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CUENTO
LA PANADERA EMPRENDEDORACUENTO
LA PANADERA EMPRENDEDORA
La creación de este cuento está dedicada a laSra. Ana María Andrade
quien nos inspiró con su historia de cómo ella emprendió su negocio aprendiendo a identificar las oportunidades
y a enfrentar los riesgos para mejorar su futuro.
Confiamos que este cuento le servirá a otras personasque están buscando algunas ideas de cómo salir adelante.
Había una vez, en una comunidad muy lejana a la capital, una señora que se llamaba María, la cual se dedicaba a cuidar a sus tres hijas que se llamaban Juanita, Chepita y Coquito. Además, Doña María le ayudaba a su marido Juancho en las épocas de cosecha.
Esta familia se mantenía de lo que sacaban de la cosecha. Muchas veces pasaban hambre y necesidades porque no llovía y en algunas ocasiones lo único que podían hacer era rezar para que Dios les mandara un invierno bueno.
Juanita, la hija mayor, iba a cumplir sus 15 años. Ella soñaba celebrarlos con una torta enorme de cuatro pisos y poder invitar algunos amigos a celebrar, pero con el invierno malo, Doña María apenas pudo ahorrar algunos pesitos de los reales que le daba su esposo Juancho.
A pesar de ello, decidió buscar la manera de cómo celebrarle los 15 años a su hija. Con mucha prisa se dirigió al pueblo más cercano a averiguar los precios y a ver que podía hacer. Preguntó en una venta y le dijeron que había una señora en el pueblo que hacía tortas riquísimas. No le habían terminado de decir, cuando se encamino a la casa de la famosa panadera. Al llegar ahí, le explicó a la señora que su hija cumplía 15 años y que le quería comprar una tortita. La panadera muy amablemente le explicó a Doña María los precios por libra y tipos de torta.
Doña María se dio cuenta que era imposible cumplirle el sueño a su hija comprándole la torta pero se dijo a si misma, “a lo mejor la puedo hacer yo”. Su valentía y audacia conmovió el corazón de la panadera, la cual sin dudar le empezó a enumerar todos los ingredientes que necesitaba para hacer una torta de 4 libras. Doña María no tenía ni papel ni lápiz para anotar la lista así que puso mucho cuidado en cada paso e ingredientes necesarios.
Su Comunidad quedaba como a una hora del pueblo. Entonces, para que no se le olvidaran los ingredientes, Doña María todo el camino a pie, fue cantándolos, “la, la, la, 4 libras de harina, dos docenas de huevos, una pizca de levadura, etc.”, hasta llegar a su casa.
La, la, la,4 libras de
harina, azúcar, royal, la, la, la
Al llegar a su casa, de inmediato buscó papel y lápiz para escribir todos los ingredientes que le había dicho la panadera y la manera que tenía que hacerlo.
Doña María empezó a hacer la tan deseada torta, más que con sus manos, con el corazón y el anhelo de poder ofrecer a su hija lo que ni ella misma pudo tener. Después de muchas horas, zas, la torta estaba lista ante el asombro de su familia que mas que un regalo le parecía un verdadero milagro.
Entonces su hija se pudo dar el gusto y cumplir el sueño de realizar la fiesta. Y aunque Doña María tenía miedo del sabor de la torta que tanto esfuerzo le había costado, uno a uno repasaba en su mente si todo lo había hecho como le había dicho la panadera.
La gran satisfacción que se llevó la nueva panadera es que a todos los invitados les encantó la torta que ella había hecho. Doña María a pesar de toda la humildad que la caracterizaba no podía ocultar su orgullo por su valiente labor.
¡Qué rico está el pastel!
Toda esa experiencia a Doña María le sirvió para lanzarse a probar si sus tortas podrían servirle para tener un negocito y mejorar un poco su vida y la de su familia. Hizo una libra de torta y la mandó a vender con sus hijas. A pesar que se dió cuenta que no le quedó tan buena como la primera, agradeció a sus vecinos y amigos porque la vendió toda y logró alguna ganancia.
A pesar de sus 50 años, Doña María tenía muchísimas ganas de aprender. En ese tiempo, a su comunidad llegó la oportunidad de estudiar un curso. Ella dice que seleccionó la costura porque en su comunidad la mayoría de la gente se dedicaba a vender ropa y les resultaba en algo. Pero ese curso ya estaba lleno y para el único curso que había cupo era para Repostería y Panadería. Doña María con lo poco que había aprendido en la aventura de su torta, logró sobresalir como la mejor alumna del curso. Su examen final fue hacer una torta de chocolate y con orgullo cuenta que el profesor la puso de ejemplo para las demás alumnas.
Un mes después que Doña María finalizó el curso de Repostería y Panadería, llegó al municipio un programa del gobierno y realizó una rifa entre todas las comunidades para seleccionar aquellas que iban a ser beneficiadas con unos paquetes de ayuda. Su comunidad se vio favorecida en la rifa. Este programa otorgaba a los hogares de las comunidades beneficiadas tres tipos de ayuda. El tipo de ayuda que le iba a corresponder a cada hogar también fue sorteado con unas bolitas de colores. Doña María sacó la mejor pelotita en la que le daban 200 dólares para poner un negocito. Desde ese día, ella sintió que las cosas iban a mejorar.
No había duda en su mente sobre que negocio poner, tenía que ser una Panadería. Después elaboró su plan de negocio y al poco tiempo el técnico le informó que estaba aprobado.
No tardaron mucho en darle la plata. Con ella construyó un horno, compró harina, aceite, levadura, cazuelejas, en fin, todo lo que necesitaba para empezar a construir su sueño.
En la primera semana probó haciendo pan simple, tal como lo había aprendido en el curso. El resultado fue muy bueno porque todo el pan se le vendió.
Con ese resultado y por la demanda que tenía su pan, empezó a hacer dos veces por semana. A toda la comunidad le encantaba su pan y llegaban hasta del pueblo a comprarle. Todo iba muy bien, sus ganancias empezaron a salir y se le ocurrió la idea de poner una ventecita para mover el dinero y no comérselo en otra cosa. Todo estuvo bien unos meses, hasta que pusieron una nueva panadería en el pueblo cercano, la cual tenía hasta camioneta para distribuir el pan a las comunidades. El precio con que ofertaban el pan era menor que el de Doña María.
Doña María no entendía como podían dar el pan tan barato pero al probar ese pan se dió cuenta que la calidad era menor que la que ella ofrecía. Las pulperías vecinas no entendían bien eso, así que optaron por comprar el pan mas barato. La nueva panadera pensó que ese era su fin y se preguntaba “¿Que puedo hacer para poder competir con esa panadería que tiene todas las de ganar?, ¿que hago Juancho?”. Le dijo a su marido. A Juancho lo único que se le ocurrió era invertir en las tierras. “Sembremos mas tierra mujer, ya no hagás pan, quédate con la ventecita y con lo demás compremos insumos y alquilemos tierras”. Doña María pensó en la oferta de Juancho pero tenía años de saber que la cosecha por lo general se perdía porque no llovía y no quería perder mas. Doña María temía que la sequía le quemara su sueño.
De repente se le ocurrió una idea... ”Voy a hacer rosquillas, empezaré con un poquito para probar”. Al día siguiente hizo una arroba y la fue a vender a la comunidad. No tenía ni una hora de haber salido cuando ya las había vendido todas.
Con esto Doña María se dio cuenta que la rosquilla era un producto que podía utilizar para enfrentar la competencia con la panadería del pueblo. A pesar de esto, ella siempre prueba a hacer pan pero siempre la venta no es muy buena, dice que en el pan invierte 120 y saca 300 y en la rosquillas invierte 240 y saca 600.
“Las rosquillas se venden mucho más rápido que el pan y se elaboran con menor esfuerzo y en menor tiempo”. Las rosquillas las elaboró con lo que había ganado con el pan simple y ahora con las ganancias de las rosquillas invierte en la pulpería y ha comprado sus animalitos, un chanchito que según ella solo le falta hablar, 10 gallinas ponedoras, 30 pollos, 1 gallo y dos gallinas de engorde.
Doña María se ha dado cuenta que su vida ha cambiado. Tiene su ventecita, sus animalitos y siempre está pensando en mover su dinero. Doña María piensa variar mas adelante, a lo mejor invertir en acopio de granos aprovechando la oportunidad de que su marido tiene un silo que le regaló un organismo. “Yo acopiaría en tiempo de cosecha y lo vendería cuando el grano empiece a escasear”.
Mucha gente en su comunidad que tuvo la misma oportunidad que ella se comió el dinero o lo invirtió en cosas que no eran útiles o que no le podían sacar ganancias. Algunos invirtieron en insumos y como la cosecha fue mala, la gente perdió la mayoría de la plata.
Ella quiere seguir trabajando y todas las noches al acostarse, piensa en como cambió su vida desde aquel día que venía caminando de prisa a su comunidad, cantando “una docena de huevos, 5 libras de harina, lalalalalalalala”, para que no se le olvidaran los ingredientes de la torta que le iba hacer a su hija, quien cumpliría 15 años.
La, la, la,4 libras de
harina, azúcar, royal, la, la, la
CuentoLA PANADERA EMPRENDEDORA
Copyright©2008 por
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Esta publicación resultó del trabajo de un equipo de investigadores, incluyendo Verónica Isabel Aguilera Carrión y Miriam Enoe Moncada López, de CIERUNIC; Mario Alfredo Martínez Mendieta asociado con CIERUNIC y del Banco Mundial; Ximena del Carpio, Patrick Premand y Renos Vakis del Banco Mundial; y Karen Macours de la Universidad de Johns Hopkins (JHU). Esta publicación no es un documento oficial del Banco Mundial ni de JHU. Estos no garantizan la exactitud de la información incluida en esta publicación y no aceptan responsabilidad alguna por cualquier consecuencia derivada de su uso o interpretación. La publicación se realizó gracias al financiamiento de fondos fiduciarios del ESSD, fondos de RRB, el apoyo del gobierno de Holanda a través del programa BNPP y del proyecto BASIS-AMA.
Textos y diseño de contenido: Miriam Enoe Moncada LópezVerónica Isabel Aguilera CarriónMario Alfredo Martínez Mendieta
Diseñador gráfico: Iván Enrique Maradiaga CuadraIlustraciones: Oscar Danilo Pineda Zeledón
Para mas información sobre el origen de las ideas en esta publicación, puede consultar la pagina web:
http://www.sais-jhu.edu/faculty/kmacours/basis.html
Las ideas en estos materiales reflejan las lecciones aprendidas de la evaluación de impactos del programa Atención a Crisis. El ministerio de la Familia en Nicaragua implemento Atención a Crisis de Noviembre 2005 a Diciembre 2006 en 6 municipios en la zona seca del país. Este programa tenia como objetivo promover la gestión social del riesgo, aumentando la capacidad de los hogares en condición de pobreza y extrema pobreza para diversificar sus ingresos y manejar de mejor manera su condición de vulnerabilidad a la sequía.
Agradecemos al equipo técnico del ministerio de MIFAMILIA, en particular a Teresa Suazo y Carold Herrera; a las Alcaldías por el apoyo que le brindaron al programa; y a los líderes de las comunidades porque fueron ellos quienes nos abrieron las puertas para poder realizar este trabajo.
Nuestros más profundos agradecimientos van a las miles de personas de las comunidades beneficiadas y no beneficiadas por este programa quienes nos recibieron con la mayor amabilidad, paciencia y el incomparable calor humano que los caracteriza.
