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Dices, bienamada, que la amistad es el
mejor de los bálsamos para mi alma. ¡Dame la amistad
que nunca he tenido!
Esposa amada, modela con esmero
el cuerpo de tu hijo y el ánfora de tus
deseos. ¡Son de la misma
arcilla!
Amor mío, unidos tu cuerpo modelado en barro, y el mío barro
modelado, alcanzaremos la
plenitud en nuestra consagración.
Si me diste, amada mía, el gozo para mis sentidos, ¿pretendes que me oponga a tus deseos? Sería tan imposible como abarcar con
mis manos la inmensidad de los
mares.
Amiga mía, ¿por qué te angustias si tu
vida es un sueño? Escrito está
tu destino en el parpadeo de las
estrellas y tu final se confunde con la
tenue luz del Occidente.
Esposa amada, tu silencio como el
pétalo de una rosa vaga ingrávido hasta caer marchito en la
tierra de la desolación.
Si así lo decidiste, amada, ¿por qué me haces responsable de mis actos?
No florece el almendro por su voluntad, ni se
marchitan las rosas porque así lo quieren.
Bienamada, son semejantes el bien y
el mal. No te regocijes con
uno ni te entristezcas con otro.
Tienen su final, y tras ellos sólo la nada.
Amada mía, como la abeja liba de la rosa hazlo tú de la vida y
embriágate con ella. ¡Así serás una de la
elegidas!
Amada, no maltrates el alma de las rosas.
En ella está el espíritu de tu hijo.
El cielo y la tierra, esposa mía, están en tu corazón.
¡El cielo y la tierra eres tú!
No holles, compañera amada, la yerba del
camino. En ella, renacida, está el alma de los que se
han ido.
Son las leyes de los hombres, vasijas que
aprisionan nuestro espíritu. Sé tú libre, amada
mía, como el suspiro de los enamorados o el agua cantarina que fluye del manantial.
Hermosa mía, déjate arrebatar por la
llamada eterna de la naturaleza.
Somete tu voluntad al grito perpetuo que
surge desde su fondo oculto.
¡Y sé feliz!
RETAZOS
Texto : Pedro Martínez Borrego.
Imagen: Internet.
Tema musical: Ríen de ríen – Edith Piaff.
