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Bol OfSanif Panam 93(Z). 1982 CLASIFICACION DE ELECTROCARDIOGRAMAS Y SISTEMA ABREVIADO DE DERIVACIONES PARA ENCUESTAS DE POBLACIONES EN RELACION CON LA ENFERMEDAD DE CHAGAS’ James H. Maguire,2 Kenneth E. Mott,2 José Antônio A. Souza,3 Edilson Carvalho Almeida,3 Nilson Borges Ramos3 y Armenio C. Guimaráes” 4 Se presenta una modz~icación de la Clave de Minnesota para unzfoormar el regzktro de datos electrocardiográficos en en- cuestas sobre la cardiopatzá chagásica y se evalúan los resul- tados obtenidos al aplicar dicha clave modzJicada. También se descTibe un sistema e~ectTocaTdiogTáfico paTa el examen rápido de poblaciones gmndes. Introducción Los estudios epidemiológicos ofrecen in- formaciones importantes sobre la patoge- nia, evolución y pronóstico de la cardiopa- tía provocada por la enfermedad de Cha- gas. En este contexto, los métodos inmu- nológicos proporcionan un índice de la prevalencia de la infección, mientras que el electrocardiograma sigue siendo el ins- trumento básico para determinar la preva- lencia de la enfermedad y para estudiar su historia natural. No existe un sistema de clasificación universalmente aceptado que establezca ’ Se publica en inglés en el BuktLiz ofthe Patl Ame+ican Health Organuafmt, Val. 16. No. 1, 1982. ’ Departamento de Salud Pública Tropical, Ekttela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Direccibn postal: Depatt- ment of Tropical Public Health. Harvard Umvenity, 655 Hunting- tan Avenue, Boston. Massachusetts 02115. EUA. ’ Departamento de Cardiologia. Haspital Profesor Edgard San- tos, Universidade Federal de Babia, Salvador, Babia, Brasil. 4 El personal de Harvard que integra este equipo, respaldado por un subsidio de la Fundacibn Wellcome y por el Subsidio NIH No. AI-16305, está dirigido por el Dr. Thomas H. Weller. Su labor de colaboración en Brasil ha sido auspiciada por la Organizacibn Pana- mericana de la Salud. criterios bien definidos para registrar los datos electrocardiográficos de estudios de población referidos a la enfermedad de Chagas. Los informes de encuestas epide- miológicas realizadas anteriormente, con frecuencia no incluían los criterios aplica- dos en la interpretación de electrocardio- gramas (I-4); además, en los distintos cen- tros de investigación se han seguido pautas diferentes (5-S). En consecuencia, es difícil comparar los resultados de un estudio con los de otro, y tampoco hay seguridad de que sean coherentes los criterios dentro de un mismo estudio. En un intento de uniformar el registro de los datos electrocardiográficos en los es- tudios que se hicieron sobre el terreno, se elaboró un sistema de clasificación de la miocardiopatía chagásica. Se escogió la Clave de Minnesota (8, 9) como base de es- te sistema, por su frecuente empleo en las encuestas de población (10, ll), la facili- dad con que puede ser aplicada por quie- nes registren electrocardiogramas y su or- ganización adecuada para el análisis con computadora. Si bien la Clave de Minne- 102

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Bol Of Sanif Panam 93(Z). 1982

CLASIFICACION DE ELECTROCARDIOGRAMAS Y SISTEMA ABREVIADO DE DERIVACIONES PARA ENCUESTAS DE POBLACIONES EN RELACION CON LA ENFERMEDAD DE CHAGAS’

James H. Maguire,2 Kenneth E. Mott,2 José Antônio A. Souza,3 Edilson Carvalho Almeida,3 Nilson Borges Ramos3 y Armenio C. Guimaráes” 4

Se presenta una modz~icación de la Clave de Minnesota para unzfoormar el regzktro de datos electrocardiográficos en en- cuestas sobre la cardiopatzá chagásica y se evalúan los resul- tados obtenidos al aplicar dicha clave modzJicada. También se descTibe un sistema e~ectTocaTdiogTáfico paTa el examen rápido de poblaciones gmndes.

Introducción

Los estudios epidemiológicos ofrecen in- formaciones importantes sobre la patoge- nia, evolución y pronóstico de la cardiopa- tía provocada por la enfermedad de Cha- gas. En este contexto, los métodos inmu- nológicos proporcionan un índice de la prevalencia de la infección, mientras que el electrocardiograma sigue siendo el ins- trumento básico para determinar la preva- lencia de la enfermedad y para estudiar su historia natural.

No existe un sistema de clasificación universalmente aceptado que establezca

’ Se publica en inglés en el BuktLiz of the Patl Ame+ican Health Organuafmt, Val. 16. No. 1, 1982.

’ Departamento de Salud Pública Tropical, Ekttela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Direccibn postal: Depatt- ment of Tropical Public Health. Harvard Umvenity, 655 Hunting- tan Avenue, Boston. Massachusetts 02115. EUA.

’ Departamento de Cardiologia. Haspital Profesor Edgard San- tos, Universidade Federal de Babia, Salvador, Babia, Brasil.

4 El personal de Harvard que integra este equipo, respaldado por un subsidio de la Fundacibn Wellcome y por el Subsidio NIH No. AI-16305, está dirigido por el Dr. Thomas H. Weller. Su labor de colaboración en Brasil ha sido auspiciada por la Organizacibn Pana- mericana de la Salud.

criterios bien definidos para registrar los datos electrocardiográficos de estudios de población referidos a la enfermedad de Chagas. Los informes de encuestas epide- miológicas realizadas anteriormente, con frecuencia no incluían los criterios aplica- dos en la interpretación de electrocardio- gramas (I-4); además, en los distintos cen- tros de investigación se han seguido pautas diferentes (5-S). En consecuencia, es difícil comparar los resultados de un estudio con los de otro, y tampoco hay seguridad de que sean coherentes los criterios dentro de un mismo estudio.

En un intento de uniformar el registro de los datos electrocardiográficos en los es- tudios que se hicieron sobre el terreno, se elaboró un sistema de clasificación de la miocardiopatía chagásica. Se escogió la Clave de Minnesota (8, 9) como base de es- te sistema, por su frecuente empleo en las encuestas de población (10, ll), la facili- dad con que puede ser aplicada por quie- nes registren electrocardiogramas y su or- ganización adecuada para el análisis con computadora. Si bien la Clave de Minne-

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Maguire et al. ELECTROCARDIOGRAMAS PARA ENFERMEDAD DE CHAGAS 103

sota fue diseñada para estudios de enfer- medades de las arterias coronarias y no permite clasificar muchas de las arritmias complejas y trastornos de la conducción característicos de la miocardiopatía chagá- sica, se ha empleado esa clave en estudios de la enfermedad de Chagas (7, 1.2). Sin embargo, no se han publicado modifica- ciones de la clave y no se ha puesto a prue- ba su aplicabilidad a las encuestas de poblaciones relacionadas con dicha enfer- medad.

En este artículo se presenta una amplia- ción de la Clave de Minnesota y se evalúa su aplicación en estudios de población acerca de la cardiopatía chagásica. Tam- bién se describe un sistema abreviado de derivaciones (13, 14) que los autores emplean desde 1973 para el examen de poblaciones grandes. Este sistema, que incluye sólo las derivaciones 1, II, .VL, V, y V,, ha resultado particularmente útil en zonas rurales donde los medios para el re- gistro de electrocardiogramas son limita- dos.

Sistema de clasificación electrocardiográfica

En el Apéndice se presentan en detalle las modificaciones de la Clave de Minneso- ta que efectuaron los autores. No se han introducido cambios en las reglas prácticas de la clave original (9) para medir el ritmo cardíaco, intervalos y tipos de ondas, y se han conservado las secciones básicas. No obstante, se agregó una clave a cada sec- ción para documentar la ausencia de anomalías específicas 0 (en las secciones 2 y 8) para registrar el eje normal y el ritmo si- nusal normal. Las modificaciones se basan en los criterios de diagnóstico de la Aso- ciación de Cardiología de Nueva York (15), las definiciones propuestas por un grupo internacional de estudio (16) y tablas de parámetros normales (13, 17).

No se modificaron las Secciones 1 y 4 de

la clave original. En la Sección 2, se elimi- nó la restricción de no incluir la des- viación del eje QRS cuando se presentan trastornos de la conducción ventricular, en vista de las frecuentes combinaciones de bloqueo de rama derecha y bloqueo fascicular encontradas en la enfermedad de Chagas (18). Además, se modificaron los criterios acerca de la desviación del eje para facilitar la puesta en clave de los blo- queos fasciculares.

Se introdujeron enmiendas en las espe- cificaciones para incluir en la clave los electrocardiogramas de niños, pues los criterios originales se aplicaban única- mente a los adultos. Así, se recomienda no registrar las ondas R precordiales iz- quierdas de gran amplitud (categorías 3-l y 3-3) en el caso de individuos menores de 35 años, ni las inversiones de las ondas T en las derivaciones precordiales derechas y media (5-1, 5-2 y 5-3) cuando se trata de personas menores de 25 años, pues estos signos pueden ser normales. Se redujo el tiempo normal máximo del intervalo PR y de la duración QRS con el propósito de incluir en la clave los trastornos de con- ducción que pueden sufrir individuos más jóvenes (Secciones 6 y 7) (15, 17).

El bloqueo auriculoventricular de se- gundo grado incluido en la clave original se dividió en los tipos 1 y II en la clave mo- dificada (6-2 y 6-3). Se amplió la Sección 7, Trastornos de la conducción ventricu- lar, para incluir las combinaciones de esos trastornos que aparecen con frecuencia en la miocardiopatía chagásica. En la Sección 8, Arritmias, se agregó una amplia gama de alteraciones del ritmo, muchas de ellas relacionadas con la acti- vidad ectópica ventricular. Se incorporó a la clave la clasificación de Lown-Wolf (19) para las extrasístoles ventriculares, cuya gravedad se clasificó según la fre- cuencia, polimorfismo, pautas de repeti- ción y grado de premadurez. Si bien se ha comprobado en pacientes con coronario- patías que en los grados avanzados de

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CUADRO 1 -Interpretaciones de los dos lectores de los electrocardiogramas tomados en el hospital con sistemas de cinco y de 12 derivaciones. Se examinb un total de 100 electrocar. diogramas de pacientes hospitalizados.

Resultados obtenìdos con el sistema Resultados obtenidos con el sistema de 12 derivaciones de cinco derivaciones

No. de No. de anomalías cifradas No. de anomalías cifradas No. de

Accidentes Cifra Lector 1 Lector 2 discrepancias Lector 1 Lector 2 discrepancias

Trazado normal= 14 13 15 15 Ondas Q QS y 1 22 22 6 9 6 4 Eje 2 51 52 2 51 52 2 Ondas R de gran

amplitud 3 8 7 1 8 7 1 Depresión de S-T 4 6 7 2 6 7 2 Onda T 5 32 33 3 30 30 2 Conducción A-V 6 18 17 3 18 17 3 Conducciõn

ventricular 7 57 57 1 57 57 1 Arritmiasb 8 45 44 4 37 36 4 Fenómenos varios 9 16 16 0 17 17 0

Total de 22 (en 19 (en discrepancias 18 ECG) 15 ECG)

a Incluidas las cifras 8-O-2. E-7-1 y 8-8-l. b Excluidas las cifras 8-O-2, 8-7-l y 8-8-l.

extrasístoles ventriculares aumenta el ries- go de muerte súbita (20), aún no se cuen- ta con ese tipo de información respecto al pronóstico de los pacientes que sufren la enfermedad de Chagas. Se espera que el empleo de este sistema de clasificación en estudios longitudinales de población contribuirá a definir la importancia de las arritmias para el pronóstico en los casos de enfermedad de Chagas. En la Sección 9, Fenómenos varios en reposo, se inclu- yen categorías para los ritmos cardíacos regulados artificialmente.

Fiabilidad y sensibilidad

Métodos

Al comparar las observaciones de dos lectores independientes, ambos médicos internistas, se comprobó la posibilidad de reproducir los resultados obtenidos al

cifrar los electrocardiogramas de acuerdo con la clave de este sistema de clasifica- ción. Se examinaron 100 electrocardio- gramas de pacientes hospitalizados o ex- ternos del Hospital Professor Edgard San- tos en Salvador, Bahia, en quienes las pruebas de fijacion del complemento die- ron resultados positivos con respecto a Trypanosoma cruxi; se incluyeron tam- bién en el examen 110 electrocardiogra- mas correspondientes a todos los indivi- duos mayores de cinco años que vivían en una hacienda (plantación) situada en Castro Alves, Bahia (21). Las pruebas se- rológicas revelaron la presencia de infec- ción chagásica en el 41 y0 de los integran- tes de este último grupo.

Se registraron trazados de doce deriva- ciones siguiendo los métodos de Rose y Blackbum (9). Con todos los individuos de la zona rural se realizaron trazados de 32 segundos de las derivaciones II o Vi. Se efectuó la lectura de los electrocardiogra-

Maguhe et al. ELECTROCARDIOGRAMAS PARA ENFERMEDAD DE CHAGAS 105

CUADRO 2-Interpretaciones de los dos lectores de los electrocardiogramas tomados en la zona rural con sistemas de cinco y de 12 derivaciones. Se examinó un total de 110 electro. cardiogramas de habitantes de la zona rural estudiada.

Accidentes

Resultados obtenidos con el sistema Resultados obtenidos con el sistema de 12 derivaciones de cinco derivaciones

No. de No. de anomalías cifradas No. de anomalías cifradas No. de

Cifra Lector 1 Lector 2 discrepancias Lector 1 Lector 2 discrepancias

Trazado normala Ondas Q y QS Eje Ondar R de gran

amplitud Depresión de S-T Onda T Conducción A-V

78 80 1 3 2 2 6 6

83 84 0 0 6 6

3 8 4 0 5 1 6 6

ventricular Arritmiasb Fenómenos varios

Total de

7 8 8 8 9 9 9 3 2

0 2 1

6 (en 6 ECG)

8 8 8 8 1 1

0

2 1

5 (en

5 ECG)

’ Incluidas tas cifras 8-O-2, 8-7-l y 8-8-l. b Excluidas las cifras 8-O-2, 8-7-l y 8-8-I.

mas sin contar con datos clínicos. Para comparar la sensibilidad del sistema de cinco derivaciones con la del de 12 deriva- ciones, cada lector analizo cada uno de los trazados observando sólo cinco deriva- ciones; una o dos semanas despnés, el lec- tor volvió a leer los mismos trazados, aho- ra con las 12 derivaciones a J’a vista, sin te-

ner conocimiento de que ya los había in- terpretado antes.

Resultados

En los cuadros 1 y 2 se comparan las in- terpretaciones cifradas por los dos lecto- res.

La distinta frecuencia de las anomalías encontradas en los grupos del hospital (cuadro 1) y de la zona rural (cuadro 2) reflejó las características de ambas pobla- ciones. El gran número de desviaciones del eje, trastornos de la conducción y

arritmias entre los pacientes del hospital coincidió con los rasgos propios del grupo: 100% de seropositividad, prevalencia ele- vada de manifestaciones de trastornos

cardíacos y mayor edad media (42,7 años). En el grupo rural existía un grado menor de seropositividades, había pocos casos con manifestaciones clínicas de tras- tornos cardíacos y eran numerosos los ni- ños (la edad media del grupo era de 28,0 años); como era de esperar, en este grupo fue baja la prevalencia de trastornos de la conducción y arritmias.

Las interpretaciones de los electrocar- diogramas de 12 derivaciones cifradas por los dos lectores coincidieron en el 82% de los casos correspondientes al grupo del hospital, en el 94,5% de los trazados ob- tenidos en la zona rural y en el 88,6% del total. La concordancia fue ligeramente superior en las interpretaciones de los tra- zados de cinco derivaciones. Varios inves- tigadores (22, 23) entre ellos Blackbum

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(¿?), que utilizó la Clave de Minnesota han registrado variaciones similares y aun ma- yores entre los observadores que interpre- tan electrocardiogramas.

El 10% de las discrepancias representa- ban diferencias de interpretación, la mayoría de ellas al tratar de distinguir im- pulsos ventriculares ectópicos de impulsos supraventriculares cuya conducción era aberrante. Más de la mitad de las discre- pancias eran resultado de pequeñas dife- rencias al medir los intervalos de las di- mensiones de onda que, no obstante, lle- varon a la asignación de cifras distintas. Otras discrepancias se produjeron por al- gún descuido de uno u otro lector. Para reducir al mínimo esos errores, ahora se exige que los lectores registren en cada trazado la frecuencia, el intervalo PR y la duración de QRS, y que cada lector pon- ga en clave su lectura en forma indepen- diente pero revise con el otro las discre- pancias para decidir acerca de la cifra de- finitiva.

Las discrepancias que se observaron no menguan la utilidad de la clave para los estudios de la miocardiopatfa chagásica. El 20% de esas discrepancias estaban constituidas por diferencias poco impor- tantes en la amplitud de las ondas R, la depresión de S-T e inversiones de la onda T que, por sí solas, no contribuirían a la clasifkación definitiva del trazado como indudablemente anormal o relacionado con la cardiopatía chagásica. Una tercera parte de las discrepancias se refería al cifrado de las ondas Q y QS, accidentes que son más importantes en el diagnóstico de coronariopatía que en el de la enfer- medad de Chagas. En este estudio, las anomalías de las ondas Q y QS en traza- dos correspondientes a individuos seropo- sitivos, sólo se presentaron en presencia de trastornos de la conducción ventricular. Por lo tanto, los errores al cifrar los carac- teres de las ondas Q y QS se compensaron con el cifrado de trastornos de la conduc- ción ventricular, a cuyo respecto existían

muy pocas discrepancias. El cuadro 3 presenta las diferencias en-

contradas por ambos lectores al poner en clave los electrocardiogramas de cinco de- rivaciones y los de 12 derivaciones, En ge- neral, las clasificaciones según el sistema de cinco derivaciones concordaron con las que se lograron con el sistema de 12 en el 87 ‘$!& de los casos. Los fenómenos omitidos en los trazados de cinco derivaciones se re- lacionaron con las ondas Q y QS, las depresiones de S-T, la onda T y las arrit- mias; todos estos accidentes se registran únicamente mediante las derivaciones III, R, F, V,., o V,. Ningunos de los acci- dentes de las ondas Q y QS se presentó en el grupo seropositivo en ausencia de blo- queo de rama o bloqueo fascicular.

En el grupo de pacientes del hospital, los electrocardiogramas de 12 deriva- ciones permitieron detectar extrasístoles en siete casos en los que no se había re- gistrado ese fenómeno en los electrocar- diogramas de cinco derivaciones. Con el propósito de aumentar la sensibilidad de los trazados de cinco derivaciones para detectar arritmias, en los registros que se efectuaron en la zona rural se incluyó un trazado de 32 segundos. Sin embargo, en este grupo ese trazado en ningún caso aumentó la sensibilidad del electrocar- diograma de cinco derivaciones con res- pecto al de 12. En otras encuestas de población efectuadas en zonas endémicas los autores observaron que un trazado de una duración de 32 segundos detectó acti- vidad ectópica, que no se había manifes- tado en los registros de cinco o de 12 deri- vaciones, en menos del 1% de más de 500 sujetos.

Discusión y conclusiones

La experiencia de los autores con la forma modificada de la Clave de Minne- sota ha demostrado que constituye un sis- tema útil y fácil de reproducir para la cla-

Maguire et al. ELECTROCARDIOGRAMAS PARA ENFERMEDAD DE CHAGAS 107

CUADRO 3-Diferencias entre los resultados obtenidos con el sistema de cinco derivaciones y los registrados con el de 12, que muestran las discrepancias detectadas por los dos lectores al examinar 210 ECG utilizando ambos sistemas.

No. de veces que se Accidente registrado Accidente registrado detectb cada

en ECG de 12 en ECG de cinco discrepancia derivaciones derivaciones Lector 1 Lector 2

l-l-1, l-l-6 ó l-l-7 1-1-o l-2-2 ó I-2-7 1-2-o > 16 18 l-3-2, l-3-3, l-3-4 ó l-3-6 1-3-O 2-5 2-6 1 0 4-2 4-3 1 1 5-2 6 5-3 5-o ó 5-3 4 5 8-l-l-l 8-l-l-O 2 2 8-1-2-1 8-1-2-O 6 6 8-l-3-1 8-1-3-O 1 1 8-1-4-2 8-1-4-1 1 1 9-o 9-1 1 1 9-5 9-o 2 1

Total de discrepancias 35 (en 36 (en 27 ECG) 26 ECG)

sificación de electrocardiogramas cuando se sospecha la presencia de la enfermedad de Chagas. Los criterios que establece pa- ra cifrar las anomalías son objetivos y, por lo tanto, eliminan las decisiones subjetivas en el proceso de reunión de datos. El dise- ño de la clave permite hacer agregados, supresiones y modificaciones, según las necesidades de cada investigador. Sin em- bargo, es conveniente seguir la clave en forma estricta para poder establecer com- paraciones dentro de un mismo estudio o entre estudios diferentes.

No obstante, como la Clave de Minne- sota original, la clave modificada con- tiene criterios que tal vez “son arbitrarios o consisten en soluciones de compromiso que no son enteramente convincentes” (9). Además, padece la variabilidad y li- mitaciones de sensibilidad comunes a la Clave de Minnesota original (9, 24) y a otras claves electrocardiográficas (25).

Los autores consideran que el electro- cardiograma de cinco derivaciones es ade- cuado para examinar sujetos en los estu-

dios de población concernientes a la en- fermedad de Chagas. En otro trabajo (13JP se ha señalado el considerable ahorro de tiempo que representa el re- gistro y análisis de electrocardiogramas abreviados. El trazado de cinco deriva- ciones es casi tan sensible y preciso como el de 12 para identificar las anomalías im- portantes y frecuentes encontradas en la miocardiopatía chagásica crónica, si bien registra con menos frecuencia la extrasis- tolia. (Como las extrasístoles a menudo se presentan esporádicamente, su detección tiende a depender de la duración del re- gistro, 26.) Sin embargo, el pequeño aumento de la sensibilidad logrado me- diante un registro prolongado del ritmo cardíaco, como se comprobó en éste y otros estudios (20), no justifica los recur- sos y tiempo adicionales necesarios para incluir dicho registro prolongado en los exámenes sobre el terreno. Tendría ma- yor aplicación en el diagnóstico y clasifi- cación de arritmias que afectan a indivi- duos en quienes se detectan irregularida-

108 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Agosto 1982

des del ritmo cardíaco al efectuar el exa- men físico 0 al interpretar un primer tra- zado electrocardiográfíco.

Resumen

La carencia de criterios uniformes para la interpretación de electrocardiogramas ha hecho difícil comparar estudios de la cardiopatía chagásica referidos a distintas regiones geográficas. Para lograr unifor- mar la presentación de los datos electrocardiográficos en este estudio sobre el terreno, los autores elaboraron un siste- ma de cifrado adaptado especialmente para los estudios de la enfermedad de Chagas.

Este sistema se estructuró modificando la Clave de Minnesota para poder re- gistrar complejos trastornos de la conduc- ción y arritmias, característicos de la car- diopatía chagásica. Se comprobó la posi-

bilidad de reproducir el sistema evaluan- do 100 electrocardiogramas de pacientes de un hospital afectados por la enferme- dad de Chagas, y 110 electrocardiogra- mas de personas que vivían en una zona

donde esa enfermedad era endémica. También se puso a prueba un sistema

de registro de cinco derivaciones con el propósito de facilitar el examen de pobla- ciones numerosas. La sensibilidad de este sistema abreviado para detectar anoma- lías electrocardiográficas relacionadas con la cardiopatía chagásica crónica se puede comparar sin desmedro con la sen- sibilidad del tradicional registro de 12 de- rivaciones. n

Agradecimiento

Los autores agradecen al Dr. Thomas H. Weller su excelente asesoramiento y acertada crítica del manuscrito.

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110 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Aeosto 1982

APENDICE

Instrucciones para modificar la Clave de Minnesota cuando se emplea en encuestas relacionadas con la enfermedad de Chagas’

1)QyQS

Agregar: 1 -l-O, ausencia de todo fenómeno señalado a continuación en 1 - 1 l-2-0, ausencia l-3-0, ausencia

de todo fenómeno señalado a continuación en l-2 de todo fenómeno señalado a continuación en 1-3

2) Desviación del eje de QRS

Suprimir: (No aplicar esta clave en presencia de un complejo QRS de bajo vol- taje, cifra 9-1, o de trastornos de la conducción ventricular: 6-4, 7-1, 7-2, 7-4.)

Suprimir: 2-3, 2-4, 2-5 Agregar: 2-6, desviación del eje a la derecha:

Eje QRS de +91° a -119O 2-7, desviación extrema del eje a la derecha:

Eje QRS de -120° a -9lO 2-8, eje normal:

Eje QRS de + 90° a -29O

3) Ondas R de gran amplitud

Agregar:

Agregar:

No aplicar las cifras 3-l ó 3-3 cuando se trata de individuos menores de 35 años 3-0, ausencia de todo fenómeno señalado a continuación en 3

4) Unión S-T (J) y depresión del segmento

Agregar: 4-0, ausencia de todo fenómeno señalado a continuación en 4

5) Onda T

Agregar:

Agregar:

No aplicar las cifras 5-1, 5-2 y 5-3 en las derivaciones V,, V, y V, cuando se trata de individuos menores de 25 años 5-0, ausencia de todo fenómeno señalado a continuación en 5

’ Las definiciones de términos y los criterios se han tomado de la Clave de Minnesota original (9) y de las referencias 15 y 16, con modi- ficaciones de los autores de este trabajo. Los criterios acerca de la duracibn de PR y de QRS en los niños se modificaron sobre la base de tablas de valores normales (15, 17).

Maguire et al. ELECTROCARDIOGRAMAS PARA ENFERMEDAD DE CHAGAS 111

6) Trastornos de la conducción auriculoventricular

Agregar: Sustituik-

6-0, ausencia de todo fenómeno señalado a continuación en 6 6-2, 6-3, 6-4 y 6-5 por las siguientes: 6-2, bloqueo A-V avanzado de segundo grado (incluye el tipo II de

Mobitz y el bloqueo auriculoventricular incompleto con respues- ta auriculoventricular 2: 1): Bloqueo Intermitente de la propagación de impulsos al ventrículo después de uno o más impulsos que muestran características de conducción constante. El intervalo PR en los complejos electro- cardiográficos normales es normal o prolongado.

6-3, bloqueo A-V de segundo grado, tipo 1 (Wenckebach): Bloqueo intermitente de la conducción auriculoventricular en el que el impulso bloqueado es precedido por una prolongación progresiva del intervalo PR con respecto a la duración de ese in- tervalo en el primer impulso transmitido.

6-4, bloqueo A-V de primer grado: Intevalo PR prolongado con un coeficiente de conducción de 1:l en cualquiera de las derivaciones 1, II, III, aVL, aVF:

Grupo de edad Frecuencia

Criterios para definir un

intervalo PR prolongado

115 años (adultos)

5-14 años (niños)

í 5100

101-120 T

120

1100 f 101-120

>120

‘2 0,22 segundos ‘2 0,21 segundos ‘2 0,20

segundos

> 0,20 segundos > 0,19 segundos > 0,19 segundos

6-5, síndrome de Wolff-Parkinson-White: Intervalo PR <0,12 segundos (en los adultos) o CO,09 segundos (en los niños): duración del complejo QRS >O,lO segundos (en los adultos) ó. >0,09 segundos (en los niños), y presencia de onda delta (osci- lación lenta en la parte inicial del complejo QRS).

6-6, intervalo PR reducido: Intervalo PR <0,12 en los adultos y CO,09 en los niños en todos los complejos electrocarditgráficos de dos de las siguientes deri- vaciones: 1, II, III, aVL, aVF. No se aplica esta cifra en presen- cia de los fenómenos señalados en 8-4-1, 8-4-2, 8-6-1, 8-6-2 y 8- 7-l.

112 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Agosto 1982

7) Trastornos de la conducción ventricular

En 7-1, 7-2 y 7-4 reemplazar la frase “Duración del complejo QRS de 0,12 segundos o más” por “Duración del complejo QRS de 0,12 segundos o más en los adultos, o de 0, ll segundos o más en los niños”.

En 7-3 y 7-6 reemplazar las frases “Duración del complejo QRS inferior a 0,12 se- gundos” y “Duración del complejo QRS de 0,lO segundos como mínimo y 0,12 segundos como máximo” por “Duración del complejo QRS de 0,lO segundos como mínimo y 0,12 segundos como máximo en los adultos, o de 0,09 segundos como mínimo y 0,ll segundos co- mo máximo en los niños”.

Agregar: 7-0, ausencia de todo fenómeno señalado a continuación en 7 7-7, bloqueo fascicular anterior:

a) presencia de los fenómenos señalados en 2-l b) duración del complejo QRS inferior o igual a 0,lO segundos c) ondas Qpequeñas (no cifrables) en 1, aVL, V, y V, d) onda S en las derivaciones II, III y aVF, de mayor amplitud

que la onda R en las derivaciones II y aVF 7-8, bloqueo de rama derecha y bloqueo fascicular anterior (esta

cifra tiene prioridad en relación con 7-2 y 7-7): a) presencia de los fenómenos señalados en 2-l ó 2-7 b) se cumplen los criterios establecidos para 7-2 c) onda Q pequeña (no cifrable) en las derivaciones 1 y aVL d) onda R en la derivación aVL de igual o mayor amplitud que

la onda S e) onda S en la derivación II mayor que la onda R

7-9, bloqueo incompleto de rama derecha y bloqueo fascicular ante- rior (esta cifra tiene prioridad en relación con 7-3 y 7-7): a) presencia de los fenómenos señalados en 2-1 y 2-7 b) se cumplen los criterios establecidos para 7-3 c) onda Q pequeña (no cifrable) en las derivaciones 1 y aVL d) onda R en aVL de igual o mayor amplitud que la onda S e) onda S en la derivación II mayor que la onda R

7-O-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 7-O 7-O-1, bloqueo fascicular posterior:

a) presencia de los fenómenos señalados en 2-6 b) duración del complejo QRS igual o inferior a 0,lO segun-

dos c) onda Q pequeña en las derivaciones II, III, aVF, que no

se ajusta a los criterios establecidos para l-l ó l-2 d) ondas R de gran amplitud en las derivaciones II, III y F; la

onda R es mayor que la onda S en la derivación II e) onda R mayor que la onda S en las derivaciones V, y V, f) ausencia de los fenómenos señalados en 3-2

7-O-2, bloqueo de rama derecha y bloqueo fascicular posterior (esta cifra tiene prioridad en relación con 7-2 y 7-O-l: a) se cumplen los criterios establecidos para 7-2 b) se cumplen los criterios establecidos para 7-O-l excepto en

Maguire et al. ELECTROCARDIOGRAMAS PARA ENFERMEDAD DE CHAGAS 113

lo concerniente a la duración del complejo QRS, que es la se- ñalada en 7-2

7-O-3, bloqueo incompleto de rama derecha y bloqueo fascicular pos- terior (esta cifra tiene prioridad en relación con 7-3 y 7-O-l): a) se cumplen los criterios establecidos para 7-3 b) se cumplen los criterios establecidos para 7-O-l excepto en

lo concerniente a la duración del complejo QRS, que es la señalada en 7-3

7-O-4, trastornos intraventriculares transitorios (especificarlos)

6) Arritmias

Agregar: 8-O-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-O 8-O-1, ritmo sinusal (registrar esta cifra en presencia de los fenóme-

nos señalados en 8-7-l y 8-8-l): Ritmo regular, la variación del intervalo entre las ondas P es inferior a 0,16 segundos. Onda P vertical en las derivaciones 1, II, aVF, V, y V,. La onda P es seguida por deflexiones ventri- culares del complejo QRS-T, a menos que exista bloqueo auri- culoventricular.

8-O-2, ritmo sinusal irregular (arritmia sinusal): La variación del intervalo entre las ondas P es superior a 0,16 segundos. Intervalo PR fijo seguido de complejo QRS-T ex- cepto cuando existe bloqueo auriculoventricular.

8-l-1-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-l- 1 8-l - 1 - 1, extrasístole auricular 8-l -1-2, extrasístole nodal 8- 1 - l-3, extrasístoles auriculares y nodales

(8-l-l-l y 8-l-l-2) 8-l - l-4, extrasístoles auriculares frecuentes:

El 10 ‘% o más de los ciclos registrados son extrasístoles auricu- lares.

8-l -1-5, extrasístoles nodales frecuentes: El 10% o más de los ciclos registrados son extrasístoles noda- les.

8-l - l-6, ritmo supraventricular polimorfo irregular (marcapaso auri- cular migratorio): Ritmo supraventricular caracterizado por morfología cam- biante de las ondas P, intervalos PR variables y frecuencia in- ferior a 100 latidos por minuto.

8-l-l-7, combinación de las cifras 8-l-l-6 y 8-l-l 8-l -1-8, taquicardia auricular multifocal:

Arritmia supraventricular caracterizada por morfología cam- biante de las ondas P, intervalos PR variables y frecuencia su- perior a 100 latidos por minuto.

8-l-2-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-l-2 8-1-2-1, extrasístoles ventriculares poco frecuentes (se requiere una

114 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Agosto 1982

cifra en 8-l-4): menos del 10% de los ciclos registrados o Gra- dos IA y B de Lown

8-l -2-2, extrasístoles ventriculares frecuentes (se requiere una cifra en 8-l -4): 10% o más de los ciclos registrados o Grado 2 de Lown

8-l-2-3, bigeminia extrasistólica ventricular (bigeminia ventricular) (se requiere una cifra en 8-l-4; tiene prioridad en relación con 8-l-2-2)

8-l-3-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-l-3 8-1-3-1, pares de extrasístoles ventriculares repetidas (pares, Grado 4A

de Lown) 8-1-4-1, extrasístole ventricular unifocal (Grado 1 ó 2 de Lown) 8-l-4-2, extrasístole ventricular multiforme (Grado 3 de Lown) 8-1-5-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-l-5 8-1-5-1, extrasístole ventricular prematura (el complejo QRS de la

extrasístole se presenta antes de la terminación de la onda T del complejo anterior; Grado 5 de Lown)

8-l-6-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-l-6 8- l-6- 1, disociación auriculoventricular sin bloqueo anterógrado

a) frecuencia auricular inferior a la ventricular b) ondas P independientes del complejo QRS

8-l-6-2, bloqueo de salida sinoauricular completo: El impulso sinusal no llega a alcanzar las aurículas o descar- garse de ellas; la onda P y el complejo QRS-T no se presentan con el intervalo esperado; la pausa entre dos ondas P es un múltiplo exacto del intervalo P-P predominante

8-l-6-3, bloqueo de salida sinoauricular incompleto (bloqueo sino- auricular de salida con fenómeno de Wenckebach): ’ Los intervalos entre P y P que preceden a la pausa se acortan progresivamente; la pausa es menor que un múltiplo del in- tervalo P-P básico, y el intervalo P-P que sigue a la pausa es más largo que el que lo precede.

8-l-6-4, paro sinusal: Cesación de la formación de impulsos en el nódulo sinoauri- cular; la onda P el complejo QRS-T que la acompaña no se presentan en el momento esperado; la pausa que resulta ge- neralmente es más breve que dos intervalos P-P normales y no es un múltiplo exacto del ciclo de P a P; puede ser seguida de escapes 0 ritmo.

8-2-0, ausencia del fenómeno indicado a continuación en 8-2-l 8-2-1, taquicardia ventricular (Grado 4B de Lown):

Tres o más extrasístoles consecutivas con una frecuencia supe- rior a lOO/min.

8-3-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-3 8-3-1, fibrilación auricular:

Ausencia de ondas P; la línea de base está constituida por osci- laciones irregulares cuya forma, duración, amplitud y dirección cambian continuamente; la respuesta ventricular es totalmente

Maguire et al. ELECTROCARDIOGRAMAS PARA ENFERMEDAD DE CHAGAS 115

irregular excepto cuando existe bloqueo auriculoventricular completo.

813-2, aleteo auricular: Actividad auricular representada por oscilaciones bifásicas (ale- teos) regulares y uniformes, que se producen con frecuencias que varían entre 200 y 400 por minuto; ausencia de la línea iso- eléctrica entre las deflexiones; puede haber bloqueo A-V de 2:l o de un grado superior.

8-4-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-4: 8-4-1, ritmo auricular:

Frecuencia inferior a 100 y formas de la onda P distintas de las encontradas en los latidos sinusales normales (la onda P puede ser negativa en las derivaciones II, III y aVF, y positiva en aVR).

8-4-2, taquicardia auricular: Frecuencia auricular superior a 100, por lo general entre 140 y 200; onda P de forma diferente de la encontrada en la onda P del ritmo sinusal; el intervalo PR es normal o prolongado, el complejo QRS es normal o ligeramente anómalo; línea iso- eléctrica entre las ondas P; conducción auriculoventricular de 1: 1 o con un grado avanzado de bloqueo A-V (generalmente la conducción es de 2: 1).

8-4-3, ritmo supraventricular: Frecuencia inferior a 100 por minuto, ritmo regular, complejos QRS de duración normal (excepto cuando un período de ritmo sinusal normal muestra bloqueo de rama); no se observan ondas auriculares.

8-4-4, taquicardia supraventricular: Frecuencia superior a 100 por minuto, ritmo regular, complejos QRS de duración normal; no se observan ondas auriculares.

8-5-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-5. 8-5-1, fibrilación ventricular:

Ondas QRS y T no identificables; las deflexiones registradas cambian continuamente su forma, duraci&r, magnitud y direc- ción .

8-5-2, asistolia ventricular: Cesación de la actividad eléctrica ventricular.

8-5-3, ritmo ventricular: Frecuencia inferior a 70 con prolongados complejos QRS que se producen con regularidad y no van precedidos por ondas P; és- tas tal vez estén ausentes o puede existir bloqueo A-V completo.

8-5-4, ritmo ventricular acelerado: Ritmo ventricular con una frecuencia que varía entre 70 y 100.

8-5-5, cualquier combinación de los fenómenos anteriores 8-6-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 8-6 8-6-1, ritmo nodal auriculoventricular:

Regular, con una frecuencia de 100 o menos por minuto; la on- da P puede presentarse antes que el complejo QRS (con un in-

116 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Agosto 1982

tervalo PR inferior a 0,12 segundos), al mismo tiempo que él o después; la onda P está invertida en las derivaciones II, III y aVF. (Si la onda P se produce al mismo tiempo que el complejo QRS y no puede ser observada, se aplicará la cifra 8-4-3.)

8-6-2, taquicardia nodal auriculoventricular: Frecuencia superior a 100 por minuto; ritmo regular; la onda P puede presentarse antes que el complejo QRS (con un intervalo PR inferior a 0,12 segundos), al mismo tiempo que él o después. La onda P está invertida en las derivaciones II, III y aVF.

8-7-0, ausencia de 8-7-l 8-7-1, taquicardia sinusal:

Ritmo sinusal con una frecuencia superior a 100 latidos por mi- nuto.

8-8-0, ausencia de 8-8-l 8-8-1, bradicardia sinusal:

Ritmo sinusal con una frecuencia inferior a 50 latidos por mi- nuto

8-9-0, ausencia de 8-9-l 8-9-1, arritmias no incluidas anteriormente

9) Fenómenos varios en reposo

Su@-imir: 9-0, 9-4-1, 9-4-2 y 9-5 Agregar: 9-0, ausencia de todo fenómeno indicado a continuación en 9

9-4, marcapaso artificial en funcionamiento 9-5, marcapaso artificial que funciona mal 9-6, amplitud de la onda T superior a 12 mm en cualquiera de las

derivaciones 1, II, III, aVL, aVF, V, y V,. (No se aplica en pre- sencia de los fenómenos señalados en 6-4, 7-1, 7-2 ó 7-4.)

9-9, cualquier combinación de los fenómenos anteriores

Electrocardiographic classification and abbreviated lead system for population-based studies of Chagas’ disease (Summaty)

A lack of standardized criteria for electrocardiographic interpretation has made it difficult to compare studies.of Chagas’ heart disease from different geographic areas. To achieve uniform reporting of electro- cardiographic data from our field project, we developed a coding system especially adapted for studies of Chagas’ disease.

This system was devised by modifying the Minnesota Code to allow recording of the complex conduction disturbances and arrhythmias characteristic of Chagas’ disease. The reproducibility of the system was tested by evaluating 100 electrocardiograms of hospital patients with Chagas’ disease and 110 electro- cardiograms of people living in an area with

Maguzie et al. ELECTROCARDIOGRAMAS PARA ENFERMEDAD DE CHAGAS 117

endemic Chagas’ disease. electrocardiographic abnormalities of chronic A five-lead recording system was also tested Chagas’ heart disease compares favorably with

with a view to facilitating the screening of large that of the traditional 12 lead recording. populations. Its sensitivity in detecting the

Classifica@io eletrocardiográfica e sistemas de derivar$ies abreviados para estudos fundamentados na popula@o, sobre a doenca de Chagas (Resumo)

A falta de normas estandardizadas para a interpretacáo eletrocardiográfica, dificulta a comparacão da cardiopatia chagásica entre as diversas zonas geográficas onde ela aparece. Para conseguirmos um relatório uniforme sobre os dados eletrocardiográficos deste projeto de campo, planejamos um sistema de codificacáo adaptado especialmente para os estudos sobre a doenca de Chagas.

Projetou-se o sistema mediante a modificacão do Código Minnesota para permitir o registro das alteracces da conduCáo e arritmias tão complexas, que são caracte- rísticas da doenca de Chagas. Provou-se a

reprodutibilidade do sistema com o teste da avaliacão de 100 eletrocardiogramas de doentes de hospital sofrendo da doenca de Chagas, e 110 eletrocardiogramas de pessoas que viviam numa zona onde a doenca de Chagas era endêmica.

Testou-se também um sistema de registro de cinco derivacóes para facilitar a triagem de grandes massas de populac:ão. A sua sensibilidade para detectar as anormalidades eletrocardiográficas da cardiopatia crônica da doenca de Chagas compara-se favoravelmen- te com a do registro tradicional de 12 derivacóes.

Classification d’électrocardiogrammes et systéme abregé de derivations pour enquêtes de populations dans le cas de la maladie de Chagas (Résumé)

Le manque de critères uniformes pour l’interprétation d’électrocardiogrammes a rendu difficile la comparaison d’études de la cardiopathie dans la maladie de Chagas entre diverses régions géographiques. Afin de pouvoir rendre uniforme, lors de notre étude sur le terrain, la présentation de données d’électrocardiographie, les auteurs ont élaboré un système chiffré spécialement adapté aux études de la maladie de Chagas.

On structura ce système en modifiant la Clef de Minnesota pour pouvoir enregistrer des troubles complexes de la conduction et des arythmies caractéristiques de la cardiopathie dans la maladie de Chagas. On vérifia la possibilité de reproduction du systeme par

l’évaluation de 1 OO électrocardiogrammes de patients affectés par la maladie de Chagas se trouvant dans un hôpital, et de 110 électro- cardiogrammes de personnes qui vivaient dans une zone où cette maladie était endémique.

On mit aussi à l’essai un systeme d’enregistrement de cinq dérivations, dans le but de faciliter l’examen de populations nombreuses. La sensibilité de ce système abrégé pour déceler les anomalies sur des électrocardiogrammes, en cas de cardiopathie dans la maladie de Chagas chronique, peut etre comparée sans observer de perte à la sensibilité de l’enregistrement traditionnel de 12 dérivations.