1

CARACTERIZACIÓN DEL ACOSO ESCOLAR EN ADOLESCENTES DE

COLEGIOS PUBLICOS DE BUCARAMANGA

YULITZA ALCOCER MORALES

JULIETH HERNANDEZ SILVA

UNIVERSIDAD DE SANTANDER

FACULTAD DE SALUD

PROGRAMA DE ENFERMERIA

BUCARAMANGA

2015

2

CARACTERIZACIÓN DEL ACOSO ESCOLAR EN ADOLESCENTES DE

COLEGIOS PUBLICOS DE BUCARAMANGA

YULITZA ALCOCER MORALES

JULIETH HERNANDEZ SILVA

Trabajo de Grado Presentado como Requisito para Optar al Título de

ENFERMERAS

Asesora: NATHALIA PAEZ ESTEBAN

KATHERINE RINCON ROMERO

UNIVERSIDAD DE SANTANDER

FACULTAD DE SALUD

PROGRAMA DE ENFERMERIA

BUCARAMANGA

2015

3

4

A Dios, compañero espiritual de nuestras vidas; a nuestras familias por su amor y confianza, apoyo y comprensión en el arduo proceso de formación profesional.

Yulitza, Julieth

5

AGRADECIMIENTOS

Las autoras expresan sus agradecimientos: A la UNIVERSIDAD DE SANTANDER, a su cuerpo administrativo y docente especializado por brindarnos los conocimientos necesarios para el desarrollo intelectual y moral como parte fundamental de la formación académica. A NATHALIA PAEZ ESTEBAN, Docente enfermera asesora temática y metodológica, por su paciencia, dedicación y acertados consejos al grupo investigador para el cumplimiento del fin propuesto. A MAYERLY KATHERINE RINCON REMERO, Docente enfermera asesora temática y metodológica, por su paciencia, dedicación y acertados consejos al grupo investigador para el cumplimiento del fin propuesto A las instituciones educativas CLUB UNIÓN, ORIENTE MIRAFLORES, POLITÉCNICO, SALESIANO ELOY VALENZUELA, GABRIELA MISTRAL, LAS AMÉRICAS, MEDALLA MILAGROSA, LIBERTAD, PROMOCIÓN SOCIAL DEL NORTE, O SAN JOSÉ DE LA SALLE, JUVENTUD, CLAVERIANO, COLORADOS, JOSÉ CELESTINO MUTIS, NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, NORMAL SUPERIOR DE BUCARAMANGA, AURELIO MARTÍNEZ MUTIS Y PROVENZA, de la ciudad de Bucaramanga, por su colaboración para el desarrollo del proyecto. A TODAS AQUELLAS PERSONAS que brindaron asesorías académicas durante el trascurso de la formación profesional y la realización de este trabajo para optar al título de ESPECIALISTAS EN GEOTECNIA AMBIENTAL.

6

CONTENIDO

Pág

INTRODUCCIÓN 13 JUSTIFICACIÓN 16 PROPÓSITO 18 1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA 19 1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 19 1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA 23 2. OBJETIVOS 24 2.1 GENERAL 24 2.2 ESPECÍFICOS 24 3. MARCO DE REFERENCIA 25 3.1 MARCO TEÓRICO 25 3.1.1 Convivencia Escolar 28 3.1.2 Institución educativa y Cultura Escolar 31 3.1.3 Responsabilidad Social de la Educación 34 3.2 MARCO LEGAL 37 3.2.1 Ley de la Infancia y la Adolescencia 38 3.2.2 Ley General de Educación 38 3.2.3 Manual de convivencia 39 3.3 MARCO CONCEPTUAL 40 4. METODOLOGÍA 44 4.1 TIPO DE INVESTIGACIÓN 44 4.2 ENFOQUE METODOLÓGICO 45 4.3 POBLACIÓN Y MUESTRA 45 4.3.1 Población 45 4.3.2 Muestra 46 4.4 PERIODO DE ESTUDIO 46 4.5 TAMAÑO DE LA MUESTRA 46 4.6 MUESTREO 47 4.7 CRITERIOS DE INCLUSIÓN 47 4.8 CRITERIOS DE EXCLUSIÓN 47 4.9 VARIABLES 48 4.9.1 Variables independientes 48 4.9.2 Variables dependientes 48 4.10 INSTRUMENTO DE RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN 49 4.11 CONSIDERACIONES ÉTICAS 49 5. ANALISIS DE RESULTADOS 50 5.1 PERFIL SOCIODEMOGRÁFICO 50 5.2 COMPONENTE EDUCATIVO 53 5.3 ACOSO ESCOLAR 55 5.4 CONSOLIDADO POR ROLES 64

7

Pág

5.4.1 Rol Testigo 64

5.4.2 Rol victimario 65

5.4.3 Rol víctima 66

6. DISCUSIÓN 68 CONCLUSIONES 72 RECOMENDACIONES 73 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 74 ANEXOS 75

8

LISTA DE FIGURAS

Pág

Figura 1. Género 50 Figura 2. Procedencia del estudiante 50 Figura 3. Miembros de la familia con quienes vive 51 Figura 4. Recibes agresión física de tus padres 52 Figura 5. Recibes agresión verbal de tus padres 52 Figura 6. Consumes bebidas alcohólicas con tus amigos 52 Figura 7. Te da miedo asistir a clase 53 Figura 8. Tus compañeros han llevado arma blanca 53 Figura 9. Tus compañeros han llevado armas de fuego 54 Figura 10. Has pertenecido a alguna pandilla 54 Figura 11. Has presenciado peleas entre compañeros 54 Figura 12. Con que frecuencia consumes drogas 55 Figura 13. Has visto compañeros insultándose 55 Figura 14. Has visto a un compañero fuerte pegándole a uno débil 56 Figura 15. Has visto peleas entre compañeros 57 Figura 16. Has visto a un alumno que quiere participar de una actividad o juego pero no puede porque los otros compañeros no lo dejan 57

Figura 17. Algún compañero al que le hayan roto o dañado algo suyo a Propósito 58 Figura 18. Te han insultado compañeros tuyos 58 Figura 19. Uno o varios de tus compañeros te agredieran físicamente? 59 Figura 20. Compañeros tuyos te amenazaran con hacerte daño 59 Figura 21. Hacer algo que no querías por presión o amenaza 60 Figura 22. Te has robado algo dentro del colegio 60 Figura 23. Insultado a algún compañero 60 Figura 24. Algún profesor tuyo que te haya insultado 61 Figura 25. Has amenazado a algún compañero tuyo con hacerle daño 61 Figura 26. Has agredido a un compañero más débil 61 Figura 27. Impedir a algún compañero a participar en juegos 62 Figura 28. Romper o dañar algo dentro del colegio a propósito 63 Figura 29. Has insultado a un profesor tuyo 63

Figura 30. Rol testigo 64

Figura 31. Rol victimario 65

Figura 32. Rol víctima 66

9

LISTA DE TABLAS

Pág

Tabla 1. Estrato social 50 Tabla 2. Seguridad social 51 Tabla 3. Tiempo en la institución educativa 51 Tabla 4. Pasa tiempo libre con tus padres 51 Tabla 5. Tus vecinos se agreden verbalmente 52 Tabla 6. Has visto a un alumno burlándose o humillando a otro 56 Tabla 7. Has visto a un alumno amenazando a otro 56 Tabla 8. Has visto a un alumno que hace cosas que no quiere debido a que otros compañeros más fuertes lo presionan o amenazan 56 Tabla 9. Has sabido de algún compañero al que le hayan robado en el colegio 57 Tabla 10. Compañeros tuyos insultando a profesores 58 Tabla 11. Compañeros tuyos se burlaran por característica física o forma de Ser 59 Tabla 12. Burlarse de algún compañero por característica física o forma de Ser 59 Tabla 13. Pelearse con algún compañero 60 Tabla 14. Obligado a un compañero a hacer lo que no quiere 60

10

LISTA DE ANEXOS

Pág Anexo A. Encuesta 76 Acta de inicio 83

11

RESUMEN

TITULO: CARACTERIZACIÓN DEL ACOSO ESCOLAR EN ADOLESCENTES DE COLEGIOS PUBLICOS DE BUCARAMANGA AUTORES: Yulitza Alcocer Morales, Julieth Hernández Silva

Palabras Claves: Acoso escolar, Amenazas, Convivencia, Instituciones educativas, Maltrato verbal, Maltrato físico.

Introducción: El acoso escolar es una problemática que se ha agudizado en los últimos años, debido a unos patrones socioculturales que se han adoptado y que en algunos casos no contribuyen en la construcción social, haciendo de esta conducta una práctica normal a todos los niveles Objetivo: Establecer la caracterización del acoso escolar en adolescentes (estudiantes de sexto a undécimo grado) de los planteles Públicos de la ciudad de Bucaramanga, durante el año 2015, para el estudiar el fenómeno del acoso escolar en el contexto local. Metodología: El enfoque metodológico del estudio es descriptivo de corte transversal en estudiantes de sexto a undécimo grado de los colegios Club Unión, Oriente Miraflores, Politécnico, Salesiano Eloy Valenzuela, Gabriela Mistral, Las Américas, Medalla Milagrosa, Libertad, Promoción Social del Norte, o San José de la Salle, Juventud, Claveriano, Colorados, José Celestino Mutis, Nuestra Señora del Pilar, Normal Superior de Bucaramanga, Aurelio Martínez Mutis y Provenza, de la ciudad de Bucaramanga. Resultados: Se evaluaron en total 441 estudiantes de sexto a undécimo grado de los colegios antes relacionados en la cual se observa maltrato físico (85%) y verbal (15%) desde los hogares; en las instituciones el 90% ha sido testigo de insultos entre compañeros, el 53% ha visto a un compañero fuerte pegarle a uno más débil; el 73% ha visto a un estudiante burlándose de otro, y el 90% ha visto amenazas de un compañero a otro, el 21% ha proferido insultos a sus compañeros, ha recibido insultos de los profesores el 59%, amenazado a un compañero con hacerle daño el 60%, ha agredido a un compañero más débil el 17%, se ha burlado de un compañero por una característica física o forma de ser el 16%, el 23% se ha peleado con un compañero, el 44% ha obligado a otro a hacer lo que no quiere, ha impedido que un compañero participe de actividades el 60%, ha roto o dañado algo en el colegio a propósito el 10%, y ha insultado a su profesor el 21%. Conclusión: El acoso escolar está presente en los colegios públicos de Bucaramanga, tanto desde lo verbal y lo físico a través de insultos entre compañeros, obligar a otro a hacer lo que no quiere, amenazas de hacerle daño, discriminación a participar en determinadas actividades, compañero fuerte pegándole a otro más débil, robo o daño en sus objetos personales; pero también se vive en el hogar tanto en lo verbal como en lo físico.

12

ABSTRACT

TITLE: CHARACTERISTICS OF BULLYING IN SCHOOLS PUBLIC TEEN

BUCARAMANGA

AUTHORS: Yulitza Alcocer Morales Hernandez Silva Julieth

Keywords: Bullying, Threats, Coexistence, Education institutions, verbal abuse, physical

abuse.

Introduction: Bullying is a problem that has worsened in recent years due to a socio-

cultural patterns that have been adopted and that in some cases contribute to the social

construction, making this behavior normal practice at all levels

Objective: To establish the characterization of bullying in adolescents (students from sixth

to eleventh grade) public schools of the city of Bucaramanga, in 2015, to study the

phenomenon of bullying in the local context.

Methodology: The methodological approach of the study is cross-sectional descriptive

sixth- through eleven colleges Club Union, East Miraflores, Polytechnic, Salesian Eloy

Valenzuela, Gabriela Mistral, The Americas, Miraculous Medal, Freedom, Social

Promotion North or San José de la Salle, Youth, Claveriano, Colorados, José Celestino

Mutis, Our Lady of Pilar, Normal Superior of Bucaramanga, Aurelio Martinez Mutis and

Provence, in the city of Bucaramanga.

Results: We evaluated a total of 441 students from sixth to eleventh grade schools before

related in which verbal (15%) households from physical abuse (85%) and is observed; in

the institutions 90% had witnessed abuse between partners, 53% have seen a strong

partner to hit a weaker one; 73% have seen a mocking another student, and 90% have

seen threats from one partner to another, 21% has uttered insults to his colleagues, has

received insults from teachers 59% threatened a partner hurt 60%, has assaulted a

weaker partner 17%, has mocked a partner by a physical characteristic or way of being

16%, 23% has been fought with a partner, 44% has forced another to do what he does not

want, has prevented a partner involved in activities 60%, broken or damaged something

on purpose at school 10%, and has insulted his teacher 21%.

Conclusion: Bullying is present in public schools of Bucaramanga, both verbal and

physical abuse through peer, compel another to do what he does not want, threats of

harm, discrimination to participate in certain activities, strong partner hitting a weaker, theft

or damage to personal items; but also it lives in the home both verbal and physical.

13

INTRODUCCIÓN

El acoso escolar es una problemática que se ha agudizado en los últimos años, debido a unos patrones socioculturales que se han adoptado y que en algunos casos no contribuyen en la construcción social, haciendo de esta conducta una práctica normal a todos los niveles. Un informe difundido por la Defensoría del Pueblo (2000) indica que el problema de la violencia escolar en Colombia está presente en todos los centros de primaria y secundaria y, en mayor o menor medida, afecta al 30 % de los alumnos. Aunque las agresiones verbales son las más frecuentes, las amenazas e intimidaciones alcanzan el 8 % de los casos y las agresiones físicas el 5 por ciento, mientras que el acoso sexual llega al 3%, y las amenazas con armas se sitúan en torno al 1%. La falta de afecto y desprotección de las que son víctimas los adolescentes por parte de sus padres se ven reflejadas en sus patrones comportamentales en la escuela, los cuales se expresan por medio de gritos, agresiones físicas, verbales, dificultad para captar ordenes de sus superiores, además de la falta de aprecio por sí mismos y sus pertenencias, incluso por su centro educativo, condición que deja percibir la descomposición familiar, la falta de valores y normas que están ausentes en la educación desde la primera infancia. Sigmund Freud fundador de la teoría psicoanalítica (El estudio del ciclo vital, p.308-335) destaca la notable influencia en la conducta de las experiencias vividas en la niñez. Estas deprimen muchas pulsiones instintivas y recuerdos de experiencias traumáticas. Esta teoría afirma que el hombre es agresivo por naturaleza y que en muchas ocasiones su conducta esta mediada por instintos. Según postulados de Andrea Banguera, psicóloga clínica de la Universidad del Valle, Cali, Colombia, el problema de la agresividad infantil (entendida esta como el conjunto de patrones de actividad violenta) pueden manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la pelea física hasta los gestos o expresiones verbales manifiestas en el curso de cualquier interacción en el ámbito escolar. A menudo el maestro se encuentra con agresivos, manipuladores o rebeldes pero no sabe bien cómo actuar con ellos, o cómo puede incidir en su conducta para llegar a cambiarla. Estos signos de agresividad puede manifestarse en cada uno de los niveles que integran al individuo (físico, emocional, cognitivo y social), con carácter polifuncional. Se presenta en el nivel físico, como lucha con manifestaciones corporales explícitas; en el nivel emocional se presenta a través de ira, cólera, explícito en la expresión facial (gestos, cambio del tono y volumen en el lenguaje); en el nivel cognitivo puede estar presente con fantasías destructivas, elaboración

14

de planes agresivos o ideas de persecución propia o ajena, siendo el nivel social el marco en el cual, de una manera o de otra, toma forma concreta la agresividad”. Se puede presentar en forma directa ya sea en violencia física (patadas, empujones, mordiscos, etc.) y en violencia verbal (insultos), pero también se puede encontrar agresividad indirecta o desplazada, en el cual el niño arremete contra los objetos de las personas que han sido actores del conflicto y como expresión individual, el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración. Por ello se articula con otras conductas de autoprotección, amenaza, ataque, sumisión y/o huida. Para poder actuar sobre la agresividad se necesita un modelo o teoría que permita analizarla desde los factores socioculturales, destacándose la teoría propuesta por Erick Erickson, la cual contribuye a la comprensión de la interacción humana, teoría que se fundamenta en el papel de las influencias ambientales, en el moldeamiento de los patrones de conducta, los cuales priorizan crear ambientes positivos para los adolescentes directamente en manos de los padres, madres, maestros y otras personas encargadas de su cuidado. Habitualmente cuando un niño emite una conducta agresiva es porque reacciona ante un conflicto, trance que puede resultar de problemas relación social con otros niños o con mayores, respecto a satisfacer los deseos del propio niño; dificultades con adultos, en el desacato de las ordenes que estos le impongan; descontento con los adultos cuando estos les castigan por haberse comportado inadecuadamente; sensación de ataque cuando se presentan algunas situaciones de la cotidianidad como lo son divorcios, migraciones, o muertes de alguno de los progenitores; factores que reflejan la viva imagen de lo que sucede en los hogares o el medio donde interactúan; interdependencia de los videojuegos denominados escuelas de asesinos virtuales y finalmente repetición del mundo mágico a lo real en la cual se pierde el sentido de la vida. El adolescente puede aprender a comportarse de forma agresiva porque lo imita de los padres, otros adultos o compañeros (moldeamiento). Cuando los padres castigan mediante violencia física o verbal se convierte para el niño en modelo de conducta agresiva. En este caso la agresión ha dejado de ser una reacción puntual inapropiada a las diferencias cotidianas, para convertirse en un patrón que invade todas las relaciones del niño con el mundo; ahí es cuando debe prestarse atención adecuada al niño, ya que indica que algo de magnitud considerable está sucediendo en el niño o en su mundo y hay que tomar medidas para remediarlo. Sí desde la adolescencia se le permite utilizar comportamientos violentos y destructivos para expresar sus sentimientos o ganar atención y otras recompensas, es probable que ellos muestren patrones de violencia los cuales continúan o reescalan a la medida que se tornan mayores.

15

Sí la violencia es permitida en el entorno escolar, otros adolescentes pueden aprender a aceptarla e imitarla, o pueden aprender a temer y a someterse a ella, perpetuando de este modo un ciclo de violencia y victimización. Los adolescentes deben aprender el mensaje que la violencia puede ser detenida y reemplazada con alternativas no violentas; se les debe demostrar estos principios a los niños en su mundo social. Sí se permite que continúe la violencia en los salones de clase, en los centros de cuidado de los niños y en su casa, ¿cómo se puede esperar que los niños crean que la violencia se detiene en otras partes? Cuando el adolescente vive rodeado de modelos agresivos, va adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por una cierta tendencia a responder agresivamente a las situaciones conflictivas que puede surgir con aquello que le rodea. El proceso de moldeamiento al que está sometido el adolescente durante su etapa de aprendizaje no remite de las consecuencias que dichas conductas tienen para los modelos. La agresividad escolar obliga a generar un cambio de actitud a través de mecanismos que posibiliten reducir los comportamientos agresivos de los niños y niñas en su contexto social. La conducta puede ser modificada en la medida en que es posible reforzarla cuando es cooperativa, e ignorarla cuando es provocativa. De allí que padres, profesores y otros agentes de socialización pueden desarrollar un papel muy importante, permitiendo actuar antes de que se inicie, mantenga y consume el patrón de conducta indeseable. Bajo las anteriores consideraciones, surge la necesidad de reevaluar los patrones comportamentales y aptitudes agresivas mediante un proceso de sensibilización en la educación desde la adolescencia, que permitan modificar sus comportamientos y así poder transformar realidades con la esperanza de una sociedad más armónica, con buenos elementos para resolver los conflictos que se presenta en el diario vivir sin deteriorar el contexto social, con el fin de enfocar problemas y buscar respuestas a los flagelos relacionados con la agresividad infantil. Es preciso tener en cuenta que las pedagogías actuales han llevado a una disolución entre el individuo y la comunidad; entre formación personal y el desempeño social. En consecuencia, el propósito de la presente investigación radica en modificar o cambiar actitudes, asumir un modelo pedagógico desde las instituciones educativas que combine los ideales del desarrollo personal y la cohesión social, de humanización, entendida como el crecimiento interior del individuo, y la socialización como el aprendizaje para vivir en comunidad.

16

JUSTIFICACIÓN

Fomentar el diálogo y la tolerancia como apuesta colectiva al cambio social desde las instituciones educativas oficiales de Básica Secundaria de la ciudad de Bucaramanga, es el objetivo de la presente investigación al abordar el acoso escolar en adolecentes de sexto a Undécimo grado, desde variables como convivencia, violencia, disciplina y comunicación, en un ambiente donde el irrespeto por el otro y la intolerancia hacia la diferencia es una realidad, formando líderes escolares, potenciando sus habilidades personales y sociales para estimular participación y creatividad en la transformación del ambiente escolar a partir del conflicto. Las instituciones educativas, como la gran institución sobreviviente de la modernidad en crisis, debe contar entonces con una reformulación de su accionar. En la actualidad uno de los retos de los docentes es trascender en la vida de los adolescentes, no sólo a nivel del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también en el ámbito personal, razón por la cual entender su mundo es de vital importancia, pues conociendo sus intereses, sus formas de pensar y de actuar, es más fácil orientarlos en la búsqueda de soluciones para determinadas problemáticas que expresan a diario, dentro y fuera de las instituciones educativas. Si lo social es el espacio donde existe la violencia, es allí mismo en el interior de la comunidad donde se necesita la compenetración del uno con el otro, bajo ciertos principios éticos como el respeto, la libertad, la armonía, el amor, entre otros. En la medida en que se reconozca el fenómeno, se lo acepte como un problema y se genere una respuesta individual y colectiva, se podrá prevenir o minimizar la presencia si ya existe. Allí comienza el trabajo interinstitucional, no solo en cuanto a coordinación educativa, sino en aunar esfuerzos encaminados al reconocimiento objetivo del acoso escolar; también desde su visión especializada dotarse de herramientas que permitan la aprehensión desde el mismo fenómeno y a su vez faciliten el planteamiento de soluciones interdisciplinarias o transversales. Teniendo en cuenta que una mala convivencia estudiantil genera una serie de conflictos que de no ser atendidos a tiempo desencadenan en violencia social, se debe asumir un compromiso institucional y más concretamente de los docentes para brindar herramientas que favorezcan la sana convivencia, generen espacios de diálogo, de concertación y por consiguiente de armonía para un buen desempeño escolar y que repercuta directa o indirectamente en nuevas formas de integración social. Lo anterior, más que justificar actividades es buscar nuevas estrategias pedagógicas para mejorar la convivencia estudiantil a través de mecanismos que

17

posibiliten reducir los comportamientos agresivos en los adolescentes, que permitan disminuir la brecha que cada día separa la sociedad. Es importante empezar la tarea primero desde el reconocimiento de las dimensiones individuales entre las que se contemplan la corporal, emotiva, afectiva, espiritual y cognitiva, para despertar sentido de pertenencia y que los adolescentes vayan adquiriendo conciencia de lo que es así, como de lo que puede llegar a ser con el descubrimiento de su valioso potencial. Seguidamente desde el proceso pedagógico de enseñanza-aprendizaje ya que es importante saber qué acciones desarrollar, pero más importante aún, desde dónde y cómo abordarlas, quiénes intervienen, cómo realizarlas de manera que todos participen y se ponga en juego el mayor número de competencias (de pensamiento, actitudinales, de comunicación), que se exigen en la práctica cotidiana por las distintas formas de enseñar y de aprender. Dado que toda relación genera lo que se conoce como entropía es decir el desgaste propio de las mismas, la escuela no es ajena a este proceso, por lo que cada día y a cada momento se debe estar atento a minimizar las causas que la producen. Es por esta razón que no se excluye el ambiente escolar donde los adolescentes se enfrentan cada día a sus propias dificultades, sin ser la excepción los adolescentes de sexto a undécimo grado de planteles oficiales de la ciudad de Bucaramanga, convirtiéndolos en objeto de estudio y merecedores de la implementación de estrategias pedagógicas para mejorar la convivencia estudiantil, orientados en valores sociales como la tolerancia, el respeto y la comunicación. Se siente la necesidad de buscar e implementar estrategias de investigación y participación entre padres e hijos y profesores, con el ánimo de modificar la actitud y el comportamiento agresivo de estos adolescentes como una de las grandes tareas de la pedagogía, porque de no ser así, se pueden presentar mayores dificultades de relacionamiento y de adaptación, lo cual los estaría excluyendo del sistema o medio social donde interactúan. Es importante resaltar que estos adolescentes tienen establecidos unos patrones esquemáticos de vida y de comportamientos mediados por el contexto familiar y sociocultural. De allí la importancia de implementar un posible trabajo de reestructuración en las actitudes comportamentales buscando prevenir la descomposición social. También se tiene en cuenta que al no realizar una intervención a tiempo las consecuencias podrían ser devastadoras para una sociedad que día a día se destruye más en sí misma, la cual se puede desbordar en problemas sociales más graves como lo son la delincuencia juvenil, trastornos de personalidad, adiciones a sustancias psicoactivas, prostitución y embarazo precoz en los adolescentes, vivencias que pueden desarrollarse a un corto plazo de su vida.

18

PROPÓSITO

El propósito de este proyecto fundamentalmente es identificar la prevalencia asociado al acoso escolar en adolecentes de colegios públicos de Bucaramanga y prevenir el bullying para así irlo disminuyendo con el paso de tiempo ya que el bullying (acoso escolar) siempre ha existido, pero en estos últimos años ha ido aumentando en forma alarmante a nivel secundaria. Uno de los propósitos es promover la no violencia y brindar apoyo psicológico a los jóvenes maltratados como a los que maltratan ya que así se podrá estar más cerca de las causas del acoso escolar en los colegios.

19

1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La convivencia ocupa un lugar protagónico en la sociedad del siglo XXI, siendo

pieza central de un mundo en transformación acelerada cuya materia prima es el

cambio en las relaciones interpersonales.

Aunque la cultura de hoy acepta las diversidades y promueve la convivencia

multicultural, al mismo tiempo se desentiende de las diferencias socioeconómicas

que esa diversidad genera. Esto ha llevado a que en los últimos años se convierta

la intolerancia en casi un paisaje social, derivado de un desajuste emocional y

cognitivo de algunos sectores de la población pero tal vez el sector de más

relevancia y de especial trascendencia es el escolar, donde ellos son el centro de

atención y donde se evidencia la crisis de identidad.

Es de gran preocupación que la mayoría de las comunidades educativas enfrenten

el fenómeno de la convivencia escolar, con una respuesta frágil de negociación

social o banalización del mismo, lo que permite su perpetuación.

Si bien en el caso particular de las manifestaciones violentas al interior de las

instituciones educativas está alcanzado tópicos dramáticos pasando de la miopía

a la ceguera y esto parece ser la nota predominante al punto que los hechos

hablan por sí solos.

En la práctica la intolerancia y concretamente la escolar tiene quizá una

complejidad en sus causales entre las cuales se pueden enunciar: la prolífica

conducta de sus autores, las múltiples manifestaciones de sufrimiento individual y

grupal así como sus limitaciones económicas, que hacen que se empañen las

verdaderas causas impidiendo dar una visualización holística del problema que

corresponde a un orden social político y económico en general.

La escuela en su misión formadora de jóvenes, contribuye a la construcción

social en dos sentidos: a partir de la sociedad y para esta. Lo que se habla en

cada escuela, es el lenguaje particular de la sociedad, por tal motivo, no es ajena

a la profunda crisis socio-política y económica en la que está inmersa y que como

agente vivo se ve afectada de manera directa o indirecta en quienes de ella

hacen parte. Este contexto invita al cuestionamiento de las entidades educativas

20

para que respondan de manera efectiva a la demanda de convivencia y prepare

para un nuevo orden social de manera sostenible.

Siendo conscientes de la realidad adversa, que se impone a la comunidad

educativa, especialmente en aquellos con más limitaciones que posibilidades, con

más carencias que logros, es fundamental que el tiempo que transcurren en la

escuela, sea considerado por ellos, como un tiempo y un espacio valorizado, un

tiempo de crecimiento, de creatividad, de sueños, que de alguna manera

favorezca la construcción de su proyecto de vida.

Para ello la escuela debe generar, facilitar y promover tiempos y espacios de

participación para que pueda circular la palabra y no los silencios, el diálogo y el

debate y no la sumisión y acatamiento, el análisis y la reflexión sobre las acciones

impulsivas y las actuaciones violentas.

La función socializadora de la escuela se manifiesta en las pequeñas cosas, en

las relaciones cotidianas, en las actividades habituales; también se hacen

explícitas en las charlas espontáneas o en discusiones y diálogos planificados

para reflexionar sobre esas interrelaciones, para reconocer los acuerdos, las

diferencias, las formas de alcanzar el consenso, de aceptar el disenso. Sólo de

esta manera se aprende a convivir mejor.

Una escuela que intenta responder a su cometido de ser formadora de jóvenes,

ciudadanas y ciudadanos comprometidos crítica y activamente con su época y su

mundo permite el aprendizaje y la práctica de valores democráticos, la promoción

de la solidaridad, la paz, la justicia, la responsabilidad individual y social y en

general los valores que hacen que una sociedad se diferencie de otra y se

prolongue en el tiempo.

Estos valores se traducen en las acciones cotidianas que viven los educandos y

que transcurren en el aula; en la actitud comprensiva y educadora de los adultos

que son los responsables de su formación como patrimonio presente y pilares de

la futura generación, por eso, el desafío de toda institución educativa es

convertirse en propulsora de procesos de democratización y participación.

Si la escuela puede lograrlo y de hecho hay muchas que lo están intentando así

como otras que ya lo han logrado, sin lugar a dudas se estaría dejando el mejor

de los legados, un mundo más tranquilo con una sociedad comprometida consigo

misma y con el entorno.

21

Este requerimiento hoy más que nunca es imperioso, pues no sólo se trata de la

comunidad educativa que parece sucumbir ante la crisis cada vez más profunda,

aguda y generalizada de su historia, sino de la trascendencia que ella conlleva.

Así en medio de este clima de catástrofe, los docentes (adultos responsables) y

adolescentes (estudiantes), aun cuando las necesidades cada día son mayores,

los recursos cada día más exiguos, se encuentran diariamente trabajando en

muchas escuelas para construir una convivencia que produzca un lazo social

solidario.

Y es que los hechos de violencia en las instituciones educativas sólo para

mencionar los que se publican y registran a diario en los medios de comunicación,

constituyen apenas un indicador de una problemática compleja, que se repite una

y otra vez, con mayor contundencia sin dejar espacio siquiera para la capacidad

de asombro.

Los casos de acoso escolar se han generalizado de tal manera que ya no hay

diferencia en las estadísticas de género y edad de los implicados; en el pasado se

hacía referencia sólo a los estudiantes, mientras que hoy los adolescentes

también hacen parte de esa realidad, hechos que se traducen en una

desintegración o pérdida de la cohesión social.

Esta pérdida de cohesión social es un problema intrínseco a los procesos de

modernización, entendida como invasión de diversidad cultural, desconocimiento

de los valores y la mayor autonomía de los sujetos que actúan sin reglas, sin

compromisos, sin responsabilidad, en fin, sin el cumplimiento de los deberes.

Puede que parezca añoranza pero la familia y la escuela de hoy no son la misma

de antes. Hoy la familia es una realidad dinámica en constante y continua

transformación, no solo a nivel interno, sino que además como institución humana

cambia, bien sea por el crecimiento acelerado de la población, la movilidad

migracional, acelerado proceso de urbanización, crecimiento de las desigualdades

sociales, avances de la tecnología y de los medios de comunicación, al punto que

ha perdido o cedido terreno en su directriz formadora y como agente de

socialización humana.

Y qué se dice de la escuela, donde las resistencias al cambio pueden ocasionar

reacciones más conflictivas, donde el joven estudiante dejó de ser el sujeto

paciente del proceso y se convirtió en agente activo del mismo. La escuela no es

una isla ajena al resto del mundo, sino una institución inmersa en una sociedad

22

con la que sostiene una relación de intercambio, influye a la vez que es influida. Es

por eso que al interior de estas se conjugan situaciones tan diversas como tan

diversas quienes la integran, hecho benéfico en tanto que se aprende de distintas

realidades, pero que también origina problemas de comportamiento y

entendimiento.

A la escuela confluyen adolescentes con carácter violento, actitud que puede ser

originada desde los hogares; otros que son tímidos, muy probablemente por las

represiones a las que son sometidos en sus casas; el resultado: los primeros

aprovechan sus cualidades físicas para intimidar y agredir a los otros. Aunque

estos hechos son ajenos por no tener sus raíces al interior de la escuela, no

pueden desconocerse, pues podrían convertirse en problemas más profundos en

el futuro si no se toman cartas en el asunto, pero cabe anotar que no es con la

represión que se llega a la solución.

En la escuela hay que estar preparado para atender y orientar la agresividad de

los niños y niñas, ya que estos llegan a descargar lo que está aprendiendo en la

familia y en la calle. De este modo, reprender y castigar es contraproducente

porque se genera más violencia y no se llegaría nunca a encontrar una solución

más duradera y sostenible en el tiempo.

Estos cuestionamientos hacen parte de la radiografía que se registra en las

instituciones educativas de la ciudad de Bucaramanga, en donde la mala

convivencia estudiantil de adolescentes, representa un grave problema tanto a la

institución como a los mismos estudiantes que se ven afectados directa o

indirectamente con las consecuencias que ello encierra, y que se traducen en

ausentismo escolar, bajo desempeño académico, deserción por el miedo a ser

víctima de la discriminación o ataque y finalmente la confrontación entre ellos

mismos pese a su corta edad.

Estos eventos llevan a la necesidad de tomar cartas en el asunto y de manera

urgente, es decir implementar estrategias claras, concretas y efectivas que de

algún modo beneficien a toda la comunidad estudiantil y no sólo a los presuntos

implicados o encasillados como indisciplinados e incumplidores de las reglas

establecidas en la institución educativa.

Ante la responsabilidad del papel de la escuela en la socialización de los

estudiantes, adolescentes para construir una sociedad más tolerante, justa,

solidaria y equitativa es urgente, la aplicación de recursos pedagógicos que vayan

23

a mejorar las relaciones y disminuir la agresividad entre los estudiantes y la

comunidad educativa en general, así como es deber y responsabilidad del docente

desde su quehacer pedagógico, en calidad de orientador, mediador y facilitador

del proceso educativo, el llamado a generar espacios de interacción social.

Esta es la esencia y el principal motivo que lleva a efectuar el análisis de temas

tan trascendentales como convivencia - acoso en las instituciones educativas de

Básica secundaria en la ciudad de Bucaramanga.

1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

Cuál es la caracterización del acoso escolar en adolescentes (estudiantes de sexto a undécimo grado) de los planteles Públicos de la ciudad de Bucaramanga, durante el año 2015, para el estudiar el fenómeno del acoso escolar en el contexto local?

24

2. OBJETIVOS

2.1 GENERAL

Establecer la caracterización del acoso escolar en adolescentes (estudiantes de

sexto a undécimo grado) de los planteles Públicos de la ciudad de Bucaramanga,

durante el año 2015, para el estudiar el fenómeno del acoso escolar en el contexto

local.

2.2 ESPECÍFICOS

Describir la caracterización sociodemográfica presente en la población de estudiantes adolescentes (Sexto a Undécimo grado) de los colegios públicos de la ciudad de Bucaramanga Club Unión, Oriente Miraflores, Politécnico , Salesiano Eloy Valenzuela, Gabriela Mistral, Las Américas, Medalla Milagrosa, Libertad, Promoción Social del Norte, o San José de la Salle, Juventud, Claveriano, Colorados, José Celestino Mutis, Nuestra Señora del Pilar, Normal Superior de Bucaramanga, Aurelio Martínez Mutis y Provenza

Evaluar la prevalencia de acoso escolar en adolescentes de sexto a undécimo grado de instituciones educativas de la ciudad de Bucaramanga

Identificar el tipo de violencia que es más frecuente en los adolescentes de sexto a undécimo grado de instituciones educativas de la ciudad de Bucaramanga

Valorar el rol que ejercen los adolescentes en el acoso escolar en las instituciones educativas Club Unión, Oriente Miraflores, Politécnico, Salesiano Eloy Valenzuela, Gabriela Mistral, Las Américas, Medalla Milagrosa, Libertad, Promoción Social del Norte, o San José de la Salle, Juventud, Claveriano, Colorados, José Celestino Mutis, Nuestra Señora del Pilar, Normal Superior de Bucaramanga, Aurelio Martínez Mutis y Provenza, de la ciudad de Bucaramanga

25

3. MARCO DE REFERENCIA

3.1 MARCO TEÓRICO

La agresividad escolar es una problemática que se ha agudizado en los últimos

años, debido a unos patrones socioculturales que se han adoptado y que en

algunos casos no contribuyen en la construcción social, haciendo de esta

conducta una práctica normal a todos los niveles. (Plata, 2010; Cabezas, 2011;

Pérez, 2010)

El problema de la violencia escolar en Colombia está presente en todos los

centros de primaria y secundaria y, en mayor o menor medida, afecta al 30 % de

los alumnos, manifiestas por agresiones amenazas e intimidaciones (8 % de los

casos) agresiones físicas (5%), acoso sexual ( 3%), y amenazas con armas (1%).

(Toro, 2007)

La falta de afecto y desprotección de las que son víctimas los niños y niñas por

parte de sus padres se ven reflejadas en sus patrones comportamentales en la

escuela, los cuales se expresan por medio de gritos, agresiones físicas, verbales,

dificultad para captar ordenes de sus superiores, además de la falta de aprecio por

sí mismos y sus pertenencias, incluso por su centro educativo, condición que deja

percibir la descomposición familiar, la falta de valores y normas que están

ausentes en la educación desde la primera infancia.

Sigmund Freud fundador de la teoría psicoanalítica, destaca la notable influencia

en la conducta de las experiencias vividas en la niñez. Estas deprimen muchas

pulsiones instintivas y recuerdos de experiencias traumáticas, razón por la cual el

hombre es agresivo por naturaleza y que en muchas ocasiones su conducta esta

mediada por instintos. (Freud, 1966, p. 308-335)

Según postulados de María del Pilar Moreno Jiménez, psicóloga de marginación

social (Moreno, 2001), el problema de la agresividad infantil (entendida como el

conjunto de patrones de actividad violenta) pueden manifestarse con intensidad

variable, incluyendo desde la agresión física hasta los gestos o expresiones

verbales manifiestas en el curso de cualquier interacción en el ámbito escolar.

Estos signos de agresividad pueden manifestarse en lo físico (lucha con

manifestaciones corporales explícitas), emocional (ira, cólera explícito en

expresiones faciales como gestos, cambio del tono y volumen en el lenguaje),

26

cognitivo (fantasías destructivas, elaboración de planes agresivos o ideas de

persecución propia o ajena), y social (marco en el cual, de una manera o de otra,

toma forma concreta la agresividad).

Se puede presentar en forma directa ya sea en violencia física (patadas,

empujones, mordiscos, etc.) y en violencia verbal (insultos), pero también se

puede encontrar agresividad indirecta o desplazada, en el cual el niño arremete

contra los objetos de las personas que han sido actores del conflicto y como

expresión individual, el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de

frustración. Por ello se articula con otras conductas de autoprotección, amenaza,

ataque, sumisión y/o huida. (Rodrigo, 1993)

Para poder actuar sobre la agresividad se necesita un modelo o teoría que permita

analizarla desde los factores socioculturales, destacándose la teoría propuesta por

Erick Erickson, (Erickson, 2000) la cual contribuye a la comprensión de la

interacción humana, teoría que se fundamenta en el papel de las influencias

ambientales, en el moldeamiento de los patrones de conducta, los cuales priorizan

crear ambientes positivos para los niños y niñas directamente en manos de los

padres, madres, maestros y otras personas encargadas de su cuidado.

Habitualmente cuando un niño emite una conducta agresiva es porque reacciona

ante un conflicto, trance que puede resultar de problemas relación social con otros

niños o con mayores, respecto a satisfacer los deseos del propio niño; dificultades

con adultos, en el desacato de las ordenes que estos le impongan; descontento

con los adultos cuando estos les castigan por haberse comportado

inadecuadamente; sensación de ataque cuando se presentan algunas situaciones

de la cotidianidad como lo son divorcios, migraciones, o muertes de alguno de los

progenitores; factores que reflejan la viva imagen de lo que sucede en los hogares

o el medio donde interactúan; interdependencia de los videojuegos denominados

escuelas de asesinos virtuales y finalmente repetición del mundo mágico a lo real

en la cual se pierde el sentido de la vida.

El niño puede aprender a comportarse de forma agresiva porque lo imita de los

padres, otros adultos o compañeros (moldeamiento). Cuando los padres castigan

mediante violencia física o verbal se convierte para el niño en modelo de conducta

agresiva. En este caso la agresión ha dejado de ser una reacción puntual

inapropiada a las diferencias cotidianas, para convertirse en un patrón que invade

todas las relaciones del niño con el mundo; ahí es cuando debe prestarse atención

27

adecuada, ya que indica que algo de magnitud considerable está sucediendo en

su mundo y hay que tomar medidas para remediarlo.

Sí desde el hogar se le permite a menores utilizar comportamientos violentos y

destructivos para expresar sus sentimientos o ganar atención y otras

recompensas, es probable que ellos muestren patrones de violencia los cuales

continúan o reescalan a la medida que se tornan mayores. (Jiménez, 2009)

Sí la violencia es permitida en el entorno escolar, otros niños pueden aprender a

aceptarla e imitarla, o pueden aprender a temer y a someterse a ella, perpetuando

de este modo un ciclo de violencia y victimización.

Los niños deben aprender el mensaje que la violencia puede ser detenida y

reemplazada con alternativas no violentas; se les debe demostrar estos principios

a los niños en su mundo social. Sí se permite que continúe la violencia en los

salones de clase, ¿cómo se puede esperar que estos adolescentes crean que la

violencia se detiene en otras partes? (Barudy, 2011)

Cuando el adolescente vive rodeado de modelos agresivos, va adquiriendo un

repertorio conductual caracterizado por una cierta tendencia a responder

agresivamente a las situaciones conflictivas que puede surgir con aquello que le

rodea.

El proceso de moldeamiento al que está sometido durante su etapa de aprendizaje

no remite de las consecuencias que dichas conductas tienen para los modelos. La

agresividad escolar obliga a generar un cambio de actitud a través de mecanismos

que posibiliten reducir los comportamientos agresivos en su contexto social.

La conducta puede ser modificada en la medida en que es posible reforzarla

cuando es cooperativa, e ignorarla cuando es provocativa. De allí que padres,

profesores y otros agentes de socialización pueden desarrollar un papel muy

importante, permitiendo actuar antes de que se inicie, mantenga y consume el

patrón de conducta indeseable.

Bajo las anteriores consideraciones, surge la necesidad de reevaluar los patrones

comportamentales y aptitudes agresivas mediante un proceso de sensibilización

en la educación desde la primera infancia, que permitan modificar sus

comportamientos y así poder transformar realidades de estos adolescentes con la

esperanza de una sociedad más armónica, con buenos elementos para resolver

28

los conflictos que se presenta en el diario vivir sin deteriorar el contexto social, con

el fin de enfocar problemas y buscar respuestas a los flagelos relacionados con la

agresividad infantil.

3.1.1 Convivencia Escolar

La condición humana de convivir con seres semejantes es asumida de diferentes

formas derivando en una amplia gama de relaciones sociales condicionadas por

intencionalidades y expresiones en las que estas se manifiestan, donde tanto las

formas como los contenidos están influenciados por las subjetividades (vivencias y

aprendizajes en el convivir), las relaciones interpersonales (intereses en juego) y

los contextos sociales (estructuras normativas). (Ianni, 1998)

Aunque la cultura de hoy acepta las diversidades y promueve la convivencia

multicultural, al mismo tiempo se desentiende de las diferencias socioeconómicas

que esa diversidad genera. Esto ha llevado a que en los últimos años se convierta

la intolerancia en casi un paisaje social, derivado de un desajuste emocional y

cognitivo de algunos sectores de la población, con especial relevancia y

trascendencia en el contexto escolar, donde ellos son el centro de atención y

donde se evidencia la crisis de identidad. (Mockus, 1995)

Es de gran preocupación que la mayoría de las comunidades educativas enfrenten

el fenómeno de la convivencia escolar, con una respuesta frágil de negociación

social o banalización del mismo, lo que permite su perpetuación por la

complejidad de sus causales, impidiendo dar una visualización holística del

problema de manera que corresponde a un orden social político y cultural general.

La escuela en su misión formadora de jóvenes, contribuye a la construcción

social en dos sentidos, a partir de la sociedad y para esta. Lo que se habla en

cada escuela, es el lenguaje particular de la sociedad, por tal motivo, no es ajena

a la profunda crisis socio-política y económica en la que está inmersa y que como

agente vivo se ve afectada de manera directa o indirecta en quienes de ella

hacen parte.

Este contexto invita al cuestionamiento de las entidades educativas para que

respondan de manera efectiva a la demanda de convivencia y prepare para un

nuevo orden social de manera sostenible.

29

Conscientes de la realidad adversa que se impone a la comunidad educativa,

especialmente en aquellos con más limitaciones que posibilidades, con más

carencias que logros, es fundamental que el tiempo que transcurren en la escuela,

sea considerado por ellos, como un tiempo y un espacio valorizado, un tiempo de

crecimiento, de creatividad, de sueños, que de alguna manera favorezca la

construcción de su proyecto de vida.

Para ello la institución educativa debe generar, facilitar y promover tiempos y

espacios de participación para que pueda circular la palabra y no los silencios, el

diálogo y el debate y no la sumisión y acatamiento, el análisis y la reflexión sobre

las acciones impulsivas y las actuaciones violentas.

Así, la función socializadora se manifiesta en las pequeñas cosas, en las

relaciones cotidianas, en las actividades habituales; también se hacen explícitas

en las charlas espontáneas o en discusiones y diálogos planificados para

reflexionar sobre esas interrelaciones, para reconocer los acuerdos, las

diferencias, las formas de alcanzar el consenso, de aceptar el disenso; sólo de

esta manera se aprende a convivir mejor. (12)

Una institución educativa que intenta responder a su cometido de ser formadora

de jóvenes, ciudadanas y ciudadanos comprometidos crítica y activamente con su

época y su mundo, permite el aprendizaje y la práctica de valores democráticos,

la promoción de la solidaridad, la paz, la justicia, la responsabilidad individual y

social y en general los valores que hacen que una sociedad se diferencie de otra y

se prolongue en el tiempo.

Estos valores se traducen en las acciones cotidianas que viven los educandos y

que transcurren en el aula; en la actitud comprensiva y educadora de los adultos

que son los responsables de su formación como patrimonio presente y pilares de

las futuras generaciones, por eso, el desafío de toda institución educativa es

convertirse en propulsora de procesos de democratización y participación.

(Castillo, 2011)

Este requerimiento hoy más que nunca es imperioso, pues no sólo se trata de la

comunidad educativa que parece sucumbir ante la crisis cada vez más profunda,

aguda y generalizada de su historia, sino de la trascendencia que ella conlleva.

Los hechos de violencia en las instituciones educativas, sólo para mencionar los

que se publican y registran a diario en los medios de comunicación, constituyen

30

apenas un indicador de una problemática compleja, que se repite una y otra vez,

con mayor contundencia sin dejar espacio siquiera para la capacidad de asombro.

Los casos de violencia escolar se han generalizado de tal manera que ya no hay

diferencia en las estadísticas de género y edad de los implicados; en el pasado se

hacía referencia sólo a los estudiantes, mientras que hoy niños y niñas también

hacen parte de esa realidad, hechos que se traducen en una desintegración o

pérdida de la cohesión social. (Toro, 2007)

Esta pérdida de cohesión social es un problema intrínseco a los procesos de

modernización, entendida como invasión de diversidad cultural, desconocimiento

de los valores y la mayor autonomía de los sujetos que actúan sin reglas, sin

compromisos, sin responsabilidad, en fin, sin el cumplimiento de los deberes.

Puede que parezca añoranza pero la familia y la escuela de hoy no son la misma

de antes. Hoy la familia es una realidad dinámica en constante y continua

transformación, no solo a nivel interno, sino que además como institución humana

cambia, bien sea por el crecimiento acelerado de la población, la movilidad

migracional, acelerado proceso de urbanización, crecimiento de las desigualdades

sociales, avances de la tecnología y de los medios de comunicación, al punto que

ha perdido o cedido terreno en su directriz formadora y como agente de

socialización humana. (Maldonado, 1999)

Y qué se dice de la escuela, donde las resistencias al cambio pueden ocasionar

reacciones más conflictivas, donde el joven estudiante dejó de ser el sujeto

paciente del proceso y se convirtió en agente activo del mismo. La institución

educativa no es una isla ajena al resto del mundo, sino una institución inmersa en

una sociedad con la que sostiene una relación de intercambio, influye a la vez que

es influida.

Es por eso que al interior de estas se conjugan situaciones tan diversas como tan

diversas quienes la integran, hecho benéfico en tanto que se aprende de distintas

realidades, pero que también origina problemas de comportamiento y

entendimiento. (Vásquez, 1996)

A la institución educativa confluyen niños y niñas (adolescentes) con carácter

violento, actitud que puede ser originada desde los hogares; otros que son

tímidos, muy probablemente por las represiones a las que son sometidos en sus

casas; el resultado: los primeros aprovechan sus cualidades físicas para intimidar

31

y agredir a los otros. Aunque estos hechos son ajenos por no tener sus raíces al

interior de la institución, no pueden desconocerse, pues podrían convertirse en

problemas más profundos en el futuro si no se toman cartas en el asunto, pero

cabe anotar que no es con la represión que se llega a la solución.

En la institución escolar hay que estar preparado para atender y orientar la

agresividad de los estudiantes, ya que estos llegan a descargar lo que está

aprendiendo en la familia y en la calle. De este modo, reprender y castigar es

contraproducente porque se genera más violencia y no se llegaría nunca a

encontrar una solución más duradera y sostenible en el tiempo. (Mannoni, 1981)

Estos cuestionamientos hacen parte de la radiografía que se registra hoy en las

instituciones educativas, en donde la mala convivencia estudiantil, representa un

grave problema tanto para las instituciones como a los mismos niños y niñas que

se ven afectados directa o indirectamente con las consecuencias que ello encierra,

y que se traducen en ausentismo escolar, bajo desempeño académico, deserción

por el miedo a ser víctima de la discriminación o ataque y finalmente la

confrontación entre ellos mismos pese a su limitada edad.

Estos eventos llevan a la necesidad de tomar cartas en el asunto y de manera

urgente, a implementar estrategias claras, concretas y efectivas que de algún

modo beneficien a toda la comunidad estudiantil y no sólo a los presuntos

implicados o encasillados como indisciplinados e incumplidores de las reglas

establecidas en la institución educativa. (Mockus, 1995)

Ante la responsabilidad del papel de la escuela en la socialización de los

estudiantes para construir una sociedad más tolerante, justa, solidaria y equitativa

es urgente, la aplicación de recursos pedagógicos que vayan a mejorar las

relaciones y disminuir la agresividad entre los estudiantes y la comunidad

educativa en general, así como es deber y responsabilidad del docente desde su

quehacer pedagógico, en calidad de orientador, mediador y facilitador del proceso

educativo, llamar a generar espacios de interacción social. (Woods, 1995)

3.1.2 Institución educativa y Cultura Escolar

Referir a la cultura escolar es por sí una tarea de alta complejidad, cuyo estudio

reclama participación responsable y decidida de quienes participan en el proceso

educativo. No es una tarea sencilla, menos aun cuando hay distancias culturales

que permitan comprender los cambios científicos y tecnológicos, dado que la

32

educación ayuda a la construcción del ser humano, con la complejidad que esto

significa. (Velasco, 1993)

Formar desde la individualidad como proceso de construcción interior, sin

desconocer la responsabilidad asignada a la educación desde lo social, favorece la

consolidación y perpetuidad de los valores sociales.

De ahí que la educación debe encajar en la organización colectiva, para trasmitir

los bienes culturales de una generación a otra, además de ser garante de la

organización social y de las normas de convivencia.

En este caso, educar-aprender es mucho más que adquirir contenidos. Implica,

además de los contenidos conocerse, conocer al otro, reconocerse, reconocer al

otro, conocer la realidad y reconocer la realidad.

Todo ello con miras a generar la sana convivencia y la tolerancia dentro y fuera

de la institución educativa y a interactuar con la piel del otro, en donde el

conocimiento permite más que aprender un contenido ajeno a la existencia, es

hacer una experiencia que transforma la existencia. (Vásquez, 1996).

La práctica pedagógica además de dar la voz, al relacionar el decir con el

escuchar, también invita a interpretar, a pensar, a reflexionar. Es decir, por ellas

se hace una experiencia de comunicación y de aprendizaje no solo por lo que se

dice y se escucha, sino y, ante todo, por lo que se interpreta, se reflexiona, se

analiza.

Aquí interpretar no significa que el docente le da su sentido a la experiencia

comunicada y se lo “imponga al estudiante” sino en ahondar en el sentido que el

interlocutor o sea el estudiante le da a la misma.

De esta manera, desde la perspectiva de Kaplún, entender la educación como

acción comunicativa y dialógica, las herramientas utilizadas en el proceso

educativo, tiene en cuenta los aspectos cognoscitivo, los afectivos y los

experienciales del aprendizaje, de modo tal que la vida de cada uno, sus historias,

sus memorias, sus relaciones, sus afectos, tanto la de los educadores como la de

los educandos sean escuchadas haciendo parte de la misma, por lo que en el

proceso de formación no solo se interactúa con los textos, sino con las personas.

(Kaplún, 1987)

33

De ahí la insistencia de Kaplún que invita a desarrollar formas como la persuasión

verbal, la experiencia directa e indirecta. La primera no debe ser entendida como

una forma de enseñanza moralizante, sino basada en argumentos racionales, y la

segunda aprender desde la convivencia.

Partimos de una concepción de sujeto que lo hace responsable por el otro. Se

hace visible en ese sujeto la capacidad de auto-transformación, transformar a

otros y ampliar su propia concepción del mundo y de sujeto que aprende.

Mejor aún, al deconstruir la concepción del individuo. No se trata de “pienso, luego

existo” de la conciencia filosófica individual, sino que como proceso educativo y

de formación se transforme en “soy en tanto el otro”, es decir, en una conciencia

filosófica colectiva, que no es más que la convivencia, la tolerancia y la aceptación

del otro como tal, pues se trata de un sujeto que respeta y se reconoce en la vida

del otro. (Jiménez, 1996)

La violencia estructural y cultural se retroalimenta permanentemente en nuestra

civilización, en nuestra cultura, existe un ciclo tanático (que se repite) que se

justifica así mismo con reediciones y variantes inusitadas, siempre en una especie

de convivencia que paradójicamente se consigue a través de la destrucción del

otro.

Finalmente, y fieles a los postulados de Kaplún aplicados al proceso educativo

para la convivencia, se trata de reconstruir relaciones interpersonales y colectivas

en una perspectiva de responsabilidad, respeto y reconocimiento del otro. (Kaplún,

1987)

En el campo de la pedagogía donde se manifiestan esas actitudes e imaginarios,

actúa con el fin de complejizar el mundo mental y las posibilidades de elección de

las personas, de manera que no le sea fácil tomar una decisión ligera, violenta,

destructiva, discriminatoria contra sí mismo o contra sus compañeros de clase.

Lo dinámico y complejo del tema obliga a concluir que su abordaje no es

responsabilidad exclusiva de un determinado sector, de un determinado órgano

estatal o privado, sino que es un problema de responsabilidad social a nivel

nacional.

Por ello requiere de la participación y coordinación de un amplio espectro de

actores sociales, políticos y técnicos en el proceso de toma de decisiones al

34

momento de diseñar e implementar planes, programas y proyectos de atención a

niños y niñas.

3.1.3 Responsabilidad Social de la Educación

La educación tiene un significado amplio que abarca situaciones relativas a lo

social, el saber y los valores de cada época, es esa interacción cultural por la cual

una sociedad adapta sus nuevos miembros, los integra a las reglas, saberes y

acciones. De ahí la necesidad por esforzarse por encontrar nuevos caminos cada

día para indagar, comprender y dar una mejor enseñanza a través de la

participación social. (Flórez, 2013)

Esto porque “las sociedades y los individuos serán tan exitosos como lo sea su

educación, en consecuencia, la función social más importante del educador es la

de ser agente de transformación de una cultura a las nuevas generaciones,

cultura que involucra conocimientos y conceptos acerca de la naturaleza y la

sociedad, formas de producción y uso de herramientas, máquinas y procesos que

generen la base material que sustenta la vida; conocimiento y expresión y normas

de comportamiento”. (Bruner, 1997)

La educación tiene que cumplir una función de adaptación social y preparar al

individuo para que éste pueda desenvolverse e integrarse en la sociedad que le

vaya a tocar vivir, pero no puede estar en dependencia absoluta y en conformismo

total con lo que en un momento determinado impongan la realidad familiar o

social.

La movilización social en torno a la educación está asociada, en primera instancia,

a la necesidad de que los ciudadanos ejerzan sus derechos y facultades a través

del reconocimiento y desarrollo de los consensos sociales que, en el pasado

inmediato, se han traducido en leyes, normas y planes que constituyen el norte

del desarrollo educativo y que tienen por propósito responder a las necesidades

sociales e individuales. Todos los sectores e individuos comprometidos

directamente en la oferta educativa, los usuarios, padres y madres de familia,

empresarios y empleados deben asumir la educación como el eje de la

construcción del futuro. (Mantilla, 2004)

En segundo lugar, la movilización social debe generar una activación de ideas,

métodos y procedimientos pedagógicos, tanto dentro como fuera de la escuela,

para armonizar la convivencia escolar y propiciar el conocimiento.

35

Los espacios de participación social definidos en la Ley General de Educación,

permiten que las decisiones para desarrollo del proceso formativo de los

estudiantes, sean analizadas y concertadas con las comunidades y sus

representantes desde el mismo escenario local, a través del Gobierno Escolar, el

Consejo Directivo de cada institución educativa, las Juntas de Educación

Municipal y Departamental, hasta el ámbito nacional en desarrollo de los foros

locales, regionales y nacionales de educación, así como toda iniciativa de

movilización a la comunidad educativa desde los propios establecimientos

educativos. (Kaplún, 1987)

Así, la responsabilidad social de la educación se sustenta en el criterio de que la

educación es un derecho, es un servicio público y cumple una función social. Es

un derecho por constituirse en un factor esencial del desarrollo individual y social,

que humaniza al ser humano e impulsa a la sociedad hacia la conquista de

mejores formas de organización.

En el plano individual procura el desarrollo de la personalidad, de la dignidad

humana y el desarrollo del ser racional, en toda su potencialidad e integralidad,

procesos formativos cuya intencionalidad es alcanzar un alto desempeño en su

vida de relación, dentro de un contexto social determinado. (Flórez, 2013)

La participación, para convertirse en instrumento de desarrollo, empoderamiento y

equidad social, debe ser significativa y auténtica, involucrar a todos los actores,

diferenciando pero sincronizando sus roles, y darse en los diversos ámbitos y

dimensiones de lo educativo: desde el aula de clase hasta la política educativa,

dentro de la educación escolar y también de la extra-escolar, en lo relacionado con

la enseñanza y el aprendizaje, pero sobre todo en la convivencia escolar en el

respeto entre iguales.

Esto implica el estudio, la definición y puesta en marcha de una estrategia de

participación social imbricada dentro de la propia política educativa, y ella misma

acordada participativamente, a fin de delimitar con claridad roles y

responsabilidades de cada uno de los actores y asegurar las condiciones y los

mecanismos para hacer efectiva la sana convivencia. (Mantilla, 2004)

Si se examina el nuevo rol que han asumido los padres de familia y los demás

miembros de la comunidad educativa local en el quehacer de la escuela como

formadora de los niños, niñas y jóvenes, observamos una creciente y dinámica

participación, lo que demuestra la responsabilidad frente a la educación como un

36

gran reto constante que involucra no solamente a los docentes, sino que debe ser

una permanente preocupación-acción de la sociedad en su conjunto.

De esta manera se busca hacer pertinentes los planes, programas y proyectos

educativos con las particulares necesidades de los niños en particular y de la

comunidad en general, incorporando al proceso educativo las nuevas funciones

establecidas para la educación derivadas de la globalización de la economía, de

los vertiginosos cambios tecnológicos y desarrollos culturales, bajo tres aspectos

fundamentales:

En primera instancia, que el elemento esencial de transformación o de

construcción de sociedad debe estar centrado en la educación.

En segundo lugar, el reconocimiento de la educación como factor de convivencia,

paz, tolerancia y participación ciudadana.

En tercer lugar, la educación como elemento para enfrentar los nuevos retos de la

sociedad del conocimiento, lo que implica que el sistema educativo debe

responder a una doble exigencia: por una parte, lograr que la escuela sea

efectivamente universal y educadora, y por la otra, prepararse para la inserción en

un mundo globalizado, sobre la base de insumos como la información y el

desarrollo del talento creador. (Inostroza, 1996)

Es evidente que una buena parte de la búsqueda de la responsabilidad social se

consigue a través de la organización institucional (tiempos, espacios, relaciones

de autoridad, infraestructura, introducción de tecnologías, formas de participación,

conectividad, entre otros aspectos) que permiten generar estrategias para

fomentar la convivencia en el entorno escolar. Sin duda, los espacios educativos

para la primera infancia son diferentes a los de hace cincuenta años.

Sin embargo, las evidencias aportadas hasta ahora sugieren que las

características de la personalidad o los patrones de reacción típica, en

combinación con la fuerza física o la debilidad en el caso de los niños y niñas, son

importantes para el desarrollo de estos problemas.

Al mismo tiempo, los factores ambientales como las actitudes, las rutinas, y el

comportamiento de los adultos (núcleo familiar) juegan un papel muy importante

al determinar la extensión en que los problemas se manifestarán en unidades más

grandes como el aula de clase o la institución educativa, a las que se adicionan las

37

actitudes y el comportamiento de sus iguales, manifestados en mecanismos y

procesos de grupo. (Olweus, 1993).

3.2 MARCO LEGAL

La Constitución Política de Colombia (1991), Artículo 4, dice que “el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana”, como un reconocimiento a la existencia de diferentes formas de vivir, pensar, sentir y actuar. De la misma manera en el capítulo 2, articulo 45 se establece la formación integral de la persona con garantías brindadas por el Estado, la sociedad y la familia. Por eso cuando se habla de multiculturalidad debe entenderse el concepto de cultura, que con frecuencia designa “las formas singulares según las cuales se combinan todos los elementos que constituyen un grupo social: representaciones colectivas, creencias, ideologías, instituciones, técnicas e incluso lo elementos geográficos y demográficos” (Duverger, 1981), para comprender que es a partir de una combinación de creencias y pensamientos que se forman las redes sociales para convivir en paz o en guerra. Hombres y mujeres quienes desde su propia identidad necesitan satisfacer, como mínimo, sus necesidades básicas, siendo en ese devenir de las diferencias en donde lo colectivo hace complejas las relaciones. Marco Raúl Mejía (2001), aporta elementos de juicio a este análisis académico cuando habla de la […] construcción de lo colectivo desde múltiples lugares, que ubica la diferencia como elemento central que nos constituye como seres sociales con responsabilidades colectivas, que son necesarias de re-construirse en el ejercicio también de la desconstrucción. La diferencia y el conflicto, desde la óptica de Mejía conduce a profundizar la agenda de cambios para construir de otra manera la vida cotidiana, todo lo cual exige un trabajo de deconstrucción (p. 28), es decir, los individuos se forman como seres sociales desarrollando su capacidad de reconstruir pensamiento y acción, al reconocer y entender las diferencias existentes para abandonar esas miradas de sospecha y exclusión y aprender a construir con el otro y con la otra. Además, el hecho de advertir y asumir el conflicto permite convertirlo en creador de procesos y generador de verdades, para ahondar en aspectos que generen cambios sociales, porque como lo dijo Maturana (1980, p. 267): “lo social es un aspecto ético y las preocupaciones éticas jamás van más allá del espacio social donde surgen”.

38

Si lo social es el espacio donde existe la convivencia, es en la comunidad donde se logra la compenetración del uno con el otro, bajo ciertos principios éticos, como el respeto, la libertad, la armonía, el amor en lo social, entre otros. 3.2.1 Ley de la Infancia y la Adolescencia La Ley 1098 de noviembre 06 de 2006, Nuevo Código de la Infancia y

Adolescencia establece en el artículo 43 la “obligación ética fundamental de los

establecimientos educativos, por lo que las instituciones de educación primaria y

secundaria, públicas y privadas, tendrán la obligación fundamental de garantizar a

los estudiantes, niñas y adolescentes el pleno respeto a su dignidad, vida,

integridad física y moral dentro de la convivencia escolar, estableciendo en sus

reglamentos los mecanismos adecuados de carácter disuasivo, correctivo y

reeducativo para impedir la agresión física o psicológica, los comportamientos de

burla, desprecio y humillación hacia estudiantes y adolescentes con dificultades en

el aprendizaje, en el lenguaje o hacia estudiantes y adolescentes con capacidades

sobresalientes o especiales”.

Corresponde entonces fomentar el diseño de procedimientos en los planteles

educativos para detectar tempranamente situaciones de agresión y hostigamiento

violento entre estudiantes, y prevé mecanismos de conciliación directa o

mediación en los cuales participen los propios compañeros de estudio o los padres

de familia, además de incentivar a los planteles educativos a inculcar una cultura

de respeto y tolerancia, que serán incluidos dentro de los manuales de

convivencia escolar.

3.2.2 Ley General de Educación

El artículo 1º de la Ley General de Educación señala que ésta hace parte de un

proceso de formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta

en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus

derechos, y de sus deberes, que como servicio público cumple una función social

acorde con las necesidades e intereses de la personas, de la familia y de la

sociedad, fundamentada en los principios de la Constitución Política sobre el

derecho a la educación que tiene toda persona, en las libertades de enseñanza,

aprendizaje, investigación y cátedra y en su carácter de servicio público.

En el artículo 5 se describen los fines de la educación de conformidad con el

artículo 67 de la Constitución más concretamente en sus numerales 1, 2, 3, 4, 5, 6,

39

7, 8, 9 y 11 los cuales contemplan lo relacionado con la formación y el desarrollo

integral de la persona.

La Constitución Política y la Ley General de Educación orientan enfáticamente que

la convivencia en las instituciones educativas se debe fundamentar en los

principios y valores de la democracia y los derechos humanos.

La Corte Constitucional ha dicho que una idea de democracia militante atraviesa

toda la Constitución Política. Nuestra experiencia trata de aplicar esta orientación

constitucional y legal en el trámite de los conflictos propios de la convivencia

escolar, especialmente los relacionados con las infracciones disciplinarias de los

estudiantes, a través de un Manual de Convivencia que incorpora muy claramente

derechos y deberes de los actores escolares y los procedimientos disciplinarios

para corregirlos, teniendo como eje el respeto por el derecho al debido proceso.

La necesidad de implementar en la institución educativa la orientación del artículo

67 de la Constitución Política en el sentido de que la educación debe basarse en

el respeto por los derechos humanos y de cumplir con los fines de la educación,

de formar a un educando en el pleno desarrollo de la personalidad y en el respeto

por los derechos humanos. La urgencia de encontrar la armonía institucional

para poder generar los ambientes necesarios para el éxito de nuestro modelo

pedagógico.

3.2.3 Manual de convivencia

El Manual de Convivencia, es una invitación a la comunidad educativa, a construir

día a día un espacio que propicie las mejores condiciones para el crecimiento en

valores.

Una nueva educación necesita concebir la convivencia en la escuela como una

etapa de la vida, la cual debe transcurrir felizmente; el docente debe por lo tanto

valorar a sus educandos, teniendo en cuenta sus intereses y potenciar sus

capacidades, todo esto para mejorar la calidad de educación.

De esta manera se proporcionan elementos fundamentales para el trato adecuado

en situaciones que obstaculicen las relaciones en su buena marcha en el ambiente

escolar, generando espacio para el dialogo, la tolerancia, el desarrollo de

afectividad, la autoestima, el respeto a la diferencia, el ejercicio a la autonomía, la

participación y la democracia.

40

3.3 MARCO CONCEPTUAL

Acoso escolar El acoso escolar es una problemática que se ha agudizado en los últimos años,

debido a unos patrones socioculturales que se han adoptado y que en algunos

casos no contribuyen en la construcción social, haciendo de esta conducta una

práctica normal a todos los niveles. (Plata, 2010; Cabezas, 2011; Pérez, 2010)

Sigmund Freud fundador de la teoría psicoanalítica, destaca la notable influencia

en la conducta de las experiencias vividas en la niñez. Estas deprimen muchas

pulsiones instintivas y recuerdos de experiencias traumáticas, razón por la cual el

hombre es agresivo por naturaleza y que en muchas ocasiones su conducta esta

mediada por instintos. (Freud, 1966, p. 308-335)

Según postulados de María del Pilar Moreno Jiménez, psicóloga de marginación

social (Moreno, 2001), el problema del acoso escolar (entendido como el conjunto

de patrones de actividad violenta) pueden manifestarse con intensidad variable,

incluyendo desde la agresión física hasta los gestos o expresiones verbales

manifiestas en el curso de cualquier interacción en el ámbito escolar.

Estos signos de agresividad pueden manifestarse en lo físico (lucha con

manifestaciones corporales explícitas), emocional (ira, cólera explícito en

expresiones faciales como gestos, cambio del tono y volumen en el lenguaje),

cognitivo (fantasías destructivas, elaboración de planes agresivos o ideas de

persecución propia o ajena), y social (marco en el cual, de una manera o de otra,

toma forma concreta la agresividad).

Se puede presentar en forma directa ya sea en violencia física (patadas,

empujones, mordiscos, etc.) y en violencia verbal (insultos), pero también se

puede encontrar agresividad indirecta o desplazada, en el cual el niño arremete

contra los objetos de las personas que han sido actores del conflicto y como

expresión individual, el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de

frustración. Por ello se articula con otras conductas de autoprotección, amenaza,

ataque, sumisión y/o huida. (Rodrigo, 1993)

Para poder actuar sobre el acoso se necesita un modelo o teoría que permita

analizarla desde los factores socioculturales, destacándose la teoría propuesta por

Erick Erickson, (Erickson, 2000) la cual contribuye a la comprensión de la

41

interacción humana, teoría que se fundamenta en el papel de las influencias

ambientales, en el moldeamiento de los patrones de conducta, los cuales priorizan

crear ambientes positivos para los niños y niñas directamente en manos de los

padres, madres, maestros y otras personas encargadas de su cuidado.

Adolescencia

La adolescencia es una etapa en la cual surgen una serie de cambios físicos,

psicológicos y sociales, que contribuyen a la formación de la personalidad; la

manera en que los adolescentes afrontan estos cambios se ve reflejada en los

comportamientos de permisibilidad y violencia que ellos exteriorizan ante las

diversas situaciones de la vida cotidiana.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la adolescencia es una etapa

de transición entre la infancia y la adultez, que se extiende entre los 10 y los 19

años. Que puede segmentarse en tres etapas: adolescencia temprana (10 a 13

años de edad), mediana (14-16) y tardía (17-19).

Agresividad escolar

La falta de afecto y desprotección de las que son víctimas los niños y niñas por

parte de sus padres se ven reflejadas en sus patrones comportamentales en la

escuela, los cuales se expresan por medio de gritos, agresiones físicas, verbales,

dificultad para captar ordenes de sus superiores, además de la falta de aprecio por

sí mismos y sus pertenencias, incluso por su centro educativo, condición que deja

percibir la descomposición familiar, la falta de valores y normas que están

ausentes en la educación desde la primera infancia.

Sigmund Freud fundador de la teoría psicoanalítica, destaca la notable influencia

en la conducta de las experiencias vividas en la niñez. Estas deprimen muchas

pulsiones instintivas y recuerdos de experiencias traumáticas, razón por la cual el

hombre es agresivo por naturaleza y que en muchas ocasiones su conducta esta

mediada por instintos. (Freud, 1966, p. 308-335)

Según postulados de María del Pilar Moreno Jiménez, psicóloga de marginación social (Moreno, 2001), el problema de la agresividad infantil (entendida como el conjunto de patrones de actividad violenta) pueden manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la agresión física hasta los gestos o expresiones verbales manifiestas en el curso de cualquier interacción en el ámbito escolar.

42

Bullying

Cuando se habla de ‘bullying’, se hace referencia a una forma de maltrato físico y

sicológico que sufre un individuo por parte de otro, de forma repetitiva. La persona

que sufre el acoso es más débil que su agresor y este se aprovecha de ello para

conseguir más poder o en su defecto, para divertirse o divertir a los demás.

En la actualidad son muchos los casos que se presentan de intimidación; cada día

las instituciones educativas y demás centros de formación están siendo afectados

por esta problemática que genera graves consecuencias, no solo para la víctima,

sino también para todas aquellas personas que están inmersas en este fenómeno

social.

Existen varios tipos de Bullying:

Bullying Físico: Incluye toda acción corporal. Es la forma más habitual de Bullying. En los últimos años, el Bullying físico se ha mezclado con una frecuencia alarmante, con diversas formas de abuso sexual. Se identifica porque suele dejar huellas corporales directas (golpes, empujones, patadas, formas de encierro, escupir), e indirectas (daño a pertenencias, robar, romper, esconder cualquier clase de objeto).

Bullying Verbal: Incluyen acciones no corporales con la finalidad de discriminar, difundir chismes, realizar acciones de exclusión, bromas insultantes y repetidas. Los niños y jóvenes son mucho más sensibles que los adultos ante estas cuestiones. La opinión de los padres constituye una parte esencial entre los factores que ayudarán a formar la identidad y la personalidad. Es más utilizado por las mujeres mientras se van acercando más a la adolescencia. Directas (poner apodos, insultar, amenazar, burlarse, reírse, entre otros) e indirectas (generar rumores raciales o sexistas, malos comentarios, hablar mal).

Bullying Psicológico: Son las más difíciles de detectar ya que son formas de agresión, amenaza o exclusión que se llevan a cabo a espaldas de cualquier persona que pueda advertir la situación, por lo que el agresor puede permanecer en el anonimato. Se usa frecuentemente para subrayar, reforzar o resaltar acciones llevadas a cabo con anterioridad y mantener latente la amenaza. Incrementan la fuerza del maltrato, pues el agresor exhibe un poder mayor al mostrar que es capaz de amenazar aunque esté “presente” una figura de autoridad.

43

En el agredido aumenta el sentimiento de indefensión y vulnerabilidad, pues percibe este atrevimiento como una amenaza que tarde o temprano se materializará de manera más contundente. Pueden consistir en una mirada, una señal obscena, una cara desagradable, un gesto, entre otros. También dentro de este hay un tipo de Bullying que se conoce como Bullying racista que se da cuando el maltrato hace referencia a los orígenes de la víctima.

Convivencia:

La convivencia es el pilar fundamental de la vida en comunidad significando vivir

con el otro, compartir sus vidas y sus ideas, respetando sus diferencias

individuales, lo que implica el acuerdo sobre las normas mínimas, sobre los límites

de comportamiento, dentro del cual se asumen los deberes y se respetan los

derechos de los demás.

La convivencia en la escuela de hoy, está representada en la imagen de un mundo

de bandos, lo cual no permite que el futuro vea en el presente mayor diferencia

entre el ejercicio de la fuerza y el uso de la violencia, distinción que hace Jean-

Marie Muller (2002) cuando expresa que: “debemos distinguir claramente el

ejercicio de la fuerza del uso de la violencia”, pues es posible la fuerza sin

violencia y violencia sin fuerza.

Convivencia Escolar

La condición humana de convivir con seres semejantes es asumida de diferentes

formas derivando en una amplia gama de relaciones sociales condicionadas por

intencionalidades y expresiones en las que estas se manifiestan, donde tanto las

formas como los contenidos están influenciados por las subjetividades (vivencias y

aprendizajes en el convivir), las relaciones interpersonales (intereses en juego) y

los contextos sociales (estructuras normativas). (Ianni, 1998)

Aunque la cultura de hoy acepta las diversidades y promueve la convivencia

multicultural, al mismo tiempo se desentiende de las diferencias socioeconómicas

que esa diversidad genera.

Esto ha llevado a que en los últimos años se convierta la intolerancia en casi un

paisaje social, derivado de un desajuste emocional y cognitivo de algunos sectores

de la población, con especial relevancia y trascendencia en el contexto escolar,

44

donde ellos son el centro de atención y donde se evidencia la crisis de identidad.

(Mockus, 1995)

Cultura escolar

Referir a la cultura escolar es por sí una tarea de alta complejidad, cuyo estudio

reclama participación responsable y decidida de quienes participan en el proceso

educativo.

No es una tarea sencilla, menos aun cuando hay distancias culturales que

permitan comprender los cambios científicos y tecnológicos, dado que la

educación ayuda a la construcción del ser humano, con la complejidad que esto

significa. (Velasco, 1993)

Formar desde la individualidad como proceso de construcción interior, sin

desconocer la responsabilidad asignada a la educación desde lo social, favorece la

consolidación y perpetuidad de los valores sociales. De ahí que la educación

debe encajar en la organización colectiva, para trasmitir los bienes culturales de

una generación a otra, además de ser garante de la organización social y de las

normas de convivencia.

Educación y comunicación

Kaplún da especial importancia a la educación como proceso de comunicación,

porque desde ella se busca de una u otra manera un resultado formativo, ya que

de esta manera se producen mensajes para que los destinatarios tomen

conciencia de su realidad, suscitan reflexión, y generen discusión en el sentido

amplio de la palabra.

De lo anterior se colige que la acción educativa se lleva a cabo desde tres

modelos básicos: educación que pone énfasis en los contenidos, educación que

pone énfasis en los efectos y educación que pone énfasis en el proceso. Los dos

primeros son exógenos al estudiante y el tercero corresponde al educando como

sujeto de educación.

Vista así la educación, es entonces una comunicación que en su forma de

interacción, con uno mismo, con los otros y con el conocimiento, invita a la

transformación y no solamente a la repetición (Kaplún, la práctica de la

comunicación educativa, 1992).

45

4. METODOLOGÍA

4.1 TIPO DE INVESTIGACIÓN

Bajo la denominación de investigación cuantitativa que supone un planteamiento, un acercamiento a la realidad objeto de estudio y a la teoría, y unos fines de la investigación característicos provenientes de una realidad observable, medible y que se puede percibir de manera precisa, a partir de un marco teórico, mediante un razonamiento deductivo, que posteriormente se intenta validar empíricamente. A partir de ello se busca establecer una relación de causa-efecto, relación que puede adoptar distintos valores. en función de esa variable y que para el caso particular de la presente propuesta de investigación corresponde a la “caracterización del acoso escolar en adolescentes de Sexto a Undécimo grado de los colegios públicos de Bucaramanga”.

Desde este tipo de investigación se analiza como las personas construyen y mantienen el sentido de la realidad externa a través de sus percepciones y acciones, por lo que el orden social es construido por los actores y eventos resultado de su interacción. Para el caso central de la investigación, acoso escolar en adolescentes de colegios públicos de Bucaramanga, permite realizar un acercamiento a una perspectiva para construir una idea de armonía activa y dinámica desde los mismos sujetos comprometidos. Adicionalmente se tiene en cuenta el enfoque critico social el cual transforma la realidad a través de las emociones, la cognición y la acción; el método IAP, “investigación acción participativa” metodología que vivencia los problemas y les da posibles soluciones. Esta investigación es apoyada y sustentada especialmente en la teoría del aprendizaje social de Eric Ericsson. Este tipo de investigación es importante porque indica como evidenciar los problemas y darles posibles soluciones o respuestas a ellos. También busca impulsar las ciencias de la conducta humana a promover el bienestar de los seres humanos y sus comunidades de forma comprometida y efectiva al promover el bienestar comunitario de forma comprometida y efectiva, a partir de la cual se puede identificar algunas falencias en el proceso de adaptación y aprendizaje; conductas que irrumpen la interacción de los individuos como agentes activos de este contexto.

46

4.2 ENFOQUE METODOLÓGICO

El enfoque metodológico del estudio es descriptivo de corte transversal en los cuales no se interviene o manipula el factor de estudio, es decir se observa lo que ocurre con el fenómeno en estudio en condiciones naturales, en la realidad. Como estudio descriptico de corte transversal se intenta analizar el fenómeno en un periodo de tiempo corto. Este enfoque metodológico se caracteriza por su flexibilidad en cuanto al empleo de técnicas de recolección de datos e información (observación, encuestas, entrevistas) entre los más significativos, pudiendo hacer uso de técnicas adicionales. Siendo consecuentes con el proceso de investigación, el grupo de trabajo se reunió con directivos y docentes de las instituciones educativas para explicar los propósitos del estudio y el trabajo que ello implicaba. Fruto de ese acuerdo, la relación con los docentes y los estudiantes permitió el equilibrio y claridad necesaria para el desarrollo de las actividades de observación y encuestas, permitiendo llegar a relaciones de colaboración mutua con el objeto de estudio, base fundamental de las investigaciones de corte etnográfico.

4.3 POBLACIÓN Y MUESTRA

4.3.1 Población

La población está conformada por los estudiantes de sexto a undécimo grado de

los Colegios:

Colegio Club Unión

Colegio Oriente Miraflores

Colegio Politécnico

Colegio Salesiano Eloy Valenzuela

Colegio Gabriela Mistral

Colegio Las Américas

Colegio La Medalla Milagrosa

Colegio La Libertad

Colegio Promoción Social del Norte

Colegio San José de la Salle

Colegio La Juventud

Colegio Claveriano

Colegio Colorados

Colegio José Celestino Mutis

47

Colegio Nuestra Señora del Pilar

Escuela Normal Superior de Bucaramanga

Colegio Aurelio Martínez Mutis

Colegio Provenza

4.3.2 Muestra

La muestra de la investigación la conforman:

16 encuestas Colegio Club Unión

32 encuestas Colegio Oriente Miraflores

49 encuestas Colegio Politécnico

42 encuestas Colegio Salesiano Eloy Valenzuela

30 encuestas Colegio Gabriela Mistral

14 encuestas Colegio Las Américas

9 encuestas Colegio La Medalla Milagrosa

8 encuestas Colegio La Libertad

8 encuestas Colegio Promoción Social del Norte

14 encuestas Colegio San José de la Salle

9 encuestas Colegio La Juventud

5 encuestas Colegio Claveriano

19 encuestas Colegio Colorados

31 encuestas Colegio José Celestino Mutis

58 encuestas Colegio Nuestra Señora del Pilar

31 encuestas Escuela Normal Superior de Bucaramanga

59 encuestas Colegio Aurelio Martínez Mutis

7 encuestas Colegio Provenza Total encuestas 441 4.4 PERIODO DE ESTUDIO

Durante el año 2015, se aplicó el instrumento para la recolección de los datos donde el objetivo era determinar la frecuencia en la cual se presenta el acoso escolar o Bullying en los adolescentes escolarizados de Bucaramanga. 4.5 TAMAÑO DE LA MUESTRA

Con una confianza del 95%, frecuencia esperada del 20% y error del 5% el

tamaño de muestra fue de 441 estudiantes adolescentes escolarizados de sexto a

undécimo grado de los colegios públicos de la ciudad de Bucaramanga,

relacionados anteriormente.

48

4.6 MUESTREO

Se realizó un muestreo probabilístico por conglomerados en los estudiantes escolarizados de los colegios relacionados anteriormente, donde se evalúa los grados sexto a undécimo de cada institución.

4.7 CRITERIOS DE INCLUSIÓN

Adolescentes escolarizados de los grados sextos hasta undécimo en el año 2015 de los colegios públicos de la ciudad de Bucaramanga que se relacionan en el ítem correspondiente a población y muestra. 4.8 CRITERIOS DE EXCLUSIÓN

Adolescentes escolarizados con dificultades de aprendizajes, es decir que presenten dificultades de visión, auditivo y lenguaje, así como aquellos cuyos padres no firmaron el consentimiento informado. 4.9 VARIABLES

En esta investigación se evaluó las variables que se relacionan en el anexo 1, en el cual se estipulan como datos de control institución educativa, como perfil sociodemográfico edad, grado, género, procedencia, barrio de residencia, comuna, afiliación al sistema de seguridad social, discapacidad, relación con los padres, entorno familia, comportamiento, entorno de la vecindad, consumo de drogas y finalmente acoso escolar. 4.9.1 Variables independientes

Sexo

Jornada

Colegio

Curso

Tipo de familia 4.9.2 Variables dependientes

Violencia verbal

Violencia física

Violencia de exclusión

Violencia hacia las pertenencias

Violencia hacia profesores

49

4.10 INSTRUMENTO DE RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN

El instrumento de recolección de la información corresponde a la encuesta, la cual

se ha estructurado en torno al perfil sociodemográfico de los estudiantes y su

entorno familiar (41 preguntas), y acoso escolar (26 preguntas).

En la etapa inicial del estudio se gestionó la planeación y coordinación con las instituciones escogidas, posteriormente se solicitó el consentimiento informado de los diferentes supervisores en ambas instituciones y por último se aplicó el instrumento en el espacio destinado para la recolección de los datos utilizando el consentimiento informado de los docentes y los estudiantes para la realización de la actividad.

Una vez realizada la encuesta, se procede a efectuar la tabulación de los datos

en el paquete estadístico Epidata y Epianalysis, y los resultados de la misma son

representados mediante tablas y gráficas para la correspondiente interpretación de

resultados.

4.11 CONSIDERACIONES ÉTICAS

En la investigación se tuvo como referencia la Resolución 008340 de 1993 establecida por el Ministerio de Salud en Colombia. Lo establecido en esta resolución nos indica las descripciones de un riesgo mínimo y por esta razón se realizara el consentimiento informado de manera verbal.

En este estudio se dio a los estudiantes evaluados la oportunidad de decidir de su participación en el mismo, se guardara el anonimato respecto a la información de los evaluados, grupos y entidades que decidieron o no participar en esta investigación.

Se tuvo en cuenta los principios éticos básicos que deben regir una investigación como son la autonomía, justicia beneficencia y no maleficencia. El comité de investigación del programa de enfermería de la Universidad de Santander aprobó el protocolo de investigación realizado por los alumnos de Proyecto de investigación II.

50

5. ANALISIS DE RESULTADOS Aplicado el instrumento de recolección de la información en las instituciones y con los estudiantes de sexto a undécimo grado de acuerdo a las consideraciones expuestas en el capítulo anterior, los resultados se exponen a continuación: 5.1 PERFIL SOCIODEMOGRÁFICO El perfil sociodemográfico está compuesto por género, procedencia del estudiante, estrato social, tipo de seguridad social, tiempo en la institución educativa, miembros de la familia con quienes vive, recibes agresión física y verbal de los padres, consumo de bebidas alcohólicas y agresión entre vecinos. Figura 1. Género

Figura 2. Procedencia del estudiante

Tabla 1. Estrato social Frecuencia Porcentaje

Válido Estrato Uno 367 83,0

Estrato dos 46 10,4

Estrato tres 26 5,9

Estrato cuatro 1 ,2

Estrato cinco 1 ,2

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Tabla 2. Seguridad social

51

Frecuencia Porcentaje

Válido Contributivo 266 60,2

Subsidiado 114 25,8

Prepagada 35 7,9

Vinculado 9 2,0

Régimen especial 17 3,8

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Tabla 3. Tiempo en la institución educativa

Frecuencia Porcentaje

Válido Un año 62 14,0

Dos años - cinco años 91 20,6

Seis - ochos años 152 34,4

Nueve - diez años 69 15,6

Once años 64 14,5

7 3 ,7

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Figura 3. Miembros de la familia con quienes vive

Tabla 4. Pasa tiempo libre con tus padres

Frecuencia Porcentaje

Válido Si 375 84,8

No 66 14,9

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Figura 4. Recibes agresión física de tus padres

52

Figura 5. Recibes agresión verbal de tus padres

Figura 6. Consumes bebidas alcohólicas con tus amigos

Tabla 5. Tus vecinos se agreden verbalmente Frecuencia Porcentaje

Válido Si 145 32,8

No 296 67,0

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

53

De ese primer apartado se tiene que el 56% son de género femenino y 44% de género masculino; el 59% vive en el sector urbano y el 41% en el sector rural; por estratos el de mayor participación es el estrato uno con el 83% y el dos con el 10%; en seguridad social el 60% pertenece el régimen contributivo y el 26% subsidiado; el 14% lleva un año en la institución educativa, el 21% entre dos y cinco años, el 34% entre seis y ocho años, el 16% entre nueve y diez años y el 15% que ha cursado toda la educación básica primaria y secundaria en la institución; el 78% vive con tres-cinco personas y el 4% con más de cinco; el 85% pasa tiempo libre con sus padres; el 85% ha recibido agresión física y el 15% verbal de parte de sus padres; el 11% consume bebidas alcohólicas con los amigos, y el 33% ha sido testigo de agresiones verbales entre vecinos. 5.2 COMPONENTE EDUCATIVO El componente educativo, compuesto por miedo a asistir a clase, compañeros que llevan armas blancas o de fuego a la institución educativa, ha pertenecido a alguna pandilla, ha presenciado peleas entre compañeros, y con qué frecuencia consumes drogas. Figura 7. Te da miedo asistir a clase

Figura 8. Tus compañeros han llevado arma blanca

54

Figura 9. Tus compañeros han llevado armas de fuego

Figura 10. Has pertenecido a alguna pandilla

Figura 11. Has presenciado peleas entre compañeros

55

Figura 12. Con que frecuencia consumes drogas

La síntesis de resultados arrojados por la encuesta en este ítem, indica que al 21% le da miedo asistir a clase; el 12% manifiesta haber visto compañeros con arma blanca y el 63% con armas de fuego en la institución educativa; el 41% ha estado vinculado a pandillas; el 4% ha presenciado peleas entre compañeros; el 74% nunca ha consumido drogas y el 12% menos de un día al mes, pero el 10% las consume entre tres y cinco días a la semana. 5.3 ACOSO ESCOLAR El componente escolar está constituido por un bloque de 27 preguntas, las cuales se relacionan a continuación

Figura 13. Has visto compañeros insultándose

56

Figura 14. Has visto a un compañero fuerte pegándole a uno débil

Tabla 6. Has visto a un alumno burlándose o humillando a otro Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 117 26,5

1-2 veces 76 17,2

3-5 veces 96 21,7

5-6 veces 65 14,7

Más de 6 veces 87 19,7

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Tabla 7. Has visto a un alumno amenazando a otro Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 43 9,7

1-2 veces 49 11,1

3-5 veces 56 12,7

5-6 veces 103 23,3

Más de 6 veces 190 43,0

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Tabla 8. Has visto a un alumno que hace cosas que no quiere debido a que otros compañeros más fuertes lo presionan o amenazan

Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 224 50,7

1-2 veces 74 16,7

3-5 veces 81 18,3

5-6 veces 24 5,4

Más de 6 veces 38 8,6

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

57

Figura 15. Has visto peleas entre compañeros

Figura 16. Has visto a un alumno que quiere participar de una actividad o juego pero no puede porque los otros compañeros no lo dejan

Tabla 9. Has sabido de algún compañero al que le hayan robado en el colegio Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 151 34,2

1-2 veces 54 12,2

3-5 veces 81 18,3

5-6 veces 58 13,1

Más de 6 veces 97 21,9

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

58

Figura 17. Algún compañero al que le hayan roto o dañado algo suyo a propósito

Tabla 10. Compañeros tuyos insultando a profesores Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 182 41,2

1-2 veces 85 19,2

3-5 veces 87 19,7

5-6 veces 34 7,7

Más de 6 veces 53 12,0

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Figura 18. Te han insultado compañeros tuyos

59

Figura 19. Uno o varios de tus compañeros te agredieran físicamente?

Tabla 11. Compañeros tuyos se burlaran por característica física o forma de ser Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 304 68,8

1-2 veces 61 13,8

3-5 veces 37 8,4

5-6 veces 31 7,0

Más de 6 veces 8 1,8

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Figura 20. Compañeros tuyos te amenazaran con hacerte daño

60

Figura 21. Hacer algo que no querías por presión o amenaza

Figura 22. Te has robado algo dentro del colegio

Figura 23. Insultado a algún compañero

61

Figura 24. Algún profesor tuyo que te haya insultado

Figura 25. Has amenazado a algún compañero tuyo con hacerle daño

Figura 26. Has agredido a un compañero más débil

62

Tabla 12. Burlarse de algún compañero por característica física o forma de ser Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 369 83,5

1-2 veces 47 10,6

3-5 veces 21 4,8

Más de 6 veces 4 ,9

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Tabla 13. Pelearse con algún compañero

Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 338 76,5

1-2 veces 51 11,5

3-5 veces 32 7,2

5-6 veces 8 1,8

Más de 6 veces 12 2,7

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Tabla 14. Obligado a un compañero a hacer lo que no quiere

Frecuencia Porcentaje

Válido Nunca 249 56,3

1-2 veces 103 23,3

3-5 veces 48 10,9

5-6 veces 13 2,9

Más de 6 veces 28 6,3

Total 441 99,8 Perdidos Sistema 1 ,2 Total 442 100,0

Figura 27. Impedir a algún compañero a participar en juegos

63

Figura 28. Romper o dañar algo dentro del colegio a propósito

Figura 29. Has insultado a un profesor tuyo

En síntesis, del componente acoso escolar se tiene que el 90% ha sido testigo de insultos entre compañeros, el 53% ha visto a un compañero fuerte pegarle a uno más débil; el 73% ha visto a un estudiante burlándose de otro, de ellos el 20% en más de seis ocasiones y el 22% entre tres y cinco veces; ha visto amenazas de un compañero a otro el 90%, fue testigo de estudiantes que han hecho cosas que no quieren por obligación de otro en el 49% de los casos, el 39% fue testigo de peleas entre compañeros, el 84% ha presenciado discriminación de sus compañeros a otro para participar en alguna actividad, el 64% ha sabido de robos a compañeros, un compañero le ha roto o daño algo a otro en el 80% de los encuestados, 59% fue testigo presencial de compañeros insultando a profesores,

64

71% ha recibido insulto de compañeros, el 73% ha sido víctima de agresiones por parte de compañeros, el 31% ha recibido burlas de sus compañeros, el 51% ha sido víctima de amenazas con hacerle daño por parte de compañeros, el 14% ha sido obligado a hacer cosas que no quería por presión o amenaza, el 22% se ha robado algo en el colegio, el 21% ha proferido insultos a sus compañeros, ha recibido insultos de los profesores el 59%, amenazado a un compañero con hacerle daño el 60%, ha agredido a un compañero más débil el 17%, se ha burlado de un compañero por una característica física o forma de ser el 16%, el 23% se ha peleado con un compañero, el 44% ha obligado a otro a hacer lo que no quiere, ha impedido que un compañero participe de actividades el 60%, ha roto o dañado algo en el colegio a propósito el 10%, y ha insultado a su profesor el 21%. De lo anterior se deduce que el clima de convivencia en las instituciones públicas de la ciudad de Bucaramanga que hacen parte de este estudio se encuentran referentes comunes de acoso escolar manifestados en grupos humanos heterogéneos que poseen diferentes expectativas, visiones de mundo y múltiples conflictos propios, que de alguna manera genera desmotivación en la dinámica escolares evidenciada en estudiantes que sienten miedo de ir al colegio (21%), desinterés por lo académico y un alto índice de agresión verbal y física entre pares, reflejando un desconocimiento de valores socioculturales, una ausencia del respeto por la diferencia y por la convivencia con diversas formas de existir. 5.4 CONSOLIDADO POR ROLES 5.4.1 Rol Testigo Figura 30. Rol testigo

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%86%

54%59%

84%76%

65

El consolidado total por roles como testigo, es bien preocupante por cuanto todos los valores están por encima del 50%, destacándose el acoso verbal con el 86% y exclusión con el 84%, en segundo nivel se encuentra el daño a pertenencias con el 76% y en el tercer nivel, sin que ello implique el desconocimiento de su importancia el maltrato a profesores y el acoso físico con el 59% y 54% respectivamente. Ante la responsabilidad del papel de la escuela en la socialización de los estudiantes (niñas, niños y adolescentes) para construir una sociedad más tolerante, justa, solidaria y equitativa es urgente, la aplicación de recursos pedagógicos que vayan a mejorar las relaciones y disminuir la agresividad entre los estudiantes y la comunidad educativa en general, así como es deber y responsabilidad del docente desde su quehacer pedagógico, en calidad de orientador, mediador y facilitador del proceso educativo, llamar a generar espacios de interacción social. (Woods, 1995) 5.4.2 Rol victimario Figura 31. Rol victimario

Como victimario, el valor más alto se tiene en acoso verbal con el 60%, el acoso físico con el 44%, y en los niveles inferiores la exclusión ,, el daño a pertenencias y el maltrato a profesores con el 25%, 23% y 21% respectivamente. Si a la luz de estos resultados se examina el rol que deben asumir tanto los

individuos, como las familias y las instituciones educativas en el quehacer como

formadores de las nuevas generaciones, se observa una creciente

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

60%

44%

21%25% 23%

Acoso verbal

Acoso físico

Profesores

Exclusión

Pertenencias

66

descomposición, que demuestra la responsabilidad frente a la educación como un

gran reto constante que involucra no solamente a los docentes, sino que debe ser

una permanente preocupación-acción de la sociedad en su conjunto.

5.4.3 Rol víctima Figura 32. Rol víctima

Al hacer el consolidado del rol víctima se tiene en cuenta tanto el contexto familiar

como el de la institución educativa, detectando que los comportamientos violentos

se están originando en la familia, por cuanto el 85% de los estudiantes manifiestan

haber sido víctimas de maltrato físico en un 85% y de maltrato verbal en un 15% y

que adquieren mayor trascendencia en la escuela en donde el maltrato verbal se

triplica al llegar al 51%, tiene una leve reducción el maltrato físico (73%). Estos

mismos comportamientos tienen otras manifestaciones como la exclusión que

llega al 60% y el daño a sus pertenencias que alcanza una participación del 23%.

Más grave aún es que los mismos docentes están haciendo parte de este grupo

de victimarios, que para el caso del presente estudio tienen una participación del

59%.

El consolidado de los roles testigo, victimario y víctima, se confirma lo manifestado

por Toro (2007), cuando refiere que el acoso escolar en Colombia está presente

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

Acoso verbal Acoso físico Profesores Exclusión Pertenencias

15%

85%

51%

73%

59% 60%

23%

Familia Institución

67

en todos los centros educativos y, en mayor o menor medida, afecta al 30 % de

los alumnos, bien sea por agresiones amenazas e intimidaciones (8%) agresiones

físicas (5%), acoso sexual (3%), y amenazas con armas (1%), con el agravante

que se ha incrementado de manera alarmante.

Estos cuestionamientos hacen parte de la radiografía que se registra hoy en los

Centros educativos, en donde la mala convivencia estudiantil representa un grave

problema tanto para las instituciones como a los mismos estudiantes que se ven

afectados directa o indirectamente con las consecuencias que ello encierra, y que

se traducen en ausentismo escolar, bajo desempeño académico, deserción por el

miedo a ser víctima de la discriminación o ataque y finalmente la confrontación

entre ellos mismos pese a su edad.

Por tanto, siendo fieles a los postulados de Kaplún (1987), aplicados al proceso

educativo para la convivencia, de lo que se trata es de reconstruir relaciones

interpersonales y colectivas en una perspectiva de responsabilidad, respeto y

reconocimiento del otro.

68

6. DISCUSIÓN

Convivir en comunidad implica, tejer una red de relaciones, procesos, acciones, conductas y emociones, cuyo objetivo esencial es crecer, convivir en la diferencia y asumir la diversidad cultural como un valor y un referente positivo para cambiar la escuela, como elemento esencial para enriquecer la actividad ordinaria del aula (Maturana, 2002). Desde esta perspectiva los resultados del estudio adelantado son testigos de esa diversidad cultural en las instituciones educativas de la ciudad de Bucaramanga, en la que el 65% son mujeres y el 44% hombres, el 83% reside en sectores estrato uno y el 10% en el estrato dos, además de que el 59% es citadino y el 41% reside en el sector rural. Es cierto que la violencia es la otra cara de la convivencia y aunque no debiera verse ni en el hogar ni en la escuela, es importante aprender a desnaturalizarla o humanizarla y no desconocerla o negarla pues esto sólo agrandaría el deterioro del tejido social.

En el caso específico de la violencia o maltrato en el hogar, en el caso de la encuesta realizada en instituciones públicas de Bucaramanga, en el apartado de perfil sociodemográfico se encuentra que pese a que el 85% manifiesta compartir el tiempo libre con su familia, ese mismo 85% aduce haber recibido agresión físicas y el 15% verbales al interior de su núcleo familiar, a lo que se adiciona que el 33% ha sido testigo de agresiones verbales entre vecinos.

Si se tiene en cuenta lo manifestado por Sigmund Freud (1966), fundador de la teoría psicoanalítica, respecto de la notable influencia en la conducta de las experiencias vividas en la niñez, los recuerdos de experiencias traumáticas, predisponen al individuo a la agresividad, máxime si se tiene en cuenta que en muchas ocasiones su conducta esta mediada por instintos, el reflejo de lo que está pasando en la institución educativa no es otra cosa que lo que se está viviendo al interior de la familia.

Erick Erickson (2000), va más allá en la configuración de la diversidad cultural y a partir de ella de esta actitud violenta del hombre y en la comprensión de la interacción humana, pues considera que el papel de las influencias ambientales en el moldeamiento de los patrones de conducta, por lo que considera que se hace necesario crear ambientes positivos para mitigar estos comportamientos violentos. Esta diversidad cultural ha llevado a que el bullying o acoso escolar entre pares se haya tornado en una preocupación de la Organización Mundial de la Salud, porque afecta tanto la salud física como psicológica de las personas (estudiantes adolescentes), dado que impacta de forma determinante su vida por el tipo de

69

interacciones sociales que se presentan, las cuales constituyen un espacio clave en el desarrollo psicosocial, que determinará sus vidas como adultos. La alta incidencia de bullying en instituciones educativas colombianas reconocida por la Defensoría del Pueblo (Toro, 2007), confirma que el problema de la violencia escolar está presente en todos los centros de primaria y secundaria y, en mayor o menor medida, afecta al 30 % de los alumnos.

La agresividad escolar es una problemática que se ha agudizado en los últimos años, debido a unos patrones socioculturales que se han adoptado y que en algunos casos no contribuyen en la construcción social, haciendo de esta conducta una práctica normal a todos los niveles (Plata, 2010; Cabezas, 2011; Pérez, 2010). Bajo esta consideración al remitirse al caso específico del estudio realizado en colegios públicos de la ciudad de Bucaramanga, confirma el reconocimiento de la Defensoría del pueblo, manifiesto en que, el 90% ha sido testigo de insultos entre compañeros, el 53% ha visto a un compañero fuerte pegarle a uno más débil; el 73% ha visto a un estudiante burlándose de otro, y el 90% ha visto amenazas de un compañero a otro. Aracely de Tezanos (2002), busca entender la escuela como un escenario real, en el cual los actores que propician el discurso son los mismos que constituyen las instancias integrativas de la comunidad educativa (institución educativa – docentes – estudiantes – padres de familia). Sin embargo, al tomar como referencia los resultados arrojados por la encuesta se observan deficiencias o limitaciones en la configuración de esta integración por cuanto se presentan dificultades en las relaciones docente – estudiante, las cuales se hacen explícitas en maltrato verbal entre unos y otros (docentes que insultan a los alumnos -59%- y alumnos que insultan a los profesores – 21%), y que se traducen en fisuras en la convivencia, convirtiéndolo en un lugar de conflicto. Por los resultados de la encuesta se deduce que la institución educativa, como cualquier otro entorno institucional, constituye un espacio en el cual se negocia permanentemente la convivencia, estudiantes que obligan a otros a hacer lo que no quieren (49%), compañero fuerte pegándole a otro más débil (53%), burlándose de otro (73%), amenazas de un compañero a otro (90%) , discriminación de sus compañeros a otro para participar en alguna actividad (84%), entre otros comportamientos anómalos que restringen el ambiente escolar, y que impiden que la educación cumpla su función social de contribuir a la formación de seres humanos solidarios, respetuosos, enfatizando más en las diferencias, y el desconocimiento de la participación como el camino más adecuado para la toma de decisiones y la orientación de los procesos colectivos (Maturana, 1994).

70

Los resultados mostrados anteriormente se relacionan con lo considerado por Saavedra (2005), según el cual los estudiantes plantean la autoridad como establecer disciplina en un cierto lugar; se puede decir que, un maestro competente es aquel que mantiene el orden y la disciplina en un salón de clases, así como, de manera tradicional se considera un maestro como aquel que mantiene el orden generando el ambiente necesario para realizar la enseñanza y la educación. Es por esto que se considera que los que están en posición de la autoridad hacen cumplir, confirman o sancionan de acuerdo a lo que se quiere ya sea en la institución o en el hogar. Desde este punto de vista, se demuestra que los estudiantes poseen un concepto de autoridad muy delimitado al considerar solamente como figuras de autoridad a las personas que más represión ejercen sobre ellos, sin darle cabida al libre desarrollo y autonomía que pueden brindarles otros espacios, porque solo los ven como figuras de autoridad, como verdaderos líderes que poseen la capacidad de dar órdenes y esperar obediencia de los demás.

Para los estudiantes una situación violenta se relaciona con el uso de la fuerza humana para deteriorar las condiciones de otro ser, objeto, o si mismo, esta situación puede empezar por una pelea, convirtiéndose muchas veces en problemas graves como son los actos físicamente destructivos (vandalismo) que realizan los jóvenes y que afectan a otros jóvenes. En la escuela, la conducta agresiva parece estar relacionada con las variables afectivas y de relación familiar, como puedan ser el rechazo de los padres, el castigo agresivo y la carencia de identificación con los padres.

La violencia se refleja como una conducta que directa o indirectamente está dirigida a ocasionar un daño o sufrimiento físico sobre la persona, tales como heridas, hematomas, contusiones, excoriaciones, dislocaciones, quemaduras, pellizcos, pérdida de dientes, empujones o cualquier otro maltrato que afecte la integridad física de las personas. Igualmente se considera la violencia física a toda conducta destinada a producir daño a bienes que integran el patrimonio de la víctima (Waisman, 2008).

Suárez Marines (1996), considera que el conflicto es un proceso interaccional, que como tal nace, crece, se desarrolla y puede transformarse, desaparecer y/o disolverse, y otras veces permanece estacionario, en el que predominan las interacciones contradictorias sobre las de cooperación, donde las personas que intervienen lo hacen como seres totales con sus acciones, pensamientos, afectos y discursos. De acuerdo con lo anterior, la realidad en las instituciones educativas de Bucaramanga, es que más que desaparecer o disolverse, parece multiplicarse porque el resultado arrojado por el estudio es que el 90% de los estudiantes encuestados tiene una percepción de acoso escolar, razón por la cual urge

71

desarrollar estrategias tanto desde las entidades que rigen el sistema escolar (Secretaría de Educación Municipal) como de las instituciones educativas (colegios que hacen parte del estudio), profesores, estudiantes y padres de familia para aplicar correctivos que contribuyan a mejorar la convivencia, generar espacios para la reflexión y mejorar el ambiente en el aula.

Para ello se debe tener presente que al interior de las instituciones el comportamiento se regula por los pactos de convivencia que en general se elaboran atendiendo a lo establecido por la Constitución Nacional, la Ley 115, el Código de la Infancia y la Adolescencia y demás disposiciones del Ministerio de Educación Nacional, asumiendo que quienes se matriculan deben cumplir con lo dispuesto en este pacto, dado que en la vida cotidiana de la institución éstos facilitan la convivencia pacífica. Es necesario adelantar procesos de deconstrucción para avanzar hacia nuevas comprensiones y vivencias de la construcción de convivencia democrática en las instituciones educativas.

72

CONCLUSIONES

Del presente estudio hicieron parte 441 estudiantes de Sexto a Undécimo grado de los colegios públicos de la ciudad de Bucaramanga Club Unión, Oriente Miraflores, Politécnico , Salesiano Eloy Valenzuela, Gabriela Mistral, Las Américas, Medalla Milagrosa, Libertad, Promoción Social del Norte, o San José de la Salle, Juventud, Claveriano, Colorados, José Celestino Mutis, Nuestra Señora del Pilar, Normal Superior de Bucaramanga, Aurelio Martínez Mutis y Provenza.

El acoso escolar está presente en los colegios públicos de Bucaramanga, tal y como se desprende de los resultados arrojados por la investigación y se manifiesta tanto desde lo verbal y lo físico a través de insultos entre compañeros, obligar a otro a hacer lo que no quiere, amenazas de hacerle daño, discriminación a participar en determinadas actividades, compañero fuerte pegándole a otro más débil, robo o daño en sus objetos personales; pero también se vive en el hogar tanto en lo verbal como en lo físico.

La intimidación, el acoso, la amenaza y la agresión entre escolares es un fenómeno generalizado que no se puede ignorar en las instituciones educativas del sector público en la ciudad de Bucaramanga, por lo que se hace necesario generar estrategias para que la educación cumpla su función social de socializar, transmitir cultura, desarrollar la personalidad, formar para la convivencia, además de la preparación de individuos capaces de participar activamente la vida nacional contribuyendo al crecimiento económico y a la superación del conflicto.

Una de las formas más típicas de acoso escolar o bullying en las instituciones educativas de carácter público de la ciudad de Bucaramanga es el maltrato verbal, aunque no se puede desconocer que existe maltrato físico.

Se deben propiciar controles para que se evite el ingreso de armas blancas y armas de fuego a las instituciones educativas, porque estudiantes que hicieron para del estudio, así lo confirman.

Es urgente adelantar acciones tendientes a mejorar el clima de convivencia en las instituciones educativas, y a restituir la armonía en la figura del profesor, porque se confirman casos de maltrato verbal entre unos y otros.

73

RECOMENDACIONES

Las autoras recomiendan:

Desde la Secretaría de Educación Municipal generar estrategias para mejorar la convivencia en las instituciones educativas, teniendo en cuenta la diversificación de espacios de integración y formación, con el fortalecimiento de la convivencia y la resolución pacífica de conflictos en el espacio escolar respondiendo a la necesidad de disminuir las diversas expresiones de acoso que se generan como consecuencia de la intolerancia, la injusticia social, la pérdida de valores, la violación de los derechos humanos, que se vive en las instituciones educativas y empezar a sembrar la cultura de paz que se necesita en la escuela.

Invitar a la comunidad educativa, entendida esta como las instituciones, directivos, profesores, estudiantes y padres de familia a organizar, seleccionar, acentuar, y transformar su cultura y acceder con elementos de identidad, creatividad, competitividad a otras culturas, en lo social, lo cultural, lo político, lo económico y lo tecnológico

A las instituciones educativas a que desde los manuales de convivencia se identifican aptitudes, intereses y motivaciones de la comunidad educativa, a la par que desarrollen la comprensión interpersonal e intrapersonal mediante la comprensión de todos y cada uno de los instrumentos afectivos y cognoscitivos, y de esta manera desarrollar proyectos curriculares institucionales y/o de área en los que se evidencien el desarrollo personal, social, de pensamiento y la investigación.

Invitar a los estudiantes a participar en procesos educativos, sociales, deportivos y lúdicos para respetar el sentir, el pensar, el saber, el quehacer, y se asuman acciones concertadas en la convivencia, para transformar su cultura y acceder con elementos de identidad, creatividad y competitividad para transformar la realidad social y cultural con pertinencia, sentido y significado en la construcción del hombre como sujeto de identidad cultural.

74

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bruner, Jerome. (1997). La Educación Puerta de la cultura. Aprendizaje visor. Madrid, España.

Cabezas Pizarro, Hannia. (2011). Los niños rompen el silencio. Estudio

exploratorio de conductas agresivas en la escuela costarricense. Revista Educación 35(1), ISSN: 0379-7082.

Castillo, Gonzalo. (2011). Prejuicios Ideológicos que bloquean el proceso

educativo. Editorial Editextos Ltda. Bogotá Erikson, E.H. (2000). El ciclo vital completado, 2a. ed. Barcelona: Paidós. [orig.

The life cycle completed, expanded edition. Nueva York: Norton, 1997]. Fajardos; Arango, H; Pineda, L. (2003). Manual de prevención Temprana de la

agresividad y competencia ciudadanas. Liíto impresos y servicio. Flórez, Fernando. (1996). Creando organizaciones para el futuro. Cuarta edición.

Dolmen. Chile Freud, Sigmund. (1966). El estudio del ciclo vital. International Uni versities

Press. New York. Gómez Ramírez, Juan Fernando. (2004). La dimensión espiritual en los niños: su

desarrollo y fortalecimiento, 2004. Gómez, Buendía Hernando. (1998). Educación: La agenda del siglo XXI. Hacia un

desarrollo humano. Programa de Naciones Unidas para el desarrollo. Tercer Mundo Editores. Colombia

Ianni, Norberto Daniel. Perez, Elena. (1998). La convivencia en la Escuela: un

hecho, una construcción Paidós. Argentina. Inostroza, Gloria. (1996). Talleres Pedagógicos. Alternativas en formación

docente para el cambio de la práctica en el aula. Editorial Dolmen. Santiago de Chile.

Kaplún, Gabriel. (1987) La educación para los medios en la formación del

comunicador social. En colaboración con María Helena Hermosilla. Montevideo: FCU.

Maldonado Gómez, María Cristina. (1999). Conflictos y violencias: justificaciones en

la familia. En: I Congreso Internacional sobre Violencia Social, Violencia

75

Familiar, una cuestión de derechos humanos. Memorias, Universidad de Caldas, Manizales

Mockus, Antanas y otros. (1995). Las fronteras de la escuela. Santafé de Bogotá,

Cooperativa editorial del Magisterio. Moreno Jiménez, Mª del Pilar. (2001). Psicología de la Marginación Social,

conceptos ámbitos y actuaciones. Ediciones Aljibe. Murillo, Gabriel Jaime. (2001). “De la Sociología de la educación a la Etnografía

escolar”. En: Cuadernos Pedagógicos 15. Medellín, Facultad de Educación Universidad de Antioquia.

Pérez Carmona, Mª Pilar Pérez. (2010). Bullying en Chile I: ¿Qué es? ¿Por qué

se produce?. Disponible en Internet: http://www.medfamuc.cl/html/articulos/140.html

Plata Ordoñez, Carolina Natalia; Riveros Otaya, María del Carmen; Moreno,

Méndez, Jaime Humberto. (2010). Autoestima y empatía en adolescentes observadores, agresores y víctimas del bullying en un colegio del municipio de Chía. Universidad de la Sabana, Bogotá, Colombia. En: Psychologia: avances de la disciplina. Vol. 4. N.° 2.: 99-112, julio-diciembre de 2010.

Saavedra, José Jorge. (2005). “Autoridad y Liderazgo”. Ediciones Aljibe Toro A, José Bernardo. (2007) Siete aprendizajes básicos para la educación en la

convivencia social. Educando para hacer posible la vida y la felicidad, Bogotá, Colombia

Vásquez, Ana y Martínez, Isabel. (1996). La socialización en la escuela. Una

perspectiva etnográfica. Barcelona, Paidós. Waisman, Laura Mónica. (2008). "Revista de Psicología en el Campo de la

Educación: Ensayos y Experiencias". Agresividad y Violencia en la Escuela. Ed. Novedades Educativas

Woods, Peter. (1995). La escuela por dentro. La etnografía en la investigación

educativa. Barcelona, Paidós.

76

ANEXOS

77

Anexo A. Encuesta INSTRUMENTO PARA MEDIR COMPORTAMIENTO EN ADOLESCENTES DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS PÚBLICAS DE BUCARAMANGA Y CÚCUTA

I. DATOS DE CONTROL

Ciudad Bucaramanga 1 Cúcuta 2

1. Folio

2. Nombre de la Institución Educativa

3. Código de la Institución educativa

4. Código del encuestador

5. Fecha de aplicación Día Mes Año 2015

6. Hora de inicio de la encuesta 7.Hora de finalización de la encuesta

8. Tiempo utilizado en responder

PERFIL SOCIODEMOGRÁFICO DEL PARTICIPANTE

9. Edad en años cumplidos 10. Grado actual

11. Genero Femenino 1 Masculino 2

12. Procedencia Urbana 1 Rural 2

13. ¿Es usted desplazado? Si 1 No 2

14. Barrio donde vive Dirección

15.Comuna del barrio Teléfono

16. Estrato del barrio

17.¿Qué tipo de afiliación tiene usted al Sistema General de Seguridad Social en Salud?

Contributivo 1

Subsidiado 2

Prepagada 3

Vinculado 4

Régimen especial (policía, ejercito, maestros)

5

18.Tiene SISBEN Si 1 No 2 19. Práctica alguna religión Si 1 No 2

20. Escriba el nombre de la religión que practica _____________________________________

INFORMACIÓN PARA EL ENCUESTADO

La presente encuesta es anónima lo que significa que no es hay escribir su nombre. Tiene

preguntas de selección múltiple con una sola opción de respuesta, además hay preguntas abiertas

que requieren responderse de manera concreta y evitando tachones o enmendaduras.

¡Muchas gracias por su tiempo!

. No es necesario que escriba su nombre. Le tomará en promedio 30 minutos para responderla.

¡ Muchas gracias por su colaboración y su tiempon!

78

21. ¿Tiene alguna discapacidad?

Si 1 No 2

22. ¿Tiempo en la institución educativa (años) ? 23. Edad del padre (años)

24. Edad de la madre (años)

25. Escriba cuantos son los miembros

de su familia con los que vive Determinantes Relación con los padres 26. ¿Pasas tiempo libre con tus padres?

Si 1 No 2

27. ¿Hablas todos los días con tu madre?

Si 1 No 2

28. ¿Tus padres te castigan agrediéndote físicamente?

Si 1 No 2

Entorno familiar

29. ¿En tu hogar se agreden físicamente?

Si 1 No 2

30. ¿En tu hogar se agreden verbalmente?

Si 1 No 2

Entorno con la vecindad 31.¿Tus vecinos se agreden físicamente?

Si 1 No 2

Las pandillas son grupos de niñas, niños o jóvenes que generalmente tienen un territorio, un nombre y símbolos que las distinguen. A veces se reúnen para consumir droga o para realizar peleas, actos

32. ¿Tus amigos consumen alcohol?

Si 1 No 2

33. ¿Tus amigos consumen cigarrillos?

Si 1 No 2

34 ¿Tus vecinos se agreden verbalmente?

Si 1 No 2

Del comportamiento 35. ¿Consumes alcohol?

Si 1 No 2

36. ¿Te da miedo asistir a clases?

Si 1 No 2

Las armas blancas son, por ejemplo, cuchillos, navajas, varillas, cadenas, puñales, etc. 37. En los últimos 12 meses. ¿Algún (a) compañero(a) de tu curso trajo al COLEGIO armas BLANCAS.

Si 1 No 2 No se

3

Las armas de fuego son, por ejemplo, pistolas, revólveres, metralletas, explosivos, hechizas, (armas de fuego hechas en casa)”. 38. En los últimos 12 meses, ¿algún(a)

compañero(a) de tu curso trajo al COLEGIO armas de FUEGO?”

Si 1 No 2 No se

3

Consumo de drogas Las drogas son, por ejemplo, bóxer, marihuana, bazuco, ácidos, éxtasis, cocaína, heroína, etc 41. “Con qué frecuencia CONSUMES: ¿Drogas?

79

de vandalismo o robos.” 39. ¿alguna vez ha pertenecido a alguna pandilla?

Si 1 No 2

Violencia por pandillas en el colegio 40. ¿En los últimos 12 meses, ¿has visto dentro de tu COLEGIO peleas, ataques u otros tipos de violencia realizados por pandillas?

Si 1 No 2

3 o más días a la semana 1

1 o 2 días a la semana 2

1 o 2 días al mes 3

Menos de 1 día al mes 4

Nunca 5

ACOSO ESCOLAR

Responda cada ítem con una X en la respuesta que considere. En cuanto a la violencia escolar en el último mes

Preguntas 1 Nunca 2 1

vez 3

2 ó 3 veces

4 4 ó 5 veces

5 6 ó más

veces

42. ¿Has visto a compañeros insultándose con groserías y ofensas?

43 ¿Has visto a un compañero más fuerte agrediendo a

otro más débil? (pegándole, empujándolo, etc.)

44. ¿Has visto a un alumno burlándose de otro por

alguna característica física o por su forma de ser, por ejemplo poniéndole sobrenombres ofensivos o humillándolo? (puede ser por su peso, su color de piel, la música que escucha, su forma de hablar, o cualquier otra razón)

45. ¿Has visto a un alumno amenazando a otro con hacerle daño?

46. ¿Has visto a un alumno que hace cosas que no

quiere debido a que otros compañeros más fuertes lo presionan o amenazan?

47. ¿Has visto peleas entre compañeros?

48. ¿Has visto a un alumno que quiere participar de

una actividad o juego pero no puede porque los otros compañeros no lo dejan? (por ejemplo jugar a la pelota o cualquier juego)

49. ¿Has sabido de algún compañero tuyo al que le

hayan robado algo en el colegio?

80

Preguntas 1 Nunca 2 1 vez 3 2 ó 3 veces

4 4 ó 5 veces

5 6 ó más

veces

50. ¿Has sabido de algún compañero tuyo al que le hayan roto o dañado algo suyo a propósito? (por ejemplo que le hayan rayado el cuaderno o le rompan la mochila, etc.)

51. ¿Has visto a compañeros tuyos insultando a

profesores?

52. ¿Te han insultado compañeros tuyos? (ofendiéndote o diciéndote groserías)

53. ¿Te ha pasado que uno o varios de tus compañeros te agredieran físicamente? (golpeándote o empujándote, etc.)

54. ¿Te ha pasado que compañeros tuyos se burlaran de ti por alguna característica física tuya o por tu forma de ser? (por ejemplo, por tu peso, tu color de piel, la música que escuchas, etc.)

55.. ¿Te ha pasado que uno o varios compañeros tuyos

te amenazaran con hacerte daño?

56. ¿Te ha pasado que quisiste participar de algún

juego o actividad pero no pudiste porque tus compañeros no te dejaron?

57. ¿Has hecho algo que no querías hacer debido a la

presión o amenaza de uno o varios de tus compañeros?

58. ¿Te han robado dentro del colegio?

59. ¿Has insultado a algún compañero tuyo?

(ofendiéndolo o diciéndole groserías)

60. ¿Algún profesor tuyo te ha insultado o dicho

groserías?

61. ¿Has amenazado a un compañero tuyo con hacerle daño?

62. ¿Has agredido a un compañero más débil que tú?

(golpeándolo, pegándole una “cachetada” o empujándolo, etc.)

63. ¿Te has burlado de algún compañero tuyo por

alguna característica física suya o por su forma de ser? (por ejemplo, por su peso, altura, color de piel, forma de hablar, etc.)

64 ¿Has peleado con algún compañero tuyo?

65. ¿Has obligado a algún compañero más débil que tú

a hacer cosas que no quiere hacer? (para probarlo o simplemente para burlarte de él)

66. ¿Has impedido que algún compañero tuyo participe

de juegos o actividades porque te cae mal o solo para molestarlo?

67. ¿Has roto o dañado algo dentro del colegio a

propósito? (pueden ser cosas de tus compañeros o cosas del colegio)

81

68. ¿Has insultado a algún profesor tuyo? (ofendiéndolo o diciéndole groserías, amenazándolo, etc.)

82