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  • Leonardo Bruni y su tratadoDe interpretatione recta

    Maurilio PREZ GONZLEZ

    RESUMEN

    Leonardo I3runi y su produccin literaria apenas han sido objeto de estu-dios en nuestro pas. Por tal razn, aunque la finalidad esencial del presentetrabajo es la traduccin al espaol de su obra De interpreratione recta, nos haparecido conveniente anteponer cuatro apartados. Los tres primeros nosacercan brevemente al autor, a sus numerosas obras y a su humanismo. Elcuarto es un anlisis general en torno al tratado aqu traducido.

    SIJMMARY

    Leonardo Bruni and his literary production have rarely been the objectof studies in our country. For this reason, though the essential purpose of thepresent work is the transiation into Spanish of the treatise De interpretationerecta; we llave thought it convenient Lo place four sections before. The firstthree ones brietly introduce us to the author, bis numerous works and bis bu-manism. The fourth section offers a general analysis of the treatise transatedhere.

    Desde que J. C. Santoyo, catedrtico de Filologa Inglesa de la Universi-dad de Len, nos propuso verter al espaol algunos textos latinos (clsicos,medievales y renacentistas) con vistas a la publicacin de una antologa sobrela historia de la traduccin, sentimos cierta inclinacin por esta parcela cen-

    Cuadernos de iloIogz Clsica. Estudios latinos, nY 8. Servicio dc Publicaciones UCM. Madrid, 1995

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    tfica. De hecho, tenemos publicados tres trabajos directamente relacionadoscon este tema 1 Ahora hacemos lo propio con el interesante tratado De nter-pretatione recta del humanista italiano L. Bruni, tambin llamado el Areti-no, al que seguir otro sobre Salmasio. Ambos pertenecen al grupo de textosencomendados por J. C. Santoyo, a quien sus actuales ocupaciones no le hanpermitido por el momento culminar su proyecto 2

    Dos son las razones principales que nos han decidido a no retardar porms tiempo ambas publicaciones: el gran inters de las ideas dc Bruni ySalmasio sobre la traduccin; y el profundo abandono que ambos sufrenen Espaa, donde apenas han sido objeto de estudios \ De este modo, lomismo que en el caso de Rogerius Bacon, esperamos poder contribuir alconocimiento de la historia de la traduccin en el mbito de las lenguasclsicas.

    Dividiremos nuestro trabajo en cinco apartados: 1) Breve biografa de L.Bruni. 2) Produccin literaria de L. Bruni, variada y abundante. 3) El huma-nismo de L. Bruni, que reduciremos a unas breves pinceladas. 4) Requisitos eimportancia de la traduccin correcta segn L. Bruni. 4) Texto latino y tra-duccin del breve tratado De interpretadone recta Para el texto latino seguire-mos la edicin de H. Baron 4. excepto en lo que atae a los signos de puntua-cin.

    1. Biografa de Leonardo Bruni

    L. Bruni (1370-1444) naci en Arezzo. Era hijo de un comerciante parti-dario de los gilelfos. Siendo joven estuvo preso dc las tropas francesas favo-

    M. Prez Gonzlez, Los primeros documentos cancillerescos y su dependencia latina, Fi-des Jnterpres, Len 1987, 83-90; U., Herman el Alemn, traductor de la Escuela de Toledo.Estado de la cuestin, Minerva 6 (1992) 269-283; id., Rogerius Bacon. terico de la traduc-cin, Estudios Humansticos (Filologa) 14(1992) 269-277.

    Un proyecto similar lo ha llevado muy recientemente a la prctica M. A. Vega (ed.), ex-tos clsicos de teora de la traduccin, Madrid 1994. Pero adelantamos aqu que, antes de finali-zar 1996, J.C. Santoyo entregar a la imprenta una antologa de textos sobre la historia medie-val de la traduccin.

    3 La reciente obra de G. Griffiths, J. I-lankins. D. Thompson (The J-Iumanism of LeonardoBrun4 Binghamtom New York 1987) contiene siete pginas de bibliografa sobre L. Bruni,en las que slo hay un ttulo en espaol.

    H. Baron, Leonardo Brani Aretino. Humanisdsch-philosophische Schnften mit ciner Otro-nologie seiner Werke und Briefe, Quellen zur Geistesgeschichte des Mittelalters und der Renais-sance, vol. 1, Leipzig 1928, 81-96 (reimpr. Wiesbaden, 1969).

    Incluso una biograta de L. Bruni tan reducida como la del Madoz nos refiere que en lapared de su celda estaba colgado un retrato de Petrarca que le inspir la idea de imitarle, dedi-candose a partir de entonces a la literatura.

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    rabies a que Luis 1 de Anjou ocupase el trono de Npoles 6 Pero, muerto elde Anjou, en 1385 los florentinos compraron Arezzo con el beneplcito delos glielfos de esta ciudad, quienes aceptaron la dominacin florentina paralibrarse de la extranjera y de los gibelinos de Arezzo. As se explica que Hm-ni nunca fuese antiflorentino y siempre identificase a Florencia con la liber-tad.

    Tras la muerte de sus padres en 1386 y 1388, Bruni se traslad a Floren-cia adoptado como hijo por el canciller Coluccio Salutati. All sigui estu-diando las artes liberales y Derecho. Pero en 1398 abandon el programa es-colstico para aprender griego intensivamente durante dos aos con elmaestro Crisoloras. Los resultados no se hicieron esperar, pues de esta pocason su traduccin del tratado Sobre la tirana de Jenofonte, una laudatio enloor de Florencia, la traduccin de un tratado de san Basilio en el que se de-fiende el valor de los estudios griegos para la educacin de la juventud ~ y losDilogos>, pertenecientes ya al final de este su primer perodo florentino.

    En 1405, momento en el que la Iglesia estaba inmersa en uno de los ma-yores cismas de su historia ~, Bruni se traslad a Roma para ocupar un pues-to en la corte papal. Lleg a desempear el cargo de secretarius apostolicuscon cuatro papas. Primero con Inocencio VII (1404-1406), quien se esforzpor lograr el poder temporal en Roma frente al rey de Npoles y al gobiernocomunal de los propios romanos. Despus con Gregorio XII (1406-1408),quien envi una carta, redactada por Bmni ~, a su rival en Avignon con la in-tencin de acercar sus posiciones; pero su alianza con el rey napolitano aca-b provocando la total dependencia papal respecto a Npoles y el desampa-ro de los Estados papales, motivo por el que los cardenales le abandonaronen 1408. A continuacin con Alejandro V (1409-1410), con el que Bruni seocup principalmente de los trabajos para extirpar la hereja husita ~ en Bo-hemia. Y finalmente con Juan XXIII (1410-1415), con el que la situacin deBruni fue diferente, pues su anterior labor de escriba y secretario personal la

    6 Lo poco que se sabe sobre la juventud de L. Bruni procede de sus memorias o Rerunh suotempore gestarunz comnientarius (abreviadamente Commentarius), que escribi al final de su vi-da.

    7 Esta traduccin le report fama a Bruni, pues fue bsica en la controversia, que hizo fu-ror en Florencia, de Salutati con el camalduense O. de Sanminiato de Angelis (y ms tarde conel dominico G. Dominici), que quedara inacabada con la muerte del primero en 1406. Comoes fcil suponer, la discusin vers sobre la conveniencia o no de exponer la juventud a la lite-ratura no cristiana.

    S Vid M. Creighton, A history of the Papacyfron, htze Great Schism lo the sack of Rome (seisvols.), New York 1907, vol. 1.

    No obstante, Bruni encontr tiempo para sus fines eruditos, pues de este bienio (escaso)parecen ser varias de sus Vidas plutarquianas.

    O As llamada por el nombre de su difusor, Jan Rus, una de las figuras ms importantes dela cultura checa. Fue excomulgado en 1411 y 1412, unos aos despus fue condenado por he-reje y, finalmente, quemado vivo. Sus partidarios se dividieron pronto en dos grupos principa-les.

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    pas a realizar su amigo Poggio Bracciolini. A comienzos de 1412 se cascon una noble florentina, hecho importante para un hombre que no era ciu-dadano de Florencia y que repercutir favorablemente en su futura carrera.

    Poltica y religiosamente, en 1415 la situacin era ms delicada que nun-ca. Ladislao de Npoles haba vuelto a ocupar los Estados pontificios, lo queoblig al papa Juan a refugiarse cerca de Florencia. Entonces Bruni llam alemperador Segismundo, quien provoc la celebracin de un nuevo conciliopara acabar con un cisma que ahora contaba con tres papas o pretendientesal papado: Gregorio XII (apoyado por el rey de Npoles), Benedicto (enAvignon) y Juan XXIII. Celebrado el concilio en Constanza, el papa Juan fuedepuesto. Y Bruni, que en Constanza no haba participado en la reconstruc-cin de la unidad, logr marchar a Florencia.

    Cuando en 1419 el nuevo papa Martn V (1417-1431) pas a residir enFlorencia, Bruni reasumi parcialmente su papel de secretario. En 1420Martn V dej Florencia para ir a Roma, pero Bruni no le acompa. Variaspudieron ser las razones: a) Las crecientes divergencias entre Florencia yMartin V. b) Bruni ahora es un hombre casado, cuya esposa florentina acabade darle un hijo. c) El gobierno florentino le haba concedido la ciudadanaen 1416 y, algo ms tarde, eximido de impuestos. Ambos hechos pudieronanimarle a hacer carrera en Florencia.

    El retorno de Bruni a Florencia marca el comienzo de su perodo msproductivo como escritor. De los aos 1415-1416 es su Ccero novus, obrabasada sobre todo en fuentes independientes de Plutarco (en Salustio y losdiscursos del propio Cicern). Por la misma poca escribi el libro 1 de suHistoria del pueblo florentino, donde enfatiza la deuda florentina con la ci-vilizacin etrusca y la significacin de su fundacin durante la Repblica Ro-mana; y tambin la obra Sobre la primera guerra pnica, donde defiendeque el Imperio Romano haba tenido su origen en la derrota de Cartago. Du-rante los aos siguientes avanz con rapidez en la redaccin de su Historiadel pueblo florentino (en 1429 fueron publicados los seis primeros libros).Bruni tambin se interes por la filosofa: su traduccin de la Etica a Nic-maco> de Aristteles la complet en 1418; y en 1425 public olsagoge, supropia introduccin a la filosofa. El ensayo Sobre el estudio de la literaturaes de 1420. Por ltimo, en 1421 y 1422 termin el tratado Sobre la caballe-ra y la traduccin de la obra Economa, entonces atribuida a Aristteles.

    En 1427 Bruni entr en el cargo de canciller de Florencia. El momentoera muy poco prometedor para embarcarse en poltica, debido a las constan-tes guerras entre Florencia y Miln, cuyo duque, Filippo Maria Visconti, en1428 firm con Venecia una paz amenazadora para los florentinos. Pero msgrave era la situacin interna provocada por las rencillas entre los Albizzi ylos Mdici, que se disputaban la hegemona de Florencia. Tras un nuevo en-frentamiento con Miln. Csimo de Mdici se asegur el control de Floren-cia enviando al destierro a los miembros ms destacados de las familias riva-

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    les ~. Sin embargo, la purga general no afect a Bruni ni a su oficio de canci-ller, pues l no era miembro de una de las viejas familias florentinas y su ta-rea formal como canciller era la de un servidor civil.

    Durante su etapa de canciller Bruni produjo obras de calidad ms quenotable. Al comienzo pertenecen el Discurso para el funeral de Nanni Stroz-zi, pieza importante en la que manifiesta claramente su republicanismo, laVida de Dante y la Vida de Petrarca>. Durante la dcada de 1430-1440tradujo la Poltica de Aristteles, con lo que complet la triloga aristotli-ca sobre filosofa moral, y escribi en griego la Constitucin de los florenti-nos. Tambin de su poca de canciller son los seis ltimos libros de la His-toria del pueblo florentino, que recorren los aos comprendidos entre 1343y 1402 t2 Por ltimo, Hruni emprendi el Cornmentarius sobre su propia vi-da, donde resaltan las luchas entre Florencia y Miln, que alcanzaron su mo-mento culminante con la victoria florentina de 1440 en Anghiari.

    Bruni fue canciller de Florencia hasta su muerte en 1444. Aunque sunombre es poco mencionado en los informes de la poltica exterior florenti-na, sabemos que por dos veces form parte del Consejo de los Diez, sirvitres veces en puestos importantes del partido glielfo y una vez fue miembrode la Signoria. Luego su opinin poltica debi de tener gran peso, mayordel que los documentos permiten suponer. En cualquier caso, en el Commen-tarius Bruni transmite abiertamente el sentimiento de haber triunfado en sucarrera poltica.

    2. Produccin literaria de Leonardo Bruni

    Las obras escritas por Bruni son muy numerosas. Tantas, que ni siquierase han publicado todas. Nosotros aqu slo vamos a citar, en su mayor parte,los ttulos de las publicadas. Lo haremos clasificndolas por gneros 13; y,dentro de cada gnero, por orden alfabtico. Est de ms decir que somosconscientes de que tal clasificacin no tiene validez plenamente cientfica;pero al menos pone de manifiesto lo variada que es la produccin literaria deL. Bruni. Como podr comprobarse, el idioma mayoritariamente usado porBruni es el latn, seguido del italiano y del grieg (representado con una solaobra).

    A. Obras histricas y biogrficas (en este apartado hay bastantes obras

    Para todas estas cuestiones histricas, vid C. C. Bayley, War and tite society itt Renaissan-ce Florence. Tite De mulitia of Leonardo Brunt Toronto, 1961.

    It Es decir, desde que Florencia se liber del duque de Atenas hasta que se liber de losVisconti, dos episodios que la marcaron fuertemente. Vid H. Baron, Tite crisis of tite Early Ita-lan Renassance: Civic humanism and republican liberty itt an age of classcsm an yranny, Prin-ceton 19662, 42.

    As lo hacen tambin Griftlths-Hankins-Thompson en su obra citada en lan. 3.

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    nunca publicadas: De origine urbis Mantuac, De Romae origine, etc.): 1.Commentaria rerum Graecarum. 2. Cicero novus. 3. De bello Italico adver-sus Gothos. 4. Dc primo bello Punico. 5. Historiarum Florentini populi libriXII. 6. La vita di Dante. 7. La vita di Petrarca. 8 Libellus de temporibus suis.9 Rerum suo tempore gestarum commentarius (obra autobiogrfica en la quese incluyen numerosos hechos histricos). 10. Vita Aristotelis.

    B. Tratadosfilosficos y filolgicos: 1. De interpretatione recta. 2. De mi-litia. 3. De studiis et litteris. 4. Dialogi ad Petrum Hispanum. 5. Isagogiconmoralis philosophiae. 6. ns~i -rf~q ~Xw~rvtivov noXttraq.

    C. Discursos y disertaciones diplomticas: 1. De laudibus cxercitii armo-rum. 2. Difesa contra i reprebensori del popoo di Firenze nella impresa diLucca. 3. Laudatio Florentinae urbis. 4. Oratio ad summum pontificem Mar-tinum V. 5. Oratio apud imperatorem. 6. Oratio Heliogabali ad meretrices. 7.Oratio in funere lohannis Strozzae. 8. Oratio in funere Othonis adulescentis.9. Oratio in hypocritas. 10. Oratione fatta pe capetani della parte Guelfa ne-la entrata loro quando andarano a visitare i Signori. 11. Oratio pro se ipso.12. Riposta per parte de la Signoria di Firenze et nella presenza de Signori edi molti altri cittadani agli ambasciadori del re di Raona nellanno 1440.

    D. Poemas: 1. Canzone a laude di Venere. 2. Canzone morale. 3. Car-men in Nicolaum Nihili. 4. Epigramma pro Colutio Salutato. 5. Spenta veggiomerze sopra la terra (soneto).

    E. Traducciones: 1. Aristophanis Pluti versio latina. 2. Aristotelis Ethi-corum Nicomacheorum versio latina. 3. Ps.-Aristotelis Oeconomicorumversio latina. 4. Aristotelis Politicorum versio latina. 5. Demosthenis ProCtesiphonte orationis versio latina. 6. Ex Homeri Iliadis libro sexto oratio-nes depromptae latine redditae et in oratione soluta redactae. 7. PlatonisApologiae Socratis versio latina. 8. Platonis Critonis versio latina. 9. Plato-nis Epistolarum XII versio latina. 10. Platonis Gorgiae versio latina. 11.Platonis Phaedonis versio latina. 1 2. Platonis Phaedri versio latina. 13. Plu-tarchi De vita Marci Antonii versio latina. 14. Plutarchi De vita Quinti Ser-torii versio latina. 15. Praefatio in orationes tres Demosthenis a se traductas.16. Sancti Basilii Epistolae de utilitate studii versio latina. 17. XcnophontisDe tyranno libelli versio latina.

    F. Otras obras:Cartas a sus familiares y amigos (de las que muchas nun-ca se han publicado) y una novela titulada oStoria di Seleuco, dAntioco e diStratonica.

    3. El humanismo de Leonardo Bruni

    Bruni fue uno de los humanistas ms importantes de los primeros aosdel siglo xv italiano, en el que sobresalieron escritores y traductores comoTraversari, Barbaro, R. Aretino, Decembrio, etc. Al mismo tiempo, sus obras

  • Leonardo Bruny su tratado De inteepretatione recta 1.99

    son documentos preciosos para el estudio de la historia literaria, poltica ysocial del citado siglo.

    Gracias a Crsoloras, Hruni tuvo la gran oportunidad de aprender griego,lo que le empuj a iniciar una de las grandes tareas culturales del Renaci-miento: la traduccin de la literatura griega al latn 14, Sin duda, entre sus es-critos las traduciones llaman la atencin por su nmero y variedad (Dems-tenes, Platn, Aristteles, Jenofonte, etc.). Por otra parte, Brun reemplaz elmtodo medieval de traduccin palabra por palabra por el mtodo tena-centista ad senrentiam

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    En De interpretatione recta, que consta de prlogo y tres captulos (el ltimo,solo planteado), Bruni empieza diciendo que toda traduccin correcta implicaun gran dominio de la lengua de origen y de la lengua de llegada (1.1-4). Peroaade (y esto es lo ms importante) que el traductor tambin debe prestar aten-cin al estilo literario de la lengua de origen, para no alterar lo dicho en ella conelegancia y rftmicamente (1.5). En trminos comparativos, el buen traductor hade actuar como los pintores que imitan un cuadro, pues los escritores poseen unestilo individual que debe conservarse al traducir (1.7-8). A pesar de todas las di-ficultades, es imprescindible traducir bien lo que el autor original ha escrito conritmo (= conservacin de los miembros de frase, de los miembros de perodo yde los perodos) y con ornato literario (~ conservacin de las figuras de dicciny de pensamiento), pues de lo contrario se pierde la grandeza dc la obra original(1.9). Como defectos palpables de las obras medievales, l3runi cita los siguientes:los numerosos vocablos semnticamente mal traducidos del griego al lata(11.3-7 y 11.9-1 3); los trminos balbucientes, absurdos e inexpresivos de las tra-ducciones latinas (11.8); la conversin de la elegancia de los textos griegos enbarbarie latina (11.14); el abuso de dejar en griego excesivas palabras (11.15); y laprdida de la tersura y de tas construcciones peridicas del texto griego (1146).Por ello, Bntni se considera clemente en su crtica a los errores de los traducto-res medievales (111.1).

    Segn esto, la gran novedad del mtodo de l3runi reside en que la traduccindebe conservar las bellezas literarias del texto original, del griego en su caso. Porlo dems, Brual defiende, ms o menos explicitainente, que las traducciones delgriego deben hacerse en la buena prosa clsica latina, principalmente en la deCicern. Sin duda, la sensibilidad, el buen odo y el esfuerzo de imaginacin yaprendizaje necesarios para este proceso eran considerables, ya que no bastabacon los simples conocimientos gramaticales, tal como constantemente habanopinado los medievales, sino que tambin se necesitaba el profundo conoci-miento de las culturas griega y latina, as como penetrar en la vida y personali-dad de los autores antiguos. De este modo, como ya hemos dicho, Bruni inici ydesarroll el mtodo renacentista de la traduccin

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 201

    cuencia, el primer adaptador moderno de las opiniones ciceronianas sobre latarea de traducir. Cierto es que Cicern fue el primero que expres amplia-mente en varias obras 17 sus criterios sobre la traduccin. Y cierto tambinque stos constituyen el punto de partida de Bruni, quien adems ofrece adi-cones y elaboraciones a lo dicho por Cicern. Pero no se debe exagerar laimportancia pionera de Bruni como terico de la traduccin. Por ejemplo, laopinin de que el traductor debe conocer profundamente la lengua de origeny la lengua de llegada se encuentra ya en la segunda mitad del siglo xti enRogerio Bacon 18, de quien incluso puede afirmarse que es autor de un trata-do sobre la traduccin 19 y; sobre todo, un terico de la misma 20 Subraya-mos deliberadamente este olvido del mundo medieval no por injusto, que loes, sino porque la historia literaria, cientfica, cultural, social, etc. de la Euro-pa Occidental resulta incompleta y, consecuentemente, menos comprensiblesi, como en una escalera, se presciende de los peldaos correspondientes alMedievo.

    No obstante, es insoslayable que Bruni resulta verdaderamente novedosopor su exposicin sobre la imitacin estilstica, por la apasionada importan-cia que en las traducciones otorga a la reproduccin del ritmo y de la estruc-tura o por su tajante opinin de que el traductor debe moverse dentro deltexto de origen de tal manera que haga suyos el corazn y la mente del autororiginal. Evidentemente, tal actitud no se encuentra ni por asomo en ningntratadista medieval sobre la traduccin.

    Ahora bien, la prctica de la traduccin debera haber llevado a Bruni aunas conclusiones tericas muy distintas de las que l expone y defiende:debera haberle llevado a reconocer la individualidad no slo de las perso-nas, sino tambin de las lenguas. En efecto, lo lgico y normal en l hubiera

    17 Permitasenos no ser ms explcitos aqu, pues sobre la dependencia de Bruni respecto aCicern hablaremos con cierta amplitud en el Congreso internacional sobre la recepcin de lasartes clsicas en elsiglo X -(Cceres, 17-19 de noviembre de 1994).

    R.Bacon, Opus maiustll, 82 (ed.J. H. Bridges, Frankfurt, 1964): Tertio cum oporteat u-terpretem optime seire scientiam quam uult trausferre et duas linguas, a que et in quam transferat,solus Boethius prinous interpres noui plenarie linguarum porestatem: En tercer lugar, aunqueconviene que el traductor sepa muy bien la ciencia que quiere traducir y las dos lenguas, de laque y a la que traduce, Boecio fue el primer traductor que conoci plenamente el dominio delas lenguas. Cf. tambin Opus tertium 33 y 91 y Conipendiuni Studii Philosophiae 469 y 471(ed. J. 5. Brewer, Londres 1895 reimpr. 1965).

    >~ Si no en sentido estricto, sial menos en sentido lato. En efecto, R. Bacon habla amplia yespecficamente sobre la traduccin en la tercera parte de Opus maius, titulada

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    sido admitir que no es posible conservar las caractersticas propias del latn side lo que se trata es de reproducir siempre y en cualesquiera circunstanciaslas expresiones propias del griego, es decir, comprender y aceptar que lasformas de expresin genuinas de una lengua estn enraizadas en la experien-cia histrica de un pueblo y que de ningn modo representan objetos inmuta-bles del pensamiento. Pero tal avance en la comprensin lingiistica slo selograr gracias a la posterior tradicin humanstica. A pesar de que en oca-siones Bruni da la impresin de que implcitamente reconoce la individuali-dad del griego y del latn 21, lo cierto es que en ningn momento la admite ex-plcitamente, sea porque l parte del apriorismo, general en su poca, de launin cultural de Grecia y Roma, sea por su empeo en probar que la tra-duccin literaria es posible siempre, lo cual resulta una exageracin a todasluces evidente.

    En conclusin, es innegable que el talante y la actitud de Bruni suponenun claro avance con respecto a R. Bacon; de esto nos ocuparemos en otraocasin. Pero tambin lo es, restringindonos a su concepto de la traduccin,que la teora de Bruni slo es novedosa en un aspecto que posteriormente seconsiderar en buena parte equivocado, el de la traduccin literaria.

    5. Texto latino y traduccin del tratadoDe interpretatione recta

    Antes de proceder a la transcripcin de la obra de L. Bruni y a su traduc-cin, la primera en espaol que vierte la totalidad del texto editado por H.Baron 22, nos consideramos obligados a hacer las siguientes observacionesrespecto al texto latino:

    1 Y) Como ya hemos adelantado, seguimos la edicin crtica de H. Ba-ron, quien transcribe bsicamente el ms ~1, escrito en 1439, quizs algo mstarde. Dicho editor recoge a pie de pgina las variantes ms importantes delos dems manuscritos (y,, \/3, V4 y F1), como es lgico, puesto que el ms V2no es datable con suficiente seguridad, el ms V4 depende directamente del

    2> Por ejemplo, en 1.9: Frequenter enim verba Latina vel plus val minus syllabarum habentquatn 0,-oeca, neque par sonus aun bus faciliter correspondet. O en 11.15: Ettatnen dabo veniominquibusdani paucis (sc. verbis Graecis) adtnodum peregninis cl reconditis, si nequeant commode inLainum traduc Por otra parte, Bruni a duras penas intenta ejemplificar malas traduccionesmedievales del griego al latn basndose en razones meramente estilsticas.

    22 Recientemente A. Guzmn, en las Pp. 94-104 de la obra citada en lan. 2, ha traducido lamayor parte de esta obra de Bruni (falta lo siguiente: 1,10-17, 11,6-7, parte de 11,11 y 11,12-14).En cualquier caso, como ya hemos dejado entrever al comienzo, nuestra traduccin llevaba va-rtos aos en una carpeta (ocho, exactatnente) y, en consecuencia, es independiente de la de A.(iuzman.

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 203

    V1, etc. 23 Ahora bien, tales variantes nosotros no las recogemos ms que ex-cepcionalmente.

    22) Por razones. fcilmente compresibles, no hemos podido tener encuenta las correcciones que a la edicin crtica de H. Baron efecta L. Berta-lot 24

    3.a) Aceptamos la divisin del liJe interpretatione recta en un prlogo ytres captulos, ya decidida por FI. Baron y que es la nica consecuente con elcontenido del tratado. Pero, a su vez, hemos decidido dividir el texto en pa-rgrafos, con el fin de facilitar la localizacin de nuestras propias citas de laobra.

    23 Para estas y otras observaciones sobre la edicin crtica, vid. H. Baron, Leonardo BrunAretina Humanistisch-philosophsche Schr,ftera.., 81-82 en nota a pie de pgina.

    24 L. Bertalot, Studien zum italienisehen un deutschen Humanismus, Roma 1975, vol. II,378-379 (ed. O. Kristeller, Storia e letteratura. Raccolta di studi e testi, vols. 129-130).

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    De interpretatione recta (ca. 1420?)

    PRAEPATIO

    1. Cum Asistotelis libros ad Nicomachum scriptos e Graeca lingua inLatinum vertissem, praefationem apposui in qua per multos errores interpre-tis antiqui disserendo redargui. Has redargutiones meas nonnulli, ut audio,carpunt quasi nimium inclementes. Aiunt enim, etsi errores inerant, tamenillum quantum intellexit bona fide in medium protulisse, nec pro eo repre-hensionem meren sed laudem; consuevisse moderatos disputatores etiammanifesta errata non usque adeo aperire, sed factis potius redarguere quamverbis insectari.

    2. Ego autem fateor me paulo vehementiorem in reprehendo fuisse; sedaccidit indignatione animi quod, cum viderem eos libros in Graeco plenoselegantiae, plenos suavitatis, plenos inaestimabilis cuiusdam decoris, dole-bam profecto meeum ipse atque angebar tanta traductionis faece coinquina-tos ac deturpatos eosdem libros in Latino videre. Ut enim, si pictura quadamornatissima et amoenissima delectarer ceu Protogenis aut Apellis autAglaophontis, deturpan illam graviter ferrem ac pati non possem et in detur-patorem ipsum voce manuque insurgerem, ita hos Aristotelis libros, qui omnipictura nitidiores ornatioresque sunt, coinquinan cernens cruciabar animo acvehementius commovebar. Si cui ergo vehementiores visi sumus ~, hanc noscausam noverit permovisse, quae profecto talis est, ut, etsi moduni transgressifuissemus, tamen venia foret nobis haud immerito concedenda.

    3. Sed non sumus transgressi modum judicio nostro, sed quamvis indig-nantes modestiam tamen humanitatemque servavmus. Sic enim cogita: Anego quicquam in mores illius dixi? An in vitam? An ut perfidum, ut impro-bum, ut libidinosum illum reprehendi? Nihil profecto horum. Quid igitur inillo reprehendi? Impenitiam solummodo litterarum. Haec autem, per deumimmortalem, quae tandem vituperatio est? An non potest quis csse vir bonus,

    Cambio rcpentino del singular al plural de modestia; otras veces ocurre al revs. Fajescambios son frecuentes en esta obra.

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 205

    Sobre la traduccin correcta (ca. 1420?)

    PRLOGO1. Tras haber vertido del griego al latn la Etica a Nicmaco de Aristte-

    les, le aad un prlogo en el que refut con argumentos al antiguo traduc-tor 1 por sus numerosos errores. Segn oigo, algunos me censuran tales refu-taciones por considerarlas demasiado duras. Pues dicen que, aunque habaerrores, sin embargo l de buena fe expuso pblicamente cuanto apreci, yno mereca censuras por esto, sino alabanzas; que los crticos moderados hantenido por costumbre no poner al descubierto los errores notorios hasta talextremo, sino refutarlos con hechos ms que censurarlos con palabras.

    2. Reconozco que en mi crtica fui algo ms vehemente dc lo normal;pero por una indignacin de mi espritu sucedi que, al ver esos libros engriego llenos de elegancia, encanto y un inestimable ornato, sin duda sufraen mi interior y me angustiaba de ver los mismos libros en latn mancillados yafeados por una adulteracin tan grande de la traduccin. Pues, en el supues-to de que me deleitase una pintura muy bien ejecutada y hermosa, como lasde Protgenes, Apeles o Aglaofonte 2, de la misma manera que yo sufriramucho y no podra consentir que alguien la afease y me alzara de palabra yobra contra la persona que la hubiese afeado, as me atormentaba interior-mente y me conmova muy vivamente viendo perder pureza a los citados li-bros de Aristteles, que son ms resplandecientes y bellos que cualquier cua-dro. Por consiguiente, si a alguien le hemos parecido demasiado vehementes,sepa que nos conmovi esta causa, que sin duda es de tal naturaleza, que,aunque nos hubisemos excedido, no obstante se nos debera conceder elperdn merecidamente.

    3. Pero a nuestro juicio no nos hemos excedido, sino que, aunque col-ricos, hemos conservado la moderacin y la cortesa. En efecto, considresede este modo: Acaso dije algo contra las costumbres del traductor o contrasu vida? Acaso le censur por prfido, mprobo o libidinoso? Nada de esto,evidentemente. Qu es, pues, lo que censur en l? Slo su desconocimientode las obras literarias. Pero esto, por Dios, qu reproche es a fin de cuentas?

    1 Roberto Cabezagruesa mejor que Guillermo de Moerbeke, segn E. Franceschini, Leo-nardo Bruni e il vetus interpres dellEtica Nicomaehea di Aristotele, Medioevo e Rinascimen-to (Studi it, onore di B. Nard9, Florencia 1955, 300-319.

    2 De los tres pintores griegos citados porBruni, sin duda el ms clebre fue Apeles, muertoa comienzos del s. iii a. C. y famoso por sus retratos de Filipo y Alejandro. Goz de extraordi-naria fama entrelos retratistas del Renacimiento.

  • 206 Maurilio Prez Gonzlez

    litteras tamen aut nescire penitus aut non magnam illam, quam in isto requi-ro, peritiam habere? Ego hune non malum hominem, sed malum interpretemesse dixi. Quod idem fortasse de Platone diccrem, si gubernator navis essevellet, gubernandi vero peritiam non haberet. Nihil enim de philosophia 2detraherern, sed id solummodo carperem, quod imperitus et ineptus guberna-tor esset.

    4. Atque ut tota res ista latius intelligatur, explanabo tibi primo quid dehac interpretandi ratione sentio. Deinde merito reprehensiones a me factasdocebo. Tertio me in reprehendendo illius errata doctissimorum hominummorem observasse ostendam.

    1

    1. Dico igitur omnem interpretationis vim in co consistere, ut, quod inaltera lingua scriptum sit, id in alteram recte traducatur. Recte autem id face-re nemo potest qui non multam ac magnam habeat utriusque linguae peri-tiam, nec id quidem satis. Multi enim ad intelligendum idonei, ad explican-dum tamen non idonei sunt. Quemadmodum de pictura multi recte iudicantqui ipsi pingere non valent, et musicam artem multi intelligunt qui ipsi suntad canendum inepti.

    2. Magna res igitur ac difficilis est interpretatio recta. Primum enim no-titia habenda est illius linguae de qua transfers, nec ea parva neque vulgaris,sed magna et trita et accurata et multa ac diuturna philosopliorum et orato-rum et poetarum et ceterorum scriptorum omnium lectione quaesita. Nemoenim, qui hos omnes non legerit, evolverit, versarit undique ~ atque tenuerit,vim significataque verborum intelligere potest, praesertim cum Aristoteles ip-se et Plato summi, ut ita dixerim, magistri litterarum fuerint ac usi sint elegan-tissimo scribendi genere veterum poetarum et oratorum et historicorum dic-tis sententiisque referto, et incidant frequenter tropi figuraeque loquendiquae aliud ex verbis, aliud ex consuetudine praeiudicata significent. Qualiasunt apud nos ogero tibi morema et odesiderati milites et boni consules etoperae pretium fuerit et onegotium facesso et mUa hujuscemod. Quidenim sit gerere et quid

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 207

    Acaso no puede alguien ser un hombre bueno, y, sin embargo, no conocerprofundamente las obras literarias o no tener la gran destreza que en este te-ma exijo? Yo no dije que l era un mal hombre, sino un mal traductor. Estomismo tal vez yo lo hubiese dicho de Platn, si l hubiese querido ser timo-nel de un barco, pero no hubiese tenido destreza para manejar el timn.Ciertamente en nada le rebajara yo el mrito de su filosofa, sino que sola-mentele criticara el hecho de que fuese un timonel inexperto e inepto.

    4. Y para que todo esto se entienda con mayor claridad, te expondren primer lugar cul es mi opinin sobre el mtodo de traducir. A continua-cin justificar las criticas que he hecho. En tercer lugar mostrar que en lacrtica de los errores cometidos por el traductor he observado las costumbresde los hombres ms sabios.

    1

    1. Pues bien, afirmo que toda la esencia de la traduccin consiste entrasladar correctamente a una lengua lo que se ha escrito en otra. Pero co-rrectamente esto no lo puede hacer alguien que no posea mucho y gran do-minio de ambas lenguas. Y ni siquiera esto es suficiente. Pues muchos son ap-tos para saber apreciar una actividad, pero no lo son para ponerla enprctica, de la misma manera que juzgan correctamente sobre pintura mu-chos que no estn dotados ellos mismos para pintar, y son entendidos en elarte musical muchos que son ineptos para cantar.

    2. As pues, la traduccin correcta es una tarea extremadamente difcil.Pues en primer lugar se ha de poseer el conocimiento de la lengu de la quese traduce, y ste no debe ser parco ni general, sino vasto, corrientementepracticado, minucioso y adquirido mediante la abundante y constante lecturade los filsofos, oradores, poetas y todos los dems escritores. En efecto, na-die que no los haya ledo a todos, desarrollado, estudiado en todos sus aspec-tos y dominado, puede comprender la esencia y los significados de sus pala-bras, siendo as que el propio Aristteles y Platn fueron, por as decirlo,maestros supremos de la literatura e hicieron uso de la ms elegante forma deescribir, llena de sentencias y mximas de los antiguos poetas, oradores e his-toriadores, y que frecuentemente se encuentran en ellos tropos y figuras dediccin que significan una cosa literalmente, pero otra segn el uso corrienteya formado. De tal naturaleza son entre nosotros gero tibi morem>, deside-rati milites>, boni consules, ooperae pretium fuerit, negotium facesso ymiles de este tipo. Pues qu es gerere y qu es mos, incluso un lectorinexperto lo entiende; pero lo que significa el conjunto es algo distinto. Una

    Bruni dedic este tratado a Antonio di Berto, canciller de Siena.

  • 208 Maurilio Prez Gonzlez

    consuetudinem, perierunt>o. Idem est de ceteris quae supra posuimus, cumaliud verba, aliud sententia verborum significet.

    oDeprecor hoca ncgationem dicit; rudis autem lector et inexcrcitatus pe-rinde capiet, quasi illud velit quod deprecatur, etsi interpretandum sit: con-trarium milii dicet, quam littera habeat de qua transfert. Juventus et iuven-tao> diio sunt, quorum alterum multitudinem, alterum o: alterum vituperationem, alterutn laudemimportat; deesse namque dicimus quae bona sunt, utoratori vocem, histrio-ni gestum; o. Contra vero, quid alienius videri potest quam recipio et promitto>?Sunt tamen interdum eadcm. Gum enim dicimus recipio tibi hoc, nihil aliudsignificamus quam promitto. quodab Homero sumpum ad vim ac robur amicitiae transfert 9; et de surreptitiorepulso, quod ab Achille in oratione ad legatos dictum in Politicorum librisexpressit lO; et de I-Ielenae pulchritudine el gratiao, quod a senioribus Troja-norum sapienter dictum lransfert ad naturam voluptatis ~. Latus est hic addicendum campus. Nam et Graeca lingua diffusissima cst, ac innumerabiliasunt huiusmodi apud Aristotelem et Platonem de Homero, de Hesiodo, dePindaro, de Euripide ac de ceteris veteribus poetis scriptoribusque assumpta;et alioquin crbrae interseruntur figurae, ut, nisi quis in multa ac varia lectio-

    Verg. Aen. 5, 397-398 si rnihi...,si nuncforer illa iuuenas

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 209

    cosa es desiderati milites centum si se atiende a las palabras ~, pero signifi-ca perecieron si se atiende al lenguaje corriente. Lo mismo sucede respectoa los dems ejemplos que ms arriba hemos puesto, pues las palabras signifi-can una cosa, pero su sentido es otro.

    Deprecor hoc tiene sentido negativo. Pero un lector rudo e inexperto locomprender como si se desease lo que intenta evitar, por ms que debatomarse en sentido opuesto: me dir lo contrario de lo que contiene la pala-bra de la que hace la traduccin. Iuuentus y oiuuenta son dos trminos delos que uno alude a la multitudo y otro a la aetas ~:Si mihi foret illaiuuenta, dijo Virgilio; y, en otro lugar, oprimaeuo flore iuuentus exercebatequoso; y Livio, armata iuuentute excursionem in agrum Romanum fecito.Deesto y oabest: el primero implica reprobacin, pero elogio el segundo.Pues decimos que falta (udeesse) lo que es bueno, como la voz en el oradory las gesticulaciones en el actor, pero que estn ausentes (abesse) los defec-tos, como la inexperiencia en el mdico y la prevaricacin en el abogado.Poena y malum parecen afines, pero son muy distintos. Pues dare poe-nas es subire y perpeti, pero dare malumo es alteri inferre. Por el con-trario, qu puede parecer ms distinto que recipio y promitto? Sin em-bargo, a veces son lo mismo. Pues cuando decimos recipio tibi hoc>, nodamos a entender algo distinto de promitto. Podra enumerar casi innume-rables ejemplos de este tipo, en los que muy fcilmente se equivocara quienno sea muy instruido. As pues, quien no considere atentamente estas cues-tiones tomar un trmino por otro.

    3. Frecuentemente tambin indicamos pensamientos completos a par-tir de uno u dos vocablos, como actoris Aurunci spolium>, que irnicamenteel poeta dijo del espejo; y el utinam ne in nemore Pelio>, que pone de mani-fiesto el origen y causa primera de un mal. Estas alusiones son muy frecuen-tes entre los griegos. En efecto, Platn intercala cosas as en muchos pasajes,y Aristteles las usa frecuentemente: como duo simul euntes, que, tomn-dolo ste de Homero, lo aplica al poder y la fuerza de la amistad; y de su-rreptitio repulso, que, dicho por Aquiles en su discurso a los embajadores,lo reprodujo en la Poltica y de Helenae pulchritudine et gratia>, que, sabia-mente dicho por los ancianos troyanos, l lo aplica a la naturaleza del placer.En este tema el campo para hablar es amplio. Pues la lengua griega se hallamuy difundida, habiendo innumerables ejemplos de este tipo en Aristteles yPlatn tomados de Homero, Hesodo, Pndaro, Eurpides y otros poetas y es-critores antiguos; y, por lo dems, se intercalan abundantes figuras, de modoque, si alguien no se ha dedicado a la frecuente y variada lectura de cualquier

    Se echaron de menos cien soldados.Es decir, el primero significa un numero de jvenes, mientras que el segundo indica un

    momento de la vida.

  • 210 Maurilio Prez Gonzlez

    ne omnis generis scriptorum versatus fuerit, perfacile decipiatur ac mate ca-piat quod est transferendum.

    4. Sit igitur prima interpretis cura linguam illam de qua sumit peritissi-me scire, quod sine multiplici et varia ac accurata lectione omnis generisscriptorum numquam assequetur. Deinde linguam eam ad quam traducerevult sic teneat, ut quodammodo in ea dominetur et in sua totam habeat potes-tate, ut, cum verbum verbo reddendum fuerit, non mendicet illud aut mutuosumat aut in Graeco relinquat ob ignorantiam Latini sermonis; vim ac natu-ram verborum subtiliter norit, ne modicum pro parvo, ne iuventutempro iuventa, ne fortitudinem pro robore, ne bellum pro proelio, neurbem pro civitate dicat. Praeterea inter diligere et amare, inter eli-gere et expetere, inter cupere et optare, inter persuadere et perora-re, inter recipere et promittere, inter expostulare et conqueri ethuiusmodi paene infinita quid intersit discemat. Consuetudinis yero figura-rumque loquendi quibus optimi scriptores utuntur nequaquam sit ignarus,quos imitetur et irse scribens, fugiatque et verborum et orationis novitatempraesertim ineptam et barbaram.

    5. Haec omnia quae supra diximus necessaria sunt. Et insuper ut habeatauris 12 iudicium, ne illa quae rotunde ac numerase dicta sunt dissi-pet irse quidem atque perturbet 13. Cum enim in optimo quoque scriptore etpraesertim in Platonis Aristotelisque libris et doctrina rerum sit et scribendiomatus, ille demum probatus erit interpres qui utrumque servabit.

    6. Denique interpretis vitia sunt: si aut mate capit quod transferendumest, aut mate reddit, aut si id, quod arte concinneque dictum sit a primo auc-tore irse, ita

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 211

    clase de escritores, se equivoca muy fcilmente y comprende mal lo que se hade traducir.

    4. As pues, que la primera preocupacin del traductor sea conocer consuma pericia la lengua de la que traduce, lo que jams lograr sin la frecuen-te, variada y atenta lectura de toda clase de escritores. Despus debe manejarde tal manera la lengua a la que quiere traducir, que en cierto modo la domi-ne y la tenga toda en su poder; que, cuando una palabra se haya de traducirpor otra, no la mendigue, ni la tome en prstamo, ni la deje en griego por des-conocimiento de la lengua latina; que conozca con precisin la esencia y na-turaleza de las palabras, para que no diga modicus por paruus, iuuentuspor iuuenta, fortitudo por robus>, bellum por proelium, urbs porciuitas. Adems debe discernir la diferencia que hay entre diligere yamare, eligere y expetere, cupere y optare>, persuadere y perora-re, recipere y promittere, expostulare y conquerio y las casi ilimitadasde este tipo. En ningn caso puede desconocer el lenguaje habitual y las figu-ras de diccin que usan los mejores escritores, a los que tambin l mismodebe imitar al escribir, as como huir de las novedades especialmente inapro-piadas y brbaras de las palabras y frases.

    5. Todas las cualidades que anteriormente hemos dicho le son necesa-rias al traductor. Y, adems, que tenga un riguroso discernimiento basadoen el odo, para que al menos l no destruya ni altere lo que se dice con ele-gancia y ritmicamente. Pues, habida cuenta de que el conocimiento de la ma-teria y el estilo literario se manifiestan en cada uno de los mejores escritoresy sobre todo en las obras de Platn y Aristteles, solamente ser un traductorestimado quien preste atencin a ambos aspectos.

    6. En suma, los defectos del traductor son: comprender mal lo que hayque traducir, reproducirlo mal o verter l mismo de tal manera lo que el au-tor original ha dicho apropiada y armnicamente, que obtiene como resulta-do algo inadecuado, inarmnico y disforme.

    Si intenta traducir cualquiera que no est forjado en el conocimiento es-pecifico y en la literatura de modo que pueda evitar todos estos vicios, conrazn debe ser denigrado y reprobado por empujar a los hombres a erroresvarios trayendo a colacin una cosa por otra, o bien por rebajar la grandezadel autor original hacindole parecer ridculo y absurdo.

    7. Y decir que no merece reproches, sino alabanzas, quien expuso p-blicamente lo que tuvo a bien, de ningn modo es correcto en estas artes queexigen pericia. Tampoco el poeta, en efecto, merece alabanza si hace malosversos a pesar de que intent hacerlos buenos, sino que lo censuraremos ydenigraremos porque trat de hacer lo que no sabe. Y censuraremos al escul-tor que ha hecho mal una estatua, a pesar de que no lo haya hecho por malafe, sino por ignorancia. Pues, de la misma manera que los que pintan un cua-dro a imitacin de otro toman de ste la forma, la actitud, el movimiento y la

  • 212 Maurilio Prez Gonzlez

    sum et totius corporis formam inde assumunt, nec quid ipsi facerent, sed quidalter ille fecerit meditantur, sic in traductionibus interpres quidem optimussese in primum scribendi auctorem tota mente et animo et voluntate conver-tet et quodammodo transformabit eiusque orationis figuram, statum, ingres-sum coloremque et liniamenta cuncta exprimere meditabitur. Ex quo mirabi-lis quidam resultat effectus.

    8. Nam cum singulis fere scriptoribus sua quaedam ac propria sit dicen-di figura, ut Ciceroni amplitudo et copia, Sallustio exilitas et brevitas, Liviogranditas quaedam subaspera, bonus quidem interpres in singulis traducendisita se conformabit, ut singulorum figuram assequatur. Itaque, sive de Cicero-ne traducet, facere non poterit quin comprehensiones illius magnas quidemet uberes et redundantes simili varietate et copia ad supremum usque ambi-tum deducat, ac modo properet, modo se colligat; sive de Sallustio transferet,necesse habebit de singulis paene verbis iudicium facere proprietatemque etreligionem plurimam sequi atque ob lioc restringi quodammodo atque conci-di; sive de Livio traducet, facere non poterit quin illius dicendi figuram imite-tur. Rapitur enim interpres vi ipsa in genus dicendi illius de quo transfert, necaliter servare sensum commode poterit, nisi sese insinuet ac inflectat perillius comprehensiones et ambitus cum verborum proprietate orationisque cf-figie. Hacc est enim optima interpretandi ratio, si figura primae orationisquam optime conservetur, ut neque sensibus verba neque verbis ipsis nitorornatusque deficiat.

    9. Sed cum sit difficilis omnis interpretatio recta propter multa et variaquae in ea, ut supra diximus, requiruntur, difficillimum tamen est illa rectetransferre quae a primo auctore scripta sunt numerose atque ornate. In ora-tione quippe numerosa necesse est per cola et commata et periodos incedereac, ut apte quadrateque finiat comprehensio, diligentissime observare ~ Inexornationibus quoque ceteris conservandis summa diligentia erit adhibenda.Haec enim omnia nisi servet interpres, prima orationis maiestas omnino de-perit et fatiscit. Servan autem sine magno labore magnaque peritia litterarumnon possunt. Intelligendae sunt enim ab interprete huiuscemodi, ut ita dixe-rm, orationis virtutes ac in ea lingua ad quam traducit pariter repraesentan-dae. Cumque duo sint exornationum genera (unum quo verba, alterum quosententiae colorantur), utrumque certe difficultatem traductori affert, maio-

    Vid. Cic. orat.2 11.

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 213

    configuracin del cuerpo entero y no reflexionan sobre lo que ellos mismosharan, sino sobre lo que otro ha hecho, as en las traducciones el ptimo tra-ductor se volver con toda su mente, nimo y voluntad al autor original deltexto y en cierto modo lo transformar tratando de expresar la forma de sudiscurso, su actitud, su movimiento y colorido y todos los rasgos en general.De esto se obtiene un resultado sin duda admirable.

    8. En efecto, puesto que casi todos los escritores tienen una modalidadde expresin suya y propia, como la ampulosidad y abundancia en Cicern,la sequedad y brevedad en Salustio, una sublimidad algo spera en Tito Li-vio, sin duda el buen traductor se adaptar a cada uno de los autores quedebe traducir de modo que siga el estilo de cada uno de ellos. As, en el casode que traduzca a Cicern, no podr dejar de desarrollar sus perodos cierta-mente amplios, copiosos y desbordantes con igual variedad y abundanciahasta la ltima digresin, de acelerarlos unas veces y de contenerlos otras. O,en el caso de que traduzca a Salustio, le ser de todo punto preciso reflexio-nar casi sobre cada una de las palabras, intentar obtener su significacin pro-pia y el mximo de exactitud y en cierto modo estar dominado y coartadopor esto. O, en el caso de que traduzca a Livio, no podr dejar de imitar sumodalidad de expresin. As pues, el traductor se ve arrastrado por la propiarealidad al modo de expresarse de aquel a quien traduce, y de ningn otromodo podr conservar bien el sentido ms que si se interna y encauza por lasfrases y perodos de aqul junto con la significacin propia de sus palabras yla similitud del estilo. Este es, pues, el mtodo ptimo para traducir: conser-var lo mejor posible la forma del estilo original, de manera que las palabrasno se aparten de su sentido ni el brillo y la belleza del estilo falten en las pro-pias palabras.

    9. Pero si toda traduccin correcta es difcil a causa de las muchas y va-riadas condiciones que se requieren en ella (como ms arriba hemos dicho),no obstante es muchsimo ms difcil traducir bien lo que el autor primero haescrito con ritmo y ornato literario. Sin duda, en una composicin rtmica espreciso avanzar por miembros de frase, miembros de perodo y perodos ycuidarlos con suma atencin para que el prrafo acabe de forma adecuada ybien proporcionada. Tambin en la conservacton de los dems ornatos se ha-br de mostrar suma diligencia. Pues, si el traductor no conserva todo esto,la grandeza original de la composicin se pierde y debilita completamente.Sin embargo no puede conservarse sin gran esfuerzo y un gran conocimientode la literatura. El traductor, pues, ha de comprender las cualidades propiasde una composicin de este tenor, por as decirlo, y ha de reproducirlas delmismo modo en la lengua a la que traduce. Y puesto que los tipos de adornosson dos (uno por el que las palabras adquieren brillo y otro por el que lo ad-quieren los pensamientos 6), sin duda ambos causan dificultad al traductor,

    6 Son respectivamente las llamadas figuras de diccin y figuras de pensamiento.

  • 214 Maurilio Prez Gonzlez

    rem tamen verborum quam senentiarum colores, propterea quod saepehuiusmodi exornationes numeris constant, ut cum paria paribus reddunturaut contraria contrariis vel opposita inter se, quae Graeci antitlieta yo-cant 16 Frequenter enim verba Latina vel plus vel minus syllabarum habentquam Graeca, neque par sonus auribus faciliter correspondet. lacula quoquequae interdum iacit orator ita demum fortiter feriunt, si numeris contorquen-tur, nam fluxa et decurtata vel inepte cadentia minus confodiunt. Haec igituromnia diligentissime cognoscenda sunt ab interprete et servatis ad ungucmnumeris elfigenda. Quid dicam de sententiarum exornationibus, quae oratio-nem illustrant plurimum et admirabilem reddunt? Et tam hae quam superio-res frequenter ab optimis scriptoribus adhibentur. An poterit interpres eas si-ne flagitio vel ignorare vel praeterire vel non servata illarum maiestatetransferre?

    10. De quibus omnibus, quo melius ea quae dixi intelligantur, exemplaquaedam adscribere libuit, ut conspicuum sit non ab oratoribus modo, verumetiam a philosophis huiusmodi exornationes frequentari et maiestatem ora-tionis totam perire, nisi servata earum figura transferantur.

    11. Plato philosophus in eo libro qui dicitur Phaedrus ornate sane acnumerose locum quemdam pertractat. Verba illius hic adscripsi paulo altiusrepetita. Sunt autem haec 17: 0 puer, unicum bene consulere volentibusprincipium est: intelligere de quo sit consilium vel omnino aberrare necesse.Plerosque vero id fallit, quia nesciunt rei substantiam. Tamquam igitur scien-tes non declarant in principio disceptationis, procedentes vero, quod par est,consequitur ut nec sibi ipsis neque aliis consentanea loquantur. Tibi igitur etmhi non id accidat quod in aliis damnamus. Sed cum tibi atque milii discep-tatio sit utrum amanti podas ve! non amanti sfr in amicitiam eundum, de amoreipso, quale quid sit et quam habeat vim, diffinitione ex consensu posita, adhoc respicientes referentesque considerationem faciamus emolumentumnean detrimentum afferat. Quod igitur cupiditas quaedam sit amor, manifestumest. Quod vero etiam qui non amant cupiunt ~ scimus. Rursus autem, quoamantem a non amante discernamus, intelligere oportet quia in unoquoquenostrum duae sunt ideae dominantes atque ducentes, quas sequimur quacum-

    > Vid Rhet. Her. 4,15,21 para todo el pasaje.~ En el texto que sigue empleamos la letra cursiva para aquellas frases que Bruni vaya a

    comentar posteriormente.6 cupiunten un solo ms (y3).

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 215

    aunque mayor la causan los brillos de las palabras que los de las frases. Y esque muchas veces los ornatos de este tipo consisten en efectos rtmicos,como cuando estn colocados simtricamente los miembros iguales o se co-locan contrapuestos los miembros contrarios u opuestos entre si, a los quelos griegos llaman antitheta>. En efecto, frecuentemente las palabras latinastienen ms slabas, o menos, que las griegas, por lo que difcilmente el tonoafecta de la misma manera a los odos. Tambin los dardos que a veces lanzael orador hieren fuertemente con la condicin de que sean disparados conmovimientos rtmicos, pues los dbiles, los defectuosos o los que caen demanera inadecuada traspasan menos. Pues bien, el traductor debe conocertodos estos efectos muy puntualmente y reproducirlos con la mayor fidelidadmediante la conservacin de los movimientos rtmicos. Qu decir sobre losadornos de los pensamientos , que ilustran sobremanera la composicin y lahacen admirable? Los mejores escritores emplean frecuentemente tanto estosornamentos como los anteriores. Acaso el traductor podr impunemente ig-norarlos, omitirlos o traducirlos sin tratar de conservar su grandeza?

    10. Me ha parecido apropiado aadir algunos ejemplos sobre todasestas cuestiones para que se entienda mejor lo que he dicho, con el fin de quese vea que no slo los oradores sino tambin los filsofos emplean frecuente-mente ornamentos de este tipo y que, si su naturaleza no se conserva en latraduccin, toda la grandeza de la composicin desaparece.

    11. En su obra Fedro el filsofo Platn expone cierto pasaje con much-sima elegancia y ritmo. He incluido aqu sus palabras, sobre las que volverun poco ms abajo. Son las siguientes: Muchacho, uno solo es el punto departida para los que desean tomar una buena determinacin: que es precisocomprender aquello sobre lo que versa la deliberacin o equivocarse total-mente. Pero a los ms les pasa inadvertido que no conocen la realidad delasunto. En consecuencia, esto no lo hacen ver claramente al principio de ladiscusin, fingiendo conocerlo, pero a medida que avanzan (en la discusin)resulta, como es lgico, que no dicen palabras convenientes para si mismosni para los dems. As pues, que a ti y a m no nos suceda lo que condenamosen los dems. Pero, puesto que t y yo debatimos si se ha de buscar ms laamistad del amante o la del no amante, tras establecer de mutuo acuerdo unadefinicin sobre el propio amor, en qu consiste y qu fuerza tiene, luego,tomando esto en consideracin y refirindonos a ello, pongamos la atenconen si causa provecho o perjuicio. Pues bien, que el amor es una especie dedeseo es evidente. Y que incluso los que no aman desean, lo sabemos. Pero,para que discernamos al amante del no amante, de nuevo conviene compren-der que en cada uno de nosotros hay dos ideas dominantes y conductoras,que seguimos por dondequiera que nos guan: la una es nuestro innato deseo

    Es decir, las figuras de pensamiento.

  • 216 Maurilio Prez Gonzlez

    que dxcunt: una innata nobis volupalurn cupiditas, llera equisita opinio, nf-fectan-ix optim Hae autern in nobis quandoque consenliun, quandoque in se-ditione atque discordia sunt: et modo haee, modo altera pervincit. Opinioneigitur ad id quod sil optimun ratione ducente ac suo robore pervincente,temperantia exsistit; cupiditate vero absque ratione ad voliptates trahentenobisque imperante libido vocatur, Libido autem, cum multiforme 19 sitmultarumque partium, multas utique appellationes habet. Et harum forma-mm, quae maxime in aliquo exsuperat, sua llum nuncupatione nominatumreddit, nec ulli ad decus vel ad dignitatem acquiritur. Circa cibos enim supe-rurrix rotionis et aliarum cupidiaurn cupiditas ingluvies appellatur, et eumqui hanc babel hac ipsa appellatone nuncupatum reddit. Rursus quae circoebrierars rvrannidem exercet ac eumn quem possidet bac ducens pata, quodhabebit cognomen? Et alias harum germanas et germanarum cupidtutum no-mmci, semper quae maxime doininanrur 20, quemadmodum appellare deceat,manifestuni cgt. (ulus auteuz gratia superiora diximus, fere iam pate. Dicsurntamen, quarn non dicrum, magis parch. Qrwe enim sine rahone cupdas supe-rar opinionem cid recta tendenceuz rapitque cid voluptatem farras-re el a gerrnanis,qucie sub lila suar Urca corporis jbrmam, cupidftatibus roborara perihincit cdv-cI, ab psa insolentia, quod absquemoreflat amorvocatur 21

    12. Totus hie locus insigniter admodum lueulenterque tractatus est aFlatone. lnsunt enim el vcrborum, st ita dixerim, dcliciae et sententiarutn mi-rabilis splendor. Et est alioquiri tota ad nutrierum facta oratio. Nam et itt se-ditione esse animum> et Urca ebrietates tyrannidem exercere ac ceterahuiusmodi trausiata verba quasi stellae quaedam interpositae orationem 11hz-minant. Ef innata nobis voluptatum cupiditas, acquisita vero opinio, affec-tatrix optimi per antitheta quaedarn dicuntur; opposita siquidem quodam-modo sunt innatum>o a oacquisitum, eupiditasque vo]uptatum et opinioad recta contendenso. 1am vero quod inquit huius germanae germanarumquecupiditatum nominan ci superatrix rationis aliarumque cupiditatum cupidi-tas el utrum amanti potius vel non amanti sil a anzicitiam cundumo, haecomnia verba mIer sc fesrive coniuncta tamquam n pavimento ac emblernatevermieulato 22 summam baben venustatem. Illud praeferea quod inquilcujus gratia haec diximus, lera mm paret; dictum lamen, quani non dicluni,magis patebita. membra sun duo paribus intervaflis emissa. quae Graeci appcllant. Post haec ambitus subicitur plenus et perfectus: quae enmsine ratione cupiditas supei-at opinionem ad recta tendentcm rapitque ad yo-

    multilraw en todos los nos.~ do,ninawren varios ms, entre ellos el ms importante (y,>,21 Mucho se podra comentar sobre esta traduccin latina de Platn, PedrO, 237 e - 238 e.

    Nos lin,itaren,os a decir, para facilitar la comprensin de la ltima parte, que su final (ab.qacmore.. a,nor~ es una recreac,on cateada dcl texto de Platn. quien efec, una fantasa etirnot-gica al relotcionar --cros con rhorne,,.

    ~ Vid. CAe. k urat..3. 171,

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 217 I

    de placeres; la otra, una manera de pensar adquirida, que busca ansiadamen-te lo mejor. A veces estas ideas tienen un mismo sentir en nosotros, perootras veces estn en desunin y discordia; y en ocasiones domina una, enotras la otra. Pues bien, en el caso de que la manera de pensar gue hacia lomejor mediante el razonamiento y domine por su propia fuerza, se denomina"temperancia"; y en el caso de que el deseo arrastre irracionalmente hacia losplaceres y nos gobierne, se llama "desenfreno". Pero el desenfreno general-mente tiene abundantes denominaciones, pues es una cosa multiforme yconsta de muchas partes. Y la forma entre stas que ms sobresalga en al-guien le confiere nombre a ste con su propia denominacin, y ninguno loadquiere para su honor o dignidad. En relacin con las comidas, por ejem-plo, el deseo que triunfa sobre la razn y sobre los dems deseos se denomi-na "glotonera", y hace que quien la posee sea designado con esta misma de-nominacin. A su vez, el deseo que ejerce su tirana en lo tocante a laembriaguez y que se manifiesta guiando por medio de esa tirana a aquel aquien posee, qu nombre recibir? Y respecto a otros deseos hermanos destos y a los nombres de tales deseos hermanos, es evidente de qu modoconviene llamarlos en el caso de que ejerzan constantemente un dominiodesptico. Y poco ms o menos ya est claro el deseo por cuya causa hemosdicho todo lo anterior. No obstante, estar ms claro si se dice que si no sedice. Pues bien, el deseo que irracionalmente prevalece sobre el modo depensar que impulsa a la rectitud, arrastra al placer que proporciona la belle-za, predomina y vence reforzado por los deseos hermanos que estn prxi-mos a la belleza corporal a las rdenes de aqul, se denomina "amor" por supropio exceso, puesto que resulta "absque more" (sin medida>.

    12. Todo este pasaje fue elaborado por Platn de modo muy insigne yelegante. Pues hay en l, por as decirlo, refinamientos de las palabras y unadmirable esplendor de las frases. Y, por otra parte, la composicin est to-talmente construida en aras al ritmo. As, in seditione esse animum, circaebrietates tyrannidem exercere y dems expresiones de este modo traduci-das iluminan el discurso como si fuesen estrellas intercaladas. E innata no-bis uoluptatum cupiditas y acquisita uero opinio, affectatrix optimi se ex-presan mediante anttesis determinadas, puesto que innatum yacquisitum, cupiditasque uoluptatum y opinio ad recta contendens encierto modo son trminos opuestos. Ya al decir huius germanae germana-rumque cupiditatum nomina , superatrix rationis aliarumque cupiditatumcupiditas y utrum amanti potius uel non amanti sit in amicitiam eundum,todas estas palabras, ingeniosamente unidas entre s como en un pavimento yen un mosaico vermiculado, tienen un encanto extraordinario. Cuando acontinuacin dice cuius gratia haec diximus, fere iam patet; dictum tamen,quam non dictum, magis patebiD>, hay dos miembros de frase emitidos a in-tervalos iguales, que los griegos llaman cola. Despus de esto se aade unadigresin plena y perfecta: quae enim sine ratione cupiditas superat opinio-

  • 218 Maurilio Prez Gonzlez

    luptatem formae et a germanis, quae sub illa sunt circa corporis formam, cu-piditatibus roborata pervincit et ducil, ab ipsa insolentia, quod absque morefiat, amor vocatur. Videtis in his omnibus sententiarum splendorem ac ver-borum delicias et orationis numerositatem; quae quidem omnia nisi servet in-terpres, negari non potest quin detestabile flagitium ab eo commitatur.

    13. Als zweites Beispiel 23 gibt Bruni ein lngeres Zitat aus Phaedrus p.257 A bis C: . Dann folgt als umfangreichesAristoteles-Zitat die Ubersetzung von Fth. ad Nic 13. X, 8, 7 24: Esse veroperfectam felicitatem contemplativam quamdam operationem. Et in homini-bus ergo illa [operatio]... erit utique felicissima>. Ne Demosthenes quidem,lautet Brunis Urteil, .

    15. Als viertes und fiinftes Beispiel folgt die Ubersetzung von Eth. adNic. B. II, 1, 4 25 (Non ex eo, quia saepe audivimus, ... sensum accepimus.Agendo modesta modesti et fortia fortes efficiuntur) und von 13. 11, 4, 3-6 26(in Bekkers Ausgabe Kapitel 3) (Praeterea nequaquam simile est in artibuset virtutibus. Ut ergo illorum corporibus non bene erit, qui ita curantur, sicnec illorum animis, qui ita philosophantur). Videtis in his verbis>, fiigt Bru-ni dem nur hinzu, elegantiam, varietatem et copiam cum exornationibus tumverborum, tum etiam sententiarum>.

    16. Den Beschlul3 machen ein sechstes und siebentes Beispiel aus Aris-toteles Politilc In libris vero Poliricorum, leitet Bruni sie cm, Aristotelesmulto crebrior est. Quod enim materia est civilis et eloquentiae capax, nullusfere locus ab eo tractatur sine rhetorico pigmento atque colore, ut interdumetiam festivitatem in verbis oratoriam persequatur. Quale est illud in septimoPoliricorum libro [B. VII, 1, 3 27]: Videmus homines adquirere... non virtutesexternis bonis. Moribus vero intelligentiaque deficiant. Et alio loco [B. VII, 5,

    23 Como podr observarse, H. Baron no publica los dems ejemplos de Bruni, sino que selimita a recoger su localizacin junto con algn comentario pertinente del humanista italiano y,en ocasiones, el suyo propio en alemn.

    24 1178b.~

    26 1105 a-Ii27 1323a.

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 219

    nem ad reta tendenten rapitque ad uoluptatem formae et a germanis, quaesub illa sunt circa corporis formam, cupiditatibus roborata peruincit et ducit,ab ipsa insolentia, quod absque more fiat, amor uocatur. En todo esto veis elesplendor de las frases, los refinamientos de las palabras y el ritmo de lacomposicin; y no puede negarse que el traductor comete una detestable in-famia, en el supuesto de que efectivamente no conserve todas estas caracte-rsticas.

    13. Como segundo ejemplo Bruni ofrece una larga cita procedente deFedro, p. 257 A-C: Hane tibi, o dilecte amor, ...palidoniam cecinimus.- Utiam uereri incipiam, ne Lysias... pergat ad hunc tuum alium suum conferre>.Concluye Bruni: Todo este pasaje es muy insigne, rtmico y agradable engriego. Pero nosotros, al traducirlo al latn, no sabemos si hemos conservadola grandeza y elegancia del autor original. Sin duda, nos hemos esforzado enconservarla.

    14. El tercer ejemplo est tomado de Aristteles, a cuyo efecto Brunilo introduce con las siguientes palabras llenas de admiracin: Por qu Aris-tteles? Acaso tambin l trata de conseguir igualmente los ornamentos esti-lsticos? De forma maravillosa sin duda y muy frecuentemente, hasta el puntode que yo mismo a veces me veo obligado a sentir admiracin de que un fil-sofo tuviese una preocupacin tan grande por este hecho en medio de lasms sutiles disertaciones. Despus sigue, como extensa cita de Aristteles, latraduccin de Eth. ad Nic., X, 8, 7: Esse uero perfectam felicitatem contem-platiuam quamdam operationem.- Et in hominibus ergo illa [operatio]... eritutique felicissima. Ni siquiera Demstenes, opina Bruni, ni Ciceron, quese manifiestan como maestros de las palabras y de la elocuencia, hubiesenaplicado esta ornamentacin mejor que la aplic Aristteles.

    15. Como cuarto y quinto ejemplos sigue la traduccin de Edi. ad Nic.,II, 1, 4 (Non ex eo, quia saepe audiuimus, ...sensum accepimus.- Agendo mo-desta modesti et fortia fortes efficiuntur) y de II, 4, 3-6 (cap. 3 de la edicinde Bekker) (Praeterea nequaquam simile est in artibus et uirtutibus.- Ut ergoillorum corporibus non bene cnt, qui ita curantur, sic nec illorum animis, quiita philosophantur.). Veis en estas palabras, aade Bruni sencillamente, laelegancia, la variedad y la abundancia mediante los adornos no slo de laspalabras sino tambin de los pensamientos.

    16. En ltimo lugar estn un sexto y sptimo ejemplos de la Poltica deAristteles. En los libros de la Poltica, comienza diciendo Bruni, Arist-teles es mucho ms abundante. En efecto, puesto que el contenido es civil yapto para la elocuencia, casi ningn pasaje lo elabora l sin ornamentacin nicolorido retricos, de tal manera que a veces intenta alcanzar incluso el inge-nio propio del orador en el uso de las palabras. As sucede en el sptimo li-bro de la Poltica [VII, 1, 3]: Videmus homines adquirere... non uirtutes ex-temis bonis.- Moribus uero intelligentiaque deficiant. Y en otro pasaje [VII,5, 7 (VI, 8), con lo que se cierra la serie de ejemplos] dice as sobre la magis-

  • 220 Maurilio Prez Gonzlez

    7 (VI, 8) 28, damit schlieBt dic Reihe der Beispiele] de magistratu qui custo-diae reorum praesit sic inquit: Contingit vero ul boni quidem viri maximehunc magistratum devitent, pravis autem nequaquam tutum sil illum commit-tere, cum ipsi potius indigeant custodia et carcere quam alios debeant custo-dire.

    17. Pleni sunt Platonis Aristotelisque libri exornationum huiusmodi acvenustatum, quas longum nimis foret per singula consectari. Lector certe, simodo eruditus disciplina sit, faciliter ea deprehende. His vero exemplisabunde patet neminem posse primi auctoris maiestatem servare, nisi ornatumillius numerositatemque conservel. Dissipata namque et inconctnna traductioomnem protinus laudem et gratiam primi auctoris exterminat. Ex quo scelusquodammodo inexpiabile censendum est hominem non plane doctum et ele-gantem ad transferendum accedere.

    II

    1. Quoniam illa quae habere oportet interpretem ostendimus ac repre-hensiones artificum ex opere ipso, si non recte fecerint, merito nasci docui-mus, videamus nunc tandem unum aliquem locum illius interpretationis. Exco namque totum genus transationis cius poterimus intelligere et, utrum re-prehensionem aul laudem mereatur 29, iudicare.

    2. Aristoteles in libro Politicorum quarto (utriusque enim operis idemfuit traductor, nec refert ex illo vel ex hoc exempla sumantur), Aristoteles er-go in libro Politicorum quarto docet 30: Solere potentes et magnos in civitatehomines simulare interdum quaedam ac dolose praetexere ad multitudinem po-puli excludendam a rerum publicarum gubernatione. Esse vero illa in quibusista simulatione utuntur quinque numero: condones, magistratus, judicia, arma-uram, exercitarionem. Poena enim magna constituta adversus divites, ns con-tioni intersint, nisi tnagstratus gerant, nisi in judicio cognoscanr, nisi arma pos-sidean, nisi ad bellicos usus exerceantur. Per huiusmodi poenam ad istafacienda divites compellun; at pauperibus nullam in bis rebus poenam cons-tituunt, quasi parcentes eorum tenuitati. Haec enim praetexitur causa, sed revera hoc agunt, quo illi impunitate permissa a gubernatione rei publicae sedisiungan. Poena siquidem remota, nec exercere se ad bellicos usus multitu-do curabit nec arma possidere volet, cum liceat per legem impune illis carere,

    25 1323b.29 ,nereturen varios nos.~ Arist. FoL IV, III, 6-7. Vid, tambin supra, n. 17 del texto latino.

  • Leonardo Brun y su tratado De interpretatione recta 221

    tratura que se ocupa de la vigilancia de los reos: Sucede que los hombresbuenos a todas luces evitan esta magistratura con todas sus fuerzas, pero deningn modo es seguro confiara a los perversos, puesto que stos mismosnecesitan vigilancia y crcel antes que el deber de vigilar a los dems.

    17. Los libros de Platn y Aristteles estn llenos de adornos y elegan-cias de este tipo, que sera demasiado largo analizar uno por uno. Sin duda ellector los descubrir fcilmente, si posee erudicin. Pero por los citadosejemplos est suficientemente claro que nadie puede conservar la grandezadel autor primero, si no conserva al tiempo su ornato y ritmo. En efecto, unatraduccin deshilvanada y tosca elimina consecuentemente todo el mrito yencanto del autor original. Por lo cual se ha de considerar un delito en ciertomodo inexpiable que un hombre no muy instruido ni de buen gusto se dedi-que a traducir.

    II

    1. Puesto que hemos manifestado lo que al traductor le conviene po-seer y hemos ilustrado que las criticas a los autores de traducciones provie-nen con razn de su propia obra, en el caso de que no hayan actuado correc-tamente, analicemos ahora finalmente algn pasaje de aquella traduccon:con el podremos comprender toda la naturaleza de dicha traduccin y juzgarsi merece criticas o alabanzas.

    2. Aristteles en el libro cuarto de la Poltica (pues el traductor de lasdos obras fue el mismo 8 y no importa que se tomen ejemplos de aqulla o desta), pues bien, Aristteles en el cuarto libro de la Poltica expone: Loshombres poderosos e importantes de la ciudad suelen a veces ocultar ciertosasuntos y encubrirlos artificiosamente para excluir del gobierno de los intere-ses pblicos a la mayora del pueblo. Los asuntos en los que usan de ese en-gao son cinco en nmero: las asambleas, las magistraturas, los tribunales, elarmamento y el ejercicio fsico. En efecto, se ha establecido un severo castigocontra los ricos que no asistan a la asamblea, ni desempeen magistraturas, nipronuncien sentencia en un juicio, ni posean armas, ni se ejerciten en las ar-tes blicas. Mediante un castigo de este tipo empujan a los ricos a efectuaresas funciones; pero para los pobres no establecen ningn castigo en estosasuntos, como si les perdonasen su pobreza. As pues, se alega esta causacomo pretexto, pero en realidad se hace para que los pobres, concedida talimpunidad, se desentiendan del gobierno del Estado. Si efectivamente estexenta de castigo, la multitud no cuidar ejercitarse en las artes blicas niquerr poseer armas, puesto que por ley se le permite impunemente carecer

    Vid supra, n. 1 de la traduccin.

  • 222 Maurilio Prez Gonzlez

    nec magistratum geret pauper, si id putabil damnosum, cum sit in eius arbi-trio gerere vel non gerere. Onus quoque iudicandi saepe vitabil, si nequeatcompelli, ac tempus rebus suis libentius impendet quam publicis consiliis.Atque ita fit ut tenuiores quidem homines sub praetextu ac velamento remis-sionis poenarum sensim ac latenter a re publica excludantur, apud divites au-tem et opulentos remanean adniinistratio et arma et peritia proeliandi. Exquibus potentiores facti quodammodo tenuioribus dominentur.

    3. Haec est Aristotelis sententia, quam prolixius explicare volui, quoclarius intelligeretur illius mens. Nunc autem eius verba praeclare et eleganterin Graeco scripta quemadmodum hic interpres in Latinum converterit ani-madverte; ex hoc enim modus et forma traductionis qua ubique usus in trans-ferendo est manifestissime deprehendetur. Inquit enim interpres noster hocmodo: oAdhuc autem, quaecumque prolocutionis gratia in politiis sapienterloquuntur ad populum, sunt quinque numero: circa congregationes, circaprincipatus, circa praetoria, circa armationem, circa exercitias. Deus immor-taus, quis haec intelliget 31? quis liane interpretationem ac non potius delira-tionem ac barbariem vocitabit? Veniant, quacso, defensores huius interprctiset istos, si possunt, defendant errores vel desinant mihi irasci, si illum repre-hendi. Primum enim, quod inquit prolocutionis gratia sapienter loquunturad populum, quid est, quaeso, prolocutionis gratia loqui? Si enim loquun-tur homines ad populum sapienter gratia prolocutionis, magnum profecto ah-quid debet esse prolocutio. Doce me ergo quid tandem sil. Nam ego id ver-bum numquam audivi hactenus neque legi nec quid importet intelligo. Si inextrema barbarie id verbum in usu est, doce me quid apud barbaros significetprolocutionis gratia loqui. Nam ego Latinus istam barbariem tuam non in-telligo. Si prolocutio est ut prologus et ? Haec enim omnia sunt absurdissima. Atqui quod inquit sapienter lo-quunlur, in Graeco non est loquuntur, sed id verbum ex se ipso inlerpresadiunxit. Deinde quod inquit sapienter, male capit; sophisma enim non

    ~> intelligiten V1. El nos F1 primero escribi intelligit, que despus se corrigi por intelliget.32 interpretarien V2 y V3.

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 223

    de ellas, y el pobre no desempear una magistratura si lo considera petjudi-cial, pues depende de su decisin desempearla o no desempearla. Muchasveces incluso evitar la pesada carga de ser juez, si no puede ser obligado, yemplear su tiempo de mejor gana en los asuntos privados que en las delibe-raciones pblicas. Y as sucede que indudablemente los ms pobres son ex-cluidos del Estado gradualmente y en secreto bajo el pretexto y el disimulode la disminucin de los castigos, en tanto que la administracin, las armas yla destreza para combatir permanecen entre los ricos y acaudalados. De aquque stos sean cada vez ms poderosos y dominen en cierto modo a los mspobres.

    3. Esta es la opinin de Aristteles, que he querido exponer con sufi-ciente amplitud para que su pensamiento se comprendiese con mayor clari-dad. Pero obsrvese ahora de qu modo este traductor verti al latn sus pa-labras escritas en griego con brillantez y elegancia, pues de esto se colegirmuy claramente el modo y la forma de la traduccin que por lo general l hutilizado en el proceso de traducir. Nuestro traductor, en efecto, dice as:Adhuc autem, quaecumque prolocutionis gralia in politiis sapienter loquun-tur ad populum, sunt quinque numero: circa congregationes, circa principa-tus, circa praetoria, circa armationem, crca exercitia % Dios sempiterno,quin puede entender esto? Quin la denominar traduccin y no ms biendemencia y barbarie? Que vengan, por favor, los defensores de este traductory, si son capaces, defiendan tales errores, o permtanme dejarme llevar por laira, si lo critiqu. As, en primer lugar, cuando dice prolocutionis gratia sa-pienter loquuntur ad populum, qu es, por favor, prolocutionis gratia lo-qui? Pues silos hombres hablan sabiamente ante el pueblo gratia prolocu-tionis, sin duda debe ser algo grande la prolocutio. As pues, ensamequ es, en fin de cuentas. Yo nunca hasta ahora he oido o leido esta palabra,ni s qu significa. Si esta palabra se usa en la ms remota barbarie, ensamequ significa prolocutionis gratia loqui entre los brbaros. Pues yo, que soylatino, no comprendo esta barbarie tuya. Si prolocutio es lo mismo queprologus y pnrmiums, no es posible que sea apropiada, pues no se hablaal pueblo para hacer un proemio o un prlogo, sino que el proemio y el pr-logo se emplean para hacer un discurso. Y si tal vez quieres decir que prolo-cutionis gratia es lo mismo que gratia deceptionis et simulationis>, qudiablos es, en fin de cuentas, este tan spero e inusitado discurso tuyo, cuan-do a la simulatio la llamas prolocutio y dolose conferre lo interpretascomo sapienter loqui? Pues bien, todo esto es muy absurdo. Por otra parte,cuando dice sapienter loquuntur, en griego no est loquuntur, sino que eltraductor aade esta palabra de su propia cosecha. Adems, cuando dice sa-

    Aunque este texto tiene sentido completo, hemos preferido no traducirlo, puesto queBruni lo comenta acto seguido. Pero s queremos subrayar que el comentario de Bruni nos pa-rece algo tendencioso por cuanto que est basado en el significado clsico de las palabras.

  • 224 Maurilio Prez Gonzlez

    sapientiam, sed . Praetexitur enim causa et dolose confingilur, cum aliudagitur, aliud simulatur. Agitur enim re vera ul tenuiores exeludantur a rei pu-blicac gubernatione, simulatur vero pro eorum commodis illa fien propterquae excludunlur.

    4. Quod autem postea subicit circa congregationem>, absurdissimumcst; verbum cnim Graecum conlionem significal, non congregationem>.liifferunt autem plurimum mIer se. Nam congregatio est etiam bestiarum,unde gregem dicimus; contio> autem propie es multitudo populi ad dc-cernendum de re publica convocala, et ita verbum in Graeco significal. Ita-que non recte transtulil, cum aliud pro alio posuerit nec vim servaverit Grae-ci verbi. Sed hoc veniale peccalum est.

    5. Ast illud nequaquam venia dignum, quod subicil

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 225

    pienter> comprende mal, pues sophisma no significa sapientia>, sino de-ceptio et cavillatio>. Por consiguiente, unas veces l mismo aade de su pro-pia cosecha, otras comprende mal el griego, otras traduce mal en latn, ya queen vez de haber dicho prolocutionis gratia debi decir sub praetextu ah-quo et simulatione. As pues, el motivo se urde y se forja con engao, al ha-cerse una cosa pero fingirse otra. Pues en realidad, [en este pasaje] se hablade que los ms pobres quedan excluidos del gobierno del Estado, pero se fin-ge que por su inters se hace aquello por lo que son excluidos.

    4. Y es totalmente absurdo que despus aada circa congregationem.En efecto, la palabra griega significa contio, no congregatio. Ambas se di-ferencian mucho entre si, pues congregatio se aplica tambin a los anima-les, de donde decimos grex; pero contio es propiamente una multitud degente convocada para tomar una decisin relativa a los asuntos pblicos, y lomsmo significa la palabra en griego. As pues, no tradujo correctamente,puesto que puso una palabra en lugar de otra, ni conserv la esencia de la pa-labra griega. Pero esto es un pecado venial.

    5. En cambio, en modo alguno es digno de perdn que aada crcapraetoria, pues donde dice praetoria debi decir iudicia. En efecto, deci-mos iudicium furti, no praetorium furti, y res iudicata, no praetorala, yprobationes in iudicio facas y iudicium de dolo malo. En suma, dicas-tes en griego es iudex en latn;

  • 226 Maurilio Prez Gonzlez

    puerilia sunt; armalionem enim non satis usitate dicimus; exercitia> verocuneta penitus opera sine ulla distinctione importan. Aristoteles autem hocita ponit, ul exercitationes corporum ad bellicos usus designel.

    8. Post haee resumens quae prius enumeraverat, in hune modum verbasubicit ~ Circa congregationem quidem: licere omnibus congregationi inte-resse, damnum aurem imponi divitibus, si non intersine congregationi, vel solisvel multo maius. Circa principatus aulem: habenribus quidetn honorabilitatemnon licere abjurare, egenis autem licere. Circa praetoria vero: divitibus quidemsse damnum, si non discutiant, egenis autem licentiam, vel his quidem mag-num damnum, his autem parvumn. Eodem modo el de possidendo arma el deexercitari leges ferunt: egenis quidem hect non possidere, divitibus autemdamnosum non possidentibus. Et si non exerceantur, his quidem nullumdamnum, divitibus autem damnosum, ut hi quidem propter damnum parlici-pen, hi aulem propter non timere non participent. Haec quidem igitur suntcligarchica sophistica legislation&. O Aristotehis elegantiam, qui tanto sludiode arte rhetorica scripsit, qui tanto splendore tantoque ornatu libros suos re-fersit! Istane tam balbutientia 35. 1am absurda, tam muta in Latino illi reddun-mr, tU pr&ocutiones, ut honorabilitates, ut propter non discuti etpropter non scribi, ut ohigarchica sophistica legislationis el huiusmodiportenta verborum dicantur, quae vix in pueris primas diseentibus literas to-lerabilia foren?

    9. Sed missas faciamus querelas clin illa ineptitudine loquendi erroresinsuper videamus. Quod inquit damnum imponi divitibus, si non intcrsintcongregalioni, non damnum, sed opoenam dicendum fuil. Licet enimdamnatio poenam importet, lamen aliud est . Namdamnum et fures afferunt el aves el quadrupedes, poena vero a lege imponi-tur, si contra quis faciat quam iussit. Nec etiam eongregationi diecndumfuit, sed contionio.

    10. Quod vero postea subicil habentibus honorabilitatem non licereabjurare principatus, tija hie sun (honorabilitas et principatus> el abju-rare>), quorum singula vitiose sunt posita. De principalu ostensum est su-pra evidenissimis probationibus non principatus, sed magistratus esse di-cendum. Nunc autem de honorabilitate el abiuratione videamus. Quaeroigitur quid velil dicere honorabilitaem habentibus non licere abiurare.1.Jtrum, si sint pcrsonae honorabiles ceu equiles et nobiles, abiurare non pos-sunt, mereatores autem et populares possunt, licet ditiores sint equitibus elnobilibus? Ve! quomodo se hace habent? Nam si ad honorem lex rcspicit,non ad divitias, nobiles etiam, si smI egeni, magistratus gerere compellentur,

    ~ Vid. supra, n. 17 del texto latino.~ balbutientia slo enel nos V, del que ya se ha dicho que es el ms importante.

  • Leonardo Bruni y su tratado De interpretatione recta 227

    dos puerilidades. En efecto, armalio raras veces lo aplicamos conforme aluso regular; y absolutamente todos los trabajos sin distincin alguna implicanexercitia. Pero Aristteles emplea esta palabra de tal manera, que designalos ejercicios corporales para las artes blicas.

    8. Al resumir despus las cuestiones que antes haba enumerado, aadelas siguientes palabras: Sobre la asamblea: a todos les est permitido asistir ala asamblea, pero a los ricos se les impone un castigo si no asisten a ella,solos o en grupo. Sobre el principado: a los pudientes no les est permitidorenunciar a la honorabilidad, pero a los pobres les est permitido. Y sobrelos procesos: para los ricos hay un castigo si no se pronuncian, pero para lspobres hay libertad, o bien para aqullos hay un gran castgo, en tanto quepara stos es pequeo. Del mismo modo, respecto a la posesin de armas y aladiestramiento por medio de ejercicios las leyes dicen: a los pobres no les es-t permitido poseerlas, pero a los ricos se les castiga si no las poseen. Y si nose adiestran, para stos no hay ningn castigo, pero a los ricos se les castiga,con el fin de que stos efectivamente participen por causa del castigo y aqu-llos no participen por no temerlo. As pues, stas son sin duda capciosascuestiones oligrquicas de la legislacin. Oh, elegancia de Aristteles, quecon tanto afn escribi sobre el arte de la retrica, que de tanto esplendor ybelleza estilstica colm sus libros! Se le atribuyen a l en latn trminos tanbalbucientes, tan absurdos, tan inexpresivos que llega a decir prolocutio-nes>, propter non discuti y propter non scribi, oligarchica sophistica le-gislationis y otras monstruosidades verbales de este tenor, que apenas seriantolerables en los nios que aprenden las primeras letras?

    9. Pero dejemos a un lado los reproches expuestos y examinemostodava errores de expresin en medio de tal ineptitud. Cuando dice dam-num mponi diuitibus, si non intersit congregalioni, no debi decir dam-num, sino poena. En efecto, aunque la condena implica un castigo, sin em-bargo una cosa es damnum y otra poena. Pues dao lo ocasionan losladrones, las aves y los cuadrpedos, pero el castigo lo impone la ley, si al-guien acta contra lo que ella manda. Tampoco debi decir congregatio, si-no contio.

    10. Cuando despus aade habentibus honorabilitatem non licereabiurare principatus, en esta frase hay tres palabras (honorabilitas, princi-patus y abiurare), cada una de las cuales se ha empleado mal. Sobre prin-cipatus he manifestado ms arriba mediante argumentos muy evidentes queno debi decir principatus, sino magistratus. Juzguemos ahora sobre ho-norabilitas y abiuratio. Pues bien, me pregunto qu quiere decir honora-bilitatem habentibus non licere abiurare. En el caso de que se trate de perso-nas honorables, como los caballeros y los nobles, stos no puedenrenunciar, pero los mercaderes y las personas corrientes s pueden, aunquesean ms ricos que los caballeros y los nobles? O cmo se explica esto?Pues si la ley atiende al honor, no a las riquezas, los nobles tambin estarn

  • 228 Maurilio Prez Gonzlez

    ignobiles vero, quamvis smI ditissimi, renuntiare poterunt. Nam hect divitessint, non habent honorabiliatem. Vel dicemus pauperem quidem habere ho-norabilitaem, si bonus sit, divitem autem, si sil improbus, non habere? Atquihonorabilem esse constat bonum virum, quamvis sit pauper, vituperabilemaulem malum, quamvis sil dives. Qui vero honorabilis est, eum honorabilita-tem habere negari non potes. Quod si hace ita sunt, cur inquil habentibushonorabilitatcm non licere, egenis autem liecre, quasi eontrarii sint honora-biles et egeni?

    11. Quid ad hace respondebit interpres noster? Nihil profecto quodrecum sit. Nam dato uno inconveniente pIura sequuntur. Interpres entm nos-ter proper ignoraniam linguae honorabilitatem dixit quod censum dice-re debebal. Es aulem census valor patrimonii, quem iste sulto et imperito elinusitato vocabulo honorabilitaem nuncupavit. Ex hoc autcm verbo, quodinconvenienter ab honore traxil, mille, ut ita dixerim, inconvenientia seque-rentur. Sed non , dubito nc ver-bum abiurare non recle sil positum; praepositio enim ad verbum , deicrare,abiurare. Sallustius de Sempronia creditum abiuraveral; caedis consciafueral ~.Abiurare creditum es falso iuramento se a pecunia credita defen-dere. Itaque abiurare magistratum esset falso iuramento magistratum nega-re, quod non cadit in praesenti sententia.

    ~< Los datos que siguen parecen tomados de Liu.. 1,42.5 1,43.8.~ Vid supra, n. 33 deI texto latino.~ Vid. Sal. (jatil. 25.

  • Leonardo Bruniy su tratado De interpretatione recta 229

    obligados a ejercerlas magistraturas en el caso de que sean pobres, pero los ple-beyos podrn renunciar aunque sean riqusimos, pues no tienen honorabilidadaunque sean ricos. O diremos que el pobre tiene efectivamente honorabilidad,si es bueno, y que el rico no la tiene, si es malvado? Sin duda, es evidente que elhombre bueno es honorable, aunque sea pobre, y que el malvado es vitupera-ble, aunque sea rico. Y no puede negarse que, quien es honorable, tiene honora-bilidad. Si esto es as, por qu l dice habentibus honorabilitatem non licere,egenis autem licere, como si honorables y pobres fuesen contrarios?

    11. Qu responder a esto nuestro traductor? Con seguridad nada quesea correcto, pues, tras haber cometido una equivocacin, siguen otras muchas.En efecto, por desconocimiento de la Lengua nuestro traductor dijo honorabili-tas cuando deba decir census. El censo es el valor del patrimonio, al que esehombre llam honorabilitas con un vocablo estpido, impropio e inusitado, Yde esta palabra, que inadecuadamente l deriv de honos, resultarn mil in-congruencias, por as decirlo. Mas no debi decir bonorabilitas, sino cen-sus: ste es el nombre conveniente y que corresponde al griego con exactitud,en tanto que , creando por smismo una palabra que nadie antes haba empleado.

    12. Cuando dice licere abjurare rnagistratum, dudo que la palabraabiurare se haya empleado correctamente, pues el preverbio aadido alverbo ~, como en periurare,deicrare, abiurare>. Con respecto a Sempronia, Salustio abiuraucral cre-dilum, pues ella haba sido cmplice de un crimen. Abiurare credituni eslibrarse de la deuda contrada con falso juramento.