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(Del latín abstractio, de abstrahere, separar, poner aparte, sacar, término con el que el latín medieval traduce el griego N"\D,F4l, aphairesis, que Aristóteles introdujo en el lenguaje filosófico) Operación de la mente que tiene por objeto separar, de lo que se hace presente intuitivamente a los sentidos, una característica, esencial o accidental, que no existe independientemente del todo de donde se ha separado, pero que representa o bien la naturaleza de un objeto o una propiedad suya, o bien lo que de común hay entre varios objetos, y por cuyo medio decimos que entendemos qué son aquellas cosas. El resultado de la abstracción, lo abstraído o lo abstracto, es el concepto o la idea en sentido tradicional; aquello de donde se abstrae es el objeto o los objetos percibidos por los sentidos. La primera teoría de la abstracción la hallamos en Aristóteles, quien la opone a la intuición de las esencias o captación directa de las ideas por la mente, tal como hace Platón; puesto que toda idea o todo concepto universal de la ciencia debe provenir de algún modo de la experiencia, los conceptos universales se obtienen a partir de la inducción (¦B"(T(±) esto es, observando lo que hay de común o semejante en varios individuos, o bien son resultado de la actividad iluminadora del entendimiento agente, que capta la esencia del objeto en lo que llama imagen sensible. La escolástica medieval recurre a la abstracción para dar fundamento al realismo de los conceptos, destacando el poder de la mente para captar esencias, y distingue dos clases de abstracción: la formal, que abstrae una perfección o característica de un individuo concreto (por ejemplo, la belleza a partir de un cuerpo bello) y la total, que abstrae la naturaleza o esencia de algo físico. En la escolástica tardía se valora de nuevo el aspecto aristotélico de la abstracción obtenida por inducción, con lo que se valora más el papel del objeto individual que el poder de abstracción de la mente. Guillermo de Occam rechaza incluso todo conocimiento que se deba a la abstracción. El empirismo del siglo XVII destaca este mismo aspecto. Locke, por ejemplo, afirma que las ideas simples, que él distingue en «sensaciones» y «reflexiones», son recibidas pasivamente por el entendimiento que las convierte en generales y abstractas cuando separa de ellas las diversas circunstancias concretas en que se han producido (tiempo, lugar y otras ideas concomitantes); con ello, las ideas tomadas de las cosas particulares representan a todas las cosas de la misma clase, con lo que abstraer no representa otra operación mental que la de otorgar un mismo nombre a todo lo que se asemeja. HILEMORFISMO 1. El h. se encuentra de una manera auténticamente característica tan sólo en la filosofía aristotélico-escolástica. Intenta responder a la pregunta por la esencia del mundo. Según este sistema, todo cuerpo consta en su totalidad de dos componentes esenciales, la -> materia (úarl) y la forma ( µopp- ), que, naturalmente, en la cosa concreta están unidas constituyendo un todo. Por consiguiente, el h. se dirige contra toda especie de atomismo y de -> monismo dinámico, que establecen una única razón esencial de las cosas, y contra cierto -> dualismo, que admite en los seres vivos y especialmente en el hombre dos substancias, las cuales, si bien están unidas por la acción mutua de ambas, sin embargo, son independientes. 2. Historia. El h. constituye una parte esencial de la doctrina aristótelica sobre el ser; en efecto, se desprende inmediatamente de la doctrina del acto y de la potencia. A raíz de observaciones cotidianas, Aristóteles llega a esa visión de la unidad de las cosas en medio de un doble elemento. A cada paso podemos observar transformaciones: p. ej., en el terreno del arte, un bloque de mármol se transforma en una estatua; en el terreno de la naturaleza, el agua se convierte en «aire». Pero, como tales transformaciones, no son una creación, completamente nueva, o una aniquilación, pues, evidentemente, siempre hay en ellas algo que existe previamente o que permanece; consecuentemente, en todo cambio debe haber un substrato común a las cosas que se mantiene permanentemente. Esta materia primaes en sí misma completamente indeterminada y sólo recibe su determinación por la forma correspondiente y la causa configurante, que la hacen ser este o aquel cuerpo. Aristóteles llega a la misma conclusión a base de una reflexión sobre el juicio. Siempre se predica alguna cosa de algo. Y también

Del Latín Abstractio

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(Del latín abstractio, de abstrahere, separar, poner aparte, sacar, término con el que el latín medieval traduce el griego N"\D,F4l, aphairesis, que Aristóteles introdujo en el lenguaje filosófico) Operación de la mente que tiene por objeto separar, de lo que se hace presente intuitivamente a los sentidos, una característica, esencial o accidental, que no existe independientemente del todo de donde se ha separado, pero que representa o bien la naturaleza de un objeto o una propiedad suya, o bien lo que de común hay entre varios objetos, y por cuyo medio decimos que entendemos qué son aquellas cosas. El resultado de la abstracción, lo abstraído o lo abstracto, es el concepto o la idea en sentido tradicional; aquello de donde se abstrae es el objeto o los objetos percibidos por los sentidos. La primera teoría de la abstracción la hallamos en Aristóteles, quien la opone a la intuición de las esencias o captación directa de las ideas por la mente, tal como hace Platón; puesto que toda idea o todo concepto universal de la ciencia debe provenir de algún modo de la experiencia, los conceptos universales se obtienen a partir de la inducción (¦B"(T(±) esto es, observando lo que hay de común o semejante en varios individuos, o bien son resultado de la actividad iluminadora del entendimiento agente, que capta la esencia del objeto en lo que llama imagen sensible. La escolástica medieval recurre a la abstracción para dar fundamento al realismo de los conceptos, destacando el poder de la mente para captar esencias, y distingue dos clases de abstracción: la formal, que abstrae una perfección o característica de un individuo concreto (por ejemplo, la belleza a partir de un cuerpo bello) y la total, que abstrae la naturaleza o esencia de algo físico. En la escolástica tardía se valora de nuevo el aspecto aristotélico de la abstracción obtenida por inducción, con lo que se valora más el papel del objeto individual que el poder de abstracción de la mente. Guillermo de Occam rechaza incluso todo conocimiento que se deba a la abstracción. El empirismo del siglo XVII destaca este mismo aspecto. Locke, por ejemplo, afirma que las ideas simples, que él distingue en «sensaciones» y «reflexiones», son recibidas pasivamente por el entendimiento que las convierte en generales y abstractas cuando separa de ellas las diversas circunstancias concretas en que se han producido (tiempo, lugar y otras ideas concomitantes); con ello, las ideas tomadas de las cosas particulares representan a todas las cosas de la misma clase, con lo que abstraer no representa otra operación mental que la de otorgar un mismo nombre a todo lo que se asemeja.

HILEMORFISMO

1. El h. se encuentra de una manera auténticamente característica tan sólo en la filosofía aristotélico-escolástica.  Intenta responder a la pregunta por la esencia del mundo. Según este sistema, todo cuerpo consta en su totalidad de dos componentes esenciales, la -> materia (úarl) y la forma ( µopp- ), que, naturalmente, en la cosa concreta están unidas constituyendo un todo. Por consiguiente, el h. se dirige contra toda especie de atomismo y de -> monismo dinámico, que establecen una única razón esencial de las cosas, y contra cierto -> dualismo, que admite en los seres vivos y especialmente en el hombre dos substancias, las cuales, si bien están unidas por la acción mutua de ambas, sin embargo, son independientes.

2. Historia. El h. constituye una parte esencial de la doctrina aristótelica sobre el ser; en efecto, se desprende inmediatamente de la doctrina del acto y de la potencia. A raíz de observaciones cotidianas, Aristóteles  llega a esa visión de la unidad de las cosas en medio de un doble elemento. A cada paso podemos observar transformaciones: p. ej., en el terreno del arte, un bloque de mármol se transforma en una estatua; en el terreno de la naturaleza, el agua se convierte en «aire». Pero, como tales transformaciones, no son una creación, completamente nueva, o una aniquilación, pues, evidentemente, siempre hay en ellas algo que existe previamente o que permanece; consecuentemente, en todo cambio debe haber un substrato común a las cosas que se mantiene permanentemente. Esta materia primaes en sí misma completamente indeterminada y sólo recibe su determinación por la forma correspondiente y la causa configurante, que la hacen ser este o aquel cuerpo. Aristóteles llega a la misma conclusión a base de una reflexión sobre el juicio. Siempre se predica alguna cosa de algo. Y también aquí todas las afirmaciones deben tener como fundamento un último substrato, completamente indeterminado, que en sí mismo es pura indeterminación, pero se halla en potencia respecto de todas las posibles determinaciones (formas).

La escolástica de la edad media acogió esta concepción y la elaboró sistemáticamente. De todos modos el acento quedó desplazado desde el plano más inmediato de la experiencia cotidiana en Aristóteles hacia la esfera de una especulación metafísica. Como ya en Aristóteles mismo el concepto de materia y de forma no estaba claro, pronto surgieron diferentes concepciones opuestas. Sobre todo en la consideración de los seres vivos, en la cuestión de la -- entelequia y del -a mal, surgieron serias dificultades. Mientras que Tomás y el -> tomismo se aferraron estrictamente a la materia prima como pura indeterminación y potencialidad, Duns Escoto y Suárezconsideraron que en la materia hay ya cierta actualidad, la cual, naturalmente, necesita de ulteriores determinaciones. Por esa razón Tomás exigía una única forma esencial, de la que proviene toda actualidad y determinación esencial; en cambio, los otros autores admitían una pluralidad de formas substanciales en los seres vivos. En la filosofía de la era moderna, que se caracteriza por la subjetividad, el h. no atrajo expresamente la atención. Por vez primera en la filosofía de nuestro siglo se vuelve a buscar una concepción nueva, pues el -a materialismo dialéctico y la -> evolución plantean con toda crudeza el problema de la relación entre materia y conciencia. Merece mencionarse en esta cuestión la opinión

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de Teilhard de Chardin: Todo «corpúsculo» tiene dos aspectos, el de la complejidad como dimensión externa («materia») y la dimensión interna de la centralización («conciencia»). El aspecto interno, que corresponde de algún modo a la «forma» clásica, «emerge» cada vez más en el curso de la evolución

El eudemonismo, cuyo principal representante fue Aristóteles, es un concepto filosófico de origen griego (de eudaimonia palabra griega), que recoge esencialmente diversas teorías éticas.

Tiene como característica común ser una justificación de todo aquello que sirve para alcanzar la felicidad.Se ha considerado eudemonismo, al hedonismo, la doctrina estoica, así como también al utilitarismo.Todas estas doctrinas basan sus normas morales en la realización plena de la felicidad, entendida como estado de plenitud y armonía del alma, diferente del placer y pudiéndose presentar ésta de forma personal, como en Demócrito,Sócrates, Aristóteles, Arístipo y la escuela cirenaica, el estoicismo o el neoplatonismo, o bien de forma colectiva, como se estableció a partir de David Hume.Entre los eudemonistas cabe destacar a Aristóteles que fue uno de los primeros y el más importante, y además, a los eudemonistas que afirmaban que para llegar a la felicidad hay que actuar de manera natural.

Es decir, con una parte animal (bienes físicos y materiales), una parte racional (cultivando nuestra mente) y

una parte social, que se concretaría en practicar la virtud, que según Aristóteles se situaba en el punto medio

entre dos pasiones opuestas.Los seguidores de esta teoría ética afirmaban que no se puede ser siempre plenamente feliz. Siglos más tarde que Aristóteles, Tomás de Aquino afirmaría que sí se puede llegar a esa felicidad plena y total, pero en otra vida, ya que en este mundo sólo existe felicidad relativa.Los eudemonistas pensaban que el placer era un complemento de la felicidad.

Sustancia. Es aquella materia que no está mezclada con otra u otras y posee propiedades constantes a una temperatura y presión determinadas o a una de estas dos magnitudes

La palabra accidente tiene su origen en el término latino accidens. El concepto hace referencia a algo que sucede o surge de manera inesperada, ya que no forma parte de lo natural o lo esencial de la cosa en cuestión.

Causa eficiente

En la filosofía aristotélico-tomista, aquello que ha producido algo, el sujeto que provoca la modificación de una substancia.

Causa final

La filosofía aristotélico-tomista utiliza este título para referirse a aquello para lo que existe algo, la meta a la cual tiende o puede llegar a ser.

Causa formal

Aristóteles llama así a lo que un objeto es, al conjunto de sus rasgos o determinaciones.

Causa material

Para Aristóteles, el o los elementos de los que algo está hecho.