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Ceremonial jordano en la muerte del rey1. Antonio Guillén Rodríguez Licenciado en Filología Técnico en Protocolo y Organización de Eventos Resumen: cuando se cumplen tres años del fallecimiento del rey Husein de Jordania, tenemos la oportunidad de profundizar en el que ha sido uno de los Funerales de Estado mas multitudinarios de los últimos tiempos. Pretendemos en el siguiente estudio, analizar los aspectos claves de una cultura arraigada y no menos peculiar; valiéndonos de la comunicación no verbal, como previo paso al ceremonial y el protocolo. Y a través de esos elementos, preguntarnos dónde encontramos el poder; y en que estructura y forma. Las respuestas pasarán por asociar, en un único proceso, a los poseedores de la comunicación y del poder político, desvelando detrás de esas apariencias el mensaje pretendido. Palabras clave: legitimación de poder, rito funerario islámico, símbolos de Estado, protocolo estatal. 1. El rey: símbolo del Estado. Como punto de partida, proponemos una clasificación entre los símbolos que han rodeado a lo largo de la historia a la monarquía. Éstos son: símbolos vivientes y símbolos objetivos. 1 .l. Símbolos vivientes Destacan entre ellos la figura del Rey, propiamente dicha; la Familia Real y la Dinastía. Acudimos al Diccionario de la Lengua Española, que define la entrada. Rey en su acepción primera como monarca o príncipe soberano de un reino 1 Extracto del trabajo, del mismo titulo, realizado para el Curso de Doctorado: Comunicacion no verbal, Retórica y Consenso en el Ceremonial y el Protocolo.

Ceremonial jordano en la muerte del rey1

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Page 1: Ceremonial jordano en la muerte del rey1

Ceremonial jordano en la muerte del rey1.

Antonio Guillén Rodríguez Licenciado en Filología

Técnico en Protocolo y Organización de Eventos

Resumen: cuando se cumplen tres años del fallecimiento del rey Husein de

Jordania, tenemos la oportunidad de profundizar en el que ha sido uno de

los Funerales de Estado mas multitudinarios de los últ imos tiempos.

Pretendemos en el siguiente estudio, analizar los aspectos claves de una

cultura arraigada y no menos peculiar; valiéndonos de la comunicación no

verbal, como previo paso al ceremonial y el protocolo. Y a través de esos

elementos, preguntarnos dónde encontramos el poder; y en que estructura

y forma. Las respuestas pasarán por asociar, en un único proceso, a los

poseedores de la comunicación y del poder político, desvelando detrás de

esas apariencias el mensaje pretendido.

Palabras clave: legitimación de poder, r i to funerario islámico, símbolos de

Estado, protocolo estatal.

1. El rey: símbolo del Estado.

Como punto de partida, proponemos una clasificación entre los símbolos

que han rodeado a lo largo de la historia a la monarquía. Éstos son:

símbolos vivientes y símbolos objetivos.

1 . l . Símbolos vivientes

Destacan entre ellos la figura del Rey, propiamente dicha; la Familia

Real y la Dinastía.

Acudimos al Diccionario de la Lengua Española, que define la entrada.

Rey en su acepción primera como monarca o príncipe soberano de un reino

1 Extracto del trabajo, del m ismo t i tu lo, realizado para el Curso de Doctorado: Comunicacion n o verbal, Retórica y Consenso en el Ceremonial y el Protocolo.

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(RAE, 1992: 1795). Monarca procede del griego mono arjo, es decir, el que

reina solo. La definición también hace alusión a otro concepto, soberano,

que ejerce o posee la autor idad suprema e independiente. (RAE, 1992:

1889). La autoridad suprema, no es otra cosa que la soberanía, el poder

legítimo, recibido de Dios o delegado en él por otra instancia como el

pueblo o normas legislativas establecidas, como las Constituciones

contemporáneas.

La segunda acepción de monarquía: Forma de gobierno en que el poder

supremo corresponde con carácter vital icio a un príncipe, designado

generalmente según orden hereditario y a veces por eleccíón. (RAE, 1992:

1392), aclara que el sistema monárquico es aquél en el que el poder lo

ejerce uno solo, pero este planteamiento no admite su generalización, pues

hay dictadores en ciertos países que gobiernan frecuentemente como

monarcas sin recibir oficialmente este título (Sampedro, 2001); y además,

a lo largo de la historia ha habido monarquías compartidas por varios

soberanos a la vez. Tampoco nos resulta enteramente vinculada a la

monarquía, el criterio de que la titularidad de la Jefatura del Estado se

transmita hereditariamente, recordemos la monarquia visigótica donde

había elección en cierta medida; y el cónclaveVaticano, que busca al sucesor

del Papa difunto a través de la elección.

El Estado monárquico es un sistema de gobierno que reúne la suma de

las dos condiciones siguientes: titularidad de una sola persona y sucesión

de ésta generalmente, entre los miembros de su familia: la Dinastía; que

prácticamente desde el siglo XVIII, acoge rígidas reglas de determinación

del orden sucesorio en el trono, con sus correspondientes variantes acerca

del derecho único de los varones como Liechtenstein; preferentemente de

varones, como en España; o bien de rigurosa primogenitura

independientemente del sexo, como Suecia. Existen casos de monarquías

electivas en las que el t i tular de la Corona, puede designar a un miembro

de su familia sin previas reglas. Este caso es el de Jordania; en el que como

veremos más adelante, el difunto rey Husein nombra a su hermano para la

sucesión y posteriormente lo depone en favor de su hijo.

i

La Dinastía, entendida como Serie de príncipes soberanos en un

determinado país, pertenecientes a una familia. 2. familia en cuyos individuos

se perpetúa el poder o la influencia política, económica, cultural, etc ... (RAE,

1992: 753); suele crear confusión con el de Casa Real, ya que tienden a

asociarse. Observamos que la primera acepción hace referencia a la

territorialidad, literalmente en un determinado país, de esa familia que se

ha denominado como dinastía. Si entendemos el territorio como un elemento

del Estado al que le añadimos la administración u organización política y

los administrados o pueblo, tenemos que ese territorio es la base física del

Reino, es decir "la tierra física", que en el caso de una monarquia sus

propietarios suelen pertenecer a una misma familia, lo que constituye una

monarquía reinante. Ahora bien, en el caso de que esa familia pierda la

"tierra" por fuerza mayor, debido a guerras o invasiones, entraría otra familia

a reinar dicha "tierra" que seguiría siendo la misma; pero sin embargo, la

dinastía habría cambiado iniciando un nuevo reinado.

1.2. Símbolos objetivos

Entendemos como símbolos objetivos, aquellos que giran alrededor de

la figura regia: la personificación de la Corona, entendida como elemento

abstracto o institución.

2. Simbología del poder.

2.1. Hieratismo o debilidad

Otros de los aspectos que podemos destacar es el hieratismo, que forma

parte de la función del soberano. En el sistema ritual real no se debe tocar

el cuerpo del monarca porque es signo de debilidad. El soberano debe

autocontrolarse no apareciendo en público con tales símbolos; y si lo hace,

no debe ser demostrado directamente. Ante esta situación encontramos al

rey Husein a su primera vuelta de Estados Unidos con síntomas claros de

debilidad acompañado de la sombra de la muerte; Sin embargo, aparece

en algunas fotografías - entre las que destacamos las publicadas en el

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persona t i tu la r exclusiva en la jefatura del Estado. Con estas insignias se

simboliza u n poder real establecido en forma de insti tución monárquica.

2.4. Iconografía: un retrato regio en la jura ante el Parlamento

El día siete de febrero de mi l novecientos noventa y nueve, el príncipe

Abdalá sólo tres horas después de mor i r su padre, acude al Parlamento

para jurar ante el Corán y las dos cámaras legislativas, como nuevo Rey de

Jordania. El país apenas pasó tres horas sin Monarca. Pero previamente a

la jura, y dentro del ámbi to simbólico que estamos analizando, se produjo

u n hecho significativo. Se colocó u n enorme cuadro del d i funto rey Husein

vestido con uni forme de gala, j un to al estrado donde debía jurar el heredero,

ta l como recoge la portada de ABC de ese día. El príncipe Abdalá honrará

a la f igura de su padre, que se hace presente en la ceremonia a través del

retrato, cuadrado ante éste. Estamos nuevamente ante una teoría de lo

simbólico de reminiscencia puramente clásica: El culto de la imagen real

por medio de retratospin tados, esculturas, grabados y medallas, ciertamente

se debe además de a la santidad de la imagen real, al conocimiento de la

adoración otorgada a las efigies de los emperadores romanos. (Strong,

1988:77)

En esta ocasión el re t ra to real, colocado en lugar preferente -a la

izquierda del estrado y j u n t o a la bandera jordana- le concedió a la

ceremonia visualizar la perpetuidad de la dinastía y legit imar por parte del

nuevo Rey los pasos encaminados por su d i f un to padre. Por lo que su

imagen se convierte, jun to al juramento sobre el Corán, en fuerte vínculo

afianzador entre las dos generaciones y garantizador de la paz del reino,

ya que iconográficamente es testigo de la jura.

3. Cronología del funera l a través de sus espacios ceremoniales.

Tratamos en este apartado el conjunto de ceremonias que se produjeron

desde la muerte del rey Husein hasta después de su entierro, acudiendo a

lo que Balandier (1994: 164) denomina "el descifrado del id ioma

ceremonial", en el que d is t in tos elementos contr ibuyen a la eficacia

expresiva: la organización espacial, el programa concebido a la manera de

u n escenario, el protocolo y la ordenación de las entradas, los códigos

verbales, musicales y las formas retóricas, las convenciones que rigen la

apariencia de los actores principales - y luego, los comentarios que preparan

al público para recibir el resultado final.

3.1. La Regencias

Se producen en los Úl t imos días de vida de Husein dos regencias

importantes. La primera, durante su estancia en Estados Unidos, en un ú l t imo

in tento de salvar su vida; y una segunda, tras el estado de muerte clínica

del monarca cuando se le considera incapaz de asumir sus tareas

constitucionales. El príncipe Abdalá jura ante el Consejo de Gobierno jordano

como nuevo regente.

3.2. Jura ante el Parlamento

El acto de jura ante el Parlamento no es sino un r i tual mediante el cual

deja de tener vigencia eso que consideramos como interregno, que se

.produce entre la muerte del Monarca y la ceremonia de jura como Rey, por

parte del heredero. De nuevo el poder, queda legit imado en manos de una

persona; y por consiguiente, se fortalece con el peso de un nuevo monarca

y no u n regente heredero.

La jura del h i jo mayor de Husein no implica solamente el proceso por

el cual pasa de Príncipe a Rey, sino que implica el apoyo pleno de la nación

y de los pilares en la que ésta se fundamenta: la dinastía, el ejercito, las

t r ibus, la seguridad, los palestinos, el Parlamento, el empresariado, la

economía y la intelectualidad (Fuente: ABC); Es decir, las bases del poder

que Husein tenía controladas y que le profesaban a este, lealtad desde

todos sus ámbitos.

La decisión de Husein, de nombrar a su hi jo Abdalá como heredero,

equi l ibra fuertemente las relaciones de las fuerzas políticas, mil i tares,

Page 5: Ceremonial jordano en la muerte del rey1

económicas y culturales con el trono, dándole una importante estabilidad

estatal; frente al destronado príncipe Hasán que sólo contaba con el apoyo

de los intelectuales y cierta influencia en los servicios secretos.

Abdalá sin embargo, tendrá el apoyo dinástico de la familia, y de algo

extremadamente importante como es la fidelidad de las tribus que nunca

traicionarían la f igura de su padre; así como, el asentimiento de los

empresarios y esferas económicas, motor de poder por otra parte.

La figura de la reina Nur, también será decisiva en este proceso. Se

convierte en valedora importante de la nación esforzándose en colocar a

su hijo Hamza como heredero de Abdalá y continuador legítimo de la dinastía

tras el primer decreto que hace público el nuevo Rey.

Consideramos estas ceremonias paralelas a la muerte, de suma

importancia; ya que entroncan con el sentido histórico de la coronación

de Abdalá ysu procedimiento de designación, que constituye un mecanismo

complejo fundamentado en las relaciones interpersonales y en una posición

destacada en el campo de las fuerzas sociales y políticas.

3.3. Primer traslado

Otro acontecimiento importante dentro del dispositivo preparado para

el funeral, es el traslado desde el hospital de Ammán hasta el Palacio de

Bab-al Salam, residencia privada del rey; desde donde partiría el cortejo

fúnebre el día de las exequias.

En este lugar los restos mortales serán preparados como manda la

legislación islámica para su enterramiento y dondesu familia lo acompañará

en privado, por lo que tiene relevancia destacar este espacio ya que en él

se gesta parte de lo que posteriormente acontecería en el acto oficial. Un

hecho que no podemos obviar, es la despedida de la delegación de mujeres

entre las que se encontrará la reina Nur, su familia y esposas de altos

mandatarios.

3.4. Colina de Al Kasarie

En esta zona de Ammán se alojaron los principales Jefes de Estado y de

Gobierno que acudieron en representación institucional al mult i tudinario

funeral. Destaca principalmente, por convertirse en uno de los lugares que

pasarán a la historia por albergar a enemigos irreconciliables, por lo que

reseñamos su función como importante espacio ceremonial.

3.5. Segundo traslado

El cuerpo sin vida de Husein de Jordania fue trasladado desde el Palacio

de Bob-al Salam situado a las afueras de Ammán hasta el Palacio de

Raghadan, recorriendo un largo itinerario que cruzó las principales calles

de la capital jordana, que se convirtió de esta forma en el espacio ceremonial

más extenso de cuantos hemos analizado. El trayecto de principio a fin,

acaba siempre recurriendo a la exhibición de magnificencia de complejos

dispositivos, que denotan el poder del Estado; en el que el pueblo, se

convierte en espectador y participante del acontecimiento. Una espectacular

imagen, que coloca a Ammán como gran escenario ceremonial.

3.6. Palacio de Raghadan

Sede of ic ia l y administrativa de la monarquía, alcanza un valor

importantísimo como espacio ceremonial, ya que sus muros fueron testigos

del homenaje póstumo que todos los mandatarios asistentes brindaron 41 rey de la paz. Proscenio donde se produce la comunicación interpersonal

entre éstos y los hijos varones del difunto; y donde seis mujeres todas ellas

con representación institucional pasaron por delante del féretro -al igual

que los hombres- rompiendo así el precepto islámico.

3.7. Tercer traslado y cuarto traslado

Comitiva desde el Palacio de Raghadan hasta la mezquita donde serían

oficiadas las honras fúnebres (que describiremos más tarde). Y

posteriormente, desde la mezquita hasta el cementerio real, donde será

enterrado junto a sus padres y abuelos. Esta última parte del funeral sólo

es contemplada por los familiares más allegados a Husein. En el exterior

Page 6: Ceremonial jordano en la muerte del rey1

esperan las representaciones extranjeras para expresar sus condolencias al

L

nuevo monarca tras el enterramiento.

3.8. Pésame público

En esta ocasion el palacio de Zahran, destinado a las mujeres y el de

Raghadan, a los hombres; acogieron un duelo público en el que la reina

Nur y el rey Abdalá, recibieron durante horas al pueblo jordano, que mostró

SUS condolencias a las personas reales.

Consideramos significativo que la corona jordana abra las puertas de

su casa para recibir directamente a los súbditos, una clara relación

interpersonal entre los dos niveles, que prestigia la imagen de la monarquía.

a la vez que se proyecta el sentimiento popular.

3.9. Visitas al cementerio

La reina Nur, cumpliendo con el precepto islámico acudirá al cementerio

con posterioridad. ya que durante las honras le estaba prohibió asistir. En

esta ocasion como en las anteriores, nuevamente el espacio ceremonial

acoge al r i to y al entramado simbólico; ambos. codifican un mensaje que

es proyectado a toda la sociedad como receptora de ese espectáculo.

4. Rito fúnebre islámico.

El comienzo de la preparación funeraria se produce antes de la muerte,

cuando ésta aparece como seria posibilidad. Los musulmanes entonces,

inducidos por sus fuertes convicciones religiosas se unen para implorar al

Todopoderoso. Se denota el sentido de unidad y colectividad que confieren

los preceptos islámicos al sentimiento popular. La presencia reiterada en

e hospital de Ammán de gran parte de la familia hachemí y de numeroso

pueblo, orando por su alma, son síntomas inequívocos de esta cultura.

Son ineludibles para la salvación del difunto, estas tres vías encontradas

en el Corán:

- Obra piadosa personal o comunitaria.

- Labor científico-educativa, invento o aportación al progreso humano.

- Un hijo virtuoso, que no dejará de implorar el perdón divino para

sus padres.

Consideramos que las tres circunstancias se dan plenamente en la vida

de Husein. Desde muy joven se le encomienda regir los destinos de su

reino, y pasará por tanto a la posteridad como el monarca que durante

cuarenta y seis años dirigió al pueblo jordano. Su continua colaboración al

proceso de paz en Oriente Medio, engrosa sus virtudes espirituales y la

circunstancia de haber consagrado su legado en favor de su primogénito,

son méritos de calidad para alcanzar el preciado y definitivo destino.

Con la plegaria fúnebre - considerada como deber colectivo musulmán- se

fomenta la vinculación causa-efecto que asocia la ceremonia con la masa

popular.

El rito se realiza de pie, bien en la mezquita, en un salón o en el

solar del cementerio.

El féretro se coloca en el suelo, en sentido perpendicular a la Qibla

(dirección a la Meca) y el Iman (o quien oficie de guía religioso) se

sitúa detrás de la cabeza del difunto si es hombre o detrás de la

parte media del cuerpo, si es mujer. Los demás asistentes se colocan

en hilera detrás del oficiante, con arreglo al siguiente orden:

1. Llamada de apertura Allahu Akbar (Dios es grande),

simultáneamente el Iman al pronunciar esta Invocación eleva las

manos colocándolas paralelas a la cara y seguidamente las

entrecruza a la altura del pecho. Estos movimientos se repetirán

como previo paso a cada una de las oraciones que inicie. La primera

oración es la denominada como de Al Fatiha, l i teralmente la

apertura, que consiste en la recitación de versos coránicos. Antes

de dar comienzo a la misma, el Imán explicará en voz alta la rF:yc>:.r, :- ~mz.,2zAme3z -z: c..< x:rcd%:-'.. ,= - .-.-.-,.7 . . , ! .i

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manera de realizar esta oración. Los congregados ante el Imán lo

siguen paso por paso: En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso

Alabado sea Dios,/ Creador del Universo, Clemente Misericordioso,

Soberano en el Día del Juicio, Solo a Ti y de TI imploramos ayuda,

Guíanos por el sendero recto, e l sendero de quienes agraciaste, no

el de los execrados n i el de los desviados. Amén.

2. Nuevamente se procede a la invocación Allahu Akbar, como hemos

visto en el punto anterior, que dará paso a la Zora u Oracion segunda,

llamada al-Salah al-lbrahimiya u Oración de Abraham: Señor

nuestro, colma con t u gracia a Muhammad y a la famil ia de

Muhammad, como colmaste con t u gracia a Abraham y a la familia

de Abraham. Y bendice a Muhammad y a la familia de Muhammad

como bendijiste a Abraham y a la familia de Abraham. Ciertamente

Tú eres Loable, Majestuoso.

En este momento del rito, se debe recitar A t Taslima u Oracion de

la Paz, Al-Salam alikum wa rahmatu al-Lah (Que la paz de Dios esté

con ustedes), mientras el Imán gira su cabeza hacia la derecha, o

bien sucesivamente de derecha a izquierda.

3. Tercera llamada Allahu Akbar, seguida por la Zora o Súplica por e l

difunto. Cada participante realizará para si, una súplica como la

que sigue: Señornuestro, ten misericordia con él yperdonalo, sálvalo

del castigo de la tumba Perdonalesus pecados ymultipl ica sus buenas

obras. Indúltalo, haz de su tumba un refugio feliz. Ingrésalo a Tu

divino paraíso.

4. Cuarta y Última llamada Allahu Akbar, seguida por la Zora oSÚplica

general de extensión amplia. De forma particular cada uno recitará

la súplica general, del tipo: Señor i lumina nuestro pensamiento y

Guíanos por e l sendero recto. Haznos morir como musulmanes, e

ingrésanos en Tu paraíso.

La plegaria fúnebre finaliza con una o dos Talisma de clausura, en la

que Imán gira su cabeza en las formas mencionadas al f inal del paso

segundo.

Por último, la inhumación del cadáver, supone el traslado al borde de

la tumba, retirándose el cadáver amortajado del ataúd. La tumba debe ser

en sentido perpendicular a la Qibla (Meca), con una profundidad suficiente

para proteger al cuerpo de cualquier intento de profanación o exhumación

criminal. El cadáver debe quedar extendido de forma horizontal e inclinado

levemente, sobre la pared más cercana a la Qiblay la cabeza hacia la derecha

mirando a ésta. Después se sueltan los nudos de las cintas que ataban los

sudarios, especialmente los que estaban a la altura de los pies, y se cubre

con tierra hasta el nivel del suelo.

Tras esto. se procede al pésame público que tiene como objetivo principal

cumplir con un precepto del profeta Mahoma, siendo su fin, el de consolar

a los familiares y amigos del fallecido. Por último, las visitas al cementerio

completan este formulismo riguroso del r i to musulmán.

5. Comunicación no verbal.

Detrás de las palabras está e l cimiento sobre e l que se construyen las

relaciones humanas (Davis, 2000: 21). En las líneas que siguen, vamos 'a

analizar el universo que gira en torno a la comunicación no verbal en

cuanto a su aparición en el r i to funerario.

La cultura humana, jerarquiza en una serie de órdenes continuamente

su vida social, éstas según Pross (1984), se basan en las relaciones de los

colectivos sociales con lo que le rodea; y las relaciones internas y externas,

con otros como, familias, clanes, tribus o pueblos. Ningún signo existe

aislado. siempre está referido a una posición jerárquica. Esto queda reflejado

en los sistemas no verbales. que fijan esos órdenes a través de signos de

muy diversa índole, acompañados siempre de lo que Pross denomina como

la verticalidad de la vida pública.

Sintetizando la bibliografía consultada agrupamos estos signos no

verbales, en tres grupos:

E

Page 8: Ceremonial jordano en la muerte del rey1

a) Sistemas referidos al cuerpo, movimiento o tacto.

b) Objetos: joyas, vestidos u objetos más lejanos.

c) Distr ibución del espacio y el t iempo.

El lenguaje puede estudiarse también como parte de u n dominio mucho

más amplio de investigación: la semiología y la semiótica, que estructuran

todos los sistemas de signos posibles y el papel que desempeñan en nuestra

creación y percepción de patrones (o signif icados) en la conducta

sociocuIturaI (Crystal, 1994). Por lo tanto, la materia aborda la comunicación

humana reglada en todas sus formas (sonido, vista. tacto, o lor y gusto) y

en todos sus contextos. Por lo que, podemos organizar los signos descritos

más arriba atendiendo al sentido por el que son percibidos, es decir, al

canal por el que se realiza esa comunicación no verbal:

- Comun icac ión aud i t i vo-voca l , fuera del alcance de lo que

pretendemos con este trabajo.

- Comunicación visual, por la que percibimos los gestos corporales

que consti tuyen el objeto de estudio de la quinésica.

- Comunicación táct i l , que asume la forma de las distintas maneras

en que el contacto corporal y la distancia física entre personas puede

señalar numerosos significados, la proxémica.

5.1. Cinesis

Basándonos en primer lugar, en esa percepción visual, podemos part ir

de los términos quinesica, kinesica o cinesis, que son derivaciones de la

palabra griega k inema - atos que significa "movimiento". Como objeto de

estudio t iene las expresiones corporales y está especialmente desarrollado

dentro de la semiótica, abarcando los movimientos y posturas del cuerpo.

En lo visto anteriormente, Poyatos establece una diferenciación de la

Kinésica visual en Gestos, Maneras y Posturas; y cada una de estas en

libres y trabados (Poyatos, 1994: 76). Atendiendo a una percepción somática

externa, nos basamos en el r i to islámico y destacamos como ejemplos a

tener en cuenta los siguientes:

a) Gestos: - Libres: Movimientos de las manos del Imán oficiante en las honras

fúnebres.

- Trabados: Manos entrecruzadas en el pecho.

b) Maneras: - Libres: Paso andante t ras el a rmón de ar t i l ler ía camino de la

mezquita o el efecto del arma presentada por parte de los soldados

ante el cortejo, en señal de reverencia.

- Trabadas: Saludos entre mandatarios.

c) Posturas:

- Libre: Forma de realizar el r i to de pie, de rodillas o circunstancia

en la que es colocado el cuerpo de Husein en su tumba, mirando

a la Meca.

- Trabadas: Abrazos de condolencias al rey Abdalá por parte de

algunos mandatarios.

Vemos como todo signo presta una información concreta y precisa en

cada momen to ; de ahí que el Estado como emisor de la misma en el

acontecimiento la fundamentara en la producción constante de signos.

Éstos, en algunas ocasiones deben darsele nuevas interpretaciones. apoyadas

en otras ya disponibles. Pueden ser personas, edificios, iconos, etc ... De ahí,

por ejemplo que el palacio de Raghadan, sede administrativa de la Corona

jordana, se convierta con vistas a la ceremonia en un espacio concreto,

para u n uso concreto; y de gestionar y planif icar las actividades de la

Familia Real se convierta en capilla ardiente, revistiéndose por tan to de un

mat iz no general. Por otra parte, el caballo, un bien muy apreciado por el

Rey, este situado en el cortejo en un lugar que por su naturaleza propia no

hubiera ocupado, ya que incluso precede a los propios hi jos del fallecido.

Page 9: Ceremonial jordano en la muerte del rey1

Consideramos por tanto, como a través de sistemas no verbales, salvamos

esos valores simbolizados que adquieren elementos concretos, bajo el 1 decorado de una ceremonia. i I

La disposición del espacio para la celebración de cualquier acto es un \ aspecto fundamental, si se quiere que la finalidad perseguida surta efecto. 1

! Son las formas comunes del contacto elemental humano las que integran,

y no las aspiraciones necesariamente divergentes. Pero este consenso mínimo I

1 sólo funciona cuando los participantes conciben también su

1 1 1 autopresentación como "solamente"simbó1ica y no en forma objetiva como 1 l

11 l algo semimítico" (Pross, 1984: 139)

En nuestra opinión, este es el fundamento por el que los altos dignatarios

que iban detrás del féretro "aparentemente" sin orden, proyectaron una

imagen simbólica, basada en quitar la barrera política e ideológica que los

diferenciaba, y de ahí la cita anterior. La prensa como casi siempre en estas

situaciones, argumentó el "aparente desorden" en fallos de los servicios de

protocolo.

El conocimiento de ciertos datos del desarrollo del funeral, dir ige

nuestra atención a los indicadores del tiempo y espacio ambiental, para 1

d ist inguir entre lo que debe comunicarse y lo que se comunica 1

concretamente.

La proxémica también llamada proxemia, se ocupa de como funcionan

en grupos formales e informales, cuestiones como la colocación espacio

temporal de los distintos individuos. Según Otero (2000:357-358): presta

atención la proxémica a la relaciones espaciales en las multitudes y grandes

densidades humanas, así como a la orientación espacial personal en la

distancia conversacional y de sus variantes de acuerdo con el sexo, el status,

los roles, la orientación cultural puesto que las incidencias espaciales dan a

veces el tono adecuado a una comunicación, acentuándola o haciendo

posible que se prescinda de la verbalidad. Nuestras percepciones y el uso del

espacio contribuyen a determinar diferentes resultados en la comunicación.

Las coordenadas de cercanía lejanía en torno al féretro, nos presentan

un punto principal de comunicación, además de los símbolos que las

rodearon y significan la regulación de la comunicación; ya que sin ellas el

proceso no puede alcanzar ningún tipo de validez lógica: Lo decisivo son

los niveles que prestan su acento a la posición relativa de los sujetos entre

s i Pueden ser iguales o desiguales. Mientras se trate del encuentro de

personas oficiales y ciudadanos en el espacio público, las alfombras,

escalones, barreas de la mesa escritorio o incluso las ventanillas que separan

demostrativamente el dentro y el fuera se cuidan también en la democracia

de que el ciudadano individualse encuentre al mandatado a un nivel inferior.

(Pross, 1984: 139)

Es fundamental para este análisis el armón de artillería escoltado por

doce vehículos de la Guardia Real jordana, desde su salida del palacio de

Bab-alSalam hasta el de Raghadan. En todo momento -salvo en la salida

de la comitiva en el que fue portado por sus hijos- son los militares los

que cumplen el cometido; frente a los de menor rango que escoltan el cortejo

y un tercer nivel que cubre la carrera de éste. Tres cordones simbólicos en

torno a la f igura estatal, que comparten protagonismo con las

condecoraciones o el caballo que hacen también física la presencia del

monarca.

Dentro del aparente desorden que mencionábamos antes, en la línea de

hijos el primero es evidentemente el Rey, y después su heredero el príncipe

Hamza y ocupando puestos posteriores el resto y los dos hermanos del

monarca fallecido. Los mandatarios extranjeros dentro de un mismo nivel

espacial aparecen todos entremezclados en torno al armón, pero Bill Clinton,

por ejemplo, nunca podría aparecer -aun en ese aparente desorden- detrás

de Ford, Carter o Bush. Con los herederos de familias reinantes ocurre algo

similar, vemos al príncipe Carlos de Inglaterra al mismo nivel que a Felipe

de Borbón, pero por detrás del rey Juan Carlos o Carlos Gustavo de Suecia.

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1

1 Concluimos diciendo, que los símbolos espaciales y temporales 1 establecen un orden determinado y según Pross (1984: 124) ... reflejan sus 4 Í representaciones de valor, sus ideas de como deben ser, posibil i tan la

l 1 orientación con los que no son miembros y en la relación con la naturaleza I 1

y sus fuerzas.

i

1 6. Ceremonial y protocolo.

1 ; l

El desarrollo del funeral nos ha ido continuamente transmitiendo

I 111 l mensajes. La ceremonia por tanto, es un medio de comunicación, y se basa l \J 1 en unas reglas concretas para alcanzar sus objetivos.

Estamos ante la información que recibimos de un Estado, es decir, ante

el ámbito de lo oficial, donde el protocolo como elemento ordenador de

ese Estado entra en juego, jerarquizando a la sociedad, marcando las

diferencias sociales y políticas; y en gran medida -emanadas de estas- las

económicas.

El Estado necesita estructurar y ubicar un orden para facilitar las cosas;

y de ahi la utilización de jerarquías o coordenadas espacios-temporales.

Por otra parte, es un elemento de consolidación desde la más remota

antigüedad. El ser humano ha honrado siempre a sus dioses, reyes y mayores,

a través de técnicas rituales, de forma que cada uno recibía el sitio que le

correspondía y eso es realmente lo que el protocolo persigue.

También podemos decir que el protocolo no tiene que ver con ningún

tipo de régimen, sino que es necesario en cualquier gobierno. Nada se escapa

al control protocolario y ceremonial, su influencia está presente en todo

orden social. El protocolo responde por tanto a un efecto comunicador

claro, como nos dice Balandier (1994), la comunicación es común a todas

las sociedades, a todas las culturas y a todas las épocas, una necesidad por

buscar irremediablemente el orden es intrínseca a SE persona; y la

personalidad estatal se vale del protocolo.

La puesta en marcha de ese instrumento creador es lo que denominamos

técnicas ceremoniales que hacen participar en el a los poseedores de sus códigos.

Como es bien sabido, la paz de Westfalia de 1676 y el acuerdo del

Congreso deViena en 181 5 producen un nuevo orden mundial, que establece

que todos los Jefes de Estado son iguales, suprimiendo las viejas

preeminencias; y que todos los Estados son iguales, respectivamente. Por

esto, consideramos el funeral como un éxito de estrategia diplomática,

donde convivieron durante algunas horas los enemigos más encarnizados

del planeta. Una representación extranjera estratificada de forma suti l

pero inmersa en un nivel global tras los restos del "pequeño gran rey".

Con esta necesidad es con la que nace el protocolo, como sistema y

norma emanada del Estado que ordena a sus componentes, f ruto de la

igualdad y por consiguiente de la dificultad de ordenación, como muestran

las imágenes del funeral, consultadas en las distintas fuentes a las que

hemos tenido acceso. (Diario ABC, el Mundo, el País e Internet).

Observamos como el protocolo, se vale en el funeral además del canal

normativo (Constitución, legislación, etc ...), de medios consuetudinarios

(tradición musulmana, religión islamica,...). Y a través de las técnicas de

ordenación ceremonial expone el ritual y despliega las demostraciones

públicas, mediante efectos agigantados en ciertas circunstancias, que con

motivo del acontecimiento, resultan movilizadoras para el publico receptor

de dicho evento. Por eso se dice, que la ceremonia legitima ante la sociedad

el acto jurídico. Los jefes de Estado presentes en el funeral de Husein, se

convierten en testigos fidedignos del r i to islámico en el acto de inhumación

del monarca.

7. Niveles de comunicación ceremonial.

Es curioso destacar la dimensión del acontecimiento según estos niveles.

Cuando el rey Husein está aún con vida conectado a las máquinas en el

hospital, se produce una dualidad escenica (Balandier, 1994). Una oculta - intramuros- donde se asienta el poder; y otra aparente -extramuros- ante

la fachada del centro hospitalario, constituido por el inmenso gentío que

esperaba el fatal desenlace. Frente a ello, en otra parte de la ciudad, se

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l l prepara un espacio determinado en el que se instalará la jerarquía suprema, I

l personificada en los mandatarios extranjeros que acudirán a la capital

jordana con motivo de las honras fúnebres oficiales. !l i Ante lo ya estudiado, vemos como el funeral tiene ciertas dosis de

1 representación. Pero es una representación real, no ficticia, que tiene sus 1 personajes principales, sus personajes secundarios y los extras del reparto.

1 1 Existen los hilos del guiñol o directores de escena (especialistas y técnicos

l en protocolo de la administración jordana y de la casa del rey Husein) que

I ~ I velaron por el desarrollo del acontecimiento, responsables del aparato

espectacular. Todo poder actual participa de esa representación, heredero

que es de hábitos antiquísimos, pero también usuario e inventor de nuevos

instrumentos, resultado de los desarrollos acumulados de la organización y

la técnica (Balandier, 1994: 116)

La imagen que proyecta el Estado responde rigurosamente a unos

niveles de comunicación ceremonial estrictos. Aplicando la tesis de Otero

(2000), observamos dos posibles opciones en cuanto a estos niveles de

comunicación.

En líneas generales, el funeral, responde a un esquema de comunicación

Colectiva- Masiva, es decir, sujeta a cambios y no simultánea. Un

acontecimiento del que son receptores infinitas personas, pero eso no es

óbice para que según el estrato correspondiente, se dé un determinado

tipo de comunicación y no otro. Pongamos como ejemplo el saludo del rey

Juan Carlos al rey Abdalá; en el marco de la ceremonia estamos ante un

claro caso de comunicación interpersonal. Directamente un monarca, sin

filtros ni cambios se dirige a otro. Lo mismo ocurre con el acto en si mismo,

los mandatarios que pasan ante el cuerpo del Rey o lo acompañan

posteriormente a la mezquita son en ese momento receptores directos

primarios de la ceremonia, f rente al público que inunda las calles de

Ammán que serían los espectadores o receptores indirectos. In situ, es así.

No existe ningún tipo de f i l t ro que adultere la representación ceremonial,

pero en el momento que se añade, que es un acto televisado por la cadena

estatal para que todos los ciudadanos de Jordania puedan ver el últ imo

adiós a su Rey, entran en juego los medios y la situación cambia por

completo. Las ceremonias tienen otros objetivos distintos a salir en los

medios de comunicación. Aunque en casos como este al ser un acto de

repercusión internacional se prioriza la retransmisión, pero no por ello se

producirá una comunicación bidireccional, ya que al no estar el receptor

vinculado al acontecimiento, ésta se produce en un sólo sentido.

Por lo tanto, vemos una dualidad de dimensiones en estos niveles de

comunicación. Una, ceremonial; y otra, espectacular; teniendo en cuenta

que la retransmisión de una ceremonia aparenta una participación que no

existe en absoluto. El televidente no es ni siquiera receptor indirecto sino

que se le crea esa falsedad; mientras más televisión, mayor sensación de

participación. Concluimos diciendo que la ceremonia no puede perder

capacidad intrínseca, para proyectar el mensaje a un público que lo recibe

a miles de kilómetros y a los que la ceremonia no los vincula en ningún

momento.

8. Mensajes transmitidos con la ceremonia.

El análisis del sistema de ordenación de las autoridades, nos transmite

una significación concreta. Dirigiendo de nuevo la perspectiva a un ámbito

presencial, es decir, personas físicas que vivieron el momento, puntualizamos

los objetivos siguientes:

1. Honrar la figura del monarca desaparecido en justicia a su labor

de unidad y reconciliación de la zona.

2. Crear un clima favorable de confianza, respeto y apoyo a su sucesor

y a la continuación del proceso de paz en Oriente Medio.

3. Todos los asistentes al funeral, comunican a través de su "aparente"

unidad la legit imación del poder establecido, ellos son los que

mandan y de ahí su ubicación, que no debemos entender únicamente

como presencia física, sino como un empuje a los derechos humanos,

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a la obl igación mora l de los países desarrollados en pro de la

evolución de los más desfavorecidos, además de lo aportado en los

puntos anteriores.

9. Públicos y proyección del acto.

El funeral de Husein de Jordania, por su proyección internacional ,

l responde a una síntesis de públicos interestatal e intraestatal (Otero,

2000: 343). Entre los primeros encontramos la presencia de o t ~ o s Estados 1 y sus mandatarios principales que podemos resumir en:

- Once países africanos. Argelia, Las Comoras, Egipto, Libia,

Mauritania, Marruecos, Namibia, Nigeria, Sudáfrica y Túnez. - Dos Americanos: Canadá y Estados Unidos, con su presidente Bill

Cl inton al f rente de la delegación acompañados de tres ex-

presidentes Ford, Carter y Bush.

- Veintiocho Europeos: Alemania, Austria, Bélgica, Bosnia-

Herzegovina, Bulgaria, Croacia, República Checa, Dinamarca,

Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Ital ia, Lituania, Luxemburgo,

Mal ta , Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, Rumania, Rusia,

Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Yugoslavia. La

presencia cont inental más numerosa en cuanto a delegaciones

extranjeras, con algunas circunstancias especiales. En primer lugar,

que las únicas seis mujeres que pasaron ante el d i funto Rey, eran

todas europeas y con representación insti tucional: la reina Beatriz

de Holanda; la presidenta de Irlanda, Mary Mac Aleese; la ministra

sueca de Asuntos Exteriores, Anna Lindh; la embajadora sueca

acreditada en Ammán, Agneta Bohman; la Embajadora de Islandia;

y una miembro de la delegación francesa. Todas, excepto las dos

últimas, con la cabeza tocada con sombrero, como el caso de la

reina de Holanda; o un pañuelo como la ministra Anna Lindh. (ABC

e Internet).

Por otra parte destacamos, que las demás Reinas que acudieron al funeral

acompañando a sus maridos -entre otras, Sofía de España, Josefina Carlota

de Luxemburgo o Silvia de Suecia- en virtud de la prohibición coránica de

no asist ir a los funerales tuv ieron que quedarse en Bab-al Salam

acompañando a la reina Nur, f rente a casos como el príncipe Henric,

marido de Margarita de Dinamarca, que en la misma categoría de consorte

que las anteriores sí pasó ante el fallecido sólo por su condición de varón

e incluso los Duques de Lugo y Palma de Mallorca, maridos de nuestras

Infantas, que lo hicieron en v i r tud de ser los yernos del Rey de España.

- Diecinueve asiáticos: Azerbaiyán, Bahrein, Brunéi Darussalam, India,

Irak, Israel, Japón, Kuwait, Líbano, Malasia, Omán, Pakistán, Qatar,

Arabia Saudita, Singapur, Corea del Sur, Siria, Emiratos Árabes

Unidos y Yemen, coincidiendo enemigos irreconciliables. - Nueva Zelanda acudió a la cita, no haciéndolo ningún miembro del

Gobierno Australiano.

En cuanto a las organizaciones destacamos:

- Liga Árabe, Unión Europea (organismos interestatales) y Naciones

Unidas o el Banco Mundial (organismos supraestatales).

Y con respecto a las entidades religiosas:

- Iglesia ortodoxa cóptica o cristiana egipcia, Iglesia ortodoxa griega

e Iglesia Católica Romana.

Entre los públicos intraestatales, dividimos entre Interno y Externo:

En el primer grupo englobamos a la propia Casa Real jordana, al Gobierno

y cargos de la administración del Estado. Y en el segundo grupo, incluimos

a los ciudadanos de Ammán y sus alrededores, que participaron de una forma

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activa, incluso a veces al borde del desconcierto de los servicios de seguridad.

Así, nos resulta interesante el nivel inferior en la estratificación, en cuanto

a las coordenadas espacio-temporales, que no dejó en ningún momento de

aclamar a su Rey como salvador y héroe de la Nación.

9.1. Otros aspectos en torno al funeral

Nos parece interesante señalar en este apartado la comunicación que

se desprende de las relaciones entre el Abdalá de Jordania y su tío Hasán

a raíz del nombramiento del primero como heredero, y su trascendencia a

la opinión pública, como nos dice Balandier el poder está sometido a

constantes amenazas: la de la verdad, que hace añicos la cortina de sus

apariencias; la de la sospecha, que le obliga a demostrar su inocencia y su

competencia; la del desgaste, que le obliga a revigorizarse periódicamente.

Otro ejemplo sería el encuentro durante el funeral del presidente isradí

Weizman con Hawatné dirigente Popular para la Liberación de Palestina

(Diario El Mundo e Internet). El saludo de ambos mandatarios crea en ese

momento una gran ampolla a Israel. Hawatné como enemigo feroz del

Gobierno israelí le comenta a Weizman que reconocía su lucha a favor de

la paz animándole a seguir en esa línea. El ministro de Asuntos Exteriores

israelí Sharón, reprimirá a su presidente argumentándole que no tenía que

haber mantenido tal conversación con el palestino ya que ponía en una

situación inestable al primer ministro. Posteriormente, el gobierno israelí

rectificara, calificando el encuentro de casual; y entregando la iniciativa a

Hawatné como causante del problema, asistimos al lavado de la realidad,

a la manipulación de la apariencia, el poder manipula en provecho propio,

y de forma directa (Pross, 1984: 84)

Igualmente interesante nos parece la perspectiva de Debord ... en relación

con temas que podrían llegar a ser candentes, se trata de crear otra pseudo

opinión crítica; y entre las dos opiniones que surgirían de este modo, una y

otra ajenas a las mendicantes convenciones espectaculares, el juicio ingenuo

podrá oscilar indefinidcrmente y la discusión para sopesarlo se relanzará

siempre que convenga. (Debord, 1 990: 94)

Resume bien la cita lo que consideramos como rectificación del poder,

a la que en numerosas ocasiones acuden los Estados para cambiar de

perspectiva algo, que simplemente no les interesa.

10.Conciusión.

Hemos visto como, el poder dispone de una tecnología de las apariencias

que le permite, a un mismo tiempo, producir la impresión de una cierta

transparencia. Así, durante el funeral de Husein de Jordania en el marco

del ámbito estatal y bajo la atenta mirada del poder establecido,

personificado en los innumerables mandatarios desplazados al

acontecimiento; se pone en marcha la maquinaria de las relaciones

internacionales en las que el protocolo como uno de sus mejores engranajes,

cumple uno de sus principios esenciales: ordenar y jerarquizar -espacial y

temporalmente- las estructuras de las ceremonias, que como nos dice F.

Marín (1997) son un capital de legitimidad para las instancias que en ellas

participan; usan y aplican símbolos de la herencia histórica y cultural

colectiva; yhacen presente una autoimagen de la sociedad como comunidad.

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