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Ariel Joselovsky CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas - Editorial …ndice Introducción ¿Qué son las guerras tónicas? Desconfiguración craneal Síndrome de la cisura temporooccipital El problema

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Ariel Joselovsky

CINESIOLOGÍA

Alteraciones

tónicas

Ilustraciones: Raúl Ayala Mayol

Diseño cubierta: David Carretero

© 2008, Ariel Joselovskywww.arieljoselovsky.com

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Primera edición:ISBN: 978-84-8019-129-6Fotocomposición: Editor Service, S.L.Diagonal, 299 – 08013 Barcelonawww.editorservice.net

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A mis adoradas hijas Erika, Sofía y Tamara

AGRADECIMIENTOS

Quisiera hacer un agradecimiento muy especiala la kinesióloga Karina Diana Grinberg,

cuyo trabajo organizativo fue fundamentalpara la realización del presente libro.

Índice

Introducción .........................................................

¿Qué son las guerras tónicas?.................................

Desconfiguración craneal ......................................

Síndrome de la cisura temporooccipital ................

El problema de los triángulos, de los rectosy los oblicuos suboccipitales ..................................

Músculo temporal .................................................

Músculo masetero .................................................

Músculo pterigoideo medial..................................

Músculo pterigoideo lateral...................................

Músculo digástrico ................................................

Músculo angular del omóplato..............................

Tendón craneocervical del diafragma ....................

Fibrosis en el ángulo costolumbar .........................

Fascia lumbar ........................................................ 191

181

169

159

153

145

141

135

127

101

87

25

17

1

V

Síndrome del sacro flotante...................................

Guerras tónicas y omóplato...................................

Pectorales mayor y menor (el problema deladosamiento de los pectorales) ..............................

El tríptico activo de sostén del omóplato ..............

El dorsal ancho y la escápula .................................

Espacio de Gillis....................................................

Músculo trapecio...................................................

Reflexión sobre las guerras tónicas de la escápula ..

Arquitectura de los huesos.....................................

Bibliografía............................................................ 267

261

259

255

251

247

239

233

219

197

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicasVI

Tal como acabo de explicar, existe un tono neurológicoelaborado por todas las estructuras mencionadas que res-ponde a todos los estímulos que vivimos a diario a cadainstante, pero que también responde a estructuras neu-rológicas que almacenan la información concebida filo-genética y ontogenéticamente. Todo esto produce unasuerte de operación algebraica donde habrá elementosque sumen y otros que resten tensión sobre las mismasfibras musculares, lo que marcará aún más el vértigo decambios del tono de las distintas partes del cuerpo, perohay algunas de ellas que por funciones antigravitatoriassuman una estructura sostenida a las modificaciones per-manentes.

Por otro lado, también hemos explicado que existe unsegundo tono, que es el tono mecánico, que este no res-ponde a estímulos neurológicos sino a las tensiones quele proponen sus propios componentes. Este tono no esestrictamente muscular sino muscular y fascial, por loque los componentes que harán variar su tensión y endefinitiva el tono serán las proteínas de los músculos y elcolágeno y la elastina del tejido conjuntivo de las fas-cias.

Si el tono neurológico se halla aumentado de forma soste-nida por los distintos motivos que ya hemos mencionado,actuará modificando el tono mecánico de las miofascias

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¿Qué son lasguerras tónicas?

Resumen. Por todo lo expuesto hasta aquí, son varios lospuntos a desarrollar que son los que sustentan las bases dela semiopatología para la aplicación de esta técnica.

1. Guerras tónicas.

2. Guerras tónicas como reacción dinámica.

3. Guerras tónicas como reacción emocional.

4. Guerras tónicas por encima de la cisterna de líquido ce-faloraquídeo.

5. Guerras tónicas como patologías.

¿Qué son las guerras tónicas? 19

Figura 3. Guerras tónicas; ejemplo de los isquiotibiales y rectosanteriores del abdomen.

Es difícil saber cuál es la primera de las alteraciones queconforman la cadena de las que se pueden palpar en el crá-neo. Durante un tiempo me dediqué a averiguar cuál erael comienzo de la cadena, pero actualmente mi conclusiónes que esto debe verse como un círculo. No importa dón-de empiece ya que siempre que se recorra se pasará por to-dos los puntos y se terminará donde se empezó. Claro estáesto es válido para el examen semiológico y no para el tra-tamiento, en el cual sí se requiere cierto orden.

Podemos preguntarnos por qué se desconfigura el cráneo,entendiendo por configuración que sus 22 piezas se en-cuentren dentro de los ejes anatómicos descritos por laanatomía clásica, que podríamos tomar por ejemplo deTestut o Rouvière, que las articulaciones de los huesostengan la congruencia clásica y que los huesos sean simé-tricos y se hallen dentro de los parámetros habituales onormales, y sus pilares, fuertes y contrafuertes no estén de-formados.

25

Desconfiguracióncraneal

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas26

Figura 4. Arquitectura craneal externa y refuerzos óseos (pilares,fuertes y contrafuertes).

Figura 5. Arquitectura craneal interna y refuerzos óseos (pilares,fuertes y contrafuertes).

Arco frontooccipital

Arco lat. sup.

Arco lat. inf.

Arcos semicircularesoccipitales

Pilar cigomático

Pilar mastoideo

Pilar frontal

Arco semicircularorbitario

Pilar occipital

Pilar frontal

Contrafuerte esfenofrontal

Pilar cigomático

Centro de resistencia

Contrafuerte petroso

Anillo occipital

Pilar mastoideo

Contrafuerte occipital

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas36

Figura 14. Músculo ECOM.

Figura 15. Tienda del cerebelo.

Porción esternal

Porción clavicular

ción parte una membrana que formará la duramadre delconducto intervertebral y otra membrana más delgadaque irá a formar parte del sistema de fascias cervicales(ver figura 31).

Desconfiguración craneal 51

Figura 31. Compartimientos fasciales cervicales(corte transversal en c7).

La duramadre que conforma el conducto que protege lamédula, pero que a su vez constituye un extenso ligamen-to conjuntivo hasta el sacro, tiene en todo su trayectohasta este hueso una importante y sólida inserción en lacara posterior de los cuerpos vertebrales de la 2ª y 3ª vér-tebras cervicales y el disco correspondiente; desde este

Espacioretrovisceral Espacio

suprasternal

Lámina superf.

V. yugular ant.

Lámina pretraqueal (hoja superf.)

Lámina pretraqueal (hoja prof.)

A. carótida común

V. yugular inf.N. vago

Vaina carotídea

Nód. linf. lat.

Lámina prevertebral

Nód. linf. lat.

Nód. linf. lat.

V. vertebral

A. vertebral

Tabique sagital

Trapecio

Angular del omóplato

Vaina visceral

Esternocleidohoideo

ECOM

M.prevertebral

Omohioideo

Esternohioideo

Escalenosmedio y post.

Escalenos ant.

V. yugular ext.

punto no vuelven a existir inserciones hasta encontrarnoscon otra muy sólida inserción en el segundo segmento sa-cro. Por último, la duramadre se fusiona con la membra-na aracnoides, piamadre y filum terminale conformado elligamento sacrococcígeo.

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas52

Figura 32. Inserciones extracraneales inicial y terminal de laduramadre.

Esta descripción, como ya se ha dicho, es común a dis-tintas escuelas de técnicas manuales, desde la osteopatía,

Inserción en el foramen magnumde la duramadre

Transformación en el ligamentosacrococcígeo de la duramadre

C2-C3Inserción de la

duramadre

S2Inserción de la

duramadre

El músculo ECOM se inserta en el cráneo en la apófisismastoides y en gran parte del tercio externo de la líneacurva occipital superior y su espacio subyacente. Su ten-sión es siempre permanente ya que este músculo se hayavinculado a múltiples tensiones que van más allá de sudescrita acción biomecánica de rotación e inclinación delcuello, y de acuerdo con sus haces, de la actitud protruídade la cabeza, la flexión y la extensión de la cabeza. Lo quenos interesa en este caso es que a esto se le suma que el mo-vimiento de los ojos se haya estrechamente relacionadocon el aumento de la hipertonía de este músculo y es unfactor que potencia su estado de tensión, además de quesu inervación por el nervio espinal u 11º par craneal tieneentre otros orígenes raíces límbicas que producen tensio-

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas54

Figura 33. Músculo ECOM con el cráneo en extensión.

M. ECOM

La inserción de la duramadre sobre los huesos craneales,donde se funde en una única membrana sobre el periostiode estos huesos, y las alteraciones en esas zonas influiránde forma determinante, y por supuesto el gran anillo fi-broso en el foramen magnum o agujero del occipital. Lascausas por las que se alteran las posiciones simétricas y ho-mogéneas de estas membranas durales están relacionadascon todo el sistema miofascial y éste, a su vez, con las alte-raciones posturales que ejercerán una lógica tracción a lasmembranas durales intracraneales, las cuales provocaránuna alteración de la posición del hueso esfenoides. Si bientodas las membranas van a actuar de alguna manera en es-ta situación, la más importante es la tienda del cerebelo yaque tiene inserciones directas sobre las apófisis clinoidesdel hueso esfenoides.

Desconfiguración craneal 67

Figura 45. Hoz del cerebro y tienda del cerebelo.

La cisura temporooccipital en un cráneo medio tiene unalongitud aproximada de 5 ó 6 cm, es de forma sinuosa ypor momentos el occipital da la sensación de formar unapenínsula que se introduce en una bahía del temporal paraluego encontrarnos a través de las sinuosidades de la cisuracon todo lo contrario. Esto nos habla de un engarce muysólido y efectivo.

87

Síndrome de la cisuratemporooccipital

Figura 56. Vista inferior de la cisura temporooccipital, fosayugular y su agujero.

1. Hueso occipital.

2. Hueso temporal.

3. Fosa y agujero yugular.

4. Agujero rasgado.

5. Cisura temporooccipital.

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas92

Figura 60. Músculo esplenio.

M. esplenio capitis

M. esplenio del cuello

En cuanto a la descompresión de la yugular, que en esepunto se halla rodeada de tejido adiposo y conjuntivo pro-tector, fluidifica la salida de la sangre venosa del cráneocortando la retención del fluido venoso, facilita el rápidoaporte de sangre arterial a través de la penetración en elcráneo de las carótidas internas y externas por sus orificioscorrespondientes. Por otro lado, la salida de sangre venosafavorecerá la reabsorción de líquido cefalorraquídeo en ex-ceso que también generaba compresión a través de los se-nos intracraneales sagitales y transversos.

La recomposición de la zona abombada no se consigue so-lamente con la liberación de la compresión de la cisura oc-cipitotemporal derecha, ya que, si bien como dijimos,antes había una rotación del hueso occipital, también de-

Síndrome de la cisura temporooccipital 97

Figura 65. Fosa yugular y elementos que la atraviesan.

Vena yugular

IX X XI

Este problema ya ha sido descrito por muchos autores endiversas oportunidades. El lector interesado en estos temasconocerá otros artículos y por supuesto las inserciones delos cuatro músculos participantes a cada lado, sabiendoque quedan implicados los huesos occipital, atlas y axis, ypor supuesto a cada lado la disposición de los músculosconforman dos triángulos, obviamente uno izquierdo yotro derecho.

101

El problema de lostriángulos, de los rectos ylos oblicuos suboccipitales

Figura 66. Músculos suboccipitales de la nuca.

M. oblicuo menor

M. recto posterior menor

M. recto posterior mayor

M. oblicuo mayor

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas102

Figura 67. Relaciones de los músculos rectos y oblicuosposteriores.

1. Hueso occipital.

2. Apófisis espinosa del atlas.

3. Apófisis transversas del axis.

4. 3ª vértebra cervical.

5. 1er par cervical.

6. Arterias vertebrales.

7. 4ª vértebra cervical.

Desde ahí avanza formando una curvatura que atraviesael triángulo, pero no nos podemos limitar a esto comopunto de compresión, ya que a la salida del triángulo ysiguiendo los planos musculares clásicos su siguiente pa-so será atravesar un ojal que le propone el músculo esple-nio para seguir yendo hacia la superficie. Aquí hacemosun alto, porque si el músculo esplenio capitis también sehaya retraído, como ya hemos descrito que es común, elojal se transformará entonces en otro espacio de compre-

El problema de los triángulos, de los rectos... 109

Figura 73. Formación del gran nervio de Arnold.

1. Nervio de Arnold.

2. Rama accesoria del 1er nervio cervical.

3. Rama accesoria del 3er nervio cervical.

4. Primer nervio cervical.

5. Segundo nervio cervical.

6. Tercer nervio cervical.

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas114

Figura 79. Maniobra de elongación de oblicuos, recto mayorposterior y esplenio capitis en su punto de llegada.

1. Punto de llegada de elongación.

2. Punto de fijación.

Figura 80. Maniobra de elongación de las fibras superiores yexternas del trapecio: “inicio”.

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas118

Figura 87. Maniobra de desrotación del temporal.

1. Desrotación del temporal.

2. Deslizamiento y fijación del parietal en sentidocontrario.

Figura 88. Puntos de fijación para la maniobra de apertura dela cisura occipitotemporal.

1. Fijación del occipital (escama).

2. Fijación del temporal (apófisis mastoides).

El temporal es un músculo radiado con una gran superficiede inserción que toma toda la escama del hueso temporal y laparte anterior de la apófisis mastoides, unos 2 cm aproxima-damente del hueso parietal en toda su unión con el huesotemporal, la cara externa del alamayor del esfenoides y la por-ción lateral del hueso frontal, y desde ahí se dirige hacia laapófisis coronoides en la que se inserta en forma de capu-chón.

De esta manera se transforma en un poderoso músculo parael cierre de la mandíbula. Su forma radiada desde la vastasuperficie de la que parte a la que también hay que agregarleuna inserción muy importante que no siempre es muytenida en cuenta, que es en la parte interna de la parte centraldel hueso malar y parte de su rama cigomática, así como laapófisis cigomática del hueso temporal, principalmente en elorigen de esta apófisis ósea.

127

Músculo temporal

Figura 94. Zona ósea de inserción del músculo temporal ydirección de sus haces musculares.

Para algunos autores este músculo cuenta con dos porcio-nes, una superficial y otra profunda, y para otros hay unatercera llamada intermedia. Pero desde el punto de vistamiofascial, sean dos o tres las porciones, todas forman unconjunto con su fascia. En el caso de considerar una por-ción intermedia, ésta saldría de los dos tercios anterioresde la superficie interna del arco cigomático; por lo tanto,tendría mayor inserción en la zona malar del arco que enla zona temporal.

La porción superficial se extiende también por los dostercios anteriores del arco cigomático; por lo tanto, ocu-rre lo mismo con el hueso malar, pero en este caso se in-serta en el borde inferior de dicho arco. La zona profundaocuparía el tercio posterior de la superficie interna del ar-co; por lo tanto, eminentemente pertenece a la parte tem-poral del arco cigomático. Si se considera que sólo haydos porciones, habría que juntar la intermedia con la su-perficial.

La experiencia en la palpación no sólo en estos 98 casossino a lo largo de muchos años de palpar maseteros deforma intra y extrabucal, sin poder establecer una porcen-taje exacto se observan no pocas veces dos o tres porcio-nes, por lo que habría que considerarlos como variaciones

135

Músculo masetero

ción con el estrés, que como se indicó es la versión actua-lizada de la expresión del miedo y la agresividad, sonigualmente válidos para el músculo masetero.

Músculo masetero 139

Figura 101. Músculos temporal y masetero.

Un elemento a tener muy en cuenta en cuanto a las altera-ciones de hipertrofia e hipertonía del masetero a la hora deldiagnóstico y del trabajo terapéutico es que este músculo escruzado interiormente por el conducto parotídeo y el ner-vio facial, y las alteraciones de éste acarrearán consecuen-cias a ambos elementos nobles.

Si se observa un cráneo con la boca abierta, se verá que elmúsculo masetero forma un par junto al músculo pteri-goideo medial, de tal suerte que su acción conjunta forma

Porción interna delM. masetero

Porción externa delM. masetero

M. temporal

Su origen corresponde a la fosa pterigoidea del hueso esfe-noides, de donde sale la parte más grande de este músculo,y otra parte más pequeña se origina en la apófisis pirami-dal del palatino y la tuberosidad del maxilar superior. En-tre estos dos ramos musculares queda un espacio que esatravesado por el músculo pterigoideo lateral, del que lue-go daremos sus inserciones precisas y detalles técnicos. Lainserción final del músculo pterigoideo medial se halla enel ángulo de la mandíbula y parte de la rama de ésta, preci-samente en la zona próxima al agujero mandibular.

141

Músculopterigoideo medial

Figura 102. Vista interna del músculo pterigoideo medial.

Músculo pterigoideolateral

Músculo pterigoideomedial

Este músculo se inserta en la parte más inferior de la caraexterna del ala mayor del esfenoides y toda su rama hori-zontal, contando también con fibras que parten de la espinadel temporal y zonas adyacentes, formando así el fascículoesfenoidal. Existe también un segundo fascículo llamadopterigoideo o inferior que ocupa la cara externa del ala ex-terna de la apófisis pterigoides.

145

Músculopterigoideo lateral

Figura 106. Músculos pterigoideos laterales.

Músculo pterigoideolateral superior

Músculo pterigoideolateral interior

Músculo pterigoideomedial

Es importante destacar el músculo digástrico porque esun músculo fuerte de características especiales, pero a losefectos de lo que estamos hablando citaremos solamentelas características que nos interesan para el presente tra-bajo.

El músculo digástrico, como su nombre indica, está for-mado por dos vientres unidos por un tendón intermedio,

153

Músculo digástrico

Figura 110. Músculo digástrico.

Junto con las fibras superiores y externas del trapecio, a lasque nos referiremos más adelante, este músculo producecambios en la configuración del cráneo de la siguiente ma-nera: en la escápula se inserta en su ángulo superointernotanto en la cara anterior como en la posterior y los rebor-des correspondientes, prácticamente como si abrazara latotalidad de ese ángulo de una forma muy amplia, muyfuerte y arraigada. A la palpación de manos experimenta-das, es común encontrar en esa zona tejido fibroso que de-muestra una actividad permanente de este músculo en losestados de estrés. El hecho de elevar la escápula, funciónbiomecánica principal de este músculo, como he mencio-nado en mis anteriores libros, está relacionado con los es-tados de miedo, ansiedad y agresividad.

159

Músculo angulardel omóplato

Figura 115. Maniobra para ubicar la inserción del músculoangular del omóplato en la cara posterior del hueso.

Este músculo, que asciende desde aquí en forma diagonal ytransversa por el cuello, va a insertarse en las cuatro apófisistransversas de cada lado de las cuatro primeras vértebras cer-vicales.

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas160

Figura 116. Palpación de la inserción del músculo angular delomóplato en la cara anterior del hueso.

Figura 117. Músculo angular del omóplato.

En las próximas líneas haremos una detallada descripciónde la anatomía de este tendón, pero antes quiero hacerhincapié en que esta poco difundida y casi desconocidapieza anatómica de nuestro cuerpo es un elemento funda-mental en los trastornos posturales cotidianos, así comoen la deficitaria forma de respirar del hombre contempo-ráneo que expresa a través de su respiración torácica y nodiafragmática, que es muy poco económica y biomecáni-camente lógica, el estado de ansiedad permanente en elque vibren las personas de hoy día.

El tendón craneocervical del diafragma (CCD) nace enel foramen magnum del hueso occipital. Como ya he-mos dicho en múltiples ocasiones a lo largo de este texto,la duramadre endocraneal al llegar a este orificio produceuna fortísima inserción y desde ahí se desdobla en variashojas. Hemos hablado mucho de la que se introduce enel tubo neural para proteger la médula. Pero a nivel delcuello existen otras hojas que conforman lo que conoce-mos como las fascias cervicales. La más profunda y la quenos interesa en este caso rodea todas las vértebras cervicalespor delante, tomando inserción en las apófisis transver-sas a ambos lados. En esta cavidad que se forma quedancontenidos muchos órganos nobles, entre ellos el esófa-

169

Tendón craneocervicaldel diafragma

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas172

Figura 126. Maniobra para la comprobación del CCD acortadopor fijación de la cabeza.

a. Fuerte limitación del descenso diagragmático.

b. Fijación de la cabeza.

c. CCD acortado.

Por lo tanto, las adherencias lumbares de la duramadre per-judicarían el normal desempeño del ritmo sacro-occipital.

Cuando la posición del sacro se haya alterada, influirá ne-cesariamente en la posición del hueso occipital, y lo mismoocurre en sentido contrario. Una mirada un poco más am-plia nos indicaría que si el sacro adopta una mala posición,la pelvis también la tendrá, y como vimos antes cualquieralteración del hueso occipital alterará la caja craneal. Por lotanto, podemos hablar de una relación de alteración pato-lógica cuando el cráneo se haya fuera de su sitio, lo queinfluirá sobre la pelvis, y lo mismo ocurrirá en sentido con-

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas178

Figura 128. Adherencias lumbares anormales de la duramadre.

181

Fibrosis en el ángulocostolumbar

Como bien se sabe, los extremos de la undécima y la duodé-cima costillas no están unidos al resto de la caja torácica co-mo lo hacen de un modo u otro las diez superiores, por esose las denomina flotantes. Pero tienen una función muy im-portante dando lugar a inserciones de músculos que tendránuna movilidad determinante para la pelvis.

Particularmente la duodécima costilla se fija sólidamente ala columna lumbar a través de los ligamentos lumbocosta-les superior e inferior. El primero parte de la apófisis trans-versa de la primera vértebra lumbar y va al tercio medio dela costilla, y el segundo parte de la apófisis transversa de lasegunda vértebra lumbar y se dirige al tercio externo dela costilla. Las inserciones de los ligamentos en la costillase realizan en su borde inferior, y dada la oblicuidad de ladirección de las fibras desde las apófisis transversas de lasvértebras hacia las costillas de abajo arriba, el ligamentoimpide que la costilla se desplace hacia arriba desmedi-damente, pero no influye en el movimiento de ésta haciaabajo. Los músculos intercostales que unen la undécimacostilla con la duodécima son el límite para que ésta des-cienda, y el límite de la undécima será la unión a través delos músculos intercostales a la décima y a través de ésta alresto de toda la caja torácica. Por lo tanto, es lógico decirque las costillas flotan pero no necesariamente se hallansueltas. Sobra decir que su articulación a las vértebras dor-

sales correspondientes les da fijación y movilidad. El he-cho de que floten permite a las estructuras que se insertanen ellas tener movilidad, pero al mismo tiempo un puntode fijación, aunque sea inestable, pero fijación al fin, y esainestabilidad lejos de ser perniciosa se transforma en algomuy útil ya que separan claramente el segmento torácicodel segmento pélvico, y en este ángulo serán muy impor-tantes los movimientos de inclinación a ambos lados.

El gran protagonista muscular de esta zona es el músculocuadrado lumbar, que tiene tres órdenes de fibras, a saber:

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas182

Figura 129. Músculo cuadrado lumbar.

Fibrosis en el ángulo costolumbar 187

Figura 132. Maniobras para la ubicación del ángulocostolumbar y su tejido fibroso.

1. Maniobra de presión.

2. Ángulo costolumbar.

3. Maniobra de fijación y desplazamiento.

Figura 133. Maniobra para trabajar el ángulo costolumbar ydespegar el pilar lumbar.

1. Maniobra de penetración en el ángulocostolumbar y fijación inferior del pilar lumbar.

2. Pilar lumbar.

3. Maniobra de fijación superior del pilar lumbar.

191

Fascia lumbar

La fascia lumbar es de forma triangular con base en la co-lumna vertebral y existe una a cada lado. La base se insertaen las apófisis espinosas desde la séptima vértebra dorsalhasta la última sacra de forma ininterrumpida, y desde ahíavanza hasta unirse por fuertes tractos conjuntivos a la fas-cia del músculo transverso del abdomen.

Si nos quedáramos solamente en esta descripción anatómi-ca, no podríamos ver la perspectiva de la verdadera biome-cánica de lo que podemos llamar el anillo de la miofascialumboabdominal.

Figura 136. Descripción de la fascia lumbar y maniobra deelongación (inicio).

1. Dirección de las fibras oblicuas de la fascia lumbar.2. Inserciones de ambas fascias lumbares.

3. Dirección de aproximación de las manos de lamaniobra.

4. Posición de las manos para la tracción yaproximación.

5. Límite de la fascia con el músculo transverso delabdomen (espacio de unión).

197

Síndrome delsacro flotante

El hueso sacro, como todos sabemos, es la fusión de cincovértebras que funcionan como una sola pieza y que se en-cuentra íntimamente unido en su vértice inferior al cóc-cix, el cual está formado por la unión de cuatro o cincosegmentos óseos según sea el caso. Mayoritariamente soncinco las piezas, pero es bastante común encontrar cóccixde cuatro piezas tal como describieron grandes anatomis-tas como Testut o Rouvière en sus estudios del siglo pasado,hecho que ha sido corroborado como una variante comúnen la anatomía por autores que han trabajado en nuevasdisecciones en la búsqueda del perfeccionamiento del co-nocimiento de la anatomía. El hecho de que sean cuatro ocinco piezas no varía de modo alguno su función o biome-cánica.

Síndrome del sacro flotante 203

Figura 146. Espacio cuñal anteroposterior, vista superior.

Figura 147. Espacio cuñal longitudinal, vista posterior.

La palpación muestra una diastasis sacroilíaca izquierdaque es corroborable mediante radiografía y TAC que seconjuga con alteración proporcional de la sínfisis púbicay anclamiento de la articulación sacroilíaca derecha, deacuerdo con los principios del síndrome del sacro flotante.Cuando el sacro forma una diastasis en un lado, la articu-lación de ese lado queda semimóvil dando un aspecto de“flotante”, que se puede comprobar presionando suave-mente con el dedo el hemisacro correspondiente, encon-trándonos con uno saliente y otro entrante colocando losdedos aproximadamente a la altura del primer tubérculoposterior.

Síndrome del sacro flotante 211

Figura 152. Maniobra para la ubicación de la rotacióne inclinación del sacro.

a. hemisacro entrante.

b. hemisacro saliente.

219

Guerras tónicasy omóplato

El omóplato es un hueso que ha ido transformándose a lolargo de la evolución filogenética durante el proceso haciala bipedestación.

Figura 154. Escápula, vista posterior.

un cuerpo plano en cuya parte posterior aparece una granespina que termina uniéndose con otro hueso que es laclavícula. Esta espina se encuentra en la unión del terciosuperior con los dos tercios inferiores, y tiene una formaahuecada que permite la inserción del músculo supraspi-noso por encima.

La escápula presenta en su ángulo superorexterno una con-cavidad bien marcada recubierta en sus bordes por un ani-llo cartilaginoso formando una glena ampliada por esteanillo que facilita el acoplamiento con la cabeza del huesohúmero, formando así la articulación del hombro.

El hecho de que la escápula sea un hueso de tanta rele-vancia en la conformación de la articulación del hom-

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas222

Figura 156. Relaciones miofasciales paravertebrales y con elcuello.

M. ECOM

M. romboides

M. esplenio capitis

M. angular del omóplato

Ya se ha descrito que el romboides lleva el ángulo infe-rior de la escápula hacia dentro y los redondos hacia fue-ra; la falta de elasticidad en estos tres músculos produceuna asincronía que deja en mala posición del ángulo in-ferior de la escápula. Pero no hemos hecho más que em-pezar a describir la guerra tónica del ángulo inferior de laescápula.

El músculo serrato mayor se extiende desde la primeracostilla hasta la décima, de delante atrás, insertándose enlas costillas y terminando en todo el labio anterior del bor-de interno de la escápula. El hecho de que supere por enci-ma y por debajo el tamaño de la escápula, que como yarecordamos va de la segunda a la séptima costilla, dará tresórdenes de direcciones a sus fibras. Si todas las fibras secontraen al mismo tiempo, producirá un movimiento deantepulsión de la escápula ya que las superiores y las infe-

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas228

Figura 161. Maniobra de liberación del ángulo inferior para lahipertonicidad del músculo romboides.

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Pectorales mayor y menor(el problema del adosamiento

de los pectorales)

El pectoral mayor junto con el pectoral menor, del cualhablaremos inmediatamente, son los dos músculos queactúan sobre el omóplato desde la parte más anterior deltórax, más aún que el mismísimo serrato anterior, del cualobviamente son sinérgicos en la acción de antepulsión delhombro. El pectoral mayor se inserta en los siete primeroscartílagos costales, la parte correspondiente del esternón ylas siete primeras costillas, terminando en el hueso húme-ro, a través del cual de forma indirecta llega a la escápula.

Cuando se halla retraído por hipertrofia o hipertónico porestado de angustia o depresión, desplaza la escápula haciadelante traccionando del húmero, y éste por su conexiónligamentaria con el omóplato hace tracción. Por supuesto,los músculos de la parte posterior, fundamentalmente eldorsal ancho y el trapecio en todo su conjunto, actuaránde forma antagonista para equilibrar la situación. Si es uncaso de hipertrofia por ejercicio, la situación estará equili-brada.

Por el contrario, si se trata de una guerra tónica, variará se-gún el sentimiento. En las depresiones y angustias es máscomún ver los hombros desplazados hacia delante, y en si-tuaciones de agresividad y miedo el triunfador de la guerratónica será el trapecio, con los hombros ligeramente hacia

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El tríptico activo desostén del omóplato

El omóplato se articula con la clavícula de tal manera que,cuando un esqueleto queda totalmente limpio de múscu-los, la clavícula es la que sostiene en el espacio al omópla-to; pero esto es una situación absolutamente virtual yexperimental.

La clavícula es un sostén fundamental para el omóplato,pero por ser un hueso lo hace de forma pasiva sin ningúntipo de consumo de energía y desde su posición por delan-te con respecto al eje central del cuerpo.

El omóplato necesita un sostén muscular, y cuando losmúsculos que lo sujetan se hallan relajados mantienen laescápula en el espacio sin gasto de energía ya que lo ha-cen con su propio tono mecánico. Pero como ya hemosmencionado tantas veces, es casi imposible que en la vidamoderna los músculos no reciban algún tipo de descargaque aumente su tono y produzca gasto de energía, y estose produce de forma casi permanente desde que nos le-vantamos hasta que nos acostamos e incluso durante elsueño cuando dormimos en estados alterados, algo quenadie discutiría en los tiempos que vivimos. Este trípticode músculos que a continuación describiré no sólo pasande su rol pasivo a un rol activo, sino que a partir de una si-tuación tónica aumentada terminan constituyendo ver-daderas patologías en sí mismos, que son no sólo dignas

de tener en cuenta sino que caracterizan uno de los prin-cipales problemas que se padecen en la cintura escapular.

Los músculos de sostén del omóplato son las fibras supe-riores y externas del trapecio, las fibras que van desde laprimera costilla hasta la escápula del serrato anterior y,quizás el más perjudicado, el angular del omóplato. De es-tos músculos ya hemos hablado de cada uno de ellos deforma particular, pero ahora los describiré en esta situa-ción de sostén activo-pasivo, donde el trapecio y el serratoanterior actúan con algunas de sus fibras y el angular casien su totalidad.

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas240

Figura 163. Tríptico activo de sostén del omóplato.

Músculo angular del omóplatoMúsculotrapecio

Músculo serratoanterior

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El dorsal anchoy la escápula

El músculo dorsal ancho o gran dorsal es un músculo quenace en la masa común y termina en la parte más elevadadel hueso húmero. En su trayecto, al pasar por el ánguloinferior del omóplato y un poco más arriba por encima de

Figura 164. Músculo dorsal ancho y relaciones.

M. trapecio

M. dorsal ancho

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Espacio de Gillis

Normalmente, la escápula se desliza con fluidez sobre la pa-rrilla costal que se halla tapizada por el músculo serrato ma-yor. Pero en la realidad nos encontramos que esto no es tannormal como debería serlo; toda la cara anterior de la escá-pula se encuentra tapizada por la inserción del músculo su-bescapular, músculo que se dirige de ahí hacia el húmero yparticipa en el manguito de los rotadores. Sin embargo, loque nos interesa en este caso es que el músculo subescapularse halla en contacto íntimo, dada su posición anatómica, conla parte correspondiente del músculo serrato anterior, peroesta intimidad se ve interrumpida, anatómicamente hablan-do, por un espacio muy pequeño, pero lo suficientementeútil, que es el espacio de Gillis, a través del cual se desliza laescápula.

Figura 165. Espacio de Gillis.

1. maniobra para la ubicación del espacio de Gillis.

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Músculo trapecio

Si bien hemos descrito la participación del trapecio en al-gunas guerras tónicas hablando de algunas de sus fibras deforma aislada, me gustaría hacer ahora una descripcióndetallada de su propia actividad.

Figura 167. Músculo trapecio.

Muchas otras ciencias y técnicas hablan de una estructuracraneosacra, atribuyéndole una gran importancia a la movi-lidad de los huesos del cráneo a través de la bomba o cisternadel líquido cefalorraquídeo. Por todo lo que llevamos vistohasta ahora en esta obra, creo que hay motivos más que sufi-cientes para pensar que las tensiones musculares de las mio-fascias modifican las posiciones de los huesos del cráneo, lasvértebras y los huesos de la pelvis tanto o más que el funcio-namiento de la cisterna del líquido cefalorraquídeo. De nin-guna manera estoy diciendo que una aseveración centenariacomo la del movimiento y las pulsaciones del líquido cefalo-rraquídeo sea un mito o una equivocación, pero sí creo quela fuerza ejercida por el sistema nervioso que actúa sobre losmúsculos sumado a la elasticidad y plasticidad del tono me-cánico de los músculos y sus fascias, y la suma de ambos através de la transmisión de tensiones de las guerras tónicas,ejercen un poder mayor que dicha bomba, y que tienen unalógica que explica muchos factores como la filogénesis de laevolución postural, la ontogénesis, la permanente acción dela gravedad durante toda nuestra vida y muchas cosas másque veremos en la conclusión final de este libro. Son el factordesencadenante de las guerras tónicas. Pero lo que quería de-cir en esta reflexión es que las guerras tónicas amplían la es-tructura central de la anatomía de la estructura biomecánicaparticipante, que hasta ahora era de una visión craneosacra,obviamente de estructura longitudinal, a un romboide con-

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Reflexión sobre las guerrastónicas de la escápula

formado por el cráneo, la columna vertebral, el sacro y am-bas escápulas, al que podríamos denominar craneoescapulo-sacra.

Acabamos de ver el poder de influencia de las guerras tóni-cas que ocurren alrededor de cada una de las escápulas yque no necesariamente lo que ocurre en una escápula pasasimétricamente en la otra, por lo que cada una sumará alresto de la estructura craneosacra, a la que está absoluta ytotalmente vinculada, una alteración de todo el sistemalongitudinal que va desde la cabeza hasta la pelvis. Por esola inclusión de las escápulas como parte de un sistema es-tructural es determinante y está plenamente justificado enla descripción que se ha hecho de las guerras tónicas queocurren alrededor de éstas y su vinculación con el sistemapostural global.

CINESIOLOGÍA Alteraciones tónicas260

Figura 168. Diferencias entre postura correcta e incorrecta.

La tracción que producen los músculos junto con las fas-cias que forman las cadenas miofasciales que traccionan delos huesos, no sólo para producir su desplazamiento bio-mecánico normal sino, como hemos visto hasta aquí, através de las guerras tónicas que ocurren a lo largo de todoel cuerpo, afectarán decididamente la morfología de loshuesos.

Si bien ya hemos hablado de esto en el capítulo de descon-figuración craneal, es importante desarrollarlo aún másporque en este método no sólo nos dedicamos a restable-cer la tonicidad neurológica y biomecánica miofascial, si-no también el estado de la arquitectura y morfología de loshuesos implicados y alterados, existiendo una semiología ytratamiento para ello.

Cada pieza ósea, cualquiera que fuese, cuenta con una di-rección o varias direcciones de trabéculas en función de lasfuerzas que se ejercen sobre el hueso. Estas fuerzas provie-nen de las tracciones miofasciales y ligamentarias, de lapropia carga del peso corporal, y lógica y fundamental-mente de cómo incide la gravedad sobre los huesos.

Una demostración de lo que estamos diciendo, de que elhueso se adapta a las circunstancias según las fuerzas queactúan sobre él, es ver a través de la paleontobiomecánicacómo se han ido transformando los huesos del esqueleto a

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Arquitecturade los huesos