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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATAFACULTAD DE CIENCIAS NATURALES Y MUSEO
REVISTA DEL MUSEO DE LA PLATA
(NUEVA SERIE)
1987
CARACTERISTICAS y SIGNIFICADOSEDIMENTOLOGICO DE LAS FORMAS, CUERPOSY ESTRUCTURAS ORIGINADAS POR AGENTES
FLUIDOS EN SUSTRATOS INCOHERENTES
Se efectúa una reVlSlon de las principales estructuras sedimentarias (ón-dubs, megaóndulas y estratos entrecruzados) producidas por procesos tractivos.Además, se desalTollan los conceptos de cuerpo sedimentario y forma sedimen-taria. Los cuerpos están constituidos por grupos de estratos reunidos en conjun-tos delimitados por importantes superficies de erosión; se dan a conocer lascaracterísticas de los cuerpos de medios fluviales, marinos y eólicos. Las formasson los rasgos morfológicos de acumulación sedimentaria que se aprecian enlos ambientes actuales; "también se describen las principales formas desarrolladasen zonas fluviales, marinas y de depositación eólica. La mayoría de los cuerpossedimentarios representan a formas sedimentarias y por lo tanto pueden ser degran valor en la interpretación paleoambiental. Por otra parte, se hace un análisisde las discontinuidades de la sedimentación y se reconocen, para diversos tiposde depósitos, superficies de primero, segundo y tercer orden. Las de primerorden delimitan a cuerpos sedimentarios, las de segundo orden aparecen entreestratos sucesivos y las de tercer orden o superficies de reactivación se ubicandentro de la unidad de sedimentación.
Sedimentología, agentes fluidos, StlStratos incoherentes.
CHARA.CTElUSTlCS AND SEDlMENTOLOGICAL SIGNIFICANCE OF THE FORMS, BODlES
AND STRUCTURES ORIGINATED BY FLUID AGENTS. - A review of tractive· sedimentarystructures, such as ripples, megaripples and cross-bedding, and the definition ofsedimentary bodies and sedimentary forms are considered in this paper. Sedimentarybodies are groups of strata which can be differentiated from adjacent beds beca useof the presence of first order bounding surfaces. Sedimentary forms are features
(such as bars, ribbons, crests, ridges, channels, dunes, etc.) originated by theagents of clastic deposition. Sedimentary forms are difficult to recognize inancient sequences, but they may be inferred by analyzing both the type and dis-tribution of sedimentary structures and sedimentary bodies. Sedimentary bodiesare generally the features of sedimentary forms preserved in the geological record.The scale and significance of first, second ancl third order bouncling surfacesdevelopecl in f1uviatile, marine and eolian seclimentary sequences are also treateclin this contribution.
El presente trabajo tiene por finalidad introducir los conceptos deforma y cuerpo sedimentarios y discutir sus significados, particularmentepaleoambiental. Por otra parte, se revisan los caracteres salientes de lasprincipales estructuras direccionales producidas por procesos de deposi-tación y erosión-depositación en sustratos incoherentes. Estas estructuras-utilizadas habitualmente en las reconstrucciones paleoambientales y pa-leocinemáticas, así como en la identificación de sistemas de paleocorrien-tes- se hallan en muy estrecha asociación con las formas y cuerpossedimentarios. En particular, han merecido un tratamiento especial lasóndulas y megaóndulas (y su estructura interna) por constituir rasgossedimentarios de muy asidua presencia en sucesiones antiguas.
Son numerosos los autores que se han ocupado del tema de las es-tructuras mencionadas, sentando las bases de su caracterización y signi-ficado ambiental. Entre los trabajos de síntesis más destacados, merecencitarse los de Allen (1968, 1970 a), Reineck y Singh (1975), Harm3(1969), Harms et al. (1975) y Collinson y Thompson (1982). Estosinvestigadores han intentado reunir la información existente, sumar losresultados de sus experiencias e ideas, y llevar adelante intentos de sis-tematización, métodos de definición, estudio y distinción de variedades.así como evaluar su significado dinámico. En buena parte, entonces.nuestra tarea ha sido la de amalgamar dichas referencias, a las que he-mos añadido algunas observaciones y opiniones propias.
Las formas sedimentarias pueden ser definidas como rasgos general-mente de gran escala que se aprecian o detectan en los ambientes ac-tuales de depositación, pero que resultan de difícil identificación en lassucesiones antiguas.
Formas y estructuras sedimentarias (mecánicas) no son conceptoscomplementarios ni excluyentes. Así, algunas estructuras tractivas, talescomo óndulas y megaóndulas son, naturalmente, formas de los mediosdeposicionales. No obstante, las estructuras sedimentarias mecánicas tie-nen una mayor extensión conceptual; comprenden a sedimentos y sedi-mentitas, incluyen desde rasgos de muy pequeña escala hasta de granescala, externos e internos de los estratos, y son el resultado de muyvariados procesos dinámicos (desde deposicionales hasta erosivos).
Las estructuras, además, son fácilmente definidas en las sedimen-titas por caracteres tales como morfología, dimensiones, orientación, atri-butos litológicos, etc. En cambio, la deducción de la existencia de ,formasse alcanza en la mayoría de los casos mediante el procesamiento .y eva-luación de información sedimentológica. Uno de los métodos es median-te la confección de mapas isopáquicos e isolíticos de las unidades deroca. En otros casos se requiere del estudio minucioso de las sucesionessedimen'tarias y más específica mente de conjuntos de estratos asociadosentre sí de un modo estrecho.
En este último sentido, resulta conveniente definir cuerpos sedi·mentarios que se caracterizan por incluir a grupos de estratos reunidosen una morfología externa y global peculiar que permite diferenciarlosde los demás cuerpos (adyacentes). Si bien no todas las formas puedenquedar manifestadas por cuerpos, la mayoría de los cuerpos sedimen-tarios representan a formas; por lo común las formas comprenden aconjuntos o grupos de estratos, aunque puede haberlas constituidas poruna sola unidad de sedimentación.
Vale agregar que últimamente en el campo de la estratigrafía y se·dimentología se ha utilizado con frecuencia el concepto de facies sedi-mentaria, el que podría -en parte- ser confundido o superponerse alde cuerpo sedimentario. No obstante, este último sólo implica un con-cepto moríológico hasta estructural, mientras que la facies sedimentaríaincluye también la constitución litológica, diversos caracteres de estratosy conjuntos de estratos y, a veces, hasta nociones del ambiente deposi-cional. La definición de un cuerpo apunta a la reconstrucción de unaforma, mientras que la de una facies sedimentaria lleva a la inferenciade un ambiente deposicional.
Los cuerpos sedimentarios involucran a varios estratos superpues-tos. Estos, a su vez, puedcn tener diversos tipos de estructuras internas,pero sin dudas una de las más comunes e importantes es la estratificaciónentrecruzada (oblicua o diagonal). Esta estructura en capas frontalespuede aparecer en capas solitarias o en sucesiones superpuestas o agru-padas (Allen, 1963). Según McKee y Weir (1953) cada capa entre-cruzada es denominada "set" y el conjunto de entrecruzadas agrupadas"coset". Muchas veces, por lo tanto, los cuerpos sedimentarios están for-mados por un coset, otras por sets entrecruzados que alternan con capasno entrecruzadas y otras -las menos- por cosets entre los que se in-terponen uno o varios estratos no entrecruzados.
En el presente trabajo, estos rasgos han sido ordenados de acuerdoa tres criterios principales: morfología, relación con las corrientes prin-cipales (orientación del flujo) y periodicidad.
Por la morfología se reconocen dos grandes variedades: por unaparte las formas positivas, caracterizadas por una expresión tabular aabultada, y por otra las negativas o depresiones que son figuras desarro-
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En lo que hace a la relación con las corrientes se encuentran va-riedades transversales (cuya elongación o rumbo deposicional es -porlo común- perpendicular al flujo), longitudinales (paralelas al flujo)y no orientadas o multiorientadas (que generalmente constituyen ras-gos más o menos irregulares en los que resulta difícil encontrar rela-ciones con sistemas de corrientes o en los que directamente dicha vin-culación no existe, aunque el sedimento ha sido formado por agentesdireccionales) . Vale agregar que algunas lineaciones pueden tambiénformarse con orientación oblicua respecto al flujo, aunque en los me-dios naturales constituyen las variedades menos frecuentes.
Por último, el criterio de periodicidad permite reconocer formas (yestructuras) periódicas cuando un único agente de transporte genera a~u paso trenes o sucesiones de rasgos regularmente espaciados en sentidoareal. Las aperiódicas, en oposición, son formas habitualmente aisladasen las que el agente sólo ha podido originar un rasgo por vez. En oca-siones, formas y estructuras aperiódicas pueden aparecer arealmente dan-do la sensación de constituir conjuntos o trenes, pero en dicho casocada uno de los rasgos ha sido originado por un estado de flujo par-ticular y en un momento distinto en relación con el estado de flujo ytiempo en el que se formó cada uno de los restantes rasgos.
Aparte de las formas y estructuras periódicas y aperiódicas pue-den aparecer otras en las que las condiciones de formación son inter-medias y que aquí se denominan alternantes. En ellas los rasgos seproducen en su totalidad por la existencia de un único flujo unidirec-cional y en forma más o menos simultánea; sin embargo, las formas nomuestran un muy marcado patrón de periodicidad, sino más bien ciertaindependencia en sus relaciones areales. Con todo, en algunas circuns-tancias puede resultar difícil discriminar entre rasgos periódicos y al-ternantes, así como entre alternantes y aperiódicos.
En el cuadro 1 se muestra el ordenamiento de las principales for-mas, y la diferenciación entre estructuras y cuerpos pertenecientes adiversos medios de depositación por agentes tractivos de fluidez mode-rada a alta que afectan a sustratos incoherentes.
FORMAS DEPOSICIONALES:TIPOS PRINCIPALES Y CARACTERES GENERALES
Las formas deposicionales más conspicuas de los ambientes de se-dimentación en los que actúan agentes tractivos sobre sustratos sueltos,se mencionan en el cuadro l.
Tal como se aprecia en dicho cuadro, las formas pueden tener ex-presión positiva o negativa. Las principales formas sedimentarias posi-tivas se presentan en el cuadro 2. Se trata en su gran mayoría de rasgoscon expresión en planta lineal, que se encuentran en diversos ambientes
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Las formas con expresión negativa son por lo común de fácilreconocimiento, tienen sección lenticular o base cóncava y en su granmayoría son elongadas paralelamente al flujo. Una excepción la cons-tituyen las depresiones litorales (runnels) que se desarrollan con su ejemayor transversal al flujo; se asocian con crestas litorales (ridges) yson el resultado de la exposición de la zona de desplazamiento (surf)durante la bajamar. Su lecho está conformado por típicas dunas y ondasde arena junto a trenes de óndulas transversales a su elongación, rasgosque se originan por encauzamiento de la resaca durante la merma demareas.
Entre las formas negativas longitudinales se destacan los paleoca-nales, en su gran mayoría debidos a procesos fluviales o de corrientesde marea. Entre estas figuras se encuentran también los canales de co-rrientes de retorno y los canales de desagüe. Los canales de corrientesde retorno se deben a flujos ácueos, veloces y gravitativos generados enla zona de convergencia de corrientes longitudinales con influencia deprotuberancias o cabos costaneros; estos canales pueden tener estructurasplanas o megaóndulas con caras de avalancha orientadas hacia el mar.Por su parte, los canales de desagüe son muy similares a los anteriores,pero se desarrollan en la zona intertidal (playa) por lo que se asociancon niveles con estratificación por acreción de bajo ángulo y exhibenestructuras erosivas de alto régimen (current crescents, marcas de es-currimiento, etc.).
Son varios los autores que han llamado la atención sobre la exis-tencia de superficies que limitan en sentido vertical y también lateral eldesarrollo de niveles estratificados (muchos de ellos entrecruzados). Lasdesignaciones más comúnmente empleadas son las de superficies dereactivación (Collinson, 1970; Klein, 1970 a y b) y también la deplanos pausa (Boersma y Terwindt, 1981). Es necesario aclarar que losconceptos sobre estos vocablos son algo confusos, sobre todo por lasdistintas escalas o grados de desarrollo que presentan los planos dedelimitación, por lo que -a priori-- 'es conveniente discriminar entresuperficies de primero, segundo y tercer orden, tal como lo hicieraBrookfield (1977) con las que aparecen en antiguos depósitos eóli-cos (Figura 1).
Las superficies de primer orden son, según Brookfield, horizontesplanos o convexos hacia arriba, extensos y espaciados que truncan asets y cosets entrecruzados y a superficies de orden menor. De acuerdoa la nomenclatura adoptada en este trabajo, las de primer orden sonsuperficies que limitan a los llamados cuerpos sedimentarios, y en nues-tro concepto pueden adoptar cualquier tipo de configuración (plana,
convexa y cóncava con pasajes laterales entre cualquiera de estas va-riedades).
Las superficies de segundo orden son planos que inclinan normal·mente con ángulos moderados a bajos, en general (aunque no siempre)en la dirección de la corriente y que delimitan a cada uno de los selsde un coset de capas entrecruzadas (Figura 1). Corresponden a las queHarms et al. (1975) caracterizaran con el nombre de superficies dereactivación en sucesiones formadas por corrientes fluviales.
Las superficies de tercer orden equivalen a las que se han dadoen llamar superficies de reactivación por Collinson (1970, 1978 a) enmedios fluviales, Klein (1970 b, 1975), Barnes y KIein (1975) endepósitos mareales y Stokes (1968) Y Brookfield (1977) en eolianitas.Comprenden a planos desarrollados dentro de un set con estratificaciónenlrecruzada que delimitan paquetes de capas frontales dentro de unmismo estrato y buzan en el mismo sentido en el que lo hacen lasestructuras entl'ecruzadas (Figura 1, lámina 1 a). En ambiente de in ter-marea, Boersma y Terwindt (op. cit.) han llamado planos pausa aestas superficies de tercer orden.
En cuanto al origen, las superficies de delimitación de primer ordenson discontinuidades provocadas por la estabilización de una forma deescala grande y el desarrollo ulterior y superpuesto de otra forma mi·graloria también de gran escala. A nivel de medios ácueos representanla disposición agrupada de sucesivas barras, crestas, bancos o canales,mientras que en los eólicos son planos sub horizontales que constituyenlos límites entre draas o formas eólicas de gran escala (de primer ordenen el sentido de Wilson, 1972) Y se formarían por procesos erosivos enáreas de interdunas y que según Stokes (1968) estarían controladas porel nivel de humectación de los médanos.
Las de segundo orden se han explicadopor sucesivas migraciones de dunas sobre uncil.). Para ambientes ácueos, Harms el al.
en acumulaciones eólicasdraa (cf. Brookfield, op.( op. cit.) han indicado
que estas superficies se presentan con preferencia entre capas entre-cruzadas tabulares, extensas en sentido lateral y formadas por el movi-miento de ondas de arena. La generación de estos planos se debe a lainterrupción del avance de la megaóndula por diversos factores, entrelos que se destacan cambios en la orientación del flujo durante bajantesfluviales, fIu jos reversos de mareas y/o exposición al retraba jo de olas.En nuestra opinión es más probable que estas superficies involucrenprocesos de erosión cuando su inclinación es coincidente con la de lascapas frontales; en cambio, pueden corresponder a la rampa de lasmegaóndulas en los casos en que muestran bajo ángulo de inclinación ensentido opuesto a las capas frontales.
Las superficies de tercer orden pueden ser -según Boersma y Ter-windt (op. cit.)- tanto planos erosivos como no erosivos, aunque paraCoIlinson (1978 a) son el producto de fenómenos erosivos. En .las ondasde arena fluviales formadas durante períodos de aguas altas, las super-ficies se atribuyen al retrabajamiento de caras de deslizamiento o ava-lancha y crestas de las irregularidades del sus trato durante el estiajey cuando el decaimiento en el nivel de las aguas es rápido (CoIlinson,1970,1978 a). En el caso de los ambientes mareales Klein (1970 b)Y Boersma y Terwindt (op. cit.) dan una explicación más o menossimilar, ya que indican que estos planos erosivos resultan del retraba-jamiento por corrientes de marea subordinadas (evento destructivo) queconducen al parcial remodelado de un tren de megaóndulas entrecru-zadas que se originan por eventos constructivos actuantes durante el pe-ríodo de marea dominante. Por ende, los casos más conspicuos parecencorresponder a regiones de intermarea caracterizadas por fuerte asimetríaen la velocidad de la's dos variedades de corrientes de marea. En loque hace a las arenas eólicas, Brookfield (op. cit.) y CoIlison (1978 b)han opinado que las superficies de tercer orden, que rara vez se con-servan fósiles, se deben a cambios en el diseño de circulación del aire,que no fue suficiente como para provocar variaciones mayores en laforma del sustrato.
Las superficies de segundo orden representan entonces la forma-ción de una megaóndula por encima de otra megaóndula ya estabili-zada (proceso de acreción vertical). Las de tercer orden, en cambio,marcan periódicas detenciones en el mecanismo de avance de unlren de megaóndulas.
De acuerdo a lo mencionado en otros puntos de este trabajo, loscuerpos sedimentarios están constituidos por agrupamientos de es.tratoque aparecen separados de otros cuerpos adyacentes por superficies dedelimitación de primer orden que son el reflejo de una marcada ·dis-continuidad en la sedimentación. Las láminas 1 y 2 muestran ejemplosde cuerpos sedimentarios en sedimentitas fluviales, mareales y eólicas.
Contrariamente a lo que sucede con las estructuras que describié-
ramos más arriba, en lo referido a los cuerpos sedimentarios existe unevidente desconocimiento tanto de sus caracteres esenciales como de susignificado deposicional. En la literatura resultan muy saltuarias lasdescripciones de figuras que puedan asimilarse al concepto de cuerposedimentario, salvo en algunos ambientes mareales (Cf. Boersma yTerwindt, op. cit.) y en sedimentos eólicos actuales (McKee 1957,1966, 1979; Bigarella et aL, 1969; Ahlbrandt, 1975).
La identificación de los cuerpos sedimentarios no siempre es fácil,pues en algunos casos su escala puede ser más grande que las exposi-ciones disponibles de unidades elásticas, mientras que en otros las su-perficies de primer orden resultan de difícil identificación. Vale agregarque en las sucesiones sedimentarias no siempre están presentes loscuerpos, ya que en muchos casos no hay desarrollo de superficies dedelimitación y en otros sólo se presentan las de segundo o tercer orden,que no implican la conformación de estos atributos deposicionales. De-be asimismo prestarse atención a la existencia de cuerpos sedimenta-rios cuando en una columna estratigráfica aparecen niveles con estra-tificación entrecruzada, en particular como conjuntos agrupados (eo-sets) .
los cuerpos pueden aparecer en sucesiones donde ha prevalecidola generación de sedimentos bajo la influencia de corrientes. siendo loscasos más conspicuos los medios fluviales, de mareas y olas, y los eólicos.
En estos ambientes, los cuerpos sedimentarios se producen comoresultado de la depositación elástica en barras y en canales. Entre lossedimentos de barras se reconocen dos variedades esenciales: los quese deben principalmente a fenómenos de acreción frontal más agrada-ción vertical y los que se forman en mayor medida por procesos deacreción lateral.
Los cuerpos sedimentarios que corresponden a las barras del primertipo están constÍtuidos por sedimentos relativamente gruesos (gravososy arenosos), muestran importantes variaciones granulométricas entreestratos sucesivos, aunque no dentro de un mismo estrato (véase lámina1 b y c); además, predominan en su conformación interna capas deartesas y tabulares planares debidas a la migración de dunas y ondasde arena (lámina 1 a, b y c, figura 2). La geometría de los cuerposes muchas veces abultada, con base relativamente plana y techos algocurvados, mientras que las superficies internas de segundo orden suelenser convexas (figura 2).
El cuerpo fluvial formado por procesos de acreción lateral resul-ta con frecuencia de difícil identificación dada la marcada continuidadde la estratificación. Responde al modelo de capas entrecruzadas épsilono longitudinales de gran escala (q.q.v.) de modo que la geometría ex-terna es esencialmente tabular con base (erosiva) y techo planos y sub-horizontales. Muchos de estos cuerpos desarrollan, en el interior de las
Fro_ 2_ - Cuerpos sedimentarios de origen fluvial: a, han-a con fuerte acreción frontaly vertical; b, barra canales fluviales migratorios con importante aereción vertical;e, calud estable con lento rit.mo 'de atredón vertical; d, cuerpo deprimido fluvio-lag-unar('011 depósitos suspensivos ~' mixtos de pequeña e,;cnla,
capas de acreClOn lateral de gran espesor, una suceSlOn de estructurasentre cruzadas de menor escala (figura 8) que denotan la variaciónde régimen de las corrientes desde la base al techo del cuerpo, típicade las barras en espolón (véase cuadro 2) Y que está -a su vez-acompañada por una sucesión deposicional granodecreciente progresivao pulsatoria cuando las corrientes son de carga mixta (McGowen y Gar-ner, 1970).
Los cuerpos fluviales acanalados están caracterizados por su su-perficie inferior pronunciadamente cóncava hacia arriba, mientras quesu techo puede ser plano, convexo y también cóncavo cuando sobreun canal se ha desarrollado con posterioridad otro canal. Estos cuerposson bien evidentes en las exposiciones que representan secciones máso menos transversales al flujo.
Los canales pueden desarrollarse mediante diversos procesos. Al-gunos son bastante inestables, mientras que otros mantinen una posi-ción relativamente fija. Por otra parte, el ritmo de acreción verticalmuestra fuertes variaciones, ya que el relleno puede variar desde súbitoa muy lento.
En los canales de posición variable con fuerte ritmo de acreciónvertical (abundancia de carga tractiva y suspensiva) se aprecia unasucesión de estructuras internas agrupadas en artesa a las que se subor-dinan niveles con capas planas y otros de acreción lateral (figura 2 b);los cosets de estos cuerpos representan la sucesiva migración de mega-óndulas en las que ha predominado el fenómeno de acreción frontalsobre el lateral. En los cursos sinuoso s estos paquetes entrecruzados seasocian también con capas de acreción lateral formadas por la migraciónde barras en espolón y barras de canal de descarga.
En los casos en los que hubo divagación lateral progresiva, loscuerpos acanalados no se mantinen fósiles y la morfología del conjuntoes francamente tabular; Entre tanto, se pueden apreciar formas acana-
ladas cuando el abandono de los cauces se efectuó por avulsión, estran-gulamiento o relleno vertical.
Los canales con colmatación súbita, que generalmente suceden deinmediato al fenómeno de corte, aparecen rellenos por depósitos maci-zos de grano grueso (psefítico-psamítico) con moderada a pobre se-lección y desprovistos de ordenamiento granulométrico interno o biencon grosera gradación textural normal de gran escala. Caracterizan aáreas proximales de la sedimentación fluvial y a zonas deltaicas.
Por otro lado, los canales estables, con lento ritmo de acreciónsedimentaria, muestran constitución interna bastante diferente. Con-sisten en capas que se adaptan o cubren uniformemente la topografíade fondo, a veces con relleno simétrico y en otras asimétrico. Estascapas internas, denominadas estratos enlrecruzados de canales (Rei-neck y Singh, op. cit.), son por lo común más gruesas en el centro,razón por la que desde la base al techo del cuerpo van atenuando suángulo de inclinación hacia el centro del canal, hasta que en la partesuperior se disponen en forma subhorizontal o muy poco inclinada(Figura 2 c). A diferencia de las verdaderas estratificaciones entrecru-zadas, las capas de relleno uniforme de canal se ven, en las seccionesparalelas al flujo o plano ac, como superposiciones de estratos subhori-zontales.
En los ambientes ácueos frecuentemente asociados con cursos flu-viales, existen otros cuerpos de base cóncava y techo relativamente planoen los que el sedimento interno no es el resultado de la acción de co-rrientes. Se trata de depósitos estratificados o laminados horizontal-mente en los que la relación entre el fondo del cuerpo y la estruc-tura interna es disconforme (Figura 2 d). Estas configuraciones sedesarrollan en cárcavas, depresiones o canales fluviales abandonados enlos que el relleno proviene esencialmente de la decantación de suspen-siones y -en parte- de muy débiles corrientes de fondo o inducidaspor olas muy pequeñas. Además de su estructura interna, estos cuerposse reconocen por la granulometría fina de los materiales (arena muyfina, limo y arcilla, laminados, macizos o bioturbados).
Los cuerpos sedimentarios formados por corrientes de marea sepresentan en dos situaciones principales. Por una parte se encuentrancuerpos bastante similares a los que se acaban de describir para mediosfluviales y que son característicos de ambientes albuféricos, estuáricosy de bahías, aunque en estos casos poseen toda una serie de peculia-ridades, tales como: bipolaridad en la orientación de estructuras trac-tivas por acción de las corrientes de marea, limitación de los estratoscon estructuras internas tractivas con superficies erosivas debidas a pe-ríodos de estancamiento o a eventos destructivos, y frecuentes eviden-cias de exposición subárea de algunas formas del sustrato originadasen áreas de intermarea (Cf. Ginsburg, 1975). Otros atributos quetienden a diferenciar estos cuerpos de los fluviales son su marcada ten-
dencia al ordenamiento granodecreciente, la mayor bioturbación y lainterestratificación con depósitos mixtos de grano fino característicos delos ambientes de inter y supramarea (Spalletti, 1980, entre otros).
Vale además destacar que si las corrientes de marea tienen similarintensidad (diferencia de velocidad prácticamente nula), se encauzanpor los mismos sectores y disponen de abundante carga sedimentaria,se tendrá como resultado la formación de cuerpos con capas internasbipolares hasta con estrutcura en hueso de arenque. En cambio, si haymarcado predominio de corrientes en una dirección (de creciente omerma indistintamente) se pueden generar en barras y canales estratosformados por migración de dunas, unimodales en la orientación decapas frontales y con abundantes superficies de reactivación de tercerorden. Por último, en casos en que la proporción de carga sedimentariaes escasa, será menos común la generación de cuerpos, y por la migra-ción lenta de formas estables de gran escala (ondas de arena) se de-positarán estratos tabulares planares con abundantes trenes de óndulasmultiorientadas y subsets también planares, gradados o mixtos en suscapas frontales.
Por otra parte, cuando las áreas de sedimentación tractiva no es-tán confinadas, tal como ocurre en plataformas de mares epulcos o pocoprofundos, las regiones de submarea y de intermarea están caracteri-zadas por la participación subordinada de sedimentos pelíticos (forma-dos tanto mar afuera como en condiciones de inter a supramarea), lafalta de ordenamiento interno u homogeneidad granulométrica de mu-chos de los estratos y la abundancia de rasgos generados por retraba-jamiento de olas en los períodos de baja marea o en condiciones detormenta. La gran mayoría de los cuerpos en estas sucesiones poseenmarcada continuidad lateral, pero con variaciones sistemáticas en lamorfología de las superficies de delimitación. Esto no implica que enlas secuencias sedimentarias no se identifiquen también cuerpos aca-nalados.
Las geometrías más comunes de los cuerpos presentes en tidalitasmantiformes de mares no restringidos son las abultadas de tipo cóncavo-convexas y plano-convexas (figura 3, lámina 2 a), aunque resultanalgo más frecuentes las primeras. Los abultamiento s cóncavo-convexosposeen menor pendiente que los paleocanales, muestran asimismo relie-ve más atenuado a medida que aumenta su continuidad lateral y suelenpresentarse agrupados de modo que en los sitios donde se ubica laporción más abultada de un determinado cuerpo se emplaza el sectordeprimido del suprayacente (figura 3, lámina 2 a). Los abultamiento splano-convexos suelen aparecer entre cuerpos con otras morfologías ointercalados en sucesiones estratificadas; en comparación con los men·cionados antes, tienen relieve más marcado (Figura 3).
Los diversos tipos de estructuras internas que se presentan en loscuerpos abultados de mareas pueden apreciarse en la figura 3. La primeravariedad (a) está compuesta por cuerpos sedimentarios cóncavo-con-vexos con megaentrecruzada planar o tangencial que posee capas fron-
tales de gran escala (6 a 20 cm de espesor) y estructura interna ma-ciza hasta con subsets planares, gradados o con trenes de óndulas derumbo variable. Presentan con asiduidad importantes superficies dereactivación internas (de tercer orden), mientras que el techo de loscuerpos está marcado por grandes ondulaciones y también por cubier-tas de conglomerados cuspidales, todos debidos al retrabajo de olas. Seforman por acreción frontal y lenta migración de grandes megaóndu-las. con persistencia marcada en las condiciones de flujo, algunas mo-dificaciones de energía (corrientes de marea subordinadas) que general;superficies erosivas internas y escaso ritmo de acumulación sedimen-taria. La lámina 2 b ilustra un ejemplo de este tipo de cuerpos.
La segunda variedad (b) está constituida también por capas er-,.trecruzadas planares a tangenciales continuas, de menor escala que lasanteriores (20 a 40 cm de espesor de cada estrato) y agrupadas en setsque mantienen una misma orientación de las capas frontales (Figura3). La separación entre sets está marcada por superficies de segundaorden, a veces planas y otras ondulosas. La generación de estos cuerposestá igualmente provocada por migración de ondas de arena, pero máspequeñas que las de la variedad a, ubicada en regiones menos profun-das y con mayor ritmo de acreción vertical por mayor disponibilidadde material elástico.
Una tercera variedad (c, Figura 3) corresponde a cuerpos simita-l·es a los anteriores, pero con sets menos potentes (menores a 15 cm)que muestran mayor variabilidad en el valor de los ángulos de inclina-ción de las capas frontales; presentan además frecuentes superficies dereaclivación de tercer orden dentro de los sets y niveles también inter-
nos de óndulas irregulares como resultado de retrabajo de olas. Encuanto a origen denotan menor profundidad del agua y una más mani-fiesta interacción de olas y mareas.
Otro modelo de ordenamiento interno (d) está formado por setsde gran escala con morfología cóncavo-convexa y estructuras entrecru-zadas en artesa, aunque en algunos sectores puede haber otras tangen-ciales y aún planares. Habitualmente las capas que los alojan son tarr.-bién de morfología cóncavo-convexa (Figura 3). Se formarían en con-diciones de cierta profundidad por la migración de grandes dunas bajQla influencia de corrientes ricas en material tractivo y suspensivo.
El último tipo (e) se caracteriza por sets lenticulares de escasa di.mensión individual (10 a 15 cm de espesor y no más de 40 cm deamplitud) con entrecruzamiento en artesa (Figura 3). Se dan conpreferencia en cuerpos plano-convexos de no mucho relieve y represen-tan barras formadas a escasa profundidad en condiciones de intensaenergía debidas a la migración de trenes de dunas fuertemente tridi-mensionales.
En asociación con todos estos cuerpos aparecen, bajo la influenciade mareas en condiciones abiertas, sucesiones de estratos continuos queno están delimitados por superficies de primer orden. En estas secuen-cias pueden darse diversos tipos de estructuras internas, tales como ca-pas en hueso de arenque, horizontes con estratificación curvada ("veces de megaescala), estratos con capas planas de alto régimen, nive-les con óndulas escalonadas (véase más adelante), intercalaciones pe-líticas o psamíticas muy finas con laminación horizontal e interestrati-ficaciones mixtas de pequeña y gran escala.
Si bien todavía es mucho lo que falta investigar en materia decuerpos eólicos, no es menos cierto que las dunas son probablementelos rasgos mejor conocidos en cuanto al carácter de sus estructuras in-ternas y su relación con la morfología externa de las principales formasde acumulación por viento. En general, los cuerpos tienen geometríaplano-convexa a tabular y están constituidos esencialmente por sets en-trecruzados formados por flujo granular en las caras de avalanchade las dunas, a las que se asocian capas ondulíticas escalonadas y otrassubhorizontales de caída de grano (Kocurek y Dott, 1981), y nivelesdeformados por efectos de deslizamientos gravitativos en capas frontaleso por acción de la lluvia (Bigarella, 1972; McKee et al. 1971). Cadaset entrecruzado suele estar separado por una superficie de segundo or-den debida a retrabajo por vientos reversos o transversales, a la mi-gración de formas de menor dimensión o a variación en la posiciónde la cresta del médano (Collinson, 1978 b). En algunos casos estassuperficies pueden también representar a capas formadas en la rampage la duna, caso en el que invariablemente tienen bajo ángulo e incli·nación opuesta a la de las capas frontales; no obstante las láminas de
harlovento parecen ser poco frecuentes en dunas fósiles (Collinson,op. cit.).
Recientes investigaciones han permitido conocer los rasgos gene-rales de los cuerpos eólicos formados por migración de distintos ti¡;¡OSde dunas. Estas observaciones, basadas en las características de acumu-laciones actuales, pueden ser trasladadas a la problemática de identifi-cación de eolianitas, aunque también debe destacarse que los atributosde la estructura interna pueden mostrar importantes modificaciones porcompactación o por la conservación sólo parcial de los rasgos de lasdunas (Cf. Walker y Harms, 1972; Glennie, 1970; Spalletti, 1980).
El cuerpo más sencillo está constituido por un único set arenoso(Cf. McKee, 1957) en el que aparece una serie de capas frontales incli-nadas con alto ángulo (31° en caras de deslizamiento de dunas actua-les). A ellas se asocian depósitos de rampa representados por estratossubhorizontales (5° a 9°). Estos cuerpos se interpretan como barjanes(fig. 4 a), y en sentido transversal al paleoviento se caracterizan porun único estrato (de gran escala) con estructura interna plana.
Uno de los cuerpos más comunes en las sucesiones eolianíLicas(lám. 2 c) es el constituido por superposición de sets entrecruzados de'1 a 1,2 m de espesor individual y capas frontales de alto ángulo (26°a 34°), separados por superficies de segundo orden inclinadas entl'eO y 15 en la dirección de las capas frontales (fig, 4 b), Hacia lo quepudo corresponder con la parte más frontal de la duna estas superficiespueden superar los 20° de inclinación, mientras que hacia el techo dela paleoduna sólo lo hacen entre 2° y 5°. Por sus atributos, estos cuel'-pos se interpretan como dunas o crestas barjanoides (McKee, 1966\1979). Vale agregar que en algunos casos estos cuerpos muestran sets
J<'Hi. 4. - Cuerpos de origen cólico. n) barján; b) cresta barjanoide; e) duna transversal;ci) duna parahólicR. (sector cent"al o lUlri'''); e) domo; f) duna longitudinal (seccióntransverRal a la Cl"esta).
acuñados con inclinaciones divergentes, que representan secciones trans-versales al paleoviento. Asimismo, suelen identificarse niveles con arte-sas que pueden atribuirse a aventamientos.
Los cuerpos correspondientes a dunas transversales son muy simi-lares a los anteriores. Por representar acumulaciones más proximalessuelen tener mayor dimensión, que se atribuye a la disponibilidad dearena. Se caracterizan porque sus capas frontales inferiores son lasde mayor escala, se hacen tangenciales hacia la base y aumentan sulongitud a medida que se va hacia el sector de sotavento de la duna.Los sets superiores se componen de capas planares menos potentes (nomás de 1 m) y con superficies de delimitación casi horizontales (fig.4 c). En secciones paralelas a la cresta estos cuerpos poseen típicaestructura interna horizontal en la que se intercalan algunos sets decorte y relleno eólico.
En algunas sucesiones eolianíticas aparecen cuerpos constituidospor capas cóncavas o en artesa. Si bien no hay mayor seguridad encuanto a su mecanismo de formación es probable que correspondan aaventamientos (blow outs). En este sentido, Brookfield (1977) hamencionado que en las dunas aklé (con crestas sinuosas y continuas, osea con sectores barjanoides y linguoides alternan tes ) se aprecian gran-des depresiones de aventamiento al frente de las crestas, cuyo rellenosedimentario es esencialmente de grandes artesas agrupadas.
Hay también eolianitas conformadas por estratos entrecruzados concapas frontales de alto ángulo que pasan hacia arriba a estratos muydelgados de bajo ángulo. Los sets son de geometría tabular a cuneifor-me y su escala promedio va de 1 a 2 metros. Las capas menos potentesse asocian con artesas de aproximadamente 1 m de espesor por 9 mde desarrollo lateral. Es probable que estos cuerpos puedan interpretarsecomo pertenecientes a dunas parabólicas que son aventamientos en losque la porción central o nariz avanza con mayor velocidad que suspartes laterales o brazos. Para McKee (1979) los caracteres esencialesde estas dunas son: a) abundantes capas frontales convexas debidas avientos cruzados que empinan la base de las capas de avalancha (véaseesquema en figura 4 d) y b) acumulaciones orgánicas, especialmenteraíces, rasgos éstos que en las eolianitas pueden aparecer como biotur-baciones o concreciones. Además, en las dunas parabólicas la dispersiónen la orientación de las capas entrecruzadas es de 200°, bastante mayorque en la que alcanzan las crestas barjanoides y otras dunas crecientes(que van de 60° a 140°).
Los cuerpos que representan a los domos están constituidos por laseolianitas más gruesas y peor seleccionadas, dispuestas en capas tabu-lares planares con alto ángulo de inclinación (hasta 33°), pero queen la dirección de inclinación, o sea hacia sotavento, muestran mar·cado decrecimiento de buzamiento, desde 14° hasta prácticamente ho-rizontales (Figura 4 e). Estas estructuras son características de los pro-cesos de caída de granos a partir de suspensión y son evidencia de ladegradación de las caras de deslizamiento de la duna original. En los
domos también abundan niveles con óndulas escalonadas, estructurasde corte y relleno y deformacionales.
Entre los tipos más comunes pero menos comprendidos de formaseólicas están las dunas lineales o longitudinales, formadas por vientosoblicuos que se desvían y se hacen paralelos a las crestas (Tsoar, 1982).Desde los tiempos de Bagnold (1941) se sostiene que estas dunas seintegran por capas depositadas en dos distintas caras de deslizamientoa ambos lados de la cresta. De tal forma, en los cuerpos de este tipo (CLMcKee y Tibbits, 1964) se ven sets entrecruzados con fuerte buza-miento (26° a 34°) que hacia la parte baja de los flancos de la dunadecrecen hasta 4° (figura 4 f). Las superficies internas de delimitaciónentre sets son también de alto valor de inclinación. La vista en cortetransversal a la cresta (figura 4 f) permite apreciar la presencia de lasdos poblaciones entrecruzadas que divergen unos 120° en su rumbo.Secciones longitudinales de los cuerpos de dunas lineales exhiben capasbuzantes que semejan la estructura hueso de arenque, aunque de escalamuy grande, que inclinan 20° a 25° y cuya concavidad apunta a sota-vento; estas capas aparecen coronadas por un set de muy bajo potencialde preservación que buza más de 30° hacia los costados de la duna(Tsoar, op. cit.). Las dunas longitudinales poseen además, según Tsoar,estratos de acreción formados por óndulas escalonadas y caída de granos.
Cuerpos de constitución interna similar a los de dunas longitudina-les son los debidos a dunas reversas. No obstante en ellos las capasentrecruzadas poseen orientación contrapuesta. Observaciones de McKee(1979) y Sharp (1966) han revelado que no es frecuente la conser-vación de los sectores con fuerte inclinación, pero sí lo hacen los infe-riores de los estratos entrecruzados, donde las capas frontales son mástangenciales y con buzamiento entre 10° y 15°. A estas estructuras seasocian niveles que pueden asignarse a la rampa de las dunas, que mues-tran escasa inclinación y se asocian con figuras de deformación sin de-posiciona1.
Cuerpos conformados por sets entrecruzados de gran escala que in-clinan en el ángulo de reposo en diversas direcciones y aparecen aso-ciados con estratos en artesa hacia arriba, pueden interpretarse comoel testimonio de dunas en matas (coppice dunes) _ Son muy represen-tativos de zonas costera s o de regiones semi áridas y representan laacreción de arena alrededor de arbustos. Por lo tanto, uno de sus rasgosmás característicos es la abundante presencia de restos de troncos yraíces.
Por último, los cuerpos correspondientes a dunas en estrella (CLMcKee, 1966) son los de estructura interna más compleja, pues con-sisten en series de estratos entrecruzados que buzan en varias direc-ciones, como respuesta a la acción de vientos múltiples. Estos rasgos.de considerable espesor, debido a la gran altura de la duna, representana procesos de acumulación con alta velocidad de acreción vertical enáreas con gran disponibilidad de arena.
Un resumen de las características generales de los cuerpos de dis-
tintos médanos, así como su significado regional y los tipos de vientosformadores, puede apreciarse en el cuadro 3.
CUADRO 3. - ATRIBUTOS ESENCIALES DE LOS DISTINTOS CUERPOSEOLICOS, REGIONES QUE CARACTERIZAN Y VIENTOS FORMADORES
Simple, mo-derara desvia-ción
Dcsél'ticaI)l'oximal(litoral)
COlnplcja, nlOde-l'ada desviación vunimodales. AbUli-dantes supo dedelimitación
Jomplejas .. mo-derada des-\"inción' uni-modales
Compleja,ahundantescapas horiz.'" de corte:,. relleno
Cúmpleja. En.trecruzadasCOll '"exas másestruct. decorte y }'elleno
Uniformes a bi-direccionales obli-cuos
Variables (de- Desérlicas me-sért. costera s diasde alta la.titud)
Bipolares. bajo Variables.ángulo fre- multiorientadas("nontes super-ficies de reac-tivarión
Bimodales, dos ca-ras de desli7..amien-tú principales, máscapas de bajl> án-gull> del pie de la'duna
Cuñas entre·cruzadas.,oJ'ientac. D1ÚI·tiple
Como complemento de los conceptos antes desarrollados y en virtudde su estrecha vinculación genética con las formas y cuerpos sedimen-tarios, se ha creído conveniente efectuar un tratamiento de las princi-pales estructuras deposicionales formadas en sustratos incoherentes poragentes tractivos y saltacionales. Se considerarán aquí las megaóndulas(y su estructura interna, la estratificación entrecruzada) y las óndulas.
MEGAÓNDULAS (CONFIGURACIÓN EXTERNA)
El término megaóndula es aquí considerado sinommo de óndula.asimétrica de gran escala (Allen, 1968). Este autor caracteriza con esta
designación a las ondulaciones periódicas migratorias corriente abajode más de 4 cm de altura, formadas por la acción de flujos o corrien-tes subcríticas. Las megaóndulas pueden tener variadas dimensiones,tanto en longitud de onda como en altura, pero siempre son formastransversales al flujo que se presentan en sustratos no cohesivos (are-nosos) y que poseen una rampa tendida hacia barlovento y una carade avalancha a sotavento. En comparación con las óndulas, resultanrasgos de escaso relieve relativo, el que se reduce aún más a medidaque aumenta el tamaño de la megaóndula.
Vistas en planta, o sea en el plano de estratificación, estas mega-óndulas y las óndulas son de dos tipos: bidimensionales cuando poseencrestas rectas transversales al flujo y mantienen altura uniforme, ytridimensionales en los casos en que varían en altura a lo largo de lacresta, encontrándose ésta en ocasiones desviada respecto a la orien-tación del agente (Cf. AlIen, op. cit.). Hay megaóndulas (y óndulas)tridimensionales que pueden tener sus crestas continuas, las que a di-ferencia de las bidimensionales resultan de recorrido sinuoso y/o cate-nario; otras megaóndulas tridimensionales muestran crestas disconti·nuas entre las que se distinguen variedades linguoides, cuspadas y lu-nadas, estas últimas rara vez se encuentran como Óndulas.
En lo que hace al origen de las megaóndulas debe destacarse quela mayoría de los estudios dinámicos se han efectuado en tanques ácueoso en medios naturales también ácueos (Cf. Simons y Richardson, 1966;Simons et al., 1965; Southard, 1971; Pratt y Smith, 1972; Pratt,1983), en tanto que a nivel eólico son verdaderamente escasos los da-tos sobre sus condiciones de generación (Tyler, 1979).
Por lo general, para las megaóndulas ácueas se acepta su forma-ción por régimen subcrítico en fases de onda de arena y de duna, esdecir irregularidades del sustrato de escala grande que están fuera defase con las irregularidades de la superficie del fluido, y que -comose aprecia en la figura 5-- se dan con energía cinética superior a lasóndulas cn sustratos finos, o bien a similar valor de velocidad que lasóndulas cuando se trata de lechos de arena con granulometría superiora los 600 micrones. El mecanismo de transporte de granos es tractivoa suspensivo y los diseños de flujo en las irregularidades son, como lo.mencionara Jopling (1965), complejos y turbulentos, y sc caracterizanpor el fenómeno de separación de flujo con desarrollo de zonas de nodifusión, de mezcla y de flujo reverso (Figura 6).
Por otra parte, en lo referente a las dimensiones, algunos autoreshan preferido separar las megaóndulas de las que han dado en llamar.por ejemplo, óndulas gigantes (Cf. Reineck y Singh, 1975), que sonrasgos cuya longitud es superior a los 30 m y la altura mayor a 1,5 m(índice de onda mayor a 30) y normalmente bidimensionales o decrestas continuas. Sin el ánimo dc entrar en discusión sobre los límitesdimensionales establecidos, a nuestro criterio la verdadera discrimina-ción debería fijarse genéticamente. De este modo, las megaóndulas que-darían restringidas a formas en las que como resultado del fenómeno
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de separaclOn del flujo o bien de deslizamiento de los granos en larampa y ulterior caída por las caras de avalancha se genera un setcon estratificación entrecruzada, mientras que en las óndulas giganteslas morfologías externas no guardan una estricta relación con las es-tructuras internas, las que en muchos casos son complejas y se hanformado por la migración de sucesivas megaóndulas (cosets entrecru-zados y/o sets entrecruzados que alternan con capas con otras estruc-turas). Las óndulas gigantes son citadas para medios ácueos en losque la profundidad es de varios metros, tanto en mares poco profun-
(cmlnOClÓn~ntrecruladade cofhJjo
(óndulasprogresl"tlos)
famlncclónenfrecrUladarle fluJo re verso(óndulas regresivas)
FIG. 6. - Djstribución de zonas de flujo -r tipos de estnlcturas en una corriente ["cuca'Y alrededor de una nlegaóndula o lIlinidelta (modificRdo de J·opling, ] 963 Y Boel's·"'" el at., 1968).
dos (plataformas arrecifales, por ejemplo) como en grandes ríos sutos a fenómenos de desagote súbito.
En los medios eólicos es más frecuente hallar rasgos equiparablesa las óndulas gigantes. Las dunas eólicas o médanos (cuadro 2), cuyageneración depende esencialmente de la orientación y energía de losvientos así como de la disponibilidad de arena, tienen -en comparacióncon las megaóndulas ácueas- estructuras internas más complejas, ma-yor relieve y desarrollo regional amplio, no confinado. Si bien susmecanismos de formación son en l'égimen, separación del flujo y na-turaleza del sustrato bastante similares a las megaóndulas ácueas (eLGoldsmith, 1978; Tyler, op. cit.), difieren en algunos aspectos esen-ciales, como por ejemplo la ausencia de flujos reversos en los senosy la falta de la restricción de profundidad de los agentes eólicos.
Aunque la mayoría de las formas medanosas deben considerarseóndulas gigantes, algunas variedades, como barjanes y dunas trans-versales relativamente pequeñas podrían ser equiparadas con las mega·óndulas. Así también corresponden a las megaóndulas rasgos eólicosde mesoescala, como ondulaciones asimétricas con longitud de ondadel orden de los 10 m e índice de onda de alrededor de 180 (muy apla-nadas) que se originan en las regiones marinas litorales (Isla, comopers.); según Peterfreund (1982) las megaóndulas eólicas se formanpor deflación selectiva a medida que se incrementa el poder de trans-porte del viento.
Desde los trabajos de Allen (1968) ha quedado establecido que lasmegaóndulas de crestas más o menos rectas y continuas se dan a me-nores velocidades y mayores profundidades de flujo, mientras que amedida que se incrementa la energía o se reduce la altura de la co-lumna de agua se pasa a tipos ondulatorios (sinuosos y catenarios)hasta terminar con las características megaóndulas lunadas o arqueadasque son típicamente tridimensionales.
Harms et al. ( 1975) han diferenciado dos tipos morfológicos e
hidrodinámicos de megaóndulas: las ondas de arena (sand waves) ylas dunas.
Las ondas de arena son rasgos bidimensionales caracterizados por-crestas rectas y bajas; poseen caras de avalancha bien definidas mien-tras que su sector de barlovento o rampa es muy suave y tendido. Cabedestacar que en los senos hay ausencia total de fenómenos de corte.Las ondas de arena se forman a velocidad moderada (Figura 5) y eltransporte de los granos se efectúa casi por completo en forma trac-tiva. Son los rasgos característicos de bajo régimen de flujo en sus-tratos arenosos medianos a gruesos. Harms et al. (op. cit.) afirmanque a medida que se incrementa la profundidad aumentan su dimen-sión y mejoran su desarrollo. Cuando el flujo se torna más veloz, lasondas de arena pasan en forma gradual a dunas (Cf. Figura 5).
En la zona de la rampa y aún en sus caras de deslizamiento lasondas de arena pueden mostrar trenes de. óndulas de corrientes quedenotan, según algunos autores, condiciones de formación a baja ve-locidad en comparación con las megaóndulas desprovistas de ellas (Rei-neck y Singh, op. cit. ). No obstante, la presencia de coronas deóndulas parece ser más seguramente el testimonio de modificacionestemporarias del flujo, que pasaría a condiciones de menor velocidad yaún distinta dirección (Harms et aL, op. cit.; Spalletti, 1980); de allíentonces que muchos trenes ondulíticos no posean la misma orienta-ción que los rasgos de mayor escala (Spalletti, loco cit.). Habitualmente,las megaóndulas coronadas por óndulas son denominadas metaóndulas(metaripples, Imbrie y Buchanan, 1965).
En cuanto a las óndulas asociadas a las megaóndulas, convienedestacar que por el ya comentado fenómeno de separación del flujoácueo y por el desarrollo de zonas con flujo reverso, puede encon-trarse en la base de los estratos formados por megaóndulas un nivelcon óndulas de corrientes orientadas en sentido opuesto (véase Figura6) (Boersma et aL, 1968).
Las dunas son megaóndulas discontinuas, tridimensionales, concrestas sinuosas, linguoides (más raras) y arqueadas (barjanoides), encuyos senos suelen desarrollarse profundas depresiones de corte. Sulongitud, aunque variable, va desde uno a pocos metros y su alturaestá en el orden de los 40 cm. El desarrollo de las dunas se hace algomayor a medida que aumenta la profundidad, aunque los cambios detamaño no son muy marcados.
Estas formas de lecho aparecen en sedimentos psamíticos finos(100 micrones) hasta gravas, a mayores velocidades que las óndulas yondas de arena (Figura 5), y bajo condiciones de apreciable trans-porte tanto tractivo como suspensivo. Las dunas de menores regímenesTImestran desarrollo de trenes de óndulas en los senos. A medida quedecrece la profundidad y aumenta la velocidad, las dunas se tornanmás aplanadas y la cresta más redondeada, en tanto que su diseño enplanta toma arreglo romboidal; según Simons et al. (1961) a este estado
se lo denomina de dunas lavadas y obedece a una fase de transicióndesde la de duna a la de lecho plano de alto régimen de flujo (Fig. 3);el caso de dunas con trenes de óndulas sobreimpuestas, el aumentode régimen conduce a la formación de óndulas aplanadas (Booth-royd, 1969).
Ondas de arena y dunas aparecen en ambientes marinos por ac-ción de las mareas y también de las olas, así como en medios fluviales.En las regiones de intermarea se aprecia que las ondas de arena sonpoco variables en su posición, se desarrollan cuando hay fuerte asimetríaen la velocidad de las corrientes de marea y cuando migran lo hacenmuy uniformemente. Mientras tanto, las dunas son rasgos más diná-micos y transitorios, pueden formarse y eliminarse en un solo ciclo demareas y aparecen en condiciones de alta energía cuando la intensidadde las dos corrientes de mareas es más o menos similar (Harms et al.,op. cit.; Klein, 1970 b; Boothroyd y Hubbard, 1975; Spalletti, 1980;Terwindt y Brouwer, 1982). Cabe destacar que las dunas y ondas dearena de intermarea muestran óndulas superficiales, tanto de corrien-tes (formadas por flujos de marea en decaimiento) como de olas (ge-neradas en el período de emergencia).
En fondos marinos algo más profundos, el tamaño de las ondasde arena puede incrementarse hasta alcanzar la escala de óndulas gi-gantes, con varios centenares de metros de espaciado y decenas demetros de altura. Estas formas sedimentarias de grandes dimensionesno muestran claro desarrollo de caras de avalancha. son internamentecomplejas y sobre ellas suelen sobreimponerse dunas con orientacionescoincidentes, oblicuas y hasta opuestas; por ello se deduce que estosgrandes rasgos constituyen formas bastante estables e independientes dela asimetría de velocidades de las corrientes de marea.
Los ambientes marinos dominados por el oleaje (y por extensiónquizás también los lacustres) poseen formas del lecho del tipo de lasdunas. Si bien la mayoría de los autores han destacado que estas es-tructuras se forman a profundidades menores que las óndulas, Flemming(1982) ha demostrado la existencia de dunas en plataformas marinasabiertas en las que actúan corrientes con velocidad de 170 cm/seg amás de 70 metros de profundidad. En la zona cercana a la costa(nearshore) las variedades de mayor profundidad son las megaóndulaslunadas (Clifton et al., 1971) que aparecen mar adentro respecto a larompiente. En dirección a la costa, la zona de despazamiento (sur!) esla que muestra el mejor desenvolvimiento de las dunas y ondas dearena originadas por corrientes derivadas del oleaje (Cf. Spalletti, 1980).
En los medios fluviales, por su parte, el tamaño de las ondas dearena y de las dunas parece ser más independiente de la profundidaddel agua, aunque las primeras alcanzan máximo desarrollo en períodosde crecientes, pero reducen su dimensión y hasta se degradan en lasbajantes. En muchos casos resulta bastante difícil discriminar entremegaóndulas y las formas fluviales del tipo de las barras (en espiral,medias, diagonales, etc.; cuadros 1 y 2), algunas de las cuales -cuandode grandes dimensiones- exhiben en sus superficies cuerpos migrato-ri05 duniformes.
CUADRO 4. PRINCIPALES CRITERIOS PARA LA DIFERENCIACIONDE DUNAS Y ONDAS DE ARENA SUBACUEAS
Sinuosa a mal'cauamente tl'idi· Re<:ta a SiJlUO~fl; hidillwnsionalmen~ionlll. DeJwes:olles CI"osivasen los senos
Los criterios generales de diferenciación entre ondas de arena ydunas han sido discutidos -en especial para las megaóndulas de ma-reas- por Harms et al. (1975) y Klein (1970 b), entre otros. Paramedios fluviales se destacan, por su parte, las contribuciones de Collin-son (1978 a) y Collinson y Thompson (1982). En el cuadro 4 sedetallan los principales elementos discriminatorios.
ESTRATIFICACIÓN ENTRE CRUZADA
A diferencia de las óndulas, las megaóndulas tienen escaso poten-cial de conservación en las sucesiones sedimentarias, pero por fortunasuelen quedar bien documentados los caracteres de su estructura inter-na. La mayor parte de los estratos entrecruzados son, justamente, elresultado del desplazamiento de megaóndulas y óndulas gig;antes, ypor ende el testimonio de la existencia de estas formas del lecho en loantiguos ambientes de depositación.
En 1963, Allen dividió a los estratos entrecruzados por su espesory reconoció variedades de pequeña y gran escala, tomando como lí-mite el valor de 5 cm. En este trabajo se propone considerar capas en-trecruzadas únicamente a las de gran escala, ya que las de menoresdimensiones (laminaciones entrecruzadas) no son el resultado de lamigración de megaóndulas, sino de óndulas de corrientes o de olasen condiciones de importante retrabajo y poco sedimento disponiblc(q.q.v.).
Han sido varios los intentos de sistematización de las estructurasentrecruzadas (Shrock, 1948; McKee y Weir, 1953; Teruggi, 1964;Allen, 1963, entre otros) principalmente sobre la base de criterios mor-fológicos, tales como geometría de la estructura externa, ángulos dcinclinación de las capas frontales, forma de dichas capas y relacionescon los estratos adyacentes. Las diversas variedades de estructuras in-ternas en secciones verticales paralelas y perpendiculares a las corrien-tes formadoras se aprecian en la figura 7. En los últimos años, la co-munidad sedimentológica y estratigráfica ha dejado parcialmente de lado
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Estratos entrecruzados tabulares y en artesa
La estratificación entrecruzada llamada tabular, aunque a veces sugeometría externa puede tomar aspecto suavemente cuneiforme, está for-mada por capas continuas en sentido lateral en las que el valor entredesarrollo areal y espesor es muy alto. Su escala vertical es variable, aun-que en los sets aislados puede ser mayor a 1 m y aún superior a 10 m.Las láminas internas son generalmente planares, pero las hay tangen-ciales, y su ángulo medio de inclinación es de alrededor de 30°. Enel plano vertical transversal a la corriente (bc) se aprecian capas in-terna~. horizontales, rectas, sinuosas, conformes con las superficies de es-tratificación (Figura 8).
La estratificación en artesa consiste en cuerpos de corte alargadosen forma paralela a la corriente local, con forma elíptica en planta yrellenos con láminas curvas o cóncavas (Figura 8). Las capas fron-tales buzan entre 25° y 30° coincidentemente con la dirección de trans-porte. Vistas en el plano lateral (ac) son de forma tangencial o curva-da. mientras que en la cara frontal adoptan disposición de arcos trun-cados cóncavos hacia arriba (simétricos o asimétricos) y groseramenteparalelos a la superficie inferior del estrato (Figura 8). Por lo generallas artesas no superan los 60 cm de espesor, mientras que su ancho esvariable, aunque rara vez llega a los 4 m y excepcionalmente excede15 m. A diferencia de la estratificación tabular, la relación desarrollolateral/espesor es baja. En las artesas los contactos de la estratificaciónson siempre erosionales, en tanto que en las variedades tabulares pue-den darse pasajes erosionales o no erosionales.
Las diversas caractenshcas de una y otra estructura entrecruzadaestán motivadas por un distinto proceso de formación. Al respecto, seha probado (1opling, 1965; Spalletti, 1980; Collinson y Thompson,1982) que la generación de capas frontales planares, tangencialcs ycóncavas obedece a incrementos progresivos de la carga en suspensión,al aumento de velocidad y fuerza tractiva de las corrientes y al decre-cimiento de la profundidad del agua (Figura 9). Collinson y Thompson(op. cit.) han destacado que las capas planares se dan por avalanchaen la cara de sotavento a baja velocidad y escasa cantidad de materialsuspendido, mientras que las tangenciales se forman por marcada sepa-loación del flujo, con procesos de caída de granos al pie de las caras dedeslizamien to y en medios más veloces (Figura 9 b).
De acuerdo a recientes investigaciones (Harms et al., op. cit.; Coreay Southard, 1982) se ha determinado que las estructuras entrecruzadastabulares se forman por la migración de ondas de arena en condicionesde muy bajo régimen de flujo (Figura 5). Las variedades con capasfrontales tangenciales tienden a asociarse con trenes de óndulas re-versa s hacia la base, debido a su formación por flujos con fuerte sepa-ración y en corrientes con mayor proporción de material suspendido o
Vale agregar que no siempre los estratos tabulares se forman porla migración de ondas de arena, ya que otra posibilidad es que se debanal d~sarrollo de pequeños deltas de tipo Gilbert, en medios donde unacorrientem.uy cargada llega a un sector con agua parcialmente estan-cada (Cf. Jopling, 1962, 1965); esta estratificación de microdelta suele
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aparecer aislada o solitaria y las capas frontales de aSOCIan con capasdorsales horizontales (Figura 6).
En lo que hace a las estructuras en artesa se acepta su origen porla migración de dunas, las que por su carácter tridimensional no sóloforman estratos más discontinuos lateralmente, sino que por lo comúnconstituyen cosets de artesas en los que cada set muestra una orientaciónmás o menos similar (lámina 1 c).
En los ambientes ácueos pueden formarse estratos entrecruzadosque no responden exactamente a los tipos ni orígenes antes mencionados.Entre ellos se destacan la estratificación épsilon (AlIen, 1963) o longi-tudinal (Reineck y Singh, 1975), la estructura en hueso de arenque,las antidunas y costillas transversales (transverse ribs, Koster, 1978),la estratificación acrecional de bajo ángulo y la estratificación curvada(hummocky). Estas estructuras se ilustran en la figura 8 y un resumende sus características más salientes se presenta en el cuadro 5.
Vale destacar que muchos estratos de gran escala muestran combi-naciones de estructuras internas (al menos una de ellas entrecruzada)que difieren entre sí en escala y orientación; son variedades que Harms.et al. (op. cit.) han denominado estratificación entrecruzada compuesta.Uno de sus tipos es el formado por grandes estratos tabulares que pasanen transición lateral a capas pelíticas y que en sus capas frontales mucs-tran desarrollo de estructuras entrecruzadas de menor escala, tanto ta-bulares como en artesa. Se las supone originadas en ambiente deltaicoy la estructura de mayor escala corresponde a un set, en tanto que la demenor dimensión es llamada subset.
Otro ejemplo de estratificación entrecruzada compuesta es el dela ya mencionada épsilon, o sea cuerpos tabulares plana res (hasta sig-moidales) de gran escala (ondas de arena) en los que cada capa frontal
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puede incluir otras estructuras, como la entrecruzada de menor escala,la gradada, la interestratificación psamita-limolita, la estructura lentifor-me y laminación ondulítica escalonada (Figura 8).
En lo que se refiere a la estratificación entrecruzada de las arenaseólicas hay una serie de rasgos típicos que han sido mencionados porBigarella et al. (1969), Goldsmith (1978), McKee (1979, 1982), en-tre otros.
El típico entrecruzamiento eólico (lámina 2 c) es más bien unrasgo de gran escala, cuneiforme o tabular, con capas internas preferen-temente rectas, extensas y de cierto espesor (2 a 5 cm). Según algunosautores (McKee, 1957; Poole, 1962) inclinan en ángulos altos (24° a34°) y en dunas costeras pueden superar los 42° (Goldsmith, op. cit.),aunque en otros casos se ha demostrado que las estructuras frontalespueden ser de baja pendiente (Cf. Sharp, 1966). Por otra parte, si bienmuchas capas internas pueden mostrar bastante empinamiento, se haencontrado que a medida que se incrementa la disponibilidad de arenase tornan más tendidas y tangenciales hacia la base.
Vale destacar que muchos autores han descartado la formacióneólica de artesas. No obstante, se ha probado que en áreas de interdunasy -específicamente- en los aventamientos (cuadro 3) se generan de-presiones de deflación rellenas con estratos entrecruzados cóncavos (Cf.Brookfield, 1977; Collinson, 1978 b).
Más recientemente (Kocurek y Dott, 1981; Tsoar, 1982) se hacomprobado que en los depósitos eólicos los estratos de alto ángulo seoriginan en capas de avalancha por flujos granulares. Asimismo, en lasdunas también aparecen otras capas formadas por acreción, unas porcaída de granos (subhorizontales) y otras por óndulas traslativas (CLHunter, 1977 a y b; Kocurek y Dott, loco cit.).
Los médanos de cierta escala suelen formar sels agrupados que seseparan por planos de erosión muy rectos que representan a la rampade las dunas (CL Figura 4). En la mayoría de los casos estos planosson subhorizontales y definen estratos tabulares a suavemente cuneifor-mes; empero, hay ejemplos en los que las superficies de separación au-mentan su inclinación y llegan a superar los 20° (Figura 4).
Son ondulaciones periódicas que aparecen en la mayoría de loscasos en sustratos no cohesivos (arenosos hasta limosos) y que se carac-terizan por su escala relativamente pequeña, con un espaciado entrecrestas menor a los SO o 60 cm y altura que rara vez supera los 4 cm.Uno de los rasgos más conspicuos de las óndulas, en comparación conotras estructuras de lecho, es que conservan su morfología externa, enel registro geológico, por lo que proveen buenos elementos de jui~iopara la interpretación paleocinemática de las rocas que las contienen.
Existen dos tipos principales de óndulas: las de corrientes y las
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de olas (cuadro 6). Las óndulas de corrientes se forman por flujos uni-direccionales, son asimétricas en sección transversal a su cresta y sedisponen -por lo común- con sus crestas espaciadas regularmente endirección transversal a la orientación del agente. Las óndulas de olasson estructuras que en sección vertical y transversal a la cresta se vencomo ondas simétricas hasta levemente asimétricas.
En el cuadro 6 se presenta un ordenamiento de las principales ón-dulas de corrientes (ácueas y eólicas) y de olas.
Aparecen en trenes o sucesiones areales que se caracterizan porsu muy escasa a ninguna variabilidad en el diseño de las sucesivas cres-tas y en los que el espaciado entre ellas muy pocas veces es superior alos 30 cm.
Observadas en seCClOn vertical y transversal al flujo, se puedendistinguir en las óndulas de corrientes una serie de elementos que re-sultan muy útiles en su caracterización. En la figura 10 se presentaun esquema con los principales aspectos diagnósticos.
Al igual que las megaóndulas, estas estructuras pueden ser bi otridimensionales (cuadro 6, figura 11). Las óndulas tridimensionaleshan recibido comparativamente poca atención de los investigadores, aun-que resultan de gran importancia geológica. Entre las tridimensionalesde crestas discontinuas se destacan las óndulas linguoides y las cuspadas,mientras que las lunadas muy rara vez se han identificado en los lí-mites dimensionales de las óndulas.
Las óndulas linguoides poseen crestas más o menos ecuantes (enlargo y ancho), se muestran fuertemente curvadas hacia sotavento yaparecen fuera de fase, es decir que se extienden como una sucesiónde lenguas o lóbulos ordenados en sentido diagonal a la corriente (Fi-gura 11). Las óndulas cuspadas son muy similares a las linguoides.
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pero en ellas los lóbulos están en fase, o sea ordenados en sentido es-trictamente paralelo al flujo (Figura 11).
En lo que hace a las óndulas triclimensionales de crestas continuas,vale señalar que las catenarias tienen un diseño intermedio entre lunadasy sinuosas. Sus crestas, vistas en planta, muestran amplias entrantes queapuntan hacia barlovento y saliencias abruptas en ángulo agudo (figura11) _ Si bien se las menciona escasamente entre las óndulas y se lasconsidera más como rasgos de mayor escala (megaóndulas), quien es-cribe ha tenido la oportunidad de identificarlas en el litoral del río deLa Plata.
En general, cada tren de óndulas está caracterizado por una únicavariedad morfológica (Figura 11 b), aunque en algunos ambientes ac-tuales se ha podido apreciar la existencia de transiciones o cambios pro-gresivos entre trenes contiguos (pasajes de rectas a sinuosas o de sinuosasa catenarias) y aún a lo largo del rumbo de las crestas.
Los trenes de óndula pueden tener crestas en fase o fuera de fase(Figura 11 b). Los primeros son --con excepción de las óndulas decresta recta- menos comunes que los trenes fuera de fase.
Por lo común, los trenes de crestas se disponen en sentido trans-versal a la corriente, pero también pueden darse trenes desviados queguardan posición oblicua (swept) (figura 11 b). La disposición trans-versal de las óndulas es bastante segura cuando se forman cuerpos deroca eminentemente ondulíticos o cuando la estructura se desarrolla enun sustrato plano. No obstante, se torna incierta cuando las óndulasaparecen asociadas a cuerpos mayores (megaóndulas o niveles entrecru-zados), ya que su disposición puede reflejar la existencia de flujosdesviados respecto a la corriente principal o bien la influencia sobre lostrenes de óndulas de la geometría particular de las irregularidades ma-yores del sustrato.
Las óndulas de corrientes se forman en dos medios esenciales: elácueo y el eólico.
Las óndulas de corrientes ácueas pueden mostrar todas las varie·dades morfológicas descriptas más arriba, tienen relieve relativamentealto (valores del Índice de óndula -Bucher (1919)- mayores a 15o 20; cuadro 7), así como tendencia a la depositación de los materiales
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más gruesos en la porClOn deprimida de la Óndula. Diversos autores sos-tienen que el pasaje desde óndulas de crestas rectas (bidimensionales)a sinuosas, catenarias y linguoides se da por incremento en la velocidaddel agente o bien por decrecimiento en la profundidad del agua (FiguraII c). Asimismo, las óndulas formadas a muy escasa profundidad pue-den sufrir importantes cambios en la forma de sus crestas a causa de lainteracción de las olas superficiales sobre el lecho (como por ejemplocrestas truncadas).
Las óndulas de corrientes suelen formarse en arenas de grano me-nor a 600 micrones, ya que por encima de dicho tamaño se generancapas planas cuando el agente posee la velocidad admitida para la fol"mación de óndulas (Figura 5). No obstante, las variedades de mayoresdimensiones se encuentran con preferencia en los materiales más grue-sos (arenas medianas).
El campo de estabilidad hidrodinámica de estas óndulas puedeapreciarse en los diagramas de la figura 5. El régimen de flujo corres-ponde a la fase de óndula (Simons y Richardson, 1965; Harms et al.,op. cit.; Southard, 1971), aunque los rangos de velocidad crítica y fuerza
CUADRO 7. - FRINCIPALES IN DICES DE TANNER Y SUS VALORESDISCRIMINANTES PARA ONDULAS DE OLAS ASI 1ETRICAS y ONDULASDE CORRIENTES. LA POSICION DE LOS PARAMETROS EMPLEADOS
PUEDE OBSERVARSE EN LAS FIGURAS 10 Y II
ei/n/sfUSCrillliHlll¡(('S
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Longitud de cresta (Le) x longit. mino -:11 de 2Longitud Inedia (L) x longit. m{lximn.J ayo!'
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Longitud de cresta (Le)Desviación de cresta (d)
Longitud de cresta (Le)Longitud media (L)
tractiva son bastante amplios, en especial cuando la granuometrÍa delsedimento es fina (limo a arena fina). A medida que el esfuerzo apli-cado y la velocidad se incrementan se advierte que la longitud de ondatambién se hace mayor. Con todo, los atributos de las óndulas tambiénpueden estar controlados por Variaciones de viscosidad y densidad delflujo.
Desde el punto de vista del origen ,abundan consideraciones en lostrabajos de Allen (1968) y Jopling (1965), Blatt et al. (1972) ySpaIletti (1984). Sólo vale aquí indicar que la cara de fondo se formapor el aporte de materiales en saltación y/o suspensión, mientras quelos de la cara frontal lo hacen por avalancha y los de la rampa sonesencialmente tractivos.
Las ándulas eólicas son variedades asimétricas de alto índice deóndula que se presentan en depósitos psamíticos medianos a finos, bienseleccionados, y suelen mostrar bifurcaciones bien desarrolladas a lo largode las crestas. Entre las óndulas eólicas se encuentran tres variedadesprincipales: de impacto, aerodinámicas y de adhesión (cuadro 6).
Las óndulas de impacto poseen relieve bajo (índice superior a 20),crestas rectas continuas y transversales a la corriente, y resultan leve-mente asimétricas en perfil. Se dan en arenas transportadas por salta-ción, aunque es posible que los granos más gruesos lo hagan por rep-tación, motivo por el que se concentran hacia la cresta.
Las óndulas aerodinámicas son también de bajo relieve, pero de
tipo tridimensional. Se forman, al igual que las anteriores, en asociacióncon médanos, pero con vientos más fuertes y pulsatorios.
Tanto las óndulas de impacto como las aerodinámicas aparecen ha-cia la rampa de los médanos y pueden coincidir o no con la orientaciónde las capas entrecruzadas. También pueden encontrarse en las caras deavalancha de los médanos, situación en la que el rumbo de las crestastienen franca tendencia a coincidir con la pendiente de la mencionadauperficie.
Por su pal·te, las óndulas de adhesión se dan en forma excepcionalcuando hay transporte de arena seca sobre un sustrato húmedo. Tienenasimetría inversa y aparecen en áreas de interdunas o en regiones lito-rales. Su potencial de preservación es francamente escaso.
Las óndulas eólicas tienen por lo general Índices de óndula ele-vados (mayores a 17) e índices de simetría entre 2 y 4 (véase fórmulaen cuadro 7). No obstante, el índice de óndula varía inversamente conel tamaño de grano y directamente con la velocidad del viento. Así ón-dulas en arenas medianas a gruesas pueden tener valores del orden de8 (Goldsmith, 1978). Por otra parte, Walker y Southard (1982) tam-bién han demostrado que el espaciado entre crestas se hace mayor conel incremento de velocidad y decrecimiento de la selección.
En los medios eólicos pueden identificarse estructuras denominadasóndulas de gránulos que son rasgos controlados por el tamaño de granoy resultan de la concentración de individuos de 1 a 3 mm que no pueden-normalmente- ser movidos por saltación y quedan como residuo dela deflación. Son típicamente tridimensionales (cuadro 6), barjanoides,y muestran notorias diferencias granulométricas entre la cresta (degrano grueso) y el seno (de textura más fina). Por sus dimensiones,estas estructuras escapan al campo establecido para las óndulas, ya quevan desde los 25 cm a más de 20 m de longitud (promedio 2 m) ysu altura es superior a los 15 cm (Goldsmith, op. cit.).
Vale destacar, además, que en los últimos tiempos se han hechoesfuerzos para develar las particularidades de la estructura interna delas distintas óndulas de corrientes ácueas y eólicas. En este sentido, sondestacables los aportes de Harms et al. (1975) y Reineck y Singh (1975).Con todo, debe indicarse que estos caracteres son de muy difícil con-servación en sedimentitas, en comparación con los atributos externosde las óndulas.
Constituyen generalmente trenes de óndulas con crestas rectas,muchas veces con bifurcaciones que rara vez se desarrollan en las ón-duIas de corrientes ácueas. Se dan en sustratos arenosos gruesos hastafinos, ,s!endo en el caso de los primeros de mayor relieve (Índice deóndula menor). Los cIastos más gruesos y menos densos se ubican conpreferencia en las crestas, en tanto que los finos y más densos lo hacenen los senos.
Reineck y Singh (op. cit.) han reconocido dos variedades princi-pales de óndulas de olas: las simétricas y las asimétricas (cuadro 6).
Las óndulas de olas simétricas son más conspicuas. Poseen crestascontinuas hasta bifurcadas que en sección tienen formas agudas, en tan-ta que los senos son amplios y poco acuminados. El relieve es marcado,ya que el Índice de óndula oscila entre 4 y 13, pero habitualmente nopasa de 7. En algunos casos estas óndulas simétricas muestran su crestaparcialmente redondeada por retrabajo del agua durante la emergenciasingénica del sustrato. En ocasiones dentro de los senos puede desarro-llarse un tren de crestas (óndulas) secundarias.
Las óndulas de olas asimétricas guardan bastante similitud con lasóndulas bidimensionales de corrientes, en virtud del diseño rectilíneode sus crestas. No obstante, poseen un conjunto de rasgos que permitenefectuar una discriminación bastante precisa. En el cuadro 7 se mues-tra una serie de Índices que se han considerado útiles en el reconocimien-to de ambos tipos genéticos de óndulas (Cf. Tanner, 1967; Reineck ySingh, 1975; Collinson y Thompson, 1982).
Las óndulas de olas asimétricas poseen Índice de óndula que raravez supera la cifra de 8. Aunque la simetría puede variar considera·blemente aún en un mismo tren de óndulas, el valor del Índice co-rrespondiente es bastante menor (por debajo de 2,5) que el de óndulasde corrientes (cuadro 7). Las crestas de las óndulas de olas muestrantambién bifurcaciones, pero resultan de desarrollo más regular que lasvariedades de corrientes.
Harms et al. (197 5) han denominado a las óndulas de olas asimé-tricas óndulas combinadas de flujo, y las consideran el resultado de lainteracción de olas y corrientes. Estos autores también mencionan que'pueden darse todo tipo de transiciones entre óndulas simétricas, óndulascombinadas de flujo y óndulas de corrientes, tanto en la morfologíaexterna como en el desarrollo de las estructuras internas.
Diversos autores (Harms et al., op. cit.; Reineck y Singh, op. cit.;Collinson y Thompson, op. cit.; de Raaf et al., 1977) se han ocupadode destacar la muy variable estructura interna de las óndulas simé-tricas y asimétricas de olas. Su tratamiento escapa a los alcances dela presente contribución.
Las óndulas de olas se forman en muy diversas condiciones y amobientes, desde los palustres, casi estáticos y poco profundos con peque-ñas ondas superficiales, hasta los marinos abiertos. En estos últimos lasóndulas aparecen donde las olas hacen sentir su influencia sobre el fon-do, inclusive hasta los 200 m de profundidad; no obstante, lo más co-mún es que se desarrollen a menos de 15 m (Harms, 1969).
Según Allen (1968) Y Reineck y Singh (op. cit.), para que seoriginen estas estructuras la velocidad de propagación de las olas debeencontrarse entre 9 cm/seg y unos 90 cm/seg (Figura 12 a). Pero enrealidad las características dimensionales y morfológicas de las óndulasdependen también de diversos factores, como profundidad, longitud deonda y período de la ola, así como de la granulometría del sedimento,_
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entre otros factores. Las óndulas de mayores dimensiones aparecen enlos sedimentos psamíticos más gruesos, o cuando las olas tienen mayorlongitud de onda. Komar (I97 4) ha demostrado que en lagos y bahíaslas óndulas de olas incrementan su longitud hacia la costa, en cambioen condiciones oceánicas y con olas de período más largo estas estruc-turas decrecen su longitud a medida que se reduce la profundidad.
En el diagrama de la figura 12 a se puede apreciar el rango de esta-bilidad de las óndulas de olas para diversas granulometrías y 'velocidadesmáximas de corrientes inducidas por olas (Allen, 1968,1970 a).
Más recientemente, Clífton (1976) desarrolló un modelo de for-mación de estructuras de lecho, principalmente óndulas, en mar abiertocon profundidades mayores a las de la rompiente. En estos sitios, graciasa la acción de olas oscilatorias hasta olas poco profundas (Cf. Spalletti,1984) es donde las óndulas que nos Qcupan alcanzan mayor desarrollo.
En su modelo, aparte de diversos factores del fluido, caracteres delos sedimentos y dinámica de las olas, Clifton pudo definir el comporta-miento de las formas del sustrato en relación con la granulometría, períodode olas, velocidad máxima y diferencia de velocidades máximas hacia lacosta y hacia el mar. Particularmente, este último parámetro, que esmínimo en las zonas más profundas (menor a 1 cm/seg) y máximoen el área inmediata a la rompiente (mayor a SOcm/seg), condiciona lavariabilidad de las formas del lecho. Las mismas van respectivamentedesde óndulas orbitales a suborbitales, anorbitales y finalmente asimé-tricas (figura 12 b); estas últimas formadas por las olas oscilatoriasmuy poco profundas.
Como puede apreciarse en la figura 12 b, para períodos de olas máslargos y granulometrías mayores se amplían los campos de generación decapas planas a mayor velocidad que la fase de óndula. También se amplíanlas condiciones de generación de óndulas asimétricas y megaóndulas lu-nadas, especialmente cuando se alcanzan los máximos valores de dife-rencia de velocidad, es decir hacia la rompiente (CL Spalletti, 1980, 1984;Clifton et al., 1971). Cabe agregar que Clifton (1982) efectuó unanálisis complementario sobre la importancia de la profundidad y laaltura de olas en la formación y distribución de estructuras mecánicas.
Ondulas escalonadas
Ya se ha comentado que resulta extremadamente difícil en muchasde las óndulas individuales establecer los caracteres de su estructura in-terna. Sin embargo, en condiciones de gran aporte detrítico o exceso decarga de lecho el sedimento se acumula a un ritmo superior al de migra-ción de las crestas de los trenes de óndulas. En esas circunstancias,puede tener lugar la formación de óndulas escalonadas (Climbing ripples),de agradación o laminación entrecruzada de transporte de óndulas. Estasson estructuras internas de las unidades de sedimentación que se originanpor flujos estables o fijos (steady flows) y por la migración de óndulasrectas, sinuosas, catenarias o linguides, tanto de corrientes como de olas.Han sido particularmente estudiadas por Allen (1970 b), Hunter (1977a y b), Harms et al. (197S) y Reineck y Singh (197S).
Según su aspecto en sección vertical se las divide en óndulas escalo-nadas en fase y fuera de fase (o en transporte), aunque entre ambosextremos se dan todas las transiciones (figura 13 a). En las primerascrestas y senos tienen igual posición en sentido vertical, mientras que lasfuera de fase muestran dos subtipos también transicionales: completas
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(conservan los sectores de barlovento y sotavento) e incompletas (sinel sector de barlovento) (figura 13 a). La aparición de cualquiera deellas depende de las condiciones dinámicas; así, las que están en fasecorresponden a flujos estables de baja velocidad y más profundos, en tantoque las fuera de fase aparecen en agentes algo más inestables y veloces opoco profundos. Entre estas últimas, el subtipo incompleto corresponde acondiciones de mayor energía y menor cantidad de carga en suspensión,con enterramiento más lento de la óndula.
En los ambientes eólicos también se forman niveles con óndulasescalonadas (Hunter, 1977 a y b) o estratos escalonados traslacentes o detraslación. Estas son estructuras muy importantes para la diagnosis de laseolianitas (Kocurek y Dott, 1981) y se diferencian de las ácueas por suscapas delgadas, de espesor uniforme, con escasas capitas frontales y estruc-tura interna gradada inversa (granocreciente).
Son estructuras visibles también en seCClOntransversal a los planosde estratificación y que, a diferencia de las óndulas escalonadas, consisten
en alternancias de depósitos formados en condiciones tractivas (ondulí-ticos) y suspensivas (laminados o macizos). La escala de estas acumula-ciones es normalmente equivalente a la de óndulas, pero en ocasiones·se advierte que las unidades de sedimentación tractivas corresponden amegaóndulas que alternan con niveles suspensivos, tractivos de menorrégimen o mixtos. En la figura 13 b se muestran las estructuras mixtasde diversa escala y sus variedades.
Cuando en la estructura mixta el sedimento suspensivo es escasoy sólo aparece en el seno de las óndulas, recibe la denominación deestructura flaser, las que poseen iguales tenores de ambas poblacionesson llamadas estructuras ondulosas, mientras que aquéllas en las quepredomina el sedimento de suspensión se designan como estratos lenti-formes (lenticular bedding, linsen). En estos últimos, las óndulas apa-recen aisladas en el sedimento suspensivo por deficiente aporte de materialtractivo (areno-limoso); de allí que Reineck y Singh las llamaranóndulas aisladas.
En los tipos mixtos las óndulas son tanto simetncas como asimé·tricas de olas o de corrientes ácueas. Cuando de gran escala, son másfrecuentes las estructuras de tipo onduloso y lentiforme.
Las estructuras mixtas se deben a flujos ácueos típicamente no fijos-(unsteady flows) en los que se originan dos poblaciones hidrodinámica-mente diversas por importante variación en el poder de transporte. Sibien se las ha atribuido con asiduidad a ambientes de mareas, puedenformarse en otros medios sedimentarios (Cf. Spalletti, 1980).
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~1anllscrito recibido el 24 de mayo de 1984.Manuscrito revisado recibido el 25 de febrero de 1985.
Fig. a. - Superficies de reactivaClOn de tercer orden en estrato entre-cruzado fluvial. Formación Huarenchenque ( euquén).
Fig. b. - Cuerpos psefíticos de la Formación Huarenchenque, formadospor acreción de barras en un sistema fluvial entrelazado (braided).
Fig. c. - Cuerpo psamítico constituido por superposición de estratos en-trecruzados lenticulares tangenciales formados por migración dedunas. Formación Río Mayo (Chubut).
Fig. a. - Cuerpos cóncavos convexos tidalíticos de la Formación Bal-carce (Provincia de Buenos Aires).
Fig. b. - Cuerpo megaentrecruzado compuesto de ambiente tidalítico norestringido, cuyo techo muestra grandes ondulaciones. FormaciónBalcarce.
Fig. c. - Cuerpo entrecruzado de origen eólico. Formación Patagonia(Chubut).