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César Bedoya G.(*) o E ndías anteriores a la realización de la versión cuadragésimo octa- va de la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE), correspondiente al 2010, en la prensa han circulado diver- sos análisis de la coyuntura y las ten- dencias de la economía peruana, el clima de negocios y el clima político. No hay que dejar pasar que este es lo que se suele llamar un "CADE electoral". En estos análisis e interpretaciones desde distintos enfoques me llamó la atención que en varios aparecía que una de las amenazas más presentes en la coyun- tura y hacia adelante eran los conflictos sociales. En el suplemento de economía y negocios de El Comercio (8-11-10), apareció una interesante nota en donde se hacía un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) al país y ahi claramente, en el cuadrante de amenazas, aparecían los conflictos sociales. En efecto, el sentido común puede dictar que los conflictos sociales afectan la estabilidad, generan incertidumbre, pérdidas de distinto alcance, tipo y gravedad. En este punto lo que me pro- duce un poco de confusión es que si uno revisa con cierta curiosidad manuales de sociología, ciencia política, y para irnos al mundo de los negocios manuales de ad- ministración o management, nos vamos a dar con una sorpresa singular. En todos vamos a encontrar una cosa concreta: los conflictos son consustanciales a la convivencia humana, son naturales a la vida en sociedad; es más, es preciso verlos y abordarlos como oportunidad para el cambio. Entonces, ¿el conflicto es una amenaza o una oportunidad? Pienso que la raíz de la confusión puede que provenga del concepto o noción de conflicto que manejamos y que Conflictos: ¿amenaza u oportu nidad? Los desacuerdos son inherentes a nuestra condición humana y en la mayoría de los casos se convierten en una ocasión para refundar las relaciones. Lo que hay que evitar es que la sangre llegue al río. incorporamos como parte de nuestro sentido común: asociamos conflicto a cri- sis y a violencia. Al hacer esta asociación, en automático le adscribimos a la noción conflicto una valoración negativa, nociva y por tanto hay que evitarlo, erradicarlo, desaparecerlo de nuestra vida. Si nos situamos en el plano de las definiciones entonces vamos tener que el conflicto es una situación que se produce cuando dos o más partes se perciben como un obstáculo para la satisfacción de sus respectivos intereses y necesi- dades. Como consecuencia de ello cada una de las partes realiza acciones que buscan persuadir, controlar, frustrar o eventualmente destruir a su contraparte. En tal sentido, crisis no es sinónimo de conflicto, sino más bien una etapa del conflicto, cuando se han intentado des- plegar distintos modos de abordaje y las partes no logran acuerdos y más bien se atrincheran en sus posiciones y las em- piezan a expresar de modo violento. Es decir, el conflicto es un hecho natural de la convivencia humana, la crisis es un momento en el desarrollo de un conflicto y la violencia, la manera cómo un con- flicto puede expresarse. Tres cosas distintas. Si seguimos en esta lógica sencilla, la amenaza no sería en si la existencia de conflictos, porque como vemos estos son parte de nuestra vida en sociedad. La amenaza real sería que estos escalen a (*) Sociólogo. Profesor de la PUCP.Consultor asociado de ProDiálogo www.prodialogo.org crisis y que se manifiesten de manera violenta. Y si seguimos en clave FODA, la debilidad radicaría en que frente a la amenaza de crisis y violencia no se cuente con los mecanismos adecuados para tramitar constructiva mente los con- flictos y aprovechar su potencial de opor- tunidad y cambio. El conflicto, pienso, hay que verlo como una señal de alarma, como un síntoma que precisa ser atendido en el núcleo o las fuentes que lo generan, que pueden ser de distinto tipo e intensidad, sean estas la interpretación que cada parte tiene de los hechos, la escasez de recursos, las necesidades insatisfechas, la calidad de la relación, la estructura del vinculo, las cosmovisiones o valores dis- tintos, entre otras. Un conflicto ade- cuadamente abordado genera valor al vinculo, porque transforma la situación anterior, que generó las condiciones para el conflicto, en otra distinta, que en su desenvolvimiento tal vez genere otro u otros conflictos, que igual deberán ser constructiva mente abordados y asi el cambio se constituye en un valor de mejora permanente. Creo que debemos cambiar nuestra mirada y asumir el conflicto como lo que es: un hecho de la vida, de la vida en sociedad, y nuestro esfuerzo no se debe disipar en tratar de que los conflictos no existan o emerjan, sino en prevenirlos y abordarlos de manera constructiva y transformativa, de modo que añadan valor a la relación, al negocio o a la organización .• hola 09

Conflictos: ¿amenaza u oportu nidad? · César Bedoya G.(*) o E ndías anteriores a la realización de la versión cuadragésimo octa-va de la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE),

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César Bedoya G.(*) oEndías anteriores a la realización

de la versión cuadragésimo octa-va de la Conferencia Anual de

Ejecutivos (CADE), correspondiente al2010, en la prensa han circulado diver-sos análisis de la coyuntura y las ten-dencias de la economía peruana, el climade negocios y el clima político. No hayque dejar pasar que este es lo que sesuele llamar un "CADE electoral". Enestos análisis e interpretaciones desdedistintos enfoques me llamó la atenciónque en varios aparecía que una de lasamenazas más presentes en la coyun-tura y hacia adelante eran los conflictossociales. En el suplemento de economíay negocios de El Comercio (8-11-10),apareció una interesante nota en dondese hacía un análisis FODA (Fortalezas,Oportunidades, Debilidades, Amenazas)al país y ahi claramente, en el cuadrantede amenazas, aparecían los conflictossociales.

En efecto, el sentido común puededictar que los conflictos sociales afectanla estabilidad, generan incertidumbre,pérdidas de distinto alcance, tipo ygravedad. En este punto lo que me pro-duce un poco de confusión es que si unorevisa con cierta curiosidad manuales desociología, ciencia política, y para irnos almundo de los negocios manuales de ad-ministración o management, nos vamosa dar con una sorpresa singular. En todosvamos a encontrar una cosa concreta:los conflictos son consustanciales a laconvivencia humana, son naturales a lavida en sociedad; es más, es precisoverlos y abordarlos como oportunidadpara el cambio. Entonces, ¿el conflicto esuna amenaza o una oportunidad?

Pienso que la raíz de la confusiónpuede que provenga del concepto onoción de conflicto que manejamos y que

Conflictos:¿amenaza u

oportu nidad?Los desacuerdos son inherentes a nuestra condiciónhumana y en la mayoría de los casos se convierten enuna ocasión para refundar las relaciones. Lo que hayque evitar es que la sangre llegue al río.

incorporamos como parte de nuestrosentido común: asociamos conflicto a cri-sis y a violencia. Al hacer esta asociación,en automático le adscribimos a la nociónconflicto una valoración negativa, nocivay por tanto hay que evitarlo, erradicarlo,desaparecerlo de nuestra vida.

Si nos situamos en el plano de lasdefiniciones entonces vamos tener que elconflicto es una situación que se producecuando dos o más partes se percibencomo un obstáculo para la satisfacciónde sus respectivos intereses y necesi-dades. Como consecuencia de ello cadauna de las partes realiza acciones quebuscan persuadir, controlar, frustrar oeventualmente destruir a su contraparte.En tal sentido, crisis no es sinónimo deconflicto, sino más bien una etapa delconflicto, cuando se han intentado des-plegar distintos modos de abordaje y laspartes no logran acuerdos y más bien seatrincheran en sus posiciones y las em-piezan a expresar de modo violento. Esdecir, el conflicto es un hecho natural dela convivencia humana, la crisis es unmomento en el desarrollo de un conflictoy la violencia, la manera cómo un con-flicto puede expresarse. Tres cosasdistintas.

Si seguimos en esta lógica sencilla, laamenaza no sería en si la existencia deconflictos, porque como vemos estos sonparte de nuestra vida en sociedad. Laamenaza real sería que estos escalen a

(*) Sociólogo. Profesor de la PUCP.Consultor asociado de ProDiálogo www.prodialogo.org

crisis y que se manifiesten de maneraviolenta. Y si seguimos en clave FODA, ladebilidad radicaría en que frente a laamenaza de crisis y violencia no secuente con los mecanismos adecuadospara tramitar constructivamente los con-flictos y aprovechar su potencial de opor-tunidad y cambio.

El conflicto, pienso, hay que verlocomo una señal de alarma, como unsíntoma que precisa ser atendido en elnúcleo o las fuentes que lo generan, quepueden ser de distinto tipo e intensidad,sean estas la interpretación que cadaparte tiene de los hechos, la escasez derecursos, las necesidades insatisfechas,la calidad de la relación, la estructura delvinculo, las cosmovisiones o valores dis-tintos, entre otras. Un conflicto ade-cuadamente abordado genera valor alvinculo, porque transforma la situaciónanterior, que generó las condiciones parael conflicto, en otra distinta, que en sudesenvolvimiento tal vez genere otro uotros conflictos, que igual deberán serconstructiva mente abordados y asi elcambio se constituye en un valor demejora permanente.

Creo que debemos cambiar nuestramirada y asumir el conflicto como lo quees: un hecho de la vida, de la vida ensociedad, y nuestro esfuerzo no se debedisipar en tratar de que los conflictos noexistan o emerjan, sino en prevenirlos yabordarlos de manera constructiva ytransformativa, de modo que añadanvalor a la relación, al negocio o a laorganización .•

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