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LA MANO DE DIOS ALTIMON

De la Mano de Dios Al Timon - Enoch Oliveira.pdf

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Este libro que la Iglesia Adventista acaba de recibir de la plumaerudita de uno de sus más nobles pcnsadores, viene como de molde a establecer la confianza sin reservas en la autenticidad divina del Movimiento Adventista.El Dr. Enoch de Oliveira, hijo de uno de lo!) pioneros de la página impresa en el Brasil, busca en el pasado el argumento de la historia para iluminar la senda de las realizaciones presentes de la iglesia. Por lo tanto, el libro que usted tiene en sus manos es un libro de fe.

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  • LA MANO DE DIOS

    ALTIMON

  • Dedicatoria A mi padre, Saturnino de Oliveir4, colportor pionero en el Brasil,

    que muri fiel a los ideales de la "bienaventurada esperanza".

    A mi madre, Jernima, por su sacrificio e idealismo, que me inspiraron a ser un heraldo al servicio de la causa adventisla.

    A mi esposa. Lygia, cuya dedkacin y amor slo son sobrepujados por mi gratitud.

    A mis hijos. Lutero y Mara lima, Vera Lucia y AUton Renato, para que ellos y los jvenes de su generacin conozcan la fascinante historhl de la Iglesia Adventista.

    A mis nietos, Bruno y Carolina Oliveira, Denison y Luciene Dorl, representantes de una generacin que surge, para que en este libro encuentren inspiracin JYara emular la fe de sus mayores.

    Enoch de O/il'e;r(l

  • LA MANO DE DIOS

    ALTIMON

    Enoch de Oliveira

    ASOCIACION CASA EDITORA SUDAMERICANA Avda. San Martn 4555 :

    1602 Florida, Buenos Aires, Argentina

  • Ttulo del original: A Mio de Deus ao Leme, Casa Publicadora Bmsleira, Tatu, SP, Brasil, 1985. Traduccin: Roberto Gulln. Fotos cedidas por Review and Herald Publishing Association.

    IMPRESO EN LA ARGENTINA Prinled in Argentina

    Primera edicin, 1986 (10.000 ejemplares)

    Es propieuad Queda hecho el depsito que marca la ley I 1. 723.

    ISBN 950-573-108-6 (tapa flexible).

    Terminse de imprimir el 12 de diciembre de 1986, medIante el sistema offset, en talleres propios: -

    -)6087-

  • Indice

    Prefacio .............................................. 8 Introduccin .. . . . . .. . . . . .. . .. . .. . . .. . . .. . . . . . .. . . .. . . 11

    PRIMERA PARTE y la tierra ayud a la mujer ........................ 15 Amarg mi vientre ................................... 21 Lo dbil para confundir lo fuerte ................... 39 Nacer tu luz como el alba .......................... 51 Decentemente y con orden ........................... 61 Para que tengan vida ................................ 7l Hermosos. . . los pies. del que anuncia .......... 83 El justo por la fe vivir ............................. 95 Una espada de fuego sobre Battle Creek ............ 107 Las puertas del infierno no prevalecern ........... 115

    Primeros vendavales .................................. 117 Primera disidencia ................. . .. . . . .. . . . . .. . . . 119 El grupo Marion ................................... 119 La iglesia no es Babilonia ............................. 121 El movimiento de la "carne santa" ..................... 122 La crisis pantesta .............................. 124 El movimiento rowenita ........................... 121 El movimiento refonnista ........................ 129 Robert D. Brinsmead ................................. 131 Desmond Ford ..... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 134 Waltcr Rea ...................................... 139 "Mi padre est al limn" ....................... 141

    5

  • SEGUNDA PARTE Todos stos murieron en la fe ....................... 145

    Guillenno Miller ..................................... 146 Hiram Edson ........................................ 150 Jos Bates .......................................... 155 Elena O. de White ................................... 161 Urias Smilh ......................................... 172

    TERCERA PARTE Estos naufragaron en la fe .......................... 180

    Dudley M. Canright .................................. 181 John H. Kellogg ..................................... 187 Ellet J. Waggoner .................................... 194 Alonzo T. Jones ..................................... 199

    CUARTA PARTE Varn conforme a mi corazn ....................... 210

    Juan Byington ....................................... 211 Jaime White ........................................ 216 John N. Andrews .................................... 221 Jorge 1. Buller ...................................... 228 Ole A. Olsen ....................................... 233 Jorge A. Irwin ...................................... 239 Arturo O. Daniells ................................... 245 Williarn A. Spicer ................................... 253 Carlos H. Watson .................................... 261 J. L. McElhany ..................................... 266 Guillenno H. Branson ................................ 271 Rubn R. Figuhr ..................................... 277 Roberto H. Pierson .................................. 283 Neal C. Wilson ...................................... 291

    Conclusin ........................................... 301 Apndice

    Cristo en el Santuario celestial ......................... 307 Elena O. de White y las cuestiones doctrinales ........... 317

  • Peligros temibles se hallan delante de aquellos que llevan responsabilidades en la causa de Dios: peligros que el solo pensar en ellos me hace temblar. Pero nos viene este mensaje: "Mi mano est sobre el timn, y no pennitir que tos hombres controlen mi obra en estos ltimos das. Mi mano maneja el timn, y mi providencia continuar cumpliendo los planes divinos, pese a Ia.~ invenciones humanas ... "

    En la gran obra final. nos encont1""clI"emos con perple-jidades con las cuales no sabremos cmo tratar, pero no olvidemos que los tres grandes poderes del cielo estn trabajando, que una mano divina est sobre el timn y que Dios har que se realicen sus propsitos.

    El evangelismo. pg. 52.

  • Prefacio Una definicin corriente ensea que la historia es la narracin de los

    acontecimientos ocurridos. Obviamente, slo los acontecimientos que tienen significado en relacin con la vida y la existencia de la humanidad hacen historia.

    E,le es un libro de historia, pero e,ta historia no es meramente el relato de los hechos humanos, porque la historia de la Iglesia Adventista del Sptimo Da es la historia de cmo Dios se relaciona con el pueblo que ha de cumplir su propsito en relacin con los ltimos eventos que sucedern en este mundo.

    En el contexto de la Revelacin. la historia siempre sirvi de fundamento y apoyo para los llamamientos divinos. en el sentido de que cI pueblo debera ejercer completa confianza en Dios.

    Una significativa porcin de las Sagradas Escrituras se compone de relaros histricos que tenan la funcin para con el Israel literal, y la tienen para con el Israel espiritual, de servir como recordatorio de que el Dios que intervino en los acontecmientos pasados es poderoso y capaz de ayudar y conducir los destinos de la presente generacin.

    Una filosofa cristiana de la historia llevar forzosamente al investi-gador sincero a cncontarsc con Dios. que en ltima instancia es el verdadero Arquitecto de la historia de la humanidad.

    "En los anales de la historia humana. el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la cada de los imperios, parecen depender de la voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen ser detennina-dos. en gran parte. por su poder. su ambicin o su capricho. Pero en la Palabra de Dios se descorre e) velo. y contemplamos detrs I encima y entre la trama y urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres. los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios" (La educadn. pg. 173).

    Infeliz del pueblo que pierde la memoria de sus orgenes. Por eso la Iglesia Adventista no puede olvidar su hil>toria. Al mirar hacia el pasado, la iglesia del presente renueva su confianza en la certeza de que el

    8

  • PREFACIO 9

    Movimiento Adventista no es un movimiento de hechura humana, sino que fue suscitado por la accin de Dios en irrefutable cumplimiento de las profecas de los libros de Daniel y Apocalipsis.

    En el ao 1915, poco anta de sy mUC!~I,D G d~ JS:i.cribifl _ e~timonio de fl .. A I recapacitar en nuestra historia pasada. I habiendo recorrido cada ~ de su progreso hasta nuestra situacin lactual, puedo decir: Alabemos a Dios! Mientras contemplo lo que el : Seor ha hecho, me siento llena de asombro y confianza en Cristo como ! nuestro caudillo. No tenemos nada que temer en lo futuro, excepto que I olvidemos la manera en que el Seor nos ha conducido y sus enseanzas U-llpuestra hlsto~~sa~2as deJos testimonios. t. 3 .eJ. 443).

    La historia de las organizaciones religiosas ensea que la tercera generacin de miembros debilita la estructura del movimiento, porque pierde contacto con los fundamentos credos y defendidos por los padres fundadores.

    Alguno. .. de los movimientos liberales que se han desarrollado entre los adventistas en nuestros das, revelan que muchos estan perdiendo contacto con las razones y los fundamentos de nuestra fe, yeso en los diversos campos de accin de la iglesia: educacin, administracin, doctrinas e incluso la misma misin del adventismo. Esta actividad ha destruido la confianza de muchos en la actuacin presente de Dios en relacin con su iglesia, llevndolos a ver un futuro incierto y especula-tivo.

    Este libro que la 19le!.a Adventista acaba de recibir de la pluma erudita de uno de sus ms nobles pcnsadore.':i, viene como de molde a establecer la confianza sin reservas en la autenticidad divina del Movi-miento Adventista.

    El Dr. Enoch de Oliveira, hijo de uno de lo!) pioneros de la pgina impresa en el Brasil, busca en el pasado el argumento de la historia para iluminar la senda de las realizaciones presentes de la iglesia. Por lo tanto, el libro que usted tiene en sus manos es un libro de fe.

    En el momento cuando muchos prefieren recorrer la senda de la duda, apoyndose en la teologa del "Si" y en su racionalismo especula-tivo, el autor, en un estilo rico y exuberante, prodiga certidumbre y lealtad, fe y confianza en los hitos inamovibles de las verdades adventis-tas.

    La iglesia de Dios no est en crisis. En crisis estn algunos que silenciosa y audiblemente, velada o pblicamente, por razones persona-les, prefieren distanciarse de la estabilidad confortadora que la iglesia les

  • ofrece. Abandonan la seguridad del arca de Dios para avenlurarse en las inciertas teologas del ocano de las especulaciones humanas.

    Comenzando con los primeros fulgores del amanecer millerila, el autor lleva el pensamiento del leclor a lo largo de todo el proceso histrico de la formulacin doctrinal y organizativa de la Iglesia Adven-tista; desaparece la generacin de los pioneros y surgen nuevos lideres; enemigos profetizan el aborto del embr. adventista; movimientos disidentes prometen destruir la unidad de la fe por la influencia de hombres poderosos en el arte de argumentar; libros y revistas surgen como esponjas impregnadas del veneno de la incredulidad y la amargura; pero todos esos eventos t!m slo sirven para dar a la Iglesia de Dios la madurez plena y para que el rbol del adventismo profundice ms sus races en el suelo del estudio de la Palabra de Dios.

    . El autor demuestra que la historia de las realizadones de los pioneros, de los movimienlos opositores, de la reestructuracin organi-zativa, de la accin resuelta de los lderes del pasado y del presente, levanta ante el mundo la incuestionable certeza de que .. la mano de Dios est haciendo girar el timn".

    Quiera Dios que cada lector. al repasar en estas pginas el testimonio de la historia, pueda or, ms all del elegante eSlilo y de los nombres y hechos mencionados, la voz de Dios afinmndole una vez ms: "Mi man() est al timn".

    Joel Sarli

  • Introduccin En medio de las densas selvas que cubren el territorio oriental

    peruano, se oye el murmullo de un arroyuelo, serpenteando sin pretensio-nes en la inmensa floresta. Aquel riacho. en su tmido esfuerzo, abrindose camino en medio de una exuberante vegetacin tropical, parece a veces pronto a desaparecer absorbido por la tierra sedienta. Pero contorneando sucesivos obstculos, el arroyuelo avanza aumentando gradualmente el mpetu de su corriente. Alimentado a lo largo de su curso por pequeos tributarios. se transforma progresivamente en caudaloso ro, conocido por el nombre de Maran. Cruzando la lnea divisoria que separa el Brasil del Per, el Maran sigue su curso natural, profundi-zando su lecho, ensanchando sus mrgenes y ampliando su caudal. Al recibir las aguas de un considerable nmero de afluentes. el Maran se transfonna en el exuberante Amazonas, uno de los mayores ros del mundo.

    Del crecimiento del arroyuelo en las selvas peruanas y su sorpren-dente transfonnacin en el caudaloso Amazonas, podemos derivar una analoga relacionada con la historia del adventismo. En sus orgenes. el adventi~mo se reduca a un irrelevante puado de piadosos estudianles de las profecas, sobrevivientes del naufragio millerit.,. En sus aos forma-tivos pareca demasiado fr.gl. prximo a veces a desaparecer, vctirml del escarnio, la burla y el desdn de sus adversarios. Pero bajo la poderosa conduccin del Espritu Santo, aquellos hombres y mujeres de fe lograron transfonnar un tmido y vacilante comienzo en un caudaloso movimiento proftico.

    En este libro analizaremos el sorprendente crecimiento y la organiza-cin de la Iglesia Adventista del Sptimo Da. Veremos cmo este movimiento, as como las aguas SUSUlT'ointes de un arroyo en sus comienzos, guiado por la mano divina, se transform en poderoso complejo eclesistico internacional. Lo veremos, pgina tras pgina, avanzar triunfante, a pesar de los sucesivos e innumerables obstculos que ~e levantaron en su camino.

    ti

  • 12 LA MANO DE DIOS AL TIMQN

    El lector no encontrar en sus pginas un panegrico emotivo de la iglesia, o una ardiente apologa de sus doctrinas, pero s un anlisis contextual del ambiente en que surgi el adventismo en el siglo XIX, y una apreciacin de las razones histricas y profticas que justifICaron sus orgenes, desenvolvimiento y consolidacin.

    Aunque procurando mantener entera imparcialidad y justicia en la apreciacin de los acontecimientos y en el anlisis de la contribucin dada al movimiento por sus fundadores, el autor admite la posibilidad de baber exaltado con demasiado entusiasmo la obra realizada por los pioneros. El lector sabr, sin embargo, comprender con espritu indul-gente, que el libro fue escrito por alguien que, educado dentro de la lilosofta adventista, jams conseguira divorciarse de sus races para producir una obra absolutamente imparcial.

    La idea de la publicacin de este libro surgi en la mente de mi esposa y cont con su dedicada cooperacin y su anlisis crlico. Le cupo no solamente la tarea montona y cansw?ra de dactilograflar los originales y verificar las notas bibliogrficas. sino tambin de ocuparse en el esfuerzo por simplificar el lenguaje, tomndolo menos tcnico y ms accesible a los lectores no acostumbrados a la tenninologa propia del lenguaje teolgico.

    Ojal el Seor llene de bendiciones el corazn de todos cuantos lean este libro, llevndolos a una clara comprensin del origen y la misin de la Iglesia Adventista. e infundindoles fe y confianza en su mensaje y destino.

    El autor

  • LA MANO DE DIOS

    ALTIMON

    Primera Parte

  • y la tierra ayud a la mujer

    .1

    "Pero la tierra ayud a la mujer, pues la tierra abri su boca y trag el ro que el dragn haba

    echado de su boca". Apocalipsis 12: 16.

    Sucedi el 14 de febrero de 1556. La catedral de Oxford, en Inglaterra, bulla de sacerdotes y prelados. Entre ellos se destacaba la serena figura de Toms Cranmer, respetado arzobispo de Canterbury. primado de Inglaterra, pronto a ser degradado de su elevada investidura eclesistica.

    Una nerviosa expectativa dominaba a los religiosos reunidos en aquel histrico encuentro. La inslita ceremonia se inici cuando los representantes papales vistieron al arzobispo con una rplica barata de los hbitos episcopales, con sus coloridos omamentos y dignidades eclesis-ticas. El ritual fue solemne e impresionante. Las insignias y los smbolos le fueron arrancados uno tras otro en una ceremonia cargada de dramatismo y emocin. Tambin le quitaron la vestidura talar y el manto litrgico. Su cabeza, aunque pronunciadamenle calva. fue afeitada. El leo de la uncin fue simblicamente retirado de sus manos. Y cuando finalmente qued destituido de todas las dignidades inherentes a su e-Ievado oficio. se oy una voz grave y solemne que repercula entre las arcadas de la gran iglesia. Era el obispo Bonner anunciando el fin del humillante ritual. Cranmer haba sido degradado. Todos los vestigios de su autoridad eclesistica le haban sido quitados.

    Con todo. este desusado melodrama fue apenas el preludio de un episodio ms intenso, ocurrido un mes ms tarde. Sometido autoritaria-mente a una cruel tortura mental, Cranmer firm sin conviccin un documento en el cual "confesaba" sus herejas y se retractaba de sus .. des vos tl:olgicos".

    15

  • 16 LA MANO DE DIOS AL TIMON

    Llevado despus a otra ceremonia el>pccial en la Iglesia de Santa Mara, a fin de confc!.ar pblicamente ,u "extravo espiritual" y exhortar a los "herejes" a abandonar sus "malos caminos", sorprendi a todol> cuando anunci su finnc detcnninacin de no violar jams su conciencia, renunciando a convicciones cristalizadas.

    "Esta mano que tirm el documento que contiene mi confesin deber ser la primera en ser con!.umida en lal> llamal> del fuego inquisidor -declar solemnemente. Y aadi-: Rechazo al papa por ser enemigo de Cristo ... Lo rechazo por sus falsos dogmas. En lo que atae a 101> sacramentos. . ." I

    Su discurso fue abruptarnente interrumpido y su voz sofocada por otras voces que se unieron en una protesta hir.trica y satnica. Arrastrado por la multitud fuera del santuario, despus fue condenado por los tribunales de la iglesia. Con un herosmo reconocido por 101> mismos verdugos, sucumbi en medio de las llamas crepitantes de otra de las criminales hogueras encendidas por la intolerancia medieval.

    Attuclla mano, en realidad, no mereca I>er destruida por el fuego, ya que haba sido responsable de la redaCC'in del BQok 01 Commolt Prayer (Libro de la oracin comn), uno de los clsicos de la literatura cristiana, usado por la iglesia en Inglaterra en sus servicios litrgicos.

    Cranmer fue un mrtir ms entre 101> milloncl> inmolados en el altar de la intolerancia religiosa, vctimus de la coercin y del autoritarismo. Pereci porque os levantar la voz contra la dominante degeneracin de la fe cristiana.

    El cristianismo viva entonces un perodo sombro ue su historia. El Evangelio predicado por Cristo y sus apr.toles se haba contaminado en las fuentes corrompidas del paganismo. Aunque profesando aceptar a Jess como el Hijo dc Dios y creer en su muerte y resurreccin, la mayora de los cristianos perdieron de vista la malignidad del pecado y no sentan ya necesidad de la gracia redentora del Evangelio. El germen de la idolatra produca su obra funesta. Dogmas, ritos supersticiosos y ceremonias de origen pagano se ntrodujeron en el seno de la iglesia, incorporndose a la fe de los profesos seguidores de Cristo.

    La pluma inspirada, con notable vehemencia. describe las condicio-nes espirituales de aquellos das, diciendo:

    Prevalecan el fraude. La avaricia y la lascivia. No haba crimen que no se cometiera para obtener riquezas o escalar posiciones. Los palacios de los papas y los prelados eran escelUJ-

  • y LA TIERRA A YUDO A LA MUJER 17

    rios del lbertinaje ms degradante. Algunos de los pontiJices reinantes cometieron crmenes tan repugnantes que los gobernan-leS seculares trataron de deponer a esos dignatarios de La iglesia como monstruos demasiado viles para ser tolerados sobre el trono. Por siglos no progresaron la ciencia. las artes ni la civilizacin. Ulla purlisis m'.Jral e intelectual se apoder de la cri.ia, reclamando refonnas vigorosas tendientes a la restauracin de la "fe que ha sido una vez dada a lo!> santo!>". Empero, sus voces eran siempre reducidas al ~ilencio por la mayora nconversa, apoyada en la aplastante fuerza de los numeroso

    Unindose al Estado en un matrimonio adulterino. Roma pas a emplear el brazo secular en el manejo de 1dc las entraas de su absoluti:.mo el execrable tribunal de la "Santa Inquisicin". y proclam la sangrienta extirpacin de las minoras disidentes. insatisfechas con los desvos y las corrup-ciones de la iglesia.

    Al percibir las intenciones sanguinarias de Roma, millares buscaron rerugio en los valles, en las cavernas de las montaas, en los lugares desiertos y solitarios. Cumplasc a!> el vaticinio inspirado: "Lu mujer [iglesia] huy al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que all la sustenten por mil doscientos sesenta das'.4

    Traduciendo la determinacin de aquellos fieles exiliados Elena G. de White escribi:

    Determinaron mantenerse leales a Dios y conservar la pureza y sencillez de su fe. Se efectu una separacn. Los que permanecieroll firmes en la antigua fe se retiraron; algunos.

  • 18 LA , ... l. ... NO uc UIUS AL 'fIMON

    abandonando sus tierras de los Alpes. a/zt.trOII el pelld" dI' la verdad en pases extraos; otros se refugiaro" en los l/al/es solitarios y en los baluartes pt'ascosos de las montaas. y all c:onserllaron su libertad para adorar a Dios. 5

    Procurando mantener la "unidad de la fe". Inocencio UI decret el extenninio de los albigenses, que insistan en un culto espiritual, sin el uso de crucifijos. Como resultado fueron destruidas, en el sur de Francia, cuidades enteras y Sus habitantes pasados a espada. Siguiendo instruc-ciones de Roma, fueron tambn perpetradas atrocidades innominables por el Duque de Alba con las minoras cristianas de los Pases Bajos. El nmero de los que fueron ejecutados, segn Gibbon, durante un corto reinado del terror. excedi en mucho al nmero de mrtires habido en el espacio de tres siglos en el Imperio Romano.

    Las barbaridades cometidas entre el saqueo y lu.f ruinas de la ... ciudades hambrientas y abrasadas, casi va mls all de lo que se puede creer; las criaturas ('Tan arrancadas de tos vientres de los cuerpos vivos de las madres; mujeres y nitios eran violados por miles. y pobladont's enteras eral! quemadas y arrasadas por los soldados, por todos los medios que podia imaginar la l.'rUe/t{lld en su inRenio diablico."

    En los anales de la crueldad humana. ocupa un lugar destacado la despiadada tempestad de sangre que se abati sobre Francia en la noche del 24 de agosto de 1572, la trgica noche de San Bartolom. Millares de cristianos fueron despertados de su tranquilo sueo, arrastrados a la calle y brutalmente asesinados. Nobles y campesinos, ancianos, mujeres indefensas y hasta criaturas fueron juntamente torturados y exterminados a sangre fra. Las vctimas han sido variablemente calculadas entre diez mil y cen mil. El violento ataque, consumado con inconcebible furia. suscit una onda de horror, espanto e indignacin. La jerarqua religiosa. sin embargo, celebr el salvaje genocidio con aclamaciones festivas.

    Cuando la noticia de la matanza lleg (1 Roma. el regocijo del clero no luyo limites. El cardenal de l.orena prt'lni al nremajero con mil duros; el t'an de San AlIgelo fron en alegres salvas; se oyeron las Cllmpanas de todas las torres; innumerables fogatas conv;rt'ron 1(1 noche ('n da; y (;reRorio XIII, acompaado de los (.'urdelwlts y otros digrlllltlrios edesitis t:os, se ent."llmin en larga procesin hacia la iglesia de San Luis, donde el cardenal de Larena callt el Te Deum ... 7

  • y LA 11cKKA A YUOO A Lt\ MUJl:.R

    En efecto, Roma se mostraba embriagada "de la sangre de los santos, y de la sangre de los mrtires de Jess".8 El tribunal del Santo Oficio, creado por Inocencio III por decisin del Concilio de Tolosa, adems de haber instgado cruelsimas persecuciones, sentenci a muene a Henrique Voes, Wishart, Hamilton, Latimer, Cranmer, Hus, Jernimo, Savonarola y muchos otros piadosos lderes religiosos. Los "autos de fe" ahogaron en un ocano de sangre todos los intentos de preservar la pureza y sencillez de la fe que caracterizaron a la iglesia cristiana primitiva.

    Indiferente a los crmenes repugnantes cometidos contra los derechos humanos, Roma pareca empearse con redoblado vigor en su saa perseguidora. "y la serpiente [Satanc;J arroj de su boca, tras la mujer [ iglesia]. agua como un ro. para que fuese arrastrada por el ro". 9 Satans intensific su furor asesino por intermedio del despotismo ecle-sistico, lanzando poderosas cruzadas (aguas como un ro) que, con violencia y atrocidades sin cuento, pretendan extirpar las "herejas". Y miles. "de los cuales el mundo no es digno". sucumbieron regocijndose por ser tenidos por dignos de sufrir por la causa de la verdad.

    Si aquellos das no fuesen acortados, nadie sera salvo" ,lO dice el Seor en su sermn proftico. A pesar de la "gran tribulacin". la iglesia de Cristo pcnnaneci imbatible. El calabozo. la tortura, el patbulo, la fuerza y la hoguera fueron insuficientes para disuadirlos de su lealtad para con Dios y para con su conciencia. Aunque ultrajados. cubienos de infamia, estigmatizados como la escoria del mundo, permanecieron nnnes "como viendo al Invisible" _ 11 No obstante. Dios. en su miseri-cordia para con su pueblo. abrevi el tiempo de su tcrrible prueba.

    "Pero la tierra ayud a la mujer [iglesia]. pues la tierra abri su boca y trag el ro que el dragn haba echado de su boca". 12 Con los triunfos de la Refonna del siglo XVI, las cruzadas promovidas contra los elegidos de Dios perdieron su mpetu original. Se multiplicaron los defensores de la verdadera fe. Con el triunfo protestante logrado en Alemania. Suiza. Holanda, Noruega y Suecia, el poder perseguidor de Roma qued circunscripto dentro de una jurisdiccin ms limitada. Y las multitudes, vctimas de la intolerancia, la opresin y el despotismo, buscaron refugio en las tierras conquistadas por la Rcfonna. donde fueron recibidas afectuosamente y tratadas con dignidad y ternura.

    La revolucin religiosa. en marcha en aquel entonces, proporcion a Inglaterra las condiciones indispensables para la implantacin de una religin nacional. La supremaca papal fue rechazada yen su lugar el rey se entroniz como cabeLa de la iglesia. Sin embargo, muchas costumbres

  • 20 LA MANO DE DIOS AL TIMON

    y ceremomas de origen romano permanecieron incorporadas a su culto. Gradualmente. el derecho de cada ciudadano a adorar a Dios segn los dictmenes de su propia condencia. pas a ser jgnorado. El monarca lleg a exigir que todos los ciudadanos aceptasen los dogmas y la liturgia formulados por la iglesja oficial.

    Se le prohibi al pueblo, so pena de fuertes multas. prisin y destierro. que asistiera a cualesquiera reuniones religiosas que no fueran las sancionadas por la iglesia. Los que no pudieron dejar de reunirse para adorar a Dios. tuvieron que hacerlo en callejones oscuros, en sombras buhardillas y. en estaciones propicias, en los bosques a medianoche . .. Muchos sufrieron por suJe. Las crceles rebosaban. Lasfamilias eran divididas . .. Sin embargo. Dios estaba con su pueblo y la persecucin no podia acallar su testimonio. fl

    Durante el reinado de Jacobo I (1603-1635), muchos lderes religio-sos disidentes fueron perseguidos. lanzados en sombras mazmorras y finalmente ejecutadQs_. )uJ'Jl Greenwood. dirigente...dl! un gtupO Jlamado "Padres Perel!rinos". pag con sangre su inconfonnidad con los restos de idolatra existentes en el culto oficial. Sus seg~idQres decidieron entonces que "Inglaterra babia deiado de ser lugar habitabl~" .14 Con sQ.I:Prendente arrogancia el rey declar su di!ijmsicill Qt:_ hacer que los disidentes. "se cO!Qnnaran o de lo contrwj,_.:..!. q~_~_fyeran expulsados del p~s. o tr~~_todava ~C."

    La amenaza era seria. Urga tomar medidas de resguardo. Vislum-brando das sombros. los "Padres Pcregrinos"_gecidieron con su palitor. Juan Robinson. cruzar el Canal de la Mancha v establecerse en las tierras libres de Holanda, territorio conquistado por la Reforma.

    Posterionnente planearon cruzar las aguali del Atlntico, teniendo en vista alcanzar las playas de la Amrica deLNorte. donde soaban estable-~er "un~ iglesia sin papa Y_!1.!1~~~o sin.!~y"_

    Simultneamente con los movimientos de la Refonna en Europa. los navegantes ibricos, recorriendo "mares nunca antes navegados". descu-brieron el Nuevo Mundo. Dios. en sus insondables designios. estaba preparando otro lugar de refugio para la "mujer". su iglesia. entonces afligida por la espada inclemente al servicio del autoritarismo.

    Despus de tres aos de planificacin. los peregrinos parecan estar preparados para iniciar el gran viaje a travs del Atlntico_ Comenzaron

  • y LA TIERRA AYUDO A LA MUJER 21

    la heroica aventura en una vieja embarcacin Ilamad~p:~ll, el 22 de julio de 1620 .. Cuando el viento hinch las velas. expresaron entre lgrimas. oraciones y cantos de loor a Dios su delerminacin de seguir rumbo al Occidente. con el propsito de eng;pder en el Nuevo..MWHkt la 11ama de la libenad. -

    No tardaron. empero, en llegar a la conclusin de que el viejo barco en que haban iniciado el viaje no ofreca seguridad suftcieme para la travesa martima. Decidieron por 1anIo, en Plymouth, Inglaterra, tomar otro barco, el MavOower. con el cual continuaron la gran epopeya en direccin a lo desconocido. Eran en total 102 los pasajeros gy~ iniciaron, el 6 de septtl?Ip..!?!~,de 1620. la seg __ e!apa del extensp_itinerario. Dos pasaieros adicionales fueron aadidos posteriormente al grupo - be~ Que nacieron durante el viaie,

    Despus de una lonnentosa aventura que dur 67 das, el Mayj10wer ancl junto al litoral del nuevo continente. en un da invernal de noviembre. Antes de desembarcar con sus Biblias, himnarios, ropas y los pocos objetos de uso personal. fl!!P.lf.OD un do_cumento b.i5rQric~ el Pacto del Mayflower. reconocido posteritiente como autntica Carta Magna de la libertad, una extraordinaria dcclaruciD de principios que prepar el camino para la implantacin de los ideales democrticos, basados en la scparucin del Estado y la Iglesia.

    El desembarco ocurri en el inicio de un riguroso invierno, con sus inclementes tempestades de nieve, El largo perodo vivido a bordo de una pequea embarcacin los dej, durante la estacin invernal, fsicamente debilitados y susceptibles a la neumona, tan comn en aquellos das. Como resultado. de los 104 Deremnos. 54 mu!ier!m dunlnte el primer ao. Las mui~res fueron l~ gue ms su(riemn,. &ol~I!~~ ~illg;) ..... entre ms dieciocho esoosas. lograron sobrevivir. Hubo momentos en que apenas siete colonos mostraron estar fsicamente en condiciones de cuidar de los dems enfennos.

    Con el advenimiento de la primavera, las perspectivas se tomaron ms brillantes. Pudieron entonces dedicarse a la caza, la pesca y la recoleccin de frutas silvestres, La plantacin de maz produjo buenos resultados. La construccin de casas fue acelerada y las relaciones con los indios, que al principio se caracterizaron por la hostilidad, se tomaron cordiales y pacificas.

    Guillermo Bradford, describiendo las impresiones vividas durante aquella transicin de estaciones, se expres as:

  • '- . I. lHAj~U UE DIOS AL TIMON Pasado el ;'U'l':f'IIQ. lu./as las cosas se nos presentaban con

    el aspecto de haber sido azotadas por las tormentas. El pas entero, lleno de bO!;ques y matorrales. o/recia un panorama salvaje. Si mirbamos hacia atrs, estaba el rugiente ocano que habamos atravesado y que ahora significaba una barrera y un abismo que nos separaba del mundo civili1.ado . .. Qu podra ahora sostenernos sino el Espritu de Dios y su gracia? 16

    A pesar de las enonnes y conmovedoras prdidas sufridas, aquellos bravos peregrinos celebraron al finalizar el primer ao en las tierras libres de Amrica, un culto de accin de gracias a Dios por el privilegio de adorarlo segn los dictmenes de su conciencia, sin aprensiones ni temores. Aquella celebracin fue el embrin de una festividad que pas a inlegrar la tradicin norteamericana al conmemorar oficialmente cada ao, el ltimo jueyeySi nmdep. el Da de Accin de Gracias u la fuente de "toda buena ddiva y todo don peecto". 17

    Al finalizar el primer lio, 1M animosos peregrinos celebraron un culto de accin de gracias a Dios por el privilegio dr adorarlo sin aprensiones ni temores.

  • y LA III d\ A}: UDv r\ 1./\ MUJI:.R .) 1.

    Ocho aos ms tarde los l'puritanos~'; acosados tambin por las persecuciones religiosas en el Viejo Mundo, y a semejanza de Jos peregrinos. emigraron hacia Amrica.

    Por millares salieron los cuquero,~ de Inglaterra. donde centenares de ellos haban sido encarcelados y muchos haban sufrido el martirio. En Nueva Jersey, Delaware y Pensilvania fundaron ciudades prsperas en medio de las feraces tierras a cuyo cultivo se dedicaron, bajo las garantas de una libertad que no haban conocido en su patria. Como otorgaban esta libertad a olros, ello atrajo a muchos inmigrantes; luteranos, menonitas. moravos, etc. [.Iegaron tambin hugonotes de Francia. especial-mente despus de la revocacin del edicto de Nantes por Luis XIV. en 1685.'8

    En efecto. una vez ms "la tierra ayud a la mujer" (iglesia) proporcionndole refugio y seguridad en momentos de angustia y tribu-lacin.

    Cuando los peregrinos partieron de Holanda_rumbo a las playa .. de Amrica. Juan ~nson. su pastor. impedido de acompaarlos. se expres asa en- memorable discurso de despedida:

    Hermanos: Dentro de muy poco tiempo vamos a separarnos y .r{)lo el Seor sabe si vivir para volver a ver vuestros rostros; pero sea lo que fuere lo que el Seor disponga. yo os encomiendo a El y (IS exhorto ante Dios y sus santos ngeles a que no me sigis ms all de lo que yo he sl"guido a Cristo. Si Dios quiere revelaros algo por medio de alguno de sus instrumentos estad pronlos a recibirlo como lo estuvisteis para recibir la verdad por medio de mi ministerio; pues seguro estoy de que el Seor tiene ms verdades y ms luces que sacar de su Santa Polabra. 19

    Juan Robinson pareca intuir los grandes planes de Dios para su iglesia.

    Despus de la densa noche medieval, surgi la Refonna inaugurando un esplendoroso amanecer. "Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el da es perfecto". 20 Dios habra de iluminar a su iglesia con todo su fulgor, restaurando las verdades que la apostas aa medieval ocult entre las sombras de su sistema religioso. La luz del Cielo habra de incidir sobre la iglesia en forma gradual y constante uhasla que el da [fuese] perfecto". S, Robnson se expres

  • 24 LA MANO DE DIOS AL T1MON

    correctamente cuando declar que "el Seor tiene ms verdades y ms luces que sacar de su Santa Palabra".

    Una nueva nacin se estaba gestando por medio de un pueblo heterogneo, procedente de muchas nacionalidades. Aunque representan-do diferentes lenguas y cultur-dS, los inspiraba un sentimieruo comn: el amor a la libertad. La Biblia era para ellos "la base de la fe, la fuente de li sabidura y la carta magna de la libertad. Sus principios se enseaban cuidadosamente en los hogares, en las escuelas y en las iglesias. y sus frutos se hicieron manifiestos, en lo que se gan en inteligencia, en pureza y en templanza". 21

    Emerga en el mundo occidental una nueva sociedad saturada de fe e impregnada de fervor religioso. El futuro de una gran nacin estaba siendo moldeado con aptitud e ingenio. Una Providencia vigilante preparaba la cuna para el nacimiento de un movimiento proftico.

    Transcurrieron varias dcadas, y entre los descendientes de los colonizadores de Amrica, forjadores de una nueva nacionalidad, ocurri un extraordinario reavivamiento de inters en tomo de las profecas de Daniel y Apocalipsis. El estu

  • y LA TIERRA A YUDO A LA MUJER 25

    de persolUls de aquel tiempo se convencieron de que haba llegado el fin de todas las cosas te"estres. 23

    Otro grande Y sorprendenle acontecimiento ocurri el 13 de noviem-bre de 1833, cuando un deslumbrante espectculo de "fuegos de artificio" siderales fue presenciado por millares de personas, principal-mente en la costa este de los Estados Unidos. Los piadosos estudiantes de las profecas identificaron en la "lluvia de estrellas fugaces" las palabras profticas de Jess: " ... '1 las estrellas caern del cielo". 24

    Con espanto )' reverente teDlor. miles de pel"!iOnlL'i contemplaron el espectculo meterico anundado por la profl."cia.

    /Jurante algunas horas. el flrmamt'nto de todos los Estados Unidos estuvo en gnea conmocin. Ning.n fenmeno celeste ocurri jams en este pais desde su inicio que haya sido C01llemplado con tan inlensa admiracin por cierta cla.~e de personas o con tanto temor y pnico por otras . .. Durante sus tres horas de duracin, se pensaba que el dia del juicio estaba apenas aguardando la salida del sol. 25

  • ... n l"I,~l","U UE OIOS AL 111yl0N

    Con profundo y reverente temor. asociaron aquella "lluvia meteri-ca" con la exhortacin del Seor: "Cuando estas cosas comiencen a suceder. erguos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redencim est cerca . 26 As se cristalizaba el ideal de la esperanza adventista.

    y esta "tierra" libre que, en cumplimiento de los orculos divinos, ofreci a )a "mujer" proteccin y abrigo, pas a ver y atestiguar la marcha triunfal de una caravana de heraldos de la 'bienaventurada esperanza". fieles precursores de la proclamacin mundial del triple mensaje anglico.

    I Frcderick A. NOlWood, GrMI Mom~nlS itl Chu,e" HIOty, pg. 87. 2 Elena G. de WhilC, La IIiSlori" d~ la r~denci", pg. 3S l. 3 Tomas de Aquino, Summa 71teologica Secunt!.rJ S~(undtJe, QUOEST X, AIt. 11; Y XI, An 3. 4 Apocalipsis 12: ti. ~ While. El t:onJIiclo dt lu! JiB/OS (El gTan cOllflicto). pg. 69. 6 Mutle)', Rise ofllle DUlch Rep.ll, pg 504, dIado por E e Pereira en Prublenll' Rtligiu . u da Amir"a

    lAlina, pg. 92. 1 Henry While, lA MosacTt d~ San Bart%mi, cilado por Elena G. de While en El conflicto . .. , pg. 316. R Apocalipsis 17. 6. 9 Apocalipsis 12: IS.

    lOS. Mateo 24' 22. 11 Hebreos ,,: 27. 11 Apocalipsis 12: 16. n Whilc, El cOl/Jli",,) .. pg. 294. !4 J. G. Palfrey, Historia d~ NueWJ Inglaterro, cilad" p'" Wbile en F.I ~n'!fli~'" . ,pi, 334 l' George 88l1crofl, Historia de los Esrados Unidos d~ Amirira, diado por While en El c:cmflicrD

    pg 334. 16 lA historio de nue.rITa i/l/e . ia. tdilado por el Departamento de Educacin de la Asociacin General,

    pg 111 11 Santiago 1: 17. K Marceln J Fayatd, En de/erua de la liberrad r~l;giosa, pg$. 96, 97 9 While, El conflitro ... pgs. 33:5, 336. O Proverbios 4: 18. I While, E/ confliCln. . pg. 341 ! S Maleo 24: 29. 1 R. M. Dc"'ens, O .. r Fi,JI Ce"rury, pg . 119. 00, citado 1"" Uriah Smilh en A. PrD/t'ciQJ Jo AfKI('tJ-

    lipst, pg. 100 I S. Maleo 24. 29. ; De\'ens, Our Fi,sl Cenlury. pg 329, diado por Smith en As P,ufe.-ias ... pg 103 S Locas 21: 28.

  • 2 Amarg mi vientre

    "Entonces tom el librito de la mano del ngel, y lo com; yero dulce en mi boca como la miel, pero

    cuando lo hube comido, amarg mi vientre", Apocalipsis 10: lO,

    El profeta Isaas pinta, con pinceladas magistrales, un cuadro marcado por el contraste entre la supremaca de Jehov y la inutilidad de los dioses adorados por el paganismo. Mientras el Dios de Israel conduce a su pueblo con demostraciones de poder. los impotentes dioses de las naciones vecinas son .co.!l~s--.Or . sus adoradores. El profeta no esconde un sentimiento de sorpresa y pesar al describir la fragilidad de esos dioses. llevados como objetos de arte en el lomo de animales cansados.

    Sus imgenes fueron puestas sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que vosotros solais llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas.

    Alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran. Se lo echan sobre los hombros. lo llevan. y lo colocan en su lugar; all se est. y no se mueve de su sitio. Le gritan. y tampoco responde. ni libra de la tribulacin. I

    Pero, en contraste con los dioses del paganismo, cuyos brazos pennanecen inertes hasta ser destruidos por la accin devastadora del tiempo. Jehov se manifiesta como "Dios vivo" que con "mano fuerte y poderosa' dirige a su pueblo en consonancia con sus insondables propsitos y soberanos designios.

    Odme. oh casa de Jacob . .. los que sois trados por m desde el vientre . .. yo llevar, yo soportar y guardar. 2

    27

  • ..fo. .~ ,_..- .. -.. ' -'

    I.~ e. . -) , . . -

  • AMARGO MI VIENTRE 29

    Con su "brazo fuerte" Dios liber al pueblo de Israel del yugo faranico y lo gui a travs del desierto hasta la Tierra Prometida; suscit a Juan el Bautista para conducir en Judea una obra precursora, anuncian-do el advenimiento del Mesas; ilumin la mente de los reformadores que precipitaron la revolucin religiosa del siglo XVI; y a travs de los tiempos, prepar el escenario para el surgimiento del movimiento adventista.

    Este y otros importantes acontecimientos anunciados por los anti-guos videntes, revelan de manera elocuente una "Presencia invisible" ejecutando sus planes en la Historia.

    En efecto, por medio de la revelacin Dios proyect liberar a su pueblo de la tirana egipcia. Conforme el relato, despus de "cuatrocien-tos treinta aos, en el mismo da todas las huestes de Jehov salieron de la tierra de Egipto" (la cursiva es nuestra). 3

    En los agitados tiempos herodianos. cuando Judea no pasaba de una simple provincia sujeta a Roma, cuando Israel apareca humillado, sin rey y sin esperanzas, la mano de Dio.o en la historia se hizo evidente en la obra realizada por Juan el Bautista, con su vibrante y poderosa procla-macin: "Arrepentos, porque el reino dc los cielos se ha acercado". 4

    Interpelado por la inquieta multitud con un "T. quin eres?". respondi con las palabras profticas:

    Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Seor . ..

    Esle es el que viene despus de m. el que es antes de m. del cual yo n(, soy digno de desatar la correa del calzado. s

    El ministerio de Juan el Bautisla fue el cumplimiento de una obra anunciada por los orculos divinos. y sabemos que l entendi la naturaleza de su misin y el origen divino de su llamado.

    La Refonna conducida con ardor y valor por Lutero y sus asociados. en el amanecer del siglo XVI, fue tambin un movimiento de origen proftico. La mano invisible que conduce el timn de la historia, movi el brazo de Lutero cuando clav en la puerta de la iglesia de Wittenberg las 95 tesis que precipitaron la reforma religiosa que cambiara la corriente de la Historia.

    Jess. refuindose al espritu de intolerancia que habra de estre-mecer al mundu durante el sombro periodo medieval, profetiz que "si aquellos das no fuesen acortados, nadie seria salvo". 6

  • .... ,,\ ~ ... \.. I Uh OIOS AL 'IlMUN

    La tirana de Roma fue atenuada con los triunfos de la Refonna. Los predicadores de la justifICacin por la fe lograron xito en su obra y los fundamentos de la estructura escolstico-medieval fueron sacudidos. Como consecuencia de los avances de la Refonna, la intolerancia religiosa qued circunscripta dentro de un territorio ms limitado.

    El movimiento adventista que naci en el siglo pasado. fue tambin un movimiento proftico. Guiado por la mano de la Providencia. surgi a fin de restaurar el fervor adventista que se haba eclipsado como resultado de las especulaciones de los utopistas que, adoptando ideas posmilenia-listas, anunciaron el triunfo de la civilizacin cristiana sobre los poderes confederados de la impiedad.

    Aunque las profecas de Daniel relacionadas con la historia. que van desde la Edad de Oro de Babilonia hasta el colapso del Imperio Romano, fueron interpretadas sin mayores dificultades por los investigadores del Ubro Sagrado, haba una cortina que ocultaba entre sus pliegues el signifICado de los acontecimientos que habran de ocurrir entre el cuarto imperio y la vuelta de Cristo. Hablando sobre este nebuloso perodo proftico, dijo el ngel al vidente:

    Pero t, Daniel, guarda estas cosas en secreto y sella el libro hasta que llegue el momento final. Mucha gente andar de ac para all, buscando aumentar sus conocimientos. 7

    Y los siglos fueron arrastrndose en la irreversible sucesin de das y noches. Amaneci la era cristiana. Sobre la tierra descendi la nel!.ra noche medieval. Surgi exuberan~Ja Reforma. Pero. a pesar de todo,

    ~rmanecan oscura.c importantes ~iccjones de Daniel. desafiando la agudeza de !os exgeta a travs de los sb!los.

    En el Apocalipsis. donde estn registradas las profecas concomitan-tes y complementarlas al libro de Daniel. encontramos una significativa visin concedida al vidente de Patmos, Entre la sexta y la sptima trompeta. Juan vio un cuadro expresivo y lleno de significado: "Vi descender del cielo a otro ngel. . . Tena en su mano un librito abier-lO ...

    En efecto, el libro de Daniel. sellado durante siglos, comenz a ser gradualmente abierto por piadosos investigadores de la Palabra. A fines del siglo XVIII surgieron en muchos lugares calificados estudiosos de las Escrituras. que se esforzaban por disipar los misterios de la profeca que haban permanecido velados a la iglesia durante tantos siglos.

  • D. M. Ludlum destaca el nfasis que caracteriz a este periodo, diciendo:

    En su aJ9n por entender los actos de la voluntad divina. homTeSjiiadosos se volvieron hacia las Escrituras: en los ib;;s de Daniel y Apocalipsis encontraron no slo una explicacin ,forisfactoria para la impiedad prevaleciente. sino tambin un fundamento ideolgico para combatir los males entonces exis-tentes.

    A fines del siglo muchos tomos dedicados a la exgesis bblica. procedentes de las editoras de Nueva '"glaterra (costa este de los Estados Unidos), recibieron amplia divulgacin. Aunque divergan en pequeos detalles, todos coincidan en la interpretacin de que "los tiempos profticos" haban llegado, y que la situacin presente representaba el Reino de la Incredulidad anunciado por la profeca, y que la segunda venida de Cristo y el comien'{.o del milMo e1]in itUJllJMllU.9

    En Europa y en Amrica Latina surgieron tambin extraordinarios pensadores que, investigando (as profecas de Daniel, llegaron a conclu-siones notablemenle coincidentes. Cumplase as, en forma inequvoca, el vaticinio que anunciaba para "el tiempo del fin" la apertura del libro sellado.

    Los que se dedicaron al estudio de las profecas relacionadas con la segunda venida de Cristo, aunque conscienres de la advertencia divina de que "del da y la hora nadie sabe" ,lO estimaron que no haba inconve-niente en calcular el ao de su retorno.

    En consonancia con este parecer, los estudiosos lanto del Viejo Mundo como los del Nuevo Mundo llegaron a la conclusin de que la profeca de los 2.300 aos, cuyo trmino habra de ocurrir en la primera parte del siglo XIX, marcara la intervencin de Crisco en los destinos del mundo. La expectativa de tal acontecimiento motiv en muchos pases la publicacin de un diluvio de manuscritos e inspir la creacin de un apreciable nmero de sociedades para el estudio de las profecas.

    El fervor adventista de aquellos das aparece apropiadamente sinteti-zado en las palabras de P. A. Damsteegt:

    Primeramente. el nfasis sobre la escatologa . .. ocurri en Europa; ms tarde lleg a Amrica. Muchos de los que partici-paron en estos estudios se convencieron de que la vuelta de Cristo

  • 32 LA MANO DE DIOS AL TIMON

    y el c a del juicio eran inminentes e inauguraran el milenio -una concepcin teolgica conocida como premilenialismo. 11

    Al escribir sobre este despertar adventista que se inspir en el estudio de las profecas de Daniel. Francs D. Nichol se expres as:

    En ninguna parte fue aquel despertar ms precioso, ms definidamente organizado o ms dramticamente llevado a un clmax que en Amrica (Estados Unidos). En este pas el predicador ms preeminente fue Guillermo Mil/er, iy por eso el movimiento del advenimiento e el hemisferIO occidental es generalmente conocido como millerismo.l2

    Despus de haber dedicado dos aos al estudio intensivo de las Escrituras. leyendo y comparando las visiones de Daniel y Apocalipsis. MiIler lleg a la siguiente conclusin:

    En /818, al trmino de mis dos aos de estudio de Jas Escrituras. llegu a la solemne conclusin de que, en aproxima-damente veilllicinco aos a partir de entonces. todos Jos asuntos relacionados con el presente cesarn. 13

    Analizando la declaracin proftica "hasta dos mil trescientas tardes y maanas; luego el santuario ser purificado", 14 Y comparando diferen-tes textos, lleg a la conclusin de que la "purificacin" mencionada habria de ocurrir en cualquier momento en 1843, y que entonces la ticrra sera purificada por la presencia divina.

    En la~ propias palabras de Miller encontramos una descripcin dcl efecto que tal interpretacin produjo en su alma.

    No es preciso hablar de Ja alegra que inund mi corazn en vista de la feliz perspectiva. o de la ardiente ansiedad de mi alma por la participacin en la ... alegras de los redimidos. La Biblia era ahora un nuevo libro para m. Realmente fue un ji:'jlival ti

    '. uen sentido; tado lo que se me apar~d'LnebuJoso._mslico u oscuro en su.~yeanz.as. fue disiDadQ.f.l!.mi l!JW1L 1.flAILl.~

    /J:4Cqu~ ahora brotaba de sus uil&~rad~~oh, cun. brillante y gloriosa se manifestaba la verdad! . . , Mis conclu-siones se consolidaron y comenc a esperar. velar y prq.r por la venida_de mi S.-aivador. 15

    Miller transmiti a millares la esperanza que ilumin su corazn, Por todas partes multitudes se alegraron con la consoladora cencza de que en

  • AMARGO MI VIENTRE 33

    breve los ju~tos seran galardonados y las aflicciones del "siglo prcsentc" habran de desaparecer para siempre.

    Al principio, la predicacin de una fecha definida para la segunda venida de Cristo sufri una gran oposicin. Empero. con el transcurso del tiempo, la tendencia a establecer una fecha especfica se fue cristalizando y finalmente lleg a ser aceptada por casi todos.

    Al aproximarse el ao 1843, Miller y algunos fieles colaboradores revisaron los clculos y notaron que el "ao judaico de 1843" finalizaba el 21 de marzo de 1844. Utilizando el calendario carata y la cronologa ~~ _\yillia.!!lJ!a)~~~ncluyeron que los 2.}OQ .. a9s finalizarilW.~2.Lde

    marzo de 1844. Posteriormente estos clculos fueron revisados por Samuel Sheffield Snow. Tomando en cuenta que el decreto para "restaurar y edificar a Jerusalem" lb fue plOmulgado en la ltima parte del ao 457 AC, Snow lleg a la conclusil, de que los 2.300 das prof-ticos terminaran en el otoo de 1844. En una carta dirigida a Southard. se expres as:

    Si las 69 semanas terminaron en el otoo del ao 27 OC, cundo podemos esperar el fin de los 2.300 das? lA respuesta es clara. Al restar 483 de 2.300. el resultado es 1.817. En el otoo del ao 27 OC. quedaban todava esos alos por cumplirse. Entonce: ... sumando a esa fecha esto.~ /.8/7 aos. concluimos que esto nos lleva al otoo de /844. 17

    A medida que se aproximaba el mes de octubre de 1844, creca el fervor en la proclamacin de la "hienavcnturada esperanza". Tal mensaie oroduca por todas oartes intenso ibilo v oiadosa eXDC

  • 34 LA MANO DE DIOS AL T1MON

    escarnio, renunciaron a la "bienaventl!radjl. esperanza". No obstante, los fieles ysinceros tomaron el Libro de Dios y. al examinarlo, cobraron nimo y renovaron la esperanza al leer las palabras del profeta:

    (Aunque la visin tardar an por un tiempo. mtl.'l se

    t apresura hacia el fin. y no mentir; aunque tardare, espralo, porque sin duda vendr, no tardar. 211

    Miles de los que participaron de la amarga experiencia de 1844, desalemados, volvieron a sus iglesia~ de origen. Sin embarag._un grupo de piadosos investigadores de la Biblia encontr en la Inspiracin palabras de estmulo y perseverancia en la fe adventista:

    No perdis, pues, vuestra confianZA, que tiene grande galar-dn; porque os e." nece.'iaria la pac:ienc:ia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengis li~ promesa. Porque (u,n un poquito, y el que hit de venir vendr. y no tardar. M,.'i el jrmo vivir por fe; y si retroct'diere. no agradar a mi "lm{l. Pero nosotros no somos de los que retrocedell para perdici,I, sino de los qUl' tienen fe para preservacin del alma. 21

    ":n un espritu d~ splica } r~"orosa investigacin de las profecas. surgi victorioso el IIlOYimiento adventista.

  • AMARGO MI VIENTRE 35

    En ste y en otros textos el remanente de los adventistas encontr el comuelo pecesario para sopaaa:Jas_criticas y las burlas de un lill!.!!!!9 irreverente y escarnecedor. Con qu fervor escudriaron el Libro divino! .. A menudo -escribi la Sr.a White- pennaoec8mos reunidQ!Jwla larde en la noche. y a veces pasbamos la. npche eptera mando ~I'! busca de luz y estudiando la 'palabra" . 22

    En este espritu de splica y piadosa investigacin de las Escrituras, emergi triunfante el movimiento adventista. Dios extendi su mano con

    _ redoblada 2Tacia y poder. Como divino Alfarero. despus del ~9 .~h~sco. Dios junt los fragm~~. J.ClDOdcl_eL.cuerpo_de_suJglesia. la

    renov con nuevas revelaciones de su voluntad y la levant con la fuerza de su brazo, para Auiarla en la I!~MDacin .9~1 "cvallgelio eterno" .~ toda nacin, tribu. lengl!.a.'y-pueblo". 23

    Los pioneros adventistas no comenzaron un movimiento religioso animados por el simple propsito de introducir una nueva disidencia en el seno del cristianismo. No se inspiraron en la orientacin teolgica (} carismtica de un hombre. Se sintieron parte integrante de un movimiento proftico suscitado por la mano de Dios para proclamar dentro del contexto del "evangelio eterno" la llegada de "la hora dc su juicio". ~4

    En la historia del cristianismo encontramos el registro de la ohm de fe conducida por hombres inflamados por una consumidora pasin por las almas.

    San Gregorio (257-331 OC) llev la llama sagrada de la fe cristi;tnl a la antigua Armenia. San Frumencio (c.300-c.360 OC), con notahle

    \ espritu de renuncia, llev las luces del Evangelio a Etiopa. San Patricio \ (siglo VI) proclam en Escocia el poder redentor del Evangelio. Fran-

    cisco Javier (1506-1552) se ocup en la evangclizacin del Oriente. Lutero (1483-1546), Calvino (1509-1564) y otros reformadores en Europa proclamaron con valor y audacia la doctrina dc la iustficadn por la fe (sola fide). Guillcnno Carey (1761-1834) se dedic por complc(() l la predicacin del Evangelio en la India. Adontrafll Hudson (17HHIH~(,) consagr la vida a la proclamacin de la fe en ~trmana. Ifullson Taylur (1832-1905) llev a China el Ev~clli:uJe la cruz. Podrimnlls :lIImlil muchos nombres ms a esta lista de hroes de la fe, proclamadnrt:s tl,- la .. buenas nuevas del Evangelio.

    Con todo, ninguno de ellos predic jams que la hora llc! IlIll'IU haba llegado. Para ellos el juicio divino era un acontecimicnh) I'ulmn Pero cuando. al fin de los 2.300 aos. el reloj proftico anunciti qm' 1:1 hora del juicio haba llegado, Dios suscit mensajeros exlratlrdin:lIllI'

  • 36 LA MANO DE DIOS AL TIMO~ I

    para Jn!ciar esta poderosa proclamacin, y con ellos surgi el movimiento' adventista "victorioso y para vencer",

    Aplicndose al estudio de las Escrituras en busca de la verdad, los prceres del adventismo descubrieron que el cristianismo se habal apartado de "la fe que ha sido una vez dada a los santos". Esta! conclusin los llev a la restauracin del "evangelio eterno" y a la![ proclamacin de la fe apostlica en su prstina pureza.

    Cuando el Dr. J. E. Brown, presidente de la "Brown University" Yi de la "International Christian Fellowship", public la primera edicin del su obra acerca de las "sectas", le preguntaron por qu no haba incluido. a los adventistas. En otra edicin de esa misma obra dio la siguiente l respuesta:

    En todas las doctrinas cardinales de la Biblia -:l- concep' cin milagrosa. el nacimi~nto virgil!gl, la crucifuin, fa resurr~c cin, la ascensin, {a _divi.nid(Jd de J:.r.isto, la expiacin, I(J segunda venida, la personalidad de( elpiritu Sqnto y Ip.iIJl.alibili 1-atLd~ la l~ibli-- los adventista.s del sptimo dia permanecen firmes como el a.cero.2S

    Ahora, conscientes de su misin proftica,26 los adventistas condu-cen un vibrante y victorioso programa internacional. invitando a hombres y mujeres de todas las naciones a repudiar todo cuanto es falso y espurio en creencias y prcticas religiosas. Una voz con ex.presin de gozo. dirigindose a los que responden favorablemente al mensaje adventista, declara: "Aqu est la paciencia de los santos, los que guardan 105 mandamientos de Dios y la fe de Jess". 27 Cuando esta obra haya sido concluida, el mundo contemplar la vuelta del Hijo del Hombre con una hoz aguda para segar la tierra. 2~

    Hace unos aos tuve el privilegio de viajar dumnte cinco das en una, lancha destinada al servicio del programa mdico-misionero en el ro Amazonas. Contemplando el caudaloso ro, vindolo arrastrar en su impetuosa corriente rboles gigantescos y enormes islas flotantes, no pude contener mi admiracin al retlcllionar sobre la potencia del motor que impulsaba a la embarcacin contra el avasallador mpetu de la I

    . ,

    comente. y mientras observaba la marcha de la pequea nave que remontaba

    el giganresco ro, comenc a meditar en el dinamismo de un movimiento que, en el primer siglo de nuestra era, avanz contra la fuerla de la corriente y triunf. En efecto, de entre las aguas turbulentas que

  • AMARGO MI VIENTRE 37

    caracterizaban al mundo greco-romano, surgi la Iglesia Cristiana y. guiada por la Providencia, venci a la corriente de una cultura moldeada por la filosofa politesta. Podemos percibir Poi gozo resultante de este triunfo sobre las corrientes de aquella poca en las palabras inspiradas: y el Seor aada cada da a la iglesia los que haban de ser salvos". 19 En efecto, el cristianismo apareci trayendo una fe salvadora a una civili-zacin decadente.

    Cuando en el greln cronmetro divino son la hora anunciada por la profeca. emergi el movimiento adventista abrindose paso en la corriente del tiempo. Al principio era una frgil embarcacin lanzada contra el impetuoso ocano de la historia. A pesar de ser agitada y sacudida por fuerza,.. adversas, la nave adventista, guiada por la mano divina, venci la corriente de la duda, la intolerancia y la burla, atraves el Atlntico en direccin a Europa y, posteriormente, cruzando todos los mares, llev a todas partes la bandera del "ev-.mgelio eterno".

    G. J. Paxton, ministro anglicano. en su libro El vuandeodel adven-tismo, despus de analizar algunos aspectos histricos relacionados con la teologa adventista, en una mezcla de exhortacin y censura, subraya el csprru triunfalista casi siempre presente en el plpito yen las public.:io-Des adventistas. lO

    Empero, este vigoroso sentido de destino que Paxton califica como espritu triunfalista, no se inspira en 'fbulas artificiosas" sino que tiene l.'Omo fundamento inamovible la "palabra proftica ms segura". 11

    Al interpretar los antiguos orculos, dentro de una perspectiva hislO-ricista, descubrimos inconfundiblcmente que el Ojos que dirige el curso de la historia suscit el movimiento adventista para proclamar "en el tin del tiempo" el triple mensaje anglico. 32

    y as fue como la proclamacin millerita, que en su tiempo fue "dulce como la miel" pero que con el grun chasco produjo una "amarga" decepcin. fue el inicio del movimiento adventista y de su extraordinaria obra proftica, proclamando "otra vcz" anle "muchos pueblos. naciones, lenguas y reyes", 3.1 la gloriosa esperanza sintetizada cn la promesa del Seor: "Venc olra vez". 14

    Rererencias

    I 'sa,,~ 46 l. 6. 7. 2Is"a.~ 46: J, 4. 3 Exor.lo 12: 4/. 4 S. Maleo 3: 2.

  • 's. JU8J\ 1: 23. 27. 6 S. Maleo 24: 22. 7 Daniel 12: 4. ~eNi{m Ojos habla hoy. a Apocalipsis 10: l. 2.

    ... n lI~U Uc UIOS AL !'.' r.'.;

    9 D M I.udlum. Sodal F'm/1,nt;/1 Ve""",.,. 17911850. pg. 311, cj",do por L E. Fmom el'l Prupftl!l~ Fai,h oJ OlAr Fa,Ioers. l. 4. pgs. 56. 57.

    10 S. Maleo 24: 36. 11 P. G. Damsleegl, F'o~rrdoIi

  • J Lo dbil

    para confundir lo fuerte

    "l/a esc:ogido Dios ms bie" lo nel.."io del mundo, para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo

    dbil del mundo, para confundir lo fuerte" . l Corintios 1: 21, Biblia de Jerusaln.

    Entre las muchas obras de arte que se encuentran en el interior de una antigua iglcljia en la ciudad alemana de Hamburgo. hay una imponen-te-l:.._~.Jl$siva estatya de mnnlJi Q"-e.J.~scnta al videntc_de_~atm~. Con gran imagUY!..cJmLy habilida4 ~L ~I escultar presenta al dilicip"!o dc::Larnm...J1hsQOQ. incljDadn sobre !,!.n_ p~rgamino, con uQa pluma en su mano de(~con la cual pi[e~-'tat escl.jbiendo. De~s

    d~pstol ~e _destafa la suave figY!1t de un_ngel que 10 observa Q1,ielltras esctiQ~ I~_ visiones que le fueron dadas.

    Esta obra de arte ilustra muy apropiadamente la incansable labor literaria de la Sra. White, asesorada tambin, segn su testimonio. por alguien que la orientaba y a quien ella llamaba: "Mi ngel asistente", "mi gua", o "mi instructor".

    Cun notable ha sido la influencia de estos escritos, no solamente en el perodo fonnativo y formulativo del movimiento adventista. sino tambin en la edificacin y perfeccionamiento de la iglesia a travs de los aos!

    Sus mensajes llevaron aliento y nimo a los perplejos y desorienta-dos pioneros que. despus del melanclico chasco de 1844. buscaban con oracin un camino de luz_ Sus testimonios de cenSUra silenciaron el fanatis.mo que, al principio, conspimba peligrosamente contra los lriunfos de la predicacin adventista. Las instrucciones y consejos que procedie-ron de su pluma inspirada. estimularon la adopcin de un vibrante y exitoso programa de evangelizacin mundial. Sus escritos orientaron con seguridad la fundacin de escuelas, la edificacin de instituciones

    39

  • ~pus de una memorable y augusta audiencia con Dios, Elena lIarmon (J)05terionnentc de White) se levant para asumir la solemne obra que la Providencia le reserv.

  • LO DEBIL PARA CONFUNDIR LO FUERTE 41

    mdicas, el establecimiento de casas editoras, tendiendo a dinamizar la proclamacin del triple mensaje anglico.

    Pero, de qu fonna se manifest el don prortico en el seno del adventismo? El don de profeca se manifest en forma inequvoca y sobrenatural en una poca de gran tensin y perturbacin religiosas. Cumpliendo sus infinitos propsitos, Dios escogi como mensajera a Elena G. Harmon, de Portland. Maine, piadosa joven que, como miles de fieles, haba sufrido la gran frustracin simbolizada en la figura apoca-lptica del "libro que se volvi amargo".

    En uno de sus primeros escritos describe las impresiones personales y los incidentes que le impactaron en los aos anteriores al llamado para actuar como mensajera de Dios:

    Me convert a la edad de once aos, y cuando tuve doc~i bautizada y me un con la iglesia Metodista. A la edad de trece aos, oi a Guillermo Mille''r pronunciar SFl segunda serie de confe-rencias en Portlam, Maine. Senta entonces que . .. no estaba lista para ver al Seor Jess. As que cuando se invit a los miembros de la iglesia y a los pecadores a que pasasen al frente para que se orase por ellos. acept la primera oportunidad. porque saba que era necesario que se hiciese una gran obra en mi favor a fin de que quedase preparada para el Cielo. Mi alma tenia sed de la salvacin plena y gratuita, pero no saba cmo

    -: obtenerla. 1 La motivacin dominante en la vida de Elena era la preparacin del

    corazn para el encuentro con Cristo. Dbil rsicamente, privada de la oportunidad de educarse, y sin perspectiva alguna de un futuro brillante a causa de una tragedia que se abati sobre ella cuando tena nueve aos. Elena encontr, en medio del infortunio. incomparable gozo e~ la procla-macin de la "bienaventurada esperanza".

    Es cierto que el gran chasco de 1844 no la llev al abismo de la desesperacin, pero le hizo tcmer que la predicacin millerita hubiese sido una gran equivocacin. de la cual quedaban tan slo pesares y quebrantos. Su debilitamiento fsico. despus de esta experiencia, se agrav intensamente. J. N. Loughborough, describiendo su estado fsico, dijo:

    La seorita Harmon estaba en aquel entonces en ulla condicin de salud muy crtica. Durante varias semanaS no haba podido hablar ms que en un susurro. Un mdico la haba

  • LA MA~v IJc mus AL 1 iivjON

    declarado vic:tima de la tuberculosis. Diagnostic que su pulmn derecho estaba deteriorado y el izquierdo considerablemente enfermo: y que tambin sufria del corazn. El mdico crea que podra vivir slo poco tiempo ms, y que podra morir en cualquier momento. Estando acostada, respiraba con gran difi- ' cultad. Durante la noche. obtena reposo solamente cuando se la pona en una posicin semi-sentada, Los frecuentes ataques de tos y hemorragias pulmonares haban reducido mucho su resistencia I fisica,l

    Sin embargo. poco ms tarde las incertidumbres que de cierto modo haban agravado su precario estado fsico, se disiparon como por encanto, En la ltima parte de diciembre del mismo ao, estando en compaa de .J!!Lgru~~~_.pia!!~~~_mujeres, en la casa._~ .. ~_.~ta Haimes, en

    Portland, Maine. POstradas en ferviente_splica. Elena perdi Ja gm-cienQ.a de ~ que la rodeaba y fue arrebatada en. visin.

    En esta primera visin le fue revelado el camino del pueblo adventista desde el chasco de 1844~ hasta los portales gloriosos de la ciudad de Dios. La frgil joven de i7 anos recibi, junto con la visin, el imperativo de contar a los dems la luz que le haba sido revelada, As describe ella, sus preocupaciones:

    Al salir de esta visin, me sent :fUmelmente conturbada . .. Recurri al Seor en oracin y le rogu que pusiese la carga sobre otra persona. Me pareca que yo no podra llel'Urla. Estuve postrada sobre mi rostro mucho tiempo. y la Inica instruccin que pude recibir fue: "Comunica a otros lo que te he revelado" .3

    Despus de esta memorable y augusta audiencia con Dios, Elena Hannon (posterionnente de White) se levant dispuesta a asumir la solem-ne responsabilidad que la Providencia le confiaba. O.urante 70 aos. como

    "torr~y fortaleza". estuvo al frente !.le este movimicnto,_guiando y .protegiendo al pueblo d~.J2i.oLc_ontraJa...confusin _la_ incredu lidad ~.cl fanalsmo. De liU p.1um,a fecunda brotaron ms de 25 mi!funes_de_p-Ill.abms p..!.lblic~.-e.!Ldec.enau1e . libros _:1 _miles_de..aa:uloaproximadamc~ 4.5.00teD_difurentes-peridi.ms...denumipaciQD~,

    ~. manifestacion~] sobrenaturales que acompaaron sus visiones v el.~er di~in_e.videnciado en la presentacin de ~~s mensaies. conven-

  • LO ULuiL PARA Ci'.t Vmi< Lu j'UhRTE

    Pero cun spero ha sido, a travs de los tiempos, el camino recorrido por los enviados de Dios! "Jerusaln, Jerusaln, que matas a los profetas, y apedreas a los que le son enviados!"4 -ellclam Jess JIorando ante la ciudad impenitente que con frecuencia se levantaba contra los mensajeros de Dios. Dirigindose a sus verdugos, poco antes de su martirio, Esteban pregunt con asombrosa intrepidez: "A cul de los profetas no persiguieron vuestros padres?" s

    As, no era de esperar que el don proftico manifestado en la vida de la Srd. White fuera una excepcin.~.J~2itimidad de !!!l.roinist~ sido cuestionada no solamente Dor J9t adv~~os. sino tambin p,Er ~-Qy'e dicen estar identificadas con los ideales del adventismo .

    . ' I El ml1uyente diariO 1'oronto Star, en su edicin del 23 de mayo de /1981, dedic un artculo escrito por Marylin Dunlop . en el cual la periodista se apoya en la palabra de dos mdicos (uno de ellos adventista) para afirmar que las visiones de la Sra. White eran alucinaciones resultantes de crisis epilpticas peridicas, como consecuencia de una pedrada que la hiri en la nariz y le afect el cerebro cuando tena nueve

    , aos. los doctores Delbert Hodder y Gregory Holmes, de Connecticut,

    presentaron esta conclusin en el encuentro patrocinado por la Academia Americana de Neurologa. Declararon que una lesin del lbulo temporal izquierdo del cerebro puede causar un tipo de epilepsia, que transforma la personalidad de la persona afectada, volvindola mstica y moralista.

    En el artculo mencionado. la periodista reprodujo las siguientes palabras atribu idas al Dr. Hodder. que en el congreso se identific como .. adventista:

    Los mdicos que vivan en los das de Elena G. de White no lograron reconocer en ella los sntomas epilpticos resultantes del accidente ya mencionado. Sin embargo, en los ltimos cinco aos. los especialistas consiguieron documentar algunas trans-formaciones ocurridas en la personalidad de individuos afectados por los efectos epilpticos que resultaron de un traumat'mo ce-rebral. 6

    Hodder y Holmes no fueron los primeros que intentaron desacreditar la obra proftica de Elena G. de White, utilizando argumentos engaosos, pretendidamente cientficos. Antes de ellos, los doctores W. J. Fairfield. WilIiam Russell y J. H. KeIlogg (mdicos contemporneos de Elena G. de White), atribuyeron las visiones recibidas por la mensajera de Dios a

  • 44 LA MANO DE DIOS AL TlMON

    algn tipo de desorden neurolgico, responsable por manifestaciones ocasionales de histeria. ataques epilpticos o esquizofrenia.

    En su libro El/en G. White and Her erittcs (Elena G. de White y sus crticos), F. D. Nichol, con argumentos irrefutables presenta la ausencia de evidencias cientficas en las declaraciones suscritas por estos tres facultativos. 7 Las conclusiones de Fairfield se basaban en finnes prejui-cios personales y no en comprobaciones cientficas, pues no tuvo la oportunidad de examinarla cuando estaba en visin. Russell tampoco vio jams los fenmenos fsicos que acompaaban las visiones dadas a la Sra. Whire, ni luvo la oportunidad de examinarla como paciente. Posterior-mente, en una carta de retractacin dirigida al matrimonio White, y publicada en las pginas de la Review arui Herald en su edicin del 25 de abril de 1871, expres su profundo arrepentimiento por haberlos hosti-gado en fonna tan acerba e injusta:

    Si hubiera aceptado su reprensin y consejo -escribe el Dr. Russell- me habra evitado mucha tristeza y grandes prdidas. El espacio no me permite entrar en detalles. sin embargo espero deshacer en el futuro, hasta doruie sea posible, los errores que comet. K

    El Dr. Kellogg, conocido internacionalmente como talentoso mdico y brillante hombree ciencia, expres reiteradas veces con la pluma y la voz, su inquebrantable confianza en las visiones de la Sra. White como procedentes de Dios. Empero, cuando ella le advirti contra los sutiles peligros existentes en sus enseanzas pantestas y lo exhort a abandonar algunas de sus ideas extravagantes en relacin con las dimensiones adecuadas para la operacin de un hospital, rechaz los mensajes que se le dirigan y, posterionnente, animado por un espritu de oposicin, uni su voz al coro irreverente formado por individuos dispuestos a neutralizar a cualquier precio la influencia de sus ministerio proftico.

    Este mismo espritu se ha manifestado con significativa frecuencia a lo largo de la historia de la iglesia.

    Cuando el profeta Jeremas, cumpliendo [a obra que le fue encomen-dada, mand leer en el palacio el mensaje que Dios le orden transmitir, el rey Joaquim, irritado. tom el manuscrito, lo cort en pedazos y lo ech en el fuego, transfonnndolo en cenizas. 9

    As como en el pasado, tambin en nuestros das se levantan individuos que, no pudiendo destruir este precioso acervo literario -los

  • LO DEDIL PARA CONFUNDIR LO FUERTE 4S

    escritos de la inspiracin - se esfuerzan intilmente por destruir la auloridad proftica de la Sra. White, atribuyendo los frutos de su ministerio a los efectos de un traumatismo enceflico.

    Pero, a pesar de la obstinada oposicin promovida por intransigentes adversarios. ella se condujo siempre con inquebrantable flllcza y admirable serenidad. Con espritu de renuncia e inamovible fe en Dios, afront la pobreza y el sufrimiento:

    Acabamos de instalarnos en Rochester. Hemos alquilado una casa vieja por ciento setenta y cinco dlares al ao. Tenemos la prensa en casa, pues de no ser as hubiramos tenido qu.e pagar cincuenta dlares al ao por un local para oficina . .. Hemos comprado dos camas viejas por veinticinco cenlavos cada una. Mi esposo me trajo seis sillas viejas. en las que no haba dos iguales. que le costaron un dlar, y despu.s me regal olras cuatro. lambin viejas. y sin asienlo, por {as que haba pagado sesenra y dos centavos. Pero la armazn era fuerte y con un pedazo de dril remedi la falla de asiento. La mantequilla est tan cara que no podemos comprarla. ni lampoco las papas. Usamos salsa en vez de malllequilla y nabos en lugar de papas. Tomamos nuestras primeras comidas en un bastidor de chimenea colocado sobre dos barriles vacos de harina. Nada nos importan las privaciones con lal que adelante la obra de Dios. Creemos que la mano del Seor nos gui en llegar a esla poblacin. Hay un amplio campo de labor. pero pocos obreros. El sbado pasado tuvimos una excelenle reunin. El Seor nos refriger con su presenda. 10

    Con ternura y evidente sensibilidad comparti las aflicciones '1 angustias vividas por Jos dems. Le escribi as a la viuda del presidente de los Estados Unidos. Sra. Mckinley, cuando lloraba la muc;rte de su esposo, vctima de un atentado poltico:

    Simpatizamos con Ud. ell su afliccin y su viudez.. He pasado por las mismas circunstancias que ahora la afligen. y s lo que significan. Cunta tristeza hay en el mundo! Cunto dolor! Cuntas lgrimas! . ..

    Nuestros seres queridos mueren. Sus cuentas con Dios quedan selladas. Pero en tanto que consideramos una cosa seria y solemne morir, debemos considerar algo mucho ms solemne el vivr . .. Debemos hallar nuestro consuelo en Jesucri.,to. Precio

  • LA l\l',: ,0 Db UIOS AL TlMu ~

    so Salvador! Siempre se conmovi debido o nuestras calamida-des. . . Afrrese a /0 Fuente de su fonale1.a. 11

    Jams se mostr afligida por la duda o la incertidumbre. Su ltimo mensaje enviado a la iglesia, trasuntaba una confianza incondicional en el triunfo de la obra de fe que se inici en 1844. f,

    Al recapacitar en nuestro historia pasada, habiendo reco-rrido cada paso de su progreso hasta nuestra situacin actual, puedo decir: AJabemos a Dios! Mientras contemplo lo que el Seor ha hecho, me siento llena de asombro y confianz.a en Cristo como nuestro caudillo. No tenemos nada que temer en Jo futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Seor nos ha conducido y sus enseanzas en nuestra historia pasada. 12

    Habrn sido genemdos estos preciosos escritos en una mente afectada por peridicos espasmos de histeria? Habrn tenido los doctores Hoddes y Holmes, credenciales suficientes para cuestionar ante la Acade-mia Americana de Neurologa la salud mental de la Sra, White'! Especialistas como eran en pediatra. penetraron imprudentemente en un rea diferente -la neurologa- y acabaron presentando un diagnstico' carente de seriedad cientfica.

    Refutando las conclusiones defendidas por los dos pediatras, el Dr. Gery Hunr, respetado profesor de neurologa de la Universidad de Loma Linda, California. declar que:

    l. Los ataques epilpticos generalmente comienzan pocos meses despus de un traumatismo enceflico. En el caso de la Sra. White. las visiones se iniciaron ocho aos ms tarde.

    2. Los ataques epilpticos ocurren en fonna ocasional, y no con una frecuencia tal como para acompaar sus dos mil visiones, IJ

    Vemos los frutos preciosos de estas dos mil visiones en la vida de miles de personas llevadas a Cristo por la influencia inspiradora de sus escritos. No obstante. al afirmar nuestra creencia en las visiones de la Sra. White, y en la genuinidad de sus escritos, no pretendemos que stos !lean una segunda Biblia. reduciendo de este modo la supremaca del Libro de Dios. "La Biblia sola", he ah la nica e insustituible regla de fe y doctrina.

    La Sra. Wbite jams pretendi que sus escritos fuesen otra Biblia, ni siquiera una adicin al canon sagrado de as Escrituras. En su primer libro. publicado en 1851, escribi:

  • Lu UI::.BIL PARA CONk'UNlJIR LO fUERTE 47

    Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios como regla de fe y prctica. Por esa Palabra hemos de ser juzgados. En ella Dios ha prometido dar visiones en los 'postreros das", no para tener una nueva norma de fe, sino para consolar a su pueblo. y para corregir a los que se apartan de la verdad bblica. 14

    Los prceres del adventismo jams cuestionaron la suficiencia de las Escrituras pero, en las visiones dadas a la Sra. White, vieron confinnadas las t:onclusiones a que haban llegado, mediante fervorosa oracin, con respecto a la segunda venida de Cristo, a la vigencia del Declogo, a la santidad del sbado, al ministerio de Cristo en el Santuario celestial, a la inmortalidad condicional, y a la justificacin por la fe.

    En 1848 la Sra. White le dijo a su esposo que deba imprimir un peridico, que sera pequeo al comienzo, pero que desde ese comienzo irradiara torrentes de luz que circundaran la tierra. Posterionnente orient la fundacin de casas editoras y la produccin de publicaciones conteniendo el mensaje de Dios para el pecador perdido en las encrucija-das de la vida. Hoy contamos con una cadena internacional de editoras, que imprimen centenas de peridicos y millones de libros en ms de dos centenas de lenguas y dialectos.

    Ya en 1856 los adventistas haban comenzado a expresar sus preocupaciones por la educacin de sus hijos. Fue, sill embargo, en 1872 cuando la Sra. White recibi la primercl visin sobre la naturaleza de la verdadera educacin. En un artculo de treinta pginas. relat la luz que le baba sido dada sobre este asunto. Preocupada con la responsabilidad de dar a los nios y a los jvenes adventistas una educacin integral. escribi posteriormente centenares de pginas, destacando siempre la importancia del "desarrollo armonioso de las facultades fsicas, mentales y esprituales"15 del educando. Sus revolucionarios ideales estn com-pendiados especialmente en tres libros -La educacin. Consejos para los maestros, padres y alumnos y FundamerltQs de la educ:acilI.cristitma, reconocidos por los especialistas como autnticos clsicos en la ciencia de (a educacin.

    Hace algunos aos, la Dra. Florence Stratemeyer, protesora de la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, sorprendida al saber que el libro La educacin fue escrito por alguien que apenas tena tre~ aos de estudios fornlales. declar:

    Recientemente dediqu mi atencin al libro La educacin, escrito por E. G. de White. Este volumen. publicado a comienzos

  • 4~ LA MANO DE DIOS AL TIMaN

    de este siglo, est adelantado a su tiempo en ms de cincuenta aos . ..

    La amplitud y la profundidad de sufiLosofia me asombraron. Sus conceptos de una educacin equilibrada, del armonio~'o desarrollo. y del pensar y hal:er, son avanzados conceplOs de educacin.

    No me sorprel/de que los miembros de la Iglesia AdveTllista del Sptimo Da lengan [os escritos de la Sra. White en tan grande estima y ocupen utla posicin central en el desarrollo del programa educaciollal en sus escuels. 16

    Efectivamente, los principios vertidos en este libro y en otros escritos de )a Sra. White, inspiraron el establecimiento de un sistema de escuelas integrado por ms de 5.000 unidades (primarias, secundarias y superiores), donde 28.000 profesores se unen cada da en el esfuerzo de moldear la mente de 607.000 estudiantes, preparndolos "para el gozo de servir en e.!>tc mundo, y para un gozo superior proporcionado por un servicio ms amplio en el mundo venidero". 11

    En un tiempo de gran oscurantismo, cuando los conocimientos en los campos de la fisiologa, la nutricin y la higiene eran extremada-mente primitivos, la Sra. White recibi instrucciones claras sobre las reglas de un vivir saludable. Bajo su inspiracin y orientados por sus escritos, surgieron por todas partes hospitales, clnicas, clnicas rodantes y lanchas mdicas. Hoy operamos un complejo internacional integrado por 166 hospitales. 224 clnicas y dispensarios y 45 lanchas y aviones, todos al servicio del evangelio de la salud.

    El fallecido Dr. Clive McCay. respetado profesor dc nutricin de la Universidad Comell, en Ithaca, Nueva York, comentando la contribu-cin de la Sra. White en el campo de la ciencia de la nutricin, declar:

    Cuando uno lee las obras de la Sra. White tales como El ministerio de curacin o Consejos sobre el rgimen alimenticio, queda impresionado por la exactitud de sus enseanzas a la luz de la ciencia de la ,utricin moderna. Uno Jan slo puede especular de cunta mejor salud tetulria un individuo promedio, aunque no supiera liada acerca de la ciencia moderna, si pusiera en prctica las enseanzas de la Sra. de Whte. 18

    Cmo podemos explicar el acierto de sus afinnaciones cientficas. conociendo sus limitaciones acadmicas? El argumento de que sus escritos son el producto de una mente lesionada pur Una pedrada, no

  • LO DEHlL PARA CONFUNDIR LO FUERTE 49

    honra la inteligencia de aquellos que lo formularon. Para nosotros, sus abundantes escritos, consejos, predicciones y direccin muestran en forma incuestionable que Dios la gui y la inspir tan verdaderamente como a Moiss, tan seguramente como a Sarnuel, tan ciertamente como a Daniel y tan completamente como a Juan el Bautista, el apstol precursor.

    Ms que cualquier otra, fue eUa una voz que comunic confianza y coraje a aquellas almas afligidas por la pobreza, que integraron la "manada pequea" en los comienzos de este movimiento. Fue su voz la que siempre anim a los fieles adventistas a un estudio ms diligente de la Biblia, a un vivir ms santo, reprendindolos y animndolos cuando tropezaban en su experiencia cristiana. Fue su voz la que se poda or siempre por sobre las voces de los dems lderes, estimulando el programa de penetracin y co~quista en las misiones mundiales, Fue su voz, muchas veces solitaria, la que peda con insistencia y vigor el establecimiento de ms escuelas, instituciones mdicas y casas publica-doras, con el propsito de acelerar la proclamacin de Cristo y de su .poder redentor.

    La promesa: "Te har entender. y te ensear el camino en que debes andar; sobre ti fijar mis ojos" , 1'.1 es para nosotros hoy. Gracias a la manifestacin del don de profeca revelado en la vida de la Sra. White, podemos repetir con el salmista: "Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun all me guiar tu mano, y me asir. tu dies-tra",20 Keferedcl ... ~

    I hiena G de While, P,im~mJ eSlrilos. pg 11. 1 J. N. Lnullhho",ulth, Tltt Orta, Se

  • ..

    . . . I

    ,

    ~.

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    -,.. -

    Despus de la amarga noche del 22 de octubre de 1844, )a mente de Hiram Edson fue iluminada con la c, '1\'iccin de que el santuario que sera purincado a1 nn de los 2.300 aos era el Santuario celestial.

  • Nacer tu luz como el alba

    "Entonces nacer tu lu~ como el alba . .. y la gloria de Jehov ser tu retaguardia". Isaas 58: 8.

    Era una fra maana de invierno. Hans, un joven soldado alemn, avanzaba con su divisin en direccin a Mosc. Durante la larga marcha a travs de caminos cubiertos de nieve, sus pensamientos se concentraron en su hogar, su iglesio y sus hermanos en la esperanza. El grato recuerdo del esprilu fraternal que caracterizaba a la congregacin de la cual era miembro, llen el corazn del joven soldado con un sentimiento de profunda nostalgia. Hans alimentaba la esperanza de encontrar en Rusia -territorio enemigo- un hennano en el camino adventista, con quien pudiera compartir el gozo de una fe comn. Este deseo. empero, pareca demasiado remolo. Entre los varios obstculos que atentaban contrd las aspiraciones del soldado, estaba la barrera del idioma.

    Cierro da, sin embargo, al entrar en un pueblito descubri que los habitantes se preparaban para abandonarlo. Era evidente que en aquella rea se trabaran encarnizados combates. Hans fue encargado por su superior de inspeccionar las casas abandonadas. En una de ellas encontr a un anciano encorvado por los aos, reuniendo las ltimas pertenencias que lo acompaaran en el xodo a un lugar ms seguro. Lo ltmo que coloc cuidadosamente en una bolsa de cuero fue un viejo libro. Hans no resisti el deseo de conocer qu clase de Ubro inclua el viejo campesino en su equipaje.

    Al descubrir que era un ejemplar de las Escrituras, el soldado seaM con el ndice y con gestos amistosos se esforz por transmitir su profundo aprecio por el sagrado libro. El anciano agricultor pareci entender y ofreci al soldado la oportunidad de hojear el libro que tanto amaba.

    SI

  • 52 LA MANO DE DIOS AL TIMON

    Podra ser que aquel encanecido labrador fuese adventista? Cmo podra el soldado descubrir la filiacin religiosa de aquel hombre? La barrera del idioma pareca infranqueable. En eso, una idea asalt la mente del joven militar. Abri la Biblia en el libro del Apocalipsis, captulo 14, versculos 6 al 12, Y encontr que ese texto estaba subrayado con tinta roja. Hans seal con el ndice el texto y sonri. El anciano entendi. Busc despus el te"-to de Mateo 24: 14, versculo familiar para los adventistas. Esa porcin tambin estaba subrayada. El anciano, aprove-chando la oportunidad, seal el texto y asinti con la cabeza.

    Dominado por una creciente excitacin, Hans abri la Biblia en el libro del Exodo, y encontr que el versculo 8 del captulo 20 tambin estaba subrayado. Finalmente, Hans busc el texto de Daniel 8: 14, yel campesino en una demostracin de gozo trat de expresar su identifica-cin con el texto a travs del silencioso lenguaje de los gestos.

    Las dudas se disiparon. Hans, el soldado alemn, cerr reverente-mente aquella Biblia, extendi los brazos y su gesto fue correspondido fraternalmente por el labrador ruso; en su abrazo afectuoso expresaron el jbilo resultante de una identificacin comn con los ideales de la fe adventista. Se arrodillaron en el interior de la humilde habitacin. Hans or en alemn y el agricultor ruso en su idioma; despus de un emocionante apretn de manos, se separaron para enfrentar las vicisitudes e incertidumbres dictadas por la guerra.

    Uno de los textos subrayados en la Biblia del campesino ruso fue el que inspir a una plyade extraordinaria de predicadores a unirse al movimiento milleritS:! en la proclamacin del regreso de Cristo. Las palabras del profeta Daniel: "Hasta dos mil IrCcientas tardes y maanll!i; luego el santuario ser purificado", tenan para ellos un profundo sentido de urgencia. Al fin de este periodo anunciado por la profeca -as lo interpretaron ellos-. Jess se manifestara con poder y fulgurante gloria. Los estudios exegticos que los llevaron a esta conclusin parecan inequvocos. Pero, tal como vimos en el captulo anterior, en lugar de la gloriosa aparicin de Cristo (epifana), sufrieron una amarga desilusin. Con todo, muchos estaban convencidos de que la Palabra de Dios no poda fallar. Se impona descubrir dnde se haban equivocado.

    Despus de la frustradora experiencia de 1844, el millerismo. perturbado por la confusin y el oprobio. se fragment en forma definitiva. Algunos abandonaron completamente la esperanza adventista. Otros, incluyendo a Guillermo MiUcr, llegaron a la conclusin de que exista alguna equivocacin en los clculos relacionados con los 2.300

  • NACERA TU LUZ COMO EL ALBA 53

    das; stos continuaron afirmando que la venida de Cristo habra de ocurrir en cualquier momento. Un tercer grupo, reaflffilando sus (;onvic-dones en la correccin de los clculos y en su interpretacin, afirmaba que Cristo haba regresado el 22 de octubre -no literalmente, tal como haban predicado, sino espiritualmente-. comenzando entonces el perio-do de los mil aos anunciado en la profeca. Un cuarto grupo, en medio de las perplejidades vividas, con espritu de fervorosa investigacin de las Escrituras, vio romper la luz de la verdad cual radiante esplendor de un alegre amanecer, inaugurando un nuevo da pleno de esperanzas.

    S, despus de la amarga noche del 22 de octubre, la mente de Hrarn Edson fue iluminada con la conviccin de que el santuario que sera purificado al fin de los 2.300 aos era el Santuario celestial. Sin vacilaciones llev esta luz a otros, suscitando en el corazn de muchos el ardiente deseo de una mejor comprensin de las profecas y su significado .

    En su casa se celebr una reunin memorable, con el propsito de estudiar con mayor diligencia este gran tema proftico. Jaime White no pudo estar presente. Jos Bates y otros piadosos remanentes del naufragio millerita, despus de una minuciosa investigacin de las Escrituras concluyeron, sin sombra de duda, que el santuario mencionado en Daniel 8: 14, estaba en el cielo. Comparando los libros de Exodo y levtico en el Antiguo Testamento. con la epstola a los Hebrcos en el Nuevo Testamento, entendieron que despus de la resurreccin, al retornar Jess a la diestra del Padre como Sumo Sacerdote, haba ministrado en el primer compartimento y que al fin de los 2.300 aos, en 1844, entraba en el Santsimo para realizar la obr