7/25/2019 Cuervos En La Noche
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Cuervos en la Noche
Canarios en la maana, cuervos en la noche. Es una verdad. Es una
ley. Leyes,es algo que no existe para Pereyra. Su casa era un
calaboo de terror, abusosexual y muerte, y !l era el an"tri#n de su
sangrienta "esta. $en%a un cuervoenorme, era su mascota y su peor
arma, en casos. & veces, dis'rutaba de llenarcon semillas los
o(os de sus invitados, y de(ar a su cuervo comerlas. Nuncasupo
dis'rutar de la 'elicidad a(ena, le encantaba o%r gritos y solloos
de otraspersonas. Le gustaba la sangre, la adoraba. Su casa, por su
parte, estabaale(ada de cualquier pueblo o ciudad. Era enorme,
lu(osa y de una arquitecturag#tica. Sus v%ctimas, que sab%an de su
'ortuna, asist%an a sus "estas 'elimente,creyendo que iban a
recibir alguna venta(a de amigarse de este rico hombre,que tan
precavido era que nadie se enteraba de lo que pasaba en tu
casa.
)n d%a, decidi# animarse a probar con *anie +cLaren, una (oven
que viv%a en unpueblo cercano, conocida por su bellea indiscutible.
Era muy complicado paraPereyra, ya que ella tambi!n era muy
inteligente, y era probable que no
consiguiera hacer que cayera en su trampa. Primero, pens# en ir
yconquistarla. Pero !l no era lo su"cientemente atractivo. )na
amistad. Esonecesitaba. Sabia donde traba(aba, donde viv%a y donde
le gustaba ir a comer.Los ms conveniente era ir a donde traba(aba e
intentar llamar su atenci#n.-uncionaria. Ella caer%a.
&l d%a siguiente, se prepar#, se visti# con ropa c#moda,
in'ormal. Se puso unamochila y sali# de su casa. &l subir a su
coche, un entley Continental /$, semir# al espe(o, puso su me(or
sonrisa y parti# al pueblo. -ren# en 'rente delrest# donde
traba(aba, la vio a trav!s del ventanal. Era hermosa. $en%a
que'uncionar. Se ba(#, esper# a que terminara su turno escondido
dentro de unacabina tele'#nica. Cuando ella sali#, !l de(# su
escondite, sac# unos papeles desu mochila, y camino hacia ella
mirando su celular. Cuando lleg# el momento,choc# contra ella
tirando las ho(as que llevaba. El choque dur# muy poco, peropara
Pereyra dur# aos. $odo el mundo se paus# cuando su cuerpo toc# el
deella y pens# las cosas ms macabras. Luego, ella se disculp# con
!l por haberlochocado, aunque ambos sab%an que 'ue al rev!s.Se
presentaron. 0l le pregunt#si iba a alg1n lado. 2& mi casa,
pero puedo ir sola, gracias.3, respondi#. 0linsisti# hasta que ella
cediera, y cedi#. No hubo charla en el coche, ellasolamente le daba
direcciones. El solo la ve%a. No necesitaba escuchar, sab%ad#nde
viv%a.&l llegar, solo se miraron un rato. Ella le agradeci# por
el via(e. &s%'ue durante varios d%as4 !l iba, la llevaba a su
casa, y volv%a. Cada d%acharlaban ms, ella le hablaba de su vida y
el, de la suya. ueno, no de suvida, ms bien de una vida inventada.
)na vida tan 'eli como 'alsa, llena deaventuras y nombres
inexistentes. No solo era un psic#pata, tambi!n era ungran escritor
y muy creativo. Su historia era muy cre%ble. 5ncluso alguien
taninteligente como la seorita +cLaren. Se hab%a cre%do cada
palabra de lahistoria que Pereyra le hab%a contado. 5ncluso logr#
desarrollar una buenaamistad con !l6
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Lleg# el d%a. Estaba todo listo. Semillas listas, cama lista,
sogas preparadas,mor"na a mano, cuervo hambriento, todo listo.
Pereyra agarr# su mochila yparti#. Puso en la radio su canci#n
'avorita, y mane(# con su me(or sonrisa,pero en el 'ondo sab%a que
algo andaba mal. &lgo malo iba a pasar. & pesar deeso
sigui# sonriendo y pensando en ella. Era un d%a nublado. 5ba a
llover. Nosab%a cundo, pero lo har%a. Cuando lleg#, ba(# del auto y
se par# a su lado,esperando. 7e repente, todo a su alrededor se
aclar# y empe# a llover muy'uerte. 7emasiado 'uerte como para
esperar a'uera del auto. Se qued#esperando durante mucho tiempo,
viendo salir a la gente, hasta que, derepente6
