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Cardiotocografía prenatal para la evaluación fetal La CTG prenatal es el registro electrónico continuo de la frecuencia cardíaca fetal que se obtiene mediante un transductor de ultrasonido colocado sobre el abdomen materno. Se coloca un segundo transductor en el abdomen materno por encima del fondo uterino para registrar simultáneamente la presencia de cualquier actividad uterina. Tanto la frecuencia cardíaca fetal como la actividad uterina son trazadas simultáneamente sobre una tira de papel. Los componentes de la frecuencia cardíaca fetal que puede evaluarse incluyen: la tasa inicial, la variabilidad inicial, las aceleraciones y deceleraciones. También se evalúa la relación entre la frecuencia cardíaca fetal y el cronometraje de las contracciones uterinas. Usa la frecuencia cardiaca fetal como un indicador de bienestar fetal. Esta puede ser de dos tipos: prueba sin estrés o con la estimulación de la actividad uterina, prueba de estrés. Se realiza en e tercer trimestre del embarazo (26-28 semanas). La CTG prenatal también puede usarse en combinación con otros métodos de evaluación fetal como las mediciones con ecografía Doppler y la medición del volumen de líquido amniótico y como parte de un perfil biofísico formal (donde se evalúan los movimientos fetales, el tono fetal y la respiración fetal, así como el volumen de líquido amniótico con o sin evaluación de la frecuencia cardíaca fetal). El concepto teórico fundamental para el uso de la CTG en el embarazo es que es una prueba de detección para la identificación de los neonatos con hipoxia fetal crónica o aguda o en riesgo de desarrollar dicha hipoxia. Se cree que la hipoxia fetal da lugar a adaptaciones fisiopatológicas específicas en el feto, que a su vez pueden causar cambios en el modelo de los parámetros de la frecuencia cardíaca fetal. Por consiguiente, al interpretar las CTG prenatales se utilizan los límites "normales" aceptados para los parámetros de la frecuencia cardíaca fetal. La frecuencia cardíaca fetal normal varía con los ajustes del tono vagal y simpático y, por consiguiente, varía con la edad gestacional debido a la maduración del sistema nervioso fetal. Los parámetros normales aceptados para el feto a término se informan de acuerdo a lo siguiente: Frecuencia cardíaca fetal inicial de 110 a 160 latidos por minuto. La variabilidad con respecto al inicio debe ser mayor a cinco latidos por minuto.

Cardiotocografía Prenatal Para La Evaluación Fetal

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Page 1: Cardiotocografía Prenatal Para La Evaluación Fetal

Cardiotocografía prenatal para la evaluación fetal

La CTG prenatal es el registro electrónico continuo de la frecuencia cardíaca fetal que se obtiene mediante un transductor de ultrasonido colocado sobre el abdomen materno. Se coloca un segundo transductor en el abdomen materno por encima del fondo uterino para registrar simultáneamente la presencia de cualquier actividad uterina. Tanto la frecuencia cardíaca fetal como la actividad uterina son trazadas simultáneamente sobre una tira de papel. Los componentes de la frecuencia cardíaca fetal que puede evaluarse incluyen: la tasa inicial, la variabilidad inicial, las aceleraciones y deceleraciones. También se evalúa la relación entre la frecuencia cardíaca fetal y el cronometraje de las contracciones uterinas.

Usa la frecuencia cardiaca fetal como un indicador de bienestar fetal. Esta puede ser de dos tipos: prueba sin estrés o con la estimulación de la actividad uterina, prueba de estrés.

Se realiza en e tercer trimestre del embarazo (26-28 semanas). La CTG prenatal también puede usarse en combinación con otros métodos de evaluación fetal como las mediciones con ecografía Doppler y la medición del volumen de líquido amniótico y como parte de un perfil biofísico formal (donde se evalúan los movimientos fetales, el tono fetal y la respiración fetal, así como el volumen de líquido amniótico con o sin evaluación de la frecuencia cardíaca fetal).

El concepto teórico fundamental para el uso de la CTG en el embarazo es que es una prueba de detección para la identificación de los neonatos con hipoxia fetal crónica o aguda o en riesgo de desarrollar dicha hipoxia. Se cree que la hipoxia fetal da lugar a adaptaciones fisiopatológicas específicas en el feto, que a su vez pueden causar cambios en el modelo de los parámetros de la frecuencia cardíaca fetal. Por consiguiente, al interpretar las CTG prenatales se utilizan los límites "normales" aceptados para los parámetros de la frecuencia cardíaca fetal.

La frecuencia cardíaca fetal normal varía con los ajustes del tono vagal y simpático y, por consiguiente, varía con la edad gestacional debido a la maduración del sistema nervioso fetal. Los parámetros normales aceptados para el feto a término se informan de acuerdo a lo siguiente:

Frecuencia cardíaca fetal inicial de 110 a 160 latidos por minuto. La variabilidad con respecto al inicio debe ser mayor a cinco latidos por minuto. Presencia de dos o más aceleraciones de la frecuencia cardíaca fetal que exceda los

15 latidos por minuto, mantenidas durante al menos 15 segundos en un período de 20 minutos ( reactivo)

Ausencia de deceleraciones.Además, deben considerarse la frecuencia, la duración, la intensidad y el tono de las contracciones uterinas en reposo y su relación con el modelo de la frecuencia cardíaca fetal.

Cuando el feto es hipóxico, la variabilidad y las aceleraciones de la frecuencia cardíaca inicial pueden disminuir o desaparecer y pueden ocurrir deceleraciones en la frecuencia cardíaca fetal

Cuando la CTG prenatal se realiza y se interpreta como anormal, esto puede dar lugar a un rango de acciones adicionales. Estas acciones podrían incluir pruebas adicionales, ingreso al hospital, inducción del trabajo de parto o cesárea.

Indicaciones de monitorización fetal:

Hipertensión esencial Preeclampsia Nefropatía Enfermedad autoinmune

Diabetes materna Enfermedad tiroidea Embarazo prolongad Hemorragia vaginal

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Movimientos fetales reducidos Rotura prematura de membranas

No hubo diferencias significativas identificadas en el riesgo de la mortalidad perinatal. No se identificó ninguna diferencia significativa en el riesgo de cesárea para las mujeres. No se identificaron diferencias significativas en la mortalidad perinatal potencialmente prevenible

http://www.jocmr.org/index.php/JOCMR/article/view/2166/1192