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Resumen El presente artículo se propone aclarar la doble lectura del tiempo presente en los documentos conservados de la escuela estoica, sirviéndose para ello del parale- lismo existente entre el tiempo y los demás incorpóreos –la pareja vacío-lugar y el expresable– y ampliando la investigación a la Ética, disciplina que sirve de corona- miento al sistema y desde la que es posible apreciar con mayor nitidez el papel clave que la noción de tiempo desempeña en el conjunto del estoicismo y en su hostil reacción frente al aristotelismo. Palabras clave: Tiempo, movimiento, Estoicos, Crisipo, Marco Aurelio, Zenón, materia, Aristóteles, pneûma, instante, duración. Abstract This paper tries to clarify the double reading of time found in the surviving sources of the Stoic School, making use of the parallelism between time and the other incorporeals (the couple void-place and the so-called sayable). Secondly, it aims to extend the research to Ethics, a discipline that acts as the summit to the sys- tem and from which it is possible to grasp the key role that Time plays in Stoicism as a whole and in its bitter reaction against Aristotelism. Keywords: Time, motion, Stoics, Chrysippus, Marcus Aurelius, Zeno, matter, Aristotle, pneûma, instant, duration. LOGOS. Anales del Seminario de Metafísica Vol. 46 (2013): 183-209 ISSN: 1575-6866 http://dx.doi.org/10.5209/rev_ASEM.2013.v46.42870 183 El estoicismo a la luz de la noción de tiempo: Lógica, Física y Ética Stoicism in the light of Time: Logics, Physics, Ethics Antonio DOPAZO GALLEGO (Universidad Complutense de Madrid) Recibido: 03/09/2012 Aceptado: 19/03/2013

El Estoicismo a La Luz de La Noción Del Tiempo

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ResumenEl presente artculo se propone aclarar la doble lectura del tiempo presente enlos documentos conservados de la escuela estoica, sirvindose para ello del parale-lismo existente entre el tiempo y los dems incorpreos la pareja vaco-lugar y elexpresable y ampliando la investigacin a la tica, disciplina que sirve de corona-miento al sistema y desde la que es posible apreciar con mayor nitidez el papel clavequelanocindetiempodesempeaenelconjuntodelestoicismoyensuhostilreaccin frente al aristotelismo.Palabras clave: Tiempo, movimiento, Estoicos, Crisipo, Marco Aurelio, Zenn,materia, Aristteles, pnema, instante, duracin.AbstractThispapertriestoclarifythedoublereadingoftimefoundinthesurvivingsourcesoftheStoicSchool,makinguseoftheparallelismbetweentimeandtheotherincorporeals(thecouplevoid-placeandtheso-calledsayable).Secondly,itaims to extend the research to Ethics, a discipline that acts as the summit to the sys-tem and from which it is possible to grasp the key role that Time plays in Stoicismas a whole and in its bitter reaction against Aristotelism.Keywords: Time,motion,Stoics,Chrysippus,Marcus Aurelius,Zeno,matter,Aristotle, pnema, instant, duration.LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-209ISSN: 1575-6866http://dx.doi.org/10.5209/rev_ASEM.2013.v46.42870183El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo:Lgica, Fsica y ticaStoicism in the light of Time: Logics, Physics, EthicsAntonio DOPAZO GALLEGO(Universidad Complutense de Madrid)Recibido: 03/09/2012Aceptado: 19/03/20131. El problema del tiempo en el estoicismo. Instante y duracinI. La reconstruccin conceptual de doctrinas que nos han sido legadas en esta-do de ruina documental es uno de los escollos habituales a los que se enfrenta el his-toriadordelafilosofaantigua.Unejemplarnico,porespinoso,deestaclasededesafos constructivos es el que ofrece la doctrina estoica del tiempo. Si bien la pro-blemtica goz de cierta difusin a finales de los aos sesenta con la publicacin deLgica del sentido, donde el filsofo Gilles Deleuze ofreca una original solucin alamismaamparndoseenlaingentelabordeloshistoriadoresmileBrhieryVictor Goldschmidt, lo cierto es que la cuestin dista de haber quedado zanjada, eincluso muchos de los actuales estudios consagrados al tema continan admitiendosuincapacidadalahoradeesclarecerloqueparaalgunosdeellosconstituyeungalimatas filosfico y un campo de minas documental, bien renunciando a armo-nizar la doctrina, bien ofreciendo de ella una lectura claramente mutilada1.II. El gran problema reside en conciliar lo que parecen ser dos lecturas del tiem-po, una lgica y otra fsica (recurdese la categorizacin estoica de la filosofa, pororden de exposicin, en Lgica, Fsica y tica2). En los textos de la Antigua Estoatransmitidos por Digenes Laercio, Estobeo y Plutarco, y especialmente en aquellosque reflejan las opiniones de Crisipo el ms avezado de sus miembros en materialgica3 se observa una concepcin abstracta del tiempo que sugiere una marcadainfluencia aristotlica. El tiempo, leemos repetidamente en estos textos, es ilimita-do(peiron)porambosladospasadoyfuturo4einfinitamentedivisible[eispeiron tom, como corresponde a los continuos], de modo que ningn tiempo espresenteensentidoestricto5.Plutarcoaade,enestalnea,quelosestoicos noadmitenunaunidadmnimadetiempo6(elchistonchrnon), oloqueeslomismo, no pretenden que el instante actual sea indivisible [o carezca de partes]7(frente a los epicreos, se entiende, que s manejaban un ahora mnimo, indivisible,sin partes pero parte l mismo del tiempo), [y alegan que] de cualquier momentoAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-2091841Paraunresumendelasprincipalestendenciashistoriogrficasalrespecto(Kidd,Sorabji,Long/Sedley, Hadot y la Historia de la Filosofa de Cambridge), cf. Sellars, J., Ain and Chronos:Deleuze and the Stoic Theory of Time, en Collapse, Philosophical Research and Development, Vol.III, 2007. Sellars, por su parte, procede a un estudio de la cuestin a nuestro entender parcial e insa-tisfactorio, y su artculo parece escrito en la tradicin polmica de un Plutarco.2Digenes Laercio, Vidas de los filsofos ilustres, Madrid, Alianza, 2008 (desde ahora DL), VII, 40.3Cf. DL VII, 180.4Ario Ddimo, en Estobeo, I 8, 42 (Ario Ddimo, fr. 26, recogido tambin como fr. 412 en Crisipo deSolos, Testimonios y fragmentos, Vol. II, Madrid, Gredos, 2006), as como DL VII, 141.5Ibid.6Plutarco, Sobre las nociones comunes, contra los estoicos, 1081c-1082a, en Obras morales y de cos-tumbres XI, Madrid, Gredos, 2004 (trad. cast. Ral Caballero Snchez).7Ibid.que uno cree [cursiva nuestra] concebir y captar como presente (enests), una partepertenecealfuturoyotraalpasado8.Incidiendoenestadefinicinycitandoalestoico Arqudemo (quien vivi presumiblemente en el siglo III a.C., hacia el fin dela Antigua Estoa), Plutarco aade que el ahora (nyn) es una suerte de juntura yconexin entre el pasado y el futuro []; el ahora no es tiempo (chrnos), sino unlmite (pras) del tiempo9. Posidonio remata la comparacin con Aristteles en unfragmento citado por Ario Ddimo: el presente est formado por una parte (mros)delpasadoyunapartedelfuturo,comprendiendoladivisinmisma[oellmitedivisor,segntraduceKidd];yladivisin(diorismn)espuntual[semeiode,esdecir, como el punto respecto a la lnea: inextenso y no siendo parte de ella, pues lalnea no es suma de puntos]10. Por tanto, el ahora propiamente estoico no es unaporcin mnima de tiempo, sino un mero lmite abstracto (no es parte del tiempo,dira Aristteles), pura divisin entre el pasado y el futuro.Al mismo tiempo, en el mismo conjunto de doxografas y frente a esta concep-cin evasiva y fugaz del ahora, se nos ofrece una cita enormemente enigmtica,aparentementecontradictoriaconlasanterioresperociertamenteautntica(puesnos llega a travs de dos fuentes distintas, de nuevo Plutarco y Ario Ddimo): [paraCrisipo] slo el presente existe (hyprchein11); el pasado y el futuro subsisten (hyp-hestnai),peronoexistenenmodoalguno,comosedicetambinqueexistenencalidad de predicados slo los atributos actuales; por ejemplo, el pasear se da en m[o me pertenece] cuando paseo, pero no cuando estoy recostado o sentado12, obien: Crisipo, en su afn de rizar el rizo con la divisin del tiempo, afirma en Sobreel vaco y otras obras que la parte del tiempo (chrnos) que pertenece al pasado yal futuro no existe (hyprchein), sino que subsiste (hyphesteknai) y que slo el pre-sente tiene existencia real (hyprchein)13.El conjunto de las fuentes nos pinta as un cuadro problemtico que deja traslu-cir dos nociones opuestas del tiempo: el ahora o instante14y el presente. El pri-merohasidocaracterizadopreviamentecomoinextensoyabstracto(ilusorioporcuanto no es un tiempo, sino un lmite divisor del tiempo infinito), mientras que,porsuparte,elpresenteexiste ypareceposeerciertaduracinlimitada(ladelaAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-2091858Ibid.9Ibid.10En Posidonius, Vol. 1, The fragments, L. Edelstein eI.G. Kidd (eds.), Cambridge University Press,1989, y Posidonius, Vol. 3, The translation of the fragments, I.G. Kidd, Cambridge University Press,1999.11Sobre este trmino griego tardo, hyprchei, vase Agustn Garca Calvo, De Dios, Zamora, Lucina,1996, p. 28.12Ario Ddimo, loc. cit.13Plutarco, loc. cit.14No, desde luego, instante actual, pues la existencia de tal nocin es la que se ha venido negandoms arriba, sino ms propiamente inactual.accin expresada por el predicado actual que se le atribuye al agente), lo que le otor-ga una clara preeminencia ontolgica que contrasta con el humilde estatuto abstrac-to y lgico del instante. Desde esta posicin de mxima problematicidad, explota-daporelplatnicoPlutarcoparadenunciarelabsurdodeladoctrinaestoica,nosproponemos resolver el aparente enigma apelando a las indicaciones que arrojan laspropias fuentes documentales y que a nuestro entender permiten resolverlo a condi-cin de tomarse cierta molestia en integrar la doctrina del tiempo en la totalidad delsistema estoico y no valerse de ella al modo de una suerte de extravagante porcindesgajada del conjunto. A lo largo del siguiente texto, por consiguiente, nos vere-mos obligados a transitar por las tres partes del sistema: tanto por la marcada opo-sicininicialentreLgicayFsicacomoporlaeventualyoriginalsolucinaladoctrinadeltiempoencarnadaenlafiguradelsabioestoico,terrenodelatica.Entretanto,nonosquedarmsremedioquecambiareventualmentedefuentesdocumentales, pues los textos en los que ms difana aparece la cuestin tica nopertenecenyaala AntiguaEstoa(peseahaberenellainequvocasmuestrasqueapuntanenlamismadireccin),sinoalEstoicismoNuevodeSneca,EpictetoyMarco Aurelio.Lasistematicidaddeladoctrina,encualquiercaso,esmantenidaperfectamente a cubierto, o eso trataremos de mostrar.III. Segn sabemos por Sexto Emprico, los estoicos incluyen el tiempo (chr-nos) en la lista de lo que ellos llaman los incorpreos junto al expresable (lektn),el vaco (kenn) y el lugar (tpos)15. El estatuto ontolgico de este cuarteto, comola propia palabra empleada para designarlos, es una innovacin conceptual espec-ficamente estoica: se diferencian del ser (n) y slo quedan recogidos junto a l bajola categora ms general de algo (ti), que engloba a los cuerpos (que son lo pro-piamenteexistenteymateriadelaFsica)yestoscuasi-seres(oabiertamenteno-seres, tan frgil es su estatuto) que son los incorpreos16, materia de la Lgica y ladialctica. Todos los incorpreos pueden reducirse a una nocin nica, la de atri-buto (kategrema) de los cuerpos, aunque es preciso entender este atributo no enel sentido de una cualidad fsica como el color o la dureza, que son propiedadesactivas y corpreas, sino en el de un efecto o ndice de dichas actividades que ilus-tra su modo de ser (pos chon17) y no modifica realmente al sujeto en cuestin18.Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20918615Sexto Emprico, Adv. Math., X, 218 (Contra los profesores, Madrid, Gredos, 1997).16Cf. Alejandro de Afrodisia, en Tpicos, IV, 155 y 180, y la reaccin de Plotino en Enadas, VI 1,25, 6-10. Para una discusin ampliada de esta nocin vaca de ti, que en ocasiones parece una burlaexpresa del aristotelismo, cf. Goldschmidt, V., Le systme stocien et lide de temps, Pars, Vrin, 1969,1-6, de donde tomo ambas citas.17Cf. Brhier, La thorie des incorporels dans lancien stocisme, Pars, Vrin, 1987 (7 ed.), pp. 12,42-43.18En cuanto al vaco, parece ser el nico incorpreo del cual no sera correcta la definicin de atri-butodeuncuerpo(amenosqueseaceptaraquedeloscuerpospuedepredicarsealgomeramenteposible), que habra de ser sutilmente modificada por la de atributo del Todo. Cf. Sexto, Adv. Math.,IX, 33 2 y Brhier, op. cit., p. 49.Sea cual sea el nivel de incomprensin que esto genere en un lector moderno, quizsea posible atenuar la perplejidad y entender el alcance de esta brecha ontolgica sipensamos en el profundo rechazo a las concepciones pitagricas, platnicas y aris-totlicas del lmite que late bajo el edificio conceptual del estoicismo.Como dice mile Brhier al comienzo de su estudio clsico, un rasgo caracte-rstico de las filosofas nacidas tras Aristteles es su rechazo de toda causa inteligi-ble e incorprea como explicacin de los seres reales19. Lo que esto implica por lopronto en el caso de los estoicos es una desconexin entre Lgica y Fsica que supo-nedeshacerporcompletoladescomunalempresafilosficallevadaacaboporAristteles. El neoplatnico Proclo, en su comentario a los Elementos de Euclides,nos ha conservado un testimonio que expresa a las claras el modo en que los estoi-cos resumieron el platonismo: las Ideas, segn Crisipo, comprenden la gnesis deseresindefinidosenlmitesdeterminados20.Lanicapreocupacindelplatonis-moyaquseincluyea AristtelesaojosdeCrisipoeseselmitedeterminanteque, una vez definido, sera capaz de engendrar por s solo un sinnmero de seres;el ser corpreo como tal es lo de menos porque es pensado como el fondo indife-rente que queda circunscrito en un contorno formal geomtrico al modo del bloquede piedra modelado por el escultor. El tema dominante de esta ontologa es as larelacinentreellmiteyloilimitado,yaseaalmododelaparticipacinodelainherencia:aojosdelestoicodicharelacinnoesmsqueunburdomoldeidealque se le aplica a una materia pudorosamente instalada en el fondo mismo de la rea-lidad sensible como principio de cambio, corrupcin y muerte21. Cuando los estoi-cos privan de toda realidad y capacidad de influencia a los incorpreos, su intencinnoesotraqueladesabotearestarelacindedeterminacin:yanoeslamateriaindefinida la que se individa y define al recibir un lmite ideal, sino que el cuerpose presenta siempre ya individuado y cualificado en virtud de la porcin de pnema(hlito vital) que lo cohesiona desde dentro22. Al mismo tiempo, los objetos del pen-samiento lgico no son ahora ms que efectos o ndices que acompaan al acto realAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20918719Ibid., p. 1.20Proclo, In Euclides, 35, 25 (citado por Brhier, op. cit., p. 3).21Siempre, eso s, al modo de la potencia salvaje embridada por la forma encargada de otorgarle uncontorno estable y hacerla pasar al acto. Recurdese la insistente argumentacin contra la existenciade un espacio vaco independiente en el libro IV de la Fsica (215 a-b), donde se alega que en l no sepodra descubrir ninguna determinacin positiva: ni alto, ni bajo, ni la velocidad de un mvil que lorecorre, que sera infinita e indefinida.22Lo particular del pnema cohesivo, adems de su inmanencia, es su corporeidad, segn la mximaestoica de que todo lo real es corpreo. En este sentido, y segn Crisipo, el pnema es una mezcla sutilde aire y fuego, elementos ellos mismos corpreos (pero simples) formados por la primera distensindel fuego primordial o inteligencia divina. A partir del pnema se constituyen los otros dos elementos,aguaytierra,ademsdeloscuerposcompuestos.Cf.nota358aPlutarco,Contradiccionesdelosestoicos, y nota 415 a Nociones Comunes (Ral Caballero, ed. Gredos).de un cuerpo, sin que haya entre los dos mbitos ontolgicos ninguna posible rela-cindecausalidadfuerte(quesehavueltopatrimonioexclusivodeloscuerpos,siendo los que actan y padecen).IV.LapuestaenjuegodeestadesconexinentreFsicayLgicaquedabienilustrada en la pareja de incorpreos mejor documentada: el vaco y el lugar, a par-tirdelosquesehaceposibleentenderlosotrosdos.Paraconcebirelvaco,losestoicos proceden a retirar todas las determinaciones del cuerpo: el vaco infinito,situado en el exterior de un universo continuo, lleno y limitado, es definido comola ausencia de cuerpo o el intervalo privado de cuerpo23, mientras que el lugar,en claro contraste, es definido como lo que est enteramente ocupado por un cuer-po24. Al contrario de lo que ocurra en Aristteles, sin embargo, y en virtud de sucondicin de incorpreo, el lugar no puede envolver al cuerpo contenido en un sen-tido fsico (es decir, no hay contacto entre una cosa y su lugar actual, como se exi-ga en la Fsica25), sino que se limita a aportarle un continente abstracto que cons-tituye un resultado de la accin del propio cuerpo (dicho de otro modo: el vaco sevuelve lugar al quedar vinculado a un determinado cuerpo del mundo, pero sin queesta vinculacin implique en ningn caso la corporeidad del propio lugar). Para queestanocinmeramentelgicadellugarcomointervalollenocobresentidoyescape a las aporas que Aristteles le haba sealado en la Fsica (como que variascosas podran ocupar un lugar a la vez y en el mismo sentido) es necesario, en cual-quier caso, considerar la profunda revisin de las nociones de cuerpo y movimien-to llevada a cabo por los estoicos, cuyas caractersticas nos son bien conocidas.Laprincipalinnovacindelestoicismoenmateriafsicaconsisteenubicarexclusivamenteenelmundoloscuerpospenetradosdehlitovitalyreducidosapuroacto.Podemoscasipalparenlostextosconservadoslarepugnanciaqueunestoico siente por la concepcin de lo corpreo como parcialmente indefinido y delmovimientocomorestitucindeunacarencia.Elmovimiento,dirnelloscontraAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20918823Aecio, Plac. I, 20, 1 (SVF II, 163, 7); Sexto Emprico, Adv. Math., X, 3 (11, 19). Tambin es llama-do por Clemedes el pensamiento ms simple. Cf. Brhier, op. cit., p. 47.24O es susceptible de serlo (Estobeo, Eclogae, I, 161, 8 [SVF II, 162, 39]), citado por Brhier, op.cit.25Cuando Aristteles define el lugar de una cosa como el primer lmite inmvil de lo que la contie-ne (Phys. IV, 212 a 20), parece estar operando una smosis entre lo lgico (el lmite inmvil, que porsucarcteridealnopodraestarmeramenteenreposoysirvedecontorno oparadaabstractaalmvil) y lo fsico (la divisin actual ruptura de la continuidad que opera el lugar en el movimientorectilneocuandoseleatribuyeauncuerpo).Comoelahora(vermsabajolanota40),ellugardivide el continuo y religa los cortes, y entre ambos configuran un verdadero aqu-y-ahora del mviltratado que lo vuelve accesible a la simultaneidad del acto de habla. Para un desarrollo del carcter ala vez ideal y fsico del lugar, cf. Goldschmidt, V., La thorie aristotlicienne du lieu, 18-19, en critsI, Pars, Vrin, 1984; para los paralelismos entre el lugar y el instante aristotlicos, as como entre elmvil, la entidad y el sujeto, vase Categoras, VI.Aristteles, no es el paso de la potencia al acto26, sino un acto siempre acabado27,resultadodelatensinpneumtica quesedifundeondulatoriamenteatravsdelcuerpo y que, adems de extenderlo en el espacio, lo cohesiona por un lazo interno,hxis (disposicin o inter-posesin) tendida de un extremo al otro del individuo quele permite seguir siendo el mismo a travs de cada uno de sus cambios28. La nocinde una forma determinante, por orgnica que sta sea especie, es tambin reem-plazada por el pnema o hlito vital, cuerpo sutil que recorre y penetra a todos losindividuosformandoentreellos,agranescala,undestinocorpreoounidaddetodas las causas29identificado finalmente con el propio mundo (nocin estoica deZeus-Da como divinidad corprea respecto a la cual todas las sustancias individua-les constituyen no divisiones, sino distensiones parciales30).Lasconsecuenciasparalanocindelmitesonmuyprofundas:elcontornoestoico ya no es concebido a imagen del modelado del escultor sobre el bloque depiedra (que exiga una forma preexistente y de naturaleza ajena a la propia materia),sino al modo del rea de influencia o radio de accin de un ser vivo. El lmite esdadoahoraporelestadodetensin(tnos)olapotenciaqueseejerce,almodo,comodicemileBrhier31,delgermendelaplanta,quesiempreestenacto,incluso all donde no ha alcanzado el culmen de su desarrollo. Esta ontologa tonal(versus formal), adems de impugnar la nocin de especie aristotlica (pues las sus-tancias corpreas aparecen ahora cualificadas de suyo por algo que es a su vez cor-preo),poseeunasimplicacionescrucialesparalaconcepcindellugar,hastaelpunto de que no se entendera su ubicacin entre los incorpreos (y, por tanto, suradical incapacidad para determinar a los agentes) si no se percibe que los propioscuerpos, en sus acciones, operan un verdadero proceso de espacializacin respectoal cual el lugar como intervalo slo constituye el necesario efecto, acompaa-mientoosntomaderivado:lamedidaabstractaresultantedelaaccindeuncuerpo (y no de su relacin de posicin con algn otro)32.Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20918926Para ser totalmente justos con Aristteles, el movimiento no aparece nunca definido as en su obra.Si empleamos la frmula escolastizada es para resaltar el peso de lo potencial, tan ajeno al estoicis-mo, en la definicin. Tampoco nos parece casual que los estoicos leyeran a Aristteles en clave simi-lar a como lo hicieron los autores medievales. A este respecto, cf. Pardo, Jos Luis, El cuerpo sin rga-nos, Valencia, Pre-textos, 2011, Excursus I: El movimiento antiguo.27Ounactoqueserepitesiempredenuevo,segnatribuyeEusebioaCrisipo(PraeparatioEvangelica, 18, 3).28Uso aqu hxis en un sentido amplio concerniente a todos los cuerpos, no restringido a la naturale-zainorgnica.Cf.nota417aPlutarco,Nocionescomunes,y358aContradiccionesdelosestoicos(Ral Caballero, ed. Gredos).29DL VII, 149: El destino es la causa encadenada de los entes, o bien la razn segn la cual se con-duce el universo (trad. cast. Carlos Garca Gual).30Cf., por ejemplo, DL VII, 147. El pnema constituye a su vez una distensin del lgos, razn orde-nadora y seminal tambin corprea que es a la que se llama propiamente alma de Dios (ver nota 22).31Op. cit., p. 12.32Cf. Brhier, op. cit., pp. 42 y 47.V. Gracias a dos textos cruciales de la Antigua Estoa podemos apreciar el rigu-roso paralelismo que se da entre las nociones de vaco y lugar y las dos acepcionescorrespondientes del tiempo (chrnos). En el primero de ellos, Ario Ddimo atribu-ye a Crisipo la opinin de que del mismo modo [cursiva nuestra] que el vaco esen su totalidad ilimitado (peiron) por doquier, tambin el tiempo (chrnos) es todol (pnta) ilimitado en los dos sentidos (eph ektera), pues tanto el pasado como elfuturo son ilimitados33. En segundo lugar, Digenes Laercio nos ha conservado ensu exposicin de Zenn de Citio la que puede considerarse como definicin can-nicadeltiempoestoico,yenlaqueseapreciaunaclaravoluntaddearmonizarloconellugar:Tambineltiempo(chrnos)esincorpreo(asmatos),siendoelintervalo (distema) del movimiento (knesis) del universo. Del tiempo, el pasado yel futuro son infinitos (peiron), pero el presente es limitado34.Estas dos definiciones, la segunda de las cuales est curiosamente ausente de laexposicin aportica de Plutarco, permiten empezar a disolver la aparente paradojadelosplanteamientosinicialesdeesteartculodistinguiendountiempototaloilimitado en pasado y futuro de un tiempo intervlico, determinado por el movi-miento es decir, por el acto de un cuerpo, que adopta el aspecto de un presentelimitado35.Lacorrespondenciatiempo-espacioesmeridianaenestepunto:delmismo modo que el lugar como sntoma era dado por la razn interna que extendael cuerpo en el espacio, lo que llamamos tiempo presente es resultado de un acto detemporalizacin paralelo que determina los lmites del movimiento (dicho de otromodo: en el tiempo presente, lo presente no es realmente el tiempo, sino el actodel cuerpo). Y si el lugar definido por el cuerpo total era el del propio universo enmitad del vaco, el tiempo definido por el movimiento total ser el presente simul-tneo de un ciclo csmico en mitad de la infinitud pasada y futura del tiempo36.Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20919033Ario Ddimo, fr. 26 (Estobeo). Ver nota 4.34DL VII, 141. Esta definicin es repetida adems en dos ocasiones por Ario Ddimo (fr. 26, Estobeo,I 8, 42), quien la atribuye a Crisipo y Posidonio. Ntese la sutil diferencia con la definicin aristotli-cadeltiempocomonmerodelmovimiento(arithmskinseos) segnelantesyeldespus:elnmero se ha tornado intervalo, lo cual parece directamente relacionado con la parte final de lafrmula, que afirma que, frente al pasado y el futuro, el presente es limitado.35Fue Crisipo, segn Simplicio, quien introdujo la exigencia de definir el tiempo en funcin del movi-miento ms dilatado de todos: el del universo corpreo en su totalidad, respecto al cual los otros ser-an distensiones parciales (Crisipo de Solos, op. cit., fr. 413).36Los estoicos mantuvieron la creencia generalizada en ciclos csmicos repetitivos de extensin-dis-tensin escandidos por conflagraciones (ekprosis) que tenan lugar en el momento de mxima dilata-cindelmundoyenlasquestealcanzabasumximapurezagnea,deviniendopropiamenteZeus(razn divina o principio activo). Tras cada conflagracin se iniciaba elproceso inverso de distensin(diaksmesis), durante el cual el vaco le ganaba terreno al mundo a medida que ste se conforma-ba y el Alma csmica perda paulatinamente su tensin y, por ende, su volumen corpreo (en los estoi-cos, frente a la moderna termodinmica, el mundo se expande porque se vivifica: el lugar crece o men-gua como acontecimiento o ndice incorpreo de mayor o menor tensin del principio divino, respec-Para terminar de resolver el enigma de la multivocidad del tiempo nos quedaraentenderqupapeldesempeaexactamenteenladoctrinaelahoraoinstanteinactual-inextenso de aparente influencia aristotlica al que aludan los textos cita-dos al comienzo, as como aclarar el significado preciso de la existencia del pre-sente frente a la subsistencia de pasado y futuro de la que hablaba Crisipo rela-cionndolaconlospredicadosexpresablesdeltipopaseo,estoytumbadooestoysentado.Estoltimopermitirextenderelparalelismoaltercergrupodeincorpreos, los expresables.VI. Crisipo desarroll un mtodo de divisin de los continuos destinado, entreotras cosas, a demostrar la rigurosa irrealidad del tiempo y su desconexin causal,como ente lgico, de todo ente corpreo. Ario Ddimo lo transmite as: [Crisipo]dice con toda claridad que ningn tiempo (chrnos) es absolutamente [o rigurosa-mente] presente (hlos enstatai). Dado que la divisin (tom) de los continuos esilimitada, conforme a esta divisin tambin el tiempo (chrnos) todo se divide ili-mitadamente (eis peiron tom), de modo que ningn tiempo es presente en senti-doestricto(katapartismnenestnai),sinoqueestosediceensentidolato[osegn una cierta extensin, kat pltos]37. Plutarco aade una frase significati-va: de cualquier momento que uno cree captar con el pensamiento como presente,una parte pertenece al pasado y otra al futuro38.Lo que Crisipo pone en juego con la divisin infinita en pasado y futuro a tra-vs de este instante inaprehensible es el sabotaje absoluto de una nocin de tiempoqueconservaraalgntipodeestabilidadalmargendeloscuerpos.Entantoentenoticodominio de la Lgica, el tiempo no posee determinaciones intrnsecas; nohayenlcortesnaturalesosegmentosinmanentes,demodoqueningnpresentepertenecedesuyo altiempo(aligualqueelvacocarecadelugaresnaturalesodivisiones propias), sino a los cuerpos, que son los que determinan su propia medi-da. Pero en segundo lugar y de forma ms significativa, la dislocacin entre Lgicay Fsica se confirma marcando una distancia con respecto a Aristteles. ste ya noadmita que el ahora fuera tiempo (no era parte del tiempo como el punto no eraAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-209191tivamente; a mayor distensin, mayor contraccin neumtica y mayor vaciamiento). En este sentidopodan decir que Dios es infinito pero definido (frente al vaco, infinito e indefinido). Cf. por ejemploMarco Aurelio, Meditaciones, Madrid, Ctedra, 2011, 12.32, as como Ral Caballero, Plutarco y elmodelo cosmolgico-espacial de Crisipo: el mundo en el centro del vaco?, en: A. Casanova (ed.),Plutarco e let ellenistica, Florencia, Universit degli studi di Firenze, 2005.37Estobeo,loc.cit. (trad.cast.F.JavierCamposDarocayMarianoNavaContreras,enCrisipodeSolos,op.cit.,fr.412).Respectoalatraduccindekatpltos, loscomentaristasmodernosnoseponen de acuerdo. La versin entre parntesis pertenece, entre otros, a Victor Goldschmidt (Le syst-me stocien et lide de temps, p. 31). Cualquiera de las dos, a nuestro parecer, es vlida para entenderel fragmento.38Plutarco,loc.cit.EmpleamosenestecasolatraduccindeBrhier.RalCaballerotraduceenGredos que uno cree concebir y captar como presente. En ambos casos se apela a un tiempo pensa-do o notico como opuesto al que corresponde a una percepcin sensible.extensin o parte de la lnea), pero comoquiera que l siempre consideraba el tiem-po en lmites determinados por el comienzo y el fin de un movimiento, el ahoraera para l ese lmite actual, comienzo del futuro y fin del pasado39, de modo quese produca una comunin entre lo abstracto y lo fsico por la cual el ahora escan-daomedarealmenteelmovimiento40.Ubicndose,alcontrario,enelcontinuomismo y sin tomar ninguna porcin limitada de antemano, Crisipo ya no puede, poranlisis,encontrarningninstantequeagarreomuerdasobreloreal:elahora estoico no realiza, no escande el tiempo en tramos sucesivos, y ser nece-sario acudir al testimonio de la sensacin (y slo a l) para captar el presente mvildelosseresrealessobreelcualaportarposterioryderivadamenteunamedidaalmodo de un intervalo extenso (particular reencaje de la Lgica en la Fsica al mododeunsobrevuelo).Losestoicossonlosprimerosenpensaralgoparecidoaunaforma vaca del tiempo al modo en que Kant lo har siglos ms tarde, si bien slolo hacen para despojarla de toda realidad y capacidad de influencia sobre los cuer-pos, y en esto siguen siendo plenamente antiguos.Otrotextotradopor ArioDdimo,estavezdePosidonio,vieneaarrojarluzsobreladistincinentreeltiempodelpensamientoyelpresentedelasensacin.Arionoshatransmitidounpocoantesqueningntiempoesrigurosamentepre-sente, pero lo llamamos presente en sentido lato o segn una cierta extensin.Ahora se especifica que en sentido riguroso quera decir tomado por el pensa-miento (noesthai), mientras que en sentido lato o segn una cierta extensinimplicabatomadoporlasensacin(asthesin)41.Enconsecuencia,Posidonioconcluyedistinguiendodosmanerasdereferirsealahora:larigurosa,segnlacual el ahora no es parte del tiempo, y la impropia, segn la cual llamamos ahoraa la extensin de tiempo sensible ms pequea. Si recordamos que segn los estoi-Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20919239Fsica IV, 13, I.40En Aristteles, el ahora es el garante de la continuidad del tiempo, aportando el contacto y lmi-te comn necesarios en la divisin actual entre el antes y el despus a la que procede un acto de habla.LaLgicaquedaasnaturalmenteintegradaenlaFsica(yeltiempocontagiasucontinuidadalmovimiento que mide, cf. Metaph. 1071 b). En los estoicos, al contrario, la Lgica nunca mide de estemodo real el movimiento (porque tampoco lo divide de modo real; pasado y futuro nunca existen ysiempre son infinitos por los extremos), movimiento que no requiere de ninguna contigidad lgicapara limitarse, ya que su lmite le viene dado de forma inmanente por su propio acto, y la Lgica sloviene a levantar acta con esa extensin que es su efecto derivado (aplquese de forma idntica al lugar,como se ha visto ms arriba). Donde Aristteles puede decir que el tiempo es nmero del movimien-to segn el antes y el despus separados tanto como religados por el ahora que les marca el paso, los estoicos lo definen como mero intervalo del movimiento, es decir, medida atribuida slo deri-vadamente a un movimiento cumplido. Que entre tanto los estoicos hayan tenido que dotar de ciertainteligencia a los cuerpos en la forma del inmanente lgos divino e interiorizar u ocultar una opera-cin que en Aristteles era puesta al descubierto es algo del todo evidente.41Estobeo I, 8, 42 [= 1.105.17W]; Dox. Gr. 461 (Ario Ddimo, fr. 26, fr. 98), en Posidonius, Vol. 3,The translation ofthefragments,I.G.Kidd,CambridgeUniversityPress,1999.Cf.tambinGoldschmidt, op. cit., 14.cos se llama sensacin al soplo procedente de la parte hegemnica42y que en ellael alma no crea de suyo, sino que se limita a otorgar su asentimiento a una repre-sentacin que imprime en ella lo real43, concluimos que quien limita la extensindel presente no puede ser ms que un acto real aprehendido por la sensacin. Aqutenemos un principio sensualista que pone en juego toda una teora del conocimien-to en la que la nocin de tiempo queda perfectamente integrada.Para los estoicos, por tanto, la divisin al infinito se realiza segn un mtodo deanlisis matemtico, dianotico, que se revela radicalmente incapaz de hacernosapresar los elementos reales de las cosas. As, no hay problema en aplicarlo ad libi-tum nosloalosincorpreos,sinotambinaloscuerpos:enamboscasosnosedivide ms que en el pensamiento, sin cortar al ente real, como ilustran bien lassolucionesestoicasalasparadojasdelconocortado44yladicotoma45quetantaperplejidadsuscitanenPlutarcoySextoEmprico.Poresoeltiempo,siendoenesencia un ente de razn, no podra aspirar a existir propiamente, esto es, a esta-blecerse en presentes durables y estables de suyo, pues eso sera tanto como decirque un continuo no admite mayor divisin, lo cual es absurdo en funcin de su pro-pianaturaleza.Paradjicamente,laparticularformaquelosestoicostienendearmonizar su sistema poniendo la Lgica al servicio de la Fsica les lleva a afirmarque el tiempo durable presente es el real, aunque no sea propiamente el queresponde a la naturaleza del tiempo. Se da as una distincin entre un tiempo realpero impropio (sensible o incorporado) y un tiempo propio pero irreal (pensable odesincorporado) que es explotada polmicamente por Plutarco y ha terminado porconfundir a algunos comentaristas. Y el vaco (infinito por todas partes) es al tiem-po (infinito en cada una de sus extremidades) lo que el lugar (limitado) es al tiem-po (limitado, es decir, midiendo un presente).Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20919342DL VII, 52.43Cf. DL VII, 45-46.44Plutarco, Nociones comunes, 39 (1079 D), segn la cual son irreales los discos innumerables en losque Demcrito descompuso el cono, de lo que no cabe concluir que el cono mismo no exista. Tomarlotodo por una superficie continua infinitamente divisible, en efecto, es propio del pensamiento, pero noda cuenta de las cosas corpreas-sensibles, que son las que ostentan el ttulo de reales.45Cf. Plutarco, Sobre las nociones comunes, Contra los estoicos, 1082F, y notas 372 y 373 de RalCaballero. La solucin estoica consiste en afirmar que el movimiento de un cuerpo se produce comosi cubriera de forma compacta [es decir, indivisible y simultnea] el intervalo divisible en una sola eidntica fraccin de tiempo (Sexto Emprico, Adv. Math., X, 123 [SVF II, 491a]), sin tener que atra-vesar las infinitas divisiones que el pensamiento atribuye equvocamente a dicho espacio real como sipreexistieran al movimiento de las cosas (Zenn de Elea) y sin aceptar tampoco la solucin aristotli-ca (Fsica, VIII, 363 b 3 y ss.) tcitamente adoptada por Plutarco, consistente en sostener que el mvilrecorre un infinito accidentalmente en una sucesin continua de antes y despus escandidos por elahora. En este sentido, vase tambin la alusin al ejemplo de la gota de vino que se diluye y fusio-na con todo el ocano (1078D-E y DL VII, 151), que conecta la cuestin del movimiento con la mez-cla total de las sustancias mediante la nocin de coextensin (antiparktasis), clave para entender lasolucin estoica a las objeciones planteadas contra el lugar como intervalo en el libro IV de la Fsica.Que esta multivocidad del tiempo (chrnos, ya infinito o presente) sea achaca-ble a cierta negligencia terminolgica46es debatible, aunque no debemos perderde vista que mientras las teoras del vaco y el lugar haban sido ampliamente desa-rrolladas con anterioridad, en lo que al tiempo se refiere los estoicos aportan solu-ciones muy nuevas que carecan de una tradicin lxica estable (ms all de trmi-noscomoelahorayladivisingramaticalenpasado,presenteyfuturo). Algoque debemos dejar claro en todo caso es que no hay evidencia en la Estoa Antiguadeunusomarcadodeain ychrnos paraapelaralosequivalentescrnicosdelvaco y el lugar (postura adoptada por Gilles Deleuze en Lgica del sentido), puesel trmino ain (grosso modo: eternidad) noaparece empleado en los textos con-servados(msbiensealudealtiempotodooinfinitoenpasadoyfuturo),ysloloencontramosusadoenlastardasMeditacionesdeMarco Aurelio(cuatrosiglos posteriores), donde s da la impresin (aunque nunca de modo concluyente)de ser usado para referirse a la infinitud del tiempo notico como opuesto a las dura-ciones parciales de un chrnos vital47. Ms an, resulta improbable, a tenor de unaobservacinetimolgicadocumentadaporVarrnenlaqueatribuyeaCrisipoladefinicin de ain como siempre existente (aei n)48, que los primeros estoicosse sirvieran de este trmino para referirse a los incorpreos, a menos que lo hicie-ran valindose de una extrema irona (no se olvide que Aristteles haba atribuidoeste eminentsimo siempre a los seres ideales que no estn en el tiempo y cuyoscontrarios no podran darse, como los de la Geometra49). Ms razonable, puestos adistinguir trminos, habra sido quiz emplear opote (nunca) como equivalentecrnico del vaco y dejar ain para la divinidad corprea y su presente csmico50.Seacomofuere,nilafrugalidadterminolgicadelaviejaescuelanilaselo-cuenteslicenciasdelosautoresmodernos(y,segnparece,tambinalmenosdeAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20919446Goldschmidt, op. cit., 15.47Victor Goldschmidt ha sostenido el uso marcado de ain en Marco Aurelio. En su contra slo cabeesgrimir decididamente el epgrafe 10.31, donde se usa la expresin peiroi chrnoi, y quiz el 10.17.Por lo dems, es cierto que chrnos siempre es usado para referirse a una duracin limitada. Ain, porsu parte, a veces s es claro que se opone a chrnos, pero en muchas otras, como en 10.5, parece sin-nimo de un ciclo csmico (el de Zeus) y no de un abstracto tiempo ilimitado. Y ste es el problema. Afavor de Goldschmidt, en 5.32 parece distinguirse ntidamente ain de los ciclos, y en 11.1 se asocianclaramente vaco y ain. En 12.32, finalmente, parece explicarse el reparto crnico del ain en ciclos.48Quod Graeci aiona, id ait Chrysippus esse aei on, De Lingua Latina, 6.2 (SVF 2.163), citado porSellars, art. cit.49Phys. 221b-222a.Sobreelsurgimientodeestesiempre,cf.GarcaCalvo,Contraeltiempo,Zamora, Lucina, 2001, p. 163.50No parece obstculo para ello el problema de si entre ciclo y ciclo (y, en concreto, en el lmite de ladiaksmesis o vaciamiento) el cuerpo del cosmos (y, por ende, su fuego divino) llega a extinguirse porcompletooalgodelseconserva(locualparecemsplausible),pueselsiempreexistenteharareferencia no tanto a una infinita extensin temporal cuanto a un modo de ser propio del agente al quenada le es ajeno.Marco Aurelio)debenservircomocoartadaparaeludirlacuestinesencial,yesque hay de hecho una doble lectura del tiempo en el estoicismo: una para el tiempocomo incorpreo puro y otra para el tiempo como incorpreo incorporado.VII. El paralelismo se extiende todava al cuarto de los incorpreos, el expre-sable (lektn, a veces traducido por enunciado), como podemos adivinar por lacitade ArioDdimorecogidaalprincipiodeestetrabajo:[paraCrisipo]sloelpresente existe (hyprchein); el pasado y el futuro subsisten (hyphestnai), pero noexisten en modo alguno, como se dice tambin [cursiva nuestra] que existen en cali-daddepredicadosslolosatributosactuales;porejemplo,elpasearsedaenmcuando paseo, pero no cuando estoy recostado o sentado. El expresable compren-deenelestoicismopredicadosyproposicionesquesonefectosoresultadosdeacciones(nodecualidadesintrnsecasdeloscuerpos),expresndolastpicamentepor medio de verbos. Refleja as acontecimientos que son atribuidos a los cuerposcon verdad o falsedad en funcin de las acciones puntuales de estos. No es difciladivinar entonces que el presente de un cuerpo existir (hyprchein) conteniendo unacontecimiento incorporado y verdadero (el que se est desarrollando ahora, comoleounartculo),mientrasqueelpasadoyelfuturosubsistirn(hyphestnaiohyphesteknai, modo de ser que conviene propiamente a todos los incorpreos) con-teniendo los acontecimientos que ya han acabado o que an no se han producido, yque por tanto carecen de la presencia-existencia y el valor de verdad que les apor-tara su incorporacin. A la ms amplia escala (la csmica de Zeus-Da) el tiempoensuconjuntoespresente(Apolodoro51),ycabesuponerqueenltodoocurrebajo la forma de un gran acontecimiento que los abarca a todos (a Zeus se le cono-ce, no en vano, como el Gran Incorporador debido a la extrema dilatacin de su pre-sente). Ahora bien, en la medida en que los seres vivos somos distensiones parcia-lesdeZeus,nuestropresentequedacircunscritoencadacasoporloslmitesdenuestra accin y percepcin, y pese a que sepamos que hay un Destino que religatodas las causas y una Providencia que garantiza su ordenacin en base a la ley divi-na, no nos est permitido inferir causalmente unos acontecimientos a partir de otrossi no son estrictamente presentes.En este punto vuelve a entrar en juego la radical brecha ontolgica que separaalosincorpreosdeloscuerpos,impidiendocualquiervinculacincausal,yaseaentre los dos mbitos o entre los propios incorpreos: la necesidad no agarra alldondenohaysustratocorpreoquelasostenga(todoelfuturoesincierto,Sneca52). mile Brhier ha expuesto el modo en que toda la dialctica estoica secentra en el synemmnon como vnculo hipottico homologado a la simultaneidad.Debidoalaextremapobrezaontolgicadesuobjetodeestudio(losexpresablesAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20919551En Ario Ddimo, 26 (Dox. gr., 461, 10).52Consolacin a Marcia, XXIII (trad. cast. Mara Zambrano, El pensamiento vivo de Sneca, Madrid,Ctedra, 1987, de donde tomo todas las citas subsiguientes del mismo autor).comoacontecimientos,incorpreoseinactivos),ladialcticanopuedepretendersustituirloverdaderoporlonecesarioensentidoperipattico,esdecir,fundadosobre una inclusin de conceptos53. Un acontecimiento puede ser verdadero o falsoen la medida en que pertenezca o no a un cuerpo, pero jams puede pretender arro-garselanecesidadqueleatribuyenlasoracioneshipotticasycausales,puesellosupondra otorgarle la fuerza para engendrar su consecuente. En este sentido, en laproposicin causal (aitides), como puesto que es de da, hay claridad, el primertrminoesllamadoanalgicamentecomo-causa(ocasi-causa,oioneation)parailustrarsuesterilidadeimpotenciasobreloreal54. Amenudo,dehecho,losestoicosproponantransformarestasexpresionescausalesenconjuntivasdeltipoes de da y hay claridad55.La teora de la interpretacin de los signos, sobre la que pudo apoyarse todo unartedelaadivinacin,vieneaincidirenesteaspecto:alldondelosestoicosnopodan sumergirse en el pasado o aventurarse al futuro a travs de un anlisis lgi-co de la causalidad ni recurrir a la distincin aristotlica entre acto y potencia parareducir el pasado y futuro a concepto56, suplieron esta carencia por medio de unaAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20919653Mientras que los gneros y las especies, en Aristteles, siguen siendo en cierta medida seres rea-les, y el pensamiento lgico penetra en las cosas mismas, los expresables no contienen nada en su natu-raleza y por consiguiente no transportan nada en el pensamiento de la naturaleza real de la que son losproductos y los efectos, Brhier, op. cit., p. 34.54DL VII, 71. Cf. tambin Clemente de Alejandra, Stromata VIII, 9 (SVF II, 119, 41): los estoicosdicen que el cuerpo es causa en sentido propio, pero el incorpreo, de un modo metafrico y como almodo de una causa (aitiods), y Sneca, Cartas a Lucilio, ep. XIII: Es verosmil un mal futuro?De aqu no se deduce que sea verdadero. [] Si an no ha sobrevenido el mal, de qu sirve antici-parlo?55Cf. el debate sobre la libertad recogido por Cicern (De fato, VIII, 15), donde Crisipo propone trans-formar las condicionales en conjuntivas. El condicional devenido conjuntivo es el modo incorporadordel adivino, reductor del tiempo a casi-cuerpo. La lnea del tiempo da as la impresin de curvarse ycompactarse en una prediccin real.56Comohamostrado A.GarcaCalvo(Contraeltiempo,11)dichadistincinpermitea Aristtelesdotar de realidad a las formulaciones en Hipottica Eventual, tan problemticas por contener una dis-tincin irreductible entre el habla y las cosas (la paradoja de la condicional, en efecto, es que algosucesivo en el mundo debe ser simultneo en el habla). Al trazar, por medio del ahora, distincioneso cortes actuales entre franjas potenciales del tiempo (futuro, perfecto, imperfecto) y combinarlascon la pareja en potencia/en acto aplicada a las cosas mismas, Aristteles se permite atravesarlas conlos vnculos causales que haban rechazado los Megricos, cuyo razonamiento heredaron los estoicos.Estos ltimos, que como aquellos impugnaban la famosa distincin (cf. Metafsica, 1046 b 29), denun-cian presumiblemente el modo en que el aristotelismo fisicaliza tramos del tiempo cuya escisin nopertenece ms que al habla (es decir, a la Lgica). Su postulado del movimiento como actualidad per-manente implica renunciar a esta vinculacin: el Destino es siempre presente y exige una identidad delas causas, no una trabazn intertemporal. La causalidad aristotlica, en cambio, escande realmente eltiempo, que se contagia de la divisin potencia/acto a fin de ser gobernado desde los actos de habla.Obviamente, los estoicos emplearn su propia manera forzada de neutralizar el tiempo en los cuerposcon la Providencia y el Destino: al no implicar el movimiento para ellos paso del antes al despus, sinopresente constante, interiorizan u ocultan la sucesin en el seno de una Fsica glorificada.efectiva dilatacin del presente: como el signo presente debe ser siempre signo deuna cosa presente (Sexto Emprico57), en una proposicin adivinatoria del tipo sihay una cicatriz, hubo una herida no se significa tanto la herida misma cuanto elhechopresentedehabertenidounaherida,cuyosigno,tambinpresente,eselhecho de tener una cicatriz58. En el presente, el antecedente y el consecuente seaproximan tanto como les es posible a la identidad, que es el nico modo de vincu-lacin entre acontecimientos (precisamente por dejar de ser propiamente una vincu-lacin a travs de tiempos distintos). Cuando el adivino busca seales en las vsce-ras de animales, debemos entender que busca no acontecimientos pasados o futuroscausalmente determinados, sino ya de algn modo presentes en la naturaleza de loscuerpos: el Destino no es el vnculo necesario de los acontecimientos entre s, sinola unidad de las causas entre s (a pesar de que, como efecto de la vinculacin delas causas, los acontecimientos se contagien de la hxis fsica de todas las partes delcosmosysedesenvuelvanunosacontinuacindeotrosenunacuasi-hxis lgi-ca59). A este riguroso nivel causal de los agentes corpreos, no ha de decirse que lasucesintemporaldespliegaunconjuntoinicialmentedado opreexistenteenlamente de Dios, sino que ms bien los fragmentos de tiempo y la sucesividad sloson ilusiones derivadas de una percepcin parcial: al Destino no se accede por unlargoperegrinajetemporalounaccesoprivilegiadoaunplanotrascendente,sinopor una ampliacin de escala (casi diramos: zoom out) en la que los presentes par-cialesquedanabsorbidosenelpresentetotaldeunciclocsmicoalquetratadeacceder el intrprete.VIII.LaimpugnacindelrealismosedaentoncesalostresnivelesdelaLgica: al nivel del espacio, el lugar niega los lmites inmanentes al vaco y cual-quiercarcterfsicodecontigidadalintervalo;alniveldeltiempo,elahorasabotea todo segmento inmanente o parte estable del tiempo infinito, as como supropia capacidad para escandir o articular el movimiento; finalmente, al nivel de losexpresables, el carcter incorpreo del acontecimiento rompe tanto la necesidad quelo vinculara con otros acontecimientos a travs de los tiempos verbales como cual-quier forma de causalidad entre atributos y cuerpos. En los tres casos, slo se dicedel lugar, el presente y el acontecimiento actual que existen o son reales en un sen-tidoimpropioyenlamedidaenquequedandeterminadosoincorporados60.Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20919757Adv. Math., VIII, 244 (SVF II, 73, 24).58Cf. Brhier, op. cit., p. 32.59Este tema, el del Destino frente a la necesidad, es el que ocupa a Cicern en De Fato, sin que l dla sensacin de resolverlo satisfactoriamente.60En un sentido propio y riguroso, habra que decir que los incorpreos slo subsisten. Si se dice queexistenesporquesealanosobrevuelanuncuerpo,sudisposicinounacualidadcorprea. Ylomismoocurrealainversa:losacontecimientosnodeterminannicaracterizanaltiempoensentidoestricto (no lo individan al modo escolstico) porque la causa corprea a la que son referidos noposee la capacidad de realizar a una casi-causa. La brecha ontolgica siempre se mantiene abierta einsalvable, lo cual contribuye a hacer compatible el eterno retorno con la libertad, pues no hay nadaLlevada al extremo, la escisin ontolgica entre Lgica y Fsica deriva en el esta-blecimiento de dos tipos de conocimiento totalmente distintos: uno, la representa-cin sensible, que tiene por objeto las acciones de los cuerpos y nunca acaba deencontrar su expresin en el lenguaje61; otro, las elucubraciones del pensamiento,quesecentranenlosatributosexpresablesynocarganconnadadelanaturalezareal de la que son las meras manifestaciones impasibles. A este respecto, es muy sig-nificativo que la Lgica no sea para ellos un rganon de la Filosofa, y ni siquieraunaporcinorgnicaintegradaenella(mrion),sinoslounaparte(mros)62.Necesaria, sin duda, para alcanzar la plena funcionalidad y armona del sistema (losincorpreos, incluso los ms ajenos a la realidad, como el vaco y el tiempo infini-to,sonnecesariosparaentenderyexplicarelmovimientoenlamedidaenqueelmundo real es inseparable de un proceso de incorporacin), pero en una situacinmuy diferente a la del aristotelismo, donde Lgica y Fsica aparecan complicadasentre s de forma decisiva, hasta el punto de volverse prcticamente indiscernibles.2. Tiempo y materia: la tica estoicaIX.Peroseramosinjustosconelestoicismosinoslimitsemosaexponerladoctrinadeltiempodesdelasperspectivaslgicayfsica,pormsqueenellashayamosdisipadolaplutarquianacontradiccininicialconquecomenzabaesteartculo. La escuela nunca ocult su vocacin teraputica63, lo cual implica de algnmodo que lo que se ha sembrado en Lgica y Fsica debe ser recogido en la ticaconunadoctrinadelafelicidadntimamenteasociadaalanocindetiempo.Simile Brhier es el autor de referencia a nivel de la Lgica y los incorpreos, VictorGoldschmidt es quien mejor ha sabido exponer el aspecto tico del estoicismo. Paraello ya no se apoya en los textos de la Antigua Estoa, sino en autores tardos, y espe-cialmente en Epicteto y su discpulo Marco Aurelio. Es posible que al proceder ashaga pasar una evolucin interna de la escuela por una sistematicidad en exceso for-zada, pero ante la tesitura de tener que elegir entre reducir cada sutileza a un aa-dido o presentar un exceso de sistematicidad a fin de salvar la coherencia, pareceAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-209198que nos obligue a aceptar lo que viene despus por muchas veces que haya sucedido antes. En estesentido, cf. Marcelo D. Boeri, Incorpreos, tiempo e individuacin en el estoicismo, en Dianoia, 51,noviembre 2003, pp. 181-193.61Brhier, op. cit., p. 62.62Cf. Amonio, Comentario a los An. Prim. de Aristteles, 8, 20, as como 9, 1 (SVF II, 49, en CrisipodeSolos,Fsicaestoica,recopilacindeAdrinCastillo,http://galileo.fcien.edu.uy/Grisipo_de_Solos_-_Logica_Estoica.pdf). Para una comparacin similar y muy significativa, cf. DLVII, 40: Comparan la filosofa [] a un huerto frutal: la valla que lo rodea es la lgica, las frutas sonla tica, y la tierra y los rboles la fsica.63Cf.DL VII,7y9;Sneca,Delaconstanciadelsabio,IyXIII;Delavidabienaventurada,III;Cuest. naturales, II, LIX.obvioconquespreferiblequedarseenvirtuddeunirrenunciablesentidodelaarmona filosfica y cierta confianza en la vocacin estructural y arquitectnica delospensadoresantiguos.Despusdetodo,nosloesinnegablequeestosautoresmanejaron los textos y el aparato conceptual de la Antigua Estoa, sino que su fide-lidad a los mismos permite al historiador reconstruir, a partir de sus originales refle-xiones de ndole tica, el sentido de ciertos planteamientos oscuros en los camposde la Lgica y la Fsica. El veredicto, por tanto, ha de ser que en los cinco siglos deevolucin de la escuela no se produce una decadencia tan significativa como paraimpedir tratar el estoicismo como un bloque sistemtico, e incluso, parafraseando aGoldschmidt, como la filosofa ms sistemtica de la Antigedad.La doctrina de la felicidad comienza all donde se revela la incapacidad del adi-vino para abrazar el Destino a travs de la bsqueda de seales inscritas en los cuer-pos. Pese a que la interpretacin de los signos pueda alcanzar cierto rendimiento enlaampliacindelpresente,enltimainstanciaseenfrentaaunatareaimposible,pues a un agente cualquiera la inmensidad del espacio y el tiempo no le es dada, encada ocasin, ms que en este lugar que ocupa y en este presente en el que acta ypercibe. El adivino tratara en vano de procurarse un presente csmico a travs delestudio de seales: el acceso a la unidad de las causas es patrimonio exclusivo de lavisin divina, que abraza o absorbe el encadenamiento sucesivo de los cuerpos. Lanica forma de verlo todo sera durar y medir tanto como Dios, pero no es la dura-cinnilaextensincsmicasloqueconvertirnendivinoalsabio,sinoquehabr que buscar el acceso a la felicidad por una va totalmente diferente64. A esterespecto es significativo, pese a tratarse sin duda de un caso extremo, el testimoniosobre AristndeQuos,discpulodeZennymiembrodela AntiguaEstoa,queaporta Digenes Laercio: Rechazaba el estudio de la Fsica y el de la Lgica, ale-gando que aqulla est ms all de nosotros y sta no es nada para nosotros; slo latica es lo que nos afecta65.Si para los estoicos es tan importante la doctrina de la felicidad es porque sien-ten que el acto vital de los seres racionales est cercado por una doble amenaza queponeenpeligrosudelicadoequilibrio;laticaresultainseparabledeunactoderesistencia. La primera de esas amenazas, lo hemos visto, procede del pensamiento(dinoia)yeslacreenciaenunadeterminacinqueelactovitalrecibiradeunmbito ideal trascendente, ahora reducido al dominio de una Lgica impasible. Lasegunda, ms inopinada pero a nuestro entender muy ostensible en los textos, pro-Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20919964Pero yo, me digo, no soy capaz de seguir a la vez todas estas cosas. Y quin te dice eso? QuintedicequenotienesunpoderigualaldeZeus?(Epicteto,Diss.,I,XIV,11-12,citadoporGoldschmidt, op. cit., p. 73); No consiste la felicidad en que se te dilate el da de la muerte; porqueaunque la dilacin hace que la vida sea ms larga, no hace que sea ms dichosa (Sneca, De los sietebeneficios, V, XVII).65 DL VII, 160, 161.cededelprincipiopasivoinscritoenelsenomaterialdelospropioscuerpos:elprincipio paciente es una sustancia sin cualidad, la materia, y el agente es la raznnsitaenella,ladivinidad.Puessta,queeseterna,atravsdetodaellamodelatodas las cosas66. Pese a su proverbial materialismo, los estoicos atribuyen toda ladignidad de los cuerpos no a su materialidad, sino a la inteligencia divina nsita enellosalmododelprincipioactivoycorpreoquelosvincula.Lafrmulaseraentonces:cuerpoindividual=materia+pnema,yservivoindividual=cuerpoindividual + alma (principio hegemnico)67.En lo que los cuerpos siguen teniendo de principio pasivo (materia), y aunqueesta distincin sea tan slo accesible al pensamiento (katepnoian)68, son vulnera-bles a las afecciones de lo fantstico y los fantasmas. Segn Crisipo, lo fantstico(phantastikn)esunmovimientovaco,porquelaafeccinnoesproducidaenelalma por ningn objeto real, precisamente como ocurre con el que pelea con som-bras, lanzando golpes al vaco. En efecto, a la fantasa [o representacin] subyacealgo que la produce, pero a lo fantstico nada69. Y fantasma (phntasma) es aque-Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20920066DL VII, 134, 150 (Cuerpo es, segn ellos, la sustancia delimitada). Ntese que los estoicos dis-tinguen entre principios y elementos. Los primeros, activo y pasivo (inteligencia divina y materia flu-yente e inasible), son eternos e indestructibles, mientras que los segundos, fuego, aire, agua y tie-rra, son resultado del proceso de diaksmesis (distensin o extincin) y se destruyen en la conflagra-cingnea(culminacindelprocesodesignoinverso)queretrotraeperidicamenteelcuerpodelmundo a fuego primordial.67Como se deriva de la corporeidad universal de los seres reales en el estoicismo, la distincin entrecuerpo y alma no es de naturaleza, sino de grado de distensin del fuego primordial. Cf. DL VII, 156:Pero [el alma] es perecedera, mientras que el alma universal es indestructible, y de ella son partes lasalmas de los seres vivos. Ntese que aqu lo perecedero es la distensin parcial del alma universal,que es reabsorbida finalmente en la totalidad del fuego primordial o alma de Zeus (tambin corprea,pero imperecedera). Igualmente, hay que marcar bien la distincin entre el pnema que cohesiona ycualifica a los seres compuestos en general (ver nota 22) y el alma de los seres vivos dotados de per-cepcinysentidos(animales,hombresydioses).Cf.notas187y350deR.CaballeroaPlutarco,Contr.68La difcil nocin de principio en el estoicismo ha generado multitud de ataques por parte de susrivales (Plotino, En., VI 1, 27, y Plutarco, 1086A-B, entre otros). La dificultad reside en su asimetra:mientras el principio pasivo es materia fluyente no cualificada (es decir, sub-corprea), el activo siguesiendo corpreo (pues de otro modo se incurrira fatalmente en platonismo), por lo que contiene en sal pasivo, volviendo paradjica la clasificacin. La razn de esta marcada anomala es que, mientraslamateriaesunaabstraccinaccesiblesloalpensamiento,elprincipioactivo(fuegoprimordialointeligencia divina), por ser real, ha de ser doble. Se da as un paralelismo, al nivel sub-real, con laimposible clasificacin supra-real de los seres y los incorpreos en la categora del algo (ver nota16), y con la de Todo (t pan) que engloba el universo y el vaco circundante (Plutarco, Noc. Com.,30). Es verosmil que Crisipo empleara estas paradjicas categorizaciones para ridiculizar la preten-sin de recoger la realidad en gneros lgicos y primar la sensacin como modo de acceso a lo real.69Aecio, Opiniones IV, 12, 1. (SVF II, 54). Empleo la traduccin de A. Castillo, aunque quiz se podraempleareltrminofantasmticoenlugardefantsticoparaacentuarelcarcterinexistentedeesta afeccin, quedando entonces lo fantstico como lo propio de la phantasa, que es la afeccinproducida en el alma por algo real el phantastn o lo imaginado y ya no irreal el phntasma).llosegnlocualsomosarrastradosenlaaprehensinvacadelofantstico.Estoocurre en el caso de los afectados por la bilis negra y los manacos70. Estos fantas-mas parecen ser las marcas de acciones pasadas o expectativas futuras que encuen-tran la manera de instalarse en el presente, que es el nico tiempo de la accin cor-prea. Pueden tener causas como la bilis de Orestes, pero en otros casos la afeccines de un tipo anmico71, como en el caso del atormentado al que alude reiteradamen-te Marco Aurelio: aquel que se ve permanentemente abocado a esperar el futuro olamentarelpasadocomosifueranfranjasdeuntiempoexistente.Sisebuscalacausa profunda, ontolgica de estas pasiones (movimientos irracionales del almaencontradelanaturalezaoimpulsosexcesivos,segnZenn72)msalldelevidente juicio errado (y no dudamos que la Filosofa deba hacerlo, pues si bienel error pretendera realizar lo ilusorio, l mismo es persistente y exige ser funda-do), parece detectarse en ellas una componenda daina entre las ilusiones de perma-nencia de un tiempo abstracto y la pasividad de la materia que las acoge, como sistafueralavadeinfiltracin(ynoelorigen,adiferenciadelplatonismo)enelpresente de todas las ilusiones lgicas y dialcticas de un tiempo, un espacio y unaserie de acontecimientos parcelados en segmentos estables. El preocupado (afligi-do de pena, temor, deseo y placer), no hace as ms que anhelar o lamentar, perdien-doporcompletolasriendasdelnicotiempodelqueesdueoporcausadeunaenfermedad (de origen material o notico, pero somatizada en cualquier caso) quelastra su accin y altera su representacin hasta ser movido por una traccin vacahacia un objeto inexistente. Los fantasmas del estoicismo son siempre cuasi-seres(acontecimientos, tiempos y lugares no actuales) infiltrados en el presente a travsde la puerta trasera de la pasividad material (en este sentido, es muy reveladora laafirmacin de Crisipo de que la divisin de la materia es infinita, pues viene a con-firmarelestrechoparalelismoconlosincorpreosdesuperficie73).SedaasunaAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20920170Ibid.71Como se habla de algunas enfermedades del cuerpo, como la gota y la artritis, as tambin las hayen el alma, como el afn de gloria y el amor del placer y las parecidas []. La dolencia es la suposi-cindealgocomoextremadamentedeseable(DLVII,115).Loquepareceproducirseenamboscasos es una descomposicin de la hxis que mantiene cohesionadas las partes en la unidad del pre-sente:aunaaccindescompuesta porunatraccinhacialoinexistentecorrespondeuncuerpoquepierde la fuerza de su lazo interno, disgregndose en una suma de pedazos yuxtapuestos y contiguos.72DL VII, 110.73DL VII, 150. Materia e incorpreos tienen en comn ser atributo irreal de los cuerpos. En DL VII,134inclusosellegaadecirabiertamentequelosprincipiossonincorpreos(trad.CarlosGarcaGual), lo cual no parece armonizar muy bien con la realidad del principio activo (fuego primordial) perosirveparaconfirmarlacaracterizacindelamateriacomounasuertedeincorpreo(o,almenos,loamorfo) de profundidad. En este sentido, en la solucin a la apora de Aquiles y la tortuga (ver nota 45)seapreciabienquesinofueraporlainteligenciadivinaqueotorgaalamateriaintervalosrealesnohabra movimiento posible. La materia y el pensamiento, en efecto, sabotean el movimiento; una, dejn-dose dividir al infinito; el otro, dividindola, y es slo el principio activo quien impide esa desmesura.alianza subversiva entre lo profundo y lo elevado, entre lo viscoso-descualificado ylo ideal, que trata de socavar el frgil equilibrio de la salud corprea y hace afloraruna tensin no resuelta en el seno de la ontologa estoica74.El presente arrastra entonces la inhabitable demencia de un tiempo sin cuerpo ysevesecuestradoporunpasadoquenuncapasayunfuturoquenuncallega(loslamentosylosanhelos,aunquehayaotrasformasdeaccederalafiebreainica,como la del que inicia o interrumpe sus acciones en base a un tiempo ilegtimo eldelasclepsidrasounafalsadivisindelugaresladelasciudadesyprovin-cias75).Estetiempopasivo-estructural(porcuanto,enlugardepasar, conservaadheridas sus partes ficticias) es la definicin misma de la enfermedad anmica paralosestoicos(acuntosambiciosospensamientosnoleimpulsaelolvidodesucondicin? Lo inmortal e infinito ocupan su mente, ordena el porvenir de sus nie-tos y biznietos, y en medio de sus proyectos para la eternidad, le hiere la muerte76),ylamaneradepurgarlonoserotraqueladeoperarenlunexorcismoqueledevuelva a su amnsica desnudez original. Goldschmidt ha mostrado aqu un equi-valente existencial del mtodo divisor de Crisipo: del mismo modo que, en el pen-samiento lgico, las franjas del tiempo eran reducidas a la delgadez abstracta de uninstante inextenso (irreal pero propio), los clichs pasionales del necio y su encabal-gamiento estructural son reducidos, en la tica, a la insignificancia de un presentedesnudo(impropioperoreal)77.Devueltoenunprimerpasoasugrosormnimo(polvo o ceniza en Sneca y Marco Aurelio) y desconectado de los fantasmasconlosquepretendaformarbloqueyhacersepartedeltiempo,elpresenteespurgado de pasin y arrojado a un estado de extrema indefensin78que, no obstan-Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20920274Los presentes parciales, como los cuerpos, se reabsorben cabalmente en la mezcla total, pero los cli-chs pasionales del necio pretenden que su parcialidad crnica se resuelva en una sucesin lineal. Laenfermedad es la sustitucin de la distensin por la sucesin (entindase: se sucede lo dividido y yux-tapuesto, no lo distenso), y la tenaz recada de los seres en esta ilusin daina slo parece explicarsepor la oposicin entre el principio activo tonal-abrasivo y el principio pasivo infinitamente divisibleinscrita en la intimidad de los cuerpos. En este sentido, slo la tica permitir poner a cubierto la fra-gilidad fsica de los seres ofrecindoles un alivio de la parcialidad.75Recordemos la invitacin de Epicteto a sus alumnos a proclamarse ciudadanos de un mundo regi-do por la Providencia (Disertaciones, I, IX, 8, citado por Goldschmidt, op. cit., p. 71), as como la elo-cuente Consolacin a Helvia de Sneca: Marcelo soport, pues, sabiamente su destierro, y el cam-bio de lugar no alter nada en su alma, etc. Cf. tambin Cartas a Lucilio, ep. XXIV: Desterrado?Supondr que he nacido all donde me manden, y XXVIII.76Sneca, Consolacin a Marcia, XI; cf. tambin Cartas a Lucilio, ep. XIII.77Goldschmidt, op. cit., pp. 168-186. Cf. Marco Aurelio, 11.2, 2; 5.24, 4.48 o 4.50.78EnestepuntoadquierensusentidoteraputicolosclebrespasajesheracliteanosdeMarcoAurelio: el tiempo es como un ro de sucesos y un flujo violento. En cuanto algo se ve, ya ha pasa-do de largo y otra cosa distinta es la que pasa, que tambin pasar (4.43; cf. tambin 5.23 y 6.15), ascomo la figura del inquieto perezoso de Sneca, distinguido del inquieto loco (De la tranquilidaddel nimo, XII). Cf. tambin Cartas a Lucilio, ep. XLIX: Infinita es la velocidad del tiempo, y se notamejor cuando se mira hacia atrs, porque el presente escapa a los que quieren considerarlo: tan rpidaes su fuga.te, permitir operar en l el segundo paso: la recuperacin de un autntico presenteactivo79.En este punto, sin embargo, algo muy nuevo acontece: asomado a la subsisten-cia rigurosa del tiempo, el sabio accede al misterio de la incorporacin y mantienesu presente circunscrito a la mnima extensin necesaria, la nica capaz de garanti-zarleproteccinfrentealosfantasmasdelpensamientoyesatozudacreenciaenbloques de tiempo o cadenas de acontecimientos que requeriran de la sucesin pararealizarse. Desde entonces no vivir ms que un ahora extenso pero mnimo (segnla segunda acepcin de Posidonio), aquel capaz de incorporar en cada caso el lugar,el tiempo y el acontecimiento que aferra80. Al enigma del enfermo padecer un ins-tanteinextensocomoduracinpresente,seleoponeelcontraenigmadelsanovivir una duracin como instante mnimo. En esta delgadez salvfica, austera perovital,elsabiovivepermanentementelaocasinpropiciaynadamsqueella(laeudaimona estoica es una eukaira), por lo que resultar de suma importancia dis-tinguirseasmismocomoagentedelacontecimiento,ellugaryeltiempoqueencarna a fin de no claudicar su valiosa autosuficiencia81. El smil con el actor deteatro de Aristn, retomado y ampliado presumiblemente por Epicteto, es muy sig-nificativo. Al hablar de la indiferencia del sabio ante las cosas que no son ni virtuo-sas ni viciosas, Aristn comparaba al sabio con un buen actor, que tanto si repre-senta el papel de Tersites como el de Agamenn acta de uno u otro conveniente-mente82.Enunaspginasdegranbelleza,GoldschmidtcomentalospasajesdeEpicteto contraponindolos a la concepcin platnica de la tragedia: segn Platn,el actor recibe necesariamente en su alma los defectos de los personajes que hayarepresentado,mientrasque,segnEpicteto,elactor,pordefinicin,mantienesupapeladistancia;as,parareduciralabsurdoalalumnoquevieneadecirle:Cmbiame el tema, Epicteto le responde con sorna: Tambin llegar el tiempo enel que los actores creern que sus mscaras, sus zapatos y su trajes son ellos mis-mos83.Sielpersonajedesbordasupresenteporsusrecuerdos,remordimientos,Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20920379MeparecequeladiscusindePierreHadotcon VictorGoldschmidt(Theinnercitadel, HarvardUniversityPress,1998, p.137)puederesolverseaclarandoqueelparalelismoentrelosmtodosdedivisin lgico y existencial no implica que el resultado del segundo haya de ser tambin un instanteabstracto. Cf. Sneca, Cuestiones naturales, VI, XXXII: No me pertenece el porvenir ni el pasado.Estoysuspendidoenunpuntomvildeltiempofugitivo;ymuchoesyaestarlounpoco(cursivanuestra).80Y juntamente con la gallarda de nimo har que ninguna cosa de las que en la vida suceden le searepentina, Sneca, De la tranquilidad del nimo, XI.81Hay, por lo dems, una correlacin profunda en el estoicismo entre el descubrimiento de un tiempovaco y la conciencia profunda de un m mismo. Si algo les impidi ser plenamente modernos fue,sin duda, su resistencia a aceptar un Yo pienso (esto es, una Lgica) capaz de ser determinante ycargar con el peso del sistema.82DL VII, 160.83Epcteto, Dis., I, XXIX, 41, citado en Goldschmidt, op. cit., p. 181.miedosoesperanzas,elactorvirtuosoviveguarecidoenlaperfeccindesuahora,yalldondeelpapeldeteatroexigetiempo paraserrecitado,elactorpuede alcanzar la perfeccin de su arte aunque no concluya la funcin84.Si el estoicismo es ajeno a toda distancia en el sentido de una espera que haradesenvolverse paulatinamente a los acontecimientos (a los que sera preciso atender exspectare pasivamente), es porque en l la felicidad plena puede guarecerse enotro tipo de distancia activa que casi podramos llamar trascendental: la que seda entre el agente y lo que ejecuta a cada instante. Este actuar con desapego (hle-os en Marco Aurelio85), aceptando los acontecimientos conforme se producen y sinprecipitar ni postergar su llegada, implica no perder jams de vista la distancia cabalque separa a la Lgica de la Fsica conteniendo los abusos a que el pensamiento ylamateriaquerransometeralagentecorpreo.Puedequenoestemoslejosdeentender la forma en que todo el sistema conspira hacia la figura del sabio feliz sidefinimos la tica estoica como la plena conciencia de esa distancia o escisin. Yquiz, por otra parte, no nos apartemos mucho de la idea estoica de felicidad y surelacin con el tiempo si pensamos en la figura de un tocadiscos donde la superfi-cie del plato que gira indefinidamente (y de la que el disco obtiene su movimiento)es el flujo de los acontecimientos en un tiempo infinito. All donde el adivino o elprofeta pretenderan ir del presente csmico (la visin del disco con todas sus can-ciones) al acontecimiento an no efectuado (una de las canciones que an no hansonado, que queda as integrada y ordenada como la siguiente o la subsiguiente), enel caso del sabio que alcanza la felicidad se va del acontecimiento puro (moversedel plato) a su efectuacin presente ms limitada (el ahora equivalente al contac-to de la aguja con la superficie mvil del disco). El agente del Destino no es enton-ces quien conoce o comprende de antemano el disco en su totalidad, sino el que sabeser uno mismo la aguja lectora que va encarrilando todos los sonidos conforme vie-nen y a la velocidad que vengan en el microsurco adecuado. Se dir de l que nodecide el orden de sucesin, que queda delegado en la Providencia, pero a cambio,mientras dura el contacto con la superficie, no hay sonido que se le escape. No le esprecisoserDios,puesDiosseraelrodillolectorquedeunavezabarcatodalasuperficie del disco86, sino ser como Dios o un dios en miniatura87, es decir, enten-Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20920484Cf. Marco Aurelio, 12.36 y 8.32 (La vida debe organizarse accin por accin), Epicteto, Manual,XVII, o Sneca, op. cit., IV.85Mrchateportantodeformapropiciaporquetambinelqueteliberalohacepropiciamente,12.36,5.Cf.tambin9.29:silosplatnicossecomportaroncomoactorestrgicosporexcesodeambicin, nadie me ha condenado a imitarlos y 11.3: no por mera obcecacin, como los cristianos,sino tras haberlo razonado, tan dignamente que se pueda convencer a otro y sin hacer de ello una tra-gedia.86Si bien, a su manera, el propio tiempo de Dios es circunscrito por cada uno de los ciclos csmicos,momentos divinos que nunca incorporan plenamente la infinitud del tiempo y el vaco: en este caso,el disco volvera a comenzar tras su finalizacin. Lo que desde luego no hay en los estoicos es la pre-derelpasaje entreeltiempopuroylaaccincorpreaenqueconsistequealgoacontezca, y cmo ese pasaje no slo no constituye una amenaza para el orden delmundo, sino que el Destino se da, existe, precisamente en la afirmacin del trnsi-to. La dilatacin del instante es entonces figurada: se dilata porque coincide, porquees encarrilado en la buena pista, conspirando con el todo y conformndose a l; lafelicidadeselmilagropanecsticodelacomuninenqueconsisteelautnticopasar deltiempo88.Sloasseentiendenlasmximasestoicasenclavemoral:hacer uso del presente, satisfacerse con la condicin presente y gozar de todo loque llega a ser presente (Marco Aurelio), querer los acontecimientos conforme seproducen o la vida, si sabes usarla, es larga (Sneca).3. Conclusiones. Estoicismo e historia de la metafsicaX. La primera conclusin que extraemos de este estudio es que la doctrina deltiempo posee coherencia; no slo se armoniza en dos lecturas, sin que el historiadorpueda reducir la una a la otra ms que al precio de mutilar la imagen de conjunto,sino que finalmente queda rematada por una doctrina de la felicidad que consiste enentender el singular punto de contacto entre ambas: el momento en que el devenirinfinito de la Lgica, que desde luego no est hecho a escala de ningn ser vivo niesportantohabitable,quedaincorporado,convertidoenndicedeunactoqueleotorgaconsistenciaenelpresente.Laeukairadelsabioconsisteasenaislarlamanera en la que un agente hace suya la ocasin e incorpora los acontecimientosreligando el tiempo mismo en la accin. La dificultad del mandato, y aquello por loque se dice que el sabio es ms raro que el fnix, reside en que esa incorporacindebe ser reducida a su grado de mxima pureza: entender lo que podramos llamarlaformatrascendentaldeltiempo,esdecir,elpuroactodelaincorporacin,laactualidad (o actidad), el encaje entre los dos tiempos, ms all de sta o aque-lla accin concreta. La felicidad consiste en estar a cada momento, se haga lo quesehaga,enposesindelsecretodelaincorporacindelacontecimiento:cmoeltiempo vaco y la materia descualificada son determinados, anclados a la corporei-dad cumpliendo el Destino y abandonando el crudo aspecto de un flujo amenazan-Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-209205existencia de un plan divino a lo Leibniz o una procesin a lo Plotino; la idea misma de un desen-volvimiento tal (explicatio) implicara franjas de tiempo y sera contraria a la doctrina.87El smil de la miniatura (mikrotekna) viene a conjurar la ilusin de un ensanchamiento cuantitati-vo de la duracin: no se trata de agrandar lo pequeo, sino de empequeecer lo grande. Vase Sneca,Cartas a Lucilio, citado por Goldschmidt, op. cit., p. 209, as como Epstolas, 53, II: Es propio de ungran artista tratar de encerrar el todo en un espacio insignificante. El sabio est tan bien en su existen-cia como Dios en la sucesin de los siglos.88All donde el profetismo y la adivinacin (votos, ofrendas) slo pueden brindar un alivio de la par-cialidad, el sabio debe ir ms lejos y encontrar el todo en su parte de tiempo. Es la diferencia ostensi-ble entre soportar el Destino conforme se viene encima y ser el Destino segn se crea.te y corrosivo; cmo la Lgica es incorporada por la Fsica, que la llena de sentido,articulando as el movimiento del mundo y resolviendo el enigma del cambio.XI. La segunda conclusin trataremos de resumirla como sigue. Es cierto queen la tradicin griega clsica, y ejemplarmente en Aristteles, no se piensa el movi-miento ms que como movilidad del ente. Ahora bien, hay que aadir, ms an, queno se piensa el mvil sin un contorno o lmite que posee a cada instante y que vaescoltndolo a lo largo de su movimiento. Este lmite, el lugar, le acompaa comouna sombra familiar, y no hace ms que testimoniar el hecho de que concebimos elmovimiento en instantes puntuales. La sombra es como una pista de despegue, puessiempre se capta en el trance previo a la fuga del cuerpo (slo posee un lugar aque-llo que no deja de perderlo); es el correaje, la estela, el rastro, la sucesin de posi-ciones estticas, la fantasmagora de un movimiento real que no se aprehende msqueporsushuellascontinuamenteborradas:aqu-y-ahora;aqu-y-ahora;aqu-y-ahora El lugar y el instante estn as ntimamente vinculados y se exigen mutua-mente: ambos dan testimonio de que el alma no capta el movimiento sin idearlo,sin reducirlo a una parada, a una instantnea, por transitoria y parcial que sta sea.Ellugaresunaexigenciaideativaparapensarelmovimientocomodetenido(hacindolo continuo pero divisible), y en este sentido es hermano del ahora queaportasumedida.Ambossoningeniosdemedicinintegradosenlapercepcinnatural y deben distinguirse de los cuerpos, no siendo parte de ellos, sino atribu-to89. As es como se consigna en Aristteles, cumbre del pensamiento realista grie-gosobreelmovimiento,laautonomaysoberanadelmvilenfsica,comoenmetafsica de la entidad y en lgica del sujeto. Y todas estas nociones estn ntima-mente imbricadas y coinciden en hacer un amasijo indisociable entre el habla y elmundo, la Lgica y la Fsica: un mundo a la medida de seres racionales y una pala-bra a la medida de un mundo mvil.Los estoicos parecen querer rebelarse frente a esta realizacin del pensamientoo ideacin de la percepcin y escinden Lgica y Fsica90, reduciendo casi cmica-mente este contorno notico a un mero acompaamiento inocuo. Al proceder de estemodo, sin embargo, y como por una irona filosfica, necesitan echar mano de untercer trmino que cargue con la explicacin del movimiento y le haga de principioy causa: este nuevo trmino es el principio activo, fuego primordial o inteligenciadivina, singular lgos ajeno a la palabra, o, ms claramente (y empleando delibera-damente un trmino moderno), la vida que penetra e insufla los cuerpos hacindo-Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20920689El ahora no es parte, sino atributo del tiempo, y el lugar no es parte, sino atributo del cuerpo. Cf.Victor Goldschmidt, La thorie aristotlicienne du lieu, p. 55, nota 8.90Que esta desconfianza hacia la palabra ilustre el comienzo del declive del pensamiento griego sobrela phsis queda a la discrecin del lector. Es, sin embargo, igualmente posible contemplar a Aristtelescomo una breve y rara excepcin en mitad de una tradicin de pensamiento la griega, y especialmen-te la presocrticacaracterizada ms por la celebracin de la apora que por aportar una garanta a larealidad propia de las fsicas positivas.los permanecer en constante actividad. Operan as un nuevo reparto donde la vidase distingue tanto de la materia (principio pasivo que carece de todo estatuto real enlaclasificacindelosseres)comodelpensamiento abstractodelosincorpreos,queconstituyenloradicalmenteinactual.Losseresmismosnosonyaobjetodelpensamiento dialctico; la Lgica no muerde la sustancia corprea, y por tanto nopuede pretender oponerse a ningn devenir (y ms en concreto, como en el pla-tonismo, al de la materia fluyente e inasible que subyace a todas las cosas) porquees ella la que promueve, en estrecha complicidad con la materia, ese tiempo espu-rio de la infinita divisin. Sin embargo, entre tanto ha sido necesario liberar el domi-nio de los cuerpos de todas las aporas del flujo y el movimiento, y ello no ha podi-dolograrsemsquealpreciodeoperarunocultamiento(paraleloquizaldelosepicreos con el clinamen) que sustrae el movimiento natural al pensamiento porconceptos, origen de las aporas, echando mano de toda una sub-realidad inmanen-te que alberga, como en un doble fondo menor que cualquier representacin posi-ble91, la intransferible cualidad individual de los cuerpos a fin de garantizar la armo-na entre lo uno y lo mltiple en que consiste la distensin tonal del alma de Zeus.Surge as la novedosa solucin estoica a este problema atvico de la filosofa, con-sistente ahora en la generacin de lo mltiple por los sucesivos grados de distensinde un Uno que, sin embargo, sigue presente, como principio activo, en cada uno delos muchos, garantizando as la posibilidad de un retorno cclico a la pureza ini-cial y la consiguiente y renovada multiplicacin92.En su afn por considerar real slo lo que es en acto, el estoicismo se desentien-deentoncesdeunfondoyunaalturavirtualesalosqueslopuedecatalogar,cuandocomparecen,comoenfermedaddelcuerpo(noescasualidad,enningncaso,quelaenfermedad,estadodedescomposicindelaactividaddeuncuerpo,consista en la receptividad pasiva de ste a las ilusiones noticas de divisin, suce-sin, yuxtaposicin y contigidad). Su filosofa resulta as inseparable de una reac-cin muy hostil frente a Aristteles, pero al deshacer aquella descomunal empresano pueden evitar liberar lo que sta mantena a buen recaudo, y es ah donde vuel-veasonarcomounamaldicinelecodeunasabiduraarcaica(ladeZenn,Herclito o Anaximandro) que denunciaba como contradictoria e imposible la pre-tendida componenda de lo uno y lo mltiple a la que procede toda Fsica y queelflorecientemundogriegoparecasingularmentedestinadoapromover.SilasAntonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20920791Los estoicos apoyan todo su sensualismo en su confianza ciega en una aprehensin intuitiva, sub-sensorial, de la sustancia e identidad individual del ser por parte del principio rector (alma) que lo ponea cubierto de las aporas del cambio y salva la nocin comn de sustancia individual. Cf. Plutarco,Nociones comunes, 1083D-E, y nota 384 de R. Caballero.92Son los estoicos, como supo ver un jovencsimo Bergson, quienes inauguran, en el proceso de dis-tensin, la reduccin de diferencias de cualidad (o naturaleza) a diferencias de cantidad (o grado).Cf. Cours dhistoire de la philosophie grecque, Lyce Henri IV, 1894-95, en Bergson, Cours, IV, Pars,PUF, 1998.sagacesacometidasdePlutarco93,destinadasamostrarqueelplatonismoysudemirgica dualidad materia-pensamiento es la nica manera de salvar la estabi-lidad del mundo, no pueden ser calificadas ms que de capciosas, no dejan por ellode retratar acertadamente la operacin de ocultamiento a la que proceden los estoi-cos y que parece la obligada contrapartida de impugnar e invertir la aparatosa tras-cendencia de las Ideas: tanto la sustancia (ousa) como la cualidad individual (idospoin)94quedan selladas a fuego en los cuerpos al modo de garantes abstractos detodo el edificio de la realidad. Es por ello que el estoicismo puede ser descrito acer-tadamente como sensualismo idealista o idealismo sensible, porque sta es la inno-vadora manera que tiene de superar las aporas que refulgen en el inicio del pensa-miento griego y a las que los filsofos retornan cada vez que quieren apuntalar larealidad o erigir una Fsica estable. Y es en este sentido que los estoicos retoman aHerclito: l es para ellos, por decirlo con una nocin extrada de su propio siste-ma, la ekprosis del pensamiento griego, aquello que hace arder las fsicas platni-ca, aristotlica y atomista, y a partir de cuya pureza aportica pueden proceder a suparticular diaksmesis o extincin-traicin al maestro, incurriendo con su ontologatonal en su particular parricidio95.Pero finalmente, la Fsica estoica no es autosuficiente, y en ella subsiste, comoveamos, una tensin no resuelta entre lo comn y lo parcial (o, en otros trminos,entrelorealyloilusorio-enfermizo,entreladistensinyladivisin)quedebeencontrarsolucinoalivioenotrapartedelsistema.Quesuticaindividualista,introspectivayatodaslucessobrehumanadebacargarconlaresponsabilidaddesolventarloquesuontologadestapaesalavezadmirableysintomtico.Contempladodesdelaticaquecoronaelsistema,elestoicismohacehonorasuhroe mitolgico predilecto y parece ciertamente movido por una traccin hercleaquereconducelosproblemascrnicosdelpensamiento,querondanalafilosofacomo sus fantasmas, a la parcela donde el sabio se siente lo bastante fuerte comopara soportar su peso y presentarles batalla en un duelo personal.Referencias bibliogrficasARISTTELES, Fsica, Madrid, Gredos, 2008.ARISTTELES, Metafsica, Madrid, Gredos, 2006.Antonio Dopazo Gallego El estoicismo a la luz de la nocin de tiempo...LOGOS. Anales del Seminario de MetafsicaVol. 46 (2013): 183-20920893 Cf. Nociones comunes, 50.94Ello sera extensible a los otros dos primeros gneros estoicos, el modo (pos chon) y la rela-cin (prs ti pos chon), a los que Plutarco alude significativamente como sustratos (hypokeme-na, trmino que corresponde especficamente a la materia subyacente). Cf. Plutarco, Nociones comu-nes, 1083D, y nota 378 de R. Caballero.95Sobre la imposibilidad de considerar el fuego de Herclito como principio fsico o elementode alguna doctrina de ciencia primitiva, cf. Razn comn, Zamora, Lucina, 1985, especialmente fr. 74,y comentario de A. Garca Calvo.ARISTTELES, Tratados de lgica (rganon), Vol. 1, Madrid, Gredos, 2000.BOERI, M. D., Incorpreos, tiempo e individuacin en el estoicismo. 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