Cuentos Zen

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zenColeccin de escritos zen y pre-zen

Textos seleccionados por Paul Reps y Nyogen Senzaki

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblicos.

1957, 1985 Charles Tuttle Company, Ine, Tokio, Japn.

Ttulo original: Zen flesh. Zen bones Textos seleccionados por: Paul reps y Nyogen senzaki Revisin tcnica: Fidel Font Traduccin: Eva Alonso Porri Diseo de cubierta: David Carretero 2006, Editorial Paidotribo Les Guixeres C/ de la Energa, 19-21 08915 Badalona (Espaa) Tel.: 93 323 33 11 - Fax: 93 453 50 33 E-mail: [email protected] http://www.paidotribo.com Primera edicin ISBN: 84-8019-877-X Fotocomposicin: Bartolom Snchez [email protected] Impreso en Espaa por: Sagrafic

ndicePRLOGO, 11 101 HISTORIAS ZEN. TRANSCRITAS POR PAUL REPS Y NYOGEN SENZAKI, 15 1. La taza de t, 19 2. Hallar un diamante en el barro del camino, 19 3. Es as?, 21 4. Obediencia , 22 5. Si amas, ama abiertamente, 23 6. Ausencia de benevolencia, 23 7. Declaracin, 24 8. Grandes Olas, 25 9. La luna no puede robarse, 26 10. El ltimo poema de Hoshin, 26 11. La historia de Shunkai, 28 12. El chino feliz, 30 13. Un Buda, 30 14. Un camino embarrado, 31 15. Shoun y su madre, 32 16. No lejos del estado de Buda, 33 17. Tacao en enseanza, 34 18. Una parbola, 36 19. El primer principio, 36 20. El consejo de una madre, 37

21. El sonido de una sola mano, 38 22. Mi corazn arde como fuego, 39 23. La partida de Eshun, 40 24. Recitando sutras, 40 25. Tres das ms, 41 26. Dilogo por alojamiento, 42 27. La voz de la felicidad, 43 28. Abrid vuestra propia casa del tesoro, 44 29. Ni agua ni luna, 44 30. Tarjeta de visita, 45 31. Todo es lo mejor, 45 32. El da ms pequeo es como la joya ms grande, 46 33. La mano de Mokusen, 46 34. La nica sonrisa de su vida, 47 35. Zen de cada instante, 48 36. Lluvia de flores, 48 37. Publicar los sutras, 49 38. La labor de Gisho, 48 39. Dormir durante el da, 50 40. En el pas de los sueos, 51 41. El zen de Joshu, 52 42. La respuesta del muerto, 52 43. Zen en la vida de un mendigo, 53 44. El ladrn que se convirti en discpulo, 54 45. Correcto e incorrecto, 54 46. Cmo alcanzan la iluminacin la hierba y los rboles, 55 47. El artista tacao, 56 48. La proporcin adecuada, 57

49. El Buda de la nariz negra, 58 50. La clara comprensin de Ryonen, 58 51. Mijo agriado, 60 52. Tu luz puede apagarse, 61 53. El que da debe estar agradecido, 61 54. La ltima voluntad y testamento, 62 55. El maestro de t y el asesino, 63 56. El sendero verdadero, 64 57. Las puertas del paraso, 64 58. El arresto del Buda de piedra, 65 59. Soldados de la humanidad, 66 60. El tnel, 66 61. Gudo y el emperador, 68 62. En las manos del destino, 68 63. Matar, 69 64. El sudor de Kasan, 69 65. La subyugacin del fantasma, 70 66. Los nios de Su Majestad, 71 67. Qu ests haciendo! Qu ests diciendo!, 72 68. Una nota de zen, 73 69. Comerse la culpa, 74 70. La cosa ms valiosa del mundo, 74 71. Aprender a callar, 75 72. El seor zoquete, 75 73. Diez sucesores, 76 74. Una reforma verdadera, 76 75. Temperamento, 77 76. La mente de piedra, 78

77. Sin apego al polvo, 78 78. Verdadera prosperidad, 79 79. El incensario, 80 80. El verdadero milagro, 81 81. Vete a dormir, 82 82. Nada existe, 82 83. Quien no trabaja, no come, 83 84. Amigos de verdad, 83 85. Tiempo para morir, 84 86. El Buda viviente y el fabricante de baeras, 84 87. Tres clases de discpulos, 85 88. Cmo escribir un poema chino, 86 89. Dilogo zen, 86 90. El ltimo capn, 87 91. El temple de la espada de Banzo, 88 92. El zen del atizador de fuego, 89 93. El zen del cuentista, 90 94. Excursin a medianoche, 91 95. Carta a un moribundo, 91 96. Una gota de agua, 92 97. Ensear lo esencial, 92 98. Desapego, 93 99. El vinagre de Tosui, 94 100. El templo silencioso, 95 101. El zen de Buda, 95

LA ENTRADA SIN PUERTA. POR EKAI, CONOCIDO COMO MU-MON. TRANSCRITO POR NYOGEN SENZAKI Y PAUL REPS, 97 1. El perro de Joshu, 103 2. El zorro de Hyakujo, 104 3. El dedo de Gutei, 106 4. Un extranjero imberbe, 107 5. Kyogen trepa al rbol, 108 6. Buda hace girar una flor, 108 7. Joshu lava el cuenco, 109 8. La rueda de Keichu, 110 9. Un buda ante la historia, 111 10. Seizei pobre y solo, 111 11. Joshu examina a un monje en meditacin, 112 12. Zuigan llama a su maestro, 113 13. Tokusan sujeta su cuenco, 114 14. Nansen parte al gato por la mitad, 115 15. Los tres toques de Tozan, 115 16. Campanas y vestiduras, 117 17. Las tres llamadas del maestro del emperador, 117 18. Las tres libras de Tozan, 118 19. Cada da es el camino, 119 20. El hombre iluminado, 120 21. Estircol seco, 120 22. El signo de la predicacin de Kashapa, 121 23. No pienses bien, no pienses no-bien, 122 24. Sin palabras, sin silencio, 123 25. Predicar desde el tercer asiento, 124

26. Dos monjes enrollan la persiana, 124 27. No es mente, no es Buda, no es cosas, 125 28. Apaga la vela, 126 29. Ni el viento ni la bandera, 128 30. Esta mente es Buda, 128 31. Joshu investiga, 129 32. Un filsofo pregunta a Buda, 130 33. Esta mente no es Buda, 130 34. Aprender no es el camino, 131 35. Dos almas, 131 36. Encontrar a un maestro zen en el camino, 132 37. Un bfalo atraviesa la cerca, 133 38. Un roble en el jardn, 133 39. El desviadero de Ummon, 134 40. Volcar un vaso de agua, 134 41. Bodhidharma apacigua la mente, 135 42. La muchacha sale de la meditacin, 136 43. El bculo corto de Shuzan, 137 44. El bculo de Basho, 138 45. Quin es l?, 138 46. Procede desde lo alto del palo, 139 47. Las tres puertas de Tosotsu, 140 48. Un camino de Kembo, 140 49. La adicin de Amban, 141

10 TOROS. POR KAKUAN. ILUSTRADO POR TOMIKICHIRO TOKURIKI. TRANSCRITO POR NYOGEN SENZAKI Y PAUL REPS, 143 La bsqueda del toro, 147 Descubrir las huellas, 148 Percibir al toro, 149 Apresar al toro, 150 Domar al toro, 151 Montarlo hasta casa, 152 Trascender al toro, 153 Trascender al toro y al propio ser, 154 Alcanzar la fuente, 155 En el mundo, 156 Centrarse. Transcrito por Paul Reps, 157 Qu es zen?, 171

PRLOGOEste libro incluye cuatro obras: En 1939, Rider and Company (Londres) y David McKay Company (Filadelfia). Dichos relatos recogen experiencias actuales de maestros zen japoneses y chinos a lo largo de un periodo de ms de cinco siglos. La entrada sin puerta la public por primera vez John Murray (Los ngeles) en 1934. Es una coleccin de los problemas llamados koan que los maestros zen utilizan en la gua de sus estudiantes que un maestro chino recogi por primera vez en 1228. 10 toros la public por primera vez DeVorss and Company (Los ngeles) en 1935, y posteriormente Ralph R. Phillips (Portland, Oregon). Es una traduccin del chino de un famoso comentario del siglo XII sobre las etapas de la conciencia en el camino hacia la iluminacin, y aqu est ilustrado por uno de los mejores artistas contemporneos de Japn. Centrarse es una transcripcin de antiguos manuscritos snscritos que apareci por primera vez en la primavera de 1955 en la revista neoyorquina Gentry. Presenta una enseanza antigua, an vigente en Cachemira y partes de India despus de ms de 4.000 aos, que muy bien podra ser la raz del zen. Debemos agradecer a los editores mencionados que nos concedieron el permiso para reunir material. Y, sobre todo, estoy agradecido a Nyogen Senzaki, monje sin hogar, amigo y colaborador ejemplar, quien tanto se deleit conmigo en la transcripcin de los tres primeros libros, casi como el clarividente Lakshmanjoo de Cachemira lo hizo el cuarto.

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COLECCIN DE ESCRITOS ZEN Y PRE-ZEN

El primer patriarca zen, Bodhiddharma, llev el zen a China desde India en el siglo VI. De acuerdo con su biografa, recogida en el ao 1004 por el maestro chino Dogen, tras pasar nueve aos en China, Bodhidaharma dese regresar a su casa y reuni a sus discpulos a su alrededor para poner a prueba su percepcin del conocimiento interior. Dofuku dijo: En mi opinin, la verdad est ms all de la afirmacin o de la negacin, pues se es el modo en que se mueve. Bodhidharma replic: Tenis mi piel. La monja Soji dijo: Desde mi punto de vista, es como la visin de Ananda con respecto a la Tierra del Buda vista una vez y para siempre-. Bodhidharma respondi: Tenis mi carne. Doiku dijo: Los cuatro elementos, luz, aire, fluidez y solidez, estn vacos (esto es, incluidos), y los cinco skandhas son no-cosas. En mi opinin, la nada o no-cosa (esto es, el espritu) es la realidad. Bodhidharma coment: Tenis mis huesos. Finalmente, Eka hizo una reverencia ante el maestro y permaneci en silencio. Bodhidharma dijo: Tenis mi mdula. El antiguo zen era tan puro que fue recordado como un tesoro. Aqu hay fragmentos de su piel, carne, huesos, pero no de su mdula, ya que sta nunca se hall en las palabras. La franqueza del zen ha hecho que muchos lo consideren proveniente de fuentes anteriores a la poca de Buda, 500 a. C. Ahora el lector podr juzgar esto por s mismo, pues aqu tiene por primera vez en

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PRLOGO

un libro las experiencias zen, los problemas de la mente, los estadios de la conciencia y una enseanza similar que precede al zen en siglos. El problema de nuestra mente, que relaciona el conocimiento consciente con el inconsciente, nos hace profundizar en la vida cotidiana. Nos atreveremos a abrir nuestras puertas a la fuente de nuestro ser? Para qu son la carne y los huesos? Paul Reps

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101 HISTORIAS ZEN

PAUL

Transcritas por REPS Y NYOGEN SENZAKI

E

stas historias fueron traducidas al ingls del libro Shaseki-shu (Coleccin de Piedra y Arena), escrito a finales del siglo XIII por el maestro zen japons Muju (El Desheredado), y de ancdotas de monjes zen extradas de varios libros publicados en Japn a comienzos del siglo XX. Para los orientales, ms interesados en la oracin que en los negocios, el hombre que se descubre a s mismo es merecedor del mximo respeto, pues es el que se propone abrir su conciencia del mismo modo en que lo hizo Buda. As que estas historias tratan acerca del autodescubrimiento. Lo que sigue es la adaptacin del prlogo a la primera edicin de dichos relatos en ingls. El zen podra llamarse el arte interior de Oriente. Se enraiz en China con Bodhidharma, que lleg de India en el siglo VI, y fue llevado hacia Japn hacia el siglo XII. Ha sido descrito como: Una enseanza especial sin escrituras, ms all de las palabras y las letras, que apunta a la esencia del hombre, y observa directamente la propia naturaleza, alcanzando la iluminacin. El zen era conocido como chan en China. Los maestros de chan, en lugar de ser seguidores de Buda, aspiraban a ser sus compaeros y lograr la misma relacin de correspondencia con el universo que lograron Buda o Jess. El zen no es una secta sino una experiencia. Esta corriente basada en la introspeccin para descubrir la propia naturaleza a travs de la meditacin mostraba una absoluta indiferencia hacia el formalismo, e insista en su lugar en la autodisciplina y la vida sencilla. De este modo, acab cautivando a la nobleza y a las clases gobernantes de Japn, y se gan el respeto de todas las escuelas de pensamiento filosficas de Oriente.

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Los No dramas son historias zen. El espritu zen ha venido a significar no slo paz y conocimiento, sino tambin la devocin por el arte y el trabajo, la manifestacin de la satisfaccin, la apertura de la puerta hacia el discernimiento, la expresin de la belleza innata, el intangible encanto de lo incompleto. El zen contiene muchos significados, ninguno de ellos enteramente definible. Si se pudieran definir, no seran zen. Se ha dicho que si tenis zen en vuestra vida, no tendris miedo, ni dudas, ni anhelos innecesarios, ni emociones extremas. Tampoco os turbarn las actitudes intolerantes ni las acciones egostas. Serviris a la humanidad humildemente, llenando vuestra presencia en este mundo con bondad y viendo vuestro trnsito como si se tratase de un ptalo desprendindose de una flor. Serenos, disfrutaris de la existencia en bendita calma. se es el espritu del zen, cuyo ropaje lo forman miles de templos en China y Japn, sacerdotes y monjes, prosperidad y prestigio. Estudiar zen, el florecimiento de la propia naturaleza, no ha sido tarea fcil en ninguna poca o cultura. Muchos maestros, verdaderos y falsos, se han propuesto ayudar a otros en este logro. Estas historias se han desarrollado a partir de innumerables aventuras zen. Quiz el lector pueda llevarlas a cabo en su vida diaria.

1. LA TAZA DE T Nan-in, un maestro japons de la era Meiji (1868-1912), recibi en una ocasin la visita de un profesor de la universidad que acudi a preguntarle acerca del zen.

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Nan-in sirvi el t. Colm por completo la taza de su husped y contino vertiendo t. El profesor observ el desbordamiento hasta que no pudo contenerse ms. Est rebosando. No cabr nada ms!. Igual que esta taza, dijo Nan-in, ests lleno de tus propias opiniones y especulaciones. Cmo puedo ensearte lo que es el zen a menos que vaces primero tu taza?.

2. HALLAR UN DIAMANTE EN EL BARRO DEL CAMINO Gudo era el maestro del emperador de su poca. Sin embargo, acostumbraba a viajar solo como un mendigo errante. En una ocasin, yendo de camino hacia Edo, corazn cultural y poltico del shogunado, se acerc a la pequea aldea de Takenaka. Haba anochecido y llova copiosamente. Gudo estaba completamente empapado. Sus sandalias de paja estaban deshechas. En una granja cercana a la aldea, vio cuatro o cinco pares de sandalias en una ventana y decidi comprar unas. La mujer que le ofreci las sandalias, viendo cun empapado estaba, le invit a pasar la noche en su casa. Gudo acept, dndole las gracias. Entr y recit un sutra ante el oratorio familiar. Hecho esto, la mujer le present a su madre y a sus hijos. Al darse cuenta de que toda la familia estaba afligida, Gudo pregunt qu ocurra. Mi marido es un jugador y un borracho, contest la mujer. Cuando tiene suerte y gana, empieza a beber y se vuelve agresivo. Cuando pierde, pide dinero prestado a los dems. Algunas veces, cuan-

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do est completamente borracho, ni siquiera vuelve a casa. Qu puedo hacer?. Yo le ayudar, dijo Gudo. Toma este dinero. Consgueme un galn de vino y algo apetitoso para comer. Despus retrate. Yo me quedar meditando frente al altar. Cuando el hombre de la casa regres borracho, alrededor de la medianoche grit: Eh, esposa, estoy en casa. Tienes algo de comer para m?. Yo tengo algo para ti, dijo Gudo. La lluvia me sorprendi y tu mujer me invit amablemente a pasar aqu la noche. A cambio, he comprado algo de vino y pescado, de modo que puedes comer. El hombre se mostr encantado. Inmediatamente, bebi el vino y se tumb en el suelo. Gudo se sent a su lado en postura de meditacin. Por la maana, cuando el marido despert, haba olvidado lo sucedido la noche anterior. Quin eres? De dnde vienes?, pregunt a Gudo, que continuaba meditando. Soy Gudo, de Kioto, y voy camino de Edo, respondi el maestro zen. El hombre se sinti completamente avergonzado, y se deshizo en disculpas al maestro de su emperador. Gudo sonri. Todo en este mundo es perecedero, explic. La vida es muy breve. Si sigues jugando y bebiendo, no tendrs tiempo de hacer nada ms, y adems causars sufrimiento a tu familia. La percepcin del hombre despert como si saliera de un sueo. Tienes razn, declar. Cmo podr pagarte por esta maravillosa enseanza? Permteme que te acompae y lleve tus cosas durante un trecho. Si as lo deseas, asinti Gudo.

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Ambos partieron. Tras haber recorrido tres millas, Gudo le dijo que regresara. Slo cinco millas ms, suplic a Gudo y continuaron. Puedes volver ahora, sugiri Gudo. Despus de otras diez millas, replic el hombre. Vuelve ahora, dijo Gudo cuando hubieron pasado las diez millas. Voy a seguirte durante el resto de mi vida, declar el hombre. Los profesores de zen en el Japn actual proceden del linaje de un famoso maestro que fue el sucesor de Gudo. Su nombre era Mu-nan, El Hombre que nunca volvi.

3. ES AS? El maestro zen Hakuin era conocido entre sus vecinos por llevar una vida pura. Cerca de su casa viva una hermosa muchacha japonesa, cuyos padres regentaban una tienda de comida. De pronto, los padres descubrieron que estaba embarazada y se enfadaron mucho. Ella no quera confesar quin era el padre, pero, tras mucho hostigamiento, al final nombr a Hakuin. Terriblemente irritados, los padres fueron a ver al maestro. Es as?, fue todo lo que dijo. Cuando el nio naci, lo llevaron ante Hakuin. Para entonces, ste haba perdido su reputacin, lo cual no le preocupaba, pero cuid muy bien al nio. Consigui leche de sus vecinos y todo cuanto el pequeo necesitaba. Un ao ms tarde, la joven madre no pudo soportarlo ms y confes la verdad a sus padres: que el verdadero padre del nio era un joven que trabajaba en la pescadera.

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Una vez sabido esto, la madre y el padre de la muchacha fueron inmediatamente a ver a Hakuin para pedirle perdn, para deshacerse en disculpas y para recuperar al nio. Hakuin no se neg. Es ms, al entregar al nio, todo lo que dijo fue: Es as?.

4. OBEDIENCIA A las charlas que daba el maestro Bankei no slo asistan los estudiantes de zen, sino personas de todo rango y credo. Nunca citaba sutras ni se enzarzaba en largas y embrolladas discusiones escolsticas. Por el contrario, sus palabras salan directamente desde su corazn hacia los corazones de sus oyentes. Sus largas audiencias irritaban a un sacerdote de la secta Nichiren porque sus adeptos lo haban abandonado para or hablar de zen. Por ello, el egocntrico sacerdote de Nichiren fue al templo con la determinacin de debatir con Bankei. Eh, maestro zen!, grit. Espera un momento. Quienquiera que te respete, obedecer lo que digas, pero un hombre como yo no te respeta. Cmo puedes hacer que te obedezca?. Ven a mi lado y te lo mostrar, dijo Bankei. Orgullosamente, el sacerdote se abri paso entre la multitud hasta llegar al maestro. Bankei sonri. Ponte a mi izquierda. El sacerdote obedeci. No, dijo Bankei, hablaremos mejor si te colocas a mi derecha. Ponte aqu.

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El sacerdote se dirigi altivamente hacia la derecha. Lo ves, observ Bankei, ests obedecindome y yo pienso que eres una persona muy dcil. Ahora sintate y escucha.

5. SI AMAS, AMA ABIERTAMENTE Veinte monjes y una monja, cuyo nombre era Eshun, practicaban meditacin con cierto maestro zen. A pesar de que su crneo estaba afeitado y de que su vestimenta era muy sencilla, Eshun era muy hermosa y varios monjes se enamoraron de ella en secreto. Uno de ellos le escribi una carta de amor, insistiendo en un encuentro privado. Eshun no respondi. Al da siguiente, el maestro dio una leccin al grupo y, cuando acab, Eshun se levant. Dirigindose al que le haba escrito, dijo: Si realmente me amas tanto, ven y abrzame ahora.

6. AUSENCIA DE BENEVOLENCIA Haba una anciana en China que haba ayudado a un monje durante ms de veinte aos. Haba construido una pequea cabaa para l y le haba alimentado mientras l meditaba. Finalmente, se preguntaba qu progreso haba hecho su protegido en todo ese tiempo. Para averiguarlo, consigui la ayuda de una muchacha muy ardiente. Ve y abrzalo, le dijo, y entonces pregntale de repente: Y ahora qu?.

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La muchacha llam al monje y sin muchos preliminares empez a acariciarlo, preguntndole qu iba a hacer al respecto. Un viejo rbol crece en una fra roca en invierno, respondi el monje de un modo un tanto potico. En ningn lugar hay calor. La joven regres y cont lo que l haba dicho. Pensar que lo he estado alimentando durante veinte aos!, exclam la anciana con rabia. No ha mostrado ninguna consideracin hacia tu necesidad, ninguna disposicin a explicar tu condicin. No tena que responder necesariamente a la pasin, pero por lo menos poda haber mostrado algo de compasin. Al momento se dirigi a la cabaa del monje y la incendi.

7. DECLARACIN Tanzan escribi sesenta tarjetas postales en el ltimo da de su vida y pidi a un ayudante que las enviara por correo. Entonces muri. Las postales lean:

Parto de este mundo. sta es mi ltima declaracin.

Tanzan 27 de julio de 1892

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8. GRANDES OLAS En los primeros das de la era Meiji viva un luchador bien conocido llamado O-nami, Grandes Olas. O-nami era inmensamente fuerte y conoca el arte de la lucha. En sus entrenamientos privados venca incluso a su maestro, pero en pblico era tan tmido que sus propios discpulos le tiraban al suelo. O-nami pens que deba ir a pedir ayuda a un maestro zen. Hakuju, un maestro errante, se encontraba en un pequeo templo cercano, de modo que O-nami fue a verlo y le explic su grave problema. Grandes Olas es tu nombre, dijo el maestro, de modo que te quedars en este templo esta noche. Imagina que eres esas olas. Ya no eres un luchador asustado. Eres esas grandes olas barrindolo todo ante ellas, tragando todo lo que encuentran a su paso. Haz esto y sers el mejor luchador sobre la faz de la tierra. El maestro se retir. O-nami se sent a meditar intentando imaginarse a s mismo como unas olas. Para ello, pens en muchas cosas diferentes. Entonces, de forma gradual, se acerc ms y ms a la sensacin de ser como unas olas. A medida que la noche avanzaba, stas se hacan ms y ms grandes. Se llevaron las flores con sus tiestos. Incluso se inund el Buda en el altar. Antes del amanecer, el templo no era otra cosa que el flujo y reflujo de un inmenso mar. Por la maana, el maestro encontr a O-nami meditando, con una dbil sonrisa en su rostro. Dio un golpecito en el hombro del luchador. Ahora nada podr turbarte, le dijo. T eres esas olas. Barrers todo lo que tengas ante ti. El mismo da, O-nami particip en los campeonatos de lucha y venci. Despus de eso, no hubo nadie en Japn capaz de vencerlo.

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9. LA LUNA NO PUEDE ROBARSE Ryokan, un maestro zen, viva del modo ms sencillo en una pequea choza al pie de una montaa. Una noche, un ladrn visit la cabaa slo para descubrir que en ella no haba nada que robar. Ryokan volvi y lo sorprendi. Probablemente has hecho un largo camino para venir a visitarme, dijo al ladrn, y no deberas regresar con las manos vacas. Te ruego te lleves mi ropa como presente. El ladrn se qued perplejo. Cogi la ropa y se escabull. Ryokan se sent, desnudo, observando la luna. Pobre hombre, musit, ojal hubiera podido darle esta hermosa luna.

10. EL LTIMO POEMA DE HOSHIN El maestro zen Hoshin vivi durante muchos aos en China. Despus, regres al noreste de Japn, donde enseaba a sus discpulos. Cuando ya se estaba haciendo muy mayor, les cont una historia que haba odo en China. sta es la historia: El veinticinco de diciembre de cierto ao, Tokufu, que era muy mayor, dijo a sus discpulos: No seguir vivo el ao que viene, de modo que deberais tratarme bien este ao. Los discpulos creyeron que estaba bromeando, pero como era un maestro de gran corazn, cada uno le trat con gran atencin en los siguientes das del ao que se iba. En la vspera del nuevo ao, Tokufu concluy: Habis sido buenos conmigo. Os dejar maana por la tarde cuando haya dejado de nevar.

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Los discpulos rieron, pensando que estaba chocheando y diciendo sandeces, dado que la noche era clara y sin nieve. Pero a medianoche comenz a caer la nieve, y al da siguiente no pudieron encontrar a su maestro. Se dirigieron a la sala de meditacin. All, donde lo hallaron muerto. Hoshin, que relat esta historia, dijo a sus discpulos: No es necesario para un maestro zen predecir su muerte, pero si realmente lo desea, puede hacerlo. Puedes t?, pregunt alguien. S, contest Hosin. Os mostrar lo que puedo hacer de aqu en siete das. Ninguno de los discpulos lo crey, y la mayora de ellos incluso haban olvidado la conversacin cuando Hoshin los volvi a llamar. Hace siete das, remarc, dije que iba a dejaros. Es costumbre escribir un poema de despedida, pero no soy poeta ni calgrafo. Dejemos que uno de vosotros escriba mis ltimas palabras. Sus seguidores creyeron que estaba bromeando, pero uno de ellos comenz a escribir. Ests preparado?, pregunt Hoshin. S, seor, replic el escriba. Entonces Hoshin dict: Vengo del resplandor. Y regreso a l. Qu es esto? El poema slo tena tres lneas, en lugar de las cuatro habituales, de modo que el discpulo dijo: Maestro, falta un verso. Hoshin, con el rugido de un len victorioso, grit Kaa! y se fue.

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11. LA HISTORIA DE SHUNKAI La exquisita Shunkai, tambin llamada Suzu, fue obligada a casarse en contra de su voluntad cuando era muy joven. Ms tarde, despus de que el matrimonio finalizara, fue a la universidad, donde estudi filosofa. Ver a Shunkai era enamorarse de ella. Ms an, dondequiera que fuese, ella misma se enamoraba de los dems. El amor estuvo junto a ella en la universidad, y despus, cuando la filosofa no la satisfizo y se fue a un templo para aprender zen, tambin los estudiantes de all se enamoraron de ella. Toda la vida de Shunkai estaba repleta de amor. Finalmente, en Kyoto se convirti en una verdadera estudiante de zen. Sus hermanos del subtemplo de Kennin elogiaban su sinceridad. Uno de ellos result ser un espritu afn y la asisti en el estudio del zen. El abad de Kennin, Mokurai, El Trueno Silencioso, era severo. l mismo guardaba los preceptos y esperaba que sus sacerdotes hicieran lo mismo. En el Japn moderno, el inters que los monjes haban perdido por el budismo lo haban ganado para poseer esposas. Mokurai acostumbraba a coger una escoba y ahuyentar a las mujeres cuando las encontraba en cualquiera de sus templos, pero cuantas ms esposas echaba, ms parecan volver. En este particular templo, la esposa del sacerdote principal tuvo celos de la aplicacin y belleza de Shunkai. Escuchar a los estudiantes elogiar su seriedad en el zen hizo que esta esposa se retorciera de rabia. Po ello, difundi un rumor sobre Shunkai y el joven que era su amigo. Y, como consecuencia de esto, l fue expulsado y Shunkai fue trasladada del templo.

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Puedo haber cometido el error de amar, pens Shunkai, pero la mujer del sacerdote no debera permanecer tampoco en el templo si mi amigo va a ser tratado tan injustamente. Esa misma noche, Shunkai prendi fuego al templo de quinientos aos y lo quem hasta los cimientos. Por la maana, se encontr a s misma en manos de la polica. Un joven abogado se interes en su caso e intent ayudarla para reducir su condena. No me ayudes, le dijo ella. Puede que decida hacer algo que slo llevara a que me encarcelaran de nuevo. Finalmente, tras cumplir una sentencia de siete aos, Shunkai sali de prisin, cuyo guardin, que contaba sesenta aos, se haba enamorado de ella. Pero ahora todo el mundo la miraba como a una presidiaria. Nadie quera verse relacionado con ella. Incluso la gente del mundo zen, que supuestamente cree en la iluminacin en esta vida y con este cuerpo, se apartaba de ella. El zen, descubri Shunkai, era una cosa, y los seguidores del zen, otra bien distinta. Sus familiares tampoco quisieron saber nada de ella. Y Shunkai enferm, se empobreci y se debilit. Finalmente, encontr a un sacerdote de la secta Shinshu que le ense el nombre del Buda del Amor, y en ste hall Shunkai consuelo y paz. Muri cuando an era exquisitamente hermosa y con apenas treinta aos de edad. Escribi su propia historia en un ftil intento por mantenerse, y parte de la misma se la cont a una escritora. De ese modo lleg a la gente de Japn. Aquellos que rechazaron a Shunkai, los que la difamaron y la odiaron, leen ahora su vida con lgrimas de remordimiento.

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12. EL CHINO FELIZ Cualquiera que pasee por alguno de los barrios chinos de Estados Unidos observar las distintas estatuas de un rechoncho personaje con un saco de lino a sus espaldas. Los comerciantes chinos lo llaman Chino Feliz o Buda Sonriente. Dicho personaje se llamaba Hotei, y vivi durante la dinasta Tang. No tena ningn deseo de ser considerado un maestro zen ni de reunir a muchos discpulos a su alrededor. En lugar de eso, se dedicaba a recorrer las calles con un gran saco que llenaba de caramelos, frutas o roscos, que regalaba a los nios que se se unan para jugar. De este modo, cre un jardn de infancia callejero. Cuando quiera que se encontraba a un devoto del zen, extenda su mano y deca: Dame una moneda. En una ocasin, cuando iba a comenzar a trabajar-jugar, otro maestro zen pas por su lado y le pregunt: Cul es el significado del zen? Hotei dej caer inmediatamente su saco al suelo en silenciosa respuesta. Entonces, pregunt el otro, cul es la realizacin del zen?. Al punto, el Chino Feliz carg el saco sobre su hombro y continu su camino.

13. UN BUDA En Tokio, durante la era Meiji, vivan dos prominentes maestros de caractersticas opuestas. Uno de ellos, Unsho, instructor de Shingon, guardaba escrupulosamente los preceptos de Buda. Nunca beba alco-

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hol, ni coma despus de las once de la maana. El otro maestro, Tanzan, profesor de filosofa en la universidad imperial, nunca observaba los preceptos. Cuando tena hambre, coma, y si tena sueo durante el da, dorma. Un da, Unsho visit a Tanzan, que en ese momento se encontraba bebiendo vino, del que se supone que ni una sola gota debe tocar la lengua de un budista. Hola, hermano, le salud Tanzan. No quieres un trago?. Nunca bebo!, exclam Unsho solemnemente. Alguien que no bebe no es ni siquiera humano, dijo Tanzan. Pretendes llamarme inhumano slo porque no transijo en beber lquidos embriagantes?, exclam Unsho enfadado. Entonces, si no soy humano, qu soy?. Un buda, respondi Tanzan.

14. UN CAMINO EMBARRADO En una ocasin, Tanzan y Ekido caminaban juntos por un camino embarrado. Caa una fuerte lluvia. Al doblar un recodo, se encontraron con una encantadora joven vestida con un kimono de seda, que no poda cruzar. Ven, muchacha, dijo Tanzan al punto. Y tomndola en sus brazos, la alz por encima del lodo. Ekido no volvi a hablar hasta la noche, cuando llegaron a un monasterio. Entonces no pudo contenerse ms. Nosotros los monjes debemos mantenernos apartados de las mujeres, dijo a Tanzan, especialmente si son jvenes y encantadoras. Es peligroso. Por qu hiciste eso?.

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Yo dej a la muchacha all, dijo Tanzan. T todava la llevas contigo?.

15. SHOUN Y SU MADRE Shoun lleg a ser un maestro de soto zen. Cuando an era un estudiante, su padre muri, dejndolo al cuidado de su anciana madre. Siempre que Shoun iba a la sala de meditacin, llevaba consigo a su madre. Pero al estar acompaado por ella, cuando visitaba monasterios no poda cohabitar con los monjes. De modo que construy una pequea casa y all cuid de ella. Se dedic a copiar sutras y versos budistas, y de esta forma reciba unas pocas monedas para comer. Cuando Shoun compraba pescado para su madre, la gente se burlaba de l, pues se sabe que un monje no debe comer pescado. Pero a Shoun no le importaba. Su madre, sin embargo, se senta dolida al ver que se rean de su hijo. Por fin, un da le dijo a Shoun: Creo que voy a ordenarme monja. Puedo hacerme vegetariana tambin. As lo hizo, y se dedicaron a estudiar juntos. Shoun era muy aficionado a la msica y tocaba con destreza el arpa, que tambin tocaba su madre. En las noches de luna llena solan tocar juntos al unsono. Una noche, una joven pas por su casa y oy la msica. Profundamente impresionada, invit a Shoun a visitarla la noche siguiente y a tocar para ella. l acept la invitacin. Algunos das despus, se encontr con la joven en la calle y le dio las gracias por su hospitalidad. La gente se ri de l. Haba estado en la casa de una mujer de la calle.

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En cierta ocasin, Shoun tuvo que ir a un templo algo distante para dar una conferencia. Unos meses ms tarde, regres a casa y vio que su madre haba muerto. Sus amigos no haban sabido dnde encontrarle, de modo que el funeral ya se estaba celebrando. Shoun se dirigi hacia la comitiva y dio un golpe en el atad con su bastn. Madre, tu hijo ha vuelto, dijo. Estoy contenta de ver que has regresado, hijo, respondi l por su madre. S, yo tambin estoy contento, contest Shoun. Entonces anunci a las personas que le rodeaban: El funeral ha terminado. Podis enterrar el cadver. Cuando Shoun se hizo mayor, supo que su fin se acercaba. Pidi a sus discpulos que se congregaran a su alrededor a la maana siguiente, y les dijo que iba a morir al medioda. Mientras quemaba incienso ante los retratos de su madre y de su maestro, escribi un poema: Durante cincuenta y seis aos he vivido lo mejor que he podido, Cumpliendo mi propsito en este mundo. Ahora que la lluvia ha cesado, las nubes desaparecen, En el cielo azul hay una luna llena. Sus discpulos le rodearon, recitando un sutra, y Shoun falleci durante la invocacin.

16. NO LEJOS DEL ESTADO DE BUDA Un estudiante de la universidad visit en una ocasin a Gasan y le pregunt: Has ledo alguna vez la Biblia cristiana?.

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No, lemela, dijo Gasan. El estudiante abri la Biblia y ley desde San Mateo: Y por qu preocuparse por lo que vestiris? Considerad los lirios del campo, cmo crecen. No trabajan, ni hilan, pero os digo que ni an Salomn en toda su gloria se atavi como uno de ellos... De modo que no os inquietis por el da de maana, pues el maana traer su propia inquietud. Gasan dijo: Quienquiera que dijera tales palabras, lo considero un hombre iluminado. El estudiante continu leyendo: Pedid, y se os dar; buscad, y hallaris; llamad, y se os abrir. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abre. Gasan remarc: Eso es excelente. Quienquiera que dijera eso no se halla lejos del estado de Buda.

17. TACAO EN ENSEANZA Un joven mdico de Tokio llamado Kusuda se encontr con un colega que haba estado estudiando zen. El joven doctor le pregunt qu era el zen. No puedo explicarte lo que es, replic su amigo, pero una cosa es cierta. Si comprendes el zen, no tendrs ningn miedo a morir. Eso est bien, dijo Kusuda. Lo probar. Dnde puedo encontrar un maestro?. Ve a buscar al maestro Nan-in, le dijo su amigo. De modo que Kusuda fue al encuentro de Nan-in. Llevaba una daga de nueve pulgadas y media de longitud para determinar si el maestro tena o no miedo a morir.

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Cuando Nan-in vio a Kusuda exclam: Hola, amigo. Cmo ests? Hace tanto tiempo que no nos veamos!. Esto dej perplejo a Kusuda, quien replic: Nunca antes nos habamos visto. Tienes razn, contest Nan-in. Te he confundido con otro mdico que est aqu recibiendo instruccin. Con dicho comienzo, Kusuda perdi su oportunidad de poner a prueba al maestro, de forma que pregunt de mala gana si podra recibir la enseanza zen. Nan-in dijo: El zen no es una tarea difcil. Si eres mdico, trata a tus pacientes con amabilidad. Eso es zen. Kusuda visit a Nan-in tres veces, y en cada ocasin Nan-in le dijo lo mismo. Un mdico no debera perder su tiempo aqu. Ve a casa y ocpate de tus pacientes. Para Kusuda no estaba claro en qu modo esa enseanza poda erradicar el miedo a la muerte. As que, en su cuarta visita, se quej: Mi amigo me dijo que cuando se estudia zen se pierde el miedo a la muerte. Cada vez que vengo, lo nico que me dices es que me ocupe de mis pacientes. Eso ya lo s. Si esto es a lo que llamis zen, no te visitar ms. Nan-in sonri y dio unas palmaditas al doctor. He sido muy estricto contigo. Permteme darte un koan. Y a continuacin le di el koan de Joshu para que trabajara, siendo ste el primer supuesto para la iluminacin recogido en el libro La entrada sin puerta. Kusuda consider con atencin el problema de Mu (la nada o nocosa) durante dos aos. Al final crey haber encontrado una respuesta, pero su maestro coment: An no. Kusuda continu meditando durante otro ao y medio. Su mente se volvi plcida. Los problemas se disiparon. El vaco, la no-cosa o nada

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se convirti en la verdad. Atenda bien a sus pacientes y, sin ni siquiera darse cuenta, se liber de la preocupacin sobre la vida y la muerte. Entonces, cuando visit a Nan-in, su viejo maestro se limit a sonrer.

18. UNA PARBOLA Buda explicaba la siguiente parbola en un sutra: Un hombre que paseaba por un campo se encontr con un tigre. Huy corriendo y el tigre corri detrs de l. Al llegar a un precipicio, se agarr a la raz de una parra y se qued colgando sobre el abismo. El tigre lo olfateaba desde arriba. Temblando, el hombre mir hacia abajo, donde otro tigre lo estaba esperando. Slo la parra lo sostena. Dos ratones, uno blanco y otro negro, comenzaron a roer poco a poco la raz. A su lado, el hombre vio una fresa de aspecto suculento. Agarrndose a la parra con una mano, alcanz la fresa con la otra. Qu deliciosa estaba!

19. EL PRIMER PRINCIPIO Cualquiera que vaya al templo de Obaku, en Kioto, ver grabadas sobre la puerta de entrada las palabras El Primer Principio. Las letras tienen un tamao inusualmente grande, y aquellos que aprecian la caligrafa, siempre las admiran como una obra maestra. Las realiz Kosen hace doscientos aos. Cuando las cre, el maestro las dibuj sobre un papel, a partir del cual se hizo el tallado de mayor tamao sobre la madera. Mientras

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Kosen realizaba las letras, en todo momento estuvo junto a l un osado discpulo que haba preparado varios galones de tinta para la caligrafa y que no dejaba de criticar la obra de su maestro. Eso no est bien, dijo a Kosen tras el primer esfuerzo. Y ahora?. Pobre. Peor que antes, dijo el pupilo. Pacientemente, Kosen escribi una hoja despus de otra hasta acumular ochenta y cuatro Primeros Principios, sin conseguir la aprobacin de su discpulo. Entonces, cuando el joven sali por un momento, Kosen pens: Ahora es mi oportunidad de escapar a su ojo vigilante, y escribi apresuradamente, con la mente libre de toda preocupacin: El primer Principio. Una obra maestra, afirm el discpulo.

20. EL CONSEJO DE UNA MADRE Jiun, un maestro del Shogun, era un reconocido estudiante de snscrito en la era Tokugawa. Cuando era joven, sola dar conferencias a sus compaeros de estudios. Su madre tuvo noticia de ello y le escribi una carta: Hijo, no creo que puedas convertirte en un devoto de Buda si lo que deseas es convertirte en un diccionario ambulante para los dems. No hay final para la informacin y los comentarios, la gloria y el honor. Me gustara que dejaras esta actividad. Retrate a un pequeo templo en algn lugar remoto de la montaa. Dedica tu tiempo a la meditacin y alcanza de este modo el verdadero conocimiento.

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21. EL SONIDO DE UNA SOLA MANO El maestro del templo de Kennin era Mokurai, llamado El Trueno Silencioso. Tena un pequeo protegido de nombre Toyo que tan slo contaba doce aos de edad. Toyo vea cmo los discpulos mayores visitaban la habitacin del maestro cada maana y cada tarde para recibir instruccin o gua personal mediante koans para detener as los enredos de la mente. Toyo dese practicar tambin zazen. Espera un poco, dijo Mokurai. An eres demasiado joven. Pero el muchacho insisti, de modo que el maestro finalmente consinti. Por la tarde, el pequeo Toyo fue a la hora prevista al umbral de la habitacin de zazen de Mokurai. Hizo sonar el gong para anunciar su presencia, realiz tres veces la reverencia en la puerta, y fue a sentarse junto al maestro en actitud de respetuoso silencio. Puedes escuchar el sonido de dos manos cuando aplauden, dijo Mokurai. Ahora mustrame el sonido de una sola mano. Toyo hizo una reverencia y se fue a su habitacin para considerar el problema. Desde su ventana poda or la msica de las geishas. Ah, lo tengo!, exclam. La tarde siguiente, cuando su maestro le pidi que ilustrara el sonido de una sola mano, Toyo comenz a imitar la msica de las geishas. No, no, dijo Mokurai. Nada de eso. se no es el sonido de una sola mano. No lo has comprendido. Pensando que la msica podra interrumpirle, Toyo se retir entonces a un tranquilo lugar. Medit de nuevo. Cul podr ser el sonido de una sola mano?. En ese momento lleg a sus odos el murmullo de agua goteando. Lo tengo, se dijo Toyo.

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Cuando compareci de nuevo ante su maestro, reprodujo el sonido del agua. Qu es eso? pregunt Mokurai. ste es el sonido de agua goteando, pero no el de una sola mano. Intntalo de nuevo. En vano Toyo medit para or el sonido de una sola mano. Oy el suspirar del viento. Pero el sonido fue rechazado. Oy el canto de una lechuza. Tambin fue rechazado. El sonido de una sola mano tampoco estaba en los saltamontes. Ms de diez veces se present Toyo ante Mokurai con diferentes sonidos. Todos eran errneos. Durante casi un ao estuvo pensando en cmo podra ser el sonido de una sola mano. Finalmente, Toyo entr en meditacin verdadera y trascendi todos los sonidos. No pude recoger ninguno ms, explic ms tarde, as que llegu al sonido que no suena. Toyo haba reconocido el sonido de una sola mano.

22. MI CORAZN ARDE COMO FUEGO Soyen Shaku, el primer maestro zen que viaj a Amrica, deca: Mi corazn arde como fuego pero mis ojos estn fros como cenizas muertas. Cre las siguientes reglas, que l mismo practicara todos los das de su vida: Por la maana, antes de vestirte, quema incienso y medita. Retrate a una hora fija. Come a intervalos regulares. Come con moderacin y nunca hasta llegar al punto de saciedad. Recibe a tus invitados con la misma actitud que tienes cuando ests solo. Cuando ests solo, mantn la misma actitud que al recibir invitados.

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Observa lo que dices y, sea lo que sea, ponlo en prctica. Cuando se te presente una oportunidad, no la dejes escapar, pero piensa siempre dos veces antes de actuar. No te lamentes por el pasado. Mira hacia el futuro. Ten la actitud valiente de un hroe y el corazn amoroso de un nio. Al acostarte, duerme como si fuera tu ltimo sueo. Al levantarte, deja tu cama de inmediato como si tiraras un par de zapatos viejos.

23. LA PARTIDA DE ESHUN Cuando Eshun, la monja zen, haba pasado de los sesenta aos y estaba a punto de dejar este mundo, pidi a algunos monjes que apilaran lea en el patio. A continuacin se sent con decisin en el centro de la pira funeraria y prendi fuego por los bordes. Oh, hermana!, grit uno de los monjes, no hace calor ah dentro?. Semejante cuestin slo puede preocupar a una persona tan estpida como t, contest Eshun. Las llamas se levantaron y ell muri.

24. RECITANDO SUTRAS Un granjero hizo llamar a un sacerdote de la secta Tendai para que recitara sutras en memoria de su esposa, que haba fallecido. Cuando la lectura termin, el granjero pregunt: Crees que mi mujer ganar algn mrito con esto?.

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No slo tu mujer, sino todos los seres vivos se beneficiarn de la recitacin de los sutras, contest el sacerdote. Si, como dices, todos los seres vivos se beneficiarn, dijo el granjero, puede que otros se beneficien de la debilidad de mi mujer, quedndose con los mritos que a ella le corresponden. Le ruego que recite los sutras slo para ella. El sacerdote explic que el anhelo de un budista era ofrecer bendiciones y desear mritos para todo ser vivo. Es una enseanza hermosa, acept el granjero, pero te ruego que hagas una excepcin. Tengo un vecino que se comporta de un modo grosero y mezquino conmigo. Exclyelo de todos esos seres vivos.

25. TRES DAS MS Suiwo, el discpulo de Hakuin, era un buen maestro. Durante un perodo de retiro veraniego, recibi la visita de un pupilo de una isla del sur de Japn. Suiwo le dio el siguiente problema: Escucha el sonido de una sola mano. El pupilo se qued tres aos, pero no pudo resolver el problema. Una noche se present ante Suiwo con lgrimas en los ojos. Tendr que regresar al sur en la vergenza y el oprobio, dijo, pues no he conseguido resolver mi problema. Espera una semana ms y medita constantemente, le aconsej Suiwo. Pero, a pesar de ello, la iluminacin no llegaba al pupilo. Intntalo otra semana ms, dijo Suiwo. Y el pupilo obedeci, pero todo su esfuerzo fue de nuevo en vano.

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Permanece otra semana. Pero era intil. Desesperado, el estudiante rog que lo dejara marchar, pero Suiwo propuso cinco das ms de meditacin. No hubo resultado. Entonces dijo: Medita tres das ms, si no alcanzas la iluminacin, ser mejor que te suicides. Al segundo da el pupilo se ilumin.

26. DILOGO POR ALOJAMIENTO Cualquier monje vagabundo puede quedarse en un templo zen siempre que proponga, y gane, un debate sobre budismo con los que viven en l. En un templo situado al norte de Japn, vivan solos dos hermanos que eran monjes. El mayor era docto, pero el menor era estpido y le faltaba un ojo. Un buen da, un monje vagabundo lleg y pidi alojamiento, proponiendo a los hermanos un debate sobre la sublime enseanza. El hermano mayor, cansado ese da de mucho estudiar, dijo al menor que ocupara su lugar. Ve y propn que el dilogo se haga en silencio, le advirti. De modo que el joven monje y el forastero se dirigieron al oratorio y tomaron asiento. Poco despus, el viajero se levant y fue hacia donde se encontraba el hermano mayor, al que dijo: Tu hermano menor es fantstico. Me ha derrotado. Cuntame cmo fue el dilogo, dijo el hermano mayor. Bien, explic el viajero, primero levant un dedo, representando a Buda, el iluminado. l levant dos dedos, indicando a Buda y a

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sus enseanzas. Levant tres dedos, representando a Buda, sus enseanzas y sus seguidores, llevando una vida armoniosa. Entonces agit su puo cerrado frente a mi rostro, indicando que las tres cosas proceden de una realizacin nica. Por tanto, ha ganado y no tengo derecho a quedarme. Tras decir esto, parti. Dndes est ese tipo?, pregunt el hermano menor corriendo hacia su hermano mayor. Tengo entendido que ganaste el debate. No gan nada. Le voy a dar una paliza. Cuntame el tema del debate, pidi el hermano mayor. Vaya, en cuanto me vio me levant un dedo, insultndome al insinuar que tena un solo ojo. Dado que era un forastero, pens que deba ser corts con l, de modo que levant dos dedos, felicitndole porque tena dos ojos. Entonces el muy miserable levant tres dedos sugiriendo que entre los dos slo tenamos tres ojos. De modo que me enfureci y empec a darle puetazos, pero se escap corriendo y as acab todo.

27. LA VOZ DE LA FELICIDAD Tras la muerte de Bankei, un hombre ciego que viva cerca del templo del maestro le dijo a un amigo: Desde que soy ciego, no puedo ver el rostro de una persona, as que debo juzgar su carcter por el sonido de su voz. Habitualmente, cuando oigo a alguien felicitar a otro por su buena suerte o su xito, oigo tambin un secreto tono de envidia. Cuando se expresa condolencia por la desgracia de otro, oigo placer y satisfaccin, como si el que se conduele estuviera contento viendo el fracaso del otro como algo a ganar para s mismo.

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En toda mi experiencia, sin embargo, la voz de Bankei siempre fue sincera. Siempre que expresaba felicidad, no o nada ms que felicidad, y cuando expresaba tristeza, tristeza era todo lo que oa.

28. ABRID VUESTRA PROPIA CASA DEL TESORO Daiju visit al maestro Baso en China. Baso pregunt: Qu ests buscando?. Iluminacin, replic Daiju. Tienes tu propia casa del tesoro. Por qu buscas fuera?, pregunt Baso. Daiju pregunt: Dnde est mi casa del tesoro?. Baso respondi: Lo que ests preguntando es tu casa del tesoro. Daiju estaba encantado! A partir de entonces, deca continuamente a sus amigos: Abrid vuestra propia casa del tesoro y utilizad sus riquezas.

29. NI AGUA NI LUNA Cuando la monja Chiyono estudi zen bajo la gua de Bukko de Engaku, fue incapaz de obtener frutos de la meditacin durante mucho tiempo. Finalmente, una noche de luna llena llevaba agua en un viejo cubo atado con hojas de bamb. El bamb se rompi y la base del cubo se desprendi, y en ese momento fue libre.

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En conmemoracin, escribi un poema: De ste y otro modo intent salvar el viejo cubo, pues las tiras de bamb se estaban debilitando y a punto de romperse, hasta que al final la base cedi. Ya no hay agua en el cubo! Ya no hay luna en el agua!

30. TARJETA DE VISITA Keichu, el gran maestro zen de la era Meiji, era el prior de Tofuku, una catedral de Kioto. Un da, el gobernador de Kioto le visit por primera vez. Su sirviente present la tarjeta del gobernador, que lea: Kitagaki, Gobernador de Kioto. No tengo nada que ver con esa persona, dijo Keichu a su sirviente. Dile que se vaya. El sirviente devolvi la tarjeta con disculpas. El error ha sido mo, dijo el gobernador, y con un lpiz tach las palabras Gobernador de Kyoto. Pregunta a tu maestro de nuevo. Oh!, es ese tal Kitagaki?, exclam el maestro cuando vio la terjeta. Quiero verlo.

31. TODO ES LO MEJOR Cuando Banzan paseaba por un mercado, oy por casualidad una conversacin entre un carnicero y su cliente. Dame la mejor pieza de carne que tengas, dijo el cliente.

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Todo lo que hay en mi tienda es lo mejor, contest el carnicero. Aqu no podr encontrar ninguna pieza de carne que no sea la mejor. Con estas palabras, Banzan se ilumin.

32. EL DA MS PEQUEO ES COMO LA JOYA MS GRANDE Un noble pidi a Takuan, un maestro zen, que le indicara alguna forma de pasar el tiempo. Senta que sus das se le hacan demasiado largos en su despacho, sentado rgidamente para recibir el homenaje de otros. Takuan escribi ocho caracteres chinos y se los dio al hombre: No habr dos como este da. El da ms pequeo es como la joya ms grande. Este da no volver. Cada minuto vale lo que una joya sin precio.

33. LA MANO DE MOKUSEN Mokusen Hiki viva en un templo en la provincia de Tamba. Uno de sus adeptos se quejaba de la tacaera de su esposa. Mokusen visit a la mujer del adepto y le mostr su puo cerrado. Qu quieres decir con eso?, pregunt la mujer sorprendida. Imagina que mi puo siempre estuviera as. Cmo lo llamaras?, pregunt l. Deforme, replic la mujer.

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Entonces l abri su mano plana ante la cara de ella y dijo: Imagina que siempre estuviera as. Cmo lo llamaras?. Otro tipo de deformidad, dijo la esposa. Si puedes comprender todo esto, concluy Mokusen, eres una buena esposa. Y se march. Tras su visita, esta esposa ayud a su marido tanto a ahorrar como a administrar.

34. LA NICA SONRISA DE SU VIDA No se saba que Mokugen hubiese sonredo hasta el ltimo da de su vida sobre la tierra. Cuando lleg su momento de partir, dijo a sus fieles discpulos: Habis estudiado conmigo durante ms de diez aos. Ahora quiero que me mostris vuestra interpretacin del zen. Aquel que se exprese con mayor claridad, ser mi sucesor y recibir mi manto y mi cuenco. Todos miraron el rostro severo de Mokugen, pero nadie respondi. Encho, un discpulo que haba estado con su maestro mucho tiempo, se coloc cerca de su cabecera y empuj unos centmetros el frasco de medicina. De este modo responda a la demanda. El rostro del maestro se torn incluso ms severo. Es esto todo lo que has comprendido?, pregunt. Encho coloc el frasco de nuevo en su sitio. Una hermosa sonrisa se dibuj en las facciones de Mokugen. Pcaro, dijo a Encho. Has trabajado conmigo durante diez aos pero an no habas visto todo mi cuerpo. Toma el manto y el cuenco. Te pertenecen.

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35. ZEN DE CADA INSTANTE Los estudiantes de zen permanecen con sus maestros un mnimo de dos aos antes de ensear a otros. En una ocasin, Nan-in recibi la visita de Tenno, quien, habiendo superado su periodo de aprendizaje, se haba convertido en maestro. El da era lluvioso, de modo que Tenno llevaba zuecos de madera y un paraguas. Tras saludarle, Nan-in le dijo: Supongo que dejaste tus zuecos de madera en el vestbulo. Quiero saber si tu paraguas est a la izquierda o a la derecha de los zuecos. Tenno, confuso, no supo dar una respuesta inmediata. Se dio cuenta de que era incapaz de estar en zen cada minuto. Se convirti en el discpulo de Nan-in y estudi seis aos ms para poder alcanzar el zen de-cada-instante.

36. LLUVIA DE FLORES Subhuti fue uno de los discpulos de Buda. Era capaz de comprender la potencia del vaco, el punto de vista de que nada existe si no es en su relacin con lo objetivo y lo subjetivo. Un da, Subhuti estaba sentado bajo un rbol en un estado de sublime vacuidad. Comenzaron a caer algunas flores sobre l. Te alabamos por tu discurso acerca de la vacuidad, le susurraron los dioses. Pero yo no he hablado sobre el vaco, dijo Subhuti. T no has hablado sobre el vaco, nosotros no hemos odo el vaco, respondieron los dioses. ste es el verdadero vaco. Y las flores cayeron sobre Subhuto como gotas de lluvia.

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37. PUBLICAR LOS SUTRAS Tetsugen, un devoto del zen en Japn, decidi publicar los sutras, que en ese momento slo estaban disponibles en chino. Los libros iban a ser impresos con planchas de madera en una edicin de siete mil copias, una labor tremenda. Tetsugen comenz por viajar recogiendo donaciones para dicho propsito. Unos cuantos simpatizantes le dieron cien piezas de oro, pero la mayora de las veces slo reciba pequeas monedas. Agradeca cada donacin con la misma gratitud. Despus de diez aos, Tetsugen tena suficiente dinero para llevar a cabo su tarea. Ocurri entonces que el ro Uji se desbord. Tetsugen tom entonces los fondos que haba recolectado para los libros y los utiliz para salvar a otros de la inanicin. Tras ello, comenz de nuevo su tarea de recoger fondos. Algunos aos despus, una epidemia asol el pas. De nuevo, Tetsugen dio lo que haba recogido para ayudar a las vctimas. Por tercera vez reinici su tarea, y tras veinte aos su deseo se cumpli. Las planchas que produjeron la primera impresin de los sutras pueden verse hoy en da en el monasterio Obaku en Kyoto. Los japoneses cuentan a sus hijos que Tetsugen hizo tres series de sutras, y que las dos primeras, invisibles, superaban incluso la tercera.

38. LA LABOR DE GISHO Gisho fue ordenada monja cuando contaba diez aos de edad. Reciba el mismo entrenamiento que los nios. Cuando lleg a la edad de dieci-

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sis, viaj sin parar de un monasterio zen a otro, y estudi en todos ellos. Pas tres aos con Unzan y seis con Gukei, pero no obtuvo una visin clara. As que fue a ver al maestro Inzan. Inzan no mostr ningn tipo de distincin en virtud de su sexo. La reprenda severamente. La abofeteaba para despertar en ella su naturaleza interior. Gisho permaneci con Inzan trece aos, y finalmente encontr aquello que haba estado buscando! En su honor, Inzan escribi un poema: Esta monja estudi trece aos bajo mi gua. Por las tardes reflexionaba sobre los koans ms profundos, Por las maanas la atrapaban otros koans. Slo la monja china Tetsuma super todo esto antes que ella, Y desde Mujaku no ha habido nadie tan genuino como esta Gisho. Sin embargo, an tiene que atravesar muchas puertas. An tendr que recibir golpes de mi puo de acero. Despus de alcanzar la iluminacin, Gisho march a la provincia de Banshu, levant su propio templo zen, y ense a otras doscientos monjas hasta que muri un ao en el mes de agosto.

39. DORMIR DURANTE EL DA El maestro Soyen Shaku dej este mundo cuando tena sesenta y

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un aos de edad. Habiendo cumplido su misin en la vida, dej una gran enseanza, mucho ms rica que la de la mayora de maestros zen. Sus discpulos solan dormir durante el da en el verano, y mientras l haca la vista gorda sin desperdiciar un minuto. Cuando slo tena doce aos, ya estudiaba la especulacin filosfica de la secta Tendai. Cierto da de verano, el aire haba sido tan sofocante que el pequeo Soyen dobl sus piernas y se durmi mientras su maestro estaba fuera. Haban pasado tres horas cuando despert sobresaltado al or entrar a su maestro. Pero ya era demasiado tarde. All yaca, tumbado delante de la puerta. Perdn, perdn, susurr su maestro, pasando cuidadosamente por encima del cuerpo de Soyen como si se tratara de un invitado distinguido. Despus de esto, Soyen no durmi nunca ms por las tardes.

40. EN EL PAS DE LOS SUEOS Nuestro maestro en la escuela acostumbraba a dormir una siesta cada tarde, contaba un discpulo de Soyen Shaku. Los nios le preguntamos por qu lo haca y nos respondi: Voy al pas de los sueos para encontrarme con los viejos sabios igual que lo hizo Confucio. Cuando Confucio dorma, soaba con los sabios y ms tarde hablaba a sus adeptos sobre ellos. Un da, haca muchsimo calor, de modo que algunos de nosotros nos dormimos. Nuestro maestro nos reprendi. Fuimos al pas de los sueos a encontrarnos con los viejos sabios igual que haca Confucio, explicamos. Cul fue el mensaje de tales sabios?, pregunt a conti-

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nuacin nuestro maestro. Entonces, uno de nosotros contest: Fuimos al pas de los sueos y encontramos a los sabios, y les preguntamos si nuestro maestro iba all cada tarde, pero nos dijeron que nunca haban visto a esa persona.

41. EL ZEN DE JOSHU Joshu comenz a estudiar zen a la edad de sesenta aos y continu hasta que tuvo ochenta, cuando alcanz la iluminacin. Ense zen desde los ochenta hasta los ciento veinte aos. En una ocasin, un estudiante le pregunt: Si no tengo nada en mi mente, qu debo hacer?. Joshu respondi: chalo. Pero si no tengo nada, Cmo puedo echarlo?, continu el discpulo. Bien, dijo Joshu, entonces llvalo.

42. LA RESPUESTA DEL MUERTO Cuando Mamiya, quien ms tarde se convertira en un famoso predicador, fue a ver a un maestro para obtener gua personal, ste le pidi que explicara el sonido de una sola mano. Mamiya se concentr en cul podra ser el sonido de una sola mano. No trabajas lo suficientemente duro, le dijo su maestro. Ests demasiado apegado a la comida, la salud, las cosas y a ese sonido. Sera mejor que murieras. Eso solucionara el problema. La siguiente ocasin en que Mamiya se present ante su maestro, ste

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de nuevo le pregunt sobre lo que poda mostrar acerca del sonido de una sola mano. Mamiya cay inmediatamente como si hubiera muerto. Ests muy bien muerto, observ el maestro. Pero qu hay acerca de ese sonido?. An no lo he resuelto, replic Mamiya levantando la vista. Los muertos no hablan, dijo el maestro. Mrchate!.

43. ZEN EN LA VIDA DE UN MENDIGO Tosui era un reconocido maestro de zen de su tiempo. Haba vivido en diversos templos y enseado en varias provincias. El ltimo templo que visit acumul tantos adeptos, que Tosui les dijo que iba a dejar la vida de la enseanza. Les aconsej que se dispersaran y fueran donde quisieran. Despus de eso, nadie pudo seguir su rastro. Tres aos ms tarde, uno de sus discpulos lo descubri viviendo con algunos mendigos bajo un puente en Kioto. Inmediatamente implor a Tosui que le instruyera. Si puedes hacer lo que estoy haciendo yo aunque slo sea durante un par de das, lo har, replic Tosui. De modo que el antiguo discpulo se visti como un pordiosero y pas el da con Tosui. Al da siguiente, uno de los mendigos muri. Tosui y su discpulo cargaron con el cadver a medianoche y lo enterraron al pie de una montaa. Despus, regresaron a su cobijo bajo el puente. Tosui durmi profundamente el resto de la noche, pero el discpulo no pudo dormir. Por la maana, Tosui dijo: Hoy no tenemos que mendigar comida. Nuestro difunto amigo ha dejado algo por aqu, Pero el discpulo fue incapaz de probar bocado.

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Te dije que no podras vivir como yo, concluy Tosui. Vete de aqu y no me molestes nunca ms.

44. EL LADRN QUE SE CONVIRTI EN DISCPULO Una tarde, hallndose Shichiri Kojun recitando sutras, entr un ladrn en su casa con una afilada espada pidiendo la bolsa o la vida. Shichiri le dijo: No me molestes. Puedes encontrar dinero en ese cajn. Y a continuacin reanud la lectura. Poco despus, se interrumpi y dijo: No lo cojas todo. Necesito algo con lo que pagar maana los impuestos. El intruso cogi la mayor parte del dinero y se dispuso a marchar. Cuando una persona te hace un regalo, agradceselo, aadi Shichiri. El hombre le dio las gracias y se march. Unos das ms tarde, el ladrn fue detenido y confes, entre otros, el robo a Shichiri. Cuando llamaron a Shichiri como testigo, dijo: Este hombre no es un ladrn, por lo menos en lo que a m respecta. Le di dinero y me lo agradeci. Cuando cumpli su condena en prisin, el hombre fue a ver a Shichiri y se convirti en su discpulo.

45. CORRECTO E INCORRECTO Cuando Bankei guardaba sus semanas de retiro para meditar, pupilos de todas partes de Japn acudan a hacerle compaa. Durante una

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de esas reuniones, un pupilo fue sorprendido robando. El asunto se llev a Bankei con la peticin de expulsar al culpable, pero Bankei hizo caso omiso del asunto. Poco despus, el mismo discpulo fue sorprendido en un acto similar, y de nuevo Bankei se desentendi del tema. Ello enfureci a los otros discpulos, quienes redactaron una instancia solicitando la expulsin del ladrn, en la que manifestaban que de otro modo ellos se iran en bloque. Cuando Bankei hubo ledo la solicitud, llam a todos sus discpulos. Sois hermanos sabios, les dijo. Sabis lo que es correcto y lo que es incorrecto. Podis ir a estudiar a otro lugar si se es vuestro deseo, pero este pobre hermano ni siquiera sabe diferenciar correcto de incorrecto. Quin le ensear si yo no lo hago? Me quedar aqu con l incluso si todos los dems os vais. Un torrente de lgrimas inund el rostro del hermano que haba robado. Todo deseo de robar se haba desvanecido.

46. CMO ALCANZAN LA ILUMINACIN LA HIERBA Y LOS RBOLES Durante el periodo Kamakura, Shinkan estudi tendai durante seis aos y despus estudi zen siete aos; ms tarde march a China y estudi zen trece aos ms. Cuando regres a Japn, muchos eran los que deseaban entrevistarse con l y preguntarle puntos oscuros. Pero cuando Shinkan reciba visitantes, lo que no ocurra con frecuencia, raramente responda a sus preguntas.

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Un da, un estudiante de cincuenta aos le dijo: He estudiado en la escuela de pensamiento tendai desde que era un nio, pero hay algo que no consigo comprender. La doctrina tendai asegura que incluso la hierba y los rboles alcanzarn la iluminacin. A m esto me parece muy extrao. De qu sirve discutir cmo la hierba y los rboles alcanzan la iluminacin?, pregunt Shinkan. La cuestin es cmo la alcanzas t. Has considerado eso alguna vez?. Nunca pens en ello de ese modo, se maravill el hombre. Pues vete a casa y piensa en ello, concluy Shinkan.

47. EL ARTISTA TACAO Gessen era un monje artista. Antes de comenzar un dibujo o una pintura, siempre insista en ser pagado por adelantado, y sus honorarios eran elevados. Era conocido como El Artista Tacao. Una geisha le hizo en una ocasin un encargo de una pintura. Cunto puedes pagar?, pregunt Gessen. Lo que quieras cobrar, respondi la joven, pero quiero que hagas el trabajo en mi presencia. As, un da la Geisha llam a Gessen a su presencia. sta estaba celebrando una fiesta en honor a su patrn. Gessen, con pinceladas maestras, realiz la obra. Cuando estuvo terminada, pidi la suma ms elevada de su poca. Cuando recibi su pago, la geisha se dirigi a su seor diciendo: Todo lo que este artista quiere es dinero. Sus pinturas son hermosas, pero su mente est sucia; el dinero la ha llenado de barro. Realizado

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por una mente as, este trabajo no es digno de ser exhibido. En todo caso es digno de decorar una de mis enaguas. Quitndose la falda, pidi entonces a Gessen que hiciera otra pintura en la parte posterior de su enagua. Cunto pagars?, pregunt Gessen. Oh, cualquier cantidad, respondi la joven. Gessen fij una cantidad altsima, pint lo que se le peda, y luego se march. Ms adelante se supo que Gessen tena las siguientes razones para desear el dinero: El hambre sola visitar su provincia. Los ricos no ayudaban a los pobres, de modo que Gessen tena un almacn secreto, desconocido para todo el mundo, en el que guardaba grano para esas emergencias. Desde su aldea hasta el Santuario nacional, la carretera estaba en muy mal estado y muchos viajeros sufran mucho al recorrerla. Dese construir una carretera mejor. Su maestro haba fallecido sin haber realizado su anhelo de construir un templo, y Gessen deseaba erigir ese templo en su honor. Despus de que Gessen hubo realizado sus tres deseos, lanz sus pinceles y materiales de pintura y, retirndose a las montaas, nunca ms pint.

48. LA PROPORCIN ADECUADA Sen no Rikyu, un maestro de la ceremonia del t, quiso colgar un cesto con flores de una columna. Para ello, pidi al carpintero que le ayudara, y lo dirigi para que lo colocara un poco ms alto o ms bajo,

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a la derecha o a la izquierda, hasta que encontr el lugar exacto. se es el sitio, dijo finalmente Sen no Rikyu. El carpintero, para probar al maestro, marc el lugar e hizo ver que lo haba olvidado. Era ste el sitio? O era ste?, segua preguntando el carpintero, sealando varios lugares en la columna. Pero tan preciso era el sentido de la proporcin del maestro de la ceremonia del t, que hasta que el carpintero no lleg justo al mismo punto, no se aprob la localizacin.

49. EL BUDA DE LA NARIZ NEGRA Una monja en busca de la iluminacin cre una estatua de Buda y la cubri con un bao de oro. Dondequiera que fuese, siempre llevaba consigo su Buda dorado. Pasaron los aos y, llevando siempre el Buda consigo, la monja fue a vivir a un pequeo templo en el que haba muchos budas, cada uno con su oratorio particular. La monja quiso quemar incienso ante su Buda dorado. Pero, como le disgustaba la idea de que el perfume pudiera desviarse hacia los otros, consigui un embudo a travs del cual el humo slo iba a su estatua. Esto ennegreci la nariz del Buda dorado, hacindolo especialmente feo.

50. LA CLARA COMPRENSIN DE RYONEN Esta monja budista conocida como Ryonen naci en 1797. Era nieta del famoso guerrero japons Shingen. Su genio potico y des-

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lumbrante belleza eran tales, que a los diecisiete aos estaba al servicio de la emperatriz como una de las damas de la corte. Incluso a esa joven edad, la fama la esperaba. La amada emperatriz muri sbitamente y los sueos esperanzados de Ryonen se desvanecieron. Y de este modo percibi agudamente la impermanencia de la vida en este mundo. Fue en ese momento cuando decidi estudiar zen. Sin embargo, sus parientes se mostraron en desacuerdo, y prcticamente la forzaron al matrimonio. Con la promesa de que podra convertirse en una monja cuando hubiera dado a luz a tres hijos, Ryonen asinti. Antes de cumplir los veinticinco ya haba cumplido tal condicin. As, su marido y familia no pudieron ya disuadirla de su deseo por ms tiempo. Se afeit la cabeza, tom el nombre de Ryonen, que significa comprender claramente, y comenz su peregrinaje. Lleg a la ciudad de Edo y le pidi a Tetsugya que la aceptara como su discpula. Con slo una mirada, el maestro la rechaz por ser demasiado hermosa. Ryonen fue a ver a otro maestro, Hakuo. Hakuo la rechaz por el mismo motivo, dicindole que su belleza slo creara problemas. Ryonen consigui un hierro candente y lo estamp en su cara. En pocos minutos, su belleza haba desaparecido para siempre. Hakuo la acept entonces como su discpula. En conmemoracin de esa ocasin, Ryonen escribi un poema en el reverso de un pequeo espejo: Al servicio de mi emperatriz, quem incienso para perfumar mis exquisitas ropas, Ahora, como un mendigo sin hogar, quemo mi cara para entrar en un templo zen.

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Cuando Ryonen estaba a punto de dejar este mundo, escribi otro poema: Sesenta y seis veces han visto estos ojos la cambiante escena del otoo. He dicho ya bastante acerca de la luz de la luna, No preguntis ms. Escuchad solamente la voz de los pinos y de los cedros cuando no sopla el viento.

51. MIJO AGRIADO El monje cocinero, en el monasterio de Bankei, decidi que se ocupara de la salud de su anciano maestro y le dio nicamente mijo fresco, una pasta de semillas de soja mezclada con trigo y levadura que frecuentemente fermenta. Bankei, notando que le haban servido mejor mijo que a sus pupilos, pregunt: Quin es hoy el cocinero?. Entonces Dairyo fue llevado a su presencia. Bankei escuch que, conforme a su edad y posicin, debera comer nicamente mijo fresco. De modo que dijo al cocinero: Entonces piensas que no debera comer en absoluto. Tras ello, fue a su cuarto y cerr la puerta. Dairyo, sentado fuera de la puerta, pidi perdn a su maestro. Bankei no respondi. Durante siete das, Dairyo se sent fuera y Bankei dentro. Finalmente, desesperado, un discpulo habl en voz alta a Bankei: Puede que tengas razn, anciano maestro, pero este joven discpulo tiene que comer. No puede estar sin comer para siempre!. Ante esto, Bankei abri la puerta. Estaba sonriendo. Le dijo a Dairyo: Insisto en comer la misma comida que el ltimo de mis

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seguidores. Cuando te conviertas en el maestro, no quiero que olvides esto.

52. TU LUZ PUEDE APAGARSE Un estudiante de tendai, una escuela filosfica del budismo, lleg al zen como discpulo de Gasan. Cuando, unos aos ms tarde, se preparaba para partir, Gasan le advirti: Estudiar la verdad por medio de la especulacin es til como un modo de recolectar material para la predicacin. Pero recuerda que, salvo que medites constantemente, tu luz de la verdad puede apagarse.

53. EL QUE DA DEBE ESTAR AGRADECIDO Durante el tiempo que Seietsu fue el maestro de Engaku en Kamakura, siempre pidi salas mayores, pues aquellas en las que enseaba estaban abarrotadas. Umeza Seibei, un comerciante de Edo, decidi donar quinientas piezas de oro llamadas ryo para la construccin de una escuela ms cmoda. Llev ese dinero al maestro. Seisetsu dijo: De acuerdo. Lo tomar. Umezu dio a Seisetsu el saco de oro, pero no estaba satisfecho con la actitud del maestro. Una persona podra vivir un ao entero con slo tres ryo, y al comerciante ni siquiera le haban dado las gracias por quinientos. En ese saco hay quinientos ryo, coment Umeza. Ya me lo has dicho antes, contest Seisetsu.

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Incluso si soy un comerciante acaudalado, quinientos ryo es mucho dinero, dijo Umezu. Quieres que te agradezca por ello?, pregunt Seisetsu. Deberas hacerlo, respondi Umeza. Por qu debera?, inquiri Seisetsu. El que da debera estar agradecido.

54. LA LTIMA VOLUNTAD Y TESTAMENTO Ikkyu, un famoso maestro zen de la era Ashikaga, era el hijo del emperador. Cuando era muy joven, su madre se march del palacio y fue a un templo a estudiar zen. De este modo el prncipe Ikkyu se convirti a su vez en estudiante. Cuando su madre falleci, le dej una carta. Deca: Para Ikkyu: He finalizado mi misin en esta vida y regreso ahora a la Eternidad. Deseo que te conviertas en un buen estudiante y que realices tu naturaleza bdica. Sabrs as si estoy en el infierno y si siempre estoy contigo o no. Si te conviertes en un hombre que comprende que Buda y su seguidor Bodhidharma son tus servidores, podrs dejar el estudio y trabajar por la humanidad. Buda predic durante cuarenta y nueve aos y en todo ese tiempo no consider necsario decir una sola palabra. Deberas saber por qu. Pero si no lo sabes y deseas saberlo, evita pensar infructuosamente. Tu madre, No nacida, No muerta. Primero de septiembre.

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P.D. Las enseanzas de Buda tenan como propsito principal la iluminacin de los dems. Si dependes de alguno de sus mtodos, no eres ms que un insecto ignorante. Existen 80.000 libros sobre budismo, y si los leyeras todos y an no vieras tu verdadera naturaleza, no comprenderas ni siquiera esta carta. sta es mi ltima voluntad y mi testamento.

55. EL MAESTRO DE T Y EL ASESINO Taiko, un guerrero que vivi en Japn antes de la era Tokugawa, estudi Cha-no-yu, la etiqueta del t, con Sen no Rikyu, un maestro de esa esttica expresin de la calma y la satisfaccin interiores. El ayudante de Taiko, el guerrero Kato, interpret que el entusiasmo de su superior por la etiqueta del t le haca negligente en los asuntos de Estado, de modo que decidi matar a Sen no Rikyu. As que pretendi hacer una visita de cortesa al maestro de t y fue invitado a tomar el t. El maestro, que era muy hbil en su arte, vio al punto la intencin del guerrero, de modo que invit a Kato a dejar su espada antes de entrar en la habitacin para la ceremonia, explicndole que Cha-noyu representa la paz en s mismo. Kato no quiso escuchar. Soy un guerrero, dijo. Siempre llevo mi espada conmigo. Cha-no-yu o no Cha-no-yu, llevar mi espada. Muy bien. Entra con tu espada y toma un poco de t, consinti Sen no Rikyu. La tetera herva en el fuego de carbn. De repente, Sen no Rikyu la volc. Silbando, el vapor se levant, llenando la habitacin de humo y cenizas. El asustado guerrero sali fuera corriendo.

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El maestro de t se disculp. Fue culpa ma. Regresa y toma un poco de t. Aqu est tu espada cubierta de ceniza, la limpiar y te la dar. En esta situacin, el guerrero comprendi que no podra matar al maestro de t, por lo que desisti.

56. EL SENDERO VERDADERO Justo antes de que Ninakawa falleciera, el maestro zen Ikkyu le visit. Debo guiarte en este paso?, pregunt Ikkyu. Ninakawa respondi: Vine aqu solo y solo me ir. De qu podra servirme tu ayuda?. Ikkyu contest: Si piensas que realmente vienes y vas, sa es tu ilusin. Permteme mostrarte el camino en el que no hay idas ni venidas. Con sus palabras, Ikkyu haba revelado tan claramente el sendero, que Ninakawa sonri y muri.

57. LAS PUERTAS DEL PARASO Un soldado llamado Nobushige fue a ver a Hakuin, y pregunt: Existe realmente un paraso y un infierno?. Quin eres t?, pidi Hakuin. Soy un samuri, respondi el guerrero. T, un soldado?, exclam Hakuin. Qu clase de gobernante te aceptara como su guardia? Tu cara parece la de un pordiosero. Nobushige se enfad tanto que comenz a sacar su espada, pero Hakuin continu:

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As que tienes una espada! Tu arma probablemente sea demasiado burda para cortar mi cabeza. Mientras Nobushige sacaba su espada, Hakuin remarc: Aqu se abren las puertas del infierno!. Ante estas palabras, el samuri, comprendiendo al maestro, envain su espada e hizo una reverencia. Aqu se abren las puertas del paraso!, dijo Hakuin.

58. EL ARRESTO DEL BUDA DE PIEDRA Un comerciante que llevaba sobre los hombros cincuenta fajos de gneros de algodn, se detuvo a descansar del calor bajo la sombra de un gran Buda de piedra que encontr en el camino. Ah se qued dormido, y cuando se despert sus mercancas haban desaparecido. Inmediatamente denunci el hecho a la polica. Un juez llamado O-oka abri la investigacin. Ese Buda de piedra debe de haber robado las mercancas, concluy el juez. Se supone que debe cuidar el bienestar de la gente, pero ha fracasado en su sagrada misin. Arrestadle. La polica arrest al Buda de piedra y lo llev a a los tribunales. Una ruidosa muchedumbre sigui a la estatua, curiosa por conocer qu clase de sentencia le iba a imponer el juez. Cuando O-oka apareci en el estrado, reprendi a la audiencia que vociferaba. Qu derecho tenis a rer y hacer mofa de esta manera? Estis en rebelda ante el tribunal y sujetos a multa y encarcelamiento. La gente se apresur en disculparse. Debera poneros una multa, dijo el juez, pero la perdonar si cada uno de vosotros trae un fajo de

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mercancas de algodn al tribunal en tres das. El que no haga esto, ser arrestado. Uno de los fajos de ropa que trajo la gente fue rpidamente reconocido por el comerciante como propio, y de ese modo, el ladrn fue fcilmente descubierto. El comerciante recuper sus bienes, y el resto de fajos se devolvi a sus propietarios.

59. SOLDADOS DE LA HUMANIDAD En una ocasin, una divisin de la armada japonesa estaba realizando una batalla simulada, y algunos de los oficiales consideraron necesario establecer su cuartel general en el templo de Gasan. Gasan dijo a su cocinero: Haz que los soldados coman exactamente lo mismo que nosotros. Esto enoj a los soldados, que estaban habituados a un tratamiento bien distinto. Uno de ellos fue a ver a Gasan y le dijo: Quin piensas que somos? Somos soldados, sacrificando nuestras vidas por nuestro pas. Por qu no nos tratas como merecemos?. Gasan respondi severamente: Quin piensas t que somos nosotros? Somos soldados de la humanidad, aspirando a salvar a todos los seres vivos.

60. EL TNEL Zenkai, el hijo de un samuri, viaj a Edo y all se convirti en el servidor de un alto oficial. Pero se enamor de la mujer del oficial y

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fue descubierto. As que, en defensa propia, mat al oficial y luego huy con la esposa. Ms tarde, ambos se convirtieron en ladrones. Pero la mujer era tan codiciosa que Zenkai se disgust y la abandon. Viaj a la lejana provincia de Buzen y se convirti en un mendigo errante. Para expiar su pasado, Zenkai resolvi realizar buenas acciones durante el resto de su vida. Sabiendo de un peligroso camino que bordeaba un precipicio y haba causado la muerte a muchas personas, decidi excavar un tnel a travs de la montaa. Zenkai mendigaba comida durante el da, y de noche trabajaba cavando un tnel. Cuando hubieron transcurrido treinta aos, el tnel tena 7.000 m de largo, 60 m de alto, y 90 m de ancho. Dos aos antes de finalizar el tnel, el hijo del oficial al que haba dado muerte, hbil espadachn, encontr a Zenkai y fue a matarlo en venganza. De buena gana te dar mi vida, dijo Zenkai. Slo permteme que acabe esta obra. El da en que est finalizada, podrs matarme. De modo que el hijo esper. Pasaron varios meses y Zenkai segua cavando. El hijo se cans de no hacer nada y comenz a ayudarle. Despus de haberle ayudado durante ms de un ao, lleg a admirar la fuerza de voluntad y el carcter de Zenkai. Finalmente, el tnel se complet y la gente pudo utilizarlo y viajar sin riesgos. Ahora puedes cortarme la cabeza, dijo Zenkai. Mi trabajo est hecho. Cmo podra cortar la cabeza de mi propio maestro?, pregunt el joven con lgrimas en los ojos.

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61. GUDO Y EL EMPERADOR El emperador Goyozei estaba estudiando zen con Gudo. Le pregunt: En zen, la propia mente es Buda. Es correcto?. Gudo respondi: Si digo s, pensars que comprendes sin comprender. Si digo no, estar contradiciendo un hecho que podras entender muy bien. Otro da, el emperador pregunt a Gudo: Dnde va el hombre iluminado cuando muere?. Gudo respondi: No lo s. Por qu no lo sabes?, pregunt el emperador. Porque an no he muerto, replic Gudo. El emperador dud si preguntar ms acerca de esas cuestiones que no poda comprender. As que Gudo golpe en el suelo con su mano como para despertarle, y el emperador fue iluminado. El emperador respet el zen y a Gudo ms que nunca tras su iluminacin, e incluso permiti a Gudo usar su sombrero en el palacio durante el invierno. Cuando Gudo haba pasado de los ochenta aos, acostumbraba a quedarse dormido en medio de sus lecciones, y el emperador, con mucho cuidado, se iba a otra habitacin para que su amado maestro disfrutara del descanso que su anciano cuerpo requera.

62. EN LAS MANOS DEL DESTINO Un gran guerrero japons llamado Nobunaga decidi atacar al enemigo aunque era diez veces inferior en nmero a ste. Saba que vencera, pero sus soldados dudaban.

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De camino, se detuvo en el oratorio de Shinto y dijo a sus hombres: Despus de visitar el santuario, lanzar una moneda. Si sale cara, venceremos; si sale cruz, perderemos. El destino nos tiene en sus manos. Nobunaga entr en el santuario y ofreci una oracin en silencio. Sali y tir una moneda. Sali cara. Sus soldados estaban tan ansiosos por luchar que ganaron fcilmente la batalla. Nadie puede cambiar los designios del destino, le dijo su oficial despus de la batalla. Ciertamente no, dijo Nobunaga, mostrando una moneda que haba sido trucada, con una cara en cada lado.

63. MATAR Gasan dijo un da a sus seguidores: Aquellos que hablan en contra de matar y que desean salvar las vidas de todos los seres vivos estn en lo cierto. Es bueno proteger incluso a animales e insectos. Pero qu hay de aquellas personas que matan el tiempo, qu hay de aquellos que destruyen la salud, qu hay de aquellos que destruyen la poltica econmica? No deberamos pasarlos por alto. An ms, qu hay de aquel que predica sin estar iluminado? Est matando el budismo. 64. EL SUDOR DE KASAN Se le pidi a Kasan que oficiara el funeral de un seor de la provincia. Nunca antes haba tratado con seores y nobles, por lo que estaba nervioso. Cuando comenz la ceremonia, Kasan sudaba.

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Ms tarde, una vez de regreso, reuni a sus pupilos. Kasan confes que an no estaba cualificado para ser maestro, puesto que careca de la naturalidad con que se desenvolva en el templo cuando tena que hacerlo en el exterior. Entonces renunci a su cargo y se convirti en pupilo de otro maestro. Ocho aos despus, regres con sus antiguos discpulos, iluminado.

65. LA SUBYUGACIN DEL FANTASMA Una joven esposa se sinti enferma y se encontraba a punto de morir. Te quiero tanto, dijo a su marido. No quiero dejarte. No me sustituyas con otra mujer. Si lo haces, regresar como fantasma y te causar problemas sin fin. Poco despus, la mujer falleci. El marido respet su ltimo deseo durante los tres primeros meses, pero entonces conoci a otra mujer y se enamor de ella. Se comprometieron en matrimonio. Inmediatamente despus del compromiso, cada noche se le apareca un fantasma al marido, acusndole de no haber cumplido su promesa. Y era un fantasma muy listo. Le deca exactamente lo que haba ocurrido entre l y su nuevo amor. Siempre que le haca un regalo a su prometida, el fantasma lo describa con detalle. Era capaz incluso de repetir conversaciones, y eso molestaba tanto al hombre, que no poda dormir. Alguien le aconsej que fuera a contar su problema a un maestro zen que viva cerca de la aldea. Al final, el pobre hombre acudi a l en busca de ayuda. Tu anterior esposa se ha convertido en un fantasma y sabe todo lo que haces, coment el maestro. Sea lo que sea lo que hagas o

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digas, cualquier regalo que hagas a tu prometida, ella lo sabe. Debe de ser un fantasma muy sabio. En realidad, deberas admirar a un fantasma as. La prxima vez que aparezca, haz un trato con ella. Dile que sabe tanto que no puedes ocultarle nada, y que si te responde a una cuestin, prometes romper tu compromiso y permanecer soltero. Cul es la pregunta que debo hacerle?, pregunt a continuacin el hombre. El maestro respondi: Coge un buen puado de semillas de soja y pregntale cuntas tienes exactamente en tu mano. Si no puede decrtelo, sabrs que slo es un producto de tu imaginacin y no te volver a molestar. La noche siguiente, cuando el fantasma se apareci de nuevo ante el hombre, ste lo adul y le dijo que era un fantasma que lo saba todo. Ciertamente, replic el fantasma, y tambin s que hoy fuiste a ver a ese maestro zen. Y dado que sabes tanto, dijo el hombre, dime cuntas semillas sujeto en esta mano. Ya no haba ningn fantasma que pudiera contestar esa pregunta.

66. LOS NIOS DE SU MAJESTAD Yamaoka Tesshu era tutor del emperador. Tambin era un gran maestro en el arte de la esgrima y un profundo estudioso del zen. Su casa era el refugio de los vagabundos y slo tena un traje, puesto que stos le empobrecan.

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El emperador observ lo usadas que estaban sus ropas y le dio dinero para que se comprara otras. Pero la siguiente ocasin en que Yamaoka apareci, llevaba el mismo traje viejo. Qu ha sido de tu traje nuevo, Yamaoka?, pregunt el emperador. Di ropas a los nios de Su Majestad, explic Yamaoka.

67. QU ESTS HACIENDO! QU ESTS DICIENDO! En los tiempos modernos, se ha dicho una gran cantidad de tonteras sobre los maestros y los discpulos, as como sobre la herencia que los pupilos favoritos de un maestro reciben de su enseanza, la cual les da derecho a transmitir la verdad a sus seguidores. Por supuesto, el zen debera impartirse de ese modo, de corazn a corazn, y en el pasado era realmente as. El silencio y la humildad reinaban sobre la profesin y la asercin, y quien reciba tal enseanza, mantena la cuestin oculta incluso despus de veinte aos. Y no era hasta que otro descubra por cuenta propia que tena a mano a un verdadero maestro, cuando se saba que dicha enseanza haba sido impartida. E incluso entonces, la ocasin surga de modo muy natural y la enseanza segua su va. Bajo ninguna circunstancia proclamaba jams el maestro: Soy el sucesor de tal o cual, pues dicha afirmacin probara precisamente lo contrario. El maestro zen Mu-nan tuvo un nico sucesor. Su nombre era Shoju. Tras haber completado sus estudios de zen, Mu-nan le llam a su habitacin. Me estoy haciendo viejo, le dijo, y, hasta donde yo s, Shoju, t eres el nico que podr continuar esta enseanza. Aqu tienes este libro. Ha pasado de maestro a maestro durante siete gene-

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raciones. Tambin he aadido algunas notas segn mi propio entendimiento. El libro es muy valioso, y te lo doy en representacin de tu sucesin. Si el libro es tan importante, ser mejor que lo conserves, dijo Shoju. He recibido tu zen sin escritura y estoy satisfecho de ello tal como es. Lo s, dijo Mu-nan. Pese a ello, esta obra se ha transmitido de un maestro a otro durante siete generaciones, por lo que debes quedrtelo como smbolo de haber recibido la enseanza. Tmalo. Daba la circunstancia de que se hallaban hablando frente a un brasero. En el instante en que Shoju sinti el libro en sus manos, lo lanz hacia los carbones encendidos. No tena inters en las posesiones. Mu-nan, que nunca antes se haba enfadado, grit: Qu ests haciendo!. Shoju le devolvi el grito: Qu ests diciendo!.

68. UNA NOTA DE ZEN Despus de que Kakua visitara al emperador, desapareci y nadie supo qu haba sido de l. Fue el primer japons que estudi zen en China, pero dado que no haba enseado nada sobre l, salvo una nota, no es recordado como el hombre que llev el zen a su pas. Kakua visit China y recibi la enseanza verdadera. No viaj a ninguna parte mientras estuvo all, y vivi en una remota parte de una montaa, en constante meditacin. Siempre que la gente le encontraba y le peda que predicara, l deca unas palabras y se marchaba a otra parte de la montaa donde no fuera tan fcil encontrarle.

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El emperador oy hablar de Kakua cuando regres a Japn y le pidi que predicara zen para su instruccin y la de sus sbditos. Kakua permaneci de pie ante el emperador en silencio. Improvis entonces una flauta con los pliegues de su ropa e hizo sonar una breve nota. Haciendo una corts reverencia, desapareci.

69. COMERSE LA CULPA Un da, surgieron una serie de circunstancias que retrasaron la preparacin de la cena de un maestro de soto zen, Fugai, y sus discpulos. Corriendo, el cocinero sali al jardn con su cuchillo y cort varias verduras verdes, las troce y prepar una sopa, sin darse cuenta de que, en su apresuramiento, haba incluido parte de una serpiente en las hortalizas. Los seguidores de Fugai pensaron que nunca antes haban probado una sopa tan exquisita. Pero cuando el propio maestro encontr la cabeza de la serpiente en su cuenco, hizo llamar al cocinero. Qu es esto?, pregunt, sujetando la cabeza del animal. Oh, gracias, maestro, replic el cocinero tomando el bocado y comindoselo rpidamente.

70. LA COSA MS VALIOSA DEL MUNDO Un estudiante pregunt al maestro zen chino Sozan: Cul es la cosa ms valiosa del mundo?. El maestro respondi: La cabeza de un gato muerto.

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Por qu es la cabeza de un gato muerto la cosa ms valiosa del mundo?, inquiri el estudiante. Sozan respondi: Porque nadie puede ponerle un precio.

71. APRENDER A CALLAR Los pupilos de la escuela tendai acostumbraban a estudiar meditacin antes de que el zen entrara en Japn. Cuatro de ellos, que eran amigos ntimos, se prometieron el uno al otro guardar siete das de silencio. El primer da todos callaron. Su meditacin haba comenzado con buen pie, pero cuando lleg la noche y la luz de las lmparas de aceite comenzaba a palidecer, uno de los pupilos no pudo evitar decir a un sirviente: Recarga esas lmparas. Un segundo pupilo se sorprendi al or hablar al primero. Se supone que no debemos decir ni una palabra, remarc. Sois los dos unos estpidos. Por qu habis hablado?, pregunt el tercero. Yo soy el nico que no ha hablado, concluy el cuarto estudiante.

72. EL SEOR ZOQUETE Dos maestros zen, Daigu y Gudo, fueron invitados a visitar a un seor. A su llegada, Gudo dijo al seor: Sois sabio por naturaleza y tenis una habilidad innata para el aprendizaje del zen. Tonteras, dijo Daigu. Por qu adulas a este zoquete? Puede que sea un seor, pero no sabe nada sobre zen.

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De modo que, en vez de construir un templo para Gudo, el seor lo construy para Daigu y estudi zen con l.

73. DIEZ SUCESORES Los discpulos zen hacen un juramento segn el cual se aplicarn al aprendizaje del zen aunque sean asesinados por su maestro. Antes se cortaban un dedo y sellaban su resolucin con sangre. En la actualidad, el