El Aprendiz de Brujo-final

Embed Size (px)

Citation preview

  • El aprendiz de brujo.indd 1 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • El aprendiz de brujo.indd 2 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • El aprEndiz dE brujo

    La energa nuclear y los caminos del Apocalipsis

    El aprendiz de brujo.indd 3 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • El aprendiz de brujo.indd 4 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • Mxico Miami Buenos Aires

    Gustavo Lencina

    El aprEndiz dE brujo

    La energa nuclear y los caminos del Apocalipsis

    El aprendiz de brujo.indd 5 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • El aprendiz de brujoGustavo Lencina, 2013

    D.R. Editorial Lectorum, S.A. de C.V., 2009Centeno 79-A, Col. Granjas Esmeralda C.P. 09810, Mxico, D.F.Tel: 55 81 32 02 [email protected]

    L.D. Books Inc.Miami, [email protected]

    Primera edicin: ..... de 2013ISBN:

    Coleccin CONJURAS

    Realizacin editorial: Julio Acosta ([email protected])

    D.R. Portada e interiores: Mariel MambrettiCorreccin: Ariel GonzlezCaractersticas tipogrficas aseguradas conforme a la ley.Prohibida la reproduccin total o parcial sin autorizacin escrita del editor.

    Impreso y encuadernado en Mxico.Printed and bound in Mexico.

    El aprendiz de brujo.indd 6 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • A Dalia Goldman, mi esposa

    El aprendiz de brujo.indd 7 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • El aprendiz de brujo.indd 8 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • Introduccin

    El aprendiz de brujo.indd 9 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • El aprendiz de brujo.indd 10 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • 11

    Despert con una sensacin de extraeza. Por alguna razn su madre no haba golpeado la puerta esa maana ni una sola vez, ni le haba dicho que se apurara, que el desayuno ya estaba en la mesa, ni haba encendido la radio para escuchar las noticias. El sol, que ya estaba alto en el cielo, caa sobre la cama; ms exactamente, sobre su almohada. Por eso se haba despertado. Parpade apartndose el pelo de la cara y mir alrededor tratando de ubicar qu era lo anmalo. La casa estaba desierta. No se escuchaba el zumbido apagado que produca el motor del refrigerador. De lo cual dedujo que ya eran pasadas las 12 (el motor funcionaba a pleno de 9 a 12 y acumulaba fro para toda la jornada). Se levant y recorri los cuatro ambientes de la casa. Nadie.

    Sobre la mesa de la cocina silenciosa encontr su cuenco de cereal a medio llenar, tambin estaba el cartn de leche fuera de la heladera. Esto encendi en su conciencia una luz de alarma que ya no se apag. Su madre jams dejaba nada fuera de la heladera. Nadie lo haca, salvo que fuera por una razn de fuerza mayor como un accidente o algo por el estilo. Como la leche la compraban en una granja cercana y no tena conservantes se echaba a perder con mucha facilidad. Dejar que la leche se pusiera mala era casi tan malo como olvidar el refrigerador prendido, volcar un balde de agua o mezclar la basura. Simplemente eran cosas que la gente no haca.

    Not que haba cereal cado sobre la mesa, alrededor del cuenco, lo cual no hizo ms que acentuar la sensacin de opresin. Pens en desayunar, pero antes decidi asomarse al garaje para ver si estaba el auto de su pap. Atraves dos puertas y lleg hasta el cobertizo.

    El aprendiz de brujo.indd 11 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • 12

    GUSTAVO LENCINA

    El automvil no estaba y eso le trajo un respiro de tranquilidad. Era un rasgo de normalidad, y su padre se trasladaba diariamente en el auto elctrico hasta la estacin de trenes donde lo dejaba guardado para abordar la formacin que lo llevaba al centro fabril. Abri un placard y vio que tampoco estaba el traje de seguridad que su padre cada noche lavaba con una manguera antes de irse a dormir. Eso slo poda significar una cosa: estaba en la planta nuclear. Tuvo un escalofro que a su vez le provoc extraeza. Al fin y al cabo no haba motivos para tener miedo. Su pap le haba dicho que en su poca s que los haba, pero de esto haca muchos aos, cuando las plantas nucleares eran muchas y peligrosas. Tambin le haba contado la historia terrible sobre una bomba atmica que haba cado sobre una ciudad... tena un nombre japons que no consegua fijar en su memoria. Pero s recordaba las fotos que haba visto en el video-libro. Haba mirado esas fotos con fascinacin una y otra vez hasta tener pesadillas. Luego su madre haba discutido con el padre y las fotos haban desaparecido de su video-libro; lo cual era una lstima porque le hubiera gustado llevarlas a la escuela.

    La escuela! Qu pasaba que hoy nadie iba a la escuela? Dnde estaban todos? Abri la puerta que daba al jardn y mir hacia la carretera. Tard unos segundos en darse cuenta de qu era lo anmalo. El fluir de los autos elctricos era como siempre, silencioso, continuo, suave. Pero lo que le hel la sangre fue que los cuatro carriles, los dos de ida y los dos de vuelta, estaban ocupados por una masa interminable de vehculos que avanzaban en un slo sentido: alejndose de la ciudad. En muchos de ellos iba gente sola, o de a dos, pero en la mayora viajaban familias enteras, con muchos bultos atados al techo, como si partieran de vacaciones. Salvo que el ritmo no era el alegremente febril de las vacaciones, esto era otra cosa. Por las ventanillas de los coches se divisaban gestos contrados, rostros desencajados, caras de nios llorando.

    Sin poder evitarlo, dio unos cuantos pasos hacia la carretera, pero enseguida se detuvo. El trnsito se haba atascado y un hombre que viajaba con un montn de cros chillones sacaba ambos brazos por la ventanilla y le gritaba. Detrs de l los chicos berreaban y se agitaban y el hombre intentaba callarlos con algn manotazo sin destinatario fijo, pero una y otra vez volva la vista hacia la casa y con

    El aprendiz de brujo.indd 12 12/03/2013 10:53:48 p.m.

  • 13

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    gesto imperativo: le indicaba que se acercase. No lo hizo. De pronto el trnsito se liber y los autos que venan detrs lo apuraron con unos bocinazos groseros, estrepitosos, como haca mucho no se escuchaba. El hombre insisti un poco y finalmente arranc volvindose una y otra vez a la ventanilla. Lo vio alejarse sin animarse a contestar con ningn gesto, hasta que el auto no fue ms que otro reflejo metlico bajo el sol llameante. Luego retrocedi hacia la casa caminando de espaldas para no apartar la vista del camino. Ya era hora de saber lo que estaba pasando. Fue hasta el televisor y marc la clave para poder encenderlo. En circunstancias normales no lo hubiera hecho ya que el servicio estaba medido y de comn acuerdo guardaban el tiempo disponible para disfrutarlo todos juntos en las horas de la noche. Pero ya no caban dudas de que esto era una emergencia. La casa vaca le produjo, ahora s, una punzada de angustia paralizante. Al volver a ver el cereal volcado tom conciencia de que algo le haba pasado a su mam. Ella tena que estar ah. Ella estaba siempre en la escena de la cocina matinal, con su mirada nerviosa, su sonrisa cansada y ese andar de gato en alerta. Ahora por primera vez se daba cuenta de cmo su mam se sobresaltaba cuando pap llegaba del trabajo por la tarde y cmo se pona loca de felicidad hasta la euforia cuando vea que los tena a todos en casa. Enchuf el estabilizador y tecle los nmeros del cdigo con sus dedos temblorosos, casi por instinto, ya que su vista se haba nublado sbitamente. No se encendi ninguna luz. No hubo ningn bip que anunciara que las imgenes venan volando por el aire. Intent un par de veces y luego se levant de un salto y abri la puerta del refrigerador. Adentro todo permaneci oscuro. Encendi las luces de la cocina y nada pas. No haba corriente elctrica. Corri otra vez hasta el cobertizo y comprob que el cable del acumulador fotovoltico haba sido arrancado. Faltaba completa la caja de bateras solares. Alguien se las haba llevado. La misma suerte haban corrido las bateras del molino comunal. Casi sin esperanza fue hasta la celdilla donde, bajo candado, dorma el viejo generador junto con el bidn de combustible y la reserva de agua potable. Esperaba encontrar el candado roto y el pequeo depsito saqueado. Pero no. O no lo haban notado o quien quiera fuese el ladrn haba decidido que su tiempo era mucho ms valioso que aquella reliquia de combustible lquido que su padre guardaba caprichosamente.

    El aprendiz de brujo.indd 13 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 14

    GUSTAVO LENCINA

    En ese momento escuch el telfono sonar dentro de la casa y corri tropezando hacia la cocina. Al fin tendra noticias. Al fin alguien le dira por qu haban robado en su casa, por qu la gente se iba de la ciudad, por qu sus padres no estaban y dnde estaba su mam.

    Cuando puso la mano sobre el aparato lleg el gran resplandor.

    ******

    Desde hace ms de medio siglo, ha madurado en la Humanidad la certeza de que: a) estamos en condiciones de arruinar todo el sistema vital de la tierra, b) nuestro destino est ligado a este planeta, c) se nos impone un cambio de actitud a nivel mundial.

    Este pensamiento colectivo es altamente positivo y puede re-sultar en un bien palpable y general. Claro, siempre y cuando no dejemos que el sistema (que sabe defenderse muy bien) lo asimi-le y lo convierta en una moda, una tendencia pasajera e inocua.

    De no mediar ese cambio activo y consciente, podra cumplir-se lo ejemplificado en el relato que antecede estas lneas: que un da despertemos como nios que se preguntan dnde estn pap y mam, mientras nuestro pequeo sueo ecolgico es arrasado por el fuego. Porque no basta que, como en este ejemplo, avan-cemos en algunas medidas de optimizacin y ahorro de energa. El esfuerzo tiene que ser mayor. Aprender a usar los recursos de comunicacin globales es tan importante como cuidar el agua; y darle un no definitivo al uso de armas nucleares es tanto o ms ineludible que poner cada tipo de basura donde corresponde.

    La denominacin masa crtica, que hemos aprendido a ma-nejar respecto de la energa atmica, contempla dos acepcio-nes. Una es la cantidad de material requerido para generar una fisin nuclear; la otra es la cantidad de gente necesaria para activar un fenmeno. Tambin se llama masa a un conjunto gregario sin voluntad propia que sigue los dictados que se les imponen desde afuera.

    A qu clase de masa queremos pertenecer es nuestra disyun-tiva. Y en las prximas pginas se intentar explicar por qu ele-gir entre esas opciones es tan importante.

    El aprendiz de brujo.indd 14 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • Captulo 1De qu hablamos cuando

    hablamos de energa nuclear

    El aprendiz de brujo.indd 15 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • El aprendiz de brujo.indd 16 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 17

    Ocurri en Pars, a fines de 1897. Marie Curie, futuro Premio Nobel de Ciencias, deba elegir una investigacin para la tesis de su doctorado. Fue as que se interes por el descubrimiento de un cientfico francs llamado Antonie Henri Becquerel: las sales de uranio brillaban en la oscuridad. No refractaban, generaban una luz propia de naturaleza desconocida. Y ms an, puestas sobre una placa de papel fotogrfico, con un cartn oscuro de por medio, las partculas de uranio dejaban una impresin en la placa atrave-sando dicho cartn. Marie Curie llam al fenmeno radiactividad y decidi investigar qu clase de proceso era y cmo suceda.

    Con ese objetivo, todava difuso, inici su investigacin en el modesto stano que la escuela de Fsica poda facilitarle.

    Asistida por su esposo Pierre, comenz a realizar pruebas con uranio y torio (otro mineral que presentaba similares caracters-ticas). Ella saba que el uranio y el torio por s mismos no podan emitir esa energa anormal; deba haber un elemento ms, hasta ahora desconocido. Los esposos Curie saban que estaban cerca de algo grande, y no se equivocaban. En julio de 1898 dieron a conocer la primera de esas sustancias, a la cual Marie bautiz, homenajeando a su pas natal, con el nombre de polonio. En di-ciembre del mismo ao dieron a conocer la segunda sustancia, de enorme radiactividad, a la que llamaron radio.

    El paso siguiente fue aislar esas sustancias para observarlas y determinar todas sus caractersticas. El gobierno austraco les provey de una cantidad de residuos minerales y consiguieron una barraca con piso de tierra donde trabajar. Fueron cuatro

    Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros,

    la otra es creer que todo es un milagro. Albert Einstein

    El aprendiz de brujo.indd 17 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 18

    GUSTAVO LENCINA

    aos de revolver un enorme caldero, como brujos o alquimistas, mientras el humo les carcoma el pelo y la piel. Al mismo tiem-po, comenzaron a desempear cargos docentes para sustentarse y poder pagar una niera para su hija. Deterioraban su salud a la vista de todos. Pierre sufra terribles dolores en las piernas que lo obligaban a guardar cama. Marie pareca apenas sostenida por sus propios nervios, pero segua adelante.

    En 1900, Marie Curie present sus descubrimientos en la Primera Conferencia Internacional de Fsica de Pars. Un deci-gramo de radio puro era un polvo blanco cuyas radiaciones, dos millones de veces ms poderosas que las del uranio, eran capaces de atravesar las sustancias ms duras y opacas. Finalmente haba demostrado la existencia de un nuevo elemento a partir de otro compuesto.

    Un ao despus les fue otorgado el Premio Nobel de Fsica, y sus vidas cambiaron para siempre. En su inocencia de cient-fica, Marie Curie pens que en el futuro su descubrimiento se empleara en la lucha contra el cncer. Con los aos hubo algo de eso, pero, para fortuna suya, no vivi para ver los otros usos que el ser humano le dio a la radiactividad.

    Ahora bien, el objetivo de esta suerte de breve e incomple-ta biopic es ponernos en condiciones de encarar una pregunta cuya respuesta ser un elemento fundamental para el recorrido del presente libro. Qu es lo que descubri Marie Curie? O mejor, a qu llamamos exactamente radiactividad y cules son sus caractersticas?

    Qu es la radiacin?

    Toda materia se halla formada por tomos. Hasta fines del si-glo XIX se crea que el tomo era indivisible, la mnima part-cula existente. Pero fue por esa poca que los cientficos, entre ellos el matrimonio Curie, comenzaron a hablar de estructu-ras atmicas. Era un concepto revolucionario, pero pronto se descubri que cada tomo est conformado por tres tipos de partculas fundamentales llamadas: electrn, protn y neutrn.

    El aprendiz de brujo.indd 18 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 19

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    Los neutrones y protones se agrupan en el centro, formando el ncleo atmico; a su alrededor giran u orbitan los electrones. Los neutrones y protones del ncleo se hallan sometidos a fuer-zas nucleares, fuerzas de atraccin naturales, muy intensas, de corto alcance, que obligan a los protones a mantenerse unidos (aunque sean de la misma carga, positiva), y cerca de los neu-trones, al punto de conformar la masa misma. En cambio, los electrones, mucho ms voltiles, describen una rbita amplia alrededor del ncleo. La relacin espacial entre estos tres ele-mentos podra graficarse con una nuez (el ncleo), circunvalada por cabezas de alfiler (los electrones) en un giro de un dimetro equivalente al de un estadio de ftbol.

    El protn tiene carga positiva, el electrn tiene carga negativa, el neutrn, como su nombre lo sugiere, tiene carga neutra. Cuan-do un tomo tiene la misma cantidad de protones que de electro-nes, es elctricamente neutro. Cuando las cantidades de unos y otros son diferentes, o bien puede tener carga neta negativa (ms electrones que protones) o carga neta positiva (ms protones que electrones). En estos casos, al tomo se lo denomina ion.

    La cantidad de protones de un tomo se denomina nmero atmico. A la suma de protones y neutrones se la conoce con el nombre de peso atmico; y determina la estabilidad del tomo ya que, mientras mayor sea este nmero, mayor ser la cantidad de protones y neutrones en el ncleo; por lo tanto, mayor la fuerza necesaria para mantener estas partculas unidas.

    Los distintos elementos que se hallan en el medio ambien-te se encuentran ordenados en la llamada Tabla peridica de los elementos, segn sus caractersticas (metales, no metales, gases nobles, etc.) y su nmero atmico. De esta forma, el hidrgeno se ubica en el primer lugar, ya que su nmero y peso atmico es de 1. Es el elemento ms liviano (y por ello muy estable); tiene 1 protn, 1 electrn y no posee neutrones.

    Sin embargo, tambin se pueden encontrar en la naturale-za tomos de un mismo elemento con distintas cantidades de neutrones, a los que se denomina istopos. Es decir, todos los istopos poseen igual nmero atmico (cantidad de protones) pero difieren en el peso atmico.

    El aprendiz de brujo.indd 19 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 20

    GUSTAVO LENCINA

    En el caso del uranio, cuyo nmero atmico es 92, sus isto-pos naturales ms abundantes son el uranio 235 (92 protones y 143 neutrones) y el uranio 238 (92 protones y 146 neutrones).

    Este es un dato importante, ya que el uranio tiene el mayor peso atmico de entre todos los elementos que se encuentran en la naturaleza, y son los tomos ms pesados los ms inestables, pasibles de emitir radiactividad o de ser manipulados a fin de obtener fisin nuclear, como veremos ms adelante.

    Una agrupacin de dos o ms tomos es lo que se denomina molcula. Se trata de tomos enlazados al compartir algunos electrones que forman una rbita abarcativa denominada rbi-ta molecular. La combinacin de estos tomos determina a qu elemento pertenece la molcula. El ejemplo clsico es que dos tomos de hidrgeno y uno de oxgeno (H2O) forman una mo-lcula de agua.

    Existe, en la estructura atmica, una tendencia esencial al equilibrio. Por eso, cuando en algunos tomos la relacin entre protones, neutrones y electrones (con sus respectivas cargas) es inestable, el tomo tiende a autocompensarse liberando ener-ga en forma de partculas de diversa ndole. Pueden ser rayos alfa o beta, de corto alcance; rayos gamma, mucho ms resisten-tes (que son los utilizados para las radiografas, por ejemplo), neutrones o electrones del tomo. Esta energa, liberada por el tomo en procura de equilibrio, es lo que conocemos como ra-diacin. La emanacin de radiacin es un fenmeno comn y, podra decirse, constante en toda la naturaleza.

    La capacidad del tomo de generar energa (radiacin) a par-tir de una situacin de desequilibrio dio origen a dos grandes lneas de investigacin.

    Una de ellas apunt a definir en qu consiste exactamente la radiactividad. Cules son sus caractersticas, posibles aplicacio-nes y riesgos. En este camino, los resultados de la bsqueda nos presentan un enorme espectro de posibilidades, que van desde de la radioterapia, la tomografa computada y otros aparatos de diagnstico medicinal, la conservacin de alimentos y el control de plagas, hasta el uso blico de la capacidad radiactiva de la ma-teria. Esto ltimo entraa un enorme peligro, ya que tiene el po-

    El aprendiz de brujo.indd 20 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 21

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    der de penetrar y alterar el equilibrio atmico de cualquier otra materia con consecuencias generalmente drsticas. En la carre-ra armamentstica se ha llegado a experimentar con todo tipo de bombas sucias que, adems de generar una explosin letal, emitan grandes dosis de radiactividad capaces de enfermar a los sobrevivientes, inutilizar la tierra, envenenar el agua, etc.

    La otra lnea de investigacin se volc a tratar de aprovechar esta capacidad del tomo de generar enormes cantidades de energa por s solo y reproducirla. Para eso se exploraron diver-sas maneras de bombardear o atacar el tomo, con todos los ele-mentos posibles, a fin de estudiar cuntas variantes de energa se podran obtener de la reaccin, con cunta potencia, a qu costo y con qu aplicaciones viables. As se determin que, a mayor peso nuclear los tomos resultaban ms inestables, llegando a un proceso de cuasi desintegracin en el que liberaban incon-mensurables cantidades de energa. En 1930, con el descubri-miento de la fisin nuclear, se logr generar la inestabilidad y la ruptura de manera artificial. Se clasificaron los tomos segn su potencial radiactivo, se estudi de qu manera bombardear un ncleo con electrones extraos a fin de obligarlo a fisionarse liberando energa.

    Esta bsqueda origin a su vez otras dos grandes vertientes. Por un lado, su posible utilizacin para generar energa elc-

    trica de alto rendimiento, bajo costo y escaso residuo contami-nante. Y, por otro lado, la experimentacin que llev directa-mente a la bomba atmica (estrenada en Hiroshima, en 1945) y sus derivados. Camino que, desgraciadamente, fue el primero en ser recorrido por el hombre.

    Caractersticas de la radiactividad

    Si partimos de la premisa de que radiacin es la energa que liberan los tomos para estabilizarse, resulta mucho ms fcil comprender que casi todo lo que nos rodea emite algn tipo de radiacin. Inclusive en nuestro cuerpo existen sustancias ra-diactivas, como el sodio y el potasio. Es importante aclarar que

    El aprendiz de brujo.indd 21 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 22

    GUSTAVO LENCINA

    la radiacin que se utiliza para calentar una taza de caf, ob-tener la imagen de un hueso, escuchar una cancin en la radio o hablar desde un telfono celular, no es la misma que la que produce deformacin gentica, esteriliza la tierra o mata de manera rpida y dolorosa. No son las mismas partculas, ni es la misma la cantidad ni el procedimiento. Hay infinidad de maneras en que la radiacin se puede utilizar de manera segu-ra y provechosa.

    La radiactividad es simplemente el tipo particular de radia-cin que producen los ncleos de algunos elementos qumicos (a los que se llama, precisamente, radiactivos) cuya caractersti-ca es la inestabilidad. Cuando el tomo inestable libera energa, sea en forma de emisiones electromagnticas o de emisiones de partculas, las ondas de alta penetracin que emite pueden al-terar la estructura de otros tomos. Si esta capacidad es utili-zada correctamente y con fines nobles, como por ejemplo en la radioterapia, se puede atacar a un grupo de clulas cancerosas, destruirlas o inhibir su reproduccin. En cambio, si se utiliza para fines no pacficos, de manera negligente o directamente do-losa, las consecuencias de esta actividad radiactiva a nivel celular (aplicada sobre el delicado y precioso equilibrio de los seres vi-vos) suelen ser nefastas.

    Dicho de manera gruesa: cuando se habla de que un cuerpo fue afectado por la radiactividad es que ha sido expuesto a un ni-vel tal de energa penetrante que su composicin atmica corre peligro de haber sido alterada o mutada. Las alteraciones, que ocurren en el plano subatmico, siempre tienen consecuencias en el plano celular. Las clulas cuyos tomos sufren esta alte-racin pueden resultar destruidas, perder su capacidad repro-ductiva o alterar su comportamiento de manera descontrolada, formando nuevas clulas alteradas que se reproducirn sin ton ni son. Es entonces cuando hablamos de mutaciones en los pro-ductos de la tierra, malformaciones, cncer. Pues lo que sucede es que las clulas afectadas dejan de cumplir su funcin especfi-ca dentro del organismo que las contiene y comienzan a generar ms clulas intiles. Esta alteracin atmica perdura en el tiem-po, pero a la vez, sus consecuencias genticas son hereditarias. Y

    El aprendiz de brujo.indd 22 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 23

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    eso tambin es parte del problema. Una vez que se desencaden la contaminacin por radiactividad es muy difcil detenerla, pre-ver sus consecuencias y su alcance temporal.

    Pero tambin es importante tener en cuenta que estas cosas ocurren en circunstancias extraordinarias, como fruto de cata-clismos, negligencia o intencionales usos blicos.

    Convivimos con todo tipo de radiacin natural desde que el mundo es mundo; pero, a partir su descubrimiento por parte de la ciencia, sus aplicaciones son tantas y tan generosas que hoy, con la poblacin mundial y sus acuciantes necesidades (alimen-to, salud, transporte, comunicacin), hablar de una renuncia to-tal al uso de la energa nuclear resulta una propuesta utpica desde el vamos; y adems, poco inteligente.

    Siempre hay un pero

    El problema (uno de los problemas) es quin se encuentra al timn cuando se trata de decidir sobre la direccin de las inves-tigaciones relativas al uso de la energa nuclear. Esto es, que no hay que culpar al juego sino al jugador.

    Los pases lderes condenan y acosan a cualquier pas pe-queo que desee desarrollar su propia energa nuclear. Poseen el monopolio de la informacin y se arrogan pleno derecho a decidir quin est en condiciones y quin no de participar en el selecto grupo de naciones con acceso a la tecnologa nuclear. Azuzan al mundo con el fantasma de la carrera armamentsti-ca y con ese argumento inhiben cualquier intento de desarrollo independiente, aun con fines pacficos. Pero, al mismo tiempo, guardan celosamente sus arsenales.

    Si en los aos 60 del siglo pasado se hablaba de paz con el dedo sobre el gatillo, a principios del siglo XXI se habla de paz sentados sobre una santabrbara.

    La disolucin de la Unin Sovitica disminuy por una parte la tensin internacional y el temor a una guerra nuclear expe-rimentados durante la Guerra Fra, pero al mismo tiempo au-ment la incertidumbre sobre quines poseen y qu tan seguras

    El aprendiz de brujo.indd 23 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 24

    GUSTAVO LENCINA

    estn las armas nucleares. Se sabe que durante la transicin rusa desaparecieron remesas enteras de ojivas sin que nadie pudiera dar explicaciones precisas sobre su paradero. Y ni hablar de las constantes bravatas nucleares entre India y Pakistn; Corea del Norte y Corea del Sur; el conflicto Israel-Irn, o el poder de fuego de la enigmtica China.

    Los mil talones de Aquiles

    Uno de los principales aspectos controversiales de la energa nuclear, aplicable tanto para el uso blico como para el civil y comercial (en plantas de energa elctrica, por ejemplo) es el de los insumos que requiere.

    La obtencin de los minerales que se utilizan como combus-tible para lograr la fisin nuclear (uranio, plutonio, torio) involu-cra procesos sumamente complejos, caros y altamente contami-nantes. A pesar de ello, la ecuacin entre el esfuerzo requerido y el beneficio potencial obviamente arroja resultados alentadores para la actividad. Pero en estos clculos se presupone la existen-cia de condiciones ideales (en cuanto a rendimiento, seguridad, explotacin y cuidado de los recursos naturales en juego), con-diciones que raramente se cumplen; adems, se subestiman u ocultan los daos indirectos y los efectos a largo plazo. Prueba de ello es la creciente ola de protestas contra la explotacin mi-nera del uranio, una operacin que suele hacerse a cielo abierto y cuyo proceso extractivo expulsa todo tipo de sustancias txicas, afectando a los propios trabajadores de las minas, a la poblacin de las zonas aledaas y al medio ambiente en general. Las con-secuencias indirectas suelen ser: ros contaminados, extensas tierras de cultivo echadas a perder o, en el peor de los casos, po-blaciones enteras cuya salud se ve afectada drsticamente a raz de enfermedades, nunca leves, producidas por la contaminacin (mnima inevitable) de este tipo de minera.

    El otro gran problema, que se extiende en el tiempo has-ta ms all del alcance de la imaginacin, es el de los residuos nucleares.

    El aprendiz de brujo.indd 24 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 25

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    Nos hemos acostumbrado a escuchar noticias relacionadas con la idea de incidentes en su manipulacin, transporte, al-macenamiento o disposicin final, lo que automticamente lleva a pensar en la negligencia, imprevisibilidad e, incluso, la falta de escrpulos con que se los gestiona. Se trata de desechos que se mantendrn radiactivos por largos perodos de tiempo y que es menester aprender a manejar en consecuencia. Por ejemplo, reduciendo a cero las contingencias de transporte, haciendo hin-capi en la perdurabilidad de los contenedores donde se almace-narn y, sobre todo, evaluando a conciencia en qu sitios habrn de depositarse, ya que deben estar hermticamente aislados du-rante miles de aos.

    La otra posibilidad, por cierto nada descabellada y muy alen-tadora, es aprender a reutilizar indefinidamente el material des-cartado. Esto es factible, pero requiere que se dedique al tema del reciclado tantos recursos como se utilizan para investigar las maneras de maximizar los beneficios de la explotacin.

    Pero, sin dudas, lo que siempre ha estado en el centro del de-bate acerca de la energa nuclear, y en la preocupacin del comn de la gente, es la eventualidad de accidentes nucleares, es decir, de la emisin no intencionada de materiales radiactivos o de radia-cin que afecta la salud pblica y el medio ambiente; accidentes que se pueden producir tanto en las plantas nucleares como en cualquier otro centro que trabaje con energa nuclear (hospita-les o laboratorios de investigacin), y que pueden provenir de un fallo en un reactor (atribuible a razones tcnicas o a errores humanos) o de la diseminacin de sustancias radiactivas en la atmsfera, la tierra o los cursos de agua.

    Energa nuclear, camino al Apocalipsis?

    Una de las cuestiones que nos traen hasta estas pginas es de-terminar en qu punto de la realidad nos paramos para asistir a este debate; y de qu manera se puede elaborar y defender una posicin propia; que probablemente ser comn a muchsimas personas.

    El aprendiz de brujo.indd 25 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • 26

    GUSTAVO LENCINA

    Pero para eso es necesario saber algunas cosas ms. La desaforada sociedad de consumo inunda las ciudades con

    tal cantidad de tecnologa que muy pronto ninguna fuente de energa no-nuclear podr satisfacer su gran demanda. A su vez, esa sociedad genera un mundo de residuos, radiactivos o no, que amenaza seriamente con cubrir el planeta. Va a ser (es) necesaria ms energa, y ms econmica, para procesar toda esa basura.

    Es una realidad que la atmsfera ya est seriamente daada por la actividad humana y los gases del llamado efecto inverna-dero. Se sabe que la mayor responsabilidad por el calentamiento global la tienen las emisiones de gas de los motores en las carre-teras y de las chimeneas industriales. El combustible mineral es escaso, y a nivel tecnolgico pronto resultar obsoleto.

    La energa nuclear tiene la capacidad de alimentar de electri-cidad a las grandes ciudades, transformar el parque automotor hacia un sistema elctrico, manipular la naturaleza para que el alimento alcance para todos, curar enfermedades Todo ello con una enorme relacin costo-beneficio y en condiciones p-timas, con cero grado de polucin. Es una tentadora caja de Pandora, el problema pasa por la sensatez de quienes la abran. Y, yendo a lo que nos atae, tambin por la responsabilidad de quienes debemos controlar a los que abran esa caja.

    Relacionar la energa nuclear con el Apocalipsis puede inter-pretarse como una asociacin fatalista, o como una advertencia. No dudamos de que la masa humana tenga poder para transfor-marse en conciencia colectiva, e imponer sensatez a sus gober-nantes (polticos y econmicos). Se trata de estar atentos y no dudar en alentar los espacios de participacin ciudadana.

    Pero tambin hay una necesidad ms profunda y global. La de adquirir una nueva mirada sobre el valor de la energa.

    Comprender que se trata de un bien finito, cuya obtencin y utilizacin tiene un alto costo sobre el equilibrio del planeta; que tenemos lo suficiente, pero no es tanto como creemos, y que los riesgos de su uso son enormes. Y esto no es ideologa, son datos de pblico conocimiento. De cara a un futuro incierto, es necesario informarse, pensar claro y actuar en consecuencia.

    Tal vez, todava, el camino nos pueda llevar a otro lugar.

    El aprendiz de brujo.indd 26 12/03/2013 10:53:49 p.m.

  • Captulo 2El pecado original,

    fisin y fusin

    El aprendiz de brujo.indd 27 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • El aprendiz de brujo.indd 28 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 29

    Cuando se habla de energa nuclear acude a la mente un curio-so pastiche de imgenes de cine catstrofe: una majestuosa ex-plosin en un edificio con forma de cilindro; un hongo de humo negro que cubre todo el cielo; hombres con hermticas escafan-dras y monos blancos movindose con celeridad; un viento gris que barre con toda vegetacin y el paisaje de un pramo, recorri-do por mutantes de paso vacilante y cuencas vacas

    Si bien es poco probable que todas esas cosas ocurran simul-tneamente (aunque tratando con seres humanos, nada es im-posible), el imaginario popular est hecho de retazos de escenas que, es de temer, han sido realidad en alguna parte y no hace mucho tiempo.

    Las explosiones de Hiroshima y Nagasaki fueron el nico verdadero ataque nuclear (reconocido) que se registra en la his-toria. Pero la revelacin de la Energa Nuclear al mundo fue un evento traumtico, justamente porque la primera aplicacin ma-siva que se le dio fue para asesinar a cientos de miles de civiles de un solo golpe; y ello en el contexto de una guerra cuyo resultado ya estaba resuelto.

    Se puede argumentar que se trataba de un descubrimiento reciente, el artefacto era primitivo y no exista un entendimiento cabal del poder de la explosin y sus consecuencias. De todos modos fue una presentacin en sociedad que sent un prece-dente nefasto. Al da de hoy, las imgenes del holocausto nuclear de Hiroshima y Nagasaki nos vuelven a horrorizar como lo ha-cen las de los campos de exterminio nazi. Una contaminacin de

    El cientfico no es responsable de las leyes de la naturaleza, pero su trabajo es averiguar cmo actan y cmo ponerlas al servicio

    de la voluntad humana. Sin embargo, decidir si debe usarse una bomba de hidrgeno no es labor suya: tal responsabilidad

    recae en el pueblo americano y en los gobernantes que escogieron.Robert Oppenheimer, fsico estadounidense

    No le demos al mundo armas contra nosotros, porque las utilizar. Gustave Flaubert, escritor francs

    El aprendiz de brujo.indd 29 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 30

    GUSTAVO LENCINA

    miedo y culpa que nos acompaa desde hace dos generaciones y difcilmente menge su poder. La Guerra Fra, el miedo a una Tercera Guerra Mundial, la nocin de que realmente el ser hu-mano tiene en su poder la capacidad de terminar con la vida so-bre la Tierra, fueron consecuencia de esas dos nicas experien-cias blicas a gran escala. Por supuesto que, a pesar del horror de Hiroshima y Nagasaki, las armas nucleares proliferaron, es-tn por todas partes y seguirn fabricndose. Y todava hoy, gran parte del frgil equilibrio del mundo se sostiene, tambaleante, por el miedo a un Apocalipsis nuclear.

    Pero es necesario recordar que pudo no haber sido as. Basta pensar en el stano de Madame Curie, donde una se-

    ora se expona a peligros palpables para dotar a la humanidad de un nuevo tipo de medicina, que sera capaz de entrar donde nada lo haca y destruir un mal que no se poda ver. Imaginemos si toda la energa y la inversin que se destinaron a la urgente confeccin de una bomba se hubieran empleado para profundi-zar su aplicacin en medicina, stos seran los resultados:

    algunos aos despus, el proceso de fisin se hubiera utilizado directamente para generar energa elctrica.

    dada su baja polucin y la ventajosa relacin costo-beneficio, la industria automotriz se hubiera volcado sin vacilar al uso de motores elctricos.

    nunca se hubiera producido el calentamiento global, la desertizacin, ni el retroceso de los glaciares.

    con un planeta limpio, transporte econmico y salud de avanzada, no se hubiera demorado mucho en obte-ner alimentos manipulados genticamente para paliar las hambrunas de la posguerra.

    para la dcada del 60 la abundancia de recursos hubie-ra resuelto por s sola los conflictos entre comunismo y capitalismo.

    La pregunta entonces es: en qu momento todo se torci? Al principio suena obvia, luego absurda, finalmente sobre-

    vuela el pensamiento para ocuparlo en toda su dimensin. Cu-

    El aprendiz de brujo.indd 30 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 31

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    riosa y tristemente, uno de los eslabones entre la medicina soa-da por Marie Curie y la bomba de Nagasaki no fue otro que el gran pacifista Albert Einstein quien, en su afn de alentar la in-vestigacin, tuvo la buena idea de escribirle al presidente de Es-tados Unidos, Franklin Roosevelt, sugirindole que esa enorme energa poda ser aprovechada para construir una bomba muy poderosa y fcilmente transportable. Fue en 1939, seis aos des-pus el mundo estallara. Einstein vivi todava diez aos ms, sin dejar un solo da de arrepentirse de haber escrito aquella famosa carta.

    Tena motivos para arrepentirse. Porque, como si el desti-no se ensaara contra su genio, la base sobre la que se dise la bomba atmica surgi de su frmula ms breve y universal: E = mc2. Energa (E) es igual a masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz (c) al cuadrado, lo cual da un resultado de 9 seguido por 16 ceros.

    Lo trascendental de su descubrimiento es la nocin de que la materia y la energa son formas distintas de la misma cosa. La materia se puede transformar en energa, y la energa en mate-ria. Partiendo entonces de la premisa de que una partcula con masa posee un tipo de energa, energa en reposo, la frmula de Einstein calcula la cantidad de energa de la masa si se convirtie-ra repentinamente en energa.

    Dicho de otro modo, esta posibilidad de calcular la energa de enlace atrapada en los ncleos atmicos, abri el camino de la fisin y la fusin nuclear.

    Fisin nuclear

    La fisin nuclear es un fenmeno que se produce en el ncleo atmico (por eso se dice que es una reaccin nuclear) y, como su nombre indica, consiste en dividir o fracturar al ncleo para liberar energa. Fue descubierta en 1930 por un grupo de cien-tficos que, observando la capacidad propia del tomo para ge-nerar energa en la naturaleza, operaron sobre l con el fin de recrear y precipitar el fenmeno y poder aprovechar esa energa.

    El aprendiz de brujo.indd 31 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 32

    GUSTAVO LENCINA

    Estos cientficos descubrieron, entonces, que algunos tomos de elementos pesados y sumamente inestables, bajo determinadas condiciones, se dividan liberando una cantidad de energa nun-ca antes vista. Concretamente, la investigacin determin que si se tomaba un istopo de uranio 235 y se excitaba su ncleo al dispararle un neutrn, ste se volva tan inestable que se di-vida y liberaba energa junto con otras partculas subatmicas y nuevos neutrones. As se dieron cuenta de que si se colocaba mayor cantidad de uranio, estos neutrones colisionaran a su vez con otros ncleos del elemento y el proceso continuara sucesi-vamente generando una reaccin en cadena.

    Una reaccin en cadena deliberadamente descontrolada pue-de producir un estallido como el de la bomba de Hiroshima, aunque ese artefacto de poder monstruoso no fue ni de lejos tan potente como los que se construyeron luego.

    Sin embargo, la fisin nuclear controlada y dirigida (esto se hace colocando el uranio dentro de otras sustancias, como el grafito, capaz de absorber muchsimos neutrones), puede utili-zarse para obtener calor, y en base a ese calor impulsar una tur-bina elctrica, por ejemplo, que es lo que se hace en las centrales nucleares que proveen de energa nucleoelctrica a las grandes ciudades.

    Qu es un reactor nuclear

    En una planta de energa nuclear, el reactor es donde se lleva a cabo el proceso de fisin controlada, como resultado de la cual se calientan enormes cantidades de agua que accionan una tur-bina que genera electricidad. Claro que lo que en dos lneas pue-de sonar simple es en realidad una estructura sumamente com-pleja, de un costo fabuloso y un equilibrio incierto entre ventajas y riesgos. Una balanza en cuyo fiel probablemente se apoya el futuro energtico de todo el planeta.

    Pero veamos cmo funciona. El reactor es un gigantesco silo en cuyo interior se colocan las

    barras de uranio (u otro combustible) radiactivo. Estas barras

    El aprendiz de brujo.indd 32 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 33

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    se encuentran contenidas dentro de una masa de grafito en un conjunto que se denomina corazn del reactor. Las barras de ura-nio estn a su vez separadas entre s por otras barras llamadas de control, fabricadas con materiales como el boro y el cadmio, elementos que por su naturaleza tienden a absorber neutrones y permiten mantener la reaccin bajo control y evitar daos en la integridad del reactor. Dentro del reactor tambin se encuen-tran distintos elementos que funcionan como moderadores y reflectores, y sirven para mantener las condiciones apropiadas de velocidad y temperatura durante todo el proceso.

    Para producir la fisin se retiran las barras de control, lo que provoca que las barras de uranio inicien una reaccin nuclear generando un intenso calor. Para controlar la fisin se vuelven a colocar las barras de control entre las barras de uranio. De este modo absorben los neutrones que dispara el uranio y se logra regular el nivel trmico.

    El calor generado es trasladado mediante una sustancia refri-gerante (cuya temperatura se eleva entre los 250 y 600 grados Celsius) a otro recinto donde se utilizar para calentar el agua que, convertida en vapor, pondr a funcionar la turbina genera-dora de electricidad.

    Los riesgos de todo el proceso son muchos y muy complejos. Se trata de energas desmesuradas y fcilmente incontenibles. Para evitar que se propague la radiacin a todo el reactor, ste est contenido en una bveda protectora de varios metros de acero y hormign. Por supuesto, el riesgo que le sigue en gra-vedad es que la reaccin en cadena se torne incontrolable. De producirse algo as, se generara una cantidad de calor capaz de fundir metal, roca y hundirse profundo en la tierra, con lo cual contaminara kilmetros y kilmetros de terreno y napas acu-feras. No es necesario explicar el perjuicio que dicha ignicin producira en la atmsfera, con la posibilidad de una explosin tremenda y la segura emisin de gases en estado de altsima radiactividad.

    Para minimizar esta contingencia se cuenta con el sistema de barras de control, que acta impidiendo que la fisin se aleje de los niveles aceptables de temperatura. Pero aun si esto ocurriera,

    El aprendiz de brujo.indd 33 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 34

    GUSTAVO LENCINA

    existen una serie de mecanismos de enfriamiento y de frenado de la reaccin en cadena que deben impedir, a cualquier costo, que la radiactividad tome contacto con el mundo externo. Igual-mente rigurosos deben ser los sistemas de transporte y elimina-cin de los residuos y combustible en general. Y, por supuesto, el tratamiento del agua que acciona las usinas, que tambin queda cargada de radiactividad.

    Todos estos sistemas utilizan tecnologa de punta y son mo-nitoreados da a da por entidades privadas y gubernamentales a fin de garantizar ciento por ciento la proteccin del personal y las zonas aledaas a la planta nuclear. Actualmente, gran parte de los recursos destinados a la investigacin se invierte directa-mente en mejorar los dispositivos de seguridad de los, cada vez ms abundantes, reactores nucleares. Todo el tiempo se actua-lizan los parmetros, se adecuan las normas y se controlan los materiales utilizados. La seguridad nuclear ha demostrado, en relacin a la cantidad de plantas existentes, su tiempo de uso y rendimiento, ser prcticamente inexpugnable. Casi no existen accidentes nucleares.

    Pero sin embargo, ocurren.Fugas, explosiones, grietas, vertido negligente de residuos,

    hundimiento de buques de transporte, por accidentes naturales o errores humanos. Los accidentes se dan y es difcil determi-nar sus consecuencias reales y a largo plazo. Tambin es cierto que hay mucha mitologa respecto del dao real que provoca la radiacin. Pero ese dao es verdadero. Dedicaremos a ello una buena cantidad de pginas, pero antes es necesario conocer cul es la opcin a futuro (ms segura, ms poderosa) dentro de la energa nuclear. Cul es la opcin y por qu, de momento, es una utopa tecnolgica.

    Fusin nuclear

    En el extremo opuesto de la materia, la ciencia persigue el ob-jetivo de la fusin nuclear. Un evento que ocurre todos los das frente a nuestros ojos, ya que es lo que provoca que combustio-

    El aprendiz de brujo.indd 34 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 35

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    nen las estrellas emitiendo luz propia, como por ejemplo el sol. Eso nos brinda una magnitud cierta de su poder.

    Es el fenmeno contrario a la fisin: dos ncleos ligeros se unen formando un solo ncleo pesado. Este fenmeno libera energa, ya que el peso del nuevo ncleo siempre ser mayor que el de los dos ncleos que lo formaron. Esta energa vara segn los tomos que generan y dems elementos de la reaccin.

    Parece simple a primera vista, pero no lo es. El problema ra-dica en las cargas elctricas de los ncleos que se tratarn de fu-sionar. Tomemos el ejemplo ms simple, la fusin del hidrgeno para obtener helio (cuatro ncleos de hidrgeno se unen para formar un ncleo de helio). Como hemos explicado, el tomo de hidrgeno contiene un protn con carga positiva en su ncleo. Entonces, al tratar de fusionar dos tomos de este elemento, nos encontraremos con que la propia naturaleza de la carga elctrica de stos tender a repelerlos. En definitiva, la fusin nuclear re-quiere de una gran cantidad de energa inicial para lograr vencer esta enorme fuerza de repulsin y esto conlleva una inmensa can-tidad de calor. Esta cantidad es tal que es imposible llevar a cabo una reaccin controlada al no existir un reactor capaz de tolerar temperaturas estimadas en 100 millones de grados centgrados.

    Sin embargo, los beneficios potenciales son muchos. En primer lugar, se ha descubierto que una de las reacciones

    nucleares de fusin que ms energa produce es la del deuterio y el tritio (istopos del hidrgeno) que origina un tomo de helio y un neutrn de ms, que podra utilizarse para producir ms tritio. El deuterio se encuentra simplemente en el agua. Con una porcin de agua de mar de medio kilmetro cbico se produci-ra la energa equivalente a todas las reservas actuales de petr-leo en el mundo entero.

    Por otro lado, como resultado de la fusin se generan elemen-tos que son menos radiactivos que los producidos por la fisin. Esto contribuira a disminuir el peligro generado por la conta-minacin radiactiva en accidentes nucleares.

    Pero el camino es largo, y una vez ms, el contexto poltico toma la delantera. Los Estados ms poderosos han optado por dirigir la investigacin hacia el perfeccionamiento de la bom-

    El aprendiz de brujo.indd 35 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 36

    GUSTAVO LENCINA

    ba de hidrgeno, de la que hablaremos ms adelante, antes que procurar un abastecimiento de energa ms segura y menos contaminante. Los cientficos siguen experimentando tentativa-mente con mtodos menos drsticos para comprimir el hidr-geno y confinar los efectos de la reaccin, y algunos pronsticos son optimistas.

    Sin embargo la fusin nuclear es, al da de hoy, la gran deuda que la ciencia de la energa tiene para con la Humanidad.

    El puente

    Lo que agudiza ms an el dilema de la energa nuclear es que muy pronto va a ser la nica alternativa para un mundo super-poblado, cuyo consumo es voraz, porque est estimulado desde todo el sistema econmico. No hay mayor negocio que la venta de energa. Y el capitalismo, lejos de alentar una actitud pruden-te, inunda ao tras ao el mercado con ms y ms tecnologa, inventando necesidades all donde no las hay.

    Esta situacin nos pone ante dos abismos enfrentados. Por un lado, est la posibilidad de una tecnologa sin lmite.

    Esto no es broma. Si se obtuviera la fusin nuclear a gran escala, el hombre estara en condiciones de generar una energa pare-cida a la del Sol o las estrellas a partir de un poco de agua. Esto no es utpico. Sin llegar muy lejos, en Japn hay casas ntegra-mente cubiertas con leds, cuyos dueos pueden cambiar cada da el color de las paredes; se ha logrado captar las ondas cerebrales de los sujetos en coma y que los parapljicos muevan cosas con la mente; copiar tomos a la distancia; manipular el genoma de los animales para hacerlos brillar en la oscuridad; fabricar frutos que no se pudren

    Y el otro abismo tiene que ver con que toda esa tecnologa sigue siendo ganancia para pocos. As, el problema del hambre mundial, la escasez de agua y la desaparicin del trabajo no tie-nen ninguna solucin, ni inmediata ni a largo plazo. A esto hay que sumar el tema de los residuos, la contaminacin, el deterio-ro de la atmsfera por causa de la deforestacin indiscriminada,

    El aprendiz de brujo.indd 36 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 37

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    el hacinamiento, la decadencia educativa, la miseria, las psicosis, la corrupcin poltica

    Y lo que agrava la situacin es la velocidad e intensidad del deterioro. Porque todo este dao a gran escala se desat hace slo dos siglos. Nunca la Tierra estuvo tan contaminada, invadi-da y daada como desde hace 200 aos hasta ahora desde que la Revolucin Industrial comenz la carrera tecnolgica.

    La reflexin ms oscura es: si tan poco tiempo nos ha costado echar a perder el trabajo que a la naturaleza le llev millones de aos con los medios slo con que contamos hasta ahora, y de continuar con el monopolio en el manejo de la energa atmica, o sea, con eso recursos en manos de unos pocos que los manejen con su mucha o poca prudencia y tino, qu nos hace pensar que despus de un salto tecnolgico como la obtencin de energa por fusin, por ejemplo, no nos saldramos inmediatamente del molde para destrozar lo poco que queda?

    El aprendiz de brujo.indd 37 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • El aprendiz de brujo.indd 38 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • Captulo 3Los usos blicos,

    el horror

    El aprendiz de brujo.indd 39 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • El aprendiz de brujo.indd 40 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 41

    La explosin nuclear fue presentada en sociedad el 16 de julio de 1945, en el desierto de Nuevo Mxico, Estados Unidos, ante un grupo de selectos concurrentes. All se deton una especie de rudimentaria mquina casera que dej un crter de cientos de metros y varios kilmetros a la redonda totalmente incinera-dos. La energa nuclear pas a ser entonces la nia mimada de la ingeniera de guerra; una nia bella y terrible, cuyo avance ya ni siquiera sus padres pudieron detener. Menos de un mes despus, el 6 de agosto, con el lanzamiento de la primera bomba atmi-ca sobre Hiroshima y la muerte instantnea de 135 mil civiles indefensos, esta nia bonita perdi para siempre su inocencia.

    Haban pasado tan slo quince aos desde que un grupo de cientficos presentara los principios de la fisin nuclear. Durante esos aos se haban realizado grandes avances en cuanto al co-nocimiento del comportamiento de los tomos, las cantidades de energa potencialmente obtenibles y las maneras de contro-lar, o no, la energa liberada.

    Pero la humanidad tambin haba sufrido cambios. El mun-do haba entrado en guerra nuevamente. Capitalismo, comu-nismo y nazismo se atacaban como tres gigantes cuyos pasos hacan temblar la tierra, arrasaban con ciudades enteras y tean los mares de sangre. En las entraas de su poder, los cientficos se abocaban a la bsqueda de nuevas armas de mayor alcance, ms portables, destructivas y definitivas.

    Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos.Robert Oppenheimer

    Ven a tomar tu medicina! Tmala como un hombre! Stephen King, El resplandor

    El Proyecto Manhattan

    El aprendiz de brujo.indd 41 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 42

    GUSTAVO LENCINA

    Estados Unidos haba recibido el valioso aporte de los cien-tos de sabios judos que llegaron de Europa, huyendo del rgi-men nacionalsocialista cuando Hitler asumi el poder en 1933.

    Hombres como Edward Teller, Le Szilrd y el mismsimo Albert Einstein encontraron refugio en las universidades nor-teamericanas. En 1938, los cientficos exiliados recibieron la in-quietante noticia de que los alemanes haban logrado la fisin nuclear. Ellos saban muy bien lo que sus colegas alemanes eran capaces de conseguir y no tenan ninguna duda de cules se-ran las prioridades del nazismo. Era entonces urgente advertir al gobierno de los Estados Unidos que el enemigo pronto podra disponer de un arma de un poder hasta entonces desconocido.

    Pero Le Szilrd saba por experiencia que hacerse escuchar por el poder no era tan fcil como levantar un tubo de telfo-no. Deba hacerse apadrinar por alguna figura importante para lograr ser atendido por el presidente Roosevelt; de otro modo, slo sera un cientfico ms, humildemente vestido, declamando profecas apocalpticas con un acento extrasimo. Lo tomaran por un loco. Leo Szilrd, entonces, escribi una carta dirigida a Roosevelt. En ella resuma los hallazgos cientficos relaciona-dos con la fisin nuclear e insinuaba la posibilidad de utilizarlos para crear un arma de un poder nunca visto hasta el momento y, por supuesto, no se olvidaba de sugerir que deban apresu-rarse si no queran que el enemigo se les adelantara. Szilrd se present entonces ante Albert Einstein, expuso sus teoras y le mostr la carta. ste, luego de leerla varias veces, la firm y se comprometi a ocuparse personalmente de que llegara a manos del presidente Roosevelt.

    Un minuto despus de la explosin en el desierto de Nuevo Mxico, hubo seguramente interesantes intercambios de mira-das entre los asistentes. Los cientficos se habrn encontrado por primera vez con el esbozo de lo que sera un problema de conciencia que marcara la poca: haban creado un arma demasiado letal y ya estaba en poder de las Fuerzas Armadas. Los militares, en cambio, se habrn refregado las manos como quien ha recibido un juguete nuevo. Era menester probarla cuanto antes.

    El aprendiz de brujo.indd 42 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 43

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    Los cientficos insistieron en que habra que usarla slo como amenaza, realizar una exhibicin de poder con carcter disuasi-vo para forzar el final de la guerra. Pero, para los militares, no hay nada ms disuasivo que una accin completa. Y los cien-tficos ya nada pudieron hacer. Hiroshima y Nagasaki estaban condenadas.

    Armas nucleares

    La temida bomba atmica, aquella terrible arma de destruc-cin masiva que parece esconder un secreto temible y peligro-so, y que acos el imaginario colectivo durante tantos aos de guerra fra, moviliza incluso hasta el da de hoy las relaciones internacionales.

    Pero, qu es lo que sucede realmente en una ojiva nuclear? Lo que ocurre no es nada muy distinto a lo que hemos visto

    que pasa dentro de un reactor nuclear. El combustible radiactivo (uranio o plutonio) es puesto en excitacin y se divide el ncleo de sus tomos produciendo una reaccin en cadena. Pero esta vez la misma no es controlada, ni su energa aprovechada por turbinas elctricas, sino que toda su energa potencial es libera-da dejando un rastro de destruccin a su paso.

    El mecanismo de una bomba atmica tiene cierta semejanza con el de una pistola comn. Dentro del tubo de la bomba hay una corredera; en uno de sus extremos se encuentra la bala, que es una barra de uranio, en el otro extremo est el blanco, que es otra pieza de uranio, esta vez con forma de cuenco, para recibir el proyectil. Para detonar la bomba se utiliza una pequea car-ga de TNT que, a manera de percutor, disparar la barra hacia el cuenco a lo largo de la corredera, con la velocidad y fuerza exactas para que al impactar se produzca la fisin atmica entre ambos objetos. El resto es conocido.

    Tambin existen las denominadas bombas sucias, errneamen-te asociadas con las armas nucleares. Se trata de dispositivos un poco ms simples, ya que en su interior no se lleva a cabo ningn tipo de reaccin nuclear. Sin embargo, son altamente contaminan-

    El aprendiz de brujo.indd 43 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 44

    GUSTAVO LENCINA

    tes y no representan en absoluto un peligro menor. Lo que s tie-nen en comn con las armas atmicas es que contienen elementos altamente radiactivos. Estn compuestas por explosivos conven-cionales que al detonar dispersan el material contaminante.

    La bomba de fusin

    En los aos 50 se comenz a investigar sobre la posibilidad de utilizar la recientemente descubierta fusin de hidrgeno para fines blicos. Muy poco tiempo despus, ms precisamente el 1 de noviembre de 1952, en Enewetak, un atoln de las Islas Marshall situado en el ocano Pacfico, los Estados Unidos lle-varon a cabo el primer ejercicio de detonacin de una bomba termonuclear en la historia: Ivy Mike. Lo haban logrado: era la bomba de hidrgeno.

    Haba bastado con generar las condiciones previas necesarias para que el proceso de fusin se pudiera llevar a cabo y lo consi-guieron al desatar una reaccin de fisin de un elemento radiac-tivo, que produjo la energa necesaria para que los ncleos de hidrgeno se unieran y liberaran toda su capacidad destructiva.

    Y ah estaba. El resultado fue contundente: una bola de fuego de 5 km de dimetro, una nube radiactiva de 17 km de alto y un crter de 1,9 km de dimetro y 50 metros de profundidad, en el lugar donde antes haba una de las islas del atoln.

    Por unas fracciones de segundo, la temperatura lleg a los 15 millones de grados, aproximadamente la misma que alcanza el ncleo del Sol. Fue una explosin 800 veces mayor que la de Hiroshima, arras y contamin todo el ecosistema de la zona y su onda de choque dio tres veces la vuelta alrededor de la Tierra.

    Hiroshima y Nagasaki, I

    Supuestamente ya se ha dicho todo. Los archivos y museos conservan el recuerdo en todo su horror. Se han visto todas las fotos, todos los videos, los testimonios han sido estudiados

    El aprendiz de brujo.indd 44 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 45

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    y repasados hasta que las palabras perdieran el sentido. Sin embargo, es indispensable pasar por este captulo si queremos saber qu significa verdaderamente; de qu hablamos cuando hablamos del poder descontrolado de un arma nuclear; qu hace sobre los seres y las casas; hasta dnde llega el dao y cunto se queda all.

    Hiroshima y Nagasaki son dos ciudades al sur de Japn. Y a fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando ya haban cado Alemania e Italia, Japn era el nico pas del Eje que todava pe-leaba. Por su rgida concepcin del honor, por la supuesta con-dicin divina de su Emperador o simplemente por la obcecacin suicida de sus dirigentes (todo eso es terreno de discusin), lo cierto es que Japn se demoraba en presentar la rendicin para la poca en que los norteamericanos tuvieron lista la primera bomba: la tristemente clebre Little Boy (Muchachito).

    Resulta inquietante recordar la frialdad con que un conjunto de notables de Estados Unidos, militares, ingenieros y socilo-gos, se abocaron a seleccionar cules eran las mejores ciudades para probar las bombas atmicas, y con cunto celo preservaron estas ciudades para obtener como balance la mayor cantidad de informacin posible luego del magnicidio en ciernes.

    El objetivo inicial era Berln. Nada les hubiera gustado ms que borrar del mapa a la capital de Alemania. Pero la cons-truccin de la bomba se demor. Los rusos entraron en Berln, luego los americanos; Hitler se suicid junto con Eva Braun; Joseph Goebbels y su esposa hicieron otro tanto, luego de en-venenar a sus seis pequeos; los SS cremaron los cuerpos y Alemania firm la rendicin incondicional. Para cuando la bomba estuvo lista, Berln ya no era un objetivo; pero Japn segua en guerra.

    El cdigo del Bushido indicaba que no haba mayor desho-nor que rendirse; si no era posible morir en combate, ms vala hacerlo por mano propia. Arrancar el seguro de una granada y apretarla contra el pecho. A decir verdad, slo una minora de ja-poneses senta este modelo como propio. Era una norma absur-da, sostenida, eso s, por una considerable cantidad de oficiales, en su mayor parte de alto rango, muchos de los cuales, inclusive,

    El aprendiz de brujo.indd 45 12/03/2013 10:53:50 p.m.

  • 46

    GUSTAVO LENCINA

    tomaron la decisin de morir por propia mano antes de tiempo; huyendo hacia la muerte, ante la desesperacin por la inminente derrota. Pero decir que todos los japoneses estaban dispuestos a inmolarse peleando es tan falso como decir que las bombas se arrojaron para evitar la muerte de ms soldados aliados.

    Japn ya no tena aviacin ni defensa antiarea. Los bombar-deros aliados entraban y salan a voluntad de su territorio. La mayora de las ciudades niponas, sobre todo las ms urbaniza-das, haban sido completamente arrasadas. Ya no tenan capaci-dad industrial ni armamentstica. Tan slo demoraban la rendi-cin intentando salvar el honor del Emperador. Y, curiosamente, el frente aliado (encabezado por los estadounidenses) tampoco pareca apresurado para obligarlos a deponer las armas. Lo cual, a la luz de los aos, constituye una actitud mucho ms que ex-traa: sospechosa.

    Porque Estados Unidos, con la anuencia de Inglaterra y Francia, ya haba decidido probar su nueva bomba sobre un blanco real. No tanto porque ello fuera necesario estratgica-mente, sino porque era una oportunidad irrepetible de com-probar la efectividad del arma con vctimas verdaderas, de carne y hueso, y en gran cantidad. Y tambin porque necesi-taban exhibir su podero ante la Unin Sovitica, con quien estaban empezando a dividirse el mundo, como fieras que se disputan una presa.

    Hiroshima, Kokura, Nagasaki y Nigata, en ese orden, fueron las ciudades elegidas para descargar el poder de las dos primeras bombas terminadas, la mencionada Little Boy y la Fat Boy (Mu-chacho gordo).

    Para poder llevar a cabo una certera evaluacin de las con-secuencias que causaran las explosiones nucleares, estas cuatro ciudades fueron exentas de bombardeos durante meses. Los inge-nieros de la guerra haban solicitado que se mantuvieran intactas a fin de apreciar el dao en toda su magnitud. Esto gener en la poblacin una confianza que hizo que los ataques fuesen todava ms crueles. La gente de esas ciudades pensaba que la aviacin enemiga, que haba arrasado con media Tokio y la mitad de las grandes urbes niponas, haba decidido pasarlas por alto por su

    El aprendiz de brujo.indd 46 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 47

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    escaso valor estratgico. Eran ciudades pequeas, dedicadas sobre todo a la agricultura. Sus edificaciones eran mayoritariamente ca-sas bajas, construidas en madera y papel. Podemos suponer que la mayora de sus pobladores suspiraba aliviada de ver llegar el final de la guerra sin haber sufrido grandes daos.

    No tenan idea de lo que se avecinaba.

    Efectos inmediatos de un ataque atmico

    La zona cero

    Se denomina as a la vertical que une la tierra con el sitio de detonacin de la bomba, que es activada en el aire para aumentar su rango de destruccin. La idea es que la superficie terrestre ab-sorba la menor proporcin posible del impacto y no acte como freno para la onda expansiva. En la zona cero todos los efectos de la bomba se producen simultneamente. Esta conjuncin re-sulta tan violenta que absolutamente todo cuanto se encuentre all es pulverizado, literalmente desintegrado. Lo nico que que-da es un gigantesco crter, de varios kilmetros de dimetro y decenas de metros de profundidad. Nada, absolutamente nada, ser reconocible.

    Radiacin ionizante

    Son las radiaciones nucleares de alta frecuencia que se producen al mismo tiempo que la bola de fuego por efecto de la desintegracin de ncleos de helio y electrones. Sin embargo, no hay que confundirla con la radiactividad remanente que sobrevendr despus de la explosin, y cuyos efectos sern mucho ms prolongados en el tiempo. La radiacin ionizante es consecuencia directa de la explosin, viaja a la velocidad de la luz y afecta gravemente a todos los seres vivos que se encuentran a su alcance, ya que puede causar daos tanto interaccionando sobre los rganos y los tejidos como afectando al material gentico de las clulas.

    El aprendiz de brujo.indd 47 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 48

    GUSTAVO LENCINA

    En las bombas de gran poder que existen actualmente el efecto destructivo es menor (si se lo puede llamar as) porque no sobrepasa el alcance de la bola de fuego. En cambio, en una bomba pequea, como fue la de Hiroshima (que aunque cueste creerlo, fue pequea) sus efectos son mayores puesto que se extienden de manera invisible mucho ms all que la explosin misma. Por eso, en las ciudades japonesas, en los das subsiguientes al ataque, muchos de los sobrevivientes se enfermaron y murieron en cuestin de horas.

    Pulso electromagntico

    La radiacin ionizante mencionada anteriormente funciona como vehculo para el flujo de electrones, generando el llamado pulso electromagntico. ste se produce por el efecto que di-cha radiacin tiene sobre las molculas del aire. Es un fenmeno demasiado complejo para explicarlo en unas pocas lneas, pero baste saber que el poderoso campo electromagntico que ori-gina, avera irremediablemente todos los aparatos elctricos y electrnicos que haya en el rea afectada. Si bien no se conocen consecuencias directas sobre los seres vivos, en el contexto de una explosin nuclear, el pulso electromagntico resulta en un virulento generador de cortocircuitos e incendios que se suman al caos total.

    Por esta capacidad de daar todo tipo de instrumental o ma-quinaria elctrica, el pulso electromagntico fue cuidadosamen-te estudiado por los ingenieros de armas. Se realizaron prue-bas que demostraron que cuanto mayor es la altura a la que se produce la explosin, mayor es la dispersin atmosfrica, con la consecuente inutilizacin de satlites artificiales e instrumentos electrnicos en tierra, al punto de ser posible afectar con una sola bomba a todo un hemisferio. Otra de las caractersticas de este fenmeno es que al producirse la ionizacin de la atms-fera, el aire adquiere inslitas coloraciones, motivo por el cual se conoce a los artefactos explosivos de pulso electromagntico como Bombas del Arco Iris.

    El aprendiz de brujo.indd 48 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 49

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    Destello luminoso

    A travs de la radiacin electromagntica, y a la velocidad de la luz, se produce una increble emisin de fotones. Quin est mirando el foco de la explosin a ms de 100 km quedar ciego temporalmente; en cambio, quin lo mire desde una distancia menor sufrir un dao permanente. Se trata de un destello de luz cuya incandescencia es varias veces superior a la del Sol. Si la explosin ocurre de noche, durante varios segundos parecer que el mundo se encuentra bajo el ms crudo sol del medioda. Desgraciadamente, para quien no est debidamente protegido, ser la ltima luz que ver sobre la tierra.

    Pulso trmico

    Tras el destello luminoso se produce una gigantesca bola de fuego que comienza a expandirse de manera implacable. No se trata simplemente del incendio de una explosin. La esfrica masa de fuego se forma a partir de complicados procesos qumi-cos, que intentaremos simplificar para transmitir una idea apro-ximada de la magnitud de las energas puestas en movimiento.

    La radiacin ionizante ya se encuentra lejos del epicentro de la explosin, pero a su paso ha alterado completamente el comportamiento de las molculas del aire. Los tomos liberados se han ionizado y sus electrones se han acelerado al punto de generar una nueva reaccin en cadena, que se libera en pocos microsegundos con una enorme energa. Enseguida, los tomos tienden a perder esa energa, los electrones inician una desace-leracin en cascada y comienzan a ser atrapados por los iones presentes en el aire. Estos dos efectos generan una radiacin que, al cabo de ciertos complejos procesos, se transforma en una emisin trmica de inconmensurable intensidad. Una ola de ca-lor (pulso trmico) que abrasa todo lo que se encuentre cerca de la zona cero, poniendo en combustin cualquier material con algn grado de inflamabilidad, seres vivos incluidos. Ese calor funde el metal y derrite la roca, volatilizando todo lo que se en-cuentre en el epicentro de la deflagracin.

    El aprendiz de brujo.indd 49 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 50

    GUSTAVO LENCINA

    A 500 metros de la zona cero todo se calcina, y slo se en-cuentran minsculos fragmentos retorcidos de algn metal muy resistente; 1.500 metros ms all, los cuerpos combustionan y los objetos metlicos se funden y deforman; un poco ms lejos, los restos conservan alguna forma. Ms all, segn la suerte que hayan tenido al momento del ataque, los cuerpos se encuentran despellejados, incinerados; la mayora de ellos quedar ciegos, postrados; algunos seres andarn deambulando, pidiendo agua hasta el momento de morir. Un dato, tan poco perceptible como terrorfico, es que sus cuerpos no se queman al ser alcanzados por una llama; simplemente combustionan. El paso del pulso trmico, que todo lo torna inflamable, los convierte en teas, an-torchas humanas que se encienden al contacto con el aire.

    La emisin de calor es tan poderosa, que lo que se le inter-ponga generar una sombra en el momento mismo de volatili-zarse. Esto produce ese efecto que se ha llamado sombras nuclea-res. Si entre la bola de fuego y una pared se encuentra de pie un ser humano, lo nico que quedar de l ser la impresin de su silueta grabada sobre el muro. As han quedado registradas en las paredes de Hiroshima y luego Nagasaki melanclicas silue-tas en carbonilla del momento de la tragedia, como trazadas por la mano de un artista macabro: un nio piloteando su triciclo, un hombre con un bastn, alguien corriendo. El horror es tan grande que apenas tiene sentido decir que todava falta lo peor.

    Onda de choque

    En principio, las ondas de choque son ondas de presin, como el sonido, y viajan a la misma velocidad (456 metros por segundo). Las bombas convencionales se basan en generar un violento desplazamiento de aire, a veces acompaado por algn elemento incendiario, a fin de aumentar el poder de la explosin. En las bombas nucleares, la onda de choque llega cuando ya el territorio ha sido devastado por la radiacin y el pulso trmi-co, cuando los ojos ya estn ciegos por el destello luminoso. Su efecto es el de un mazazo que derrumba lo que hubiese quedado en pie, aviva los fuegos y cubre cientos de kilmetros con un

    El aprendiz de brujo.indd 50 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 51

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    temporal de metralla formado por rocas, rboles y metales que, a la manera de millones de tiros de gracia simultneos, se abaten sobre cualquiera que haya logrado sobrevivir.

    El aire, calentado hasta los 100 mil grados centgrados, slo puede expandirse. La diferencia de temperatura con la atmsfe-ra circundante es tan grande que la onda de choque tiene mu-chsima ms duracin en comparacin con la que producen las bombas comunes. Es una fuerza que se desplaza en todas di-recciones triturando todo cuanto atrapa, a diferencia de la onda de choque de los artefactos convencionales, que empuja en una direccin determinada.

    La onda de choque atmica retuerce la piedra y la roca del epicentro, al tiempo que las expulsa y las arroja lejos a la velo-cidad del sonido. Esto, sumado al aire hirviente que asciende, genera una columna de vaco en el epicentro que enseguida debe llenarse. Es entonces cuando se produce el efecto inverso, el re-flujo que lleva todo hacia el epicentro. Se alza una columna de tierra, ruinas y humo totalmente radiactivos que alcanza alturas estratosfricas hasta comenzar a caer por su propio peso, for-mando el famoso hongo nuclear, espantoso corolario del espec-tculo de la muerte.

    Lluvia radiactiva

    Unas horas despus, las partculas de polvo y ceniza, plena-mente radiactivizadas, comienzan a caer sobre la tierra. No es tan-to una lluvia como una nube slida y venenosa que se mete en los pulmones, se impregna en la piel y cubre toda la superficie devas-tada, pudiendo ser arrastrada por el viento a muchos kilmetros del lugar de la explosin, sin perder sus efectos nocivos. En ciertas ocasiones, si las condiciones meteorolgicas estn dadas, adems, llueve. Es una lluvia que arrastra todo el material contaminan-te que flota en la atmsfera. Una precipitacin radiactiva mucho ms daina, aunque parezca increble, que la cada de polvo y ce-nizas. Teln de cierre de los llamados efectos inmediatos, pero que apenas marcar un pulso, un intervalo mnimo, en una catstrofe cuyos efectos tardarn cientos de aos en desaparecer.

    El aprendiz de brujo.indd 51 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 52

    GUSTAVO LENCINA

    Incendios

    La radiactividad no es el mayor de los factores de muerte en las horas posteriores a la explosin. Todo arde a lo largo del rea alcanzada por la bola de fuego. Ms all de ese lmite, las ins-talaciones elctricas, los vehculos, conductos de gas, depsitos de combustible lquido, edificios inflamables y arsenales se con-vierten en incontrolables focos de incendios y explosiones que devoran todo a su antojo, sin que haya posibilidad humana de combatirlos.

    Sinergias

    Se llama as a la acumulacin de efectos. Para obtener una idea cabal de su significado slo es necesario releer los puntos anteriores y pensar que todos esos eventos se producen simul-tneamente, potenciando mutuamente sus secuelas y generando nuevas complicaciones.

    Por empezar, los sobrevivientes de la explosin, cubiertos de heridas terribles, no tienen hospitales ni centros de salud en condiciones de auxiliarlos. Para peor, la radiacin destruye las defensas naturales de los seres vivos, por lo que aumenta no-tablemente la cantidad y virulencia de las infecciones que se desencadenan.

    Las ciudades quedan aisladas, sin medios de comunicacin, transporte, ni energa elctrica. Los incendios arden hasta que se consume la ltima astilla.

    El reflujo de la explosin aporta oxgeno fresco a la bola g-nea y la corriente de aire aviva y propaga las llamas. En oca-siones se produce una llamada tormenta de fuego, cuyo nombre basta por s slo para vislumbrar lo que significa y los daos que acarrea.

    Las vctimas que conservan la conciencia o lucidez caen en un lgico estado de depresin y confusin, que los lleva a abando-narse; o de desesperacin, que los arrastra al saqueo y el pillaje. La sociedad se desmiembra, no hay quin active los mecanismos de defensa. La vida se convierte en una carga horrorosa que muy

    El aprendiz de brujo.indd 52 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 53

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    pocos estn en condiciones de sostener. Los valores bsicos se desintegran. Los sobrevivientes asumen que la guerra nunca se termina, y que la muerte es lo mejor que les podra ocurrir.

    Hiroshima y Nagasaki, II

    El 6 de agosto de 1945, a las 7 de la maana, los radares japo-neses detectaron la intrusin de tres aeronaves norteamericanas. Un avin climatolgico (de los pocos que haban quedado de la aviacin japonesa) sobrevol la ciudad en busca de los intrusos, pero al no encontrarlos regres a su base. Se emiti un alerta por radio, pero la mayora de la gente lo ignor. La Fuerza Area norteamericana, en su bsqueda de congraciarse con el pueblo japons, sola arrojar panfletos de advertencia antes de las gran-des incursiones areas. Volantes donde se explicaba a los ciuda-danos cuanto lamentaba Estados Unidos tener que atacarlos; se les peda que buscaran refugio y se les sugera que presionaran a su gobierno para terminar con la guerra. Pero en esta ocasin no hubo aviso previo.

    A las 8 de la maana el bombardero Enola Gay dej caer a Little Boy apuntando al puente sobre el ro Aioi. El viento desvi el artefacto unos 240 metros a travs del cielo claro de la ciu-dad. Y a los 600 metros de altura deton sobre la somnolienta poblacin.

    Reparemos en el testimonio de Bob Caron, artillero y fot-grafo a bordo del Enola Gay:

    Una columna de humo asciende rpidamente. Su centro muestra un terrible color rojo. Todo es pura turbulencia. Es una masa burbujeante gris violcea, con un ncleo rojo. Todo es pura turbulencia. Los incendios se extienden por todas partes como llamas que surgiesen de un enorme lecho de brasas. Comienzo a contar los incendios. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... catorce, quince... es imposible. Son demasiados para poder contarlos. Aqu llega la forma de hongo de la que nos habl el capitn Parsons. Viene hacia aqu. Es como una masa de melaza burbujeante. El hongo se extiende. Puede que tenga mil quinientos o quiz tres mil metros de

    El aprendiz de brujo.indd 53 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 54

    GUSTAVO LENCINA

    anchura y unos ochocientos de altura. Crece ms y ms. Est casi a nuestro nivel y sigue ascendiendo. Es muy negro, pero muestra cierto tinte violceo muy extrao. La base del hongo se parece a una densa niebla atravesada por un lanzallamas. La ciudad debe estar abajo de todo eso. Las llamas y el humo se estn hinchando y se arremolinan alrededor de las estribaciones. Las colinas estn desapareciendo bajo el humo. Todo cuanto veo ahora de la ciudad es el muelle principal y lo que parece ser un campo de aviacin.

    Efectos a largo plazo

    Hasta aqu, hemos mencionado slo las consecuencias inme-diatas de un ataque nuclear. Las derivaciones posteriores se dimensionan al punto de exceder largamente los lmites de la zona agredida. Estamos hablando en trminos de terremotos, invierno nuclear, destruccin de la capa de ozono, radiactividad permanente, lluvia radiactiva global.

    Muchos de los posibles efectos a largo plazo de una confron-tacin nuclear en gran escala entran en el mbito de lo especula-tivo y son materia de debate. Existe toda una tradicin literaria en base a un supuesto mundo posnuclear habitado por seres mutados, obligados a vivir en una especie de regresin prehist-rica en la que se mata y muere por comida, sexo o combustible. Los futurlogos de hoy en da niegan que la situacin pueda lle-gar algn da a ser tan extrema. Pero los tericos del Apocalipsis sealan, no sin razn, que, salvo por el efmero equilibrio del terror logrado por las potencias nucleares, las condiciones que hacen a la contaminacin imparable, irreversible, no han cam-biado en absoluto. Y no sera necesaria una guerra para que todo se descontrolase.

    Las pruebas nucleares se siguen llevando a cabo, el problema de los residuos no tiene solucin y los pases en desarrollo, lejos de colaborar en mantener algn equilibrio global, experimentan con tcnicas rudimentarias que hacen que en el siglo XXI sigan vigentes los terrores de la Guerra Fra.

    El aprendiz de brujo.indd 54 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 55

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    Lo que antes giraba en torno de Estados Unidos-Unin So-vitica, ahora se traslad a Israel-Irn; y a pases perifricos o inestables regmenes teocrticos, que manipulan elementos con los que podran generar catstrofes como las que se sufrie-ron en los albores de la era nuclear.

    Por eso nunca hay que descartar los temores de los pesimistas. Respecto de los terremotos, stos pueden ser provocados por

    las vibraciones resultantes de las pruebas con bombas, normal-mente realizadas en territorios no habitados. Estas explosiones pueden provocar rupturas en las capas geolgicas y desplaza-miento de las placas, con los consiguientes movimientos ssmi-cos acaecidos a corto plazo y con alcance sobre un rea de varios kilmetros, pretendidamente deshabitada. A tal punto esto est tcitamente aceptado que, actualmente, el consenso internacio-nal acepta este tipo de movimientos ssmicos como evidencia de que un pas ha estado llevando a cabo experimentos ilegales.

    De todos los efectos a largo plazo la contaminacin radiac-tiva es probablemente el ms irrefutable. Bsicamente porque todava estn frescos los horribles recuerdos de las secuelas que sta tuvo sobre la tierra, el agua, el aire, sobre la poblacin afectada directamente o sobre aquellos que posteriormente su-frieron en su cuerpo las mutaciones genticas que los ataques produjeron en sus padres y abuelos. Pero tambin porque, en pases que nunca han conocido la guerra, da a da se registran hechos lamentables: poblaciones enteras contaminadas por un complejo minero, enfermedades como el cncer o la leucemia, que recrudecen casualmente en las inmediaciones de las ins-talaciones nucleares; zonas muertas provocadas por accidentes y, sobre todo, polucin urbana (toneladas de bateras en desuso con las que nadie sabe qu hacer, residuos industriales cuya to-xicidad nunca es sincerada, alimentos transgnicos con imprevi-sibles consecuencias...).

    La destruccin de la capa de ozono tambin sera una con-secuencia inevitable en una conflagracin nuclear. Por la inten-sidad de las explosiones y la presencia de xidos de nitrgeno en la atmsfera, la capa se vera drsticamente debilitada, con lo cual el ingreso de radiacin ultravioleta caera sobre los sobre-

    El aprendiz de brujo.indd 55 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 56

    GUSTAVO LENCINA

    vivientes provocando todo tipo de malformaciones, esterilidad, mutaciones y cncer.

    El invierno nuclear parece hecho a la medida de los guionis-tas de cine de anticipacin. La ceniza y el polvo de las explosio-nes se estacionara en las capas altas de la atmsfera producien-do un oscurecimiento del sol y el consiguiente enfriamiento de la superficie terrestre. Tambin influira el exceso de xido de nitrgeno, un gas que a nivel del suelo provoca calentamiento global pero que, en alturas estratosfricas, acta como un reflec-tor de la luz y el calor solares.

    El escenario de un mundo posnuclear sera, efectivamente, un paisaje oscuro, agrisado, de olores acres y un fro insano.

    Desestructuracin de la sociedad

    Slo se registran en la Historia dos ataques nucleares de ndole netamente militar y en el contexto de una guerra. Pero la in-tensidad y potencia del dao han sido tan desproporcionadas en relacin al relativamente pequeo tamao de las ciudades bombardeadas, que no es difcil imaginar lo que sucedera con una sociedad, pas o continente, atacado masivamente con ar-mas nucleares.

    Los sistemas de salud se veran inmediatamente desborda-dos; y es probable que, por relacin directa, tambin colapsara el aprovisionamiento de alimentos. Los sobrevivientes no tar-daran en apelar al saqueo en una sociedad psicolgicamente quebrada. El Estado debera entonces emitir una ley marcial cuya consecuencia sera el enfrentamiento entre las fuerzas ar-madas y la ciudadana que deberan proteger. El transporte y el socorro se veran mermados por el riesgo de contagio. Los sistemas elctricos destruidos sumiran a todo el mundo en la mayor de las incertidumbres provocada por la carencia de comunicacin.

    Y as, paulatinamente, el mundo se parecera a las peores vi-siones pergeadas por la ciencia ficcin.

    El aprendiz de brujo.indd 56 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 57

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    Hiroshima y Nagasaki, III

    En Hiroshima y Nagasaki vivan mujeres, ancianos, trabajado-res, nios, adolescentes, mdicos, artistas. Gente que habitaba casas de madera y papel. Gente que caminaba bajo el sol espe-rando la noticia del fin de la guerra. Una poblacin desnuda y confiada, cuyos pocos sobrevivientes an recuerdan la aparicin de ese avin plateado, que creyeron que era de exploracin me-teorolgica. Una nave brillante de la que se desprendi un pe-queo objeto oscuro que, antes de tocar la tierra, se convirti en un sol incandescente que estall ante sus ojos sin darles tiempo a parpadear.

    El equilibrio del terror

    La cada de las bombas sobre Japn fue el prembulo de una poca cuyo rasgo principal fue un doloroso despertar de la Hu-manidad. La gente supo, por primera vez, que los gobiernos te-nan el poder para herir fatalmente a la naturaleza, y que ese poder no siempre estaba ejercido por el ms honesto ni el ms sensato. Esto gener un miedo colectivo que, de abajo hacia arri-ba (como suele ocurrir con los grandes cambios sociales), propi-ci una suerte de autocontrol generado por el miedo colectivo a la destruccin total.

    Finalizada la Segunda Guerra Mundial, las grandes poten-cias se enfrascaron en una carrera demencial por tener el mayor armamento nuclear. Por un lado, la Unin Sovitica con los pa-ses que adheran al pacto de Varsovia; por el otro, Estados Uni-dos con los pases de la OTAN (Organizacin del Tratado del Atlntico Norte). La escalada de podero de las bombas disea-das por cada bloque fue tal, y de tal vehemencia, que muy pronto las potencias se anularon mutuamente. Cualquiera que tomara la iniciativa de un ataque no podra evitar las consecuencias de una respuesta (tngase en cuenta que en esa poca no estaban tan desarrolladas las comunicaciones satelitales, escudos antimisiles,

    El aprendiz de brujo.indd 57 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 58

    GUSTAVO LENCINA

    etc.). El resultado nunca podra ser otro que la destruccin mu-tua y la consiguiente contaminacin de todo el planeta.

    El mundo temblaba a cada escarceo entre los soviticos y los estadounidenses. Ambas potencias se jactaban de poseer arma-mento para volar el planeta tres o cuatro veces. El punto crtico lleg a principios de la dcada del 60.

    En 1961, la Unin Sovitica llev a cabo la detonacin de la bomba Zar, en teora, capaz de liberar 100 megatones reales, pero reducida a 50 para la prueba, cifra que, de todos modos, marc el rcord de potencia nuclear accionada en un explosivo. La detonacin fue tan bestial que se concluy que su magnitud la haca muy poco prctica para la guerra. Se-mejante potencia slo sera til para atacar mega-ciudades, como Nueva York o Mosc; y las dificultades de traslado del artefacto hacan prcticamente imposible su utilizacin. De todos modos, la exhibicin se llev a cabo con los consiguien-tes daos ambientales.

    Estados Unidos no se qued atrs, y a mayor potencia con-test con ms altura. Esto fue literal. La carrera armamentista se traslad a la estratsfera. El 9 de julio de 1962, los estadouni-denses detonaron una bomba de 1,5 megatones a 400 km sobre el ocano Pacfico. La explosin gener una aurora boreal, en pleno da, sobre las islas Hawaii.

    Los satlites artificiales dejaron de funcionar; un vasto te-rritorio bajo la zona de la explosin se qued sin energa. Por un momento, las potencias temieron haber afectado los llama-dos cinturones de Van Allen, campos de radiacin naturales de la atmsfera. Estados Unidos y la Unin Sovitica se cruzaron acusaciones de haber causado daos irreversibles. Hasta don-de se sabe, no fue as. Pero no mucho tiempo despus, en agos-to de 1963, ambos pases firmaron, junto con muchos ms, el as llamado Tratado de prohibicin de pruebas nucleares en el espacio.

    Claro que hecha la Ley, hecha la trampa.Cada convenio y acuerdo no hace ms que agudizar el inge-

    nio de la maquinaria de guerra para seguir desarrollando arma-mento de manera subrepticia. Cuando las normas internaciona-

    El aprendiz de brujo.indd 58 12/03/2013 10:53:51 p.m.

  • 59

    EL APRENDIZ DE BRUJO

    les limitaron la potencia de las bombas nucleares, la bsqueda de los cientficos se orient hacia la miniaturizacin de las ojivas. Al da de hoy existen, inclusive, proyectiles de mochila.

    Por otra parte (y esto tal vez no fue un riesgo calculado por las naciones pioneras en el uso de este tipo de armamento), pese a los controles, las prohibiciones y hasta las invasiones milita-res por parte de los pases desarrollados, las pequeas potencias blicas (como India, Pakistn, Irn, etc.) se encuentran desarro-llando la tecnologa nuclear ms primitiva.

    Esto significa, ni ms ni menos, que todos los errores pueden repetirse: accidentes, uso indiscriminado y desproporcionado de la fuerza, pruebas areas o subterrneas, negligencia en el manejo de los residuos, etctera

    La nica defensa posible

    No hay mucho que cuestionarse en el uso de energa nuclear para armas de destruccin masiva. Nadie puede dudar acerca del nivel de dao que provocan as como de lo difcil que resulta regularlo. En s mismas no son armas prcticas: son caras, peli-grosas, imprevisibles; su uso es universalmente condenado, pero son tan bestialmente efectivas que no hay pas que no quiera poseerlas. Sobre todo entre los ms poderosos, los que ms ene-migos tienen.

    En la actualidad, sin embargo, hay algunos indicios de cambio. Despus de los accidentes de Chernbil y Fukushima, varios

    pases grandes han tomado nota de que en cualquier momento una catstrofe podra provocar bajas masivas, con el consiguien-te perjuicio poltico y econmico. Hubo comentarios acerca de cerrar las plantas de en