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158 María Teresa Herner | Huellas nº 13 (2009), ISSN 0329-0573 Territorio, desterritorialización y reterritorialización: un abordaje teórico desde la perspectiva de Deleuze y Guattari María Teresa Herner Instituto de Geografía-Facultad de Ciencias Humanas UNLPam @ [ [email protected] ]. Resumen El postestructuralismo es un término que hace referencia a una fase del pensamiento filosófico que emerge de mediados a finales de 1960 que revisa algunos puntos claves del estructuralismo: teoría del signo, formalismo, metafísica de la presencia. Se trata de llevar más allá de sus límites la reflexión estructuralista intro- duciendo lo discontinuo, la diferencia, la diseminación. De esta manera la filosofía de Deleuze y Guattari es denominada por los propios autores como una “teoría de las multiplicidades”, situándose entre los autores ligados a las llamadas filosofías de la diferencia, que tanto marcan a la llamada posmodernidad. En este marco es necesario destacar la fuerte vinculación de la obra de Deleuze y Guattari y la Geografía, principalmente a través del concepto de desterritorialización. Se debe pensar la territorialización, la desterritoriali- zación y la reterritorialización como procesos concomitantes, fundamenta- les para comprender las prácticas humanas. El propósito de este trabajo es analizar y articular los conceptos básicos del pensamiento deleuze-guattariano que permitan enriquecer el pensamiento geográfico a través del desarrollo de la concepción de desterritorialización- reterritorialización, en el marco del proyecto de investigación El desarrollo local en la gestión del territorio. La sinergia entre lo agropecuario y el caldenal. Departamento Loventué. La Pampa, Argentina. Palabras clave: postestructuralismo, territorio, desterritorialización, rete- rritorialización, geografía. Artículo 4

Deleuze y Guattari - Territorio, desterritorialización y reterritotialización

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  • 158 Mara Teresa Herner | Huellas n 13 (2009), ISSN 0329-0573

    Territorio, desterritorializacin y reterritorializacin: un abordaje terico desde la perspectiva de Deleuze y Guattari

    Mara Teresa Herner

    Instituto de Geografa-Facultad de Ciencias HumanasUNLPam

    @ [ [email protected] ].

    Resumen El postestructuralismo es un trmino que hace referencia a una fase del pensamiento filosfico que emerge de mediados a finales de 1960 que revisa algunos puntos claves del estructuralismo: teora del signo, formalismo, metafsica de la presencia.Se trata de llevar ms all de sus lmites la reflexin estructuralista intro-duciendo lo discontinuo, la diferencia, la diseminacin. De esta manera la filosofa de Deleuze y Guattari es denominada por los propios autores como una teora de las multiplicidades, situndose entre los autores ligados a las llamadas filosofas de la diferencia, que tanto marcan a la llamada posmodernidad. En este marco es necesario destacar la fuerte vinculacin de la obra de Deleuze y Guattari y la Geografa, principalmente a travs del concepto de desterritorializacin. Se debe pensar la territorializacin, la desterritoriali-zacin y la reterritorializacin como procesos concomitantes, fundamenta-les para comprender las prcticas humanas. El propsito de este trabajo es analizar y articular los conceptos bsicos del pensamiento deleuze-guattariano que permitan enriquecer el pensamiento geogrfico a travs del desarrollo de la concepcin de desterritorializacin-reterritorializacin, en el marco del proyecto de investigacin El desarrollo local en la gestin del territorio. La sinergia entre lo agropecuario y el caldenal. Departamento Loventu. La Pampa, Argentina.

    Palabras clave: postestructuralismo, territorio, desterritorializacin, rete-rritorializacin, geografa.

    Artculo

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    Territrio, desterritorializao e reterritorializao: uma abordagem terica a partir da perspectiva de Deleuze e Guattari

    Resumo O ps-estruturalismo um termo que faz referncia a uma fase do pensa-mento filosfico que emerge de meados a fins de 1960 e que revisa alguns pontos chave do estruturalismo: teoria do signo, formalismo, metafsica da presena.Trata-se de levar mais alm de seus limites a reflexo estruturalista intro-duzindo o descontinuo, a diferena, a disseminao. Desta maneira a filo-sofia de Deleuze e Guattari denominada pelos prprios autores como uma teoria das multiplicidades, situando-se entre os autores ligados s chama-das filosofias da diferena, que tanto marcam a chamada ps-modernidade. Nesse contexto necessrio destacar a forte vinculao da obra de Deleuze e Guattari e a Geografia, principalmente atravs do conceito de desterri-torializao. Deve-se pensar a territorializao, a desterritorializao e a reterritorializao como processos concomitantes, fundamentais para com-preender as prticas humanas. O propsito do presente trabalho analisar e articular os conceitos bsicos do pensamento deleuze-guattariano que permitam enriquecer o pensamento geogrfico atravs do desenvolvimento da concepo de desterritorializao-reterritorializao, no marco do projeto de investigao O desenvolvimento local na gesto do territrio. A sinergia entre o agropecurio e o caldenal. Departamento Loventu. La Pampa, Argentina.

    Palavras-chave: ps-estruturalismo, territrio, desterritorializao, reterri-torializao, geografia.

    Territory, deterritorialization and reterriroriali

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    territorio. La sinergia entre lo agropecuario y el caldenal. Departamento Loventu. La Pampa, Argentina.

    Key words: poststructuralism, territory, deterritorialization, reterritoriali-zation, geography.

    Introduccin

    El postestructuralismo es un trmino que hace referencia a una fase del pensamiento filosfico que emerge de mediados a finales de 1960, prin-cipalmente en Francia, que revisa algunos puntos claves del estructuralismo: teora del signo, formalismo, metafsica de la presencia, etc.

    Frente al sistematismo de la estructura, que niega la individualidad y el acontecimiento, el postestructuralismo afirmar lo fortuito, lo aleatorio, la diferencia y trata de superar la tendencia de contemplar la realidad como la unin de dos opuestos. Esta preocupado en reafirmar la importancia de la Historia y en desarrollar al mismo tiempo un nuevo entendimiento terico del tema. El sujeto es considerado como un producto, un punto focal de fuerzas, ms que un agente creativo.

    La historia postestructuralista analiza las estructuras institucionales, sociales y polticas en trminos de las relaciones entre significado y poder, y su teora pone en cuestin la verdadera naturaleza de las relaciones entre la realidad, el lenguaje, la historia y el sujeto.

    Se trata de llevar ms all de sus lmites la reflexin estructuralista intro-duciendo lo discontinuo, la diferencia, la diseminacin. De esta manera la filosofa de Deleuze y Guattari es denominada por los propios autores como una teora de las multiplicidades, situndose entre los autores ligados a las llamadas filosofas de la diferencia, que tanto marcan a la llamada posmodernidad.

    Estas miradas han superado el discurso filosfico y lo han ubicado en una encrucijada en la que confluyen diferentes prcticas disciplinarias, tales como la lingstica, la antropologa, la teora literaria, la historia, la sociolo-ga, la geografa, entre otras, favoreciendo a la emergencia de los estudios culturales.

    En este marco es necesario destacar la fuerte vinculacin de la obra de Deleuze y Guattari y la Geografa, principalmente a travs del concepto de

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    desterritorializacin. Se debe pensar la territorializacin, la desterritorializa-cin y la reterritorializacin como procesos concomitantes, fundamentales para comprender las prcticas humanas.

    El propsito de este trabajo es analizar y articular los conceptos bsicos del pensamiento deleuze-guattariano que permitan enriquecer el pensamiento geogrfico a travs del desarrollo de la concepcin de desterritorializacin-reterritorializacin.

    Rizoma, multiplicidades, lneas de fuga y agenciamiento

    Las multiplicidades conforman la propia realidad de Deleuze y Guattari, lo que implica superar las dicotomas entre consciente e inconsciente, his-toria y naturaleza, cuerpo y alma. Aunque los autores reconozcan que sub-jetividades, totalizaciones y unificaciones son procesos que se producen y aparecen en las multiplicidades estas no suponen ninguna unidad, no entran en ninguna totalidad y tampoco remiten a un sujeto (Deleuze y Guattari, 1995a: 8; en Haesbaert, 2004).

    Ellos construyen su pensamiento a travs de la pluralidad del modelo de rizoma, en contraposicin a la jerarqua del pensamiento arborescente.

    En Mil Mesetas quedan claramente establecidos los caracteres de un rizoma:

    conecta cualquier punto con otro punto cualquiera, cada uno de sus rasgos no remite necesariamente a rasgos de la misma naturaleza; el rizoma pone en juego regmenes de signos muy distintos e incluso estados de no-sig-nos. El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo Mltiple. No est hecho de unidades, sino de dimensiones, o ms bien de direcciones cambiantes. No tiene ni principio ni fin, siempre tiene un medio por el que crece y des-borda. Contrariamente a una estructura, que se define por un conjunto de puntos y posiciones, de relaciones binarias entre estos puntos y de relaciones biunvocas entre esas posiciones, el rizoma slo est hecho de lneas: lneas de segmentaridad, de estratificacin, como dimensiones, pero tambin lneas de fuga o de desterritorializacin como dimensin mxima segn la cual, siguindola, la multiplicidad se metarmorfosea al cambiar de naturaleza. El rizoma no es objeto de reproduccin: ni reproduccin externa como el rbol-imagen, ni reproduccin interna como la estructura-rbol. El rizoma es una antigenealoga, una memoria corta o antimemoria. El rizoma procede

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    por variacin, expansin, conquista, captura, inyeccin. Contrariamente al grafismo, al dibujo o a la fotografa, contrariamente a los calcos, el rizoma est relacionado con un mapa que debe ser producido, construido, siempre desmontable, conectable, alterable, modificable, con mltiples entradas y salidas, con sus lneas de fuga (Deleuze y Guattari, 1997: 25).

    El pensamiento arborescente es aquel que opera por jerarquizacin y por la centralidad, estructuras y relaciones binarias y biunvocas o sea, que el rbol siempre tiene algo de genealgico, como los autores ejemplifican:

    Cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo. Eso no sucede en el rbol ni en la raz, que siempre fijan un punto, un orden. El rbol lingstico, a la manera de Chomsky, sigue comenzando, en un punto S y procediendo por dicotoma. En un rizoma, por el contrario, cada rasgo no remite necesariamente a un rasgo lingstico: eslabones semi-ticos de cualquier naturaleza se conectan en l con formas de codificacin muy diversas, eslabones biolgicos, polticos, econmicos, etc, poniendo en juego no slo regmenes de signos distintos, sino tambin estatutos de estados de cosas (Deleuze y Guattari, 1997: 13).

    Adems afirman que la lgica binaria y las relaciones biunvocas siguen dominando al psicoanlisis, la lingstica y el estructuralismo, y hasta la informtica (Deleuze y Guattari, 1997: 11). Instituciones y aparatos de poder como el Estado, la escuela y la fbrica tambin se organizan de forma arborescente.

    Deleuze y Guattari cuestionan al rbol, sin embargo, afirman que existe una relacin entre los dos, que uno traspasa al otro, modificando mutuamente su naturaleza:

    Lo fundamental es que el rbol-raz y el rizoma-canal no se oponen como dos modelos: Uno acta como modelo y como calco trascendente, incluso engendra sus propias fugas, el otro acta como proceso inmanente que des-truye el modelo y esboza un mapa, incluso si constituye sus propias jerar-quas, incluso si suscita un canal desptico (Deleuze y Guattari, 1997: 25).

    En otras palabras, el par rizoma-rbol se relaciona uno fuertemente con el otro; si bien un trmino no intenta eliminar al otro, existe entre ellos una relacin de tensin y complementariedad. Este planteo es fundamental en la obra de los autores, las segmentaridades rgida y flexible, o molar y molecular: Toda sociedad, sino tambin cualquier individuo, es atrave-sado por dos segmentaridades al mismo tiempo: una molar y otra molecu-lar Siempre una presupone la otra. En resumen, todo es poltico, adems

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    toda poltica es al mismo tiempo macropoltca y micropoltica (Deleuze y Guattari, 1996: 90; en Haesbaert, 2004 ).

    De acuerdo con Deleuze tanto los individuos como los grupos estn constituidos por lneas de diversa naturaleza. Distinguen tres lneas que nos atraviesan y componen:

    Lneas de segmentaridad rgida o molar: son segmentos bien definidos en diversas direcciones ligados a la familia, la profesin, el trabajo, las vacaciones, la escuela, la fbrica, el ejrcito. Estas lneas van a depender de mquinas binarias muy diversas no slo dualistas sino tambin dicot-micas. Pueden funcionar diacrnicamente, por lo tanto, hay un dualismo desplazado donde ya no tiene que ver con elementos simultneos a ele-gir, sino a elecciones sucesivas. Estos segmentos estn caracterizados por: dispositivos de poder muy diversos entre si y se caracterizan por fijar cada uno el cdigo y el territorio de segmento que corresponde; la mquina abstracta que los sobrecodifica y regula estas relaciones; y el aparato de Estado que efecta dicha mquina. Por ello implica un tipo de plano, en este caso el de organizacin.

    Lneas de segmentaridad flexible o molecular: son flujos moleculares, nuevas composiciones, que no coinciden exactamente con el segmento, proceden por umbrales y van a constituir devenires. Lo molecular, a diferencia de lo molar, hace referencia a las intensidades, al plano de inmanencia, donde ya no hay ms que relaciones de velocidad o lentitud. Por su parte, las mquinas abstractas tampoco van a ser las mismas, son mutantes y no sobrecodificantes.

    Lneas de fuga o de desterritorializacin: no es segmentaria y es abs-tracta. No es que preexistan sino que se trazan, se componen y no se sabe de antemano lo que va a funcionar como lnea de fuga, ni que va a venir a interceptarla. En la ruptura no slo la materia del pasado se ha volatilizado, uno ha devenido imperceptible y una sociedad se define precisamente por esta lnea de fuga, es un tiempo no pulsado, es pura intencionalidad, donde hay desterritorializacin absoluta. En una socie-dad todo huye y la sociedad se define por estas lneas de fuga que afectan a asas de cualquier naturaleza.

    La creacin se produce sobre estas lneas, por lo que no deben ser pen-sadas como meras fantasas, sino al contrario porque se traza sobre ella algo

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    real y construye un plano de consistencia, algo devino otra cosa, y nada ser igual. Son consideradas primordiales, por el poder transformacin que cargan.

    La obra de los autores est marcada por un movimiento de relaciones mltiples, coexistentes y, de cierta forma, complementarias. No hay un pensamiento binario, de simple oposicin entre los trminos, entre molar y molecular, rizoma y rbol. Los autores procuran pensar y crear un rizoma, buscando los encuentros, los acontecimientos y los agenciamientos.

    Por agenciamiento, Guattari y Rolnik se refieren a una nocin ms amplia que la de estructura, sistema, forma, etc. Un agenciamiento incluye componentes heterogneos, tanto de orden biolgico como social, maqu-nico, gnoseolgico, imaginario (1986: 317). Al contrario de las estructuras, que estn siempre ligadas a condiciones de homogeneidades, los agencia-mientos son co-funcionales, una simbiosis (Deleuze y Parnet, 1987: 52). El agenciamiento es una multiplicidad que incluye tanto lneas molares como moleculares; esta es la verdadera unidad mnima que ellos proponen en lugar de la palabra, del concepto o del significante (Deleuze y Parnet, 1987: 51; en Haesbaert, 2004).

    Deleuze plantear en sus escritos que la unidad real mnima no es la palabra, ni la idea o el concepto, ni tampoco el significante. La unidad real mnima es el agenciamiento. Profesor Humberto Sabatini (2001) plantear en sus clases: Todo agenciamiento es colectivo y pone en juego poblacio-nes, multiplicidades, afectos, intensidades, territorios. Siempre hablamos, accionamos y pensamos desde un agenciamiento, es la lnea imperceptible que atraviesa las ideas, los cuerpos, los elementos en juego, es el entremedio, que sostiene todas las relaciones.

    Pensar estos agenciamientos es, sin duda, pensar en una Geografa, una Geografa de las multiplicidades como condicin para el propio movi-miento, la propia Historia (o el devenir), pues el agenciamiento es, ante todo, territorial. No hay Historia ni devenir posible sin esos encuentros, sin esos agenciamientos.

    Para comprender la desterritorializacin y la reterritorializacin, es pre-ciso primero articular los conceptos que permiten pensar estos procesos. En este caso es fundamental para discutir las cuestiones propuestas reflexionar entorno a la nocin de territorio.

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    El territorio y sus componentes

    Desde una perspectiva crtica de la Geografa, se considera al territo-rio como una construccin social resultado del ejercicio de relaciones de poder.

    Al respecto, David Harvey seala que las relaciones de poder estn siempre implicadas en prcticas espaciales y temporales (Harvey, 1998: 250). Estas relaciones de poder son tanto materiales como simblicas, ya que son el resultado de la produccin de un espacio que se construye dife-rencialmente segn vivencias, percepciones y concepciones particulares de los individuos y de los grupos y clases sociales que lo conforman.

    Haesbaert realiza una sntesis de esta dualidad: El territorio envuelve siempre, al mismo tiempo, una dimensin simblica, cultural, a travs de una identidad territorial atribuida por los grupos sociales, como forma de control simblico sobre el espacio donde viven (siendo tambin por tanto una forma de apropiacin), y una dimensin ms concreta, de carcter pol-tico disciplinar: una apropiacin y ordenacin del espacio como forma de dominio y disciplinamiento de los individuos (Haesbaert, 2004: 93-94).

    El poder desde el abordaje de Foucault es productivo y no slo represivo, constitutivo de toda relacin social, organizado en torno a dispositivos como una mquina panptica.

    Segn Foucault, para analizar el poder, debemos dejar de pensar que existe un poder absoluto, sino, diversas relaciones de poder en donde el hombre es actor principal. No se queda en la distincin de quienes lo tienen y de los que no lo tienen porque el poder no es una propiedad, no es algo de la exclusividad de una persona o de un grupo determinado, no es ni una entidad, ni una institucin fija.

    Foucault enfoca el poder, no como una sustancia o un proceso o una fuerza: No existe algo llamado Poder, con mayscula o con minscula o un poder que existiera globalmente, masivamente o en estado difuso, en forma concentrada o distribuida El poder slo existe cuando se lo traduce en accin Es un conjunto de acciones sobre posibles acciones (Dreyfus, 1990: 71).

    En Deleuze y Guattari se trata del deseo, tambin agenciado por mqui-nas y teniendo un sentido productivo y constructivo. En esta concepcin

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    el deseo, ms que el poder en la visin foucaultiana, crea territorios, ya que este comprende una serie de agenciamientos.

    Como afirma Guattari en el libro Micropoltica: Cartografas del Deseo: La nocin de territorio aqu es entendida en sentido muy amplio, que tras-pasa el uso que hacen de l la etologa y la etnologa. Los seres existentes se organizan segn territorios que ellos delimitan y articulan con otros existentes y con flujos csmicos. El territorio puede ser relativo tanto a un espacio vivido como a un sistema percibido dentro del cual un sujeto se siente una cosa. El territorio es sinnimo de apropiacin, de subjetivacin fichada sobre si misma. El es un conjunto de representaciones las cuales van a desembocar, pragmticamente, en una serie de comportamientos, inversiones, en tiempos y espacios sociales, culturales, estticos, cognitivos (Guattari y Rolnik, 1986: 323; en Haesbaert, 2004).

    La territorialidad es una caracterstica central de los agenciamientos. En Mil Mesetas Deleuze y Guattari afirman: Todo agenciamiento es en primer lugar territorial. La primera regla concreta de los agenciamientos es des-cubrir la territorialidad que engloban, pues siempre hay una. El territorio crea el agenciamiento. El territorio excede a la vez el organismo y el medio, y la relacin entre ambos; por eso el agenciamiento va ms all tambin del simple comportamiento (Deleuze y Guattari, 1997: 513).

    Una construccin del territorio conduce a un movimiento que gobierna los agenciamientos y sus dos componentes: los agenciamientos colectivos de enunciacin y el agenciamiento maqunico de los cuerpos (o de deseo).

    Los agenciamientos maqunicos de los cuerpos son las mquinas socia-les, las relaciones entre los cuerpos, cuerpos animales, cuerpos csmicos. Estos agenciamientos conducen a un estado de mezcla entre los cuerpos en una sociedad.

    Los agenciamientos colectivos de enunciacin remiten a los enuncia-dos, a un rgimen de signos, a una mquina de expresin cuyas variables determinan el uso de los elementos de la lengua. Su produccin solo puede efectiva en el propio socius, ya que hacen referencia a un rgimen de signos compartidos, un lenguaje, a un estado de palabras y smbolos.

    Contenido y expresin no son de la misma naturaleza, uno corresponde a lo gestual y el otro a la palabra, pero no quiere decir por esto que no haya una reciprocidad en el funcionamiento de ambos, y la palabra, que es lo que tiene que ver con la expresin, lo que expresa justamente son esas trasfor-

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    maciones incorporales o propiedades de los mismos cuerpos. No hay una intencin de reducir uno al otro, o una relacin dicotmica entre regmenes de signos y regmenes de estados de las cosas.

    Los autores consideran que hay una relacin entre los dos agenciamien-tos, en el que uno interviene en el otro. No se establece una jerarquizacin dnde la idea es lo primero y el cuerpo es lo segundo, donde se plantee la relacin causa-efecto. Sino que es reciproco, porque tambin las formaciones de cuerpo produce modificaciones en la idea. Esto ocurre, segn Sabatini, porque los agenciamientos colectivos de enunciacin fijan atributos a los cuerpos de forma que los recorta, los resalta. Dentro de este movimiento mutuo de agenciamientos, un territorio se constituye.

    El concepto de territorio de los autores gana amplitud porque se trata de un pensamiento y un deseo (deseo entendido como una fuerza maqunica, productiva). Todo agenciamiento es territorial y doblemente articulado en torno de un contenido y una expresin.

    Un territorio puede componer un agenciamiento y ser al mismo tiempo compuesto por agenciamientos maqunicos de los cuerpos y agenciamientos colectivos de enunciacin, trayendo consigo un proceso, una dinmica de desterritorializacin.

    Este punto es fundamental en la obra de Deleuze y Guattari, en la medida que los territorios comportan siempre dentro de s vectores de desterrito-rializacin o de reterritorializacin. Mucho ms que una cosa u objeto, un territorio es un acto, una accin, una relacin, un movimiento concomitante de territorializacin y desterritorializacin, un ritmo, un movimiento que se repite y sobre el cual se ejerce un control.

    Nos encontramos aqu con la tercer cara de los agenciamientos, la mquina abstracta, una cara ms profunda, que no corresponde a la terri-torialidad de la expresin y del contenido, sino que est formada por lneas de desterritorializacin que atraviesan al agenciamiento.

    La Mquina abstracta constituye el punto mximo de desterritorializa-cin del agenciamiento. Al respecto, la Licenciada Adriana zambrini (2001) plantea que Sea cual fuere el agenciamiento, siempre posee una, que marca su poder de desterritorializacin, es un umbral mximo. No distingue por s misma el plano de expresin o el plano de contenido, ya que ella traza un plan de consistencia o inmanencia, est desterritorializada por s misma, no tiene forma ni sustancia. No es fsica o corporal ni semitica, es diagram-

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    tica, esto significa que no acta por sustancia sino por materia; y no opera por forma sino por funcin.

    De la creacin a la destruccin del territorio: Desterritorializacin y reterritorializacin

    Guattari y Rolnik plantean que El territorio se puede desterritorializar, esto es, abrirse, en lneas de fuga y as salir de su curso y se destruye. La especie humana est sumergida en un inmenso movimiento de desterri-torializacin, en el sentido de que sus territorios originales se rompen ininterrumpidamente con la divisin social del trabajo, con la accin de los dioses universales que ultrapasan las tablas de la tribu y la etnia, con los sistemas maqunicos que llevan a atravesar, cada vez ms rpidamente, las estratificaciones materiales y mentales (Guattari y Rolnik, 1996: 323).

    La desterritorializacin puede ser considerada un movimiento por el cual se abandona el territorio, una operacin de lneas de fuga, y por ello es una reterritorializacin y un movimiento de construccin del territorio.

    Deleuze y Guattari plantean que en un primer movimiento, los agen-ciamientos se desterritorializan y, en un segundo, ellos se reterritorializan como nuevos agenciamientos maqunicos de los cuerpos y colectivos de enunciacin.

    Los autores plantean una serie de caractersticas respecto a la desterrito-rializacin. En primer lugar, el movimiento concomitante e indisociable entre desterritorializacin y reterritorializacin se expresa en lo que ellos llaman la proposicin maqunica: Jams se desterritorializa por s slo, por lo miso se necesitan dos trminos. En cada uno de los trminos se reterritorializa uno en otro. De tal manera que no se debe confundir la reterritorializacin con el retorno a una territorialidad primitiva, o ms antigua: ella implica necesariamente un conjunto de artificios por los cuales un elemento, el miso desterritorializado, sirve de territorialidad nueva a otro que pierde la suya. De all todo un sistema de reterritorializaciones horizontales y complementarias (Guattari y Rolnik, 1996: 41).

    Una segunda caracterstica cuestiona la relacin entre desterritorializacin y velocidad: De los elementos en los movimientos de desterritorializacin, uno ms rpido no es forzosamente ms intenso o ms desterritorializado.

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    La intensidad de la desterritorializacin no debe ser confundida con la velocidad del movimiento o de desenvolvimiento. De manera que el ms rpido conecta su intensidad con la intensidad del ms lento, lo cual, en cuanto a intensidad, no lo sucede, pero trabaja simultneamente un estrato sobre otro o un plano sobre otro (Guattari y Rolnik, 1996: 41).

    Finalmente, Deleuze y Guattari relacionarn las intensidades dentro de un proceso de desterritorializacin y proponen una distincin entre los dos tipos de desterritorializacin: una relativa y una absoluta: Se puede con-cluir que uno menos desterritorializado se reterritorializa sobre uno ms desterritorializado. Surge aqu un segundo sistema de reterritorializacin, vertical, de abajo hacia arriba La regla general, la desterritorializacin relativa (transcodificacin) se reterritorializa sobre una desterritorializacin absoluta (Guattari y Rolnik, 1996: 41).

    La desterritorializacin relativa hace referencia al abandono de territorios creados en las sociedades y su concomitante reterritorializacin, mientras que la desterritorializacin absoluta se remite a su propio pensamiento, la virtualidad del devenir y lo imprevisible.

    Se trata de atributos utilizados para diferenciar la naturaleza de este tipo de desterritorializacin, lo cual no implica una superioridad o una dependen-cia de la desterritorializacin relativa en relacin a la absoluta, al contrario los dos movimientos pasan uno a otro. Pensar y desterritorializar quiere decir que el pensamiento slo es posible en la creacin, y para que se cree algo nuevo es fundamental romper el territorio existente, creando otro.

    De esta forma, de la misma manera que los agenciamientos funciona-ban como elementos constitutivos del territorio, ellos tambin van a operar en la desterritorializacin, nuevos agenciamientos son necesarios, nuevos encuentros, nuevas funciones. La desterritorializacin del pensamiento es siempre acompaada por una reterritorializacin: La desterritorializacin absoluta no existe sin reterritorializacin.

    Consideraciones finales

    Un concepto de esencial importancia en Geografa es el de desterrito-rializacin, al que se define como desenraizamiento que se desdobla en el plano de la produccin (la fbrica global), de la tecnologa (medios de

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    comunicacin) y de la cultura (imaginarios colectivos transnacionales) (Ortiz, 2002: 108).

    Vista de este modo, la desterritorializacin habla de manifestaciones simultneas y transversales, y supera todo determinismo econmico: no se trata slo de los capitales que fugan y fluyen, ni de los recursos naturales privatizados, ni de la distribucin en diferentes lugares del globo de la cadena de produccin de las empresas transnacionales. La desterri-torializacin implica, adems, la desarticulacin del referente clave de las culturas: el territorio, espacio comn donde se materializan las prcticas, que marca las fronteras entre nosotros y los otros (los de adentro y los de afuera).

    Esto rompe con dos principios que han servido tradicionalmente para comprender las culturas: el de centralidad y el de oposicin entre interno/externo; ya que por un lado deslocaliza y dispersa el centro o foco cultural, y por el otro, hace permeables las fronteras que distinguen un adentro de un afuera (ortiz, 1994).

    Hablar de desterritorializacin nos remite necesariamente a la obra de dos filsofos Gilles Deleuze y Flix Guattari. Es a partir de ellos que nos acercamos al tro territorio-desterritorializacin-reterritorializacin, que tienen los movimientos mismos de los agenciamientos. Un agenciamiento es un territorio, que puede desterritorializarse y al mismo tiempo, reterritoriali-zarse. Pero tambin puede dar lugar a la generacin de otro agenciamiento reterritorializacin, desterritorializacin

    Esto es lo que define el movimiento de cualquier agenciamiento y nos acerca a un modo singular de insistencia en lo vital, apostando a que las conexiones sean cada vez mnimas en organizacin y mximas en intensidad.

    El nuevo territorio es siempre productivo, es por esta razn que el mundo es un territorio que debe ser siempre territorializado, ocupado, reconstruido, habitado; una tensin que slo puede satisfacer la intensidad de una accin creativa mltiple.

    La Geografa ha menospreciado las dinmicas des-re-territorializado-ras como centro de su anlisis. Deleuze y Guattari, en la radicalidad de su pensamiento, la riqueza de sus metforas-conceptos, por lo menos son una alternativa para esta mirada necesaria.

  • 171Huellas n 13 (2009), ISSN 0329-0573 | Territorio, desterritorializacin y reterritorializacin (pp. 158-171)

    Al lado de una Geografa preocupada por las limitaciones, las jerarqui-zaciones de territorios, lugares y regiones, es posible pensar en trminos de Deleuze y Guattari en una de Geografa de los espacios nmadas, de los espa-cios de la movilidad. Sin embargo, no se debe caer en el extremo de creer en el fin de los territorios o en la fascinacin por la movilidad, sino reconocer la riqueza que ofrece la multiplicidad de la des-re-territorializacin.

    Bibliografa

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