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con los zapatos atados

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FAUSTINO MERCHÁN GABALDÓN

con los

zapatos atados

DESDE EL PENSAMIENTO CRÍTICO

En busca de la Luz por un camino de sombras.

Editorial

SAPERE AUDE

ensayo

Con los zapatos atados © Faustino Merchán Gabaldón Editorial SAPERE AUDE www.editorialsapereaude.com

Colección ensayo EntreAcacias, S. L. Mieres de Limanes, 17 33199 Siero – Asturias ESPAÑA info@editorialsapereaude.com pedidos@editorialsapereaude.com 1ª edición: enero, 2012 ISBN edición impresa: 978-84-938704-2-3 ISBN edición digital: 978-84-938704-3-0 Edición digital Impreso en España Impreso por Publidisa Reservados todos los derechos. Queda prohibida, salvo excepción pre-vista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comuni-cación pública y transformación de esta obra sin contar con la autori-zación de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la pro-piedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal).

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Dedicatio

A todos los hombres y mujeres libres, con dignidad y con alma, porque ellos verán reali-zado su sueño.

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«Ars ubi materia vincitur ipsa sua»

(artificio mediante el cual la materia se vence a sí misma)

Inscripción colocada en el puente de Alcántara por su autor, el ingeniero ro-mano Julio Cayo Lacer.

«Hombre, conócete a ti mismo»

(mandato clásico inscrito en el Templo de Delfos)

«Entra para crecer en sabiduría»

Inscripción en la entrada del Campus de la Universidad de Harvard.

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AGRADECIMIENTOS

A mi familia por la paciencia mostrada, al gran amigo Xabier Sánchez de Amoraga, Conde de CampoHermo-so, que tuvo la generosidad de revisar el original, al igual que el escritor e ingeniero aeronáutico, y sobre to-do amigo, Juan Ignacio Mascareñas, y al editor, Ignacio Méndez-Trelles Díaz, que supo hacer un libro de este conjunto de hojas.

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ÍNDICE

PRÓLOGO, 17

INTRODUCCIÓN, 21

Parte 1 La necesidad de conocernos: Aspectos del extraño espanto de la carne mísera del hombre

CAPÍTULO I La incertidumbre del hombre actual y el principio de incertidumbre, 27

CAPÍTULO II La conjura de los necios. ¿Es España una democracia?, 34

CAPÍTULO III Dios, patria y caballería, 44

CAPÍTULO IV El hombre civilizado, 59

Parte 2 El crisol de la Alquimia: lixiviando la crítica social. El ojo cobrizo del jabalí

CAPÍTULO V La humanización de la ciencia y la tecnología: luces y sombras, 69

CAPÍTULO VI Caminos viejos, caminos nuevos, 75

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CAPÍTULO VII Creacionismo versus regeneracionismo, 79

CAPÍTULO VIII Estados de opinión sobre la actualidad, 83

1 El sistema electoral español, 83 2 La precariedad laboral, 85 3 El panorama catalán, 88 4 El Catalanismo antiespañol y la inmersión lingüística en las regiones históricas, 90 5 La llamada Globalización, 98 6 A propósito de los artistas, 101 7 La politización del cine español, 103 8 ¿A preparar los atentados?, 106 9 La Hipótesis extranjera, 108 10 ¿Existen las brujas?, 110

CAPÍTULO IX El vuelo mágico del hombre en busca de la luz de Prometeo, 115

CAPÍTULO X Regionalismos aldeanos y políticos sin control, 119

CAPÍTULO XI ¿Quién controla el poder (del estado)?, 123

CAPÍTULO XII ¿Qué podemos hacer?, 129

Parte 3 De la esperanza: el consuelo del llanto carnal

CAPÍTULO XIII Los secretos del club Bilderberg y los protocolos de los sabios de Sión, 135

CAPÍTULO XIV Acerca de la francmasonería, 145

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CAPÍTULO XV Ciencia, tecnología y masonería, 156

CAPÍTULO XVI Declaración de la gran logia simbólica de España, 163

Parte 4 El vagido tibio y tierno de la tecnología

CAPÍTULO XVII La ciudad viva como hábitat humano ¿y sostenible?, 171

CAPÍTULO XVIII Criterios de diseño para Madrid como capital del estado y centro neurálgico del país: retos y soluciones, 191

CAPÍTULO XIX Ciencia y tecnología en la sociedad del siglo XXI, 202

CAPÍTULO XX España, cuna de la aviación mundial, 211

CAPÍTULO XXI La contribución del aeropuerto al bienestar social y cultural, 217

CAPÍTULO XXII Acerca de AENA y los aeropuertos, 244

CAPÍTULO XXIII El mundo en el 2025: un escenario de futuro, 250

CAPÍTULO XXIV Los análisis de prospectiva, 258

EPÍLOGO, 275

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PRÓLOGO

sí uno se prepara para el viaje. Entre otras cosas y asuntos, uno se busca un buen calzado, que resista los tropiezos de la vida, que no nos haga callos ni in-flamaciones, que mantenga firme el pie, pero sin

oprimir, que no necesite un cuido excesivo, ¡vaya, que nos resulte cómodo, compañero! El calzado para las distancias cortas, urbanas, con cierta presentación “politesse”, nada como un buen par de zapatos que reúna las condiciones an-teriores; pero hay que sujetarlos bien al pie, apretando los cordones con una lazada, como un torero se aprieta los ma-chos. Porque hay que salir a torear la vida; al ruedo, a por el toro negro zaino, de casta, avisado y boyante o al bronco y bravucón, lo que nos surja, pero eso sí, con temple, gallardía y valor calculado.

A Faustino, que no es torero, sino ingeniero, la vida le ha enseñado a atarse bien los machos, y de paso los zapatos. Hay que vivir, y no salir a trompicones. Él está ya en camino, en su camino de perfección, le queda todavía, pero ya ha hecho un par de buenos tramos. Manifiesta un conocimiento de la vida, no con pedanterías académicas, sino sabiendo que sólo Dios y el Tiempo hacen al noble; y él aspira, con justicia, a serlo. A ser un gran vino y dejarse beber por usted, lector, que ha decidido leer este libro. He dicho antes que es un ingeniero, experto en máquinas del aire; por ello está en disposición de ser un constructor del pensamiento, un hace-dor de constructos sociales, es lo que quiere ser (y puede),

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aunque todavía no lo sabe. Si con los zapatos bien atados se mete por los callejones de la vida, si Dios no lo remedia, terminará siendo filósofo, un amante de la verdad.

Se hace preguntas (y santas indignaciones) sobre las injus-ticias del mundo y del hombre (como si pudiera ser justo) y hasta reclama que alguien haga algo (como si pudiera hacer-se sin daños colaterales), alterar sin romper el sueño.

Es natural de la capital del reino, pero de origen manche-go, y su alma quijotesca le sale a borbotones. Esto hace que los que le conocemos le queramos como amigo y apreciemos en lo que vale su noble embestida. Lo digo yo, que llevo sangre de Quijote en mis venas, y punto.

Y aparte digo que el libro presenta un entretenido, y de fácil lectura, “pot-pourri” de temas, un repaso (no pesado) a la actualidad. A veces, dedica su tiempo y su energía, su aprecio, a situaciones y gentes que pudiera ser que no se me-recieran más allá de una liviana conversación de bar. Lucha contra las sombras, las malas sombras que cercan nuestro entorno; incluso a veces, nuestra propia sombra, el lado os-curo que cada uno de nosotros arrastramos por la acera de la calle (con nuestros ya viejos zapatos), por el acero de la vida, e intenta, y es su valor, que no le den pisotones. Como en el fondo de su corazón, sigue siendo un niño limpio, no quiere que le pisen sus zapatos, que le dirijan sus pasos, que le lla-men inútilmente desde todas las esquinas. Pretende (¿es in-genuo? o ¿bondadoso?) limpio como un mandil de lechazo, honesto como un cordero pascual ante su destino, cumplirlo, y alzar el vuelo, el definitivo. Será capaz de llegar hasta las Cabrillas. Tendrá la luz de las Pléyades sobre su frente y su sangre regresará a Lemuria.

Esta forma de volar, perdón, de escribir, que él tiene, pue-de resultar molesta para alguno (y hasta con su razón), pero es como el cierzo, que sopla como quiere, como quien es, no se engañe quien lo lea, eso pule de honradez la mayor parte de su trabajo, ni depende ni aspira al aplauso de los tendi-

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dos. Alza su teclado, porque escribe con ordenador) y teclea según le viene, y le viene la vida y la inspiración con un lige-ro aire de cabreo, mezcla de dignidad ofendida y fatalidad aceptada, aire que pastorea como cabrillas, por los trojes y serranías de su escritura.

Lo demás es soledad de vuelo nocturno.

CampoHermoso.

Diciembre 2012

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INTRODUCCIÓN

ste conjunto de textos constituye mi pensamiento crítico sobre los desafíos de la sociedad actual, a partir de los parámetros estructurales que conforman la base en que se mueve el hombre actual, compilado por va-

rios artículos ya publicados en distintos medios de prensa, y he añadido otros que completan la respuesta a la pregunta: ¿Hacia dónde va el hombre actual?, con especial atención a la crítica situación española. No es capricho de autor que se siente tocado por los dioses. Es decir, he vestido el muñeco, le he rizado el pelo y le he puesto tirabuzones.

Esta reflexión sobre el devenir del hombre, y más concre-tamente del hombre español, no está hecha para halago de reyes y gobernantes, ni de banqueros, financieros y especu-ladores, ni de la Conferencia Episcopal, ni de los filatélicos, ni siquiera del orgullo de gays y lesbianas. Es decir, voy y vengo, y por el camino me entretengo.

Una de las miserias determinantes de nuestra historia es el errático y a menudo patético rumbo de España, que ha sido determinado por gobernantes, a menudo mediocres, incom-petentes y tarados.

En lo sustancial, España no constituye una verdadera de-mocracia, tan sólo una democracia a la española, donde el poder del Estado detenta y utiliza los métodos de represión de las dictaduras, aunque tampoco la democracia sea el nue-vo paradigma de bondad en la excelencia, sino “la gran esta-

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fa” de nuestros políticos, que debieran ser los garantes del respeto a la Constitución y a los derechos, libertades y debe-res, pero nos imponen estas normas básicas sin alternativas posibles, así como la gran mentira de que todos los españo-les son iguales, pues no tienen nada que ver los derechos del ciudadano español residente en una parte de España o en otra, produciéndose graves desequilibrios no deseables entre regiones. Entre los ejemplos más notorios se constatan una gran trasferencia de capitales de la región castellana, desca-pitalizándose frente a otras regiones, por tanto, lejos de la so-lidaridad interregional, y para mayor despiste, esta no se denomina comunidad “histórica”, sólo porque a los tortice-ros padres de la patria se les ocurrió este término, para hacer referencia únicamente a este reconocimiento y desarrollo administrativo realizados durante la segunda república y afecta a Cataluña, País Vasco y en parte a Galicia, es decir sólo hace referencia a un momento histórico de referencia, la segunda república española. Otro desequilibrio importante son las generosas transferencias de rentas, durante finales del siglo XIX y principios del XX, fundamentalmente hacia las regiones catalana y vascongada, que han sido las grandes beneficiadas, además de conferirles el estatus de históricas, a pesar de su escasa contribución a la conformación de la na-ción española.

Nuestros políticos deberían entender que ellos no están por encima del bien y del mal. Ni tan siquiera, parece ser, están encima de sus parejas cuando debieran.

Varios de los capítulos redactados con la colaboración de Juan Julián Álvarez de Santillán, por lo que estoy obligado a su agradecimiento.

Para el andamiaje de este libro he utilizado los tres elemen-tos de la Filosofía de Aristóteles (el Logos, el Ethos, y el Pat-hos).

Se destacan valores como el compromiso con la sociedad, que se encuentran depositados en las Órdenes de Caballería,

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Órdenes Militares, La Francmasonería y la Nobleza; La liber-tad, que se encuentra en la Educación, La fe, El Progreso, La Justicia y El Trabajo, entre otros.

Madrid, 22 de octubre de 2012

Faustino Merchán, Famega

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Parte 1

LA NECESIDAD DE CONOCERNOS:

ASPECTOS DEL EXTRAÑO ESPANTO DE LA

CARNE MÍSERA DEL HOMBRE.

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CAPÍTULO I

LA INCERTIDUMBRE DEL HOMBRE

ACTUAL Y EL PRINCIPIO DE INCER-

TIDUMBRE

s prácticamente general la percepción de que vivimos una situación anómala, “de crisis” en el sistema so-cioeconómico occidental y, consecuentemente, en el sistema mundial, que parece afectar a todas las mani-

festaciones de nuestra dinámica social y económica.

Tal supuesta crisis ya venía denunciándose desde muy atrás en círculos restringidos, relativos al área social y al área del conocimiento. La sociedad no encontraba motivo alguno para la preocupación y menos para la alarma.

Considérese la gravedad y transcendencia de esta incerti-dumbre que afecta a todos, pero especialmente a aquellos que por su condición estarían más obligados a aportar res-puestas eficaces y convincentes: los políticos, los expertos en economía, los científicos y, en general, los profesionales del conocimiento o intelectuales.

Las cosas en las que cree el ser humano a pies puntillas le han sido legadas por sus mayores como axiomas contunden-tes. El individuo, procede de una evolución basada precisa-mente en la inseguridad, en la eventualidad del presente y en la improbabilidad del futuro. Aquél que no tenía ojos pa-ra mirar más allá de cincuenta años, no vivió hace miles de ellos sino apenas alguna centena. Era un tipo preocupado por comer cada día, por conseguir mantenerse vivo, es decir,

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alimentado, a resguardo del clima y caliente si era posible. No le quedaba horizonte por delante de su prematura boca desdentada, sus piernas doloridas, su espalda baldada y su respiración silbante cumpliendo los cincuenta.

El hombre es hijo del albur. Las cosas que permitieron su desarrollo desde sus antepasados primates fueron aguas abajo, tiempos que se cruzaron entre sí para sobrevivir. Ca-sualidades que la climatología puso sobre la mesa. Fue un albur el que las confluencias planetarias permitieran a su es-tirpe desarrollarse hasta nuestros días, siendo la única de las dieciséis clases de homínidos anteriores a él que no se extin-guió. Fue un albur que la teoría de la sustitución tampoco sirviera en el análisis de las civilizaciones históricas, permi-tiendo que entre ellas, es decir, entre el ascenso de una y la caída de otra, los individuos continuaran adaptándose al medio. El ser humano aprendió rápido que debía conocer, anticiparse al albur como la mejor manera de aprovecharse de él, de estar preparado de forma que la coyuntura no fuera en su contra sino que le permitiera acomodarse y beneficiar-se. Así, el hombre se fue desarrollando y acaparando las co-sas dentro del tiempo, previendo los imprevisibles golpes de la tierra y de los cielos y, así acaparando, acaparando entró en la Edad Moderna y empezó a mirar para atrás para contar lo que poseía y para adelante para preguntarse cuanto le quedaba.

El hombre actual no controla los asuntos que no encajan en su protocolo vital, las cosas que no están descritas en su ma-nual de uso o cuaderno de ruta.

Al hablar hoy de la sociedad del riesgo se hace habitual-mente referencia a una doble experiencia en la sociedad con-temporánea. Por un lado, a la posibilidad de que se produz-can daños que afecten a una parte de la humanidad. Son da-ños que bien como catástrofes puntuales (accidentes nuclea-res, inundaciones, huracanes, terremotos, derramamientos de petróleo en el mar, etc.) o bien como catástrofes larvadas (como la destrucción de la capa de ozono, el efecto inverna-

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dero, etc.) están asociados a la universalización de la tecno-logía y a sus consecuencias negativas.

La sociedad del riesgo, además, consiste en la presencia de decisiones arriesgadas en la vida cotidiana. La nuestra es una sociedad crecientemente tecnificada respecto a procesos de producción, al funcionamiento de sus instituciones y a la conducta individual.

Si en el pasado muchos daños eran atribuidos a los dioses, la naturaleza, el destino o el azar, hoy se tiende a pensar que todos los peligros que nos acechan son, por acción u omi-sión, responsabilidad humana. La gota fría, los terremotos y los huracanes son fenómenos naturales, pero ¿ lo son tam-bién sus consecuencias? Posiblemente alguien no avisó a tiempo de que se acercaba el huracán o no se ocupó de lim-piar el cauce del río seco, o no utilizó materiales de construc-ción adecuados para resistir el temblor de la tierra, o…Si un daño pudo haberse evitado, entonces alguien es responsable. Comienza entonces la controversia para identificar culpables y establecer compensaciones.

A partir de 1976 se han venido produciendo innumerables especulaciones acerca de que el Universo comenzó con una pequeña pero muy masiva partícula virtual que se expandió con extrema rapidez. Según este punto de vista, el Universo se formó de la Nada, hablando en un modelo simplificado, sin atender al estado actual del arte en la Física de las partí-culas, y podemos preguntarnos acerca de la posibilidad de que haya un número infinito de Universos que se formen, y llegado el momento acaben, en un volumen infinito de Na-da, concepto filosófico y matemático, pero no de la Física.

El “principio de incertidumbre” afectó profundamente al pensamiento de los físicos y los filósofos. Ejerció una in-fluencia directa sobre la cuestión filosófica de “causalidad”, es decir, la relación de causa y efecto. Pero sus implicaciones para la ciencia no son las que se suponen por lo común. Se lee a menudo que el principio de incertidumbre anula toda

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certeza acerca de la naturaleza y muestra que, al fin y al ca-bo, la Ciencia no sabe ni sabrá nunca hacia donde se dirige, que el conocimiento científico está a merced de los caprichos imprevisibles de un Universo donde el efecto no sigue nece-sariamente a la causa. Si por ejemplo, no se puede predecir con certeza el comportamiento de las moléculas individuales en un gas, también es cierto que las moléculas suelen acatar ciertas leyes y su conducta es previsible sobre una base es-tadística, tal como las compañías aseguradoras calculan con índices de mortalidad fiables, aunque sea imposible predecir ciertamente cuando morirá un determinado individuo.

Sin perjuicio de reconocer el alto grado de eficacia alcan-zado en las disciplinas científicas y técnicas en cuanto cam-pos particulares, es preciso también reconocer que la Cien-cia, en la práctica se viene revelando incapaz de orientarnos en los problemas estratégicos del desarrollo, que son los fundamentales, en cuanto que condicionan todos los demás, al no serle posible enjuiciar coherentemente la realidad. Has-ta tal punto es así que en Agosto de 1977 y bajo los auspicios de las Naciones Unidas se llevó a cabo en Viena un Congre-so Internacional destinado a promover una Ciencia y una Técnica “para el desarrollo”, uno de los temas más estudia-dos y que más preocupa a los filósofos del desarrollo y repe-tidamente planteado es :¿Por qué la Ciencia y la Técnica con-tribuyen tan poco al desarrollo, de acuerdo con su supuesto potencial?

En resumen, el científico actual, que no podríamos consi-derarlo como sabio con un enfoque ilustrado, que es un es-pecialista, se manifiesta ignorante en todo ámbito distinto a su especialidad y lo que es más grave, incapaz de interco-municarse en ámbitos relativos a otras disciplinas, e incluso entre campos específicos de su propio ámbito.

En cuanto al “profesional del conocimiento”, es decir, al que venimos denominando intelectual, inmerso en la “aldea global”, es evidente que viene perdiendo, día a día, la co-nexión con los problemas que interesan y preocupan al ciu-

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dadano, y sus campos de vigencia vienen quedando reduci-dos a círculos cerrados, sin audiencia práctica en la sociedad. Su conocimiento carece del aggiornamento y de la operativi-dad que exigen la gravedad y urgencia de los problemas re-ales y va quedando limitado a juegos de palabras o a elucu-braciones esotéricas. Bertrand Russell manifiesta en su obra Conocimiento humano: “Los filósofos tienden generalmente a vivir una vida dominada por las palabras e incluso, a olvi-dar que la función esencial de éstas entraña una relación de una u otra clase con los hechos, que en general no son lin-güísticos”. Pues bien, este supuesto se viene acentuando ca-da vez más acusadamente y extendiéndose a los campos del intelectual y del experto en Ciencias Sociales, de modo que el campo del conocimiento se encuentra hoy disociado prácticamente del campo de la acción.

Cuando la Física, en su constante avance, intentó abordar el conocimiento de la estructura interna del átomo, se en-contró con un hecho inesperado. No se podía conocer al mismo tiempo, la posición, y el movimiento o trayectoria concreta, de una partícula.

Las investigaciones subsiguientes llegaron a mostrar la cer-teza de esta realidad, por causa de que al “iluminar” una partícula para tratar de conocer una de sus dos característi-cas, se alteraba a dicha partícula, y por tanto, solo se obtenía información de una de sus cualidades. Es decir, al “conocer” las características de una partícula, alteramos sus cualidades. En este sentido Lord Kelvin expresaba: “para conocer algo, hay que medirlo, y ya cambiamos sus cualidades”.

El gran Físico Heisenberg, premio Nobel de Física en 1932, por sus aportaciones a la Mecánica Ondulatoria, dio nombre a esta característica del mundo de las partículas subatómi-cas, definiéndola como el Principio de Indeterminación. Para intentar salvar esta realidad, la física recurrió a la herramien-ta matemática de las probabilidades, y de su aplicación sis-temática se obtuvieron tan excelentes resultados aproximati-vos, comprobados a través de millones de experimentos, que

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el Principio de Incertidumbre, y las herramientas matemáti-cas probabilísticas, han quedado ya casi indeleblemente uni-dos a la nueva rama de la Física que se conoce como Física Cuántica. Sin embargo, el Principio de Incertidumbre fue se-veramente contestado por una gran parte de los Físicos des-de su nacimiento, esgrimiendo multitud de razones, entre las que destacaban los argumentos que giraban en torno a la idea de que la Física, no puede ser algo de imposible deter-minación exacta en alguna de sus ramas, sino que la inde-terminación se manifiesta porque el hombre no es capaz de superar con nuevas ideas, o con nuevas máquinas, las apa-rentes indeterminaciones que se presentan en el mundo sub-atómico.

Einstein, uno de los opositores más destacados al Principio de Incertidumbre, resumió genialmente todos estos pensa-mientos en una frase ya lapidaria: “Dios no juega a los da-dos”.

El Principio de Incertidumbre no puede ser negado, pues si lanzamos un fotón contra otro fotón, para conocer su posi-ción, o su trayectoria en un momento dado, es obvio que al-teraremos ambas a través del choque, y por ello sólo podre-mos medir una de nuestras dos pretensiones. Parece enton-ces que se ha de aceptar el Principio de Incertidumbre como algo insalvable, pero tal vez no sea así, si para obtener in-formación no hacemos chocar dos partículas iguales, a nivel de fotones, como hasta ahora se ha realizado. En efecto, cuando se formuló el Principio de Incertidumbre aún no se conocía la existencia de partículas aún más pequeñas que el fotón, o de otras partículas con diferentes características a la del fotón, pero que interactúan menos con la materia, como son, por ejemplo, la familia de las partículas de los neutrinos.

Y tampoco se conocía de la existencia de lo que hasta ahora se cree que constituye la esencia primordial de toda materia: los Quarks, aunque ya hay quien pone en duda que los Quarks sean indivisibles. Hasta ahora, microscopios electró-nicos, daban fe de la realidad del Principio de Incertidum-

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bre, por las razones que ya se han expuesto. -Pero tal vez no esté lejano el día en que se construyan microscopios que “iluminen” la materia a estudiar, no con fotones, sino con neutrinos, gluones, o con alguna de las sub-partículas de to-do el mundo de los Sub-Quarks, que algunos ya empiezan a intuir. Tal vez no esté lejano el día en el que el Principio de Incertidumbre, y toda la matemática de Probabilidades que se ha empleado para obtener excelentes aproximaciones, aunque no exactitudes totales, se queden como un recuerdo curioso de los balbuceos de la Física Cuántica, y una herra-mienta útil que sirvió para comenzar a adentramos en el apasionante Universo atómico.

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CAPÍTULO II

LA CONJURA DE LOS NECIOS: ¿ES ES-

PAÑA UNA DEMOCRACIA?1

arl R. Popper nos alumbra con la fórmula de Platón: “ El hombre de Estado debe ser sabio”, lo que signifi-ca para Platón una exigencia de gobierno de los filó-

sofos sabios-y de ella surgió la pretensión de dominio de las clases cultas, de los intelectuales, de la élite-.En profunda oposición a Platón, esta misma fórmula significa para Sócra-tes que el hombre de Estado debería saber cuán poco sabe; y por tanto debería ser extremadamente moderado en sus pre-tensiones. De esta forma percibe su gran responsabilidad respecto a la guerra y la paz, y sabe qué tipo de desgracias puede causar. Él sabe cuán poco sabe.

En la educación del ciudadano, los sofistas sustituyen a poetas y rapsodas. De este modo, de una formación impro-visada, basada en la continuidad de tradiciones orales se pa-sa a una formación técnica, basada en una cultura general que exige conocer la diversidad de puntos de vista con los que se puede responder a los grandes problemas de la vida humana. Los sofistas se afanaron en la búsqueda y análisis de estas respuestas y dando muestras de un saber enciclopé-dico y universal, viajaban constantemente y sabían que cada pueblo tenía tradiciones y costumbres distintas.

1 Artículo publicado por el autor en El Diario de León en 2012.

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Esto les permitió conocer muy bien la naturaleza humana y descubrir el poder del logos De esta forma, la capacidad para gobernar dependerá de la habilidad para usar el len-guaje. Se tiende así hacia un relativismo cultural y un utilita-rismo moral donde lo justo se confunde con lo conveniente.

Pues bien, como los sofistas griegos, la nueva sofística del llamado tripartito catalán de la butifarra y la barretina ha creído formar los nuevos hombres de Cataluña y en Vascon-gadas desentendiéndose de la verdad y pactando con la or-ganización terrorista para que no atente y asesine en Catalu-ña, pero sí en el resto de España, apoyándose en otro partido político que “sólo se ponen colorados cuando dicen la ver-dad” (expresión acuñada por el diputado vasco Anasagasti dirigida a los socialistas Rubalcaba y el llamado Pepiño, tris-temente recordado por su conceto y sus corrutos) ¿Es España un país enfermo que se deja gobernar por tres mentes mal-vado-maquiavélicas que apenas representan a un puñado de votos, con el único fin de obtener beneficio para su Comuni-dad Autónoma, de espaldas al resto del país?,¿ quizás por aquello de la solidaridad interregional? Han conseguido que la capital del Estado, así como la mitad de los españoles no pinten nada en el actual escenario político español, lo que significa que se está manipulando la voluntad de los españo-les.

¿Es esto una democracia?¿Por qué se continúa con esta ley electoral que pervierte la voluntad de los ciudadanos? ¿Te-nemos lo que nos merecemos? Con un entreguismo total a estos miserables energúmenos han puesto a los pies de los caballos a un país con más de cinco siglos de historia, con el único fin de mangonear ávidos de poder, hasta convertirlo en un hedor putrefacto. Este es uno de los mayores atenta-dos que se pueden hacer contra la inteligencia de los ciuda-danos. ¡Vivimos en la gran mentira!

Se acerca a lo patológico la obsesión de esta parte política, apoyada por sus acólitos, enemigos de la unidad de España lanzando escandalosos mensajes que quieren hacer ver a

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gran parte del pueblo español como blancos cantos de sirena lo que en realidad es negro.

Al conocido como Pepiño, no se le conoce trabajo alguno, ni estudios de ningún tipo. Toda su trayectoria se desarrolla en la pesoe, como le llamaban en su pueblo a esta fábrica o agencia de colocación de tipos de este corte, como Montillas, Corcueras, Pajines, etc., y demás, sin oficio ni beneficio, y es conocido en su patria chica como “el tonto del pueblo”.

El escritor y académico Arturo Pérez-Reverte, en su artícu-lo “Esa gentuza” no deja títere con cabeza:

Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado —ahí no hay discrepancias ideológicas— el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemniza-ciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

Me recuerda un relato jocoso pero muy real sobre los dipu-tados españoles contado por mi amigo-Peluquero, dotado de un singular humor:

EL PELUQUERO

Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo. Lue-go del corte pidió la cuenta y el peluquero le contestó: —No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

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El florista quedó agradecido y se marchó. Cuando el pelu-quero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.

Luego entró un panadero para cortarse el pelo, y cuando fue a pagar, el peluquero respondió:

—No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El panadero se puso contento y se fue. A la mañana si-guiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agra-decimiento y una docena de donuts esperándolo en la puer-ta.

Más tarde, un profesor fue a cortarse el pelo y en el mo-mento de pagar, el hombre otra vez respondió:

—No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El profesor con mucha alegría se fue. A la mañana siguien-te, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradeci-miento y una docena de diferentes libros, tales como Cómo mejorar sus negocios y Cómo lograr el éxito.

Entonces un diputado fue a cortarse el pelo y cuando fue a pagar y el peluquero nuevamente dijo:

—No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El diputado contento se alejó. Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de diputa-dos haciendo cola para cortarse gratis.

Esto, querido amigo, muestra la diferencia fundamental que existe actualmente entre los ciudadanos comunes y los miembros del Honorable Congreso de la Nación.

Moraleja: de agradecido es ser bien nacido. Por favor, en las próximas elecciones, vota con cuidado...

Atentamente,

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EL PELUQUERO

El controlador aéreo, Jorge Ontiveros, del Sindicato de Controladores USCA, con motivo de la huelga general del 29 de Septiembre de 2010, expresaba:

No estoy de acuerdo con esta huelga. Porque hacerla es apo-yar la connivencia de esos sindicatos de mierda con el go-bierno y su bobalicón ministro de Fomento a la cabeza. Una huelga pactada para cubrir el expediente que salva la cara de un gobierno inepto, que a base de cutre ingeniería política, sinvergonzonería y de subirnos los impuestos inventados y por inventar a todos los españoles mueve sus peones para continuar otros cuatro años expoliando al pueblo español, in-sultando a nuestra inteligencia y maquillando su incapacidad para volver a hacer lo mismo sine die. Hagamos huelga, pero contra los sindicatos chusqueros y contra el gobierno chapucero que nos ha tocado. Hagámosles una bonita huelga yendo al trabajo a trabajar. Esta vez. Eso sí, la próxima debe ser la nuestra, la de los profesionales. Hagámosla pronto si no queremos que desde los escaños, las limusinas y desde sus privilegiadas prebendas acaben con nosotros sin que nos enteremos.

Hacemos notar que los jefes de los sindicatos españoles, los sindicalistas y sindicalistos del siglo XXI, ya no gritan ¡A las barricadas!, sino ¡A las mariscadas!, porque les da para co-mer todos los días su mariscada de rigor. Unos sindicatos mamporreros del poder, ya que dependen económicamente de él, en lugar de depender de sus afiliados, que venden y roban al trabajador, y a todos los españoles

Estos siniestros y perversos políticos, los nuevos ensotana-dos, que se llaman de izquierdas (no sabemos a la izquierda de qué), progresistas, tampoco sabemos a qué progreso se refieren, y nacionalistas están buscando la confrontación provinciana de unas regiones españolas contra otras con vi-sión torpe y zafia, potenciando lo que nos separa frente a lo que nos une, carentes de humildad y de humanidad, que los que la dirigen siguen órdenes e intereses de partido, antepo-

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niendo sus intereses a los de la colectividad a la que debían servir. No dudaron en engañar sobre las guerras de Afga-nistán e Irak, ocultando el alto coste económico y político que estamos pagando todos los españoles por retirar las tro-pas españolas de Irak con el rabo entre las piernas, no duda-ron en ocultar la verdadera trama que hay detrás del 11-M, no dudaron en provocar conflictos en la jornada de reflexión electoral, convocando a las hordas salvajes, por un cínico y sibilino personaje. Acabaron echándose en brazos del moro y de tercermundistas dictadores atroces y despiadados, a los que vendió armas el minijtro manchego de medalla fácil y rápida. Están causando un mal irreparable debido al conti-nuo estado de malestar causado por los políticos nacionalis-tas, arrastrando a las hordas salvajes, fenómeno de difícil medida que ya se está radicalizando y produciendo ¡Más madera! en los campos de “furbo” y en el intercambio inter-regional de productos cuyo alcance puede ser de difícil me-dida y lamentable para todos (Aquello polvos trajeron estos lodos). Estas llamadas izquierdas no dudan en secuestrar los medios de comunicación no afines a su pensamiento políti-co. Ello les está permitiendo manejar a su antojo, apro-vechándose de la vigente legislación, poco madura y peor concebida, el dictado de nuevas leyes contra todo principio ético, favoreciendo el disparate de institucionalizar por un puñado de votos, prácticas contra natura que transgreden las leyes naturales de la supervivencia humana.

Esta actitud es más fascista aún que la que ellos dicen abo-rrecer. Por mucho que se empeñen estos mentecatos en resu-citar a los muertos de la guerra civil y despertar los fantas-mas y miedos ya superados por todos los españoles no podrán manipular la verdad frente a la sociedad española que demanda asumir estos hechos y cerrar de una vez por todas esa página de nuestra historia, puesto que no se puede reescribir la historia pretendiendo engañar y engañarse a sí mismos.

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Ya lo decía mi abuela: “El que nace lechón, muere cochi-no”.

Aristóteles y Platón nos muestran a Sócrates como adver-sario de la sofística. Si las leyes sólo se fundan en los frágiles acuerdos de las asambleas, la justicia es un valor relativo y convencional. La búsqueda de la verdad exige buscar lo esencial y, desde el punto de vista práctico, una justicia uni-versal que no esté sometida a las arbitrariedades de las asambleas. Recordemos que los términos, “Ley y Justicia” no son lo mismo, puesto que las leyes las hacen un pequeño grupo de hombres, y la justicia es un término más cercano al derecho natural, aunque parte de un amplio grupo de hom-bres, entendiendo por supuesto, el término hombre, con ori-gen del griego, como humanidad, es decir, haciendo referen-cia al conjunto de varones y mujeres.

Rancios de pandereta, sembradores de vientos de odio que prostituyen hasta la inocencia de los niños, siguen manipu-lando a las masas populares con el viejo y caduco discurso de derechas/izquierdas frente a la actual globalización, para que recojan sus tempestades, permitiendo el sistema de en-señanza de los nacionalismos que está creando cachorros del terrorismo vasco y catalán, daño irreparable en mucho tiem-po. En este sentido, algún sabio pensador citaba: “Cuanto más conozco al hombre, más quiero a mi perro”.

En estos momentos los españoles estamos siendo ratas de laboratorio para medir nuestra capacidad de tolerancia al castigo sin rebelarnos, pues las medidas económicas que está aplicando el Gobierno son de gran dureza, como manifiesta Susan George, activista y pensadora. Cita:” La crisis econó-mica fue provocada por los banqueros, sin embargo el esta-do cargó con la deuda de los bancos, ya que el estado go-bierna para los mercados financieros, y no para el pueblo.

¿Qué puede hacer esta sociedad civil enferma contra la in-tolerancia estalinista para apartar a estos pillos y energúme-nos que circulan en vehículos de lujo, viven en mansiones de

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lujo y envían a sus hijos a colegios privados de lujo a pesar de proclamarse rojos sin el menor pudor? Estos vendedores de sueños y de paseos por las nubes están agitando de nue-vo el fantasma de las dos Españas ¿Por qué la gente y por ende las naciones cometen los mismos errores una y otra vez? ¿Es España una democracia real sensu stricto? Para Sócrates, la virtud es una forma de conocimiento. Son inte-lectualistas quienes consideran que la realización del bien moral depende del conocimiento que los hombres tengan del mismo. Aristóteles y el cristianismo demostrarán que la ac-ción humana es más compleja, pues no siempre quienes co-nocen el bien actúan correctamente.

La ética política de Platón está presidida por las nociones del orden y la armonía, las cuales no sólo explican el funcio-namiento de la vida individual o la vida cósmica. Este plan-teamiento lleva a una definición de la justicia como el orden resultante de cada elemento del alma para que realice la fun-ción que naturalmente le corresponde. La justicia se realiza a través de tres virtudes en la realización del bien: Prudencia, Fortaleza y Templanza. Según Platón, estas tres virtudes del alma deberán caracterizar igualmente las tres clases sociales de la ciudad ideal, respectivamente: Los gobernantes, los guardianes y los artesanos y labradores.

La alegoría de la caverna, que aparece en La República (Politeia) de Platón establece de forma paradigmática la rela-ción entre la luz y el conocimiento. A partir de aquí, la histo-ria del pensamiento y de la cultura recurrirá a esta imagen para describir el esfuerzo del alma humana por hallar una luz que simboliza el bien, la plenitud de sentido, la felicidad plena y la cercanía a lo divino. La filosofía aparece así como puente entre la luz y las sombras, la verdad y la ignorancia. Más cercano en el tempo a nosotros, Groucho Marx definía la política como “el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. En palabras de la psicóloga Silvia Nieto: “El

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mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad”.

Los políticos que se suponía con visión de estado, han permitido por cuatro monedas falsas, entre las muchas con-cesiones al nacionalismo de butifarra, barretina y chapela, el salvaje y traidor atropello a la lengua española de Cervantes y de los monjes riojanos y vascones del Mester de Clerecía, con vigoroso crecimiento en el mundo, que hermana a todos los españoles de bien. Es decir frente a la culta Cataluña de Pí y Margall se antepone la Cataluña de la alpargata, la buti-farra y la barretina y frente al Madrid del socavón, que acep-ta a una catalana por concejal de Cultura, que se propone terminar con el casticismo madrileño, lo que es imposible imaginar recíprocamente. Habría que exigir responsabilida-des, la Historia juzgará, a estos pequeños personajillos de políticos cutres ¿merece este insulto nuestra inteligencia? Jesús de Nazaret nos enseñó: “la verdad os hará libres”, ya que sin defender la verdad no es posible mantener la liber-tad, don más preciado por el ser humano.

Cuando de los asuntos del alma se trata, hay que aplicar la receta de Don Pedro Crespo, alcalde de Zalamea: “El alma sólo es de Dios”. En estos aspectos, el poder público social no puede ni debe imponerse al principio de espiritualidad personal. Esas conductas desnaturalizadas conducen a la larga a los pueblos a resultados de caóticas consecuencias. Sólo hay que repasar la historia de las grandes civilizaciones, su ocaso y aniquilación llegó siempre como consecuencia di-recta de su degeneración moral, personal y social. Por ello los políticos que demanda la sociedad actual han de ser ver-daderos servidores públicos y constructores de pensamiento y de la sociedad y no simples charlatanes.

Necesitamos y España nos lo demanda urgentemente ¡Que alguien haga algo, por favor! para recuperar el rumbo de la desorientada situación actual de la sociedad española. Ima-ginemos cabalgando de nuevo a Don Pelayo para reiniciar

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con un déjà vu, otra vez la reconquista de España y ganar todos de nuevo.

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CAPÍTULO III

DIOS, PATRIA Y CABALLERÍA

l origen de las Órdenes de Caballería es la “Orden Ecuestre” nacida en la República de Roma y potencia-da en Hispania por Augusto en el siglo I a.C. Son

miembros destacados de esta Orden los caballeros romanos originarios de las provincias de Hispania que llevan a cabo la fundación de las ciudades del norte de Hispania y de las Galias, que constituyeron una verdadera aristocracia.

Las Órdenes de Caballería surgen en los convulsos tiem-pos medievales, tomando como origen las Órdenes de Caba-llería islámicas, con la finalidad de suplir las carencias debi-das a la debilidad de un poder organizado capaz de garanti-zar la defensa del territorio y la protección de los desvalidos. Se trata de unas confraternidades de caballeros con un obje-tivo inicialmente militar, pero que pronto supera este marco adquiriendo connotaciones aristocráticas, religiosas y asis-tenciales.

Las órdenes militares cristianas aparecieron tras la Primera Cruzada. La fundación de los templarios en 1.118 fue la pri-mera en una serie de estrictas organizaciones militares que protegían las colonias cristianas en Oriente Próximo, además de luchar contra los enemigos de la cristiandad en España y en Europa Oriental. El papel y la función de las órdenes mili-tares a menudo ha sido oscurecido por la fijación en sus ges-tas de Siria, Palestina, Prusia y Livonia. De hecho tenían po-sesiones y miembros a todo lo largo de Europa Occidental. Fueron el hilo conductor de innovaciones culturales y técni-

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cas, como la introducción del batanado en Inglaterra por los Caballeros de San Juan (Orden de Malta), o la infraestructu-ra bancaria de los templarios.

Si bien los historiadores no se ponen de acuerdo en el mo-mento de establecer una definición precisa sobre lo que se entiende propiamente por una Orden de Caballería, dada la diversidad de instituciones caballerescas que existieron en Europa, hay un elemento clave, que caracteriza a todas las Órdenes de Caballería, su concepto de institución al servicio de una causa superior, y a la que todos sus miembros dedi-carán sus vidas. Dentro del panorama bélico medieval se tra-ta de algo enteramente novedoso, si bien también lo preten-den las Órdenes religiosas y la Universidad, entre otras insti-tuciones, y que contrasta con las ideas feudales imperantes en toda la Edad Media, basadas en un pacto mutuo en el que ambas partes, señor y vasallo, (relaciones de vasallaje) con-traen unas obligaciones recíprocas de protección y ayuda, por lo que el servicio y la fidelidad debidos están condicio-nados a una cierta retribución que el caballero ha de percibir a cambio de ellos, mientras que en el caso de las Órdenes de Caballería el compromiso adquirido por sus miembros es ilimitado en tiempo y en esfuerzos, sin esperar nada a cam-bio, por lo menos en esta vida.

Si bien pasaron los tiempos del Caballero de brillante ar-madura que con su espada defendía valerosamente sus idea-les, no por eso han muerto o desaparecido los antiguos idea-les caballerescos. Frente al conformismo de la sociedad ac-tual, los caballeros se esfuerzan en mantener sus antiguas tradiciones de servicio a España, a la Religión o a los desva-lidos. Han sustituido la fuerza de las armas por la solidari-dad fraternal y se combate ahora mediante el testimonio per-sonal, para los enfermos y necesitados, los marginados por el sida o la emigración. Realizando además una gran función cultural en defensa de nuestro antiguo patrimonio histórico y de la memoria de aquellos personajes que engrandecieron España.

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Ejemplo de recio caballero castellano es Mío Cid, forjador de una leyenda sin par, encarna el prototipo del fiel, austero y esforzado caballero, dotado de los valores y virtudes que representan la hidalguía castellana. Castellano de honor y al servicio de su rey, fuerte y leal, no podemos decir que fuera totalmente justo porque engañó a los judíos, y eso era diver-tido, estaba bien visto, y prudente, valiente y templado, gue-rrero y culto se constituye en una figura histórica y legenda-ria de la Reconquista española, cuya vida y gestas inspiraron a los juglares el más importante cantar de gesta de la litera-tura española, el Cantar del Mío Cid. Ha pasado a la poste-ridad como el Campeador o el Cid, (del dialecto árabe, sidi, señor), por el apelativo Campeador fue conocido en vida. Como así dicen los versos del Cantar:

Ya entra el Cid Ruy Díaz por Burgos, sesenta pendones le acompañan. Hombres y mujeres salen a verlo, Los burgaleses y burgalesas se asoman a las ventanas, todos afligidos y llorosos. De todas las bocas sale el mismo lamento: ¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviere buen señor!

En cualquier otro país el Cid sería uno de los personajes más recordados de su historia. Pues aquí no…hasta hace po-cos años, sus andanzas y desventuras han estado casi olvi-dadas, no en vano tuvo que llevarlo al cine la industria de Hollywood. El Cid Campeador ha sido un héroe tan men-cionado como desconocido.

El Priorato de Sión es una organización fraternal fundada por el francés Pierre Plantard en 1956, que se caracteriza por ser próxima a los símbolos de la Rosacruz. Se vincula al Priorato de Sión establecido en 1099 por los cruzados euro-peos tras liberar Jerusalén del poder musulmán, edificaron una nueva iglesia sobre un antiguo templo bizantino llama-do Hagia Sión, Santa Sión, y al grupo de sacerdotes que le atendían se les conoció como el Priorato de Ntra. Sra. de Sión, pero Plantard crea un trasfondo histórico mítico como

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de leyenda mística, ya que describe esta organización como una sociedad secreta fundada por Godofredo de Bouillon en el monte Sión, en el Reino de Jerusalén, en 1099, y que tiene por objetivo la instauración de un linaje secreto de la dinas-tía merovingia en los tronos de Francia y el resto de Europa.

Así surge la pregunta ¿tienen sentido y futuro las órdenes caballerescas en el siglo XXI? En primer lugar deberán ase-gurar su presente y su futuro manteniendo su identidad propia, que no debe confundirse con las antiguas órdenes de caballería, diferentes de las de origen religioso. En muchos aspectos las instituciones caballerescas que persisten o se crean en la actualidad realizan una función similar a la de una ONG, que además tienen un contenido histórico, cultu-ral o religioso. Su actuación seria, digna y efectiva constituirá su principal razón de existir y es la garantía de su continui-dad en el III Milenio. Por tanto podemos decir, que son Insti-tuciones Caballerescas aquellas creadas para velar bien por el mantenimiento de los antiguos valores de la Hidalguía española y europea, es decir, el hidalgo es noble, mientras que el caballero ha sido iniciado, y generalmente accede a la nobleza, adoptando diversas denominaciones en las que se incluye la palabra Caballeros/ Damas, como es el caso del Capítulo de Nobles Caballeros de la Reina Isabel la Católica y la Muy Noble, Imperial y Coronada Villa de Madrigal de las Altas Torres, cuya finalidad es la profundización en la cultura de esa época histórica concreta con los valores apor-tados por esta monarca, como fueron la configuración del Estado-Nación español emanado de la Reconquista y del Descubrimiento y conquista de América, así como la canoni-zación de la Reina, debido a sus actitudes humanas en su reinado, a favor de la protección de los indios americanos, sin embargo no era una santa, era ambiciosa y manipuladora de la verdad, no en vano era política.

También se propició una vuelta a arquetipos humanos co-mo el españolísimo castellano del ingenioso hidalgo Don

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Quijote que maltrecho y abatido no ceja en su idealismo y pureza caballeresca.

Don Quijote de la Mancha es un héroe derrotado, pero no un antihéroe como pueda serlo El Lazarillo, que cabalga en el tiempo sin tiempo definido. Es el mito que nos comunica con todos los habitantes de nuestro planeta. Me malicio que Cervantes quiso ridiculizar en él un mundo aristocrático que ya había entrado en crisis y a pesar de todo, el de la Triste Figura logró salir airoso de la prueba y triunfar plenamente sobre la burla, con su generoso desvarío. Una locura conta-giosa que hace mejores a los hombres. Hasta Sancho, se im-pregnó de ese espíritu de servicio a los desvalidos que ani-maba el exaltado corazón del hidalgo. Lo que en principio se pretendió sátira, quedó en apología. Andrés Trapiello rei-vindica la lectura de la obra cumbre de Cervantes y de la li-teratura española y mundial, podríamos decir, como “fuente de conocimiento y entretenimiento”. Según Trapiello: “Don Quijote, sale fortalecido de todas las burlas que sufre. “Cer-vantes nos hace ver que la verdad está en manos de aquél que es enteramente libre”. Y pone por ejemplo: “No importa que los gigantes sean molinos de viento, Don Quijote los ve como gigantes y se atreve a enfrentarse con unos enemigos terribles. Es un hombre valiente, aunque tenga aspectos gro-tescos”. Y añade:” Creo que es el viaje de una suprema debi-lidad (la locura) encaminada a una suprema fortaleza.

Hoy como ayer se cuestiona igualmente la vigencia de las órdenes de caballería en una sociedad enferma que no com-prende ni su significado, ni se interesa por su historia, des-provista como está, de principios y entregada a la vulgar admiración del triunfo fácil en lo económico y en lo social. Las sucesivas generaciones carecen de cualquier referencia ética y moral, aunque siempre ha sido así, depende de la na-turaleza humana, pero no es un fenómeno nuevo. Se procura borrar de las mentes cualquier noción de patria, amor por el prójimo, de renuncia o de sacrificio. Una inversión de los va-lores y de las costumbres invita a los individuos a toda clase

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de barbaridades y dislates, con la cómplice complacencia de los poderes públicos, en aras de una pureza democrática mal entendida y peor interpretada. Asistimos atónitos al intento de reinventar España desde ideologías contrarias a su mera existencia, creadoras de una historia legendaria e inexistente de confrontación y una vaga definición tan repetida ahora de que España constituye una nación de naciones. La defensa de la Patria está en los orígenes de todas las órdenes e insti-tuciones caballerescas y corporativas españolas como uno de sus principios y más transcendentes Ideales. Un pudor in-comprensible, que sólo puede atribuirse al alejamiento pru-dente y paulatino de todas las corporaciones del espacio de lo político, ha relegado este principio a su mero y genérico enunciado. Confiados en un futuro prometedor, integrados en una Europa aún por escribir, nadie podía pensar que a comienzos del siglo XXI, la Patria estuviera en peligro. El amor a la historia de nuestra patria, su defensa del papel histórico de España en el mundo constituyen toda una lec-ción para los españoles de nuestro tiempo de memoria frágil u olvidadizos, nacidos en el denominado Borboneo, califica-tivo, procedente de los borbones, que podríamos tildar de in-tromisión o alteración de la realidad política.

Por ello se hace necesario que las instituciones sociales re-tomen los sueños y las esperanzas que configuraron España. Esa vibración colectiva del alma que hace grandes a los pue-blos. Esa mística que no se ve de la que está hecha nuestra propia identidad como españoles.

La Caballería ofrece una visión del Mundo diferente a la actualmente imperante. Una visión que vertebró a la socie-dad española durante más de un Milenio, dando consisten-cia y coherencia a nuestra historia. Un modo de entender la vida que fue reemplazado por el materialismo, la increduli-dad y el nihilismo en el siglo XIX.

Nada menos que el futuro de nuestros hijos está en juego.

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Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar fir-mes, acabando toda la obra

Efesios

Fernando López de Prado en su Memorial de la Casa de Lemavia expresa: “¿Tiene sentido escribir Memoriales de Nobleza en el siglo XXI? Don Pedro Fernández de Velasco (1425-1492), Condestable de Castilla, Duque de Frías y Con-de de Haro, explicó del modo siguiente la necesidad de es-cribir y estudiar los Memoriales:

Porque todos los hombres de algún estado tienen más obligación que otros a saber qué tales fueron sus antepasados y el origen dellos para saber de qué linage desçienden y para seguir y ymitar aquellos donde vienen en las virtudes que tuvieron y para apartarse de los viçios y tachas que también tubieron.

Por este motivo el mencionado Duque de Frías, estipuló en su Memorial el siguiente mandato a sus descendientes:

Y porque no se pierda lo que yo e començado a haçer, enco-miendo mucho a los que fueren señores desta Cassa de Be-lasco después de mí, que no degen de continuar a escribir de cada vno, de los más que suçedieron en esta casa, la verdad de lo que en ellos vbiere, que pueden se Çiertos, que no me a cegado afiçion para dejar de escribir lo que e sabido de cada vno.

La civilización Occidental burguesa gira en torno a la idea del individuo. Mientras que otras culturas priman el colecti-vo sobre el individuo, o incluso la deidad sobre el colectivo, los Antiguos Griegos fueron los primeros en representar a sus dioses con forma humana, como antes lo hicieron egip-cios y asirios. Sus divinidades no poseen mayor inteligencia

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o son menos apasionadas que los seres humanos, con quie-nes incluso tienen progenie. Los Antiguos griegos entendían que los humanos eran cuasi divinos. Sus ciudadanos poseían derechos políticos inalienables. Esta es la civilización que in-ventó la idea y el concepto de democracia.

Al conquistar otras culturas, Roma incorporó las deidades griegas a su propio panteón. De hecho, las divinidades helé-nicas pasaron a constituir la cúspide del panteón romano. Al entrar en contacto con los cartagineses, Roma descubrió que los dioses cartagineses, es decir púnicos-fenicios, requerían el sacrificio de niños de corta edad, porque lo que ellos prac-ticaban con otros pueblos, como por ejemplo los cristianos, no eran sacrificios, sino diversión. Cuando Cartago fue con-quistada se adoptó la decisión de que sus dioses no serían incorporados al panteón romano. Catón el viejo consideró que el sacrificio humano era una práctica inaceptable, de modo que Cartago fue destruida y su memoria histórica prácticamente eliminada.

Las instituciones de la república romana velaban por el li-bre ejercicio de los derechos de sus ciudadanos, consagrados en leyes transmitidas de generación en generación, sin ape-nas cambios. Este marco jurídico fue tan estable y congruen-te que todavía constituye el pilar sobre el que descansa el de-recho privado en las sociedades contemporáneas. El indivi-duo se veía así amparado por una ley natural (ius naturale), definida por Cicerón como “una ley verdadera que consiste en la recta razón, conforme a la naturaleza”. La función del legislador era reconocer y aplicar esta ley natural, no imagi-nar normas de cómo la naturaleza debería funcionar, o for-mular experimentos de ingeniería social.

Sería un error comparar el individualismo de la cultura greco-romana con el individualismo de la edad contemporá-nea. El individualismo clásico sitúa al hombre libre en la cumbre de una sociedad estructurada por valores espiritua-les, mientras que el individualismo contemporáneo ve al in-dividuo como el único residuo reconocible tras la desinte-

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gración de dichos valores espirituales a manos de la filosofía nihilista.

Estos principios vitales fueron brutalmente atacados du-rante los siglos XIX y XX. El materialismo dialéctico des-truyó la idea de familia y dejó al individuo indefenso ante la divinidad emergente: El Estado. Si bien los individuos si-guen conviviendo en familias (con la posible excepción de algunos regímenes socialistas), esta convivencia es puramen-te física. La idea de familia como ente espiritual y educacio-nal ha sido desmantelada a favor del “Estado benefactor y paternalista”. ¿Por qué? y ¿para qué?

Al suplantar el papel ejercido antaño por otras institucio-nes, tales como la Iglesia, la Corona, las Asociaciones cívicas, la familia, etc., el Estado está presente en todos los aspectos de la vida del individuo. Desde su inscripción en el Registro Civil de Nacimientos hasta su inscripción en el Registro de Difuntos, cada etapa de la vida del individuo está vinculada a un proceso administrativo. Todo parece ser mentira, caren-te de dignidad o intranscendente hasta que se le estampa un sello con el logotipo del Estado. Si bien el individualismo clásico hallaba su identidad en el seno familiar, el individua-lismo nihilista recibe su identidad exclusivamente del Esta-do. La sociedad se convierte en nuestra familia, y el socia-lismo en nuestra religión. Cabe preguntarnos si deseamos que nuestros hijos vivan en este tipo de sociedad.

Asumamos que el genocidio es un acto diabólico y moral-mente inaceptable. Hemos identificado al agente genocida (el Estado autoritario) y su filosofía (el marxismo y el nacio-nal-socialismo). No es exacto que la civilización greco-romana sea su justo contrapunto, que respeta la libertad in-dividual y articula una sociedad acorde con la naturaleza a través de núcleos familiares, ya que los regímenes antiguos de Roma eran estados autoritarios, como la República nor-teamericana provoca un genocidio con los indios america-nos, al igual que los regímenes actuales de América del Sur, como Cuba y Venezuela, entre otros, es decir, griegos y ro-

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manos practicaban el genocidio. Catón el Viejo nos señalaría hoy al Estado autoritario como la nueva Cartago. Hoy, como entonces, sólo cabe una respuesta: “Delenda est Cartago”. Conocemos a nuestro enemigo. Sabemos cómo combatirlo: nosce te ipsum, conócete a ti mismo.

Es por este motivo que consideramos que tiene sentido es-cribir Memoriales en el siglo XXI. Nada menos que nuestra libertad y la de nuestros hijos está en juego.

Al intentar definir la nobleza entramos en el terreno de los prejuicios, pues la propaganda estatal ha creado una imagen malévola de la nobleza en el subconsciente colectivo a efec-tos de consolidar su poder, apoyándose en que la nobleza simboliza un privilegio

Un noble no es una marioneta de un Rey. Tampoco es un cortesano que vive en Madrid o en Versalles, cuyo único ob-jetivo es complacer a un monarca, de modo que este le otor-gue más títulos y grandezas. Los cortesanos fueron el pro-ducto degenerado de tiempos decadentes. Estos no son no-bles. Son burócratas corruptos, equiparables a los que po-demos encontrar hoy en cada Ministerio.

Entendamos que la nobleza no es otorgada por un rey. Un monarca o un papa puede o no, según le plazca, reconocer públicamente la nobleza de un individuo o familia. (“Yo no soy de los que el Rey, Señor, trata como Grandes, sino que soy Grande y tan antiguo como no hay en Castilla”, I Conde de Lemos). Pero como dijo el XI Conde de Lemos al rey Feli-pe V: ”Su nobleza procedía de Dios y el Tiempo” (Tempo). (“Vuestra Majestad es dueño de mandar cubrir en su real presencia a quien le pareciere, pero la grandeza de los Con-des de Lemos la han hecho Dios y el tiempo”).

De hecho, la hidalguía, que es la nobleza de sangre, no podía ser concedida por el Rey (nobleza inmemorial). Como afirmó Mosem Diego de Valera en el siglo XV: “El Rey pue-de fazer caballeros mas non fidalgos”. Llamamos Hidalgos de sangre a aquellos que no hay memoria de su principio ni

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se sabe por escritura en que tiempo comenzó, ni qué rey hizo la merced. El Código de las Siete Partidas establece dos me-dios de acceder a la hidalguía:

Por saber, es decir el conocimiento y la práctica de Ciencias y Artes Liberales (Sabiduría).

Por bondad de costumbres (Bondad).

¿Qué es entonces la nobleza? Filosóficamente, un no-ble es una persona que se conoce a sí misma. Noble-za es el resultado de un conocimiento filosófico in-trospectivo, cuyas consecuencias en el plano existen-cial se plasman en un modo de vida que el público identifica como noble.

Los Griegos y los Romanos, fundadores de nuestra civilización, resumieron esta búsqueda del autocono-cimiento en la máxima nosce te ipsum (Conócete a tí mismo).

Este conocimiento interior no es transmisible por el lenguaje común, y sólo es alcanzable a través de la vía iniciática y del autoconocimiento. No existen Universidades del autoconocimiento, ya que cada individuo es diferente. Es un viaje que debe ser em-prendido en solitario, pues sólo cada uno de noso-tros tenemos acceso a lo más profundo de nuestra alma.

Hablamos de un conocimiento que imprime carácter. No es posible retornar de este viaje sin sufrir una to-tal transformación vital. El resultado es una persona libre. Libre de miedos, libre de complejos, libre de esclavitud moral o material. Una persona que sólo responde a su conciencia, y cuyas acciones son hono-rables y consistentes con un ideario magnánimo y magnífico.

Otra cosa es juzgar a muchas de las personas que al-gunos monarcas y papas han decidido reconocer con

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un título de nobleza. Estos títulos se han convertido en certificados de vanidad y esnobismo, en numero-sas ocasiones comprados por personas con baja auto-estima. Cabe cuestionar la razón por la que un noble, es decir, un individuo supuestamente libre y de principios morales pagaría por un diploma que lo certifique como vasallo o esclavo de alguien, sea éste Rey, Emperador o Papa.

Debemos autoexaminarnos honestamente con el si-guiente examen de conciencia:

1. ¿Somos realmente una persona libre e indepen-diente? ¿Tenemos realmente el control de nuestra mente y cuerpo? ¿Comprendemos realmente nues-tras responsabilidades y aceptamos las consecuen-cias de nuestros actos por voluntad propia?

2. ¿Somos realmente una persona moral ¿Soy capaz de distinguir realmente entre el bien y el mal?¿Deseo transmitir e inspirar este conjunto de principios, va-lores y virtudes a mis descendientes?

3. ¿Soy realmente una persona cívica? ¿Me esfuerzo realmente y constantemente por convertirme en un ser humano más perfecto? ¿Participo realmente en actividades encaminadas a mejorar la sociedad?

Si somos capaces de responder afirmativamente y sin re-servas a todas y cada una de estas preguntas, habrá pocas dudas de que somos una persona noble.

Quizás no hemos sido conscientes de haber emprendido el viaje del autoconocimiento, pero nuestras obras manifiestan que este conocimiento vive en nosotros. Quizás no tengamos blasón, palacio o una gota de sangre real, pero disponemos de aquello que es más preciado para un noble: Honor. Ojalá muchos de los títulos del Reino que se esconden y amparan bajo el glamour de algunos marquesados y ducados o con-dados tuviesen esta nobleza, que es la verdadera.

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Un Rey no puede hacer nobles, por el mismo motivo que no puede hacer buenas personas. Sólo Dios y el Tiempo pueden hacerlo. Analicemos qué quiere decir esta máxima del XI Conde de Lemos.

*¿Por qué tiempo? Al igual que los individuos, las familias crecen y adquieren madurez, confianza e identidad propia. Aunque nosotros no poseamos una genealogía milenaria, es muy probable que nuestra familia haya transmitido a través de incontables generaciones un legado de valores espiritua-les. Si desde nuestra niñez estos altos principios morales han sido inscritos en nuestra mente y alma ellos nos inhiben de participar en actividades bajas y denigrantes. Ellos nos habrán guiado hasta convertirnos en un ser virtuoso y “Una piedra más que proporciona el soporte al edificio que consti-tuye la sociedad”. Pensemos en estos pares de personas: Ju-lio César y Augusto, el Duque de Malborough y Winston Churchill. Cada uno de ellos se enfrentó a una crisis cuya re-solución marcó su Era. Estas personas podrían haber evadi-do sus responsabilidades, al igual que hicieron muchos de sus coetáneos. No obstante, un sentido de rectitud moral, transmitido por siglos en sus familias les enseñó a dominar sus miedos y a enfrentarse a las amenazas que ponían en pe-ligro a sus respectivas sociedades. Al enfrentarse a la tiranía de su tiempo, estaban respondiendo a la llamada de sus fa-milias y ancestros. Encontraremos ejemplos de personas ins-piradas por la memoria de sus antepasados en el campo de las Artes (los Mozart), las Ciencias (los Bernuilli, los Curie, esta familia ha sido galardonada con cinco premios Nobel. En contraste, España sólo ha obtenido seis premios Nobel, cinco de ellos en Letras, ya que no podemos citar a Severo Ochoa, pues ganó el premio Nobel de Medicina en 1959 para Estados Unidos. Con esto queremos ilustrar el hecho de que una familia, los Curie, puede tener más impacto que muchos países), la Política (los Kennedy), el Mecenazgo (los Médici), la Milicia (Mc. Cain), los Negocios (Los Rothschild), etc.

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* ¿Por qué Dios? En ocasiones, la historia nos sorprende con seres humanos extraordinarios que contra toda probabi-lidad triunfan frente a cada adversidad hasta convertirse en ejemplos para el conjunto de la humanidad y las generacio-nes venideras. Hablamos de Abraham Lincoln, el Dr. Martin Luther King, la Madre Teresa de Calcuta, Mahatma Ghandi, Don Santiago Ramón y Cajal, etc. Sus orígenes no permitían anticipar el éxito que alcanzaron y los beneficios que gratui-tamente dispensaron al conjunto de la humanidad. Ningún Rey les concedió un título por ello, al contrario que a algún cantante o futbolista, pero quien no piense en estos indivi-duos como nobles, debería revisar su definición de este término.

Por todo ello inmediatamente nos formularíamos la si-guiente pregunta: ¿Tiene la nobleza alguna función en el si-glo XXI? Pregunta que se responde también de forma inme-diata: Una institución tiene sentido en tanto cumple con un cometido social. Este es el motivo por el que la nobleza titu-lada es generalmente ignorada por la sociedad española ac-tual, al igual que en otros muchos viejos países. Si bien la nobleza ejerció un papel fundamental durante la Reconquis-ta y expansión del Imperio Español, esta institución se ex-cluyó o fue excluida de la estructura social a mediados del siglo XIX. Este no fue el caso del Reino Unido, motivo pro-bable por el que este país tiene la democracia más estable del Continente Europeo, de hecho, el Reino Unido no es un Es-tado, sino que sigue siendo una Corona, pues carece de Constitución o Carta Magna fundacional.

Esta desvertebración de la sociedad española no fue caren-te de consecuencias, como lo demuestra el hecho de que Es-paña es el único país europeo que ha padecido en menos de dos siglos, cuatro guerras civiles, dos repúblicas, dos dicta-duras, dos restauraciones, múltiples intentos separatistas, magnicidios y asesinatos políticos, alzamientos, etc. En com-paración con las sociedades de otros países, la española pa-

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rece desorganizada, traumatizada y en constante crisis de identidad.

Las tradiciones son el cuerpo ideológico o espiritual que da continuidad intergeneracional a las sociedades, de ahí el término mos maiourum, o costumbres de nuestros ancestros. En contraposición, las revoluciones son movimientos socia-les que pretenden destruir dicho cuerpo espiritual para re-emplazarlo por otro. Las familias son el componente esencial de las sociedades civiles porque cumplen la función de transmitir las tradiciones de forma autónoma y descentrali-zada. Dicho de otra forma, las tradiciones viven en las fami-lias. Toda revolución que desee ser exitosa debe primero destruir el mecanismo de transmisión de las tradiciones, que es la familia.

Es aquí donde entra en juego el papel de la nobleza como institución familiar de cohesión social en dos dimensiones: Coetánea e intergeneracional. A lo largo de los siglos, Dios nos ha enviado a individuos excelentes que han iluminado al mundo, comenzando por sus familias. Han inspirado a mi-llones de contemporáneos, su memoria inmortal es transmi-tida de generación en generación por siglos, su recuerdo es motivo de adoración por sus descendientes y compatriotas. Noblesse oblige, nobleza obliga, por consiguiente sus here-deros espirituales están obligados a seguir el ejemplo de sus antecesores. Ningún descendiente que sea consciente de esta responsabilidad se pondría a sí mismo en una situación des-honrosa, sabiendo que encontrarán a sus ancestros en la vida Eterna.

Unum Heroicum Vir, Totam Gente Ilustrat

Si consideramos que un buen padre o madre puede ejercer una influencia positiva sobre un hijo, y en un nieto, y en un bisnieto,…entonces la nobleza tiene una función social en el siglo XXI. Porque de agradecidos es ser bien nacidos.

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CAPÍTULO IV

EL HOMBRE CIVILIZADO

a libertad que hoy gozan la mayoría de los seres humanos (que no personas humanas, término redun-dante utilizado actualmente con cierta profusión) no

es de orden económico, ni intelectual ni menos moral. Es apenas la libertad de ir de un lado para otro. El problema con nuestra cultura parece ser la ignorancia espiritual acerca de quiénes somos y qué razón tenemos de ser.

También tenemos la libertad de poder leer o escuchar men-tiras y medias verdades de la prensa y de los diferentes ca-nales de televisión y emisoras de radio, y finalmente tener derecho a votar. Otra cosa es que nuestro voto sirva para al-go.

También los numerosos francotiradores cómicos de la le-gua y titiriteros pseudollamados intelectuales que abundan en las sociedades llamadas democráticas arrastran a nuestros jóvenes a la nada. Este hecho se percibe como vergonzoso, humillante e indigno. Es necesario descubrir la razón por la que nuestra cultura occidental sobrevive.

El Presidente de la Universidad de Gonzaga, Robert J. Spitzer ofrece una guía para una educación efectiva conside-rando los cuatro deseos básicos del alma humana que moti-van lo que hacemos y cómo vivimos.

Somos libres políticamente, más económicamente somos esclavos. La libertad democrática sólo existe para los ricos y poderosos, porque les permite aumentar su riqueza y gozar de toda la variedad de bienes de este mundo.

L

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El primer deseo humano es el del placer físico. Puede ser inmediatamente satisfecho, se requiere muy poco de nues-tros poderes humanos para alcanzarlo y, es necesario para la existencia.

Aunque el placer físico no es malo en sí mismo, una perso-na que hace de ello su razón de ser y de su existencia, pronto se sentirá vana, vacía e insatisfecha. Sentirá que está en rea-lidad malviviendo su vida. Esta es la forma en la que el alma indica que hay poderes más profundos en la naturaleza humana aún sin satisfacer.

Hay que reconocer que el capitalismo, a pesar de ello, con-siguió la expansión económica del siglo XX. Una enorme acumulación de la riqueza y un aumento general de la salud y de las condiciones materiales de la vida. Sin embargo, al mismo tiempo separó a las familias de la tierra que las sos-tenía, y favoreció su hacinamiento en las ciudades.

El deseo “de algo más” es el catalizador que despierta nuestro segundo deseo humano: el deseo de crear una iden-tidad propia por medio de la comparación, la competición, los éxitos, el reconocimiento, la popularidad, el poder y el control. Aunque objetivamente no existe nada de errado en ello, perseguir la satisfacción del ego como nuestro fin últi-mo, llenará la vida de celos, ansiedad, desconfianza, temor, agresividad, convulsiones obsesivas, desprecio por otros e incluso odio propio.

Entonces el marxismo sustituyó a la burguesía por el pro-letariado, y ahora el capitalismo está siendo sucedido por la democracia. Del mismo modo que el liberalismo, el marxis-mo otorga preferencia al factor económico sobre todo lo de-más. Concedió una apenas libertad teórica a los proletarios suprimiendo otras clases sociales. Pero el mundo real es mu-cho más complejo de la mera abstracción contemplada por Marx. El sufragio universal facilita la creencia de la igualdad de los individuos, pero no pasa de ser una fantasía o mejor una abstracción mental.

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Muchos filósofos señalan que la solución a esta crisis es mirar más allá de nosotros mismos a las necesidades de los otros. Este tercer deseo, el de contribuir y entrar en comu-nión los unos con los otros puede llevarnos a algunos de los más grandes momentos de una causa común. También pue-de conducirnos a algunos e los momentos más oscuros de la desesperanza y convertirnos rápidamente en idealistas. El problema es que empezamos a buscar su cumplimiento tra-tando de llenar este deseo con seres humanos imperfectos y limitados y por ello inevitablemente experimentaremos frus-tración y desánimo. Por otro lado, si se responde a este deseo descansando en una fe que va más allá de lo que se puede ver, entonces este cuarto deseo, por último tiene el potencial de guiarnos al gozo que resulta de entrar en relación con nuestros niveles más profundos del propósito humano, es decir de los ideales más elevados, lo noble, lo puro, por ello se necesita desesperadamente alimentarnos de una visión de esperanza, de dignidad, no sólo de sensación y control.

No comprendemos que si desde el punto de vista filosófi-co, los seres humanos pueden ser considerados iguales, no sucede lo mismo desde el punto de vista científico. Muchos son individuos que no pasan la edad psicológica de los diez años. La mayoría nunca llegan a lograr la madurez mental, pero sin embargo son esos sub-hombres los que, gracias al sufragio universal, dan su impronta a la política de las na-ciones, de esta semilla surgen los políticos y gobernantes que rigen el mundo actual.

El trabajo humano no es una mercancía que se pueda comprar como cualquier otra. Es un error despersonalizar al ser inteligente que dirige la máquina, reduciéndolo las em-presas a mera “mano de obra”. El ser humano no tiene dere-chos, sino necesidades y, estas pueden observarse y medirse. Es necesario que sean satisfechas para tener éxito en la vida. El derecho es un principio filosófico, la necesidad un concep-to científico (en la Biología y en la Sicología). En la organiza-ción de la vida colectiva se da preferencia a los caprichos in-

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telectuales sobre los elementos de la Ciencia, llegando el triunfo de las ideologías a consagrar el desmoronamiento de la civilización. Los síntomas de esta enfermedad son comple-jos. Se manifiestan al mismo tiempo en el individuo y en las sociedades.

El individuo se adaptó mal al clima moral en el que la de-mocracia le obligó a vivir. El nivel mental del hombre no camina a la par de los progresos de la Ciencia y la Tecnolo-gía, de la Medicina, de la Higiene y de la Pedagogía. La ca-pacidad de trabajo y la propia inteligencia disminuyeron desde que el abuso, la irresponsabilidad y la búsqueda del bienestar se transformaron en reglas de conducta.

Las enormes sumas gastadas en la educación no dieron el resultado esperado. Los analfabetos son ahora muy numero-sos. Los títulos, tanto de enseñanza básica como secundaria y hasta de la superior, no constituyen prueba de inteligencia, ya que muchas personas de bajo nivel mental consiguen su-perar esos exámenes.

Hay miles de individuos inadaptados a la vida moderna. Un gran número de desempleados lo son porque no están preparados para el trabajo. Así la mayoría tiene que ser ali-mentada por el trabajo de la minoría. El bajo nivel de inteli-gencia y del sentido común parece ser debido a la corrup-ción de las buenas costumbres, los roles y patrones de con-ducta y a los excesos de toda índole.

El ser humano tiene mucha dificultad para comprender lo íntimo de su ser, aquello que no quiere entender. Cierra ins-tintivamente los caminos de su inteligencia a los hechos cu-yo conocimiento le obligarían a abandonar aquello que le sa-tisface momentáneamente. Se resiste a admitir los peligros de los excesos, la mentira o tornarse odioso a los demás por su egoísmo y su falsedad. Es decir, se pone de manifiesto “el no hay peor ciego /sordo que el que no quiere ver / oír.

Existe mucho sesgo por los intereses mundanos y los con-ceptos que ellos encierran.

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No nos queremos ver tales como somos. La vanidad es ce-rrar los ojos ante nuestra propia realidad. No sentimos nece-sidad de disciplinarnos o de modificar nuestra forma de pensar. Comprendemos mejor el uso de la presión y la vio-lencia con el fin de satisfacer nuestra vanidad o nuestras pa-siones, que el esfuerzo y la disciplina para mantener o ad-quirir salud, inteligencia, formación o bondad.

No hemos tenido la prudencia ni el coraje suficiente para someternos a las reglas, como sucedió en el ocaso de todas las civilizaciones. Cuando el ser humano se libera de las pa-siones y de las necesidades naturales de la vida por su inte-ligencia y por su ingenio deja de pensar en sustituir por otras disciplinas aquellas que la naturaleza le imponía.

Muchas personas no poseen fuerza moral para someterse a las duras leyes de la vida porque nunca se les enseñó a tener dominio propio desde su más tierna edad. La familia y la es-cuela acostumbraron al hombre a la indisciplina, a la falta de límites y a la indiferencia.

Sólo cuando nos vaciamos internamente podemos acome-ter determinadas empresas.

Durante muchos siglos la moral cristiana mantuvo en nuestros antepasados el hábito de la disciplina. Aparte de aquellos pocos que viven por sus principios de amor, de prudencia y dominio propio, la moral cristiana ha sido abandonada por la mayoría. La moral del placer que la ha sustituido nos debilita irreparablemente.

La diferencia entre el bien y el mal está cada día más difu-sa en la mente de muchas personas. Es decir, los obstáculos que la racionalización de la conducta encuentra en nosotros consisten por un lado en la deficiencia intelectual que nos impide ver la realidad, y por otro, de la flaqueza moral que caracteriza nuestra época.

Actualmente vivimos en un mundo hostil a la vida, en un medio que no se ajusta a las verdaderas necesidades de nuestro cuerpo y menos de nuestra mente y espíritu.

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A los ojos de nuestros contemporáneos es ridículo decir la verdad, es ridículo mantenernos fieles a nuestra palabra da-da, es ridículo trabajar honestamente y no molestar al próji-mo.

Los profesores, como concepto genérico, no se convencen ellos mismos de que los valores de la honra y de la moral son mucho más importantes que el éxito en los exámenes y los alumnos viven en la misma incomprensión.

Con una visión elemental y cinematográfica, la revolución absurda contra las leyes de la vida no deja de crecer. Existe entre la sociedad postmoderna actual y la conducta racional de la vida el mismo conflicto que existió entre la sociedad romana del siglo IV y la moral cristiana. Comer y beber eran, junto con los deportes, las carreras de caballos y los comba-tes de gladiadores, las únicas preocupaciones de los romanos de la decadencia. Las nuestras son idénticas en una civiliza-ción creada por la Ciencia y la Tecnología desintegrándose como se desintegraron las civilizaciones del pasado.

Del mismo modo que los romanos, no hemos aprendido suficientemente de la historia y no comprendemos la necesi-dad de una renovación. Es la fe y no la razón la que impele al ser humano a la acción. No es la inteligencia la que nos proporcionará el coraje para vivir de acuerdo al medio crea-do y del que dependemos. La inteligencia se limita a ilumi-nar el camino, pero no nos empuja a continuar al frente.

Para actuar sabiamente necesitamos no sólo sentimientos sino también razón, porque sin razón los sentimientos nos pueden llevar lo mismo a los abismos del océano que al es-pacio exterior.

Hay dos pasiones capaces de empujarnos a la acción: el amor y el miedo, pero sólo la primera posee el poder de de-rrumbar las sólidas murallas tras las que se refugia nuestro egoísmo. Sólo el amor es capaz de encender en nosotros mismos el entusiasmo y de hacernos caminar con alegría hasta el infinito.

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Hemos de recordar que somos mortales y todos somos aprendices, a pesar de nuestra Maestría.

Es preciso por ello encontrar el camino y la cordura espiri-tual que nos conduzcan a la salvación y eviten los sufrimien-tos que acompañan a la agonía de las civilizaciones.

“Vivir en la Tierra es caro, pero ello incluye un viaje gratis alrededor del Sol cada año” (Anónimo).

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Parte 2

EL CRISOL EN LA ALQUIMIA:

LIXIVIANDO LA CRÍTICA SOCIAL.

EL OJO COBRIZO DEL JABALÍ

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CAPÍTULO V

LA HUMANIZACIÓN DE LA CIENCIA

Y LA TECNOLOGÍA: LUCES Y SOM-

BRAS2

ace cien años, Albert Einstein sentó las bases de la nueva Física. En apenas unos meses, aquél ingenie-ro de la oficina de Patentes de Berna colocó los ci-

mientos de la Física que nos permitieron entender la comple-jidad de las leyes por las que se rige el universo. Los rayos láser, los ordenadores, la televisión, los satélites o la energía son productos de los pensamientos y teorías de Einstein. Es-to nos muestra que la Ciencia abre paso cada vez más a la Ingeniería. En su primer artículo, en la revista Annales der Physik, sin negar la teoría ondulatoria que se conocía hacía un siglo, señalaba que la luz es a la vez ondas y partículas. Aquello desafiaba el sentido común, pero le valió en 1.921 el premio Nobel. El segundo artículo desarrollaba su teoría so-bre los átomos y las moléculas. El tercer artículo lo dedicaba a la manifestación microcósmica del movimiento de los áto-mos. El cuarto y más conocido se refería a la electrodinámica de los cuerpos en movimiento. Era el fundamento de la rela-tividad y entraba en conflicto con la mecánica clásica, E=M c2, es la fórmula física más célebre de la historia. En los diez años siguientes estableció la noción espacio-tiempo y genera-lizó la teoría de la relatividad que serviría de base a la cos-mología científica. Einstein nos muestra el camino de con-

2 Artículo publicado por este autor, en ABC.

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vergencia de las teorías en su aplicación práctica y del cre-cimiento inimaginable de las tecnologías orientadas al servi-cio de la realidad social.

Europa camina hacia la Convergencia. España se mira en el espejo de Europa, pero hay imágenes más allá que guían los criterios del futuro. No hay que pretender converger con la Europa del siglo XX, sino con la del siglo XXI. Ésta última no es únicamente una Europa sólo “europeísta”, sino que es una Europa global y competitiva a escala mundial.

Para Kant, la dignidad de la persona arranca de su condi-ción de individuo que es. El fundamento de la dignidad de la persona radica en su autonomía individual que le permite ser él mismo y libre a la vez. ¡Verdad que no es igual ser un buen hombre que un hombre bueno? Para Aristóteles, el pa-radigma del hombre bueno era el de la persona virtuosa. Hoy, cuando empleamos el adjetivo “virtuoso” lo restringi-mos a los artistas. Algunos músicos son virtuosos, algunos pintores o escultores. Y los demás, parece como si sólo pu-diéramos aspirar, en el mejor de los casos, a ser buenos pro-fesionales.

Pero sucede que nos ha tocado vivir una nueva época que carente de humildad, se ha venido a denominar nada menos que de la “excelencia”, por los gurús del Management y la Calidad.

Y me costaría mucho definirlo aquí porque esas cosas que se dicen desde la razón, en el fondo están “del otro lado de la razón”, no porque sean irracionales sino porque son humanas y lo humano trasciende la sola racionalidad.

Cuando queremos fundamentar cualquier cosa racional-mente, en este complejo entramado de lo humano, casi siempre nos quedamos cojos, reconozcámoslo. Podremos aproximarnos pero siempre será una aproximación reduc-cionista. Lo humano como tal es racional, pero también es simbólico, afectivo, pasional a veces. ¿Hay algo más humano y menos racional a la vez que enamorarse de alguien? ¿Aca-

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so no es humana esa especie de locura transitoria? (para al-gunos enfermedad crónica). El movimiento ilustrado, el si-glo de las luces fue tan básico como el emotivismo (romanti-cismo) o el idealismo alemán.

Quizá, se me ocurre, que antes de buscar el Santo Grial o la Excelencia, deberíamos conformarnos con lograr la síntesis. Incluso, tal vez algunos, aún antes de hablar de excelencia, debieran escarbar en la de-cencia. Síntesis decía, entendida como un proceso que conduce al reencuentro con el hombre, con lo propiamente humano. Un proceso, por lo tanto que bien podríamos denominar con propiedad, de humaniza-ción.

Y esto pasa por aceptar al hombre tal como es. Ese com-pendio casi místico y atávico de valores, vicios, necesidades, capacidades para satisfacerlas y, todo ello, bajo el horizonte de lo limitado, de lo vulnerable. Aquello que era el centro del Cosmos durante el Renacimiento, admitamos que es frágil, vulnerable y limitado. ¡Gracias a Dios!Porque lo sóli-do, eterno e inmutable al no ser de este mundo no requiere de atención. El hombre sí

“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo“, decía Arquímedes en la antigüedad. Esta frase, referida al uso de palancas y otros artilugios mecánicos, bien pudiera haber re-sumido el sentir de los científicos del siglo XIX, admirados del poder de sus teorías y ufanos de poder desafiar con sus aplicaciones a las fuerzas de la naturaleza. El ideal científico de aquella época aspiraba a componer una serie de hipótesis que explicaran definitivamente el Universo (como actual-mente la Teoría Unificada de las Fuerzas).

Cuando se proyecta una obra de ingeniería, debe existir una armonía- lo que para los griegos clásicos significaba una proporción, una medida sin excesos-, una coherencia entre la tipología estructural, el tratamiento que se da a los materia-les con los que se trabaja, los fundamentos técnicos-tanto en su diseño como en su construcción-, la economía de la obra y

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su belleza. Es posible que alguno de estos factores prevalez-ca sobre los demás en casos concretos, pero siempre se debe tener en cuenta una relación armónica entre todos ellos. Cuando no se ha considerado alguno de estos factores, o se abusa de uno sobre los demás, se produce un desequilibrio, un exceso —una “hybris” que llamaban los griegos, que era el peor defecto de los dioses— y, necesariamente, el resulta-do no puede ser otro que el de una obra mal proyectada. Sa-fo lo expresaba así: “Lo que es bello es bueno, y lo que es bueno no tardará en ser bello”. Gaudí expresaba que “la ori-ginalidad es la vuelta a los orígenes”.

Los periodistas y creadores de opinión se dedican a enco-miar a personajes del mundo de la farándula, del mal llama-do deporte, como es el fútbol y la política, fundamentalmen-te, pero no se dedican a crear opinión sobre las personas que trabajan, investigan, crean y contribuyen al progreso huma-no, con realizaciones como las obras de ingeniería al servicio de la sociedad en su conjunto y que proporcionan seguridad y bienestar, resultando impresionantes por su poder de mo-dificación de la naturaleza identificando los principales hitos de la humanidad con el desarrollo de las infraestructuras de comunicación y del transporte, fundamentalmente, la aven-tura espacial, la aventura genética, la I+D+i, etc. ¿Qué ejem-plo se está creando para las sucesivas generaciones de espa-ñoles? ¿Por qué no se pone coto a tales desmanes?

Las matemáticas se antojaban como un campo de pruebas idóneo donde ensayar la potencia del raciocinio humano. Uno de los más ilustres pensadores de finales del siglo XIX, el matemático alemán David Hilbert, llegó a ponerse al fren-te de un programa que pretendía resolver “la cuadratura del círculo en la matemática”, definiendo un conjunto completo y congruente de axiomas a partir del cual se respondiera a cualquier pregunta y se resolviera todo problema matemáti-co que pudiera plantearse. No estuvo sólo en este empeño, y afamados colegas se lanzaron también por ese ambicioso camino. En la fecha de su retiro, en 1930, Hilbert tenía moti-

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vos para sentirse satisfecho, pues parecía cercano el día en que se culminara su plan de perfección. Pero un duro golpe le aguardaba en la figura de un extravagante joven matemá-tico proveniente de las tierras del imperio austro-húngaro: Kurt Gödel. Con una certera intuición, Gödel arruinó en 1931 el sueño de tantos matemáticos con dos breves axio-mas. En un prolijo lenguaje, vino a decir dos cosas: si el con-junto de axiomas lógicos de una teoría es coherente, existen siempre en ella proposiciones que no pueden demostrarse ni refutarse. Además, ningún proceso lógico constructivo podrá demostrar que una teoría axiomática es coherente. Por resumir, hizo patente que desde la propia lógica no es posi-ble construir sistemas completos y congruentes, pues siem-pre queda un margen de “indecibilidad” para el cual el ma-temático no podrá nunca afirmar ni negar que ciertos axio-mas sean correctos. Apenas cuatro años antes, en 1927, el físico alemán Werner Heisenberg había demolido otro sueño científico semejante: el de la todopoderosa fuerza del empi-rismo. De los trabajos de Heisenberg se deduce que a escala atómica el mero acto de medir “deforma” el fenómeno ob-servado, o lo que es lo mismo, en toda medida existe una in-certidumbre intrínseca que impide se conozcan con exacti-tud los valores de las magnitudes físicas. Así pues, en tan breve lapso de tiempo, los dos grandes pilares del avance científico, la experimentación y la razón quedaron en entre-dicho, al menos en su forma más clásica y petulante. Fue en aquellos años prodigiosos cuando nació una nueva manera de pensar la ciencia, acotando sus límites mediante la incer-tidumbre y la indecibilidad. Comprobamos que la Ciencia es una forma más de pensamiento.

La sociedad necesita de más Pedros Duques, el ingeniero aeronáutico y astronauta español de la Agencia Espacial Eu-ropea, ESA, y menos personajes de la farándula, futboleros, titiriteros y demás fauna pseudo progre, para que así nues-tros hijos sueñen con representarnos en el escenario interna-cional,. Ya lo dejó escrito Goethe “per aspera ad astrum”.

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Sólo el camino duro lleva a las estrellas. Necesitamos más aspirantes a ingenieros y a científicos que aspirantes a las pasarelas, los focos y los horteras escenarios de los progra-mas de televisión financiados con dinero público. Ese es el modelo que proporcionan a una buena parte de la ciudadan-ía, que aparentemente parece afectada por un extraño virus, un sintomático idiotismo que conforma una existencia cier-tamente dramática ¿Qué está ocurriendo? Mahatma Gandhi refería:” La gente se arregla todos los días el cabello ¿porqué no el corazón?”.

La prensa y la sociedad española en su conjunto está transmitiendo una vulgar cultura basura de conceptos per-versos y valores huecos, alejada de los verdaderos intereses de un país que quiere avanzar por el progreso de las ideas y de los valores transcendentes.

Alguien habrá de lanzar un grito desgarrador... ¡Que al-guien haga algo, por favor!

¿Qué nos está sucediendo para que el hombre no nos pro-duzca sorpresa? ¿Por qué no nos fascina y hasta no nos so-brecoge? Quizá hemos dejado todo en manos de la razón y ello da poco de sí...

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CAPÍTULO VI

CAMINOS VIEJOS,

CAMINOS NUEVOS3

a geografía de los países viejos tiene muy herida la piel por las huellas de los hombres. En realidad, su larga historia ha ido forjándose sobre las líneas de sus

caminos, que son las arterias de la sangre que les han dado vida, en clara analogía con la histología del cuerpo humano. Sabemos ya que ahora y, cada vez con más fuerza y perfec-ción, a los antiguos caminos de barro y piedra se unen esos imprecisos senderos del aire denominados Aerovías en ter-minología aeronáutica, trazados virtualmente en el espacio por medio del efecto electromagnético que guía por ellos a las aeronaves y, que evitan montañas, árboles y ríos. Todo país desarrollado necesita las rutas aéreas, pero solamente los más antiguos pueden mostrar bajo ellas esa red terrestre que configuró su historia y por la que discurrieron los pasos de su Cultura.

España es un país muy viejo, todo el mundo lo sabe y, la rápida modernización que en estos años está emprendiendo no podrá hacer olvidar a sus pobladores ni a los visitantes que cada día la frecuentan en mayor número y con mayor interés, esas antiguas vías de los que construyeron el país. Ni los renovados aeropuertos, ni la multiplicación de las fre-cuencias aéreas, ni el nuevo trazado de los trenes de alta ve-locidad, ni la joven red de autovías o los tramos de autopis-

3 Artículo publicado en el diario La Razón por este autor.

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tas abiertos de tarde en tarde podrán enterrar, ni sería de-seable, por lo menos el recuerdo de los antiguos caminos. A veces lo hacen físicamente, desde luego, por desidia o por necesidades técnicas, pero todavía es posible hoy recorrer paso a paso rutas que en otro tiempo fueron gloriosas.

Algunas incluso siguen utilizándose por pastores, campe-sinos y viajeros a pie. De cuando en cuando, cruzando cam-pos o escalando montañas, pueden encontrarse partes de los caminos romanos, por ejemplo, en muy buen estado.

Tal vez uno de esos caminos más famosos, más puros y en mejor estado sea el que en el siglo pasado se llamó Vía XXIV y, los árabes apodaron BaLaTa (pavimento), de donde nos llega el nombre por el que popularmente ha sido conocido: Vía de la Plata. Este camino, que en los mapas romanos fi-gura como Iter ab Emérita Asturicam, era una auténtica au-topista que unía las ciudades de Astorga y Mérida a través de unos cuatrocientos kilómetros de norte a sur, en el tercio occidental de la Península Ibérica. Por él se transportaba el oro de las minas del noroeste hasta los puertos de Itálica primero (Sevilla) y de Olissipo (Lisboa) más tarde. Y por él subieron las legiones de Augusto para las guerras cántabras.

Cada veinte millas romanas más o menos (unos treinta kilómetros) se levantaba una mansio o posada. Era la distan-cia que podía caminar un grupo de soldados en una jornada. De esas mansiones quedan muchos restos y algunas coincid-ían con ciudades que luego se desarrollaron vertiginosamen-te como Cáceres, Salamanca, Zamora, etc. También, desde luego, incluso a lo largo de varios kilómetros siguen en su si-tio, dos mil años después, las losas de granito, los puentes, los fortines, los miliarios,..., además de los numerosos mo-numentos de las poblaciones de la ruta. Ese viejo camino, sin embargo, se calcula que tiene cuatro mil años de antigüedad. Antes que Roma, lo habían utilizado las tribus íberas, los tar-tesios, los fenicios, los cartagineses de Aníbal,... y sería, tam-bién, más tarde, eje principal de las invasiones árabes.

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Pero este no es más que uno entre docenas de los caminos viejos que conviven con los que se van abriendo, confor-mando la Caminería Hispánica. Siempre fue España tierra de paso, tierra de caminantes. Así surgió su arte y su cultura. Los caminos de hoy la unen más directamente con Europa pero no desdeñan los demás destinos que forjaron su espíri-tu y su sustancia.

El concepto de “viajero” implica el concepto de “camino”, caminos por la tierra, por el agua o por el aire, que no será otra cosa sino un itinerario ya establecido que conduce con seguridad a algún lugar (por ejemplo a algún albergue o po-sada) y que por consiguiente elimina cualquier sorpresa en materia de rutas. Esta es la razón por la cual hay que tratar con mucha cautela la famosa fórmula de Antonio Machado: “caminante, no hay camino, el camino se hace al andar”, porque cuando alguien recorre un itinerario que todavía no es camino, no se puede decir que está haciendo el camino, porque para que el itinerario se constituya en camino, y no en meramente un sendero, no será suficiente haberlo segui-do, sino que haría falta haberlo recorrido, reandado. Haría falta “volver a las andadas” pues sólo de ese modo podrá comprobarse su “viabilidad pública”, la viabilidad repetible de mi itinerario y su seguridad como camino. Un camino es siempre, según esto, un camino trillado. Y esto no lo digo yo, lo dice, por ejemplo el filósofo Gustavo Bueno y antes que él lo dijeron Covarrubias y Fray Luis de León al comentar en Los nombres de Cristo, el nombre “camino”, “por manera que este nombre, camino, de más de lo que significa con propiedad, que es aquello por donde se va a algún lugar sin error...”

El camino es pues la norma del viaje, por lo que el viajero es, con propiedad, quien recorre algún camino, algún itine-rario ya establecido y reglado. Un itinerario que no tiene porque ser, salvo por abstracción, estrictamente geográfico-espacial. Un itinerario es así, alguna línea del espacio, pero del espacio antropológico, que incluye siempre la temporali-

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dad, la duración del acto de recorrerlo. Ningún camino, ni el geográfico, puede recorrerse en un instante, fuera del tiem-po. El itinerario es siempre una “línea en el tiempo de una vida”, ya sea ésta una vida terrena, inmanente, aunque in-cierta (quia vitae sectabor iter), sea de una vida espiritual transcendente, el Itinerarium mentis in Deo, que San Buena-ventura pretendió reglar, jalonar y graduar.

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CAPÍTULO VII

CREACIONISMO VERSUS

REGENERACIONISMO

a Ciencia utiliza el método de aproximaciones, es de-cir irse aproximando a sus objetivos sucesivamente. Actualmente se encuentra a la búsqueda de una Teor-

ía Unificadora de todas las teorías conocidas, como compen-dio de las mismas.

Entiendo que el Darwinismo es una teoría caduca, que ha sido poco revisada, la gente suele tocar de oído. El propio Darwin no era científico y por ello elaboró una teoría muy simplista. Así indicaba que el negro está entre el hombre y el gorila. La mujer está en un estado evolutivo inferior al hom-bre. A los pobres hay que castigarlos y en el mundo sobra gente que hay que procurar eliminar, especialmente a la de inferior calidad ¿Quien está autorizado para definir el rango de la calidad? Esto era en principio uno de los objetivos de Hitler: La Eugenesia. Fueron esterilizados muchos negros e hispanos pobres. Darwin indica que no hay que salvar la vi-da de los enfermos estúpidos, es un derroche económico.

Los Creacionistas creen en el origen de la vida a través de la Creación del hombre por Dios opuestos, por tanto al Dar-winismo.

Eran reconocidos Eugenistas el Comandante Jacques Cous-teau, el financiero Rockefeller, el naturalista Daniel Attenbo-

L

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rough, el fundador de la cadena CNN Robert Tunner, entre otros.

La Tesis de Darwin “El origen de las especies por medio de la selección natural se basó en la teoría de Herbert Spencer “La Estática Social”.

Los grandes cambios de organización animal (fauna) están ligados a grandes catástrofes ambientales.

En la naturaleza se producen los genes egoístas que compi-ten con otros.

El reconocido biólogo Máximo Sendín, indica que las en-fermedades están en el ambiente y alteran el gen.

Las bacterias son fundamentales para la vida. y, por ello las vacunas son un negocio de la industria farmacéutica (Farmaindustria), una de las industrias más poderosas ac-tualmente.

Los transgénicos que algunos definen como la gran espe-ranza alimentaria, y es que alguien está jugando a ser Dios, pueden dar lugar a gran una catástrofe alimentaria, pero a la vez a un gran negocio. ¿Son un error los transgénicos?

La vida es la integración de bacterias y virus. Su origen no ha sido a través de la evolución, como cambio gradual sino a través de una transformación o cambio brusco. Es decir, en-tiendo que la visión actual es errónea.

Por ello hemos de vivir en armonía con la Naturaleza y en-tenderla, respetarla y no manipularla, ya que la vida es la in-tegración de diversos fenómenos en armonía. Si se desequi-libra la forma de recuperarse puede causar una gran Crisis.

El hombre ha vivido mucho tiempo con la simplificación mística de la creación del Hombre por Dios.

Desde que Darwin lanzó al mundo su famosa teoría evolu-cionista, el mundo de la biología se escindió en dos ramas. Una de ellas, a la que se denominó evolucionista, aceptaba en su sentido más literal la teoría de Darwin, llevándola has-

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ta sus últimas consecuencias, entre las que se encuentra la negación de cualquier intervención o influencia divina, no ya en la evolución de las especies, sino incluso en la misma creación de todas y cada una de ellas, e incluso en la creación de cualquier forma de vida. Como consecuencia, la negación de la existencia de Dios, se hacía inevitable. Frente a la ante-rior, la postura a la que se denominó creacionista, sostenía todo lo contrario, tal y como se ha concebido en la humani-dad desde el principio de los tiempos. No es ciencia biológi-ca es fe, ya que es un concepto relativo -Hoy en día, ninguna de las dos teorías ha sido completamente refutada, y ambas mantienen sus posturas extremas, con enfrentamientos más o menos periódicos que surgen a la luz de vez en cuando, y con avances y retrocesos mutuos, en lo que se refiere al número de seguidores que cuentan cada una. Fue un jesuita francés, Charles Teilhard de Chardin quien, a través del sis-temático estudio de los fósiles de homínidos encontrados en China, homo chilensis, desaparecidos los restos en la revolu-ción comunista; empezó a plantear, dentro de la Iglesia Cató-lica, la posibilidad del evolucionismo de las especies, final-mente la Iglesia Católica no aceptó esta posición, entrando en conflicto con ella, aunque no llegó a los mismos últimos extremos de Darwin, abriendo así una tercera vía interme-dia, que es la que actualmente sigue esta religión.-Tal vez, esta postura intermedia sea la solución, y pueda contener en sí misma, la verdad completa de esta discusión ya tan vieja. Sostiene esta postura intermedia que, para la aparición de cualquier forma de vida, ha de ser precisa una ley de la Físi-ca que así lo determine.-Ley que, a su vez, está sujeta a de-terminados condicionantes que han de cumplirse previa-mente, con una precisión tal, que excluye cualquier interven-ción de las leyes del azar y de la probabilidad.-Y esa ley, ni ha nacido por generación espontánea, ni la ha inscrito el hombre dentro del libro de la vida, de donde se deduce que esa ley, descubre la existencia de una Voluntad Divina, en un acto creador intencionado.

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Enfocando así la aparición de la vida, la doctrina interme-dia admite el evolucionismo, no lo niega, pero hace notar que el propio evolucionismo, ya es en sí una ley, tampoco debida al azar, la generación espontánea, la probabilidad, o la intervención del hombre. La vida, y los seres vivos, pod-ían también no evolucionar nunca, y aún así, continuar exis-tiendo.

Y ya, por último, esta teoría o postura intermedia, nos lla-ma la atención sobre aspectos no contemplados por la teoría de Darwin, uno de los cuales se refiere al hecho de que la evolución, siga unos caminos determinados, y unas pautas precisas, en vez de otras, también posibles. La evolución, si-gue la regla de la selección de los más fuertes y aptos para sobrevivir en el contorno que rodea a cada especie y ser vi-vo, pero a su vez, esta es una regla que podría ser diferente, sin que por ello la vida llegase a desaparecer.

En resumen, tanto las reglas de la aparición de cualquier clase de vida, como las reglas que marcan la evolución, están determinadas, pero podían ser otras, total, o parcialmente. La vida, según nos demuestra la existencia de los fósiles, puede adquirir o manifestarse en un amplísimo abanico de formas diferentes. El que existan éstas, y no otras, no se debe ni al azar, ni a la generación espontánea, ni a la probabili-dad, ni a la determinación del hombre.

Casi siempre, se debe a la evolución de las especies, bajo unas leyes de terminadas, que a su vez tampoco son atribui-bles ni al azar, ni a la generación espontánea, ni son explica-bles bajo la óptica de la probabilidad. Y ambos conjuntos de leyes, encajan perfectamente, si se admite la existencia y la voluntad de una mente divina creadora.

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CAPÍTULO VIII

ESTADOS DE OPINIÓN SOBRE LA

ACTUALIDAD4

1. EL SISTEMA ELECTORAL ESPAÑOL

El sistema electoral español, adolece de varios defectos, al-gunos de los cuales han sido evidenciados a lo largo y ancho de su período de uso, es decir está viciado de origen. Como se ha dicho son varios, pero no nos vamos a detener en todos y cada uno de ellos, aunque sí en el mayor y más principal, pues de su aplicación se está envenenando, poco a poco, la actual vida política, y la convivencia pacífica de todos los ciudadanos de esta tierra.

El principal defecto sobre el que reflexionamos, consiste en permitir la total concurrencia de todos y cada uno de los par-tidos políticos que logran representación, en la elección del Presidente. Si, por ejemplo, en unas elecciones, son veinte los partidos que consiguen representación parlamentaria, serán los diputados de estos veinte, los que elegirán al futuro Pre-sidente del Gobierno.

Y las componendas políticas y repartos de poder que hay que hilvanar, en tal caso lo único que consiguen es generar gobiernos débiles, sujetos a mil hipotecas, muchas veces con-tradictorias, así como gobiernos en gran parte ineficaces,

4 Este capítulo ha sido realizado por cortesía de Julián Alvarez de

Santillán.

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puesto que lo que conviene a un partido de la coalición go-bernante, no le interesa a otro, y al final, lo mejor es no hacer nada.

El sistema es injusto porque no es de representación pro-porcional, está hecho para favorecer las concentraciones de voto, es decir a los partidos nacionalistas; es absurdo y paté-tico que el voto de un habitante de Teruel, valga más que el del habitante de Madrid. Se nos ha ido de las manos los na-cionalistas, han sido desleales, manteniendo el chantaje permanentemente. Por ello se llega a que PNV, CIU, los par-tidos del círculo terrorista vasco, etc., tienen menos votos que los partidos de implantación nacional como IU, UPD, Ciudadanos, etc., pero tienen mayor representación

El sistema, ha sido denunciado hasta la saciedad, por todos y cada uno de los pensadores políticos que ha habido, y por la mayoría de los políticos que son y han sido activos, basándose en lo observado en la vida política europea, a lo largo del siglo diecinueve, y gran parte del siglo veinte. Pero este fracaso demostrado, y las advertencias lanzadas por pensadores, observadores, comentaristas, y periodistas polí-ticos, no ha servido a los que redactaron la Constitución Es-pañola vigente, para evitarlo, y así no llegar a la situación que hoy se detecta, e incluso a situaciones peores, ya ocurri-das en la historia de las democracias políticas.

Para obviar todo esto, y el continuo chantaje de los meno-res, o de los regionalistas, o de los nacionalistas, que sólo hacen envenenar todo, ya hay un sistema electoral de Presi-dente, que ha sido probado con total eficacia, el sistema de doble vuelta electoral (sistema francés), que obliga a una se-gunda llamada a las urnas, cuando ningún partido ha con-seguido mayoría absoluta en el primer intento, y además aparta de la carrera presidencial, a todos aquellos que no son importantes, dejando sólo presentarse a esta segunda vuelta, a los dos partidos más votados en la primera votación.

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Ya Aznar, tuvo que sufrir durante su primera legislatura, el perenne chantaje y acoso de minorías catalanas, vascas, canarias, y otras, y con Aznar, sufrimos sus consecuencias todos los españoles. Más tarde le tocó el turno, corregido, aumentado, y más extremista aún, a Zapatero, pero también, a todos los españoles, que somos los últimos paganos de la incompetencia y la imprevisión de algunos de nuestros “Pa-dres de la Patria”, que se empeñaron en darnos un sistema electoral unánimemente criticado, y solo generador de gran-des problemas, cuando las mayorías electorales no son sufi-cientes, es decir, cuando un país se encuentra más o menos fraccionado.

Un sistema que, en estas situaciones solo consigue dividir aún más, y que favorece toda clase de egoísmos particulares, ambiciones personalistas, y la aparición y pervivencia de to-do un rosario de sinvergüenzas políticos. Se habla hoy de re-formas constitucionales, precisamente para favorecer y per-petuar a éstos últimos.

Pero causa pena, dolor, y desilusión política que nadie proponga corregir el sistema electoral, sustituyéndolo por otro de demostrada eficacia, y que evite el riesgo de frag-mentación, chantaje, alimento de trileros políticos, naciona-listas locos, regionalistas miopes, egoístas de la peor calaña, y toda la fauna de aprovechados que hoy nos amenaza.

2. LA PRECARIEDAD LABORAL

Como ya es sabido, la precariedad laboral se apoya en un conjunto de leyes que permite a los empresarios, y al Estado contratar y despedir a los trabajadores, de tal manera que éstos nunca adquieran ningún derecho a un contrato fijo, y además, con un coste de despido prácticamente nulo, tanto para el empresario, como para el Estado en su papel de Con-tratador, aunque no así, en su papel de asistente o pagador de cuotas de paro, desempleo, y otras varias ayudas que su-

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ponen, en resumen, una nueva carga para el presupuesto nacional.

Desde esta perspectiva, la precariedad laboral, y todo el sistema de contratos temporales que se instrumentaron en su día a su alrededor constituye el sistema más injusto que jamás se haya diseñado.

Y como ya se sabe, cualquier situación de injusticia que existe en el mundo, siempre la sufre más, el más débil, viene a resultar, en resumen, que el trabajador menos preparado, la gran masa de los trabajadores de cualquier país son los que pagan en mayor medida la injusticia del sistema diseña-do. Si alguien pone en duda lo afirmado hasta aquí, que con-sulte a su hijo joven, en sus primeras etapas de su vida labo-ral, y que se examine a sí mismo si es que él, de manera indi-recta, como padre o madre, no está también pagando tan in-humano sistema.

Alguien ha resumido este conjunto de leyes laborales que permiten esta explotación real de los trabajadores como un capitalismo salvaje muy cercano al siglo XIX, y desde luego impropio de un siglo avanzado, como se supone que es el si-glo XXI.

Se olvida hoy, sin embargo, que quien introdujo tamaño salvajismo en España fue un partido que entre sus siglas os-tenta la palabra “obrero”, en los años que gobernó, llegando incluso a definir ésta, y otras “mejoras laborales”, como “es-tado de bienestar”. Sin embargo, el partido que le sucedió en la responsabilidad de la administración de la nación, no abo-lió estas leyes abusivas y del más salvaje capitalismo que pueda concebirse.

En el momento de escribirse esta reflexión, se van a cele-brar dos importantes votaciones en España para configurar gobiernos futuros en las dos comunidades autónomas más importantes del país. De la importancia que revisten estos comicios, nos da una medida el hecho de que los tres líderes de los tres más importantes partidos políticos, salen direc-

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tamente a la arena electoral, para apoyar a sus respectivos candidatos, y de paso, para ir deslizando algunas notas de lo que serán sus futuros programas electorales en los próximos años. Y en estas salidas a las arenas electorales disponibles, se observa una nota común a todos. Todos critican la preca-riedad labora1; todos señalan sus nefastos efectos, princi-palmente en perjuicio de las clases trabajadoras más débiles y menos formadas; todos denuncian los altos porcentajes de contratación precaria en España, en comparación con el resto de los países de la Unión, todos abominan de ella, hasta los que la crearon y la introdujeron. Pero nadie habla de abolir-la.

Este silencio, en la necesidad de abolir tan explotadora le-gislación podría ser entendido en la mentalidad de un parti-do de centro, o de derechas, pero nadie podrá entenderlo acerca de cualquier partido de izquierda, y menos aún, cuando más a la izquierda esté dicho partido.-Como trabaja-dor, no se puede entender como el PSOE, y su sindicato UGT, no han instrumentado ya la mayor manifestación calle-jera de la historia de este país, para que se derogue la legisla-ción laboral que me explota y me mantiene siempre en una precariedad absoluta, con todos los derechos de empleo y de despido solamente en manos del empresario, o del Estado. Y como trabajador, menos aún puedo entender como Izquier-da Unida, y el sindicato CC.OO., no han llamado en su ayu-da al Frente revolucionario de los trabajadores, al IRA, a la intifada palestina y sus diferentes grupos armados, a toda la organización de Al Quaeda, a la ETA, al Frente moro de libe-ración, a los Verdes de Europa y de todo el mundo, a Fidel Castro, a las FAR colombianas, y sus otras organizaciones afines, a Chaves y sus chavistas venezolanos, al alcalde de Marinaleda, el excesivo Sanchez Gordillo, e incluso al Parti-do Demócrata de Estados Unidos, para que, en nombre de la solidaridad obrera internacional cooperen en la abolición de tan enorme injusticia e incluso, si no se consigue por las

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buenas, pues recurriendo a armar alguna guerrilla, bien ur-bana, o bien campesina.

Nadie pide la abolición de tan explotador sistema laboral, y nadie tampoco presenta ninguna propuesta alternativa; a lo más, alguna medida de crear nuevas agencias guberna-mentales (de poca o nula eficacia), promesas de no subir de ciertos porcentajes, y casi nada más. La masa trabajadora es-pañola seguirá sometida después de las elecciones que se avecinan a la explotación de los empleadores, ya sean em-presarios privados o públicos, ya sea en el Gobierno, en sus facetas de Gobierno central, gobierno autonómico, o gobier-no local.

Y ante esta situación, un trabajador mínimamente cons-ciente, de la Comunidad de Madrid, o de Cataluña, se queda perplejo, una vez más, porque el principal problema de su vida, la precariedad laboral que condiciona de manera abso-luta todo el resto de su vida y sus actos, nadie, ni derechas ni izquierdas, ofrece superarlo, ni siquiera después de las próximas elecciones ¿A quién votar?

3. EL PANORAMA CATALÁN

Comienza ya a circular por Andalucía la opinión de que la política de casi constante confrontación con la Administra-ción Central que ha seguido la Junta en estos últimos años, y que tanto daño ha hecho esa región al resto del Estado, va a resultar un pequeño e inocente juego de monjitas, en compa-ración con lo que se avecina ahora, procedente de Cataluña. Es bueno que se renueve, de vez en cuando, el signo político de los gobiernos que acceden a ayuntamientos, regiones, o gobierno central, y en esto, las recientes declaraciones de los líderes socialistas nacionales, parecen ser correctas.

Pero, una vez más, estas declaraciones han sido hechas conteniendo solo una verdad a medias, pues el cambio que se experimenta en la política catalana no es un cambio nor-mal, sino un cambio, en el que el Partido Socialista se entre-

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ga en manos de grupos muy impregnados de independen-tismo radical, y excluyente, no muy alejado, en el fondo, aunque por ahora no en las formas, al que nos acaba de plantear el lehendakari vasco.¿ Qué cabe esperar del gobier-no de “progreso” que ahora se forma en Cataluña? Pues según han anticipado ya sus protagonistas, el “progreso” que consiste en una perenne reivindicación de independen-cia; el “progreso” que se sustancia en una continua confron-tación; el “progreso” que se articula en mayores cotas de ex-clusión que las que se han vivido hasta el presente; la falta de colaboración como política permanente; el aliento diario al espíritu independentista de las masas; la agitación social como norma de gobierno; la producción de leyes que ahon-den todo lo más posible en el alejamiento de Cataluña, y en general, cualquier política que marque diferencias, ahonde separaciones, incite al rechazo en vez de a la concordia, y produzca, si es posible, la efectiva separación del territorio catalán, del resto de España.

Desde Madrid, se apoya esto, por varios motivos. Uno, por alcanzar poder, sea como sea, donde sea, y al precio que sea. -Otro, como instrumento para desarrollar una política de pe-renne acoso al ejecutivo de turno, no socialista, sea quien sea quien esté a su frente. Además, como arma de diario chanta-je, ante las posibles debilidades, que en cualquier momento, puede presentar el partido en el gobierno. Y por último, y no por ello menos importante, para remover las aguas de la política, y así ir pescando, aquí y allá, lo que traiga esta agi-tación.

Se está abriendo, conscientemente, la caja de Pandora, solo por la desmedida ambición, y la necesidad de autojustificar-se, de algunos dirigentes, sin importar el mal que se puede causar a todos los españoles. Alcanzar el poder, por el méto-do que sea, y al precio que sea, es lo único que importa a los dirigentes de un partido, sin sentido real del Estado, y sin sentido unitario del territorio, que son dos sentidos mínimos que debe tener todo aquel que aspire a ser estadista. No todo

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vale, ni puede valer, tanto en la vida diaria, como en la vida política, y entregarse en manos del independentismo más radical, es algo que no es válido, ni aquí, ni en ninguna otra parte. Una conjunción PSC-Convergencia, para formar un gobierno más de izquierda, pero más racional, hubiera sido posible, y fructífera. Pero a la calle Ferraz de Madrid, no le interesan hoy estas cosas, sino la agitación, la confrontación, la cuerda floja, el chantaje, y cualquier otra cosa que pueda debilitar o derribar al gobierno opuesto, sin mirar la ilicitud moral o la política de los precios que haya que pagar, ni el mal que se pueda causar el conjunto de la nación.

4. EL CATALANISMO-ANTI ESPAÑOL Y LA

INMERSIÓN LINGÜÍSTICA EN LAS REGIONES

HISTÓRICAS

Acaban de citar los periódicos, que una de las condiciones que puso la izquierda catalana nacionalista al anterior presi-dente del Gobierno, para conseguir su apoyo parlamentario, es que aboliese, sin más, el proyecto de trasvase del Ebro que había elaborado el gobierno anterior del partido conserva-dor. Aquél proyecto, podía tener cosas negativas, pero tam-bién podría contener aspectos positivos.

Tal vez, podía ser considerada positivamente la intención básica del mismo, que se concretaba en hacer llegar más can-tidad de agua, a unas regiones que la necesitan para su ma-yor desarrollo. En este aspecto, la solidaridad inter-regional de su preámbulo, cabría calificarla como positiva. Pero tal vez no se acertó en el desarrollo de su articulado concreto, y en este aspecto, acaso cabría estimar una serie de posibles negatividades.

El extremismo catalán, no se paró ni a ponderar uno u otro aspecto, sino a exigir, lisa y llanamente, su total e inmediata abolición. Cuando todo esto ocurrió, alguien podría haber advertido que tan radical oposición a tratar de mejorar lo mejorable, presentaba un tufo de anti-españolismo, bastante

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considerable, pero tan osado protestante, habría sido recha-zado de inmediato, acompañado además de toda clase de in-sultos.

Sin embargo, el radicalismo independentista catalán, aca-ba de proponer un nuevo paso, que comienza a hacer más creíble su carácter anti-españolista. Nos referimos a la pro-posición de que lo catalán, la maravillosa cultura catalana que tantos beneficios y admiraciones ha aportado al resto de los pueblos de Iberia, se sumerja, a partir de ahora, en el área francófona ¿Es la similitud de idioma, de cultura, de cos-tumbres, de desarrollo económico, lo que impulsa esta pro-puesta?

Es obvio que no, sino que un rancio, y antieuropeo separa-tismo anti-español, es lo que verdaderamente anima a esta minoría El rancio radicalismo catalán, no evidencia solamen-te un afán separatista, sino además, un deseo de perjudicar al resto de España, a costa de lo que sea. Separémonos de España, inscribiéndonos en cualquier otra cosa, y además, cercenemos cualquier posibilidad de mayor desarrollo, del odiado andaluz, extremeño, levantino, vasco no nacionalista, gallego, aragonés, o castellano. Mucho nos tememos, además, que el resto de los nacionalismos a los que hoy se consiente e incluso se apoya desde el actual gobierno, tam-bién estén en esta misma línea, no ya de puro separatismo, sino de calculado e intencionado perjuicio al resto de los demás pueblos españoles que no son ni sienten como ellos.

Variados síntomas en este mismo sentido, ya han sido evi-denciados, a la vista de la lectura de diversos programas electorales de algunos de los partidos que han concurrido en las pasadas elecciones de la Región Vasca. Y ante estos hechos, pues estamos hablando de hechos y no de especula-ciones, surgen varias preguntas acerca de la actitud del go-bierno. Se está buscando realmente desde el gobierno, el progreso de todo el territorio?¿Se cederá ante todo, ante cualquier cosa, ante cualquier proposición, con tal de man-tenerse gobernando, o con tal de que el otro partido, la opo-

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sición, no llegue de nuevo a gobernar? A la vista del más inmediato pasado, todo parece indicar que sí. Y por este ca-mino no hace falta alcanzar la categoría de profeta para ver claramente que la España que habrá dentro de tres años será mucho peor en los valores de la convivencia, la solidaridad, la ilusión común, el orgullo de ser español-andaluz, español-aragonés, o español-gallego, que la que heredó este gobier-no.-Gobiernos, reyes, y reyezuelos, que han consentido el desmembramiento de los territorios heredados nunca han sido bien juzgados por la historia. Tal vez, tampoco les im-portaba un higo ese juicio, sino solo, su propio disfrute del poder.

No podemos, Mas, deje de ocultar sus vergüenzas y mise-rias tras la bandera de su campanario catalanista, y tras sus caganers.

LA INMERSIÓN LINGÜÍSTICA EN LAS REGIONES HISTÓRICAS (¿?)

Merece un apartado especial por la importante transcenden-cia de la lengua que vincula la comunicación con el territorio y la cultura regional.

En estos momentos de crisis económica las reivindicacio-nes soberanistas vascongada y gallega están en un segundo plano, porque la supervivencia de las regiones es de difícil encaje, en el seno de la Unión Europea, pero los catalanes en una huida hacia delante, capitaneados por unos arrogantes dirigentes, enriquecidos por dejar en la bancarrota la región, y llevándose al exterior el producto del saqueo, ahora se en-vuelven en la bandera regional, al igual que ya hizo tiempo atrás el conocido Honorable (???), que se define como el pa-dre de la patria catalana, junto con su tropa de hijos, que continúan en la misma tarea del saqueo a la región, después de saquear la más importante entidad financiera de la re-gión, y cuando estaba a un pie de ir a parar con sus huesos donde debían estar, en lo más oscuro de la prisión, urdió la

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hábil estrategia de envolverse con la bandera de la región, al grito de ¡Catalanes, vienen a por nosotros!, pero el presiden-te del gobierno español, del primer gobierno socialista, que también sabe como saquear un país, lo comprendió perfec-tamente, cuando debió de justificar su decisión al grito de: ¡Catalanes, no vamos a por vosotros, si no a por los ladro-nes!, pero esto seguramente no lo recordarán la mayoría del pueblo catalán, la mayoría silenciosa que soporta a toda esta miserable tropa de dirigentes, por su frágil memoria, con lo cual la Historia se está repitiendo fielmente, por no haber aprendido de ella, quizás también por mantener a los me-dios de comunicación regionales amordazados, es decir mantenidos en la subvención, pues ya se sabe que medio de comunicación es un medio de adoctrinamiento. Es de desear que el actual gobierno de la nación actúe con contundencia, y a la vez con prudencia, para poner en su sitio, a estos falsa-rios, generadores de odios y tempestades, y creadores de conflictos que sólo a ellos benefician, porque se ha de recor-dar que los que mueren en las guerras fratricidas son los inocentes e ilusos corderos que van al matadero, pero esta clase de personajes, siempre salen huyendo y dejando deso-lación, de lo que ellos mismos provocaron, recuérdense los casos en la guerra civil española de los líderes comunistas Negrin, Carrillo, y la Pasionaria, entre otros.

A tal efecto se ha de recordar a los españoles de memoria de pez las guerras cantonales, que acontecieron durante la Primera República del Presidente Federalista Pi y Margall, en que ocurrieron unos sucesos que al ser escasamente di-vulgados han pasado con frecuencia desapercibidos, pero que podrían servir de punto de partida para una novela chusca o cuanto menos una opereta cómica, si no fuera por-que trajeron consigo el derramamiento de la sangre de mu-chos españoles.

El presidente federalista de la primera República española estuvo a punto de romper la unidad de España al reflejar y sancionar en la Constitución Federalista que las regiones

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eran estados soberanos. Tras esta decisión, el país se enfrentó a un caos total, y estuvo a punto de desintegrarse, pues se declararon las repúblicas independientes de Cataluña, Mála-ga, Cádiz, Granada, Sevilla, Alcoy, Cartagena, Algeciras, y muchas más. Muchas de ellas se enfrentaron entre sí, dando lugar a situaciones realmente cómicas, o mejor esperpénti-cas, o dantescas, si no fuera por lo trágico de sus desenlaces.

El gobierno independiente de Cartagena se pone en con-tacto con el de los Estados Unidos de América, y solicita su ingreso como un estado más de la Unión, al tiempo que pide ayuda, principalmente armas y pertrechos de guerra, para mantener su independencia frente al poder centralista de Madrid. Los Estados Unidos estudiaron seriamente tan inte-resante propuesta, pues el país estaba en expansión como potencia emergente, y finalmente su presidente, el general Ulises Grant rechaza el ofrecimiento para no tener proble-mas con España, quizás el peor gobernante, y a la vez el me-jor general que hayan tenido los norteamericanos. No les pa-recía mal tener una base naval en Cartagena, un sólido apo-yo en el Mediterráneo, era una oferta tentadora.

En los paredones de los Consejos de Guerra acabaron los restos de la revolución cantonal, uno de los episodios más sórdidos y surrealistas de la Historia de España, de la misma forma que terminaron otros traidores a la patria española, como el primer presidente de la Generalidad de Cataluña. Es triste pensar que los problemas que nos preocupan hoy a los españoles son muy similares a los que arrastraron a nuestros antepasados a tan inconcebible comportamiento, hechos que se volverían a repetir durante la segunda República, y en va-rias ocasiones más, en las que se daban las mismas circuns-tancias:

1. Crisis económica

2. Niveles de paro insoportables.

3. Población al límite de su resistencia política, económica y moral.

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4. Falta de voluntad política para afrontar las reformas es-tructurales.

5. Incompetencia de los políticos para manejar la situación.

Y debemos recordar que estos hechos acontecieron en Es-paña no hace tanto tiempo, únicamente 140 años, pero a la vista está nuestra frágil memoria, de nuevo hechos similares o idénticos pueden arrastrarnos a un callejón sin salida, en estos tiempos en que es necesario sumar, nunca restar, para lograr mejorar nuestras sinergias y eficiencias.

Dentro de la sordidez de la contienda actual, la lengua, como manifestación de la cultura regional, es uno de los principales caballos de batalla, junto con el poderoso caballe-ro don dinero.

El castellano, o mejor, el español, es la lengua común y ampliamente mayoritaria de los catalanes, según la propia Generalidad de Cataluña.

El profesor de la Universidad de Barcelona, Felix Ovejero cita: “los datos no cuadran con el relato nacionalista. La pre-gunta es: ¿Quién no respeta la identidad?”

De nuevo el nacionalismo con los tambores de guerra de la catástrofe fratricida. Apelan a la realidad, la eficacia y los consensos. No está demás evaluarlas.

La primera razón expuesta por el nacionalismo de la barre-tina, invoca a la realidad catalana, agredida en su identidad. Según la propia Generalidad, el 55% de los catalanes tienen como lengua materna el castellano y el 31,6% el catalán. Re-lean: el castellano, o mejor, el español, es la lengua amplia-mente mayoritaria de los catalanes. Ahora viene la pregunta: ¿quién no respeta la identidad?

La segunda razón expuesta apunta a la eficacia pedagógi-ca. En la escuela se busca otra cosa, lo que los especialistas docentes llaman Cognitive Academic Language Proficiency, competencia para entender información nueva, ajena al con-texto y con un cierto grado de abstracción. (CALP), Dominio

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académico cognitivo de la lengua, es un término relacionado con el aprendizaje del idioma que se refiere a lo formal o académico del aprendizaje, en lugar de (BICS) Habilidades Básicas de Comunicación Interpersonal / Dominio del Idio-ma Social. En las escuelas de hoy, los términos BICS y CALP se usan más frecuentemente para tratar la competencia lin-güística, los niveles de los estudiantes que están en el proce-so de adquisición de un nuevo idioma. Estos estudiantes suelen desarrollar la competencia en BICS, bien antes de ad-quirir un buen conocimiento de la lengua CALP o académi-ca. Como resultado, los estudiantes pueden inicialmente disponer de un dominio total y fluido, mientras que todavía está luchando con las lagunas lingüísticas significati-vas. Aunque los términos BICS y CALP siguen siendo am-pliamente utilizados, el profesor de la Universidad de To-ronto, Jim Cummins ha utilizado más recientemente los términos lenguaje coloquial y el lenguaje académico.

En cuanto a los instructores de educación bilingüe en los

distintos ambientes, Cummins nos dice, se debe ser cons-ciente de que la aparente habilidad del estudiante para in-teractuar en un nivel alto cognitivo en la “calle”, no implica necesariamente el mismo desarrollo cognitivo o de capaci-dad de comunicación en la “clase”.

Es tentador para los maestros y administradores trasladar a los estudiantes con un alto nivel BICS en un nivel de "co-rriente principal" de la clase por el "sonido" con los otros ni-ños en el patio del colegio.

Cummins insiste una vez más que la completa evalua-ción de las habilidades del estudiante, en cuanto al lenguaje académico se realizará antes de pasar al estudiante de un en-torno "protegido" de desarrollo del lenguaje.

Eso sólo se adquiere con la escolarización, como bien sabe el Presidente de la Generalidad cuando elige un colegio tri-lingüe para sus hijos.

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La tercera razón invoca la cohesión. Según parece, el bilin-güismo dividiría a la sociedad catalana. Un argumento po-bre. Si la enseñanza en una sola lengua es garantía de co-hesión, habría que escolarizar sólo en español o castellano, la lengua mayoritaria, común, y además de muchos emigrantes y de los “vecinos españoles”. Además, la experiencia dispo-nible no avala la tesis fratricida.

El profesor Ovejero duda de la sinceridad del nacionalis-mo, de la preocupación por la paz civil, cuando su objetivo político es levantar fronteras donde no las hay, y su estrate-gia es alentar la tensión, y crear conflictos donde no los ha-bía, entre conciudadanos, que sólo deben buscar vivir en paz entre ellos.

El último argumento apela al consenso ciudadano. Y asómbrese, las encuestas de la Generalidad, que preguntan sobre lo divino y lo humano, jamás han mostrado interés en saber qué prefieren los ciudadanos. Lo expresó impecable-mente hace varios años el entonces Secretario de Política Lingüistica de la Generalidad, inquieto ante la sentencia del Tribunal Constitucional: “Podría crear un alud de personas que exigiese judicialmente la escolarización en castellano o español”, como así sucedió. Al secretario lo que en realidad le inquietaba eran los catalanes. Pero estas cosas no se dicen en Madrid. Bueno, hace poco tiempo sí, probablemente por error, cuando el sibilino y bifacial, Durán Lleida, y oscense, para mayor detalle, es decir, natural de Huesca, quizás sea similar al caso vasco, en que ellos mismos dicen que un vas-co puede nacer en cualquier sitio, hasta debajo de una pie-dra, como la figura geométrica del prisma y como el Dios de la mitología romana, Jano, sólo que muy lejos de serlo, aun-que probablemente juegue a ello, o la falsa moneda; en la lengua que tanto odian se llama hipócrita, falsario, farsante o impostor, ya que tienen un discurso en Madrid, y otro en las provincias, Durán Lleida, confesó su desolación en el Parla-mento regional porque “lamentablemente la lengua mayori-taria en el patio del colegio es el castellano o español”. A lo

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que se ve, los que estorban en la Cataluña de los nacionalis-tas son los catalanes, que quieren un poco de aire fresco.

5. LA LLAMADA GLOBALIZACIÓN

En un intento de resumen, que por supuesto no va a agradar a todos se podría definir la Globalización como un movi-miento de unificación cultural. Y se emplea la palabra cultu-ral, en el sentido más amplio posible, es decir, entendiendo la cultura no sólo como la manifestación artística de algunas facetas de la vida, sino también, como el pensamiento económico, político, religioso, militar, que subyace en cual-quier civilización. Hablamos a veces, de la cultura egipcia antigua, o de la cultura greco-romana, y todos entendemos que el concepto de cultura a que nos estamos refiriendo, abarca también sus tipos de ordenamientos jurídicos, sus formas de organización económica, sus maneras de entender la organización y desarrollo militares, e incluso sus creencias religiosas, además, claro está, de sus obras escultóricas, mo-numentales, pictóricas, musicales, etc.

La globalización actual será entonces un movimiento de unificación de lo que entendemos por cultura occidental moderna, la cual se asienta en diversos principios, a los que se oponen, ferozmente, quienes no comparten esos princi-pios.¿ Y cuáles son esos principios que suscitan tan desme-dida oposición? Pues algunos de éstos, ya fueron definidos perfectamente por el ideario de la Revolución Francesa, de-finidos entonces como los principios de, Libertad, Igualdad, y Fraternidad.

Y junto a ellos, se han ido desarrollando posteriormente otros principios, como son los de la propiedad individual, el de la propia iniciativa, el de libertad religiosa, y el de orga-nización de una estructura militar permanente, y suficiente-mente fuerte, que los defienda a todos. Tal vez podrían enunciarse y añadirse otros principios más, pero para la vi-sión resumida del concepto globalización que ahora se quie-

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re presentar, son ya suficientes con los expuestos. Es obvio entonces que, quienes pretendan dar primacía del Estado, frente al individuo; quienes se oponen a la libertad indivi-dual, propugnando la dictadura de un partido determinado, el partido del proletariado; quienes no aceptan la iniciativa económica individual, sino que tratan de imponer al Estado como único motor de la economía; quienes odian la libertad religiosa, porque no quieren ninguna religión, ya que cual-quier religión es el “opio del pueblo”; y quienes solo ven la organización militar, como un medio imperialista de exten-der el dominio de su dictadura, manu militari, se opongan ferozmente, a lo que se ha expuesto como globalización. No quieren la cultura que subyace en la globalización porque no es el modelo cultural y organizativo que ellos pretenden. Ellos defienden otro modelo, que en el mundo moderno ya se ha definido como “la Kultura de izquierdas”. No admiten la globalización o unión de los demás, ocultando que ellos ya están perfectamente globalizados, empezando por una comunidad de ideas perfectamente ya conocida, y siguiendo por las actuaciones perfectamente coordinadas que desarro-llan, a través de un medio, como Internet, a través del cual se dan cita en las diversas ciudades en las que deciden actuar, con los resultados ya conocidos por todos.

No debe asustarnos la globalización, en contra de lo que dicen sus detractores, pues ya la estamos viviendo actual-mente, sin los resultados negativos o traumáticos que se in-ventan sus enemigos.¿ Qué es el actual proceso de conver-gencia de diversos países europeos, hacia una unión supra-nacional, que dará nacimiento a una nueva nacionalidad común? Pues una globalización, a nivel europeo, en sintonía con un mayor proceso de globalización, que los vientos de la historia están trayendo a la humanidad. Y esto es tan claro para todos, que suscita la oposición de sus enemigos. Oposi-ción que, en este caso, y por razones tácticas, no adopta la fe-rocidad, ni el carácter de guerrilla urbana, que ya es habitual en otras ocasiones, pero que conlleva un mayor grado aún

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de eficacia, mediante el entorpecimiento indirecto, que con-sigue la casi paralización del proceso de construcción de una unión europea real, en aquellos períodos en los que la iz-quierda moderada, consigue ser mayoría en los principales estamentos europeos.

Y proceso de entorpecimiento que se repite, cuando la iz-quierda americana, Partido Demócrata, gobierna en los Es-tados Unidos. El proceso de globalización europeo, se ve así muy ralentizado, periódicamente, porque las fuerzas de iz-quierdas de ambos lados del Atlántico, no lo quieren, tanto por razones culturales de ambos, como por razón de inter-eses particulares de los Estados Unidos, que no ve con bue-nos ojos una Europa única, unida, económica, política, y mi-litarmente, que le pueda hacer sombra, o cara, en algún mo-mento futuro, o que se resista o pueda resistirse en algún momento, a la consolidación o extensión de sus propios in-tereses, como ya se ha vislumbrado en ocasión de los últimos conflictos con países que albergan, sostienen, o sirven de co-bijo al terrorismo internacional de corte islámico.

La globalización, sin embargo, y aunque periódicamente ralentizada avanza, aunque solo sea porque gran parte de los habitantes de Europa, vean como una necesidad urgente su propia unión global como medio de no perder la influen-cia de su propia cultura en el mundo, y como vía de resis-tencia ante la colonización económica a la que estamos abo-cados, si no nos movemos con unas estructuras económicas tan fuertes y organizadas como las japonesas, las americanas y, próximamente, también las chinas. Y avanza en Europa, respetando y asumiendo, los propios regionalismos cultura-les españoles, franceses, alemanes, o italianos. Y avanza, sin producir las desigualdades económicas ni las bolsas de po-breza que vaticinan sus enemigos. No son ciertos, por tanto, cuantos males agoran sus enemigos, al menos en lo que a la escala europea se refiere. La globalización, en Europa, es un éxito.

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Y aunque tal vez no lo sea en la misma medida, en otras zonas del mundo, tal vez las causas habrá que buscarlas en otros motivos, y no en la idea básica de la globalización. Pero esto, puede ser motivo de otra reflexión a parte, futura.

6. A PROPÓSITO DE LOS ARTISTAS

Miren ustedes por donde, programas televisivos, sobre los que con cierta frecuencia se oye que son “de marujas”, o cali-ficativos peores, junto con otros programas nocturnos a los que se les añade el nombre de "telebasura", también pueden tener su parte positiva y didáctica, si los miramos desde cier-to punto de vista.

Hace ya muchos años, como en los cuentos infantiles, en los periódicos españoles aparecían de vez en cuando refe-rencias de una revista, que si no recuerdo mal se llamaba, y creo que todavía se llama, es decir, que existe: Vanity Fair, la cual trataba de los diversos avatares de la vida de los artistas en Norteamérica. La censura de la época, se ocupaba muy mucho de no trasladar íntegra y fehacientemente, la canti-dad y calidad de escándalos que allí se recogían, pero los avezados lectores españoles, duchos en leer entre líneas, ya adivinaban que las cosas eran peor de lo que aquí se nos contaba.

Entre montajes de amores y amoríos que no duraban ni tres meses, divorcios, infidelidades, y alguna que otra leve degeneración, de vez en cuando, el paisanaje nacional estaba servido, aunque más de uno comenzaba ya a sospechar cier-tas cosas. Y por supuesto, esto ocurría sólo con los artistas de esta nación, o de Inglaterra, Francia, y demás países “del ex-tranjero”, pues en la España nacional-católica estas cosas no ocurrían entre los artistas de nuestro solar patrio. Los nues-tros eran personas muy decentes, y tan normales como cual-quiera de nosotros. ¡Pues faltaría más!

Pasaron los años —como en los cuentos infantiles—, y la libertad democrática trajo, entre un mar de otras cosas bue-

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nas, la posibilidad de hablar algo más claramente, con mayo-res dosis de verdad, sobre las auténticas vidas de muchos ar-tistas, descubriéndose, poco a poco, que un mundo de dege-nerados y degeneradas, florecen en esta faceta del hacer humano, en proporciones que no aparecen en cualquier otro sector laboral o actividad.

Los cuernos, en hombres y mujeres, es algo tan normal, que ya ni se habla de ello apenas; y junto a esto, los casos de bisexualidad, o polisexualidad, las drogas y drogadicciones de todo tipo, la pederastia, la poligamia, la poliandria, los malos tratos, las estafas, la prostitución pura y dura, o la prostitución más o menos encubierta, y cualquier otra cosa, vicio, o perversión que pueda degenerar a la persona, se su-ceden ante nuestros ojos y oídos, con una frecuencia, que al-guien puede llegar al extremo de pensar y preguntarse, si existirá alguna persona normal dentro de este mundo del ar-te, no sólo del arte cinematográfico, sino también en el sector musical, escultórico, literario, el mundo de la pasarela y la moda, la pintura, o cualquier otro sector o subsector del am-plio mundo artístico. Tal vez, esa persona que llegue a pen-sar de esa manera, no ande totalmente equivocada, pues es ya proverbial, en el mundo del “famoseo” de Hollywood, “la fábrica de sueños”, celebrar el que una pareja, o matri-monio de artistas, hayan continuado juntos más de una década.-Y no digamos nada de la noticia a nivel mundial, que constituyen los dos o tres casos, no más, de matrimonios que no se han divorciado en más de dos décadas de convi-vencia, o incluso nunca: son ave raris, y como tal, se les tri-butan fiestas, homenajes, celebraciones, y otros saraos, a donde acuden en masa las cámaras televisivas y los periodis-tas del corazón, para proclamar a los cuatro vientos, tan ex-cepcional y casi única pareja.

¿Qué ocurre dentro del mundo del arte? ¿Es condición in-dispensable, o sine qua non, ser un degenerado, cuanto más mejor, para ser aceptado en ese mundillo, para que te permi-tan codearte con ellos, o para que te apoyen en tus preten-

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siones artísticas? ¿Es una consecuencia del esfuerzo de la creación artística, o de la tensión y esfuerzo que tantas veces supone hacer, exhibir una obra? ¿Es un conjunto de todo ello? ¿No es nada de esto, si no que se debe a otras causas? Si alguien conoce alguna otra razón, nos haría un gran favor a todos, ilustrándonos sobre estos particulares. Pero mientras alguien llega a dar con la clave de esta degeneración tan ex-tendida, seguirá prevaleciendo la opinión de que la amorali-dad más extensa, la falta de cualquier ética, el vicio en cual-quiera de sus formas, y las más altas cotas de la degenera-ción humana, son notas características de la mayor parte de los actores principales del amplio mundo del arte. Por ello los artistas del espectáculo, son más del culo que del especta.

7. LA POLITIZACIÓN DEL CINE ESPAÑOL

La politización de la banda de la ceja y los titiriteros que vi-ven de la subvención conseguida por la venta de sus votos y su área de influencia borregil, al partido sociolisto obrero español, a cambio de cobrar derechos de autor por todo, has-ta por la venta de aparatos de reproducción de todo tipo. Si se pudiera cobrarían por respirar.

No es partido porque es una jaula de grillos. Ni es socialis-ta en realidad, puesto que es el partido en el gobierno que ha conseguido batir sus propios records de paro para el traba-jador y, reducir su nivel de vida hasta los mínimos. Ni mu-cho menos es obrero, porque son, recordemos, la izquierda del caviar. Y por último ni de lejos es español, puesto que su secretario general manifiesta sus dudas sobre la existencia de España, a pesar de que cobra un sustancioso salario de esta “empresa que no existe”.

Hubo unos años, en los que la convivencia de actores, y temas, de la industria española del cine, era una realidad in-cuestionable. Reconocidos actores, como Rabal, o Fernán Gómez, Juan Diego, la familia Barden, “comprometidos” con

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determinadas ideologías políticas, compartían cartel y hono-res, con actores apolíticos, o de ideología contraria.

Y lo mismo ocurría con las temáticas de las obras que se realizaban. Se evaluaba casi exclusivamente, la calidad del trabajo, tanto personal, como de la obra artística construida, y se dejaban a un lado, ideologías, pertenencias a determi-nadas corrientes dentro de un mismo partido, o cualquier otra cuestión de esta índole.

Para desgracia de todos, y más, para desgracia de los auténticos amantes del cine, grupos pertenecientes a deter-minadas ideologías, fueron haciéndose con el control de ac-tores, temas, e incluso con los resortes de organismos que deberían ser totalmente independientes, como es la Acade-mia de cine, y el resultado final es un cine politizado, a veces de manera groseramente abierta, a veces encubierto bajo el velo de la “denuncia social”, que no consigue superar cuotas de audiencia más allá del dieciséis por ciento, según revelan los últimos datos disponibles, datos que incluso es posible que estén manipulados al alza por quien hoy todo lo contro-la en este incomparable arte.

Con estos antecedentes, y con estas bases, medio asistimos, hace poco, a la entrega de premios anuales de tan escorada Academia. Y digo medio asistimos, pues al pararnos sólo cinco minutos en el canal televisivo correspondiente, y ver lo que allí se cocía, el “zapping”, y la huida apresurada, fue in-evitable.

Hay festivales cinematográficos, que se consagran al cine fantástico, o a otros muchos géneros, y tienen sus adeptos, y son muy legítimos y respetables. Quien a ellos asiste, sabe a lo que va, y no es engañado. Pero lo que no es de recibo, y además desprestigia y degrada a quien lo ejecuta, es anun-ciar una independencia, y una neutralidad, que en realidad luego no son tales, pues sólo se prima a un determinado tipo de cine, politizado alrededor de ciertos temas que ya huelen a pasados y podridos, y se distingue solamente a unos acto-

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res, directores, realizadores, a casi guionistas, etc., que aun-que aparentemente son distintos en sus caras, atufan a dis-tancia, como pertenecientes todos a la misma ideología que domina los hilos de este entramado, y no hace falta ser un lince o experto para notarlo, pues hasta los más jóvenes en edad, e inexpertos en manipulaciones, ya se mofan abierta-mente de este triste espectáculo que año tras año se nos ofre-ce últimamente.

Pero el caso no es único, pues también ha afectado, aun-que en menor medida, a otros festivales, y academias de ci-ne, que también hace años eran reconocidos por su indepen-dencia de criterio, y concedían premios y galardones a artis-tas de variado signo, habiendo caído hoy en tan indeseables redes.

Y que conste, que el calificativo de indeseable, no se ha de aplicar a la ideología que subyace detrás de todo esto, sino al hecho de que una ideología, sea cual sea, o un grupo deter-minado, sea cual sea, llegue a dominar, y reinar despótica-mente, y de manera tan vergonzosa, en organismos que de-berían de gozar de auténtica independencia.

No es deseable por nadie, que ninguna ideología, o grupo de intereses de cualquier tipo, se haga con el control de “Academias”, premiando sólo a amiguetes, simpatizantes, militantes, o corifeos, y dejando a un lado, temas, artistas, y obras, que son independientes de los grupos acaparadores, sea cual sea el cariz de éstos.

Se habla de crisis del cine español. Y los motivos, no sólo hay que buscarlos en la pobreza o ínfima calidad de temas, realizaciones, actores, y artistas, sino, además, en la exclusi-vidad ideológica de concesión de premios y galardones.

Mientras no se rompa este monopolio, la huida masiva de espectadores y televidentes, seguirá siendo una realidad constatable.

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8. ¿A PREPARAR LOS ATENTADOS?

Cuando los políticos, sean del partido o ideología que sea empiezan a gobernar de espaldas a la realidad, la calle, o el pueblo, que en algunas ocasiones no son tontos, comienzan a pensar por su cuenta, y a sacar conclusiones de todo tipo. Viene a cuento esta pequeña introducción, para ilustrar una anécdota de la que he sido testigo recientemente, a propósito de la investigación del 11-M, asunto éste, que está desbor-dando a unos y otros, y que, a buen seguro, todavía nos tra-erá importantísimas sorpresas no gratas para nadie.

Entré a desayunar en un bar.

Allí se encontraban dos personas hablando de política, y el diálogo al que me refiero, transcurrió, más o menos, por los siguientes derroteros.

Ya sabes, que se ha descubierto que la Guardia Civil de Asturias, tenía noticias desde el año 2001, de que se estaba preparando un atentado en el que se accionarían los explosi-vos a través de teléfonos móviles, decía el primer individuo, y que uno de los implicados quería ir a Marruecos, para en-señar a los moros la técnica del sistema.

Si, ya lo he leído, contestó el otro.

¡Vaya ridículo de los Servicios Secretos en los tiempos del PP!

¡Ni se enteraban! Eran unos mantas.

¡Qué Servicios Secretos, ni que leches!, contestó el primero.

¡El que no te enteras eres tú!, que te crees todo lo que dice el gobierno y la Tele.

En la Guardia Civil de Asturias, había infiltrados que sólo informaban al partido que todos tenemos en mente, en esos momentos en la oposición, de algunas cosas, y ésta era una de ellas. Bueno, dijo el otro como excusándose.

Esto ya lo sabe todo el mundo, y no me dices nada nuevo.

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Sí. Pero de lo que no te enteras, porque piensas menos que un mosquito, es que esto demuestra que ese partido ya co-nocía todo este asunto hace ya mucho tiempo, e incluso es posible que más cosas, con lo que muy leal no era, ni con una mínima visión de estado, tampoco.

¿Más cosas?, interrogó el segundo, que comenzaba a inte-resarse más y más por las deducciones de su amigo o cono-cido.

¡Claro hombre! Seguramente ese partido no sólo conocía esto del atentado, sino que incluso es posible que ellos mis-mos lo hubiesen preparado.

¡No jodas, macho! (sic). Desde luego tienes hoy la mente muy calenturienta.

¿Ah, sí? ¿Tú te crees que el Zapa y el Chaves fueron a Ma-rruecos hace ya muchos meses, sólo para estrechar relacio-nes, y de paso “joder” un poco al PP?

¡Pues no tío!

¡El Zapa y el Chaves fueron a Marruecos para ultimar de-talles, y dar su aprobación final a los atentados que se esta-ban preparando. Tanto el de la Casa de España en Rabat, como el del 11-M en Madrid!

¿No ves que sólo se ha atentado contra los españoles, y los dos atentados han partido del mismo sitio, y los dos han si-do hechos en tiempos del PP?

¡Vete a tomar por culo! (sic), contestó el asombrado oyente.

¡Nadie haría una cosa así!, y menos ese partido.

¡Mira tronco!¡No tienes ni idea de Historia! Repasa un po-co los libros, y verás que casos como éste, aparecen muchas veces.

¡Con tal de conseguir el poder, algunos son capaces de cualquier cosa!

Se hizo un silencio muy prolongado.

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Yo tenía que irme ya. Pagué, y me fui.

Y como lo oí, así se lo cuento a ustedes.

9. LA HIPÓTESIS EXTRANJERA

Todos los comentarios de los medios informativos no afines al actual gobierno, coinciden en señalar que una de las pocas cosas claras que se deducen de la investigación del 11-M, es que no se puede desdeñar ni omitir la investigación sobre cualquier hipótesis, pues los hechos así lo están demostran-do, a través del continuo descubrimiento de actos y situacio-nes ni siquiera imaginadas en un principio.

Una de estas situaciones inimaginables al principio de la investigación, apunta a la intervención de un gobierno de una nación extranjera, como auténtico cerebro de todo.

Si las investigaciones apuntasen a la autoría de un país débil y pobre, el nombre de dicha nación ya habría saltado a la palestra, así se deduce que el gobierno de la nación pre-suntamente implicada, no pertenece precisamente a un país medio, sino a otro muy poderoso y con un gran peso especí-fico en el mundo, por lo que a falta de pruebas incontrover-tibles en este momento, y que seguramente nunca las habrá, la más elemental prudencia aconseja callar, por ahora.

Pero hagamos un pequeño ejercicio de deducciones ele-mentales, y tal vez comencemos a ver alguna hipótesis, que acaso no nos resulte muy descabellada en sus conclusiones.

Hay un gobierno de un país, que había efectuado enormes inversiones en Irak, la mayor parte de las cuales aún no hab-ía cobrado cuando se produjo la intervención aliada y que, por no apoyar la misma, ahora no va a recuperar.

Ese mismo gobierno, cuyo eje en política exterior se con-creta en aspirar a dominar una parte del norte de África, co-noce perfectamente las redes de carácter islámico que allí se desarrollan y, en un ejercicio no infrecuente en las intrigas internacionales, puede haber manipulado a alguna o algunas

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de ellas para, a través de atentados aparentemente de corte islamista, influir en los gobiernos de estos países, o incluso de países ribereños que apoyan decididamente la interven-ción aliada, como era el caso de España.

La masacre de Madrid podría haber sido ejecutada en cualquier otro momento, y no precisamente muy pocos días antes de unas elecciones generales, en las que todo apuntaba a que el Partido Popular iba a continuar gobernando.

El Partido Socialista español, no teniendo a su disposición ningún servicio secreto, evidenció en aquellos días tener más información sobre los atentados y sus aparentes raíces islá-micas, que el propio gobierno español, e incluso que cual-quier otro gobierno del mundo, lo cual no tiene la más mínima lógica. Copiando el más viejo y rancio estilo nor-teamericano, este mismo gobierno al que nos estamos refi-riendo, fue el primero que saludó muy efusivamente al nue-vo gobierno español, a quien se apresuró a incluir en el fren-te opositor a la intervención aliada en Irak.

Y por último, siguiendo los consejos de Sherlock Holmes, busquemos al culpable entre los más beneficiados del cri-men, y seguramente lo encontraremos.

Como ya habrá adivinado el menos perspicaz de los lecto-res, en el actual gobierno francés se reúnen todas y cada una de las líneas de esta hipótesis.

Hipótesis seguramente muy descabellada, y que es más propia de todas aquellas mentes calenturientas, también serán cosas de la literatura, cuya opinión se acaba de recoger y exponer ahora.

E hipótesis que no fue investigada por el gobierno espa-ñol, del partido socialista, dado el carácter de sueño de una noche de verano delirante, y por afectar a un gobierno fiel aliado y muy amigo, a pesar de que las continuas sorpresas que se evidencian en la Comisión de investigación del 11-M, así lo aconsejen.

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Por otro lado, según las brujas que más adelante comenta-remos, y que pululan por nuestro espacio aéreo, y se dice que al gobierno de Madrid, le conviene que exista la ETA y el tema catalán porque les permite “cambiar cromos” para otras negociaciones. Lo que sin duda conviene a los políti-cos, pero no a los españoles que les soportamos.

10. ¿EXISTEN LAS BRUJAS?

La reciente celebración de la fiesta de Halloween, también llamada fiesta del terror, fiesta de los muertos, o títulos simi-lares, puede pasar entre nosotros, de variadas maneras.

Por ejemplo, abordando la reflexión o interrogante sobre la existencia real, o irreal, de las denominadas brujas, o brujos. Lo que ya nadie duda es que contra la superstición no pu-dieron ni la Ciencia, ni la democracia.

¡Hombre, haberlas, haylas!, aunque yo no he visto ningu-na, decía un gallego con cierto tono socarrón, según cuenta el dicho popular.

Pero independientemente de chistes, fiestas, y el negocio que hacen estos días los vendedores de disfraces y demás parafernalias ideadas para estos eventos, nos podíamos pre-guntar si alguna vez han existido personas con poderes ma-lignos, o con el poder de hacer el mal a otra u otras personas, a través de encantamientos, sortilegios, maldiciones, invoca-ciones a fuerzas ocultas, y todo aquello que, en gran resu-men, conocemos por magia negra.

La esencia de la brujería negra se basa, o tiene como finali-dad, el hacer mal a otro, bien por venganza, envidia, celos, despecho, ambición, o todas y cada una de las malas pasio-nes humanas.

Y como el pretendiente de tal objetivo, no ve otro camino, ni tiene fuerzas para abordar tal empeño en solitario o inclu-so en comandita con otros, o simplemente no quiere apare-cer como actor directo y desnudo de la acción, arbitra la so-

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lución de su pretensión, al encargar esta tarea a personas que se auto-titulan como poseedores de poderes extraordinarios, poderes que, a su vez, les han sido otorgados por las fuerzas del mal.

Pero, ¿es real sostener esta creencia en estas personas?

Supongamos por un momento que todo ello es real, es de-cir, que existen personas dotadas de estos poderes.

Entonces, la vida, para hacer el mal a otros, sería mucho más fácil de lo que es ahora.

Si yo ambiciono cualquier cosa de otro, no tendré más que acudir a un brujo o bruja, que mediante sus invocaciones, hará desaparecer todo obstáculo para despojar al otro de lo suyo, y concedérmelo a mí.

Igual ocurrirá si quiero venganza, o similar.

Y elevemos ahora nuestras pretensiones, suponiendo por un momento que somos un jefe omnipotente de Estado, o tal vez de una organización terrorista.

Si tenemos ambiciones territoriales sobre otro Estado, no nos harán falta los carísimos ejércitos invasores, o la también carísima panoplia nuclear, para desencadenar una guerra que nos permita cumplir nuestros sueños.

Nos bastará con acudir a un brujo o bruja que, a distancia, y sin que empleemos un solo soldado, traerá todas las des-gracias sobre nuestros enemigos, incluida su muerte, y así, podremos apoderarnos del territorio que nos interesa.

Napoleón, Hitler, Stalin, Mao-Tse-Tung, sólo por poner unos muy recientes ejemplos en la memoria de todos, no habrían necesitado enormes ejércitos, revoluciones cultura-les, ingentes policías represivas capaces de desarrollar la de-portación masiva de pueblos y etnias enteras, y todo ello a costa de cientos y cientos de millones de muertos, en canti-dad tal, como nunca vio la historia.

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Talibanes, y terroristas de tan variada y heterogénea con-dición como los que hoy en día están surgiendo casi como una plaga, tampoco tendrían su razón de ser, pues con sólo acudir a los correspondientes brujos amigos, verían cumpli-dos sus sueños de reivindicación, venganza, ambición, o cualquier otro motivo que se agite en sus atormentadas per-sonalidades.

Hay personas, que se creen con poderes de brujería, brujer-ía negra, pero de ello no se deduce, por fuerza de las más elemental razón, que realmente posean lo que ellos creen po-seer.

A quien dude de la existencia de las brujas yo les presen-taría a algunas féminas de mi oficina, sin duda que cambiar-ían de opinión.

Se dice por algunos que en Aena se ha debido de revitali-zar el Real Cuerpo de Pajilleras, porque existen algunos ca-sos sangrantes de chicas, sobre todo jóvenes, que han hecho una carrera meteórica, quizás a impulsos de la llamada cuota femenina de los socialistas, que trajeron las Aidos, Pajines, de las Vegas, y otras más de infausto e incierto recuerdo, porque no se destacan ninguna de ellas especialmente, por su formación, profesionalidad, laboriosidad, u otras cualida-des a la vista. A tal efecto se cita la elocuente conversación entre dos madres de dos jóvenes chicas:

Maruja, me ha dicho mi hija, que a la tuya la han dado un importante cargo en Aena.

Si Concha, así es, yo también me he enterado por la mía que la tuya ha entrado en Dragados.

Sí, pero aunque la mía era mejor estudiante, pues ambas han sido durante muchos años compañeras del Colegio, no es tan resultona como la tuya, ni tampoco, parece ser, con tanta suerte como la tuya.¡ Pero oye, que mi hija es tan puta como la que más!, aunque no lleve pistola, para que lo se-pas,¡ pues no faltaba más!

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Cierto es que las prostitutas utilizaban pistolas a principios del siglo XIX, que hábilmente escondían en las ligas o suje-tadores para defenderse de clientes agresivos y violentos.

Recordemos que en el último año de la primera Guerra Carlista, con soldados muertos y heridos por doquier en el campo de batalla, triunfa el bando liberal de los seguidores de Isabel II, y mediante singular “dispensa” del Obispo de Andalucía, se autorizaba la creación del Real Cuerpo de Paji-lleras del Hospicio de San Juan de Dios, en Málaga, en Di-ciembre de 1840.

Las Pajilleras de Caridad, como se las empezó a denominar en toda la península, eran mujeres que, sin importar su as-pecto físico o edad, prestaban consuelo, mediante maniobras de masturbación a los numerosos soldados heridos durante los combates de la reciente guerra carlista española.

La autora de tan peculiar idea, había sido la Hermana Sor Ethel Sifuentes, una religiosa de cuarenta y cinco años que cumplía funciones de enfermera en el ya mencionado Hospi-cio. Sor Ethel había notado el mal talante, la ansiedad y la atmósfera saturada de testosterona en el pabellón de heridos del hospital. Decidió entonces poner manos a la obra y co-menzó junto a algunas hermanas a “pajillear” o masturbar a los robustos y viriles soldados sin hacer distingos de grado. Desde entonces, tanto a soldados como a oficiales, les tocaba su “pajilla” diaria. Los resultados fueron inmediatos.

El clima emocional cambió radicalmente en el pabellón y los temperamentales hombres de armas volvieron a departir cortésmente entre sí, aún cuando en muchos casos, hubiesen militado en bandos opuestos.

Al núcleo fundacional de hermanitas pajilleras, se sumaron voluntarias seculares, atraídas por el deseo de prestar tan abnegado servicio. A estas voluntarias, se les impuso (a fin de resguardar el pudor y las buenas costumbres) el uso es-tricto de un uniforme: una holgada hopalanda que ocultaba

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las formas femeniles y un velo de lino que embozaba el ros-tro.

El éxito rotundo, se tradujo en la proliferación de diversos cuerpos de pajilleras por todo el territorio nacional, agrupa-das bajo distintas asociaciones y modalidades. Surgieron de esta suerte, el Cuerpo de Pajilleras de La Reina, Las Pajilleras del Socorro de Huelva, Las Esclavas de la Pajilla del Corazón de María y ya entrado el siglo XX, las Pajilleras de la Pasio-naria que tanto auxilio habrían de brindarle a las tropas de la República.

Cuestión distinta serían los curanderos, sanadores, mila-greros, y otros seres de esta categoría.

Pero sobre ello no reflexionaremos en esta ocasión.

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CAPÍTULO IX

EL VUELO MÁGICO DEL HOMBRE:

EN BUSCA DE LA LUZ DE PROMETEO

n el momento actual sería conveniente abordar el fu-turo desarrollo de la Humanidad con un enfoque o vi-sión holística (de logos, totalidad), es decir, contem-

plando la realidad en su totalidad, con aportaciones al desa-rrollo del individuo (alma).

El desarrollo actual es insostenible e injusto pues está des-equilibrado, ya que únicamente abastece adecuadamente al 20% de la población mundial, por explotaciones leoninas sin compensar adecuadamente, supuesto de tal forma que en aras a un justo equilibrio sería necesario conseguir el «desa-rrollo sostenible», para evitar el despilfarro por sobreexplo-tación de los recursos por los más poderosos y redistribuir la riqueza.

La Historia se está modificando constantemente a largo plazo por los débiles en un momento dado, aunque cuando adquieren el poder se transforman en fuertes, de tal forma que todo sigue lo mismo, es decir, es una urdimbre de trans-ferencias de poder, por tanto es un proceso continuo.

Es fácil observar el próximo cambio de modelo, que deber-ía venir de manos de los intelectuales (filósofos y pensado-res). El poder técnico-científico es un poder influido por el poder económico, en definitiva son transferencias de poder, significa ruptura de los valores tradicionales, como son el sentido de la libertad, de la dignidad y de la solidaridad, lo que implica en el momento actual grandes incertidumbres.

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Se cambia de cultura y de civilización. No es un simple cambio de americana a cazadora.

Los cambios substanciales, mediáticos, no habrán de venir de los políticos, sino de los técnicos y científicos, sin ideolog-ía política (tecnocracia), es decir la ideología sería la eficien-cia y la productividad.

Los filósofos y pensadores, y especialmente los técnicos y científicos pueden aportar su visión científica e integrada, como una unidad en la que todo es interdependiente.

Por otro lado, actualmente somos muy ricos en técnica y muy pobres en sabiduría, es decir en el «arte de vivir», ya que nos pasamos continuamente ocupándonos de la lavado-ra y el coche, alimentando y sosteniendo para realizarnos en esos fines, pero sin libertad real de pensamiento, en el pen-samiento libre para ejercer nuestra libertad, ya que el poder pretende y sin duda, lo consigue en general, guiarnos y re-conducir nuestro pensamiento. Es decir, el poder nos educa para que seamos consumidores y productores, pero no ciu-dadanos.

En definitiva, deberíamos elegir con libertad para la toma de decisiones, para lo cual habría que reeducarnos en Liber-tad, Igualdad y Fraternidad, aunque ¿Liberqué? ¿Iguali-quién? y ¿Fraternicuando?

El desarrollo tecnológico en el mundo Occidental ha gene-rado tantas diferencias que no sólo ha provocado una mayor distancia entre ricos y pobres, sino que ha producido en la sociedad desarrollada una decadencia cultural, que ha cam-biado los hábitos de vida y ciertas capacidades del conoci-miento que anteriormente eran un valor en sí mismas.

El mundo de la comunicación, por ejemplo, ha cambiado completamente, no sólo la cantidad de información que dis-ponemos, sino que ha modificado la calidad de la misma. Es-tamos sometidos a una descarga continua, donde es muy difícil discernir el grado de certeza y veracidad.

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En cuanto a la actual situación económica mundial, y espe-cialmente la española, observamos con claridad meridiana que lo que nos cuentan es falso en cierta medida, o mejor, in-completo. El origen real, y de fondo, de la crisis está en la fal-ta de valores y de ideas, y de liderazgo que las democracias han generado en el sistema, con personas incapaces de go-bernar en puestos de alta responsabilidad, a los que hasta hace poco tiempo, sólo llegaban aquéllos de una alta forma-ción académica, profesional, moral y con experiencia en to-ma de decisiones de alta responsabilidad.

Todos los países avanzados, en lugar de preocuparse por la cultura y la educación, llevan tiempo pensando en con-sumir y producir, para continuar un ciclo capitalista sin con-trol, un modelo agotado, que nos lleva a la situación que te-nemos en la actualidad, permitida e incluso propiciada por líderes acabados, pero adecuados para este modelo de sis-tema que apoya conseguir la felicidad sólo en base al con-sumo material, olvidando que la plenitud se alcanza en as-pectos tan inmateriales como la entrega a los demás, la satis-facción del deber cumplido o de un trabajo bien hecho, o aportación al desarrollo del conocimiento en todos los órde-nes, para la Humanidad, más que en almacenar cosas inne-cesarias.

La crisis que estamos viviendo es de falta de líderes que hablen claro a una sociedad que espera algo más que dinero de sus gobernantes. El conocimiento de aspectos físicos y es-pirituales puede llegar a proporcionar estados de satisfac-ción realmente elevados si lo comparamos con las noticias basura que cada día nos empapan nuestras neuronas, y con-taminan nuestro medio ambiente más íntimo, el pensamien-to.

Nuestros líderes políticos y económicos, sin honor y sin dignidad, pero con ruindad y mezquindad están consi-guiendo una sociedad altamente tecnificada, habitada por consumidores incultos y sólo preocupados de su capital, en

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lugar de descubrir los milagros que ha desarrollado el cono-cimiento y la propia naturaleza, y el alcance de los mismos.

Pero, como aviso para navegantes, aunque estemos mon-tados a bordo de esta crisis, el éxito futuro está asegurado, pues señores pasajeros, volamos juntos en una esfera de 12.000 km. de diámetro y dicha nave recorre el espacio alre-dedor del Sol a mas de 100.000 km/h, sin que lo noten, al menos, nuestros torpes líderes.

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CAPÍTULO X

REGIONALISMOS ALDEANOS Y

POLÍTICOS SIN CONTROL

stamos asistiendo a un momento crucial para el deve-nir de nuestro país. Como consecuencia del reciente encuentro de los gobiernos de Alemania y España, el

primero ha realizado un informe sobre la situación real de España, donde se indica que esta no debería recibir más di-nero sin que se cambie a fondo el sistema político y econó-mico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, alimentada por el nepo-tismo, y sin que exista la participación real ciudadana en las decisiones políticas, para no perpetuar la crisis y endeudar a los españoles durante generaciones. Por ello el gobierno es-pañol debe reformar a fondo la administración de las comu-nidades autónomas y los ayuntamientos, la mayoría en ban-carrota y completamente fuera de control, sometiendo a ple-biscito el modelo de Estado, si bien nuestro país ha conocido en otros momentos la bancarrota durante los reinados de Carlos I y Felipe II, entre otros.

La autonomía regional o el regionalismo aldeano ya no están de moda en España. Ha perdido el blindaje que impi-dió durante tres décadas la crítica de sus excesos. Se pone ya en cuestión que haya tres modelos fiscales, el foral de Nava-rra y Vascongadas, el especial para Canarias, y el régimen general de los demás. La transferencia de las competencias de educación y sanidad hizo que estas asumieran la presta-

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ción de los servicios públicos fundamentales del Estado del Bienestar, causando un expolio a la identidad e integridad española. ¿Qué ocurre cuando en las escuelas donde nues-tros hijos reciben las mismas horas de español que de inglés, y menos que de catalán, gallego o vascuence, se les enseña por ejemplo que “el Estado español, ni se menciona a Espa-ña, es aquella parte de la península ibérica que no pertenece ni a Portugal, ni a Andorra, ni al Reino Unido?

Menéndez Pelayo llamaba “el lento suicidio de un pueblo que engañado por gárrulos sofistas, hace espantosa liquida-ción de su pasado, escarnece a cada momento las sombras de sus progenitores […] y reniega de cuanto en la Historia hizo de grande”.

La razón de la enfermedad de España es el modelo de Es-tado inviable, sin control, por unos políticos desalmados y desatados, gobernado por el nepotismo y la corrupción e impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica, y con el poder judi-cial y los organismos de control a su servicio. Con cuatro mil empresas públicas que emplean a más de medio millón de empleados, creadas específicamente para ocultar deuda y co-locar a familiares y amigos sin control ni fiscalización posi-ble. A pesar de ello, en España no falta talento, ni creativi-dad, ni capacidad empresarial.

Vascongadas, Galicia o en Cataluña, las fuerzas que acep-taron en su día el modelo vigente como una solución de compromiso provisional, reclaman una revisión del modelo constitucional, ya no es el tiempo de poner punto y final al proceso de construcción del Estado de las Autonomías, aho-ra toca su supresión. La deslealtad y la manipulación de los políticos de la barretina ha llegado al límite, con su supuesto expolio tan cariñoso del” España nos roba”, que pregonan los medios subvencionados catalanes, cuando justamente es al contrario, su falta de escrúpulos llega a alterar y manipu-lar las cifras de déficit e IVA. Al igual que el 7 de Octubre de 1934, el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra proclama-

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ba: “En Cataluña, el Presidente de la Generalidad, con olvi-do de todos los deberes que le impone su cargo, su honor y su responsabilidad, se ha permitido proclamar el “Estado Catalán”, en estos momentos se ha producido una deslealtad y alta traición al gobierno y al pueblo de España.

Navarra y Vascongadas obtienen un procedimiento de fi-nanciación especial basado en una actualización de los con-ciertos económicos establecidos tras la abolición de los Fue-ros de 1876, que se mantenían en Álava y Navarra, pero hab-ían sido derogados en Vizcaya y Guipúzcoa por el régimen franquista al finalizar la contienda civil, las Diputaciones Fo-rales tienen tantas atribuciones que entran continuamente en conflicto con el Gobierno Vasco.

La deslealtad institucional entre los dos grandes partidos ha impedido pactar un modelo autonómico, y les obligó a hacer, cada uno por su cuenta, concesiones a las minorías nacionalistas cada vez que han necesitado sus votos en el Congreso. La descentralización y la desintegración ha avan-zado cada vez que se lograba una mayoría parlamentaria.

Hemos de recordar que el régimen franquista sobreprote-gió mediante transferencias de rentas las regiones Catalana y Vasca procedentes de los financieros madrileños y los lati-fundistas castellanos y andaluces.

¿Cómo se puede juzgar y condenar a toda la casta política? De ninguna manera, porque no existe la independencia del poder judicial, que también está sometido al y desde el po-der político, como el Tribunal de Cuentas y el Banco de Es-paña, en continua deslealtad y alta traición, decía el padrino, Don Vito: “La política y la delincuencia son la misma cosa”.

No debería de bastar con ser miembro de un partido polí-tico para ser diputado. Se debería exigir una formación uni-versitaria de rigor, experiencia profesional competente, hon-radez, y un periodo de pruebas, al igual que a cualquier otro trabajador. No es de recibo, que cualquier ujier del Congreso tenga más formación y preparación que estos, a los que sir-

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ven. Se debería exigir que vinieran sin mocos o con pañuelo, por su bisoñez, tampoco sería deseable un viejo cascarrabias, achacoso, con pañal, para evitar sus pérdidas de orina y meadas.

Esta casta política incompetente y corrupta está infligiendo un daño irreparable a España y a los españoles repartiendo miseria, sudor y lágrimas para varias generaciones, lo que conllevará el deshonor a perpetuidad.

Entre la incompetencia y la ocultación para evitar que se conozca lo que ocurre, y anticipar con probabilidad lo que puede pasar es imposible para el conjunto de la sociedad ci-vil. Sería necesario crear espacios de deliberación, ágoras, que hagan posible construir pueblo y no masa, algo que ellos tratarán de evitar a toda costa. Al ciudadano sólo le queda luchar contra este mastodonte descontrolado y desatado.

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CAPÍTULO XI

¿QUIÉN CONTROLA EL PODER

(DEL ESTADO)?

n su Discurso sobre la dignidad del hombre, Ludovico Pico Della Mirandola representa el ideario del hombre renacentista, que situaba al hombre en el centro del

Universo, y lo concibió como la suprema realidad de la Na-turaleza, como un microcosmos que reproduce los elementos del macrocosmos, el hombre debe de esforzarse con digni-dad para responder a la alta misión para la que fue creado,, siendo dueño de su propio destino, de acuerdo con su libre albedrío.

El siglo XX, tal vez el siglo más brillante de la Ingeniería, apoyándose en desarrollos matemáticos, algoritmos, co-menzó a estudiar el caos desde la entropía, se trataba de conseguir el soñado control del caos, disciplinar el caos, es decir la dulce armonía del caos. Pero en estos momentos el hombre ha perdido la batalla con el caos. Por un lado, la pérdida de los valores del hombre del renacimiento y de la ilustración, que nos ha conducido a la excesiva adoración del becerro de oro.

Por ello nos preocupa el futuro que dejaremos a nuestros hijos y nietos, pues lo que se otea es muy incierto, los espa-ñoles hemos importado un sistema, la democracia, que aquí por el momento no funciona, lo hemos convertido en un sis-tema perverso, quizás no fuera creada con fines perversos, pero la mano del hombre es larga, y determinaría una demo-cracia a la española, es decir una partitocracia, pues sólo im-

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pelen su ley los partidos que nos pastorean. Se ha conculca-do la libertad de elegir a las personas en lugar de elegir listas cerradas de partidos. Pero es que no se puede dejar la políti-ca en manos de los políticos.

Sólo los ciudadanos podían votar en la antigua Grecia. En la Atenas de Pericles no bastaba con ser bípedo sin plumas para adquirir el estatus y la condición de ser humano, y ciu-dadano. Lo era quien había recibido severa e inflexible edu-cación en el marco de la paideia, esto es, un sistema pedagó-gico, la humanitas de los antiguos romanos, en el que el ni-ño se hacía hombre aprendiendo Retórica, Poesía, Gramáti-ca, Geometría, Gimnasia, Matemáticas y Filosofía, lo mismi-to que la LOE. Y sólo quienes superaban esa prueba com-ponían la llamada aristos (los mejores), y podían participar en los asuntos cívicos y en el gobierno de la polis griega ; cracia (gobierno), indica aristocracia, gobierno de los mejo-res, en la cultura griega, aunque también se puede extender a la cultura greco-romana.

Auque no creamos que todo era perfecto en la Atenas de Pericles, en el siglo V a.C., llamado el Siglo de Oro de Ate-nas, era una etapa convulsa, debido a las llamadas guerras del Peloponeso, de las que surgiría el esplendor de Grecia, fue acusado de hacerse con el tesoro de las ciudades confe-deradas de la Antigua Grecia, por medio de los altos tribu-tos, con los que se pagaron las guerras y se construyó El Par-tenón y el resto de construcciones de Atenas. Su moralidad era muy discutida también, pues abandonó a su esposa e hijos, para convivir con su compañera Aspasia, que le daría un hijo, y se decía que esta era quien realmente gobernaba en Grecia, y siendo acusada de ello, se desnudó y transmitió: ¡ A ver quién es capaz de condenar tanta belleza!

El progreso del control del Estado o del poder político desde la Constitución de 1812, denominada la Pepa, “que indica en su preámbulo: en busca de la felicidad de la nación y no de su amargura moral y material”. En la actualidad afortunadamente se encuentran preceptos contractuales que

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ordenan el modelo de la Constitución de 1978, que nos hizo transitar del absolutismo al liberalismo, basado en la limita-ción, el control y las garantías, aunque la alegría en la casa del pobre dura poco, ya se sabe, porque al regreso de Fer-nando VII, el Deseado, acabaría con el régimen de libertades de La Pepa, mientras el pueblo español le jaleaba al grito de : ¡Vivan las “cadenas”!, por eso el pueblo español es muy pe-culiar.

Pero durante el primer gobierno socialista de la llamada democracia española se pervirtió totalmente, aunque ya se venía fraguando de antes, el principio de separación de los tres poderes, enunciada por Montesquieu, y anteriormente por John Locke, el ejecutivo, el jurídico y el legislativo, pa-sando el ejecutivo a controlar los restantes lo que desde en-tonces tenemos como sistema de gobierno los españoles, que lo iguala en su fondo con una dictadura, aunque no en las formas, porque surge en las urnas. Es decir, en la práctica el poder ejecutivo intenta, y siempre lo consigue comerse a los restantes poderes.

Por ello, la política se ha convertido en un way live para nuestra clase dirigente, o como denominamos en estos pa-gos, buscarse la vida, basta observar los currículos de gran parte de ellos desde que accedieron al mercado laboral, con frecuencia muchos de ellos no han trabajado en el sector pri-vado. Podemos decir que constituyen una casta, que podr-íamos denominar de buscavidas, cuyo antecedente español podríamos encontrarlo en El Lazarillo de Tormes. Groucho Marx citaba: ”La política es el arte de buscar problemas, en-contrarlos y aplicar las soluciones equivocadas”, pero es que en España se pasan de vueltas, pues impelen e imponen sa-crificios importantes a quienes no son culpables de la situa-ción, y se encuentran ya sumidos en una economía de sub-sistencia, mientras a los culpables “no va con ellos”, pues son gente más estúpida que malvada. Ya algún conocido político socialista expresó: “Un técnico es un político que además sabe de algo”. Es el irresistible ascenso de los me-

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diocres y la inevitable tragedia de los mejores. Cuando el poder no se logra por meritocracia, sino por enchufismo, crea una gran frustración

La actual juventud española del llamado movimiento 15M, se ha significado en su utopía acuñando los lemas: “Si no nos dejáis soñar, nosotros no os dejaremos dormir”, “No nos representan”, “No hay pan para tanto chorizo” (“corrup-ción”), entre otros, sacudiendo las conciencias, forzando una radicalización de la calle, si pretendemos despejar los tiem-pos de tinieblas y oscuridad. Un país que no duerme ni sue-ña termina en la locura. Para ello el ciudadano común debe de salir de su abulia, sólo así podrá venir una España muy distinta a la que han liquidado los huracanes de la economía mundial, la torpe gestión política y económico-financiera, así como la desvergonzada rapiña de los nuevos ricos y especu-ladores. A los indignados y perroflautas se unen ahora los yayoflautas, abuelos de los primeros, preocupados por las escasas expectativas de sus nietos, peores que las condicio-nes de bienestar de los abuelos.

España, que ha sido prácticamente liquidada por ese huracán, es un país débil, llevamos siglos esperando esa “España distinta”, y no llega, porque no existe tal, es un país débil y acobardado. Es una sociedad que navega a la deriva.

El filósofo Emilio Lledó se pregunta: ¿Por qué no se priva-tiza a los políticos?, pero ¿Quién privatiza a los políticos? Se deben descubrir las razones ocultas de las privatizaciones. ¿Cómo recuperaremos lo perdido?¿Quién nos devolverá nuestro futuro y los bienes públicos que nos están esquil-mando los diecisiete reinos de taifas, sobre los que el Estado ha perdido toda potestas y toda auctoritas?Alguna de ellas roza lo absurdo, Cataluña, trata a las demás taifas, y al con-junto del Estado con desdén y altanería que no corresponde a alguien que vive de prestado.

Mazarino en su célebre diálogo con Colbert expresa: “¡¡¡Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los

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pobres!!!, son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres (esta es la clase media), debemos gravar con mayores impuestos. Esos, cuanto más les quitemos, mas trabajarán para compen-sar lo que les quitamos! ¡¡¡Son una reserva inagotable!!!

La llamada crisis económica, según el profesor Vicenç Na-varro se combate con aumento de salarios y estímulos de la demanda y el consumo, así como aumento del gasto públi-co, pero recortar los salarios es un suicidio económico. No se grava las rentas del capital sólo se penalizan las rentas del trabajo. No se requiere más ayuda a la banca, sino a los ciu-dadanos ¿Se subvenciona a la banca?

Los poderes públicos están endeudados con la banca, tam-bién muchos cargos públicos disponen de muchos présta-mos personales a fondo perdido con la banca como uno de sus pesebres, por ello no se atreven a un mayor intervencio-nismo público y a situar a políticos y financieros en las mazmorras, después de ser juzgados y condenados, como ha sucedido en Islandia recientemente, ante la misma situación que la española. El ejemplo que se está dando es patético.

Una de las características más constantes de la comunidad española es la gran debilidad de nuestra sociedad civil. A di-ferencia de la sajona, nuestra delegación de responsabilida-des en el ámbito público es prácticamente absoluta.

Nos está ofreciendo la clase política un futuro totalmente oscuro, pesimista, intolerable. Se han propuesto acabar con la clase media, que es de mayoría amplia en las democracias occidentales, y con el Estado de bienestar conseguido a través de luchas feroces durante 200 años.

La situación no se debe verdaderamente a razones econó-micas, si no a razones políticas, la fuerte presencia del gran capital en las instituciones políticas hacen el sesgo hacia es-tas fuerzas, debido al maridaje entre la clase política, la clase financiera y el gran capital. Son los trampantojos de la políti-

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ca y la economía. Han perdido el control del corazón-alma con el enorme poder del becerro de oro.

Nos han robado la escasa representatividad que anterior-mente tenía el ciudadano, debido al escaso cumplimiento de los programas electorales, sin exigir responsabilidades in-mediatas. El poder político deberá estar instrumentalizado y apoyado por la mayoría amplia de los ciudadanos.

La crisis está provocada porque el mundo está en crisis y se tiene que buscar una solución válida para estos tiempos, ya que la solución para el mundo civilizado o primer mun-do, no puede venir ya de la mano de las guerras, actualmen-te las batallas que se librar son las económicas. Ahora se ca-mina hacia una revolución silenciosa, hasta que estalle esta.

Sólo la movilización ciudadana puede frenar la pérdida del estado del bienestar, y recuperar el control del poder en las instituciones públicas por el ciudadano. Será necesaria una nueva Transición, ya que estamos ante una democracia in-completa e insuficiente.

La reconocida expresión: Ignorancia + Estupidez + Poder = Desastre, es lo peor que nos puede ocurrir y es algo que el conjunto de la ciudadanía no se merece.

Tucídides decía al respecto: “Cualquier poder tiende a in-tentar llegar hasta el límite de su poder. ¡Ha llegado la hora del control y la vigilancia!”. Es preciso disciplinar y atar cor-to a los políticos y financieros. Hagamos de la política vigi-lada y controlada en su universo de caos, una oportunidad para una democracia vigilante de derechos y deberes, de ciudadanos responsables, de poderes sometidos a la ley, y a los valores democráticos, no por encima de ellos. Es decir, hemos de disciplinar nuestra libertad y nuestras alas mági-cas para poder volar, transformar la ilusión en acción y ésta en alternativa. Este es el reto.

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CAPÍTULO XII

¿QUÉ PODEMOS HACER?

enemos la absoluta certeza de que estos tiempos que nos está tocando “vivir” en pocos años serán incluidos en los programas de educación como determinantes

en el transcurso de la sociedad de nuestro Estado y posible-mente de toda la Unión Europea, como un antes y un des-pués en los modelos políticos y sociales que nos rigen. En pocos meses a la clase trabajadora, a la clase media para quien quiera llamarla así, a sus hijos, a sus padres, a sus ma-yores... se les está arrebatando sin posibilidad apenas de lu-cha una serie de derechos que cubren prácticamente todas las áreas sociales y habían costado grandes sacrificios a va-rias generaciones su consecución.

Lo que no sabemos es en qué sentido estarán redactadas las crónicas de la actualidad; como un tiempo en el que se consolidaron los estados represores, el de los gobernan-tes/marionetas, manejando una sociedad resignada, subyu-gada y dócil o, por otra parte, se pueda leer que estos tiem-pos dieron paso a una sociedad más justa, con una clase polí-tica de la que los ciudadanos se enorgullecen porque traba-jan por el bien social y el progreso y por la justicia y a los que consideran sus iguales y que los servicios públicos ga-rantizan los derechos fundamentales humanos siendo el eje fundamental del desarrollo de la sociedad. Una sociedad en la que “los mercados” y la “especulación” sean anacronis-mos, habiendo dejado de ser los que realmente dictan actua-

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ciones a la esperpéntica clase política actual. Pero todos sa-bemos que esto es una inocente utopía.

Quizá se pueda responder más fácil a cómo está la prima de riesgo que a quién marcó contra Francia en el pasado eu-ropeo de fútbol, por ejemplo.: Es evidente que algo malo está pasando; han infectado el sentir general de la sociedad en el sentido de aceptar, justificar, entender como un mal necesa-rio todas las medidas restrictivas contra la clase media, de-jando fuera a las grandes fortunas, los impuestos de lujo, a la inmensa, estomagante y burócrata clase política,... para así, con la sociedad en estado de shock, llevar a cabo sus planes de eliminación de las conquistas sociales y aniquilación del sector público.

El siguiente paso, y cuanto antes lo demos mejor, es negar-se a ello, enfrentarse, decir claramente NO y participar en la medida de nuestras posibilidades en cualquiera de las mu-chas organizaciones sociales y colectivos que propugnan por el mantenimiento de nuestros derechos. De estos tiempos también se pueden extraer conclusiones positivas; dejemos el pesimismo y el derrotismo y pasemos al siguiente estadio del proceso, optemos por la concienciación, la lucha, la parti-cipación, exijamos lo justo, no lo menos malo, nuestra parte la hemos cumplido, que cumplan los poderes la suya, los verdaderos culpables de la situación y que en un futuro próximo nos sintamos orgullosos de haber sabido defender nuestros derechos.

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Parte 3

DE LA ESPERANZA:

EL CONSUELO DEL LLANTO CARNAL

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CAPÍTULO XIII

LOS SECRETOS DEL CLUB BILDER-

BERG5 Y LOS PROTOCOLOS DE LOS

SABIOS DE SIÓN

n 1954, muchos de los hombres más poderosos del mundo se reunieron por primera vez bajo el patroci-nio de la familia real de Holanda y la familia Rockefe-

ller en el lujoso Hotel Bilderberg, en la pequeña población de Ooesterbeck. Durante un fin de semana debatieron sobre el futuro del mundo. Al acabar las sesiones, decidieron reunir-se todos los años con el fin de intercambiar ideas y analizar la evolución internacional. Se bautizaron a sí mismos como Club Bilderberg y, desde entonces, año tras año se reúnen durante un fin de semana en algún hotel del mundo para discutir sobre el futuro de la Humanidad, al calor de la estra-tegia de gobernanza mundial y el “efecto Globalización”.

Entre los miembros actuales de este selecto club se encuen-tran Bill Clinton, Paul Wolfowitz, Henry Kissinger, David Rockefeller, su fundador; Angela Merkel, Jacques Chirac, Donald Rumsfeld, Tony Blair y George Soros, además de muchos otros jefes de gobierno, empresarios, financieros, di-rigentes de grandes corporaciones empresariales, políticos, banqueros, periodistas y españoles de primer nivel como Rodrigo Rato, Matías Rodríguez Inciarte, Juan Luis Cebrián, Pedro Solbes, Loyola de Palacio, Joseph Borrell, Jaime Carva-

5 Estulin, Daniel. Los secretos del Club Bilderberg. Ed. Bronce.

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jal de Urquijo y Javier Solana, siendo invitados en algunas ocasiones Esperanza Aguirre, Dolores de Cospedal, Joaquín Almunia, Mario Monti, Papademos, y la Reina Sofía de Es-paña, entre otros.

El Club Bilderberg no es una sociedad secreta, al igual que la Masonería se puede decir que es una sociedad discreta, de aquí que se achaque relación entre ambas organizaciones. Tampoco se trata de una nueva teoría conspirativa sobre el dominio del mundo, en todo caso se puede considerar como concepto esquizoide de la Teoría Conspirativa, junto con los protocolos de los sabios de Sión y la Masonería, entre otros. El Club Bilderberg es algo totalmente real y tangible. Existe como institución privada y se han publicado algunos artícu-los sobre él.

La prestigiosa BBC británica, por ejemplo, le dedicó su atención el 27 de septiembre de 2005. Sin embargo, en más de cincuenta años de reuniones en las que el poder y el dine-ro se han concentrado en un mismo momento y en un solo lugar, jamás se ha filtrado ninguna clase de información so-bre lo que se debate en el Club Bilderberg. La prensa nunca ha podido entrar a las deliberaciones ni ha emitido ningún comunicado sobre las conclusiones a las que han llegado los asistentes. Tampoco ha hecho pública ninguna acta con el orden del día.

Directivos del propio Club Bilderberg han afirmado que esa discreción es necesaria para que quienes participan en los debates puedan hablar con libertad sin ver reflejadas sus declaraciones en los periódicos. Esa discreción, sin duda, permite que el Club Bilderberg delibere con mayor libertad. Pero esto, sin embargo, no corresponde a la pregunta fun-damental: ¿sobre qué hablan los más poderosos del mundo en esas reuniones?

En cualquier democracia moderna se protege el derecho a la intimidad. ¿Pero el público no tiene derecho a saber de qué hablan los más importantes presidentes, primeros minis-

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tros, reyes y reinas de todas las casas europeas cuando se reúnen con los empresarios y banqueros más ricos de sus respectivos países? No, porque como decimos es una socie-dad del ámbito privado ¿Qué garantías tienen los ciudada-nos de que el Club Bilderberg no es un centro de tráfico de influencias y de cabildeo si no se les permite conocer de qué hablan allí sus representantes? ¿Por qué el foro de Davos y las reuniones del G8 aparecen en las portadas de todos los periódicos y se permite el ingreso de miles y miles de perio-distas? ¿Por qué nadie cubre las reuniones del Club Bilder-berg?, a pesar de que a ellas asisten regularmente los presi-dentes de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional, el banco Mundial, la Reserva Federal y el Ban-co Central Europeo, presidentes de las empresas más pode-rosas del mundo como Daimler Chrysler, Coca Cola, Pepsi-Co, Ford, General Motors, Novartis, British Petroleum, Shell, Chase Manhattan Bank, UBS Warburg, Soros Fund Mana-gement, Kissinger Associates, Nokia, Motorola, Ericsson, American Express, France Telecom, German Telecom, British Telecom, Goldman Sachs, Deutsche Bank, JP Morgan, Xerox, Microsoft, Oracle, EADS, entre otras, Secretarios de Defensa y vicepresidentes de Estados Unidos, representantes de co-mités nacionales democráticos y republicanos estadouniden-ses, directores de la CIA y del FBI, secretarios generales de la OTAN, todos los comisarios europeos, senadores y congre-sistas estadounidenses, primeros ministros europeos y líde-res de los partidos de la oposición, gobernadores de todos los bancos centrales de todos los países europeos, los princi-pales editores y los directores de los periódicos más impor-tantes del mundo.

Resulta sorprendente que pocos medios consideren que una concentración de personalidades así no sea noticia cuando, en cambio, cualquier viaje de algunos de ellos en so-litario suele llegar a los titulares de las noticias en televisión. Personalmente no creo que sea un intento de gobierno mun-dial en la sombra, lo que se podría denominar como El Nue-

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vo Orden Mundial (NOM), sino simplemente un club de in-tercambio de información y de datos sobre la evolución mundial, que generarán en un Brainstorming, tormenta de ideas, sobre las direcciones a tomar y de gobernanza en ge-neral.

Estulin se hizo esas preguntas hace casi quince años. Em-pezó entonces una investigación que con el tiempo le absor-bería por completo y se convertiría en el trabajo de su vida.

Lentamente, traspasó una a una todas las capas del secre-tismo del Club Bilderberg. A través de medios que recuer-dan las tácticas de espionaje de la Guerra Fría, y en ocasiones poniendo en juego su propia vida, consiguió lo que nadie había conseguido, conocer qué se decía tras las puertas ce-rradas de los lujosos hoteles en los que el Club se reunía. Y lo que descubrió le puso los pelos de punta. Según Estulin, más allá de ser un centro de influencias, el Club Bilderberg es el Gobierno Mundial en la sombra: es el que decide, con un secretismo total en sus reuniones anuales, cómo se lle-varán a cabo sus planes.

Los secretos del Club Bilderberg se adentran en las reunio-nes confidenciales y explican por qué un grupo formado por políticos, empresarios, banqueros e individuos poderosos formaron la sociedad secreta con más poder en el mundo. Los Secretos del Club Bilderberg incluye fotografías y do-cumentos inéditos de las reuniones y, además,detalla las ac-ciones pasadas, presentes y futuras de sus miembros. Como escribió en su novela Coningsby, el primer ministro de In-glaterra, Benjamin Disraeli: «El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores».

El 11 de septiembre de 2001, el Club Bilderberg, como in-dica Estulin en este libro, inició una guerra que «no tendrá fin mientras vivamos». Esa guerra no se libra en aras de la justicia, sino que su único fin es el petróleo. Quien la gane controlará los últimos vestigios de las reservas de petróleo y

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gas natural de la Tierra. La raza humana libre está en peligro de extinción y los bilderbergers lo saben muy bien. De ahí las «guerras sin fin» en Afganistán, Irak, Sudán e Irán; las que se libran en el mar Caspio y las que se librarán contra Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Siria y Venezuela dentro de muy poco tiempo. Todo forma parte de un conflic-to global cuyo fin es controlar la Humanidad. Quienes con-trolan el petróleo controlan la Tierra. Y el Gobierno Mundial Único Nuevo Orden Mundial se aprovecha de todos los re-cursos tecnológicos disponibles para dominar al reticente mundo.

El objetivo final de esta pesadilla es un futuro que trans-formará la Tierra en un planeta prisión, mediante un merca-do globalizado, controlado por un Gobierno Mundial Único, vigilado por un Ejército Mundial Unido, regulado económi-camente por un Banco Mundial y habitado por una pobla-ción controlada por microchips y cuyas necesidades vitales se habrán reducido al materialismo y la supervivencia: tra-bajar, comprar, procrear, dormir, todo conectado a un orde-nador global que supervisará cada uno de nuestros movi-mientos.

En este inminente e incierto futuro, el pueblo cree que algo malvado está al acecho, en las sombras, esperando la opor-tunidad de abalanzarse, aguardando el momento oportuno. Podemos sentir su escalofriante presencia. A la mayoría de la gente le gustaría ignorarlo, pero ya no puede hacerlo. Ese «algo» se ha introducido lentamente de manera sigilosa y forzada en nuestra conciencia y en nuestra psique colectiva.

En este libro Estulin indica qué es ese «algo» y saca a la luz sus planes apocalípticos.

Pero aún hay más. También descorre el velo del lucrativo tráfico mundial de drogas y explica cómo los bilderbergers se encargan de gestionarlo. Al contrario de lo que nos han contado, la guerra de Kosovo (Macedonia) no se libró en pro de la libertad, sino por una cuestión de drogas. La economía

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global asociada a las drogas genera por año, en efectivo líquido, cerca de 700.000 millones de dólares. ¿Quiénes se benefician? Las familias más opulentas y poderosas del mundo, tal como lo demuestra en el capítulo sobre Kosovo.

Slobodan Milosevic era un líder brutal, pero se le quitó de en medio y, finalmente, fue asesinado porque el Imperio ne-cesitaba beneficios ilimitados. Como el 80% de la heroína que entra en Europa lo hace a través de Kosovo, Yugoslavia estaba condenada a desaparecer.

También se nos ha contado que Osama Bin Laden y sus te-rroristas de Al Qaeda fueron quienes perpetraron los atenta-dos del 11S. Como el mundo estaba horrorizado, nosotros quisimos creer en otra mentira. El 11S, tal como pone de ma-nifiesto en el libro, guardó relación con el negocio del petró-leo, o más bien con su falta, como un requisito previo y nece-sario para una Guerra Total que nos llevará a la Esclavitud Total que nos espera con los brazos abiertos.

Los Beatles, los Rolling Stones, Monterrey, Woodstock, la emisora Top 40 y MTV son metáforas de un lavado de cere-bro devastador, cortesía del Instituto Tavistock de Compor-tamiento Humano. Creíamos que habíamos «descubierto» a los Beatles, a los Rolling Stones, a los Animals y a los Mamas & the Papas. Sin embargo, cruel y previsoramente, a las órdenes del Tavistock, los investigadores sociales más bri-llantes del planeta nos implantaron esos grupos. Formaban parte de un experimento humano de alto secreto de efectivi-dad devastadora, que pretendía degradar al individuo y re-ducir su esfera de influencia espiritual. Combinados con los experimentos con LSD financiados por la CIA y los experi-mentos supersecretos de narcohipnosis MKULTRA, realiza-dos con el fin de crear un asesino humano perfecto, el «Can-didato Manchú», muestra las devastadoras consecuencias de lo que, en efecto, ha sido un esfuerzo continuo durante el si-glo pasado: degradar al hombre hasta dejarlo al nivel de la bestia, el sueño de Friedrich Nietzsche de hombre bestia vis-to a través de los ojos del Club Bilderberg, su extrema locura.

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Sin embargo, a escala mundial está despertándose la con-ciencia general, dado que el pueblo está empezando a vis-lumbrar su irracionalidad; esta concienciación está empe-zando a capacitar nuestro aprendizaje y nuestra compren-sión colectiva. Nos han dicho que, para alguien que no es un entendido en la materia, los acontecimientos mundiales son demasiado difíciles de comprender. ¡Mentían! Nos han dicho que los secretos nacionales deben protegerse celosamente. ¡Claro que sí! Ningún gobierno desea que sus ciudadanos descubran que los mejores y más brillantes compatriotas se dedican al tráfico de drogas, participan en saqueos masivos del planeta, en secuestros y asesinatos. Conocerás quién tra-fica con drogas y por qué, quién asesina y quién extrae bene-ficios de esa gigantesca y omnipresente estafa que se conoce como política. Pero todavía hay esperanza. Los pueblos no deberían temer a sus gobiernos. Los gobiernos, a partir de ahora, deberán empezar a temer a sus pueblos.

Una vez más, nos encontramos ante una encrucijada. El Bilderberg está a punto de celebrar su «fiesta de presenta-ción global». Los puntos de tensión han empezado a rom-perse en cada rincón del planeta y la gente ha comenzado a tomar partido. Los caminos que sigamos ahora determinarán el futuro de la Humanidad, si atravesamos el siglo XXI como un Estado policial electrónico global o como seres humanos libres a causa de una concienciación masiva que tenga lugar en Estados Unidos, y en el resto del mundo libre, ante las ac-tividades criminales de la élite global.

Existe un determinado paralelismo entre el Club Bilder-berg y los Protocolos de los Sabios de Sión. Fue una sorpresa conocer los Protocolos de los sabios de Sión, también deno-minado Los Protocolos de los ancianos de Sión, ya que esto me explicaba muchas cosas, entre ellas el odio visceral que se había generado contra el pueblo judío, y de paso contra la Francmasonería, como consecuencia de su verdadero pro-gresismo de sus ideas e ideales que suscitaron el rechazo de los reaccionarios y conservadores. Esto era algo que no co-

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nocía desde mi formación académica, ni en la bibliografía correspondiente. Es decir, entiendo que es algo oculto, que se quiere mantener en la penumbra.

Este documento es un libelo antisemita publicado en 1902 en la Rusia Zarista, injustamente atribuido al pueblo judío. Fueron pretendidamente creados en 1897, en el primer Con-greso Sionista celebrado en Basilea. Otros afirman que se crearon en una sesión secreta de sabios judíos celebrada en esa época. La prensa judía se encargó de desmentir esa afir-mación y de ridiculizarla. Están divididos en 24 partes o pro-tocolos.

Su objetivo era justificar los pogromos, palizas y persecu-ciones, que sufrían los judíos. El texto sería la transcripción de estas supuestas reuniones de los sabios y ancianos de Sión, en la que estos detallan los planes de una conspiración judía, que consistía en el control del famoso contubernio ju-deo-masónico, es decir de la Masonería, y de los movimien-tos comunistas, en todas las naciones de la Tierra y tendría como fin último conseguir el poder mundial, al igual que los Iluminati. En 1921 quedó demostrado que se trata de un fraude histórico, como lo fueron el hombre de Piltdown y más recientemente los Diarios de Hitler, utilizados para in-culcar el odio a los judíos.

Pretendían lograr el control de la Francmasonería, a través de la organización de los jacobinos, que habían provocado la Revolución Francesa.

Los protocolos tuvieron un papel fundamental en el anti-semitismo de los regímenes nazi fascistas, y de los países árabes, que surgirían en Alemania, donde se estudiaba en las Escuelas, por la propaganda nazi, en su cruzada antisionista para explicar y justificar el genocidio judío, e Italia, ninguno de ellos quiso reconocer las similitudes con los libelos de sangre, tan comunes en Europa desde la Edad Media. Theo-dor Adorno, filósofo, miembro destacado de la Escuela de Frankfurt y autor de la teoría crítica de inspiración marxista

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Mínima moralia: Reflexiones desde la vida dañada, así como El vano espanto. Adorno nos recuerda en Mínima Moralia, que, en el fondo, todos buscamos un mínimo de moralidad; su pensamiento respecto a los nazis, se resume en “El des-pertar del ejemplar de la bestia rubia alemana”. El cantante y autor italiano de música ligera Franco Battiato, también se manifiesta conocedor de Adorno, al citar en una de sus letras musicales: “un mínimo de moralidad”.

Su mayor parte fueron plagiados del libro Diálogo en los infiernos entre Maquiavelo y Montesquieu, escrito por el au-tor satírico francés Maurice Joly, en 1864, y son una falsifica-ción de la policía secreta zarista, con la finalidad de culpar a los judíos de los males de la guerra y de la revolución, para convencer al pueblo ruso de que los afanes para la democra-tización de Rusia, eran en realidad una conspiración judeo-masónica. Es decir, es fácil comprobar la fragilidad de esas aparentes fuerzas.

Es el documento más discutido y sobre el que se han gas-tado enormes sumas y recursos para destruirlos, constituyen la hoja de ruta del iluminismo sionista capitalista, vinculado con una xenófoba élite de sabios que explican los procedi-mientos para lograr el control del mundo y esclavizar a la humanidad, agotar sus recursos económicos y preparar la llegada del Mesias.

Sin desechar la idea de su falsedad de origen, hemos de admitir que si se tratasen de una profecía, no hubieran sido más ciertos que la propia realidad, (de nuevo, las brujas no existen, pero haberlas, haylas) la crueldad que demuestran hacia los humanos no sionistas (Goyin, palabra hebrea que se usa para referirse a los gentiles (los no judíos) en forma despectiva, y que significa “ganado”), y el derecho que se autoimponen vinculado a Dios, nos recuerda las ideas de grupos oligárquicos, como el Club Bilderberg, quizás actual heredero de las ideas sionistas que proponen los protocolos de Sión.

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El despreciable trato que los humanos reciben en dicho do-cumento sólo es comparable al que el humano ejerce sobre la rapiña animal que parece nacer de esa superioridad genética natal.

Sin duda, los protocolos se ciñen con siniestro parecido a la realidad actual que estamos viviendo milimétricamente en la Historia contemporánea.

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CAPÍTULO XIV

ACERCA DE LA FRANCMASONERÍA

esde muy temprana edad tenía hondas inquietu-des y preocupaciones de orden espiritual, por el sentido transcendente del hombre, es decir podr-

íamos decir que era un buscador espiritual, con la puesta en valor del camino místico y transcendente del hombre para la exploración de la felicidad y equilibrio personal que le de sentido a la vida humana. Tenía que haber “algo” más allá del sentido material de la vida. Entiendo para mí el camino iniciático como la simbiosis entre la mística del vuelo, por mi vocación Aeronáutica, y la búsqueda constante de la luz de Prometeo (Conocimiento), que me aporta la Orden de la Fra-ternidad Universal.

Había accedido a interesante documentación sobre la Ma-sonería a través de algunas lecturas, de forma autodidacta, sin conocer previamente ningún masón, o por lo menos no era consciente de ello, pues no conocía el hecho de que un familiar muy cercano lo había sido, que me habían desperta-do profundo interés. Esta información era totalmente in-compatible con la información vox populi, relacionada con el Ocultismo y las Ciencias Ocultas, en lugar de relacionarla con la Filosofía y el Pensamiento, que circulaba acerca de es-ta enigmática organización llamada secreta, pero que como comprobaría más tarde, únicamente era discreta, para prote-gerse de los curiosos y de los problemas. Por ello la Maso-nería no hace proselitismo. Reconocía que grandes hombres en todos los campos del saber y del conocimiento, así como de la gobernanza eran masones, y habían colocado su ban-

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dera masónica en todos los frentes, hasta en la Luna llevada por el ingeniero aeronáutico y astronauta masón Edwin E. Buzz Aldrin, primer astronauta masón que pisó la Luna, formando parte de la histórica misión del Apolo XI, al man-do del también ingeniero aeronáutico y astronauta hijo de masón, Neil Amstrong, que sentenció al pisar la superficie lunar aquél 16 de Julio de 1969: “Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la Humanidad”.

Vamos a abrir un libro cuyas páginas datan de dos mil años atrás, si nos remontamos a los orígenes, y quinientos años si nos remontamos a la Masonería moderna.

Me había llevado a ahondar en los posibles vínculos del hombre con lo sagrado y, a descubrir en la propia experien-cia una dimensión espiritual que vincula al sujeto, que se podría redefinir como fronterizo, con el espacio dimensional de misticismo y esoterismo que lo supera y trasciende.

Se decía que los masones se comían crudos a los niños y realizaban sacrificios humanos e invocaban al diablo (como no sea al diablo cojuelo, yo no lo he visto nunca por allí) y al macho cabrío. Lo más kitsch que observé fue la calavera en la cámara de reflexión, para la iniciación, que simboliza la re-flexión. Igualmente se decía que había un grado 33 al que achacaban todos los sucesos perversos que ocurrían, porque tenía una mano negra, digo yo que igual puede haber tam-bién alguien así, hasta en el Real Madrid.

Lo raro es que no se dijera que los masones eran mariqui-tas, y se decía que hacían sacrificios humanos, generalmente vírgenes doncellas (a algunos ya les gustaría), también se de-cía en el siglo XVIII que los masones olían a eso, a masón, o masonazo, también se decía que los masones tenían rabo y cuernos, tampoco se los he visto a ninguno de mis herma-nos, aunque bien pudieran llevarlos muy escondi-dos/guardados, pero yo también me los he buscado y no me los he encontrado.

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Se decía frecuentemente ¿Quién es masón?, el que va de-lante de mí en el escalafón. Me recordaba al famoso hombre del saco y a la bruja, que se mencionaban a los niños de la época para asustarles. No me parecía muy pedagógica esta forma de educar en la mentira y asustar a los pequeños. Mi padre, que era como el abuelo Cebolleta de los tebeos, decía en este sentido: «nos quieren tener siempre con el miedo me-tido en el cuerpo, de pequeños que viene el coco, y de mayo-res que viene la Guardia Civil».

Más adelante tuve un contacto esporádico con un famoso periodista radiofónico y más tarde de televisión, que con un narcisismo de caballo, presume de culto, pero comete el error de mucha gente, sobre todo periodistas, que hablan de todo, con la alegría y osadía del ignorante, pero sin saber de nada, al que le expliqué acerca de la masonería, espero que haya investigado sobre la Orden, al menos yo le abrí esa puerta, pues las puertas de esta institución siempre están abiertas para todos, harto de su recurso fácil de achacarle to-dos los males que acontecen en el mundo mundial, una vez conozca de lo que habla, puede comentar con conocimiento de causa, pero no antes. Pues yo no conozco a nadie de la orden, que esté trabajando en la política, ni en la sombra, manipulando ni haciendo cosas raras, cual refería Maquiave-lo, en su obra maestra El Príncipe.

Se había buscado la confusión, y sembrado también, ya que la Masonería hace referencia a Lucifer como símbolo de la luz, que significa el libre albedrío, la libertad del hombre, el equilibrio entre el bien y el mal, entre la luz y las sombras, que lleva la luz de Prometeo, es decir, Lucifer, como ángel de la luz celeste o lucero de la mañana, no como demonio, que es Satán o Satanás.

En estos momentos ha irrumpido en la escena española un cura (sin Parroquia, creo, ni siquiera en Don Benito) de ape-llido belicoso, que hace honor al mismo, y me recuerda por igual apellido a aquél retorcido vicepresidente del primer gobierno socialista, que terminó con la incipiente democracia

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española, infringiendo un duro castigo a Locke y a Montes-quieu, y que todavía sigue gorroneando a los españoles, ocupando un escaño, a hurtadillas, en el Congreso de los Di-putados. Este aguerrido y osado cura, pues ya se sabe que la ignorancia es la madre de la osadía y el atrevimiento, no si-gue la máxima de toda persona estudiada y cultivada: En no sabiendo de qué hablar, mantén la boca cerrada, pues anda lanzando dardos emponzoñados contra la Masonería, desde luego, según su corto y torticero entender, y por lo que resul-ta esto vende papel. Expresa los fines malvados de esta Insti-tución, así como la pertenencia a la misma de varias perso-nalidades de primer nivel de las instituciones políticas espa-ñolas, así como el mismo Monarca español, careciendo de conocimientos y con una gran manipulación podría decir sin despeinarse, que yo mismo maté a Napoleón. No conoce que si esos mismos personajes que cita tan iluminado cura fueran masones, los mismos masones saldrían de estampida por la escasa o nula praxis de la conducta masónica de esos citados personajes.

¿QUÉ BUSCO? ¿QUÉ BUSCAS?

Esta es la primera pregunta que se debe hacer el profano, cuando llama a las puertas del templo de la Masonería. Pro-bablemente cuando un profano llama a las puertas del tem-plo, ya sea en su fondo verdaderamente masón, aunque ca-rezca de los conocimientos de la liturgia, a través de los dis-tintos ritos, que adquirirá más tarde.

A través de los símbolos y alegorías, en el contexto de la Institución, se nos facilita el camino a la Masonería, median-te una conexión neuronal, que establece la neurociencia, en-tre el ritual y el alma, que vehiculan la Masonería y el cono-cimiento de uno mismo.

La Masonería no es un fin en sí misma, tampoco debe ser un patrón de nada, no debemos dejarnos atrapar por los pa-trones, en que muchos quedan atrapados, ni referido al

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patrón convencional o profano. El fin y la esencia fundamen-tal deberá ser el ser humano. La Masonería no es dogmática, se apoya en la Metafísica. Busca la autenticidad del ser humano. No debemos dejarnos atrapar por las formas. El fondo y la forma han de ser complementarios, para poder transcender. Es decir, nunca habrá de ser una bandera de conveniencia,

La Masonería no constituye un think–tank. Tampoco ha de ser dirigida hacia el buenismo.

Según un maestro masón, que creo hablaba en primera persona, Naymus de Grecia6, nos muestra que, generalmente cuando alguien llama a las puertas del conocimiento, lo que quiere es experiencia. Está insatisfecho con lo que le ofrece la vida y supone que lo que tiene no puede ser todo y necesita otras experiencias que le aplaquen la sed. Entonces comienza la búsqueda, frecuenta organizaciones con fines sociales, políticos o religiosos, etc., con la esperanza de encontrar res-puestas. Los hay que acumulan lecturas hasta llenarse de conocimientos cual rata de biblioteca, al igual que el de la triste figura se creía destinado a personaje de los libros de caballería. Y tanto espacio ocupa ese conocimiento que no deja sitio a los demás, en contra de lo que se dice al respecto, que el saber no ocupa lugar. Y tal posesión de conocimientos le lleva a creer que desempeña un papel principal en la re-presentación teatral, que es la vida. Es más, toda la obra es suya, porque no hay nadie más cuyo papel se le pueda com-parar. Y como su ego lo llena todo, los demás sobran o de-ben limitarse a ser su auditorio.

6 Naymus Graecus es una figura retórica utilizada en la Masonería,

que algunos autores relacionan con Pitágoras.

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Este hermano, precisamente no sería el más adecuado para expresar estas palabras puesto que con una leve ráfaga de viento se le ha caído la máscara que ha llevado durante mu-cho tiempo y con la que ha engañado a muchos de sus her-manos, que creía bien atada, dejando al descubierto su ver-dadero rostro. Lo que indica que la Masonería es una obra humana y en ella caben, y de hecho abundan los hermanos que están muy lejos y seguramente no llegarán, ni de lejos a desprenderse del vil metal asociado a la vida profana (vani-dad, egoísmo, envidia, pequeñas y grandes miserias, etc.). De nuevo se cumple el lema: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”. La envidia, deporte nacional, y la mal-dad de algunos masones, demuestra que no es difícil el en-gaño para el acceso a la Orden, y aunque estas personas pa-san por esta Escuela de Pensamiento, estas materias no en-tran en ellos, por lo que en muchos casos hay que tirar de la cadena y subirse la cremallera de la bragueta del pantalón, eso sí, profano.

Ya no sirve ni siquiera ocultarse tras el misticismo, casi hasta la levitación y la extenuación, así como tras la medita-ción.

Desconfío profundamente de aquellos masones que niegan y reniegan ocultos hasta la extenuación su condición de ta-les. No es algo que haya que exhibir, pero tampoco que ocul-tar y sobre todo negar.

Por eso, se ha de distinguir cuando tal conocimiento es sólo un escapismo o entretenimiento de la mente, o cuando el conocimiento sirve a un fin auténticamente liberador.

Ciertamente, el masón sabe que ha de despojarse de los metales. Pero el principal y más perjudicial de los metales, precisamente porque es muy sutil y difícil de detectar, es la vanidad y la soberbia, que en algunos casos produce el co-nocimiento, “el orgullo del saber”. Pero como en mi larga data he podido comprobar que aunque el hombre, sea

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masón o no, conlleva estas sus pequeñas/grandes miserias, a las que, parece ser es imposible de sustraerse.

El ambiente secreto de que se rodea a la Masonería consti-tuye, sin duda, para el que no es masón, (denominado pro-fano en el seno de la Fraternidad), la característica más nota-ble de la Orden, y para que el iniciado no pierda jamás de vista su deber de Silencio Masónico.

En definitiva, podríamos decir que los masones se deben expresar en la prudencia, el silencio y el secreto. Por ello, se dice que la Orden es la exaltación de esos tres valores.

Cuando llegó el momento en que creía haber reunido sufi-ciente documentación e información acerca de esta institu-ción, que me había llamado, en mi búsqueda de transcen-dencia espiritual, elemento del que estaba muy desprovisto por mi escasa formación en estas materias, llamé a las puer-tas de la Francmasonería.

Pero en la Masonería existen distintas sensibilidades y co-rrientes en su seno, como citó Jesucristo: la casa de mi padre posee muchas habitaciones, formando un caleidoscopio, pa-ra algunos, según los distintos ritos y los distintos hermanos, aunque todas ellas bajo el marco de su lema: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

La pregunta del millón, ¿A dónde va la Masonería?, se responde con: donde quieras que te lleve (dentro de los parámetros de la Orden).

El símbolo de la Cruz Roja, la imagen triangular impresa en el billete de dólar americano, el Ojo de Horus, o “el ojo que todo lo ve”, el lema de la Revolución y la República Francesa o el sistema de la Seguridad Social de los países eu-ropeos, como España, aunque parezca sorprendente, poseen un elemento de inicio común: La masonería y los hijos de la viuda. Todos ellos son desarrollos de los principios masóni-cos y de su ideario. Recordemos que los principios inspira-dores, tanto de la Revolución como de la República Francesa y de la Revolución norteamericana, así como las revolucio-

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nes de los países americanos tienen su origen en los princi-pios de la Masonería. También los principios programáticos de las Naciones Unidas y del Comité Olímpico Internacional, fueron desarrollados por juristas masones.

Los Principios de la Masonería son los ideales ilustrados, es decir, el poder de la razón y el autogobierno, proporcio-nando un gobierno por y para las personas, las logias se convierten en instrucción de gobierno, asociadas con la vir-tud y los principales valores de la República. Significa el dominio de las pasiones, amor al conocimiento, levantando templos a la Sabiduría, y avanzando en el conocimiento por medio de los grados filosóficos.

Entre sus lemas se encuentran, “Salud, Fuerza y Unión” y “Sabiduría, Fuerza y Belleza”. Estos lemas se encuentran en el actual Ministerio de Agricultura, próximo a la Estación de Ferrocarril de Atocha, en sus orígenes como Ministerio de Fomento, construido por Velázquez Bosco, posee una simbo-logía discreta y concentrada en la techumbre, altar masón donde se representan las tres figuras del Friso.

El corazón (alma) es la puerta de la consciencia hacia el Universo, ya que es la sede del principio divino latente en el ser humano. Sin embargo, éste aún no percibe las posibili-dades de una realidad transcendente. Cuando descubre estas posibilidades, se encuentra ante un cambio fundamental en su propia vida, que hace posible “un despertar”, en el que la personalidad se ve sacada progresivamente de su letargo. Según su esencia, el alma es la sustancia sutil que actúa de nexo de unión entre el cuerpo (la Razón, valor exotérico pro-cedente del mundo terrenal) y el espíritu (alma y corazón, valor esotérico procedente del mundo divino). La razón de ella es transmitir sus potencias: Salud, Fuerza y Belleza, Amor y Sabiduría, al ser humano, para que las lleve a su rea-lización. Sin embargo, el alma original se encuentra prisione-ra en el cuerpo en estado más o menos latente. La gran tarea del ser humano en esta era es forjar un Alma Nueva con una Conciencia Universal conectada al espíritu. El camino iniciá-

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tico que conduce a este objetivo se encuentra presente en el propio embrión del Alma.

La existencia humana es una cuestión de consciencia, la cual está influida enormemente por pensamientos repetiti-vos, a veces secuenciales, ligados a emociones también inva-riables. Por ello, es necesario que se produzca un punto de inestabilidad en la actitud egocéntrica que apoya este meca-nismo inconsciente. Entonces puede surgir con claridad la elección entre ser yo y ser alma-espíritu. Si se sigue la se-gunda alternativa se produce la unión entre cerebro (razón)- corazón (alma), necesaria para colaborar en la transforma-ción plena de nuestro ser.

La idea de que únicamente el espectro visible y sensorial de la realidad es lo más importante, es fruto de una visión subjetiva y deformada, fundamentada en la percepción es-pacio-temporal del mundo y del Universo. Esto impide cap-tar la realidad de la unidad de todo lo creado y su único fin. Para percibir dicha Unidad, el corazón -alma y el cerebro-razón han de abrirse a las radiaciones espirituales.

La iglesia consideraba a los científicos como una amenaza, y Galileo apoyaba las teorías de Copérnico. Galileo no quería ser considerado como un mal católico, por ello se desdijo ba-jo amenazas, de sus convencimientos científicos, cuando la Ciencia, es decir, los científicos, lo único que pretendían era conciliar la física y la ciencia, en general, con la religión. Pero la Iglesia se manifestó intolerante e intransigente en esos momentos.

Actualmente la Iglesia católica acepta la mayoría de las te-sis de la Ciencia.

Intento analizar los aspectos de la filosofía y la doctrina de la organización de la escuadra y el compás, sus raíces en las culturas antiguas, en el culto a la Naturaleza y, en general, en las concepciones pre-judeo-cristianas.

Entiendo la Masonería, además de cómo un camino iniciá-tico y vital del hombre, como un camino de aprendizaje y

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perfeccionamiento permanente, mediante la búsqueda de la perfección del alma humana, con una sabiduría secreta: el conocimiento de nosotros mismos, creciendo en responsabi-lidades. Es conocido el lema: La Masonería escoge y acoge hombres buenos y los hace mejores. Aún así, a pesar de to-do, la gente creerá, lo que quiera creer: La Teoría Conspirati-va bajo los Iluminati, los Masones, los judíos, el Club Bilder-berg, el Capitalismo y otras cosas por el estilo.

Uno de los lemas de la Orden de la Francmasonería es: “La Masonería levanta edificios a la virtud y pozos sin fondo al vicio.”. Como vemos, nada más alejado de la práctica del sa-tanismo y demás derivaciones.

También había comprobado los distintos rasgos que tiene esta institución en España y en el resto de los países, sobre todo en los desarrollados. En el resto de los países es una institución que no persigue fines religiosos ni políticos, es decir, carece de elementos de poder en sentido estricto, y fundamentalmente está más acogida en las tendencias libe-rales, mientras que en España (España, siempre es diferente), había estado fuertemente relacionada con el poder, sobre to-do, en la época de las dos repúblicas, de talante revoluciona-rio de izquierdas, por ello la Masonería había sido duramen-te represaliada durante el gobierno del General Franco, hab-ía pagado su pasividad durante esos tiempos, ante los des-manes y violencias cometidos por las turbas de izquierda radical. Debido a estas circunstancias, durante el proceso de mi aplomación como profano, previo a mi Iniciación Masó-nica, observé que de los cuatro aplomadores, que me habían designado, tres eran hombres muy escorados políticamente hacia la izquierda, mientras que el cuarto y último, cuando ya estaba en la desesperanza, para sorpresa y alegría, era un arquitecto municipal de unas de las principales poblaciones madrileñas, que tenía su propio estudio de arquitectura y que era un hombre de talante liberal que se acomodaba más a mi línea de pensamiento. El significado de la figura del aplomador es el de aquél masón que tiene que analizar al

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profano, candidato a su iniciación, si es merecedor y tiene el privilegio de ser iniciado masón, y ponerlo a plomo consigo mismo, y alinearlo con los principios de la Orden.

Pasaron largos meses, casi un año, ya había perdido la es-peranza de ser llamado por la Francmasonería, cuando volví a ser convocado para ser nuevamente entrevistado y expresé con firmeza y rotundidad mi credo religioso, cristiano, mi credo político, de orden liberal, para no llamar a engaño desde el primer momento. Se me dijo que la masonería úni-camente requiere hombres libres, creyentes en un solo Dios, cualquiera que sea, que profesen cualquier religión mono-teísta y cualquier creencia política democrática, respetuoso y tolerante y de buenos principios y buenas costumbres, sin atender a otros criterios, ni culturales ni socio-económicos.

Con estos principios, como profano se me aclaran mis du-das y se solicita mi aceptación como candidato a la Inicia-ción, que tiene que ser votada con balotas, y por unanimidad entre todos los miembros-hermanos de la Logia.

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CAPITULO XV

CIENCIA, TECNOLOGÍA Y MASONERÍA

Que hablen de mí, aunque sea bien (La Tecnociencia)

F. MERCHÁN GABALDÓN

n estos momentos no conozco con precisión los inge-nieros y científicos que son miembros de nuestra Au-gusta Orden, y además mi deber de silencio masónico

me impediría hacerlo público, pero sí podemos decir que en España, en estos momentos son escasos, muy escasos, por-que también lo son el resto de los profesionales, porque a su vez también son escasos la totalidad de masones españoles en la actualidad, debido como todos conocemos a los todavía recientes acontecimientos tras la contienda civil española.

Pero sí podemos mencionar a los hermanos masones científicos e ingenieros que ya no están con nosotros, y se hallan en el Oriente Eterno (OE). Muchos ingenieros aeron-áuticos masones españoles, como Juan de la Cierva, Leo-nardo Torres Quevedo y Emilio Herrera, pero también de otras ramas de la Ingeniería, como Salvador Madariaga, Echegaray (premio Nobel), Arturo Soria e Isaac Peral, entre otros.

Relacionados con la Aeronáutica, como los hermanos Wrigt, inventores del primer aparato más pesado que el aire, que logró elevarse, sustentarse, y desplazarse, y por tanto volar; los hermanos Montgolfier, inventores del globo ae-rostático; Charles Lindberg, que realizó el primer vuelo

E

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transatlántico; otros ingenieros como Eiffel y Robert Fulton, y la gran mayoría de los astronautas norteamericanos, donde se produce la simbiosis entre Astronáutica y Masonería, ya que la mayoría son masones e ingenieros aeronáuticos; y científicos españoles, como Santiago Ramón y Cajal (Premio Nobel),y otros como Benjamín Franklin, Fleming, Laplace, y Michelson (Premio Nobel), entre otros muchos, etc.

Todos ellos tienen en común su amor a la Ciencia, y al progreso, al estudio, y a la disciplina. Capaces de asumir responsabilidades con entereza y discernimiento cabalgando a la grupa de un caballo blanco alado que se disipa en la nie-bla.

La Masonería ha estado siempre tradicionalmente nutrida de ingenieros y científicos, puesto que estos se deben a la búsqueda de la verdad, y se encuentran cercanos a la expe-rimentación en la Naturaleza, y la Masonería también busca constantemente la luz, es decir, el Conocimiento. La Maso-nería Filosófica o Especulativa trajo de la mano a la Ilustra-ción, y esta a su vez trajo la Revolución Francesa. Por ello los ingenieros y científicos siempre han estado cercanos a la Ma-sonería o en el seno de la misma, buscando y persiguiendo la felicidad del hombre, como se indica en el preámbulo de la Constitución española de Cádiz, de 1812, como intención del Gobierno constituyente, y condujo a la Fraternidad de Ma-sones Antiguos, los operativos, es decir, los constructores; y los Libres y Aceptados, es decir, los incorporados como los científicos, filósofos, y especulativos en general, o intelectua-les.

Pero la Masonería Operativa ya contaba con los construc-tores de catedrales y templos, que a su manera ya eran inge-nieros, puesto que experimentaban con las construcciones por medio del principio de “prueba y error”, que concluye-ron en las leyes de la Resistencia de Materiales y el Cálculo de Estructuras, instrumentos básicos del ingeniero.

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Siendo las catedrales el mayor logro tecnológico en su momento, construido por el hombre, una catedral gótica era la suma de cada una de las especialidades del arte de la construcción, pero de todas ellas, la de los masones era la principal. Era un masón quien colocaba la primera piedra del edificio, la angular o de fundación, normalmente en la base de la cabecera de la catedral, y también era un masón quien culminaba la obra con la colocación de la última pie-dra, la angular o clave de bóveda. Simbolizaba así la Maso-nería, la ejecución del principio y del fin, el alfa y el omega de la catedral.

El científico y el ingeniero contemporáneo encuentran a faltar algunos mimbres filosóficos para la construcción de sí mismo, porque la Ciencia siempre ha necesitado el apoyo de la Filosofía en su búsqueda conceptual. Otra cosa es la con-frontación de la Ciencia con la Iglesia, que actualmente no existe apenas, pues esta ha terminado por aceptar las premi-sas de la primera, después del atropello de Galileo Galilei por la posición tan radical de la Iglesia de su tiempo.

El ingeniero Gustave Eiffel, proyectista y autor de la Torre que lleva su nombre, situada en El Campo de Marte de París ordenó la grabación de los nombres de 72 ingenieros y científicos franceses de los siglos XVIII y XIX, que represen-tan los 72 genios del esoterismo tradicional en la parte poste-rior del mirador de la primera planta de la torre.

Podemos tomar como patrón de conducta masónica y científica al insigne médico masón español, y premio Nobel, Santiago Ramón y Cajal. Su inquietud y libre pensamiento le llevó a sintonizar con la Masonería poco después de su re-greso de Cuba, donde se inicia a los 25 años, siendo un en-comiable ejemplo de vida masónica, con el objetivo claro en su vida de perfeccionar al hombre a través del estudio de las Ciencias, las Artes, y la Moral Universal, y practicando las virtudes y fraternidad humanas, con una visión de la socie-dad como filantrópica, filosófica y progresista, que enrique-ció su vida y la de quienes le rodearon. Es un claro exponen-

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te universal y fraternal para con todos los pueblos, al modo de hacer de la Masonería.

Sin embargo, Cajal no busca el reconocimiento personal, si no ser conducido a una explicación racional y positiva del hombre y de la naturaleza que nos rodea.

En esta tesis apuesta por el avance de la Ciencia, califican-do de Ciencia viva y dinámica en constante flujo a aquélla que se aprende con la investigación, y que implica los avan-ces de la Humanidad.

Así pues, hasta su muerte hizo de su vida, y su trabajo una constante masónica, abanderando todos aquéllos conceptos que le permitieron su evolución científica y personal como compendio de los valores que propugna la Francmasonería.

Pero ¡Ay de aquéllos ingenuos, ilusos, y prepotentes que ingresan en la Orden embriagados de soberbia vana, y po-der, en busca del progreso económico, y grados y diplomas que les revelen a corto plazo los secretos de la Masonería!, porque sólo encontrarán rituales exentos de alma, fríos, esté-riles, palabras huecas, sin valor, ni revelación. Porque la re-velación del secreto no está en las palabras, ni actos, exentos de sentimiento, emotividad y conocimiento.

Entiendo que el interés o “curiosidad intelectual” del hombre por la Ciencia y la Técnica se remonta a los orígenes de la civilización y es consustancial a la aventura humana emprendida por éste en su camino existencial, en todos los órdenes, sean material, intelectual, cultural, espiritual, etc., desde el hombre prehistórico, la Atenas de Platón, el Rena-cimiento, la Ilustración, la Revolución Industrial, post-industrial y la sociedad del conocimiento y de la “aldea glo-bal”, actual.

Podremos observar durante la navegación del hombre por los distintos caminos que este trazó, en la tierra, en el mar o en el aire, su apoyo en estos poderosos instrumentos o cono-cimientos que le han conducido al momento actual que nos encontramos, por supuesto, con siglos de luces y sombras,

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durante este camino, que dieron lugar a “tecnofilias y a tec-nofobias”.

Personalmente creo, que el balance del Debe y el Haber en el camino ha sido positivo, ya que ha conducido al hombre a la conquista de muchos medios, incluso a la conquista del espacio; sin embargo creo que el camino recorrido por el hombre en su exploración interior no ha corrido paralelo, puesto que en algunos casos no ha podido o no ha sabido poner estos poderosos instrumentos al servicio de toda la Humanidad en su conjunto, pensemos en el desigual nivel de riqueza de las distintas áreas del planeta, la hambruna en algunas zonas del mismo, el terrorismo, las plagas como el SIDA, etc., la desestabilización y fundamentalismo político -religioso, nuestra incapacidad para comprender al propio vecino o hermano, pero esa es otra historia.

De tal forma que yo siempre diría que la Ciencia y la Tec-nología son buenas o altamente positivas, en origen, pero es el hombre quien debe de saber aplicarlas adecuadamente, para no caer en la perversión del sistema, valores que entran en colisión con la ética y la deontología de la Ciencia y la Tecnología. Es aquí en este camino en el que pensamos que nos queda mucho por aprender y avanzar.

ORÍGENES DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA

Sin detenernos en las civilizaciones prehistóricas, ni en la Mesopotámica, Egipcia, etc., por supuesto muy importantes en todos los órdenes, y concretamente en el científico- técni-co que nos ocupa, pero nos remontaremos al momento tem-poral, formal y académico en que podemos situar propia-mente el punto de inflexión del mundo científico-técnico, a mi entender.

Corría el año 387 a. d.C., cuando Platón fundó en Atenas la Academia, institución a menudo considerada como la pri-mera universidad europea. Ofrecía un amplio plan de estu-dios, que incluía materias tales como Astronomía, Biología,

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Matemáticas, Música, Teoría Política y Filosofía. Aristóteles fue su alumno más aventajado. La creación de la Academia tendría lugar después de viajar por Egipto, Italia y Sicilia, tras lo cual la funda como uno de los centros educativos y de investigación más importantes de la Antigüedad. Recibe este nombre por estar situada en un lugar cercano a los jardines dedicados al héroe ateniense Academos, en los alrededores de Atenas. En el frontispicio del centro estaba inscrito el le-ma "Nadie entre aquí que no sepa Geometría". La culmina-ción de los estudios estaba dedicada a la Filosofía.

INTRODUCCIÓN AL COMPLEJO CIENCIA-TECNOLOGÍA-SOCIEDAD (C-T-S)

El complejo C-T-S surgió en los Estados Unidos, a mediados de la década de los años 60, como un campo académico con-creto de enseñanza e investigación, siendo imitado en Euro-pa pocos años después con matices diferenciadores significa-tivos. Este complejo, con la validez como lema, surgió con la vocación o intención de "alfabetizar" a científicos e ingenie-ros en materias, temas, o sensibilidades humanísticas (o del entorno de las llamadas ciencias sociales) y, de forma inver-sa, dotar de una mínima pátina, barniz o ilustración en ma-terias Científico-Técnicas ó Tecnociencia, a quienes proceden de los campos de las Humanidades o las Ciencias Sociales. Pero muy rápidamente su propia capacidad de sugerencia y análisis relanzó estos trabajos como un potente marco de comprensión de las relaciones entre los tres elementos del complejo, y más concretamente entre C-T, Ciencia-Tecnología, y la sociedad que las envuelve, motiva y refleja.

Las sociedades que se desinteresan por el desarrollo de es-ta nueva Ciencia asociada a la Tecnología corren el riesgo de quedar irremediablemente al margen de esta historia carac-terizada por el desarrollo económico.

La Ciencia debe ser cultivada por su valor de utilidad al servicio del desarrollo económico-social. Lo relevante de la

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Ciencia es su valor primordial, que se juzga en torno a su va-lor de utilidad económico-social. ¿Qué se entiende por Cien-cia? ¿Qué es valor de utilidad? Podemos entender la Ciencia como la interpretación racional del orden de la Naturaleza y la Humanidad.

Es decir, podemos definir la Ciencia como la interpretación racionalizada de la Naturaleza (y lo humano) como un sis-tema ordenado, y por tanto analizable y medible.

La concepción clásica de las relaciones entre Ciencia, Tec-nología y Sociedad, todavía presente en buena medida en diversos ámbitos del mundo académico y en medios de di-vulgación es una concepción idealista y triunfalista que bien puede resumirse en una simple ecuación:

∆ Ciencia= ∆ Tecnología= ∆ Riqueza = ∆ Bienestar Social

La calidad de vida alcanzada hoy por la sociedad se debe en gran medida a la labor de los ingenieros, así el abasteci-miento de agua, la generación de electricidad, los servicios de transporte y telecomunicaciones, las infraestructuras del transporte y de los edificios, la fabricación de múltiples pro-ductos que condicionan el estado de bienestar actual, etc. La ingeniería no actúa sobre la sociedad como un agente exter-no, sino como un elemento intrínseco en su estructura. La suya es una actividad social, igual que otras muchas profe-siones. Muchos ingenieros obraron al calor de esa idea, en suma ejemplos de lo que puede ser una labor comunitaria al-tamente necesaria y responsable con la sociedad.

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CAPítulo XVI

DECLARACIÓN DE LA GRAN LOGIA

SIMBÓLICA ESPAÑOLA

nte la situación creada en España tras las últimas medidas políticas y económicas adoptadas por los responsables políticos del bienestar de los españoles,

la Gran Logia Simbólica Española quiere llamar la atención de ciudadanos y gobernantes sobre el grave peligro que co-rre la convivencia ciudadana y los valores en los que se fun-damentan nuestras libertades civiles.

Así pues, la G# L# S# E# manifiesta que:

- Son los ciudadanos quienes sufren las consecuencias del afán de enriquecimiento de “pequeñas oligarquías del capi-tal financiero que deciden de forma legal quién va a morir de hambre y quién no”, como ha dicho el vicepresidente del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Jean Ziegler. Son los ciudadanos quienes ven cómo desaparece su esperanza en un futuro mejor.

- Las instituciones han hipotecado la salud económica del país contrayendo, en nombre de todos los españoles, deudas gigantescas. A menudo lo han hecho a través de operaciones irregulares, perjudiciales y, en algunos casos, inequívoca-mente indecentes. El déficit público se ha manejado de es-paldas al ciudadano y con una irresponsable y oculta gestión de instituciones financieras tanto públicas como privadas.

- Las autoridades admiten ahora que es a los acreedores de esa enorme deuda, “los mercados”, a quienes ha sido trans-ferida la autoridad sobre la nación; acreedores que nadie co-

A

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noce ni ha votado pero que, en las grandes decisiones, su-plantan al Gobierno legítimamente elegido. Eso es, a nuestro juicio, la perversión esencial del sistema democrático y del Estado de derecho. Ni en el ámbito supraestatal de la Unión Europea ni en ningún otro hemos elegido los ciudadanos a nuestros gobernantes para que cedan a otros el poder que les dimos.

- Las decisiones tomadas últimamente están empezando a deteriorar nuestro sistema de convivencia, están despojado a las personas de sus medios de subsistencia, están quebran-tando la dignidad de muchos como seres humanos y están vaciando de contenido la palabra libertad, rompiendo el de-licado equilibrio de los valores éticos.

- La crisis económica se está convirtiendo en una auténtica crisis de valores, de libertades cívicas y de confianza de-mocrática cuando las medidas que se toman vienen precedi-das por la creación de un estado de miedo entre la pobla-ción. El miedo a la pérdida del empleo, el miedo al futuro, se convierte en sumisión servil y pasiva ante quienes pueden decidir en cualquier momento si uno conserva o pierde su trabajo. El gobierno por el miedo está en el origen de todos los fascismos, comunismos y otros totalitarismos

La G# L# S# E#, organización masónica liberal, adogmáti-ca y mixta, formada por varones7 y mujeres de numerosos lugares de España, de todas las procedencias sociales y opi-niones políticas, pero unidos todos por el afán de progreso, tanto personal como de toda la sociedad, se siente en el de-ber de señalar a los ciudadanos que no puede salir adelante un país que:

- Restringe y encarece el deterioro de la educación pública.

7 El término varón hace referencia en la civilización greco-romana o se

le asocian valores como el coraje, la entereza, y hace cara a la adversi-dad, no se doblega, mientras que a la mujer se le permite tener miedos.

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- Restringe y encarece el deterioro de la sanidad pública a la que todos los ciudadanos tienen derecho.

- Renuncia a invertir en investigación y desarrollo.

- Desampara a ancianos y enfermos que no pueden valerse por sí mismos.

- Abandona a su suerte a los creadores y transmisores de la cultura.

- Reduce las ayudas que permiten subsistir a la gran ma-yoría de los 5,3 millones de personas que no tienen trabajo.

- Aumenta la presión fiscal sobre los ciudadanos de a pie mientras libra de ella a las instituciones eclesiásticas y ofrece amnistías fiscales a los que han defraudado.

- Quita a su antojo dinero a sus funcionarios públicos, mientras dedica cantidades colosales a “salvar” bancos cuya gestión ha sido calamitosa, cuando no delictiva.

- Cae en la desvergüenza histórica de volver la espalda a quienes vienen de fuera para buscarse una vida digna de tal nombre.

Todo ello hace que la situación actual esté lejos de poder definirse como una crisis económica: es una agresión directa a nuestro sistema de valores, a nuestra concepción de la jus-ticia y a la fortaleza de la democracia.

La G# L# S# E#, por lo tanto, reclama a las autoridades públicas:

- Que sean conscientes de que lo que se está jugando es mucho más que el déficit público o la buena salud de los bancos, y lo tengan en cuenta en su toma de decisiones.

- Que no impongan sacrificios a quienes no son culpables de la situación y se encuentran ya sumidos en una economía de subsistencia.

- Que gobiernen, como decían hace dos siglos los padres de la Constitución de Cádiz, en busca de la felicidad de la nación y no de su amargura material y moral.

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- Que recuerden que su primer deber y responsabilidad no es someterse al dictado de los acreedores e instituciones fi-nancieras, sino servir a los ciudadanos a quienes represen-tan.

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Parte 4

EL VAGIDO TIBIO Y TIERNO DE LA

TECNOLOGÍA

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CAPÍTULO XVII

LA CIUDAD VIVA COMO HÁBITAT

HUMANO ¿Y SOSTENIBLE?

INTRODUCCIÓN

No hace falta que se nos explique qué es una ciudad, de ma-yor o menor tamaño, casi todos vivimos en una de ellas. Pe-ro quizás nunca habíamos pensado que una ciudad compar-te muchas características con los organismos naturales: crece, respira, bebe, se alimenta, suena, consume energía, se des-plaza...

El concepto de ciudad como dinamizadora de la actividad económica, residencia del poder político y de la administra-ción, escenario de conflictos sociales, foco generador de ide-as renovadoras, espacio de encuentro para la cultura (ágora) o espacio arquitectónico, son algunos de los muchos concep-tos que tradicionalmente asociamos con la idea de ciudad en esta civilización predominantemente urbana a la que perte-necemos.

La ciudad se diferencia de los ecosistemas naturales en al-gunos aspectos cruciales: presenta un acusado desequilibrio entre lo que produce y lo que consume, además de que su volumen de generación de residuos excede con mucho su capacidad reabsorción. De ahí la importancia de entender nuestros espacios urbanos, no como recintos cerrados sino como organismos estrechamente interrelacionados con un medio natural en el que marcan una huella que excede con

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mucho el área de su entorno inmediato porque su alcance es, cada día más, de dimensiones planetarias, afectando a un único sistema global.

La ciudad, un sistema estructurado, altamente complejo y diverso, está viva porque lo están sus habitantes, podemos considerarla como un ecosistema artificial y desequilibrado, con sus aportes de materia y energía, en el cual vive la mitad de la población del Planeta. Su gran influencia en el medio ambiente planetario es el principal motivo que nos impulsa a intentar desvelar alguna de las claves de su funcionamiento.

Todo ello redundará en un mejor conocimiento del funcio-namiento urbano. Las ciudades han crecido a expensas de la despoblación del medio rural, que ha hecho que la mitad de la población planetaria (47%) se concentre en las zonas ur-banas, en definitiva, a mayor población, mayores necesida-des de todo tipo: alimentos, agua, energía, manufacturas, etc. Por tanto el atractivo de las ciudades reside en que todo el Planeta se ha convertido en su proveedor.

La ciudad se desarrolla en torno a una serie de ámbitos temáticos: La ciudad se alimenta, La ciudad bebe, La ciudad consume energía, La ciudad se mueve, La ciudad suena, y La ciudad respira. En cada uno de ellos se desarrolla un as-pecto concreto del funcionamiento urbano. Se trata la ciudad desde una perspectiva singular: la de un ente vivo buscando su relación con los acontecimientos de la vida cotidiana.

En cada ámbito se da especial importancia a los efectos, tanto locales como globales, que genera el funcionamiento de la ciudad. Los habitantes de la ciudad, por tanto, partici-pan de dichos efectos, pero quizás a menudo no se percibe con tanta claridad que todo el Planeta puede verse afectado por ellos porque la ciudad se extiende más allá de sus fron-teras, es lo que se ha llamado ciudad difusa. Todo el Planeta se dedica a cubrir las necesidades urbanas y todo él sufre los efectos de la contaminación urbana. Se trata de problemas globales, de alcance planetario, pero frente a los cuales po-

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demos actuar. Nuestra actitud personal como ciudadanos es importante para conseguir una ciudad más respetuosa con el medio. Es decir, pensamos globalmente pero actuamos lo-calmente.

El concepto de ciudad como ecosistema queda perfecta-mente delimitado. Un ecosistema peculiar, cuyos efectos se hacen notar a enormes distancias, nos traslada de nuevo a la idea de ciudad difusa. Al final de la visita, una visión del Planeta de noche, donde las luces nos indican las concentra-ciones urbanas, sirve de imagen para cuestionarnos si nues-tro Planeta Tierra no merecerá pronto la denominación de Planeta de Asfalto.

Se trata de promover el mejor conocimiento de las implica-ciones ecológicas, tanto locales como globales, de la ciudad. Asimismo, haremos hincapié en las actitudes sociales, a la fuerza responsables y solidarias, que favorecen el equilibrio entre la calidad de vida, el progreso humano y la conserva-ción de los recursos naturales del Planeta. En definitiva, cómo hacer posible la nueva utopía para el siglo XXI: La ciu-dad sostenible.

PUEBLOS O CIUDADES

Numerosos pueblos de nuestra geografía han sido abando-nados y en muchos otros queda sólo un número muy redu-cido de personas, a menudo de avanzada edad. Se han des-poblado las zonas rurales. Este proceso, que en Europa se dio principalmente a lo largo del siglo XX, continúa a buen ritmo en los países del llamado Tercer Mundo. Sin duda, la mecanización y la modernización de la agricultura reducen la mano de obra necesaria, lo cual ha motivado en gran me-dida esta despoblación. Además, existe un importante polo de atracción al cual se dirigen todas esas personas: la ciudad.

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Algunos datos descriptivos:

En todo el mundo, de 20 a 30 millones de personas emi-gran cada año del campo a la ciudad.

A principios del siglo XIX, sólo 10 de cada 100 españoles vivían en ciudades.

200 años atrás, Madrid y Barcelona apenas tenían 200.000 habitantes. Las primeras grandes migraciones entre campo y ciudad se produjeron a principios del siglo XX. En 1933, Ma-drid ya tenía un millón de habitantes.

En el siglo XX, durante la década de los 60, tres millones de españoles abandonaron el campo para trasladarse a las ciu-dades.

En 1.950 la mitad de la población activa española se dedi-caba a la agricultura, hoy sólo lo hace un 11%.

La mitad de la población de España vive en regiones me-tropolitanas, las cuales ocupan sólo el 4% del territorio.

Para llenar el estadio del principal equipo de fútbol de una gran ciudad, se necesitarían los habitantes de muchos pue-blos e incluso de varias ciudades pequeñas.

Amplias zonas del interior peninsular siguen perdiendo población en la actualidad.

La población rural ha sufrido un progresivo envejecimien-to ante la marcha de los jóvenes a las ciudades.

Cada vez hay menos mujeres en el medio rural, ya que éstas se desplazan a la ciudad para trabajar en el sector ter-ciario.

Las provincias más pobladas, como Madrid o Barcelona, presentan una densidad hasta 60 veces superior a las menos pobladas, como Soria y Teruel.

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LA CIUDAD CRECE

Al igual que los seres vivos, las ciudades también nacen y crecen. Las primeras aldeas de agricultores y ganaderos apa-recieron en el periodo Neolítico, hace 5000 años. Éstas fueron el origen de las ciudades, que daban cobijo a artesanos y co-merciantes y concentraban el poder político y religioso. Con la Grecia Clásica se desarrolla la polis, ciudad estructurada con diversos espacios públicos, como ágoras y teatros, y en la cual nace el concepto de “ciudadano”. Posteriormente, es-ta estructura urbana se perfecciona con la aparición de la ur-be romana. Los convulsos tiempos de la Edad Media vieron extenderse el nacimiento de las ciudades amuralladas, con-cepto que nació en la edad del bronce, es decir, en la prehis-toria, algunas de ellas se convertirían con el paso del tiempo en auténticas Ciudades-Estado. El resultado de esta evolu-ción es la ciudad moderna: por el momento, el punto final de este crecimiento.

El diseño de la ciudad. Muchas ciudades europeas fueron fundadas hace más de mil años y conservan aún vestigios de su fisonomía inicial. Su plano es un libro abierto sobre su historia y urbanización. Así, a menudo encontramos ruinas y restos del primitivo enclave urbano, romano o anterior. So-bre él se dibuja el trazado de la ciudad medieval, concentra-da en el interior de un recinto amurallado. El posterior cre-cimiento de la urbe, más allá de aquéllas murallas, también queda bien reflejado. Los ensanches modernos, producidos a partir del Renacimiento y basados en un ordenamiento ge-ométrico y altamente racional de la urbe, tienen una presen-cia destacada en el mapa. Finalmente, el crecimiento a me-nudo caótico y exagerado sufrido a lo largo del siglo XX se refleja en una ampliación de la ciudad también frecuente-mente desordenada e irracional: la ciudad que conocemos.

¿En busca de una vida mejor? La población rural ha aban-donado sus pueblos y tierras de origen en busca de una “vi-da mejor”. Sin duda, este es el principal argumento para ex-

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plicar la atracción ejercida por las ciudades sobre la pobla-ción rural durante el último siglo. Pero no es el único. La ciudad ofrece además una serie de servicios y oportunidades que difícilmente pueden hallarse fuera de ella. Infinitas po-sibilidades de ocio, comercios con todo tipo de productos, acceso a los bienes culturales más variados...En teoría, un gran mercado o zoco donde una persona puede encontrar todo aquello que cree que le puede permitir ser más feliz: un atractivo irresistible.

Algunos servicios de la ciudad

*Cines *Centros Oficiales

*Restaurantes......................................*Instalaciones Deportivas

*Asociaciones Culturales...........................................*Bibliotecas

*Hospitales y Ambulatorios.....................*Bares y Cafeterías

*Teatros.......................................................*Industria y Servicios

*Salas de Exposiciones..........................................*Monumentos

*Universidades...........................................*Grandes Almacenes

*Institutos y Colegios……………………………… *Viviendas

*Guarderías….………………..*Acceso a telecomunicaciones

*Parques de Atracciones………...…….*Medios de transporte

*Parques y Jardines Públicos …Productos de todo el mundo

*Museos…………………..*Eventos Culturales y Deportivos

*Galerías de Arte……………………….*Tiendas de todo tipo

*Gimnasios……………………..*Discotecas y Salas de Fiesta

*Centros Comerciales y de Ocio………* Y un largo etcétera.

LA CIUDAD CONSUME ENERGÍA

Todos los seres vivos necesitan consumir energía para man-tener sus funciones vitales, para crecer, para reproducirse y, en definitiva, para seguir vivos. En la naturaleza, el equili-brio entre producción y consumo de energía es perfecto: las

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plantas utilizan la energía del sol para generar materia orgá-nica que los animales consumen, obteniendo así la energía que precisan para vivir. También la ciudad, como si fuera un organismo más necesita consumir energía para cubrir las ne-cesidades de sus habitantes: domésticas, de transporte, de alumbrado, de climatización, etc. Y este consumo ya no está equilibrado. Las fuentes de energía utilizadas, a menudo no son renovables y producen graves riesgos medioambienta-les.

De dónde se obtiene la energía. La energía que consumi-mos a diario se obtiene en gran medida a partir de lo que conocemos como recursos energéticos fósiles, como el petró-leo, el gas natural y el carbón y, también del uranio. Median-te su uso obtenemos electricidad en centrales térmicas, nu-cleares y de ciclo combinado. Además nos sirven de combus-tible para vehículos, calefacciones y sistemas de calentamien-to de agua. Estos recursos se hallan en yacimientos concre-tos, situados a menudo en lugares muy alejados de nuestros hogares, de donde deben extraerse. Las llamadas energías renovables, como por ejemplo la hidráulica, la eólica, la solar y la fotovoltaica, utilizan en cambio recursos fácilmente ac-cesibles y a menudo próximos a los lugares de consumo, pe-ro con escasa implantación en España, sobre todo la solar y la fotovoltaica, debido a su alto coste de instalación y bajo rendimiento, a pesar de nuestro elevado número de horas solares.

Dime dónde vives y te diré cuanto consumes. No todo el mundo consume la misma cantidad de energía. Los países industrializados, el llamado “Primer Mundo”, necesita mu-cha energía para mantener su nivel de vida. El transporte, la electricidad, la climatización y todas las comodidades de la vida actual alcanzan prácticamente a la totalidad de la po-blación y eso precisa energía. Los países en desarrollo, en cambio, consumen mucha menos energía. No gozan de to-das esas comodidades y a menudo apenas consumen la energía precisa para la supervivencia.

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Cómo llega la energía a la ciudad. La energía que consume la ciudad debe traerse desde sus lugares de producción. La electricidad se transporta mediante líneas de alta tensión. Que alteran el paisaje, causan mortandades entre las aves y aumentan el riesgo de incendios forestales. El gas natural lo hace a través de gasoductos. Los combustibles para medios de transporte primero llegan a las refinerías y plantas de ga-sificación a través de oleoductos, buques cisterna y gasoduc-tos; después alcanzan la ciudad mediante camiones cisterna. Todas estas formas de transporte de gas y petróleo tienen como principal problema ambiental la posibilidad de que se produzcan fugas y pérdidas contaminantes durante su tras-iego y manipulación.

El auténtico coste de la energía: efectos locales. Todos sa-bemos que la energía tiene un precio. Basta con mirar las fac-turas del gas y de la electricidad, o el precio del combustible en una gasolinera. Pero además tiene un coste medioambien-tal mucho más elevado y no siempre fácil de cuantificar. Es-to es totalmente evidente durante su producción y transpor-te. No nos son ajenas las imágenes de contaminación en tor-no a los pozos de extracción de petróleo, las mareas negras, los problemas de seguridad en torno a las centrales nuclea-res y también por que no, los pueblos y tierras de cultivo anegadas por un embalse. Producir y transportar energía tiene un coste medioambiental, que no siempre se siente di-rectamente en las zonas donde se consume.

El auténtico coste de la energía: Sus efectos globales. La quema de combustible para la obtención de energía genera gases y partículas contaminantes. Esto tiene graves conse-cuencias ambientales, como el efecto invernadero y las llu-vias ácidas, producidas por la acumulación de azufre en la atmósfera. De los diferentes recursos energéticos utilizados, sin duda el carbón es el que mayor cantidad de contaminan-tes libera, seguido del petróleo y sus derivados. El gas natu-ral, por su parte, no produce óxidos de azufre y las cantida-des de dióxido de carbono que genera pueden llegar a ser

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hasta un 45% y un 30% inferiores respectivamente a las pro-ducidas por petróleo y carbón. Además, las centrales térmi-cas de ciclo combinado con gas natural son un 20% más efi-cientes que las convencionales, lo cual redunda en un ópti-mo aprovechamiento de la energía.

LA CIUDAD SE ALIMENTA

Todos los organismos y nosotros no somos una excepción, necesitan alimentarse y a ello dedican gran parte de su tiem-po. La ciudad debe asegurar el suministro de comida a sus numerosos habitantes. Pero no únicamente se consumen alimentos; existe toda una serie de bienes, desde prendas de vestir hasta electrodomésticos y productos de limpieza, que también “nutre” a los habitantes de la ciudad. Este consumo, a menudo desaforado, de materiales y alimentos proceden-tes de lugares más o menos lejanos, acarrea un grave pro-blema: la producción de ingentes cantidades de residuos, que muchas veces son muy difíciles de eliminar y que gene-ran graves problemas medioambientales.

No existen distancias. La mayoría de los productos que consumimos habitualmente tienen su origen fuera de la ciu-dad, a veces en lugares muy alejados. Para hacerlos llegar hasta nosotros se necesita una inmensa red de infraestructu-ras que comunique las diversas áreas productoras con la ciudad. Todos los medios de transporte imaginables son uti-lizados: camiones, trenes, barcos, aviones...Ello implica ex-tender vías asfaltadas, vías férreas e instalaciones aeropor-tuarias hasta los más recónditos lugares del Planeta. Gran parte del territorio se dedica entonces a facilitar ese transpor-te. Además de los perjuicios ocasionados por el transporte de productos, como pueden ser la emisión de contaminantes y el asfaltado del territorio, existen otros que afectan direc-tamente a las zonas de producción de bienes. La necesidad de producir en grandes cantidades y a los mejores precios provoca a menudo la sobreexplotación de gentes y territo-rios.

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¿Qué hacer con la basura? El elevado consumo de produc-tos provoca una gran producción de residuos. Envoltorios de todo tipo, bienes de consumo ya utilizados y restos de ali-mentos son sus principales componentes. Hasta ahora, nos hemos deshecho de ellos depositándolos en vertederos, con los graves problemas que ello comporta. Por eso hoy se apuesta por la recogida selectiva, que consiste en separar los residuos en origen, es decir, el consumidor o productor de dicho residuo, según su naturaleza y utilizarlos para obtener nuevos productos: el reciclado. Esto se conoce como estrate-gia de las tres R: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Para ello se utilizan: El contenedor de envases, El Contenedor de Vidrio, El Contenedor de Papel, El contenedor para el resto de resi-duos o punto final y El punto limpio, donde se depositan es-combros procedentes de pequeñas obras domésticas o repa-raciones, electrodomésticos, baterías, pilas, etc.

LA CIUDAD BEBE

La vida se originó en el agua y ésta sigue siendo imprescin-dible para su mantenimiento. Todas las especies deben tener acceso a ella para seguir vivas ya que en mayor o menor medida forma parte de su composición. En el cuerpo huma-no, el agua alcanza el 70% de su peso. Además se trata de un recurso limitado. La ciudad consume grandes cantidades de agua, tanto para cubrir las necesidades domésticas y fisioló-gicas de sus habitantes, como para otros fines, por ejemplo el riego de jardines, la limpieza de calles o el mantenimiento de la actividad industrial y de los equipamientos de ocio. Toda esa agua debe hacerse llegar a la ciudad mediante complejas infraestructuras y, una vez utilizada, ha de devolverse a la naturaleza en las mejores condiciones posibles.

Un recurso limitado. A pesar de que el agua cubre la ma-yor parte de la superficie de nuestro planeta, sólo un peque-ño porcentaje del total puede considerarse agua dulce. Y de ésta, casi toda es inaccesible por encontrarse en forma de hie-

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lo, en glaciares y casquetes polares. Por tanto, el volumen de agua dulce que circula libremente por el Planeta, al alcance de todos es muy pequeño. A pesar de vivir en un planeta que llamándose Tierra bien podría llamarse planeta Agua, la disponibilidad de este elemento para nuestro consumo es limitada. De ahí la importancia de hacer un buen uso de ella, pues aún siendo un recurso renovable, se presenta en canti-dades limitadas.

Un recurso renovable. El calor del Sol produce la evapora-ción de agua de la superficie de mares y océanos. El vapor de agua así generado, libre de sales, pasa a circular por la atmósfera. Cuando se condensa, el mayor peso del agua líquida hace que se precipite sobre la superficie terrestre en forma de lluvia, nieve o granizo, según la temperatura y el grado de condensación. Una vez en tierra, puede circular li-bremente por la superficie, dando lugar a ríos y arroyos, o puede infiltrarse y constituir acuíferos subterráneos. Final-mente, esos cursos de agua desembocan en el mar, com-pletándose así el ciclo del agua.

La ciudad cada vez más sedienta. Cuando a mediados del siglo XIX se empezó a asegurar el suministro de agua co-rriente a la población y con la introducción del inodoro se obtuvo un sistema limpio para eliminar las aguas fecales, las condiciones de salubridad en las ciudades mejoraron mucho. Hoy en día el consumo medio doméstico diario de cada per-sona es de 175 litros de agua, sobre todo en la cocina y en el baño. Grifos, duchas, inodoros, lavadoras, lavavajillas...son elementos que han mejorado la calidad de vida a cambio de un gran consumo de agua. Además la ciudad necesita agua para usos colectivos, como la limpieza de calles y el riego de zonas verdes, que disparan aún más el consumo.

El milagro de los grifos y las aguas. Estamos tan habitua-dos a abrir un grifo y que salga agua o a pulsar un botón pa-ra que se descargue la cisterna del inodoro y arrastre los de-sechos, que no apreciamos el pequeño milagro que ello su-pone. Y es que ese agua debe venir de algún sitio, bien sea

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de cursos de agua superficiales o subterráneos; y debe reco-rrer un largo camino hasta nuestro hogar. Desde los lugares de captación una intrincada maraña de instalaciones y con-ducciones hace posible que el agua llegue hasta nuestros gri-fos y que el milagro siga produciéndose. Proveer de agua una gran ciudad como Madrid no es sencillo. Para lograrlo se construyó en 1851 el Canal de Isabel II, sistema de abaste-cimiento que entró en funcionamiento en 1858, obra de inge-niería civil modelo en su tiempo para todo el mundo. A me-nudo el agua captada para abastecimiento urbano no es po-table. La contaminación de las aguas obliga a someterlas a un tratamiento previo. De ello se encargan las plantas pota-bilizadoras que consiguen hacerlas aptas para el consumo humano.

Las aguas residuales: un grave problema medioambiental. Cada vez que abrimos un grifo o descargamos la cisterna del inodoro, vemos cómo el agua se va por el desagüe. Tras des-cender por toda la serie de tuberías, desemboca en una de las conducciones subterráneas de la red de alcantarillado, que las conduce a las instalaciones de depuración para una vez tratadas, verterlas en diferentes masas de agua: ríos, mares, lagos o embalses. Así se consigue reincorporar el agua en su ciclo natural sin ocasionar daños en el medio ambiente. En la Comunidad de Madrid se depuran más del 97% de las aguas residuales domésticas, estando previsto en los próximos años depurarlas al 100%. Las siete plantas depuradoras (EDAR) de la capital pueden tratar hasta 530 Hm3 de agua en un año. Otras 68, dependientes del Canal de Isabel II, se reparten por la Comunidad y tratan anualmente más de 185 Hm3. Está previsto para 2012 aumentar la capacidad de embalse en función del incremento de demanda de agua, así como la ejecución de las obras de mantenimiento y repara-ción para evitar las importantes pérdidas y fugas en la red.

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LA CIUDAD SE MUEVE

Los animales se desplazan de un lugar a otro. En cierta me-dida, también las plantas lo hacen, pues poseen mecanismos de dispersión de semillas que les permiten colonizar nuevos enclaves. Pero las ciudades ¿pueden moverse? Si, y no hace falta más que observar las calles de cualquiera de ellas para percatarse de que el movimiento es continuo: vehículos de todo tipo siempre en movimiento. La ciudad, sus habitantes, deben moverse continuamente de aquí para allá, por obliga-ción o placer. Por eso decimos que la ciudad se mueve. Y ese movimiento ocasiona graves problemas, como el consumo de energía, la contaminación o el ruido.

El laberinto urbano. A lo largo del día, un ciudadano suele tener que desplazarse a distintos lugares. Debe ir a su puesto de trabajo o lugar de estudios, hacer las compras, llevar los niños al colegio, acceder a los equipamientos de ocio, etc. Todos esos destinos acostumbran a estar situados en diferen-tes emplazamientos, a menudo alejados entre sí. Se calcula que cada habitante realiza más de dos desplazamientos dia-rios. Para facilitar todos estos movimientos debe existir una infraestructura de transporte pública o privada, que permita ir de un punto a otro de la ciudad sin demasiados proble-mas.

Nuestro atasco de cada día. Cada habitante de la ciudad efectúa una media de 1,2 viajes motorizados al día, de los cuales casi la mitad se realiza en vehículo privado. Ello su-pone más de un millón de vehículos circulando cada día por las calles de una ciudad como Madrid. Muchas vías públicas no están preparadas para absorber tal cantidad de vehículos y quedan colapsadas. Se forman atascos de tráfico, tan carac-terísticos de todas las grandes ciudades. Además, a menudo todos queremos ir a los mismos sitios y a la misma hora, por lo que determinadas áreas, como las vías de acceso, los cin-turones de circunvalación y los alrededores de colegios se convierten, durante las horas de mayor afluencia de vehícu-

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los en auténticos puntos negros para el tráfico rodado. Cada día entre todos los ciudadanos atrapados de esta manera de-ntro de su automóvil, se pierden más de 200.000 horas, es decir más de 73 millones de horas al año, y se consumen más de 2.000.000 de litros de combustible, es decir más de 730 mi-llones de litros al año. El 16% de toda la energía consumida en España se utiliza para alimentar vehículos privados.

¿Hacia dónde queremos ir? Dedicamos mucho tiempo al automóvil, entre las horas que pasamos al volante y las que empleamos en trabajar para mantenerlo, pagar la gasolina, las reparaciones, los peajes..., además de seguros e impues-tos. Ello supone que un ciudadano medio de un país avan-zado consagra buena parte de su jornada al automóvil. Y to-do eso para ir a una velocidad media de unos 6 km por hora, casi la misma que alcanza una persona caminando. Viendo los semblantes de los conductores atrapados en un atasco de tráfico, ni siquiera podemos pensar que se disfrute mucho en ese tiempo consagrado al automóvil.

El transporte colectivo, la solución más racional. Permite solventar muchos de los problemas ocasionados por el tráfi-co rodado en las ciudades. Su uso reduce el número de au-tomóviles en circulación, con lo cual disminuye la contami-nación atmosférica y se descongestionan las vías públicas. Existen diferentes medios de transporte público y colectivo: metro, autobús urbano e interurbano, tren de cercanías y tranvía.

El tren de cercanías puede transportar gran número de via-jeros y conectar de modo más rápido la periferia con el cen-tro urbano. Presenta una gran eficiencia energética, por lo que consume menos energía que los medios de transporte por carretera. Si además del gasto de energía tenemos en cuenta el coste que se deriva de atascos, accidentes y conta-minación ambiental, que a menudo pasa desapercibido y el cual sufragamos entre todos, descubriremos que el tren es el medio de transporte más económico. Su uso supone un aho-

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rro de 0,08 Euros por kilómetro recorrido respecto al auto-móvil privado, y de 0,02 Euros respecto al autobús.

El metro funciona con electricidad, razón por la que no emite contaminantes a la atmósfera ciudadana. Es un medio rápido, que supera los 30 km/h y, si la red de líneas es densa permite conectar amplias áreas urbanas. En Madrid puede transportar más de 130.000 personas por hora. Consume por viajero y kilómetro, casi un 93% menos de energía que el au-tomóvil privado.

Diversas ciudades españolas están recuperando el tranvía en la actualidad. Tiene un bajo nivel contaminante al funcio-nar con electricidad. Uno de sus problemas clásicos, los raí-les a lo largo de calles y avenidas, se ha solucionado con la tecnología actual y ya no obstruyen la circulación.

El autobús puede circular con cierto desahogo gracias al carril- bus. Su principal problema son los colapsos circulato-rios, que reducen su velocidad media. Por cada viajero transportado, necesita 50 veces menos espacio y consume 15 veces menos que el automóvil privado. Los autobuses pro-pulsados por gas natural son mucho menos contaminantes que los que utilizan gasolina y gas-oil. Los autobuses inter-urbanos conectan entre sí distintas poblaciones y áreas resi-denciales, utilizando las mismas vías que el automóvil pri-vado, por lo que pueden encontrar problemas de densidad de tráfico.

El taxi es un medio de transporte adecuado para despla-zamientos rápidos y cómodos por el interior de la ciudad. La presencia de carril-taxi supone un aumento de su velocidad de circulación en zonas con tráfico denso.

LA CIUDAD RESPIRA

Para obtener energía a partir de la materia prima, todos los organismos consumen oxígeno y producen dióxido de car-bono. Este proceso se conoce con el nombre de respiración.

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Las plantas y los animales respiran, al igual que nosotros. Y la ciudad, como si fuera un gran organismo vivo también lo hace: al consumir energía, ya sea para el transporte, la clima-tización o los procesos industriales, consume oxígeno y pro-duce otros gases. De esta manera, la atmósfera de la ciudad tiene una composición especial, con elevados porcentajes de diversos componentes.

Atmósfera natural, atmósfera contaminada. Nuestro plane-ta está rodeado por una masa gaseosa, denominada atmósfe-ra, formada sobre todo por oxígeno y nitrógeno. Su existen-cia ha creado las condiciones adecuadas para el desarrollo de la vida, al conservar el calor solar en el planeta, evitando así que se enfríe. Además, filtra los dañinos rayos ultraviole-ta y algunos gases de su composición son imprescindibles para la respiración de los seres vivos. En la actualidad, la ac-tividad humana está alterando la composición atmosférica. La industria, el transporte, las actividades agropecuarias, la calefacción y la climatización de las viviendas o la misma producción de energía producen gran parte de las emisiones contaminantes.

Contaminación y anticiclones: inviernos irrespirables. Normalmente, el aire de las capas bajas es más caliente que el de las superiores, lo cual le lleva a ascender hasta enfriar-se. Ello permite una continua circulación atmosférica en sen-tido vertical que renueva el aire de las diferentes capas. En invierno, con la presencia de los anticiclones la situación puede variar : capas de aire caliente quedan por encima de capas de aire frío, que no puede ascender. Es lo que se cono-ce como inversión térmica. En estos momentos la circulación atmosférica queda paralizada con lo que no se renueva el ai-re de las capas bajas. Los contaminantes se acumulan en ese aire inmovilizado y suponen un grave riesgo para la salud de las personas.

Los gases y compuestos contaminantes se extienden libre-mente por la atmósfera y sus efectos a veces se acusan en zonas muy alejadas de los focos de emisión, como en el caso

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de las lluvias ácidas, o incluso en todo el Planeta, como ocu-rre con los gases responsables del efecto invernadero.

La paradoja del ozono. En las capas bajas de la atmósfera, algunos elementos contaminantes se combinan para dar lu-gar a ozono fotoquímico. Este proceso se activa por la energ-ía luminosa del Sol, por lo que la formación de este nuevo contaminante se incrementa durante el verano. Su presencia provoca alergias y problemas respiratorios graves, que acon-sejan restringir el tráfico rodado en los momentos de mayor concentración contaminante. Cuando las emisiones conta-minantes llegan a la capa de ozono estratosférico, que nos protege de los rayos ultravioleta solares, reaccionan con aquél y lo destruyen. Y esta es la gran paradoja: por un lado producimos ozono altamente contaminante y, por el otro destruimos el ozono que nos protege del exceso de radiación solar.

La red de control de la contaminación atmosférica. Cuando la contaminación del aire urbano alcanza determinados nive-les se deben tomar medidas para evitar alergias y enferme-dades. Estas medidas consisten básicamente en reducir la circulación de vehículos y el uso de calefacciones. Para pre-venir estas situaciones, las Administraciones Públicas tienen estaciones automáticas de vigilancia atmosférica, en las cua-les además de diferentes variables meteorológicas como la radiación solar, la temperatura o la fuerza del viento, se mi-den las concentraciones de esos compuestos. De esta mane-ra, en cuanto se acercan al nivel de peligrosidad se pueden tomar medidas.

LA CIUDAD RUGE/SUENA

Definimos el sonido como el conjunto de vibraciones del aire percibidas gracias al sentido del oído. Todo aquello que ge-nere esas vibraciones produce un sonido: el viento, un true-no, las voces, el discurrir del agua, etc. Cuando ese sonido es molesto y confuso, difícil de soportar, lo consideramos rui-

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do. Nuestra vida cotidiana está plagada de sonidos y de no pocos ruidos. El sonido es fundamental para nosotros, ya que gracias a él podemos entre oras cosas, comunicarnos mediante el lenguaje oral. El ruido, sin embargo, puede aca-bar por ser motivo de graves alteraciones patológicas.

La Ciudad: universo sonoro. Conversaciones, el motor de un automóvil, aparatos de radio y televisión, obras, pasos, vehículos, bares, talleres, discotecas...Un sinfín de sonidos. Y también ruido, mucho ruido. El 80% de la contaminación acústica urbana proviene de los vehículos. También de otros medios de transporte, como el ferrocarril, el avión, generan contaminación acústica. Áreas de ocio con bares y discote-cas, así como pequeños talleres e industrias, generan casi un 15% de la contaminación acústica total. Por último, también se producen episodios puntuales de ruido de gran intensi-dad, como cuando actúa una perforadora en la vía pública o un camión de la basura carga y descarga contenedores.

El ruido y la salud. El sonido se mide en decibelios(dB). El nivel sonoro máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 65 dB. Más de la mitad de la población española (51%) soporta durante todo el día ni-veles de ruido superiores a los 55 dB y, casi la cuarta parte (22%) está expuesta a más de 65 dB. Este exceso de ruido tie-ne efectos nocivos sobre la salud humana: nerviosismo, irri-tabilidad, alteraciones metabólicas y de los sistemas cardio-vascular, endocrino y digestivo, etc. Y evidentemente, la pérdida de horas de sueño y descanso, así como la disminu-ción de capacidad auditiva. Soportar niveles superiores a los 90 dB de forma continuada puede desembocar en sordera.

El ruido en la gran ciudad. La distribución del ruido no es uniforme. Los barrios próximos a aeropuertos y vías de co-municación soportan una mayor intensidad sonora y, tam-bién las zonas de ocio nocturno, con el agravante de que eso ocurre durante las horas de descanso de la mayoría de la gente. Para controlar los niveles de ruido en el ambiente, los ayuntamientos suelen disponer de diversas estaciones fijas

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que efectúan mediciones continuamente, además de otras móviles para tomar datos en cualquier punto de la ciudad.

LA CIUDAD COMO ECOSISTEMA

Los seres vivos que habitan un determinado lugar están íntimamente relacionados entre sí y con el medio físico. El conjunto de todo ello es lo que se conoce como ecosistema. Consumo de energía y materia, a través de la alimentación, respiración, etc., son ejemplos de esas relaciones. En los eco-sistemas naturales, la materia y la energía pasan de un orga-nismo a otro, trazando un ciclo natural que hace que ambas estén siempre circulando y se reciclen continuamente. Existe un equilibrio entre consumo y producción de materia y energía. Así se asegura la constante renovación de la vida. La ciudad, con sus seres vivos y su medio físico, puede con-siderarse también un ecosistema, pero a diferencia de los na-turales, está desequilibrado, ya que consume mucho más de lo que produce y genera desechos que no puede absorber.

Los tentáculos de la ciudad. La ciudad necesita un aporte continuo de energía y materia, que deben traerse del exterior de la misma. Al mismo tiempo, produce calor, ruido, conta-minación y, en general, residuos de todo tipo de los que de-be deshacerse enviándolos normalmente al exterior. Todo ello implica que su influencia se extiende mucho más allá de sus propios límites: amplias áreas del planeta producen energía, alimentos u otros bienes destinados únicamente al consumo urbano, o reciben los desechos de ella generados. En definitiva, todo lo que sucede en las ciudades implica también, de una u otra forma, al resto del planeta. Actual-mente, el uso generalizado del automóvil privado permite a los ciudadanos vivir a grandes distancias de su puesto de trabajo o de las áreas comerciales. La clásica ciudad compac-ta, donde todo quedaba más o menos al alcance de la mano, ha dado paso a una suerte de “ciudad difusa” que ocupa una gran extensión de terreno, con áreas residenciales, lugares de

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trabajo y zonas de ocio y servicios, separadas aunque conec-tadas entre sí por una inmensa red de carreteras y autopis-tas. Por ello, las zonas urbanas ocupan cada vez una mayor extensión de terreno. Tal vez hasta que gran parte del Plane-ta quede cubierta de cemento y asfalto.

ALGUNOS MENSAJES, A MODO DE RESUMEN

*Aunque en la larga historia de la Humanidad las ciudades son “un invento reciente”, actualmente albergan a la mitad de la población mundial.

*El modelo de ciudad moderna, difusa y extendida, ame-naza con urbanizar gran parte del Planeta.

*La ecociudad es indispensable para el mantenimiento del equilibrio ecológico.

*El desarrollo sostenible y la conservación del medio am-biente pasan por armonizar naturaleza y ciudad.

*Nada es suficiente, todo es poco, el Planeta en pleno debe dedicarse a proveer a las ciudades.

*Hacer las ciudades sostenibles y respetuosas con el medio ambiente: una utopía de obligado cumplimiento para el siglo XXI.

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CAPÍTULO XVIII

CRITERIOS DE DISEÑO PARA MA-

DRID COMO CAPITAL DEL ESTADO

Y CENTRO NEURÁLGICO DEL PAÍS:

RETOS Y SOLUCIONES

INTRODUCCIÓN

En el presente capítulo haremos un recorrido por el desarro-llo urbano histórico de Madrid acercándonos a los hitos, re-tos y soluciones para las intervenciones de desarrollo actua-les y de futuro ante los diversos y recientes acontecimientos, como su capitalidad europea, la candidatura olímpica, así como su integración en el marco europeo de supranacionali-dades, fruto de la estrategia actual de globalización, como marco de convivencia multicultural y de recuperación de es-pacios para el ciudadano, que contribuirá sin lugar a dudas a humanizar la ciudad, es decir a acercarla al ciudadano y por ende al hombre.

DESARROLLO HISTÓRICO URBANO DE LA CIU-DAD

En nuestro siglo ha habido tres propuestas como hitos im-portantes en la búsqueda de la modernización de la ciudad de Madrid que se han dado en tres momentos muy precisos. El primero, en los años veinte, cuando se modifica radical-mente la imagen de la ciudad basada fundamentalmente en

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el eje Oeste-Este, que perduraba desde comienzos del siglo XVII. Un segundo momento, en el que se busca la moderni-zación de la ciudad, se produce en los años cuarenta, cuando se trata de establecer una imagen de ciudad distinta de la soñada por la República o por la Dictadura de Primo de Ri-vera y se esboza el proyecto de una ciudad orgánica. Y el tercer momento, que es especialmente importante, se da en la década de los ochenta y refleja la voluntad nueva de plan-tear una ciudad diferente, una ciudad alternativa.

Aunque ya desde comienzos del siglo XX hay varias pro-puestas de modificación de Madrid, hubo que esperar hasta 1922 para que se diesen las pautas de una nueva visión de la ciudad. Son unos momentos de un gigantesco “boom” económico. La neutralidad española en la primera Guerra Mundial potencia una nueva inversión en la construcción. Madrid empieza a recibir una importante inmigración y se necesita construir viviendas para esa llegada masiva. Desde 1921 se produce una recesión económica, Primo de Rivera iniciará en 1923 una política de enorme repercusión en la ciudad. Ayudado por Calvo Sotelo, Primo de Rivera publica en 1924 el Estatuto Municipal, que establece dos políticas de construcción muy distintas: una, dirigida al gran capital, mientras que se deja a la pequeña burguesía que siga man-teniendo y controlando sus negocios desde el Ayuntamiento. Consecuencia de esta política es que quienes construyen las casas son precisamente los propietarios de importantes ex-tensiones de terreno, de forma que toda una serie de colo-nias de hotelitos, situados en el Norte de la ciudad sirven de argumento para que sea el erario municipal, el propio Ayun-tamiento, el que las financie. Así se empieza a conquistar el Norte del Ensanche.

Por otro lado, en esas fechas se quiere plantear la imagen de modernidad en el interior de la ciudad, con edificios co-mo el Capitol y el Palacio de la Prensa y, el elemento más moderno de la Gran Vía, el edificio de la Telefónica, en la

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moda de los rascacielos americanos y del sueño de las co-municaciones.

Secundino Zuazo entiende que “en la misma ciudad han de convivir viviendas de lujo con las obreras y las de la bur-guesía”. Bidagor marcará una línea de construcción de la ciudad que perdurará hasta casi los años sesenta. Bidagor plantea una imagen de ciudad muy distinta y propone una doble lectura de la ciudad. La ciudad, opina, es orgánica, no tiene que crecer, ha de estar perfectamente definida. Su mi-sión es ser ciudad-capital, rodeada por dos cinturones ver-des que la impiden crecer. Su propuesta de la Castellana se entiende como voluntad de crear una ciudad oficial de la que la Castellana es el gran eje vertebrador, alberga los edifi-cios de las principales Embajadas y los Ministerios.

Para los Arquitectos tradicionalistas se trata de encontrar en el pasado histórico la solución a los problemas, pues éstos son siempre los mismos y ya fueron solventados anterior-mente.

Pero, ¿cuál va a ser el patrimonio arquitectónico de Madrid hacia 2.010? Desde los años setenta las instituciones se han venido empeñando en la conservación de los edificios, pero las realizaciones en este sentido cuentan, en nuestra opinión, con muy pocos ejemplos cualificados. Se puede decir que la mímesis con los estilos historicistas como el mejor modo de tratar la ciudad tradicional no es el camino a seguir.

En cuanto a la arquitectura de nueva planta se ha aprendi-do que el respeto a la ciudad no tiene por qué ser mimético con el pasado, aunque se tengan en cuenta las cualidades urbanas. Los edificios no pueden ser concebidos como edifi-cios independientes, sino que tienen que adaptarse a las cua-lidades formales de las calles o plazas donde están. Hay una disfunción social muy grande entre la ciudad de los arqui-tectos y la ciudad de los promotores.

Desgraciadamente los momentos creativos estelares que a lo largo del tiempo ha vivido el quehacer arquitectónico y

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urbanístico de Madrid no han coincidido con los momentos de mayor dinámica edificatoria y de crecimiento de la ciu-dad; no ha habido una conjunción entre innovaciones en el ámbito metodológico y las posibilidades reales para llevarlas a cabo. Pero es indudable que, según muestra la experiencia de los últimos años, si somos capaces de mantener y reactua-lizar las ideas en arquitectura y urbanismo de los años ochenta del pasado siglo en la década de los años diez (2010) estaremos en una etapa realmente novedosa.

Madrid no ha tenido en su historia un crecimiento regular y claro. Durante siglos se ha limitado a afirmar las pautas de consolidación del espacio ya establecido en su morfología urbana. Desde comienzos del siglo XX tenemos dos ciudades en Madrid: una ciudad planeada y de calidad, el Norte, y otra espontánea y más deficiente, el Sur. Ambas crecen con la misma dinámica y en paralelo prácticamente hasta nues-tros días.

En los años sesenta se configuró una nueva concepción ur-banística, tendiendo a diferenciar ámbitos espaciales diferen-tes para las distintas actividades de la gente (calles comercia-les, zonas industriales, actividades culturales y de recreo, etc.). Se llega así a una mayor movilidad dinámica y se con-sagra el zoning como técnica urbanística. La creación de ca-nales de tráfico o vías concebidas como nuevas autopistas urbanas que funcionan tan sólo como elementos de conexión hacen que el centro se diluya. Todo se subordina a las exi-gencias de tráfico y se llega así a la muerte de la calle, lo que se traduce en la muerte de la ciudad, ya que es la calle el elemento configurador de la ciudad. Y así ocurre que a fin de cuentas la ciudad funcional no funciona. Las áreas dormito-rio no están bien diseñadas ni son cómodas, el acceso a las áreas comerciales o de recreo acarrea problemas, etc.

Pero vemos cómo la situación actual de Madrid es novedo-sa en varios aspectos. En primer lugar, Madrid desde hace años pierde población. En los años setenta perdió muchos inmigrantes. Entre 1981 y 1.985, Madrid perdió 160.000 per-

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sonas, debido fundamentalmente al desarrollo de las Auto-nomías, más bien, desde luego Autonosuyas, que crearon una innecesaria gran burocracia, necesaria de mano de obra. Posteriormente con la llegada de la emigración extranjera re-cuperó población, estableciéndose en distintos barrios que se configuraron con la personalidad de las distintas culturas y nacionalidades que en ellos se establecieron. En ello influyó de manera fundamental la caída de la natalidad, pues entre 1.970 y 1.985 descendió a la mitad, posteriormente se recu-peró merced a la inmigración. En estos momentos con el fenómeno de la crisis, vuelve a perder población debido al importante regreso de la inmigración a su país de origen o a otros con mejores posibilidades.

Ha habido un cambio en los hábitos demográficos que re-voluciona el concepto de urbanismo. ¿Qué urbanismo hacer en ciudades que no crecen, que decaen incluso? También se ha producido un cambio en los hábitos culturales, en la con-cepción familiar y de los hogares. Además siguen persis-tiendo viejos problemas, como la desigualdad evidente entre el Norte y el Sur de Madrid, en cuanto a diferencia social y de equipamientos públicos.

El nuevo urbanismo ha de plantearse desde esta conside-ración de la ciudad existente, a la vez que de la ciudad tradi-cional y, como referencia a un conjunto unitario de la ciu-dad. Sobre estas hipótesis se planteó el Plan General Urbano de Madrid (PGUM), que se aprobó en 1.985. Madrid, que no ha tenido muchos planes urbanísticos a lo largo de su histo-ria, cuenta con uno que se plantea desde un criterio formal y operativo y que transforma la ciudad existente. No interesa ya tanto “zonificar” el territorio como detectar los puntos clave de la ciudad en los que es necesaria la intervención.

El reto de Madrid en los años diez (2010) precisará conti-nuar en la misma línea, porque la polarización entre el Norte y el Sur se seguirá reproduciendo y tiende a consolidarse por la propia lógica del mercado. Sólo la corrección del problema desde un criterio de política voluntarista puede solucionarlo.

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Hay que seguir trabajando en la reconciliación de las dos ciudades.

La presión del sector terciario amenaza con reproducir la disyuntiva entre una ciudad en la que se habita y otra ciu-dad en la que se trabaja. En este sentido es necesario abordar la difícil herencia de ese Madrid dividido y deteriorado. El doble reto que hemos apuntado de modernización de la ciu-dad y de equilibrio entre las dos ciudades es necesario su-perarlo si Madrid desea encontrar un lugar destacado en el concierto de la Unión Europea.

La arquitectura que se está haciendo en España desde el año 2000 se mueve sobre ese entendimiento ecléctico de la ciudad, entendimiento que pasa por reconocer la diversidad de las distintas zonas de la ciudad, con unas arquitecturas muy diferentes, aunque todas siguen siendo sencillas, refle-jando esa constante de seriedad y rigor constructivo, así co-mo de sobriedad decorativa y esa voluntad de permanencia.

La arquitectura madrileña se ha hecho en los últimos cien años. Pero la ciudad de Madrid no existe todavía, está en pleno proceso de construcción. Creemos que hay que estar abiertos a una pluralidad arquitectónica.

EL TEJIDO URBANO

El perjuicio que provoca el tráfico al convertir el casco anti-guo de la ciudad en un lugar de cita o residencia inaccesible y deshumanizado, unido a otros factores, puede llevar a su total destrucción si no se interviene a tiempo.

La apertura de nuevas grandes vías, previa elaboración del instrumento jurídico necesario, se contempla como medida paliativa, aunque el mal persistiría. Haría falta un acuerdo político cuasi constitucional entre automóvil y otros modos de transporte, además de la puesta en marcha de la poca electoralista peatonalización de algunas calles.

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Para que la ciudad funcione es necesaria la intervención del ingeniero, que habría de desarrollar el tejido nervioso de la ciudad, utilizando la metodología de ingeniería de siste-mas para articular la ciudad entre sí (sus barrios), a modo de arterias y entre las ciudades adyacentes (ciudades dormito-rio), entendiendo cada barrio y cada ciudad como una máquina que se habita.

El coche domina la ciudad desde los últimos cuarenta años y es una teoría contra natura hacerlo compatible con ella en los centros históricos, debido lógicamente a su ausencia en la planificación de los mismos. La peatonalización crea fuertes dinámicas de rechazo y por ello se efectúa de forma silencio-sa.

Es necesario recuperar la ciudad para el hombre (ciudada-no), en detrimento del uso indiscriminado del automóvil, siendo éste una conquista de nuestra época pero susceptible de un uso adecuado.

Parece obvio que se diseña para el coche por una razón de espacio. El vehículo gira en doce metros, mientras que el pe-atón lo hace en cincuenta centímetros. Esto hace proyectar recorridos poco agradables para el viandante, que si supu-sieran una mayor fluidez del tráfico se entendería hasta posi-tivo, pero las estadísticas revelan una alarmante disminución de la velocidad en las vías urbanas. Si en 1980 se circulaba a 25 km/h, hoy la media no supera los 12 km/h.

LA REHABILITACIÓN DEL CASCO HISTÓRICO

DE LA CIUDAD

Es necesario encontrar un marco adecuado para la gestión de la rehabilitación del casco histórico, bajo el cual se en-cuentren englobados los distintos agentes sociales (sean es-tos: empresas constructoras, compañías productoras, de ser-vicios, ciudadanos, etc., en definitiva todos los sectores de la sociedad), para crear un entorno o foro de debate y de re-

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flexión que confluya de forma integrada en un nuevo plan de intervención con todos los problemas y cautelas que le afecten, entendiendo que una aproximación al problema puede ser también la reciente Ley de Ordenación de la Edifi-cación (LOE), así como la también reciente Ordenanza del Ayuntamiento de Madrid, de la Inspección Técnica de Edifi-cios (ITE), que se irá extendiendo paulatinamente al resto de las ciudades españolas. También el Plan Especial de Protec-ción Villa de Madrid que está llevando a cabo el Ayunta-miento puede servirnos de reflexión y de aproximación a su estudio.

En el caso de Madrid, el casco histórico actúa concéntrica-mente a la parte amurallada y no se termina en lo que se de-nomina el distrito Centro o distrito 1, puesto que comprende el Ensanche de Salamanca, el Ensanche de Chamberí, Te-tuán, Arganzuela, el Viso y además los centros de esos mu-nicipios anexionados de los años 50, los Fuencarrales, los Va-llecas, los Vicálvaros, etc., que tienen hoy características históricas propias y son concéntricos al nodo centro distrito 1.

Es prioritario determinar las etapas que en sí mismo tienen sus límites con el Plan Castro, y constituyen valores diferen-ciados a través del tiempo y no pueden ser susceptibles del mismo tratamiento de los centros modernos. Esto implica que la ciudad es discontínua (ciudad heredada versus ciu-dad moderna), puesto que las distintas zonas comportan problemas diferentes. Existen manchas centrales en la ciu-dad en aquellos lugares en que se produce cierta contradic-ción entre los ambientes de día y de noche y se da el caso de zonas en que durante el día son encantadoras y durante la noche se produce un fenómeno de degradación por el tránsi-to de la población marginal y se produce por tanto, el fenó-meno de convivencia de dos ciudades que se solapan en el día. Sería de desear que la vida en el interior y en el exterior de cada zona urbana sea coherente, para lo cual habría que actuar en los criterios de prioridades y selectivos de cada

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zona, haciendo una labor histórica y arqueológica, dando una jerarquía a cada barrio.

En algunos casos se han eliminado edificios o zonas que daban valor e identidad al centro, pudiendo invertir los va-lores de los entornos enalteciendo, destacando, etc., configu-rando espacios (es de interés la solución de reequilibrar pla-zas y conviene citar a Santiago Amón que decía que “estas no se hacen sino que salen”) que sin perder la originalidad pudieran adaptarse a nuevos usos, manteniendo el legado del valor artístico que tuvieron cada una de las generaciones. Para lo cual habría que ver cuál es la metodología que se si-gue a la hora de intervenir (término más indicado que re-habilitar, a nuestro entender), haciendo estudios previos con “equipos multidisciplinares”, compuestos por distintos técnicos (ingenieros, arquitectos) y especialistas (sociólogos, psicólogos, historiadores, antropólogos, etc.), para situar la respuesta a la pregunta de qué es primero, la función del ob-jeto arquitectónico o la historia.

Es necesario analizar el valor de documento con las heren-cias que se han transmitido, analizarlas metodológicamente, catalogarlas y si es posible darles un uso aunque sea distinto del original, esto es, si ha perdido ya su función sería posible su intervención respetando todos los significados, con un seguimiento exhaustivo de la memoria histórica y de archi-vo.

Sería interesante realizar intervenciones de reparaciónes débiles, denominadas por Peridis “intervenciones a lo tonto, a lo tonto”, utilizando técnicas a un precio asequible para conservar casi todo lo conservable, en lugar de realizar las intervenciones actuales tan duras, en que se vacía todo.

Se propone para estas intervenciones débiles la búsqueda de artesanos que se encuentran en las conciencias populares. Las intervenciones actuales son costosísimas, ya que es difí-cil compaginar el máximo volumen con la rehabilitación, además de ser muchas de ellas innecesarias y demasiadas,

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siendo necesario un determinado control ciudadano, ya que hay un exceso de confianza en las Administraciones Públicas y Locales, puesto que en algunos casos se ha utilizado el fácil pretexto de higienización para rehabilitar y aprovechar una especulación con las plusvalías. Es decir, las presiones reales están sobrepasando a los mecanismos de control contempla-dos en las normas (Comisiones mixtas).

El centro sólo subsistirá si se compatibilizan accesibilidad y habitabilidad. La solución pasaría por un buen funciona-miento de la Policía Municipal, lo que puede ser realidad desde la reforma del Código de la circulación.

En los centros históricos ocurre que bajo la idea de rehabi-litación no se hace lo que se debiera, sólo se atiende a la fa-chada y al colorido. Es la teoría de la ostra, se trabaja en la concha pero no en el organismo vivo.

La recuperación de los edificios donde convive un hete-rogéneo tejido social precisa de una actuación integral por parte de los poderes públicos, en ningún caso realizaciones parcelarias. Existe voluntad de repensar la ciudad pero fal-tan instrumentos de intervención. Actualmente se tiene la oportunidad de trabajar sobre ello merced al momento ac-tual del impulso de desarrollo como candidatura olímpica y la reforma del Paseo del Prado, entre otros acontecimientos significativos.

No existe un proyecto definido y concreto para Madrid. Ha de tenerse en cuenta que no todo representa un gran in-terés arquitectónico. Rehabilitar se entiende ahora como la creación de nuevas viviendas.

La arquitectura madrileña por lo general no tiene interés histórico ni responde a una tipología definida. Las viviendas de los siglos XVIII y XIX son fruto de la política económica del momento, que no serían conservables en el siglo XXI. Se carece de un riguroso estudio de ingeniería urbana. Toda la actuación sectorial será incluso contraproducente si no se encamina hacia el Madrid del siglo XXI y no se ha buscado

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la idea global que sobre el Centro desean los usuarios. Ésta sólo sería posible con una sabia mezcla de modernidad y tradición.

Pero Madrid, debería ser una ciudad para vivir más que para enseñar, al igual que cualquier otra, tal como yo lo en-tiendo. Una buena metáfora de la arquitectura de la aparien-cia en la sociedad de la apariencia. Cuando me casé y formé una familia, que vivían todos conmigo en aquella misma ca-sa, me convencí al fin de que la dimensión del hombre dis-tingue a una casa de una arquitectura.

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CAPÍTULO xix

CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA

SOCIEDAD DEL SIGLO XXI

LA INTERRELACIÓN INGENIERÍA-TECNOLOGÍA

Estableceremos una primera relación que nos permita orien-tarnos a lo largo de nuestra exposición. Se trata de no aislar la comprensión de los efectos de la ingeniería de la concep-tualización misma acerca de la tecnología. Precisaremos ini-cialmente lo que entendemos por ingeniería.

La ingeniería puede ser entendida, siguiendo la formula-ción de Thomas Tredgold en el siglo XVIII, como " el arte de dirigir la mayor parte de las fuentes de energía de la natura-leza para el uso y la conveniencia del hombre", (tomado del borrador de Tredglod de la Institución Británica de Ingenie-ros Civiles, 1.828 y citado por Mitcham, 2001). Esta defini-ción se repite con ligeras modificaciones, en obras de refe-rencia usuales, como la Enciclopedia Británica y la Enciclo-pedia de Ciencia y Tecnología de Mc Graw Hill. De acuerdo con la definición clásica que los ingenieros dan a su propia profesión, la ingeniería es el arte de aplicar los principios científicos para la óptima conversión de los recursos natura-les en estructuras, máquinas, productos, sistemas y procesos, para el beneficio de la humanidad.

Otras definiciones mas amplias, aunque sin alejarse de la aceptada tradicionalmente, se refieren a la ingeniería como aquella actividad en que la conjunción de los conocimientos tecnológicos, de ciencias exactas y naturales, tratados con en-

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foque interdisciplinar, obtenido a través del estudio sistemá-tico, la experiencia y la práctica concreta se complementan para desarrollar diversas formas de utilizar de manera económica las fuerzas y materiales, aportados tanto por la naturaleza, como los conseguidos de forma artificial por la mano del hombre, en beneficio de la humanidad. Desde esta perspectiva, la ingeniería no es considerada como una cien-cia pura, sino mas bien como una práctica que requiere tanto de la habilidad y de la creatividad de quien la ejerce, como del adecuado conocimiento del contexto en el que desarrolla su actividad.

Tendremos entonces que la ingeniería trata de un campo de conocimiento profesional, entendido como una práctica orientada al mismo hacer de la tecnología en beneficio de la humanidad, a pesar de que en ocasiones este principio bené-fico ha sido cuestionado por diversos autores desde la déca-da de los años 60, por razones de ética o deontología.

Vayamos a considerar los efectos de la tecnología con rela-ción a la sociedad, teniendo en cuenta diversas maneras de entender la tecnología, es decir la humanización de la tecno-logía, para ello vamos a partir de tres maneras de entender la tecnología: La Tecnología como generadora de productos y procesos industriales, la tecnología como ciencia aplicada y por último, la tecnología como sistema.

LA TECNOLOGÍA COMO GENERADORA DE

PRODUCTOS Y PROCESOS TECNOLÓGICO-INDUSTRIALES

Una de las definiciones más frecuentes sobre la tecnología, se relaciona con su sentido productivo. Desde esta perspec-tiva, las tecnologías se entenderían como máquinas, herra-mientas y artilugios, así como procedimientos técnicos o medios auxiliares de los que se hace uso en la actividad pro-ductiva y de servicios. Aviones, Automóviles, trenes, orde-

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nadores, teléfonos, lavadoras, barcos, puentes, edificios, ca-rreteras, etc., que no son desconocidos para el hombre del siglo XXI, junto con tecnologías organizacionales serían ejemplos, entre otros muchos, de artilugios tecnológicos y procedimientos industriales vinculados a un determinado sector productivo.

¿Qué consecuencias podrían derivarse de esta interpreta-ción productiva de la tecnología para la práctica de la inge-niería? En principio, sería considerar que la ingeniería sólo tendría en cuenta el criterio de utilidad para la actividad tec-nológica, con lo cual se descuidarían muchos otros factores que intervienen en la elaboración de una tecnología. Se sabe que otros factores adicionales intervienen en el hacer tec-nológico, por ejemplo los valores de goce y disfrute existen-cial, algunos autores señalan que en el corazón de la inge-niería yace una alegría existencial por hacer obras bien hechas (Florman, 1.976). Otros valores también participan en la actividad tecnológica, por ejemplo, los valores estéticos en las obras realizadas, bajo la creencia, entre otras cosas de que si lucen o funcionan, están bien hechas (Stanley, 1970). En todos estos casos, "las metas económicas y los motivos utili-tarios parecen completamente insignificantes, el imperativo tiene aquí su raíz en "valores estratégicos virtuosos", no económicos, e incluso en el impulso o apalancamiento de-portivo" (Pacey, 1.983).

Y de otro lado, ¿qué consecuencias se derivan de esta ima-gen de la tecnología como productora de artilugios o pro-ductos industriales para plantear los efectos de la ingeniería con relación a la sociedad? En principio sería considerar que los efectos de la ingeniería se reducen a la producción de tecnologías en donde todo comienza y termina en una máquina. Según el historiador de la tecnología, Arnold Pa-cey (1.983), esta concepción corresponde a la clásica defini-ción de túnel aerodinámico de la ingeniería, en donde se ig-noran los efectos sociales, los aspectos administrativos y los valores en juego en el uso de dicha máquina.

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Esta idea acerca del carácter inevitable de la tecnología no es nueva y se le conoce como determinismo tecnológico o la creencia de que las fuerzas técnicas determinan los cambios sociales y culturales (Hughes, 1994). El determinismo tec-nológico deja fuera los colectivos sociales como agentes im-portantes de los sistemas tecnológicos, quedando los científi-cos e ingenieros como responsables de toda decisión respec-to al desarrollo tecnológico de la sociedad en su conjunto.

LA TECNOLOGÍA COMO CIENCIA APLICADA

La otra definición más frecuente de la tecnología hace refe-rencia a su vinculación con la ciencia, en este caso se consi-dera que la tecnología es ciencia aplicada en estado puro. Es-ta acepción tiene un marcado tono cientificista y cuenta con dos debilidades. Por un lado, descuida el elemento material, al que con frecuencia se hace referencia al hablar de la tecno-logía, y de otro, la clave del desarrollo tecnológico vendría dada por la propia actividad científica. Sería pues con el concurso de la ciencia, el que haría posible mejorar nuestras condiciones materiales de vida. Desde esta perspectiva, la tecnología, en tanto cadena transmisora del conocimiento científico, conllevaría siempre a la mejora social cuando la ciencia tuviera un carácter autónomo en sí misma, en su de-sarrollo. Dicho principio de autonomía científico-tecnológica haría dependiente todo cambio social, tesis que igualmente podemos calificar como determinista.

A pesar de que esta conceptualización de la tecnología co-mo ciencia aplicada es muy extendida, también ha sido cues-tionada desde los años ochenta a partir de análisis históricos de la tecnología. El análisis de Staudenmaier (1.985) de los casos citados en la revista Technology and Culture, en el pe-riodo 1.959-1980, muestra que en numerosos casos la tecno-logía modifica los conceptos científicos, cuando no utiliza los propios conceptos de la ingeniería, muestra también que la tecnología permite realizar aportaciones conceptuales a pro-

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blemas de los que la ciencia no se ocupa, de igual forma muestra que el conocimiento tecnológico guarda cierta espe-cificidad respecto de la ciencia. Este último aspecto ha sido tratado por Mario Bunge (1.969), al considerar que el cono-cimiento tecnológico comprende una especificidad distinta a la ciencia, al involucrar ciertas habilidades técnicas, princi-pios y leyes técnicas, reglas descriptivas y teorías tecnológi-cas, fundamentadas principalmente en la eficiencia y eco-nomicidad equilibradas.

Este determinismo histórico-social no desconoce el papel del inventor, llámese ingeniero o científico, como sucede con frecuencia en el determinismo tecnológico, sino que sitúa el “genio del inventor” con las circunstancias objetivas que ro-dean esta acción. Por tanto, los componentes histórico-sociales son los agentes causales de la tecnología y, no la tec-nología el agente causal de la sociedad.

Pero además existen otros enfoques. Otros enfoques invo-lucran una relación tecnología-ingeniería y sociedad, distin-tas al determinismo tecnológico y al determinismo histórico-social. Sólo vamos a mencionar el que se relaciona con en-tender la tecnología como un sistema tecnológico. Es allí donde se inscribe el papel de la ingeniería en la sociedad, en la construcción de los sistemas tecnológicos que producen grandes transformaciones sociales. Por tanto, veamos qué entendemos por la tecnología como sistema, para volver a plantear la relación acerca de los efectos de la ingeniería en la sociedad.

LA TECNOLOGÍA COMO SISTEMA

El concepto de práctica tecnológica “viene a ser la aplicación del conocimiento científico u organizado a las tareas prácti-cas por medio de sistemas ordenados que incluyen a las per-sonas, las organizaciones y las máquinas”. Pacey propone el concepto de práctica tecnológica en analogía con el de práctica médica, en el cual tienen mayor nivel de implicación

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los aspectos organizativos y no sólo la dimensión estricta-mente técnica. En este sentido, la práctica tecnológica abar-caría tres dimensiones: 1.-El aspecto organizacional, que re-laciona las facetas de la administración y la política públicas con las actividades de ingenieros, diseñadores, administra-dores, técnicos, usuarios y consumidores, 2.-El aspecto técni-co, que involucra al conjunto de técnicas y conocimientos y las máquinas, con la actividad esencial de hacer funcionar las cosas. 3.-El aspecto cultural o ideológico, que se refiere a las ideas, los valores y la actividad creadora. La práctica tec-nológica encierra la integración de estos tres elementos en un sistema. 2. -La práctica tecnológica según Pacey (1.983).

En este concepto, la tecnología es concebida como un sis-tema o mejor un sociosistema. El sistema permite intercam-bios o relaciones permanentes entre los diferentes aspectos de la operación técnica (métodos, conocimientos, técnicas, máquinas, instrumentos, instituciones, mercados, etc.), ad-ministrativa y cultural.

LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS Y LA SOCIEDAD.

Como decíamos, una forma de entender la relación entre tecnología-ingeniería y sociedad es a partir de los sistemas tecnológicos, por ello tomaremos la propuesta de Thomas Hughes (1.983) para explicar esta situación. Hughes estudió los sistemas eléctricos de potencia de principios de siglo XX y demostró que los sistemas tecnológicos contienen comple-jos y desordenados componentes que interactúan en la reso-lución de los problemas. Hughes explica la relación entre tecnología y sociedad, a partir del concepto que denomina Momentum tecnológico, es decir, la tendencia de las tecno-logías a desarrollar trayectorias previamente definidas en un momento dado de su desarrollo. Hughes expresa que cuan-do el sistema es joven, es decir, inmaduro o inexperto, el en-torno configura el sistema. A medida que el sistema va sien-do más experto y más complejo, va cobrando impulso o

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momentum y, el sistema es cada vez menos configurado por su entorno y, por el contrario, el sistema se convierte en ele-mento configurador de la sociedad. Por tanto, podríamos decir que el sistema configura la sociedad y a la vez es confi-gurado por ella, lo cual entendemos es adecuado, ya que la interacción es bidireccional.

Hughes destaca que los ingenieros son en gran medida los constructores de los sistemas tecnológicos, ya que son capa-ces de coordinar actividades de innovación, resolver pro-blemas organizativos, encontrar recursos de financiación o responder a los cuestionamientos políticos. El caso de Tho-mas Edison es paradigmático, mas que un inventor, es el constructor del sistema eléctrico de potencia, en donde com-bina conocimientos, capacidad organizativa y resolución de problemas, consiguiendo reunir los intereses financieros, políticos y sociales necesarios para el desarrollo del sistema.

La idea del ingeniero como constructor de sistemas ha sido planteada de manera equivalente entre otros como Michel Callon (1.987), en términos de ingeniero-sociólogo. Un inge-niero-sociólogo logra captar o interesar a diferentes intervi-nientes o actores en el proceso de innovación, acercando igualmente los componentes físicos, organizativos y sociales que entrarían en juego en el sistema. También Carl Mitcham (2001), se ha referido a los ingenieros como los nuevos filóso-fos de la postmodernidad.

Pacey propone como modelo de entender la tecnología como sistema y Hughes para articular el sistema con la so-ciedad, entienden que el ingeniero y por consiguiente la in-geniería, no se limita a una relación con la tecnología en sen-tido restringido, sino que el ingeniero actúa en un campo so-cial en muchas direcciones. Es a partir de los sistemas tec-nológicos como unidad de análisis que entendemos los efec-tos de la ingeniería sobre la sociedad, en donde la tecnología configura la sociedad y la sociedad configura la tecnología.

INGENIERÍA Y PARADIGMA TECNOECONÓMICO

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Los sistemas tecnológicos con sus procesos de innovación están en la base de los cambios tecnológicos y por consi-guiente de los cambios en el conjunto de la economía y de la sociedad. Estos cambios o “revoluciones tecnológicas” no sólo hacen aparecer nuevos productos, servicios, sistemas e industrias, sino que afectan directa o indirectamente a todas las ramas de la economía. Para referirse a estas transforma-ciones, Freeman y Pérez (1988) emplean el concepto de pa-radigma tecnoeconómico, destacando que no sólo influye en las trayectorias tecnológicas de determinados productos y procesos, sino que modifican las estructuras de costos, las condiciones de producción y distribución de todo el sistema económico.

Se observa en estos paradigmas un conjunto de revolucio-nes tecnológicas que implican sistemas tecnológicos nuevos. Por ejemplo, la Revolución Industrial se basó en un salto tecnológico en la industria textil del algodón y en la difusión de los principios de mecanización y de organización fabril a otras industrias. La máquina de Watt se encuentra en el co-razón mismo de la revolución industrial, en la que tiene lu-gar la “revolución del algodón”, producto de la simbiosis en-tre la innovación tecnológica y el capital de la época. Hay que recordar que Watt era ante todo técnico y empresario.

Simultáneamente tuvo lugar una “revolución metalúrgi-ca”, que a su vez desató nuevas energías creadoras, a través de la construcción de máquinas, ferrocarriles y de buques de casco metálico movidos a vapor, lo que le dio a Inglaterra un enorme empuje. Gracias a las redes de ferrocarriles se logró el “Boom Victoriano” a mediados del siglo XIX, que logró la ampliación de mercados a escalas mucho mayores que las previstas en la máquina de vapor, lo que se tradujo en la confianza desbordante en la tecnología que impulsó al hom-bre europeo del siglo XIX.

Las innovaciones transformaron la industria inglesa y ori-ginaron un nuevo modo de producción: la fábrica, entendida como unidad de producción unificada, con trabajadores su-

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jetos a su supervisión, usando una fuente de energía centra-lizada. La ingeniería estaría en todo este proceso, tanto en los aspectos de creación, como de emprendedora, impulsando también la gestión de estos cambios tecnológicos.

Por tanto, estamos ahora en condiciones de acercarnos a la respuesta acerca de cuáles son los efectos de la ingeniería en la sociedad. Expresando que a partir de la construcción de los sistemas tecnológicos que conforman los paradigmas tecnoeconómicos, se define el ámbito de las posibilidades del “saber hacer” tecnológico en la producción de bienes y ser-vicios y, en general, del grupo de ramas inductoras del cre-cimiento de la economía, la organización empresarial y los patrones de competencia y cooperación en la sociedad.

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CAPÍTULO XX

ESPAÑA, CUNA DE LA AVIACIÓN

MUNDIAL

spaña es reconocida (fuera de España) como la cuna de la Aviación mundial, hecho que no es lo suficien-temente conocido en nuestro país.

España y Guadalajara, concretamente, es reconocida como la cuna de la Aviación mundial.

Los ingenieros aeronáuticos y de caminos, españoles Juan de la Cierva Codorníu, Leonardo Torres Quevedo, Federico Cantero Villamil y Jorge Loring Martínez, respectivamente como inventores del autogiro, del dirigible rígido, del helicóptero y constructor de aviones, han sido objeto en fe-cha reciente de un merecido homenaje en Guadalajara, reco-nocida como cuna de la aviación en España. Se trata de un reconocimiento como “padres de la aeronáutica”, una distin-ción de la que se han hecho acreedores por sus muchas y va-liosas aportaciones a la aeronáutica, tanto española como mundial. Excepto Cantero, sólo ingeniero de Caminos, los tres restantes eran ingenieros Aeronáuticos y de Caminos

Estas líneas pretenden ser un homenaje a la aventura humana de ingenieros y aviadores pioneros que impulsaron el desarrollo de la aeronáutica y del transporte aéreo, comu-nicando entre sí los distintos pueblos que integran y verte-bran nuestra civilización, y por ende contribuyendo al desa-rrollo del mundo actual, tal y como hoy lo concebimos y con-templamos.

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Esos ”locos y maravillosos” en sus “locos y maravillosos cacharros”.

Si ya era una aventura extrema las pruebas en esos cacha-rros automóviles, es fácil imaginar lo que suponía esos hom-bres en sus cacharros voladores a merced del viento.

Los principales acontecimientos que tuvieron lugar en Es-paña son:

SIGLO IX

Año 875. Los españoles fueron realmente los precursores de la Aeronáutica en el mundo. Ya en la antigüedad, el pri-mer vuelo planeado, históricamente comprobado fue el rea-lizado por un español, malagueño de Ronda y parece ser musulmán omeya de origen bereber, que vivió en el Emirato de Córdoba de Al-Andalus, Abbas Ben Firnás, en el siglo IX, hacia el año 875, cuando contaba con sesenta y cinco años de edad. No creamos que con una alfombra voladora, era un hombre científico adelantado al Renacimiento, pues domi-naba muchas artes, como Medicina, Agronomía, música, po-esía, física y química. Voló durante diez minutos en el aire, cubierto de plumas de buitre, con dos grandes alas de made-ra y tela adosadas a ambos lados de su cuerpo.

SIGLO XIX

Año 1884. Se crea el Servicio de Aerostación Militar de Es-paña, mediante Real Decreto, y se sitúa en Guadalajara. En-tre los primeros aerosteros de Guadalajara figuran los que después serían famosos aviadores: Kindelán y Vives, entre otros.

SIGLO XX

Año 1900. Se crea en Guadalajara el Laboratorio experi-mental para material de aerostación.

Año 1902. El ingeniero Aeronáutico y de Caminos Torres Quevedo, inventa el “dirigible rígido”, que es el verdadera-mente útil y, que se fabrica y experimenta en el Centro de Ensayos de Guadalajara por el ingeniero Kindelán, según el

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proyecto de Torres Quevedo y, cuya patente y proyecto se exportan a distintos países extranjeros.

Año 1911. El 26 de mayo aterriza en el aeródromo de Geta-fe (Madrid), el aviador francés Védrines, procedente de Issy-les Molineaux (París), que significa el primer raid aéreo, y que pondría en marcha y estimularía la gran aventura humana de la Aviación.

Año 1914. Se crea en Guadalajara la primera fábrica espa-ñola de motores de aviación y aeroplanos, bajo la dirección y patrocinio de las Armas Militares de Ingenieros y Artillería.

Año 1917. La fábrica de motores y aeroplanos se comple-menta con la fábrica de material aéreo en el polígono de ae-rostación de Guadalajara.

Año 1921. El notable invento del ingeniero aeronáutico Juan de la Cierva, fue el autogiro, ensayado y probado con éxito en Guadalajara en 1923. Otro ingeniero aeronáutico, Jorge Loring, titulado por la Escuela Aeronáutica de Getafe, proyecta, fabrica y patenta aeroplanos.

El invento del autogiro fue clave para desarrollar el nuevo aerodino: el helicóptero. Inventado y construido por otro in-geniero español, Federico Cantero Villamil, su aparato de-nominado Libélula Viblandi”, compuesto de Villamil, Blanco y Díaz, que junto con el primero, estos ingenieros colaborar-ían con él. El helicóptero se desarrollaría enseguida en Esta-dos Unidos, cuyos primeros ensayos, anteriores al invento del autogiro no tuvieron el éxito deseado por la necesidad del helicóptero de poder entrar en autorrotación, clave del invento del autogiro

Año 1929. Se inauguran también en Guadalajara los talle-res de la Hispano-Suiza, automóvil de gran calidad diseñado por un ingeniero español, que alcanzaría gran éxito.

Está muy justificado el homenaje a estos ingenieros y avia-dores, utilizamos la denominación de aviador, como sinó-nimo de la componente de aventura que llevaba aparejada

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sus vuelos, puestos que se navegaba “a estima”, es decir sin el empleo de los complejos medios de navegación de alta tecnología, que actualmente utilizan, por el contrario los pi-lotos actuales, y a Guadalajara, cuna de la Aeronáutica de España, y sentirnos orgullosos de la aportación de España a la Aeronáutica mundial, como lo ha sido en otros campos de las Ciencias y la Tecnología, de las Artes y las Letras.

El Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España hizo recientemente un comunicado para la conservación del patrimonio aeronáutico, arquitectónico e industrial de la ciudad de Guadalajara, en el que se lamenta de la situación de algunos edificios que desde finales del siglo XIX y hasta 1936 fueron la cuna de la aviación española y desempeñaron un papel esencial en su evolución durante varias décadas.

Con ello se pretende promover la recuperación de estos edificios por su alto valor histórico, ingenieríl y arquitectóni-co, poniéndoles en valor de nuevo, para beneficio de todos los ciudadanos, y para recuperar el conocimiento de una his-toria de gran importancia para la aeronáutica española.

Es frecuente comprobar el escaso reconocimiento a casi to-dos los grandes hombres que han prestado grandes servicios a la Humanidad, como son los casos de Fleming, inventor de la penicilina, el almirante Cristóbal Colón, el general inge-niero aeronáutico Emilio Herrera, el almirante Blas de Lezo, y un largo etcétera, lo que pone de manifiesto la escasa gene-rosidad del hombre, aquí menciono con ironía, en contraste con la España de pandereta y fútbol (¡niño, deja de molestar con la pelota!).

La reflexión sería: el sistema humano es totalmente injusto, la vida en sí es puro azar, es biológica, pero no justa. Aunque es verdad, que tampoco hacemos nada extraordinario para corregir esta deriva.

Si bien han existido otros casos que avalan esta tesis, como el del sabio chino Kung Fu Tse, conocido en Occidente como Confucio, de familia noble, pensador, Ministro de Justicia,

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que a los 50 años comenzó a impartir instrucción a contados discípulos, ejerció una poderosa influencia en la filosofía y la historia y cultura de China. Su enseñanza se condensa en la buena conducta en la vida, el buen gobierno del Estado, pro-tección de la tradición, el estudio y la meditación. Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo. Una sociedad próspera sólo se conseguirá si se mantienen rela-ciones en plena armonía.

Pero España además hizo otras grandes aportaciones a la Aviación, como cuenta Juan Antonio Guerrero,» la Base Aé-rea de Tablada y San Pablo han sido testigos de históricos vuelos de la aviación española, que han contribuido a conso-lidar una importante industria aeronáutica en y bajo los cie-los de nuestro país.

Desde los campos sevillanos partieron varios de los «Grandes Vuelos» de la Aviación española.

A nuestra memoria acude de inmediato, el del famoso Breguet XIX Jesús del Gran Poder, de Jiménez e Iglesias y su cruce trasatlántico Sevilla-Brasil. ¡43 horas y 50 minutos en el aire, sin poder moverse en sus estrechas cabinas!, y su poste-rior periplo de 15.000 km Volando a Río, Montevideo, Bue-nos Aires, Santiago, Arica, Lima, Paita Colón, Managua, Guatemala y la Habana con portentosa regularidad.

Tablada, la vieja dehesa sevillana, fue también punto de partida para el increíble vuelo del Cuatro Vientos, otro Bre-guet XIX de fabricación nacional, pilotado por los llorados Barberán y Collar, que atravesó el océano por su parte más ancha para llegar a Cuba, tras mantenerse sobre las olas 40 horas y 40 minutos, para luego desaparecer en la leyenda cuando continuaban su vuelo hacia Méjico. Y sobre Sevilla lograron Haya y Rodriguez los dos únicos records interna-cionales de velocidad de España, que permanecieron imba-tidos hasta 1967. Por si fuera poco, Tablada fue además el origen de nuestra aviación comercial, al inaugurar en 1921 la primera línea aérea regular, la Sevilla-Larache, y convertirse

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en escala final europea de la ruta postal a América, refor-zando esa imagen con las impresionantes vistas del dirigible Graff Zeppelin sobrevolando los monumentos históricos hispalenses.

Pero desde Tablada y desde San Pablo han tenido lugar otros «grandes vuelos», como los del Hispano-Suiza HS-42, primer avión de proyecto nacional fabricado en serie, o el del Saeta, también trainero como el anterior y primer reactor de diseño y fabricación española. Desde Sevilla han volado asimismo, otras aeronaves de una enorme importancia para la consolidación de una industria, la aeronáutica, que hoy está entre las de mayor transcendencia tecnológica y econó-mica de Andalucia y de España. Un buen ejemplo es el C-212 Aviocar, al que se le llama justamente, el abuelo de la indus-tria aeroespacial española, que lleva 35 años realizando sus primeros vuelos desde la línea final de San Pablo y al que, en los años ochenta, se le unieron el CN-235 y el C-295, cuyo prototipo lució orgullosamente el nombre de Ciudad de Se-villa.

En Diciembre del pasado año, desde esas mismas pistas, se llevó a cabo el más reciente «gran vuelo sevillano», el Airbus A400M. Con él se elevaban las esperanzas de futuro de miles de sevillanos y españoles, y en su sombra se cobijaban las alas de cientos de aeronaves que, como él, despegaron desde los aeródromos de Sevilla».

Los principales acontecimientos en los que han participado los españoles a lo largo de los siglos, son los que se indican a continuación.

Las esperanzas de futuro de miles de sevillanos y españo-les, y en su sombra se cobijaban las alas de cientos de aero-naves que, como él, despegaron desde los aeródromos de Sevilla.

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CAPÍTULO XXi

LA CONTRIBUCIÓN DEL AERO-

PUERTO AL BIENESTAR SOCIAL Y

CULTURAL

n el momento actual, el transporte aéreo significa una parte importante de la movilidad global de personas y mercancías en España y en resto del mundo, para los

ámbitos regional y de larga distancia. Sin duda, la mayor movilidad, sinónimo de libertad, es una característica aso-ciada a un mayor desarrollo y bienestar. Actualmente, el avión, con su soporte el aeropuerto, es el modo de transporte que mejor contribuye a este desarrollo, puesto que satisface las exigencias de seguridad, regularidad, eficiencia, econom-ía y confort, de acuerdo con el estado del arte de la tecnolog-ía actual y permite decidir libremente al consumidor por un determinado modo de vida que combina adecuadamente trabajo y ocio.

La evolución de la humanidad se ha producido mediante la Comunicación. La Comunicación oral fue el vínculo para el primer contacto entre los hombres. De esta forma, el ca-mino fue su complemento indispensable, es decir, camino y civilización discurren paralelos.

En España, el camino de Santiago, constituye la ruta místi-ca por excelencia en toda la Edad Media. España tiene en de-finitiva, una cultura caminera de Santos, Reyes y Juglares. De forma similar, la ruta de Don Quijote está impregnada de cultura caminera, el camino del Rocío es otra ruta mística salpicada de tipismo y folklore de la región andaluza. En

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otros continentes se asiste a fenómenos similares, así en Asia, del comercio de la seda surgió una de las rutas más impre-sionantes y sugestivas, “La Ruta de la Seda”, también la ruta de las especias. Remontándonos a civilizaciones más primi-tivas, el imperio romano estuvo soportado por una red de calzadas para transmitir su cultura, su tecnología y asegurar su conquista militar integrando en el imperio las ciudades conquistadas. También los incas constituyeron un imperio unido por una excelente red de caminos que utilizaban sis-temas de puentes colgantes de una interesante tecnología que los conquistadores españoles trajeron a Europa.

El camino del aire y por ende, el transporte aéreo ha sido a lo largo de este siglo uno de los factores básicos como motor del desarrollo socioeconómico que disfrutamos actualmente. Es decir, el transporte aéreo es un elemento integrador y ver-tebrador de los diferentes pueblos y mercados. Es ante todo, una de las formas más profundas de relación entre los pue-blos, por su contribución a la internacionalización de las economías o a la creciente universalización de los conoci-mientos.

Estos conocimientos encuentran su reflejo en el Tratado de la Unión Europea, en el cual se establece el concepto de Re-des Transeuropeas, a las que se otorga el carácter de política común al asociar su desarrollo con el del proceso de conver-gencia ante dos objetivos: por un lado coadyuvar a la crea-ción del mercado interior, facilitando su crecimiento econó-mico y a la vez garantizar la cohesión socioeconómica de to-da la Unión Europea, especialmente en lo que se refiere a las regiones periféricas y las más desfavorecidas.

Como retos actuales que plantea el transporte aéreo, podr-íamos citar la financiación de sus infraestructuras ante la demanda de aumento de capacidad y su armonización con el medio ambiente.

En cuanto al primero de ellos, nuestro país presenta unas características que definen determinadas regiones periféricas

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y con escasos tráficos, en las que la aplicación de fondos que permitan compensar las bajas rentabilidades financieras de los proyectos resultan imprescindibles, mientras que en otras zonas se plantean importantes problemas de congestión, en las cuales es fundamental diseñar unas adecuadas herra-mientas de financiación y gestión de proyectos.

El factor que contribuye de forma más decisiva a la compe-titividad de un territorio es la dotación de infraestructuras que éste posea y por ello es básico contar con los recursos fi-nancieros necesarios para convertirlos en aeropuertos, auto-pistas, carreteras, puertos, etc., en definitiva redes de comu-nicación, que han de estar y mantenerse vivas. Es preciso, por tanto arbitrar nuevas fórmulas de financiación mixta ca-pital público y privado, captación de plusvalías urbanísticas, etc. La solución para cada caso habrá de ser específica para el lugar y el momento puntuales.

La política de aeropuertos que impulsa actualmente el Mi-nisterio de Fomento tiene en cuenta que la red española es el resultado de la superposición de dos modelos de financia-ción diferentes, por un lado, un aeropuerto, Ciudad Real, fi-nanciado con capital casi privado, y por otro, una red de ae-ropuertos que conforman el ente público empresarial Aena, que ha sido financiada a través de los presupuestos públicos, por lo que resulta imprescindible desarrollar una estrategia que permita maximizar la rentabilidad económica y social de los recursos disponibles sobre la base de esta realidad exis-tente.

Hay que tener presente las características físicas y de-mográficas de nuestro país, en el que con una densidad de población baja, la generación de tráfico es débil y la rentabi-lidad de los proyectos de infraestructuras de transporte es generalmente baja.

Los recursos públicos son limitados y en cualquier caso in-suficientes para afrontar, por sí solos, las permanentes y lógicas demandas de infraestructura, por lo que están en

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proceso de estudio nuevos sistemas de financiación distintos de los presupuestos generales del estado para obras de aero-puertos. El esfuerzo inversor tendrá una repercusión directa sobre el empleo, tanto el directo como el indirecto y la indus-tria de la región, producto de un notable impulso al volumen del Producto Interior de la misma. De esta forma, el análisis coste-beneficio en las infraestructuras de aeropuertos sigue siendo imprescindible como instrumento de apoyo a la ges-tión. En este sentido, también es interesante la relación entre utilidades y costes del transporte, que poco tienen que ver con las unidades físicas de coste y distancia.

Atrás ha quedado ya la clásica e histórica imagen de los aeropuertos como meros proveedores de infraestructuras para los operadores aéreos y cuyos recintos eran exclusiva-mente lugares en donde los aviones aterrizaban y despega-ban. Los aeropuertos tienen en la actualidad un papel más participativo en las actividades que se llevan a cabo en sus instalaciones y en sus áreas de influencia. Este hecho ha quedado avalado por un reconocimiento generalizado sobre la importante función que los aeropuertos desempeñan en los crecimientos económicos de las áreas donde se encuen-tran ubicados e incluso de sus países, y más concretamente en el caso de España, cuyos aeropuertos son puerta de en-trada muy importante para su principal industria: el turis-mo.

Estudios realizados recientemente sobre el impacto económico de varios aeropuertos revelan que cada millón de pasajeros o 100.000 toneladas de carga, generan en el aero-puerto 1.000 empleos directos y más de 2.000 indirectos, lo que en un aeropuerto como el de Madrid/Barajas, con 45 mi-llones de pasajeros y 500.000 toneladas de carga, representan 50.000 empleos directos y 100.000 empleos indirectos.

Indudablemente, la función básica de un aeropuerto es proporcionar las infraestructuras necesarias para que el transporte aéreo se realice en las condiciones anteriormente descritas, al tiempo de garantizar la capacidad y calidad de

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sus instalaciones. Entre estas infraestructuras se encuentran las pistas de vuelo, los edificios terminales y los sistemas de aproximación además de los accesos al aeropuerto y los aparcamientos de vehículos.

Pero además un aeropuerto es un centro unificado de acti-vidades con una doble vertiente: Por un lado, el aeropuerto proporciona servicios a compañías aéreas, tour operadores, agencias de viajes, agentes de handling, concesionarios, in-dustrias afines, etc. para que estos agentes desarrollen su ac-tividad en un medio donde debe prevalecer la calidad del servicio.

Los operadores aéreos requieren de los aeropuertos servi-cios relacionados con las operaciones de las aeronaves. Son fundamentalmente los servicios necesarios para que el avión aterrice y despegue y para su estacionamiento, aunque exis-ten otros servicios adicionales como son las pasarelas de em-barque, el suministro de carburantes, la asistencia en tierra (handling) a los pasajeros, rampa y mercancías, la alimenta-ción eléctrica y aire preacondicionado del avión en plata-forma, etc. También las compañías aéreas necesitan que los aeropuertos les provean de mostradores de facturación, de sistemas ágiles de información que les asignen las puertas de embarque y desembarque, de áreas para la recogida de equipajes, de áreas logísticas para el tratamiento de la carga, de locales y oficinas, de servicios de teléfono, energía, agua, etc.

Además, el aeropuerto proporciona servicios a los conce-sionarios, cuya actividad se desarrolla fundamentalmente en las áreas comerciales. Están dedicados a la explotación de tiendas, cafeterías y restaurantes, alquiler de vehículos, ser-vicios bancarios, publicidad, etc. y demandan a los aeropuer-tos espacios adecuados para que el desarrollo de su activi-dad sea rentable y para que el servicio que ofrezcan a los clientes tenga la calidad adecuada.

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Los grandes aeropuertos no sólo son importantes focos de actividad en sí mismos, sino que también son polos de atrac-ción de servicios e industrias vinculadas a las funciones pro-pias del aeropuerto, o que se benefician de su proximidad. Generalmente son industrias de servicio o mantenimiento de compañías aéreas u otras cuyos productos se distribuyen a través del transporte aéreo.

La otra vertiente de actividad del aeropuerto la constitu-yen los usuarios. Entre ellos se encuentran los pasajeros, sus acompañantes, los visitantes, las compañías aéreas y los propios empleados del aeropuerto, que son los que van a hacer "uso" de los servicios que se ofrecen en el aeropuerto.

Dentro de los servicios relacionados con el viaje que se prestan a los pasajeros en los aeropuertos se encuentran: la venta de billetes, la facturación y la expedición de la tarjeta de embarque, el servicio de información, los controles de se-guridad, salas de espera, el traslado al avión, la recogida del equipaje, los aparcamientos de vehículos, etc.

Los pasajeros son los principales usuarios de los servicios comerciales de los aeropuertos dedicados a cafeterías y res-taurantes, diversas tiendas, incluidas las libres de impuestos, alquiler de vehículos, servicios bancarios, correos, agencias de viajes, salas de reunión, etc.

El aeropuerto es también un centro intermodal de trans-porte. Son ya muy numerosos los ejemplos a escala europea en los que se están realizando esfuerzos para interconectar la red aeroportuaria con otras redes de transporte terrestre. La intermodalidad, entendida como elemento esencial de arti-culación entre los distintos modos que componen el sistema de transporte, es un concepto de gran importancia hoy día en el mundo del transporte. Hasta fechas recientes, la accesi-bilidad a los aeropuertos ha estado limitada al modo carrete-ra, tanto para el transporte de bienes, como para el transpor-te de pasajeros. Hoy se habla ya de Plataformas Intermoda-les en las que, además del modo aéreo, tiene presencia la red

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viaria (metropolitana e interurbana), un modo ferroviario de media y larga distancia, el transporte colectivo de superficies y finalmente el taxi.

Dado que el aeropuerto está enclavado generalmente en zonas con elevados niveles de congestión de la red viaria, es necesario asegurar unas conexiones con otros modos de transporte colectivo hacia/desde las áreas centrales de las ciudades, como garantía de asegurar los niveles adecuados de accesibilidad y rapidez en el desplazamiento.

En definitiva, el aeropuerto es un gran centro económico donde se crean y distribuyen multitud de servicios con el fin último de satisfacer al cliente, fundamentalmente al pasajero. Todo este núcleo de servicios los articula en España el Ente Público Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), que gestiona, de forma integrada, un sistema que aporta economías de escala y sinergias entre los 47 aeropuertos que integran su red y cuyas grandes inversiones se autofinancian con los recursos propios que genera la organización. El pa-sado año 2012 pasaron por los aeropuertos españoles casi 300 millones de pasajeros y más de un millón de toneladas de carga, de los cuales el 58% eran pasajeros internacionales. Esta cifra nos puede dar una idea del enorme potencial que tienen los aeropuertos, como grandes polos económicos en los que la generación de empleo, entre otros beneficios, son actualmente del orden de 300.000 empleos directos y 600.000 indirectos a nivel nacional

Desde la inauguración del primer servicio aéreo regular, establecido entre las ciudades de San Petersburgo y Tampa, en el estado norteamericano de Florida, en 1.914, hasta la implantación del impresionante número de líneas aéreas que hoy tejen una tupida tela de araña uniendo todos los puntos del planeta, el transporte aéreo ha sido uno de los factores más importantes y característicos en el desarrollo de la so-ciedad del siglo XX. El comercio, el turismo, las relaciones internacionales y un sinfín de actividades de nuestro tiempo

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serían, sencillamente, impensables sin la contribución del modo aéreo al sistema mundial de los transportes.

La pronta incorporación de España al desarrollo del trans-porte aéreo, con la línea internacional Toulouse-Barcelona-Alicante-Málaga-Casablanca, permitió el nacimiento, en las citadas ciudades españolas, de las primeras instalaciones permanentes para el servicio de la aviación comercial, y con-secuentemente el nacimiento del turismo en Europa.

Tres cuartos de siglo después, aquellos primeros campos de aviación han dado paso a los cuarenta y siete aeropuertos comerciales con que hoy cuenta nuestro país, resultado de un largo y costoso proceso de inversión, diseño, construc-ción y adaptación desde unas instalaciones primitivas a unas infraestructuras modernas, seguras y eficaces.

Para un país, como es el caso de España, periférico respec-to al núcleo central de la Europa comunitaria, en el que exis-ten grandes distancias, en comparación con las propias de otros países del continente, con condiciones orográficas e in-fraestructuras menos aptas para el transporte terrestre que las existentes en ellos y en el que, en último pero importante lugar, el turismo se ha convertido en la gran industria nacio-nal, preferentemente con destinos insulares o en las costas peninsulares, los aeropuertos y demás infraestructuras ae-ronáuticas constituyen un elemento estratégico del desarro-llo económico, de la competitividad, de la integración terri-torial y de la cohesión social.

Resulta, por tanto, fácilmente comprensible el esfuerzo de-dicado durante años al desarrollo aeroportuario en nuestro país. Esfuerzo que ha permitido llegar a tener la red que ac-tualmente gestiona Aena, suficientemente densa, muy inter-conectada y con enlaces abundantes con el resto del mundo, que cuenta con aeropuertos que funcionan, en cuanto a cali-dad tecnológica y operacional o seguridad, como los mejores de Europa. Y, lo que es igual o más importante, una red pública e integrada que es autosuficiente económicamente y

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aplica a sus usuarios las tarifas más baratas de los aeropuer-tos europeos y de los destinos turísticos del Mediterráneo o el Caribe.

A pesar de su reciente aparición, el transporte aéreo puede considerarse, junto con las telecomunicaciones, como uno de los elementos que, con más fuerza y rapidez, han contribui-do a modificar las relaciones entre los distintos pueblos de los cinco continentes y a su desarrollo económico, social y cultural. En dicho modo de transporte el aeropuerto juega un papel -como punto de conexión intermodal, sistema ur-bano, gran infraestructura y centro de actividades industria-les, logísticas y comerciales- absolutamente central.

A ese respecto destaca que la red aeroportuaria española, que ha sido utilizada por casi un millón novecientas mil ae-ronaves el pasado año, constituye uno de los elementos fun-damentales del sistema de los transportes en España, en tan-to que conexión fundamental con el sistema europeo del transporte aéreo, vertebrador territorial de la península y las islas que constituyen nuestro país y como uno de los moto-res de la economía nacional, en especial de sus sectores co-mercial y turístico.

Es necesario, por tanto, continuar apostando por el desa-rrollo y modernización de nuestras infraestructuras aeropor-tuarias, tanto para garantizar nuestro crecimiento social y económico como para asegurar la integración territorial y la cohesión social del mismo y su relación con el resto de Eu-ropa y del mundo. Dicho desarrollo y modernización deben basarse no sólo en el análisis riguroso de las necesidades, en la planificación y preparación técnica más adecuadas y en la adopción de mecanismos de financiación eficientes, sino también en el conocimiento y la experiencia acumulados en los más de tres cuartos de siglo de historia aeroportuaria es-pañola.

Desde el estado actual de la tecnología y la calidad de vida demandada por el viajero, es necesario contemplar el aero-

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puerto como envolvente de las instalaciones que reciben la infraestructura necesaria para producir con fiabilidad y efi-ciencia el servicio requerido La justificación de estos volú-menes de inversión se recoge en el Plan Director de Infraes-tructuras. Según las estimaciones del Plan, por cada Euro in-vertido en obra pública, se producen 0,6 Euros más en el sec-tor privado, si la inversión se destina a infraestructuras de transporte, repercute superando ligeramente el euro. Para el caso específico de la inversión en aeropuertos, el retorno so-brepasa 1,7 euros por euro invertido.

Por otro lado, es necesario integrar y compatibilizar los as-pectos de modalidad de las infraestructuras (carreteras, ae-ropuertos, puertos, ferrocarril, obras hidráulicas, etc.) en las mejores condiciones de eficiencia, seleccionando los modos que mejor cumplan con las características de cada demanda y cada segmento del mercado, para evitar que se produzcan actuaciones de escasa rentabilidad, desde el punto de vista de la ubicación territorial de las mismas, que pueden dar lu-gar a fuertes desequilibrios regionales.

En cuanto a la problemática medioambiental con criterios de sostenibilidad, es inexcusable la preservación del medio natural y afectar únicamente lo imprescindible, son acciones que ya forman parte de la cultura y hábitos de nuestro tiem-po.

Actualmente las consideraciones ambientales del aero-puerto no se ciñen exclusivamente a la incidencia sobre el medio natural y se requieren además consideraciones de es-tudio exhaustivo, como el efecto barrera acústica y atmosfé-rica, afecciones en el entorno humano, establecimiento de corredores de mínimo impacto, dinámica socioeconómica, patrimonio cultural e histórico- artístico, reforestación y res-tauración paisajística de amplias zonas circundantes, trans-porte de mercancías peligrosas, reciclado de materiales de construcción, nuevas técnicas de contención de deslizamien-tos y de protección contra la erosión, con métodos de revege-tación de taludes, son aspectos que requieren atención, sobre

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este punto tan importante de la calidad de vida del ciudada-no del siglo XXI.

En el aspecto de accidentalidad, los últimos datos indican una reducción del número de accidentes e incidentes. Perse-verando en las campañas de mejora de las infraestructuras y aeronaves, se estima podría disminuir las tasa de accidenta-lidad en un 50% para el año 2.020, partiendo de la considera-ción de que este modo de transporte es el netamente más se-guro.

Existen actualmente teorías de análisis de riesgos y de se-guridad, para su aplicación a la Ingeniería de aeropuertos, como garantía de Calidad Total.

Es necesario estudiar mediante simulaciones, diversas si-tuaciones de dudosa probabilidad de suceder, como simul-taneidad de varias adversidades, por ejemplo fallos de con-trol, nieblas, efecto cizalladura, averías, etc., para estudiar y mejorar el comportamiento de las tripulaciones en estas cir-cunstancias. A partir de ahí, el aeropuerto se convierte en un campo de pruebas, un territorio mágico en el que todo es po-sible: la risa, el llanto, el aburrimiento, la complicidad y los encuentros en la tercera fase.

Es necesario por tanto, incorporar los sistemas de calidad total a la ingeniería de aeropuertos, en todos sus ámbitos de actuación, es decir, desde el estudio del proyecto a la ejecu-ción de obra, que conduzcan a un aeropuerto más fiable y más ajustado en precio.

La conservación preventiva es el instrumento más eficaz para el mantenimiento del aeropuerto. Una correcta planifi-cación del mantenimiento y conservación contribuye a la prolongación de la vida útil del aeropuerto.

Respecto a nuestra red de aeropuertos, goza en general de niveles de diseño muy elevados y su calidad es similar a la del resto de los países europeos. En cuanto a los aeropuertos de tercer nivel o locales, que desempeñan un papel determi-nante en la ordenación del territorio y son la única vía de

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comunicación posible para muchos municipios de nuestro país, padecen algunas deficiencias. Estos aeropuertos son los grandes olvidados y a ellos debemos dirigir nuestra atención y esfuerzo.

La elección del transporte aéreo no es una casualidad; se trata de un medio cada vez más seguro, una alternativa para las distancias medias y una solución para las grandes distan-cias.

La oferta de infraestructuras, que cada vez es más extensa, moderna y segura, ha permitido acortar las distancias. Los tiempos de recorrido y de descanso son previsibles y a vo-luntad del viajero.

Lo cierto es que la administración pública española ha rea-lizado un notable esfuerzo inversor y técnico, durante la última década a través de un ambicioso plan de actuaciones, lo que ha situado a nuestra red de alta capacidad entre las mejores de Europa, con la confianza de haber sido desarro-llado conjuntamente con toda la sociedad española y que ha conducido a la modernización de nuestra red de aeropuer-tos.

Haciendo un ejercicio de memoria observamos que el de-sarrollo de la Aeronáutica, se ha producido en apenas 80 años, por tanto es el transporte más joven, así como las in-fraestructuras en que se apoya dicho modo de transporte-el aeropuerto- que entonces apenas era un barracón y un terre-no llano en relación a las actuales terminales de transferencia de pasajeros con la configuración del campo de vuelos.

Cuando un avión se pone en vuelo, el pasajero rara vez se detiene a pensar en el entramado que posibilita que el apara-to pueda despegar. Sin embargo, un aeropuerto cuenta con numerosos profesionales que, cada uno con su función es-pecífica posibilitan, el tránsito continuo de los aparatos por nuestros cielos. Volar hasta hace no muchos lustros era un privilegio de los pájaros y un sueño para la humanidad de nuestro planeta, hasta que a principios de siglo los audaces

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hermanos Wright descubrieron que el hombre también pod-ía hacerlo ayudado por la revolucionaria “máquina volado-ra”. Con ella transformaron nuestro mundo, hicieron pro-gresar a la Humanidad y tuvo mayor sentido el placer de viajar, transformando el concepto del viaje, que hasta ese momento significaba aventura romántica, reservada para unos cuantos privilegiados. Sin embargo, el aumento genera-lizado del nivel de vida, los enormes avances tecnológicos y los efectos saludables de la desregulación ó liberalización del transporte aéreo sobre la competencia han transformado hoy al avión en un modo de transporte barato y seguro, con una demanda masificada, fundamentalmente en períodos de va-caciones, no en vano las cuatro premisas fundamentales so-bre las que se sustentó el transporte aéreo desde su origen fueron: Seguridad, Regularidad, Eficiencia y Economía, por este orden.

Este fenómeno mundial se traslada con mayor virulencia y sensibilidad a España, un país con dos archipiélagos eminen-temente turísticos, de destino de primer orden y con una orografia adversa hacen necesario económica y socialmente el disponer de una red de transporte aéreo adecuada para garantizar la cohesión económica y social de todas las áreas geográficas e incluso con respecto a la propia comunicación y movilidad de los ciudadanos.

Se estima que pasarán este año 350 millones de viajeros, es decir, un 10% más que en 2011, por los cuarenta y siete aero-puertos y los helipuertos de Ceuta y Algeciras, que actual-mente conforman la red o sistema aeroportuario de Aena, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, Ente Público adscrito al Ministerio de Fomento, que tiene las funciones de proyectar, construir, mantener, operar y gestionar los aero-puertos civiles españoles y las instalaciones aeronáuticas que estructuran el espacio aéreo de responsabilidad española. Además gestiona cinco centros de control de tránsito aéreo correspondientes a cuatro regiones de información de vuelo (FIR).

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Este incremento masivo del tráfico aéreo, a un 8% anual acumulado, tanto en pasajeros y carga transportados como en número de vuelos, que se produce desde 1992 era ya ex-perimentado en otros países en los años ochenta, lo que exig-ía el desarrollo inmediato de las instalaciones aeroportuarias y la mejora de las medidas de seguridad. De manera que, Aena está haciendo frente en los últimos años a una inver-sión generosa en cuanto a desarrollo de las infraestructuras aeronáuticas y aeroportuarias, para situarlas al nivel que co-rresponde a un país de nuestras características.

El transporte aéreo no está subvencionado por el Estado español, es decir, el pasajero paga en su billete el costo de las infraestructuras aeronáuticas (tasas de uso del espacio aéreo) y las infraestructuras aeroportuarias (tasas de aterriza-je),construidas y gestionadas por Aena, frente a otros modos de transporte, como el ferrocarril, en que el pasajero no paga en su billete el costo de las infraestructuras, que son cons-truidas por el Ministerio de Fomento, por tanto, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Por todo ello, la co-ordinación intermodal es un elemento básico de la política de transportes de cualquier país y cada modo de transporte debería responder al viejo binomio de Coste/Beneficio.

El sector aeronáutico español es enormemente estable y desarrollado, que factura más de nueve mil millones de eu-ros al año, entre aeropuertos, carga y paquetería, handling, catering, industria aeronáutica, formación, aerotaxis, líneas de pasajeros, mantenimiento y trabajos aéreos.

El transporte aéreo español de pasajeros representa el 13,7% del transporte de pasajeros en Europa y el 4,1% del transporte mundial. El aeropuerto de Madrid-Barajas ocupa, por número de pasajeros, el puesto número 34 en el ranking mundial; Palma de Mallorca-Son San Juan, el 47;y Barcelona-El Prat, el 56. España, Gran Bretaña, Alemania y Francia su-ponen los dos tercios de la actividad aeronáutica europea.

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La industria española del sector facturó en 2012 más de 3.000 millones de euros con empresas como EADS-CASA e Indra al frente. Las 12 compañías nacionales de pasajeros llegaron el año pasado a facturar 10.000 millones de euros.

La mera presencia del aeropuerto introduce un foco de atracción para el desarrollo de la malla de transportes terres-tres y a veces marítimos, que confluye hacia dicho foco. El enriquecimiento de la malla se realiza tanto en extensión como en capacidad. Así, a la creación de vías de circunvala-ción o nuevos accesos-extensión de la red-se acompañan medidas de incremento de capacidad, mediante desdobla-miento de calzadas, por ejemplo.

Tras este primer efecto viene siempre una redefinición del espacio y de sus usos. Por tanto, la sociedad se ve influida por estas infraestructuras. Desde el punto de vista espacial, el aeropuerto supone un impulso doble. Hacia el interior de su área de influencia: vertebración territorial; hacia el exte-rior: integración interterritorial o globalización.

LA INGENIERÍA AEROPORTUARIA

Pocas arquitecturas, especialmente las industriales, han so-portado mutaciones tan profundas como la de los aeropuer-tos. Lo que comenzó siendo apenas un barracón de parca comodidad, ha evolucionado hasta transformarse en un complejo centro de operaciones en el que se trata de combi-nar los usos de pistas de despegue y aterrizaje, con un centro de sistemas de intercambios modales de transporte, zona comercial y de ocio, complejos estacionamientos de vehícu-los y centro de mercancías.

“Los aeropuertos no vuelan, pero las ciudades del siglo XX no podrían despegar sin ellos”. Antes de convertirse en mo-numentos y catedrales de este siglo, metáforas del vuelo, is-las artificiales y laberinto de comunicaciones, los aeropuer-tos surgen en Europa tras la I Guerra Mundial y, en Estados Unidos, a mediados de los años veinte, con un recorrido ver-

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tiginoso hasta llegar a los dos kilómetros de la isla artificial de Kansai, en la bahía de Osaka, donde Renzo Piano ha montado su gigantesca ola metálica.

La fascinación de los ingenieros aeronáuticos por aviones y aeropuertos, a los que aportan elementos tecnológicos y poé-ticos, es paralela a la historia de la ingeniería moderna. Los conflictos bélicos aportan sucesivos avances técnicos al transporte comercial de la aviación civil, las formas raciona-listas, los primeros edificios en que se une la pasión por el diseño.” Las nuevas catedrales del aire surgen como templos identificadores de las ciudades de nuestro tiempo “y tienen los primeros nombres míticos en los proyectos de Eero Saa-rinen, en las terminales de Nueva York y Washington. La imagen del vuelo, la de un pájaro con las alas desplegadas, está hoy periclitada por el turismo de masas y los controles de seguridad, pero siguen siendo edificios muy influyentes.

Se ha pasado de los estudios funcionales a las interpreta-ciones simbólicas y monumentales, junto con la considera-ción económica de grandes centros comerciales y de tráfico. Los proyectos han cambiado mucho y hoy tienen la comple-jidad de los edificios de hospitales y de oficinas, por tanto podríamos definirlos como “centros comerciales con alas”.

“El aeropuerto participa de la idea de hacer del viaje una aventura romántica”. Hay que mantener esa ilusión del via-je, aunque la mayoría de los desplazamientos sean de nego-cios (negación del “ocio”). Como nos recuerda la escritora Ángeles Caso, todavía hay quien afirma que viajar, lo que se dice viajar, era lo que se hacía antes, más de un siglo atrás, cuando los turistas eran viajeros y los pilotos eran aviadores, lanzarse a recorrer valles y montañas a pie, a bordo de frági-les embarcaciones, aparatos voladores o en cabalgaduras, a lo largo de interminables caminos, a veces de hierro, a veces en el aire.

El aeropuerto añade la disciplina y rapidez de los proyec-tos, con sus innovaciones técnicas, por las enormes inversio-

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nes que requiere. Junto a ello sitúa la identidad arquitectóni-ca y el mundo simbólico. Es decir, el nuevo aeropuerto com-bina el refinamiento técnico y la elegancia discreta sin re-nunciar al universo de lo mítico, por tanto es dinámico-genera movimiento continuo- y místico a la vez.

Para todo esto se necesitan zonas estratégicas, próximas a las ciudades y bien comunicadas con otros centros urbanos. Pero además hacen falta muchas hectáreas y éstas no siem-pre están disponibles.

Los gobiernos de otras épocas se habían obsesionado con la idea de que los aeropuertos internacionales eran la imagen de su país, pero las terminales aeroportuarias, objeto de con-tinuas ampliaciones y reacondicionamientos, acabaron fa-talmente como espacios clónicos, demasiado parecidos unos a otros. Ahora, en cambio, los ingenieros y arquitectos más prestigiosos están haciendo de los aeropuertos los grandes monumentos de este cambio de milenio. En definitiva, se tra-ta de monumentos al flujo, al transporte, cada vez más masi-ficado dentro de esta “aldea global” en la que se ha conver-tido nuestro mundo. La ingeniería aeroportuaria actual se guía por unas constantes claras: la necesidad de valorar al máximo el factor tiempo y la comodidad y relajación del via-jero siempre pendiente del reloj, inmerso en el movimiento continuo. Todo esto se traduce en estructuras ligeras y áreas de gran luminosidad, en las que la transparencia entre la zo-na destinada a los aviones y la de los pasajeros sea máxima. Pero también en prever el mayor número posible de puntos de atraque de las aeronaves y en el empleo de todo tipo de elementos de transporte que acerquen al pasajero lo más rápidamente posible al avión.

Desde el punto de vista arquitectónico, los aeropuertos de hoy parecen marcados por la obsesión en repetir las formas del vuelo, del espacio, o de los propios aviones. Alas, pája-ros, timones o fuselajes son visibles claramente en plantas, alzados o secciones de los proyectos. La sección alada de su cubierta representa el uso aeronáutico del edificio mediante

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el vuelo de un ave. Quizás la próxima generación de termi-nales aeroportuarias consiga superar este mimetismo. En to-do caso, es evidente que-en un proceso tecnológico de verti-ginoso avance y en una sociedad cada vez más ligada a las redes de comunicación radioeléctrica -nadie puede predecir cómo será el transporte aéreo del siglo que viene y mucho menos sus tendencias en los sucesivos lustros. Por ello, todos los nuevos aeropuertos se proyectan bajo el lema de la “pla-nificación abierta”. Las nuevas generaciones mantendrán con libertad sus diversas opciones para la búsqueda de las soluciones más adecuadas a sus necesidades.

Los aeropuertos son una realidad tan amplia y multidi-mensional que su importancia puede ser enfocada desde muy diversas formas en función de los criterios científicos, tecnológicos y profesionales que se apliquen. Para los inge-nieros aeronáuticos, un aeropuerto es una de las piezas de mayor importancia en todo el entramado del transporte aé-reo, caracterizada por la posibilidad de intermodalidad. Desde el punto de vista de un arquitecto, el aeropuerto será simplemente un edificio terminal de características multi-formes o —como gustan definir— un espacio público que caracteriza la cultura de nuestro siglo. Para los usuarios de este modo de transporte y aquellos otros que centran su ac-tividad en el ocio aeronáutico o aeroportuario, esta instala-ción será un gran centro de actividades turísticas, industria-les o, simplemente, comerciales que crea un entorno de acti-vidad y dinamismo económico y, en suma, crea riqueza a su alrededor.

Los aeropuertos españoles se han convertido en áreas es-paciosas donde a la funcionalidad y la comodidad se les ha añadido el gusto por el diseño y la estética.

Frente a los grandes edificios cuadrados y de ladrillo, con ventanas al uso tradicional, que imperaban a principios de los setenta, los aeropuertos españoles han cambiado su faz.

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A cada aeropuerto se le ha dotado de una personalidad propia y diferenciada de los demás, intentando siempre me-jorar el servicio al cliente, a los viajeros y a las compañías aé-reas. Se han cuidado las calidades de los terminales, tanto en los aeropuertos internacionales y económicamente rentables, como en los pequeños y deficitarios. Las grandes cristaleras, las marquesinas, los voladizos, los murales, conviven con los lucernarios, los jardines y las arquerías, que intentan adap-tarse al estilo arquitectónico de la región. La filosofía es que los aeropuertos deben de convertirse en espacios para el ocio.

No se encuentran versos en que se glose a los aeropuertos, a diferencia de lo que ocurre con los caminos, las playas, los puentes o los puertos. Han llegado estas construcciones con tiempos poco dados a mística y a la épica. Hay una batalla del puente de Alcolea, pero no se citan gestas heroicas de ae-ropuerto alguno, tampoco ha llegado a ellos la lírica. Mien-tras se canta al Puente Colgante de Bilbao, con riau-riau, al del Alamillo, por sevillanas, nadie se acuerda de la puesta de sol en Alvedro, población próxima al aeropuerto de La Co-ruña, ni del rio Lavacolla, situado en el aeropuerto de San-tiago, donde los peregrinos procedían a “lavarse “ previa-mente a su abrazo al santo apóstol. Más parece que el aero-puerto sea un elemento extraño al paisaje y a la gente.

Todo lo que pueda decirse de ellos suena a discurso de in-geniero aeronáutico, de economista o de gente viajera. Frio, ajeno, diríase que inhumano. Lejos de ello, el aeropuerto, donde quiera que se ubique, resulta motor de la actividad económica y de sus oportunidades más allá del entorno in-mediato. Contribuye a la configuración y vertebración del espacio y al asentamiento e integración de la población. In-troduce nuevas relaciones personales y pautas de compor-tamiento social. Es, en definitiva, todo menos un elemento pasivo del paisaje o un actor superfluo. Por eso deben salir de su silencio y explicarse.

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EL AEROPUERTO INTELIGENTE

Las redes de aeropuertos, entendidas como uno de los so-portes básicos de los flujos del tráfico aéreo, deberán enfren-tarse en la próxima década a un destacado crecimiento del transporte en avión.

Mientras que la demanda de transportes sigue aumentan-do, las infraestructuras no pueden crecer con la suficiente elasticidad y rapidez para satisfacerla, sobre todo a causa de una serie de razones económicas y medioambientales.

Además del aspecto cuantitativo de la intensidad de circu-lación y sus concentraciones irregulares, las entidades gesto-ras de las redes y sus expertos responsables tendrán que atender las exigencias relativas a la seguridad aérea, extremo prioritario en todo caso para cualquier modo de transporte, respeto al medio ambiente y a la comodidad del usuario, de-ntro de la calidad de vida correspondiente al estado del arte de la técnica para el siglo XXI.

La eficacia e idoneidad de las infraestructuras del trans-porte, así como de los sistemas de gestión que hacen posible su funcionamiento y control, desempeñan un papel de pri-mer orden en nuestra sociedad actual y en las actividades económicas de ésta.

La demanda de transporte seguirá creciendo a medida que crezca la economía de las naciones. Este aumento de los flu-jos del tráfico exige un aumento de capacidad de las vías que constituyen la red, pero esto no podrá conseguirse por sim-ple ampliación geométrica, como se venía haciendo hasta los años sesenta, dadas las dificultades para construir infraes-tructuras ex novo o incluso duplicar las pistas existentes.

Precisamente las mayores intensidades de tráfico, y las congestiones provocadas, se registran en las áreas metropoli-tanas, en las que la extensión del tejido urbano obliga a los proyectistas a moverse en unos límites muy estrechos, debi-do a que la ocupación del terreno es prohibitiva, y dados los

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costes de inversión y las afecciones a las edificaciones y ser-vicios, dando dan lugar a múltiples oposiciones y rechazos, tanto públicos como privados.

Otro aspecto a considerar es el imperativo de la minimiza-ción de los impactos medioambientales. Para ello hay que asegurar una circulación fluida, a fin de producir menor can-tidad de contaminantes, evitando las aceleraciones y decele-raciones continuas.

Es decir, para mejorar las condiciones de la circulación aé-rea y aumentar la capacidad de los sectores existentes, la única solución es la utilización de las nuevas o emergentes tecnologías, como la telemática (combinación de la teleco-municación y la informática). Esta es la única manera de op-timizar la expansión telemática a las sectores saturados por la falta de ordenación y distribución de las corrientes del tráfico afluente.

Por otro lado, la aeronave, dotada de inteligencia, en per-fecta simbiosis con el control de afluencia, mediante un en-torno amigable se ajustará a su tripulación y le ayudará a evitar las aglomeraciones de tráfico.

Entre accidentes, carburante desperdiciado y contamina-ción, el mundo se gasta billones de euros al año. Una cifra de importancia suficiente como para impulsar a los fabricantes a dar un paso inimaginable tiempo atrás: unir sus esfuerzos a los de múltiples empresas de otros sectores técnicos e insti-tutos de investigación para trazar los sistemas del transporte de las próximas décadas. Estos programas acometidos por separado en Europa y en los Estados Unidos, abordan las cuestiones económicas, ambientales y de seguridad implica-das; y lo más destacable: estudian el tráfico con una visión integrada. El cambio de perspectiva presagia un giro fun-damental en el desarrollo del sistema de transporte aéreo y, posiblemente, su mayor salto cualitativo desde que arrancó, hace ya casi un siglo.

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Las aeronaves podrán ver, escuchar y comunicarse entre sí y con el control, sea de tránsito o del aeropuerto. Percibirán el estado en que se encuentre la tripulación, y le avisarán en caso de fatiga, distracción o exceso de velocidad. De forma paulatina, irán tomando el control total del aparato, ahora en manos del hombre. En un futuro más lejano, podrían pilo-tarse sin apenas ayuda humana bajo ciertas condiciones.

LA MÁQUINA TOTAL

Entre las últimas décadas del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, casi todos los países con un cierto grado de de-sarrollo industrial fueron protagonistas de movimientos que trataban de romper radicalmente con el pasado. Fue aquél un momento agitado y complejo, en el que la búsqueda de lo nuevo atacaba con fuerza las raíces más profundas de lo so-cial, política, económica y culturalmente consolidado.

En medio de semejante panorama, alternando hábitos de consumo, despertando anhelos y alimentando los sueños de los más aventurados, como antes surgiría el ferrocarril, apa-reció la máquina que cambiaría el curso de la Historia: El Automóvil. La modernidad está alumbrada por la primera revolución industrial y en ella son los ingenieros los que es-tablecen las pautas y crean una nueva cultura tan importante como lo fue la agricultura en los tiempos remotos.

Surgen las pistas de los aeropuertos, que proporcionan la infraestructura adecuada a la otra máquina: La Aeronave. Estas pistas ya no se hacen extrapolando o interpolando re-glas de buena práctica, que pasan de constructor a construc-tor, en un lentísimo proceso de prueba y error, como hacían los constructores de los puentes de piedra. Las pistas y carre-teras se configuran de una manera científica. Se empezaron a manejar fórmulas seguras sobre el comportamiento de los materiales y el progreso se catapultó arrastrando formas ca-ducas de construir e incluso de vivir. Y no se me negará que esto es cultura, cultura verdadera, la más verdadera. Galileo

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escribió:” La Naturaleza está escrita en caracteres matemáti-cos”.

El notable investigador vascongado, verdadera gloria na-cional Iturreberroitigoicoecheazcalamarraga Uztneilortaiga-rroentea Pérez, redondeó estas concepciones científicas con el invento de la famosa forma vasca, que es universalmente conocida con el nombre de boina.

Sin duda, Leonardo y el concepto de Dios son el resultado más acabado del espíritu humano. Nos referimos a toda aquella parte de nuestro pensamiento que flota alrededor del “corpus” general que a lo largo de nuestra vida hayamos podido construir.

INGENIERÍA AEROPORTUARIA VS ARQUITECTURA AEROPORTUARIA

La evolución de los aeropuertos está marcada por su capaci-dad para ofrecer servicios a todos los integrantes del sector como usuarios, compañías aéreas, agentes de carga, agentes de handling, operadores turísticos, compañías de mayor-domía, etc., así como la creación de industrias auxiliares del transporte aéreo y otras afines al mismo en su zona de in-fluencia, transformándose en verdaderas ciudades aeropor-tuarias.

Pero un aeropuerto no son sólo sus edificios terminales, a los que parece ser cada vez se presta mayor atención, quizás por su vistosidad. No podemos olvidar que la función prin-cipal del aeropuerto es la operación aeronáutica, que se rea-liza en el campo de vuelos y que adquiere el verdadero sig-nificado aeronáutico de la operación propiamente dicha, es decir en el Lado Aire.

Por tanto, podremos decir que un aeropuerto es un con-cepto más allá de lo físico o de lo que se ve. El diseño del ae-ropuerto comienza con el estudio de la configuración de su espacio aéreo y servidumbres aeronáuticas junto con la con-

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figuración de su sistema de pistas o campo de vuelos que da lugar a su análisis de viabilidad e integración medio ambien-tal en su entorno, creando la ingeniería de valor que permi-tirá redactar el Plan Director del aeropuerto, que habrá de aprobar la autoridad aeronáutica del país correspondiente, en nuestro caso la Dirección General de Aviación Civil, del Ministerio de Fomento. Es decir, el diseño y construcción de un aeropuerto es multipolar, por tanto se debe actuar de forma interdisciplinar ya que es una tipología de construc-ción muy compleja y debe integrar el esquema metodológi-co: propiedad- proyectista - constructor, que a su vez debe contemplar como reto más importante al cliente (pasajero, compañías aéreas y demás operadores del proceso aeropor-tuario), por tanto, podríamos afirmar sin temor a equivocar-nos que el aeropuerto no es obra sólo de un ingeniero aeron-áutico, aunque la función de éste sea que el sistema aeropor-tuario funcione adecuadamente a un costo razonable para un fin determinado, con un diagrama funcional basado en criterios de flexibilidad, dado el cambio continuo a que está sometido.

La arquitectura aeroportuaria sería la envolvente estética de las instalaciones aeroportuarias, verdadero corazón de la terminal, por tanto, la corriente de pensamiento más acepta-da es que el diseño estético de los edificios terminales aero-portuarios debe ser secundario a su propia función.

Pero a menudo la opinión pública se ha formado a través del sesgo progresivo de voces interesadas o desde la igno-rancia más absoluta, aunque tampoco las voces autorizadas para proporcionar información veraz y de rigor se han en-cargado de corregir tales desviaciones.

La generosa Escala de las instalaciones aeroportuarias es uno de los aspectos más importantes del aeropuerto en simi-litud con las grandes catedrales medievales o las estaciones de ferrocarril del pasado siglo.

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Por otro lado, como manifiesta el catedrático de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, Fernando Ramos, “el arquitec-to debe asumir que es uno más en el proyecto aeroportuario, trabajando en equipo, lo que es muy distinto de la imagen “esta es mi obra”, que es un modelo periclitado.” Hay que ser humildes “ (no hace falta levitar), la idea de paternidad única se diluye en los conceptos integradores y globales ac-tuales, con modelos de Calidad Total con enfoque a procesos y orientación al cliente.

Las preocupaciones humanísticas se expresan cada vez más en la arquitectura aeroportuaria. La comodidad es prin-cipal: espacios amplios, superficies suaves, facilitación de servicios, utilización mínima de túneles, circulaciones que reduzcan la percepción del “sentimiento de rebaño”. La uti-lización del transporte interior en forma de escaleras mecá-nicas, ascensores, pasillos rodantes, vehículos automáticos para el traslado de personas se está incorporando a la arqui-tectura aeroportuaria para reducir las distancias a caminar.

En la Nueva Área Terminal (NAT) de Madrid-Barajas, desde aquella inicial proyectada por el ingeniero aeronáutico Marqués de los Álamos y el arquitecto Luis Gutiérrez Soto, allá por los años 30,”el primer criterio conceptual es un tra-tamiento armónico y equilibrado de la compleja funcionali-dad, esto quiere decir que ha de ser muy flexible en el tiem-po y en el espacio”, como explica Antonio Lamela, uno de sus arquitectos, a fin de prever las demandas derivadas del progreso del transporte aéreo, lo que conlleva que las res-puestas deben venir de la intervención de equipos interdis-ciplinares, desde sus planteamientos iniciales. Por tanto, el estudio debe ser contemplado desde la perspectiva del coste económico de su “ciclo total de vida”, es decir teniendo en cuenta su grado de mantenibilidad.

Ello implica que los principales parámetros contemplados en este proyecto son el estudio de flujos de pasajeros para recorrer las largas distancias en menores tiempos, así como la integración medioambiental, la circulación de vehículos en

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sus proximidades y el estudio óptimo del balance energético. En definitiva, lograr un estudio del proyecto lo más definido posible a efectos de tener la mayor cantidad de parámetros definidos en esta fase.

Podemos pues, decir que el aeropuerto es un proyecto permanente, tal vez por eso los puntos fundamentales sobre los que gravitan las intervenciones de los ingenieros y arqui-tectos aeroportuarios son la forma y los recorridos o la es-tructura organizativa y el menos corpóreo de todos: la luz. El hecho de que en un aeropuerto se deba resolver un progra-ma complejo de necesidades no equivale a soluciones eucle-dianas o laplacianas.

El constructor de aeropuertos es también un ingeniero de vocación clásica en el sentido más profundo del clasicismo: búsqueda de claridad conceptual e identificación de la belle-za con lo sencillo y verdadero, produciéndose un encuentro de pasiones entre la máquina voladora, el hombre y el arte. En algunos ejemplos recientes sus formas evocan “ la mística del vuelo”.

Para sobrevivir, los aeropuertos deben funcionar eficien-temente, permanecer en la vanguardia tecnológica y ser ar-quitectónicamente estéticos para reflejar la personalidad de su comunidad, conjugando los aspectos exigentes de la co-modidad y conveniencia de los pasajeros, la seguridad, la eficiencia operacional, la flexibilidad de los espacios, el man-tenimiento y la imagen del complejo de transporte intermo-dal.

Por tanto, podemos afirmar que los aeropuertos de todo el mundo apenas se parecen aunque funcionen de idéntica forma, ya que sus funciones son tan complejas y sus depen-dencias tan ambivalentes, que la optimización de las funcio-nes parciales necesita de un orden jerárquico superior para que éstas puedan en un organismo complejo funcio-nal/espacial, preestructurarse de tal manera que todas las

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evoluciones y desarrollos futuros se incorporen como parte del total a través de un orden estructurado.

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CAPÍTULO XXII

ACERCA DE AENA Y LOS

AEROPUERTOS

a actual situación de Aena y los aeropuertos es de completa calma chicha, como se expresa en términos aeronáuticos, y de espera. Se están facilitando datos y

cifras a los medios de comunicación erróneos, falseando la realidad con medias verdades, que son las mayores menti-ras, que contradicen sus propias cifras, al no introducir en sus balances las fuertes inversiones realizadas en los princi-pales aeropuertos de la red de Aena, que poco a poco se van amortizando, y en palabras de su pasado presidente, “se ha salido ya de los números rojos”, por tanto se encontraría en la actualidad en números positivos.

Es decir, se está tratando de confundir a la opinión pública mediante una campaña de intoxicación, para crear el escena-rio, y por tanto el clima social que demande una privatiza-ción de los aeropuertos, innecesaria y costosa para todos los españoles, en una ceremonia de la confusión, a fin de favore-cer sus intereses y los de los suyos, malvendiendo/rega-lando un reputado y excelente sistema aeroportuario que ha aportado internacionalmente como “marca Aena “, consoli-dada con abundantes premios internacionales y nacionales de reconocida excelencia, y creada con el esfuerzo de todos los españoles, puntera en la gestión aeroportuaria y de na-vegación aérea.

Por una vez estoy totalmente de acuerdo con los sindicatos de clase y de cuadros de Aena, y lo firmo y rubrico de prin-

L

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cipio a fin, en que se debe de corregir la mala gestión cau-sante de los balances económicos, de ninguna manera impu-tables a los gestores profesionales de Aena, sino a los gesto-res políticos de Aena y del Ministerio de Fomento y del Go-bierno de la nación, pero sobre todo a los responsables polí-ticos autonómicos por jugar con pólvora de rey. Reciente-mente he leído en un escrito de un sindicato que hablando del aeropuerto de Vitoria-Foronda cita: “causando, a la vez, un grave perjuicio al pueblo alavés y a toda Euskadi”, me entra un revoltijo de tripas, y me doy cuenta de que con este material que tenemos es lo que se puede hacer, porque como cualquier empleado de Aena debería saber que le paga el Es-tado español, puesto que Aena es un ente estatal, no Álava ni Euskadi, término que no existe y debería ir a cobrar a Álava o a Euskadi. Esto puede hacerse optimizando y po-tenciando con eficiencia la gestión con los profesionales de Aena altamente cualificados y contrastada su gran operati-vidad, analizando con rigor los balances de cada aeropuerto y su necesidad, en el sistema integrado general de transpor-tes nacional, puesto que existen ciudades de nuestra geograf-ía con aeropuerto y AVE simultáneamente, que no justifican esas grandes inversiones en sus demandas de tráfico. Debe-mos hacer notar la competencia desigual entre el modo aéreo y el modo ferrocarril, más concretamente la Alta Velocidad Española AVE, ya que el usuario del avión paga en su billete el coste de las infraestructuras, tanto aeroportuarias, como de navegación aérea, utilizadas en su recorrido, es decir las correspondientes tasas, mientras que el usuario del tren no paga el coste de las infraestructuras en su billete, sino que corre a cargo de los presupuestos generales del Estado, por tanto de todos los españoles.

Pasa por exigir responsabilidades de estos resultados a los gestores políticos, sordos a las llamadas de atención de los responsables técnicos de Aena. Estos gestores políticos pre-tenden vender ahora recetas magistrales, que no se corres-ponden con la realidad actual.

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Lo surrealista de todo esto es que los que han estado deci-diendo durante varios años en la empresa, y que la han lle-vado a la quiebra técnica, son los que ahora siguen mandan-do y decidiendo, y determinan como mejor fórmula para re-solver los problemas echar a la calle a 1.500 empleados y de-jar al resto del colectivo con un futuro muy incierto.

A este respecto Francisco Cal, Presidente de Tecniberia, Asociación de empresas españolas de Ingeniería, que presi-dió Aena entre 1998 y 2000, expresa: “Lo que no creo es que el objetivo de las privatizaciones sea tanto hacer caja como optimizar la gestión. Las empresas públicas soportan presio-nes muy superiores a las que pueden pesar sobre las priva-das. ¿Por qué hay tantos aeropuertos en España? Porque al-guien ha presionado para que se construyan. Aena tiene una situación delicada de endeudamiento, con más de 12.000 mi-llones, y debe mejorar su EBITDA para ser vendida. Pero está claro que es un gran negocio, una máquina de hacer di-nero.

Aena es el mayor gestor aeroportuario del mundo y consti-tuye una gran empresa pública, de las pocas que nos pode-mos sentir orgullosos los españoles, no cuesta un euro a los ciudadanos españoles. Es uno de los escasos servicios públi-cos estratégicos, y de interés general que se autofinancia con recursos propios debidos a los ingresos generados, tanto in-gresos aeronáuticos (tasas aeroportuarias y de navegación aérea) como ingresos no aeronáuticos (comerciales, como al-quileres de locales comerciales y contratos de prestación de servicios). Por nuestros aeropuertos accede el 80% del turis-mo internacional, nuestra principal industria nacional, por tanto estratégica para salvar el PIB español. Y lo hacen en las mejores instalaciones, en condiciones de seguridad y calidad óptimas, por ello no debemos admitir la rebaja en estos parámetros, que definen su eficiencia. No se puede olvidar que Aena participa, por medio de Aena Internacional, en la gestión de aeropuertos de Estados Unidos, Sudamérica, o países europeos como Suecia y Reino Unido.

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No se puede pretender dotar a todos los aeropuertos de la red Aena del mismo nivel de instalaciones y de prestación de servicios públicos aeroportuarios. Ejemplo de ello, no se debería pretender dotar de los mismos servicios e instalacio-nes aeroportuarios al aeropuerto de Madrid-Barajas y al ae-ropuerto de El Hierro. Nuestros aeropuertos públicos tienen un alto nivel de calidad, ni siquiera debemos pretender el cumplimiento de las normas OACI, Organización Interna-cional de Aviación Civil, que deberíamos recordar no son de obligado cumplimiento, sino tan sólo recomendaciones.

Al igual que Carreteras hacia la nada, es decir, aquellas que se quedan sin acabar, existen los Aeropuertos fantasma, sin pasajeros y sin aviones, ni otra actividad, por tanto sin utilidad (Carga u Operaciones no comerciales) que Aena omite en sus publicaciones, como Castellón, Ciudad Real, Lérida o Corvera (Murcia) por que no son de Aena, al menos en la actualidad, son temeridades políticas de gobiernos au-tonómicos irresponsables, de todo signo político, o de su in-genuidad con “pelotazos empresariales”, que se beneficiaron de fondos públicos, a diferencia de los recursos propios con los que opera Aena.

Debemos de conocer el efecto multiplicador en creación de riqueza y de puestos de trabajo, tanto internos (de Aena), como externos (empresas auxiliares), en el área de influencia de cada aeropuerto, creando plataformas logísticas y nuevos polos de desarrollo industrial, y de alta tecnología en sus proximidades, constituyéndose en verdaderas ciudades ae-roportuarias.

Los gestores técnicos de los más de cincuenta centros de Aena manifiestan que, incluso con datos incompletos (me-dias verdades) como los repartidos a los medios de comuni-cación, el resultado económico de la entidad es positivo, a pesar de los casos puntuales negativos, por necesidad de prestación del servicio público de transporte, como en el ca-so insular, o por mala gestión e inversiones insensatas, deci-didas por los gestores políticos. A modo de ejemplo, no tiene

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sentido que uno de los aeropuertos de la red tenga una plan-tilla de nueve empleados, entre ellos tres jefes, incluido uno de los más de cien altos cargos de Aena.

Se debe exigir a todos los partidos políticos algo más de memoria holística y conceptual, no sólo de memoria selecti-va. No se debe permitir convertir los trece mil empleos di-rectos de Aena, que facilitan varios centenares de miles de empleos indirectos en sus instalaciones, y varios miles de empleos en las empresas auxiliares al sistema aeroportuario, en moneda de cambio de los intereses políticos. No es baladí la propaganda institucional sobre el plazo de 18 meses para vender en saldo la red.

Todos los partidos políticos celebraron la desconvocatoria de huelga en Aena del pasado año con la firma de un acuer-do que garantizaba las plantillas. Si ahora se incumple, se habrá de recordar el coste para toda la economía española que tendrían los paros que serían inevitables durante todo el año, incluyendo la campaña veraniega, que España no podr-ía permitirse.

Quizás el actual presidente, debería darse algo más de tiempo para conocer la actividad que dirige, apenas lleva cuatro meses en este cargo, porque en España está muy ge-neralizado el empleo de gestores políticos que lo mismo venden un avión que un melón, y se ha de comprender que los aeropuertos y la navegación aérea no son sólo una de las pocas empresas públicas españolas con balance positivo, si-no una infraestructura estratégica de interés general, que se autofinancia, y es uno de los mayores inversores del país, y por tanto dinamizador de la economía española. Ejemplos de ello son los aeropuertos de Madrid-Barajas y de Santan-der, que son las primeras empresas de la región correspon-diente en volumen económico.

Debería hacerse una reflexión con sensatez y cordura antes de acudir al conflicto social al que nos pueden abocar las ac-titudes irresponsables de una dirección desnortada. Un con-

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flicto cuyo coste sería muy superior al presunto ahorro que los gestores políticos de Aena publicitan en los medios. Hay que corregir la gestión, exigiendo responsabilidades a sus responsables políticos, afrontando la realidad con austeridad y sacrificios, elaborando planes de negocio realistas. Todo ello puede hacerse sin incumplir los compromisos firmados hace un año. Corresponde al Ministerio de Fomento encarar el futuro con sensatez para no convertir un servicio público rentable en una fuente de conflicto y gastos innecesarios pa-ra todo el país, que afecte a todos los sectores industriales, turísticos, transporte aéreo, servicios, y hostelería, entre otros.

Por todo ello, un gran pensador de Aena exclamó: ¡Con lo bien que podríamos vivir en Aena si no tuviéramos los aero-puertos!

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CAPÍTULO XXIII

EL MUNDO EN EL 2025:

UN ESCENARIO DE FUTURO

egún el documento con el mismo título de FAES, Fun-dación para el Análisis de Estudios Sociales8 firmado por Rafael L. Bardají, Director de Estudios de Política

Internacional, extraído de Cuadernos de pensamiento políti-co, de Julio/Septiembre de 2006:

Se denomina la expresión think-tank, expresión sajona, que se refiere a depósito de ideas o de pensamiento y es una institución investigadora que ofrece asesoramiento e ideas sobre asuntos estratégicos de política, comercio e intereses militares.

El 11 de Septiembre de 2025, durante el sexto aniversario de la instauración del Califato bajo la autoridad del elegido nuevo Califa, Osama Bin Laden (fallecido), el Consejo Mun-dial Islámico, o Shura, realizará un llamamiento a todos sus fieles en Europa para que se alcen definitivamente contra las autoridades laicas y reemplacen las decadentes estructuras políticas del Viejo Continente con las instituciones dictadas por la ley coránica. A los infieles cristianos que quedan en

8 FAES, Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales trabaja en el ámbito de las ideas, cuyo principal cometido es ayudar al debate de las ideas, la formación política y desarrollar los principios ideológicos que fundamentan a la derecha política o liberal, informalmente se le conoce como: “el Laboratorio de ideas del Partido Popular español, PP y, se constituye como un think-tank de dicho partido. Coincide en sus plan-teamientos con el GEES (Grupo de Estudios Estratégicos).

S

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suelo europeo se les conmina a la conversión al Islam y se les amenaza con la esclavitud o el exterminio en caso contrario.. Desaparecida la Unión Soviética, la hegemonía mundial co-rresponde a los Estados Unidos de Norteamérica

Los Estados Unidos, en pleno ciclo aislacionista, sólo reac-cionarán con medidas de autoprotección. El Pacífico, envuel-to en una miríada de conflictos menores tras la guerra Chi-no-Japonesa sobre Taiwán y la ruptura de China, al final de la misma, mirará el auge del Islam desde la distancia sin oponerse. El 2025 marcará el punto culminante de la jihad global.

Pesadilla o realidad? Ni lo uno ni lo otro, simplemente un escenario más de los muchos que se elaboran para ayudar en la toma de decisiones. La particularidad de este es que no se debe a la mente visionaria de ningún individuo en particu-lar, sino al trabajo en equipo de un grupo formado por siete analistas procedentes de distintas regiones del mundo y de procedencias intelectuales también diversas. El estudio se ha realizado por encargo de una institución privada y merece la pena ser discutido, una forma más de entregar dinero a los amigos de los partidos políticos, para pagar favores. La me-todología ha sido muy sencilla. A cada uno de los expertos se les pidió la elaboración de un escenario, tal y como el que se ha descrito más arriba, los hitos que podrían llevar al mismo, las fuerzas que lo inspiraban, así como algunos fac-tores sorpresa o de discontinuidad que podrían favorecerlo. Al mismo tiempo, a cada experto también se le pedía que construyera el escenario alternativo u opuesto. En gran me-dida para afianzar y destilar los puntos del principal, ya que con un escenario y su opuesto quedan claramente reveladas las debilidades y posibles contradicciones internas de cada uno de ellos. Al final de este ejercicio, un redactor tomando los elementos comunes a los distintos escenarios, más las conclusiones de la discusión de cada uno de ellos, elaboró un escenario global.

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¿Es muy radical el escenario del auge de la Jihad islámica, tal y como se ha descrito arriba? Puede ser. Pero tómense los siguientes factores que podrían favorecerlo antes de adoptar un juicio final sobre el mismo.

*La retirada de las tropas norteamericanas de Irak en el 2009, un año después de que fuera elegido un candidato demócrata como el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Irak se convierte en un nuevo Líbano, con una guerra civil estan-cada y la constitución de facto de dos Estados autónomos, en el Norte y en el Sur. El Centro, en disputa, cae progresiva-mente bajo el influjo del islamismo radical.

*Hamás controla por completo Gaza y Cisjordania tras las retiradas israelíes de ambas zonas. Su influjo crece en toda la zona, desde Siria a Jordania.

*Cae la monarquía jordana bajo la doble presión de los su-cesivos ataques de Al Qaeda en su suelo, y la revuelta popu-lar liderada por Hamás y los hermanos Musulmanes.

*Desestabilización del régimen baasista en Siria, tras la re-presión de un levantamiento popular islamista inspirado por los Hermanos Musulmanes y la Jihad islámica.

*Revolución en Arabia Saudí, tras el asesinato del Rey Na-yef, colapso del régimen de la familia Saud y regreso de Bin Laden (fallecido), quien es proclamado Emir y custodio de los Santos Lugares. El fracaso de una operación clandestina, liderada por la CIA, para capturarle o eliminarle, moviliza la calle árabe y musulmana, desde el Cairo a Yakarta, pero no ha lugar al fracaso.

*El general Musarraf es sucedido por otro militar, formado en el servicio secreto pakistaní y con claras inclinaciones fundamentalistas. A los pocos meses, declarará a Pakistán como república islámica.

*Irán, en la primavera del año 2013, detonará un ingenio nuclear y se declarará formalmente potencia atómica.

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Hay muchos más elementos que se podrían citar, pero con estos parece más que suficiente para justificar una visión ciertamente pesimista sobre el futuro que nos aguarda. Se puede decir, en todo caso, que para que todo lo indicado arriba suceda, o cosas similares en importancia, los astros tendrían que alinearse en una conjunción extraordinaria. Pe-ro a juicio de los autores, son hechos hipotéticos que podrían muy bien llegar a existir de no actuar de tal manera que se tienda a evitarlos. Ese es el beneficio de construir escenarios, no aspirar a predecir el futuro.

Un conocido refrán árabe dice que: “aquél que predice el futuro miente, incluso cuando acierta”. Y es verdad. Nadie puede adelantarnos qué va a ocurrir mañana o el año que viene. Y mucho menos lo que estará pasando dentro de vein-te años. Si uno mira atrás dos décadas, hasta situarnos en 1986, se dará cuenta de lo frágiles que son las predicciones. Tanto la caída del Muro de Berlín, como el 11-S, son hechos que marcan una clara discontinuidad, y si hay algo seguro en la Historia de la Humanidad es que las sorpresas son una constante.

Por tanto, el valor de los escenarios no es tanto su capaci-dad evocadora de futuro, como lo que revela sobre las creen-cias y supuestos que se manejan hoy, la mayoría de las veces de manera implícita e inconsciente. Hablar del futuro es, en realidad un ejercicio para aclararnos el presente.

En ese sentido, lo importante de este ejercicio colectivo so-bre el 2025 no es coincidir en que el Islam radical tendrá su Califato en tal o cual año, con tal o cual dimensión, sino que los autores crean que esa es una tendencia que puede resul-tar imparable. Lo relevante no son los hechos concretos, sino las cadenas de acontecimientos, las fuerzas motoras, que tienden a materializarlos.

Los autores del estudio han coincidido en más o menos una docena de factores que darán forma a nuestro futuro. Son los siguientes:

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1. El auge del Islam radical

2. La resaca americana

3. Europa en crisis interminable

4. Los fantasmas de la proliferación

5. El riesgo energético

6. La caja china

7. El avispero asiático

8. El nuevo mapa institucional

9. Naciones en crisis.

10. El agujero negro de América Latina.

11. Las dudas de la Globalización.- Aquí si vamos a entrar en este apartado.

Hasta ahora las mayores críticas a la globalización apunta-ban a la desigual distribución de riquezas que ha generado, a pesar de que el mundo en su conjunto, y estadísticamente, haya crecido y mejorado. Las dudas a partir de ahora estri-ban en si la actual dinámica se verá fatalmente afectada por los posibles cambios en la distribución del poder a escala in-ternacional. Si se produce el auge del Islam radical eso con-tribuirá a un empobrecimiento comercial allá por donde ex-tienda su manto. Si Norteamérica sueña con poder aislarse del mundo, las barreras económicas aumentarán, dañando a la liberación mundial, el proteccionismo en Europa hará otro tanto. El resultado no puede ser otro que una crisis relativa de la economía mundial que afectará muy desigualmente las distintas regiones del Globo. Otros elementos, como el auge del terrorismo global también contribuirán a frenar la diná-mica de la Globalización”.

Tesis totalmente confirmada y vamos en ese sentido.

Al final, el Informe hace una reflexión a modo de colofón o Resumen:

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“Como puede deducirse hay motivos para ser pesimistas. La buena noticia es que todos los problemas mencionado hasta ahora podrían abordarse con visos de llegar a solven-tarse si se aplicaran las medidas apropiadas ya. El factor tiempo sí que cuenta, y la acumulación de pasividades o errores juega en nuestra contra. Claro que si se prefiere, siempre queda una opción más fácil. En lugar de elegir el es-cenario que hemos diseñado, escoger su alternativa, que re-sulta mucho más rosa y tranquilizadora. Sólo tendría que producirse el siguiente escenario: Estados Unidos gana la guerra rápidamente e Irak se consolida como una democra-cia liberal y laica, Irán renuncia a su programa nuclear, India y Pakistán firman un acuerdo de desarme nuclear, China se democratiza, el Oriente Medio se transforma en un lugar donde lo público y lo religioso se separan y reina la toleran-cia, el petróleo cae a 30 dólares por barril, Estados Unidos es aceptado como una potencia del bien y las Naciones Unidas pasan a ser bajo su liderazgo, el Gobierno mundial. Ah, y la UE vuelve a crecer, le gana la guerra al desempleo, integra a sus inmigrantes sin excepción, moderniza a Turquía y sigue expandiéndose geográficamente. Para consumo interno po-demos añadir podemos añadir que la población rechaza en la primera ocasión que tiene el desastre del Gobierno de Za-patero, vuelve el PP al poder, se relanza la reforma económi-ca, se derrota a los nacionalismos y se recupera para Europa la idea atlántica, como así ha sucedido.

De usted, lector, depende creer qué es más fácil que ocu-rra. Nosotros, el equipo del proyecto futuro 2025, ya nos lo hemos imaginado, aunque no nos guste”.

Como no podía ser de otra manera y era de esperar, las medidas recomendadas que el informe denomina de consu-mo interno son las lógicas, pero prácticamente serían, en-tiendo, la única salida para el ciudadano español de nuestros tiempos, que conozca la historia, puesto que hay que conocer bien el pasado para construir bien el futuro, aunque dudo que lo sepan los políticos actuales, de los que tengo una opi-

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nión pésima. Me puedo permitir esa opinión, ya que no me encuadro, ni en la derecha, ni en la izquierda, ni siquiera en el centro: No tengo militancia, aunque por supuesto tengo opiniones. Y mi opinión es que estamos tocando fondo, que es penosa la talla intelectual y la degradación cultural de nuestros políticos actuales, inmersos en la poderosa maqui-naria de los partidos y donde las actitudes personales prácti-camente no existen.

En España hemos perdido las oportunidades que nos han dado. Nos hemos cargado todo lo bueno que teníamos entre las manos, y me da miedo que volvamos a hacerlo otra vez más. La reconocida expresión o ecuación, no por conocida, a juzgar por los hechos, es menos peligrosa:

Ignorancia + Estupidez+ Poder=Desastre

Es lo peor que nos puede ocurrir, y eso es algo que no nos merecemos, al menos muchos todavía.

Es lo que ocurre normalmente, como bien dice el Tío de la Vara, nos pierden las ansias.

Esta prospectiva a mí me parece totalmente acertada. La debilidad y decadencia de la vieja Europa hace que sea per-meable a la invasión silenciosa por los países árabes, como ya ocurrió en España con la marcha verde. Y a punto estuvo de ocurrir con el globo sonda de la toma de Perejil por Ma-rruecos, como ensayo para el siguiente paso, la toma de Ceu-ta y Melilla, y posteriormente las Islas Canarias y Andalucia, pues parece que ellos no han asimilado todavía la pérdida de Al Andalus, Doy por supuesto, sin ninguna duda, que si en esos momentos hubiera estado gobernando “el de la ceja” y sus pseudoprogresistas, ese escenario es el que habría ocu-rrido.

Este posible escenario no se produciría según otros análi-sis, ya que entraría en colisión con otros posibles escenarios que se producirían antes, en el 2012, como son los que siguen en el capítulo siguiente.

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En estos momentos, la denominada Revolución de la Pri-mavera árabe, que comenzó en Túnez, con un hecho aparen-temente irrelevante, como es la quema a lo bonzo en protesta de un estudiante y se extendió como una mancha de aceite a Libia, Egipto y Siria, no está teniendo los resultados espera-dos y deseados por los países occidentales, ya que no está llevando a una democracia, sino a una radicalización isla-mista, por lo que podría constituirse en caer en algo aún peor.

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CAPÍTULO XxIv

LOS ANÁLISIS DE PROSPECTIVA

xisten fundamentalmente dos teorías científicas al respecto, Las super-tormentas solares y el cinturón fotónico.

En cuanto a la primera de ellas, la super-tormenta solar, el escritor José Manuel Nieves, la situaba precisamente para 2012, alineado precisamente entre las filas de los catastrofista que predican el fin del mundo precisamente para el año 2012, y para mas bemoles, entre mayo y septiembre, para lo cual se basaba en “un informe extraordinario financiado por la NASA y publicado el año 2009, por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS). Y resulta que según el citado informe, son precisamente las sociedades oc-cidentales las que durante las últimas décadas, han sembra-do, sin quererlo la semilla de su propia destrucción.

Nieves lo describe en el siguiente escenario:” Cualquier ciudad de Europa, Estados Unidos o China. La hora, poco después del anochecer de cualquier día entre mayo y sep-tiembre de 2012. El cielo, de repente aparece adornado con un gran manto de luces brillantes, que oscilan como bande-ras al viento. Da igual que no estemos cerca del Polo Norte, donde las auroras suelen ser comunes. Podría tratarse per-fectamente de Madrid, Nueva York o Pekín. Pasados unos segundos, las bombillas empiezan a parpadear, como si es-tuvieran a punto de fallar. Después, por un breve instante, brillan con una intensidad inusitada…y se apagan para siempre. En menos de un minuto y medio, toda la ciudad,

E

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todo el país, todo el continente está completamente a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después, la situación no ha cambiado. Sigue sin haber suministro y los muertos en las grandes ciudades se cuentan por millones. En todo el plane-ta está sucediendo lo mismo. ¿Cuál es el causante del desas-tre? ¿El Sol? Una única y gran tormenta espacial, generada a más de 150 millones de distancia, en la superficie del Sol.

Para situarnos en los antecedentes, nos remontaremos al 2 de Septiembre de 1859, en que se produjo la mayor tormenta solar de todos los tiempos, hasta el momento.

A partir del 28 de agosto se observaron auroras boreales que llegaban al sur, hasta el Caribe. El pico de intensidad fueron los días 1 y 2 de Septiembre, y causó el fracaso de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Parece que estos tipos de situaciones sólo se producen cada 500 años aproximadamente, según los estudios de muestras de hielo. El invento del telégrafo era reciente, había empeza-do a funcionar en 1843 en los Estados Unidos, los cables su-frieron cortes y cortocircuitos que provocaron numerosos in-cendios, tanto en Europa como en Norteamérica. Se vieron intensas cortinas de luz, desde Maine hasta Florida. En Cu-ba, los capitanes de buques registraron en los cuadernos de bitácora la aparición de luces cobrizas cerca del cenit. Se ob-servaron auroras de baja latitud, en ciudades como Roma, Madrid, La Habana y las islas Hawai, entre otras. En las Islas Baleares encontramos una referencia en el Diario de Menor-ca.: “Anteayer a hora avanzada de la noche vio una persona fidedigna dos auroras boreales, que si bien eran más diminu-tas que las que vimos años atrás, no dejaron de causar un efecto maravilloso. J: Hospitaler. Diario de Menorca. Año 2. Número 237”.

Fue la interacción más violenta que nunca se había regis-trado entre la actividad solar y la Tierra. La acción del viento solar sobre la Tierra, el año 1859, fue la más intensa de que se tiene constancia. El día 28 de agosto aparecieron numerosas manchas solares. El 1 de septiembre, el Sol emitió una in-

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mensa llamarada, con un área de fulguración asociada que durante un minuto emitió el doble de energía de la que es habitual. Sólo diecisiete horas y cuarenta minutos después, la eyección llegó a la Tierra con partículas de carga magnéti-ca muy intensa. El campo magnético terrestre se deformó completamente y esto permitió la entrada de partículas de carga magnética muy intensa. El campo magnético terrestre se deformó completamente, y esto permitió la entrada de partículas solares hasta la alta atmósfera, donde provocaron extensas auroras boreales e interrupciones en las redes del telégrafo.

Este fenómeno se denomina fulguración o evento de Ca-rrington, en alusión a este científico que hacía unos bocetos en el Observatorio Astronómico de un grupo de manchas so-lares, el primero de septiembre, debido a la dimensión de las regiones oscuras, cuando se dio cuenta de un intenso estalli-do de luz blanca. Diecisiete horas más tarde una segunda oleada de auroras boreales convirtió la noche en día en toda Norteamérica. Este astrónomo midió el efecto.

Si la tormenta de Carrington no tuvo mayores consecuen-cias en la época, fue debido a que nuestra civilización tec-nológica todavía estaba en sus orígenes. Si se diese hoy día los satélites artificiales dejarían de funcionar, las comunica-ciones de radio de interrumpirían y los apagones eléctricos serían continentales y los servicios quedarían interrumpidos durante varias semanas.

Según los registros obtenidos de las muestras de hielo, una fulguración solar de esta magnitud no se ha producido en los últimos 500 años, aunque se producen tormentas solares relativamente fuertes cada cincuenta años, la última el 13 de noviembre de 1960.

“Un posible desastre”, se trata de nuestra actual forma de vida, dependiente en todo y para todo de una tecnología ca-da vez más sofisticada.. Una tecnología que resulta muy vulnerable a un peligro extraordinario: los enormes chorros

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de plasma procedentes del Sol. Un plasma capaz de freír en segundos toda nuestra red eléctrica, de la que depende toda la tecnología prácticamente existente, con consecuencias re-almente catastróficas. Nos estamos acercando hasta el borde de un posible desastre, asegura Daniel Baker, experto en Clima Espacial de la Universidad de Colorado y jefe del Comité de la NAS, que ha elaborado el citado informe.

Según Baker, es difícil concebir que el Sol pueda enviar hasta la Tierra la energía necesaria para provocar este desas-tre. Difícil, pero no imposible. La superficie misma de nues-tra estrella es una gran masa de plasma en movimiento, car-gada con partículas de alta energía. Algunas de estas partí-culas escapan de la ardiente superficie para viajar a través del espacio en forma de viento solar. Y de vez en cuando ese mismo viento se encarga de impulsar enormes globos de mi-les de millones de toneladas de plasma ardiente, enormes bolas de fuego que conocemos por el nombre de eyecciones de masa coronal. Si una de ellas alcanzara el campo magné-tico de la Tierra, las consecuencias serían catastróficas.

Nuestras redes eléctricas no están diseñadas para resistir esta clase de súbitas subidas energéticas. Y que a nadie le quepa duda de que esas embestidas se producen con cierta regularidad.

En aquella época, la energía eléctrica apenas empezaba a utilizarse, por lo que los efectos de la tormenta casi no afec-taron a la vida de los ciudadanos. Pero resultan inimagina-bles los daños que podrían producirse en nuestra forma de vida si un hecho así sucediera en la actualidad. De hecho, y según el análisis de la NAS, millones de personas en todo el mundo no lograrían sobrevivir.

El informe subraya la existencia de dos grandes problemas de fondo: El primero es que las modernas redes eléctricas, diseñadas para operar a altos voltajes sobre áreas geográfi-cas muy extensas, resultan especialmente vulnerables a esta clase de tormentas procedentes del sol. El segundo problema

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es la interdependencia de estas centrales con los sistemas básicos que garantizan nuestras vidas, como el suministro de Agua, el tratamiento de aguas residuales, transporte de ali-mentos y mercancías, mercados financieros, red de teleco-municaciones, etc. Muchos aspectos cruciales de nuestra existencia dependen de que no falle el suministro de energía eléctrica. Es decir, ni agua ni transporte, entre otros servicios básicos, irónicamente, y justo al revés de lo que sucede con la mayor parte de los desastres naturales, éste afectaría mu-cho más a las sociedades ricas y tecnológicas, y mucho me-nos a las que se encuentran en vías de desarrollo. Según el informe de la Academia Nacional de Ciencias norteamerica-na, una tormenta solar parecida a la de 1859, dejaría fuera de servicio, sólo en Estados Unidos, a cerca de 300 de los mayo-res transformadores eléctricos del país en un periodo de tiempo de apenas 90 segundos, lo cual supondría dejar sin energía a mas de 130 millones de ciudadanos norteamerica-nos, en un instante.

Lo primero que escasearía sería el agua potable. Las per-sonas que vivieran en una planta alta, serían las primeras en quedarse sin abastecimiento de agua, ya que no funcionaría el bombeo, puesto que no funcionarían las bombas de im-pulsión, encargadas de impulsarla a las plantas superiores de los edificios. Todos los demás tardarían un día en que-darse sin agua, ya que sin electricidad, una vez consumida el agua de las tuberías, sería imposible bombearla desde pan-tanos y depósitos. También se interrumpiría el transporte eléctrico. Ni trenes ni metro, lo que dejaría inmovilizadas a millones de personas, y estrangularía una de las principales vías de suministro de alimentos y mercancías a las grandes ciudades.

Los grandes hospitales, con sus generadores, podrían se-guir proporcionando servicio durante cerca de 72 horas. Después de eso, adiós a la medicina moderna. Y la situación, además no mejoraría durante meses, quizás años enteros, ya que los transformadores quemados no pueden ser repara-

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dos, sólo sustituidos por otros nuevos. Y el número de trans-formadores de reserva es muy limitado, así como los equi-pos especializados que se encargan de instalarlos, una tarea que lleva cerca de una semana de trabajo intensivo. Una vez agotados, habría que fabricar todos los demás, y el actual proceso de fabricación de un transformador eléctrico dura casi un año.

El informe calcula que lo mismo sucedería con los oleoduc-tos de gas natural y combustible, que necesitan energía eléc-trica para funcionar. Y en cuanto a las centrales térmicas, quemarían sus reservas de combustible en menos de treinta días. Unas reservas que al estar paralizado el transporte por la falta de combustible, no podrían ser sustituidas. Y tampo-co las centrales nucleares serían la solución, ya que están programadas para desconectarse automáticamente en cuan-to se produzca una avería importante en las redes eléctricas y no volver a funcionar hasta que la electricidad se resta-blezca.

Sin calefacción ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días. Entre las primeras víctimas, todas aque-llas personas cuya vida dependa de un tratamiento médico o del suministro regular de sustancias como la insulina. Si un evento Carrington sucediera ahora mismo, asegura Paul Kintner, un físico del plasma de la Universidad de Cornell, de Nueva York, “sus efectos serían diez veces peores que los del huracán Katrina”. En realidad, sin embargo, la estima-ción de este físico se quedó muy corta. El informe de la NAS cifra los costes de un evento Carrington en dos billones de dólares sólo durante el primer año (el impacto del Katrina se estimó entre 81 y 125.000 millones de dólares), y considera que el periodo de recuperación oscilaría entre los cuatro y los diez años.

Por supuesto, el informe no se limita a describir escenarios de pesadilla sólo en los Estados Unidos. Tampoco Europa, ó China se librarían de las desastrosas consecuencias de una tormenta geomagnética de gran intensidad.

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La buena noticia, continúa el informe, es que si se dispu-siera del tiempo suficiente, las compañías eléctricas podrían tomar precauciones, como el ajuste de voltajes y cargas en las redes, o restringir las transferencias de energía para evi-tar fallos en cascada. Pero, ¿tenemos un sistema de alertas que nos avise a tiempo? Los expertos de la NAS opinan que no. Actualmente, las mejores indicaciones de una tormenta solar en camino proceden del satélite ACE (Advanced Com-position Explorer). La nave, lanzada en 1997, sigue una órbi-ta solar que la mantiene siempre entre el Sol y la Tierra. Lo que significa que envía continuamente datos sobre la direc-ción y la velocidad de los vientos solares y otras emisiones de partículas cargadas que tengan como objetivo nuestro planeta.

ACE, pues, podría avisarnos de la inminente llegada de un chorro de plasma, como el de 1859 con un adelanto de entre 15 y 45 minutos. Y en teoría, 15 minutos es el tiempo que ne-cesita una compañía eléctrica para prepararse ante una si-tuación de emergencia. Sin embargo, el estudio de los datos obtenidos durante el evento Carrington muestran que la eyección de masa coronal de 1859, tardó bastante menos de 15 minutos en recorrer la distancia que hay desde el ACE hasta la Tierra. Por no contar, además, que ACE tiene ya on-ce años y que sigue trabajando, a pesar de haber superado el periodo de actividad para el que había sido diseñado. Algo que se nota en el funcionamiento, a veces defectuoso, de al-gunos de sus sensores, que se saturarían sin remedio ante un evento de esas proporciones. Y lo peor es que no existen planes para reemplazarlo.

Para Baker y los demás investigadores que han elaborado el informe, con mucha probabilidad, las autoridades mun-diales no harán nada para prevenirnos de los efectos de una tormenta solar devastadora hasta que ésta suceda.

Para Daniel Baker, que formó parte de una comisión que hace ya tres años alertó de los problemas de este satélite,” no tener una estrategia para sustituirlo cuando deje de funcio-

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nar es una completa locura”. De hecho, otros satélites de ob-servación solar como SOHO, no pueden proporcionarnos alertas tan inmediatas ni tan fiables como las de ACE. Para Baker y los demás investigadores que han elaborado el in-forme, el mundo probablemente no sería el que conocemos hoy.

Algo, que según el informe, podría ocurrir mucho antes de lo que nadie imagina. “La tormenta solar perfecta, de hecho, podría tener lugar durante la primavera o el otoño de un año con alta actividad solar, como será el 2012. Y es precisamente en esos periodos, cerca de los equinoccios, cuando serían más dañinas para nosotros, ya que es entonces cuando la orientación del campo magnético terrestre, es decir, el escu-do que nos protege de los vientos solares, es más vulnerable a los bombardeos de plasma solar.

La aparición de manchas solares, la actividad magnética y otros datos relacionados con estos fenómenos siguen un ci-clo que dura 11 años. El ciclo actual empezó el mes de enero de 2008, tras la pausa actual, llevarán unos cinco años en que la actividad solar será cada vez mayor. En los últimos once años han explotado en la superficie del Sol unas 13.000 nu-bes de plasma y unas 21.000 fulguraciones solares.

Se podría decir que las tormentas solares son similares a las tormentas terrestres, a una escala superior, aunque en el caso de las solares, los gases del viento solar van acompaña-dos de campos magnéticos, que les dan forma y proporcio-nan energía. Como se da en el caso de las tormentas eléctri-cas son explosiones de partículas de altas energías e intensos rayos X, debidas a los cambios del campo magnético.

En el proceso de fusión nuclear, que origina la energía del Sol, hay una pérdida de masas del 0,7%, que se convierte en energía, tal y como expresa la conocida fórmula de Einstein: E=mc2.

Cuando un gramo de hidrógeno se transforma por fusión nuclear en 0,93 gramos de helio, se liberan 50.000 Kwh de

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energía. Esta energía se transmite primero por radiación de-ntro de una capa esférica, zona radiante, de 500.000 km de espesor y después se transmite por convección a través de otra capa esférica de 200.000 km, zona convectiva. Esta capa de convección es como un líquido en ebullición. Por esto el Sol presenta con fuerte ampliación óptica una superficie granulada correspondiente a la cumbre de las células con-vectivas.

La fulguración de Carrington del primero de septiembre de 1859 liberó gran cantidad de energía y formando auroras boreales, hasta pasados uno o dos días, en que, una vez que el plasma pasó más allá de la Tierra, dejó que el campo magnético de la Tierra volviese a la normalidad. Debió de tener temperaturas de 50 millones de grados Kelvin, por lo que es probable que no sólo emitiera radiación visible, sino también radiación gamma y rayos X. No hay noticia de la observación de una fulguración solar más brillante. La ra-diación solar sólo tarda unos 8 minutos y medio en llegar a la Tierra y si hubiera habido en esa época, aparatos de radio y de onda corta, en ese tiempo deberían de haber quedado inutilizados. La energía de los rayos X calentaron las capas altas de la atmósfera, lo que produjo una expansión entre decenas y cientos de Kilómetros.

Como ya he mencionado, se produjo una segunda ráfaga de viento solar. En el momento del impacto con la Tierra de esta segunda fulguración, el campo magnético del plasma apuntaba hacia el Sur, con lo que el caos geomagnético no tardó en manifestarse: la Magnetosfera terrestre, que suele estar a unos 60.000 km de la Tierra fue comprimida hasta llegar a unos 7.000 kms, hasta alcanzar quizás la Estratosfe-ra. Cuando el cinturón de Van Allen desapareció temporal-mente, gran cantidad de electrones y protones se descarga-ron hacia la atmósfera, lo que podría haber sido la causa de las auroras boreales observadas.

Hago notar que el observatorio espacial ruso Tesis registró el pasado lunes 22 de Enero, un máximo histórico de llama-

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radas solares, la cifra más alta de los últimos cinco años, según ha informado el Instituto de Física ruso Lebedev. Este número es equiparable al total de explosiones solares que se observaron en 2009. En concreto, dieciocho de estas llamara-das eran de la clase “C” en cuanto a la intensidad, y las cua-tro restantes, aún más poderosas, de la clase “M”.

A todo esto, hay que añadir el planeta X, que según los ze-tatalk está a mitad de camino entre el Sol y la Tierra. Es un gran imán, y el causante del aumento actual en terremotos, tsunamis, cambio climático, etc…y del cambio de polo que viene.

En cuanto al Cinturón Fotónico se puede decir que fue ini-cialmente descubierto cuando el famoso astrónomo británico Edmund Halley, el descubridor del cometa que lleva su nombre, que parecía demostrar las leyes newtonianas del movimiento planetario. Comenzó una serie de estudios so-bre Las Pléyades, conocidas como las siete cabrillas, a co-mienzos del siglo XVIII. Descubrió que por lo menos tres de las estrellas del grupo de las Pléyades no estaban en las mismas posiciones. Registradas en tiempos bíblicos por va-rios astrónomos griegos. La diferencia en la posición era ya tan grande en tiempos de Halley, que era imposible afirmar quien estaba equivocado, los griegos o Halley. Este por con-siguiente, concluyó que las Pléyades tenían un desplaza-miento predecible. Un siglo después se demostró la validez de sus observaciones, con las observaciones realizadas por Frederich Wilhem Beseel, quien descubrió que todas las es-trellas en las Pléyades tienen un movimiento propio de aproximadamente 5,5 segundos de arco por siglo.

Paul Otto Hesse también estudió las Pléyades y descubrió que en un perfecto ángulo recto, 90º, con el movimiento de las Pléyades había un Cinturón de Luz, en forma de anillo o “Donut”, parecido en su formación a los anillos de Saturno, con un espesor de 2.000 años solares o 759.864 billones de millas.

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El planeta Tierra está completando un ciclo de 24.000 a 26.000 años para encontrarse con este CINTURÓN. Hesse, Premio Nóbel de Ciencias, establece que nuestro sistema planetario forma parte de la séptima órbita del sistema de soles pertenecientes a las Pléyades, y que no son seis soles mayores los que giran alrededor de Alción, sino muchos más, y nuestro sistema solar gira en la séptima órbita del sis-tema.

Después de muchos años de observación directa y fotográ-fica, se llegó a descubrir que por lo menos las seis estrellas más visibles, siete incluyendo a la propia Alción, forman un sistema físico, es decir que no se tratan de estrellas con mo-vimiento y vida independiente, sino que obedecen a un cen-tro gravitatorio, que giran como lo hacen nuestros planetas alrededor de nuestro Sol Central.

Debido a que la Tierra entrará en el Cinturón Fotónico, astrólogos, científicos e historiadores creen y opinan que el próximo milenio marcará el comienzo de una nueva etapa para la humanidad. Para los astrólogos de la Tierra, esta nueva etapa es la era de Acuario, una época de vastos cam-bios en la ciencia, la tecnología y la conciencia humana. Para los científicos e historiadores, es una época de grandes difi-cultades, que sus estructuras sociales y políticas podrían no ser capaces de manejar, de todos modos, parece ser el prelu-dio de una maravilla o el momento de la extinción de la Humanidad. ¿Qué papel desempeñará el cercano Cinturón Fotónico?

Según estos analistas, el Cinturón se divide en tres seccio-nes:

*Primero entraríamos en lo que se denomina Zona Nula. Que demora aproximadamente 5 o 6 días, incluyendo 72 horas aproximadamente de oscuridad total, es decir 3 días de oscuridad.

*Luego, entraríamos en la parte principal del Cinturón mismo y se experimentaría una luz de día permanente, 24

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horas al día. Este viaje dura normalmente alrededor de 2.000 años (Dramáticas Profecías de la Gran Pirámide Maya) y termina cuando el Sistema Solar sale por el otro lado del Cinturón, cruzando la otra Zona Nula por otro período de 5 o 6 días.

El cambio de un mundo principalmente tridimensional a uno de quinta dimensión es un enorme don, gracias a este cambio, se pasará del control ejercido por las Pléyades para situarnos bajo la influencia de Sirio, como cita el autor italia-no Franco Battiato en una de sus letras de canción. Esta rea-lidad de quinta dimensión significa que estarán más cerca de Sirio, que pueden adoptar la cultura Lira-Sirio, y estar bajo la protección de Sirio, como lo estuvieron en los tiempos de la Lemuria hace unos 25.000 años.

Siempre según estos analistas, entraríamos en la zona nula y comenzaría el proceso de transformación. No sólo están en la oscuridad, sino que ya ninguno de nuestros aparatos eléc-tricos funcionaría. Cuando las bombas dejen de funcionar y los tanques de agua estén vacios, el agua no correrá y los ba-ños no funcionarán. Los coches no podrán ser encendidos. Nos encontraremos en un mundo completamente nuevo. A pesar de estas increíbles dificultades, algo habría sucedido en nuestros cuerpos, algo maravilloso.

El Primer día los átomos del cuerpo serían modificados. Cuando ocurra el colapso de los campos magnéticos y eléc-tricos del planeta, se experimentará un gran cambio de oscu-ridad a medida que nos aproximemos a dicha zona, repenti-namente el nivel de penumbra será reemplazado por la os-curidad total, desapareciendo el Sol y las estrellas, debido a la compresión de la zona nula ejercida sobre la luz solar y la luz estelar.

A medida que se inicie la aceptación del shock producido por la oscuridad, veremos la inoperatividad de los aparatos eléctricos, baterías y automóviles, etc. Se presentará también un cambio en todos los átomos de la Tierra. Los átomos de

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su cuerpo, se verán modificados para formar un cuerpo se-mi-etérico y el velo de la conciencia alrededor de nosotros sería quitado.

Entonces seríamos humanos que viven en la realidad de la luz galáctica, como ángeles, hijos de la luz, con facultades físicas y extrasensoriales que deberíamos haber tenido desde el primer momento en que los humanos salieron por primera vez de la constelación de Lira, para difundir sus conocimien-tos y protección a través de toda esta galaxia. Se habrá co-menzado el proceso de “regreso a casa”, a la quinta dimen-sión.

En el segundo día todo se vuelve más denso. Cuando la atmósfera comience a comprimirse, alrededor del segundo día, se experimentará la sensación de estar siendo compri-midos por las presiones de la zona nula en el campo gravita-cional de la Tierra y nos sentiríamos embotados, sin embar-go este embotamiento solamente durará alrededor de dos días. A medida que nuestra atmósfera es comprimida y to-dos los materiales se vuelven más densos, el gran peligro será el que presenten los materiales nucleares, ya que existe la posibilidad de que se inicien reacciones en cadena o ex-plosiones radioactivas enormes y letales de los elementos fu-sionables. Esta compresión de la energía nuclear podría cau-sar tormentas de fuego masivas, además de explosiones al-rededor del planeta.

El siguiente cambio que se sentirá será un frio de la edad del hielo, causado por la ausencia completa del Sol. Esta baja de la temperatura será profunda, como el tipo de frío de una Edad de Hielo. Esto ocurrirá debido a que el Sol estará sien-do sometido a un cambio en su polaridad inter dimensional, lo cual impedirá que su calor llegue hasta la superficie de la Tierra.

Sin embargo, alrededor del tercer día, se comenzará a ver un brillo como de amanecer rodeando el planeta. En ese momento se tendrán los comienzos del “Efecto Fotónico”.

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Este efecto es muy importante, porque nos permitiría tener una nueva fuente de energía. Esta nueva fuente también nos posibilitaría finalizar nuestra dependencia energética de los combustibles fósiles.

También permitiría, según los analistas, la alternativa de realizar viajes espaciales, ya que la tecnología fotónica sería el sistema de alimentación para todas las naves utilizadas. Sería la tecnología que se emplearía para todo el funciona-miento humano y sus tareas. Alrededor del tercer y cuarto día, habrían alcanzado el momento de su introducción a la energía fotónica, aunque de manera leve.

A medida que se acerca, de manera rápida, el final del cuarto día, el clima se comenzará a calentar y la luz brillante retornará. El efecto fotónico que comenzó hacia el final del tercer día estará ahora en su plenitud. Ahora se podrán usar equipos de energía fotónica. Todos los seres vivos serían vi-gorizados por los fotones que surgen de la parte principal del Cinturón, y habrían entrado en una nueva era con un cuerpo nuevo.

Ya estarían listos para la siguiente fase, en la cual sus habi-lidades extrasensoriales serían realzadas por el efecto Fotó-nico.

Esta energía fotónica no sólo proporcionaría a sus cuerpos el máximo nivel de eficiencia en el uso de energía, sino que también se utilizarían para proveer a las viviendas e indus-trias. Se entraría en la Era del Fotón. En este momento, los viajes espaciales se habrían vuelto algo totalmente sencillo y el medio de transporte por excelencia. El paisaje de nuestras ciudades y espacios cambiaría drásticamente.

Una vez se comenzara a vivir en el Cinturón Fotónico, se estaría en una era espacial totalmente desarrollada. Con la alimentación de energía proporcionada por la energía fotó-nica, las estrellas y los otros planetas, pronto parecerán estar tan cerca como un paseo al otro lado de la ciudad. Con esta nueva energía, será tan fácil viajar a Sirio o a cualquier otra

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estrella cercana como es actualmente viajar de California a Nueva York.

Además tendríamos entre nosotros a los que por largo tiempo, hemos llamado “Los Extraterrestres”, que serían los hermanos mayores, como guías y consejeros durante ese pe-riodo transicional.

El regreso de la familia espacial marcará un cambio impor-tante en la relación espacial de la Tierra con el Universo. Los señores del tiempo que controlan esta entrada particular en el Cinturón Fotónico harán que el planeta Tierra tenga un cambio, tanto en la conciencia como en la relación física.

Por consiguiente, la sociedad humana se acercaría a una Edad Dorada casi indescriptible que ha sido presagiada por las profecías de varias religiones en los últimos 2.000 años.

Esta próxima Edad Dorada es una en la cual todo humano de la Tierra, tendrá la oportunidad de convertirse en todo aquello que tiene el potencial de ser.

El Cinturón Fotónico que se acerca marcaría el final de la civilización actual, en los términos que la conocemos ac-tualmente. Más aún, con la llegada del cinturón, el periodo de 10.000 años de conciencia limitada por un control guber-namental jerárquico negativo, que ha existido desde el final de la Atlántida, concluiría y estaríamos en la fase final de una civilización global de la Era de Piscis, que nos llevaría a tiempos realmente maravillosos. Esto me recuerda al jardín o huerto del Edén.

En estos nuevos tiempos tan maravillosos, en los cuales es-tamos a punto de entrar, nos encontraríamos permanente-mente en el tránsito continuo de morir y renacer de nuevo, de acuerdo con los principios masónicos permitirían des-arrollar un potencial consciente total. Este hecho esta predi-cho en las revelaciones bíblicas y es una época en la que se hablaría y caminaría con todos los que han vivido sobre el planeta. Es un tiempo en el que, según estos analistas, se es-taría unido con la Jerarquía Espiritual de la Tierra. Es tam-

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bién una era en la que se retornaría a trabajar en cooperación con los cetáceos del planeta para ser los coguardianes de la Tierra, y eventualmente del sistema solar rehabilitado.

Estaríamos a punto de descubrir las verdaderas identida-des, que serían capaces de comprender y utilizar muchas ca-pacidades extrasensoriales. Habilidades tales como la Tele-patía, la Telekinesis, la clarividencia, etc.

También seríamos herederos de nuevos conceptos acerca de cómo deberíamos relacionarnos entre sí con organizacio-nes ecológicas, o con cualquier aspecto del desarrollo huma-no y la preservación de la vida, que nos unieran y creando redes entre sí

Compartiendo con otras personas armoniosamente y de cómo estas relaciones humanas correctas determinarían prácticas constructivas para gobernar la sociedad de manera pacífica, cuidando de todos. Con estos cambios personales y sociales vendrían también nuevas tecnologías que nos facili-tarían la vida.

Por tanto, tendríamos en este caso un tiempo para la Espe-ranza y sería de alguna forma como nos encontraríamos en-tre la escuadra y el compás, pues como el camino místico e iniciático de la Masonería nos indica: nos iluminaría una Nueva Luz, así como nos encontraríamos permanentemente en el tránsito continuo de morir y renacer de nuevo, de acuerdo con los principios masónicos.

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EPÍLOGO

Nunca es igual conocer la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro.

ALDOUS HUXLEY

erá otra más de las incertidumbres que se acumulan sobre nuestra civilización?

¿Sabrá y podrá el hombre sobrevivir a estas incerti-dumbres que se ciernen sobre la humanidad?

¿Será el fin de nuestra civilización, tal y como la conoce-mos hoy?

¿Podrá el hombre continuar a su libre albedrío o significará el cambio a la materia, retorno al punto cero mediante los señaladores del camino y hermanos de la luz?

Recordemos que el Dalai Lama fue preguntado ¿qué le sorprende más de la Humanidad? Los hombres… porque pierden la salud para ganar dinero, después pierden el dine-ro para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el pre-sente ni el futuro. Y viven como si no tuviesen que morir nunca… Y mueren como si nunca hubieran vivido.

Desaparecida la Unión Soviética, la hegemonía norteame-ricana se enfrentaba a partir del 11-S a la creciente hostilidad del islamismo integrista en una guerra en la que el enemigo luchaba camuflado con el uniforme invisible de un fanatis-mo religioso en el que la obcecación se tomaba como un ex-traño rasgo de la inteligencia, y la muerte se consideraba un

¿S

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premio, de modo que el hombre que razonaba era menos importante que el que simplemente explotaba.

Ya en 1974, el historiador británico Toynbee, especialista en filosofía de la historia, fundamentalmente sobre el desa-rrollo de las civilizaciones, pronosticó que entrabamos de forma irremediable en una III Guerra Mundial no conven-cional, la guerra de la inmigración y el terrorismo.

Oriana Fallaci nos alertó casi sin aliento sobre la temeraria desintegración moral de Occidente, convencida de que la arrogante insolencia musulmana no se limitaría a corroer con sus meadas las calles de Florencia. Quienes por distintas razones pensamos entonces como la escritora italiana, ten-íamos la fundada sospecha de que Europa pondría la legíti-ma rabia en manos de los intelectuales, que es lo que hacen los viejos y fracasados pueblos, cuando necesitan disfrazar su cobardía de inteligencia.

Ocho años después de la destrucción de las Torres Geme-las, muchos de nuestros intelectuales consideran todavía que lo que se libra en Irak y en Afganistán no es una guerra, sino batalla sin sangre en la que con la habitual excepción anglo-norteamericana, nuestros soldados tienen encomendada la sagrada y pedagógica misión de enseñarle a sus anfitriones el uso de la pala de pescado, de paso que los instruyen sobre los inconvenientes sanitarios de considerar moda de alta cos-tura la técnica del degüello.

Con la jovial temeridad propia de los jóvenes pueblos los norteamericanos tratan de sobreponerse al recuerdo del 11-S, haciendo de la necesidad virtud con la necesaria separación entre la reflexión y la fuerza.

Leo con interés y cierta tristeza, la noticia de la emboscada preparada por los estudiantes de los Colegios Mayores Uni-versitarios al Rector de la Universidad Complutense de Ma-drid, en que las hordas salvajes convertidas en masas enar-decidas, jalean, escupen, zarandean e insultan e intimidan al Rector para protestar por el nuevo Reglamento de Colegios

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Mayores Universitarios,¿ manejadas por quien/quienes? En-tiendo que probablemente tengan razón en su exposición de motivos, pero las formas ¡Ay, las formas! no pueden ser las adecuadas. ¿Qué está ocurriendo? ¿Es esto la democracia? Aunque ya sé que este hecho tiene más que ver con la edu-cación, pero sí está ligado al conjunto global del pensamien-to. Si es así, que paren este tren que me bajo en la próxima parada. Sujetarme que le enchufe, vociferó uno de los jóve-nes o no tan jóvenes, al grito de Fascista, ladrón y cobarde, entre otras lindezas. Si estos van a ser nuestros próximos di-rigentes…

Según expone Andreas Faber Kaiser, investigador de los poderes ocultos, en su libro “Jesús, vivió y murió en Cache-mira”, donde estima la posibilidad de que Jesús no muriera en la Cruz, sino que una vez curado de las heridas causadas por la crucifixión, emprendiera la huida hacia el Este, en busca de las tribus perdidas de Israel. Jesús, llamado por Charles Bukowski, autor norteamericano, símbolo del “rea-lismo sucio”, “el muchacho de los clavos” habría llegado así a Cachemira, en donde comenzaría una nueva vida y mori-ría —a edad muy avanzada— de muerte natural. Su tumba se venera hoy en Srinagar, capital de Cachemira.

Además de la tumba propiamente dicha, una serie de nombres toponímicos dan fe en Cachemira del paso de Jesús. Por otra parte, en Pakistán y a escasos kilómetros de la fron-tera con Cachemira, se ha localizado la tumba de María, ma-dre de Jesús, quien le habría acompañado en su huida hacia el Este. No soportando las penalidades del viaje, habría muerto en el camino, ya muy cerca del punto de destino.

Existen testimonios que hacen suponer que Jesús eligió es-te lugar para emprender la segunda etapa de su vida, por cuanto ya habría estado aquí durante los años en que la his-toria occidental no puede dar fe de sus actividades. Pero sí pueden darla, en cambio, textos históricos localizados en la lamasería tibetana de Lhasa y en la lamasería Hemis, en La-dakh (Cachemira).

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Además de las tumbas de Jesús y María, una reducida co-munidad judía aislada en la montaña viene custodiando en Cachemira, desde hace 3500 años, la tumba de Moisés, del que igualmente hablan nombres toponímicos, conservándo-se incluso, allí, la llamada "piedra de Moisés".

Además, expone que Poncio Pilatos, era yerno del empe-rador romano Tiberio, y como tal manda a Galilea, para apa-ciguarla, como gobernador a Pilatos, y hombre de confianza. Galilea era una provincia en el permanente desorden, y este se lleva a su guardia pretoriana, que era de la provincia Ta-rraconense, concretamente de la actual comarca del Priorato, conocida por sus ricos caldos, por ser sahbat, sábado para asistir en la crucifixión del Señor. Por tanto se podría decir que los catalanes mataron a Cristo.

Más tarde, según Faber Kaiser, cuando Pilatos volvió de Galilea fundaría el Priorato de Sión.

A los 33 años, Jesús fue azotado y condenado a muerte. La “peor” muerte de la época. Sólo los peores criminales murie-ron como Jesús. Y con Jesús todavía fue peor, porque no to-dos los criminales condenados a aquél castigo recibieron clavos en sus miembros.

Si, fueron clavos… ¡y de los grandes! Cada uno tenía de 15 a 20 cm, con una punta de 6 cm. Y el otro extremo puntiagu-do.

Ellos eran clavados en las muñecas y no en las manos co-mo dicen. En la muñeca hay un tendón que llega a nuestro hombro, y cuando los clavos fueron martillados, ese tendón se rompió obligando a Jesús a forzar todos los músculos de su espalda, por tener sus muñecas clavadas, para poder res-pirar porque perdía todo el aire de sus pulmones.

De esta forma era obligado a apoyarse en el clavo metido en sus pies, que todavía era más grande que el de sus manos, porque clavaban los dos pies juntos. Y como sus pies no aguantarían por mucho tiempo sin rasgarse también. Jesús

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era obligado a alternar ese “ciclo” simplemente para lograr respirar.

Jesús aguantó esa situación por poco más de tres horas. Si, ¡mas de tres horas! Mucho tiempo, ¿verdad? Algunos minu-tos antes de morir, Jesús ya no sangraba más. Sencillamente le salía el líquido de la pleura de sus cortes y heridas.

Cuando lo imaginamos herido, imaginamos nuevas heri-das, pero no; las de Él eran verdaderos agujeros, agujeros hechos en su cuerpo.

Él no tenía más sangre para sangrar, por lo tanto, le salía el líquido de la pleura.

El cuerpo humano está compuesto de aproximadamente 3,5 litros de sangre en un adulto.

Jesús derramó 3,5 litros de sangre; tuvo tres clavos enor-mes metidos en sus miembros, una corona de espinas en su cabeza y además el soldado romano Longinos le clavó una lanza en su torax, para asegurarse que había fallecido.

Todo esto sin mencionar la humillación que pasó después de haber cargado su propia cruz durante casi dos kilóme-tros, mientras la multitud le escupía el rostro y le tiraba pie-dras. La cruz pesaba cerca de treinta kilos, tan sólo en su parte superior, en la que le clavaron las manos.

Todo esto le ocurrió a Jesús, para que nosotros tengamos un libre acceso a Dios. Para que tengamos todos nuestros pecados “lavados” o perdonados en nuestro Nacimiento. ¡Todos nosotros sin excepción!

¡Él murió por todos nosotros! Él murió no sólo por aqué-llos que van a la Iglesia, o por aquellos monjes, curas, pasto-res, obispos, etc. Dios tiene planes para todos nosotros. Todo lo que él pasó únicamente para darnos la salvación no podrá ser en vano.

Sin Él, nada soy, pero con Él “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13.).

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Andreas Faber-Kaiser, autor español de origen catalán, de padre alemán y madre española de origen catalán, en su obra “El muñeco humano”, expone:

“Algunos científicos de avance y los legados más antiguos de nuestra historia convergen en una explicación lógica para el origen de la humanidad: una civilización cósmica para no-sotros desconocida nos fabricó en un pasado remoto. Más adelante alguien, ya sea el mismo programador original u otro distinto, efectuó una mutación en el ser programado, para orientar nuestro desarrollo genético hacia nuestra con-dición humana actual.

Semejante hipótesis debe de fundamentarse naturalmente en una premisa ineludible: que haya efectivamente vida inte-ligente en el Universo, más allá de los límites de nuestro planeta Tierra. Y que estos supuestos seres inteligentes sean capaces de llegar hasta aquí. ¿Es esto posible’.

El 11 de Septiembre de 1952, Marshall Chadwell, a la sazón Director Adjunto del Departamento de Inteligencia Científi-ca, de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA),le escribe en un Comunicado Interior, al Director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA):

“El problema OVNI excede el nivel de responsabilidades individuales del Departamento de Inteligencia Científica de la CIA, y es de tal importancia que merece la competencia y la acción del Consejo de Seguridad Nacional.

Antonio RuizAlba, (Aralba), escribe en su escrito La carga de las Valkirias:

—Vayamos, hermanas, cantando nuestra canción, tras la es-tela de los rayos del martillo de Thor. Vayamos, hermanas, tronando nuestra canción a recoger del campo de batalla, a los guerreros caídos para trasladarlos al Valhala, como ofrenda a nuestro padre Odín —dirigía, con su tonada, Bru-nilda la cabalgada de sus hermanas. —Cuerpos destrozados a nuestro paso. Se matan los hom-bres, entre ellos y en batalla. Odín los quiere fríos y odiosos o

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apasionados de amor; pero nunca tibios —vociferó la herma-na Patricia.

¿Qué Europa tendrán nuestros hijos? ¿Cómo será mañana Europa políticamente? ¿Llegaremos algún día a disponer de una Constitución común, de unas leyes comunes, de una común actuación internacional, militar, diplomática, etc.? ¿Por qué fracasó el proyecto constitucional de Valéry Gis-card d´Estaing?

Con la llegada a los países europeos de millones y millones de inmigrantes que nos traen culturas, religiones y sensibili-dades muy diversas y que tienen tasas de natalidad mucho más altas que las nuestras, ¿corren peligro, en el porvenir, ciertos valores que Europa ha ido conquistando con enorme esfuerzo a través de los siglos? ¿La separación de Iglesia y Estado, la igualdad de varón9 (*)-mujer, la tolerancia ciuda-dana, la democracia, el concepto laico de la sociedad, etc. pueden llegar a desaparecer o, por lo menos, a ser distintos de lo que ahora son?

¿Qué papel es previsible que Europa pueda desempeñar en un futuro en el que grandes naciones como Estados Uni-dos conservarán durante bastante tiempo gran poder y otros estados como China, India, Brasil, etc. emergen con fuerza? Más allá de las fronteras europeas, ¿alguien teme una Euro-pa unida y se opone, veladamente, a que seamos un estado unitario?

¿Por qué no arraiga hoy entre los europeos la idea “Euro-pa” y por qué nos cuesta tanto sentirnos miembros de una comunidad que transcienda nuestros atávicos sentimientos nacionalistas? ¿Qué se debería hacer para que participemos de un modo masivo en las elecciones europeas y vivamos

9 He utilizado el término varón, que es el correspondiente a mujer, porque el término hombre (hummus), hace referencia a la Humanidad, es decir al conjunto de varones y mujeres.

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con orgullo nuestra pertenencia a una patria común de qui-nientos millones de ciudadanos?

Si pudiera morder la tierra entera y sentir su sabor, y si la tie-rra fuera algo para morder sería más feliz un instante… Pero no siempre quiero ser feliz. Hace falta ser infeliz de vez en cuando para poder ser natural… No todo es días de sol, y la lluvia, cuando escasea, se pide. Por eso tomo la infelici-dad y la felicidad con naturalidad, como quien no se extraña de que haya montañas y llanuras y de que haya rocas y hier-ba… Lo que sí hace falta es ser natural y calmo en la felicidad o en la infelicidad, sentir como quien mira, pensar como quien anda, y cuando se va a morir, acordarse de que el día muere, y que el poniente es hermoso y es hermosa la noche que que-da… Y que si así es, es porque es así.

Un corazón de nadie Fernando Pessoa

Asumo que la mayoría, o una proporción significativa de personas, vive en la actualidad al margen de cualquier con-vicción de índole, digamos espiritual. La Ciencia, a pesar de sus titubeos y de la presión a la que se ve sometida casi a diario, a consecuencia de las experiencias de la Física Cuán-tica, sigue sin reconocer nada más allá de la materia, aunque seamos incapaces de descubrir su substancia material pri-mordial.

Pero el agnosticismo, por así llamarlo, dominante en la mayoría de quienes conforman la base humana de eso que hemos dado en llamar Civilización Occidental, no deriva de un conocimiento de la ciencia oficial y de sus postulados, si-no de una indiferencia recalcitrante ante este tipo de cues-tiones, respecto de los cuales algunos llegan a decir que son temas que “les infunden miedo o al menos respeto”. ¿Miedo a la búsqueda espiritual?

Y es que un “buscador espiritual” es un raro ejemplar. Por eso un conocido masón, se define con la expresión “Peregri-

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no de la certeza”. En todo caso, me parece que esos buscado-res/peregrinos son para muchas personas gente rara, que no recibe una calificación excesivamente generosa por parte de la sociedad en su conjunto que, cuanto mucho y en el mejor de los casos, les dedica generosamente una leve sonrisa.

A mí me es indiferente esta actitud de otros porque mi búsqueda no reclama el asentimiento de los demás. El cami-no espiritual está plagado de soledades, además de otras co-sas. Y es que la verdad, en cuanto experiencia es intransferi-ble. Otra cosa es que, como pretende K. Wilber, las experien-cias agrupadas permitan crear con ellas una especie de base de datos para tratar de acercarse a los postulados metodoló-gicos de la ciencia oficial.

Por ello, entiendo que se puede estar produciendo un cambio de paradigma del hombre actual, puesto que tene-mos que inventar nuestro futuro, educando a nuestros hijos, que es la verdadera educación, la que se produce en el seno del hogar y con nuestro ejemplo y amor, para formar unos nuevas generaciones venideras de ciudadanos en nuevos va-lores. Quizás sea una utopía, pero tal vez podremos cambiar el mundo, si el mundo no nos cambia a nosotros, de acuerdo con las profecías mayas relativas al año actual, 2012.

El modelo de sistema capitalista que impera en el mundo globalizado actual está agotado, el sistema se desmorona por la ruptura de los valores tradicionales.

El modelo capitalista respondía a unas necesidades distin-tas de las actuales, ya que surgió con gran impulso creador para una población mundial inferior a los 2000 millones de habitantes, que actualmente se han multiplicado por tres, es decir con 6000 millones de habitantes, pero los recursos no se han multiplicado por tres.

El mercado de la sociedad capitalista no es libre, ya que únicamente podremos elegir de acuerdo con nuestro poder económico. El sistema está a favor de los intereses del poder. El intercambio en el que cada parte adquiere lo que quiere y

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puede. La justicia, lo justo está en cumplir lo acordado en contrato, o de palabra, no en el equilibrio balanceado entre las partes.

La “verdad vital” es aquella verdad en la que creemos, como conjunto de creencias y a esa verdad yo sirvo y nos mueve a obrar en consecuencia.

Pero es de necios confundir valor y precio, nos decía el poeta masón Antonio Machado y, por tanto es de suponer, se encontrará en estos momentos entre la escuadra y el compás en el Oriente Eterno.

Un buen amigo me dijo hace algún tiempo:

Nunca guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives es una ocasión especial. Todavía pienso como me ha cambiado la vida estas palabras.

Ahora leo más y trabajo menos. Me siento en el patio o en la terraza…y admiro el panorama sin prestar atención a los hierbajos del jardín. Lo que denominan los italianos “el dol-ce far niente” (el dulce no hacer nada).

Paso más tiempo con mi familia y mis amigos y menos tra-bajando.

He entendido que la vida es un conjunto de experiencias para gozar, no para sobrevivir. No guardo nada. Usamos la mejor vajilla todos los días que nos apetece. Me pongo el tra-je nuevo para ir al Supermercado cuando me apetece.

Ya no guardo mi mejor colonia para fiestas y celebraciones especiales, la uso todas las veces que me apetece.

Si merece la pena ahora… ¿porqué esperar? Carpe Diem, vive el momento, decían los romanos.

Cada día me digo a mí mismo que este es un día especial. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo… es espe-cial.

Como creyente cristiano, tengo fe en Dios, en su infinita bondad, para que ilumine al hombre y encuentre el camino

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adecuado, continuando su andadura en la Tierra, y saliendo fortalecido de estas transformaciones Universales que le de-paran.

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