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 Maurice Ravel y Miguel de Cervantes: Trois chansons de Don Quichotte à Dulcinée Juan José PASTOR COMÍN Universidad de Castilla-La Mancha / Cátedra Cervantes Durante su estancia en Barcelona don Quijote tiene la oportunidad de entrar en una imprenta y allí reflexionar sobre la notable recepción que sus aventuras han tenido entre sus contemporáneos (  Don Quijote, II, LXII) 1 . Poco después, Cervantes dará carta de naturaleza en su relato a un personaje apócrifo, al don Álvaro de Tarfe de Avellaneda que, confuso ante el verdadero hidalgo, confiesa su admiración por el don Quijote que creyó haber conocido en Zaragoza, así como su desprecio por el poco agraciado escudero que en su camino le acompañaba (  Don Quijote, II, LXXII). A través de estas situaciones conducidas al extremo, nuestro autor nos propone la más radical y moderna reflexión sobre la capacidad que las grandes obras tienen de engendrar en los ingenios de todos los tiempos nuevas obras que a su vez, si son felices, engendrarán nuevas obras y éstas a su vez otras nuevas… Cervantes no conoció el cine, pero de haberlo llegado a conocer, a buen seguro que hubiera sentado a su personaje en una butaca, tal y como hiciera Orson Wells con su  Don Quijote, y le hubiera puesto al corriente de cada uno de los innumerables esfuerzos que han tratado de prolongar la inventiva literaria de sus aventuras. Quizás de este modo se hubiera acercado a la versión pesimista, y muy sensible a su trágico contexto histórico, del austriaco Wilhelm Pabst (  Don Quichotte,  1933, creada para el  bajo ruso Féodor Chaliapin) 2  y para la que Ravel compuso una partitura que jamás se 1  “Pasó adelante y vio que asimesmo estaban corrigiendo otro libro; y, preguntando su título, le respondieron que se llamaba la Segunda parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, compuesta por un tal vecino de Tordesillas. –Ya yo tengo noticia deste libro –dijo don Quijote–, y en verdad y en mi conciencia que pensé que ya estaba quemado y hecho polvos, por impertinente; pero su San Martín se le llegará, como a cada puerco, que las historias fingidas tanto tienen de buenas y de deleitables cuanto se llegan a la verdad o la semejanza della, y las verdaderas tanto son mejores cuanto son más verdaderas” (  Don Quijote, II, LXII, 1145). 2  Sobre el trabajo de Pabst vid. Amengual (1966), Fernández Colorado (2000), Fernández Cuenca (1967), Gebauer (1967), Rapisarda (1978). Recogemos aquí su ficha técnica. Año: 1933. Dirección: Georg- Wilhelm Pabst. Guión: Alexandre Arnoux (diálogos), Paul Morand (adaptación) y Georg-Wilhelm Pabst. Producción: Nelson, Vandor y Webster. Fotografía: Nicolas Farkas y Paul Portier. Música: Jacques Ibert. Dibujos animados de los títulos de crédito: Lotte Reiniger Montaje: Hans Oser. Decorados: Andrej Andrejew. Figurines: Max Pretzfelder. Reparto de la versión alemana: Feodor Chaliapin Sr. (Don Quijote), Mady Berry (Sancho Panza), René Donnio (Sansón Carrasco) y Arlette Marchal. Reparto de la versión francesa: Feodor Chaliapin Sr. (Don Quijote), Dorville (Sancho Panza), René Donnio (Sansón Carrasco), Renée Valliers (Dulcinea), Mady Berry (mujer de Sancho), Mireille Balin (Sobrina), Jean de Limur (Duque), Vladimir Sokoloff (Rey de los gitanos), Charles Martinelli (Jefe de alguaciles), Arlette Marchale (Duquesa), Genica Athanasiou (Ama), Léon Larive (Ventero), Pierre Labry (Ventero), Louis Mafer y Charles Léger. Reparto de la versión inglesa: Feodor Chaliapin Sr. (Don Quijote), George Robey (Sancho Panza), René Donnio (Sansón Carrasco), Renée Valliers (Dulcinea), Emily Fitzroy (mujer de Sancho), Sidney Fox (Sobrina), Miles Mander (Duque), Wally Patch (Rey de los gitanos), Oscar Asche (Jefe de alguaciles), Lydia Sherwood (Duquesa) y Frank Stanmore (Cura). Duración: 73 minutos en la

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  • Maurice Ravel y Miguel de Cervantes: Trois chansons de Don Quichotte Dulcine

    Juan Jos PASTOR COMN

    Universidad de Castilla-La Mancha / Ctedra Cervantes

    Durante su estancia en Barcelona don Quijote tiene la oportunidad de entrar en

    una imprenta y all reflexionar sobre la notable recepcin que sus aventuras han tenido entre sus contemporneos (Don Quijote, II, LXII)1. Poco despus, Cervantes dar carta de naturaleza en su relato a un personaje apcrifo, al don lvaro de Tarfe de Avellaneda que, confuso ante el verdadero hidalgo, confiesa su admiracin por el don Quijote que crey haber conocido en Zaragoza, as como su desprecio por el poco agraciado escudero que en su camino le acompaaba (Don Quijote, II, LXXII). A travs de estas situaciones conducidas al extremo, nuestro autor nos propone la ms radical y moderna reflexin sobre la capacidad que las grandes obras tienen de engendrar en los ingenios de todos los tiempos nuevas obras que a su vez, si son felices, engendrarn nuevas obras y stas a su vez otras nuevas Cervantes no conoci el cine, pero de haberlo llegado a conocer, a buen seguro que hubiera sentado a su personaje en una butaca, tal y como hiciera Orson Wells con su Don Quijote, y le hubiera puesto al corriente de cada uno de los innumerables esfuerzos que han tratado de prolongar la inventiva literaria de sus aventuras. Quizs de este modo se hubiera acercado a la versin pesimista, y muy sensible a su trgico contexto histrico, del austriaco Wilhelm Pabst (Don Quichotte, 1933, creada para el bajo ruso Fodor Chaliapin)2 y para la que Ravel compuso una partitura que jams se

    1 Pas adelante y vio que asimesmo estaban corrigiendo otro libro; y, preguntando su ttulo, le respondieron que se llamaba la Segunda parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, compuesta por un tal vecino de Tordesillas. Ya yo tengo noticia deste libro dijo don Quijote, y en verdad y en mi conciencia que pens que ya estaba quemado y hecho polvos, por impertinente; pero su San Martn se le llegar, como a cada puerco, que las historias fingidas tanto tienen de buenas y de deleitables cuanto se llegan a la verdad o la semejanza della, y las verdaderas tanto son mejores cuanto son ms verdaderas (Don Quijote, II, LXII, 1145). 2 Sobre el trabajo de Pabst vid. Amengual (1966), Fernndez Colorado (2000), Fernndez Cuenca (1967), Gebauer (1967), Rapisarda (1978). Recogemos aqu su ficha tcnica. Ao: 1933. Direccin: Georg-Wilhelm Pabst. Guin: Alexandre Arnoux (dilogos), Paul Morand (adaptacin) y Georg-Wilhelm Pabst. Produccin: Nelson, Vandor y Webster. Fotografa: Nicolas Farkas y Paul Portier. Msica: Jacques Ibert. Dibujos animados de los ttulos de crdito: Lotte Reiniger Montaje: Hans Oser. Decorados: Andrej Andrejew. Figurines: Max Pretzfelder. Reparto de la versin alemana: Feodor Chaliapin Sr. (Don Quijote), Mady Berry (Sancho Panza), Ren Donnio (Sansn Carrasco) y Arlette Marchal. Reparto de la versin francesa: Feodor Chaliapin Sr. (Don Quijote), Dorville (Sancho Panza), Ren Donnio (Sansn Carrasco), Rene Valliers (Dulcinea), Mady Berry (mujer de Sancho), Mireille Balin (Sobrina), Jean de Limur (Duque), Vladimir Sokoloff (Rey de los gitanos), Charles Martinelli (Jefe de alguaciles), Arlette Marchale (Duquesa), Genica Athanasiou (Ama), Lon Larive (Ventero), Pierre Labry (Ventero), Louis Mafer y Charles Lger. Reparto de la versin inglesa: Feodor Chaliapin Sr. (Don Quijote), George Robey (Sancho Panza), Ren Donnio (Sansn Carrasco), Rene Valliers (Dulcinea), Emily Fitzroy (mujer de Sancho), Sidney Fox (Sobrina), Miles Mander (Duque), Wally Patch (Rey de los gitanos), Oscar Asche (Jefe de alguaciles), Lydia Sherwood (Duquesa) y Frank Stanmore (Cura). Duracin: 73 minutos en la

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    lleg a utilizar. Una obra en la que el protagonista muere al mismo tiempo que se quema su librera, en transparente metfora de la hoguera que la Alemania nazi haba escenificado, ese mismo ao, con los libros que consideraba subversivos. Chaliapin3 haba sido la voz que en 1910 estren la pera Don Quichotte de Jules Massenet4, por lo que su persona ya arrostraba una notable carga semntica tanto en el mbito visual como en el musical. La pelcula de Pabst, sin embargo, supo liberarse de todo lastre intertextual al menos de ste- y ha sido sin duda una de las ms apreciadas en la historia del cine tanto por su originalidad como por su potica visin. Tras considerar la posibilidad de que compositores como Falla, Milhaud o Delannoy pusieran msica a la cinta, Pabst pidi a Ravel que escribiera varias canciones para el bajo ruso: sin embargo stas no fueron finalmente incluidas y la pelcula se present con

    versin inglesa y 82 minutos en la francesa. Pabst quiso convertir la suprema aspiracin y el desconcierto melanclico del Quijote en un drama memorable. Sin comedimiento, plante un largometraje ambicioso, pero tuvo que renunciar a numerosas secuencias por falta de capital. Tampoco fue fcil su labor con los actores. En este sentido, Freddy Buache considera que el punto dbil de Don Quichotte radica en un reparto descompensado: Chaliapin eclipsa a todos los intrpretes. Pabst se conforma con destacarlo a l y parece desinteresarse de los dems, que son insulsos y artificiosos, bufonescos y ridculos. En el captulo de los aciertos, hay que agradecer un simbolismo de lectura muy exacta. Pensemos, por ejemplo, en la hoguera donde arden los libros de Alonso Quijano: una decisin inquisitorial, transubstanciada en la quema de obras degeneradas por parte de los nazis. A ttulo documental, los criterios expuestos hasta ahora son tiles pero tienen fecha de caducidad. Incurren en ciertos dogmatismos teatralidad, envaramiento ante los que el entendido contemporneo se alza de hombros. Recordemos que Pabst es visto a la hora actual como un maestro de una sutileza extrema. Y si bien puede haber alguien disconforme con su mtodo esttico, mucho ms larga sera la nmina de los modernos estudiosos que lo aplauden sin reserva y que disculpan fallos como los citados. Para confirmar tal actitud, basta con remontarse a las opiniones vertidas por Benjamn Jarns en 1936. Detengmonos de modo especial en la siguiente: en la composicin y orquestacin de su obra, ha querido Pabst diferir de Cervantes, y en esto consiste, a mi entender, su ms alta excelencia. Aade Jarns que de la lnea meldica del Quijote cervantino, de la sencilla trama pica en la que a trechos se prenden graciosos arabescos Pabst hace un todo sinfnico, un haz de vidas cuyos procesos se mezclan, se explican unos por otros, avanzan hasta el fin, claramente empujados desde abajo por sus naturales estmulos (Jarns, 1936: 189-191). 3 Sobre Chaliapin vid. Borovsky (1982: 27) y Borovsky (1988). 4 Definida como comdie-hroue en cinco actos, con libreto de Henry Cain, esta pera de Massenet se basaba sobre la obra de Jacques Le Lorrain Le chevalier de la longue figure, escrita en 1904. Fues estrenada en Montecarlo, el 19 de febrero de 1910. En palabras de Rodney Milnes, Don Quichotte is the most successful of the six operas commissioned from Massenet by Raoul Gunsbourg for the Opra de Monte Carlo. The title role was written for Shalyapin, a regular guest artist in Monaco, about whom Massenet was distinctly cool in his Souvenirs; the composer much preferred Vanni-Marcoux, who sang the role in Paris at the Gat Lyrique later the same year, with Lucien Fugre, another of his favourite singers, as Sancho. In both productions Dulcine was sung by Lucy Arbell, the young mezzo with whom Massenet was infatuated. Both Shalyapin and Vanni-Marcoux left substantial recorded extracts. The opera maintained a precarious hold on the repertory after World War II, mainly as a star vehicle for Slavonic basses in the Shalyapin tradition (Boris Christoff, Miroslav angalovi), and has since seen an upsurge in popularity both with audiences and with such basses as Ruggero Raimondi and Samuel Ramey. There is a good complete recording with Nicolai Ghiaurov, Gabriel Bacquier and Rgine Crespin (1978) (Milnes, 2003). Vid. el monogrfico dedicado a esta obra en Lavant Scne-Opra, n 93 (1986, diciembre). Vid. el artculo de Loppert (1996:1488-1490), donde resea la representacin que tuvo lugar en el London Coliseum, English National Opera, el 15 de octubre de 1996 bajo la direccin de Emmanuel Jol y Richard Van Allan como Don Quijote, Sally Burgess como Dulcinea y Nicholas Folwell como Sancho.

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    la banda sonora de otro msico francs, Jacques Ibert. Varias son las razones que se han dado a esta notable ausencia: por un lado, algunos estudios como los de Roland-Manuel (1938: 130), Orenstein (1991) y Rollo (1960: 211-212) se inclinan por subrayar que los efectos de la enfermedad mental de Ravel y el deterioro de sus facultades mentales le impidieron concluir a tiempo la partitura para su montaje. Recordemos en este sentido que Ravel, con la edad de cincuenta y seis aos haba sufrido los sntomas tpicos de la demencia senil vinculada al Alzheimer (afasia, anomia, amusia y apraxia) y que morira en 1937 en una desgraciada intervencin cerebral. Otros autores como Morand consideran que el carcter conservador de Chaliapin, as como su alejado estilo vocal, llevaron al director a arrinconar la partitura en beneficio de un trabajo ms meldico y popular de Ibert. Actitud que no deja de describir en trminos bastante duros:

    Les bandits cinmatographiques qui lui avaient demand la musique de Don Quichotte la refusirant (pour la demander Jacques Ibert) disant quelle tait mdiocre et que personne navait entender parler de Ravel (Guitard-Auviste, 1981: 181).

    Sea como fuera, hay que decir que para Ibert esta intervencin supuso un lugar importante en su carrera: al margen de su contribucin a la banda sonora, parte del material le sirvi para escribir en 1935 el poema coreogrfico Le chevalier errant, para solista, coro y orquesta, as como una encantadora Sarabande pour Dulcine para orquesta, obra que sirvi de msica incidental para una homenaje suizo cervantino en 19425. As pues, la pelcula fue presentada con el trabajo de Ibert, que compuso cuatro canciones (Quatre chansons, 1933)6 sobre un texto del poeta renacentista Pierre

    5 Sobre Ibert vid. el trabajo de Hartmann (1994), Grard (1967) y, especialmente, el catlogo revisado y comentado de Laederich (1998). Resulta igualmente fundamental el catlogo de la exposicin realizada con motivo del centenario de su nacimiento en la Biblioteca Nacional de Francia, del 16 de octubre al 15 de diciembre de 1990. 6 Para Laederich: Les Chansons de Don Quichotte sont extraites du film du mme nom ralis par l'autrichien Wilhem Pabst et tourn Nice en septembre 1932. La musique devait, en plus de passages symphoniques, contenir des chansons dont les producteurs avaient dcid de confier l'interprtation la clbre basse russe, Fodor Chaliapine (1873-1938) : plusieurs compositeurs avaient t pressentis pour crire cette musique, sur des textes de Paul Morand et Alexandre Arnoux. Il semble qu'une mauvaise gestion des organisateurs ait fait de l'un d'eux, Maurice Ravel, une victime : il composa la fin de l't 1932 trois mlodies, intitules Don Quichotte Dulcine mais elles ne furent pas utilises pour le film. Jacques Ibert n'en composa pas moins la musique demande, qui comporte les quatre Chansons de Don Quichotte mais aussi la Chanson de Sancho ainsi que des passages symphoniques. L'enregistrement historique, en studio, des quatre chansons, en fvrier 1933 par Chaliapine, sous la direction de Jacques Ibert constitue un prcieux document musical et stylistique. Les pomes ont t crits par Alexandre Arnoux (n en 1893). Homme de lettres, fervent amateur de littrature espagnole, il a publi de nombreuses traductions ou adaptations de Calderon et de Cervants, notamment, du premier, La Vie est un songe, et Le Mdecin de son honneur. L'amiti entre Ibert et Arnoux se concrtisa par une collaboration renouvele trois fois : il y eut d'abord les Chansons de Don Quichotte puis, au dbut de 1935, Le Mdecin de son honneur, dont a t extraite Entr'acte, clbre pice pour flte ou violon et guitare ou harpe. Cette mme anne, la danseuse Ida Rubinstein proposa Ibert une nouvelle cration dont le choix du sujet lui tait confi. Il se fixa donc sur Cervants, revu par Arnoux et composa Le Chevalier errant. La dernire tape du travail commun de Jacques Ibert et Alexandre Arnoux les runit autour d'une pice de ce dernier : Le Cavalier de fer. La musique fut compose Rome en 1946, et deux

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    Ronsard y tres poemas de Alexandre Arnoux. Aunque no es nuestra intencin profundizar en el tratamiento musical que diera Ibert al mito cervantino, s nos acercaremos a l en la medida en que se aleja y contrasta con el empleado por Ravel. Ibert se sirvi, como dijimos de un texto de Pierre Ronsard Chanson du dpart que, sorprendentemente, se acomoda bien a la representacin de la primera salida, donde don Quijote confunde a una venta con un castillo:

    Ce chteau neuf, ce nouvel difice Tout enrichi de marbre et de porphyre Qu'amour btit chteau de son empire o tout le ciel a mis son artifice, Est un rempart, un fort contre le vice, O la vertueuse matresse se retire, Que l'oeil regarde et que l'esprit admire Forant les coeurs lui faire service. C'est un chteau, fait de telle sorte Que nul ne peut approcher de la porte Si des grands rois il n'a sauv sa race Victorieux, vaillant et amoureux. Nul chevalier tant soit aventureux Sans tre tel ne peut gagner la place.

    Esta composicin fue la nica a la que Ibert concedi un tratamiento instrumental ms sencillo (slo cinco instrumentos frente a la orquesta completa del resto del ciclo, aunque fuera posteriormente orquestada por Adriano), tratando as de diferenciar a travs del timbre la intimidad de la creacin potica renacentista de la reflexin potica contempornea. Del resto de canciones. Chanson de Dulcine, Chanson du Duc, Chanson de la mort, simplemente nos centraremos en esta ltima pues acoge, a travs de una discreta instrumentacin flauta, oboe, clarinete, corno ingls, trompeta, timbales, clave y quinteto de cuerdas los momentos finales de la pelcula. Compuesta en forma de habanera, trata de reflejar a travs de este elemento lxico procedente de la danza cierta filiacin hispnica.

    chansons en furent extraites et dites en 1957 : La berceuse de Galiane (pour flte, hautbois, basson, trompette, gong et harpe) et la Complainte de Florinde accompagne la harpe (Laederich, 1998:145) .

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    Es la nica de las canciones que nicamente se escucha, sin que podamos ver, tal y como sucede en otros momentos, al personaje cantar7. Escrita en la menor, esta composicin ofrece un lnguido canto de despedida, una infinita tristeza articulada

    7 El texto cantado es el siguiente: Ne pleure pas Sancho, ne pleure pas, mon bon / Ton matre n'est pas mort, il n'est pas loin de toi / Il vit dans une le heureuse / O tout est pur et sans mensonges / Dans l'le enfin trouve o tu viendras un jour / Dans l'le dsire, O mon ami Sancho! / Les livres sont brls et font un tas de cendres. / Si tous les livres m'ont tu il suffit d'un pour que je vive / Fantme dans la vie, et rel dans la mort / Tel est l'trange sort du pauvre Don Quichotte . Recordemos que fue para Chaliapin para quien fue compuesta esta cancin y, en consecuencia, debe ser subrayado su parentesco con la obra de Massenet. El contenido emotivo de esta escena ha sido recientemente recordado por el bartono francs Armand Arapian, quien relataba la siguiente experiencia : Cela sest pass lors dune production de Don Quichotte Saint Gall. Ctait un matin trs clair de fin dhiver. En entrant dans le thtre, Jean-Philippe Courtis (Don Quichotte) parlait plus que dhabitude, et moi beaucoup moins. Nous devions rpter lacte V, la mort du Grand Chevalier. La gorge dj serre par lmotion aprs lAndante du dbut de lacte, jarrivai tant bien que mal dire ma premire phrase : mon matre, mon Grand ! Dans des splendeurs de songe / Que ton me slve aux cieux, loin du mensonge / Et que ton cur si doux plane dans les clarts / O tout ce quil rva devient ralit . Mais quand Don Quichotte dit Sancho : Sois lultime soutien de celui qui pansa lhumanit souffrante / Et survcut la Chevalerie Errante , un gros sanglot mest venu, et puis un autre. La rptition sarrta l parce que le metteur en scne, les assistants, le pianiste, tout le monde pleurait. Eux pleuraient parce que je pleurais, et moi, peut-tre cause de la majuscule de Chevalerie Errante Laprs-midi, re-belote, les mmes sanglots incrcibles. Nous avons, dans les larmes, avanc la mise en scne de quelque pages, mais quel enfer ! Au lieu des deux services de rptitions prvus, il nous en a fallu six. Nous tions tous bouleverss par le texte et la musique. La distance ? Nous en tions fort loigns Il restait encore une quinzaine de jours de rptitions, et tant bien que mal, je parvenais finir lopra sans craquer. Le metteur en scne trouvait "intressant" que je me retienne sans arrt de pleurer. Mais ce nest pas du thtre ! lui disais-je Ce sont les jeux du cirque 17 mai 1996, premire, soire douverture dun festival, plus un strapontin de libre dans la salle du thtre de Saint-Gall. Ctait une belle reprsentation, nous avions tellement rpt. Nous nous sentions trs libres, sans cette angoisse qui nous prend parfois les soirs de premire. Mais ctait compter sans le cinquime acte... Ce que je craignais arriva : ultime soutien , jai d tourner la tte vers le fond de la scne pour cacher mes pleurs. Cela ne cacha pas grand-chose puisque mon corps tait nouveau secou des mmes sanglots incrcibles. Ensuite, Don Quichotte essaye de consoler Sancho, mais, toujours la recherche dune impossible toile, il se lve, bout de forces titube, et scroule sur un livre gant pos lavant scne. Sancho tente en vain de relever son matre bien-aim et reste terre prs de lui, agripp au corps dj lourd de Don Quichotte, dans un effort drisoire pour retenir la fois la vie qui sen va, et sa raison dtre qui le quitte. Il se passa alors quelque chose dextraordinaire. Etait-ce une erreur dclairage ou une ide de dernire minute du dcorateur ? Quand Don Quichotte dit : Prends cette le quil est toujours en mon pouvoir de te donner ! Un flot azur bat ses grves, elle est belle, plaisante, et cest lle des Rves , la salle sclaira, baigne dans une vague lueur bleue. Ctait tellement inattendu. Jai cru que ctait le fruit de mon imagination : lIle des Rves tait l, devant moi, toute dazur. Jai perdu pied et jai clat de nouveau en sanglots. Et me voil, pleurant devant 1500 personnes, mais pas des pleurs discrets la honte. Cest alors que Don Quichotte-Courtis, le visage baign de mes larmes, me dit avec sa grosse patte sur mon visage : Ne pleure pas, Sancho Je ne suis pas arriv chanter ma dernire phrase comme je lavais prvu. Ce ntait plus du chant, un dchirement. Le succs a t norme. Nous avons eu, Jean-Philippe et moi, huit minutes dacclamations dchanes dun public qui, lui aussi, navait pas pu retenir son motion. Des spectateurs nous attendaient lentre des artistes. Ils smerveillaient tous de ma capacit pleurer sur commande, dune manire qui avait lair tellement vraie. Je me suis bien gard de leur avouer la vrit Nous avons fait quinze reprsentations, et quinze fois il sest pass la mme chose. La distance avec le rle, je nai jamais pu la trouver. Trop impliqu ? Ai-je moi aussi une le des Rves quelque part ? Je ne saurais pas le dire. Mais une question me turlupine depuis : dans quelle proportion le chanteur peut-il, doit-il se laisser aller ? Est-ce vraiment idal de rester froid par rapport au personnage ? A-t-on le droit de montrer, par ses motions soi, le chemin de son motion lui, public ? Pour le moment sans rponse (Bailly, 2005 :22-II).

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    sobre disonancias de segunda y se sirve, en el mbito armnico, de la cadencia frigia tpica de nuestro folclore. Su final, sin embargo, es una puerta abierta a la esperanza, a un nuevo comienzo, dado que la obra concluye con el acorde de La mayor, brillante y optimista e ndice siempre del advenimiento de un nuevo comienzo.

    Ahora bien, y volviendo los ojos a Ravel: en qu consisti su trabajo y cul ha sido su trascendencia, tanto desde el punto de vista de la recepcin literaria como de la creacin musical? De todos es sabido que la forma de proceder de Ravel es extremadamente minuciosa y concisa, siempre dependiente de una elaboracin al piano, especialmente en sus trabajos orquestados. Por otro lado, hay que decir que, para conceder unidad formal a sus composiciones, se sirvi constantemente de modelos rtmicos tomados de la danza, especialmente a las obras vocales, muy poco prodigadas en su repertorio (apenas dieciocho). Don Quichotte Dulcine es, en consecuencia, la cima de obras precedentes como las Cinq mlodies populaires grecques, Shrzade o algunos poemas de Mallarm. Debemos subrayar el gusto de Ravel, desde una perspectiva temtica, por lo raro y esotrico (recordemos los ballets Ma mre loye y Daphnis et Chlo) y en este sentido, el tratamiento potico que Paul Morand dio al tema cervantino comulga bien con las inquietudes de nuestro compositor8. A diferencia de Ibert, que tom como poetas a Ronsard y Alexandre Arnoux, Ravel trabaj sobre los poemas de Paul Morand (1888-1976), estudiante en Oxford y embajador de Francia en Madrid. El escritor haba participado en un primer momento con entusiasmo como guionista de la pelcula de Pabst, animado incluso por los rditos econmicos de la produccin. Sin embargo esta disposicin se fue atemperando paulatinamente al descubrir que el arte de la imagen no era el espacio apropiado para la palabra sino, antes bien, y segn l mismo subray posteriormente, era el imperio de la tijera: Le cinma, ce nest pas le rgne de la plume, cest le rgne des ciseaux. Ce nest pas de la littrature, cest de la couture. On ny parle jamais dcriture, mais dcoupage et de montagne (recogido por Burrus, 1986: 125).

    8 Al margen de los vnculos vascos de Ravel por va materna, debe subrayarse en su obra la presencia de Espaa un modo singular: En tout premier lieu, l'Espagne. Toute la production de Ravel en est imprgne : Vocalise-tude en forme de habanera, Rhapsodie Espagnole, Alborada del Gracioso, chansons de Don Quichotte Dulcine... Il n'existait pas de Pyrnes pour ce basque n non loin de Saint-Jean-de-Luz, auquel sa mre, en guise de berceuse, fredonnait habaneras et refrains de zarzuela : l'Espagne tait sa seconde patrie musicale. Et puis, tout en louchant sur Pellas et Mlisande, il devait tre amusant de glisser quelques allusions Carmen, l'poque le deuxime pilier de l'Opra-Comique aprs l'opra de Debussy. Mais l'Espagne musicale de Ravel est une Espagne vcue, suce avec le lait maternel, contrairement la musique de Bizet, conue pour "faire espagnol", de faon un peu artificielle (Scholler, 2002: 9). Sobre las canciones escritas por Ravel y la forma de ser interpretadas, vid. la monografa de Gartside (1996) as como el trabajo de Bernac (1970: 264 y ss.)

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    Las tres canciones, pues, sobre textos de Morand Chanson romanesque, Chanson pique y Chanson boire- se basan sobre ritmos de danzas espaolas: la guajira, el zortzico y la jota, todas ellas usadas como elementos de filiacin hispnica, pero ninguna de ellas vinculada directamente a los textos cervantinos, dado que nuestro escxritor cita en sus textos una infinidad de danzas gallarda, turdin, aquelindo, morisca, povillo, zambapalo, etc, pero ninguna de las utilizadas por ambos compositores9. Esta organizacin formal, segn dijimos, a partir de un movimiento de danza parece encontrar su explicacin en una entrevista que Ravel concedi Andr Rvsz el 1 de mayo de 1924 y en la que confesaba que su madre, vasca, sola acunarle cantndole guajiras, razn por la cual tal vez se senta tan atrado por la msica espaola (Orenstein, 1990: 431).

    La versin orquestal de las canciones fue estrenada por estrenada por el bartono francs Martial Singher (1904-1990), a quien dedic la segunda de ellas Chanson pique por ser la favorita del cantante. Fueron presentadas en pblico y grabadas el 1 de diciembre de 1934 [justo maana setenta y un aos] en el Thtre du Chtelet en Pars, a cargo de la Orchestre Colonne, bajo la direccin de Paul Paray, a pesar de que tal registro contravena el acuerdo que Ravel haba alcanzado con su editor Durand para su publicacin en la reduccin a piano. Escritas para bartono y orquesta, decidi emplear los siguientes timbres: 2 flautas, 3 oboes, 2 clarinetes, 2 fagots, 2 cornos, trompeta, percusin, arpa, 4 primeros violines, 4 segundos violines, 4 violas, 2 cellos y 1 contrabajo. Ravel quiso ser escrupuloso con el tempo de las mismas estableciendo las equivalencias metronmicas correspondientes de modo que stas fueran respetadas a pesar de que, segn nos dice el propio Singher, tanto la primera como la ltima cancin suelen ser interpretadas demasiado rpidas.

    Los textos difieren notablemente de los empleados por Ibert: el cantante debe recordar que estas canciones carecen de un carcter narrativo o descriptivo y que son, antes bien, la expresin de un sujeto lrico de ficcin, en este caso don Quijote. Los tres poemas no son sino invocaciones y pensamientos ofrecidos a Dulcinea, cuya gravedad y trascendencia deben evitar lo empalagoso, ambiguo e indefinido o incluso lo vulgar a pesar de la recreacin del poema final, Chanson boire.

    Veamos la primera de ellas, Chanson romanesque, que en el manuscrito llev el ttulo de Chanson romantique.

    1. Chanson romanesque

    Si vous me disiez que la terre A tant tourner vous offensa,

    9 Sobre el valor de las danzas en Cervantes vid. una sntesis en Pastor Comn (2004: 448-468). La nmina de danzas que recoge nuestro escritor es, como puede verse, sorprendentemente amplia: la gallarda y su paseo, el turdin (esturdin), el Rey don Alonso, el aquelindo, la morisca, las seguidillas, el polvillo, el potro rucio, el zambapalo, el psame dello, la chacona, la zarabanda, las folas, la perra mora, el escarramn, el canario, las gambetas, el contraps, el villano, el baile del rey perico y danzas genricas como las de espadas, de garrote, de cascabeles, de zapateadores, de hortelanos, de gitanos de doncellas; loas (cantables y danzables), jcaras y jacarandinas, danzas concertadas (habladas), danzas cantadas, danzas guiadas y algunos pasos tales como las cabriolas, floreos, lazos, mudanzas, voladillos y vueltas.

  • Maurice Ravel y Miguel de Cervantes: Trois chansons de Don Quichotte Dulcine, pp. 589-604

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    Je lui dpcherais Pana: Vous la verriez fixe et se taire.

    Si vous me disiez que lennui Vous vient du ciel trop fleuri dastres, Dchirant les divins cadastres, Je faucherais dun coup la nuit.

    Si vous me disiez que lespace Ainsi vid ne vous plat point, Chevalier dieu, la lance au poing, Jtoilerais le vent qui passe.

    Mais si vous disiez que mon sang Est plus moi qu vous, ma Dame, Je blmirais dessous le blme Et je mourrais, vous bnissant.

    O Dulcine.

    El texto sugiere el deseo del amante caballero de hacer cualquier cosa por el

    honor de su amada: eliminar los astros del cielo si as ella lo quiere o detener el curso de los vientos. Entendida, pues, bien como una cancin amatoria, bien como una sincera expresin de fidelidad, el momento ms difcil reside en la invocacin final a la amada, en pianissimo, capaz de concitar en este ltimo gesto toda la ternura que pueda expresarse.

    Escrita en Sib menor, Ravel hace uso de un esquema rtmico inconfundible y demora la aparicin de la sensible hasta el giro sobre la cadencia frigia propia de nuestro folclore. La obra se presenta con una disonancia de segunda menor que se intensifica en el rgido acompaamiento del piano entre estrofa y estrofa. Cada estrofa est armnicamente bien definida: Sib menor la primera, Reb Mayor la segunda para dejarnos prolongadamente sobre la dominante de Sib a travs de nuevo de la cadencia frigia esta vez descubierta por el giro de la voz por encima del acompaamiento pianstico; Sib Mayor la tercera estrofa, al igual que la cuarta, si bien entre ambas hay un breve gesto meldico del piano que adopta la voz de la amada ante la cual el caballero responde. Finalmente la invocacin final se sostiene sobre una nota aadida del acorde de SibM (sol), dndole cierta inestabilidad prolongada por los armnicos del piano.

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    Veamos ahora la Chanson pique:

    2. Chanson pique

    Bon Saint Michel qui me donnez loisir De voir ma Dame et de lentendre, Bon Saint Michel qui me daignez choisir Pour lui complaire et la dfendre, Bon Saint Michel veuillez descendre Avec Saint Georges sur lautel De la Madone au bleu mantel.

    Dun rayon du ciel bnissez ma lame Et son gale en puret Et son gale en pit Comme en pudeur et chastet: Ma Dame.

    O grands Saint Georges et Saint Michel, Lange qui veille sur ma veille, Ma douce Dame si pareille A Vous, Madone au bleu mantel! Amen.

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    Don Quijote pide a San Miguel y a San Jorge que bendigan su espada ante el altar de la Madona que se asemeja a su amada. Ravel consigue un aire arcaico a travs del movimiento paralelo de las voces sobre la posicin ms inestable del acorde (la segunda inversin) y con una meloda enteramente silbica donde el piano nicamente esboza acordes desnudos:

    Gestos meldicos como Pour lui complaire et la dfendre sern despus

    amplificados. La primera y la segunda estrofa se separan a travs de una cesura pianstica que vuelve a incidir en las disonancias de segunda e integra el gesto de segunda aumentada tan propio de nuestro folclore de herencia rabe. Es esta segunda estrofa donde se amplifica el gesto Pour lui complaire et la dfendre sobre acordes estticos en los versos

    Et son gale en puret Et son gale en pit

    Comme en pudeur et chastet

    Para enunciar finalmente a la amada Ma Dame en valores largos sobre una fuerte

    disonancia de segunda menor que se resuelve en el siguiente comps. Finalmente, la tercera estrofa arrancar con la voz sola y un excepcionalmente mnimo y desnudo acompaamiento de piano (una nota!), volviendo a utilizar el motivo rtmico de las estrofas anteriores (Ma douce Dame, si pareille Vous, Madone au bleu mantel).

    Finalmente, asistimos a la chanson boire, basada sobre el ritmo de jota y cuya forma se reduce al sencillo esquema de estrofa y estribillo.

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    3. Chanson boire

    Foin du btard, illustre Dame, Qui pour me perdre vos doux yeux Dit que l'amour et le vin vieux Mettent en deuil mon cur, mon me!

    Je bois la joie! La joie est le seul but O je vais droit... Lorsque j'ai bu!

    Foin du jaloux, brune matresse, Qui geind, qui pleure et fait serment Dtre toujours ce ple amant Qui met de leau dans son ivresse!

    Je bois la joie! La joie est le seul but O je vais droit... Lorsque j'ai bu!

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    Varios son los procedimientos para traducir la inusitada embriaguez del

    caballero. Por un lado tenemos el rpido descenso de acordes con manos alternadas, casi improvisado y que abrir y cerrar la pieza:

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    Por otro, el glissando en la voz al entonar je bois:

    , Frases entrecortadas lorsque jai lorsque jai bu, que evidencian este tpico

    estado:

    Y arpegios sobre las vocalizaciones ah, ah, ah o la, la, la e incluso un acorde

    disonante que representa el hipo de semejante tajada. Ofrecemos aqu un breve esquema:

  • Maurice Ravel y Miguel de Cervantes: Trois chansons de Don Quichotte Dulcine, pp. 589-604

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    Chanson Chanson boireboire

    Foin du btard, illustre Dame,Foin du btard, illustre Dame,Qui pour me perdre Qui pour me perdre vos doux yeuxvos doux yeuxDit que l'amour et le vin vieuxDit que l'amour et le vin vieuxMettent en deuil mon cMettent en deuil mon cur, mon me!ur, mon me!Je bois Je bois la joie!la joie!La joie est le seul butLa joie est le seul butOO je vais droit...je vais droit...Lorsque j'ai bu!Lorsque j'ai bu!

    Foin du jaloux, brune maFoin du jaloux, brune matresse,tresse,Qui Qui geindgeind, qui pleure et fait serment, qui pleure et fait sermentDDtre toujours ce ple amanttre toujours ce ple amantQui met de lQui met de leau dans son ivresse!eau dans son ivresse!Je bois Je bois la joie!la joie!La joie est le seul butLa joie est le seul butOO je vais droit...je vais droit...Lorsque j'ai bu! Lorsque j'ai bu!

    Introduccin

    Final

    En conclusin, no podemos sino lamentar el hecho de que Wilhelm Pabst prescindiera de una msica que, desde unos textos de mayor calado potico (debe subrayarse la superioridad potica de Morand sobre Arnoux), aventaj en mucho a la costumbrista de Jacques Ibert, cuya domesticidad y fcil subordinacin al discurso flmico por carecer, probablemente, de un mayor grado de originalidad tal vez la postul como la ms adecuada para no perturbar desde la audicin al espectador. Sin embargo siempre nos quedarn las excelentes realizaciones de un Ravel enfermo, cuyo encuentro con el caballero no fue sino el preludio de su propia muerte.

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    Fodor Chaliapin como don Quijote en la pelcula de Wilhelm Pabst, Don Quichotte (1933)