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FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UDELAR
MONTEVIDEO – URUGUAY
1 DE DICIEMBRE, 2016
Estudiante: Antonella Ardanz
Tutora: Lic. Mag. Sandra López
Espacios públicos e identidad
colectiva a nivel barrial:
Plaza Flor de Maroñas y Parque
Plaza Líber Seregni
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ÍNDICE
Resumen…………………………………………………………………………………….…..3
Introducción…………………………………………………………………………………….3
Fundamentación………………………………………………………………………………..5
Antecedentes………………………………………………………………………………..….7
Delimitación del problema……………………………………………………………..…….9
Preguntas de investigación…………………………………………………………………...9
Objetivos: General……………………………………………………………….……..…….10
Específicos………………………………………………………………..……….........10
Marco teórico…………………………………………………………………………………..10
Estrategia y diseño metodológico…………………………………………………………..15
Consideraciones éticas……………………………………………………………………....16
Resultados esperados………………………………………………………………………...16
Cronograma……………………………………………………………………….………..….17
Referencias bibliográficas…………………………………………………………………….18
Anexo……..………………………………………………………………………………………22
3
RESUMEN
El presente pre-proyecto de investigación pretende indagar sobre las posibilidades de construcción de
procesos de identidad colectiva a nivel barrial en dos espacios públicos de Montevideo: Parque Plaza Líber
Seregni y Plaza Flor de Maroñas. La delimitación del tema-problema surge a partir de la problematización de lo
que acontece en los espacios públicos en nuestra ciudad, como necesidad de abrir instancias de reflexión desde la
Psicología. Se abordarán estos procesos desde la Psicología Ambiental Comunitaria desarrollando un marco de
referencia que pueda operar como soporte de la investigación. Espacio público, participación, apropiación del
espacio, sentido de pertenencia e identidad colectiva se constituyen en ejes conceptuales que transversalizarán la
investigación.
Se utilizará un diseño metodológico cualitativo acorde a los objetivos planteados. La estrategia definida es
de investigación-acción, ubicando al componente participativo como central, promoviendo un diálogo de saberes.
Las técnicas utilizadas serán la observación participante así como también, entrevistas grupales e individuales. Se
prevén dos instancias grupales de formato taller, a los efectos de intercambiar con los participantes sobre el
proceso de investigación.
Se espera producir información sistematizada que aporte a la reflexión desde la disciplina para la
comprensión de los procesos psicosociales antedichos, produciendo conocimiento para el desarrollo de la
categoría conceptual identidad colectiva en relación a los espacios públicos. Se tratará de visibilizar las
dimensiones subjetivas y locales para el diseño de políticas que permitan integrarlas.
PALABRAS CLAVES Espacios públicos, Identidad Colectiva, Participación
INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo trata de analizar las posibilidades de construcción de la identidad colectiva a nivel barrial a
partir de dos plazas ubicadas en diferentes zonas de Montevideo. A través de la investigación se pretende
contribuir a la comprensión de los procesos identitarios, específicamente en dos plazas públicas: Parque Plaza
Líber Seregni (PPLS, en adelante) y Plaza Flor de Maroñas (PFM, en adelante). Para dicho análisis es necesario
ahondar en cuestiones implicadas en la relación identidad colectiva barrial-espacio público. La identidad colectiva
tiene que ver la posibilidad de reconocerse parte de un grupo, de ser parte, formar parte de un “nosotros” y
enunciarlo, es decir con un sentido de pertenencia, lo que indiscutiblemente nos habla de marcar presencia, y
hacer propio algo. Es necesario abordar algunos conceptos clave para entender estos procesos: la apropiación del
espacio, sentido de pertenencia y participación, además de los ejes conceptuales espacio público e identidad
colectiva ya explícitos en el objetivo del trabajo. La intención es comprender y analizar lo que acontece en
diferentes barrios de Montevideo a partir de la relación que establecen las personas entre sí, y con su entorno más
próximo: el barrio y la plaza específicamente; es a través de la observación de sus prácticas discursivas y la
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recuperación de las narrativas que podemos comprender estos procesos.
A modo de presentación el PPLS está ubicado en el barrio “Cordón” rodeado por las calles Daniel Muñoz,
Martín C. Martínez, Víctor Haedo y J. Requena. Fue inaugurado en noviembre de 2009. Este espacio nace como
proyecto de participación ciudadana impulsado por el Concejo Vecinal de la zona 2 del Municipio B, en el marco
del Presupuesto Participativo desarrollado por la Intendencia de Montevideo en el año 2006. La PFM se ubica en
el barrio que lleva el mismo nombre, dentro del mismo predio se encuentran el Teatro de Verano y la Policlínica
“Solidaridad”, frente las escuelas N° 173/196. Estos espacios forman parte de la historia de configuración del
barrio, el escenario popular y la escuela dotan de la década del 50. En 2013, se aprobó la propuesta de la
Comisión Fomento que co-gestiona dichos espacios (con la Intendencia de Montevideo), de presupuesto
participativo para la mejora de la plaza, en la que se propone la realización de obras de acondicionamiento y
equipamiento.
Se desarrollará un tipo de investigación como práctica social (Ghiso, 2006), en-clave comunitaria, donde la
acción, la participación y la multiplicidad de voces tienen una centralidad importante. Las narrativas son
representaciones verbales en la vida cotidiana de las personas y deben de ser consideradas como instancias de
acción social; las historias personales son formas de acción social producidas en determinadas circunstancias y
ocupan un lugar relevante en la vida cotidiana (Vasilachis, 2006). Es por esto que se define una estrategia de
investigación-acción. A partir del carácter colectivo y político, la investigación deviene instrumento democratizador
(Montero, 2006). El conocimiento se construye en y con la comunidad, tiene carácter social y emancipador.
En la búsqueda de antecedentes, si bien a nivel nacional se evidencia una extensa producción académica en
torno a los espacios públicos, se observa un vacío fértil en cuanto al abordaje de los procesos de identidad
colectiva específicamente.
Este pre-proyecto surge a partir del proceso de aprendizaje realizado dentro de la propuesta curricular
Proyecto “Procesos Residenciales, Territorio y Acción Colectiva” llevada a cabo en la Facultad de Psicología. La
experiencia se desarrolló durante el año 2015, posibilitando un plan de trabajo de intervención en el barrio Flor de
Maroñas, en la Plaza y Teatro que lleva el mismo nombre, junto a vecinos de la Comisión Fomento que co-
gestiona dichos espacios públicos (EP, en adelante). Esta experiencia pre-profesional se constituye en insumo y
motor de búsqueda investigativa. Existe entonces una intencionalidad de dar continuidad al proceso iniciado en
2015. Durante la intervención el trabajo se organizó por subzonas y se conformaron equipos interdisciplinarios
(constituidos por estudiantes de Facultad de Ciencias Sociales y estudiantes del Instituto Superior de Educación
Física). Pudimos aproximarnos a los factores implicados en los procesos de organización barrial en relación al
espacio público Plaza y Teatro Flor de Maroñas así como la apropiación de dicho EP. Se trató de abrir un espacio
de reflexión grupal dentro de un proceso de apertura que propone la Comisión Fomento, buscando fortalecer las
redes cotidianas del barrio, problematizando los usos de la Plaza y Teatro Flor de Maroñas. El trabajo se
caracterizó por ser un proceso de reflexión-acción-reflexión. Se utilizó la problematización como herramienta
metodológica, que transversalizó el trabajo, procurando un empoderamiento del espacio grupal.
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FUNDAMENTACIÓN
“(…) pensar la investigación social comunitaria como esa disposición a la apertura, a la escucha, al diálogo y al
reconocimiento crítico de la diferencia y la desigualdad, que además de permitirnos conocer, nos construye como mejores
seres humanos” (Ghiso , 2006, p. 3).
Montevideo es una ciudad con una importante historia de espacios públicos y espacios verdes. Las ciudades
en Uruguay se han desarrollado a lo largo de la historia con un importante sistema de Espacios Públicos
(Schelotto, Roland & Roux, 2014). Se ha revalorizado el patrimonio cultural y arquitectónico, y el diseño de los
mismos es un atractivo turístico importante (Lladó, 2010). De forma que estos espacios se reconsideran como
valor económico; en las últimas décadas el estado uruguayo ha tratado de darle visibilidad al tema, ocupándose de
la regulación, el diseño y cuidado de los EP en la ciudad, con la intencionalidad de desarrollar un Plan Sectorial de
Espacios Públicos desde la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM). En él se caracterizan los EP en función
del suelo y en relación a cómo está organizado el territorio montevideano. Los reconoce como escenario colectivo
democrático, escenario de la práctica política donde la diversidad social se hace presente mediante la expresión
de los diferentes colectivos (IMM, 2015). Desde este punto de partida, se proponen líneas de acción y se visibilizan
dimensiones sociales como la participación ciudadana y la cohesión social. A su vez la IMM en coordinación con
otros actores colectivos han llevado a cabo programas específicos con el objetivo de renovar zonas de
Montevideo, generando intercambio social y oportunidades de disfrute del espacio público a todas y todos los
ciudadanos (Arean, 2015). Ante estos enunciados de intencionalidad política, surge la necesidad de preguntarse
sobre los resultados de las políticas de estado sobre los barrios y los EP: ¿Cuáles son los resultados de las
producciones discursivas municipales en la práctica y en la vida cotidiana de la gente? ¿Cuáles son los efectos en
la gestión de los EP?
Se eligen dos plazas de Montevideo: PPLS y PFM. La elección de dos plazas posibilitará diferentes lecturas
de lo que acontece, teniendo en cuenta las lógicas particulares de cada una, para abrir espacio de reflexión en la
comprensión de los procesos de identidad colectiva a nivel barrial. La elección se fundamenta en la ubicación
geográfica, una en el centro de la ciudad mientras que la otra en la periferia. Se trata, (sin intención comparativa)
de profundizar en la comprensión de estos procesos en tanto dos espacios públicos ubicados en diferentes zonas
de Montevideo, barrios diferentes y con lógicas de gestión distintas.
En este estudio se hace foco en el EP en tanto es un espacio cargado de significados y sentidos,
construidos en la relación entre la gente y ese EP. Los intereses colectivos e individuales se ponen en juego en el
uso de los espacios comunes y en las relaciones de poder que caracterizan al territorio y a los procesos mediante
los cuales se genera ciudad. La libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos. Se habla
entonces de la doble condición de sujetos productores de ciudad y ésta productora de sujetos. Se alude a hacer
del EP un espacio que conduzca por lugares productores de sentido (Borja & Muxi, 2000).
El tema que se define en este pre-proyecto cobra relevancia en el contexto actual de nuestra ciudad en
tanto pensamos qué ciudad estamos construyendo en el marco del derecho a la ciudad (Lefebvre, 1974),
reflexionar qué ocurre en los diferentes espacios públicos de los barrios con las personas que lo habitan.
Los procesos de segregación residencial y fragmentación social que caracterizan las sociedades
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contemporáneas, efecto de la globalización y de las transformaciones en el mundo del trabajo (Montenegro,
Rodríguez, Pujol, 2014), nos han hecho repensar algunas categorías, como la dimensión del tiempo y espacio y la
dimensión subjetiva. Así estos procesos “(…) han impactado en las relaciones interpersonales, debilitando las
capacidades de construcción de lo colectivo en los espacios locales, en las comunidades, y en la ciudad en su
conjunto” (Montenegro, Rodríguez & Pujol, 2014 pp. 35-36). En este escenario es pertinente preguntarse sobre
qué lugar están teniendo los espacios públicos de nuestra ciudad, ¿es posible hablar de un espacio público de
encuentro y producción de sentido? ¿Los espacios públicos potencian los procesos de construcción de identidad
colectiva? O bien, ¿los EP refuerzan la fragmentación social dificultando la construcción de lo colectivo?
Para Lefebvre (1974), a través del derecho a la ciudad se conduciría hacia un nuevo horizonte más
favorable para la humanidad; esto sería posible si la ciudad se convierte en una tarea colectiva y común (Costes,
2011). A través de la apropiación del espacio es que los sujetos producirán el espacio en el que viven (Lefebvre,
1974), un sujeto activo, participante en las formas de construir ciudad, con la capacidad de transformar las lógicas
dadas por el capitalismo. En palabras de Harvey (2008) “El derecho a la ciudad es mucho más que la libertad
individual de acceder a los recursos urbanos: se trata del derecho a cambiarnos a nosotros mismos cambiando la
ciudad” (p. 23). En articulación, el derecho al EP se podría considerar como uno de los derechos fundamentales de
la ciudadanía frente a la ciudad, ya que permite reconstruir el derecho a la asociación, a la identidad y a la polis
(Carrión, 2004).
Es en este sentido que esta investigación adquiere importancia, en la doble condición académica y social. Se
plantea construir conocimiento que aporte a la reflexión sobre los procesos psicosociales que acontecen en
nuestra ciudad, en clave barrial, en relación a los espacios públicos y los procesos colectivos de identidad que allí
tienen lugar. Pudiendo identificar las potencialidades para generar sentido de pertenencia y acción colectiva en las
plazas seleccionadas, dando lugar a los modos de transitar y habitar, haciendo foco en los procesos de identidad
colectiva barriales en los EP. Este estudio considera los aportes de la Psicología Ambiental Comunitaria
(Wiesenfeld, 2001) en tanto campo disciplinar novedoso en nuestro país. La misma, articula componentes
ambientales y comunitarios, centrándose en la relación de las personas con sus entornos, promoviendo un
desarrollo sustentable del ambiente (Wiesenfeld, 2001). Reivindica el saber popular y el papel de los actores como
intérpretes de sus situaciones, sus necesidades y acciones y, fundamentalmente como gestores de las
trasformaciones para mejorar sus condiciones de vida (Wiesenfeld, 2003).
Abordar los procesos antes mencionados es hablar de la vida cotidiana de los sujetos que habitan en la
ciudad. El EP da lugar a los encuentros, es el espacio común que abre la posibilidad a lo colectivo. Abre un
espacio entre lo privado de los hogares y lo público del barrio y la ciudad. El EP es un lugar donde converge la
multiplicidad. Es producto y productor de sujetos. Es un espacio donde convergen las identidades, “los unos” y “los
otros”, posibilitando la apertura a lo múltiple y lo diverso. En la plaza los cuerpos circulan, se juntan, se encuentran,
se enfrentan. El cuerpo, individual y colectivo.
Se apunta a una construcción de conocimiento democratizadora y colectiva. Desde el paradigma de
transformación crítica (Montero, 2004) se trata de desterritorializar el conocimiento dando lugar a diálogo de saberes.
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ANTECEDENTES
En la búsqueda de antecedentes se evidencia una extensa producción teórica sobre la temática. En primer
lugar, a nivel nacional la academia se ha ocupado de investigar sobre los Espacios Públicos en Montevideo en los
últimos años desde varias disciplinas (como la Arquitectura, la Sociología y Psicología). A nivel internacional
(Latinoamérica y España) los trabajos investigativos y académicos son mayores. A los efectos de esta
investigación los antecedentes se delimitarán específicamente en la ciudad de Montevideo.
El Proyecto de Investigación y Desarrollo (I+D) financiado por la Comisión Sectorial de Investigación
Científica (CSIC) titulado “Transformaciones territoriales e integración barrial: las posibilidades de construir un
“nosotros” (Rodríguez & Machado, 2012) significó un punto de partida para problematizar los conceptos, en tanto
es la investigación realizada por el Espacio de Formación Integral (EFI) “In-Ter Acción Colectiva”, en el cual la
propuesta curricular “Procesos residenciales, territorio y acción colectiva” está enmarcada. El equipo de trabajo se
propone investigar sobre los procesos de integración barrial en contextos de segregación residencial y
fragmentación social en barrios de Montevideo, Flor de Maroñas y Colón Norte específicamente. La estrategia
metodológica consistió en una investigación-acción, con la utilización de técnicas cualitativas como análisis
documental, observaciones, entrevistas en profundidad, y grupos de discusión. El estudio consta de cuatro ejes de
análisis: historia barrial, percepciones mutuas, los EP y la acción colectiva que transversaliza la investigación.
Se estudian las identidades y las formas de pertenencia en tanto la construcción de un “nosotros”, donde
los EP hacen parte en esta construcción. Se indaga sobre la percepción, los usos y las apropiaciones de los
mismos, señalando que existen en los barrios fronteras físicas y simbólicas que pueden obturar en la relación de
las personas con dicho EP. La investigación refiere a la identidad como un proceso dinámico, de producción
simbólica, en un determinado tiempo y espacio, en el cual se articulan los significados de vecinas y vecinos. En la
línea de construcción de identidades, la diferenciación se constituye como un elemento fundamental en los
participantes, donde la diferencia adquiere forma de estigma, dificultando que la multiplicidad y diversidad tengan
lugar. Con respecto a los EP, existe un uso diferenciado de los mismos, integrando las dimensiones
generacionales y de género. En cuanto al lugar de lo colectivo, refieren a que el EP evidencia las dificultades para
llevarlas a cabo. A su vez, afirman que el EP no escapa de algunas de las fronteras físicas y simbólicas que
pueden determinar el uso y apropiación, más allá que puedan estar diseñados o conformados como espacios de
encuentro.
Otro proyecto financiado por CSIC titulado “Usos y apropiaciones de los Espacios Públicos de Montevideo
desde la perspectiva de las relaciones de edad” (Filardo, et al., 2007) aporta insumos en cuanto recupera el
discurso de quien usa estos espacios y permite visibilizar cuestiones psicosociales que están implicadas cuando
hablamos de los EP. La investigación fue llevada a cabo por un grupo de trabajo dentro del Departamento de
Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la UdelaR durante los años 2005 y 2007. La misma se
propone estudiar los usos y las apropiaciones desde una perspectiva de las relaciones de edad, desde una mirada
diacrónica (que ocurre a lo largo del tiempo). Pone en relación las diferentes generaciones situando las dinámicas
actuales y las formas de relaciones intergeneracionales que habitan en los EP. Y a su vez indaga acerca de las
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modificaciones percibidas por los sujetos a lo largo del tiempo sobre los mimos ejes. Utilizan una metodología
cualitativa distinguiéndose el uso de grupos de discusión y análisis del discurso como técnicas. Toma al EP como
espacio político y es a través de la voz de la gente que se evidencian las desigualdades sociales y las
construcciones. Indaga sobre las representaciones de los sujetos que viven en la ciudad. Refiere a lo público
trascendiendo la dimensión de “libre acceso”, asociándola al término “publicación”, a la muestra o exhibición de
identidades. En cuanto a los resultados de la investigación, se afirma que las narrativas dan cuenta de que los
habitantes de la ciudad tienen un significado, una concepción del EP relativamente independiente de las
categorías normativas. Lo asocian a un espacio de encuentros y desencuentros con un otro cercano o extraño y
de construcción y expresión de identidades culturales, lo que importa es las relaciones entre los sujetos. Se
aproximan a un EP como lugar de expresiones individuales, colectivas, culturales. Así se intercambian mensajes
de identidades que conviven en nuestra ciudad.
En el artículo “Proyecto, proyecciones: espacio público y adultos mayores” (Fraigola, Lladó & Núñez, 2008)
se presenta el avance del “Proyecto de Investigación sobre las representaciones de los espacios públicos, su
apropiación y participación en el Zonal Z.”. La investigación fue realizada en diferentes fases y utiliza una
metodología cualitativa con aspectos exploratorios, descriptivos y de campo. Indaga sobre los significados que los
adultos mayores le dan al EP, más específicamente el PPLS. Da cuenta de cómo estos EP son sostén de la vida
colectiva y no son simplemente espacios de tránsito, recuperando la voz de los propios involucrados. Se propone
la desnaturalización de lógicas imperantes en la academia sobre el uso de los EP, del lugar de producción de las
políticas públicas, así como también desde los adultos mayores y la población toda.
En la misma línea, Lladó (2010) en su Tesis presentada ante la UdelaR para la obtención del grado de
Magister en Ciencias Humanas, titulado “Representaciones sociales: adultos mayores y espacios públicos en la
Ciudad de Montevideo” se propone contribuir al conocimiento entorno al envejecimiento poblacional en el país y en
Montevideo más concretamente, articulando con la incidencia de los adultos mayores en las ciudades,
específicamente en el EP. Se propone el EP como espacio político donde se expresa la concepción política de
una sociedad, las expresiones dominantes y las resistencias a esa posición hegemónica. La investigación emplea
una metodología cualitativa con aspectos exploratorios y descriptivos, utilizando técnicas de entrevista
semiestructurada y observación participante. La investigadora trabaja sobre varios EP, entre ellos el PPLS.
Menciona que los vecinos del PPLS mantienen muchas expectativas en torno al espacio, esperando que “cumpla
una función de amortiguación de la tensión social, como estrategia para restaurar la cohesión social” (Lladó, p.
170). Alude a la apropiación del EP, afirmando que es una categoría que aparece en las entrevistas realizadas a
los actores participantes. Entiende a la apropiación como el uso recurrente del mismo, que genera un sentimiento
de pertenencia, que supondría un componente de identidad.
La investigación titulada “Tiempo libre, espacio público e identidad. Análisis del caso Parque Plaza Líber
Seregni” llevada a cabo por Alejandra Lema, Verónica Ruiz e Inés Scarlato (2011), se propone problematizar la
noción de EP y tiempo libre que forman parte de dos binomios construidos en la modernidad: espacio público-
espacio privado, tiempo libre-tiempo de trabajo. Y, cómo esto se articula con la construcción de la identidad en el
Parque Plaza Líber Seregni. La investigación se desarrolló durante el período julio 2010 – agosto 2011, es de
9
carácter exploratorio-descriptivo, de metodología cualitativa. Se realizó en tres etapas, en la primera se llevaron a
cabo entrevistas a informantes calificados; en la segunda etapa se realizaron entrevistas y observaciones en el
PPLS; y por último se analizó la información recabada a partir del marco conceptual. En cuanto a los resultados,
se resalta que en las entrevistas se destaca el uso por parte “de todos” siendo un espacio multifuncional y que
dichos usos guardan cierta relación de acuerdo a cómo está organizado físicamente el lugar. Cabe aclarar que el
PPLS dispone de una organización por zonas según las actividades a realizarse: hay pautado un rincón infantil,
juegos de mesa para la tercera edad, una pista de skate, patín y bikers; y a su vez hay zonas que están
destinadas al tránsito y pasaje. Las investigadoras afirman que los usos y las formas de apropiarse varían según
las representaciones que se tienen del EP, asumiendo la cualidad metafórica. La plaza es vivida de múltiples
formas, “cada persona habita y es habitada por el espacio” (Lema, Ruiz & Scarlatto, p.39).
DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA
A partir de la experiencia curricular dentro del Proyecto “Procesos Residenciales, Territorio y Acción
Colectiva” en el barrio Flor de Maroñas y de la búsqueda de antecedentes es que se delimita el problema a
investigar. Si bien esta búsqueda evidencia una aproximación a la producción académica sobre los EP en
Montevideo, no hay estudios enfocados a los procesos de identidad colectiva. Por lo tanto, ante este vacío se
pretende investigar y construir conocimiento sobre los procesos de identidad colectiva a nivel barrial en dos EP de
la ciudad de Montevideo específicamente.
Las siguientes interrogantes constituyeron y constituyen la base del presente pre-proyecto ¿qué
significados asignan las personas respecto al espacio público? ¿Cómo opera material y simbólicamente el lugar?
¿Qué posibilidades de potenciación de lo colectivo están implicadas en el mismo? ¿Qué las hace sentirse parte e
identificada con ese espacio? ¿Qué las convoca? ¿Cuáles son las condiciones de producción que favorecen lo
colectivo? En cuanto a los procesos de apropiación, ¿qué relación tienen las personas con el lugar?
En ese contexto es que se define el tema-problema a abordar: las posibilidades de construcción de
identidad colectiva a nivel barrial en dos espacios públicos de la ciudad de Montevideo, uno en un barrio periférico
y otro en el centro de la ciudad: las Plazas Flor de Maroñas y Parque Plaza Líber Seregni. La elección de dos EP
se fundamenta en la necesidad de profundizar en la comprensión de los procesos de identidad colectiva a partir de
la diferenciación de los espacios. Se tiene en cuenta la singularidad de cada plaza para que en-clave de lo que
acontece en cada una, se pueda abrir a la reflexión en relación a los procesos antedichos que tienen lugar en la
ciudad de Montevideo.
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
¿Cuáles son las posibilidades de construcción de identidad colectiva barrial en cada uno de los espacios públicos
PFM y PPLS?
¿Qué factores se identifican para la construcción de la identidad colectiva a nivel barrial en las plazas PFM y
PPLS?
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¿Cuáles son los efectos de la participación vecinal en la gestión de los espacios públicos PFM y PPLS?
¿Cuáles son los efectos de la participación vecinal en los procesos de identidad colectiva a nivel barrial en PFM y
PPLS?
OBJETIVOS
Objetivo General
Analizar las posibilidades de construcción de identidad colectiva a nivel barrial de los espacios públicos Plaza Flor
de Maroñas y Parque Plaza Líber Seregni, ubicados en la ciudad de Montevideo.
Objetivos Específicos
Conocer los procesos de identidad colectiva que se construyen en cada uno de los espacios públicos PFM
y PPLS.
Identificar los factores que potencian la identidad colectiva a nivel barrial en PFM y PPLS.
Indagar sobre los efectos de la participación vecinal, en la gestión de cada uno de los espacios públicos
PFM y PPLS.
Indagar sobre los efectos de la participación vecinal, en los procesos de identidad colectiva a nivel barrial
en PFM y PPLS.
MARCO TEÓRICO
En el apartado siguiente se definirán algunas líneas conceptuales que permitan una aproximación a los
procesos implicados en la construcción de la identidad colectiva en los EP. Espacio público, participación,
apropiación del espacio, sentido de pertenencia e identidad colectiva se constituyen en ejes conceptuales y se
convierten en soporte de reflexión y análisis a la hora de pensar en los procesos antedichos.
Los EP son espacios de construcción de ciudadanía y de participación democrática, hacen a la calidad de vida
de los ciudadanos, y hablar sobre su uso y apropiación, es hablar sobre el empoderamiento de la ciudad y el
ejercicio pleno de ella. Son espacios para ser ocupados, usados, para llenar y vaciar, con presencias simbólicas y
reales, para relacionarse (Valera, 1999). El EP es uno de los escenarios donde tiene lugar la cotidianeidad, donde
acontecen las más ricas contradicciones que hacen al conflicto (Alguacil, 2008). El conflicto hace al EP espacio
político donde el diálogo e intercambio se despliegan (Alguacil, 2008). En los EP se evidencian problemas
sociales, cuestiones políticas y económicas (Borja & Muxi, 2000).
El EP nos habla de una espacialidad y una forma de organizar el tiempo. Este binomio no es algo medible y
concreto, es el espacio-tiempo de las personas que lo habitan. En palabras de Lladó (2010) para observar,
estudiar o diseñar este espacio debemos de considerar las representaciones sociales que tienen las personas, y a
su vez lo que se espacializa de esas representaciones. En esos movimientos se produce espacio y el espacio nos
produce. Cabe mencionar que las lógicas de la globalización y del neoliberalismo definen nuevas temporalidades y
espacialidades que intentamos comprender, en tanto son productoras de subjetividad, son contenedoras y
11
continentes de la vida (Viera, 2014). En este sentido, afirma Levebre (1974) el capitalismo se apropia de las
empresas y del mercado, integrando ahora al espacio. Las ciudades latinoamericanas segmentadas y segregadas,
van construyendo mundos des-encontrados, aislados, enfrentados. El sujeto singular se ve afectado por esta
construcción social y reproduce en su subjetividad, los espacios que definen su vida cotidiana: “los sujetos se
transforman en piezas que se mueven al ritmo de los flujos de capitales, y sus ciudades, el espacio continente de
sus identidades y memorias, construyen la vida al ritmo del geo-capital” (Viera, 2014, p. 533).
Siguiendo con el pensamiento de Carrión (2004), se habla de un EP en estrecha relación con las ciudades,
que cambia a lo largo de la historia y en cada momento tiene una lógica distinta. Es así que hay una relación entre
la ciudad y el EP que se transforma históricamente. La ciudad es la realización humana más compleja y
significante que construimos y destruimos; en ella también rigen las lógicas del mercado, habitan las fuerzas de
poder y se producen y reproducen las desigualdades sociales. Una ciudad-ciudad (Borja & Muxi, 2000) responde a
aquella que apuesta a la diferenciación, a la mixtura, que multiplica los espacios de encuentro. La ciudad es
patrimonio colectivo, donde edificios y monumentos se combinan con recuerdos, sentimientos y momentos
comunitarios (Borja & Muxí, 2000). Es decir, trasciende lo material, está implicado el afecto, los recuerdos, la
memoria, las imágenes y representaciones.
Desde el punto de vista de que el EP es espacio democrático del conflicto, el foco está puesto en las formas de
construir los vínculos sociales desde la perspectiva de las relaciones basadas en la cercanía y la proximidad del
barrio y la comunidad. Se habla de un EP de comunidad o de barrio (Vidal, Berroeta, Di Masso, Valera, & Peró,
2013). El barrio es un constructor propio de una colectividad, un lugar antropológico, una construcción concreta y
simbólica del espacio (Martínez, 2004). Se despliegan las relaciones de vecindad y “supone la ubicación de la
familia y de cada uno de sus integrantes en una red social más amplia (Dabas, 1993) que otorga identidad y
pertenencia, y que condiciona la reacción con otros sectores de la población (Wiesenfeld, 1996)”. (Rodríguez &
Rudolf, 2012, p. 30). Asimismo, además de ser una división político-administrativa de la ciudad, el barrio adquiere
su condición como tal en función de otras características: ambientales, poblacionales, culturales, entre otros
(Rodríguez & Rudolf, 2012). Es importante asumir al barrio también como lugar donde se evidencia la
fragmentación, multitemporalidad y conflictos, expresados a través de las identidades colectivas que allí tienen
lugar (Torres Carillo, 1999). En palabras de Borja:
El barrio es un ámbito reivindicativo, participativo y de cooperación social que determinadas políticas públicas refuerzan, como la
descentralización, los planes o programas integrales que responden a la complejidad de situaciones y demandas, la estrategia de
espacios públicos y nuevas centralidades (Borja, 2003, p. 305).
Con respecto a lo último mencionado por Borja (2003), en Montevideo tiene lugar sobre la década de los 90
un proceso de descentralización que surge en el esfuerzo de dar visibilidad a la ciudadanía, en la articulación
vecinos-técnicos municipales locales. Este proceso da lugar a transformaciones en las relaciones Estado –
Sociedad Civil, donde las políticas provenientes de los gobiernos departamentales tienen como eje central la
participación ciudadana, generando así nuevas formas de gestión de la ciudad (Rivoir, 2000). Se implementan
nuevas formas de relacionamiento con la ciudadanía para el Estado uruguayo (Veneciano, 2008). En este sentido
12
podría cuestionarse si participación y poder estatal no son poderes contradictorios y, en la misma línea se
desprende la pregunta cómo hacer y pensar un espacio público donde la diversidad tenga lugar y que sea viable
dada la existencia de los poderes que rigen en ese territorio. La participación apunta a generar movimientos
instituyentes en las relaciones de poder establecidas (Ussher, 2008).
Este discurso “descentralizante” se contextualiza en una crisis del Estado en América Latina, donde se
asientan las prácticas neoliberales donde priman las lógicas mercantiles y donde el Estado debe ocuparse menos
de las cuestiones sociales (Rivoir, 2000). Esta reforma del Estado refiere a una dimensión político-institucional que
se relaciona con la división territorial y con la distribución del poder en el territorio (Veneciano, 2008). De esta
manera las políticas estatales parecen acercarse a los ciudadanos, permitiendo el involucramiento de vecinos y
vecinas. A su vez, este tipo de organización permite el control social a través del proceso de toma de decisiones
(Veneciano, 2008).
Se define participación como un proceso organizado y colectivo donde están implicados varios actores, cuyo
grado de compromiso es variable, que comparten determinados objetivos (Montero, 2004). Por lo tanto, hablamos
de un proceso de inclusión, voluntario que se da en relación a las más diversas cuestiones sociales. La
participación se ejerce para influir en la toma de decisiones y supone complejas determinaciones personales y
contextuales que inciden en la implicación y afectación de los sujetos que participan (Ferullo, 2006). De manera
que las características de estos procesos están condicionados a los contextos en los cuales se desarrollan, tener
una lectura contextualizada de estas experiencias permitirá reivindicar su valor como fuente de conocimiento y de
prácticas plurales (Wiesenfeld, 2015).
Toda participación es política e institucional, pone en juego las tensiones de movimientos instituyentes e
instituidos (Ussher, 2008). Es un ejercicio de poder, que asume diferentes formas y produce diferentes efectos
(Ferullo, 2006). Según Foucault (1993), el poder trasciende lo represivo, es productivo y positivo (citado por
Ferullo, 2006). Es una fuerza productora, produce placer, saber, discursos. El poder como potencia solo puede
desplegarse con otros. Los procesos participativos se construyen en la vida cotidiana (Rodríguez, 2013), hablamos
de procesos que puedan tender a transformaciones a nivel molecular en una microfísica del poder (Foucault,
1993).
Nuestras acciones dan significado y sentido a nuestro entorno y éste contribuye a definir quiénes somos
(Valera, 1999). Es así que un espacio deviene lugar (Auge, 2000). A través de la transformación de un lugar se
pone de manifiesto una significación personal, donde están implicados varios factores: físicos, psicológicos y
sociales; el sujeto simboliza de cierta manera ese espacio territorial, con cierto estado de pertenencia (Aguilar,
2012). Además de la dimensión de acción del entorno, existe otra dimensión que tiene que ver con el sentirse
identificados, la persona y el grupo se reconocen en el entorno. Esta identificación simbólica (Vidal & Pol, 2005)
está relacionada con procesos afectivos, cognitivos y de interacción. De esta manera se integran diferentes
perspectivas teóricas, integrando dos componentes: el simbólico y la dimensión comportamental. Los
componentes son secuenciales, la acción sobre el espacio precede su cognición, afecto e identificación simbólica
(Wiesenfeld, s/f).
A través del “hacer”, se pueden generar lazos en un colectivo, con el lugar y entre los sujetos. En cuanto a la
13
vinculación con el lugar, la dimensión simbólica del espacio permite a los sujetos que configuran un grupo,
percibirse como iguales, en tanto se identifican con ese espacio o lugar. El espacio es lugar de interacción,
espacio vivo (Vidal & Pol, 2005). En este sentido, la participación como proceso de acción-transformación junto
con la identificación simbólica dan soporte a la hora de explicar los procesos de apropiación (Vidal et al., 2013).
Compartir el espacio significa, estar en un lugar, ser parte, tomar parte y hacer lugar (Alguacil, 2008). Esto nos
remite nuevamente a la dimensión de participación, en tanto se piensa a la participación desde una concepción
que integra tres sentidos: el formar parte, tener parte y tomar parte (Rebellato & Giménez, 1997). El formar parte
se asocia a cierto sentido de pertenencia, en un doble sentido: los lazos construidos con el lugar y entre los
sujetos. A través de la participación en cuestiones barriales se va construyendo un sentido de pertenencia o de
comunidad que se genera por el contacto social, por las relaciones sociales que se establecen en el lugar, que a
su vez conforman los sentimientos y afectos que las personas desarrollan hacia el barrio (Vidal et al., 2013). La
pertenencia tiene que ver con una dimensión subjetiva asociada al sentirse parte o identificado/a con, se relaciona
estrechamente con el sentido de comunidad (Krause, 2001). Éste es según Krause (2001) el sentimiento de
pertenecer a una red de relaciones apoyo mutuo. La autora ubica a la pertenencia como elemento que caracteriza
a una comunidad, enfatizando esta dimensión.
El EP es una forma de representación de la colectividad y un elemento que define la vida colectiva, y es desde
allí donde se construye la expresión e identidades (Carrión, 2004).
La identidad individual o colectiva se ha construido siempre a través de la relación con el Otro; no se conoce ninguna sociedad que
pueda escapar a esta obligación mínima de simbolización que torna la relación con los otros pensable y manejable. Esta
construcción se inscribe en el tiempo; es necesaria (Auge, 1999, p. 18).
La identidad tiene que ver con la producción de cada sociedad a lo largo de su historia, se relaciona con las
relaciones de poder y la producción de subjetividades (Íñiguez, 2001):
La construcción de las identidades utiliza materiales de la historia, la geografía, la biología, las instituciones productivas y
reproductivas, la memoria colectiva y las fantasías personales, los aparatos de poder y las revelaciones religiosas. Pero los
individuos, los grupos sociales y las sociedades procesan todos esos materiales y los reordenan en su sentido, según las
determinaciones sociales y los proyectos culturales implantados en su estructura social y en su marco espacial/temporal (Castells,
2001, p.29).
La identidad colectiva es el resultado de la interacciones cotidianas a través de las cuales los sujetos delimitan
lo propio frente a lo ajeno (Maldonado & Hernández, 2010). Torres Carrillo (1999) se acerca a la identidad
colectiva definiéndola como el cúmulo de representaciones sociales que comparte una agrupación social que
funciona como una matriz de significados, logrando definir un conjunto de atributos propios que dan sentido de
pertenencia a los integrantes y les permite distinguirse de otros colectivos. Este proceso es dinámico, cambia con
el tiempo y en la medida en que los sujetos van formado parte de los grupos (Maldonado & Hernández, 2010). Los
límites, acciones y actividades del grupo son el resultante de un intenso y complejo proceso entre los miembros
(Kossoy, 2009). La matriz de significados compartidos es reconocida de algún modo por el colectivo como propio e
inciden en su propia práctica, es por esto que la identidad es condicionada y condicionadora de las prácticas
14
sociales (Torres Carillo, 1999).
Los grupos están constituidos por sujetos que se vinculan entre sí por un común sentimiento de
pertenencia, comparten experiencias y percepciones, representaciones sociales que caracterizan al grupo y lo
definen. A través de las representaciones sociales se describen, simbolizan y categorizan los objetos del mundo
social, a partir de atribuciones de sentido en las cuales se inscribirán las acciones de los sujetos. Lo que define la
identidad de los grupos sociales, como componente de las identidades colectivas (Rizo, 2006). Según Jodelet
(1989) las representaciones sociales “son una forma de conocimiento compartido y socialmente elaborado,
orientado a la práctica, que contribuye a la construcción de una realidad común a un conjunto social.” (citado por
Giménez, 1997 p. 7). La construcción del sentido de pertenencia está estrechamente relacionada con las
interacciones sociales, la cultura y el contexto social macro y micro. La identidad colectiva constituye una
dimensión subjetiva de los actores sociales y de la acción colectiva que, para su existencia requiere de una base
real compartida: una experiencia histórica y una base territorial común, una pertenencia a redes sociales (Torres
Carillo, 1999).
El abordaje de la identidad colectiva está orientado por la definición del nosotros del grupo y su referencial
simbólico y de acción. (Kossoy, 2010). En la conformación del “nosotros” de la identidad colectiva, también
interviene la definición desde el exterior, que implica que los sujetos se sientan distintos a lo demás y que sean
reconocidas diferentes por los otros.
“Nosotros” es la expresión misma de constitución subjetiva mediante la diferencia y la identidad. Nos-otros es la expresión de
acogida recíproca entre unos que son otros en un espacio simbólico que nos es común, en una posición subjetiva que compartimos.
En la distinción entre nosotros y los otros (Salazar, 2011, p. 100).
Preguntarse sobre la identidad colectiva a nivel barrial, específicamente en los EP, es pensar en la relación
entre identidad y territorio. Es un proceso complejo que requiere de la participación activa de los sujetos en las
prácticas colectivas (Maldonado & Hernández, 2010). La identidad colectiva mantiene una estrecha relación con la
acción colectiva (Giménez, 1997). La identidad colectiva, como sostiene Melucci (1982), puede ser considerada
como un sistema de relaciones y representaciones (citado por Giménez, 2007). Siguiendo al autor, conceptualiza
la acción colectiva como un conjunto de prácticas sociales que involucran a varios individuos o grupos que
comparten cierta temporalidad y especialidad e implican un campo de relaciones sociales y las personas
involucradas son capaces de darle un sentido a sus acciones. Plantea la dimensión colectiva de la identidad como
componente que da consistencia a las acciones colectivas. Desde esta perspectiva, estas acciones requieren de la
intencionalidad de los actores, de la mediación de las capacidades cognitivas de los sujetos, ya que las estructuras
sociales no producen un efecto mecánico para que se produzcan (citado por Chihu & López, 2007).
Para acercarnos a la construcción de estos procesos a nivel barrial, es pertinente rescatar y analizar los
discursos narrativos (Salazar, 2011); las historias y los relatos son concebidos como narrativas que a su vez son
textos y, por tanto, discursos (Montenegro & Guzmán, 2004). En la narración el sujeto se expone ante otros,
saliendo de sí. La narración instituye memoria y articula la propia historia: “La memoria colectiva se encarga de
articular y actualizar permanentemente esa biografía compartida por el grupo: más que recuperar un pasado
15
unitario y estático, produce relatos que afirman y recrean el sentido de pertenencia y la identidad grupal” (Torres
Carillo, 1999, p.9). La memoria es generadora y nutriente de identidad, y también puede responder a la necesidad
de crear o mantener una identidad colectiva mediante a escenificación del pasado en el presente (Giménez, 2007).
El mundo está cargado de relatos y narraciones, que son formas de organizar y comprender la vida social:
“constituyen modalidades cotidianas y espontáneas con que damos cuenta y organizamos los mundos que
habitamos. Las historias tejen relaciones sociales y, al mismo tiempo, se distribuyen a través de ellas”.
(Montenegro & Guzmán, 2014, p. 112). El acontecimiento deviene experiencia en la medida que adquiere sentido,
y eso es posible a través de la narración.
Compartir la experiencia es hacerla común. Relatar los acontecimientos vividos por una colectividad corresponde a la construcción de un nosotros
(…) en la narración se encuentra con los otros que lo escuchan e interpretan, buscando la comunidad del nosotros en las resonancias que lo
diferencian; lo que nos pertenece como historia común traza una ruta posible para el deseo y la acción colectiva (Salazar, 2011, p. 104).
ESTRATEGIA Y DISEÑO METODOLÓGICO
Se propone utilizar una metodología de tipo cualitativa en concordancia a los objetivos formulados, de
carácter exploratorio y diseño flexible que permita un acercamiento a la comprensión a lo definido como problema
de investigación.
En este tipo de investigaciones se tiene un conocimiento “directo” de la vida social (Taylor & Bodgan,
1987), intentando comprender los significados y vivencias que tienen determinados acontecimientos para los
sujetos, conociéndolos en lo personal “y experimentando lo que ellas sienten en sus luchas cotidianas (p. 21)”. Es
así que la metodología cualitativa tiene un particular interés por la vida de las personas, por sus acciones, sus
historias, sus comportamientos, sus experiencias, ubicando a los sujetos en el contexto particular en el que tienen
lugar (Vaslachis, 2006), trata de comprender dichos contextos y procesos. Es relacional, reflexiva y dialógica y se
constituye sobre las construcciones de diferentes actores, prima la horizontalidad, no se pondera ni se idealiza
ningún saber, ya que se trata de compartir saberes, reflexionar sobre ellos y derivar en aprendizajes mutuos
(Wiesenfeld, 2000). De este modo, se habla de una forma de construir conocimiento trascendiendo las formas
modernas de producción, la investigación deviene, es una construcción colectiva.
Se plantea una investigación con componentes participativos donde los involucrados se constituyen como
sujetos del hacer y saber (Ghiso, s/f.). La estrategia definida de Investigación-acción incorpora a las personas de
las comunidades en la práctica de las mismas, incluyendo el saber popular (Montero, 2006); se propone un
acercamiento al diálogo de saberes como eje estructurante de las prácticas investigativas comunitarias (Ghiso,
2000). Es un proceso dialéctico y dialógico, de acción-reflexión-acción donde “los sujetos rescatan, recrean el
sentido de sus prácticas y discursos” (Ghiso, 2006, p.2). Así se habla del componente participativo como
fundamental, una participación democrática, decisoria y continua. Este método otorga el derecho a la palabra, a la
decisión, a la acción y planificación (Montero, 2006).
En el marco de la estrategia definida se propone la utilización de varias técnicas, siendo la observación y el
registro técnicas fundamentales, pilares de la investigación. En cuanto al registro de la información, se elaborará
16
un diario de campo, de forma de llevar un registro continuo y acumulativo de lo acontecido en la investigación,
registrando reflexiones, impresiones y sensaciones que también formarán parte del análisis. A su vez, se
registrarán en formato de audio las entrevistas y posteriormente se transcribirán. Se entregará una pauta de
consentimiento informado a todas las personas que formen parte de la investigación.
Se realizarán observaciones en distintos momentos del día, diferentes días de la semana de los dos
espacios públicos seleccionados. A través de la observación participante se accede al contacto vivencial con la
realidad, por realizar la tarea “desde adentro” (Sandoval, 2002). La técnica trasciende el “ver” integrando la
dimensión del interactuar (Vasilachis, 2006), y se convierte en una herramienta de producción de datos en tanto la
presencia de un proceso reflexivo entre la investigadora y los sujetos implicados en la investigación (Guber, 2004).
Así mismo, se realizarán entrevistas individuales y grupales a referentes locales para la construcción de las
narrativas. Se analizarán las narrativas y los discursos, las representaciones sociales que surgen a partir de la
confrontación discursiva de los integrantes del grupo. Se pretenderá indagar sobre los significados que adquieren
los espacios públicos, en articulación con la apropiación del mismo y el sentido de pertenencia, procesos
implicados en la identidad colectiva.
Se propone durante el proceso de investigación conjuntamente un proceso de reflexión, que permita dar
visibilidad y a su vez problematizar los supuestos epistemológicos y ontológicos. Se prevén dos momentos de
instancias grupales con formato taller, con el objetivo de abrir espacios de discusión. En primer lugar se convocará
a un espacio donde reflexionar sobre el proceso de investigación, evaluando resultados parciales a punto de
partida del trabajo realizado hasta el momento. Luego del momento de análisis y procesamiento de datos se
convocará a una segunda instancia grupal, con el objetivo de socializar los resultados de la investigación,
presentando el informe final. De dicha instancia se evaluará la posibilidad de que se integren los participantes de
los dos espacios públicos. Se buscará la creación de un producto final colectivo que de cierre al proceso de
investigación.
CONSIDERACIONES ÉTICAS
El pre-proyecto de investigación procederá de acuerdo a los principios éticos de la investigación, conforme
a la normativa vigente, guiándose por el Decreto Nº 379/008 - CM/515 para Investigación en Seres Humanos. Lo
primordial es el discurso, las narrativas de las personas y sus vivencias, por lo que es de suma importancia tener
consideraciones que busquen proteger los datos personales, manteniendo el principio de confidencialidad de la
información, brindando garantías a los participantes. Se les informará sobre los objetivos y cómo va a ser llevada a
cabo, aclarando que la participación es libre y voluntaria. Se le entregará a las personas participantes un
consentimiento informado (se adjunta pauta de consentimiento informado, ver anexo). Dado que los registros de la
información se harán en formato audio, se pedirá autorización para dicho registro. Los datos recogidos serán
tratados de acuerdo al Decreto anteriormente mencionado.
RESULTADOS ESPERADOS
A partir de la singularidad de dos espacios públicos de Montevideo se pretende contribuir a la comprensión
de los procesos de construcción de identidad colectiva, pensando en clave barrial en términos de procesos
17
psicosociales que tienen lugar en nuestra ciudad. Es decir, poder recuperar la dimensión local y singular de cada
barrio y cada EP específicamente, en tanto son espacios en diferentes zonas geográficas de Montevideo.
Se busca promover instancias de pienso y reflexión en torno al tema que permitan pensar en qué tipo de
espacios públicos estamos construyendo y reflexionar de qué modos habitamos la ciudad. Es necesario trazar
líneas desde nuestra disciplina que generen insumos para el estudio de estas problemáticas que aporten al diseño
de políticas que permitan integrar las dimensiones subjetivas y locales. En este sentido, construir conocimiento
sobre la identidad colectiva como categoría conceptual, en relación a los EP.
A su vez, se espera visibilizar los procesos de definición colectiva de los problemas sociales, en el sentido
de que las propias personas afectadas participan en su definición. Y con esto promover los procesos comunitarios
psicosociales, habilitando movimientos de transformación colectiva, mediando en procesos de autogestión donde
los colectivos se empoderen de su realidad, orientado a transformaciones sociales y al fortalecimiento de las
comunidades.
CRONOGRAMA
ACTIVIDADES MES 1 MES 2 MES 3 MES 4 MES 5 MES 6 MES 7 MES 8 MES 9 MES 10 MES 11 MES 12
Contacto con
vecinos,
presentación del
proyecto y
búsqueda de
referentes
locales
Reformulación
del proyecto en
caso de ser
necesario
Observación
participante
Elaboración de
pautas de
entrevistas
individuales y
grupales
Entrevistas
individuales
Entrevistas
grupales
Instancia grupal
de taller:
evaluación y
discusión de lo
trabajado
Inicio de
procesamiento
de datos y
análisis.
Elaboración de
primer informe
Instancia de
taller:
socialización de
resultados
Elaboración de
informe final
integrando lo
socializado con
participantes de
la investigación
18
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22
ANEXO
Consentimiento Informado para Participantes de la Investigación
Montevideo, _____ de ____________ del año _____
Título de la investigación: Espacios públicos e identidad colectiva a nivel barrial: Plaza Flor de Maroñas y Parque
Plaza Líber Seregni
Investigadora responsable: Estudiante Antonella Ardanz.
Institución en la que se inscribe: Facultad de Psicología, UdelaR.
El objetivo general de la investigación es analizar las posibilidades de construcción de identidad colectiva a nivel
barrial de los espacios públicos Plaza Flor de Maroñas y Parque Plaza Líber Seregni.
Las técnicas a utilizar serán entrevistas individuales y grupales, así como también instancias grupales de taller con
la intención de reflexionar en torno al eje temático de la investigación. Toda instancia será pactada con anticipación
con las personas interesadas en participar. El registro se realizará en formato audio para luego transcribir lo
expresado.
La participación es estrictamente voluntaria y podrá retirarse en cualquier momento sin perjuicio de ningún tipo.
La información que se recoja será confidencial y no se usará para ningún otro propósito fuera de los de esta
investigación. Se preservará el anonimato y la confidencialidad, de acuerdo a las exigencias éticas determinadas
para la investigación.
Si tiene alguna duda sobre el proyecto, podrá hacer las consultas que le parezcan necesarias durante el proceso
de investigación.
Se habilitará un número de teléfono y mail de contacto de modo de garantizar la comunicación pertinente al
proyecto.
Desde ya le agradezco su participación.
Antonella Ardanz
Tel de contacto: xxx – xxx – xxx
Mail de contacto: [email protected]
23
Declaración del consentimiento
En la ciudad de Montevideo el día ___ de ____________ del año _____ declaro haber leído/escuchado la
información detallada en el documento de consentimiento informado.
He sido informado/a del objetivo de la misma, de la metodología de trabajo y de que la información proporcione en
la investigación es estrictamente confidencial y anónima y no será usada para ningún otro propósito fuera de los
de este estudio.
Autorizo el uso de dichos datos para fines académicos. Permito que las entrevistas sean registradas en formato
audio.
Entiendo que recibiré una copia de este documento y que puedo pedir información durante el transcurso de la
investigación y al finalizar la misma se me informará sobre los resultados obtenidos.
Firma participante
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Aclaración
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Firma participante
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Aclaración
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Firma participante
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Firma participante
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Firma participante
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Firma participante
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