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el escØptico La revista para el fomento de la razón y la ciencia Publicación trimestral - Nœmero 6 (Otoæo 1999) ¿Se acaba el milenio? Una interpretación mecanocuántica de la homeopatía Una interpretación mecanocuántica de la homeopatía El estudio científico de la mente El estudio científico de la mente Edita ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico PVP: 5,4 euros/900 Pts. El trasfondo cultural de las abducciones El trasfondo cultural de las abducciones

El Escéptico n. 6 · 2016. 6. 7. · tanes. Los primeros, como indica Martin Gardner, creen en lo que mantienen y los segundos no; “pero eso no impide que una persona pueda ser

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Page 1: El Escéptico n. 6 · 2016. 6. 7. · tanes. Los primeros, como indica Martin Gardner, creen en lo que mantienen y los segundos no; “pero eso no impide que una persona pueda ser

elescépticoLa revista para el fomento de la razón y la ciencia

Publicación trimestral - Número 6 (Otoño 1999)

¿Se acaba el milenio?

Una interpretaciónmecanocuántica de la homeopatía

Una interpretaciónmecanocuántica de la homeopatía

El estudio científico de

la mente

El estudio científico de

la mente

Edita ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico PVP: 5,4 euros/900 Pts.

El trasfondo cultural de las abducciones

El trasfondo cultural de las abducciones

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elescéptico ®

La revista para el fomento de la razón y la ciencia

DDIIRREECCCCIIÓÓNNLuis Alfonso Gámez

Carlos Tellería

SSUUBBDDIIRREECCCCIIÓÓNNJosé María Bello

CCOONNSSEEJJOO EEDDIITTOORRIIAALLFélix Ares de BlasJavier E. ArmentiaErnesto J. Carmena

Adela G. EspeltaAlfonso López BorgoñozSergio López Borgoñoz

Borja MarcosVíctor R. RuizVictoria ToroJosé J. Uriarte

SSEECCCCIIOONNEESSDesde el sillón, Fernando Peregrín

El circo paranormal, Víctor R. RuizGuía digital, Ernesto J. Carmena

DDOOCCUUMMEENNTTAACCIIÓÓNNEduardo Giménez

CCOOOORRDDIINNAADDOORR DDEE TTRRAADDUUCCCCIIOONNEESSPedro Luis Gómez barrondo

PPRROODDUUCCCCIIÓÓNN YY DDIISSTTRRIIBBUUCCIIÓÓNNCarlos Tellería

SSUUSSCCRRIIPPCCIIOONNEESSAlfonso López Borgoñoz

DDIISSEEÑÑOO DDEE ‘‘WWEEBB’’Carlos Ungil

EEDDIITTAAARP - Sociedad para el Avance del

Pensamiento Crítico

IIMMPPRRIIMMEEGráficas Lema. c/ Tiermas, 2. Zaragoza

DDEEPPÓÓSSIITTOO LLEEGGAALLZ-1947-1998

IISSSSNN1139-938X

Toda información sobre ARP - Sociedad para el Avance delPensamiento Crítico o esta revista, colaboraciones o recensio-nes, petición de números atrasados, suscripciones y consultas,debe dirigirse al Apartado de Correos 310, 08860 Castelldefels(Barcelona); o a la dirección de correo electró[email protected].

AARRPP -- SSoocciieeddaadd ppaarraa eell AAvvaannccee ddeellPPeennssaammiieennttoo CCrrííttiiccoo

PPRREESSIIDDEENNTTEEJJaavviieerr EE.. AArrmmeennttiiaa

Astrofísico, director del Planetario de Pamplona

VVIICCEEPPRREESSIIDDEENNTTEEFFéélliixx AArreess

Informático, director de Miramon Kutxaespacio de la Ciencia

DDIIRREECCTTOORRAA EEJJEECCUUTTIIVVAAAAddeellaa GG.. EEssppeellttaa

SSEECCRREETTAARRIIOOTToonnii CCaannttóó

TTEESSOORREERROOFFeerrrraann TTaarrrraassaa

AASSEESSOORR JJUURRÍÍDDIICCOOFFeerrnnaannddoo LL.. FFrrííaass

RREELLAACCIIÓÓNN PPAARRCCIIAALL DDEE SSOOCCIIOOSS

MMiigguueell ÁÁnnggeell AAllmmooddóóvvaarr (Periodista científico); DDaavviiddAAllvvaarrggoonnzzáálleezz (Filósofo, Universidad de Oviedo); JJoossééMMaarrííaa BBeelllloo (Arqueólogo, director del Museo Arqueo-lógico e Histórico de La Coruña); HHeennrrii BBrroocchh (Físico,Universidad de Niza); GGuussttaavvoo BBuueennoo (Filósofo, Univer-sidad de Oviedo); MMaarriioo BBuunnggee (Filósofo, UniversidadMcGill); PPeeddrroo CCaabbaa (Médico, ex vicepresidente de laOrganización Mundial de la Salud); AAnnttoonniioo CCaallvvoo RRooyy(Periodista, Consejo de Seguridad Nuclear); VViiccttoorriiaaCCaammppss (Filósofa, Universidad de Barcelona);IIggnnaacciiooFFeerrnnáánnddeezz BBaayyoo (Periodista científico); PPaauull KKuurrttzz (Fi-lósofo, Universidad de Nueva York); AAllffoonnssoo LLóóppeezzBBoorrggooññoozz (Arqueólogo, director de la revista Universo);SSeerrggiioo LLóóppeezz BBoorrggooññoozz (Gerente de Antares Producciói Distribució SL); EEuussttooqquuiioo MMoolliinnaa (Paleontólogo, Uni-versidad de Zaragoza); RRaammóónn NNúúññeezz (Director de laCasa de las Ciencias de La Coruña); EErrnneessttoo PPáárraammoo(Director del Parque de las Ciencias de Granada); XXaabbiieerrPPeerreeddaa SSuubbeerrbbiioollaa (Paleontólogo, Universidad del PaísVasco); JJaammeess RRaannddii (Ilusionista y divulgador científico);AAnnddrrééss SSaannjjuuáánn (Biólogo, Universidad de Vigo); FFeerr--nnaannddoo SSaavvaatteerr (Filósofo, Universidad Complutense deMadrid); MMaannuueell TToohhaarriiaa (Periodista científico, directordel Museo de la Ciencia Principe Felipe de Valencia); VViicc--ttoorriiaa TToorroo (Periodista científica); AAllbbeerrttoo VViirrttoo (Físico,Universidad de Zaragoza).

EELL EESSCCÉÉPPTTIICCOO mantiene intercambio expreso de con-tenidos con otras publicaciones. Fuera de este margen,queda prohibida la reproducción total o parcial de conte-nidos sin previa autorización de la dirección de la revista.

EELL EESSCCÉÉPPTTIICCOO no se identifica necesariamente con lasopiniones de los artículos firmados, que pertenecen a la ex-clusiva responsabilidad de los autores.

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ARP en Internet: http://come.to/arp

lNFORME ESPECIAL

Nada predispuestos ............. 20El trasfondo cultural de los informes deabducciones.

MARTIN KOTTEMEYER

El hombre que moldeóun sueño americano .................. 29

Budd Hopkins ha sido el principal agentetransmisor de la contagiosa “enfermedad” de lasabducciones en Estados Unidos desde finales delos años 70.

LUIS R. GONZÁLEZ MANSO

ARTÍCULOS

¿Se acaba el milenio? ...........10Con el inicio del año 2000, no podremoscelebrar la entrada en un milenio: sólo habránpasado 1999 años desde el comienzo de nuestraera.

FERRAN TARRASA

Interpretación mecanocuánticade la homeopatía ................................15

La mecánica cuántica es el único modo deentender el fundamento físico de la medicinahomeopática.

MICHAEL H. F. WILKINSON

Las hadas recortablesque sedujeron a Arthur Conan Doyle .................... 37

El creador de Sherlock Holmes, un fervienteespiritista, llegó a creer que los míticos seres delbosque existían, que eran “formas de vida que sehan desarrollado por una línea de evolucióndiferente”.

FERNANDO L. FRÍAS

El estudio científicode la mente ................................................................ 51

Desde que surgió la ciencia cognitiva hace unos40 años hasta la actualidad, hemos aprendido másdel funcionamiento de nuestra mente quedurante el resto de la historia del conocimiento.

CARLOS J. ÁLVAREZ GONZÁLEZ

SECCIONES

Editorial .................................................................................................... 4Argumentos y carcajadas.

Primer Contacto .......................................................................5Los jóvenes españoles son menos crédulos queen 1994, pero un 41% tiene fe en la astrología;El Gobierno de Navarra, contra los “productosmilagro”; Alemania acoge el primer centroeuropeo para la investigación escéptica; JoeNickell investiga los misterios de Canadá;Sesiones escépticas en el Ateneo de La Laguna;Un ovni gallego llega a una publicacióncientífica.

Cuaderno de Bitácora ...........................................19Cosas que pasan.

El Circo Paranormal.....................................................43¿Heredamos el fuego de unos dinosauriosinteligentes?; Fontbrune vuelve a anunciar lamuerte del Papa.

Guía Digital ..................................................................................48Paraciencias al día; La Sábana de Turín.

Desde el Sillón ......................................................................60Espíritus en el banquillo; ¿Aristóteles estabaequivocado?

Correo del Lector ............................................................63La polémica de Orce; Sexismo; Religión yescepticismo.

PORTADAIlustración de la revista “Amazing Stories” (1935) enla que una pareja humana es secuestrada poralienígenas

Sumario

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4(Otoño 1999) el escéptico

Editorial

Una sola Blavatsky nos revela, acerca de la raza hu-mana, mucho más de lo que podría revelarnos unarecua de psicólogos. Sus obras prueban rotunda-mente que, incluso en medio de lo que parece ser la

civilización, el hombre de Neanderthal sigue estando entrenosotros”, escribía en 1931 Henry Louis Mencken. Si esteácido periodista estadounidense, azote de charlatanes y de lasociedad bienpensante, levantara la cabeza en la España de finde siglo, se daría cuenta de que se quedó corto cuando dijo, se-guro que compasivamente, que “el verdadero encanto de Es-tados Unidos consiste en que es el único país cómico del quese tiene noticia”. Basta ver cualquier debate televisivo, el es-pacio que ocupan en las estanterías de los grandes almaceneslos libros dedicados a la falsa ciencia o cómo el 90% de los me-dios de comunicación nos ha vendido el final de un milenioque nos volverá a vender en diciembre de este año, para com-probar que la comicidad patética no tiene fronteras. Pero,como en todo, en la sinrazón también hay grados.

Conviene, por un lado, diferenciar a chiflados y charla-tanes. Los primeros, como indica Martin Gardner, creen en loque mantienen y los segundos no; “pero eso no impide queuna persona pueda ser ambas cosas”.Por otro lado, el nivel del discursopseudocientífico oscila entre la chá-chara sinsentido y semianalfabeta quehabla de “cambio de polaridad de lospolos” o de que el Rey “claudicará ensu hijo” y las más arteras argumenta-ciones que deforman una realidad,que la mayoría del público ignora,para adaptarla a las necesidades del mercado. Este último es elcaso de las publicaciones y los programas especializados. Elabanico es, por lo tanto, muy amplio y el discurso escépticotiene que saber adaptarse a las necesidades de cada momentoy medio. Es necesario –lo practicamos en EL ESCÉPTICO ylo seguiremos practicando– desmontar con argumentos sóli-dos las patrañas más sofisticadas y ahondar en el porqué de suauge y en sus orígenes, tal como hacemos en este mismo nú-mero respecto a las abducciones. Sin embargo, quedarse sóloen ese nivel discursivo puede resultar, a veces, contraprodu-cente.

Si, en un programa televisivo al uso, uno da únicamenteargumentos racionales cuando tiene enfrente a ese tipo de es-tafadores que hace su agosto leyendo a la gente el porvenir, nohace falta ser adivino para vaticinar que puede llevar las deperder. Los videntes rara vez entran al trapo del debate sobrelos fundamentos de sus prácticas porque se trata, en la mayo-ría de los casos, de sujetos incapaces de elaborar un discursomínimamente coherente y, por si eso fuera poco, es su nego-cio lo que está en juego. Al igual que otros pseudocientíficos,suelen preferir remitirse a lo que ellos consideran pruebas de

su verdad, evidencias que el escéptico casinunca puede contrastar ante las cámaras o losmicrófonos en tiempo real. ¿Qué hacer enton-ces? ¿Qué margen de maniobra queda ante undiscurso disparatado que no se puede rebatircon argumentos porque desconocemos el gradode certeza de lo que mantiene la otra parte?Amén de apuntar ese desconocimiento, la iro-nía es una magnífica salida a este tipo de situa-ciones.

El humor y la pseudociencia son incompa-tibles. No hay nada que indigne tanto a uncharlatán como las risas del público. De ahíque, cuando el disparate es mayúsculo o in-comprobable, la ironía sea un medio magníficopara sacar a relucir lo intrinsecamente estú-pido, las contradicciones e imbecilidades en lasque incurren habitualmente los negociantes delo paranormal. A mediados de diciembre, unadivino –así se presenta– se lamentaba en la te-levisión pública vasca de haber llegado tarde a

un programa debido alcaos reinante en Bara-jas. Con buen tino, unescéptico ironizó pre-guntándose qué tipo defuturólogo era si no ha-bía previsto eso, y el pú-blico estalló en carcaja-das. Es sólo un ejemplo,

pero significativo de que, sin entrar en profun-didades que en ocasiones ni comprende el otrointerlocutor, puede ponerse en evidencia lairracionalidad más brutal.

Obviamente, si el discurso pseudocientí-fico es más profundo o más peligroso –como esel caso de las medicinas alternativas– que decirque ya se predijo cualquier cosa sobre Rociíto oIsabel Preyler, que asegurar que el transistor sedebe a tecnología extraterrestre o que mante-ner que el consumo de nueces es bueno para lamemoria porque su forma asemeja la del cere-bro, la respuesta ha de ser más elaborada. Pero,también en este escenario, la ironía es algo quesiempre hay que tener presente y que puedeservir para ofrecer, por ejemplo, una explicaciónde la homeopatía desde el punto de vista de lamecánica cuántica. La pseudociencia se toma,en general, muy en serio a sí misma, y ése esprecisamente un punto flaco que el escepti-cismo científico no puede pasar por alto.

Es necesario desmontarcon argumentos sólidos laspatrañas más sofisticadas,

y ahondar en el porquéde su auge y en sus orígenes

Argumentos y carcajadas

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El 41% de los jóvenes es-pañoles cree en la astro-logía y el horóscopo, el33% en la posibilidad depredecir el futuro, el 29%en los sanadores espiri-tuales y el 20% en queexisten personas capacesde comunicarse con elmás allá, según revela elestudio Jóvenes españoles99, realizado por la Fun-dación Santa María bajola dirección del sociólogoJavier Elzo1. El informe, que se hahecho a partir de 3.850 entrevistaspersonales a jóvenes entre 15 y 24años, abarca toda España, exceptoCeuta y Melilla, pero los datos re-ferentes a Aragón, Asturias, Balea-res, Cantabria, Extremadura, laRioja, Murcia y Navarra se refierena submuestras que rondan los cienindividuos, por lo que los autoresconsideran que hay que mirarloscomo “datos tendenciales y congrandes márgenes de error”.

La elevada credulidad de la ju-ventud española respecto a las cua-tro afirmaciones de lo paranormalobjeto de cuestión es, sin embargo,menor que la que se manifestabaen 1994, como puede apreciarse enla Tabla 1, sobre todo en lo que serefiere a los sanadores y los mé-diums. “Los jóvenes españoles-apuntan los autores- hoy tienenun nivel de estudios superior al decualquier otra generación juvenil,y viven y respiran probablementeel ambiente más secularizado y ra-cionalista que a ninguna otra gene-ración le tocó en suerte, buena omala, respirar. ¿Cómo se explica,entonces, que casi una terceraparte de estos jóvenes haya desple-gado a toda vela su credulidad?”.

Los investigadores destacan laparadójica capacidad de algunas deestas creencias paranormales a lahora de disfrazarse de ciencia y de

vanguardia del conocimiento, asícomo el atractivo que conlleva quese centren en aspectos trascenden-tes ajenos a la ciencia, para con-cluir con una sentencia más quediscutible: “En este sentido, el re-

descubrimiento de estas prácticas yestos saberes, que se proclamancontinuadores de la racionalidadcientífica, es un hijo fiel de la secu-larización”. Un parecer totalmentesubjetivo, que ya hemos leído en

PORCENTAJE DE JÓVENES QUE CREE QUE PUEDE HABER ALGO DE VERDADERO EN DETERMINADOS MEDIOS PARA RESOLVER CIERTOS PROBLEMAS

11999944 11999999Horóscopo y astrología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 41

Predicción del futuro (manos, cartas, tarot) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 33

Recurrir a personas que curan gracias a sumagnetismo o poderes especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 29

Recurrir a personas con poderes especiales para comunicarse con el más allá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 20

Primer Contacto

Los jóvenes españoles son menos crédulos queen 1994, pero un 41% tiene fe en la astrología

(Otoño 1999) el escéptico5

TTOOTTAALL 4411 3322,,88 2288,,99 1199,,55

SSeexxooHombre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30,1 . . . . . . . . . . . . . 52,6 . . . . . . . . . . . . . . 21,9 . . . . . . . . . . . . . 44,1Mujer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24,2 . . . . . . . . . . . . . 33,8 . . . . . . . . . . . . . 16,5 . . . . . . . . . . . . . 22,6

EEddaadd15-17 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45,4 . . . . . . . . . . . . . 42,1 . . . . . . . . . . . . . 36,9 . . . . . . . . . . . . . 34,518-20 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33,8 . . . . . . . . . . . . . 30,6 . . . . . . . . . . . . . 30,0 . . . . . . . . . . . . . 27,321-24 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32,4 . . . . . . . . . . . . . 21,3 . . . . . . . . . . . . . 18,7 . . . . . . . . . . . . . 18,7

EEssttuuddiiooss eenn ccuurrssooESO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45,3 . . . . . . . . . . . . . 42,9 . . . . . . . . . . . . . 45,2 . . . . . . . . . . . . . 31,6Bachillerato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31,3 . . . . . . . . . . . . . 34,7 . . . . . . . . . . . . . 33,2 . . . . . . . . . . . . . 36,3FP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25,0 . . . . . . . . . . . . . 28,0 . . . . . . . . . . . . . 30,0 . . . . . . . . . . . . . 27,31er ciclo universitario . . . . . . . . . . . . . . . . 32,4 . . . . . . . . . . . . . 22,7 . . . . . . . . . . . . . 21,2 . . . . . . . . . . . . . 22,32º ciclo universitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17,9 . . . . . . . . . . . . . 22,5 . . . . . . . . . . . . . 13,7 . . . . . . . . . . . . . 15,6

RReelliiggiioossiiddaaddCatólico practicante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44,5 . . . . . . . . . . . . . 44,9 . . . . . . . . . . . . . 45,3 . . . . . . . . . . . . . 35,4Católico no muy practicante . 29,3 . . . . . . . . . . . . . 31,5 . . . . . . . . . . . . . 35,9 . . . . . . . . . . . . . 36,6Católico no practicante . . . . . . . . . . . . 27,8 . . . . . . . . . . . . . 26,4 . . . . . . . . . . . . . 31,3 . . . . . . . . . . . . . 30,1Indiferente/agnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . 31,7 . . . . . . . . . . . . . 26,8 . . . . . . . . . . . . . 19,5 . . . . . . . . . . . . . 19,1Ateo/no creyente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20,0 . . . . . . . . . . . . . 21,4 . . . . . . . . . . . . . 18,6 . . . . . . . . . . . . . 14,3

CCoommuunniiddaadd aauuttóónnoommaaAndalucía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38,9 . . . . . . . . . . . . . 50,6 . . . . . . . . . . . . . 28,2 . . . . . . . . . . . . . 45,1Canarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43,3 . . . . . . . . . . . . . 37,2 . . . . . . . . . . . . . 45,6 . . . . . . . . . . . . . 43,7Castilla-León . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26,2 . . . . . . . . . . . . . 33,8 . . . . . . . . . . . . . 22,2 . . . . . . . . . . . . . 39,7Cataluña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33,6 . . . . . . . . . . . . . 33,8 . . . . . . . . . . . . . 38,8 . . . . . . . . . . . . . 37,6Comunidad Valenciana . . . . . . . . . . . . 23,7 . . . . . . . . . . . . . 24,4 . . . . . . . . . . . . . 19,9 . . . . . . . . . . . . . 36,4Galicia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28,9 . . . . . . . . . . . . . 22,6 . . . . . . . . . . . . . 28,9 . . . . . . . . . . . . . 38,1Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15,6 . . . . . . . . . . . . . 19,4 . . . . . . . . . . . . . 13,0 . . . . . . . . . . . . . 32,8País Vasco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15,8 . . . . . . . . . . . . . 18,4 . . . . . . . . . . . . . 18,6 . . . . . . . . . . . . . 31,5

Horóscopos yastrología

Prediccióndel futuro

Personas quecuran gracias asu magnetismo

Personas capacesde contactar con

el más allá

PORCENTAJES DE CREENCIASENTRE JÓVENES SEGÚN

DIVERSOS CRITERIOS

TTAABBLLAA 11

TTAABBLLAA 22

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6(Otoño 1999) el escéptico

otras ocasiones en autores cristia-nos para explicar el auge del eso-terismo en nuestra sociedad, quesólo cabe interpretar como un jui-cio negativo de la secularizaciónpropio de intelectuales católicos yque choca con la evidencia deque, cuanto más católicos, los jó-venes son más propensos a la cre-dulidad, tal como se recoge en laTabla 2.

La credulidad a estas edades,por otra parte, es bastante mayoren la mujer que en el hombre, dis-minuye con la edad y, sobre todo,con la formación. Resulta signifi-cativo comprobar que las entrevis-tas confirman lo intuido por mu-chos autores: que, a mayor educa-ción, mayor escepticismo, y que lacreencia cristiana, lejos de inmu-nizar contra la credulidad, con-lleva una mayor propensión a ella.“Los jóvenes que no creen o queponen entre paréntesis sus creen-cias (indiferentes) son también losmenos abiertos a estas credulida-des”, apuntan los autores, que des-tacan en sus conclusiones que “losjóvenes de izquierdas y ateos, indi-ferentes o agnósticos creen menosque los anteriores [los de derechasy católicos] en todo tipo de creen-cias, pero, entre ellos, hay una ma-yor presencia relativa de las creen-cias no católicas”. Este último peroresulta bastante lógico: en un sec-tor que no profesa el catolicismo,es de esperar que el peso relativode otras creencias sea mayor que eldel credo cristiano.

Curiosamente, hay otra creen-cia esotérica sobre la que los in-vestigadores preguntaron a los en-trevistados, pero incluyéndoladentro del mismo paquete quedogmas propios del catolicimo, ta-les como la creencia en Dios, en lavida después de la muerte, en elInfierno, en el Cielo, en el pecadoy en la resurrección de los muer-tos. Se trata de la reencarnación,ante la cual la credulidad de los jó-venes cristianos vuelve a ser muysuperior que la de aquellos agnós-ticos y ateos. Así, cree en la reen-carnación el 27,1% de los jóvenes,

pero ese porcentaje se disparahasta el 40% entre los católicospracticantes; hasta el 33,8% entrelos católicos no muy practicantesy hasta el 28,2% en los católicosno practicantes. En el otro lado dela balanza, sólo mantiene esta cre-encia un ínfimo 11,5% de losateos y un 18% de los agnósticos.“Los que estudian FP, son de clasesocial baja y trabajan o están enparo, luego (excluyendo a los estu-diantes) son los que en más altogrado creen en la reencarnación,indicador del espacio sociológicoen el que esta modalidad de creen-cia (fundamentalmente medioam-biental y esotérica, sino exótica)ha penetrado más extensamente”.

El informe dedica, además, unapartado a los denominados nue-vos movimientos religiosos, en el quequeda claro que buena parte de laindefensión de los jóvenes ante lassectas destructivas es fruto de laignorancia. “Los jóvenes españo-les no conocen demasiado las sec-tas. De la lista que se les propusosobre movimientos religiosos, unagran mayoría conocía a los Testi-gos de Jehová, casi la mitad aMormones y a los Hare Krisna(maestros en publicidad) y menosdel 20% a los restantes”. Por ejem-plo, grupos como Cienciología,Nueva Acrópolis o Moon sólo sonconocidos para el 17,6%, el 13,2%y el 8% de nuestros jóvenes, másde la mitad de los cuales consideraque las dos primeras sectas son“puro negocio”. El 40% opina lomismo respecto a monnies y el36,3% con referencia a los Testi-gos de Jehová.

A pesar de que los juicios devalor de los autores parecen en al-gunos casos dirigidos a culpar a lasecularización de nuestra sociedaddel auge de las creencias paranor-males, como ya hemos dicho, esteestudio deja bien claro que el sec-tor más crédulo de la juventud es-pañola es el católico y que, si hayun arma efectiva contra la creduli-dad, ésa es la educación. Es decir,que en la escuela, el instituto y launiversidad se pueden poner las

bases de una sociedad más racio-nalista y menos dada al pensa-miento mágico, sea del signo quesea, porque, a mayor bagaje educa-tivo, también hay menor creenciaen los dogmas cristianos.

LUIS ALFONSO GÁMEZ

1 Elzo, Javier; y otros [1999]: Jóvenes españo-les 99. Edita Fundación Santa María. Ma-drid. 492 páginas.

El Gobiernode Navarra,contra los‘productosmilagro’

Los periódicos y agencias deprensa navarras se hacían eco, elpasado 23 de octubre de 1999, deuna noticia del Departamento deSalud del Gobierno autónomo,dando cuenta de las actuacionesllevadas a cabo por este departa-mento en torno a los llamadosproductos milagro. Se comentabaque un total de 288 productos, co-rrespondientes a once marcas di-ferentes, habían sido retirados delmercado por incumplir las norma-tivas relativas a publicidad o lasautorizaciones sanitarias perti-nentes.

Según la información propor-cionada, parte de las actuacionesse habían realizado sobre produc-tos comercializados al amparo dela calificación de complementosdietéticos y otras correspondían aproductos encuadrados en el apar-tado de medicamentos, donde lascompetencias las llevan los orga-nismos estatales correspondien-tes.

¿Qué se ha prohibido? La notade prensa no menciona nombres ycompañías -cabe esperar que enpró ximas ocasiones se den a co-nocer los datos de los infractores,sirva siquiera como ejemplo de lo

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(Otoño 1999) el escéptico7

que sucede en nuestro país-, perose mencionaban compañías quecomercializaban productos natu-rales que realmente incluían ex-tractos de glándulas animales.Algo que las normativas europeasprohíben expresamente.

En otra ocasión, una compañíahablaba de fórmulas magistraleschinas, reenvasadas en un alma-cén que no contaba con autoriza-ción alguna para tal actividad, nimínimas condiciones sanitarias ohigiénicas. Otros casos demostra-ron contaminación de tales pro-ductos naturales por metales pesa-dos como el arsénico, es decir, ca-paces de producir envenenamien-tos a los consumidores.

No sólo eso. Unos supositoriosintervenidos prometían curacio-nes de dolores óseos o del sistemacirculatorio, pero contenían sueroequino, con un demostrado riesgode hipersensibilidad sistémica,aparte de su ilegalidad en el enva-sado, etiquetado, etcétera. Y habíatambién casos en los que la mara-villa prometida venía de megado-sis de vitaminas, con un ampliohistorial de contraindicaciones,que, a pesar de todo, se anuncia-ban libremente en los medios decomunicación.

El Gobierno de Navarra nosólo ha actuado contra las empre-sas promotoras y los naturistas im-plicados, sino también contra losmedios de comunicación que in-cluían espacios publicitarios lau-datorios de los mismos. Desdefuentes del Departamento de Sa-lud se comenta que precisamenteesa impunidad publicitaria pro-voca muchos de los problemas quegeneran estos productos; pero losmedios no se sienten responsablespor la calidad de ese tipo de publi-cidad, que emplean -principal-mente las emisoras de radio- comofuente de financiación.

Por lo que se ha podido saberen la redacción de EL ESCÉP-TICO, este tipo de medidas se estállevando a cabo desde otras insti-tuciones con competencias en te-mas sanitarios, lo que es sin duda

encomiable. Sin embargo, aunquehemos de aplaudir estas iniciati-vas, tenemos que pedir que se re-doblen esfuerzos para acabar conla impunidad de que disfrustanmuchos de estos productos mila-gro y, sobre todo, que se llegue aconocer a los infractores connombres y apellidos. La mejor ma-nera de parar un negocio tan evi-dentemente fraudulento comoéste es precisamente descubrir aquienes delinquen, especialmentecuando se amparan en una legisla-ción demasiado benevolente a ve-ces o en la impunidad de activida-des comerciales que, con grandesbeneficios, pueden aparecer y des-aparecer como los ojos del Gua-diana.

JAVIER E. ARMENTIA

Alemania acogeel primer centroeuropeo para lainvestigación escéptica

El primer centro europeo para la in-vestigación escéptica ha abierto suspuertas en Rossdorf, a 30 kilóme-tros al sur de Frankfort. A pesar detratarse de una iniciativa de la ale-mana Sociedad para la Investiga-ción de la Paraciencia (GWUP), elCentro para la Investigación deRossdorf tiene como ámbito de ac-ción todo el viejo continente, yaque cuenta con el apoyo del Con-sejo Europeo de Organizaciones Es-cépticas (ECSO), según un acuerdotomado durante el último Con-greso Escéptico Europeo celebradoen Maastricht en septiembre.

La nueva institución científica,que está dirigida por el profesorMartin Mahner y fue inaugurada el20 de septiembre, tiene como prin-cipal objetivo convertirse en uncentro de documentación sobre laciencia y la pseudociencia. En no-viembre, dos meses después de su

apertura, la entidad contaba con unfondo bibliográfico de más de 400volúmenes: recibe la mayoría de lasrevistas escépticas y en sus estante-rías ya hay un lugar ocupado por ELESCÉPTICO. Además de biblio-grafía escéptica, el Centro para laInvestigación recopila literaturapseudocientífica y libros y publica-ciones generales sobre ciencia. Susresponsables trabajan en estos mo-mentos en la elaboración de unabase de datos, con artículos de re-vistas y monografías, que próxima-mente estará disponible a través deInternet en las páginas de la organi-zación alemana.(http://www.gwup.org)

Los objetivos del centro com-prenden, asimismo, la confecciónde una lista de expertos escépticosen los diferentes campos del cono-cimiento, para poder atender lasconsultas tanto del público comode los medios de comunicación, yla celebración de cursos sobre pen-samiento crítico y conferencias so-bre temas concretos.

El profesor Mahner ha manifes-tado a esta revista la convenienciade que se aporten fondos bibliográ-ficos de orientación escéptica a lainstitución y ha invitado a los so-cios de ARP, como asociación inte-grada en el ECSO, a que hagan usode esta nueva fuente de documen-tación que pronto se convertirá enun centro de referencia del escepti-cismo europeo.

Quien desee más informaciónpuede dirigirse al:

Zentrum für Wissenschaft undkritisches DenkenCenter for Inquiry.

Prof. Martin MahnerArheilger Weg 11

D- 64380 Rossdorf, GermanyTeléfono: 49 6154 695023 - Fax:

49 6154 695022Correo electrónico:[email protected] o

[email protected]ón en Internet:http://www.gwup.org

JOSÉ LUIS CEBOLLADA

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8(Otoño 1999) el escéptico

Joe Nickell investiga losmisterios de Canadá

El renombrado investigador es-céptico Joe Nickell se aventuróhacia las regiones marítimas delnorte de Canadá en el verano de1999 y regresó con la resoluciónde algunos misterios relativos amonstruos marinos, anfibios gi-gantes, barcos fantasma y espe-luznantes catedrales. La sinopsis,caso por caso, de las investigacio-nes de Nickell apareció en su co-lumna “Investigative Files” delnúmero de The Skeptical Inquirercorrespondiente a enero/febrerode este año. En Nes Brunswick,Nickell investigó el monstruo dellago Utopía, la supuesta posesiónfantasmal de la catedral de laIglesia de Cristo de Fredericton,la rana gigante de Coleman y laColina Magnética de Moncton;y, en Nueva Escocia, el fenó-meno de la Luz del Crepúsculo ylas inscripciones de la Piedra deYarmouth.

Nickell se adentró en el lagoUtopía a bordo de una moto deagua y con una cámara de ví-deo. Sin embargo, como el es-cribe, “A pesar de mis esfuer-zos... la criatura imaginada notuvo la cortesía de aparecer, ha-ciendo mi filmación muy solita-ria”. En su columna, Nickellhace notar que un lago de lasdimensiones del Utopía es deun tamaño insuficiente comopara proveer de la suficiente co-mida a la manada de leviatáni-cos monstruos marinos necesa-ria para la perpetuación de laespecie. El investigadoreapunta, además, que fenómenoscorrientes, como troncos flo-tando, salmones, esturiones yciervos entre otras cosas, pue-den ser confundidos con unmonstruo. Otra afirmación so-bre el lago Utopía investigada

por Nickell se refiere a la ranade Coleman, una rana toro deunos 10 kilos de peso expuestaen la Sociedad Histórica deYork Sunbury, en Fredericton.Sospechando de su autentici-dad, Nickell escribe que él “flir-teó con esta posibilidad en losarchivos del museo”, donde des-cubrió documentos históricosaludiendo a la “gran y posible-mente disecada rana” y sobreuna “duplicación artificial utili-zada con fines publicitarios...”

La siguiente parada de Nic-kell fue la catedral de la Iglesiade Cristo de Fredericton, por laque se afirma que todavía rondala esposa del primer obispo.Como Nickell indica, “la popu-laridad de las sospechas sobrefantasmas es más que suficientepara crear una atmósfera espec-tral y, asimismo, un aire de pose-sión”... Él cree que este efecto esmás que suficiente para desatarla más apagada de las imagina-ciones.

Al Este de New Brunswick,cerca de Moncton, visitó la Co-lina Magnética, una de las prin-cipales atracciones turísticas deCanadá. Desde el siglo XIX, va-rios observadores han aseguradoque vagones o vehículos situadosen la aparente cuesta arriba de lacolina son mágica o magnética-mente empujados hacia la cima.Hoy en día, se invita a los excur-sionistas a conducir cuestaarriba, dejar el vehículo enpunto muerto y tener la expe-riencia de caer hacia arriba de lacolina. Caminando por la cuestacon un nivel de carpintero demas de 1,20 metros, Nickell en-contró que el efecto de la colinano es magnético, sino óptico.Gracias a una suave curvatura dela carretera y ayudados por losárboles de ambos extremos de lacolina que ocultan el horizonte,los coches simplemente vancuesta abajo durante una por-ción de la carretera y la inerciales empuja hacia arriba en otrotramo.

Nickell estuvo también enNueva Escocia, donde hizo unainvestigación vespertina sobre lamisteriosa Luz del Crepúsculo,una reputada aparición de unbarco corsario en llamas que fuehundido en 1813. En su columna,apunta que no le sorprende que laLuz del Crepúsculo no apareciese,considerando que la última vezque se tuvo noticias de ella fue en1935. En su investigación histó-rica de este fenómeno, teorizaque las pasadas visiones de la apa-rición fueron causadas por el ar-diente efecto del reflejo de laLuna poniéndose sobre el océ-ano. En el museo del condado deYarmouth, Nickell examinó laPiedra de Yarmouth, un canto ro-dado de 185 kilos de peso que hasido traducido en varias ocasio-nes como inscripciones rúnicasde los primitivos exploradores es-candinavos, japoneses, griegos,húngaros o vascos. Tras analizarla piedra y la evidencia histórica,concluyó que el artefacto es segu-ramente un timo.

Antiguo mago, detective pri-vado y examinador de documen-tos internacionalmente consul-tado, Nickell es autor de quincelibros de investigación de lo pa-ranormal incluyendo Crimescience, Secrets of the superna-tural, Entities, Camera clues eInquest on the shroud of Turin.Miembro del Comité para la In-vestigación Científica de los Su-puestos Hechos Paranormales(CSICOP) y columnista de in-vestigación de The Skeptical In-quirer, es doctor en LiteraturaInglesa por la Universidad deKentucky, especializado en in-vestigación literaria. Como re-sultado de sus investigaciones,ha aparecido en docenas de pro-gramas de noticias incluyendoDateline NBC, ABC 20/20,CBS’ 48 Hours y Larry King Live,de la CNN.

SKEPTICAL INQUIRER

ELECTRONIC DIGEST

Versión española de

JAVIER MARÍ

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(Otoño 1999) el escéptico9

Sesionesescépticasen el Ateneode La Laguna

Entre las múltiples actividades queestán llevando a cabo los socios ysimpatizantes de ARP-SAPC en Te-nerife, los días 22 y 29 de noviembrese organizaron dos sesiones escépticasen el Ateneo de La Laguna, patroci-nadas por la Sección de Ciencias dedicha entidad y contando con todoel apoyo del director de la misma,Pedro Jorge Romero. Además de losponentes, entre el público se encon-traba una buena parte de los socios,suscriptores y simpatizantes de ARPen la isla.

El día 22 tuvo lugar una mesa re-donda bajo el título “Por qué cree-mos en cosas increíbles” -título ro-bado a Gilovich y a Javier Armentia-. Comenzó la sesión Teresa Gonzálezde la Fe, profesora de Sociología, ha-blando de método científico, pensa-miento crítico, escepticismo y pseu-dociencias en general. A continua-ción, César Esteban, profesor de As-trofísica e investigador del IAC, de-partió sobre astronomía y astrologíaasí como de las incompatibilidadesentre ambas. El autor de estas líneas,profesor de Psicología Cognitiva- lesiguió hablando de por qué y cómolos adivinos nos hacen creer que adi-vinan y sobre las técnicas de la lec-tura en frío. Terminó la sesión CarlosSantamaría, profesor de psicologíadel pensamiento, quien contó cómoel funcionamiento mismo de nues-tros procesos mentales nos puede lle-var a engaños vía sesgos y heurísticosen el razonamiento cotidiano. Al fi-nal, hubo un caluroso y animado de-bate con los asistentes.

El día 29, Ricardo Campo diouna amena y didáctica charla sobre“Cómo construir un ovni”, acompa-ñada de toda una serie de diapositi-vas de casos ufológicos, la mayorparte canarios, y su explicación ra-cional, mostrando fraudes evidentes.También a esta sesión le siguió un

debate que acabó desviándose haciauna discusión sobre el método cientí-fico y el relativismo.

CARLOS J. ÁLVAREZ GONZÁLEZ

Un ovni gallegollega a unapublicación científica

Una de las revistas de mayor pará-metro de impacto en el ámbito de laastronomía es la europea Astronomyand Astrophysics Supplement Se-ries. Es en esta publicación de refe-rencia donde se ha colado un ovni,el conocido como ovni de Cachei-ras1. Y no se trata de que a los res-ponsables del control de calidad deesta revista se les haya calentado elseso con las afirmaciones sin demos-tración de los ufólogos. Lo que se re-coge en el artículo firmado por J.A.Docobo, del Observatorio RamónMaría Aller de la Universidad deSantiago de Compostela, y por Z.Ceplecha, del Insituto Astronómicode la Academia de Ciencias de laRepública Checa, es el análisis de loque fue catalogado por los medios decomunicación como un ovni, aun-que realmente fue un bólido quesurcó el cielo gallego en la noche del14 de junio de 1996.

El análisis científico del suceso seha podido realizar con mayor detalleque en otros avistamientos de mete-oroides porque en esta ocasión secontaba con un vídeo de un aficio-nado que siguió al objeto luminoso -una filmación que se incluye en uncederrón en la publicación-. Graciasa las imágenes, y a los testimonios deun gran número de testigos del fenó-meno, los astrónomos han podido es-tudiar la trayectoria del objeto, que asu entrada en la atmósfera tenía unamasa de unas 10 toneladas y una ve-locidad cercana a los 15 kilómetrospor segundo. Conforme atravesaba laatmósfera se fue fragmentando enmultitud de trozos menores, llegandoposiblemente a quedarse el frag-

mento mayor en una masa de unkilo. El cálculo de la órbita de esteobjeto parece indicar que se tratabade un objeto cercano a la Tierra, conuna órbita de baja excentricidad ycon el afelio cercano a la órbita deMarte.

El suceso, observado a las 23.48hora local el 14 de junio de 1996, casien Luna nueva, suscitó gran aten-ción de los medios de comunicación,sobre todo porque un periodista localinformó de que en la piscina de unosvecinos del barrio de Cacheiras,junto a Santiago, habían visto unovni. Y obviamente se desataron lasespeculaciones, que hicieron que,desde el Observatorio Ramón María,Aller comenzaran una investigaciónsobre el fenómeno, realizando un lla-mamiento para pedir testimonios através de los mismos medios. Segúnrelatan los autores del artículo, másde cien personas aportaron informa-ciones que han permitido calcular latrayectoria del fenómeno.

En definitiva, el ovni ha quedadosatisfactoriamente explicado, perocabe pensar que siendo de origen tanprosaico -aunque extraterrestre- laprensa pseudocientífica no le dedi-que nunca más su atención.

J.E.A.

1 Docobo, J.A.; y Ceplecha, Z. (1999): “Vi-deo record of the Spain bolide of June 14,1996: The atmospheric trajectory and or-bit”. Astronomy and Astrophysics Supple-ment Series. Nº 138, 1-9.

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Fe de erroresPor un error en la maquetación deloriginal, la segunda frase del Editorialdel número 5 resultaba incomprensi-ble al trastocarse el orden del texto,que debía haber aparecido como si-gue: “Un disparate al que todavía nodan credito los científicos, los educa-dores y la ciudadanía culta, que espe-ran ahora vencer en los tribunales labatalla que han perdido en las institu-ciones democráticas al desentendersede la política y dejar que los funda-mentalistas se hagan con el control deentes como el Consejo de Educaciónde Kansas”.

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10(Otoño 1999) el escéptico

E l 2000 será un año de celebraciones: podre-mos celebrar los cincuenta años del primerjuego de ordenador; los cien del nacimiento

de la física moderna o de la invención del dirigibleo del descubrimiento de los grupos sanguíneos; losdoscientos de la invención de la pila de Volta; lossetecientos de la primera destilación de licores, ytambién que, con el inicio de 2000, todos los dígi-tos del año van a cambiar. Sin embargo, desafortu-nadamente, no podemos celebrar la entrada en unnuevo milenio. La razón se relaciona con el origende nuestro calendario y es una extraña mezcla deastronomía, matemáticas, política, religión y erro-res fortuitos.

Los pueblos de la antigüedad, que estaban liga-dos a las actividades agrícolas, debían llevar uncómputo lo más preciso posible del paso de las es-taciones para asegurarsu subsistencia. El re-torno del Sol al puntode Aries marcaba lavuelta al equinoccio deprimavera y el inicio deotro ciclo estacional.Este gran ciclo, el añotrópico, compartía pro-tagonismo con otros dosciclos básicos, presentesen cualquier cultura por ser evidentes: la alternan-cia del día y la noche proporcionaba el día solar, yel ciclo de las fases lunares, el mes lunar.

El problema radicaba, y radica, en que no habíaun número entero de días en un mes lunar, ni unnúmero entero de lunaciones en un año trópico. Elaño trópico tiene 365 días, 5 horas, 48 minutos y45,98 segundos, es decir 365,242199 días, mientrasque el periodo sinódico de la Luna, el mes lunar osinódico, tiene 29 días, 12 horas, 44 minutos y 3segundos, es decir, 29,530589 días. Distintos pue-blos y culturas optaron por contar el paso deltiempo de distintas maneras intentando cuadrarentre sí los distintos ciclos.

Por ejemplo, en un calendario luni-solar, bas-tante usado en la antigüedad, se dividía el año endoce meses, con seis de 30 días y otros seis de 29.Este año tenía una duración de 354 días y, para

ajustarlo al ciclo estacional de casi 365,25 días, seañadía un mes adicional de 30 días cada tres, cincoy ocho años. Esto conducía a un ciclo de ochoaños en el que el año y el mes tenían una duraciónmedia de 365,25 y 29,52 días respectivamente, va-lores muy cercanos a las duraciones reales del añotrópico y del mes sinódico. Otros calendarios sebasaban en el ciclo de Metón y aprovechaban la cir-cunstancia de que, en 19 años trópicos, hay, muyaproximadamente, 235 lunaciones.

EL CALENDARIO JULIANO

Nuestro calendario actual hunde sus raíces en elantiguo calendario solar egipcio, que empezó ausarse alrededor del siglo XIV antes de nuestra era.En éste, cada año constaba de 365 días, ya que erael intervalo aproximado entre dos salidas helíacas

de Sirio -apariciones de laestrella en el amanecerdespués de su periodo deinvisibilidad-; por lo tanto,las estaciones se retrasabancasi un día cada cuatroaños. Como no se tomabaninguna medida correc-tora, con este calendario seobtenía un principio móvilde las estaciones. Esta si-

tuación perduró hasta que, en 238 antes de Cristo,bajo los auspicios de Alejandro Magno, se intro-dujo un día adicional cada cuatro años. Así, eneste calendario alejandrino la duración media delaño era de 365,25 días.

Por su parte, en la Roma republicana, estabaen uso un calendario que descendía del de Numa.Constaba de un periodo básico de 355 días -en lu-gar de 354, que habría sido más correcto-, repar-tidos en meses de 31, 29 y 27 días, al que se aña-día un mes de 22 ó 23 días cada dos años paraajustarlo al ciclo estacional. Como estos ajustesno se realizaban de manera sistemática, el calen-dario romano resultaba ser bastante caótico. Eneste sistema, los años se contaban a partir de lafundación de Roma y se designaban como AUC -por Ab Urbe Condita, después de la fundación dela ciudad-.

¿Se acaba el milenio?Con el inicio del año 2000, no podemos celebrar la entrada en un nuevo milenio: sólo

habrán pasado 1.999 años desde el comienzo de nuestra era

FERRAN TARRASA

Los pueblos de la antigüedad, queestaban ligados a las actividades

agrícolas, debían llevar uncómputo lo más preciso del paso

del tiempo para asegurar susubsistencia

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(Otoño 1999) el escéptico11

En el año 708 AUC, que mástarde sería 46 aC, el antiguo calenda-rio romano se había retrasado 90 díasrespecto al ciclo estacional y JulioCésar, bajo el consejo de Sosígenes,astrónomo de Alejandría (Egipto),adoptó el calendario alejandrino.Como primera medida, para volver aajustarlo con el ciclo estacional, aña-dió 90 días a ese año, que paso a tener445, y fijo un ciclo de cuatro años contres comunes de 365 días y un cuartobisiesto de 366. El día adicional se in-troducía entre el 24 y el 25 de febrerocomo un día repetido.

En este calendario, los meses te-nían ya la misma duración que en elactual. Se denominó calendario ju-liano en honor a Julio César, quienademás cambió el nombre del quintomes, que pasó de denominarse Quin-tillis a llamarse Julio, también en suhonor. Sin embargo, un error en lainterpretación del edicto de cambiode calendario llevó a que, desde 709AUC hasta 744 AUC, se introdujeraun bisiesto cada tres años en lugar decada cuatro. La solución a este pro-blema no llegó hasta que el empera-dor Augusto decretó que los añoscomprendidos entre 745 AUC (9aC) y 756 AUC (3 dC) fueran, todosellos, comunes. Para no ser menosque su predecesor, cambió el nombredel sexto mes, cuya denominaciónpasó de Sextillis a Augustus.

EL CALENDARIO GREGORIANO

Con todo, el calendario juliano, al igual que el ale-jandrino, era ligeramente más largo que el año tró-pico -11 minutos y 15 segundos más largo-, demodo que la fecha del equinoccio de primavera seiba adelantando ligeramente con el paso de losaños. En el Concilio de Nicea, que tuvo lugar en325, se había establecido la fecha del equinocciode primavera en el 21 de marzo. Sin embargo, a fi-nales del siglo XVI, el equinoccio de primavera sehabía adelantado diez días y caía el 11 de marzo.Este punto era fundamental para el cómputo deuna festividad religiosa de importancia capitalcomo la Pascua, que tenía que celebrarse el do-mingo siguiente al primer plenilunio después delequinoccio de primavera.

Éste fue el motivo por el que el papa GregorioXIII decretó en 1582 una reforma del calendarioelaborada, entre otros, por Luigi Lilio, EgnazioDanti y Christopher Clavius. Con esta reforma, se

saltaron diez días de octubre de 1582, de modo queal jueves 4 de octubre de 1582 le siguió el viernes15 de octubre. Además de ajustar el calendarioexistente con el equinoccio de primavera, se esta-bleció que se perdieran tres años bisiestos cadacuatrocientos años. La regla adoptada fue que losaños terminados en doble cero fuesen bisiestos sólosi eran divisibles por cuatrocientos, es decir, losaños 1600 y 2000 serían bisiestos, pero 1700, 1800y 1900 no lo serían. Así se conseguía que, en un ci-clo de cuatrocientos años, la duración promediodel año civil fuera de 365,2425 días, valor muchomás cercano a la duración del año trópico que laque se obtenía con el calendario juliano. Por otraparte, la reforma también estableció un métodomuy preciso para calcular la fecha de Pascua ba-sado en la epacta o edad de la Luna para el primerdía del año -es decir los días transcurridos desde elúltimo novilunio.

Detalle de abril tal como se representaba en elcalendario romano con las tablas de Preneste.

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12(Otoño 1999) el escéptico

El calendario gregoriano fue adop-tado inmediatamente por los paísesmás ligados al catolicismo, pero tardómás tiempo en imponerse en otrasnaciones. Esto puede ocasionar pro-blemas a los historiadores, ya que al-gunas fechas resultan ambiguas si nose especifica a qué calendario se estánrefiriendo. Así, la coincidencia en elmismo año, 1642, del nacimiento deNewton y la muerte de Galileo sóloes válida a medias. En Inglaterra, aúnestaba en vigor el calendario julianoy, según éste, Newton nació el 25 dediciembre de 1642 mientras que, se-gún el calendario gregoriano, ese díaera el 5 de enero de 1643. Otro ejem-plo aún más notable es que la revolu-ción bolchevique de Octubre tuvolugar, para el resto de Europa, en no-viembre. Y es que en Rusia aún seutilizaba el calendario juliano, demodo que el 25 de octubre de 1917según este calendario fue el 7 de no-viembre de 1917 según el gregoriano.

¿CUÁNDO SE INICIALA CUENTA DE LOS AÑOS?

El calendario gregoriano guarda unaestrecha correspondencia con el añotrópico y eso evita que la fecha delequinoccio de primavera se avance oretrase en exceso -o al menos se re-querirán 3.322 años para que se des-fase un solo día-. Sin embargo, quedapendiente una cuestión capital. Si elcalendario romano contaba los años apartir de la fundación de Roma ¿apartir de qué año estamos contandolos años? La historia que responde aesta cuestión se remonta a 1285 AUCcuando el teólogo y matemático Dio-nisio el Exiguo, tras un detallado es-tudio de la Biblia llegó a la conclusiónerrónea de que Jesús había nacido el25 de diciembre de 753 AUC. Dioni-sio, que preparaba una cronologíapara el papa Juan I, propuso que unanueva era comenzase el 25 de marzode 754 AUC, por lo que a ese año sele denominó 1 después de Cristo.

¿Y por qué empezar el año un 25de marzo? Porque, si Jesús había na-cido un 25 de diciembre, la concep-ción debería haberse producido el 25de marzo anterior. De este modo,1285 AUC se convertiría en 532. A

¿Por qué se inicia el año el 1 de enero?

ALFONSO LÓPEZ BORGOÑOZ

El inicio del añovarió grande-

mente a lo largo dela historia y segúnlas zonas geográfi-cas. En el mundo ro-mano, el día pri-mero de cualquiermes era el de las ca-lendas. La razón porla que se eligió fi-nalmente el 1 deenero fue de tipomilitar -como pasa amenudo-, según in-forma Juan Antonio

Belmonte en su libro Las leyes del cielo. Astronomía ycivilizaciones antiguas (Ediciones Temas de Hoy,1999).

Parece ser que en el mundo romano, al principio,se celebraba normalmente -aunque no en todas laspartes del imperio- el inicio del año en el mes de mar-tius -marzo, dedicado a Marte-, dado que era el mes enel que el ejército se preparaba para entrar en guerra, alser el último del invierno -en dicha estación las tropassolían estar acampadas, sin entrar en combate- e ini-ciarse la primavera. También dicho mes, por ser el pri-mero en esa época, era cuando los cónsules, que diri-gían también el ejército, y otros mandatarios tomabanposesión de sus cargos.

A mediados del siglo II aC, con Roma en guerracon casi todo el mundo mediterráneo, se pensó queera mejor adelantar la fecha del inicio del año a unmomento anterior de la estación invernal, ya que asílos cónsules tenían tiempo de entrenar al ejército a sugusto, en lo que podríamos denominar como la pre-temporada, y no ir a la guerra con una tropa que no lesconocía de nada. Y, por ello, se decidieron por la pri-mera calenda posterior al solsticio de invierno -que en-tonces tenía lugar el 25 de diciembre-, ya que, por unaparte, era un día 1 y, por otra, era del mes de januarius-dedicado al dios Jano, el de las puertas-, con lo cualla cosa parecía tener sentido.

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(Otoño 1999) el escéptico13

pesar de su buena voluntad, Dionisio cometió doserrores graves, uno imputable a él y otro, inevitable,del cual no fue responsable. En primer lugar, es im-posible que Jesús naciera en 73 AUC porque en esafecha Herodes ya había muerto -murió en el 750AUC ó 4 aC- y, si nos hemos de fiar de los Evan-gelios, Herodes era gobernador de Judea cuando na-ció Jesús. Así pues, Dionisio erró en sus cálculos bí-blicos y Jesús debió de nacer como mínimo cuatroaños antes, quizá incluso más pronto. Esto nos llevaa la curiosa frase de que Jesucristo nació antes delaño 4 antes de Cristo, frase aún más curiosa que lade que la Revolución de Octubre sucedió en no-viembre.

El segundo error es la ausencia del cero en lanueva cronología. La manera correcta de fijar lanueva cronología hubiera sido emparejar el añocero con 753 AUC, siendo 754 el año 1 y 752 elaño 1 aC; otra buena opción podría haber sido asig-nar el año cero de la nueva era a 754 AUC. Sin em-bargo, Dionisio no se molestó en emplear el año

cero por una razón clara y fundamental, en esaépoca, el número cero era desconocido en occi-dente, donde este guarismo no se introduciría hastael siglo XII a través de los árabes y proveniente deIndia.

¿CUÁNDO SE CELEBRA EL INICIO

DEL TERCER MILENIO?

El hecho de no contar con un año cero que separelas cuentas aC de las cuentas dC puede ocasionarerrores cuando se calculan intervalos de tiempo queempiezan en la zona aC y terminan en la zona dC yes, además, la razón por la cual el siglo XXI y el ter-cer milenio de nuestra era no empezarán hasta 2001.Por ejemplo, una persona que hubiera nacido el año40 aC y hubiera muerto el año 40 dC habría vivido79 años y no 80, ya que el año cero jamás existió.

Estando así las cosas, dado que nuestra era em-pezó con el año 1, y no con 0, al final de 1 dC ha-bía transcurrido un año de nuestra era. Al final de

Como ya sabes, el universo contiene unos100.000 millones de galaxias, cada una de

las cuales posee un número similar de estrellas.La Tierra, un planeta que órbita alrededor deuna de esas estrellas en una de esas galaxias, esun lugar insignificante en el universo.

Si comprimimos la historia de la Tierra enun año de modo que la formación del planetase consolide a comienzos de enero, las prime-ras formas de vida ya aparecen a mediados defebrero. Los organismos pluricelulares no sur-gen hasta noviembre. Los dinosaurios se ex-tinguen el día de Navidad y nuestra especiehace su aparición 6 minutos antes de que sue-nen las doce campanadas que marcan el fin deaño.

Nuestros primeros calendarios datan dehace unos tres milenios. Hace dos mil años,apareció una religión que en pocos siglos pasóde una docena a varios millones de seguidores.De esta religión, surgió un calendario que, trasmúltiples ajustes y modificaciones, se usa hoyen el mundo occidental. Otras culturas em-plean unos cuarenta calendarios distintos, cadauno de los cuales ha establecido de forma arbi-traria el día desde el que se empieza a contar.

Es creencia habitual entre los humanos -encualquier época- que nos encontramos en unmomento histórico crucial. También es comúnla sensación de que acaba de ocurrir una terri-ble catástrofe y otra peor es inminente. Los hu-manos confundimos con facilidad los momen-tos cruciales y las catástrofes personales, colec-tivas y globales.

Habrás deducido que el mundo de nuestrofin del mundo milenarista se limita a este mi-núsculo planeta perdido alrededor de una es-trella cualquiera (una entre miles de millones)en una galaxia cualquiera (una entre miles demillones). En el resto del universo, permane-céis ajenos a nuestras preocupaciones.

Según nuestro calendario particular, el 1 deenero de 2000 sólo habrán transcurrido 1.999años desde el día en el que situamos el arran-que de nuestro calendario y, por tanto, faltarán365 días para completar dos milenios. Entre loslogros de la civilización occidental, no figura lalibertad de contar como uno quiera, pero sí lalibertad de celebrar eventos anodinos, insigni-ficantes o incluso reprobables.

MARCOS PÉREZ es técnicode la Casa Ciencias de La Coruña.

Explicando el fin del milenioa un extraterrestre

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10 dC, habían transcurrido diez años y, por lotanto, la segunda década empezó al iniciarse 11dC. Análogamente, al final del año 100 dC, ha-bían transcurrido cien años y, por lo tanto, el se-gundo siglo empezó al iniciarse 101 dC. Está claroque, al final de 2000, habrán transcurrido dos milaños desde el inicio de nuestra era y que la nuevadécada, el nuevo siglo y el nuevo milenio empeza-rán con el año 2001 dC y no en 2000.

Este modo de contar los años contrasta clara-mente con el de contar las horas. A medianoche decualquier día, mi reloj digital marca las cero horasy, aunque tras la medianoche estamos dentro de laprimera hora del día, mi reloj seguirá marcando lascero horas hasta que no se haya cumplido una hora,momento en que marcara la una. Cuando mi relojmarque las diez, habrán transcurrido diez horasdesde la medianoche; pero, por el contrario,cuando el calendario marque el inicio de 2000 dC,sólo habrán transcurrido 1.999 años desde el co-mienzo de nuestra era. Será necesario esperar a quetermine el año 2000 y entremos en 2001 para po-der celebrar el comienzo del nuevo milenio.

Pero, un momento, ¿qué queremos celebrar conel nuevo milenio? ¿Que han transcurrido dos milaños desde el nacimiento de Jesús? Entonces, ¡lo es-tamos haciendo mal! Jesús nació en 4 aC o antes,así que los dos mil años se cumplieron, como muytarde, en 1997. Por otra parte, si queremos celebrarlos dos mil años de nuestra era, ¿deberíamos teneren cuenta que se omitieron diez días en 1582? Eneste caso, la entrada en el tercer milenio ¡tendríalugar el 11 de enero de 2001!, en lugar del 1 deenero.

Mi predicción personal, que puede estar equivo-cada, es que la mayoría de la gente va a celebrar,erróneamente, la entrada en el tercer milenio a lascero horas del 1 de enero de 2000, pagará preciosastronómicos por la velada y seguro que lo pasaráen grande. Unos cinco o seis meses después, empe-zará a difundirse la noticia de que el nuevo milenioempezará, realmente, en 2001 porque el año cerono existió nunca y los dos mil años de nuestra erafinalizarán al acabar el año 2000. La gente será re-ceptiva a este mensaje, así que las agencias de via-jes y los organizadores de fiestas volverán a subir losprecios, la gente volverá a pagar precios astronómi-cos por la velada y lo volverá a pasar en grande.

Por mi parte, celebré la entrada de 2000como se merecía, ya que los setecientos añoscumplidos desde la primera destilación de lico-res es un hecho muy significativo y también ce-lebraré la entrada del nuevo milenio, como debehacerse, en 2001.

A partir del 12 de enero, en los quioscos

MMuuyy EEssppeecciiaallFenómenos extraños

¿Existe un mundo mágico, inexplicable o paranormal detrás de la realidad palpable?

Poderes de la mente; fenómeno ovni;mancias; astroarqueología; sanación por la fe;

fantasmas y espíritus; milagros de la Biblia;criptozoología y un amplio ‘dossier’ escéptico.

Adéntrese en el mundo del misterio de la mano de Jorge Alcalde, Javier Armentia,

Vicente-Juan Ballester, Luis Alfonso Gámez,Miguel Ángel Nieto, Pepa Mosquera,

Óscar Menéndez y Carlos Tellería, entre otros.

Gould, Stephen Jay [1998]: Milenio. Trad. de Juan Pedro Cam-pos y Joan Domènec Ros. Editorial Crítica. Barcelona. 192páginas.

Tempesti, Piero (Ed.) [1983]: “El calendario”. En El universo:Gran Enciclopedia Sarpe de la Astronomía. Vol. 5. 1660-1679

Vives, Teodoro, [1999]: “¿Cuándo empieza el tercer milenio?” Tri-buna de Astronomía y Universo (Madrid). Nº 5 (noviembre).

REFERENCIAS

FERRAN TARRASA es miembro del Departamento de Física eIngeniería Nuclear de la Escuela Técnica Superior de IngenierosIndustriales de la Universidad Politécnica de Cataluña.

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(Otoño 1999) el escéptico15

La teoría de ladilución ho-meopática ha

sido defendida porlos médicos homeó-patas, pero ridiculi-zada por la mayorparte de la comuni-dad médica y cientí-fica. Este artículopresenta una inter-pretación mecano-cuántica de la ho-meopatía. Se reducea esto: siempre queni el medicamentoni el paciente seanobservados, se es-pera un efecto apre-ciable, incluso paradiluciones homeo-páticas. La dilucióntemporal en el ejer-cicio homeopáticopuede explicarsegracias a la teoría deHeisenberg de la indeterminación tiempo-energía. Los resultados arrojan luz en los expe-rimentos mentales propuestos a principios delsiglo XX por el eminente físico y experto engatos Erwin Schrödinger.

Un medicamento homeopático es un sustan-cia que ha sido diluida, una y otra vez, muchasveces, en agua. Está tan diluido, que una dosisdel mismo contiene, de media, menos de unamolécula de la sustancia original [Davenas yotros, 1988; Sudan, 1993]. Tales productos sepreparan diluyendo el principio activo en un di-solvente, generalmente agua, y agitando, no ba-tiendo, vigorosamente la mezcla en cada paso.Aunque Bond [1996] halló evidencias de que

agitar un líquido pro-duce efectos diferen-tes de los de batirlo,pocos científicosaceptan la teoría dela llamada memoriadel agua [Davenas yotros, 1988; Sudan,1993] utilizada porlos homeópatas paraexplicar el efecto deuna fracción de mo-lécula en un paciente[James, 1993].

En las páginas deAnnals of Improba-ble Research [Lew-bel, 1997; Steins-chneider, 1998], hatenido lugar un ani-mado debate acercadel efecto de la dilu-ción temporal ex-trema en el caso delejercicio homeopá-tico. Así, Steins-

chneider propuso que el ejercicio físico,cuando se limita a minutos o incluso nanose-gundos al mes, produce efectos específicos enla salud. Más adelante, demostraré que la me-cánica cuántica proporciona una evidencia só-lida para explicar estos fenómenos.

TEORÍA CUÁNTICA Y DILUCIÓN ESPACIAL

La teoría de la mecánica cuántica explica al-gunas cosas peculiares. El famoso experimentomental de Erwin Schrödinger describe las cir-cunstancias según las cuales, de acuerdo con lamecánica cuántica, un gato puede existir enun estado indeterminado entre la vida y la

Interpretación mecanocuánticade la homeopatía

La mecánica cuántica es el único modo de entenderel fundamento físico de la medicina homeopática

MICHAEL H.F. WILKINSON

Steinschneider propuso queel ejercicio físico, cuando se limita a minutos o incluso nanosegundos

al mes, produce efectos específicos en la salud

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16(Otoño 1999) el escéptico

muerte hasta que se hace una observaciónconsciente1. De la misma forma, Reitz [1988]mostró que la ubicación de un gato dentro ofuera de un garaje no está especificada hastaque la criatura es observada. Esto explica el cu-rioso efecto túnel de los electrones e inclusogatos completos a través de una región del es-pacio en la cual no pueden existir [Reitz,1988]. Apliquemos este principio a la medicinahomeopática. Si tomamos el caso de una dilu-ción homeopática de una única molécula en Nfrascos de disolvente, la mecánica cuántica nosindica que la molécula no está en ningún reci-piente en particular hasta que se hace una ob-servación consciente. En jerga cuántica, sedice que la función de onda de la partícula co-lapsa en un estado específico -o frasco- debidoal acto de la observación. Por cierto, ésta es larazón por la cual los gatos se ponen nerviososcon la gente que los observa: el constante co-lapso de su función de onda supone un desgastepara sus delicados sentidos.

El lector aficionado a las matemáticas puedever que la energía esperada para cada frascolleno de medicamento homeopático viene

dada por la siguiente expresión -en notación deDirac-:

Traduzcamos esta ecuación a palabras. Laenergía de la sustancia dentro de cada frasco, ymás tarde, cuando está dentro de un paciente, seincrementa con la energía de la molécula divi-dida entre el número de frascos mientras que losfrascos o el paciente no sean observados. La di-námica de sistemas no lineales y la teoría delcaos predicen que en un sistema altamente no li-neal, o caótico, un cambio tan pequeño en laenergía neta puede tener un efecto dramático -éste es el famoso efecto mariposa-. Muchos hu-manos son notoriamente caóticos. Por tanto, deacuerdo con el razonamiento homeopático, eltratamiento debería hacer efecto.

Sin embargo, debe recalcarse que ninguno deestos efectos puede, o realmente debería ser ob-servado, dado que ello colapsaría la función deonda en un estado determinado, cancelando conello la sutil naturaleza cuántica del tratamiento.

EJERCICIO FÍSICO EN DILUCIÓN TEMPORAL

Lewbel [Lewbel, 1997] propuso que la prácticade ejercicio físico durante un máximo de 60 se-gundos al mes –2,6352x106 segundos– podríaproducir beneficios significativos, homeopáti-cos, para la salud. Esto representa una dilucióntemporal de uno sobre 4,92 x 104 comparadocon los regímenes de ejercicio tradicionales.Steinschneider [1998] utiliza un valor más cer-cano a los 10-23 segundos mensuales como má-ximo, una dilución temporal de uno sobre

Vaso de agua normal

Mediante el mero hecho de laobservación, los efectos del

tratamiento homeopático sondestruidos, o al menos enmascarados

1 El famoso experimento mental de Schrödinger consiste en en-cerrar a un gato en una caja, y montar un dispositivo de formaque un suceso cuántico imprevisible decida la vida o la muertedel gato, de forma que es igualmente probable que siga vivo omuera. Hasta que abramos la caja, desconocemos el estado delgato. Algunas interpretaciones de la mecánica cuántica sugie-ren que la realidad se forma en función de la observación y eneste caso, antes de la observación, el gato estaría en los dos es-tados simultáneamente. (N. del T.)

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(Otoño 1999) el escéptico17

2,6352 x 1029. Este último número es similar alos valores utilizados en las diluciones espacia-les necesarias para la preparación de los medi-camentos homeopáticos ya descritos. Noqueda del todo claro si esto es una mera coin-cidencia.

La teoría cuántica sostiene que un cambioen la energía (DE) de un sistema y el tiemponecesario para que se produzca ese cambio(Dt) están relacionados mediante el principiode indeterminación energía-tiempo:

∆E∆t = h/2π

Combinando esto con la ecuación de Eins-tein, E = mc2, y dado el valor de la constantede Planck (h = 6,6 x 10-34 Js) el lector intere-sado puede comprobar que un kilogramo depeso por mes podría eliminarse mediante elejercicio homeopático cuando dicho ejerciciose limite a un total de 10-51 segundos mensua-les. Este impacto energético puede ser muygrande para el sistema, por lo que se reco-mienda seguir regímenes de ejercicio más con-servadores, por ejemplo, 10-34 segundos. Estevalor sigue estando alejado en muchos órdenesde magnitud de los propuestos en la literatura[Lewbel, 1997; Steinschneider, 1998].

CONCLUSIONES

La idea de que el tratamiento homeopático ac-túa sobre los niveles de energía por sí mismono es nueva [James, 1993], pero generalmenteno proporciona ninguna explicación física,dada la naturaleza de los cambios energéticos.La teoría cuántica de la homeopatía está en re-alidad en conflicto con las teorías de los prin-cipales investigadores homeopáticos, centra-das en la memoria del agua [Davenas y otros,1988; Sudan, 1993]. De hecho, la teoría cuán-tica revela defectos graves en los experimentosde los homeópatas, en los cuales se llevó a cabouna estrecha observación consciente de losefectos en los niveles de energía. Para ser jus-tos, la misma crítica puede aplicarse a los de-tractores de los mencionados experimentos[Maddox y otros, 1988]. Mediante el mero he-cho de la observación, los efectos del trata-miento homeopático son destruidos, o al me-nos enmascarados.

Este nuevo enfoque teórico de la homeopa-tía nos abre la puerta a nuevos horizontes.Dada la naturaleza cuántica de los preparadoshomeopáticos, el colapso de la función deonda en un estado determinado, es decir, hacerque las moléculas de la sustancia activa esténen un número limitado de frascos definidos, es

un problema real. Por tanto, el control de cali-dad debería ser llevado a cabo solamente porpersonal no consciente.

Análogamente, existe un gran riesgo en laobservación del paciente, y especialmente deaquellos estados cuánticos relacionados con ladolencia, de que provoque un colapso de sufunción de onda, lo cual podría destruir losefectos beneficiosos del tratamiento. Esto esespecialmente importante tras el tratamiento,y por tanto se recomienda que el médico nomantenga ulteriores contactos con el enfermo.En el caso ideal, el médico podría mudarse aotra ciudad o, si está de verdad comprometidocon el bienestar de su paciente, suicidarse.Todo esto en interés del paciente.

En este sentido, la criogenia podría teneralgo que ofrecer a los homeópatas practican-tes. Debería ser posible congelar al médicodespués de haber tratado al paciente, para serrevivido sólo tras la muerte del paciente. Deesa forma, no deberían esperarse efectos dele-téreos de ninguna clase debidos a una observa-ción consciente del paciente tras el trata-miento.

Vaso de agua homeopática

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Este artículo es un primer paso hacia unacomprensión completa, a nivel cuántico, dela homeopatía. Está claro que la mecánicacuántica es el único modo de entender elfundamento físico de la medicina homeopá-tica. Está también claro que los médicos de-berían evitar a sus pacientes tras el trata-miento. Los pacientes, asimismo, deben es-tar al tanto de su responsabilidad al res-pecto. Lo que no está claro es si la observa-ción consciente del paciente por parte delmédico antes del tratamiento puede provo-car también un colapso de su función deonda. Deberían llevarse a cabo experimen-tos estrictos de doble ciego en un ambienteestrictamente controlado, tanto con médi-cos que vean a sus pacientes como con mé-dicos que no los vean, para establecer la im-portancia de la evitación completa de lospacientes por parte de los homeópatas.

18(Otoño 1999) el escéptico

Bond, J. [1996]: “Un protocolo para la correcta preparación de bebidasbasadas en vermouth”. Revista de Vinos y Licores. Vol. 0. 0-7.

Davenas, E. y otros [1988]: “Human basophile degradation by very di-lute abtiserum against IgE”. Nature. Vol. 333. 816-818

James, G. [1993]: “Homeopathy: an energy level therapy”. ProfessionalNurse. Vol. 9. Nº 1. 54-57.

Lewbel [1997]: “One minute a month homeopathic exercise program”.Annals of Improbable Research. Vol. 3. Nº 5. 2.

Maddox, J. y otros [1988]: “High-dilution experiments a delusion”. Na-ture, Vol. 334. 287-290.

Reitz, F.B. [1988] : “Cat tunneling”. Annals of Improbable Research. Vol.4. Nº 2. 25-26.

Steinschneider, B. [1998]: “Homeopathic health food”. Annals of Im-probable Research. Vol. 4. Nº 1. 2.

Sudan, J. [1993]: “Abrogation of facial seborrhoeic dermatitis with ho-meopathic high dilutions of tobacco: a new visible model for Ben-veniste’s theory of ‘Memory of water’”. Medical Hypotheses. Vol 41.Nº 5. 440-444.

REFERENCIAS

MICHAEL H.F. WILKINSON es investigador del Centro deSupercomputación de la Universidad de Groningen (Ho-landa). Este artículo fue publicado originalmente en Annals of Im-probable Research (PO Box 380853; Cambridge, MA 02238;Estados Unidos; http://www.improb.com/), y se reproducecon autorización.

Versión española de BORJA MARCOS

Está claro que la mecánica cuántica esel único modo de entender el

fundamento físicode la medicina homeopática

Complete su colección de

elescéptico ®

NNºº 11. La ‘Mars Global Surveyor’ le borra la cara a Marte; Laverdad oculta tras el código de la Biblia; La cruzada dela sábana santa; Orce: ¿falta de rigor o fraude? (AAggoo--ttaaddoo. Pendiente de reimpresión.)

NNºº 22. El arca de Noé de los seres extraordinarios; De Condona Sturrock: los ovnis se estrellan con la ciencia; Ascensode lo irracional; La Academia de Lagado; El misterio deRennes-le Château.

NNºº 33. El relativismo cultural y otros relativismos; La paranoiaconspiracionista; ¡Busque a ET en su ordenador!; Po-tenciar la razón; La necesidad de creer; Medicinas alter-nativas y bioética; ¿Qué garantía nos da la ciencia?

NNºº 44. Feynman contra la superchería; Astrología en clase; 5de mayo del 2000: el día del Juicio Final; Abusos infan-tiles y recuerdos inducidos; La chica con rayos X en losojos.

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(Otoño 1999) el escéptico19

Cuaderno de Bitácora

No sé ustedes, y perdónenme el atrevimiento de di-rigirme directamente a ustedes, aunque sé que losdirectores de esta publicación son clementes conesta zona de opinión dentro de EL ESCÉPTICO,

pero uno anda un poco sorprendido por la trayectoria quellevamos. Seis números de una revista pensada como ampli-ficador de las actividades de una agrupación pequeña que in-tenta promover el pensamiento crítico, pero sobre todo comoelemento de referencia, o de juicio, de muchos temas queconforman la realidad, el día a día, en esto tan ambiguo de ladivulgación de las ciencias, de las pseudociencias, del pensa-miento sobre este mundo cambiante...

¿Son muchos? Por un lado, sí, y es de agradecer que la res-puesta del creciente número de lectores lo corrobore. Porotro lado, todo ello no deja de marcar ese carácter de mino-ría, aunque sea minoría informada, que tenemos. Y eso queuno siempre está tentado de poder acceder al gran público, alconsumidor (sufridor) de tanta tontería que se nos viene en-cima. Quién pudiera... No es fácil, desde luego, y por el mo-mento tampoco tenemos una plantilla tan amplia como parapoder permitirnos ese lanza-miento. Por otro lado, y en esohabrá mucha gente de acuerdo,algo como EL ESCÉPTICO tam-poco puede llegar a ser un fenó-meno de masas.

(¿O me equivoco de medio amedio? En un país con escasa tra-dición en la divulgación de laciencia, hay, sin embargo, un sec-tor editorial al que no le va nada mal vendiendo al gran pú-blico cosas –al menos en parte– de ciencia. Quizá, poco apoco, una iniciativa editorial que apostara no sólo por laciencia, sino por el pensamiento escéptico podría hacerse unhueco... Por el momento, seamos más cautos, somos minori-tarios.)

No crean que no lo sabía, aunque me duela un poco: yasaben, uno siempre desea no sólo estar en posesión de la ra-zón, o al menos razonablemente creer que tiene razón, sinoademás que la gente lo reconozca, llámenle veleidades u op-timismo más o menos desaforado. Pero lo sentí en mis carnes-y en las de algún colega de esta historia- recientemente enun programa de televisión de un canal público autonómico.

Se hablaba de la conveniencia o no de que la Sanidad pú-blica acogiera las especialidades pseudomédicas. En un bati-burrillo al uso, se mezcló el mundo de los curanderos, de losnaturistas no titulados en medicina y de los médicos dedica-dos a vivir de estas historias. Frente a ese mundo donde todoparecía maravilloso, donde lo único que no funcionaba -peoraún, funcionaba como una nueva inquisición- era la medi-cina científica, andábamos un médico muy escéptico, y un

servidor, muy escéptico, pero no médico. Delotro lado, pueden imaginárselo, desde perso-nas sencillas que empleaban remedios de laabuela, a magos mediáticos montando grandesempresas para mayor gloria del beneficio eco-nómico. Y, en medio, un representante de uncolegio oficial de médicos entusiasmado por laidea de seguir ganando dinero a base de licen-cias de sus titulados... intentando contrarrestarsólo y exclusivamente el intrusismo de los notitulados.

No hace falta que cuente más para quepuedan entender que las posturas racionales,las que abogaban por una mejor medicinafrente a una alternativa, por una responsabili-dad de instituciones y colegios ante un pro-blema sanitario de primer orden, ante un ele-mental criterio de evidencias científicas frentea la tradición ancestral o lo natural, argumentostan pobres como peligrosos, quedamos como

un extremo de unabanico donde lomás aceptable erauna especie de víade enmedio, de ti-rar de todo lo quea la gente plazca ydé contento.

Una vía deenmedio que se

vende a menudo no sólo en temas sanitarios:la hemos tenido que soportar en los ufólogosque no se desmarcan de las tonterías de losvendedores de revistas paranormales, en los ti-bios ante la astrología, la videncia o los ex-traordinarios -por inexistentes- poderes de lamente. Siempre es lo mismo: a un lado los ne-gativistas escépticos, al otro los horteras, y enmedio quienes viven del asunto de vendermisterios más o menos inexplicados, pero queademás parecen necesitar el reconocimientode que son los más guapos, los mejores, los mássabios... los más populares y avalados por lamedia de la población.

Pues, no... Mal que nos pese, la demografíano nos vale a la hora de establecer criterios devalidez. Porque sabemos que, por muchos quedigan algo, pueden estar equivocados. Son co-sas que pasan, lo triste es que pasen demasiadoa menudo. Y, ¡ay!, seguirán pasando a pesar deestos números de EL ESCÉPTICO.

Siempre es lo mismo: a un lado losnegativistas escépticos, al otro los

horteras, y en medio quienes viven delasunto de vender misterios más o

menos inexplicados

Cosas que pasanJAVIER ARMENTIA

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20(Otoño 1999) el escéptico

Informe especial

L a cultura es una mezcla de repetición y varia-ción, convención y creatividad, señal y ruido.Es siempre nueva y siempre vieja, a medida

que la humanidad revive antiguos sueños y pesadi-llas, y crea u olvida otros. Parte del encanto de la his-toria es el reconocimiento de que, no importa cuánnuevo parezca un acontecimiento, en él pueden dis-cernirse rastros del pasado.

Si el fenómeno ovni es de origen cultural, uno es-peraría poder reconocer antecedentes culturales ensus principales características. Los auténticos extra-terrestres, sin embargo, tendrían que ser indepen-dientes de cualquier cultura y, si son recién llegados,sus características deberían mostrar una discontinui-dad con el pasado. Los estudiosos del fenómeno delas abducciones han hecho algunas provocativasafirmaciones en el sentido de que tal discontinuidad

existe. Implícitamente, se trata de afirmaciones so-bre la debilidad del paradigma sociopsicológico y elpoder contrario de la hipótesis extraterrestre.

David Jacobs argumenta que la imaginería del fe-nómeno ovni surgió ex nihilo en 1947. Budd Hopkinsafirma que los seres complejos, manipuladores y frá-giles de los informes de abducciones no guardan nin-gún parecido con los “dioses y demonios tradiciona-les de la ciencia ficción”. Thomas E. Bullard hace labastante más modesta afirmación de que el inicio delmisterio de las abducciones, el viaje interrumpido deBetty y Barney Hill, no tenía fuentes culturales delas que derivara la experiencia que narraron sus pro-tagonistas. Estaban, según él, “nada predispuestos”,ya que fueron los primeros. Todos éstos son seriosdesafíos para el defensor del origen cultural del fenó-meno ovni. Llevan escritas la sentencia: “Te reto a

Nada predispuestos

MARTIN KOTTMEYER

El trasfondo cultural de los informes de abducciones

Viñetas aparecidas en un comic de Buck Rogers

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que pruebes mi falsedad”. ¿Puede demostrarse quela cultura predispuso a la gente a tener este tipo deexperiencias?

PLATILLOS VOLANTES EN LA CULTURA POPULAR

La afirmación más audaz es la del historiador delfenómeno ovni David Jacobs. Jacobs mantiene que“en 1947 no existía un precedente para la apari-ción o la configuración de los objetos en volantes”en las películas de ciencia ficción, ni en la culturapopular en general. No se parecían a los fantásti-cos cohetes o a las máquinas para viajar por el es-pacio de la literatura de ciencia ficción. [1]

Esto es sencillamente erróneo. Hay muchosprecedentes de naves espaciales con forma dedisco en la cultura popular. Aparecen en Buck Ro-gers, desde 1930. [2] Aparecen en una tira de FlashGordon en 1934. [3] El ilustrador de ciencia fic-ción Frank R. Paul dibujaba naves en forma deplatillo en 1931 y lo siguió haciendo repetida-mente. [4] Otros ilustradores de ciencia ficción re-currieron también a la forma de disco mucho antes

de 1947. [5] Pero éstas son coincidencias inevita-bles en un campo lleno de creatividad artística.

La forma de platillo no era la que predominabaen las naves en la cultura popular; era la de cohete.En este sentido más amplio, Jacobs tiene razóncuando dice que uno esperaría una profusión decohetes fantasma por todo Estados Unidos si lasimágenes de la ciencia ficción fueran las determi-nantes de lo que la gente imaginaba. Eso no ocu-rrió.

La fuente cultural de los ovnis está en un errorperiodístico. El informe de Kenneth Arnold acercade unos misteriosos objetos supersónicos volandocerca del monte Rainier, en el estado de Washing-ton, causó sensación y ocupó las portadas de losperiódicos estadounidenses. Su velocidad era mu-cho mayor que la de los aviones de la época y na-die había anunciado el vuelo con anticipación. Eraun puzzle intrigante.

La forma de los objetos que vio Arnold es di-fícil de describir en dos palabras. No teníanforma ni de avión, ni de cohete, ni de disco.

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Cuando el periodista Bill Bequette escribió el re-lato, recordó cómo Arnold describía el movi-miento de los objetos como el de un plato cuandorebota sobre la superficie del agua. Confundiendola intención metafórica de la descripción, Be-quette etiquetó a los objetos como platillos volantes.Arnold dijo que el término surgió por “un enormemalentendido”. El público, sin embargo, no sabíanada de esto. No había ningún dibujo acompa-ñando al artículo. La gente empezó a buscar obje-tos parecidos a platillos volantes y eso fue exacta-mente lo que encontró. Y se empezó a informar deobservaciones de objetos planos y circulares que separecían a lo que se decía que los platillos volantesse parecían. E igual de importante: nadie informóde objetos parecidos al dibujo que Arnold hizopara las Fuerzas Aéreas. [6] Las implicaciones deeste error periodístico son enormemente revelado-ras. No sólo apunta certeramente a un origen cul-tural de la totalidad del fenómeno de los platillosvolantes, sino que también plantea una paradojade primer orden ante cualquier intento de inter-pretar el fenómeno en términos extraterrestres:

¿Por qué los extraterrestres iban a rediseñar sus na-ves para ajustarse al error de Bequette?

La paradoja es especialmente dañina para los in-formes de abducciones. Según una recopilación deBullard, el 82% de las descripciones de naves seajusta al estereotipo del platillo volante. [7] Eso su-pera por mucho al aproximadamente un tercio deplatillos y discos que aparecen en una muestra másgeneral de informes de ovnis. [8] Si la imaginación y

las expectativas culturales juegan un papel más im-portante en las abducciones que otras malas inter-pretaciones de estímulos cotidianos, más realistas,entonces este hecho cobra sentido. El mito de losplatillos volantes nos predispone perfectamente aincluir los platillos en nuestras fantasías y pesadillassobre los extraterrestres.

MARCIANOS DE CINE

Esto basta para las naves, pero ¿qué hay de las enti-dades? Budd Hopkins enfatiza el hecho de que setrata de seres complejos, manipuladores y física-mente frágiles, que se ven obligados por necesidadesde supervivencia a buscar y secuestrar terrestres. Es-tos seres, en opinión de Hopkins, difieren mucho delos alienígenas divinizados de Encuentros en la tercerafase, de los amables y espirituales de Ultimátum a laTierra y de los marcianos de La guerra de los mundos,que “nos devoran y conquistan sin razón”. Él noshace saber que nada en sus abducidos “apunta en ab-soluto a los dioses o diablos tradicionales en la cien-cia ficción”. [9]

Las descripciones de Hopkins dejan algo que de-sear. Los alienígenas divinizados de Encuentros en latercera fase destrozan la casa del pequeño Barry y ate-rrorizan a su madre cuando abducen al niño. Alteranla vida y la mente de Neary. El amable y espiritualKlaatu tiene consigo un robot que no se anda conbromas. Su oferta de dejar una fuerza policial es emi-nentemente pragmática. La comparación es superfi-cial en cualquier caso, ya que cualquier alienígenaque coincida con estas descripciones va a parar a losarchivos del contactado. Hopkins piensa que es ins-tructivo que sus abducidos no sean devorados comoen La guerra de los mundos, pero ¿cómo podría unmito devorar a una persona?

Que Hopkins no sabe de ciencia ficción resultapatente para cualquier aficionado por el hecho deque usa la repelente expresión sci-fi, un indicio se-guro de que es ajeno al género. [10] La guerra de losH.G.Wells, autor de “La Guerra de los Mundos”

Los invasores se ven obligados pornecesidades de supervivencia a buscar

y secuestrar terrestres

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mundos es una de las obras maestras reconocidas delgénero, pero es evidente que Hopkins nunca la leyóo considera que Wells fue un abducido inconsciente.Lejos de devorarnos “sin razón”, Wells otorgó a susmarcianos “intelectos poderosos, fríos y crueles”. Nodevoraban a la gente, sino que tomaban la carne y lasangre de otras criaturas y las inyectaban en sus pro-pios cuerpos. Sus alienígenas “no tenían un sistemamuscular desarrollado”. Los invasores también traje-ron como provisiones bípedos con frágiles esqueletossilíceos y musculatura débil. [11]

Hay múltiples similitudes con otros relatos de ab-ducciones: un inmenso par de ojos oscuros de ex-traordinaria intensidad, una boca sin labios, tez gri-sácea, la piel reluciente como cuero mojado, tele-patía... Son también “absolutamente asexuados”.Añádase a esto que las naves alienígenas eran cir-culares, emitían un zumbido peculiar y que, cuandovolaban, el cielo se iluminaba con sus luces. De he-cho, los alienígenas de Wells se parecen más a losalienígenas secuestradores de Hopkins que la mayo-ría de los informes de abducción.

Los mundos moribundos son un motivo comúnen las películas de invasiones extraterrestres. Eso eslo que lleva a los alienígenas de This island Earth asecuestrar científicos terrestres por su experienciacon la energía atómica.1 También impulsa a los ex-traterrestres de The 27th day a dar a los habitantesde la Tierra los medios para destruir la vida hu-mana. Impulsa a los Killers from Space (Asesinos delespacio) a operar a un hombre, extraer informaciónde su cerebro y convertirle en un espía saboteador.Hace que la Devil girl from Mars (Diablesa de Marte)secuestre a jóvenes sanos. De igual manera, impulsaa los alienígenas de I married a monster from outerspace, The mysterians y Mars needs women a procu-rarse féminas como reproductoras. Un astrónomo te-

oriza en Invaders from Mars que las operaciones se-cretas de los extraterrestres se deben al hecho deque Marte es un mundo agonizante. Los alienígenasde la popular serie de televisión Los invasores tam-bién escapan de un planeta moribundo. [13]

Hopkins se equivoca más todavía al suponerque los marcianos de Wells eran meros “monstruossatánicos”. [12] Su motivación era la superviven-cia. Su mundo agoniza y la Tierra es su única sal-vación. Irónicamente, apenas un par de páginasantes de malinterpretar La guerra de los mundos,Hopkins cita las impresiones de un abducido deque los alienígenas provienen de una sociedad demillones de años de edad que agoniza. Necesitansobrevivir desesperadamente. Esto coloca a los ex-traterrestres de los ovnis directamente en la tradi-ción de los alienígenas de las películas de ciencia

ficción.El hecho es que la mayoría de los extraterrestres

de las películas tienen alguna motivación implícitapara sus actividades. Una de las pocas excepcionesson los “tan delgados, tan frágiles” alienígenas deTarget Earth!, e incluso ellos no parecen particular-mente satánicos o monstruosos. [14] Parece mássensato darle la vuelta al alegato de Hopkins. Diceque nada en los alienígenas de las abducciones separece a la sci-fi. Y yo pregunto: ¿hay algo en losalienígenas de los ovnis que no se parezca a la cien-cia ficción?

Un abducido en la película de 1954 Killers fromspace tiene una extraña cicatriz y ha perdido los re-cuerdos del encuentro con alienígenas que la pro-vocó. La misteriosa inseminación de mujeres, inclu-yendo vírgenes, y el posterior nacimiento de inteli-gentes niños híbridos es el tema central de la películade 1960 El pueblo de los malditos. Los implantes cere-brales aparecen en 1953 en Invaders from Mars. [15]

Cartel anunciador de “La Guerra de los Mundos”

1 Las películas se reseñan en castellano o inglés, dependiendo del tí-tulo por el que se conocen en nuestro país (N. de la D.).

Cartel anunciador de “Esta isla, la Tierra”

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Echen un vistazo a las criatu-ras de la película de 1957 La inva-sión de los hombres de los platillosvolantes. Los invasores, calvos, decráneo abultado, ojos bulbosos ysin nariz, se ajustan hasta extre-mos increíbles al estereotipo dealienígenas de los ovnis dibujadopor Bullard. Esto sugiere la preo-cupante sospecha de que los ab-ducidos no sólo son plagiarios,sino que además tienen malgusto. [16]

Earth versus the flying saucers(1956) también se adelanta a latradición ovni al presentar unaabducción en la que se extraenpensamientos. Los tripulantesdel platillo secuestran a un gene-ral, hacen transparente su cráneoy chupan el conocimiento quecontiene para almacenarlo en un Banco de Memo-ria Infinitamente Indexado. Aunque la frecuenciade clichés en las narraciones de abducción puedeser achacada a factores psicológicos de la persona-lidad de los abducidos, no es posible descartar quelas películas favorecen la asociación. Dentro de al-gunos años, puede que suframos una epidemia deparásitos implantados, potenciales reventadores delpecho, debido a la in-fluencia de la películaAlien, el octavo pasajero.Un informe de este te-nor sería demasiado sos-pechoso, pero eventual-mente algún extraño fe-nómeno médico podría asociarse a este tipo de alu-cinaciones, y la tradición ovni se orientaría enton-ces hacia nuevas direcciones. Con igual facilidad,podría no suceder, a causa de los vaivenes de losfactores sociales.

EL SECUESTRO TIPO, EN UN CÓMIC DE 1930

En una vena algo más esotérica, incluso la estructurade las narraciones de abducciones tiene predecesoresen la ciencia ficción. Thomas Bullard ha descubiertoun orden estructural consistente en los hechos de losinformes de abducción. Hay ocho tipos de sucesos yestán preferentemente ordenados de esta manera: (i)captura, (ii) examen médico, (iii) conferencia, (iv)visita a la nave, (v) viaje a otro mundo, (vi) teofa-nía, (vii) regreso y (viii) secuelas. Ninguna abduc-ción tiene todos los sucesos, pero éstos no aparecenfuera de esta secuencia. Generalmente, a los abduci-dos no se les muestra la nave antes del examen mé-dico o de la conferencia, y cosas semejantes. Bullardconsidera que esta secuencia es a veces arbitraria

desde un punto de vista racional.La fidelidad de los informes pa-rece indicar a Bullard que son ex-periencias reales. Él esperaría quelos elementos de la historia semezclaran entre sí si fueran subje-tivos. [17]

¿Qué hacemos, entonces, conla tira cómica de 1930 Tiger menof Mars, de la serie Buck Rogers enel siglo XXV? Se ajusta a la estruc-tura de Bullard de manera exce-lente. Wilma sufre (i) la capturapor una pinza gigante conectada auna nave alienígena esférica, (ii)un examen médico mientras yacesobre una mesa en trance electro-hipnótico, (iii) mantiene unaconferencia con un subordinado yluego con un líder, (vi) experi-menta una teofanía mientras mira

a la Tierra desde un punto situado fuera del planetay (vii) regresa. En la secuela, hay un ejemplo de loque Bullard llama trabajo sistemático, cuando los alie-nígenas abducen a Sally, la hermana de Wilma. Haytambién un final apocalíptico en el que la luna mar-ciana Fobos choca contra Marte. [18] Podemos ha-cernos una idea de lo convincente de la estructurade esta narración observando que sólo una abduc-

ción en la literatura ovnitiene un mayor número deestos elementos en el or-den correcto. Dos tienenel mismo número de ele-mentos y los otros 163 ca-sos correctamente ordena-

dos tienen cinco o menos elementos. [19]Obviamente, la presencia de una estructura no

prueba que el tebeo sea objetivamente real, y se dapor hecho que un tebeo olvidado hace mucho no esuna influencia muy verosímil en las abducciones ac-tuales. Es más verosímil que lo que compartan sea unprincipio de ordenación intuitivo, adquirido sub-conscientemente por la influencia de la ficción. Sirenombramos los elementos de Bullard, veremosmás claramente la lógica de esto: (i) presentacióndel personaje, (ii) peligro y conflicto, (iii) explica-ción y revelación, (iv) buena voluntad e intento deimpresionar, (v) excitación, (vi) clímax, (vii) des-enlace y (viii) epílogo.

El reconocimiento médico, al igual que el peli-gro, es la parte negativa de la historia y arruinaría elfinal feliz si se coloca tarde en la secuencia. Inclusoen casos atípicos, el examen nunca sucede cerca delfinal. Pragmáticamente, colocar la teofanía antes delestudio médico podría infundir confianza en el ab-ducido y facilitar las pruebas. Sin embargo, teatral-

“La invasión de los hombres de los Platillso volantes”

¿Hay algo en los alienígenas de losovnis que no se parezca

a la ciencia ficción?

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mente, este orden sería estúpido, porque minimiza laintensidad del peligro y arruina el final feliz y la sen-sación de desenlace. El terror a lo desconocido esuno de los más primarios. Dramáticamente, no seríaprudente atenuar el factor alienígena antes del peli-gro con una conversación con los extraterrestres ouna visita guiada por la nave. También es una malaestrategia situar los estímulos de aversión después delmensaje y la información de la conferencia, la visitay la teofanía.

El viaje a otro mundo es una forma de excitacióny puede aparecer en cualquier punto entre la capturay el clímax. La mayoría de los casos atípicos de Bu-llard colocaba el viaje a otro mundo en una posiciónque él no consideraba correcta. Para decirlo simple-mente, el orden correcto de Bullard es la mejor ma-nera de contar una historia. Como mínimo, su con-clusión de que, en cuanto al tema de la estructura,“la objetividad gana un punto importante” es pro-blemática. [20]

La escena de la captura en Tiger men from Marsincluye un increíble aparato que parece inventadopor un niño: una pinza mecánica gigante que iza a lavíctima. Es una máquina grandiosa, de cómic, apro-piada para una situación de un tebeo de Buck Ro-gers. Resulta chocante, por tanto, comprobar quealgo similar aparece en la abducción de Steven Kil-burn en Missing time, el segundo libro de Hopkins.Parece un artilugio ridículamente poco práctico parauna cultura tecnológicamente superior, y aun asíHopkins lo incluye sin un solo indicio de ironía.Uno puede entender su presencia en un tebeo de losaños 30 e incluso en un borrador del guión de Laguerra de los mundos. Al menos en el último caso, al-guien se debió dar cuenta de que tendría que elimi-narse del guión. Pero ¿en una abducción real? La su-gerencia de Lawson de que Kilburn podría estar re-viviendo un nacimiento asistido con fórceps tienemuchísimo más sentido. [21]

Podría divertirme más destruyendo las hipótesisde Hopkins, pero en realidad no merecen más aten-ción. Es hora de dedicarnos al último de los tres an-tecentes históricos.

EL ‘VIAJE INTERRUMPIDO’

Thomas E. Bullard abre su masivo estudio del mis-terio de las abducciones con una discusión del le-gendario viaje interrumpido de Betty y Barney Hill.Fue el caso ovni más sensacional de la época: unahistorieta de terror que quedó grabada en el in-consciente de una generación. La proliferación deinformes de abducciones que siguió a su apariciónno es sorprendente. Lo que intriga a Bullard escómo los Hill obtuvieron la idea. Él señala que losinformes con presencia de ocupantes de ovnis eranconocidos sólo por unos pocos iniciados en 1961.Cree que los Hill no poseían ningún conocimiento

a partir del cual construir una pesadilla de este tipo,de modo que afirma que “hay muchas probabilida-des de que los Hill realizaran su viaje interrumpidosin ninguna predisposición”. Cómo pudieron origi-nar la historia es un “misterio que continúaabierto” y, mientras siga sin resolverse, “la explica-ción de un origen por tradición cultural parte condesventaja”. [22]

Parte del misterio puede resolverse leyendo cui-dadosamente El viaje interrumpido, de John G. Fu-ller. Existe evidencia de que Betty Hill había leídoel libro The flying saucer conspiracy, de Donald Key-hoe, poco antes de que empezara a tener pesadillasde abducciones. La obra de Keyhoe cita casi una do-cena de casos de ocupantes de los platillos. La ma-yoría es rechazada de inmediato por el propio Key-hoe. Entre ellos, se incluyen tonterías tales comohombres del espacio con rayas de cebra, una entidadcon cara de elefante, seres de seis brazos y cuatrometros de altura, cuentos de monstruos del espacioy fraudes de contactados. Sin embargo, Keyhoeprácticamente respalda un informe procedente dePearl Harbor en el que un aviador proclama asus-tado: “He llegado a verle”, refiriéndose al piloto delplatillo. Nótese que el pronombre usado se refiere aél y no a ello. Sin duda, esto habría impresionado aBetty por su parecido con la experiencia de Barneycuando vio a los ocupantes del platillo. [23]

Keyhoe también acepta en algún grado una seriede relatos ovni de Venezuela en la que aparecenunos enanos peludos. Una de estas historias propor-ciona un punto de partida más afín a las pesadillasde Betty Hill. Dos campesinos ven primero una luzbrillante, como la de un coche, en una carreteracercana. Flotando a pocos metros del suelo, hay unamáquina redonda de cuya parte inferior brota unbrillante resplandor. “Cuatro hombrecillos” salen eintentan arrastrar a Jesús Gómez hacia el objeto.Hay una pelea, que da a la historia una credibilidadespecial a los ojos de Keyhoe. Luego, Keyhoe cita la

Fotograma de la película “Ultimátum a la Tierra”

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experiencia de Jesús Paz, que fue encontrado in-consciente después de ser atacado por un enano pe-ludo. A continuación, José Parra ve seis pequeñascriaturas peludas junto a un platillo, las cuales le pa-ralizan con una luz brillante. [24]

En su pesadilla, Betty Hill debe luchar por man-tener la consciencia y se encuentra rodeada por cua-tro hombres de baja estatura. Barney, inconsciente,es arrastrado por otro grupo de hombres. Su númerovaria de ocho a once cuando están en mitad de lacarretera. Los Hill son llevados desde el coche a unanave reluciente en forma de platillo. El comporta-miento de los alienígenas es muy profesional y prác-tico, y están vestidos en un estilo vagamente mili-tar. No son amenazadores de por sí. Está muy en lalínea de las especulaciones de Keyhoe respecto aque los alienígenas estaban llevando a cabo un es-tudio científico del planeta por pura “curiosidadneutral” o bien como preludio de un desembarcomasivo. [25]

Esto nos lleva al platillo, pero no nos da muchaidea de lo que se supone que debe pasar dentro. Lacuriosidad neutral se plasmaría probablemente enalgún tipo de examen o interrogatorio y es más omenos lo que ocurre. Sin embargo, tienen lugar elterrorífico episodio de la aguja en el ombligo y el delmapa estelar. Nada de lo que Keyhoe dice nos pre-dispone a este tipo de cosas.

LOS INVASORES DE MARTE

Las películas proporcionan otra fuente cultural de ex-pectativas e imaginería. Bullard mismo hace notarque un par de filmes de los años 50 presentan temasmédicos en el entorno de una abducción alienígena:Invaders from Mars (1953) y Killers from Space (1954).Aunque comprende la importancia de la segunda enalgunos casos de abducción que siguieron al de losHill, se le escapa la importancia de Invaders fromMars. [26] Cerca del clímax de la película, una mujery un niño son abducidos por mutantes de Marte y lle-vados a una habitación dentro de un platillo. La mu-jer es colocada sobre una mesa rectangular que se des-liza en la escena. Lucha brevemente, hasta que unaluz brilla sobre su rostro, lo que hace que se relaje ypierda el sentido. Una aguja, enmangada en plásticotransparente, se dirige hacia la parte trasera de su cue-llo. En la punta, se encuentra un artilugio que va aserle implantado. [27]

En El viaje interrumpido, vemos a una mujer y unhombre abducidos por alienígenas descritos comomongoloides -ya de por sí un tipo de mutación-. Enla pesadilla original, Betty compara las narices de losalienígenas con la de Jimmy Durante. Ésta es unadescripción muy acertada de las narices de los mu-tantes en Invaders from Mars. Curiosamente, Barneyno vio las narices tipo Durante de los alienígenas.Quizá por deferencia a los recuerdos de Barney,

Betty suprimió este detalle en sus sesiones de hipno-sis. Podría ocurrir también que el detalle de la narizgrande provocara algunas burlas y su inconscienteaprovechara la oportunidad para eliminar el molestodetalle cuando Benjamin Simon lo liberó en las se-siones de hipnosis. [28]

Hay algunos tests preliminares de tipo rutinario.Luego, Betty yace en una mesa de reconocimiento.Se le colocan agujas en varias zonas del cuerpo, in-cluyendo la parte posterior del cuello. En un mo-mento determinado, aparece una aguja muy larga,más larga que cualquier aguja que hubiera visto antes,que es insertada en su ombligo. Betty experimenta undolor muy fuerte. El examinador le cubre los ojos conuna mano, frota, y el dolor cesa. El paralelismo con laluz calmante de Invaders from Mars es claro.

Estoy en deuda con Al Lawson por llamar miatención sobre el hecho de que el motivo de la agujaen el ombligo debe su origen a la imaginería aparecidadurante la escena de la sala de operaciones mar-ciana. Poco después de empezar la operación, la cá-mara toma, desde un punto de vista elevado, una pa-norámica del quirófano. Al menos, esto es lo que sesupone que es. La imagen es ambigua en cuanto a es-cala y contenido. Se supone que debe interpretarsecomo una vista de la arquitectura del interior delplatillo, cuya estructura dominante es un conductometálico o viga desde el techo hasta el suelo. Guarda

Betty y Barney Hill

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cierta similitud de diseño con laaguja que se clava en el cuello, por-que una funda de plástico transpa-rente rodea su mitad superior. Sinembargo, la ambigüedad de la ima-gen admite una explicación alter-nativa. La viga tubular con su fundade plástico se convierte en unaaguja hipodérmica. La iluminacióndel suelo sugiere la curvatura de unabdomen. El lugar donde el tuboconecta con el suelo está rodeadopor un surco redondo; es el om-bligo. En el breve instante en el quese ve la imagen, algunas personaspueden malinterpretarla y ver en sulugar una enorme aguja hipodér-mica que ha sido insertada en elombligo de la mujer.

Algunos han visto en el incidente de la aguja enel ombligo de Betty un procedimiento médico que noexistía en la época del encuentro. En realidad, la re-ferencia de los alienígenas al procedimiento comoun test de embarazo es contemporánea para laépoca. La amniocentesis existe como procedi-miento médico desde finales del siglo XIX. Hacecien años, la aguja se insertaba en el abdomen paradrenar líquido amniótico cuando había demasiadapresión durante el embarazo. Sin embargo, a finalesde los años 50, se convirtió en un test para el segui-miento del embarazo en mujeres con sangre de tipoRh negativo que pudieran presentar problemas deincompatibilidad de grupos sanguíneos. A partir de1966, la amniocentesis pasó a ser un procedimientode diagnóstico genético. La comparación de la or-dalía de Betty Hill con una laparoscopía falla en losdetalles. [29]

UN MAPA ESTELAR

No hay diálogo con los alienígenas en Invaders fromMars, y uno no espera que la escena del mapa este-lar se origine allí; pero los sueños tienen una ex-traña capacidad de distorsionar y condensar los re-cuerdos. Un poco antes, en la película, el niño y lamujer se reúnen con un científico en un observato-rio. Este personaje, el doctor Kelston, tiene un granmapa estelar en la pared, detrás de él. Durante lareunión, el doctor señala al mapa y habla de la dis-tancia de Marte a la Tierra. Lo más sorprendente deesta discusión -para el cinéfilo atento- es que, aun-que Kelston señala al mapa como si en él estuvieranrepresentados ambos planetas, no hay nada dondedebería estar la Tierra. Se lo está inventando.

Cualquier parecido entre el mapa estelar deKelston y el de Betty Hill es pura coincidencia. Nolo es, sin embargo, la paradoja que ambos compar-ten. El boceto de Betty tiene los dos planetas que

faltan en el de Kelston. (Marjorie Fish, irónica-mente, los considera estrellas.) Pero, cuando el alie-nígena pregunta a Betty dónde está la Tierra en elmapa, ella revive la confusión del cinéfilo. No tieneni idea. Dicho sea de paso, los tamaños de los pla-netas son comparables a los de los planetas que apa-recen en el firmamento en los créditos de la pelí-cula.

Además, en el guión de Invaders from Mars, an-tes de la escena del mapa estelar, Kelston enseña alniño un gran libro de recortes con artículos de pe-riódico sobre actividades de platillos volantes. Noaparece en la versión en vídeo de 78 minutos que yohe visto, pero existe una versión europea de 82 mi-nutos que tiene una escena más larga en el observa-torio. ¿Sabe alguien si esta escena del libro fue fil-mada? Podría explicar la presentación del librogrande en la narración de Betty.2 [30]

El parecido entre Invaders from Mars y las pesadi-llas de Betty Hill es imperfecto y, obviamente, notiene nada del rigor de una ecuación matemática. Porsu naturaleza, los sueños y las pesadillas casi nuncason recuerdos verídicos. Incluso si Betty Hill fue real-mente abducida, sería raro que sus pesadillas fueranuna réplica fiel de su trauma. Las emociones que sin-tió resurgirían, pero su contenido dramático tendríasólo un parecido metafórico con lo sucedido. Lo másque se podría esperar serían retazos de la imagineríacaracterística que ayudaran a juntar las piezas a partirde las que se originó el sueño. Resulta bastante sor-prendente que existan tantos elementos de este tipo-las narices tipo Durante, la aguja en el ombligo, laidea del tranquilizante óptico y el mapa estelar- parallevar a cabo una identificación convincente.

Mapa estelar dibujado por Betty Hill

2 Cuando emitieron esta película en Gran Bretaña hace algunosaños, había una escena en la que aparecía el libro de recortes sobreovnis de Kelston. (N. de John Rimmer.)

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La versión de los hechos de Barney debe pro-bablemente mucho a la narración de Betty, perohay una faceta que es claramente suya: los gran-des ojos almendrados de los alienígenas. DonaldKeyhoe hace hincapié en que era “el peor rasgo”de sus feas caras. Les daba un aire siniestro. Sufealdad impulsó a Keyhoe a preguntarse quépudo haber hecho que los Hill se imaginaran ta-les criaturas. “Nunca fue completamente expli-cado”. [31]

Los ojos almendrados son extremadamente ra-ros en las películas de ciencia ficción. Sólo co-nozco un ejemplo. Aparecieron en el alienígenade un episodio de una vieja serie de televisiónThe outer limits, titulado The Bellero shield. Unapersona familiarizada con el boceto de Barney enEl viaje interrumpido y el boceto hecho en colabo-ración con el artista David Baker sentirá un esca-lofrío de déjà vu en la columna al ver este episo-dio. El parecido se ve intensificado por la ausen-cia de orejas, pelo y nariz en ambos alienígenas.¿Podría ser una casualidad? Consideremos esto:Barney describió por primera vez los ojos enforma de almendra durante la sesión de hipnosisdel 22 de febrero de 1964. El episodio The Belleroshield fue emitido por primera vez el 10 de febrerode 1964. Sólo doce días separan ambos hechos. Sise admite la identificación, la existencia de ojosalmendrados en la literatura sobre abduccionestiene orígenes culturales. [32]

UNA BROMA CÓSMICA

Wilder Penfield dijo una vez: “Es mucho mejorestar equivocado que no tener una opinión”. Alformular esta máxima, Penfield demostró ser unsabio prudente. Los errores son mucho más fruc-tíferos que el silencio. Nos orientan hacia la in-vestigación y los descubrimientos. Si Jacobs,Hopkins y Bullard hubieran sido cautos y reser-vados, algunas de las sorpresas de este artículonunca hubieran salido a la luz. Hay aquí cosasacerca de la naturaleza cultural del fenómenoovni que yo nunca hubiera sospechado. El origende los platillos volantes a causa de un error perio-dístico, sobre todo, es la mayor broma cósmicaque me he encontrado en la vida. Puede que nosea la refutación definitiva de la hipótesis extra-terrestre para la mayoría, pero a mí me sirve. Porello, estoy en deuda para siempre con estas perso-nas.

Mi opinión es que la cultura predispone a lagente a tener el tipo de experiencias ovni quetiene en un grado que todavía hemos de conside-rar. Incluso si estoy equivocado, mis argumenta-ciones no habrán sido en vano.

Versión española de ADELA TORRES

1. Jacobs, David M.: “The new era of ufo research”. Pursuit. Nº 78(1987), 50.

2. Dille, Robert C. (Ed.): The collected works of Buck Rogers in the 25thcentury, Chelsea House Publishers. 1969. 159.

3. Lundwall, Sam J.: Science fiction: an illustrated history. Grosset &Dunlap. 1977. 107.

4. Sadoul, Jacques: 2000 AD: illustrations from the golden age of sciencefiction pulps. Henry Regnery. 1973. 63, 66 y 148.

5. Ibid, 69-70 6. Steiger, Brad: Project Blue Book. Ballantine. 1976 (Steiger, Brad:

Proyecto Libro Azul. Trad. de Rafael Lassaletta. Editorial EDAF(Col. “Nuevos Temas”). Barcelona 1977. 383 págs.); Arnold,Kenneth: “How it all began”. En Fuller, Curtis G.: Proceedings ofthe First International Ufo Conference. Warner, 1980.

7. Bullard, Thomas E.: Ufo abductions: the measure of a mystery. Vo-lume 1: comparative study of abduction reports. Fund for UFOResearch. 1987. 196.

8. Story, Ronald D.: Encyclopedia of ufos. Dolphin. 1980. 330-334. 9. Hopkins, Budd: Intruders: The incredible visitations at Copley Woods.

Random. 1987. 192. (Hopkins, Budd: Intrusos. Las increíbles visi-tas a Copley Woods. Trad. de Rafael Lassaletta. Editorial EDAF(Col. “Nuevos Temas”). Madrid 1988. 271 págs.)

10. Nicholls, Peter: The science fiction encyclopedia. Dolphin. 1979.207.

11. Wells, H.G.: The war of the worlds. (Wells, Herbert G.: La guerrade los mundos. Trad. de Ramiro de Maeztu. Apéndice de Cons-tantino Bértolo Cadenas. Ilustrado por Mario Lacoma. Anaya(Col. “Tus Libros”, Nº 44). Madrid 1984. 210 + XIX páginas.)

12. Hopkins, op. cit., 189-190. 13. Warren, Bill: Keep watching the skies: american science fiction mo-

vies of the fifties. 2 Vols. McFarland. 1982; Naha, Ed.: The sciencefictionary. Wideview. 1980; Hardy, Phil: The encyclopedia ofscience fiction movies. Woodbury. 1984. 180.

14. Warren, op. cit., 187. 15. Bullard, op. cit., 14; Naha, op. cit., 218 16. Rebello, Stephen, “Selling nightmares: movie poster artists of the

fifties”. Cinefantastique. March, 1988. 42. 17. Bullard, op. cit., 47-53, 372 18. Dille, op. cit., 142-145. 19. Bullard, op. cit.. 54-55. 20. Bullard, op. cit.,. 372.21. Hopkins, Budd: Missing time. Richard Marke. 1981. 77; Warren,

op. cit., 153; Magonia. Nº 10. 1982. 16-a7.22. Bullard, op. cit., i-ii, 275, 365. 23. Fuller, John G.: The interrupted journey: two lost hours aboard a

flying saucer. Dell. 1966. 45-49 (Fuller, John G.: El viaje inte-rrumpido. Dos horas olvidadas a bordo de un platillo volante. Prolo-gado por Benjamin Simon. Trad. de Jesús Pardo. Editorial Plaza& Janés (Col. “Otros Mundos”). Barcelona 1977. 374 págs.);Keyhoe, Donald E.: The flying saucer conspiracy. Fieldcrest. 1955.63-64, 204-205.

24. Keyhoe, op. cit., 240-6. 25. Fuller, op. cit, 343-4; Keyhoe, op. cit., 58, 65, 190, 208. 26. Bullard, op. cit., 14.27. Invaders from Mars (1953). Vídeo. Fox Hills Video. 1987. 28. Fuller, op. cit., 344; Bullard, op. cit., 245. 29. Friedman, Stanton; y Slate, B. Ann: “UFO star base discovered”.

UFO Report. 2, Nº 1. Otoño 1974. 61. 30. Battle, John Tucker: Invaders from Mars. Script City. n.d. 42.31. Keyhoe, Donald E.: Aliens from space. Doubleday. 1973. 243-245.

(Keyhoe, Donald E.: Los desconocidos del espacio. Trad. de Sebas-tián Martínez y Luis Vigil. Editorial Pomaire. Barcelona 1974.410 págs.)

32. Schow, David J.; y Frentzen, Jeffrey: The outer limits: the officialcompanion. Ace. 1986. 170, 384; Bullard, op. cit., 243.

REFERENCIAS

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AAfinales de la década de los 70,la ufología norteamericana pa-saba por unos momentos de cri-

sis. Tras treinta años de investigaciones,muy poco se había avanzado, y el dis-curso ufológico estaba perdiendo el in-terés del público. Quién sabe si comorespuesta a esta situación, a principiosde los años 80, se publicaron dos libroscapitales que -para bien o para mal-marcarían el futuro de la ufología en losaños venideros. Por un lado, la apari-ción de The Roswell incident (El inci-dente), escrito por William L. Moore yCharles Berlitz, daría paso a lo que yoalguna vez he denominado arqueoufolo-gía. Aún hoy, casi veinte años después, ypese a los diversos desmentidos publica-dos por la propia Fuerza Aérea estadou-nidense, el caso del platillo volante es-trellado en Roswell sigue en el cande-lero y está siendo investigado con lasmás avanzadas técnicas informáticas.1

Por otro lado, en el verano de 1981, unpersonaje prácticamente desconocidoen el mundillo ufológico, Budd Hop-kins, publica su primera obra bajo el su-gerente título de Missing time (Tiempoperdido), tratando el controvertidoasunto de las abducciones de humanospor parte de seres alienígenas.2

El hombre que moldeóun sueño americano

Budd Hopkins ha sido el principal agente transmisor de la contagiosa‘enfermedad’ de las abducciones en Estados Unidos

desde finales de los años 70

LUIS R. GONZÁLEZ MANSO

1 Según puede leerse en el número 374 (junio 1999) de TheMufon Ufo Journal, siguen apareciendo testigos y el análisisde las fotografías tomadas de los supuestos restos -y del tele-tipo que el general Ramey tiene en la mano en ellas- per-mite (a algunos) identificar algunas palabras muy sugeren-tes.

2 Para una comprensión clara de la complejidad de este fenó-meno, recomiendo consultar el vocablo abducción en Va-rios Autores: Diccionario temático de ufología. Prologadopor Matías Morey Ripoll. Edita Fundación Anomalía.Santander 1997. 415 pás.

(Otoño 1999) el escéptico29

Retrato del líder de los alienígenas que secuestraron a los Hill

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Las llamadas abducciones, un tipode encuentro cercano con extraterres-tres en el que los testigos son obliga-dos a entrar en un ovni y examinados,salieron a la luz pública en 1966cuando John Fuller presentó en formade libro el caso del matrimonio Hill,que habría pasado dos horas a bordo deun ovni. Salvo algún caso esporádico(Vilas Boas, 1957; Pascagoula, 1973),no fue hasta después de la emisión, el20 de octubre de 1975 y a escala na-cional estadounidense, de un docu-mental de la NBC sobre el caso de losHill, protagonizado por James Earl Jo-nes, cuando empezaron a aflorar diver-sos relatos de abducción. Muy divul-gado fue el secuestro de Travis Wal-ton, que alcanzó gran repercusión entodo el mundo -y llegaría años despuésa la pantalla grande-, lanzando a losufólogos planetarios a la caza y capturade nuevos casos.

Sin embargo, lo más curioso eraque, dejando aparte unas mínimascoincidencias básicas, los relatos mos-traban seres y procedimientos enorme-mente variados: desde los monstruosgigantescos descritos por Zanfretta enItalia, hasta las mujeres enfundadas entrajes de una pieza del argentinoLlanca. Y, aunque terroríficas, nosiempre podían considerarse experien-cias completamente negativas. En1979, Raymond Fowler había publi-cado la primera entrega de la saga deBetty Andreasson, que aún hoy siguevivita y coleando 3. En ella, Andreas-son relataba una abducción con clarostintes religiosos, culminando con suencuentro con una especie de Ave Fé-nix.

EL PINTOR DE LOS SECUESTROS

Hopkins representa un cambio bruscoen el panorama de las abducciones.Sus alienígenas raramente se comuni-can con sus víctimas y frecuentementeadoptan una postura decididamentesiniestra e incluso malévola. Pero,¿quién es esta fulgurante estrella del

30(Otoño 1999) el escéptico

3 Betty Andreasson presentó en el Congreso Internacionaldel Mufon celebrado en julio de 1979 una conferenciabajo el título “Watchers/elders physical make-up, syndro-mes and message reviews”. Para más información, consul-tar su página web: http://www.cvinet.com/bluca/).Recreación artística de la abducción de Travis Walton

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(Otoño 1999) el escéptico31

universo ufológico? Budd Hopkins nació en1931 y se graduó en el Oberlin College in1953. Como pintor y artista, ha recibido va-rios premios y sus obras se exhiben en mu-seos de Estados Unidos, incluyendo el Gug-genheim de Nueva York. Una tarde de ve-rano de 1964, pudo observar junto a unosamigos un pequeño objeto metálico flo-tando inmóvil en los cielos de cabo Cod,mientras las nubes lo sobrepasaban, queacabó moviéndose contra el viento.

Este avistamiento, a plena luz del día,marcó el principio del interés de Hopkinspor el fenómeno ovni. Pronto empezaría aleer libros sobre el tema y a comentar sucaso en sus reuniones y fiestas, donde lemencionaron sucesos similares. Una mues-tra clara del impacto sufrido, como el pro-pio Hopkins reconoce, aparece en su pro-ducción pictórica de la época, llena degrandes y ambiguos círculos negros. En juliode 1975, pasa por fin a la acción, investi-gando una serie de casos ocurridos entre susamigos de cabo Cod, sin encontrar una ex-plicación convencional. Un componentepoco usual en sus investigaciones son las fa-cilidades que encuentra en los medios decomunicación para divulgarlas.

Cuando, el 19 de Noviembre de 1975,descubre que su tendero de toda la vida ase-gura haber tenido, unos diez meses antes, unencuentro con humanoides y huellas ocu-rrido frente a los rascacielos de la isla deManhattan, Hopkins ve el cielo abierto.Telefonea rápidamente a una de las figurasseñeras de la ufología norteamericana de laépoca, Ted Bloecher, y se lanza a investigara fondo. Resulta que los ocupantes habríanextraído tierra con unas pequeñas palas(algo que se repetiría en futuros casos suyos,incluyendo el de Linda Cortile en 1989).Otra especie de constante es que, durantesus investigaciones Hopkins, se vea acompa-ñado de nueva actividad ufológica, quizá de-bida a la publicidad en prensa, radio y tele-visión que él consigue. De esta época -marzode 1976-, data su primer artículo ufológicoen la revista neoyorquina The Village Voice,aparecido luego ni más ni menos que en Cos-mopolitan.

Pocos meses después, se tropieza con suprimera posible abducción: la niñera de suhija de tres años formaba parte de un grupode jóvenes que, tras observar algunos ovnissobre una montaña, deciden acercarse, peroal hacerlo los pierden de vista. Se encuen-tran entonces con un coche blanco y descu-

bren como se les aproxima una doble co-lumna de entre quince a treinta motoristascon luces en los cascos. Lo siguiente que re-cuerdan es la vuelta a sus casas. Ante estetiempo perdido, y a semejanza del caso Hill,Hopkins decide utilizar la hipnosis y enenero de 1977 comienza con las regresiones.Sin embargo, los primeros especialistas con-sultados ofrecen escasos resultados y no eshasta que, en el verano de 1978, conoce a lapsicóloga Aphrodite Clamar que estas técni-cas hipnóticas empiezan a dar abundantesfrutos. Quizá no resulte ajeno a tal éxito elprocedimiento utilizado por Lamar, quien ensus regresiones emplea la técnica de situar altestigo en un entorno favorable pidiéndoleque imagine estar viendo una película sobrelo ocurrido.

Entre 1977 y 1980, Hopkins y su equipoinvestigan varios casos de abducción, algu-nos tan extraños como el de una pareja decampistas que recuerda haber pasado unanoche acosada por robots a los que mantie-

Budd Hopkins, el profeta de las abducciones

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nen alejados con sus linternas hasta que lo-gran huir -o eso pensaban hasta que inter-vino el amigo Budd-. Luego, pasarían una se-mana en el hospital con extrañas marcas enel abdomen. Sin embargo, este caso, en elque podría haber abundante documentaciónmédica, apenas es mencionado de pasada enMissing time, prefiriendoel autor centrarse enotras abducciones muchomenos documentadas. Dehecho, vistos desde laperspectiva de finales delos años 90, los relatos re-producidos en 1980 porHopkins resultan pobresy muy parcos en detalles.

No obstante, crearon un gran revuelo enel mundillo ufológico, evidencia clara del es-tancamiento de la situación a finales de losaños 80. La idea de que miles -quizá millo-nes- de personas pudieran ser abducidas sinconservar el menor recuerdo consciente eraun elemento nuevo que ampliaba de formaexponencial las posibilidades... incluso deexplotación comercial. Hopkins alcanzó unéxito fulgurante, siendo desde entonces uninvitado habitual en todo tipo de congresosufológicos y recibiendo en dos ocasiones,1986 y 1988, el premio del Mufon por su“destacada contribución a la ufología” (losnorteamericanos saben reconocer a quienesabren nuevos mercados).

LA ‘EPIDEMIA INVISIBLE’

Si, en palabras del propio Hopkins, las ab-ducciones eran “una epidemia invisible”, élse convirtió en su principal agente propaga-

dor. A raíz de la aparición del libro, recibiócientos de cartas de personas que sospecha-ban haber sido abducidas. También supo re-conocer la vertiente artística del fenómenoy ya en julio de 1982 organizó la primera ex-posición de arte realizado por abducidos.Naturalmente, también recibió críticas, ycontra las mismas empleó una doble estra-tegia. Frente a quienes le criticaban por eluso de la hipnosis, contestaba con cifras: de78 casos recopilados hasta diciembre de1984, en once ocasiones no había obtenidoun relato de abducción pese al empleo de lahipnosis; por el contrario, en cinco, los tes-tigos lo recordaban todo sin necesidad deemplearla. Del resto, sólo veinte casos ha-bían sido investigados -trece de ellos bajohipnosis-; el resto estaba pendiente. Por lamisma razón, se convirtió en un crítico acé-

rrimo de la hipótesis del trauma natal desarro-llada por el profesor de literatura inglesa Al-vin Lawson4.

Otra crítica habitual achacaba dichos re-latos a problemas de personalidad de los tes-tigos5. Por ello, desde el primer momento,Hopkins intentó someter a sus testigos a una

completa batería depruebas psicológicas.El gran problema -aparte de la resisten-cia de algunos deellos- era el elevadocoste de las mismas.En el otoño de 1981, ycon fondos del Fondo

para la Investigación Ovni (Fufor), nueve desus testigos -no escogidos al azar y sin grupode control- fueron estudiados por un expertopsicólogo, al que se le ocultaron las peculia-res características de sus pacientes. Una vezterminado el estudio, cuyos resultados fue-ron que se trataba de personas normales, siacaso algo más inteligentes que la media,aunque con dificultades en su sentido deidentidad sexual y en sus relaciones inter-personales, Hopkins informó al psicólogo dela componente alienígena, por lo que éste es-cribió un apéndice negando cualquier psico-

John Mack, psiquiatra y discípulo de Budd Hopkins

4 Para más detalles, consultar la página web: http:// www.geoci-ties.com/Area51/ Vault/6521/

5 Quizá no sea casualidad que pocos meses antes, en 1980, se publi-case otro libro que causó sensación en un campo aparentementeindependiente. Se trataba de Michelle Remembers (Michelle re-cuerda). En éste, una mujer afectada de personalidades múltiplesdescubre, con ayuda de la hipnosis, que su dolencia había sido pro-vocada por los continuos abusos sexuales sufridos en su infancia amanos de una secta satánica.

Vistos desde la perspectivade finales de los años 90, losrelatos reproducidos en 1980por Hopkins resultan pobres

y muy parcos en detalles

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patología y especulando sobre si las caracte-rísticas exhibidas por los sujetos podrían de-berse a un suceso tan impactante como unaabducción por parte de seres extraterrestres.Teniendo ya un primer resultado favorablecon el que tapar la boca a sus críticos, Hop-kins se olvidaría en adelante de las propiasrecomendaciones del experto: ampliar y pro-fundizar en los estudios individual y colecti-vamente, estableciendo además grupos decontrol.

En su primer libro, Hopkins estableció al-gunas de las características que configuraríanel fenómeno de las abducciones en adelante.Aparte del inquietante tiempo perdido ,apuntó la posibilidad de que las abduccionesno fueran sucesos aislados, sino repetidos enla vida de cada testigo. Al insistir en la im-portancia de las cica-trices por heridas norecordadas, propicióuna nueva liturgiamatinal en los abduci-dos a la búsqueda deposibles marcas queapuntasen a un nuevosecuestro. Uno de sustestigos, Stephen Kilburn, describiría porprimera vez al típico gris con sus ojos obli-cuos y totalmente negros (sin pupilas). Con-siderando, además, que, de los seis protago-nistas del libro, tres eran amigos o conocidosde Hopkins y otro un colega investigador -Kilburn-, era comprensible suponer que elvolumen de personas abducidas sin saberlopudiera ser enorme -o bien, que el papel delautor como agente provocador del fenómenono resulta ni mucho menos descartable-.

LAS EVIDENCIAS

Pero lo que faltaban eran evidencias físicas.Éstas se las proporcionaría Kathie Davis, unajoven divorciada rural que se convertiría enel eje central de su segundo libro, Intruders(Intrusos), aparecido en 1987. La investiga-ción del caso de Davis se inició a finales de1983 y llevó a Hopkins a descubrir el gransecreto subyacente en estos secuestros: unprograma de hibridación extraterrestre. Poraquel entonces, Hopkins ya estaba organi-zando su primer grupo de autoayuda a abdu-cidos, práctica que se extendería luego porEstados Unidos y que contribuyó, sin lugar adudas, a la realimentación positiva del fenó-meno. También había decidido prescindir deintermediarios, por lo que generalmente eraél mismo quien hipnotizaba a los sujetos,

añadiendo así un elemento distorsionadormás y potenciando su involucración perso-nal. Su obsesión por el tema llegaba hasta elpunto de considerar que la oposición de suantiguo colega Ted Bloecher a admitir la re-alidad del fenómeno podría deberse a quefuera un abducido potencial en fase de nega-ción.

La principal evidencia material aportadapor Kathie Davis eran unas marcas circularesen su jardín donde el césped se habría se-cado. No había visto ningún ovni posadoallí, pero, con el precedente del famoso casoDelphos de 1971 -en el que habían aparecidounas huellas similares, por lo que ganó elpremio al mejor caso ovni del año instituidopor The National Inquirer-, ¿qué otra cosa po-día ser? Sin embargo, apenas si se realizó un

análisis adecuado delas mismas, dado eltiempo transcurridodesde que ocurrieronlos supuestos hechos.

No es de extrañarque, tras el caso Cash-Landrum -varios testi-gos sufren aparente-

mente problemas de salud debidos a radia-ción tras observar un ovni a corta distanciaen diciembre de 1980-, Hopkins atribuyesetambién gran importancia a las supuestasreacciones alérgicas de Kathie Davis al pi-sar las marcas. Sin embargo, tales reaccio-nes -en caso de ser ciertas- no resultannada sorprendentes en una testigo que pa-rece haber padecido continuos problemasde salud desde su infancia. si los alieníge-nas han seleccionado personas como ellapara mejorar su especie, lo más probable esque, en realidad, la estén degradando. Enlas sucesivas sesiones hipnóticas, se men-cionarían también los denominados implan-tes, supuestos dispositivos artificiales intro-ducidos por los extraterrestres en distintaspartes del cuerpo de sus víctimas -no nece-sariamente relacionados con las cicatrices-,sobre cuyas utilidades Hopkins especulaabiertamente, señalando que se los hanmencionado en 11 de los 58 casos por él in-vestigados.

Entre 1983 y 1986 Hopkins se sumerge -de la mano de Kathie Davies y otras tresmujeres como ella- en los aspectos más des-caradamente sexuales del fenómeno, que aestas alturas se ha convertido, para él, enun programa de secuestros sistemáticosafectando a distintos miembros de una

Entre los hombres comienzana aflorar ejemplos de supuestasextracciones de semen o incluso

de violaciones por partede hembras alienígenas

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misma familia. Mientras en-tre las mujeres encuentra loque denominaría el síndromedel feto perdido -las testigosrecuerdan haberse quedadoembarazadas, pero al pocotiempo el feto desaparece sindejar rastro-, entre los hom-bres comienzan a aflorarejemplos de supuestas extrac-ciones de semen o incluso deviolaciones por parte de hem-bras alienígenas. En amboscasos, transcurridos unos me-ses, los testigos, durante unanueva abducción, tienen oca-sión de conocer a sus supues-tos hijos híbridos.

DISCÍPULOS Y COMPETIDORES

Ya hemos comentado el papelde Hopkins en la transmisiónde esta contagiosa enfermedad entre sus tes-tigos -otro ejemplo: cuando visita el pueblonatal de Kathie Davis, pronto encuentraentre sus vecinas varias abducidas-, perosus efectos van mucho más allá, al propi-ciar la aparición de discípulos que extende-rán sus enseñanzas por todo el orbe. Así, enel verano de 1982, el catedrático de Histo-ria David Jacobs, autor de una conocidahistoria de la ufología en Estados Unidos,conoce a Hopkins y, en 1985, asiste a unaregresión. Para agosto de 1986, Jacobs yaestá totalmente convencido y empieza a re-alizar sus propias sesiones hipnóticas -buenalumno de su maestro, las realizará directa-mente, sin intermediarios profesionales-,que culminarían en su libro Secret life (VidaSecreta) de 1992 y en el aún más deliranteThe threat (La amenaza) de 1999. Otro dis-cípulo posterior, de gran prestigio por su ti-tulación académica -y por haber ganado elpremio Pulitzer con una biografía psicoa-nalítica de Lawrence de Arabia- sería JohnMack. Se conocieron en enero de 1990 y,en la primavera de 1992, ya firmó el con-trato de su primer libro sobre el asunto, quese publicó en 1994 bajo el título Abduction:human encounters with aliens (Abducción:encuentros entre humanos y alienígenas) conuna dedicatoria a Budd que decía: “Aquien abrió el camino”. Más, tarde se dis-tanciarían por diferencias irreconciliables.Mack considera las abducciones como ex-periencias positivas. Tampoco podemos ol-vidar la labor de Hopkins en la captación

de mecenas como los millonarios LawrenceRockfeller, Robert Bigelow o el príncipeheredero de Liechestein.

Sin embargo, la competencia había na-cido entre sus propios abducidos. En enerode 1986, el conocido autor de novelas deterror Whitley Strieber se puso en contactocon Hopkins para discutir una extraña ex-periencia que había sufrido esas Navidades.Tras varias sesiones hipnóticas, Strieber -cuya carrera literaria experimentaba uncierto declive- vio que tenía material paraescribir un libro y, pese a las recomenda-ciones de Hopkins, que por aquel entoncesterminaba el manuscrito de Intruders, paraque lo retrasase, la obra vio la luz en enerode 1987, anticipándose en dos meses a lade Hopkins. Communion alcanzó en pocassemanas el primer lugar entre los libros másvendidos según The New York Times -algoinesperado y desconocido con anterioridadpara un libro de este tema- mientras queIntruders no llegó siquiera a figurar en di-cha lista. La guerra estaba servida.

Intervino entonces un elemento queacabaría por introducir el fenómeno de lasabducciones extraterrestres en todos loshogares estadounidenses. A raíz de la des-regulación de la televisión que tuvo lugaren 1986, la atención de los medios se cen-tró en las abducciones, especialmente me-diante la proliferación de programas sensa-cionalistas de entrevistas y cotilleo descon-trolado donde empezaron a aparecer tantoinvestigadores como los propios abducidos

Philip J. Klass, autor de UFOs Explained y otras publicaciones sobre taemática ovni

(Otoño 1999) el escéptico

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contando sus espeluznantes historias. Así,en el programa de Oprah Winfrey apare-cen juntos por primera vez Budd Hopkinsy Philip J. Klass... y nunca más. Desde en-tonces, Hopkins se ha negado reiterada-mente a cualquier encuentro público conKlass, ex director de Aviation Week &Space Technology y escéptico de renombre.

Con los beneficios de sus libros, tantoStrieber como Hopkins establecieron sen-das fundaciones para hacer frente a la ava-lancha de casos que se les venía encima.Para 1990, la red de terapeutas, médicos ehipnotizadores coordinada por Hopkins seextendía por decenas de ciudades de Esta-dos Unidos y Canadá, y pronto se vio obli-gado a contratar como ayudantes a diver-sos abducidos: Peter Robbins, John Velez,etcétera.

En febrero de 1991, Hopkins recibe unacarta que transformará una abducción delmontón acaecida en noviembre de 1989 -eso sí, junto al famosísimo puente de Bro-oklyn- en el caso del siglo, pues revela quela misma habría sido observada por un parde testigos independientes de calidad, po-licías de servicio. Con el paso de los me-ses, la historia se va complicando y resultaque esos policías no son tales, sino losguardaespaldas de Javier Pérez de Cuéllar,entonces secretario general de la Organiza-ción de las Naciones Unidas, habiendo sidolos tres abducidos también aquella nochejunto a Linda Cortile como punto culmi-nante de un montaje organizado por losalienígenas desde la infancia de Cortile yPérez de Cuéllar. Una historia truculentaque, sin embargo, guardaba evidentes para-lelismos con una novela de suspense publi-cada meses antes6.

En medio de sus giras por todo el mundoy de la investigación del caso del siglo, Hop-kins aún tuvo tiempo de elaborar las pre-guntas de una encuesta financiada por elmillonario Bigelow y que, realizada en elverano de 1991 sobre una muestra de 5.947entrevistados, ofreció el inesperado resul-tado de que 119 de los mismos respondie-ran afirmativamente a cuatro de los cincoindicadores de abducción establecidos por elautor de Missing time 7. Dichas cifras, extra-poladas a la población total adulta suponen¡casi 4.000.000 de abducidos! sólo en Esta-dos Unidos. Hopkins veía confirmadas asísus más terribles sospechas.

En mayo de 1992, la cadena de televi-sión CBS emite una mini-serie de cuatro

horas basada en el segundo libro de Hop-kins, quien poco después hace público elcaso de Linda Cortile, teniendo que en-frentarse a las críticas de los escépticos y deotros ufólogos. Famosa fue su airada res-puesta al periodista Antonio Huneeu, que

6 Para más detalles, consultar mi artículo “El problema de las ab-ducciones múltiples. Cuatro ejemplos”, de próxima aparición en larevista Cuadernos de Ufología.

7 Éstos eran:1) ¿Se ha despertado alguna vez paralizado con la sensación de que

hubiera una persona, presencia o cosa extraña en la habitación?2) ¿Ha experimentado alguna vez un periodo de tiempo superior a

una hora, durante el cual estuvo aparentemente perdido, pero so-bre el que no puede recordar por qué o dónde estuvo?

3) ¿Ha tenido alguna vez la sensación de que estaba volando por losaires, pero sin saber ni cómo ni por qué?

4) ¿Ha visto luces o bolas de luz dentro de alguna habitación sin sa-ber qué las podría causar o de dónde procedían?

5) ¿Ha encontrado sospechosas cicatrices en su cuerpo que ni ustedni ningún familiar recuerdan cómo se hicieron o dónde se las hi-cieron?

6) (Pregunta de control -eliminatoria-) ¿Recuerda haber oído o le-ído alguna vez la palabra trondant, que guarda un secreto signifi-cado para usted?

Tomado de The Roper Organization: Unusual personal experiences:an analysis of the data from three national surveys conducted by the Ro-per Organization. Las Vegas 1992.

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se atrevió a exponer sus dudas en la revistaFate. No fue, no obstante, hasta cuatroaños más tarde, a finales de 1996, cuandoHopkins publicó su versión definitiva delcaso en su tercer libro, Witnessed (Observa-dos).

En la actualidad Hopkins sigue haciendonuevos hallazgos, como la supuesta capaci-dad de los extraterrestres para utilizar unainvisibilidad selectiva, y vuelve a profundizaren antiguos casos a la búsqueda de respues-tas.

DEMONIZACIÓN DE LOS ESCÉPTICOS

Quisiera terminar este trabajo comentandouna de las tácticas defensivas empleadas porHopkins y que cada vez está alcanzandomás difusión, por lo que debemos estar pre-parados. Hace algunos años, Hopkins secontentaba con señalar el paralelismo entrelas abducciones y los abusos sexuales a me-nores o los maltratos a mujeres haciendouna comparación algo forzada: gracias a lacerrazón de Freud, le había llevado a la hu-manidad cien años más reconocer la exis-tencia de tales abusos. Ahora, gracias a lacerrazón de Klass y los psicosociólogos, elfenómeno de las abducciones podría tam-bién pasar desapercibido por un tiempo si-milar, cuando en este caso lo que está enjuego, si cabe, es mucho más grave. Porsuerte, los extraterrestres no habían con-tado con su astucia. Sin embargo, los para-lelismos entre los abusos sexuales y las ab-ducciones son fáciles de desmontar. Ambosfenómenos presentan una diferencia cru-cial, incluso en volumen: mientras que losmaltratos a niños y mujeres tienen lugar porlo general en el entorno familiar y procedende personas cercanas al testigo e indepen-dientes entre sí, en el caso de las abduccio-nes se pretende que sean fruto de una labororganizada y metódica por parte de seresdesconocidos.

Fracasada hasta cierto punto la estrategiade convertirse en víctima, últimamente seha decidido a probar el papel de acusador,comparando a los escépticos con aquéllosque niegan el Holocausto judío. Algunosotros, como el psiquiatra John Mack, vanincluso mucho más allá y han llegado a afir-mar que la mera presencia de un escépticoen un programa donde se entreviste a abdu-cidos puede considerarse un ataque, ¡unaviolación de los derechos humanos de unaminoría! Así que ya lo saben, compañerosescépticos: ¡Tengan cuidado ahí afuera!

Bloecher, Ted; Clamar, Aphrodite; y Hopkins, Budd: Fi-

nal report on the psychological testing of ufo ‘abduc-

tees’. FUFOR. Mt. Rainier. 1985.Hopkins, Budd: Missing time. Richard Marek. Nueva

York 1980.Hopkins, Budd: Intruders: the incredible visitations at Co-

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Nuestra imagen deSherlock Holmes esel epítome de la ra-

cionalidad. Utilizando unportentoso cerebro, unas im-presionantes dotes de obser-vación y un amplísimo bagajede conocimientos científicos,el detective de Baker Streetresolvía casos extraños conuna facilidad asombrosa. Casipodría calificársele de detrac-tor: un periodista de lo para-normal no hubiese vaciladoen atribuir a los extraterres-tres los crímenes del PáramoMisterioso y, sin duda, habríaidentificado las correrías delsabueso de los Baskerville conlos ataques del temible chupa-cabras.

Con todo esto, uno podríapensar aquello de “de tal asti-lla, tal palo”, y suponer quesir Arthur Conan Doyle, pa-dre literario del detective másfamoso del mundo, sería tam-bién un frío y racional escép-tico. Y nada más lejos de larealidad. Sir Arthur era unfervoroso creyente en el espi-ritismo, la telepatía, la telequinesia, los fan-tasmas, los fenómenos paranormales... y lashadas. De hecho, si hubiese vivido unoscuantos años más -falleció, o, mejor dicho,abandonó este plano físico, en 1930-, habríadefendido, sin la menor duda, las visitas demarcianos, la efectividad del toque terapéu-tico o cualquier otra superchería que se le hu-biese puesto por delante. Su irracionalidadllegó al extremo de echar a perder una mag-

nífica amistad con el Gran Houdini porque elescapista se negaba a admitir que sus trucoseran, como sostenía Doyle, manifestacionesde sus facultades paranormales.1

Hoy en día, el espiritismo ha pasado a lahistoria, y ya nadie cree en las hadas -bueno,

Las hadas recortables quesedujeron a Arthur Conan Doyle

El creador de Sherlock Holmes, un ferviente espiritista, llegó a creer que los míticosseres del bosque existían, que eran “formas de vida que se han desarrollado por

una línea de evolución diferente”

FERNANDO L. FRÍAS

1 Cuando Enrique de Vicente, director de la revista Año Cero acusóde lo mismito al ilusionista James Randi, ya contaba con un ilus-tre precedente.

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casi nadie; si yo les contara...-. Sin embargo,la editorial Hesperus nos brinda la extraordi-naria posibilidad de leer El misterio de las ha-das, un precioso ensayo de Doyle que sólo sediferencia de cualquier libro sobre ovnis opiramidología en el objeto de estudio y,desde luego, en una calidad literaria infinita-mente superior.

LA LLEGADA DE LAS HADAS

El misterio de las hadas -originalmente, Thecoming of the fairies- fue publicado en 1923,pero empezó a gestarse en 1920, con motivode la aparición de dos fotografías de hadasobtenidas en 1917 en la localidad inglesa deCottingley por las primas Elsie Wright yFrances Griffiths -supongo que algún nume-rólogo encontraría estos intervalos de tresaños altamente significativos, por lo menos-.La historia de las fotos es ya muy conocida, ypueden leerse crónicas mejores que la que yo

podría hacer en Fraudes para-normales, de James Randi, o Laciencia. Lo bueno, lo malo y lofalso, de Martin Gardner. Amodo de resumen, me limitaréa contar que Elsie y Francescrearon estas dos fotografíaspor el sencillo expediente téc-nico de dibujar unas hadas ygnomos en cartulina, recortar-las y plantarlas en el suelo me-diante alfileres para el pelo,como contó la propia Elsie en1983. Tras conocerse las fotos,se armó tal revuelo, con laparticipación de personas tanprestigiosas y conocidas comoel propio Sir Arthur, que laschicas se vieron presionadas yrealizaron otras tres fotogra-fías con el mismo método, sibien en una de ellas se pro-dujo una doble exposición ac-cidental que da a la imagen -de un supuesto nido de hadas-un aspecto aún más etéreo ymisterioso.

Con la perspectiva que dael tiempo, uno se asombra deque estas fotografías colaran;aunque, la verdad, el hecho deque la tapa de aspiradora deAdamski o las maquetas malenfocadas de Billy Meier ha-yan traído de cabeza a tantosufólogos nos muestra cuán

cierto es aquello de que “no hay nada nuevobajo el sol”. La falta de profundidad de las fi-guras, consecuencia lógica de ser recortes decartulina, ya había sido notada, por ejemplo.Sin embargo, el ansia por creer mueve mon-taña, y la propia May Bowler, una de las da-mas teosofistas que escribieron a Doyle sobreel asunto y que menciona ese “aire artificialy sin relieve”, sugiere que su explicación “talvez se deba a la ausencia de sombra”. Cosaque remacha el propio Doyle: “En cuanto ala objeción de los fotógrafos de que las for-mas de las hadas proyectan sombras muy dis-tintas de las de los humanos, responderemosque los ectoplasmas, como suele llamarse alos protoplasmas etéreos, tienen una débilluminosidad característica que modifica con-siderablemente las formas”. Vamos: una ex-plicación maravillosa, y asunto zanjado.

Otro detalle significativo es que las figuri-tas son completamente estáticas, como se

E.L.Gardner, miembro del comité ejecutivo de la Sociedad Teosófica

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puede observar sobre todo en la primerafoto, en la que una pequeña cascada aparecemuy borrosa como consecuencia de una no-table sobreexposición, pero las hadas pare-cen quietas en el aire. Sir Arthur nos pro-porciona un buen número de explicacionescontradictorias, que van desde que “los mo-vimientos de las hadas son extremadamentelentos” hasta que elcuerpo de las hadas“es en principio denaturaleza pura-mente etérea y plás-tica”, diferente de lade los “mamíferoscon estructuraósea”, lo cual expli-caría que en vez debailar, como haríauna Isadora Duncancualquiera, se dedi-quen a componer fi-guras, como hacía elnegro de la películaAmanece, que no espoco cuando se lle-vaba a las cabras almonte para “hacerestampas de masai”.Pero, con mucho, laexplicación más ci-tada consiste sim-plemente en negarla mayor: todos losexpertos, asegura re-petidamente Doyle,afirman que las fotos“muestran a las ha-das en movimiento”.Como a estas alturasya es tarde para desear que santa Lucía con-serve la vista a aquellos expertos, no nosqueda sino rogar porque su próxima reencar-nación no sea en un topo o algún otro ani-malito con similares problemas de visión.

En realidad, todo el libro está plagado delos típicos razonamientos de esos ufólogos alos que la lógica les importa un pito2. La cir-cunstancia de que Elsie, la mayor de las ni-ñas, hubiese estado trabajando en un estudiode fotografía y como dibujante para una jo-

yería -en una época en la que las imágenesde danzarinas eran el motivo decorativo porexcelencia- es minimizada por Doyle, por-que, al fin y al cabo, su madre dice que “erauna niña que no había mentido nunca”. Elhecho de que la chica, en la época en la queDoyle estudió las fotos, se encontrase traba-jando en una manufactura de tarjetas de Na-

vidad -que se hacían mediante dibujos o fo-tos retocadas a mano- ni siquiera merece uncomentario para el astuto investigador. Losretratos de Elsie por sus profesores, que la de-finen como una chica “muy imaginativa”, lapropia afición de la niña por la pintura o lainconsistencia del relato de las muchachas -que terminaba con un enigmático “usted nopuede entenderlo”- no hacen que sir Arthursospeche de la falsedad de las fotos. Al fin yal cabo, ya en su prefacio pide a los lectores“que no se dejen engañar por el sofisma con-sistente en decir que, puesto que un profe-sional del fraude que sea diestro en el arte dela falsificación puede reproducir un objetosemejante al original, también éste, por con-siguiente, se ha obtenido de manera fraudu-

2 Durante una discusión en la lista escéptica de correo electrónico,el periodista de investigación Iker Jiménez nos obsequió con unmagnífico “a mí la lógica me importa un pito”, que nunca le agra-deceremos bastante. Justo es que, ya que cito la frase, reconozca laautoría de tan ilustre ufólogo.

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lenta”. Un argumento que podría haber fir-mado cualquiera divulgador de lo paranor-mal.

LOS MEDIOS MÁS AVANZADOS

De lo dicho hasta ahora, puede parecer quesir Arthur realizó una investigación chapu-cera y motivada por su desmedida fe en laexistencia de las hadas. Nada más lejos de larealidad. El escritor, que confiesa ser “másbien escéptico por naturaleza” -en un eco del“me negué a creer aquello durante horas”que emplea Juan José Benítez justo antes decontarnos que se ha creído el disparate másesperpéntico-, no duda en utilizar los mediosmás sofisticados en su búsqueda de la verdad.Así, por ejemplo, encarga a alguien queidentifica con el pseudónimo de señor Lan-caster que efectúe sus propias averiguacio-

nes. El tal Lancaster eraun “espíritu crítico”, locual le otorgaba, sinduda, una gran imparcia-lidad; pero además teníala enorme ventaja de nonecesitar recorrer milesde kilómetros para inves-tigar: podía hacerlo desdeel sillón de su casa, ya queposeía “considerables do-tes de clarividencia”. Yera un experto en eltema: “Afirmaba que amenudo había visto hadascon sus propios ojos”. Detodos modos, Lancasterda un paso más en la so-fisticación de la investi-gación, y no utiliza suspropios ojos, sino otrosaún más cualificados: losde su espíritu guía.

Pero, ¡ay!, resulta queel espíritu guía, desde suplano etéreo, ve que “lafoto fue tomada por un

hombre rubio, de baja estatura, con el pelopeinado hacia atrás; tiene un estudio con unmontón de cámaras fotográficas, de las quealgunas funcionan con manivela”. ¿Evidenciade un trucaje? ¡En absoluto! Doyle nos aclaraque estas palabras, “a grandes rasgos”, se re-fieren “al señor Snelling y su entorno, elmismo caballero que había tenido en sus ma-nos los negativos, los había sometido a peri-taje y había sacado ampliaciones”, y que,como nos dice en otro pasaje, “ha prestadoun inmenso servicio al estudio de la parapsí-quica”.

No obstante, el escepticismo de sir Arthurera de los de mente cerrada, así que sometióel fenómeno a más comprobaciones científi-cas. Esta vez fue el señor Sergent, otro pseu-dónimo de un personaje “que durante la gue-rra había sido oficial de carros de combate,

Los expertos, asegurarepetidamente Doyle,afirman que las fotos“muestran a las hadas

en movimiento”

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hombre incapaz de hacer la comedia y que,por otra parte, no hubiera tenido ningúnmotivo para hacerla. Desde hace tiempo,este hombre posee el envidiable don de laclarividencia en grado extremo...” Con tanexcelente cualificación, el tal Sergent acudeal bosque de Cottingley en compañía de lasniñas, y describe tal cantidad y variedad deseres feéricos que, más que la campiña in-glesa, aquello parecía el primer día de reba-jas en El Corte Inglés.

DE LA MÁS ABSOLUTA CREDIBILIDAD

Las fotos de Cottingley se complementancon multitud de testimonios, todos ellos pro-cedentes de personas de la más absoluta cre-dibilidad: Doyle las describe como “un hom-bre de honor, res-ponsable y equili-brado” o una per-sona de “serias ac-tividades, sentidopráctico y perso-nalidad viril”, o“una dama que or-ganiza trabajos deimportancia”, seaesto último lo quesea. En definitiva,personas todas“llenas de sentidocomún, con lospies en el suelo yque triunfan en lavida”. Eso sí: to-dos ellos “estánen la vanguardiade la ciencia”: alfin y al cabo, setrata de “uno delos videntes másdotados de Ingla-terra”, un médico“que ha tenidoexperiencias en lafrontera de lo ob-jetivo y lo subje-tivo”, un “cono-cido zahorí” o unadama que ha “tenido el valor de hacer públi-cos los efectos de sus notables facultades pa-rapsíquicas”. Vamos, que sólo falta el testi-monio de un piloto -el testigo de élite por ex-celencia- para que tengamos el cuadro per-fecto. Por si esto fuese poco, estos testimo-nios son perfectamente corroborables. Almenos, según la lógica pseudocientífica.

Cuando, por ejemplo, la señora Tweedaleafirma haber visto a un elfo haciendo ca-briolas sobre una hoja de lirio, “en la des-cripción del lirio que se dobla, tenemos unelemento objetivo que no puede tacharse dealucinación, y me parece que la aventura dela señora Tweedale constituye un argumentopositivo impresionante”.

Los testimonios, con todo, no son absolu-tamente perfectos. De uno de ellos, sir Ar-thur reconoce que “la presencia de caballosno pega demasiado bien con el cuadro”, yotro de los testigos “comete un error al ima-ginar que los sílex tallados en forma depunta de flecha son realmente pernos de ha-das”. Pero, aun así, son más que suficientescomo para demostrar la existencia de “estas

formas de vidaque se han des-arrollado por unalínea de evolu-ción diferente”:hay “que tener encuenta un margende error en los de-talles.”

Tan inataca-bles son esos testi-monios, que el es-céptico Doyle sepermite inclusodarnos una expli-cación con todoel sabor raciona-lista: “La tesis se-gún la cual los cír-culos mágicos queaparecen tan amenudo en elsuelo de prados oterrenos pantano-sos están forma-dos por las huellasde pasos de hadases indudable-mente inexacta.Estos círculos sedeben indiscuti-blemente a setas”.

Pero que nadie se asuste, que sir Arthur noha perdido la fe. Prosigue diciendo que,“aunque no sean obra de hadas, puede asegu-rarse que, una vez formados los círculos, seacual sea su procedencia, ofrecen un recorridoencantador para un corro de danza. Desdesiempre, se ha relacionado a estos círculoscon las danzas de los pequeños espíritus”.

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EL ESTUDIO BIOLÓGICODE LOS HABITANTES DEL BOSQUE

Una vez establecida, sin la menor duda, laexistencia de las hadas, cabría preguntarsequé son y qué hacen. Afortunadamente, sirArthur nos contesta. Se trata, en efecto, deseres corpóreos, pero cuyos cuerpos son deuna densidad “de naturaleza más ligera queel estado gaseoso”, aunque no inmateriales.Se trata de seres vivos, “más bien relaciona-das con los lepidópteros o con la mariposa,que tan familiar nos resulta, que con la fami-lia de los mamíferos”. En cuanto a su funcióndentro de la naturaleza, es ni más ni menosque cuidar de las plantas. De hecho, se nosrecuerda que “las flores, cortadas y cuidadaspor una persona determinada, permanecenhermosas y frescas durante largo tiempo,mientras que en manos de otra persona vi-ven poco tiempo”. ¿Por qué? Pues, simple-mente, porque si uno es bueno, sus senti-mientos “tienen un efecto seguro en los espí-ritus de la naturaleza, directamente respon-sables del cuidado de las flores”. Así que ya

sabe, amigo lector: si está saliendo conuna chica, regálele flores; si le duranmucho tiempo frescas, es que su dulcecarácter complace a las hadas y a losgnomos. Así le ocurrió a una dama deNueva Zelanda que, tras transplantarun bulbo de narciso, y previa peticióna las hadas que cuidaban de su jardín,pudo observar “en el tiesto a un hadavestida de verde, a veces incluso a doso tres, debajo de la planta, y no sé quéle hacían durante la noche, pero a lamañana siguiente había crecido mu-cho, y pese a estar trasplantada, laplanta floreció tres semanas antes quelas del jardín”.

En las últimas páginas del libro sirArthur -que debió pensar algo asícomo que, “ya puestos, vamos a soltar-las todas- nos hace todo tipo de reve-laciones curiosas. Quizá la mejor detodas sea la de los colores de las hadas,que varían según la zona de la que pro-vengan y que en algunos casos llegana llevar “listas de rayas verdes y amari-llas, como una camiseta de futbolista”.El informador -el obispo Leadbeater,un alto cargo teosofista3- llega a indi-carnos que existen hadas verdiblancasen el estrecho de Sumatra. Lamenta-blemente, sus pesquisas no le llevarona España, donde probablemente ha-

bría admirado hadas rojiblancas, elfos azul-granas, y gnomos vestidos de blanco y por-tando siete pequeñas copas de plata…

En definitiva, estamos ante una auténticajoya literaria. Un libro que, aunque nopueda proporcionar pruebas de la existenciade las hadas “tan perfectas como en el casode los fenómenos espiritistas”, al menos nosgarantiza pasar un buen rato comprobandoque, incluso antes de que aparecieran los ov-nis, el mundo ya estaba, como dice la pelí-cula, “lleno de primos”. Y, encima, nosmueve a un sentimiento tan humano comoel de la compasión: si una persona tan indu-dablemente inteligente como sir Arthur Co-nan Doyle era capaz de autoengañarse deeste modo, ¿qué derecho tenemos a conde-nar a esos pobres diablos que entretienennuestra vida con su circo paranormal?

3 El teosofismo era la religión espiritista, muy de moda en la Ingla-terra de finales del siglo XIX y principios del XX. Doyle era un de-voto teosofista, que recorrió el mundo entero dando conferenciasacerca de su religión e incluso escribió varios libros propagandís-ticos sobre la misma.

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Con el título de “Dudasacerca del proceso dehominización darwi-

nista”, Vicente Caballé pu-blica, en http://ciudadfutura.com/bitacora/homini/homini.htm, un artículo en el que ex-presa sus dudas acerca de la“hominización, un proceso enel cual el ser humano a [sic, lah debe haberse perdido a lolargo del proceso] llegado a serlo que es a partir de un si-mioide”. ¿Y por qué? Caballéexplica: “Voy a comenzar confuego la exposición de algunasde las dudas que no resuelve eldarwinismo. El fuego es en rea-lidad uno de los enigmas másprofundos del hombre”.

Propongo otra duda quetampoco resuelve la teoría dela evolución, ¿por qué el IPC seha descontrolado? El darwi-nismo es una teoría que se

ocupa de un proceso biológico,el aprendizaje del uso del fuegoes un proceso tecnológico y,lógicamente, la evolución noresuelve esas dudas, como tam-poco las relacionadas con laeconomía o el arte. Continua-mos la lectura del artículo:“¿Cómo pudo el hombre domi-nar el fuego? Un ser en estadosalvaje no podrá controlar elfuego, ni descubrir la utilidadde algo que le inspira temor”.Se me ocurren dos utilidadesabsolutamente evidentes delfuego, ilumina y calienta. ¿Loque Caballé denomina ser enestado salvaje era, también, es-túpido para ignorar este hecho?Sigamos: “... sólo conociendo apriori la utilidad del fuego ycómo se produce, podría inten-tar su obtención”. Esos seres enestado salvaje fabricaban he-rramientas de piedra. Durante

el proceso de elaboración, seproducían chispas que, acci-dentalmente, pudieron produ-cir unas llamas al entrar encontacto con, por ejemplo,hierba seca. ¿Dónde está elgran misterio? Misterio.

Caballé continúa con su te-sis: “Sólo en un entorno mu-cho menos hostil, más benignoy sociable, en que el hombredisfrutase quizá de un mayorporte físico que le permitieraun mayor dominio sobre la na-turaleza, de un elevado gradode humedad en la piel que hi-ciese menos lesivo y dolorosoel contacto accidental con elruego [sic], la cercanía a me-dios acuáticos y una posible al-ternancia vital con éstos quedisminuyera el trágico efectode los incendios. Sólo enton-ces se pudo dominar el fuego ydesarrollar las primeras gran-

¿Heredamos el fuego de unosdinosaurios inteligentes?

JOSÉ LUIS CALVO BUEY

el Circo Paranormal

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el Circo Paranormal

des civilizaciones humanas”.¿El dominio de la naturalezapor el hombre se debe quizás aun mayor porte físico? Curiosateoría. Un breve apunte histó-rico: entre el dominio delfuego y las primeras grandes ci-vilizaciones humanas sólotranscurren unos pocos cientosde miles de años.

A continuación, Caballéaparca el tema del fuego y co-mienza con la agricultura: “Esmás sencillo razonar los funda-mentos de la geometría euclí-dea y la esfericidad de la tierra-por poner unos ejemplos- quedescubrir la agricultura”. Acla-remos algunos puntos que Ca-ballé ha tenido a bien ignorar:

El género Homo, además dealimentarse de carne, tambiénconsumía productos vegetalesdesde cientos de miles de añosantes de que se convirtiera enagricultor (véanse los estudiossobre desgaste alimentario enlos dientes de Atapuerca). Laagricultura no aparece de lanoche a la mañana. Existe unperiodo en el que el hombrecosecha, pero no siembra. Laagricultura no es un logro uni-versal. Nace en unos pequeñosenclaves y de allí se difunde alo largo de miles de años.

“En cuanto a las posibilida-des del hombre de las cavernas-explica Caballé-, además delfuego, fabricaba hachas de pie-dra, trabajaba los metales yconfeccionaba calendarios...”Y, en sus ratos de ocio, se co-nectaba a Internet. Ya puestosa confundirlo todo... Veamos.La nada científica denomina-ción de hombre de las cavernasse suele referir al Paleolítico,periodo durante el que loshombres ni trabajaban metalesni elaboraban calendarios. PeroCaballé deduce a partir de esetotum revolutum que el hom-bre de las cavernas tenía “nota-bles conocimientos sobre la re-sistencia de las rocas que utili-zaba, mineralogía y astrono-mía”. Y si me apuran, físicacuántica y tectónica de placas.También son muy necesariaspara fabricar un bifaz, comosabe todo el mundo.

Aún hay más. Caballé nosadentra en los misterios de lamedicina. “Es difícil -dice- ima-ginarse a un pitecoide hacer unscreening o búsqueda de plan-tas al azar para colocárselasante un dolor o herida”. Efecti-vamente, para mí es muy difícilimaginarme a un pitecoide ha-ciendo esto o cualquier otra

cosa porque no sé que es un pi-tecoide. Si se refiere al Homoerectus -y su denominación notiene nada que ver con el usode la Viagra- quizá Caballétenga la amabilidad de indicar-nos en qué yacimientos se do-cumenta un uso temprano dehierbas medicinales. “Este co-nocimiento -añade- parece serheredado o de alguna manerarevelado, y no obtenido casual-mente ni por búsqueda al azar.”¿Heredado de quién? Llegamosal nudo de la teoría de Caballé:“...retrocedamos en el tiempohasta la Era Mesozoica -o Se-cundaria-, entre la fauna de laépoca encontramos al nume-roso y variado grupo de los di-nosaurios, quienes... teníanmuchos puntos en común conlos mamíferos... pudo haberproducido superseres de inteli-gencia insospechada a lo largode todo ese periodo de procesoevolutivo”. En resumen, elhombre no desciende de algúnsimio, sino de unos seres de in-teligencia excepcional que evo-lucionaron de los dinosaurios.Ya. Los restos de esos seres seencuentran... ¿en el fondo delmar, quizás? ¿El hecho de queentre los dinosaurios y el hom-bre haya una pequeña separa-

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ción temporal de decenas demillones de años no tiene nin-guna importancia? Evidente-mente, no.

Recapitulemos, Caballéniega una teoría biológica ba-sándose en unas supuestas im-posibilidades tecnológicas -di-cho sea de paso, sin tener encuenta ni cronología, ni lugarni modo de aparición- y, a cam-bio, propone una hipótesis sinaportar ni una sola prueba con-sistente en su favor. Esto quepudiera parecer extraño, es pordesgracia, el pan nuestro decada día. Aviados estamos.

Fontbrune vuelve a anunciar lamuerte del Papa

E l 11 de agosto de 1999pasará a la historia anec-

dótica del siglo XX como eldía en el que Paco Rabannehizo el mayor de los ridícu-los. El diseñador había vati-cinado que, en coincidenciacon el último eclipse total desol del segundo milenio, laestación orbital Mir borraríaParís del mapa. “No soy yoquien lo afirma, es Nostrada-mus”, repitió hasta la sacie-dad desde mayo. Pero, comolos parisinos seguían el 12 deagosto vivitos y coleando,fue objeto a partir de ese mo-mento de todo tipo de chan-zas. Fue el único que no sesalvó del pacocalipsis. Todolo contrario que otros re-nombrados augures que tam-bién se estrellaron el pasadoverano de la mano de las pro-fecías de Michel de Notre-dame, pero que ni sufrierondevastadores efectos para sucredibilidad ni tuvieron queachacar la metedura de pataa sus antepasados, tal comohizo Francisco Rabanera. Elmodisto no dudó en septiem-bre en achacar al influjo de

su abuela y a su madre, dospersonalidades contradicto-rias que, al parecer, le sumie-ron en la confusión de porvida, el origen de su apoca-líptico fracaso.

Ocurrió que los otros pája-ros de mal agüero fueron másastutos que el diseñador na-cido en Pasajes de San Pedro(Guipúzcoa). Anunciaron ladestrucción de la capital fran-cesa con mayor antelaciónque Rabanne y tuvieron laprevención de evitar pronun-ciarse en fechas próximas a lapor ellos prefijada. Así, sierraban, casi nadie se daríacuenta; pero, si por casualidadParís era escenario en agostode alguna desgracia, podríansaltar a la palestra diciendoque ellos la habían vatici-nado. Tal fue el caso del másconocido de losexégetas contempo-ráneos de Nostrada-mus, el francésJean-Charles deFontbrune, famosoporque cada ciertotiempo saca un li-bro reinterpretandoal autor de las Cen-turias, con profe-cías que nunca secumplen. En 1995,Fontbrune aseguróque París caería enjulio de 1999, queel Islam, aliado conChina y Rusia, ha-bría asolado Occi-dente para esas fe-chas, que Mónaco,Nápoles, la isla deCórcega y Palermoserían saqueadas, yque el conflictoserbobosnio desem-bocaría en la Ter-cera Guerra Mun-dial.1 Nada de lopredicho ha suce-dido, pero tampoconadie se ha acor-dado de ello.

Fontbrune es un hábil ex-plotador de la credulidad po-pular, que vende sus librospor decenas de millares desdehace décadas anunciandotodo tipo de hechos quenunca llegan a suceder. Algoque, sin embargo, no ha idoen detrimento de su credibili-dad, a pesar de que la expe-riencia demuestre que su fia-bilidad sólo puede equipa-rarse a la de estrafalarios adi-vinos como Rappel, AramísFuster o el mago Félix. Así,en 1985, diez años antes deponer fecha a la destrucciónde la capital francesa, y si-guiendo esta vez las profecíasde san Malaquías, Fontbruneya aprovechó la presentaciónen Barcelona de su libro Laprofecía de los papas paraanunciar que Juan Pablo II

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moriría el día de Santa Lucía de 1986 en Lyoncuando el Halley dejara de verse en el cielo.El Halley pasó por las proximidades de la Tie-rra, el Papa viajó a Lyon y regresó a Romasano y salvo, y al agorero nadie le recuerda niésta ni sus otras lucrativas meteduras de pata.Al contrario.

Así, en el diario El Mundo del 24 denoviembre pasado,2 Enric Pastor se ha-cía eco de nuevos y pasados vaticiniosdel “mayor estudioso del profeta”, recor-dando que “con Nostradamus, historia-dor y profeta (1981) tuvo dos aciertos:la elección de François Miterrand y elatentado contra el Papa, escritos cincomeses antes de que sucedieran”. Su-pongo que eso lo dirá Fontbrune, queahora, a través de El Mundo, anunciaque quedan cuatro días para la muertede un Papa un 13 de diciembre y la lle-gada del Anticristo. Obviamente, JuanPablo II fallecerá algún día y entoncesseguro que Fontbrune sale a la palestradiciendo que él lo había predicho, igualque aquellos brujos de los años 80 que,con el inicio de cada nuevo año, anun-ciaban que Ronald Reagan tenía los díascontados. Podemos dormir tranquilos,porque a Fontbrune se le puede aplicarla máxima de Lawrence Kusche sobre lacredibilidad de Charles Berlitz, el autorde El triángulo de las Bermudas: “Si Ber-litz informase de que un barco es rojo,las posibilidades de que fuera de otro co-lor constituirían casi una certeza”. Pueseso, que si Fontbrune dice que estamosal borde del Apocalipsis, lo mejor es ha-cer inversiones a largo plazo.

L.A.G.

1 Loscos, Lola [1995]: “Experto en Nostradamus asegura que Parísdesaparecerá en 1999”. Efe (París). 26 de junio

2 Pastor, Enric [1999]: “Desde hoy hasta el 2025, según Nostrada-mus”. El Mundo (Madrid). 24 de noviembre.

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ERNESTO J. CARMENA

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Los adeptos y los profesionalesde lo misterioso y lo paranor-mal a menudo acusan a los

escépticos de un terrible crimen:opinar sobre las cosas sin haberlasinvestigado antes con detalle. Dosde las mejores páginas de La red es-céptica -http://ciberesceptico.vir-tualave.net/- demuestran que ese tó-pico es falso, y que lo contrarioabunda. Nos referimos a Paracienciasal día y La sábana de Turín. Sus res-pectivos autores nos ofrecen desin-teresadamente exhaustividad, rigor,amenidad y, que nunca falte, unapizca -o tres- de sentido del humor.

Paraciencias al día - http://www.geocities.com/jgb64/Pseudo.htm- esuna página de artículos variados, en-tre los que destacamos los correspon-dientes a la sección de pseudomedi-cina, en especial, el extraordinariodossier sobre la homeopatía; esa téc-nica no oficial, pero cada vez másoficial, de vender agua milagrosa aestas alturas de siglo. Javier Garrido,el autor, nos relata el origen de estapseudociencia en la imaginación deHahnemann, un médico de la pri-mera mitad del siglo XIX. En unaépoca en la que reinaban las más ab-surdas y peligrosas teorías médicas, lahomeopatía no sólo no desento-naba, sino que era preferible a, porejemplo, el uso masivo de sanguijue-las y otros tratamientos desastrosos.

Posteriormente, Garrido analizalos principios en los que se basa estapseudomedicina: la ley de seme-janza, la dinamización, la energíavital... Especialmente clarificadoraes la explicación del engorrosoasunto -para los homeópatas- de lasdosis infinitesimales. A continua-ción, es derrumbada la excusa másrepetida por los practicantes de lasmal llamadas medicinas alternati-vas: “Sí, es cierto, parece absurdo ypoco científico, pero... funciona”.Se analizan las conclusiones aporta-das por los ensayos clínicos y se ex-

plican los casos anecdóticos de apa-rentes curaciones. Y, finalmente,llegamos a un inevitable veredictosobre la homeopatía... como unapseudociencia que tiene claras simi-litudes con las doctrinas de las sec-tas. Este dossier no va a liberar delfraude homeopático a un conven-cido adepto, pero sin duda puedeser de gran utilidad a aquellas per-sonas que, teniendo formada unaopinión positiva sobre la homeopa-tía, apenas conocen sus fundamen-tos y pretensiones -a menudo laconfunden con el mero uso de plan-tas medicinales- y probablementesean la gran mayoría-.

Hay otros buenos artículos es-cépticos en esta página, como “Lostestigos de Jehová y las transfusio-nes”, en el que se analizan los argu-mentos religiosos y científicos deesta secta para prohibir la mezcla desangre propia y ajena, así como lasalternativas que proponen a lastransfusiones, o “Combustión hu-mana espontánea”, que trata enprofundidad este fenómeno tanapreciado por los amantes de lo pa-ranormal, porque, según ellos, laciencia oficial es incapaz de expli-carlo. Pero pensamos que el recursomás valioso de esta página, por lagravedad del asunto, es el análisis de

las hipótesis alternativas sobre elsida. Es un texto que muchos llevá-bamos largo tiempo buscando. Noes infrecuente oír a personas conaparente sentido común que el virusdel sida es un invento de las multi-nacionales farmacéuticas, o ver enferias alternativas y de calidad devida panfletos y libros que afirmanla inocencia del virus mortal. El ex-tenso artículo de Garrido contienetoda la información necesaria pararebatirlos. Nos muestra también quepersonas con referencias académi-cas intachables, a menudo científi-cos de primera categoría, pueden es-tar tan equivocados como los gruposanticientíficos del tipo de COBRAo los más irracionales pseudomédi-cos. La evidencia científica haceaproximarse a cero la probabilidadde que los herejes del sida, como Pe-ter Duesberg, Walter Gilbert o elNobel nuevaerense Kary Mullis1,estén en lo cierto.

• Recursos: 9• Enlaces: 7• Presentación: 7• Velocidad de carga: media

Dos joyas de ‘La red escéptica’Guía Digital

ERNESTO J. CARMENA

1 Peregrín, Fernando [1999]: “Un Nobel en elpaís de los brujos”. El Escéptico (Zaragoza),Nº 4 (Primavera), 41-42.

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En una carta de 1389, elobispo de Troyes explica alpapa Clemente VII el ori-

gen de una falsificación del sud-ario que envolvió a Jesucristo, un“paño pintado con artificio”. Eldeán de Lirey se había aprove-chado del truco, actuando “conengaño y maldad, movido por laavaricia”. Con un extracto de estacarta, comienza La sábana de Turín-http://www.interbook.net/perso-nal/jnegueruela/principal.htm-.La intención de este trabajo -es-cribe Julio Negueruela, el autor- es“analizar las evidencias que tene-mos para afirmar que la famosa sá-bana santa es una creación del si-glo XIV, así como todas las obje-ciones que se han puesto a tal afir-mación”. Se refiere a los argumen-tos de quienes creen en la autenti-cidad como reliquia de este paño,hipótesis que suele incluir el mila-gro como elemento explicativo 2.

Uno a uno se van analizandoestos argumentos, siempre adere-zados con pruebas pretendida-mente científicas... Las diversassecciones de esta web tratan delos rasgos físicos del hombre de lasábana -a menudo calificadoscomo perfectos, pero en realidaddeformes-; los presuntos restos de

sangre de Jesús y las afirmacionessobre la determinación del gruposanguíneo e incluso la extraccióndel ADN; las huellas de los lati-gazos y la crucifixión, que supues-tamente se corresponden exacta-mente con el relato bíblico; elasunto del polen encontrado enla tela; la hipótesis de la fotogra-fía en negativo; el análisis tridi-mensional -y retoque- de la ima-gen de la sábana... y, finalmente,lo que el autor denomina el Díadel Juicio: la prueba del carbono14 que estableció, sin ningún gé-nero de dudas, el origen medievaldel dichoso trapo, por mucho queles pese a los partidarios del mila-gro.

Y lo que se promete en la pá-gina principal se cumple a lo largode las secciones: no sólo se realizauna labor de crítica escéptica odesmistificación de las afirmacio-nes extraordinarias, sino que tam-bién se propone y se defiende unaexplicación positiva sobre el ori-gen de esta supuesta reliquia. Losrasgos físicos de la figura, los restosde pintura, el extremo cuidado enla representación de algunas ca-racterísticas o la chapucería en lade otras... Todo lector razonablede esta página estará de acuerdo

en que la explicación más proba-ble es la de la pintura fraudulenta.

La web de La Sábana de Turínes de lectura agradable y está ade-rezada con imágenes que ilustranmuy bien la argumentación. Aun-que los principales apartados estánya completos, la página está enconstrucción -al menos, mientrasescribimos esto, faltan, entreotras, la sección de referencias yenlaces-. Recomendamos, portanto, revisitarla más tarde paraconseguir el resto.

Y seguimos insistiendo en con-siderar estas publicaciones escép-ticas en Internet no como lugaresentretenidos que uno ojea mien-tras se navega, sino como materialútil, imprimible, grabable y divul-gable -siempre citando las fuentes,por supuesto-. Y, para colmo, gra-tis. Aprovechémonos todo lo quepodamos de estos geniales investi-gadores.

- Recursos: 7,5- Enlaces: 4- Presentación: 7- Velocidad de carga: media

2 Gámez, Luis Alfonso (1998): “La cruzada dela sábana santa”. El Escéptico (Zaragoza),.Nº 1 (Junio), 61-70.

LaSábana

deTurín

Guía Digital

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La mente no puede estudiarse científica-mente”. Resulta relativamente fácil es-cuchar este comentario entre la gente

de la calle e incluso, a veces, entre colegascientíficos no familiarizados con la psicolo-gía. También es un argumento común en al-gunas teorías de la mente y de la conductaque no se caracterizan por sus simpatías ha-cia el método científico -psicoanálisis, es-cuelas humanistas, movimientos postmoder-nos, etcétera-. Es obvio que las razones deunos y otros son bien distintas. Por un lado,para muchas personas, reducir nuestra acti-vidad mental a leyes y modelos mecanicistassería como negar nuestra libertad y nuestracreatividad. Por otro, algunos científicosnaturales consideran que no es comparablela mente humana -inmaterial- con el objetode estudio de las ciencias duras -física, quí-mica...-, siendo escépticos sobre la posibili-

dad del estudio de la primera. Lo cierto esque estos argumentos, los unos y los otros,suelen ser fruto del desconocimiento de quées y cómo trabaja la psicología científica.Debido a la juventud de nuestra disciplina,tenemos que convivir bajo el mismo nom-bre con orientaciones pseudocientíficas eincluso anticientíficas. De hecho no es raro

que se asocie a la psicología con escuelas otendencias concretas dentro de la misma:desgraciadamente, el psicoanalista continúasiendo, para muchos, el prototipo de psicó-logo.

El estudio científicode la mente

Desde que surgió la ciencia cognitiva hace unos cuarenta años hasta la actualidad,hemos aprendido más del funcionamiento de nuestra mente que durante el resto de

la historia del conocimiento

CARLOS J. ÁLVAREZ GONZÁLEZ

Para muchas personas, reducir nuestraactividad mental a leyes

y modelos mecanicistas seríacomo negar nuestra libertad

y nuestra creatividad

Sigmund Freud, padre del psicoanálisis

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En este artículo intentaré abordar, muysucintamente, cómo surge la psicología cog-nitiva actual -el enfoque predominante de lapsicología científica y parte integrante de loque se conoce como ciencia cognitiva-, cuá-les son sus supuestos, sus métodos, así comoalgunas de sus contribuciones a la hora dedesmontar argumentos pseudocientíficos ycreencias falsas sobre la mente y el mundo.Para aquéllos que no están familiarizadoscon la psicología, me gustaría dejar clara mipostura desde el principio: 1) el métodocientífico es la única alternativa viable y vá-lida para entender la mente y la conductahumana, y 2) los procesos mentales, no obs-tante su inobservabilidad directa, puedenser estudiados científicamente.

Podemos afirmar, sin temor a equivocar-nos, que, desde que surgió la ciencia cogni-tiva hace unos cuarenta años hasta la actua-

lidad, hemos aprendido másdel funcionamiento denuestra mente que duranteel resto de la historia delconocimiento. Comoafirma Steven Pinker, di-rector del Centro de Neuro-ciencia Cognitiva del Insti-tuto Tecnológico de Massa-chusetts (MIT), gracias alos avances teóricos y meto-dológicos de la ciencia cog-nitiva, hoy conocemos mu-chos fenómenos del len-guaje -y del resto de proce-sos cognitivos, añadimosnosotros- tan bien como elfuncionamiento de una cá-mara fotográfica. Aunquequizá peque de ambicioso, yalineándome con el escepti-cismo constructivo y cientí-fico, me gustaría contribuircon esta pequeña aporta-ción a despejar en lo posiblelas dudas de aquellos legosen la materia sobre la posi-bilidad del estudio cientí-fico de la mente. Pensamosque dicha duda, venga dedonde venga, se encuentrapeligrosamente próxima alescepticismo radical y rela-tivista que niega la validezde la ciencia y la posibili-dad misma del conoci-miento certero, además de

contribuir a meter en un mismo saco a posi-ciones pseudocientíficas y científicas en lapsicología.

LA REACCIÓN AL CONDUCTISMO

Para entender el nacimiento de la psico-logía cognitiva debemos situarnos en el pa-radigma dominante -en términos kuhnianos-durante la primera mitad de siglo en psico-logía: el conductismo. Esta escuela surgió enEstados Unidos, dentro de una tradiciónasociacionista, empirista y positivista de lamano de Watson y fue elaborada por otrosdestacados psicólogos como Skinner. Susconsignas, derivadas de la adhesión al posi-tivismo lógico, eran muy claras: el único ca-mino válido era la ciencia natural y habíaque hacer de la Psicología una ciencia portodos los medios. Para ello, era necesarioeliminar como objeto de estudio toda enti-

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(Otoño 1999) el escéptico53

dad inobservable directa-mente, incluidos los cons-tructos mentales hipotéti-cos.

La mente no tenía ca-bida dentro de la psicolo-gía y el objeto de estudiolegítimo debía ser la con-ducta, definida en térmi-nos físicos y observables.Además, cualquier con-ducta humana o animalestá determinada por estí-mulos también observa-bles -definidos en térmi-nos de magnitudes físicas-y es adquirida a través deun proceso de aprendizajemediante los principiosdel condicionamientoclásico y operante. Las le-yes que relacionan estí-mulos y respuestas fueronestudiadas con profusiónen experimentos de labo-ratorio con animales,toda vez que dichas leyesson universales también desde el punto devista filogenético.

Me parecen innegables las contribucio-nes positivas a la psicología del periodo dehegemonía conductista: su énfasis en la ob-jetividad y la experimentación, el rechazo anociones mentalistas oscuras y metafísicas,las leyes del aprendizaje, etcétera. Sin em-bargo, poco a poco, su programa de investi-gación comienza a entrar en crisis por dife-rentes motivos. Para empezar, lo hace su no-ción parcial de ciencia. Además, se ibanmarginando las conductas más interesantesy propiamente humanas en favor de conduc-tas simples y primarias. Por otro lado, las ca-denas asociativas estímulo-respuesta noeran verdaderas explicaciones de la con-ducta humana, sino, en todo caso, descrip-ciones, y la ciencia debe, sobre todo, expli-car. Un ejemplo de Eysenk y Keane [1990]lo ilustra muy bien: supongamos que pone-mos a alguien a resolver un problema difícil-el estímulo- y esperamos veinte minutospacientemente a que lo resuelva -la res-puesta-. En este caso, es obvio que centrar-nos en estímulos y respuesta observables ca-rece de interés y no es informativo para ex-plicar lo realmente interesante: los proce-sos de pensamiento y las estrategias de reso-lución de problemas.

Las limitaciones se van haciendo paten-tes en los desarrollos neoconductistas de losaños 50, cuando los propios investigadores -a excepción del conductismo radical deSkinner-, inspirados en Hull, comienzan apropugnar la utilidad de variables interme-dias en la explicación de la conducta. Estasvariables intermedias hacían referencia aconductas no observables, encubiertas, y,por tanto, con un tinte mentalista. Algocambiaba dentro de las filas conductistas:poco a poco, se aceptaba cierta forma dementalismo, de cognitivismo. Pero, apartede las limitaciones del propio conductismo,se produjo una confluencia de factores dediversa índole que contribuyeron al cambiode perspectiva en psicología.

NACE LA CIENCIA COGNITIVA

A pesar de la indudable hegemonía delparadigma conductista, durante la década delos años 40, existía un cierto movimiento decientíficos que se oponían radicalmente alconductismo. Un ejemplo destacado de estemovimiento fue en 1948 el simposio de Hi-xon, en California, en el que un grupo deeminentes científicos de diversas discipli-nas se reunió, poniendo los cimientos de loque se llamaría ciencia cognitiva. Desde elmomento de su fundación, La ciencia cogni-

Pavlov, conocido por sus estudios sobre la relación estímulo-respuesta en animales

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tiva nace con una vocación interdisciplinar.Entre los asistentes a dicha conferencia, seencontraban matemáticos (Von Neumann),neurofisiólogos (McCulloch), neuropsicólo-gos (Lashley), etcétera. Este grupo de inves-tigadores se caracterizó por su oposición alos postulados conductistas y por un acuerdocomún en que era necesario un nuevo y efi-caz enfoque en el estudio científico de lamente humana. Estaba gestándose la revolu-ción cognitiva.

Una serie de factores ajenos a la psicolo-

gía estaban contribuyendo a este cambio.Por un lado, la teoría de la comunicación deShannon, ingeniero del MIT interesado endispositivos electrónicos que procesan in-formación, quien fue el primero en defenderque los dispositivos eléctricos podían abar-car operaciones fundamentales de pensa-miento [Gardner, 1985]. Shannon estabainteresado en establecer leyes matemáticasque explicaran el flujo de información a tra-vés de un canal, puesto que la relación en-tre input y output -entrada y salida de infor-

mación, respectivamente- no es perfecta.Como la naturaleza física del canal era irre-levante, esta conceptualización resultó muysugestiva para algunos psicólogos de laépoca, quienes extendieron por analogía lanoción de canal a la descripción de la mentehumana, empleando sus conceptos y ecua-ciones matemáticas. Esta analogía, aunquesugerente, resultó bastante imperfecta y fueabandonada muy pronto (De Vega, 1984).

Tanto la teoría de la comunicación deShannon como la cibernética de Wiener -

Resulta obvio que no existe nadametafísico ni misterioso en los

procesos realizados por un programainformático, y lo mismo es aplicable a

la mente humana

B.F. Skinner, uno de los principales desarrolladores del conductismo

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con su noción de retroalimentación y auto-control en dispositivos artificiales- dieronlugar a la denominada teoría de la informa-ción: la información podía concebirse inde-pendientemente de cualquier dispositivoconcreto. “La información es la informa-ción. No es materia ni energía. Ningún ma-terialismo que pretenda rechazar esto puedesobrevivir” [Wiener, 1961, citado en Gard-ner, 1985]. Pero, además, entre los funda-mentos teóricos que dan lugar a la nuevaciencia, no podemos olvidar las contribu-ciones de la lógica matemática al conceptode computación -sobre todo de Turing y sumáquina hipotética-, de la filosofía de Put-nam, de los especialistas en computaciónNewell y Simon, etcétera.

LA ANALOGÍA DEL ORDENADOR

Este tipo de conceptualizaciones, junto alauge de las ciencias del ordenador y la teo-ría computacional, fue cristalizando en unnuevo tipo de mentalismo que fue despla-zando al conductismo. El hecho de que unamáquina pudiera llevar a cabo operacionesinteligentes que, hasta ese momento, eranexclusivamente humanas era algo total-mente novedoso. Resulta obvio que noexiste nada metafísico ni misterioso en los

procesos realizados por un programa infor-mático, y lo mismo es aplicable a la mentehumana. La mente podía ser estudiada, deacuerdo con una analogía con los ordenado-res, como un dispositivo de procesamientode información; los procesos cognitivos o depensamiento podían ser caracterizadoscomo procesos de cómputo y, al igual quelos programas informáticos, podían ser ana-lizados como una serie de operaciones ele-mentales.

En el caso particular del lenguaje, una fi-gura fue decisiva en el disparo del choque deparadigmas más importante del siglo en psi-cología: la del lingüista Noam Chomsky,quien en 1959 publicó una revisión teóricadel libro Verbal behaviour de Skinner. Dichacrítica fue demoledora para el asociacio-nismo y para las teorías conductistas sobrela adquisición del lenguaje. Chomsky dejababien claro que la competencia (los procesosmentales implicados en el lenguaje) era mu-cho más importante que la actuación -laconducta lingüística manifiesta y externa-,y que la segunda no siempre era reflejo de laprimera. Además, planteó una teoría revo-lucionaria en lingüística -la gramática gene-rativa transformacional- y defendió que losfundamentos mentales básicos del lenguaje

(Otoño 1999) el escéptico

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56(Otoño 1999) el escéptico

eran innatos, oponién-dose también en esto alos postulados conduc-tistas. Resulta lógicoque su teoría llamara laatención de los primerospsicólogos cognitivos,provocando una fructí-fera colaboración entrela psicología y la lingüís-tica. Algunos de los pri-meros psicólogos cogni-tivos como Miller, Ga-rrett, Mehler, etc. se de-dicaron a buscar confir-mación empírica, me-diante experimentos delaboratorio, de las teo-rías gramaticales deChomsky, dando lugar auna rama importantedentro de la psicologíacognitiva: la psicolin-güística.

El filósofo Putnamfue aún más lejos[Gardner, 1985]: la in-vención del ordenadory la aplicación de la no-ción de cómputo a lamente humana contri-buían a resolver el di-lema de Descartes o elclásico problema de larelación entre cuerpo ymente. Un mismo programa informático endos máquinas distintas daba lugar a opera-ciones de resolución de problemas estructu-ralmente idénticas. Así pues, las operacio-nes lógicas -o software- podían describirsede forma independiente del soporte físico -hardware-. La analogía era evidente: hard-ware y software se relacionaban como el ce-rebro y la mente, con lo cual los procesosmentales podían describirse y estudiarsecon independencia del sistema nervioso.Además, el mismo lenguaje simbólico podíaser empleado para describir los programas deambos sistemas, lo que produjo consecuen-cias epistemológicas obvias para la inteli-gencia artificial. Resumiendo, la cognición-las actividades inteligentes y de pensa-miento- podía ser estudiada independiente-mente del soporte físico -sea éste un cerebroo una máquina-. Una nueva ciencia inter-disciplinaria había nacido, la ciencia cogni-tiva, fruto de la colaboración entre distintas

disciplinas: psicología,filosofía, lingüística,informática, ingenie-ría, neurociencias, et-cétera.

Existe cierto con-senso en que 1956 fueel año de nacimientode la psicología delprocesamiento de in-formación, debido a lacantidad de publica-ciones influyentes porparte de nuevos psicó-logos como Miller,Bruner, Goodnow yAustin, así como por laproliferación de reu-niones científicas. En-tre éstas, habría quedestacar la conferenciaque tuvo lugar en elMIT, donde Chomskypresentó su teoría dellenguaje, Miller hablóde la capacidad de la

memoria a corto plazo yNewell y Simon expu-sieron su influyentemodelo computacional:el general problem solver[Eysenck y Keane,1990]. El nuevo para-digma cristaliza en unapublicación conside-

rada por muchos como uno de los manifies-tos fundacionales del mismo: la obra de Mi-ller, Galanter y Pribram [1960] quienes ha-blan de “planes y estructuras del comporta-miento”, y anuncian el fin del conductismo[De Vega, 1984; Gardner, 1985].

CARACTERIZACIÓN DE LA PSICOLOGÍA COGNITIVA

A finales de los 70, se llegó a un acuerdo ge-neral: el paradigma del procesamiento de in-formación era la forma apropiada para el es-tudio de la mente. Aunque excedería el ob-jetivo del presente artículo el enumerar lascaracterísticas y postulados fundamentalesde la nueva psicología, existen algunos ras-gos definitorios que creemos necesario expo-ner para caracterizar adecuadamente la dis-ciplina.

Para empezar, a la psicología cognitiva leinteresan, sobre todo, aquellos procesosmentales que son universales o comunes acualquier ser humano. Resulta difícil hacer

Noam Chomsky

A la psicología cognitivale interesan, sobre todo, aquellos

procesos mentales que sonuniversales o comunes a

cualquierser humano

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ciencia de lo individual o lo idiosincrásico.Existe la hipótesis implícita de que la menteresponde a una arquitectura funcional espe-cífica, lo cual es apoyado por el hecho deque existan invariantes que expliquen quetodos los seres humanos, a pesar de la dispa-ridad de experiencias y ambientes, desarro-llen aptitudes similares [Mehler y Dupoux,1990]. Es evidente que toda persona exhibeprocesos perceptivos, atencionales, tienememoria, tiene lenguaje, representacionesmentales, razona, etcétera. Son precisa-mente estas capacidades las que conformanel objeto de estudio de la psicología cogni-tiva.

La investigación será la encargada de di-lucidar qué procesos son universales y cuálesson específicos a un grupo de sujetos; porello, las investigaciones con recién nacidos ylos trabajos transculturales son fundamenta-les para determinar si un proceso concreto eso no universal. Por ejemplo, gracias a sofisti-cadas técnicas como la medición de succiónno nutritiva, se ha encontrado que ciertascapacidades lingüísticas, como la discrimi-nación entre fonemas, están presentes desdelos primeros días de vida [Mehler y Dupoux,1990]. Sin embargo, existen subprocesos enel reconocimiento de palabras que están mo-dulados por las características del idioma es-pecifico. Así, mientras que existe abundanteevidencia obtenida en el laboratorio sobre lasílaba como unidad psicológica de procesa-miento encargada de activar nodos léxicosen español [Álvarez et al., 1999], dicha evi-dencia no se ha encontrado en inglés.

A pesar del enorme abismo conceptual en-tre el conductismo y la psicología cognitiva,ésta última representaun continuismo res-pecto al primero encuanto al método. Laexperimentación de la-boratorio es la metodo-logía por antonomasiade la psicología cogni-tiva. Sólo los datos ob-jetivos, empíricos, con-ductuales, obtenidos encondiciones controla-das son útiles para laconfirmación o refuta-ción de teorías. En ca-sos muy concretos,donde la manipulaciónde variables resulta di-fícil, la observación no

experimental también puede ser útil: unejemplo lo constituye la investigación enproducción del lenguaje, donde el input es in-terno.

La analogía del ordenador ha sido extre-madamente eficaz, aportando a la psicologíauna serie de directrices, de vocabulario y deinstrumentación adecuada para el estudio dela mente [de Vega, 1984]:

1. Directrices.Para empezar, ha supuesto un metapostu-

lado sobre qué estudiar. Lógicamente, intere-saban más aquellos procesos automáticos, noconscientes, similares a los que un ordenadorpuede llevar a cabo. La memoria, por ejem-plo, es uno de los temas más fructíferos encuanto a modelos teóricos e investigacionesdesarrolladas. Para algunos autores como Fo-dor [1983], solamente los procesos no influi-dos por la consciencia, las ideas, los senti-mientos, etcétera, es decir, aquellos procesosmodulares, autónomos y encapsulados conrespecto al conocimiento general del orga-nismo, pueden ser explicados por la ciencia(vgr., los sistemas de entrada que tienen quever con los procesos perceptivos o el len-guaje). Sin embargo, hay que reconocer que

estas directrices han li-mitado en buena me-dida el campo de estu-dio, algo que se está co-menzando a superar.

2. Vocabulario.Los antiguos térmi-

nos mentalistas fueronsustituidos por termino-logía del procesamientode información, muchomás específica y con-creta. Términos comomemoria operativa, reco-dificación, búsqueda deinformación, etcétera,son comunes en la psi-cología cognitiva.

La analogía del ordenador hasido extremadamente eficaz,

aportando a la psicología una serie dedirectrices, de vocavolario y de

instrumentación adecuada para elestudio de la mente

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3. Instrumentación.La aparición de los ordenadores y tecno-

logía asociada no sólo ha influido en la psi-cología desde el punto de vista teórico.Gracias a dichos avances, hoy podemos es-tudiar procesos que no hace mucho era im-pensable abordarlos. Por citar sólo algunosejemplos, la medición de respuestas con-ductuales -tiempos de reacción- y la pre-sentación de estímulos visuales y/o auditi-vos con una resolución temporal de milise-gundos, el registro mediante infrarrojos delos movimientos oculares en la investiga-ción de los procesos de lectura, y las técni-cas de neuroimagen -PET, fMRI, etcétera-o el registro de potenciales evocados delcerebro. En este sentido,puede observarse unaaproximación paulatinaentre la psicología cogni-tiva y las neurociencias,siendo cada vez más co-mún encontrar investiga-ciones en las que la varia-ble dependiente no esconductual, sino neuro-biológica.

El empleo del ordena-dor como herramientapara contrastar teorías y/omodelos destaca en el casode los modelos de simula-ción, una metodología ge-nuinamente cognitiva. Setrata de reproducir en or-denador el comportamiento inteligente hu-mano. Ello obliga al investigador a sercomputacionalmente explícito a la hora deelaborar un modelo sobre cualquier procesomental. En este sentido, es de destacar laaportación de psicólogos cognitivos al des-arrollo de las redes neuronales artificiales:un ejemplo destacado lo constituye la no-ción de back propagation de Rumelhart,McClelland y el grupo PDP. De hecho, elconexionismo o modelos de procesamientohumano basados en redes neuronales -pro-cesamiento distribuido y paralelo- suponepara muchos un giro copernicano en psico-logía cognitiva, presentándose como unaalternativa al simbolismo computacionalderivado de la analogía del ordenador.

PSICOLOGÍA COGNITIVA Y PSEUDOCIENCIA

La psicología no es ajena a la pugna en-tre ciencia y pseudociencia. Por ello, megustaría terminar con una breve ilustración

de cómo la investigación científica en psi-cología cognitiva ha contribuido en estoscasi cincuenta años a rebatir muchas ideaspseudocientíficas o intuitivas pero erróneassobre la mente y sobre nuestra percepcióndel mundo. Tanto otros colegas como yomismo esperamos profundizar en algunos deestos temas en futuras ocasiones:

1. Percepción.Al contrario de lo que suele pensarse, el

producto de nuestros mecanismos percepti-vos no es un reflejo del estímulo o una co-pia del mundo real. El procesamiento notiene lugar sólo de abajo arriba. Dicho deotro modo, lo que reciben nuestros órganos

sensoriales es codificado ytransformado. Las ilusio-nes perceptivas son máscomunes de lo que cree-mos y tienen su base en elmismo funcionamiento denuestra percepción. Di-chas ilusiones explican, enla mayoría de los casos, lasvisiones de objetos y entessobrenaturales o paranor-males: fantasmas, platillosvolantes, etcétera.

2. Memoria.La psicología cognitiva

ha demostrado que nuestramemoria no es un sistemaunitario, sino que está for-

mado por varios subsistemas con propieda-des específicas e incluso estructuras corti-cales diferenciadas: memoria sensorial, me-moria a corto plazo -memoria operativa- ymemoria a largo plazo. Además, tampoconuestra memoria es un almacén de informa-ción totalmente fiable. La memoria es se-lectiva y reconstructiva. Como ha demos-trado la psicóloga cognitiva Elizabeth Lof-tus -integrante del CSICOP y colaboradorahabitual de The Skeptical Inquirer-, es rela-tivamente fácil crear recuerdos falsos in-cluso en condiciones de laboratorio. Gra-cias a sus investigaciones y a su campaña,se han puesto en tela de juicio muchos ca-sos de supuestos recuerdos reprimidos -unconcepto psicoanalítico y pseudocientífico-, obtenidos en su mayoría bajo hipnosis omediante psicoterapia. Algunos ejemplosde estos supuestos recuerdos reprimidos losconstituyen los recuerdos de abusos infanti-les que emergen cuando la supuesta víctima

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es adulta, la participación en rituales satá-nicos o la abducción por extraterrestres.Con el tiempo, Loftus y otros han puesto demanifiesto que, en muchos casos, se trata derecuerdos falsos y han denunciado condenasa inocentes por este tipo de testimonios,siendo uno de los más claros ejemplos deciencia contra pseudociencia (ver artículode Vern Bullough en el número 4 de EL ES-CÉPTICO).

3. Representaciones mentales y esque-mas cognitivos.

Nuestros esquemas o sistemas de creen-cias modulan nuestra percepción y nuestramemoria tanto en los procesos de codifica-ción como en los de recuperación. Muchosexperimentos han demostrado que el re-cuerdo de textos o narraciones es distintodependiendo del esquema mental activado.Si esto ocurre en situaciones de laboratorio-con material artificial y esquemas induci-dos-, qué no ocurrirá con nuestros propiosesquemas o creencias cuando percibimos es-tímulos ambiguos o recuperamos informa-ción almacenada. En otras palabras, la Vir-gen sólo la ven aquéllos que creen en ella.

4. Pensamiento y razonamiento.Existe abundante evidencia sobre los ses-

gos sistemáticos y predecibles en nuestro ra-zonamiento cotidiano. Estos sesgos provo-can que muchos juicios que hacemos acercade la realidad sean erróneos. Entre los heu-rísticos más investigados, está el de accesi-bilidad que tiene que ver con el carácter se-lectivo de nuestra memoria. Pongamos porcaso que somos creyentes en la adivinación.Si un echador de cartas acierta algo sobrenosotros -quizá por puro azar-, recordaremosese hecho, pero no las múltiples cosas en lasque falló. Este ejemplo tiene también rela-ción con el sesgo confirmatorio, según elcual nos inclinamos a recordar -y buscar-sólo aquella información que es consistentecon nuestras expectativas y/o creencias,desechando lo que no las confirme. Si cree-mos que existe una conspiración para encu-brir la visita de extraterrestres, buscaremosevidencia de ello de forma desproporcio-nada, rechazando la evidencia que la con-tradiga [Gilovich, 1997]. Otro heurístico esel de representatividad: los efectos debenparecerse a sus causas. Este sesgo está en elorigen de los tratamientos de muchas de lasmedicinas antiguas y/o alternativas, comola homeopatía. Se asume que los síntomas

de una enfermedad deben parecerse a suscausas o a aquello con lo que se cura.

Además, numerosas investigaciones hanpuesto de manifiesto que el ser humano co-mete frecuentes equivocaciones en la esti-mación de probabilidades de eventos. Porejemplo: no solemos ser conscientes de unfenómeno real y muy estudiado como es laregresión a la media; muchas coincidenciasde eventos o casualidades, a las que las per-sonas tienden a dar explicaciones sobrena-turales, son realmente fruto del azar; y nosolemos tener en cuenta las probabilidadesprevias de distintos fenómenos, lo que noslleva invariablemente a conclusiones erró-neas.

En fin, sirvan estos pocos y apresuradosejemplos para responder a la pregunta conla que comenzábamos: la mente no sólopuede ser estudiada científicamente, sinoque, desde nuestra perspectiva, es la únicaforma fiable de proceder, y los supuestos ymétodos de la psicología cognitiva se hanmostrado extremadamente eficaces en estalabor.

AGRADECIMIENTOS

Agradezco las sugerencias aportadas porel doctor Carlos Santamaría, colega y com-pañero de departamento, a la primera ver-sión de este manuscrito.

CARLOS J. ÁLVAREZ es profesor titular de Psicolingüís-tica del Departamento de Psicología Cognitiva, Social yOrganizacional de la Universidad de La Laguna (Tene-rife).

Este artículo ha sido ilustrado con distintas imágenes uti-lizadas para demostrar la subjetividad de la percepciónhumana.

Álvarez, C. J.; Alameda, J. M.; y Domínguez, A. [1999]: “El re-conocimiento de las palabras: procesamiento ortográfico y silá-bico”. En De Vega , M; y Cuetos, F. (Eds.): Psicolingüísticadel español. Trotta. Madrid.

De Vega, M. [1984]: Introducción a la psicología cognitiva. AlianzaEditorial. Madrid.

Eysenck, M.W.; y Keane, M.T. [1990]: Cognitive psychology: astudent’s handbook. Erlbaum. Hillsdale.

Gardner, H. [1985]: La nueva ciencia de la mente [The mind’s newscience]. Paidós. Barcelona 1987.

Gilovich, T.; y Savitsky, K. [1996]: “Like goes with like: The roleof representativeness in erroneus and pseudoscientific beliefs”.The Skeptical Inquirer (Buffalo), Vol. 20, Nº 2.

Mehler, J.; y Dupoux, E. [1990]: Nacer sabiendo [Naitre Hu-main]. Alianza Editorial. Madrid 1992.

REFERENCIAS

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Desde el sillón

D el juego inocente de dosniñas, de la credulidad de

las personas, y de las ansias deunos por confirmar los deseos devida tras la muerte y de otrospor hacer dinero, nace uno delos fenómenos sociales más in-creíbles de la historia, un fenó-meno del que Hablando con fan-tasmas y El espiritismo ante laciencia, libros de Miguel ÁngelSabadell y de José Comas Solá,respectivamente, aportan mu-chas claves.

Sabadell, cuyo libro lleva elilustrador subtítulo de Historiacrítica del espiritismo y de los fenó-menos paranormales, hace un re-paso de los casos y sus protago-nistas desde que en 1848 lashermanas Fox iniciaran el mitode la comunicación con losmuertos. Tanto los médium másconocidos como los científicos einvestigadores que se ocuparonde ellos aparecen en esta obra,muy bien documentada, que nosguía de forma amena y precisaentre todos estos sorprendentesacontecimientos, desde el naci-miento del espiritismo hastaaproximadamente la SegundaGuerra Mundial. Desfilan porsus páginas médiums como Da-niel Home, Florence Cook,Henry Slade, Eusapia Paladinoy Helena Petrovna Blavatsky.Y, además de los propios inves-tigadores espiritistas, científicoscomo William Crookes, AlfredRusell Wallace, Charles Richety Camille Flammarion que pre-tendieron estudiarles con méto-dos no muy convenientes paraestos casos y que se convirtieronen defensores o propagandistasdel espiritismo, en gran medidaporque en ello veían una confir-mación de sus deseos, como noshace ver una y otra vez este tra-bajo a lo largo de sus páginas.

Así, el químico inglés Wi-lliam Crookes, descubridor deltalio o inventor del tubo de Cro-okes, predecesor del tubo de ra-yos catódicos, entre otras cosas,estudió a los médiums Home yCook. Y el biólogo Alfred Ru-sell Wallace, codescubridor dela teoría de la selección naturaljunto a Charles Darwin, másadelante negó que ésta tambiénse extendiera al hombre porque,precisamente en ese caso, los es-píritus serían los responsables.No deja ser asombroso que algoque ahora nos parece tan esper-pénticamente falso, que en susformas no parecen más queasuntos de barracade feria, mantu-viera la atención, yen última instanciala creencia en suverdad, de tantaspersonas, y sobretodo científicos su-puestamente máspreparados paraexaminar objetiva-mente los hechos,aunque como sabe-mos esto no suponeninguna garantía.

También en-contramos unamención al espiri-tismo en España, yen concreto al fa-moso astrónomo ydivulgador cientí-fico catalán JosepComas Solà (1868-1937), que fue di-rector y responsa-ble de la creacióndel ObservatorioFabra, y, en defini-tiva, uno de los másconocidos científi-cos españoles deprincipios de siglo.

Realizó numerosas experienciascon la médium Carmen Domín-guez a petición de un círculo es-piritista barcelonés, que preten-día de esta forma auto refren-darse dado su prestigio. Lo quele llevó a escribir El espiritismoante la ciencia -subtitulado Estu-dio crítico de la mediumnidad-,una recopilación de una serie deartículos publicados en 1907 enLa Actualidad de Barcelona a laque añadió un prólogo y diez ex-tensas notas. La edición ahoracomentada es un facsímil de di-cha obra, editado por Alta Fu-lla-Mundo Científico en 1986,y cuenta con una interesante

Sabadell, Miguel Angel [1998]: Hablandocon fantasmas. Historia crítica del espiritismoy los fenómenos paranormales. Ediciones Te-mas de Hoy. Madrid. 277 págs.

Espíritus en el banquillo

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presentación de Antoni Roca.Comas Solà no considera que

el origen de estos fenómenossean los espíritus descarnados,como pretende la doctrina espi-ritista, sino algunos de los fenó-menos físicos poco conocidos.Hace una clasificación provisio-nal de los fenómenos en tres ca-tegorías: ciertos, dudosos y fal-sos; admitiendo que en sus expe-riencias no ha encontrado nin-guno en la primera categoría.Así, escribe en la página 76: “Laprimera conclusión fundamen-tal que podemos sacar inmedia-tamente de estas consideracio-nes es que el espiritismo, talcomo se concibe por sus adep-tos, y considerado en conjunto,no puede de ninguna manera serhoy aceptado por la ciencia. Enotros términos; está por demos-trar que los difuntos, hayan te-nido jamás participación algunaen los hechos bien observados”.

Vemos que, a pesar ir colec-cionando uno tras otro a lo largodel libro todos los fallos y frau-des tanto de la médium que élestudió como otros relativos a lametodología, por ejemplo en elcaso de las investigaciones deCrookes, sigue afirmando quedebe de haber un “fondo de ver-dad” a tenor de otras investiga-ciones, e incluso en la últimasección aventura una explica-ción física mezclando lo que sellamó fuerza ecténica con algu-nos conceptos sobre la materia yla energía candentes en la cien-cia de entonces.

Es interesante comentar que,en 1890, Comas Solà comenzóla elaboración de un exhaustivomapa de Marte culminado en1894, labor única en España porentonces. De los famosos cana-les de Marte de Percival Lowell,comentaría que fueron “fruto deuna ilusión subjetiva, debida aque, frente a una serie de man-chas, las personas tendemos aorganizarlas geométricamente”.Cuando Lowell, en 1905, seguíaobservándolos, irónicamente

uno de los más se-veros críticos delas ideas de éstesobre los responsa-bles de los canales,la supuesta civili-zación marciana,fue Alfred RussellWallace. Los argu-mentos utilizadosfueron en partecientíficos, peroquizás había otrasm o t i v a c i o n e s ,considerando suactitud hacia el es-piritismo. Conesto, se vuelve aponer en eviden-cia, diciéndolo jo-cosamente, que“no es suficientecon ser científico,hay que ser escép-tico”.

Otra cuestiónsimpática es la queescribe, en tercerapersona, ComasSolà en la página99 de El espiritismoante la ciencia:“¿Por qué no entraban ustedes,los del grupo, dentro del gabi-nete oscuro con luz y sujetabanal fantasma? Es, en efecto, muyracional este procedimiento,que se ha llevado a cabo en dife-rentes veces, siempre con éxitopara el descubrimiento delfraude, procedimiento que notiene la violencia del propuestopor no sé quien -creo que unmédico francés en la cuestióndel fantasma de Villa Carmen-de aplicarle algunos bastonazosa la aparición al objeto de verqué efecto producía la percusiónen ciertos individuos de ultra-tumba”.

Sin interesarse por estas in-vestigaciones acústicas, Hou-dini, por ejemplo, siempre in-tentaba demostrar el fraudeaceptando en lo máximo posiblelas condiciones establecidas porel médium, como un reto en

busca del truco, como cuentaHablando con fantasmas. Nocabe duda de que, ante fenóme-nos de este tipo, es decir, deprestidigitación camuflada, losmagos están más capacitadospara detectarlos, como lo ponede manifiesto también el caso deUri Geller y el ilusionista JamesRandi. En este contexto, estábien recordar, y subrayar clara-mente, lo que nos dice MiguelÁngel Sabadell: “La investiga-ción psíquica adolece hoy, comoen sus primeras épocas, de pro-blemas importantes de difícil so-lución: escasa metodología, nulabase teórica, contradicción conlos principios sólidamente asen-tados en física, química o biolo-gía, ausencia de fenómenos ne-tamente parapsicológicos enotra ciencia”. Males no sólo delespiritismo, sino de toda la gamade pseudociencias imaginables.

Desde el sillón

Comas Solá, Josep [1907]: El espiritismo ante laciencia. Alta Fulla. Barcelona 1986. 144 págs.

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Desde el sillón

Ambos libros terminan conuna carta -en versión reducidaen Hablando con fantasmas- queel doctor Jerónimo Estrany di-rige a Comas Solà, quien dicetener la “verdadera satisfacciónde publicarla” y en la que “res-plandece noble y rigorista espí-ritu científico”, a pesar de dife-rir en algunos puntos de la opi-nión del astrónomo; espíritu es-céptico, en definitiva, y curiosacoincidencia. Dos libros reco-mendables, uno por exponer deforma sintética la historia y he-chos en torno al espiritismo, yel otro por ser un testigo curiosoy casi de coleccionista escépticode una de las primeras posturascríticas en España.

EDUARDO ZOTES SARMIENTO

¿Aristótelesestabaequivocado?

D icen que el hombre se dife-rencia del resto de los seres

vivos por ser un “animal poseedorde razón o logos”. Debería dedu-cirse de tan escueta definición

que cada una de nuestras accio-nes personales se desarrolla con-forme a un método, a un razona-miento lógico. La realidad, comotodos sabemos, es muy distinta.Nadie duda de que muchos denuestros actos no son puramenteracionales: al contemplar un cua-dro o una puesta de sol, tenemosemociones que no siguen las mis-mas pautas que utilizamos pararesolver un problema matemá-tico. Lo mismo sucede al enamo-rarnos o, simplemente, relacio-narnos con otra persona.

No obstante, muchas otras si-tuaciones que exigen raciocinio enla toma de decisiones no suelenser tratadas adecuadamente. Al-gunos ejemplos de estas situacio-nes son buscar trabajo, analizar elestudio publicado por un investi-gador, llevar la contabilidad do-méstica... El resultado final puedeser un pequeño desastre en lo per-sonal. O una catástrofe si de lagestión de una empresa multina-cional o de un país se trata.

En Irracionalidad. El enemigointerior, Stuart Sutherland res-ponde a la pregunta de por quénos equivocamos tanto al razonary resolver problemas. A partir dedatos experimentales, Sutherlandva desgranando las causas de

tanto despropósito en gente co-rriente... y profesionales del mé-todo cartesiano: médicos, inge-nieros o científicos en general.Cada capítulo del libro empiezacon la descripción de un motivoque puede provocar una respuestairracional frente a un determinadoproblema y finaliza con una mora-leja, una declaración de intencio-nes para no dejarnos superar poresa irracionalidad.

Y todo ello con algunas gotasde ácido humor que convierten aesta pequeña obra en un manualde sano escepticismo, de pensa-miento crítico. Particularmenteinteresante es el capítulo 22, titu-lado “Lo paranormal”. Como diceel autor, “al igual que otras formasde irracionalidad, la creencia enlo sobrenatural no se halla limi-tada por clases o credos y afecta atodas las instituciones, desde lasmás altas hasta las más bajas”.

OSCAR SORIA

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Sutherland, Stuart [1992]: Irra-cionalidad. El enemigo interior.[Irrationality, the enemy within].Trad. de Celina González.Alianza Editorial (Col. “El librode bolsillo “, Nº 1.819). Madrid.

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Correo del lector

La polémicade Orce

Eustoquio Molina publicó en elnúmero 1 de EL ESCÉPTICO elartículo “El polémico fósil deOrce: ¿falta de rigor o fraude?”. Eltitulo es una afirmación dogmáticaentre interrogantes, puesto que noadmite ninguna posibilidad yadesde su inicio: o somos poco rigu-rosos, es decir, malos científicos, ohemos cometido fraude. Por am-bos conceptos, deberíamos ser ex-cluidos del sistema científico demanera inmediata. Lo que es muygrave.

Además de dogmático, el artí-culo es poco riguroso y poco crí-tico en los análisis de nuestras in-vestigaciones. Para descalificarnuestros trabajos, cita el de Moyày Kölher y el de Palmqvist publi-cados en The Journal of HumanEvolution (JHE), afirmando que“Palmqvist ha hecho un nuevoanálisis de la sutura [se refiere a lasuturas sagital externa y lambdoi-dea de VM-0] aplicando la mismatécnica sobre un dibujo muy pre-ciso enviado por Moyà Solà, lle-gando a la conclusión de que setrata de un caballo de 3 a 5 mesesde edad”. La sutura en cuestión,según Moyà y Kölher, se obtuvo deuna fotografía antigua, reprodu-cida en varios de nuestros trabajos,de la que difícilmente se puede in-ferir la complejidad propuesta conla simple observación visual. De-ben realizarse otras contrastacio-nes, como las efectuadas por el au-tor de estas líneas. Agustí y Moyápublicaron en 1987 y 1989 suturassagitales de la cara interna de VM-0 muy simples y es la norma -así loavala la navaja de Occam- que, sila sutura sagital interna es simple,también lo será la externa. Porotro lado, el análisis fractal efec-tuado por Palmqvist es incorrecto:con su método, no se pueden cal-

cular fractales en líneas disconti-nuas, de manera que sus resultadosson nulos, a pesar de estar publica-dos en JHE -los revisores, si loshubo, también se equivocaron-.Hemos demostrado en trabajos pu-blicados en 1998 y 1999, con nue-vos y más precisos métodos, que,por el valor de la dimensión fractalde las suturas internas y externas,VM-0 debe ser incluido en el ge-nero Homo.

Molina apenas analiza nuestroarticulo de réplica, limitándose aafirmar gratuitamente que “al pa-recer han tenido dificultades parasu aceptación definitiva”. Debodecir que nuestro trabajo de ré-plica es de investigación rigurosa ylos datos obtenidos se basan en laobservación y cuantificación -cuando procede- del estudio de311 radiografías humanas, 3 deéquidos jóvenes; y 735 cráneos hu-manos de diferentes edades y 72cráneos de équidos de todas las es-pecies actuales y de diferentes eda-des. Mientras nuestro artículocumple todos los requisitos exigi-dos por el método científico paraser calificado como de investiga-ción, el de Moyà y Kölher y el dePalmqvist son únicamente artícu-los de opinión basados en criteriosde autoridades y legítimos en cien-cia; pero, como dice Savater, “to-das las personas son respetables,sean cuales fueren sus opiniones,pero no todas las opiniones sonrespetables”. Hablando de autori-dades, Molina podría leer el arti-culo de Philip V. Tobias, emi-nente paleoantropólogo, buen co-nocedor de los cráneos fósiles delPlio-pleistoceno y de los restos deOrce, publicado en Human Evolu-tion en 1998, en el que expone suopinión fundamentada sobre nues-tros trabajos, llegando a conclusio-nes bien diferentes a las de Moyà yKölher y Palmqvist.

El lenguaje y adjetivos de Mo-lina son dignos de análisis. Mien-

tras Agustí y Moyá son “prestigio-sos paleontólogos” -lo que nodudo-, a mí me califica de pseudo-científico y, sin excesiva justifica-ción, añade los calificativos queme atribuye Palmqvist: falsifica-dor, cacique, practicante del nepo-tismo, ambicioso desmesurado, et-cétera. También son interesanteslas calificaciones con las que des-cribe los fósiles: la galleta, un fósiltan fragmentario que ha sido cali-ficado de miserable...

Por último, quiero resaltar lafalta de criterio científico en algu-nas de sus afirmaciones absoluta-mente gratuitas:

1) “... los estudios inmunológi-cos tampoco han sido aceptadoscomo concluyentes, habida cuentade la remota posibilidad de tantaproteína en un fósil tan anti-guo...”. ¿Por quién no han sidoaceptados?, ¿por Molina y sus ami-gos?, ¿por qué no pregunta a inmu-nólogos y otros especialistas?, ¿porqué no asiste a los congresos dondese ha expuesto y debatido este im-portante hallazgo si quiere for-marse una opinión rigurosa?

2) “...todos los pretendidos res-tos de homínidos encontrados sonigual de dudosos y fragmentarios:un pequeño fragmento de molarque podría pertenecer a otro ma-mífero y dos pretendidas diáfisishumerales que podrían ser frag-mentos de costillas de otro animalmás grande...”. ¿Conoce Molinalas características del esmalte den-tario?, ¿sabe qué son las perikima-tas, las estrias de Retzius, las ban-das de Hunter y su valor discrimi-natorio?, ¿conoce acaso el valordel ángulo de torsión de los húme-ros y su importancia?, ¿ha compa-rado una costilla de rinoceronte yun húmero humano?

Es muy fácil descalificar sinaportar datos y muy difícil cons-truir un nuevo paradigma con losfósiles de Orce y Cueva Victoria,su anatomía bien definida, sus mo-

Las cartas dirigidas a esta sección deberán tener una extensión máxima de 20 líneas.EL ESCÉPTICO se reserva el derecho a extractar el contenido de las mismas.

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léculas humanas perfectamentedeterminadas, las paleodietas con-trastadas, las industrias de 1,6 mi-llones de años en Barranco León,de 1,2 millones de años en Fuente-nueva 3, las estrías de descarna-ción, huesos fragmentados por per-cusión y acumulaciones de cráneosintencionadas en Venta Micena.Son datos, en su conjunto, ex-traordinarios, expuestos en 138trabajos, 27 de ellos en revistas re-levantes, elaborados a lo largo dedieciséis años.

Palmqvist y Martínez me acu-san de falsificador, afirmación re-cogida con mimo por Molina. Es laprimera vez, en la paleontologíahumana española, que se producenacusaciones tan graves. En la so-ciedad posmoderna, se justifica eltodo vale para conseguir un obje-tivo, pero es grave que, en ciencia,se prime la falta de ética.

DR. JOSEP GIBERT CLOS

Orce, Granada.

Responde el profesorEustoquio Molina:

Mi artículo sobre el fósil de Orcepublicado en EL ESCÉPTICO se li-mita a contar la historia del polémicodescubrimiento y a analizar la cues-tionable metodología que ha dado lu-gar a que Josep Gibert Clos sea acu-sado de fraude por sus más directoscolaboradores. Comprendo que, antetan grave acusación, Gibert trate dedefenderse enviando una carta de ré-plica que llega con más de un año deretraso y en la que no aporta argu-mentos nuevos de interés.

Todas las afirmaciones que hiceen mi artículo están bien documenta-das, ya que desde 1983, cuando fuepublicado el primer artículo sobre elfósil de Orce, he seguido la polémica,he recopilado la bibliografía y he ob-tenido información directa de los hoyprestigiosos investigadores que le hanido abandonando (Agustí, Moyá-Solá, Palmqvist y Martínez-Nava-rro). Calificar de dogmático el título“El polémico fósil de Orce:¿falta derigor o fraude?” es negar la eviden-

cia, pues mi artículo fue publicado enel momento en que su más directo co-laborador, Paul Palmqvist, le aca-baba de acusar de haber falsificado lasutura, y lo documentaba en sus pu-blicaciones. Que ha existido una faltade rigor es muy evidente, pues yadesde los inicios del descubrimiento secreó una sensacional polémica y suactividad ha sido criticada no sólo porsus más directos colaboradores, sino,incluso, por tres de los más prestigio-sos profesores de Paleontología -DeRenzi, Porta y Truyols-, quienes pu-blicaron un artículo que no cité, yaque no disponía del texto, a pesar deque me habían informado de lo su-mamente crítico que era con el proce-der de Gibert.

Mi artículo en EL ESCÉPTICOfue previamente presentado en uncongreso en 1997. Poco después, Gi-bert me telefoneó muy enfadado y meenvió sus principales publicaciones,todas las cuales tuve en cuenta paraescribir el texto publicado en esta re-vista. Creo haber sido objetivo, puesnada personal tengo contra Gibert.Bien al contrario, una de sus publica-ciones contra los creacionistas pseu-docientíficos me ha parecido muyacertada y la he citado en varios tra-bajos. Sin embargo, como miembrode ARP -Sociedad para el Avance delPensamiento Crítico, me he vistoobligado a comentar un caso desgra-ciadamente famoso, concluyendo que“el sensacionalismo y la falta de rigoren la difusión de los hallazgos, asícomo ciertos aspectos metodológicos -posible falsificación- nos inducen apensar que estamos ante un probablecaso de ciencia patológica”. Estaconclusión está muy bien documen-tada en mi artículo y mis afirmacio-nes no son en absoluto gratuitas, yaque me limito a reproducir fielmentelas afirmaciones y datos de los cientí-ficos que han estudiado el fósil. Bastacon leerlo detenidamente para cons-tatar la objetividad y el rigor cientí-fico, algo que al parecer no ha hechoGibert, ya que en su réplica dice quele califico de pseudocientífico, cuandoen realidad digo textualmente: “Di-versos aspectos muestran como mí-nimo una falta de rigor científico y

recuerdan los recursos utilizados porlos charlatanes pseudocientíficos, sibien es obvio que Gibert no es unpseudocientífico”.

Parece evidente que Gibert estámuy sensibilizado con el tema, locual le lleva a hacer un análisis muysubjetivo de mi texto y, apelando acriterios de autoridad, cita un artí-culo de Tobias en la revista HumanEvolution donde está de acuerdo conél en algunos de sus otros fósiles, peroen donde no afirma que el fósil decráneo en cuestión sea humano.

Además, Gibert en su replica in-tenta abrumarnos para desviar laatención con sus observaciones sobreotros fósiles y organismos actuales,así como con su prolífica bibliografíaen publicaciones por lo general depoco prestigio. En este sentido,cuando cita sus datos extraordinariosexpuestos en revistas relevantes su-pongo que no incluye su artículo enla revista pseudocientífica: Espacio yTiempo, en la que figuraba comomiembro colaborador, y por el que lepagaron 150.000 pesetas, según mecomentó él mismo en un congreso dePaleontología en Barcelona. La reali-dad que yo he constatado en los con-gresos en los que hemos coincidido esque sus comunicaciones han desper-tado grandes sospechas. Ésta es segu-ramente la razón de que lo que él de-nomina su “conjunto extraordinariode datos” aún no haya sido publicadoen prestigiosas revistas como Natureo Science, y me consta que lo ha in-tentado en reiteradas ocasiones.

Sería muy largo en esta contrarré-plica argumentar sobre la fragmenta-ria anatomía del polémico fósil deOrce; además ya lo han hecho susmuchos detractores y fue debida-mente comentado en mi artículo. Detodas formas, dada la obstinación deGibert, cualquier argumentación se-ría inútil, porque, cuando sus detrac-tores publican en prestigiosas revistastales como el JHE, él prefiere afirmarque sus resultados son nulos y que losrevisores también se equivocaron. Eneste sentido, la única novedad desta-cable desde que escribí el artículo essu publicación con Arqued en 1999de un trabajo en el que intenta de-

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mostrar que el análisis fractal efec-tuado por Palmqvist es incorrecto. Elfósil está sumamente deteriorado,pero se aprecia que la sutura es máscompleja por la cara externa que porla interna, siendo en ambos casos máscompleja de lo que reproduce Gibert.Los nuevos análisis morfométricosque usó el informático Arques, queha captado Gibert para su causa, sebasan en una técnica más imprecisaque la de Palmqvist, como demues-tran Boyajian y Lutz (1995) en larevista Paleobiology, y además la su-tura analizada por Arques vuelve aser el dibujo simplificado realizado porGibert y que dio lugar a la acusaciónde fraude.

En fin, a pesar de haber transcu-rrido más de dieciséis años, Gibertcontinúa sin aportar datos concluyen-tes e ignorando los principios metodo-lógicos más elementales: “afirmacio-nes extraordinarias exigen pruebasextraordinarias” y, “ante dos hipóte-sis alternativas, hay que optar por lamás sencilla”; lo que implica que elpolémico fósil sería un équido mien-tras no se demuestre lo contrario. Y,lo que es peor, todavía no se ha des-pejado la grave acusación de fraudeque pende sobre su reputación cientí-fica.

Sexismo

Posibilidades no sexistas para elejemplo ejemplificador que traeLuis Alfonso Gámez a colaciónen su respuesta a mi carta publi-cada en el número 5 de esta re-vista: “550 asistentes al Congresosobre ... abogan en Granada porponer freno a la pseudociencia”;“550 profesionales de la investi-gación y la divulgación científicaabogan en Granada por ponerfreno a la pseudociencia”, y “550hombres y mujeres dedicados almundo de la ciencia y la divulga-ción científica abogan en Gra-nada por poner freno a la pseudo-ciencia”. ¿Más?

MERCEDES QUINTANA

Madrid.

Responde L. A. Gámez:

Evidentemente, cualquier noti-cia o reportaje puede titularsesiempre de diferentes maneras.Pero, en todos los medios, haycondicionantes de espacio y legibi-lidad que no se pueden ignorar.Los tres posibles titulares apunta-dos por Mercedes Quintana sonmucho más largos y farragososque el que apareció en su día enesta revista -“550 divulgadores ycientíficos abogan en Granada porponer freno a la pseudociencia”-,y ninguno aporta más informa-ción. Llenar un texto de a/o o dehombres/mujeres podrá ser máscorrecto para quienes no aceptanlos genéricos, pero acaba convir-tiendo textos interesantes en cosasilegibles.

Religión yescepticismo

Acabo de suscribirme a su re-vista y he leído la carta de Gon-zalo Puente Ojea publicada enel número 3. Estoy totalmentede acuerdo con Puente Ojea ydiscrepo con la misma intensi-dad de la respuesta de L.A. Gá-mez.

Desde luego, si la línea de larevista es evitar la crítica de lareligión, les digo de antemanoque, para mí, el primer contactocon EL ESCÉPTICO no puedeser más desalentador. Por su-puesto que un escéptico debeextender su campo de acción alas creencias religiosas en sí mis-mas, puesto que todas ellas sonindemostrables y, a pesar deello, en todo el mundo, miles deacciones, educación, normas, le-yes, etcétera, se siguen rigiendosegún los dictados de esas creen-cias religiosas. No podemos se-guir de brazos cruzados con res-pecto a la religión, porque ellano lo está. ¿Es preciso recordarque todavía en EE UU es difícilenseñar la teoría de la evolución

por culpa de la religión o lasbarbaridades que sufren las mu-jeres en los países islámicos porculpa de esa religión? Por favor,la religión no es inocua. Si losescépticos no nos defendemosde ella, ¿quién lo hará?

GABINO F. CALVO SARNAGO

Las Rozas (Madrid).

Responde L. A. Gámez:

Esta revista evita la religión ensí misma, del mismo modo queevita la política, el deporte o el arteen sí mismos. Porque, no lo olvide-mos, en todas estas actividades hu-manas se dan manifestaciones deuna irracionalidad más que preo-cupante. El campo de acción de ELESCÉPTICO, de momento, tieneunos límites claros; pero, aún así,es muy amplio. Tanto que la reli-gión entra en él a menudo y que,entonces, nunca evitamos el de-bate.

Nunca se nos ocurrirá afirmara quienes hacemos esta revista queun escéptico deba suspender su vi-sión crítica de la realidad cuandode la religión se trata. Es más,personalmente, creo que hay queaplicar el mismo criterio a la reli-gión que a la pseudociencia. Sinembargo, ésta es una revista cuyaedición corre a cargo de una enti-dad, ARP - Sociedad para elAvance del Pensamiento Crítico,que no incluye entre sus objetivosla crítica de la religión per se. Y aeso nos ceñimos quienes tenemosresponsabilidades en El ESCÉP-TICO. Si ARP amplía sus objeti-vos algún día, ésta revista seguirásus pasos.

Por lo demás, que Gabino F.Calvo Sarnago esté de acuerdo conGonzalo Puente Ojea y en des-acuerdo conmigo, no me incomodaen absoluto. La discrepancia nosólo puede resultar enriquecedora-digo puede porque hay discrepan-cias que son estúpidas; éste no esel caso-, sino que, en una publica-ción que aboga por el pensamientocrítico, es imprescindible.

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EUROPA

European Council of Skeptical Orga-nizations (ECSO). Secretario: Amar-deo Sarma. Postfach 1222, D-64374Rossdorf. Fax: + 49-6154-81912. Co-rreo electrónico: ecso@ gwup.org.

ALEMANIA: Society for the Scienti-fic Investigation of Para-Science(GWUP). Secretario: Amardeo Sar-ma. Postfach 1222. D-64374 Rossdorf.Alemania. Tel.: +49-6154-695021.Fax: +49-6154-695022. Correo elec-trónico: [email protected].

BÉLGICA: Committee Para. Presiden-te: J. Dommanget. Observatoire Royalde Belgique. Avenue Circulaire 3. B-1180 Brussels. SKEPP. Secretario: W.Betz. Laarbeeklaan 103. B1090 Brus-sels. Fax: 32-2-4774301.

ESTONIA: Contacto: Indrek Roht-mets. Horisont. EE 0102 Tallinn,Narva mnt. 5.

FINLANDIA: Skepsis. Presidente:Ilpo V. Salmi. Secretario: Anneli Au-rejdrvi. Sireenitie 10b A2. FIN-01390Vantaa. Correo electrónico: [email protected] (Sami Hiltunen).

FRANCIA: Cercle Zététique. Con-tacto: Paul-Eric Blanrue. 12 Rue Da-

vid Deitz. 57000 Metz. Comite Fran-cais pour l’Etude des PhenomenesParanormaux. Merlin Gerin.RGE/A2 38050 Grenoble Cedex.Union Rationaliste. Contacto: Jean-Paul Krivine. 14, Rue de l’Ecole Poly-technique. 75005 París.

HOLANDA: Stichting Skepsis. Secre-tario: Rob Nanninga. Westerkade 20,9718 AS Groningen.

HUNGRÍA: Hungarian Skeptics.Gyula Bencze. Termeszet Vilaga. POBox 25. Budapest 8,1444. Fax: 011-36-1-118-7506.

IRLANDA: Irish Skeptics. Contacto:Peter O’Hara. St Joseph’s Hospital,Limerick.

ITALIA: Comitato Italiano per ilControllo delle Affermazioni sul Pa-ranormale (CICAP). Contacto: Ma-ssimo Polidoro, editor Scienza & Para-normale. PO Box 60, 27058 Voghera(PV).

NORUEGA: Skepsis. St Olavsgt. 27,N-0166, Oslo.

REINO UNIDO: Association forSkeptical Enquiry (ASKE), 15

Ramsden Wood Road, Walsden,Todmorden, Lancs, OL14 7UD. Lon-don Student Skeptics. Contacto: BillHarman. 21 Manville Rd., LondonSW17 8JW. Wessex Skeptics. Con-tacto: Robin Allen. Department ofPhysics. Southampton Univ. High-field. Southampton S09 5NH. TheSkeptical Inquirer Representative. Mi-chael J. Hutchinson. 10 CrescentView. Loughton. Essex IG10 4PZ.Correo electrónico:[email protected]. ‘The SkepticMagazine’. Editores: Toby Howard ySteve Donnelly. PO Box 475. Man-chester M60 2TH Correo electró-nico: toby@ cs.man.ac.uk.

REPÚBLICA CHECA: Czech Clubof Skeptics. Contacto: Ivan David.Vozova 5 Prague 3. 73000.

RUSIA: Zdravyi Smysl. Contacto:Valery A. Kuvakin. Novatorov 18-2-2. Moscú 117421.

SUECIA: Vetenskap och Folkbild-ning. Secretario: Sven Ove Hansson.Box 185. 101 23 Stockholm.

UCRANIA: Perspective. Director:Oleg G. Bakhtiarov. 3-B Khmelnits-kogo St. 252001. Kiev.

ARGENTINA: Centro Argentinopara la Investigación y Refutación dela Pseudociencia (CAIRP). Director:Ladislao Enrique Márquez. Casilla deCorreo 26. Sucursal 25. 1425 BuenosAires.

AUSTRALIA: Nacional: AustralianSkeptics. Ejecutivo: Barry Williams.PO Box 268. Roseville, NSW 2069.Tel.: 61-2-9417-2071. Fax: 61-2-9417-7930. Correo electrónico:[email protected].

Regionales: Australian Capital Terri-tory. PO Box 555. Civic Square2608. Hunter Skeptics (Newcastle).PO Box 166. Waratah. NSW 2298.Darwin Skeptics (Northern Territo-ry). PO Box 809. Sanderson. NT0812. Queensland. PO Box 6454.Fairfield Gardens. QLD 4103. SouthAustralia. PO Box 91. Magill 5072.Victoria. PO Box 5166AA. Mel-bourne. VIC 3001. Western Aus-tralia. PO Box 899. Morley. WA6062.

BRASIL: Opçao Racional. Luis Gut-man. Rua Santa Clara, 431. Bloco 5,Apt. 803. Copacabana - Río de Janeiro22041-010. Tel.: 55-21-5482476.

CANADÁ: Alberta Skeptics. Secreta-ria: Heidi Lloyd-Price. PO Box 5571.

Station A. Calgary, Alberta T2H 1X9.British Columbia Skeptics. Contacto:Lee Moller. 1188 Beaufort Road. Van-couver V7G 1R7. Manitoba Skeptics.Presidente: John Toews. PO Box 92.St. Vital. Winnipeg. Manitoba. R2M4A5. Ontario Skeptics. Presidente:Henry Gordon. 343 Clark Ave West,Suite 1009. Thornhill Ontario L4J7K5. Sceptiques du Quebec. JeanOuellette. CP 202, Succ. Beaubien.Montreal H2G 3C9. Línea caliente es-céptica 24 horas: 514-990-8099.

CHINA: China Association forScience and Technology. Contacto:Shen Zhenyu. Research Center -CAST. PO Box 8113. Beijing. Chi-nese Skeptics Circle. Contacto: WuXianghong. PO Box 4-doctor. RenminUniv. of China, Beijing 100872. HongKong Skeptics. Contacto: RebeccaBradley. PO Box 1010. Shatin CentralPost Office. Shatin, NT.

ESTADOS UNIDOS: Nacionales:Committee for the Scientific Investi-gation of Claims of the Paranormal(CSICOP). Presidente: Paul Kurtz.PO Box 703. Amherst. NY 14226-0703. Tel.: 716-636-1425. Fax: 716-636-1733. Correoelectrónico:[email protected]. SkepticsSociety. Director: Michael Shermer.2761 N. Marengo Ave. Altadena, CA

91001. Tel.: 626-794-3119. Fax: 626-794-1301. Correo elecrónico: [email protected].

Regionales: Alabama Skeptics. EmoryKimbrough, 3550 WatermelonRoad. Apt. 28A. Northport. AL35476. Tel.: 205-759-2624. TucsonSkeptics Inc. Presidente: JamesMcGaha. 7049 E. Tangue VerdeRoad. Suite 370, Tucson. AZ 85715.Phoenix Skeptics. Presidente: Mi-chael Stackpole. PO Box 60333.Phoenix. AZ 85082. Bay AreaSkeptics. Secretaria: Wilma Russell.17723 Buti Park Court. Castro Va-lley. CA 94546. East Bay SkepticsSociety. Presidente: Daniel Sabsay.PO Box 20989. Oakland. CA94620. Tel.: 510-420-0702. Sacra-mento Skeptics Society. TerrySandbek. 3550 Watt Avenue, Suite#3. Sacramento. CA 95821. Tel.:916-488-3772. Correo electrónico:[email protected]. San DiegoAssociation for Rational Inquiry(SDARI). 945 Fourth Avenue. SanDiego. CA 92101. Tel.: 619-233-1888. Fax: 619-696-9476. Correoelectrónico: dnoelle@cs. ucsd.edu.Rocky Mountain Skeptics. Presi-dente: Bela Scheiber. PO Box 7277.Boulder. CO 80306. Tel.: 303-444-5368. Correo electrónico: rmscen-tral@aol. com. Connecticut Skepti-

RESTO DEL MUNDO

Red internacional escéptica

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cal Society. PO Box 456. Cheshire.CT 06410-0456. National CapitalArea Skeptic. Contacto: D.W. Co-rreo electrónico Denman. 8006 Va-lley Street. Silver Spring. MD20910. Tampa Bay Skeptics. Con-tacto: Gary Posner. 1113 NormandyTrace Road. Tampa, FL 33602. Tel.:813-221-3533. Georgia Skeptics.Presidente: Becky Long. 2277 Win-ding Woods Dr. Tucker. GA 30084.Midwest Committee for RationalInquiry. Presidente: Danielle Kafka.PO Box 2792. Des Plaines. IL60017-2792. Rational ExaminationAssociation of Lincoln Land (RE-ALL). Presidente: David Bloom-berg. PO Box 20302. Springfield. IL62708. Tel.: 217-525-7554. IndianaSkeptics. Presidente: Robert Craig.5401 Hedgerow Drive. Indianapolis.IN 46226. Kentucky Association ofScience Educators and Skeptics(KASES). Presidente: Robert A.Baker. 3495 Castleton Way North.Lexington. KY 40502. Baton RougeProponents of Rational Inquiryand Scientific Methods (BR-PRISM). Director: Dick Schroth.425 Carriage Way. Baton Rouge.LA 70808-4828. Tel.: 504-766-4747. Skeptical Inquirers of NewEngland. Contacto: Laurence Moss,Ho & Moss. 72 Kneeland St. Boston02111. Great Lakes Skeptics. Con-tacto: Carol Lynn. 1264 BedfordRoad. Grosse Pointe Park. MI84230-1116. Minnesota Skeptics.Contacto: Robert W. McCoy. 549Turnpike Road. Golden Valley, MN55416. St. Kloud ESP Teaching In-vestigation Committee (SKEP-TIC). Coordinador: Jerry Mertens.Psychology Department. St. CloudState University. St. Cloud. MN56301. Kansas City Committee forSkeptical Inquiry. Presidente: VerleMuhrer. 2658 East 7th. Kansas City.MO 64124. Gateway Skeptics. Pre-sidente: Steve Best. 6943 AmherstAvenue. University City. MO63130. Skeptics Resource Center.Contacto: J.J. Kane. 89 GlengarryDr. Stratham. NH 03885. Tel.: 603-778-6873. New Mexicans forScience & Reason. Presidente:

John Geohegan. 450 MontclaireSE. Albuquerque. NM 87108; JohnSmallwood. 320 Artist Road. SantaFe. NM 87501. Tel.: 505-988-2800.Inquiring Skeptics of Upper NewYork (ISUNY). Contacto: MichaelSofka. 8 Providence St. Albany. NY12203. Tel.: 518-437-1750. NewYork Area Skeptics (NYASk).Contacto: Wayne Tytell. 159 Mel-rose Avenue. E. Massapequa. NY11758. Tel.: 516-798-6902. Wes-tern New York Skeptics. Presiden-te: Tim Madigan. 3965 RenschRoad. Buffalo. NY 14228. SouthShore Skeptics. PO Box 5083. Cle-veland. Ohio 44101. Contacto:Page Stephens. 4534 Grayton Road.Cleveland. Ohio 44135. Tel.: 216-676-4859. Correo electrónico:hpst@ earthlink.net. Associationfor Rational Thought (CincinnatiArea). Roy Auerbach Correo elec-trónico: [email protected]. Oregoniansfor Rationality. Secretario: JohnReese. 7555 Spring Valley RoadNW. Salem. OR 97304 Tel.: 503-364-6676. Correo electrónico:joshr@ ncn.com. ParanormalInvestigating Committee of Pitts-burgh (PICP). Presidente: RichardBusch. 8209 Thompson Run Road.Pittsburgh. PA 15237. Tel.: 412-366-4663. Philadelphia Associa-tion for Critical Thinking(PhACT). Presidente Bob Glick-man. PO Box 21970. Philadelphia.PA 19124. Tel.: 215-533-4677. Re-ality Fellowship. Contacto: CarlLedendecker. 2123 StonybrookRoad. Louisville. TN 37777. Hous-ton Association for ScientificThinking (HAST). Contacto: Da-rrell Kachilla. PO Box 541314.Houston. TX 77254. North TexasSkeptics. Presidente: Joe Voel-kering. PO Box 111794. Carrollton.TX 75011-1794. The Society forSensible Explanations. Secretario:Tad Cook. PO Box 7121. Seattle.WA 98133-2121. Correo electró-nico: [email protected].

INDIA: Indian Skeptics. Presidente: B.Premanand. 10 Chettipalayam Road.Podanur 641-023 Coimbatore Tamil

Nadu. Indian Rationalist Asso-ciation. Contacto: Sanal Edamaruku.779, Pocket 5, Mayur Vihar 1. NewDelhi 110 091. Maharashtra Su-perstition Irradication Committee.Contacto: Naredra Dabholkar, 155Sadashiv Peth, Satara-415 001. Dra-vidar Kazhagam. Secretario: K. Vee-ramnani. Periyar Thidal, 50. EVKSampath Road, Madras - 600 007. Ta-mil Nadu.

ISRAEL: Israel Skeptics Society. Pre-sidente: Philip Marmaros. PO Box8481. Jerusalén. Fax: 972-2-611652.Correo electrónico: [email protected].

JAPÓN: Japan Skeptics. Presidente:Jun Jugaku. Business Center for Aca-demic Societies Japan. 16-9 Hon-komagome 5-chome. Bunkyo-Ku. To-kyo 113.

KAZAJASTÁN: Kazakhastan Com-mission for Investigation of Anoma-lous Phenomena (KCIAP). Contac-to: Sergey Efimov. Astrophysical Ins-titute. Kamenskoye Plato. Alma-Ata480068.

MÉXICO: Sociedad Mexicana para laInvestigación Escéptica (SOMIE).Presidente: Mario Méndez-Acosta.Apartado Postal 19-546. México03900, DF.

NUEVA ZELANDA: New ZealandSkeptics. Presidente: Vicki Hyde.South Pacific Information Services,Ltd. Box 19-760. Christchurch 5. Tel.:64-3-384-5137. Fax: 64-3-384-5138.Correo electrónico: [email protected].

SUDÁFRICA: Association for theRational Investigation of the Para-normal (ARIP). Secretario: MarianLaserson. 4 Wales St. Sandringham2192. SOCRATES. Contacto: LeonRetief. 3 Hoheizen Crescent, Hohei-zen, Bellville 7530. Correo electró-nico: [email protected].

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ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico trata de fo-mentar la investigación crítica de las supuestas manifestaciones delo paranormal y los hechos presuntamente situados más allá de loslímites de la ciencia, siempre desde un punto de vista racionalista,crítico y responsable, y dar a conocer los resultados de talesinvestigaciones a la comunidad científica y al público en general.

Para alcanzar estos objetivos, ARP:· Mantiene un equipo de personas interesadas en examinar crítica-

mente las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los he-chos situados más allá de los límites de la ciencia, y en contri-buir a la educación de los consumidores.

· Prepara bibliografías de materiales publicados que analizan cuida-dosamente los temas objeto de estudio.

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· No rechaza los hechos a priori, antes de investigarlos, sino que losexamina objetiva y cuidadosamente antes de manifestarse alrespecto.

ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico es una enti-dad cultural y científica sin ánimo de lucro.