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ANTOLOGÍA DE ESTUDIOS DE ETNOLINGUÍSTICA Y SOCIOLINGUÍSTICA
Paul L. Garvin y Yolanda Lastra de Suárez
Lecturas Universitarias. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones
Antropológicas.
(1974).
HACIA ETNOGRAFÍAS DE LA COMUNICACIÓN
Dell Hymes
pp. 48-89
1- Importancia de la investigación lingüística desde una perspectiva de la
Etnografía de la comunicación.
Nuestra justificación, pues al adoptar un término novedoso para el presente grupo de
artículos, es que creemos que el trabajo actual es de mayor alcance que una simple iniciación
al estudio técnico de las muchas facetas del uso y papel de la lengua y códigos relacionados.
Detrás de la variedad y la flexibilidad hay cuestiones de enfoque y contexto adecuados al
todo, y para los antropólogos, sobre su contribución especial al todo. El término necesario
debe ser uno, no sólo para coordinar el estudio de la lengua con otros campos, o para sugerir
una porción de la escala de problemas, sino uno en el alcance general. Para los antropólogos y
para los investigadores de otras disciplinas antropológicamente orientadas, Etnografía de la
comunicación parece indicar mejor el alcance necesario, así como transmitir y fomentar la
contribución fundamental que ellos pueden aportar: estudios básicamente etnográficos y de
comunicación en cuanto a su alcance y a la complejidad sistemática de los cuales se ocupan.
En resumen, la Etnografía de la comunicación incluye dos características que debe tener un
enfoque adecuado de los dos problemas de la lengua en la que los antropólogos están
comprometidos:
a- Tal punto de vista no debe tomar por separado los resultados de la lingüística, la sicología,
la sociología, la etnología, tal como se presentan aisladamente, y buscar correlacionarlos.
Debe llamar la atención sobre la necesidad de obtener datos recientes y de investigar
directamente el uso de las lenguas en contextos no lingüísticos hasta discernir las pautas
propias de la actividad del hablar, pautas que escapan a estudios aislados de gramática,
de personalidad, de religión, etc. puesto que cada uno abstrae las pautas propias de la
actividad lingüística y las enfoca dentro de algún otro marco de referencia.
b- Tal enfoque no puede tomar la forma lingüística, un código dado o el habla misma como
marco de referencia. Debe tomar una comunidad como contexto, investigando sus hábitos
de comunicación como un todo, de tal manera que cualquier uso determinado del canal y
del código tome su lugar sólo como parte de los recursos que emplean los miembros de la
comunidad.
Es que no es la lingüística sino la etnografía- no la lengua, sino la comunicación- la que
debe proveer el marco de referencia dentro del cual se debe describir el lugar de la lengua
en la cultura y la sociedad. Los límites de la comunidad dentro de los cuales la
comunicación es posible están condicionados, seguramente, por las propiedades de los
códigos lingüísticos dentro del grupo, pero no están controlados por ellas. Los mismos
medios lingüísticos pueden estar ordenados hacia muy diferentes propósitos
comunicativos, los mismos propósitos comunicativos pueden servirse de la organización o
de medios muy variados. Las facetas de los valores y creencias culturales, las instituciones
y las formas sociales, los roles y personalidades, la historia y la ecología de una comunidad
deben ser examinados conjuntamente en relación con las pautas, los eventos
comunicativos como puntos centrales de estudio. Cuando esto se haya hecho se
encontrará que mucho de lo que se ha considerado en lingüística como variación y desvío
tiene de suyo una organización. Lo que parece variación y desvío desde el punto de vista
de un solo código lingüístico emerge como estructura y pauta desde el punto de vista de la
economía comunicativa del grupo en cuyos hábitos existe dicho código. La estructura y la
pauta que surgen obligan a una reconsideración, sobre todo, de la descripción de los
códigos lingüísticos mismos.
2- Los artículo integrados en el libro y las formas en las que ellos contribuyen y
convergen pueden agruparse en dos temas fundamentales:
a- Cada uno a su manera, considera la lengua no sólo como forma o como factor
correlativo abstracto de la comunidad sino como situada dentro de las pautas de
los hechos de comunicación y guardando una relación integral con ellos. Un modo
instructivo de considerar y de comparar el contenido del volumen es, en términos
del uso que cada contribución hace de la noción del comportamiento
comunicativo, especialmente el comportamiento lingüístico dentro de su situación.
b- Estudio de la forma y la función comunicativa en relación integral. Por una parte,
ha habido en lingüística una preocupación dominante por la autonomía de la forma
lingüística y por la autonomía de lingüística como su estudio. Esta preocupación ha
llevado a ciertos lingüistas a separar el estudio estructural de la lengua y el
significado en su sentido más amplio y el contexto social. Por otra parte, ha habido
en la antropología norteamericana una historia de la discusión acerca del
significado intelectual e integral de la lingüística para la antropología general. Para
las etnografías de la comunicación, el propósito no debe ser dividir el evento
comunicativo, separando la forma del mensaje del contexto de uso. El fin debe ser
tener a la vista la múltiple jerarquía de relaciones entre los mensajes y contextos.
Los estudios de contextos sociales y de las funciones de comunicación, si se
separan del estudio de los medios que les sirven, son poco útiles para este
propósito.
3- La etnografía de la comunicación está en deuda con las adquisiciones
metodológicas de los estudios de la forma lingüística por sí misma y con el ambiente de
opinión creado por las diversas discusiones acerca del significado antropológico de la
lingüística. Sin embargo, sus raíces son más profundas y penetrantes.
4- Métodos que pueden tenerse en cuenta:
Albert: enlace de la etnografía con las preocupaciones metodológicas en términos del
estudio de la etnofilosofía.
Frake: en términos de la formulación de “gramáticas” culturales
Fisher y Lavob: vinculación de la etnografía con el uso de relevamientos
Lavob: énfasis en las variables útiles y enfoque cualitativo
Dundes: el uso del informante nativo como colaborador
Frake y Hall: énfasis en la observación copartícipe y en la formulación inspirada
lingüísticamente
Ferguson: enfoque tipológico de definiciones unido a una preocupación por la
comparación de casos en gran escala.
Malkiel: uso del modelo hipotético
Ervin- Tripp: técnicas experimentales asociadas con la entrevista
Gumperz: observación por un copartícipe y entrevista
Bernstein: discusión de grupo
5-
6- Hay cuatro aspectos que bosquejar relacionados respectivamente con:
a)- Componentes de los hechos de comunicación
b)- Las relaciones entre los componentes
c)- La capacidad y el estado de los componentes
d)- La actividad del sistema así constituido
El tercer y cuarto aspecto encuentra lugar en la teoría de la comunicación (teoría de la
información) y la cibernética
Componentes de los hechos de comunicación
Análisis etnográfico de los hábitos de comunicación de una comunidad en su
totalidad, determinando lo que cuenta como hechos de comunicación y sus componentes y
concibiendo el comportamiento comunicativo como dependiente del cuadro demarcado por el
ambiente o alguna cuestión implícita. El hecho de la comunicación es entonces central, en
términos de la lengua propiamente dicha, la afirmación significa que el acto de habla desplaza
el código lingüístico como foco de atención.
Se necesita algún cuadro de referencia para considerar las diversas clases de
componentes presentes en el hecho de la comunicación. Lo que interesa es tener una guía útil
en términos de los aspectos relevantes que se puedan discernir.
Para lo que se debe “inventariar” y relatar en un hecho etnográfico puede servir la
versión de los factores identificados en la teoría de las comunicaciones y adaptada a la
lingüística en forma un tanto más detallada por Roman Jakobson. En breve, los factores son:
1,2. Las diferentes clases de participantes en los hechos de comunicación: transmisores y
receptores, locutores e interlocutores, intérpretes y portavoces y otros por el estilo;
3. los diversos canales disponibles y sus modos de uso, hablar, escribir, imprimir, tocar el
tambor, soplar, silbar, etc.
4. Los diversos códigos compartidos por diferentes participantes: lingüísticos, paralingüísticos,
quinemáticos, musicales y otros.
5. Las circunstancias en las que la comunicación se permite, manda, estimula o prohíbe.
6. Las formas de los mensajes y sus géneros, yendo verbalmente desde oraciones de un
morfema hasta las pautas y diacríticos de sonetos, sermones, gritos de vendedores y cualquier
otra rutina organizada o estilo.
7. Los tópicos y comentarios sobre los que un mensaje puede tratar.
8. Los eventos mismos, sus clases y caracteres como totalidades, deben ser identificados en una
forma etnográfica que sea adecuada.
El concepto de mensaje parecería suficiente como punto de partida para cualquier concepción
si se dan dos condiciones:
a- Que el concepto de mensaje implique la participación (real o supuesta) de: i. un código o
códigos en términos del cual un mensaje sea inteligible a los ii. Participantes, por lo
menos un hablante y un interlocutor (quien puede ser la misma persona), en iii. Un
evento constituido por su transmisión y caracterizado por iv. Un canal o canales, v. una
situación o contexto, vi. Una forma o modelo definido del mensaje y vii. Un tópico o
comentario.
b- Lo que puede pasar como ejemplo de los mensajes y como ejemplo de los componentes del
evento constituido por la transmisión del mensaje, debe estar determinado en el caso
dado según el punto de vista etnográfico arriba expuesto por Conklin.