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C O N O C I E N D O A L O S A N I M A L E S . Sala Verde 22.06.2014 Número 1 Año 1 Índice Prólogo 1 El Vuelo del Sapo 2 La Tortuga Gigante 8 La Planta de Bartolo 12 El Twist del Mono Liso 15 Epílogo 17 Contratapa 18 Fuente: vectorizados.com Prólogo ¿Ustedes conocen a los animales de la selva? ¿Los vieron en persona? Seguramente muchos de ustedes no, ya que si no es en una reserva natural o en un zoológico es muy difícil cruzarlos en medio de la ciudad entre tantos autos, colectivos, trenes, edificios, casas y avenidas. Ellos viven en la selva en un lugar muy lejos de acá. Pueden ser grandes, pequeños, suaves, rugosos, fuertes, con garras, ágiles y lentos. Entonces, les propongo descubrir juntos a cada uno de ellos. ¿Se animan?

Conociendo a los animales

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Publicación realizada por Lucas Dellatorre y Agustina Fiona Venturelli

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C O N O C I E N D O A

L O S A N I M A L E S .

Sala Verde 22.06.2014 Número 1 Año 1

ÍndicePrólogo 1

El Vuelo del Sapo 2

La Tortuga Gigante 8

La Planta de Bartolo 12

El Twist del Mono Liso 15

Epílogo 17

Contratapa 18

Fuente: vectorizados.com

Prólogo¿Ustedes conocen alos animales de laselva? ¿Los vieron enpersona? Seguramente

muchos de ustedesno, ya que si no es en

una reserva natural oen un zoológico esmuy difícil cruzarlosen medio de la ciudadentre tantos autos,colectivos, trenes,edificios, casas yavenidas. Ellos vivenen la selva en unlugar muy lejos deacá. Pueden ser

grandes, pequeños,

suaves, rugosos,fuertes, con garras,ágiles y lentos.Entonces, lespropongo descubrirjuntos a cada uno deellos. ¿Se animan?

Lo que más me gusta es volar–dijo el sapo.Los pájaros dejaron de cantar.Las mariposas plegaron las alas yse quedaron pegadas a la flores.El yacaré abrió la boca como paratragar toda el agua del río.El coatí se quedó con una pataen el aire, a medio dar un paso. Elpiojo, la pulga y el bicho colorado,arriba de la cabeza del ñandú, semiraron sin decir nada. Peroabriendo muy grandes los ojos.El yaguareté, que estaba a puntode rugir con el rugido negro, eseque hace que deje de llover, se lotragó y apenas fue un suspiro.El sapo dio dos saltos para el ladodel río, mirando hacia donde ibabajando el sol, y dijo:–Y ahora mismo me voy a dar elgusto.–¿Está por volar? –preguntó elpiojo.–Los gustos hay que dárselos envida, amigo piojo. Y hacía muchoque no tenía tantas ganas devolar.Un pichón de pájaro carpintero seasomó desde un huecodel jacarandá:–Don sapo, ¿es lindo volar? Yoestoy esperando que me crezcanlas plumas y tengo unas ganas queno doy más. ¿Usted me podríaenseñar?–Va a ser un gusto para mí. Ymejor si lo hacemos juntos contu papá, que es el mejor volador.–Sí, mi papá vuela muy lindo. Megusta verlo volar. Y picotearlos troncos. Cuando sea grandequiero volar como él, y comousted, don sapo.El piojo miraba y comenzaba aentender.El yacaré seguía con la bocaabierta.El tordo y la calandria se mirarony decidieron que era horade intervenir.–Don sapo –dijo el tordo–, ¿seacuerda de cuando jugamos aquién vuela más alto?

–Ustedes me ganaron –dijo lacalandria– porque me distrajecantando una hermosa canción,pero otro día podemos jugar denuevo.–Cuando quiera –dijo el sapo–,jugando todos estamoscontentos, y no importa quiéngane. Lo importante es volar.–Yo también –se oyó una voz quevenía llegando–, yo tambiénquiero volar con ustedes.–Amigo tatú –saludó el sapo–, québuena idea.–Pero no se olvide de que no megusta volar de noche. Ustedsabe que no veo bien en laoscuridad.–Le prometo que jamás volaremosde noche –dijo el sapo.La pata del coatí ya parecíatocar un tambor del ruido quehacía subiendo y bajando.El yacaré cerró los ojos perosiguió con la boca abierta.Los ojos de la pulga y el bichocolorado eran como una cuevade soledad. Cada vez entendíanmenos.El sapo sonrió aliviado.El tordo y la calandria le habíandado los mejores argumentosde la historia, y ahora el tatú letraía la solución final, ya que elsolse acercaba a la punta del río.–¿Se acuerda, amigo sapo –siguióel tatú–, cuando volábamospara provocarlo al puma ydespués escapar?–¿Así fue? Yo había pensado queel puma era el que escapaba.–No exageremos, van a pensarque somos unos mentirosos.6–¡Y qué otra cosa se puedepensar! –dijo la lechuza, quehabíaestado escuchando todo.–Gracias –dijo el sapo en voz baja,como para que lo escucharansolamente sus patas.Eso era lo que estaba esperando.Alguien con quien discutir yhacer pasar el tiempo.

–En todo el monte chaqueño nohay mentirosos más grandes–siguió la lechuza–. Y ustedes,bichos ignorantes, no les sigan eljuego a estos dos.–¿Cuándo dije una mentira?–preguntó el sapo.–¿Quiere que hable? ¿Quiere quele diga?–Hable nomás –dijo el sapo,contento porque la lechuza loestaba ayudando a salir delaprieto.–Mintió cuando dijo que los saposhicieron el arco iris. Mintiócuando dijo que hicieron losmares y las montañas. Cuandodijoque la tierra era plana. Cuandodijo que los puntos cardinaleseransiete. Cuando dijo que eradomador de tigres. ¿Quiere más?¿No lealcanza con esto?El sapo escuchaba atentamente ypensaba para qué ladoconvendría llevar la discusión.–Me sorprende su buena memoria,doña lechuza. Ni yo meacordaba de esas historias.–Y yo me acuerdo de otrahistoria, don sapo, esa de cuandousted inventó el lazo atando unmontón de víboras –dijo el piojo.–Otra mentira más grande todavía–rezongó la lechuza–, mirensi un sapo va a vencer a unmontón de víboras.Los ojitos del piojo brillaron depicardía.–Pero yo lo vi. Era una tarde enque el sol quemaba la tierra y laslagartijas caminaban en puntas depie. Yo vi todo desde la cabezadelñandú, ahí arriba, de donde se ve

El Vuelo del Sapo

más lejos.–Piojito, sos tan mentirosocomo el sapo y nadie te va acreer. Es mejor que se vayan deeste monte ya mismo. Y que novuelvan nunca más.8 9Después se oyó un SÍ, fuerte,claro, terminante y arrasador.Un SÍcomo para hacer temblar atodos los árboles del monte.Pero uno solo.La lechuza giro la cabeza paraaquí y para allá. Pero el SÍterminante y arrasador seguíasiendo uno solo. El de ella.Y entonces oyó un NO delyacaré, del piojo, de la pulga,delpuma, de todos los pájaros, delyaguareté y de mil animalesmás.El NO se oyó como un rugido,como una música, como unviento, como el perfume de lasflores y el temblor de las alasde las mariposas.Era un NO salvaje que hacíamover las hojas de los árboles yformaba olas enloquecidas enel río.La cabeza de la lechuza seguíagirando para un lado y para elotro. Había creído que estavez iba a ganarle al sapo, y degolpetodos sus planes se escapabancomo un palito por el río. Perorá‐pidamente se dio cuenta deque todavía tenía unaoportunidad. Yno había que desperdiciarla.Ahora sí que lo tenía agarrado:el sapo había dicho que iba avolar.Mientras tanto, todos losanimales festejaban el triunfodel sapo a los gritos. Tantogritaron que apenas se oyó elchasquido quehizo el sol cuando se zambullóen la punta del río. Pero eltatú,que estaba atento, dijo:–¡Qué mala suerte! ¡Qué malasuerte! Se nos hizo de noche y

ahora no podremos volar.–Yo tampoco quiero volar denoche –dijo el tordo–. A lostordos no nos gusta volar en laoscuridad.–Los cardenales tampocovolamos de noche –dijo elcardenal.–De noche solamente vuelanlas lechuzas y los murciélagos–dijeron los pájaros.–Será otro día, don sapo–cantó la calandria–. Lo sientomucho,pero no fue culpa nuestra. Esalechuza nos hizo perder tiempoconsus tonteras. ¿Usted no seofende?–Ahora que me acuerdo, yo séun poema que aprendí dando lavuelta al mundo –dijo el bichocolorado–. Dice así:De los bichos que vuelanMe gusta el sapoporque es alto y bajitogordito y flaco–¡Qué hermoso poema! –dijo elpichón de pájaro carpintero–.Cuando sea grande yo quierohacer poemas tan hermosocomo ése.–Doña Lechuza –dijo la pulga–,estas acusaciones son muygraves y tenemos que darlesuna solución.–Hay que decidir si el sapo esun mentiroso o un buencontador de cuentos –propusoel yacaré.–Eso es muy fácil –opinó elcoatí–, los que crean que elsapoes mentiroso digan sí. Los quecrean que no es mentirosodiganno. Y listo.

Fuente: vectorizados.com

Salita Verdete

Este trabajo fue realizadoen conjunto con losalumnos del Jardín...

Contacto:mail: [email protected]:www.lasalitaverde.com

Muchas gracias a todosaquellos queacompañaron esteproceso creativo. Por suapoyo y por todo lo queaportaron. Nombres:Lucas, Fiona, Marcelo,Franco, Bruno, Leonel,Angel, Susana, Daiana,Rocio, Sofia, Camila, ...,..., etc.

Los autores de esteproyecto son:Lucas Daniel Dellatorrey Agustina FionaVenturelli

Fuente: vectorizados.com

¡Hastala

próxima!