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1 EJERCER LA MISERICORDIA EN LA VIDA CRISTIANA, UNA PROPUESTA ESPIRITUAL A PARTIR DE LUCAS 10, 37B ALEX ALBERTO HERNÁNDEZ RAMÍREZ PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA PROGRAMA DE TEOLOGÍA

EJERCER LA MISERICORDIA EN LA VIDA CRISTIANA, UNA

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ESPIRITUAL A PARTIR DE LUCAS 10, 37B
ALEX ALBERTO HERNÁNDEZ RAMÍREZ
ESPIRITUAL A PARTIR DE LUCAS 10, 37B
ALEX ALBERTO HERNÁNDEZ RAMÍREZ
TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR AL TÍTULO PROFESIONAL Y BACHILLER EN
TEOLOGÍA
DIRECTOR:
___________________________
Firma del Jurado
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus
trabajos de tesis, sólo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral
católica y porque las tesis no contengan ataques o polémicas puramente personales; ante bien,
se vea en ella el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.
(Reglamento General de la Pontificia Universidad Javeriana, Artículo 23. Resolución N° 13
del 6 de junio de 1974).
Bogotá, D. C., 2018
y ha estado presente en mi familia,
hermanos de comunidad, amigos y conocidos,
para hacer de mi un mejor seguidor de Cristo.
5
AGRADECIMIENTOS
El mayor agradecimiento es para la Santísima Trinidad, ya que ella se ha derramado
en misericordia desde antes de mi nacimiento al darme la gracia de estar en su proyecto, hasta
el punto de formarme integralmente y regalarme a la Virgen María como aquella que me
hace sentir su esposo.
Reconozco el esfuerzo tan grande que han hecho mis padres por darme la educación
en todos los aspectos de la vida, formando un ser humano que lucha por mejorar a pesar de
los defectos y las limitaciones que tiene; en este caso también me siento bendecido por Dios
mediante mis hermanos y todos mis familiares, quienes han hecho un aporte significativo.
A todos aquellos que he conocido de una manera u otra, especialmente a mi directora
de trabajo de grado, Paula Andrea García Arenas, quien con su exigencia aportó en la
enseñanza de saberes que no sólo se quedan en la teoría, sino que se está llamado a
trasladarlos a un hecho concreto en beneficio de los demás, de tal manera que se ayude en la
construcción de un mundo más misericordioso. También agradezco el acompañamiento, los
conocimientos dados, la orientación y la disponibilidad de Ángela María Sierra.
Para mi es importante resaltar los agradecimientos a la Congregación de Jesús y
María, especialmente a mis hermanos incorporados y en proceso de probación de la Provincia
Eudista Minuto de Dios y la Provincia de Colombia, ya que me formaron según el corazón
de Dios para llegar al ministerio.
6
1. NOCIÓN BÍBLICA DE MISERICORDIA EN LUCAS 10, 37B .............................. 9
1.1. Acercamiento a la noción bíblica de misericordia ............................................... 9
1.2. Análisis narrativo de Lucas 10,25-37 ................................................................. 14
1.3. Conclusiones. ..................................................................................................... 23
CAPÍTULO II ..................................................................................................................... 27
2. LA MISERICORDIA UNA PROPUESTA ECLESIAL DE LA VIDA CRISTIANA
27
2.1. La misericordia en el Magisterio de la Iglesia y su relación con Misericordiae
Vultus 27
2.2. El encuentro dentro del Principio-Misericordia y Misericordiae Vultus ........... 32
2.3. Elementos para vivir la misericordia a partir de Misericordiae Vultus .............. 35
2.4. Conclusión .......................................................................................................... 38
CAPÍTULO III ................................................................................................................... 42
3. VIVIR LA MISERICORDIA A PARTIR DE JUAN EUDES ................................. 42
3.1. Bibliografía de Juan Eudes ................................................................................. 42
3.2. Acercamiento a la espiritualidad Eudista ........................................................... 43
3.3. La misericordia, itinerario propuesto por San Juan Eudes ................................. 48
3.4. Actualidad de la propuesta Eudista desde la obra Minuto de Dios del Padre
Rafael García-Herreros ................................................................................................. 52
3.5. Conclusión .......................................................................................................... 54
7
INTRODUCCIÓN
En la vida cristiana el tema de la misericordia en algunos casos se percibe en los
creyentes como una especie de sentimiento hacia realidades de injusticia en personas o
comunidades; y ésta también se comprende a partir de la acción, dado que el creyente realiza
actos de amor y de bondad hacia otra persona que lo necesita, y con esto se puede decir que
él responde a la praxis evangélica y al seguimiento de Jesús.
No obstante, es fundamental conocer el significado de la misericordia dentro del
contexto bíblico del Antiguo y del Nuevo Testamento, para así tener una mejor comprensión
de esta palabra en la experiencia de fe del cristiano. Para tal efecto, se recurre a comprender
el contexto de la parábola del buen samaritano (Lc 10,29-37), la cual tiene en el versículo
37b la invitación a vivir y asumir en la vida cristiana la misericordia; en esa perspectiva,
aparece la pregunta que orienta la reflexión de este trabajo: ¿cómo asumir en la vida cristiana
la propuesta de Jesús desde Lucas 10,37b de ir y ejercer con el prójimo la misericordia?
Por consiguiente, se apuesta por el método narrativo1 a partir de un análisis semiótico
el cual se fundamenta en: primero, analizar todo y sólo el texto. Y, segundo, respetar la
estructura gramatical que conforma el discurso; esto es, desde el aspecto narrativo, discursivo
y/o lógico-semántico en la perícopa Lucas 10, 37b.
Así, el desarrollo de este trabajo se organizará de la siguiente manera: en el primer
capítulo, se explicará la misericordia desde la etimología hebrea y los términos griegos que
son traducidos por misericordia. Luego, se desarrollará el análisis narrativo de la parábola el
buen samaritano, para lo cual se delimitará y contextualizará la perícopa. Además, en este
apartado se abordará la misericordia a partir del Antiguo y del Nuevo Testamento, de los
cuales se resalta la necesidad de practicar la misericordia como sello del creyente que está
comprometido con el seguimiento de Jesús; esto se comprende a partir del tema del encuentro
y la donación personal hacia los demás.
En el segundo capítulo se revisará el término misericordia en algunos padres de la
Iglesia como son: Ignacio de Antioquía y Orígenes; igualmente, se analizarán los aportes de
1 Piñero, análisis narrativo, 22.
8
Misericordiae Vultus, Dives in Misericordia; la segunda conferencia general de episcopado
latinoamericano y otros documentos magisteriales que promueven una renovación pastoral;
y también el principio-misericordia de Jon Sobrino. A su vez en este capítulo se expondrá la
misericordia como propuesta eclesial de la vida cristiana a partir del Magisterio de la Iglesia,
y para tal efecto, se hará énfasis en la importancia de ejercerla, con base en las Sagradas
Escrituras, particularmente en la invitación que menciona el texto de Lucas 10,37b.
En el tercer capítulo se explicará la vida de San Juan Eudes, y para ello se realizará
un acercamiento a la espiritualidad Eudista; y lo relacionado a la comprensión de la
misericordia como itinerario propuesto por san Juan Eudes, y una posible actualización de la
propuesta espiritual de éste que se fundamenta en experimentar la misericordia como un
sentimiento, tener la voluntad y la firme decisión de practicarla, pensar en lo adecuado del
cómo hacerla y ejercerla mediante un acto en beneficio del más necesitado.
9
El concepto de misericordia puede generar diversos significados para las personas y
por ello se requiere comprender el sentido epistemológico y bíblico de esta palabra; por
ejemplo, la palabra misericordia en algunos casos se puede confundir con la compasión, ya
que estos dos términos si bien parecen similares contienen diferencias, dado que la
compasión se limita a una simple identificación con aquel que sufre, sin trascender a un acto
en beneficio del necesitado, “mientras la misericordia se siente y ejercita en pro del otro”2 de
ahí la necesidad de profundizar sobre el sentido teológico de la misericordia en el contexto
cristiano, y es a partir de la Sagrada Escritura donde se encuentra la comprensión
hermenéutica de esta palabra.
Abordar la misericordia desde la Biblia implica tener en cuenta los términos que se
usan en el Antiguo y Nuevo Testamento, sin embargo, en este trabajo se pretende llegar de
manera particular a la invitación de Jesús “en Lucas 10,37b, para lo cual se analizará la
parábola del buen samaritano” y así se comprenderá el significado de la misericordia que
planeta el autor sagrado en esta perícopa. Por consiguiente, en este capítulo se realizará un
recorrido sencillo sobre la palabra hebrea y los términos griegos que son traducidos por
misericordia. Luego, se desarrollará el análisis narrativo de la parábola el buen samaritano,
para lo cual se contextualizará la perícopa, a partir de una hermenéutica comprensiva sobre
la noción bíblica de misericordia que se encuentra en el texto de Lucas 10,37b.
1.1. Acercamiento a la noción bíblica de misericordia
La misericordia en la Biblia se presenta mediante palabras específicas que reflejan el
significado del término y esto se evidencia a través de hechos concretos donde Dios favorece
al ser humano, estas palabras tienen un sentido propio dentro del texto en el que se
encuentran, formando un horizonte delimitador y enrutador de la noción bíblica de la
misericordia.
10
1.1.1. La misericordia en el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento la palabra apropiada para hablar de misericordia es ~ym.x}r:(
(Rahamim) que se refiere a las entrañas y al vientre materno, “pero en lenguaje figurado se
puede utilizar para aludir a lo más profundo del ser humano, es decir, donde se generan los
sentimientos. Sin embargo, es de aclarar que una de las confusiones existentes radican en
identificar a ~ym.x}r: (rahamim) con ds,x, (hesed)”,3 puesto que no es lo mismo, ya que ds,x,
(hesed) es un sentimiento consciente y no espontáneo, traducido adecuadamente por gracia
o bondad, la diferencia de esto radica en que el uno es espontáneo y el otro concienciado, En
otras palabras, “la bondad es algo que nace de una reflexión consiente como producto de una
relación legalista y que por lo regular tiene dirección descendente, de un superior a un
inferior”4 mientras la misericordia es “bidireccional y se genera de una manera espontánea,
en la cual no se tiene en cuenta las normas, sino la dignidad de la persona, como aparece en
el ~ym.x}r: (rahamim).”5
Por tanto, ~ym.x} r: (Rahamim) viene de ~x; r: (raham) para indicar que la “misericordia
se produce y sale de lo más profundo del ser, lo que para Kasper sería entenderla desde el
concepto bíblico de corazón (blE - leb)”,6 en “blE (leb) no se limita al órgano del cuerpo, sino
que también incluye el alma, la voluntad, el espíritu y la inteligencia”7 es decir, la integridad
del ser humano. Por consiguiente, la misericordia brota del corazón como un sentimiento
positivo que constituye la persona y le permite “exteriorizarla mediante hechos concretos en
favor del otro, por ejemplo, en Gn 43,30 está la palabra wym'x} r: (rahamayv)”8 para referirse a
la misericordia que siente José al ver a su hermano Benjamín, esto es exteriorizado por medio
del llanto, con el fin de expresar la conmoción interna de las entrañas.
De esta misma manera en que José siente misericordia por su hermano, una mujer
experimenta la misericordia hacia su hijo al saber que lo van a matar por la mentira de otra,
en este caso la madre biológica es quien manifiesta la misericordia que tiene por el fruto de
3 Rossano; Ravasi y Girlanda, “Nuevo diccionario de teología bíblica”, 1216. 4 Ibíd., 1218. 5 Ibíd. 6 Kasper, “La misericordia clave del evangelio y de la vida cristiana”, 48. 7 Strong, “Diccionario Strong de palabras originales del Antiguo y Nuevo Testamento”, 212. 8 Todos los textos bíblicos en hebreo del Antiguo Testamento son tomados de la Biblia Hebraica.
11
su vientre y prefiere expresar el deseo de entregarlo a la otra mujer, esto se evidencia en 1R
3,26 que dice: “A la mujer de quien era el hijo vivo se le conmovieron las entrañas por su
hijo y replicó al rey: […] que le den a ella el niño vivo”.9 En este versículo se percibe el
sentimiento de una madre hacia su hijo, mientras en otros, “como es el caso de Jb 3,11, está
~x, r,mE (merehem), palabra compuesta por la preposición !mi (min) y el sustantivo ~x,r, (rehem),
se refiere al vientre materno a manera de órgano del cuerpo y no a un sentimiento”10.
Por otra parte, se encuentra la misericordia desde la visión de Dios ya que Él es
misericordia puesto que muestra su esencia en la revelación de su nombre a Moisés como
aparece en Ex 34,6, con el adjetivo ~Wxr; (rahum), el cual traduce misericordioso y está
precedido por el sustantivo la E (‘el) “para hablar de Dios y su nombre (Yahoveh), esto indica
que Yahveh en su esencia es misericordioso (Cfr. Sal 18,2) porque el ser de Dios es con y
para el pueblo”;11 al respecto el Nuevo diccionario de teología bíblica enfoca su reflexión
más en el actuar de Dios al decir que “los adjetivos […] califican al obrar divino,”12 pero al
mismo tiempo el actuar divino del humano, porque manifiesta que el proceder de Dios “a
diferencia del humano, no es instintivo, pasional, desconsiderado e impetuoso […] sino lento,
paciente y ponderado, así como rico en generosidad […]; tan rico que los gestos de su
misericordia no se restringen”13 frente a su pueblo.
La misericordia en Dios no es solamente un calificativo que hace parte de la totalidad
de su esencia, sino que se ve en la obrar en pro del pueblo, como es el caso de Éxodo 3,7-9,
cita bíblica en la cual se experimenta a manera de sentimiento, y ocasiona una conmoción
interna en las entrañas, es decir, en lo más profundo de la divinidad, para llevarle a tomar la
decisión de ayudar a los oprimidos, estos actos de misericordia de Dios hacia el ser humano
se encuentran a lo largo de las Sagradas Escrituras.
Por ejemplo, en el texto de Éxodo 34, 7 se evidencia la generosidad de Dios al
prolongar su amor y perdón por generaciones, sin importar el pecado y la culpa que sienta el
pueblo por lo realizado, ya que en Él “la distancia que corre entre la cuarta y la milésima
9 Escuela bíblica de Jerusalén, “Biblia de Jerusalén”, 386. 10 Ibíd., 387. 11 Kasper, “La misericordia clave del evangelio y de la vida cristiana”, 54. 12 Rossano; Ravasi y Girlanda, “Nuevo diccionario de teología bíblica”, 1218. 13 Ibíd. 1219.
12
generación muestra, con claridad […] cómo la misericordia supera en mucho a la justicia,
que exige el castigo del delito, para dilatarse hasta el infinito”.14 Esto es concretizado en
hacer una alianza con el pueblo que abarca maravillas nunca vistas (Ex 34,10), por eso, dicha
manifestación de la esencial misericordia de Dios mediante su nombre y obrar no es
“especulativa ni el resultado de una experiencia mística, sino”15 una autorevelación de Él
mismo en la historia. En definitiva, la misericordia en el Antiguo Testamento está presente
en la divinidad y en la humanidad como una experiencia sentimental que lleva a la decisión
de obrar en beneficio del necesitado y se sella en un acto en pro del otro, lo cual es una
manera de acercarse al prójimo que está en la invitación realizada en Lucas 10,37b.
1.1.2. La misericordia en el Nuevo Testamento
Continuando con la cita bíblica de Éxodo 34,6, “la palabra ~Wxr: (rahum) es
remplazada en la Septuaginta por (oiktirmon) para expresar la misericordia que
vive Dios hacia los seres humanos”,16 esto se constata en los actos a favor de su pueblo,
después de una promesa realizada por uno de sus elegidos. Esta sencilla relación señalada
entre el griego y el hebreo permite tener un acercamiento inicial a la comprensión de la
correspondencia existente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, dado que se verá a lo
largo de este escrito académico y que tiene su particularidad en las acciones, ya que el énfasis
de la misericordia sobre la acción reside en el acercamiento que una persona puede hacer en
bienestar del otro.
Así como (oiktirmon) es uno de los vocablos presentes en los LXX,
(splágcnon) y (éleos) también se encuentran en la traducción mencionada,
por ejemplo, “ (splágcnon) en su forma verbal y sustantivada son escasos y con
“poco paralelo en hebreo, uno de estos es el sustantivo (splágcnon), que se utiliza
en 2M 9,5”17 para reflejar la sede de los sentimientos, mientras
14 Ibíd. 1220. 15 Kasper, “La misericordia clave del evangelio y de la vida cristiana”, 55. 16 Kittel (Dir.), “Compendio diccionario teológico del Nuevo Testamento”, 523. 17 Todos los textos bíblicos veterotestamentarios en griegos son tomados de la versión de los LXX (Hanhart,
Robert. Septuaginta. Germany: Deutsche bibelgesellschaft, 2006).
13
(episplagcnisómenos) está en Pr 17,5 indicando el ser misericordioso”.18 Siguiendo con el
mismo lineamiento, es importante resaltar que “a (éleos) la LXX lo emplea con el fin
de referirse a ds,x, (hesed), que es la gracia producida por las relaciones entre dos y que implica
el amor, la fidelidad y la misericordia”19.
Las mismas palabras griegas que maneja la Septuaginta al hablar de misericordia
están en los escritos neotestamentarios, los cuales presentan el significado integral de la
misericordia, una de ellas es “ (splágcna), que en sentido físico puede aludir a los
órganos del ser humano, como son las entrañas; además, también se comprende como la sede
de los sentimientos catalogados como malos o buenos”.20 Este mismo sustantivo en su forma
verbal “ (esplagcníste) está en Lc 7,13 para mostrar la misericordia que Jesús
tiene con las personas vulnerables”,21 reflejando lo que a Dios le constituye y su obrar, esto
es expresado mediante una parábola en Lc 15,20, pero con la particularidad de denotar una
acción humana que deja entrever la misericordia divina.
Otro término que maneja el Nuevo Testamento “es (oiktírmones),
adjetivo que en Lc 6,36 expresa la misericordia de Yahveh y puede ser usada como una
exhortación.”22 Así, el autor sagrado puede llegar a expresar el acto misericordioso de Dios
que pasa del sentimiento a la acción, con la finalidad que los seres humanos lo vivan con los
que les rodea, de ahí que todo creyente se compromete a ejercer la misericordia como lo hace
su creador.
Por eso, la responsabilidad de practicar la misericordia reside en la Sagrada Escritura
como un fundamento de la vida cristiana, a partir del acercamiento al prójimo, el cual se hace
efectivo a través de la ayuda al necesitado. Y por tanto, es a través de Dios que siempre obra
en la historia de las personas, al respecto, se encuentra el término (éleos) que se
traduce por misericordia y aparece en Lc 1,58 para presentar la misericordia de Dios sobre
las personas que es gracia divina y tiene su plenitud en el misterio de la Trinidad, esto es,
18 Kittel (Dir.), “Compendio diccionario teológico del Nuevo Testamento”, 831. 19 Ibíd. 178. 20 Balz y Schneider, “Diccionario exegético del Nuevo Testamento”, 2 Vol, tercera edición, 1471. 21 Ibíd. 1470. 22 Kittel (Dir.), “Compendio diccionario teológico del Nuevo Testamento”, 523.
14
“la apertura a la tercera persona de la Santísima Trinidad es la que impulsa al ejercicio de la
misericordia de una manera completa en la humanidad.”23
Por consiguiente, la misericordia es un sentimiento que le pertenece a Dios por hacer
parte de su esencia, y por ende ésta es constitutiva a Él, “quien se la da al ser humano para
que la experimente en lo más profundo de su ser, espacio que para Kasper implica el
corazón;”24 pero también involucra la voluntad, la inteligencia y el alma, es decir, la
misericordia compromete la totalidad de la persona para que la ejerza con los más cercanos,
requiriendo un acercamiento al prójimo presente en la invitación de Lc 10,37b. En suma, las
tres palabras griegas neotestamentarias traducen misericordia y por consiguiente tiene por
finalidad: trascender en la vida de las personas a través de la bondad y el amor al prójimo.
1.2. Análisis narrativo de Lucas 10,25-37
Este apartado se fundamenta en presentar una viable lectura de la parábola del buen
samaritano a partir del análisis narrativo, por lo cual, se realizará una sencilla delimitación y
contextualización de la perícopa, por tanto, se desarrollará la posible estructuración de Lc
10,25-37 con base en una hermenéutica de la cita bíblica en estudio, para presentar la
misericordia como una manera de acercamiento al prójimo.
1.2.1. Breve delimitación y contextualización
Para hacer un análisis narrativo de Lc 10,25-37 hay que explicar la delimitación del
texto en su inicio y en su final:
25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué
cosa heredaré la vida eterna? 26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. 29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de
ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Así mismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.
23 Ibíd., 524. 24 Kasper, “La misericordia clave del evangelio y de la vida cristiana”, 48.
15
33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a
misericordia; 34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura,
lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo
que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los
ladrones? 37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
El inicio de la perícopa se ubica en “el versículo 25 porque entra un nuevo
protagonista que se da a conocer por ser doctor de la ley, el cual indica otro episodio”25 y
otro tema, ya que en los versículos del 1 al 17 se encuentra el tema del envío de los 72,
mientras del 17 al 24 está el regreso de los 72 y una breve instrucción, temáticas que son
diferentes a la del 25 al 28 en tanto puede ser llamado la vida eterna o el mandamiento del
amor, pero que tiene su continuidad en 29 porque el doctor de la ley al mencionar la palabra
prójimo está uniendo los anteriores versículos y así con los siguientes hasta el 37, puesto que
siguen con el mismo tema.
Por consiguiente, en Lc 10,25 se inicia un relato que “termina en el versículo 37,
donde esta unidad literaria está en la cuarta parte del evangelio de Lucas,”26 ya que el autor
maneja elementos propios y comunes con otros escritos, como es el caso de la influencia de
“la traducción griega del Antiguo Testamento que es conocida como la Septuaginta,”27 la
cual da grandes aportes a la comprensión del llamado mandamiento del amor que está en la
perícopa que va del versículo 25 al 29, ya que es necesario abordar dichos versículos para
comprender el contexto que maneja la parábola del buen samaritano y así entender la
misericordia como acercamiento al prójimo.
Al intentar entender el mensaje de Lc 10,25-37 es importante tener en cuenta tres
puntos mencionados por el autor Joseph Fitzmyer:
La condición privilegiada de los sacerdotes y levitas en el ámbito del judaísmo palestinense
de la época. […]
25 Bovon, “El evangelio según san Lucas”, Vol 2, 113. 26 Fitzmyer, “El evangelio según Lucas”, Vol 1, 232. 148. 27 Ibíd., 193 - 196.
16
La impureza ritual que se derivaba del contacto con un cadáver (aunque no fuera más que
aparente); [...] Ese aspecto de contaminación ritual afectaba particularmente a sacerdotes y
levitas; la impureza de estos consagrados era mucho más seria que la de un judío normal.
La actitud compartida por los judíos palestinenses con respecto a los samaritanos. […]28
Sin dejar de lado que dentro de las características del evangelio de Lucas existe una
técnica narrativa que está evidenciada en los diferentes acontecimientos presentes a lo largo
del texto, recurso que “ya se lo habían dictado sus fuentes, aunque él lo perfecciona
insertando de vez en cuando breves sumarios que sirven de transición,”29 a este estilo
narrativo le acompaña el insertar parábolas para explicar mejor su mensaje, como es el caso
del mandamiento del amor que es explicado mediante la parábola del buen samaritano
presente en Lc 10,29-37. En medio de la narrativa se encuentra la teología lucana que
pretende mostrar “a Jesús como el redentor de los afligidos y despreciados, [...] que anuncia
la buena nueva de la bondad de Dios, acogiendo también a los desdichados, [...] y que se
revela a sí mismo, en su actuación mesiánica como el amigo de los pobres y el salvador de
los perdidos.”30
Por eso, “La narración ejemplar de Lc 10, 25-37 caracteriza la conducta
misericordiosa del samaritano (Lc 10,37) como demostración concreta de amor”31 y deja
entrever dos realidades opuestas como son: la insensibilidad y “la absoluta despreocupación,
tal vez inspirada por la propia ley, de dos representantes cualificados del culto judío.”32 Por
ello, se requiere observar los tres personajes de la parábola para llegar al significado del
mensaje central, sin olvidar los elementos que maneja el samaritano para curar las heridas y
la respuesta que da el doctor de la ley. El manejo dado a los recursos narrativos que aparecen
en Lc 10,30-37 dan la pauta en el acercamiento de la misericordia manejada por el autor en
el evangelio de Lucas y encierra un significado propio de la teología lucana.
Es así como la teología de Lucas se caracteriza por exponer la misericordia dentro del
plan salvífico de Dios, pero “un sentido eclesiológico centrado en el compromiso con el obrar
28 Fitzmyer, “El evangelio según Lucas”, Vol 3, 278. 29 Bovon, “El evangelio según san Lucas”, Vol 1, 31. 30 Schmid, “El evangelio según san Lucas”, 32. 31 Balz, y Schneider, “Diccionario exegético del Nuevo Testamento”, 2 Vol, 1313. 32 Fitzmyer, “El evangelio según Lucas”, Vol 3, 279.
17
en beneficio de los demás”,33 esto se comprende a la luz de las llamadas parábolas de la
misericordia que son puestas en labios de Jesús e involucran la vulnerabilidad del género
humano. Es decir, la teología de la misericordia, dado que en Lucas tiene su núcleo en el
actuar de la persona, por eso la invitación de Jesús en Lc 10,37b a ejercer la misericordia con
el otro; de ahí la posibilidad de expresar que la teología lucana no es un mero espiritualismo
sin relación con la realidad material, sino una forma de acercamiento al prójimo, puesto que
éste es el más cercano que posibilita la acción misericordiosa. A partir de esta comprensión
de la teología del tercer evangelio, es pertinente presentar la noción bíblica de misericordia
desde Lc 10,37b como forma de acercamiento al prójimo, para lo cual el paso a seguir es una
estructuración de la perícopa, continuando con una hermenéutica de la cita bíblica que se
presenta a continuación.
1.2.2. Propuesta estructural de Lc 10,25-37
Desde un sencillo marco general del tercer evangelio en relación a la cita bíblica en
estudio, “para Joseph Fitzmyer Lc 10,25-37 está en la quinta parte de ocho secciones, la cual
es llamada: Relato del viaje de Jesús a Jerusalén e incluye la parte central del evangelio de
Lucas (Lc 9,51-19,27) donde se presenta a manera de relato el viaje de Jesús;”34 a su vez, Lc
10,25-37 “se encuentra estructurada en dos apartados”35 que se relacionan entre sí para hacer
posible la conformación de una sola perícopa con sentido completo,36 por ello, se tomará
inicialmente Lc 10,25-28, para continuar con Lc 10,29-37 y establecer un contraste entre las
dos estructuras, teniendo en cuenta lo propuesto por el autor François Bovon en el segundo
volumen del libro El evangelio según san Lucas:
A1. Lc 10, 25a tiene una contextualización que permite saber quién toma la iniciativa
de intervenir y bajo cual intención lo hace, pero esto va acompañado de un interrogante
33 Esto es porque “la salvación de Dios, enviada primeramente a Israel en la persona y en el ministerio de
Jesús de Nazaret, se ha difundido como palabra de Dios… entre los paganos, hasta los últimos confines de la
tierra.” Fitzmyer, “El evangelio según Lucas”, Vol 1, 31. 34 Ibíd., 227. 35 Ibíd., 232. 36 Bovon, “El evangelio según san Lucas”, Vol 2, 110.
18
consultivo que está en Lc 10,25b y que es formulado por el docto de la ley hacia Jesús, “donde
dicho interrogante práctico involucra el deseo de ponerlo a prueba frente al mensaje de la
Torah.”37 Esta primera parte se puede llamar Pregunta del legista.
A2. Lc 10,26 presenta los interrogantes retóricos en el cuales Jesús refleja una
“afirmación sobre el conocimiento de la Torah e intenta hacer reflexionar al doctor de la ley
sobre lo que conoce y el cambio de conducta que debe efectuar en las personas.”38 A este
apartado se denomina Contra pregunta de Jesús.
A3. Lc 10,27 es la respuesta del doctor de la ley sobre el interrogante de Jesús,
respuesta que se basa en apelar a la Torah al citar Dt 6,5.
A4. Lc 10,28 comprende la invitación que Jesús plantea a partir de la respuesta del
legista.
En la segunda parte de Lc 10,25-37 hay un esquema muy similar compuesto por
algunos elementos comunes, pero con la diferencia en la historia narrada puesta en boca de
Jesús por el autor, la cual manifiesta la diferencia entre el punto de vista del doctor de la ley
que es más teórica y el punto de vista de Jesús que hace énfasis en la práctica de la Torah.
B1. Lc 10,29 expone una nueva pregunta del doctor de la ley, la cual puede estar
dentro de un marco teórico, teniendo en cuenta que ese concepto dentro del mandamiento del
amor tiene una connotación práctica, más que teórica.
B5. En Lc 10,30-35 está la narración a manera de parábola donde se encuentran tres
personajes que entretejidos constituyen la respuesta de Jesús al legista.
B2. Lc 10,36 Jesús vuelve a hacer una contra pregunta al doctor de la ley.
B3. Lc 10, 37a Respuesta del doctor de la ley.
B4. Lc 10,37b Invitación de Jesús a ejercer la misericordia.
La estructura planteada anteriormente se puede tomar como un paralelismo entre la
intervención del doctor de la ley y de Jesús, pero al mismo tiempo realiza una comparación
entre la perícopa sobre el mandamiento del amor y la parábola del buen samaritano,
comparación que se percibe en la hermenéutica presente en el siguiente apartado. Esto
37 Ibíd., Vol2, 111. 38 Ibíd., Vol 2, 112.
19
permite hacer el contraste que está en exposición de la próxima tabla, dando como resultado
matices de semejanzas, pero al mismo tiempo matices de diferencias, dentro de los cuales
resalta la narración parabólica.
Tabla 1: contraste de la perícopa Lc 10, 25. 37
Contraste dentro de la perícopa de Lc 10,25-37
Lc 10,25-28 Lc 10,29-37:
V. 25: “Y he aquí un intérprete de la ley
se levantó y dijo, para probarle:
Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré
la vida eterna?”
sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi
prójimo?”
V. 26: “Él le dijo: ¿Qué está escrito en la
ley? ¿Cómo lees?”
en manos de los ladrones?”
Respuesta del
Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu
prójimo como a ti mismo”.
V. 37ª: “Él dijo: El que usó de
misericordia con él”.
Invitación de Jesús
la misericordia
haz esto, y vivirás”
haz tú lo mismo”.
sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi
prójimo?”
descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó
en manos de ladrones, los cuales le
despojaron; e hiriéndole, se fueron,
dejándole medio muerto.
sacerdote por aquel camino, y viéndole,
pasó de largo.
largo.
camino, vino cerca de él, y viéndole, fue
movido a misericordia;
en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y
cuidó de él.
los dio al mesonero, y le dijo:
Cuídamele; y todo lo que gastes de más,
yo te lo pagaré cuando regrese.
Este cuadro y la estructura son tomados de El evangelio según san Lucas.39
El contraste de los versículos se presenta a manera de comparación entre la teoría y
la práctica para resaltar que la invitación de Jesús a ejercer la misericordia que está en Lc
10,37b es una invitación a tener un acercamiento al prójimo que no puede ser meramente
conceptual, sino que debe involucrar la presencialidad de dos personas donde se da un acto
en beneficio de quien está en situación de vulnerabilidad.
1.2.3. Una hermenéutica sobre Lc 10,25-37
Los verbos dentro de la perícopa juegan un papel importante al momento de
comprender el sentido de la misericordia, pero sin dejar de lado las acciones presentes en el
relato, ya que todos los recursos que se encuentran en el análisis narrativo permiten una
interpretación teológica del relato; de hecho, se tomarán algunos elementos de la perícopa y
sus expresiones como medio para comprender la invitación de Lc 10,37b.
39 Ibíd., 110-112.
21
La narración inicia presentando un primer personaje que no tiene descripción
específica, ya que habla de un hombre sin dar detalles de su procedencia y nombre
característico, “ esto puede denotar una falta de identidad del personaje dentro del texto;”40
al mismo tiempo el escrito da unos detalles geográficos al decir que el sentido de “caminar
era descendente”41 y probablemente con un trayecto muy largo, “porque la distancia de
Jerusalén a Jericó”42 es bastante extensa, “con una zona desértica y solitaria en donde
abundan los asaltantes,”43 bandidos que despojan al hombre de sus pertenencias y le dan una
paliza hasta dejarlo casi muerto, condición que puede obstaculizar “el posible acercamiento
del sacerdote y el levita por las normas de impureza-pureza que plantean los parámetros
religiosos y cultuales de la época ( Lv 21,2)”.44
A los dos personajes mencionados que están dentro de un ambiente religioso los
acompaña la palabra δν (idón), esto indica que si vieron al hombre casi muerto, y al verlo
en esa condición optaron pasar por el lado opuesto (ντιπαρλθεν - antiparelzen) de donde
estaba el ser humano apaleado; el comportamiento del levita y el sacerdote puede
considerarse no tan apropiado para todos los cristianos, en tanto el seguidor de Cristo está
llamado a no ser indiferente ante el dolor ajeno, sino que se compromete a ejercer la
misericordia con aquel que está en una situación vulnerable, esto exige un acercamiento al
prójimo y no quedarse en los parámetros legales, sino poniendo en el centro la dignidad de
la persona.
Los servidores de Dios ante el pueblo y en el templo están en contraste con el
samaritano, “esto puede ser una sincrisis porque pone “en paralelo la actividad de varios
personajes”45 que en este caso probablemente sea para comparar, ya que en Lc 10,36 y
después de presentar el comportamiento del sacerdote, el levita y el samaritano, se plantea el
interrogante sobre los tres personajes de la parábola a manera de comparación, con el fin de
dar respuesta valiéndose de uno de ellos. En cuanto a las tres personas que en su caminar
40 Stöger, “El nuevo testamento y su mensaje. Comentario para la lectura espiritual”, Tomo 1, 309. 41 Raymont; Fitzmyer y Murphy, “Comentario bíblico San Jerónimo”, Tomo 3, 368-369. 42 Pronzato, “Tras las huellas del samaritano. Peregrinación al santuario del hombre”, 15. 43 Schmid, “El evangelio según san Lucas”, 276. 44 Fitzmyer, “El evangelio según Lucas”, Vol 3, 285. 45 Marguerat y Bourquin, “Cómo leer los relatos bíblicos. Iniciación al análisis narrativo”, 210.
22
ven al hombre herido se podría decir que cada una simboliza algo en específico, por ejemplo:
“el sacerdote representa a quienes dirigen el pueblo en el aspecto religioso y el levita está
dedicado al servicio del templo”,46 por lo cual eran conocedores de la ley de Dios y
supuestamente hacían lo que la divinidad les pide, pero al parecer sólo eran eruditos en la
Palabra y no doctos en la misma, en tanto sabían lo que dice, pero no la practican al poner la
norma sobre la dignidad de la persona, es decir, "se engañaron pensando que escuchaban la
voz de Dios que les pedía [...] no transgredir sus deberes religiosos."47
La interpretación religiosa de los personajes judíos contrasta con la acertada
aplicación de la voluntad de Dios del samaritano, un despreciado por el judaísmo que “no
tiene los conocimientos ni la preocupación por su propia seguridad del legista, carente
además de la dignidad y la categoría del estado sacerdotal y levítico.”48 Este extraño para el
judaísmo, es quien ejerce la misericordia partiendo de una mirada hacia el hombre apaleado,
hecho que capta su atención y le permite experimentar un estremecimiento de las entrañas,
es decir, sentir la misericordia en lo más profundo de su ser, misericordia que es exteriorizada
al obrar en beneficio del malherido, reflejando el actuar divino, ya que "la acción de Dios se
hace comprensible a partir de lo que hace el hombre"49 en consonancia con Cristo, de cual se
evidencia una comparación de la parábola entre lo humano y lo divino.
De hecho, en el comportamiento del samaritano se ve el significado adecuado de la
noción bíblica de misericordia, pero es indispensable tener cuidado de no dar al pobre lo que
se cree que necesita, sino lo que realmente solicita su estado vulnerable para tener un mejor
vivir, lo cual requiere la sensibilidad, atención e intuición expresada en el libro "Tras las
huellas del Samaritano", en el cual hay una interpretación que comparto y dice así:
Es cuestión de sintonía. Hay que descubrir lo que el otro desearía de mí en este momento, en
esta situación particular, evitando endosarle el producto que elegimos nosotros y que hemos
establecido de antemano. Hay negociantes habilísimos en el arte de satisfacer nuestras
peticiones según sus propias programaciones y lo que ellos tienen a su disposición. Pedimos
una cosa, y ellos terminan convenciéndonos para que adquiramos otra. En el campo de la
caridad, tal operación resulta inaceptable. Hay que «escuchar» de verdad al otro (incluso
46 Raymont; Fitzmyer y Murphy, “Comentario bíblico San Jerónimo”, Tomo 3, 369. 47 Pronzato, “Tras las huellas del samaritano. Peregrinación al santuario del hombre”, 40-41. 48 Raymont, Fitzmyer y Murphy, “Comentario bíblico San Jerónimo”, Tomo 3, 369. 49 Stöger, “El nuevo testamento y su mensaje. Comentario para la lectura espiritual”, Tomo 1, 308.
23
cuando no puede hablar, como en este caso) y no interpretar a nuestro modo sus peticiones.
El Samaritano supo ponerse en la piel del otro, se dejó interpelar por él. […] El Samaritano
se puso en la longitud de onda del otro y, de este modo, escuchó su voz silenciosa, acallando
todas las demás voces (las voces ruidosas de los compromisos improrrogables, de la
comodidad, del interés, de la preocupación por no complicarse la vida y alejarse de los
problemas [...]).50 En este texto bíblico sobre la pregunta puesta en boca de Jesús hacia el doctor de la
ley que está en el versículo 36a se responde comúnmente como si el prójimo fuera el
samaritano, lo cual es posible en tanto él es quien se acerca al necesitado para actuar en
beneficio de malherido; sin embargo, considero, es mejor decir que "es prójimo todo aquel
que tiene necesidad de ayuda"51 motivo que impulsa al samaritano a acercarse al que es
prójimo. Por la última comprensión propuesta sobre el prójimo es que Lucas 10,37b invita
a ejercer la misericordia como forma de acercamiento al prójimo, con el fin de salir de sí
mismo para darse al otro mediante la negación de sus propios intereses y de todo lo que no
es de Dios.52
1.3. Conclusiones.
La misericordia en el Antiguo Testamento hace alusión a las entrañas y al vientre
materno, pero también se puede usar para referirse a lo más profundo del ser humano, la sede
de los sentimientos y el corazón, más aun, el término veterotestamentario que es traducido
por misericordia involucra la totalidad de la persona porque comprende la voluntad, la
inteligencia y el espíritu; por eso, la misericordia brota del ser humano como un sentimiento
que constituye la integridad del individuo, y expresa lo que es el ser humano a nivel
individual y social.
En el Nuevo Testamento, la misericordia se comprende a partir de los dichos y hechos
de Jesucristo que evidencian la misericordia de Dios en la historia de salvación del ser
humano. Así pues, la misericordia es presente y se consolida en la proyección hacia el futuro,
en tanto es una realidad que no sólo tiene repercusiones en el ahora, sino que también genera
50 Pronzato, “Tras las huellas del samaritano. Peregrinación al santuario del hombre”, 40-41. 51 Stöger, “El nuevo testamento y su mensaje. Comentario para la lectura espiritual”, Tomo 1, 311. 52 Cfr. Pronzato, “Tras las huellas del samaritano. Peregrinación al santuario del hombre”, 35-36.
24
una consecuencia en el futuro, ya que trasciende en la praxis cristiana a partir del testimonio
de vida de los creyentes.
De ahí que la misericordia en los escritos neotestamentarios no se limita al
sentimiento y por consiguiente, trasciende a la praxis como forma de acercamiento al
próximo como se sostiene en la obra lucana, específicamente en la parábola del buen
samaritano, específicamente en los versículos del 25 al 28, “porque en el 25 entra un nuevo
personaje que está presente en Lucas 10,29-37 y tiene su continuidad al seguir insistiendo en
la palabra prójimo, de ahí la importancia de los dos relatos que son organizados en diferentes
estructuras, pero que se pueden vincular por elementos comunes.”53
En Lc 10,25-37 hay un diálogo que se da entre Jesús y el doctor de la ley, pero también
presenta el contraste en el cual se encuentra la inmisericordia de unos salteadores que roban
y golpean a un hombre, dejándolo medio muerto; y la del sacerdote y el levita que pasan sin
ayudar el mal herido. Por eso, frente a la misericordia del samaritano que se acerca para
vendar las heridas del hombre apaleado, gesto que tiene la misma dirección de la invitación
de Jesús a ejercer la misericordia (v.37b) y que va más allá de la concepción teórica o verbal
del legista (v. 27). Esto explica la sincrísis entre los personajes y los comportamientos de
éstos, para resaltar el significado apropiado de la noción bíblica de misericordia que está a la
base de Lucas 10,37b y que presupone del acercamiento al prójimo.
Después de hacer un recorrido por la palabra misericordia en el Antiguo y Nuevo
Testamento, hasta llegar a una aproximación en el evangelio de Lucas y hacer un paralelo
entre dos citas bíblicas que tienen elementos comunes, se percibe la necesidad de adentrarse
en Lucas 10,30-37 desde un análisis narrativo de la perícopa, para así comprender la
misericordia a partir de la última parte del versículo 37, teniendo en cuenta la expresión:
prójimo.
Es así como la parábola del buen samaritano inicia mencionando un hombre que no
tiene identidad, ya que no se manifiesta su nombre o lugar de nacimiento, lo único que se
dice es que bajaba de Jerusalén a Jericó, “este hombre es despojado y apaleado por unos
ladrones que lo dejan casi muerto, situación que lo deja en desventaja en comparación con
53 Stöger, “El nuevo testamento y su mensaje. Comentario para la lectura espiritual”, Tomo 1, 310.
25
los otros tres personajes, hasta el punto de ser diferenciado por la realidad que le atañe.”54
La vulnerabilidad del ser humano mencionado es un motivo para rechazar o aceptarlo por
parte de los demás, esto depende de las preconcepciones que tenga cada persona en relación
con el mal estado de salud o aspecto físico de quien está próximo.
El estado en que se encuentra el hombre golpeado es lo que le hace prójimo porque
su condición le obliga a quedarse en el mismo lugar al estar imposibilitado para seguir su
camino, de ahí que él facilite la oportunidad de ejercer la misericordia, propicia que alguno
de los personajes, en este caso el samaritano, comprenda la misericordia en lo más profundo
de su ser al observarlo. Este hecho de precariedad hace que el otro de acerque y lo beneficie
con actos concretos, de lo contrario no se hubiera acercado y no habría practicado la
misericordia, por eso el prójimo es el pobre, aquel que posibilita el sentimiento y la acción
misericordiosa dada en medio del encuentro entre dos.
Frente al proceder del samaritano en beneficio del prójimo está la actitud indiferente
del sacerdote y el Levita, quienes siendo figuras de autoridad y privilegio en el ámbito
religioso de la época no se acercaron para atender al prójimo, sino para descartarlo como
cercano, tomando distancia, posiblemente, debido a los parámetros que asumieron con su
labor religiosa ante el pueblo; “lo curioso es que posiblemente el hombre apaleado es afín a
los servidores espirituales del judaísmo de la época, ya que probablemente el apaleado era
judío por bajar de Jerusalén a Jericó, y aun así no lo auxilian, sino que pasan por el lado sin
tener en cuenta.”55 Estos funcionarios públicos están en contraposición al verdadero
comportamiento que se debe tener en el cristianismo, para indicar lo inadecuado dentro de la
misericordia y adentrar en la búsqueda de lo apropiado que está en Lucas 10,30-37.
Siguiendo con el samaritano, es el personaje que ve en el malherido un prójimo,
puesto que el hombre procedente de Samaria observa, desde el punto de vista religioso, que
el apaleado deja sus diferencias como judío y se hace prójimo de quien es de la región de
Palestina al dejarse ayudar, esto expresa también la disposición de quien ejerce la
misericordia al dejarse interpelar por el apaleado, no sólo quedándose en un sentimiento, sino
que se ve impulsado a obrar en beneficio del otro y lo hace sin importar nada. Por eso, Jesús
54 Ibid, Tomo I, 311. 55 Ibid. Tomo I, 312.
26
en Lucas 10,37b invita a vivir la misericordia con aquel que es prójimo, experimentándola
correctamente dentro de los parámetros bíblicos que maneja el autor sagrado de la perícopa
mencionada.
En conclusión, la noción bíblica de misericordia a partir de Lucas 10,37b es para
ejercerla como forma de acercamiento al prójimo, lo cual se puede percibir en lo explicado
hasta el momento; además presupone una relación entre dos seres humanos a manera de
fundamento de la vida de todo individuo que la quiera acoger; por ello, la invitación de Jesús
en la anterior cita bíblica traída a colación es para todo aquel que desee asumirla como propia,
teniendo su mayor compromiso en los cristianos, al estar llamados a vivir un sentido eclesial
en la misericordia, donde se da una comunión entre personas. Esta eclesialidad es la que se
abordará en el siguiente capítulo mediante el exponer la misericordia como propuesta de la
Iglesia para la vida cristiana a partir del Magisterio.
27
CRISTIANA
En el primer capítulo se abordó el tema de la misericordia a partir del Antiguo y del
Nuevo Testamento, en los cuales se resaltó la necesidad de practicar la misericordia como
acción del creyente que está comprometido con el seguimiento de Jesús y con el encuentro y
donación personal hacia los demás. Adicionalmente, se encontró en ese capítulo que la
noción bíblica de misericordia desde Lucas 10,37b se comprende como una forma de
acercamiento al prójimo, que ejerce el mismo Jesús y esto se evidenció en la parábola del
samaritano, la cual mostró el sentido comunitario del ser cristiano.
Según lo anterior, cada creyente conforma la Iglesia al adherirse a la fe profesada por
una comunidad y representa a la misma al relacionarse con otros, así el otro no sea de su
misma denominación espiritual; de ahí que el samaritano “es reflejo del carácter de Iglesia al
tener un acercamiento al prójimo y practicar con él la misericordia (Lc 10,30-35),56 esto
indica que el hombre de Samaría no se considera solo, sino que se concibe en fraternidad al
compartir lo que tiene con aquel que bajaba de Jerusalén a Jericó; en este orden de ideas, la
misericordia tiene un sentido eclesial, en el cual los feligreses como parte del cuerpo místico
de Cristo y a ejemplo de su cabeza, son invitados a vivir la misericordia como el Padre ( Lc
6,36), entones, el sentido eclesial de la misericordia está presente en los textos bíblicos y en
la historia de la Iglesia como una propuesta para ser ejercida dentro de la vida cristiana.
Así pues, en este capítulo se desarrolla la misericordia desde la perspectiva del
Magisterio de la Iglesia, específicamente en Misericordiae Vultus, como una propuesta tiene
por finalidad, promover el encuentro con el prójimo. Igualmente, en este apartado aparecen
los aportes del Jon Sobrino al referirse al principio-misericordia.
2.1. La misericordia en el Magisterio de la Iglesia y su relación con Misericordiae
Vultus
56 Pronzato, “Tras las huellas del samaritano. Peregrinación al santuario del hombre”, 40-41.
28
Según Ignacio de Antioquía, “la misericordia es un don que se entrega sin importar
la debilidad humana y que se puede alcanzar por medio de la oración de los hermanos,”57 por
eso, al ser una gratuidad debería compartirse con el otro a través de un acto en beneficio del
más cercano y mediante la oración. Esto es una comprensión que también está en
Misericordiae Vultus, en la cual se mencionan las obras de misericordia corporales y
espirituales, resaltando el encomendar “al Señor en la oración nuestros hermanos y
hermanas”58 que necesitan del auxilio divino; este rogar los unos por los otros es reflejo de
la comunión eclesial y de la misericordia que permite la sensibilización frente a la situación
del prójimo, en miras de llegar al hecho caritativo que invita Jesucristo a practicar en Lucas
10,37b a ejemplo del samaritano.
La parábola del buen samaritano es un modelo de misericordia que interpreta
Orígenes al decir que Jesucristo es el samaritano, de este modo, para el autor sagrado la
misericordia es un acto de acercamiento al prójimo que lo beneficia en medio de una
situación de precariedad, y por tanto, la Iglesia está llamada a acoger a todo el que llegue a
ella, sin importar la denominación espiritual a la que pertenezca; ya que cualquier ser humano
es imagen de Dios creado en la Palabra eterna del Padre (Gn 1,26. Jn 1,3), a quien hay que
socorrer como al mismo Dios; de manera que Dios al tener en su esencia la misericordia hizo
partícipe de ella al ser humano desde el momento de la creación, por eso la persona al ser
parte de la Iglesia hace que ésta tenga la facultad de obrar con misericordia, a parte del
compromiso que ella tiene al presentarse como seguidora de Cristo.
No obstante, el creyente y la Iglesia en su facultad de actuar o no con misericordia,
han optado por ser inmisericordes en algunos instantes de la existencia y así errar al no
ejercerla, cayendo en pecado. Por esta razón, Dios “envió a su Hijo nacido de la Virgen María
para revelarnos de manera definitiva su amor”59 desbordante, lo cual es presentado por el
Papa Francisco en la bula del año jubilar y por Orígenes al decir que el “Salvador, […] tomó,
impulsado por la misericordia, la imagen de hombre y vino a él, como atestigua también el
57 Ignacio de Antioquía, “Cartas”, 163. 58 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 15. 59 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 1.
29
Apóstol”60 en Filipenses 2,6-8, para dejar por evidente el acercamiento de Dios al género
humano que se da con el fin de beneficiarlo, pero también es posible tomarla como una
manera de invitar a todas las personas a ser cercanos con el próximo, en otras palabras, la
persona está llamada a practicar la misericordia con el más cercano para parecerse cada vez
más a Aquél a quien sigue, “mediante un proceso de divinización en el que se configura a
imagen de Cristo con el Padre.”61
Jesús, es la misericordia eterna del Padre “mediante sus palabras, gestos y
personalidad,”62 por ende, la misericordia ayuda en la configuración con Cristo cuando el ser
humano vive según el Hijo de Dios, esto supone que la persona refleje a su Maestro en la
medida en que entra en contacto con el prójimo para actuar en beneficio de quien está
necesitado. Por esta razón, Gregorio Nacianzo señala que el seguidor de Cristo debe ayudar
mediante hechos concretos como “el dar hospedaje, alimentar, curar y vestir a aquél que es
imagen de Cristo en la tierra, ya que el Señor del universo quiere misericordia y no sacrificio
vacío.”63
Lo que desea Dios del ser humano es que practique la misericordia, a partir del
testimonio de vida de los cristianos, por eso actuar en misericordia por parte de la Iglesia es
una responsabilidad que actualmente “no admite aplazamientos, ni obstáculos que se
interpongan entre el sentimiento y el acto,64 sino que la praxis de la misericordia conlleva
generar conciencia en la realidad de vida de los cristianos, en su cotidianidad, en sus acciones
con los demás.
Ejemplo de ello, es Juan Pablo II quien admite que Cristo y la Iglesia tienen “el
ejercer la misericordia como programa de vida”65 que opera por la gracia de Dios en la
creación, ya que “Jesús, sobre todo con su estilo de vida y con sus acciones, ha demostrado
cómo en el mundo en que vivimos está presente el amor”66 que se hace concreto “en la
60 Orígenes, “Homilías sobre el Génesis”, 93. 61 Ibíd., 93-95. 62 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 1. 63 Gregorio de Nacianzo, “Discursos I-XV”, 695. 64 Ibíd., 693. 65 Juan Pablo II. “Dives in misericordia”, No. 8. 66 Ibíd., 3.
30
misericordia.”67 Por eso, el seguidor de Jesucristo y el integrante de la Iglesia que desea ser
testimonio se compromete a vivir la misericordia como una promesa libre, voluntaria y
conscientemente producida por el amor y no debido a una norma u obligación, sino
espontáneamente.
La Iglesia al ser seguidora de Jesucristo está llamada a ejercer la misericordia con el
otro, en efecto, la Iglesia necesita una “conciencia más honda y concreta de la necesidad de
dar testimonio de la misericordia de Dios,”68 petición que fue hecha por san Juan Pablo II en
su tiempo, pero en nuestros días es traída a colación por Francisco al decir que la misericordia
“es hoy más que nunca actual y merece ser retomada”69 en el entorno eclesial.
Después de una aproximación a la misericordia planteada a partir de la Iglesia
universal, es importante tomar el punto de vista del continente hispano y resaltar su proceso,
donde la Iglesia ha reconocido que no puede ser “indiferente ante las tremendas injusticias
sociales existentes en América Latina, que mantienen a la mayoría de nuestros pueblos en
una dolorosa pobreza cercana en muchísimos casos a la inhumana miseria”70 que deteriora
la integridad de la persona; esta realidad se ha prolongado hasta estar latente en el presente,
de ahí que Francisco en el 2016 recuerde la responsabilidad de la Iglesia, al decir que se debe
vivir con fe el “llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la
liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna,
[…] y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella.”71
En Latinoamérica, la Iglesia invita a hacer teología partiendo de la realidad social en
la que se encuentra el teólogo con base en “la predicación de Jesús que se hace de nuevo
visible en las respuestas de fe que el testimonio de los cristianos está llamado a ofrecer,”72
esta forma de producir teología está presente en el documento de Medellín, el cual propone
las comunidades eclesiales de base dentro de una pastoral de conjunto que pretende “llevar a
67 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 22. 68 Juan Pablo II. “Dives in misericordia”, No. 12. 69 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 11. 70 CELAM, “II conferencia general del episcopado latinoamericano”, No. 14,1-2. 71 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 16. 72 Ibíd. No 16.
31
todo el hombre y a todos los hombres a la plena comunión de vida con Dios en la comunidad
visible de la Iglesia.”73
Esto se da a partir de una pastoral de conjunto que muestra la unidad de la Iglesia en
cuanto expresa que en “las parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y
movimientos, en fin, donde quiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar
un oasis de misericordia”74 divina, ya que allí se está refiriendo a la Iglesia particular y a la
Iglesia Universal llamadas a ejercer la misericordia mediante actos en beneficio del más
necesitado. Sin embargo, la aspiración de ser misericordiosos no se ha cumplido en su
totalidad con la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, ya que en el
documento de Puebla se menciona “la miseria en la que vive la población latina al mencionar
la mortalidad por falta de productos de la canasta familiar básica, el desempleo, la migración
y otras situaciones sociales.”75
Ejercer la misericordia conlleva hacer hincapié en que el creyente sea constante en
“exigir del Pueblo de Dios y de cada cristiano un auténtico heroísmo en su compromiso
evangelizador, a fin de poder superar […] las “estructuras de pecado” en la vida personal y
social”76 mediante la ayuda de la Santísima Trinidad, ya que se requiere del auxilio divino
acompañado del esfuerzo humano para superar los obstáculos que se presente a lo largo del
tiempo. En el peregrinar hacia la perfección se recomienda “tener en cuenta la
responsabilidad que se adquiere como Iglesia, la gracia que se ha recibido y la fuerza del
Resucitado que continúa sosteniendo el proceso de conversión que hoy por hoy se vive.”77
La responsabilidad de ejercer la misericordia es de todo seguidor de Cristo que está
llamado a tener un acercamiento al más pobre para obrar en beneficio de este, lo cual requiere
el salir al encuentro del otro sin exclusión alguna, como lo hace el buen samaritano, quien al
observar al hombre apaleado se acerca al prójimo para ayudarlo en lo que necesita (Lc 10,30-
35). Así, en estos tiempos dentro de la Iglesia es indispensable continuar con la práctica de
la misericordia, ya que “su lenguaje y sus gestos deben trasmitir misericordia para penetrar
73 CELAM, “II conferencia general del episcopado latinoamericano”, No. 15,10-36. 74 Ibíd., N0 15, 38. 75 CELAM, “III conferencia general del episcopado latinoamericano y del caribe”, No. 29. 76 Ibíd., No. 281. 77 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 4.
32
en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre”78 que
espera a sus hijos. En otras palabras, la renovada acción pastoral que propone el pontífice
hoy no sólo atañe a los actos de solidaridad, sino que comprende una apertura de la Iglesia a
la acción de Dios que la impulsa a hacer misericordia, dinamismo de interiorización y
exteriorización que debe ser vivido eclesialmente una y otra vez, para que sus palabras y
gestos sean eficaces.
La aplicación de la misericordia a partir del sentido interno y externo siempre se ha
manejado en el Magisterio de la Iglesia y ahora se hace actual mediante Misericordiae Vultus,
quien resalta el encuentro que está llamado a tener el católico con el pobre, esto a ejemplo
del buen samaritano ( Lc 10, 29-37), el cual observa la situación vulnerable en la que está el
hombre apaleado, se acerca para tener un encuentro y ejercer la misericordia con el mismo,
esto deja de manifiesto la importancia del encuentro en la misericordia y que el papa
Francisco resalta en la bula de apertura del jubileo de la misericordia.
2.2. El encuentro dentro del Principio-Misericordia y Misericordiae Vultus
La misericordia en el ser humano conlleva la capacidad que éste posee de donarse a
los demás, y en ese sentido se genera un compromiso incondicional con Jesucristo en la
medida que el creyente actualiza su experiencia de fe en la entrega amorosa a los demás, de
esta experiencia se da una interrelación entre el amor de Dios y los hombres. Así lo expresa
Misericordiae Vultus al referirse a “la relación entre Dios y el ser humano,”79 puesto Dios
sale a su encuentro para revelarse, lo cual es salir de sí para darse a las personas, ya que su
revelación “consiste […] en la donación de su propia realidad”80, es decir, el hacer la realidad
trascendente una realidad manifestada en códigos humanos es una revelación que está
conformada por un encuentro que es inherente a la divinidad, por eso su amor lo lleva a
entregar a su único Hijo para que sus hijos adoptivos obtengan la vida eterna ( Jn 3,16). Por
consiguiente, a Dios “lo constituye la misericordia ( Ex 34,6 Dt 4,31) y por ella sale al
78 Ibíd. No 13. 79 Ibíd., No. 2. 80 Sobrino Jon, “Principio-misericordia bajar de la cruz a los pueblos crucificados”, 73.
33
encuentro del hombre para salvarlo,”81 acción que se concretiza en Éxodo 3,7-10 donde Dios
observa la opresión que está viviendo el pueblo y el clamor del mismo, por eso responde con
misericordia enviando a Moisés a sacar al pueblo de la esclavitud de Egipto; sin embargo,
esta salvación no se limita a los escritos veterotestamentario y se prolonga para tener su
plenitud en Jesucristo, en quien los seres humanos obtienen la salvación ( Ef 2,4-6).
De la misma manera en que Dios responde con misericordia ante la realidad personal
y social con hechos concretos en beneficio del más necesitado, como lo hizo mediante su
Hijo, así también el ser humano está llamado a obrar con misericordia frente al prójimo; por
esto el Papa Francisco espera que después de este jubileo “ el ser humano salga de sí para
manifestar la presencia de Dios en la creatura,”82 es un salir al encuentro del más cercano, no
en sentido conceptual, sino con los hechos, pues la fe no se limita al conocimiento, ni a los
sentimientos, trasciende a los actos. Por lo tanto,
La fe llega a ser cuando actúa por la caridad (Gal 5,6). La verdadera religión consiste en visitar
huérfanos y viudas (Sant 1,27). Quien no ama no ha conocido a Dios (1 Jn 4,8) […] incluso
quien no sepa explícitamente de Dios, lo ha encontrado si ha amado al pobre (Mt 25).”83
El obrar en beneficio del pobre permite que el ser humano ejerza la misericordia
mediante el encuentro con Dios que se hace presente en el otro; pero, la conciencia del
encuentro del cristiano tiene su razón de ser en la relación íntima que se establece entre el
hombre y Dios a través de la oración y la meditación de la Palabra, es decir, que el cristiano
requiere tanto del ejercicio espiritual personal que posibilita la fe, como las obras de
misericordias. En ese aspecto, Jon Sobrino manifiesta que:
El término «misericordia» hay que entenderlo bien, porque puede connotar cosas verdaderas
y buenas, pero también cosas insuficientes y hasta peligrosas: sentimiento de compasión (con
el peligro de que no vaya acompañado de una praxis), «obras de misericordia» (con el peligro
de que no se analicen las causas del sufrimiento), alivio de necesidades individuales (con el
peligro de abandonar la transformación de las estructuras), actitudes paternales (con el peligro
del paternalismo) [...]”84
81 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 6. 82 Ibíd., No. 5. 83 Sobrino Jon, “Principio-misericordia bajar de la cruz a los pueblos crucificados”, 73. 84 Ibíd., 32.
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La misericordia tiene un dinamismo que no se debe convertir en un mero
asistencialismo, ni en un simple sentimentalismo sin repercusión en la realidad, sino en la
unidad de los extremos mencionados, para que ella sea “la viga maestra que sostiene la vida
de la Iglesia”85 en su teoría y en su práctica, como es considerado por el papa Francisco. Por
esta razón, es posible decir que dicho pontífice concibe la misericordia como un fundamento
que debe estar en el inicio, durante el proceso y al final de la voz y los gestos de todo cristiano
y por ende de la Iglesia; de manera que el actual papa comparte el principio-misericordia al
entenderlo como “un específico amor que está en el origen de un proceso, pero que además
permanece presente y activo a lo largo de él, le otorga una determinada dirección y configura
los diversos elementos dentro del proceso.”86
Al ser la misericordia el cimiento de la Iglesia los sacerdotes están llamados también
a ejercerla mediante el perdón de los pecados que se da en el sacramento de la reconciliación,
a través de la solicitud de los hijos de Dios hacia el presbítero y particularmente mediante la
salida del sacerdote en dirección a quienes necesitan del perdón, “para que el pecador tenga
un encuentro amoroso donde no sólo identifique sus pecados, sino que también experimente
la infinita misericordia divina”87 fortalecedora del espíritu para seguir adelante en el proceso
de conversión. El llamado a la conversión va más allá de la confesión verbal de los pecados
frente a un presbítero, es un acto de fe que se expresa viviendo el sacramento de la
reconciliación y acompañándolo con obras en beneficio del prójimo, ya que el Señor
igualmente quiere buenos actos que reconcilien con el otro (Pr 16,7); de ahí se evidencia una
relación entre reconciliación y misericordia en la praxis del cristiano.
En la misericordia que plantea el Papa Francisco se percibe el pecador y el pobre en
una relación mutua, en cuanto el pecador está llamado a ver que el sacramento de la
reconciliación requiere del abrir el ser a la realidad del necesitado y acogerlo mediante actos
en su favor; realidad que Jon Sobrino tiene en cuenta al invitar a observar a los pobres como
aquellos que facilitan la llegada a la conversión mediante el perdón-acogida, en tanto ellos
permiten que el “pecador tenga un encuentro de perdón y reconciliación que los libera al
85 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 10. 86 Sobrino, “Principio-misericordia bajar de la cruz a los pueblos crucificados”, 32. 87 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 17.
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acogerlos, pero esta acogida debe transformar su integridad, hasta el punto de trabajar por
vivir cada día menos en pecado y dar continuos aportes para lograr un mundo cada vez más
basado en la dignidad de la persona.”88
Para Jon Sobrino y Misericordiae Vultus en los pobres está presente Cristo, quien se
hace “de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, destruido”89 y humillado
por medio del desplazamiento forzado de campesinos, la muerte de inocentes, la desnutrición
de niños, la falta de educación por la corrupción, entre otras realidades sociales. La presencia
de Jesucristo en el pobre también se ve en el abajamiento que Dios hace hacia la vida e
historia del ser humano para salvarlo, esto es lo que debe impulsar a la persona para responder
con misericordia, es decir, que el encuentro entre Dios y el hombre supone como resultado
un acto de confianza en la divinidad, dado que la divinidad es don, pero, al mismo tiempo
supone la existencia de una respuesta que se convierta “en buena noticia y salvación para
otros, siendo él mismo expresión del acercamiento de Dios a los hombres,”90 como lo hace
el buen samaritano en el relato de Lucas 10,30-35 al acercarse al prójimo para ayudarlo en lo
que necesita en el momento.
2.3. Elementos para vivir la misericordia a partir de Misericordiae Vultus
La misericordia es la palabra que hace parte de la esencia de Dios y es manifestada
plenamente en Jesucristo, ella también constituye al ser humano porque la divinidad se la
participa desde el momento de la creación (Gn 1–2. Jn 1,1–5), pero esta relación ontológica
que hay entre Dios, Jesús y las personas (Jn 14,20) no se queda estática y actúa. Puesto que,
la misericordia al ser palabra ( Dabar) en el lenguaje hebreo es una acción de Dios que -
al decirla se hace realidad ( Gn 1,1–2,4a), sin dejar de lado que el Padre no es ajeno a la
situación de su pueblo ( Ex 3,7) y obra en su favor sacándolos de la opresión ( Ex 13,17–
15,21); “es una palabra que se cumple ( Is 55,11) y llega a encarnarse ( Jn 1,14) en la
88 Sobrino, “Principio-misericordia bajar de la cruz a los pueblos crucificados”, 133 - 157. 89 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 15. 90 Sobrino, “Principio-misericordia bajar de la cruz a los pueblos crucificados”, 175.
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predicación y acción de Jesús, quien tiene una unión plena con el Padre y da testimonio de
Dios con la totalidad de su vida interna y externa ( Jn 14,9–31).”91
La misericordia es acto al enviar Dios a su único Hijo al mundo para que todos tengan
vida eterna en Él (Cfr. Jn 3,16), o sea, Dios sale al encuentro del ser humano y se encarna en
Jesús para que éste se entregue como víctima para la salvación de todos ( 1Cor 15,3s. Ef 5,2),
razón por la cual, Jesucristo es la misericordia eterna del Padre que debería ser prolongada
en la vida de los cristianos, “ya que ellos al ser sus seguidores se comprometieron libre,
voluntaria y conscientemente a actuar como Él, esto en miras a entrar en una proceso de
configuración con Cristo;”92 sin embargo, las personas al hacer uso del libre albedrío tienen
la facultad de practicar o no la misericordia a lo largo de su existencia, pero lo ideal es que
la ejerzan para que se dé la configuración con Cristo que es un proceso, donde la vida se va
desarrollando como un caminar hacia el Padre que se va forjando a través de las obras de
misericordia.
En el caminar de la vida se puede lograr observar al otro como imagen de Cristo al
tener la misericordia como ley fundamental que atraviesa su praxis cristiana y por ende su
vida eclesial en la relación con comunidades pastorales y otros grupos pastorales en los cuales
se viva la misericordia como una praxis del encuentro. En este sentido, el Papa Francisco
considera que la cultura del encuentro demanda por parte de la Iglesia a vivir en salida hacia
las periferias existenciales y materiales, y es una “constante en su misión de tener las puertas
abiertas a todo tipo de persona;”93 de hecho, Misericordiae Vultus propone el encuentro para
que cada uno lleve “la bondad y la ternura de Dios… A todos, creyentes y”94 ateos, ricos y
pobres, blancos y negros, entre otras características que a veces limitan las relaciones
sociales.
Ahora bien, dentro de los elementos facilitadores del ejercicio de la misericordia se
encuentran: El primer elemento que está presente en la bula es la oración de la Iglesia, en la
cual Dios llega para ayudar al hombre desde el comienzo de su jornada diaria y durante la
91 Ibíd. 176. 92 Ibíd., 177. 93 . Francisco, “Evangelii Gaudium”, No. 46. 94 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 3.
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misma, por eso la oración de la liturgia de las horas como diálogo espiritual invoca la ayuda
de la divinidad diciendo: “<<Dios mío, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme>>
(Sal 70,2). El auxilio que invocamos es ya el primer paso de la misericordia de Dios hacia
nosotros […] y […] consiste en permitirnos captar su presencia y cercanía.”95 Pero esta
oración debe ir acompañada de acciones que reflejen la conversación que se tiene con Dios,
de tal manera que no se quede en meros sonidos emitidos por cuerdas bucales, sino que sean
palaras y praxis en coherencia con el Evangelio, para que así la predicación y la pastoral
vayan de la mano.
Un segundo elemento es la predicación, que es un ejercicio donde aparece el sonido
y la acción complementándose entre sí para formar la base de la misión de Jesucristo ( Lc
4,16-30), labor que hace el Hijo de Dios durante toda su vida y a la que está llamada la Iglesia
a vivir conforme a la fe que profesa, en este caso, “la misión eclesial está en el envío que
hace Jesús a proclamar la Buena Nueva ( Mc 16,15 Mt 28,19s), esto es lo mismo que anunciar
la misericordia a todo ser humano;”96 pero esta predicación le compete a la Iglesia en sentido
personal y comunitaria, es decir, esta tarea es tanto de “la predicación formal que hace el
presbítero y de le personalizada en el día a día de todo laico y célibe,”97 ya que la eclesía es
un organismo conformada por los clérigos y del mismo modo por los laicos, donde todos
tienen el mismo valor al ser el pueblo de Dios. Así, el papa Francisco comprende a la Iglesia
como pueblo de Dios en proceso de conversión hacia el Padre,98 percepción que es tomada
por el pontífice a partir del Concilio Vaticano II con un punto de vista latinoamericano,
concretizado en Lumen Gentium.99
En el proceso de conversión de la Iglesia aparece el perdón como elemento que sirve
para practicar la misericordia, por tal motivo, el Papa Francisco invita a ejercerlo con el fin
de “ser testimonios de Jesucristo en medio de las debilidades humanas, de tal manera que
todos los alejados de Dios retornen a su regazo.”100 Desde esta visión, el perdón está en el
95 Ibíd., No. 14. 96 Ibíd., No. 12. 97 Francisco, “Evangelii Gaudium”, No. 127. 98 Ibíd., No. 111-134. 99 Concilio Vaticano II, “Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia”, No. 9-12. 100 Francisco, “Misericordiae Vultus”, No. 19.
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sacramento de la reconciliación para generar un acercamiento a Dios en miras a la
conversión, al respecto, la Iglesia propone “24 horas para el Señor”, en las cuales se pueda
ejercer la confesión y alcanzar la misericordia divina por medio de dicho sacramento; esta
tarea tiene unos parámetros de sinceridad y propósito de cambio para los que reciben el
sacramento, del mismo modo “una disposición de acogida y bondad del presbítero para con
el ser humano que llegue en búsqueda de su ayuda.”101
De esta manera, el ser humano experimenté la integridad del perdón que se da en el
aspecto personal, comunitario y eclesial; sin embargo, es necesario tener disposiciones
internas y actos que sean signos de agradecimiento por el perdón obtenido, ya que no se
puede hablar de retribución porque nunca se podrá retribuirle todo lo que Él hace por la
persona; en esa medida el Papa Francisco presenta la indulgencia a manera de signo de
agradecimiento y compromiso en el plan salvífico, lo cual amplia el concepto de retribución
al no tomarlo solamente como “la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados,
ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas
condiciones, consigue por mediación de la Iglesia,”102 a fin de seguir con más fuerza en el
proceso de conversión.
Para que la indulgencia se dé es necesario tener un firme propósito de desapegarse de
toda clase de pecado, confesar sacramentalmente sus pecados, recibir la comunión de manera
especial dentro de la liturgia eucarística, hacer una obra de misericordia y orar por el papa y
sus intenciones;103 a esto se le suma la peregrinación que cada uno está invitado a hacer,
simbolizando el “hecho que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere
compromiso y sacrificio.”104
2.4. Conclusión
101 Ibíd., No. 17. 102 Acebal y otros, Código de Derecho Canónico, N° 992. 103 Penitenciaría Apostólica, “El do