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4 | espectáculos | Jueves 9 de enero de 2014 Las criaturas mozartianas E n el pasaje del estilo barroco al clásico, también la ópera refleja el cambio. Las nove- dades se dan no tanto en la estruc- tura, que sigue siendo la de núme- ros cerrados con sus recitativos, arias, dúos, conjuntos, sino en la forma de las arias, en la textura del acompañamiento, en el mayor sinfonismo de ellas y en aspectos que hacen a la verdad dramática y la psicología de los personajes. Es que, por encima de aquellas varia- bles que hacen al lenguaje estric- tamente sonoro, la ópera acusa en sus argumentos los signos políticos y sociales de los nuevos tiempos. Y es natural que así sea, desde el mo- mento en que surge como género cortesano, ligado a una concepción jerárquica del universo sociopolí- tico, centralizado en el monarca y sus satélites, miembros de la alta o baja aristocracia. Entre los operistas que perte- necen a la segunda mitad del siglo XVIII sobresalen dos luminarias: Gluck y Mozart. Será este último quien irrumpa en medio de ese código de convenciones acepta- das desde más de un siglo y medio atrás, para desafiar el poder om- nímodo de la nobleza y defender la dignidad moral del plebeyo. Le nozze di Figaro (Las bodas de Fígaro) constituye, a través de las figuras de Fígaro y Susana –seres prácticos, de inteligencia activa y verdadera alma de la obra– el ejem- plo más elocuente de transmuta- ción de los prototipos de la ópera barroca. Don Giovanni y Così fan tutte (Así hacen todas) ponen en acción personajes cotidianos y verosímiles, cuya humanidad ha sido capaz de barrer con todas las convenciones sociales. En esa fuer- za, ese dinamismo arrollador, esa vibración cálida, sanguínea, que transmiten las criaturas mozar- tianas, está la razón de la inmor- talidad de sus óperas, más allá, naturalmente, de las maravillosas melodías que encierran. ******** Pero la arrolladora pujanza crea- tiva del músico, en el campo del teatro cantado, tiene ya un podero- so y decisivo avance, tras una serie de títulos tempranos, en Idomeneo, que incluye la temporada de este año del Teatro Colón. Encargada por el elector Carlos Teodoro de Baviera para ser estrenada en Mu- nich en 1781, la obra es resultado de un duro paso del compositor hacia el dominio del género. Más de treinta cartas a su padre, cruza- das desde Munich a Salzburgo, dan cuenta de la lucha de este músico de 25 años para lograr una acción dramática concentrada y eficaz. Inclusive esa correspondencia in- cluye fuerte discusiones sobre las palabras más aptas para ser can- tadas en el curso de un argumento que se despliega sobre varios nive- les que se interpenetran. Allí están el rey de Creta, su hijo Idamante, la princesa troyana Ilia, y una apasio- nada princesa Electra. Hoy existe la convicción de que, a diferencia de lo que se ha asegu- rado durante un tiempo, Idomeneo no es la primera ópera que anuncia las grandes óperas de Mozart. Ella es la primera de las siete grandes, entre otras virtudes porque ya se descubre ahí la ausencia de todo elemento convencional, tradicio- nal y esquemático. Y si fue gran- de su éxito cuando el estreno en Munich, los últimos decenios del siglo XX han demostrado, a través de sucesivas puestas de la obra, que Idomeneo es igualmente una de las sumas del teatro lírico de Mozart.ß mÚsica clÁsica Pola Suárez Urtubey —PARA LA NACIoN— allegro beethoven y goethe. Según muchos investigadores, la historia carece de verosimilitud. otros, en cambio, la aceptan, esencialmente, porque aparece en el libro La vida de Beethoven, de Anton Schindler, publicado en 1841. Este músico, amigo personal de Beethoven, transcribe una carta que el mis- mo compositor le habría enviado a Bettina Brentano von Armin, la escritora y novelista alemana que vivió entre 1785 y 1859 y que tuvo contacto intenso con los dos pro- tagonistas. En todo caso, para la historiografía que gusta de presen- tar a Beethoven como impetuoso, enérgico e inclaudicable, el suce- so viene de maravillas. Escribía Beethoven: “…caminábamos con Goethe por el parque… cuando, a la distancia, vimos a la familia impe- rial austríaca y una gran comitiva caminando en nuestra dirección. Goethe se soltó de mi brazo sin mediar palabra y se cuadró mili- tarmente para esperar a los prín- cipes y rendirles pleitesía. A pesar de todo lo que hubiera querido de- cirle, enfurecido por su desplante y su obsecuencia, me encasqueté el sombrero hasta los ojos, me abro- ché el abrigo y, con las manos en la espalda, lo dejé y seguí andando enérgicamente en línea recta hacia delante, exactamente hacia donde estaba la familia real. Los prínci- pes, los oficiales y los acompañan- tes se fueron apartando y abrieron un sendero para dejarme pasar. El archiduque Rudolf hasta se sacó el sombrero. La emperatriz sonrió y fue la primera en saludarme ¡Ellos me reconocieron! Después volví la vista atrás y, para mí, fue una gran alegría ver cómo la comitiva con- tinuó avanzando sin prestar nin- guna atención a Goethe que se in- clinaba rendidamente ante los no- bles, con su sombrero en la mano, casi barriendo el suelo”. Claro, son los biógrafos de Goethe quienes niegan la existencia de este hecho y aquella carta.ß Pablo Kohan El impetuoso y el obsecuente Pato a la naranja. ★★★ bue- na. autores: William Douglas Home y Marc Gilbert Sauvajon / Dirección: Carlos Olivieri / Intérpretes: Nito Artaza, Miguel Ángel Cherutti, Adria- na Salgueiro, Andrea Estévez y Kitty Locane / Escenografía: Daniel Feijoo / Vestuario: Javier Peloni / Sala: En- rique Carreras (Entre Ríos 1828, Mar del Plata) / Funciones: de martes a domingos, a las 21.30 y a las 23.30 / Duración: 100 minutos. C omedia pícara con reminis- cencias de Matrimonios y al- go más, de Hugo Moser, Pato a la naranja reúne a una dupla clá- sica de Mar del Plata: Nito Artaza y Miguel Ángel Cherutti. Esta vez el dúo renueva su química sobre los escenarios y se encuentra en un género diferente a la revista, en una obra de texto, aunque Cherutti contente a su público con una imi- tación de Sandro. Una mujer (Adriana Salgueiro) le confiesa a su marido (Artaza) que tiene un amante (Cherutti). En extremo civilizado, el espo- so decide invitar al hombre para dialogar de modo pacífico sobre la división de bienes y a su secre- taria (Andrea Estévez), ante el desconcierto de la empleada de la casa (Kitty Locane). Debajo de esa calma aparente, experto en juegos de azar e ingenio, trama un plan para recuperar a su mujer. Una vez sellado el pacto de ve- rosimilitud (por ejemplo, dar por coherente que la empleada domés- tica use tacos aguja durante sus me- nesteres y tenga varios cambios de vestuario en un día), el espectador se sumerge en esta comedia (del francés Marc Gilbert Sauvajon y del inglés William Douglas Home, quien, como Artaza, se desempeñó como político sin pertenecer jamás al oficialismo). Carlos olivieri dirige esta come- dia de enredos donde Salgueiro se destaca con su solvencia. Sus años de oficio se advierten como líder in- visible de la acción sobre el escena- rio. El realizador resuelve bien en un espacio muy acotado las innu- merables entradas y salidas de los personajes. Resulta un poco extenso y está- tico el primer acto, a pesar de que se amenice con chistes, casi al rit- mo de una sitcom. otra licencia de esta versión son las alusiones a la realidad política argentina, las incursiones más aplaudidas y celebradas, como la mención a Axel Kicillof, Lázaro Báez, Fabián Doman, Sergio Massa y Ricardo Echegaray. Hay un fenómeno para destacar en esta sala (propiedad de Artaza), que también se registraba en la temporada anterior, floja en ma- teria de borderaux para todas las producciones: las largas filas que se arman en la calle y la sala casi –o enteramente– repleta en sus dos funciones.ß Laura Ventura Con el estilo de Artaza y Cherutti mauro V. rizzi teatro Sublime, el music hall Gravity, la más nominada en gran Bretaña El grupo Exótica estrena Su- blime, un show compuesto por 30 cuadros, 7 artistas en escena, bailarines, transfor- mistas y un gran despliegue de vestuario. Con dirección general de Luis Marcelo Co- rrea y la codirección de Gal- ho Martins, este espectáculo de music hall revisteril hará funciones los viernes y sába- dos a la medianoche, en el Teatro Moulin Rouge (Ro- dríguez Peña 411).ß El thriller espacial que diri- gió el mexicano Alfonso Cua- rón encabeza las nominacio- nes a los premios de la Aca- demia Británica de Cine. En total son 11 las postulaciones, entre ellas la de mejor actriz por el papel de Sandra Bu- llock, cinematografía y efec- tos especiales, entre otras. La siguen con 10 nominaciones 12 Years A Slave y American Hustleteatro cine regresa Big Time rush La banda surgida de la serie de Nickelodeon volverá a Buenos Aires. Kendall Sch- midt, James Maslow, Carlos Pena Jr. y Logan Henderson se presentarán el 16 de febre- ro en el microestadio Malvi- nas Argentinas. Las entradas se venderán en www.ticketek. com.ar. También regresará el español David Bisbal: el 5 de abril cantará en el estadio de Ferro.ß mÚsica las hermanas horovitz. ★★★★ muybueno. intérpretes: Lila Horovitz (contrabajo), Daniela Horovitz (voz). invitaDos: Marina Ruiz (piano), Emma Chacón Oribe (violoncello), Matías Míguez Mastrarrigo (bajo), Juan Esteban Cuacci (piano), Soledad Maciel (voz y ukelele),Lucia Maciel (baile flamenco). sala: Clásica & Moderna. función: el último viernes. S i uno piensa en un encuentro musical de familiares y ami- gos imagina una guitarreada de trasnoche, alentada por el vino o alguna otra bebida. Si eso se lo tras- lada a un escenario sonaría más o menos igual, quizá con menos be- bida y en un horario acotado a los que fije el dueño de la sala, pero en un clima peñero. Claro que no siempre es así. El encuentro entre las hermanas Ho- rovitz (Lila, contrabajista; Daniela, cantante) tuvo todos los ingredien- tes y el entusiasmo de un reencuen- tro familiar (hasta la mamá de las chicas subió a tocar) y un desfile extenso de amigos, pero sin el ama- teurismo que podría primar en este tipo de reuniones. Lo que sumaron no fue sólo voluntades sino el profe- sionalismo de cada una y el de todos su invitados. Y casi sin proponérselo crearon un espectáculo que debería repetirse en estas condiciones o en otras similares. Si no tendrá un nueva fecha es porque Lila vive con su familia en España y probablemente haya pa- sado fugazmente por Buenos Aires para pasar las Fiestas con la familia que vive de este lado del Atlántico. Eso es lo que hacen muchos que vi- ven lejos. Afortunadamente, la programa- dora de Clásica & Moderna tuvo el buen ojo (buen oído, mejor dicho) para reunir a las hermanas al menos una vez sobre este escenario. Suce- dió el último viernes y tuvo todo lo emotivo que ellas podrían esperar: incluso reencontrarse con mucha gente que hace tiempo no veían. Al mismo tiempo, resultó un muy buen espectáculo musical porque, aun- que cada una ha tomado su camino, el punto de encuentro artístico fue genuino ya desde el primer tema, la “Tonada de la luna llena”, que sonó sólo con contrabajo y voz. Lila no se destaca como solista virtuosa sino por ser una música inquieta y creativa, en situaciones como ésta, de dúo o de grupo. Da- niela tiene una cuota actoral que le agrega a su voz y es así como hace que las canciones, de muy variados géneros, crezcan en sus interpre- taciones. Y quizás lo mejor que ha tenido esta actuación es que todo lo que las arropó (esos músicos ami- gos) se conjugaron de una manera notable con lo que ellas (juntas o por separado) propusieron. Juan Este- ban Cuacci, uno de los mejores pia- nistas de la actualidad, dio una cla- se magistral de piano en chacarera que trajo al presente la evolución de la proyección folklórica que Eduar- do Lagos comenzó a trazar en la dé- cada del 50. (Cuacci vive con Lila y los dos hijos de la pareja en España, por eso no hay que perder cualquier oportunidad de escucharlo en sus fugaces visitas a nuestro país). Con sus sutilezas, el guitarrista Alan Plachta demostró por qué es el productor ideal de Daniela. La pia- nista Martina Ruiz se ubicó en un discreto pero a la vez certero plano de acompañamiento. Emma Cha- cón oribe desplegó la amplia paleta sonora que ofrece su chelo y Matías Míguez Mastrarrigo, la contunden- cia de su bajo. Soledad Maciel hizo con Daniela una buena dupla de vo- ces francohablantes, como las que comparten en el proyecto La Imper- tinente Señorita orquesta. Junto a todos ellos, Lila y Daniela pudieron generar una empatía en el repertorio que cada una de ellas viene desarrollando en los últimos años. Lila tiene sus propias com- posiciones y además impulsa un proyecto de teatro gestual musical, The Funamviolistas. Daniela tiene un par de discos en solitario con te- mas propios y ajenos, además del proyecto con Maciel y otras ocu- rrencias, como sus experiencias musicales en torno a la novela ne- gra. Con todo eso se podría armar un programa variopinto. Pero no. Resulta que las hermanas pueden apelar a la cuestión sanguínea pa- ra ir más allá de lo afectivo. Pueden general un hecho artístico homogé- neo y de muy buena calidad. ojalá que se repita ß Mauro apicella Más que una reunión de familia Daniela y Lila Horovitz hacen buena música más allá de su parentesco Música oliVer kornbliHtt / afV Artaza y Andrea Estévez

Con el estilo de Artaza y Cherutti · 4 | espectáculos | Jueves 9 de enero de 2014 Las criaturas mozartianas En el pasaje del estilo barroco al clásico, también la ópera refleja

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Page 1: Con el estilo de Artaza y Cherutti · 4 | espectáculos | Jueves 9 de enero de 2014 Las criaturas mozartianas En el pasaje del estilo barroco al clásico, también la ópera refleja

4 | espectáculos | Jueves 9 de enero de 2014

Las criaturas mozartianas

En el pasaje del estilo barroco al clásico, también la ópera refleja el cambio. Las nove-

dades se dan no tanto en la estruc-tura, que sigue siendo la de núme-ros cerrados con sus recitativos, arias, dúos, conjuntos, sino en la forma de las arias, en la textura del acompañamiento, en el mayor sinfonismo de ellas y en aspectos que hacen a la verdad dramática y la psicología de los personajes. Es que, por encima de aquellas varia-bles que hacen al lenguaje estric-tamente sonoro, la ópera acusa en sus argumentos los signos políticos y sociales de los nuevos tiempos. Y es natural que así sea, desde el mo-mento en que surge como género cortesano, ligado a una concepción jerárquica del universo sociopolí-tico, centralizado en el monarca y sus satélites, miembros de la alta o baja aristocracia.

Entre los operistas que perte-necen a la segunda mitad del siglo XVIII sobresalen dos luminarias: Gluck y Mozart. Será este último quien irrumpa en medio de ese código de convenciones acepta-das desde más de un siglo y medio atrás, para desafiar el poder om-nímodo de la nobleza y defender

la dignidad moral del plebeyo. Le nozze di Figaro (Las bodas de

Fígaro) constituye, a través de las figuras de Fígaro y Susana –seres prácticos, de inteligencia activa y verdadera alma de la obra– el ejem-plo más elocuente de transmuta-ción de los prototipos de la ópera barroca. Don Giovanni y Così fan tutte (Así hacen todas) ponen en acción personajes cotidianos y verosímiles, cuya humanidad ha sido capaz de barrer con todas las convenciones sociales. En esa fuer-za, ese dinamismo arrollador, esa vibración cálida, sanguínea, que transmiten las criaturas mozar-tianas, está la razón de la inmor-talidad de sus óperas, más allá, naturalmente, de las maravillosas melodías que encierran.

******** Pero la arrolladora pujanza crea-

tiva del músico, en el campo del teatro cantado, tiene ya un podero-so y decisivo avance, tras una serie de títulos tempranos, en Idomeneo, que incluye la temporada de este año del Teatro Colón. Encargada por el elector Carlos Teodoro de Baviera para ser estrenada en Mu-nich en 1781, la obra es resultado

de un duro paso del compositor hacia el dominio del género. Más de treinta cartas a su padre, cruza-das desde Munich a Salzburgo, dan cuenta de la lucha de este músico de 25 años para lograr una acción dramática concentrada y eficaz. Inclusive esa correspondencia in-cluye fuerte discusiones sobre las palabras más aptas para ser can-tadas en el curso de un argumento que se despliega sobre varios nive-les que se interpenetran. Allí están el rey de Creta, su hijo Idamante, la princesa troyana Ilia, y una apasio-nada princesa Electra.

Hoy existe la convicción de que, a diferencia de lo que se ha asegu-rado durante un tiempo, Idomeneo no es la primera ópera que anuncia las grandes óperas de Mozart. Ella es la primera de las siete grandes, entre otras virtudes porque ya se descubre ahí la ausencia de todo elemento convencional, tradicio-nal y esquemático. Y si fue gran-de su éxito cuando el estreno en Munich, los últimos decenios del siglo XX han demostrado, a través de sucesivas puestas de la obra, que Idomeneo es igualmente una de las sumas del teatro lírico de Mozart.ß

mÚsica clÁsica

Pola Suárez Urtubey —PARA LA NACIoN—

allegro

beethoven y goethe. Según muchos investigadores, la historia carece de verosimilitud. otros, en cambio, la aceptan, esencialmente, porque aparece en el libro La vida de Beethoven, de Anton Schindler, publicado en 1841. Este músico, amigo personal de Beethoven, transcribe una carta que el mis-mo compositor le habría enviado a Bettina Brentano von Armin, la escritora y novelista alemana que vivió entre 1785 y 1859 y que tuvo contacto intenso con los dos pro-tagonistas. En todo caso, para la historiografía que gusta de presen-tar a Beethoven como impetuoso, enérgico e inclaudicable, el suce-

so viene de maravillas. Escribía Beethoven: “…caminábamos con Goethe por el parque… cuando, a la distancia, vimos a la familia impe-rial austríaca y una gran comitiva caminando en nuestra dirección. Goethe se soltó de mi brazo sin mediar palabra y se cuadró mili-tarmente para esperar a los prín-cipes y rendirles pleitesía. A pesar de todo lo que hubiera querido de-cirle, enfurecido por su desplante y su obsecuencia, me encasqueté el sombrero hasta los ojos, me abro-ché el abrigo y, con las manos en la espalda, lo dejé y seguí andando enérgicamente en línea recta hacia delante, exactamente hacia donde

estaba la familia real. Los prínci-pes, los oficiales y los acompañan-tes se fueron apartando y abrieron un sendero para dejarme pasar. El archiduque Rudolf hasta se sacó el sombrero. La emperatriz sonrió y fue la primera en saludarme ¡Ellos me reconocieron! Después volví la vista atrás y, para mí, fue una gran alegría ver cómo la comitiva con-tinuó avanzando sin prestar nin-guna atención a Goethe que se in-clinaba rendidamente ante los no-bles, con su sombrero en la mano, casi barriendo el suelo”. Claro, son los biógrafos de Goethe quienes niegan la existencia de este hecho y aquella carta.ß Pablo Kohan

El impetuoso y el obsecuente

Pato a la naranja. ★★★ bue-

na. autores: William Douglas Home

y Marc Gilbert Sauvajon / Dirección:

Carlos Olivieri / Intérpretes: Nito

Artaza, Miguel Ángel Cherutti, Adria-

na Salgueiro, Andrea Estévez y Kitty

Locane / Escenografía: Daniel Feijoo

/ Vestuario: Javier Peloni / Sala: En-

rique Carreras (Entre Ríos 1828, Mar

del Plata) / Funciones: de martes a

domingos, a las 21.30 y a las 23.30 /

Duración: 100 minutos.

C omedia pícara con reminis-cencias de Matrimonios y al-go más, de Hugo Moser, Pato

a la naranja reúne a una dupla clá-sica de Mar del Plata: Nito Artaza y Miguel Ángel Cherutti. Esta vez el dúo renueva su química sobre los escenarios y se encuentra en un género diferente a la revista, en una obra de texto, aunque Cherutti contente a su público con una imi-tación de Sandro.

Una mujer (Adriana Salgueiro) le confiesa a su marido (Artaza) que tiene un amante (Cherutti). En extremo civilizado, el espo-so decide invitar al hombre para dialogar de modo pacífico sobre la división de bienes y a su secre-taria (Andrea Estévez), ante el desconcierto de la empleada de la casa (Kitty Locane). Debajo de esa calma aparente, experto en juegos de azar e ingenio, trama un plan para recuperar a su mujer.

Una vez sellado el pacto de ve-rosimilitud (por ejemplo, dar por coherente que la empleada domés-tica use tacos aguja durante sus me-nesteres y tenga varios cambios de vestuario en un día), el espectador se sumerge en esta comedia (del francés Marc Gilbert Sauvajon y del inglés William Douglas Home, quien, como Artaza, se desempeñó como político sin pertenecer jamás al oficialismo).

Carlos olivieri dirige esta come-dia de enredos donde Salgueiro se destaca con su solvencia. Sus años de oficio se advierten como líder in-visible de la acción sobre el escena-rio. El realizador resuelve bien en un espacio muy acotado las innu-merables entradas y salidas de los personajes.

Resulta un poco extenso y está-tico el primer acto, a pesar de que se amenice con chistes, casi al rit-mo de una sitcom. otra licencia de esta versión son las alusiones a la realidad política argentina, las incursiones más aplaudidas y celebradas, como la mención a Axel Kicillof, Lázaro Báez, Fabián Doman, Sergio Massa y Ricardo Echegaray.

Hay un fenómeno para destacar en esta sala (propiedad de Artaza), que también se registraba en la temporada anterior, floja en ma-teria de borderaux para todas las producciones: las largas filas que se arman en la calle y la sala casi –o enteramente– repleta en sus dos funciones.ß Laura Ventura

Con el estilo de Artaza y Cherutti

mauro V. rizzi

teatro

Sublime, el music hall

Gravity, la más nominada en gran Bretaña

El grupo Exótica estrena Su-blime, un show compuesto por 30 cuadros, 7 artistas en escena, bailarines, transfor-mistas y un gran despliegue de vestuario. Con dirección general de Luis Marcelo Co-rrea y la codirección de Gal-ho Martins, este espectáculo de music hall revisteril hará funciones los viernes y sába-dos a la medianoche, en el Teatro Moulin Rouge (Ro-dríguez Peña 411).ß

El thriller espacial que diri-gió el mexicano Alfonso Cua-rón encabeza las nominacio-nes a los premios de la Aca-demia Británica de Cine. En total son 11 las postulaciones, entre ellas la de mejor actriz por el papel de Sandra Bu-llock, cinematografía y efec-tos especiales, entre otras. La siguen con 10 nominaciones 12 Years A Slave y American Hustle.ß

teatro

cine

regresa Big Time rush

La banda surgida de la serie de Nickelodeon volverá a Buenos Aires. Kendall Sch-midt, James Maslow, Carlos Pena Jr. y Logan Henderson se presentarán el 16 de febre-ro en el microestadio Malvi-nas Argentinas. Las entradas se venderán en www.ticketek.com.ar. También regresará el español David Bisbal: el 5 de abril cantará en el estadio de Ferro.ß

mÚsica

las hermanas horovitz. ★★★★ muy bueno. intérpretes: Lila Horovitz

(contrabajo), Daniela Horovitz (voz). invitaDos: Marina Ruiz (piano), Emma

Chacón Oribe (violoncello), Matías Míguez Mastrarrigo (bajo), Juan Esteban

Cuacci (piano), Soledad Maciel (voz y ukelele),Lucia Maciel (baile flamenco).

sala: Clásica & Moderna. función: el último viernes.

S i uno piensa en un encuentro musical de familiares y ami-gos imagina una guitarreada

de trasnoche, alentada por el vino o alguna otra bebida. Si eso se lo tras-lada a un escenario sonaría más o menos igual, quizá con menos be-bida y en un horario acotado a los que fije el dueño de la sala, pero en un clima peñero.

Claro que no siempre es así. El encuentro entre las hermanas Ho-rovitz (Lila, contrabajista; Daniela, cantante) tuvo todos los ingredien-tes y el entusiasmo de un reencuen-tro familiar (hasta la mamá de las chicas subió a tocar) y un desfile extenso de amigos, pero sin el ama-teurismo que podría primar en este tipo de reuniones. Lo que sumaron no fue sólo voluntades sino el profe-sionalismo de cada una y el de todos su invitados. Y casi sin proponérselo crearon un espectáculo que debería repetirse en estas condiciones o en otras similares.

Si no tendrá un nueva fecha es porque Lila vive con su familia en España y probablemente haya pa-sado fugazmente por Buenos Aires para pasar las Fiestas con la familia que vive de este lado del Atlántico. Eso es lo que hacen muchos que vi-ven lejos.

Afortunadamente, la programa-dora de Clásica & Moderna tuvo el buen ojo (buen oído, mejor dicho) para reunir a las hermanas al menos una vez sobre este escenario. Suce-dió el último viernes y tuvo todo lo emotivo que ellas podrían esperar: incluso reencontrarse con mucha gente que hace tiempo no veían. Al mismo tiempo, resultó un muy buen espectáculo musical porque, aun-que cada una ha tomado su camino, el punto de encuentro artístico fue genuino ya desde el primer tema, la “Tonada de la luna llena”, que sonó sólo con contrabajo y voz.

Lila no se destaca como solista virtuosa sino por ser una música inquieta y creativa, en situaciones como ésta, de dúo o de grupo. Da-niela tiene una cuota actoral que le agrega a su voz y es así como hace que las canciones, de muy variados géneros, crezcan en sus interpre-taciones. Y quizás lo mejor que ha tenido esta actuación es que todo lo que las arropó (esos músicos ami-gos) se conjugaron de una manera notable con lo que ellas (juntas o por separado) propusieron. Juan Este-ban Cuacci, uno de los mejores pia-nistas de la actualidad, dio una cla-se magistral de piano en chacarera que trajo al presente la evolución de

la proyección folklórica que Eduar-do Lagos comenzó a trazar en la dé-cada del 50. (Cuacci vive con Lila y los dos hijos de la pareja en España, por eso no hay que perder cualquier oportunidad de escucharlo en sus fugaces visitas a nuestro país).

Con sus sutilezas, el guitarrista Alan Plachta demostró por qué es el productor ideal de Daniela. La pia-nista Martina Ruiz se ubicó en un discreto pero a la vez certero plano de acompañamiento. Emma Cha-cón oribe desplegó la amplia paleta sonora que ofrece su chelo y Matías Míguez Mastrarrigo, la contunden-cia de su bajo. Soledad Maciel hizo con Daniela una buena dupla de vo-ces francohablantes, como las que comparten en el proyecto La Imper-tinente Señorita orquesta.

Junto a todos ellos, Lila y Daniela pudieron generar una empatía en el repertorio que cada una de ellas viene desarrollando en los últimos años. Lila tiene sus propias com-posiciones y además impulsa un proyecto de teatro gestual musical, The Funamviolistas. Daniela tiene un par de discos en solitario con te-mas propios y ajenos, además del proyecto con Maciel y otras ocu-rrencias, como sus experiencias musicales en torno a la novela ne-gra. Con todo eso se podría armar un programa variopinto. Pero no. Resulta que las hermanas pueden apelar a la cuestión sanguínea pa-ra ir más allá de lo afectivo. Pueden general un hecho artístico homogé-neo y de muy buena calidad. ojalá que se repita ß Mauro apicella

Más que una reunión de familia

Daniela y Lila Horovitz hacen buena música más allá de su parentesco

Música

oliVer kornbliHtt / afV

Artaza y Andrea Estévez