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Direcciones para bajar libros completos de primaria http://apoyo-primaria.blogspot.com/2013/06/libros-de-texto-para- 1er-grado-2013-2014.html http://www.materialdeaprendizaje.com/libros-de-primer-grado- gratuitos-2013-2014/ (este es mejor)) Cuentos para niños. Un conejo en la vía Cuento infantil que fomenta la compasión Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía su hermano menor, Carlos. Iban de paseo con sus padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían sus nuevas cometas . Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo con un brusco frenazo. Daniel oyó a su padre exclamar con voz ronca: - ¡Oh, mi Dios, lo he atropellado! Cuento infantil sobre la compasión - ¿A quién, a quién?, le preguntó Daniel. - No se preocupen, respondió su padre-. No es nada.

Cuentos para niños falta teminar

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Page 1: Cuentos para niños falta teminar

Direcciones para bajar libros completos de primariahttp://apoyo-primaria.blogspot.com/2013/06/libros-de-texto-para-1er-grado-2013-2014.html

http://www.materialdeaprendizaje.com/libros-de-primer-grado-gratuitos-2013-2014/ (este es mejor))

Cuentos para niños. Un conejo en la víaCuento infantil que fomenta la compasión

Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía su hermano menor, Carlos. Iban

de paseo con sus padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían sus

nuevas cometas.

Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo con un brusco frenazo. Daniel

oyó a su padre exclamar con voz ronca:

- ¡Oh, mi Dios, lo he atropellado!

Cuento infantil sobre la compasión- ¿A quién, a quién?, le preguntó Daniel.

- No se preocupen, respondió su padre-. No es nada.

El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos enciendió la radio, empezó a sonar

unacanción de moda en los altavoces.

Page 2: Cuentos para niños falta teminar

- Cantemos esta canción, dijo mirando a los niños en el asiento de atrás. La mamá comienzó a

tararear una tonada. Pero Daniel miró por el vidrio trasero y vió tendido sobre la carretera el

cuerpo de un conejo.

- Para el coche papi, gritó Daniel. Por favor, detente.

- ¿Para qué?, responde su padre.

- ¡El conejo, le dice, el conejo allí en la carretera, herido!

- Dejémoslo, dice la madre, es sólo un animal.

- No, no, para, para.

- Sí papi, no sigas - añade Carlitos-. Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de animales. Los

dos niños estaban muy preocupados y tristes.

- Bueno, está bien- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando vuelta recogieronn al

conejo herido.

Pero al reiniciar su viaje fueron detenidos un poco más adelante por una radiopatrulla de la

policía vial, que les informó de que una gran roca había caído sobre la carretera por donde

iban, cerrando el paso. Al enterarse de la emergencia, todos ayuaron a los policías a retirar la

roca.

Gracias a la solidaridad de todos pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al veterinario,

que curó la pata al conejo. Los papás de Daniel y carlos aceptaron a acogerlo en casa hasta

que se curara

Unas semanas después toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque. Carlos y

Daniel le dijeron adiós con pena, pero sabiendo que sería más feliz en libertad.

FIN

Cuento de Álvaro Jurado Nieto, Colombia

Page 3: Cuentos para niños falta teminar

Cuento infantil. Carrera de zapatillasCuentos para niños que fomentan la amistad

Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron temprano

porque ¡era el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya estaban todos reunidos junto

al lago.

También estaba la jirafa, la más alta y hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no

quería ser amiga de los demás animales.

Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta.

Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo.

Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.

Y entonces, llegó la hora de la largada.

Cuento infantil sobre la amistadEl zorro llevaba unas zapatillas a rayas amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños

muy grandes. El mono llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados.

La tortuga se puso unas zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de

comenzar la carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada.

Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus zapatillas!

Page 4: Cuentos para niños falta teminar

- Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude! - gritó la jirafa.

Y todos los animales se quedaron mirándola. Pero el zorro fue a hablar con ella y le dijo:

- Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos somos diferentes,

pero todos tenemos algo bueno y todos podemos seramigos y ayudarnos cuando lo

necesitamos.

Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Y vinieron las hormigas, que

rápidamente treparon por sus zapatillas para atarle los cordones.

Y por fin se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas, preparados,

listos, ¡YA!

Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una nueva amiga que

además había aprendido lo que significaba la amistad.

Colorín, colorón, si quieres tener muchos amigos, acéptalos como son.

FIN

Cuento de Alejandra Bernardis Alcain (Argentina)

Page 5: Cuentos para niños falta teminar

Cuento infantil. El Elefante BernardoEste cuento enseña a que los niños ayuden a los demás

6 comentarios

Había una vez un elefante llamado Bernardo que nunca pensaba en los demás. Un día,

mientras Bernardo jugaba con sus compañeros de la escuela, cogió a una piedra y la lanzó

hacia sus compañeros.

La piedra golpeó al burro Cándido en su oreja, de la que salió mucha sangre. Cuando las

maestras vieron lo que había pasado, inmediatamente se pusieron a ayudar a Cándido.

Cuentos para niños con valoresLe pusieron un gran curita en su oreja para curarlo. Mientras Cándido lloraba, Bernardo se

burlaba, escondiéndose de las maestras.

Al día siguiente, Bernardo jugaba en el campo cuando, de pronto, le dio mucha sed. Caminó

hacia el río para beber agua. Al llegar al río vio a unos ciervos que jugaban a la orilla del río.

Sin pensar dos veces, Bernardo tomó mucha agua con su trompa y se las arrojó a los ciervos.

Gilberto, el ciervo más chiquitito perdió el equilibrio y acabó cayéndose al río, sin saber nadar.

Afortunadamente, Felipe, un ciervo más grande y que era un buen nadador, se lanzó al río de

inmediato y ayudó a salir del río a Gilberto. Felizmente, a Gilberto no le pasó nada, pero tenía

Page 6: Cuentos para niños falta teminar

muchísimo frío porque el agua estaba fría, y acabó por coger un resfriado. Mientras todo eso

ocurría, lo único que hizo el elefante Bernardo fue reírse de ellos.

Una mañana de sábado, mientras Bernardo daba un paseo por el campo y se comía un poco

de pasto, pasó muy cerca de una planta que tenía muchas espinas. Sin percibir el peligro,

Bernardo acabó hiriéndose en su espalda y patas con las espinas. Intentó quitárselas, pero sus

patas no alcanzaban arrancar las espinas, que les provocaba mucho dolor.

Se sentó bajo un árbol y lloró desconsoladamente, mientras el dolor seguía. Cansado de

esperar que el dolor se le pasara, Bernardo decidió caminar para pedir ayuda. Mientras

caminaba, se encontró a los ciervos a los que les había echado agua. Al verlos, les gritó:

- Por favor, ayúdenme a quitarme esas espinas que me duelen mucho.

Y reconociendo a Bernardo, los ciervos le dijeron:

- No te vamos a ayudar porque lanzaste a Gilberto al río y él casi se ahogó. Aparte de eso,

Gilberto está enfermo de gripe por el frío que cogió. Tienes que aprender a no herirte ni burlarte

de los demás.

El pobre Bernardo, entristecido, bajo la cabeza y siguió en el camino en busca de ayuda.

Mientras caminaba se encontró algunos de sus compañeros de la escuela. Les pidió ayuda

pero ellos tampoco quisieron ayudarle porque estaban enojados por lo que había hecho

Bernardo al burro Cándido.

Y una vez más Bernardo bajo la cabeza y siguió el camino para buscar ayuda. Las espinas les

provocaban mucho dolor. Mientras todo eso sucedía, había un gran mono que trepaba por los

árboles. Venía saltando de un árbol a otro, persiguiendo a Bernardo y viendo todo lo que

ocurría. De pronto, el gran y sabio mono que se llamaba Justino, dio un gran salto y se paró

enfrente a Bernardo. Y le dijo:

- Ya ves gran elefante, siempre has lastimado a los demás y, como si eso fuera poco, te

burlabas de ellos. Por eso, ahora nadie te quiere ayudar. Pero yo, que todo lo he visto, estoy

dispuesto a ayudarte si aprendes y cumples dos grandes reglas de la vida.

Y le contestó Bernardo, llorando:

- Sí, haré todo lo que me digas sabio mono, pero por favor, ayúdame a quitar los espinos.

Y le dijo el mono:

- Bien, las reglas son estas: la primera es que no lastimarás a los demás, y la segunda es que

ayudarás a los demás y los demás te ayudarán cuando lo necesites.

Dichas las reglas, el mono se puso a quitar las espinas y a curar las heridas a Bernardo. Y a

partir de este día, el elefante Bernardo cumplió, a rajatabla, las reglas que había aprendido.

FIN

Este cuento ha sido enviado por Javier Moreno Tapia (México)

Page 7: Cuentos para niños falta teminar

Todos somos diferentes. Cuentos para niñosCuento infantil que habla del respeto a los demás

9 comentarios

Cuenta una historia de que varios animales decidieron abrir una escuela en el bosque. Se

reunieron y empezaron a elegir las disciplinas que serian impartidas durante el curso.

El pájaro insistió en que la escuela tuviera un curso de vuelo. El pez, que la natación fuera

también incluida en el currículo. La ardilla creía que la enseñanza de subir en perpendicular en

los árboles era fundamental. El conejo quería, de todas formas, que la carrera fuera también

incluida en el programa de disciplinas de la escuela.

Cuento sobre el respetoY así siguieron los demás animales, sin saber que cometían un grande error. Todas las

sugerencias fueron consideradas y aprobadas. Era obligatorio que todos los animales

practicasen todas las disciplinas.

Al día siguiente, empezaron a poner en práctica el programa de estudios. Al principio, el conejo

se salió magníficamente en la carrera; nadie corría con tanta velocidad como él.

Sin embargo, las dificultades y los problemas empezaron cuando el conejo se puso a aprender

a volar. Lo pusieron en una rama de un árbol, y le ordenaron que saltara y volara.

Page 8: Cuentos para niños falta teminar

El conejo saltó desde arriba, y el golpe fue tan grande que se rompió las dos piernas. No

aprendió a volar, y además no pudo seguir corriendo como antes.

Al pájaro, que volaba y volaba como nadie, le obligaron a excavar agujeros como a un topo,

pero claro, no lo consiguió.

Por el inmenso esfuerzo que tubo que hacer, acabó rompiendo su pico y sus asas, quedando

muchos días sin poder volar. Todo por intentar hacer lo mismo que un topo.

La misma situación fue vivida por un pez, por una ardilla y un perro que no pudieron volar,

saliendo todos heridos. Al final, la escuela tuvo que cerrar sus puertas.

¿Y saben por qué? Porque los animales llegaron a la conclusión de que todos somos

diferentes. Cada uno tiene sus virtudes y también sus debilidades.

Un gato jamás ladrará como un perro, o nadará como un pez. No podemos obligar a que los

demás sean, piensen, y hagan algunas cosas como nosotros. Lo que iremos conseguir con eso

es que ellos sufran por no conseguir hacer algo de igual manera que nosotros, y por no hacer

lo que realmente les gustan.

Debemos respetar las opiniones de los demás, así como sus capacidades y limitaciones. Si

alguien es distinto a nosotros, no quiere decir que él sea mejor ni peor que nosotros. Es apenas

alguien diferente a quien debemos respetar.

FIN

Este cuento nos fue enviado por Pablo Zevallos - Brasil

Page 9: Cuentos para niños falta teminar

El gigante tragón. Cuentos para niñosUn cuento infantil que habla del valor de la cooperación

2 comentarios

Érase una vez una abuelita que vivía con sus tres nietas. Las tres niñas ayudaban en las tareas

del hogar por el cariño que sentían a su abuela.

Un día la abuelita les dijo que en cuanto acabaran cada una de ellas su faena de la casa,

podían bajar a la bodega a merendar pan con miel. Al poco rato la pequeña de las tres

hermanas acabó su labor y marchó a la bodega.

Cuento para niñosNada más llegar, en la puerta y sin llegar a entrar, escuchó una voz que cantaba:

- Pequeña, pequeñita, no vengas acá, tralará, tralará...

-¿De dónde ha salido esa voz?, se preguntó la pequeña, y decidió entrar. Zas!! en ese mismo

momento el gigante Tragón la metió en un saco y la cerró.

Al cabo de media hora, la hermana mediana acabó su labor y le dijo a su abuelita que

marchaba a merendar pan con miel a la bodega.

-Está bien - le dijo la abuelita- y de paso dile a tu hermana que está tardando demasiado en

volver a casa.

Page 10: Cuentos para niños falta teminar

-Muy bien abuela, se lo diré. En cuanto llegó a la puerta de la bodega, justo antes de entrar,

escuchó una voz que cantaba:

-Mediana, medianita, no vengas acá, tralará, tralará...

-¿Quién anda ahí? Preguntó la niña, y aunque no escuchó respuesta, decidió entrar. Zas!! De

nuevo el gigante Tragón encerró a la hermana mediana en el saco junto a la pequeña.

Pasado ya mediodía, la abuela se acercó a la hermana mayor y le preguntó

-¿Todavía no has acabado?

-Me falta poco abuelita, ya voy.

-Hazme un favor, déjalo ya, acércate a la bodega a ver que hacen tus hermanas, se está

haciendo muy tarde... Y así lo hizo, pero cuando llegó a la puerta de la bodega pudo oír a

alguien cantar:

-Mayor, mayorcita, no vengas acá, tralará, tralará... Con toda curiosidad se acercó y Zas!!! Las

tres hermanas acabaron en el saco del gigante Tragón.

Con toda la preocupación del mundo la abuelita salió a buscar a sus nietas, y al llegar a la

puerta de la bodega escuchó cantar:

-Abuela, abuelita, no vengas acá, tralará, tralará...

-Ay Dios mío, mis niñas, seguro que ese gigante Tragón las ha cogido... Pues la abuelita ya

conocía al malvado gigante.

Corrió y corrió en busca de ayuda pero no encontró a nadie, y sentada en una roca llorando por

sus nietas, se le acercó una avispa a preguntar:

-Ancianita, ¿qué le sucede? ¿Se encuentra usted bien?

-Mis nietas, las ha raptado el gigante Tragón, pobrecitas mías.

-No se preocupe abuelita, ese malvado tendrá su merecido. Enseguida la avispa avisó a todas

sus amigas del enjambre, y con voz de ataque gritaron:

-Vamos a por ese gigante malvado, hay que darle su merecido, ¡¡¡adelante compañeras!!!!

En el momento que el gigante Tragón salía de la bodega camino al bosque, todas las avispas

empezaron a picotearle sin parar. Éste salió corriendo temeroso de los picotazos y olvidándose

allá mismo del saco con las tres pequeñas.

Las niñas pudieron salvarse de las garras del gigante Tragón gracias a unas avispas muy

avispadas. Finalmente, la abuelita y sus tres adorables nietas marcharon a casa para merendar

un rico pan con miel.

FIN

Este cuento ha sido enviado por Raquel Fernández Pérez (España)

Page 11: Cuentos para niños falta teminar

El huevo que pía. Cuentos para niñosCuento infantil sobre la familia

1 comentarios

Un cuento infantil que habla de la curiosidad de un niño y del cariño con que es tratado por

sus abuelos. Muestra lo sencillo y rico que puede representar el nacimientode un pollito para un

niño. Y que en el campo ocurren muchas cosas nuevas a los ojos de los más pequeños.

La gallina de plumaje dorado se levantó del escondite donde empollaba sus huevos. Llevaba

días debajo de un frondoso helecho del jardín. Mientras escarbaba buscando gusanos en la

tierra, cantaba como si se sintiera feliz.

La curiosidad de los niños- Ca-ca-ca-ca-ca, ca-ca-ca-ca-ca… Adrién aguzó eloído para escuchar el canto monótono de la

gallina. Aquello era nuevo para él.

- Abuelita, ¿qué es eso?

- Es la gallina cantando.

- Quiero verla.

- Te la mostraré de lejos, porque te puede picar.

- ¿Por qué?

Page 12: Cuentos para niños falta teminar

- Porque está echada.

- ¿Por qué? Adrién continuó haciendo preguntas.

La abuela ya no sabía cómo satisfacer su curiosidad. Lo llevó al patio. Tan pronto vio la gallina,

quiso acercarse para cogerla, pero ésta erizó el plumaje y corrió hacia él, amenazante.

Adrién se protegió, asustado y lloroso, en los brazos de la abuela. Fue sólo un susto. Era la

primera vez que pasaba unos días en la finca de la abuela. Había vivido sus escasos cuatro

años en la ciudad y las visitas al campo habían sido breves.

Los días en el campo eran fascinantes para él. Que su abuela hiciera tostones de un plátano

verde que cogió de una de sus matas, lo dejó embelesado. Su madre también hacía tostones,

pero los sacaba de una bolsa del congelador.

Que su abuela abriera una vaina y muchos granos de gandules, cayeran en sus manos, le

parecía un cuento. Su madre abría una lata y allí estaban los gandules. En el campo ocurrían

muchas cosas nuevas a los ojos de Adrién.

Al día siguiente, la abuela se acercó al helecho donde la gallina se ocultaba y vio gozosa

algunos cascarones esparcidos por el nido y unos polluelos aún mojados y cegatos.

Le pareció un espectáculo para su nietecito. Subió corriendo hasta la sala donde el

niño coloreaba con su abuelo.

- Ven, quiero mostrarte algo.

- ¿Qué?

- Vamos para que veas los pollitos que tuvo la gallina.

- ¿Y si me pica?

- No dejaré que te pique.

Adrién estaba maravillado, ya había tres pollitos con la gallina que los paseaba orgullosa.

- Pío- pío-pío, decían los pollitos, siguiendo a la madre. De pronto, la abuela escuchó un piar

profundo dentro de uno de los huevos que aún quedaban.

Lo cogió con extremo cuidado. Mientras el niño miraba embelesado, la abuela iba rompiendo el

cascarón. Primero apareció un diminuto pico, después la cabeza y luego el resto del cuerpo

pequeño, amarillo y mojado.

Minutos después, el pollito corría con la madre y piaba feliz.

- Ese pollito es mío.- Dijo con seguridad.

- Sí, mi amor, ese es tu pollito.

- Quiero cogerlo.

- No puedes cogerlo hasta que esté grande.

- ¿Por qué? - Porque la gallina no quiere que lo cojan.

- ¿Por qué? Antes de ella alcanzar a contestar, la gallina se acercó con su hermosa cría. Sus

cánticos distrajeron a Adrién, y la abuela creyó que se habían acabado las preguntas.

- Pío-pío-pío.

Page 13: Cuentos para niños falta teminar

- Abuela, ¿quién les enseñó a cantar?

FIN

Este cuento ha sido enviado por Carmen Camacho Ilarraza (Dorado, Puerto Rico)

Page 14: Cuentos para niños falta teminar

Cuento infantil. Orejas y RabitoUn precioso cuento que habla del perdón

3 comentarios

Hace muchos años en un bosque verde y lleno de hermosos árboles, plantas y flores, vivía

Orejas comiendo y disfrutando todas las zanahorias que cultivaba para él y su familia.

Un día Orejas como de costumbre salió a buscar sus alimentos, sus preciadas zanahorias, pero

algo raro sucedió , no encontró ni una sola zanahoria, ni grande ni chiquita.

El valor de compartir¡Quizás vine muy lejos!, exclamó Orejas, y decidió entonces ir al prado más cercano que él

conocía y al cual algunas veces acudía en busca de alimento, pero allí tampoco había ni una

sola zanahoria, ni muy fresca ni muy madura.

Ya había atardecido y Orejas no había podido encontrar la respuesta a tan insólito

acontecimiento “Será mejor que pida ayuda”, dijo. Fue entonces que apareció Rabito, un blanco

y hermoso conejo de abolengo, luciendo una inmensa panza, ¡rebosante de felicidad!

- ¡Hola! - ¡Soy Rabito!

Page 15: Cuentos para niños falta teminar

- ¿Quién eres tú? - ¿Qué haces por aquí? Ante tantas preguntas Orejas estaba desconcertado

y muy enojado, yo diría que nunca había visto a un conejo tan molesto como éste. Pero le

contestó:

- Soy Orejas y vivo en este bosque desde hace mucho tiempo y aquí cultivo el alimento para mi

familia, pero hoy extrañamente desaparecieron todas las zanahorias que con mucho esfuerzo

cultivé durante bastante tiempo. ¿Sabes algo tú?, le preguntó a Rabito.

- Yo, je, je, je, yo no sé na, na, na, nada de nada, y será mejor que de una vez yo me marche

llevando este encargo de mi familia. Además son pu, pu, pu, puras pelusas, dijo Rabito, muy

nervioso.

- Está bien, pero no te enfades, contestó Orejas. Y Rabito siguió su camino. Caminó largo rato,

pero su conciencia pesaba más que la bolsa que llevaba, decidió regresar y confesar la verdad

a Orejas.

Cuando volvió encontró a Orejas muy triste así que le confesó toda la verdad:

- Orejas yo fui quien recogió todas tus zanahorias, es que tengo una gran familia, muy

numerosa y no me quedó otro remedio. Orejas, que tenía buen corazón, decidió perdonar a

Rabito, y además le invitó a que viniera a vivir con su familia, y que trabajasen juntos.

Desde entonces Orejas y Rabito viven muy felices comiendo zanahorias todos los días.

FIN

Este cuento ha sido enviado por Norma Ruiz Guerrero (Perú) y está dedicado a su hijo Alonso

Gustavo

Page 16: Cuentos para niños falta teminar

Cuento infantil. Orejas y RabitoUn precioso cuento que habla del perdón

3 comentarios

Hace muchos años en un bosque verde y lleno de hermosos árboles, plantas y flores, vivía

Orejas comiendo y disfrutando todas las zanahorias que cultivaba para él y su familia.

Un día Orejas como de costumbre salió a buscar sus alimentos, sus preciadas zanahorias, pero

algo raro sucedió , no encontró ni una sola zanahoria, ni grande ni chiquita.

El valor de compartir¡Quizás vine muy lejos!, exclamó Orejas, y decidió entonces ir al prado más cercano que él

conocía y al cual algunas veces acudía en busca de alimento, pero allí tampoco había ni una

sola zanahoria, ni muy fresca ni muy madura.

Ya había atardecido y Orejas no había podido encontrar la respuesta a tan insólito

acontecimiento “Será mejor que pida ayuda”, dijo. Fue entonces que apareció Rabito, un blanco

y hermoso conejo de abolengo, luciendo una inmensa panza, ¡rebosante de felicidad!

- ¡Hola! - ¡Soy Rabito!

Page 17: Cuentos para niños falta teminar

- ¿Quién eres tú? - ¿Qué haces por aquí? Ante tantas preguntas Orejas estaba desconcertado

y muy enojado, yo diría que nunca había visto a un conejo tan molesto como éste. Pero le

contestó:

- Soy Orejas y vivo en este bosque desde hace mucho tiempo y aquí cultivo el alimento para mi

familia, pero hoy extrañamente desaparecieron todas las zanahorias que con mucho esfuerzo

cultivé durante bastante tiempo. ¿Sabes algo tú?, le preguntó a Rabito.

- Yo, je, je, je, yo no sé na, na, na, nada de nada, y será mejor que de una vez yo me marche

llevando este encargo de mi familia. Además son pu, pu, pu, puras pelusas, dijo Rabito, muy

nervioso.

- Está bien, pero no te enfades, contestó Orejas. Y Rabito siguió su camino. Caminó largo rato,

pero su conciencia pesaba más que la bolsa que llevaba, decidió regresar y confesar la verdad

a Orejas.

Cuando volvió encontró a Orejas muy triste así que le confesó toda la verdad:

- Orejas yo fui quien recogió todas tus zanahorias, es que tengo una gran familia, muy

numerosa y no me quedó otro remedio. Orejas, que tenía buen corazón, decidió perdonar a

Rabito, y además le invitó a que viniera a vivir con su familia, y que trabajasen juntos.

Desde entonces Orejas y Rabito viven muy felices comiendo zanahorias todos los días.

FIN

Este cuento ha sido enviado por Norma Ruiz Guerrero (Perú) y está dedicado a su hijo Alonso

Gustavo

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Cuentos para niños. Un conejo en la víaCuento infantil que fomenta la compasión

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Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía su hermano menor, Carlos. Iban

de paseo con sus padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían sus

nuevas cometas.

Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo con un brusco frenazo. Daniel

oyó a su padre exclamar con voz ronca:

- ¡Oh, mi Dios, lo he atropellado!

Cuento infantil sobre la compasión- ¿A quién, a quién?, le preguntó Daniel.

- No se preocupen, respondió su padre-. No es nada.

El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos enciendió la radio, empezó a sonar

unacanción de moda en los altavoces.

- Cantemos esta canción, dijo mirando a los niños en el asiento de atrás. La mamá comienzó a

tararear una tonada. Pero Daniel miró por el vidrio trasero y vió tendido sobre la carretera el

cuerpo de un conejo.

Page 19: Cuentos para niños falta teminar

- Para el coche papi, gritó Daniel. Por favor, detente.

- ¿Para qué?, responde su padre.

- ¡El conejo, le dice, el conejo allí en la carretera, herido!

- Dejémoslo, dice la madre, es sólo un animal.

- No, no, para, para.

- Sí papi, no sigas - añade Carlitos-. Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de animales. Los

dos niños estaban muy preocupados y tristes.

- Bueno, está bien- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando vuelta recogieronn al

conejo herido.

Pero al reiniciar su viaje fueron detenidos un poco más adelante por una radiopatrulla de la

policía vial, que les informó de que una gran roca había caído sobre la carretera por donde

iban, cerrando el paso. Al enterarse de la emergencia, todos ayuaron a los policías a retirar la

roca.

Gracias a la solidaridad de todos pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al veterinario,

que curó la pata al conejo. Los papás de Daniel y carlos aceptaron a acogerlo en casa hasta

que se curara

Unas semanas después toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque. Carlos y

Daniel le dijeron adiós con pena, pero sabiendo que sería más feliz en libertad.

FIN

Cuento de Álvaro Jurado Nieto, Colombia

Page 20: Cuentos para niños falta teminar

Cuento sobre la amabilidad. Daniel y las palabras mágicasUn cuento que fomenta la amabilidad

3 comentarios

Te presento a Daniel, el gran mago de las palabras. El abuelo de Daniel es muy aventurero y

este año le ha enviado desde un país sin nombre, por su cumpleaños, un regalo muy extraño:

una caja llena de letras brillantes.

En una carta, su abuelo le dice que esas letras forman palabras amables que, si las regalas a

los demás, pueden conseguir que las personas hagan muchas cosas: hacer reír al que está

triste, llorar de alegría, entender cuando no entendemos, abrir el corazón a los demás,

enseñarnos a escuchar sin hablar.

Cuento de amabilidadDaniel juega muy contento en su habitación, monta y desmonta palabras sin cesar.

Hay veces que las letras se unen solas para formar palabras fantásticas, imaginarias, y es que

Daniel es mágico, es un mago de las palabras.

Lleva unos días preparando un regalo muy especial para aquellos que más quiere.

Page 21: Cuentos para niños falta teminar

Es muy divertido ver la cara de mamá cuando descubre por la mañana un buenos días,

preciosadebajo de la almohada; o cuando papá encuentra en su coche un te quiero de color

azul.

Sus palabras son amables y bonitas, cortas, largas, que suenan bien y hacen sentir

bien: gracias, te quiero, buenos días, por favor, lo siento, me gustas.

Daniel sabe que las palabras son poderosas y a él le gusta jugar con ellas y ver la cara de

felicidad de la gente cuando las oye.

Sabe bien que las palabras amables son mágicas, son como llaves que te abren la puerta de

los demás.

Porque si tú eres amable, todo es amable contigo. Y Daniel te pregunta: ¿quieres intentarlo tú y

ser un mago de las palabras amables?

FIN

Cuento de Susanna Arjona Borrego, España.

Page 22: Cuentos para niños falta teminar

Cuento para niños. Hace fríoCuentos infantiles sobre la solidaridad

15 comentarios

Un cuento infantil para los niños que habla del valor de la solidaridad. Una bonita manera

de enseñar valores a los niños es a través de los cuentos y de sus mensajes. Un cuento sobre

la solidaridad. Hace frío

El invierno es un viejito que tiene una barba blanca, llena de escarcha que le cuelga hasta el

suelo. Donde camina deja un rastro de hielo que va tapando todo.

A veces trae más frío que de costumbre, como cuando sucedió esta historia: Hacía tanto, pero

tanto frío, que los árboles parecían arbolitos de Navidad adornados con algodón. En uno de

esos árboles vivían los Ardilla con sus cinco hijitos.

Cuento sobre la solidaridad. Hace frío

Papá y mamá habían juntado muchas ramitas suaves, plumas y hojas para armar un nido

calientito para sus bebés, que nacerían en invierno.

Además, habían guardado tanta comida que podían pasar la temporada de frío como a ellos les

gustaba: durmiendo abrazaditos hasta que llegara la primavera.

Page 23: Cuentos para niños falta teminar

Un día, la nieve caía en suaves copos que parecían maripositas blancas danzando a la vez que

se amontonaban sobre las ramas de los árboles y sobre el piso, y todo el bosque parecía un

gran cucurucho de helado de crema en medio del silencio y la paz. ¡Brrrmmm!

Y entonces, un horrible ruido despertó a los que hibernaban: ¡una máquina inmensa avanzaba

destrozando las plantas, volteando los árboles y dejando sin casa y sin abrigo a los animalitos

que despertaban aterrados y corrían hacia cualquier lado, tratando de salvar a sus hijitos!

Papá Ardilla abrió la puerta de su nido y vio el terror de sus vecinos. No quería que sus hijitos

se asustaran, así que volvió a cerrar y se puso a roncar.

Sus ronquidos eran más fuertes que el tronar de la máquina y sus bebés no despertaron.

Mamá Ardilla le preguntó, preocupada:

-¿Qué pasa afuera?-

- No te preocupes y sigue durmiendo, que nuestro árbol es el más grande y fuerte del bosque y

no nos va a pasar nada- le contestó.

Pero Mamá Ardilla no podía quedarse tranquila sabiendo que sus vecinos tenían dificultades.

Insistió:

- Debemos ayudar a nuestros amigos: tenemos espacio y comida para compartir con los que

más lo necesiten. ¿Para qué vamos a guardar tanto, mientras ellos pierden a sus familias por

no tener nada?-

Papá Ardilla dejó de roncar; miró a sus hijitos durmiendo calientitos y a Mamá Ardilla. Se paró

en su cama de hojas y le dio un beso grande en la nariz a la dulce Mamá Ardilla y ¡corrió a

ayudar a sus vecinos!.

En un ratito, el inmenso roble del bosque estaba lleno de animalitos que se refugiaron felices

en él. El calor de todos hizo que se derritiera la nieve acumulada sobre las ramas y se llenara

de flores. ¡Parecía que había llegado la primavera en medio del invierno!.

Los pajaritos cantaron felices: ahora tenían dónde guardar a sus pichoncitos, protegidos de la

nieve y del frío. Así, gracias a la ayuda de los Ardilla se salvaron todas las familias de sus

vecinos y vivieron contentos.

Durmieron todos abrazaditos hasta que llegara en serio la primavera, el aire estuviera calientito,

y hubiera comida y agua en abundancia.

FIN

Cuento de Teresa del Valle Drube, Argentina.

Page 24: Cuentos para niños falta teminar

Cuento sobre el respeto. Itzelina y los rayos de solCuentos para niños sobre valores

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Itzelina Bellas Chapas era una niña muy curiosa que se levantó temprano una mañana con la

firme intención de atrapar, para ella sola, todos los rayos del sol.

Una ardilla voladora que brincaba entre árbol y árbol le gritaba desde lo alto. ¿A dónde vas,

Itzelina?, y la niña respondió:

- Voy a la alta montaña, a pescar con mi malla de hilos todos los rayos del sol y así tenerlos

para mí solita.

- No seas mala, bella Itzelina - le dijo la ardilla- Deja algunos pocos para que me iluminen el

camino y yo pueda encontrar mi alimento. -

Está bien, amiga ardilla - le contestó Itzelina-, no te preocupes. Tendrás como todos los días

rayos del sol para ti.

Cuento infantil sobre el respetoSiguió caminando Itzelina, pensando en los rayos del sol, cuando un inmenso árbol le preguntó.

¿Por qué vas tan contenta, Itzelina?

Page 25: Cuentos para niños falta teminar

- Voy a la alta montaña, a pescar con mi malla de hilos todos los rayos del sol y así tenerlos

para mí solita, y poder compartir algunos con mi amiga, la ardilla voladora.

El árbol, muy triste, le dijo:

- También yo te pido que compartas conmigo un poco de sol, porque con sus rayos

seguirécreciendo, y más pajaritos podrán vivir en mis ramas.

- Claro que sí, amigo árbol, no estés triste. También guardaré unos rayos de sol para ti.

Itzelina empezó a caminar más rápido, porque llegaba la hora en la que el sol se levantaba y

ella quería estar a tiempo para atrapar los primeros rayos que lanzara. Pasaba por un corral

cuando un gallo que estaba parado sobre la cerca le saludó.

- Hola, bella Itzelina. ¿Dónde vas con tanta prisa?

- Voy a la alta montaña, a pescar con mi malla de hilos todos los rayos del sol y así poder

compartir algunos con mi amiga la ardilla voladora, para que encuentre su alimento; y con mi

amigo el árbol, para que siga creciendo y le dé hospedaje a muchos pajaritos.

- Yo también te pido algunos rayos de sol para que pueda saber en las mañanas a qué hora

debo cantar para que los adultos lleguen temprano al trabajo y los niños no vayan tarde a

la escuela.

- Claro que sí, amigo gallo, también a ti te daré algunos rayos de sol – le contestó Itzelina.

Itzelina siguió caminando, pensando en lo importante que eran los rayos del sol para las

ardillas y para los pájaros; para las plantas y para los hombres; para los gallos y para los niños.

Entendió que si algo le sirve a todos, no es correcto que una persona lo quiera guardar para

ella solita, porque eso es egoísmo. Llegó a la alta montaña, dejó su malla de hilos a un lado y

se sentó a esperar al sol.

Ahí, sentadita y sin moverse, le dio los buenos días, viendo como lentamente los árboles, los

animales, las casas, los lagos y los niños se iluminaban y se llenaban de colores gracias a los

rayos del sol.

Este cuento quiere enseñarnos lo importante que es el respeto al bien común.

Cuento de Luis Antonio Rincón García (México)

Page 26: Cuentos para niños falta teminar

Cuentos para niños. Laura cambia de ciudadCuentos infantiles para educar en la diversidad

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Las vacaciones se terminaron y Laura estaba triste. De nuevo tenía que ir al colegio y no

estaba entusiasmada con la idea. Y es que a su padre lo habían ascendido a director de una

sucursal bancaria y por ello tuvieron quemudarse de ciudad. Ella quería volver al colegio de

siempre donde tenía muchos amigos.

Tan sólo le faltaba un mes para cumplir los cinco años y pensaba que en su fiesta no tendría

ningún amigo. Sin embargo, en presencia de sus padres disimulaba, sus papás andaban muy

ilusionados con la casa que habían adquirido y ella no quería "aguarles" la fiesta. De camino

para el colegio, siempre de la mano de su mamá, iba pensando en su maestraCristina y lo bien

que se la pasaba con ella ¡Desde luego, ya no sería lo mismo!

La madre la condujo hasta la puerta de la clasecuando, ¡Qué sorpresa! ¿Cristina estaba allí?

¿Estaba soñando? Pronto se aclaró el equívoco. La maestra se llamaba Rosa y era hermana

gemela de Cristina. En la clase había veinte niños y estaban sentados por grupos de siete.

Laura se sentó en el grupo donde había seis.

En dicho grupo estaba sentada María, que era hija de su maestra y que casualmente vivía en

su misma urbanización. Ricardo y Jaime eran dos niños muy divertidos y habladores. Estaba

Page 27: Cuentos para niños falta teminar

también Carmen, una niña de etnia gitana de ojos grande y tez morena, pero la que más le

llamó la atención era una niña de rasgos distintos de los de todos.

Cuentos para niñosEra china y sus padres acababan de instalar un bazar frente al colegio, por lo que llevaba poco

tiempo residiendo en la ciudad. Se llamaba Yenay y todavía no sabía hablar español. Laura,

desde el primer momento, conectó con Yenay y se entendían perfectamente sin palabras.

Había pasado un mes y Laura ya estaba mucho más alegre.

Jugaba constantemente en el recreo con los niños de su grupo y además se había propuesto

enseñarle su lengua a Yenay. Sus papás le había preparado una fiesta de cumpleaños a la que

habían acudido todos los niños sin faltar ninguno de los de su grupo.

También acudieron a dicha fiesta amiguitos antiguos, ya que la distancia entre las dos ciudades

era de apenas veinte kilómetros. Laura disfrutó muchísimo. Se había dado cuenta de que

seguía teniendo los amigos de siempre y había conseguido otros nuevos con los que

compartiría todos sus juegos.

FIN

Cuento de Antoñita Valle Rodríguez (España)

Page 28: Cuentos para niños falta teminar

Cuento sobre generosidad. Una lechuga no es un platoCuentos para niños sobre los valores

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¡Hay un gusano en mi plato!, dijo Matías haciendo gestitos con la mano como para ahuyentarlo.

El gusano primero miró el plato, después miró a Matías y luego dijo:

- ¡Glup!, parece que me equivoqué. Esta no es una hoja de lechuga.

Cuando se le pasó un poquito el miedo, Matías, que era muy curioso, se acercó a observar

muy bien a don Gusano.

Cuento infantil sobre generosidad- ¡Vaya! -pensó- No sólo es bastante extraño y bonitos sus colores, sino que también tiene

muchas patitas. Debe estar desorientado.

- Desorientado no, apenas un poco cegato –corrigió el gusano- pero en voz tan bajita que nadie

lo escuchó.

Por un instante el gusanito detuvo su marcha, encorvó su lomo verde y miró a Matías con sus

ojitos finitos de gusano perdido.

Sonrieron cada uno a su manera. Matías, entonces, trajo una hoja de lechuga, que con mamá

sacó de la heladera.

Page 29: Cuentos para niños falta teminar

Lo cargó sobre ella y la llevó al jardín. Don Gusano sintió el airecito y fue feliz.

Entretanto, Matías lo miraba divertido.

Pasito a paso el gusano se fue perdiendo entre las rosas con un buen bocado de lechuga entre

las mandíbulas.

Pero eso sí ¡lechuga sin condimentar!

FIN

Cuento de Patricia Cortondo (Argentina)

Page 30: Cuentos para niños falta teminar

Cuentos infantiles. Micaela y el hada de la obedienciaCuentos para niños sobre los valores

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Éste es el país de los cuentos. Hoy Micaela ha llegado hasta aquí buscando algo, ¿qué será?

- ¡Hola, soy Micaela!

- Hola, respondió el ratón Brillo Dorado, mientras apuntaba en su libreta de notas con su gran

lápiz también dorado.

- ¿Qué haces? - preguntó Micaela curiosa, acercándose al ratón.

- Tengo que anotar a todos los visitantes. Eres la visitante número 3.

Cuento sobre la obediencia- ¿Número 3?, pensé que aquí venían muchos niños y niñas de todo el mundo.

- Tienes razón, en realidad ese es mi número favorito, ji, ji, ji, se rió Brillo Dorado.

- ¿Y qué haces por aquí?, este es un lugar muy lejano.

Page 31: Cuentos para niños falta teminar

- Mamá me ha enviado, estoy buscando al Hada de la Obediencia, necesito hablar con ella.

- Pues hoy es tu día de suerte, yo te llevaré - dijo Brillo Dorado.

Es así como juntos emprendieron el viaje. Subieron sobre unas nubes que los transportaron por

el cielo y durante el trayecto adoptaban diversas formas, ¡eran hermosas!

Luego bajaron cerca de un río con aguas cristalinas, treparon sobre una hoja de eucalipto se

dejaron llevar por las aguas hasta la próxima orilla, ¡Todo era muy divertido! Al final del camino

había un castillo muy pequeñito, y Brillo Dorado dijo:

- Aquí es, ya llegamos, yo puedo entrar porque soy pequeño, pero tú necesitas pasar por la

prueba de lahumildad.

- ¿Cómo es eso? – preguntó Micaela.

- Sólo párate frente a la puerta y si tu corazón tiene dentro el sentimiento de humildad te harás

pequeña y podrás entrar.

- ¿Y si no resulta?, tengo miedo Brillo Dorado –dijo Micaela.

- No te preocupes, eres una buena niña. Todo saldrá bien. Entonces Micaela se paró frente a la

puerta del pequeño castillo y de pronto, como por arte de magia, se hizo tan pequeña que pudo

entrar fácilmente.

- Qué bueno, ya estamos adentro, -se alegró Micaela-, vamos a buscar al hada de la

Obediencia, amigo ratoncillo. En medio de un gran altar estaba el Hada, con una sonrisa

hermosa.

- Hola, Micaela, ¿qué te trae por aquí?, -preguntó el Hada.

- ¿Cómo está usted, señora Hada?, necesito saber el secreto de la obediencia, pues me está

resultando difícil ser obediente con mamá. - Es fácil, querida amiga. ¿Recuerdas las nubes que

te trajeron y el río en el que navegaste hasta acá? Pues ser obediente es ser como las nubes

que pasan adoptando la forma que el viento les da, son hermosas y pueden ir fácilmente a

cualquier lugar.

También ser obediente es ser como el agua que fluye, que corre hacia abajo y llega al océano.

El que es obediente tiene ventaja ante Dios, no es una tarea fácil pero te ayudará mucho a

escuchar y aceptar las opiniones de los demás.

Luego le dio un abrazo a Micaela y salió por la ventana. Micaela en un abrir y cerrar de ojos ya

estaba en su cuarto. Ese día había aprendido mucho.

FIN

Cuento de Fabiola Osorio Domínguez (Perú)

Page 32: Cuentos para niños falta teminar

Cuentos para niños. El orejónCuentos infantiles sobre la tolerancia

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Era su segundo día de clase. Henry se sentó en el primer pupitre del aula, al lado de la

ventana, como le recomendó su mamá. La profesora entró en clase y les dijo "buenos días".

Hoy vamos a estudiar algunos animales. Comenzaremos con el asno, ese animal tan útil a la

humanidad, fuerte, de largas orejas, y...

- ¡Como Henry!, la interrumpió una voz que salía de atrás del salón.

Muchos niños comenzaron a reír ruidosamente y miraban a Henry.

- ¿Quién dijo eso?, preguntó la profesora, aunque sabía bien quién lo había dicho.

- Fue Quique, dijo una niña señalando a su lado a un pequeñín pecoso de cinco años.

- Niños, niños, dijo Mily con voz enérgica y poniendo cara de enojo. No deben burlarse de los

demás. Eso no está bien y no lo voy a permitir en mi salón.

Todos guardaron silencio, pero se oía algunas risitas.

Cuentos cortos para niños

Un rato después una pelota de papel goleó la cabeza de Tomás. Al voltear no vio quien se la

había lanzado y nuevamente algunos se reían de él. Decidió no hacer caso a las burlas y

Page 33: Cuentos para niños falta teminar

continuó mirando las láminas de animales que mostraba Mily. Estaba muy triste pero no lloró.

En el recreo Henry abrió su lonchera y comenzó a comerse el delicioso bocadillo que su mamá

le había preparado. Dos niños que estaban cerca le gritaron:

- Orejón, oye orejón, no comas tanto que va a salirte cola como un asno, y echaron a reír.

Otros niños a su alrededor lo miraron y tocando sus propias orejas, sonreían y murmuraban.

Henry entendió por primera vez, que de verdad había nacido con sus orejas un poco más

grandes. "Como su abuelo Manuel", le había oído decir a su papá una vez.

De pronto se escucharon gritos desde el salón demúsica, del cual salía mucho humo. Henry se

acercó y vio a varios niños encerrados sin poder salir, pues algún niño travieso había colocado

un palo de escoba en los cerrojos.

A través de los vidrios se veían los rostros de los pequeños llorando, gritando y muy asustados.

Dentro algo se estaba quemando y las llamas crecían.

Los profesores no se habían dado cuenta del peligro, y ninguno de los niños se atrevía a hacer

nada. Henry, sin dudarlo un segundo, dejó su lonchera y corrió hacia la puerta del salón y a

pesar del humo y del calor que salía, agarró la escoba que la trababa y la jaló con fuerza. Los

niños salieron de prisa y todos se pusieron a salvo.

Henry se quedó como un héroe. Todos elogiaron su valor. Los niños que se habían burlado de

él estaban apenados.

En casa, Henry contó todo lo sucedido a su familia, por lo que todos estaban orgullosos de él.

Al día siguiente, ningún niño se burló de Henry. Habían entendido que los defectos físicos eran

sólo aparentes, pero en cambio elvalor de Henry al salvar a sus compañeros era más valioso y

digno de admirar.

FIN

Cuento de Álvaro Jurado Nieto (Colombia)

Page 34: Cuentos para niños falta teminar

Cuentos para niños. Pedrito, el caracol y la babosaCuentos infantiles sobre la bondad y la generosidad

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Pedrito era un pequeño caracol de bosque que deseaba encontrar a un amigo o amiga. Caminó

y caminó hasta llegar a un huerto. Allí había unas babosas que se rieron de su caparazón.

Pedrito, triste, se ocultó en su caparazón. Tras unos cuantos días descansando, llovió, y

Pedrito salió dispuesto a irse a vivir a otro lugar, pero al sacar la cabeza vio a una pequeña

babosa que se había asustado al verlo.

El valor de compartir- No te asustes, sólo soy un caracol.

- Pero, pero eres muy extraño, ¡llevas una piedra encima de tu cuerpo! –dijo temblando la

babosa.

- No, no es una piedra, se llama caparazón, es micasa. Cuando tengo frío o llueve mucho me

escondo dentro y me siento mejor.

- Pues me gustaría tener un caparazón como tú. ¿Cuándo me crecerá?

- Tú eres una babosa y vosotras no tenéis caparazón, pero si quieres podemos intentar

encontrar uno vacío.

Page 35: Cuentos para niños falta teminar

- Me gustaría mucho, dijo la babosa pequeña dando saltos de alegría.

Los dos amigos se pusieron a buscar por todo el bosque y finalmente debajo de la hojarasca

encontraron un caparazón precioso, con una espiral dibujada, pero le iba tan grande, que

decidieron buscar otra.

Al cabo de un buen rato encontraron un pequeño caparazón, pero era tan menudo que la

babosa no cabía de ninguna de las maneras. Se puso tristísima y el pobre Pedrito no sabía qué

hacer para que parase de llorar.

Finalmente se le ocurrió una brillante idea:

- Podríamos compartir mi caparazón, dijo Pedrito para consolar la babosa.

- ¿De verdad harías esto por mí?

- Pues claro que sí. Eres mi amiga. Se hizo de noche y los dos compañeros se pusieron

a dormir, el caracol se acurrucó al fondo del caparazón y la babosa cupo perfectamente.

- ¡Buenas noches! dijeron los dos a la vez.

FIN

Cuento de Natalia Pons Roussel (España)

Page 36: Cuentos para niños falta teminar

Cuentos para niños. SantilinCuentos infantiles sobre la naturaleza

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Santilin es un osito muy inteligente, bueno y respetuoso. Todos lo quieren mucho, y

sus amiguitos disfrutan jugando con él porque es muy divertido.

Le gusta dar largos paseos con su compañero, el elefantito. Después de la merienda se reúnen

y emprenden una larga caminata charlando y saludando a las mariposas que revolotean

coquetas, desplegando sus coloridas alitas.

Cuentos infantiles con valoresSiempre está atento a los juegos de los otros animalitos. Con mucha paciencia trata de

enseñarles que pueden entretenerse sin dañar las plantas, sin pisotear el césped, sin destruir lo

hermoso que la naturaleza nos regala.

Un domingo llegaron vecinos nuevos. Santilin se apresuró a darles la bienvenida y enseguida

invitó a jugar al puerco espín más pequeño.

Lo aceptaron contentos hasta que la ardillita, llorando, advierte:

- Ay, cuidado, no se acerquen, esas púas lastiman.

Page 37: Cuentos para niños falta teminar

El puerco espín pidió disculpas y triste regresó a su casa. Los demás se quedaron afligidos,

menos Santilin, que estaba seguro de encontrar una solución.

Pensó y pensó, hasta que, risueño, dijo:

- Esperen, ya vuelvo.

Santilin regresó con la gorra de su papá y llamó al puerco espín.

Le colocaron la gorra sobre el lomo y, de esta forma tan sencilla, taparon las púas para que no

los pinchara y así pudieran compartir los juegos.

Tan contentos estaban que, tomados de las manos, formaron una gran ronda

y cantaron felices.

FIN

Cuento de María Álvarez (Argentina)

Page 38: Cuentos para niños falta teminar

Cuentos para niños. Sara y LucíaCuentos infantiles sobre la sinceridad

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Érase una vez dos niñas muy amigas llamadas Sara y Lucía. Se conocían desde que eran muy

pequeñas y compartían siempre todo la una con la otra.

Un día salieron de compras. Sara se probó una camiseta y le pidió a su amiga Lucía su opinión.

Lucía, sin dudarlos dos veces, le dijo que no le gustaba cómo le quedaba y le aconsejó buscar

otro modelo.

Cuentos infantiles con valoresEntonces Sara se sintió ofendida y se marchóllorando de la tienda, dejando allí a su amiga.

Lucía se quedó muy triste y apenada por la reacción de su amiga.

No entendía su enfado ya que ella sólo le había dicho la verdad.

Al llegar a casa, Sara le contó a su madre lo sucedido y su madre le hizo ver que su amiga sólo

había sido sincera con ella y no tenía que molestarse por ello.

Sara reflexionó y se dio cuenta de que su madre tenía razón.

Al día siguiente fue corriendo a disculparse con Lucía, que la perdonó de inmediato con una

gran sonrisa.

Page 39: Cuentos para niños falta teminar

Desde entonces, las dos amigas entendieron que la verdadera amistad se basa en la

sinceridad.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado, y el que se enfade se quedará sentado.

FIN

Cuento de Noelia Rodríguez Pérez (España)

Page 40: Cuentos para niños falta teminar

Cuento para niños. De sonrisa en sonrisaCuentos infantiles sobre el amor filial

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Una mañana, Patricia se despertó asustada por un sueño que había tenido. Soñó que a todas

las personas que conocía se les había borrado la sonrisa.

Estaba rodeada de gente muy triste, con caras alargadas, con el ceño fruncido, con rostros

llenos de amargura, cosa que no le agradó nada.

Hasta su mamá, que era muy alegre y siempre tenía un chiste para compartir, sólo gritaba y

mostraba mal humor.

Cuentos infantiles con valoresDe igual manera su padre y hermano; por no hablar de la maestra, que tenía un rostro de

estatua, y sus compañeros de clase, quienes ni con una broma reían.

Esto angustió mucho a Patricia, ya que siempre pensaba que la sonrisa era la forma natural de

comunicarse para entender al amigo, al hermano y a los padres.

Esto lo pensaba debido a que sus mejores ratos los había vivido cuando todos los miembros de

la familia se reían, y sabía lo importante que era ese pequeño gesto para mantenerse unidos y

comunicarse.

Page 41: Cuentos para niños falta teminar

Patricia cada vez se sentía más sola e incomprendida, nadie reía a su alrededor e incluso ella

llegó a dejar de sonreír y comenzó a llorar, temiendo que nunca volvería a ver feliz a nadie.

Pero llegó al punto de que el susto invadió todo su cuerpo y de repente se despertó. Se dio

cuenta de que estaba en su cama, a salvo, y dijo: "Menos mal que sólo fue un sueño".

En ese momento su mamá llegó a la cama con eldesayuno y una tremenda sonrisa, dándole un

beso y diciéndole que el día hay que empezarlo feliz.

FIN

Cuento de Maén Puerta (Venezuela)

Page 42: Cuentos para niños falta teminar

Cuentos para niños. Toño y la sirenaCuento infantil que fomenta la cooperación

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A Toño le regalaron una red para que pescara a la orilla de la playa. Muy ilusionado se fue el

domingo a probarla y empezó a echarla, pero sólo sacaba del mar algas y algún pequeño pez,

que devolvía al mar para que pudieracrecer.

Después de varias horas cogió algo que brillaba en la red, y con cuidado lo sacó para ver lo

que era. Con gran sorpresa vio una orquídea de sal cristalizada, y enseguida quiso regalársela

a su madre para darle una gran alegría.

Cuento sobre la cooperaciónPensando en lo que había encontrado, se sentó a descansar en una piedra que salía del mar.

De pronto oyó una voz a sus espaldas, y al volverse vio la sonrisa de una hermosa niña que le

dijo:

- Veo que has encontrado mi flor de cristal. La había perdido y estaba disgustada, ya que todas

las sirenas tenemos una que nos regaló nuestro Rey, Neptuno.

Entonces Toño se dio cuenta de que era una sirena, y le dijo:

- Yo quería regalársela a mi madre…

Page 43: Cuentos para niños falta teminar

La sirena le contestó:

- Yo puedo traerte del fondo del mar un buen regalo para tu madre si me das mi orquídea. Toño

se la dio sin pensarlo dos veces y la sirena, con una gransonrisa, la cogió y nadó hacia el fondo

del mar.

El niño pensó, "igual ya no vuelve pero, claro, si la flor es de ella no podré quitársela".

Terminaba de pensar en esto cuando salió la sirena sosteniendo una gran ostra, ¡era una ostra!

La sirena le dijo:

- Cuando tu madre la abra, verás como le gustará. Quizá sería bueno que la sirena se

sumergiera y entonces

Toño abriría la ostra y encontraría la perla.

Se dieron las gracias mutuamente. La sirena se sumergió en el mar y Toño se fue, imaginando

la cara que pondría su madre cuando le contara su aventura y, mejor aún, la que pondría al

recibir la sorpresa tan bonita que le iba a dar. ¡Estaba feliz!

FIN

Cuento de Mercedes Huertas Giol (España)

Page 44: Cuentos para niños falta teminar

Cuentos para niños. Uga la tortugaCuento infantil sobre la perseverancia

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¡Caramba, todo me sale mal! se lamenta constantemente Uga, la tortuga. Y es que no es para

menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi nunca consigue premios a

la rapidez y, para colmo es unadormilona.

¡Esto tiene que cambiar! se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le

recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas.

Cuento sobre la perseveranciaY es que había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas como

amontonar hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de camino hacia la

charca donde chapoteaban los calurosos días de verano.

-¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis compañeros?

Mejor es dedicarme a jugar y a descansar.

- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es hacer el

trabajo en un tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor que sabes, pues

siempre te quedará la recompensa de haberlo conseguido.

Page 45: Cuentos para niños falta teminar

No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren tiempo y

esfuerzo. Si no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y siempre te quedarás con

la duda de si lo hubieras logrados alguna vez.

Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La constancia y

laperseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por ello yo te

aconsejo que lo intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.

- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba: alguien que me

ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo intentaré.

Pasaron unos días y Uga, la tortuga, se esforzaba en sus quehaceres.

Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía porque era

consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.

- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles metas, sino

acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a lograr grandes fines.

FIN

Page 46: Cuentos para niños falta teminar

Cuento infantil. Ranita, la ranaCuentos para niños con valores

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Ranita era una rana como todas las demás. Tenía la piel llena de circulitos muy parecidos a los

cráteres de la luna, pero mucho más chiquitos y de un color verde-marrón, ojos saltones, y una

larga lengua que estiraba para capturar insectos y alimentarse de ellos. Vivía muy feliz en una

laguna a las afueras de la ciudad.

Cierto día, una familia que por allí paseaba, la vio y le pareció tan simpática que decidió llevarla

al jardín de su casa. Ranita de repente se encontró en una latita con un poco de agua, que se

movía al compás vaya a saber de qué y sin tener la menor idea de cuál sería su destino, se

preocupó un poco.

Cuando la familia llegó a su casa, la dejó en el jardín, que a partir de ese momento se

convertiría en su hogar. Sus ojos saltones miraron ese nuevo lugar: no era feo, al contrario,

estaba lleno de plantas, flores, algunos bancos de madera, una hamaca y una pileta que Ranita

confundió con una laguna que le pareció un poco extraña.

Cuentos para niñosRanita no era la única habitante de ese jardín, había caracoles, bichos bolita, gusanos,

lombrices, un conejo y dos perritos. También estaban los pajaritos que hacían nido en los

árboles, y mariposas curiosas que iban de aquí para allá. Los ojos de Ranita parecían aún más

saltones que de costumbre, todo la maravillaba, todo le parecía lindo, a pesar de ser

desconocido para ella.

Miraba las cosas con los ojos del corazón, de un corazón bueno, sencillo. Comenzó a saltar

chocha de la vida dispuesta a recorrer cada rincón del jardín y hacerse nuevos amigos. Lo que

la pobre Ranita no sabía era que no sería bienvenida por sus compañeros del lugar. Ninguno

de los animalitos que allí vivían había visto en su vida una rana, por lo tanto no sabían bien de

qué tipo de animal se trataba y aún menos cómo era Ranita por dentro más allá de su aspecto

físico.

Page 47: Cuentos para niños falta teminar

Tampoco les importó mucho que digamos. Todos y cada uno tenían algo que decir acerca de

nuestra amiguita. Convengamos que la ranita no era muy bonita que digamos, pero en realidad

¿qué importaba eso?

- Está llena de verrugas ¡Qué asco!- dijo el caracol, a quien le costaba mucho terminar una

frase.

- Me quiere imitar todo el tiempo saltando y saltando, pero no va a lograr saltar tanto como yo.

¿Vieron sus patitas? Parecen palitos de helado al lado de las mías- comentó el conejo.

-¿Y el color de su piel? Digo yo, ¿no estará medio podrida?-. Preguntó una mariposita que

volaba por allí.

No sólo ningún animalito del jardín le dio la bienvenida, sino que en vez de preocuparse por

conocer a Ranita y ver así si podían ser amigos, se ocuparon de criticar no sólo su apariencia,

sino todo lo que hacía.

- ¡Es una burlona!-, se quejaba un gusanito- ¿No se dieron cuenta cómo nos saca la lengua?

- ¡Tienes razón! Nos burla a todos, no hace más que sacar esa lengua larga y finita que tiene

¿qué se cree?-. Agregó el conejo.

- Yo opino igual- dijo el caracol, cuyas frases nunca eran muy largas, porque si no tardaba

demasiado en decirlas.

Page 48: Cuentos para niños falta teminar

- ¿Y los ojos? ¡Parecen dos pelotitas de golf!! Para mí que los tiene tan afuera para poder

mirarnos bien y burlarse mejor. Por ahí algún día se le caen vaya uno a saber-. Comentó un

bicho.

- Pues si ella nos burla, haremos como si no existiera-dijo una mariposita.

Lo cierto es que Ranita sacaba su lengua a cada rato para alimentarse de insectos, como

hacen todas las ranas hechas y derechas y no para burlarse de nadie. Tampoco tenía los ojos

saltones para mirar a los demás, sino porque todas las ranas y sapos los tienen. Lo que ocurre,

es que nadie se tomó el trabajo de preguntarle, de conocerla bien y así poder saber cómo era

la ranita realmente.

Pasado un tiempito, Ranita empezó a sentirse muy solita. Intentaba hablar con sus vecinos,

pero ninguno le hacia caso. La ranita quería volver a su laguna, pero por más que saltara lo

más alto posible, sabía que no podría llegar hasta allí, ni salir del jardín siquiera. Dándose

cuenta que no era bienvenida Ranita se metió dentro de un agujero que había en el pasto y

trató de salir de allí lo menos posible para no molestar a nadie.

Llegó el verano y con él una invasión de mosquitos nunca antes vista en el jardín de la casa.

Todos los animalitos se rascaban sin parar, trataban de esconderse bajo una piedra (los que

entraban), los perritos en sus casas, el conejo en una cajita donde dormía, pero aún así los

mosquitos avanzaban sin parar.

- ¡Esto nos va a matar!- decía el caracol dentro de su caparazón.

- ¡Ni saltando los puedo esquivar!- se quejaba el conejo.

- Menos mal que yo puedo esconderme debajo de las piedras - comentó aliviado el gusanito -,

pero algún día tendré que salir a buscar comida.

Cuentos infantiles de animalesTodos en el jardín estaban muy nerviosos y molestos. La única que estaba feliz era Ranita,

nunca había tenido tan a mano tanta comida y además estaba muerta de hambre por todo el

tiempo que había estado dentro del agujero. Dispuesta a hacerse una panzada, la ranita saltó

al jardín y empezó a recorrerlo persiguiendo cuanto mosquito se cruzaba en su camino.

Con su larga lengua, que tantos problemas le había traído, agarraba todos y cada uno de los

insectos que habían invadido el jardín. Al cabo de un tiempo, los demás animales empezaron a

ver el resultado de la gran comilona de Ranita, no sólo porque la ranita ya tenía una panza que

parecía un globo, sino porque ya casi no quedaban mosquitos dando vueltas.

- ¡Nos salvó, la gorda nos salvó! decía el caracol, quien en realidad quería gritar de contento

pero no le salía demasiado.

- No entiendo- decía el gusanito-, primero nos burla y luego no saca de encima a los insectos

molestos, ¿quién la entiende?

- ¿Yo qué quieren que les diga? ¡Salto de contento! ¡Por fin nos libramos de esos bichos!-

agregó el conejo.

En eso intervino Koko, uno de los perritos de la casa, quien hasta ese momento, no se había

metido demasiado en el asunto.

- Yo diría que hay que ir a agradecerle ¿no les parece amigos?

Page 49: Cuentos para niños falta teminar

- ¿A la gorda llena de verrugas, con color medio podrido y que encima se burlaba de nosotros

todos el tiempo? ¡Ni loco que estuviera!- Gritó el gusanito.

- Es lo que corresponde y es lo que harán todos y cada uno de ustedes o de lo contrario me

encargaré personalmente que ese animal verdoso y feúcho no coma más mosquitos.

Koko estaba enojado por la actitud de sus amigos.

- ¿Vamos chicos?- preguntó tembloroso el caracol, que se había asustado mucho de sólo

pensar que los molestos mosquitos volvieran.

Y allí fueron todos, no muy convencidos por cierto. En una larga fila los más chiquitos primero y

los más grandes después, con Koko incluido, fueron a agradecerle a Ranita. En realidad iba a

empezar a hablar el caracol, pero tardó tanto que el conejo tomó la palabra.

- Mire doña, la verdad es que queremos agradecerle.

Ranita no entendía por qué le agradecían, pero de sólo ver que sus todos sus vecinos se

habían acercado a hablarle, le sacaba una sonrisa más grande que su boca misma.

- Perdón, no entiendo- dijo Ranita humildemente-. Agradecerme a mí, ¿Por qué?

- Usted nos quitó esos molestos insectos, lo que no entendemos es por qué desde que llegó no

hizo más que burlarse de nosotros y luego nos ayuda con los mosquitos.

- ¿Burlarme yo? ¿De quién? ¿Por qué lo habría hecho?

Ranita entendía menos aún que sus vecinos. La verdad es que en ese jardín todo era un

malentendido. Eso pasa cuando las personas no se comunican y entonces no se conocen.

- Vamos confiese, de sacar esa lengua, todo el día sacándonos la lengua ¿se cree que no la

veíamos? No sólo que nos sacó la lengua todo el tiempo, sino que para poder burlarse mejor,

sacaba esos ojos que tiene bien para afuera.

- Lamento desilusionarlos vecinos, pero yo no me burlé de nadie. Me llamo Ranita, mis ojos son

así saltones denacimiento y la lengua la saco para cazar insectos. Si alguno de ustedes se

hubiese acercado a hablarme o me hubiera dejado a mí acercarme, nos hubiéramos conocido y

hubieran sabido bien cómo es una rana.

-¿Una qué?- preguntó el caracol que ya empezaba a sentirse avergonzado.

- Una rana caballeros, soy una rana con ojos saltones como todas las de mi especie y con una

lengua larga que uso sólo para alimentarme y no para burlarme de nadie.

Muy dolida Ranita se fue a su agujerito, aunque ahora le costaba más entrar porque estaba

mucho más gorda por todos los mosquitos que se había comido. Todos los animalitos

quedaron en silencio. Sabían que habían actuado mal. También sabían que si se hubiesen

presentado ante Ranita el día que ella llegó, jamás hubieran pensado que se burlaba de

nadie.Hubiera sido tan fácil, sin embargo no lo hicieron.

Ahora, ante el dolor de Ranita, se daban cuenta del daño que habían hecho. Sin necesidad de

decir una palabra, uno por uno, otra vez en filita se acercaron al agujerito de la rana. No hizo

falta ponerse de acuerdo, pues todos querían hacer lo mismo.

- Doña Ranita se nos olvidó algo- dijo el conejo con voz un poco temblorosa.

- Pedirle perdón- agregó el caracol.

Page 50: Cuentos para niños falta teminar

Con esta esa última palabra, simple pero muy grande, Ranita salió de su agujerito dispuesta a

darles a sus vecinos una nueva oportunidad. Al cabo de un tiempo, los dueños de casa trajeron

una lagartija. Los animalitos del jardín nuevamente veían un espécimen que no conocían. Sólo

que esta vez actuaron diferente. Y una vez más, todos en filita, Ranita incluida, se acercaron al

nuevo habitante, pero en esta ocasión para presentarse y darle la bienvenida.

Este cuento ha sido enviado por Paulina G. M. (México)

Page 51: Cuentos para niños falta teminar

Cuento infantil. Juan sin miedoCuentos para niños sobre el miedo

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El miedo es uno de los problemas infantiles que más preocupan a los padres. Este cuento de

Juan sin miedo, da un ejemplo de que todos, en un determinado momento, sentimos miedo, en

pequeña o gran medida.

Cuentos clásicos para niños que hablan del miedo

Érase una vez, en una pequeña aldea, un anciano padre con sus dos hijos. El mayor era

trabajador y llenaba de alegría y de satisfacción el corazón de su padre, mientras el más joven

sólo le daba disgustos. Un día el padre le llamó y le dijo:

- Hijo mío, sabes que no tengo mucho que dejaros a tu hermano y a ti, y sin embargo aún no

has aprendido ningún oficio que te sirva para ganarte el pan. ¿Qué te gustaría aprender?

Y le contestó Juan:

- Muchas veces oigo relatos que hablan de monstruos, fantasmas,… y al contrario de la gente,

no siento miedo. Padre, quiero aprender a sentir miedo.

El padre, enfadado, le gritó:

Page 52: Cuentos para niños falta teminar

- Estoy hablando de tu porvenir, y ¿tú quieres aprender a tener miedo? Si es lo que quieres,

pues márchate a aprenderlo.

Juan recogió sus cosas, se despidió de su hermanoy de su padre, y emprendió su camino.

Cerca de un molino encontró a un sacristán con el que entabló conversación. Se presentó

como Juan Sin Miedo.

- ¿Juan Sin Miedo? ¡Extraño nombre! - Se sorprendió el sacristán.

- Verás, nunca he conocido el miedo, he partido de mi casa con la intención de que alguien me

pueda mostrar lo que es, - dijo Juan.

- Quizá pueda ayudarte: Cuentan que más allá del valle, muy lejos, hay un castillo encantado

por un malvado mago. El monarca que allí gobierna ha prometido la mano de su linda hija a

aquel que consiga recuperar el castillo y el tesoro. Hasta ahora, todos los que lo intentaron

huyeron asustados o murieron de miedo.

- Quizá, quizá allí pueda sentir el miedo- se animó Juan.

Juan decidió caminar, vislumbró a lo lejos las torres más altas de un castillo en el que no

ondeaban banderas. Se acercó y se dirigió a la residencia del rey. Dos guardias reales

cuidaban la puerta principal. Juan se acercó y dijo:

- Soy Juan Sin Miedo, y deseo ver a vuestro Rey. Quizá me permita entrar en su castillo y

sentir eso a lo que llaman miedo.

 

El más fuerte le acompañó al Salón del Trono. El monarca expuso las condiciones que ya

habían escuchado otros candidatos: si consigues pasar tres noches seguidas en el castillo,

derrotar a los espíritus y devolverme mi tesoro, te concederé la mano de mi amada y bella hija,

y la mitad de mi reino como dote.

- Se lo agradezco, su Majestad, pero yo sólo he venido para saber lo que es el miedo- le dijo

Juan.

"Qué hombre tan valiente, qué honesto", pensó el rey, "pero ya guardo pocas esperanzas de

recuperar mis dominios,...tantos han sido los que lo han intentado hasta ahora..." Juan sin

Miedo se dispuso a pasar la primera noche en el castillo. Le despertó un alarido impresionante.

- ¡Uhhhhhhhhh!- un espectro tenebroso se deslizaba sobre el suelo sin tocarlo.

- ¿Quién eres tú, que te atreves a despertarme? - preguntó Juan.

Un nuevo alarido por respuesta, y Juan Sin Miedo le tapó la boca con una bandeja que

adornaba la mesa. El espectro quedó mudo y se deshizo en el aire. A la mañana siguiente el

soberano visitó a Juan Sin Miedo y pensó: "Es sólo una pequeña batalla. Aún quedan dos

noches".

Cuentos infantiles tradicionalesPasó el día y se fue el sol. Como la noche anterior, Juan Sin Miedo se disponía a dormir, pero

esta vez apareció un fantasma espantoso que lanzó un bramido: ¡Uhhhhhhhhhh! Juan Sin

Miedo cogió un hacha que colgaba de la pared, y cortó la cadena que el fantasma arrastraba la

bola. Al no estar sujeto, el fantasma se elevó y desapareció.

El rey le visitó al amanecer y pensó: "Nada de esto habrá servido si no repite la hazaña una vez

más". Llegó el tercer atardecer, y después, la noche. Juan Sin Miedo ya dormía cuando

escuchó acercarse a una momia espeluznante. Y preguntó:

Page 53: Cuentos para niños falta teminar

- Dime qué motivo tienes para interrumpir mi sueño.

Como no contestaba, agarró un extremo de la venda y tiró. Retiró todas las vendas y encontró

a un mago:

- Mi magia no vale contra ti. Déjame libre y romperé el encantamiento.

La ciudad en pleno se había reunido a las puertas del castillo, y cuando apareció Juan Sin

Miedo el soberano dijo: "¡Cumpliré mi promesa!" Pero no acabó aquí la historia: cierto día en

que el ahora príncipe dormía, la princesa decidió sorprenderle regalándole una pecera. Pero

tropezó al inclinarse, y el contenido, agua y peces cayeron sobre el lecho que ocupaba Juan.

- ¡Ahhhhhh! - Exclamó Juan al sentir los peces en su cara - ¡Qué miedo!

La princesa reía viendo cómo unos simples peces de colores habían asustado al que

permaneció impasible ante espectros y aparecidos: Te guardaré el secreto, dijo la princesa. Y

así fue, y aún se le conoce como Juan Sin Miedo.

FIN

Un cuento de los hermanos Grimm

Page 54: Cuentos para niños falta teminar

Cuento infantil. La desobediente tortuguita RubyQué puede pasar a alguien por ser desobediente

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Era una vez una tortuguita que se llamaba Ruby y que vivía con su mamá y sus dos hermanitas

tortugas. Un día, la mamá le dijo a Ruby que cuidara de sus hermanitas porque ella iba al

campo en busca de unas hojas frescas para comer.

Ruby le contestó que sí, que ella cuidaría de sus hermanas. Pero a lo lejos, Ruby, la tortuguita,

escuchó una música que le gustaba y se colocó una blusa de color rojo, un sombrero, una falda

amplia y se puso sus tacones para ir a bailar, porque decía que le gustaba esa música que

estaba sonando.

Cuento sobre la obedienciaCuando llegó al lugar de donde venía la música, se encontró que allí vivía un perro que se

llamaba Franklin, el cual le dijo que él tenía mucha hambre y que si ella no había pasado por

algún lugar adonde hubiera comida abundante.

Page 55: Cuentos para niños falta teminar

Ella le dijo: "tranquilo amigo, yo te voy a ayudar a conseguir comida. Cuando tu dueño se

ponga a comer me avisas". Así fue, cuando el señor José se iba a llevar un muslo de pollo a la

boca, vino la tortuguita Ruby y le mordió el dedo gordo del pie.

Del dolor que le produjo la mordedura de la tortuga, soltó el muslo de pollo de inmediato, llegó

el perro y se lo llevó corriendo para comérselo lejos porque tenía mucha hambre.

El señor José se puso a llorar; de inmediato su esposa, la señora María le preguntó que por

qué daba tantos gritos. Él le mostró la herida que le había hecho la tortuguita y le pidió que

llenara una olla grande con agua y la pusiera en el fogón a calentar para meter a la tortuguita

dentro del agua caliente y poderla comer.

Después llegó el perro y escuchó que la señora María buscaba afanada a la tortuguita porque

el agua ya estaba caliente, pero Franklin, el perro, sabía que matarían a su amiga la tortuguita

Ruby por haberlo ayudado a conseguir comida.

Olfateó dónde se encontraba la tortuguita que se encontraba debajo de una cama y le dijo:

"Sssssh..., no te preocupes, que cuando se acuesten yo te abro la puerta para que salgas".

Cuando oscureció la tortuguita Ruby salió y el perro se despidió de ella en la puerta.

La tortuguita tuvo mala suerte porque un señor que iba paseando por la calle la vio y la metió

en un saco, pero como el perro vio que Ruby la tortuguita estaba en peligro, corrió muy deprisa

y mordió en la nalga al señor.

Luego el señor soltó el saco y el perro Franklin ayudó a salir a Ruby, la tortuguita, del saco,

cuando de pronto vieron que la mamá de la tortuguita venía, llamándola, junto con sus

hermanitas.

La tortuguita Ruby le prometió a su mamá que la obedecería, ya que casi pierde la vida por

desobedecerla. Y además, no había sido tan responsable dejando a sus hermanitas solitas.

FIN

Este cuento nos ha sido enviado por Alcira Ruby Londoño Velez, Colombia.

Page 56: Cuentos para niños falta teminar

Cuento infantil. Dos amigos inseparablesLas aventuras de dos amigos: un zorro y un oso

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Es un lugar maravilloso. Me encanta despertar y oír cantar a los pájaros, dijo Peter.

A mí, me fascina oler el perfume de las flores y que el viento me sople en la cara, aseguró

Lowin.

Así iniciaban todas las mañanas de primavera para el oso Lowin y el zorro Peter. Ambos se

tendían sobre el abundante pasto verde a descubrir las formas divertidas que se hacen con las

nubes.

Cuento sobre la amistadDesde muy pequeños, Lowin y Peter son amigos. Se conocieron en un soleado y colorido día

de primavera. El astuto Peter cazaba insectos entre las flores, mientras que Lowin comía

plantas muy cerca de donde se encontraba el zorro.

De repente, Peter descubrió una mariposa y estaba decidido a atraparla. Se colocó en posición

de ataque y cuando saltó para agarrarla, chocó con Lowin.

- Auchhhhh, ¿Qué haces?, me lastimaste - dijo el oso.

Page 57: Cuentos para niños falta teminar

- Disculpa, no era mi intención, intentaba capturar una mariposa, pero la muy astuta se me

escapó - contestó Peter.

- Ahhhhhh, bueno no hay problema. Me llamo Lowin y ¿tú cómo te llamas?

- Peter, pero ¿vives en esta montaña? Nunca antes te había visto...

De esta manera, se inició una larga conversación entre estos dos cachorros, y desde entonces,

son los mejores amigos que se conoce por la montaña de Pando. Ahora son unos inquietos

adolescentes en busca de las más divertidas aventuras. Un día de primavera, Peter le propuso

a Lowin iniciar una aventura en los gallineros del granjero Jorge. A Peter le encantaba asustar

a las gallinas.

- Está bien, acepto, - dijo el oso-, pero con una condición.

- ¿Cuál? - Preguntó el zorro.

- Después de jugar nos vamos a la laguna a darnos un refrescante baño.

- Trato hecho. Enseguida Peter empezó a planear cómo entrarían al gallinero. Tomó una ramita

y sobre la tierra comenzó a dibujar un mapa para explicarle a Lowin de qué manera trabajarían

en equipo para no dejar escapar a ninguna gallina y darles un buen susto.

- Yo soy más pequeño y delgado, voy a entrar cuidadosamente al lugar donde las gallinas

duermen. Y tú, como eres más grande, te quedarás afuera esperando que las gallinas salgan.

Justo en ese momento, empezamos a corretearlas por toda la granja, dijo el zorro. El oso

asintió y de inmediato pusieron su plan en marcha.

A la cuenta de tres, tanto Peter como Lowin se pusieron en acción. Al cabo de unos segundos,

empezaron a salir las gallinas. Mientras tanto, afuera del gallinero se encontraba Lowin,

esperando para correr detrás de las pequeñas aves. Al cabo de unos segundos, el zorro y el

oso se encontraban corriendo de un lado a otro, cuidándose de no dejar escapar a ninguna

gallina.

Casi cumplieron su misión, cuando repentinamente los sorprendió el granjero Jorge. Jorge, un

señor gordo, alto y un poco gruñón, se montó en su tractor y comenzó a corretear a Peter y a

Lowin por toda la colina. El zorro y el oso casi se dan por vencidos, pero después de tanto

correr, encontraron un escondite. Allí, estuvieron unos minutos. Cuando se aseguraron que

Jorge se había marchado, salieron.

- Peter, siempre tus ideas terminan metiéndonos en problemas. Pasamos un buen susto.

- Sí, sí, ya lo sé. Pero fue divertido, admítelo.

- Tienes razón.

Estos intrépidos amigos dejaron escapar una larga carcajada. De camino a la laguna, ya se

encontraban planeando la aventura del siguiente día. Peter y Lowin disfrutaban al máximo de

los días de primavera, su estación del año preferida. Y tal como habían acordado antes de

iniciarse en la divertida persecución de las gallinas, se dirigieron hacia la laguna a darse un

divertido y relajante baño.

FIN

(Este cuento nos fue enviado por una madre anónima, Venezuela)

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Cuento infantil. El niño de marCuentos para niños de aventuras

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Erase una vez un niño de ojos azules como el mar, dientes como las perlas del tesoro de los

piratas, cabellos blancos y rizados como la espuma que se escurre entre las rocas del litoral,

y piel del color de la arena mojada una tarde de verano.

Su nombre Tritón y su apellido Atlántico. Cuando Tritón reía, era como oír cientos de delfines

pegando grititos alegremente. Cada mañana para desayunar, Tritón comía galletas de algas y

un vaso de leche de ballena.

Cuento corto para niñosYa fuera invierno o verano, Tritón siempre usaba bañador a rayas y calzaba unos pies de pato.

- Así estoy preparado para sumergirme en el océano de la vida moderna, decía con optimismo.

Cuando Tritón salía a pasear siempre iba rodeado de gaviotas que revoloteaban a su

alrededor.

A veces, algunas se posaban en sus hombros y sobre su cabeza para poder saborear su piel

salada y respirar su brisa fresca. En el colegio, Tritón tenía dos amigos: Delfín y Coral, con los

que cada sábado iba al espigón a pescar.

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-¡Mirad, un río de plata! Centenares de sardinas brillaban bajo los rayos del sol girando de

repente dibujando un relámpago plateado.

- ¡Ay Tritón que cosas tienes! - reía su amiga - Sólo es un banco de sardinas saltarinas.

Muchas noches tritón se quedaba mirando al horizonte. Soñaba con lanzarse al agua y

pasearse por el fondo del océano, hablar con los langostinos y jugar al escondite con las

medusas. A Tritón le gustaría diluirse en el agua salada y desparecer entre los arrecifes, y así

poder observar a los tiburones y a las rayas, quería ver atardecer desde las profundas y

cristalinas aguas de la costa.

Pero todo era un sueño, sólo un sueño imposible.

- Tritón deja de soñar, - le decía su madre pacientemente. "Nunca podrás vivir dentro del mar,

tú no eres una sardina, ni una gamba, ni un alga, ni una caracola de mar. Eres solamente

un niño".

Aunque su madre le decía siempre lo mismo, Tritón estaba resuelto a sumergirse en el mar. Si

no podía vivir en él, al menos haría lo posible para poder estar el mayor tiempo en el agua, por

eso decidió salir todas las tardes con su padre a pescar en el viejo Poseidón: un barco con más

remaches que su tatarabuelo el pirata pata palo, conocido en el mundo entero.

Durante muchos años, Tritón Atlántico acompañó a su padre a faenar todas las tardes después

del cole, con él aprendió todo sobre el mar y sus misterios. De las sendas de las ballenas, de

los barcos fantasmas, de las Venus del bosque marino y sus cantos hipnóticos. Su padre le

contó historias de piratas y monstruos colosales, del calamar gigante y de la isla de los

esqueletos danzarines.

- Eran tiempos de grandes tempestades marinas, de rayos y truenos, tiempos en que el mar

embravecido se tragaba la vida de muchos hombres de bien. Tu tatarabuelo Pata palo era uno

de ellos. Todo lo que sé lo aprendí de él.

Según su padre, su tatarabuelo había sido un pirata bueno que buscaba tesoros perdidos para

luego entregarlos a las gentes pobres. Tritón sentía envidia por qué él no podía ser también un

pirata, ahora ya sabía por qué tenía aquellas inquietudes, por qué poseía un corazón tan

salado y tan agitado como las velas de un galeón un día de viento.

-¡Yo seré también pirata! Cuando acabó sus estudios de secundaria, decidió ir a la escuela

superior del mar. Allí, le enseñaron todo lo que necesitaba saber para ser un buen navegante.

Aprendió cómo vestirse de pirata, cómo mirar por el catalejo, cómo usar una brújula, cómo

abordar un galeón enemigo y cómo preparar un estofado de cangrejo y calamares. ¡Vaya, todo

lo necesario para ser un buen lobo de mar!

También allí Tritón Atlántico conoció por primera vez el amor. Ella era una sirena muy atractiva,

de cola de escamas brillantes y plateadas, de cabello largo y ondulado y voz embaucadora.

Anfitrite, que así se llamaba, estudiaba canto y buenos modales para ser una experta sirena.

- ¿Quieres que te cante Tritón? - le decía dulcemente Anfitrite, la mujer pez, con una sonrisa en

los labios.

- No, mejor lo dejamos que todavía no estoy entrenado para resistir a tu voz melodiosa.

Cuentos infantiles de aventurasCon el tiempo aquella bonita historia de amor fue haciéndose más sólida, y cuando acabaron

los estudios Anfitrite y Tritón decidieron casarse. La boda se celebró en playa dorada. Coral fue

Page 61: Cuentos para niños falta teminar

dama de honor y Delfín el padrino. Serpentinas de espuma surcaron el cielo aquella tarde de

verano.

Anfitrite lució un collar de perlas negras recién recolectadas y un tocado de algas en su cabeza,

Tritón vistió sus mejores galas: camisa con chorreras y chaqueta y sombrero de terciopelo

negro, herencia de su tatarabuelo el pirata pata palo.

Por fin Tritón había conseguido lo que había querido siempre, ser como Francis Drake, el

capitán Blood, Jack Calico o Barbanegra, ya era un pirata titulado y se había casado con una

ninfa marina de belleza inigualable y de cantos irresistibles. Lo único que le faltaba ahora a

Tritón era un hogar flotante para vivir su amor acuático junto a la mujer pez y tener muchos

niños o peces.

Su padre, el señor atlántico, sabía de las inquietudes de su hijo y durante años, a escondidas,

le había construido un galeón de madera para que pudiera surcar todos los mares del planeta.

- Aquí tenéis vuestro regalo. Espero que lo podáis disfrutar muchos, muchos años, y surquéis

juntos los mares y océanos con alegría. A Tritón le asomaron dos lágrimas saladas como el

mar de sus ojos azules y abrazó a su padre, ¿Qué más podía desear? Lo tenía todo:

amor, salud y un galeón imponente con un mascarón de Proa representando la figura de su

amada Anfitrite y una estrofa de la canción del pirata impresa en su casco con letras doradas.

Así fue como Tritón y su amada emprendieron el viaje de su vida, una vida repleta de sal, agua,

arena, monedas de oro, telas delicadas, joyas, aventuras, playas paradisiacas, cofres

escondidos y tempestades.

¿Qué es si no la vida? una aventura, que discurre día a día entre olas y corrientes marinas, con

buen tiempo o con mal tiempo todos debemos seguir hacia delante y buscar nuestra felicidad

aunque este escondida en la profundidad de la mar salada.

FIN

(Este cuento nos fue enviado por Pepa Mayo, España).

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Cuento infantil. Pedro y el loboCuentos clásicos para niños

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Érase una vez un pequeño pastor que se pasaba la mayor parte de su tiempo paseando y

cuidando de sus ovejas en el campo de un pueblito. Todas las mañanas, muy tempranito, hacía

siempre lo mismo. Salía a la pradera con su rebaño, y así pasaba su tiempo.

Muchas veces, mientras veía pastar a sus ovejas, él pensaba en las cosas que podía hacer

para divertirse. Como muchas veces se aburría, un día, mientras descansaba debajo de un

árbol, tuvo una idea. Decidió que pasaría un buen rato divirtiéndose a costa de la gente del

pueblo que vivía por allí cerca. Se acercó y empezó a gritar:

- ¡Socorro, el lobo! ¡Qué viene el lobo!

La gente del pueblo cogió lo que tenía a mano, y se fue a auxiliar al pobre pastorcito que pedía

auxilio, pero cuando llegaron allí, descubrieron que todo había sido una broma pesada del

pastor, que se deshacía en risas por el suelo. Los aldeanos se enfadaron y decidieron volver a

sus casas. Cuando se habían ido, al pastor le hizo tanta gracia la broma que se puso a

repetirla. Y cuando vio a la gente suficientemente lejos, volvió a gritar:

- ¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo!

Page 63: Cuentos para niños falta teminar

La gente, volviendo a oír, empezó a correr a toda prisa, pensando que esta vez sí que se había

presentado el lobo feroz, y que realmente el pastor necesitaba de su ayuda. Pero al llegar

donde estaba el pastor, se lo encontraron por los suelos, riéndose de ver cómo los aldeanos

habían vuelto a auxiliarlo. Esta vez los aldeanos se enfadaron aún más, y se marcharon

terriblemente enfadados con la mala actitud del pastor, y se fueron enojados con aquella

situación.

Cuentos clásicos para niñosA la mañana siguiente, mientras el pastor pastaba con sus ovejas por el mismo lugar, aún se

reía cuando recordaba lo que había ocurrido el día anterior, y no se sentía arrepentido de

ninguna forma. Pero no se dio cuenta de que, esa misma mañana se le acercaba un lobo.

Cuando se dio media vuelta y lo vio, el miedo le invadió el cuerpo. Al ver que el animal se le

acercaba más y más, empezó a gritar desesperadamente:

- ¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Qué se va a devorar todas mis ovejas! ¡Auxilio!

Pero sus gritos han sido en vano. Ya era bastante tarde para convencer a los aldeanos de que

lo que decía era verdad. Los aldeanos, habiendo aprendido de las mentiras del pastor, de esta

vez hicieron oídos sordos. ¿Y lo qué ocurrió? Pues que el pastor vio como el lobo se

abalanzaba sobre sus ovejas, mientras él intentaba pedir auxilio, una y otra vez:

- ¡Socorro, el lobo! ¡El lobo!

Pero los aldeanos siguieron sin hacerle caso, mientras el pastor vio como el lobo se comía

unas cuantas ovejas y se llevaba otras tantas para la cena, sin poder hacer nada,

absolutamente. Y fue así que el pastor reconoció que había sido muy injusto con la gente del

pueblo, y aunque ya era tarde, se arrepintió profundamente, y nunca más volvió burlarse ni a

mentir a la gente.

FIN

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