deben atravesar estos programas cuyos impactos no son
inmediatos, sino a mediano plazo y de difícil medición, lo que requiere un
compromiso mayor por parte de todos los involucrados Debe considerarse
además, una escucha activa y revisión de objetivos durante todo el proceso y
un plan de comunicación para transmitir en forma clara y transparente el
accionar de la empresa.
En este sentido, aconseja Brignardello (2013, que la inversión social
debe ser útil, responsable, respetuosa así como ética. Estos principios,
deben estar presentes también al momento de, llegado el caso, reconocer
errores y corregirlos como parte del aprendizaje que brinda toda acción de
esta envergadura. Asimismo, con ese valor adicional, además de la empatía
que genera, la organización puede sortear las crisis de forma más eficiente o
productiva.
Esto implica, desde el criterio de esta autora, un verdadero win-win, un
compromiso esencial e ineludible, que en su versión más eficaz, puede
atravesar a todos los stakeholders de la organización, donde la empresa
alcanza, sumada a una gestión amigable con el entorno, un trabajo
sustentable en lo económico, social y ambiental, que es, hoy en día, cada
vez más requerido por consumidores, inversores y opinión pública.
Finalmente concluye la citada autora, las acciones filantrópicas y
asistencialistas pueden ser eficaces para resolver problemas urgentes, el
gran desafío de una organización, que se vuelve esencial en la relación con
50
la comunidad, es involucrarse en acciones a mediano y largo plazo,
procurando generar un verdadero desarrollo social, garantizándose el
reconocimiento y respeto de la comunidad donde está involucrada.
En virtud de lo expuesto, la investigadora entiende que, el fin de la
responsabilidad social externa es promover la creación de una ciudadanía
corporativa global conciliadora de intereses sociales y comerciales, lo cual la
diferencia claramente de la filantropía. De esta forma, al insertarse en las
comunidades locales, las empresas influyen de manera obligatoria en ellas,
influencia que puede ser negativa o positiva; por ello, la responsabilidad
social externa intenta orientar a éstas para que influyan positivamente en
dichas comunidades.
Lo anteriormente descrito, a juicio de la investigadora, sematerializa de
diferentes formas: aumentando o creando nuevos puestos de trabajo;
mejorando la educación de los escolares de las comunidades locales; con
retribuciones económicas, culturales y ecológicas. Así, la responsabilidad
social externa y las comunidades tienen una estrecha relación, al ser ellas
integrantes de la sociedad humana, se convierte en el objeto sobre el cual
actúa la empresa.
2.1.3. Ámbitos de la responsabilidad social externa.
La empresa es una institución fundamental de la vida económica y
social a la que se integran los que aportan su espíritu emprendedor, los que
51
aportan su capacidad directiva, los que aportan tecnología y los que aportan
trabajo cooperativo. La esencia de la empresa no es explotar, engañar o
especular, sino comprometerse con sus objetivos económicos y sociales para
lograr un elevado sentido de responsabilidad social humana, logrando ambos
propósitos y conjugarlos de manera interdependiente. De acuerdo con la
forma en que se interprete esta relación, se manifestara una diferente
posición en cuanto a la responsabilidad social del negocio.
En este marco referencial, de acuerdo a Guibert (2009), mediante la
responsabilidad social puede ponerse en práctica y hacerse realidad dos
grandes estrategias: la primera está relacionada con la ausencia de
compromiso de la compañía, por lo cual el gobierno tiene que obligarla a
cumplir con sus compromisos ante la sociedad. La segunda opción, es el
autocontrol e iniciativa de la empresa de asumir su responsabilidad frente a
la sociedad sin necesidad de aplicarle sanciones legales.
La responsabilidad social corporativa, en su dimensión externa, según
lo acota Blanco (2010), constituye un concepto que se encuentra integrado
por una serie de requerimientos económicos, materiales, legales, políticos,
sociales, fincados en principios éticos, que se manifiestan a través de la
estructura, funcionamiento y realización de los objetivos de la empresa,
frente a sus socios, entes gubernamentales, organizaciones empresariales y
sin lugar a duda frente a la sociedad, la cual, utiliza los servicios o adquiere
los bienes o las mercancías que la empresa produce o comercializa.
52
En este contexto, de acuerdo a Fernández (2009), la responsabilidad
social externa se define como la obligación de una empresa de optimizar su
efecto positivo y minimizar su efecto negativo en la sociedad. Según este
autor, son cuatro los ámbitos de acción de la dimensión externa de la
responsabilidad social: económica, legal, ética y voluntaria. En las
responsabilidades económicas es primordial que la empresa sea un ente
rentable. Dentro de las legales, busca acatar la ley, jugando conforme a las
reglas del juego.
En la ética, se busca un comportamiento de forma responsable, hacer
lo correcto, justo, razonable y no dañar. En cuanto al voluntariado, se busca
ser un buen ciudadano corporativo contribuir a la comunidad y a la calidad.
Por lo que se puede decir que “ser socialmente responsable es un costo de
hacer negocios ”el cual debe ser asumido por todas las empresas (Ferrel y
Hirt, 2003, p. 47, citado por Olmos, 2007).
Entonces a criterio de la investigadora, la verdadera responsabilidad de
las empresas es ayudar a otros grupos o instituciones a reducir y eliminar los
problemas de la sociedad. Este punto de vista es una nueva visión sobre la
empresa y su papel. De allí, y de acuerdo a lo enunciado por los autores
citados, los ámbitos de acción de la dimensión externa de la responsabilidad
social que se abordan en esta investigación como indicadores de esta
dimensión, asumiéndolos como los de mayor pertinencia con el sector bajo
estudio son: económica, ética y voluntaria.
53
2.1.3.1. Ámbito de acción económica
El objetivo básico de toda empresa es ser rentable y generar utilidades,
pues en caso contrario se convierte en una carga para la sociedad, pero
entendiendo que la misma no existe solo para obtener utilidades. Muchos
gerentes piensan que la responsabilidad social de la empresa se limita a ser
rentable como organización, no obstante, uno de sus compromisos con la
sociedad es obtener utilidades, de no hacerlo es un costo
social(Rendueles2010).Sin embargo, acota Guibert (2009), reducir la
responsabilidad social a ser productiva es degradarla a condiciones mínimas,
inaceptables.
Una empresa que genera utilidades solo cumple una condición de
subsistencia o viabilidad, aporta impuestos, genera empleos, pero ¿es
suficiente?, o más cuestionable, ¿rentabilidad a cualquier costo? si la única
función de la empresa fuera satisfacer las demandas y ganar dinero por
promoverlas e incrementarlas, todos los negocios, aun los ilícitos, serian
válidos, simplemente porque son rentables.
En este contexto, señala el autor citado, la responsabilidad social
externa no debe asumirse como un compromiso ideal, buenas intenciones de
no causar daño y de hacer el bien que no se traducen en acciones concretas.
Al contrario, incluye toda decisión tomada cada día: elaboración de un
producto peligroso que se lanza al mercado; cuando hay supervisores mal
entrenados que no dirigen adecuadamente; actuar mal ante la sociedad; esto
es irresponsabilidad social (Guibert, 2009).
54
Dentro de esta perspectiva, para Fernández (2010), durante décadas,
las organizaciones se han dedicado a atender y satisfacer sus intereses
egoístas, estas prácticas y sus consecuencias en la vida socioeconómica de
la comunidad han generado una actitud adversa hacia ellas. Al respecto,
señala este autor, existen otras dos posiciones que han ido adoptando las
empresas: la primera, donde la empresa cumple con su responsabilidad
social externa simplemente cuando no dañe a la sociedad. Según esto, es
responsable la compañía que no deteriora el ambiente, conserva el
patrimonio de la comunidad, cuida los productos y servicios que ofrece, no
engaña a los consumidores y cumple con las garantías que ofrece.
En la segunda, acota Fernández (2010), la empresa es responsable
socialmente cuando contribuye a elevar la calidad de vida de la comunidad y
a resolver problemas de pobreza, delincuencia, seguridad, corrupción,
desempleo. Aquí se asume el negocio como parte de la sociedad y necesita
contribuir a su bienestar en el corto y largo plazo. Su compromiso es
asegurar la supervivencia de la organización y cuando se convierte en una
entidad necesaria para la comunidad, se hace ser respetada como
organización y necesaria por sus contribuciones.
Ahora bien, el ámbito de acción económica de la responsabilidad social
externa, según lo afirma Urdaneta (2008), implica la producción de beneficios
que se reflejarán de forma casi inmediata favoreciendo la productividad y la
eficiencia. De esta forma, las empresas comprometidas con responsabilidad
social experimentan importantes beneficios, tantos cuantitativos como
55
cualitativos. Según esta autora, los principales beneficios externos que
genera para la empresa son:
a) Mejora la marca e imagen: la participación social de una empresa
crea una imagen y éstas, están preocupadas para que esta imagen sea
positiva. Con frecuencia los consumidores se sienten más inclinados a
adquirir bienes y servicios de empresas que tienen una buena reputación en
las áreas relacionadas con la responsabilidad social. Una empresa
socialmente responsable puede beneficiarse de su reputación empresarial,
incrementando así la habilidad de la misma para atraer capitales.
b) Fortalecimiento e incremento en las ventas: Cuando los clientes
conocen las prácticas socialmente responsable de la empresa, que respetan
los derechos de los trabajadores, la comunidad y el medio ambiente, gozan
de preferencia de los consumidores.
c) Desarrollo sustentable: La responsabilidad social surge como un
reflejo de cambio de paradigma que ha supuesto la aceptación universal del
principio de desarrollo sostenible. Fruto de la necesidad de redituar la
relación naturaleza-sociedad surgió el concepto de desarrollo sostenible,
cuya formulación más aceptada, según el criterio de Urdaneta (2008) es la
de las naciones unidas: “la satisfacción de las necesidades de la presente
generación, no debe menoscabar el derecho de las futuras generaciones a
satisfacer sus propias necesidades”.
Se ha enfatizado así, acota la autora citada, una concepción del
desarrollo sostenible como el espacio de encuentro de tres vectores
56
dinámicos económico, ambiental y social, que lejos de entrar en
contradicción unos con otros deben apoyarse y reforzarse mutuamente. La
racionalidad de este enfoque no es otra cosa que la consideración de que, la
apuesta coherente que han realizado las empresas por la responsabilidad
social, basada en sólidos códigos de conducta es positiva para la viabilidad
de la empresa a largo plazo.
d) Legitimidad social: Toda organización si quiere ser legitima, no puede
ni debe ignorar, que en la sociedad en la que actúa se ha alcanzado un
grado determinado de conciencia moral, que se refiere a los derechos que es
preciso respetar.
Dada las consideraciones expuestas, la investigadora comprende que
el ámbito de acción económica de la responsabilidad social externa ubica los
esfuerzos de la empresa no solamente a producir resultados basados en las
teorías de producir y vender más con el mínimo costo sin importar el impacto
social, ya que esto a lo largo del tiempo es el peor negocio del sector
productivo que busca la rentabilidad.
La estrategia actual y sus esperados beneficios, con dicha posición,
puede ser mañana el motivo de su fracaso. Por ello, la empresa debe
entender que como parte de la sociedad necesita contribuir a su bienestar
en el corto y largo plazo, asegurar la supervivencia de la organización,
convertirse en una entidad necesaria para la comunidad, hacerse
respetada como organización y necesaria por sus contribuciones.
57
2.1.3.2. Ámbito de acción ética
La gestión de la responsabilidad social de cualquier organización está
estrechamente relacionada con la creación, así como el mantenimiento, de la
legitimidad social que le conceden los distintos actores y partes interesadas,
según lo afirman Cordero y De la Cruz (2008). Si bien es cierto, lo que las
organizaciones son depende, en gran medida, de la relación con sus partes
interesadas, así, su razón de ser está relacionada a la voluntad de responder
a algunos problemas y necesidades sociales y de incidir, de diversas
maneras, sobre las causas que los generan.
En este sentido, afirman los autores citados, el reconocimiento que
obtengan de los distintos actores y, particularmente, sus partes interesadas
es, por tanto, un factor clave, crucial, para construir su legitimidad. La
legitimidad de las organizaciones se construye a partir de la generación de
confianza tanto en su contribución social, como en la actividad que realizan y
la forma de realizarla. Su función social y su modelo organizacional son las
claves de su legitimidad.
Por tanto, según el criterio deNavarro (2012), cualquier iniciativa de
responsabilidad social tendrá que definir elementos que permitan valorar la
calidad ética de resultados y procesos llevados a cabo en las organizaciones
para hacer frente a los retos a los cuales tratan de responder. El mayor activo
de una organización, junto con las personas que la componen, es su
reconocimiento y el de la sociedad (personas, organizaciones e instituciones)
donde actúa. Este es un activo intangible pero clave para entender sus
58
capacidades y su posible eficacia. Y se sustenta, fundamentalmente, en la
coherencia con su identidad, a lo largo de toda su trayectoria.
Desde esta perspectiva, asume Fernández (2010), dependiendo del
grado de confianza y legitimidad otorgado por las distintas partes interesadas
tendrá más oportunidades de aumentar su base social, atraer personas
(clientes y empleados), activar la participación interna, captar financiación,
conseguir aliados, desplegar su actividad, entre otros. De esta forma, como
consecuencia, contará con más posibilidades de llevar a cabo su misión y
atender las necesidades de sus destinatarios finales, siempre que el
reconocimiento recibido del entorno guarde coherencia con su misión y con
los compromisos adquiridos con ellos.
Desde este punto de vista, afirma este autor, el despliegue de una
estrategia de responsabilidad social debe permitir: 1) Reforzar la coherencia
de la propia organización, de sus actividades (el qué) y sus formas de hacer
(el cómo), con su misión y valores; 2) Facilitar la eficacia de sus
intervenciones; 3) Permitirle ejercer una rendición de cuentas eficaz a sus
partes interesadas, ayudando a gestionar adecuadamente este activo
intangible que es la legitimidad.
De esta manera, a juicio de Fernández (2009), la responsabilidad social
no es un contenido más a añadir a la agenda de las organizaciones, sino un
factor clave de eficacia y despliegue de su esencia, de su identidad así como
de su razón de ser. Es, sobre todo, un enfoque o una estrategia que mejora
sus posibilidades de ser eficaces en el despliegue de la misión, de acuerdo a
59
unos valores, posibilitando a las distintas partes interesadas identificarse con
su misión y valores, la apoyen, participen en la definición y consecución de
sus objetivos, obteniendo también una cierta satisfacción de sus necesidades
y expectativas (“ganar-ganar”).
Para Fernández (2009), son tres pilares sobre los que se sustenta la
construcción de la legitimidad de las organizaciones: 1. La coherencia de las
decisiones y actuaciones de la organización con su misión, valores y
objetivos estratégicos. 2. La eficacia. 3. El equilibrio entre la autonomía y la
viabilidad económica. La coherencia y la eficacia constituyen dos retos
ineludibles a los que responde la implantación de una estrategia de
responsabilidad social; se consideran ineludibles e interrelacionados porque
no hay eficacia sin coherencia, ni coherencia sin eficacia.
Por otro lado, continua afirmando este autor, la viabilidad económica y
la autonomía representan condiciones de posibilidad para el despliegue de la
misión. Es necesario ser eficaces en el cumplimiento de la misión, y para ello
se necesitan recursos, de todo tipo, que les permitan sostener la actividad,
siempre que se encuentre alineada con la misión y se pueda preservar los
valores de la organización y su autonomía.
Ahora bien, en cuanto a los niveles de compromiso que implica el
ámbito de acción ética de la responsabilidad social externa, Cordero y De la
Cruz (2008) señalan los siguientes:
a) La organización se compromete a velar porque sus actividades y las de
las personas que trabajan en ellas se basen en el valor de la integridad y
60
se desarrollen de acuerdo con los principios de honestidad, dignidad y
equidad, evitando toda forma de corrupción, respetando circunstancias,
derechos y necesidades particulares de todas las personas o partes
interesadas afectadas por dichas actividades.
b) La organización se compromete a actuar siempre respetando su entorno,
identificando los impactos de su actividad y velando por no dañar con su
actividad y decisiones, de cualquier modo, al entorno.
Bajo los preceptos emitidos por los autores citados, la investigadora
deduce que, el ámbito de acción ética de la responsabilidad social externa
constituye el modo de actuar de la organización ante sus partes interesadas,
demostrando mantener un comportamiento de forma responsable, hacer lo
correcto, justo, razonable así como no dañar. Este comportamiento será
quien le garantice la legitimidad de su actuación en la sociedad en la cual
está inmersa, permitiéndoles ser eficaces en el despliegue de la misión, de
acuerdo a unos valores, posibilitando, a su vez,a las distintas partes
interesadas identificarse con su misión y valores, apoyándola y participando
en la definición así como consecución de sus objetivos.
2.1.3.3. Ámbito de acción voluntaria
La naturaleza de la responsabilidad social externa implica que ésta
sea voluntaria; el reto es que tal voluntad sea rentable y sustentable
(Delgado, 2013). Al respecto, afirma este autor, si bien es cierto que la
responsabilidad social ha tenido una gran aceptación y que el número de
61
empresas sumadas a esta corriente mundial va en aumento, el tema aún
dista mucho de estar presente de manera generalizada en empresas y
organizaciones de todos los tamaños en la sociedad mundial.
Esto se debe, en gran parte, afirma Delgado (2013), a que se trata de
una práctica voluntaria asumida por las organizaciones en su compromiso
por realizar acciones cuyo alcance vayan más allá de la reglamentación y
obligaciones legales de su propio campo de operación, conscientes de que el
cumplir la ley no implica, necesariamente, ser socialmente responsables.
En este sentido, afirma Fernández (2010), no cabe duda de que una de
las características más relevantes de la responsabilidad social se refiere a
ese carácter voluntario de las organizaciones por seguir lineamientos éticos
que les permitan operar en términos de eficiencia, productividad y bienestar
para todos sus grupos de interés, es decir, la responsabilidad social implica
tomar la decisión, de manera libre, de realizar acciones de alto impacto
económico, social y medioambiental en favor del bien común.
De ahí la importancia que representa, según este autor, el que las
empresas elijan voluntariamente participar en procesos de evaluación y de
mejora continua, aunque actualmente no exista ningún órgano o ley que
obligue a las instituciones a aplicar acciones de responsabilidad social,
existiendo, por tanto, organismos privados evaluadores, resultado del gran
interés de la sociedad y el sector empresarial, por contar con una guía y
dirección para ser socialmente responsables.
62
Es posible, asume Delgado (2013), que un gran número de acciones
que las empresas realizan basadas en su alto sentido de responsabilidad
social, siendo ahora voluntarias, en un futuro próximo se conviertan en parte
de la legislación por sus efectos positivos hacia el hombre, sociedad y medio
ambiente.
No obstante lo anterior, afirma el autor, es un hecho que innumerables
acciones que hoy en día emprenden las personas en lo individual, así como
las organizaciones en general, continuarán formando parte fundamental de la
responsabilidad social, como las labores de voluntariado realizadas en favor
de comunidades vulnerables o de escasos recursos, a través de las cuales
las personas donan tiempo, conocimientos o recursos económicos a estas
poblaciones desprotegidas, sin esperar nada a cambio. Afortunadamente, la
voluntad de servicio a los demás es parte de la naturaleza humana, el reto
pendiente es lograr sea socialmente rentable, transparente y sustentable.
En este orden, según Victoria (2008), la responsabilidad social es el
compromiso voluntario de las empresas con el desarrollo de la sociedad y la
preservación del medioambiente, ligado a un comportamiento responsable
hacia las personas y grupos sociales con los cuales interactúa. El carácter
voluntario no significa libre albedrío, sino libertad para ser consciente,
aportando en función de lo que se recibe y garantizando que dichos aportes
se dirijan a la superación de las comunidades. Por ello, el proceso combina
aspectos legales, éticos, morales y ambientales en aras de satisfacer las
demandas comunitarias o corregir distorsiones creadas con su accionar.
63
De acuerdo a los postulados descritos de los autores citados, la
investigadora entiende el ámbito de acción voluntaria de la responsabilidad
social externa como un compromiso voluntario y continuo de las empresas,
para hacerse cargo de los impactos que causa su negocio en las diversas
partes interesadas, se trata del cumplimiento de la función económica, social
y ambiental que tiene una empresa, pero más allá de las expectativas
dictadas en la ley y de la comunidad respecto a la misma.
3. SISTEMA DE LA VARIABLE
3.1. Definición Nominal: Responsabilidad Social Externa.
3.2. Definición Conceptual
El ámbito externo de la responsabilidad social empresarial constituye
una dimensión de acción e inversión para la empresa en pro de mejorar la
calidad de vida de los menos favorecidos, protección al medio ambiente,
oportunidad de empleo, programas de educación y capacitación participación
en los problemas locales del entorno de la empresa, programas de viviendas,
de centros de cuidado infantil, actividades recreativas, entre otras. Se trata
de hacer de la empresa un ente responsable del conjunto de necesidades
que aquejan a su entorno, y se relacionan con una responsabilidad político-
social (Libro Verde de la Comunidad Económica Europea, 2001).
64
3.1.2. Definición Operacional
La variable será medida a través del comportamiento de las dimensiones y
a su vez los indicadores que la componen, con base a las respuestas
obtenidas por medio de las unidades informantes, haciendo uso de un
instrumento de recolección de datos estructurado en relación a las
dimensiones planteadas, tal como se muestra en el cuadro de la variable
mostrado a continuación.
65
OPERACIONALIZACIÓN DE LA VARIABLE
Objetivo General: Analizar la responsabilidad social externa en las
empresas del sector ferretero del municipio Cabimas del estado Zulia. OBJETIVOS
ESPECÍFICOS
VARIABLE
DIMENSIONES
INDICADORES
AUTORES
Identificar los programas de
responsabilidad social externa
presentes en las empresas del sector
ferretero del municipio Cabimas del estado Zulia.
RES
PON
SABI
LID
AD
SO
CIA
L EX
TER
NA
Programas de responsabilidad social externa
Desarrollo social Desarrollo
económico
Baltera y Díaz (2012), Escoto y Castro (2015), Guibert (2009) Fernández (2009), Comisión Europea (2014), Abab (2010), Fernández (2010), Hartline (2006),De la Cuesta (2010).
Describir los grupos
de interés del entorno inmediato de
la responsabilidad social externa
presentes en las empresas del sector
ferretero del municipio Cabimas del estado Zulia.
Grupos de interés
Consumidores Comunidad
Guédez (2008), Fernández (2009),
Guibert (2009), Schvarstein (2006), Libro Verde de la Comunidad
Económica Europea (2001), Navarro (2012),
Brignardello (2013), Fernández (2010),
Blanco (2010), Delgado (2007), Mercado
(2007),Garza (2008).
Caracterizar los ámbitos de acción de
la responsabilidad social externa
presentes en las empresas del sector
ferretero del municipio Cabimas del estado Zulia.
Ámbitos de la responsabilidad social externa
Ámbito de acción
económica Ámbito de acción
ética Ámbito de acción
voluntaria
Guibert (2009), Blanco
(2010), Fernández (2009), Olmos (2007)
Rendueles(2010), Fernández (2010),
Urdaneta (2008), Cordero y De la Cruz (2008),
Navarro (2012), Delgado (2013), Victoria (2008).
Formular
lineamientos gerenciales que
permitan fortalecer la responsabilidad
social externa en las empresas del sector
ferretero del municipio Cabimas del estado Zulia.
Este objetivo se logrará mediante los resultados obtenidos, así como en la revisión bibliográfica.
Fuente: La investigadora (2017)