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EDUCACIÓN FÍSICA EN
ALUMNOS CON NECESIDADES
EDUCATIVAS ESPECIALES:
LESIÓN MEDULAR.
ÍNDICE:
1. Introducción 3
2. Definición 3
3. Características
3
4. Clasificación 4
5. Consecuencias a nivel motriz 6
6. Objetivos en Educación Física para alumnos con lesión medular 6
7. Metodología en Educación Física con alumnos con lesión medular 7
8. Adaptaciones en Educación Física Normalizada 9
9. Evaluación 12
10. Actividades 13
11. Bibliografía 16
12. ANEXO II: Etapas psicológicas por las que pasan tras la lesión 19
13. ANEXO III: Mapa de los dermatomas 22
2
1. INTRODUCCIÓN (Cecchini, J. A. 1996:50).
Para Cecchini la educación física es educación del ser humano que dialoga, se
comunica, se compromete físicamente con el mundo; diálogo que hemos precisado, en
una consideración ontológica, en el movimiento humano. Una educación del hombre
sistematizada a partir de la dialógica motriz.
Así, educar físicamente es, por tanto, ayudar a las personas con lesión medular en el
desarrollo y perfeccionamiento de todas sus capacidades y posibilidades humanas a
través del proceso de interacción física o motriz que establece con su entorno humano y
material. Los movimientos humanos, desde los más simples a los más complejos, son
manifestaciones de la conducta de un hombre (conductas motrices).
2. DEFINICIÓN (Blázquez Sellés, 2001).
Lesión medular es toda interrupción de la función neuronal y de la transmisión
de los impulsos nerviosos motores y/o sensitivos, en el ámbito de la médula espinal por
ruptura, compresión o estiramiento provocados por fracturas o luxaciones de las
vértebras, hemorragias o edemas, entre otras causas.
3. CARACTERÍSTICAS
La médula espinal forma parte del Sistema Nervioso Central y está albergada en
el conducto raquídeo y protegida por las vértebras óseas, siendo la continuación del
bulbo raquídeo y terminando en un extremo afilado llamado cono medular. (Barjadí y
Navarro, 2000). A su vez, es la encargada de llevar los impulsos nerviosos a través de
los nervios raquídeos, comunicando el encéfalo con el cuerpo, mediante dos funciones
básicas: la aferente (llevando las sensaciones hacia el cerebro), y la eferente (llevando
desde el cerebro la orden motora a los órganos efectores). Entre sus funciones también
encontramos el control de movimientos inmediatos y vegetativos (como los arcos
reflejos) a través de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. La denominación
de las vértebras a través de las cuales se distribuyen los nervios raquídeos, se realizan
con la letra correspondiente a la zona de la columna vertebral (Cervical: C, Dorsal: D,
Lumbar: L, y Sacra: S) y un número, que indica la posición cefalocaudal de la misma en
esa zona. Por ejemplo L1 hace referencia a la primera vértebra lumbar.
3
En la médula pueden producirse lesiones completas o incompletas, así como
afectarse sus raíces por diferentes causas. Es importante hacer mención a tres aspectos
que deben tenerse en cuenta para reconocer los efectos de la lesión medular. Éstos son:
(Barjardí y Navarro, 2000).
A mayor altura de la lesión, mayor es la pérdida de funciones motora, sensitiva y
autónoma.
La extensión del daño medular, es decir, si afecta totalmente al plano trasversal
o si es una lesión parcial medular.
El tiempo trascurrido desde que se produjo la lesión, puesto que si no es
completa, las manifestaciones pueden ser reversibles si se trata al lesionado antes de
las 6 horas, así como la disfunción medular, si se ha instaurado de forma aguda o
progresiva, siendo la primera potencialmente reversible con tratamiento quirúrgico.
Las causas de una lesión medular son variadas. Éstas son: enfermedades
infecciosas y degenerativas que afectan a la médula, tumores, alteraciones congénitas,
hernias de discos intervertebrales, coágulos sanguíneos y lesiones traumáticas,
seccionando total o parcialmente la médula, o instaurando un cuadro de compresión
medular por edema, hemorragia o elongación medular. Éstas últimas son las que más
predominan en niños y personas jóvenes debidas a accidentes, sobretodo de tráfico, o a
heridas penetrantes. (Barjardí y Navarro, 2000).
4. CLASIFICACIÓN
A nivel motor, dependiendo de la localización y amplitud de la lesión puede
producirse una parálisis (pérdida total de la función motora voluntaria secundaria a la
lesión del tejido nervioso o muscular). La parálisis producida por lesión medular puede
clasificarse como: Monoplejia (o parálisis de una sola extremidad), diplejia (o parálisis
de las dos extremidades superiores o de las dos inferiores), paraplejia (o parálisis de las
extremidades inferiores siendo una lesión por debajo de C8), cuadriplejia (o parálisis de
las dos extremidades superiores y de las dos inferiores siendo una lesión por encima de
C8) y pentaplejia (o parálisis de todas las extremidades y el cuello). (Tórtora y
Grabowski, 1998) y (Blázquez Sellés, 2001).
A su vez, la lesión medular puede ser completa o incompleta: (Tórtora y
Grabowski, 1998).
4
- La sección transversal completa de la médula espinal significa que ésta ha sido
cortada de un lado a otro, por lo que se han seccionado todos los fascículos
ascendentes y descendentes. Esto se traduce en una pérdida de todas las sensaciones
y movimientos voluntarios por debajo del nivel de la sección.
- La hemisección es una sección parcial de la médula espinal en el lado derecho o
en el izquierdo. Por debajo del nivel de la hemisección se produce una pérdida de las
sensaciones propioceptivas (funciones sensoriales relacionadas con sentir la
posición relativa de las partes del cuerpo) y táctiles en el mismo lado de la lesión si
hay sección del cordón posterior, parálisis del mismo lado si se ha cortado el
fascículo carocoespinal lateral, y pérdida de las sensaciones del dolor y temperatura
en el lado opuesto si se ha cortado el fascículo espinotalámico.
Además de la presencia de alteraciones motrices, se pueden ver afectadas otras
funciones (Bajardí y Navarro, 2000):
- Respiratorias: Si la lesión está instaurada por encima de C4, la persona puede
presentar parada respiratoria por parálisis de los músculos respiratorios, incluido el
diafragma. Cuando la lesión se localiza entre los segmentos C5 a D12 pueden verse
afectados algunos o todos los músculos intercostales, dependiendo de la altura de la
lesión.
- Cardiovasculares: Se producirá hipotensión a consecuencia de la pérdida de tono
simpático, lo que provocará una hipotensión ortostática (producida por la posición
del cuerpo).
- Neurológicas: Provocan tanto manifestaciones motoras como sensitivas por
debajo del nivel de lesión, pudiendo estar ausente o disminuida la función motora,
así como la sensibilidad, instaurándose en la persona una tetraplejia o paraplejia.
Los reflejos pueden estar ausentes o ser anormales por debajo del nivel de la lesión.
- Gastrointestinales: La motilidad abdominal está alterada y dar lugar a un
intestino reflejo o hipotónico.
- Urológicas: Si la lesión afecta los segmentos medulares que regulan el centro de
la micción (S1, S2, S3), la persona va presentar problemas urinarios siendo incluso
necesario el autosondaje.
- Termorreguladores: Se puede presentar disminución de la temperatura en las
zonas por debajo de la lesión por disfunción autónoma que afecte los mecanismos
reguladores de la temperatura.
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5. CONSECUENCIAS A NIVEL MOTRIZ
Las consecuencias a nivel motriz son muy variadas, dependiendo del tipo y la
localización de la lesión. En ocasiones es muy útil consultar el mapa de los dermatomas
(mapa de áreas de la piel inervada por una raíz o nervio de la médula espinal. Anexo 3):
- Lesiones en las vértebras cervicales (C-1/C-7): Normalmente causan pérdida de
funciones en los brazos y en las piernas, resultando una tetraplejia.
- Lesiones en las vértebras dorsales (D-1/D-12): Generalmente afectan al pecho y
las piernas, resultando una paraplejia. Si la lesión esta entre la vértebra D-1 y D-8,
hay control de brazos y manos, pero un mal control del tronco, como resultado de la
carencia o deficiencia de control de los músculos abdominales. Las lesiones dorsales
más bajas, de la D-9 a la D-12, permiten un buen control del tronco y de los
músculos abdominales.
- Lesiones en las vértebras lumbares (L-1/L-5): Producen una disminución del
control de los flexores de cadera y piernas. Por encima de L-1 y L-2, puede existir
flexión de caderas. Pueden precisar de órtesis que fijen las rodillas pudiendo realizar
marchas avanzando independientemente cada miembro inferior. Entre L-3 y L-4, se
tiene conservadas la extensión de las rodillas.
- Lesiones en las vértebras sacras (S-1/S-5): Normalmente producen algunas
pérdidas de funciones en las caderas y las piernas.
- Entre L-5 y S-1, se controla la flexión de tobillo, aunque está alterada la
extensión de caderas. Pueden realizar la marcha, aunque tienen dificultades en ir
hacia atrás. De S-3 a S-5, la función motora se aproxima a la normal.
6. OBJETIVOS EN EDUCACIÓN FÍSICA PARA ALUMNOS CON LESIÓN
MEDULAR (Cumellas M. y Estrany C., 2006) y (Germán Zucchi, D., 2001).
Los objetivos en Educación Física no solo se van a limitar al desarrollo de las
habilidades deportivas. Los principales objetivos a desarrollar para alumnos con lesión
medular serán los siguientes:
1. Progresar en la autonomía y la iniciativa personal.
2. Conocer el propio cuerpo y sus posibilidades motrices, aceptando sus
limitaciones positivamente.
3. Desarrollar las capacidades condicionales, utilizando todos los músculos
conservados: importancia de los estiramientos y del desarrollo de la resistencia
aeróbica.
6
4. Comunicarse mediante la expresión corporal, desarrollando el sentido estético y
creativo.
5. Promover la auto-superación y la auto-confianza.
6. Establecer el ámbito de la educación física como medio de integración.
7. Contribuir con la intervención terapéutica para mantener y mejorar las funciones
motoras, sensoriales y mentales.
8. Estimular el crecimiento armónico, previniendo deformidades y malas posturas.
Otros objetivos a desarrollar en alumnos con lesión medular son:
1. Conocer y aceptar la propia identidad.
2. Adquirir la percepción espacio-tiempo.
3. Mejorar las cualidades perceptivo-motoras.
4. Adquirir y perfeccionar las capacidades coordinativas.
5. Resolver situaciones en el juego.
6. Valorar y disfrutar con la actividad física.
7. Aprender a disponer sanamente del tiempo libre y el ocio fuera del aula.
8. Promover el deporte como estilo de vida.
9. Desarrollar las bases específicas de la educación física.
7. METODOLOGÍA EN EDUCACIÓN FÍSICA CON ALUMNOS CON LESIÓN
MEDULAR. (Ruiz Pérez, L.M. (2002).
El aprendizaje es un cambio progresivo. Las aptitudes reclamadas en cada etapa
de aprendizaje de las habilidades no son las mismas, y si en un inicio son más de
carácter cognitivo, cuando la tarea está dominada y automatizada, las aptitudes
requeridas son de naturaleza preferente motriz.
A medida que el sujeto aprende va dominando la tarea y conociendo mejor sus
propias acciones, sobre sus errores y sobre la posibilidad estratégica de aplicar lo
aprendido a situaciones nuevas (Ruiz, 1989).
El maestro conocerá la situación del alumno y la categoría de aprendizaje en que
se encuentra para permitir una actuación pedagógica más adaptada. Deberá presentar la
información de manera que los alumnos puedan comprender los objetivos de la tarea y
elaborar así su plan (imagen) de acción utilizando todos los canales posibles. Es
imprescindible la presentación clara del objetivo ya que el alumno debe saber cuál es el
problema a solucionar. Es importante confirmar que se ha comprendido el objetivo lo
7
que puede hacerse pidiendo a los alumnos que verbalicen la tarea. Mantendrá en todo
momento un estado de motivación que facilite el proceso de aprendizaje. Existirá un
intercambio de información continuo, siendo éste más intenso en la fase inicial.
En la fase inicial el maestro se mostrará modelos visuales, dará las explicaciones
necesarias y movilizará quinestésicamente a sus alumnos si fuera necesario.
Adaptándolo en todo momento a la capacidad de comprensión y experiencia motriz de
los alumnos. Se debe resaltar lo que hace bien frente a la multitud de errores que en esta
fase pueda cometer.
Fase intermedia: Se les ofrecerá información de lo que hacen y se les dará
tiempo para que el alumno integre la información en sus propias acciones. Con práctica
y experiencia la atención del alumno se hará más selectiva y se concentrará en
elementos más relevantes de la habilidad.
Distribuir los períodos de descanso frente a los de práctica, el tipo de práctica
(física, mental), la determinación de la similitud de las situaciones de aprendizaje con
las reales, etc. En esta etapa es muy importante el contexto motivacional ya que pueden
aparecer períodos de aparente no mejora lo que puede desanimar a los alumnos. Se han
de tener en cuenta además la fatiga, el aburrimiento, los errores educativos… La
disposición del material y del entorno donde se lleva a efecto el aprendizaje es también
importante así como la utilización de material adaptado, referencias espaciales…
Fase final: El maestro debe favorecer que perfeccione al máximo la imagen del
movimiento, ayudándole en la eliminación de los movimientos innecesarios y las
tensiones musculares superfluas. Es esencial la precisión en las retroalimentaciones.
Parlebas define la educación física como una pedagogía de conductas motrices,
Aporta el concepto de sociomotricidad donde el sujeto no actúa aislado. En este
contexto la conducta motriz toma nuevos significados de los que no se pueden omitir las
interacciones afectivas y cognitivas. (Sánchez Bañuelos, F. y Fernández García, E.,
2002).
Debido a que la mayoría de las lesiones medulares se producen por accidentes
hay que prestar atención a las etapas psicológicas por la que pasan tras la lesión (ver
anexo II). No existe una personalidad y/o formas de reaccionar únicas del lesionado
medular. La lesión rompe el ritmo de vida, equilibrio y proyectos que el individuo o su
familia había establecido, surgiendo la creencia de que la vida, tal y como se conoce, no
se puede continuar y esto genera tristeza, miedo al rechazo social y pérdida de
autoestima.
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8. ADAPTACIONES EN EDUCACIÓN FÍSICA NORMALIZADA (Cumellas M.
y Estrany C., 2006).
Debido a las características de los alumnos con lesiones medulares, debemos hacer
ciertas adaptaciones en distintos elementos del currículum. Haremos adaptaciones en:
1. La evaluación. Es importante evaluar desde el primer momento que nos
encontramos con un alumno con N.E.E. para saber cuáles son sus capacidades reales
a la hora de realizar actividad física. Del mismo modo, la evaluación final será
consecuente con esta primera observación del sujeto y se valorarán sus logros a lo
largo de todo el proceso.
2. La metodología:
Normalizaremos los sistemas de comunicación en el aula.
Priorizaremos los métodos que favorezcan la experiencia directa.
Emplearemos estrategias que favorezcan la motivación y los intereses del
alumno en pro de un aprendizaje funcional.
Emplearemos refuerzos variados.
Propiciaremos estrategias de autoaprendizaje para desarrollar su autonomía,
tanto fuera como dentro del aula.
Potenciaremos los grupos de enseñanza que favorezcan la integración del
alumno con lesión medular.
Introduciremos objetivos y contenidos cambiando la secuencia o modificando la
temporalización.
3. Las actividades de enseñanza-aprendizaje:
o Diseñaremos actividades amplias con diferentes grados de dificultad que
permitan al alumno con lesión medular adaptarse poco a poco.
o Diseñaremos actividades distintas para un mismo contenido atendiendo a la
diversidad del aula.
o Planificaremos actividades de libre elección que aumenten la iniciativa del
alumno con lesión medular.
o Introduciremos actividades que supongan un reto al alumno, pero que al mismo
tiempo sean accesibles, para evitar la frustración.
4. Usaremos facilitadores pedagógicos:
Apoyo verbal (explicaciones breves y concisas).
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Apoyo visual (demostración previa).
Apoyo manual.
División del movimiento en secuencias.
5. Adaptaciones del medio:
Adaptaremos el espacio, sobre todo con alumnos en silla de ruedas.
Utilizaremos material que permita y favorezca un manejo adecuado en alumnos
con estas limitaciones.
Simplificación de las percepciones (variando la trayectoria, la velocidad, el
tamaño de los móviles y la altura y la distancia de los pases).
6. Simplificación de las actividades:
Adaptación de las reglas del juego.
Atribución de un puesto concreto en el juego del alumno.
Permitir la participación de otros (ayudantes o apoyos).
Variar las dimensiones del terreno.
La importancia de la actividad física en alumnos con lesión medular es cada vez mayor.
Nos encontramos ante un medio que va a facilitar y potenciar su proceso de
recuperación y su integración en su contexto escolar.
Con los alumnos con discapacidades motoras, es importante:
1º. Sensibilización. Es esencial que en las primeras clases se realicen juegos y
actividades que permitan que los alumnos del resto del grupo comprueben y valoren las
posibilidades y limitaciones de los alumnos con discapacidad. Se realizarán actividades
donde el alumno con limitaciones sea el protagonista principal en actividades como
lanzamientos, carreras, pasar entre unos conos o subir rampas con sillas de ruedas.
Es fundamental que los comentarios verbales sean positivos para que el alumno pueda
afrontar con éxito las situaciones.
2º. Comunicación. Hablar a su altura. No hablar con otra persona fuera de su
campo visual para que no se sienta ignorado. El alumno debe poder compartir y
comunicar sus experiencias.
3º. El “guía”. Aparte del profesor especialista en Educación Física, es importante
que haya otro profesor especialista como “guía”. Esta persona auxiliar facilita la
movilidad y adaptación del estudiante con limitaciones físicas tanto dentro del aula
como en las clases de Educación Física. Si el centro no dispone de él, es aconsejable
10
que cuando los alumnos tienen más de diez años ese papel lo asuma un compañero de
clase durante un tiempo largo, como por ejemplo dos meses.
En los juegos y deportes de equipo donde el alumno con discapacidad tenga que hacer
pases, lanzar el balón a una canasta, a portería, etc. aparte del auxiliar-guía que le ayuda
en el desplazamiento de la silla de ruedas, un compañero de su equipo que le defienda
cuando va a lanzar, pasar o recibir una pelota.
4º. Actividades y juegos.
Cuando realicemos las actividades, el alumno debe llevar puesto un cinturón de
seguridad.
Prestar mucha atención y comprobar que el chándal, camisetas, cojín,... estén bien
sujetos y no se enganchen en las ruedas.
Cuando nos desplacemos con él, no debemos empujar la silla de ruedas muy rápido
ni realizar giros bruscos sin avisar antes al alumno.
En los lanzamientos, utilizará su silla y si es diestro, con la mano izquierda se
sujetará a un palo sujeto al suelo para poder impulsarse al lanzar. Estará bien atado
con un cinturón. Lanzará objetos diversos y de poco peso (Cumellas M. M Méndez,
J., 1999).
En las carreras iniciará el desplazamiento con tres impulsos. Se realizarán muchos
ejercicios de velocidad de reacción y será importante desarrollar su flexibilidad y
fuerza para que mejoren sus habilidades.
5º. Desplazamientos, movilidad y transporte de silla a otro lugar: Tomando
como referencia el libro de Sergio Hugo Campagnolle (1998):
Procurar ir siempre a su ritmo.
Ayudar en las funciones que no pueda realizar como cambios posturales o al iniciar
una actividad nueva. Antes de ayudarle a levantarse o sentarse, asegurarse que los
frenos de la silla están sujetos.
Si el alumno es suficientemente autónomo, le ayudaremos sólo cuando nos lo pida y
como nos lo pida. Si no lo es, debemos saber qué método es el más adecuado para él
y dejar que él mismo nos indique las maniobras a seguir.
Si el alumno puede colaborar, una sóla persona lo podrá realizar. Con los frenos
puestos, el escolar apoyará sus pies en el suelo. El profesor pondrá un brazo
alrededor de su cintura y el otro bajo sus muslos, cerca de las rodillas. Uno de los
brazos del escolar rodeando el cuello del profesor y lo levantaremos. Si el alumno
pesa mucho, necesitaremos la ayuda de otra persona.
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En un terreno desigual, empujar la silla inclinándola sobre las ruedas grandes.
Nunca inclinar de lado ni hacia delante.
No levantar nunca la silla de ruedas tirando de los brazos de ésta.
Para bajar un escalón, inclinar la silla empujando con el pie una de las barras de
soporte. Empujar la silla suavemente hasta llegar justo al escalón. Nunca debemos
levantar primero una rueda y luego otra. Se ha de bajar con la silla perpendicular al
escalón. Si las ruedas grandes están delante, bajaremos el escalón de espaldas.
Para subir un escalón, la silla de ruedas deberá estar perpendicular a éste.
Bajar escaleras con una sola persona. Colocar la silla de cara a las escaleras y de
forma equilibrada. Avanzaremos la silla hasta llegar a tener las ruedas grandes cerca
del peldaño. Nuestro cuerpo será el contrapeso de la silla.
Bajar escaleras con dos personas. Una de ellas sujeta la silla por detrás y la inclina.
La otra sujeta la silla por el reposapies que hay delante y frena la bajada ayudando a
equilibrar.
Subir escaleras con una sola persona. La silla ha de estar de espaldas a las escaleras.
Antes de subir, inclinar la silla hacia atrás.
Subir escaleras con dos personas. Cuando las ruedas grandes están delante, el
alumno pesa mucho o no estamos seguros o no tenemos fuerza suficiente.
9. EVALUACIÓN (Sánchez Bañuelos, F. y Fernández García, E. (coord.), 2002). Y
(Toro, S. y Zarco, J. A., 1998)
Para la evaluación podemos utilizar las siguientes purebas: Antropométricas,
psicomotoras (Test motor de Ozeretzki recomendado para alumnos de 6 a 14 años. Ésta
explora aspectos como: la coordinación de manos, coordinación estática, coordinación
dinámica, rapidez de movimientos, movimientos simultáneos y ausencia de sincinesias),
de destreza deportiva y de aptitud física.
No existen pruebas motoras específicas para lesión medular. Nosotras creemos
necesario que en aquellas que se elijan será necesario realizar adaptaciones dependiendo
de las características del alumno con lesión medular.
En las pruebas que podemos adaptar están las siguientes pruebas de aptitud
física:
12
Resistencia aeróbica: Test de Cooper (el alumno deberá recorrer la mayor distancia
posible, en 12 minutos. Podrá disminuir el ritmo, si aparece fatiga e inclusive podrá
caminar. Para evaluar la performance del atleta se realiza en función de la "Edad",
"Sexo" y entre la distancia recorrida en metros. El alumno con lesión medular podrá
realizar este test en silla de ruedas. Los resultados que se obtienen son: rendimiento
pobre, regular, bueno, muy bueno y excelente.
Velocidad: carrera de 20-30-40 metros, tapping-test de brazos (el objetivo de esta
prueba es medir la velocidad cíclica de movimiento de los brazos).
Fuerza-resistencia: Abdominales en un minuto.
Fuerza: Lanzamiento de balón medicinal. Flexiones de brazos en barra.
Flexibilidad: Flexión profunda del tronco y giro de brazos hacia atrás.
10. ACTIVIDADES (Cumellas, M., 2006).
BALÓN-TIRO: Habilidades coordinativas +8 años
Terreno: Pista mini-básquet.
Material: pelota de espuma o plástico tamaño balonmano.
Descripción: Se formarán dos grupos. El espacio estará dividido en un campo de juego
rectangular, dividido en dos, formando dos zonas, una para cada equipo. En el extremo
hay dos zonas de cementerio, donde irán los “muertos” del equipo contrario. Cada
equipo se sitúa en una de las zonas. El que inicia el juego lanza la pelota contra el
equipo contrario intentando “matar” a uno de los jugadores (tocándolo con el balón). Si
toca alguno, éste estará muerto y debe ir a la zona del “cementerio, con la pelota
lanzadora sobre algún alumno del equipo contrario para tocarle, salvarse y volver otra
vez a su campo. Si un jugador intercepta el balón y no se le cae, no se le considera
“muerto”.
Reglas: no se pueden pisar las líneas del campo. Gana el equipo que logra “matar” a
todos los del equipo contrario. Si un jugador es tocado, está “muerto” debe ir a la zona
del “cementerio “del equipo contrario y lanzar para intentar salvarse, tocando con la
pelota a otro compañero.
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Adaptación: El alumno en silla de ruedas, estará muerto cuando la pelota toque en una
parte determinada de la silla, pactada antes.
Cuando tenga que lanzar, dirá “stop” y los contrarios permanecerán quietos hasta el
lanzamiento.
PELOTA ENCESTE: HABILIDADES COORDINATIVAS. +8
Terreno: patio o gimnasio.
Material: pelotas de boccia, cubo. Sillas.
Se divide la clase en grupos de cuatro. Se señala una línea de salida y a diez metros una
meta. Un alumno de cada grupo se sienta en una silla y debe encestar una pelota de
boccia dentro de un cubo, el cual el lanzador decidirá a qué distancia está. Cuando
enceste, el lanzador moverá la silla hasta el cubo y moverá el cubo. Así irá avanzando
hasta la meta. Los tres compañeros del equipo se ayudarán a recuperar la pelota e
intentarán pasar esta rápidamente al compañero que lanza.
Reglas: gana el equipo que llega a la meta. Se ha de lanzar siempre desde la silla y no se
puede avanzar si la pelota no se ha introducido en el cubo.
RELATOS GESTUALES: EXPRESIÓN CORPORAL +8
Descripción: se hacen grupos de 6 alumnos. Uno de los escolares empieza realizando
una determinada acción de forma precia y clara El siguiente añade otra acción acorde
con la del primero y así sucesivamente con el fin de tratar un relato gestual y motriz.
Cada vez que se acaba un relato, los grupos discuten y deben adivinar qué ha pasado.
LA CORRIENTE: Consciencia corporal. 6-7 años.
Terreno: cualquiera.
Material: cuerda, cinta.
Descripción: se colocan todos los participantes formando un círculo cogidos de las
manos, excepto uno que se colocará en el centro.
Uno de los alumnos del círculo empieza pasando la corriente a otro estudiante del
grupo. Dice su nombre el alto y aprieta la mano del que tiene a su lado sin que le vea el
del centro para que empiece la corriente a correr y le llegue a la persona elegida.
Reglas: el que está en el centro tiene que intentar ver, por el movimiento de las manos,
por dónde pasa la corriente y decirlo. Si lo consigue, se salva.
Si el escolar a quien iba dirigida la corriente la recibe, dice recibida.
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LOS DIBUJOS: CONSCIENCIA CORPORAL. +6
Terreno: cualquiera.
Material: ninguno.
Descripción. Los estudiantes se sientan en el suelo con su pareja detrás suyo. Los que
están detrás tendrán que dibujar un objeto en la espalda con el dedo y los de delante
reconocerlo.
Reglas: un tiempo determinado para cada dibujo.
Adaptación. El alumno en silla de ruedas se colocará en el suelo o el dibujo se le hará
en el brazo o la mano.
EL MINUTO. CONSCIENCIA CORPORAL +8
Terreno: patio o gimnasio.
Material: un reloj.
Descripción: Todos los alumnos se tumban en el suelo con los ojos cerrados. Cuando
cada uno crea que ha pasado un minuto, se levantará y se sentará en el suelo. El profesor
controlará el tiempo mediante un reloj y dirá quién ha ganado o se ha acercado más al
tiempo establecido.
15
11. BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía editada en papel:
Bardají Fondos, T y Navarro Gómez, M. V. (2000). Enfermería Médico-
Quirúrgica: Necesidad de movimiento. (2ª Edición). Barcelona: Editorial Masson.
Blázquez Sellés, A. (2001). Lesiones de la médula espinal. En Rosa Píriz y
Mercedes de la Fuente (coords.), Enfermería S21. Vol. Enfermería medico-
quirúrgica II (pp-841-856). Madrid: DAE
Comité Olímpico Español (1994). Deportes para minusválidos físicos, psíquicos
y Sensoriales.
Cumellas Riera, M . (2006). Discapacidades motoras y sensoriales en Primaria:
la inclusión del alumnado en Educación Física: 181 juegos adaptados, unidad
didáctica: deporte adaptado. (1ª Edición). Barcelona: INDE.
Cumellas Riera, M. y Estrany Font C. (2006): Discapacidades Motoras y
Sensoriales en Primaria. La inclusión del alumnado en Educación Física. INDE
Publicaciones.
Fernández, E., Cecchini, J.A., Zagalaz, M.L.(2002). Didáctica de la Educación
Física en la Educación Primaria. Madrid: Síntesis.
González Eugenio (coord.) (2002). Necesidades educativas especiales.
Intervención psicoeducativa. 7ª edición. Madrid: CCS.
Learreta Ramos, B. (coord..), Sierra M. y Ruano K. (2005). Los contenidos de
expresión corporal. Barcelona: Inde publicaciones.
Miraflores, E., López, Mª C., Martín A., Martínez D., Ruperto N. (2006). El
esquema corporal en primaria, 240 ejercicios para su adquisición y desarrollo.
Madrid: Editorial CCS.
Rinderknecht, P. y Pérez Aguirre, L. (2001). Manual de juegos para niños y
jóvenes. Buenos Aires: Editorial Bonum.
Ruiz Pérez, L.M. (2002). Deporte y aprendizaje: Procesos de adquisición y
desarrollo de habilidades. (Cuarta edición). Madrid: A. Machado Libros.
Sánchez Bañuelos, F. y Fernández García, E. (coord..) (2002). Didáctica de la
Educación Física para Primaria. Madrid: Pearson Educación.
Toro Bueno, S. y Zarco Resa, J. A. (1998). Educación física para niños y niñas
con necesidades educativas especiales. (2º Edición). Málaga: Aljibe.
16
Tórtora, G. J. y Reynodls Grabowsky, S. (1998). Principios de Anatomía y
Fisiología. (7º edición). Madrid: Editorial Harcourt Brace.
Bibliografía electrónica:
Germán Zucchi, D. (2001). Deporte y discapacidad. Revista digital- Buenos
Aires. 7 (43). Descargado el 17 Marzo de 2009 de
http://www.efdeportes.com/efd43/discap1.htm
Hernández Fernández, E. Beneficios de la cultura física terapéutica en la
rehabilitación del paciente parapléjico. Descargado el 23 de Marzo de 2009 de
http://www.monografias.com/trabajos45/rehabilitacion-paraplejicos/rehabilitacion-
paraplejicos.shtml
Hospital nacional de parapléjicos de Toledo (2008). Del shock al horizonte.
Descargado el 23 de marzo de 2009 de
http://www.infomedula.org/Boletines/Boletin_Duelo_y_LME/seccion=30&idioma=
es_ES&id=200805260004&activo=8.do
Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo (2008). Primeras reacciones
emocionales tras sufrir una lesión medular.
http://www.minusval2000.com/relaciones/ArchivosRelaciones/psicologia.html
Otras fuentes:
Entrevista con el director técnico de la Federación Madrileña de Deportes para
Minusválidos Físicos y con un árbitro de la misma Federación.
Apuntes de otras asignaturas: Psicología del desarrollo y la educación en la edad
escolar; Aspectos evolutivos y educativos de la deficiencia motórica.
17
13. ANEXO II. (Hospital nacional de parapléjicos de Toledo (2008).)
Etapa de shock: después del accidente, pasa un tiempo en el cual el individuo no es
consciente de lo que ocurre a su alrededor. El paciente se centra en la pérdida de la
movilidad y la sensibilidad en algunas zonas de su cuerpo, y en el temor a que el dolor
persista. La falta de información sobre lo que le pasa, también le asustará. Muchas veces
se presenta una desconexión con la realidad que puede llevar a una desorientación tanto
en el tiempo como en el espacio. Lo más destacado es la pérdida de interés por parte del
paciente, siendo la preocupación del estado orgánico lo que predomina, acompañado de
una gran demanda afectiva, con petición reiterada de ver y estar con la familia.
Etapa de negación: la negación es entendida como un defensa inconsciente de la
realidad y constituye una reacción humana muy común ante noticias desagradables (“a
mi no”) y es positiva, ya que concede tiempo al individuo para pensar en su nueva
situación, reduciendo el riesgo de una desintegración de la personalidad. La negación da
como resultado una distorsión completa o parcial de la realidad de cara a un estrés y una
ansiedad abrumadores. No debe mantenerse mucho tiempo ya que interferiría con la
realidad y en consecuencia con la rehabilitación.
Etapa de protesta: el paciente presenta una captación parcial de la realidad, poca
tolerancia, sentimiento de injusticia, y falta de colaboración con el tratamiento, ya que
deja en manos de los médicos su curación. Existe una crítica de la medicina, de los
médicos, del personal del hospital,... El paciente pasa de la etapa del “yo no” al “por qué
yo”. Considera su limitación como una injusticia y le parece difícil imaginar un futuro,
dada la alteración física de su estatus. Un peligro importante durante esta etapa consiste
en que la cólera continuada pueda alejar al paciente tanto del personal sanitario como de
la familia, en el momento que más ayuda necesita. Es necesaria una gran comprensión y
sensibilidad en esta etapa. El problema principal de esta etapa esta en que el paciente
quede permanentemente clasificado como colérico, hostil y no cooperativo, lo cual
puede provocar una disminución en la calidad de los cuidados y la incapacidad por parte
del personal médico para reconocer en el paciente una posterior evolución favorable en
su carácter, comportamiento y motivación para la rehabilitación.
Etapa de intento adaptativo: pasada la etapa de protesta, el paciente intenta conseguir
una adaptación generalmente manifestada por un exceso de interés en la rehabilitación
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física, dando una valoración que casi podríamos decir obsesiva al gimnasio, tomando el
resto de la rehabilitación un papel secundario. Dado que generalmente las expectativas
de recuperación no son muy ajustadas a la realidad en el tiempo de conseguirlas o en el
grado de recuperación, esto lleva a tres posibles evoluciones: a) Vuelta a la etapa de
protesta o agresividad. b) Paso a la etapa depresiva. Estas dos supondrían un fracaso del
intento adaptativo. c) Etapa adaptativa no pasando por la etapa depresiva. Esta última
significaría un éxito del intento.
Etapa depresiva: captación subjetiva de la realidad, con una tendencia al polo negativo
o pesimista, sin que el paciente vea salida. En esta etapa el paciente necesita más apoyo
por parte del médico y del personal que le atiende, al igual que de su familia y amigos.
En cierto momento de la rehabilitación se debe esperar la presencia de dicha depresión,
cuyos síntomas de aparición podrían ser: pérdida de apetito, insomnio, pérdida de
interés en actividades de ocio y placer, pérdida de energía y fatiga, sentimientos de
culpa, de no valer para nada, de suicidio, disminución de la capacidad de
concentración,... La ausencia de algún síntoma de depresión en un individuo con una
lesión reciente sugiere que psicológicamente existe un fallo. Si la depresión es
estrictamente reactiva se puede esperar que desaparezca con el tiempo y la
comprensión. La depresión en pacientes con lesiones recientes se considera natural y
legítima. En esta etapa el paciente requerirá mucha atención y comprensión por parte
del equipo rehabilitador. Se debe permitir al paciente explayar y expresar sus
sentimientos con el fin de facilitar el proceso depresivo. Por otra parte no esta solo la
expresión verbal de estos sentimientos, sino también mediante algunos síntomas
psicosomáticos orgánicos. La depresión llevará al paciente a actitudes como no
valorarse a sí mismo, no colaborar en la rehabilitación, miedo al futuro…
Etapa de identificación: se asume la limitación y se vive de forma positiva su realidad,
desarrollando sus propias potencialidades y buscando soluciones a problemas concretos.
Lo importante no es lo que queda sino lo que hacemos con lo que nos queda. Estas
etapas se suceden dentro de un proceso, el cual no siempre se concluye, pudiendo
quedar el paciente fijado en cualquiera de ellas, o bien regresar a etapas anteriores que
ya han sido superadas. Hay que señalar también que existe un paralelismo evolutivo de
los familiares en estas etapas, aunque suele existir un desfase en el tiempo con respecto
a la etapa que vive el paciente. Esto es debido a la gran rapidez del proceso en la
familia, por conocimiento de la lesión y pronóstico de la misma.
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14. ANEXO III. DERMATOMAS
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