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amaba a 5 — El proletariado español ante la nueva economía, — Las organizaciones obreras son los pilares de la obra reconstructiva, — Comas y Solá, el sabio que amaba a su pueblo. En Teruel se es- cribió una pági- na épica de guerra moder- na. — En Teruel se estuvo a, punto de repetir el desas- tre de Toleao. — Cuando fracasan las fórmulas Capi- talistas, los obreros solucio- nan los problemas econó- micos. — Cataluña posee importantes fuentes de ri- queza mineral. — El triun- fo lo conquistaron las fuer- zas confeaerales en Teruel- — Lo que no puede volver: la escuela antinigiénica. — Campos y fábricas de ca- ra a la guerra! — El triun- fo del pueblo español crea- rá un nuevo principio de li- bertad y tolerancia políti- ca. — Un artículo de Anto- nio Ruiz Vilaplana. — El autor de "Doy F é ........." describe la actuación del fascismo en Burgos. — Los técnicos demuestran la in- eptitud del capitalismo. — Industrias socializadas; la alimentación de Madrid. — De Gijón a Fuenterrabía ba- jo la mirada del fascio. — El plan alemán de conquis- ta de España existía de an- taño y se ejecutaba. 150.000 obreros salvaron a España, produciendo ar- mas. — El problema de la justicia es un problema de equidad social. En la revolución asturiana nació el espíritu de unidad del proletariado ibérico. — Es- fuerzo común en villas so- cializadas. -— El Aragón li- berado por el pueblo anti- fascista. — Caballería de la Revolución. — Dos notas de Gonzalo de Reparaz. — La escuela de enfermeras. Galicia mártir. — La Alian- za Juvenil Antifascista apo- ya a los campesinos. D o a i m c n i o d E S P R Ü R MARZO DE 193 8 j Los artistas españoles, identificados con el pueblo, realizan estos j trabajos de incitación y propaganda en los vagones ferroviarios, j www.federacionlibertaria.org

Documentos Históricos de España Año I, n° 05, marzo de 1938

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am aba a5— El proletariado español an te la nueva econom ía, — Las organizaciones obreras son los pilares de la ob ra reconstructiva, — C om as y Solá, el sabio que a m a b a a su pueblo. —En Teruel se es­cribió una p ág i­n a é p i c a de g uerra m oder­na . — En Teruel se estuvo a, punto de repetir el d e sa s ­tre de Toleao. — C uando fracasan las fórm ulas Capi­talistas, los obreros solucio­n an los problem as econó­micos. — C ata luña posee im portantes fuentes de ri­queza m ineral. — El triun­fo lo conquistaron las fuer­zas confeaerales en Teruel-— Lo que no p u ed e volver: la escuela antin ig iénica. — Cam pos y fábricas de c a ­ra a la guerra! — El triun­fo del pueblo españo l c rea­rá un nuevo principio de li­bertad y to lerancia políti­ca. — Un artículo de Anto­nio Ruiz V ilaplana. — Elautor de "Doy F é ........."describe la ac tuación del fascismo en Burgos. — Los técnicos dem uestran la in ­eptitud del capitalism o. — Industrias socializadas; la alim entación de M adrid. — De Gijón a F uen terrab ía b a ­jo la m irada del fascio. — El plan alem án de conquis­ta de España existía de a n ­taño y se e jecu taba. — 150.000 obreros sa lvaron a E spaña, produciendo a r ­m as. — El problem a de la justicia es un problem a de equ idad social. — En la revolución astu riana nació el espíritu de unidad del p roletariado ibérico. — Es­fuerzo común en villas so­cializadas. -— El A ragón li­b erado por el pueblo an ti­fascista. — C aballería de la Revolución. — Dos notas de Gonzalo de Reparaz. — La escuela de enferm eras. — G alicia m ártir. — La Alian­za Juvenil Antifascista apo ­y a a los cam pesinos. —

D o a i m c n i o

d E S P R Ü R

M A R Z O DE 193 8

j Los artistas españoles, identificados con el pueblo, realizan estos j traba jos de incitación y p ro p ag an d a en los vagones ferroviarios, j

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El é x i t o deDOCUMENTOS HISTORICOS DEESPAÑA nos im pone la nece­sidad de su p era rla a través de cad a núm ero, correspondiendo al interés que h a despertado en to­dos los am bien tes sim patizantes de la E spaña antifascista. Para olio, dedicarem os in tegram ente nuestras energ ías, en el sentido de perfeccionarla ca d a vez más.

es ta rev is taha obtenido sólida ub icación en el ab ig arrad o conjunto de todas las publicaciones en favor de la E spaña leal, porque h a ocupado un espacio desierto, del que e s ta ­b an ausen tes los otros órganos de publicidad. Su am plia docum en­tación, seria e in teresante, p ro­viene de la p ren sa esp añ o la o de prestigiosos colaboradores.

demuestra sug ran acogida , el hecho de que se h ay a debido aum entar conside­rab lem ente el tiraje inicial. Te­nem os la certeza de que no se tra ta de u n í circunstancia c a ­sual, sino que ese g ran interés h a sido despertado por el con­tenido y 1° orientación de sus p ág inas, exalta doras del triunfo en la g u erra y de la revolución.

Difundid “ Documentos H istóricos de

España”

eficaz laborpuede afirm arse, está realizando la revista, a l h ab e r conquistado lectores en los m ás am plios sec­tores de la opinión. Pero no es suficiente: aspiram os a aum en ta r su difusión, divulgando las pro­yecciones revolucionarias de la lucha actual. P ara ello, req u eri­mos la ay u d a m oral y el esfuer­zo de los am igos de esta obra .

i l u s t r a t i v ay si es posible m ás gráfica, se ­rá en lo sucesivo esta p u b lica­ción. A los docum entos de índole económica, a las revelaciones de carác ter histórico, a los épicos relatos de heroísmo, a la infor­m ación de los esfuerzos cien tí­ficos al servicio del pueblo , h e ­mos de ag reg a r ad em ás, m ayor m aterial artístico y fotografías,

Propagadlas ediciones delServicio de Propaganda España

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ESP A NAjj^A guerra anii fascista en Espa­

ña, ha logrado en este últi­mo tiempo, tom ar la segura sen­d a que puede conducirla al triunfo definitivo de las arm as del pueblo en el plazo q u e per­mita la ay u d a que prestan los gobiernos fascistas a su obse­cuente represen tan te Franco,- que aparen tem énte dirije las operaciones de los agresores de España.

Esta no es una afirm ación op ­timista nac ida al calor de éxitos recientes de orden militar. S ab e­mos los altibajos y las fluctuacio­nes que provoca en el espíritu de las gentes el desarrollo de operaciones militares en el que la táctica impone m u­chas veces concesiones que luego se reconquistan am ­pliam ente. No querem os referir­nos al aspecto guerrero que ya h a sido superado por las fuerzas encuadradas en el Ejército Po­pular desde el momento en que, perdido el Norte, se term inaron las victorias fáciles de los faccio­sos porque tuvieron que enfren­tar a un ejército aguerrido en un ampiio frente bien respaldado por u n a re tag u ard ia que lo sos­tiene y lo vigoriza. Querem os significar con nuestras líneas iniciales que se h a producido un m ejoram iento visible del que se destacan hechos que pueden contribuir a g an a r la guerra y m antener las esperanzas de que España está produciendo una transform ación social que la co-

lotumcniBS

se Superaa Pesar de la Guerra

d e

AÑO I. No. 5MARZO DE 1938.

A d m in istrad o r: JU A N PJEKEYRA, O lav arrla 788, B uenos A íres

R epública A rg en tin aSuscripción por 12 núm eros: $ 2.50

N úm ero suelto : C ap ita l: 20 cts., In te rio r : 25 c ts .

StaVICIDJePROPACAHDa ESPAÑA

locará entre los paí­ses más avanzados en el orden politico­económico.

O bliga a pensar así el hecho de que se h ay an redoblado las gestiones y reunio­nes entre los repre­sentantes de las dos g randes sindicales — Ü. G. T. y C. N. T. — con vistas a crear un pacto de un idad p a ra arm onizar la econo­m ía y la v ida sindical del país. Esta ta rea perseverante p a r a conseguir el entendi­miento del proletaria­do en propósitos fun­dam entales de trans­formación, h a sido m antenida durante toda la guerra por amplios núcleos y or­ganizaciones, e indu­dablem ente m ás que por nadie por la Con­federación Nacional del T rabajo que, des­de los prim eros m o­mentos de la inva­sión fascista, hizo im­portantes concesiones políticas y económi­cas p a ra no m alo­grar la un idad de ac ­ción del pueblo. El logro de esta asp ira ­ción que siente y quiere la m ayoría del proletariado ibérico sería uno de los h e­chos m ás transcen­dentales p a ra la v ida general de E spaña e influiría inm ediata­m ente tanto en los frentes como en la re­taguard ia.

Agreguem os a este hecho auspicioso de intelige n c i a c i ó n obrera, otro de gran m agnitud ocurrido re­cientem ente en E spa­ña, cual es el d e la

Nacional del Trabajo, de un Pleno Económi­co Nacional Ampliado al que han concurrido ochocientas d e leg a­ciones de to d a ia Es­p a ñ a antifasc i s t a, representando so la­m ente a organism os locales, com arcales y regionales, en el que se han discutido im­portantes problem as económicos de vital gravitación en la vi­d a de la península, dándose adem ás un amplio ejem plo de preocupación cons­tructiva y de norm a­lidad en la re tag u ar­dia. Esto nos hace constatar que hoy, m ás que nunca, tene­mos q u e tener espe­ranzas fundadas en el porvenir de Espa­ñ a y en las o rgani­zaciones que en el momento m ás difícil de este período histó­rico que vive ese pueblo, tom aron a su cargo la g rande res­ponsabilidad de, no solo enfrentar a los militares sublevados, sino tam bién de reor­gan izar la v id a g en e­ral del país, a lte rad a p er los acontecim ien­tos. Hechos como es­te que realiza la Con­federación Nacional del T rabajo d e Espa­ña, con g ran visión de la realidad y co­mo seguro paso hac ia superaciones proleta-

que conservan viejas fórmulas, constituirá un audaz golpe p a ra el m undo cap ita lista y será u n a dem ostra­ción a c a b a d a de equi­d ad social y de justi­cia-

La guerra es indu­dab le que se rá d u ra y larga, pero a m edida q ue transcurre el tiem­po existén m ayores y m ás fundadas e sp e­ranzas de que se im­pondrán las fuerzas antifascistas. Mejor or­ganizado y solidifica­do el ejército, en c a ra ­do en la re tag u a rd ia el problem a de la re ­construcción económ i­ca y social con el aprovecham iento de todas las energías y de todas las riquezas naturales del país por u n a organización q u e n u c l e a a 1.700.000 traba jadores —• hem os nom bra­do a la C. N. T. —, faltaría solo el feliz entendim iento con la U n i ó n G eneral de T rabajadores, que po­sibilitaría elevar la moral de los luchado­res, coordinar la la ­bor económico - re­constructiva y c rea r un am biente d e cor­dial arm oniza c i ó n proletaria entre los dos g randes sectores obreros de España. ■

Con todos estos fac­tores favorables que hem os señ a lad o y te­

n as , dem uestran la niendo en cuenta el cap ac id ad de esta or- p robado heroísmo d eganización y la segu­ridad de que en Es­p aña , ap arte d e m an­tener una crue n t a g u erra se e s tá estruc­turando u n a nu ev aeconom ía que por s u ____________________

realización en Valen- orientación libertaria, rab ie p a ra las ideas y cía, bajo el patrocinio se rá u n a revelación el porvenir antifascis- de la Confederación p a ra todos los pueblos tas.

ese pueblo de g igan ­tes, es forzoso señ a la r y repetir que e s ta ­mos próximos a v e j m ejorar la situacióa española, en un senti­do francam ente favo-

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EL PROLETARIADOLA IM P O RTA N C IA DEL le r PLENO ECONOMICO DE

L A C. N. T.

NOS proponem os poner de relieve todo cuan to la

O . N . T , sig n ifica en el o rden de la econom ía espa- fiola, destacando que sus esfuerzos constituyen el in­te n to m ás serio y a u to r iz a ­do de su p e ra r el régim en <ie producción ind iv idualis ta de la b u rg u es ía . R ecogien­d o la experiencia de un afio y m edio de ac tiv idades en el o rden de la producción, n u e s tra C en tra l sindical se d ispone a enm endar los e rro re s n a tu ra le s de la p ri­m e ra la se co n stru c tiv a : a c re a r el P lan nacional, y d en tro de éste, a s ig n a r a cad a individuo y C olectivi­dad su función n a tu ra l . Al f re n te de la C onsejería de E conom ía de la G eneralidad de C ata luña , la C . N . T . supo ver todo cuan to hab ía de profundo en la t r a n s ­form ación que se operaba a p a r t ir del 19 de julio , y te puso a la cabeza de las asp iraciones de las m asas tra b a ja d o ra s p a ra hace r que e s te In ten to de raíces h is­tó r ic a s c im en tadas en n e ­cesidades de tipo cu ltu ra l y m a te ria l, no f ra c a sa ra .

E l rec ien te C ongreso ce­leb rado por la Cnión Gene­ra l de T rab a jad o re s de C a­ta lu ñ a reconoce que: “el de­recho de C olectivizaciones elaborado por el Consejo de E conom ía, es, sin duda, el in ten to de re fo rm a econó­m ica m ás in te re sa n te que se h a hecho en todo el te r r i ­to rio de la R epública, en el curso de n u e s tra lucha con el fa sc ism o " . E s de ju s ti­c ia e s ta com probación.

L a consecuencia de este hecho es una m ás p erfec ta o rgan ización de las indus­tr ia s que no se h a logrado a ú n en el resto de E spaña, lo que sirve de base seg u ­r a p a ra esfuerzos m ás am ­plios en pro de u n a econo­m ía que dé a la g u e rra cuan to n eces ita . Pero hay ulgo ta n im p o rtan te como

ESPAÑOLDe “Fragua Social”, de Valencia

Orden d el Día del Pleno Económ ico de la C. N. T.lo . — A p e rtu ra del P leno N acional por el Comité

N acional2o. — Presen tac ión de credenciales.3o. — N om bram iento de m esa de discusión.4o. — D iscusión y acuerdos sobre el D ictam en que

p resen ta el C om ité N acional sobre Creación «le los In specto res de T rabajo .

5o. — D iscusión y acuerdos sobre los dos D ic tám e­nes que p re sen ta el C om ité N acional sobre F o rm as de R etribución del T rabajo .

Co. — C onveniencia de la creación del B anco Sindical I 7o. — Conveniencia de la creación de una Agencia

Sindical A d m in istra tiv a de Seguros, con r a ­m ificaciones en to d as las provincias leales O tros asun to s relacionados con seguros.

8o. — Discusión y acuerdos sobre el D ictam en que p resen ta e! Com ité N acional sobre Convenien­c ia de reducir el núm ero de publicaciones con­fedérales, y soluciones al caso.

9o. — D lscus 'ón y acuerdos sobre el D ictam en que p resen tí, el C om ité N acional sobre P ropugna­ción de las C oopera tivas de Consumo.

10o. — Discusión y acuerdos sobre: a ) D ictam en que p resen ta el C om ité N acional sobre la N ecesi­dad de llegar a la cen tralización ad m in is tra ti­va de la econom ía confederal y modo de lle­v a rla a cabo.— b) Cómo podrá realizarse una e fec tiva planificación de las industrias sin r g u a r.la r la creación del Consejo N acional de econom ía, o rgan ism o de base m ix ta esta ta l sindical, que sería el llam ado a poder realiza! eca visible necesidad económ ica.— c) N orm a1 p a ra que el Consejo Económico Confedera' pueda librem ente aco rdar, en reuniones plena rías, qué industrias se consideran útiles e r g rado indispensable, cuáles o tra s ú tiles no in d ispensab les y cuáles deben considerarse in ú tiles, debiendo procederse a su clausura < tran sfo rm ación .— d) F acu ltados que se con ceden al Consejo Económ ico Confederal pare que pueda acop la r a los parados que proven gan del c ierre o transfo rm ación de industria inútiles, y cuáles o tra s p ara acoplar a los ps rados que puedan ex is tir por o tra s causas.

l io . — D iscusión y acuerdos sobre el D ictam en qu< p resen ta el Com ité N acional sobre Establecí m iento de norm as generales de trabajo .

12o. — Asunto.« generales.

ANTE LAi

ELIM INAN TODOS LOS DEFECTOS DEL SISTE M A

BU RG U ESeste aspecto p u ram en te p rác tico del problem a, y es la incorporación del hecho revolucionario a la vida le­gal del E stad o . La C . N . T . es el m ovim iento que se ha preocupado con m ayor extensión por c im en ta r una nueva econom ía. E l P leno Económ ico N acional no se ­r á un esfuerzo m ás, e n tre tan tos, sino que a b o rd a rá el problem a en su co n ju n to aprovechando la lección de año y medio de experiencia p a ra a r t ic u la r fo rm as e s ta ­bles y rend itivas que a se g u ­ren ias conqu is tas del p ro­le ta riado . Porque la m ejor form a de lo g ra r este re su l­tado es d e m o s tra r en la p rác tica la cap ac id ad de que se dispone en el cu m ­plim iento de e s ta s ta re a s , a las que los S in d ica to s no pueden ren u n c ia r po r im pe­ra tivo indeclinable de su propia n a tu ra leza , L a o rg a ­nización del tra b a jo cae den tro de la ó rb ita de su com petencia y de su s fun­cione».

Vivimos ahora m om entos en que el m áxim o do se n ti­do de responsab ilidad debe presid ir la ob ra ind iv idual y colec tiva. L a c lavs del cam bio social es la produc­ción La incapacidad pro­fesional de los p roducto res, los vicios heredados de! s is­tem a cap ita lis ta , en que el obrero ignoraba su m lsi in y tra b a ja b a poco y m al, los hábitos de vagancia , deben ser elim inados to ta líc e n te en ti orden nuevo, cu lm i­nando asi el proceso <> educación que cap ac ita <il p ro le ta riado p a ra la lib«”- t a d . Ha recibido la heren . cia de una econom ía que de!je o rg an iza r y adm inis­tra r , y es indispensable que ponga en esa ta r e a el m a . y o r celo y sen tido de res­ponsabilidad . La g uerra en que nos debatim os impone aprem ios, obliga a fo rzar !a m a rch a en esta dirección.

El Pleno que la C . N . T .

NUEVA ECONOMIA2— 162 DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA

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LAS ORGANIZACIONES OBRERAS SON LOS PILARES DE LA OBRA

CONSTRUCTIVA---- ------- 7 --------

Conceptos de Mariano R . Vázquez en el discurso de clausura del Pleno Económico Nacional, G . N . T .

LOS SIND ICATO S EVIDENCIAN SU C A P A C I D A D

CREAD O RA

va a ce leb rar p a ra t r a ta t do discusiones que im plican la. b u tn a adm in istrac ión y dirección de la econom ía que ac tu a lm en te reside en m anos del p ro le tariado , s<-. propone e stu d ia r, en tre o tras. LA C REA CIO N DE U N D EPA R TA M E N T O D E CONTROL Q U E SIRV A PARA F ISC A LIZA R EN LOS TA JO S, E N LOS CON­SE JO S D E E M PR E SA . EN LOS T EC N IC O S-A D M IN IS­TRA TIV OS D E IN D U S­T R IA . EN LOS C O N SE . •IOS LOCALES. COM AR­CALES Y R EG IO N A L ES D E ECONOM IA. CUANTO A T A R E AL PR O C ESO O R. D IN ARTO D EL TRA B A JO EN TOD AS SUS V A R IE ­D A D ES.

E s decir, la C . N . T . se propone fisca lU ar sev e ra ­m ente la función de los in ­dividuos y de los g rupos de p roductores m ed ian te in s­pectores de tra b a jo adscrip - tos a D epartam en tos de C on tro l. C ada cual, p roduc. to r u o rgan ism o de gestión, debe cum plir e s tr ic tam en te con su deber. Toda in te rfe ­rencia que p e rtu rb e el logro del rend im ien to apetecido y se cuadre en el cam ino de la cen tralización económ ica, s e rá e x tirp a d a . El régim en socia lista de producción no puede to le ra r vicios de u li. gen como consecuencia de los m étodos burgueses de trab a jo , que se a g rav a r ían con el tiem po, creando ver­daderos tum ores peligrosos p ara el nuevo desarro llo de la so c ied ad . A dm itida la planificación en el orden n a ­cional, que hace de la eco­nom ía un con jun to solida­rio y perfec to con v is tas a la sa tisfacción del b ienesta r colectivo, y no el en riqueci­m iento de cam arillas privL legiadas, hay que ex ig ir en todas partes , la p rác tica de te responsabilidad y el des­a rro llo de los háb itos de e fic ien c ia . O esto, o la d e ­r ro ta do la revolución, cuya colum na verteb ra l es la eco­nomía .

D ECLARAC IO N DE ENORM E

INTERES

La C. N. T. llama a colaborar a los ele­

m entos técnicos.,

Todos los dictámenes presentados en el P le­no Económico Nacio­nal y las resoluciones aprobadas, parten del principio de unidad

con la U. G. T.

Colaboración fiel y leal con todos los an­tifascistas, al margen de todos los sectaris­

mos.

Nosotros estudiamos, trabajam os y lucha­mos con entusiasmo porque estamos con­vencidos de nuestra

victoria

El ejército de clase, j salido de las masas | obreras, está dispues­to a reconquistar todo

el terreno invadido.

El ejército popular re­volucionario, en con­tacto con el pueblo lu­chará para que no puedan continuar las cosas como antes del 19 de Julio de iq36.

D E S P U E S d« diez d ias de

in ten sa labor, que concitó la a tenc ión de todos los sec to ­res an tifa sc is ta s , d i ó té rm in o e I P leno Económ ico de la C. N . T . A l d a r p o r c lau su ra ­do el P 1 e n o, e l com pañero M aria ­no R . V ázquez, Se­cre ta rio del Cora i« té N acional de la C. N . T. p ronunció la s s igu ien tes p a ­lab ra s :

"T erm ina su s ta re a s el comicio de m ás tra sc e n ­dencia de los que h a celebrado la C. N . T . Q ue su im ­p o rtan c ia es g ran d e lo d em u es tra el hecho de que to d a la p renaa, a la cual expresam os n u es tro ag radec im ien ­to, ha publicado inform aciones m ás o m enos d e ta llad a s de los trab a jo s de la A sam blea. E s te com icio h a de­m ostrado la potencialidad de la C. N . T., y h a dem os­trad o tam bién que noso tros, que siem pre fuim os tildados de tem o s d e s tru c to re s , fo rm am os hoy una o rg an iza ­ción co n struc tiva . S iem pre fué n u e s tra afirm ación la m ism a: que la C. N. T. e ra u n a organización que des­tru ía p a ra co n stru ir | D espués de in ic iada la gu e rra , nos hem os lanzado a la reconstrucción , y podem os d ec ir con orgullo que vam os a la v an g u a rd ia con e s ta respon ­sab ilidad y en e s ta tra y e c to r ia . D eseam os m an ten e r los obreros, ios peones, los aux ilia res, to d a la c lase t r a b a ja ­dora m anual, con un esp íritu de colaboración es trech a con el elem ento técnico.

E n e s ta reunión se ha dem ostrado , a tra v é s de los d ife ren tes debates sobre tem as de im p o rtan c ia en el orden del trab a jo , que la C. N. T. se ra tif ic a en é s ta línea de conducta y llam a a loa elem entos técnicos p a ­ra co laborar en la m agna ta re a que sobre noso tros pesa. Se h a v isto tam bién n uestro deseo de colaboración sin ­cera con la U . G. T. E sto se h a dem ostrado en todos los d ictám enes que han sido aprobados y en los que se ob­se rv a que las decisiones del P leno p a rte n siem pre del principio de q u e re r un irse con la U. G. T.

Se ha dem ostrado igua lm en te el po tim ism o que nos g u ia en n uestro tra b a jo y en n u estra s resoluciones, p o r­que confiam os en n u e s tra v ic to ria a p e sa r de todas las invasiones, de todos los reveses que hayam os podido te ­ner en dieciocho m eses de lucha. N oso tros estud iam os, tra b a ja m o s y lucham os con en tu siasm o porque, como ya digo, estam os convencidos y segu ros de n u e s tra v ic­to r ia .

No es é s ta u n a g u e rra com o i*n dem ás, tin o tpí* c-s una g u e rra de clases. Un e jé rc ito de clase que h a s&r lido de las m asas ob re ras , que e s tá d ispuesto a recon­q u is ta r todo el te rren o invadido y hace r posible d esp u és una nueva e s tru c tu ra de la econom ía nacional.

E l E jé rc ito seg u irá siendo el E jé rc ito revoluciona-

DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 3— 163

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NA CIO MI.D E I B A N C O S

O K M N J Z A C I O N N A C I O N A L

. M. I y Sf!Gl'KL\v I N W S T R I A

CONSEJO ECONÓMICO CONFEDERAL(SNWtwtamíníe Ai ia SHOWl K KONGMIA j.l c N- C.N r.)

jo el ap rem io de ta r e a s u r ­g en tes , im prov isadas. H acía f a l t a a ju s ta r d e te rm inados re so rte s , m odificar p roce­d im ien tos, su b sa n a r e r ro ­re s que sólo la experiencia h a podido s e ñ a la r como t a ­les. Así, pudo ap rec ia rse las d ificu ltades que c reab a ei aislam ien to p rác tico de m u ­

ch as colectividades Indus­tr ia le s y ag ríco las , que de hecho funcionaban a m a­n e ra de em presas capitán l is ta s ; la fa l ta de un pian de con jun to , el incum pli­m ien to por p a r te de a lg u ­nos núcleos obreros de sus deberes de p roductores, ote. T odas esas fa lla s fueron

desde luego, m agn ificabas y explo tadas por ios e le­m entos políticos, enem igos de todo cam bio profundo en el te rren o económ ico- social y a tr ibu idos :t la p ro ­p ia esencia de la revolu­ción, es decir, a la gestión de los sind ica tos obreros. Pero , m ien tras que esos ole-

n lentos se ¡im itaba» a tui:i c rítica n eg a tiv a y in u d ia s veres irresponsab le , m ien­tr a s obstru ían con a b su r­das m edidas seudolcgales el desarro llo de nu estr.i econom ía, la C. N. T. lia p lan teado c la ram en te esns problem as y h a buscado so­luciones a los m ism os.

ZL P R O LE TA R IA D O ESPAÑ O L D E M O STR AR A CON HECH O S— H A D ECLARAD O M ARIANO R. V A Z Q U E Z — QUE S IR V E P A R A ALG O M A S QUE P A R A OBEDECERrio del pueblo, que en con tac to con el pueblo lu ch a rá p a ra que no puedan c o n tin u a r las cosas como an te s del 19 de julio. L a C. N . T . p rec isa que se le deje tr a b a ja r , que no se le ponga obstácu los. D en tro de la legalidad va a to d as p a rte s , v a a d a r to d a s la s energ ías que sean necesarias p a ra co m b a tir a l fascism o y p a ra reco n stru ir a E sp añ a . E stam o s d ispuestos a todo d en tro de las no r­m as de la legalidad ; pero no estam o s d ispuestos a que b ay a com portam ien tos de legalidad c o n tra ella. L a C. N . T . es como ei león que hace su v ida tran q u ila , pero que no se le acucie porque es peligroso; n u e s tra se re ­n idad tiene un lim ite.

A m igos de la colaboración, deseam os la un idad de las O rgan izaciones y P a rtid o s m ás que nadie, no con pa lab re ría , sino p rác ticam en te . H ace y a m uchos m eses que e s te C om ité N acional viene diciendo: "D ejem os de h ab la r V ayam os a e lab o ra r las bases concre tas de es­ta unidad, de e s ta colaboración” , y te rm in am o s dicien­do a n u es tro m ovim iento: ‘‘Seam os o p tim istas , que lo que pesa en e s ta s c ircu n stan c ia s es el t r a b a jo ”. N ues­tro s m ilita n te s deben t r a b a ja r e im ponerse po r su e s­p íritu de tra b a jo y e sfo rza rse po r su p e ra r a los dem ás.

.Seamos o p tim is ta s y no nos dejem os llevar nunca al te ­rreno a que las provocaciones trat:»;i de llevarnos. S i­gam os n u e s tra línea. D igam os que hoy la C. N. T., ju n ­to con el m ovim iento lib e rta rio e s ta m ás un ida que n u n ­ca. Som os lo único sólido que se m an tiene ve rd ad e ra ­m en te unificado.

E s ta s con troversias, e s ta s discusiones, éstos de­bates que hem os presenciado d u ran te el desarro llo de la s sesiones, del P leno, son una m an ifestac ión c la ra de la v ita lidad de n uestro m ovim iento.

D espués, el C om ité N acional p rocederá a ap lica r las resoluciones del P leno sin n in g u n a discusión. S ig a ­m os por e s te cam ino, pues no h ay que o lv idar que som os re p re sen tan te s de la opinión, recogem os sus pulsaciones porque sen tim os su vibración y tenem os con ella una com penetración p erfec ta . P o r este cam ino liem os de lle­g a r a la v ic to ria , y a que contam os con n u e s tra v ita lid ad y con la s im p a tía del pueblo español que no quiere no r­m as ni modos im portados.”

(D el B oletín de in fo rm ación CNT F A I No. 36, de' 4 de F eb re ro de 15)38) -

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HA MUERTO EN ESPAÑA¡ o r n a s y S o l á UN GENIO

CIENTIFICO Y HUMANOEL SABIO

que amaba a l p u eb loJ7SCRIB0 estas líneas después de

haber asistido al entierro del sabio astrónomo Comas y Solá. Mucha gente, muchas banderas. Representaciones oficiales. M ulti­tud estacionada, saludando el fér?- 1ro y acompañando con su curiosi­dad o su emoción — de todo un ]ioco —. el último pasco de! maes­tro.

La Banda Municipal, dirigida por Lamotte de Grignon — otra de nuestras grandes figuras — , ejecu­ta la “Marcha Fúnebre" de Beet.. hoven. V filas interminables de obreros auténticos — semblantes curtidos de campesinos: trajes azu­les de mecánico; hombres con ¡a fiambrera y e! paquetito de las he­rramientas en la m ano; peones y-' albañiles del Ramo de Construc­ción, tosco y bravo. Pueblo puro, silencioso, conmovido, con el puño en alto y la mirada fija en el coche donde el sabio se dirige hacia el supremo destino. La música, lenta y solemne, de profunda y majes­tuosa tristeza.

Hablo con Fabré, hombre qus acompañó a Comas y Solá hasta el último momento, su amigo fiel y su auxiliar durante muchos años. Fi­gura simple de sabio, modesto y discreto, do ojos dulces y expresión serena, como alejada de las huma­nas cosas. Me dice cuánto amó Co­mas y Solá al pueblo y cómo esto pueblo catalán, grande y culto, úni­co en el Mundo, a pesar de todo, le pagaba con el misino afecto. Me cuenta de qué manera cuando un grupo de obreros visitaba el Obser­vatorio Fabra, Comas y Solá se sentía dichoso.

—Aquel dia era fiesta para él. infatigable, siempre atento, hallaba

gusto en explicar cuanto sabía, de la manera más sencilla posible, a los trabajadores. Ellos escuchaban apasionadamente, sin perder pala­bra, con 1111a atención que era su premio y su gozo. ¡Qué diferencia cuando visitaban el Observatorio rruoos de estudiantinos pedantes chicos y chicas de la clase medía, que bromeaban sobre las cosas que Comas y Solá estimaba más intere­santes v más serias! Sufría en si-

Federica M ontseny escribe so­bre el gran astrónom o des­aparecido, director del Obser­vatorio Fabra, heredero de la obra y gloria de Flam marión, voluntad inquebrantable en­tregada a la ciencia, que la M onarquía y la República burguesa tuvieron olvidada y sin ayuda y que ahora la gue­rra antifascista lo reveló co­mo sincero amigo del pueblo

y de sus libertades.

iencio y a veces se marchaba, mal­humorado . . .

Este hombre excepcional sintió los dolores del pueblo, le amó y pa­deció por él, dándole lo que pudo, sin tasa ni medida, en ofrenda to­tal de sus energías, en horas roba­das al descans'o, no dejando una carta por contestar, no rehusando jamás un artículo, no negándose a dar una conferencia, por modesto que fuese el Ateneo que la pidie­ra. Evocó sus años duros, de hu­milde trabajador de la inteligencia.; Pobre Comas y Solá! ¡ El direc­tor del Observatorio Fabra, astró­nomo de fama mundial, el herede­ro de la obra y la gloria de Flam­marión, descubridor de mundos pla­netarios, voluntad infatigable al

Antes de la Guerra sólo

servicio de la ciencia, ganaba dos­cientas pesetas mensuales hasta el 19 de Julip! Debía ayudarse con artículos en la Prensa, en las revis­tas científicas de Inglaterra, de Francia, de América, reuniendo, a costa de mucho trabajo, un sueldo modestísimo de obrero especializa­do . ¡ Qué dolor y qué vergüenza!; Y pensar que el burócrata de cual-

.mier M inisterio que al ser coloca* do en algún lugar de altura, a fuer­za de arrastrarse, gana en seguida sueldos de más de seis mil pesetas mensuales!

Fue el Consejo de la Escuela Nueva Unificada el que consiguió para Comas y Solá una subvención mensual de mil pesetas, que cobró estos últimos meses de su vida. Reparación mínima que la Revolu­ción debía al hombre de ciencia que había ayudado, con la capacitación cultural de las masas, a que la Re­volución se hiciese.

Esto lo sabemos hoy. Como sa­bemos multitud de detalles conmo­vedores de esta vida pura y s¡m< pie. Hombres abnegados, entrega­dos con devoción a la tarea, irán descubriendo a Comas y Solá, en biografías y c-n recopilaciones de trabajos que nos lo descubrirán cómo era y cómo su pudor no per­mitió que se mostrara en vida.- ; Siempre el mismo hecho! ¡ Siem­pre los hombres grandes envueltos en el silencio, en la bruma de des­tinos oscuros, hasta que la muerte los revela! ¡ A y ! La gloria conti­núa siendo patrimonio de los his­triones, de los grandes charlatanes que en la feria de la vida saben vender a buen precio sus produc­tos. Los callados, los modestos, los humildes, los trabajadores de la ciencia, los artífices de nuevos mundos, viven y mueren en el gran anonimato de que — ¡ironía san­grienta! — , únicamente la muerta viene a sacarle».

Percibía Doscientas Pesetas por MesDOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 5— 165

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¥

Enrique Góme2 relata en “U m bral” No. 12 su ú ltim a entrevista con el sabio

/^O M A S Solá nació en B arcelona el 39 de D iciem bre de ^ J 8üS. Y a de niño sen tía p ro fu n d a a tracc ió n por la m ás ¿sugestiva de las ciencias, a la que co n sag ra ría toda su v ida: y a los diez años, con unos v iejos an teo jos, obser­v ab a las m anchas del sol y los c rá te re s de la luna. Sin a p a r ta rs e (le su p rim itiva vocación, C om as Sola lo¡?ró licenciarse en C iencias F ís icas M atem áticas,- en la U ni­versidad de su ciudad n a ta l, en 1890. En .1903, siendo y a académ ico de C iencias, fué nom brado d irec to r del Ob­se rv a to rio F ab ra , y al f re n te del m ism o h a venido d es­a rro llan d o una lab o r p e rsev e ran te y e fic ien te ; dando g lo­r i a a su país en una em presa do paz y de ciencia. En 1915 (el 20 de <narzo) descubrió el p lan e ta H ispam a. con éste son once los p lan e tas descubiertos po r él, si<n- t!o de n o ta r que son los únicos que se ñau descubierto en E sp añ a . T am bién h a descubierto dos com etas, «'no de ellos periódico, siendo el único de e s ta clase señalado «i: n u e s tra tie r ra .

H a s ta a n te s del 19 de ju lio en el O bservatorio se e d itab a un B oletín en el que C om as Solá h a expuesto las m ás In te re san te s y su g es tiv as cíe su s teo ría s y cíe sus hallazgos, la teo ría co rpuscu la r ondu la to ria de la ra d ia ­ción 11915), el p rincip io de la re la tiv id ad y la teo ría em isivo-ondu la to ria de la energ ía rad ian te (1919). el p roced im ien to astronóm ico p a ra rev e la r el m ovim iento abso lu to de n u estro s is tem a so lar, en el caso de ex is tir e s te m ov im iento abso lu to Í1922), el s is tem a de observa­ciones estereoscóp icas de m ovim ien tos propios de las e s tre lla s , p a ra la je s , e tc . C om as Solá fué tam b ién el au ­to r de la fó rm u la m a te m á tic a p a ra d e te rm in a r la p ro ­fund idad de los focos de conm oción 'de los te rrem otos, que h a sido a d o p tad a en el E x tran je ro . Publicó in te re ­san tísim o» fo lle tos y opúsculos científicos, a lgunos de ellos con aco tac iones filosóficas. E n las paredes del Ob­serv a to rio h a y n um erosas fo to g ra fía s de sus estud ios y de. .su obra.

U ltim am en te fué nom brado je f^ de los -servicios sism ográficos del L ab o ra to rio E xperim en ta l que en Mas- nou se h a inaugu rado bajo los ausp icios de la Con­federación N acional del T rabajo .

A ctua lm en te — nos in fo rm ab a el ilu stre sab io en la ú lt im a en tre v is ta que m an tuv im os con él — los e stu ­dios astronóm icos son m ás cuestión de fo to g ra fía que de observación personal. Con ello se consigue una mayo*- rap idez y efic iencia en las observaciones. M ediante la fo to g ra fía , se ev ita la confusión en tre e s tre lla s y p la ­netas . E l m acrom ícróm etro es ta n p erfec to que re g is tra d iferencias que m iden h a s ta una m iera (m ilésim a cíe m i­lím etro . Ju n to a su cañón científico, el fab io astrónom o e x ta s ía y nos descubre cóm o un hom bre de ciencia no es u n se r ad u sto y concentrado sino que es ta n to m ás

accesible a la belleza y a la emoción e s té tica cuan to qu? vive en constan te con tac to con ellas.

- Con este m agnífico in s tru m en to — nos a seg u ra — se observa con ta l n itidez y perfección el p a isa je lu n a ’-, sus c rá te re s , sus abism os, sus líneas de a g re s te bellezn. que se tiene la im presión de vo lar sobre n u estro sa té li­te. No es la belleza a rm ó n ica que conocem os aquí, sino la g rand iosidad desolada, la belleza de la m uerte .

No nos a trev íam os, po r tem o r de ap a rece r p u e ri­les, pero an te e sta s frases lanzam os tím idam en te la p re ­g u n ta a ce rca de la hab itab ilidad de lo» m undos.

- E n la Duna e s tá p e rfec tam en te com probado qu:- no existe la v ida; no hay a ire ni ag u a . E s sólo una m a ­sa in erte , seco co n tras te en tre los p rim eros té rm inos y

.sus extrem os. En cuan to al re s to de p lane tas de n u e s­tro s is tem a solar, com préndese la im posbilidad de ave­r ig u a r ac tua lm en te lo qu? h ay a de cierto en e s ta cu es­tión, si tenem os en cu en ta que M arte , el m ás cercano — en e! cual, por c ierto , parecen ad v e rtirse signos de ve­getac ión — cuando pasa m ás ce rca de nosotros, lo hace a sesen ta m illones de k ilóm etros. En cu an to a o tro s s is ­tem as solares, si tenem os en cu en ta que m edim os au d is tan c ia con años-luz. que un año-luz es el producto de m u ltip lica r la velocidad de la luz (300.000 k ilóm etros p o r segundo) por el núm ero de segundos que tiene et año (31.390.000, en to ta l) , y que la estre lla m ás p ró ­x im a d is ta cu a tro años-luz - -■ las cíe: nás v a rían e n tr ; cien a cien m il años-luz — será com prensible la igno­ran c ia p rá c tic a en que la ciencia se halla respecto a esta cuestión . E so sin hacer m ención de nebulosas e s­pirales. un iversos lejanos; la idea de los cuales paree-' alucinación, cuya luz ta rd a cen tenares de m illones d i años en lle g a r a nosotros. Y son billones los s is tem as ex isten tes. A dm itiendo que ta n sólo uno de los p la n e ­ta s de esos s is tem as — prosigue C o n ts Solá se halle habitado, tendrem os una buena refe renc ia p a ra m ed ir el insano orgullo y la desm edida van idad de los hom bres.

E n verdad que an te ta l m arav illa , es lo m ás rid ícu ­lo que los hom bres se destrocen sa lv a jem en te por unos k ilóm etros de posesión m om entánea.

—Sin em bargo — la voz del sab io nos vuelve a nuestro m undo — en n u es tra t ie r ra hay ta n ta herm osu­ra , igual belleza que en esos ignotos confines quo su ­gestionan la im aginación. E s ve rd ad e ram en te m agnífico ver, con tem plar y e s tu d ia r a la N a tu ra le z a en e sa g i­g an tesca m an ifestac ión de la C reación, pero no hay que d e ja r que esa contem plación degenere en em bebi­m iento. N uestra tie r ra es tam b ién ex tensa , y bella, y en ella la N a tu ra leza ha condensado to d a su g randiosidad y su exuberancia. ;Sólo que eso se olvida ta n frecuen­tem en te !. . .

E N R IQ U E GOMEZ.

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En Teruel se escribió unaACTUARON CON

ELE V A D A M ORAL página épica de i 2 o A PARA TO S D E BO M B A R D EO

GUERRA MODERNALos je fes, oficiales y soldados de la 25 \

División fueron los que más han contribuido a esa victoria

! A pesar de 10 días de terribles luchas, ! con gran frío y nieve, los jefes no

podían contener a los soldados

AL tlía s igu ien te de la c a ída do T eruel en po­

d er de n u e s tra s fuerzas, el •ompafiero Serapio Pérez, m iem bro del C om ité de E n ­lace de Jas Secciones de D efensa de los C om ités Ke- g ionalcs C. N. T . - F . A. I. de A ragón y C a ta lu ñ a , que p resen c ia ra las operaciones y la to m a de T eruel, ap ro ­vechando su v ia je a B arce­lona p o r obligaciones de su cargo , v is ita n u e s tra redac­ción y can sencilla elo­cuencia nos proporciona un inform e com pleto y d e ta ­llado de la heróica a c tu a ­ción de n u es tro e jército . N os re la ta que las 11 y 25 D ivisiones, al m ando de I .is te r y Y ivaneos, respec­tivam en te se cubrieron de g lo ria . E l día 15, las 116 y 117 B rig ad as se colocan en posición de a ta q u e desde T a r ta ja d a ; en el tran scu rso del m ism o, la acción m ás in tensa e s tá a ca rg o de la aviación que hace v a ria s Incursiones. N u es tra in fan ­te r ía e s tá im pac ien te ; di­fícilm ente consigue el m an ­do con tenerla . Al fin, se da la orden (le a taq u e . N ues­tro s hom bres se lanzan briosam en te a la lucha. F usilería y bom bas de m a ­no: órdenes y com unicados, enlaces ráp idos. Tensión en las m andos y en las filas. E x p e d it iv a . En 116 B rig a ­da realiza un tra b a jo m a g ­nífico, ocupando todas las posiciones seña ladas ño r el 41to Mfmdo. E sc d ía , con la tom a del miebto de Con- < ud ñor la 11 D ivisión, que­da to ta lm en te cercado T e ­ruel.

— •Qu? arma «e dlstln-rírte?

•—;T odas! P e ro n o hay p a lab ra s ni expresión alg ii-

na que pueda re f le ja r e! espectácu lo in fe rn a l y g ra n ­dioso del form idable com ­b ate en que so utilizó casi exclusivam en te la bom ba de m ano, tr a s el cual, la

ten ía allí clavados, mudos, inm óviles. C uando ca llaron las explosiones y vim os a los n uestro s dueño» de las nuevas posiciones, n uestro pulso y a e s tab a sereno. Sa-

^ ....i » ' k t o m « k l e r w i « » « » I«» « « « 1« M a u in in , c«m 1a

« « K « % \X G U £ W IH tí lH M M CES»:*i HO«/W«6<vre W W U l p O L l i O O M Q u » I* M. ......... »■—*i IXM,i MiÉilh>í I| y

116 B rig ad a pudo cum plir híam os que ni C risto loss u com etidp. F u é un de­rro ch e de co ra je nunca v isto . M ien tras observába­m os, a pocos pasos del cam po de ba ta lla , la an sie ­dad nos go lpeaba la s sienes.

U na em oción p ro funda nos

vencerla.— ¿ Se hab ía cum plido,

pues, la peor p a r te de 1a em presa ?

— ;<Jué va! F a lta b a aún lo m ás duro . E l d ía 1", la. 117 B rig ad a se lan za sobre

el C em enterio sin lo g ra r cogerlo, pues los facciosos se defendían b ravam en te . El d ía 18, al cabo de un violento a ta q u e por la 117 B rig ad a , se log ran ocupar a lguna« posiciones que de­fienden el cem enterio . Ea lucha se p re sen ta p a r tic u ­la rm en te encarn izada , pues las posiciones enem igas es­

tá n c u b ie r ta s y fo rtif icadas h a s ta el pun to de h acerlas invu lnerab les.

— ¿ E s que no hubo re le­vos?

— Sí. M ien tra s la 116 si­gue acercándose, la 118, h a s ta en tonces en reserva , p asa a re lev a r a la 1! 7 por la p a rte del cem ento- rio. E l d ía 19 se c a ra c te r i­z a po r el in tenso fuego de a rtille ría . F raca san varios In ten tos p a ra aco d era rse del cem enterio . H a s ta que, ráb io sas n u e s tra s fu e r /a s por decid ir de una vez la situación , se lanzan al a s a l­to . Aquí, cabe d e s ta c a r el g-csto heroico, im posible de n a r r a r d<* la oficialidad de e s ta B rillada. VTlendo fracasa* todo« los In ten tos se a rro ja a pecho descu­bierto sobre las posiciones enem igas sin e sp e ra r que los tanques llenen su com e­tido. No os podéis im ag in a r la g randeza eponévlea de tam añ o a rro jo . -Si los hu ­

bieseis v isto ! ;S i hubieseis v is to a n u es tro s chicos ofi­c ia les y m ilicianos trep a rse a los tanques , co rre r de­lan te y a s a l ta r las posicio­nes enem hras sin p a ra r m ien tes en el fuego in in te- m m m id o de lns am etra lla ­doras. la fu s ile ría v la* hw vha« rV m ano enemt<m«T T.s ¿Vioflón nos a p re ta l» H "arg 'ftn ta v nos luim erteeta

los ojos. ;Cóm o se ag lg an -

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En Teruel se Estuvo a Punto de Repetir el Desastre que Sufrió el Alcázar de Toledo

la batalla de T eñ id , destinada a ser una batalla histórica que marca un cambio de faz en nues­

tra y ¡térra, llegan informes directos del desarrollo de la lucha, destacando el más evidente comportamiento heroico y decisivo de ¡as fuerzas confederales, espe­cialmente de las pertenecientes a la 25 División, man- dada por el compañero Miguel García y rea neos. .Si ia actuación de estas fuerzas fue eficaz en ¡a toma de Teruel, lo fue mucho más en la defensa de h misma, cuando los fascistas procuraron recuperarla lanzando en esa empresa sus más nutridos efectivos. Podemos decir, con pleno conocimiento de los hechos que fué exclusivamente la 25 División la que evitó que Teruel cayera nuevamente en manos del enemi­go. Los dias 31 de Diciembre y primeros dias de /Suero tuvo lugar en el frente exterior de ¡a ciudad ttn combate enconadísimo, resultando que las fuerzas de la óS Brigada, compuesta por elementos de qitin. tas y los de la 11 División, dirigidas por Lister y que habían actuado eficazmente días antes, retrocedieron desordenadamente bajo Ifi presión del enemigo, pro­duciéndose una verdadera ola de pánico, frecuente en las guerras y que restaba toda calidad combativa a esas fuerzas. Mientras sucedía eso, los contingentes de carabineros que estaban dentro de 'Teruel, después que los hombres de la 25 División fueron trasladados íil frente exterior, abandonaron la ciudad de una ma­nera inexplicable, quedando Teruel durante varias ho­

ras completamente abandonado, fueron entonces nuestros valientes compañeros de la 25 División los que, ocupando posiciones estratégicas fuera de la ciu­dad, contuvieron a fuerza de serenidad y heroísmo la contraofensiva facciosa, al mismo tiempo que obliga­ron a las tropas de la 68 Brigada a detener su reti­rada injustificada. La actitud enérgica de nuestros hombres salvó la situación permitiendo que las demás ¡liazas reaccionaran. De no ser asi, si los hombres de la 25 División hubieran seguido el contagio del pánico de los demás, indudablemente Teruel hubiera sido perdido, copándose además por el enemigo m u­chos millares de nuestros combatientes, ¿¡sí una vez más, como en Belchite, en Quinto, en El Sillero, etc., fueron las tropas confedéralos ¡as que aseguraron ei triunfo. Más aún, si a nuestros hombres se les hu­biera permitido actuar como ellos lo querían, la re­sistencia de los facciosos en Teruel habría quedado reducida a pocas horas. ¿Vuestros dinamiteros estuvie­ron dispuestos a hacer sallar todos los reductos ene­migos, eliminando el peligro de que se reprodujera el caso del Alcázar de Toledo, peligro que realmente existía, dada la debilidad de los mondos, que estu­vieron a punto de hacer frustrar el heroico esfuerzo de los combatientes proletarios.

( Del Boletín A"' 34 de las Oficinas de Propaganda C X T - ATT - T A I, editado en Barcelona con fecha 20 de enero de 1938).

te a lgunos p asa jes in tere- ob llgan a pub licar solam en- «antes.

— ¿C óm o se in iciaron las operaciones ?

— Ij» noche del 9 al 10 sa lieron las tr e s B rigadas que com ponen la 25 D ivi­sión a ocupar la s posicio­nes o rdenadas po r el A lto M ando. L a 116 B rig ad a , en d irección a O orvalán , Ja 117, a E scriche , y la 118, a C edrillas. K1 E s ta d o M ayor de la D ivisión se in s ta la , el d ía 11, en C orvalán . D esde entonce», com ienza la lucha en carn izad a , casi «in treg u a .

— ¿Y la a r t i l le r ía ?— ;O h! No sé cóm o de­

círoslo. Os d a ré a lg ú n de­ta lle . E l d ía 20, los faccio­so« com ienzan a concen­t r a r tu e rz a s p a ra a van» o a r sob re las posiciones que ocupa la 11 D ivisión y rom per el cerco . I>a s i tu a ­ción de e s ta D ivisión se h a ­ce p o r m om entos Insosto» n lb le a p esa r del ac ie rro y la b ra v u ra con que lucha

Teruel, Epopeya del Ejército Popular

con a m e tra llad o ra s , bom ­bas y tan q u es . P ero ráp i­d am en te n u e s tra a r til le r ía e n tra en funciones; cada estam pido , un blanco seg u ­ro que cau sa e s trag o s en el enem igo. Todos los p lanes facciosos quedan por com ­pleto d esb a ra tad o s y su?t e f ec t ivo s, te rrib lem en te diezm ados. Me es m uy g ra ­to re m a rc a r la b rillan tís i­m a ac tuac ión del c ap itán de a r til le r ía . E scalona , je ­fe de un g rupo de tr e s b a te r ía s . .Se llegaron a h a ­cer h a s ta 1.500 d isparos en pocas hora«. Algo fa n tá s ti­co.

— ¿Q ué B rig ad a descolló po r su ac tu ac ió n ?

—T odas e s tuv ie ron m a g ­níficam ente. L as 117 y 118 a fro n ta ro n los com bates m i s v iolentos a la e n tra d a

de la cap ita l. L a 11(5 tuvo ¡i su carg o la p a r te m ás im p o rtan te de la tom a de T eruel.

— ¿ E n tre los je fes y ofi­ciales t

— ¡A dm irab les: M iguel G arc ía V lvancos, com an­d a n te A lfredo N av arro S an g u ln e te ; cap itón S alva­do r; S ilvestre , ay u d an te del je fe de D ivisión; Ginés, oficial de Inform aciones del m an d o ; com andan te B a­rr io s ; com isarlo B re to s ; co­m an d an te D alm au ; com isa­rlo M erono; Feliciano E sca ­lona, c ap itán de A rtille ría ; L is te r, je fe de la 11 D ivi­sión, e tc . Podem os a firm a r, sin tem o r a se r desm en ti­dos, que los jefes, oficiales y soldados de la 25 D ivi­sión han sido lo s que m ás con tribuyeron a la v icto ria .

— ¿ Y la aviación ?— ¡ E s tu p e n d a ! L legaron

a a c tu a r con ju n tam en te b a s ta 120 a p a ra to s .

— ¿H u b o siem p re buen tiem po ?

—Tuvim os d ía s de frío espantoso . E l d ía IB se d es­encadenó u n a fu e r te to r ­m en ta de v ien to y nieve que obstruyó las operacio ­nes. F e ro n u e s tra s fuerzas se m an tuv ieron con estoU cism o en las posiciones co­gidas.

— i. Algíin episodio ? . . .

— ¡C ientos! ¿Q uién va a c o n ta r todo e so ? H em os visto co m b atien tes , com ­pañeros nuestro s, en tu m e­cido* de frío (hubo v e rd a ­deros casos de congela­m ien to ), que no abandona­ron ni p o r un m inu to sus puestos. ¿Q u eré is a so m b ra ­ro s ? E n la noche del l'J. alguno-: g rupos de la 1 U1 B rigada p en e tra ro n ?n el m ism o T eruel, reg resando sin novedad po rtad o res de in fo rm es valiosísim os.

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DE UN INFO RM E DEL CO M ITE N A C IO N A L DE L A C. N. T.E L TRIUNFO

que en Diciembre se conquistó1EN T E R U E LFUE IN TEN SA Y EFIC AZ L A

ACCION DE LOS A R TILLE R O S

EN la operación de T eruel in te rv i­nieron las g randes un idades s i­

gu ien tes: X V III, XIX, X X II y 6(5 Di­visión del X X C uerpo de E jé rc ito .

La acción p re p a ra to ria y esencial e s tá en el rom pim ien to del f re n ­te enem igo ac tuando de N .E . en dirección S .E . L levaba la acción en la p rim e ra dirección, la s dos D i­visiones del X X II C . E . m andados por L is te r y V ivancos. L a idea de la m an iobra consis tía en h ace r ir ru p ­ción sobre las líneas enem igas en el te rren o situado en tre V íllalba B aja y T o rta ja d a a lcanzando ráp idam en te la c a rre te ra y el fe r ro ca rril que con­duce a Z aragoza cortándo las , en el espacio in term ed io en tre Concud y C audet, hecho lo cual, h ab rían de ab rirse la s fuerzas en fo rm a de a b a ­nico p a ra a lcan za r los objetivos que en las fu e rza s de L is te r consistían estab lecer contac to con las fuerzas que por el E . av an zab an en d irec­ción opuesta ; las de V ivancos debe­rían ren d ir las posiciones fo r tif ic a ­das de T eruel, ce rrando el cerco de una m anera e fec tiv a . M aniobra que por o tr a p a rte , se com p le ta ría e s ta ­bleciendo con tac to con el X III C uer- {>0 de E jé rc ito a la a l tu ra del kiló- m e tio 129 dfcl fe rro ca rril C en tra l de A ra g ó n .

P o r la p a r te opuesta, o sea de. S.O. a N .K . partiendo los R ubiales y sus cercan ías, se av an za ría sobre Cam pillo rindiéndolo, hecho lo cual se a c tu a r ía en el doble sen tido de to m a r posiciones que previniesen to ­do a taq u e del enem igo p a ra íom per el cerco y h ace r éste efectivo, a lcan­zando las llan u ras por San Blas, ba­rr ia d a de Teruel, después de haber pasado el río .

E n e s ta m isión se em plearon a fondo las B rig ad as 81, 83, 57 y 58. L a segunda tom ó Cam pillo por so r­p resa haciendo 200 p risioneros, to ­m ando una b a te r ía y b a s tan te s a r ­m as, sin m ás pérdida que un h e ri­do. Con ella cooperó la 81; un B a­tallón de la cual tom ó V illaespesa, y o tra s posiciones enem igas, fu e r te ­m en te organizadas, a la bayoneta , llevando al fren te al C om andante Payos C asarico y al C om isario de la B rigada, com pañero E stev e . A c a r ­go de la 83 corrió tam b ién la torna de las fu e r te s posiciones de los Mo­rrones y la P ed riza . La 57 B rigf.da lom ó V illa s ta r p a ra lo cual, p rev ia ­mente, re le pasado los sol-

dos enem igos, que guarnecían el pue­blo. S an B las "fué tom ada por la 83 y 58 en com pañía de la 81. A cargo de la 58 estuvo la to m a de la E s ta ­ción de T erue l.

P o r la p a rte de C astra lgo y Villa- espesa a c tu a ro n en p lan secundario, pero irrep rochab lem en te , la 66 D ivi­sión con la 82 B rigada y dos B a ta ­llones de la 84, rindiendo e s to s p\.e- blos y sus posiciones, a s í como las de P u e rto E scardón , en cu y a tom a cooperó la 87 B rig ad a de C arab ine­ro s .

F u é precisam en te un B ata llón dé la 82 y el an tig u o Tem ple y R ebel­día, los que en tra ro n p rim ero en T e­ruel p o r el ensanche y la P la z a de T o ro s .

E n la to m a del ensanche in te rv i­nieron tam b ién esto s dos B a ta llo n es .

L a 43 D ivisión ten ía la m isión de av an za r en la zona com prendida < n- tr e A ltos de C elada y P an cru d o . La

m ayor in tervención ac tiv a de e s ta s fuerzas, co rría a cargo de las Briga"'-

FELICITACION iIE n tre el gobernador genera l d e ;

A ragón y el Com ité P en in su la r tic la F . A . l . se han cruzado los s i­gu ien tes te leg ram as:

Del gobernador genera l de A ra ­gón a l C om ité P en in su la r de la F . A . l . :

22-VI-SI'.“R eciba mi m ás en tu s ia s ta en .

horabuenn por la g ra n parte, que ■ a su partido se debe la form ación j E jé rc ito P o p í'la r que tan gloriosa- ' m en te h a conquistado T e ru e l.; Viva la R epública!”

Del C om ité P en in su la r de la i [ F . A . l . al gobernador g en era l de j A ragón:

“Recibido su te leg ram a Com ité I P en in su la r F . A . I . , ag rad ece sus i m an ifestac iones ju s tic ia heroísm o

nuestro s m ilitan tes y le ru eg a ! tra n sm ita a valerosos com batien . tes e jérc ito A ragón y L evante nuestro s fra te rn a le s saludos por la fo rm idable h azañ a llevada a té rm in o con ca ída T eruel. ¡V iva la L ibertad !

1 G ER M IN A L DE SOUSA,S ecre ta rlo g enera l”

das 151 y 159 a la s cuales se h j í b ía asignado la m isión de hacer de* m ostrac iones ofensivas sobre la ca­r r e te r a y el fe rro ca rril, m isión que cum plieron con la nieve h a s ta la cin­tu ra , y, en la cual tom aron a lg u n as co tas im p o rtan tes de S ie rra P alom e­ra, que p e rm itían un m ejo r dominio de la lla n u ra .

In te re sa d e s ta c a r la ac tuación de­cisiva, p o r lo inm ejorable, rea lizada por la a r t il le r ía . A carg o de ella h a corrido p rincipalm en te la m isión dé d e s tro za r la s fu e rzas enem igas que, p roceden tes de Z aragoza, p re tend ían rom per el cerco de la a ltu ra de Cau« d e t.

E n el tiem po que d u ra n u e s t ta g u e rra , no se h a v isto im a acción a r ­tille ra ta n in tensa , c e iíe ra y eficaz, dándose el caso de que al m ando de éstas, ta n to en su aspecto de con­ju n to como tom ados por un idades ais ladas, h an sido d irig idas por ele- m en tos afiliados o sim p a tizan tes da la C .N .T . E n tre ellos puede d e s ta ­carse el C om andante G allego, de la A rtille ría del E jércU o de L evan te ; el com pañero C astañeda , que m an d ab a la a r t il le r ía p esada y la li­g e ra del N o rte y el com pañero O c ta ­vio León F ernández, que m an d ab a los g rupos del O e s te . T am bién m e­rece se r d estacad a la excelente o rg a ­n ización de in tendencia llevada a c a ­bo en su m ayor responsabilidad, p o r el com pañero Benedicto, Je fe com al* cal de In ten d en c ia de C astellón y Sorolla, de la J e fa tu ra S uperio r da In ten d en c ia .

P o r unidades, m erece d e s taca r la 81 B rigada , com puesta de elem entos confederales (a n tig u a C olum na T o­rres B enedicto); la B rigada 82 (a n ­tig u a C olum na C onfederal o rg an iza ­da por el C om ité R egional de ln C . N . T . ) ; la B rig ad a 83 (a n * g u a Co­lum na de H ie rro ); las B rig ad as 59 y 61 que com ponen la 42 D ivisión (am bas nu estra s , com puestas de ele­m en tos lib erta rio s con su s jefes y com isario s). T am bién el com pañero A ntonio Serrano , C om isario de la 42 D ivisión; las B rig ad as 116, 117 y 118 que fo rm an la 25 D ivisión; la B rig a ­da 64 de re c lu ta s con todos sus Co­m isarios de la C . N . T . ; la B rig ad a 84 (an tig u o B atallón Tem ple y R e­beld ía), que fué la p rim era que en­tró en T eruel: la 66 D ivisión, m an­d ad a por el C om andante T riguero , s im p a tizan te de la C . N . T .

DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 9^-169

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CATALUÑA POSEE IMPORTANTES FUENTES DE RIQUEZA MINERAL

España puede vencer, aunque I se la aísle del extranjero i

El cemento y la potasa son elementos muy aprovechables

La explotación del hierro y de los carbones, abandonada

A L B E R T O C arsi, el no tab le geólogo que ta n in teresan -te s serv ic ios ha p res tad o a n u es tra can sa desde su

cas.ipo de acción, ha hecho sobre n u es tra s posibilidades m in e ras u n as m an ifestac iones que, por su im portancia en estos m om entos, dam os a la publicidad.

L a p re g u n ta del in fo rm ador s irv e de tem a genera!.— ¿ B a s ta r ía n u e s tra riqueza m inera p a ra so s tener­

nos independien tes en n u e s tra lu ch a?— ¡C laro que b a s ta r ía ! — nos responde A lberto Car-

6i, poniendo en la re sp u es ta to d a la au to rid ad de sus conocim ientos profundos en ta l m a te ria— . E spaña pue­de vivir, lu ch a r y tr iu n fa r a is lada , o casi a is lada , del concurso e x trañ o de elem entos v ita les colectivos.

— ¿ H a rendido n u e s tra zona todo el producto que debía en cuan to a los m inerales ?

— No todo. A un podríam os e s ta r m ejor su rtidos s í desde el m om ento oportuno se hubiesen preocupado nu estro s hom bres públicos de d e sa rro lla r en to d a la P e ­n ín su la la s in d u s tria s m ineras, ta n to p ara uso in te rno de la nación como p a ra ex p o rta r m a te ria s , hecho este ú lt i­m o que h u b ie ra ten ido la v irtua lidad de sostener elevado el valor de n u es tro dinero .

— ¿Q ué m inerales posee C ata luña en su te r r ito r io ?•— p re g u n ta el p e riod ista a C arsi.

— M uellísim os — responde éste— ; pero corno dem os­trac ió n de los elem entos con que contam os, aun en el caso de se r bloqueados, so lam en te b a s ta rá la m ención de algunos. Tenem os po r e jem plo — si hem os de hacer la enum eración por orden alfabético— el a sfa lto . No es n ecesario consignar su s c a ra c te re s en cu an to a la m asa co m p ac ta de que e s tá fo rm ado y su s condiciones. E ste m inera l e s vecino y consecuencia a veces de yacim ien­to s petro líferos. E s superfic ia l y no de los que son in ­vestigados por sondeos.

— ¿ E n qué lu g a res se en cu en tra p re fe ren tem en te?— E n la región c a ta la n a se en cu en tra en Gerona,

ün el N o rte y a l pie de los P irineos, donde ex isten aflo ­ram ien to s de a sfa lto .

— ¿ S e h an investigado todos los yacim ien to s?— P a ita n m uchos que h an de p re s ta r en su d ía im ­

p o rta n te s servicios i\ la In d u s tria . La producción oscila hoy e n tre 1.000 y 2-000 toneladas.

— T am bién es fam a — (lice el in fo rm ador— que en C a ta lu ñ a h a y num erosos yacim ien tos de b au x ita p a ra la producción de alum inio . ¿D ónde ex is ten ta le s yac i­m ien tos ?

— E n B arcelona y T a rra g o n a ; pero es seguro que mi o tra s localidades se en co n tra rían tam bién yacim ien­to s de b au x ita con pocas investigaciones que se h icie­ran , y a le que v a ld r ía la p ena rea liza rla s . N ad ie igno­r a la u tilidad sum a de la b au x ita , de donde se produce e l alum inio. Se puede red u c ir a hojas fin ísim as que, por f»u dureza y ten ac id ad son sim ilares a la p la ta y sus ap li­caciones son, com o es sabido, num erosas.

— ¿ A um enta en E sp añ a la producción de e s te m i­n e ra l?

— Si, a ju zg a r por los em barque» que de él hem os presenciado por el p u erto de T a rra g o n a . AI p a rece r se

Mientras dependa extranj ero, España

iita de ia exportación de un producto de g ran u tilidad en su transform ación , del que no sabem os que se ob­te n g a beneficio alguno.

A lberto C arsi p asa después a exp licam os la im ­p o rtan c ia d i la producción de carbón en C ata luña .

—B a s ta observar un m ap a geológico de C ata luña —dice— , p a ra ver la in fluencia que tien e la com posición rocosa del país con respecto a los a lm acenes n a tu ra le s de carbón que se a linean en la s a tribuc iones de los P i­rineos. Once m anchones carbon íferos de d ife ren tes c a ­lidades, pero todos de posible buen rend im ien to se o fre­cen a nuestros ejos en dicho m apa. H u elg a en e s te d iá ­logo periodístico ind icar los lu g ares donde se encuen­tra n . B aste hacer co n sta r que C a ta lu ñ a tiene en ellos utui riqueza incalculable que no d eb ie ra desperd iciarse .

— ¿Y en cuan to al m ineral de h ie rro ?—T am bién se encuen tra en C a ta lu ñ a ; pero su ex­

plotación e s tá ahandonada. H ubo un tiem po en que e s ta región e ra la B élgica españo la; lo a te s tig u a n los h ie rro s de cu rtido r, las hachas de Olot y los cañones de esco­p e ta de Ripoll.

— ¿B a jo qué aspectos se puede e s tu d ia r el h ie rro ?—B ajo el m ineral y el in d u s tria l. V eam os un e jem ­

plo:Los delicados in s trum en tos clínicos, la cuchillería,

los flejes m etálico:: m odernos, las esp ira les de reloj, son el ejem plo que han de segu ir nuestro s m eta lú rg icos, pues de es ta s espirales en su s c lases m ás finas, e n tra n 868 g ru esas en un k ilogram o, costando en fá b r ic a c a d a una do ellas 25 pesetas. E l precio del a lam b re de acero t r a n s ­form ado en estos resortes, es equ ivalen te a 21.700 pese­ta s po r k ilogram o, es decir, unas cu a tro veces m ay o r que ei del oro en bruto . A hora bien, como el re lo jero cob ra por lo menos una pese ta po r reso rte , re su lta que el pú ­blico p aga 123.000 pesetas por cada kilo de re so rte de e s ta clase, m ien tras el m inero pone a bocam ina por 25o 30 pese tas una tonelada de hierro.

C arsi ; íforma. después al period ista de o tra s dos fuen tes de riqueza de C a ta lu ñ a : el cem ento y la p o tasa . L a capacidad anual de la in d u stria nacional, según es- tp s inform es, se calcula en unos 2.600.000 toneladas. En cam bio la reducción del consum o del cem ento au m en ta de d ía en d ía. B arcelona e s tá en el p rim e r té rm in o de e s ta dism inución. Todo ello ten d ría rem edio con m edidas opo rtunas que tendieran a ap rovechar e s ta riqueza que se pierde.

F inalm en te, nos habla el n o tab le geólogo, de la p ro ­ducción de po tasa en B arcelona, donde ex is te u n a explo­tac ión que se h a puesto a la cabeza de la producción m undial, y te rm im , su diálogo con el p e rio d is ta p ro n u n ­ciando la s siguientes a len tad o ras p a la b ra s :

Como puede apreciarse , tenem os m in era les p a ra nos­o tro s y un sob ran te p a ra la exportac ión , y , p o r tan to , p a ra s i tu a r d iv isas en el ex tran je ro , y g an a r, no so la ­m en te la g u e rra de ahora , sino la g u e rra so rd a d e siem ­p re ; la g u e rra de la E conom ía in te rn ac io n a l que es la que p rep a ra la de ias a rm as .

(De “Solidaridad O brera”, del 23 de E n ero de 1937)

económicamente del no podrá ser libre

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¿a, ( tíW tín mLOS MISMOS MAESTROS

LAICOS LLEVABAN LA SOTANAP0R0ENTR0

KtO h ay español de edad m ad u ra que no recuerde, com o u n m al

recuerdo de su niñez, lo que en E s ­paña e ra n la s escuelas p rim arias . Algo infecto. In s ta la d a s en edificios sin luz, sin h ig iene, sin com odidad a lguna, le daban a l niño te r ro r y r e ­pulsión a la vez, haciéndole odiosa >a escuela E n aquellos zaquizamí,* se enseñaba poco y m al. Los m aes­tro s solían e s ta r a l nivel de los lo ­cales. Se h ab ían ap rend ido como un dogm a el b ru ta l a fo rism o de que' “ la le tra con san g re e n tr a ”, y ju n to a la c a r tilla del p ro feso r hab ía siem pre la p a lm e ta con que ca s tig ab a a los n i­ños, haciéndoles p oner la m ano ex­tend ida p a ra ap lica r m ejo r los p a l­m etazos.

E ra un p ro feso rado cerril, iniciado en la enseñanza relig iosa. G ajos des­prendidos de la s escuelas de frailes, en el p rim e r paso h ac ia el laicism o,

hacia la liberación de la escuela en

m m m

Los dom inadores de la conciencia española han aprendido perfec­tam ente lo que vale la escuela. No se resignaban, por ello, a que

les arrebataran esa trem enda arm a de sus manos.

los tím idos avances del E stad o libe­ra l del siglo XIX. V estían , aquellos p rofesores, de ch aq u e ta y parec ían despegados de la Ig lesia ; pero no e ra así. L a rea lidad es que por den tro llevaban una so tan a y todo el esp í­r i tu de ¡os colegas m onásticos. P o r eso la a s ig n a tu ra p rinc ipal que en ­señaban e ra la relig iosa, d iv id ida en Religión y M oral, D octrina C ris tian a e H isto ria S ag rada . E n el res to de

i Se enclaustraba a los niños, porque el crucifijo no puede aguantar ha lu? viva del sol; sólo hace su efecto en las penum bras del tem ­

plo. en las telarañas de la inteligencia.

las a s ig n a tu ra s se h ac ía tam b ién po­lítica cató lica, sobre todo en la H is­to r ia de E sp añ a , clavando en el á n l. mo del discípulo u n a h is to ria de som ­b ras a te r ra d o ra s y lúgubres, como son to d as las de los reyes de las casas de A u s tr ia y de Borbón. P ues bien: a aquellos espec tro s s in iestro s debíam os los españoles n u e s tra g ra n ­deza, según la explicación de esa h is­to ria , sin iestro s espec tro s que a la vez g irab an en to rno de la Ig lesia , -sin la cual ni se podía v iv ir n i s e r feliz, ni se r honrado, n i se r español. Con este concepto de la v ida c r íe la el pobre niño de E s p a ñ a . . .

A l e n tr a r en la clase se re z a b a una oración. A m itad de clase, o tra oración. A la sa lida de la clase, o tr a oración. L a e n tra d a se h ac ía con el saludo cató lico : “ ¡Ave M aría P u r ís i­m a !”. C uando salíam os hab íam os de decir: H a s ta m añana , si Dios qu ie­re !” .Los jueves se ded icaban po r e n ­te ro a la religión. Los sábados h ab ía p lá tica , a cargo de un párroco . L as paredes es tab an ad o rn ad as de e s ta m ­pas te rrib les de la H is to ria S ag rad a ,

LA ESCUELA DEBE SUSTITUIR EN CADA

PUEBLO A LA IGLESIADOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 11— 171

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ESCUELA ANTIHIGIENICA TANTO EN PEDAGOGIA

COMO EN SANIDADJo n á s den tro de la ballena. A dán y E v a a rro jad o s del P a ra íso . Josué pa-

■ rancio el sol. y o tr a s ba rb a rid ad es do es te estilo . E n el es trado , la im agen riel C rucifijo , y a u n lado, la de la P u rís im a Concepción.

Otiros san to s p red ilectos del m aes­t r o acab ab an de cu b rir los lienzos de aquellas paredes, casi siem pre m u­g rien ta s , desconchadas, t r i s t e s . . .

Con u n a escuela asi se fo rm ó la generación que. al lleg a r la g u e rra con C uba y los E stad o s Unidos, no sab ia dónde e s ta b a la H ab an a y c re ía que los yanquis e ran seres sin c iv ilizar. Se e s ta b a com etiendo con E sp añ a un crim en . U n c rim en ho­rrendo . P o rque los n iños sa lían de la escuela h ac ia los ta lle re s o a l cam po m ucho peo r que h ab ían en trado . P eor.. Dorque a la escuela iban v ír­genes de todo conocim iento, y de es­te m odo sa lían a to rm en tad o s p o r una s a r ta de p reju icios y superstic iones re lig io sas que a l n iño bueno lo con­v e rtían en u n a fie ra dom inada por todos los fan a tism o s. E xam inando e sa incubación esco la r del niño se ex ­p lican m uchos fenóm enos.

Los n iños ricos p asab an de estas escuelas p rim a ria s a los colegios de je su íta s , escolapios y agustinos, don­de les hacían la “p rep a rac ió n ” p a ra bachilleres, m oldeando su esp íritu en fo rm a que d ie ra por re su ltado esta sociedad p aca ta , en ferm iza esp iri. tu a lm en te , m ezcla de chulo y fra ile del señorito español. L a sociedad que e s tá batiéndose, sublevada, en los cam pos fa sc is ta s de hoy, d isp u esta a vender a E sp añ a al ex tra n je ro an tes que sucum bir ana lfabe tism o bien vestido.

A esa escuela, an tih ig ién ica en el o rden san ita rio y an tih ig ién ica ta m ­bién cr. el o rden pedagógico, debe­m os que E sp a ñ a e s tu v ie ra todav ía d ividida en d js - pobres y ricos.

L a R epública, ju s to es p roclam arlo así, tuvo u n a v e rd ad e ra obsesión ap e ­n as vino en e s te p rob lem a de la es­cuela . P re ten d ió t r a n s fo rm a r ésta , dándole ven tilación al local y a ire p u ro y rac iona l a la m a te r ia p eda­gógica. C reó m uchos g ru p o s esco la , re s e hizo u n a m oderna y juvenil prom oción de m aes tro s do am bo? sexos. A l a b r ir la s v en tan a s de la en señ an za m oderna, el C rucifijo que p res id ia e l e s trad o del viejo m aes tro se cayó de su solio. U n Crucifico 110 p uede a g u a n ta r la luz v iva del sol. Sólo h ace e fec to s en la s penum bras de los tem plos, e n tre la s te la ra ñ a s «Je la In teligencia . Y e s te desprendí-

León Jouhaux juzga la actuación de la C .N .T . y ia F .A .I . y los acuerdos del.congreso de la A .I.T .

Nos ha hecho unas declaraciones el sec re ta rio de la C. G. T. fran cesa , Jouhaux , quien acerca del m ovim iento an a rq u is ta español, dice:

Yo celebro las p ruebas de com prensión que los cam arad as an a rq u is ­ta s han sabido m an ife s ta r en el curso de e s ta lucha. H an comprendido- la g ra n responsabilidad h is tó rica que pesa sobre ellos y h an ac tu ad o en consecuencia.

E l m ovim iento a n a rq u is ta e 3 una p a r te im prescindible en la lucha del pueblo español por su po rven ir y por la libertad .

E n tre el p e riod is ta y Jouhaux s? en tab la un diálogo acerca de las resoluciones del C ongreso de la A. I. T. celebrado en P arís , y el d irigen ­te sindical com en ta :

E l boicot, co n tra F ran co es p rác ticam en te im posible, pues F ranco se ab astece en A lem an ia y en Ita lia .

E n cu an to a e s ta s ú ltim as, el boicot es inútil, ya que ta les países a c tu a lm en te no ex p o rtan n ad a o cas» nada.

C o n tra el Japón , el boicot ta n sólo a lo que a la im portac ión del p e ­tró leo se re f ie ra , se podría ten e r u n a eficaz p rá c tic a ; pero p rec isam en te eso no depende de las o rgan izaciones ob reras.

— ¿Y el sa b o ta je ? —p reg u n ta el pe riod ista— .Jouhaux co n tes ta :— ¿C óm o vam os a llevar a cabo ac to s de sabo ta je en los países to ­

ta lita rio s , si no poseem os en ellos o rgan izaciones o b re ra s? E n los p uerto s de trán s ito , po r ejem plo, el p ro le ta riado francés ha hecho ya a lg u n a que o tr a acción de e s ta índole, pero todo ello no b a s ta p a ra lo g ra r resu ltados decisivos.

D espués ag reg a :Sin em bargo, la unidad de ncción con el m ovim iento anarcosind ica­

lista . rep resen tado en la A. I. T„ puede se r estab lec ida con provecho. P rec isam en te ha de ser unidad de acción, p rescindiendo de unidad or-

(l>e “ N osotros” , Se Valencia, del lo . de E nero de J938)gániea.

m ien to del hom bre del G ólgota, a quien ta n ta s veces pusieron en r i ­dículo sus m ercaderes, lo tom aron ta n a m al los fariseos, que comenzó una sañuda cam paña co n tra la R e­pública porque n eu tra liz ab a la escue­la y en ella podía — ¡al fin! — apron derse de to d o . , .

L a ob ra in iciada no h a podido con. tin u arsc . L a rebelión p re ten d ía hacer re troceder el s is tem a político em pren dido el 14 de abril. P ero tam bién d a r un paso a t r á s en la enseñanza, volviendo a Ja v ie ja escuela a n tih i­g iénica con m aes tro s analfabetos. Los dom inadores de la conciencia e s . pafiola h an aprendido perfec tam en te , en su la rg a experiencia de dominio, lo que vale la escuela. S aben que es el po rven ir de los pueblos. N o se re ­signaban , p o r ta n to , a que se les a r re b a ta ra e s ta trem en d a a rm a , con la cual fo rjaban las ig n o ran tes g e ­neraciones que m an ten ían como algo consustanc ia l a n u estro p a ís : el p r i­vilegio de la s c a s ta s poderosas, la ro ñ a relig iosa, la m odorra abso lu ta de la nación en todos los órdenes.

La Revolución e s tá obligada, así que despeje los p rob lem as de la g u e ­rra . a en treg a rse to ta lm en te a la e s ­cuela ganando el tiem po perd ido en las jo m a d a s trá g ic a s de hoy, hac ien ­

do sobre todo el so la r español cen te ­n a res de escuelas, que la escuela su s­ti tu y a en cad a pueblo, en cada c iu ­dad, en cada aldea, a la iglesia, y a que ta n to s siglos la ig lesia le ha q u i­tado el sitio a la escuela. Que es ta s escuelas sean am plias, ven tiladas, so leadas, de ta l índole que el niño se encuen tre en e llas m ás a gu sto que en p a rte a lguna . Q ue el p ro g ram a de enseñanza sea lógico y racional, d e s­poseyéndole de to d as la s m en tira s y a rtific io s de la v ie ja ciencia pedagó­gica. Q ue siva p a ra fo rm a r hom bres nuevos y libres, fu e r te s y cultos, con la m enos can tidad de p re ju ic ios po ­sibles, incluso en el orden político y social. Que no recuerden ja m á s a aquellas desvencijadas escuelas de ayer, fa l ta s de aseo y de m a te ria l de enseñanza, con pobres m a e s tro s que serv ían de sím bolo g ro tesco del h a m ­bre nacional. A aquellas escuelas que daban te r ro r , que hacían que nos a le . já ra m o s de ellas, po rque den tro de sus rec in to s lúgub res sólo nos espe­ra b a un m aes tro con la p a lm eta , un C risto clavado en la pared , e n tr is te ­ciendo las r isa s de n u e s tra v ida r# . cién ab ie r ta , y oraciones, m ucha» oraciones, y m en tira s , m uchas m en­tira s , del cielo y el infierno.

E Z E Q U IE I. E N D E R IZ

Í12---172 DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA

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LA ESTRUCTURA P O L I T I C A DE ESPAÑA SERA FEDERALISTA. A NADIE SE PERMITIRA QUE DES­TRUYA LAS COLECTIVIDADES Y

LAS COOPERATIVAS.

EscribeAGUSTIN SOUCHY

i DEFENDEMOS. D I S P U E S T O S A TODOS LOS SACRIFICIOS, LA IGUALDAD DE DERECHOS PARA LOS PARTIDOS Y LAS ORGANI­

ZACIONES ANTIFASCISTAS.

EL TRIUNFO DEL PUEBLO E S P A Ñ O L CREARA UN NUEVO P R IN C IP IO DE LIBERTAD Y T O L E R A N C IA POLITICAEL em puje de la reacción p ro le ta ­

ria co n tra la sublevación fasc is­ta del 19 de ju lio de 193G, provocó u n a revo luc ión . P e ro el fascism o no quedó vencido. M ás de 18 m eses du . r a y a la lucha A l lado de los f a s ­c is ta s españoles, se colocó el fasc is­mo in ternacional, re su ltan d o de. ello una g u e rra de independencia co n tra los invaso res .

Si hub iéram os vencido a los seis m eses, m ucho h ab ría va riad o . La la rg a duración de la g u e rra cam bia la fisonom ía de la E sp añ a a n tifa s ­c ista . C ada vez se h ace m ás p ro ­fundo y m ás unido el f re n te a n tifa s ­c is ta . L as consignas de p a rtid o ce­dieron su lu g a r a las nuevas con. signas do la lucha co lec tiva de todos los a n ti f a s c is ta s . E n lu g a r de «liver. sas b an d eras y colores de partido , se han puesto colores y banderas un ifi­cada«, consignas un ificad as. E ra ne­cesario e n co n tra r u n a p la ta fo rm a an tifa sc is ta n e u tra l. E s ta p la ta fo r­m a, e ra la R epública, co n tra la cual, se d irig ía el “ pu tsch” reaccionario de los fa sc is ta s . De ello, resu ltó por necesidad im p era tiv a , un nuevo con­cepto de la p a tr ia revolucionaria, que han reconocido todos los p a r t i­dos y to d as la s o rgan izaciones. T am ­bién los a n a rq u is ta s . N adie podía ser una. excepción .

U na situación p a ra d ó jic a . Los an_ tiguos enem igos de la p a tr ia se con. v irtieron en sus defensores. Form a* clones m ilita res, com puestas po r los afiliados de las Ju v en tu d es L ib e rta ­rias, acep ta ro n la s banderas de la República y ten ían el o rgu llo de po­der d is tin g u irse especia lm en te en la lucha co n tra el enem igo com ún bajo esas banderas Je fe s a n a rq u is ta s p resenciaron desfiles m ilita re s y en lu g a r de “L os H ijos del Pueblo”, e s ­cucharon el him no de la R epública . Los sím bolos republicanos fueron re ­conocidos po r todos.

Pero son sím bolos. M ien tras no pasan de. sím bolos los a n tip a tr io ía s de a y e r no tem en n a d a . N os hem os «venido a com prom isos. A ceptam os la m ilita rizac ión y con ello ap la z a ­mos, pusim os a segundo térm ino, n u es tra lucha co n tra la d isciplina

m ilita r . H em os reconocido la a u to r i­dad del E stado , cesando tem p o ra l, m ente en n u e s tra v ie ja lucha con­t r a to d a instituc ión e s ta ta l . Hem os partic ipado en el G obierno y colabo­ram os con él en las ta re a s de ganar la g u e rra co n tra el fasc ism o .

L as consecuencias e ra n g rav es . E n los acon tecim ien tos trág ico s de mayo, una reacción espon tánea de los ob reros co n tra la crec ien te a u to ­ridad del E stado , pusim os nuestro p restig io y n u es tra in fluencia en las m asas p a ra lo g ra r que te rm in a ra la lucha fra tr ic id a en tre herm anos.

E s ta s son las p ruebas de nu estra buena vo lun tad p a ra la colaboración con todos los dem ás sec to res a n tifa s ­c is ta s ; esto dem u es tra cu án to s sa c r i­ficios estam os d ispuestos a h acer. ¡E stam o s d ispuestos a sac rif ic a r to ­do, m enos el triun fo co n tra el fa s . cism o!

S acrificam os n uestro derecho a co labo rar en la dirección de la g u e . r r a a l sa lir del G obierno. Pero , é r a ­m os y som os los soldados de la Re­volución, Que no se in te rp re ten las concesiones en nuestros ideales como seña! de debilidad . No se t r a ía do la conqu ista del poder político ni de lian a r posiciones con m iras ego ís tas. Lo que nos in te re sa es el contenido social y político de la R epública .

N uestro s com batien tes quieren s a ­ber por qué han de lu ch a r . Hem os declinado el E stado to ta li ta r io . E s po r n u es tra influencia que n u es tra Revolución tiene un c a rá c te r m ás lib re que todas las precedentes en o tros países. N osotros defendem os la igualdad abso lu ta de derechos de

*??? lo.s Pa r tidos y o rganizaciones an tifa sc is ta s . P ero nos oponem os

Hemos Participado y Colaboraremos con el Gobierno Para Ganar la Guerra Contra los Agresores Fascistas

con igual energ ía c o n tra la tendenc ia a la superfic ia lidad que se n o ta . No abandonam os n u estro s postu lados f i ­nales, aunque hoy, no hablem os do ellos. R econocem os la R epública co­mo expresión po lítica p a ra n u estro pueblo. P ero no querem os vo lver a aquella R epública bu rg u esa e im po­ten te que existió de 1931 a l 1936. D efendem os las conqu is tas que el pueblo por sí solo logró después del 19 de julio de 1936. L a Ig lesia ofi„ cial tiene que quedar suprim ida , no puede re s titu írse le su añejo poder. L a nobleza ha de se r rad ica l y c fec . tivnm cn te abo lida . N o se podrá de­volver a los g randes p rop ie ta rio s sus t ie r ra s . A nad ie se le ha de pe rm i­t i r d e s tru ir las C olectividades p ro le­ta r ia s . H ay que re s p e ta r a las Coo­p e ra tiv as . E l proceso de socia liza­ción ha de ir ade lan te , y al m ism o tiem po, la nacionalización de los se r ­vicios públicos donde conviene. L a e s tru c tu ra política de E sp añ a ha de se r fed e ra lis ta .

E sto s son nuestro s p ostu lados. Tero a l m ism o tiem po son lo c a ra c ­te rís tico de la Revolución E spaño la , que y a com enzó an te s de 1931 y una de cuyas fases decisivas se. e s tá te r ­m inando ac tu a lm en te . L a defensa d» e s ta s innovaciones económ icas y so­c iales da su ñ o la p a rtic u la r a nues­t r a lucha que se opone al fascism o m und ia l. P o r eslo , n u e s tra lucha es in te rn ac io n a l; po r esto , el p ro le ta ­riado de todos los pa íses ha de e s ta r a n u estro lado .

E stam o s al principio de u n a nu ev a época de la H is to ria . S i g an a el fa s ­cism o en E spaña, vencen el E s tad o to ta lita r io , la Econom ía naciona l au - tá rq u ic a y la esclav ización del p ro ­le ta riad o . Si g an am o s noso tros, tr iu n fa rá un nuevo princip io de lib e r­tad y to le ranc ia en la Po lítica , como en la E conom ía.

N u e s tra lucha es g rand iosa , núes, t r a Revolución llc^a a las p ro fund i­dades. Sus ch ispas ne esparcen y a por todo el o rb e . N u e s tra v ic to ria d e te rm in a rá el ocaso del fascism o in ­te rn ac io n a l. t

Y, ésto , es lo que se decid irá en el año 1938.

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Hablando conun “Neutro” enLLEV A BA yo a lg u n as sem anas

on P a rís , cuando el a z a r m e colocó fren te a él, on un café a p a r ­tado do la m elancólica P laza «Id Vosee, Me m iró con sobresalto , p r i­m ero : con ind iferencia después, y j o con un saludo evasivo m e insta lé en un rincón alejado.

D esde allí, al con tem p larle f r ía ­m en te , reco rdaba su personalidad de la an te g u e rra . H ab la envejecido a lgo , y en su ro s tro se deno taba c la ram en te la preocupación que le dom inaba.

H om bre ad inerado e Influyente en ©tro tiem po. In te ligen te p u ra los n e ­gocios, ex p lo tab a con a ire m oderno de “hom bre de p resa", dos indus­t r ia s Im portan tes , una en M adrid y o t r a en B arcelona.

Su v ida se hab ía destilado , In ten ­sa , pero ag rad ab lem en te , dividiendo m i tiem po en tre am b as cap ita les , y con frecu en tas v ia jes al ex tran je ro , en lo» que, p re tex tan d o com pras o negocios, h a llab a d is tracc iones y en ­tre ten im ien to s d ifíc iles en su m e­dio am bien te . En M adrid , frecuen tes p a r tid a s de, “b ridge” en la G ran Pc- IVa. los estrenos te a tra le s , banquetes y recepciones po líticas y d ip lom áti­c a s : en B arcelona, la m ism a vida, el negocio m ás Intenso, un m ag n í­fico ch a le t en S itges, el palco del T lvoll y la s reun iones n o c tu rn as del Colón.

In d ife ren te en cuestiones p o líti­cas, él no e ra c lerical n i derech is ta a c tiv o ; pero su cn tro n cam ien to por v ía m atrim o n ia l con la a ris to c rac ia , le p e rm itía m an ten e r e s tre ch as re ­laciones con ta le s e lem entos, al m is­m o tiem po que su e leg an te libera ­lism o y la am is tad de negocios y reuniones con c ie r ta s f ig u ra s grises d e la izqu ierda le s itu ab an , aún en p len a R epública, favorab lem en te .

C uando m e h a llab a en frascad o en e s to s pensam ien tos, observé, so r­prendido, que el c itado personaje se le v a n ta b a de su a sien to y efu s iva­m en te se ace rcab a a sa ludarm e. To­m ó asien to en m i m esa, dió dos o t r e s ó rdenes co n trad ic to ria s a l ca­m a re ro y m irando am orosam en te su m agn ífico c igarro , con el que ju g u e­te a b a nervioso, m e expuso lo que él llam ab a el “d ram a de su v id a”.

E l a lzam ien to m ilita r le so rp ren ­dió en P a r ís ; hab ía salido con el fin de com prar un m o to r nuevo de g ran

P o r M aldad Unos, y p o r In d ife ren c ia , O t r o s , H a b í a n H echo Posib le el A lzam iento M ilitar

un Café de ParísPor AN TO N IO R U iZ VI LAP LA NA

rendim iento en Z urich , y con e s te m otivo, después de p asa r quince d ías cu P arts y ocho en O stende, estuvo u n a m añ an a en Zurieh, encargando dicho m otor y exam inándolo lig e ram en te ; m oto r que, por o tra p arte , la casa ven­dedora le hubiera colocado a su petición, en B arcelona, sin necesidad de v ia ­je alguno. Cuando pensaba reg resa r, tuvo no tic ias de los sucesos y una con ­ferencia te lefón ica e<vn “a lgu ien”, le indujo a e sp e ra r los acon tecim ien tos en el re tiro cómodo de F ranc ia .

L a g u e rra de E sp añ a e ra p a ra él u n a estúp ida querella inm otivada y absu rda , que irapetlia a él y o tro s como él, d e sa rro lla r su v ida: hab laba de tu g u e rra como pudiera hacerlo un banquero neoyorquino o un h ab itan te de M arte. E n sus fra ses h ueras y m an id as: “ las dos zonas”, “ni un ex trem is­mo ni o tro ”, se d e la taba un sen tir eg o ís ta y un deseo de ap a rece r " im par- ola!".

— Y usted ha estado en la zona de F ra n c o ? — indagó curioso.— Si — le repuse — y he huido de allí, porque es horrib le.

— Y v a usted a ir a la o tra zona? No h aga usted eso; e n co n tra rá lo-, m isinos ho rro res que en aquélla.

E n vano in ten té convencerle de su e rro r, le expliqué la d iferencia abso­lu ta en tre los a c to s lam en tab les acaecidos en la zona “ ro ja ” en los p rim e­ros tiem pos, cuando el P oder público tra ic ionado , se halló sin b razo coactivo, y u¡: pueblo a tacad o cruel e in ju stam en te tuvo que sa lir a la calle defen­

diendo su ex istencia y, de o tra p a rte , los ac to s vandálicos repetidos y cons­tan te s realizados por el Poder mism o, en la zona de F ranco , como sistem a de gobierno y de te r ro r.

A n te su sonrisa escép tica , le dije ag riam en te :— E n defin itiva , si usted no lo cree así, ¿p o r qué no va usled a la zona

naciona lis ta ?—¡A h! Porque allí lo p asa ría yo mal. Tengo dos delitos, p a ra ellos, que

no me perdonan, se r c a ta lá n y se r republicano.— Y pensando así — le in te rru m p í — no reconoce usted to dav ía la r a ­

jón que a s is te a l pueblo en E sp a ñ a ? Si u sted , que es un hom bre católico, ad inerado e influyente , con fam ilia a ris to c rá tic a , tiene ose micxlo, ¿qué tie ­nen que se n tir los m illones de ob reros y em pleados, c iudadanos m odestos, que no tienen, an te una tira n ía de derechas, su favorab le s itu ac ió n ? ¿C o m ­prende usted por qué el pueblo se defiende en a lm a y vida, a tiro s, a gol- lies, a m ordiscos, de, un régim en que ni siqu iera a los ricos ofrece co n fianza?

— ¡Ali, s í; o í verdad : pero es que en la zona “ ro ja", si me cogen al es­ta l la r ésto , tam bién lo hub ie ra pasado m a l ! . . .

— Y con m uchísim a razón, señor mío. Lo hub iera pasado m al usted .y yo. y ta n to s o tro s que hem os vivido ego ís tam en te sin aco rdarnos p a ra n ad a de l i s in ju stic ia s sociales y viviendo so lam en te p a ra n u estro egoísm o, c rey en ­do que con no hace r daño d irec tam en te a nadie cum plíam os n uestro deber. H ay que se r ju s to y reconocer que el pueblo, hum ilde, sufrido , analfabeto en g ran p a r te por cu lpa de usted y do m i y de ta n to s ab stra íd o s , que vivía - m íseram en te , que no podía a sp ira r m ás que a un tra b a jo escaso y m al p a ­gado, al verse adem ás a tacad o cobardem ente, con cañones y aeroplanos, con soldados y oficiales ricos y m onarquizan tes, a los que él ni a ta c ó ni ofendió, reaccionó v io len tam ente, qu izá en la p rim era em bestida de la pobre y no­ble fie ra a co rra lad a , ciega de indignación y de dolor de in ju stic ia , a rre m e ­tie ra c o n tra usted y c o n tra m i co n tra o tro s como nosotros, que unos por m aldad y o tro s por ind iferencia , hab lan hecho posible este crim en do lesa p a tr ia y de lesa hum anidad que rep resen ta el a lzam ien to m ilita r . P ero on la o tra zona, donde im peran los ricos y poderosos, los que s iem pre vivieron con h o lgu ra y conocieron de la v ida todos los goces y v en tu ra s m a te r ia le s , los g randes figu rones m ilitares, je rá rqu icos y eclesiásticos, ¿cóm o pueden exp licarse esos crím enes y m a tan zas de ob reros y hum ildes? Q ue usted, hom bre cap ita lis ta , con m uchos obreros a su s órdenes, p asa ra pe lig ro en m o ­m entos revolucionarios e s cosa p e rfec tam en te explicab le: pero que ’usted , rep resen tac ión del cap ita l, y yo, serv idor de la Ju s tic ia , tengam os miedo de ser asesinados en la zona que dice re p re se n ta r el O rden, la Ju s tic ia y l a p r o ­piedad. e s algo ta n m onstruoso, que descubre la fa lsía y el crim inal en ­gaño de, los rebeldes.

— P ero yo d ab a de com er a seiscientos o b re ro s . , .

C O N T I N U A E N L A P A G I N A 16

14— 174 DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA

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j UNA ENTREVISTA A ANTONIO RUIZ VILAFI.AN A¡

EL AUTOR DE “ DOY FE” DESCRIBE LA ACTUACION DEL FASCISMO EN BURGOSA S E S IN A T O S Y ! CRIM ENES SIN ¡ | C A L IFIC A C IO N 1

Es t a m o s ai había conR uiz V ilap lana, el a u to r <le

“Doy F e” , el hom bre que ha per­m anecido desde los p rim eros m o­m entos de la rebelión m ilita r en tro los tra ido res, h a s ta rec ien te feeh?. el te s tig o de excepción, po r la c a ­ridad de su s funciones judiciales, de los crím enes com etidos por las h o r­das fa sc is ta s en la v ie ja cap ita l c as­te llana. V ilap lana es de Barcelona, aunque en los ú ltim os años des­a rro lló su labor ju ríd ica y period ís­tic a en M adrid. M uchas veces iw3 hem os sen tado ju n to a él en la s m e­sas de R edacción d<j “A hora” , don­de e s tab a encargado de la Sección de T ribunales. Cinco m eses an tes de la rebelión se re incorporó al e sca la ­fón activo de sec re ta rio s jud iciales 3’ fue destinado a B urgos, donde le so rp rend ió el m ovim iento. Oigamos, por v ía d irocta , el vivo recuerdo de sus im presiones:

— E n B urgos, nos dice, la sub le ­vación no rev is tió en los p rim eros m om entos c a ra c te re s ap a ra to so s r.i sang rien to s . El público se vio so r­prendido por la ocupación m ilita r de la ciudad y por los bandos f i r ­m ados por Mola, en los que se de­c la rab a el estado de g u e rra y se Donian todos los a tr ib u to s de la au ­to ridad en m anos de Dávila. T enien­do en c u en ta el am bien te derech is­ta , m onárquico v clerical de la po­blación, no es de e x tra ñ a r que el goloe de m ano se re a liz a ra sin o d o -

sición, pues los obreros, ai.sJados, no opusieron ¡a m enor resistencia . Pero , a p e sa r de ello, la s p e rsecu ­ciones y los .ases ina to s em pezaron sim u ltán eam en te a la declaración del m ovim iento. No hubo el m enor in ten to de oposición; pero inm edia­tam en te em pezaron a so n a r en la ciudad los tiro s de los asesinos. P o r los ficheros de la J e f a tu ra de P o ­licía y por las confidencias de los cap ita lis ta s y sus serv idores, se rea lizaron detenciones po r m illares, m uchas de e llas segu idas de fu s ila ­m ien tos sin form ación de causa . Se daba a los asesinos el sámple c a rá c ­te r tfe a ten tad o s m isteriosos, y la

! Los extranjeros, oficiaron de protectores. ¡ 1 Descarada intervención eermano-italiana. ,

i ‘SO L ID A R ID A D i O B R ER A ”, 24 D íl ¡D IC IE M B R E 1937

P olicía se lim itaba a av isa r al Ju z ­gado de la aparición de cadáveres p a ra que p roced iera a la diligencia de levan tam ien to . A los pocos d ías ya no e ran necesarios p a ra la e je ­cución de los crím enes los an te c e ­den tes de los ejecutados- B astab a sólo que fu eran obreros y se les m a tab a en plena calle, desdo an o ­checido. L as bandas de m onárqui­cos se dedicaron ac tivam en te a la cacería. E l casco de la ciudad, en el

, que desde el crepúsculo, e ran los ú n i­cos dueños, fué escenario , sin d is­tinción de lugar, de los ases ina to s . Muchos días, en pleno paseo del E s ­polón, aparec ían cadáveres por do­cenas. E s difícil ca lcu lar la c ifra g lobal de m uertos, puesto que al Juzgado sólo se av isaba cuando, los hechos ocu rrían en lu g ares c é n tr i­cos. C en tenares de v íctim as, e jecu ­ta d a s en la s a fu e ra s de la pobla­ción, e ran e n te rra d a s sin e s ta fo r­m alidad judicial.

M uchas personas de la c lase m e­d ia y o tra s que d is fru tab an de bue­n a posición económ ica, pero que es tab an c lasificadas como de lat-

quie rilas, cayeron tam b ién bajo el piorno de las cuadrillas de ejecu ­ción. A e s ta s ú ltim as les eran , con­fiscados los bienes e industrias’, que pasaban a poder de la J u n ta de In ­cau tac ión que se constituyó en v ir­tud de uno de los p rim eros bandos i'c Mola. Y h a y que ten e r en cuent.i. que e s ta crueldad se e je rc ía cuando todos e s tab an convencidos de que el m ovim iento hab ía tr iu n fad o en toda. E sp añ a y se decía que S anjurjo . llegado a M adrid, hab ía constitu ido Gobierno.

Desde el d ía sig u ien te em pezaron los ap a ra to so s espectácu los de cele­bración del tr iu n fo del m ovim iento. Procesiones encabezadas por los obis pos y los m ilita res , co lgadu ras en los balcones, con la prisión inm edia­ta de quien descu idara el obligado exorno, e s tan d a rte s , g ran d es desfi­les de b e a ta s y de los niños de las escuelas, cohetes y lu m in a r ia s . . . P or las noches, su s titu ían a los cla­m ores y a los v íto res descargas ce­rra d a s de fu s i le r ía . . .

La tristeza de la ciudad. — A parícen los D rim e ro s extran je­ros, en plan de protectores. — La dominación descarada de ale­

m anes e italianos . .B u rg o s em pezó a v iv ir un bu lli­cio falso. Se daban los v ivas con el ro s tro ensom brecido y con pánico de no h ab er g ritad o b a s ta n te fuerte . E l hecho de no s a l ir de la s casas ern po r si solo sospechoso, y la s ca­lles y los cafés e s tab an llenos de una m u ltitud nreocunada. que se vi­g ilab a tem erosam en te .

Eos p rim eros ex tran je ro s que. lle­g a ro n a B urgos, se p resen ta ro n en calidad de técnicos y aseso res m ili­ta re s .' P ero no pasó m ucho tiem po sin que em pezaran a ac u sa r en voz a lta a los jefes y oficiales “naciona­lis ta s” de in ep titu d o rg an izad o ra y e s tra té g ica . L a e fec tiv idad de los m andos pasó' en b reve p lazo a sus m snos, así como la d irección de la s in d u s tria s y de los servicios públi­cos. L oa m ili ta re s to leraron , Im per-

M ola y D ávila D irig ieron A llí no Sonaron M ás T iros la In su rrecc ió n M i l i t a r que los d e los FacciososDOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 15— 175

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Cómo Huyó Ruiz Vilaplana de la Z o n a Insurrecta

Hemos Vivido Egoístamente sin Acordamos en Absoluto de las Injusticias Sociales

V I E N E D E L A P A G I N A 14

— Pero, e ra por filan trop ía o por negocio? Con ellos usted podía g an a r ¡il afio m ás de cien m il pese tas, ten e r a su fam ilia en S itges, v ia ja r, gozar de la vida. C ada uno de esos seiscien tos obreros ten ia una fam ilia y unos deseos m odestos de v iv ir m ejor. Pensó u sted a lguna ve* en ello'?

— ¡A m igo mío! Yo he creado dos escuelas y he organizado u n a colonia esco lar de vacaciones.

— P ero es que el obrero no debe v iv ir de su caridad sino de su derecha. C sted cuando el negocio e ra espléndido, tira b a unas m ig a jas a sus obreros, pero, en cam bio, si un d ía usted se can sa o po r capricho quiere d e ja r el ne­gocio, se isc ien tas fam ilia« se quedan sin pan . P o r eso lucha ahora el p u e ­blo, p a ra no te n e r que v iv ir de su s bondades ni m orirse de ham bre por sus caprichos.

H ubo una la rg a p au sa y, p a ra e v ita r cuestiones le p reg u n té por su fa ­milia.

— E s tá en B arcelona m uy bien — m e respondió. — Sí, v erdaderam en te yo no puedo que ja rm e de los “ rojos” . Con m i fam ilia se han portado m uy iden; a m i esposa le fac ilita ro n p asap o rte p a ra reun irse conm igo, pero ell 1 no qu ie re ponerse en v ia je con los chicos. L as dos fáb ric a s las tengo colec­tiv izadas, pero no han su frido daño a lguno ; el propio C om ité va fac ilitando :» m i fam ilia todo lo que necesita de alim entación , y aún p a ra sus g asto s justificados. V erdaderam ente, yo no sé qué pensar, ni qué h a c e r . . .

— ¿Q ué h a c e r? ¿U sted qu iere mi consejo? P u es reg rese a E sp añ a , p re ­séntese usted en su fábrica , a n te sus em pleados y obreros y tiéndales la m a ­no, pero no como an te s con gesto de caridad o de concesión liberaloidc, sino con a fec to de com pañerism o y eom nrenslón. Tengo la seguridad de que te n ­d rá usted un puesto d irectivo en ella. C laro oue no podrá u sted g a n a r cien mil p ese tas anuales, n i p asa rse un m es en N iza con el p re tex to de un m o­to r de Zurich, pero v iv irá usted tran q u ilo y g a n a rá lo su fic ien te p a ra usted y su fam ilia . E l pueblo, eso que usted no conoce ni tiene idea de lo que es, viviendo ah o ra en un régim en de ju s tic ia social, c ad a vez m ás log rada , bajo nna au to ridad exen ta de tira n ía s y crueldades, es lo su fic ien tem en t» gene­roso p a ra acoger todavía a usted , a mí, y a ta n to s o tro s que nunca le a y u ­dam os ni le com prendim os siquiera.

.Nuestro hom bre, con la m irada baja , contem plaba en tris tec id o su m ag ­nifico veguero. C reí por un m om ento que iba a te n e r un gesto , un arranque, y a se n tir conm igo; pero, en seguida, en el gesto de ind iferencia , en el des­dén < on que en tregó al cam a re ro la propina, com prendí que e ra un hom bre irred im ib le; algo que v iv ía a l m argen de lo nuevo y de lo verdadero , u n a superv ivencia rid icu la en la g rand iosidad de esto s m om entos.

I 'n p erfec to y despreciab le “n eu tro ”.A ntonio Rutz V IL A PL A N A .

té rr ito s , el m enosprecio, que e ra ra tif ic ad o p o r D áv ila y po r Mola, p u esto s incondicionalm ente a las ó r­denes de sus ''a liados" . E m pezaron s a flu ir soldados y técnicos m ilita ­ren y civiles a lem anes e ita lianos. E l descon ten to se d is im ulaba cu ida­dosam ente.

Ixjs fa lsos rum ores de constan tes v ic to rias , el desm entido anuncio de la s p ro c lam as que anunciaban la lo ­m a de M adrid y la confirm ación del f ra c a so de la sublevación en m uchas ciudades cuya posesión se habían g ra tu ita m e n te ad judicado los fa c ­ciosos. em pezó a c a u sa r inquietud e n tre tos jefes, a p e sa r de que ellos m ism os, en ?u P rensa , tr a ta b a n de d a rse ánim os. Al fin, la verdad t r a s ­cendió a l pueblo, aunque no pud iera co m en ta rla ni aún en voz b a ja . Le- ,<os de haber tr iu n fad o la sub leva­ción, se p re sen tab a la rea lidad de u n a g u e rra civil d u ra y problem á­tic a . L a m u e rte de S an ju rjo reveló í> F ran co como jefe de la subleva­ción, s i b ien en B urgos, Mola fijab a su s posiciones p a ra en fren ta rse en su d ia al ocasional caudillo. L a ca ­tá s tro fe de av iac ión que costó la v i­d a a aquél, sup rim ió e s ta p reocupa­ción a l sádico y envanecido gailc- £ 0-

Se reducen los jornales y enca­recen las subsistencias. — Una contribución “voluntaria” de dos días de haber m ensuales de los funcionarios. — Las exacciones a

¡ propietarios y comerciantes.L os jo rna les descendieron inm e­

d ia tam en te . quedando reducidos a u n n ivel g en e ra l de cineo pese tas en la c iudad y cu a tro en el cam po. Al m ism o tiem po em pezó a ad v e rtirse en poco tiem po la crec ien te eleva­ción de los a rtícu lo s a lim entic ios y lft ca ren c ia de m uchos de éstos. A los se is m eses, la s tiendas de te ­jid o s hab ían ag o tad o sus existencias,Y cñ lo ú ltim os -.em pos de la es- ta n t* i de V ilap lana en B urgos, e ra co rrien te v e r a personas de posición con ropas ra id a s y rem endadas. Se ca rec ía de v ino y de aceite , y el pes­cado e s tab a carísim o. M uchos fru to s de la t ie r ra y m a te r ia s p rim as son en v iad as a l e x tra n je ro casi en la to ta lid ad de la producción.

A los funcionarios se les impuso, p o r uTi bando de la au to rid ad m ili­ta r . la con tribución “v o lu n ta ria” de dos d ías de h a b e r a l me..'*. A los p ro p ie ta rio s , com erc ian te s e indus­tr ía le s , se le s seña la ron crecidas cuo tas , en proporción de su s d is­ponibilidades, p a ra so s tener la gue­rra , y a lg u n o s de ellos que tra ta ro n

tím idam en te de reclam ar, fueron en­es red ad o s .

L a fuga a Francia del autor de “Doy Fe”

— ¿C óm o lo g raste sa lir de la zo­n a fa sc is ta ?

—D espués de m últip les gestiones y a p re tex to do que te n ia m i fam i­lia en F ranc ia , conseguí un vo lan ­te p a ra p a sa r la f ro n te ra y reg re ­s a r con aqué lla a los tr e s d ías a B urgos. C laro e s tá que no pensé un. m om ento en. volver. Y a en P a ria y an te los descarados infundios de la P rensa , pagada p o r los fasc istas, quise, desde mi posición im parcial, y a que nu n ca he sido político, d a r­les un docum entado m entís. N o m e ha gu iado o tro propósito a l publi­c a r “D oy F e” .

— ¿Q ué im presión tienes de la zona

leal y de nu estra m oral de g u e rra ?— Incom parab lem en te m e jo r que

la de los rebeldes. En cn an to se han in terrum pido sus éx ito s m ilita res, su inquietud y su incertidum bre a u ­m en tan de día en dia. Así, incluso sim plem ente con que no ganen un palm o de te rren o m ás. desem bocarán en la derro ta . Y si n u estro s tr iu n ­fos g u e rre ro s se producen p ro n ta ­m ente, la caída de F ran co y del “n a ­cionalism o” se rá vertical.__

— P a ra te rm in a r e s ta charla , la m an ifestación de m i g ra titu d a B a r­celona. m i t ie r r a n a ta l, y al Go­bierno de la R epública, por el aco­gim iento que m e han dispensado a mí y a mi libro. Y mi sa ludo reco ­nocido «. SO LID A R ID A D OBRA­RA. que m e h a hecho el honor do se- su m ás popu lar d lfusora.

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L OS TECNICOSGrandes fábricas, que fueron instaladas a toda gasto, con miles, millones de pesetas depositadas por los accionistas incautos, fracasaron en forma rotunda y al cabo de poco tiempo cerraban.

EVIDENCIAN LA INEPTITUD DEL CAPITALISMO

Una de las empresasmás poderosas, tenía por todo personal a dos o tres ingenie­ros. Cuando deseaban nuevas fórmulas, las pedían, por carta, a un técnico alemán y todo se solucionaba.

DE ESPAÑA

L a b u rg u esía ha tenido pánico de qu e los técnicos pu d iesen tra b a ia r en “ su s” in d u stria s

ES ta n extenso el desolado p an o ram a que la in d u s tria quirnica o frec ía an te s del 19 de ju lio de 1936, que

t r a ta r de él equivale a llen a r m u ch as pág inas y so la­m ente cuarido la s c ircu n stan c ia s lo perm itan , cuando adem ás de re in a r la paz en los cam pos de ba ta lla reine en los e sp íritu s , quizá detallem os lo que ah o ra debe­m os m o s tra r de m an era rá p id a y que, a p esa r de ello, no p o r eso m enos g r á ­fico y m ás d ep rim e n te .

L a in d u s tria qu ím ica rfcsidia en g en e ra l en C ata luña , c ie r ta s fab ri­caciones ten ían lu g a r en el N o rte y o tra s , pocas, en d iversas reg lones de E sp añ a .

A l t r a ta r de bosque- ' ---------------- - ~ja r lo que creem os los técn icos de la in d u s tria quím i­ca encuadrados en el SIN D IC A TO D E IN D U ST R IA S QUIM ICAS de B arcelona, h a de se r la fu tu ra indus­tr ia qu ím ica n e ta y exclu sivam en te confederal, a n a ­cer del apoyo m u tuo del cerebro y m úsculo a tra v é s de los S indicatos, Federaciones R egionales y F e d e ra ­ciones N acionales de la In d u s tr ia Quím ica, extendem os nu estro rad io de acción h ac ia reg iones de E sp añ a cuyas m a te r ia s p rim as e s tá n inéd itas , cu y as posibilidades de exp lotación in d u s tria l son ilim itad as y cuyo ap rovecha­m ien to re d u n d a rá en beneficio de esas m últip les cu- léctiv idades confedera les que aú n an el esp íritu de cons­trucción con la lu ch a en las tr in c h e ra s .

A ragón, L evante , A n­dalucía. C astilla , e tc ., a lbergan posib ilidades espléndidas, que con un estudio rac iona l p e rm iti­rá n b a sa r de fo rm a pe­recedera una in d u s tria quím ica sólida que re s is ­ta todos los em b a tes y todos los bloqueos de las naciones llam adas h a s ta hoy h e rm an as y dem ás m o n se rg as .

E s ta s in d u s tria s que ----- —--------------------------- ------------señalam os son u n a m uestra, t’e la desorganización burguesa: pero ten g an en cuent.;i los lec to res que ello no sign ifica que el re s to de la in d u s tr ia quím ica e s­tuviese In s ta lad a ra c io n a lm e n te . L a desorganización y *1 egoísm o innoble e ra y son cualidades inheren tes a la m en ta lidad b u rg u esa e spaño la .FERTILIZANTES

El p rob lem a de los fe r til iz a n te s en E sp añ a ha sido

Fu é N ecesario un 19 de Ju liopara que toda la riqueza de España surgiera en form a racional.' La burguesía, el Estado,

j no han permitido que el subsuelo español, tan j pródigo, entregue sus dormidos tesoros.— ¡ Ahora son los trabajadores, técnicos y m a­nuales, que actúan de acuerdo, los que lo­grarán la independencia de España de m u­

chas de las importaciones del extranjero.

uno de los m ás álgidos y cuya resolución sólo es posi­ble en un régim en de la m ás ab so lu ta independencia naciona l del cap ita lism o e x tra n je ro .

E sp añ a en el año 1935 im p o rtó de abonos o fe r til i­zan tes la can tidad de 656.702 to n e lad as con un v a lo r de 156.319.200 pese ta s .

Su especificación corresponde -i:S u lfa to am ónico 394.776 Ton.. 06.487.939 pese tas; N itra to sódico 145 .8 :1 Ton., 32.006.376 pesetas; C om puestos n itrogenados sin té tico s 90.709 T o n ., 23.178.271 pese tas: V a­rios 25.407 Ton., 6 m i­llones 646.614 pesetas.

E s ta sa n g r ía de p ro ­porciones ta n enorm es como de ciento c in cu en ta y seis m illones de p ese ta s an u a le s sólo se concibe en una n a ­ción som etida a rég im en colonial y aunque ello nos sonroje —- hab lam os de los españoles dignos, no de los políticos que ta n to pudieron h a c e r y no hicieron, — e ra a s i. E sp añ a dependía, en lo re fe ren te a fe rtilizan tes , no de la b u rg u es ía indígena, sino de la IM P E R IA L C H E M IC A L IN D U S T R IE S de In g la te r ra , la cual con­tro la b a la to ta lid ad de la im portac ión española, de su l­fa to am ónico; de la I . G . F A R B E N IN D U S T R IE de A lem ania que co n tro lab a la im portac ión de los fe r til i­zan te s n itro g en ad o s sin té ticos y de Chile en lo re fe ­

re n te a n itra to sódico.A E sp añ a se le p e r­

m itía o b tener un 4 por c iento del consum o de

su lfa to am ónico; pero decir E sp a ñ a no quiere decir in te re se s españo- les, y a que las fa b r ic a ­ciones de Sabiñánigo, F eñ a rro y a , e tc . , p e r te ­necían a sociedades fran ce sa s .

De los dem ás fe r tili­z an te s : n itrogenados s in ­té ticos, e tc . , no se co­noce su fab ricac ión en

n u estro p a ís .Qué de ex trañ o tiene, pues, que en los m om entos

ac tu a le s nos esté vedado ad q u ir ir ta n valioso e im ­prescind ib le e lem ento v ita l ?

¿ E s que los “ t r u s t” franceses, ingjeses, e tc ., van * p e rm itir que n u e s tra a g ric u ltu ra sea lo su fic ien tem en­te p u ja n te p a ra que pueda sa c ia r el ham bre de Jos fre n te s san g rien to s , de la re ta g u a rd ia tra b a ja d o ra y

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España dependía en lo referente a fertilizantes de la empresa inglesa IM PERIAL ¡ CHEM ICAL IN D U STRIES, la cual controlaba la totalidad de importación de\ sulfato am ónico ; de la l.G. FARBEN IN D U STRIE de Alem ania, que controlaba los , fertilizantes nitrogenados sintéticos ; y de Chile en lo referente a nitratos sódicos. J

(jue rilo sign ifique la m ás p re s ta v ic to ria del pueblo revolucionario , de ese pueblo que v ib ran te de dignidad y p a tr io tism o a ta c a a fondo no sólo a las m esnadas u n ifo rm ad as íta logerm anas, sino a los rep tiles que a rre - llenados en los C onsejos de A dm in istrac ión de los bou- lev ares de P a r is y calles de la C ity , tiem b lan azogados po r la pérd ida de su dinero y de su s colonias?

CELULOSADe las p a s ta s celu lósicas — p a s ta m ecán ica y p a s ta

quím ica, — se su r te n im p o rtan tís im as ra m a s de n u es­t r a in d u s tr ia ta le s com o la tex til, a r te s g rá ficas , colo­ran te s , explosivos, e tc . ; es pues, asim ism o, de g ra n v i­ta lid ad p a ra la nac ión . P u ts bien; a n te s del 19 de ju ­lio no se p roducía <?n n u estro suelo m ás a llá del 3 - 5 po r 100 del consum o to ta l de celu losa a p esa r de los bosques españoles, a p e sa r de la s inm ensidades de e s ­p a r to en la s reg iones levan tinas , a p esa r de los cientos de toneladas do p a ja de arroz , de p a ja de lino, a pe­s a r de ten e r, en una p a lab ra , todos los elem entos nece. * arios p a ra p roducir m ás y m ejo r que n in g u n a n a ­ción .

E sp añ a im portó en 1935:P a s ta quím ica de m ad era . 88,229 Ton. 27.033.552, p ta s . P a s ta m ecán ica de m ad era 36.707 Ton. 6.786.921 p ta s . v ex p o rtab a a In g la te r ra :E sp a rto sin la b ra r . . 35.418 Ton. 4.302.977,40 „

E s ta im portac ión s ign ifica que la s fáb ric a s de seda a r tif ic ia l basaban su producción en la dependencia ex ­tr a n je r a y, p o r lo tan to , a n te con tingencias como las a c tua les , d ichas fáb ric a s no pueden, n i p o r m ucho, des­a rro lla r su ac tiv idad norm alm en te por ca recer de las d iv isas n ecesarias p a ra ad q u ir ir la. c ita d a celu losa y c rean un colapso en la in d u s tria sedera de ta n to auge en C a ta lu ñ a .

C o tid ianas son las restricciones de papel en la p ren ­sa, escasas la s publicaciones, difícil el sum in istro de papel com ercial; todo ello son la s m an ifestac iones de la c a ren c ia de producción nacional de celu losa.

Son y a fam osas las tr iq u iñ u e las de que siem pre se h a valido p a ra lo g ra r de los g o b ern an tes el aum ento o dism inución de la im portac ión de celulosa o papel según se,9 conveniencias. E s típ icam en te bu rgués asim ism o, el m étodo em pleado por d icha em p resa de p a g a r sum as fabu losas a los fab ric an te s de celulosa p a ra que c e rra ­ran sus fáb ricas en producción — posible com petencia y p o r ta n to ab a ra tam ien to , — sin im p o rta rle un comino el colapso económico que producía en la reg ión o ciu­dad donde los obremos quedaban en p a ro forzoso.

L as c if ra s e s tad ís tic a s y a seña ladas indican que la producción de celulosa en E sp añ a e ra casi n u la y la ex is ten te v eg e tab a g rac ias a aranceles fabulosos que p ro teg ían los in te rese s no de una in d u s tria que por f a l ta de re se rv a s n a tu ra le s no podía se r floreciente, sino los in te rese s de unos cuan tos lechuguinos que lo que menos les p reocupaba era la p u janza y el po rve­n ir ind u s tria l de la nación que pedia lo g ra rse ap rove­chando efic ien tem en te las disponibilidades vegeta les de n uestro suelo.

ALCALINOSE x is ten es E sp añ a tre s in sta lac iones p a ra la ob ten ­

ción de alcalinos: T o rre lavega, F lix y G erona. E n , la p r im e ra población e s tá o e s tab a — si los aviones n e ­g ro s no lo h an destru ido o si, como en Bilbao, po r ser u n a fu en te de riqueza, los n u estro s no lo h an volado p a ra que los fa sc is ta s no puedan ap rovecharla , — in s­ta la d a u n a fá b r ic a im p o rtan te que p o r el p roced im ien­to Solvay o b ten ía carbonato , b icarbonato e hidróxido sódico (sosa c á u s t ic a ) .

E n F lix y en G erona em plean el m étodo electro lítico ,

por lo que so lam en te puede de fo rm a racional ob ten e r­se sosa cáu stica y cloro en abundancia como subpro ­ducto . E n la ú ltim a de las poblaciones, la producción es m uy pequeña, casi in s ig n ifican te .

L as c a rac te rís tic a s b ru ta le s de la g u e rra a c tu a l nos d em uestran que la s posib ilidades de alcalinos, en lo que hace re fe renc ia a C a ta lu ñ a , no b a s tan p a ra su indus­t r ia . De ah í el p rob lem a in tenso de las in d u s tria s v i­d riera , jabonera, tex til, cu rtic ión , e tc . De la p a ra liz a ­ción de las activ idades in d u s tria le s de F lix o de su in ­c rem ento en lo que hace re fe ren c ia a la so sa cáustica depende en mucho, p o r no dec ir en absoluto , la m archa sem inorm al de la producción c a ta la n a .

MATERIAS PLASTICASE s ta in d u stria re la tiv am en te rec ien te , e s en E spaña

casi desconocida. Sólo sabem os la ex is tencia de dos in sta lac iones p roducto ras de g a la lith , u n a en el N orte y o tra en B arcelona. A m bas fáb rica s dependiendo en abso lu to del ex tran je ro en lo que hace re fe renc ia a la base de la in d u s tria : case ín a .

L as m últip les fáb ricas que rea lizan la m anipulación de bakelita , celuloide, e tc . , rec ib ían la to ta lid ad de su m a te r ia p rim a de In g la te r ra , F ran c ia , A lem ania, e tc . N o ex istía un sólo cen tro p ro d u c to r en E sp a ñ a y por ta n to fác il es im ag inarse la s ituac ión a c tu a l de esta in d u s tria .. T éngase en cu en ta que s i ex is tía en B arcelona u n a

fabricación de g a la lith fué g ra c ia s a lo s esfuerzos y continuados sacrific ios de dos técn icos que sin ay u d a fin an c ie ra a lg u n a m on taron penosam en te u n a pequeña fá b r ic a . E s to sign ifica que la bu rguesía e ra incapaz de e n trev e r en esas in d u s tria s m odernas un po rven ir y, po r lo tan to , negábase ro tu n d am en te a in c rem en ta r la independencia económ ica españo la . E l v a sa lla je enca­ja b a p e rfec tam en te en su m en ta lid ad .

L a caseína, uno de los m ás im p o rta n te s p roductos p a ra la fabricación de las m a te r ia s p lás ticas , proviene en su m ay o r p a rte de la leche . E n el N o rte español la leche es una substanc ia de su m a abundancia , a l ex­trem o que en las regiones del n o rte de León, P alencia , e tc ., la t i ra n dado el exceso de producción o, com o ta n te o de aprovecham iento, a lim en tan los cerdos con e lla .

E s ta abundancia significa, dado que la ob tención do case ína no es un prob lem a in d u stria l d ifícil de reso l­ver, que en E sp añ a postem os la su b s tan c ia p rim a su ­fic ien te p a ra el no rm al desarro llo de las m ás em plea­d as m a te ria s p lás ticas; pero que la inepcia bu rg u esa no quiso o no supo ap rovechar.

E l celuloide es o tra de la s m a te r ia s p lá s tic a s m ás com únm ente em pleadas en la in d u s tr ia . Su ob tención es a lgo com pleja; pero de to d as fo rm as n ad a inaccesi­b le; es cuestión, corro en general, de c a p ita l. N o co­nocem os en E spaña n ingún cen tro p ro d u c to r de celu­loide .

L a obtención de celuloide lleva a p a re ja d a la ob ten ­ción de a lcan fo r sin tético , celulosa, ácidos, e tc .

A n terio rm en te hem os señalado el estado a c tu a l de la in d u s tr ia de la ce lrlo sa . A hora seña la rem os lo que la burguesía , en colaboración con a r is tó c ra ta s m etidos a industria les , h icieron con la nac ien te in d u s tria del a l­can fo r s in té tico . E s te se obtiene p a rtien d o de la esen­c ia de trem en tin a — producto de destilación de la re ­sina de pino, — y tran sfo rm án d o la , m ed ian te operacio­nes re su e lta s en el m undo in d u stria l, en a lca n fo r sin ­té tico — el n a tu ra l proviene de Jap ó n y co lon ias. —

Se insta ló u n a g ra n fáb rica , creo reco rd a r que en B urgos, con g ran lu jo y desprendim ien to , pom poso Consejo de A dm inistración , flam an te s d irectores, e tc . .

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La desorganización y el egoísmo innoble eran y son cualidades inherentes a la

m entalidad burguesa española.

o te . ; todo hacia suponer que los estud ios y procesos de p u e s ta en m a rc h a h ab lan sido m eticu lo sam en te con ­trolados, que e ra u n a in d u s tria re su e lta en su s m ás nim ios detalles, n a d a de ensayos, de fá b r ic a experim en­ta l; m illones a voleo — acc ion istas Incauto», — y f i ­na lm en te fra ca so ro tu n d o . A l año o m uy poco tiem po después, la fáb rica p a ra b a su s ac tiv id ad es . V en ta de m áqu inas como h ie rro viejo, liquidación d e sa s tro sa de todo y un caserón que el tiem po v a derruyendo le n ta ­m en te . E s to son face ta s del o rden in d u s tria l de la b u rg u esía .

Da indolencia bu rg u esa y el no h ab er aprovechado la s re se rv as n a tu ra le s nacionales, lia sido la c au sa de que n u e s tra nación no cu en te con u n a flo rec ien te in­d u s tr ia de m a te ria s p lá s tic a s o re s in a s s in té ticas cuya im p o rtan c ia en la v id a de la s naciones es considerable y seña la al m ism o tiem po el g rado de capac itac ión de su s h a b ita n te s .COMBUSTIBLES LIQUIDOS

M uy poco podem os decir a este resp ec to . N ada ve h a hecho y es de todos h a rto conocida la orien tación dada, a e s ta in d u s tria po r la C .A .M .P .S .A . desde los in fau sto s tiem pos de la D ic ta d u ra . F ué ia anulación de to d a la in ic ia tiv a p riv a d a y el in s tin to de su p e rac ió n . E s u n a de las p ru eb as m ás ev iden tes de la in terven- ción del E s tad o : inm oralidades, egoísm os, am biciones, y p eo r serv icio al público .

Salvo a lg u n a destilac ión de esquistos bitum inosos rea lizada en P u e rto llan o — em presa francesa , — y on a lgún o tro lu g a r, en el res to de E sp añ a e s ta in d u stria no te n ía la m eno r im p o rtan c ia . H a sido n ecesaria !a p resen te conflag ración p a ra que em pezaran la s in v es ti­gaciones, sondeos, e tc .

E x ten sa s zonas de esquistos b itum inosos se ex tien ­den desde R ibesalbes (C astellón) h a s ta R u b id o s de M ora (T e ru e l i . E n C ata luña , p o r C ardona y o tra s co­m arcas, h a sido seña lada la ex is tencia de esqu istos cu ­y a com posición alcartza la de, los que ac tu a lm en te se destilan en E scocia .

H a sido n ecesa rio un 19 de julio p a ra que to d a esta, riqueza sa lg a rac ionalm en te a f lo to . Da burguesía , el E stado , no h an perm itido que ese subsuelo español tan pródigo en treg u e sus dorm idos te so ro s y son ah o ra los trab a jad o res , técn icos y m anua les de com ún acuerdo, los que h a rá n posible la independencia española de la im portac ión de com bustib les líquidos.VIDRIO

C uando dam os u n a m irad a a todas las in d u strias e s­pañolas, nos dam os c u en ta de que la. b u rg u esía ha te ­nido un g ra n pán ico a que los técn icos pudiesen t r a ­b a ja r en su s in d u s tr ia s . P a rece como si tuv ic i-a i m ie­do de que la producción m e jo ra ra , de que se rac iona li­z a ra n los m étodos in d u stria les , que Jos precios de coste fueran m ás bajos, que la fo rm a de t r a b a ja r fuera, m us hu m an a . T odas la s in ic ia tiv a s y estud ios realizados por los técnicos, n iorian en f lo r. E ra dem asiado p a ra aquellos ru tin a rio s que hered ab an u n a fá b r ic a de sus ahuelos y ten ían un in te ré s m arcad o en que sus n ietos la h e red a ran en las m ism as condiciones.

E s to es típico en la in d u s tria del v idrio . Desde luego ha habido excepciones, ta le s como la herm osa fáb rica C .E .L .O . sobre la cual in s is tirem o s y en la que la b u rguesía nacional e in te rnac iona l volcaron sus ca ja s; pero en genera!, la tó n ica <-s la y a ind icada .

L a U nión V id riera E spañola , u n a de las em presa«

Actualm ente se modernizan las fábricas, se mejora la producción y hum aniza el

trabajo, por iniciativa obrera.

m ás poderosas en la in d u s tria del v id rio en E sp añ a , con v a ria s fá b r ic a s in s ta la d a s en el suelo h ispano, creo que no con taba con m ás persona l técnico p a ra tudas sus fáb ricas que dos o tr e s ingen ie ro s. H ay que te n e r en cu en ta que cuando de tiem po en tiem po necesitab an v a r ia r a lg u n a co n stan te de fabricación , escrib ían a un técnico a lem án so lic itando u n a fó rm u la . Los lec to res supondrán la retribuc ión que ex ig ía el teu tó n y adem ás se d ab a el caso de que les ob ligaba a consum ir m a te ­r ia s p rim as de o rigen germ an o .

C on u n lab o ra to rio experim en ta l y tre s o cu a tro quí­micos especializados españoles, la in d u s tria v id rie ra hu ­b ie ra estado a la a l tu r a de la m ejo r del m undo; pero, si, s i; la bu rg u esía no e s ta b a p a ra m a n te n e r vagos en un lab o ra to rio donde no h ac ía n o tr a cosa que p e rd e r el tiem po m irando a p a ra t i to s .

Volviendo a la fáb ric a de v id rio p lano C .E .L .O . , in s ta lad a cerca de B arce lona y cuyo coste es de unos ocho m illones de pese ta s , tenem os que se ñ a la r a los com pañeros que nos leen que dicha, fá b r ic a se m ontó, dado su procedim iento , con la condición de consum ir exclusivam ente carbón in g lé s . Se a rg u y e que e l carbón a s tu rian o puesto en B arcelona re su lta b a m ás c a ro que <■1 inglés; ¡otro tipico ejem plo de la o rg an izac ión b u r­guesa! T oda la costosísim a in s ta lac ió n no s irv e p a ra n ad a si no se dispone de carbón de p rocedencia in g le ­sa . No es de e x tra ñ a r que lleve m ás de quince m eses sin fun c io n a r d icha fá b r ic a . Los técn icos y los t r a b a ­jado res m anuales se m arean de ta n to so lic ita r carbón p a ra tr a b a ja r ; pero la s d iv isas no llegan y la m onu­m en ta l in sta lac ión perm anece in ac tiv a .

L a fáb ric a es g rande, la in sta lac ión ‘'ko losa l"; ¡pero qué co n tra s te !; el labora to rio , st;de de los técnicos, es una hab itac ión que no tiene m á s a llá de seis m e tro s cuadrados, sin condiciones, inhab itab le y con u n a po­b reza de m a te r ia l de estud io ra y a n a en la m ise ria .

L a incau tac ión de las fáb ricas po r los obreros, con. sus concepciones ind u s tria le s ta n in te lig en tes como in ep tas e ra n la^ bu rg u esas, h a hecho v a r ia r en p a r ta

el aspecto . Se in v es tig a p-ara h a l 'a r r-n n u es tro suelo: sílice, m anganeso , m a te r ia s de substituc ión , e tc . C laro que acu c ia a los tra b a ja d o re s el c a re c e r de d iv isas y te n e r que adqu irirlo en E sp añ a ; pero dado su e sp íritu constructivo y de superación, sé que aunque fu e ra fác il la im portación, se h a ria n los estud ios necesarios p a ra ap ro v ech ar la s m a te r ia s p rim a s h isp an as .

Se m odern izan la s fáb ric a s , se m e jo ra la producción, se hum aniza el trab a jo , y todo esto po r in ic ia tiv a y bajo la dirección ad m in is tra tiv a de m uchos peones que, capaces y de in te ligenc ia — com o lo dem uestran , — e ran considerados como bestias de c a rg a e incapaces de coo rd inar u n a idea bajo la dom inación b u rg u esa .

E ra m i in tención exponer som eram en te la situación, de la Ind u stria qu ím ica españo la ; pero a p e sa r de sólo t r a ta r de u n as cu an ta s in d u s tria s cap ita les , he em borro­nado m uchas c u a rtilla s . Si tu v ie ra que señ a la ro s espe­cificando por in d u s tr ia la situación an te s del 19 de ju ­lio. creedm e, lectores, com prendería is fác ilm en te po r qué los técnicos, que anhelan un m undo m ás in te li­g en te y com prensivo, e s tán com ple ta y fervorosam ente, unidos a l esfuerzo c reado r y d inám ico que em an a de la C . N . del T . y luchan por h a c e r im posible que aquello tan hediondo e inep to que salió po r p ies el 19 de julio vuelva nu n ca m ás ,

• JAIM E PASCUAL

Los técnicos están completa y fervorosamente unidos al esfuerzo creador del proletariadoDOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA w *.- 19— 179

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E L C O N S E J O L O C A L D E E C O N O M I A D E L A IN D U S T R I A G A S T R O N O M I C A S O C I A L I Z A D A

U N A P E R F E C T A O R G A N I Z A C I O N I T O D O S L O S A S P E C T O S D E SUS L

EL 15) de ju lio de 1936 E sp añ a quedó escindi­d a en dos p a rte s ni iguales ni reconcilia­

bles. A un lado e s ta b a el pueblo y su s am igos; a l o tro lado, los enem igos del pueblo. Como un oleaje, la Revolución a r ra s tró todo el d e tr itu s social, y los m ás de los pa tro n es em igraron .

Con e s ta em igración, tem b lo rosa y fu lm i­n an te , la in d u s tria , en sus m ás variados a s ­pectos, su frió el colapso inm ediato a que la so­m e tía el abandono de su s dueños o em presas, o rig inando de súb ito un peligroso paso. Pero , adem ás, ocasionaba un tra s to rn o de tipo social y público que no h ab ía m ás rem edio que evi­ta r , dándole u n a solución de c a rá c te r d e fin iti­vo que p u sie ra en fra n q u ía el prob lem a.

I,os hom bres de la C onfederación N acional del T rab a jo pusieron m anos a la ob ra. Y de todos los S ind ica tos su rg ió la Idea de soclali- za i’ la producción in d u s tria l.

K1 S ind ica to de la A lim entación e In d u s tria s G astronóm icas, en u n a m ag n a asam b lea , ce le­

b rad a p a ra t r a ta r de la socialización de la s in ­d u s tr ia s a lim en tic ias , acordó la creación de un

Consejo local de Econom ía de la In d u s tr ia G as­tronóm ica socializada con fecha de 24 de fe­brero de 1937.Los precursores

T odas las cosas requieren principio, y es en éstos donde se aq u ila tan las condiciones y el va lo r p a ra las em presas de los p rim eros rea li­zadores . F u e al ram o de lia re s y C afés a quien le cupo el honor de ausp ic iar, con un éx ito ro ­tundo, el sis tem a soeializ.ador, estudiado por el n ac ien te Consejo.

I-a com posición de este Consf d a por el acuerdo de la Asambli el te a tro A lcázar el de Pebre com pone de un secretario, un i tm tesorero , y en calidad de voi sen tan te ele cada una de la s Sec< titu y en la Industria . Del seno i nacen las Subcomisiones, neees in te rio res , com pras exteriores, p a rto y v ig ilancia de casas.

E l Consejo de Economía fuiLA AUMEEl café l.n iv e rsa l, b ar P icad illy , K ulz. La

K spañoia y C om ercial, en tre o tros, fueron los que se pusieron en m arch a inm ed ia tam en te por la organización.

T ra s esto s gestado res, que rom pían m archa con valien te decisión, sigu ieron o tra s secciones: vinos, com estib les, vaquerías, ca rn icerías , f ru ­te r ía s , p aste le rías , e tc é te ra . De la In d u s tria só> lo quedaron excluidos ios hoteles, que pasaron al servicio de G uerra p a ra dar de com er a los m ilicianos y fac ilita rles a lo jam ien to , lo que se estuvo realizando h a s ta que se o rganizó de un modo defin itivo el E jé rc ito popular. E l control <ie o rganización, personal ,v dem ás deta lles ne­cesario s los llevaba una Comisión g astronóm i­ca com puesta de elem entos U. G. T .v Confede­ración N acional del T rab a jo . Pero parece ser que a a lgunos les pareció que aquella Comisión no llenaba por com pleto su función, y fué eli- suelta , fundándose el a c tu a l C om ité R egula­dor.

Cuando la evacuación de los pueblos a led a ­ños en v ir tu d del cerco de M adrid, dieron de com er los hoteles a m uchos evacuados que, sin b o g ar ni fam ilia , a r ra s tra b a n por las calles m adrileñas la a n g u s tia y el espan to de su p ro ­

blem a doloroso. Los género» los fac ilitab a en ­tonces el M unicipio.El Consejo Local de Economía de la Industria G astronóm ica Socializada

De "Um bral", de Valencia, No. 14

dientcm ciite de ia ouestión sine nos a llenar po r él ion varia» d estacad as: coordinación de la m ercia lcs de las casas jn terve do ab as tece rla s de aquellos pi

cindibles a su desarrollo. O tra h acer cum plir lo que en reun í A sam bleas se fije, procurandt in te reses económicos y sindica lu g ar, d a r cumplimiento a la i

se rige este Consejo en lo refe

Examen de la ponenc L a d iferencia de jornales tol

g im en burgués era tuia injusíi lidad fre n te a los postulados p ro le ta riad o . D ábase el caso a lgunos obreros en el ram o de ¡)lo, se iban a su casa todos

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Una nota de JIMENEZ CALDERON

I RIGE EN

onscjo está. reg ula- mbloa celebrada en obrero últim o, y sí' jii vicesecre tario y

vocales, un retire- Secciones ijiu; cons- 110 (le este Consejo ?cesa ría s: com pras •es, alm acén , re-

funciona indepen-

.jornal de 25 a 30 pese tas, m ie n tra s o tros, m e­nos a fo rtunados, en el m ism o estab lecim ien to , no llegaban a reu n ir lo indispensable p a ra mii viv ir m odesto y se veían obligados a p a sa r p r i­vaciones. Así, pues, hoy los jo rna les m ín i­mos que se cobran son : TI pese tas p a ra el obrero sin d istinción de sexo (pie sea solo; una pese ta po r la. com pañera y u n a por la m adre, si vive con ellos, y 50 cén tim os por cad a h ija

(¡uc e s té a su cargo .E sto s .jornales, el obrero o la ob rera los p e r­

cib irán ín teg ro s cuando se encuen tren e n fe r­mos, caso de ijue su en ferm edad no im ponga la e stan c ia en un san a to rio . Si se d iera e s ta c ir­cunstancia , sólo cob raría tre s pese tas, con a r r e ­glo a la regn lari/.ac ióa aprobada. Y se c rea el derecho, p a r a los trab a jad o re s y tra b a ja d o ­ras de la In d u s tr ia (¿astronóm ica S ocializada, a la jubilación , si a s í lo desea, a l cum plir c in ­cuen ta y cinco años, percibiendo el sueldo ín ­teg ro .

A h o ra b ien; como resp u esta al derro tism o de los d e trac to re s , d irem os (pie la ta r ifa de jo r ­nales, en v is ta de la espléndida m a rc h a de los negocios, se ha aum en tado en la fo rm a s i­g u ien te : jo rn a l m ínim o, 12 p ese ta s ; aum ento por la com pañera, dos p e se ta s ; subsidio por la m ad re , dos pese tas, y «na p ese ta po r cada hijo. M agn ífica re sp u esta a los enem igos de la socialización.

Y todo ello con una reb a ja de un 25 por 100 sob re los precios que rigen en o tros estab lec i­m ien tos. A dm inistración se llam a e s ta tiguru .m m

sindical. L as m isio­n a s , pero las m ás

lus relaciones eo- rvenidas, procuran-

p roductos im pres- tra es e je c u ta r y uniones de casas y ndo a rm o n iza r los icales. y , tn te rce r a ponencia p o r que e fe ren te a jorn.sies.n c ia d e s a l a r io s to le rada por el ré-

isticia, una inm ora­les ig u a lita rio s del io ir r i ta n te de «pie de cafés, por ejem - os los (lias con un

Cómo funcionan las casas h a s c a sa s socializadas se, rigen por un Con­

sejo de casas , nom brado por los trab a jad o res de e llas m ism as. li s te Consejo goza de abso ­lu ta libertad p a ra el desarro llo de su función <-n el orden ad m in is tra tiv o , llevando a la p rá c ­tica todos los acuerdos de los obreros por ellos rep resen tados, que, n a tu ra lm en te , no rozan bis in tereses genera les del Consejo L ocal de E cono­m ía ni los sind ícales de las dos C en tra les 1’.

T. y C. N . T.lin todas las casas in tervenidas, los derechos

«un ex ac tam en te iguales p a ra los obreros de la L \ (>. X. Pero hay m ás que d e ta lla la v ir tu d (¡el nuevo sistem a, y es que p a tronos que no po­dían desenvolverse y m archaban penosam ente, h an venido a reducirse , y d en tro de la com u­

n idad soc ia lr/ad o ra han resuelto su p roblem a y

d is fru tan de los derechos concedidos a los t r a ­bajadores todos. (

É l E s tad o se hizo cargo o adqu irió el con­tro l de los ho teles y a lgunos cafés im p o rtan ­te s y lu josos dé la calle de A lcalá y o tra s v ía s c én tr ic a s . M ien tras el u tilla je estuvo en con­diciones acep tab les p a ra p re s ta r el serv icio d iario , todo fué a pedir de boca. P e ro ah o ra se p la n te a inm ed ia tam en te el p rob lem a de que las sáb an as , las colchas, los ú tile s en los h o te ­les y en los cafés se han estropeado por el uso, y o se repone ese m a te ria l o h a y que suspender el servicio. A dem ás h ay un pasivo que no que­d a o tro rem edio que en ju g a r . A todo ello e l E s tad o dice que él pone en m arch a el negocio, p ag a con lo que produzca, y si h ay d éfic it d ia ­rio , él lo a b o n a rá ; pero que de lo pasado y de eso de la renovación del m a te r ia l no qu iere saber. Y, c laro , corno no b a s ta la vo lun tad de uti lis tad o p a ra p a ra liz a r la acción d es tru c to ­ra del uso. los ho teles y los cafés contro lado» por é s te se verán precisados a c e rra r . Y en* toncos ven d rá un p a ro forzoso.

Jlenovarse o m orir. No te n d rá o tro rem edio (pie socializarse y v e r el m odo de reso lver su propio problem a. E l C onsejo L ocal de Econo­mía de la In d u s tria G astronóm ica Socializada seg u irá en m arch a ascenden te , de c a ra siem prfl a los hechos positivos. ;;

JIM E N E Z CALDEKOM

ORICOS DE ESPAÑA 21— 18i

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EN LA VILLA DE RUBI, CON COMUN SE CREA UNA ETAPA POSITIVA, REVOLUCIONARIACAMPESINOS Y OBREROS

TRABAJAN AYUDANDOSE E N F O R M A RECIPROCA

UNA N OTA de ‘MI R E V IS T A ’ N. 28, D E L 1 . D IC IE M B R E

D E L AÑO 1937

LA ob ra revolucionaria que, a p esa r de todos los pesares, se ha llevado a la p rác tic a , r o se ha puesto de relieve tan sólo po r el c a rá c te r demoledor

de la m ism a, riño que con el esfuerzo m ancom unado de todos los p ro le ta ­rio s conscientes de su rol on la lucha, con la ti tá n ic a vo lun tad de vencer al fascism o y lev an ta r la econom ía del país, dándole nuevas fo rm as de des­envolvimiento. Se han dado casos de u n a efectiv idad m arav illo sa , de tan asombro-',o positivism o en el aspecto constructivo , que bien m erecen consig­na rse p a ra conocim iento de todos y p a ra que s irv a como ejem plo y gu ía a ¡os am an te? r’e buenas in iciativas, y como resp u esta tam b ién a los m u­chos que p ropagan la. ineficacia de las C olectividades, calificándolas do “ensayos desg raciados”.

L a villa de Rubí, enclavada en la com arca del V alles occidental, se d e s taca p o r su ac tuación revo lucionaria ; alli los hom bres de la C onfedera­ción N acional del T raba jo han sabido com prender el verdadero significado de la Revolución.

L a o b ra rlí> esto:: abnegados com pañeros es d igna de todo encomio; e.s adm irab le y m erecedora de a lab an za la labor co n stru c tiv a que han rea ­lizado en unos m om entos en que el fascism o crim inal todo lo destruye.

Kilos han sabido, con su ac tuación , co n q u is ta r al pueblo, este pueblo de abolengo libera), que les ha ayudado con la v is ta f ija en el porvenir, en la ce rteza de que rea lizaban esfuerzos ciclópeos que se rian com pensados con 3a ín tim a sa tisfacción de los que cum plen con su deber en todo m om ento y saben en todo m om ento cuál es su deber.

D IG N O C UAD RO DE E S FU E R Z O C<}MUNE s ta s fo to g ra fía s dan una idea de

las be llas y g ran d es obras que con su tesón, constancia , energ ía , labo­riosidad y sacrific ios h an realizado Ips tra b a ja d o re s de Rubí.

N ecesita ríam o s m uchas p á g im s p a ra exp licar d e ta llad am en te lo que sign ifican e s ta s fo to g ra fía s ; el es­fuerzo continuado que han tenido que vencer esto3 a ltru is ta s obreros; a si ,pues, nos lim ita rem o s a exp li­carlo som eram en te , aunque no sea m ás que p a ra d a r sólo un pálido r e ­flejo de la realidad .

Poseyendo la C olectiva de C am pe­sinos de este pueblo u n as 40 c u a r­te ra s do terreno , que ap en as produ­cían por fa lta de a g u a p a ra re g a r­las, acordaron todos los obreros, y así lo han realizado . tr a b a ja r g ra tu i­tam en te en la construcción de d ife­ren tes canales p a ra riego, tra b a jo que han realizado todos los sáb a ­dos. po r se r dia libre en su ocu­pación hab itua l.

D igno cuacíro de esfuerzo com ún; c a d a uno da lo que puede y sábe. Vése a los ob reros fab riles cogiendo el pico y ab riendo zan jas, así como tra n sp o rta n d o t ie r r a y descargando los m a te ria les . T am bién se ve a los

a lbañ iles desviviéndose p a ra que sa l­g a una ob ra m a e s tra do sus m anos, conscientes de la labo r que realizan , h a s ta que dan fin a la construcción de dos k ilóm etros y medio de ca­nalización.

Con el m ism o procedim iento, y tra b a ja n d o so lam en te la C olectiva de A lbañiles y Peones, se construye un g ran alm acén p a ra los cam pesi­nos colectivizados.

P ero no b a s ta todo ello a sus an s ia s de m ejo ram ien to ; h ay que hace r m ás, y se acuerda u nán im e­m ente, en u n a a sam b lea m ag n a de trab a ja d o re s de todos los ram os convocada p o r la F ederación Local de S ind ica tos de In d u strias , de­

j a r un seis por ciento de jo rnal p a ra a y u d a r a las C olectividades que lo necesiten y rem ed iar el paro forzoso. Y es p rec isam en te en este segundo sen tido que m edian te ia ap o rtac ió n de dicho 6 ojo se rea lizan a trev id o s proyectos. C onstruyen y dan vida a u n a in d u s tria nueva en la localidad ; “La In d u s tria l H arin era , In d u s tria S ocia lizada” . E s ta indus­tr ia . que h a ocupado b razos que no sab ían dónde em p lear sus esfuerzos d a rá (la e s tá dando y a ) po tencia li­

dad a la vida económ ica local.Y por si esto fu e ra poco, aún

con ese po rcen ta je reducido se lia ayudado económ icam ente a los f a ­m iliares de los b ravos tra b a ja d o re s que boíl dejado a los suyos p ara d a r su san g re y su v ida en los fren te s de b a ta lla , luchando con el fusil en la m ano p a ra a p la s ta r al fascism o y lim p iar de fa sc is ta s el suelo de E sp añ a , p a ra que pueda im ­p e ra r un rég im en de lib ertad y ju s ­tic ia ; de v e rd ad e ra lib e rtad y do e fec tiva ju s tic ia .

Rubí, N oviem bre de 1937,

22— 182 DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA

EL ESFUERZO

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R ep o rta je

SANCHEZ

EL cam arada que leñem os f re n te a noso tros es un hom bre do.l N orte , un v asco . U n hom bre fuerte ,

p letórico do v ita lid ad . H a ni a con pasión, con u n a p a ­sión cá lida que hace de cada p a lab ra su y a un trazo p ic tó rico .

N os re la ta sus peripecias desde que com enzó !a gue­r r a . Sus luchas en. las callea do San S eb astián .

UN H O M B R E D E L ISAAC P U E N T EIbam os a escrib ir su nom bre, pero vacilam os. A ún

hay en G uipúzcoa quienes llevan su m ism o patron ím icoy no es d isc re to . F ue ten ien te ;--------------------------------cid ba ta llón Isaac P uen te , y el Isaac P uen te no n ecesita y a de p resen taciones. Se h a dicho m u- cho de él, aunque no todo lo que m erece; pero s i el hom bre es del Isaac P uen te , el hom bre queda p resen tad o . ......

N u estro ten ien te es un evadido de A stu ria s después de 1a. e n tra d a de los fa sc is ta s en Gijón y esto es lo que­da m ay o r in te rés a su re la to .

E s tá em peñado en explicarnos por qué no se pudo .co n se rv a r en poder de las tro p as leales el M onte de los P inos cuando la o fensiva sobre V illarreal, después de la pérd ida de G uipúzcoa. E l Isaac P uen te , recién o rg a ­nizado. dejó allí cerca de la m itad de su s hom bres. P ero esto e s tá y a dem asiado lejos, y nos in te re sa m ás por qué no pudo conservarse A s tu r ia s .

LO Q U E TO D O S SABEM OS— Bueno, no es p reciso que os lo d igam os los que vo_

nim os de a lia : las razones de la ca ída de A stu rias , au n ­que com plejas, no escapan a nad ie . M antener la acción en una casi to ta l incom unicación con el G obierno cen. tr a l y desasistidos de to d a so lidaridad ex te rio r es cosa que tiene ribetes de prodigio; sólo los ilusos, los que estud ian e s tra te g ia g u e rre ra sobre los m árm oles de los cafés podrían c ree r que

de Lucía

SAORNIL

la res is tenc ia do A stu ­ria s e ra inago tab le . E s­to tam poco quiere de­c ir que la re s is ten c ia de A stu r ia s h a y a te rm in a ­do. ¡A quellas m in a s ! . . .

Los o jos m enudos y vivaces del com pañe­ro se ex tas ían un m o­m ento pergeñando im ágenes de recuerdo .

— E stam os seguros — acab a — que la re s is ten c ia con tinúa y c o n tin u a rá m ien tras en A stu r ia s quede un se r v iv ien te .

— E s posible.I la y un m inuto de silencio e n tre los dos que se lie .

na. p a ra él, de visiones p re té rita s ; p a ra m í, de perple­jidades .

— ¿C óm o te sorprendió a t í la caída de A s tu r ia s?— Como so rp re n d e rm e ... , como sorprenderm e, no me

so rp rend ió . E n realidad , e ra u n a cosa descontada

LA Q U IN T A CO LU M N A

—E l d ia 21 e s tab a en N ogreña-B errón , a veinte kiló­m etros de la cap ita l g ijonesa, cuando o tro oficial me dijo: "P arece que la “q u in ta colum na" se h a levantado en G ijón después de la m arch a del Consejo y del E s­tado M ayor. L a evacuación no se lia podido llevar a efecto porque c ie r ta s po tencias que nos hab ían prom e­tido ay u d a se han desentendido a ú ltim a h o ra” . “E n ­tonces — repuse — estam os en la ra to n e ra , ¿qué h a­cemos, p u e s? ” “Vámonos a las m in as . A lli se signa

------------------------------é res istiendo .Los cam inos se llenaban do gen*

te . Sólo se o ía como u n a consig­na tá c ita : " ;A la s m inas, a las m inas!'' A caso nad ie se daba cuen­t a de la ve rd ad e ra situación .

: — Los de un cam ión que se------------- a c e rcab a — prosigue el an tigu o

ten ien te — me ofrecieron sitio ; pero m iré a los cam a- ra d a s que iban conm igo y p ro ferí e sp e ra r un vchiculd en el que h u b ie ra lu g a r p a ra todos.

P asó u n coche ligero que ven ía de G ijón: “ ¿ E s v e r­dad que se h a levan tado la “q u in ta colum na" "Noj sólo h ay a lg ú n tiro teo en el p u e rto ” .

D ecidim os entonces i r a llá . M archam os en el prim e! cam ión que pudim os. E ran , ap rox im adam en te , las cim co de la m añ an a cuando e n tram o s en G ijón. A! mo, m entó m e di cu e n ta de lo que o cu rr ía . M ultitud de bal" cones lucían co lgadu ras b lancas. G rupos de m u jeril a rra n c a b a n de los m u ro s los viejos ca rte le s a n t i f a i c is ta s .

i

D ESO LA C IO NA ún ten ía la esp e ran za de que se co n tin u a ra luchan*

do en los fren tes ; pero la perd í cuando pisé el p u e r t í del M use!. Vi los soldados v a g a r por los m uelles con

ojos insom nes, buscando desalentad ', s algo que ellosm ism os no sab ían lo que e ra .

E s ta b a tr a s to rn a d o . Me sen té sobre u n a p ila de cajones, c e rca del a g u a . C reo que em pecé a darm e cu e n ta de la g ravedad de la s i tu a ­ción.

Soldados ib a n y ve­n ía n . R ostro s som bríos me m ira b a n . ¿ E ra m o s todos c a m a ra d a s? ¿H a b ía en tre noso tros enem igos? P o r la s conversaciones deduje que esperaban un barco , un b a r­co que algu ien hab ía p rom etido y que no llegó . Com en­cé a t i r a r a l a g u a fu rio sam en te los fusiles d esem b ar. cados dos dias an tes, cuando y a e ra n innecesarios.

Se m e acercaron unos m uchachos de m i batallón , que m e reconocieron . “N o h ag as oso, cam a rad a ; te e s tá s com prom etiendo. N o sabes quién te m ira " .

— A la s ocho de la m a ñ a n a se p resen tó en el p u erto rm pelo tón de paisanos con b raza le tes , a los que h ab ían

Hace Interesantes Declaraciones un Teniente Evadido de Asturias

DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 23— 183

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Page 26: Documentos Históricos de España Año I, n° 05, marzo de 1938

A STU RIA S CAYO PORQUE SE ENCONTRO SOLA, SIN AYUDA EX T ER IO R , LIBRA D A A SU PROPIA SU ERTE

EN L A Z O N A REBELD E DEL N O RTE SORDA Y ENCO NADA R E SISTE N C IA H A Y A LIM E N TO S, PERO EL PU EBLO H A L L A N EN LA R E T A G U A R D IA PADECE UN H A M B R E SIN LIM ITE S LOS ELEM ENTO S DE L A REACCIO Na rran cad o la f r a n ja m o ra d a . E l g ru p o obligaba a los soldados a e n tre g a r la s a rm a s . R eaccioné con I r a . ¿C on qué derecho desarm áis a la g e n te ? E l que p a rec ía el je fe m e d ijo sonriendo: "E s in ú til que in te n té is n ada p o r las m a la s . Soy un c a m a ra d a v u es tro . E n treg a d la s v oso tro s m ism os, es m e jo r” . Toda. la ira se m e disipó de p ro n to . Me volvió la tr is te z a . ¿D e verdad , podia s e r aquel hom bre un c a m a ra d a n u estro ?

L O Q U E M E H IZ O R E A C C IO N A Rr Se m e acercó ap re su rad am en te un oficial que reco , nocí v iejo a m ig o . “Todo e s tá perdido — me dijo rá p i­d am en te — , y a no queda m ás que m a ta rse . S i a lg u n a vez ves a m i fam ilia no le d igas e s to ” . Con un m ovi­m ien to im posible de p rev e r se acercó al agua , abrió u n a bom ba y la hizo ex p lo ta r sobre su v ie n tre . E sto m e produjo u n a reacción in esp erad a . T iré la p is to la a l m a r .

— E m prendim os el re to rn o a G ijón . E ram o s unos se isc ien tos hom bres.

L as co lgaduras b lancas de la m ad ru g ad a se habían trocado en m onárqu icas y fa la n g is ta s . E n la s calles, los que el d ía a n te s ocupaban las celdas de las cárce­les cacheaban y desa rm ab an a los tra n se ú n te s .

F re n te al cu a rte l de A rtille r ía un am igo m e aconse­jó que m e e n tre g a ra como p risionero de g u e rra . Creí que e r a el m ejo r p a rtid o . U n sa rg en to to m ab a no ta , y allí quedam os en el p a tio del cuarte l, sin que nadie se o cu p ara de n o so tro s.

A la s tr e s y m edia de la ta rd e las p rim era s tro p as faccio sas e n tra b a n en G ijón. A brían la m arch a g ran núm ero de tanques conducidos po r a lem anes. Luego segu ían los R equetés, la F a lange , los m oros, la a r t il le ­r ía a lem ana, la co lum na n a v a rra ; en to ta l, calculo que se r ían unos diez m il hom bres.

E N P O D E R D E L FA SCIOL a concentración de p risioneros se hacia en la p laza

de to ro s; sin em bargo, noso tros seguíam os en el patio del c u a r te l .

P o r el d ía andábam os confundidos con la población civil; buscábam os la comida, ya que en el cu a rte l no se nos p ro cu rab a ; la com ida y la m an era de e scapar, es c la ro . P ero en m edio de n u e s tra lib e rtad nos sen tíam os p risioneros, ¿ p o r qué no dec irlo? , p risioneros de nues­tro propio te m o r. T eníam os la c e .te z a de e s ta r enreda dos en una m a lla pe lig rosa .

Con habilidad adqu iría in fo rm es. Supe que se hab.'a m on tado la oficina de salvoconductos, y que sólo b as­ta b a la f irm a de un soldado que to a v a la ra p a ra que el salvoconducto te fu e ra ex tendido . ¿ P e ro quién pod ría a v a la rm e a m í? E scu d riñ ab a las c a ra s de todos. Te- m a la segu ridad de h a lla r lo que necesitab a . Y lo hallé

E ra un buen mozo, an tig u o c am a rad a a m is órdenes que h ab ía sido p risionero p o r lo.- fa sc is ta s en B ilbao y a h o ra e s tab a en su s f ila s . Cuando le descubrí m is p re tensiones m e m iró con te m o r. Luego firm ó sin re-LuüúL<ir i

CA M IN O D E G U IPU Z C O A .— ¿Q ué d ia sa lis te de G ijón?— E l d ia 28 por la m añ an a ; y rendim os v ia je en San

S eb astián el i de noviem bre, por la ta rd e .— ¿ H a b rá s v isto m uchas cosas en el cam ino?— M uchas; pero la m ás in te re sa n te es que el s is tem a

de te r ro r a que tienen som etido al pueblo, lejos d« am an sa rle y dom eñarle, le i r r i ta y le ac rec ien ta la re>

beld ía . C uando fui de V asconia a A s tu r ia s hallé en el tra y e c to m uchas g en tes in d ife ren tes . E n e s te v ia je de reg reso he com probado un cam bio de am b ien te favo , rab ie a n u e s tra cau sa . H ay u n a res is tenc ia so rd a y en­conada co n tra el fasc ism o .

Y tam b ién hay h am b re . Los com ercios e s tán ab a rro , tados de todo; pero el pueblo no tiene d inero . Se le hace t r a b a ja r p o r u n p la to de p o ta je . Asi he v isto re ­co n s tru ir sin jo rna l la ig lesia de C astro U rd ía les . Igual he v is to t r a b a ja r en la reconstrucción de los puentes b ilbaínos.

E n B ilbao m e en te ré de que todos los días eran a ju s ­tic iadas de dieciocho a vein te personas. Y ve tú la m isericord iosa m a n e ra de av is a r a su s fam ilia re s . E;^» la p u e r ta de la cárce l ponian una lista, encabezada con la sigu ien te inscripción : ‘‘L os que no necesitan que les tr a ig a n com idas”, y a continuación, los nom bres de los a ju s tic iad o s.

— R esp iram os — prosigue — cuando nos vim os en A m orebieta, donde tom am os el tren p a ra L a s a r te . Sin em bargo, la situación em peoraba p a ra m í; hab ía de to ­p a r con m ucha gen te conocida. P ero ten ía la im pre­sión de que e s ta b a a l fina l de la a v e n tu ra . E l com an­d an te se quedó allí porque q u e ría ver a los suyos; to ­m am os, pues, el tren , el m aes tro a rm ero y vo.

A la s s ie te y m edia e stábam os en San S e b a s tiá n . Allí busqué am igos a n tig u o s . H ab ía un hom bre de de­rechas, inofensivo, a quien yo hab ía ayudado en c ie r ta ocasión; m e dijo que se conocía y a al pié de la le tra to d a m i in tervención de los d ias de ju lio y que lo m e­jo r que podía hace r e ra h u ir . Todos m e aconsejaban lo m ism o, pero nad ie m e fac ilitab a la sa lid a .

E n la C om andancia ex tend ían los salvoconductos. Me puse en cola y observé. Como ves, la observación p e r­m anen te e ra m i to r tu ra . Vi que p a ra el in te rio r de la p rov incia b a s ta b a con llenar u n a ho ja av a lad a por dos personas adicta.? a l régim en: y com ^.-ibé que sin el m e­nor cuidado gen tes que no se conocían, de lan te de la v en tan illa m ism a, se ava laban m u tu a m e n te .

PE R IPE C IA S— Cuando me llegó e] tu rno en tregué la cédula : “ ¡Eli!

— m e dijo el hom bre de la ven tan illa —, tiene u sted la cédula sin f i rm a r” , Al o ír que me llam aba la a tención , m e estrem ecí, noté que me flaqueaban las p iernas, lue­go m e di cu en ta inm ed ia tam en te del peligro a que ha . b ía escapado . N i por un m om ento hab ía pensado en la f irm a de la cédula . L a casualidad m e favorecía , pues de haber estado la cédula firm ad a m i situación hub ie ra sido difícil. F irm é; pero el diablo p a icc ía ju g a r con mi su e rte : al hacerlo invertí e! orden de los apellidos. Di­sim ulé mi a fo ram ien to con u n a risa cuando el em p lea­do me llam ó la atención sobre ello: pero lo c ierto es que e s ta b a som etido a un verdadero sup lic io .

Creí h ab er escapado a él, cuando en o tr a ven tan illa , donde debían ponerm e un sello en el salvoconducto, hallé una c a ra m uy conocida y que indudablem ente m e conocía tam b ién . Con el pañuelo pegado a la m ejilla y p re tex tan d o las m olestias de un g ran ito , sa lí del ap u ro .

Al fin m e haJlé en F u e n te r ra b ia . F u e rz a s de F a la n ­ge. que rev isaron m i pasaporto , lo en co n tra ro n en r e g la .

A lguien me reconoció. E ran a n tig u o s am igo? pesca , do res . Me llevaron con ellos y p laneam os la fu g a .

Pocos m inutos después pisaba. la t ie r ra de F ra n c ia , LUCIA SA N C H E Z SA O U N IL

D iciem bre 4 de 1937.

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M aniobras El plan alemán de conquista S a n ea r ía s de España existía de antaño de Cam bó y se ejecutaba traidotamente

ANTECEDENTES DEL D RAM A ESPAÑOL

Los “patriotas” especulaban vergonzosam ente en perjuicio de los poseedores de peque­ños ahorros, sirviendo en cam ­bio servilmente a los banque­ros y capitalistas del exterior

LAS relaciones do la plutocracia y sus omentos sorprendan al menos im-

liresionablc, poro on nigúti país ha ocu- n ido nada sim ilar o lo dado en E spaña desdo el torcer quinquenio del siglo t-ii curso. El m achihem brado do po­líticos y financieros actuaba la inev sistencia del tablado sobre el Q.ie se venia representando la farsa de Ro­bo ni'ir. U na m aniobra de Cambó, epi­sodio a añad ir a la inveterada pugna con el ouco de. Alba, habla bocho isa- casar al tan sin motivo ponderado Go­bierno nacional, y o tra zancadi/la. a ) --------------------- ----------------------——que. p res id ía Ailendesa lazar, a l co rre r agosto de mil novecientos veintiuno.

El I I del citado tnes so formó un G abinete M aura, con C ierva en ,|PI 1 ,l y Cambó en Hacienda. El nuevo Gobierno juró el mismo día on que íué de­signado, a excepción de Cambó que se hallaba on viaje de turism o [>ci os» iiaises esc andinavos, para "reponerse” del “surmenage ’ motivado por a cons litución de la CITA 1)12. inaugurada en junio del 20, y de los contratiem pos j sinsabores consiguientes a la. catas trófica suspensión de pagos —* entiéndase quiebra — del Banco de Barcelona, on 26 do diciembre del mismo año.

Hubo forcejeo. A parentem ente Cambó se resistía a acep ta r la ca rte ra de H acienda: tenía sus motivos, ya que. con o tra sensibilidad y elem ental sen­tido de responsabilidad, no poda regentar la difícil c a rte ra de H acienda quien hacia aproxim adam ente un año quedó consagrado superfinm eiero un i­versal con la "fundación.” de la CHADE, presidida por Comillas, adm in is­trador del Banco de Barcelona, quo quebró a los seis meses de tan fausto acontecim iento, no obstante el voluminoso paquete do acciones liberadas (¡up recibiera ol Banco barcelonés, como in tegrante del grupo constituyente.

P e r o . . . Cambó, de Copenhague filó por Ham burgo a B ruselas para inspi­rarse cerca el "pa trón”, y Jleinnam an le "convenció” do que debía "sacri- fc a rse ” y acepta!' la ca rte ra de H acienda, desde la que podía consolidar la ••española” CITAOE y acudir en auxilio do la quebrantada banca privada que sufría los rudos em bates de la justificada desconfianza do! público, por <•! íropozón de! T a rra sa en 14 de noviembre, el hundim iento del Barcelona el 2C. do diciem bre y el tam baleo del Centra!, los dos últim os del grupo constitu ­tivo de CU ABE.

El "sacrificio” so "im ponía”, tanto m ás cuando con 1921 expiraba el con­tra to de privilegio con el Banco de España, y el nuevo, para el futuro, po­día cocinarse do tal gu isa que ac tu a ra de eficaz ortopedia a los "c raks” ban­ca rios en lontananza. Ea cerrazón era densa en el horizonte financiero, cun­do ía la desconfianza, se acentuaría el descrédito, y el público no "tom aría” las acciones "chados" que los banqueros y prom otores habían recibido para n’.anl'T.r a los cándidos ren tis ta s c inaugurar el canal que deslizaría la gran exportación de capitales tan hábilm ente preparada.

1' Cambó... so convenció. Siem pre ha sido un sentim ental, ruando de d i­nero se tra ta : pero impuso condiciones por la mediación de Silió. su laza- r-Ho en Madrid, que el agobiado M aura acep tara en definitiva. Al fin. en 2:¡ de agosto llegó a la capital el nuevo m inistro de H acienda; desde la e s ta ­ción del Ñor le, acom pañado do Silió, nue acudió a recibirle, y en el coche del presidente (ninguna privación a! ansiado personaje), fué a las oficinas de la "l-isa. Itegionalista", y a m ediodía ya ju rab a el cargo, y de uniformo, com­plicada. indum entaria que no se im provisa, pero para el fundador de la CIIADE no existía lo imposible. .

Un detalle a subrayar no desprovisto de im portancia. El Gabinete, el mismo c ía 23, ya totalm ente constituido, coa la incorporación de Cambó, ra tiO .aba la confianza a. M artínez Anido, que seguiría desem peñando ol Gobierno Civil <!e Barcelona con las norm as de "es tric ta justic ia" en él carac terísticas f d© absoluta im punidad para los consejeros y expertos responsables de la ru ina del T arraga y Barcelona, ases en la requisa del dinero ajeno que (an ­ta s miseria», suicidios y trasto rnos m entales habían producido entro las clases inedias y »toreras de buena fe que allí habían depositado sus ahorros a tr a í­dos por 1a an tigüedad y arra igo del Banco barcelonés.

H einnam an y los com parsas españo­las de la CHADE se tranquilizaron. Desde Hacienda, se m anejaría el u ti­llaje con precisión y com petencia par.-v que "todo” ocurriese como se había planeado y convenía para m ejor pau- perizar a la economía de buena ley.

EL BANCO DE ESPAÑAE | prim er Banco oficial fué oí funda­

do por F loridablanca bajo la insp ira­ción de Calíarrlis, on junio de 1752, con 300 millones do reales como capital y bajo el nom bre de "Banco de San C arlos”. Fracasó por la ingerencia d» l;i política en su gobierno, y tra-s nue­vos ensayos y fusiones con d istin tos competidores, surgió a la economía jfi'i- biiea en 2S de enero de 1S56 el BAN- co DE ESPASA, continuador del "Banco Español do San Fernando”, con un capital de tre in ta a c incuenta millones de pesetas. En marzo de 1S74. se reorganizó con el ca rác te r do Banco Nacional y como ünico d« em i­sión en la península y adyacentes. Co­mo compensación del perjuicio oca­sionado a los bancos provinciales al re tira rles la facultad de emisión. Ri­les autorizó a fusionarse con ei Ban­co de España, por lo que ésto alcan­zó una rápida difusión, contando pres­to hasta 5,' sucursales (hoy posee 71) y un capital de 100 millones que po­día am pliarse h asta 150. La facultad em isora ten ía como topo el quíntu­plo del capital desembolsado. En ISrn, hasta s« lo autorizó em itir h as ta 1.509 millones de billetes; en 1S93, hasta2.000, y así sucesivam ente h as ta P rie­to, en octubre del 31, que lo consin­tió los 6.00!) millonea.

Bra la prudencia do arcaico pluló- crata, tradicional en la. casa, hasta que llegó a H acienda el gran ay u ­dante de órdenes del alem án H eina- man, y por aquello, en 1920 se au ­mentó el capital h asta 177 millones por la rendición de reservas acum ula­das ex traosta tu tarias, al acervo co­mún.

Así se deslizaba la v ida do la p ri­m era institución do crédito, respeta­da por doquier, e instrum ento útil p a ­ra la fu tu ra economía, cuando en agosto del 21 sufrió el “asalto" de la IV yade do financieros fracasados, con Cambó de paladín, al servicio y dic­tado do! teu tón ambicioso del teso« ro áureo, quo garan tizaba a n uestra divisa, y do la riqueza de nuestra subsuelo.

Bn 31 de diciembre expiraba el prl« vilcgio de emisión de papel jnoned^

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EL’ M A GN ATE H EIN A M A N Y LO S COM PAR SAS E SPA Ñ O LE S D E LA C H A D E SE T R A N -' Q U IL IZ A R O N CU A N D O CAM BO SE IN STA LO E N E L M IN IS T E R IO D E H A C IE N D A . ¡ D E S D E D O N D E M A N EJA R IA E L U T IL L A JE CON C O M PE T E N C IA PARA Q U E TODOS

SUS PROPOSITOS OCURRIERON SEGUN HABIAN PLANEADO CON ANTERIORIDAD i

concedido al Banco, y para logar uno nuevo, la política aviesa y calculado­ra exigiría u n a vergonzosa compen­sación que sacase del ato lladero a la banca inm oral y aven turera .

UNA LEY PARACAIDAS■ C onstituyó u n a coacción sin prece­dentes; en los anales de la h istoria económ ica la Ley de Ordenación B a r ­caria, cuyo proyecto fué leído y defen­dido p o r Cambó, su am anuense, pues- to que el verdadero au to r fué otro, en el P arlam en to el 26 do octubre de 1921, no aprobado h as ta ei 29 de d i­

c iem b re y publicado con prisa sin ; igual en la “G aceta" del siguiente día. i E l e s tad is ta ha debido preocuparse de rodear a la banca de los mayores prestigios, vigilando su\ actuación, sancionando a su d irectores respon­sables, y dando publicidad a su c a r­te ra c inversiones, como ocurre en In g la te rra y o tros países, y m edian- ¡to cuya tray ec to ria los E stados U ni­dos crearon el “F edera l Reserve" con su red entrelazada, en los momento« en que los “craks” denotaban ia. de­ficiencia de su sistem a de crédito p ú ­blico que debía liquidarse. Pero en E spaña, bajo la égida del g ran p a ­tr io ta y paladín do la “m atanza” en B olsa cuando la guerra, de las v e r­güenzas de los B ancos de Barcelona, Central y T-a.rra.sa, de la entrega de la Baíica. A rnú3 a B auer M arcbal. y de la creación de la CHADE, s iem ­pre a ten to a la s órdenes de su "p a ­trón”, debía sacrificarse la solidez y hasta "p ro stitu ir” el Banco de E s ­paña.

H agam os una som era disección de la obra cum bre do Cambó como e s ta ­dista, que no se rá jam ás im itada por otro país que ten g a un elem ental sen­tido de conservación nacional y que dem uestra cómo el plan alem án e¡e con qu ista existía de an taño y pau la tina y traidoram ente so ib a ejecutando; con­cisam ente afirm am os que creó un p a ­rásito para, el crédito nacional, y una te la raña como apósito que se apücaba p ara d isim ular los estragos de la gan ­g rena que su fría la banca privada, inmoral, av en tu re ra y especuladora.

E l proyecto fué presentado por Cambó con un discurso en el que, entre o tras lindas herejías, concretó que el rebultado do la Ley debía ser nada menos que "la organización in ­tegral del crédito en E spaña".

No puede adm itirse —decía— que "el Banco de E spaña y la banca p ri­vada actúen en Órbitas d is tin ta s”.

“U n Banco de emisión h a de ser un Banco de bancos. E l Banco de emisión ha. de ser la re taguard ia ; las ¡avanzadas! han de ser los bancos privados que lian de recib ir el au x i­

lio del primero".

Llegaba a propugnar que el BAN­CO DE ESPAS'A no pudiera descon­ta r efecto alguno ni conceder opera­ciones sin la “tercera firm a” bancaria. con el fin de que ningún particu lar

. pudieso tr a ta r con el Banco do E spa­ña sino a través de la banca privada.

Con este concepto fundam ental de! Banco canguro o del Banco nodriza, está desarro llada toda la Ley a la <iue cabría el rem oquete de “ganzúa' visando el tesoro del Banco y de “chi­chonera'* con respecto a la banc i p ri­vada.

COACCION VERGONZOSAPara Cambó nada significaba que

técnicam ente y en teoría fues? ad ­misible y deseable ja adaptación del Banco de E spaña al molde d i B an­co de bancos; su program a consistía sim plem ente en encon trar la fórmula liara sa lvar a los bancos privados, la m ayor parte quebrados o con sín to­mas de tales, y m ediante “fó rtru las ju ríd icas”, a que tan acostum brados nos ten ía el régimen burgués, verter en el Banco de E spaña todas las com­binaciones Inconfesables que m edian­te descuento, concesiones úc créditos, em presas im aginarias, inversiones “congeladas” y avales, constituían el pomposo activo cuanto irreal que h a ­cían figu rar en sus balances, obtener do 61, a cambio de la cesión m ás o m e­nos “cam ouflada” de todo esto “pu­dridero”, dinero fresco para, continuar la. fa rsa y elim inar al Banco de E s­paña como competidor.

P a ra ello, y afirm ando que se iba a c rear la “aristocrac ia bancaria”, se es­tablece la inscripción voluntaria <ie la banca privada en la C om isaría de la Banca; se da a los bancos ins-jritos una bonificación en los descuentos, respecto al tipo que reg la p a ta los particu lares; se crea un Im puesto a cargo del Banco de España, que a b ­sorbe casi la diferencia en la com i­sión bancaria a bancos y la comisión a particulares, y con ello se m ala el estím ulo que el Banco pudiera tener en operar directam ente, constituyendo un enojoso y negativo monopolio.

P a ra suavizar el revulsivo, se con­fia, sin m arcar atribuciones, al B an­co de E spaña la inspección de la banca privada, jXJique —dice— “pa­ra la p rim era institución de crédito, no puede haber secretos”, y, en cam ­bio, se nom bran tres consejeros re­presen tan tes de la banca privada en el Consejo del de E spaña que lo han in terven ido efec tivam ente , y por c ie r­to en beneficio propio y de la despre­ciable clase.

E l BANCO D E ESPAÑA tuvo una form idable c a rte ra de ren ta , consti­tuida, cual correspondía, por deuda

del E stado en su m ayor parte. En

1898 llegó su ca rte ra de valores p ú ­blicos a G63 millones, y en 1918, a 119 millones: por efecto de la ver­gonzosa ley que fustigam os, nunca-ha excedido, su carte ra de deuda del E s ­tado. de los 300 millones. C ritica C am ­bó al Banco de E spaña por haber te ­nido esta cartera , y, con tendencioso aplomo, sostiene que debe ap licar el margen fiduciario y las cuent;;-s co ­rrien tes en estim ular el desenvolvi­miento de todas tas energías econó­m icas “que vayan am paradas por la banca p rivada”.

RESULTADOSN úm eros can tan tes axioma en ho­

nesta economía; en 1921, an tes de re ­g ir la ley Cambó, el Banco de España obtuvo cerca de 120.000.000 de u tili­dades líquidas, con una circulación fiduciaria de 4.244.000.000, una c a r­tera comercial m áxim a de 2.100.000.000 y una cuen ta corriente h asta de pe­setas 942.000.000.

E n 1922, prim er año de vigencia de la ley Cambó, las utilidades bajaron a101.000.000; a 86 m illones en 1:123: 92 millones en 1924; y 97 millones en 192^, con ca rte ra com ercial do casi3.000 millones y cuentas corrientes por un exceso de 1.200.

La cifra do 120 millones de u tilida­des, no la ha alcanzado m ás el B an­co de España, no obstante crecer su circulación fiduciaria a cerca de los5.000 millones hasta 1934, y m arcar la de 5.4S6.069/350 en 15 de juiio de 11)36, últim o balance an te rio r a la in ­surrección fascista.

Por doquier igual. P or donde deam ­bulan los pa trio tas "tipo", el d esas­tre, el resultado negativo y tendencio­so, el desquiciam iento de lo só.bdo, y i-; encubrim iento y justificación lega­lizada de las mayores enorm idades y sevicias, desembocando en m iseria y privación en el hogar proletario.

Al Banco do E spaña han vellido, desdo 1921, todas las inm undicias y combinaciones inconfesables de la banca privada, que pudorosa íe r e ­sistió siem pre a una. inspección para ev itar el quebrantam iento del secreto profesional; inspección que, de haber­se practicado, le inm unizara de todo contagio que la llam ada ley de O rde­nación B ancaria ha estim ulado, o rig i­nando una verdadera septicem ia de proporciones insospechadas, tr is te s y fatales, como se d iagnosticará el día, que ya tarda, en que, norm alizado el nuevo orden colectivo y económico, se clasifique y aquila te la ca rte ra y s i­tuación bancadas. Ei p a ra entonces, hay métodos de acierto reivindicato­río, so so r te rá el escolio, el crédito co­lectivo resu lta rá afianzado, y eviden­te la form a de e s tru c tu ra r una nue­va economía.

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Ciento cincuenta mil obreros salvaron a EspañaI n m e d i a t a m e n t e después de su­

focaría la rebelión m ilitar, y aun continuando la situación difícil dé­

los días que siguieron a ella, se inició lo que a trav és de los varios mesc-s fie luciia había de ser el más »Olido puntal de la guerra.

Unos hombres, representativos de un organism o sindical, se pusieron a traza r los prim eros pasos do una por­tentosa obra; con las prim eras Mili­cias que salieron al frente de Aragón para frenar allí la Invasión del fa s ­cismo en tie rra s de Cataluña, salie­ron tam bién los prim eros tar.-jues. aquellas rud im en tarias y sencillas a r ­m as de guerra , que el proletariado ca ta tán hab ía construido. Parecía és­ta una obra desligada de la respon­sabilidad orgánica, y no era asf: E u­genio Vallcjo. delegado entonces por el .Sindicatu da la Metalurgia, ¡labia recibido la consigna de preparar las fáb ricas y u tilla jes m ecánicos e in corporarlos a! ritm o de la guerta . A C'Uos prim eros balbuceos de la Indus­tr ia que hab ía de p restig iar a C ata­luña y a E spaña, ya se m anifestó el sentido práctico y la capacidad constructiva del proletariado catalán. .Lo mismo que en la calle, tra s las barricadas o fren te a quien se alzó contra el régimen republicano, los obreros do C ataluña se hicieron re s ­ponsables del comienzo de u n í obra generadora de victorias, ¿Sabemos de aquellos prim eros d ías de m aravillosa liebre en quu "La H íspano-Suiza" y sus dependencias te transfo rm aron en cuartel general de las industrias de guerra. El obrero apartó por ua m o­mento su significación doctrinaría, y 110 se habló, como no se había hab la­do en la calle, sino de fren ar las ape­tencias del fascism o. Las sindicales borraron sus diferencias; las dos ten­dencias carac te rís ticas del p ro le ta ria ­do catalán , se identificaron plenam en­te y se responsabilizaron al mismo tiem po de la labor a desarro l'u r en aquellos talleres de "La IIispar,o-Sui- za", y en aquellas sus dependencias y oficinas y adm inistración y salas

Cataluña, que nunca pudo fabricar balas de máuser, alcanzó a producir ISO mil por día, cantidad que en medio siglo de ensayos no pudieron superar otras fábricas de la península.

de técnicos, afluyeron las prim eras in iciativas técn icas desarro lladas y responsables tam bién de la obra a ein prender; se desvivieron trabajando in ­cansablem ente, colaborando du una m anera firm e a cuan tas iniciativa» se daban por responsables.

liem os vivido, aquellas horas Inquie­tan tes en qua la figura sim pática de Valle.» rodeado de sus colaboradores eficaces, pidiendo constantem ente el consejo de obreros y de técnicas, sm agrandaba, porque era enorm e el nú ­mero de dificultades y tales el núm e­ro de inconvenientes que se ofrecían para ocupar el interés general de la guerra. Aquella situación, un poe<- desordenada, era propia de una fie- volución en marcha. La plum a no pui- de seguir, por ningún concepto, el r i t­mo inquietante de aquellas Jornada». Quince o veinte días en que solam en­te la labor desarrollada por un grupo do abnegados obreros pudo r-i'ilizai el difícil cometido; el Gobierno d»- C ataluña, y m ás concretam ente Ta- rradellas. que a la sazón era conse* j :ro de Finanzas, supo cap ta r la g ran ­diosidad de aquel inicio, poniendo .1 disposición de los com pañeros re s­ponsables cuanto fuera necesario al mejor logro de la victoria. Cuando, quince (lías después, se constitu.vó la Comisión de Industrias de G uerra in ­tegrada por elem entos m ilitares y ci­viles de probada solvencia y de amoi a la libertad, y a se encontró eaia Co­misión con un grupo num eroso de fá ­bricas en m archa acopladas a esta ne­cesidad implacable.

QUE H A B LEN LAS CIFRAS' H ablan las c ifras; en la p r im e n se ­m ana del mes de Agosto trabajaban ocho fábricas, resum iendo estas a c ti­vidades unas 150.001) pesetas de jo r­nales sem anales; cuando el 35 de Agosto se constituyó la Comisión de Industrias de G uerra, había aum en­tado el número de fábricas en movi­m iento; ci 15 de Septiem bre existían ya 2-1 fábricas, con 268.000 peseta.* se ­manales, y así, gradualm ente, su lle­ga a la c ifra actual de m ás de 300 fábricas en movimiento, que totalizan tre s millonea y medio de pesetas se­m anales, repartidas en tre Jos obreros de Cataluña, cuyo núm ero alcanza tam bién la c ifra de 150.000 trabajadores.

A parte de todas estas actividades

A los quince primeros días de la rebelión se montaron ocho fábricas de material bélico que sn setiem bre alcanzaron a ser venticuatro y hoy superan las trescientas.

y como resultado de la necesidad que imponía el trabajo de las fábricas, se hizo funcionar una m ina de ferro -m an ganoso que, con tro lada por la Confede ración Nacional del T rabajo, y siguien do las indicaciones de la Comisión do industria» de G uerra, contribuyó al mayor éxito y trabajo de los obveros.

Debemos destacar entre los prim e­ros técnicos que se ofrecieron a E u ­genio Vallejo. y posteriorm ente a la Comisión de Industrias de G uerra, a l compañero Teodoro Colomina, anti­guo m aestro de las fábricas de A rti­llería del E stado, de cuya pericia y de cuya actuación h ab las m uy elo­cuentem ente los siguientes hechos:

C ataluña nunca había fabricado b a ­las M áuser a pesar de cuanto ee ha iiicho: ni du ran te la guerra europea imdieron hacer ca rtuchería ; sólo se concretaron, y seguram ente una sola fábrica, a te rm inar las copelas del car lucho. Lo que nunca se habla logrado es hacer el acabado de una baia; en cambio, ea las fábricas naciona’es y duran te un período de 15 años no se logró elevar la producción a m ás allá de 150.000 cartuchos diarios. Iloy C a­taluña, y tfn prim er térm ino por la colaboración d irecta del com pañero Colem ina, ha podido llegar al p ro ­medio diario, y aun aum en tar este prom edio, que no p u d ie ra log rar, repe timos, las fábricas de) resto de la n a ­ción en casi medio siglo.

E ste es un detalle elocuente de la labor desarro llada por los colaborado­res técnicos, secundados adm irab le­mente, y con una a lta comprensión so­cial por los miles de trabajadores que intervienen en la difícil tarea.

C ataluña ha tenido qu«3 im provisar esta Industria, sin planos ni an tece­dentes; el sentido de adaptabilidad del proletariado cata lán ha. podido cons* tru ir desde el cartucho h as ta los mo* lores de aviación, pasando por caño* ncs. por tanques, por proyectiles, pof bombas de aviación y, en fin, no tu» vo dificultad a lguna en la labor da todo aquello que es en la g uerra ele-

produciendo armas para enfrentar la rebeliónDOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 27— 187

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rriento p rim ordial tan necesario «I en­tusiasm o y acom etividad.

L a Comisión de Industrias de Gue­r r a fué constitu ida en la siguiente tu rm a: tre s técnicos m ilitares, rep re­sentados por el coronel Giménez do la B eraza y por los delegados de av ia ­ción, cap itán Arizón y com andante R am írez de C artagena. P or Industrias Químicas, asum ió la Delegación el com pañero M anuel M artí, g ran prestigio con federal y luchador Im penitente, que tan to bien hab ía desarrollado en orden social. Como delegado del de­partam en to de Aprovisionam iento, se nom bró a M ariano M artín Izquierdo, tam bién de probada solvencia confe­deral y activism o. Juan Deulofeu, unu da los técnicos do L a M aquinista T e­rre s tr e y M arítim a, in teg ró e s ta Co misión, que e ra p resid ida por et polí­tico ca ta lán , de lim pia e jecu to ria , T«i rradellas, a la sazón consejero do Fi - n anzas. E l sec re ta rio delegado de di cha Comisión fué Eugenio Vallejo. quien desde el p rim er momento im pul­só la Ind u stria de G uerra y que tenía que ser el vértice obligado de todas aquellas actividades, puesto que du­ran te los días y con su in ic ia tiva y actuación tuvo que responder a la re s­ponsabilidad que probaba su com pe­tencia y su dinam ism o. Taradellaa delegó en Josó Quero la rep resen ta ­ción de F inanzas en la Comisión.LAS RELACIONES CON MADRID

A últim os del mes de Septiembre, una delegación de la C om isión se tr a s ladó a M adrid con objeto de ofrecei a l G obierno de la R epública la obra de C ataluña. C ataluña podía producir m a te ria l de g u e rra p a ra el res to de E sp añ a ; e ra necesario , pues, u n a coo peración de con junto en tre el Gobier­no cen tra l y C a ta lu ñ a . Se in ic iaba con sólidas bases, lo que tan to bien po­día producir p a ra el térm ino feliz de la guerra. No dió resultado esta ges­tión, pero, de todas form as, cuantas veces el Gobierno cen tral ha requeri­do a la Comisión de Industrias de Guerra, ésta respondió plenam ente al llam am iento. T an es así. que se rem i­tieron partidas de cartuchería , d - pro yectiles, m aterial sanitario , etc., y fué enviado a la prim era orden, parque entendía e s ta Comisión que, aun c ia n ­do las gestiones no hubieran dado re ­sultado, t i cum plim iento del deber obligaba suped itar a la guerra todas las actividades de la misma.FABRICAS, UTILIDADES Y OBREROS

Difícil e ra crear fáb ricas especiali­zadas en esta clase de m aterial, cero el sentido adaptable de los técnicos y del proletariado facilitó el tránsito de las fáb ricas y del u tilla je , sin per dar su carac terística original. Se pro­dujeron inm ediatam ente cuantos m a­teria les fueron precisos, entendiendo la Comisión, que de haber supeditado la m aquinarla en su to talidad a estas necesidades de guerra, el d ía de m a­ñ ana quedaba destrozada en parte la economía do C ataluña, y así dn esta m anera, vein ticuatro horas después de

Cataluña Fabricó Armas para Todos los Frentes de la Guerra en Españaterm inada la lucha, las fábricas los talleres, las m áquinas, los útiles y los obreros volverán a responder a au ac ­tividad carac terística y de aquellas Cactorías de donde ha salido m aterial do guerra, surg irán de nuevo ¡as m a­ravillas de confección que tanto p res­tigio y ta n ta riqueza ha dado a la re ­gión ca ta lan a .

L as d ificultades de adaptación fue­ron enorm es y se vencieron sin des- liacer la m archa norm al de fábricas y salieres. Se ha creado una conciencia obrera, porque los obreros piensan y actúan por su in iciativa personal, y ¡a sum a de todas estas Iniciativas y actuaciones, da la consecuencia adm i­rable y el resultado maravilloso de 300 fábricas en movimiento, que pro­porcionan los elem entos necesarios para los frentes.

A pesar da la fa lta de m aterias, la producción aum entó considerablem en­te en seis meses. C ifras y gráficos responden a esta afirm ación. Una ele m ental discreción de responsabilidad nos veda dar estos datos y estas c i­fras, pero sí que nos in teresa nacer constar p ara que llegue a oídos de los facciosos, que C ataluña se basta a sí m ism a y no solamente puede pro ducír m aterial de guerra para sus fren

n cc*ot\.<«1 Of l* AG«U*ACVÍW04 ruU&kl M «MAMO«c* wtrv*D« U 5* S lT lt lo n «0 b» p*<jtMdo «X ■tgulont» O fialo 3U« tr ta v e r lb c i

KX Exoao S r . O eaenlfsiiD O d« lo» l j « r c l t o s KaeLo&ftl«« h* qu« no tu »Ir* * •sp le u r M «a alagun* e l u e da coaunlotAo « to r i la « w t & l tranmltlda por «utlquler aodio, qu» m » lnciu*© *n o i f r s -do*,t%» PÄi&hrM " l u l l v w " "JttMMdt* u »tra» «nalogeui qu® anolarren lg u a l Ido*.*«! oomo ttmpoio •« die* ’mudilö t* l o cu*T',ouandQ * t« l o ouäI* tw»»n quer lUrteminon

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C lP T ta S tn 08 LA 5» BAKÄTUl.-fTBTOS.'

Documento militar-fascista halla­do en las trincheras conquistadas en Belchite y que muestra la in­tervención directa y prepoderan- te de Alemania y de Italia en la cruzada del general Franco y su recua de secuaces.

tes na tu ra les de Aragón, sino qu« Ade­m ás tiene preparado y lo tiene lodo organizado pare do tar y sum in istrar a los frente* de E spaña del m aterial necesario a la guerra,

I>a Comisión de Industrias de Gue­rra tuvo a su cargo desde el prim er momento, la intervención de m etales en toda C ataluña; la m ovilización de las fábricas, los perm isos de im por­tación de las prim eras m ateria« y el control de las fábricas. N o noa can sa­rem os de re p e tir que to d a e s ta labor desarro llada duran te m eses ha sido debida a la prestación personal de un hombre de acero, enérgico y hum a­no: Eugenio Vallejo y sus 00d o r a ­dores, calibrando la mism a r<iiponaa- büidad, técnicos y obreros han con­tribuido al m ayor éxito de esta em ­presa. Seguram ente que el concepto sindical de cada traba jado r se ha do­blegado al Im perativo del deber. En los ta lleres y en las fábricas, d u ran ­te estos m eses de actividad, de fe­bril actividad, con jo rnadas de 66 lloras sem anales, no ha habido una sola discusión, no surgió un solo con­flicto, y es porque al concepto doc­trinario de cada obrero se im ponía la reflexión del trabajo , y ha sido posi­ble que, 150.000 trabajadores, siguien­do las indicaciones de sus Comités responsables, da los técnicos y de la Comisión de Industrias de G uerra, que a tend ían en todo mom ento cuan tas di­ficultades pudieron ofrecerse, hayan podido de ja r una obra realizada, tan solida y de tan to prestigio, que cuan­do m añana la H isto ria pueda hab lar c laram ente de este hecho, quizás no haya plum a ni haya ingenio oapaz de re f le ja r la g rand iosidad de lo que se ha realizado.UN PUEBLO ASI HA DE VENCER

L as batallas y las revolucione* no se ganan solam ente con el .entusias­mo y la acom etividad. D esgraciada­m ente los elem entos de destrucción, determ inan la victoria, y en este caso concreto, E spaña, la República espa­ñola, C ataluña y el proletariado ca ta ­lán, han sabido dar grandiosidad a su gesta, culm inando en esta organiza­ción que no ha tenido carác te r d¿ ne­gocio (como lo tuv odurante la gue­rra europea), porque los obreros han llegado al lím ite de su sacrificio, exis­tiendo casos concretos de fábricas, donde prim ero vaciaron sus cajas p a ­ra el pago de jo rnales y después se incluyeron en nóm ina, sin especula­ción ninguna, tan sólo por el palarlo establecido previam ente. C ataluña pue de producir, siem pre y cuando las m aterias prim as no le falten, y repe­timos, y repitirem os siem pre que no «e dejó de responder al llam am iento del Gobierno central, cum plim entando sus órdenes; cuan to se ha pedido se ha ofrecido. Y term inam os estas li­ncas afirm ando que con la colabora­ción del esp íritu de sacrificio del p ro ­letariado cata lán , sin distinción de m atices ni de in ic iog ram as, se h a pu dido lograr e s ta obra gigantesca.

(Del libro "De Julio a Julio".

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Una entrevista de M ANU EL NO G ARED A al ex ministro de laC.N.T., J. García Olivet

El Problema de la Justicia es un Problema de Equidad SocialAL co rre r de los años,

cuando se juzgue desapas ionadam en te a los hom bres de la revo­lución del 36, se d irá :

“H ubo u n a vez un m i­n is tro de Ju s tic ia que tiabía sido p resid iario ...”

Y en tonces volverán a co b ra r valor la s pa lab ras con que despidió al año liberado*- J u a n G arcía Oliver. definiendo 10 que debía se r la ju s tic ia po­pu lar en esenc ia : "La sociedad que no ap rec ia en el m ism o g rado la v ida de todos los hom ­bres, no es u n a sociedad ju s ta ” .

Y se reco rd a rá au paso por el m in is terio de J u s t i ­c ia como un a la rd e de é tica , de buen sentido, de in te ­ligen tes m odernizaciones y. sobre todo, de h u m an ita r is ­mo bien en tendido y m ejo r practicado .

“L a ju s tic ia ha vuelto al pueblo, después de h a b e r­se lib rado del profesionalism o". Y el pueblo llevó a la función a u g u s ta m ay o r sensibilidad, esp íritu hum ano m á s acusado, repud iando la o b ra a rb i tr a r ia que e je rc ie ­ron d u ra n te m uchos años los m ag is trad o s y jueces a ta ­cados de m an ía lega lis ta , in sp irándose m ás en la le tra de la ley que en su in te rp re tac ió n social. Que, en re a li­dad, como afirm ó G arc ía O liver, el p roblem a de la ju s tic ia es un p rob lem a de equidad social.

“T oda E sp añ a h a sido un presidio. Todos hem os e s ­tado p resos d u ran te años y años; y han sido los g ra n ­des carceleros, el m ilita r , el obispo y el p lu t ó c r a t a . . . ” Suenan a g lo ria esas afirm aciones. Fueron, luego de ja ­ron de ser. Se avanzó considerab lem ente en orden a las conqu is tas ideales, g rac ia s a l a fá n renovador del pueblo, dueño y seño r de su s destinos. E s to aquf, en la E spaña repub licana donde prevalecen los designios de la clase tra b a ja d o ra . A llá, en la 2ona f ra n q u is ta pers iste el presidio sin lím ites.P e rd u ra — lo ha a firm a ­do en su y a fam oso libro Hoy F e , A ntonio R uíz V ilaplana, sec re ta rio del Juzgado de Instrucción de B urgos — la ju s tic ia an tig u a esclav izada; la ju s tic ia nueva c read a con fin basta rd o ; la ju s tic ia desp rov ista de toda g a ra n t ía de publicidad.

T al h a sido y es el pan o ram a de e s ta au g u s ta función y P oder en la E sp añ a naciona lista .

Sólo así se conciben m uchas de las cosas acon tec i­das en el cam po faccioso.

La justicia de G arda OliverL a C onfederación N acional del T raba jo no c rea ído­

los. Im pone una disciplina, a la que se han sac rif ic a r to ­dos los a fan es persona lis tas, las b a s ta rd ía s de la no to ­riedad y el am o r propio. E x ige de cad a uno de sus m iem bros desin terés, e sp íritu de sacrific io y am or al trab a jo .

Im buido en esos princip ios fué G arcía O liver a re ­

g e n ta r el m in isterio de Justic ia cuando se p ro ­dujo el hecho h istórico que llevó a la C onfedera­ción a co m p a rtir las res* nonsabilidades del go­bierno con los dem ás grupos an tifa sc is ta s .

G arc ía O liver dem os­tró cum plidam en te que ‘p a ra tra b a ja r , para ser fecundo, p a ra se n ta r las bases de una ju s tic ia su ­perior, que coloque la rea lidad su b je tiv a h u m a­na por encim a de los convencionalism os y de tas conveniencias socia­

les, p a ra t r a z a r las g ran d es líneas de un nuevo concepto de la ju s tic ia regu lado ra de la s relaciones en tre los hom ­bres, no son precisos títu lo s académ icos ni u n iv e rs ita ­rios. G arcía Oliver, obrero del Fabril, con su g ra n cu l­tu ra y su enorm e experiencia de luchador y de hombre, tiene p a ra ello títu lo s legítim os y hum anos. Y ahí que­da su o b ra viva, que p e rd u ra rá , po r m ochos que sean los esfuerzos de los que le sucedan, encam inados a des­tru irla .

Así lo a firm ó la C . N . T . en un docum ento públi­co.

A h o ra veam os cuál fué la Ju s tic ia de G arcía Oli­ver. E l m ism o se e n c a rg a rá de defin írnosla.

— A l lleg a r a l m in is te rio de Ju s tic ia — a firm a G ar­cía O liver defiriendo a n u e s tra s p re g u n ta s — m e obse­sionaba una so la idea: Q ue E sp a ñ a necesitab a ap rove­ch a r el enorm e tra s to rn o de la g u e rra civil p a ra verte- b rarse y que ún icam ente la Ju s tic ia deb ía se r la colum ­na verteb ra] de la E sp añ a nueva que n ac ía como réplica adecuada a las to rpes am biciones de los m ilita re s su ­blevados.

‘Mi ob ra respondió a valores colectivos que yo ca ­nalicé, utilizando todos los elem entos de valía que encontré en el m inis­terio o que llevé a él p a ­ra con tribu ir a l p erfec­cionam ien to de la J u s t i ­cia popular. Todos, des­de el p residen te del T r i­

bunal Suprem o h a s ta el ú ltim o u jie r del m in is te rio de Ju s tic ia , in te rp re tan d o las ansias renovado ras de la E s­paña nueva, trab a jam o s sin desm ayos ni tib iezas. S i la labo r fué á rdua , los fru to s fueron m agníficos. Y conste que a l a firm a rlo a s í no pongo ja c ta n c ia en m is palab ras, -sino el a fán de ren d ir ju s tic ia a los que fueron m is co­laboradores.

A l llegar a ese pun to de su re la to , m a rc a G arcía O liver una p au sa pro longada. C onsu lta u n as fichas qu« tiene a m ano y co n tinúa su n a r r a c ió n .

—E l 24 de noviem bre ap arec ió en la G aceta el pri> raer D ecreto im p o rtan te que di a la s p rensas. Se d i» ponía en él que todos los c iudadanos podían com parece* por sí m ism os, representándose? y cuidando de su p ro ­pia defensa a n te cualqu ier tr ib u n a l de la nación.

“No he de po n d erar la trascen d en c ia de esa m edida

í El activo ex ministro, durante su gestión, otorgó ca- I pacidad jurídica a la mujer; combatió la especula- | ción comercial; creó campos de trabajo para los re- ¡ cluídos; suprimió el arancel judicial; decretó una am- I nistía para los presos por los hechos del 19 de julio; ¡ autorizó a que los detenidos se defendieran ellos

mismos sin intervención de abogados; legalizó la adopción de menores y las uniones libres; amplió las funciones de los Tribunales Populares como úni­ca justicia militar y civil, y creó las Escuelas Po­pulares de Guerra, forjadoras del Ejército Popular.

“ Hubo un M inistro d e Ju s t ic ia que H abía Sido P re sid iario ...”

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C on fratern id ad en tre cam pesin os y so ldados d el puebloEL C om isarlado de G uerra h a organizado en los fren te» de A ragón una quincena Intensiva de co n fra le r-

n ización en tre el Pueblo y el E jérc ito . E n el cu rso (le las c itad as dos sem anas, 110 sólo se ce lebran acto i o ra to rio s , sino que, e s ta vez, la p ropaganda h a sa ltado de la pasividad y ha ganado la acción.

¡A yudad a l cam pesino! — ha sido la consigna m a d re de e s ta quincena. C onvivir con el pueblo a lo largo de e sa s dos sem anas, ayudándole en la siem b ra de la p róx im a cosecha. P re s ta r le los brazos que necesita p a ra reco g er la co se c h a 'd e la oliva, que es sag rad a , p o rque ella so la rep resen ta 70.000.000 de pese tas , qu.- son m agn íficas d iv isas con que ad q u irir a rm as y m un iciones p a ra a ta c a r en los fren tes h a s ta vencer a lo¿ invaso res que ho llan n u es tro suelo p a trio .

C onstru irle refug ios con los que ponerse a c u b ie r to de las b ru ta le s em bestidas con que el fascio pone en p rá c tic a la “g u e rra to ta l i ta r ia ” en la s poblaciones do la re tag u a rd ia .

R ep ara rle las c a rre te ra s , destrozadas b a s tan te s de ellas po r un año y m edio de forzoso descuido.H ig ien izarle los pueblos en que vive, lim piando las acequias y balsas.E sa s han sido la s consignas em anadas, cuya p u e s ta en p rá c tic a ha sido en tu s ia s tam en te llevada a t é r ­

m ino por n u es tro s soldados, que en una proporción de noven ta y cinco por c iento se han ofrecido^ vo lun ta ­riam en te a em p lea r su s descansos en t r a b a ja r p a ra e! pueblo. (D® “25 D ivisión",

que pon ía té rm in o la ob liga to riedad de la in tervención de abogados y p rocu rado res de oficio, duchos en a rtim añ as no siem pre afines a la causa de la Ju s tic ia .

“Siguió el D ecreto-Ley del 12 de diciem bre, encam ina­do a c o r ta r los abusos de los ag io tis ta s que ac tu ab an c o n tra el pueblo, elevando abusivam en te los precios de los a rtícu lo s de consum o. Se estab lecieron penas severas, con án im o de que la sanción estuv iese equ iparada a l d a ­ño que o rig in ab an la s tu rb ia s m aquinaciones de los co­m erc ian te s sin conciencia.

“E l 22 de diciem bre — con tinua diciendo G arcía O liver — fué publicado el D ecreto cancelando los a n te ­cedentes penales po r los delitos com etidos con an te r io r i­dad a l 15 de julio de 1936. Me p ropuse con e s ta m edida a b r ir cam inos de redención a cuan to s qu is ieran rehacer su vida, an im ándoles p a ra que se ad en tra sen en la sen­d a de la u tilid ad colectiva.i “Vino luego una de la s m edidas renovado ras que re ­c lam aba con m ay o r im perio la adm in is trac ión de J u s ti­cia, que e ra c a ra y m a la en razón del fundam en to del procedim iento seguido : los fam osos arance les de pe rcep ­ción, único em olum ento legal que correspondía a los se­c re ta rio s y al personal de las S ec re ta ría s . E l dia 31 de diciem bre fué sup rim ido el a ran ce l judicial. ; No e s tá ­bam os haciendo una revolución p ro le ta r ia ? ¿Q ué menos podía hacerse que p ro le ta r iz a r a los funcionarios de Ju s ­tic ia ? P e ro es que la m edida ten ia m ayo r alcance, por­que s i la Ju s tic ia e ra pausada e inm oral en su desarrollo e ra po r conveniencias del Secre tariado , in teresado en p ro lo n g ar citaciones, acu m u lar papeles, m uchísim os p a ­peles, porque cada citación, cada legajo de papel ten ía que p a g a r en concepto de a ran ce l una sum a am onedada.

“E l 19 de enero se aprobó un D ecreto que m e au to ri­zaba p a ra p re sen ta r a las C ortes un proyecto de am n is­t ía to ta l, que fué prom ulgado el 25 de enero. Con esto se legalizó la situación de los presos que hab ian sido ex­carcelados el día 19 de julio, y se puso en libertad a los que v iv ían reclu idos en la s cárceles del P a ís Vasco, r e ­ten idos a p e sa r de todas las indicaciones que hab ian he­cho al G obierno autónom o las fuerzas populares.

“E l d ía 4 de feb rero fué hecho público el D ecreto o to rgando capacidad ju ríd ica a la s m ujeres, avance con­siderab le dado a las re iv indicaciones fem in istas , en p re ­m io ju s tic ie ro de su apo rtac ión a la o b ra revolucio­n a rla . ¿C u án ta s m u jeres de E sp añ a se han en terado de que desde el 4 de feb rero son m ujeres lib res? Porque se daba el caso absurdo de que una m u je r c asad a pudiese se r a lcaldesa, d ipu tado , m in is tro que hiciese leyes, pero que e s ta b a m ed ia tizad a en orden a funciones esenciales com o son v ia ja r, ob tener pasapo rte , c o n tra ta r , adm in is­t r a r su s bienes. E ra n de hecho, las m ujeres, u n as e sc la ­v as a la s que, p a ra deslum brarlas , se les hab ían conce­dido los derechos políticos. A l o to rg árse les la p len itud de Jos derechos civiles se ias liberó de la s tu te la s que las m ed ia tizaban .

“S iguieron, el 13 de abril, los D ecretos legalizando la s adopciones de m enores y la s uniones lib res de los m i­licianos m u erto s en la lucha co n tra el fasc ism o; y, por últim o, el 13 de m ayo, el D ecre to que am p liaba las fu n ­

ciones de los T ribunales P opulares, m anteniéndose la ju risd icción única, el fuero único, la Ju s tic ia del pueblo, igual p a ra todos, fueran m ilita res o paisanos. Q uedaron exceptuados y som eticos al fuero de g u e rra los delitos com etidos po r los m ilita re s en ac to s de servicio.

Los campos de trabaio—H e om itido vo lu n ta riam en te el D ecreto creando

los C am pos de T raba jo , publicado el 28 de diciem bre, del que hab la ré ah o ra en de ta lle — a firm a G arcía O li­ver, continuando su relato .

“Los C am pos de T rab a jo respondían a una necesi­dad im periosa: e v ita r que la población penal co n stitu ­yese u n a ca rg a excesiva p a ra el E stado . Se p re ten ­día, adem ás, d ign ificar la e stan c ia de los reclusos, en ­cauzando sus activ idades de m an era que rep o rta sen be­neficios ú tile s a la sociedad. E n el Cam po de T rab a jo de T o tana. prim ero que quedó instalado, cam pea e s te le ­m a: “T ra b a ja y no p ierdas la esp e ran za” . E sto es, se inducia a la acción como base de la liberación fu tu ra , que en c ie r ta m anera puede se r ob ra del propio recluso.

“E n los C am pos de '.Trabajo, cad a segundo de la v ida del recluso rep re sen ta una emoción de sus pasiones generosas o m alas, o de sus vicios E l tra b a jo fecundo puede se rv ir de reg u lad o r a los in stin tos, subord inándo­los a las exigencias m a te ria le s inm ed ia tas. Sostener la m oral y e levar el esp íritu del recluso, llevando a él los gérm enes ilusionadores de la esperanza, equivalen a con­q u is ta s de g ran v a lo r en la te rap éu tic a social. P a ra lo­g ra r esto se crearon los bonos de cancelación de pena, que, partiendo de u n a asignación insignificante, seguida de períodos cortos de libertad , llegan h a s ta d e te rm in a r la reducción de la condena en un año p a ra aquellos rec lu ­sos cuya buena conducta y am or al trab a jo les perm i­tió ob tener cincuen ta y dos bonos, otorgándoseles, ad e ­m ás, c incuen ta y dos días de libertad .

“ N i en la legislación no rteam ericana ni en la prop ia legislación sov iética se ha llegado a tan to , y esto es p a ­ra noso tros un tim bre de orgullo, y a que evidencia el e sp íritu de clem encia y de equidad que movió al pueblo al c rea r su Ju s tic ia ,

Las escuelas popula res de guerra,— MI gestión m in isteria l no se red u jo a la gerencia

del m in isterio de Ju s tic ia — a firm a G arcía O liver — . P.e- querido por el m in istro de la G uerra tuve que a fro n ta r el trab a jo creador de las E scuelas P ap u la res de Gue­r ra . L a de C ata luña , de la que ya le hab lé p ro lijam en­te, funcionaba con ritm o perfecto . Dos m eses m e b as­ta ro n p a ra poner en m arch a cinco E scue las de G uerra, de las que salen cada dos m eses prom ociones de tre s mil oficiales. L lam é al pueblo, exigiendo de los a sp iran te s 1 oficiales los conocim ientos e lem en ta les que podían sei indispensables. Les m andé a la s E scuelas sin p a g a r m a­trícu la , sin p ag arse el vestido, sin p a g a r los estudios. Y, adem ás, les dim os doce pese ta s y m edia d ia r ia s p ara que, si e ran casados, pud ieran so s tener a su s com pañe­ra s y a su s hijos, com plem entando así la o b ra revo lu­c ionaria de rea liz a r la s ilusiones del p ro le tariado .

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t i D E A S T U R I A S N O S V I E N E L A L U Z

En la Revolución Asturiana Nació el Espíritu de Unidad de los Proletarios Ibéricos

Fué un movimiento de represión para anular el espíritu revolucionario de la C. N. T. y la F. A . /. y poder separar así a las fuerzas obreras

r.V 1934, ta lló la m an iobra hábil- “ m ente p rep a rad a de sep a ra r a l pro letariado, p a ra m ejor vencerlo La plutocracia je su ítica urd ió lad ina­m ente la provocación a las m asas revolucionarias, pensando que el m e­llo m ás etica?, p a ra an iqu ila rlas era prevenirse a tiem po, to m ar por so r­presa el Poder, ten e r en las m anos lo dos los medios represivos del l i s ta ­do, para d esa rticu la r la Revolución, ap lastándola d e fin itivam en te . /‘.Có­mo se podía conseguir e s ta fina li­dad? Iniciando p rev iam en te u n a po­lítica de represión co n tra los t r a b a ­jadores de la C. X . T. en aquellos sitios donde ten ía fu erzas m avorita- rias. C ata luña fui; uno de ellos.

Dos personajes s in iestro s servíais a la reacción en B arcelona: B adía v Dcncás. H a s ta ho ras an tes del 6 de octubre, d u ra ron los apaleam ien tos contra los an a rcosind ica lis tas en la Je fa tu ra de P o lic ía . L a persecución con tra la C. N. T. no ten ia o tra f i­nalidad en C ata lu ñ a que a p a r ta r la de los dem ás sec to res políticos y so­ciales, enfren tándolos, p a ra que, al su rg ir la Revolución —p re tex to p a ra qu ita r a C a ta lu ñ a su s libe rtades,— herida en lo m ás hondo de su esp í­ritu y tem erosos, los que en la .som­bra p rep a rab an la m an iobra , de que la C. N. T. se ap ro p ia ra y d irig ie ra la Revolución, que e ra ta n to como tener asegu rado el tr iu n fo por ade­lantado .

L a fig u ra tenebrosa de D enciis irá

E L “ U .H .P .” ASTURIAS FUE LA EXPRESION Y E L PENSAMIENTO DE LA CLASE OBRERA

unida en la H is to ria de la R evolu­ción española a la de C asares Quiro- g a . A m bos de idén tica psicología y ac tuac ión . Lo que hizo H eneas el (i

de octubre en B arcelona, lo rem edó C asares Q uiroga en M adrid en 1« noche del 18 a l 19 de ju lio de 1936. Se parecen como g o tas de a g u a . E s ­

pectacu lares , p rovocadores, ja leado- res do una Revolución que no sen ­tían , Irreso lu tos y, fina lm en te , “so r­prendidos” por los acon tec im ien tos, huyen acobardados, dejando paso a la reacción .

E s tá to d a v ía ca lien te la san g re ('.orram ada p a ra que podam os e sc r i­bir cuan to pensam os sobre el p a r t i ­cular, s in que su r ja n los obstáculos que im posib ilitan en ju ic ia r estos su ­cesos, po r la relación que tuv ie ron con personas que a c tú a n en la v ida púb lica . D ejem os, pues, a l h is to ria ­dor fu tu ro que d iga lo que hoy e s tá en la. conciencia de to d o s . B ástenos por ah o ra recoger som eram en te e s­tos aspec to s in te resan tís im o s de la h is to ria de la Revolución que e s ta ­mos viviendo, ind ispensab les p a ra ca­ta lo g a r los sucesos en la fo rm a que lo venim os haciendo.

LA UNIDAD PROLETARIA. GA­RANTIA DE LA REVOLUCION

La Revolución de O ctubre de 1934, provocada por las derechas desde el Poder, tuvo u n a repercusión en la m arch a de los acontecim ien tos, In­sospechada p a ra sus in stigado res. En general, la s cosas sa lieron como lo pensaron . P o r f a l ta de p reparación y de tiem po, debido a la so rp resa que significó la to m a del Poder por las derechas, u tilizando de nuevo como in s tru m en to a L erroux , la Revolu­ción abo rtó de m om ento, pero dejó

LAS DERECHAS EN E L PODER DIERON ORIGEN CON FRIA PREM EDITACION

AL MAGNO HECHO31— 191 DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA

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La unidad de acción, de m an­do y de responsabilidad del proletariado de la C. N. T. y de la U. G. T., salvará la Re- /olución y ganará la guerra.

un ra s tro y lina orientación, que f a ­ta lm en te habían de producir, cuando estu v ie ra en sazón, el m agn ífico m o­v im iento ac tu a l, prólogo de la g ran tran sfo rm ación e sp añ o la .

A unque en A stu ria s no se huhle- so producido o tro hecho que la unión espon tánea y firm e del p ro letariado , a l g rito lanzado com o consigna de g u e rra revo lucionaria: “ ;U . H. V.” !, podía da rse por bien em pleada la san g re v e rtid a y el dolor de aque­lla trag ed ia , que ta n honda huella dejó en el esp íritu revolucionario dei pueblo españo l. E n C ata luña la reac ­ción pudo tr a b a ja r h a s ta conseguir a is la r del m ovim iento revolucionarlo a la C onfederación N acional del T ra ­b a jo . E n cam bio, estuvo presen te en A stu rias, donde los enem igos del pue­blo no la esp erab an . Se les escapó e s te “pequeño detalle'*, que hab ía de te n e r ta n pro funda repercusión. Al b ro ta r del fondo de los pozos m ine­ros, los tita n e s , con la c in tu ra rodea­da de cartuchos de d in am ita , se en ­co n tra ro n con los b razos fra te rn a le s de los hom bres de la C. N. T . y un i­dos en un pensam iento y en la acción revolucionaria se lanza ron fie ram en ­te a la pe lea . N adie sabe todavía quién lanzó el g rito de g u e rra : “ ¡Unión, herm anos p ro le ta rio s” ?. P e ­ro lo indudable fué que aquella con­s ig n a fué la base y el com ienzo de la g ran Revolución Ibérica que está conm oviendo a l M undo.

E s ta b a en pié en A stu ria s “L a Ro­ja ” , rep resen tad a por ios tra b a ja d o ­re s de la C. N . T. y de la U . G. T. y, m ien tra« e ra sofocado fácilm ente el conato de revolución en toda E s ­paña, aquella región tuvo que ser Invadida por el e jército de la p lu to ­c ra c ia jesu ítica , que a i final no ven­ció, sino que pactó , pues los m ine­ros, convencidos que el m ovim iento hab ía fracasado , no quisieron prolon­g a r u n a lucha que hubiese durado m uchos m eses, ev itando con ello in ú tiles d erram am ien to s rte san g re .

A este a c to de generosidad con­te s tó el G obierno L errouv con la m ás d u ra de las represiones, donde se pu ­so a l descubierto la ferocidad e ins­tin to s m alvados de la sociedad cap i­ta lis ta -c le rica l, que ten ía en sus m a ­nos ios destinos de E spaña y de la

R epública, e terno baldón para las clases d irigen tes, que una vez m ás dem ostra ron su m orbosidad vesánica y la perv ertid a educación que h a p ro ­yectado , sobre la v ida españo la , la deshonrosa leyenda n e g ra que nos a p a r tó d u ra n te siglos del concierto de las naciones civ ilizadas.

' RAICES DE LA REPRESIONEl 13 de ab ril de 1930, N iceto AI-

Apunte Histórico de “ Solidaridad Obrera” de Febrero 7 de 1 9 3 7ca lá Z am ora pronunció en el T ea tro Apolo de V alencia un sensacional d is­curso, declarándose republicano . El que al afio ju s to hab ía de se r jefe del E stado con la R epública, decla­ró que se a p a r ta b a de la M onarquía “porque el régim en desconocía los derechos de la personalidad hum ana, suspensos, incluso aquellos de e le­m ental civilización, como la g a ra n ­tía penal p a ra que nadie pud iera ser castigado, sin la aplicación de la co­rrespond ien te ley . Los hom bres de orden y de m editación no podemos desconocer el am bien te republicano que se vive en E sp añ a” .

Y añ ad ía : “ U na R epública viable, gubernam en ta l, conservadora, con desplazam iento h ac ia e lla de la s fu e r­zas g ubernam en ta les de la m esocra- cia y de la in telec tualidad española, la sirvo, la gobierno, la p ropago y la defiendo. Y vá is a decirm e, a lgunos: “ ¿C on el arzobispo de V alencia” ?. Sí, y con el cardenal de Toledo a la c abeza que es m ás, en todos los a s ­pectos de je ra rq u ía y de reacción” .

E s ta era , en sín tesis , la R epública que se elaboró en casa del D r. M ara- ñón, en la m añ an a del 14 de abril de 1931, en tre el conde de R om ano-

nes y el que fué su sec re ta rlo p a r t i­cu la r y ex m in is tro rom an o n lsta en varios G obiernos de la M onarquía, N iceto Alcalá. Z am ora . Los elem en­tos de izquierda que defendieron e im pusieron fina lm en te su can d id a tu ­ra p a ra el ca rg o de P res iden te de la R epública, sab ían de an tem ano la c lase de político a quien en treg ab an la dirección de la R epública. A lcalá Z am ora, adem ás de católico reaccio­nario , ten ía fam a de se r el m ás in ­tr ig a n te de los políticos del viejo rég im en.

No pueden a le g a r ignorancia p a ra ex cu sar su responsabilidad a n te la H isto ria y la trag ed ia que E spaña es­tá viviendo en esto s m om entos, por se r ellos los responsahles d irectos de la sang re que se e s tá derram ando en los cam pos de b a ta lla . A lcalá Za- m ora no ocultó nunca su pensam ien­to, a p esa r de lo cual se le nom bró p residen te del “C om ité R evoluciona­rlo”, pasando después a serlo del Go­bierno P rovisional de la República, asum iendo la función de jefe de E s­tado .

EL ESPIRITU CONTRARREVO­LUCIONARIO DE LOS PROTEC-

TORES DE ALCALA ZAMORAA l d iscu tirse en el P a rlam en to la

cuestión relig iosa, po r no tra n s ig ir en éste , ni en o tro s extrem os, d im i­tió, decla rándose rev ision ista de la C onstitución que e s tab a elaborando el P a rlam en to , cuando sólo llevaba aprobados 26 a rtícu lo s . A quién

Las dos grandes Sindicales han de encuadrar en sus filas a todo el proletariado ibérico, ; asumiendo la dirección econó- j

mica y política del país. I

podía, pues, e x tra ñ a r que A lca lá Z a­m ora s irv ie ra desca rad am en te desde la Presidencia de la R epública los in ­te reses de la p lu to c rac ia y de la reacción ?

Los que sostuvieron a A lcalá Z a­m ora en el Poder, y por acción d i­rec ta u n as veces y po r om isión o tra s de jaron hacer, con tribuyeron a d es­vían la Revolución d em ocrática pe-

m ieñobnrgucsa del 14 de ab ril, con­tribuyendo con sus e rro res a que la p ro te s ta nacional en érg ica y v igoro­sa de octubre de 1934 co n tra el Go­bierno L erroux y “ Acción P o p u la r” no p lasm ase en una de tipo nac io ­nal; y fueron finalm ente los que en 193B, conociendo el lev an tam ien to de M arruecos de los m ilita res facciosos, y lo que iba a p a sa r en la P en ín su la , se negaron a e n tre g a r a l pueblo las a rm as y perdieron la s tim o sam en te las horas que m ediaron desde el 17 de julio por la m añana , en que se pronunciaron las guarn iciones do M arruecos, h a s ta el 19 de ju l io . SI los héroes de la F . A. I. y de la C. V. T . no hubiesen iniciado el lev an ­tam ien to an tifasc is ta en los m uros de A ta razan as , que tiene su g lo riosa continuación en las gestas de M a­drid, del cuarte l de la M ontaña, el fascism o se hubiese apoderado de E spaña en pocas h o ra s .

S irva esto de prólogo a cuan! r vam os a escrib ir en relación a la A stu rias ro ja : de allí p a r te el e sp í­ritu revolucionarlo que se t r a n s fo r ­m a en llam arada v iva que so s tien e en tensión a las m asas españo las, b a s ta desem bocar en el tr iu n fo del E ren te P opular y, m ás ta rd e , en la Revolución social a n tifa sc is ta .

“De A stu rias nos vino la luz” , en form a de U. H. P., lem a que ha sido todo un p rog ram a social revo luciona­rio, y se e s tá llevando a la p rác tic a , pese a las Insidias y m an iob ras de los profesionales de la cosa nública. que no se avienen a se r desplazados de la política española.

La unidad de acción, de m ando y de responsabilidad del p ro le ta riado de la O. N. T . y de la C. G. T. sa lv a ­rá la R evolución. L as dos g ran d es Sindicales en cu ad rarán en su s filas a todo el p ro le ta riado ibérico, to ­m ando en su s m anos la dirección de la E conom ía y de los o rgan ism os po­líticos de la nación . N ace de A s tu ­rias el g rito de g u e rra : Unión de H erm anos P ro le ta rio s , lanzado ins­tin tiv am en te com o expresión del pen­sam ien to y del e sp íritu de los tr a b a ­jadores. es el em blem a de la Revolu­ción. E n e s ta s tr e s le t ra s e s tá con- densada toda el a m a noble del p u e ­blo ibérico, que tiende a la creación de u n a nueva m odalidad de n ac ió n .

32— 192 DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA

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A T T Í ^ T A . LA R EG I0N M AS CASTIGADA V j l \ L i l V > l x \ DE LA PENINSULA IBERICA

PERVERSID AD B R U T A L O R G A N IZA DA CO N TRA H O M BRES, M U JERES y NIÑOS

AL PUEBLO QUE REPUDIA A L TV/T \ T> 'T 'T D FASCIO, NO LO DOBLEGARAN I V A j T Y X V 1 l i \

CRIM ENES EN NO M BRE DE DIOS, DE LA P A T R IA Y DE L A C IVILIZAC IO N

U E el m undo lo c rea o no? i Qué la b u rg u es ía ram plona

replique: “Eso, y cosas peores, h a ­cen los ro jo s” ?

No in te re sa . Se puede m en tir, fa l­sear y ca lum niar, pero no se pueden ju s tif ic a r tam añ o s crím enes en nom ­bre de Dios, de la P a tr ia o de la Civilización.

Pero , y aunque nos parezca t r i ­vial e n tr a r en disquisiciones de esta na tu ra leza , u n a cosa es m a ta r a un individuo de un b ila z o y o tr a un poco d iferen te e s ensañarse con él, aplicarle las m ás e span to sas to r tu ­ras que puede in v en ta r la p erv ersi­dad hum ana, p a ra r a m a ti r le des­pués. ¡Y eso no lo hacen ‘ los ro ­jos” , sino los fa sc is ta s empaño1 es y ex tran jeros!

N osotros no a firm am o s; p robam os con hechos.

Allí e s tán los ojos horrorizados que han visto , los m úsculos ro tos que han sufrido , la s bocas a m a r­gas de sab o r a san g re que hab lan al m undo su lengua je tr á g n o .

Vedle, a l redivivo. ¡Once m eses "envasado” en una tr a m p a h a s ta que log ró hu ir!

C uán to» a«!?Pocos y a . . . Son m ás, m uchos

m ás los cad áv eres que so. pudren sobre las p layas, en los m ontes, en los só ta n o s . . ,

Con la c a ra d iá fan a y el pulso tranquilo , como si n ad a hub iera ocu­rrido. los “g a lleg u ito s” dicen su odi­sea. De cuando en cuando, el ím petu viril de la ra z a e s ta lla en un denues­to. en una m irad a a l cielo, que es una maldición.

¡Galicia! Pava que el fascism o diente sus rea les en G alicia, se rá preciso m a ta r a todos los gallegos. Al e s ta lla r el m ovim iento sedicioso, la F a lange E spaño la no contó con el pueblo. E s te no poseía a rm as. F.chó m ano, pues, del único recu rso : ¡a huelga general. La C oruña cruzó sus brazos y se arrinconó , d isp u esta a no ceder.

No valieron prom esas, ni m en ti­ras, ni am enazas. E l pueblo rep u ­diaba al fascism o del único modo a su alcance.

L as au to rid ad es facciosas v ieron f;ue la situación e ra g rave , y ponien­

do en p rác tica el princip io “ c r is tia ­no y dem ocrático” de que el pueblo tiene derecho a darse el régim en

social que anhele , inició una ola de crím enes inauditos.

Se a r re s ta b a a los tra b a ja d o re s y se les conm inaba a re to rn a r a sus labores, y si no obedecían e ran fu ­silados en el ac to . E s te fué el p ro ­cedim iento m ás benigno. G enera l­m en te se les a rre s ta b a , y después de v ejarles en toda form a, se les fu ­s ilab a o se les ap licaba la ley de fugas; al día s ig u ien te aparecían sus cadáveres po r cualqu ier p a r ts .

P ero ex is tía un lu g a r especial p a ­ra los fusilam ien tos. E ra el llam a­do “Cam po de las R a tas" .

Cuando a lguna fam ilia no taba que fa lta b a uno de r u s individuos env ia­ban a la» m ujeres a v e r si lo h a ­llaban m fierto en el “C am po de las R a ta s ”. F recuen tem en te nad ie se a tre v ía a re t ira r el cadáver, que p e r­m anec ía allí d u ran te varios días, porque los g u a rd ia s cogían a los que iban a buscarlo .

P E R V E R S ID A D B RU TA LComo a p esa r de las persecuciones

y los crím enes, lo.i trab a jad o re s no volvían al trab a io , fueron a r r e s ta ­dos a lgunos d irig en tes sindicales, entre ' ellos, V enancio Seoane, C i­p riano A ibite y Ja im e R odríguez, del ram o de la C onstrucción.

KI gobernador faccioso les exigió que firm a ran un m an ifiesto en el cual se aconsejaba a los obreros la suspensión de la huelga y la su-

Para Imponer el Fascismo a los Gallegos es Necesario Matar aTodos

misión a la s au to ridades . ¿ E s p re ­ciso decir que n u es tro s com pañeros se negaron te rm in a n te m e n te ?

La en te reza de estos va lien tes exasperó a sus verdugos y exacerbó su s in s tin to s vesánicos. In tro d u je ro n una novedad en el proced im ien to que es h ab itu a l: llevaron a las víc­tim as a un te rreno baldío que e s tá d e trá s de la cárcel, les cosieron las p ie rn as a balazos y los abandona­ron p a ra que se d esan g ra ran . Al cabo de un d ia volvieron p a ra r e ­m a ta rlo s a tiro s de p isto la .

L as com pañeras que e ran cono­cidas como enem igas del régim en, e ran d e ten idas y llevadas a los c u a r­teles de F a lan g e E spaño la . Se les obligaba a in g e rir una buena do­sis de aceite de ricino y se les co r­ta b a el pelo. M uchas, a l se r p uestas en libertad , sa lían con el em blem a de Falange. E spaño la g ra b a d a en la fren te , operación que e jecu taban con nn h ierro candente los secuaces de Franco .

E n el lu g a r de P asto riza , un po­b re an c ’ano de 7-í años, enferm o v para lítico fué detenido, encarcelado v apaleado d u ram en te porque un h ijo suvo que ,:staba en el fren te se hab ía pasado al E jé rc ito leal.

Fstofc espectácu los son m uy f re ­cuentes. debido al crecido núm ero de ro ldados que se pasan a las filas lea­les.

A lo* cinco m eses de p roducirse el levan tam ien to faccioso, fueron fu ­silados 70 soldados en el cuarte l de In fa n te r ía núm ero 8 . acusados de rebelión co n tra el régim en.

H ace cu a tro m eses fueron incor­porados a f ila s varios reem plazos de la m arina , los cuales ac tú a n por 1 ierra . Al se r conducidos po r las c a ­lles en dirección a la estac ión del fe rro ca rril, e ran v ito reados y a p la u ­didos por la s señ o rita s desde los balcones. Como e s ta s aclam aciones fu eran recib idas con ind iferencia y desprecio por n:i>’tc de los m arinos, el sa rg en to que los m andaba m on­tó en cólera, y u n a vez en el tre n sacó la p isto la, y p rofiriendo am en a­zas e insultos. Ies hizo le v a n ta r la s m anos y h ace r el saludo fasc is ta .

E l re su ltad o fué que los m arino s (C on tinúa en la p ág in a 38)

DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 33— 193

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EL ARAGON LIBERADO POR EL PUEBLO

UN INTESANTE CAPITULO DEL LIBRO "VANGUARDIA Y RE­TAGUARDIA DE ARAGON", DE ALARDO PRATS, DONDE SE DESCRIBE LA GRAN LABOR REVOLUCIONARIA REALIZADA ANTES DE QUE FUERA DISUELTO EL CONSEJO DE ARAGON

ANTIFASCISTA/^U A TR O aspectos fundam entales ofrece la re taguard ia del nuevo Aragón

en su expresión de con jun to ; Sus nuevos o rgan ism os políticos, las norm as co lec tivas que rig en la v ida y 3a econom ía de los pueblos, la transfo rm ación que se "lia operado en todos los órdenes do la economía y de la convivencia social, y el clim a moral dentro del cual se mueven todos estos nuevos elem en­tos determ inantes de una profunda renovación en todo el te rrito rio fiel a la R epública y . a su legítim o Gobierno y en las zonas liberadas por el E jército Popular de la dominación fascista.

La necesidad de disciplinar la gigante co­rrien te transform adora que desató en todo el país la agresión de m ilitares y fascistas con­tr a el pueblo y sus instituciones, en. Aragón fué rápidam ente atendida. Toda la m áquina de] listado se derrum bó, a rra s tra d a por las fuerzas

___________________________ que partic ipan en el choque: los insurrecto»y el pueblo en a rm as. U rg ía , pues, la a r t ic u ­

lación de las defensas y la puesta en m archa de la organización de la lucha en todos los terrenos. En el terreno político, en el social y en el económico. E n las zonas, rápidam ente liberadas o fieles al Gobierno había que proceder a desarm ar económica, política y socialm ente a los coautores de la rebelión y a sus aliados. T ras loa prim eros m eses de confusionismo y a la v is ta de las perspectivas que la lucha ofrecía, la necesidad a que nos referim os más a rr ib a im ponía atención urgente e inexcusable.

No se podía —la voluntad del pueblo de manera, c lara lo proclam aba— volver a la restau ración de lo que hab ía caldo p ara siem pre por ley de) des-

UNA NUEVA ECO N O M IA

TransformaciónProfundamenteRevolucionaria

tino histórico del proceso revolucionario espa­ñol.

D entro de los am plios cauces del Código fundam ental del E stado republicano, las posi­bilidades do im p lan tar todo un sentido progre­sivo y renovador reclam aban ejecución inm e­diata. P o r o tra parte, el plebiscito de las a rm as en m anos del pueblo p a ra su defensa y la de­fensa de su s sagrados in tereses d ictaba un camino a seguir claro y llano.

M as no bastaba ta n m agnifica coyuntura p a ra la realización de todo un cuerpo de doctrina constitucional, preciso en sus m andatos. O tra* razones de m ayor peso aconsejaban proceder audaz y r á ­pidam ente al m ontaje de nuevos organism os, capaces, por su flexibilidad y su eficacia, de saca r los m áxim os rendim ientos a la v ida del país, a fin de acudir a las exigencias de la lucha. L a Revolución y la gu erra pronto encon­tra ro n los organism os que les habían de d a r cauce y disciplina. E l Consejo de Aragón, resum en de las am biciones renovadoras de todo el pueblo aragonés, en sus d iferen tes expresiones políticas y sindicales en él representado, se ap re­suró a organizar, social y económ icam ente todo el territo rio liberado y fiel a La República

De la m ism a m anera que del torbellino de las im provisaciones, para afron­ta r la lucha surgieron las gloriosas Milicias, base del nuevo E jército del Pue­blo, en el orden político y económico, otros órganos fueron conform ados por la s necesidades de cada día, de cada hora, de cada minuto.

Si im portante y sorprendente h a sido el proceso de integración de los ele­m entos Indispensables p a ra la defensa m ilitar del pueblo español, no menos considerable h a sido et- de la nueva integración de los órganos del Estado, derrum bado por la insurrección de todos sus organism os con tra el puenlo y la vo lun tad popular. L a C onstitución de la R epública en su hondo sentido

^transform ador, en sus nobles im pulsos renovadores, en la audacia de sus m an­datos, po r la in terferencia de los fenóm enos político-sociales que desde 39S1 se sucedieron, en el decurso del tiem po no llegó a tom ar cuerpo de realidad en la v ida del país. Al esta llar el m ovim iento insurreccional fascista, la Ley del pueblo, agred ida y am enazada de destrucción definitiva, ha im puesto sin exagerarlos, sua principios, la realización de todos aquellos m andatos relativos

:a la transform ación política, social y económ ica' cuyo, proceso de a rtic u la ­ción y orientación am paran y estim u­lan las bases constitucionales.

Se le dió la autonom ía a Euzkadi. Se reafirm ó el régimen autonóm ico do Cataluña, con nuevas atribuciones, ¡áe creó el Consejo de Aragón, organism o de Gobierno que, sin o sten tar el m is­mo rango autonóm ico que los G obier­nos de C ata luña y Euzlcadl, ha veni­do actuando con el sentido de efica­cia y de rapidez que la acción d irecta im puesta por las c ircunstancias exi­gían, p ara re levar a l Gobierno central <te atenciones regionales y locai<-s.

Por o tra p a rte resum e este organis­mo rector, adem ás de la plenitud de au toridad dem ocrática que le confiere la participación proporcional en su s departam entos de todos los sectores an tifasc istas, políticos y sindicales de Aragón, el instrum ento de la fu tu ra autonom ía del país aragonés y la re- alirm ación de las libertades aragone­sas de tan rancio abolengo en la ci­vilización y en el derecho. Aragón p e r­dió, como país libre, las prerrogativas de su s venerables instituciones popu­lares en el curso do la G uerra de Su­cesión, bajo la tiran ía u n ita ria y cen­tra lista do los Borboncs. No ocurrió este desventurado acontecim iento sin lucha. I«a sangre del pueblo aragonés corrió a to rren tes en aquel tristísim o nv a ta r de la vida de nuestra nación.

E l Consejo de Aragón reinstau rado es, en cierto» aspectos, el instrum ento de la vida autonóm ica del pueblo que rige. Su P residen te osten ta la respon­sabilidad y las p rerrogativas do Go­bernador General de A rag ín y de re ­presentante supremo del Gobierno Con (ral. Al lado del P residente de! Con­sejo de A ragón, están los consejeros de los departam entos que tienen a su cuidado la ejecución de toda orden recto ra de las d iferentes m aterias de su competencia.

Las C onsejerías son las siguientes; Agricultura, Abastos. Economía, Cul­tura, Justic ia , O bras Públicas, Inforv.

EL E X CONSEJO DE DEFENSA DE ARAGON FU E UN REGULADOR DE LA VIDA EN LA R E T A G U A R D I A

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i,iación y propaganda, T rabajo. T ra r- portes» v Comunicaciones, Sanidad y A sistencia Social, Industria y Comer­cio y H acienda.

E! P residen te y el Consejo residie­ron prim eram ente en P raga. tUsiden ahora en la h istórica ciudad de C&spe.

Todo el pueblo aragonés unido y compacto está a l lado de su Consejo.1.a labor de organización de >a vida aragonesa sobre la base de las exigen­cia» de la g u e rra y de la tran sfo rm a­ción que ésta impone, realizad» per i-l Consejo, es considerable.

1.01 territo rio de Aragón es de una > x tensión superficial de 47.391 kiló­m etros cuadrados. Su población total es de un millón de habitantes. De es- i:t extensión superficial cerca ds tres (u a ru .s partes son tie rra s leales a la República. Un trozo consideraiv-e de i a. cu a rta parte de Aragón está bajo el litigio de la guerra.

(.’t i c a de seiscientos pueblos del país aragonés bajo la au toridad de! Con- s-jo de Aragón realizan su o'.'rá de (!;■ nsfui-mación local y de ayud i de- i-iilida. para ganar la guerra.

A instancias de las exigencias ge­nerales se procedió a la división eco­nómica de toda la zona a ragon j^a en comarcales. La idea no era nueva. T e­nía en Aragón un hondo arraigo des­de fine se iniciaron los movimientos de tipo económico que especialrrento anim aron, duran te un cuarto de siglo. Joaquín Costa y sus amigos. Míi.t e s­te movimiento, concretam ente conoci­do p>>r la. frase aquella del pensador de (¡ralis. “política de calzón corto", ofrecía en el tiempo en que se des­arrolló todas las carac terística? de una e r iz ad a reaccionaria, apoyada en los productores y com erciantes m e­dios. Ahora, aquellas d irectrices que nunca, ni siquiera como m uestra de nn avance tímido en la tran sfo rm a­ción de la sociedad española, influye­ron en la. realidad de los pueblo» a ra ­goneses, so desenvuelven si no en la plenitud de su sentido, sí en un clima preparado para reform as do mayor envergadura, no apoyadas en las c la­ses m edias y en sus intereses sino en los intereses de las m asas proletarias. La au tén tica política de calzón corto comienza a influir en Aragón,

La división por d is tritos judiciales «ra, a rb itra ria , a ju s tad a al rég m en »olíti<*> da '.a m onarquía v a sus con­veniencias. La capitalidad de ib tos distritos ten ía un carác te r polIt‘Co y

M m d M i i a ieconómico de opresión. Un ella resi­dían todos tos resortes de tiran ía del régim en monárquico ron sus servido­res y sus lacayos. A la som bra de las instituciones del estado m onárquico se cobijaban las m ás destructo ras y ru i­nes especies de caciques y pequeños tiranos, de abogadillos sem bradores y estim uladores de pleitos, señores de vidas y haciendas y, desde luego, á r ­b itros de la pública tranquilidad. A éste concepto político da la cap ita li­dad de las com arcas, se lia opuesto

W m á & t e - s M t í f ■$£& & & £el concepto económico. Kn algunos d is tritos la capitalidad ostentaba en lo político y en lo económico un pun­to de coincidencia, l ’or eso. no perdía su carác te r de nido de tiran ías y su clima propicio al desarrollo de las más despiadadas persecuciones contra los humildes, con tra el pueblo trabajador, con tra los ciudadanos justos y d'.gno» am antes del progreso y de la libertaJ.

I-a» Comarcales del territo rio de A ragón ascienden a veintiuna.

Antes de que se procediera a U afir mación de esta división ordenadora en g ran número de pueblos, se había establecido por acuerdo de la m ayo­ría de sus vecinos, como régimen eco­nómico de organización y conviven­cia. el colectivo.

Cada Comarcal constituye una F e­deración de colectividades, regula por una Comisión A dm inistrativa 1emo- crátieam ente elegida por las colecllvi- dades de los pueblos de la demttrca-

' * tó-Vi ción. l.a Comisión A dm inistrativa re ­fluía la vida económica en todo» sus aspectos y la m archa de las colectivi­dades. lOstas y las Comisiones adm i­n is tra tiv as de las Comarcales, entras sus activ idades en orden a la o rga­nización de las explotaciones de la ri­queza del país aragon te , bajo I«, d i­rección de un organism o superior: la Federación Regional de C olectivida­des de Aragón, „cuyos miembros di­rectivos tam bién están elegido» de­m ocráticam ente por la base de las organizaciones colectivistas. L a F e ­deración Regional de Colectividades está en estrecho contacto con los de­partam entos de Bconomía y A gricul­tu ra del Consejo de Aragón, que son enlace directo con el propio Conseje y por extensión con el representante del Gobierno de la República, a los iinea nacionales de la econom ía y de la producción en general.

Cada com arcal, por medio de su Co* misión adm in istra tiva, de atribuciones puram ente ordenadoras de la econo­mía, s e apresuró a poner en función de eficacia y de rendim ientos los nue­vos organism os locales: las colectivi­dades. D ificultades para la rea liza­ción d e esta em presaV Muchas... Alas al año de su funcionam iento se pue­den presentar, como ejemplo de o r­ganización, de laboriosidad, de re s ­ponsabilidad y de vida próspera, m u­chas com arcales y m uchas colec tiv i­dades en todo A ragón . L as re a liz a ­ciones perfec tas , den tro de los In­convenientes y con tracciones econó­m icas que la guerra impone, eirven de lección y oe estim ulo a todos los trab a jad o re s aragoneses.

Cuando su conozca en toda E spaña lí>. inm ensa labor de transform ación realizada «¡n Aragón, se considerará poco menos que un jueño.

Todos estos elementos e in strum en­tos de Cobierno y ordenación de la economía están fuertem ente a r t ic u ­lados dentro de una disciplina, de retaguard ia responsable que trabaja, y lucha casi junto a las trincheras, i

Kn el mismo clima m oral se mue^ ven los com batientes, los gobernantes y los trabajadores. C ada tino « n b u puesto se a fan a incansable en la ita^ lea urgente de g an ar la gu erra y da reconstru ir la economía. Saben qua una economía fuerte y u n a produce ción superada, son a rm as deciaivas p a ra g a n a r la g u e rra y , a f irm a r u n a era de b ienestar y de paz próspera;

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LA cab a lle ría del e jé rc ito m onárqu i­co y de la R epública <le T rab a jad o ­

res de to d a s clases siem pre fué algo a s í como la a r is to c ra c ia del e jército .

Ix)S m andoa do e s ta s unidades siem p re e s tuv ie ron en m anos de a r is tó c ra ta s ; títu lo s de C astilla fu e ­ron los que, a l f re n te de e llas se lu ­c ían en los d ía s de g randes fo rm a­ciones en M adrid , v istiendo su s p in ­to rescos y m agn íficos un iform es.

C uando el lev an tam ien to tra id o r, la cab a lle ría no podía fa lla r , colo­cándose a l lado de los tra ido res . El E jé rc ito po p u lar se encon tró sin fu e r­z a s d e caba lle ría .

F u é p o r A ndalucía donde empezó a s u rg ir el em brión de lina fuerza de cab a lle ría a l serv icio del pueblo.

R ejoneadores p ro fesionales y to re ­ro s que fueron fam osos, cab a llis ta s en el acoso de reses b ra v a s y en la s fe r ia s andaluzas, ay u d aro n a la t r a i ­ción, fo rm ando escuadrones de c a ­ballería . E os tra b a ja d o re s del cam po, p o r su p a rte , in ten ta ro n hace r lo m ism o; com o c a ­rec ían de caballos, em pe­zaron p o r e n tr a r en los co rtijo s y apoderarse de los m agn íficos caballos que m o n tab an los señori­to s que fo rm ab an los es­cuad rones facciosos.

P ro n to su rg ie ro n por todas p a r te s escuadrones de! pueblo. E n R onda,C órdoba, Ja é n , A lm ería ,

b a s ta po r la s e r ra n ía de HueSva, unos valien tes , ce rrad o su cam ino por

p a rte s , sin sa lida {1 cam po leal, h an sab i­do sostenerse, y aún s i­guen, cayendo sobre el enem igo en golpes a u d a ­

ces y certeros.1 L os facciosos, en octubre (leí año pasado , tra je ro n num erosa caballeri l m o ra , re p u ta d a como la m ejo r del m undo; sin em bargo , en los m ontes de B oadilla , en la C asa de C am po y e n la S ie r ra m ad rileña , los escuad ro ­

nes rifeños fueron m ordiendo el pol­io h a s ta quedar casi extinguidos.

M ien tras tan to , el E jé rc ito popular c reab a lo que se luí dado en llam ar ‘ fuerzas p rop ias", y han resu ltado a d ­m irab les escuadrones, con corajudos jine tes , que se lanzan a l a taq u e con v erdadera fiereza de coracero, aun-

P O R M A U R O

BAJATIERRAque p a ra su a taq u e y defensa sólo llevan fusil y sable.

R ecuerdo perfec tam en te uno de los rec ien tes com bates en pueblos cerca­nos a M adrid.

P or el m on te de un pueblo ce rca ­no a Ii. av an zab a un e jé rc ito m erce­nario de las tro p a s in v aso ras; fo rm a­ban el a la d erecha de ellas un núcleo im p o rtan te de fu e rzas de la guard ia

civil an tig u a , con su feo y rep u g n an te an tiguo indum ento m enos el tricornio , que e ra todo su ca rác te r.

E l te lém etro , oficiando de ojo invi­sible de nuestro s m uchachos, los des­cubrió a tiem po.

Al tro te , como quien v a a d a r un paseo a los caballos, fueron llegando los cab a llis ta s del pueblo. Sus jefe», m ás que jefes, herm anos, tra b a ja d o ­res del cam po y andaluces casi todos ellos, hab la ron a sus soldados.

T ra s u n cerro situado a medio ki­lóm etro llegahan fuerzas invasoras y facciosas p a ra in te n ta r re s c a ta r el pueblo que el d ía an te r io r les hab ía­mos quitado .

El escuadrón ten ía la m isión de d eso rien ta r a la s fuerzas enem igas, (‘¡sem inándolas po r el llano; la a r t i ­llería lea!, en aquel m om ento a ta c a n ­do a o tra s fu erzas enem igas que con­traa tacab an , queriéndose ap o d era r de o tros pueblos, tam bién conquista-Jos por nucst ros m uchachos, no po.iía ¡-tender de m om ento a osle sitio de avance.

N u estra in fan te ría esperaba, p e r­fec tam en te a tr in ch e rad :1., Ir» llegada del enem igo. X uestra aviación, isiniíi- plicándose, aunque num ero ia, no no-

a tien-po en 1o- pues.

<)ítc deshacer la colum na enem iga con n uestro pe­queño escuadrón divisio­nario, que si pequeño cu núm ero, g rande en volun­tad y valor.

N u e s tro ; caballis tas, en form ación cerrad a , p a ­ra luego ab rirse como uu abanico, (ro la ro n hacia la falda de un cerro ce rca ­no.

I o ga llardo escucha subió a la c re s ta p ara exp lo rar el te rren o .

A quin ien tos m etros, en fo rm a de cuña, lléga­l a el enem igo ; había que

a g u a rd a r un poco, y el ca p itan del escuadrón dió

la orden op o rtu n a , y la caba lle ría v a ­rió de fre n te de co m b a te : y a no a ta ­caría, de f re n te a l enem igo, sino de flanco.

I nos m inu to s pasaron de espera, que a noso tros se nos hacían siglos; y

Un Artículo Publicado en “ Umbral” No* 1 5 del 23 de Octubre de 1 9 3 736—! 196 DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA

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LA ESCUELA DE ENFERMERASes un establecimiento de capacitación profesional moderno y bien organizadoLA enseñanza por med > de los

elementos religiosos y el am biente oscuro y rutinario , sin ninguna clase de vitalidad que rodeaba a la enferm era dándole una sensación de renunciación a la vida en vez de esa sana emo­ción que su gesto merece inspi­rarle, contribuyó en grado sumo a alejar del hospital, del asilo y del orfelinato a la m ujer nueva, que am a — por ser moderna — la realidad de las cosas y no esa ficción equivocada e ilógica, con que pretendían encubrir las ten ­dencias reaccionarias y sus pro­pios intereses las m ancom unida­des católicas.

La revolución de julio de­rrum bó ese altivo y soberbio edi­ficio de atraso y de incom pren­sión y abrió las pesadas puertas de las lóbregas instituciones al sol, al aire, a la vida, que es de­cir a la juventud. E sta Escuela de Enferm eras, alegre y clara que visitamos, es una m uestra más de la labor renovadora, que es patrim onio de todos los idea­les nuevos. A rquitectura m oder­na, con amplios ventanales y sa ­las de alto techo, entra la luz a derroches, y el aire de agosto agita los cortinajes ds tenue co­lorido. Se advierte ya. en el um ­bral, un ritm o de vida sana, sin aquellas tenebrosidades m iste­riosas v silencio insultante , que como dogal al cuello, detenía la espontánea risa en la garganta

y la palabra a flor de labio, cuando se cruzaban los pasillos oscuros de las antiguas y afor­tunadam ente desaparecidas es­cuelas de enfermeras.

E l director de la Escuela de Enferm eras, doctor Pijoán, nos dice:

—Ponem os gran interés en la formación espiritual de las alum- nas. La enferm era no tiene sufi­ciente con aprenderse diez li­bros de memoria y conocer cier­to coniunto orgánico de m ate­rias. E s además necesaria una personalidad espiritual y física. H ay que estudia- la moral de la alumna, no la adq irida por una equivocada educación, por un am biente o por los erróneos m é­todos sociales im perantes hasta la fecha, sino su moral natural instintiva, la qu nace con ella v es su esencia misma. Todo indi­viduo es reform able m ás o m e­nos, según sus cualidades inna­tas, aunque su vida haya tom a­do un rum bo equivocado. Yo lo he experim entado repetidas ve­ces en alum nas de la E scue la : una m uchacha de pasado equí­voco puede resultar una excelen­tísim a enfermera.

—¿Cree usted, entonces, im ­prescindible el internado para la formáción de una enfermera perfecta?

—Indudablem ente. Todos los países lo han considerado así. En Rusia mismo, que es acaso de

las naciones que He visitado, la que más adelantada está en estí orden, la alum na ha de permane« cer tres años bajo un m étodo dfl disciplina, lo que no excluyi desde luego com pletas facilida­des para que su vida tenga ex« pansión y agradabilidad, tod<¡ esto dentro de las norm as na* turales.

—E n la actualidad, cuánto tiem po hace fa lta para recib ir el títu lo ?

—E stam os haciendo verdade­ram ente una restricción en la enseñanza teórica, y solam ente en año y medio la alum na se convierte en profesional. P ero hay que dar m archa a trá s en ésto. No es posible continuar de la misma forma, porque solo España, de entre todos los paí- se„ del m undo, realiza el m ila­gro de hacer una enferm era ca­pacitada en vein te m eses. . . E n Inglaterra, Rusia, E stados ' t r i ­dos y Tapón se considera indis­pensable, como ya le he dicho, tres años de enseñanza técnica y práctica.

En medio de esta cordialidad v comprensión se desarrolla la juventud femenina moderna, camino abierto al espíritu y ayu- ja incondicional a la obra de re ­novación social, expresión de nuestro sentim iento revolucio­nario.

Silvia M ISTRAL’.

cuando el escucha de u n a (ro la d a bajó de la c re s ta del cerro y habló a su cap itán , se dió la orden : “ ;A galopo, c a rg u e n :”. . .

Como una tro m b a de caballos des­bocados, pa rtie ro n los dos cen tenares decen tam os ¡leí pueblo, cayendo de flanco sobre el invasor y los facciosos, (¡ue no esperaban e s te a taque .

Como la so rp resa en la g u e rra es un fa c to r im p o rtan te , a l se r pillados de im proviso, los facciosos deshicie­ren su form ación, rep legándose hacia el sitio donde fueron em pujados por nuestros m uchachos de caballería .

E ntonces, y a en te rren o descubier­to el enem igo, y al a lcance de nués- ra s am etra llad o ras , recib ieron las r á ­

fagas Cn m etra lla , que acabó por des- tro zarlo s . N uestro s jin e tes , reso lv ién­

dose como dem onios m ontados sobre tig re s , segu ían aniqu ilando a m ando­bles a las fuerzas facciosas. Dos veces los tra ido res, ayudados por los g u a r ­d ias civiles, hicieron fren te , rodilla en t ie r ra , a n u es tra caballería , y dos ve­ces, destrozados y vencidos, la fu e r­za n eg ra de la tra ic ió n tuvo que huir en desorden h a s ta c a e r defin itivam en­te bajo el fuego de n u es tra s m áqu i­nas.

D esde n u e s tra a ta la y a , a sim ple v is ta , veíam os cómo las fu erzas que llegaron en com pac ta colum na de in ­vasores ex tran je ro s y m ercenarios tra id o re s, hu ían por los cam pos, d ise­m inados, en grupos o sueltos, buscan­do U» salvación en la velocidad de sus p ie rnas; perseguidos p o r n u es tra c a ­ballería , que iba obligando a los hu i­

dos a t i r a r s e cuerpo a t ie r ra , después de reco g er el ce rro jo de los fusiles .

A si después de dos h o ra s d e d u ro com bate, pudo la c ab a lle ría de l p u e ­blo lleg a r v ic to riosa a su base con ochen ta y seis p risioneros y m á s de doscientos cerro jos d e a rm a s q u e que« dab an en el cam po con los m u erto » y heridos, que fueron recog idos inme» d ia tam en te po r la s am bu lanc ias .

U na em oción p ro fu n d a recorrió nuestro cuerpo a l verlo s lle g a r ja* «can tes, con su s p o tro s llenos d e su< dor y san g re , es ta llan d o u n a enorm « sa lva de ap lausos, a g u isa de estem tóreo v íto r, com o hom enaje a los hl* jos del pu fb lo que acab ab an de ba* itirse, en bau tism o d e san g re , con lai fuerzas del fasc ism o y la reacción ,

; V iva la cab a lle ría del pueblo!

DOCUM ENTOS H ISTO RIC O S DE ESP AÑ A 37— 197 ...... .- .......— — ............... ................................ i. ■■■■*<

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m P * '

T e r r o ren G alicia

Viene de la pág ina 33

se sublevaron y a rro ja ro n por ¡a ■ventanilla a l m alvado sargen to .

L as consecuencias fueron tre m e n ­das. C u a re n ta de los sublevados fueron, asesinados en B etanzos, sin que h a s ta la fecha hay an aparecido los cadáveres.

E n el lu g a r de B ens, a ldea cerca­n a a la población, se consum ó un c rim en horrib le . U n hom bre que no se h a b ía p resen tad o a l llam am iento de qu in tas, se h a llab a trab a jan d o unos trozos de t ie r ra que poseia de­la n te de su casa. A pareció de pron­to la G uard ia Civil, y a boca de ja r ro , lo acrib illa ron a tiro s. Su cad áv e r estuvo abandonado g ir a n te todo el día, p a ra sem b ra r el te rro r en e l vecindario.

H ubo com pañeros que, sabiendo que e ran buscados, y sabiendo ta m ­bién que, po r m uy bien que se e s­condieran , a la - la rg a d a ría n con ellos y se rian m uertos, se hacían em p a red a r p o r sus fam ilia res ; r e ­s is tie ro n asi h a s ta que pudieron h u ir o h a s ta que se les acabaron las fuerzas.

H ace pocas sem anas fueron des­cub ie rto s v ario s com pañeros que se hallaban ocu ltos en una c a sa de la calle de la T orre . C om prendiendo que su destino e ra ei de todos los m ilitan tes , decidieron re s is tirse y vender c a ra s sus vidas.

L as au to ridades h icieron ro d ea r el edificio por 200 soldados, iniciándose en segu ida un n u tr id o tiro teo . A go­ta d a s la s m uniciones, los com pañe­ro s resolvieron su icidarse , y así lo h icieron, apareciendo luego sie te cadáveres y el de una m ujer, que e ra la dueña de la casa , a la cual en o tr a ocasión le hab ían fusilado el m arido.

Los rc-^istros son m uy frecuen­tes.

M uchas vcces, las au to rid ad es o r­denan incend iar los m on tes p a ra dar caza a los com pañeros que se re ­fug ian en ellos.

D uran te m ucho tiem po, las p layas y las c a rre te ra s aparec ían de la noche a la m añ an a cu b ie r ta s de cen tenares de cadáveres, h a s ta el ex trem o de que los cam pesinos no au e rian b a ja r a la ciudad a llevar la s v erdu ras y legum bres, a tem o ri­zados y espan tados por ta n espeluz­n a n te s espectáculos.

;Y qué podríam os decir del te r ro r en el cam po i P ad re s e h ijas, fam i­lias e n te ra s fusiladas.

¡H orro res y m ás horrores!•G alicia, la m á rtir! P robablem en­

te no h ay reg ión en E sp añ a que h a ­ya sido m ás c ruelm en te azo tad a por la b a rb a rie fa sc is ta .

(D e “T ie rra y L ib e rtad ” de B ar­celona, 23 de O ctubre de 1937),

El Apoya a los campesinos, en su labor revolucionaria, la Alianza Juvenil Antifascistaj

__________• _______ _______ /______ i

EN el cam po de E spaña a n tifa sc is ta se viene trab a jan d o desde los p rim eros d ías de la revolución, de m an era in tensiva , p o r la v ic to ria de n u estra

causa. Sin a lharadas, con el heroísm o anónim o de los que s<. en tregan de c o ra ­zón a u n a obra que saben propia, los trab a ja d o re s del cam po han re a li­

zado una form idable labor, que han podido a p rec ia r y ad m ira r los que la vieron sin la s vendas dei sec ta rism o p u esta s sobre sus ojos.

E n el cam po han cobrado vuelo las colectiv idades. V ci esp íritu de la Revolución h a tenido en e llas el m ejo r cen tro de estím ulo . E l desarro llo so­c ia lis ta h a ten ido un principio de realización, y la experiencia de los p ro­

ducto s de la tie r ra ha servido p a ra en ca riñ a r, cada d ía con m ás fuerza a los trab a ja d o re s del cam po, con su p ro p ia obra.

C o n tra el cam po, co n tra las colectiv idades, se han desalado tam bién cam ­p añ as acusando a los trab a ja d o re s que in teg ran las colectividades, de deli­to s absurdos, en tre los cuales el que m ás “éx ito ” h a tenido, h a sido el de la', co lectivizaciones “fo rzadas”, el de la aplicación de) te i ro i , p ara obligar los cam pesinos reacios a in g re sa r en las explo taciones colectivas, a qui­

lo h ic ie ran co n tra su vo lun tad . Y la ag res iv id ad lia adquirido fo rm as m ás con tunden tes que la de la c ritica verbal ,v e sc r ita . E l cam po ha sufrido la acción de los enem igos del cam pesinado revolucionario . M uchas colec tiv ida­des, flo recien tes colectividades, han recibido v is ita s no g ra ta s . T ie rra s que fueron tra b a ja d a s con am or por los tra b a ja d o re s unidos en la C olectividad, pasaron a m anos de los an tiguos p rop ietarios, que p o r el a r te recuperaron la t ie r ra que hab ían abandonado en los m om entos can d en tes de la iniciativa; revolucionarla. C uán to se podría escrib ir sobre o que c! cam pesino ha de­

bido so p o rta r, a p esa r de su m agnifico esfuerzo .E n las B ases de A lianza Juvenil A n tifa sc is ta hay un p un to relacionado

con el cam po: LA JU V E N T U D C A M PESIN A , en el que se define la posi­ción de la s organ izaciones juveniles a n te el problem a del cam po. En efecto, dice:

“LA ALIANZA óU VENIL LUCHABA CON LA JU V E N T U D CAM PE­SINA POR EL LOGRO DE SU S DERECHOS: POR EL RESPETO V APO-I O A LAS COLECTIVIDADES CAM PESINAS Y GARANTIZANDO LA

PROPIEDAD Y LIBRE DESEN VOLMIMIENTO DE LOS PEQUEROS CAMPESINOS. NOS DECLARAREMOS CONTRA TODOS LOS ESPEC U ­LADORES Y CUANTOS PRETENDAN APROVECHARSE; EN B E N E F I­CIO PROPIO. DE (.A TRANSFORMACION SOCIAL OPERADA EN EL CAMPO PARA CONVERTIRSE EN UNA NUEVA (L A S E DE PRO PIE­

TARIOS. LA ALIANZA JUVENIL DEBE PRESTAR SI ES PRECISO. SU AYUDA M ATERIAL AL CAMPO. Y PROPUGNAR INCANSABLEM EN­TE POR LLEVAR A EL TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS PARA PRO­PORCIONAR A LOS CAM PESINOS UNA PERFECTA CAPACITACION TECNICA”..

E l apoyo a las colectiv idades es uno de los aspectos de la ac tiv id ad que señalan las B ases a la A lianza Juven il A n tifasc is ta . No podría se r de o tra m anera , puesto que como princip io fundam enta l de la A lianza Juven il se lia sen tado el del reconocim iento de las transfo rm aciones operadas en la econo­m ía y en la vida social de E spaña a p a r t ir del 19 de ju lio . L as colectiv idades cam pesinas, que sum an cen tenares en las regiones de la E spaña A n tifasc is ta , son creaciones de los prop ios trab a jad o re s de la tie rra , cuya e ficac ia es do­blem ente evidente , desde el punto de v ista mora! V técnico. P o r o tra p a rle , legalm en te han sido reconocidas las colectividades, y, corno rec ien tem en te se lia in form ado en el C ongreso de L evante —p ara c ita r un «-aso— m uchas de ellas han llenado los -equisitos legales y las re s tan te s e s tán tra m ita n d o los m ism os. E n defin itiva , la conquista revolucionaria que s ign ifica la C olectivi­dad, ha sido reconocida por la propia ley. L as ju ven tudes an tifa sc is ta s no sólo la reconocen, sino que reclam an y prom eten el m ás am plio apoyo p a ra su n iás eficaz desarro llo y el desem peño de sus funciones.

No pueden ech arse som bras sobre la o b ra <l<. n u es tro s c am pesinos. Toda» las ca lum n ias han sido d esv irtuadas por la rea lidad . En la g es ta que rea liza n uestro pueblo, el cam pesinado cum ple con su deber. Y es im perioso que los «lie tienen en su m anos el su p rim ir los obstácu lo s que im piden a los tr i> bajadores de n u es tra t ie r ra la obtención de lo» fin itos deseados de nuestro esfuerzo, devuelvan la confianza y la libertad de acción a nu estro s cam pe­sinos.

Del "B oletín de Inform ación” C. N. T . - A. I. T: - E. A. I . No 30.

38— 198 DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPASA

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GONZALO DE REPARAZPRFVIÍl HAP.F Mlirun ¡ .............................I I- ~ n r u i 'u p in a ai pai aPREVIO HACE MUCHO \ V o r a c i i a i M

LA INTERVENCION DE !, ímpe"Wiímoi n r P e S . f a l s o s j DENUNCIO A ALCALA ) | ¡ ZAMORA Y A SÁMPER

ALEMANIA EN AUSTRIfli!EL COMPLOT FASCISTA| AS g randes po tencias eu­

ropeas so dividen <n ilo.s g rupos: aves de ra p i­ña ( fascistas* y aves do co rra l (dem ocráticas). Las aves de rap iñ a tienen asus ta d a s a las aves de corral; pero unas y o tra s escarban cti ese vasto esterco len llam ado civilización eu ro ­pea form ado por la gusa, ñera re su ltan te de la des­com posición de millones de cadáveres: los soldados desconocidos de la pasada g u e rra .

Y. en tre tan to , por sí la g u san era se ago ta , p rep a­

ra n o tra m atan za .;Quó ta l se rá la cu ltu ra de los civilizados que cuanto

m ás se instruyen m ás bru tos y m ás m alvados son!A hora traen en tre ellos dos pugnas, cada una de las

cuales b a s ta p a ra que el M undo no pueda vivir en paz: la pugna por la superioridad m ilita r , y la o tra , no m e­nos ag ria , por el predom inio económico.

L a pústu la reveladora de la p rim era es la cuestión au s tríaca . La de )a segunda la cuestión española.

L a cuestión a u s tría c a la creó, como to d as las cues­tiones in ternacionales europeas, el estúpido tra ta d o de V ersalles. m onstruo padre del m onstruo H itler. del m ons­tru o M ussolini y de o tro s m o n stru o s . De él nacieron11.000 kilóm etros de fro n te ra s nuevas in te rp u es ta s en ­

tr e naciones a rtif ic ia le s . Los políticos franceses que lo im pusieron, no ten ían o tro propósito que el de im posi­

b ilita r la constitución de un im perio c en tra l de E uropa que im pidiese a F ra n c ia m an tener en el C ontinente la hegem onía de que d is fru tó en tiem po de R ichelieu y Luis XIV. H itler Iptenta. a h o ra c re a r el ta l im perio, uniendo

A lem ania y a A u s tr ia . Luego, vendrá la unión de H ungría , y tra s ella, el asom arse al A driático desde la buena ven tana de T ries te . Pero lo prim ero pone fuera i!<> <-i a F rancia , y lo segundo su sc ita las iras de Mus_ solini. V ista la probabilidad de un m últip le conflicto,

repetición <le la g u e rra an te rio r, lodos se rearm an , e In g la te rra m ás que todos.

Y en esto están las aves de rap iñ a .Pero es ta lla a l m ism o tiem po la Revolución española.

3:2sta puede so liv ian ta r al p ro le ta riad o europeo. Al p ro­letariado europeo, ur.a vez bien soliv iantado, quizá no baya quien lo m ovilice. ¡Adiós, superioridad m ilitar! Si los p ro le tarios no se deciden a m orir por la p a tr ia y por la bolsa de sus gobernan tes, h ab rá que renunc ia r a la política g u e rre ra y hero ica. A dem ás, p e lig ra rá la a c ­tual d istribución de la riqueza, hoy en poder de los que

no trab a jan .E sto no puede ser. L as aves de corral, a larm adas , i1¡-

*én a las de rap iña: “D ejadnos en paz. Ahi tenéis a E s­paña, rica er>. m etales, opu len ta en vegeta les diversos, r.o del todo ca ren te de colonias. D ejadnos las posicio­nes geo g rá ficas por donde pasan los cam inos de núes.

O louo h a de se r e s ta rse en casa qu ietecito , ado r­

milado, sesteando como en tre hostez.is, como en lo» buenas ti.m pop de la m onarqu ía y tic. su ap én d i­ce republicano hacíam os, ni echarnos « co rre r por esos m undos sin a te n d e r a. 1c que en la c a sa s.iceJe. D istribu ir ia cuijjasidad en tre lo de ca sa y lo de fuera, es lo d iscreto . P ro ­bemos ’' )y n u e s tra d iscre­ción. dándonos u n a vuelta por el dom icilio ibérico.

Hem os torneo la aton^ ción distr ibu'da. en tre do.J

an iversarios ajenos, el del nacim iento de ía U nión Sovié­tica y el a rm istic io del 18. y el del p rim er año de U heroica defensa de M adrid. D etengám onos hoy an te és1 te y d igam os de él cuan to podamos, que no se rá todo

DE la m area re tó rica de .'stof. día* di la conm em ora' ción. ex tra ig o una verdad de todos sab ida: M adrid

al ser em bestida por el e jé rc ito n ac io n a lis ta ex tran je r t c ristianom usulm an, no ten ia e jé rc ito que la defendieraV tuvo la v a len tía de defenderse sola. P ero este aeU heroico requiere u n a explicación. Voy a darla , p a ra qui rrds lectores queden en te rad o s.

M adrid no tenía E jé rc ito , porque no h ab ía ten ido Ció bierno.

L a R epública nació poniéndose por cabeza a u n el m in is tro de la G uerra , cóm plice del destronado y fu g itl vo Key en el d esas tre m arro q u í. O bsequió con ocho ac ta s a L erroux , em presario del p a trio tism o m ilita ris ti con subvención m in is teria l. N acía hostil al hisopo, no a 1( espada . L a espada, en cam bio, fué hostil a la Repúblr ca desde el m ism o d ía en que Rom anones, A lcalá Za m ora y M arañón. delegados de invisibles poderes, era barcaron a don Alfonso, Inourso en el pecado de italisu nism o sin perm iso del am o. L a m ilicia e ra del rey , iq de la nación, y con la desaparición del jefe su p rem é sospechaba considerable dism inución de rancho . El cuarte l, Jesolado, buscó las m ejo ras consigu ien tes. El P o rtu g a l, le traza ro n el plan de cam paña, copiado d< que allí d iera ta n sabroso fru to : espada o hisopos unt* dos co n tra la infam e Revolución (com unista , o lo qu< fuera ) . B urocracia y p lu tocracia ay u d arían , con s u l ten tácu los, la una; con su bend ita lim osna, la o t r a . S3 g an arían las elecciones, g rac ias a las lim osnas y a l voto fem enino, y se p roc lam aría en las C ortes, pac ífica y ale«

tro s im perios y rep artio s el re s to . N oso tros, p a ra a y u . daros, vamos a a is la r la revolución, y h a s ta os vam os a d a r partic ipación en n u e s tra s m an iobras de a islam ien to . Seréis de ,ios de. co n tro l" . . i

Así hab lan las aves de coi-ral, t im o ra ta s y pacificas , n las aves de rap iña , belicosas y ag re s iv a s . «.;

En estos dos trabajos, Gonzalo de Reparaz j

estudia distintos aspectos relacionados con 1 la guerra actual de España, referentes a la situación política interior e internacional i

Aves de rapiña y Cómo habían de de corral en la curar ei cáncer diplomacia del ios que son el

viejo mundo cáncer mismo

DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA 39— 199

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EL C U R I A D O SU GESTIONM E C E S A R IO Berá con fesar que lal i c reac ión del C uerpo de Com i­sa r io s obedece a u n elevado propó­sito . C on ello ee consigue u n e s ti­m ab le servicio a la c a u sa a n tifa s ­c is ta y se d o ta a l E jé rc ito de m a g ­n ífico s aseso res y de u n a influencia beneficiosa y, ú ti l en todos los a s ­pectos.

E l C uerpo de C om isarios nació e n E sp a ñ a el 15 de o c tb re de 1936, m ed ian te d ecre to del en tonces m i­n is tro d e la G u erra y P res id en te del Gobierno, L a rg o C aballero . Sus lincas fu n d am en ta le s son elocuentes e n exceso. E lla s nos hab lan de 3 a necesidad de m a n te n e r u n a coordi­nación e n tre los m andos m ilita re s y la s m a sa s com batien tes, de apoyo decidido a los c itados m andos, de v ig ilanc ia co n s ta n te p o r m an ten e r y a c re c e n ta r la m o ra l de n u e s tra s fuerzas, de cen tu p lic a r el a fá n com ­bativo de m andos y soldados, de fo rm a ta l que to d o s a la p a r lle­guen a se r el b loque g ran ítico que a p la s te a l fascism o.

A tí tu lo de cu riosidad direm os que ad e m á s de R usia , donde los Co. m isa rio s del P ueb lo fo rm an en las fila s del E jé rc ito Rojo, y a en los le jan o s tiem pos de la G recia hom é­rica , e x is tían a m odo de m en to res que m ed iaban en tre la g ran d eza de los len g en d a rto s g u e rre ro s y los anhelos popu lares de los com ba­tien tes . M ás ta rd e es en la m iste-

DE “25 D IVISIO N ” Enero de 1938

rio sa Venecia, ba jo el re inado de los Dux, cuando el C onsejo de los D iez d estacab a ce rca de los con­qu istadores flo ren tinos u n a especie de consejeros o enviados que discu­tían con los cap itan es la s convenien­cias de cualqu ier operación de gue­rra . Q uerem os decir con esto, que el hecho de que' el pueblo o el G obier­no respectivo te n g a delegados, con­se jeros o C om isarios en el E jé rc i­to , que controlen, apoyen y discu­ta n la s decisiones del m ando m ili­ta r , viene ten iendo en la h is to ria una sign ifica tiva repetición.

P e ro dejem os ésto , y veam os cuál es, a los ca to rce m eses de creado, la labo r del C uerpo de C om isarios del E jérc ito .

E ra p rob lem a u rg e n te en el E jé r ­cito a ta ja r la provocación y el es­p ionaje; n u estro s C om isarios in icia­ron la depuración de todo elem ento de p robada desafección a l régim en, eficacia de n uestro p o ten te E jérc ito , con lo cual quedaba a seg u rad a 1> C onstituía, a la vez, un árduo p ro ­blem a el ing reso en fila s de nuevos reclu tas, fa lto s de convicciones, a los que e ra p reciso p re p a ra r p a ra la contienda co n tra el fascism o. La p reparación técn ieom ilita r del com ­

ba tien te e ra tam bién de u n a necesi­dad indem orable. L os C om isarios desp legaron el m áxim o celo, y las c h a rla s sobre diversos m otivos té c ­nicos, sob re el m anejo de la s a r ­m as, la crueldad del enem igo, las ideas nobles de n u e s tra causa , re a ­lizaron el m ilag ro de tra n s fo rm a r nuestro E jé rc ito en un caudal de vo lun tades capaces, ag u e rr id as y d iscip linadas.

L a c u ltu ra de ios soldados p reo ­cupó m ucho a nuestro s hom bres, y tos C om isarios a rrec ia ro n en el em ­peño de conseguir que en el E jé r­cito no hubiese un solo analfabeto .Y la s clases p rim arias , e lem entales y superio res , la s charlas, las lec tu ­ra s y los periódicos m urales desper­tab an la do rm ida in te ligencia d? nuestro s soldados que ya am aban a su E jérc ito , que les liberaba de ln m ás n e g ra opresión ; la ignorancia .

L a em ulación del com batien te ern necesario d esp e rta rla , siem pre que ella fuese m o tiv ad a p o r nobles y positivos deseos. Y el C om isariado logró e stab lecer p u g n as p o r la m e ­jo r lim pieza del fusil, la m ás pu t­era higiene, el p erfec to func iona­m iento de todos los servicios, y el valor y au d ac ia a n te la s tr in ch e ras enem igas.

P o r eso es cada d ía m ás necesa­ria, po r m ás eficaz., la gestión del C om isariado de G u erra e n tre la s f i ­las del glorosio E jé rc ito Popu lar.

g rem ente, e l E s ta d o nuevo, segu ro de envejecer en el m ando e n tre la s bendiciones del V aticano y las so n ri. sas a p ro b a to ria s del T ám esis .

P e ro la s elecciones se perd ieron y la m ilicia tuvo quo saca r la e sp ad a .

V A el 33ó en previsión de cualqu ier co n tra ried ad elec­to ra l se h a b ia constitu ido en L a rach e el p rim er nú ­

cleo fa s c is ta . Poco m ás o m enos p o r aquellos d ías se extendió a to d a la zo n a . L os cap itan es Jim énez y B elli­do, e ra n los in ic iado res. E n rea lidad , e l germ en venía de T án g er,y e ra y a In ternacional. L as au to rid ad es m ili­ta re s de la zona ap ad rin a ro n el m ovim iento, siendo de los m ás ac tivos el je fe de la P o lic ía de L arache , B uen . <3ia. después 1efe de la P o lic ía del P ro tec to ra d o .

E m pezó Inm ed ia tam en te , y sin disim ulo alguno, la persecución de la s o rgan izaciones ob reras. P o r entonce» rv corrí a yo to d a la zona (y todo M aruecos h a s ta el A tlas) y con los d a to s aue recogí, av isé al G obierno de la R epública de la u rg e n te necesidad de desm ilita riza r si P ro tec to rado , disolviendo el T ercio y los R egulares, y sacando de ¿i la s dem ás tro p a s p a ra e sp a rc irla s por A ndalucía; N o hacía m ás que re p e tir (en la “M em o­r ia ” se c re ta que presenté, jun io del 341. lo dicho a A lca­lá Z am o ra en m ayo del 31, a los vein te d ías de p ro c la . m ad a la R epública, y que condensé en e s ta fra se , que el le c to r conoce y me perdonará míe re p ita ; "E l cáncer de M arruecos m a tó a la M onarquía. M a ta rá a la R epú­blica si u s ted e s no se a p re su ra n a ex tirp a rlo ” .

S am p er m e hizo el m ism o caso que m e h ic ie ra A lca­lá Z am ora . ¡Cómo hab ían de p en sa r en c u ra r el cáncer

si fo rm ab an p a rte de él! ¡Si e ran el cáncer m ism o!A sí llegaron la s elecciones do feb rero del 36. Y a p a ­

r a entonces la invasión e x tra n je ra e s ta b a co n ce rtad a en R om a y B erlín , p o r los genera les S anjurjo , F ran co , etc. d irec tam en te , a l am paro de la d ip lom acia n u es tra , to d a ella com puesta de id io tas tra id o re s (salvo u n a ra r ís i­m a excepción). E l pac to con M ussolini h ab la quedado firm ado a fines de m arzo, pocos d ías an te s de m i re g re ­so a M adrid ; p o r los d ias en que e s tab a y a en T a fe rs it observando y p rep aran d o u n a excursión a K elam a , que las nieves me im pidieron rea liz a r .

De la com binación con M ussolini e H itler, no sab ía yo n ad a concreto aún, pero si de la a lian za con O livei­ra Z alazar, de la que e s ta b a b ien Inform ado .

¿ P o r qué no inform é al G obierno? Pues, porque h a r ­to veía yo que no q u ería e n te ra rse . Mi "M em oria” fué a l cesto de los papeles inútiles. F ran co , en cam bio, p re­p a ra b a con Gil Robles, desde el m ism o M inisterio de la G uerra , la conquista de M adrid, in c ru e n ta si desde el M inisterio podía em prenderse ; fa c ilita d a po r c ie r ta s fo rtificac iones de los pasos de la S ierra , si h ab lan de em prenderse desde A vila y Segovia.

E s ta vez no podía yo dec ir que el G obierno n ad a s a ­bía. Lo sab ía todo in f in itam en te , m ejo r que yo, pues ten ía m u y bien d ispuesta , en to d a la P en in su la y sus islas, la operación de c a tp u ra del te r r it io y el som etim ien­to de la población civil.

P o r eso Gil Robles y F ran co sa lieron del M inisterio, expulsados p o r el voto popular, haciendo pucheros.

E l que n ad a supo de lo que p a sa b a en la zona fué el G obierno que le su s titu y ó .

40— 2009

DOCUMENTOS HISTORICOS DE ESPAÑA

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20 ctvsen la capital

Z5 c tv s .en el interior

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A p a re c e rá en e l m es d e M arzo

DIFUNDID TODAS LAS EDICIONES DEL SER­

VICIO DE PROPAGANDA ESPAÑA.

HACED SUSCRIPTORES Y NUEVOS LECTO­

RES DE “DOCUM ENTOS H ISTO RICO S” .

APARECIO E L FO LLETO :

LARGOCABALLERODENUNCIA

LA TRAICION DEL PARTIDO COMUNISTA E S P A Ñ O L

T e x t o d e l d iscu rso p ro n u n ciad o en M ad rid el 17 d e O ctubre d e 19 5 7

64 Páginas 20 Ctvs.

C O M O SE ENFRENTO

A LFASCISMO EN T O D A E S P A Ñ A1 9 de Julio catalán 1 9 de Ju lio madrileño 1 9 de Julio levantino 1 9 de Julio aragonés 1 9 de Julio en el Norte 1 9 de J u l io andaluz 1 9 de Julio en Asturias 1 9 de J u lio en Galicia 1 9 de Julio en Tánger 1 9 de Ju lio en la Armada

L A H IS T O R IA A U T E N T I C A DE LOS S U C E S O SY L U C H A S A N T IF A S C IS T A S D E L M ES DE JULIO DE 1936

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