David Felipe Arranz Max Aub Crimenes

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  • 7/31/2019 David Felipe Arranz Max Aub Crimenes

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    Indagaciones lingsticas en Crmenes ejemplares de Max Aub

    David Felipe Arranz LagoCrculo de Bellas Artes de Madrid

    Congreso Internacional del CentenarioMax Aub, testigo del siglo XX

    Valencia, Abril de 2003

    Matar, matar sin compasin para seguir adelante, para allanar elcamino, para no cansarse. Un cadver aunque est blando es un buenescaln para sentirse ms alto. Alza. Matar, acabar con lo que molestapara que sea otra cosa, para que pase ms rpido el tiempo. Servicio aprestar hasta que me maten; a lo que tienen perfecto derecho.

    Crmenes ejemplares.

    Las indagaciones suelen conducir, si se desarrollan con sagacidaz, en el caso de lacriminologa, a averiguar a quin pertenece la mano homicida. Si bien el tema que nosocupa pertenece al mundo de la ficcin, vamos a trazar de igual manera nuestraindagatoria sobre la lengua de Max Aub y a preguntar al texto de Crmenes ejemplarespor los mviles, las armas homicidas utilizadas, los culpables y sus cmplices y lasvctimas. Como circunstancia eximente y en defensa del autor de La gallina ciega,diremos que a l le mova una manifestacin elocutiva, y que esta actitud criminal estrepresentada en la obra por lo cmico y lo trgico-violento, dos actitudes combinadas enel texto que le otorgan una gran modernidad. Si adems, Crmenes ejemplares, queobtuvo en 1981 el Gran Premio de Humor Negro de Francia, constituye un corpus demicrorrelatos poco conocido y menos estudiado, la pesquisa se nos ofrece doblementeapetitosa.

    Para empezar, situemos a Max Aub en el exilio mejicano. A Veracruz lleg desde loscampos de concentracin del sur de Francia y despus de Djelfa, en Argelia, enseptiembre de 1942. Tras una situacin que pareca resolverse con un desenlace fatal, elescritor norteamericano John Dos Passos obtuvo para l un visado con el fin de facilitarla huida del nazismo y hacerlo llegar a Mxico. Llevaba ya a sus espaldas doce aos deexilio en este pas, de desprecio y de indignacin por el dolor de Espaa, y alldesarroll el grueso de su produccin cuentstica, escrita en el mismo marco que losCrmenes ejemplares: Cuentos ciertos, Ciertos cuentos y algunos Cuentos mexicanos(con piln)1. A la etapa del exilio y anteriores a los Crmenes pertenecen tambinLasbuenas intenciones (1954) yAlgunas prosas (1954).

    1 Este piln no es otra cosa que nueve poemas, entre los que se encuentra el Salmo para la primaveradel Anhuac.

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    Acerca del humorismo de Max Aub escribi Manuel Tun de Lara2 que es polidrico ydifcil de definir, toda vez que el discurso de la risa3 aubiano adopta diferentes formas ymoldes que guardan varias deudas: hacia el conceptismo quevediano, el ludibriolingstico de la greguera de Ramn Gmez de la Serna y una pizca del discursovalleinclanesco, del esperpento indignado reflejado ante los espejos de los callejones.

    Esta visin especular, por otra parte, tan apreciada por Aub, hace desfilar susparticulares personajes en Crmenes ejemplares: un jugador de ajedrez, un lotero, undelator, un moroso, un enfermo del estmago, un nio llorn, un mdico incompetente,un maestro, una mujer con halitosis, un librero, un viejo doctor, un cartero, etc; casitodos individuos que no saben desempear con correccin ni pulcritud su oficio y aquienes Aub asesina en la ficcin para que sirva de precedente. Es el carcterejemplar el de la ejemplar irona de quien sabe que jams se producir la abolicin de lamala educacin y la incompetencia de este mundo.

    Qu son los Crmenes ejemplares? En cierta ocasin, Max Aub escribi que Crmenesejemplares era un irnico tributo a la caridad y al amor fraternal. No olvidemos que es

    el propio criminal quien, en fingida confesin, da su propia versin de los crmenes, quese ejecutan como favor a s mismo y, de paso, a toda la humanidad. Para IgnacioSoldevila Durante, Crmenes ejemplares es un anecdotario en torno al tema delhomicidio sin premeditacin y, en general, con alevosa por parte de la vctima.4

    Ms all de la boutade filantrpica del propio autor, lo cierto es que el sentido que Aubtrata de instaurar aqu es el del ejemplar, digno de ser propuesto como modelo; es decir,el de casos criminales que sirvan o deban servir de escarmiento, pero no para losejecutantes, sino para las vctimas del crimen. Se produce as el trastocamiento depapeles: la vctima, antes de serlo, ha sido verdugo, un verdugo que incordia y queacaba muriendo por molestar. Esta justificacin del crimen como una accin defensivaante una agresin que, en principio, es inferior a la reaccin criminal provocada,encierra las circunstancias atenuantes y eximentes que utiliza el enunciador del relato ensu apelacin ante la corte de los lectores. Estas circunstancias son una mentira, una malacontestacin, un mal olor, un errneo desempeo de las funciones profesionales de tal ocual sujeto, antes de ser asesinado.

    Ambigedad y presuposicin, automatismo y diloga, recursos lingsticos queabordaremos desde la pragmtica, vertebran los Crmenes ejemplares, haciendo de ellosun exquisito ejercicio de cinismo, capaz de convencer a un lector desprevenido de laconveniencia de un asesinato, si la ocasin lo requiere. Y esto es fcil para el escritor,

    2 Tun de Lara, M., Prlogo a lasNovelas Escogidas, Mxico, Aguilar, 1970, pg. 27: Y aqu se tercialo del humor aubiano. Una vez ha dicho nuestro autor que lo de su humorismo no dejaba de ser, al fin y alcabo, una especie de autocensura. De qu? Ante quin? Ante el dolor, sencillamente; [] Serhumorista y jugar a veces al cruel, para no dejar el alma en jirones ante el dolor. [] El humor cumple[] pero [tambin] se le escapa de las manos de la pluma- al autor, para transformarse en mueca dedolor, en grito abismal, desgarrado [] maestro del humor sutil o del humor negro, segn lo exige el casoy el tema, temible para el adversario cuando maneja la irona polmica, levemente zumbn al observaralgunos planos no todos- de las relaciones humanas [] le fluye la guasa, medida y a su hora; nunca adestiempo.3 Entendemos por discurso de la risa aquella secuencia coherente de enunciados de la cadena hablada o

    escrita en la que predomina lo cmico y que mediante una serie de recursos (lingsticos o prosdicos)divierte y hace rer, actualizado de manera concreta en un texto.4 Soldevila, I.,La obra narrativa de Max Aub (1929-1969), Madrid, Gredos, 1973, pg. 183.

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    porque la conciencia del autoengao literario comienza por el propio Aub5, quien noconfa en el lenguaje como medio de transmisin de realidades. Lejos de eso, la lenguaen su acepcin de discurso oral se ha tornado, tras la trgica experiencia del exilio, ensistema de prevaricaciones que desalientan al individuo. Como reaccin, la respuesta deAub es el juego lingstico subversivo, la irona su forma y es precisamente esta

    concepcin ldica de la escritura la que le ha reservado un lugar en el podio de losescritores renovadores. En realidad se trata de una combinacin magistral de doselementos: la irona lingstica y la presuposicin. Segn Mara ngeles TorresSnchez, es en el encuentro de estos dos recursos discursivos cuando se descubre elingenio del hablante:

    Normalmente, tanto los enunciados crticos como los humorsticos tienen una caractersticacomunicativa bsica comn: producir una ruptura de las expectativas del receptor, y este primerdesconcierto es el que obliga a hacer inferencias encaminadas a esclarecer 6 la intencionalidadque ha llevado al hablante a actuar con esa aparente incoherencia en tal contexto, y a descubrir elsentido pertinente del mensaje.7

    Por ejemplo, veamos la combinacin irona-presuposicin en uno de los cuentos en elque se mata a un huelguista molesto y que comprende, como en muchos otros casos, tanslo una oracin, Que se declare en huelga ahora!, con la que escuetamente se nosinforma de que quien habla, lo ha matado. Obviamente, el narrador no pide literalmenteque se declare en huelga (acto locutivo), sino que nos dice que lo ha matado (nivelilocutivo). Es un ejemplo del enorme juego preposicional que introduce Aub, puestoque ni siquiera enuncia en el discurso esa accin homicida contra el huelguista. A partirde ah, el lector puede inferir: a) que lo ha matado; b) que lo ha matado porque el sujetose declar en huelga; c) que lo acaba de matar por sugerencia del adverbio de tiempoahora, que indica la inmediatez de la accin anterior no enunciada, sino elidida; d)que, presumiblemente, el huelguista era un empleado del asesino; e) que, habitualmente,la vctima mostraba esa actitud; etc.

    La concisin, el pronombre lo, el espaol de Mxico, son unas de las muchasconstantes lingsticas que definen estos textos. Y dan forma a un discurso muyconcreto, tremendamente personal. Crmenes ejemplares recoge una serie deconfesiones, de crmenes mediocres porque no vamos a ninguna parte, el gran ideales, ahora, la mediocridad. Tradicionalmente se viene atribuyendo al recientementefallecido escritor uruguayo Augusto Monterroso la paternidad del cuento ms breve dela Historia de la Literatura. Si entendemos la cuantificacin del nmero de palabrascomo escala de longitudes, sin duda esta atribucin es errnea por cuanto que el cuento

    ms corto del mundo dice as: Lo mat porque era de Vinaroz., crimen ejemplarcompuesto de seis palabras, de las cuales slo dos son portadoras de la mayor carga

    5 Para Anna Carbonell i Izquierdo, al hablar de La vida y obra de Luis lvarez Petrea, su contenidoversa nuevamente sobre la imposibilidad de conocer la realidad y la conciencia del autoengao literario[]. Este proceso de ficcionalizacin de la realidad [revela] el carcter ficticio de los materialespretendidamente referenciales de la novela.. Cfr. Carbonell, A., La ficcin de los gneros referencialesen Luis lvarez Petrea, VV.AA.,Actas del Congreso Internacional Max Aub y El Laberinto Espaol(1993. Valencia y Segorbe), Valencia, Ayuntamiento de Valencia, 1996, pg. 428.6 Nuevamente los Crmenes resultan doblemente irnicos: por lo que suponen de esclarecimiento y por su

    condicin irnica, que conlleva de manera obligada el esclarecimiento discursivo de un enunciado.7 Torres Snchez, M..,Aproximacin pragmtica a la irona verbal, Cdiz, Universidad de Cdiz, 1999,pg. 109.

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    semntica: mat y Vinaroz8, localidad provincia de Castelln. All, en Vinaroz, tuvolugar un cruento avance a modo de cua del ejrcito nacional y el poso autobiogrficotan doloroso se refleja en el microrrelato que, por lo absurdo de su enunciado, produceuna sonrisa. Y hablamos de una categorizacin de cuentos sobre mnimos designificado, contando con un trabajo inferencial mprobo por parte del lector.

    Se nos dir que Max Aub ha escrito crmenes ms cortos an, de cinco palabras, comoTena el cuello tan largo!, pero no le concedemos una entidad discursiva y semnticalo suficientemente fuerte como para que funcione como cuento fuera del macrorrelatoque compone el conjunto de Crmenes ejemplares. Este cuento no se entendera fuera decontexto y, por tanto, ni siquiera nos atrevemos a hablar de microrrelato.

    Sirvan estos ejemplos para acercarnos a la cuestin de un conceptismo en Aub a caballoentre lo barroco y lo vanguardista, un conceptismo tipogrfico. No en vano, tras tratarde adaptar al cine varios guiones, termina dedicndose al mundo editorial comotipgrafo en Mxico. En el fondo, lo que soy es un tipgrafo. La tipografa es una

    sntesis de pintura y de literatura, dijo en una ocasin. Y, respeto al debate de si se tratade cuentos o de microrrelatos, nos parece una cuestin bizantina, ya que lo que se pierdeen extensin en el microrrelato a la hora de definirlo se gana en intensidad y viceversa,lo que se gana en extensin en el cuento, se pierde en intensidad9. De modo quedenominaremos con ambos trminos, indistintamente, a cada uno de los crmenes, queposeen en la inmovilidad y en la fuerza, procedente del concepto atomizado, sus doscaractersticas principales.

    Esta criminalidad de lo cotidiano que irrumpe desde un pasado que sabemos doloroso esuna constante. La vida del exiliado, lejos ya la posguerra y la patria, no se libra deldesasosiego, de la desazn que se descarga sobre, por ejemplo, animales indefensos.Uno de los cuentos, en que el protagonista siempre narrador omnisciente se nosrepresenta narrando la historia desde el ms all, trata sobre un hombre y un perrazoamarillo molesto y husmeador, al que parte la cabeza con una vara de hierro. Y [elperro] no fallaba. Tampoco yo, el da que me decid a partirle la cabeza con una varillade hierro que, de lejos, poda parecer bastn. El dato de que quien nos lo cuenta es unmuerto, un estado, se presenta o representa- al lector con dos oraciones, una de lascuales no excede a la palabra: Entonces surgi el dueo del animal y me atraves.Perdnesele. La irona de tipo contrastivo dice, en este caso, que es ms disculpable elasesinato de un hombre que el de un perro: la modalidad de perdnesele, verbo ensubjuntivo, con sufijacin pronominal propia del espaol de Mxico contrasta con la

    inclemencia y atrocidad con la que este particular asesino liquida al chucho. La8 Desde el 31 de diciembre de 1937 al 19 de marzo de 1939 se produce la toma de Catalua por las tropasnacionales, que finaliza con la batalla de Teruel tras la cual el ejrcito sigue avanzando hasta Vinaroz.Este hecho qued grabado en la mente de muchos escritores, entre los que se encuentra Juan Iturralde,autor deDas de llamas, El viaje a Atenas yLabios descarnados: Cuando me sacaron de la crcel entren el ejrcito republicano y estuve en artillera. Recuerdo la ofensiva de las tropas franquistas haca el maren Vinaroz. El desconcierto de nuestra artillera era total. Cfr. una entrevista de Constantino Brtolo aJuan Iturralde publicada en El Urogallo (cfr. www.geocities.com/aperezprat/bertolo.htm). Todo esteambiente lo recoge Max Aub en su serie de novelas sobre la guerra civil de El laberinto mgico.9 Valga para ilustrar la cuestin relato-microrrelato-cuento un fragmento de la introduccin a los relatosde Ya no te necesito del Premio Prncipe de Asturias de las Letras 2002, Arthur Miller: [] de vez encuando, siento el impulso no de acelerar y condensar los acontecimientos y el desarrollo de los personajes

    que es lo que uno hace en una obra teatral-, sino de mantenerlos inmovilizados y ver las cosas aisladasen su quietud, que es en lo que, a mi modo de ver, radica la gran fuerza de un buen relato breve.

    http://www.geocities.com/aperezprat/bertolo.htm).http://www.geocities.com/aperezprat/bertolo.htm).
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    muerte en vida en el exilio se corresponde con el asesinato intelectual en Espaa de Auby tantos otros intelectuales exiliados. En su ltima visita a la universidad espaola,qued horrorizado del desconocimiento que los jvenes fillogos tenan de su obra.

    Hay tambin en el Aub de Crmenes ejemplares un desdoblamiento de voces

    polifnicas, una de las constantes del planteamiento irnico: el narrador tan pronto es unhombre como una mujer, un asesino como un asesinado. Y entre esas voces se estableceuna relacin de eco, consistente en la recuperacin de elementos informativos yaaparecidos en un cuento anterior.

    Pero veamos estos elementos con ms detalle.

    Pronombres, vctimas y otros criminales

    El uso pronominal aparece para evitar nombrar el hecho del asesinato, como en el casodel crimen contra una mujer demasiado generosa al servir el arroz (intuimos que

    valenciano), en el que de nuevo aparecen la enunciacin indirecta, la elipsis: Entoncesno tuve ms remedio que hacerlo. La pobre seora se qued con los ojos abiertos, parasiempre. El asesinato se sucede con el fogonazo de la sintaxis, tambin muy propia delos narradores de la Revolucin mejicana. De forma igualmente rpida muere el loteromolesto, Me lo ech con un tenedor. Tard bastante en morirse., o la muerte se nosrefiere nicamente por el pronombre lo Yo no lo s.

    Hay una falta de adecuacin lingstica, una desproporcin entre los dos enunciados quedescriben el crimen: el que comienza Lo mat porque... y el que nos describe el antesdel crimen, que no es otra cosa que un pretexto para exhibir las circunstanciasatenuantes. Pero lo mat de Crmenes se gramaticaliza, se fija y termina perdiendo unpoco su significacin a favor de la otra proposicin subordinada explicativa []porque [] Lo mat pierde parcialmente su significado a favor del cuerpo delcuento, el verdadero texto: la explicacin de las circunstancias.

    Independientemente de la funcin expresiva, podemos apreciar que en los microrrelatosde Aub se desarrolla una tcnica discursiva apelativa (mostrativa o sealativa), cuyomayor exponente sintctico viene representado por los pronombres. Se trata de invitar allector a que entre en el juego de buscar la informacin, en el macrotexto o en elcontexto exterior al discurso. Como se ha indicado alguna vez, la elipsis y lospronombres son formas fricas por excelencia, que pretenden transmitir al receptor lo

    que el emisor considera como ms temtico o de mayor relieve

    10

    . El pronombre lorepresenta as a todas las vctimas que desfilan por estos cuentos.

    En este juego de mltiples bsquedas de informacin, la relacin entre el pronombre, lacatfora y la presuposicin es tambin muy estrecha. Se presupone que el lector va asaber resolver la propuesta catafrica; es decir, la mencin catafrica con que abre suscrmenes anticipa el resto de elementos del discurso: La vi, no me gust, Llmanloel sueo eterno, Se suicid porque no le sala lo que deba salirle, Lo mat porquebeb lo justo para hacerlo, Lo mat sin darme cuenta, [l] Me insult sin raznalguna, [l] Me salpic de arriba a abajo, etc. Al igual que la idea de la muerte, lacatfora alude, refiere, retrasa la mencin de manera explcita, ralentiza la aparicin del

    10 Alcaraz Var, E. y Martnez Linares, M.A., Diccionario de lingstica moderna, Barcelona, EditorialAriel, 1997, pg. 44.

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    elemento que terminar apareciendo. Y a la vez es anticipadora de una parte an noenunciada del discurso y que va a ser emitida a rengln seguido. Y tampoco olvidemosque se trata de un tipo de deixis a las que Bhler denomina deixis de la fantasa o deixisam Phantasma que nos remite a espacios y tiempos creados por el hablante/escritor.

    Mxico criminal

    Y, sin duda, captulo aparte merece el espaol de Mxico, que se cuela por entre losCrmenes para colorearlos de rojo y darles sabor, tras catorce aos de estancia de Auben el pas azteca. Veamos algunos casos.

    El adjetivo pura aparece muy frecuentemente en la lengua espaola de Mxico, biencon un sufijo diminutivo con matiz expresivo, Slo quera pincharle. Pero entr (elcuchillo) como si fuera manteca,puritita manteca de cerdo. Era otro, pero se lo merecaigual que aqul.; o bien antepuesto al sustantivo con matiz intensificador, Fue por

    pura tozuda. Los mexicanismos estn presentes para remarcar unas veces el carcter

    local de la accin y otras el humorismo. As, aparecen en el discurso criminal aubianoexpresiones lexicalizadas Ni modo-; solecismos ya sancionados y fijados por elhabla coloquial Pos no s-; uso de prefijos y sufijos aumentativos y diminutivosenfticos recondenada, ranota, fierrito, meritito entrecejo, muertito,agujota-; sustantivos utilizados en el habla familiar chamba (trabajo)-;mecanismos de sustantivacin mediante el sufijo -ada No quera ni una probada,Me dio una penada-; sustantivos propios de origen nhuatl, como achichincle(pelota, paria); formas verbales del espaol coloquial, como tentarrujar; mrgenesdiscursivos coloquiales como andims; y un largo etctera.

    La dificultad estriba muchas veces en el desconocimiento del lector del espaol deMxico, pero es una dificultad intencional. Aquellas presuposiciones formadas a partirde un universo cognitivo mejicano llegan a hacer de uno de los cuentos un acertijo sloasequible para conocedores de espaol de Mxico:

    Era safe11, seor! Se lo digo por la salud de mi madrecita, que en gloria est Lo que pasa esque aquel ampyer12 la tena tomada con nosotros. En mi vida he pegado un batazo13 con msganas. Le volaron los sesos como atole14 con fresa

    Esta mejicanidad discursiva aparece reforzada, por ltimo, por la especial condicin deuna sociedad acostumbrada a la muerte como una realidad muy cotidiana. De ah que,desde el principio, Crmenes ejemplares posea un subtexto muy heredero de la

    Revolucin Mejicana. Se pueden ver, por ejemplo, las concomitancias del tratamientode la muerte que tiene con Juan Rulfo. El Juvencio Nava de Diles que no me maten!de El Llano en Llamas: Ahora, por fin, se haba apaciguado. Estaba all arrinconado, alpie del horcn. Haba venido su hijo Justino [] Lo ech encima del burro. Lo apretal

    11 Anglicismo del ingls safe, seguro.12 En el bisbol, deporte que han importado en Mxico desde Estados Unidos, el ampyer (del inglsumpire, rbitro) es el jugador colocado detrs del catchery el encargado de marcar los lanzamientos y deregir el destino de los partidos. De hecho, Maten al ampyer! es un grito tan familiar en Santiago deChile como en cualquier estadio norteamericano: Kill the umpire!.13 Batazo significa golpe con un bate.14

    El atole, palabra de origen nhuatl, es una bebida caliente compuesta de harina de maz y disuelta enagua o leche. Normalmente se le aaden colorantes y sabores edulcorantes. De ah el color de los sesossimilar al atole con fresa.

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    bien apretado al aparejo para que no se fuese a caer por el camino. Le meti su cabezadentro de un costal para que no diera mala impresin.15 Y el hijo va hablando por elcamino al cadver de su padre: de nuevo humor y surrealismo, la muerte cotidiana y lacharla con el difunto. Tampoco hay que olvidar que Aub era un apasionado de laLiteratura mejicana y que dej testimonios sonoros de lecturas de Los de abajo, de

    Mariano Azuela.

    Ironas de contenido: con los meseros en los cafs de la Plaza de la Constitucin

    Sin duda, uno de los personajes ms asiduos de los Crmenes es el mesero, mejicanoorondo e hinchado. Era ese tipo que deseaba que aquellos espaoles intelectualesexiliados, entre los que se encontraba Aub, no armaran tanta algaraba en su local,siempre discutiendo de poltica y arreglando esa Espaa transida de dolor, de aoranza,de indignacin hacia el Rgimen de Franco. As, muchos de estos escritores, tras larecreacin de Espaa en sus escritos (caso de Max Aub, con La calle de Valverde)terminaban entregndose en brazos de la cultura autctona. Estos meseros (que

    inspiraron, por ejemplo, La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco yotros cuentos, publicada en Mxico en 1960) atendan a la clientela bajo el calorasfixiante de, por ejemplo, la plaza de la Constitucin de Veracruz, centro vivo delEstado y por las que tantas veces Aub pase. La proximidad del puerto haca que elcliente pidiera cerveza (generalmente clara o negra, Aub la prefera clara) acompaadade marisco fresco, especialmente camarones y gambas gigantes, en tanto las orquestasambulantes distraan a la concurrencia con el sonido de las marimbas. ste es elcontexto de la accin de uno de los crmenes contra un mesero que se demoraba enservir entre plato y plato. Exactamente diecisiete minutos. A continuacin, el crimen,parco en detalles: [] no tuve ms remedio que darle en la cabeza [] Lo malo, desdeluego, que no se defendi.

    Y en otro crimen, el mesero no atiende correctamente las peticiones del cliente: Leped el Excelsiory me trajo El Popular. Le ped Delicados y me trajo Chesterfield. Leped una cerveza clara y me la trajo negra. La sangre y la cerveza, revueltas, por elsuelo, no son una buena combinacin.. De nuevo, el crimen se nos vuelve a narrar demanera indirecta, precedido de las circunstancias atenuantes (enunciadas medianteanfora), un asesinato de sangre y cerveza con una pincelada de color. El lector vederramada la oscuridad de la cerveza negra y la no menos oscura sangre del mesero conclaridad plstica: el crimen se nos cuento con una oracin en modalidad negativa en laque no se menciona el asesinato, sino sus consecuencias sensitivas inmediatas: No son

    una buena combinacin la sangre y la cerveza, revueltaspor el suelo.Max Aub, maestro de la elipsis

    La maestra en el manejo de la irona se manifiesta tambin en la destreza surgida de laelipsis y la relacin entre la deixis preferentemente catafrica, en el caso de Aub,aunque tambin las hay anafricas-, lo que sta refiere y las presuposiciones que, comoya hemos sealado, son el resultado de un estado de conocimiento que, en el caso dellector de Aub, requiere una competencia y una destreza lingstica y psicolingstica:[] queremos mantener la tesis de que todo lo denotado por una expresin referencial[] es una representacin mental formada en algn mdulo del sistema cognoscitivo

    del individuo. Por lo tanto, las presuposiciones no dependen de la fuente de lo denotado,15 Juan Rulfo, El llano en llamas, ed. de Carlos Blanco Aguinaga, Madrid, Ctedra, 1988, pg. 118.

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    sino de determinado estatuto epistmico que el hablante confiere a lo denotado, estatutoque se reflejar en forma de expresin referencial.16 Estas elipsis que originan laspresuposiciones que construye el lector en su sistema cognoscitivo pueden llegar alextremo de que Aub no nos d informacin de qu es lo que exactamente ha originadoel crimen:

    Me la devolvi rota, seor. Y me dio una penada Y se lo haba advertido. Y me la querapagar, la muy Eso, slo con la vida.

    El lector sabe de un objeto que al protagonista del cuento le devuelven roto (o rota),por el pronombre la y por la concordancia de gnero con rota. Sabemos tambinque la vctima es mujer (la muy). Pero desconocemos qu es lo que ha sucedido. Amenor descripcin, mayor nmero de presuposiciones y menor justificacin del crimen.Y es la falta de justificacin precisamente el que provoca el resorte del humor negro.

    Uno de los cuentos, colmo de la elipsis, dice Yo quera un hijo, seor! A la cuarta

    hembra me la ech. De ah el lector debe o puede inferir, en principio, dos tipospresuposiciones. Que: a) al protagonista del relato lo rechazaban las mujeres de manerahabitual; b) lo rechazaban porque no era agraciado o atractivo; c) que lo habanrechazado tres mujeres; d) que no tena hijos; e) que alguien lo est escuchando; f) queecharse a alguien en espaol de Mxico significa matar a alguien (principalmenteacuchillarlo); g) que la cuarta mujer a la que hizo la proposicin, lo rechaz; etc. O bienque el protagonista ha tenido cuatro hijas y, puesto que deseaba fervientemente unvarn, ha matado a su mujer al alumbrar a la cuarta hembra. Interpretaciones, comovemos, completamente diferentes.

    En otro cuento, claramente inferencial, Aub desarrolla toda una historia no mostrada de

    manera explcita, ms all del texto, que es (ahora s) anafrico. El juego se nos proponede nuevo como forma de la ejemplaridad: Cmo iba a permitir que se acostara conuna mujer a la que le haban trasplantado el corazn de Mara!. El lector deduce oinfiere que a) la pareja del protagonista se llamaba Mara; b) que sta muri; c) que unamujer necesitaba un trasplante de corazn; d) que Mara don el corazn; e) que ste hasido trasplantado; f) que la receptora del corazn de Mara era pretendida por unindividuo; g) que ese individuo ha muerto asesinado por la pareja de Mara; etc.Siguiendo a Torres Snchez (1999: 114), La irona, sea de un tipo o de otro, no es sloun fenmeno de gran agudeza, sino que est comprobada su economa y efectividadcomunicativa. El verdadero significado queda sin formular, lo cual supone menosesfuerzo por parte del hablante y, en este estado preverbal, es ms poderoso que una

    formulacin completa. Formular el segundo significado puede ser tarea de los oyentes[]. La economa lingstica es un elemento importante al definir los lmites irnicas.Valgan si no para ilustrarlo los crmenes de Aub.

    Otra estrategia elptica consiste en no citar el nombre del asesinado. En aras de la elipsispocas veces se nos cita el nombre del finado, excepto en el caso, por ejemplo, de unnio asesinado por su profesor: se trata de Panchito Contreras, cuyo nombre se nos dapara acentuar el carcter cmico del cuento, toda vez que responde a una nominacintpica y tpica de Mxico. O el caso del escritor de segunda Florentino Borrego,apellido ovino de connotaciones claramente somnolientas. Hay algn nombre ms de

    16 Garca Murga, Fernando,Las presuposiciones lingsticas, Bilbao, Universidad del Pas Vasco, 1998,pg. 69.

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    las vctimas, como el seor Ortega, hombre completamente vulgar o el tardn delamigo Hctor; pero lo normal, insistimos, es que los asesinados sean annimos.

    Por ltimo, recogemos el caso de los sustantivos indefinidos, categoras gramaticalesque esconden abismos de presuposiciones. Despus de todo, nada. Me mand al

    demonio: voy es un microrrelato esencialmente ambiguo que rene en s varios tiposde irona, como la surgida de situar dos trminos contrapuestos, tal es el caso de lossustantivos todo y nada, lo que produce una paradoja; y la irona de ir aldemonio, a resultas de, seguramente, asesinar a quien le envi a tal lugar.

    Gran explosin de violencia como elipsis magistral

    En otro crimen es un peluquero el que mata a un cliente, accin expresada a travs de laestructura bsica sujeto (elptico) + verbo + predicado (complementos directo eindirecto) Le cercen la cabeza-. La modernidad de Crmenes ejemplares reside enla potencial violencia conceptual, inserta en el significado, que recibimos como un

    golpe seco, apenas resuelto en una oracin. En este sentido, la irona no es slo unmecanismo humorstico, sino un modelo defensivo y de distanciamiento ante toda esagente insoportable17. De hecho, la modernidad de Crmenes reside en el reflejo de lapotencial violencia que encierra la cotidianidad. As, el protagonista de otro cuento seencuentra en un tranva atestado de pasajeros y un hombre lo pisa por tercera vez: Lodems lo saben ustedes. Tampoco tengo la culpa de ser representante de la mejor fbricaamericana de navajas de rasurar, dejando aparte que soy muy hombre.; en otro, uncompaero no lo despierta y pierde el avin: Y las mentiras me sacan de quicio. Lehice rebotar la cabeza contra la pared hasta que me lo quitaron de las manos.

    Por la violencia y la elipsis, se suceden de continuo una serie de proposicionesexplicativas que, de alguna manera, tratan de atenuar el crimen: Lo mat porque.Otras veces, la explicacin constituye el cuerpo del relato y el desenlace criminal laoracin final, como sucede en la fiesta que se alarga contra todo pronstico, laconversacin insufrible de los amigos que amenazan con su permanencia hasta altashoras de la madrugada, motiva el asesinato Y aquel veneno tan parecido de color alcoac. Esta ltima ni siquiera es una oracin, sino un sintagma rematado por unaaposiopesis, un sobreentendido de puntos suspensivos que sugiere, no muestra, elcrimen.

    Irona aunque no lingstica es que los criminales son gente que se sabe educada y

    sentimental, cariosa con los animales y buenos bailarines y as continuamente lo ponende manifiesto. Pero paradjicamente, irnicamente, tras la vida ordenada de estossujetos se oculta un estado de violencia latente. En otro cuento delicioso, saludableantdoto contra el matrimonio, Aub nos narra cmo el asesinato visita el hogar de unanciano matrimonio cuando el perro de los cnyuges, llamado Julio, muestra suspreferencias por el marido y as lo manifiesta con sus continuos lametones. La solucinpor la que opta la seora, envidiosa de tales atenciones, no es la de matar al chucho, un

    17 Recomendamos efusivamente la lectura del libro de Francisco Gaviln, Toda esa gente insoportable.Una gua de supervivencia para tratar con esas personas que nos hacen la vida imposible, Madrid, Edaf,2001. Gaviln resuelve de manera civilizada los conflictos producidos por muchos de aquellos tipos queAub asesina literariamente: el criticn, el pedante, el malaleche, el metepatas, el blablador, el agorero, el

    pelota, el chismoso, el insidioso, el sabelotodo, el insultador, el chistoso, el egotista, el poneperos, elperfeccionista, el meaculpas, el trepa, el etiquetador, el autoritario, el siseor, el aburrido, el indeciso y eldiscutidor.

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    faldero blanco y sucio, carioso en extremo, que hubiera sido la opcin lgica, sino almarido: La mujer envenen, lentamente, a su marido. Se dijo que el perro muri elmismo da que el viejo, pero fue licencia potica: le sobrevivi tres aos, para mayorfelicidad de la buena seora.

    En otras ocasiones, el crimen se nos anuncia pero no se nos llega a contar: Me sacsiete veces seguidas a bailar. Y no valan argucias: mis padres no me quitaban ojo. Elimbcil no tena la menor idea de lo que era el comps. Y le sudaban las manos. Y yotena un alfiler, largo, largo. Y ni un atisbo explcito de violencia en el texto, siexceptuamos el calificativo de imbcil.

    Veamos un caso de anteposicin de adjetivo con carcter irnico que precede a laexplosin de violencia. En un cuento, tras ochenta minutos de espera en una esquina,aparece el amigo Hctor. Y el narrador yuxtapone hasta enunciar la irona, que prefierellamar casual a lo que no lo es: un empujn a las vas de un tren: As, sin ms. No lopude remediar. Lo empuj bajo el tren que pasaba. Triste casualidad. Doble irona

    lingstica si consideramos que el suceso es, sin duda, triste en un contexto general,pero regocijante para quien ha esperado casi una hora y media al amigo y puederesarcirse matndolo. La anteposicin del adjetivo triste remacha el humor de lasituacin.

    Irona por asociacin lexemtica

    Este tipo de irona, que responde a lo que en retrica se denomina juego de palabras,utiliza una misma palabra o lexema para ironizar sobre algo o sobre alguien. En elsiguiente cuento, Aub juega con la palabra pliego, que aparece en el discurso con undoble sentido, como pliego de un libro y como golpe o cuchillada:

    Me asegur que no haba comprado aquel tomo III en su librera: y le faltaba de la pgina 161 ala 177!S, le falta unpliego.

    Menudopliego le met.

    La irona por asociacin lexemtica hace aparecer la misma palabra o lexema,preferentemente en situaciones discursivas muy cercanas, pero el segundo trmino lohace en un sentido figurado, con un significado casi siempre diferente para queproduzca el choque humorstico.

    Irona de los actos comisivos

    Los actos comisivos expresan la intencin del hablante de realizar una accin(fundamentalmente son los que responden a las categoras de la promesa y elofrecimiento), y esta accin se enuncia en el contenido proposicional. En el coloquio, eloyente advierte el acto comisivo irnico cuando comprueba que lo dicho por el hablanteno puede realizarse, y que por tanto ha sido dicho con intencin irnica. En la lengualiteraria de Aub es el lector quien se beneficia del humor. As, el protagonista delsiguiente cuento expresa un deseo de comer los hgados a un individuo. En lapreciamos un viaje discursivo del sentido figurado al literal; es decir, de un significadometafrico al real:

    Le comera los hgados dijo Vicente. No pudo: amargaban.

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    Estamos ante una irona doble porque, en principio y como ya sabemos, el actocomisivo irnico se expresa pero no se realiza por su imposibilidad misma (por ejemploMe tirara por la ventana). Ante un enunciado como Le comera los hgados nadiese espera que el emisor devore las entraas de una vctima. De momento, el humor,

    merced a la hiprbole comisiva, est logrado. La obviedad de que el hablante no va a sercapaz de realizar la accin ni de que tenga intencin alguna de intentarla, la conviertenen una locucin irnica. Pero Max Aub va ms all y aunque, efectivamente, elpersonaje de Vicente no los llega a comer, los prueba: el criminal expresa su intencin,mata a la vctima, abre su vientre y se dispone a comerse los hgados. La ruptura delhorizonte de expectativas del lector se traduce en un doble efecto humorstico, porque laingesta de hgados se lleva a acabo literalmente.

    Preguntas retricas

    El objeto del uso de las preguntas retricas en el contexto irnico humorstico es el de

    incrementar la fuerza expresiva de la asercin implcita, puesto que una preguntaretrica no es otra cosa que una asercin reforzada.

    Las preguntas retricas no buscan realmente una respuesta en el interlocutor y enCrmenes ejemplares desempean un claro papel hiperblico: Ustedes no han tenidonunca ganas de asesinar a un vendedor de lotera, cuando se ponen pesados, pegajosos,suplicantes?, Usted no ha matado nunca a nadie por aburrimiento, por no saber quhacer?, Qu quieren?18, Para qu tratar de convencerle?, Me van a acusar dehaber matado a ese troglodita que acaba de liquidar a sus padres y a su abuela?., Megusta el menudo. Nada me gusta tanto como el menudo. Hay algo ms sabroso? Ono?, Qu culpa tengo, seor, de que el machete estuviese bien afilado?, Por quhaba de emperrarse as en negar la evidencia?, por qu se me va a acusar de haberlematado si se me olvid que la pistola estaba cargada? [] Entonces, yo voy a tener laculpa?. Se nos informa del crimen a travs de una pregunta retrica, en cuya extremaconcisin se nos da noticia del crimen e informa de las circunstancias atenuantes. Elcontexto lo constituyen las dos oraciones afirmativas de la primera parte y el crimen,enunciado de forma interrogativa indirecta y rematado con el coloquialismo y todo:Salimos a cazar patos silvestres. Me agazap en el tollo. Qu me empuj a apuntar aaquel hombre rechonchito y ridculo, con sombrero tirols, con pluma y todo?.

    Se trata simplemente de afirmar bajo la forma de un enunciado interrogativo y de

    afirmar Lo mat sin decir Lo mat sino, por ejemplo, Para qu hablamos?: Yaquel jijo cerr a seises, cuando estaba tan claro como el da que yo tena la ltimablanca! No lo volvera a hacer. Y se deca campen de Tulancingo. Para quhablamos?

    Irona y vanguardias

    Crmenes ejemplares es uno de sus textos ms vanguardistas en una poca en la que lasvanguardias ya no existan como movimiento. Aub dice en su prlogo que Esos textosdejo constancia- no tienen segundas intenciones: puro sentimiento. En cierto modo

    18

    Tpica pregunta retrica que ha terminado gramaticalizndose y por ltimo lexicalizndose. Es unalocucin propia del espaol de Mxico y apela a una justificacin o entendimiento por parte delinterlocutor, del estilo a Qu otra cosa poda hacer?.

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    recuerda el automatismo tan querido de los vanguardiastas. Fcil es comprobar cmoMax Aub no abandon durante su exilio mejicano el ingenio creador de laexperimentacin vanguardista de sus primeros escritos. As lo seala Jos AntonioPrez Bowie, quien reclama el carcter innovador de la pluma aubiana como eje de suvala literaria y creativa y que implica la formulacin de los microrrelatos, categora

    literaria que, sin duda, le corresponde a los Crmenes ejemplares19

    .

    Es la irona el vehculo expresivo ms adecuado que encuentra Aub para producir elextraamiento propio de las vanguardias, entendiendo irona como categora lingstico-estilstica autnoma, encaminada a romper las expectativas del interlocutor o lector yque propicia el desarrollo en ste de una bsqueda de inferencias y sentidos implcitosencaminados a entender el mensaje (o desironizarlo). Sus efectos pueden ser crticos,humorsticos o una mezcla de ambos, pero propiciados siempre por lo no dicho o losobreentendido.

    Vemos, por ejemplo, ese toque surrealista en: Era un olor a demonios, me pareci ver

    correr bichos por su boca. Mediante la acumulacin de dos proposicionesyuxtapuestas, encontramos como nexo surrealista los tres sustantivos, olor,demonios y bichos, trasunto de los cuadros barrocos del memento mori. El Aub deCrmenes hace de la imagen la piedra de toque de su narrativa (profundamente lrica ensu des-garro y des-arraigo, por otra parte), recurso que el Surrealismo asumi de laspoticas modernistas y simbolistas. Luego, los epgonos barrocos del 27 establecieronun nexo con las imgenes de Gngora y Quevedo, salvada ya hoy la dicotomaculteranismo/conceptismo (cultos en su concepto, los dos poetas; conceptistas en suscultismos tambin los dos).

    Surrealista es tambin el primer cuento que encabeza la serie titulada Degastronoma: No hay nada como comer el ojo del enemigo. Revienta entre las muelascomo granote de uva, con gustito de mar. Adems de la sufijacin mejicana ote e itode granote y gustito, el cuento comienza con una estructura comparativa ya fijadapor el uso para aportar expresividad: No hay nada como []. Apela e interacta conel sentido del gusto del lector con gustito de mar y revienta entre las muelas comogranote de uva.

    Pero la relacin con el universo Barroco se hace ms explcita cuando aparece loquijotesco y, a la vez, grotesco, en un cuento referido a El Quijote. En concreto, a losraros sucesos acaecidos en la venta, segn nos cuenta Cervantes, acerca de la brava y

    descomunal batalla que don Quijote tuvo con unos cueros de vino tinto, como dice elalcalano. El sueo y la confusin del soador golpeado por la sociedad, por la realidades, tambin, una de las constantes que Aub comparte con los grandes escritores de lossiglos de Oro: Lo mat porque me despert. Me haba acostado tardsimo y no podacon mi alma. De un revs, zas, le derrib la cabeza en el suelo. (Cervantes. Quijote, I,37.). Este cuento viene precedido de otro: Lo mat en sueos y luego no pude hacernada hasta que lo despach de verdad. Sin remedio. Y de asesinato esttico

    19 Prez Bowie, J.A. en Max Aub: la escritura en subversin, en Soldevila Durante, I. y Fernndez, D.,Max Aub: veinticinco aos despus, Madrid, Editorial Complutense, 1999, pg. 218, hace referencia auna constante labor de experimentacin que trae, a la vez, como consecuenciA la ruptura de los moldesgenricos tradicionales y la disolucin de las fronteras existentes entre los mismos. Pinsese, por ejemplo,

    en el enorme muestrario de posibilidades narrativas rastreable a lo largo de su produccin y que van desdela obra concebida con un designio arquitectnico en el que se interrelacionan y hallan sentido relatosindependientes (el caso delLaberinto mgico) hasta el microrrelato de unas pocas lneas;

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    vanguardista calificaramos tambin el que dice Era tan feo el pobre, que cada vez queme lo encontraba, pareca un insulto. Todo tiene un lmite. Mediante Pareca uninsulto, Aub define con un sustantivo de carcter no fsico una cualidad de la vctima,la fealdad. La irona surge al utilizar insulto con un verbo, parecer, orientado enprincipio a la descripcin de una cualidad fsica. El contraste surrealista produce la risa.

    Pero es curioso observar cmo para Aub la fealdad como motivo de asesinato esrecurrente: a veces, la irona nace como resultado de dos trminos muy relacionados,pero que semnticamente nada tienen que ver. Es el caso de Era bizco y yo cre que memiraba feo. Y me miraba feo! A poco aqu cualquier desgraciado muertito lo llamancadver La sospecha de un mirar feo, es decir, de un mirar mal, es motivo suficientepara el asesinato: sospecha equivocada, pues se trataba efectivamente del mirar de unbizco. El universo bisojo de Aub vuelve a emparentar con Goya y Gmez de la Serna:bizco, mirar feo, muertito, cadver, elementos que configuran la particularnecrolgica discursiva de Max Aub.

    Los crmenes de Aub no son los aristocrticos de De Quincey, sino que ejercitan, en

    esencia, una idiosincrasia hogarea, de andar por casa, de sacar el cuchillo de cocinaporque algn pariente poltico tortura nuestras sienes con su verborrea interminable.Son crmenes, en definitiva, familiares, muy cercanos en su formulacin porque algunavez han pasado por nuestra mente, han formado parte quermoslo o no de nuestrouniverso cognitivo de lectores. Una poderosa razn que reafirma esta estrecha relacines que el procesamiento lingstico se realiza a partir de, entre otros, un presupuestomentalista que afirma que la explicacin de los fenmenos cognitivos implicanecesariamente la apelacin a entidades mentales como estados, representaciones yprocesos20. Qu lector no se ha visto en el estado de ser desatendido en unestablecimiento, representado cmo era pisoteado en el autobs o en el proceso delplante en una cita?

    Existencialismo criminal al filo del mundo moderno

    Segn Michael Ugarte, la fractura producida por el exilio aleja a Aub cada vez ms dela confianza en el hombre: La proximidad del lenguaje oral, su pureza y autenticidadhipotticas, se muestra tal como es en realidad: igual de decepcionante y contradictorioen s mismo que en la escritura21 Esta decepcin produce, necesariamente y a nivellingstico, una reaccin y unas manifestaciones. En este sentido, A. Berrendoner22 ensus Elementos de pragmtica lingstica ya puso de manifiesto que la irona es unrecurso lingstico de carcter defensivo ante la defensin.

    Puesto que damos por descartada la necesidad de un conocimiento comn el lector oreceptor no tiene porqu tener conocimiento del contexto ni de los elementos querodean al discurso de Aub- es muy importante determinar que la irona va ms all delos cauces tericos, puesto que las inferencias no se sujetan, ni mucho menos, a un solosignificado oculto tras el mensaje. Lo que en Crmenes funciona es el concepto demencin y de eco, puesto que estn referidos al mismo enunciado o macroenunciado(los Crmenes tomados como obra total, no como conjunto de microrrelatos), como

    20 Anula Rebollo, A., El abec de la psicolingstica, Madrid, Arco/Libros, 1998, pg. 12.21 Ugarte, Michael, Literatura espaola en el exilio. Un estudio comparativo, Madrid, Siglo XXI, 1999,

    pg. 125.22 Berrendoner, A. Elementos de pragmtica lingstica, Buenos Aires, Gedisa, 1987.

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    cuando un microrrelato hace alusin a otro anterior, despertando as la sonrisa dellector, como en el caso de Lo mat porque era ms fuerte que yo y a rengln seguidoleemos otro que dice Lo mat porque era ms fuerte que l. La misma nocin de ecoirnico la encontramos en las dos perspectivas del asesinato del lotero: el hipotticocliente y el vendedor de lotera pasan a ser vctimas y verdugos respectivamente (este

    cambio de focalizacin es muy propio de la irona, ambivalente por definicin). Estaambivalencia llega a una de sus ms altas cotas discursivas cuando se vuelve paradoja ocontradiccin, si nos ceimos a la visin de todos los crmenes en un macrorrelato: enuno de ellos, el anfitrin se libera de los invitados molestos vertiendo veneno en elcoac, unos invitados que no dejaban de hablar de cine, [] Ginger Rogers, LanaTurner, Dolores del Ro (odio el cine) []. Otro crimen, perpetrado contra unespectador que no dejaba de hablar durante la proyeccin, se abre con toda unadeclaracin de principios: A mme gusta mucho el cine. El asesino hora odia el cine,hora es un cinfilo.

    Son varios asesinos, s; estamos ante una mirada polidrica, como hemos dicho al

    principio. A qu atenernos? A un Max Aub proteico, cambiante, vctima,superviviente. El estilo de Crmenes es, ante todo, conversacional, introducidos cadauno de ellos en el discurso del macrorrelato in medias res, de sopetn, con lascontradicciones y paradojas de la vida misma, tan absurda a veces.

    Aub, heredero de una tradicin que tiene en Los hermanos Karamazov de Dostoievskisu gran exponente, parte del absurdo, de la ambigedad y de una cierta concepcinnihilista sartriana: Si Dios no existe, todo est permitido. A partir de ese punto, elhombre aubiano elabora un sistema de defensa social que ironice al individuo (en elsentido protector, de distanciamento), aislndolo y protegindolo de las agresionessociales. Aub adapta a la gran Literatura la mxima de Camus que dice Nosencontramos en una poca: la de la premeditacin y del crimen perfecto., con ladiferencia de que no hay premeditacin en los Crmenes de Aub, sino espontaneidad ydefensa desaforada de los legtimos intereses frente a las agresiones externas.

    Soldevila ha sealado la afinidad del escritor con el existencialismo 23, en esta lnea deconfluencia entre Literatura y Filosofa que conoci en la corriente existencial a dosexponentes de excepcin, como Albert Camus y Jean-Paul Sartre:

    Nos parece ms importante, en cambio, sealar cmo toda una rama de la especulacin filosficadurante este perodo, [] se ha consagrado de manera casi exclusiva a la existencia del hombre,dejando de lado la cuestin de su esencia, puesta en entredicho al extremo de llevar la

    especulacin por el camino indicado, ya que, si se le puede negar la naturaleza, resulta imposiblenegarle una historia. Es ese aspecto histrico del hombre el que constituye el centro de laespeculacin del existencialismo: el hombre inscrito en el tiempo. Pero, si el tiempo es el asientoo la circunstancia fundamental sobre la que se desenvuelve la vida del hombre, no se tratartampoco de profundizar en la nocin fsica del tiempo, sino en la nocin antropolgica delmismo.

    Y ms adelante apunta la experimentacin de los presupuestos existencialistas de MaxAub con sus textos de ficcin:

    [] cuyo preciso conocimiento de la especulacin existencialista contempornea slo tieneparejo en su arte para vivificarla en la problemtica del grupo quizs ms importante de sus

    personajes de ficcin []

    24

    23 Soldevila, Op. cit., pg. 190.

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    Sin embargo no veamos las muestras existencialistas en Aub como un sistemaideolgico, sino como una necesaria potica de la defensa contra todo y contra todos,pasado ya el meridiano del exilio, programa enunciado en otro crimen:

    Matar, matar sin compasin para seguir adelante, para allanar el camino, para no cansarse. Uncadver aunque est blando es un buen escaln para sentirse ms alto. Alza. Matar, acabar con loque molesta para que sea otra cosa, para que pase ms rpido el tiempo. Servicio a prestar hastaque me maten; a lo que tienen perfecto derecho.

    Para que pase ms rpido el tiempo, de nuevo una proposicin subordinadaexplicativa, de nuevo la justificacin, de nuevo el tema del tempus fugity la vida breve.No en vano, el ttulo que recoge uno de los crmenes ms ricos semnticamentehablando es el primero de los Dos crmenes barrocos. Otra vez el Barroco, elconceptismo, Quevedo. Si el vaco existencial encuentra en la muerte el destino final delhombre y el trnsito inane por la vida, de resultas de ello nace un no saber qu hacer con

    la libertad, un desengao y una decepcin. En esta prdida de esperanza, el insultocontra el hombre equivale al asesinato: Hace mucho que qued probado que el hombreha llegado a domesticar la naturaleza a fuerza de mala leche, ingratitud, instintosasesinos, palos, pedradas, machetazos, tiros, hipocresa, asesinatos a mansalva,imposicin de la esclavitud. Cualquier hombre, por el hecho de serlo, es un hijo deputa.

    Y ya en otro crimen, Aub nos deja escrito su manifiesto, una declaracin de intencionesestremecedora, contrapunto al humorismo anterior y posterior del libro, y por tantoexenta de cualquier rasgo cmico, excepto en su brutalidad y en la utilizacin de lasmetforas (ftbol-campo de cultivo), (ametralladora-hoz para la siega de idiotas-vidas

    humanas). As, el texto no slo es irnico en su concepcin de conjunto demicrorrelatos, sino tomados stos como partes de un todo, de macrorrelato. Todo ellibroes programtico, en el fondo:

    Matar a Dios sobre todas las cosas, y acabar con el prjimo a como haya lugar, con tal de dejar elmundo como la palma de la mano. Me cogieron con la mano en la masa. En aquel campo deftbol: tantos idiotas bien acomodados! Y con la ametralladora, segando, segando, segando.Qu lstima que no me dejaran acabar!

    Este matar a Dios no es sino una variante de la muerte del autor, asesinado a manos deun lector insatisfecho en otro de los crmenes: [] fue hasta la esquina a esperar el

    regreso de Florentino Borrego, que firmaba Archibald MacLeish para mayor inri ymuestra de su ignaridad-; lo mat a las primeras de cambio: entre la sexta y la sptimacostilla. El apellido, claramente calificativo, describe el talante aburrido de la plumadel supuesto Archibald.

    En la estela existencialista se encuentra tambin la serie de cuarenta y tres suicidios quecomponen la parte titulada De suicidios, entre los que destacan tres dialogados y unometalingstico, en el que se nos advierte que si el lector no es capaz de desironizar, deformar las inferencias pertinentes para la correcta descodificacin del enunciado, elautor no piensa preocuparse al respecto: La vi, no me gust. Conque hasta ms ver!(Si no lo entienden, lo siento). Esta ltima acotacin, margen discursivo del

    24Ibid., pg. 191.

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    microrrelato, apuesta por la ambigedad y otorga a algunos microrrelatos de Crmenesla categora de cuentos metalingsticos y metaliterarios.

    Por otro lado, la serie original de los Crmenes ejemplares abarcaba veintids crmenesms que fueron suprimidos por el propio autor en la versin de 1968. El ltimo, uno de

    los crmenes barrocos, indica que ya se ha dado un paso del existencialismo alnihilismo; para el Aub del ltimo de los crmenes, ni siquiera la posibilidad de pensarsupone una ventaja, porque slo el mero hecho de hacerlo conducira irrevocablementeal suicidio. La postura vegetativa, de supervivencia, no de existencia, es la nicaposible, en caso de que el individuo no opte por acabar con su vida:

    [] Pensar es cierto, existir es un mito. Yo no existo, sobrevivo, vivir lo que se dice vivir slolos que no piensan. Los que se ponen a pensar no viven. La injusticia es demasiado evidente.Bastara pensar para suicidarse. []

    Max Aub, autorretratos ejemplares

    Esto escribe en el prlogo de Crmenes ejemplares: Tengo un criterio amplio paratodas las cosas. Siempre he sido un hombre muy tolerante: un liberal de la buenaescuela []. Yo soy un hombre muy respetuoso de mi palabra, un poco chapado a laantigua, si ustedes quieren, pero cuando digo una cosa, la cumplo. Y as acaba deconfirmarlo su hija Elena esta semana en la inauguracin de la exposicin El universode Max Aub, en Madrid, quien ha dicho que su padre fue un hombre honesto yvaliente que siempre dijo lo que senta. Y los Crmenes ejemplares dan muestra de ello,especialmente en su parte ms seria.

    Por la combinacin de humor y desazn, por la excepcional utilizacin de recursos,

    desde tcnicas descriptivas de vanguardia hasta risibles ironas lingsticas de tercergrado, podemos afirmar que se trata de una obra postmoderna, en la que se nos abre uncorazn. Pero no nos olvidemos de que es un humor negro, nacido de las cenizas de unaguerra cruenta, la Guerra Civil espaola, de un exilio y de un vaco, lejos de la patria,ms all de toda racionalidad. Y que esa explosin de un hartazgo de ndoleexistencialista proviene de una saturacin, de una excusa argumental mnima quesorprende por su brutalidad y su falta de adecuacin entre el crimen y el hecho que lo haprovocado.

    Parece que Max Aub nos quiso legar con sus Crmenes ejemplares una potica deescape ficcional a la injusticia cotidiana, que diera salida a las tensiones sociales del

    mundo moderno a partir de la creacin de un universo de violencia implcita. Quiz paraAub estos Crmenes perpetuos, al repetirse una y otra vez cada vez que un lector losinvoca al abrir sus pginas, lo satisfagan infinitamente ms, all donde est, que si sehubieran llevado a cabo en la realidad. Ni las penas del infierno seguramente alcancenla eficacia ni la mortal inmortalidad con la que Max Aub asesina una y otra vez aaquellos mediocres que, como dice en el prlogo, no se atrevieron a gritar el enormeproceso de nuestro tiempo. Ah, y no lo olvidemos: todo lo dicho es irona. All se lascompongan.

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    BIBLIOGRAFA CITADA

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