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DEL CHARCO A LA INSENSATEZ: CARTA DESDE FIUME Sísifo Pedroza elinstantedesisifo.net Ahora estamos en las tierras de Fiume. Hemos escuchado las campanas resonar, las miradas entregarse a un sueño pasajero. Hemos hecho este viaje sin mayor expectativa, sin saber a ciencia cierta lo que habríamos de encontrar. Pasajero como todos los sueños, inverosímil como toda realidad, está siendo nuestro tránsito por el pueblo autónomo de Carnaro. “En la Regencia Italiana del Carnaro, la música es una institución social y religiosa.” Eso dictan las letras de la constitución de Fiume , para agregar que “en los instrumentos del trabajo, de beneficio, y del deporte, en las máquinas ruidosas que, aún estas, caen en un ritmo poético, la música puede encontrar sus motivos y armonías”. Mientras leíamos aquellas palabras, pensábamos en nuestras propios ruidos y armonías, en cómo estábamos también nosotros traspasados por la música de nuestro entorno. Lo sorprendente de este viaje no ha sido, por lo tanto, encontrarnos con los sonidos que existen también en nuestras tierras de origen, sino encontrar una ciudad que tiene la música como principio rector de su organización social: “Si cada renacimiento de un pueblo noble es un esfuerzo lírico, si cada sentimiento unánime y creador es una potencia lírica, si cada orden nuevo es un orden lírico en el sentido vigoroso e impetuoso de la palabra; la música, el lenguaje del ritual, tienen el poder, sobre todo lo demás, de exaltar el logro y la vida del hombre”. *** Cuando volvamos a nuestro mundo, a nuestro tiempo, a nuestra inverosímil realidad, nos preguntaremos seguramente cómo asimilar nuestra experiencia en la Regencia de Carnaro. Cómo explicar la apuesta libertaria de un proyecto que murió siendo todavía una semilla apenas húmeda, apenas herida por el tallo saliente de una planta que jamás daría frutos. Pues el Estado Libre de Fiume despareció en 1924, cuatro años después de haber sido proclamado. Acaso esté en lo cierto Hakim Bey cuando nos dice que aquel experimento político-musical “fue la última de las utopías piratas” y “muy probablemente la primera Zona Temporalmente Autónoma” de los tiempos modernos. Quien está familiarizado con la teoría anarquista de Bey , sabe que las Zonas Temporalmente Autónomas (TAZ) son proyectos libertarios que no pretenden devenir en sistemas sociopolíticos permanentes, sino que encuentran su máxima potencia en lo efímero y transitorio de sus propuestas. A propósito de Fiume, nos dice el anarquista: “Nadie intentaba imponer otra dictadura revolucionaria”. “El mundo cambiaría o no. Mientras tanto hay que mantenerse en movimiento y vivir intensamente”. Viviendo intensamente, los habitantes de Fiume heredaron al futuro sus sonidos futuristas, y son precisamente esos ruidos los que recuperamos en nuestro viaje. Hemos recolectado anécdotas diversas,

Carta Desde Fiume

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Ensayo sobre la música libre y su relación con la música hacker

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  • DEL CHARCO A LA INSENSATEZ: CARTA DESDE FIUMESsifo Pedroza

    elinstantedesisifo.net

    Ahora estamos en las tierras de Fiume. Hemos escuchado las campanas resonar, las miradas entregarse a un sueo pasajero. Hemos hecho este viaje sin mayor expectativa, sin saber a ciencia cierta lo que habramos de encontrar. Pasajero como todos los sueos, inverosmil como toda realidad, est siendo nuestro trnsito por el pueblo autnomo de Carnaro.

    En la Regencia Italiana del Carnaro, la msica es una institucin social y religiosa.

    Eso dictan las letras de la constitucin de Fiume, para agregar que en los instrumentos del trabajo, de beneficio, y del deporte, en las mquinas ruidosas que, an estas, caen en un ritmo potico, la msica puede encontrar sus motivos y armonas. Mientras leamos aquellas palabras, pensbamos en nuestras propios ruidos y armonas, en cmo estbamos tambin nosotros traspasados por la msica de nuestro entorno. Lo sorprendente de este viaje no ha sido, por lo tanto, encontrarnos con los sonidos que existen tambin en nuestras tierras de origen, sino encontrar una ciudad que tiene la msica como principio rector de su organizacin social:

    Si cada renacimiento de un pueblo noble es un esfuerzo lrico, si cada sentimiento unnime y creador es una potencia lrica, si cada orden nuevo es un orden lrico en el sentido vigoroso e impetuoso de la palabra; la msica, el lenguaje del ritual, tienen el poder,sobre todo lo dems, de exaltar el logro y la vida del hombre.

    ***

    Cuando volvamos a nuestro mundo, a nuestro tiempo, a nuestra inverosmil realidad, nos preguntaremos seguramente cmo asimilar nuestra experiencia en la Regencia de Carnaro. Cmo explicar la apuesta libertaria de un proyecto que muri siendo todava una semilla apenas hmeda, apenas herida por el tallo saliente de una planta que jams dara frutos. Pues el Estado Libre de Fiume despareci en 1924, cuatro aos despus de haber sido proclamado. Acaso est en lo cierto Hakim Bey cuando nos dice que aquel experimento poltico-musical fue la ltima de las utopas piratas y muy probablemente la primera Zona Temporalmente Autnoma de los tiempos modernos. Quien est familiarizado con la teora anarquista de Bey, sabe que las Zonas Temporalmente Autnomas (TAZ) son proyectos libertarios que no pretenden devenir en sistemas sociopolticos permanentes, sino que encuentran su mxima potencia en lo efmero y transitorio de sus propuestas. A propsito de Fiume, nos dice el anarquista:

    Nadie intentaba imponer otra dictadura revolucionaria. El mundo cambiara o no. Mientras tanto hay que mantenerse en movimiento y vivir intensamente.

    Viviendo intensamente, los habitantes de Fiume heredaron al futuro sus sonidos futuristas, y son precisamente esos ruidos los que recuperamos en nuestro viaje. Hemos recolectado ancdotas diversas,

  • ruidos del trabajo, del amor, de la desesperacin de vivir en una tierra tan compleja como Mxico. Hemos decidido dedicar una parte de nuestra vida a reconstruir el sueo de Carnaro, a proclamar una nueva revolucin que ponga la msica al centro de las relaciones humanas. Hemos transitado por deseos ocultos, por proyectos frustrados antes de nacer, pero al igual que aquel Estado Libre hemos dejado una huella musical que nos lleva a sospechar que quizs vali la pena todo. Las Zonas Autnomas pueden ser Temporales, pero la expresin humana es un tatuaje permanente que se impregna en los poros del tiempo. De modo que a quien insista en que los proyectos libertarios tienen caducidad, que estn destinados, inevitablemente, a una muerte prematura que se pierda en el esmog, hemos de decirles que no los escuchamos: que nuestro ruido es tan estruendoso que se sobrepone a cualquier halo de sensatez.

    ***

    Hay cuatro aspectos que comparten las comunidades de software libre y los grupos de improvisacin musical libre:

    1. el primero es, precisamente, su insensatez: su rechazo a toda voz que imponga argumentos sobre la inutilidad de los esfuerzos que se dan en estos espacios;

    2. el segundo es su carcter efmero, su consciencia plena de que son producto de una coyuntura, del encuentro entre personas y condiciones que slo pueden darse en un contexto determinado, y que pasado ese momento tendrn que separarse y disolver sus constituciones;

    3. esto deriva en un tercer aspecto, que es su naturaleza horizontal y colectiva, con todo lo que estoimplica en trminos de colaboracin y creatividad distribuida;

    4. y finalmente el cuarto, el ms obvio de todos, es su entrega a un impulso de libertad que est marcado por la conviccin de que slo en la autonoma es posible su existencia: la autodeterminacin es un rasgo fundamental de todo grupo que pretende desarrollar tecnologas libres, as como de todo aqul que se dedica a improvisar sin las restricciones que la forma, la institucin y la regulacin de la industria musical llevan bajo el costado.

    Es as que la msica libre, aquella que combina la improvisacin con los principios sociales del software libertario, es por definicin un espacio de insensatez, de temporalidad efmera y de autonoma, que slo existe en el encuentro coyuntural de personas que colaboran, que comparten un momento de su existencia, y despus desaparecen para dejar slo sus huellas.

    Un concepto que sirve para sealar el tipo de trabajo que se hace tanto en las comunidades de software libre como el que se realiza en los colectivos de improvisacin musical, es el de hacker. Segn explica Pekka Himanen en su famoso libro sobre el espritu de la informacin, el hacker es aqul que se entrega a su trabajo de manera entusiasta, poniendo por encima de sus motivaciones el goce que provoca el hacer lo que se hace. No le importa generar grandes cantidades de dinero, ni mucho menos generar un prestigio que permita sobresalir, en competencia, por encima de los dems. Lo importante para el hacker es disfrutar lo que hace por el mero hecho de que encuentra inters y placer en su actividad, as como en los vnculos sociales que se dan en la misma. Aunque es comn asociar este concepto a las comunidades de programadores, segn el propio Himanen esta relacin apasionada conel trabajo no es una actitud que se encuentre slo entre los hacker informticos, sino tambin en

  • cualquier otro mbito, entre los artistas, los artesanos... y por supuesto tambin en los colectivos de msica libre. No es de sorprender que los espacios hacker puedan ser tambin pensados como Zonas Temporalmente Autnomas, como territorios en trnsito que comparten con la msica y con el softwarelibre su carcter efmero, autnomo y colaborativo... pero sobre todas las cosas su naturaleza insensata.

    ***

    Son estas palabras un manifiesto de la msica hacker? Son acaso una explicacin de ruidos que en principio no tendran por qu justificarse? Ni manifiesto ni justificacin, este escrito es ms bien un cuaderno de viaje, una reflexin de quien regresa de Fiume y no sabe a ciencia cierta cmo ubicarse en el fatdico mundo verdadero. Al mirar alrededor destacan algunos artistas, colectivos, proyectos que han pasado tambin por Carnaro, como es el caso del improvisador y desarrollador de software Julien Ottavi, o el de proyectos colectivos como El Sueo de Tesla o la Repblica Ibrica Ruidista, todos ellosdedicados a hackear un sistema musical llenndolo de ruido. Pero a pesar de la motivacin que genera el ver a otros cohabitar aquel pueblo perdido, el regreso a un contexto poblado de desempleo, de violencia, de competencia y de opresin no nos deja perdernos por completo en nuestro sueo.

    Porque cuando se describe una experiencia hacker, cuando se habla de las bondades que los viajes a Carnaro traen consigo, no se suele enfatizar la vida que existe antes y despus de cada puerta libertaria. Entramos en la ciudad de la autonoma, hacemos ruido y promovemos el uso de sistemas GNU/Linux, organizamos talleres en los que prima la libertad -o al menos eso creemos-, y hacemos fiestas trasnochantes llenas de msica. Pero despus regresa la calle, el tiempo laboral, las manos sucias que barajan los sucios barandales del metro; las manos pidiendo, las manos golpeando, las miradas perdidasque slo se distraen para observar la pornografa o las muertes exaltadas en cualquier peridico ajeno. Vuelve la enfermedad, la incongruencia, la rigidez, y Fiume se desvanece entre los charcos ennegrecidos. Tendremos que esperar la prxima ocasin que nos sintamos ingenuos, para decir con conviccin que estamos trabajando por vivir en un mundo diferente.

    ***

    Hoy escribo desde cierta decepcin hacia los proyectos destinados a morir en el intento. Es posible que tambin la decepcin sea transitoria, y que pronto regresemos a posiciones como la de Ariel Fazio, quien antes de encontrar en espacios como los mencionados intenciones meramente transitorias, piensa que estas formas comunitarias de produccin, ms all de que terminen asentndose en su propio mbito, trasladndose a otros o simplemente desapareciendo, constituyen una clara muestra de que la transformacin poltica puede darse tambin a travs de prcticas cotidianas, ordinarias, de todos los das. Ser? Tendremos que volver a Fiume, una y otra vez, diariamente y de manera cotidiana, para saber a cul historia la Historia dota de razn.

    Eso pensamos los primeros miembros de Armstrong Liberado hace cerca de ao y medio: tenemos que volver cotidianamente a Fiume. Desde entonces, hemos regresado con nuestros sonidos improvisados, nuestras mquinas rotas, nuestras dudas e incertidumbres, para cada vez volver despus a nuestro inhabitable hbitat defectuoso. Hoy en da -como siempre-, no sabemos hacia dnde irn nuestros esfuerzos. Han de convertirse en una revolucin de lo cotidiano como la que propone Fazio, o han de

  • terminar en el bal de lo tatuajes olvidados de Carnaro? Afortunadamente, los msicos nunca hemos estado obligados a dar respuestas unvocas.

    ***

    Para cerrar este cuaderno, propongo a nuestro lector un ejercicio imaginario: un mundo que se construya de ideas, de deseos, de imgenes y sonidos generados por cada individuo, pero puestos a la disposicin de una comunidad planetaria que disponga libremente de ellos. Un mundo que se construyade creaciones humanas, de piezas musicales que cada persona genera a partir de las ideas colectivas. Un mundo en el que la creacin de una persona pueda ser libremente intervenida por la creacin de la sociedad. No hay oposicin entre grupo y persona en este mundo ficticio: la comunidad impera sobre elindividuo imperante, y todo se comparte sin que esto limite la capacidad de que cada ser sea uno mismo. El proyecto es difcil, inverosmil, probablemente imposible, pero si existe un lugar donde explorar su pertinencia, este lugar es, justamente, la msica libre.

    Una de nuestras ltimas actividades ilustra bien esta experimentacin: el proyecto Hydra, pensado paraser un trabajo de colaboracin con el proyecto Poliedro, consisti en una sesin de edicin sonora colectiva. Nos reunimos; cada miembro del grupo grab previamente una improvisacin que comparticon el resto de los miembros; hicimos a partir de tales improvisaciones un banco de sonidos, un recursocomn que podamos utilizar libremente; cada quien hizo despus una pieza musical utilizando nicamente aquel banco sonoro; una vez hechas las piezas, comenzamos a compartirlas con los compaeros y compaeras, de modo tal que cada quien pudo editar una de las once composiciones; cada una de stas fue, por lo tanto, "manoseada" once veces, dejndose transformar en ese paso por la "sucia" creatividad de todas y todos. Al final, tuvimos un charco lodoso, una mezcla de barro con pintura que rene el deseo individual con la imaginacin compartida. En una actividad tan simple comoaqulla, se puede ver lo difcil pero tambin lo fascinante que es la libertad social. Por un momento fuimos lo que Deleuze y Guattari reconocen como un Cuerpo sin rganos: un flujo de deseos que han perdido la organizacin necesaria para que el uno y el todos mantengan claramente su posicin; un ser des-organizado fuimos en aquel instante, y despus regresamos al mundo, quizs ligeramente ms sensibles y reflexivos sobre lo que implica vivir en comunidad.

    Con toda la insensatez avanzamos en nuestro ruido, discutiendo con nuestra propia consciencia cul ser la conclusin con la que terminemos este da. Acaso todo se trate de eso: de convencer a nuestra propia imaginacin de jugar las cartas adecuadas. Ya deca Beckett en uno de sus ms crpticos poemas:

    Al final de qu acechocrey el ojo atisbarel fondo extremo de la nadamoverse dbilmentela cabeza le calm diciendoslo fue en tu cabeza.

  • *Referencias:

    Hakim Bey, The Temporary Autonomous Zone, Ontological Anarchy, Poetic Terrorism.

    Pekka Himanen, La tica del hacker y el espritu de la informacin.

    Gabriel d'Annunzio, Carta del Carnaro.

    Ariel Fazio, tica y subsuncin en el posfordismo: por qu el software libre es un movimiento.

    Gilles Deleuze y Felix Guattari, Cmo hacerse un cuerpo sin rganos (Mil Mesetas).