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º 717

Revista de Información y Formación Crist iana y Social

Carné de identidad:

Nombre: Rafael Arnáiz BarónNace: Burgos el 9 de abril de 1911.Padres: Rafael y Mercedes.Profesión: Estudiante de arquitectura,monje trapense.Muere: Trapa de San Isidro de Dueñasel 26-4-1938Beatificado por Juan Pablo II en 1992Fiesta: 26 de abril

Su vida:

Es el mayor de cuatro hermanos. EnBurgos estudia en el colegio de los je-suitas. En 1922, su padre, ingeniero demontes, es trasladado a Oviedo. Allí ter-mina su bachillerato en 1929. Es un jo-ven simpático, alegre, de sólidas convicciones cristianas,con sentido del humor y muy buenas cualidades artísti-cas. Aprueba en 1930 el ingreso en la Escuela de Arqui-tectura. Rafael es serio en sus estudios; servicial, ama-ble, tiene muchos amigos, fuma, le gusta vestir bien, co-mer bien, conducir su coche... En el regimiento deZapadores hace el servicio militar.

En 1930 una visita a la Trapa deSan Isidro de Dueñas (Palencia) leimpresiona. Varias visitas más le con-vencen de que el Señor le llama allí.En enero de 1933 ingresa, pero unaenfermedad le obliga a dejar la vidaaustera y feliz del monasterio. Encuanto se siente mejor vuelve. Otrosdos intentos hace, pero la enferme-dad le persigue. En 1937 pide ingre-sar para poder morir en su queridomonasterio. “Quiero vivir mi vida deenfermo en la Trapa con la sonrisa enlos labios”. Era un alma profundamen-te contemplativa y enamorada deDios. El 26 de abril de 1938 es el en-cuentro definitivo con el Señor.

En las Jornadas Mundiales de laJuventud de Santiago de Compostela(1989), Juan Pablo II lo propuso como“modelo de joven que acoge la llama-da de Cristo y la sigue con decisión”.

Un momento de graciaen su vida:

Su espíritu de artista le lleva a hacerexcursiones por Asturias con lápices ypinturas. En verano de 1930 recorreCastilla. Su tío le señala un lugar intere-sante: el monasterio de San Isidro deDueñas, fue un flechazo:

“Lo que yo vi y pasé en la Trapa,las impresiones que tuve en ese santoMonasterio, no se pueden o por lo me-nos yo no sé explicarlas y solamenteDios lo sabe ...Empecé a ver y a sen-tir una íntima vergüenza de mí mismocuando al entrar a saludar al Señor enla iglesia vi los monjes cantar en elcoro, vi aquel altar con aquella Vir-gen... y sobre todo oí una Salve que

sólo Dios sabe lo que yo sentí... yo no sabía rezar. Alllegar a la estación, el trato de los hombres, despuésde haber estado con unos ángeles, me produjo ciertarepugnancia. Al ver llegar el tren, tuve deseos de tirarlas maletas y volverme a la Trapa...”.

Para meditar

Unos pensamientossuyos:

❥ “¿Por qué se matarán? No locomprendo... Es triste pensar en elodio que reina entre los hombres.Entre hermanos de una misma Pa-tria” (24.07.1936).

❥ “¡Qué bueno es Dios! Solamen-te quiere mi bien. Él sabrá lo quehace. Yo me voy acostumbrando a sumodo de proceder, que ni siquiera selo pregunto. Me dejo llevar, me dejohacer y es lo mejor” (6.02.1937).

❥ “Si supieran esos sabios quebuscan a Dios en la ciencia y en las

Beato Rafael Arnáiz BarónAnhelo de solo Dios

✴ ✴ ✴ ✴ ✴ ✴

(Continúa en la pág. 43)

REVISTA DE INFORMACIÓNY FORMACIÓN CRISTIANAY SOCIAL

Año LVI – Número 717Julio-Agosto de 2008

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Editorial EL REINO

Sacerdotes del Corazón de Jesús

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DISEÑO Y MAQUETACIÓN

Francisco Antón Martínez

S umario

5 • Desde la Fe

31 • Objetivo, educar

17 • Sociedad

NUESTRA PORTADALos idiomas son importantes medios de comunicación y de rela-ciones con el mundo entero. A este tema dedicamos la portada y el“Especial” de este número.

4 Editorial Jesús es el Señor

5 Desde la fe Evaristo Martínez de AlegríaHaya paz

8 El espejo Vicente Muñoz Pellínde los días En tono menor

11 Iglesia J.M.S.en el mundo Testigos de la universalidad

de la Iglesia

14 Carmen Pallarés GregoriEncuentro de María Magdalenacon el resucitado

17 Sociedad Javier García Ruiz de MedinaVoluntarios generosos al serviciode la Iglesia

18 Respetar el plan de Diospara el mundo y amar la creación

19 ESPECIAL Un año con San PabloEL REINO (2008-2009)

27 Para pensar Eduardo Perales PonsUna buena noticia

28 Ángeles Linares LorenteA ti llamamos los hijos de Eva

30 Objetivo, Padre Zezinhoeducar Aconsejar desde suposiciones

31 Ciriaco Izquierdo MorenoAcerca de la familia

33 Un nuevo Jorge Sans VilaDiccionario La morada del ser

35 Hacia Mª Ángeles Chavarría Aznarun mundo mejor Renacer y otros poemas

36 Páginas sociales IVICONLa Iglesia y las aparicionesde la Virgen

38 Misión Artemio López Merinoy misioneros Una vida larga como premio

40 ...Y me visitasteis José Luis Segura LacruzCosas del atardecer

42 Salud Jaime RocaConsejos prácticospara el deporte

3el Reino

el Reinodel Corazón de Jesús

En nuestro caminar por la vida ha sido verda-deramente una suerte (una gracia de Dios) el ha-ber encontrado el modo de hacerlo con garantía yacierto; la manera de escribir las páginas denuestro diario existencial con confianza y seguri-dad. Este es el gran misterio para todos los hom-bres y mujeres del mundo: el saber cómo debendesarrollar su conducta, vivir su vida, caminar poresta tierra los años que les corresponda, con unapaz interior básica y con perspectivas de futurorazonables.

El hombre y la mujer necesitan ciertamentegozar de una paz interior fundamental como basede su felicidad durante los años de su vida en estemundo. Por ello necesitan igualmente saber quéhacer y cómo obrar para triunfar en este su caminopersonal e intransferible. El conocimiento de estosextremos y su puesta a la práctica les hará acertaren el desarrollo de su vida con una felicidad básicaen lo profundo de su ser.

Por sus propios medios, las personas teníanmucha dificultad para hallar el modelo de vida ade-cuado. Necesitaban ver ese género de vida realiza-do en un hombre o una mujer concretos y fiables. Yesto es lo que hizo Dios mismo al presentarse enesta tierra como Dios y como hombre verdadero.Como Dios, cual dechado de toda perfección.Como hombre, cual exponente de nuestra debilidady limitaciones. De este modo, Dios mismo seríanuestro modelo.

Viviendo sus más de treinta años entre noso-tros, Jesús, el Hijo de Dios, nacido de la VirgenMaría, fue un ejemplo visible y palpable del caminode vida para todas las personas que han habitado,que habitan y que poblarán el planeta tierra. Lavida de Jesús es el modelo auténtico para todaexistencia humana, para andar por este mundo sinerror, como poseedores de una felicidad funda-mental y como candidatos para la gloria futuradespués de la muerte.

Esto es lo que significa y representa la vida deCristo en la historia de la humanidad. Sus pasos yel desarrollo de su existencia terrenal son para no-sotros norte y guía de nuestro caminar. Siguiéndo-los, nunca nos equivocaremos. Por lo tanto, espreciso que conozcamos la vida de Cristo y las

respuestas a nuestras condiciones concretas parapoder alcanzar las metas indicadas.

Para alcanzar mejor tales objetivos, la Iglesiacatólica ha utilizado a través de los tiempos nume-rosos medios para exponer la doctrina sagrada,bien sean los volúmenes de la sagrada escritura,los libros de autores espirituales, la tradición oral yescrita, la predicación…. Pero ha empleado deuna manera especial los “catecismos”, libros en losque se exponía el conjunto de la doctrina cristiana,con sus aplicaciones prácticas, redactados de unmodo comprensible para la generalidad de los fie-les.

El catecismo ha tenido sus diversas versio-nes, a través de los tiempos, con el propósito deadaptar el lenguaje a las distintas culturas e idio-mas, de acuerdo con los signos de los tiempos.Última muestra de ese empeño fue el Catecismode la Iglesia Católica que el papa Juan Pablo II en-tregó como texto de referencia para una cateque-sis renovada en las fuentes vivas de la fe.

Se editó después un Directorio General parala Catequesis, y ya en el tiempo de Benedicto XVIun compendio del mencionado catecismo. Ahorason los obispos españoles quienes presentaron unprimer catecismo titulado “Jesús es el Señor” des-tinado a la Iniciación cristiana de niños y adoles-centes, entre 6 y 10 años, exponiendo íntegramen-te el mensaje cristiano en un lenguaje significativopara ellos.

Este catecismo recibió la aprobación de laConferencia Episcopal Española y el visto buenode la Santa Sede. En el mensaje de presentacióndel texto, nuestros obispos hablan de un primercatecismo, lo que da pie a pensar que sucederánotros para personas jóvenes y adultas en etapaposterior. Pero insisten en el “largo y cuidadosoproceso de elaboración” de este libro, que presen-tan a los padres, a los sacerdotes, a los educado-res y a los catequistas, quienes son de un modocercano y directo los acompañantes de los niñosen el encuentro con Jesús, el Señor.

El verano puede ser un tiempo propicio paraque los niños, poco a poco, aprendan bien su cate-cismo. ❦

EDITORIAL

JESÚS ES EL SEÑOR

4 el Reino

DESDE LA FE

HAYA PAZ Evaristo Martínez de Alegría

abemos que hemos llegado a tal nivel de mecanización, que la máqui-na puede ocupar el puesto del hombre y la automoción cubrir las nece-sidades de este mundo globalizado. Esto, al menos, en teoría. Porquecada día vemos mayores dificultades, puesto que las necesidades de

hoy no se pueden ocultar. Cualquier agujero negro en la galaxia de nuestroplaneta tierra enseguida es detectado; basta leer la prensa informática o se-guir los noticiarios.

En nuestra sociedad se presentan tantas urgencias y necesidades, con tan-tos desastres graves, como los ocurridos primero en Birmania y después enla zona de Sichuán en China, o los más cercanos, como son los provocadospor la inmigración de todo tipo y coloración social, que traen en jaque nosólo a nuestros políticos sino incluso a la gente de buena voluntad. Nos pre-ocupa cómo está desarrollándose la inmigración en lo que en otros tiemposse llamó primer mundo, pero que aparece también hasta en países comoSudáfrica en estos días. Allí, a pesar de un cierto bienestar económico y so-cial, logrado por la integración racial dirigida por Mandela y otros líderes, se

S

Nuestra sociedad, del tipo que sea, vive en general tan nerviosa y estresada, que necesita unos tiem-pos de descanso, de vacación, de fin de semana: puentes y acueductos, a veces. Hace unos años, hubo unmomento en el desarrollo de la vida económica, social y científica, que fue materia de estudio para quie-nes nos preocupábamos de las ciencias sociales. Parecía que el problema que se estaba planteando (vistala capacidad de progreso y desarrollo) no iba a ser otro sino el de planificar el tiempo libre, cómo organi-zarse en ese tiempo. No es una tarea fácil como todos sabemos, y si no, que se lo pregunten a nuestros ju-bilados que llegan inexorablemente a esa etapa y que deambulan por nuestras ciudades y pueblos sinrumbo, o ven que el zarpazo de la depresión los va anulando.

está desatando la violencia contralos inmigrantes de los estados veci-nos, y no por cuestiones de tipo tri-bal o status social –como pueden serlas últimas revueltas en Kenia–, sinosimplemente por el temor de que va-yan a quitar puestos de trabajo.

l mundo es un pueblo. Lasfiestas y los duelos han alter-nado a lo largo de los siglos, yahora que la humanidad se

cuenta por miles de millones, no sequiere compartir la fiesta –los due-los son inevitables–. Aun habiendopan para todos, hay algo dentro delcorazón del hombre que le impidevivir en paz y fraternidad, que es loque en el fondo desea siempre.

La sociedad está ofreciendo aco-gida y solidaridad, a veces heroica-mente, con el servicio voluntario,como el de Cáritas. Pero no puedesoportar la actuación, a veces delic-tiva, de ciertos grupos y mafias quepiensan que, si bien occidente no esjauja, lo constituyen unas socieda-des donde la ley no sabe cómo debeactuar, o no tiene medios, comoocurre en Italia y en la misma Espa-ña A niveles mayores, la propia Eu-ropa no sabe cómo coger el toro porlos cuernos y dotarse de una legisla-ción capaz de dirigir el flujo de unaemigración inevitable que, en elfondo se sabe que es imparable por

ELOS INMIGRANTES

5el Reino

Nos preocupa cómo está desarrollándose la inmigraciónen lo que en otros tiempos se llamó primer mundo.

una parte, y necesaria, porotra, si a la larga se quie-ren mantener determina-dos parámetros de un ade-cuado nivel de vida.

Uno puede sospecharque en tiempos de vaca-ciones esta cuestión seráobjeto de muchas tertuliasy puede que hasta nos to-que vivirla directamente.No se trata sólo de proble-mas que el gobierno ha deresolver, sino que a cadauno se le plantea la cues-tión de la inmigración porel hecho mismo de serhombre con un origen ydestino comunes respecto de ellos.Y mucho más si somos cristianos,porque ya es hora de que nos tome-mos la cosas en serio y sin preocu-parnos del qué dirán. Porque elamor entre hermanos ha distinguidosiempre a los cristianos y esto nadienos lo puede discutir, pues pertenecea la esencia del cristianismo, ysiempre es una llave que abre el ca-mino a un modelo de sociedad máshumana, más fraterna y sin dudamás respirable.

as vacaciones nos vienen biena todos, a tiempo y a destiem-po; pero siempre son, si se mi-ran y preparan bien las cosas,

un verdadero regalo para el que pue-de disfrutarlas en la playa, en lamontaña, con la familia o solos.También haciendo turismo con cabe-za; comenzando por nuestras tierrasmontañosas y por las ciudades, y si-guiendo por tantos sitios donde sepuede recuperar la paz y prepararnospara el stress inevitable, al volver altrabajo y a la vida de cada día.

Haya paz debiera ser para noso-tros no solo un deseo para los de-más, sino también para nosotrosmismos que queremos compartirla

LLAS VACACIONES

con cuantos viven a nues-tro alrededor. La paz no essolo un sentimiento, sinola realización de algo quevivimos en nuestro inte-rior, producido por la pro-pia paz de Jesús: “Mi pazos dejo, mi paz os doy”, yque nosotros compartimoscon los demás. Probable-mente no faltarán, por tan-tos motivos, ocasiones dedesencuentros, de sentirsedelante de tantos proble-mas, con el deseo de unapaz que no se vive. Paranosotros, creyentes, la pazno es solo una palabra, un

mensaje, un deseo, sino sobre todo una presencia. “Mi paz o dejo, mi paz osdoy” hay que escribirlo con mayúsculas, porque es el propio Jesús dentro denosotros mismos quien nos dice, como a los discípulos al atardecer del do-mingo de resurrección: “¡Paz a vosotros!”

Os cito de pasada otro pequeño texto del evangelio que siempre me hallamado la atención: “Y si al entrar en una casa dais la paz y no os la reci-ben, la paz volverá vosotros”… Es decir, llama y abre otras puertas, siguesiendo constructor de la paz, porque felices los que anuncian la paz y laBuena Noticia.

Intentando seguir un poco de cerca noticias y acontecimientos, no resultafácil elegir unos u otros, porque este mes ha sido pródigo de ellos. Ayer, re-corriendo la página que Periodista Digital dedica a la religión, me encontréuna vez más con los ataques de cierta gente, so capa de libertad democráti-ca, a la práctica religiosa de una parte de lo que se llama Estado, como sonlos ciudadanos católicos, respecto a los actos religiosos del Corpus Christi.

No termino de ver qué cosa sea el Estado, ni la Constitución, ni la demo-cracia, ni la justicia o el ejercicio de la misma, no solo en los tribunales, sinoen la mismas fuerzas de seguridad. Ni sé qué es lo que buscan los políticosen esta infeliz España, hoy por tantos motivos sociales y culturales el haz-merreír de Europa.

Los tiempos han cambiado, gracias a Dios, y nadie invoca ni privilegiosni excepciones. Pero muchos se sienten acosados en la propia libertad de ex-presión y en los propios derechos por tantas disposiciones y orientacionessacadas de lo profundo del baúl de los recuerdos de unos y de otros, que soncomo vestidos apolillados y fuera de moda. Yo creo que más que nunca re-suena la voz del título de este comentario para el verano: Haya paz.

l 25 de mayo leí un artículo de Fernando Sebastián Aguilar, arzobis-po dimisionario de Pamplona, de todos conocido, con el título:“Iglesia libre en una sociedad libre”, que todos los interesados enesta cuestión debiéramos conocer. No es el momento de comentarlo

pues es largo, profundo y muy estudiado. Comienza poniendo de relieve

E“ESPAÑA LIBRE EN UNA SOCIEDAD LIBRE”

El amor cristiano abre el caminoa un modelo de sociedadmás humana y más fraterna.

El amor cristiano abre el caminoa un modelo de sociedadmás humana y más fraterna.

6 el Reino

Desde la fe

Desde la fe

cuanto creímos acerca de la transición y de cómo se garantizaba en laConstitución la libertad religiosa de las distintas confesiones en el artículo16, con el que hemos tratado de vivir y actuar pacíficamente en estos añosde vida democrática.

En estos últimos años, especialmente a partir del gobierno Zapatero, algu-nas fuerzas políticas de diferentes siglas han pensado que la Iglesia ha teni-do un estatuto especial, por su situación reconocida en la misma Constitu-ción, y que ya es hora de acabar con ello. No solo buscan un Estadoaconfesional, que respeta y favorece la libertad religiosa de las distintas con-fesiones, sino que pretenden relegarlas a la sacristía, dejándolas sin influen-cia en el comportamiento social de los ciudadanos y de las instituciones Aellos se les permite (y lo hemos ido viendo a lo largo de estos años) margi-nar, criticar y ofender gratuitamente a la Iglesia en España, con el dinero detodos y sin responsabilidades jurídicas.

Con esto no quiero decir que la Iglesia, como institución pública, no pue-da ser criticada. Y en ciertas ocasiones puede serlo merecidamente. E inclu-so pueden salir a relucir actuaciones bien poco evangélicas. Lo que pretendoes afirmar que la Iglesia tiene el sacrosanto derecho de decir lo que piensa–como institución pública-, de acuerdo con el evangelio, acerca de las reali-dades sociales en las que vivimos. Estamos llegando a unos momentos enque nuestros políticos “pontifican” sobre el modo de gestionar el llamadobien común, el interés de la nación o del Estado o sobre la misma Iglesia; yal pobre obispo o a la misma conferencia episcopal, considerados como sim-ples monaguillos se les quiere quitar la voz ante lo que están viendo, con elclásico: “Tú te callas”.

No cabe duda de que nuestros conciudadanos, generalmente con escasaformación y una vida cristiana nada coherentes, de las que la propia Iglesiapuede también ser culpable, tienen imágenes llenas de prejuicios y de me-dias verdades.

Vivir la fe cada día es un desafío personal, familiar, religioso y social. Apesar de lo que digan, hay todavía entre nosotros un núcleo fuerte de cristia-nos normales, buena gente y comprometida. Una excelente prueba de elloson las familias que, hijo tras hijo, año tras año, sin llamar la atención,apuestan por el futuro con el trabajo, el amor a la familia y la fidelidad a lapráctica religiosa. La realidad material y la confusión de valores en que vivi-mos, cuando el materialismo es el dogma dominante, les ha servido comocriba para separar el grano de la paja.

Los estudios, las encuestas que se vienen haciendo ponen de relieve la malaimagen de la Iglesia, des-de hace algunos años,aunque todavía está porencima de la política. Larevista “Vida Nueva”, nº.2611, que suelo leer congusto en su nuevo estilo,(aunque llegue al menoscon quince días de retra-so) en una página firma-da por Luis FernandoVílchez, este autor ponede relieve ocho factoresque se dan en esta malaimagen de la Iglesia:

“1º. Desconocimientode lo mucho y bueno

que hace la Iglesia. 2º. No ver decerca personas entregadas, comopodría ser la figura de un misio-nero. 3º. Identificación reductiva dela iglesia con la jerarquía. 4º. Opi-nar en general, no de sacerdotes alos que se conoce y se valora. 5º.Falta de testimonio de los creyen-tes. 6º. Laicismo de la sociedad. 7º.Prejuicios y estereotipos. 8º. Pro-blema de comunicación de la propiaIglesia”.

Personalmente, subrayaría lospuntos 1º, 5º y 8º. Formación, for-mación y formación cristiana es loque estamos necesitando para saliral encuentro de este nuestro mundoque cierra fronteras sobre sí mismoy necesita luz y viento que iluminentanto desconcierto y tantas veletasalocadas.

“Habrá que comenzar por la Bi-blia. España figura en la cola de loslectores de la misma. En EstadosUnidos, un 75% de los adultos la haleído o utilizado para su oraciónpersonal, los últimos 12 meses.Entre nosotros cae en vergonzoso20%, que revela nuestros niveles deincultura religiosa, sin que en estecampo sirva de excusa la enemistadde los poderes públicos o la falta derecursos económicos, pues hoy laBiblia está al alcance de todos losbolsillos”.

En un principio, pensaba hablarosdel Año Santo Paulino que comenza-rá el 28 de Junio para concluir el día

29 del mismo mes delaño próximo. Entre otrasmuchas cosas que se pre-paran, además de la insis-tencia en la lectura de susCartas, se está remozan-do el centro de acogidade la gran Basílica de S.Pablo extramuros.

Otros años os he seña-lado algún libro paraleer en vacaciones; estavez os invito a releer elLibro de los Hechos delos Apóstoles y las car-tas del Apóstol de lasgentes. ❦

La Iglesia tiene el sacrosantoderecho –como sociedad pública–

de decir lo que piensa,de acuerdo con el evangelio.

7el Reino

EL ESPEJO DE LOS DÍAS

EN TONO MENOR Vicente Muñoz Pellín

Hace algunas semanas, la Iglesia diocesana protago-nizó en Valencia una iniciativa singular en relación conla emigración. A lo largo de cuatro días tuvo lugar unasucesión de actos, en los que participaron muchos inmi-grantes y otras personas, con el cardenal arzobispo, susobispos auxiliares y los demás agentes de pastoral. Lasingularidad consistió sobre todo en que tomaron parteen ellos una decena de obispos extranjeros, venidos delos países que los inmigrantes dejaron un día para radi-carse en nuestra tierra.

La, por lo demás, tan deseada lluvia deslució un pocoalguno de los actos que iban a celebrarse en el antiguocauce del Turia, pero el buen ánimo de todos superaríaesa contrariedad. La tarde del sábado asistí en la cate-dral a una tan larga como participada eucaristía, y era dever el ambiente, las variadas intervenciones de los gru-pos nacionales, los trajes regionales, los distintos co-ros…, no menos que las respuestas unánimes de todosen las partes dialogadas de la misa.

Parecía flotar en el ambiente la sensación de que,aunque la iniciativa no resolvería de hecho los proble-mas de los inmigrantes, pudiera ser el comienzo de unfuturo mejor para ellos. Las actividades habían sidopromovidas por Cáritas, con la colaboración del corres-pondiente departamento del Gobierno regional; y, al tér-mino de la celebración, el arzobispo insistió en el hechode que la Iglesia en Valencia, todas y cada uno de susparroquias, deberían ser consideradas por los inmigran-

tes como su casa; y anunció la inmediata creación deuna Fundación para salir al paso de su problemáticaconcreta.

Me parece que hay que alegrarse de esta iniciativa yde otras semejantes, donde se den. Precisamente, a laspocas semanas de la que comento, Benedicto XVI enca-recía al episcopado de los lugares de emigración la nece-sidad de prestar atención a sus diocesanos que emigran.

Por mi parte, venía pensando tiempo atrás en que qui-zá la Iglesia española y los propios sacerdotes podría-mos estar mostrándonos algo lejanos de los inmigrantes,que tanto han aumentado en España durante los últimosaños. Me refiero, más en particular, a los inmigrantescatólicos que vienen de países de habla castellana, loscuales en sus países sentían quizá más cerca a sus pasto-res, a los “padrecitos” –tantas veces de nacionalidad es-pañola–, y que aquí pueden extrañarse de cierta dificul-tad de acceso al clero. No por falta de voluntad en éste,sino porque las necesidades que las personas recién lle-gadas pueden plantear, a más de las religiosas (es decir:“papeles”, medios de subsistencia, habitación, trabajo,reagrupación familiar, sanidad o educación…) no estáen sus manos satisfacer con facilidad.

Y pensaba en todo esto con la preocupación de quiense pregunta si la Iglesia en España se muestra en verdadcomo la Santa Madre Iglesia para con los inmigrantes; osi ellos la perciben tal en sus sacerdotes y en la jerar-quía, en sus templos, en los despachos parroquiales o deCáritas, en sus fieles todos, en su preocupación por lasalud espiritual y el bienestar material de quienes son

UNA INICIATIVA PASTORALCON LOS INMIGRANTES

Escenas de la misa con los emigrantes en la catedral valentina.

8 el Reino

El espejo de los días

9el Reino

El verano pasado, entrado elmes de agosto, recibí de un amigoun texto de Juan Martín Velascoque me pareció valioso, con el tí-tulo de este apartado y el siguien-te subtítulo: “De la selva han ve-nido vacunados contra eldesánimo y la indiferencia”; loguardé, pensando en estas vaca-ciones. Por suerte, no le he perdi-do la pista en este tiempo, y lopuedo ofrecer ahora a todos por-que, como todo lo que escribe elautor, es profundo, sugerente ysuficientemente sencillo. Se tratade una reflexión sobre quienesdedican esforzada e ilusionada-mente sus vacaciones a proyectosde ayuda por el ancho mundo,que apareció en la prestigiosa re-vista RS21.

Pocos hechos revelan mejor la calidad de vida de laspersonas que el uso que hacen de su tiempo. Sobre todocuando se trata del tiempo libre, el de las vacaciones,cuando disponemos de lo que queremos hacer con él.

Porque el ser humano puede hacer muchas cosas consu tiempo. Hay quien no tiene tiempo para nada, yquien tiene todo el tiempo o tiene tiempo para todo.Muchos, en nuestras sociedades centradas en lo econó-mico como valor supremo y casi valor único, dedican suvida a ganar tiempo o a aprovecharlo, porque “el tiempoes oro”.

En esas condiciones no es extraño que algunas perso-nas no sepan qué hacer con el tiempo libre y dediquenlas vacaciones a pasar el tiempo, a perderlo o hasta a

matarlo. Tras unas vacaciones de-dicadas a no hacer nada no es ex-traño que se vuelva con muybuen aspecto físico, tal vez muydescansado, pero con el ánimovacío, presa fácil del “estrés post-vacacional”.

Comienza a ser frecuente quepersonas de toda condición, jóve-nes y menos jóvenes, solteros ymatrimonios, creyentes confesan-tes, creyentes alejados y otros quese creen no creyentes, dediquenparte de su tiempo de vacacioneso las vacaciones enteras paracompartirlo con otras personasque necesitan ayuda.

Pueden ser jóvenes estudianteso profesionales de distintas áreas:médicos, enfermeras, ingenieros,

profesores que se adentran en la selva africana o amazó-nica, casi siempre al amparo de una misión y en colabo-ración con ella, con medios técnicos, sanitarios, pedagó-gicos, afanosamente recogidos durante el año, paraprestar servicios humanitarios y dejar instalados equi-pos que mejoren la vida de esas poblaciones.

Todos coinciden a la vuelta en que el trabajo ha sidoduro física y anímicamente por el impacto que produceel contacto con situaciones de pobreza y sufrimientoque antes de ir les resultaba imposible imaginar. Perotodos vuelven contentos. No creo que sea sólo por la sa-tisfacción del deber cumplido.

VACACIONES ALTERNATIVAS

hermanos en la fe. Seguro que los organismos de aten-ción a la inmigración, como las delegaciones diocesa-nas, la misma Cáritas y otras entidades, los párrocos ydemás sacerdotes, las religiosas y los religiosos en par-ticular, están haciendo multitud de cosas que no conoz-co bien y pueden desmentir mi impresión. Por otra par-te, hay que reconocer que la española es hoy, engeneral, una sociedad poco acogedora del hispanoame-ricano: sin ir más lejos, ahí está la circunstancia de laspersonas que tienen que habérselas, en gran parte denuestra franja costera, con unas lenguas que usan gentesque dominan también el castellano; y que encuentran aveces en los propios templos.

Aprecio las otras lenguas peninsulares -incluso hablouna de ellas-, y deseo que se aprendan y se utilicen li-bremente. Como dice la Unesco, a propósito del presen-te Año Internacional de los Idiomas, la solución del pro-blema está en el multilingüismo. Pero intento ponermeen la piel de quienes vienen aquí esperando poder ha-blar, leer y escuchar español en España, y que lo puedanhacer sus hijos en la escuela…; y, aún más, en la piel dequienes, por necesidades laborales, han de trasladarsede una región a otra dentro de nuestro país.

Escribiendo en tono menor no es necesario decirlo nimatizarlo todo. Me basta con que lo dicho pueda servireventualmente para hacer pensar.

Pocos hechos revelan mejor la calidadde vida de las personas que el uso

que hacen de su tiempo libre.

El espejo de los días

10 el Reino

Año 1958. El 9 de octubre moría Pío XII en Castelgan-dolfo. Eugenio Pacelli era Papa desde 1939. Proclamó eldogma de la Asunción de la Virgen (1950) y reformó laliturgia del Triduo pascual. Defendió las instituciones in-ternacionales a favor de la paz. Se decía de él que dormíay comía muy poco, que podía hablar de cualquier tema acualesquiera persona o grupo, y las intermitentes acusa-ciones de pasividad ante el holocausto parecen infunda-das. España, hablando en general, estaba muy identifica-da con él. Su muerte se recibió en el orbe católico y entrenosotros como un cataclismo, hasta que apareció la figu-ra no menos inteligente y muy acogedora de AngeloRoncalli, Juan XXIII, que pronto habló de mirar más a loque une que a lo que separa en las relaciones interconfe-sionales, y de la convocatoria de un Concilio Ecuménicopara abrir las ventanas de la Iglesia y que corriese porella la brisa: fue el Vaticano II (1962-1965).

Me ha salido de corrido esta evocación al pretenderhablar de la revista “Vida Nueva”, que nació el 15 deenero de 1958 y celebra, por tanto, el cincuentenario desu aparición. Porque VN apareció en el ambiente propiodel tiempo de Pío XII, pero se identificó pronto con elclima de preparación y celebración del Concilio Vatica-no II: a su comienzo, bajo Juan XXIII y, en seguida, conPablo VI, que habría de morir en 1978. Y así su actualdirector (2007), el sacerdote Juan Rubio, ha podido de-cir: Cumplimos cincuenta años en Vida Nueva y mira-mos agradecidos al pasado, mientras nos lanzamos alfuturo con lo mejor que tenemos: nuestra voz evangéli-ca, conciliar y eclesial, comprometida.

En la actualidad, existen en España varias revistasque reflejan semanalmente la vida de la Iglesia -prescin-do de las de ámbito diocesano, también meritorias-:ante todo, está el semanario de toda la vida “Ecclesia”,

afín al Episcopado y que ha ganado en atractivo los últi-mos años con la introducción del color y otra mejoras;después vendría cronológicamente “Vida Nueva”, edita-da por PPC (Promoción Popular Cristiana; o, en su ori-gen, Propaganda Popular Católica, cambio en el que seaprecia la evolución de la mentalidad eclesial); más jó-venes son “Alfa y Omega”, que edita desde 1995 unaFundación del Arzobispado de Madrid y se distribuyecon “ABC” los jueves; y está también “Alba”, periódicocatólico que se encuentra en su quinto año de vida…

“Una palabra comprometida en la Iglesia”, es el sub-título con el que VN se autodefine en este cincuentena-rio, y así se ha visto en todo momento. En los semina-rios y en las casas religiosas, cuyo ambiente conozcomejor, ha sido siempre y es también hoy una revista es-perada, leída y, a veces, incluso disputada, no es de esaspublicaciones que duermen en el revistero e interesan acontadas personas. A semejante aceptación ayuda su ca-dencia semanal, sin duda.

Este aprecio no se da sólo en España. Una cuarta par-te de sus suscriptores están en Iberoamérica; y un carde-nal de allí decía recientemente a Antonio Pelayo (co-rresponsal de la revista en Roma): “Cada número de‘Vida Nueva’ hace en nuestros países un recorrido queno tiene desperdicio; todas y cada una de sus páginas,de sus informaciones y comentarios son leídos con pro-vecho y para bien de la Iglesia”. Recuerdo que tambiénen mis años romanos la revista –cuya suscripción megestionaba mi comunidad de procedencia, la del “FrayLuis de León” de Madrid– hacía un recorrido semejanteal que refiere el cardenal.

Para conmemorar su 50º aniversario, “Vida Nueva”celebró en febrero un seminario sobre “La Iglesia en Es-paña de hoy”, con Mons. Sebastián y otros ponentes. Du-rante el mes de junio ha tenido lugar un acto conmemora-tivo en la Embajada de España cerca de la Santa Sede,que ha sido como la vuelta a Roma de una revista que segestó en torno a sacerdotes residentes en el Colegio Espa-

ñol de San José: Antonio Montero, José LuisMartín Descalzo, José María Javierre, José MaríaCabodevilla...

También nosotros queremos felicitar a “VidaNueva” en esta recurrencia, porque, como con-cluía su actual director: “La revista es de todos.Tiene vocación universal y mirada a lo particu-lar. Boga mar adentro ofreciendo una palabraoportuna, veraz, profesional y conciliadora”. ❦

“VIDA NUEVA”

Es también porque han experimentado que “hay másalegría en dar que en recibir”, y porque confiesan quehan recibido más de lo que han dado. Porque, si paraviajar a la selva tuvieron que vacunarse contra las enfer-

medades tropicales, de la selva han venido vacunadoscontra las enfermedades del desánimo, la falta de senti-do, y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno, tan fre-cuentes en nuestras “sociedades avanzadas”.

Éste es el logo característico de “Vida Nueva”.

a Iglesia de Jesucris-to ha tenido siempre presentes las palabrasde Cristo antes de su

despedida definitiva: “Id almundo entero y predicad elevangelio”, dijo a los após-toles. Y desde entonces, si-glo tras siglo, los misione-ros de todos los tiemposhan desarrollado su trabajointentando llegar a todoslos continentes.

Para ayudar a las iglesiasde cada zona quedaron or-denados obispos para presi-dir y regir las diócesis,presbíteros para evangeli-zar y guiar las parroquias y diáconos para ayudar aunos y otros. Con el tiemposurgió el Colegio Cardena-licio en ayuda del Pontíficede Roma en su responsabi-lidad de pastor de la Iglesiauniversal.

El título de Cardenal fuereconocido por primera vez duranteel pontificado de Silvestre I (314-335). El término viene de la palabralatina cardo, que significa “bisagra”.La creación de cardenales se lleva acabo por decreto del Romano Pontí-fice a quienes elige para ser susprincipales colaboradores y asisten-tes.

Al principio, el título de Cardenalse atribuía genéricamente a las per-sonas al servicio de una iglesia ydiaconía, reservándolo más tarde alos responsables de las Iglesias titu-lares de Roma y de las iglesias másimportantes de Italia y del extranje-ro. Desde tiempos del Papa Nicolás IIen 1059, y gradualmente hasta 1438

con el Papa Eugenio IV, este títuloadquirió el prestigio que lo caracte-riza hoy.

El Colegio Cardenalicio fue insti-tuido en su forma actual en 1150:cuenta con un Decano –el Obispo deOstia, que conserva la iglesia que te-nía antes en título–, y un Camarlen-go, que administra los bienes de laIglesia cuando la Sede de Pedro estávacante. El Decano se elige de entrelos cardenales del orden episcopalque tienen el título de una Iglesia su-burbicaria (canon 352, par. 2) –lassiete diócesis más cerca de Roma(Albano, Frascati, Ostia, Palestrina,Porto-Santa Ruffina, Velletri-Segni ySabina-Poggio Mirteto).

Los cánones 349 a 359describen las responsabili-dades del Colegio.

El canon 349 afirma:“Los Cardenales de la SantaIglesia Romana constituyenun Colegio especial cuyaresponsabilidad es proveera la elección del RomanoPontífice, de acuerdo con lanorma del derecho peculiar;asimismo, los Cardenalesasisten al Romano Pontífi-ce, tanto colegialmente–cuando son convocadospara tratar juntos cuestionesde más importancia–, comopersonalmente, mediantelas distintas funciones quedesempeñan, ayudando so-bre todo al Papa en su go-bierno cotidiano de la Igle-sia universal”.

En el decurso de los tiem-pos y debido a la evoluciónde la sociedad y a la exten-sión de la Iglesia por el

mundo, el nombramiento de cardena-les ha ido ajustándose a los criteriosde importancia de las diócesis, resal-tando su dimensión con un título car-denalicio, y propiciando la presenciade más países cristianos entre losconsejeros del Papa, testigos de launiversalidad de la Iglesia. Con estossupuestos, se entenderá mejor la rela-ción de los cardenales que detallamosa continuación.

EUROPA

odos los cardenales fueroneuropeos hasta 1875. Ese año,Pío IX creó cardenal al arzo-bispo de Nueva York, John

T

L

IGLESIA EN EL MUNDO

TESTIGOS DE LA UNIVERSALIDADDE LA IGLESIA J.M.S.

Cardenal Scheid,de nuestra Congregación,

arzobispo de Río de Janeiro, en Brasil.

11el Reino

McCloskey. Poco a poco fueron aña-diéndose más sedes no europeas: Ar-gel en 1882, Sidney en 1885, Québecy Baltimore en 1886, Río de Janeiroen 1905, Boston en 1911, etc.

La disminución de la proporciónde europeos en el Colegio Cardena-licio fue muy lenta al principio; enel conclave de 1939, que eligió aPío XII, sólo había siete cardenalesno europeos.

El cambio se produjo con PíoXII; sólo celebró dos consistoriospero creó veintidós cardenales noeuropeos; profundizó en la universa-lización del Colegio Cardenaliciocreando cardenales de todos loscontinentes y tras su último consis-torio, el de 1953, dejó a Europa consólo el setenta por ciento del total.

Con Juan XXIII y PabloVI el descenso fue vertigino-so. Consistorio tras consisto-rio, el peso de Europa en elColegio Cardenalicio des-cendió hasta que en el de1976 Pablo VI terminó conla mayoría absoluta de Euro-pa: de 119 cardenales electo-res, Europa tenía 58: el 48por 100. Pero el mínimo his-tórico no llegó hasta el ponti-ficado de Juan Pablo II: en1994 Europa se quedó con55 cardenales de 120.

Desde entonces el porcen-taje ha ido subiendo, aunquesin superr jamás el 50 por100. Benedicto XVI creó enel último consistorio diezeuropeos, dejando en sesentalos cardenales de Europa.

AMÉRICA DEL NORTE

mérica del Norte apa-reció en el Colegio Cardenalicio en 1875(Nueva York) Poco a

poco llegaron nuevas sedes y se fue-ron renovando las vacantes: Québecy Baltimore en 1886, Boston en1911, Filadelfia en 1921, Chicagoen 1924.

Pío XII añadió en sus dos consis-torios Detroit, Saint Louis, Toron-to, Los Ángeles y Montreal, que-dando así fijadas las sedescardenalicias de América del Nor-te, a las que Pablo VI añadió Was-hington.

El crecimiento fue sostenido du-rante todo el siglo XX hasta PabloVI. En su consistorio de 1969 se lle-gó a un máximo de 15 cardenales,situándose luego en un número va-riable entre 11 y 14. Con BenedictoXVI América del Norte ha llegado alos 16 cardenales, que es otro “re-cord”.

ASIA

sia fue el segundo continenteque “rompió” la europeidaddel Colegio con la creación deAntoine-Pierre IX Hassun,

Patriarca de la Iglesia Armenia, en1880. Pero esta creación fue pura-mente testimonial ya que los dos si-guientes, también patriarcas orienta-les, no llegaron hasta 1937 y 1939.

Los primeros cardenales del Ex-tremo Oriente los creó Pío XII. AThomas Tien Ken-sin, chino, en1946 y Valerian Gracias, indio, en1953.

La evolución numérica de los car-denales asiáticos ha sido ascenden-te. En el conclave de 1939 que eli-gió a Pío XII sólo había uno, en elconclave que eligió a Juan XXIII yahabía tres; en el conclave de 1963 se

había llegado a cinco. Quin-ce años más tarde, en el con-clave que eligió a Juan Pa-blo I, se habían conseguidolos diez.

Desde el consistorio de1973 hasta ahora Asia no semueve del 9 ó 10 por ciento.Desde el consistorio de1994 hasta el de 2006, elprimero de Benedicto XVI,la cantidad de cardenalesasiáticos se ha mantenido entrece de manera casi cons-tante.

ÁFRICA

frica fue el tercer con-tinente no europeo enañadirse al Colegio: elarzobispo de Argel

fue creado cardenal en 1882.Pero fue un hecho casi anec-dóctico ya que el segundo,el malgache arzobispo deAntanarivo, no llegó hasta1946 y el tercero, un tanza-no se esperó hasta 1960.

Á

A

A Cardenal Nagy, miembro de la provincia dePolonia de nuestra Congregación.

12 el Reino

Iglesia en el mundo

En cambio, con Pablo VI el creci-miento de África fue casi explosivo.Si este pontífice se encontró el Co-legio con un solo africano, lo dejócon doce y en 1977 culminó el cre-cimiento de África creando al pri-mer cardenal africano de la Curia:Bernardin Gantin.

Juan Pablo II mantuvo la tenden-cia creciente de africanos hasta1988, en que se llegó al récord má-ximo de dieciséis cardenales, y

creando al segundo africano de laCuria: el nigeriano Arinze. Supera-ba a Asia, que tenía doce cardenalesy solo un curial

OCEANÍA

l primer cardenal de Oceaníafue el arzobispo de Sydney,creado en 1885; el siguiente sehizo esperar hasta 1946, otra

vez un arzobispo de Sydney, el cual se

mantuvo en solitario hasta 1969, cuan-do Pablo VI creó cardenal al arzobispode Wellington (Nueva Zelanda).

Pablo VI añadió dos sedes nue-vas: Samoa y Melbourne e incorpo-ró un cardenal australiano a la Cu-ria. Por esta razón, y por la granlongevidad de estos cardenales,Oceanía se ha mantenido durantetreinta años con cuatro o cinco car-denales a la vez.

AMÉRICA LATINA

mérica Latina apareció en elColegio Cardenalicio en 1905con el arzobispo de Río de Ja-neiro. La segunda sede carde-

nalicia se hizo esperar hasta 1935:Buenos Aires.

El pontificado de Pío XII fue im-portante para América Latina. Se in-corporaron una gran cantidad denuevas sedes en Brasil, Chile, Cuba,Perú, Argentina, Ecuador y Colom-bia, y en 1953 América Latina “ven-cía” a América del Norte por diez aseis. América Latina tenía entoncesel 13% del Colegio Cardenalicio.

El crecimiento fue constante du-rante los pontificados de Juan XXIIIy Pablo VI, situándose durante elpontificado de Juan Pablo II en unporcentaje que osciló entre el 15 yel 20 por 100.

Actualmente América Latina tiene21 cardenales electores, un 17 por100, y por tanto, ostenta la segundaposición tras los sesenta de Europa.

* * *

Esta es la composición del cole-gio cardenalicio a través de la histo-ria de la Iglesia. Considerando estosdatos, bien puede hablarse de la uni-versalidad de estos testigos cualifi-cados que integran la corriente decomunión entre el Papa y el mundoasí como del mundo con el Papa. ❦

A

E

Iglesia en el mundo

13el Reino

El cardenal Rylkotoma posesión

de su título cardenalicioen nuestra Iglesia

del Corazón de Jesúsde Cristo Rey en Roma.

l día 22 de julio la Iglesia ce-lebra la fiesta de santa María Magdalena. Es éste un buenmomento, pues, para intentar

conocer un poco más a esta mujer,amiga y discípula de Jesús. Y lo voya hacer a través de un texto delevangelista Juan.

Pero, antes, una pequeña intro-ducción:

En tiempos de Jesús, la mujer enla sociedad judía no participaba enla vida pública. Toda su vida estabaprácticamente limitada al hogar fa-miliar. Y dentro del hogar estaba enpoder del padre hasta su matrimo-nio, en que pasaba a estar en poderdel esposo. Jurídicamente, su situa-ción era de una gran desigualdadcon respecto al varón; por ejemplo,no tenía los mismos derechos a laherencia de los bienes y, en un pro-ceso, el testimonio de dos mujeresvalía como el de un solo hombre.

En el terreno religioso, las muje-res no podían estar en las sinagogas

junto a los hombres, sino en un lu-gar secundario. No se les enseñabala Torá, ni eran admitidas en las es-cuelas de los rabinos.

En esta situación, a los evangelis-tas, para hacer más creíble la resu-rrección de Jesús, les habría sidomás fácil decir que era un hombre eltestigo primero de este gran aconte-cimiento. Pero no lo hicieron así.Todos los evangelistas nombran auna mujer, María Magdalena, comoprimer testigo de la resurrección.Nuestro Dios no entiende de discri-minación por ningún motivo, poreso elige a esta mujer para que seatestigo de la luz.

María Magdalena no tenía unbuen pasado, estaba muy rota, habíacasi tocado el fondo de la miseriahumana. Jesús la perdonó, la acogióy la sanó, mostrándole la gran fuer-za curativa del amor.

Jesús, que es el rostro del Padre,pues él mismo dijo: “Yo y el Padresomos uno” (Jn 10,30); y “el que me

ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn14, 9b), con su perdón y su cercaníaa María de Magdala le estaba mos-trando lo ilimitado que es el amorde Dios.

Gracias a Jesús, María pudo saberque Dios la amaba tal como era, yfue una fiel seguidora, amiga y dis-cípula de Jesús.

De la Buena Noticia segúnsan Juan, 20, 1-18: “El día si-guiente al sábado, muy tempra-no, cuando todavía estaba oscu-ro, fue María Magdalena alsepulcro y vio quitada la piedraque tapaba la entrada. Enton-ces echó a correr, llegó hastadonde estaban Simón Pedro y elotro discípulo, el que Jesúsamaba, y les dijo: –¡Se han lle-vado al Señor del sepulcro y nosabemos dónde lo han puesto!Salió Pedro con el otro discípuloy fueron al sepulcro.

Los dos corrían juntos, pero elotro discípulo corrió más aprisaque Pedro y llegó antes al sepul-cro. Se inclinó y vio allí los lien-zos plegados, pero no entró. Lle-gó tras él Simón Pedro, entró enel sepulcro y vio los lienzos ple-gados, y el sudario que habíasido puesto en su cabeza, no ple-gado junto con los lienzos, sinoaparte, todavía enrrollado, en unsitio. Entonces entró también elotro discípulo, que había llegadoantes al sepulcro, vio y creyó.No entendían aún la Escriturasegún la cual era preciso que re-sucitara de entre los muertos. Ylos discípulos se marcharon denuevo a casa.

María estaba fuera llorandojunto al sepulcro; y mientras llo-

E

IGLESIA EN EL MUNDO

MARÍA MAGDALENA: SU ENCUENTROCON EL RESUCITADO Carmen Pallarés Gregori

14 el Reino

Santa María Magdalena, penitente.Cuadro de Gascón Castelló.

María Magdalena acude de maña-na, antes del amanecer, sola, a la tum-ba... Todos los que hemos tenido ex-periencia de pérdidas de personasmuy queridas sabemos el tremendodolor que esto ocasiona en nuestrasvidas. Es un sufrimiento que irrumpede pronto en nuestro ser, nos envuel-ve y nos embarga. La tristeza es enor-me y andamos como desorientados y,de alguna manera, al acercarnos a sutumba estamos intentando acercarnosmás al ser querido, a lo que queda delser querido, su cuerpo muerto.

Está claro en este relato que Ma-ría no esperaba la resurrección. Nisiquiera el sepulcro vacío le hizopensar en esta posibilidad, pues nose habría quedado fuera llorando.Lo mismo le ocurrió a Pedro.

Pedro y el discípulo amado vanal sepulcro, avisados por María,

ven que allí no está el cuerpo de sumaestro y después, desconcerta-dos, se vuelve a casa. María, encambio, se queda junto al sepulcro.Llama la atención el inmensoamor, la gran fidelidad hacia Jesús,que la trató como a un ser humanodigno, y no como ella estaba acos-tumbrada a ser tratada por loshombres. Al ver que el sepulcroestá vacío, no se marcha, no seconforma, es fiel, persevera hastael final, al igual que permaneció,junto a María, la madre de Jesús, alpie de la cruz (Jn 19,25). Y es pre-cisamente esta actitud suya de leal-tad, de amor, de perseverancia, laque le motiva a ir en busca delcuerpo de Jesús, desaparecido delsepulcro, y la que le lleva al en-cuentro pascual.

Dice J. A. Pagola (Creer en el Re-sucitado): “Primeramente, [Magda-lena] se dirige a los discípulos: lue-go, a los ángeles del sepulcro; porfin, al que ella cree que es el jardi-nero. A todos les dice lo mismo:«Se han llevado al Señor y no sabe-mos dónde lo han puesto». El evan-gelista nos presenta paso a pasotodo el proceso:

Los discípulos no le respondennada. Tampoco ellos saben dónde ycómo encontrar al Señor. Los ánge-les le dicen algo muy importante. Laobligan a abandonar una investiga-ción puramente exterior y a entraren sí misma: «Mujer ¿por qué llo-ras?». El jardinero le va a hacer lapregunta completa: «Mujer, ¿porqué lloras? ¿A quién buscas?»”.

EL ENCUENTROCON EL RESUCITADO

María recibe la gran revela-ción del mismo Jesús: no sóloha resucitado –¡vive!–, sinoque “su Padre es nuestro Pa-

dre y su Dios es nuestro Dios”. MaríaMagdalena se convierte en la “após-tol de los apóstoles”; Jesús la envía auna misión: debe ir a los hermanos ycomunicarles su experiencia de fe:“que ha visto al Señor resucitado yque le ha dicho todas estas cosas”.

Todos los relatos pascuales nospresentan cuál es la situación de losdiscípulos tras la muerte de Jesús,su maestro y amigo. Juan, el evan-gelista, dice que estaban «con las

Y

raba, se asomó al sepulcro y vioa dos ángeles con vestidurasblancas sentados uno a la cabe-cera, y otro a los pies, donde ha-bía estado el cuerpo de Jesús. Yle dijeron: –Mujer, ¿por qué llo-ras? Ella les contesta: –Porquese han llevado a mi Señor y no sédónde le han puesto. Dicho esto,se da media vuelta y ve a Jesúsde pie, pero no sabía que era Je-sús. Jesús le dice: –Mujer, ¿porqué lloras? ¿A quién buscas?Ella, pensando que era el jardi-nero, le dice: –Señor, si tú te lohas llevado, dime dónde lo haspuesto, y yo lo recogeré. Jesús ledice: –¡María! Ella se vuelve y ledice”: –¡Rabboni! (Que quieredecir, Maestro). Jesús le dice:–Suéltame, que aún no he subidoal Padre. Anda, ve a mis herma-nos, y diles: Subo al Padre mío yPadre vuestro, al Dios mío yDios vuestro.

María Magdalena fue y anun-ció a los discípulos: He visto alSeñor y ha dicho esto”.

15el Reino

Original santuario dedicado a santa María Magdalena,patrona de Novelda (Alicante).

Iglesia en el mundo

Iglesia en el mundo

16 el Reino

puertas cerradas». Cuando elmiedo se instala en una personao en un grupo de personas, sindarse cuenta se cierran laspuertas a la confianza, a la es-peranza, a la alegría, a la luz.Todo se va oscureciendo, apa-recen los tonos grises, no haycolor. También relata Lucas eldesánimo de los dos discípulosde Emaús tras la frustración porla muerte en cruz de Jesús:“Nosotros teníamos la esperan-za de que el fuera el libertadorde Israel” (Lc 24, 21).

Evidentemente, el hallazgodel sepulcro vacío fue uno delos medios utilizados, desde elprincipio, para afirmar la resu-rrección. Pero no reveló nada,ni fue lo que cambió el estadode ánimo ni operó la transfor-mación de María Magdalena ydel resto de los discípulos. To-dos ellos tuvieron la necesidadde encontrarse con Jesús resu-citado para creer en su resu-rrección. Y fue este encuentro conél el que los transformó por comple-to, “resucitando” en ellos la fe, laalegría, la esperanza, la paz.

VIVIENDO EN 2008

esús resucitado se presentaante María con estas pregun-tas fundamentales «Mujer,¿por qué lloras? ¿A quién

buscas?», que le van a ayudar a buscaren su corazón, a entrar en sí misma.Preguntas-clave para cada uno de no-sotros, que nos podemos quedar en labúsqueda de lo externo, sin escucharlas demandas interiores de nuestro ser;preguntas que nos pueden ayudar a vi-vir hoy la experiencia del encuentrocon Cristo resucitado: ¿A quién bus-co? ¿Qué necesito? ¿Por qué lloro?

La muerte, si la entendemos comola destrucción de todo aquello que

significa vida, no es sólo el términobiológico del ser humano. Porquehay otra muerte, mientras el cuerposigue vivo, y seguramente no la te-nemos en cuenta. Al igual que uncorazón latiendo da vida al cuerpo,así también, el amor, la confianza, elperdón, la lealtad, la voluntad... danvida verdadera a la persona.

No es difícil comprobar cómo, porlas diversas circunstancias de cadauno, podemos ir “cerrando puertas”;el pecado va destruyendo en nosotrostodo aquello que da vida y podemosvivir desconfiando de los demás, sinalegría, sin saborear la vida, dejandoque la pereza y el desánimo se insta-len en nuestro corazón. Sin darnoscuenta, la amargura nos invade, nonos fiamos de nadie, no nos creemosnada. Incluso podemos llegar a pen-

sar que vivir de esta manera es“normal”. No somos conscien-tes de que esto es permanecer“en la muerte”. Incluso a nivelreligioso, podemos vivir rutina-riamente conociendo y hacien-do todos nuestros rezos, y teneruna relación con Dios muerta.

Lo esencial para nosotros esla resurrección, encontrarnoscon Cristo resucitdo. Y esto estáal alcance de todos. Porque sicreemos, realmente, que Diosresucitó a Jesucristo, él siguevivo hoy, por lo que cada uno denosotros también podemos tener–al igual que María Magdalena–un encuentro personal con el Es-píritu del Resucitado.

Y esta presencia de Cristo ennuestra vida es fuerza poderosaque nos transforma en personasvivas, capaces de crecer en elamor, en la intuición, en laamistad, en la confianza, de sa-borear la vida y ver la belleza

de lo creado. Es la fuerza que Cristoposee de “resucitar lo muerto”.

El Evangelio es “Palabra del Se-ñor resucitado”, y no unas palabrasque pronunció un hombre bueno, unlíder que murió hace dos mil años, yque encierran un mensaje bonito.Nos podemos despistar si nos limi-tamos a escuchar a los que nos ha-blan del mensaje cristiano (eso estábien, es bueno). Lo importante esescucharle a Él: “Mira que estoy ala puerta y llamo. Si alguno escuchami voz y me abre, entraeé en su casay cenaremos juntos” (Ap 3,20).

Esta frase del Resucitado siempreme ha emocionado. Es la llamada aestar atentos (mira), es la certeza desu presencia (estoy), es la certeza deque nos habla (mi voz), la certeza deque no se quiere imponer (si algunome escucha, si me abre la puerta);la certeza de su amistad (cenaremosjuntos). ❦

J

Clásica imagen de santa MaríaMagdalena, en día de romería,

de cuyo brazo cuelgan hermososracimos de uva.

oy día estamos bastante al corriente de qué gran número de Organiza-ciones No Gubernamentales actúan en el mundo. Quizá conocemosmenos la amplia variedad de actividades que llevan entre manos. Sabe-

mos también que muchas de ellas tienen una filiación y un cuño expresamen-te cristianos. ¿A quienes nos referimos? ¿Por quiénes presentamos a Diosnuestra oración en este mes de julio? La intención pontificia se concreta enaquellos que sirven a la comunidad cristiana, aunque no se trate de una ONG.

ALGO MÁS QUE SIMPLES ONGs

os diversos voluntariados tienen unos orígenes, unas finalidades y unosmodos de actuación muy diversos.

En primer lugar pedimos por el aumento de tales voluntarios. Esta pa-labra ya dice mucho. Pero se remacha su de-nominación, caracterizándolos con el adverbio“generosamente”, que parecería innecesariopues se trata de “voluntarios”: se pretende de-jar claro que actúan por motivaciones desinte-resadas, donde la generosidad juega una bazafundamental.

Es esta una hermosa tarea, aunque no siem-pre fácil. Se necesita un gran sentido de frater-nidad: “La persona que sufre nos pertenece”,decía Juan Pablo II. Y se precisa además unabuena dosis de alegre espíritu de sacrificio: sinél faltaría capacidad para superar los cansan-cios, la monotonía y la –a veces– aparenteinutilidad de los esfuerzos desplegados.

QUÉ HACER QUIENESNO PERTENECENA ESTOS COLECTIVOS

uizá, en nuestras circunstancias actuales, no todos podemos pertenecena uno cualquiera de los muchos voluntariados existentes hoy en la co-munidad cristiana.

Se nos pide, en cambio, tomar conciencia de la labor que llevan a cabo yorar porque aumente el número de quienes sí pertenecen. Más aún, se entien-de que no solo es cuestión de número. Nuestra oración por ellos pretende ob-tener de Dios la ayuda interior que necesitan para desempeñar bien su activi-dad: clarividencia de fines y mdios, constancia perseverante en la acción,servicio inspirado en el auténtico amor cristiano, que es base y cimiento detodo lo anterior. El Papa Benedicto XVI se lo recordaba a unos voluntariosde Cáritas en Roma, el pasado año: “Los santos de la caridad resumieron elauténtico estilo del amor cristiano en el lema: El bien hay que hacerlo bien”.

Q

L

H Pero hay algo más. Así como sedice que “quien enseña aprendedos veces”, quien se interesa pororar en favor del trabajo de tantaspersonas generosas se dispone afomentar en sí esa misma genero-sidad. Incluso quizá llegue a des-cubrir que también él o ella puede“ofrecer su persona al trabajo”–qué diría san Ignacio– y dedicaralgún tiempo en tal o cual volunta-riado. Sería otro buen efecto de suoración. ❦

Cooperantes con unas religiosasen Madagascar.

SOCIEDAD

VOLUNTARIOS GENEROSOSAL SERVICIODE LA IGLESIA Javier García Ruiz de Medina

17el Reino

“Los colaboradores que desempe-ñan en la práctica el servicio de lacaridad en la Iglesia no han deinspirarse en los esquemas quepretenden mejorar el mundo si-guiendo una ideología. Han de serpersonas cuyo corazón ha sidoconquistado por Cristo con suamor, despertando en ellos elamor al prójimo” (Benedicto XVI,Deus caritas est, n.33).

18 el Reino

SOCIEDAD

RESPETAR EL PLAN DE DIOSPARA EL MUNDO Y AMARLA CREACIÓN Javier García Ruiz de Medina

stá el universo gobernadopor la casualidad? O por elcontrario: ¿se dan sobre él

leyes que lo rigen con tal precisiónque es posible predecir hechos futu-ros?

Un cristiano es claro que no pue-de apuntarse a la primera opinión.¿Y a la segunda? Depende. Científi-cos ateos la darían por buena, perodescartando que procedan de Diosesas “leyes”. La respuesta cristianasería: las realidades naturales proce-den de Dios, y en su acción, en sudesarrollo, responden a un plan deDios.

LA CREACION,REVELACION DE DIOS

ntes del descubrimiento bíbli-co de un Dios que se manifies-ta a través de la historia de un

pueblo, existe una revelación cósmi-A

E¿ ca al alcance de todos, ofrecida a la humanidad por el único Creador. ¿No seha tropezado usted alguna vez en la Biblia con esta idea?: “De la grandeza yhermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor.”(ver Sb 13, 5 y Rm 1,20).

El concepto de Dios en la fe cristiana no puede reducirse a algo así comoel “Motor inmóvil” de los antiguos filósofos, ni a la aceptación de una reali-dad divina, relegada allá en su lejanía; que echó a andar este mundo, perodel que no tiene preocupación ulterior, ni pretende de sus habitantes relaciónpersonal alguna con Él.

En una de sus audiencias generales, recordaba el Papa Benedicto XVIque “Dios no aparece en la Biblia como un Señor impasible e implacable,[…] sino que se manifiesta como una persona que ama a sus criaturas,vela por ellas, las sigue en el camino de la historia y sufre por sus infideli-dades”.

¿ES ANTIECOLÓGICA LA PALABRA DEL GÉNESIS?

ay quienes han descalificado a los creyentes, a propósito de la frase delGénesis pronunciada por Dios creador: “Llenad la tierra y sometedla”(Gn 1, 28). Piensan que está en contra de las ideas ecológicas que de-

ben defenderse hoy día. Pero notemos que no se habla de explotarla salvaje-mente, de esquilmarla. Eso sería una torcida interpretación de la palabra bí-blica. Dios no hubiera podido encargarnos algo tan contradictorio con susfinalidades y con su modo de actuar. Someter la tierra es un dominarla que

supone, respecto de las personas,servirlas, no: servirse de ellas; yrespecto de las cosas, servirse deellas; no, dejarse esclavizar porellas.

Una cierta esclavitud se daba enel antiguo mundo pagano, cuandoconsideraban que las realidades dela naturaleza estaban animadas des-de dentro por fuerzas divinas. Peroel cristianismo ha des-encantado lanaturaleza y, nos enseña a no idola-trarla. Nos hace ver en ella unaobra de Dios, que él coloca en nues-tras manos: un gran don que estácomo sin terminar. Tenemos, pues,que desarrollar progresivamente susposibilidades, de forma que lleguena todos los humanos y contribuyana su verdadera humanización. ❦

H

LA CAMPAÑA DE DESCRÉDITO

Una sola vez en su vida contó san Pablo que tuvouna experiencia mística sobrenatural, en que fue

“arrebatado al cielo”. Los detalles están en la segundacarta que escribió a los corintios (2 Cor 12,2-4). Sinembargo, Pablo no parece contarla gustosamente sinomás bien obligado por ciertas circunstancias.

¿Por qué razón? ¿Qué llevó a san Pablo a silenciaraquel misterioso éxtasis, que lo elevó hasta el tercercielo y le hizo ver cosas insólitas, que nunca quisocontar?

Para entenderlo, debemos tener en cuenta los suce-sos que movieron a Pablo a escribir esa carta.

Era el otoño del año 54. El apóstol se hallaba en laciudad de Éfeso (actual Turquía), predicando y tra-tando de afianzar la comunidad cristiana reciente-mente fundada en la ciudad. Mientras evangelizaba,le llegaron noticias de los graves desórdenes que es-taban ocurriendo en Corinto. ¿Qué había pasado?Después de que Pablo se había marchado de allí paradirigirse a Éfeso, se habían presentado unos misione-ros cristianos que, aprovechando la ausencia de Pa-blo, se instalaron en la ciudad y se pusieron a hablarmal de él.

Básicamente, la prédica de estos misioneros era lamisma que la de Pablo. No criticaban su doctrina, nisus ideas, ni su enfoque religioso. Directamente lo cri-ticaban a él. Cuestionaban su derecho a ser apóstol ysu autoridad para predicar.

DOS FORMAS DE PREDICAR

¿Qué defecto le veían estos misioneros a Pablo?Por lo que deducimos de su carta, aquellos mi-

sioneros itinerantes pertenecían a la categoría de los“iluminados”, es decir, basaban la autoridad de suapostolado en sus propias experiencias místicas y ex-táticas. Mientras Pablo predicaba a Cristo crucificado(1 Cor 2,2), los misioneros decían que Cristo ya no es-taba crucificado; estaba en el cielo, en su gloria; por lotanto, había que dejar de mirar al pasado y escuchar alCristo del presente, vivo, que les hablaba a ellos desdeel cielo. Mientras Pablo basaba su mensaje en elEvangelio, los misioneros tomaban su mensaje de re-velaciones privadas que decían recibir mediante éxta-sis e inspiraciones.

Se trataba, pues, de dos modelos distintos deapostolado y de predicación. Uno, el de Pablo, basa-

1. PABLO, APÓSTOL:EL EVANGELIO DE LA CRUZ

19el Reino

ESPECIAL EL REINO

UN AÑO CON SAN PABLOEl pasado día 29 de junio hemos celebrado, como cada año, la fiesta de los apóstoles san Pe-

dro y san Pablo, columnas de la Iglesia; mientras que el 25 de enero, al término de la Semana deoración por la Unidad, evocamos anualmente la conversión del Apóstol de las Gentes.

Fue en el camino de Jerusalén a Damasco donde cambió radicalmente la vida del que hastaentonces era llamado Saulo. Allí, al intransigente y –diríamos hoy– fundamentalista hebreo le fuerevelado Jesucristo resucitado y, con la ayuda de Ananías, irrumpió en él la gracia que maduróen un excepcional compromiso evangelizador.

Nuestra revista, en el presente “Especial” veraniego, ofrece algunos subsidios para sensibili-zar a los lectores respecto al Año Jubilar que la Iglesia ha comenzado a celebrar hace unos díascon motivo del 2000º aniversario del nacimiento de san Pablo.

Detalle de la gran estatua de san Pablo que seencuentra en la plaza de san Pedro del Vaticano,

con la imagen de Jesús al fondo.

ESPECIAL EL REINO

do en la teología de la cruz, es decir, en la muerte yresurrección de Jesús como ejemplo a seguir parasalvar el mundo. El otro, el de los nuevos evangeli-zadores, basado en señales divinas obtenidas a tra-vés de experiencias y visiones celestiales. Éstos sesentían, así, superiores a Pablo, que sólo predicabamensajes terrenos. Por eso se creían “superapósto-les”, como burlonamente los llama Pablo en su carta(2 Cor 11,5; 12,11).

Los misioneros intrusos acusaban, pues, a Pablo deno guiar a la comunidad hacia el Cristo glorioso, sinohacia el Cristo sufriente. Y decían: ¿acaso no ha triun-fado ya Cristo sobre la cruz? ¿Para qué seguir recor-dando el pasado? Ésa es una actitud retrógrada. Cristoahora está glorificado, y sólo mediante el contacto consu Espíritu se puede llegar hasta él. Para los misione-ros, la doctrina de Pablo era imperfecta porque él notenía experiencias místicas. Por eso la evangelización

que él había hecho en Corinto necesitaba ser comple-tada con el mensaje que ellos traían, revelado por elEspíritu (2 Cor 10,2).

UN SECRETO BIEN GUARDADO

Los habitantes de Corinto, que eran de cultura grie-ga, se sintieron atraídos por esta nueva prédica ba-

sada en fenómenos sobrenaturales, y les abrieron laspuertas a los recién llegados (2 Cor 11,4). Aceptarongustosos su mensaje, y hasta despreciaron y ofendie-ron a Pablo (2 Cor 2,5; 7,12).

Ante esta situación Pablo se sintió herido, y decidióescribir una carta a la comunidad en duros términos,quizás la carta más ruda que haya escrito jamás, y quehoy se encuentra en 2 Cor 10-13. En ella, a los predi-cadores que discutían su título de apóstol y su Evan-gelio los trata de enanos ridículos que se creen gigan-tes (10,12-14), de mensajeros de Satanás disfrazados(11,14-15), de locos (11,19), y de ladrones presumidosque desprecian a los demás (11,20).

Pero lo más importante de la carta es que, en mediode esa catarata de críticas y diatribas, Pablo ofrece susreflexiones sobre lo que es para él el ministerio apos-tólico. Con un discurso excepcional, y mostrando susgrandes dotes retóricas, expone en forma lúcida y ma-gistral la teología de la cruz. Si los superapóstolespresumen de sus experiencias místicas, Pablo presumede sus debilidades y de su sufrimiento por amor a lasIglesias. Por eso, en una lista conmovedora, enumeratodos los padecimientos que le tocaron vivir por predi-car el Evangelio; ahí es donde él demuestra que esrealmente apóstol (11,21-33).

Al final, para que los misioneros vean que a él no lefalta nada de lo que ellos se jactan, narra una expe-riencia mística que tuvo, y que nunca antes había que-rido contar.

NUNCA SUPO CÓMO FUE

Analicemos ahora lo que Pablo cuenta de esa expe-riencia. Comienza diciendo: “Sé de un hombre en

Cristo, que hace catorce años –si dentro del cuerpo ofuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe– fue arrebata-do hasta el tercer cielo” (12,2).

Con un lenguaje misterioso, empieza el relato de suviaje al cielo. Dice que ocurrió “hace catorce años”, esdecir, alrededor del año 40; por lo tanto, cuando se en-contraba trabajando en la ciudad de Antioquia (Siria),su primer destino como evangelizador.

Fachada de la basílica de san Pablo Extramuros.Es una de las cuatro llamadas “Basílicas mayores”,

junto con Santa María, la mayor, san Juan de Letrány san Pedro del Vaticano.

20 el Reino

ESPECIAL EL REINO

Si bien Pablo parece hablar de otra persona (“sé deun hombre”), en 12,7 aclara que se refiere a él. ¿Porqué entonces cuenta su vivencia en tercera persona?Es una manera de tomar distancia entre lo que él escomo predicador, y las visiones que recibió ese día, yque no lo marcaron para nada. Quiere mostrar que suministerio no está fundado en esa clase de experien-cias, que para los misioneros eran tan importantes. Escomo si quisiera decir que quien vivió ese fenómenoultraterreno no es Pablo el apóstol, sino Pablo el extá-tico, de quien él sabe diferenciarse.

Luego afirma que no sabe si su viaje fue “dentro delcuerpo o fuera del cuerpo”. Según la creencia antigua,los viajes al cielo podían ser de dos modos: de unamanera corporal (en la que toda la persona era trans-portada al cielo), y de una manera espiritual (en la quesólo el alma ascendía al otro mundo). Mientras los ad-

versarios de Pablo contaban con detalle sus experien-cias extáticas, probablemente fuera del cuerpo, Pablodice que él ni siquiera sabe cómo fue la suya, mos-trando un total desinterés por los detalles de este tipode revelaciones.

CON ENTRADA AL PARAÍSO

A continuación dice que su viaje espiritual llegó“hasta el tercer cielo”. En la creencia popular ju-

día existían tres cielos, uno encima de otro. El primeroera el de las nubes, la lluvia y los fenómenos atmosfé-ricos. El segundo era el del sol, la luna y las estrellas.Y el tercero, el cielo superior y supremo, donde estabael trono de Dios, con todos sus ángeles. Pablo confie-sa haber llegado hasta ese cielo.

Pedro y Pablo, apóstoles, según El Greco: manos y vidas entrelazadas.

21el Reino

ESPECIAL EL REINO

Pero añade algo más: “Y sé queese hombre –si dentro del cuerpo ofuera del cuerpo, no lo sé, Dios losabe– fue arrebatado al Paraíso”(12,3-4a). Es algo asombroso lo queafirma aquí. En esa época se creíaque, después del pecado de Adán yEva, el Paraíso Terrenal había sidotrasladado de este mundo hasta eltercer cielo, junto al mismo Dios,donde se convirtió en la futura mora-da de los santos y justos que morían(Lc 23,43). Pues bien, el viaje side-ral de Pablo lo llevó hasta el lugarmás sagrado del cielo, donde habitael mismo Dios, en compañía de to-dos los justos de la historia. ¡Qué decosas habría visto Pablo allí! ¡Cuán-tos conocimientos habría adquirido,contemplando ese ambiente divinoextraordinario! En este punto, los lectores de la cartahabrán contenido el aliento ante lo que estaba por con-tar Pablo.

ESCAPAR DE UNA FALSA GRANDEZA

Sin embargo, para desilusión de todos, Pablo dice acontinuación que allí sólo “oyó palabras inefables,

que el hombre no puede pronunciar” (12,4b). O sea,Pablo no vio nada. No contempló ninguna geografíacelestial, ni seres angélicos, ni el radiante trono deDios, ni los destellos de su gloria divina. Sólo escuchócosas, que para colmo era incapaz de explicar. Qué di-ferencia con sus adversarios. Mientras éstos alardea-ban con los detalles de sus visiones, Pablo no da aellas ninguna importancia. Contar aquí algún mensajesobrenatural habría aumentado enormemente su famay su grandeza de apóstol y predicador. Pero Pablo norefiere ni una sola palabra. Con su modesto silencio seperdió la gran oportunidad de aplastar a sus oponen-tes, y de ganarse la admiración eterna de los corintios.

Aquí Pablo da por terminado el relato de sus revela-ciones privadas. No dice ni cómo bajó del cielo, nicómo despertó, ni sus sensaciones después del viaje.

EL ÉXTASIS Y LA AGONÍA

Para los adversarios de Pablo, las visiones eran sumayor motivo de alabanza, y se enorgullecían de

recibirlas. Pero el apóstol escribe a continuación: “De

ese hombre me alabaré. Pero de mí,sólo me alabaré en mis debilidades.Si quisiera alabarme no haría mal,porque diría la verdad; pero no quie-ro hacerlo, para que nadie piense quesoy más de lo que aparento o de loque digo” (12,5-6).

Pablo demuestra una humildad in-creíble, y una lucidez extraordinaria.Ha podido participar de la exaltaciónsuprema de un vidente como ningúnotro hombre, y sin embargo para élno significa nada. Ha sido favoreci-do con una gracia asombrosa, pero

no la considera motivo de gloria. Y la razón que da esporque no quiere que nadie se forme de él una idea su-perior sólo porque tuvo visiones, cuando la verdaderasuperioridad del cristiano está en el amor al prójimo yel servicio a los demás, no en recibir revelaciones(12,12).

Pero la parte más importante de su relato, y a la quePablo le interesaba llegar, es la que sigue inmediata-mente. Constituye el centro de todo, y la clave paracomprender la visión que ha contado de su viaje celes-tial. Dice: “Y para que no me vuelva orgulloso por laabundancia de las revelaciones, he recibido un aguijónen mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea,para que no me engrandezca demasiado” (12,7).

Vemos que, para Pablo, más importante que su arre-bato místico es esta otra revelación que recibió. Sos-tiene que un ángel de Satanás lo hiere constantementecon un aguijón, para que no se vuelva orgulloso y pre-sumido. ¿Qué es este aguijón? Se trata posiblementede una enfermedad que Pablo padeció durante su acti-vidad misionera, que limitaba sus fuerzas, y por ello leimpedía ser vanidoso.

LA TRIPLE ORACIÓN

Con sencillez confiesa: “Tres veces pedí al Señorque me lo quitara”. Se ve que Pablo debió de

haber sufrido mucho con su enfermedad, porqueafirma que tres veces (un número simbólico que sig-nifica muchas veces) suplicó a Jesús para que lo li-brara de ese terrible sufrimiento. Pero dos veces no

22 el Reino

Tarjeta editada por la Basílica desan Pablo Extramuros de Roma.Al reverso, la cita de 2 Cor 12,9en cinco idiomas:“Te basta mi gracia mi fuerzase muestra en la debilidad”.

ESPECIAL EL REINO

obtuvo contestación. Sólo a la tercera recibió res-puesta. Y fue la gran revelación que cambiará suvida: “Él (Jesús) me respondió: «Te basta mi gracia,pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Poreso, con mucho gusto seguiré alabándome sobretodo en mis debilidades, para que habite en mí elpoder de Cristo” (12,8-9).

Éste fue el gran descubrimiento de Pablo, que no lologró mediante una revelación en éxtasis, o en visio-nes místicas, sino en una revelación encontrada en elsufrimiento de su vida diaria, iluminada por el mensa-je de la cruz que él predicaba. Allí comprendió el sen-tido de su enfermedad: ésta era un medio para quemostrara la fortaleza y el poder de Dios, como habíasucedido con el mismo Jesús, que en la debilidad delCalvario había mostrado el poder divino.

Es decir, para Pablo es una tontería alabarse o cre-erse superior por recibir revelaciones. Dios no se ma-nifiesta así. Se manifiesta en el Evangelio de la cruz,que nos ayuda a dar amor en medio de nuestro dolor.El verdadero apóstol no es el que recibe revelacionessino el que demuestra más amor a las comunidades,mediante su entrega y su servicio.

LA TONTERÍA DE JACTARSE

Termina Pablo su breve confesión de revelacionescon una frase estremecedora: “Por eso me alegro en

las debilidades, en los insultos, en las necesidades, en laspersecuciones, y en las angustias sufridas por Cristo;porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (12,10).

Estas palabras constituyen, sin duda, una humillan-te bofetada a la pretensión de los misioneros intrusosde Corinto. Ellos basaban su prédica en mensajes querecibían con videncias y fenómenos místicos, exacer-bando la curiosidad de los creyentes cristianos que losescuchaban. Así aseguraban que sus enseñanzas pro-cedían directamente del Cristo que está en la gloria.Pablo, en cambio, dice que es el Cristo de la cruz elque revela la verdadera fuerza del hombre, el verdade-ro poder, porque sólo Él con su testimonio es capaz devolver fuerte cualquier angustia humana.

Pablo contrapone el éxtasis que contagia y lleva a de-sentenderse del mundo, con el mensaje evangélico quelleva a la fe (Flp 1,27), que transforma el mundo (Rm8,22), que transmite vida (1 Cor 4,15) y conduce a la sal-vación (1 Cor 15,1). Por eso cuenta el “fracaso de su via-je al cielo”. Porque para el apóstol no hay ninguna otrarevelación con contenido propio, fuera del Evangelio.

VOLVER AL EVANGELIO

¿Fue ésta la única revelación privada que tuvo Pa-blo? Ciertamente que no. Debió de tener mu-

chas, porque a los corintios les habla de sus “visiones yrevelaciones” en plural (2 Cor 12,1), y también de “laabundancia de las revelaciones” que recibió (12,7).Igualmente los Hechos de los Apóstoles, si bien no sonuna crónica histórica de su vida, se hacen eco de estafaceta suya, al contarnos seis experiencias sobrenatura-les de Pablo (Hch 9,3-9; 16,9; 18,9-10; 22,17-21;23,11; 27,23-24). Sin embargo, él siempre las mantuvoen secreto, guardadas en la intimidad con Dios (1 Cor14,13-19). Sabía lo peligroso que era basar una predi-cación en experiencias sobrenaturales o en visionesmísticas: en definitiva, era predicarse a uno mismo.

Por eso sólo una sola vez, sabiendo que era algo“inútil” para su predicación (12,1), y sólo porque sevio obligado, divulgó Pablo sus vivencias interiores aun grupo de creyentes. De no haber sido por las cir-cunstancias quizás nunca las habría contado, porquese trataba de revelaciones personales, sobre las que noestá fundada la Iglesia, ni puede ésta edificarse. Lapredicación paulina tenía como único fundamento elEvangelio de la cruz y el camino del amor.

23el Reino

La conversión de san Pablo en el caminode Damasco. Caravaggio (1600).Santa María del Popolo, Roma.

ESPECIAL EL REINO

Hoy hay muchas manifestacio-nes religiosas basadas en revela-ciones y visiones privadas: devo-ciones, novenas, celebraciones, li-bros, folletos y hasta películas seinspiran en experiencias persona-les de videntes y místicos, a vecesalejadas y hasta contrarias al Evan-gelio de Jesucristo. Muchos de es-tos videntes ni siquiera tuvieron ladelicadeza de Pablo, de esperar ca-torce años antes de salir a divul-garlas, urgidos como estaban porventilar sus proezas de iluminados.

Ojalá aprendamos a tomar dis-tancia de estas devociones contra-rias al Evangelio, y volvamos acentrar nuestra fe sólo en Jesu-cristo, como nos enseñó firme-mente Pablo, purificando así lasprácticas que nos alejan de Él.Porque como el mismo apóstolafirma: “Si yo mismo, o un ángel del cielo, les anun-cia un Evangelio distinto al que hemos predicado no-sotros, ¡caiga sobre él una maldición!” (Gal 1,8).

Ariel Álvarez Valdés

La figura de san Pablo, que de camino hacia Da-masco cae real o metafóricamente del caballo, se

ha convertido en el modelo de cualquier conversión yen una de los temas centrales del Año Paulino, que ha-biendo comenzado el pasado día 28 de junio se clau-surará el mismo día de 2009.

Miriam Díez y Bosch (Zenit) entrevista a continua-ción a María Laura Giordano, doctora en Historia Mo-derna por la Universidad de Catania (Italia), profesorade la Universidad Abad Oliba-CEU de Barcelona yautora de la reciente obra “Apologetas de la fe”.

—Hoy mucha gente no entiende qué significa quesan Pablo fue el «apóstol de los gentiles». ¿Cómo selo explicaría a un joven de nuestro tiempo?

—Giordano: Mucha gente no lo entiende porque amenudo se han interpretado las Escrituras «olvidando»que Jesús descendía de la estirpe de David y que era un

circunciso así como se ha «olvida-do» que los primeros destinatariosdel mensaje cristiano fueron losjudíos.

A este propósito, en los Hechosde los Apóstoles (11, 1-18) hay unepisodio en el que Pedro tiene unsueño en el que el Señor le diceque vaya a predicar a casa de unapersona que no está circuncidada.Es decir, hace falta un sueño inspi-rado por Dios para vencer las resis-tencias de Pedro, que no quería ir acomer y a predicar a casa de unhombre no circunciso.

¡Cómo olvidar, además, los pro-blemas que la comunidad de judíos

convertidos plantearon a Pablo! Estos últimos tenían di-ficultad en entender que ya no necesitaban la circunci-sión para ser cristianos, ni ponerse bajo el yugo de la leymosaica para salvarse.

San Pablo fue el apóstol de los gentiles porque anuncióel Evangelio, después de haber realizado sus primerosviajes misioneros a Oriente, también a los que no eran ju-díos, a los gentiles, es decir a los paganos de Occidente.

Fue el momento de mayor apertura del mensajecristiano que sale de la tierra que lo ha generado paraproyectarse hacia el mundo, para universalizarse. Sólouno como Pablo, ciudadano romano, de cultura griegay de raza judía, hubiera podido hacerlo.

—¿San Pablo conservó el fervor de la conversiónhasta su muerte?

—Giordano: Sí. De otra manera no se entendería suvida.

—¿Cuáles son las consecuencias de una conver-sión como la de san Pablo, y cómo se aplican hoy alas nuevas conversiones?

—Giordano: Cualquier conversión implica uncambio. En la figura de Pablo este cambio logra serrepresentado con poderoso dramatismo que lleva con-sigo también una carga simbólica de una belleza indis-cutible: el paso de las tinieblas a la luz de la fe se ex-presa a través de la paradoja de la luz que hace ciegos.

Pablo muere y renace, su ceguera es un bautismoterrible y regenerador. La figura de San Pablo que,

2. SAN PABLO: LA PERENNEACTUALIDAD DE LA CONVERSIÓN

24 el Reino

De un díptico oficial para el AñoSanto. “No soy yo quien vivo.Es Cristo quien vive en mí”(San Pablo, Gálatas, 2,20).

de camino hacia Damasco, cae del caballo se ha con-vertido en la metáfora de cualquier conversión, en untopos [o lugar emblemático] de nuestra cultura occi-dental, que celebra la sumisión del hombre al diseñodivino.

Cada conversión sigue siendo hoy, como entonces,un momento de cambio, un paso de la muerte a unanueva vida. Aunque, como diría San Pablo, es la gra-cia la que elige y «predestina», el hombre es libre deatender o desatender la llamada divina, puesto que sulibertad, su libre albedrío, se pone en juego cada vezque se relaciona con Dios.

Como dicen los Evangelios, Cristo quiso que la fefuera un acto libre y, por lo tanto, no sujeto ni a nin-gún determinismo divino, ni a ninguna constricciónhumana.

Esta idea de la religión cristiana como religión de lalibertad es un eje fundamental de la enseñanza paulinay una escuela de civilización y humanidad que debe-mos a nuestras raíces judeocristianas.

La vigilia de Pentecostés de 2008, el cardenal Ja-mes Francis Stafford, como Penitenciario Mayor,

firmó un Decreto en nombre del Papa con ocasión delos dos mil años del nacimiento del Santo Apóstol Pa-blo, por el que se conceden indulgencias especiales.

Se dice en el mismo que el don de las Indulgenciasallana el camino para obtener la máxima purificacióninterior que, a la vez que rinde homenaje al santo Após-tol Pablo, promueve la vida sobrenatural en el corazónde los fieles y los impulsa a dar frutos de buenas obras.Y concreta dichas indulgencias del modo siguiente:

1. “A todos los fieles cristianos verdaderamentearrepentidos que, debidamente purificados mediante elsacramento de la penitencia y restaurados con la sa-grada comunión, visiten devotamente en peregrina-ción la basílica papal de san Pablo en la vía Ostiense yrecen por las intenciones del sumo Pontífice, se lesconcede e imparte la indulgencia plenaria de la penatemporal por sus pecados”.

2. “Cumplidas las condiciones habituales (confe-sión sacramental, comunión eucarística y oración porlas intenciones del Sumo pontífice), excluido cualquierapego al pecado, [los fieles] podrán ganar indulgenciaplenaria si participan devotamente en una celebraciónsagrada o en un ejercicio piadoso tenido públicamenteen honor del Apóstol de las Gentes: en los días de lassolemne apertura y clausura del Año Paulino…” otambién en otros días, según lo determinado por elobispo local.

3. Los enfermos, en las condiciones habituales encuanto sea posible, podrán también ganar la indulgen-cia plenaria, uniéndose espiritualmente a una celebra-ción paulina y ofreciendo a Dios sus oraciones y sufri-miento por la unidad de los cristianos.

¿Qué son esas indulgencias? Con palabras un pocooscuras para nosotros, responde el Código de DerechoCanónico de 1983: “La indulgencia es la remisión ante

3. LAS INDULGENCIASEN EL AÑO DE SAN PABLO

ESPECIAL EL REINO

Al final de su vida, Pablo pudo escribir a Timoteo, su discípulo: “Estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente.He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe.

25el Reino

26 el Reino

Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdona-dos, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cum-pliendo determinadas condiciones consigue por media-ción de la Iglesia, la cual, como administradora de la re-dención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro delas satisfacciones de Cristo y de los santos. Todo fielpuede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, amanera de sufragio, las indulgencias tanto parcialescomo plenarias” (cánones 992 y 994).

El Catecismo de la Iglesia Católica explica esta doc-trina en el artículo 4 de la 2ª parte, al tratar del sacra-mento de la Penitencia (nn. 1471-1479). Comienza ha-blando de las penas del pecado, y dice que el perdón delpecado y la restauración de la comunión con Dios en elsacramento entrañan la remisión de las penas eternas delpecado, pero las penas temporales del mismo permane-cen. El cristiano debe esforzarse en las pruebas y los su-frimientos, hasta aceptar serenamente la muerte, y me-diante las buenas obras ha de revestirse del “hombrenuevo”. Para todo ello cuenta también él con la ayudade sus hermanos en la comunión delos santos. En virtud de ésta realidadde la fe, “existe entre los fieles –tantoentre quienes ya son bienaventuradoscomo entre los que expían en el pur-gatorio o los que peregrinan todavíaen la tierra– un constante vínculo deamor y un abundante intercambio detodos los bienes” (Pablo VI). La san-tidad de uno aprovecha a los otros

Este es el tesoro de la Iglesia: losméritos de Jesucristo, las buenasobras de su Madre santísima y de to-dos los santos que siguieron los pasosdel Señor y se santificaron por sugracia. El Catecismo concluye deeste modo: “Las indulgencias se ob-tienen por la Iglesia que, en virtud delpoder de atar y desatar que le fueconcedido por Cristo Jesús, intervie-ne a favor de un cristiano y le abre eltesoro de los méritos de Cristo y delos santos para obtener del Padre dela misericordia la remisión de las pe-nas temporales debidas por sus peca-dos… Puesto que los fieles difuntosen vía de purificación son también

miembros de la misma comunión de los santos, pode-mos ayudarles, entre otras formas, obteniendo para ellosindulgencias, de manera que se veas libres de las penastemporales debidas por sus pecados”.

No cabe duda de que lo que verdaderamente ha deimportar a un cristiano ante el Año Santo es lo que

éste puede suponer para su vida, el cambio que esté lla-mado a significar en ella. Es decir, el objetivo del AñoSanto. Los obispos españoles han comenzado a difundirmensajes a este propósito. A título de ejemplo, recoge-mos, como conclusión de nuestro “Especial EL REI-NO”, unas palabras de Mons. Juan José Asenjo, obispode Córdoba: Los objetivos que ha marcado el Papa paraeste año son redescubrir la figura y la actividad de San

Pablo en sus múltiples viajes apostó-licos, de los que guardan memorialos Hechos de los Apóstoles; volversobre sus cartas, dirigidas a las Igle-sias que él fundó y a algunos de suscolaboradores, un auténtico tesoropara la teología y la espiritualidadcristiana; acoger sus ricas enseñan-zas; renovar nuestra fe y nuestrocompromiso apostólico y evangeliza-dor; y rezar y trabajar por la unidadde todos los cristianos en una Iglesiaunida, que el Apóstol entendió comoel único Cuerpo de Cristo.

El secreto del ímpetu evangeli-zador y del fuego misionero de sanPablo fue su amor ardiente a Jesu-cristo, a partir de su encuentro sor-prendente con él camino de Damas-co, evocado arriba. No existe en Pa-blo otro interés o móvil que vivircon él y para él, hasta poder afirmar:Ya no vivo yo, es Cristo quien viveen mí (Gálatas 2,20).

4. EL AÑO SANTO Y NOSOTROS

Saludo de Benedicto XVI parael Año Santo: “Que la palabra

de Pablo nos llene de vida”:Vox Pauli vivificet nos.

ESPECIAL EL REINO

PARA PENSAR

MÁS de una vez tomamos con curio-sidad el periódico del día, buscandoafanosamente las últimas noticias,

que las más de las veces no son, ni muchomenos, gratificantes. Las buenas son esca-sas. El salmista siente una gran alegría por-que le han dado una buena noticia: “Vamosa la casa del Señor”. El anuncio de una pe-regrinación a Jerusalén, donde estaba elTemplo, la Casa del Señor, era una buenanoticia para un israelita, como suele ser pa-ra un católico el anuncio de un viaje a Ro-ma o a la misma Jerusalén. Son viajes queilusionan.

La vida es un viaje al más allá, viaje que todos ha-remos. Entre los humanos hay quienes no creen en lavida que sucede a la muerte. Para ellos el certificadode defunción pone punto final a su existencia. Cuan-do la vida ha sonreído a una persona, cuando consi-dera que el balance de su tránsito por nuestro mundoha sido muy positivo en el orden económico y social,de modo que el vivir le resultó confortable, la perso-na termina aferrándose a las realidades de esta vida,que le gustaría no dejar. Por tanto, no debe extrañar-nos que le entristezca la noticia de la cercana muerte,pues con ella termina todo su bienestar, su bienvivir.Para ella, después de la muerte, el vacío, la nada. Ya-no hay vida. Todo terminó.

En cambio, ante la noticia de la muerte no debe ca-ber la tristeza en quien cree en Cristo, que con sumuerte destruyó nuestra muerte y con su resurrecciónrestauró nuestra vida; no tiene por qué entristecersequien cree que, tras una vida honrada, justa, íntegra,de buena ley, sigue la vida definitiva, la que no ten-drá fin, aquella que supera increíblemente en calidada la presente. Jesús lo dijo lisa y llanamente en diver-sas ocasiones. Al joven que le pregunta qué ha de ha-cer para conseguir la vida eterna, le responde sin ro-deos: “Si quieres entrar en la vida, guarda losmandamientos” (Mt 19,17). En otra ocasión “se le-vantó un legista y dijo para tentarle: –Maestro, ¿quéhe de hacer para tener en herencia vida eterna? Él ledijo: –¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees? Res-pondió: –Amarás al señor tu Dios con todo tu cora-zón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con to-da tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.

Entonces él le dijo: –Bien has respondido. Haz esto yvivirás” (Lc 10, 25-28).

Es cierto que de la vida eterna no sabemos por loque nos dicen nuestros sentidos, que aún no la hanpercibido, sino por la fe en Cristo, que nos habló deella. Y Cristo, para el cristiano, tiene bien merecida laconfianza y la fe, que no le otorgaban sus coetáneos,sorprendidos de que Jesús, el hijo de José, cuyo padrey madre conocían, dijera que había bajado del cielo.“Vuestros padres comieron el maná en el desierto ymurieron; este es el pan que baja del cielo, para quelo coman y no mueran. Yo soy el pan vivo, bajado delcielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre”(Jn 6, 49-51).

En la solemne y filial oración con que termina laúltima Cena, Jesús pide al Padre que los suyos tenganacceso al lugar en que se encontrará él con el Padre,a fin de que puedan contemplar su gloria (cf. Jn 17,24). Antes había dicho: “Esta es la vida eterna: que teconozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu envia-do, Jesucristo” (Jn 17,3). En la medida en que avan-zamos en el conocimiento del único Dios y de su en-viado, Jesucristo, ya estamos pregustando esa vida. Esposible que más de una vez nos hayamos interrogadoen qué nos ocuparemos en la vida eterna, cómo lle-naremos toda una eternidad; y nos hemos temido queseremos presa del tedio y del hastío. Pero ya sabemosen qué vamos a emplear la eternidad: contemplaremosla gloria de Dios: Padre, Hijo y Espíritu. Y con esacontemplación avanzaremos en el conocimiento delDios trinitario. Contemplación y conocimiento quenos harán inmensamente felices. ❦

UNA BUENA NOTICIA Eduardo Perales Pons

“Qué alegría cuando me dijeron: –Vamos a la casa del Señor” (Sal 121,1).

Vamos a la casa del Señor.

27el Reino

PARA PENSAR

“A ti llamamos los desterrados, hijosde Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llo-rando en este valle de lágrimas”.

En estas invocaciones nos dirigimos ala Virgen, diciéndole que la llamamos.Así de sencillo. Como Madre que es, ycomo hijos que somos, la llamamos, lepedimos, le gritamos a veces callada e in-teriormente.

Le rogamos para que nos atienda, paraque nos oiga y ponga remedio a nuestrasnecesidades. Para que nos dé luz. Paraque nos purifique y nos limpie, y poderrecibir así a su Hijo, que es nuestro ali-mento y vida.

Nos llamamos desterrados hijos deEva, porque sabemos que llevamos ennosotros la raíz del pecado de nuestrosprimeros padres. Pero no estamos deste-rrados. Estamos redimidos. Somos hijosde Dios, y de María.

Y vamos caminando y luchando pararecorrer la parte de tiempo que Dios nosdeja para llegar a la vida verdadera, lavida eterna.

¿Cuánta gloria desea el Señor compartircon nosotros? Siendo Dios amor perfectodesea compartirlo todo. Por nosotros mismos nopodemos hacer esto. Pero el Señor, amor perfec-to, hará cuanto pueda para darnos la gloria.

Y como es todopoderoso, lo consigue. Ycuando vemos a María, nuestra Madre y Ma-dre de Dios, vemos que ya lo ha conseguido.

“Nos ha dado toda su gloria dándosela a laúnica que puede dárnoslo todo: nuestra Ma-dre.” (Scolt Hahm)

Y esa madre es la que oye nuestros suspiros,y oye nuestro llanto o nuestros gemidos, cuan-do caminamos por la tierra con nuestros fallosy nuestras luchas, con nuestras caídas y nues-tros esfuerzos por levantarnos.

Nos consideramos como si estuviésemos enun valle de lágrimas, ¡que no lo es! Porque la

A TI LLAMAMOSLOS HIJOS DE EVA Ángeles Linares Lorente

28 el Reino

María, Madre de Dios y madre nuestra.

debilidad la tenemos, sí, pero tenemos el sa-cramento de la Penitencia para obtener perdóny gracia.

La debilidad, la enfermedad, el dolor, lacontradicción existen, claro que sí; pero tene-mos a Cristo en la Eucaristía para alimentar-nos y llenarnos de sus gracias. Y tenemos anuestra madre que es Madre de Dios tambiénpara ayudarnos, para sostenernos y guiarnospor el buen camino.

Así es que podemos llamarla, y nos oye ynos atiende. Y podemos llorar y sufrir, porquesomos humanos, pero sabiendo que ella, nues-tra madre, está dispuesta a ayudarnos, y de he-cho nos ayuda porque somos sus hijos.

Dice el mismo autor citado: “¿Restamos méri-to a la obra cumplida de Cristo, afirmando superfecta realización en María? Al contrario,estamos celebrando su obra, cuando centramosnuestra atención en la persona humana que lamanifiesta más perfectamente.”

“María no es Dios, pero es la Madre deDios. Es solamente una criatura, pero es la

más grandiosa creación. No es el Rey, pero esla que él ha elegido como Reina Madre”.

Por eso, nosotros los cristianos que vivimosnuestra fe dentro de la iglesia y en nuestrascircunstancias concretas, nos acogemos a ella.Nosotros, los cristianos corrientes que lucha-mos cada día por acercarnos a Dios y lo espe-ramos de él todo, acudimos a ella y al Señor.

Nosotros los cristianos, que sufrimos y lu-chamos cada día por mejorar en el amor aDios y al prójimo (que es la base de lo queCristo nos enseñó), tenemos que ilusionarnospor conseguir nuestra meta y ayudar a otros aque la consigan.

Y para eso tenemos a una madre que nosayuda, que intercede por nosotros, que nosama. La Virgen Santísima, en las bodas deCaná le indicó al Señor lo que pasaba. Y luegoindicó: “Haced lo que Él os diga”.

Este es un modelo de oración sencillo, hu-milde y confiado. Aprendamos de ella a rezary a tratar de acercar a los demás a. ella y alSeñor. ❦

29el Reino

Para pensar

NUEVA DIRECTIVA DE LOS SCJ EN ESPAÑA

El día 13 de mayo de este año, el Superior General denuestra Congregación de Sacerdotes del Corazón de Jesús(Padres Reparadores), con su Consejo, nombró al P. JesúsValdezate Soto Superior Provincial para España y Ecuador porel espacio de un trienio, que da comienzo el 6 de julio de 2008.El P. Valdezate era superior del colegio-seminario “SagradoCorazón” de Venta de Baños (Palencia). Los consejeros pro-vinciales que le asesorarán en esa etapa son los PP. FranciscoJavier Larrea Pascal, secretario y administrador general deESIC (Marketing Business School), José Joaquín Izurzu Sa-trústegui, superior del seminario menor “El Crucifijo” en Puentela Reina (Navarra), Valeriano Gómez Reolid, superior de la co-munidad y director del colegio “Fray Luis de León” en Madrid yJuan José Arnáiz Ecker, maestro de escolásticos y postulantesen Salamanca.

Les deseamos acierto en el desempeño de su misión. Superior Provincial:

P. Jesús Valdezate Soto

uele suceder conpersonas que noestudiaron a fon-

do, sino que les gustadar su opinión desdeconjeturas. Sucedetambién con personasreligiosas que gozandando consejos desdetextos de la Biblia ycon gente que simpli-fica la vida con res-puestas rápidas seme-jantes a éstas: “Diosdijo, Dios mandó, Dios habló así…”

Apareció un problema con los hi-jos… esas personas achacan la culpaa los padres. Aconteció un asuntomás o menos serio… y allí están ellosdando consejos baratos y sin ningunaconsistencia. Se ocasiona una revuel-ta gigantesca en el correccional demenores y vuelve a aparecer el im-portante problema de los adolescentesinfractores. Y allí están ellos ofre-ciendo soluciones con frases hechas:“Hay que amar a estos niños, pues ca-recieron de todo amor. Si hubieransido queridos, no estarían haciendoeso. Pero hay que amarlos por ellosmismos”.

De ese modo las personas citadasacrecientan mucho su sabiduría defrases hechas. Son los maestros dela palabra mágica. Tienen respuestapara todo.

Los especialistas, sin embrago,son bastante más cuidadosos. Estu-diaron en serio el comportamientohumano y por eso mismo no seapresuran a culpar a los padres, a laescuela o a los profesores ni a lasiglesias. Saben que hubo fallos, perollevan cuidado en adjudicar culpabi-lidades. No lo realizan con apresura-miento.

Quien estudia al ser humano sabeque no basta amar a un hijo (aunque

S es muy importante) parano equivocarse algunavez. Hay hijos muy ama-dos que sufren desvíos decomportamiento. Haytambién hijas muy queri-das que infelizmente sedejan llevar por caminoserrados. No faltó ni elamor ni el cariño, Ellosmismos admitirán estomás tarde.

Amar no es necesaria-mente comprender. Hay

personas que aman y aún así no logran comprender al ser querido, aunque lointenten mucho. Los que dan respuestas apresuradas olvidan esta verdad:amar no es tener necesariamente respuestas acertadas para todo. Estaba con-vencida la madre de la bondad de su hijo, cuando recibió sorprendida la no-ticia de que él asaltó un banco con otros colegas.

Y decía: “Yo lo quise ciertamente y pensé que le había enseñado a com-portarse bien. Pero veo que no fue así. No obstante, no me culpen sin saberprimero lo que hice y lo que le enseñé”. Esto lo dice todo. Dejemos de echarla culpa a los padres de todo lo que hacen sus hijos. Cada caso es un caso.No siempre la culpa es de los padres.

Amar siempre es una cosa importante. Acertar siempre es otra. ¡No todobandido tiene un padre forajido! “De tal padre, tal hijo” es un aforismo inte-resante, pero no siempre recoge una verdad. ❦

El amor auténtico a los hijosfacilita mucho su educación.

OBJETIVO, EDUCAR

ACONSEJAR DESDESUPOSICIONES Padre Zezinho

30 el Reino

“RADIO MARÍA” SE DIFUNDE EN EL PLANETA

Se inició en Collevalenza (Perugia, Italia) el encuentro de todos los di-rectores de las radio y los presidentes de las asociaciones que promue-ven y difunden “Radio María” en el mundo.

Nacida en enero de 1987 en Italia, “Radio María” se ha difundido porlos cinco continentes y está hoy presente en 56 países.

Todos los directores son sacerdotes, seglares y pertenecientes a 15 ór-denes religiosas diferentes. El encuentro de Collevalenza pretendió pro-fundizar en la identidad católica de “Radio María”, con el objetivo de teneréxito en la labor de fortalecimiento y difusión de la fe cristiana.

Los trabajos fueron abiertos por el padre Livio Fanzaga, presbítero ita-liano de la orden de los Padres Escolapios, director de “Radio María”, quese ha referido a una intervención pronunciada en Lourdes por el cardenalIvan Dias, para explicar que el riesgo de perder la fe “se inscribe en la lu-cha permanente y sin excluir los reveses, entre las fuerzas del bien y lasfuerzas del mal, iniciada al principio de la historia humana y que se pro-longará hasta el final”.

El padre Livio ha subrayado el papel de la Virgen María, decisivo parael destino del conflicto entre el bien y el mal.

1. FAMILIA Y EDUCACIÓN

a función más importante de la familia en la actualidad es la funcióneducativa, que engloba seguridad-protección y autonomía-estímulo: to-do en un contexto de amor. Todo ser humano, hombre o mujer, tiene

un objetivo muy claro en esta vida: su autorrealización, que implica un per-feccionamiento personal y un servicio a los demás. Si, además, este ser hu-mano es un cristiano, se pondrá al servicio de Dios.

La persona logra su autorrealización por medio de la relación con Dios,con los demás, consigo mismo. Quizá se deja demasiado a un lado la apor-tación de una educación moral básica fundada en valores humanos y socia-les. El valor, la rectitud, el respeto, la generosidad son valores que, inde-pendientemente de la religión, tienen una significación y son un acicate paralos niños en su progreso educativo moral.

La importancia de la educación en el momento actual es cada vez másgrave y más urgente, su influjo se deja sentir cada día con mayor intensi-dad en el desarrollo del hombre. Tal vez las circunstancias especiales decomplejidad del mundo la hace más necesaria. Esa necesidad proviene dela conciencia que el hombre va teniendo de su responsabilidad y de su dig-nidad. Por otro lado, el progreso de la técnica y los medios de comunica-ción social ofrecen a los hombres la oportunidad de dedicarse a cultivar losvalores de la inteligencia de la voluntad y de la cultura.

2. EL AMBIENTE FAMILIAR

l ambiente familiar es el clima apropiado para conseguir una educa-ción integral, teniendo como base la formación moral y religiosa quese proyectará en un desarrollo armónico y coherente de la personali-

dad, en una vinculación profunda a la familia y en una integración perfec-ta con la sociedad. La educación debe acomodarse al progreso de las cien-cias del espíritu, a una educación progresiva y gradual, hasta adquirir unaresponsabilidad en la autodeterminación y libertad.

Pero esta función no podrádesarrollarse armónica y pro-gresivamente si no existe unarelación igualmente armónicay progresiva entre los cónyu-ges. De ahí que las relacionesconyugales sean el capítulomás importante de la educa-ción moral de los hijos. Lasresponsabilidades de los pa-dres son decisivas en la educa-ción de éstos. La familia es elprimer medio-ambiente naturaly necesario para toda educa-ción. «En esta iglesia domésti-ca los padres han de ser parasus hijos los primeros educa-dores de la fe, tanto por su pa-labra como por su ejemplo»(Lumen Gentium, nº 11). Lainstitución familiar es siemprede capital importancia en laeducación de los hijos, ya que

E

Llos padres son el signo de la histo-ria amorosa de Dios que pasa por elhogar y lo lleva a la salvación. En elhogar, todos los valores que se des-cubren y cultivan se convierten eneducación permanente y viviente,pues todo está marcado en el cami-no del amor: amor atento a cadapersona, deseoso de integrar la vidaen la sociedad por la madurez psi-cológica y espiritual en el progresode socialización y por el camino dela fe, para llegar a una madurez so-brenatural que le lleve al camino dela perfección y la santidad.

Sin embargo, deben quedar bienclaras dos ideas para la familia:

1) que la relación conyugal es unmodo concreto de autorrealizarse,con una influencia positiva en ordena la educación moral de los hijos ya la fortaleza y solidez de los lazosafectivos de la familia. Así, el amorde los esposos tiene una influenciacapital. Pues el amor de éstos, sella-dos por la fidelidad y la entrega, esel clima de seguridad y de equilibrioque debe reinar en el interior del ho-gar;

2) sin excluir a las demás, la re-lación conyugal debe estar situadaen el primer lugar de las relacioneshumanas: conyugales, paterno-filia-les, con la gran familia, sociales.Las demás deberán establecerse pru-dente y ordenadamente, de modoque no rompan el equilibrio de estajerarquía y contribuyan al perfeccio-namiento de los individuos.

Esto, que en teoría es fácil, en lapráctica resulta difícil, unas vecespor la fuerza de la tradición y otraspor las expectativas del ambiente.No obstante, hay que tener ideasclaras y criterios firmes y correctosal respecto.

3. RELACIONESEN LA FAMILIA

a educación es una comunica-ción, un intercambio entre dos.Pero dos que ya no serán uno

más uno, sino mucho más. Cuandoyo hablo, influyo sobre el otro pero

L

OBJETIVO, EDUCAR

ACERCA DE LA FAMILIA Ciriaco Izquierdo Moreno

31el Reino

El ambiente familiar es el climaapropiado para conseguir

una educación integral.

también sobre mí mismo. Cuandoestoy solo las cosas que me rodeanme influyen, soy sensible al am-biente, etc. Ambiente y personascontribuyen a crear, conmigo, unasituación, un grupo. A más númerode personas y a mayor riqueza deambiente el grupo es más complejo.Por eso se ha dicho que la situaciónpermanentemente estable y cam-biante que es la familia (y más si és-ta es numerosa), es la célula máspropicia para una educación com-pleta e integral.

La familia es un organismo vivoen el que todo y cada uno de susmiembros tiene algo que realizar enorden al crecimiento interior de suscualidades. Si la familia fuese unacélula aislada y cerrada en sí mismano habría por qué plantearse en se-rio el problema del clima educativo,que debe reinar para que todos susmiembros progresen y se desarro-llen de la manera más integral, yperfecta en sentido vertical (padresa hijos) y horizontal entre esposos,hijos entre sí y de manera especialla familia de manera comunitariacon la vida social.

El factor educativo esencial no ra-dica en las personas sino en la rela-ción que se establece entre ellas. Elhombre, ser social no puede vivirsólo y, necesita de los intercambios.Por eso ha podido decir Yela que elhombre tiene inexorablemente queeducarse o maleducarse sin descan-so alguno. En ello consiste su privi-legio y su pesadumbre (Educación yLibertad).

Los padres, educadores natos delos hijos deben desarrollar en ellossu facultad de relación, la que lespermita asumir su propia responsa-bilidad como seres únicos e irrepe-tibles. Es el fenómeno profundo dela comunicación. Y es, también, elproceso de la educación de la liber-tad: configurar la personalidad delhijo para que pueda ser libre, y pro-curar después el encuentro con el hi-jo para que prosiga su liberación.

Educar es por lo mismo un apren-dizaje para una inserción social. Endefinitiva, la formación no es unproceso cognoscitivo solamente, si-no fundamentalmente de relacióncon los otros. El niño aprende losmodos de comportamiento y mora-

lidad del grupo familiar, no a través de un encuentro en abstracto con la cul-tura, sino a través de otras personas que conocen y transmiten las pautas dela sociedad (CIRIACO IZQUIERDO: El Trabajo en grupo como medio deformación social. R.I.J.º 47, junio 1973, p. 16 y ss.). La familia es el senomás adecuado para una educación socializada. Por el constante reajuste delibertad y límites a esa misma libertad en la convivencia con los demás; porel respeto a la persona distinta de mí mismo que ello comporta; por las nor-mas que tengo que aceptar y la cooperación que el bien común me exige.Pero sobre todo porque esas cosas y muchas más van impregnadas de unacarga afectiva insustituible, por eso la familia es una comunidad de amor yese amor ilumina y desciende o enriquece los lazos negativos o positivosque se establecen entre los seres humanos.

El amor no es sólo un deber moral –para que todo marche– sino una ne-cesidad constitutiva. Otra necesidad es la madurez afectiva y humana de lospadres, verdaderos maestros de la vida familiar. Siendo adultos sabrán sus-citar en sus hijos actitudes de «apertura» donde predominen los sentidos deseguridad, simpatía y autonomía.

Entendida la educación como un desenvolvimiento afectivo y espiritualque lleve a una madurez psicológica y moral de seres aún no formados yen crecimiento progresivo, promovido intencionadamente por un espírituformado, implica una educación en relación.

Los primeros beneficiarios de esta relación perfectiva serán los mismospadres (por la misma interrelación). Al comunicar en profundidad con loshijos, enriquecerán «su espíritu y su corazón poseyendo además una efica-cia cierta en la vida» (BERGE, A.: La relation educative en Psichologye dugroupe familiale). ❦

Objetivo, educar

32 el Reino

HOGARHogar armónico Seguridad, amor, buen am-

biente, confianza, amistad.Desarrollo normal, Seguri-dad, alegría, abertura, diálo-go, comunicabilidad

Hogar con escenas violen-tas, riñas

Hogar disociado, padre ymadre con problemas afecti-vos mantenidos fuera decasa.

Hogar en moralidad, en ho-nestidad, honestidad de lospadres.

Rechazo abierto y abando-no, perfeccionismo

Actitud de sobreprotección

Incertidumbre, falta de con-fianza, poco prestigio antelos hijos, pérdida del sentidode autoridad.

Juicios despectivos de lospadres entre sí. Ni autoridad,ni prestigio ante los hijos.

Seguridad familiar favorableal desarrollo normal

Castigo severo, desaproba-ción, coacción de la libertad.

Excesivo mimo, paternalis-mo, indulgencia excesiva, noconocer el castigo.

Inestabilidad, sentimiento deinseguridad; vida en la calle,evasión, evolución perturba-da, trastornos afectivos.

Inseguridad, rencor, necesi-dades insatisfechas, trastor-nos de carácter, propensióna la delincuencia, al robo, ala mentira.

Formación de un carácterjusto, leal y honesto.

Agresividad, delincuencia,poca profundidad de lazosafectivos, falta de confianzaconsigo mismo, obsesiones,sentido de culpabilidad, com-plejo, retraso de la madura-ción.

Dependencia maternal pro-longada, conducta del niñomimado, poco trabajador,poco esfuerzo.

CLIMA FAMILIAR REACCIÓN DE LOS HIJOS

En una hora éramos capaces deaprender 40, 50 o más palabrasnuevas. Y en el recreo –una mane-ra económica de divertirnos– nosentreteníamos «preguntándonospalabras». Pecados de juventud.

Han pasado los años y ningunode los condiscípulos nos dedica-mos ya a aprender palabras.

Esto creía yo.Porque últimamente voy descu-

briendo que es ahora cuando deveras empiezo a aprender algunas.

Por ejemplo, la palabra «sed».Sabía (sin saber) que quiere de-

cir «gana y necesidad de beber».Había leído narraciones de hom-bres extraviados en pleno desierto.Incluso (¡qué atrevida es la igno-rancia!) había comentado las «sie-te palabras», una a una.

El 12 de diciembre, día de laVirgen de Guadalupe, al caer latarde operaron a mi madre. Al irsedespertando sólo decía: «tengosed», «tengo sed», «sed»...

Con un pañuelo mojado fui humedeciendo sus labios.Durante horas –¡qué larga es la noche!– sólo una pa-

labra, sólo esta palabra: sed.¡Las palabras sabidas que hay que aprender, Dios

mío!Ésta, ahora, ya la he oído, no en un «assimil» cual-

quiera, sino en la lengua materna. Y la tengo grabadadolorosamente en el corazón.

Algún día tendrá que pronunciarla.

«Cadena: Serie de muchos eslabones, enlazados entresí. Hácense de hierro, plata y otros materiales o mate-rias». Y de «buenas noticias».

Pepe, el peluquero de la casa, en cada sesión me co-menta los acontecimientos más relevantes de las tresúltimas semanas. Acontecimientos internacionales, na-cionales o familiares, deportivos o televisivos, lo mis-mo da.

Esta vez se subía por las paredes. Acababa de recibiruna carta sin remite, de esas que llaman «cadena», en la

que se le conminaba a fotocopiarel texto y enviarlo a 24 destinata-rios distintos, so pena de una cata-rata de desgracias y calamidades.

Como buen cristiano había rotoel sobre y su contenido sin hacercaso de tales tonterías. Bien he-cho.

Sin embargo, he estado pensan-do que la idea de la cadena no esmala idea. Y más ahora que porinternet sale gratis.

Enviar cada día a los amigos elevangelio de la misa del día. Paraque les llegue una «carta deDios». Y la reenvíen a 7 amigos.Sería una catarata de gracias ybendiciones.

«Véngale, pues», que dicen losmexicanos.

Magnificat anima mea Domi-num...

Magnificat: Tercera persona delsingular del presente de indicativo del verbo latino mag-nificare (engrandecer).

Magnificat: Primera palabra latina del cántico quesan Lucas pone en boca de Santa María al visitar a suprima Isabel.

Proclama mi alma la grandeza del Señor..., que loscristianos de todo el mundo repetimos gozosos cada díaal caer la tarde.

El abad Mamerto Menapace lo tradujo así. Y así lorezo cuando noto que estoy afinado.

Al Señor que es bueno le canta mi alma,que, aunque soy pequeña y no valgo nada,Él hizo conmigo sus grandes hazañas,por eso me dicen: ¡bienaventurada!

Porque el Poderoso me dio su miradaque es misericordia y a todos alcanza.Nos mostró su fuerza dejando sin nadaa aquellos que tienen soberbia en el alma.

Derribó a los grandes –gente bien montada–y a la gente humilde la llevó enancada.Al que estaba hambriento le colmó sus ansias.Al rico orgulloso dejó con las ganas.

MAGNIFICAT I

CADENA

SED

UN NUEVO DICCIONARIO

LA MORADA DEL SER Jorge Sans Vila

33el Reino

Un nuevo diccionario

Escuchó a su pueblo que le suplicabay cumplió a Abraham la palabra dadaa él y a sus hijos: ¡Palagra sagrada!Porque nuestro Dios es Dios de palabra

Magnificat se titula la continuación de «Nostalgia deDios» de Pieter van der Meer de Walcheren [Nació enUtrecht (Holanda) en 1880, de una familia noble pro-testante. Su entorno familiar, suformación artística y humanísticay una inclinación natural hacia elbien lo condujeron tanto a la lite-ratura como a la política. En 1911,a la sombra de Leon Bloy, se con-virtió al catolicismo. A la muertede su esposa, ingresó en el monas-terio de Oosterhout donde perma-neció hasta su muerte en 1970].

[En 1956 le escribí preguntándolepor qué se había hecho sacerdote. Mecontestó su hija Christine, diciendoque su padre no podía contestarme,porque estaba escribiendo la Vida deSan Benito de Nursia. Me parecióuna excusa elegante, entonces. Cuan-do la leí la Vida comprendí que noera excusa. Pero sigo pensando queSan Benito es el culpable de no tenerla respuesta. ¡Ay San Benito!].

«Nostalgia de Dios» es un diarioíntimo en que narra detalladamenteel proceso de su conversión: la bús-queda desesperada, y en ciertomodo exitosa, del sentido de lavida, de la finalidad del sufrimientohumano y, en definitiva, de Dios.

«Magnificat» es la continuacióndel diario.

Me impresionó lo que cuenta: cuando les comunicanla muerte inesperada de su hijo Pieterke, anonadados, asu esposa y a él, sólo se les ocurre arrodillarse y rezar elmagnificat.

Rezar el Magnificat... también en tiempos de incle-mencia.

Está bien tenerlo en cuenta, parara no decir lo que auno le saldría de dentro, que probablemente serían ma-las palabras.

Recuerdo: Memoria que se hace o aviso que se da deuna cosa pasada o de que ya se habló. | Cosa que se re-gala en testimnio de buen afecto.

Recuerdos: Saludo afectuoso a un ausente por escritoo por medio de otra persona.

«Hace un momento, en la plaza de los Inválidos, herevivido la mañana de enero aquella en que monté en elautocar de Air France. Georges, mi hermano, había to-mado el avión en Toulouse y pasaba por Orly caminodel Líbano, donde unos militares, en medio del entu-siasmo de la noche de Navidad, habían decidido invitar-le. Era la primera vez que montaba en avión y que salíamás allá de la frontera. Hacia un país en guerra.

Me alegraba por él, de este viajeque le ofrecían unos amigos. Teníamiedo también, sabiéndole de unagenerosidad sin prudencia. Cuandollegué a Orly, no pude verle, porqueya estaba en la sala de embarque, ala que no se podía pasar. Y más te-niendo en cuenta los controles rigu-rosos para el Oriente Medio.

La azafata, viendo mi tristeza, mesugirió que le hablara por teléfono.Me alargó el auricular por encimadel mostrador. Se puso contento deque le llamase. Y saber que habíaintentado estar con él en Orly. Teníala voz menos firme que de costum-bre. No sabíamos casi qué decirnos,hablando por teléfono, a pocos me-tros de distancia quizá. Una sensa-ción de sentirnos extraños...

No había vuelto a acordarme deesto. De repente, al pasar cerca delaeropuerto, donde los autocares sellevan a los pasajeros hacia las nu-bes y todos los cielos del mundo,me he acordado. Pero, ¿a quién pe-dir ahora que me pase el auricular,para hablar por teléfono un instan-te con mi hermano?».

Dicen que los viejos vivimos de recuerdos. Prefierodecir que los recuerdos nos viven, nos hacen vivir.

Este «día» de Bessière lo recuerdo mucho. Y mutatismutandis lo vivo mucho.

De vez en cuando repaso la Libreta de direcciones deinternet. Y la actualizo, eliminando direcciones caduca-das. Pero cada vez dejo vivas las de dos amigos muer-tos. Tendría que eliminarlas, lógicamente. Pero me re-sisto. No les envío ningún correo-e, porque la máquinainmediatamente me diría en inglés unas palabras que yame sé. Y me siento como Gérard Bessière.

¿Por qué no tendrán allá Arriba internet? Quizá lotengan y estemos en la lista de sus direcciones, y la cul-pa sea de Bill Gates.

Cuando les pienso me siento acompañado, su recuer-do es un recuerdo que recibo. ❦

RECUERDO Y RECUERDOS

MAGNIFICAT II

34 el Reino

HACIA UN MUNDO MEJOR

RENACERY OTROS POEMAS María Ángeles Chavarría Aznar

RENACERMe devuelves la vida de repentecuando la soledad es tan intensaque no entiende el vacío que la invade,cuando de tanto andar de sombra en sombradesconozco la savia de los árbolespor no haberme sentado en sus raíces.

Me devuelves la vida en un instantecuando dejo mi jaula laberintopara buscar tu amor en pleno vuelo,en plena contraseña de arcoiris,en plena chispa, fuente y amapola.

Me devuelves la vida sin saberlocon solo perfumar mis ilusionescon su sola presencia refrescante,con sólo pronunciar ese te quierocon la mirada de la poesía,con sólo pincelarme como un papel en blancoesperando la tinta color de la mañana.

Cuando siembras mis sueños,cuando tomas mi mano,cuando hablas, cuando duermes...me devuelves la vida,de repente.

LA SABIDURÍA DEL ECOMe recorre a su vuelta y da la sensaciónde arroparme muy cálido cuando regresa a mí.

Porque los pedacitos de dicha que se entreganse nos devuelven grandes, envueltos por el ecocon mucho más amor que cuando se arrojarona todas las montañas, a los ríos, los lagos,con la energía entera que corre por las venas,como un imán de vida que al chocar te libera.

El eco es la sonrisa que imita a media luna,el eco es la caricia que deja nuevas huellas,es la ilusión que aumenta cada día que pasa,son las olas del mar que bailan en nostalgias.

Tus latidos son eco repitiendo la esenciaque quiere prolongarse hasta alcanzar el alma.

El eco te conmueve cuando gira tu entregapara volverla a ti cien veces aumentada. ❦

Porque los pedacitos de la dichaque se entregan

se nos devuelven grandes.

35el Reino

Durante una misa celebrada en laciudad de los Alpes franceses deLaus, el obispo de Gap, monseñorJean-Miguel di Falco, notificó laaprobación oficial de la Iglesia delas apariciones de la Virgen María aBenôite (Benedicta) Rencurel, de 17años, entre 1664 y 1718.

Monseñor di Falco recordó queéstas son las primeras aparicionesmarianas reconocidas oficialmenteen el siglo XXI por la Iglesia enFrancia y por la Santa Sede. Es laprimera vez que un acontecimientotan singular ocurre desde las apari-ciones de Lourdes.

Monseñor di Falco recordó que«nadie está obligado a creer en lasapariciones, incluso en aquellas re-conocidas oficialmente; pero sí sonuna ayuda en nuestra fe y nuestravida diaria. ¿Por qué habría que re-chazarlas?».

El santuario de Nuestra Señora deLaus atrae unos 120.000 peregrinosal año.

A raíz del reconocimiento de lasapariciones, el padre Salvatore M. Pe-rrella, experto profesor de dogmáticay mariología en la Pontificia FacultadTeológica Marianum, en Roma, haaclarado los criterios que utiliza laIglesia para determinar la legitimidadde las apariciones marianas.

En un artículo aparecido en«L’Osservatore Romano», explica ladiferencia entre visión y aparición.La primera es de índole espiritual,mientras que la segunda es de ordenfísico, es decir que existe la expe-riencia real y sensible de quien seaparece.

Actualmente se les pide «al obis-po diocesano, al arzobispo metropo-

litano –en tiempos más recientes, alas conferencias episcopales del te-rritorio– y al Papa el discernimientosobre la veracidad de los hechospresentados».

Indicó que la Congregación parala Doctrina de la Fe, después decuatro años de estudio desde no-viembre de 1974, redactó, el 25 defebrero de 1978, un documento in-terno y supersecreto, con la firmadel cardenal prefecto Frajo S̆eper,para ser utilizado por las autorida-des eclesiásticas competentes quelleva por título: “Normas de la Con-gregación para la Doctrina de la Fesobre el modo de proceder para juz-

gar las presuntas apariciones y reve-laciones.

El experto señaló que este dicaste-rio vaticano establece que para proce-der con la verificación, se obtenga in-formación precisa sobre los hechosbajo observación y la reunión de tes-timonios de los signos de fe, examendel mensaje sujeto en el hecho sobre-natural, que no debe estar en contrade la fe cristiana, diagnóstico médico-psicológico para garantizar la salud ynormalidad del vidente, y tambiénpara descartar la posibilidad de fenó-menos alucinatorios; nivel de educa-ción del vidente, su conocimiento dela doctrina, su vida espiritual, su gra-

36 el Reino

PÁGINAS SOCIALES

LA IGLESIA Y LAS APARICIONESDE LA VIRGEN IVICON

Notre Dame du Laus. Aparicióna la joven Benedicta Rengurel

37el Reino

do de comunión eclesial, fru-tos espirituales, como el re-torno de la fe de los alejados;moralidad y eclesialidad dela existencia, cooperación enla evangelización del mundo,cultura y costumbre, even-tuales curaciones milagrosasque se reciben en razón de lareferida revelación privada,el juicio de la Iglesia.

Tras minuciosos exáme-nes de los hechos referidosa una aparición, dijo elsacerdote, la Iglesia aprobódurante el curso de la histo-ria 11 apariciones de 195propuestas para su indagación, entrelas cuales la 12ª es la referida aNuestra Señora de Laus.

Una vez verificadas y autentica-das por la autoridad eclesiástica,las manifestaciones extraordina-

rias consienten la liber-tad de adhesión, porquela fe se presta sólo a larevelación pública deDios concluida con lamuerte del último de losApóstoles, precisó el ex-perto italiano.

Tras explicar que lasapariciones son una gracia«dada gratuitamente delCielo», el padre Perrellarecordó que si bien éstasayudan a incrementar la fede las personas, «no am-plifican la Revelacióndada con la Sagrada Escri-

tura a la Iglesia, sino que ayudan ahacerla actual en un determinadotiempo». ❦

Santuario de Ntra. Sra. de Laus,en Francia.

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NUESTRA SEÑORA DE LAUS

Junto a la aldea de Saint-Étienne-le-Laus, localidad perteneciente a la diócesis de Embrun, enFrancia, en el mes de mayo de 1664 la Virgen María se apareció a una pastorcita de 17 años, Be-nita Rencurel, que habitaba con su familia en ese pueblecito. Durante cuatro meses, la joven con-dujo a su rebaño al lugar mismo donde se aparecía la hermosa señora. Ella preparaba a Benitapara que fuera testigo privilegiado de la gracia de la conversión. “Yo soy María, la madre de Je-sús”, le había manifestado.

A partir del otoño, en este terreno de Laus, frente a Saint Étienne, la Virgen María le pidió laconstrucción de una iglesia y de una casa para sacerdotes. El objeto de esta iniciativa que rápida-mente prendió en la gente fue el de atraer a los cristianos deseosos de emprender un camino deconversión, notablemente por el sacramento de la confesión. Desde los orígenes de la peregrina-ción, las curaciones psíquicas y morales han sido numerosas, en especial por la unción con elaceite de la lámpara del santuario aplicada con fe, de conformidad con el consejo dado a la jovenBenita por la Virgen María.

Benita Rencurel murió a los 71 años caracterizados por la austeridad de su vida, reconocidapor todos como una santa por el fervor de su oración, su paciencia y dulzura en la acogida de losperegrinos y por su obediencia a la Iglesia. El santuario de Laus ha llegado a ser el centro espiri-tual de la diócesis de Gap, e ininterrumpidamente un equipo de sacerdotes diocesanos, de religio-sos y religiosas, y también de laicos se puso al servicio de los peregrinos, bien sea en forma deacogida personal, bien con ocasión de retiros, jornadas, grupos de Cáritas, y otros.

Jean Guitton llegó a afirmar de Benita, que no sabía leer ni escribir, “ que ha sido sin duda unode los resortes más ocultos, pero más poderosos de la historia de Europa”.

MISIÓN Y MISIONEROS

UNA VIDA LARGACOMO PREMIO Artemio López Merino

esde hace ya muchos años, el día 11 de febrero esel “día universal de los enfermos”, haciéndolocoincidir en toda la Iglesia con la conmemoración

de la Santísima Virgen María bajo la advocación deNuestra Señora de Lourdes. Para los agentes parroquia-les de la pastoral de la salud, aunque todos los mesesdel año realizamos visitas a los enfermos de nuestrosbarrios, tenemos muy claro que febrero es un mes es-pecialmente dedicado a ellos. El detalle importante queintroducimos en las visitas de ese mes es el de la ad-ministración del sacramento de la Santa Unción, ade-más de llevarles la sagrada comunión.

Siguiendo las indicaciones y la invitación de nuestrosPastores, aprovechamos también cualquier circunstan-cia del mes para administrar el sacramento de la Uncióna los cristianos que sobrepasen los 65 años. Así pues,ningún año se me olvida hacer una especial “misa desanación” con los ancianos de nuestro Centro de día,como también me acuerdo de dar los “Santos Óleos” alas personas mayores que estén viviendo en las casas delos enfermos que visitamos.

La experiencia nos dice que lo reciben con muchoagrado; pero siempre les suelo recordar que se trata deun sacramento, entre otras razones, para que entiendanque recibir el aceite bendito es mucho más importanteque recibir, por ejemplo, la ceniza, el agua bendita ocualquiera de los sacramentales, que simplemente hacenlas veces de los sacramentos pero que, en sí mismos, nosignifican ni dan la gracia o amistad con Dios, cosa específica de los sie-te sacramentos.

Ya sé que no es de buena educación el preguntar a una persona por laedad que tiene, y mucho menos si se trata de señoras, bastante más su-ceptibles en este tipo de temas. Pero, por otra parte, también conviene re-cordarles que la normativa para recibir la santa unción habla de que lopueden recibir, además de los enfermos, los que ya hayan cumplido losaños de la jubilación, y éstos solamente una vez al año.

Los que presumen de tener “buen ojo” para calcular las edades aproxi-madas de las personas, también se equivocan con harta frecuencia, comome ocurrió a mi en la casa de la paciente doña Rosa María Acosta Mon-talvo; no con ella, que ya sabía que andaba a punto de ser centenaria, si-no con la hija con la que vive, doña Laura Beatriz Sánchez Acosta, puesal decirle que a ella no le daría la Unción, me respondió de inmediato quetenía ya los ochenta. Después de eso, lo que yo le había insinuado sona-ba a un verdadero halago, dado que le había “quitado de encima”, nadamenos, que la friolera de más de quince años.

Después de ese lapsus, hablamos largo y tendido sobre su mamá que,Dios mediante, cumplirá cien años el 17 de septiembre de este año, dado

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Doña Rosa María Acosta Montalvo.

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que en su cédula figura que nacióese día en el año 1908, habiendo ve-nido al mundo en Ibarra, la capitalde la vecina provincia de Imbabura.Parece que su mamá murió a conse-cuencia del parto, y que su papá ladonó muy pronto a una familia ami-ga, que se fueron a vivir a Tulcán,la capital de El Carchi, una de lastres provincias ecuatorianas que ha-ce frontera con Colombia.

No es de extrañar que a doñaRosa María no le haya gustadonunca hablar de su niñez, más quenada, por haber tenido unos oríge-nes familiares tan desafortunados ypoco normales. De lo que sí habla

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con frecuencia, me dice su hija, esde lo desabrida y áspera que fue suinfancia y su primera juventud conaquella familia que no era la suyanatural. Parece que le obligaban atrabajar casi de sol a sol, lo mismoen las labores domésticas menosgratificantes que en las faenas delcultivo de la tierra y del cuidadodel ganado, tanto en el establo co-mo en los pastizales.

Por si teníamos dudas de la cer-teza de su malestar y de su hastíoentre aquella familia y en el de-sempeño de esos trabajos tan peno-sos y tan mal remunerados, su hijanos cuenta la aventura de su fugadesde Tulcán hasta Quito (230 ki-lómetros), distancia que cubrió an-dando, cuando apenas había cum-plido los dieciséis años. Aunque laabuela nunca dio detalles de aque-lla marcha, no es difícil poder ima-ginarse tamaña “odisea”, sin duda,

bien cargada de molestias y peligros de todo tipo. Lo único que sabía esque se iba para Quito, y de lo que también estaba muy segura es de noquerer volver hacia atrás ni con su mirada ni con sus pasos, porque esta-ba convencida de que caminaba hacia la libertad, aunque fuera rumbo alo desconocido.

Lógicamente, el tiempo, que lo cura casi todo, hizo que se fuera olvi-dando paulatinamente de aquellos años de infortunio, y también, lógica-mente, se le fuera marchando de la mente y del corazón cualquier atisbode odio o venganza. Las enormes ganas de vivir y de ser ella misma, lehicieron superar toda clase de dificultades con las que se encontró al irseabriendo camino en la vida. Su espíritu de superación y de lucha, así co-mo su capacidad de trabajo y de aguante, fueron decisivos en la organi-zación de su nueva vida, en la que se encontraba sola ante el porvenir. To-do el trabajo que pudo desarrollar circulaba alrededor del serviciodoméstico, al que dedicó casi todas las horas del día. En ese ambiente desoledad y de trabajo, fue donde conoció al que sería padre de sus dos hi-jas: la conocida Laura Beatriz y María Inés. Aunque no llegó a casarsecon él, ni siquiera por lo civil, sí que accedió a dar los apellidos a sus hi-jas.

Conocí a esta familia hace unos cuatro años, pues en mi cuaderno denotas aparece que doña Rosa María tenía entonces 96 años. En ese mis-mo cuaderno figura, también, que lo primero que hicimos con ella fue unacatequesis para que recibiera el bautismo (bajo condición) y la primeracomunión, dado que, debido al ajetreo y la turbulencia de su vida, posi-blemente no hubiera recibido estos sacramentos; lo cierto es que, por mu-cho que indagaron, nadie les dio respuesta afirmativa y, por descontado,en ninguna de las parroquias en las que preguntaron aparecieron registra-

dos sus datos.Antes de terminar, y para conocer mejor a esta familia,

creo que es importante saber que la hija, doña Laura Beatriz,es viuda desde hace ocho años, que es madre de cuatro hijosy que uno de ellos vive con ellas, siendo quien mayormentelas mantiene y acompaña.

Aunque su casa no es muy grande, siempre que vamos laencontramos muy aseada y ordenada, detalles importantes pa-ra conocer a quienes moran allí, porque para nada está reñidala pobreza con la dignidad, la limpieza y el orden. Pero, sinduda, lo que siempre ha llamado poderosamente mi atenciónsobre la abuela ha sido su semblante permanentemente risue-ño y la blancura deslumbrante de sus cabellos. Cuando nosquiere decir alguna cosa, se pone algo nerviosa, y pienso quees, sobre todo, porque, al faltarle toda la dentadura, siente unagran dificultad de comunicación, aunque se expresa sobrada-mente con sus vivaces gestos y perspicaces miradas.

Voy a apuntarme en algún sitio bien visible la fecha de sucumpleaños, para no olvidarme ese día de darle mi mejor fe-licitación por sus cien años de vida. De antemano sé que esedía me va a pedir que hagamos una oración de especial ac-ción de gracias. Dios quiera que se encuentre tan despejadade mente como hasta ahora, no sólo para darle gracias alCreador, sino también, para disfrutar al máximo con la ex-periencia del siglo de vida. ¡¡FELICIDADES, DOÑA ROSAMARÍA!! ❦

Misión y misioneros

Doña Rosa María Acosta con su hijadoña Laura.

DECLINACIÓN

uando me pasan un aviso del señor Cedeño diciendo que quierehablar conmigo pronto y que le llame por teléfono para poner-nos de acuerdo, no sé qué pensar. He tenido con él tantas con-

versaciones sobre la situación política y los problemas de Venezuela...Me ha sacado a relucir tantas veces el tema de la Santísima Trinidadque le apasiona y obsesiona, porque cree que la iglesia y los sacer-dotes no le damos la importancia que tiene, que sospecho será algu-no de estos dos temas el que podríamos tratar en nuestro próximo en-cuentro.

Me equivoqué, porque vino a hablarme de su madre Amelia, muyentrada en años, a quien he visitado tantas veces. Recibe semanalmentela comunión en su casa porque las piernas ya no le permiten venir ala iglesia. Y bien que lo siente porque ha sido siempre una mujer muypiadosa que gozaba mucho participando de la santa misa y confiándo-le al Señor sus intenciones por vivos y difuntos.

Aunque no se trataba de una nueva limitación física de Amelia, suhijo estaba preocupado porque cree que ya comenzó el irreversible pro-ceso de demencia senil. Sigue con la mente lúcida y tan conversadoracomo siempre pero, desde hace algún tiempo, habla insistentemente delas repetidas visitas a su dormitorio que le hacen misteriosos señores

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...Y ME VISITASTEIS

COSASDEL ATARDECER José Luis Segura Lacruz

vestidos de negro, a veces de unoen uno y otras en pequeño grupo.Según dice ella, se colocan al piede la cama o rodeándola y se po-nen a curiosear lo que tiene en lahabitación.

Todo esto me lo confirmóAmelia cuando hablé con ella,porque le había dicho a su hijoque solamente yo podía acabarcon estas apariciones. Pobre de-mí. Rezamos los dos después deasegurarme ella que no le danmiedo los señores de negro y queincluso se pone a regañarlescuando le miran descaradamentelas cosas del dormitorio. A uno letuvo que gritar porque queríaabrir una caja donde tiene mu-chos recuerdos y regalos que lehan ido haciendo en su dilatadavida. Esta fastidiosa y misteriosagente de negro acaba marchándo-se pero la molestan y ya no duer-me tan tranquila como antes.

Le dejo que se desahogue y alfinal me pide que la bendiga aella y al dormitorio con aguabendita. Le digo que tanto ellacomo el dormitorio están super-bendecidos. Basta ver la cantidadde imágenes del Señor, de la Vir-gen y de tantos santos que tieneen una repisa, y el crucifijo y ungran rosario en la cabecera de lacama. Pero, lo que es más im-portante, que está protegida porsu fe y gran confianza en el Se-ñor, manifestadas a lo largo desu vida.

De todos modos, le doy labendición que me pide paracomplacerla y dejarla más tran-

Capilla de Tucuraguasen Cojedes (Benezuela).

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quila. Se me ocurre también pe-dirle a su hijo allí presente queescriba una breve oración deSanta Teresa muy conocida:“Nada te turbe, nada te espan-te...” para que la rece con ella devez en cuando. Les puede ayudara comprender que, cuando esta-mos con el Señor, no tenemosque temer nada porque Él es másfuerte que todo lo malo.

Y al hijo le digo, en voz baja,cuando me acompaña hasta lapuerta, que si a su querida madrese le siguen apareciendo los se-ñores de negro, que tenga pa-ciencia.

ALGO PARECIDO

o es exactamente como elanterior caso de Amelia, pe-ro entra en el tema por tra-

tarse de ideas fijas que salen a re-lucir en conversaciones con losenfermos. Para quienes los visita-mos con frecuencia nos suenan adisco rayado por habérselas oídotantas veces. Pura rutina. En cam-bio, a ellos, les parece siempre al-go nuevo porque no recuerdan ha-berlo dicho antes.

Cambiando impresiones con unministro extraordinario de la eu-caristía sobre los enfermos que élatiende semanalmente y que yovisito periódicamente, me confir-mó lo que vengo diciendo porquelas frases que a él le repiten unay otra vez, son las mismas que yohe escuchado repetidas veces yme sé de memoria.

Pongo sencillos ejemplos:La señora Pastora que está sen-

tada casi todo el día en el zaguánen su silla de ruedas, me dirá alverme entrar: “¡Usted como quese perdió!”. Sencilla frase que en

Nestas tierras significa que uno ha desaparecido durante un tiempo muyprolongado. A Pastora no le sirve que la haya visitado pocos días an-tes. Como no lo recuerda, siempre me dirá que yo andaba perdido. Estambién una manera de decirle a uno que quieren verlo con más fre-cuencia.

Alberto me enseñará, con toda seguridad, una cajita de las pastillasque él toma para dormir y me dirá a continuación: “¿Sabe cuánto mecuestan estas pastillas?” Me gusta decirle una cantidad modesta paraque él se crezca dándome el valor exacto y poder así quejarse con ve-hemencia de lo caros que se han puesto los remedios en este país, quelos pobres ya no van a poder ponerse enfermos y que el Gobierno ten-dría que hacer esto o lo de más allá.

Acabo con Fidelina porque también me hace siempre la misma pre-gunta: “¿Sabe usted cuántos años tengo?”. Le digo que no me acuer-do porque no lo tengo anotado y como visito tantos enfermos... Ellaaprovecha esta oportunidad de oro para decirme enseguida la cantidadexacta de sus años vividos, cifra muy elevada por cierto. Y el núme-ro de años le sirve de punto de apoyo para asegurarme con satisfac-ción que otras enfermas, más jóvenes que ella, están mucho peor. QueDios le ha dado mucha salud y que sólo hace poco tiempo que han co-menzado a dolerle las piernas.

Si piensan que será aburrido escuchar una y otra vez las mismas co-sas y hablar de los mismos temas con los enfermos, les diré que a mí,personalmente, no me molesta y creo que ellos disfrutan compartien-do con alguien sus ideas persistentes. Hagan la prueba.

Desde Caracas, ❦

jlsegura@scj.es

...Y me visitasteis

Grupo de Jóvenes en Oración.San Carlos (Venezuela).

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SALUD

CONSEJOS PRÁCTICOSPARA EL DEPORTEANTES DE EMPEZARY AL TERMINAR

a práctica del deporte requiere unesfuerzo de los músculos, los pul-mones y el corazón. Para obtener

el máximo rendimiento y evitar lesio-nes, hay que prepararse con ejerciciosde calentamiento y estiramiento y ha-cer un enfriamiento progresivo al final.

k Calentamiento inicial: losejercicios más usuales son correr sua-vemente, pedalear en bicicleta estáti-ca, saltar a cuerda o bailar, durante 5a 10 minutos.

k Estiramientos musculares: selleva el músculo a una posición en laque se note una tensión fuerte, perosin sentir dolor, manteniéndola du-rante 10 a 30 segundos, volviendolentamente a la posición inicial y re-pitiendo el movimiento hasta 5 veces.

k Movimientos del deporte quese va a practicar: deben realizarsecon una intensidad y duración que noproduzcan fatiga.

k Enfriamiento: se repite la par-te final del calentamiento pero de for-ma inversa: movimientos suaves deldeporte durante unos 5 minutos y es-tiramientos de los músculos que hansoportado el mayor esfuerzo.

TENIS / SQUASH

mbos deportes conllevan riesgopara la espalda ya que implicanfrecuentes posturas de torsión y

flexión de la columna vertebral y setiende a muscular más un lado queotro.

Prevenciónk Reforzar los músculos del tron-

co y los abdominales, para soportarmejor las extensiones y giros.

k Evitar las flexiones, giros o in-clinaciones excesivas de la columnapara llegar a todas las pelotas, espe-cialmente en el squash.

k En el tenis es preferible jugarsobre tierra batida que sobre superfi-cies duras.

NATACIÓN

unque la natación tiene inclusoefectos terapéuticos, hay movi-mientos que pueden ser causa

de dolor de espalda en determinadosestilos:

k Braza: dolor cervical por ele-var demasiado la cabeza.

k Crol y mariposa: dolor entrela zona torácica y la lumbar debido ala extensión del tronco respecto a lapelvis.

k En todos los estilos en gene-ral: dolor en la parte baja de la es-palda si se hace casi todo el esfuerzocon los brazos y hombros y se ejerci-tan poco las piernas.

Prevenciónk Combinar diversos estilos, para

desarrollar por igual los músculos ab-dominales y los de la espalda.

k Si hay problemas lumbares espreferible practicar el estilo de espal-da (compensar con ejercicios de ab-dominales).

k Espalda y crol: entrar la manoen el agua con el brazo estirado almáximo para evitar lesiones de hom-bro.

k Crol: respirar cada tres braza-das, para no hacerlo siempre por elmismo lado.

k Braza: No mantener la cabezaconstantemente fuera del agua.

CARRERA (footing-jogging)

orrer equivale a efectuar unasucesión de saltos. Esto exponelos discos intervertebrales a

una carga y descarga rítmica, conmayor o menor grado de vibraciónsegún el tipo de terreno y de calza-do. Es un deporte que produce rigi-dez. Los corredores de fondo debentrabajar su flexibilidad para prevenirlesiones.

Prevenciónk Reforzar los músculos abdomi-

nales y dorsales para soportar mejorlas tensiones de la columna.

k Usar calzado ligero, pero resis-tente y con buena amortiguación.

k Correr sobre superficies blan-das (césped, tierra) con preferencia alas duras (asfalto).

k Intentar que todo el circuitotenga el mismo tipo de suelo.

k Evitar cambios bruscos en lascondiciones de la carrera: distancia,velocidad, tipo de terreno.

GOLF

uchas lesiones de espalda sedeben a técnicas deficientes(swing demasiado violento,

golpear la hierba o una piedra) y a unesfuerzo excesivo al jugar muchoshoyos sin la preparación suficiente.

Prevenciónk Perfeccionar la técnica del

swing, para ejecutarlo sin forzar lacolumna.

k Fortalecimiento de la muscula-tura con movimientos de inclinaciónlateral y de rotación en el sentidocontrario a los del swing.

k Utilizar palos de la longitudadecuada y con una buena empuña-dura.

CICLISMO

as lesiones de columna más fre-cuentes son:

k Cervicales: posición for-zada del cuello para mantener la vis-ta al frente y excesiva carga sobre losbrazos y hombros por ir demasiadoinclinado hacia delante.

k Zona lumbar: espalda dema-siado arqueada y con desplazamientode la cadera al peladear.

Prevenciónk Graduar la altura del manillar y

del sillín para evitar la posición for-zada de la zona cervical.

k Usar una bicicleta con sistemade amortiguación, unos buenos neu-máticos, sillín de silicona, etc.

k Reforzar la musculatura abdo-minal.

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Señor Jesús:Tú nos elegiste a nosotros,y no nosotros a ti.Nos llamaste al servicio de la evangelización,para que los hombres conocieranque Dios es amor.

Siguiendo el camino de tu llamada,queremos dar frutos de salvación en este mundo.Y por esta intención nos ofrecemos,–individual y comunitariamente–al Padre celestial, en unión contigo.

Reaviva en nosotros el espíritu del Padre Dehon,que por amor a ti jamás se cansó de trabajara fin de que todos los hombresfueran un día reunidos en ti.

Acepta nuestra entrega, y hazla generosa.Y que seamos testigos fielesde tu amor a la Iglesia,que nació de tu costado abierto,como la nueva Eva, la Esposa mística.

Amén.

Gratuidad de nuestra vocación

SUSCRIPCIÓN PARA EL AÑO 2008PRECIO DE SUSCRIPCIÓN

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eternas discusiones... si supieran los hombres donde seencuentra Dios, ¡Cuántas guerras se impedirían, cuántapaz habría en el mundo, cuántas almas se salvarían!”(4.03.1938).

Para rezar como él y con él:

“No te pido descanso en la tierra, Señor. Quiero cum-plir tu Voluntad hasta el fin. Enséñame como hasta aho-ra lo vas haciendo... en soledad y desconsuelo, en purafe, en el abismo de mi nada, en los brazos de la Cruz”(5.02.1938).

“¡Virgen María, Madre de los Dolores! Cuando miresa tu Hijo ensangrentado en el Calvario, déjame a mí quehumildemente recoja tu inmenso dolor, y déjame que,aunque indigno, enjugue tus lágrimas” (13.02.1938).

¿Y yo?

Decía Rafael: “Al pie de la cruz encuentro a María, asan Juan y a todos tus amadores” ¿Me encuentro entreesos “amadores”?

P. José María Salaverri, SM