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Eduardo del Río

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Page 1: Eduardo del Río

L A C A R I C A T U R A P E R I O D Í S T I C A

E N M É X I C O Y

E D U A R D O D E L R Í O ( R I U S )

1

Page 2: Eduardo del Río

L A C A R I C A T U R A P E R I O D Í S T I C A

E N M É X I C O Y

E D U A R D O D E L R Í O ( R I

U S )

2

POR: JESÚS ARÉVALO ZARCO

Page 3: Eduardo del Río

3

PRIMERA EDICIÓN

A Mariana Arévalo, mi hermana

para que éste le ayude a encontrar

su vocación y que le ayude a

entender que el periodismo es una

carrera de muchas satisfacciones y

de mucho riesgo.

A todos los periodistas

que por sus trabajos han sido

perseguidos y asesinados por

conveniencias de políticos y

gente que quiere tener

buena apariencia ante la

sociedad.

Page 4: Eduardo del Río

AGRADECIMIENTOS:

A mis padres por haberme ayudado a tener una buena educación y

así hacerme más fácil mi propia superación y la realización de mi vida.

A Jesús Arévalo Amezcua, mi papá y mi asesor, quien me orientó en

muchos aspectos para la elaboración de este trabajo, además de que

escribió el prólogo del presente trabajo.

Al profesor J. Carmen por el apoyo brindado y por habernos

encomendado esta agradable e interesante tarea, ya que durante la

elaboración de esta obra he tenido muchas satisfacciones al saber que

estoy culturizándome, además de aprender a redactar y de conocer el

proceso de la elaboración de un libro.

A mis amigos y a mi hermano por el apoyo brindado, siempre que

necesité alguna opinión o consejo estuvieron ellos presentes.

4

Page 5: Eduardo del Río

L A C A R I C A T U R A P E R I O D Í S T I C A E N M É X I C O

Y

E D U A R D O D E L R Í O ( R I U S )

PRÓLOGO 6

INTRODUCCIÓN 8

CAPÍTULO I LA CARICATURA PERIODÍSTICA.

1.1 ¿Qué es la caricatura periodística? 11

1.2 Inicios de la caricatura. 17

1.3 El periodismo en la revolución. 22

CAPÍTULO II HISTORIA DE LA CARICATURA PERIODÍSTICA

2.1 El periodismo en la colonia 25

2.3 La caricatura periodística durante la revolución. 27

CAPÍTULO III LA CARICATURA EN LAS ÚLTIMAS DOS DÉCADAS.

3.1 Los siete maestros de la caricatura periodística. 31

5

Page 6: Eduardo del Río

3.2 El Gran Quezadilla (datos de Abel Quezada). 34

3.3 Datos de Oscar Conti (Oski). 35

3.4 Alberto Huici. 36

CAPÍTULO IV EDUARDO DEL RÍO (RIUS)

4.1 Datos biográficos de Rius.

4.1.1 Sus primeros años de vida. 40

4.1.2 Sus años mozos. 43

4.1.3 Sus años maduros. 47

4.2 Los modelos e influencias que tomó Rius. 50

4.3 Sus primeros trabajos como caricaturista. 52

CAPÍTULO V RIUS ANTE LA IGLESIA

5.1 Por qué se hizo “ateo”. 57

CAPÍTULO VI SUS IDEAS SOBRE EL CAPITALISMO.

6.1 Por qué se hizo comunista. 65

6.2 Cuba, la que cambió su vida. 74

6.3 Una polémica Cubana. 83

CAPÍTULO VII SU OPINIÓN SOBRE LA COMIDA.

7.1 Por qué se hizo vegetariano. 88

CAPÍTULO VIII OTRAS OBRAS DE RIUS.

8.1 Obras de Rius. 91

8.2 Libros y más libros. 96

6

Page 7: Eduardo del Río

BIBLIOGRAFÍA 99

PRÓLOGO

Que tal, me llamo Jesús Arévalo, y podría hablar mil maravillas

acerca del autor de esta obra ya que no es sólo una coincidencia el

que nuestros nombres sean iguales, el autor de este libro es mi hijo.

Así que procuraré ser objetivo y concentraré mis aseveraciones

únicamente en el trabajo en cuestión, dejando a un lado de este

prólogo lo que guardo en el corazón…

Cuando se me encargó ser asesor de un trabajo para Jesús sobre su

materia de Taller de Lectura y Redacción, en un principio, debo

confesar; no le di mucha importancia. Me imaginé que sería un trabajo

escolar como cualquier otro y simplemente eso de “asesorar”

implicaba más que nada una formalidad académica.

7

Page 8: Eduardo del Río

Sin embargo, vi con sorpresa que dicho proyecto no era un trabajo

rutinario, por el contrario, era algo a lo que Jesús le dedicaba muchas

horas de su vida cotidiana, y eso llamó mi atención, si bien yo se

perfectamente que mi hijo es responsable y dedicado; el tiempo

reservado para “su libro” era tal, que incluso pareciese que escribía su

testamento. El tema que seleccionó para su proyecto fue “La

caricatura en México” y me sentí muy orgulloso cuando me pidió

prestados mis libros sobre la materia, tengo algo de material, ya que

he sido un aficionado sobre el particular, desde siempre. Pero Jesús no

se contentó con los documentos existentes en casa e indagó, buscó,

investigó sin cansancio. Realmente puedo decir que durante este lapso

de tiempo hubo un escritor en casa.

Creo que ese es el principal mérito de este trabajo, lo infatigable

que fue el autor para con su investigación: diversas fuentes, material

publicado e inédito, gráficas y biografías, fotos y ensayos, libros y

revistas… en fin, la sala, su cuarto, el estudio, el comedor y hasta el

baño de nuestro hogar fueron víctimas de su búsqueda. Su

imparcialidad es también digna de mencionarse, ya que había

ocasiones en que la información contenida en dos fuentes distintas

chocaba y Jesús no se detenía hasta que encontraba algo que

resolviera la discrepancia en la información… puedo decir sin temor a

equivocarme que el libro que ahora nace es una excelente fuente para

que el iniciado, el aficionado y aun el conocedor se identifiquen,

aprendan, conozcan o reafirmen sobre el tema que en él se trata, es

8

Page 9: Eduardo del Río

un trabajo lleno de profesionalismo y entrega, de paciencia y

tenacidad, de perseverancia y tiempo…

Espero que el resultado todos lo encuentren tan satisfactorio como

yo. No me resta sino desear feliz lectura, y al autor, mi hijo; recordarle

la seguridad de mi apoyo y cariño…

Jesús

Arévalo A.

INTRODUCCIÓN

En esta obra no me voy a dedicar a hablar sobre aquellas

caricaturas que salen en la televisión, videos y cines; se va a hablar

sobre aquella caricatura que se publica en diversos periódicos y

revistas generalmente para satirizar los actos políticos a través de

diversos dibujos cómicos.

En el primer bloque de capítulos (del I al III) se van a tratar diversos

puntos de la caricatura periodística, tales como el bosquejo histórico

(tanto del periodismo como de la caricatura del mismo género), que va

a tratar de hacer un recuento o recuerdo de la caricatura periodística

desde su origen hasta nuestros días (siempre viéndolo enfocado a

México solamente); ya que la caricatura periodística tuvo grandes

repercusiones tanto en la colonia, en el México independiente, en la

9

Page 10: Eduardo del Río

revolución, en la reforma y aún en nuestros días seguimos viendo

diariamente nuevas publicaciones de este tipo de caricatura.

En los últimos cinco capítulos se va a tratar sobre Eduardo del Río,

un caricaturista contemporáneo que ha trabajado en este oficio

durante más de cuarenta años; este “monero”, como él se

autodenomina, ha influido bastante en la actitud y los trabajos de

nuevos periodistas, es un hombre que tiene bien firmes sus ideales y

que yo en particular admiro mucho.

Lo admiro mucho debido a que es un hombre que nunca se dejó

llevar por las opiniones de los demás, tiene sus propias ideas que

nadie le ha impuesto; además, creo que si existiéramos más

mexicanos como

él, el “borreguismo” que muchas veces nos caracteriza y que no nos

lleva a nada bueno, se estaría acabando y cada día habría más

innovaciones tanto en la forma de pensar como en el campo científico

y técnico.

En esta obra se habla mucho sobre Eduardo del Río, Rius porque es

una persona con una vida muy interesante; así como igualmente

resulta interesante saber sobre sus ideologías, y todos lo trabajos que

ha tenido en distintos periódicos y revistas; así como también conocer

a muy grandes rasgos, algunos de sus libros de muy variados temas.

Yo en lo personal no estoy de acuerdo con todas las ideas de Rius,

pero en esta obra, trato de plasmarlas cual si vinieran de él, para que

el lector pueda darse una idea más clara de sus ideas. A veces

10

Page 11: Eduardo del Río

también he pensado que a Rius lo que le gusta es llevar la contraria,

ya que:

Viviendo en una familia muy católica y habiendo ido al seminario,

se volvió ateo. En un país capitalista, vecino al mejor ejemplo de

capitalismo en el mundo, se volvió comunista, o mejor dicho socialista.

En el país de los tacos, se volvió vegetariano.

Todo esto nos lleva a pensar y a preguntarnos si nosotros somos

como somos porque así queremos ser o bien, porque así nos lo ha

enseñado nuestra cultura y no podemos ser nosotros mismos.

ATTE. (de guayaba)

el autor.

11

Page 12: Eduardo del Río

CAPÍTULO I

L A C A R I C A T U R A

P E R I O D Í S TI C A

12

Page 13: Eduardo del Río

1.1¿QUÉ ES LA CARICATURA PERIODÍSTICA? El origen del periodismo podemos situarlo en la época clásica, si

tomamos como tal los anales históricos y, en especial, los <<Acta

diurna populi romani>>, diario oficial del imperio.

En el renacimiento aparecen en Venecia las <<Gaceta>>, en

donde se da noticia del comercio marítimo.

La derivación del periodismo hacia la política se inicia en Inglaterra,

en la segunda mitad del siglo XVII. Los ilustrados franceses se oponen

a este cambio, defendiendo la prensa como instrumento de opinión.

En España, el primer periódico cotidiano es el <<Diario

Noticioso>>, que se comienza a editar en 1758. De gran importancia

fue la labor del <<Mercurio Gaditano>> y <<El Europeo>>, en el

siglo XIX, para la difusión del movimiento romántico.

En la actualidad son numerosos los diarios con una gran tirada, no

solo en la capital del país, sino en la mayoría de las ciudades. Un

fenómeno a destacar en estos últimos tiempos es la proliferación de la

llamada prensa del corazón.

El periodismo electrónico, el periodismo en la pantalla, ha

comenzado a funcionar en los países más avanzados. La informática y

la telecomunicación hacen posible sobre un soporte magnético o sobre

pantalla de televisión, conocer las noticias casi al mismo tiempo en

que se producen.

13

Page 14: Eduardo del Río

El periódico audiovisual está en marcha en México desde hace

algunos años. La técnica es simple: se necesita un centro emisor, una

empresa o grupo informativo que transmita por radio o por teléfono un

flujo de noticias y que estas sean recogidas y transformadas en letra

impresa en la pantalla.

La sociedad depende hoy en gran medida, de los medios de

comunicación. El desarrollo social se mide por los medios de

comunicación de que se disponga.

El periodismo, que en fin es un género relativamente moderno que

maduró a lo largo del siglo XIX, parece caer entre las fronteras de la

historia (su tema esencial suele ser la historia contemporánea), de la

literatura (por ser, en algunos casos, vehículo de obras literarias) y la

didáctica (en cuanto informa a los lectores).

El periodismo, desde su aparición se pone al servicio de los bandos

políticos. Por ejemplo, en época de liberales y conservadores en

México; «El Siglo XIX» defiende a los liberales, capitaneados por

14

Page 15: Eduardo del Río

Ignacio Ramírez, y ataca a «La Cruz», periódico de los conservadores,

capitaneados por Clemente de Jesús Munguía.

En esta obra, al hablar de “caricatura periodística” se refiere a

todos aquellos dibujos (generalmente cómicos) que se publican o se

intentan publicar en diversos periódicos y revistas. Estos dibujos,

generalmente van aunados a los acontecimientos actuales o a la

noticia; y su función es dar a conocer la opinión de algunos dibujantes

sobre la noticia y nos la hacen saber de la manera más amena posible.

Otro género literario semejante a la caricatura periodística, es la

historieta, también se hablará de ella ya que muchos de los personajes

que hicieron monos, también hacen historietas.

15

Antonio Rosales, soldado durante la guerra de losEstados Unidos contra México y fundador delperiódico El Cantarito.

Page 16: Eduardo del Río

Primero veamos qué es la historieta... La historieta es la forma de

caricatura destinada a divertir al lector en la que se representa una

historia mediante una secuencia de dibujos o fotografías y diálogos

estrechamente relacionados. Mientras que la caricatura supone un solo

impacto visual, las historietas comprenden varias situaciones

narrativas continuas, en las que la lectura tiene un papel importante.

La fuerza de este medio de comunicación masiva deriva, entre otras,

de las siguientes circunstancias: los temas están representados de

modo que el lector pueda identificarse fácilmente con los sentimientos

y actos de los principales personajes; los desarrollos son lo bastante

breves para retener la atención y generalmente emplean de modo

abundante los colores, con lo cual gana en vida y atractivo.

En México se publicaron en 1856 y 1857, como suplemento al

primero y segundo Calendario de Pedro Urdimalas, sendas estampas

con 20 cuadros cada una bajo el título de Santa Anna a la faz de sus

compatriotas, que pueden considerarse como las primeras historietas

a causa de su carácter satírico y festivo, según puede advertirse por el

texto de algunas de las escenas representadas: “Santa Anna es herido

en un pie en Veracruz” (1838), “Se coloca el pie de Santa Anna en

Santa Paula” (1842), “Entra Santa Anna en México con la Constitución

Federal en la mano” (1846), “Cae un rayo cerca de Santa Anna en el

camino de Toluca” (1855), “Santa Anna sale para Ario y le coje una

tormenta de agua (1855)”, “Santa Anna se hace pagar en Veracruz lo

que dijo se le debía” (1855).

La siguiente generación de historietistas mexicanos (1930 a 1950),

cada uno con su estilo personal, estuvo formada por AlfonsoTirado (El

flechador del cielo y El hombre invisible), Germán Butze (Pinito Pinole y

Los Supersabios), Abel Quezada (Máximo Tops y Rayo Veloz), Rafael

16

Page 17: Eduardo del Río

Araiza (Oreja de coliflor y La bruja Rogers), Gabriel Vargas (Virolo y

Piolita y La familia Burrón), José G. Cruz (Los hermanos Landers,

Adelita y las guerrillas y El Santo), Alfredo Valdés (Cuca Curvas, Pifas y

Don Simplicio), Leopoldo Zea Salas (Águila Roja y Bobby el inquieto),

Antonio Gutiérrez (El caballero azul), Francisco Flores (Flash el

vengador), Daniel López (Guerra interplanetaria) y Juan Reyes

(Taburay y El hombre azul), muy conocidos aún en la actualidad. En

ese lapso nació en México el primer diario de historietas del mundo:

Chamaco, al que siguieron Paquín y Pepín. En ellos se publicaron

Rolando el Rabioso, de Gaspar Bolaños; El Conejo Cornelio, Fantomas,

de Valdés; Jack en China, de Valdiosera; Torsón, de Ángel Zamarripa;

Simplón Colilla, de Miguel Patiño, y otros.

Otros dibujantes mexicanos de este género son Guillermo Yépez,

Rubén González, Jorge Aviña, Felipe Arcos, Bismarck Mier, Enrique

Ferrera, Narayanath Salazar, Constantino Nava, Alberto Cabrera,

Manuel Calles, José Pacindo, Arnulfo Valles, Edmundo Salazar, José

Cabezas, Joaquín Cervantes Bassoco, Manuel Moro, Rubén Lara,

Guillermo Marín, Jorge Carreño, Alberto Huici, José Suárez Lozano,

Jorge Pérez Valdez, Guerrero Edwards, Antonio Cardoso, Fausto

Buendía, Antonio Monroy, Cristóbal Velasco, Antonio Campuzano,

Constantino Rábago, Melesio Esquivel, Roberto Zambrano, Francisco

Galiado, Héctor García, Guillermo Cardoso, Sixto Valencia, Ricardo

Reyna, Eduardo Ferrer, César Cepeda, Luis Hernández, Ignacio Sierra,

Pedro Núñez, Luis Hernández, Rogelio Canchola, Joel Kuri, Eduardo

Martínez, Alfonso Tirado, Ramón L. Gaytán, Adolfo Mariño, Rafael

Gallur, José Gómez, Ángel J. Mora, Alfonso Segura, Juan Alva López y

Arturo Casillas. Son argumentistas, entre otros, Yolanda Vargas

17

Page 18: Eduardo del Río

Dulché, Fidel Lemus, Aurelio Morales, Eduardo Lozano, Miguel Miranda,

Héctor Denegri, Gilberto Rábago, Javier Reynag, Daniel Muñoz y

Rosalba de Valdez.

1.2 INICIOS DE LA CARICATURA.

La gran cantidad de diarios de la mañana, revistas ilustradas,

semanarios de caricaturas, liberales, católicos y extranjeros, que había

18

A Porfirio Díaz fue a uno de los

presidentes que más se le hicieron

caricaturas (quizá por su largo

periodo en el Poder)

Page 19: Eduardo del Río

en la ciudad de México hizo que surgieran nuevos reporteros y

literatos, muchos de estos discípulos de los experimentados

periodistas que se formaron en el siglo pasado.

Con profesionalismo se dedicaban a buscar la noticia que

interesaba a sus lectores, ya que en esta época no había privilegios en

las esferas oficiales para los reporteros, estos continuaban valiéndose

de muchos medios para conseguir una noticia.

Aunque había libertad de prensa, continuaban abiertas las puertas

de las prisiones de Belém y Ulúa para los opositores.

El 4 de octubre de 1903, los reporteros fundaron la asociación

mexicana de periodistas, en un local ubicado en el callejón de Santa

Inés. Tenían las siguientes bases constitutivas: “ (…) Elevar la dignidad

profesional, (…) elevar el nivel intelectual de los periodistas por medio

de conferencias, publicaciones, etc. … Nadie podrá ser rechazado o

excluido de la asociación por razones de ideas (…) para ser socio de la

agrupación, se requiere tener carácter de periodista”.

19

Page 20: Eduardo del Río

Entre los que integraron esta asociación estaban: Luis Frías

Fernández, licenciado Carlos Pereira, Antonio O. Páez, Federico García

Alba, Agustín V. Casasola, Antonio Rivera de la Torre, Fortunato

Herrerías, Carlos Valle Gargen, Amado Nervo, Luis G. Urbina, Miguel

Necochea, Manuel de la Torre, Carlos Rumarnag, Mariano Ceballos,

Rafael Medina, Irineo Paz, Pedro Halgestein, Enrique Bonilla, Salvador

Resendi, José Soriano, Ignacio Carranza y otros más.

La actividad de esta sociedad fue asombrosa con motivo de la

aparición de la peste bubónica en Mazatlán, organizaron festivales y

colectas para las víctimas; a los simpáticos voceadores les ofrecieron

en la Navidad y reyes, un festival donde se les repartió ropa y

juguetes.

A iniciativa del fotógrafo de El Imparcial, don Agustín V. Casasola,

se fundó en el año de 1911, la sociedad de fotógrafos de prensa, de la

cual fue electo presidente por los miembros de la agrupación que la

integraban: Sr. Ezequiel Alvarez Tostado, Samuel Tinoco, Antonio

Garduño, José Almagro, Miguel V. Casasola, Jerónimo Hernández,

20

Antonio O. Páez, miembro de la Asociación Mexicana de Periodistas.

Page 21: Eduardo del Río

Abraham Lupercio, Miguel Uribe, Rafael Sosa, Jesús Prieto Solórzano,

Eduardo Melhado, Isaac Moreno, E, Sotomayor, H. J. Gutierrez, y F.

Aguiluz.

Por esta misma época, el dinámico periodista Ignacio Herrerías,

fundó la asociación de periodistas metropolitanos, instalada en el local

de la avenida Isabel la Católica, No. 8, con nuevas bases para bien del

gremio.

Don Venustiano Carranza fue muy buen amigo de los periodistas. El

7 de Octubre concurrió al banquete que le ofrecieron los directivos de

El Demócrata Mexicano, señores José Ferrel y Querido Moheno, al que

asistieron los señores José Luis Manuel Rojas, Serapio rendón, Ignacio

Herrerías, Mario Victoria, Ernesto García Cabral, Manuel Machorra,

Enrique Uthof y otros más.

Durante la serie de despedidas que recibió el licenciado Francisco

León de la Barra, próximo a dejar el poder ejecutivo, el treinta de

octubre recibió a los Fotógrafos de la Prensa, en Chapultepec. Agustín

V. Casasola a nombre de sus compañeros le dijo: “(…) faltaríamos a un

gran deber al no acudir a usted, que nos ha llenado de atenciones y

finezas en nuestro cumplimiento del deber (…) Usted ha inaugurado la

etapa de la libertad de la fotografía periodística (…)”.

Otra iniciativa del presidente de la asociación de fotógrafos de la

prensa, don Agustín V. Casasola, fue la de instalar una exposición de

los mejores trabajos ejecutados por los redactores gráficos.

21

Page 22: Eduardo del Río

El presidente de la república, don Francisco I. Madero asistió el 15

de diciembre a la solemne clausura de la exposición, donde quedó

gratamente impresionado de los trabajos expuestos y les dirigió unas

palabras de estímulo y aliento para continuar superándose y que se

proponía impulsar las artes y conceder pensiones a los artistas que

más se distinguieran en sus diversas actividades.

El 5 de marzo de 1912, la Asociación de periodistas metropolitanos,

efectuaron una becerrada en la Plaza de Toros “El Toreo”, en la que

figuraban como matadores: Mario Victoria, Ernesto Herrerías, Enrique

de Llano y Antonio O. Páez; Picadores: Carlos Toro, Gerald Brandon,

Fernando Ramírez de Aguilar, Ernesto García Cabral, Santiago R. de la

Vega, Aldo Baroni; banderilleros, Abraham Lupercio, Miguel Casasola,

Gilberto Calderón, Gonzalo Espinosa, Joaquín Piña, Samuel Tinoco,

Alfonso Barrera Peniche, Leopoldo Toquero, Luis Tornel Olvera,

Eduardo Melhado y Luis Malváez.

Los acontecimientos políticos que se sucedieron posteriormente,

fueron motivos para que se disgregaran muchos periodistas de la

asociación.

22

Ricardo Flores Magón y su hermano Enrique F. M. En la cárcel de Los Angeles, California, Estados Unidos.

Page 23: Eduardo del Río

En agosto de 1913, vuelven a reunirse los periodistas y forman una

nueva sociedad de la prensa. La primera Agencia de Información

Fotográfica que se estableció en México, la fundaron don Agustín V.

Casasola y Gonzalo Herrerías en la calle de Nuevo México No. 76.

Herrerías fue llamado a dirigir el diario “El Independiente” y Agustín

Casasola con sus fotógrafos Refugio Martínez, R. Aguiluz, Agapito

Lazaga, Luis Santamaría y otros más, que no se daban reposo para dar

información gráfica a un gran número de diarios y revistas, tanto de la

capital como del extranjero.

A esto había que agregar, el envío de fotógrafos a los campos de

batalla durante la revolución constitucionalista, motivo por el cual, don

Agustín Casasola tuvo que recurrir a su hijo Gustavo (Autor de la

colección “6 siglos de historia gráfica de México”)* a que saliera con la

cámara fotográfica a suplir con los ausentes.

Con los conocimientos que había adquirido en el laboratorio y como

ayudante cargando la cámara, hizo su debut el 8 de septiembre de

1913 como informador gráfico.

23* Colección de la que fue obtenida esta información.

Don Agustín Casasola,

padre de Gustavo C. (autor

de la colección “6 siglos de

historia gráfica de México)

Page 24: Eduardo del Río

1.3 EL PERIODISMO EN LA REVOLUCIÓN.

Con los trascendentales acontecimientos que se sucedieron en la

República, tanto los periodistas como los fotógrafos, acudían a cumplir

con su deber a fin de dar amplia información a sus periódicos.

En noviembre de 1910, estalló la revolución maderista en Puebla.

Allí estaban Ignacio Herrerías y Agustín V. Casasola.

Como el movimiento armado se extendía por todo el país, los

periodistas y fotógrafos se concentraron en Ciudad Juárez.

Al triunfo de la revolución, los periodistas siguieron a Don Francisco

I. Madero en sus giras triunfales y, después a la gran serie de

sublevaciones y asonadas que hubo durante el año de 1912, como la

revolución orozquista, zapatista, felicista, etc.

En el mes de agosto, un grupo de periodistas y fotógrafos salieron

rumbo al sur con objeto de llegar a entrevistar a Emiliano Zapata y dar

más amplia información de su revolución. Lograron llegar hasta su

madriguera. Emisarios iban y venían, pero el jefe suriano no los dejó

llegar a su presencia, viéndose obligados a regresar a la capital.

Mientras esto sucedía, de la ciudad de México salía un tren militar

en el que iban los corresponsales Ignacio Herrerías, Humberto Straus y

el fotógrafo Rivera. Al llegar el convoy a Ticumán fue asaltado por los

zapatistas e incendiado el tren, muriendo quemados la mayoría de los

ocupantes. Los periodistas efectuaron una manifestación muda de

protesta por tan alevoso crimen.

24

Page 25: Eduardo del Río

En febrero de 1913 estalló el cuartelazo de la ciudadela y el

elemento periodístico expuso su vida en todo momento. Hubo de

valerse de todos los medios para entrar a la ciudadela. Allí estaban las

verídicas informaciones.

El triunfo de la asonada de la ciudadela, trajo como consecuencia la

revolución constitucionalista encabezada por don Venustiano Carranza.

Aquí es donde los periodistas y fotógrafos tuvieron que

multiplicarse para dar amplia información que la censura del gobierno

que el general Huerta lo permitía, pero don Agustín V. Casasola tuvo la

percepción clara del sentido histórico de su profesión y logró formar

una gran documentación para la historia y las generaciones venideras.

25

Page 26: Eduardo del Río

CAPÍTULO II

H I S T O R I AD E L A

C A R I C A T U R A

P E R I O D Í S TI C A

26

Page 27: Eduardo del Río

2.1 EL PERIODISMO EN LA COLONIA.

El 1º de enero de 1722 se publicó en la Nueva España, la “Gazeta*

de México” a iniciativa del presbítero y después obispo de Yucatán,

doctor Juan Ignacio Castorena Ursúa y Goyeneche, la que editó seis

números, dejando de publicarse en el mes de julio debido a las críticas,

censuras y murmuraciones de los envidiosos que lo atacaron.

Castorena Ursúa nació en la ciudad de

Zacatecas, fue colegial del Real de San

Ildefonso de México, doctor jurista de la

Universidad, fue a España donde recibió el

grado de doctor teólogo en la Universidad

de Ávila, a su regreso a México coronó la

mitra de Yucatán, en su tierra natal fundó el

colegio de los Mil Ángeles, se destacó en

todos sus actos, murió a los sesenta y cinco

años de edad.

Anteriormente se publicaban hojas

volantes o gacetas, las que sin regularidad

daban las noticias de los sucesos más sobresalientes de la época. En

1728 volvió a publicarse la “Gaceta de México”, bajo la dirección de

27

* En diferentes épocas escribían el nombre de “la Gaceta” con c. y con z.

Constantino Escalante

Page 28: Eduardo del Río

don Juan Francisco Sahagún Arévalo Ladrón de Guevara. Esta vez se

publicaron treinta y siete números conteniendo cuatro páginas cada

uno, hasta 1739 en que se suspendió. De 1740 a diciembre de 1742,

salió a la luz pública un nuevo periódico con el nombre de “Mercurio de

México”. Después se publicó la “Gaceta de literatura de México”, por

don Antonio Alzate y el “Mercurio Volante” de don José Ignacio

Bartolache.

El 3 de noviembre de 1784, don Manuel Antonio Valdés, resucitó la

“Gaceta de México” el que fue impreso en los talleres de Zúñiga

Ontiveros, haciendo de él, un periodista oficial y terminando de

publicarse en 1810. En 1805, se fundó el “Diario de México”, el que fue

el primer periódico cotidiano y en el cual colaboraban Carlos María

Bustamante, Jacobo Villaurrutia y otros más.

28

Fernando Benitez, autor de la novela el Agua envenenada.

Page 29: Eduardo del Río

2.2 LA CARICATURA PERIODÍSTICA DURANTE LA

REVOLUCIÓN.

José Guadalupe Posada fue un pintor e ilustrador de esta época,

muchas de sus ilustraciones se publicaron, sus obras ofrecen una

visión satírica de personajes políticos (Entre ellos Porfirio Díaz)

contemporáneos y una irónica transposición de seres legendarios a un

mundo de esqueletos y calaveras. Supo llegar al pueblo a través de

sus ilustraciones para una serie de vidas de santos, milagros,

crímenes, leyendas, etc., cuyos textos transcribía en imágenes

simples, realistas y de gran fuerza expresiva.

La oposición más franca a la dictadura del general Díaz fue la

presentada por la prensa revolucionaria. Publicaciones revolucionarias

como “El diario del hogar”, “El amigo del pueblo”, “La huelga”, “La

alianza de los obreros”, “El obrero” y “El hijo del ahuizote”, eran

clausuradas y sus impresores detenidos; pero esa actitud del gobierno

porfirista solo servía de acicate para que volvieran a la luz pública con

otros nombres tales como “El alboroto”, “El diablo alegre”, “El perico”

y “El escándalo”. Todas esas publicaciones de pleno enfrentamiento al

29

Caricatura contra la intervención francesa.

Page 30: Eduardo del Río

gobierno de Díaz, eran consideradas por los intelectuales de esa época

como prensa de arrabal. Sin embargo, lo único que estos demostraban

con ese aparente desprecio, era la impotencia para detener la labor

informativa de dichos periódicos.

La actitud represiva del régimen en contra de las ideas de la

oposición, plasmadas en diversas publicaciones, así como la profunda

miseria existente entre los campesinos y obreros, hicieron posible el

estallido revolucionario a finales de la primera década del presente

siglo.

EL AHUIZOTE. Por el sentido de

molesto, irritante e insufrible, que

se le da popularmente, el término

ha sido utilizado como nombre de

revistas satíricas. La más famosa

fue El Ahuizote (1874-1876),

fundada y dirigida por Vicente Riva

Palacio para hacer oposición al

gobierno de Sebastián Lerdo de

Tejada. Se presentaba como

“semanario feroz aunque de

buenos instintos”. Son notables las

caricaturas políticas que en él

publicaron Jesús T. Alamilla y José

María Villasana, y los artículos que

produjo el espíritu agudo y mordaz

30

Page 31: Eduardo del Río

de Riva Palacio. En 1911, Miguel Ordorica y Pedro Malabehar editaron

un semanario del mismo nombre que tuvo corta vida y desde el cual

combatieron la Revolución. El Ahuizote Jacobino se llamó una revista

de caricatura y crítica que fundó en 1904 Daniel Cabrera, en la que

atacaba “el reeleccionismo y el prorroguismo”. El propio Cabrera había

dirigido anteriormente El Hijo del Ahuizote (1885-1902), fundado por

Manuel Pérez Bibbins; enemigo violento del gobierno porfirista, este

periódico se definía a sí mismo como “semanario feroz, aunque de

nobles instintos políticos y sin subvención como su padre, y como su

padre, matrero y calaverón”. En sus páginas quedaron buenas

muestras de caricatura política, de Cabrera y otros dibujantes de la

época.

31

Salvador Pruneda, caricaturista e impulsor del noticiero mexicano, también colaboró en la elaboración de algunas ediciones de El Ahuizote.

Page 32: Eduardo del Río

32

Page 33: Eduardo del Río

CAPÍTULO III

L A C A R I C A T U R A

E N L A S Ú L T I M A S

D O S D É C A D A S

3.1 LOS SIETE MAESTROS DE LA CARICATURA PERIODÍSTICA.

Los maestros de los años cincuenta, en los años en que Rius se

empezó a interesar por la caricatura, eran indudablemente estos siete:

33

Page 34: Eduardo del Río

el Chango Cabral, Arias Bernal, Freyre - alumno de Cabral -, Audiffred,

Fa-cha (alumno de Audiffred), Medina de la Vega y Guasp, el

valenciano aislado en México que hacía en cartones que eran un

prodigio de ingenio verbal, pero que pocos entendían. Esos eran los

siete magníficos, los consagrados por el tiempo y su trabajo.

En segundo plano estaban el viejo Pruneda (Salvador) y los ya

maduros, que se movían mas en la historieta que en el cartón editorial:

Guerrero Edwards y su chicharrín, Gabriel Vargas con los Superlocos, y

el maestro Germán Butze y sus Supersabios, Bismarck Mier y su

pocaluz y Gaspar Bolaños con Rolando el Rabioso.

Una de las razones de que hubiera tan pocos caricaturistas en

México, era los pocos medios donde se publicaban caricaturas. Solo

había cinco o seis periódicos (Excélsior, El Universal, La Prensa,

Novedades, y los diarios de mediodía).

Tampoco había revistas humorísticas permanentes (excepto Ja-já,

que difícilmente podría considerarse una revista de humor). Por ello los

siete se consideraban los reyes de la caricatura mexicana, que veían

con temor el surgimiento de una nueva generación de moneros que

empezaban a dar de que hablar, por el nuevo estilo de humor que

estaban manejando.

Al iniciarse pues en el oficio del mono, Rius, tenía como maestros a

seguir (o a no seguir) a los Siete y a gente como Abel Quezada, Isaac o

Huici. Por afinidad de edad, optó por alinearse con los “modernos”.

34

Page 35: Eduardo del Río

Rius confesó su admiración por Abel Quezada, pero debe admitir

con agrado, sus simpatías por el trabajo de Alberto Isaac y RAM, que

empezaban por ese tiempo a destacar.

El estilo de Huici le gustaba también, pero el hecho de que no

estaba haciendo caricatura política, quizás por imposibilidad

(confesada) de no tener suficientes ideas para hacer el cartón diario, lo

borraron de la lista. A falta de esas habilidades, el narizón Huici se

convirtió en un extraordinario caricaturista personal.

Ideológicamente hablando, no le gustaba nada a Rius el trabajo de

Los Siete. No porque tuviera ya desde entonces ideas de izquierda

(aunque declara que desde que salió del seminario empezó a

averiguar si no había otras verdades que no fueran las de la Biblia),

sino porque se le hacía obvio que los cartones de Arias Bernal, Freyre,

Cabral o Fa-cha, se alineaban casi siempre por el lado del gobierno y

de los intereses norteameriyanquis.

La prueba máxima fue la campaña orquestada por la USA Embassy

en contra de Guatemala, que aparte de aparecer en los diarios, ganó la

publicación como libro de todas esas execrables caricaturas. “Siete

dibujantes con una idea” llamose el librito editado por la embajada.

Sus simpatías ideológicas se inclinaban más bien hacia la línea que

manejaban Isaac y Quezada, que sin ser consideradas de izquierda,

contenían una buena dosis de crítica a la sociedad priísta mexicana.

35

Page 36: Eduardo del Río

3.2 EL GRAN QUEZADILLA (DATOS DE

ABEL QUEZADA).

El finado Abel Quezada fue junto con

Steinberg y Oski, el tercer ángulo de “La

36

Page 37: Eduardo del Río

Santísima Trinidad” del humorismo gráfico. Lo primero que Rius

conoció de él, fue una historieta que se llamaba “La mula maicera,

Máximo Tops”. Después supo que estaba de cartonista en Ovaciones y

Cine –mundial.

Algo que sorprendió de Quezada a medio México (entre ellos Rius),

fue la frescura, el desenfado y la poca solemnidad que manejó el hijo

de Comales desde el principio de su carrera. Quezada se burlaba de

todo, hasta de sí mismo (cosa inusual en el medio), creando unos

cartones llenos de letreros por todas partes, que acompañaban a unos

monos malhechos y jocosos que se pitorreaban de los políticos, los

arzobispos, la nobleza pulquera, los nuevos ricos y los snobs (entre

otros).

Aquellos monigotes de sus primeros años vinieron a revolucionar a

la caricatura mexicana que se hallaba anquilosada en las glorias de

Cabral, Arias Bernal, Freyre o Audiffred, que siendo innegables

caricaturistas y buenos dibujantes, se habían anclado en la fórmula

rutinaria del cartón tipo gringo. Como quien dice se habían acartonado.

3.3 DATOS DE OSCAR CONTI (OSKI).

En un libro de Rius, dice que el verdadero nombre de este novelista

argentino es Oscar Conti, y según la Enciclopedia Salvat se llamaba

37

Abel Quezada

Page 38: Eduardo del Río

Haroldo Conti; lo único que puedo afirmar con certeza es que firmaba

con el seudónimo de Oski todos su dibujos.

Oski nació en 1921 en Argentina. Es uno de los más importantes

narradores surgidos de la generación de los 60. Su producción está

marcada por la minuciosidad en la descripción, el notable tratamiento

de la temporalidad novelística y un gran lirismo.

Entre sus obras sobresalen Sudeste, Alrededor de la jaula, Con otra

gente, y En vida (en 1971, por la que recibió el premio Barial).

En los sesenta, la única revista de humor que se podía conseguir en

México –en español, claro- era la argentina Rico Tipo donde

colaboraban Divito, Lino Palacios, Cesar Bruto, y Oski, entre otros.

Oski apareció en el horizonte del humor gráfico armado de un

desenfado carcajeante y un dibujo infantil que les hacía factible dibujar

a los que no sabían hacerlo. Rius lo conoció años después y acabaron

siendo amigos, de esos que se escriben e intercambian noticias y

regalos.

En su último viaje a México, le regaló algo inapreciable que Rius

conserva todavía como una joya: su paleta de pintor con el óleo

todavía fresco y con una dedicatoria personal completada con uno de

sus horrorosos y comiquísimos mono inimitables todavía.

3.4 ALBERTO HUICI.

38

Page 39: Eduardo del Río

Fue el primer amigo en el negocio de la caricatura de Rius. El cinco

años mayor que Rius, se había iniciado haciendo monos para la revista

Don Timorato, surgida para apoyar la candidatura de Miguel Alemán y

dirigida primero por Arias Bernal y después por Cadena M. Cuando una

serie de problemas político- económicos obligaron al Brigadier de

Aguascalientes a renunciar junto con el estupendo equipo de

colaboradores que hacía originalmente la revista.

Renato, Fa–cha, Freyre, Cabral, Audiffred,

X. Peña y otros de esa categoría se fueron

con la música a otro lado, y Cadena se

39

Cinco cartones de Alberto Huici, el caricaturista mexicano.

Alberto Huici

Page 40: Eduardo del Río

encontró con el problema de llenar 32 páginas con algo que pudiera

suplir medianamente el trabajo de aquellos monstruos del humor. Y

descubrió que había toneladas de cartones que chavos nuevos habían

estado enviándole al brigadier a ver si los publicaba.

Entre esos “Picassos” (así los llamaba Arias Bernal) estaba Huici y

estaban un tal Abel Quezada y otro tal Alberto Isaac, lo mismo que

RAM, Puga, David Carrillo, Trisner, Narayanath Salazar, Jorge Tovar,

Bismarck Mier, Leonardo Vadillo, Jorge Carreño, Becerra y otros que

con el tiempo se convirtieron en famosos.

Cadena les dio oportunidad a todos. Huici firmaba entonces “de la

Torre” – su segundo apellido – y después adoptó el Huici como su

nombre de batalla, dejando de firmar a mano y adoptando una firma

hecha en tipografía.

Huici, ya fallecido, se convirtió en el guía de Rius al proceloso

mundo de las revistas y periódicos, dándole consejos y tips para

sobrevivir en ese mundo de editores tiburones que se hacen los

occisos a la hora de pagar, que ejercen censura sobre el trabajo y que

acaban haciéndose ricos a costillas de los pobres moneros que se

inician en esta bocabajeada profesión.

Huici trabajaba en Ja-já haciendo estupendos cartones a color con

chistes bastante flojos, pero muy bien dibujados. Huici le enseñó a Rius

a manejar el gouache* y a empinar el codo en La Mundial.

40

Page 41: Eduardo del Río

41

*Voz francesa del italiano guazzo, por aguazzo, es un procedimiento empleado en la pintura a la aguada, con colores desleídos en agua y goma, los cuales se dan por capas opacas. Se llama también guazza.

“La muerte y las máscaras”, pintura hecha con la técnica del gouache.

Page 42: Eduardo del Río

CAPÍTULO IV

E D U A R D O D E L R Í O

( R I U S )

42

Page 43: Eduardo del Río

4.1 DATOS BIOGRÁFICOS DE RIUS.

4.1.1 SUS PRIMEROS AÑOS DE VIDA.

Tercer hijo de un endeudado comerciante que murió antes de que el

pequeño cumpliera un año de vida, Eduardo Humberto del Río García,

nació en Zamora Michoacán el 20 de junio de 1934.

Su padre (Antonio del Río), murió cuando Rius tenía sólo seis

meses. La familia de su papá se negó rotundamente a ayudarlos, así

que, tuvieron que ir a quedarse a la casa de una hermana de su

mamá. Toda su infancia vivió en vecindades.

Rius, al igual que sus dos hermanos (Antonio y Gustavo), estudiaron

en el seminario de los salesianos por razones económicas. No podían

pagar una escuela particular y a la mamá no le gustaban las federales

porque eran socialistas y la mamá era sumamente católica.

43

Rius, al igual que sus hermanos, fue educado en el seno de una familia muy católica.

Page 44: Eduardo del Río

Fallecieron dos de sus hermanos y sólo quedaron tres. Para poder

trabajar en “algo”, emigraron a México D.F., Eduardo fue el último en

nacer.

La familia del zamorano era muy católica, y tenía muchos familiares

sacerdotes, pero de los tres del Río García, no se hizo ni un cura.

Estudió en el bachillerato de jesuitas. Un millonario llamado don

Eduardo del valle les financió a los tres hermanos sus estudios en el

seminario. Estudió en el bachilleratos, que luego se convirtió en el

Instituto Patria, precursor de la Universidad Iberoamericana.. En

tiempos de Porfirio Díaz su hermano mayor era cuasi - padre en la

Iglesia de Santa Inés. Rius se preparó muy bien en la escuela

salesiana, Plutarco Elías Calles quitó esas escuelas por ser católicas y

el michoacano tuvo que buscar otro lugar en donde estudiar.

De 1943 a 1950 estuvo en internados católicos. Con los salesianos

para llegar a ser cura, se tienen que estudiar cuatro años de latín, un

año de noviciado, tres años de filosofía, dos años de tirosinio*¹ y

finalmente dos años de teología, por lo que pocos llegaban a terminar,

Rius llegó hasta el noviciado*2.

Una semana antes de la ceremonia para darle la sotana, el director

del aspirantado llamó a del Río y le dijo que se tenía que regresar a su

casa, ya que no reunía las condiciones necesarias para ser cura

salesiano (era muy rebelde y no creía en las instituciones vaticanas).

44

*¹ Viene a ser el servicio social o bien, práctica del magisterio en

una escuela salesiana.

*² Cuando los invisten con la sotana negra, símbolo de pertenencia formal a la

iglesia católica, apostólica y romana.

Page 45: Eduardo del Río

Pero, ¿de qué le sirvieron a Rius 7 años con los salesianos?

(Confesado por él mismo en uno de sus libros). Su pertenencia dentro

de la iglesia lo convirtió en ateo respecto a todo Dios inventado por las

iglesias. Al zamorano le parecen totalmente ridículos los misterios de

la fe católica, por ejemplo, el hecho de que “Un niño naciera de parte

de una muchacha que tuvo contacto con un tal espíritu Santo y su

posterior ascensión al cielo con todo y zapatos”.

Otra razón que lo hizo separarse de la iglesia fue que ésta o mejor

dicho, los clérigos, desde tiempos muy remotos, han venido

comercializando la fe. Sin embargo, el michoacano agradece a los

salesianos que le hayan enseñado a comer de todo, a vivir con

privaciones, a tener una disciplina de trabajo y a jugar fútbol y trepar

cerros. Lo que no les agradece es que les tuvieran prohibida la lectura

de Salgari* y Julio Verne, que le hayan enseñado a odiar a Hidalgo,

Juárez y Morelos.

45

*³ Emilio Salgari fue un novelista italiano. Autor de numerosas

novelas de aventuras, alcanzó basta popularidad entre la juventud

con obras como “Il cosaro nero” o “Il re del mare”.

Page 46: Eduardo del Río

4.1.2 SUS AÑOS MOZOS.

Después de ser corrido del seminario, tuvo muy diversos empleos.

Primero como lavador de vasos en una cantina clandestina por el

mercado de Tacuba; luego embotellando refrescos en una también

clandestina embotelladora (El Popo), propiedad de sus hermanos

mayores; Luego en la encuadernadora de editorial América, editora de

Walt Disney; después como cajista en la imprenta de Santa Julia; luego

vendiendo libros, jabones y marcos de casa en casa; luego como

burócrata en estadística y finalmente en la funeraria Gayosso, donde

estuvo hasta 1956 contestando teléfonos.

Curiosamente se hizo caricaturista por accidente, tomando el lugar

de su hermano Gustavo (tres años mayor que Rius), que era en

realidad quien iba para eso.

Nuestro monero había decidido estudiar arquitectura; pero por no

tener papeles ni de primaria, y por la imposibilidad económica de

cursar toda la secundaria y toda la preparatoria, pagando materias y

presentando exámenes extraordinarios, se convirtió en trabajador de

lo que fuera.

Tras muchos intentos en varias ocupaciones a cuál más ajenas a

sus gustos, terminó estabilizado en la funeraria Gayosso.

Gustavo en cambio, ya había iniciado una carrera haciendo dibujos

comerciales y tiras que trataban de ser cómicas, para un periodiquito

46

Page 47: Eduardo del Río

de los salesianos titulado “el amigo de la niñez”, que se vendía

domingo a domingo en las iglesias de los salesianos.

Sin embargo, un día le dio la locura y regresó al seminario, de

donde había salido tres o cuatro años atrás. Quería ser cura. Antes de

irse, le dejó sus chambas a Eduardo; hacerles de vez en cuando

dibujos a los Henaine (Capulina y sus habanos), que tenían un negocio

de mercería en La Merced, casi enfrente de San Carlos.

47

Al regresar su hermano

Gustavo al seminario

(para volverse a salir un

año después) Rius se

encargó de sus trabajos.

Page 48: Eduardo del Río

Otros trabajitos que le heredó Gustavo fueron las tiras para el

periodiquito y las portadas para unos libritos que los salesianos

sacaban cada mes con novelitas fresas.

Lo que Rius dibujaba en la funeraria Gayosso no eran precisamente

monitos, sino cosas que tendían más al dibujo publicitario. Inclusive,

entró a estudiar esa carrera en San Carlos, con tan mala suerte que le

tocaron dos huelgas y se salió.

Entró después a las clases nocturnas de una escuelita de dibujo

publicitario en la colonia Guerrero, donde apenas estuvo dos meses

por falta de lana para pagarla.

A partir del regreso de su hermano al seminario (donde no duró ni

un año), empezó a hacer la tira, los dibujos para los Henaine y las

portadas para los libritos. Esto debe haber sido en 1952 o 53, pues ha

perdido todo lo que hizo.

Nuestro monero confiesa que su hermano Gustavo era el dibujante

de la familia; Gustavo prometía ser un buen dibujante y algún tiempo

trabajó en ARS UNA, la famosa agencia publicitaria, en donde Renau

hizo sus estupendos carteles cinematográficos.

Tenía mucha facilidad para el dibujo, pero le fallaban dos cosas: no

tenía constancia y no se le daban ideas para los monos.

El zamorano ya había iniciado sus colaboraciones en Ja-Já y había

decidido renunciar a la funeraria y dedicarse de tiempo completo a los

monos.

48

Page 49: Eduardo del Río

Don Jaime Arrangoiz, dueño de Gayosso, le había ofrecido

formalmente enviarlo a estudiar a St.. Louis Missouri la tranquila

profesión de embalsamador visto que el que la hacía de eso en las

funerarias, el Dr. Díaz Iturbide, paisano de nuestro personaje, ya

estaba cerca de volverse cliente de la funeraria. Rius lo pensó dos

veces (o más), pero finalmente decidió no irse del país y jugarse el

futuro haciendo monigotes. Así fue como el destino, que según los

tangos es intallable, lo puso en el camino en el que lleva ya más de

cuarenta años de penas y glorias.

4.1.3 SUS AÑOS MADUROS.

49

Page 50: Eduardo del Río

En 1962 Rius empezó a colaborar en el suplemento Marca Diablo de

paco Ignacio Taibo y las publicaciones Siempre!, Sucesos, Política, la

Prensa, Diario de México y el Universal.

Poco más de tres años después, cierta noche que del Río vagaba

pensativo por la ciudad de México, en una esquina encontró a Rafael

Viadana, veterano caricaturista afanado por ese entonces en la

fundación de una editorial con Octavio Colmenares, un empresario que

se hizo notorio en 1994, cuando el cantante Luis Miguel lo demandó

judicialmente por daño moral, Viadana le propuso al michoacano que

hiciera una historieta al estilo de la familia Burrón de Gabriel Vargas

para la nueva revista.

Rius emprendió un viaje en tren por pueblecitos de Michoacán y

visitó a sus familiares: - una familia de locos – refiere; mis parientes

eran tan asombrosos que no hubo necesidad de inventar personajes.

Todo fue cuestión de retratarlos con fidelidad. Ahí estaban ya de carne

y hueso con las características necesarias.

El resultado fueron los supermachos, habitantes del imaginario

pueblo de San Garabato de las Tunas: Una somnolienta localidad

donde se escenificaba lo que ocurría y se ocultaba en el país. El tiraje

inicial de 20 000 ejemplares se duplicó en pocas semanas y antes de

un año superó los 100 000 por edición. A mediados de los años 60 se

tiraban más de 200 000.

Según del Río, la popularidad de la historieta enfadó al entonces

presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien ordenó a su secretario de

50

Page 51: Eduardo del Río

gobernación, el avieso Luis Echeverría Álvarez, hacer algo para

disminuir la virulencia de las críticas de la revista al régimen.

Por esas fechas murió Viadana de un infarto y Colmenares quedó

como único propietario de la empresa. Temeroso de Echeverría, el

editor empezó a censurar las tiras cómicas del michoacano.

Las discusiones entre caricaturista y patrón se volvieron frecuentes.

Finalmente, con auxilio de funcionarios del gobierno, Colmenares

consiguió registrar a su nombre los derechos de autor de Los

Supermachos, dejando a Rius fuera de la jugada.

El monero no se amilanó: persuadió a un exvendedor de libros,

Guillermo Mendizábal, de fundar en 1968 Editorial posada para

publicar una nueva creación de Rius: los agachados.

En el primer número apareció en portada un dibujo de Calzonzin y

Chon Prieto, (personajes inventados por Rius). De inmediato,

Colmenares envió a sus abogados a reclamar el uso de personajes que

le pertenecían legalmente. Furibundo, Rius debió inventar nuevos

personajes, incluido Octaviano Trastupijes, un inescrupuloso abogado

inspirado por el dueño de los Supermachos.

En los agachados, el caricaturista incorporó elementos novedosos:

grabados antiguos, fotografías, dibujos ajenos, y recortes de prensa.

Más tarde empezó a publicar libros (más de ochenta) en los cuales

abordaba con gran éxito de ventas una extensa cantidad de temas,

desde la Biblia hasta el vegetarianismo.

51

Page 52: Eduardo del Río

Por esa época, también fundó una revista de sátira política,

bautizada La Garrapata (el azote de los bueyes). Dicha revista fue

co-dirigida por otros tres talentosos moneros, Rogelio Naranjo, Helio

Flores, y Emilio Abdalá. La publicación pronto irritó al régimen y

acarreo problemas de circulación por la negativa del monopolio estatal

(PIPSA) para venderle papel, amenazas a empleados de la empresa e

incluso el secuestro de Rius en 1969 a manos de judiciales para

golpearlo y amenazarlo de muerte en caso de continuar atacando al

gobierno.

Adicto al trabajo, Rius participó en 1994 en la revista el Chamuco

(Editorial Grijalbo). – A los sesenta y cinco años de edad me siento

satisfecho con mi trayectoria profesional, pues creo que contribuí al

auge gozado por el género actualmente. Con modestia puedo señalar

lo dicho por el subcomandante Marcos: << En provincia la política

llegaba por Rius o no llegaba, así era, punto>> -.

4.2 LOS MODELOS E INFLUENCIAS QUE TOMÓ RIUS.

52

Page 53: Eduardo del Río

En “Rius para principiantes”, el autor afirma: <<La verdad es que

yo no quería ser caricaturista, sino dibujante “serio”, o como se les

dice ahora, diseñador gráfico e ilustrador>>. Su sueño era hacer

carteles, portadas de libros, formato de revistas y hasta pintar

cuadros. En ese mismo libro dice que quería llegar a ser un Vicente

Rojo, no un Rius.

Para comprender mejor los ideales que tenía nuestro cartonista,

veamos una breve biografía de Vicente Rojo, tomada de la

enciclopedia “Biografías”, de la editorial Reymo.

Vicente Rojo (Cataluña, España, 1932)Pintor, escultor y diseñador

gráfico. Estudió escultura y cerámica en la Escuela Elemental del

Trabajo. Llegó a México en 1949 para reunirse con su padre,

republicano exiliado al término de la guerra civil española.

Naturalizado mexicano en 1949.

En 1950 estudió en La Esmeralda (1950) e inició su aprendizaje en

el diseño gráfico con Miguel Prieto en el Departamento de Ediciones

del INBA. Fue discípulo del pintor Arturo Souto (1953-1954).

Dirigió la oficina técnica de ediciones del Instituto Nacional de

Bellas Artes (1953-1954), fundó la revista Artes de México, con Miguel

Salas Anzures, de la que fue director artístico hasta 1963, diseñador

tipográfico de la Dirección de Difusión Cultural de la UNAM (1954-

1956), jefe de anuncios para cine de la empresa Tele - producciones

(1954-1955), asistente (1950-1956) y director artístico de México en la

Cultura (1956-1961).

53

Page 54: Eduardo del Río

En 1958 presentó su primera y única exposición individual de

pintura figurativa, La guerra y la paz, en la Galería Proteo. Cofundador,

director artístico y miembro del consejo de Ediciones Era (1959).

Diseñó el suplemento La Cultura en México y dirigió las ediciones de la

imprenta Madero.

A partir de 1964, su pintura se divide en grandes temas o series:

Señales, en la que trabajó con triángulos, círculos y cuadrados,

«formas geométricas básicas» (1964-1969); Negaciones, variantes

sobre la forma de la letra T (1970-1975); Recuerdos, donde, dice,

«combinaba las retículas de los cuadernos (de su infancia) con

imágenes de destrucción, manchadas y borradas... con los juegos que

no tuve» (1975-1979); y México bajo la lluvia, variaciones sobre la

diagonal con base en minúsculos cuadros poli - cromáticos (1979). En

1978 obtuvo la beca Guggenheim.

Hizo el diseño gráfico original de Diálogos, Universidad de México,

Plural (con Kasuya Sakai) y el diario La Jornada (1984). Ha realizado

escenografías para las obras de teatro Divinas palabras, de Valle

Inclán, Historia de Vasco de Georges Schehadé; Mudarse por mejorarse

de Juan Ruiz de Alarcón y otras.

Ha expuesto individualmente en México, Estados Unidos, España,

Colombia, Cuba y Panamá; y colectivamente en Japón, Brasil, Francia,

Estados Unidos, Cuba, Canadá, India, Colombia, Suecia, Venezuela y

México.

4.3 SUS PRIMEROS TRABAJOS COMO CARICATURISTA.

54

Page 55: Eduardo del Río

El humor mudo de Rius nació en la revista Ja-já, de padres

conocidísimos. Todo mundo sabe que empezó copiándole

descaradamente a Steinberg (al menos todo el que vivió en esa época

y vio los trabajos de ambos caricaturistas), el revolucionario padre de

la caricatura moderna; rumano él y asilado o emigrado al iniciarse la

guerra a los Estados Unidos.

Desde que vio su trabajo, lo entusiasmó locamente con un amor a

primera vista y decidió adoptarlo como su padre, ya que no le había

tocado contar con uno, o mejor dicho, tuvo uno que se murió antes de

él conocerlo.

Ese padre que no conoció se llamaba Antonio del Río del Río (para

que no hubiera duda de lo aguado del apellido), pero se desempeñó en

la vida como comerciante del pueblo (en Zamora Michoacán), por lo

que dudo lo hubiera encaminado por el camino de la caricatura, y lo

más probable es que hubiera terminado su vida vendiendo cortes de

tela a las preciosas inditas tarascas que llegaban al portal de Zamora a

comprar cosas.

Así pues, sus primeros monos fueron calca de Steinberg, siguiendo

su línea de dibujo, pero adoptando él la idea de la caricatura. Rius

notaba que influían sobre él las ideas para elaborar chistes a partir de

otros.

55

Page 56: Eduardo del Río

En ese tiempo llegaban a México muy pocas revistas de humor de

otros países. Y libros, no se diga; casi no existía ese género en la

librería mexicana.

Entonces se animó un día a entrar a la “Libraire francaise” del

Paseo de la reforma y bucarelli, a sabiendas de lo caro que resultaban

los libros franceses.

Pero pues había que hacer de tripas corazón y empezar a hacerse

una biblioteca relacionada con la nueva profesión que había decidido

iniciar en detrimento de su trabajo en la funeraria.

Así descubrió a los moneros franceses. Steinberg, padre y maestros

de sepa cuántas generaciones de moneros, ejerció sobre todos ellos

una fascinación que no ha vuelto a repetirse con ningún otro monero.

La aparición de su libro “Todo en líneas” en español, se volvió la Biblia

de todos.

La primera vez que Rius hizo un cartón para publicarse, trabajaba

todavía en la funeraria Gayosso como telefonista. Además era el

encargado de las ambulancias para enfermos no contagiosos, junto

con Claudio Obregón, el hoy aclamado y excelente actor, quien un

tiempo desempeñó en la casa de los muertos el mismo trabajo.

También, tenían que revisar los periódicos y recortar las esquelas

que aparecían con la firma de la empresa. Pese a todas esas

actividades, había días en que le quedaba tiempo para otras cosas,

como leer los periódicos o libros (que le prestaba Polo Duarte de su

56

Page 57: Eduardo del Río

librería pegadita a la funeraria), resolver crucigramas, o pintarrajear

con monos las facturas en sus partes de atrás.

Sus primeros cartones los hizo en Gayosso, aprovechando los

ratitos libres, el “tiempo muerto” de una funeraria.

No sabía nada de papeles, plumas o pinceles, ni tenía la menor idea

del tamaño a que debía hacer los dibujos. De modo que compró en la

papelería de la esquina de San Juan de Letrán y Avenida Hidalgo un

block dizque para dibujo, tinta china para pluma fuente, una goma de

migajón, y una pluma fuente Esterbrook de puntos intercambiables.

Con ese armamento se inició en la caricatura, haciendo cartones de

lo más babosos -y mudos- para la revista Ja-já de la casa Excélsior,

semanario de humor que dirigía don Pancho Patiño, jefe del

departamento de dibujo del susodicho diario.

Como su ídolo y maestro involuntario en la caricatura era don Saúl

Steinberg, aquellos primeros monos, eran casi calcados del insigne

maestro. Era un humor muy especial, muy raro, un poco intelectual,

siguiendo las modas de esos días, no solo de Steinberg, sino de toda

esa camada de caricaturistas europeos que habían surgido siguiendo

al maestro rumano, revolucionario de la caricatura. Algunos son Bosc,

Chaval, Trez, Canzler, el austríaco, Sempé, Paul Flora, Edme, Mose, y

otros por el estilo.

57

Page 58: Eduardo del Río

Un tiempo estuvo haciendo ese tipo de humor muy europeo, hasta

que cayó en sus garras un Rico Tipo, la revista argentina de humor

donde descubrió al otro maestro involuntario que tuvo después de

Steinberg: al añorado Oscar Conti, más conocido como OSKI.

Cuando Eduardo del Río empezó a trabajar en el periodismo, tuvo

que inventar su seudónimo, lo hizo latinizando su verdadero apellido

para que su familia no se enterara que andaba queriendo meterse al

desacreditado y corrompido gremio de periodistas; así surgió el

famoso seudónimo “Rius”.

58

Page 59: Eduardo del Río

CAPÍTULO V

R I U S A N T E L A

I G L E S I A

59

Page 60: Eduardo del Río

5.1 POR QUÉ SE HIZO “ATEO”.

Volverse ateo en el seno de una familia de rancio catolicismo

zamorano, en la que se han dado monjas, curas, obispos, ¡hasta

arzobispos! Y peor aún, ¡¡¡Hasta santos!!! (Monseñor Guízar y Valencia

resultó de su familia), no es fácil ni recomendable.

Más fácil (y recomendable) resulta convertirse en ateo a partir de

haber estado en un seminario y haber trabajado para y en la iglesia

católica. Dice el dicho que el que de santo resbala, hasta demonio no

para, y parafraseando a Martí y sus conocencias de los Estados Unidos:

viví en las entrañas del monstruo y lo conozco.

Alguien dijo también que “la iglesia es la mejor fábrica de ateos que

existe”. Y basta haber estado en un seminario católico para volverse

anticatólico.

Después de su ignominiosa salida del seminario, ha dedicado buena

parte de los cuarenta años que lleva en este oficio, en estudiar y leer

todo lo que ha podido referente a la Iglesia Católica Apostólica y

Romana.

Los trabajos que ha hecho (entre ellos seis libros de tema religioso),

le han valido al menos tres excomuniones. De una de ellas yo me

60

Page 61: Eduardo del Río

enteré visitando las tumbas de mis antepasados, en Ario de rayón,

Michoacán. Al salir del cementerio me llamó la atención un cartelito

que habían clavado en la puerta de la capilla. Curioso como he sido

siempre, me acerqué a leerlo, para enterarme de que por decisión del

arzobispo de México: todos los colaboradores y escritores de la revista

SIEMPRE! estaban excomulgados ipso facto y non plus ultra.

Después de hacer su libro “Puré de papas” que seguro le valió otra

excomunión, acabó convencido de que la iglesia católica es la

institución más nefasta que ha tenido la humanidad en toda su

historia.

En un libro se publicó un texto declarado por Rius acerca de la

Iglesia Católica, es el que se muestra a continuación. Este texto tiene

algunas de las razones por las cuales Rius se convenció de lo

anteriormente mencionado.

Me da pena contarlo, con tantos buenos amigos católicos (y

familiares) que tengo, pero así es la cosa mi estimado chamuco.

Bastará mencionar unos cuantos argumentos que me han llevado a

abrazar esa (gulp) triste convicción:

La iglesia inventó el antisemitismo que ha costado la vida a varios

millones de inocentes judíos.

La iglesia financió las cruzadas, que costaron la vida a millones de

presuntos herejes e infieles “paganos”.

La iglesia apoyó y financió la Conquista de América que costó la

vida de millones de indígenas de por acá.

La iglesia creó la inquisición.

61

Page 62: Eduardo del Río

La iglesia apoyó y financió la colonización de África, Asia, y medio

oriente donde aniquilaron a millones de seres humanos o los volvieron

esclavos.

¿Basta o le seguimos?

Ahora el lector podrá ver una paráfrasis de lo declarado por Rius en

“Rius para principiantes” sobre su “ateísmo”:

En realidad no me considero ateo tradicional, ateo que niega la

existencia de Dios. Creo que sí hay un Dios, que creó o inventó o hizo

de la nada todo esto, los insectos, las plantas, los seres humanos. No

sé que clase de Dios pueda ser, si una gran energía, o un gran

arquitecto como dicen los masones, o un gran espíritu como dicen los

indígenas; pero me resulta ilógico creer que este planeta y este

Universo son un producto de la casualidad y la carambola de la Gran

Explosión, y que una florecita – con todo lo que representa una pinche

florecita – no haya sido producto de la planificación a fondo por alguien

o algo que está más allá de nuestras pobres posibilidades de

fabricación en serie de cosas y objetos inanimados. Hasta ahorita, el

ser humano no ha logrado crear algo animado, ni siquiera en lo más

cercano a eso que es la computadora. Tiene que haber pues algo que

lo hizo.

Pero de creer eso a creer en ese Dios injusto, cruel, exigente,

alcahuete, represivo, cuentachiles e intruso que predican todas las

iglesias inventadas por el hombre, hay un abismo, un abismote.

62

Page 63: Eduardo del Río

Más que ateo pues me considero antirreligioso. Estoy en contra de

todos los Dioses que ha creado el hombre, y en contra de todas las

religiones que ídem del ídem por el ídem.

Creo en una religiosidad natural, que nos permita entrar en

contacto con ese ALGO en medio de un bosque o a través de una

relación íntima con la pareja, o por medio del dolor que nos produce la

pérdida de un ser querido, o en el conecte con un trozo de música de

Bach o Beethoven o, como lo hacen los concheros y otros grupos

indígenas, en la enajenación divina de la danza.

Hay muchas formas de conectarse con ese ALGO y posiblemente

haya quien lo logre rezando en una iglesia o repitiendo mantrams

arriba de una pirámide tolteca. Cada quien con su vida y cada quien

con su Dios. Y por lo pronto me declaro agnóstico o sea que sólo sé

que no sé nada. Y espero que ese ALGO tome en cuenta mi ignorancia

al respecto.

Rius ha escrito ocho libros sobre el catolicismo y cosas parecidas,

estos libros son: Manual del Perfecto Ateo, Con perdón de Doré… y de

la Biblia, Cristo de carne y hueso, El mito Guadalupano, Jesús Alias el

Cristo, La iglesia y otros cuentos, 500 años fregados pero cristianos,

Puré de papas; y también ha recopilado información de diferentes

partes y ha hecho de allí otros dos libros del mismo tema y son: La

Iglesia de los Agachados y Cada quien su Dios.

A continuación haré un breve comentario y resumen de dos de

estos libros: “Cristo de carne y hueso” y “La Biblia, esa linda

63

Page 64: Eduardo del Río

tontería”(ya que de los diez libros de tema religioso hechos por Rius,

yo sólo he leído estos dos).

Del primero se han publicado varias ediciones, y es, en resumidas

cuentas, un pequeño estudio de las diferentes hipótesis que los

hombres de ciencia han hecho sobre la figura humana de Cristo y otras

figuras menores de la mitología cristiana, recopiladas y comentadas

por Rius.

Si usted se considera un cristiano fanático y cerrado, mejor ni lea

este libro. Pero si por encima de todo, piensa y razona y tiene su

mente abierta a las ideas, pásele con confianza.

El tema de este libro es más viejo que la Iglesia católica: ¿Cristo era

Dios o lo hicieron Dios?. Los primeros siglos del cristianismo fueron de

una lucha incesante y apasionada entre los defensores de las dos tesis,

hasta que a la larga la teoría de un Cristo "“hijo de Dios"” fue impuesta

como dogma…

Hoy ha vuelto a surgir, con el apoyo de la ciencia, la duda sobre la

figura real de Jesús, haciendo a un lado la leyenda y el dogma.

En este libro las primeras 143 páginas son con caricaturas de Rius y

muchos datos y análisis a manera de cuentito, las últimas veinte

páginas contienen citas textuales de diversos autores de este tema,

64

Page 65: Eduardo del Río

entre ellos están: Voltaire, Luis Lara Pardo, Hegel, Wilhem Dilthem,

Federico Engels, Luz María Durand y otros.

A mi entender, la religión se

basa, primordial y principalmente

en el miedo. Es en parte el terror

de lo desconocido, y en parte,

como he dicho, el deseo de sentir que

se tiene una especie de hermano mayor

que va a apoyarnos en todos los apuros

y disputas. El miedo es la base de

la religión; miedo de lo misterioso, miedo

de la derrota, miedo de la muerte.

El miedo es el padre de la crueldad,

y por lo tanto, no es de extrañar que la

crueldad y la religión vayan de la mano.

Sir Bertrand Russell.

El segundo libro (La Biblia, esa linda tontería) Rius se lo dedicó a

varios hombres necios que lo han enseñado a no tener fe y mejor

65

Un personaje que influyó en la

elaboración de este libro para Rius

fue Sigmund Freud, a quien Rius en lo

personal admira mucho y le agradece

que le haya enseñado a pensar bien

las cosas.

Page 66: Eduardo del Río

pensar, entre ellos: Carlos Marx, Charles Darwin, Sigmund Freud,

Bertrand, Russell y otros. También se lo dedica a Oski, que siempre

quiso hacer ese libro.

El libro es en sí una crítica de todos los “errores” de la Biblia, desde

el Génesis hasta el Apocalipsis. El libro, a guisa de epílogo, contiene un

texto hecho por Osho (un caricaturista y escritor) exclusivamente para

el libro de Rius.

Para elaborar el libro, el autor se apoyó en textos de Isaac Asimov

(Guía de la Biblia), de Voltaire (diccionario filosófico), de M. Barthel (Lo

que dijo verdaderamente la Biblia), de J. G. Frazer (El folklore en el

antiguo testamento), de Richard E. Friedman (¿Quién escribió la

Biblia), y por supuesto de La Biblia (Ediciones Paulinas y de la antigua

versión de Casiodoro de reina).

El material gráfico utilizado en ese libro, procede principalmente de

las ilustraciones de la Biblia que hicieron Doré y Carosfeld, este último

por cortesía de Rainer Hachfeld, de Berlín y del archivo Rius, y Dover

Books.

66

Para Rius, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana es la peor institución de todos los tiempos.

Page 67: Eduardo del Río

CAPÍTULO VI

S U S I D E A S S O B R E E L

C O M U N I S M O

67

Page 68: Eduardo del Río

6.1 POR QUÉ SE HIZO COMUNISTA.

En 1958 Rius se estableció más o menos en Novedades, al contar

ya con lugar fijo los domingos, ilustrando la columna del oso Teisser

(corruptísimo pero buen periodista, muy al estilo del maestro de la

corrupción que fue Carlos Denegri). Cuando no soportó seguirle

ilustrando sus cosas a Teisser, independizaron su cartón y empezó a

hacer lo que él quería, aunque siempre con la espada de la censura de

Beteta encima.

Entre semana, también estableció un espacio más o menos fijo, y

ya estando en Novedades, segundo Periódico en importancia después

de Excélsior, era más visto su trabajo en ovaciones.

Sería por eso, me imagino, que un día recibió una invitación del

agregado cultural de la embajada de los USA, para asistir a la

exhibición de un documental sobre un caricaturista norteamericano,

del que no recuerdo bien el nombre pero parece que se llamaba Bill

Mauldin, que estaba en ese tiempo en el candelero. Ya en la pachanga

posterior, entre tragos de whisky, el agregado de prensa de la

Embajada, Mr. Serban Vallimarescu, le comunicó extraoficialmente que

lo habían elegido para visitar los estados Unidos con todo pagado, por

invitación del departamento de estado (Foster Dules, nada menos, el

68

Page 69: Eduardo del Río

padre de la Guerra Fría). Los anteriores invitados habían sido Fa-cha, y

Freyre, y obviamente se le hacía algo raro que él fuera el elegido para

1959.

Aceptó sin pensarlo dos veces. Si bien no simpatizaba el

michoacano mucho que digamos con los USA y su política anti –

nuestra, no tenía tampoco muchas simpatías con el otro bando donde

Stalin seguía haciendo de las suyas.

Así, el 20 de abril de 1959 salió por American Airlines rumbo a

Washington, vía Atlanta, para recorrer media unión americana. Era

primera vez que volaba. Abajo unas palabras de Rius referentes a su

viaje a los United States.

Con los Estados Unidos me pasó como con la Iglesia Católica: me

bastó conocerlos para hacerlos a un lado de mis simpatías. No hablo

del pueblo norteamericano, que es una gente muy vital, muy loca, sino

de la política del gobierno. (…).

El compromiso con la embajada era hacerle un folleto de mis

impresiones pero no les gustó mi proyecto y no se hizo nada. Me

ofrecieron entonces 50 dólares por cada cartón anticomunista y les

dije que iba a pensarlo. Y lo sigo pensando hasta ahorita…

El viaje a los USA fue mi primer salida fuera de México, con 24 años

de edad y sin saber inglés (hasta la fecha apenas me defiendo).

69

Page 70: Eduardo del Río

Un mes recorriendo New York, Chicago, San Louis Missouri, San

Francisco, Los Ángeles (horrorosa ciudad), Albuquerque, Santa Fe,

Taos, New Orleans, y Miami. Estaba planeando Puerto Rico o Miami y

yo, menso de mí elegí Miami. (a su regreso Freyre le confesó que en

Puerto Rico era donde soltaban la lana).

Al planear mi itinerario en Washington, junto con los burócratas del

State Department yo había pedido visitar también Salt Lake City,

Atlanta u otra ciudad negra, y algún establecimiento penitenciario,

preferentemente Jolliet, por razones familiares (un tío había residido en

ese hotel) y visitar también una reservación india. Fue lo único que me

concedieron de mis peticiones.

Empezaba mal el viaje y se puso peor, pues el mismo día que yo,

llegó Fidel Castro a Estados Unidos. Los días pues que debí de haber

estado en Washington, pedí cancelarlos y mejor pasarlos en New York,

por el interés que tenía yo como periodista de conocer a Fidel. No les

parecía muy bien a los gringos mi interés por el carismático barbudo,

pero aceptaron mi cambio.

En New York anduve tras las huellas de Fidel, su hotel estaba a

media cuadra del mío, logré colarme a una entrevista que tuvo en el

diario hispano La Prensa, donde logré hacerle un intento de entrevista

(que se negaron a publicarme en Novedades, pese a la friega que me

llevé en tomarle fotos y hacerle la entrevista), conocí a otros famosos

barbudos como Camilo Cien Fuegos y Regino Boti. En este viaje

escuche Jazz como loco.

70

Page 71: Eduardo del Río

Ni el catolicismo familiar ni el seminario salesiano le aportaron una

explicación satisfactoria de la vida. A los dieciséis años de edad estaba

lleno de preguntas que nadie le contestaba, ¿Para qué diablos estamos

en este mundo cruel y salvaje?, ¿De dónde venimos y a dónde vamos?,

¿Cuál es nuestra misión?

En el seminario tenían prohibida la lectura, hasta de la Biblia. En su

lugar estudiaban una versión color de rosa llamada Historia Sagrada,

donde se enteraban de las aventuras de los personajes bíblicos desde

Adán y Eva hasta Jesús el Nazareno. Vidas de santos y santas y

fragmentos muy escogidos de la literatura española del siglo de oro.

Pero ni esperanzas de leer a Julio Verne o Salgari.

Con otro seminarista de Guadalajara que más que cura quería ser

torero, Vázquez se apellidaba, un día descubrieron que en un torreón

clausurado de la vieja hacienda, los señores curas habían escondido

los libros que les confiscaban a los alumnos. Ahí encontraron sobre

todo a Julio Verne, que no sé francamente por qué no podían leer, con

lo inocente que era la trama de sus libros. Pero, con todo y lo

interesante que les parecía su lectura ( y más a escondidas), Verne no

le decía nada.

Ya expulsado del seminario, las ganas de leer empezaron a

encontrar modo con los libros de su hermano el mayor, que toda su

vida militó en el Panismo, pero que al menos tenía libros que podían

leerse con más gusto y provecho que la vida de los santos. Rius

recuerda uno que todavía conserva y relee de vez en cuando, La

importancia de vivir, el clásico de Ling Yu Tan, que habla

71

Page 72: Eduardo del Río

sabrosamente de un modo oriental de vivir, muy distinto del modo

judeocristiano en que lo habían “maleducado” los salesianos.

Otra lectura a la que era muy afecto su hermano era la del “Triunfo

en la vida”, esa corriente proveniente de los empresarios gringos que

encabezaba en México don Juan de Dios Legorreta, que planteaba la

audacia, el tesón, la honestidad a ultranza, el ejercicio, el aseo

personal, la presentación, y todas esas virtudes que harían que el

individuo triunfara en el mundo de los negocios para crear una familia

cristiana y etc.

El objetivo de la vida, predicaba este Og Mandino del tercer Mundo

de los años 50, era triunfar y hacer pachucha, para poder vivir bien

vestido, bien comido, tener casa y coche propios y ver con cierta

compasión cristiana a los que se habían quedado atorados en el

camino arduo de la vida por culpa de una botella o un vicio mayor

llamado “mujeres”. En suma, The Mexican Way of Life, pero el pan y

yendo a misa todos los domingos y fiestas de guardar.

Superada la pequeña biblioteca de su hermano, el paso siguiente

rumbo a su politización, lo dio de la mano de Polo Duarte, el legendario

librero de usado que tenía su changarro junto a la funeraria de la

Avenida Hidalgo, su informal Universidad.

Polo Duarte fue una especie de Mecenas para muchos escritores

mexicanos. En su librería se reunían Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Carlos

Monsiváis, creo, Rosario Castellanos, Rodolfo Usigli, Fernando Benítez

y todo la camada que se inició en los años cincuenta. Con él

72

Page 73: Eduardo del Río

conseguían cualquier libro que necesitaran, a buenos precios y de

segundo cachete. Duarte, o los Duarte, padre e hijo, eran refugiados

españoles y republicanos, es decir de izquierda.

La vecindad de la librería Duarte con la funeraria, pronto lo volvió

cliente de los Duarte. Al paso del tiempo, Rius y el bibliotecario

llegaron a un acuerdo (que tenía con varios de los incipientes

escritores): Rius le compraba un libro y tenía la opción de quedarse

con el o cambiarlo por otro hasta dos veces. Es decir, pagaba uno y

leía tres. Ignorante Rius de todo lo que era literatura mundana, se dejó

aconsejar por Polo respecto a qué leer. Gracias a sus consejos tuvo

oportunidad de conocer todo lo que fue la literatura norteamericana de

esos años: Dos Passos, Steinbeck, Faulkner, Saroyan (su favorito),

Scott Fitzgerald, Erskine Caldwell, hasta Henry Miller, Upton Sinclair,

así como la corriente francesa de moda: Sartre, Camus, el gran André

Malraux y muchísimos etcéteras.

Gracias a Polo leyó a Edgar Alan Poe, Maupassant, Ciro Alegría,

Rómulo Gallegos, Labrador Ruiz, Carpentier, Chejov, Pío Baroja,

Chesterton, Bocaccio, Víctor Hugo, Romain Rolland, Kasantzakis, Panait

Istrati, Stefan Sweig, Juan Rulfo, y al paisano que influyó tanto en su

trabajo: José Rubén Romero y su Pito Pérez.

Es por eso que Rius afirma que Gayosso fue su universidad, como

un agregado de la librería Duarte. Su facultad de Ciencias Políticas y

Sociales y de Filosofía y letras. Recuerdo que hasta Kierkeegard leyó

con don Polo, con poco éxito de comprensión de parte de del Río

(confesado por él mismo).

73

Page 74: Eduardo del Río

Más tarde, ya egresado de su Universidad, cuando entró a

Novedades y tuvo oportunidad de conocer a otros dibujantes y

periodistas, un día recibió la invitación de parte de Carlos Vigil, jefe del

departamento de historietas de Novedades junto con Marino Carrera,

un viejo comunista español, de entrarle a un círculo de estudios de

marxismo.

En él participaban el mismo Carlos Vigil, su hermano Guillermo,

dibujante, Nikito Nipongo o Raúl Prieto, como gusten llamarle, Pedro

Zapiáin el recordado creador de Chanoc y otros.

En ese círculo de estudios se inició Rius en el marxismo, sacadísimo

de onda, pensando que se trataba de formar una especie de grupo

guerrillero, de lo que se trataba inocentemente era de aprender a

comprender la vida y a interpretar la historia de este mundo, y

humanidad que le acompaña desde hace un chorro de años.

Las nociones de dialéctica y la visión materialista de la filosofía de

la vida, le abrieron unas ventanotas enormes en su afán de entender

las cosas. Por fin estaba encontrando respuestas, aunque estas le

resultaban en muchos casos traumatizantes para un exseminarista

educado en las tenebras del catolicismo preconciliar de Juan XXIII.

Más tarde en 1961, tras su viaje a Cuba y los países socialistas, con

la influencia de sus compañeros de viaje, dos de ellos militantes de

izquierda (Froylán del Partido Comunista y León Roberto del PPS de

74

Page 75: Eduardo del Río

Lombardo), decidió afiliarse al Partido Comunista Mexicano, donde

militó más o menos siete años.

Obviamente, aunque resulte difícil de creer, la intención de meterse

al comunismo, vino a ser una prolongación de los ideales del

seminario. Allá se trataba de imbuirles la idea de cambiar a la sociedad

con la prédica de las ideas cristianas del Evangelio, meta bastante

utópica si bien se ve. En el marxismo igualmente, se trataba de

cambiar a la sociedad con la prédica de las ideas socialistas de Carlos

Marx, meta bastante utópica si bien se ve. Es decir, al menos a mi

modo de ver, era la misma lucha pero con diferente evangelio a seguir.

Con los dos sistemas de lucha se ha fracasado. El cristianismo no

ha logrado cambiar al hombre en sus casi dos mil años de existencia:

cada vez estamos peor. Y el marxismo con sus apenas 100 años de

existencia, tampoco lo ha logrado mucho que digamos, ni en los países

mal llamados socialistas, q.e.p.d.

75

Los documentos de Carlos Marx se convirtieron en su “Biblia”.

Page 76: Eduardo del Río

Sin embargo, Rius no se arrepiente todavía de haberse hecho

comunista. El marxismo le sirvió enormemente para enfocar su trabajo

y darle una dirección que sigue creyendo es la correcta. La militancia

dentro del Partido también fue fundamental en su vida y su trabajo,

para comprender sobre todo la inutilidad de militar en esa forma en

una lucha política. Sigue pensando utópicamente que el mejor sistema

socioeconómico es el socialismo que, comparado con este capitalismo

salvaje y criminal (según Rius), es el único que puede aportar

soluciones masivas a los problemas que está pasando la humanidad

toda.

<<Falta algo que no he acabado de diagnosticar. Una mística, un

aspecto espiritual que le dé al individuo motivación suficiente y

necesaria para el trabajo en común. Un “algo” que convierta al

socialismo en un sistema diferente al que se practicó desde 1917 en la

URSS y anexas, muy diferente a esa broma tropical que se llamó

socialismo cubano. Espero confiado que algún día alguien lo

encontrará, si Dios quiere…>>

76

Page 77: Eduardo del Río

6.2 CUBA, LA QUE CAMBIÓ SU VIDA.

Cuba, la isla con forma de un verde lagarto verde, diría Nicolás

Guillén, fue por muchos años el motor de sus inquietudes políticas. En

rigor puedo decir que Cuba y su Revolución cambiaron su vida.

Todavía andaba Fidel Castro por estas tierras, cuando entró en

contacto por primera vez con los revolucionarios cubanos. No he

podido saber a ciencia cierta si uno de los cubanos con quienes una

vez compartió unas gelatinas en un cafecito que se ubicaba en Puente

de Alvarado, era el mismo Fidel Castro.

77

Cuba, el lagarto verde.

Page 78: Eduardo del Río

Debe haber sido el año 1957, que se dio ese y posteriores

encuentros. Trabajaba del Río en Ovaciones y muchas veces asistía a

ese cafecito (creo que se llamaba Elite) a despacharse unas gelatinas y

un cafecito, y ahí se encontraba muchas veces a cubanos exilados

discutiendo sus problemas y hablando mal de don Fulgencio Batista,

buscando la manera de botarlo.

Producto de tantos encuentros fue que un día, lleno el café tuvo

que compartir la mesa con dos de ellos, que al saber que él hacía

caricaturas políticas, le proporcionaron información sobre su lucha, con

la que empezó a hacer cartones a favor del movimiento 26 de julio. Le

publicaron varias en el periódico Ovaciones y otras más adelante en

Novedades, donde se había refugiado tras la corrida del primero.

Había ya ingresado a la AMP, donde también asistían de vez en

cuando los cubanos para entrar en contacto con periodistas que dieran

a conocer sus luchas y tribulaciones en el exilio mexicano.

Al triunfo de las guerrillas y posterior fuga del tiranuelo Batista, el

primero de enero de 1959, algunos de aquellos cubanos se apoderaron

del edificio de la Embajada y entre sus primeros actos de nuevos

“embajadores”, invitaron una noche a un grupo de periodistas para

celebrar en forma la caída del mulato Batista.

Rius estaba entre ellos y esa noche recibió informalmente la

invitación para ir “alguna vez” a Cuba. La invitadora en esa ocasión fue

la Dra. Teté Casuso, que fungió como embajadora en aquellas

turbulentas primeras semanas de Castrismo.

78

Page 79: Eduardo del Río

Pasó la fiesta, y un día, a raíz de los juicios a los criminales de

guerra en La Habana, se decidió organizar la Operación verdad,

llevando a Cuba un avión cargado de periodistas, para contrarrestar

las críticas que en todo el mundo se habían soltado por los

fusilamientos en Cuba de militares y policías batistianos.

Tere Proenza (secretaria de Teté Casuso) le habló por teléfono a

Eduardo para invitarlo al viaje. Rius no tenía pasaporte en regla, pero

sí inmensas ganas de asistir y de conocer Cuba. Aceptó casi

enloquecido, y para cumplir el pasaporte, la embajada le extendió un

documento que le permitiera sortear los obstáculos migratorios por no

tener pasaporte al día.

Estaba ya preparando su maleta cuando le surgió una duda, ¿Si voy

a Cuba, podré contar al regreso con mi trabajo en Novedades? Tenía

poco de haber entrado al periódico, en ese tiempo prestigiado y lleno

de buenos periodistas, y aunque no tenía todavía lugar fijo, lo tenían

como bateador emergente, cuando fallaba el Chango Cabral o Guasp.

Les gustaba su trabajo, y ya le habían recién dado un espacio en las

páginas posteriores a las editoriales.

Optó pues por ir al periódico a pedir permiso de ausentarse dos

semanas. Beteta, viejo zorro político y exsecretario de Hacienda con

Alemán (dueño del periódico), le dijo de plano que si se iba a Cuba

perdía su trabajo en el periódico. En fin, para no hacerles el cuento

largo, terminó pudiendo más su temor al desconocido futuro que sus

ganas de irse a Cuba.

79

Page 80: Eduardo del Río

En 1961, sin embargo, se presentó otra oportunidad de ir a Cuba…

por carambola. Estando como ya dije anteriormente en la AMP

(Asociación Mexicana de Periodistas), le llegó una invitación para

visitar la Unión Soviética, de parte de la Unión de Periodistas

Soviéticos. La escueta invitación no decía más, así que en pocos días

había una lista de más de cien periodistas deseosos de emprender el

viaje a la mayor brevedad posible.

Pocos días después llegó una invitación más detallada; los

periodistas soviéticos se comprometían a pagar todos los gastos desde

el momento de llegada de los invitados a Moscú. Ahora el único

problema para la mayoría de los invitados era cómo llegar a Moscú. La

lista se redujo bastante. De los 100 y pico de viajeros en potencia,

quedaron solo cuatro.

Eran: León Roberto García, nieto del Gral. Cruz, exjefe de policía

cuando Calles; Froylán Manjarrez, sobrino de Don Gilberto Bosques, en

80

Por fin Rius iba a poder ir a Cuba.

Page 81: Eduardo del Río

ese tiempo embajador de México en Cuba y sobrino también de otro

viejo político cardenista, el senador Manjarrez. Los dos restantes eran

Alberto Domingo, de la revista Siempre!, donde también Rius

colaboraba desde 1960 y el mismo zamorano. León Roberto y Froylán,

no tenían problema para costearse el viaje, pero Alberto y del Río sí,

por exceso de falta de circulante (entiéndase lana).

En una reunión de la AMP convinieron en un plan ranchero con el fin

de llegar a Moscú. La idea era esta: conseguir la forma de llegar a

Cuba, en donde podrían trabajar y juntar dinero para llegar a Moscú.

Tenían informes de que ya había vuelos de La Habana a Praga muy

económicos, y pensaron que una vez en Praga, no faltarían camiones

que salieran cada quince minutos a Moscú.

Empezó Rius una campaña de estirar la mano ante sus amigos más

favorecidos por la fortuna, con tan buen éxito que en pocos días había

juntado lo que costaba el pasaje en avión a La Habana. Entre los

benefactores del viaje estaban Mauricio Ocampo Ramírez que era

presidente de la AMP, José Iza y su fábrica de suéteres Merlán, y Víctor

Cobarrubias que con su hermano atendía una tienda de abarrotes a

81

Moscú, punto de reunión de los periodistas soviéticos.

Page 82: Eduardo del Río

donde acudía nada menos que Fidel Castro (cuando vivía en México

por supuesto).

Ya con el boleto a La Habana, iniciaron los cuatro el viaje, con la

esperanza de llegar a Moscú antes de invierno. Periodistas como eran

los cuatro fueron atendidos luego luego en Cuba y alojados en un Hotel

que se llamaba en ese tiempo Rosita de Hornedo en el reparto

Miramar, y cuya característica principal era la posesión, en el hall del

hotel, de un piano que había pertenecido a un tal Ludwing Van

Beethoven. La tal Rosita de Hornedo, por otra parte, había sido la muy

querida de un millonario cubano, azucarero y político, que prendado de

la anatomía de Rosita, le regaló un Hotel con su nombre… y un piano

de Beethoven.

Apenas empezaron a sentir los primeros calores cubanos, iniciaron

los contactos con la prensa cubana, a fin de trabajar, para conseguir el

dinero necesario. Rius estuvo haciendo cartones para los periódicos

que habían sobrevivido a Fidel (Hoy, comunista y Revolución, de los

barbudos) y le estuvieron publicando caricaturas en el recién nacido

semanario de humor “El Pitirre”, donde conoció a los jóvenes moneros

cubanos.

Una vez enterado los periodistas cubanos de su estancia, los

invitaron a conocer algo de Cuba y a escribir sobre los logros de su

joven Revolución. Visitaron varias cooperativas campesinas, viajaron al

bellísimo (he visto fotos) plan turístico de Guamá (primer plan loco de

Fidel) y sus aledaños lago artificial y criadero de cocodrilos.

82

Page 83: Eduardo del Río

Recorrieron la Habana, visitaron los famosos burdeles habaneros,

jugaron algunos centavos en el casino del Capri.

También se dedicaron en cuerpo y alma a tratar de hablar con Fidel

Castro para hacerle la clásica entrevista. No lograron entrevistarlo,

pero si saludarlo y cambiar palabras al pescarlo saliendo de la cocina

del Hotel Nacional.

Rius ya lo conocía (el lector ya lo sabrá si no se saltó las páginas

anteriores), pero nunca, en sus diecisiete visitas posteriores a Cuba, ha

podido hablar con él durante más de un minuto. Cierto que nunca lo

solicitó, pero estuvo cerca de tener con él una plática compartida con

Víctor Rico Galán, cuando el fallecido periodista de Siempre!, inició la

elaboración de una biografía del Comandante, que posteriormente

terminó por no hacerse a petición del mismo Fidel.

En esa oportunidad Víctor y Rius compartían el mismo hotel, y el

maestrito había accedido a que se quedara a su plática con Castro,

que se haría en su cuarto. Pero los ayudantes del comandante no

83

El inentrevistable (al menos para Rius) Fidel Castro.

Page 84: Eduardo del Río

accedieron a que él se quedara y antes de su arribo tuvo que ahuecar

el ala y esperar otra oportunidad (que nunca llegó).

En cambio, y a cambio de la entrevista con Fidel, los cuatro tuvieron

varias con funcionarios menores y una con don Raúl Roa, entonces

ministro del exterior. Rius se dedicó más a entrar en contacto con los

caricaturistas cubanos, con quienes conoció otros aspectos de Cuba y

se acercó a otras realidades no oficiales de la Revolución. Ese primer

viaje a Cuba, vivido intensamente por la necesidad de trabajar, y

mandar cartones a La Prensa y Siempre!, es decir, vivido en contacto

directo con el periodismo cubano y sus protagonistas, le permitieron

adentrarse un poco tras los telones del espectáculo.

Siempre los periodistas son conducto de información no oficial y no

publicada, que solo comparten con otro del mismo pesebre.

Interioridades y confidencias, chismes y rumores, son materia siempre

dispuesta en las publicaciones de los periódicos. El periodista acaba

por ser parte importante de los procesos revolucionarios, por su

constante encuentro con los dirigentes, a los que “les sabe” todo,

hasta el color de los calcetines.

Siempre el periodista sabe lo que va a pasar antes de que se

publique en la prensa. Si es que se publica… me imagino que es por

eso que se persigue tanto a los periodistas, pues al no hacerse

cómplices del poder, se convierten, a los ojos del poder, en enemigos

perpetuos y en potencia.

Este rollo infame es para decir que desde ese primer viaje, empezó

a saber “cosas” que no eran para publicarse, y que treinta años

84

Page 85: Eduardo del Río

después le servirían para hacer “Lástima de Cuba”, libro con el que, al

decir de algunos cubanos, “se viró” y le dio la espalda a Fidel Castro y

asociados.

Su posterior ingreso al Partido Comunista Mexicano (al regreso del

viaje de la URSS), lo hicieron tener acceso a más información no oficial

de las realidades cubanas, a cosas que solo circulan entre camaradas y

no son publicables.

Indudablemente que esa Cuba que él estaba conociendo y esa

Revolución que apenas estaba naciendo y produciendo brotes de

esperanza, le gustaron al grado de entusiasmo. Sufrió el contagio de la

enfermedad que había atacado a millones de cubanos y cubanas, y se

prometió apoyar y defender como fuera, la causa de Fidel y sus

barbudos.

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La Revolución Cubana es un tema que Rius ha abarcado en varios de sus libros.

Page 86: Eduardo del Río

6.3 UNA POLÉMICA CUBANA.

Nuez y Posada, sin duda los dos mejores caricaturistas que ha

tenido la Cuba Castrista, estaban en México en 1967 para presentar

una exposición conjunta de sus obras. Los dos eran viejos conocidos de

Rius, quien estuvo con ambos en comidas y cócteles, enseñándoles un

poco de la ciudad y platicando a pasto, al estilo cubano, sin parar.

En una de esas pláticas, Nuez y Posada se quejaron horrores de la

censura que los nuevos gobernantes habían impuesto al periodismo, y

muy especialmente a la caricatura.

Le señalaron al detalle lo que pasaba, la imposibilidad de hacer un

humor crítico de lo mal hecho y de los errores, y le pidieron que él, que

tenía buena imagen en Cuba, como amigo de la Revolución y cuyas

suyas caricaturas se publicaban frecuentemente por allá, hiciera un

artículo planteando la necesidad de la apertura en los medios y un

aflojamiento en la censura. Estuvo de acuerdo.

En ese tiempo Rius dirigía un suplemento de humor (El Mitote

Ilustrado) para la revista SUCESOS del transa editor Gustavo Alatriste,

que dirigía Nikito Nipongo, tras la renuncia del Gabo García Márquez,

como director y su retiro para escribir “Cien años de soledad”.

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Page 87: Eduardo del Río

El artículo apareció en siete de las doce páginas. A continuación la

introducción íntegra del artículo (para que sepan más o menos de qué

se trato):

No es un secreto decir

que Cuba no ha dado grandes

caricaturistas a través de su historia,

un pueblo esencialmente musical,

extrovertido, builanquero, y aparentemente

superficial, no parece ser campo propicio para

el desarrollo de buenos caricaturistas.

Al menos así lo dice la historia

de humor cubano, que ha registrado

pocos nombres ilustres,

que pocas veces han salido de sus

fronteras.

Rius estaría muy orgulloso de poder decir que el Che Guevara y él

fueron amigos, pero mentiría, ya que según él, las circunstancias que

se presentaron, no fueron propicias. Yo creo que ambos se

conformaban con su mutua admiración.

Su primer encuentro con el Che, lo dejó traumado. Rius formaba

parte de una pequeña delegación de comunistas mexicanos, que

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Page 88: Eduardo del Río

invitados por la contraparte cubana del PCC, estaban esperando la

llegada del Che a su despacho, ansiosos de conocer y platicar, con el

legendario personaje.

Llevaban casi una hora en espera del Che, hasta que su secretario

les avisó que, ahora si ya había llegado. Se abrió una puerta lateral y

entró, seguro de sí mismo y dijo: ¿quién es de ustedes Rius?

Mudo de la impresión, el interpelado solo atinó a señalarse con el

dedo y dar unos pasos hacia él, que le extendió la mano, le palmeó la

espalda y le dijo que le gustaba mucho las cosas que él hacía en el

Siempre!

Rius se sentía muy raro, hasta que el comandante guerrillero los

invitó a sentarse a una mesota para platicar un rato. Una de las

preguntas que Rius le hizo, fue en relación a la coca-cola del che (que

así llamaban los cubanos al sustituto de la coca que había inventado

don Ernesto, el jefe).

El secretario del Che le habló a Rius para decirle que don Ernesto

quería hablar con él. Tres o cuatro días después volvió a verlo, se

trataba de una petición que quería hacerle. El jefe de una revista

venezolana estaba muy enfermo y el Che le propuso a Rius que el se

hiciera cargo. También le dijo que llevara una exposición de el a Cuba.

Rius aceptó, después de tiempo. La exposición, se hizo en Cuba,

pero no trató solo del Che, sino de todos los caricaturitas mexicanos

que estaban a favor del Che y de la Revolución Cubana.

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Page 89: Eduardo del Río

A pesar de que Rius ya no volvió a ver al Ché mas que en fotos,

seguía investigando de Guevara.

Por su parte el guerrilero argentino, le enviaba cartas, las cuales

facilitaron el trabajo de Rius en A, B, Che, que contiene la escena en

que acecharon al Che y a sus amigos tal cual el mismo Guevara la

describió.

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En la ilustración, se muestra una pintura que representa una batalla de la Revolución Cubana.

Page 90: Eduardo del Río

CAPÍTULO VII

S U O P I N I Ó N S O B R E

L A C O M I D A

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Page 91: Eduardo del Río

7.1 POR QUÉ SE HIZO VEGETARIANO.

Ser vegetariano en el país de los tacos era visto como crimen de

lesa patria en los años sesenta. El que renunciaba a los bistecs y a la

moronga, se exponía a la cuchufleta pública, y privada, y la mirada

cuestionante de “¿y este cuate a qué le tira?

Rosita Dobleú, esposa de Rius y colorista de la historieta, padecía

desde varias centurias atrás, de un problema de tiroides combinado

con bichos de esos que se anidan de por vida en el intestino. Ninguna

terapia médica le había dado resultado, hasta que alguien le

recomendó ver a un médico naturista, el ya viejito Dr. Juan Sperl (creo

que ya hasta falleció). Su terapia consistió entre otras hierbas en

volverla vegetariana. Y siendo ella la encargada de la cocina, la familia

toda tuvo que entrarle a las ensaladas, extrañas combinaciones de

vegetales hasta entonces desconocidos para Rius y su familia.

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Page 92: Eduardo del Río

También le recomendó la lectura de un libro del naturista chileno

Lezaeta Acharán (Manual de curación natural), que fue el primer libro

que Rius leyó sobre esas extrañísimas cuestiones. Pero la terapia dio

resultado y Rosita se curó de sus males con los métodos casi de

“brujería” de Juanito Sperl.

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Page 93: Eduardo del Río

Animado e intrigado por saber más, Rius empezó a buscar literatura

del vegetarianismo, que en esa época brillaba por su ausencia en las

librerías, no sólo para conocer sus misterios, sino para darlos a conocer

vía historieta. Ya convertido al vegetarianismo, pudo comprobar “en

carne propia” que dejar la carne resultaba muy benéfico para su salud

física y mental, y lo más importante para Rius, que le permitía jugar

sus cascaritas futboleras en mejores condiciones(recordemos que iba

en el seminario, donde siempre se juega fútbol). Si antes de volverse

hierbero, apenas aguantaba medio tiempo a sus (en aquel entonces)

casi cuarenta años y bajo el calor ardiente del bajío morelense (jugaba

en un equipo de veteranos del Seguro Social, bautizado como el

Atlético Reumático, con puros médicos mayores de treinta y cinco

años).

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Page 94: Eduardo del Río

De los estudios y práctica propia, salió su primer librito de comida

sin carne, La panza es primero, convertido al paso de las ediciones en

el libro de mayor venta en toda la historia editorial mexicana: más de

seiscientos mil ejemplares vendidos y varios miles de convertidos a la

hierba (que se come, no de la que se fuma).

Tras la difusión del libro y otros similares, se creó en México toda

una industria del naturismo, surgiendo cientos de tiendas en todo el

país, entre ellas una cadena de tiendas creada por la amiga del exitoso

escritor Irene Sánchez, en Guadalajara, que llevan por nombre La

Panza es Primero (en honor al libro pionero).

El volverse involuntariamente como el “apóstol del naturismo” (así

lo consideraban algunos), lo expuso a la difícil situación de ser

considerado por algunas gentes como una especie de gurú, combinado

con taumaturgo. En muchas ocasiones en que se presenta en público

para decir “tonterías”, se le acerca gente que le expone sus problemas

de salud, pensando que va a recetarles o a imponerles las manos para

curarlos al instante.

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Rius, a partir de su

vegetarianismo, ha hecho

investigaciones y estudios (en

otros libros) sobre diversas

plantas medicinales y

comestibles.

Page 95: Eduardo del Río

Eduardo del Río, además de La Panza es Primero ha hecho otros

libros de comida vegetariana como No consulte a su médico, El

hierberito ilustrado, 100 plantas que se comen, el cocinero

vegetariano, y los cómics naturistas de Rius.

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Page 96: Eduardo del Río

CAPÍTULO VIII

O T R A S O B R A S

D E R I U S

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Page 97: Eduardo del Río

8.1 OBRAS DE RIUS.

Necesitaría otro libro para hablar de todos los libros que ha hecho

en sus casi cuarenta y cinco años como caricaturista. Dios no lo quiera,

ni que tenga que hacer otro libro, ni que viva otros cuarenta años para

demostrarse a sí mismo que puede ser un buen caricaturista…

Y es que en realidad ésa fue la meta que se impuso en 1955 al

tener que escoger entre irse a St. Louis Missouiri a sacar su doctorado

como embalsamador, o dedicarse a la caricatura: ser un buen

caricaturista. No el mejor, ni el más popular, que eso se queda en

sueño guajjiro, sino simplemente bueno. Y sin demasiada exigencia,

del Río siente que lo ha logrado, con muchas dificultades y broncas de

todo tipo, pero ha cumplido consigo mismo.

Constantemente le pregunta la gente que cuántos libros había

escrito. Y hasta que no se puso a elaborar la lista, no cayó en cuenta

de la tremenda cantidad de libros que le habían publicado: ¡¡88 libros!!

Y lo pongo entre dobles signos de admiración porque es una cantidad

estratosférica de libros publicados para alguien que no se dedica en sí

a escribir libros, sino que se dedica a hacer entrevistas, dar noticias en

periódicos y revistas y hacer caricaturas para las mismas.

Su primer libro fue Cuba para principiantes, editado y distribuido

por él mismo. Hasta que sus compañeros vieron con ojos fenicios que

tenía pegue y podría ser un buen negocio. La segunda edición salió ya

con la razón editorial del Fondo de Cultura Popular, que así se llamaba

la editorial de su “glorioso” partido.

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Page 98: Eduardo del Río

Con el FCP editó los primeros libros (Marx para principiantes, La

joven Alemania, Lenin para principiantes, Caricaturas Rechazadas y

Rius en Política).

Estos libros se empezaron a vender muy bien, aunque al autor no le

fue muy bien por lo transas que resultaron los camaradas a la hora de

pagar los derechos de autor. Aparte de mala distribución, mala paga…

Rius ha tenido la suerte de ser aceptado y leído, fusilado y

pirateado en medio mundo. Tiene ediciones en prácticamente todos

los idiomas “civilizados” y hasta en unos rarísimos dialectos de la India

y de África, donde se han enterado de Marx y de Cuba por su culpa.

En Japón se dio el extraño caso de que le editaran el Hierberito

Ilustrado, que contiene puras plantas mexicanas. En Nicaragua, el

primer libro que editaron fue uno de Rius (sin pagarle un centavo por

supuesto).

A partir de su Cuba para principiantes se creó una editorial en

Inglaterra, que ha venido editando una serie titulada “for beginners”

(para principiantes) elaborada con el estilo que “inventó” y que se ha

venido imitando en muchos países y por muchos dibujantes, en México

lo mismo.

Solo quisiera añadir por qué y cómo llegó al libro. Un día Quezada le

dijo a Rius que éste iba a acabar haciendo novelas, pues había

empezado a hacer cartones mudos, había pasado luego al cartón con

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Page 99: Eduardo del Río

textos mínimos; le había seguido con la tira cómica, luego con las

historietas y finalmente estaba haciendo libros con la proporción más

de textos que de dibujos… y que siguiendo ese proceso llegaría a

hacer novelas sin un solo dibujo.

La razón de esta degeneración profesional creo que ha sido su

necesidad de compartir con los lectores, la información y chismes de

los que se entera.

Con una caricatura es difícil explicar claramente un problema

político, religioso, científico, sexual, médico, nutricional, etc. Cosa que

se logra mejor con la historieta, y todavía más claramente con el libro,

que además, se queda y permanece para siempre y una simple

caricatura de un periódico, al día siguiente de que fue publicada ya

está en la basura. Rius es famoso por sus libros, no por sus trabajos en

periódicos.

La convivencia con la raza de los editores es siempre difícil y

riesgosa. Rius lo aprendió desde Colmenares, y en el curso de su vida

como autor lo comprobó en carne propia: ¡Cave editorum!

Ha sufrido desde editores que tiran cinco mil ejemplares y le dicen

al autor que nada más hicieron tres mil, hasta editores que negocian

con editoriales extranjeras y ni le avisan al autor. Otros hay que le

“jinetean” al autor sus regalías durante años y le van pagando con

gotero lo que le corresponde por ley (debe ser la ley de Herodes).

Porque se da la maldita tradición de que, en la lista de pagos de la

editoriales, los autores vienen quedando en último lugar. Le pagan a la

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Page 100: Eduardo del Río

secretaria, al impresor, al distribuidor, al diseñador gráfico, a los

vendedores, al de relaciones públicas, al del papel, al elevadorista, al

personal de aseo, al de la bodega, al corrector de pruebas, al

contador… y si se acuerdan le pagan al autor. ¡Y es el autor quien les

da de comer a todos!, si no hubiera una obra, ¿qué demonios haría un

editor?

Yo creía que eso solo pasaba en México, dado nuestro subdesarrollo

crónico y al parecer, perpetuo, pero no: también en el resto de países

que forman este planeta, los editores son de la misma materia. Lo

mismo en estados Unidos como en España, Francia, Italia, Inglaterra,

Japón, Iraq o Cuba, Rius ha sido víctima del gremio editorial con libros

robados, pirateados o no pagados con todo y contrato.

La excepción, al menos para Rius, ha sido Don Juan Grijalbo, que

pese a ser catalán, siempre se portó con Rius como si no fuera catalán,

como su amigo. Ya no está al frente de la editorial que lleva su

nombre, ya se retiró a rascarse sus partes nobles y sentimentales –

dice Rius- (yo lo dudo, creo que ya hizo otra editorial).

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Page 101: Eduardo del Río

8.2 LIBROS Y MÁS LIBROS.

A continuación se muestra la lista de sus ochenta y ocho libros

publicados:

Cuba para principiantes, Marx para principiantes, La jóven

Alemania, Lenin para principiantes, Caricaturas rechazadas, Rius en

política, Rius para principiantes, A B Che, Hitler para masoquistas, El

pequeño Rius ilustrado, Cristo de carne y hueso, Jesús alias el Cristo,

La Biblia esa linda tontería, La panza es primero, No consulte a su

médico, El yerberito ilustrado, La Revolucioncita mexicana, Compa

Nicaragua, Rius a la China, El mito guadalupano, Su majestad el PRI, La

iglesia de los agachados, Cómo suicidarse sin maestro, Primeras

porquerías, El segundo aire, ¡Qué tal la URSS!, Manifiesto comunista

ilustrado, Obras incompletas 3, La trukulenta historia del Kapitalismo,

El museo de Rius, La revolución femenina, Cuba libre, Historia

rapidísima de España, Almanaco, Manual del perfecto ateo, El diablo se

llama Trotsky, Los dictaduros, Diabluras, Dominó para principiantes,De

Posada a Quezada, Un siglo de caricatura en México, La vida de

cuadritos, Palestina del judío errante al judío errado, Mao en su tinta,

100 plantas que se comen, Con perdón de Doré y de la Biblia, El

hermano Sandino, Carlos de Nicaragua, Lexikon Economikon, Como

dejar de comer (mal), Economía para ignorantes, El otro Rius, Guía

incompleta del Jazz, Filosofía para principiantes, Quetzalcoatl no era

del PRI, Kama Nostra, La iglesia y otros cuentos, La deuda y cómo no

pagarla, La droga que refresca, Santoral de la Caricatura, La

Perestroika, El amor en tiempos del SIDA, El cocinero vegetariano, De

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Page 102: Eduardo del Río

aborto, sexo y otros pecados, El mundo del fin del mundo, Pobrecito

Japón, Tropicalese barroquerías y más turbaciones, 500 años fregados

pero cristianos, toros sí toreros no, Pure de papas, Mis supermachos,

Lástima de Cuba, Los comics naturistas de Rius, De músico poeta y

loco, El fracaso de la educación en México, El PAN y otros males, Cada

quien su Dios, La cultura no muerde, ¿Hay libertad de prensa en

México?, Machismo feminismo & homosex., Publicidad T.V. y otras

porquerías, ¿Quién ganó la Revolución Mexicana?, Juicio a Walt Disney,

¿De dónde vienen los niños?, Marihuana y otras debilidades y Vera

historia del Tío Sam.

En la página siguiente se muestran las portadas de cuatro de sus

libros.

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En el libro A, B, Ché; narra

detalladamente la muerte del

Ché Guevara.

Page 103: Eduardo del Río

103

Page 104: Eduardo del Río

BIBLIOGRAFÍA

DEL RÍO, Eduardo, Rius.Rius para principiantes.Editorial Grijalbo.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.Mis Supermachos. Editorial Grijalbo.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.La Biblia, esa linda tontería.Editorial Grijalbo.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.Cristo de Carne y hueso. Editorial Grijalbo. Edición corregida y aumentada.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.La trukulenta historia del kapitalismo.Editorial Grijalbo.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.La Panza es Primero.Editorial Grijalbo.

AGUSTÍN, José.Tragicomedia Mexicana 2. La vida en México de 1970 a 1988.Editorial Planeta. Tercera edición.Colección: Espejo de México.

ZAID Gabriel.Contenido No. 408 Junio 1997.El incansable Rius Ilustrado.Páginas 85-87.

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Page 105: Eduardo del Río

RODRÍGUEZ, Alfonso.Lecciones de Historia de México. Tercer Grado.Editorial Trillas.Serie 2000.

CASASOLA, Gustavo.6 Siglos de Historia Gráfica de México. 1325-1989.Editorial Gustavo Casasola.Tomo I.

CASASOLA, Gustavo.6 Siglos de Historia Gráfica de México. 1325-1989.Editorial Gustavo Casasola.Tomo VI.

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