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Ciencia y experiencia para una siembra directa sustentable en los ambientes frágiles del S y SO Bonaerense Los trabajos presentados en esta publicación reflejan parte de los resultados obtenidos en el proyecto ―Dinámica de las fracciones orgánicas y cambios en la disponibilidad de N, P y agua en suelos bajo siembra directa‖. Este proyecto se lleva adelante en forma conjunta entre los integrantes de la regional Bahía Blanca de AAPRESID y profesionales de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC, Pcia. BA) y del CONICET, docentes y estudiantes de la Universidad Nacional del Sur (UNS), además de contar con el apoyo del CERZOS (UNS- CONICET), del Departamento de Agronomía-UNS y de Profertil S.A.

Ciencia y experiencia para una siembra directa sustentable ...€¦ · Proyecto de Investigación “Dinámica de las fracciones orgánicas y cambios en la disponibilidad de N, P

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  • Ciencia y experiencia para una siembra

    directa sustentable en los ambientes frágiles

    del S y SO Bonaerense

    Los trabajos presentados en esta publicación reflejan parte de los resultados obtenidos

    en el proyecto ―Dinámica de las fracciones orgánicas y cambios en la disponibilidad

    de N, P y agua en suelos bajo siembra directa‖.

    Este proyecto se lleva adelante en forma conjunta entre los integrantes de la regional

    Bahía Blanca de AAPRESID y profesionales de la Comisión de Investigaciones

    Científicas (CIC, Pcia. BA) y del CONICET, docentes y estudiantes de la Universidad

    Nacional del Sur (UNS), además de contar con el apoyo del CERZOS (UNS-

    CONICET), del Departamento de Agronomía-UNS y de Profertil S.A.

  • Ciencia y experiencia para una siembra directa sustentable en

    los ambientes frágiles del S y SO Bonaerense

    Año 2013

    Editor:

    Juan A. Galantini

  • Índice de trabajos

    Prólogo .......................................................................................................................... 4

    PROYECTO: Dinámica de las fracciones orgánicas y cambios en la disponibilidad de

    N, P y agua en suelos bajo siembra directa ................................................................... 5

    Efectos de largo plazo de la siembra directa en el SO Bonaerense: Producción de los

    cultivos y balance de nutrientes .................................................................................. 10

    Efectos de largo plazo de la siembra directa en el SO Bonaerense: Respuesta a la

    aplicación de N y su eficiencia de uso ........................................................................ 17

    Efectos de largo plazo de la siembra directa en el SO Bonaerense: Dinámica y

    balance de carbono ...................................................................................................... 27

    Eficiencia del uso del nitrógeno y del agua para trigo en suelos del Sudoeste

    Bonaerense .................................................................................................................. 35

    Predicción del rendimiento en trigo mediante el índice de verdor.............................. 44

    Estrategias de fertilización con nitrógeno en trigo en la región pampeana ................. 50

    Fertilización con N y S en trigo. Rendimiento y calidad del grano ............................ 58

    Importancia del equilibrio de las formas de fósforo edáfico ....................................... 67

    Fertilización con P y N en trigo bajo siembra directa en el sudoeste bonaerense ...... 74

    Fertilización fosfatada en trigo en la zona semiárida: Su influencia sobre el

    rendimiento y la eficiencia en el uso del N y del agua................................................ 79

    Fracciones orgánicas como indicadores de calidad de suelos bajo siembra directa ... 87

    Compactación del suelo por transito repetido de un conjunto tractor tolva sobre

    rastrojo de trigo. .......................................................................................................... 97

    Análisis del rendimiento y el NDVI en cereales de invierno en el Sudoeste

    Bonaerense ................................................................................................................ 104

    Análisis económico y valuación de efectos ambientales de los sistemas de labranza.

    Estudio de caso en el SO Bonaerense* ..................................................................... 111

  • 4

    Prólogo

    Proyecto de Investigación “Dinámica de las fracciones orgánicas y cambios en la

    disponibilidad de N, P y agua en Suelos bajo Siembra Directa” Dr Juan Galantini

    et al.

    En octubre de 2007, se editaba la Revista Técnica Especial ―Sistemas Productivos del

    Sur y Sudoeste Bonaerense‖ que tenía como eje el estudio de las fracciones orgánicas

    del suelo y su relación con otros componentes. Esta revista se transformó en la

    evidencia de la eficacia de la relación técnica y humana entre el Grupo Galantini (UNS-

    Cerzos) y la Regional Bahía Blanca de AAPRESID.

    En el prólogo de entonces decíamos: ―finalmente nos pusimos de acuerdo en reconocer

    que en nuestro semiárido sudoeste bonaerense, la escasez de agua y la erraticidad de las

    lluvias que generan frecuentes sequías estacionales, nos obligaba a buscar una

    agricultura basada más en el conocimiento que en los insumos, ya que sabíamos de los

    también erráticos retornos al gasto efectuado, especialmente en fertilizantes‖. Este

    pensamiento disparador de entonces mantiene su vigencia y se ha convertido en una

    doctrina que nos empuja a querer saber más acerca del comportamiento de los cultivos

    en nuestros campos (y a través de la divulgación en muchos más) con la mira puesta en

    la sustentabilidad productiva basada en la salud de los suelos.

    Es por ello que acompañamos nuevamente las inquietudes del Dr Galantini en el cierre

    anterior, al compartir el aprendizaje de que debíamos profundizar lo investigado

    buscando tener respuestas más certeras a través del estudio de la dinámica de las

    fracciones orgánicas. Visto desde fuera parecía casi una sutileza de enfoque, pero esta

    aparente sutileza parecía acompañar mejor a la experiencia de las observaciones a

    campo de parte de los propios miembros de la Regional.

    Por otro lado ya habíamos aprendido que buscar saber genera la inquietud cuando no la

    necesidad de nuevos saberes para avanzar, ya que al conocer más se toma conciencia de

    que se desconoce más.

    En la CONFIANZA profunda alcanzada entre las personas de uno y otro equipo – que

    hemos cultivado y cuidado como un tesoro – encontramos la alineación moral necesaria

    para acompañar el nuevo reto de investigación propuesto.

    En esta oportunidad encontramos en PROFERTIL la adhesión traducida en soporte

    financiero y en AAPRESID que hizo suyo el Proyecto como ―Chacra en formación‖ al

    punto de asumir además la edición de los trabajos en esta Revista.

    Vaya entonces nuestro agradecimiento profundo al Dr. Galantini y su formidable equipo

    de estudio y trabajo así como el agradecimiento a PROFERTIL y AAPRESID sin cuyo

    apoyo no se habría podido hacer este Proyecto, un verdadero ejemplo de integración

    profesional.

    Ricardo Ochoa, Carlos Rodríguez, María Marta Casali y Javier Irastorza

    Regional Bahía Blanca de AAPRESID

  • 5

    PROYECTO: Dinámica de las fracciones orgánicas y cambios en la

    disponibilidad de N, P y agua en suelos bajo siembra directa

    Juan Alberto Galantini

    Comisión de Investigaciones Científicas (CIC, Pcia. Bs. As.)

    CERZOS-Dpto. Agronomía (UNS-CONICET),

    San Andrés 800, Bahía Blanca; [email protected] y [email protected]

    A partir del año 2003 un grupo de docentes, investigadores y estudiantes

    comenzamos a trabajar junto con la Regional Bahía Blanca de AAPRESID.

    Durante la primera etapa se plantearon diferentes estudios destinados a analizar

    el estado orgánico de los suelos y detectar algunas limitantes de la producción.

    Parte de los resultados se presentaron en una Revista de AAPRESID. Durante la

    segunda etapa del proyecto (2010-2014) se enfocaron los problemas detectamos

    como los más relevantes y se están realizando experiencias para mejorar el

    conocimiento y generar opciones de manejo. Se describen los antecedentes del

    proyecto, los objetivos y algunos aspectos metodológicos y prácticos.

    Antecedentes

    El aumento constante de la población mundial, con cada vez más necesidades, generan

    mayor presión sobre el ambiente y obliga a la búsqueda de la sustentabilidad. Un

    sistema sustentable debe satisfacer las necesidades en el tiempo, mantener la producción

    o aumentarla al ritmo de las necesidades (sean alimentos, fibras, combustibles, nuevos

    productos), sin degradar el recurso ni el ambiente. Es decir, se debe conocer el potencial

    productivo actual de cada agroecosistema, maximizar la eficiencia en el uso de los

    recursos y minimizar los efectos ambientales.

    En este sentido, la materia orgánica (MO) del suelo es un elemento clave, ya que está

    fuertemente ligada tanto a la productividad como a la calidad ambiental. Esto ha sido

    reconocido durante mucho tiempo, aunque en la práctica ha sido difícil utilizarla como

    un indicador universal. Esto es porque la MO es una mezcla de compuestos orgánicos,

    los que tienen características, composición y funciones diferentes. Sin diferenciar las

    fracciones orgánicas ni saber cuál es su función en el suelo, difícilmente podamos

    conocer los mecanismos que están regulando la productividad de los cultivos. En este

    sentido, podemos diferenciar dos fracciones orgánicas muy contrastantes, una asociada

    a la fracción mineral del suelo (MOM) y la joven o particulada (MOP). La primera de

    ellas más estable y asociada con la estabilidad del suelo, representada por el humus,

    mientras que la última es más dinámica, representada por los residuos de cultivos semi-

    descompuestos y relaciona directamente con la disponibilidad de nutrientes para el

    cultivo (Galantini, Rosell, 1997; Galantini, 2005).

    Las fracciones orgánicas y la productividad

    En uno de los primeros estudios realizados para evaluar el efecto de las fracciones

    orgánicas en secuencias de cultivos contrastantes, se encontró que el contenido de MO

    total del suelo era semejantes entre sistemas de producción, diferencias alrededor del

    mailto:[email protected]:[email protected]

  • 6

    2%, sin embargo, fueron importantes las diferencias en la cantidad de MOP, diferencias

    alrededor del 23% (Galantini et al., 1992).

    Más aún, era importante la cantidad estimada de MOP descompuesta (mineralizada)

    durante el ciclo del cultivo siguiente y el N liberado (diferencias alrededor del 37%). En

    este sentido, la mayor parte del N que se midió en el cultivo siguiente (cerca del 88%)

    provenía de la mineralización de la MOP y sólo una pequeña fracción de la

    mineralización de la MO más humificada.

    Las fracciones orgánicas en suelos de la Regional Bahía Blanca de AAPRESID

    Durante el período 2003-2008 se analizaron más de 120 suelos de una amplia red de

    ensayos de fertilización del trigo en lotes de productores de la Regional Bahía Blanca de

    AAPRESID. Se determinó que el contenido de MOP promedio para los 115 suelos

    analizados fue 8,0 Mg ha-1

    , variando entre 2,2 y 23,9 Mg ha-1

    (Galantini et al., 2007a).

    Teniendo en cuenta el cultivo antecesor, se los pudo agrupar en antecesor pastura, trigo

    y girasol los que mostraron contenidos promedios diferentes de MOP (16,5, 6,5 y 8,7

    Mg de MOP ha-1

    , respectivamente).

    El contenido medio de N, P, K y S en la MOP fue 320, 7,7, 47,7 y 25,5 kg ha-1

    ,

    respectivamente, representando una importante reserva de nutrientes. Es decir, que en

    los suelos estudiados cada tonelada de MOP almacenada equivale, en promedio, a una

    reserva de 40 kg de N, 1 kg de P, 6 kg de K y 3 kg S por hectárea. Finalmente, sabemos

    que la MOP es:

    una fracción sensible al efecto de las diferentes practicas de manejo, en especial

    la rotación de cultivos;

    es dinámica, con cambios importantes en el corto y mediano plazo, dependiendo

    de su calidad, del ambiente y del manejo;

    es una reserva potencial de todos los nutrientes que necesitan los cultivos y

    cantidades importantes.

    Falta conocer cuál es la dinámica en el corto y mediano plazo, cuales son los factores

    que regulan la descomposición y en qué medida lo hacen, así como el efecto de estos

    cambios sobre el balance de carbono y la disponibilidad de nutrientes para los cultivos.

    La carencia de información sobre estos aspectos es más importante en los ambientes

    semiáridos y subhúmedos, donde la dinámica del agua, la disponibilidad de N y de P

    pueden acentuar la incertidumbre de las diferentes prácticas agronómicas

    comprometiendo la sustentabilidad de los sistemas.

    Una nueva etapa del proyecto

    La experiencia obtenida y los numerosos interrogantes surgidos durante el trabajo

    conjunto, llevo a formular nuevos desafíos.

    Se planteó como hipótesis general del nuevo proyecto que para conocer el exacto aporte

    de la MO a la nutrición de los cultivos se debe conocer la dinámica de las fracciones

    lábiles, tanto como el cambio en la velocidad de descomposición frente a condiciones

    variables de humedad, disponibilidad de nutrientes (N, P y S), suelo, clima y diferentes

    prácticas de manejo. Esta hipótesis implica conocer el efecto de cada una de las

  • 7

    variables más importantes que condicionan tanto el rendimiento, la eficiencia de uso de

    los insumos clave, el beneficio económico como la relación con el medioambiente.

    En base a la experiencia previa del trabajo realizado junto con la Regional Bahía Blanca

    de AAPRESID, a las conclusiones que surgieron en las reuniones de trabajo y a la

    complejidad de la región, se plantearon los principales problemas de los sistemas

    productivos actuales y se desarrollaron ―Módulos de trabajo‖ con objetivos específicos.

    La propuesta no intenta resolver por sí sola todos los interrogantes de los sistemas

    productivos, sino aportar información para comprender mejor que ocurre en el suelo y

    en su relación con la planta, para tratar de hacer un ajuste más eficiente de la nutrición

    de cada cultivo en diferentes ambientes.

    Eficiencia en el uso del agua y del nitrógeno

    Problema:

    El agua es la principal limitante de la región, debido a las limitadas y erráticas

    precipitaciones, por lo que se debe maximizar la eficiencia de su uso. Esto se logrará

    conociendo el impacto que tienen los factores naturales y las prácticas de manejo sobre

    la transformación del agua caída en grano, permitiendo adoptar las mejores prácticas de

    manejo en cada caso y optimizar el uso de insumos clave como el nitrógeno.

    Objetivos:

    Evaluar la eficiencia en el uso del agua (EUA) y del nitrógeno (EUN) en diferentes sistemas de producción para caracterizar la variabilidad espacial,

    temporal y debida a las prácticas de manejo.

    Detectar los principales factores que modifican la eficiencia en el uso de los recursos más limitantes y como repercute sobre los componentes del

    rendimiento.

    Buscar la relación entre la productividad y la disponibilidad de agua y nitrógeno.

    Determinar el efecto de la profundidad del suelo sobre la capacidad de almacenar agua y su uso por el cultivo, buscando las mejores alternativas de

    manejo para cada ambiente, determinando la profundidad efectiva y la capacidad

    de retener agua en suelos limitados por ―tosca‖, así como interacción suelo-

    tosca-agua-cultivo.

    Nitrógeno - Estrategias de fertilización y diagnóstico de requerimientos

    Problema:

    En la región semiárida la irregularidad e incertidumbre de las precipitaciones es una

    característica que impacta sobre la respuesta a la aplicación de fertilizantes. Una baja

    eficiencia en el uso del fertilizante implica un doble perjuicio, para la economía del

    sistema y para el ambiente. Para optimizar el uso de los fertilizantes se necesita conocer

    las mejores estrategias de aplicación (dosis, momento, fuente, etc.), las mejores

    herramientas de diagnóstico de los requerimientos, evaluaciones adecuadas del

    potencial de producción y una estimación lo más acertada del aporte de nutrientes de las

    fracciones lábiles de la materia orgánica.

  • 8

    Objetivos:

    Generar una base de datos de ensayos de fertilización con N, a los efectos de evaluar los factores más importantes que influyen sobre la respuesta y aplicar

    modelos matemáticos de simulación.

    Analizar la aplicación del medidor de clorofila Minolta SPAD como herramienta de diagnóstico de deficiencia de N durante el ciclo del cultivo de trigo.

    Determinar unidades SPAD, en plantas de trigo sometidas a diferentes condiciones nutricionales.

    Establecer la relación entre los valores de lectura de SPAD y el índice de sufi-ciencia de N en distintos momentos del ciclo del mismo con el rendimiento.

    Evaluar críticamente la precisión de la metodología DRIS para detectar posibles respuestas a la fertilización, utilizando normas internacionales y otras normas

    obtenidas en la región semiárida pampeana.

    Relacionar la respuesta a la fertilización con la factibilidad económica de su aplicación.

    Fósforo en el suelo: Reservas, formas, distribución y relación con la disponibilidad

    Problema:

    Los resultados previos sobre la dinámica del P en diferentes sistemas de labranza

    pusieron de relieve la importancia de la fracción orgánica del fósforo, de las reservas del

    suelo y de los equilibrios entre las diferentes fracciones. Estos resultados llevan a

    profundizar en este tema, tratando de responder a las siguientes preguntas: ¿cuál es la

    reserva en los diferentes suelos?, ¿cuáles son los cambios en el corto plazo de las

    fracciones lábiles del P (incluidas aquellas orgánicas relacionadas con la MOP)?, ¿cuál

    es la disponibilidad de las fracciones orgánicas y cuál es la capacidad del cultivo para

    tomar las diferentes formas presentes en el suelo?

    Objetivos:

    Cuantificar el contenido de las diferentes formas de P en los suelos de la región y evaluar la dinámica de las formas lábiles (disponible y orgánico), así como su

    relación con la absorción y rendimiento del cultivo.

    Determinar el contenido de P disponible optimo par las diferentes disponibilidad de N, que permitan alcanzar la máxima producción del cultivo

    Contenido, calidad y dinámica de las fracciones orgánicas del suelo

    Problema:

    Las diferentes fracciones orgánicas tienen funciones importantes para el normal

    funcionamiento del sistema, por ello, es importante conocer el equilibrio entre ellas y

    cuales es su dinámica en el tiempo.

    Cuantificar el contenido de las diferentes fracciones orgánicas en los suelos de la región y evaluar la dinámica de las formas lábiles, así como su relación con la

    disponibilidad de nutrientes y rendimiento del cultivo.

  • 9

    Evaluar los cambios en la cantidad de residuos de los cultivos y cuantificar el efecto sobre la dinámica del agua, la cobertura del suelo y la transformación de

    las fracciones orgánicas.

    Consideraciones finales

    Como balance de la última etapa del proyecto (2010-2012) se puede resumir:

    Se realizaron más de 40 ensayos de fertilización con N, P y/o S.

    Se realizó el seguimiento desde presiembra a cosecha de 160 lotes de producción con

    trigo y cebada.

    Se evaluaron diferentes rotaciones de cultivos en diferentes ambientes.

    Se realizaron decenas de viajes al campo para tomar cientos de muestras de suelo y de

    planta, sobre las cuales se realizaron miles de análisis de diferente tipo.

    En suma, miles de horas de trabajo destinadas a maximizar los resultados del proyecto.

    Todo esto fue gracias a la participación de jóvenes que tomaron parte del proyecto como

    trabajo de grado (Fernando López, Daiana Huespe; Leandro Pelegrini, Simón Lorenzo,

    Maria Leticia Coronato) o como actividad para conocer aspectos prácticos (Veronica

    Misller, Cecilia Costantino, Cristian Zajac, Corina Cerda).

    A la participación con tesis de posgrado (Juan Manuel Martínez, Matías Duval,

    Fernando López, Mariano Menghini)

    A la participación dentro del proyecto como parte de su trabajo de investigación

    (María Rosa Landriscini, Liliana Suñer, Julio Iglesias, Gabriela Minoldo, Silvia Canelo,

    Adrian Vallejos, Fabiana Limbozzi)

    A la participación desde otras áreas, como el Departamento de Administración de a

    UNS, liderado y coordinado por Regina Duran y Liliana Scoponi, quienes aportaron una

    visión diferente al estudio, como los Profesionales de INTA, Juan I. Vanzolini, Eduardo

    de Sa Pereira, Hugo Kruger, y los Investigadores de otras Universidades, Luis Wall y su

    grupo (UN de Quilmes).

    También gracias a los integrantes de la regional Bahía Blanca de AAPRESID, quienes

    no solo permitieron la realización de las experiencias, si no que apoyaron permanente

    todas las actividades realizadas y aportaron toda su experiencia e inquietudes.

    No menos importante fue el ámbito de intercambio que se genero en las periódicas

    reuniones de discusión de los resultados.

    Desde lo personal, el más sincero agradecimiento a todos.

    Bibliografía

    Galantini J.A., Rosell R.A., Andriulo A.E., Miglierina A.M., Iglesias J.O. 1992. Humification

    and N mineralization of crop residues in semi-arid Argentina. The Science of the Total

    Environment (Holanda), 117/118: 263-270.

    Galantini J.A., Rosell R.A. 1997. Organic fractions, N, P, and S changes in a semiarid

    Haplustoll of Argentine under different crop sequences. Soil Tillage Research 42: 221-228;

    Galantini J.A., Landriscini M., Hevia C. 2007. Contenido y calidad de la materia orgánica

    particulada del suelo. En ―La siembra directa en los sistemas productivos del S y SO

    Bonaerense‖, Revista Técnica Especial AAPRESID 36-40.

  • 10

    Efectos de largo plazo de la siembra directa en el SO Bonaerense:

    Producción de los cultivos y balance de nutrientes

    Juan A. Galantini1, Cristian Keine

    2

    1 Investigador de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC, Bs.As.), CERZOS- Departamento de

    Agronomía (UNS); 2 Ing. Agr. – Establecimiento Hogar Funke

    San Andrés 800 (8000) Bahía Blanca (BA) - Argentina

    La siembra directa se ha expandido en forma acelerada en Argentina, pasando de

    pocas hectáreas a más del 78% de la superficie agrícola en tres décadas. Esto

    hace difícil encontrar situaciones en donde evaluar los efectos de largo plazo.

    Por este motivo, la experiencia llevada adelante en el establecimiento ―Hogar

    Funke‖ durante más de 25 años es un importante ejemplo para ser analizado en

    detalle.

    Introducción

    Estimaciones recientes dan cuenta que un total de 27 millones de hectáreas se

    encuentran bajo siembra directa (SD) en Argentina, lo que representa la mayor parte de

    la superficie agrícola del país (AAPRESID, 2012). El crecimiento del área en SD fue

    muy rápido, desde unas pocas hectáreas en los años ´80 hasta el 78,5% de la superficie

    agrícola actualmente.

    Fue a partir de la década del 90 cuando se comenzó a difundir un paquete tecnológico

    donde se incorporaba la soja resistente a herbicida, con amplias ventajas.

    Esta aparición impulsó el reemplazo del viejo paradigma del laboreo del suelo agrícola,

    base de la producción durante miles de años, por una agricultura sin remoción del suelo.

    El cambio es muy importante, porque significa modificar muchos de los aspectos

    productivos. El uso de labranza favorece una mayor porosidad artificial, muy dinámica,

    mientras que la SD predominan los poros biológicos. La cobertura en SD modifica la

    temperatura, la dinámica y la conservación del agua en el suelo, así como el desarrollo

    de plagas, malezas y enfermedades. Estas diferencias, entre otras, generan un nuevo

    ambiente en el que el cultivo se implanta, crece y tiene que producir.

    Este cambio implica comenzar a generar nueva información sobre un sistema de

    producción con características totalmente diferentes y donde los resultados de largo

    plazo aun no se conocen.

    Esta falta de información de los cambios que se producen en la planta y en el suelo a lo

    largo del tiempo es más evidente en aquellas áreas marginales en las que la soja no llegó

    para acompañar la expansión de la SD. El SO Bonaerense es uno de esos casos.

    El establecimiento Hogar Funke, ubicado en proximidad de la localidad Tornquist (BA),

    perteneciente a la Regional Bahía Blanca de AAPRESID, ha mantenido parte de un lote

    con dos manejos diferentes desde el año el año 1986. Como se mencionó, contar con

    una experiencia de más de 25 años con diferentes labranzas permite conocer en detalle

    los nuevos equilibrios que se alcanzan en el suelo frente a un cambio tan drástico como

    significó suprimir las labranzas.

  • 11

    El objetivo del presente trabajo fue analizar los cambios en la producción de cultivos en

    el largo plazo utilizando dos sistemas de labranza diferentes.

    Aspectos metodológicos

    El suelo es un Argiudol típico, profundo, de textura franca en el horizonte A y franco-

    arcillosa en el B2, del establecimiento Hogar Funke del partido de Tornquist (B.A.).

    La temperatura media anual es de 15ºC y la precipitación media anual fue 735 mm en el

    período 1887-212, y 799 mm durante la experiencia (1986-2012).

    El terreno fue sistematizado con curvas de nivel sin gradiente en 1975, estimándose

    pérdidas de suelo en los años previos de escasa consideración.

    Sobre dos parcelas de 8 has cada una se aplicaron dos sistemas de labranza: siembra

    directa (SD) y labranza convencional (LC), desde el año 1986. El detalles del sitio,

    manejo y propiedades químicas del suelo fueron descriptos por Galantini et al. 2006,

    2007.

    La LC fue llevada adelante utilizando cincel y rastra de discos.

    La secuencia de cultivos realizada durante el período en estudio (1986-2011) incluyó

    maíz (Zea mais), trigo (Triticum aestivum), girasol (Elianthus annus), cebada (Hordeum

    vulgare) y sorgo (Sorghum bicolor), en una secuencia y rendimientos que se presenta en

    la Tabla 1.

    Los estudios se llevaron adelante durante los años 2003, 2009, 2010 y 2011, en los que

    se sembró trigo

    El diseño fue de 3 bloques al azar a lo largo de las franjas con SD y con LC, en cada

    uno de ellos se tomaron 3 muestras compuestas de suelo y planta.

    Resultados obtenidos

    El rendimiento en grano de los diferentes cultivos de la secuencia fue muy variable a lo

    largo de la experiencia (Tabla 1). El promedio (1986-2012) fue menor en LC (1906 kg

    ha-1

    ) que en SD (2370 kg ha-1

    ). La variabilidad fue alta, ligeramente mayor en LC

    (CV=64%) que en SD (CV=54%), reflejo de la influencia de las características

    climáticas de la región, donde predominan la irregularidad en las precipitaciones y

    periódicas heladas tardías.

    Por otro lado, cuando se analizan solo los cultivos de invierno (trigo y cebada) la

    variabilidad de los rendimiento en LC fue mucho mayor (CV=64%) que en SD

    (CV=46%).

    La diferencia del mejor barbecho parecería no ser tan significativa al analizar los

    cultivos de verano, donde el efecto del agua acumulada durante el barbecho es menor y

    existiría una dependencia mayor de la precipitación durante el ciclo.

    Siendo la disponibilidad de agua una de las limitantes de estos sistemas productivos, la

    SD mejoraría su conservación y uso. Sin embargo, analizando la secuencia completa de

    cultivos, la diferencia en el rendimiento a favor de la SD no estuvo significativamente

    relacionada con la precipitación anual.

    Se encontró una tendencia a que, cuando la precipitación fue mayor durante el

    barbecho, mayores fueron las diferencias a favor de la SD, mientras que cuando fueron

  • 12

    mayores durante el cultivo las diferencias entre sistemas de labranza tendieron a

    reducirse. Es decir, esta tendencia haría suponer que inicialmente la mayor eficiencia en

    la acumulación de agua en SD estaría asociada con la protección del escurrimiento más

    que con la protección de la evaporación. Mientras que después de la siembra, la

    diferencia estaría asociada a la protección de la evaporación.

    Durante los años 2011 y 2012 se comparó la cantidad de agua acumulada durante el

    barbecho en ambos sistemas de labranza (Figura 1). Al momento de la siembra del trigo

    en el 2011, en LC habían acumulados 27 mm contra los 160 mm en SD. Diferencias de

    semejante magnitud fueron encontradas luego del barbecho posterior al cultivo de trigo

    y previa implantación de sorgo. En ese momento habían acumulados 55 mm en LC y

    166 mm en SD. Los perfiles de la distribución de humedad muestran claramente como

    las diferencias se encuentran en profundidad, y en concordancia a lo anteriormente

    mencionado, principalmente vinculado a la baja captación de LC.

    En los años en los que se realizaron muestreos de suelo y planta durante el ciclo del

    trigo (2003, 2009, 2010 y 2011) se pudo observar con más detalle las características de

    las diferencias (Tabla 2). Se encontraron diferencias estadísticamente significativas

    entre años (P

  • 13

    La cobertura promedio en SD fue un 83% de la superficie, con 2725 kg ha-1

    de materia

    seca, mientras que la cobertura en LC fue menor al 14% y el peso del material

    despreciable (Figura 2).

    El período de madurez de los cultivos tiende a atrasarse en SD, posiblemente por la

    mayor disponibilidad de humedad. Esto reviste mucha importancia en la zona en

    estudio, ya que en base a la evolución de las temperaturas máximas y mínimas se puede

    concluir que la probabilidad de heladas menores a -3ºC en los últimos 10 días de

    Octubre es igual al 70%, mientras que en los primeros 10 días de Noviembre es de un

    30% (Ing. Graciela Magrin, INTA Castelar, comunicación personal).

    Consideraciones finales

    La siembra directa permitió obtener una productividad promedio mayor que el sistema

    con labranza. Esto implica mayor reciclado y exportación de nutrientes con efectos

    positivos (la disponibilidad potencial se va incrementando) y negativos (el balance de

    nutrientes se hace más deficitario requiriendo más fertilización).

    La diferencia en la productividad podría estar asociada a mayor captación y más

    eficiente almacenamiento del agua de las precipitaciones, en particular en los cultivos

    de invierno.

    Agradecimientos

    A los miembros de la Regional Bahía Blanca de AAPRESID, por el continuo aliento

    para que la experiencia siga adelante y los aportes realizados durante las visitas a las

    parcelas. A los integrantes de Hogar Funke por mantener las parcelas durante tanto

    tiempo.

    Bibliografía

    AAPRESID. 2012. Evolución de la superficie en Siembra Directa en Argentina.

    http://www.aapresid.org.ar

    Galantini J.A., J.O. Iglesias, C. Maneiro, L. Santiago, C. Kleine. 2006. Sistemas de labranza en el

    sudoeste bonaerense. Efectos de largo plazo sobre las fracciones orgánicas y el espacio poroso

    del suelo. Revista de Investigaciones Agropecuarias (RIA – INTA) 35: 15-30.

    Galantini J.A., L. Suñer, J.O. Iglesias. 2007. Sistemas de labranza en el sudoeste bonaerense: efectos de

    largo plazo sobre las formas de fósforo en el suelo. Revista Investigaciones Agropecuarias

    (RIA – INTA) 36 (1): 63-81.

    http://www.aapresid.org.ar/

  • 14

    Tabla 1: Rendimiento en grano de los cultivos a lo largo del período en estudio

    Grano (kg ha-1

    )

    Ciclo Cultivos LC SD

    1986/87 Maíz 3280 3580

    1987/88 Trigo 4390 4280

    1988/89 Girasol 890 1080

    1989/90 Trigo 4370 4170

    1990/91 Girasol 1400 280

    1991/92 Trigo 3260 3050

    1992/93 Sorgo Gr 1510 1550

    1993/94 Cebada 3070 5000

    1994/95 Maíz 2550 3280

    1995/96 Cebada 1600 1540

    1996/97 Maíz 1560 3620

    1997/98 Trigo 600 1600

    1998/99 Maíz - -a

    1999/00 Trigo 1710 2640

    2000/01 Cebada 2884 3000

    2001/02 Girasol 1350 1850

    2002/03 Trigo 1090 1530 s 2003/04 Trigo 1769 2765

    2004/05 Girasol 2550 2110

    2005/06 Cebada 1380 1838

    2006/07 Girasol 264 214

    2007/08 Trigo 1667 2057

    2008/09 Maíz - -a

    s 2009/10 Trigo 61 460

    s 2010/11 Trigo 1492 2538

    s 2011/12 Trigo 1049 2587

    Promedio 1906 2370

    Desv. Est. 1158 1287

    CV 61 54 a, pastoreado;

    s, año de estudio, con muestreo de suelo (a la siembra y cosecha) y planta (cosecha).

  • 15

    Tabla 2: Producción de materia seca total (MS), grano y paja (kg ha-1

    ), índice de cosecha (IC) y

    cantidad de espigas m-2

    en labranza convencional (LC) y siembra directa (SD) en

    cada año de muestreo

    2003 2009 2010 2011 Media

    LC SD LC SD LC SD LC SD LC SD

    MS 5285 7920**

    800 2750**

    5041 8382**

    2963 7272**

    3522 6581 **

    Grano 1769 2765**

    61 460**

    1492 2538**

    1049 2587**

    1093 2088 **

    Paja 2509 5155**

    739 2290**

    3549 5844**

    1914 4685**

    2178 4494 **

    IC 0.29 0.35ns

    0.08 0.17**

    0.30 0.30ns

    0.35 0.36ns

    0,26 0,30

    Esp m-2

    180 385**

    64 121**

    322 423* 270 329

    ** 209 315

    **

    **, *, ns, indican diferencias al 0,01, 0,05 o no significativas entre sistemas de labranza para cada

    parámetro analizado dentro de cada año

    Tabla 3: Cantidad de nutrientes exportados, reciclados y balance (kg ha

    -1) en 25 años de

    producción con labranza convencional (LC) y en siembra directa (SD)

    C N P K Ca Mg S

    LC

    Exportado 18.163 866 183 199 20 96 82

    Reciclado 47.806 468 65 737 182 119 128

    Balance -386 43 -199 -20 -96 -82

    SD

    Exportado 22.220 1.035 210 237 19 113 97

    Reciclado 59.597 540 66 863 160 117 158

    Balance -411 29 -237 -19 -113 -97

  • 16

    Figura 1: Contenido de agua útil hasta los 2 metros de profundidad previo a la siembra

    de a) trigo (junio 2011) y b) sorgo (septiembre 2012) en labranza

    convencional (LC) y siembra directa (SD)

    LC SD

    Figura 2: Cobertura del suelo al momento de la siembra en labranza convencional (LC)

    y siembra directa (SD)

    0 10 20 30 40

    0-20

    20-40

    40-60

    60-80

    80-100

    100-120

    120-140

    140-160

    160-180

    180-200

    Agua útil

    0 10 20 30 40

    (mm)

  • 17

    Efectos de largo plazo de la siembra directa en el SO Bonaerense: Respuesta

    a la aplicación de N y su eficiencia de uso

    Juan A. Galantini1, María Rosa Landriscini

    2, Julio Iglesias

    1 Investigador Científico – Comisión de Investigaciones Científicas (CIC, Bs.As.), CERZOS-

    Departamento de Agronomía (UNS); 2

    San Andrés 800 (8000) Bahía Blanca (BA) – Argentina.

    Correo electrónico [email protected] y sitio www.labspa.blogspot.com.ar

    La disponibilidad de agua y nitrógeno son dos de las limitantes de la

    productividad en los sistemas agropecuarios del S y SO Bonaerense. La

    incertidumbre que generan tanto la variabilidad de las lluvias como del contexto

    económico obligan a buscar maximizar la eficiencia en el uso de los recursos.

    Introducción

    La reducción de la intensidad de labranza ha sido reconocida como una práctica para

    disminuir las pérdidas de matera orgánica del suelo (Galantini y Rosell, 1997;

    Halvorson et al., 2002; McConkey et al., 2003; Alvaro-Fuentes et al., 2008).

    El laboreo mezcla los residuos con el suelo, generando condiciones más adecuadas para

    la rápida descomposición de los materiales orgánicos lábiles (Reicosky et al., 1995).

    Por el contrario, la siembra directa (SD) mantiene los residuos en superficie

    disminuyendo el contacto con el suelo retardando su descomposición, no rompe los

    agregados por lo que mantiene la protección física de los materiales orgánicos del suelo,

    mantiene el suelo más húmedo y sin temperaturas extremas contribuyendo a una mayor

    actividad biológica. Cada uno de estos aspectos modifica sustancialmente la dinámica

    de las fracciones orgánicas del suelo. En las regiones semiáridas y subhúmedas, el

    último punto cobra gran importancia, pudiendo llegar a influir notablemente sobre el

    estado orgánico (equilibrio entre las diferentes fracciones orgánicas) final del suelo.

    Las fracciones orgánicas lábiles representan una importante reserva de nutrientes

    disponibles para el cultivo en el corto y mediano plazo (Galantini et al., 2007a)

    En este sentido, conocer el balance y la dinámica de estas fracciones es indispensable

    para mejorar la eficiencia en el uso de los nutrientes del suelo y realizar un adecuado

    ajuste de las dosis de fertilizantes necesarias de aplicar (Galantini et al., 2007b)

    Cuando las lluvias son escasas y erráticas, como sucede en el área de influencia de la

    Regional Bahía Blanca de AAPRESID, la disponibilidad de agua es un factor limitante

    de la productividad. En este sentido, uno de los objetivos más importantes es maximizar

    la cantidad producida de grano por cada milímetro de agua, es decir aumentar la

    eficiencia en el uso del agua (EUA).

    Numerosos trabajos indican que el N permite mejorar la EUA, a través de un mejor

    desarrollo del cultivo y una mejor exploración del suelo (Brueck, 2008). Sin embargo,

    con el aumento de la disponibilidad de N, si bien mejora la EUA, disminuye la

    eficiencia en el uso del N (EUN).

    mailto:[email protected]://www.labspa.blogspot.com.ar/

  • 18

    Es aquí en donde el conocimiento de la respuesta del cultivo frente a diferentes

    escenarios permitirá un ajuste más adecuado de la fertilización desde el punto de vista

    productivo, económico y ambiental.

    Los objetivos del presente trabajo fueron conocer la respuesta del trigo a diferente

    disponibilidad de N bajo dos sistemas de labranza y calcular la eficiencia con que se

    usan el N y el agua.

    Aspectos metodológicos

    La experiencia se llevo adelante en el Establecimiento Hogar Funke, sobre parcelas que

    se mantienen los sistemas de labranza convencional (LC) y directa (SD) desde 1986,

    conocidas como ―Monumento Histórico‖ (Galantini y Kleine, en esta publicación).

    Muestreo de suelos

    Durante la siembra y la cosecha del trigo del año 2003, un año con adecuadas

    precipitaciones para lograr altos rendimientos, se tomaron muestras compuestas a las

    profundidades 0-20 y 20-60 cm, en cada sistema de labranza y bloque (3).

    Las muestras se mantuvieron húmedas y refrigeradas hasta ser analizadas lo más pronto

    posible.

    En estas muestras se evaluaron las propiedades más dinámicas, humedad y N de

    nitratos.

    Se determinó el carbono orgánico total (CO) por combustión seca (1500°C, LECO C

    Analyser)

    Se realizó un fraccionamiento por tamaño de partícula mediante tamizado en húmedo,

    previa dispersión por agitado con bolitas de vidrio, utilizando los tamices de 50 y 100

    µm. Se obtuvieron la fracción fina (0-50 µm), intermedia (50-100 µm) y gruesa (100-

    2000 µm) en las que se determinó el CO asociado a la fracción mineral (COM),

    particulado fino (COPf) y particulado grueso (COPg), respectivamente.

    Como la fracción fina incluye arcilla, limo y MOM, se calculó la fracción fina

    inorgánica (FFi) como la diferencia entre la fracción fina menos la MOM, calculada en

    base a la cantidad de COM determinada y el contenido de CO en la MOM promedio

    para estos suelos (Galantini et al., 1994).

    N de nitratos en el suelo (Ns)

    N total en suelos y plantas

    N potencialmente mineralizable (Nan)

    Carbohidratos totales (CHt).

    Muestreo de plantas

    A madurez fisiológica se tomaron muestras de 1 m2 de la materia seca total aérea

    producida en cada tratamiento y bloque.

    Las muestras se secaron, se determinó la cantidad de materia seca total aérea y grano, la

    cantidad de espigas m-2

    , granos espiga-1

    y peso de los granos.

    Se determinó el contenido de N en grano y paja. Los resultados fueron expresados en kg

    de N ha-1

    .

  • 19

    Se calculó el índice de cosecha (IC) como la relación entre la cantidad de grano y la

    materia seca total aérea producida al momento de la cosecha.

    Cálculos de eficiencia

    Para evaluar la EUN se ha sugerido dos componentes primarios (Moll et al., 1982), por

    un lado la eficiencia de absorción, la relación entre el N en planta (Npl) y el N

    disponible (Ndisp), y por otro la eficiencia con que el N absorbido (Npl) es llevado al

    grano (Ng). Sin embargo, debido a que las pérdidas de N en las diferentes etapas del

    cultivo pueden ser considerables es conveniente evaluar la EUN en las diferentes etapas

    (López-Bellido et al., 2005). Teniendo en cuenta esto y utilizando definiciones de

    diferentes autores (Raun, Jonson, 1999; Fageria, Baligar, 2005) se definieron las

    siguientes etapas:

    Eficiencia de fertilización, donde se consideró la cantidad de N aplicada con el

    fertilizante:

    La eficiencia agronómica en el uso del fertilizante aplicado (EUF) para la producción de

    grano (g) o materia seca (MS),

    EUFg = (Granof – Grano0) / Nf

    EUFMS = (MSf – MS0) / Nf

    La recuperación aparente del fertilizante aplicado (RAN)

    RAN = (N-MSf – N-MS0) / Nf

    Eficiencia del uso del N disponible, en la que se consideró: la eficiencia en la absorción

    del N disponible (EANd) en parcelas testigo o fertilizadas (x),

    EANd = N-MSx / Nd

    La eficiencia en el uso del N disponible (EUN) para la producción de grano y MS

    EUNg = Granox / Nd

    EUNMS = MSx / Nd

    La eficiencia en la transformación del N absorbido (ETN) en grano

    ETN = Granox / Na

    La eficiencia en la traslocación del N absorbido o índice de cosecha de N (ICN)

    ICN = N-Granox / N-MSx

    N, nitrógeno (kg ha-1

    ); Grano, rendimiento en grano (kg ha-1

    ); MS, producción de

    materia seca total a cosecha (grano y paja en kg ha-1

    ); N-Grano y N-MS, contenido de N

    en el grano y en la MS (kg ha-1

    ); x, tratamientos; 0, testigo; f, fertilizados con N, Nd, Nf

    y Na, N disponible, aplicado con el fertilizante y absorbido, respectivamente (kg ha-1

    ).

    Resultados obtenidos

    Fertilización con N en SD y LC

    En el año 2003, donde se realizó un ensayo de fertilización con dosis crecientes de N en

    trigo, las precipitaciones durante el corto barbecho (antecesor girasol) fueron escasas,

    tan solo 99 mm, y durante el cultivo fueron adecuadas, 388,5 mm y bien distribuidos

    como para permitir buenos rendimientos.

    http://www.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B7CSX-4HGSH43-4&_user=1678366&_coverDate=12%2F31%2F2005&_alid=361574611&_rdoc=1&_fmt=summary&_orig=search&_cdi=18034&_sort=d&_st=4&_docanchor=&_acct=C000054147&_version=1&_urlVersion=0&_userid=1678366&md5=d7a85b53098245899ba7cacfa6e08f10#aff0002#aff0002

  • 20

    Algunas de las características químicas y físicas del suelo en los 20 cm superficiales se

    presentan en la Tabla 1. Se observaron algunas diferencias entre los sistemas de

    labranza, pero principalmente una estratificación diferencial entre sistemas de labranza.

    En el momento de la siembra la cantidad de agua útil y N disponible (en la profundidad

    0-60 cm) fueron 56,4 y 34,8 mm y 57,4 y 73,9 kg N ha-1

    , para SD y LC,

    respectivamente. Es decir, SD fue más eficiente para conservar la escasa cantidad de

    precipitaciones ocurridas (57% de eficiencia del barbecho) que LC (solo el 35%),

    mientras que LC fue más eficiente en poner N disponible para el cultivo (casi un 30%

    más N que SD).

    La diferencia en el agua acumulada se localizó en los primeros 20 cm superficiales,

    poniendo en evidencia la importancia de la cobertura de residuos en el mantenimiento

    de la humedad del suelo, en particular en años donde las lluvias son de escasa magnitud.

    Por otro lado, si bien el N disponible al momento de la siembra del trigo fue mayor en

    LC que en SD, representa un momento donde la demanda del cultivo es mínima. Esto se

    reflejó en el mayor rendimiento en SD que en LC, tanto para grano como para materia

    seca total aérea.

    Es posible que en años con precipitaciones por encima de la normal puedan existir

    pérdidas importantes del N que se encuentra como nitratos en el suelo (Galantini,

    Landriscini, 2007)

    La respuesta a la aplicación de dosis crecientes de N, tanto en la producción de MS total

    aérea como en el rendimiento de grano, fue diferente para los dos sistemas de labranza

    (Figuras 3).

    La curva correspondiente a la producción de MS del trigo en SD fue casi paralela y

    desplazada hacia arriba en relación a la correspondiente en LC. De los resultados se

    desprende que con 60 kg ha-1

    de N disponible se produjo casi 4000 kg ha-1

    de MS total

    aérea LC y casi 9000 en SD. Mientras que cuando la disponibilidad fue mayor, por

    ejemplo 150 kg ha-1

    de N, en LC produjo casi 9500 kg MS ha-1

    y SD superó los 12000

    kg ha-1

    .

    Algo semejante se observó con la respuesta en grano, donde con 60 kg de N disponible

    LC produjo casi 1300 kg de grano ha-1

    , mientras que SD casi 3000. Sin embargo,

    cuando la disponibilidad de N fue mayor los rendimientos en grano tendieron a ser

    semejante entre sistemas labranza.

    En otros estudios en la misma región semiárida, se ha visto que el aumento en la

    disponibilidad de nitrógeno estimula la producción temprana de materia seca,

    aumentando los requerimientos de agua. La mayor demanda de agua generada por el

    aumento de la materia seca producida, puede acentuar el efecto adverso de los déficits

    hídricos que se producen durante el llenado del grano.

  • 21

    Contenido de N en MS y en grano

    Las relaciones encontradas entre la disponibilidad de N y el N total (N-MS) tomado por

    el cultivo o el presente en el grano (N-grano) fueron semejantes a las ya comentadas

    (Figura 4).

    Para una misma disponibilidad de N, la SD tomó entre 20 y 35 kg ha-1

    más de N que el

    cultivo en LC, de los cuales la mayor parte (20-25 kg ha-1

    de N) se localizaron en el

    grano.

    Esto podría estar asociado a que una parte importante del N disponible en LC proviene

    de la mineralización de la materia orgánica del suelo durante el barbecho. Cuando está

    susceptible a mayores pérdidas, mientras que en SD estaría disponible durante el

    cultivo, cuando puede ser utilizado cuando es necesitado. Esto coincide con el mayor N

    potencialmente mineralizable que se observó en SD durante la siembra.

    Eficiencia en el uso del agua y del N

    En la agricultura, la eficiencia es la relación entre un producto y un insumo, calculado

    como la relación (producto / insumo) o como la pendiente de la relación funcional

    (Δproducto / Δinsumo).

    La eficiencia en el uso del agua (EUA) se puede definir como la producción de un

    cultivo producido por unidad de agua utilizada. Esta definición puede ser demasiado

    amplia, ya que abarca la EUA obtenida en diversas escalas de tiempo y de proceso. La

    producción de un cultivo se puede expresar como la biomasa total, rendimiento en grano

    o cualquier componente del cultivo (aceite, proteína, etc.); mientras que el uso de agua

    puede ser expresado como la transpiración, la evapotranspiración o de entrada total de

    agua al ecosistema; y, finalmente, la escala de tiempo puede ser instantánea, diaria o

    estacional (Sinclair et al., 1984). La EUA obtenida en las diferentes escalas temporales

    y de proceso no se debe utilizar de manera intercambiable (Sinclair et al. 1984).

    La EUA se define como rendimiento del producto de cultivo (kg de MS o granos) por

    unidad de agua disponible para el cultivo (mm de agua en el suelo a la siembra +

    precipitación durante el ciclo del cultivo - agua en el suelo en el momento de la

    cosecha).

    Si bien el agua útil a la siembra fue significativamente mayor en SD, la disponibilidad

    de agua para el cultivo (agua a la siembra + lluvias - agua a la cosecha; en SD:

    56,4+388,5-12,2=432,7 mm; en LC: 34,8+388,5-11,2=412,1 mm) fue ligeramente

    mayor que en LC pero la diferencia no fue significativa.

    Se encontraron diferencias significativas en la EUA por efecto de la aplicación de N y

    por el sistema de labranza (Tabla 2).

    En LC la EUA fue aumentando con la disponibilidad de N, tanto para la producción de

    grano como de MS, pero sin diferencias significativas entre las dos dosis más altas.

    En SD, si bien se nota una tendencia a EUA crecientes, solo el tratamiento N0 presentó

    el valor significativamente menor.

    Al comparar los sistemas de labranza entre sí, la diferencia fue mayor cuando la

    disponibilidad de N fue más baja, llegando a una diferencia estadísticamente no

    significativa entre ellos con la aplicación de 100 kg ha-1

    de N.

  • 22

    En este sentido, la fertilización con 100 kg ha-1

    de N aumentó la EUA alrededor de 83%

    (tanto EUAg como EUAms), mientras que el pasaje de LC a SD sin fertilizar aumentó 49

    y 43% (EUAg y EUAms, respectivamente) y con 100 kg ha-1

    de N aumentó 15 y 22%

    (EUAg y EUAms, respectivamente).

    Es decir, la LC tiene una EUA menor y por ello la fertilización tiene un efecto más

    importante, con alta disponibilidad de N las diferencias entre sistemas de labranza

    desaparecen. Seguramente esto estaría asociado a una mayor cantidad de N proveniente

    de la MO del suelo en SD, aspecto que se analizará posteriormente, y el bajo potencial

    de rendimiento de la región en estudio.

    El análisis de las relaciones entre el N disponible y el rendimiento del cultivo también

    mostró diferencias entre dosis de N y sistema de labranza en la EUN, tanto para la

    producción de grano como de MS.

    En términos generales, cuando la dosis de N aumenta la eficiencia en su uso baja. En el

    caso de LC no sucedió así para las dosis más bajas, poniendo en evidencia un marcado

    déficit de este nutriente que habría influido para que se utilizara el N con la misma

    eficiencia en el testigo que con las dosis de 25 y 50 kg de N ha-1

    .

    La EUN en SD siempre fue mayor que en LC, aunque la magnitud varió

    considerablemente, desde casi el doble en el testigo hasta un 35-40% mayor con la dosis

    máxima de N.

    Es decir, la SD y el aumento de la dosis de N aumentaron la cantidad de grano y MS

    producida por cada kg de N disponible. Esto estaría ligado a una mayor eficiencia en el

    uso del agua, anteriormente comentado, y un mayor aporte de N por mineralización de

    la MO durante el ciclo del cultivo.

    Consideraciones finales

    Es importante recalcar la importancia de la evaluación conjunta de la eficiencia en que

    se usan los dos factores más importantes para el rendimiento del cultivo en esta región.

    Al aumentar la dosis de N se observan dos tendencias opuestas, mientras que la EUA

    aumentó la EUN disminuyó. En este sentido, el óptimo balance entre ellas va a

    depender de consideraciones económicas y ambientales.

    Agradecimientos

    A los miembros de la Regional Bahía Blanca de AAPRESID, por el continuo aliento

    para que la experiencia siga adelante y los aportes realizados durante las visitas a las

    parcelas. A los integrantes de Hogar Funke por mantener las parcelas durante tanto

    tiempo.

  • 23

    Bibliografía

    Álvaro-Fuentes J., López M.V., Cantero-Martinez C., Arrúe J.L. 2008. Tillage effects on soil organic

    carbon fractions in mediterranean dryland agroecosystems. Soil Sci. Soc. Am. J. 72: 541–547

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  • 24

    Tabla 1: Popiedades edáficas en siembra directa (SD) y labranza convencional (LC)

    SD MOT COP CHt Nt Nan DA pH

    0-5 4.24 0.29

    490 0.202

    101.7 1.26 6.2

    5-10 3.01 0.07

    304 0.142

    55.5 1.44 6.3

    10-20 2.53 0.04

    258 0.126

    50.9 1.43 6.7

    0-20 3.08 0.11

    328 0.149

    64.8 1.39 6.5

    LC

    0-5 3.22 0.21

    317 0.146

    71.4 1.11 6.6

    5-10 3.14 0.17

    304 0.138

    55.5 1.35 6.7

    10-20 2.55 0.04

    271 0.127

    36.4 1.36 6.7

    0-20 2.87 0.12

    291 0.135

    49.9 1.30 6.7

    Tabla 2: Eficiencia en el uso del agua (EUA) y del nitrógeno (EUN) para la producción

    de grano (g) y materia seca (ms) en siembra directa (SD) y labranza

    convencional (LC)

    Dosis de fertilizante (kg N ha-1

    )

    0 25 50 100

    LC kg mm-1

    EUA g 4,3 c 5,8

    bc 6,9

    ab 7,9

    a

    EUA ms 12,8 c 17,3

    b 20,8

    ab 23,4

    a

    SD

    EUA g 6,4 b **

    7,8 a **

    8,5 a *

    9,1 a ns

    EUA ms 18,3 b **

    24,2 a **

    24,6 a *

    28,5 a ns

    LC kg kg-1

    de N disponible

    EUN g 23,9 a 24,2

    a 23,1

    a 18,8

    b

    EUN ms 71,5 a 72,2

    a 69,3

    a 55,4

    b

    SD

    EUN g 48,1 a **

    41,0 ab **

    34,3 b **

    25,0 c *

    EUN ms 137,9 a **

    127,0 a **

    99,1 b **

    78,2 c *

    En cada línea, letras diferentes indican diferencias significativas entre dosis de N;

    **, *, ns, indican diferencias al 0.01, 0.05 o no significativas entre sistemas de labranza para la EUN o

    EUA tanto para producir grano (g) o materia seca (ms)

  • 25

    Figura 1: Respuesta en la producción de material seca total aérea y grano de trigo a

    dosis crecientes de N en siembra directa (SD) y labranza convencional (LC).

    y = -0,365x2 + 116,1x + 3020,

    R² = 0,934

    y = -0,439x2 + 153,6x - 3784,

    R² = 0,999

    0

    4000

    8000

    12000

    0 50 100 150 200

    Ma

    teria

    Seca

    to

    tal

    Aerea

    , k

    g h

    a-1

    N Disponible (suelo+fertilizante), kg ha-1

    SD

    LC

    y = -0,142x2 + 40,82x + 1016,

    R² = 0,996

    y = -0,133x2 + 48,85x - 1168,

    R² = 0,993

    0

    1000

    2000

    3000

    4000

    0 50 100 150 200

    Gra

    no

    , k

    g h

    a-1

    N Disponible (suelo+fertilizante), kg ha-1

    SD

    LC

  • 26

    Figura 2: Contenido de nitrógeno en la biomasa total aérea y en el grano de trigo a dosis

    crecientes de N en siembra directa (SD) y labranza convencional (LC).

    y = -0,003x2 + 1,042x + 13,78

    R² = 0,998

    y = -0,003x2 + 1,094x - 21,74

    R² = 0,985

    0

    20

    40

    60

    80

    100

    120

    0 50 100 150 200

    N e

    n M

    Sta

    , k

    g h

    a-1

    N Disponible (suelo+fertilizante), kg ha -1

    SD

    LC

    y = -0,002x2 + 0,795x + 10,05

    R² = 0,991

    y = -0,002x2 + 0,876x - 18,80

    R² = 0,979

    0

    10

    20

    30

    40

    50

    60

    70

    80

    0 50 100 150 200

    N e

    n G

    ra

    no

    , k

    g h

    a-1

    N Disponible (suelo+fertilizante), kg ha -1

    SD

    LC

  • 27

    Efectos de largo plazo de la siembra directa en el SO Bonaerense: Dinámica

    y balance de carbono

    Juan A. Galantini1; Matías Duval

    2, Julio Iglesias

    3 y Juan M. Martinez

    2,3

    1 Investigador Científico – Comisión de Investigaciones Científicas (CIC, Bs.As.), CERZOS-

    Departamento de Agronomía (UNS) 2 Becario CONICET, CERZOS y Departamento de Agronomía (UNS).

    3 Docente, Departamento de Agronomía (UNS).

    San Andrés 800 (8000) Bahía Blanca (BA) – Argentina.

    Correo electrónico [email protected] y sitio www.labspa.blogspot.com.ar

    Las labranzas alteran la cantidad y la distribución del carbono orgánico (CO) del

    suelo y la magnitud del cambio puede ser muy variable, dependiendo de las

    características climáticas, de suelo, de manejo y el tiempo transcurrido. El

    objetivo del presente trabajo fue analizar la dinámica de las fracciones orgánicas

    en el tiempo y el balance final en una experiencia de 25 años en la localidad de

    Tres Picos (BA). Se tomaron muestras de suelo (0-5, 5-10, 10-20 cm) en el año

    2012 en las que se determinó el CO total el asociado a la fracción mineral

    (COM, 0-53 µm) y el particulado fino (COPf, 53-105 µm) y grueso (COPg, 105-

    200 µm), además del N en esas fracciones. Las pérdidas relativas de CO se

    localizaron en los primeros 10 cm del suelo y en las fracciones COM y COPf. En

    los 25 años con diferente labranza, la LC produjo una pérdida relativa anual de

    328 y 34,2 kg ha-1

    de COT y Nt, respectivamente. Además, en el horizonte A la

    pérdida anual de masa de suelo fue de 11,5 Mg ha-1

    por erosión, la principal

    fuente de pérdida de COT.

    Introducción

    Las labranzas modifican la localización de la MO a diferentes escalas, tanto a nivel de

    profundidad como a nivel de unidades estructurales (agregados) del suelo (Balesdent et

    al., 2000). También favorece la reducción del contenido de materia orgánica (MO)

    como consecuencia del aumento de la mineralización, disrupción de los agregados del

    suelo y de la mayor aireación (Sainju et al., 2006), lo que estimula descomposición

    materiales orgánicos previamente protegidos (Reicosky, 1997; Álvarez, 2001).

    Por el contrario, la siembra directa (SD) aumenta el contenido de MO en la capa

    superficial (Six et al., 2006; Sainju et al., 2006; Melero et al., 2009; López Bellido et

    al., 2010), aumenta la agregación del suelo (Coulombe et al., 1996) y preserva mejor los

    nutrientes que las practicas con laboreo (Six et al., 1998). Sin embargo, el potencial de

    la SD aumentar la MO o capturar el CO2 del aire es muy variable. Por ejemplo, en la

    región Pampeana se encontraron aumentos desde el 6 al 15% del CO del suelo (Díaz

    Zorita y Buschiazzo, 2006; Steinbach y Álvarez, 2006; Galantini y Rosell, 2006;

    Galantini et al., 2006). Analizando resultados obtenidos en 40 ensayos comparativos

    realizados en 20 localidades de la región Pampeana se vio que en promedio la SD

    aumentó el 14% la concentración y 17% la cantidad de CO del suelo (Galantini y

    Iglesias, 2008).

    Es evidente que existen muchos factores que aportan variabilidad a los resultados, por

    ello los estudios de largo plazo pueden ayudar a entender la dinámica en el tiempo.

    mailto:[email protected]://www.labspa.blogspot.com.ar/

  • 28

    El objetivo del presente trabajo fue analizar los cambios en el contenido de las

    fracciones orgánicas en un Arguidol del SO Bonaerense después de 25 años con

    diferente labranza.

    Aspectos metodológicos

    Se utilizó un suelo Argiudol típico, profundo, de textura franca en el horizonte A y

    franco-arcillosa en el B2, del establecimiento Hogar Funke del partido de Tornquist

    (B.A.).

    La temperatura media anual es de 15ºC, mientras que la precipitación media anual

    histórica fue 735 mm (1887-2012) y en los 25 años con diferente labranza (1986-2011)

    fue 799 mm.

    Sobre dos parcelas de 8 has cada una desde el año 1986 se aplicaron dos sistemas de

    labranza: SD y labranza convencional (LC, con cincel y rastra de disco). El detalles del

    sitio, manejo y propiedades químicas del suelo fueron descriptos por Galantini et al.,

    2006, 2007.

    La secuencia de cultivos realizada durante el período en estudio (1986-2011) incluyó

    maíz (Zea mais), trigo (Triticum aestivum), girasol (Elianthus annus), cebada (Hordeum

    vulgare) y sorgo (Sorghum bicolor). El rendimiento promedio de grano (1986-2011) y

    el coeficiente de variación fueron 2370 kg ha-1

    y 54% en SD y 1906 kg ha-1

    y 61% en

    LC, respectivamente.

    El estudio se llevó adelante durante el año 2011, luego de la siembra del trigo.

    El diseño fue de 3 bloques al azar a lo largo de las franjas con SD y con LC, en cada

    uno de ellos se tomaron 3 muestras compuestas de suelo y planta.

    Muestreo de suelos

    Para el análisis de las propiedades químicas se tomaron muestras de suelo a inicios del

    macollaje, se tomaron 3 muestras compuestas a las profundidades 0-5, 5-10, 10-20 cm.

    El suelo se secó al aire, se homogeneizó y se tamizó por 2 mm.

    Paralelamente, se tomaron muestras no disturbadas a 0-5, 5-10, 10-15 y 15-20 cm de

    profundidad (3 repeticiones por tratamiento, bloque y profundidad), utilizando cilindros

    de acero (98,2 cm3) para determinar la densidad aparente (Blake y Hartge, 1986).

    Determinaciones

    Se determinó el carbono orgánico total (CO) por combustión seca (1500°C, LECO C

    Analyser)

    Se realizó un fraccionamiento por tamaño de partícula mediante tamizado en húmedo,

    previa dispersión por agitado con bolitas de vidrio, utilizando los tamices de 53 y 105

    µm. Se obtuvieron la fracción fina (0-53 µm), intermedia (53-105 µm) y gruesa (105-

    2000 µm) en las que se determinó el CO asociado a la fracción mineral (COM),

    particulado fino (COPf) y particulado grueso (COPg), respectivamente (Galantini y

    Suñer, 2008).

    Como la fracción fina incluye arcilla, limo y MOM, se calculó la fracción fina

    inorgánica (FFi) como la diferencia entre la fracción fina menos la MOM, calculada en

  • 29

    base a la cantidad de COM determinada y el contenido de CO en la MOM promedio

    para estos suelos (Galantini et al., 1994).

    Se determinó el N total (Nt) en las muestras de suelo por el método de Kjeldahl,

    Bremner (1996) y el potencialmente mineralizable por incubación anaeróbica (Nmin)

    durante de 7 días a 40°C de temperatura (Waring y Bremner, 1964), determinando el

    nitrógeno como amonio liberado por micro destilación por arrastre con vapor.

    El análisis estadístico de los datos se realizó con el software Infostat (Di Rienzo et al.,

    2010).

    Resultados obtenidos

    Fracciones orgánicas en el 2011

    En el año 2011, a los 25 años de iniciada la experiencia, se encontraron diferencias

    significativas en el contenido de las fracciones orgánicas y su distribución (Tabla 1). El

    CO total en los 0-20 cm fue significativamente mayor en SD, como consecuencia de

    una acumulación mayor en los 0-5 cm del suelo con SD.

    El análisis de las diferentes profundidades y fracciones orgánicas puso en evidencia con

    más detalle los cambios producidos por el sistema de labranza.

    El COPf fue significativamente mayor en SD que en LC en todas las profundidades,

    mientras que en el COPg no se encontraron diferencias en 0-20 cm pero si una

    distribución diferente. En 0-5 y en 10-20 cm el contenido semejante, en cambio en 5-10

    fue mayor en LC, consecuencia de la incorporación por laboreo. Esta fracción es más

    dependiente de la incorporación de residuos y dependiente de las características

    meteorológicas (Galantini et al., 2002)

    El COM fue significativamente superior en todas las profundidades del suelo en SD,

    con mayor significancia estadística en superficie (0-5 cm) que en el resto de las

    profundidades (5-10 y 10-20 cm). Los cambios en el largo plazo de esta fracción estable

    posiblemente se deban al efecto acumulado de los mayores aportes de carbono

    consecuencia de la mayor productividad en SD, las mejores condiciones para la

    mineralización de los materiales orgánicos y/o las mayores pérdidas por erosión en LC

    (Galantini et al., 2006).

    El Nt en la profundidad 0-20 cm fue mayor en SD que en LC, efecto que se observó que

    se observó en todas las profundidades.

    El N en la MO más lábil, tanto la MOPf como la MOPg, siguió una tendencia semejante

    al carbono, con una acumulación significativamente mayor en 0-5 cm y no observada en

    5-10 ni 10-20 cm. Las diferencias fueron mayores que las observadas en el C, aspecto

    que puede modificar la dinámica de la descomposición del material orgánico.

    El residuo incorporado con el laboreo aumentó tanto el C como el N en la MOPg de la

    capa 5-10 cm.

    El Nmin fue significativamente mayor en la profundidad 0-20 cm de SD (50% más que

    en LC). Gran parte del mismo (43%) se localizó en la capa 0-5 cm, por lo que resulta

    importante el mantenimiento de la cobertura del suelo para mantener la humedad

    necesaria.

  • 30

    Perdidas diferenciales entre sistemas de labranza

    Las mediciones realizadas indicaron que la profundidad del horizonte A del suelo en

    ambos sistemas de labranza fue de 22 cm.

    Realizando un balance de las diferencias obtenidas a nivel de horizonte luego de 25

    años con distinto sistema de labranza, se pudo observar que (Tabla 2):

    - La masa de suelo fue diferente, poniendo en evidencia una perdida diferencial de suelo en LC respecto de SD, que en promedio fue de 11,5 Mg de suelo ha

    -1 año

    -

    1. Este valor fue concordante con estudios previos y con valores reportados de

    pérdidas de suelo por erosión por otros autores que han trabajado en la región

    (Galantini et al., 2005).

    - La diferencia de COT entre sistemas pusieron en evidencia una pérdida diferencial en LC, que resultó ser de 328 kg de COT ha

    -1 año

    -1. La mayor parte

    de la pérdida correspondió a la fracción más estable de la MO, el COM con

    aproximadamente 2/3 del total, en menor medida el COPf que representó el

    tercio restante. En contenido de COPg fue ligeramente mayor en LC. Estas

    diferencias marcan la sensibilidad de cada una de las fracciones a los cambios

    debidos al manejo y a las condiciones ambientales, ya que en el caso del COPg la

    diferencia a favor de la LC se debieron a diferentes condiciones durante el año

    de evaluación y no a una constante a los largo del tiempo.

    - La diferencia de Nt en ambos suelos indica que existió una pérdida diferencial en LC de 34,2 kg ha

    -1 año

    -1 de N, del cual la mayor parte correspondió al N

    contenido en la MOM, en menor medida el N de la MOPf y prácticamente sin

    diferencias en el N de la MOPg.

    Estos resultados estarían indicando que el COPg no es un buen indicador de los efectos

    de largo plazo, ya que es más dependiente de las variaciones meteorológicas, tanto

    aquellas que influyen sobre la cantidad de aportes como las que influyen sobre la

    velocidad de descomposición. Por ello, el COPg estará asociado más a la dinámica de

    corto plazo y a la fertilidad del suelo que a su calidad.

    La concentración de CO para el horizonte A fue 1,61 y 1,71% en LC y SD,

    respectivamente. Si se asume un valor promedio de los 25 años en el tratamiento LC

    intermedio entre ambos sistemas ((1,61+1,75)/2) su concentración media de COT sería

    1,68%.

    De esta forma, en base a la cantidad de suelo perdido anualmente por procesos erosivos

    (11,5 Mg ha-1

    año-1

    ) y la concentración media de COT de ese suelo (1,68%), se podría

    estimar que la pérdida de COT por erosión fue en promedio alrededor de 193 kg ha-1

    año-1

    . Es decir, del total de la pérdida relativa anual de COT (328 kg ha-1

    año-1

    ) entre

    sistemas, la mayor parte (aproximadamente el 60%) corresponde a pérdida por erosión y

    la menor parte por la oxidación generada por las labranzas (135 kg ha-1

    año-1

    de COT).

    En esta estimación tiene supuestos con errores que pueden influir en el resultado

    obtenido. Por un lado, si ambos sistemas de labranza produjeron pérdidas de COT

    durante los 25 años, el contenido de COT medio podría ser más alto y la pérdida por

    erosión podría ser mayor.

    Por otro lado, el suelo más susceptible a erosionarse fue la capa superficial, donde la

    concentración de CO es más alta. Si calculamos la perdida por erosión de COT

  • 31

    utilizando la concentración de la capa superficial (sea 0-5 o 0-10 cm) la pérdida por

    erosión supera los 200 kg ha-1

    año-1

    .

    En ambos casos, reforzarían la conclusión de que la mayor parte de la diferencia en

    COT que se observó en favor de la SD se debe a menor perdida por erosión y solo una

    pequeña parte a la menor oxidación de los materiales orgánicos del suelo al ser

    expuestos por la labranza, tal como se postula en muchos trabajos.

    Una práctica común en la región en estudio, y en muchas regiones semiáridas y

    subhúmedas del mundo, es realizar un barbecho largo para acumular el agua de las

    escasas e irregulares precipitaciones y así pueda estar disponible para el cultivo

    siguiente.

    La SD es eficiente en captar y mantener más húmedo el suelo, condiciones ideales para

    una actividad biológica mayor. Ante esta situación, se genera un balance mucho más

    negativo para el CO del suelo durante el periodo con barbecho en SD que en LC, donde

    los materiales orgánicos lábiles están más expuestos pero la disponibilidad de humedad

    limita la actividad biológica que los va a descomponer.

    Consideraciones finales

    La siembra directa conserva los recursos naturales, ya que evita los procesos erosivos,

    aumenta la producción, lo que genera mayor reciclaje y exportación de nutrientes,

    mantiene el suelo cubierto, lo que mantiene la humedad del suelo y favorece la

    actividad biológica generando mayor consumo de carbono.

    Es importante conocer en diferentes situaciones edafoclimáticas la importancia y la

    dirección de cada uno de estos aspectos para lograr maximizar los beneficios

    ambientales de la siembra directa.

    Agradecimientos

    Los autores agradecen al Establecimiento Hogar Funke por posibilitar este estudio al llevar adelante esta

    valiosa experiencia de largo plazo y en particular al Ing. Agr. Cristian Kleine por toda la información

    brindada. Trabajo realizado en el marco del Programa de áreas estratégicas (PAE) del Ministerio de

    Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT) “Biología del Suelo y Producción Agraria

    Sustentable (BIOSPAS, Nº 36976)‖ y del Proyecto ―Dinámica de las fracciones orgánicas y cambios en la

    disponibilidad de N, P y agua en suelos bajo siembra directa‖ Regional Bahía Blanca de AAPRESID,

    CIC-CERZOS-UNS y Profertil SA.

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  • 33

    Tabla 1: Contenido de carbono orgánico total (COT) y en sus fracciones fina (COPf),

    gruesa (COPg) y complejos órgano-minerales (COM) en el año 2011

    Prof. SD LC

    (cm) Fracciones orgánicas (Mg ha-1

    )

    COT COPf COPg COM COT COPf COPg COM

    0-5 11,98 1,85 1,13 9,01 9,48 * 1,07

    ** 0,99

    ns 7,42

    *

    5-10 12,44 1,89 0,28 10,28 9,79 **

    1,08 **

    0,94 **

    7,78 **

    10-20 23,60 3,34 0,39 19,88 21,12 ns

    1,93 **

    0,30 ns

    18,91 *

    0-20 47,68 7,00 1,78 38,91 40,03 **

    4,16 **

    2,35 ns

    33,52 **

    Formas de nitrógeno

    (kg ha-1

    )

    N NMOPf NMOPg Nmin N NMOPf NMOPg Nmin

    0-5 952 141 68 44,8 715 **

    100 **

    67 ns

    29,5 **

    5-10 1066 156 24 25,7 824 **

    105 **

    46 ns

    24,5 ns

    10-15 1935 400 30 32,9 1620 **

    187 **

    27 ns

    15,0 **

    0-20 3953 697 122 103,4 3159 **

    393 **

    140 ns

    68,9 **

    SD, siembra directa; LC, labranza convencional; COT, carbono orgánico total; COPf, COPg y COM;

    carbono orgánico en las fracciones 0,05-0,10, 0,10-20 y 0-05 mm, respectivamente. Para cada fracción de

    CO, N y profundidad, **, * y ns indican diferencias al 0,01, 0,05 o no significativas entre sistemas de

    labranza, respectivamente.

  • 34

    Tabla 2: Contenidos de diferentes fracciones de carbono y nitrógeno en el horizonte A

    en siembra directa (SD) y labranza convencional (LC) durante 25 años,

    diferencia y cambio relativo anual

    Masa COT COPf COPg COM Nt N-MOPf N-MOPg N-MOM

    Mg ha-1 kg ha-1

    SD 3112 52,66 7,79 1,58 43,30 4339 783 128 3428

    LC 2825 44,45 4,46 2,29 37,70 3483 428 145 2910

    Dif 286,7 8,2 3,3 -0,7 5,6 855,8 355,1 -17,3 518,0

    Anual 11,5 0,33 0,13 -0,03 0,22 34,2 14,20 -0,69 20,72

    CO, carbono orgánico; MO, materia orgánica; COT, CO total, COPf, CO particulado fino; COPg, CO

    particulado grueso; MOC, CO asociado a la fracción mineral; N, nitrógeno; Nt, N total; N-MOPf, N-

    MOPg y N-MOM, N en la MO particulada fina y gruesa y en la MO asociada a la fracción mineral.

  • 35

    Eficiencia del uso del nitrógeno y del agua para trigo en suelos del Sudoeste

    Bonaerense

    Juan Manuel Martinez1,*

    ; María Rosa Landriscini1; Juan Alberto Galantini

    2

    1 CONICET- CERZOS;

    2 Comisión de Investigaciones Científicas (CIC)-CERZOS. Dpto. de Agronomía-

    Universidad Nacional del Sur. * Autor de contacto: [email protected]; San Andrés 800-Bahía Blanca, Buenos Aires, 0291-4595102.

    Cuando el agua es un factor limitante de la producción, el nitrógeno es un

    elemento clave para aumentar la eficiencia con que se usa. Si bien al aumentar la

    disponibilidad de nitrógeno aumenta la eficiencia con que se usa el agua,

    paralelamente disminuye la eficiencia con que se usa el nitrógeno. El balance

    adecuado entre ambas eficiencias tiene importancia tanto económica como

    ambiental.

    Introducción

    La Argentina posee un régimen pluviométrico y un balance hídrico que, en rasgos muy

    generales, determina que solo alrededor del 25% de su territorio continental (70

    millones de ha) puede considerarse húmedo. El 75% restante (más de 200 millones de

    ha) sufre, en alguna medida, deficiencias hídricas para la producción agropecuaria

    dependiente de la lluvia (Tuya et al., 2011).

    En estas regiones, semiáridas y subhúmedas, la optimización de la aplicación de

    fertilizantes es difícil, debido a la errática disponibilidad de agua de las precipitaciones.

    En estos casos, se deberían adecuar las aplicaciones a las condiciones de fertilidad

    particulares y al potencial de rendimiento esperado.

    El nitrógeno (N) es un elemento indispensable para maximizar el rendimiento y la

    calidad de los cultivos. Por su dinámica, susceptibilidad a las pérdidas y altos

    requerimientos de las plantas, es uno de los nutrientes deficientes en forma

    generalizada. El cultivo de trigo es la base de los sistemas productivos en una amplia

    región del SO bonaerense. Sus rendimientos son influenciados por las condiciones

    climáticas y las propiedades edáficas, obligando a un uso eficiente del agua y del

    nitrógeno (Galantini et al., 2004).

    Las mejores prácticas de manejo en la nutrición de cultivos y de los fertilizantes

    contribuyen a aumentar la producción y la eficiencia. Si bien la eficiencia en el uso de

    un nutriente se ha definido de maneras diferentes, en general trata de calificar la

    habilidad de un sistema para transformar un insumo en un producto (Fageria y Baligar;

    2005). Estimaciones de la eficiencia en el uso del N (EUN) a nivel mundial (Raun y

    Johnson, 1999) como a nivel de parcelas (Davis et al., 2003; Fageria y Baligar, 2005)

    concuerdan en valores entre el 30 y 50%. Es decir, se utiliza una pequeña parte del N

    que se aplica, con un gran costo económico y ambiental. Para mejorar la eficiencia se

    debe conocer cómo los diferentes factores ligados a la producción la modifican y de esta

    forma plantear estrategias tendientes a maximizarla. La EUN, expresa los kg de grano o

    kg de MS por kg N disponible. Este valor resulta de la eficiencia fisiológica del híbrido

    o cultivar, y el coeficiente de utilización de N (Novoa y Loomis, 1981, Echeverría y

    Videla, 1998).

    mailto:[email protected]://www.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B7CSX-4HGSH43-4&_user=1678366&_coverDate=12%2F31%2F2005&_alid=361574611&_rdoc=1&_fmt=summary&_orig=search&_cdi=18034&_sort=d&_st=4&_docanchor=&_acct=C000054147&_version=1&_urlVersion=0&_userid=1678366&md5=d7a85b53098245899ba7cacfa6e08f10#aff0002#aff0002http://www.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B7CSX-4HGSH43-4&_user=1678366&_coverDate=12%2F31%2F2005&_alid=361574611&_rdoc=1&_fmt=summary&_orig=search&_cdi=18034&_sort=d&_st=4&_docanchor=&_acct=C000054147&_version=1&_urlVersion=0&_userid=1678366&md5=d7a85b53098245899ba7cacfa6e08f10#aff0002#aff0002

  • 36

    La aplicación de N en la región semiárida tiene una baja eficiencia por las pérdidas que

    se producen en los años lluviosos, donde el cultivo puede expresar su máximo potencial,

    y por el déficit que se genera en los años secos, en los que hay una demanda extra de

    agua que no puede ser satisfecha.

    El agua disponible es, generalmente, el principal factor que limita el crecimiento y

    rendimiento de los cultivos en condiciones de secano (Andrade et al, 1996). Por lo

    tanto, el factor clave para alcanzar mejores resultados en la agricultura de secano es

    tratar de maximizar el uso del agua por parte de los cultivos (Fraschina et al., 2003;

    Galantini et al., 2006).

    La eficiencia de uso del agua (EUA) de un cultivo puede ser definida en distintas

    escalas. De manera general, en condiciones de secano, se la define como el rendimiento

    o producción de biomasa por unidad de agua consumida (Micucci, 2002). En general, la

    adecuada nutrición del cultivo presenta un impacto positivo en la EUA atribuido a una

    mejora en el crecimiento y en el rendimiento del cultivo. Caviglia y Sadras (2001)

    atribuyeron el aumento de la eficiencia de uso del agua debido a la fertilización

    nitrogenada a un incremento en la eficiencia de uso de la radiación por incremento de la

    concentración de N en las plantas que incrementa a su vez la capacidad fotosintética del

    cultivo de trigo.

    La SD junto con otras prácticas de manejo de suelo como rotaciones, barbecho y

    fertilización, y de cultivo como fecha de siembra, cultivares y control de malezas

    producen un impacto positivo en la EUA e incrementan los rendimientos. Este impacto

    positivo resulta muy beneficioso en zonas de producción en secano y con balance

    hídrico negativo (como lo son las zonas áridas y semiár