COMPAÑEROS, SOLDADOS DE MILICIA

8/3/2019 COMPAÑEROS, SOLDADOS DE MILICIA

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HOMILIAS PASTORALES

Dr. Iván Montes, “El Púlpito de la Sola Scriptura”“HERMANO, COLABORADOR Y COMPAÑERO DE MILICIA” 1

San Salvador, 30 de enero del Año de Nuestro Señor, 2012.

“Hermano, Colaborador Y Compañero De Milicia” Nuestro texto lo encontramos en la epístola del Apóstol Pablo a los Filipenses:Filipenses 2: 25 “Ahora bien, creo que es necesario enviaros de vuelta a Epafrodito,Mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien vosotros habéis enviadopara atenderme en mis necesidades”.

Discurso con motivo del inicio de año 2012; entregado a mis amigos, mis compañeros de trabajo en la obra, a laCompañía de Pastores Reformados, compañeros de lucha en el Señor… con particular estima en Cristo.

Con particular aprecio hemos estrechado lazos fraternales a lo largo de algunos años conhermanos en la fe, estimulados por lo que denominamos los principios de la fe reformada,

cuya pétrea resistencia e la inalterable base de las Escrituras –con la debida interpretación-constituye nuestra mejor y más confiable alianza o convenio para el sostenimiento denuestra comunión fraterna. Aunado a ello, procuramos con diligencia modesta encontrar el patrimonio de la verdad y el magisterio en nuestras raíces históricas cristianas, las cualesincluyen toda manera posible que aporta la institución de la iglesia en cualquiera de susformas, los escritos apostólicos y de los Padres de la Iglesia, el histórico desarrollo denuestro férreo dogma cristiano, los aportes plenos de los Padres Reformadores, así comolos pensadores y teólogos con sus escritos bíblicos-teológicos esenciales de nuestra fecristiana, y contemporáneos, con la cuál se ha combatido el error y la herejía a lo largo de laexistencia del Reino de D hasta nuestros días.

Sostener tal posición con la convicción de hacer la voluntad de D y atender a nuestravocación cristiana del servicio a D y a su Iglesia ha sido posible no sin estar expuesto a lacensura, menosprecio y hasta la detracción por parte de muchos, aún de nuestros mismoshermanos en la fe cuyas posturas en ocasiones obedecen a movimientos religiosos bienestablecidos con estructuras organizacionales cimentadas en patrimonios multimillonarios ycon alcances de iglesias transnacionales cuya postura bíblica y teológica es parte inherentede su ser institucional y cuyo diseño se ha ido confeccionado a lo largo de los años teniendocomo generador principal la estabilidad y equilibrio estructural así como el éxito de laorganización representada. Sin embargo, la comunión fraterna como hijos de D hadispersado cualquier asomo de segregación o desvinculación en los esfuerzos que han sidoemprendidos en beneficio de los rebaños o pequeñas congregaciones, a quienes nos honra

poder servir. Así que, el ver juntos en la dirección señalada, ha sido de estímulo grande,muchas ocasiones motivador en lo que respecta compartir los valores de la Palabra de Dcon estos hermanos, más bien es gratificante y con ello, un estímulo para continuar en eltrabajo de esforzarnos por ver emerger un movimiento con raíces sólidas en la ReformaProtestante acá en El Salvador.

A pesar que este esfuerzo -tomado como iniciativa por nuestro querido Dr. José H.Alvayero y este servidor- ha carecido de apoyos institucionales, fondos en especies

“… Adveniat Regnum Tuum…”



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monetarias, vínculos religiosos en el exterior, etc., nos alienta el sólido mensaje de laPalabra, el amor cristiano evidenciado en la comunión con los hermanos que estamosintegrando este circuito de hermanos solidarios con el esfuerzo de evangelización yconsolidación de las comunidades de fe con quienes colaboramos y consideramos, según

las palabras apostólicas, “compañeros soldados –de milicia-”. Esta es la cualidad prístinacon la que se va consolidando un esfuerzo que ha dependido en sustancia de la graciaobtenida de nuestro Señor y D.

Es mi anhelo hoy, compartir esta brevísima reflexión basada en el pensamiento expresadode nuestro Hno. y Apóstol; al respecto, Pablo en más de una ocasión confirmó su relaciónfraternal destinada al trabajo en el evangelio, y al parecer hubo mucha dependencia de sulabor en la base de esa particular relación entre hermanos con quienes compartían demanera común una vocación de servicio al Reino de D, y que por consecuencia natural podían aliviar entre sí las inquietudes propias del compromiso de servir a su amado Maestroy Señor, en sus compañeros buscó el consuelo moral y asistencia espiritual que los

momentos demandaban; ese calor de familia de D cuya principal cualidad estabacontrastada por las formas del afecto (Gr. Stargé-para el afecto de familia común; y “ágape” para el afecto de la familia de D y en base a su intención) en cuyo amparo nos refugiamos quienesanhelamos y participamos del servicio y desafíos de combatir como soldados de Cristo.

Una referencia muy concreta está en la epístola a los Filipenses ( 2: 25 “Ahora bien, creoque es necesario enviaros de vuelta a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañerode lucha, a quien vosotros habéis enviado para atenderme en mis necesidades ). Almenos, se pueden extraer 3 cosas de importancia que nos darán la sustentación paraexplicar de mejor forma la intencionalidad de este brevísimo escrito, el cual he redactadoen el deseo de compartirlo con mis amigos, mis compañeros de lucha en el Reino de Cristo,

y con motivo de reiterar nuestro anhelo de trabajo en este nuevo año de nuestro Señor.

PABLO y EPAFRODITO, HERMANOS.

Una cercanía filial que rodea la relación de estos luchadores de la fe; Epafrodito se presentade 2 maneras: 1) como un ser concreto, histórico, real, en franca relación de trabajo conPablo, y 2) como un hombre necesario e indispensable en la vida del hermano, del apóstol yen la vida del Reino; es como una de esas personas ajenas a lo ficticio lo cual contrasta congravedad a los tiempos nuestros en donde la relación de familia de D, en mucho se da através de cuentas bancarias, imágenes televisivas, personajes creados por la magia del ciney a quienes se les da poder y autoridad sobre las masas, sobre las familias, sobre los

hermanos; tales personificaciones y medios demandan más sometimiento, más contribucióna sus causas, más compromiso a sus proyectos y son amenazados con reprimendas futuras yeternas si se resisten a sus causas, las cuales son más de razones personales, familiares einstitucionales que de Cristo. La Iglesia cristiana evangélica en Nuestra Américatristemente ha sido presa de este hecho detestable y pecaminoso y en frecuentes ocasionescaminamos de la mano de figuras, íconos, entidades, organizaciones, logotipos, etc.,vivimos en épocas reales que nos recuerda la advertencia apostólica de “los tiemposúltimos y peligrosos”.




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La expresión apostólica utilizada “mi hermano” indica frecuencia, consistencia yfamiliaridad entre estas personas; del Gr. ´ADELFYS´ (Vientre- Útero, literalmente del mismoútero) estos tiempos de servicio en el evangelio demandan consistencia en el marco de la

familia de D; también la expresión del hermano Pablo es a la vez tierna y cariñosa, de igualforma se va tornando nuestra relación entre los hermanos que militamos en la fe, tal estimasugiere cuidados, consideraciones, constante relación, comunicación, compartimientos en lafe, etc.

Este compañerismo o hermandad es el que mi alma anhela, no se trata de una jerarquía a laque se le debe rendir honores sino el producto de la solidaridad, del trabajo honesto, de lavida de respeto mutuo, de un respeto fundado en la confianza y probidad desarrollada en la base de los valores del evangelio y el trabajo de servicio sufrido en el evangelio, según se leinstruyera a Timoteo, que quienes obran sobre esta base, ganan “honor y gran confianza” .Colaborar en la edificación de una familia de colaboradores es uno de nuestros fines

concretos; con ello –como Pablo- disfrutaremos de los gozos más elevados del hombre,seremos recompensados con una compañía de la más elevada calidad cristiana; contaremoscon un receptor de nuestros juicios y opiniones que llegarán a la intimidad de nuestra mente(corazón) y con ello, tendremos a disposición opiniones y declaraciones sinceras necesarias para nuestras sabias decisiones; digamos entonces que el Hno. Epafrodito es, en este caso,el modesto símbolo de nuestra modesta Compañía o confraternidad.

PABLO y EPAFRODITO, COMPAÑEROS DE LUCHA.

A Pablo le hemos conocido por lo que es, sus escritos revelan mucho de su carácter, de suinteligencia, su entrega, dedicación y espiritualidad; tales cualidades no esconden su

brillantez lógica y develan en gran forma su conocimiento de las diversas ramas del saber;en más de una ocasión y con frecuencia cuando habla de su trabajo en la obra de D, se leencuentra describiendo de tal forma que no hay motivo alguno para equivocaciones encuanto a la intensidad de sus afirmaciones y la claridad de sus intenciones; en tal caso,cuando habla de su compañero, lo refiere como un colaborador, pero intensifica más surelación al punto que desconoce la subordinación humana y lo reconoce como un soldado(gr. Suustratiotés: compañero de milicia; compañero de lucha; literalmente “hermano de campaña”) ; elempleo deliberado de un concepto militar nos debe poner en suspenso sobre lasimplicaciones que acarrea para los ámbitos de fraternidad cristiana, muy en especial paraquienes sirven a D en su sagrado ministerio. Avancemos un poco respecto de estasimplicaciones, aunque antes vale destacar la siguientes: 1) “el compañerismo” es un

concepto que se va construyendo, es formado progresivamente, no se trata de un acto súbitoo fantasioso; 2) el compañerismo es derivado a la vez, de campo, refiriéndose al campo decombate cuerpo a cuerpo o entre 2 ejércitos; ejemplos.: campo, compañía, campaña,compañero; comandante; etc. 3) el movimiento bolchevique parió el vocabloCAMARADA, el cual indicaba que eran compañeros de un mismo catre o camarote.También es útil posicionar que Pablo usa mucho el término “trabajar junto con” del Gr.SYNERGOS, dando idea de trabajo en equipo por el evangelio, vocablo que no es usado para referirse a los hermanos creyentes en general sino a quienes trabajan y luchan por el




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Reino de D, con un aliciente particular reverberan las palabras que en esa misma epístoladestaca (Fil. 4:3 “Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstosque combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y losdemás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida”). Les invito

-con dedicación- al análisis de estos otros referentes apostólicos (I Co. 3:9/ II Co. 8:23/).

Para nuestros propósitos, podemos inferir las implicaciones siguientes:1. Desarrollo dentro del contexto de la milicia. La predicación del evangelio y todo

esfuerzo responsable tiene la connotación del trabajo dentro de un ambiente militar donde se recuerda la determinación de exponer su cuerpo al sufrimiento, poner atoda prueba su sensibilidad y exacerbarla hasta los extremos; poner en punto críticoy extremo su integridad moral; conducir su propia vida hasta el extremo deofrendarla. Muy a pesar que conocemos que la sangre de nuestros hermanos ymártires ha remojado los continentes del planeta, la cercanía que conlleva laexperiencia de convivencia en estos contextos refuerza día a día la cercana relación

entre hermanos de igual forma los contextos cercanos construyen lazos cuyosresultados son la lealtad, la fidelidad hasta de consecuencias extremas;recientemente uno de nuestros hermanos pastores en su predicación dominical dejóclaramente expuesto que el servicio y lucha en el evangelio le hace a uno ser partede una convivencia de vida con el factor sufrimiento; a Pablo le parecía tan decostumbre esa convivencia que habló de una especie de gloria el ser parte de esasuerte de convivencia en el evangelio (II Tm. 1:4: tanto, que nosotros mismosnos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe entodas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis). No es deextrañarnos, ni siquiera conmiserarnos a la hora de soportar los ataques deladversario que llevan como propósito distraernos y matar nuestros anhelos de servir

al Señor; por el contrario, hace falta posicionarnos a ese nivel de la gloria en Cristo;con David podemos decir “las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos y eshermosa la heredad que me ha tocado”.

2. Una vida de construir relaciones para la lucha cristiana. Serían incontables lasexperiencias y momentos de lucha como soldados de Cristo que ambos compañerosexperimentaron; ahí en ese campo de combate contra el mal, el pecado, losobstáculos, resistencia, ellos fueron forjando su amistad cristiana, sufrieron heridasen los ámbitos diversos de la naturaleza humana; el sufrimiento fue conocido entreambos con suma intimidad, uno y otro se conocieron hasta en los gestos dedepresión, alegría, nostalgia, enfermedad, triunfos, etc. ahí también, armados con

sus instrumentos espirituales forjaron el triunfo del evangelio, sus campañas detrabajo por la causa de Cristo, la gloria de sus sufrimientos, soportaron las tormentasde persecución, incomprensión de sus hermanos; pero a la vez vislumbraron elfuturo glorioso que D tiene deparado para todo aquel que le ama y sirve.

3. La muerte y la vida son motivos suficientes para la lealtad y fidelidad. En uncontexto de guerra se expone demasiado para no percibir lo grandioso de los valoresde la lealtad y fidelidad. En los ejemplos se presentan personajes reales quienes más




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que padecer el cese de la vida biológica, cargaron en sus lomos la angustia, losdesméritos, detracción, humillaciones, desprecio; mejor se ilustra en la boca dequien lo vivió ( I Co. 4:10-13: “¡Por causa de Cristo, nosotros somos losignorantes; vosotros, en Cristo, sois los inteligentes! ¡Los débiles somos nosotros;

los fuertes sois vosotros! ¡A vosotros se os estima; a nosotros se nos desprecia!(11) Hasta el momento pasamos hambre, tenemos sed, nos falta ropa, se nosmaltrata, no tenemos dónde vivir. (12) Con estas manos nos matamos trabajando. Si nos maldicen, bendecimos; si nos persiguen, lo soportamos; (13) si noscalumnian, los tratamos con gentileza. Se nos considera la escoria de la tierra, labasura del mundo, y así hasta el día de hoy ).

Este es el escenario de batalla donde se conocen mejor los hombres, ahí donde juntostienen propósitos específicos, luchas concretas, a veces con poca esperanza pero nosanima la ¡Causa de Cristo! Ningún motivo es superior, ningún propósito es semejanteen este mundo, nada puede superar la grandeza de nuestro amado salvador, no hay

proyecto, institución o esfuerzo humano que esté arriba del que ofreció su sangre por nuestras almas pecadoras y débiles; por ello, a nosotros nos une el mejor eslabón,superior a cualquier metal o aleación conocida; nos acercamos a nuestros compañeros porque nos une Cristo, y ese temple forjado en los campos de batalla espiritual son unaliciente perfecto de lealtad y fidelidad a nuestra causa común que es el Evangelio deCristo; la réplica argumentativa de Ruth a Noemí jamás se forjó en la base de unailusión amistosa o simpatía fugaz al estilo de las imágenes lisonjeras de las inmundasviandas de Hollywood, sino es más bien el producto de profundas cicatrices en elcampo de la vida, de épocas de desgracia, hambruna, inmigración, pestilencia y dereducción o desintegración familiar; porque hay situaciones concretas que la mejor ynecesaria respuesta radica en los lazos de lealtad y fidelidad forjadas en la lucha ( Rut

1:16-17: Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque adondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu puebloserá mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte haráseparación entre nosotras dos” ). No es de extrañar tal respuesta porque es más valioso padecer que disfrutar juntos, lo primero construye valores y es lo que hoy construimos.

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Nuestros desafíos actuales no serán comparados a las historias y contextos de los modelosejemplares apostólicos, o cualquier otra edad humana; lo cierto es que los tiempos actuales

presentan un escenario armonioso con los tiempos que demanda cada momento de lahistoria; en tal sentido no queda más alternativa que reconocer que este momento, tiempo ylugar donde se abre el telón frente a nosotros nos coloca irremediablemente comoresponsables de este tiempo irrepetible; me temo que debemos responder ¡ya!, dandocuentas, por lo que en este lugar y momento específico, único e irrepetible demanda denosotros; me resulta incómodo e inaceptable que personas educadas para el servicio ydesafiados con la verdad del evangelio posemos de brazos cruzados ante las demandasactuales de nuestro momento exigido, el cual fue dispuesto por el decreto de elección en




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Cristo. Ciertamente, no me imagino a un miembro de Maras, a un político corrupto uhonesto, a un constructor, a un filántropo, y otros muchos más cumpliendo con su misiónespecífica, y a nosotros únicamente como observadores de las luchas contra el malrehusando corresponder a nuestra historia.

EN EL ESCENARIO QUE NOS ENCONTRAMOS… me huelgo que cada uno deustedes, mis hermanos, mis compañeros soldados de Cristo, posee una invaluable fortalezay dones que D ha depositado en sus manos como administradores de las gracias delevangelio para iluminar y rescatar a la humanidad; nuestro desafío es mejor conocido por nadie más sino por vosotros, a quienes mis ojos pueden ver, no nos acobardemos cuandosomos censurados, cuando somos vituperados, cuando somos mal vistos, cuando somosacusados por esas mentes religiosas e ignorantes de la verdad y aún por quienesconsideramos nuestros hermanos en la fe; lo hacen porque no conocen nuestros propósitosen Cristo; emplazar la fe reformada en nuestro país y con robustez no es ninguna tarea fácil;como soldados tendremos las mismas ofertas que tuvo Pablo y Cristo: soledad, desprecio,

nos van a ridiculizar, nos cerrarán oportunidades, etc. Al respecto, se dice de Charles H.Spurgeon que le fue vedado su ingreso a Cambridge por no pertenecer a la Iglesia oficial; pero su gloria fue mayor -con ese desdén incluido- porque no ignoramos la abundantegracia de D derramada a lo largo de su vida y su huella imborrable para las futurasgeneraciones cuya permanencia entre nosotros es indiscutible.

En este escenario tan nuestro, encontramos no sólo nuestros desafíos, también nuestrasesperanzas, esas alertas que los tiempos mejores están por llegar, quizá no comprendamosdel todo pero D Espíritu Santo está operando por sendas misteriosas que aún nocomprendemos a totalidad; acá frente a nuestros propios ojos, y no me avergüenzo decirlotenemos los motores que impulsan la nave del evangelio, tenemos los dinamos que nos dan

luz en momentos sombríos, contamos con los soldados, con la milicia de D, con nuestroscompañeros de campaña, con los luchadores que empuñan las armas espirituales, estánsiempre listos; cada día nos conocemos mejor, y así como la confianza y orgullo de Pablocuando menciona a su hermano Epafrodito, también puedo decir con mucho cariño enCristo, aquí está, aquí les envío, acá les va: el Rev. Hugo Miguel, el Dr. José Alvayero, elRev. Joaquín López, el Pastor Reynaldo Guevara; el Lic. Edgar Avalos; el Pastor JuanCarlos Rivas; el Hno. Hugo Aguilar, el Rev. Carlos Mejía, Pastor Rogelio Rivera, el Hno.Oswald Chamagua, y muchos otros quienes llegarán a nuestras filas, nuestros compañerosde lucha en el evangelio; con ellos suplimos nuestras muchas necesidades en el trabajo delReino; cuando alguno desfallece ahí estamos para ayudarlos, cuando enfermes procuraremos ser parte de su bálsamos que alivia el dolor; cuando angustian nos cargamos

de alegría y confianza para ellos; cuando atraviesan la prueba somos la palabra y sonrisaque les estimula a seguir luchando por Cristo; si careces de fuerzas nos ponemos de su ladoy les aseguramos con nuestro gesto que podrán quejarse de los demás pero no de suscompañeros de milicia y soldados de Cristo.

En esta milicia, la dureza de las palabras son similares a la dulzura de ellas; las expresionesde Guillermo Farel a Calvino no sólo exhortaron y sirvieron para reprochar su actitudnegativa de predicar la Palabra sino que esas mismas ásperas palabras sirvieron de consuelo




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para recordar la bendita intervención divina en la obra que realizaba; seguramente dieronabundante consuelo en momentos críticos y desesperantes del reformador; D aparte de su presencia indiscutible y segura nos brinda acompañamiento a través de nuestros queridoshermanos en la fe, colaboradores y compañeros de milicia del evangelio. Tal apoyo y

beneficios son latentes testimonios que su compañía es verdadera, ya no es un D alejado,distante, extraño o indiferente sino que es el más auténtico que nunca, es D con nosotros.

CONCLUSION

Epafrodito, nombre del GR. “Honrado por Venus”, (en el latín VENUSTUS “hermoso, fascinante, encantador, amigable”) se intuye que de acuerdo a su nombre, se puede conocer el trasfondo probablemente gentil (pagano) de su familia o de él mismo. Además, el hechoque no se le obligó a cambiar de nombre. Vale mencionar que Filipos fue una coloniamilitar romana y que fue el lugar de origen de Epafrodito; se dice de él, que había padecido

persecución, cárcel, tortura por causa de Cristo. De acuerdo al Martirologio Romano, sesabe que: 1) fue obispo de Terramina; 2) bautizó un buen número de conversos; y 3) sufriómartirio en esa ciudad.

Semejante a la confianza del Apóstol, puedes descansar confiado que tus amigos estaráncerca de ti, como auténticos compañeros de milicia; aquí hemos estado por años, espero lohayas notado; al igual que Cristo, espero que cuando la puerta del sepulcro se abra paracobijarnos, ahí de pie estaremos porque somos soldados, porque nos une la fe, porque lossufrimientos motivados por su causa hacen motivos comunes para nosotros. Cuandoaparezcan los obstáculos, penas y sufrimientos sin duda alguna estará el Señor de nuestrolado, y claro también nuestros amigos, compañeros de milicia, compañeros de lucha. Lo

mejor de todo es que por causa del evangelio se va formando una mezcla de cemento demayor calidad, o superior al pegamento utilizado para sellar las pirámides de la viejacivilización egipcia, porque es Cristo y su amor quien nos une, quien nos amalgama y nos preserva para Él. “Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de laboca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para sureino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Que su paz nos acompañe, que su amor perdure en nuestros corazones, que su brazo delucha esté siempre para socorrernos hoy y siempre.


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