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4 los CO. ion we En for m- les > a as - es les la el ea, 3 Y ta tc- ler re- la1 lar :c- !as &OS 3s- :o- ite an io- de , y fe1 .OS Gary H. Gossen El tiempo cíclico en San Juan ChamuIa: jmistificación o mitología viva? Es muy común creer que los pueblos tradicionales, es de- cir, los pueblos ágrafos como los indígenas de hiléxico, no tie- nen un concepto correcto ni objetivo de su propia historia. Este punto de vista predomina a través del espectro ideoló- gico y político y va desde ciertos historiadores conservadores, quienes opinan que mientras un pueblo no conserve una cró- nica escrita no puede contar con un registro adecuado de su historia, hasta los marxistas, quienes sostienen que los pue- blos del Tercer Mundo no tienen conciencia histórica por no percibir su lame~itable situación en el fluir del desarrollo uni- versal de la historia. Así que resulta como una perogrullada de nuestro tiempo el decir que los pueblos ágrafos se encueri- tran fuera de la historia o inconscientes de la misma, lo que a nuestro juicio es un punto de vista profundamente erróneo y d mino. "' En el presente trabajo quisiéramos contradecir dicha pers- pectiva tan ampliamente acogida, presentado en forma de bos- quejo general el concepto chamula del tiempo y la historia.' Gary H. Gossen es profesor de Antropología y de Estudios Lati- noamericanos en la State University of Nenr York, en Albany. Nació en los EE.UU. y obtuvo el doctorado en Antropología Social en Harvard University. El autor agradece a Liliana Goldín por su colaboración en la revisión del texto. Hacemos mención de varias de nuestras obras que tratan sobre el concepto chamula del tiempo cíclico y que citamos a continuación. Este tema se manifiesta en la organización cronológica de la tradición narrati- va, comparada con la del Popo1 vuh; como esquema general de conciencia histórica, como la lógica subyacente del carnaval charniila; como marco interpretativo de un texto sobre el tema de un movimiento separatis- @ Mesoamérica 18 (diciembre de 1989)

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    Gary H. Gossen

    El tiempo cclico en San Juan ChamuIa: jmistificacin o mitologa viva?

    Es muy comn creer que los pueblos tradicionales, es de- cir, los pueblos grafos como los indgenas de hilxico, no tie- nen un concepto correcto ni objetivo de su propia historia. Este punto de vista predomina a travs del espectro ideol- gico y poltico y va desde ciertos historiadores conservadores, quienes opinan que mientras un pueblo no conserve una cr- nica escrita no puede contar con un registro adecuado de su historia, hasta los marxistas, quienes sostienen que los pue- blos del Tercer Mundo no tienen conciencia histrica por no percibir su lame~itable situacin en el fluir del desarrollo uni- versal de la historia. As que resulta como una perogrullada de nuestro tiempo el decir que los pueblos grafos se encueri- tran fuera de la historia o inconscientes de la misma, lo que a nuestro juicio es un punto de vista profundamente errneo y d mino. "'

    En el presente trabajo quisiramos contradecir dicha pers- pectiva tan ampliamente acogida, presentado en forma de bos- quejo general el concepto chamula del tiempo y la historia.'

    Gary H. Gossen es profesor de Antropologa y de Estudios Lati- noamericanos en la State University of Nenr York, en Albany. Naci en los EE.UU. y obtuvo el doctorado en Antropologa Social en Harvard University. El autor agradece a Liliana Goldn por su colaboracin en la revisin del texto.

    Hacemos mencin de varias de nuestras obras que tratan sobre el concepto chamula del tiempo cclico y que citamos a continuacin. Este tema se manifiesta en la organizacin cronolgica de la tradicin narrati- va, comparada con la del Popo1 vuh; como esquema general de conciencia histrica, como la lgica subyacente del carnaval charniila; como marco interpretativo de un texto sobre el tema de un movimiento separatis-

    @ Mesoamrica 18 (diciembre de 1989)

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    Perrritaserios demostrar que los chamulas, corno toda sociedad humana? gozan de coriceptos del pasado rnuy tiles y vi11cti- lados con su experie~icia retrospect,iva y actual. Adenis. su historia se relaciona co~ista~iternerile con el pri>serite y se rea- firma frente a las necesidades. esperarizas y arneriazas dt: sil vicia actual. De manera que result,a ser? al firi y al cabo, como la ni~estra, una historia subjetiva qiic: los orienta y da seritido 211 rriundo cnriternporrieo el1 que viveri.

    LOS CVC'ATIIO 3ll:NDOS DE LOS CEI.11111'12AS

    San Juan Chanirila es iin. municipio iridgcria dc 60,000 liabitantes, ubicado en el estado de Chiapas, en el ext,remo sur de &lxico. Otros 40,000 chaxiiulas viren en colonias que se encuentran desparramadas eri rriuchos otros miinicipios del estado de Chiapas2 Los chamulas sor1 descendierites de los antigiios niayas y su lengua es el tzot,zil, idioma rnayarise qiic tarill>i&ri se habla en ot'ras nueve comunidades iridgexla,s de los Alt:os de Chiapas. En total, ms de 200,000 personas 1ial)lari el tzotzil. Los chamulas se dedican principalnlente a la agriciil- tura y a las artesa~las populares de la regin, conio alfarera, talabartera y fabricacin de carbn, miiebles e instrurr-ientos miisicrtles. Por la escasez de tierra y la gran densidad de po- blacin, miles de chamiilas se ver1 obligados a trali taj ,~ durante

    ta del siglo XIX; y como paradigma que sirve como pauta cultural eri la biografa de un lder protestarite. Vanse: "El Popol euh resucita- do: una comparacibri con la tradicin oral contempori~tea d e San Juan Cliamula, Chiapas", en Nuetias perspectivas sobre el Popol t~uh, Rohert SI. Carrnack y Francisco Xlorales Sant,os, editores (Guatemala: Editorial i'icdra Canta, 1983), pp. 305-330: "Cuatro miindos del hornbri!: tieriipo e historiaentre los cliarriula5", E.~tudios de C u l t u r a M a y a 12 (1979): 179.- 190; "Siir Ctiamula Festival of Games: Native I\facroanalysis and Social Conimentary in a Maya Carnisal", en S y n ~ b o l a n d Mean ing B e y o n d the Cllosed Cornrnur~i ty ! Gary H . Gossert, editor j.41hany: Institute for ?de- soan-ierican Stiidies, State Uriiversity of New k o r k , 1956j. pp. 227-25-1; '.lranslat.ing Cuscat's War: Vrtderstanding Maya Oral History", . lour- n a l af Lalirz Ante r i can Lore 3 (1977): 2: 249-2781 y "\'ida y xiuerte de %ligue1 liashln: hroe chamula", Arbar 131 (1983): 515--516: 125--144, respectivamente.

    G a r ~ H. Gosien) "Uria diispoia rnaya moderna: desplazarnirnto y persiste~tcia cilltural de San Juart Chamula. Chiapas", M e s o a ~ n ~ r i t ~ ~ 5 (1983): 253-276.

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    varios meses al ao como jornaleros en los cafetales de la ver- tiente del Pacfico de Chiapas. Viven dispersos en ms de cien parajes aislados que se encuentran en los valles y tierras montaosas de su territorio municipal.3 La cabecera poltica, San Juan Chamula, funge como centro ceremonial para la vi- da civil y religiosa. Estos aspectos pblicos de su vida estn regidos por ms de 120 oficiales que toman cargos de un a50 de duracin. Durante la tenencia de sus cargos, ocupan casas en la cabecera y, despus de cumplir con sus deberes ceremo- niales y cvicos, se trasladan nuevamente a sus parajes como "pasados". Entre los pueblos indgenas de Chiapas, los cha- mulas se distinguen no solamente por ser los ms numerosos, sino tambin por ser muy conservadores y, en ocasiones, rebel- des en su mentalidad separatista. Por ejemplo, la Guerra de Castas de Chiapas, que dur de 1868 a 1870, tuvo como centro dirigente a San Juan Chamula y los personajes que actuaron como lderes de esta rebelin eran chamulas.

    Chamula ha sido una entidad cultural desde tiempos precolombinos. Como heredero del patrimonio maya antiguo, Chamula ha conservado a travs de los siglos el concepto de mltiples creaciones del mundo y de sus habitantes. El ciclo cuatripartita, del cual vivimos actualmente en la cuarta, ltima y ms perfecta etapa, es la obra maestra del Padre Sol, Nuestro Seor del cielo, quien, segn la creencia, es equivalente a Jesucristo. Segn esta perspectiva cosmolgica, el Padre Sol circunscribe los lmites del universo y a la vez fija todos los ciclos temporales (das, aos y estaciones). El mismo Padre Sol estableci el orden en el mundo; esto lo hizo

    Para aquellos que deseen informacin etnogrfica adicional sobre Chamula, vanse de Ricardo Pozas Arciniega, Juan Pbez Jofole: bio- grafa'a de u n tzotzil (Mxico, D.F.: Fondo de Cultura Econmica, 1952); y Chamula: un pueblo indio de Los Altos de Chiapas (Mxico, D.F.: M e morias del Instituto Nacional Indigenista 7, 1959. Vanse asimismo, por Gary H . Gossen: Los chamulas en el mundo del sol: 1Pempo y espacio e n una tradicin oral maya, Coleccin Antropologa Social 58 (Mxico, D.F.: Instituto Nacional Indigenista, 1979); "Una dikpora maya moder- na"; y "Tzotzil Literature", en Handbook of Middle American Indians, Supplemeni: Volume 3: Literatures, Munro Edmonson y Victoria R. Bricker, editores generales (Austin: University o f Texas Press, 1985), pp. 64-106.

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    en varias etapas. Las primeras tres creaciones del Padre Sol resultaron en fracasos ya que los seres humanos creados por l no congeniaban. Adems tuvieron costumbres brbaras como la de comer a sus hijos estando stos bien gordos. De manera que el Padre Sol destruy cada una de las tres primeras creaciones del mundo para hacer una ms: la cuarta, que es la ms reciente y, como manifestamos antes. en la cual actualmente vivimos. Esta creacin es la nica que -segn el Padre Sol- ha tenido xito.4

    Los cuatro mundos del Padre Sol comprenden la entidad temporal ms grande que reconocen los chamulas. Aunque sta es propiamente cclica, las cuatro partes pueden verse asimismo como una secuencia lineal, pues los sucesos de las ms recientes creaciones no son meras repeticiones de las originales. Xls bien las creaciones muestran un modelo de desarrollo acumulativo. Es decir, cada mundo o creacin ha resultado ser cada vez mejor y ms satisfactorio a juicio del Padre Sol. En este sentido, el ciclo de cuatro mundos comprende una totalidad que es m& que la suma de las partes. Cada uno de los tres primeros lo destruy el Creador. creyendo que su esfuerzo haba resultado un fracaso. Aunque los chamulas creen que la cuarta creacin es el nico "xito" que ha experimentado la humanidad, tambin creen que este mundo est repleto de maldad y, por lo tanto, corre el riesgo de que el Padre Sol lo destruya tal como hizo con los anteriores. As, ellos se ven obligados a defenderlo de los perversos y malvados que quieren fomentar la maldad y la corrupcin.

    Para los chamulas no importa saber a ciencia cierta cun- tos aos dur cada uno de los mundos, ni cundo se cre cada uno de ellos. Por ejemplo, en cuanto a la edad de la primera creacin, mran las opiniones de los chamulas entre 80,000 y 300 aos. Algunos de ellos creen que la cuarta creacin se efectu hace unos 400 aos. Otros suponen que no tiene ms de 120 aos de edad (que es el lmite de la cuenta de genera- ciones -cinco o seis- en su genealoga). Existe una variacin

    Los chamulas rro conservan en su tradicin oral ninguna crnica que. como las nuestras, haga destacar la maravillas de los antiguos mayas.

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    semejante para la posible edad de la Segunda y Tercera crea- ciones tambin. Por esta razn, ni siquiera un promedio de las edades sugeridas por nuestros informantes arrojara una cifra adecuada para la edad absoluta de las creaciones. Lo ms importante del concepto es que las creaciones se siguen unas a otras como crnica del tiempo en la antigedad.

    La primera creacin tiene sus orgenes en una triste oscu- ridad primitiva poblada de demonios, monos y (por influencia de los misioneros espaoles) judos. La luna, Nuestra Madre del cielo (sinnimo de la Virgen Mara) vive en la oscuridad y, de manera para ella desconocida, concibe. Luego, estando encinta, la persiguen los demonios, los monos y los judos. Da a luz a un hijo. A ste lo matan los demonios y resucita en forma del Padre Sol, que durante dos das viaja hacia el po- niente y baja desde el horizonte occidental al inframundo. Al tercer da sale en el este, amaneciendo as por primera vez. As se le da la primera luz al mundo y se distingue la noche del da. El calor del Padre Sol, que sube al cenit al principio del cuarto da, mata a los demonios y con tal accin, crea el primer mundo. Luego crea el relieve de la tierra y todas las formas de vida. De barro (o de palo en unas versiones) crea al primer hombre y a la primera mujer. Estos, por brbaros, vierten a sus hijos en agua hirviendo, pensando comrselos despus. Por este horrible delito, el Padre Sol -con un cas- tigo obviamente potico- destruye a la primera gente y al primer mundo con un diluvio de agua hirviendo. As termina la primera creacin.

    La segunda y tercera creaciones juntas comprenden una especie de edad heroica para los chamulas. Dos veces ms el Padre Sol restaura el mundo y todo lo que contiene. La gente de esta poca trata en plan informal a los santos (hermanos menores del Padre Sol), al Padre Sol y a la hladre Luna, a otros seres sobrenaturales y tambin a animales antropomor- f o ~ . Disfrutan bien de la vida, con una que otra aventura o tragedia, cuyo resultado contribuye al repertorio de costum- bres en las que consiste la cultura chamula contempornea. En esta poca se crean las plantas de huerta y animales de corral; por ejemplo, del collar de la Madre Luna se crean los frijoles; las papas provienen de la leche del seno de la hladre

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    Luna; los chiles se originan de la sangre del taln del Padre Sol; y lo ms importante, el maz, lo crea el Sol de un trozo de su propia ingle. En esta poca todo el mundo hablaba es- paol, pero al final de la tercera creacin el espaol deja de ser el idioma universal, ya que en dicha lengua, entendindose todo el mundo, se peleaban y discutan con gran facilidad. El Padre Sol decide que la vida humana resultara ms agradable para todos si se separasen los grupos de personas en base a diferentes lenguas, para que tuvieran paz. As se les asign el idioma tzotzil a los chamulas, a fines del tercer mundo. Des- pus de tanto esfuerzo por el Padre Sol en pro de la felicidad humana, ste se enoja mucho cuando sigue habiendo tanta maldad y estupidez entre los humanos. Por lo tanto, ordena que haya un tremendo terremoto, el cual acaba con todo.

    TIEMPO E HISTORIA EN LA CUARTA CREACION

    El Padre Sol concede a la humanidad una oportunidad ms y vuelve a crear el mundo. La poca en que vivimos es la cuarta creacin. Segn los chamulas, tendr entre 150 y 400 aos de edad.

    Dentro de la cuarta creacin, otros juegos de categoras temporales rigen y miden la experiencia humana. Por ejemplo, cada vida humana se organiza en etapas por medio de ritos de pasaje en tiempo del nacimiento, del bautizo, del matrimonio y de la muerte. Desde el nacimiento hasta el bautizo (un mes a dos aos), al nio se le llama mono (mash), pues no tiene nombre. Este homnimo se explica por el vnculo simblico que tiene un nio sin bautizar con los monos que habitaban la tierra antes de salir por primera vez el Padre Sol para crear el mundo y la cultura humana. Los monos tenan costumbres brbaras, como la de comer , sus propios hijos pequeos, a los que todava no se les haba puesto nombres, estando bien gordos stos en la juventud. Por lo tanto, asignar el nombre en el rito del bautizo tiene mucho significado temporal ya que as se acerca el nio m& al comportamiento social normativo. De manera similax, desde el bautizo hasta la muerte, cada vida humana simboliza el progreso de los antiguos, de los primeros mundos hacia el presente. En otras palabras, las etapas de

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    ontogenia, es decir, el desarrollo de cada vida humana, recrea simblicamente la filogenia, las etapas de la evolucin humana, segn se representa sta en la mitologa. Dicha perspectiva nos ayuda a comprender por qu en la sociedad chamula se respeta tanto a los ancianos; la razn es que llevan consigo, siendo mayores, todo el caudal de conocimiento y sabidura de la experiencia humana.

    Aunque estiman mucho a los ancianos y a los antepasa- dos, la memoria genealgica es poco profunda, no llegando a ms de cinco generaciones en las familias ms poderosas. De manera que un anciano suele recordar sucesos histricos de su propia vida, digamos desde hace sesenta u ochenta aos, y de sucesos ajenos desde unos cuarenta o sesenta aos ms en el pasado que se le han transferido verbalmente de la poca de sus abuelos y tatarabuelos. Esta suma (120 a 150 aos) parece ser el mximo de profundidad a que llega su memoria genea- lgica e histrica. A pesar de esto, s conservan crnicas y archivos de tasas vitales en el centro ceremonial de Chamula, pero estos datos (apuntados segn el calendario gregoriano) le son desconocidos a ia gran mayora de los chamulas y no influyen en la conducta de su vida cotidiana en lo ms m- nimo. As pues, la crnica de la cuarta creacin se traspasa verbalmente a base de generaciones de familias y a base de sucesos naturales y humanos de importancia para ellos.

    El porvenir es importante en cuanto a las listas de cargos civiles y religiosos que los hombres desean ocupar. Hacen constar su compromiso de desempear estos papeles rituales hasta con quince aos de anticipacin. Tambin hablan del porvenir con algo de pesimismo a causa de la posible destruccin total de la cuarta creacin en el ao 2000. Pero aunque algunos chmulas no dejen de pensar en dicha fecha ominosa, siempre es asunto ms bien cclico que lineal.

    La manera ms comn de referirse a la crnica de la cuarta creacin no es a base de unidades como aos o fechas, sino a base de grandes momentos histricos cuya posicin cronolgica relativa la sabe la mayora de los adultos. Pero como ya se ha afirmado, esta serie de grandes momentos, o puntos de referencia, no se remonta mas all de 150 aos. Los chamulas no encuentran razn para hablar de nada ms

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    all de esta "frontera" cronolgica, por ser ya de otra poca, diferente a la de la tercera creacin. Los grandes momentos de referencia en la cuarta creacin tienen relacin cronolgica bastante fija y predecible para la mayora de los chamulas con quienes trabajamos. Las fechas que van incluidas en la siguiente lista no son importantes para ellos. Las incluimos nicamente con el propsito de facilitar la orientacin del lector. Lo que s les importa es el orden relativo de los sucesos: - El tiempo del padre Miguel Hidalgo (yora pule rnikel),

    1812-1825, las guerras de Independencia. - El tiempo de la guerra de Pedro Daz Cuzcat, o el tiempo

    de Galindo (yora leto yu? un kwkat o yora Ieto yu? un katinto), 1865-1869, un movimiento nativista con enfoque geogrfico en Chamula; efectivame~ite es la extensin chiapaneca de las guerras de castas de Yucatn.

    - El tiempo de la ceniza (yora tan), 1902, la erupcin y ca- da de ceniza del volcn Santa Mara cerca de Tapachula.

    - El tiempo de la guerra de Pajafito (yora Ieto yu?n pa- harito), 1910-1911, una rebelin chamula y un conflicto civil que ocurrieron cuando, alentados por el obispo de San Cristbal, los chamulas se opusieron al gobierno de la capital del estado, Tuxtla Gutirrez.

    - El tiempo de la guerra de Carranza ( yora Ieto yu?n karansa), 1911-1920, la Revolucin mexicana.

    - El tiempo de la fiebre (yora k'ak'al c'amel), 1918, la epidemia de influenza de 1918.

    - El tiempo de la iglesia cerrada ( yora rnakbil c"uEna), 1934- 1936, la poca en que la poltica anticlerical que alcanz su mxima expresin bajo el rgimen del presidente L- zaro Crdenas; en esta poca la organizacin religiosa de Chamula funcion clandestinamente.

    - El tiempo cuando ya no gobernaban ancianos (yora Z 'abal 9a rnoletk ta kavlto), 1937-1941; por orden de la oficina de Asuntos Indgenas de San Cristbal, se obig a los chamulas a que se nombraran para los cargos polticos a quienes fueran jvenes, tuvieran conocimiento del cas- tellano y una actitud de cooperacin con los oficiales de San Cristbal y Tuxtla Gutirrez.

  • Tiempo cclico en San Juan Chamula

    - El tiempo cuando se construy el camino a Tuxtla (yo- TU melEah be ta taita), la construccin de la seccin de la carretera panamericana entre San Cristbal g Tuxtla Gutirrez, la capital del estado. Muchos chamulas traba- jaron en esta obra. Los sucesos ms recientes, desde 1950, todava no se

    han cernido por la tradicin para usarse como indicadores histricos generales. Una sequa de principios de la dcada de 1960, por ejemplo, puede llegar a ser un gran momento en la historia chamula, pero todava no se puede saber al respecto con absoluta certeza. Tambin es probable que la exploracin petrolera de los aos 1970 se recuerde como punto de referencia para la poca contempornea.

    OTRAS UNIDADES DEL TIEMPO CICLICO

    Los chamulas se refieren constantemente a otras unida- des de tiempo, siendo ste para ellos casi una obsesin, como lo era para los antiguos mayas. El ciclo temporal de mayor importancia (adems del gran ciclo de cuatro mundos) que so- brevive en Chamula desde la antigedad maya es el calendario solar (365 das) de dieciocho meses de veinte das cada uno, ms un mes de cinco das sobrantes. Los chamulas 10 consi- deran un ciclo natural comprendido por la oscilacin de las aparentes posiciones de salida y puesta del sol, desde el extre- mo sur el da 26 de diciembre hasta el extremo norte (verano) y de vuelta al extremo sur. Sin embargo, el calendario cha- mula no parece tomar en cuenta el da sobrante que se debe agregar cada cuatro aos al calendario solar para la exacti- tud del mismo. Los chh%ulas utilizan este calendario comc base de su horario agrcola anual, que seala los das de buen augurio para la quiebra, la siembra, las limpias y la cosecha. Asimismo, se pueden nombrar fechas de los das festivos segn el calendario solar, pero stos suelen calcularse todos los aos a base principalmente del calendario catlico ("Galvn"). que utilizan los oficiales civiles y religiosos.

    Existe una forma grfica del calendario antiguo. pero no

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    hemos contemplado ms que un ejemplar.5 Este consiste en una tabla de madera muy dispareja y burda, de 30 centmetros de ancho por 70 centmetros de largo y 1 centmetro de grosor. Parece haberse adaptado de un trozo de puerta vieja. En la casa chamula de la que provino, el calendario estaba colgado de un clavo al pie de una plataforma de madera sencilla que les serva de cama a los habitantes. Los das se cuentan por medio de una mancha vertical de carbn que se le pone diariamente a la superficie lisa del calendario. Al n de cada serie de veinte manchas, que comprenden un mes, se hace ms gruesa la vigsima mancha. Esta mancha gruesa sugiere simblicanlente que los das -concebidos espacialmente- se acumulan a lo largo del mes. Este concepto es anlogo al de los antiguos dioses mayas que cargaban el peso del tiempo durante sus ciclos respectivos. La metfora del tiempo acumulado corno cargo o peso se hace ms clara an por el hecho de que al calendario chamula se le agrega otra capa ms de carbn todos los das, todos los meses y todos los aos, aumentando as su 1' peso".

    El calendario catlico se usa como gua para calcular las fechas de las fiestas anuales. Un almanaque, llamado "el calendario del ms antiguo Galvn", es utilizado por los oficiales y escribanos para ordenar el ao ceremonial. Aunque niuchos conocen las fechas de las fiestas segn los meses del antiguo calendario maya, ste no les es til para calcular las fiestas. La nica actividad ritual que todava se rige por clculos sacados del calendario antiguo es la de cambiar las ofrendas de flores en los altares de los oficiales. Este evento debe celebrarse al principio de todos los meses de veinte das. Con esta sola excepcin, es el calendario catlico el que sirve de base a la organizacin del &o ritual.

    El calendario de las fiestas es una fuente muy importante de orientacin para los chamulas. La mayora de los adultos puede referirse a cualquier da especfico o a una temporada

    Gary H. Gossen, "A Charnula Calendar Board from Chiapas, Mexico", en Mesoamerican Aichaeology: New Approaches, Norman Hammond, editor (Austin: C'niversity of Texas Precs, 19741, pp. 217- 253.

  • Tiempo cclico en San Juan Chamuia 451

    general, precisando el nmero de das que preceden a una fiesta, durante sta o despus de ella (por ejemplo, nuestra fecha 28 de junio probablemente se traducira ms fcilmente al tzotzil como "cuatro das despus de la fiesta de San Juan"). La razn por la cual se sirven de las fiestas como orientacin temporal general radica en el hecho de que las fiestas son los puntos cumbres de recreo para los laicos y tambin las ocasiones de mximo gasto de energa de parte de los oficiales religiosos.

    Otra fuente de orientacin temporal es el cambio de las estaciones. El contraste ms notable en los Altos de Chiapas es la diferencia entre la temporada seca y la lluviosa. La primera comienza en noviembre y dura hasta abril; la segunda, desde mayo hasta octubre, con el llamado "veranillo de San Juan" en julio y agosto.

    Muchos otros ciclos se utilizan para aludir el tiempo. El ciclo del cultivo del maz, por ejemplo, proporciona ms de diez trminos temporales que en realidad son frases descrip- tivas de las etapas progresivas de la temporada agrcola; por

    l< ejemplo, tiempo de elotes tiernos'' corresponde al perodo eri- tre mediados de agosto hasta mediados de septiembre. Otros ocho trminos se refieren a las etapas de la luna. Los cha- mulas reconocen asimismo el movimiento regular de las varias constelaciones y de los planetas en los cielos nocturnos.

    LA DINAMICA DEL TIEMPO Y DE LA HISTORIA

    De lo antes expuesto se desprende que los chamulas, co- mo sus antepasados mayas, tienen su pensamiento y cultura articulados por una serie de ciclos temporales. Para ellos son tiles, prcticos y, por su referente solar, muchos tambin son sagrados. De sus categoras temporales no se cuentan muchas que correspondan exactamente a las nuestras. Entre las carac- tersticas de su visin histrica y temporal destaca el aspecto cclico, en el que todo lo que ocurre tiene lugar dentro del marco de normas ya establecidas que sucedern nuevamente. No obstante, al mismo tiempo, de manera casi paradjica, las necesidades e intereses del presente acondicionan y reforman constantemente el contenido del pasado. Es as que presente y

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    pasado se relacionan segn patrones de retroalimentacin 1- gica. El amanecer diario -tiempo presente- no es ms que una reiteracin del primer momento -tiempo pasado.

    No slo aspectos de la naturaleza sino tambin sucesos humanos muestran este aspecto "telescpico" de su visin his- trica. Una ancdota personal puede servir de ejemplo. Los chamulas solan dirigirnos (al autor y su esposa) la pregun- ta siguiente: --Se muerden y se comen las personas en su pas?- Un poco confundidos y sorprendidos, solamos con- testar -Claro que no! Tienen ustedes tales costumbres?- Entonces se rean a carcajadas por nuestra ridcula respuesta y contestaban a veces -Pues no, pero esto haca la prime- ra gente-. Tras muchos intercambios de este tipo, logramos desentraar el sentido bajo lo aparentemente absurdo. Ave- riguamos que, segn su perspectiva geogrfica, los Estados Unidos (slumal hrinko) se ubicaban en los lejanos extremos desconocidos de la tierra. Por lo tanto, era lgico para ellos que siendo sumamente raros nosotros, deberamos provenir de donde todava no haban avanzado los pueblos ms all del nivel brbaro (como lo son el infanticidio y la antropofagia) de las primeras creaciones del hombre. En otras palabras, vean las costumbres humanas "decentes" en escala deslizan- te, disminuyendo cada vez, tanto en el eje temporal como en el eje espacial, segn la distancia que recorriera uno fue- ra de Chamula. As que lo lejano y lo extrao son, desde su perspectiva, primitivos tambin. Adems, teniendo facciones europeas y ojos claros, nos preguntaban a menudo si tenamos demonios o santos como parientes, ya que lo sagrado, lo peli- groso y daino se relacionan con marcadas diferencias sociales y niveles histricos primitivos.

    De manera similar, los chamulas tienen la creencia de que los ladinos son sobrevivienxes de la tercera creacin, poca en la que todos hablaban espaol y rean entre s. Luego fueron separados los pueblos por el Padre Sol para evitar que con- tinuaran las discusiones y guerras. Los chamulas, al hablar tzotzil, creen que han progresado ms all de aquella etapa, mientras que los ladinos se han quedado atrs por el hecho de que todava hablan espaol. De igual manera, se iden- tifica a los ladinos con tendencias belicosas y pendencieras,

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    tales como las que tenan los habitantes de la tercera crea- cin. Nuevamente observamos un vnculo lgico en la historia chamula entre los papeles que desempean los grupos sociales en el presente y los correspondientes papeles y costumbres de los grupos en el pasado.

    Tal enlace no conduce exclusivamente a opiniones negati- vas en cuanto a grupos no chamulas. Por ejemplo, un ladino, el llorado don Erasto Urbina de San Cristbal de las Casas, era una persona tan humanitaria en su trato con la comunidad indgena, que los chamulas le han concedido en su tradicin oral un papel mtico. Debido en parte a su propia ascenden- cia indgena y a su gran bondad, lo han convertido en una especie de santo. En algunos relatos lo identifican como ayu- dante contemporneo y amigo de San Cristbal, junto a quien intervino para impedir que los carrancistas destruyeran la igle- sia de San Cristbal durante la poca de la Revolucin. En otros relatos orales, informan los chamulas que fue don Erasto quien logr terminar con el conflicto revolucionario en Chia- pas mediante un avin que mand traer de Mxico. Segn el relato, el general Obregn vino acompaado de don Erasto en el avin y juntos alejaron a los carrancistas. Estos relatos Ila- man nuestra atencin de dos maneras. Primeramente, a don Erasto le han asignado hazaas revolucionarias que no figu- ran en las historias mexicanas. En segundo lugar, aunque don Erasto era culturalmente un ladino, ha surgido como hroe de la comunidad indgena. Este hecho en s es raro, ya que los ladinos son vistos por los chamulas como pobres salvajes so- brevivientes de Ia poca de la tercera creacin. A pesar de tal identificacin, tanto les impresion Urbina con su bondad y justicia, que lo relacionaron con los santos cuyas pocas prin- cipales fueron las dos primeras creaciones del hombre. As es como tiempo presente y tiempo pasado se relacionan para facilitar su concepcin de lo bueno y lo malo en la vida huma- na. Es una perspectiva histrica que no puede juzgarse como correcta o incorrecta, sino como subjetivamente til o no.

    LA GRAMATICA DEL PASADO Hasta ahora, hemos visto que el pueblo chamula, aun

    siendo analfabeto en su mayora, es en alto grado casi obse-

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    sionadamente consciente de su propia historia. Tal es as que no prescinde de la utilidad del pasado como guia cognitiva para vivir, pensar y actuar en el presente. A partir de aqu nos proponemos ofrecer lo que, a nuestro parecer, es una es- tructura subyacente --o, en otras palabras, una gramtica- del tiempo cclico que es a la vez paradigmtica (atemporal y abstracta) y sintagmtica (ubicada en la historia concreta de los hechos empricos). Una vez que logremos sealar de qu manera se vincula lo abstracto de la cosmologa y la metafsica con lo concreto de la vida cotidiana y la historia, podremos acercarnos ms a la lgica del fluir de la vida y del pensar entre los pueblos que habitan el mundo regido por el tiempo cclico. Tal mundo ser uno en el cual la lgica de la mitologa y de la historia y de la actuacin en el presente se parecen mucho entre s, pues al fin de cuentas nacen de la misma realidad so- cial. Adems, la realidad axiolgica del tiempo cclico tiende a ser ms retrospectiva que progresista y pragmtica.

    A estas alturas, pleantearemos la siguiente hiptesis: que, por estar arraigada en la prctica de la vida cotidiana del presente, la graniltica del pasado, la de la narrativa y la de la mitologa juntas, proporcionan un modelo para la actuacin del individuo en el presente. Referimos al lector al esquema que se representa en plan sinttico en las Figuras 1 y 2. Estos esquemas son un intento de representar cmo la visin tzotzil del tiempo y de la historia se deriva de la vida cotidiana y de principios cosmolgicos que tienen un arraigo muy fuerte en la cultura y son de origen precolombino.

    En la Figura 1, el referente ms importante es el Dios Sol, quien dio origen al cosmos en acontecimientos que se cuentan en la narrativa cosmognica de la primera creacin. Segn este relato clave, en la etapa previa a la primera creacin, el m ~ ~ n d o , hecho primcrrdihente de lodo, era amorfo y estaba poblado de demonios, monos y judos. Nuestra Madre Luna se encuentra sola en este caos precultural. Se encuentra embarazada y siente en el vientre que su hijo tiene mucho calor. Tambin lo sienten los demonios, quienes por esta razn persiguen a la luna para poderle matar a su hijo cuando nazca. Al poco tiempo de nacido lo matan, pero l resucita y corre hacia el oeste, huye al inframundo y, siempre perseguido por

  • Tiempo cclico en San Juan Chamula

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