EHK\

"Si el Hijo os da la libertad,

seréis realmente libres." (Jn 8,36)

Rabón i ¡ >editora

OBRAS DE REGÍS CASTRO Raíssa - 3' edición Croma — camino de vida Pique Barby Rabboni - 4a edición Las Manilos de María - 4" edición Libro de la Misericordia Divina- 4 a edición Consejos de Dios para Ti— 4" edición

EN COAUTORÍA CON MAISA CASTRO

Jesús Te Ama - 6" edición Una Visita de Jesús para usted (Raquel) - 6S edición Curación a través de la Bendición (Bendición sobre bendición)— 7" edición

Jesús Es Mi Amigo - 4» edición La Mano Poderosa de Jesús en Mi Corazón - 5" edición Jesús Quiere Sanar Su Vida - 5" edición Libro de la Familia - cura y salvación para ti y tu familia - 6" edición Alabanza - Ping-pong- 5a edición Rosario de la Liberación - 1 1 " edición Amor Eterno — 5* edición Testimonios del Rosario de la Liberación

OBRAS DE MAISA CASTRO

Es necesario nacer de nuevo Perseverar en el Amor de Dios - 5" edición Promesas de Dios para usted Oraciones de Poder-9"- edición Oraciones de Poder 11 - 2" edición ¡Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios - 2a edición

Regis Castro

Maisa Castro

ROSARIO DE LA LIBERACIÓN

11a edición

"Si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres "(Jn 8,36).

(2.000.000 libros vendidos en portugués)

ÍRaboni) ^editora

Editores: Regis Castro/Maísa Castro

Directora Editorial: Raissa Castro Oliveira

Traducción: Fernando Subiñas González

Revisión: Myriam Serey/Rosa Arriagada

Elena Arriagada/Daska Steel/Vilma A. Albino

Tapa: Estudio Campos

Impresión: R. Vieira Gráfica e Editora Ltda./Campinas/SP

PARA LA GLORIA DE JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR. ¡ALELUYA!

Las citas bíblicas fueron extraídas de la Biblia dejerusalin, Bilbao, Editorial Española Desclée de Brouwer.

© 1994 by Raboni Editora Ltda.

Todos los derechos reservados. Nada en esta obra puede ser reproducido o transmitido bajo cualquier forma y/o cualquier medio (electrónico o me­cánico, incluyendo fotocopia y grabación) o archivada en cualquier sistema o banco de datos sin la anuencia de la Editora por escrito.

ISBN 85-85592-47-8 (edición original) ISBN 85-7345-004-5

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SUMARIO

¡Cuatro testimonios extraordinarios! 7

Introducción 11

Rosario de la Liberación 13

Oración 29

Apéndice 31

Testimonios 41

Consideraciones finales 135

"Para ser libres nos libertó Cristo" (Ga 5,1).

* * *

"Con Jesús se puede cambiar todo p o r la fuerza de la oración" (Salette).

¡CUATRO TESTIMONIOS

EXTRAORDINARIOS !

I "Estuve con el a rma en la m a n o para come­

ter una locura, cuando vi sobre la cama el libro Rosario de la Liberación. Empecé a rezar en la misma hora. Dejé el a rma de lado, y hasta el do lor tan fuerte que sentía al corazón desa­pareció. Me sentí aliviada.

Gracias a Dios me liberé y quiero que todos sepan el p o d e r que Jesucristo t iene. Sea cual sea su problema, crea: ¡Jesús jamás lo dejará!"

(M.)

* * *

II

"El día 18 de enero de 1997, mis hijos y sus amigos estaban j u g a n d o delante de mi casa; les p e d í que salieran de allí, ellos obedec i e ron . Luego después, un coche sin control en t ró has­ta el medio de mi ja rd ín . Tengo seguridad de que Jesús estaba con nosotros, pues hace t iempo

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que empecé a rezar el Rosario de la Liberación por mi familia.

Alabo y agradezco a Jesús por la gracia re­cibida ese día y también por la vida del chofer."

(Celia)

Observación importante: Después de leer este testimonio, empe­

zamos a rezar el Rosario de la Liberación dia­riamente por nuestra familia.

¿Y usted? ¿No piensa que debería rezar también el Rosario de la Liberación diariamen­te por su familia?

rrr

"Mi hijo que vive en Paraná se enfermó de repente y fue hospitalizado en estado gravísimo. El diagnóstico fue: amputación de las dos piernas. Mis nietas y yo fuimos a casa, nos arrodillamos y rezamos toda la noche el Rosario de la Liberación. A la mañana siguiente re­cibimos la noticia de que los remedios estaban haciendo efecto y que tal vez no fuese necesario amputar las piernas. Rezamos, nuevamente, el Rosario de la Liberación.

¡Gloria a Dios! El está sano y trabajando."

# * ¡^

8

IV

"Recibí la gracia de la curación de mi hijo viciado en crack. Cuando supimos que nuestro hijo era viciado, buscamos médicos, psicólogos, etc. Ellos nos dijeron que él se encontraba en un estado muy avanzado (había adelgazado 22 kilos en dos meses) y que difícilmente dejaría la droga sin ser internado por lo menos duran­te nueve meses. Inmediatamente empecé a rezar el Rosario de la Liberación. Entregué mi hijo de 19 años a las manos de Jesús con tanta fe, convicción y esperanza de que él sería sana­do, salvado y liberado, que Jesús me escuchó. El nunca más se mezcló con drogas, no necesitó ser internado ni recibir tratamiento. Hoy él trabaja en lo que tanto quería.

No tengo más palabras para agradecer y alabar por tan inmensa y maravillosa gracia.

¡Alabo y agradezco a Dios Padre por ha­bernos dado ajesús!"

(Cleunice)

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INTRODUCCIÓN

"Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis real­mente libres " (Jn 8,36).

Con mucha alegría queremos compartir contigo una experiencia poderosísima que el Señor está realizando en nuestro medio a tra­vés del Rosario de la Liberación*.

Este rosario se basa en la Palabra de Dios y debe rezarse con fe para glorificar el nombre poderoso de Jesucristo Nuestro Señor y pedirle la cura, la salvación y la liberación.

Podemos rezar el Rosario de la Liberación intercediendo por aquellos que el Señor colo­que en nuestro corazón. Debemos, por lo tanto, rezarlo por nosotros mismos, para que seamos purificados en la Sangre de Jesús, a través de la oración Jesús, ten piedad de mí! Solamente así seremos canales abiertos a la gracia de Dios.

El Rosario de la Liberación debe rezarse por una intención cada vez que se reza: conversión,

* El vocablo rosario se emplea en este libro con el sentido de tercio de rosario.

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matr imonio , familia, salud, trabajo, parientes, amigos, enemigos (que no deben existir), etc. Cada intención debe corresponder a u n a ter­cera par te del rosario. Cuando se reza con el corazón y con fe en el poder l iberador y curador de la Palabra de Dios y del nombre de Jesús, la in terces ión toca el corazón de nues t ro Dios po rque se realiza en el nombre de Jesús y de acuerdo a la Palabra de Dios, y su efecto se hace sentir rápida y poderosamente .

La oración del Rosario de la Liberación dura aproximadamente ocho minutos.

"Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para co­mer, así será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié" (Is 55,10-11).

"Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis " (Me 11,24).

¡Atención! La o rac ión del Rosario de la Liberación no excluye, absolutamente, la ma­ravillosa devoción al rosario de Nuestra Señora.

* * *

(Los textos básicos usados en el Rosario de la Liberación son los siguientes: Me 10,46-52; Le 18,9-14;Jn 8,36; Is 53,4-5.)

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ROSARIO DE LA LIBERACIÓN

El Rosario de la Liberación se inicia con el Credo y termina con la oración del Salve. En cada cuenta del Padrenuestro, nosotros vamos a proclamar la Palabra de Dios: "Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres" (Jn 8,36).

Si, por ejemplo, oro por mí mismo, diré (en cada cuenta del Padrenuestro) : Si Jesús me li­bera, seré verdaderamente libre. Si oro por mi familia, diré: Si Jesús libera a mi familia, mi fa­milia será verdaderamente libre. ¡Se está pro­clamando la Palabra de Dios!

En cada cuenta de las Avemarias, oramos:

Jesús, ten piedad de mí!

Jesús, sáname!

Jesús, sálvame!

Jesús, libérame!

Si oras por tu familia, deberá rezar en cada

cuenta de las Avemarias:

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rezar en cada cuenta de las Avemarias

Jesús, ten piedad de mi familia!' Jesús, sana a mi familia! Jesús, salva a mi familia! Jesús, libera a mi familia!

Y en cada cuenta del Padrenuestro:

rezar en cada cuenta de las Ave­marias

Si Jesús libera a mi familia, mi familia será verdaderamente libre.

Si oras por una persona, por ejemplo, José, harás de la siguiente forma:

En cada cuenta del Padrenuestro:

Si Jesús libera a José, José será verdade­ramente libre.

En cada cuenta de las Avemarias:

Jesús, ten piedad de José! \ Jesús, sana a José! I rezar en cada

J, T ' t > cuenta de las

esus, salva a lose! I . J I Avemarias Jesús, libera a José! I Después de rezar el Rosario de la Libera­

ción comple to , agradece a Jesús po r las ben­diciones que Él está d e r r a m a n d o sobre tí, so­bre aquellos por quienes estás intercediendo.

¿Fácil, no? Verás, al final del Rosario de la Liberación, los efectos de la gracia de Dios en ti mismo, en tu familia o en la vida de las personas por quienes tú has intercedido. El Padre celes­tial les dará la cura, la salvación y la liberación.

La intención que coloques, Jesús la oirá. Ten seguridad de que el Señor Jesús oirá tu clamor

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y a tenderá a tus peticiones porque la Biblia dice que la Palabra no vuelve a Dios sin produci r su fruto (ver Is 55,11). C u a n d o tú p r o c l a m a s la Pa labra del S e ñ o r con fe y a r r e p e n t i d o d e tus pecados , a través de la oración — ¡Jesús, ten piedad de mí! - , c i e r t amente u n a victoria muy g rande de Jesús , de su Sangre r e d e n t o ­ra y de su Palabra se manifestará en tu vida y en la vida de aquel los po r los que tú has ora­d o . J e s ú s vivo te sanará, salvará y l iberará!

Nosotros creemos verdaderamente en eso, porque Dios es fiel en el cumplimiento de su pro­mesa, Él vela por el cumplimiento de su Pala­bra (verjr 1,12). Creemos también porque hemos p r o b a d o en nues t r a p r o p i a vida los efectos maravillosos de la oración del Rosario de la Liberación, sin contar los centenares de testi­monios que nos llegan, diar iamente, desde el m o m e n t o en que comezamos a divulgarlo po r el p rog rama de radio Jesús te Ama y p o r los ministerios de la Comunidade de Alianca Jesús te Ama.

Oremos:

Señor Jesús, Te pedimos perdón por todos nuestros pecados. Pedimos además, en tu nom­bre, a Dios Padre, que El envíe el Espíritu San­to, derramando en nuestro corazón el don de proclamar tu Palabra, con mucha fe y confianza, a través del Rosario de la Liberación. Te pedi­m o s , Jesús , que tu poder se manif ieste e n

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nuestra vida, que Tú realices milagros y prodi­gios a través de esta poderosísima oración de fe que no es otra cosa sino la proclamación de tu Palabra. Amén. ¡Aleluya!

Nuestro corazón ya comienza a llenarse de alegría y de paz, ¿no es verdad?

Si quieres conocer el texto que usamos para p r o c l a m a r en las cuen tas p e q u e ñ a s , corres­pondientes a las Avemarias, abre tu Biblia en el Evangelio de San Marcos: "Hijo de David, Jesús, ten compasión demí!"(Mc 10,47), dijo el ciego Barti­meo. Jesús, cuando oyó esta oración, se detuvo.

Cree f i rmemente que , cuando tú hagas esta oración con toda confianza - Jesús, ten piedad de mí! - , Jesús se de tendrá también.

"Llegan a Jericó. Y al salir de Jericó acom­pañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba junto al camino. Al enterarse que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: ¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!" (Me 10,46-47).

Jesús se detuvo. El también va a detenerse a fin de a t e n d e r t e c o m o lo hizo con el ciego Bart imeo.

"Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: '¿ Qué quieres que te haga?'El ciego le respondió: 'Rabboni,

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¡que vea!'Jesús le dijo: 'Vete, tufe te ha sal­vado. ' Y, al instante, recobró la vista y le seguía por el camino " (Me 10,51-52).

Así como Jesús se detuvo al oír la oración -Jesús, ten piedad de mí! - y le preguntó al cie­go Bartimeo: "¿ Qué quieres que te haga?", y el ciego respondió: "¡Que vea!", Jesús, al oír tu oración -Jesús , ten piedad de mí! - , pa ra rá y te pre­guntará: "¿Qué quieres que te haga?", y tú, con toda fe, responderás:

Jesús, sáname! Jesús, sálvame! Jesús, libérame!

"¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?" (Jn 11,40).

"Jesús le dijo: Ve. Tufe te ha salvado'" (Le 18,42).

"Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: 'Arráncate y plántate en el mar', y os obedecería" (Le 17,6).

"Ahora bien, sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan "

(Hbll.6).

"¡Todo es posible para quien cree!" (Me 9,23).

"Por eso os digo: Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis " (Me 11,24).

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Jesús atendió al ruego del ciego Bartimeo, del leproso, del centur ión que tenía un siervo paralítico... ¡y también a tenderá tu petición!

"Y dijo Jesús al centurión: 'Anda; que te suce­da como has creído'" (Mt 8,13).

¿Ent iendes ahora el p o d e r que hay en la oración del Rosario de la Liberación? ¡Es el po­der de la Palabra de Dios en acción!

Como ya afirmamos, en la oración de este rosario proclamamos la Palabra de Dios y nues­tra fe y confianza en que ella se cumplirá en nuestra vida.

Si Jesús me libera, seré verdaderamente libre.

Jesús, ten piedad de mí!

¡Dios, ten compasión de mí!

¡Dios, ten piedad de mí!

Esta es la oración más repetida en la Biblia y es la que mueve la mano de Dios a nuestro favor.

Otro texto de la Biblia que refuerza el Rosa­rio de la Liberación es el del publicano y el fariseo:

"Dijo también a algunos, que se tenían por justos y despreciaban a los demás, esta pará­bola: 'Dos hombres subieron al Templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tam-

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poco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganan­cias. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh, Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pe­cador!' Os digo que éste bajó a su casa justifi­cado y aquél no. Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille será en­salzado" (Le 18,9-14).

Cuando rezamos - Jesús, ten piedad de mí! -con fe y p id iendo p e r d ó n por nuestros peca­dos, nosotros (o la persona por quien estamos orando) somos lavados por la Sangre de Jesús.

¿No te parece - queremos insistir - que hay u n poder muy grande en la oración del Rosario de la Liberación? Cuando estés orando este rosario, ¡pro­clamarás 205 veces el nombre de Jesús!

"Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abis­mos; y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria deDios Padre" (Fl 2,10-11).

"Yo os aseguro: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré" (Jn 14,12-14).

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"Yo os aseguro: lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado " (Jn 16,23-24).

Prueba hoy mismo rezar el Rosario de la Liberación para sanarte cada vez más, salvarte y l iberarte cada vez más - y no solamente a ti, sino a todo aquel por quien tú intercedas a tra­vés de esta oración.

Acuérda te de que cada in tenc ión corres­p o n d e a un Rosario de la Liberación.

Desde n u e s t r o p r i m e r l ibro , Rabboni, el Señorjesús nos ha exhor tado a hacer la oración en n o m b r e de Jesús - ¡Señor Jesús, ten piedad de mí, pecador! - , y hemos recibido muchos testimonios del poder de Dios a través de esta oración.

Ahora, nos ha venido al recuerdo un cuento que va a ilustrar lo que estamos diciendo. Allá en el cielo, Jesús estaba muy feliz, ent re teni ­do en una gran conversación de amor con Dios Padre y con Dios Espíritu Santo. El amor de Dios fluía del Padre para el Hijo a través del Espíritu Santo, y del Hijo al Padre. De repente , Dios Padre le dice a Jesús: "Hijo, espera u n poquito.. . Estoy oyendo algo de la tierra. Déjame oír bien lo que es. ¿Sabes lo que es, Hijo mío? Hay gen te allá abajo c l amando : ' J e s ú s , ten

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piedad de mí que soy pecador!' Vete enseguida j u n t o con el Espíritu Santo, para ver lo que mi hijo en la tierra quiere. No lo dejes llamar du­rante mucho t iempo. ¡Vete inmedia tamente a atenderlo! Escucha: 'Jesús, ten piedad de mí!' Está p id iendo en tu nombre y en el pode r de tu Sangre, y Tú sabes, Hijo mío , que no p u e d o r ecusa r n a d a q u e es té de a c u e r d o c o n mi voluntad y que venga revestido del poder de tu nombre y de tu Sangre..."

Es solamente un cuento , pe ro la verdad es que nuestro corazón puede llegar al t rono de Dios porque entre nosotros y Dios está la Sangre de Jesús que nos purifica, lava, pe rdona , santi­fica, y está, también, el n o m b r e de Jesús que es el nombre que está po r enc ima de todos los nombres .

"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" (Jn 14,6).

Jesús es el único nombre q u e tiene p o d e r para salvar, sanar y liberar, pues "no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (Hch 4,12).

¡Aleluya! ¡Gloria a Ti, Señor!

La misericordia de Dios se ejerce en favor de la h u m a n i d a d a través de Jesuc r i s to y del p o d e r de su Sangre redentora . En el Calvario, Jesús , al morir por nosotros, p a g ó el precio de

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nues t ro pecado y nos l iberó de la maldic ión de la Ley.

"A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él" (II Co 5,21).

"Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: maldito todo el que está colgado de un madero, a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraliam, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa" (Ga 3,13-14).

Resuc i t ando de en t r e los m u e r t o s , J e sús venció al pecado, al diablo y a la muer te . Él nos dio la victoria y obtuvo la vida e terna para no­sotros, abr iendo las puertas del cielo para toda la humanidad . Esta fue la parte de Dios.

"Pero ¡gracias sean dadas a Dios que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!"

(I Co 15,57).

"Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó" (Rm 8,37).

"Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo! yo he vencido al mundo" (Jn 16,33).

"Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquél que

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da el ser ama también al que ha nacido de <?7"(IJn5,l).

"Pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. Pues, ¿ quién es el que vence al mundo sino el que cree que

Jesús es el Hijo de Dios?" (IJn 5,4-5).

"Y éste es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida" (IJn 5,11-12).

"Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la san­gre de Jesús, por este camino nuevo y vivo, inau­gurado por él para nosotros, a través del velo, es decir; de su propia carne" (Hb 10,19-20).

Ahora nuestra parte es asumir en la fe esa obra que ya está consumada.

"Por lo tanto si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resu­citó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación. [...] Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará (jl 3,5) " (Rm 10,9-10.13).

Jesús ya cargó nuestras enfermedades sobre

su cuerpo y ya fuimos sanados.

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"¡Y con todo, eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados" (Is 53,4-5).

La obra de nues t ra cura, salvación y libe­ración fue realizada por Jesús en el Calvario.

La mi sma pa l ab ra u s a d a en g r iego p a r a expresar "salvación" significa t ambién cura y liberación. Entonces, cuando decimos Rosario de la Salvación, nosot ros ya estamos hab lan­d o de cura , salvación y l iberación.

¿Y qué es lo que este rosario hace? Este rosa­rio nos lleva, por la fe, a tomar posesión de la obra de salvación que ya fue p lenamente reali­zada por Jesús en el Calvario, po rque en nues­tra vida espiritual todo se obtiene a través de la fe en Jesús y en el pode r de su Palabra y de su Sangre redentora .

El Rosario de la Liberación no es u n a fór­mula mágica y sí la proclamación con fe de la Palabra de Dios. Tomando posesión, por la fe, de esa Pa l ab ra c o n s e g u i r e m o s mover la m a n o d e Dios a nuestro favor. Amén y amén.

Volvamos al profeta Isaías:

"¡Y con todo, eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba!

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Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados " (Is 53,4-5).

Este texto de la Biblia dice que Jesús t omó sobre Sí mismo nuestras enfermedades y cargó (¡es pasado!) con todos nuestros pecados y sufri­mientos. Fuimos sanados gracias a sus llagas. Por tanto, Él ya tomó nuestras enfermedades. Mu­chas veces, retenemos esas enfermedades y n o las entregamos a Jesús, ¿no es verdad? Él fue her ido por Dios y humil lado en nuestro lugar y — queremos insistir — cargó con todos nuest ros sufrimientos y nos curó gracias a sus llagas.

Es la Palabra de Dios la que nos afirma q u e ya fuimos sanados gracias a las llagas de J e sús . Es suficiente, entonces, asumir pe r sona lmen te y en la fe la obra que Jesús realizó en el Calvario a nuestro favor, con su muer t e , resur recc ión , ascensión al cielo y glorificación sen tado a la derecha del Padre, para que la cura, la salvación y la liberación de Dios se concreten en n u e s t r a vida.

Y nuestra familia, ¿también ya está s anada , salvada y liberada? ¡Nos basta creer en J e sús ! La Palabra de Dios dice: "Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa" (Hch 16,31).

Hemos recibido muchas cartas y l l amadas

telefónicas de gente p id iendo oración p a r a la

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familia, para el matr imonio, para la educación de los hijos, para los problemas financieros, físi­cos, conyugales, con los hijos y los par ientes , p a r a la l i be rac ión de vicios, d e d r o g a s , d e adulterio, de homosexual idad, etc.

Acuérdate: ¡el Rosario de la Liberación - oran­do con el corazón confiante en el amor de Jesús por nosotros — es pura dinamita... es fe en acción! Es fe que hace mover todas esas "montañas" (pro­blemas) arriba citadas y muchas otras "porque ninguna cosa es imposible para Dios" (Le 1,37).

"Jesús les respondió: Yo os aseguro: si tenéis fe y no vaciláis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que si decís a este monte: 'Qiiítatey arrójate al mar', así se hará. Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis " (Mt 21,21-22).

Vamos a rezar insistentemente el Rosario de la Liberación por nuestra familia. Tenemos se­guridad de que, al terminar el rosario, tú esta­rás diferente, con más esperanza y alegría en el corazón.

En las cuentas grandes del rosario:

Si Jesús libera a mi familia, mi familia será verdaderamente libre.

Clamaremos, en las cuentas pequeñas del rosario, cincuenta veces seguidas:

¡Jesús, ten piedad de mi familia! ¡Jesús, sana a mi familia!

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¡Jesús, salva a mi familia! ¡Jesús, libera a mi familia!

Es el poder de la fe en el nombre y en la san­gre de Jesucristo, nuestro Salvador, el que será colocado en acción.

¡Enseña a otras personas la oración del Ro­sario de la Liberación y después tú mismo irás verificando el fruto que Jesús producirá n o sólo en tu corazón, sino en todos esos corazones!

¡Qué alegría nos da saber que Jesús ya está ac tuando poderosamente en nuestra vida, a tra­vés de la oración del Rosario de la Liberación! ¡Aleluya!

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ORACIÓN

Señor Jesús, queremos alabarte y agradecerte el que Tú, por tu misericordia y piedad, susci­taste esa oración poderosísima que produce fru­tos maravillosos de cura, salvación y liberación en nuestra vida, en nuestra familia y en la vida de las personas por las que oramos.

¡Gracias, Jesús, por tu infinito amor por nosotros!

Padre celestial, nosotros Te amamos, Padre, con toda la confianza de hijos. Nosotros nos acer­camos a Ti en este momento y clamamos un gran derramamiento de tu Espíritu en nuestro corazón.

¡Padre! Queremos vaciarnos de nosotros mis­mos para que el Espíritu Santo pueda venir so­bre nosotros. Por eso, delante de la cruz de Jesucristo, renovamos nuestra entrega total e incondicional a Ti. Pedimos perdón de todos nuestros pecados y los colocamos ahora so­bre el cuerpo llagado de Jesús. Nosotros nos vaciamos de todas las aflicciones, preocupa-

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ciones, angustias y de todo aquello que nos ha quitado la alegría de vivir. Te entregamos nuestro corazón, en nombre de Jesús.

Padre, colocamos sobre las llagas de Jesús cruci­ficado todas nuestras enfermedades del cuerpo, del alma y del espíritu; las preocupaciones con la familia y con el trabajo; los problemas de orden financiero, matrimonial y todas nuestras angus­tias, incertidumbres y aflicciones. Señor, clama­mos el poder redentor de la Sangre de Jesús. Que esta Sangre venga sobre nosotros ahora para limpiarnos y para purificar nuestro corazón de toda mala conciencia.

¡Jesús, ten piedad de mí! ¡Jesús, ten piedad de nosotros!

Sí, Padre, queremos entregarte nuestras vo­luntades, flaquezas, miserias y pecados; nues­tro corazón, cuerpo, alma y espíritu, en fin, todo lo que somos y tenemos: nuestra fe, vida, ma­trimonio, familia, trabajo, vocación, ministerios...

¡Llénanos con tu Espíritu, Señor! ¡Llénanos con tu amor, con tu poder y con tu vida!

¡Ven, Espíritu Santo de Dios! ¡Ven en nombre de Jesús! Ven y torna viva dentro de nosotros la Palabra de Dios proclamada a través de la ora­ción del Rosario de la Liberación, y que él ope­re en cada corazón la gracia de la cura, salva­c ión y l iberación, en nombre de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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APÉNDICE

Quiero contarles u n a experiencia que me marcó que tuve con el amor de Dios. No p u e d o decir que fue la más fantástica que haya vivido, po rque ya viví muchas experiencias fantásticas, pero. . . casi la más fantástica; me ocurrió la se­mana pasada. (No daré detalles de esta expe­riencia porque envolvería a otras personas.)

Hace treinta y tantos años, mi esposa y yo tuvimos u n problema muy serio, muy grave, que marcó p r o f u n d a m e n t e nues t ra vida, de jando secuelas . H u b o u n h e c h o re fer ido a esa si­tuación y, durante todo este t iempo, había es­tado in ten tando dejarlo de lado. No tenía fuer­zas para enfrentarlo. Me consideraba pequeño) débil... y me decía a mí mismo:

" - Soy pequeño , soy débil... No voy a conse­guir enfrentar este p rob lema de n inguna for­ma, po rque él es más grande que yo."

Hab ía es tado consc ien te de eso d u r a n t e estos treinta y tantos años, pero aguantaba.. .

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Con la llegada de esta semana, percibí que den t ro de cuatro días tendr ía que revivir ese hecho , aunque en condiciones diferentes - ¡cla­ro! Y pensé:

" - Bien, como las otras veces, voy a dejarlo de lado."

Pero oí la voz de Jesús en mi corazón:

"— ¿ Cómo vas a dejarlo de lado ? ¿ Tú lees la Palabra de Dios?"

" - La leo."

"— ¿ Tú hablas sobre la Palabra de Dios?"

" - Sí."

"— Y ¿cómo, entonces, dices una cosa y después no tienes coraje de vivir lo que dices?"

Las palabras de Jesús en mi corazón me dolieron; y me quedé avergonzado. Eso mismo: me avergoncé y dije:

" - Jesús , Tú tienes razón. Pero... ¿cómo voy a enfrentar este problema tan grande?"

Surgió u n a especie de luz: "— Rez.a el Rosario de la Liberación. Pide que Yo

te cure y libere de ese problema, de ese miedo " — o í a Jesús decir de nuevo.

La gravedad del problema, infelizmente no p u e d o describirla, como ya he dicho; pe ro es inf in i tamente más g rande de lo que p u e d a s imaginar.

Tomé el rosario de dedo que me acababan de regalar p o r motivo de mi c u m p l e a ñ o s y

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comencé a rezar el Rosario de la Liberación. Creo que ya en la segunda o tercera cuenta del rosario comencé a sentir la gran liberación que Jesús estaba haciendo en mi vida. Me emocio­no cuando digo esto:

" - Qué libre estoy sint iéndome, ¡aleluya! ¡Yo ya me siento más grande que este problema!" -pensaba. " - ¡Tengo coraje!"

C o m o he d icho , me s iento e m o c i o n a d o , porque la fuerza de Dios fue tan grande en mi corazón que , al te rminar el Rosario de la Li­b e r a c i ó n , ya n o t e n í a más m i e d o d e n a d a . Entonces pensé:

" - Bueno, pero aún hay cuatro días más po r d e l a n t e , antes q u e t enga q u e e n f r e n t a r esa si tuación. . ." - Y me dije a mí m i s m o : " - Es simple, voy a rezar el Rosario de la Liberación durante esos cuatro días."

Confieso que hubo momentos de debil idad, de p e q u e ñ a s deb i l idades , p e r o n o m e a m e ­d r e n t é .

"¡Todo aquel que invocar al Señor con fe, se­rá salvado, será sanado, será liberado!" (ver Rm 10,13).

Durante el Rosario de la Liberación, invo­camos 205 veces el nombre de Jesús y rezamos cincuenta veces u n a de las oraciones más po­derosas que hay en la Biblia y que, si se h a c e con fe y arrepent imiento, nos lava con la San­gre de Jesús cincuenta veces.

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Esa oración tan poderosa y varias veces re­pet ida en toda la Biblia es: ¡Dios, ten piedad (misericordia, compasión) de mí!

Al rezar el Rosario de la Liberación, arre­pentidos sinceramente de nuestros pecados, so­mos de hecho pe rdonados por Dios, pues su misericordia para con nostros se ejerce median­te la Sangre de Jesús que nos purifica del peca­do. Conviene que nos acordemos de la impor­tancia de recibir f recuentemente el sacramen­to de la reconciliación, que nos proporc iona u n verdadero baut ismo en la Sangre de Cristo y que restaura en nosotros la gracia santificante. Es bueno que nos acordemos también de que , en caso de pecado grave que lleva a la muer te , sólo seremos perdonados a través del sacramen­to de la reconciliación.

"En cambio el publicarlo, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: '¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pe­cador!' Os digo que éste bajó a su casa justi­ficado y aquél no" (Le 18,13-14).

Cuando comencé a rezar el Rosario de la Liberación para que Jesús me liberase de aquel problema difícil, yo decía:

Si Jesús me libera, seré verdaderamente libre.

Jesús , ten piedad de mí! Jesús , sáname! Jesús, sálvame!

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Pero cuando iba a rezar: Jesús , libérame!, yo lo decía bien fuerte: ¡JESÚS, LIBÉRAME!

Qué fácil fue parajesús , qué fácil fue! ¡Sentí que se rompían las cadenas que me amarraban a ese problema!

Te p regun to ahora a ti, que estás leyendo este libro, como Jesús me p regun tó a mí: Tú que lees la Biblia, que predicas la Palabra de Dios, que hablas sobre Jesús: tú tienes u n pro­blema, tienes u n temor, u n miedo en tu corazón y n o tienes coraje de enfrentarlo ¿no es verdad? Estoy seguro de que sí. Y voy a decirte cuáles son: m i e d o a p e r d e r u n hijo (¿quién n o lo tiene?), miedo a enfermarse, miedo a la muer te , al desempleo, a perder al marido o a la esposa, a perderlo todo, miedo de asaltos... y tantos otros miedos y pavores que cargamos en nuestra vida.

Nosot ros h u i m o s de esos miedos ; somos cobardes. Pero tenemos u n poder, mayor que todos los temores, que es el pode r del Nombre y de la Sangre de Jesús.

"Pues el que está en vosotros, es más que el que está en el mundo " (I Jn 4,4).

Y hoy vas a hacer esta experiencia: vas a mi­rar de frente a ese pavor que traes en el corazón. Hasta podrías decir: "Pero yo no tengo n ingún miedo . " Es men t i r a ¡tú t ienes miedo! ¡Sí, tú tienes miedo! San Pablo que es San Pablo ¡tenía miedo!

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En la Biblia está escrito en varios pasajes que San Pablo se decía medroso. Vamos a ver un pasaje de esos:

"Sino que golpeo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo proclamado a los demás resulte yo mismo descalificado" (I Co 9,27).

Por lo tanto ¡hoy es día de liberación! ¡Hoy es el día de quebrar las prisiones, los miedos, en nombre de Jesús! ¡Hoy es el día de la salvación y de cura para todo aquél que cree! Hoy no va­mos a huir de nuestros temores, de nuestras pesadillas y de nuestros miedos. Vamos a en­frentarlos en nombre de Jesús y vamos a orar con fe, porque todo aquél que tiene fe, dice al mon­te: "Vete en nombre de Jesús", y él se va.

"Tened fe en Dios. Yo os aseguro que a quien diga a este monte: 'Quítate y arrójate al mar y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá" (Me 11,22-23).

Y ese monte se moverá e irá a los mares.

Este monte al cual Jesús se refiere puede simbolizar también una barrera espiritual, un obstáculo como el miedo o la angustia.

Hermano mío, Jesús vino para esto: para darnos la vida, para salvarnos, sanarnos y libe­rarnos.

Tú quieres ser libre hoy, ¿no es verdad?

Hoy, en nombre de Jesús, vas a mirar de frente a todos tus miedos y vas a quedar libre

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de ellos. Comienza a rezar el Rosario de la Liberación por tus intenciones y vete perseve­rando durante algunos días.

Yo hago esta oración prácticamente todos los días. Es posible rezarla en sólo ocho minutos. Lo importante es orar con el corazón y con fe. Yo me acuesto rezando el Rosario de la Li­beración y me duermo rezando el Rosario de la Liberación.

¡Gloria a Dios por esto!

Jesús está transformando más todavía mi vida, a través de esta oración, que se basa com­pletamente en la Palabra de Dios. El Rosario de la Liberación no hace más que proclamar la Palabra de Dios. Y, para terminar, se hace ne­cesario decir que no hay mayor poder que el nombre de Jesús, porque:

¡Todo aquel que invoque el nombre de Jesús se salvará!

¡Todo aquel que invoque el nombre de Jesús será libre!

¡Todo aquel que invoque el nombre de Jesús será sanado!

Nosotros cometemos un error muy grande en nuestra vida espiritual que es el de orar por nuestros hermanos antes de orar por nuestra propia cura. No obstante, necesitamos primero sanar para que podamos ser canales más pode­rosos para la gracia de Dios y, después de esto, deberemos orar por nuestros hermanos.

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Con fe, debemos pedir no solamente que nos libere de los miedos, sino también la cura física y espiritual; la cura de nuestra mente, de la depresión, de las tristezas, de los odios, de los rencores, de las penas, de las tristezas profundas de la vida matrimonial y familiar y de nuestro ambiente profesional y social.

Vamos a invocar el nombre que tiene po­der para remover los montes, el nombre que hace que todos se arrodillen en los cielos, en la tierra y en los infiernos.

"Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos" (Flp 2,9-10).

Porque ninguno, ningún otro nombre se nos dio a los hombres por el que podamos salvarnos, a no ser el nombre de Jesús (ver Hch 4,12). Ese nombre es música, es poder, es liberación, es cura, es salvación, es la razón de nuestra vida, es el Hijo de Dios, es el amor de Dios. Ese nombre tiene el poder y la res­puesta para todos nuestros problemas y para toda nuestra vida. ¡Y ese nombre - ¡aleluya! - es JESÚS!

Me estaba olvidando de contar que el día en que debería enfrentar aquel problema, yo ya estaba completamente sanado, salvado y li­berado por Jesús. ¡Gloria a Dios!

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Y hay más: ahora, cuando viene a mi mente un miedo o cualquier superstición, yo los miro de frente y digo:

Si Jesús me libera, seré verdaderamente libre.

¡Jesús, ten piedad de mí! ¡Jesús, sáname! ¡Jesús, sálvame! ¡Jesús, libérame!

Cuando comienzo a rezar el Rosario de la Liberación, coloco todos mis miedos y angus­tias bajo los pies de Jesús y ¡listo!: soy sanado, salvado y liberado. ¡Aleluya!

"Por eso os digo: Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis " (Me 11,24).

"Nuestra alma como un pájaro escapó del lazo de los cazadores. El lazo se rompió y nosotros escapamos; nuestro socorro es el nombre de Yahvéh, que hizo cielos y tierra" (Sal 124[123], 7-8).

"Bendito el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y nos ha sus­citado una fuerza salvadora en la casa de Daví, su siervo [...], que nos salvaría de nues­tros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban. [...] y el juramento que juró a Abrahán nuestro padre, de concedernos que, libres de manos enemigas, podamos servirle

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sin temor en santidad y justicia delante de él todos nuestros días"(Le 1,68-69.71.73-75).

"Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche y les va a hacer esperar"? (Le 18,7).

¡Gracias, Jesús!

¡Mil veces gloria a Dios!

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TESTIMONIOS

'Yo ensalzo y glorifico al Señor por la vida de Regis. El Espíritu Santo le inspiró para que hiciese este Rosario de la Liberación y, desde que él nos lo enseñó, he rezado este rosario y su fruto es poderosísimo, porque proclamamos el nombre de Jesús - y el nombre de Jesús es du lce , el n o m b r e de Jesús t iene poder . Pues u n día estaba yo delante del Santísimo Sacra­m e n t o , en la iglesia. Estaba de lan te de Jesús eu caris tico y decía así: '¿Qué voy a rezar?' No sabía qué rezar. El Espíritu Santo me condujo a rezar el Rosario de la Liberación, y comencé . En las cuentas grandes del rosario, proclamaba:

Si Jesús me libera, seré verdaderamente libre.

En las cuentas pequeñas del rosario:

¡Jesús, ten piedad de mí! ¡Jesús, sáname! Jesús, sálvame! ¡Jesús, libérame!

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Y así fue sucediendo. Después de orar por mí, el Espíritu Santo me llevó a orar por mi ma­rido, y yo fui proclamando en las cuentas gran­des del rosario:

Si Jesús libera a mi marido, mi marido será verdaderamente libre.

En las cuentas pequeñas del rosario:

•Jesús, ten piedad de mi marido! •Jesús, sana a mi marido! Jesús, salva a mi marido! Jesús, libera a mi marido!

Después de orar por mi marido, pasé a orar por mi hijo y, a medida que iba rezando, sen­tía que Dios, con su poder, nos liberaba a los dos.

Realmente sentí en la oración de ese rosario un gran poder. El Señor ha dado, a través de la oración del Rosario de la Liberación, la cura, es­pecialmente interior, a mi corazón.

Y, más aún, con relación a este rosario, quiero decir a todos los que lean este testimonio que hoy es el momento de gracia. Recen este rosario no solamente por ustedes, sino por sus entes queridos, por sus enemigos, por el país que lo necesita tanto, por la Iglesia, por nuestros sacer­dotes. Sí, recen este rosario porque es realmen­te poderoso y, cada vez que lo rezamos, es la

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Palabra del Señor la que proclamamos. Y más: cuando rezamos este rosario, estamos invocando 205 veces el nombre de Jesús - y ¡el nombre de Jesús tiene poder! ¡Tenemos que llevar el nombre de Jesús al mundo entero!

Dice Jesús: 'Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación' (Me 16,15).

A través de este rosario estamos llevando el nombre de Jesús. He hablado con muchas per­sonas sobre él, y las personas han hecho esta oración y están obteniendo muchas gracias, para honra y gloria del nombre del Señor Jesús.

¿Y saben lo que también es importante? A través de la orac ión del Rosario de la Liberación ¡el Señor nos da mucha alegría! En primer lugar, porque somos perdonados por El y lavados con su Sangre; y, en segundo lu­gar, por la paz enorme que adviene a nuestro corazón, esa paz profunda que sólo puede venir a través de Jesvis.

He rezado mucho este rosario, incluso con mi amiga Vera. Hemos hecho nuestras caminatas y también hemos ido al trabajo siempre rezando el Rosario de la Liberación. Hemos visto las maravillas que el Señor Jesvis ha hecho en nuestra vida. Ya no existen más las situaciones confusas que a veces sucedían en nuestra familia los fines de semana; el Señor ahora ha derramado paz y harmonía entre todos nosotros. Es muy impor­tante este rosario.

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Yo glorifico al Señor por el poder de su Palabra que se está proclamando a través del Rosario de la Liberación."

(María Florinda) * * *

"El sueño de mi hija era ser mamá. Ella perdió su primer hijo y el segundo, una niñita, nació de ocho meses. Después de 72 horas, la niña presentó un cuadro de hipoglucemia y fue hospitalizada. Durante la noche tuvo un paro respiratorio, el que se repitió dos veces más, por lo que fue transferida a la UCI de otro hospital. Cuando salió de la UCI para la enfermería, contrajo infección hospitalar, a consecuencia de esto fue desahuciada por los médicos porque el cuadro era crítico. Luego que fue hospitali­zada, mis hermanas y yo empezamos a orar por ella, y el Señor nos pidió que orásemos el Rosa­rio de la Liberación. No pensé dos veces. Llevé al hospital el librito del Rosario de la Liberación y se lo dejé a sus padres para que también rezaran. El papá no tenía ese hábito, pero empezó a rezar con tanta fe en conjunto con su esposa que sucedió el milagro. Mi nieta se salvó y hoy está con seis meses y pesa siete kilos y 330 gramos.

¡Glorias y alabanzas a Jesús!" (Izabel)

"Estaba muy tensa, con mucho dolor en las piernas y, mientras rezaban el Rosario de la

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Liberación, sentí una total liberación. ¡No siento nada más de los antiguos dolores! Tengo la seguridad de que fue el poder del Señor.

Amén. ¡Aleluya!"

(Sálete)

* * *

'Yo estaba bastante triste por haber tenido un desentendimiento con mi marido. Entonces, resolví orar el Rosario de la Liberación, y comenzó a mudar mi estado de espíritu. En ese momento entró mi hija y dijo que estaba con dolor de cabeza; impuse las manos sobre ella y recé el Rosario de la Liberación. Después ella se fue a jugar a la pelota y volvió diciendo que no tenía más dolor de cabeza.

Alabo a Jesús por eso y voy a transmitir a más personas esta oración poderosa del Rosario de la Liberación."

(Margarida) * * *

"Estaba pidiendo a Jesús por mi familia, cuando llegó la hora de que mis hijas fuesen a misa. La menor, como siempre, no quería ir. Empecé a rezar el Rosario de la Liberación y

5 al mismo instante vi a mis hijas salir felices a misa."

(Dora)

* * * 45

"Hoy mi hija se preparó para ir a misa y, cuando pasó por la cocina, yo estaba rezando el Rosario de la Liberación. Ella se sentó y allí se quedó oyendo hasta que yo terminase de rezar.

Quiero alabar a Dios, porque Jesús ya está tocando el corazón de mi hija a través de este rosario. Amén."

(Benedita)

"Estaba muy insegura y preocupada, con pensamientos negativos sobre el nuevo empleo. Recé el Rosario de la Liberación y ahora estoy muy feliz."

(Ana Carmem)

* * *

"Confirmo el Rosario de la Liberación en Tito, capítulo 2, versículo 11: 'Porque se ha ma­nifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres.'"

(Cecilia Leáo)

* * *

"Recé el Rosario de la Liberación la semana entera y he recibido gracias."

(Judite)

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"Rezo el Rosario de la Liberación para que me libre de las celadas del enemigo."

(Vera Lucia)

* * *

"Agradezco por la oración del Rosario de la Liberación; está resultando una bendición en mi vida."

(Nancy)

* * *

"El Rosario de la Liberación es una ben­dición que estoy pasando a todos."

(Cássia)

* * *

"Alabo y agradezco a Jesús por el Rosario de la Liberación, porque la semana entera recé constantemente el rosario y el Señor me liberó en todo lo que le pedí.

Alabado sea Dios por este rosario."

(Sálete)

* # *

"Alabo y agradezco a Dios por la inspiración del Rosario de la Liberación, porque durante la semana recé el rosario en casa con mi hija que está con depresión y estoy viendo la gracia del Señor sanándola. He propagado para todos este rosario.

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¡Alabado sea Dios!"

(Benedita)

* * *

'Yo estaba acabada, desolada y sin la míni­ma gana de seguir viviendo. No sabía cómo orar por los problemas en casa con los hijos y con el marido. Estaba alejada del programa de radio Jesús te Ama ya hacía dos meses porque las me­dicinas no me permitían despertarme tem­prano. Ayer pedí a Jesús que me despertase, y hoy Él me despertó para oír el programa y ser tocada por el Rosario de la Liberación que reza­ron. Fui tocada tan profundamente que estoy llorando de alegría, a pesar de tantos pro­blemas."

(Maria)

* * *

"Estaba muy triste y, durante la oración del Rosario de la Liberación, sentí una liberación muy fuerte. Mi mamá, que tenía muchos do­lores, sanó y está llorando de alegría en este momento."

(Flávia Cristina)

* * *

"En el local de mi trabajo había un ambien­te muy cargado. Recé el Rosario de la Libera­ción y todo se normalizó al instante. Enseñé el

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rosario a mis companeros; ¡está siendo una bendición!"

(Nadir)

* * *

"Doy testimonio de que recé el Rosario de la Liberación por mi mamá, que estaba hospita­lizada, y, en el mismo momento en que oraba, recibí una llamada del hospital, diciendo que mi mamá recibiría alta. Recé el rosario e inme­diatamente la gracia fue alcanzada."

(Claudia)

* * *

"Durante esta semana, recé el Rosario de la Liberación con la intención de obtener un empleo. Alabo y agradezco al Señor porque este viernes ya he comenzado a trabajar. Mi vida ha cambiado totalmente, incluso mi novio, que es espiritista, ya está volviéndose a Jesús y tor­nándose una persona más dulce. Estoy muy feliz."

(Tánia)

* * *

"Comencé a rezar el Rosario de la Libera­ción, pidiendo ajesús por mi sistema nervioso, pues era muy nerviosa; por mi columna que me causaba muchos dolores y por la paz de mi familia, pues todos eran muy agresivos.

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Hoy alabo y agradezco a Jesús, porque los dolores y el nerviosismo desaparecieron, y mi familia está en paz, pues Jesús está presente."

(Lurdes) * # *

"Alabo al Señor por el Rosario de la Libera­ción. Estoy reuniendo personas, inclusive siervas de grupos de oración, para rezar este rosario, y todas están dando testimonio de curas y gracias a través de Jesús por el Rosario de la Liberación.

Alabado y bendito sea el nombre de Jesús."

(Aparecida) * * #

"El lunes tenía gripe. Me levanté de maña­na, me sentía medio mareada y creí que estaba con laberintitis (enfermedad que ya tuve). Me quedé muy preocupada y con miedo de que la enfermedade volviese. Comencé a rezar el Ro­sario de la Liberación sólo para mí: Si Jesús me libera, seré verdaderamente libre. ¡Jesús, ten piedad de mí! ¡Jesús, sáname! ¡Jesús, sálvame! ¡Jesús, libérame! A la segunda decena ya me sentía mejor, gracias a la oración del Rosario de la Liberación.

Te alabo y agradezco, Señor Jesús, por esta gracia y por el programa de radio Jesús te Ama, por haber aprendido a rezar el Rosario de la Liberación."

(Neide) * * * 50

"Alabo al Señor por la cura a través del Ro­sario de la Liberación. Sufrí una caída y estaba en la cama. Me visitó una sierva, rezó conmigo el Rosario de la Liberación, y a partir de ahí el dolor cedió y comencé a andar.

¡Alabado sea el Señor!"

(Onilce)

* * *

"Alabo y agradezco a Dios por este Rosario de la Liberación a través del cual comencé a rezar con fe. Durante la oración, comencé a sen­tir la liberación de mi corazón y a sentir el corazón de Jesús en mí. Por causa de eso, co­mencé a propagar este rosario a todos aquellos con los que me encontraba, formando una cadena, y todos venían a testimoniar lo mismo: ¡que podían sentir el corazón de Jesús!

Alabado sea el Señor por la alegría y por la paz a través del Rosario de la Liberación."

(Nilda)

* * *

"Me levanté con un dolor de cabeza muy fuerte y me puse a rezar el Rosario de la Libera­ción. Ya no estoy sintiendo nada de aquel dolor. Estoy segura de que Jesús me liberó."

(Aparecida)

* * *

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'Yo vivía un momento muy difícil en mi vida. Estaba llena de miedo y aprensión. Me regaló una amiga el librito Rosario de la Liberación. Comencé a rezar ese rosario todos los días, y Jesús colocó todo en su debido lugar. No me canso de agradecer a Jesús por las gracias recibidas."

(Maria Teresa)

* * *

"Alabo y agradezco a Jesús por el Rosario de la Liberación, porque yo estaba enferma, sin remedio, muy triste de verdad; recé constante­mente este rosario y el Señor Jesús me liberó ¡fui sanada!

¡Alabado sea Dios por este rosario!"

(Maria Elza)

"Alabo y glorifico al Señor por la gracia ma­ravillosa que recibí y estoy recibiendo, princi­palmente después que comencé a orar el Ro­sario de la Liberación para que una persona muy amada fuese liberada de toda la vida mundana en que vivía.

Comencé a orar este rosario por mí, por esta persona y también por quien la inducía por el mal camino todavía más y, al cabo de dos sema­nas, comencé a recibir esta gracia maravillosa."

(S. O.)

* * *

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"Le conté a una amiga que yo estaba con problemas de miomas en el útero y necesitaba operarme, aunque sin ganas. Ella me habló del Rosario de la Liberación. Comencé a re­zar el Rosario de la Liberación con fe, pidien­do ajesús para que me sanase. He hecho ultra­sonido esta semana y el médico se quedó admi­rado, porque mi útero volvió a la normalidad. Estoy muy feliz, porque fui sanada por Jesús.

¡Gloria a Dios!..." (liza)

* # *

"Agradezco ajesús por la gran gracia que recibí a través del Rosario de la Liberación.

Mi hijo es ingeniero y trabajó casi siete años en una gran empresa. Perdió su empleo y se quedó sin trabajar durante casi tres meses. Se enfermó, su presión subió, pues estaba deses­perado por causa del tiempo que estuvo sin trabajar. Por medio de mi nuera que reside en Sao Carlos conocí este santo rosario. Comencé a rezarlo todos los días por la mañana y por la tarde. Llamé a mi hijo y le enseñé a rezar el rosario. Hoy estoy sonriendo de alegría, pues es el primer día que él trabaja en una gran em­presa en Campiñas.

Agradezco ajesús, pues sólo Él sana, salva y libera. Amén."

(Maria da Gloria) * * *

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"Mi madre me dio de regalo el libro Rosario de la Liberación. Comencé a rezarlo todos los días por mis hijas que no me dan valor como ma­dre, a pesar de haberlas criado sola, sin ayuda del padre, pues soy divorciada hace 14 años. Alcancé la gracia y ellas pasaron a verme de otra manera.

Un día soñé con una persona pidiendo un vaso, en mi casa. Era un viejito. Le di el vaso; a continuación me pidió un pedazo de pan que también se lo di. Él mojó el pan en el agua y me dijo: 'Hija mía, eres una batalladora, sufridora, pero Jesús va a recompensarte.' Miré a sus ma­nos y vi las llagas de Jesús. Pregunté quién era. ¡Él no respondió! Colocando las manos en mi cabeza, me dijo: 'Continúa así en este camino.'

Entonces me desperté.

De ese sueño, saqué la conclusión de que el viejito era Jesús, dándome alivio y alegría para continuar viviendo.

Continúo rezando el Rosario de la Libe­ración, y mi vida cambió mucho. Siempre rezo por las personas y éstas dicen que ya alcanzaron gracias.

Todas las noches, voy a la casa de una mu­chacha que conocí en el autobús y que conversó un poco conmigo, acerca de su problema.

Desde entonces voy a su casa a rezar el Ro­sario de la Liberación, y ya tenemos un grupo

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de varias personas. Ellas dijeron que sus vidas se transformaron. Era eso lo que quería infor­marles."

(Marilene) * * *

"¡Qué poderoso es este Rosario de la Libera­ción, lleno de paz, de amor y de Jesús!

Estoy sintiéndome en paz como hace mu­cho tiempo no me sentía. Vivía en agonía, llorando, confundida mental y espiritualmen-te, llena de conflictos, pareciéndome que la vida era normal para todos menos para mí.

Despertarme, dormir, comer, pensar, todo lo hacía con mucho sacrificio; calmantes, rela­jantes, eran mis compañeros.

N o sabía más quedarme en casa, relajar, ver un programa de TV, tener placer con mis hijas y mi marido, estaba simplemente egocéntrica, introvertida, sólo pensando en mí.

Ljn día fui a la librería y vi este Rosario de la Liberación, lo compré y, llegando a mi casa de nocLie, me fui a rezar. A partir de entonces sentí una alegría tan grande, una paz tan profunda, J e sús tan próximo y real... que ahora estoy haciendo cosas tan simples, que ya no conse­guía más hacer: dormir un poco después de c o m e r , deleitarme con un fin de semana en ca­sa, tranquila...

¡Gracias a Jesús, yo estoy bien, viendo que El e s real, es paz, es alegría, es amor!

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Estoy esparciendo a los cuatro vientos este poderoso rosario.

Realmente agradezco al Señor por haber­me atendido a través del Rosario de la Libera­ción. Ya había intentado un poco de todo: tera­pia, amigos, espiritistas, etc.

¡Sólo Jesús tiene poder! ¡Gracias a Dios!"

(Márcia)

"Hace algún tiempo, me corté la mano con un vaso, varios tendones y venas se rompieron. Pasé por una larga y difícil operación y, al cabo de dos meses, no podía bajar la mano. Los dolores eran terribles. Mi madre comenzó a rezar el Rosario de la Liberación, mi mano fue sanando y hoy está prácticamente sana. Doy mi testimonio para glorificar y bendecir el nombre de Jesús."

(Maria de Fátima)

* * *

"El día 22 de diciembre de 1995, mi ma­dre, de 82 años, fue hospitalizada con hemo­rragia estomacal y una seria anemia. En el hos­pital tuvo un infarto, lo que agravó más todavía el cuadro, y la familia esperaba lo peor... Co­mencé a rezar el Rosario de la Liberación to­dos los días. El día 25 ella tuvo una hemorragia tan grande que mojó de sangre toda la ropa de

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cama. Creímos que de esta vez había llegado su hora. Recé el Rosario de la Liberación pi­diendo a Jesús que tuviese piedad de ella y que se hiciese la voluntad de El. Mi madre se recuperó y recibió alta.

Alabo y agradezco a Jesús por eso." (Maria do Rosario)

"Rezando el Rosario de la Liberación, con­seguí la cura de mi marido y la mía. Quiero testificar que la oración del Rosario de la Liberación está siendo una gran bendición en mi vida. Por eso estoy pasando esta devoción a otras personas.

¡Gracias y alabanzas a Ti, Señor!"

(Sónia)

* * *

"A través de una amiga conocí la oración del Rosario de la Liberación. Comencé a rezarlo todos los días y fui sanada de mi nerviosismo y de otros problemas de salud. Alcancé muchas bendiciones. ¡Ahora soy feliz!"

(Vitoria)

"Alabo al Señor por el Rosario de la Libe­ración. Comencé rezando por mi cura, después por la cura de mis hijos. He recibido muchas

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gracias. Pido que se propaguen estas gracias en agradecimiento a Jesús para que otras personas puedan también hacer esta oración y recibir bendiciones, así como yo."

(Janet)

* * *

"Tengo la felicidad de compartir con todos la maravilla que Dios realizó en mi vida a través de la oración del Rosario de la Liberación. En 1991, mi padre sufrió un infarto. Un año des­pués, tuvo un edema pulmonar, lo que agravó todavía más su estado. El año pasado tuvo neumonía, un edema pulmonar y fue interna­do en el CCI - el cuadro era muy grave. Con mucha fe comencé a rezar el Rosario de la Li­beración y pedí a Dios Padre que sanase a mi padre y que si se sanaba divulgaría esta gracia. Mi padre ahora esta bien.

¡Alabado sea Dios!"

(Ruth Maria)

* * *

"Mi hija Yara, de siete años, tenía un tumor en la cabeza al lado izquierdo. Los médicos no nos dieron esperanzas. Desesperada, mi familia comenzó a rezar el Rosario de la Liberación. La mandaron a hacerse una nueva operación, y cuando Yara ya estaba anestesiada, los médicos decidieron hacer una tomografía. En cuanto hacían el examen mi marido y yo rezábamos el

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Rosario de la Liberación, pidiendo a Jesús que el examen fuese negativo. Cuando los médicos terminaron los exámenes, revelaron que el tu­mor había desaparecido ¡lo que es un milagro! Mi marido y yo nos arrodillamos en el mismo instante y alabamos y adoramos al Señor por la gracia recibida."

(Rosemeire)

* * *

"Nuestra hija Maura, de 12 años, fue opera­da de apéndice supurado y sufrió aún dos operaciones más por causa del mismo proble­ma, pero la región continuaba muy inflamada: tenía mucha fiebre e infección generalizada. Los médicos decidieron hacer otra operación.

En el hospital, Maura pidió a la abuela que juntas, con las manos sobre la región afectada, rezasen el Rosario de la Liberación. Cuando ter­minaron, las Hermanas pasaban distribuyendo la Eucaristía, y Maura comulgó también. Cuando los médicos vinieron a buscarla para la tercera operación, decidieron hacer una ecografía y se quedaron asustados cuando vieron el resultado negativo del examen. La fiebre había desapa­recido, así como la infección. Ella miró al mé­dico y le dijo: '¿No le dije yo que ya n o tenía nada y que Jesús me había sanado?' Ella reía y lloraba de alegría porque el Señor la había sa­nado."

(Cristina) * * *

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"El otro día fui a confesarme, como lo hago f recuentemente , y, después de la confesión, el sacerdote se quedó parado por unos momen­tos, me miró detenidamente y dijo: '¡Tú nece­sitas un Libertador!'

Entend í que al hablar así el padre quer ía decir: 'No sirven de nada solamente tus buenos propósitos. Para no repetir esos mismos peca­dos necesitas que alguien te l ibere. Sólo, n o tendrás fuerza para vencerlos y, cuando vayas a contar tus faltas otra vez, cier tamente repetirás todo lo que acabaste de confesar.'

Las palabras del padre fueron grabadas en mi corazón con letras de fuego - fuego del Espíritu Santo.

'¡Tú necesitas un Libertador!'

Me acordé inmedia tamente del Rosario de la Liberación...

Si Jesús me libera, seré verdaderamente libre. Jesús , ten piedad de mí! Jesús , sá­name! Jesús, sálvame! Jesús , libérame!

Y, a partir de ese día, comencé a rezarlo más intensamente y, cuando me sentía débil, oraba con mucha fe:

Si Jesús m e libera, seré verdaderamente libre. Jesús , ten piedad de mí! Jesús , sá­name! Jesús, sálvame! Jesús , libérame!

¡Estoy volviéndome fuerte! Jesús está libe­rándome cada vez más de mis pecados!

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'Yahvéh, fuerza de su pueblo' (Sal 28[27] ,8).

Ahora te toca a ti:

También eres pecador, pues en la Biblia está escrito: 'Si decimos: No tenemos pecado, nos en­gañamos y la verdad no está en nosotros' (IJn 1,8).

Si quieres verte libre de tus faltas y no con­fesarte siempre de los mismos pecados o, quién sabe, otros más serios aún, haz como yo: apro­píate, por la fe, de un Libertador - no de un li­ber tador cualquiera, sino del único que puede l ibrarte de todo lo que te amar ra al pecado : Jesucristo, nuestro Salvador!

Jesús: 'Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos' (Hch 4,12).

'Pues él se abraza a mí, yo he de librarle [...]. Me llamará y le responderé [...]. Le libraré y le glorificaré' (Sal 91 [90] ,14-15).

'Pues lodo el que invoque el nombre del Señor se salvará' (Rm 10,13).

Toma posesión de tu liberación en el pode r del N o m b r e y d e la Sangre de Jesús, o r a n d o frecuentemente y con mucha fe el Rosario de la Liberación.

Si Jesús me l ibera, seré verdaderamente libre. Jesús , ten piedad de mí! Jesús , sá­name! Jesús , sálvame! Jesús, libérame!

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Glorias y más glorias sean dadas a Dios, nuestro Padre, a Jesús, nuestro Libertador, y al Espíritu Santo, nuestro Santificador. ¡Aleluya!"

(Regis)

# * #

"Conocí el Rosario de la Liberación a través del programa Raboni... e vocé, en un período de mucha depresión y de problemas graves. Empecé a rezar esta oración todos los días, la depresión prácticamente desapareció, mi vida está cambiando y siento una paz que no sentía desde hace mucho tiempo.

¡Gracias, Jesús, por sanarme, por liberarme y por salvarme!"

(Vilma)

"Mi hija mayor es funcionaría bancaria y ca­da fin de año ella sufre de una terrible depre­sión. [...] Su marido y sus hijos se desesperan. Cuando me encontraba en el auge de la triste­za, vino una amiga a visitarnos y trajo el Rosario de la Liberación. ¡Qué bendición de Dios fue este libro! Fue como echar un balde de agua en la hoguera. Mi yerno dejó de blasfemar, mi hija ya está regresando al trabajo y mis nietecitos están más tranquilos."

(María José)

* * *

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"En el mes de mayo fui atacada por una tendinitis grave a las piernas y a los pies. Mis piernas y mis pies se hinchaban mucho, lo que me causaba mucho dolor y no me permitía caminar. Fui al médico, tomé muchos remedios y permanecí durante 28 días de reposo absolu­to, pero todo continuaba igual. El médico me dijo que era así y que la recuperación era muy lenta y que demoraba. Un domingo del mes de julio, a través del programa Raboni... e vocé, conocí el Rosario de la Liberación. En ese mo­mento me levanté y pedí con mucha fe que Jesús me sanase. El día lunes me levanté, caminé, y la hinchazón desapareció; conduje, me puse los zapatos que no conseguía ponerme. Hoy estoy casi totalmente sana.

¡Aleluya! ¡Glorias a Ti, Jesús!"

(Cilene María)

* M= *

"Yo estaba muy insegura y preocupada con mi hija que había quedado de recuperación en tres asignaturas escolares. Recé el Rosario de la Liberación cada día, y ella pasó de curso.

¡Alabo y agradezco a Jesús!"

(Sónia)

* * *

"Mientras mi hija hacía las pruebas para ingresar a estudiar medicina, yo rezaba mucho

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el Rosario de la Liberación por ella. Conseguí la gracia. Ella fue aprobada, compitiendo con 48 candidatos para cada vacante. Recé mucho el Rosario de la Liberación para que mi hijo pasara al nivel de enseñanza media, y cada dificultad fue sobrepasada. Mi suegra, con tres accidentes vasculares cerebrales, no habla, no camina y casi no comprende nada. Lo que tor­na muy difícil, tanto para los médicos cuanto para mí descubrir lo que ella está sintiendo. Sin embargo, durante dos veces, mientras sufría de fuertes dolores, recé con fe el Rosario de la Liberación por ella, y los médicos descubrieron cálculos en la vesícula. Tengo mucha fe en el po­der de Jesús. Les pido a todos que recen el Rosario de la Liberación en cada circunstan­cia. He propagado a cada amigo, a cada cono­cido, el poder maravilloso de Jesús a través del Rosario de la Liberación.

¡Alabado y bendito sea el nombre de Jesús!"

(Elvira)

* * *

"Compré el Rosario de la Liberación después de sentir por varias veces el deseo de comprarlo. Lo leí y empecé a rezar el Rosario de la Libe­ración. Hubo un día en que los malos momen­tos fueron tantos, que tuve dolor de cabeza muy fuerte, indisposición y no conseguí alimen­tarme. Por la noche, con la tensión, el dolor

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aumentó bastante, y no conseguí dormir. Des­pués de levantarme varias veces, decidí rezar el Rosario de la Liberación. En la primera decena ya estaba sana. ¡Fue increíble! El dolor de­sapareció, así como mi indisposición, la tensión, y mejor todavía me sentía muy feliz. ¡Yo nece­sitaba oír que Jesús realmente sana, salva y libe­ra! Sólo basta experimentar Su amor, que Él con toda seguridad le atenderá. Este libro me tocó profundamente, fue una bendición para mi vida. Alabado sea el Señor, que me sanó y que puede sanar a cada persona que Le pida.

¡Muchas gracias, Jesús! ¡Aleluya! ¡Aleluya!"

(Solange)

* * *

"Quien tiene confianza en Jesús será libera­do, sanado y salvado. Rezando el Rosario de la Liberación, conseguí dos gracias enormes: la reconciliación entre mis hermanos y que mi hijo se liberase del camino del mal donde se encontraba. Hoy mis hermanos son amigos, y mi hijo es una bendición de Dios.

¡Gracias y alabanzas a Jesús!"

(Maria do Carmo)

* * *

"Conocí el libro del Rosario de la Liberación a través d e una amiga de mi madre. Empecé a

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rezar la oración del Rosario de la Liberación varias veces durante el día, pidiendo por la recuperación de la salud de mi padre. El hizo todos los exámenes, y el médico le dijo que se había sanado de su problema de salud. Hoy me siento feliz de dar testimonio de la bendición que es esta oración.

¡Alabado sea Dios!"

(Valesca)

# # *

"Mi madre se hizo una ultrasonografía, que acusó cálculo a la vesícula. El médico dijo que debería ser operada. Empecé a rezar el Rosario de la Liberación y a pedir que Jesús, el Médico de los médicos, estuviese presente cuando ella fuera operada. Todo resultó bien en la operación por eso quiero exhortar a to­dos que delante de cualquier problema recen esta oración del Rosario de la Liberación. Continúo rezando todos los días para que Jesús sane, libere y salve a toda mi familia, aleján­doles del mal.

¡Alabado y bendito sea Jesús!"

(Luciene)

* * *

"Oh Jesús, yo agradezco, glorifico y alabo por haber salvado y sanado a mi madre, Eu-

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génia, a través de la oración del Rosario de la Liberación.

¡Bendito sea el nombre de Jesús!"

(Raimunda)

* * *

"En el mes de mayo de 1995, mi hijo, de 35 años, se clavó un pedazo de bambú en un pié. La herida fue tratada y cicatrizó forman­do un queloide. El médico no aconsejó la cirugía, ya que no le incomodaba. Con el tiempo, el queloide creció y se inflamó. Cada vez más el pie fue empeorando, hasta que los médicos consultados indicaron un especialis­ta y éste aconsejó una cirugía con mucha urgencia. Yo estaba muy preocupada, casi en desesperación, y, sin saber como, revisando los libros que había comprado algún tiempo an­tes, encontré el Rosario de la Liberación. Lo leí en diez minutos. Continué rezando hasta el día de la última consulta antes de la cirugía. Ese día el médico bromeó antes de retirar la curación, diciendo que tal vez hubiese sucedi­do algún milagro. Cuando retiró la curación, el milagro había sucedido. El médico postergó la cirugía, y, a partir de ese día, mi hijo también empezó a rezar el Rosario de la Liberación. El pie sanó. ¡Gloria a Dios!

Ahora estoy rezando para que él consiga un empleo. Tengo seguridad que en poco tiempo más él lo conseguirá.

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¡Alabo y agradezco al Señor por esta oración maravillosa!"

(Ana)

* * *

"Mi nieto de 13 años, mientras jugaba con pólvora, se quemó el pelo, la frente, las cejas y las pestañas. Los ojos fueron protegidos por las lentes de contacto. Recé cada día el Rosario de la Liberación, y él se mejoró. No le qviedó ninguna cicatriz.

Muchas gracias, Jesús. ¡Alabado sea Dios!"

(Dirce)

"Quiero dar testimonio de una enorme gracia a través del Rosario de la Liberación. Mi hija de 18 años tenía un tumor en la cabeza y varios quistes en los ovarios. Recé el Rosario de la Liberación, pidiéndoLe a Jesús que la sanase. Hoy ella está totalmente sana.

¡Alabo y agradezco a Jesús por esta gracia!"

(Anilda)

"Durante 33 años sufrí de ataque epilépti­co. Recé mucho el Rosario de la Liberación pidiéndoLe a Dios la gracia de la cura. Fui libe­rado de mi enfermedad y hoy soy otra persona.

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¡Glorias y alabanzas a Jesús!"

(Joáo)

"Recé el Rosario de la Liberación durante meses, pidiéndoLe ajesús que sanase a mi hijo del vicio del juego de naipes que tenía desde la edad de 15 años (hoy está con 48 años). El fue liberado del vicio que lo estaba destruyendo poco a poco. El trabajaba, pero perdía todo su dinero en el juego. Hoy, gracias a Dios, él está part icipando del grupo de oración, dando testimonio de la vida que llevaba. Les pido a todos que recen el Rosario de la Liberación con mucha fe, porque conseguirán muchas gracias.

¡Alabado sea el Señor!"

(Francisca)

"Quiero confirmar el poder de la oración del Rosario de la Liberación. Comencé a rezar y sentí como la cura va sucediendo. Mi mari­do y yo hemos pasado por muchos sufrimientos en estos dos últimos meses: él en su trabajo, y los dos en nuestro ministerio. Al rezar el Rosa­rio de la Liberación, sentí ajesús sanándome y liberándome de todo sufrimiento. Sentí la pre­sencia de Jesús muy fuerte dentro de mí.

¡Gracias y alabanzas al Señor por Su amor!"

(Vania)

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"Mi hijo de tres años hacía una semana que no conseguía dormir. Lloraba y gritaba varias veces por la noche, pero no presentaba nin­guna alteración física. Recé el Rosario de la Liberación por él y por mí, y él instantánea­mente paró de llorar."

(Valeria)

* * *

"Recebí una enorme gracia duran te la oración del Rosario de la Liberación en el pro­grama Raboni... e vocé. Cuando comenzó la oración, mi marido llamó a nuestros hijos y re­zamos todos juntos. La sorpresa llegó con el pedido de perdón, hecho por mi marido, a cau­sa de todos los sufrimientos que me causara du­rante toda nuestra vida. Dijo que el Señor era maravilloso, que él había sido ciego, que no había visto lo que había hecho en nuestra vida. Cada día, a partir de ese momento rezamos en familia el Rosario de la Liberación. Bendiciones están siendo derramadas en nuestra casa.

¡Alabanzas y glorias a nuestro Señor!"

(Fátima)

* * *

"Jesús puso en mis manos la cura para mi vida: el Rosario de la Liberación. Los caminos parecían tener leguas de distancia, y los pro­blemas nunca terminaban. Comencé a beber y me torné un alcohólico. Estaba, realmente, muy

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mal, muy enfermo. El miedo me dominaba. Sentía mucha angustia. No conseguía pensar claramente, mi mente parecía cerrada y con­fundida. No me sentía bien en ningún lugar. Quería destruirme para no sentir el dolor de la depresión y no sé decir exactamente lo que me lo impidió. Mis pensamientos eran totalmente negativos. Sufrí mucho e hice sufrir a muchos, pero Jesús me liberó a través de la oración del Rosario de la Liberación.

¡Gracias, Jesús!"

(Francisco)

* * *

"Tengo 13 años y ya experimenté en mi vi­da el poder de Dios. Recé el Rosario de la Liberación y conseguí la gracia, por eso quiero pasar esta oración a otras personas."

(Irene)

* * *

"Conseguí una enorme gracia a través del Rosario de la Liberación. Hacía siete años que mi hija estaba casada y no conseguía tener hijos. Recé el Rosario de la Liberación, y hoy mi hija tiene una linda y perfecta criatura.

¡Gracias! Gracias, Dios mío, por la gracia. No hay palabras que puedan describir esta alegría."

(Edinéia)

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"Mi madre cayó gravemente enferma. La lucha fue enorme* pero Dios es poderoso, san­to, maravilloso. Él la sanó. Siento que recibimos esta gracia a través de la oración e intercesión. La Hermana Paula, consciente de la enferme­dad de mi madre, envió el Rosario de la Liberación a mi hermana, Hermana Rosana María, que rezaba todas las noches. Obtuvimos la gracia: el total restablecimiento de nuestra madre. Ella regresó a su hogar lo que nos alegró a todos. Sentí una enorme felicidad y hoy deseo com-p irtir esta gracia.

¡Dios sea alabado!"

(Hermana Elisa)

* * *

"Hace poco tiempo encontré el libro Rosa­rio de la Liberación^ puedo dar testimonio de mi cura interior. Una cura bien grande.

¡Gracias a Dios!"

(Hermana Paula)

* * *

"Cuando yo estaba rezando el Rosario de la Liberación, sentí profundamente que el Señor me estaba diciendo que luego iría a encontrarLo. Por la noche, el grupo de ora­ción recibió el Santísimo Sacramento, y, cuando vi al Señor entrando, me arrodillé y lloré mucho.

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¡Gracias, Jesús!"

(Luzia)

* * *

"Conocí el Rosario de la Liberación y lo he rezado continuamente. El Señor Jesús realizó un enorme milagro a mi favor, pues yo estaba con problemas financieros muy serios que, glo­ria a Dios, ya se están solucionando, gracias a la oración del Rosario de la Liberación que rezo con mucha fe."

(Eurydice)

* * *

"Vi el libro Rosario de la Liberación expuesto en la secretaría de la iglesia Nossa Senhora do Carmo, en Beüm (MG), y sentí en aquel ins­tante que era lo que estaba necesitando para mi liberación. Compré el libro y empecé a re­zar. Amanezco y duermo rezando. Ya no tengo más insomnio, estoy tranquila, calmada, mis te­mores desaparecieron. Mi marido y yo no nos hablábamos, hoy ya conversamos.

Gracias, Jesús. ¡Bendito seas, Señor!"

(Maria de Fátima)

* * #

"Alabo al Señor por el Rosario de la Li­beración. En el último examen médico que hice, fue constatado un quiste en el ovario de-

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recho y de acuerdo al diagnóstico debería ser operado con urgencia a causa de su tamaño. Durante la preparación para la cirugía, mi vida se tornó un tormento. Conocí el Rosario de la Liberación, y junto con mis hermanas hicimos una cadena de oración. El día de la cirugía sucedió la l iberación. Me sentí sosegada, tranquila y con la seguridad de que Jesús iría a sanarme. Después de diez días recibí el resul­tado. El quiste era benigno, contrariando la previsión médica

¡Glorias a Dios!"

(Ricardina)

* * *

"Mi padre sentía mucho dolor en la espalda lo que lo hacía hasta llorar. Mi corazón se apretaba al verlo sufrir. Los médicos ya habían dicho que él no podría trabajar más. Una ami­ga me dio el libro Rosario de la Liberación, recé esta oración dos veces. Luego, vi la recupera­ción de mi padre y sé que Dios escuchó mis oraciones. Hoy mi padre está totalmente sano. Trabaja hasta debajo del sol fuerte y no siente ningún dolor.

Agradezco al Señor por la gracia. ¡Alabado sea!"

(Maria Adriana)

* # #

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"Mi hija tuvo dos abortos con riesgo de vida, los médicos no conseguían diagnosticar el pro­blema. Me regalaron el libro Rosario de la Libe­ración e inmediatamente empecé a rezar. Pedí también a Jesús que iluminase a un médico y descubriese el problema. El médico consulta­do descubrió lo que era, hizo el tratamiento y ahora mi hija puede tener hijos nuevamente.

Agradezco a Dios a Su Hijo Jesús por esta enorme gracia conseguida."

(Maria)

* * H=

"Alabo a Jesús por la cura de mi madre. Ella tuvo un problema en el estómago, lo que le causó heridas en la lengua, dejándola con dificultades para comer y por eso tuvo anemia. Hizo tratamientos, pero no sirvió de nada. Pedí a Jesús, a través de la oración del Rosario de la Liberación, su cura y liberación, y una semana después ella no tenía nada más."

(Francisca)

* * *

"Jesús sanó a mi hijo de un problema al estómago. El constantemente se sentía mal, y el médico le dijo que necesitaba operarlo. Después de la cirugía, él tendría dificultades con la alimentación. Empecé a rezar el Rosario de la Liberación, pidiéndoLe a Jesús que lo

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sanase. El dolor desapareció, no necesitó de la operación. Hoy, después de dos meses, él no siente nada más."

(Lurdes)

* * *

"He pasado por una etapa difícil, sin dine­ro, sin empleo, con tres hijos, y mi madre necesitando de operación. Estaba tan desani­mada que pensé terminar con mi vida. El día de mi cumpleaños, mi madre me dio de regalo el libro Rosario de la Liberación, pedí a Jesús por mi cura, liberación y salvación.

Alabo a Dios por esta oración que libera y que es tan poderosa. Me liberó de la muerte y me ha dado fuerzas para continuar.

¡Agradezco al Señor por mi liberación!"

(Marlene)

* # #

"Una persona me pidió que pintara la imagen de Nuestra Señora de las Gracias en diez camisetas. Yo me quedé muy feliz, me sentí honrada en colaborar con el trabajo para la fiesta de Nuestra Señora.

Con toda mi alegría me olvidé totalmente que yo no había pintado nada en la vida. Inmediatamente recé el Rosario de la Li­beración, después le pedí a Jesús a Su Santo Espíritu, y a la Virgen María que me ayudasen.

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Hice el dibujo en un papel. Cuando terminé, un milagro había sucedido - quedé asombrada, aquel dibujo no era mío: yo había pintado las camisetas.

Por esta enorme gracia, yo alabo a Dios, a Su Hijo Jesús y a la Virgen María. Le pido a Jesús que un día todo el mundo pueda gloríficarLo."

(Terezinha)

* * *

"Sucedió un enorme milagro en mi vida a través de la oración del Rosario de la liberación. Cuando empecé a enamorar con mi marido, él tenía dos vicios horribles: bebía y fumaba mucho. Un día le pregunté si él me quería o si quería los vicios, y él optó por los vicios. Termi­namos. En esos mismos días mi tía me dio de regalo el libro Rosario de la Liberación. Le pedí a Jesús que sanase los vicios de mi ex enamorado, porque él era un buen hombre . Jesús me escuchó y lo sanó. Volvimos a enamorar y nos casamos. Hoy, un año y dos meses después, mi marido no bebe y no fuma.

¡Alabado sea Jesús por esta enorme gracia!"

(Maria das Gracas)

* * *

"Una noche desperté con un dolor enor­me en el estómago y no sabía qué hacer. Recé el Rosario de la Liberación y poco a poco el do-

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lor fue pasando. Cuando terminé el rosario, no sentía nada más y me dormí tranquilamente."

(Cristiano)

* * *

"La oración del Rosario de la Liberación tiene un poder maravilloso. Cada vez que rezo, Jesús se manifiesta en mi vida. La última vez fue cuando mi padre fue hospitalizado con graves problemas de salud y estuvo inconsciente du­rante dos días. Pensábamos que él no se recu­peraría más. Recé el Rosario de la Liberación pidiéndoLe a Jesús que lo sanase. Al día si­guiente por la mañana, cuando mi hermano volvió del hospital, trajo la noticia de que él estaba caminando, hablando y alimentán­dose.

No tengo palabras para agradecerLe a Je­sús. El Rosario de la Liberación tiene efecto instantáneo: es rezar y conseguir la gracia. ¡Glo­ria a Dios!"

(Nilcéia)

* * #

"Quería mucho tener el libro Rosario de la Liberación y una amiga me lo regaló. El día 30 de diciembre, ocho días después, mi hijo tuvo fiebre muy alta y rubéola. Tomé el libro y empecé a rezar. Cuando terminé el rosario, él ya no tenía Fiebre, ni rubéola ni nada más. Yo

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agradezco a Dios por haber escuchado mi oración.

¡Gloria a Dios! Gracias, Jesús."

(Gilene)

* * *

"Mi hijo tiene 32 años y bebe desde los 12 años. Me regalaron el libro Rosario de la Libera­ción y empecé a rezar por él. Por honra y glo­ria del Señor, él no deja ni un día de ir a su trabajo.

Quiero alabar al Señor por esta enorme gracia."

(Maria de Jesús)

# # #

"Cuanto más rezo el Rosario de la Libe­ración, más quiero rezarlo, porque siento la presencia de Jesús cerca de mí. Una amiga me habló sobre el poder de la oración del Rosario de la Liberación, entonces empecé a rezarla por mi hijo que estaba con un serio problema y continué rezando tres a cuatro veces al día. Sentí que todo estaba transformándose en mi casa y pasé a rezar por toda la familia. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que los otros dos hijos se estaban drogando! Le pedí a Jesús la cura, la liberación y la salvación. Con el empleo de mi hijo mayor todo resultó bien, y pude luchar a tiempo, en nombre de jesús, por los otros dos,

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para que volviesen al camino de Dios. Hoy to­dos mis hijos rezan el Rosario de la Liberación aquí en casa y buscan en la Palabra de Dios su fundamento de vida.

Alabo y agradezco a Dios por las gracias."

(Celia) * * *

"Estoy divulgando las gracias conseguidas a través del milagroso Rosario de la Liberación.

En casa estábamos todos sin empleo, llenos de deudas, alquiler atrasado, dependiendo de otras personas para comer, pasando tristezas y hasta humillaciones, y pensábamos que no en­contraríamos salida. Un día domingo, mi tía nos prestó el librito Rosario de la Liberación, y mi madre rezó este rosario el mismo día. El día lunes llegó la noticia de un empleo para mi hermana. El día miércoles, comencé a rezar por mi marido - él iría a concursar por un coche y por otros premios de un bingo el día jueves -y Dios nos concedió la gracia en nombre de Su Hijo Jesucristo, Aquel que nos lavó con Su San­gre y que nos purificó con Sus llagas, y por los dolores de nuestra Madre santísima. De esa for­ma, él consiguió ganar el coche.

Ahora rezo el Rosario de la Liberación para conseguir un empleo para mi padre, a cada mo­mento agradezco a Dios Padre, a Dios Hijo, a Dios Espíritu Santo y a nuestra Madre que engendró al divino Hijo Jesucristo.

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Les recomiendo a todos que recen con mucha fe y confianza, porque Dios es Padre."

(Elisángela)

* * *

"El padre de una cliente estaba sufriendo mucho con un cálculo al riñon. No podía ser operado, pues su estado general no era bueno, y su presión arterial muy alta. Sentí mucha pena por él. Por la noche, a las dos de la madrugada, recé el Rosario de la Liberación por él. Le pedí a Jesús que lo sanase y liberase de este su­frimiento. Al día siguiente lo encontré, y él dijo que había sufrido horriblemente hasta las dos de la madrugada y que más o menos a esa hora, él expulsó tres cálculos y que ahora se sentía mucho mejor.

¡Alabado sea Dios!"

(Tomé Antonio)

* * *

"Mi hijo y mi yerno fumaban mucho y eran delgados y nerviosos. Nos dábamos cuenta que el cigarro estaba perjudicando la salud de ellos. Una amiga me dijo que quien rezase con fe el Rosario de la Liberación, conseguía la gracia. Compré el librito y empecé a rezar. Ellos deja­ron de fumar. Ahora ellos se alimentan bien y el nerviosismo también terminó.

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Alabo y agradezco a mi Dios por las gracias recibidas."

(Adiles)

* * *

"Quiero dar testimonio del poder que tiene el nombre de Jesús a través de la oración del Rosario de la Liberación. Mi marido estaba sintiéndose muy mal a causa de un cálculo en la vesícula, y, como ya había tenido dos infartos, el médico se mostró preocupado con la cirugía. A través de la endoscopía fue diagnosticado un tumor y retirado material para biopsia. Recé el Rosario de la Liberación antes de la cirugía, el médico pidió nuevos exámenes y no encon­tró nada. El dijo que era un milagro.

¡Gloria a Dios!"

(Linda)

* * *

"Recebí innumerables gracias a través de la oración del Rosario de la Liberación, y sé que, con el poder de Jesucristo, muchas más iré a recibir. Yo sufría de depresión continua, al punto de llegar a perder el empleo. Empecé a rezar el Rosario de la Liberación y con mucha esperanza de sanarme, empecé a recitarlo. Jesús me liberó. No siento más aquella agonía, terminaron los dolores y las angustias que me quitaban el deseo de vivir. Hoy leo diariamente

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la Biblia y rezo agradeciendo al Rosario de la Liberación, porque Jesús sana, Jesús salva, Jesús libera."

(Laura)

* * *

"Estoy escribiendo esta carta para agrade­cer una gracia que recibí. Sentía mucho dolor a una rodilla, el médico me dijo que era ne­cesario hacer infiltración. Pero, me avisó que, como tengo problema de coagulación san­guínea, podía haber una hemorragia. Estaba desesperada y sentía mucho dolor. Recé el Ro­sario de la Liberación de rodillas, con mucha fe, y recibí la gracia. Estoy sana por gracia de Dios y de Nuestro Jesuscristo."

(Mercedes)

# # #

"Conocí el Rosario de la Liberación en el mes de febrero de 1997. Empecé a rezarlo el mis­mo día que me regalaron el libro del mismo nombre, y fue una bendición. Mi hogar empezó a tener paz, y un problema que estábamos viviendo fue solucionado. Estaba con problemas de salud y fui atendida, por Jesús, nuevamente. Entonces hice del Rosario de la Liberación una oración diaria.

Algún tiempo después, mi padre perdió la voz por lo que consultó a tres médicos, y el últi­mo diagnosticó un tumor en las cuerdas voca-

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les, a la derecha, y aconsejó que se retirase una muestra para biopsia.

Fue una angustia para todos. Recé todos los días el Rosario de la Liberación. Al regresar para saber el resultado, sentía mucha confianza de que el tumor era benigno. Sentía que el Espí­ritu Santo me iluminaba, estaba tranquila y con coraje. El resultado fue negativo.

¡Gracias y alabanzas ajesús y María!, ahora y para siempre."

(Ana Lucia)

"La hija de una amiga estaba con fiebre, su rostro inchado debido a la sinusitis y con aler­gia por todo el cuerpo. Recé el Rosario de la Liberación, la niña se sanó.

¡Gracias y alabanzas ajesús!"

(Ana Lucia)

* * *

"Tengo nueve hijos, todos pequeños. Mi ma­rido estaba empleado y ganaba alrededor de un sueldo mínimo mensual. Sólo yo sé el hambre que pasábamos todos. Conocí el Rosa­rio de la Liberación y empecé a reazarlo. A par­tir de ese momento, las cosas empezaron a cam­biar. Mi marido salió del empleo que tenía y empezó a trabajar independiente. Nunca más pasamos hambre.

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Agradezcco a Dios por la oración del Rosa­rio de la Liberación."

(María de Fátima)

"Aunque nací en una familia católica, hubo un momento en que me alejé de la Iglesia y empecé a hacer curso de control mental, leer sobre kardecismo y a estudiar teosofía. Mi vida era vacía y no tenía sentido, estaba totalmente desesperada y desilusionada de todo. El racio­nalismo y la lógica de la teosofía me condujeron a perder la fe. Descubrí la Renovación y, aunque participaba del grupo de oración y de la misa, no tenía fe. Era aquella 'agua tibia', como dice el Apocalipsis.

Me regalaron el libro Rosario de la Liberación y empecé a rezarlo con intención de mi con­versión. Hoy, gracias a Dios, puedo decir que soy católica de verdad, que creo en Jesús, que tengo realmente fe. Hoy mi vida tiene sentido.

¡Gracias y alabanzas a Dios!"

(Márcia)

"El motivo por el que estoy escribiendo es­ta cartita es mi total e irrestricta liberación, conseguida a través de la oración del Rosario de la Liberación. ¡Gloria a Dios y al Espíritu

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Santo que nos liberó de la tinieblas del peca­do y de la muer te! Recé el Rosario de la Liberación varias veces al día, durante más o menos una semana, y conseguí la liberación. Estoy muy feliz.

¡Gracias a Dios!"

(Padre Umberto)

* # #

"Conseguí dos gracias rezando el Rosario de la Liberación. Tengo un hijo que se estaba muriendo por beber tanto, y Jesús sanó a mi hijo. Yo tenía una marca en mi rostro y sané.

¡Qué Dios nos bendiga!"

(María)

* * *

"Mi marido y yo estábamos sin empleo. Recé el Rosario de la Liberación y fui atendida. Hoy mi marido y yo estamos trabajando. Estoy muy feliz y agradezco por la gracia conseguida a tra­vés de la oración.

¡Muchas gracias, Jesús!" (Josefa)

"Mi hijo de 27 años hacía unos seis meses que estaba sin empleo. Siempre trabajó, y esa dificultad me desesperaba. El buscaba empleo todos los días, enviaba curriculum, se presentaba

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a entrevistas y sin ningún resultado. Empecé a rezar el Rosario de la Liberación un día martes, con mucha fe. El viernes le traje una propuesta de la escuela, pero ya había sido llamado a una entrevista y admitido para trabajar en vina tien­da de equipos eletrónicos en un centro comer­cial. El estaba feliz y también nosotros.

¡Glorias a Jesús, nuestro Dios y Señor!"

(Nelly)

* H= *

"Estaba pasando por una situación muy di­fícil. Un día fui a una librería y compré el Rosa­rio de la Liberación. Empecé a rezar y a entregar toda mi vida a Jesús, pidiéndoLe que El me ayudara a pagar todas nuestras cuentas. Jesús rae escuchó.

¡Alabo y agradezco a Dios por eso!"

(Rosilda)

* * #

"Conseguí una enorme gracia a través de la oración del Rosario de la Liberación. Estaba sin empleo desde hacía mucho tiempo y no conseguía salir de esa situación, hasta que un día, con mucha fe en Dios, nuestro Señor, me presenté a un concurso para ingresar al Cuerpo de Bomberos. Gracias a Dios pasé y ya fui lla­mado para ejercer mis funciones.

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¡Gracias, Jesús!" (Marcelo)

* * *

"Vi expuesto el libro Rosario de la Liberación y lo compré. En aquel instante sentí que Jesús me curaba, me sanaba y me liberaba. En aquellos días, yo sufría y hacía sufrir a muchos. Estaba enferma, deprimida, preocupada, con pensa­mientos negativos a causa de algunos exáme­nes que me había hecho. Después que empecé a rezar el Rosario de la Liberación, recibí mu­chas gracias, fui bautizada en el Espíritu Santo el día de Pentecostés y mis exámenes no acu­saron nada grave.

¡Glorias y alabanzas a Ti, Señor!"

(Cristiane) * * *

"En Navidad me dieron de regalo el libro Rosario de la Liberación, después que le conté a una amiga que yo estaba con un mioma en el útero y no podían operarme por causa de anemia. Empecé a rezar y a pedirLe a Jesús que atendiese a mi necesidad y a mi cura, porque tengo dos hijos pequeños que necesitan mucho de mí. Rezaba el rosario llorando mucho y pidiéndoLe a Jesús por mi cura. La anemia disminuyó y, cuando regresé al médico, él pidió nuevos exámenes y marcó la cirugía. Cuando me llevaban a la cirugía fui bendiciendo a los

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médicos y pidiéndoLe a Jesús la cura, la sal­vación y la liberación. Fui sanada. El Rosario de la Liberación fue una bendición en mi vida.

¡Gracias y alabanzas a Jesús!"

(Vera Lucia) * # *

"La sobrina de mi vecina llegó sinténdose mal. La chica saltaba, lloraba, empujaba los ob­jetos que se encontraban a su alrededor. Estaba pálida y helada. Mi hija y yo nos pusimos de rodillas y empezamos a rezar el Rosario de la Liberación. Después que terminamos, la chica se durmió y cuando despertó, no se recordaba de lo que había sucedido.

¡Dios sea alabado!"

(Isabel)

"Estábamos pasando por un período difícil de relacionamiento con nuestros vecinos. Co­nocí la oración del Rosario de la Liberación en casa de una amiga y recé durante algunos días. A partir del momento que empecé a pedirLe a Jesús que sanase el odio que mi marido sentía por nuestro vecino, El me escuchó, y, gracias a El, ya hicimos las paces.

¡Señorjesucristo, yo Te alabo y Te agradezco cada día de mi vida!"

(María do Carmo) * * * 89

"El día 18 de abril salí a trabajar y sentí que mis pies y manos se helaron. Por la noche em­pecé a sentir angustia, tristeza y desespera­ción en mi corazón. Le pedí a mi marido que comprase un remedio para dormir, pero al día siguiente continuaba con angustia. El domin­go, cuando quedé sola, empecé a llorar mucho, y la angustia y la desesperación dominaban mi corazón. Cuando encend í la TV, estaba empezando el programa Raboni... e vocé y la oración del Rosario de la Liberación. Empecé a rezar: Jesús, sáname! Jesús, sálvame! Jesús, libérame! Fui sintiendo paz y alegría. Hoy tra­to de rezar el Rosario de la Liberación todos los días.

¡Gracias, Jesús!

"Hace un año, en el Apostolado de la Oración, una joven pidió que orásemos por su sobrino que iría a ser operado del corazón. Los médicos dijeron que, operando o no, él corría riesgo de vida. Sentí lo afligida que ella estaba. Me compadecí de ella y le conversé del poder que manifiesta el Señor Jesús a través de la oración del Rosario de la Liberación. La abracé y le dije que tuviera fe, que Jesús tenía poder para, antes de la cirugía, liberar a su sobrino o, si fuese operado, impedir cualquier peligro. Recé por él. Después de un año, al encontrarla, ella me dijo que el sobrino no llegó a pasar

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por la cirugía. El Señor Jesús lo liberó de la cirugía.

¡Glorias y glorias a Dios!"

(Luzia)

* * *

"Mi sobrina estaba hospitalizada, con cáncer. Recé el Rosario de la Liberación con mucha fe, y ella fue sanada, gracias a la Palabra de Jesús."

(Luiza)

* * *

"Un martes por la tarde mis labios se lle­naron de bolitas inflamadas que ardían mucho, y cada día que pasaba era peor. Pasé pomadas y otras cosas, y de nada adelantó. El sábado, mientras rezaba el Rosario de la Liberación, Le dije a Jesús que al día seguiente no quería te­ner nada. Al día siguiente, al despertar, no tenía nada más. Alabé y agradecí a Jesús por esta gracia. Sólo Jesús tiene el poder de sanar y de liberar.

¡Gracias a Dios!"

(Fredalina)

* * *

"Hacía 13 años que mi hijo bebía. Era vicia­do en bebidas alcohólicas, al punto de expelir mal olor. Mi hija sufría de jaqueca horrible, que

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le producía adormecimiento a los brazos y a la boca. Ella gritaba toda la noche de dolor al estómago. Yo recé el Rosario de la Liberación, y, gracias a Jesús, mis dos hijos se sanaron. Mi otra hija llegó a casa con dolor de cabeza y con el intestino paralizado (veinte días sin defecar), pero gracias a la oración del Rosario de la Liberación fue liberada."

(Rozina)

H= * *

"Mi hijo sufría de dolor de cabeza horrible. Su padre, yo y la enamorada sufríamos mucho porque no conseguíamos encontrar la solución. El fue al médico, hizo electroencefalograma y no dio nada. Empecé a rezar el Rosario de la Liberación todos los días, y sucedió el milagro: el dolor de cabeza de mi hijo fue sanado en nombre de Jesús.

¡Glorias y alabanzas al Señor Jesús!"

(Lourdes Divina)

* * *

"Estoy testimoniando esta gracia, porque prometí que, si la alcanzase a través de la oración del Rosario de la Liberación, yo escribiría. Sufría mucho con uno de mis hijos y, antes de la Navidad de 1996, Le pedí a Jesús que mi rega­lo fuese un trabajo para ese hijo, y que también fuera del agrado de él. Mi sorpresa fue tal, que

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dos días después él ya había conseguido un trabajo.

Agradezco a Dios por esta gracia enorme."

(Maria)

=H * *

"Yo estaba con infección a los riñones y a la orina. Sentía muchos dolores, estaba cansada de ir al médico y no descubrir un remedio. Necesitaba trabajar. Mi vecina me dio el libro Rosario de la Liberación. Entré a mi habitación, me arrodillé y empecé a rezar. En ese momen­to sentí que mis riñones quemaban mucho. Continué rezando. Después que terminé, me paré y ya no sentía nada más.

¡Glorias, glorias a Ti, Señor! Muchas gracias."

(Edna)

* * *

"Quiero dar testimonio con mucho entusias­mo de la gracia que recibí de las manos de Jesús a través de la oración del Rosario de la Li­beración. Hice un test para ser una encues-t adora del IBGE ( Ins t i tu to Brasileño de Geografía y Estadística) y me di cuenta que no me sentía muy bien. El malestar se fue agra­vando y descubrí que me encontraba con vari­cela. La enfermedad fue muy fuerte. Desespe­rada, le imploré llorando a Jesús, a través de la oración del Rosario de la Liberación, que no

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permitiese que la enfermedad se extendiera por mi cuerpo, pues tenía que mejorarme lo más rápido posible para trabajar en el censo, el que empezaría en cinco días. Él me escuchó. La enfermedad no avanzó, los documentos para mi trabajo se atrasaron, y yo tuve tiempo de recuperarme.

¡Cristo tiene poder! ¡Él es nuestro único Li­bertador y Salvador!"

(Maria José)

* * *

"Mi hijo salía por las noches y llegaba de ma­drugada. El no iba a la iglesia de ninguna manera. Empecé a rezar el Rosario de la Li­beración y, durante la Semana Santa, él se confesó y acompañó la procesión, cargando el cuerpo del Señor. Sólo me queda alabar el nom­bre del Señor y de María santísima por tantas gracias que he recibido."

(Raimunda)

* * *

"El día 30 de abril, por la tarde, me torcí el pie violentamente, lo que me causó un fuerte dolor y que fue aumentando, por la noche era insoportable. El dolor era muy fuerte y ya me estaba preparando para ir al hospital a sacar una radiografía. Decidimos rezar el Rosario de la Liberación, todos juntos en casa. En poco

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tiempo el dolor fue disminuyendo y me dormí. Cuando desperté al día siguiente, prácti­camente ya no tenía nada. Sin hinchazón, sin hematoma, no tenía casi nada."

(Nydia)

:|: * *

"Mi hijo tuvo un derrame y estaba en la UCI. Recé el Rosario de la Liberación día y noche por él. Una noche me acosté y soñé con un niño todo iluminado, hasta el suelo estaba brillando. Al día siguiente mi hijo amaneció mejor. Fue sanado y no le quedó secuela.

¡Doy gracias a Jesús!"

(Gerosina)

"Una muchachita, vecina mía, subió a un árbol y, al bajar, pisó en alguna cosa y su pierna se torció. La familia buscó a un médico, y él les dijo que no se podía hacer nada, poique eso era reumatismo, por lo que no volvería a ca­minar normalmente. La niña escribió una car­ta para la mamá, diciéndole que se suicidaría. La mamá llegó a pensar en cambiar de religión.

El Señor puso en mi corazón que debería orar por ella. Le pedí permiso para rezar en su casa, ella aceptó. Empezamos una novena del Rosario de la Liberación, y cada día llegaban más personas para ayudarnos con la oración. Al

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séptimo día, cuando llegamos, ella estaba caminando. Ella dijo: Jesús me sanó! Todos nos quedamos sorprendidos, felices, nos abrazamos, lloramos y alabamos a este Dios tan maravilloso. La familia volvió a la Iglesia. Todo el barrio se enteró y mucha gente se convirtió, para honra y gloria de Jesucristo.

¡Alabado sea Dios! ¡Aleluya! ¡Aleluya!"

(Nair Gilberta)

* * *

"Yo tenía un problema al estómago, sentía mucha acidez y mareos. Fui al médico, me dio un remedio, pero los mareos no pasaron. Conocí el Rosario de la Liberación y lo recé con mucha fe. Hoy doy gracias a Dios, pues no siento más aquellos mareos.

¡Muchas gracias, Señor, por la bendición que es el Rosario de la Liberación!"

(Simone)

"Mi hija estaba buscando un trabajo, pero en todos lados donde iba había mucha gente, estaba muy difícil conseguir un empleo . Compré el libro Rosario de la Liberación y empecé a rezar con mucha fe. Pocos días después ella consiguió un trabajo como ella quería. Estoy muy feliz y soy grata a Jesús.

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¡Muchas gracias, Jesús, por Su infinito amor!"

(María Helena)

* * *

"Hacía un año y siete meses que mi hijo no escribía y no telefoneaba, mi marido y yo vivía­mos preocupados. Mi hermana me dio el libro Rosario de la Liberación, y recé una vez delante del Santísimo y otra junto con mi marido. Ocho días después yo estaba en casa de mi hermana, sonó el teléfono y yo atendí. Era mi hijo. Yo dije: '¡Gracias a Dios, fue un milagro, una gran bendición de Jesús!'"

(María do Socorro)

"Después que empecé a rezar el Rosario de la Liberación, mi vida cambió mucho, princi­palmente la vida espiritual y la convivencia con los hijos. El comportamiento de mi marido cambió mucho dentro de casa.

¡Gracias y alabanzas ajesús!"

(María das Neves)

* * *

"Recebí la gracia rezando el Rosario de la Liberación. Mi tía tiene diabetis y, a conse­cuencia de la enfermedad, quedó ciega y además tuvo que pone r se un marcapaso. Después de la cirugía hubo una serie de pro-

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blemas que nos dejaron preocupados. Recé el Rosario de la Liberación, y ella se recuperó y está bien. Rezo siempre el Rosario de la Liberación por toda mi familia.

¡Glorias y alabanzas al Señor!"

(Alice)

"Mi marido era alcohólico y hacía 14 años que yo insistía para que hiciera un tratamiento. Compré el libro Rosario de la Liberación y empe­cé a rezar. Después de cuatro meses él se decidió a hacer el tratamiento y hoy está total­mente sano. Tengo una amiga que estaba muy enferma, recé el Rosario de la Liberación en su intención, hoy ella ya está mejor.

Agradezco a Dios por estas gracias."

(Cleuza)

"Yo era una persona que tenía un proble­ma muy serio a la columna, gritaba de dolor día y noche. Ya había perdido 30% del calcio de la columna, y siete vértebras de la médula se habían cerrado. Aprendí a rezar el Rosario de la Liberación y me sané.

¡Glorias y alabanzas al Señor!"

(Mariana)

* * * 98

"Mi hija tuvo dolor de cabeza tan fuerte que no pudo ir al colegio por algunos días. No se levantaba de la cama para nada. Mi familia y yo ya estábamos pensando que se trataba de una enfermedad contagiosa. La llevamos a dos mé­dicos, le hicieron exámenes y no le encontraron ninguna enfermedad. Recé el Rosario de la Liberación, y ella está sana y volvió a estudiar.

¡Gracias a Dios!" (Geysa)

# * #

"El día martes de Semana Santa amanecí con fuerte dolor a la columna, no podía mo­verme. Ese mismo día fui al médico, el que me recomendó reposo y dosis de inyecciones du­rante cinco días. Eso me dejó afligida, porque no podría estar mucho tiempo lejos de mi trabajo, tomar remedios para los que no tenía mucho dinero y además de cuidar de mi ma­dre que está sin condiciones de salir de casa. De regreso a casa, en el autobús, empecé a re­zar el Rosario de la Liberación. El día miércoles sentí una mejoría y el Viernes Santo estaba prácticamente sin dolor. El sábado durante la ceremonia de la bendición del fuego en la iglesia de mi comunidad, sentí que el Espíritu Santo me sanó de todos los dolores. Hoy estoy completamente liberada.

¡Gracias a Dios!" (Josefa)

* * * 99

"Recé durante nueve días el Rosario de la Liberación para que Jesús me sanase de la presión alta y de una herida en la nariz. Yo ya había usado varios remedios en la herida y ninguno había dado resultado. Recé con mucha fe y sané.

¡Gracias a Dios!"

(Francisca)

# * *

"Mi cuñada llegó a casa con su nietecito que lloraba mucho, con una crisis de bronquitis muy fuerte, casi sin poder respirar y muy afligido. Las dos rezamos el Rosario de la Liberación, y él dejó de llorar, empezó a respirar con más tranquilidad y se durmió.

¡Gracias a Ti, Señor!"

(Lucília)

* * *

"Mi nieto de nueve años estaba con dolor muy fuerte al cuerpo, vivía acostado, sentía las piernas muy débiles y cuando intentaba cami­nar, se caía. Me regalaron el libro Rosario de la Liberación y empecé a rezar, pidiéndoLe al Señor que bendijera los remedios de él. El hizo los exámenes, y el diagnóstico fue inflamación a los músculos. Cuando tomó la primera dosis de remedios, prácticamente se sanó. Tengo se­guridad de que fue el poder de Jesús.

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¡Amén, Aleluya!"

(Edmar María) * * *

"Soy funcionaría pública y en el mes de mayo mi sueldo fue suspendido, porque estuve con permiso médico durante el mes de febrero. Me p r e o c u p é mucho . Recé el Rosario de la Liberación y Le pedí al Señor que liberase mi sueldo. Mientras yo rezaba con los ojos cerra­dos, me vi en el banco recibiendo mi sueldo. El día lunes cuando volví a la escuela, le pedí a la directora que me prestase dinero para pagar mis compromisos que estaban venciendo. Ella llamó al banco y me dijo que mi sueldo había sido depositado. Yo no quería creer, pero era verdad. En agradecimiento estoy dando mi testimonio.

¡Bendito, alabado y adorado sea mi Dios!"

(María) * * *

"Gracias a la oración del Rosario de la Liberación mi vida mejoró. Esta oración me sacó de las tinieblas: Yo estaba muy perdida, en el fondo del pozo, prendida a las garras del ma-ligno. Jesús me liberó y va a liberar a mi familia."

(Tereza) * * *

"Mi amiga me regaló el libro Rosario de la Liberación y rezo este rosario todos los días. Hoy

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puedo testimoniar que sentí el enorme poder de la oración de este rosario maravilloso. He alcanzado varias gracias y he sentido una paz interior muy grande cada vez que rezo este rosario. Por esto es que glorifico al Señor Jesús por el poder de Su Palabra que está siendo pro­clamada a través de este poderoso Rosario de la Liberación.

¡Alabado sea Dios!"

(Dideusa)

* * *

"Mi nietecita de nueve años empezó a sen­tirse mal durante la noche. La fiebre fue su­biendo sin saber de que se trataba. Entré a mi habitación y recé con mucha fe el Rosario de la Liberación. Lentamente la fiebre fue bajando, y ella se durmió bien.

Agradezco al Padre que, a través de Jesús, me atendió. ¡Glorias a Dios!"

(Vicentina)

* * *

"A fines de febrero de 1997, la hermana de una amiga fue atropellada y la llevaron a la UCI. Necesitó ser conducida para el hospital de la ciudad vecina, porque el equipo de tomografía del único hospital de su ciudad estaba averiado hacía dos meses. La familia estaba desespera­da. Mi amiga me telefoneó muy afligida, yo fui

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al hospital. Llevé el libro Rosario de la Liberación en el bolso (son las inspiraciones de Dios...). En el hospital intenté tranquilizarlos y les dije que confiasen en Jesús, que con seguridad Él estaba cuidando de la situación. Le pregunté a mi ami­ga si ellos ya habían orado, pero la respuesta fue de que ellos estaban "sin cabeza" para orar. Empecé a rezar el Rosario de la Liberación delante de la puerta de la UCI. En el quinto misterio, se abrió la puerta, y la enfermera le informó a la familia que el equipo del otro hos­pital ya estaba reparado y que la paciente podría hacer la tomografía. Tuvimos una enorme prueba del amor y de la misericordia de Dios. Continué rezando en agradecimiento. En el traslado de la joven una sobrina recordó que ella era alérgica al yodo. El médico dijo que ese antecedente evitó otro accidente a la hermana de mi amiga. En el examen fue detectado sólo una hemorragia, sin grandes riesgos. La familia rezó el Rosario de la Liberación todos los días que estuvo en la UCI. Hoy ella está en casa recuperándose.

¡Gracias a nuestro buen Dios!"

(Rosane)

* * *

"Alabo y agradezco ajesús por la oración del Rosario de la Liberación, porque he rezado constantemente este rosario y el Señor me atendió todos mis pedidos.

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¡Alabado sea Dios por este rosario!"

(Maria Adelaide) # # *

"El examen de mamografía constató un tu­mor en mi seno. Lloré mucho, mis amigas y yo empezamos a rezar el Rosario de la Liberación y a pedir con mucha fe que Jesús me sanase, porque tengo mucho miedo de la enfermedad. Fui operada el día 4 de febrero de 1997. Recé el Rosario de la Liberación a la hora de la operación y pedí que Jesús tuviese piedad de mí, que me sanase, que me salvase y que me liberase. Gracias al poder de Jesús, los nuevos exámenes salieron negativos.

¡Alabo y agradezco a Dios por esta oración tan poderosa del Rosario de la Liberación!"

(Elena)

* * *

"Yo estaba con la garganta inflamada por lo que llegué a tomar varios remedios. Fui al mé­dico y no me mejoré. Estaba orando y me recordé del Rosario de la Liberación. En el se­gundo misterio ya me sentí mejor, y decidí pa­rar con los remedios. Me dije a mi misma: 'Jesús me va a sanar!' Al día siguiente amanecí sana.

¡Alabo y agradezco a Jesús por haberme sa­nado!"

(Maria do Socorro)

* * #

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"Compré el libro Rosario de la Liberación y, en el momento en que empecé a rezar, mi vida cambió totalmente. Tengo problemas de si­nusitis, y Jesús me liberó a través de la oración del Rosario de la Liberación. Oré por mi hijo que estaba enfermo, y él se mejoró. Oré por muchas personas y ellas también recibieron la gracia.

¡Gracias, Señor, por la cura!"

(Maria Francisca)

"La felicidad invade mi corazón en el mo­mento que escribo este testimonio de la gracia alcanzada a través de la oración del Rosario de la Liberación. Mi hijo tuvo bronquitis desde los ocho meses hasta los dos años y cada vez que tenía gripe, su pecho se atacaba. Un día tuvo una gripe fuerte, por lo que fui al médico dos veces; le di los remedios, pero de nada sirvió. Yo no sabía qué más hacer: mi hijo no comía, no podía abrir los ojos en la mañana, por causa de la gripe, y, su pecho estaba totalmente con­gestionado. El día domingo me senté en la sala de estar con él en mis brazos cuando empezó el Rosario de la Liberación en el programa Raboni... e vocé- que fue como un aviso: era só­lo a través de esta oración que mi hijo sanaría. Durante la oración extendí mis manos a Dios y empecé a pedir, de ojos cerrados, que Él arran­case todo el catarro del pecho de mi hijo y que

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le diese salud. Al momento sentí que el Señor me había escuchado. Abrí los ojos y mi hijo sonrió. Era como si yo hubiese estado fluc­tuando en aquel momento. Al día siguiente él ya estaba sano de la gripe y del catarro del pecho. Sé que Dios sanó a mi hijo, porque Le pedí eso. Él me escuchó.

¡Gracias a Dios!

Quiero agradecer mucho al Señor Jesús por el programa Raboni... e vocéy decir que nunca quiero perderlo, porque aquel día Dios estuvo dentro de mi casa y, ¡gracias a Él, al programa Raboni... e vocé y al Rosario de la Liberación, mi hijo está sano!"

(Severina) # # *

"El Rosario de la Liberación aumentó más aún mi fe. Fue a través del Rosario de la Li­beración que conseguí una gracia imposible. Una noche desperté a las dos de la madrugada con un ruido dentro de mi oído como si fuese un insecto zumbando. Quedé desorientada durante tres horas. Le pedí a Jesús que tuviese piedad de mí y que arrancase lo que me estaba incomodando tanto, pues sólo El tiene poder. Le pedía sin parar. De repente sentí que Jesús estaba arrancando aquel insecto; pasé los de­dos, pero no percibí nada y el ruido paró. Me quedé observando por unos 15 minutos, veri­fiqué y era realmente un insecto pequeñito que

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me da mucha vergüenza decir, pero Jesús sabe lo que es. Jesús vio que en ese momento no te­nía condiciones de ir a un médico.

¡Gracias, mi Dios! ¡Gracias, Jesús! ¡Yo Te amo!"

(Mirles)

"Mi amiga Clara fue atacada de dolores muy fuertes a la columna, y ningún remedio le daba ni un instante de alivio. Fue hospitalizada sin resultado. Entonces, empezamos a rezar el Ro­sario de la Liberación. Desde aquel momento los dolores disminuyeron. Volvió luego a casa, sin necesidad de cirugía.

Jesús sea alabado!" (Isabel)

* * *

"Empecé a rezar el Rosario de la Liberación por mis hijos y por toda mi familia. Mi hijo mayor era muy extraño. Muchacho muy inteligente, pero paró de estudiar, no trabajaba, vivía ais­lado, se afeitaba la cabeza, usaba sombrero y no se lo sacaba por nada, no se divertía y tampoco tomaba ninguna decisión de su vida. Para glo­ria de Dios, por el poder del nombre de Jesús y para sorpresa de toda la familia, él empezó a trabajar, dejó de usar sombrero y ahora se divierte. Mi hijo menor nació con un problema muy serio a la vista, y sólo descubrimos cuando estaba con cuatro años. El médico dijo que no

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existía tratamiento y que él continuaría como estaba, sin mejorar y sin empeorar. A los 14 años lo llevé al médico como de costumbre para hacer un nuevo examen, y el médico dijo que había disminuido un grado. Alabé y agradecí a Dios por las bendiciones y gracias derramadas sobre mi familia."

(Inés)

"Recebí una enorme gracia mientras hacía una novena del Rosario de la Liberación. Yo rezaba nueve rosarios por cada día de la novena. Quien hace esta novena recibe la gracia.

Yo alabo y agradezco a Dios por las gracias que recibí."

(Dionilda)

* * *

"Mi nieta de 12 años no puede caminar porque sufre de artritis y siente muchos dolores de huesos. Para aumentar nuestro sufrimien­to, de tanto tomar remedio ella presentó es­trechamiento del esófago, lo que la llevó a una disminuición casi total de la ingestión de ali­mentos. Después de muchas oraciones ella empezó a alimentarse con sopa muy suave de harina de maíz. Un día tuvo que ser llevada de urgencia al hospital, y fue constatado que el esófago estaba tapado. Ella permaneció hospi­talizada durante seis días y debió recibir san-

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gre, porque estaba con anemia profunda. El día de la cirugía estábamos con mucho miedo, por­que ella estaba muy débil. A la hora de la cirugía entré a mi habitación y recé con mucha fe el Rosario de la Liberación, durante una hora. El teléfono sonó y era una buena noticia: todo había resultado bien. Ahora ella está comiendo de todo y sin problemas. Yo agradecí mucho a Dios por la oración del Rosario de la Liberación."

(Lauría)

"Estaba pasando un momento muy difícil en mi vida. Estaba muy afligida, porque necesitaba pagar unas cuentas muy altas. Empecé a rezar el Rosario de la Liberación todos los días, y Jesús puso todo en su debido lugar. No me canso de agradecer a Jesús por las gracias recibidas."

(LUCÍ)

"Mi madre tenía un vicio imposible de sa­nar: hacía 18 años que fumaba. Rezamos el Rosario de la Liberación para ella, y nunca más fumó. Es por esto que doy gloria a Dios."

(Marcelo)

"Yo glorifico al Señor por las innumerables gracias alcanzadas a través del Rosario de la Liberación. Lo rezo con tanta fe, porque sé que Jesús tiene poder y no desampara a Sus hijos.

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¡Gracias, Jesús!" (Zélia)

* * *

"Tengo un nieto de seis meses que tomó la vacuna triple, la que le provocó una reacción muy fuerte, fiebre alta, al extremo de tener convulsión. Lo llevamos al hospital donde estuvo durante cuatro días, su estado era crítico. Me arrodillé en el pasillo del hospital y recé con profunda fe y confianza el lindo Rosario de la Liberación. Cuando pasaron algunos momen­tos, los enfermeros dijeron que la situación de mi nieto, con la gracia de Dios, estaba mejo­rando. Era una luz que empezaba a iluminar, y esa luz era Jesús.

Yo alabo y agradezco al Señor por la libe­ración de mi nieto."

(Jussara)

"Tengo una hija casada quien ya venía sufriendo de una pequeña depresión que aumentó mucho después del nacimiento de su segundo hijo. Ella me pedía que yo orase por ella, pero se recusaba a orar conmigo, eso indicaba que había algún espíritu muy malo y perturbador que le impedía orar. Entonces, oré el Rosario de la Liberación con mucha fe to­dos los días. No pasaron siete días para que me contase que no se sentía más deprimida.

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Me sentí muy feliz, canté gloria a Dios. Jesús había liberado a mi hija.

¡Glorias y alabanzas a Jesús!"

(Luiza) * * *

"Durante ocho años yo venía sufriendo de la tiroide, la que sólo conseguía controlar a tra­vés de remedios. Un día una amiga al ver mi angustia me enseñó a rezar el Rosario de la Liberación. Empecé a rezar todos los días y, gracias a Dios, yo me sentía cada vez mejor. Decidí consultar a un médico para saber como estaba; la fe en Jesús era tan grande que tenía seguridad de que estaba sana, pero de igual manera hice los exámenes. Cuando volví al médico, con la gracia de Dios, él me dijo que estaba bien.

¡Gracias, Jesús! ¡Estoy muy feliz!

(Catarina)

* * *

"Yo sufría de tiroides y ya no sabía qué hacer. El médico dijo que debía operar, pero yo no quería por causa de mi edad. Compré el libro Rosario de la Liberación y empecé a rezar todos los días, junto con mi marido y mi hija, y luego me fui sientiendo mejor. Le pedí a Jesús que tuviese misericordia de mí. Estoy mucho mejor, con el poder de Dios a través de la oración del Rosario de la Liberación.

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¡Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo!"

(Orfila) * * *

"Yo tenía un problema a la vista, no conse­guía ver y sentía dolor de cabeza horrible. Estaba trabajando en casa de una señora y no quería contarle, porque necesitaba del trabajo. Recé el Rosario de la Liberación y todo desapareció, gracias a la oración del rosario.

¡Gracias, Jesús!"

(Geny) * * *

"Yo estaba con un problema de salud y necesitaba hacer una cirugía. Una tarde, en el programa Raboni... e vocé, durante la oración del Rosario de la Liberación, Le pedí a Jesús con mucha fe que me sanase, y Jesús me liberó.

¡Gracias a Dios!"

(Aparecida) * * *

"Glorias y alabanzas a Ti, Señor, pues a tra­vés del Rosario de la Liberación recibí la gracia de tener paz y armonía en mi familia.

Desde el día de mi casamiento, en 1991, empecé a pelear con mi marido, sintiendo siempre rabia y deseos de separarme, de termi­nar con mi matrimonio. Tuve un hijo mara­villoso, y de igual forma no pasaba una semana

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sin tener una discusión. Pedí que el Señor me liberase, y también a mi marido y a mi hijo, de todos nuestros nerviosismos y falta de armonía, fuimos sanados y liberados. Hoy ya consigo ven­cer a los enemigos, en nombre de Jesús.

¡Alabado sea el Señor por la paz que esta­mos recibiendo! Gracias, Señor, por la li­beración. Continuaré rezando este rosario siem­pre, para que Jesús me libere de los enemigos, de las celadas del maligno, pues sólo Jesús puede sanarme, salvarme y liberarme. ¡Glorias y alabanzas a Ti, Señor!

Cuando mi marido me preguntó qué de­seaba de regalo para el día de la madre, le respondí que me gustaría recibir los libros Ro­sario de la Liberación y Rabboni, porque sabía que harían de mí una persona diferente, una nueva esposa y madre, y que tendrían más valor que cualquier joya en mi vida. No hay nada que se compare a tener paz, armonía, amor y alegría en nuestra vida. Yo creo que, aunque vengo de una familia católica, sólo ahora es que encontré a Jesús.

Jesús me ama! ¡Dios me ama! Siempre quiero amar a este Jesús y Dios maravilloso, que encontré en mi vida a través de la lectura de los libros Rosario de la Liberación y Rabboni y de la Palabra de Dios. Hoy soy feliz.

¡Gracias, Señor!"

(Claudia) * * * 113

"Yo estaba muy enferma de los nervios, inmovilizada con un collar cervical, porque mi columna estaba con infección y también los nervios. Lloraba día y noche de dolor. En el momento de la oración del Rosario de la Liberación, en el programa Raboni... evocé, sentí un fuerte escalofrío al lado derecho justo en el local más infeccionado y, a partir de aquel mo­mento, fue encontrada la solución para mi pro­blema. Gracias a Dios estoy bien y ya consigo escribir."

(Eurípides do Carmo)

* * *

"Hacía mucho tiempo que veníamos su­friendo por causa de una sobrina de 16 años. Aunque cuidábamos de ella orientados por un equipo médico que acompañaban el caso, ella se consumía. Los médicos se fueron de vaca­ciones, volvieron y pidieron que esperáramos. La niña, con fecaloma (feces endurecidas), cada vez más delgada y con la barriga cada vez más grande. Se podía contar los huesos de sus costillas. Gritaba de dolor. Era muy triste, ter­rible, y no se decidía ni se resolvía nada. Yo no soportaba más aquella situación. No se podía hacer nada. Permanecía a su lado y pasaba noches despierta. No aguantaba verla sufrir, oírla gritar y no hacer nada, yo ya no soportaba más. Era muy triste.

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El día dieciséis de febrero de 1996, en mi habitación, con la puerta cerrada y la TV encendida en la Rede Vida, tuve la seguridad que Dios entraría en nuestra casa, en nuestra vida, en nuestra situación, a través de un pro­grama religioso de televisión. Desde mi ha­bitación escuchaba el llanto y los gritos.

Empezó el programa Raboni... e vocé: los presentadores, con grandes sonrisas, sueltos y alegres... yo percibí que, cuanto más sonreían, más desesperados eran los gritos de mi sobrina. Ellos alababan a Dios y luego Le agradecían por la victoria, hasta antes de que iniciaran la oración, y la niña lloraba y gritaba mucho más.

Cuando escuché al presentador decir en nombre de Jesús: "Mi hermano, mi hermana, hoy Jesús quiere liberarle a usted y a toda su familia", sentí dentro de mí la seguridad de que ahí se encerraría aquella trayectoria de dolor y sufrimiento de todo lo que parecía no tener solución. Mi corazón me decía que aquella era la hora del Señor.

Al final de la oración del Rosario de la Liberación - ¡esta oración bendita! - en llanto desconsolado, con los ojos de la fe, vi, delante de mí, a Jesús trayendo en las manos un peda­zo de cadena gruesa y oxidada. Sentí, en aquella visión silenciosa, ajesús decirme: 'Basta de esa situación, porque Yo soy el Señor.' La n iña paró de gritar y de llorar, y en aquel exacto mo­mento terminaron todos los sufrimientos.

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Luego, la madre de la niña se comunicó con una conocida y después con el médico de la familia, y fue decidido hospitalizarla al día siguiente por la mañana. Todo resultó bien. No necesitó de cirugía, el problema fue soluciona­do con un lavado mecánico, bajo la observación cuidadosa de una junta médica. ¡Todo volvió a la normalidad en nombre de Jesús! Les doy este testimonio para alabar y exaltar el poder del nombre de Jesús.

¡Gracias a Dios!" (Aparecida)

"Me gustaría que estas gracias fuesen pu­blicadas para testimoniar cuan poderoso es el Rosario de la Liberación. Tengo dos hijos que estaban sin empleo; empecé a rezar el Rosario de la Liberación, y después de ocho días, los dos consiguieron empleo y están muy bien. Agradezco al Señor Jesús por haberme aten­dido a través del Rosario de la Liberación.

¡Gracias, Jesús!"

(Tereza)

* * *

"Siempre quise rezar el Rosario de la Li­beración antes de dormir, para despertar bien al día siguiente. Una noche fui a hacer esto,

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pero el sueño no me dejó y adormecí. Soñé que fui a visitar a una amiga a la que no veía desde hacía mucho tiempo. Cuando llegué, ella estaba rezando las oraciones de un librito que hay aquí en la región; entonces saqué el Rosario de la Liberación del bolso y le pregunté si ella sabía rezarlo. Ella me respondió que no. Le dije que le enseñaría, pues el rosario es muy fácil. Recé el rosario enterito. Cuando desperté al día siguiente, me sentía otra persona. Sentía una paz enorme la que llenaba el aire de una inmensa alegría. La liberación fue total, como si Dios hubiese usado todos los materiales de limpieza y me hubiese lavado por completa. ¡Cómo me hace bien esto!

¡Gloria a Dios!"

(Roseli)

# * *

"Mi marido tiene dificultades para rezar y encontró el libro Rosario de la Liberación sobre la cama. Lo leyó en voz alta y le gustó mucho este rosario. Le gustó tanto que me llamó para que rezásemos juntos. El se sintió atraído por este rosario a causa de la paz que provoca.

¡Agradezco a Jesús por esta bendición!

Mi hija de siete años estabajugando delante de casa y decidió entrar. Insistí para que se quedara un rato más al sol, pero no quiso y

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entró. Yo ya estaba rezando el Rosario de la Liberación. Apenas ella entró, en ese mismo mo­mento, se cayó un caballo con un carretón lleno de escombros justo en el lugar donde ella estuviera. El caballo se machucó, y si no fuese por Jesús, mi hija habría muerto.

¡Alabado sea mi Dios!" (Lourdes)

* * *

Observación importante:

A partir del testimonio de Celia (p. 7-8) y de este último testimonio, empezamos a rezar el Rosario de la Liberación todos los días por nuestra familia. ¿Usted no piensa que también ya es hora de que empiece a rezar el Rosario de la Liberación todos los días por su familia?

* * *

"Con fe conseguí realizar un objetivo: aprendí a perdonar, a olvidar las amarguras y a conversar con las personas en vez de riñar. Me gustan mucho sus libros, porque están abriendo un camino que yo no conocía, ya que las amar­guras y el rencor no me dejaban ver el lado bueno de la vida. Sé que es difícil aguantar a personas negativas, pero a través de la lectura estoy sintiendo que no hay ningún problema

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que sea superior al amor de Cristo por no­sotros."

(Sónia)

* * *

"Hacía mucho tiempo que estaba nerviosa, ansiosa y sin poder dormir. Leí en el libro Ro­sario de la Liberación que sería bueno rezar el Rosario de la Liberación antes de dormir, con la cabeza en la almohada, pues así tendríamos un sueño maravilloso. En ese mismo momento decidí empezar a rezar el Rosario de la Li­beración muchas veces al día y antes de dor­mir. Hoy mi sueño es maravilloso y duermo toda la noche.

¡Gracias a Dios!

El día 12 de ju l io , por la mañana, me levanté con dolor horrible a la espalda y al abdomen. Cuando salí de casa, sentía tanto dolor que ahí mismo, en la calle, decidí ir a consultar a la doctora. Ella me dijo que no podía atenderme. Regresé a casa y tomé un analgési­co. Pasé todo el día con dolor a la columna y al abdomen y con miedo incontrolable. Cuando empezó el programa Raboni... e vocé, y fue dicho que Jesús me ama, empecé a llorar. Fui rezan­do una parte del Rosario de la Liberación y, cuando dije junto con todos, levantando las manos: 'Si Jesús me libera, yo seré verda-

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deramente l ibre ' , fui liberada del miedo y del dolor.

Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo."

(Lara) * * *

"Recibí u n a e n o r m e gracia a través de la oración del Rosario de la Liberación. Le pedí a Jesús que me liberase, pues tenía m u c h o miedo dent ro de mi corazón. Ese miedo era tan gran­de que llegaba a doler. Recé el Rosario de la Liberación todos los días y me liberé de él.

¡Hoy alabo y agradezco al Señor por la gracia recibida!"

"He buscado a Yahvéh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores. Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante. El pobre ha gritado, Yahvéh ha oído, y le salva de todas sus angustias"

(Sal 34 [33] ,5-7).

(Amabel)

"Conocí el Rosario de la Liberación duran te u n a exper ienc ia de orac ión , en u n a c iudad vecina a la mía. Entre todos los libros que ahí estaban, el que más me llamó la atención fue el Rosario de la Liberación. Empecé a rezar el día lunes p id iendo para que fuera l iberado del vi­cio del cigarro. El lunes aguanté de no fumar

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hasta las nueve de la mañana, el martes hasta mediodía, el miércoles hasta las tres de la tar­de. Cont inué rezando todos los días. El jueves n o fumé. Sentí deseos de fumar du ran te tres días — fue como prueba de fe —, y el Señor me liberó.

¡Aleluya! ¡Gloria al Señor!"

(Joáo Batista) * * *

"Mi mar ido trabaja un mes desde las 6:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde, y otro de las 2:00 de la tarde hasta las 10:00 de la noche . Aveces él trabaja toda la noche . Las noches que m e q u e d a b a sola, el m i e d o hac ía d o l e r mi cuerpo. Cuando llegaba la noche y mi mar ido no estaba, me iba a la casa de mi abuelo y re­gresaba un poco antes que él llegase. A veces dormía en casa de mi abuelo. Gracias a Dios, la noche que tomé el libro Rosario de la Liberación, mi m a r i d o estaba t rabajando toda la n o c h e , decidí quedarme en casa. Empecé a leer el libro, pe ro no me di cuenta que estaba rezando y así me dio sueño.. . Coloqué el libro sobre nuestra cama y dormí durante toda la noche. A partir de esa noche me quedo sola con mi hijo. Gracias a Dios, Jesús es maravilloso! He rezado todos los días el Rosario de la Liberación.

¡Glorias y alabanzas ajesús!"

(María Aparecida) * * *

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"Descubrí que mis dos hijos, uno de 24 y el otro de 26, eran viciados en drogas. Ellos riñaban en la calle y hacían cosas terribles. Aprendí a rezar el Rosario de la Liberación, entré a mi habitación, me arrodillé y empecé a rezar. En aquel momento llegué a sentir escalofrío. Lloré mucho pidiéndoLe ajesús que liberase a mis dos hijos de las drogas. Le pedí a Jesús que, si El estuviese oyéndome, me diera una señal de la cura de ellos. Al día siguiente mis dos hijos me dijeron: 'Mamá, nunca más nos vamos a drogar.' Hace cinco meses que ellos la dejaron. Jesús sanó a mis hijos. Alabado sea Dios, que esta luz brilló en mi hogar. La luz que brilló fue Jesús.

¡Gracias, Jesús! ¡Yo Te alabo!"

(N.)

Observación importante: ¿Usted no piensa que a partir del testimonio

de Celia (p. 7-8), de Lourdes (p. 117-118) y de este último no está ya en la hora de que usted rece el Rosario de la Liberación todos los días por su familia?

"Yo estaba pasando por un momento muy difícil. Mi marido empezó a beber, y ya se estaba enfermando. Mientras él no llegase de la calle, yo no comía ni dormía. Yo sentía mucha angus­tia. Para mí no tenía más sentido seguir vi­viendo, sólo veía el fin de mi matrimonio.

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Empecé a rezar el Rosario de la Liberación con mucha fe y sabía que él iría a dejar de beber en cualquier momento. El día jueves de la misma semana que empecé a rezar el Rosario de la Liberación, él me dijo que iba a dejar de beber. En ese momento vi el poder de Dios sobre mi familia y lloré mucho de felicidad. Alabo y agradezco mucho ajesús. Continúo rezando el Rosario de la Liberación todos los días. Mi ma­rido y yo estamos muy felices. El ya cambió mucho. También ya he recibido varias gracias más a través de la poderosísima oración del Rosario de la Liberación. Le pido a todos que recen este rosario con mucha fe, y Jesús con seguridad va a escuchar."

(Rosenilda) * * *

"La oración del Rosario de la Liberación ha sido para mí un instrumento de Dios para trabajar mi liberación. Inicié el maldito vicio de la masturbación en 1952. Desde esa época has­ta ahora, no tuve un día de paz. Recorrí todo: protestantismo, rosacruz, espiritismo, poder de la mente, esoterismo... y nada, nada funcionó. La compulsión crecía, tenía alucinaciones y fantasías. Era una droga de la que yo me torné dependiente. También busqué grupos de auto ayuda que merecen respeto, pero no lo solucio­nó. Jesús tenía un proyecto diferente para mí. Un día, durante el programa Raboni... e voce, me enteré del Rosario de la Liberación. Adquirí el

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librito y empecé a rezar inmediatamente. Ahora estoy realmente liberado. Jesús me sanó! Jesús me salvó! Jesús me liberó! El quiso que a través de la oración del Rosario de la Liberación, yo proclamase una alabanza llevando mi testimonio de cura y liberación a aquellos que sufren de este mal.

¡Alabado sea para siempre el Señor!"

* * *

"Nos quedamos muy angustiados cuando nuestra hija, muy estudiosa e inteligente, des­pués de cuatro años de enormes sacrificios, no consiguió hacer su monografía por lo que no obtuvo su diploma universitario. Sin opción, aceptó ir a trabajar al otro extremo de Brasil. Allá los desafíos fueron muchos. Empezamos a rezar el Rosario de la Liberación en familia. Muchos rosarios. Los nudos se fueron desatan­do y las gracias que ella recibió, la tornaron tan victoriosa que otras puertas se abrieron. Sin embargo, el semestre estaba pasando y ella necesitaba presentar el trabajo de conclusión. Algo extraño sucedía, ella no conseguía termi­nar el trabajo. Nosotros recurrimos a Jesús. Re­zamos el Rosario de la Liberación en familia, en comunidad, con amigos, y ella también rezó mucho. Jesús escuchó. Jesús atendió. Colocó en las manos de ella el diploma y el empleo."

(Lucia)

=H * *

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"Doy mi testimonio para que todos los que lo lean tengan fe y confianza en la fuerza y en el poder del nombre de Jesús y en la milagrosa oración del Rosario de la Liberación. Soy viu­da y estaba pasando un momento de gran preocupación a causa del relacionamiento en­tre mi hijo mayor y el menor, los dos adultos y solteros. Mi hijo mayor (sin empleo, sin renta y sin lugar donde vivir) pretendía salir de nuestra casa para ir a vivir en la calle, porque riñó con el menor. Delante de tal situación, entregué desesperada todo a Jesús y empecé a rezar varias veces el Rosario de la Liberación. El mismo día cambió de idea. ¡Gracias a Dios! Por esta enorme gracia alabo a Dios y a Su Hijo Jesús y pido que esta devoción sea divulgada a todos y que puedan beneficiarse con ella."

(Ivone)

"Yo estaba viviendo una situación financiera muy difícil. Pusimos a venta una casa. Intenta­mos venderla durante seis meses. En ese pe­riodo yo siempre rezaba el Rosario de la Li­beración. Un día pensé: tengo que rezar este rosario todos los días con confianza y fe - esto fue lo que hice. Rezaba bien temprano, de rodillas, y no paré hasta hoy. La gracia llegó. Este rosario ha hecho maravillas. Cuando estoy rezando por mis hijos o por mi marido, muchas veces, no alcanzo a terminar de rezar, y ya Jesús me concede la gracia. Hubo un día cuando yo

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estaba en la tercera cuenta, sucedió la gracia. Son infinitas las gracias alcanzadas.

¡Gracias y alabanzas a Jesús!"

(Vilmara)

# * #

"Soy hija única, huérfana de padre desde los cinco años. Mi madre no volvió a casarse para que ningún hombre me tratara mal. Vivíamos felices, ella, yo y mi hijo Tiago. El día 29 de octubre de 1996, un ataque cardíaco fulminan­te se llevó a mi madre. Casi me volví loca. La desesperación fue tan grande que llegué a pen­sar en matarme. No aceptaba haberla perdido. Una persona me habló sobre el Rosario de la Liberación. Empecé a rezarlo ese mismo día. Yo Le pedía con tanta fe a Jesús: ''Jesús, libé­rame de este dolor, de esta angustia, de esta desesperación, de esta depresión, de esta ne­gación para aceptar, de este vacío!' Yo iba diciendo todo lo que sentía. Algunos días después tuve una sorpresa; aún sentía mucho dolor, pero ya me sentía mejor y empezaba a aceptar la triste fatalidad. Hoy estoy dando mi testimonio. Jesús me escuchó. Quien me co­noce, sabe lo que mi madre significaba para mí... Quien conoció nuestra convivencia sabe que yo soy el ejemplo vivo de que Jesús realmente li­bera. He enseñado a cada persona que veo en desesperación, el santo remedio que es el libro y la oración del Rosario de la Liberación. Sólo

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lamento no haber conocido este libro antes que mi adorada madre me dejase, pero sé que ella está cerca de Dios, feliz porque yo he conocido el Rosario de la Liberación.

¡Gracias y alabanzas a Jesús!"

(Diana)

* * *

"Desperté a las 7:30 y sentí un fuerte im­pulso por rezar el Rosario de la Liberación por mi hijo. Por la tarde, cuando volvió a casa, contó que el vehículo de la empresa perdiera los frenos y que sólo por milagro ellos estaban vi­vos. Le pregunté a qué hora había sucedido eso, él me dijo que había sido a las 7:30 de la mañana, justo a la hora que yo estaba rezando.

¡Gracias y alabanzas al Señor!"

(Cleusa)

Observación importante:

Después de leer el testimonio de Celia (p. 7-8), de Lourdes (p. 117-118), de N. (p. 122) y de este último testimonio, ¿no piensa de que ya está en la hora de empezar a rezar el Rosario de la Liberación por su familia?

* * *

"He rezado continuamente el Rosario de la Liberación. El Señor Jesús realizó un enorme milagro por mí. Yo estaba con problemas fi-

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nancieros muy serios, los que, gloria a Dios, ya se están solucionando gracias a la oración del Rosario de la Liberación, la que rezo con mu­cha fe."

(Claudia) # * #

"Gracias a la poderosa oración del Rosario de la Liberación, la paz volvió a mi casa y volví a trabajar después de cinco meses interminables sin empleo.

¡Gracias a Dios y a Jesucristo!"

(Jefferson)

"Cada vez que me siento deprimida, sin ánimo, cansada, triste, con mucha amargura y sin coraje para trabajar, rezo el Rosario de la Liberación. Siento como si me hubiese dado un baño y como si Jesús me hubiese lavado en el agua viva del Espíritu Santo.

¡Agradezco y bendigo a Jesús por Su amor!"

(Lourdes) * * *

"Tengo un hijo que de repente empezó a beber y a mezclarse con drogas. Dejó de trabajar, abandonó a su familia y llegó a vivir conmigo. Pasé noches y días muy preocupada, porque como no se entendía con el hermano soltero sólo decía que lo mataría. Andaba con cuchillos y tijeras atrás de él. Recé el Rosario de la Li-

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beración. Hoy está normal, ni parece que todas esas cosas sucedieron con él. Ahora trabaja nor­malmente.

¡Gracias a Dios!"

(Z.) H= * *

"Escribo esta carta con lágrimas en los ojos para relatar la enorme gracia que alcancé. Sufría de dolor intenso al estómago, el que rae acompañaba por muchos años. Fui al médico y tomé remedios, pero no sirvió de nada. A la hora exacta del programa Raboni... e vocé, yo estaba retorciéndome de tanto dolor; entonces me arrodillé frente al televisor, durante la oración del Rosario de la Liberación, y con mucha fe en Jesús, pedí que El me liberase de aquel dolor que me a tormentaba desde hacía mucho tiempo. Recé con mucha fe el Rosario de la Liberación y sentí que el dolor fue dismi­nuyendo hasta terminar. Sentí que sané com­pletamente en aquella hora. Escribí para rela­tar este milagro que Jesús realizó en mi vida a través del maravilloso Rosario de la Liberación. Cada mañana, a las 6:00, rezo el Rosario de la Liberación para agradecer la gracia recibida."

(Laércio) * # *

"Vivo en una granja, y un día de éstos, mis niños y yo Íbamos caminando por el camino que

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pasa por el medio del cafetal. Ellos iban adelante jugando y saltando, yo iba atrás, rezando el Ro­sario de la Liberación. De repente ellos pe­netraron en la plantación de café y fueron a salir bien adelante. En ese momento vi delante de mí una serpiente estirada y con la cabeza erguida, ella estaba justo en el camino por don­de los niños deberían pasar. Di gracias a Dios porque ellos habían salido del camino y pene­trado en la plantación. Gracias ajesucristo, por­que El es el camino. El le mostró a mis niños el camino que deberían seguir. Gracias a Nuestra Señora que nos cubre con su manto."

(Vanda)

Observación importante: ¿Usted no piensa que, después de leer el

testimonio de Celia (p. 7-8), de Lourdes (p. 117-118), de N. (p. 122), de Cleusa (p. 127) y este último testimonio, no está ya en la hora de re­zar el Rosario de la Liberación por su familia?

* * *

"Vivo en la hacienda, y la ciudad más cerca queda a unos cuarenta minutos de coche. El camino es de tierra, con mucho polvo. Yo quería ir a misa, pero mi esposo estaba sin ánimo y la última misa sería a las 19:00. Cuando vi el pro­grama Raboni... e vocé, empecé a rezar el Rosa­rio de la Liberación por mi esposo y Le pedí a

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Jesús: 'Libere a mi esposo, y así él será libre de verdad para cumplir el mandamiento de ir a misa los días domingos y los días de fiesta...' Para Jesús nada es imposible... Cuando faltaban jus­to cuarenta minutos, mi esposo me dijo: 'Va­mos...' Nos arreglamos con rapidez y salimos corriendo. Llegamos en el momento que el sa­cerdote estaba entrando para empezar la ce­lebración. Fue una misa linda, muy ungida y bendita."

(Valdete)

* * *

"Tengo dos hijos paralíticos. Hay momentos en que me quedo sin ánimo y nerviosa al ver a mis hijos en las sillas de ruedas. Entonces tomo el Rosario de la Liberación y empiezo a rezar. Todo mi nerviosismo termina, me animo y siento a Jesús a mi lado y pienso que un día mis hijos irán a caminar. Porque Dios no desampara a nadie y me dará fuerza.

¡Alabado sea Dios!"

(Cícera)

"Tenía muchas deudas y no sabía como pa­gar. Gracias a Jesús, orando el Rosario de la Liberación, conseguí pagar todas las cuentas las que no conseguíamos pagar desde más de un año. En tres meses, pagamos todo.

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¡Glorias y alabanzas a Jesús!"

(Dorotéia) * * *

"Estoy muy feliz de testimoniar cuatro gra­cias enormes. Todas son maravillosas, pero una de ellas es la más importante. Tengo tres hijos, y todos se encontraban sin empleo al igual que yo. Un domingo estaba en la cocina planchan­do y pensando en qué debería hacer para con­seguir un empleo. Con mucha angustia dejé la plancha, fui para el salón y, encendí el TV, conocí el programa Raboni... e vocéy la oración del Rosario de la Liberación. Al día siguiente fui al centro de la ciudad y compré el libro. Inmediatamente después entré a la iglesia y empecé a rezar delante del Santísimo Sa­cramento. Recé, recé mucho el Rosario de la Liberación por mis hijos. Eso sucedió el día lunes. El día miércoles, mi hijo mayor consiguió empleo y se alegró mucho. Esa fue la primera gracia.

Continué rezando el Rosario de la Libe­ración. El empezó a trabajar y, después de un mes, consiguió empleo para uno de sus dos hermanos. Me quedé muy contenta por haber conseguido esa segunda gracia.

Seguí rezando todos los días y a toda hora este maravilloso Rosario de la Liberación, pidiendo y al mismo tiempo agradeciendo. El día 13 de julio, estábamos ayudando en una

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fiesta de la capilla de Santo Antonio, cuando se acercó una pareja y me preguntaron si era yo quien tenía un hijo que estaba necesitando empleo. Yo les dije que sí, y ellos me pidieron que mi hijo fuese a conversar con ellos. El día lunes, mi hijo menor estaba con empleo. Esa fue la tercera gracia. Llegué a llorar de alegría y recé el Rosario de la Liberación. Este hijo tenía dos horarios de trabajo: uno de día y otro de noche. Un mes después, cuando el estaba trabajando en el horario nocturno, el puesto fue asaltado y mi hijo fue llevado como rehén. Mis otros hijos, mi marido y yo estábamos durmiendo. Desperté alrededor de las 3:00 de la madrugada con mucho susto, con dolor al pecho y muy nerviosa, pero no sabía que él había sido raptado. Empece a llorar de tanto dolor, fui a la cocina a buscar un remedio y no encontré, pero ahí estaba el libro Rosario de la Liberación. Mi marido quería llevarme al médi­co, pero yo no quise. Tomé el rosario y empecé a rezar por mis hijos, pero no conseguía pro­nunciar los nombres de los que estaban en casa, sólo del que estaba trabajando. Recé el Rosario de la Liberación hasta las 5:00 y dormité un rato. A las 6:40, mi hijo llegó con su rostro herido y contó que el puesto había sido asaltado, que lo habían llevado a él como rehén y eso sucedió más o menos a las 3:00 de la madrugada - justo a la hora que yo me desperté - , cuando los delincuentes lo patearan y le pusieron el revól-

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ver a la cabeza, su pensamiento era: '¡Mamá, rece por mí! ' La policía sólo lo encont ró a las 5:00 de la mañana , a 20 km del puesto . Entonces supe el p o r q u é conseguía p ronunc ia r sólo el n o m b r e de él cuando rezaba el Rosario de la Liberación: él corría riesgo de vida. Su patrón dijo que mi hijo había nacido de nuevo, que fue un milagro y que él había sido salvo por Dios. Esa fue la cuarta gracia.

Estoy dando mi testimonio con mucha fe por las enormes gracias de los empleos de mis hijos y de la poderosísima gracia que fue salvarlo de ese peligro. Gracias al buen Dios, a la Virgen María y a la oración del Rosario de la Liberación, mi hijo está vivo. Estoy divulgando el p rograma Raboni... e vocé y, a todas las personas que me cuen tan sus dificultades, enfermedades , falta de empleos, riñas de familia, les relato las gracias que recibí. Ya he dado varios ejemplares del libro Rosario de la Liberación a quienes están con serios problemas, pues Dios me dio eno rmes gracias, y yo sólo tengo que agradecer."

(Dirce) =H * *

Observación importante:

Después de leer el testimonio de Celia (p. 7-8), de Lourdes (p. 117-118), de N. (p. 122), de Cleusa (p. 127), de Vanda (p. 129-130) y este últ imo tes­t imonio, ¿no piensa que deber ía rezar el Rosa­rio de la Liberación diar iamente por su familia?

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CONSIDERACIONES FINALES

Al acostarte a dormir y ya con la cabeza en la a lmohada, reza el Rosario de la Liberación y verás qué sueño tranquilo Jesús te dará.

"¡No a nosotros, Yahvéh, no a nosotros sino a tu nombre da gloria, por tu amor, por tu feaZtorf/(Salll5[113B],l).

Al levantarte, inicia el día rezando el Rosa­rio de la Liberación y verás qué día bendecido tendrás .

Padres, coloquen las manos sobre la cabeza de sus hijos, cuando estén durmiendo , y rezad el Rosario de la Liberación.

"Pues él se abraza a mí, yo he de librarle; le exaltaré, pues conoce mi nombre. Me llamará y le responderé; estaré a su lado en la desgracia, le libraré y le glorificaré. Hartura le daré de largos días, y haré que vea mi salvación "

(Sal 91 [90],14-15).

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Si fuiste bendecido por Dios con la lectura de este libro y con la oración del Rosario de la Liberación, ayúdanos a divulgarlo al mayor número posible de personas, para que todos puedan saborear el poder salvador, sanador y liberador que hay en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor.

Nos gustaría que nos escribieses, compar­tiendo las maravillas que Dios ha realizado en tu vida a través de la oración del Rosario de la Liberación.

¡Vamos a glorificar juntos al Señor!

Estamos orando por ti y por tus necesidades.

Acuérdate del testimonio de Vera Lucia: "Rezo el Rosario de la Liberación para que me libre de las celadas del enemigo."

Y no te olvides: ¡Sólo Jesús sana! ¡Sólo Jesús salva! ¡Sólo Jesús libera!

No dejes de agradecer también a Jesús por las bendiciones que tú, tu familia y todos aque­llos por quienes intercedes, van a recibir - ¡y ya están recibiendo! - a través de la oración del Rosario de la Liberación.

Dios te bendiga y que la Virgen María te guarde en su Inmaculado Corazón.

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