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UN PASEO POR A WALK AROUND 31 31 The Roman, El Dorado De la mano del escritor leonés Julio Llamazares, recorremos su tierra: la comarca de El Bierzo y Las Médulas, un paraje Patrimonio de la Humanidad, que aún atesora el brillo de la que fue la quimera del César. In the company of the León writer Julio Llamazares, we visit his region: the district of El Bierzo and Las Médulas, a World Heritage Site that still maintains the brilliance of what was once Caesar’s pipe dream. El Dorado de los romanos Texto: Julio Llamazares. Fotos: Mas Foto Texto: Julio Llamazares. Fotos: Mas Foto De la mano del escritor leonés Julio Llamazares, recorremos su tierra: la comarca de El Bierzo y Las Médulas, un paraje Patrimonio de la Humanidad, que aún atesora el brillo de la que fue la quimera del César. The Roman, El Dorado In the company of the León writer Julio Llamazares, we visit his region: the district of El Bierzo and Las Médulas, a World Heritage Site that still maintains the brilliance of what was once Caesar’s pipe dream. El Dorado de los romanos

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UN PASEO POR A WALK AROUND

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The Roman, El DoradoDe la mano del escritor leonés Julio Llamazares, recorremos su tierra:

la comarca de El Bierzo y Las Médulas, un paraje Patrimonio de la

Humanidad, que aún atesora el brillo de la que fue la quimera del César.

In the company of the León writer Julio Llamazares, we visit his region:

the district of El Bierzo and Las Médulas, a World Heritage Site that still

maintains the brilliance of what was once Caesar’s pipe dream.

ElDoradode los romanos

Texto: Julio Llamazares. Fotos: Mas FotoTexto: Julio Llamazares. Fotos: Mas Foto

De la mano del escritor leonés Julio Llamazares, recorremos su tierra:

la comarca de El Bierzo y Las Médulas, un paraje Patrimonio de la

Humanidad, que aún atesora el brillo de la que fue la quimera del César.

The Roman, El DoradoIn the company of the León writer Julio Llamazares, we visit his region:

the district of El Bierzo and Las Médulas, a World Heritage Site that still

maintains the brilliance of what was once Caesar’s pipe dream.

ElDoradode los romanos

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Caen por último las cabezas de los arcos. La ruina da laseñal y el único vigilante la nota en la cima del monte.Entonces, con la voz y dando golpes, manda que se apar-

ten los trabajadores y él mismo huye volando. Quebrantado, elmonte cae por sí mismo con un estruendo tan grande y un vientotan fuerte que ninguna mente humana podría imaginarlos…’.

Con estas palabras describía el historiador romano Plinio el Viejo,en el año 70 de nuestra era, los trabajos de extracción del oro enLas Médulas, en la ribera del Sil, en El Bierzo, al suroeste de laprovincia de León, la que fuera en su día la mayor explotaciónaurífera del mundo y una de las obras de ingeniería más fabulo-sas de la antigüedad. El cronistaPlinio, recién llegado a este ‘ElDorado’ de la antigüedad, quedóperplejo cuando contempló lainmensidad del yacimiento: ‘Loque sucede en Las Médulas superael trabajo de los gigantes. Las mon-tañas son agujereadas a lo largode una gran extensión mediantepasillos y galerías hechos a la luzde las lámparas. Durante meses, los mineros no pueden ver el soly muchos de ellos mueren dentro de los pasadizos. Este tipo demina se denomina ‘ruina montium’. Las grietas que se esculpenen las entrañas de la piedra son tan peligrosas que resulta másfácil buscar púrpura o perlas en el fondo del mar que abrir cica-trices en la roca. !Tan peligrosa hemos hecho a la Tierra!’.

El agua necesaria para minar las laderas se obtenía de los cau-ces cercanos o de la lluvia y, mediante canales, era conservadaen diques sobre la propia montaña. La construcción de los acue-ductos, que podían trasladar el agua desde 100 kilómetros dedistancia, se realizaba gracias a aparatos de nivelado llamados

The heads of the arches finally fall. The ruin gives the signaland the only guard notices it on the top of the mountain.Then, shouting and banging, he orders the workers to move

aside and gets out of the way himself as fast as he can. Broken,the mountain falls in on itself with a noise louder and a wind moreviolent than any human mind could imagine…’.

These were the words used in 70 AD. by the Roman historianPliny the Elder to describe the gold-mining work in Las Médu-las on the banks of the River Sil in El Bierzo, in the southwestof the province of León. In its day, it was the largest gold minein the world and one of the most fantastic engineering works

of ancient times. The chroniclerPliny, freshly arrived at thisancient El Dorado, was astonis-hed by the immensity of the site:‘What happens in Las Médulas isfar beyond the work of giants. Themountains are bored with corri-dors and galleries made by lam-plight, with a duration that is usedto measure the shifts. For months,

the miners cannot see the sunlight and many of them die insidethe tunnels. This type of mine has been given the name of ruinamontium. The cracks made in the entrails of the stone are sodangerous that it would be easier to find purpurin or pearls atthe bottom of the sea than make scars in the rock. How dan-gerous we have made the Earth!’.

The water required to mine the slopes came from the nearby rivercourses or from the rain and was channelled into dykes, where itwas stored on the mountains themselves. The aqueducts, whichwere capable of transferring water from 100 kilometres away,were built using levelling apparatus called corobates. This type

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Los hombres, y en este caso los romanos, fueron unos continuos transformadores del paisaje. Arriba, una de las múltiples galeríasarañadas a la tierra por cerca de 100.000esclavos en el año 70 de nuestra era. En laimagen inferior, un manto de castañas en elsuelo. El castaño es el árbol más característicode la zona, que también fue traído por losromanos para enriquecer la dieta de los mineros.En la otra página, una escena estancada en el tiempo del pequeño pueblo de Bouzas.Man and, in this case, Romans are ever-presenttransformers of the landscape. Above: one ofthe many galleries scraped away by almost100.000 slaves in 70 AD. Below: a blanket ofchestnuts of the ground. The chestnut tree,brought by the Romans to enrich the miners’diet, is the most characteristic tree in the area.Next page: an old picture of Bouzas.

PASEO POR A WALK AROUND

Durante meses, los mineros no ven el sol y, muchos de ellos,

mueren en los pasadizos♦

For months, the miners cannotsee the sunlight and many ofthem die inside the tunnels

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corobates. Esta especie de antiguo nivel estaba formado por unaregla de unos seis metros de largo y dos patas con los extremos dotados de una plomada. Los nativos participaban de la exca-vación de los túneles a cambio de 70 denarios más una raciónde comida diaria. Y todo con un contrato entre las partes queconfirma que no se trataba de esclavos, sino de asalariados.

Según David Gustavo López, autor de una de las monografíasmás completas que se han hecho sobre ellas, en Las Médulas tra-bajaron durante 200 años más de 100.000 esclavos, se removie-ron y lavaron montañas enteras con un volumen aproximado alos quinientos millones de metros cúbicos de tierra, se excavaroncentenares de kilómetros de canales para la conducción del aguapor las abruptas laderas y los vertiginosos precipicios de los mon-tes Aquilanos, se realizaron innumerables obras secundarias, talescomo lavaderos, acueductos, presas, puentes y calzadas, se movi-lizaron legiones enteras para la protección del mineral en su tras-lado a través de la Península, y se engrosaron, a cambio, las arcasdel Imperio con más de 900.000kilos de oro. Cantidad ésta que jus-tifica sobradamente el esfuerzo quese realizó y que explica a la vez laverdadera razón de las sangrientasy largas guerras que Roma librócontra los astures, el pueblo quehabitaba la región que comprendíael territorio de Las Médulas y la mayoría de los yacimientos aurí-feros ibéricos, y el hecho ciertamente singular y extraordinario deque fuera el propio Augusto, acompañado de sus mejores gene-rales, quien dirigiera en persona la campaña militar.

Veinte siglos después, de todo aquello sólo restan un gran lagoartificial (el lago de Carucedo, formado por los desagües de lasexplotaciones), kilómetros de canales y de acueductos, pirámidesde piedras esparcidas por los montes (el sobrante de las cribas),el paisaje reventado y fantasmal de una montaña reventada porel agua y la erosión de 2.000 años, y la leyenda de un nombre quepara los romanos fue, unido al del territorio en el que se situaba,el sinónimo de ‘El Dorado’ que los conquistadores españoles bus-caron inútilmente en América: Las Médulas de El Bierzo. Ese ‘ElDorado’, que desde los picachos de Las Médulas se puede vercasi entero en los días claros, es una honda depresión, un granvalle circular rodeado por completo de montañas que ocupa todoel oeste de la provincia de León, en los límites de Galicia, y quecontinúa siendo, igual hoy que en tiempos de los romanos, unauténtico vergel. Porque, protegido por los montes de los fríos

of ancient spirit level was made up of a ruler of approximatelysix metres with two legs on the ends with a plumb line. The localsdug the tunnels in exchange for 70 denarii and a portion of food.And a contract was signed between the parties to show that theywere not slaves but rather employees.

According to David Gustavo López, author of one of the mostcomplete monographs on the mines, more than 100,000 slavesworked in Las Médulas over a period of two hundred years.All the mountains were worked and washed, totalling an appro-ximate volume of five hundred million cubic metres of earth.Hundreds of kilometres of channels were dug to carry the wateralong the steep slopes and the high precipices of the AquilanoMountains. An endless number of secondary works were carriedout, such as washers, aqueducts, dams, bridges and roads. Wholelegions were mobilised to protect the mineral on its way acrossthe Iberia Peninsula and the empire’s treasury was fattened

with more than 900,000 kg ofgold. This amount more than jus-tifies the efforts made and alsoexplains the true reason behindthe long, bloody wars Romefought against the Asturs, the peo-ple that inhabited the region inwhich Las Médulas de El Bierzoand most of the Iberian goldmines were located. It also ex-

plains the unique and extraordinary fact that it was Augustushimself who, accompanied by his best generals, directed themilitary campaign in person.

Twenty centuries later, there remain only a great artificial lake(the Lake of Carucedo, the result of the drains of the mines),kilometres of channels and aqueducts, pyramids of stones allover the mountains (what was left of the sieves), the broken,ghost-like landscape of a mountainside split by the water anderosion of two thousand years and the legend of a name which,together with the land in which it stood, was synonymous forthe Romans with the El Dorado the Spanish conquerors soughtin vain in America: Las Médulas de El Bierzo. This El Dorado,which, on clear days, can be seen almost in its entirety from t hepeaks of Las Médulas, is a deep depression, a great round valleycompletely surrounded by mountains that take up the west ofthe province of León on the border with Galicia and which,today, as in Roman times, stands as a true garden of paradise.It is sheltered by the mountains from the cold winds of the pla-teau of León, irrigated by various rivers and by the clouds that

mesetarios leoneses, regado por varias nubes y por los ríos que lellegan de Galicia a través del mayor de ellos, el famoso río Sil (yasaben: el que le da el agua al Miño, que es el que lleva la fama),El Bierzo, aparte de mineral, ofrece a quien lo cultiva todos losfrutos de la naturaleza: pimientos, vino, cerezas, manzanas, peras,castañas, hasta tabaco y frutos de otras regiones, como naranjoso limoneros, se pueden ver en sus huertos, acariciados más quecuidados por los bercianos. De ahí que florecieran por todo suterritorio cenobios y monasterios, como San Pedro de Montes oCarracedo, que le dieron el nombre de ‘Tebaida’ leonesa en laEdad Media, y de ahí que hoy crezcan por todas partes bodegase industrias hortofrutícolas que hacen de este rincón leonés unpaisaje bendecido por la historia junto con el carbón de su mine-ría. Ponferrada, Cacabelos, Fabero o Villafranca son los nombresde sus principales pueblos, pero son muchos más los que guar-dan los secretos y la esencia de esta tierra en la que todavía puedeatisbarse el brillo de la quimera del oro de los romanos.

come from Galicia on the largest of them, the famous River Sil(you know: the one that takes water to the Miño river, which isthe river that takes all the glory). Besides minerals, El Bierzooffers farmers all the fruits of nature: peppers, wine, cherries,apples, pears, chestnuts and even tobacco and fruit from otherregions, such as oranges and lemons, are all present on its land,looked after rather than grown by the locals. This led to theappearance all over the area of monasteries such as San Pedrode Montes and Carracedo, which gave it the name of the‘Tebaida’ of León in the Middle Ages. In turn, this explainswhy today fruit and vegetable industries and wineries are dot-ted all over the landscape, turning this area of León into onethat has been blessed by history, together with the coal from itsmines. Ponferrada, Cacabelos, Fabero and Villafranca are thenames of its main towns, but there are many more which holdthe secret and essence of this land, in which it is still possibleto make out the shining fancy of Roman gold.

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JULIO LLAMAZARES(Vegamián, León, 1955). Licenciado en Derecho, abandonó muypronto el ejercicio de la abogacía para dedicarse a la literatura.Enamorado de su tierra y portavoz del drama humano del abandonorural, este poeta, ensayista y narrador español –autor de ‘La lluviaamarilla’ y ‘El cielo de Madrid’, recientemente publicado– cultiva laliteratura de viajes, la crónica periodística y el guión cinematográfico.

(Vegamián, León, 1955) He graduated in Law but very soonabandoned the practice of his profession to devote himself to literature. In love with his land and spokesperson of the humandrama of rural abandonment, the Spanish poet, essayist andstoryteller-author of ‘La lluvia Amarilla’ and the recently published ‘El Cielo de Madrid’, writes travel literature journal articles and scripts.

De izquierda a derecha, arboleda otoñal cimbrando las casas de piedra de Carracedo; arco geminado de herraduravisigodo de la iglesia Peñalba; una escena rural de Villavieja, y vista de los tejados empedrados de Bouzas, uno de tantospueblos de El Bierzo amenazados por el abandono, que ahora resucitan gracias al turismo rural. Left to right: a coppice in autumn near the stone houses of Carracedo; a Visigoth horseshoe arch corresponding to thechurch of Peñalba; a country scene of Villavieja; and a view of the stone roofs of Bouzas, one of many villages in El Bierzo wich are now being recovered thanks to rural tourism.

Las minas leonesas engrosaronlas arcas del Imperio Romano

con más de 900.000 kilos de oro♦

The mines of León fattened thechests of the Roman Empire withmore than 900.000 kilos of gold

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