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“Derecho Viejo” Página 1 “DERECHO VIEJO” a la evolución destino de hombre Año 7 Nº 78 Un periódico para leer Mayo 2008 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres Dios es la nada más pura, intocado por tiempo o espacio; cuanto más tratamos de alcanzarlo, más se nos escapa. Angelus Silesius Dios da sus dones donde encuentra un recipiente lo bastante vacío como para recibirlos. C. S. Lewis El hombre quiere ser libre, pero no responsable Nuestra vocación es ser Cristo (no solamente cristianos) El ser humano tiene energías fabulosas en reservas para cuando necesite ponerlas en marcha. Lo importante es descubrir lo que está ocurriendo en ti y a tu alrededor para saber lo que anda mal y sus causas. Lo que importa es estar despierto. Ir al templo no te va a cambiar, ni tampoco hacer novenas a los santos. Eres tú el que ha de cambiar. Recuerda que no sirve decir: “¡Señor, Señor!”, sino que hay que hacer la voluntad del Padre; y esta consiste en que seamos fieles a la verdad, porque sólo la verdad nos hará libres. Hace falta despertar. El miedo sólo se te quita buscando el origen del miedo. El que se porta bien por miedo es porque ha sido domesticado, pero el origen de sus problemas no ha cambiado: está dormido. * * * La felicidad no está en lo que yo poseo, sino en lo que soy. Textos de Anthony de Mello Nuestra vida se convierte en un enre- do, porque tomamos por realidad lo que no son más que programaciones. * * * Si no te agarras a ningún concepto, cosa o ideología, te será fácil descubrir ense- guida dónde está la verdad, y también la realidad, que es la voluntad de Dios escri- ta en la vida. Señor, enséñame el silencio del amor; el silencio de la humildad, el silencio del que habla sólo el corazón; el silencio de la fidelidad, el de la verdad y el del respeto. Enséñame, Señor, el silencio de mi propio corazón, para encontrar el tuyo. Enséñame a dialogar, pero primero enséñame a rezar, para que sólo escuche los gemidos del Santo Espíritu. Y así en lo profundo quiero dejar mis armas, calzar tus sandalias y caminar juntos: Vos Maestro y yo discípula en un surco de amor hasta el fin. Felicitas Carbó E NSÉÑAME Orar no es hablar a Dios, sino oír cómo Dios me habla. Orar no es suplicar a Dios, sino recibir lo que Él quiere darme. Orar no es ser escuchado por Dios, sino escuchar cómo Dios me habla. Orar no es pedir perdón a Dios, sino abrirme a lo que Él me propone. Orar no es ofrecerme a Dios, sino recibirlo a Él en la ofrenda que Él me hace de sí. Orar es morir y resucitar. Louis Evely La vida eterna es ahora, está aquí, y a ti te han confundido hablándote de un fu- turo que esperas mientras te pierdes la maravilla de la vida que es ahora. Jesucristo se sensibilizó a la vida y no a la religión. ¿Cómo puedes amar lo que no has vivido y ni siquiera has visto con ojos despiertos? Tu vocación es ser Cristo, no meramente cristiano. Ser sensible y abierto a las personas y a la vida. Ser libre, directo, inconsistente, imprevisible como Él lo es. La espiritualidad consiste en ser como somos, en transformarnos en lo que somos, en ver quiénes somos. Cuando descubrimos que nuestra esencia es úni- ca e inmutable, porque nuestro “yo” es lo que siempre ha sido por la gracia de Dios, alcanzamos nuestro “yo” espiritual. No es necesario que intentemos percibir las cosas. Tenemos en nuestro inte- rior una mina de diamantes, somos el Reino. Arrepentirse no quiere decir llorar por los pecados; arrepentirse significa mirar todo de una manera nueva, cam- biar de ideas, transformar el corazón. Cuando puedas limpiar el corazón de todos los apegos y de todas las aversio- nes, verás a Dios. En cuanto llegas a ver con claridad, tienes que lanzarte a volar, y volar es no tener nada a que asirte.

Derecho Viejo.78 Mayo 2008

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Page 1: Derecho Viejo.78 Mayo 2008

“Derecho Viejo” Página 1

“DERECHO VIEJO”a la evolución destino de hombre

Año 7 Nº 78 Un periódico para leer Mayo 2008

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Lejos del mundo. Cerca de los hombres

Dios es la nada más

pura, intocado por

tiempo o espacio;

cuanto más tratamos

de alcanzarlo,

más se nos escapa.Angelus Silesius

Dios da sus dones

donde encuentra

un recipiente lo

bastante vacío como

para recibirlos.

C. S. Lewis

El hombre quiere ser libre, pero no responsable

Nuestra vocación es ser Cristo(no solamente cristianos)

El ser humano tiene energías fabulosas en reservas paracuando necesite ponerlas en marcha. Lo importante esdescubrir lo que está ocurriendo en ti y a tu alrededor

para saber lo que anda mal y sus causas.Lo que importa es estar despierto.

Ir al templo no te va a cambiar, ni tampoco hacer novenasa los santos. Eres tú el que ha de cambiar.

Recuerda que no sirve decir: “¡Señor, Señor!”, sino quehay que hacer la voluntad del Padre; y esta consiste en

que seamos fieles a la verdad, porque sólo la verdad noshará libres. Hace falta despertar. El miedo sólo se te quitabuscando el origen del miedo. El que se porta bien pormiedo es porque ha sido domesticado, pero el origende sus problemas no ha cambiado: está dormido.

* * *La felicidad no está en lo que yo poseo,

sino en lo que soy.

Textos de Anthony de Mello

Nuestra vida se convierte en un enre-do, porque tomamos por realidad lo queno son más que programaciones.

* * *Si no te agarras a ningún concepto, cosa

o ideología, te será fácil descubrir ense-guida dónde está la verdad, y también larealidad, que es la voluntad de Dios escri-ta en la vida.

Señor, enséñameel silencio del amor;

el silencio de la humildad,el silencio del que habla

sólo el corazón;el silencio de la fidelidad,

el de la verdad y el del respeto.

Enséñame, Señor, el silenciode mi propio corazón,para encontrar el tuyo.Enséñame a dialogar,

pero primeroenséñame a rezar,

para que sóloescuche los gemidosdel Santo Espíritu.

Y así en lo profundoquiero dejar mis armas,

calzar tus sandaliasy caminar juntos:

Vos Maestro y yo discípulaen un surco de amor hasta el fin.

Felicitas Carbó

ENSÉÑAME

Orar no es hablar a Dios,sino oír cómo Dios me habla.

Orar no es suplicar a Dios,sino recibir lo que Él quiere darme.

Orar no es ser escuchado por Dios,sino escuchar cómo Dios me habla.

Orar no es pedir perdón a Dios,sino abrirme a lo queÉl me propone.

Orar no es ofrecerme a Dios,sino recibirlo a Él en la ofrendaque Él me hace de sí.

Orar es morir y resucitar.Louis Evely

La vida eterna es ahora, está aquí, y a tite han confundido hablándote de un fu-turo que esperas mientras te pierdes lamaravilla de la vida que es ahora.

Jesucristo se sensibilizó a la vida y no a la religión. ¿Cómo puedes amar lo queno has vivido y ni siquiera has visto con ojos despiertos? Tu vocación es serCristo, no meramente cristiano. Ser sensible y abierto a las personas y a la vida.Ser libre, directo, inconsistente, imprevisible como Él lo es.

La espiritualidad consiste en ser como somos, en transformarnos en lo quesomos, en ver quiénes somos. Cuando descubrimos que nuestra esencia es úni-ca e inmutable, porque nuestro “yo” es lo que siempre ha sido por la gracia deDios, alcanzamos nuestro “yo” espiritual.

No es necesario que intentemos percibir las cosas. Tenemos en nuestro inte-rior una mina de diamantes, somos el Reino.

Arrepentirse no quiere decir llorarpor los pecados; arrepentirse significamirar todo de una manera nueva, cam-biar de ideas, transformar el corazón.

Cuando puedas limpiar el corazón detodos los apegos y de todas las aversio-

nes, verás a Dios.

En cuanto llegas a ver con claridad,tienes que lanzarte a volar, y volar es

no tener nada a que asirte.

Page 2: Derecho Viejo.78 Mayo 2008

“Derecho Viejo”Página 2 Pensamiento

EDITORIAL

Escribe: Camilo Guerra

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CastelarCobla Electricidad - Av. Arias 3437 -Librería “La Recova” -Martín Irigoyen 430Video Time - Almafuerte 2411Nva. Librería “Alemana” - Bmé. Mitre 2466Librería “La Cueva” - I. Arias 2354 -Mercería y Lencería "Zoe" - Santa Rosa 2011Librería “Bimari” - Rivadavia 20050, Loc 1Librería “Castelar” - Av. I. Arias 2378

HurlinghamDietética “La Pradera” - Jauretche 943Regalería “Alimey” - Jauretche 1490Cobla Electricidad - Av. Jauretche 933

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San Antonio de PaduaConsul. Odontológico Dr. Jorge Merlo

Lambaré esq. LimayElectricidad Padua - Belgrano 295Kiosco “Hortensia” - Lambaré 1630“Sin orillas” - Noguera 311 Loc. 4

Cuando vamos tomando posesión de nosotros mismos, cuando vamos siendo conscientesde que “somos”, nos sentimos inevitablemente desidentificados de nuestra mente. Es decir,podemos afirmar sin ninguna duda que no somos la mente.

Existe en nosotros algo similar a un triángulo que nos aprisiona, una suerte de cárcel sinbarrotes conformadas por tres lados que se apoyan y sostienen recíprocamente, dando la ima-gen de que son reales. Estos lados del triángulo imaginario son: mente-tiempo-espacio.

En la medida en que dejo de identificarme con la mente, en esa misma medida, pierden supunto de apoyo y fuerza los otros dos lados del triángulo (tiempo y espacio).

No buscamos ni salir del tiempo ni trascender la dimensión del espacio, pero estos resulta-dos se producen como consecuencia de nuestra desidentificación con la mente.

La mente que reina despóticamente en el pasado y en el futuro, se convierte en dúctil y efectivoinstrumento en el “aquí y ahora”, que alcanzamos al liberarnos del tiempo y del espacio.

Por nuestras venas corre el misterio del Ser, el misterio tremendo del Dios vivo y encarnadolate en nosotros... “¿por qué buscan entre los muertos al que está vivo?”. “Alégrenseporque sus nombres están escritos en el libro de la vida”.

¿Por qué nos imaginamosque para Dios no es

provechoso encarnarse en nosotros?

“La persona iluminada sigue siendo lo que es, y nuncaes más que su propio yo, limitado ante el Uno, que habitadentro de ella, cuya forma no tiene límites cognoscibles,que lo abarca por todas partes, tan insondable como los

abismos de la tierra y tan vasta como el cielo”.Carl G. Jung

“Nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre;nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquél

a quien el Hijo decida revelárselo”.Evangelio de Lucas

“A nosotros nos lo ha reveladoDios por medio del Espíritu; pues elEspíritu lo explora todo, incluso las pro-fundidades de Dios. ¿Qué hombreconoce lo propio del hombre, sino elespíritu del hombre dentro de él? Delmismo modo nadie conoce lo propiode Dios si no es el Espíritu de Dios.

Ahora bien, nosotros hemos reci-bido, no el espíritu del mundo, sino elEspíritu de Dios, que nos hace compren-der los dones que Dios nos ha hecho.

Exponemos esto no con palabrasenseñadas por la sabiduría humana,sino enseñadas por el Espíritu, expo-niendo las cosas espirituales en tér-minos espirituales.

Un simple hombre no acepta lo queprocede del Espíritu de Dios, pues leparece locura, y no puede entenderloporque sólo se discierne espiritualmen-te. En cambio, el hombre espiritual lodiscierne todo y no se somete a dis-cernimiento ajeno... ¿quién conoce lamente del Señor para darle leccio-nes?”... pero nosotros poseemos lamentalidad de Cristo”. 1ª Cor 2, 10-16

¿Qué es conocer al Padre?Cada cual es único e irrepetible en su consciencia; se sabe

idéntico a sí mismo, se posee como distinto de los demás y preci-samente esa consciencia única e irreductible, le permite salir ha-cia otra consciencia única e irreductible, y puede conocer al otrocomo persona porque se conoce a sí mismo como persona.

Sólo el hombre es imagen y semejanza de Dios. La conscien-cia del Ser tiene niveles de profundización... “al que permaneceen mí yo me revelo”.

La revelación avanza con un paso cualitativamente diverso;podemos conocer a Dios como Padre, porque la conscienciacrística nos lo revela. Una revelación tiene lugar en momentos decontroversia o de intimidad. Jesús nos confiere su Espíritu, que esuna especie de naturaleza divina que nos permite sintonizar con ladivinidad, en una longitud de onda inusitada, y trabar una relacióninter-personal con Dios como Padre.

“En esto consiste la vida eterna, en conocerte a ti, el únicoDios verdadero y a su enviado Jesús el mesías”. (Jn 17,3)

Pidamos ese conocimiento.

“No estén preocupados, crean en Dios y crean en mí. En lacasa de mi Padre hay muchas moradas, si no fuera así yo selos hubiera dicho, pues voy a prepararles un lugar. Cuando vayay lo tenga preparado volveré para llevarlos conmigo, para queestén allí donde yo estoy. Ya saben el camino para ir donde yovoy”. Le dice Tomás: “Señor no sabemos a dónde vas. ¿Cómopodremos conocer el camino?”. Le dice Jesús: “Yo soy elcamino, la verdad y la vida, nadie va al Padre si no es pormí”. (Jn 14, 1-6)

* * *“El Padre y yo somos uno”. “Aquel día comprenderán que

yo estoy en el Padre y ustedes en mí, y yo en ustedes”.“El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de

pie y exclamó: ¡Quien tenga sed, acuda a mí, y beba quiencrea en mí!” Así dice la escritura: “De sus entrañas manaránríos de agua viva”. (Jn 7,37)

Nosotros somos ese camino

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“Derecho Viejo” Página 3

Espiritualidad yespiritualidades

¿Hay una espiritualidad cristiana o haymuchas espiritualidades? Esta es unacuestión fundamental para entender eltema. Hoy hablamos con toda libertad dela espiritualidad del laicado, de la del clerodiocesano, de una espiritualidad mariana,una carmelita, una benedictina, unafranciscana, una jesuita, y podríamos tra-zar una lista innumerable, incluyendo lapropia de los nuevos movimientoseclesiales; cada uno tendría casi su pro-pia espiritualidad. Hacemos referencia,pues, a estas grandes corrientes que tie-nen su sentido y su peso en la vida de laIglesia. Pero hay que decir que la espiri-tualidad cristiana es fundamentalmente unay la misma, como es una y la misma fe, laRevelación, el contenido de la fe. Así comohay una historia de los dogmas, una com-prensión progresiva de la riqueza de laPalabra de Dios, también en la vida per-sonal de cada uno se da un avance psico-lógico, una maduración, incluso una pro-gresiva comprensión del misterio de Cris-to, una adecuación más dócil a esa reali-dad objetiva.

Podemos hablar por tanto con todaverdad de “espiritualidades”, de varias, dediversas espiritualidades, que se refierenmás bien a expresiones particulares, amaneras singulares de experimentar elúnico misterio. Esto ha sido reconocidodesde antiguo en la Iglesia. Pero hay queponer, igualmente, ciertas reservas sobreel plural de las espiritualidades, que debeser observado cuidadosamente, porqueesas espiritualidades son legítimas en lamedida en que expresan de un modo váli-do la única espiritualidad cristiana, el úni-co misterio de Cristo.

¿A qué se debe esa diversidad? En pri-mer lugar a la libertad de Dios, a la so-beranía de la gracia que elige y que mar-ca con nuevos encuentros a cada hom-bre, a cada época, a cada comunidad.Ese designio de Dios es el que explicaque existan carismas diversos en la Igle-sia, distintos estados de vida, y que deun modo sucesivo o contemporáneo elmisterio cristiano vaya expresándosediversamente. Su riqueza es tan grande,tan abarcadora, que los distintos mati-ces y acentos son en realidad inagota-bles. Lo importante es que toda espiri-tualidad, desde una perspectiva singular,apunte al todo, se dirija siempre al cen-tro, realice de un modo concreto, histó-rico, aquel núcleo objetivo, único y siem-pre el mismo.

En los últimos siglos, y sobre todo apartir del siglo XIX, se ha puesto una in-sistencia especial en las pluralidades queno se encontraba en la época de los Pa-dres de la Iglesia, ni en la Edad Media. Meparece que existe una razón una razón his-tórica: a mediados del siglo XIX comien-zan a restaurarse las grandes congrega-ciones y órdenes religiosas suprimidas porla Revolución Francesa, y ese hecho vaproduciendo una renovación espiritual. Seda como un redescubrimiento de las gran-

des corrientes espirituales que tienen comoreferencia también a grandes maestros ypersonalidades cristianas y que comien-zan a difundirse universalmente. Podemospensar que un Padre de la Iglesia del sigloV o VI, o un hombre del siglo XIII seadmirarían de que hoy dispusiéramos detantas “espiritualidades” al parecer tan di-versas, de que hubiera tal fragmentaciónen lo que llamamos la espiritualidad cris-tiana. Conviene, empero, no acentuar ex-cesivamente las diferencias. Más aún, esimportante recordar que cada espirituali-dad, por más que uno esté muy identifi-cado con ella, es juzgada siempre por sureferencia a lo esencial, a lo central, alúnico misterio objetivo. En realidad ningúnfundador, ningún santo o maestro espiritualde los grandes que ha tenido la Iglesia haprocurado establecer una espiritualidad pro-pia, separada o distinta de la única espiri-tualidad de Jesucristo. Ellos entendieronsimplemente que vivían la única espiritua-lidad cristiana. En realidad cada uno deellos estaba actualizando válidamenteaquella única espiritualidad cristiana.

Esto a nosotros, los occidentales,acostumbrados a la fragmentación ca-racterística de la cultura moderna, nospuede resultar extraño. Nos sentimoscómodos en nuestra parcela espiritual, eincluso corremos el riesgo de conside-rarla mucho mejor que las otras. Y qui-zá, desconociendo las raíces, la tradición,los fundamentos, no advertimos todaslas riquezas que quedan al margen de estaexpresión válida del único misterio.

En el Oriente cristiano, en cambio, tie-nen una perspectiva distinta y más clara.Sus autores espirituales hablan de un“monaquismo interiorizado de los laicos”.Si uno les pregunta cuál es la espirituali-dad cristiana, ellos responden que es lamonástica. En realidad podríamos decirque la espiritualidad de los monjes fue lasegunda gran oleada espiritual en la histo-ria de la Iglesia. La primera fue la de losmártires: el ideal cristiano de los orígenesfue el martirio. En los tres primeros si-glos, con la persecución generalizada, elcristiano vivía ante la perspectiva cotidia-na del martirio. El seguimiento y la imita-ción de Cristo se canalizaban por allí; ha-bía una espiritualidad del martirio y ésaera la espiritualidad de los fieles. Cuandocesan las persecuciones y el cristianismoempieza a acomodarse en las grandes ciu-dades, amoldándose a una nueva culturala vida de los cristianos, se atenúa aquellagran tensión que los ponía ante la riesgosaperspectiva del testimonio o la apostasía,y se tornan más fáciles la tibieza y el rela-jamiento general. Surgen entonces gran-des aventureros que intentan reanudar conlos orígenes. Se trata de los primerosmonjes. “Monje” es el solitario, el que dejala ciudad y el mundo, el que se va al de-sierto para vivir en toda su intensidad lalucha espiritual, para experimentar pro-fundamente el misterio de Cristo y la ac-ción del Espíritu Santo.

Pero los monjes no plasmaron una es-piritualidad propia, ajena a la espirituali-dad cristiana común. Ellos creyeron queése, el que ellos adoptaban, era el modode ser cristiano. Cuando San Atanasiocuenta la vocación originaria de Antonioel Egipcio, dice que entró a la iglesia yoyó que leían el Evangelio donde se dice:“Si quieres ser perfecto, anda, vende loque tienes y dáselo a los pobres, y ten-drás un tesoro en los cielos; luego ven, y

sígueme” (Mt 19,21). Y Antonio lo hizo así,comenzando de este modo la nueva expe-riencia. La espiritualidad de los monjes esen realidad la espiritualidad del bautismo,es la espiritualidad cristiana vivida de unmodo total, pleno, como un intento quearrebata toda la vida. El fuego aquí es rea-lidad, el fuego del Espíritu.

Ahora bien, los espirituales de Oriente,continuando la tradición de la Iglesia indi-visa y en coincidencia con lo mejor de latradición católica, afirman que los laicostienen que vivir también así. No hay unamoral propuesta como aquello que hay quehacer para evitar el pecado, mortal o ve-nial, para librarse del infierno. No hay unaespiritualidad que es meramente ascéticapara aquellos que se consideran que pue-den aspirar a la perfección de la vida cris-tiana. En realidad a todo creyente, por elbautismo, por el Espíritu y el fuego, le espropuesto lo total, el vivir de acuerdo alEvangelio, lo que vivieron los monjes, loque se marca en la espiritualidad monástica.Por eso los orientales hablan de un “mona-quismo interiorizado de los laicos”. Interio-rizado porque no van al desierto, no dejansus familias, no abandonan el trabajo; vi-ven en el mundo, pero intentan hacerlo conla profundidad con que viven aquellos quelo han consagrado todo al Reino.

Esa es la mera espiritualidad cristiana,al menos como perspectiva, como hori-zonte. Esto es lo que se nos propone en elfuego del bautismo cuando recibimos alEspíritu Santo: al llegar a ser hombres ymujeres espirituales. Y todo el camino dela vida cristiana es el camino de esa pro-gresiva espiritualización. No es el abando-no de la materia, de lo temporal, de la his-toria y del compromiso en el mundo, sinoal contrario, es sumergirse hondamente entodo ello porque el Logos se hizo carne, y dela carne del Logos recibimos al Espíritu.

Extraído de“Espíritu y fuego”

La Iglesia queno sirva... no sirve...

La rotunda afirmación de que la Iglesiafiel a Jesús y su Evangelio es la que sejuega por la vida, para muchos no aparecetan evidente. Remontar siglos de envene-namiento de una espiritualidad y una pas-toral que no se nutría directamente de laPalabra de Dios, va a llevar tiempo. Es cadadía más urgente mentalizar a las comuni-dades de la Iglesia Católica sobre el con-vencimiento que el centro de la fe cristianaes la vida humana. Así surge, de modoparticular, en cada página del Nuevo Tes-tamento.

Al Dios de Jesucristo lo encontramosen la vida, en esta vida, en la medida quebusquemos la dignidad de la vida y viva-mos en coherencia con el “espesor de lavida”. Es la gran novedad que anuncia elEvangelio de Jesús. De manera que la reli-gión con sus creencias, sus dogmas, susnormas, su moral, sus prácticas y sus ce-remonias, es válida y aceptable, en tanto yen cuanto sirve para potenciar y dignificarla vida humana.

Mientras se siga hablando de la fe entérminos de creencias, verdades, doctri-nas que hay que saber, y con muy pocoque ver con la vida concreta que lleva cadauno y sin interés por la vida que llevan losdemás, no hay que extrañarse del fenóme-no cada vez más extendido del vaciamien-to de los templos por aparente indiferenciareligiosa, y hasta por rechazo a todo lo re-

ligioso. Porque el ser humano está he-cho para vivir. Y es el proyecto de Diosal crear al hombre: mujer-varón. Por esola Biblia en lenguaje alegórico manifiestaque lo puso en el paraíso. Y acontecidoel rechazo (pecado), por parte del hom-bre hacia este primer plan creador, Jesúses el enviado por el Padre-Dios para res-tablecer, en forma aún más maravillosa,que la existencia de cada ser humano selogre en el gozo de vivir como vale lapena vivir. Por eso, Jesús se define abier-tamente y hasta con escándalo de la gen-te religiosa de su tiempo, como el alimentopara la Vida del Mundo (Jn 6,51) yautodefine su misión en forma inequívo-ca: Yo he venido al mundo para quetengan vida, y vida en abundancia (Jn10,10). La fe entonces, no es un asuntoque se localiza en la cabeza, en el enten-dimiento, como lamentablemente lo en-tiende una mayoría de creyentes y no cre-yentes. Porque ha habido una pésima ca-tequesis al respecto, presentando la fe re-lacionada con el saber y con muy pocoque ver con la vida. Y concretamente conla vida que cada uno lleva y menos aún,con la vida que llevan los demás. De he-cho, se la ha presentado como un “asen-timiento intelectual” y no pocos la en-tienden como un “sentimiento religio-so”. Abramos los libros del Nuevo Tes-tamento y busquemos qué es la fe y paraqué la fe. (Su ser y misión). Y nos en-contraremos que la fe es plena adhe-sión a la persona de Jesús (confianzailimitada) en plena aceptación de su men-saje a tal punto de asumir, en la vida decada uno, sus criterios y actitudes en laexistencia cotidiana. Esto supone un mo-delo de vida en los individuos y en lasociedad que vaya surgiendo. Una sub-versión no sólo en el egoísmo o en laambición personal sino, también, un cam-bio radical en las instituciones y poderesestablecidos que llamamos de este mun-do. Subversión y cambio para gozo y dis-frute de la vida humana con la recupera-ción de su dignidad proyectada por Dios,sacando de la postración y desprecio, dela marginación y exclusión.

La fe cristiana consiste en devolver aDios, por intervención de Jesucristo, suGloria con el cumplimiento de su plansalvador: el gozo de la vida humana paracuantos han sido llamados a la existen-cia humana. Esta utopía divina, es lla-mada por Jesús: el Reino de Dios. Poreso, su mensaje es “buena noticia”, prin-cipalmente, para los pobres, excluidos,marginados, injustamente perseguidos ymaltratados por una sociedad formadapor egoístas, prepotentes, injustos. Elcristiano ha de vigilar su fe cristiana,confrontándola con su real servicio a lavida humana, en cada época histórica.Solamente, la Iglesia-comunidad se sabefiel a Jesús, si es servidora fiel de la vidahumana. (Cfr. C. Gozo y esperanza. Vat. II).

Mons.HéctorAguerArzobispode La Plata

Mons.MiguelEstebanHesayneObispo eméritode Viedma

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¿Por qué no?

Extraído de“Desde los pobres a todos”

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“Derecho Viejo”Página 4

Buscando el rostro... VII

Sin embargo, esta mirada no es sola-mente creadora y penetrante, sino quehace posible un cara a cara; como lo po-demos comprobar en los si-guientes textos bíblicos: Gé-nesis 32,31; Éxodo 33,11;Deuteronomio 5,4.24;34,10; Salmo 11,7, entreotros. Cara a cara, o seamirada con “los ojos enlos ojos”. En efecto:“Ellos (los israelitas) vencon sus propios ojos la lle- gada del Se-ñor a Sión”, dice Isaías (52,8), y le habla“boca a boca” a Moisés (Números 12,8).

En esta relación, la iniciativa es siem-pre de Dios; él es el que hace ver. Esto esprecisamente lo que Moisés (el amigo deDios) le recuerda al pueblo de Israel, evo-cando las grandes maravillas y prodigiosrealizados en Egipto. El da “un corazónpara reconocer, ojos para ver, oídospara oír“, leemos en Deuteronomio 29,3.En respuesta, el creyente debe arriesgarsiempre sus ojos y sus oídos, puesto que“Sus ojos vieron la grandeza de su glo-ria, sus oídos oyeron su voz majestuo-sa”. (Sirac o Eclesiástico 17,13).

Es muy interesante hacer notar que laEscritura articula, a veces, la mirada so-bre el otro y la mirada de Dios sobresí. En este sentido vemos que ya, desdeel Antiguo Testamento, la actitud de Diosrespecto al hombre depende de la acti-tud del hombre respecto al pobre. Asílo leemos en el precioso texto de Tobías:“No apartes tu rostro de ningún pobrey así no apartará de tu su rostro elSeñor” (4,7). Esta ecuación: Dios-hom-bre-pobre, es muy importante y actualcon referencia a todas las formas de soli-daridad, como veremos mejor en el Nue-vo Testamento.

A la vez, el reconocimiento y afirma-ción de Dios como el Omnividente nodisminuye para nada la certeza de que tam-bién es Omnioyente. El rostro de Diostiene ambas dimensiones, y el orante lastiene presentes: “Inclina, Dios, tus oí-dos y escucha. Abre tus ojos y miranuestras ruinas”, leemos en la exquisitasúplica del profeta Daniel (9,18).

Así pues, hablar del rostro de Dios esvivir la experiencia de un Dios solícito porlos hombres y por el mundo, de un Diosmezclado en la historia, de un Dios del éx-tasis. La gesta de la salvación es un dramade la mirada tanto como de la palabra.

“Oigo en mi corazón: ‘Busquen mirostro’. Tu rostro buscaré, Señor, nome escondas tu rostro” (ver Salmo 27).Esta invocación nos invita a adentrarnosun poco en la dinámica de la fe bíblica: siDios se vuelve hacia el ser humano, se-gún el significado de su rostro, el ser hu-mano es invitado a moverse hacia Dios.

El hombre fiel, buscará el rostro de

Dios a través de todos los acontecimien-tos de su vida. Lo buscará, particularmentepara contemplarlo. La vida religiosa del

pueblo hebreo va a seruna aspiración inmensa ala visión de Dios. Así elrostro de Dios no es so-lamente el origen de unamirada sobre el mundo;sino el objeto supremodel deseo humano, la fi-nalidad de toda la espe-

ranza del hombre.Buscar... “Buscar el rostro de Dios”

es una expresión bíblica frecuente, sobretodo en los Salmos. Si ahondamos en ellaun poco, nos percatamos de que concier-ne esencialmente a dos experiencias: la delculto y la de la vida cotidiana. Este movi-miento del culto a toda la vida es sin dudacaracterístico de la actitud bíblica y de laactitud cristiana posteriormente.

Muy a menudo “buscar el rostro deDios” quiere decir simplemente ir al tem-plo a implorar la protección de Dios, con-sultar al Señor en su santuario. Así, lee-mos en el Salmo 27:

“Una cosa pido al Señor,sólo eso busco;habitar en la casa del Señortodos los días de mi vida,para gustar la dulzura del Señory contemplar la belleza de su templo...Pienso en tu palabra:“Busca mi rostro”.Tu rostro busco, Señor” (vv 4 y 8).

Ir a Jerusalén es ponerse en caminopara “implorar al rostro del Señor” (Zac8,21). Los judíos piadosos son los que“buscan el rostro de Dios” (Sal 24,6).

Pero ese sentido primero se utilizará,más adelante, para designar todo el mo-vimiento de la conversión, el gran re-torno de la existencia hacia Dios. “La bús-queda ardiente del rostro del Señor des-borda el marco del templo. Constituye elprograma mismo de la vida religiosa”,observa acertadamente un estudioso de lafe bíblica: “Busquen al Señor y vivirán”.La vida de fe está toda como imantadapor la faz de Dios, porque con su luz so-mos salvados (Sal 80). Ese rostro noshace avanzar en el camino.

Para ver - La búsqueda de Dios no serealiza más que en la visión. Moisés im-plora: “Concédeme ver tu gloria” (Ex33,18). Como vimos, el amor exige el caraa cara. Pero, ¿escuchará Dios a su puebloque clama a él: “¿Cuándo podré ir a verel rostro del Señor?” (Salmo 42,3). ¿Col-mará Dios la nostalgia de paraíso, quevive, como una herida, en el corazón delhombre? ¿No es la vocación de Israel serun “vidente de Dios”?

El tema de la visión del rostro deDios ha seguido la misma curva que eltema de la búsqueda de ese rostro. Enun primer tiempo hay una coloración úni-camente cultual: el hombre ve el rostro deDios cuando está en el templo, cuandosaborea la presencia deDios en su santuario. Elaño religioso está modu-lado por las tres fiestasen que los israelitas tie-nen obligación de “ver elrostro del Señor”: “Todoslos varones se presentandelante del Señor, tres ve-ces al año”, leemos en ellibro del Éxodo 23, 17;34,23-24; (ver Salmo42,3).

Es la experiencia profunda de la pre-sencia de Dios en el culto: “Sí, yo te con-templé en el santuario para ver tu gloriay tu poder” (Salmo 63,3). Y el maestro decoro invita: “Vengan a ver las obras delSeñor, las cosas admirables que hizo porlos hombres” (Salmo 66,5). Se trata degustar una presencia que no es un espec-táculo, sino una invitación al servicio laoración es contemplación para una misión.

Sin embargo, se produjo un desliza-miento del sentido cultual hacia el sen-tido interior. Ver a Dios es comulgar consu misterio en la totalidad de su existen-cia, desde el fondo de su ser. El hombre

La mirada de Dios:En el número anterior, me permití sugerir la lectura atenta y contemplativa dealgunos textos bíblicos, teniendo en cuenta que la mayoría de los lectores/asestán familiarizados con la Palabra de Dios (Antiguo y Nuevo Testamento).Como hemos visto y meditado en el Salmo 139, nuestra existencia se des-

pliega desde y ante la mirada profunda y amorosa de Dios.

justo “al despertarse se sacia del rostrode Dios” (Sal 17,15). Desea unirse a lamirada de Dios sobre el mundo. Pense-mos en la reflexión de Job, que por lo de-más articula audición y visión, aunque dala preferencia a la visión: “Sólo te cono-cía de oídas: ahora, en cambio, te hanvisto mis ojos” (42,5). Dios se revela en“audiovisual”, y el creyente tiene inclusola ambición de “ablandar el rostro de Dios”(Sal 119,58)

De lo dicho surge que para el AT, Diossólo puede ser visto durante la vida terrena.Es así que ante la muerte próxima,Ezequías, rey de Judá, se lamenta: “Yano veré al Señor en la tierra de los vi-vos” (Isaías 38,11). Pero progresivamen-

te se desarrolla la es-catología. La visióncara a cara se con-vierte en una prome-sa para el futuro, yluego para el más allá.Ezequiel se hace ecode esta palabra deDios para la vuelta deldestierro: “No lesocultaré más mi ros-tro, pues derramaré

mi espíritu sobre la casa de Israel” (Is.39,29). El don del Espíritu revelará la fazdel Señor.

Así pues, Israel está penetrado por unaespera prodigiosa del rostro de Dios. Suvocación es una vocación de alianza, deesponsales y, por consiguiente, de un caraa cara. También la visión del rostro de Dioscomo expresión de la identidad misma deDios es un anhelo inalienable del hombredel Antiguo Testamento: “Me enseñarásel camino de la vida, plenitud de gozoen tu presencia” (Salmo 16,11). Con esteanhelo continuaremos en el próximo nú-mero.

Cordialmente.P. Julio, omv

Mirada liberadora

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“Derecho Viejo” Página 5

Dios es. Ése es el hecho primor-dial. Con el objeto de descubrirlo pornosotros mismos, por experiencia di-recta, existimos. La finalidad y el pro-pósito de todo ser humano es el cono-cimiento unitivo con el ser de Dios.

¿Cuál es la naturaleza del ser deDios? La invocación del Padrenuestronos da la respuesta: "Padre nuestro queestás en el cielo". Dios está y Dios es,es nuestro, es inmanente a todo ser sen-sible, la vida de todas las vidas, el espí-ritu que anima todas las almas. Pero estono es todo. Dios es también el Creadortrascendente y el Legislador Supremo,el Padre que ama y, porque ama, el queeduca también a Sus hijos. Por último,Dios "está en el cielo". Ello equivale adecir que posee un modo de existenciaque es inconmensurable e incompati-ble con el modo de existencia que po-seen los seres humanos en su condi-ción natural, no espiritualizada. ComoÉl es nuestro y es inmanente, Dios estámuy cerca de nosotros. Pero comotambién está en el cielo, la mayor partede nosotros estamos muy lejos deDios. El santo es una persona que seha acercado tanto a Dios como Diosse ha acercado a él. Mediante la ora-ción los hombres alcanzan el conoci-miento unitivo de Dios. Pero la vida deoración es también una vida de morti-ficación, de muerte del yo propio. Nopuede ser de otro modo, ya que cuantomás haya del yo, menos habrá de Dios.

Nuestro orgullo, nuestra ansiedad,nuestra ansia de poder y de placer sonhechos que eclipsan a Dios. Tambiénlo es el codicioso apego a ciertos se-res, que tan a menudo pasa por lo con-trario del egoísmo, y que en puridaddebería ser llamado no altruísmo, sinoalter-egoísmo. Y no menos eclipsantede Dios es el servicio de aparente sa-crificio propio que damos a cualquiercausa o ideal que en realidad queda muylejos de lo divino. Tal servicio es siem-pre idólatra, y nos imposibilita adorara Dios tal como deberíamos; para quéhablar de llegar a conocerle.

El reino de Dios no vendrá a noso-tros a menos que comencemos a hacerdesaparecer nuestros reinos humanos.No sólo los reinos enloquecidos y ob-viamente perniciosos, sino también losrespetables, los reinos de los escribasy los fariseos, los buenos ciudadanosy los pilares de la sociedad, no menosque los reinos de los publicanos y lospecadores. El ser de Dios no puede serconocido por nosotros si preferimosprestar atención y lealtad a otra cosadistinta, por digno de crédito que esootro pueda parecer a ojos del mundo.

Dios es amor, y hay momentos de di-cha en los que incluso para los seres hu-manos no regenerados está garantizadoconocer a Dios como amor. Pero son so-lamente los santos quienes tienen asegu-rada la continuidad de este conocimiento.Quienes se encuentran en las etapas preli-minares de la vida espiritual, aprehendena Dios predominantemente como ley.Mediante la obediencia a Dios el Legisla-dor Supremo llegamos finalmente a co-nocer el amor de Dios Padre.

La ley que hemos de obedecer, si as-piramos a conocer a Dios como amor, esen sí una ley de amor. "Amarás a Dioscon toda tu alma, todo tu corazón, todatu mente y toda tu fuerza. Y amarás alprójimo como a ti mismo". No podemosamar a Dios como debiéramos, a no serque amemos a nuestro prójimo como esdebido, a no ser que amemos a Dios comoes debido. Por último, no podemos apre-hender a Dios como principio activo y om-nipresente del amor a no ser que aprenda-mos a amarle a Él y a nuestros congéneres.

La idolatría consiste en amar a un sermás de lo que amamos a Dios. Hay múlti-ples clases de idolatría, pero todas tienenalgo en común: el amor propio. La pre-sencia del amor propio es obvia en lasmanifestaciones más groseras de la indul-gencia sensual, o en la búsqueda de la ri-queza, del poder y la alabanza. Menosmanifiesta, aunque no por ello menos fa-tal, es su presencia en nuestros desorde-nados afectos por otros individuos, luga-res, cosas e instituciones. E incluso enlos más heroicos sacrificios del hombre alas causas más elevadas y a los idealesmás nobles, el amor propio tiene su lugartrágico. Y es cuando nos sacrificamos auna causa o a un ideal que sea inferior a lomás elevado, es decir, inferior a Dios Mis-mo, meramente estamos sacrificando unaparte de nuestro ser no regenerado a otraparte que nosotros y otras personas con-sideran más digna de crédito. El amor pro-pio aún persiste, aún nos impide obede-cer a la perfección el primero de los dosgrandes mandamientos. Dios puede seramado perfectamente sólo por parte deaquellos que han aniquilado las formas mássutiles y más notablemente sublimadas delamor propio. Cuando esto sucede, cuan-do amamos a Dios como debemos y portanto conocemos a Dios como amor, eltormento del mal deja de ser un proble-ma, el mundo del tiempo pasa a ser vistocomo un aspecto de la eternidad y, demanera inexpresable, pero no por ellomenos real ni menos cierta, la pugna y lacaótica multiplicidad de la vida se recon-cilia en la unidad de la caridad divina quetodo lo abarca.

Junto con el amor y la alegría, la paz es uno de los frutos del espíritu. Perotambién es una de las raíces. Dicho de otro modo, la paz es condición necesariade la espiritualidad. Como dice San Pablo, es la paz la que guarda la mente y elcorazón en el conocimiento y el amor de Dios.

Entre la paz raíz y la paz fruto del espíritu existe, no obstante, una profundadiferencia cualitativa. La paz raíz es algo que todos conocemos y entendemos, algoque, si optamos por hacer el esfuerzo necesario, podemos alcanzar. Si no lo alcan-zamos, nunca haremos ningún avance sustancial en nuestro conocimiento y amorde Dios, nunca llegaremos más que a atisbar un pasajero vislumbre de esa otra pazque es el fruto de la espiritualidad. La paz fruto es la paz que atraviesa todo elentendimiento; atraviesa el entendimiento porque es la paz de Dios. Sólo aquellosque en cierto modo se han convertido en algo semejante a Dios pueden aspirar aconocer esta paz en su resistente plenitud. Es inevitable. Y es que en el mundo de lasrealidades espirituales, el conocimiento es siempre una función del ser: la naturalezade todo lo que experimentamos está determinada por lo que somos.

En los primeros compases de la vida espiritual nos importa casi exclusivamentela paz raíz, así como las virtudes morales de las que surge, y los vicios y debilidadesque detienen e impiden su crecimiento. La paz interior tiene muchos enemigos. En elplano moral hallamos, por una parte, la ira, la impaciencia, toda clase de violencia;por otra (pues la paz es esencialmente activa y creativa), toda clase de inercia y depereza. En el plano de los sentimientos, los grandes enemigos de la paz son la pena,la ansiedad, el miedo, el formidable ejército de las emociones negativas. Y en elplano del intelecto encontramos las ridículas distracciones, la veleidad de la curiosi-dad vaga. Sobreponerse a estos enemigos y vencerlos es uno de los procesos máslaboriosos y a menudo dolorosos, que requiere una incesante mortificación de lastendencias naturales y de los hábitos más humanos. He aquí por qué, en este mundonuestro, hay tan poca paz interior entre los individuos, y tan poca paz exterior entrelas sociedades. Dicho con las palabras de la Imitación, "todos los hombres desean lapaz, pero muy pocos desean, desde luego, las cosas que propician la paz".

La paz, el amor, la ale-gría... De acuerdo con SanPablo, éstos son los tres fru-tos del espíritu. Se corres-ponden muy estrechamen-te con los tres atributos deDios tal como los resume lafórmula india: sat, chit,ananda, es decir, ser, co-nocimiento, dicha. La paz esla manifestación del ser uni-ficado. El amor es el mododel conocimiento divino. Yla dicha, concomitante de laperfección, es idéntica a la alegría.

Al igual que la paz, la alegría no essólo fruto del espíritu, sino tambiénraíz. Si hemos de conocer a Dios, ha-bremos de hacer todo lo posible porcultivar ese equivalente de la alegría,sólo que inferior a ella, que está a nues-tro alcance sentir y expresar.

"Pereza" es la traducción ordinaria deesa acedia que se cuenta entre los sietepecados capitales de nuestra tradiciónoccidental. Es una traducción inapropiada,ya que acedia es más que pereza; es ade-más depresión y autocompasión; es esegris hastío del mundo que, en términosde Dante, nos lleva a "entristecernos en ladulzura del aire que se regocija bajo el sol".Apenarse, remorderse, lamentarse por unomismo, desesperar... ésas son las mani-festaciones de la terquedad, la voluntadpropia y la rebelión contra la voluntad deDios. Y ese especial desánimo, tan carac-terístico, que experimentamos debido a lalentitud de nuestro avance espiritual, ¿quées, salvo mero síntoma de una vanidad he-rida, tributo pagado a la alta estima en que

tenemos nuestros propiosméritos?

Estar animado cuandolas circunstancias son depri-mentes, o cuando nos tien-ta darnos a la autocom-placencia, ésa sí es una au-téntica mortificación, unamortificación tanto más va-liosa por ser tan poco des-tacada, tan difícil de reco-nocer como es. La austeri-dad física, inclusive la mássuave, no puede apenas po-

nerse en práctica sin llamar la atención deotras personas, y como atraen esa aten-ción, quienes la practican a menudo sontentados a envanecerse por su deliberadanegación de sí mismos. Pero otrasmortificaciones como es el abstenerse decharlar, de curiosear cosas que no nosimportan, y sobre todo de la depresión yla autocompasión, se pueden poner enpráctica sin que nadie lo sepa.

Mostrarse continuamente de buen áni-mo puede suponer un esfuerzo más cos-toso, por ejemplo, que ser continuamentemoderado; así como otras personas amenudo nos admiran por abstenernos dela condescendencia física, probablemen-te atribuyan nuestro ánimo a una buenadigestión o a una insensibilidad innata. Delas raíces de esa negación del propio yo,secreta y ajena a la admiración de los de-más, brota el árbol cuyos frutos son lapaz que atraviesa todo el entendimiento,el amor de Dios y de todas las criaturasen nombre de Dios, y la alegría de la per-fección, la dicha de una consumación eter-na e intemporal.

Aldous Huxley (1894-1963)Escritor inglés

Reflexiones de Aldous Huxley

PAZ

ALEGRÍAAMORSER

Textos extraídos de “Huxley y Dios”

Maximiliano PéjkovichMediador Privado

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Profundo

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Marco Aurelio, el Emperador filósofoNació en Roma con el nombre de Annio

Vero, el 26 de abril del año 121 d.C, du-rante el reinado de Adriano, en el seno deuna familia noble, originaria de la Bética.

A la muerte del emperador Adriano, lesucedió Aurelius Antoninus, cuya esposa,Faustina, era tía de Marco Aurelio. Dadoque la pareja imperial no tenía hijos, adoptóen el año 138 al sobrino y le cambió elnombre por el de Marco Aurelio Antonino,nombrándolo su sucesor. Se casó conla hija de ambos, Faustina, con la quetendría muchos hijos y de los que sólosobrevivió Cómodo, quien llegaría asucederle.

Desde su juventud practicó el estoi-cismo, entregándose al aprendizaje del artedel gobierno. Una cohorte de maestros leinstruyeron para su futuro cargo, entrelos que se encontraban Apolonio, los es-toicos Sexto y Julio Rústico, Frontón -quien le inició en el arte de la retórica-,Alejandro el gramático, Alejandro el pla-tónico, Cátulo, Severo el peripatético,Máximo y Diogneto.

Elevado al consulado en el 140, obtie-ne más tarde la tribunicia potestas y el im-perio proconsular, base de los poderes im-periales. A la edad de cuarenta años, fuenombrado César. Contra los deseos delSenado, escogió a Lucius Verus, el otrohijo adoptivo de Antonino, como su ayu-dante en el trono, cediéndole la mitad delImperio; era la primera vez que Roma te-nía dos Augustos.

Logró introducir notables reformas einnovaciones en la administración públi-ca, instituyendo reformas legislativas,como el reconocimiento del derecho na-tural en el ámbito hereditario, el mejora-miento de las condiciones de los escla-vos, la creación de fundaciones a favorde la infancia, etc. Cuando un terremotodestruyó la bella ciudad de Esmirna, lloróabiertamente y ordenó a continuación su re-construcción con cargo al erario público.

Durante su reinado, tuvo que hacerfrente a toda clase de adversidades. En elinterior, una plaga de peste asoló el mun-do occidental y mermó su población; gran-des inundaciones sobre Roma acabaroncon las reservas de grano provocando unagran hambruna que Marco Aurelio afron-tó vendiendo las joyas reales para aliviarlos padecimientos de su pueblo; traicio-nes internas como las de Aviudus Cassius,fueron las duras pruebas que tuvo queafrontar.

Otra serie de problemas se cernían

sobre las fronteras. La pax romana, quese extendía desde la parte occidental deEuropa, norte de África, Armenia y Siria,se vio amenazada por diversas tribus, ydado que la majestad imperial era la ga-rantía del mantenimiento deeste inmenso dominio, de losdiecinueve años de su reina-do, diecisiete estuvieron em-peñados en un inmenso es-fuerzo para preservar los con-fines del Imperio. En el 166,el tratado de paz firmado conlos Partos, con la anexión departe de Mesopotamia, creóuna situación de tranquilidad enOriente. En cambio, en el Da-nubio, la situación era distinta:en el 167 los Germanos habíanllegado hasta Aquileia y Mar-co Aurelio afrontó con firme-za la difícil empresa derepelerlos.

Este emperador con almade filósofo y voluntad inque-brantable, lejos de la avidezdel poder y debido a su natu-ral inclinación a la meditacióny al aislamiento, entendió sucargo político y militar comoun deber ineludible. Tenía una profun-da conciencia de su particular debercomo filósofo y de que el Destino lehabía brindado la oportunidad y el mo-mento adecuado para desempeñarlo. Sucalidad humana se aprecia en su obraque transmite el fruto de sus medita-ciones hechas en soledad y que repre-senta el mayor código moral de la anti-güedad en el que resplandecen virtu-des como la ecuanimidad, la piedad yla tolerancia: Marco Aurelio piensa quela humanidad es una, y que su bien re-side en el triunfo de la justicia, la másantigua de las divinidades y, al mismotiempo el fundamento de toda virtud.

Durante una campaña militar en el Da-nubio, el 17 de marzo del año 180, en-contró la muerte víctima de la peste, trashaber gobernado 17 años Roma en el ce-nit de su poder, y haber encarnado, enmuchos sentidos, el ideal platónico del reyfilósofo.

En el pensamiento de Marco Aurelio,además de la influencia de Platón yAristóteles, el estoicismo -doctrina naci-da en Grecia en el siglo IV a.C. y que en-cuentra sus antecedentes más directos enla doctrina de Sócrates de la necesidad de

Todo lo que sucede, se produce poralguna razón que viene determinada porlos dioses. De este modo, aquel que trasla observación, alcanza a comprender lasrazones divinas, ve la belleza a través detoda la Naturaleza, y el sentido de la vidamisma. De la contemplación de la Natu-raleza, surge la comprensión de que lo másimportante no es tratar de que el cuerpo yel alma permanezcan unidos por muchotiempo, sino que, cuando llegue la muer-te, el alma haya adquirido su perfección.

El mal no existe en verdad, dadoque las cosas que provienen de la Na-turaleza no son buenas ni malas, sinoque el mal depende de nuestra fanta-sía, que agrega cualidades a las co-sas. Nuestra opinión no hace más queempañar lo que ya, de por sí, es mu-table y transitorio.

Por lo tanto, no hay nada tan buenoy duradero como la virtud, que es in-dependiente y está por encima de lasalabanzas o vituperios de los hombres.

Nadie tiene la culpa de nuestros pro-blemas, porque a nadie podemos culparde nuestra propia ineficacia. Es difícil sus-traerse a la ley general del destino. La di-ferencia radica en cómo se hacen las co-sas: si de una forma inconsciente o con-forme a los dictados de la Naturaleza.

Los hombres deben ayudarse y sos-tenerse los unos a los otros, por lo mis-mo que todos los seres humanos parti-cipan de una misma naturaleza racio-nal, similar a la razón cósmica. Si losdioses son condescendientes con nues-tros humanos vicios, tanto más debe-mos hacerlo nosotros con nuestros se-mejantes. El pecado es ignorancia y labondad es lo propio de la naturalezahumana: «Ama al prójimo y sigue aDios». Es este el sentido de la gran fra-ternidad propugnada por los estoicos,donde todo y todos tienen cabida en elPlan Universal.

Entiende Marco Aurelio la religión conuna visión filosófica. Encontramos el con-cepto de divina providencia, de un ordensabio del universo, y la relación cercanaentre el hombre y Dios. Concebía la vidacomo una prueba para la mente y sus prin-cipios. Acepta, como Séneca, el dualismoentre el alma y el cuerpo e interpreta lamuerte como una liberación.

Marco Aurelio creía en un mundomejor, ostentando siempre su máxima«depende de ti», como la actitud de unlíder que asume la responsabilidad detodas las situaciones en las que se veenvuelto, separando las situaciones enlas que es verdaderamente responsable,de aquellas que escapan al control. Sa-bía evaluar su poder y establecer prio-ridades en sus esfuerzos, asumiendouna actitud positiva ante los retos fren-te a los que podía sentirse indefenso.

Su pensamiento político también estábañado por los principios estoicos. Paraél la política y la ética parten de los mis-mos fundamentos: el respeto de la digni-dad humana y la idea del hombre comociudadano del mundo. De este modo, Mar-co Aurelio manifestaba que el mando esuna ardua obligación que el gobernantedebe realizar desde el interior de sí mis-mo, y únicamente en beneficio de losdemás.

Fuente: Internet

la práctica de la virtud- toma el matiz pe-culiar que le brinda su extraordinaria per-sonalidad, convirtiéndose esta doctrina ensu fuente de inspiración, tanto en lo per-sonal como en su función pública. Es uno

de los filósofos estoicos de la época delImperio (llamado también «estoicismonuevo») más ético y didáctico; este pe-ríodo se extendió hasta el año 429 d.C.con la desaparición de las escuelasatenienses, tras haber sido el más impor-tante elemento de la tradición helenística.

Durante la guerra contra los bárbaros,para consolar sus horas de soledad y ex-tenuación, y como ejercicio de la prácticaestoica de hacer un balance al final del díade todas las acciones diarias, MarcoAurelio compuso lo que constituye el com-pendio de su pensamiento: las «Medita-ciones». Se trata de una serie de aforis-mos escritos en griego, agrupados en 12libros, única obra completa que se con-serva de él. En estas páginas se enfrenta así mismo, y mostrando la nobleza de sualma, recoge una serie de reglas que hande regir su conducta, así como un modode comprender los acontecimientos deldestino.

El elemento más característico desu obra es que no contiene recomen-daciones teóricas destinadas a una ter-cera personas, sino que se trata de lavivencia profunda de su filosofía; quienaccede a su lectura tiene la impresiónde estar asistiendo al espectáculo inte-rior de un alma iluminada, donde seofrece un elixir contra los dolores delmundo. Concluye la introducción a suspensamientos con una palabra de guíadel Oráculo de Caieta que parece resu-mir lo que ha aprendido en su azarosavida: «Depende de ti».

Las verdaderas riquezas del hom-bre no residen para Marco Aurelio enel mundo exterior, sino en la perfec-ción de la propia alma. En lugar de di-lapidar las energías vanamente, lo acon-sejable es realizar cada acto de nuestravida con la misma dedicación como sitratara del último. Los honores exte-riores, la fortuna, las infamias, todo ellodesaparece con la muerte, y la muerteno es más que un efecto natural de lamisma vida, por lo que tan sólo se pier-de el momento presente.

Historia...

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El mito del rey MidasMidas, rey de Frigia, se encontraba

caminando por el bosque cercano a supalacio, cuando encontró a un joven des-mayado. El monarca llevó al muchacho alpalacio, donde fue atendido por los mejo-res médicos y alimentado con los mejo-res manjares. Este joven no era otro queDionisos, dios del vino, que se había em-borrachado tanto en una de sus últimasfiestas que había terminado perdido en elbosque. Una vez repuesto, el dios decidióagradecer a Midas por su hospitalidad con-cediéndole un deseo. El monarca, a pe-sar de su sabiduría, era un hombre muyavaro, así que pidió al dios un curiosodeseo: que todo lo que tocase, se con-virtiese en oro.

Dionisos quiso advertirle que pedir undeseo así no era algo muy prudente, peroel rey insistió y el dios no tuvo más alter-nativa que concederselo. Así, todo lo quetocaba Midas se convertía en oro. Árbo-les, muebles, armas, adornos... todo loque Midas tocaba resplandecía con elfulgor del oro puro. El monarca no po-día estar más contento: ¡De la noche ala mañana se había vuelto el rey más ricodel mundo!

Midas entró bailando al comedor, don-de su hija lo miraba curiosa. Se sentó a lamesa, y tomando una copa de bronce (quese volvió de oro), tomó un trago de vino.Sin embargo, apenas lo hubo bebido, tuvoque escupirlo: ¡el vino se había vuelto orolíquido! Lo mismo sucedió con la comi-da: tomó un pedazo de pollo, y éste sevolvió de oro macizo. Su hija se levantó ytrató de ayudar a su padre dándole de co-mer ella misma, pero era inútil: cualquieralimento o bebida, al tocar la boca de Mi-das, se convertía en oro. Asustado, Mi-das abrazó a su hija. Pero, ¡cuál no seríasu sorpresa cuando se dio cuenta de queestaba abrazando a una estatua de oro!

Horrorizado, Midas se arrodilló frentea la estatua que había sido su hija y le pi-

dió perdón. Llorando amargas lágrimas deoro, el rey frigio comenzó a llamar a gri-tos a Dionisos. De la nada, el dios delvino apareció sonriente frente al angus-tiado Midas.

"¡Este don que mediste es una maldi-ción!", le dijo Midas.

"Yo te lo advertí",le respondió Dio-nisos. "Espero quehayas aprendido algode todo esto".

"Por favor, ¿cómopuedo librarme deeste toque de oro yrecuperar a mi hija?"

"Tenés que ir a laorilla del río Pactolo,donde las sirvientaslavan la ropa, arrodi-llarte en el barro y la-varte las manos. Lue-go, tenes que salpicarcon agua del río todolo que transformasteen oro para volverloa la normalidad".

Midas salió co-rriendo del palacio endirección al río. Al lle-gar, se postró en elbarro y se lavó lasmanos, como le ha-bía recomendado el dios. Las arenas delrío se volvieron mágicamente de oro (sedice que todavía hoy lo siguen siendo) yMidas se liberó así de su terrible toque deoro. Tomando un cubo de agua, fue di-rectamente al palacio para liberar de la mal-dición a su hija. Salpicó así la estatua conel agua, y ésta volvió a ser humana. Lue-go hizo lo mismo con todo lo que habíatransformado en oro.

Algún tiempo después de haberse cu-rado de su "toque de oro", el rey se en-contraba paseando nuevamente en el bos-que donde había encontrado a Dionisos,

cuando escuchó una sua-ve melodía tan hermosaque se sintió extrañamen-te atraído por ella. La mú-sica lo guió a un pequeñoclaro donde dos músicosse encontraban discutien-do. Midas se acercó ypreguntó la causa de ladisputa.

El primer músico noera humano, sino sátiro(un ser mitad cabra, mi-tad hombre) llamadoMarsias, y llevaba consi-go una flauta de madera.

El segundo músico tam-poco era humano, a pesarde parecerlo: se trataba delmismísimo dios de la mú-sica, Apolo, y llevaba bajosu brazo una lira de oro.

La discusión se debíaa que Marsias, demasiadoconfiado en su habilidadmusical, había desafiado aldios Apolo a una pequeñacompetencia musical, paraver quien era mejor músi-co. Apolo, ofendido por la

criatura, descendió del Olimpo y aceptóel reto. Pero les faltaba un árbitro para lacompetencia, así que obligaron al curiosoMidas a ocupar ese puesto.

Tocó primero Apolo, y su lira vibró conmelodías sublimes y tristes. Marsias, a suvez, tocó hermosas y alegres melodías consu flauta. Cuando ambos terminaron, pi-dieron el juicio de Midas, el cuál dictami-nó que el ganador era Marsias. El dios

Este antiguo relato ha sido narra-do en incontables ocasiones a lo lar-go de la Historia por su innegablecarácter aleccionador. ¡Cuánto ser-viría de lección la historia de Midas avarios empresarios y políticos denuestros días!

Midas puede haber sido un per-sonaje histórico real, que gobernóFrigia entre el 740 y el 696 a.C.,aproximadamente. Durante su reina-do, el país logró una riqueza sin prece-dentes por el descubrimiento y explo-tación de varias minas de oro (segúncomenta Estrabón en su "Geografía").

Tal esplendor alcanzó el reino conMidas, que éste se ganó la admira-ción de varias ciudades griegas. Tam-bién narran algunos historiadores dela antigüedad (aunque esto ya formaparte de la leyenda) que Midas erapariente de los reyes de Troya y,cuando los griegos la arrasaron enla famosa guerra, el rey frigio partióen una expedición militar que saqueóMacedonia y Tracia, como venganzapor la muerte de sus primos troyanos.

Midas simboliza entonces una épo-ca de gran prosperidad de la antiguaFrigia. Pero esta prosperidad terminósiendo una maldición en vez de unabendición: las riquezas posiblementehayan generado una gran corrupción,y también la envidia y rencor de los

Apolo, indignado antela ignorancia del mor-tal, castigó a Midashaciéndole crecerenormes orejas deburro. Acto seguido,mató a Marsias y semarchó, furioso, alOlimpo.

Midas volvió a su palacio de noche,aprovechando la oscuridad para ocultarsus nuevas orejas. Desde entonces, el reyutilizó un enorme gorro para esconderlas(el famoso gorro frigio).

Llegó el día que el rey debía cortarseel cabello, así que mandó a llamar a subarbero y se encerró a solas con él. Cuan-do Midas se quitó el gorro, el barbero tuvoque taparse la boca para no reirse a car-cajadas. El monarca, furioso, le advirtióque si le contaba esto a alguien, sería de-capitado. Sin embargo, el barbero era unapersona muy poco discreta, así que, parasacarse del pecho semejante secreto y noperder la cabeza al mismo tiempo, se diri-gió a las afueras de la ciudad, y asegurán-dose de no ser visto ni oído, hizo un pozodonde gritó "¡El rey Midas tiene orejas deburro!". Acto seguido, tapó el pozo y vol-vió tranquilo a su hogar. Curiosamente,en ese mismo lugar creció, al poco tiem-po, una extraña planta que, al ser mecidapor el viento, susurraba "el rey Midas tie-ne orejas de burro" una y otra vez.

La gente del reino, intrigada, interpelóa su rey al respecto, y, antes de que Mi-das pudiese decir algo, un niño le sacó sugorro, dejando al aire las enormes orejasde burro. La sorpresa se transformó en-seguida en pequeñas risas que comenza-ron a crecer hasta convertirse en enor-mes carcajadas. Todo el pueblo comenzóa burlarse del pobre Midas, que se encerróen su Palacio y jamás volvió a salir de él.

El toque de oro Las orejas de burro

Se cuenta que hace mucho tiempo, elanciano rey de Frigia murió sin dejar he-rederos. El concejo de ancianos, temiendouna guerra civil, consultó al Oráculo sobrecómo actuar para evitar la catástrofe.

"¡Miren el cielo! El futuro rey deFrigia será aquel hombre en cuyo carrose pose un enorme cuervo", les respon-dió el Oráculo. La profecía se cumpliócuando un cuervo de amplias alas negrasbajó del cielo y se posó en el carro de unhumilde granjero llamado Gordias.

Nombrado inmediatamente rey, Gordias

Gordias y el nudo gordiano

El tesoromás valioso

Escribe:FedericoGuerra

pueblos vecinos, que terminaron inva-diendo el país de Midas. También sedice que se lo apodaba "orejas de bu-rro" porque tenía varios espías a suservicio, siendo así capaz de "oír" to-dos los secretos y sucesos del reino ysus alrededores.

La versión original del mito nosdice que un buen día, el rey Midasdescubrió a un sátiro (al igual queMarsias, un ser mitad cabra, mitadhombre) durmiendo en su jardín. Estesátiro, de nombre Sileno, no eracomo los otros sátiros: no sólo era in-mortal, sino que además era amigo ymaestro de Dionisos, el dios del vino.Midas invitó al ilustre sátiro a su pa-lacio y organizó un enorme banquete

donde emborrachó a Sileno para quele revelase los misterios que los dio-ses ocultan a los mortales.

Aún embriagado, Sileno se negóa compartir tales secretos, pero antela insistencia de Midas, y con la ayu-da de varias copas más de vino, mur-muró una sola sentencia: "Si eres mor-tal, más te valdría no haber nacido...pero como ya has nacido, lo únicoque puedes esperar con certeza esla muerte". Al poco tiempo Dionisos,que andaba buscando a su maestroSileno, llegó a Frigia y, al ver la hospi-talidad que Midas había mostrado a sututor, decidió concederle un deseo alrey. Este deseo terminó siendo, comoya hemos visto, el del toque de oro.

gobernó el resto de su vida con justicia ybondad. Su hijo fue el famoso rey Midas.

El carro de Gordias donde se posó elcuervo fue conservado por el pueblo, yatado con un complicadísimo nudo quecon el tiempo llegó a ser conocido comoel "nudo gordiano". El Oráculo profetizóque cualquiera que lograse desatar estenudo sería rey de todo el mundo. Siglosmás tarde, un joven y ambicioso rey lla-mado Alejandro (apodado Magno por lahistoria) cortaría con su espada el nudo,solucionando así el problema.

Hay otra versión del mito de Midasque nos cuenta Pseudo-Plutarco, un an-tiguo escritor griego. Se dice que du-rante el reinado de Midas, se abrió enen la tierra de Frigia una enorme y mis-teriosa grieta. Al mismo tiempo, lluviastorrenciales causaron que el país seinundara, y el agua comenzó a arras-trar gente y animales al abismo.

Midas, desesperado, consultó alOráculo para encontrar la solución aeste terrible problema."Para que elabismo se cierre, debe caer allí tumás valioso tesoro", le contestó elOráculo.

Midas reunió entonces todos sustesoros y los arrojó a la grieta (no sinlamentarse, porque era muy rico), peronada sucedió.

El hijo de Midas, amado por su pa-dre y por todo el reino, comprendióentonces el verdadero significado de laspalabras del Oráculo: abrazó a su pa-dre, a su madre, a su esposa y, mon-tando sobre su corcél, se arrojó a laenorme grieta. Midas, al borde del abis-mo, lloró la pérdida de su hijo. Y porfin la grieta se cerró.

... y mitología

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“Derecho Viejo”Página 8

“Hay que educar el pensa-miento para cuando no existael pensamiento”. Esta recorda-da frase del poeta RobertoJuarroz parece escrita para te-nerla cerca del dolor por la muertedel querido amigo, el 17 de mar-zo. Se ha alejado Osvaldo, perono nos ha dejado. Alejamiento esvacío de presencia, adiós defini-tivo, imposibilidad de estar conél, de tener su compañía. Peroen realidad, el pensamiento quedebemos “educar”, como nosdice Juarroz, es el del recuerdoy la presencia ya no física, sinode una mayor experiencia huma-na, en un existir de otras dimen-siones. Toda experiencia penetraa fondo en el sentimiento, y la

que tenemos deOsvaldo es renovaday profunda, está másallá de su pérdida.Gracias a ella lo nom-bramos y seguiremosnombrándolo para quesu obra siga viva. Por-

que lo que más importa ahora esno ignorar todo lo que fue y loque enseñó con su pasión por elteatro y su incorruptible necesi-dad de estar en actividad, que escomo decir “estar creando arte”y transmitirlo a cada instante, yasea como personaje, o como per-sona que sabía llegar a los demáscon gran talento y sensibilidad.

Recordamos a Osvaldo Mila-no Arrieta como el ser que se en-tregaba, sin pensar en sus ries-gos u obstáculos sociales, a esatarea diaria de mantener una vidaética y representativa de lo quedeseamos se desarrolle en elmundo: la dignidad del trabajo, lahonradez de la acción, el amorpor la poesía y toda expresión de

solidaridad.Podemos decir que Osvaldo,

en este tremendo compromiso,no medía esfuerzos ni conse-cuencias. Esta exigencia de sunaturaleza, de su capacidad en elteatro y en la organización decada espectáculo, su participa-ción al frente del Central Cultu-ral que había fundado hacía diezaños, quizás lo llevó al extremode sus fuerzas. Nada era másimportante para él que actuar,estar en todos los detalles de cadafunción y sostener un proyectode tal importancia cultural.

Un breve recorrido por la vidaescénica y las múltiples activida-des de Osvaldo nos lleva a evo-car su debut de 1956 con el Tea-tro Universitario, en el ColegioNacional de Morón, sus actua-ciones en el Teatro Municipal,bajo la dirección de HoracioForti, y luego, en el Teatro de laCiudad Vieja de San Telmo, bajola dirección de Gerardo Berensz-tein, para culminar en el Centro

Cultural “La Casa del Poeta”, fun-dada el 30 de noviembre de 1998.

Recordaremos también la in-auguración del Primer CaféConcert en Santo Domingo(1977), su actuación en el Festi-val Internacional de La Habana,Cuba (1995), y las distincionesen distintas entidades del país porsu trayectoria. Obras como “Elrecaudador fiscal”, “Las manosde Eurídice”, “Mateo” y la másreciente “Don Alfonso y el sín-drome de la impunidad”, entreotras, fueron celebradas como lasde mayores alcances artísticos.

La poesía siempre estuvo cer-ca de sus intensas actividades.Publicó “Un pueblo, su gente”(1973), “Poemas” (1993),“Otros poemas” (Selección,1993) y “Una forma sensible deindagación”, Poemas y crítica acargo de A. L. Ponzo (2000).Figura en la “Antología de poe-tas de Morón”, editada por elMunicipio en 2007, y en otraspublicaciones de Buenos Aires.

Pero esto no es todo, si sepiensa en lo que nos dejó y con-tinúa viviendo con nosotros: suconducta ejemplar, su generosi-dad, su norma de trabajo sin con-tención alguna, en una vida inquie-ta, afiebrada, de amor por el arte.

“El teatro me da la posibili-dad de congraciarme a mí mis-mo, porque esencialmente soyactor”, confesaba Osvaldo. Yagregaba: “He pasado momentosdifíciles respecto a mi salud, soyun apasionado, por lo tanto pon-go todo de mí, porque hay quetrabajar mucho para sostener “LaCasa”... Pero es una satisfacción,es como un hijo...”

Y fue así, sin más palabras:puso todo de sí. Ahora la “Casadel Poeta” lo revive y él continúatrabajando...

Y nosotros seguiremos apo-yándolo.

Con Osvaldo Milano ArrietaEscribe: Alberto Luis Ponzo

Cansado de ver la violencia que se adueñabade casi todos los pueblos, por ver la libertad humillada,

el pobre instrumentalizado, el rico sin ninguna sensibilidad,la política y la economía con fines en sí mismas;

fatigado por ver y oír hablar de eutanasia, aborto, erotismo,divorcio, amor libre, gulags, Treblinka, Dachau, campos de

concentración, revolución proletaria, dictadura del proletariado,seguridad nacional, la reeducación del pueblo,

política de salvación nacional; angustiado por ver el fracasode sistemas, pero no el fin de las injusticias;

sublevado por notar que los pobres cambian de dueño y que losdictadores solamente truecan los tronos y los títulos;

yo, que nunca creía en ninguna revolución,fuera ella americana, francesa, argentina,

brasilera, cubana, angoleña o rusa, empecé a dudar de todoy de cualquier cambio que considera al método en primer lugar,

al hombre en segundo y a Dios en el tercero,y continué más firme que nunca en la convicción

de que la única revolución capaz de elevar al hombre esla que viene desde “lo alto” (sin venir “de arriba”) y que

empieza a beneficiar a los más desheredados porquela que beneficia al tecnócrata, al camarada del mismo partido,al partido único, al poder económico y a los especialistas en

economía o en política no cambia nada, sólo transfiere el mismopoder a los grupos, igualmente propensos a la corrupción.¡Dios, no! ¡El revolucionario verdadero es Dios! Sacude

lo íntimo de cada hombre y lo obliga a entregarsea la historia y al bienestar común sin reservas, sin ambiciones,

sin ninguna recompensa y sin certificado de seguro.

Extraído del libro“El mundo por el cuál rezo”.

La raíz del conflictoPara resolver los conflictos humanos y problemas psicológicos

es inadecuado y utópico centrar toda la atención únicamente en lasformas, en lo fenoménico, o en las apariencias.

La raíz de todos los problemas humanos y por tanto, su solución,reside en la mente y la conciencia.

La mente, constituida por todos los contenidos de la conciencia,crea todos los problemas y sufrimientos de la existencia.

Cuando la mente es iluminada por un estado o nivel superior deconciencia, lo que era confusión y conflicto se clarifica y sereacomodan las cosas en un nuevo orden jerárquico de valores.

La luz de la inteligencia nos aclara todo.

Sólo Dios es RevolucionarioP. Zezinho

Darío Lostado

OsvaldoMilano Arrietay supersonificaciónen la obra“Mateo”

En memoria

La civilización humana se constituye aún so-bre creencias que permiten a las elites dominan-tes, disciplinar la existencia de los débiles. Antesfue la sangre azul de la realeza, creencia por lacual quienes tenían sangre azul podían gobernara los pueblos. Hoy la realidad se constituye so-bre el dinero, ya que su tenencia posibilita más y

Es puro aquel corazón que, presentándose ante Dios sin imáge-nes ni formas, está dispuesto a recibir solamente las impresionesque le vienen de Dios, y por las cuales se le quiere manifestar

Destruyan el templo, no el de Jerusalén,sino la estructura religiosa interior basadaen un Dios ”afuera”

“Hay que superar al propio Dios; ¿dónde está mi morada? Donde ni tú ni yo estamos.¿Dónde está el fin último que debo alcanzar? Donde no hay ninguno.¿Hacia dónde debo tender? Debo subir más arriba que Dios, hasta un desierto.

Maestro Eckhart

mejor cantidad y calidad de espacio-tiempo.Así se provocan crisis, especulaciones de pre-

cios de alimentos, corridas bancarias, caosmediáticos, para seguir dominando al hombre,que por su ignorancia sigue entretenido en la in-trascendencia cultural”.

Selección de Eduardo de San Isidro

La Vida no existió ni existirá. Es eterna. Lo eterno es un permanente momento presente.La Vida es impersonal. No es lo que pienso que es, sino LO QUE ES. La Vida sólo existe ahora

que la estás viviendo como realidad. El recuerdo del pasado no es ninguna realidad, como no loes el futuro aunque pienses en él.

La Vida es un fluir de eternos e infinitos Ahora.Cada momento presente es nuevo en sí, aunque la mente con sus pensamientos lo relacione con

otros anteriores.Los hechos del pasado ya no son hechos. Son simples pensamientos de la memoria.No existen como hechos, sino como recuerdos. Sólo fueron hechos en su momento. Ese momento

ya no existe.El pasado es un sueño de esta vida, y ya sabemos que esta vida es un sueño. Aquel pasado es un

sueño dentro de otro sueño.Cada instante es único e irrepetible. Nunca pasa la misma agua del río dos veces por el mismo

lugar, ni las olas del mar son las mismas por idénticas que parezcan, ni las llamas del fuego sonlas mismas aunque lo parezcan.

Si quieres aprender del pasado, míralo como pasado. Tu mirada es de ahora. Y la mirada presentees creativa si no te ciñes al recuerdo del pasado. Es pura, inocente y no condicionada por elpeso emotivo del pasado.

Vivir del pasado es remendar un traje viejo con paños nuevos.Darío Lostado

Extraído de “Despertar a la conciencia día a día”

El pasado

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“Derecho Viejo” Página 9

Soñando una nueva ArgentinaLa violencia, como el humo, invade los más recónditos estamentos de nuestra

sociedad. Ya no es el robo a mano armada o el vergonzoso y artero secuestro;es la violencia en los escenarios deportivos,

en los medios de comunicación social, en el transporte, en las aulas, etc.La paz y la guerra anidan en lo hondo de la naturaleza humana.

Desde el bíblico litigio de Caín y de Abel, a hoy, cada persona puede ser unvolcán de violencia o un mar de dulzura. La violencia y la paz,

el odioy el perdón forman parte del misterio del hombre.Hay que educar para la paz, hay que promoverla incesantemente.

La paz, caricia de Dios, es tarea de hoy y de siempre.La paz es tarea de todos, pero deber ineludible de las autoridades.

A mayor investidura, mayor cordura.

Hacia un futuro venturosoEstamos casi en vísperas del bicente-

nario 1810. Tiempo propicio para hacerun proyecto de país; oportunidad parasentarse en grupo amplio y pluralista deintelectuales, políticos, productores, sin-dicalistas, artistas, exportadores, etc. y detrazar líneas de acción de la Argentina delfuturo. Esbozar un proyecto de Estado acorto, una presidencia, mediano, tres pre-sidencias y largo plazo seis presidencias.Un proyecto claro, incisivo abarcativo,que obligue a quien ejerza el poder a se-guirlo y cumplirlo, más allá de las ideaspolíticas que le hicieron triunfar. Un pro-yecto que nos interpele: ¿qué queremos?;¿cuáles son los ejes del futuro progreso?;¿cuáles las debilidades que nos tienen pos-trados?; ¿ con qué recursos contamos?; ¿qué

Escribe: Hno.Eugenio

Magdaleno

principios éticos y filosóficos serán la basede nuestro ser nacional?; ¿ con quién nosaliaremos?; ¿cómo perfilaremos la educa-ción de calidad, creadora de la mejor indus-tria, la de la inteligencia?; ¿cómo asumir laglobalidad, la mundialización?; ¿qué lugarocuparán las fuerzas armadas y las indus-trias a ellas vinculadas?; etc.

Un proyecto de nación que impulse ala Argentina hacia un porvenir venturoso,equitativo, profundamente democrático;un proyecto que cierre el camino a la dia-ria involución que nos empobrece y nosfragmenta.

No hace falta filosofar mucho para vercuál es el camino correcto. Miremos anuestros vecinos que tuvieron tragediascomo la nuestra o peores. Se animaron acerrar las puertas al odio y a la venganza

y abrir caminos hacia el futuro desde launidad, el perdón y la justicia para todos.Hoy los vemos firmes, avanzando por lossenderos del progreso y del bienestar, queproducen el trabajo de calidad y la inves-tigación; y las exportaciones que acredi-tan a un país como productor y le permi-te pasar de ser deudor a acreedor. Admi-ramos la estabilidad de estas naciones. En-vidiamos que gobernantes de importan-tes estados los visiten y los inviten aconsensuar proyectos de política inter-nacional y de desarrollo.

Es hora de despertar del letargo. Ar-gentina, con lo que es, con su inmensopotencial y con su ubicación en el planis-ferio, no puede quedar a espaldas del mun-do libre y progresista. Buenos Aires se-duce a muchos turistas y a pocos gober-nantes, excepto a cuatro caudillos tras-nochados, anclados en el tiempo.

En estos días políticos de importantesnaciones visitan países limítrofes, pero nobajan en Ezeiza y no es por el humo. El

mundo sigue progresando y nosotros pe-trificados en el pasado. Hay que hacermemoria del pasado; éste nos será bene-ficioso en la medida que por igual recha-cemos la violencia sembrada por la uerrillasubversiva y por los gobiernos de facto.Miremos el futuro, interpelemos el por quéde nuestros fracasos y depongamos nues-tros egoísmos. Hagámoslo por los hijos,por los jóvenes.

Argentina es tan rica que no puede fra-casar. Fracasaremos los argentinos. En unmundo globalizado, con crecimiento sos-tenido de la población, con acrecien-tamiento del poder adquisitivo, Argentinadebe aspirar a reinar y no a vegetar. Enmomentos en que las tierras cultivables,la producción de alimentos, el agua dulcese convierten en bienes preciosísimos yescasos, debemos tomar la iniciativa ysalir a conquistar el mundo.

Los próceres que gestaron el 25 demayo y el 9 de julio soñaron una Patriagrande, pletórica de proyectos yencardinada en el corazón de la humani-dad. Las mezquindades que hoy nos aíslany empobrecen no condicen con el gritode libertad, ni con la epopeya eman-cipadora de la naciente patria.

Argentina, como el cóndor de nues-tras montañas, anímate a mirar el mundodesde arriba y a volar decidida por los ca-minos de la esperanza.

El descentramiento de la Iglesia

José Ignacio González FausJesuita español, teólogo en el Institut de

Teologia Fonamental Sant Cugat del Vallès(Barcelona)

Mi respuesta cabe, toda ella, en unas palabras ya famosas de D. Bonhoeffer escri-tas en mayo de 1944: “Nuestra Iglesia, que durante estos años sólo ha luchado por supropia subsistencia, como si ésta fuera una finalidad absoluta, es incapaz de erigirseahora en portadora de la Palabra que ha de reconciliar y redimir a los hombres y almundo. Por esa razón, las palabras antiguas han de marchitarse y enmudecer, y nues-tra existencia de cristianos sólo tendrá, en la actualidad, dos aspectos: orar y hacerjusticia entre los hombres”.

De acuerdo con esto, podría titular mi respuesta como “El descentramiento de laIglesia”. Ese descentramiento la haría capaz de pensar en el mundo más que en símisma y en su poder. Haría posible que el hombre fuese “el camino de la Iglesia(RH,14) y no que ella suplante a Jesús presentándose como el camino del hombre.Haría posible que la Iglesia fuese servidora del Reinado de Dios y transparentara elPadre de Jesús, en lugar de ser mera servidora de sí misma, aunque para ello invoqueel nombre de Dios. La haría hermana de un mundo enfermo, portadora de una buenanoticia (y buena noticia ella misma), y colaboradora decisiva en el esfuerzo por cons-truir una paz mundial basada en la justicia.

Por supuesto, se puede objetar que hay en el mundo causas aún más importantesque ese descentramiento de la Iglesia (un nuevo orden económico internacional; elfinal de la vergüenza armamentista, etc). Si elijo ésta, es porque la falta de concienciade ella en los responsables de mi Iglesia la vuelve aún más importante.

En mi modesta opinión, la Iglesia ha estado durante todo el milenio pasado cautivaen el Egipto del poder temporal, que le hacía suplantar a Jesucristo en lugar de servirley transparentarlo, y en el Egipto de una curia romana que últimamente iba tambiénsuplantando a Pedro en lugar de transparentarlo. Ello le ha hecho perder credibilidad. Yesta pérdida de credibilidad la va volviendo cada vez más autocentrada.

El descentramiento que la Iglesia necesita es una auténtica “salida de Egipto” que,de momento, la llevará probablemente al desierto, y ante el cual la Iglesia puede volver

a caer en la misma tentación en que cayótras el Vaticano II: volver a los ajos y ce-bollas de Egipto. Habrá que hacerlo conmesura y sin “hybris”, pero no sinradicalidad evangélica. Y ello irá provocan-do una serie de demandas concretas; porejemplo, la demanda de que la Iglesia searealmente (y no de nombre) “Iglesia de lospobres”; la demanda de una profunda re-forma en el papado y en la jerarquía; y lademanda de una mucho mayor audaciaecuménica (pues, en mi opinión, el cristia-nismo tendrá muy poco que hacer en eltercer milenio si no lo afronta unido). Tam-bién la demanda de recuperar el espíritu dela Gaudium et Spes, pues hoy no puede decirse con verdad que los gozos y las espe-ranzas y los dolores y las angustias de los hombres, sobre todo de los más pobres,sean gozos y esperanzas y angustias de la Iglesia (cf. GS, 1).

Pero, si todo eso no se da, me temo que, en lugar de autocentramiento, tendremosque comenzar a hablar de una auténtica “eclesiolatría”, en la que la Iglesia se absolutizatanto que se cree por encima del bien y del mal. De ahí que se permita predicar losderechos humanos al mundo exterior a ella, sin preocuparse por ser ella misma unmodelo de respeto a los derechos humanos. De ahí que se abstenga de defender cau-sas justísimas, simplemente porque los promotores de esas causas no la defiende a ella(y viceversa: apoye causas injustas cuando la favorecen a ella). Los responsables de laIglesia, atentos sólo a su propia autoconservación corporativa, no se dan cuenta dehasta qué punto estas conductas les quitan credibilidad y hacen cada vez más difícil lafe para los hombres del siglo XXI.

Decir estas cosas no es agradable. Pero es aún más dolorosa la angustia que estascosas crean en muchos miembros de la Iglesia. Karl Rahner habló antaño del kairós(oportunidad de Gracia) de un “cambio estructural en la Iglesia” que no ha sido apro-vechado. San Pablo acusó de que hay una manera de representar a Dios ante el mundoque merece el antiguo reproche de Isaías: “por vuestra causa es blasfemado el nombrede Dios entre las gentes”: Y el obispo Casaldáliga versificó todo eso en un conocidopoema que comienza así: “Yo, pecador y obispo, me confieso

de soñar con la Iglesiavestida solamente de evangelio y sandalias...”

También yo quisiera confesarme de eso, aunque no soy obispo, sino sólo pecador.Personalmente, estoy convencido de que la Iglesia es depositaria de una “luz para lasgentes” que ella prefirió meter “bajo el celemín”, aunque luego intentara tranquilizarsesacando ese celemín por la televisión... Eso es lo que me ha movido a elegir ésta comola cosa más importante, aun sabiendo que no hay una única cosa más importante,porque todo, en nuestro mundo, está cada vez más interconectado.

Superficie y algo más

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“Derecho Viejo”Página 10

¿Fueron sólo doce los discípulos?¿Eran todos varones? -Parte I-

El estereotipo de los “doce apósto-les” es un componente del imaginariocolectivo que –desde hace siglos hastanuestros días– ejerce sobre los cristia-nos una extraña hegemonía de la queni siquiera parecen liberarse personascultas.

Antes de entrar de lleno en los temasplanteados por los interrogantes del títu-lo, aclaremos el preciso alcance del tér-mino apóstol. De acuerdo con el sentidoen que el mismo comienza a utilizarse en-tre los primeros creyentes, especialmentedesde la resurrección hasta la venida delEspíritu Santo –período en que cristalizasu específico contenido–, se admite co-múnmente que ese vocablodesigna a:

“todo discípulo que, sien-do de algún modo testigo dela resurrección de Jesús, re-cibe de él la misión y, juntocon ésta, los correspondien-tes poderes sagrados que loacreditan para difundir elevangelio e implantar el Rei-no de Dios en la tierra”. (Ta-rea ésta que empieza a par-tir de Pentecostés para ex-tenderse hasta el fin de lossiglos).

Anticipadamente, a modode tentativa exploratoria, cabepreguntar si habrán sido po-cos o, al contrario, bastantenumerosos los apóstoles que,desde la jornada pentecostal, iniciaron lacristianización del mundo. A priori pare-ce más probable la segunda hipótesis,dado que, hacia el final de su ministeriopúblico en Israel, Jesús polariza una res-petable cantidad de discípulos que lo si-guen muy de cerca. Son mayoritariamentevarones, pero también están presentes va-rias mujeres cuya actitud descuella por ladecisión, la eficiencia y la fidelidad al Maes-tro en su vida y… en su muerte.

Estos discípulos, sobre todo despuésdel impulso de Pentecostés, sienteninternalizada en su alma la convicción deque ha llegado la hora de emprender laardua misión asignada por el Señor, y delanzarse a su gran aventura espiritual. (Queefectivamente haya sucedido así consta-rá a lo largo de este trabajo).

Sin embargo, durante muchos siglos,no fue conocida entre los cristianos esaamplia respuesta de los discípulos a la tam-bién amplia invitación de Jesús para queesparzan por el mundo la buena noticia dela salvación. Al contrario, se nota la ten-dencia casi compulsiva a pensar y mani-festar que la cantidad de apóstoles se re-duce a doce. La misma limitación se da,en el campo de las artes plásticas, cuandode ellos se trata. Como si, en virtud deuna misteriosa rúbrica, ese tema debaencuadrarse en la rutinaria fórmula delos “doce apóstoles”, ni uno más ni unomenos, y, por descontado, todos ellosvarones…

¿Qué motivo ha podido conducir a loscristianos a esta ambigua postura, noexenta de serias y peligrosas consecuen-cias para la vida eclesial?

Claramente la piedra de tropiezo la en-contramos en una desfasada interpreta-ción del pasaje neotestamentario que ha-

bla del grupo de los “Doce”.Marcos, que escribió su Evangelio con

anterioridad a los otros, así se expresaacerca de ese suceso:

Después subió a la montaña y llamó asu lado a los que quiso. Ellos fueron ha-cia él, y Jesús instituyó a doce para queestuvieran con él, y para enviarlos a pre-dicar con el poder de expulsar a los de-monios. Así instituyó a los Doce: Simón,al que puso el sobrenombre de Pedro; San-tiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermanode Santiago, a los que dio el nombre deBoanerges, es decir, hijos del trueno; lue-go Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo,Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo,

Simón el Cananeo, y Judas Iscariote, elmismo que lo entregó (3, 13-19).

El relato es repetido por Mateo (10, 1-4) y por Lucas (6, 12-16). Estos textosse refieren sin duda al mismo aconteci-miento y por lo tanto se consideran luga-res paralelos. Aun cuando, algunos ele-mentos secundarios o accidentales, allíincluidos, pueden desorientar al que pro-cura analizarlos.

Precisamente debe admitirse que su-cumbieron a ese peligro los primerosmaestros que se abocaron al estudio or-gánico y metódico de las Sagradas Escri-turas. No obstante su talento y dedica-ción, influidos quizá por cierta rigidez deprincipios, sólo acertaron a captar el sen-tido literal del pasaje citado, cuyo eje pasapor el número doce, que interpretaroncomo una mera expresión cuantitativa omatemática, e ignoraron por completocualquier contenido simbólico que, en rea-lidad, es el predominante.

Con todo, no se niega en ese pasaje laexistencia de un nivel paralelo de signifi-cación literal por el cual se nos informaque Jesús, a comienzos de su vida públi-ca, convoca entre sus discípulos a algu-nos mejor predispuestos, y forma conellos un grupo de apoyo y acompañamien-to, que lo secunde en la labor evangélicaque está desarrollando en el seno del pue-blo de Israel. Estos discípulos se mantie-nen habitualmente junto al Maestro quien,a veces, los envía a efectuar girasmisionales transitorias, dentro del territo-rio palestino.

Este nivel de lectura literal nos da aconocer un hecho concreto, importantesin duda, pero que en realidad sirve desoporte y ocasión para transmitirnos, porla vía alegórica, un anuncio incompara-

blemente más trascendental y decisivo.Los peritos bíblicos de antaño no lo

percibieron así y se quedaron en la puraliteralidad. Incurrieron además en un ana-cronismo, al suponer que Cristo de ante-mano (o sea, al principio de su actividadpública) había ya determinado el grupoexacto de apóstoles (en el sentido precisoy técnico de la palabra) que serían envia-dos a todas las naciones, los cuales, sinembargo, no tendrían estrictamente su ra-zón de ser y actuar sino varios años mástarde, al compás de hechos providenciales.

Probablemente contribuyó a confun-dirlos la circunstancia de que los evange-listas, de vez en cuando, otorgan al grupo

de los Doce el título deapóstoles. Pero no había lu-gar para tal confusión, siesos intérpretes hubiesenadvertido un aspecto de bas-tante importancia: cuandolos autores sagrados escri-ben sus Evangelios (a partirde los años setenta, no an-tes), ya han transcurridomás de tres décadas desdela institución de los Doce,los cuales finalmente habíanllegado a ser apóstoles. In-cluso, la mayor parte deellos ya había sufrido elmartirio por la causa deCristo. De todos modos, an-tes de su apostolado entrelos paganos, debieron pasar

por varias situaciones.Primero, los Doce acompañaron va-

rios años al divino Maestro, compartien-do con él una compleja experienciamisional preferentemente en territorio ju-dío. A continuación, al igual que otros nu-merosos discípulos, vivieron jornadasconmocionantes, como testigos de la pa-sión, muerte y resurrección de Jesucris-to. Se los vio luego transformados demodo increíble por la acción del EspírituSanto, el día de Pentecostés, y con ansiasincontenibles de difundir por todas partes

la buena nueva de la redención en Cristo.Es interesante constatar que los miem-

bros de ese grupo especial, al tiempo deser instituidos y durante los años anterio-res a la resurrección del Señor, no se lla-maban apóstoles, sino simplemente “losDoce”, como se comprueba en Marcos3, 14; 4, 10; 10, 32; 11, 11; en Mateo 20,17; en Lucas 8, 1; 9, 12; en Juan 6, 70.Pero, a la inversa, a poco de iniciarse enlas diversas naciones la predicación delevangelio, fue desapareciendo la menciónde “los Doce” (que de hecho, habían te-nido una finalidad temporaria).

En adelante, en el transcurso de losprimeros años de la Iglesia naciente y envías de crecimiento y organización, tansólo se habla de los “apóstoles” cuya au-toridad y prestigio son ponderados por loscristianos, y no se indica nada acerca desu número o cantidad. Más aún, san Pa-blo, en la 2ª Carta a los Corintios (11, 13),alerta a los creyentes de su tiempo res-pecto de los “falsos apóstoles, que pro-ceden con engaño haciéndose pasar porapóstoles de Cristo”… Lo cual nos per-mite suponer que los verdaderos apósto-les eran bastante numerosos, de tal mane-ra que alguien, por algún tiempo, podíadisimular su falsedad ante la comunidadcristiana. Pero esto resultaría moralmen-te imposible si fuesen sólo doce…

En épocas posteriores de la Iglesia, seva abriendo camino, al amparo de ciertaenseñanza sistemática, la trillada fórmulade los “doce apóstoles”, que logra lamen-tablemente prevalecer con las caracterís-ticas descritas en este trabajo.

RodolfoCanitano

Superficie...

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En la tercera, y última parte, del documento de losobispos latinoamericanos, se nos ofrece una riquísmavisión acerca de la cual es la propuesta cristiana, sobre loque implica decir de verdad plenamente y convertir eldon de la vida en una fuente inagotable de crecimientointerior que se expresa en el modo que adoptemos parainteractuar con los demás.

En el inicio se nos dice que “El bautismo no solo pu-rifica de los pecados. Hace renacer al bautizado, confi-riéndole la vida nueva en Cristo, que lo incorpora a lacomunidad de los discípulos y misioneros de Cristo, a laIglesia, y lo hace hijo de Dios, le permite reconocer aCristo como Primogénito y Cabeza de toda la humani-dad. Ser hermanos implica vivir fraternalmente y siem-pre atentos a las necesidades de los más débiles. (n.349).

Una excelente síntesis de lo que el bautismo le aportaa la condición humana y como la eleva a la más grandedignidad.

La fe es la respuesta al hondo deseo de nuestros pue-blos que no quiere andar por sombras de muerte, sinoque tienen sed de vida y felicidad en Cristo.

“Sin embargo en el ejercicio de nuestra libertad a ve-ces rechazamos esa vida nueva o no perseveramos en elcamino. Con el pecado optamos por un camino de muer-te”. (n. 351)

Más adelante, retomando una afirmación del papa enel discurso inaugural, nos recuerdan que la vida nueva deJesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en ple-nitud la existencia humana en su dimensión personal, fa-miliar, social y cultural.

Y con esta convicción nos van a describir en unasíntesis, sin desperdicio, que implica vivir cristianamente.

“La vida en Cristo incluye: la alegría de comer juntosEl entusiasmo por el progresoEl gusto de trabajar y aprenderEl gozo de servir a quien nos necesiteEl contacto con la naturaleza

El entusiasmo de los proyectos comunitariosEl placer de una sexualidad vivida según el EvangelioY todas las cosas que el Padre nos regala como sig-

nos de su amor sincero.Podemos encontrar al Señor en medio de las alegrías

de nuestra limitada existencia y, así, brota una gratitudsincera”. (n 356)

A continuación nos invitan a reflexionar como “elconsumismo hedonista e individualista, que pone la vidahumana en función de un placer inmediato y sin límites,oscurece el sentido de la vida y la degrada”. (n.357)

La vida que Jesús nos ofrece excede el deseo huma-no: a la samaritana le da más que el agua del pozo y a lamultitud hambrienta le ofrece más que saciar el hambre.

Pero esta convicción no nos exime de constatar quela realidad muchas veces, por la pobreza, las injusticias,contradice el proyecto del Padre “e interpelan a los cre-yentes a un mayor compromiso a favor de la cultura dela vida”.

El proyecto de vida cristiana nos lleva a entusiasmar-nos para sentir que la vida se vive realmente en plenituden la medida en que un incluye a los otros en su proyectode felicidad.

Este capítulo se cierra con unllamado a todos los cristianos paraanimarnos a asumir el compromisoque hoy conlleva nuestra condiciónde creyentes que quieren ser fielesa su vocación, que surge de la con-dición de bautizados.

Tenemos que descubrir la pre-sencia de los valores del Reino ennuestras culturas, recreándolas des-de dentro para transformar las si-tuaciones antievangélicas.

Debemos alentar los esfuerzos de hombres y mujeresque encuentran en sus creencias religiosas el impulsopara su compromiso histórico.

En un próximo número continuaremos con los últi-mos capítulos de este documento que nos ayuda a en-contrar los caminos para consolidar nuestra fe en unacultura que ahonda en una línea de agnosticismo mos-trándonos qué acciones debemos realizar a favor de losdemás, pues también hoy nosotros como aquel auditoriode Pedro en los inicios de su predicación nos pregunta-mos ¿qué debemos hacer?

La vida en plenitud, en el documento de Aparecida

Escribe:Mons. Raúl Trotz

En la unidad de todos los hombres ve el Vatica-no II el objetivo de la Iglesia: “Todos los hombresson admitidos a esta unidad católica del pueblo deDios (...) y a ella pertenecen de varios modos o sedestinan tanto los fieles católicos como los otroscristianos e incluso todos los hombres en general,llamados a la salvación por la gracia de Dios” (LG,13). En otro documento resume el Concilio la mi-

sión de la Iglesia con estas palabras: “La Iglesia sólodesea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu,la obra misma de Cristo, quien vino al mundo paradar testimonio de la verdad, para salvar y no parajuzgar, para servir y no para ser servido”. (GS, 3)

Cyrille Salim BustrosArzobispo greco-católico de Baalbek (líbano)

La unidad de todos los hombres

... y algo más

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“Derecho Viejo”Página 12

La fe es el comienzo deuna nueva vida. Significacrecimiento y desarrollohacia una completa madu-rez y perfección última.¿Qué es para el cristianoesta perfección consuma-da? La plena manifesta-ción de Cristo en nuestrasvidas: “Cuando aparezcaCristo, nuestra vida, en-tonces también nosotrosapareceremos juntamen-te con Él, en gloria”(Col3,4). ¡Esta es la verdaderaperfección cristiana!

¿Qué significa esto? Significa, ni más ni menos laplena revelación en nosotros del gran misterio del amorde Dios al mundo, en su designio de “restaurar todaslas cosas en Cristo” (Ef 1, 9-10). La misericordia deDios debe revelarse en nosotros. Cristo debe brillarcon toda su gloria en nosotros, sus miembros. Debehacerse del todo evidente que su caridad ha hecho real-mente en nosotros una sola cosa en Él. “Que todossean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, queellos también lo sean en nosotros, para que elmundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,21). Einmediatamente antes, Jesús había dicho: “Por ellosme consagro yo, para que también se consagrenellos en la verdad”. Y había orado con estas pala-bras: “Santifícalos en la verdad: tu palabra es ver-dad” (Jn 17, 19-17).

Nosotros no vamos a Él como individuos aislados,sino como miembros de su cuerpo místico. Puede de-cirse que nuestra perfección guarda proporción con

nuestra capacidad de servir como instrumento de suamor para establecer su Reino y edificar su cuerpomístico. Cuanto más fructíferas y saludables sean nues-tras vidas como miembros de Cristo, tanto más capaci-tados estaremos para comunicar la vida de Cristo aotros, en y por medio del Espíritu Santo. Cuanto máscapacitados estemos para darles a ellos, tanto más re-cibiremos de Cristo.

Todo el influjo secreto de la vida mística en nues-tras almas está ideado no sólo para nosotros, sinopara otros. Los que reciben más son los que tienenmás que dar; y si tienen más que dar, tal vez seaporque se les ha perdonado más (Lc 7, 47-48)

Tienen mayor capacidad de amar a Cristo en suhermano porque tienen una experiencia más profunday más íntima de su propia angustia y de su misericor-dia. El sufrimiento y la pobreza de espíritu les han en-señado la compasión y les han enriquecido espiritual-mente, porque los misericordiosos son ricos en miseri-cordia. Además, los misericordiosos son ricos tambiénen verdad. Si no aprendemos el significado de lamisericordia ejerciéndola con los demás, nuncatendremos un conocimiento real de lo que signi-fica amar a Cristo. No porque nuestra misericordiapara con los demás nos enseñe a amar a Cristo direc-tamente, sino más bien porque el amor de Cristo ennuestras vidas, actúa dinámicamente para alcanzar alos demás a través de nosotros, revelándose Él de esemodo en nuestras propias almas.

Sin amor y compasión por los demás, nuestro“amor” aparente a Cristo, es una ficción: “Quiendice que está en la luz y aborrece a su hermano, estáaún en las tinieblas. Quien ama a su hermano perma-nece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su

hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, yno sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado susojos... en esto hemos conocido su amor: en que Éldio su vida por nosotros. También nosotros debe-mos dar la vida por los hermanos. Si alguno que poseebienes en la tierra ve a su hermano padecer necesidady le cierra su corazón ¿cómo puede permanecer en élel amor de Dios? Hijos míos, no amemos de pala-bra ni de boca, sino con obras y según la verdad”(1ª de Juan 2, 9-11 y 3, 16-18).

Extraído de “Vida y santidad”

Crecer en conciencia crística

Por Thomas Merton

¿Será verdad, Señor, que objeto fuistede la mayor crueldad que el hombre ha hecho,y que en cierto costado de tu pechote hirieron esos mismos que quisiste?...

¡Que fue tu amor universal y tristey de infinita piedad estaba hecho;a pesar de que el mundo en un deshechocorrespondió al amor que le tuviste!...

Aún hoy, no se avergüenza de su crimen,pero en lo más profundo de su almahalla que en Tí, solamente está la calma.

No encuentra más que en Tí quien lo redimede todo el lastre de su egolatrismo:y le evite que caiga en un abismo...

Eduardo Mansilla Giuliano

Ego sum qui sum

Profundidad

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“Derecho Viejo” Página 13

Se debe vivir en la mayorintensidad posible de entusiasmo.El corazón humano es amplio yprofundo, y lo suficientemente

grande como para cobijar en sí aDios y los hombres, todo el

universo. Un hombre puede vivircontinuamente en asombro, también

a causa de sí mismo. El hombrepone en movimiento lo que es

inerte, la materia: aviones,máquinas, etc. Ese es

el milagro de la técnica.

Nuestro amigo Pieter van der Meer de Walcheren

Texto para los ciegos (a nuestro hermano Jesús)Soy ciego, Jesús. Intentaré hablarte

en nombre de todos los ciegos.Más que los demás, nosotros, los cie-

gos, somos tus hijos de la luz, porquevivimos en la noche de tu abandono.Todos nosotros vivimos, y plenamente,el sufrimiento de vernos arrojados fuerade la ciudad de los hombres.

Somos las gotas de tu sangre; sangreque enceguece tus ojos; somos tu grito deangustia; somos, nosotros, tus lágrimas.

Nació en Utrecht (Holanda) en 1880,hijo de una familia noble protestante.Su entorno familiar, su formaciónartística y humanística y unainclinación natural hacia el bien locondujeron tanto a la literatura como ala política. En 1911 se convirtió alcatolicismo, al que abrazó con fervor.En los años veinte sus artículos ylibros estimulan a un grupo de artistasy escritores que inician el «movimientode los jóvenes católicos» que haceflorecer a la Iglesia en Holanda. A lamuerte de su esposa en 1953 ingresa almonasterio de Oosterhout dondepermanece hasta su muerte en 1970.

Acabo de escuchar una grabación del último cuarteto de Beethoven.Beethoven libera y ensancha al hombre. Esta es la tarea de todo artista.

Beethoven, un hombre sordo como una tapia, ha creado con cuatroinstrumentos, dieciséis cuerdas, una consonancia. Todo cuanto puebla

el universo se ha transformado en sonido: murmullos de estrellasmoribundas, la danza de las galaxias. Un gran corazón humano, un

genio, escuchó esa música en su interior. El hombre es algodesmesuradamente grande.

El cuarteto de Beethoven es una prueba suficientede la existencia de Dios, el poeta máximo.

¿Donde está ahora esa maravilla? ¿Por dónde está aún resonando?¿Y quién la escucha? La tragedia del hombre Jesús ha sido inmensa.La reencontramos en todos los artistas auténticos: Dostoievski, Bloy,

Rouault, Bergman. Esquivar la tragedia de la vida, serenarla,no es propio de grandes hombres, no es cristiano.

La tragedia más grande es la incomprensión desamoradade lo que Jesús conoció como hombre.

Me parece ridículo cuando oigo a uncélibe por vocación hablar de las

mujeres, el hombre y el matrimonio.Todo ello es sabiduría adquirida en los

libros, reflexionada y nacida en elambiente encerrado del cuarto de

estudio. Y lo más asombroso es queesa gente cree como obvio que

también están en condiciones de darconsejos al respecto.

El matrimonio en amor verdadero esuna recuperación del paraíso. El

pensamiento primitivo del Creador es:hombre y mujer en el matrimonio.

Donde dos se han unido en su nombre–hombre y mujer en el matrimonio–,allí está Cristo realmente presente.

No comprendo nada de eserecargamiento de la liturgia, cuandoCristo mismo dijo que era paganoel rezar con demasiadas palabras.

Todo deber retornar a lasencillez. Jesús regresa a la tierra,participa de una misa y no entiende

mucho lo que ocurre.“¡Qué representación teatral han

hecho de mis palabras profundas ysencillas! Todo se parece a unafiesta en la corte de Bizancio”.

¿Por qué considerar la vidareligiosa como más elevada, de

mayor valor? Es una vocación, igualque el matrimonio, como la música,

como la literatura, el teatro, lamedicina o la arquitectura.

¿Por qué fabricar una jerarquía?En la Trinidad no hay plusvalías.Se trata de la persona humana;

y allí donde el hombre se hacehombre completo, allí está el

valor más grande.

El re-descubrimiento de la personahumana, por parte de la moderna

antropología y la psicología, lleva ala vida cristiana nuevamente a su

unidad; ya no existe más esadivisión en oración y trabajo,

acción y contemplación.

Vivimos en esta hora prolongada quelleva en su entraña la aurora de la luz... tuluz que ilumina, desde el interior, nues-tros ojos ciegos.

Y así nosotros vemos mucho mejor,maravillosamente mejor, por el oído y porel tacto, y vemos más íntimamente lascosas inexpresables e invisibles, vemos laprofundidad de los silencios, que no veny no reconocen quienes tienen los ojosbien abiertos... al que está al lado de ellos

como los discípulos de Emaús.Nosotros, los ciegos, sabemos en-

seguida que tú, nuestro gran hermano,estás en medio de nosotros, estás aquí,al lado de cada uno de nosotros; no ne-cesitamos a los que ven.

La luz que te envuelve y que eres,hombre-Dios, ilumine definitivamentelas tinieblas de nuestra noche... y estaluz es el gozo de Dios. Amén

“DERECHO VIEJO”

Todos los Domingosde 9 a 13

Por FM 102.7:Radio GBA de Morón

4489-0468www.fmgba.com.ar

Todos los Sábadosde 8 a 12

Por AM 750:Radio del Pueblo

4371-1115www.750am.com.ar

Sábado 3:Sábado 10:Sábado 17:Sábado 24:Sábado 31:

¿Qué significa consciencia crística?¿Qué hay que hacer para meditar?¿Pueden evolucionar las religiones?¿Para qué sirve el silencio?¿Controlar o pacificar la mente?

Sábado 3:Lunes 5:

Sábado 10:Lunes 12:

Sábado 17:Lunes 19:

Sábado 24:Lunes 26:

Sábado 31:

¿Qué significa consciencia crística?¿Qué hay que hacer para meditar?¿Pueden evolucionar las religiones?¿Para qué sirve el silencio?¿Controlar o pacificar la mente?¿Por qué el evangelio de san Juan?Practicar la muerte¿Qué es la meditación?La vida humana: ¿autorrealización de Dios?

TALLERES DE DESPROGRAMACIÓNY ORDENAMIENTO (LIBRES Y GRATUITOS)

Talleres de MAYO 2008 CASTELAR

Almafuerte 2680 - De 17 a 19 hs. - Tel.: 4627-8486 - 4629-6086

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Ide

a y

co

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ció

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Ca

mil

o G

ue

rraDios es lo que es;

yo soy lo que soy;y si conoces bien a uno,nos conoces a ambos.

* * *El abismo que es mi alma

invoca incesantementeel abismo que es mi Dios.

* * *Lo que los hombreshan dicho de Dios,

no me alcanza.Mi vida y mi luz,

es Uno,más allá de la divinidad.

Angelus Silesius

La verdad permanece juntoa las puertas de nuestras almas...

y llama.

Gregorio de Nisa

* * ** * ** * ** * ** * *

Un programa de radio para escuchar...

ahora también porInternet

Pensamiento

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Vivimos en una época en la que seabren posibilidades sin precedentes en lamedicina. No obstante, a pesar de losenormes cambios, sigue habiendo resis-tencia de parte de la medicina tradicional,de los gobiernos y de la industria farma-céutica. Podría decirse que se sienten loschoques entre las placas tectónicas de lamedicina convencional y la holística, queestá modificando el panorama de la aten-ción sanitaria.

Pero tal vez el mayor drama y el ma-yor triunfo se encuentren en la vida coti-diana de los profesionales, de distintaspartes, que están fusionando estos dos ti-pos de atención de salud y dando origen aalgo que quizá podría denominarse medi-cina integradora.

Son muchos los testimonios de profe-sionales, como el de la doctora NancyEos, quien lleva años como médica en unasala de guardia, y estaba pensando en unmomento dejar la medicina, porque al apli-car medicinas alternativas, se sentía comosi tuviera en una mano mostaza nitro-genada (por la quimioterapia) y en la otra,brotes de soja y tenía que deshacerse deuna de las dos cosas. Cuando los sínto-mas desaparecieron gracias al tratamien-to homeopático, la doctora Eos comenzóa estudiar esta forma de sanación. Comola doctora Eos, muchos médicos siguie-ron el camino ortodoxo durante su for-mación, aunque albergaban una secretapasión por las vías de sanación. Se inspi-raban en ciertos pioneros de la medicinaalternativa, como el doctor HerbertBenson, un profesor de medicina que haceveinte años introdujo la meditación enNorteamérica; el endocrinólogo DepakChopra, que popularizó la medicinaayurvédica y del cuerpo-mente; el doctorLarry Dossey, quien prácticamente sólolegitimó el estudio del efecto de las plega-rias en la curación. Pero inevitablemente,las historias de estos médicos son persona-les, anécdotas de enfermedades y transfor-mación en su propia vida.

La medicina alternativa es un movi-miento inspirado por los pacientes y porlos médicos que se transformaron en pa-cientes. De hecho un famoso estudio rea-lizado en 1993, descubrió que en 1990 el34% de los norteamericanos utilizabanterapias no convencionales, por los cua-les pagaban de su propio bolsillo un mon-to total estimado en más de diez mil millo-nes de dólares. Si bien el movimiento fueinspirado por los médicos y los pacien-

tes, ahora son las instituciones y el gobier-no los que están comenzando a reaccionar.

Datos recientes indican que 34 de los125 facultades de Medicina de EstadosUnidos ofrecen cursos de medicina alter-nativa. El congreso aprobó la asignaciónde 12 millones de dólares para la oficinade Medicina Alternativa (Office of Alter-nativa Medicine, OAM). Y 18 compañíasde seguro cubre las curas con homeopa-tía, hierbas; todo aquello referido a trata-mientos holísticos.

Pero el cambio no siempre ha sido fá-cil, sobre todo para los médicos que es-tán forjando la medicina integradora. Ladoctora Northup llegó a la medicina alter-nativa por el camino de su propia expe-riencia. Durante el crecimiento sufrió demigrañas crónicas, a los 13 años estuvointernada. Sólo a los 19 años comprendióque sus dolores de cabeza estaban rela-cionados con el estrés y que ese estrésera autoprovocado, desencadenado porpersonalidad tipo A, excesivamente acti-va. Parece que el simple hecho de darsecuenta la sacó de esa excesiva actividadbioquímica. Ahora tiene 47 años y sólo hatenido tres dolores de cabeza en los últi-mos 28 años. Afirma “cambiamos úni-camente cuando algo nos toca de unmodo personal”.

Con más frecuencia de lo que imagi-namos, los métodos alternativos son másefectivos y económicos que los ortodoxospara tratar las enfermedades crónicas.

Cada año se invierte en Estados Uni-dos casi un billón de dólares en serviciosy productos para la atención de la salud,y la mayor parte de esa carga financierarecae sobre las compañías de seguro. Porlo tanto ahora están recurriendo a médi-cos emprendedores que ejercen una me-dicina integradora y que han demostradoque sus métodos pueden reducir costos.

El doctor Samuel Benjamin dirige unprograma en un centro de salud en Arizona,donde trabajan seis médicos y ocho pro-fesionales equivalentes, ofrecen métodoscomo la medicina herbaria, el trabajo cor-poral, la meditación y la visualización.Cuando el doctor Benjamín tuvo una hijaprematura, se aseguró que recibiera unaverdadera atención médica integrada: lomejor de la atención convencional juntocon el contacto terapéutico, plegarias yestimulaciones con colores, aromas agra-dables y música. Su hijita ahora tiene cin-co años es normal y sana.

Como el doctor Benjamin, encontra-mos muchos profesionales más como eldoctor Robert Ivker, presidente de la Aso-ciación Médica Holística, dice que se curóde problemas sinusales con un métodoholístico, que incluía modificaciones en

la dieta, la forma de vida y la actitud.Existen oportunidades sin precedentes

para que la medicina alternativa trabaje enforma conjunta con la industria de la me-dicina asistencial y, finalmente, atraiga atoda comunidad médica. Para alcanzar eseobjetivo las investigaciones patrocinadaspor las universidades y la oficina de Me-dicina Alternativa pueden ser crucial. Estaúltima ya ha financiado pequeños estudiossobre todo de tipo de medicina alternativadesde la homeopatía hasta la visualización.

Actualmente la OAM financia estudiosen diez universidades de primer nivel so-bre una amplia variedad de temas, desde

Los médicos: buscadores espiritualesEscribe: Dr. Juan Carlos CoriaMedicina Holística UnicistaWord University RoundTable, Benson, Arizona

PARROQUIA NTRA. SRA. DEL ROSARIO DE POMPEYAALMAFUERTE 2650, CASTELAR

95º ENCUENTRO CORAL “CASTELAR CANTA”Domingo 11 de Mayo, 20 hs.

-Coro femenino “Los Cardales”Director: Antonio J. Stcherbina

-Coro de Cámara ZahirDirector: Diego Boero

-Coro RenacerDirector: Alejandro Mendiondo

ENTRADA LIBRE

Y GRATUITA

Se ruega traerun alimento

no perecedero

Auspician: “Sociedad de Fomento de Castelar y Biblioteca Popular 9 de JulioOrganiza: “Coral Vox Spei”. Dir: Edelmira Lobato

Integración

las alergias hasta el cáncer, el envejeci-miento y los dolores crónicos. ¿Cómo lle-gamos tan lejos, y qué llevó a los profe-sionales de la salud a arriesgarse tanto?

La respuesta parece ser la unión deambas disciplinas sana a pacientes y en elproceso, sana también a los médicos.

Larry Dossey, uno de los visionariosoriginales, dice: “No es gratificante prac-ticar la medicina como si los seres huma-nos fueran máquinas. Los médicos estánávidos de espiritualidad; se están transfor-mando en buscadores espirituales, y esoes mucho más que una aventura intelec-tual. Se trata de una búsqueda existencial”.

A lo largo de las épocas, hombres ymujeres de gran desarrollo energéticohan subrayado la necesidad de discipli-nar los impulsos básicos personales quese manifiestan en nuestros deseos dealimento, placer, poder, etcétera. Advir-tieron que la energía expresada en lasdimensiones en que prevalecen estosdeseos es de vibración comparativamen-te baja. Parte de la base de una realidaden que existe una neta separación entreuno mismo y el otro, entre lo que soyyo y lo que es el otro. En este bajo nivelde energía, el tiempo es muy estrecho yel futuro constituye una proyección a

La ilusión de nuestra separatividad(toda exageración cobra venganza

en la fisiología humana)Por Richard Moss

Nos gustaría seguir pensando que elcuerpo físico es impulsado sólo por elmetabolismo de los alimentos, que essólido y absoluto; pero el homo sapienses impulsado asimismo por la conscien-cia con que se emprenden las acciones.La expresión de nuestro ser se da en lasdimensiones materiales y personales, yes a la vez influida de continuo por lo nomaterial, lo energético del individuo y delcontinuo más amplio. Como la partículay la onda, la diferenciación en estos ni-

Con la represión de la muerte y la pérdida de Dios, o su conversión en un ídolo,la humanidad se ha creado una prisión en la que su consciencia, recluida, oscila enun vaivén de creciente complejidad e intensidad. Esto podrá parecer una abstrac-ción sin sentido, pero apunta al meollo del asunto. No tenemos nada en lo cualdescansar, ninguna percepción auténtica de la confluencia o la fusión, nada desdelo cual concebir el nuevo depósito integrador de nuestra propia transformación o dela transformación colectiva. ¿Cómo avanzar si no somos capaces de abando-narnos lo suficiente como para intuir la relación con una realidad mayor,intrínsecamente amante y armoniosa? Tenemos, en cambio, muchas condicio-nes para negociar, debatir, transar; muchas ideas, filosofías y cosmologías quedeben ser legitimadas y probadas.

No podemos seguir proliferando en soluciones para la enfermedad individual, almismo tiempo que nadamos en un mar de consciencia colectiva cancerígena y

generadora de estrés. No soy yo como individuo, quien arrojó al aire y al agua losderivados del petróleo que origina el aumento del cáncer y otras enfermedades,

sino que es el yo que somos nosotros: el yo colectivo de la auto-conscienciapersonal no despierta, no controlada, el que grita desde nuestra enfermedad y desde

el padecimiento del medio ambiente mundial.Lo que nos está matando es la ilusión de nuestra separatividad.

¿Por qué le tememos tanto al cambio profundo? ¿Por qué no reparamos en la ideamás simple de todas: que el futuro debe permanecer incognoscible en esencia?

Cualquier acción emprendida para asegurar el futuro que se torne inmodificable yfija en una persona o cultura, conduce en última instancia a la destrucción.

Extraído de “El yo que es nosotros”

partir de tales necesidades básicas. El pa-sado es meramente una manera de justi-ficar lo que pensamos y sentimos hoy.En tal aspecto, puede decirse que en suconsciencia común, la humanidad per-manece dormida. La gente no es capazde concebir en forma directa un nuevofuturo para ella, pues no está en su me-moria; y por ende, desde cierto punto larueda de la vida sigue girando continua-mente como un sueño reiterado.

La mente lineal no comprende los rit-mos y ciclos naturales que impregnantoda existencia.

veles del sí mismo es una ilusión de pers-pectiva, de consciencia, de comunica-ción lineal. Es una ilusión con respectoal refinamiento de nuestra consciencia.Nuestra estructura es además fabrica-da por flujos de energía que solamentepueden denominarse colectivos. La fuer-za que eleva al montañista haciéndoleadquirir una pericia que supera la capa-cidad humana de unos años atrás, es lafuerza de una creencia colectiva basadaen los logros recientes

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El Hombre está Enfermo de IntrascendenciaEl hombre comienza en la zoología,

él es el animal más triste.

Conduce un enorme auto rojollamado ansiedad sueña de noche

con viajar en todos los ascensores,perdido en los salones,

jamás encuentra la puerta apropiada.

El hombre es el animal más tristecomedor de copos de maíz a la mañana

bebedor de leche, rellena su piel con café.Y pierde la paciencia

con el resto de las especies.

Dibuja su pecado en las paredes,en todos los anuncios, en todos los subtes

dibuja bigotes en todas las mujeres,porque no puede hallar su alegría

excepto en la zoología.

Donde quiera que vaya al teléfonopara llamar al deleite,

siempre emboca el número equivocado.

Por tanto adora las armas,conoce todos los cañonespor sus nombres correctos

Maneja un enorme Cadillac negrollamado muerte.

Ahora queridos niños habéis aprendidola primera lección sobre el hombre.

Responded el cuestionario:“El hombre es el animal más triste

comienza en la zoologíay es allí donde generalmente termina”.

Thomas Merton

“He tratado a muchos cientos de pacientes,protestantes, judíos y católicos, a lo largo demi vida, y no ha habido ni siquiera uno solocuyo problema no se refiriera en última instanciaa la dimensión religiosa de la vida. Puedeafirmarse con seguridad que todos ellos sesentían enfermos, a causa de haber perdido loque las religiones vivas de todas las épocas handado siempre a sus fieles.

Para poder curarse, todos ellos, tuvieron quereconquistar el sentido religioso de la vida”.

Carl Gustav Jung

Despierta del sueño al que te han inducido, despiertay abre los ojos a la realidad que te rodea, admíralay vuélvete uno con ella.

Despierta del tedioso sueño de los apegos y las false-dades, y descúbrete a ti mismo en el silencio.

Despierta y respira el aire matutino: un nuevo día,un nuevo comienzo...

Despierta, aún cuando el clima parezca tormentoso,y no te preocupes, toda tempestad pasa.

Y cuando estés despierto, encuentra a tu Creador entodas las cosas existentes, especialmente dentro deti. Sacúdete todas las cosas innecesarias, y llénatede amor.

Despierta, la única forma de liberarte de tus “cade-nas” es dándote cuenta de que no estás encadenado.

Y cuando estés despierto, podrás ver la Creaciónen su máximo esplendor, y en ella a Dios.

Abre los ojos pues, y adéntrate en lo desconocido.

Federico Guerra

“Es hora de que nuevas esperanzas animen almundo, de que una nueva luz ilumine a partirde revelaciones nuevas a una raza oprimida

durante tanto tiempo”.Paracelso

“Aquellos que son verdaderamente felices,son los que han entendido y hallado el modo

de servir a los demás”.

Albert Schweitzer

Tu auténtica vida es la vida que estás viviendo entu alma, es tu auténtico Ser.

La persona que tienes delante de ti es Diosmanifestado, sólo que ella no lo sabe.

* * * *Cuando aprendes a no llamar “padre”

a ningún hombre en la tierra, automáticamentecada hombre, mujer y niño sobre esta tierra

se convierte en tu hermano y hermana.* * * *

El auténtico progreso espiritual comienza cuandouna persona ya no se preocupa por la bondad o

la maldad humana, la salud o la enfermedad, la riqueza o la pobreza,

sino que es capaz de ir más allá,hacia el Cristo que es su identidad espiritual.

* * * *Yo no comencé con mi nacimiento

ni terminaré con mi muerte.* * * *

Cuando estás en el camino, y ves que la meta sealeja más y más, comprendes que la

verdadera meta es el camino.

Joel Goldsmith

Mezclado en el barullo del mundo resuenatambién el silencio del Ser, resuena su tonalidadeterna. Ningún oído humano puede apoderarsede él. Y sin embargo, se le oye. Está ahí. No sólocuando cesa el ruido del mundo: oír el silencio delSer en el silencio del mundo, o en medio de sutumulto, depende del modo en que el hombrelo perciba.

* * * *Al borde del camino hay una rosa.

¡Qué hermosa es! La observamos y seguimosnuestro caminar. Siempre seguimos.Hemos des-aprendido a tomarnos tiempo.Sin embargo, cuando uno se detiene a escuchar,es cuando podemos ser encontrados por lointemporal en el tiempo, el Ser esencial está másallá de la rosa y de las cosas.

* * * *El hombre en camino dice que busca su

Ser esencial. Debería más bien decir que quieredejarse encontrar, ya que el Ser esencial perma-nentemente nos busca.

* * * *Únicamente si desaparece lo múltiple, es decir

el mundo del yo, podrá alzarse la plenitud quesomos en nuestro Ser esencial.

K. G. Dürckheim

Estoy aquí... pero nadie parece darse cuenta de mi pre-sencia.

Seres absortos van y vienen en agitada actividad.Son seres extraños; parecieran ser más bien proyec-

ciones holográficas.Se me acercan caminando y gesticulando entre ellos

y... pasan a través mío como si yo no existiera.Mi cuerpo parece no ofrecerles resistencia alguna.Simplemente me traspasan por cualquier lado.Una madre corre desesperada portando en sus brazos

a su niño enfermo, solloza, se mece los cabellos; lamiro con dulzura, me conmueve su dolor.

Le digo ¡no llores, tu hijo se pondrá bien!Pero... no me ve ni me oye, atraviesa corriendo mi cuer-

po con ojos desorbitados.¿Qué puedo hacer si para ella no existo?

Noemí del Vecchio

¿Cómo podría el almano darse a la fugacuando de la gloriosa Presenciafluye un suave llamado dulce como la miel,y llega a ellay le susurra:“Levántate ahora, y ven”?¿Cómo podría el pez no saltarinmediatametne de la tierra seca hacia el agua,cuando el sonido del agua del océano,de las olas frescas, llega a su oído?

Rumi

Separatividad

Page 16: Derecho Viejo.78 Mayo 2008

“Derecho Viejo”Página 16

a la evolución destino del hombre

Periódico mensual. Director Dr. Camilo Guerra. Almafuerte 2629 Castelar (Bs. As.)T.E. 4629-6086 / 3089. - Diseño y diagramación propios. - Coordinación y publicidad:“Derecho Viejo” Producciones. - Registro de la Propiedad Intelectual Nº 2.365.486.Impreso en: PRINCASTEL 4629-2562 - Hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Un periódico para pensar

“DERECHO VIEJO”Lejos del mundo. Cerca de los hombres

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

“Todo lo que el hombretoma externamente por

multiplicidad, esintrínsecamente Uno.

Aquí, todas las briznasde hierbas, bosques ypiedras, todo es Uno.Esta es la profundidad

más profunda”.Maestro Eckhart

“Todas las criaturasson la misma vida,la misma esencia,la misma fuerza,el mismo Uno

y nada menos”.E. Suso

(Dominico alemán)

Adentro primero... después afueraEscribe:

Dr. SebastiánGuerra

Naturaleza del Ser puro

Sin olvidar que ocurre en todos lados,es -en especial- en la vida profesional ylaboral donde mejor o más fácilmente seobservan y distinguen los fenómenos decomunicación formales e informales. Lacomunicación formal contendría todas lasinteracciones atinentes a la tarea específi-ca, respetando las jerarquías institucionales,apuntarían al logro de los objetivos, al de-sarrollo de los proyectos y metas de tra-bajo, etc., mientras que la segunda moda-lidad –que se da en forma simultánea yparalela con la otra- referiría cuestionesno directamente relacionadas con la labor,reflejaría más las simpatías y antipatías,otorgaría escaso o nulo valor a los rolesjerárquicos, es de aquí que se desprenden-también- el tráfico de influencias, loslobbismos, el tener «toque», el ser sujeto defavores o disfavores institucionales con unguiño de ojo, etc…

La vía formal puede convertirlo todoen ordenado pero también en un caos bu-rocrático sin salida, y la vía informal pue-de servir para agilizar y cubrir los ba-ches y estereotipias alienantes del siste-ma, pero también para generar desigual-dades supinas y malévolas.

Existen diarios y cotidianos ejemplosde estos tipos de comunicación en todoámbito en le cual uno se mueva o analice.

Así los políticos, economistas, inves-tigadores y entrevistados en general en casicualquier programa informativo sobre cual-quier tema, dirán algunas cosas para lascámaras y público general, y otras cosas“off the record” (fuera de micrófono) paradominio exclusivo del periodista, entrevis-tador o comunicador social. O terminaráel bloque de un programa de TV y los ene-migos acérrimos de hace un minuto atrásestarán –al apagarse la luz roja- debatien-do quien de los dos pone la casa para elasadito del próximo fin de semana.Profesionalmente, en cada disciplina, hay“cosas” que se hablan, se saben y se en-tienden sólo entre colegas; “cosas” sobrelas que existe el tácito acuerdo de no ha-blar, admitir, evidenciar frente a extrañoso legos que no compartan dicho metié.

Todos compartimos y guardamos se-cretos, realidades sociales sectoriales quese entiende –por alguna causa reñida conla moralidad general o la legalidad, o am-bas- deben permanecer ocultas y ajenas aldominio público a pesar de formar partede él. Vivimos –muchas veces- haciendoun gran esfuerzo por sobrellevar y com-patibilizar interiormente todos estos cono-cimientos y saberes que exceden en mu-

cho lo estrictamente técnico. Vivimos alfilo de la navaja entre el deber ser de lascosas y la realidad –muchas veces per-versa- de las que nos toca ser parte, almenos como testigos, pero muchas otrascomo actores y protagonistas.

Y, del otro lado del mostrador, la faltade entendimiento es una constante. Es tí-pico que el enjuiciado desconozca todaslas implicancias reales y técnicas de susituación procesal, que comprendaacabadamente lo que se le puede aveci-nar, de las consecuencias jurídicas de susactos, como de las actividades desplega-das por sus letrados para llevarlo a mejordestino. Otro tanto ocurre en medicina,psicología, ciencias económicas, etc..

Es dable aclarar que en la mayor partede las profesiones liberales, aquello quepara los legos son muros, son –en reali-dad, y gracias a Dios- lagunas, y son re-llenadas diariamente por un saber prácti-co y convencional no escrito, nonormado. Es mucho, mucho, muy supe-rior lo que no se sabe y lo que no estánormado o prohibido, lo que se descono-ce, que lo contrario. La mismísima cien-cia en sus diversas disciplinas sabe ape-nas –aún- una minúscula nada respectode la vida, el ser humano, el fenómenosocial y sus posibilidades y potencias. Aúnno hay respuesta para el ¿qué es ser hom-bre, ser humano? Ni para el controverti-do y filosófico ¿qué hacemos aquí? O parael enigma biológico-teológico de ¿cómofue que vinimos a aparecer?

En lo socio-jurídico, las normas lega-les y morales suelen tener contenidos ge-nerales y no pueden –ni deben- apartarsede consignas universalistas, pues crearían-en el actual estado de cosas- más injus-ticias y caos que beneficios y ventajas.

Los “secretos a voces” de los diver-sos universos profesionales, suelen es-candalizar cuando rompen el filtro y pa-san de modo imprevisto al dominio dequienes “no son del palo”. De allí que -muchas veces- se muestren mediáti-camente cámaras ocultas o investigacio-nes de prensa que evidencian atrocida-des, pero también –muchas otras veces-solo muestren lo que hay, la forma en laque operan las cosas en una realidad leja-na a los ideales (aquella que todos los queson del tal ambiente “conocen y toleran”periódicamente) a pesar de que esedesfasaje entre el “deber ser” y “lo quees” subleve sobremanera a la teleaudiencia,fascinada –además- con el frecuentemen-te sensacionalista escarnio llevado a cabopor algún periodista joven, temerario, tanidealista o mal intencionado como -en ge-neral- ignorante o mal o torpemente in-formado.

La forma en apariencia deshumanizadao desprovista de toda afectividad que un

médico o profesional de la salud puedetener al referir un caso clínico, o -ante uncaso desafortunado- el “espíritu de cuer-po” o “corporativismo” a la hora de juz-gar el desempeño de un par; la forma enla que un abogado puede tergiversar asabiendas un hecho o una verdad, o cómopuede manipular la fuerza de las eviden-cias o torcer o estirar las leyes (aun sinnecesidad de quebrantarlas), las estrate-gias que pueden llegar a usar los líderesreligiosos de diversos credos para acce-der a logros y metas propios –a todas lu-ces- de la vida de superficie; la dedica-ción que puede poner un contador en lo-grar burlar de todas las maneras posibleso zigzaguear ante cada disposición del Fis-co, y la perversión de quienes diagramanlas políticas recaudatorias carentes de todarazonabilidad, legitimidad y sustento, de-jando a su merced –de un modo u otro- atodo el mundo para poder luego elegir aquien voltear o a quien favorecer; la for-ma tramposa en la que el gerente de unaempresa de telefonía decide publicitar suproducto, o el vendedor o promotor, ven-derlo; la lisa estafa de un candidato queacepta no decir la verdad porque le resul-ta “piantavotos”; etc.etc. Lo cierto es quesalvo escasas excepciones en cada am-biente se conoce al que actúa bien, mal yregular, al honesto y al tránsfuga, al queobra por derecha y al que no, al que sevale de ardides maliciosos y al que semaneja dentro de las “reglas implícitas deljuego”… y dicha información suele per-manecer bajo las siete llaves del escritoriode cada colega, profesional o “persona delgremio”, bajo una suerte de carta de ne-gociación o conocimiento reservado parael trato eventual.

Y día con día, seguimos inmersos enesta sociedad y no en otra, no en la quela mayoría de nosotros quisiéramos obuscamos. No logramos, ni nos esforza-mos por cambiarla sino –y a duras penas-por lograr que no nos fagocite del todo.

El mismo tipo que cruza elsemáforo en rojo “porque no vie-ne nadie”, va luego a 160 kiló-metros por hora cuando tiene “laola verde” pero –iracundo e in-flexible- le echará la culpa de sueventual choque al que cruzó elsemáforo en rojo, como si élmismo no lo hiciera permanen-temente, como si él mismo nopudiera haber sido el causante delsiniestro…

No tenemos ningún registromental de la mezcla venenosaque –generalmente- se encierraentre lo formal y lo informal, en-tre lo que es “sotto voce” y sesabe por “radio pasillo” y el de-ber ser al que formalmente deci-

mos –y hasta nos autoconvencemos porun ratito- que queremos lograr.

Lo pernicioso no es que existan las dosmodalidades de comunicación. Es más,sería imposible prescindir de una de lasdos sin ser autómatas… es esperable quelas actividades laborales o profesionalessean siempre y crecientemente enriqueci-das por vínculos e interacciones huma-nas y humanizantes. Lo reprochable, loque debe ser indeseable y contra lo quedebemos combatir en nuestro fuero inti-mo y a diario, es el no seguir convirtién-donos en una sociedad esquizofrénica quedice y vocifera por un lado una cosa ypor el otro, calladito y en secreto hace,piensa y siente otra.

Nuestro estilo vital social suele resul-tarnos una especie de corsé que nos aprie-ta hasta casi asfixiarnos, pero al que re-husamos desabrochar por temor a caer alpiso desarmados, desarticulados.

Sentimos que seríamos capaces de vi-vir en un país mejor, en un mundo mejor,pero pretendemos -a menudo- que el cam-bio venga de afuera… que no nos mandenuestra convicción o nuestra conscienciapara mejorar y apuntalar lo bueno e ir des-plazando y depurando lo que sea social-mente indeseable y a los que degradan lanaturaleza humana. Pretendemos ser es-pectadores hasta que “alguien” –milagro-samente- erradique lo malo… y –en esecaso- queremos creer que pediremos per-dón por cualquier “pecado” cometido yrogaremos que ese “alguien” no nos vayaa erradicar a nosotros por algún error dejuventud o alguna mirada para el costado.Vivimos jugando un juego que rechaza-mos, pero no hacemos nada para cam-biarlo porque no tenemos tiempo: estamosjugando.

Debemos saberlo, ya estamos gran-des como para ignorarlo: jamás habre-mos de lograr un cambio en el afuerasin un previo cambio en el adentro.

No es consciencia de lo externo,No es consciencia de lo interno,Ni es suspender la consciencia.No es conocimiento,No es desconocimiento,Ni es el conocimiento mismo.No puede verse ni entenderse,No se le pueden trazar fronteras.Es inefable y está más allá del entendimiento.Es indefinible.Sólo se le conoce convirtiéndose en ello.

Mundaka Upanishad

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