Comunicación. Epistemologías y metodologías para planificar por consensos

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    ComunicacinEpistemologa y metodologasPara planificar por consensos

    Nidia AbatedagaComp.

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    Agradecimientos

    Agradecemos a la Secretara de Ciencia y Tcnica de la Universidad por habernos otorgado elsubsidio que nos ayud a publicar este libro.

    A la Escuela de Ciencias de la Informacin que lo declar de Inters Institucional.

    A los alumnos que durante el cursado han ido invitndonos a mejorar la calidad de nuestrotrabajo acadmico.

    A los Ayudantes y Adscriptos que con su aportes nos hicieron ver otros puntos de vista yenfoques posibles a los problemas.

    A los grupos sociales y organizaciones que nos permitieron aprender y enriquecieron losdebates con el aporte de sus experiencias. A ellos atribuimos tambin esta produccin yagradecemos las posibilidades de intercambio que brindaron.

    Los de la palabra que camina, nosotros queremos no el deber, no lagloria, no la fama. Nosotros queremos ser simplemente la antesala de

    mundo nuevo. Un mundo nuevo con una nueva forma de hacer poltica,un nuevo tipo de poltica de gente del gobierno, de hombres y mujeres

    que mandan obedeciendo

    Sub Comandante MarcosFragmento del discurso

    pronunciado el 17 de mayo de 1994

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    COMUNICACINEpistemologa y Tcnicas para Planificar por Consensos

    IndicePrlogoNota de la Compiladora

    PRIMERA PARTEPropuestas Terico - Epistemolgicas de Planificacin en Comunicacin

    Captulo 1: Supuestos Terico Epistemolgicos de la PlanificacinPor Mgter. Nidia C. Abatedaga

    Por qu hablar de epistemologas de planificacin? Antecedentes normativos de la planificacin La renovacin del campo: Planificacin Estratgica

    La Perspectiva Terica para Planificar por Consensos Algunas experiencias de la Planificacin por consensos1. Experiencias de planificacin de comunicacin en Empresas Recuperadas. El caso argentino2. El caso italiano: Conocer para transformar. Los operarios italianos componen una sonata

    para los patrones3. El caso canadiense: La investigacin Berger4. Conclusiones comparativas de las tres experiencias

    Captulo 2: Paradigmas para el Anlisis de Instituciones y OrganizacionesPor Mgter. Nidia C. Abatedaga

    Una aproximacin a las nociones de Institucin y Organizacin Los Paradigmas del Anlisis Organizacional

    a. Paradigma Positivistab. Perspectiva Interpretativac. Perspectiva Crtica

    Captulo 3: Ncleos para el debate de la Planificacin en Comunicacin.

    Primer Ncleo de Debates: Reflexiones sobre las posibilidades en la definicin del objeto de laComunicacin para su planificacin. Una aproximacin a la consideracin de la Comunicacin Social como Relacin Social de

    Produccin. Por Arq. Miguel A. Haiquel La idea de interdisciplina en el campo de la Comunicacin Social. Por Lic. Cristina Siragusa El objeto de estudio de la Comunicacin Social: acerca de su especificacin. Por Mgter. Nidia C.AbatedagaSegundo Ncleo: Desafos y oportunidades del trabajo del Planificador en Comunicacin Planificacin en Comunicacin para la educacin superior. Por Lic. Lorena Brondani Algunos desafos que enfrenta el planificador en Comunicacin Social. Por Mgter. Nidia C.

    Abatedaga

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    SEGUNDA PARTEPerspectivas Terico- Metodolgicas de la Planificacin en Comunicacin

    Captulo 4: Metodologas para el Anlisis de Situacin ComunicacionalPor Mgter. Nidia C. Abatedaga.

    Pensar tericamente el Anlisis de Situacin o Diagnstico Problemas, Necesidades o Prioridades? Problemas Necesidades Prioridades de Comunicacin Como conceptualizar un Problema en trminos de Necesidad Comunicacional Teora y prctica en el Diagnstico Procedimientos utilizados en el Anlisis de Situacin

    a) Procedimiento por analogab) Procedimiento por comprensinc) Procedimiento por modelo

    Cmo hacemos un Anlisis de Situacin o Diagnstico? Metodologas para el Anlisis de Situacin: criterios para la seleccin Tcnicas y mtodos para la etapa de Recoleccin de Informacin

    Tcnicas y mtodos para el procesamiento de datos con fines diagnstico Tcnicas y mtodos tiles para organizar reas problemticas Cmo ordenar problemas de Comunicacin segn Planos y EspaciosCaptulo 5: El Proceso de Planificacin en Comunicacin.

    Por Mgter. Nidia C. Abatedaga y Lic. Vernica A. Gonzlez Una Evaluacin para comenzar a Planificar Conceptos sobre el Proceso de Planificacin Algunas distinciones necesarias: Plan, Programa, Proyecto Propuesta metodolgica para organizar un Plan

    a) Contextualizacin y definicin precisa del Problema.b) Definicin de Metas Objetivos

    c) Determinacin de Objetivos Generales y Especficosd) Elaboracin de Estrategiase) Lo especfico de las Estrategias de Comunicacin

    Subestrategia de pblicos Subestrategia de medios- soportes Subestrategia de contenido- creativa Soportes de Comunicacin

    f) Estructura Operacional. Propuestas para Organizar Actividades Mtodo de Programacin por Camino Crtico (Pert) Diagrama de Gantt

    g) Anlisis de Factibilidadh) Elaboracin del Presupuesto

    Captulo 6: Algunas aproximaciones sobre la Evaluacin de Planes de Comunicacin.Por Mgter. Nidia C. Abatedaga

    Recomendaciones de UNESCO para evaluar planes sociales en Amrica Latinaa) Sobre las condiciones de aplicacin de mtodos y tcnicas de evaluacin de proyectosb) En relacin a los mtodos y tcnicasc) Sobre los usos corrientes de los resultados de los estudios de evaluacind) Respecto de la necesidad en materia de formacin y capacitacin

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    Criterios para seleccionar Tipos de Evaluacin Posiblesa) En funcin del momento en que se realiza y los objetivos perseguidos con la evaluacin

    1. Evaluacin ex ante2. Evaluacin ex post

    b) En funcin de quin realiza la evaluacin1. Evaluacin Externa2. Evaluacin Interna3. Evaluacin Mixta4. Evaluacin Participativa

    c) En funcin de la naturaleza de la evaluacin1. Evaluacin Descriptiva2. Evaluacin Explicativa

    Modelos Evaluativos

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    Prlogo

    En el trabajo que aqu se presenta se busca avanzar sobre una carencia sintomtica de lasciencias sociales en general y de la comunicacin en particular, como lo es la de contar conuna estructura conceptual slida para la planificacin de las acciones transformadoras de la

    vida en sociedad. Y lo hace asumiendo el difcil camino de conciliar la reflexin crtica con laaccin positiva, de proponer una participacin no excluyente y ampliamente deliberativa conla eficacia del uso preciso y acertado de los recursos, de construir nuevos saberes compartidossin desechar las tradiciones identitarias que son constitutivas de los sujetos sociales peroabierto a la redefinicin de las mismas y de recurrir a los conocimientos formalizados de lasdisciplinas acadmicas an sabiendo que estn polticamente configurados.

    Este texto propone un camino de bsqueda a la vez que indica un sendero. No es unabsqueda a ciegas donde todo y cualquier cosa vale por igual, jalona con firmes argumentoslas direcciones fundamentales hacia donde dirigir las acciones y reflexiones. La bsqueda deun modelo de planificacin que sea realmente participativo, es decir que la poblacin afectada

    por el problema que se busca resolver participe directamente en concebir e implementar lasacciones tendientes a modificar la realidad en que se encuentra, constituyndose como sujetosde la planificacin, y no en la mera poblacin objetivo.

    El modelo con que Thomas R. Berger realiz la evaluacin de impacto que tendra laconstruccin de un gasoducto en el Valle del ro Mackenzie en Canad, sirvi para inspirar labsqueda de un paradigma de planificacin participativo. Es a partir de la propuesta Bergerque se cuestionan las metodologas que realizan un simulacro de participacin social y queson apenas estrategias de legitimacin de las decisiones ya tomadas por los equipos tcnicos.Para que haya una autntica participacin en el proceso de planificacin y ejecucin, lapoblacin involucrada tiene que estar constituida, o constituirse en ese mismo proceso, en un

    sujeto activo del proceso. Con ese cambio modifica el escenario poltico y social, obligando alos dems sujetos y al mismo estado a redefinirse ante esta nueva poblacin. As, el resultadode la planificacin ser un cambio en las condiciones comunicacionales y sociales en que sedespliega la vida de esa poblacin y, a la vez, un cambio en su condicin de existencia encuanto a la organizacin y comprensin poltica de la posicin en que se encuentra, surelacin con el estado y los dems sujetos y actores de la sociedad. Esta bsqueda y el caminosealado sean tal vez el aporte ms significativo y original que se presenta.

    La experiencia de varios aos en el estudio y la docencia en el campo de la comunicacinsocial de la especializacin eninvestigacin, se ven reflejados en este trabajo que no pretendehaber llegado a un destino, sino apenas hacer un alto para revisar los criterios y modelosensayados, reiniciando la marcha con ciertas certezas y nuevas dudas. Se inici la bsqueda apartir de los modelos de planificacin desarrollados por los profesionales de la publicidad y dela construccin de opinin pblica, para concluir que estas metodologas de influencia,induccin y manipulacin de las opiniones y creencias, nacen viciadas al considerar a lapoblacin como un objetivo y un objeto de las acciones.

    Si bien pueden alcanzar cierta eficacia ya que operan en el corto plazo, terminan reforzandouna mayor subordinacin de la poblacin a los procesos de dominacin y alienacin

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    existentes, invalidndola para ser protagonista. Tambin se recorri el espectro de lasplanificaciones sociales, en particular la de planificacin sanitaria, donde se discutieron laspropuestas de la llamada planificacin estratgica o las ms tradicionales de las escuelas deCanad. Elementos de inters se rescataron de estas perspectivas, pero no alcanzaron paralograr dotar de una perspectiva global a la bsqueda, que fuera compatible con el marco

    terico conceptual de la teora marxista crtica. Esta perspectiva que se adopt desde un iniciopor su eficacia explicativa de la realidad en las sociedades capitalistas, que aunque se lereconoce limitaciones y anacronismo, provee al trabajo intelectual de herramientas slidas yprecisas.

    Es desde esta visin terica que se contina la bsqueda de una propuesta que permitaresolver la contradiccin de ser positiva, en el sentido de proveer planes que guen una accineficiente y a la vez radicalmente crtica sobre la condiciones sociales de existencia y de lastramas comunicacionales tejidas en las mismas.

    La realidad actual del mundo, la regin, el pas, la provincia y la localidad, expresan apenascambios de escala de problemas idnticos que se repiten y se reafirman, y exigen serenfrentados por sujetos sociales autoconstituidos que, ante la magnitud, extensin ycomplejidad a la que deben enfrentarse, sean capaces de armarse con propuestas de accinacordes a los mismos, y de tramarse como sujetos colectivos en las que est presente unacomunicacin abierta, veraz, potente y flexible. En esa bsqueda, que no es solo terica yaque la experiencia de las mismas en la vida en sociedad se encarga de corregirlas, empujarlas,adoptarlas o desecharlas, es que se inscribe este libro.

    Sin embargo no es un texto balbuceante o anodino, bulle de riqueza conceptual y conviccionestericas y metodolgicas, que convoca a profundizar la reflexin y el estudio de la difcilcuestin de la investigacin y la accin poltica que supone la planificacin del futuro de lasrelaciones entre las personas. Ms an, al focalizar la inasible comunicacin social, prctica ydisciplina preadas de ambigedades y emboscadas mercantiles- dinerarias, avanza en lacrtica al uso de la comunicacin como medio de sugestin y control de voluntades, paraproponer una va no alienante de los modos de comunicacin en co- constitucin de laexistencia social de sujetos autnomos.

    Este texto, que es fruto de la persistente voluntad y entusiasmo de la compiladora, NidiaAbatedaga Profesora Adjunta a cargo de la Ctedra, y autora de gran parte de su contenido,contiene los intercambios de ideas y lecturas del grupo de docentes que trabajamos juntosdesde hace aos, de las experiencias compartidas con sucesivas cohortes de alumnos, y es unasntesis lograda de esa experiencia. Experiencia que se vuelca en estas pginas y servir deayuda a las prximas generaciones de alumnos que las lean y a los docentes que trabajaremoscon ellas. Sea bienvenida pues esta muy til herramienta.

    Arq. Miguel A. HaiquelProf. Titular de la Ctedra

    Planificacin y Evaluacin de Proyectosde Comunicacin Social. ECI UNC

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    Nota de la compiladora

    Las ideas que aqu se proponen tuvieron origen en la prctica acadmica que se ha venidorealizando durante aproximadamente diez aos de trabajo en el espacio de la ctedraPlanificacin y Evaluacin de Proyectos de Comunicacin Social de la Universidad Nacional

    de Crdoba. Es, por lo tanto, el resultado de las experiencias recogidas durante este tiempoelaborando trabajos en el campo comunicativo con organizaciones y grupos no lucrativos.

    El sedimento de este aprendizaje se vuelca hoy en un texto pensado para quienes se inician enel camino de planificar la comunicacin, pero tambin para quienes creen que no est tododicho en este campo.

    La idea que oficia de hilo conductor consiste en proponer un modo de planificar diferentedesde la comunicacin, pensada en clave de transformacin profunda de las estructuras dedominacin vigentes, favoreciendo as la autodeterminacin de sujetos colectivos.

    Es altamente probable que la planificacin de la comunicacin por consenso como hemosdenominado la propuesta, sea uno de los emergentes de la necesidad de abrir los debates y lasprcticas universitarias para proponer salidas a los problemas sociales que la lgica delmercado favorece y no resuelve.

    El propio trabajo de produccin terica nunca se realiza aisladamente, sino que es socialmenteconstruido. Por esta razn, las pginas de este libro, adems de la participacin directa de losdiferentes autores, es el resultado de la reflexin colectiva, de un hacer conjunto con colegas,adscriptos y alumnos que trabajaron en la materia, grupos sociales y organizaciones que nospermitieron aprender con ellos.

    La reflexin que se inicia en las aulas, necesariamente debe ser abierta a la sociedad, y desdela comunicacin tenemos mucho que aportar, con el desarrollo de teora y desde el hacerprctico.

    En la direccin de este esfuerzo y a los efectos de iluminar algunos caminos para pensarnuestro objeto, hemos ido paulatinamente tratando de definir miradas posibles de locomunicacional que propicien la redefinicin colectiva de escenarios sociales inclusivos.

    En esta lnea de anlisis se concibe la comunicacin no slo como un instrumento para ellogro de otros fines sociales, sino fundamentalmente como un proceso que puede incidir -facilitando u obstaculizando- la conformacin de sujetos sociales colectivos cualitativamentediferentes y polticamente reflexivos.

    Esta faceta de lo comunicacional, vinculada a las prcticas de subjetividad colectiva y a laconformacin de identidades se construye con la comunicacin, propiciando la autodefinicin,la reflexin crtica y la transformacin de sujetos sociales. Y este es el supuesto base deplanificar en comunicacin generando consensos.

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    As como consideramos esencial la reflexin desde la prctica, pensamos que la mejorherramienta para la crtica de lo establecido es la profundizacin del pensamiento en lasociedad. Por esta razn el texto est organizado en dos partes La primera contiene trescaptulos en los que se profundizan epistemologas y teoras sobre los tres campos de anlisis:la planificacin, las organizaciones y la comunicacin.

    En el primer captulo, tras una sinttica recorrida por las teoras clsicas de la planificacin -laplanificacin normativa y estratgica- se desarrolla conceptualmente la propuesta deplanificacin por consensos. Fundada en una epistemologa crtica y pensada desde elmaterialismo dialctico, la idea se profundiza con la cita de casos en los que se encontraronvetas afines que favorecen su descripcin.

    El segundo captulo se dise pensando en mapear, slo indicativamente, las bases tericas dealgunas de las diferentes miradas sobre las organizaciones e instituciones. Se agruparon lneasde pensamiento conforme la divisin que algunos autores realizan de la teora social en tresgrandes Paradigmas: Positivo, Interpretativo o Hermenutico y Crtico. El objeto de estebarrido es mostrar que no pueden concebirse definiciones aisladas del campo terico que lasprodujo, que a la vez impone supuestos de anlisis ineludibles. Pensar cualquier conceptoimplica estar ya situado en una epistemologa que opera y lo atraviesa.

    El captulo tercero presenta reflexiones tericas de diferentes autores sobre el campocomunicacional, organizados en dos Ncleos de Anlisis cuyo valor radica en que abre lapuerta al debate e invita al lector a profundizar la reflexin sobre este espacio terico. No seretoman teoras de la comunicacin porque se dan por supuestas, y sobre esta base se realizanpropuestas que ensayan formas novedosas de pensamiento.

    El primero de estos ncleos plantea algunos de los aspectos que an deben ser discutidossobre el objeto de estudio de la comunicacin social con fines de planificacin. El segundodesafa al lector a pensar en mbitos profesionales de desempeo del Comunicador social.

    La segunda parte de este libro tiene una propuesta terico- metodolgica, y organizada encaptulos que desagregan analticamente tres momentos de la planificacin en comunicacin:El Anlisis de Situacin o Diagnstico, la Elaboracin de un Plan y el Diseo deProcedimientos de Evaluacin. Por su carcter indicativo y producto de una seleccin previa,no se pretende exhaustividad y por el contrario se recomienda la lectura completa de losautores citados, de los que slo se dieron algunas referencias. Pero tambin se hacenpropuestas metodolgicas coherentes con la planificacin por consenso, descripta en laprimera parte del libro.

    El cuarto captulo seala algunos mtodos para aplicar a diferentes momentos del Anlisis deSituacin, rescatando especialmente los procedimientos que favorecen el consenso, tanto en larecoleccin de datos como en la organizacin de la informacin para la definicin desituaciones problemticas, colectivamente identificadas.

    El quinto captulo resea metodologas aptas para la elaboracin de planes de comunicacin,con fines de crtica de lo establecido y de transformacin poltica. Estamos convencidos quelos proyectos que realizan propuestas cosmticas slo favorecen la reproduccin de las

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    actuales condiciones de dominacin. Por esta razn, se busca que el plan elaborado incida enlas races profundas, con la idea de poner en cuestin lo naturalizado y de ese modo lograrmejoras cualitativas de los sujetos, lo ms amplias e inclusivas posible, que constituyaverdaderos sujetos de transformacin poltica y no meros objetos de ella.

    El captulo sexto realiza una breve recorrida por algunos mtodos de evaluacin,indispensables a cualquier plan, que permiten la revisin y valoracin constante de la propiaprctica, as como el re-direccionamiento de acciones.

    Es la intencin de los autores que este libro facilite la tarea de investigacin diagnstica yplanificacin de quienes se inicien en el camino y de aquellos que creen que an es posiblehacer algo por tener una sociedad mejor. Colaborar en la conformacin de sujetos polticosque modifiquen situaciones de inequidad es el propsito que nos orienta y orienta nuestrapropia transformacin.

    Mgter. Nidia C. AbatedgaProf. Adjunta de la materia

    Planificacin y Evaluacin de Proyectosde Comunicacin Social. ECI - UNC

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    PARTE 1Propuestas Terico - Epistemolgicas de Planificacin en Comunicacin

    Captulo 1: Supuestos Terico Epistemolgicos de la Planificacin

    Por Mgter. Nidia C. Abatedaga

    Por qu hablar de Epistemologas de Planificacin?

    Para hablar de Planificacin en comunicacin se hace necesario comenzar por algunas de lascondiciones que la hacen posible, indicaciones preliminares que adelantan la idea de laimposibilidad de hablar de una planificacin, ms que a condicin de considerarla como unaabstraccin que contiene las mltiples determinaciones en las que se despliega ese proceso.

    Podramos hablar entonces de una planificacin en general, que conjuga una variedad deprincipios comunes a los procesos que se llevan a cabo en reas sociales diversas. Desde estaperspectiva se afirmar que en su misma conformacin la planificacin se encuentraatravesada por una lgica que relaciona un presente dado con un futuro sobre el cual sepretende tener dominio transformndolo.

    Hay en esta idea un componente temporal que es inherente al proceso planificador, a la vezque comporta una intencin o voluntad de modificacin. El hecho de que se hable deplanificacin en general en trminos abstractos no significa que se constituya en puraespeculacin. La planificacin supone un campo terico abstracto articulado con procesosconcretos de vinculacin con la vida social y es en este sentido entonces que se acepta que laplanificacin en general posee una esfera propia de saberes tericos y de procesos tcnicosorientados a disear, implementar y evaluar planes.

    Sin embargo no existe epistemolgica ni polticamente un slo modo de planificar por lo cualse hace necesario pensar en trminos de planificacin en particularo en modos especficos deconcretar la planificacin, por oposicin a la planificacin en general. De all que sernecesario distinguir procesos de planificacin en reas como la salud de otras del mbito de laeducacin o de planificaciones en comunicacin, por slo mencionar algunos de los camposde saber donde se planifica. En cada uno de ellos estos desarrollos adoptarn particularidadespropias del mbito con el que se conjuga el proceso planificador.

    Adems de esta distincin entre planificacin en general y planificaciones particulares, sedeben sealar dos vectores que atraviesan las planificaciones particulares, que son por un ladolas distinciones epistmicas de los diferentes modos de planificar y por otro precisar tipos deplanificacin polticamente definidos. De cmo se conciban los supuestos epistemolgicos ylas articulaciones de poder en el campo depender el modo en que se realizar laplanificacin. Del cruce de estas dos dimensiones tendremos una planificacin de tiponormativo, otra estratgica y una que aqu denominaremos Planificacin por Generacin deConsensos.

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    Por esta razn es que para trabajar con algunas de las diversas maneras en que puede llevarseadelante la planificacin en el campo comunicacin es condicin necesaria comprenderlacomo una conjugacin particular de los campos de la planificacin y de la comunicacin, a lavez que reconocer las elecciones polticas que son condicin para llevarla adelante.

    Antecedentes normativos de la planificacinMario Rovere1 retoma a Mintzberg2 para remitir la genealoga de la planificacin a comienzosde la Edad Moderna. Este autor asocia -a travs de la raz latina planum- las actividades deplanificacin -hacer planes- con la tarea cartogrfica -hacer planos o mapas-. En cierta formapermite asociar a la planificacin con la tarea de hacer "mapas para la accin". Desde entonceslos fuertes imaginarios de la modernidad: descubrimiento, ciencia, conquista, progreso, hanmarcado o connotado fuertemente los supuestos valorativos y las prcticas de la planificacin.

    Imaginar a los descubridores navegando con los precarios mapas preexistentes pero al mismotiempo llevando cartgrafos a bordo puede resultar una analoga interesante para comprenderlas relaciones entre planificacin y prctica y las dimensiones iterativas de los procesos deplanificacin- accin: "hacer planos/es para la accin, pero como consecuencia de la accincambiar, corregir o mejorar los planos/es. 3

    Comenta Dror4 que es posible encontrar antecedentes de planificacin en mltiples momentosde la historia de la humanidad, especialmente en la organizacin de grandes emprendimientos,en la organizacin poltica de los grandes imperios, en la gnesis del Estado moderno tras laidea de "ingeniera social", en la organizacin y diseo de ciudades, en experiencias dedesarrollo regional, etc.

    Sin embargo el instrumento adquiere sus connotaciones predominantes en el siglo XX a travsde experiencias marcantes como el GOSPLAN en la URSS ya desplegado desde la dcada delos 20 o en los EE UU con la estructura del New Deal, especialmente con su aplicacinintensiva en la Cuenca del Tennessee en los 30 (TVA iniciales en ingls de agencia del valledel Tennessee)5 y el Plan Marshall aplicado en Europa luego de la segunda guerra mundial.

    Mirado desde el presente, pareciera que la planificacin, que haba construido buena parte desu identidad y de su arsenal terico metodolgico en la URSS y en EE UU (en el mbitonacional y supranacional en el primer caso, nacional y regional en el segundo), llega luego dela exitosa experiencia del Plan Marshall a constituirse en una herramienta de las relaciones

    1 Rovere, Mario: La Planificacin Estratgica y la ciudad como sujeto. 20052 Mintzberg H.: The Rise and Fall of Strategic Planning Free Press - New York 19943 Rovere, M. Op. Cit. (2005)4 Dror Y.:Enfrentando el Futuro FCE. Mxico DF. 19935 Al respecto Palerm (1967) seala que "El presidente Roosevelt, al crear una autoridad o corporacin especial

    para afrontar los problemas de esta regin, decidi, en sus propias palabras, revestirla con el poder del Gobiernopero darle la flexibilidad de la empresa privada. La tarea de esta corporacin (TVA) consista en controlar el(inundable) ro Tenessee y sus afluentes por medio de diques y presas; en generar energa barata para el consumode la zona y con vistas a atraer instalaciones industriales; en promover la navegacinfluvial; en controlar las inundaciones y la erosin, y en reforestar".

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    internacionales. El xito de este plan, no slo en la reconstruccin europea sino en el rpidorestablecimiento del mercado internacional, elev a la planificacin al rol de una llave maestrade carcter geopoltico para la asistencia tcnica y financiera y como una herramienta para eldesarrollo econmico y social en la cual se depositaron algunas expectativas desmedidas.

    Rovere afirmar que Es desde mediados del siglo XIX que el proyecto de la modernidad seexpresa con mxima intensidad y all la planificacin resulta depositaria de las ms elevadasexpectativas racionalistas; ingeniera social, conduccin cientfica de la sociedad,racionalizacin de actividades y recursos ajustados a fines son imaginarios de diferentestradiciones polticas que tienen en comn una fuerte valoracin de la razn humana, llevanimplcita la ms estrecha asociacin entre saber y poder, la ciencia constituida en fuente delegitimidad de la accin de gobierno.6

    Carlos Matus7 sostiene que en los pases latinoamericanos la planificacin data de alrededorde los aos 60, emergiendo como un constructo intelectual con todas las caractersticaspropias de una tarea de investigacin sobre el futuro y slo en indirecta relacin con losproblemas propios de la administracin y de los procesos de toma de decisiones, ejecucin ycontrol de los gobiernos. La CEPAL y posteriormente el ILPES realizaron en este sentidouna labor pionera.

    La instalacin masiva de la planificacin a nivel estatal en Amrica Latina se produce enmomentos en que la planificacin haba adquirido un reconocido prestigio en el proceso dereconstruccin europea de posguerra; y la experiencia, los consensos, los organismosinternacionales recientemente constituidos, la capacidad instalada y la voluntad polticacomienzan a desplazar el foco de atencin hacia los pases del denominado tercer mundo.

    Se traslada la planificacin al tercer mundo particularmente a Amrica Latina a comienzos delos 60, hecho asociado tambin con algunos acontecimientos geopolticos tales como laguerra de Corea o la Revolucin Cubana, que llamaron la atencin del mundo en el contextode la guerra fra, la generacin de propuestas de gran escala orientadas al crecimiento y aldesarrollo econmico y social.

    Por ello es natural que al presentarse la planificacin asociada a la obtencin de fuentes definanciamiento muchos procesos de planificacin fueron aceptados por pases del tercermundo ms como una imposicin externa que como una necesidad interna. De esta formaGuerra Fra, Desarrollo Econmico- Social, Asistencia Tcnica y Financiera internacionalformaron para la poca un conjunto de nociones que se reforzaron recprocamente y queencontraron en la planificacin una ajustada herramienta de intervencin.

    Es as como en la dcada de los 60 y hasta mitad de los 70 en Amrica Latina se encuentrauna amplia inversin en la formacin de planificadores y en desarrollos terico metodolgicoscon la expectativa explcita de instalar procesos que racionalizarn la inversin y con lasmenos explcitas intenciones de estabilizar las polticas pblicas y de establecer basesracionales para el otorgamiento de crditos. La produccin terica de la poca en la regin,

    6 Rovere, Mario. Ibid7 Matus, Carlos: Planificacin en situaciones. FCE. Mxico DF 1980

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    muy marcada por la presencia de la CEPAL, buscaba construir un camino tcnico propio,capitalizando lo mejor de la produccin tcnica de la poca.

    A mitad de los 70 y cuando el avance pareca ms incierto algunos autores imaginaban unaprofundizacin y una mayor tecnificacin de la planificacin a travs de la computacin, la

    simulacin, los modelos matemticos, mientras que otros imaginaban que el futuro de estosdesarrollos se iba a desplazar hacia la dimensin poltica como en parte sucedi, sin saber siesto significaba el fin de la planificacin diluida ahora en la ilusin de tecnificar yracionalizar las polticas -con tcnicas de policy analysis- o en realidad se trataba deincorporar una dimensin poltica a los procesos de planificacin como de hecho sustentaronquienes plantearon en sus inicios la inclusin del pensamiento estratgico.

    A pesar de los mltiples factores que la sustentaron no puede ocultarse que la planificacin,tal como se la conoci en sus momentos de auge -desde la posguerra inmediata hasta la crisisdel petrleo a mitad de los 70- constituy en la prctica la introduccin extensiva delpensamiento econmico, al menos el de las escuelas prevalentes en la poca, en sectores quepor aquel entonces operaban con otras lgicas. En efecto como seala Testa8 el mtodo deplanificacin propuesto era una traslacin demasiado rgida del mtodo que se utilizaba en laplanificacin econmica, aunque es menester mencionar que sta tampoco alcanz los

    resultados esperados en su mbito de aplicacin.

    La preocupacin original de la CEPAL no era la planificacin sino la exploracin del futurode Amrica Latina en su capacidad o posibilidades de superar el subdesarrollo. Por ello sureflexin comienza por realizar proyecciones econmicas a largo o mediano plazo de lastendencias econmicas vigentes a fin de cotejarlas con las perspectivas de desarrollo de lospases industriales. El resultado de ese cotejo es desfavorable: las distancias entre el mundodesarrollado y subdesarrollado tienden a ampliarse.

    Inmediatamente se plante la siguiente pregunta: bajo qu condiciones de crecimiento de lospases de Amrica Latina es posible acortar distancias? Matus advierte que la pregunta mismaenvuelve un problema terico trascendental, ya que si el subdesarrollo aparece corregible vamayor crecimiento, entonces todo el problema de la direccin o sentido del proceso deprogreso econmico social surge invertido y subordinado al problema de la velocidad decrecimiento. Es entonces cuando los problemas trascendentales de las estructuras sociales noaparecen como condicionantes de direcciones distintas, sino como obstculos al crecimiento.

    Es as como la finalidad del proceso social queda fuera del campo de la planificacin, y losvalores, los aspectos culturales, el modo de produccin, las relaciones de poder, etc., quedancomo invitados de piedra al mundo de las proyecciones. La redistribucin del ingreso, lasreformas agrarias, la reforma tributaria y todas las llamadas reformas estructurales noaparecen como requisitos de otro estilo de vida o de desarrollo, sino exigencias necesariaspara ampliar el mercado interno, sustituir importaciones o modernizar el sistema.

    8 Testa M.: Planejamento e Programaao em Saude Cortez Editora - Sao Paulo 1989

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    Este enfoque tuvo importantes consecuencias metodolgicas, ya que el mtodo deplanificacin surgi para asegurar la coherencia de las magnitudes econmicas en el procesode crecimiento. Buena parte del prestigio de la CEPAL se debe a su discurso normativo, queelev el nivel de conciencia sobre el atraso econmico y sent las bases de lo que se llamprogramacin econmica.

    Las primeras experiencias de planificacin en Amrica Latina no posean an un mtodo deplanificacin sino una tcnica de hacer proyecciones. Este origen le imprimi un sello concaractersticas particulares a la planificacin denominada normativa en nuestros pases,algunas de las cuales son sealadas por Carlos Matus:

    Enfatiza el largo o mediano plazo Ignora la planificacin anual operativa Tiene una tendencia academicista, se organiza no como un proceso sino como un equipo

    de investigacin que debe producir un plan libro

    Desarrolla un tcnica de presupuestos por programas que no puede relacionarseadecuadamente con el plan de mediano plazo

    No se realimenta de un cotejo con la realidad cambiante, tiene serias dificultades deinformacin tanto para formular el plan como para controlarlo

    Se disocia de lo poltico porque se limita a afirmar una norma Se reviste de neutralidad tcnica sin poder fundamentarla tericamente, pretenden

    encontrar una tcnica de evaluacin de proyectos que deja de lado la evaluacin polticade los mismos

    Se aferra a las categoras medibles de la contabilidad nacional No puede tratar adecuadamente el problema de los cambios estructurales.9Se puede afirmar que la planificacin normativa impulsada por CEPAL ILPES se puso enprctica sin un desarrollo terico-metodolgico profundo. Por ello, el paso de la tcnica deproyecciones a la programacin normativa apareci no como una opcin metodolgica entrevarias sino como la nica posibilidad.

    Posteriormente esos mismo organismos internacionales enriquecieron y complejizaron laproblemtica del desarrollo/ subdesarrollo, en un esfuerzo ms integrado entre economistas,socilogos, historiadores y especialistas en varios campos de las ciencias. A pesar de losanlisis interdisciplinarios el problema se agrava pues se hace manifiesto el divorcio entre unatcnica de planificacin que permanece aferrada a sus limitaciones tericas y la variedad ycomplejidad de la explicacin que adquiere el discurso terico del desarrollo.10

    9 Matus, C. Op. Cit. (1980)10 Matus, C. Ibid. (1980)

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    Las decisiones epistemolgicas realizadas en la planificacin normativa priorizaron losenfoques econmicos y las herramientas proporcionadas por las reas duras del saber.Modelos matemticos y estadsticos fueron los preferidos de un modo casi exclusivo deplanificadores y analistas de polticas pblicas.

    La eleccin poltica que supone este tipo de planificacin es acorde a los modelos estatalesdirigistas, que propone unas relaciones de poder en las que el Estado es el actor que seconstituye en sujeto de la planificacin, en tanto los sujetos -individuales y colectivos- quecomponen la sociedad civil son percibidos y tratados por los propios supuestos del plan comoobjetos de los proyectos y planes elaborados por las altas esferas polticas poseedoras, enapariencia, del capital simblico sustentado en el saber.

    La renovacin del campo: Planificacin Estratgica

    En el Prologo de su libro Raise and Falling of Strategic Planning11 Mintzberg seala "...esquizs el tiempo adecuado para publicar este libro. Este podra haber sido rechazado antes de1973, cuando la planificacin poda hacer las cosas correctas o despus cuando se sumergi enuna onda de sentimientos antiplanificacin que continu por una dcada o ms... quizs ahorala gente est ms inclinada a considerarla en una forma ms razonable ni como panacea nicomo el infierno sino como un proceso con beneficios especficos en contextos especficos".

    Al citar a Mintzberg, Mario Rovere seala las dificultades que se plantearon respecto de laadhesin a este modo de planificar que surge como consecuencia de los problemasencontrados en la implementacin de polticas y planes normativos. Afirma Rovere que Esnecesario explicitar que la plasticidad requerida por lo estratgico ha dividido a los autores delcampo, entre quienes no creen que la planificacin pudiera resignificarse hasta alcanzar lasflexibilidades que este pensamiento exige y como consecuencia de ello depositan susexpectativas en dispositivos ms giles y menos abarcativos (Vg. la programacin), y quienespiensan que es posible una planificacin diferente que no slo puede hacerse cargo de estasexigencias sino recuperar una parte de sus mejores experiencias. 12

    El surgimiento de la planificacin estratgica puede ubicarse en los inicios de la dcada de los70. Lo que algunos autores caracterizan como quiebre es el resultado de un clima de crisise incertidumbre -sobre todo econmica y financiera- originada en la inestabilidad del mercadofinanciero mundial y en la suba del precio del petrleo que se produce alrededor de 1974.

    En los inicios de las propuestas acerca de la necesidad de comenzar a revisar el modo deplanificar que hasta ese momento se vena desarrollando se encuentran aportes realizados en elcampo de la mercadotecnia estratgica (tal el caso de Ries y Tout) y de la Teora de los Juegosque el Funcionalismo norteamericano puso en boga como base sobre la cual asentar elpensamiento estratgico.

    Rovere rescata las reflexiones de Mintzberg ya que fue quien ms se ha ocupado del tema dela planificacin desde una perspectiva crtica en los ltimos aos, confrontando con estas

    11 Mintzberg H.: The Rise and Fall of Strategic Planning. Free Press - New York 199412 Rovere, M.: Op. Cit. (2005)

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    primeras escuelas del planeamiento estratgico en EEUU a las que coincidentemente acusa deracionalistas, exhibiendo la debilidad de sus supuestos tericos y metodolgicos yconfrontando directamente con ella.

    Alineado claramente en la planificacin estratgica, Mario Rovere seala que sta privilegia

    una lectura de la realidad que se concibe como "producida" por el interjuego de diferentesactores y factores sociales, que estimulan la reflexin sobre las repercusiones futuras de suquehacer y la puesta en contexto de sus intervenciones.

    Para este autor el agregado del adjetivo estratgico remite en primera instancia a laincorporacin de nuevas tcnicas, dentro de los mismos marcos en que se haba desarrolladola planificacin tradicional, pero enfatiza en que hubo una desestructuracin de supuestos quepermiten que una planificacin que se precie de estratgica se plantee cuestiones tales como:Quines deciden? Quines y desde dnde planifican? Con qu aliados? A quienesafectan? Quines ms estn operando sobre la misma situacin? Qu planes tienen? En qucontexto se est planificando? En qu coyuntura? Desde que posicin o con que fuerzarelativa? Con qu capacidad de convocatoria?

    Estos interrogantes muestran que la planificacin estratgica ha renovado la miradahacindola permeable a la observacin y anlisis de nuevos fenmenos. Entre otros, Rovereseala la constitucin de sujetos sociales, el aumento de la capacidad de gobierno, el clculointeractivo, el manejo de la incertidumbre, la reaccin veloz ante la sorpresa, han llevado a lasensacin que el centro de gravedad de la nueva propuesta descansa tanto en los dispositivosformales, los algoritmos o la formulacin de documentos como en la formacin, en eldesarrollo de capacidades, en la flexibilidad de sus abordajes, etc.

    Y ms adelante agrega que La perspectiva estratgica ha reducido la ritualidad en la que sebasaba buena parte de la precisin formal y la cientificidad de la planificacin, pero casi en lamisma medida ha incrementado la importancia del "arte" de planificar reduciendo el abismoque la separaba epistemolgicamente de la racionalidad poltica a la que supona brindar susservicios.

    Para Rovere, lo que caracteriza centralmente a un proceso de planificacin estratgica es lautilizacin de representaciones sobre los campos de estudio e intervencin que comprendan astos como socialmente producidos por la interaccin de diferentes fuerzas y actores sociales,en campos de fuerza por donde circulan mecanismos de competencia, cooperacin, coaccin,influencia, conflicto, etc.13

    En otro texto14 el autor explicita el alcance de la nocin acerca de lo estratgico de laplanificacin cuando la relaciona con el concepto de tctica. La idea de estrategia da porsupuesto aqu que el objetivo no est al alcance conviene sealar que tctica y estrategia sedefinen en trminos relativos una a otra. As la tctica es el uso de recursos (en sntesis depoder) para la obtencin de resultados o logros parciales y estrategia es el uso, la articulacin

    13 Rovere, M. Op. Cit. (2005)14 Rovere, M.: Planificacin Estratgica de Recursos Humanos en SaludOPS OMS. Washington DC. EE.UU.1993

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    de esos logros parciales en el sentido del alcance de resultados generales del proceso deplanificacin.

    En el mismo sentido Mintzberg aporta el estudio del surgimiento de estrategias a partir delensayo en los espacios tcticos que -segn este autor- se constituyen en los medios que

    permiten articular reflexin- accin o teora- prctica.

    15

    Rovere afirmar que esta perspectiva permite resignificar espacios conocidos como instanciasdonde se desarroll o se desarrolla un juego entre diferentes actores sociales y la define deeste modo:

    La planificacin estratgica es un ejercicio de reflexin accin que uno o ms actoressociales realizan, a partir de su experiencia, para disear intervenciones o mejorar sus

    prcticas, considerando la produccin social como consecuencia de la interaccin de fuerzas

    sociales que concurren o no en algn punto de aplicacin. Se caracteriza por facilitar laconsideracin de dimensiones subjetivas, incluir herramientas analticas para la complejidad,

    ofrecer -a travs de una mirada ms panormica en trminos espaciales y temporales- una

    adecuada articulacin con su medio y con los otros actores que intervienen en un mismoespacio de transformacin y por proveer de significado y sentido a las actividades que se

    realizan, interactuando fluidamente con estilos de administracin afines constituye un slidomecanismo de formacin de estrategias y un integrado mecanismo de toma de decisiones.

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    En sntesis se puede afirmar que para el autor la planificacin estratgica se define por el usode herramientas de anlisis y de sntesis con una lgica que mira desde los actores sociales.

    Sin embargo esta idea general de la planificacin estratgica no debe conducir a pensar quedentro de ella hay un slo modo de planificar. Se han ensayado un nmero importante deestilos de articulacin de instrumentos que muestran una variedad interesante de abordajesposibles desde lo que se considera una perspectiva estratgica. Un ejemplo de esto es latcnica de escenarios, que propone el modo congruente de articular procedimientos deplanificacin en tiempos de incertidumbre.

    Esta tcnica se inici en los resultados obtenidos en la planificacin por escenario queexperimentaron algunas empresas multinacionacionales, especialmente radicadas en los pasesde Europa desde mitad de los 80. Tambin hay propuestas de esta tcnica de planificacin enel mbito de la salud y de la educacin. Con estas experiencias resulta interesante verificarque en la mayora de los casos la principal variable de monitoreo -en consecuencia el mayorproveedor de incertidumbre para estos pases- lo constituye el avance tecnolgico. Van derHeijden17 realiz aportes interesantes en este campo combinando la planificacin y laadministracin estratgicas.

    Rovere sintetiza los principales aprendizajes que pueden ser capitalizados por el planeamientoestratgico:

    15 Mintzberg, H. Op. Cit. (1994)16 Rovere, M. Op. Cit. (2005)17 Van der Heijden K. Scenarios; the Art of Strategic Conversation. Wiley, West Sussex 1997.

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    La concepcin de la planificacin como un ejercicio interactivo de actores y fuerzas

    sociales que disputan en determinados espacios.

    La percepcin del poder como una categora vincular circulando en la vida cotidiana,en las organizaciones y en los grupos.

    El alerta frente a los riesgos de etnocentrismo y la gran diferencia entre hacer planespara los otros y planificar con los otros.

    La recuperacin de los debates sobre el futuro no tanto como objeto de prediccin oprevisin sino como espacio de construccin y como proveedor de sentido para laprctica cotidiana.

    El reconocimiento de la historicidad de los procesos sociales como una forma decomprender los significados de lo que ocurre en el presente y los grmenes de futuroque all se encierran.

    La comprensin en una forma ms dinmica de los fenmenos de competencia ycooperacin, detectando la importancia de los mecanismos regulatorios para que estosfenmenos operen a favor de la poblacin.

    El aprovechamiento de los grados de libertad y de los juegos de autonoma que se dan,an dentro de la determinacin, en las relaciones entre los espacios ms generales y losms singulares en momentos en que la globalizacin pareciera el nico arquitecto delas transformaciones que alcanzan a nuestros pases.

    El duro ejercicio de la autocrtica y de la deconstruccin de los discursos: "laautocrtica no es negativa, al contrario es la ausencia de autocrtica la que nos hace

    ser pesimistas sobre el futuro". 18

    La bsqueda de formas alternativas de organizacin alejadas de las configuracionespiramidales, jerrquicas y burocrticas que se sustentan en fuertes constricciones a laautonoma y a las iniciativas de los trabajadores y los funcionarios.19

    Desde una perspectiva epistemolgicamente diferente la planificacin estratgica pareceproducir un sustancial alejamiento de los supuestos positivistas que han regido a laplanificacin normativa que remiten a la objetividad del conocimiento y que en razn de elloprivilegian los aportes de reas del saber comnmente denominadas duras, como laestadstica o lo ms ortodoxo del mbito de la economa.

    Es notable la incorporacin de sustento conceptual desde otras ramas del conocimiento alpensamiento estratgico, que se reconocen afines a toda aquella produccin que buscadistanciarse de las tradiciones racionalistas y estructuralistas. La mirada de lo estratgicointenta trabajar explcitamente sobre elementos que ayuden a comprender mejor lasproblemticas del sujeto, del poder, del saber, de la produccin social, as como el

    18 Matus C. "Curso de Planificacin Situacional" Fundacin Oswaldo Cruz 1990.19 Rovere, M. Op. Cit. (2005)

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    reconocimiento de necesidades e intereses en el terreno del hacer con la necesariacontemplacin de lo posible.

    Rovere reconocer y utilizar aportes de la produccin de autores como Habermas, JessIbaez, Michel Foucault, Kart Manheim, Gilles Deleuze, Felix Guattari, Pierre Bordieu, David

    Harvey, entre otros.Desde un punto de vista poltico la planificacin estratgica proporciona mecanismos por loscuales se reconocen en las relaciones de poder que se entablan entre sujetos o grupos desujetos (comunidades, instituciones, grupos institucionalizados, sujetos colectivos, etc) laposibilidad de gestar un futuro deseado y posible. Trabaja tericamente desde esta mirada,centrada en las relaciones de poder y en el terreno con ellas en pos de la instrumentacin deplanes y proyectos, facilita la identificacin de adherentes, oponentes e indiferentes a unproyecto que por esto mismo es posible de ser viabilizado en la realidad donde se inserta.Dejando de lado el tipo de elaboraciones alejadas de la realidad, la planificacin estratgica sepropone encontrar los caminos a la solucin de problemas que definen como necesidadesconjuntamente sujetos involucrados en la realidad y planificadores.

    Existe sin embargo un aspecto que no ha sido suficientemente considerado por la planificacinestratgica y por tanto no se ha enfatizado en avanzar sobre l. Me refiero aqu concretamentea que en ella est opacado -cuando no ausente- el imperativo y necesario nfasis que deberatener una planificacin que tendiera a la conformacin de sujetos sociales cualitativamentediferentes, capaces de pensarse y de legitimar su condicin desde lugares sociales distintos delos anteriores y de ser percibidos por otros sujetos que constituyen su entorno en ese nuevolugar.

    Probablemente debido a que los mbitos en los que se pone en prctica la planificacinestratgica -como por ejemplo la salud, la economa, la educacin, y an la comunicacin,entre otros- y en razn de colocar el acento en las relaciones de poder que atraviesan larealidad bajo el imperativo de resolver problemticas acuciantes, es frecuente encontrar que seresuelven problemas de mayor inmediatez pero al finalizar el proceso no se adviertenmodificaciones en las percepciones que los propios sujetos involucrados tienen de s, ni en lade quienes constituyen su entorno.

    A travs de este tipo de planificacin es altamente probable que se resuelvan problemas decarencias sanitarias en una poblacin determinada en un plazo de tiempo aceptable, o se logreque comunidades que vivan en hbitat precarios accedan a viviendas adecuadas a susnecesidades y an que se reduzcan los niveles de analfabetismo en un sector socialdeterminado. Estos logros, nada despreciables, no siempre estn acompaados de unapropuesta ms amplia que suponga la reubicacin de este sector o grupo en las relacionessociales en las que se encuentra inmerso, as como una auto percepcin diferente de s mismo.Esta reubicacin debera suponer un sujeto colectivo diferente porque implicara unarelocalizacin no slo material de sus necesidades y modos de satisfacerlas, sino tambinsimblica, es decir de su mirada sobre s mismos y sobre los otros, relativa al medio en el quese encuentra inserto.

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    El llamado de atencin que se realiza sobre los elementos sealados ha conducido a lanecesidad de pensar en un tipo de planificacin que tienda a superar estas deficiencias y a lavez a pensar que la planificacin pueda ser concebida como un proceso de transformacinprofunda de las relaciones sociales vigentes. Aqu denominamos a esta mirada Planificacinpor bsqueda de consenso.

    La Perspectiva Terica para Planificar por Consensos

    Las ideas que aqu se presentan no implican ignorar lo que se hizo hasta el momento en elcampo de la planificacin, sino por el contrario retomar los aportes considerados relevantestanto de la planificacin normativa como de la estratgica, con la conviccin de que no existeuna completa escisin del campo de la planificacin. Ms bien se trata de profundizar en losresultados positivos y mejorar aquellos que no los tuvieron.

    La comunicacin es uno de los dos pilares que sostienen la propuesta de planificar porconsensos. Losprocesos de comunicacinporque son la condicin necesaria para la bsquedade deliberaciones orientadas a generar procesos consensuados entre sujetos que se perciben yreconocen mutuamente como tales sujetos de decisin, en la direccin de hacer efectivas susprcticas de libertad. En el sentido que aqu se proponen, la organizacin adecuada y oportunaimplementacin de instancias de informacin e interaccin discursiva posibilitan elconocimiento y el acceso a los aspectos -no necesaria ni solamente racionales- que importan aun grupo y por tanto que constituyen sus necesidades.

    La resultante de la relacin entre saber y poder es el segundo pilar que sostiene laplanificacin por consensos. Las prcticas de libertad en el sentido foulcautiano del trminotienen su base en la ontologa crtica de nosotros mismos que debe ser entendida no comouna teora, ni como doctrina, ni tampoco como un cuerpo de conocimientos durables que va enaumento; debe ser concebida como una actitud, un ethos, una vida filosfica en la que lacrtica de lo que somos sea al mismo tiempo anlisis histrico de los lmites que se nosimponen y experimentacin de la posibilidad de transgredirlos.20

    Este ethos, en tanto poltica y moral dominantes exigen para ser cuestionados un trabajo dereflexin, que destierre las races de las racionalidades que estn operando en el campo social,as como un trabajo de negacin de las formas de subjetivacin que hemos heredado y nos hansido impuestas. Foulcault desnuda en las formas polticas, los sistemas de racionalidad quesubyacen en los poderes, en los saberes y en las prcticas de subjetivacin; por tanto para quese produzca la liberacin es necesario el ataque a las races mismas de la racionalidadpoltica. El problema de la libertad presenta una vinculacin directa con las relaciones depoder que atraviesan los cuerpos para grabarse en las conciencias. 21

    Las relaciones de poder para Foucault son distintas de las relaciones de dominacin. Nosencontramos ante un estado de dominacin cuando un individuo o un grupo social consiguebloquear un campo de relaciones de poder haciendo de estas relaciones algo inmvil y fijo e

    20 Foucault, M.: Por qu hay que estudiar el poder: la cuestin del sujeto, en la obra colectivaMateriales deSociologa Crtica. La Piqueta. Madrid. 198621 Alvarez Ura, F.: Prlogo al texto de Foulcault, M.:Hermenutica del Sujeto. Ed. Altamira. La Plata. 1996.

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    impidiendo la mnima reversibilidad de movimientos -mediante instrumentos que pueden sertanto econmicos como polticos o militares-. En tanto concibe a las primeras como cualquier tipo de relacin en la que uno intenta dirigir la conducta del otro

    Para Foucault el poder est siempre presente en las relaciones humanas, ya se trate de una

    comunicacin verbal, relaciones amorosas, institucionales o econmicas. son por lo tantorelaciones que se pueden encontrar en situaciones distintas y bajo diferentes formas; estasrelaciones de poder son relaciones mviles, es decir, pueden modificarse, no estndeterminadas de una vez por todas. Pero adems para el autor no son concebibles ms que enla medida en que los sujetos manejen algn grado de libertad por parte de las dos partes. Deesta asercin infiere que en las relaciones de poder existen necesariamente posibilidades deresistencia de algn tipo (resistencia violenta, huida, engao, etc.).22

    La planificacin por generacin de consensos propone a travs de un trabajo sobre losprocesos de comunicacin y de la evidenciacin de las relaciones de poder, potenciar lainestabilidad de estas ltimas, permitiendo a los participantes de esa relacin elaborar unaestrategia que modifique las relaciones de dominacin, en tanto estados fijos y bloqueados derelaciones de poder y permitan un proceso en el que se logre un estado provisorio deconsenso. Y decimos provisorio porque la propia dinmica lo social requiere de sucesivasmodificaciones an en los consensos logrados.

    Se trata no tanto de definir la libertad de un grupo social, de una comunidad o de un sujetofrente a determinada situacin sino ms bien de intentar identificar y poner en acto lasprcticas de libertad a travs de las cuales se podra definir lo que es la satisfaccin denecesidades o un estado de libertad de ese grupo, comunidad o sujeto en relacin a unasituacin que se considere de dominacin o sea en extremo disimtrica.23

    Esta perspectiva, posibilitada por la comunicacin podra favorecer modificaciones en lasituacin inmediata y mediata de los sujetos pero- y lo que creo mucho ms importante- unaredefinicin del lugar que ocupan, de su percepcin de s mismos y de sus prcticas desubjetividad colectiva.

    En concordancia con la propuesta de Foucault la perspectiva de planificacin por consensosdeber considerar un anlisis genealgico con el cual indicar un sentido que ms quepretender dar cuenta del pasado, plantee la necesidad de indagacin de los procesos que hanhecho posible en la historia de ese grupo o comunidad la configuracin presente. Lasreflexiones de los sujetos involucrados en la planificacin en torno a su propia historia y a lasdecisiones respecto de sus deseos y necesidades debern ser puestos en evidencia para laasuncin de los protagonistas de una percepcin que consideren apropiada sobre s mismos ypara el reconocimiento de las formas de racionalidad naturalizadas que deben sercuestionadas.

    22 Foucault, M.:Hermenutica del Sujeto. Op. Cit. (1996)23 Se transcribi en este prrafo un texto de Foucault que remite a otra situacin, donde afirma: Nosencontramos frente a un problema que me he planteado precisamente en relacin con la sexualidad: tienesentido decirliberemos nuestra sexualidad? El problema, no consiste ms bien en intentar definir las prcticasde libertad a travs de las cuales se podra definir lo que es el placer sexual, las relaciones erticas, amorosas y

    pasionales con los otros? Foucault, M. Op. Cit. (1996)

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    Esta perspectiva encuentra un sentido esclarecedor se retomamos a Foucault cuando analizaconcepciones de la Grecia antigua para contraponerlas con las impuestas a partir deladvenimiento del cristianismo y de la modernidad en direccin a realizar la crtica de loestablecido. Afirma que se pueden elaborar otros posibles modos de reflexionar las relaciones

    sociales, cuando cuestiona el modo en que ha sido concebido el acceso a la verdad por partedel sujeto a partir de la modernidad, debido a que se postula el conocimiento como la nicava de acceso a la verdad. ...me parece que la Edad Moderna de la historia de la verdadcomienza a partir del momento en el que lo que permite acceder a lo verdadero es elconocimiento y nicamente el conocimiento... aquel que busca la verdad es capaz dereconocer el conocimiento de s mismo a travs exclusivamente de sus actos de conocimiento,... sin que su ser de sujeto tenga que ser modificado o alterado 24

    Esto es diferente en la antigedad, momento en que se conceba a la filosofa como una formade pensamiento que se plantea la cuestin de cules son las mediaciones que permiten alsujeto tener acceso a la verdad. En tanto la espiritualidad es la prctica, las experiencias atravs de las cuales el sujeto realiza sobre s mismo las transformaciones necesarias para teneracceso a la verdad. Denominaremos por tanto la espiritualidad al conjunto de estasbsquedas, prcticas y experiencias, entre las cuales se encuentran ... las conversiones de lamirada, las modificaciones de la existencia que constituyen, no para el conocimiento, sinopara el sujeto, para el ser mismo del sujeto, el precio a pagar por tener acceso a la verdad.25

    La transformacin de s mismo que toma Foucault del pensamiento antiguo para que el sujetoencuentre el acceso a la verdad se torna aqu central porque la verdad se concibe como aquelloque ilumina al sujeto, le proporciona la tranquilidad de espritu, lo perfecciona en el sentido delograr una concordancia entre lo que es, lo que cree necesitar y lo que puede lograr para llegara la satisfaccin, modificando su ser y su identidad.

    Cuando pregunta Bajo qu figura del pensamiento se han dado cita en la Antigedadoccidental el sujeto y la verdad? Afirma que existe un concepto de capital importancia entanto fenmeno que refiere a las prcticas de subjetividad, un principio filosfico quepredomina en el modo de pensamiento griego, helenstico y romano: pimleia.

    Este concepto implica, en primer lugar una actitud con uno mismo, con los otros y con elmundo. En segundo lugar pimelia heautou es una determinada forma de atencin quereconvierte y desplaza la mirada desde el exterior, desde el mundo y desde los otros hacia smismo. Implica una cierta forma de vigilancia sobre lo que uno piensa. En tercer lugar designatambin un determinado modo de actuar, una forma de comportarse que se ejerce sobre unomismo a travs de la cual uno se hace cargo de uno mismo, se modifica y finalmente, es uncorpus que define una actitud, formas de reflexin que incide en las representaciones.

    Foucault toma el cristianismo y la Grecia Antigua para comparar modos de percibir ypercibirse, ethos que difieren en sus reflexiones y actitudes hacia el mundo y hacia s mismo.Afirma que el primero se nutri de la tradicin griega y paradjicamente transform el

    24 Foucault, M. Op. Cit. (1996) P. 3925 Foucault, M. Op. Cit. (1996)

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    precepto de la preocupacin por uno mismo de los griegos en un significado que alude alegosmo o repliegue, mientras que durante muchos siglos ha sido un principio matricial demorales extremadamente estrictas.

    En la antigedad griega se comenz a instalar en esta prctica del cuidado de uno mismo lanecesidad de recurrir al otro. Existe toda una tendencia a practicar, a difundir, a desarrollar la

    prctica de uno mismo fuera del marco de la institucin filosfica ... y a convertirla en uncierto tipo de relacin entre los individuos transformndola en una especie de principio, decontrol del individuo por los otros, de formacin, de desarrollo, de establecimiento para elindividuo de una relacin consigo mismo que va a encontrar su punto de apoyo, su elementode mediacin en un otro que no es necesariamente un filsofo de profesin.26

    Para los griegos el cuidado de s es tico en s mismo e implica relaciones complejas con losotros, en la medida en que este ethos de la libertad es tambin una manera de ocuparse de losotros. La libertad supone la apertura a un campo de relaciones de poder con esos otros que hayque controlar mediante prcticas de libertad.

    Es en esta relacin con los otros donde se puede pensar los juegos de verdad dentro del

    proceso de planificacin en comunicacin. Son juegos en tanto conjunto de reglas deproduccin de la verdad, procedimientos que conducen a un determinado resultado que puedeser considerado como vlido o no. Existe siempre, en un juego de verdad dado, la posibilidadde descubrir algo distinto y de cambiar ms o menos una determinada regla, e incluso a vecesde cambiar en su totalidad el juego de verdad.

    La vinculacin entre los juegos de verdad y las relaciones de poder es estrecha: para Foucaultno se puede afirmar que los juegos de verdad no sean ms que relaciones de poder, pero sinteresa saber cmo los juegos de verdad pueden ponerse en marcha y estar ligados conrelaciones de poder. 27

    La comunicacin se encuentra en el ncleo mismo de estos juegos de verdad, porque quien

    tiene la posibilidad de formular verdades tiene tambin un poder, el poder de decir la verdad yexpresarla como desea. Pero Foucault no piensa los juegos de verdad como Habermas,desestimando por utpico el carcter que ste le concede a las relaciones de comunicacinestrictamente racionales. La importancia de las interacciones comunicativas, se sitan en elmodo como a travs de ellas se pueden entablar relaciones sociales, que suponen relaciones depoder, encuadradas en un sentido prctico y tico diferente, que cuestione el estado de cosas,el ethos que determinada sociedad propone.

    La idea de que podra darse una situacin de comunicacin que fuese tal que los juegos deverdad pudiesen circular en ella sin obstculos, sin coacciones y sin efectos coercitivos parecepertenecer al orden de la utopa. ... Pienso que no puede existir ninguna sociedad sinrelaciones de poder, si se entiende como las estrategias mediante las cuales los individuos

    tratan de conducir, de determinar la conducta de los otros. El problema no consiste por lotanto en intentar disolverlas en la utopa de una comunicacin perfectamente transparente,sino de procurarse las reglas de derecho, las tcnicas de gestin y tambin la moral, el ethos,

    26 Foucault, M.: Op. Cit. (1996) P. 5927 Foucault, M. Op. Cit. (1996) P. 117

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    la prctica de s, que permitira jugar, en estos juegos de poder, con el mnimo posible dedominacin 28

    En el campo que se extiende a partir de este trasfondo epistemolgico, la planificacinorientada a la generacin de consensos contempla la comunicacin como pieza esencial,aunque no nica ni excluyentemente racionalizadora pero s posibilitadora de una reflexin y

    una prctica colectiva que permitan la definicin de las reglas de derecho y de gestin, losprocedimientos y tcnicas de gestin de sentidos aceptados como vlidos y que implique latransformacin del sujeto con base en esa prctica de libertad. Las prcticas de libertad,inmersas en relaciones de poder deberan permitir a la sociedad, a grupos de individuos o aorganizaciones arribar a la definicin de formas vlidas y aceptables de relacionamiento.

    Las prcticas de libertad suponen la cuestin del conocimiento de s y la transformacin de smismo -como individuo o como comunidad-pero tambin es necesario, para que estatransformacin sea posible, advertir y cuestionar lo dado, porque en el interior mismo de unadeterminada forma de conocimiento, el sujeto se constituye a travs de determinadas prcticasque son relaciones de poder y juegos de verdad en tal sujeto.

    En este sentido se retoma la concepcin de Paulo Freire para pensar las prcticas deplanificacin comunicativa. Para Freire las prcticas de libertad significan educar y educarse,no extendiendo el conocimiento desde la sede del saber hasta la sede de la ignorancia,para salvar, con este saber a los que habitan en aquella, sino que se debe concebir como latarea de aquellos que saben que poco saben -por esto saben que saben algo, y pueden as,llegar a saber ms-, en dilogo con aquellos que casi siempre, piensan que nada saben, paraque stos, transformando su pensar que nada saben en saber que poco saben, puedenigualmente saber ms.29

    Los presupuestos epistemolgicos que esboza Freire30 instalan la discusin de la relacin

    hombre- mundo, es decir en los modos posibles en que el hombre conoce en sus relacionescon el mundo. Define como ingenua la situacin educativa que plantea el conocimiento delmundo de un modo esttico, tomado como algo que debe transferirse o depositarse en otros.Esta concepcin desconoce que la verdadera fuente del conocimiento es la confrontacin conel mundo que tienen los hombres.

    En trminos dialcticos, para Freire El conocimiento exige una presencia curiosa del sujetofrente al mundo. Requiere su accin transformadora sobre la realidad. Demanda la bsquedaconstante. Implica invencin y reinvencin. Reclama la reflexin crtica de cada uno sobre elacto mismo de conocer, por el cual se reconoce conociendo y, al reconocerse as, percibe elcmo de su conocer, y los condicionamientos a que est sometido su acto. 31

    28 Foucault, M. Op. Cit. (1996) P. 12029 Freire, Paulo: Extensin o Comunicacin? La concientizacin en el medio rural. Ed. Siglo XXI . Bs. As.1973.30 El anlisis propuesto por Paulo Freire en el texto Extensin o Comunicacin? se refiere al significado de la

    prctica de extensin, sobre todo agrcola. An cuando no sea ste el eje de debate propuesto en el textosealado, creo necesario indicar la pertinencia de la reflexin filosfica que el autor realiza por la claridad conque expone la importancia de la comunicacin, que permite precisar an ms la idea de planificacin porconsenso que aqu se propone.31 Freire, P. Ibid.

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    En este proceso reflexivo es necesario que las personas -en palabras de Freire: educador yeducando- asuman el papel de sujetos cognoscentes, mediatizados por el objeto cognoscibleque buscan conocer. Para Freire si alguien juntamente con otros, busca realmente conocer,significa a la vez su insercin en esta dialoguicidad de los sujetos en torno del objeto

    cognoscible. El hombre no puede ser comprendido fuera de sus relaciones con el mundo,puesto que es un ser- en- situacin, es tambin un ser de trabajo y de transformacin delmundo. En estas relaciones con el mundo, a travs de su accin sobre l, el hombre seencuentra marcado por los resultados de su propia accin. Actuando, transforma;transformando, crea una realidad que, a su vez, envolvindolo, condiciona su forma deactuar. 32

    Se propone trabajar la planificacin, con base en la perspectiva aqu planteada, en tantoproceso que suponga adems de una prctica social transformadora de situacionesconsideradas problemticas, el espacio de reflexin para cuestionar lo establecidoconstituyendo sujetos cualitativamente diferentes, a travs de la definicin de reglas yprocedimientos valorados por los protagonistas como vlidos, en un momento y lugarhistrico determinados.

    Algunas experiencias de la Planificacin por consensos

    Lo que aqu se presenta son algunas experiencias ocurridas en Argentina, Canad e Italia. Entodas se propone un acercamiento de la articulacin de dos campos disciplinares: lacomunicacin y la educacin popular para pensar la planificacin por consensos. Pero esaarticulacin -que pretende sinergizar procesos en apariencia tangenciales- a la vez que muestrala empecinada necesidad de los cientistas sociales por parcelar reas de conocimiento deldevenir social, procura el anlisis de ambas reas disciplinares en un mismo proceso: el deconformacin de la subjetividad comn de actores sociales colectivos.

    La perspectiva terico- epistemolgica que proporciona el sustento a este anlisis se sita enel materialismo histrico en su vertiente dialctica. Esta posicin conduce a concebir unmovimiento mutuamente influyente entre las condiciones materiales de produccin, objetivasy parcialmente restrictivas del hacer del sujeto social y los sujetos colectivos que a la vez semueven en ciertos confines de accin -a la vez limitantes y posibilitadores- dentro de loscuales se torna probable producir las propias condiciones de existencia.

    Desde esta concepcin se propone pensar los procedimientos comunicacionales y los juegosde verdad como prcticas de poder que a los sujetos colectivos les permitieron arribar aconsensos aceptables, a definir reglas consideradas vlidos en esas circunstancias.

    En los diferentes casos que se presentan es posible observar ese doble movimiento entrecondiciones objetivas y prcticas de subjetividad colectiva que posibilitaron la generacin deconsensos aceptables, la capacidad para definir reglas y el establecimiento de juegos de poder,en los que la comunicacin posibilit la conformacin de sujetos individuales y colectivoscualitativamente diferentes.

    32 Freire, P. Ibid.

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    Las experiencias remiten, en primer lugar, a planes de comunicacin implementados en dosinstituciones situadas en Crdoba capital que son empresas recuperadas. Una de ellas esClnica Junn33 y la otra El diario Comercio y Justicia34. En segundo lugar se referir almovimiento operario producido en Italia entre 1972 y 1974 y por ltimo una evaluacin de

    impactos realizada en Canad entre 1974 y 1977 a raz de la propuesta de instalacin de ungasoducto en el valle del Mackenzie.

    1. Experiencias de Planificacin de Comunicacin en Empresas Recuperadas. El casoArgentino

    Las organizaciones que protagonizan esta experiencia se definen como empresasrecuperadas despus que la organizacin de propiedad privada transitara por una crisiseconmica que condujo a la quiebra.

    Esta experiencia se desarrolla en un contexto en el que, de acuerdo con la EncuestaPermanente de Hogares del INDEC en Argentina35, la cifra de desocupacin para el primer

    semestre del ao 2002 alcanz el 21,5 % de la poblacin econmicamente activa. Haba 3,05millones de desocupados y 2,6 millones de sub-ocupados. Esto significaba al menos que el 40% de la poblacin activa tena problemas laborales. Para el mes de Julio de 2002 se habanacumulado -considerando los 4 aos anteriores- 260.000 obreros expulsados de las industriasy otros 630.000 con salarios reducidos en un 30 % promedio.

    Ante la posibilidad de quedarse sin trabajo, muchos trabajadores con la empresa en quiebraoptaron por reabrirla gestionando la propiedad colectiva de los bienes, en la mayora de loscasos, a travs de la figura de cooperativas de trabajo.

    Durante los aos 2004 se implementaron planes de comunicacin en dos empresas

    recuperadas de la ciudad de Crdoba, en las que se observaron resultados dispares en losprocesos de conformacin de prcticas de subjetividad colectiva, as como en la magnitud ynaturaleza de los cambios y/o permanencias de reglas y procedimientos considerados vlidospor el colectivo y generados a partir de la comunicacin.

    En primera etapa se realizaron diagnsticos comunicacionales en la Cooperativa de TrabajoClnica Junn y en la Cooperativa de Trabajo La Prensa (que edita el diario Comercio yJusticia), de los cuales surgieron dos problemas que ellos consideraban primordiales. Elprimero eran las dificultades de los trabajadores para lograr una percepcin de s mismos(como sujetos individuales y en relacin al colectivo conformado) acorde a la nueva posicinque ocupaban en el proceso productivo: ya no eran empleados sino socios, propietarios

    33 La experiencia en Clnica Junn fue realizada por las alumnas Bruera, Daniela; Olagaray, Soledad y Torrano,Andrea en la Ctedra de Planificacin y Evaluacin de Proyectos de Comunicacin Social (UNC) durante el ao2004 (material sin editar).34 En el marco de dicha Ctedra, se realiz la intervencin en Cooperativa de Trabajo La Prensa Ltda. a cargo delas alumnas Brondani, Lorena; Ferrero, Sofa; Gonzlez, Vernica y Luna, Ma. Victoria. 2004 (material sineditar).35 Los datos fueron publicados en diario Clarn el 26 de julio de 2002

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    colectivos de una organizacin que permita una distribucin equitativa del excedenteproducido.

    En segundo lugar surgi la necesidad de incorporar conocimientos que les permitandesarrollar procedimientos -antes no sentidos como necesarios- que las nuevas posiciones

    ocupadas exigan. Una preocupacin que emergi como prioritaria y homognea fue la deconocer los principios y condiciones legales de funcionamiento de la forma cooperativa detrabajo.

    Las primeras actividades que se pusieron en prctica fueron la creacin de espacios einstancias de comunicacin que permitieran la circulacin fluida de contenidos necesarios alpropio proceso de trabajo, mientras paralelamente se realizaron talleres de educacin noformal, precedido por reuniones en las que se consensuaran la definicin de los problemas y laforma y contenidos de las soluciones adoptadas.

    Las instancias de comunicacin implementadas fueron buzones de consulta y peridicosmurales, ambos de participacin colectiva. Ambos tuvieron una repercusin diferente en cadauna de las instituciones. Inferimos que esta diferencia estuvo vinculada a las caractersticassocio- culturales que constituan el ethos de cada organizacin, conformada por lascaractersticas de las relaciones establecidas en las prcticas de trabajo y las percepciones quetenan de s mismos como grupo.

    En un caso, donde los socios de la cooperativa mantenan una relacin interpersonal fluida, seadvertan juegos de verdad transparentes entre el Consejo de Administracin y los demssocios. Adems la organizacin estaba logrando una relativa estabilidad econmica quepermita un porcentaje de retornos aceptables para la subsistencia de cada trabajador. En estecaso el buzn de sugerencias que por su propia dinmica propone una forma cuasi annima devinculacin y de aparicin pblica no tuvo ningn tipo de consenso.

    En el otro caso, donde el conjunto de reglas de produccin de verdad no parecantransparentadas, el buzn tuvo un xito notable. Desde las primeras consignas propuestashubo un amplio porcentaje de socios que respondieron evidenciando un marcado malestarsobre asuntos que no haban sido tratados pblicamente por el grupo, ms que de esta formaque garantizaba el anonimato. Cuando se realiz la evaluacin de las acciones se pudo advertirque el ethos que caracterizaba la relacin entre socios est fuertemente teido de desconfianzay temores por el desempeo de los otros socios.

    Se advirti la ausencia de consensos respecto a temas sentidos como valiosos para el grupo yen procedimientos realizados por el Consejo de Administracin. Adems la organizacincareca de certezas respecto a su futuro econmico, sobre todo porque no posea andefiniciones jurdicas sobre la propiedad del edificio y de los instrumentos de trabajo.

    El segundo tipo de actividad de comunicacin que se desarroll fueron los talleres deeducacin no formal, que consistieron en un primer abordaje informativo referido a la formajurdica cooperativa que caracterizaba estas organizaciones.

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    En ambos casos hubo -al inicio de la implementacin- una participacin escasa de socios, loque llev a que en la clnica fueran suspendidos luego del tercer intento. En el caso delperidico, y previendo una escasa participacin, se organiz un taller de capacitacin y seabon el equivalente a una jornada de trabajo, segn lo previsto en el Estatuto de laCooperativa.

    Adems de la concurrencia masiva, se pudo advertir un inters y una participacin valiososdentro del taller, sin embargo se produjo una situacin de informacin -unidireccional- y noun proceso amplio de comunicacin por el cual los contenidos que circulara en variasdirecciones. El protagonismo no fue asumido por los socios y sus debates sino por elespecialista que estaba abocado al desarrollo de un temario predeterminado.

    Estas experiencias conducen a reflexionar respecto del alcance de los procesos decomunicacin- educacin no formal y a la incidencia mutua que pueda haber entre sta y laconstitucin de la gestin colectiva del trabajo cooperativo.

    La reflexin conceptual que se abre aqu se refiere la dialoguicidad de los sujetoscognoscentes en torno a lo que se pretende conocer y a su relacin con las prcticas delibertad. As como fue importante identificar lo que el trabajador de las cooperativas sentacomo necesidad, pareciera que en algunas situaciones no se produjeron procesos deinteraccin discursiva que permitieran cuestionar lo dado y lograr que el conocimiento de sprodujera una trasformacin significativa del colectivo.

    Se advirti una valoracin de la formacin en tanto medio para mejorar su trabajo, es decirque el proceso de comunicacin- educacin pareci adquirir slo visos instrumentales msque para lograr un crecimiento de los sujetos y del grupo.

    Para continuar en la direccin de las reflexiones que se plantean en el tipo de planificacin porconsenso, realizar un rodeo conceptual alrededor de dos casos en los que pueden leersesendos trabajos de comunicacin- educacin. Permitirn comprender el sentido profundo y noslo instrumental sino tambin constitutivo de la subjetivacin colectiva que se asigna en estetrabajo a la comunicacin educativa.

    2. El caso italiano: "Conocer para transformar". Los operarios italianos componen unasonata para los patrones 36

    Esta experiencia se produjo a principios de la dcada del '70 en Italia, donde se realiz unapropuesta poltico- pedaggica nacida de la lucha social, que result en una prcticainnovadora en el campo de la educacin y el trabajo y que se hizo efectiva por fuera de las

    instituciones escolares convencionales, a travs de talleres de educacin no formal dondeparticipaban los trabajadores.

    36 A los efectos del tema que aqu se trata, se extrajeron los aspectos ms relevantes y pertinentes del caso, quetiene una riqueza mayor de lo que en este resumen se trabaja. El texto completo se puede encontrar en Freire,Paulo, Rosiska e Miguel Darcy de Oliviera y Claudius Ceccon: Vivendo e aprendendo. Experincias do emeducacao popular. Idac. Instituto de Ao Cultural. Livraria Brasiliense editora s.a. San Pablo. 2 Edicin.Miguel Darcy de Oliveira, Captulo 2: Conhecer para transformar: os operrios italianos compem uma sonata

    para os patres.

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    Denominado 150 horas, ste fue un movimiento operario que logr, a partir de identificar ysentir como necesidad el derecho al estudio y al acceso a la cultura facilitado y conducido porel accionar del sindicato, que en un plazo de tres aos cada trabajador pudiera deducir de sutiempo de trabajo y pagado por el dueo de la empresa, 150 horas anuales dedicadas a su

    formacin, en cualquier disciplina que eligiese.Este movimiento se llev adelante sosteniendo reivindicaciones referidas al derecho a estudiarque tenan los trabajadores, orientados por objetivos de diversa ndole entre lo cuales seencuentran:

    Un objetivo igualitario que implicaba corregir la discriminacin ejercida sobre lostrabajadores por no tener cualificacin

    Un objetivo de refuerzo de capacidades de control colectivo por parte de los trabajadoressobre las condiciones de trabajo, que conlleva la apropiacin de instrumentos deconocimiento y de intervencin dentro y fuera de la fbrica.

    Un objetivo de cuestionamiento a la escuela oficial, buscando experiencias de formacinalternativas con contenidos y mtodos reformulados.

    Los trabajadores realizaron cursos de formacin en variadas reas de estudio, que incluyeronmsica, artes plsticas, formacin en reas matemtica o historia, etc. Esta experienciarevaloriz la necesidad de los trabajadores respecto del desarrollo de capacidades y laobtencin de conocimientos que mejoraran su calidad de vida como sujetos. Estarevalorizacin se realiz en el mbito de la cultura o en actividades estticas y excedan lamera obtencin de saberes netamente tcnicos en beneficio de la optimizacin del trabajo.

    La experiencia rescata el propio movimiento de operarios italianos que en el transcurso de susluchas y reivindicaciones identificaron, en determinado momento, el derecho al estudio y elacceso a la cultura como una exigencia y una reivindicacin esenciales. Adems fueron lossindicatos los que se constituyeron en sujetos colectivos responsables de la concepcin yejecucin de la experiencia.

    El sindicato se dio cuenta que el objetivo de vivir mejor implicaba una lucha dentro de lafbrica, pero tambin fuera de ella, en la medida en que la fbrica saca sus contradiccionesfuera de ella, hacia el conjunto de la sociedad. As es como comienzan a pensarse un elenco dereivindicaciones cualitativamente nuevas de control, de poder y de libertad, tales como lapreservacin del medio ambiente, la lucha contra la especulacin inmobiliaria, el derecho a

    transportes pblicos dignos y el derecho a acceder a la educacin y la cultura.

    El caso permite reflexionar sobre el tipo de relacin que establecieron los grupos detrabajadores marginalizados por la ausencia de formacin y los educadores que eran vistoscomo poseedores de las competencias. En este sentido el autor propone que en educacinpopular se deben establecer dos objetivos fundamentales: el primero orientado a superar elsaber fragmentado y parcelado que no deriva de carencias en el plano de la inteligencia, peros de la experiencia objetiva de vida y de trabajo, y a la vez propone una instancia de

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    superacin pensando en una educacin orientada a la reconstruccin articulada, coherente yrigurosa de la realidad.

    El segundo objetivo estara orientado a superar el dominio precario que la inmensa mayora delos trabajadores tiene de las herramientas esenciales para la comprensin de esa realidad y

    para expresar su pensamiento. stas, pensadas en torno a instrumentos lingsticos,matemtico- cientficos, el uso de datos estadsticos y la lectura y anlisis de documentacinhistrica permitiran -partiendo del deseo y del inters del trabajador, an cuando se reconozcapoco elaborado y de escasa profundidad- realizar en el proceso una accin reivindicativa.

    Los objetivos aqu planteados podran lograrse a travs de la investigacin comunicativa entorno a ncleos temticos significativos para los trabajadores. La experiencia de las 150horas se llev a cabo precisamente con un procedimiento consistente en el estudio y lainvestigacin en profundidad de temas seleccionados por grupos de trabajadores, condinmicas participativas e integradoras.

    El relato de la experiencia pone de manifiesto la necesidad de partir de la realidad deltrabajador para que ste produzca su propia transformacin, comprendiendo los mecanismosque operan en la realidad social y favoreciendo el trabajo al nivel de las estructuras depensamiento colectivo. Las 150 horas se definen como una conquista colectiva porqueexceden la bsqueda de ascenso social individual y se orientan por las decisiones soberanas delos individuos.

    3. El caso Canadiense: "La investigacin Berger".

    Esta es una investigacin realizada durante el transcurso de los aos 1974 a 1977 para conocerel impacto social, ambiental y econmico en la regin que va desde la Baha de Prudhoe enAlaska y el delta del ro Mackenzie, a raz de la propuesta realizada por algunas corporaciones

    para tender un gasoducto en el mencionado valle.

    La investigacin fue impulsada por el Gabinete Federal de Canad y actualmente se la conocecomo "Investigacin Berger". El procedimiento puede describirse como un foro relativamenteabierto que permiti la presencia y articulacin de intereses y perspectivas divergentessostenidas por individuos, grupos econmicos y comunidades indgenas, favoreciendo eldesarrollo de las capacidades para que cada uno no slo expresara sus puntos de vista, sinotambin participara racional y afectivamente en la generacin de un consenso que contemplaraa todo el conjunto social.

    Este estudio de impacto, que pudo haber sido un ejercicio evaluativo de rutina, se convirti en

    un referente esencial y en un elemento fundamental de transformacin poltica e histrica enel norte del Canad debido, en parte, a que aunque la propuesta de las mayores corporacionesinternacionales tuvo una fuerte promocin no fue aprobada por el Gabinete Federal, con baseen la recomendacin negativa de Berger.

    El procedimiento se centr en la elaboracin de estudios que fueron solicitados a los distintosgrupos potencialmente afectados por la instalacin del gasoducto. Mediante rplicas,refutaciones y cruce de informacin -que incluy informes acadmicos pero slo como un

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    componente del proceso y no como el eje central de ste- se promovi la participacin detodos los grupos.37

    Los tres aspectos ms importantes que pueden identificarse en la investigacin son:

    a)

    Informacin. Se solicit a todos los participantes que presentaran una l