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Abordar una temática tan amplia como la Ciencia y la Medicina en Nueva Granada en el tiempo limitado que nos han aconsejado los orga- nizadores de estas jornadas supone una tarea un tanto osada. Parece, cier- tamente, una tarea difícilmente abordable, pretender abarcar al menos una parte significativa de los procesos que con Ciencia y Medicina podemos relacionar a lo largo de la presencia española en este territorio americano, durante toda la etapa colonial. Y preciso el término de “etapa colonial”, pues la región neogranadina no se convierte en Virreinato hasta el siglo XVIII. Hasta el siglo XVIII había perdurado la primitiva organización a base de dos virreinatos: Nueva España, con cinco audiencias y diecinueve gobernaciones, y Perú, con cinco audiencias y diez gobernaciones. Pero lo desmesurado del territorio, el peligro extranjero, el contrabando y la misma política reformista determinaron una subdivisión que originó la existen- cia ya de cuatro virreinatos en el siglo XVIII. Precisamente este siglo XVIII y los primeros años del XIX tendrán alguno de los referentes científicos y médicos más señalados en la historia neogranadina, en torno a lo que supuso la labor de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, bajo Ciencia y medicina en la Nueva Granada 9 Ciencia y medicina en la Nueva Granada Marcelo Frías Núñez Este trabajo se enmarca dentro de los proyectos HAR2009-12418/HIST, MICINN y CSD008-00077, MICINN.

Ciencia y medicina en la Nueva Granada - fcs.es · y los primeros años del XIX tendrán alguno de los referentes científicos y médicos más señalados en la historia neogranadina,

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Abordar una temática tan amplia como la Ciencia y la Medicina enNueva Granada en el tiempo limitado que nos han aconsejado los orga-nizadores de estas jornadas supone una tarea un tanto osada. Parece, cier-tamente, una tarea difícilmente abordable, pretender abarcar al menos unaparte significativa de los procesos que con Ciencia y Medicina podemosrelacionar a lo largo de la presencia española en este territorio americano,durante toda la etapa colonial. Y preciso el término de “etapa colonial”,pues la región neogranadina no se convierte en Virreinato hasta el sigloXVIII. Hasta el siglo XVIII había perdurado la primitiva organización abase de dos virreinatos: Nueva España, con cinco audiencias y diecinuevegobernaciones, y Perú, con cinco audiencias y diez gobernaciones. Pero lodesmesurado del territorio, el peligro extranjero, el contrabando y la mismapolítica reformista determinaron una subdivisión que originó la existen-cia ya de cuatro virreinatos en el siglo XVIII. Precisamente este siglo XVIIIy los primeros años del XIX tendrán alguno de los referentes científicos ymédicos más señalados en la historia neogranadina, en torno a lo que supusola labor de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, bajo

Ciencia y medicina en la Nueva Granada 9

Ciencia y medicina en la Nueva Granada

Marcelo Frías Núñez

Este trabajo se enmarca dentro de los proyectos HAR2009-12418/HIST, MICINN y CSD008-00077, MICINN.

la dirección del médico gaditano José Celestino Mutis, de lo que les hablarémás adelante. Antes, quiero agradecer al profesor Javier Puerto, como direc-tor de este ciclo sobre los virreinatos y a la Fundación de Ciencias de laSalud, de la que el profesor Puerto es Patrono, la deferencia que han tenidoinvitándome a participar en el ciclo Desde la Memoria: Historia, Medicinay Ciencia en tiempo de Los Virreinatos, encargándome que me ocupara dehablarles de Ciencia y Medicina en Nueva Granada.

Tratar de Ciencia y Medicina en Nueva Granada conlleva obligato-riamente abordar temáticas de las que les hablarán en próximas jorna-das de este ciclo: Botánica, Medicina, Minería, Medicamentos america-nos, Viajes y viajeros científicos. El hecho de ser la persona que inicieeste ciclo me va a permitir abordar alguno de ellos, con la complicidadde saber que soy el primero que les habla de ellos, y que ciertamenteverán completados –muy bien completados, tendría que señalar, dada lacalidad de los conferenciantes previstos en las próximas jornadas–.

Adaptándome al tiempo previsto para esta intervención, como les decía,voy a presentarles tres elementos seleccionados sobre la Ciencia y la Medi-cina neogranadinas. Como toda elección, ésta es selectiva, pero creo quelas tres alusiones y los momentos que conllevan significan un cambio queva más allá de su propia referencia científica o médica. Las tres suponenun “antes y un después” en el desarrollo histórico de la Nueva Granada,con repercusiones que irán mucho más allá de su propio territorio.

Como ya les adelantaba en el inicio, el siglo XVIII es la referenciaprincipal en esta temática. Con todo, intentando contemplar al menosuna parte de la historia colonial no virreinal, en el caso de la Nueva Gra-nada, interpretando el sentido de este ciclo, les daré en primer lugaralguna pincelada de momentos, actuaciones y significación del que yoconsidero personaje clave en esta etapa anterior y también referente parala historia de la medicina y de la cirugía. En un segundo momento ya

Desde la memoria. Historia, Medicina y Ciencia en tiempo de... Los Virreinatos10

me instalaré en el siglo XVIII, destacando la labor llevada a cabo porMutis, al que les citaba al principio, y el proyecto que sirvió de referenteobligado a la ciencia neogranadina de aquellos años. Finalmente, les pre-sentaré una propuesta sanitaria que supone, ya en el periodo final delvirreinato y de la presencia colonial española, un cambio conceptualen la temática concreta de la percepción de la enfermedad.

La historia que no nació en el siglo XVIII

Como acertadamente señala Estela Restrepo1, ya desde comienzos delsiglo XVI encontramos como muchos médicos europeos habían experi-mentado con hierbas americanas, y algunos describían sus característicasy propiedades. La descripción de los diversos seres del territorio americanollegaba a Europa a través de España, con relatos como los de Fernándezde Oviedo (1535), Sahagún (1560), De Las Casas (1566), Hernández(1571) o Acosta (1591). Sin entrar ahora a valorar las aportaciones de cadauno de ellos, nos encontramos en 1565 con la publicación de un libro enlengua romance en el que se anunciaban “las cosas que traen de nuestrasIndias occidentales que sirven al uso de la medicina”. Libro que sería tra-ducido muy pronto al conjunto de las lenguas más utilizadas en la Europade entonces: al latín, al inglés, al francés, al italiano, al alemán y también,aunque de forma parcial, al holandés. Estoy haciendo referencia, como segu-ramente hayan adivinado, a la obra de Nicolás Monardes, considerado elprimer gran autor sobre las especies medicinales del continente americano2.

La obra de Monardes es la primera que puso realmente en circula-ción en Europa el conjunto de tesoros botánicos americanos y se cons-

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1 RESTREPO ZEA, E. “Del Arte Común de Curar a España y las Indias Occidentales”, Anuario Colombiano de His-toria Social y de la Cultura, 24, 1997, pp. 351-357.

2 MONARDES, N. Primera y segunda y tercera partes de la Historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indiasoccidentales, Sevilla, 1574. Utilizamos la edición de DENOT, E. y SATANOWSKY, N. N. Monardes. Herbolaria deIndias, Turner, México, 1990.

tituyó rápidamente en fuente imprescindible tanto para los interesadosen la Historia Natural, como para aquellos interesados en el uso de hier-bas con propiedades curativas. Así, son abordadas plantas de la NuevaGranada que ya habían sido conocidas por los primeros españoles quehabían llegado al litoral caribeño de la actual Colombia, entre ellas: elguayacán, la pimienta luenga, las habas, el pipinichi, el tabaco, la ceba-dilla, la trementina, la canela, el ruibarbo o la guayaba3.

Antes del siglo XVIII y desde los primeros viajes de Colón, entre losespañoles que llegaban a América se encontraban tanto médicos como ciru-janos, aunque la mayor parte de ellos no nos han dejado escritas sus expe-riencias. Sin embargo, como señala Hugo Sotomayor, para el territorio delo que es la actual Colombia conocemos al menos tres textos de estos siglos.Uno corresponde al siglo XVI, titulado Milicia y descripción de las Indias,del soldado Bernardo de Vargas Machuca, del que hay una primera edicióncontemporánea en 18924. Los otros escritos son del siglo XVII. El primero,Discursos medicinales, del médico portugués Juan Méndez Nieto, redactadoen Cartagena de Indias, en 1607 y posteriormente publicado en España5.El segundo es la obra del cirujano Pedro López de León, Pratica y Teoricade las apostemas6, que fue publicada por primera vez en Sevilla, en 1628,alcanzando hasta cinco reediciones en el siglo XVII. López de León ejerció

Desde la memoria. Historia, Medicina y Ciencia en tiempo de... Los Virreinatos12

3 RESTREPO ZEA, E. op. cit., p . 352.4 SOTOMAYOR, H. “Cirujano licenciado Pedro López de León y su libro Práctica y Teórica de las Apostemas (siglo

XVII)”, Repertorio de Medicina y Cirugía, 18 (1), 2009, pp. 53-64. Sotomayor indica que el libro de VargasMachuca se terminó de redactar en 1595 pero “sólo se publicó en Madrid en 1892”. Sin embargo, en esta edi-ción de 1892 –Librería de V. Suárez– se señala la primera impresión en Madrid, en 1599. Una edición másreciente es la de M. Cuesta Domingo y F. López-Ríos Fernández, publicada en Valladolid, Seminario Iberoa-mericano de descubrimiento, 2003.

5 MÉNDEZ NIETO, J. Discursos medicinales, compuesto por el licenciado…, manuscrito fechado en Cartagena deIndias en 1607. Una edición reciente es la de L. Sánchez Granjel, con transcripción de G. del Ser Quijano yL.E. Rodríguez-San Pedro, Editado por la Universidad de Salamanca y la Junta de Castilla y León en 1989. Elmanuscrito original se encuentra en la Universidad de Salamanca. Un interesante interpretación sobre su figuraes la de M. Lux Martelo, “El Licenciado Juan Méndez Nieto, un mediador cultural: apropiación y transmi-sión de saberes en el Nuevo Mundo”, Historia crítica, nº 31, 2006, pp. 53-76.

6 LÓPEZ DE LEÓN, P. Pratica y Teorica de las apostemas en general y particular. Cuestiones y praticas de cirugía de heri-das, llagas y otras cosas nuevas y particulares, Sevilla, 1628.

en la ciudad sevillana, donde se publicó la primera edición de su obra, peroésta era el resultado de sus trabajos durante más de treinta años en tierrasdel Nuevo Reino de Granada, donde había llegado en la última década delsiglo XVI como médico del presidio de las galeras. Su laboriosa dedicacióncon los vecinos de Cartagena de Indias, tuvo también extensión a otros gru-pos entre los que encontramos marineros, condenados a galeras, reclusosdel presidio y también los pacientes del Hospital de San Sebastián.

La importancia de López de León como cirujano radica en las pre-sentaciones iconográficas de instrumentos utilizados en cirugía. Obraquirúrgica que ha sido considerada como el primer referente del NuevoReino de Granada y quizás también pionero en toda América. López deLéon hace acertadas descripciones de enfermedades hoy conocidas comoel escorbuto, disenterías, pleuritis, bocio o sífilis, pero son sus procedi-mientos quirúrgicos, y los dibujos de los instrumentos que usó y fabricólo que le hacen especialmente singular, como ha señalado el experto enmuseología médica Felipe Cid7.

Veamos algunas de estas representaciones: en la figura 1, se puedenreconocer, tal como ha identificado Hugo Sotomayor8, en los dibujosidentificados con los números 1, 9 y 13 aquellos cortantes de tipo esco-plos; en los 2, 3 y 12: diferentes tipos de cuchillos, en el 8: una segueta;en los números 20, 21 y 22 parecen representarse elementos para inter-venir en fracturas y amputaciones, y con el número 28 encontramos dosdecenas de tipos de cauterio. En la figura 2, encontramos, con los núme-ros 29, 30, 31 y 32 unos cauterios con sus cañas; los objetos identifica-dos como 34, 35 y 36 parecen ser unas ventosas.

Estos dibujos de instrumentos quirúrgicos de hierro y de los proce-sos para su elaboración son considerados como una referencia impres-

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7 SOTOMAYOR, H. op. cit., 53-64.8 Idem, p. 54.

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FIGURA 1. LÓPEZ DE LEÓN, P. Pratica y Teorica de las apostemas, Sevilla, 1628.(Fuente: SOTOMAYOR, H. “Cirujano licenciado Pedro López de León y su libroPráctica y Teórica de las Apostemas (siglo XVII)”, Repertorio de Medicina y Ciru-gía, 18 (1), 2009, pp. 53-64.

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FIGURA 2. LÓPEZ DE LEÓN, P. Pratica y Teorica de las apostemas, Sevilla, 1628. (Fuente: SOTOMAYOR, H. “Cirujano licenciado Pedro López de León y su libroPráctica y Teórica de las Apostemas (siglo XVII)”, Repertorio de Medicina y Ciru-gía, 18 (1), 2009, pp. 53-64).

cindible tanto desde la perspectiva museológica médica general y comocolombiana en particular. El único parangón en la historia médica colom-biana, señala Sotomayor, pueden ser los objetos descritos por Juan deVargas, de Santafé de Bogotá, en testamento, en 1633, sobre el que hatrabajado y publicado recientemente Paula Ronderos9.

La Expedición que –casi– todo lo abarca

La segunda pincelada, como les adelantaba al principio, pertenece yaal siglo XVIII –prolongándose en los primeros años del XIX–, en unosmomentos en que Nueva Granada ya se ha convertido en nuevo Virrei-nato, con independencia del de Perú, y un siglo clave también en lo quese refiere a ciencia y medicina en el Virreinato.

El virreinato del Nuevo Reino de Granada se había conformado demanera definitiva en 1739 con la integración de los territorios de NuevaGranada, Venezuela y Quito, abarcando una extensión superior a lostres millones de kilómetros cuadrados. La llegada del siglo XVIII trajouna época de decadencia y crisis. En estos años, hubieron de dedicarsegrandes sumas al esfuerzo militar necesario para frenar las incursio-nes piratas en la costa caribeña, al tiempo que los virreyes implanta-ron nuevos impuestos –dentro de la reorganización fiscal del virrei-nato–.

Y referente científico clave, sin duda, como exponente de las empre-sas que se estaban apoyando desde la metrópoli, por la Corona Española,pero también por las propias dinámicas que generó en Nueva Granadafue la Real Expedición Botánica. Una Expedición, denominada Botá-

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9 RONDEROS, P. “De objetos a artefactos: el oficio de la barbería en el Nuevo Reino de Granada del siglo XVII”,en La huella de los objetos, segundas jornadas internacionalesde arte, historia y cultura colonial; 2008 mayo 21-24; Bogotá: Museo de Arte Colonial, Museo Iglesia Santa Clara.

nica, pero que en realidad se convirtió en toda una institución científicaen las tierras neogranadinas10.

Y en ella, debemos destacar la figura de un médico gaditano que sepuso al frente de este proyecto expedicionario. Se ha venido señalando enla mayor parte de los estudios y trabajos sobre las actividades de José Celes-tino Mutis en el destacado papel que ocupa entre las personalidadeshispanocolombianas que han aportado un empuje decisivo en el com-plejo mundo de la actividad científica. Es en este sentido donde su figuradestaca con luz propia. Mutis, cuyo referente se asocia principalmente alos trabajos botánicos, abarcó muchos otros campos de la ciencia: medi-cina, minería, astronomía, matemáticas11. Es por ello necesario que noscentremos en un primer momento en el personaje.

La primera cuestión que se plantea es la manera de abordar su figura,similar pero con claras diferencias a la de otros personajes semejantes delsiglo XVIII que se movieron entre las actividades científicas y otras muchasocupaciones. ¿Cómo debemos tratar la labor de estos personajes? ¿Cómoestudiar sus múltiples actividades? ¿Como “científicos”? ¿Como “gesto-res científicos”? En el caso de Mutis y del Nuevo Reino de Granada nohay dudas sobre su labor científica; su propia formación en medicina, lapráctica médica que desarrolló, su continua aplicación a las novedadesde la botánica lo avalan desde esta perspectiva. Junto a ello, y en líneacon sus intereses variados, encontramos también su dedicación docentea las matemáticas o su acercamiento a la astronomía.

Sin embargo, considero que tan relevante o más fue su labor de ges-tión en todo el desarrollo científico del Nuevo Reino de Granada: pro-

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10 FRÍAS NÚÑEZ, M. Tras el Dorado Vegetal. José Celestino Mutis y la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino deGranada (1783-1808), Diputación Provincial, Sevilla, 1993.

11 FRÍAS NÚÑEZ, M. “José Celestino Mutis: History of a Passion”, Mutis and The Royal Botanical Expedition to theNuevo Reyno de Granada, CSIC/Lunwerg Ed., Barcelona, Madrid, México, 2008, pp. 4-8.

yectos de explotaciones mineras en la Montuosa, en Pamplona y en lasminas del Real de El Sapo, en Ibagué, sus tentativas empresariales ycomerciales al frente de la quina, la canela o el té de Bogotá aparecen enesta dirección. Esta perspectiva de gestor de la ciencia también quedaríade manifiesto en otras facetas más académicas, como sus propuestas deplanes de estudio universitarios y en su participación en la construccióndel Observatorio Astronómico. Evidentemente, aún destaca más en estesentido toda su labor dirigiendo ese gran proyecto que le ha dado renom-bre más allá del mundo científico hispanocolombiano: la ExpediciónBotánica.

De todas las facetas que acabamos de mencionar querría hacer men-ción a su interés por las explotaciones mineras. Su intento de conse-guir un mejor rendimiendo en ellas le haría compaginar minería e his-toria natural. El negativo juicio que le inspiró el estado de los trabajosmineros a punto estuvo de hacerle abandonar el virreinato y de marchara Suecia con el objetivo de instruirse en las materias propias de la mine-ría. Concretamente Mutis cuestionaba el método tradicional que seempleba, el de amalgamación, defendiendo la conveniencia de poten-ciar la técnica de fundición. Sin embargo, pudieron más con él sus inte-reses de naturalista y su proyecto de estudio de la flora del Nuevo Reinode Granada.

Es así que, desde 1783, con la aprobación oficial del proyecto de Expe-dición Botánica, se abría un nuevo espacio en el quehacer científico. Yano estamos hablando de la actuación personal de un individuo sino deun amplio proyecto que se convertiría en el eje vertebrador de las aspi-raciones científicas de gran parte de la sociedad neogranadina. No les voya hacer un listado de todas las actividades y realizaciones de esta expedi-ción a lo largo de 25 años, pero sí señalarles alguno de los elementos quehe considerado clave a lo largo de una dilatada trayectoria de acercamientoa lo que históricamente supuso este proyecto de Expedición Científica.

Desde la memoria. Historia, Medicina y Ciencia en tiempo de... Los Virreinatos18

a) Desde la dirección del proyecto iban a estar presentes las referen-cias ilustradas. Mutis se había formado como tal y así proyectaba unavisión de racionalidad en su acercamiento a las posibles explotaciones dela naturaleza y al aprovechamiento de sus recursos. El sentido de “lo útil”estará presente en todas sus actividades, y en el caso de las plantas, nosqueda su deseo de ir descubriendo la posible utilidad de cada una deellas. Propiedades medicinales e intereses comerciales se darán a menudola mano en este recorrido.

b) En dicho interés por las posibles aplicaciones de los recursos, tresplantas iban a centrar su interés y parte importante de sus actividades:la quina, la canela y el té. Admitido ya por la práctica totalidad de la his-toriografía sobre Mutis, la obsesión por la quina marcó gran parte deldevenir, no solo de sus actividades personales, sino de todo el proyectode Expedición. Labor que tuvo su implicación asimismo en gran partedel Virreinato neogranadino. Una quina deseada desde Europa, cuyascualidades eran destacadas desde los púlpitos científicos12, en una épocadonde las fiebres tercianas hacían estragos, y que se iba a convertir enla cuestión que centró los intereses de médicos y botánicos13. Las expec-tativas creadas en torno a ella tienen su reflejo a partir de 1785 cuandose llegó incluso a conformar un plan de monopolio real del específico14.

c) La canela dio lugar a prácticas similares. En el caso de este pro-ducto desde fechas tempranas se sabía que la planta americana no erala Cinnamomum, la canela que comerciaban los holandeses. Pero no porello se desistió de trabajar su explotación e intentar aprovechar sus posi-

Ciencia y medicina en la Nueva Granada 19

12 FRÍAS, M. “La Matière Médicale américaine: Le sujet du quinquina et les Dictionnaires d’Histoire Naturelle”,Biological and Medical Sciences, Brepols Publishers, Belgium, 2002, pp. 83-93.

13 FRÍAS NÚÑEZ, M. “Teoría y práctica sobre la quina entre los siglos XVIII y XIX”, Medicina e Historia, (Mono-gráfico) Barcelona, 2003.

14 Sobre el establecimiento del Estanco de las Quinas, sus incidencias y reales resoluciones, AGI, Indiferente General,1554. Archivo del Real Jardín Botánico de Madrid (ARJBM), III, Documentación oficial, Informes. M. FRÍAS,op. cit., 1993, pp. 196-206.

bles utilidades15. Aún hoy hay más sombras que claros en la decisiónde abandonar el interés por la canela americana hacia 1790, y la salidade ésta de los intereses de la Expedición. Falta de confianza desde la direc-ción, pero seguramente también otras prioridades se estaban imponiendocon el traslado de los expedicionarios aquel año desde la población deMariquita a la capital Santa Fé16.

d) Por su parte, el té, denominado “de Bogotá”, contó con un desa-rrollo particular, pero con circunstancias y características comunes alos otros dos ramos que les acabo de citar. Como sucedía con la canela,el té de Bogotá suponía la posibilidad de ofrecer a la Corona españolaun producto que pudiera competir en este campo con las otras nacio-nes. La canela americana apareció, como les he señalado anterior-mente, como una posibilidad de competir con el comercio de la canelade Ceilán. El té de Bogotá, por su parte, se presentaba como un pro-ducto idóneo en competencia con el té de China. Y en otro ordende funciones, el té de Bogotá también tuvo similitudes con la plantade la quina. Se hicieron igualmente acopios a gran escala, con un meca-nismo similar al de la quina de recolección, almacenamiento y envíoposterior a la península. En el caso del té de Bogotá, fue la Coronaespañola la que puso fin a las expectativas que había despertado estaplanta17.

e) Aparece claro, por lo tanto, cómo el proyecto de esta Expedicióncientífica conllevó y alentó el impulso de una incipiente industria comer-cial en el virreinato neogranadino. El interés y los consiguientes pro-yectos y trabajos sobre la quina y el té dieron lugar a unas dinámicas

Desde la memoria. Historia, Medicina y Ciencia en tiempo de... Los Virreinatos20

15 FRÍAS, M. y GALERA, A. (Ed.) Pedro Fernández de Cevallos. La ruta de la canela americana, Editorial Dastin,2002. FRÍAS, M. y GALERA, A. “La región de “Canelos” y el referente de la canela en el continente americano”,Miríada Hispánica, 2011, University of Virginia/Valencia, pp. 31-51.

16 FRÍAS, M. op. cit., 1993, pp. 231-244. 17 Examen del té de Bogotá, por GÓMEZ ORTEGA, C. 1786, ARJBM, III, Documentación oficial, Informes.

FRÍAS, M. op. cit., 1993, pp. 211-222.

de auténtica empresa: los cosecheros entregaban sus colecciones, éstaseran almacenadas en Mariquita y en Honda desde donde se preparabael envío hacia la Península. Para el transporte en el virreinato se esta-bleció un sistema a través del río Magdalena, desde Honda hasta Car-tagena, y desde aquí por la ruta oceánica salían hacia España. Los tra-bajos de la Expedición sirvieron asimismo para configurar una serie dedinámicas y relaciones laborales que revitalizaron la vida comercial delvirreinato. Asimismo, contribuyó a despertar inquietudes culturales ycientíficas en las distintas poblaciones a las que iban llegando los ecos delas labores de los expedicionarios, síntoma del propio movimiento de lasociedad neogranadina. Todo ello dio lugar a diferentes colaboracio-nes, muchas veces espontáneas, con la propia Expedición.

f ) Sin embargo, la consagración de la Expedición y de su propio pro-yecto entre los círculos científicos fue el trabajo sobre la Flora de Bogotá,que permitió la identificación de numerosísimas especies vegetales delNuevo Reino de Granada. Los trabajos sobre la Flora dieron lugar a unapotenciación de la práctica pictórica naturalista, con la necesaria apor-tación de los dibujantes y pintores naturaslitas. La creación de una escuelabotánica de dibujo es otra referencia clave en la proyección de la Expe-dición.

g) La Expedición Botánica estableció un rígido sistema vertical detrabajo, cuyo análisis nos permite ampliar el conocimiento de la estruc-tura de una empresa científica. En la cúspide se hallaba Mutis en tantoque director de los trabajos, pero también como regulador del com-portamiento y relaciones diarias de los trabajadores. Este aspecto, deconnotaciones marcadamente paternalistas, iba a plantear continuosproblemas, sobre todo con algunos pintores. Esta constatación nos hahecho abrir una nueva mirada sobre las implicaciones sociales de unproyecto científico, ciertamente paradigmático en el caso que nosocupa.

Ciencia y medicina en la Nueva Granada 21

En los cuadros que acompañamos podemos ver con detalle algunosde estos aspectos principales del día a día de la Expedición. En la figura3: Porcentajes de Gastos Generales durante la Etapa de Mariquita, entre1783 y 1790; en la figura 4: Porcentajes de Gastos Generales durante laEtapa de Santa Fé, entre 1791 y 1808; y en la figura 5: una comparativade las principales partidas de los gastos generales.

Mejor que curar: prevenir con la propia enfermedad

El tercer elemento o pincelada que les señalaba al principio, en líneacon la solicitud de los organizadores de estas jornadas, tiene que ver tam-

Desde la memoria. Historia, Medicina y Ciencia en tiempo de... Los Virreinatos22

Pers. cient-Direcc., 30

Pintores, 30Gasto diario, 13

Acop. y otrosgastos, 8

Criados-Herb., 2Esclavos, 3

Material oficina, 3Mantenimiento, 3

Escribientes, 1Edificios-Obras, 4

Gastos de la Quinta, 2

FIGURA 3. Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada Gastos generales -Etapa de Mariquita (1783-1790) (Porcentajes). (Fuente: FRÍAS NÚÑEZ, M. “Aspec-tos económicos y comerciales de las expediciones científicas: el proyecto del NuevoReino de Granada”, José Celestino Mutis en el bicentenario de su fallecimiento (1808-2008), Real Academia Nacional de Farmacia, Madrid, 2009, pp. 249).

bién con el siglo XVIII y mantiene asimismo relación con la labor deMutis, aunque en este caso igualmente tiene una proyección muchomayor. En el elemento que ahora les propongo, la cuestión es claramentemédica, en cuanto que concierne a las epidemias de viruelas y su manerade abordarlas. Y no voy ahora a relatarles pormenorizadamente las cir-cunstancias que acaecieron en la lucha contra estas epidemias, que yahemos recogido en otros trabajos. Baste ahora recordar la imagen trágicaque la viruela había dejado tradicionalmente, en América igual que enEuropa. El temor a estas epidemias iba a estar presente, por lo tanto,en las distintas dinámicas que encontramos en el virreinato. Una apro-ximación conceptual a este referente nos permite:

Ciencia y medicina en la Nueva Granada 23

Pers. cient-Direcc., 27

Pintores, 39

Gasto diario, 15

Acop. y otrosgastos, 2

Criados-Herb., 2Esclavos, 1

Material oficina, 2Mantenimiento, 5

Escribientes, 5 Instrumentos, 1

FIGURA 4. Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada Gastos generales -Etapa de Santa Fe (1791-1808) (Porcentajes). (Fuente: FRÍAS NÚÑEZ, M. “Aspec-tos económicos y comerciales de las expediciones científicas: el proyecto del NuevoReino de Granada”, José Celestino Mutis en el bicentenario de su fallecimiento (1808-2008), Real Academia Nacional de Farmacia, Madrid, 2009, pp. 250.

a) Profundizar en el papel de la institucionalización como fenómenocanalizador de la implantación de estructuras científicas.

b) Delimitar los agentes que intervienen en el proceso epidémico.

c) Valorar el papel del individuo como fenómeno en el proceso his-tórico a través de su relación con la enfermedad.

d) Estudiar la repercusión de las epidemias de viruelas en la sociedadneogranadina, como posible causa de los cambios en la concep-ción de la enfermedad y como impulsora de una sociedad quecamina en su diferenciación de la española peninsular.

Desde la memoria. Historia, Medicina y Ciencia en tiempo de... Los Virreinatos24

Pers. cie

nt-Direc

c.

Pintores

Gasto diari

o

Acop. y otros gastos

Criados-H

erb.

Esclavos

Material

oficina

Mantenimien

to

Escribien

tes

50

40

30

20

10

0

Etapa de Mariquita (1783-1790) Etapa de Santa Fé (1791-1808)

FIGURA 5. Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Comparativa- Principales partidas Gastos generales - Etapas Mariquita - Santa Fe. (Fuente: FRÍAS

NÚÑEZ, M. “Aspectos económicos y comerciales de las expediciones científicas:el proyecto del Nuevo Reino de Granada”, José Celestino Mutis en el bicentenario desu fallecimiento (1808-2008), Real Academia Nacional de Farmacia, Madrid, 2009,pp. 250).

Vamos a detenernos en cada una de ellas.

a) La lucha contra la viruela ha sido resaltada desde su vertiente ins-titucionalizadora tanto en España como en América. Ya hemos hechoreferencia en otras circunstancias al elemento institucionalizador encuanto a su potenciación a lo largo del siglo XIX18. Es, sin embargo, amediados del siglo XVIII cuando se comienzan a sentar las bases de esteproceso que intentaron concretar espacios institucionales, desde unadoble vertiente: los planteamientos teóricos y la práctica médica. No setrata de valorar la efectividad de los tratamientos, sino de abordarloscomo fenómenos canalizadores de la implantación de estructuras cien-tíficas, en la medida que se potencia el principio de racionalidad, la regla-mentación y el seguimiento de la lucha contra las epidemias. Las epide-mias de viruela, y la lucha que se mantuvo frente a ellas, marcaron elintento de sentar las bases de una actuación metódica, producto del aná-lisis y la experimentación.

Aquí debemos hacer referencia a la originalidad de la Expediciónde la Vacuna, ya en el siglo XIX, dirigida por Balmis y Salvany, en lamedida en que se trataba de una Expedición médica19. Y dentro de latradición expedicionaria y aventurera, tanto europea como española, estosignificaba un cambio cualitativo. Ya no se estaban estableciendo pro-yectos de descubrimientos o conquistas del tipo tradicional, ni siquierade los que primaron en las expediciones científicas que se sucedieron alo largo del siglo XVIII. En una clara consonancia con las nuevas ten-dencias que en materia de sanidad e higiene pública se habían ido impo-niendo durante el siglo, la Expedición de la Vacuna pretende otro tipode conquista, la de erradicar la enfermedad, la de combatir y prevenir las

Ciencia y medicina en la Nueva Granada 25

18 FRÍAS, M. y GALERA, A. “Aspectos médico-sanitarios en la institucionalización científica en los inicios del sigloXIX”, IX Congreso de la SEHCYT, Cádiz, 2006, pp. 295-302.

19 AGI, Indiferente General, 1558-A. RAMÍREZ MARTÍN, S.M. La salud del Imperio. La Real Expedición Filantró-pica de la Vacuna, Doce Calles, 2002.

epidemias de viruela, una apuesta por la salud pública. Y en este casotambién aparece el tema institucionalizador. La Expedición de la Vacunaes institucionalizadora, como proyecto de la Corona española. Tenemosnoticias de la llegada de la vacuna al virreinato neogranadino y otrasregiones del continente americano antes de la Expedición de Balmis ySalvany. Sin embargo, ninguna de esas acciones contaba con la organi-zación y respaldo institucional que tuvo la Expedición de la Vacuna.La actuación de Salvany en el virreinato contribuyó, además, a poten-ciar una serie de actuaciones, como las formaciones de Juntas de Vacu-nación, que darían un fuerte impulso al proceso institucionalizador dela medicina en Nueva Granada20.

b) Esta apuesta de la Corona española por la salud aparece entre-mezclada con las propias aspiraciones de la sociedad neogranadina. Elcuadro que nos ayuda a entenderlo viene marcado por la diversidad deagentes que intervienen en el proceso epidémico y que podemos abor-darlos desde tres niveles:

1. Normativas y disposiciones oficiales emanadas desde la Corona.Es, sin duda, el nivel que aparece más homogéneo. Sus interesesy objetivos inciden en la potenciación de la concepción de utili-dad pública, en línea con la preocupación de los ilustrados en con-servar la población y al intento de control de la epidemia y de lapropia población.

2. La administración virreinal aparece en el segundo nivel. Aquí se vana compartir muchas de las orientaciones del anterior nivel, aun-

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20 Archivo Nacional de Colombia, Colonia, Miscelánea, tomo 2. FRÍAS NÚÑEZ, M. “Planes de establecimiento deJuntas Centrales de Vacuna en la institucionalización de la medicina en Colombia”, Enfermedad, clínica ypatología. Estudios sobre el origen y desarrollo de la Medicina Contemporánea, Madrid, Editorial Complutense,1993, pp. 89-102. RAMÍREZ MARTÍN, S. “Las Juntas de Vacuna, prolongación de la obra sanitaria de la “RealExpedición Filantrópica de la Vacuna” (1803-1810)”, Ars Médica. Revista de Humanidades, Vol.2, nº2, noviem-bre, 2003, pp. 314-317.

que también irán marcándose las diferencias. Los propios virreyesserán los principales protagonistas de este grupo y se encontraráncon una doble dinámica. De un lado, como ejecutores de las nor-mas que llegan desde las instancias gubernativas. Por otro, a travésde las propias reglamentaciones del virreinato, más cercanas a la rea-lidad americana. El resto de autoridades locales conforman un sub-grupo, especialmente los gobernadores provinciales y, sobre todo,los cabildos. Este subgrupo marcaría un paso mayor aún en el acer-camiento a la realidad social del virreinato: junto a las motivacio-nes e intereses oficiales, aparecen ahora elementos particulares, encírculos más íntimos, como es la preocupación de dichos dirigen-tes por su propia situación personal y la de su familia.

3. El tercer nivel aparece copado por el grueso de la población del virrei-nato. Las familias distinguidas y los propios médicos permiten con-formar un subgrupo diferenciado. Los representantes de la Iglesiaestarían incluidos en un segundo subgrupo, mientras que el ter-cero estaría compuesto por la plebe. En este nivel vamos a encontrarun interés doble entre las motivaciones “profesionales” y los condi-cionamientos personales. José Ignacio de Pombo, comerciante deCartagena, es un claro ejemplo de esta situación. En Pombo van aconfluir su preocupación por la incidencia de la viruela en la posi-ble falta de trabajadores, con los condicionantes y preocupacionesde protección de su familia frente a la epidemia. Doble perspectivaque también van a vivir los médicos del virreinato. Mientras, la plebe,tendrá la preocupación casi única de salvar la propia vida.

c) Como les adelantaba antes, en la cuestión de la medicina tambiéntenemos que hacer referencia al papel del individuo como fenómeno enel proceso histórico: las iniciativas particulares en el virreinato, tanto deautoridades como de vecinos, fueron un complemento decisivo a las accio-nes institucionales. Esta individualidad, que sin duda estaba inmersa en

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una sociedad que condicionaba sus actuaciones, dio forma y realidad a unalarga serie de Instrucciones, Métodos, etc., que no tendrían su verdaderosentido si nos quedásemos únicamente en su aspecto normativo. Aquí,la figura de Mutis vuelve a aparecer con una especial significación. Comoles dije hace unos momentos, la complejidad y los agentes que intervie-nen en el proceso son numerosos. Pero también es evidente que el estudiode la lucha contra la viruela, sin el referente histórico de Mutis, quedaríamuy incompleto. Mutis aglutinó los esfuerzos contras las epidemias, figu-rando como autor y responsable de las Instrucciones para una mejor apli-cación de la inoculación, así como del Método para curar las viruelas, estandoigualmente detrás de los informes que el virrey Caballero y Góngora envióal ministro Gálvez; él fue, asimismo, el encargado de instruir a los comi-sionados que tenían que buscar la vacuna en el virreinato21.

d) Ante el peligro que suponía la viruela, la decisión de tomar medi-das preventivas antes de la llegada y contagio de la enfermedad había lle-vado a adoptar, en primer lugar, la técnica de la inoculación, y poste-riormente, la de la vacunación. La polémica generada por este principioinoculador-vacunador se puede advertir desde tres prismas. Uno primerode carácter médico: se trataba de saber si había que inocular, de quémanera y con qué precauciones. La segunda mirada tiene un carácterideológico: a partir de la idea de que la naturaleza podía modificarse conla aplicación de la técnica. Por último, una cuestión psicológica: nadiequería ser el primero en experimentar una nueva práctica que consistíaen introducir parte de la enfermedad como medida preventiva.

El combate contra la viruela nos permite abordar desde la medicinaun proceso de transformación de la sociedad neogranadina. Frente a unadefensa tradicionalmente pasiva aparecen una serie de medidas preven-

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21 ARJBM, III, Medicina. FRÍAS NÚÑEZ, M. Enfermedad y sociedad en la crisis colonial del Antiguo Régimen. (NuevaGranada en el tránsito del siglo XVIII al XIX: Las epidemias de viruelas), Madrid, CSIC, 1992.

tivas, que he venido denominando como defensa activa. Una apuesta, almismo tiempo, por prácticas audaces y métodos eficaces, tras los queaparece un efectivo cambio de mentalidad en el conjunto de la sociedad.Las dinámicas en las que se dan continuidad estas prácticas son realmenteconfusas. Así, por ejemplo, vamos a ver coincidir la defensa de un métodopreventivo como la inoculación, con ritos tradicionales como las roga-tivas, en los que la influencia divina seguirá siendo protagonista. Estaúltima claramente potenciada desde las estancias eclesiásticas, que inten-taban asimismo mantener su cuota de influencia.

Terminando

Creo, porque ya es tiempo de ir finalizando, que estos elementos queles acabo de presentar reflejan tres maneras de abordar la historia quepueden servir de referente para futuros trabajos de investigación. El estu-dio de los dibujos y procedimientos de Pedro Pérez de León nos per-miten situar el origen de la práctica de una disciplina que tendría unapogeo bastante posterior, pero que ya en el siglo XVII mostraba unatécnica muy desarrollada.

El referente de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Gra-nada, nos sirve a su vez como elemento aglutinador, como referente deconjunto para abordar una sociedad que apuesta por el saber, con dis-tintos objetivos y quizás con intereses enfrentados, pero con una ideacomún: apertura al conocimiento y a la mejora general de su territorio.

Por su parte, las epidemas de viruela y la lucha contra ellas, primerodesde el propio virreinato neogranadino y posteriormente desde un ambi-cioso proyecto estatal español, nos adentran en otra posibilidad de estu-dio social y nos permite constatar el cambio de una sociedad que, frentea anteriores etapas de conformismo estaba, ahora, dispuesta a plantarsefrente a las adversidades. Eran tiempos políticos también donde se esta-

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ban asentando nuevos rumbos y que, tras la invasión napoleónica de lapenínsula, empezarían a despegar definitivamente hacia su nueva con-figuración en república Colombiana.

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