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Del Rosario Hernandez Borges El Naturalismo Quineano o Las Limitaciones Inevitables

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Del Rosario Hernandez Borges El Naturalismo Quineano o Las Limitaciones Inevitables

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    REVISTA LAGUNA, 10; enero 2002, pp. 69-80

    EL NATURALISMO QUINEANOO LAS LIMITACIONES INEVITABLES*

    Mara del Rosario Hernndez [email protected]

    RESUMEN

    En este trabajo analizar el naturalismo de Quine y su crtica a la epistemologa tradicionalcomo el establecimiento de ciertos lmites inevitables a la tarea del epistemlogo. Esos lmi-tes de la epistemologa son la imposibilidad de establecer la referencia, los criterios de certe-za y un lugar para s misma al margen del conocimiento cientfico.

    ABSTRACT

    Quinean naturalism or the inevitable limits. In this paper I will analyze Quines naturalismand his critic to traditional epistemology considering it as the establishment of some inevi-table limits to the work of epistemologist. Those limits of epistemology are the impossibilityof setting up reference, criteria of certainty, and a privileged place for itself apart fromscientific knowledge.

    Tradicionalmente la epistemologa ha intentado demostrar que existe unmundo externo, que podemos alcanzar conocimiento seguro sobre ese mundo, yque las propias demostraciones de la epistemologa sobre el mundo y su conoci-miento son vlidas a priori, no son revisables. Desde sus primeras obras, Desde unpunto de vista lgico (1953), Palabra y objeto (1964) y La relatividad ontolgica y otrosensayos (1969), en obras ms recientes como La bsqueda de la verdad (1990) y Delestmulo a la ciencia (1998) y en su ltima recopilacin de trabajos publicada enespaol Acerca del conocimiento cientfico y otros dogmas (2001), Quine rechaza esaconcepcin fundacionista del conocimiento. Sea desde las ideas innatas, sea desdelos datos sensoriales, la fundamentacin del conocimiento del mundo externo des-de una posicin epistemolgicamente previa no ha sido ms que un sueo1.

    Las crticas de Quine a la epistemologa no terminaron con ella; al contra-rio, el objeto de la filosofa naturalista es, ante todo, epistemolgico: analizar elmtodo cientfico y la evidencia, as como clarificar, organizar y simplificar los con-ceptos ms amplios y bsicos, todo ello dentro del marco de la ciencia2. Por tanto, elnaturalismo de Quine se podra resumir en la tesis de que en nuestra bsqueda dela verdad sobre el mundo, no podemos hacer nada mejor que seguir nuestros proce-

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    dimientos cientficos tradicionales, el mtodo hipottico-deductivo3. En conse-cuencia, si la epistemologa tiene algunos lmites, son los propios de la ciencia. Aesos lmites dedicar este trabajo.

    Esos lmites son, precisamente, los que el epistemlogo tradicionalmenteha querido traspasar:

    En primer lugar, la pretensin de establecer las referencias antes de conocerlas, decontestar a la pregunta qu hay? olvidando la pregunta cmo conocemos?era el primer paso en el proyecto fundacionista. Era, dice Quine comosi pudiramos primero forjar un saber infalible de datos sensibles y enton-ces construir de algn modo nuestra teora del mundo externo sobre la basede ese fundamento terminado4. La crtica a ese proyecto motiva una defi-nicin de naturalismo: el reconocimiento de que la realidad se identifica ydescribe dentro de la ciencia misma y no en alguna filosofa previa5.

    En segundo lugar, la pretensin de establecer bases indubitables para nuestro cono-cimiento ha recorrido la historia de la filosofa. La bsqueda de la certezaque permita distinguir conocimiento de mera opinin est presente desdela antigedad griega hasta la actualidad. Pero este proyecto no ha tenidomejor suerte que el intento de fijar infaliblemente la referencia en los datossensibles. Sea mediante la captacin de las formas platnicas, o mediante lacartesiana claridad y distincin de ciertas ideas otorgadas por Dios, o me-diante las ideas basadas en impresiones de los empiristas britnicos que cul-minaron en la Aufbau de Carnap, el proyecto fundacionista ha fracasado,segn Quine6. Su propuesta naturalista tiene como objeto explicar cmolos humanos como individuos y como especie hemos construido unateora fiable del mundo externo a partir de nuestros contactos con ese mun-do. Esa teora fiable (nuestro conocimiento cientfico) no es absolutamentecierta, ni vlida en cualquier mundo real o posible, ni universalmente com-partida, es revisable, falible y relativa a una comunidad, lenguaje o momen-

    * Cuando este trabajo se publique habr transcurrido aproximadamente un ao y mediodesde la muerte de W.V. Quine (1908-2000). Desgraciadamente, el eco de esta noticia en los mediosespecializados no ha sido proporcional a la relevancia que su obra ha tenido en la filosofa. El reco-nocimiento del valor de una obra no siempre se acompaa con un amplio acuerdo, en mi caso ambascosas se dan juntas.

    1 W.V. Quine, La relatividad ontolgica y otros ensayos, Tecnos, Madrid, 1986, p. 1.2 Algunos autores han considerado que W.V. Quine, Acerca del conocimiento cientfico y

    otros ensayos, Paids, Barcelona, 2001, p. 135.3 Ibdem, pp.135-6.4 Ibdem, p. 129.5 En Theories and Things, citado en Acerca del conocimiento cientfico y otros ensayos, op.

    cit., p. 128.6 Quine realiza un recorrido histrico no exhaustivo pero interesante por lo que l deno-

    mina el problema del error en el captulo 1 Das de antao de su obra Del estmulo a la ciencia,Barcelona, Ariel, 1998.

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    to histrico, pero es lo mejor que tenemos para predecir la observacin, queQuine considera la parte fundamental de la ciencia.

    En tercer lugar, la pretensin de la epistemologa tradicional de ocupar un lugarprevio a todo conocimiento parta en el empirismo lgico del carcter ana-ltico, no revisable, de sus enunciados. Con la crtica de Quine a la analiti-cidad, esa pretensin desaparece, la filosofa pierde su papel privilegiado ysus aportaciones pasan a ser tan limitadas como las de la ciencia.

    I. REFERENCIA RELATIVA A UN LENGUAJE

    El intento humeano de explicar el conocimiento reducindolo a las impre-siones sensibles recibidas tena problemas a la hora de dar cuenta de la identidad delos objetos: cmo una naranja sigue siendo la misma naranja en ocasiones diferentestal y como nos dice el sentido comn. Segn Hume, el sentido comn confundeidentidad con semejanza. Lo que percibimos son mltiples impresiones que varande una vez a otra. El linguista J.H. Tooke en 1786, con espritu nominalista, propu-so sustituir las ideas, formadas por impresiones sensoriales en las explicacionesempiristas, por las palabras, al considerar que en todo lo que Locke haba dichosobre las ideas se refera realmente al lenguaje. Esa misma lnea nominalista sigueQuine cuando analiza el problema de la referencia reconstruyendo el desarrollo delaprendizaje verbal del nio. Esta estrategia de enfocar el tema de la ontologa desdeel lenguaje con el que hablamos de lo que hay ya muestra el compromiso ontolgicodel discurso.

    El primer tipo de oraciones que aprende el nio son las observacionales, esen ellas donde el lenguaje entra en contacto por primera vez con la experiencia y sonla fuente de evidencia para nuestro conocimiento del mundo externo, de ah surelevancia como puntos de control para el conocimiento cientfico. Cada una deestas oraciones observacionales son expresiones condicionadas como un todo a unagama de estmulos globales similares perceptualmente. Las palabras que las compo-nen no se refieren a objetos del mundo, forman parte de las oraciones como merasslabas. Esta concepcin holofrstica de las oraciones observacionales explica que,aunque desde nuestra posicin de adultos creamos que oraciones observacionalescomo Leche! o Perro! son trminos que denotan cosas, la reificacin no est mspresente en ellas que en oraciones como Hace fro! o Llueve! Aunque los niosaprenden a asentir o disentir a tales oraciones bajo condiciones estimulativas ade-cuadas, no saben qu enunciados o partes de enunciados contar como trminos oqu objetos contar como referentes7. El siguiente paso ms all de las oracionesobservacionales lo constituye el aprendizaje de oraciones categricas observaciona-les, aquellas donde, uniendo dos oraciones observacionales, el nio expresa la ex-pectativa general de que siempre que la primera oracin observacional se satisface,

    7 W.V. Quine, Acerca del conocimiento cientfico y otros dogmas, op. cit., p. 39.

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    tambin lo ser la segunda. Ejemplos de estas oraciones son Cuando nieva, hacefro, Cuando sale el sol, los pjaros cantan. Las categricas observacionales cons-tituyen nuestras primeras y rudimentarias leyes cientficas y su deduccin y com-probacin constituyen la esencia del mtodo experimental, por ello volver sobreellas en el siguiente apartado. En lo que respecta a la ontologa, la aparicin de lascategricas observacionales en el aprendizaje del lenguaje no supone, segn Quine,ningn cambio ontolgico sustancial. No hay an denotacin o referencia a cuer-pos; las diferencias perceptivas en este nivel son cualitativas, no ontolgicas.

    Para fijar las referencias lo primero que hay que hacer es fijar patrones deidentidad y diferencia, este es el significado de la conocida frase quineana no hayentidad sin identidad. Y volviendo al lenguaje, el paso de los enunciados considera-dos globalmente (Perro como comparable a Llueve) al trmino y sus denotaciones(perro que denota perro) tiene lugar slo cuando el nio ha aprendido a someter eltrmino al aparato gramatical de partculas y a ciertas construcciones del lenguaje:el aparato del singular y el plural, de los artculos definidos e indefinido, de lareferencia pronominal cruzada, de la identidad y la diferencia y del contar8. Porejemplo, en expresiones como Siempre que hay un cisne, ste es blanco, el pro-nombre ste establece una conexin entre las oraciones observacionales He aqu,un cisne y He aqu, blanco (o, simplemente, Cisne y Blanco). El pronombrepostula un portador comn de los dos rasgos, ser un cisne y ser blanco; y ese porta-dor es un cuerpo, un cisne. Otro ejemplo se refiere a los artculos indefinidos quepermiten la cuantificacin. Mientras que una presentacin aislada de un estmulo sepuede tratar con el gato o gato, la presentacin mltiple de gatos en un mismomomento exige expresiones como un gato, algn gato o todos los gatos quelimiten la referencia a uno, varios o la totalidad de los cuerpos presentados.

    Pero, aunque la presentacin mltiple ya muestra seales de la aparicin dela referencia en el lenguaje, realmente hemos identificado un cuerpo como tal cuan-do se le reconoce como el mismo a travs del tiempo, en diferentes ocasiones. Estees, precisamente, el problema que Hume no consigui resolver. Y aqu la induccinno es suficiente. En La bsqueda de la verdad, Quine da el siguiente ejemplo: cmopuedo saber que la moneda que est ahora en mi bolsillo es la misma que estaba lasemana pasada y no una parecida. Para ello tendra que esbozar alguna hiptesisutilizando mi conocimiento previo ms o menos fijado sobre mis movimientos, mistrajes y mis gastos durante esa semana. Es decir, establecer la cuestin de la identi-dad de un cuerpo supondra cierta investigacin y especulacin. Sera la conclusina la que llegara por inferencia a partir de un entramado de hiptesis que se apoyanindirectamente en observaciones pasadas, esto es, que deben su plausibilidad a quehemos inferido de ellas otras consecuencias que fueron confirmadas por la observa-cin9. Son el resultado del mtodo de la ciencia, el mtodo hipottico-deductivo.En conclusin, la identificacin de objetos es un asunto terico, ms que observa-

    8 Ibdem, p. 40.9 Ibdem, p. 41.

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    cional; depende ms bien de nuestra teora del espacio, el tiempo, la causalidad ylas elaboradas trayectorias de los cuerpos ausentes que conjeturamos en el marco dela teora global10.

    Los trminos que denotan cuerpos, donde se observa claramente la referen-cia, son trminos tericos. Seal antes que las oraciones observacionales se consi-deraban holofrsticamente, asociadas como un todo a ciertos estmulos; pero sidesde la teora miramos hacia atrs, en el proceso de contrastacin por ejemplo, lasconsideraremos analticamente, como un conjunto de trminos. Esos trminos vuel-ven a aparecer en otras oraciones de naturaleza cada vez ms terica que constituyenel entramado de hiptesis que permiten fijar la referencia a travs del tiempo. Yuna ontologa es empricamente relevante slo porque proporciona los nudos queentrelazan los hilos de la red terica11.

    Por todo esto, nuestra ontologa depende de nuestro lenguaje o teora. Aesto se refiere Quine con las expresiones inescrutabilidad o indeterminacin de lareferencia y relatividad ontolgica. El caso en que se ve ms claramente es en elde las traducciones de nuestro lenguaje a un lenguaje desconocido. El traductor enesa situacin ha de hacer corresponder palabras de su propio idioma con palabrasdel idioma traducido, y a la vez su segmentacin del mundo con otra segmentacindel mundo. En esa tarea es imaginable el caso de que interpretaciones divergentesde las palabras que integran una oracin pueden compensarse unas a otras de talmanera que acaben dando lugar a una misma traduccin de la oracin globalmenteconsiderada12. El caso de la traduccin del trmino gavagai es el ms conocido delos que formula Quine. La cuestin de si gavagai se ha de traducir por conejo,partes no separadas de conejo o estado de conejo no se puede resolver por osten-sin, esto es, preguntndole al nativo gavagai? ante la presencia de un conejo yesperando su asentimiento o disentimiento, ya que la porcin de espacio-tiempo ala que responder el nativo se corresponde igualmente con las tres posibles traduc-ciones de gavagai. La pregunta por la referencia es la pregunta sobre cmo sesegmenta el mundo, y la exposicin persistente a cierta estimulacin no la respon-de. La referencia es inescrutable o est indeterminada. Las decisiones nticas siem-pre se toman desde un lenguaje, la ontologa es relativa a un manual de traduccin.Si traduzco gavagai como conejo, opto por un manual de traduccin posible enlugar de optar por algn otro.

    En conclusin, tomar decisiones nticas teniendo en cuenta slo lasestimulaciones es un sueo de la vieja epistemologa. Los mismos trminos cosa, exis-te y real carecen finalmente de sentido ms all de la conceptualizacin humana. Pre-guntar por la cosa en s, aparte de esa conceptualizacin, es como preguntar cun largoes el Nilo realmente, aparte de nuestras millas y kilmetros provincianos13.

    10 Ibdem, p. 121.11 W.V. Quine, La bsqueda de la verdad, op. cit., p. 59.12 Ibdem, p. 84.13 W.V. Quine, Acerca del conocimiento cientfico y otros dogmas, op. cit., p. 121.

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    II. LA CONDICIN HUMEANA ES LA CONDICIN HUMANA

    La epistemologa naturalizada de Quine sostiene que la certeza cientfica nopuede fundamentarse en una base ms firme que el propio mtodo cientfico. Estees otro de los lmites con los que se encontr la epistemologa tradicional. El proyec-to humeano de justificar nuestro conocimiento a partir de impresiones conocidasdirectamente no tuvo xito con los enunciados generales y los enunciados que pre-decan sucesos futuros. Y son, precisamente, esos enunciados los que la ciencia bus-ca formular. Pero el escepticismo humeano, entendido como imposibilidad de al-canzar certeza absoluta, se puede considerar simplemente como una consecuenciade la aplicacin del mtodo cientfico. No me refiero aqu a un escepticismo globalo radical que afecte a la justificacin de la ciencia como un todo, ya que, siguiendoa Quine, no hay forma de conocimiento o lugar desde el que justificar la ciencia,ms que la ciencia misma. Me refiero al escepticismo local o mitigado que plantea elproblema de la justificacin en la ciencia o en partes de ella. Este es el nico concep-to de escepticismo inteligible desde la epistemologa naturalizada. Por ello, la con-dicin humeana, la inevitable posicin escptica, es la condicin humana.

    Pero este lmite no supone renunciar a la tarea de la epistemologa tradicio-nal: el estudio de la relacin entre la ciencia y sus datos sensoriales. Es en este puntodonde Quine sigue siendo un empirista: la evidencia que hay para la ciencia esevidencia sensorial.

    Hacer epistemologa naturalizada es estudiar cmo construimos, a partir denuestra estimulacin sensible, una teora del mundo que nos permite predecir losnuevos estmulos que tendrn lugar14. Esa relacin entre estmulos y teora constitu-ye el respaldo evidencial de la ciencia que podemos abordar mediante el papel que laprediccin juega en la comprobacin de la teora.

    Del conjunto de oraciones con que describimos el mundo, algunas, muybsicas, se asocian directamente a nuestros estmulos. Son las oraciones observacio-nales a las que me refer en el apartado anterior. Quine sita el comienzo del cono-cimiento en las oraciones observacionales porque ellas se ligan causalmente a nues-tras entradas sensoriales siguiendo este proceso: [...] los rayos de luz se reflejan en elobjeto y llegan a nuestra retina, activando un rea de terminaciones nerviosas, cadauna de las cuales inicia un impulso neuronal hacia uno u otro centro del cerebro.Finalmente, por medio de intrincados procesos internos del cerebro e instigado porla imitacin de otras personas y por la educacin, el nio logra con el tiempo profe-rir o asentir a algn enunciado rudimentario al final de tal cadena causal15.Esos enunciados rudimentarios son los observacionales.

    Recordemos que las oraciones observacionales cumplen dos requisitos. Porun lado, el hablante est dispuesto a asentir o disentir a cada una de ellas conside-

    14 Quine estudia el quehacer del cientfico como el caso paradigmtico de esa construc-cin, que se separa del conocimiento lego slo por su mayor grado de complejidad y sofisticacin.

    15 W.V. Quine, Acerca del conocimiento cientfico y otros dogmas, op. cit., p. 129.

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    rando slo la gama de estimulaciones apropiada, independientemente de lo quepueda estarle ocupando en ese momento, ya que se ha establecido un nexo causalentre esa entrada neuronal global (que es como concibe Quine el estmulo) y elenunciado. Por otro lado, todos los miembros de la comunidad lingstica perti-nente coincidiran sobre la verdad o falsedad de cada una de estas oraciones, ya quese aprenden de otros hablantes con los que compartimos las mismas situacionesestimulativas. Estas oraciones no tienen que versar sobre datos de los sentidos nisobre estimulacin, pueden tratar sobre cualquier cosa siempre que la estimulacinsensorial concurrente sea suficiente para acordar un veredicto sobre ella16. Esta caraintersubjetiva de las oraciones observacionales asegura la objetividad de la ciencia,ya que permite la comprobacin emprica de las hiptesis cientficas. La descripcinde ese proceso de comprobacin muestra cmo las dudas escpticas son las dudascientficas y no podemos ir ms all.

    Veamos primero cmo se conectan las oraciones observacionales el so-porte evidencial de la ciencia con la teora, para luego analizar cmo el cientficodeshace el camino y vuelve a la evidencia al comprobar la teora en la experimenta-cin. Las oraciones observacionales se conectan con la teora en dos pasos. Primero,las oraciones observacionales se conectan con las categricas observacionales, queson generalizaciones construidas sobre dos oraciones observacionales de la forma:Cuando hay humo, hay fuego, surgen por induccin y representan tanto la situa-cin experimental bsica como el patrn diario de expectativas. Segundo, las cate-gricas observacionales se conectan con otras oraciones de la teora a travs de uncomplejo proceso de implicacin que es posible porque los diversos tipos de oracio-nes comparten trminos, porque unos trminos se incluyen en otros, como rosaen flor y porque interiorizamos implicaciones de carcter lgico cuando aprende-mos a usar partculas como y y o17.

    En la experimentacin es donde esta conexin entre teora y evidencia atravs de la red de oraciones que constituye nuestro conocimiento se manifiesta msclaramente. Quine esboza una pequea caricatura de esa conexin recreando unasituacin de comprobacin de hiptesis. Imaginemos un cientfico que considere laposibilidad de incorporar una determinada hiptesis a su teora. La hiptesis cient-fica implica ciertas oraciones categricas observacionales, es decir, combinacionesde dos oraciones observacionales. La teora le dice que si la hiptesis es verdaderabajo determinadas condiciones experimentales (cierta situacin de estimulacindescrita por una de las observacionales, por ejemplo, si hay humo) se dar ciertoefecto (una situacin de estimulacin descrita por la otra observacional, por ejem-plo, hay fuego). El cientfico provoca esas condiciones y si el efecto predicho no

    16 W.V. Quine, El soporte sensorial de la ciencia en J.J. Acero y T. Calvo (comps.)Symposium Quine, 1987, Universidad de Granada.

    17 Como ejemplo de este aprendizaje Quine seala el caso del nio que, mediante la observa-cin y correccin parental, aprende que afirmar un compuesto con y y negar despus uno de los compo-nentes es un mal uso de la conjuncin (Acerca del conocimiento cientfico y otros dogmas, p. 133).

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    sucede, abandona la categrica observacional y la hiptesis que la implicaba; si, porel contrario, el efecto sucede, la hiptesis verdadera se incorpora al conjunto deenunciados aceptados.

    Dos matizaciones se han de hacer sobre la aceptacin o el rechazo de esahiptesis. En primer lugar, la verdad de esta hiptesis no es concluyente, lo nicoconcluyente, afirma Quine siguiendo a Popper, es la refutacin de la categrica ob-servacional mediante dos observaciones, una positiva (el asentimiento a la oracinhay humo, por ejemplo) y una negativa (el disentimiento a la oracin hay fuego,por ejemplo). En segundo lugar, cuando se deduce un categrico observacional deuna hiptesis dada, recurrimos a otros enunciados tericos y a muchas creencias desentido comn (de las que el propio cientfico no es consciente). Por ello, la falsedaddel categrico no refuta la hiptesis misma, sino la conjuncin de enunciados que seutiliza para implicarlo. En vez de negar la hiptesis, el cientfico podra negar cual-quier otro enunciado de la conjuncin. Este es el holismo quineano18.

    El holismo, esa red de implicaciones que constituye el conocimiento, mues-tra el funcionamiento complejo del mtodo de la ciencia. En la aplicacin de esemtodo el cientfico tiene mucho margen de decisin. Del conjunto de oracionesque implica la oracin categrica observacional tendr que eliminar alguna, de talforma que se elimine la implicacin. Algunos miembros de ese conjunto de oracio-nes no se revocan: unos, porque eliminndolos no desaparece la implicacin, otros,por ser verdades puramente lgicas. Sean cuales sean las oraciones eliminadas, elcientfico elegir aquella modificacin que le proporcione el mayor xito predictivo;y para ello buscar la mayor simplicidad, aplicando la navaja de Occam, y la menormutilacin posible, ya que cualquier rechazo de una oracin supondr, por el holismo,el rechazo de alguna que la implica. Esta mxima de mutilacin mnima explica porqu el cientfico natural no rechaza las verdades matemticas. El nmero de categ-ricas observacionales que son implicadas con la intervencin de alguna verdad ma-temtica es tan grande que revisarlas implicara revisar el todo de la ciencia. Enpalabras de Quine: la matemtica se infiltra en todas las ramas de nuestro sistemadel mundo y su destruccin reverberara de forma intolerable19.

    En conclusin, el propio mtodo de la ciencia, el mtodo de las conjeturasy refutaciones, y la estructura holista de nuestro conocimiento que slo est sujeta ala lgica de la implicacin explican cmo el cientfico mejora su conocimiento delmundo tentativamente, guiado por la mayor simplicidad y la menor irrupcin enlos conocimientos ya establecidos, con el fin de controlar el entorno. Si eso se haconseguido, el xito predictivo es la mejor prueba. Esta no es una tarea acabada,cuyas conclusiones sean irrevocables, hasta las verdades ms bsicas de la lgica

    18 En Acerca del conocimiento cientfico y otros ensayos, Quine seala que cuando habl delholismo en Dos dogmas del empirismo (1950) no conoca la aportacin de Duhem al respecto.Tiempo despus, cuando supo de su obra a travs de Hempel y Philipp Frank, reconoci la aporta-cin de Duhem en una nota que incluy en la reimpresin de Dos dogmas... en Desde un punto devista lgico, Barcelona, Ariel, 1962.

    19 Acerca del conocimiento cientfico y otros ensayos, op. cit., p. 92.

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    podran ser revisadas. Y mientras no se demuestre que existe un conocimiento me-jor que el de la ciencia, las dudas del cientfico son las dudas del epistemlogo, sonlas dudas escpticas.

    III. FILOSOFA PRIMERA VERSUS FILOSOFA NATURALIZADA

    La discusin sobre la existencia de un conocimiento mejor que el cientficono se ha apoyado en una posible mayor eficacia predictiva y rendimientos tecnol-gicos, sino en su naturaleza a priori e irrefutable. Lo dicho hasta el momento sirvecomo argumento contra la posibilidad de lograr un conocimiento de este tipo. Porun lado, la explicacin gentica del aprendizaje del lenguaje que hace Quine con-cluye que la referencia no se puede fijar previa e independiente del lenguaje con quenos referimos a ella. Por otro lado, los ajustes y reajustes que hace el cientfico en lared de implicaciones que constituye su teora muestran que lo que se acepte comoconocimiento (creencia justificada o verdadera) no depende totalmente de la esti-mulacin sensorial, y que no hay conocimiento alguno infalible o no revisable.

    Si algn tipo de enunciado se considera tradicionalmente no revisable ynecesario son los enunciados analticos. En Dos dogmas del empirismo (1950)Quine hace una dura crtica a la distincin empirista entre verdades analticas, basa-das en significaciones, e independientes de cuestiones fcticas, y verdades sintticas,basadas en los hechos. Este es uno de los dogmas del empirismo. El otro dogma esel reduccionismo moderado, la creencia de que podemos derivar todo nuestro co-nocimiento de trminos que describen la experiencia sensible. La respuesta de Quinea este segundo dogma es el holismo, que ya he tratado. Considerar aqu brevemen-te algunos de sus argumentos contra la analiticidad y las consecuencias que tienenpara la epistemologa tradicional o filosofa primera.

    La definicin kantiana de enunciado analtico es interpretada por Quinecomo afirmando que un enunciado es analtico cuando es verdadero por virtud designificaciones e independientemente de los hechos20. Existiran dos tipos de enun-ciados que se ajustan a esa definicin. Unos, las verdades lgicas, son enunciadosverdaderos y siguen sindolo para cualquier interpretacin de sus componentes queno sean partculas lgicas21. Un ejemplo sera ningn hombre no casado es casa-do. Otros, pretenden convertirse en verdad lgica sustituyendo sinnimos por si-nnimos. Por ejemplo, ningn soltero es casado se transformara en ningn hom-bre no casado es casado, si consideramos que soltero es sinnimo de no casado.Aunque el primer tipo, las verdades lgicas, tambin podran estar sujetas a revi-sin, es el segundo tipo de enunciados analticos el que preocupa a Quine, ya quepretende aclarar la nocin de analiticidad recurriendo a un concepto, el de sinoni-mia, que tambin necesita ser aclarado.

    20 W.V. Quine, Desde un punto de vista lgico, op. cit., p. 50.21 Ibdem, p. 53.

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    En primer lugar, Quine considera la posibilidad de que la sinonimia se esta-blezca por definicin. Las definiciones que aparecen en los diccionarios no son esta-blecidas por los lexicgrafos. Estos recogen las relaciones de sinonimias entre trmi-nos a partir de los usos lingsticos generalizados, esto es, informan de sinonimiaspreexistentes. Por tanto, la definicin descansa en la sinonimia ms que explicarla22.

    En segundo lugar, otra forma de concebir la sinonimia de las formas lin-gsticas es entenderla como intercambiabilidad en cualquier contexto sin que cam-bie su valor de verdad. Supongamos que en un lenguaje extensional trminos comosoltero y hombre no casado sean intercambiables salva veritate, lo que hara deTodos y slo los solteros son hombres no casados un enunciado analtico. Estopodra suceder porque ambos trminos sean extensionalmente equivalentes, y esaequivalencia se podra producir por circunstancias fcticas accidentales. De la mis-ma forma los trminos criatura con corazn y criatura con riones son igualesen extensin, se predican de las mismas cosas, pero tienen significados distintos porlo que Toda criatura con corazn es una criatura con riones no es un enunciadoanaltico. Lo nico que hara analticos a estos enunciados sera aadirles un adver-bio intensional como necesariamente, que fijara como necesaria la equivalenciaentre solteros y hombres no casados; pero el uso de expresiones de ese tipo ya presu-pone la nocin de analiticidad que es la que se quiere estudiar. Decir que Necesa-riamente todos y slo los solteros son hombres no casados es afirmar, sin mayoraclaracin, la necesidad del enunciado, su analiticidad. No resuelve el tema.

    En tercer lugar, segn Quine, a veces se ha considerado que la distincinentre enunciados analticos y sintticos se aclara en los lenguajes artificiales median-te reglas semnticas precisas. El recurso a las reglas semnticas se encuentra amplia-mente en la obra de Carnap. Las reglas semnticas de un lenguaje artificial nosdicen que ciertos enunciados son los enunciados analticos de ese lenguaje. Esto nospermite determinar claramente qu expresiones son analticas para ese lenguaje,pero nos deja sin comprender qu es ser analtico para ese lenguaje.

    El origen de la analiticidad se sita en la idea de que la verdad de un enun-ciado depende del lenguaje y del hecho extralingstico. Por ejemplo, Quine nacien Ohio sera falso tanto si Quine hubiera nacido en otro sitio que no fuera Ohiocomo si nacer significara ensear. A partir de aqu se supone que en algunosenunciados, los analticos, la componente fctica se anula y su verdad depende ex-clusivamente del lenguaje. Pero, como hemos visto, no es posible explicar qu es laanaliticidad, por lo que Quine considera que es un dogma del empirismo.

    Cmo afecta la crtica de Quine a la analiticidad a la concepcin de lafilosofa como conocimiento privilegiado, no sujeto a revisin? El empirismo lgicoconceba a la filosofa como anlisis lgico del lenguaje cientfico. Las herramientasdel filsofo en esa tarea de anlisis del lenguaje de la ciencia eran los enunciados dela lgica y la matemtica, enunciados que, en tanto analticos, no podan ser revisa-dos. De esta forma se mantena una clara distincin entre enunciados sintticos,

    22 Ibdem, p. 56.

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    contingentes, dependientes de los hechos, que son los propios de la ciencia natural,y enunciados analticos, propios de la matemtica, de la lgica y la filosofa. Desdeesta posicin privilegiada la filosofa poda analizar normativamente las teoras cien-tficas, sin ser ella misma objeto de anlisis normativo.

    A partir de su anlisis de la nocin de analiticidad, Quine concluye que staes un obstculo para la epistemologa, ya que engendra una nocin acrtica designificado o de sinonimia que puede conducir a un falso sentido de comprensin[...]23. La consecuencia de rechazar la analiticidad es que se insiste en que los con-ceptos semnticos se han de estudiar atendiendo a criterios empricos. Por ello, todoenunciado tiene contenido emprico, depende en parte de los hechos del mundo, enla medida en que, junto con otros enunciados, implique categricos observaciona-les. Si todo enunciado tiene contenido emprico, los enunciados analticos delempirismo lgico no se salvan de revisin y la filosofa pierde su lugar de privilegio.

    Carnap, piensa Quine, necesitaba defender la analiticidad para darle algnsignificado a las verdades matemticas a la vez que las considera necesarias. Pero eseproblema se resuelve fcilmente en el holismo moderado de Quine. Por un lado, lamatemtica comparte contenido emprico con la ciencia natural en la medida enque se aplica a ella. Los enunciados matemticos contribuyen, junto con otros enun-ciados, a la implicacin de categricos observacionales y, por tanto, participan delcontenido emprico de estos. Por otro lado, la necesariedad de la verdad matemticatiene que ver, como ya trat antes, con el nmero de consecuencias que traera parala ciencia revocar un enunciado puramente matemtico. Siguiendo la mxima demutilacin mnima, estos enunciados seran los ltimos en revisarse.

    En conclusin, con la crtica a la analiticidad la filosofa deja de entenderseal margen de la ciencia, y se naturaliza.

    IV. LMITES Y LIBERACIONES. ALGUNAS CONCLUSIONES

    Afirma Quine que la naturalizacin es al mismo tiempo una limitacin yuna liberacin. Ya hemos visto la limitacin: no es posible alcanzar una fundamen-tacin de la ciencia natural que sea ms firme que la misma ciencia. La liberacinsera el acceso sin obstculos a los recursos de la ciencia natural sin el miedo a lacircularidad24. Ya que la epistemologa tradicional no ha logrado sus objetivos deestablecer la referencia, los criterios de certeza y un lugar para s misma, al margendel conocimiento emprico y su contingencia y revisabilidad, creo que mirar haciaese conocimiento no har dao al epistemlogo.

    Para lograr ese cambio de perspectiva primero tenemos que aceptar queestamos en el barco de Neurath, y perder el miedo a la circularidad. Una de laslimitaciones ms difciles de aceptar es que, como epistemlogos, no estamos en

    23 W.V. Quine, Acerca del conocimiento cientfico y otros dogmas, op. cit., p. 108.24 Ibdem, p. 135.

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    una posicin privilegiada. En cuanto nos descuidamos, salimos del barco, busca-mos un lugar a salvo y planeamos cmo arreglar la va de agua que amenazaba conhundirnos. Un ejemplo de eso es lo que hace Stroud cuando afirma que el hechode que las dudas escpticas sean dudas cientficas no sita al epistemlogo queplantea tales dudas en una posicin ms firme para usar libremente el conocimientocientfico sobre el mundo en su intento de responder esas dudas y explicar cmo esposible el conocimiento25. Depende de qu se entienda por explicar cmo es po-sible el conocimiento responde Bradie. Parece que Stroud se sita del lado de aque-llos que insisten en que adems de proporcionar explicaciones causales de los proce-sos causales del universo, tenemos que proporcionar una explicacin causal deluniverso como tal26. Stroud intenta refutar el naturalismo bajando al epistemlogodel barco, capacitndolo para explicar el Conocimiento, adems de los procesosconcretos de conocimiento.

    El naturalismo quineano entiende que no es posible explicar el Conoci-miento (con mayscula), no hay posicin privilegiada. Reconocer esta limitacinnos permite prestar atencin al conocimiento cientfico y su capacidad de control,explicacin y prediccin del entorno. Este es nuestro mejor medio para conocer. Elnaturalismo de Quine no es sino vivir por los propios medios27.

    25 B. Stroud, The significance of philosophical scepticism, 1984, Clarendon Press, Oxford,p. 229.

    26 M. Bradie, Normalizing Naturalized Epistemology, Publicacin electrnica. The PaideiaProject On-Line: Proceedings of the Twentieth World Congress of Philosophy. http://www.bu.edu/wcp.

    27 El naturalismo, o el vivir por los propios medios es el ttulo de un artculo de Quinepublicado en Acerca del conocimiento cientfico y otro dogmas, op. cit., pp. 127-142.

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