Del Padre Ausente Al Padre Proximo... Loreto Rebolledo

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    Estudios sobre sexualidadesen Amrica Latina

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    Kathya Araujo y Mercedes Prieto, editoras

    Estudios sobre sexualidadesen Amrica Latina

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    ndice

    Presentacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    IntroduccinKathya Araujo y Mercedes Prieto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    SECCIN 1:SEXUALIDADES EN DEBATE

    Entre el paradigma libertario y el paradigma de derechos:lmites en el debate sobre sexualidades en Amrica Latina . . . . . . . . . 25Kathya Araujo

    Nuevas (y viejas) configuraciones de la intimidaden el mundo contemporneo:

    amor y sexualidad en contextos de cambio societal . . . . . . . . . . . . . . . 43Claudia Moreno Standen

    Agendas de sexualidad y masculinidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59Carlos Sez Larravide

    Queerno me da: traduciendo fronteras sexualesy raciales en San Salvador y Washington D. C. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91Mara Amelia Viteri

    De la presente edicin:

    FLACSO, Sede EcuadorLa Pradera E7-174 y Diego de Almagro

    Quito-EcuadorTelf.: (593-2) 323 8888Fax: (593-2) 3237960www.flacso.org.ec

    ISBN: 978-9978-67-160-3Cuidado de la edicin: Cristina ManceroDiseo de portada e interiores: Antonio MenaImprenta: CrearimagenQuito, Ecuador, 20081. edicin: junio, 2008

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    El papel de l@s gineclog@s en la construccinde los derechos sexuales en Uruguay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215Susana Rostagnol Dalmas

    Las cuestiones reproductivas y sexualesen Bolivia (La Paz y El Alto) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233Virginie Roze

    SECCIN 4:

    CUERPOS Y RESISTENCIAS

    Sacudiendo el yugo de la servidumbre:mujeres afroperuanas esclavas, sexualidad y honormancillado en la primera mitad del siglo XIX. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253Mara de Ftima Valdivia del Rio

    Entre la clandestinidad y la liberacin:representaciones del aborto en la ciudad de Quito . . . . . . . . . . . . . . . 269Soledad Varea Viteri

    No hay mujer fea: conceptos de la bellezaentre las adolescentes guayaquileas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291Erynn Masi de Casanova

    Mujeres, cuerpo y encierro:acomodo y resistencias al sistema penitenciario . . . . . . . . . . . . . . . . . . 309Jenny Pontn Cevallos

    Mujeres, cuerpo yperformanceen Amrica Latina . . . . . . . . . . . . . . . 331Josefina Alczar

    SECCIN 2:IDENTIDADES EN REVISIN

    Vrgenes, putas y emancipadas en el mundoimaginario de los adolescentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109Horst Nitschack

    Del padre ausente al padre prximo.Emergencias de nuevas formas de paternidaden el Chile actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123Loreto Rebolledo Gonzlez

    Maricones:entre la disputa y la clandestinidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141Patricio Aguirre Arauz

    SECCIN 3:POLTICAS EN SEXUALIDADES

    La revolucin de la pldora anticonceptivay la cuestin demogrfica en Buenos Aires:apropiaciones y resignificacionesde un debate internacional (1960-1973) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161Karina Felitti

    Al filo de la ley:el debate de la Ley Nacional de Salud Sexualy Procreacin Responsable (25.673 - Argentina)como tecnologa de gnero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179Mabel Alicia Campagnoli

    Cuando el saber no tiene lugar:la difcil implementacin de la educacin sexualen el sistema educativo uruguayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199Silvana Darr Otero

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    Del padre ausente al padre prximo.Emergencia de nuevas formas depaternidad en el Chile actual

    Loreto Rebolledo1

    Resumen

    Las identidades de gnero han sufrido importantes transformaciones enlas ltimas dcadas a partir de la incorporacin masiva de las mujeres altrabajo, el aumento de la escolaridad, la profundizacin de la transicindemogrfica, y modificaciones en el orden jurdico que buscan establecer

    iguales oportunidades para hombres y mujeres. Simultneamente, elavance de la investigacin y el desarrollo de nuevas tecnologas de fertili-zacin permiten desvincular la biologa de la maternidad y paternidad.Todo ello ha impactado en las formas de ser padre, lo que, entre otrascosas, se manifiesta en el debilitamiento del poder del padre tradicional,obligando a los hombres a adecuarse a las nuevas circunstancias. El art-culo, a partir de entrevistas en profundidad a hombres de sectores socio-econmicos altos, medios y bajos, pone de relieve las transformaciones en

    los modos de ser padre en el Chile de hoy.

    Palabras claves: paternidades, relaciones de gnero, familia, identidades,Chile.

    1 Antroploga, Doctora en Historia. Docente e investigadora del Centro Interdisciplinario deEstudios de Gnero de la Universidad de Chile. Informacin de contacto: [email protected];

    [email protected]

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    A estos cambios legales, que desde lo externo repercuten en la familia,se agregan otros procesos entre los que cabe destacar el ingreso masivo delas mujeres a los mercados de trabajo, lo que las ha transformado en co-proveedoras, cuando no en jefas de hogar, compitiendo as con uno de losprincipales roles que tradicionalmente han ejercido los hombres en lafamilia. Por otra parte, las tecnologas desarrolladas para controlar la nata-lidad, as como la fertilizacin asistida, de una u otra manera hacen pre-guntarse por el papel que juegan los hombres en la decisin de la repro-duccin y los niveles de control que pueden tener respecto a sta.

    Producto de la suma de procesos histricos y la concurrencia de cam-bios en lo econmico, social y cultural, los padres han perdido su lugarcomo educadores principales y modelo de identificacin nica con sushijos, y estos roles los han ido asumiendo la escuela, los grupos de paresy los medios de comunicacin. Por otra parte, el Estado y las mujeres ejer-cen hoy muchas de las funciones que antes ejercan los padres (Bonino,2003), situacin que se profundiza con el aumento de separaciones ydivorcios que distancian fsicamente a los padres de sus hijos, dificultan-do el ejercicio de la tutela sobre estos y de las labores de formacin moralque tradicionalmente asuman.

    Ante esta situacin, diversos autores hablan sobre el vaciamiento de losroles tradicionales paternos (proveedor y procreador)3. Ms all de laconstatacin de que la paternidad es multiforme y hay una amplia gamade padres ausentes, presentes, abdicantes, huidizos, responsables, irres-ponsables, desinteresados, modernos, tradicionales (Bonino, 2003), re-

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    Introduccin

    La paternidad, uno de los elementos centrales en la construccin de la mas-culinidad dominante (Olavarra, 2001; Garca Toro, 2004), a partir de unlargo proceso histrico ha ido sufriendo transformaciones. Desde fines de laEdad Media se han producido cambios en las relaciones familiares que hanimplicado una mayor democratizacin y han reducido el control paternosobre las mujeres e hijos a favor de la Iglesia y el Estado. En el siglo XIX, conla implantacin de las leyes civiles, el padre disminuy su poder en la fami-lia, situacin que en el siglo XX se profundiza (Castelain-Meunier, 2005)con la adquisicin de derechos polticos, sociales y culturales de las mujeres.

    Las maneras de asumir la paternidad han sido y siguen siendo mlti-ples. Ciertos tipos recurrentes de paternidad identificados en Amrica La-tina son los padres ausentes, padres migrantes, patriarca tradicional, padrebiolgico, padre social (Aguilera-Guzmn y Aldaz, 2003; De Keijzer,1998). Diversos autores (Palma, 1990; Montecino, 1991) que trabajansobre la conformacin de las identidades de gnero en Latinoamrica apartir del mestizaje dan cuenta de cmo los hombres, pese a la importan-cia que conceden a engendrar hijos, no asumen el rol de padres, convir-tindose en seres ausentes para estos, pese a ser simblicamente figurasfuertes y admiradas. Otros autores cuestionan estos estereotipos y afirmanque, para la construccin del ser hombre, la paternidad cercana y compro-metida es valorada positivamente, pero las exigencias de otros mandatos dela masculinidad trabajar para proveer, desenvolverse en los espacios pbli-cos impiden concretar el deseo de cercana y participacin en la paterni-dad (Fuller, 2000; Viveros, 2000; Olavarra, 2006).

    En Chile, entre los aos 1990-2005, se ha producido un proceso dedemocratizacin poltica que, entre otras medidas, ha implicado la firmade tratados y convenciones internacionales (i.e. CEDAW, Convencin delos Derechos del Nio y la Nia, Plan de Accin de la IV ConferenciaMundial de la Mujer). Paralelamente, se ha producido una serie de refor-mas que han buscado proteger los derechos del nio y aminorar el con-trol del cuerpo y los bienes de las mujeres por parte de los hombres2.

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    pacin en las Gananciales (1992) que establece un rgimen de mayor igualdad y de paridadpatrimonial entre los cnyuges; la primera ley de violencia intrafamiliar (VIF) (1994) y lasegunda ley VIF (2005) que permiten las denuncias en centros policiales y las considera la VIFcomo delito y sanciona tanto la violencia contra las mujeres como la que los padres ejercen con-tra los nios/as, limitando, en lo fundamental, la autoridad masculina en la familia; la NuevaLey de Filiacin (1998) que iguala a los hijos nacidos fuera y dentro del matrimonio bajo elmismo status, derechos y deberes con respecto de las responsabilidades parentales; la nueva Leyde Familia que establece el divorcio vincular (2004). A esto se agregan reformas legislativas ymedidas tendientes a la proteccin de la maternidad, el resguardo del hogar familiar en caso deseparacin, la regulacin y exigibilidad de las pensiones alimenticias, el permiso post-natal alpadre, la contracepcin de emergencia (cfr. Valds, 2007).

    3 Bonino (2003), refirindose al caso espaol, seala que los modos tradicionales de ejercerpaternidad y que hoy estn en decadencia son el padre amo y el padre maestro, que detentabantodo el poder y la autoridad, as como el padre ausente y el perifrico.2 Entre las reformas y medidas operadas en Chile destacan: La Ley de Matrimonio de Partici-

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    Si bien no es fcil intentar construir modelos de ejercicio de pater-nidad pues se trata de procesos que estn en curso y an no han decan-tado, lo que hace difcil aprehenderlos y distinguir las respuestas y adap-taciones individuales de aquellos que dan cuenta de experiencias colecti-vas, consideramos que es posible hablar de formas emergentes en el sen-tido en que lo plantea Del Valle y su equipo. Para ellos, los modelosemergentes son aquellos nuevos significados y valores, nuevas ticas ytipos de relaciones, nuevas prcticas en que coinciden individuos de undeterminado grupo social (Del Valle et al., 2002).

    La aparicin de nuevos modos de enfrentar la paternidad implicatomar distancia de los modos tradicionales en que sta se ejerce y se haejercido, al tiempo que se producira una renegociacin de roles al inte-rior de la familia, lo que de un modo u otro contribuira a distender lasrelaciones de gnero. Efectivamente, postulamos que la mayor distanciadel modelo hegemnico de paternidad implicar tambin un nuevo mo-do de concebir las identidades de gnero y que el ejercicio de la paterni-dad por parte de los hombres est fuertemente condicionado por el modoen que las mujeres se posicionan como madres respecto a los hijos. Ello,al margen de si los padres conviven, estn casados, son separados o solte-ros. As, a mayor control de la madre de las decisiones sobre los hijos ysobre las actividades que implica su crianza, aumenta la marginalidad delpadre y la distancia de ste con los hijos. Cuando la mujer trabaja y estsatisfecha con su trabajo y le va bien en su desempeo, se daran las con-diciones para que se compartan las decisiones domsticas, el cuidado y lacrianza.

    Hemos elegido tres formas emergentes de paternidad de acuerdo a

    su distancia o proximidad del modelo de paternidad hegemnica, aun-que existen otras6 que escapan de las respuestas individuales y permitendar cuenta de imaginarios y modos de ser padre, compartidas por gruposde hombres actualmente en Chile. Sin embargo, es necesario tener ciertasconsideraciones, partiendo de la base de que no existen tipos puros y queel modo de ser padre puede variar de acuerdo a su ciclo vital y al de sus

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    sulta importante detectar los reacomodos que se estn produciendo antela convergencia de estos de procesos de cambio. Ms an, si se consideraque las diferencias de poder en las familias actualmente estn menosancladas que antes a normas preestablecidas y por ello sus integrantes seven obligados a buscar en conjunto y negociar entre ellos un modus viven-di que les permita adaptarse a las nuevas situaciones.

    En este contexto, en el Chile de hoy, donde hay mltiples formas deorganizar familia, parece legtimo preguntarse si es posible hablar delvaciamiento del rol paterno o de la decadencia de los tipos tradicionalesde paternidad, sin dar cuenta de los ajustes que se estn produciendo enlos roles y subjetividades ante los nuevos modos de organizar familia.Est el padre condenado a no ser ms que una funcin simblica?, comose pregunta Roudinesco (2003) a partir de la ampliacin de la fertiliza-cin in vitro, la inseminacin artificial con donantes o la amenaza de laclonacin. Si en la definicin de la masculinidad el rol de padre en tanto

    genitory pater jugaba un papel importante, cmo se reconfigura esaidentidad masculina a partir de estos cambios? Este captulo pretende res-ponder a estas interrogantes, a partir de las entrevistas en profundidadrealizadas a padres de sectores socioeconmicos altos, medios y bajos deSantiago y ciudades aledaas el ao 20064.

    Emergencia de nuevas formas de ejercer la paternidad

    Actualmente es posible encontrar una amplia gama de formas emergentesde ejercicio de la paternidad que van desde aquellos que introducen pe-

    queas modificaciones respecto a los mandatos de la paternidad tradicio-nal5, hasta otros que aparecen como radicalmente opuestos a estos, pasan-do por aquellos que buscan restituir, desde otros mbitos, el decadentepoder patriarcal.

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    4 Las entrevistas fueron realizadas en el marco de una investigacin en curso sobre Paternidades(FONDECYT N 1060018, 2006-2008) . Los entrevistados son hombres entre 22 y 56 aos,padres de familia, cuyas mujeres, parejas o ex parejas madres de sus hijos, trabajan fuera de la casa.

    5 Los mandatos de la paternidad tradicional o hegemnica son proteger, proveer, educar y formara los hijos/as (Fuller, 2000; Olavarra, 2006).

    6 Por ejemplo los padres adolescentes, cuyo nmero ha crecido en los ltimos aos, entre los cua-les es posible encontrar diferentes modos de enfrentar la paternidad.

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    hijos, a la relacin que existe con la madre, a la educacin recibida, a laconformacin de su hogar, a sus creencias e ideologa, e incluso a su situa-cin laboral.

    En un ensayo de clasificacin, a nivel de las prcticas encontramospadres presentes y muy prximos que ejercen el rol de padres, asumien-do actividades y responsabilidades que tradicionalmente recaan en lamadre (cuidado de los hijos, alimentacin, salud, vnculo con el colegio).En este modelo encontramos dos variantes. Una primera que se da enel contexto de familias nucleares donde la madre es proveedora principalo tiene una vinculacin laboral muy fuerte y exitosa con el trabajo querealiza y se desliga de ciertas tareas que, tradicionalmente, recaen en lasmadres y es el padre quien las asume, ya sea por voluntad y deseo propioo porque su precaria insercin laboral o cesanta le deja el tiempo sufi-ciente para hacerlo.

    La segunda variante de este modelo se da en familias monoparentalesen las que el padre se queda con los hijos, ya sea por separacin de la pare-

    ja o por viudez. En estos casos, el padre asume tanto la crianza como elmanejo del hogar, distribuyendo tareas domsticas, administrando el coti-diano, preocupndose de la educacin y salud de los hijos. Algunos deestos padres jefes de hogar sin pareja ni apoyo femenino familiar, parapoder cumplir mejor con todos estos roles, realizan sus labores profesio-nales desde sus hogares, especialmente cuando los hijos son pequeos.

    Este modelo emergente es el que ms se distancia de la paternidad he-gemnica y tiende a subvertir de manera ms radical los roles y las iden-tidades de gnero, en la medida que transgrede los mandatos que asignana la maternidad un lugar central en la conformacin de la femineidad, y

    a los hombres, un lugar central en lo pblico. Algunos entrevistados na-rraron sus arreglos en los siguientes trminos:

    Conversando con mis hijos me dijeron que queran quedarse conmi-go y ah interpuse yo una demanda por la tuicin de los nios y con laayuda de Dios gan la tuicin Ahora me dedico mucho ms a mis hijosy mi vida personal ha quedado de lado, pero no es tan importante comomis hijos (O.V., 43 aos, 3 hijos, maquinista de ferrocarriles).

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    Me junt con los dos mayores a almorzar un sbado. Crescente tena 16y la Camila 15. La ms chiquitita, la Isidoro, tena 10. Y les preguntquieren vivir conmigo? Los hijos mayores dijeron que s. Pero el tema eraIsidora y fue ella quien tom la decisin final. Ira adonde estuvieran sushermanos. Eso fue hace ocho aos atrs; la mam estuvo de acuerdo []lo mejor ha sido saber que uno puede (C. E., empresario, 49 aos, 3hijos)7.

    Este modelo emergente de paternidad tiende a aumentar8 en la medidaque la sancin social a las madres que abandonan a sus hijos se reducey que se acepta cada vez ms la potencialidad masculina de hacerse cargo

    de una casa y una familia sin la presencia de una mujer que ejerza cotidia-namente como madre. Los hombres que asumen la paternidad en ausen-cia de la madre no suelen tener visiones negativas sobre stas, ms cuan-do las madres no han disputado legalmente la tuicin de los hijos y leshan cedido el derecho a criarlos luego de evaluar que estos estarn mejorcon el padre.

    Si bien es ms frecuente encontrar este tipo de ejercicio de paternidadentre hombres relativamente jvenes con estudios superiores profesiona-les o tcnicos, tambin este modelo, en su segunda variante (padre jefede hogar de familia monoparental), aparece entre hombres con formacinbsica incompleta y pertenecientes a los tres sectores sociales que entrevis-tamos. Las variantes individuales no son significativas y bsicamente tie-nen que ver con la posibilidad de contar o no con el apoyo de serviciodomstico y, cuando son varios hijos, se da el caso que las nias, especial-mente cuando son muy pequeas, quedan a cargo de la madre, pero, alcrecer, se juntan con sus hermanos a vivir con el padre. La presencia de

    esta forma emergente de paternidad en hombres de diferentes clases socia-les y con diferente capital cultural estara dando cuenta de transformacio-

    7 Testimonios de padres que viven solos con sus hijos: los otros Papi Ricky, El Mercurio(Santiago), 20 de marzo de 2007: 26.

    8 Entre el ao 2005 y 2006, de 8 700 demandas por tuicin que ingresaron a los tribunales dejusticia, un 50% corresponda a demandas hechas por hombres que solicitaban la custodia legalde sus hijos. Los demandantes eran hombres profesionales menores de 45 aos (Aumenta elnmero de hombres que obtiene tuicin legal de sus hijos, La Tercera, 12 de agosto de 2007:67-68).

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    m me gusta tener todo bajo control (F.C., 33 aos, ingeniero, vive conuna hija de su primer matrimonio, una hija de su mujer y un beb deambos).

    Yo, la verdad salgo muy poco: a almorzar con amigos, a jugar a lapelota al colegio ah me quedo conversando. Y es un asunto sperbueno de conversar con otros paps. Hablamos de nuestra formacin, denuestras experiencias discutimos mucho sobre el colegio, de cmo seestn portando nuestros hijos (M.B., periodista, dos hijas).

    Existe otro modelo emergente de ejercicio de paternidad que se carac-

    teriza por ser el menos innovador y rupturista respecto al modelo hege-mnico, aunque muestra algunas variaciones respecto a ste que es impor-tante reconocer. Estos padres se pueden definir como perifricos, deacuerdo a su gravitacin en la crianza y vida de sus hijos/as. Sin embargo,desde su visin, ellos se definen como prximos por su buena comuni-cacin con ellos.

    Estos padres se ven como apoyo a la madre en la labor de crianza desus hijos/as y son aquellos que reproducen en mayor medida la forma deejercer la paternidad de las generaciones anteriores. Son buenos provee-dores y en su vida tienen gran importancia los xitos laborales y/o el pres-tigio. En lo cotidiano estn poco presentes en la vida de sus hijos/as, dadasu inclinacin a desenvolverse en los espacios pblicos. Tampoco colabo-ran de manera activa con su crianza, aunque admiten que se sienten comotrasmisores de valores y formadores y dicen tener una relacin afectuosay cercana con ellos. Pese al poco tiempo que logran compartir, reivindi-can la calidad de la comunicacin con sus hijos, su conocimiento de las

    necesidades de estos y la confianza mutua.Los hombres que practican este tipo de paternidad tienden a repro-

    ducir, al interior de sus familias, las relaciones de gnero tradicionales.A pesar de que la madre trabaja fuera del hogar y es co-proveedora, sele asigna la responsabilidad de la casa y de los hijos, mientras el hom-bre se define a partir de su rol de proveedor y padre que ejerce la auto-ridad y tiene un rol relevante en la formacin moral y valrica de sushijos/as.

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    nes que van ms all de reacomodos familiares, como respuesta a situacio-nes coyunturales.

    Encontramos otra forma emergente de paternidad que podramosdefinir preliminarmente como neopatricarcal. Esta forma de ejercerpaternidad se da, preferentemente, en familias nucleares de profesionalespertenecientes a sectores medios y altos, cuyos padres suelen ser buenosproveedores. Se caracterizan por su fuerte involucramiento en la crianzade sus hijos/as y, a diferencia de los antiguos padres-patriarca, son cerca-nos a los hijos y tienen el poder al interior del hogar y la familia, en mbi-tos que tradicionalmente eran femeninos. Estos padres toman decisionesimportantes respecto a la crianza, sobre el presupuesto familiar, organizanlas actividades de la casa y tienen el control sobre los hijos, sean estos bio-lgicos o de sus parejas.

    En sus discursos se definen como el pilar moral y sostn econmico dela familia, pero, a diferencia de los padres de las generaciones mayores, secomunican y son cercanos a sus hijos y asumen pblicamente actividadesque en las familias nucleares tradicionales desempean las madres: vncu-lo con el colegio, participacin en directorios de centros de padres y apo-derados, preocupacin por la salud fsica y psicolgica de sus hijos/as,control de sus amistades y participacin directa en las actividades recrea-tivas en que estos se involucran.

    Esta mayor participacin paterna en los espacios pblicos no siempretiene correlato en el privado, donde la divisin sexual del trabajo no serompe ni modifica, pero aparece diluida por la presencia de servicio do-mstico. En este sentido, es posible afirmar que este tipo de ejercicio depaternidad, con una marcada inclinacin a explicitar en lo pblico la cer-

    cana y proximidad con los hijos, tiene un alto componente deperfoman-ce, de puesta en escena de una paternidad valorada socialmente comopositiva, pero que no implica nuevas definiciones de roles ni de las rela-ciones de gnero. En otras palabras, aun cuando es real la preocupacin,afecto y cercana con los hijos, esa necesidad de actualizarlas en lo pbli-co evidencia el deseo de reconocimiento por un deber ser paterno queencubre prcticas ms bien conservadoras respecto a los roles y relacionesde gnero. Yo soy sper preocupado; de hecho, ella muchas veces tienemenos paciencia [] Yo soy el apoderado de todos en la casa es que a

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    formar a los hijos/as se entiende ahora como un proceso integral dondetoman un lugar central los sentimientos, los afectos y la comunicacin.Habilidades que no slo competen a la madre, sino a los padres16.

    El tema de la responsabilidad aparece como requisito de la hombraadulta en los discursos de los hombres. De ello dan cuenta investigacio-nes sobre masculinidad17 y tambin surge en los discursos de los padresadolescentes, para quienes el hacerse responsables es casi un rito detrnsito para asumir la paternidad y una masculinidad adulta.

    La posibilidad de los padres de ser afectuosos y manifestar pblica-mente su preocupacin y sensibilidad respecto a los hijos/as abre, al con-

    junto de hombres, la posibilidad de actualizar modelos masculinos menosrestringidos y ms flexibles. El ser afectuoso y capaz de expresar senti-mientos cariosos a los hijos/as no es percibido como prdida de autori-dad, ni menoscabo de la masculinidad; ms bien, se lo considera parte deun ejercicio de paternidad socialmente valorado y, por ende, de una mas-culinidad prestigiada. De ello dan cuenta los medios de comunicacin yla publicidad.

    La publicidad, los medios de comunicacin, telenovelas, etc., exhibenlos modos emergentes de paternidad18, y un aspecto interesante a resaltares que, hasta hace unos aos atrs, los medios difundan la imagen de pa-dres jvenes con hijos pequeos en actitud protectora; hoy, en cambio,son hijos jvenes con padres adultos los que aparecen en la publicidad co-mo cmplices y amigos que comparten intereses y realizan actividades enconjunto, en espacios pblicos o en el hogar.

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    a las nuevas maneras de conformar familia, a las convivencias secuencia-les, las familias reconstitudas y los segundos matrimonios.

    Ser padre hoy implica ser cercano, comunicativo con los hijos, presen-te, a diferencia de los patrones del padre industrial, centrados en la manu-tencin econmica de la familia y en el ejercicio de la autoridad dentro deella (Valds, 2004). No obstante, estas nuevas representaciones coexistencon diferentes prcticas parentales que no necesariamente se correspondencon el nivel discursivo y representacional y dan cuenta de una amplia gamade modos de ejercer la paternidad donde se entrecruzan y cohabitan loscambios con las continuidades. Esto estara mostrando que se trata de latransicin de un modelo cultural a otro, donde conviven los patrones depaternidad heredados con formas novedosas de ejercer la paternidad que va-ran segn la edad de los padres, sus inserciones laborales, sus experienciasde vida y el posicionamiento de las mujeres (madres) en la esfera pblica.

    Las actuales representaciones sobre la paternidad tienen una inciden-cia importante en los valores asociados a la masculinidad. Esto se eviden-cia en la aparicin de nuevas formas de subjetividad que incorporan en elser hombre las relaciones de proximidad y afecto con los hijos, lo quemuestra diferencias con las generaciones mayores en las que la autoridadpaterna, distante pero sancionadora, slo era atenuada ocasionalmentepor la prctica de ciertos ritos que permitan el ingreso del nio hombrea patrones de masculinidad tradicionales fuertemente sexuados: por ejem-plo, ir con los hijos hombres al ftbol.

    Las masculinidades se han ido complejizando al abrirse a nuevas di-mensiones de la subjetividad, antes vedadas por la masculinidad hegem-nica. La menor dependencia de los hombres (padres) hacia las mujeres

    para conocer y acercarse comunicativamente a sus hijos les permite mayo-res niveles de autonoma en un mbito donde no se les reconocan dere-chos ni competencias en el pasado. Ello, siendo una prctica nueva, per-mite actualizar y mejorar el ejercicio de uno de los mandatos de la mas-culinidad adulta hegemnica: ser responsable.

    Ser responsable implica mantener, proveer, sostener, educar, protegera la familia15, formar en principios y valores morales a los hijos/as. Y ese

    15 El ser responsable es entendido de una manera similar en Puerto Rico (cfr. Garca Toro, et al.,2004).

    16 Es decir, reconocer legalmente al hijo, sustentarlo econmica y afectivamente, trasmitirle valo-res.

    17 Gmez sostiene que en Colombia una proporcin importante de varones ha expresado en stay en otras investigaciones, que la responsabilidad masculina es el eje principal (y en varios casos,el aspecto primordial) de sus sentimientos de hombra y lo que llega a caracterizar y enmarcarsu construccin de identidad de gnero y el desempeo de algunos roles sociales como el de lapaternidad (Gmez, 2000: 33).

    18 A modo de ejemplo, las tres telenovelas de factura chilena, emitidas en el horario familiar duran-te el primer semestre de 2007, muestran a un padre que se hace cargo solo de su hija porque lamadre los deja (Papi Ricky, producida y emitida por Canal 13); un hombre que cra al hijo desu pareja y se queda con l cuando sta se va a trabajar a otra parte ( Corazn de Mara, produ-cida y difundida por Canal 7 ); y, un adolescente que huye para no asumir su paternidad, perodel hijo se hace cargo un hombre cuya esterilidad le impide tener hijos biolgicos (Vivir con 10,producida y emitida por Canal 11).

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    sobre la infancia, la adquisicin de nuevos derechos sociales y culturalesde las mujeres, as como su trabajo y la doble provisin econmica queste posibilita. En este marco, hay rupturas con respecto a los patrones depaternidad de las generaciones mayores. La configuracin del nio sujetocontribuye a desencadenar un nuevo trato paterno para con los hijos apartir de las actuales representaciones sobre la infancia, y de la voluntadde distanciamiento de los padres de la experiencia que ellos mismos vivie-ron de autoritarismo, violencia o ausencia paterna.

    Los imaginarios de gnero difundidos por los medios de comunica-cin y la publicidad poco a poco han ido recogiendo y difundiendo laimagen de hombres sensibles, padres cercanos y afectuosos con sus hijos,reforzando as la emergencia de nuevas maneras de ser hombre. Sin em-bargo, en la medida que no se ha producido un cambio cultural profun-do que haya modificado las prcticas y los mandatos de gnero, en los dis-cursos de algunos hombres se puede pesquisar el agobio de tener que res-ponder a las exigencias de la paternidad hegemnica y a las de una nuevapaternidad.

    El hombre termina siendo casi tan multifuncin como la mujer en casitodos los mbitos, pero a la hora de que falta plata en la casa, todos le re-prochan tcitamente a los hombres eres un fracasado [] ya uno no sloprovee, sino que tiene que salir a jugar con los nios, ayudarlos en las ta-reas aunque llegues supercansado (RM., abogado, 44 aos, 3 hijos).

    Las evidencias de que los cambios culturales son lentos y que los mode-los emergentes de paternidad que muestran ciertos avances en las prc-ticas masculinas respecto a la familia no pueden asimilarse automtica-

    mente a cambios en las concepciones sobre los roles, mandatos e identi-dades de gnero, se manifiestan en las ambigedades y contradicciones deciertos discursos:

    No se ha permitido que la mujer se desarrolle en igualdad de condicio-nes que los hombresyo me cas con Brbara y ella se fue 13 meses aInglaterra a estudiar, y yo me qued aqu y la ayud con mi plata. Recincasado, a mi me importaba que ella fuera feliz.

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    En este sentido, los hallazgos hechos en esta investigacin muestranciertas discrepancias con los resultados de otros estudios (Andrade, 2001;Burin, 2007)19. En el primer modelo emergente de paternidad que hemosdescrito el de los padres muy presentes y prximos, los hombres en susdiscursos y prcticas estaran mostrando el surgimiento de un nuevo tipode sensibilidad20 y aparecen asociados a una masculinidad que tiende areconocer igualdad de derechos a hombres y mujeres y la posibilidad deintercambio de los roles privados y pblicos. El reconocimiento implci-to de que la maternidad no es un mandato imperativo y nica forma derealizacin para las mujeres, y que el espacio pblico es el lugar de reali-zacin de lo masculino, permite reconocer otras dimensiones importan-tes en la conformacin de las identidades de gnero, lo cual abre posibi-lidades de modificarlas.

    No obstante, en las otras dos formas emergentes de paternidad de lasque hemos dado cuanta aqu padre neopatriarcal y padre perifrico-co-municativo, encontramos algunas conductas contradictorias que mues-tran a un hombre que pblicamente aparece como un padre prximo, fle-xible, afectuoso con sus hijos; es decir, que no tiene problema en asumirpblicamente una subjetividad que en el pasado se asociaba a lo femeni-no, pero que, en relacin a los roles, mandatos y relaciones de gnero,tiene visiones y conductas ms tradicionales, por lo cual no podra afir-marse que el cambio en los modos de asumir la paternidad implique unnuevo imaginario y actualizacin de una nueva masculinidad.

    A modo de conclusin

    Con independencia del capital escolar y cultural y de la situacin socioe-conmica de los hombres, podemos afirmar que en las transformacionesen los modos de ejercer la paternidad inciden las nuevas concepciones

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    19 Andrade postula la existencia de ambigedades implcitas entre las narrativas sobre paternidady elperfomancepblico de la paternidad (Andrade, 2001). Por su parte, Burin plantea que elejercicio de la paternidad no provee una ampliacin de la subjetividad masculina, o sea, ellosno se perciben a s mismos ms masculinos por ello, sino que conservan el temor de que eldesempeo de este modo de paternizacin los asemeje ms a una femineidad clsica, en vez deque estos cambios impliquen maduracin (Burin, 2007: 2).

    20 Medina (2000), a partir de su experiencia teraputica, da cuenta de esa nueva sensibilidad.

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    El mismo hombre, en otro momento de la entrevista, sostiene: el hom-bre que no trabaja es como un castrado, ha perdido su razn de ser y esel mismo sntoma de la mujer que no puede ser madre: una tremendafrustracin (S. M., 54 aos, 5 hijos de dos matrimonios).

    En sntesis, frente a los avances del feminismo, los cambios legislati-vos, las concepciones sobre la infancia, el ingreso masivo de las mujeres alos mercados de trabajo, entre otros, hombres y mujeres han debido rene-gociar los modos de organizar familia y de asumir los roles parentales. Laspaternidades se tienden a reconfigurar a partir de respuestas que se mue-ven en un espectro amplio. Encontramos padres que ejercen su paterni-dad de un modo cercano a lo materno, otros que son portadores denuevas subjetividades y que, en sus prcticas de dominio paterno al esti-lo tradicional, evidencian el reforzamiento del modelo hegemnico resig-nificado por el mandato del afecto y la comunicacin.

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